MALTRATO

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Maltrato
Revisado por: D'Arcy Lyness, PhD

 
 
in EnglishAbuse

¿Qué es el maltrato?

A Elena se le había hinchado tanto el dedo que no podía quitarse el anillo. No creía
que estuviera fracturado porque todavía lo podía doblar. Ya había pasado una
semana desde que su padre la había empujado contra la pared, pero el dedo le
seguía doliendo mucho.

Elena odiaba el modo en que su padre la insultaba y la acusaba de todo tipo de


cosas que ella no había hecho, sobre todo cuando este había estado bebiendo. La
sensación era horrible y simplemente esperaba que su padre dejara de
comportarse así.

El maltrato puede ser físico, sexual, psicológico, verbal o una combinación de


éstos. La falta de atención, que tiene lugar cuando los padres o tutores no
atienden las necesidades básicas de los menores que dependen de ellos, puede ser
una forma de maltrato.

El maltrato físico suele ser la forma de maltrato más fácil de detectar. Incluye


cualquier manera de golpear, sacudir, quemar, pellizcar, morder, ahogar, empujar,
azotar o cualquier otra acción que provoque lesiones en el cuerpo, deje marcas o
produzca dolor físico.
El abuso sexual comprende cualquier tipo de contacto sexual entre un adulto y
un menor de 18 años o entre dos menores entre los que existe una diferencia de
edad considerable, y se produce también cuando una persona somete a otra, sin
importar la edad. Cuando el abuso sexual ocurre en el seno de la familia, recibe el
nombre de “incesto”.
El maltrato psicológico es el más difícil de detectar porque no deja marcas
físicas. Este tipo de maltrato se produce cuando los gritos y el enoyo van
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demasiado lejos o cuando un padre critica, amenaza, humilla o desprecia


constantemente a su hijo hasta que su autoestima y sus sentimientos de valor
personal se ven negativamente afectados. Al igual que el maltrato físico, el
maltrato psicológico puede dañar y dejar secuelas emocionales.
La desatención es difícil de identificar y definir. Se puede hablar de ella cuando
un niño o adolescente no tiene el alimento, la vivienda, la vestimenta, la atención
médica o la supervisión que necesita. Tiene lugar cuando un padre no proporciona
a su hijo suficiente apoyo emocional o le presta poca o ninguna atención de forma
deliberada y sistemática. No se refiere a los casos en los que un padre no le da a
su hijo algo que éste quiere, como una nueva computadora o un teléfono móvil,
sino que están en juego necesidades más básicas, como la comida, el refugio y el
afecto.

La violencia familiar puede afectar a cualquiera y puede ocurrir en cualquier tipo


de familia. En algunos casos, los padres se maltratan entre sí, algo que puede ser
difícil para los niños que son testigos. Algunos padres maltratan a sus hijos y
recurren a la violencia verbal o física como una manera de imponer la disciplina.

Pero el maltrato no sólo se da dentro de la familia. El acoso u hostigamiento


también es una forma de maltrato. Acosar a otra persona a través de la
intimidación, las amenazas o la humillación puede equivaler a una golpiza. Es
posible que las personas que acosan a los demás hayan sido víctimas de maltrato.
Éste también es el caso de las personas que maltratan a su pareja. Pero el hecho
de haber sido víctima de malos tratos no es ninguna excusa para maltratar a
nadie.

El maltrato también puede adoptar la forma de delito por prejuicios dirigidos a


personas sólo por su raza, religión, capacidades, sexo u orientación sexual.

Reconocer el maltrato

Por extraño que pueda parecer, a la gente a veces le resulta difícil reconocer que
está siendo víctima de malos tratos. Reconocer los malos tratos puede resultar
particularmente difícil para quienes llevan muchos años conviviendo con ellos.
Éstas personas aceptan la situación como algo natural y creen que no se puede
hacer nada al respecto. Es posible que las personas maltratadas crean,
equivocadamente, que son ellas quienes provocan el maltrato por no hacer lo que
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sus padres les dicen, por infringir las reglas o por no estar a la altura de las
expectativas de otra persona.

