El Proceso de Atención Nutricional consta de cuatro pasos: 1) valoración nutricional, 2) diagnóstico nutricional, 3) intervención nutricional, y 4) monitorización y seguimiento nutricional. Cada paso implica recoger información del paciente, identificar problemas nutricionales, desarrollar un plan de tratamiento, y evaluar los resultados para mejorar la atención nutricional.
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El Proceso de Atención Nutricional consta de cuatro pasos: 1) valoración nutricional, 2) diagnóstico nutricional, 3) intervención nutricional, y 4) monitorización y seguimiento nutricional. Cada paso implica recoger información del paciente, identificar problemas nutricionales, desarrollar un plan de tratamiento, y evaluar los resultados para mejorar la atención nutricional.
El Proceso de Atención Nutricional consta de cuatro pasos: 1) valoración nutricional, 2) diagnóstico nutricional, 3) intervención nutricional, y 4) monitorización y seguimiento nutricional. Cada paso implica recoger información del paciente, identificar problemas nutricionales, desarrollar un plan de tratamiento, y evaluar los resultados para mejorar la atención nutricional.
El Proceso de Atención Nutricional consta de cuatro pasos: 1) valoración nutricional, 2) diagnóstico nutricional, 3) intervención nutricional, y 4) monitorización y seguimiento nutricional. Cada paso implica recoger información del paciente, identificar problemas nutricionales, desarrollar un plan de tratamiento, y evaluar los resultados para mejorar la atención nutricional.
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El Proceso de Atención Nutricional (PAN)
Consta de cuatro pasos consecutivos:
• Primer paso – Valoración nutricional.
• Segundo paso – Diagnóstico nutricional. • Tercer paso – Intervención nutricional. • Cuarto paso – Monitorización y seguimiento nutricional.
Primer paso – Valoración nutricional:
Tiene por objeto recoger, verificar e interpretar de forma sistemática toda la información nutricional (Historia dietética y nutricional, valoración antropométrica, marcadores bioquímicos, examen físico relacionado con la nutrición e historia clínica) necesaria para realizar una valoración del estado nutricional del paciente/cliente (P/C) como base para el diagnóstico y la posterior intervención, si fuera necesaria. Trata de responder a la pregunta: ¿Existe un problema dietético-nutricional? La información recogida permitirá evaluar longitudinalmente los potenciales cambios en la situación nutricional durante la monitorización y el seguimiento del P/C.
Segundo paso – Diagnóstico nutricional:
Se identifica y define la situación/problema nutricional, la etiología y los signos y síntomas. Preguntas frecuentes para la práctica profesional son: ¿Cuál es el problema, causa y las consecuencias? El diagnóstico debe adaptarse al formato PES (Problema, Etiología, Signos y Síntomas), siendo necesario vincular el problema y la etiología nutricional con la expresión “relacionado con”. Asimismo, la etiología se une con los signos y síntomas utilizando como nexo la expresión “evidenciado por”. Por ejemplo: “Excesiva ingesta de energía y grasa dietética (Problema) relacionada con alta frecuencia de consumo de comida procesada y bebidas azucaradas (Etiología), según se evidencia por un IMC de 30,7kg/m2, 39% de grasa corporal y aumento de los niveles de colesterol sanguíneo (Signos/síntomas)”. Por tanto, el formato del diagnóstico es: Problema (P) relacionado con la etiología (E) según se evidencia por los signos y síntomas (S). Esta etapa implica desarrollar una terminología estandarizada (TE) y definir y establecer los criterios de todos los posibles problemas/situaciones nutricionales.
Tercer paso – Intervención nutricional:
Consiste en realizar un abordaje integral del problema y diagnóstico nutricional proporcionando una intervención nutricional adaptada a las necesidades del P/C y de acuerdo con la mejor evidencia científica disponible que implica el uso de información de la más alta calidad para la toma de decisiones. Según ICDA, se trata de “hacer preguntas, buscar la evidencia de forma sistemática y evaluar su validez, aplicabilidad e importancia”. Esta información basada en la evidencia, combinada con la experiencia y el juicio crítico del D-N y las circunstancias del P/C o comunidad, es necesaria para proporcionar la mejor atención nutricional38. El PAN es una herramienta para promover la práctica dietética basada en la evidencia. De hecho, diversas bases de datos de evidencia científica están estructuradas según los pasos del PANy proporcionan información y categorizan la evidencia para elegir las estrategias de intervención más efectivas y fortalecer el sistema sanitario al conseguir la máxima eficacia al menor coste La intervención tiene asociada una importante fase de estudio inicial que permite recoger información contrastada y actualizada de las diferentes estrategias terapéuticas. Éstas incluyen la prescripción e implementación del plan alimentario individualizado y la educación y asesoramiento nutricional para fomentar el empoderamiento del P/C en el marco de la prescripción. Asimismo, incluye, en caso necesario, la suplementación nutricional vía oral o la indicación de la nutrición enteral o parenteral. Los objetivos preventivo- terapéuticos planteados en esta fase constituyen la base de la monitorización y el seguimiento nutricional.
Cuarto paso – Monitorización y seguimiento nutricional:
Se valora la evolución del P/C y el cumplimiento de la intervención nutricional (oral, enteral o parenteral). La repercusión en el estado nutricional se reevalúa y compara con la información recogida en la valoración inicial mediante indicadores que reflejen cambios (ej. modificación de hábitos alimentarios, cambios en el peso o en la composición corporal, bioquímicos, etc.). Este último paso forma parte del proceso dinámico y cíclico que permite evaluar los resultados, modificar si se precisa la intervención nutricional o reevaluar nuevamente el estado nutricional. Esta fase es fundamental para revertir el problema nutricional y prevenir la aparición de complicaciones futuras. Son varias las causas que pueden hacer fracasar una intervención nutricional. En primer lugar y nada desdeñable, el incumplimiento por parte del P/C de la intervención planteada, de ahí la necesidad de implicar al P/C. Por otro lado, a pesar de existir abundante bibliografía sobre las estrategias de intervención más adecuadas para muchos problemas nutricionales, la adaptación de estas estrategias a un individuo concreto y la variabilidad individual hace que sea imprescindible evaluar la respuesta a las mismas. Incluso tras haber superado el problema que hizo que el P/C se incluyese en el PAN, en muchas ocasiones el paciente tiene más probabilidad de sufrirlo en el futuro que el resto de la población. Por ejemplo, es frecuente que muchas mujeres jóvenes que han presentado un episodio de anemia ferropénica vuelvan a presentarlo más adelante. En definitiva, es fundamental que el D-N y el equipo de profesionales implicados en el PAN establezcan un calendario personalizado de seguimiento. Cada vez que el P/C es reevaluado se generará lo que en los sistemas de atención farmacéutica actualmente implantados se conoce como “nuevo estado de situación”, que permite analizar la evolución así como planificar nuevamente la intervención nutricional. Terminología estandarizada: Un aspecto importante del PAN ha sido el desarrollo de la TE, herramienta esencial para una práctica profesional de calidad, que da soporte al Modelo y permite implementarlo utilizando un lenguaje estandarizado, reconocible, validado e integrado en la terminología científica Resulta de máxima utilidad para los profesionales de la salud, ciudadanos, investigadores, docentes, administradores y desarrolladores de software. La TE incluye términos y definiciones completas de todo el espectro del cuidado nutricional, indexados y organizados jerárquicamente de acuerdo con las 4 etapas del PAN, lo que permite describir de forma clara y precisa el diagnóstico nutricional y registrar la eficacia de la intervención. El registro de todo el proceso es imprescindible para documentar la actividad real, valorar la evolución y el volumen de P/C atendidos. Asimismo, permite definir y registrar las funciones, servicios y actividades exclusivas y específicas del profesional de la Nutrición y la Dietética, lo que mejora la transparencia y visibilidad de la atención dietético- nutricional. La información generada en el PAN tiene la condición de sensible desde el punto de vista legal. Un proceso consistente y sistemático de mantenimiento de registros es esencial para la seguridad del paciente, facilita la continuidad de la atención, la coordinación del tratamiento y la evaluación de los resultados