Una persona que se ha criado en una familia violenta o donde se infligen malos
tratos tal vez no sepa que los miembros de una familia pueden tratarse de otra
forma. Es posible que la persona que sólo conoce este tipo de relaciones crea,
erróneamente, que golpear, pegar, empujar o insultar son formas absolutamente
normales de tratar a los demás cuando uno está muy enojado.

Un niño que se acostumbra a presenciar episodios de malos tratos entre sus


padres puede acabar creyendo que se trata de una relación completamente
normal. Pero el maltrato no es una forma normal ni saludable de tratar a las
personas.

Si no estás seguro de ser víctima de malos tratos o si sospechas que un amigo lo


es, siempre está bien que consultes a un adulto o a un amigo en quien confíes.

¿Por qué se produce el maltrato?

Si eres una de las miles de personas que viven una situación de malos tratos, es
posible que te sea de ayuda comprender por qué algunas personas maltratan a los
demás y darte cuenta de que la violencia no es culpa tuya. En ocasiones, los
autores del maltrato manipulan a sus víctimas: les dicen que hicieron algo malo o
que “se lo buscaron”. Pero esto no es cierto.

No hay una única razón por la que una persona maltrata a otra, pero sí algunos
factores que parecen incrementar las probabilidades de que una persona pierda el
control, grite, golpee o lastime.

A veces, el haberse criado en el seno de una familia donde ha habido malos tratos
puede hacer pensar a la persona que ésto constituye un buen método de imponer
disciplina. Otras personas recurren al maltrato porque no pueden controlar bien
sus sentimientos. Por ejemplo, una persona que no puede controlar su ira o las
situaciones personales de estrés (como la pérdida del trabajo o los problemas
matrimoniales) puede atacar a otros. El consumo de alcohol o de drogas puede
hacer que resulte difícil para una persona controlar sus actos.
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Ciertos tipos de trastornos de la personalidad o enfermedades mentales también


pueden interferir con la capacidad de una persona para relacionarse con otras de
manera saludable o pueden provocar problemas de agresividad o autocontrol.
Desde luego, no todas las personas que padecen un trastorno de la personalidad o
una enfermedad mental se vuelven violentas.

Por fortuna, el autor del maltrato puede obtener ayuda y aprender cómo
responsabilizarse por sus actos y terminar con esa conducta perjudicial.

¿Cuáles son los efectos del maltrato?

Cuando una persona es víctima de maltrato, este puede repercutir en todos los
aspectos de su vida, particularmente en su autoestima. La medida en que el
maltrato daña a una persona depende de las circunstancias y, en algunos casos,
del grado de violencia al que ha sido sometida. A veces, algo que no parece tener
mucha importancia puede desatar una reacción desmesurada. Por ejemplo, ser
tocado de manera inadecuada por un integrante de la familia o recibir el pedido de
mantener secretos pueden ser una experiencia sumamente confusa y traumática.

En todas las familias hay discusiones. Los amigos, las parejas, los entrenadores y
los maestros pueden sentirse molestos, frustrados o tener un mal día. Todos
atravesamos momentos difíciles cuando alguien está estresado y enojado. Recurrir
a castigos o disciplina, como quitar privilegios a los hijos o prohibirles que salgan
de su habitación o que salgan con sus amigos, es común.

Los gritos y en enojo puede suceder en muchas relaciones entre padres y


adolescentes y entre amigos, aunque pelear con un amigo o con los propios padres
suele hacernos sentir mal. No obstante, si el castigo, la discusión o los gritos van
demasiado lejos o se prolongan durante mucho tiempo, pueden derivar en estrés y
en otros problemas graves.

Los adolescentes que son o fueron objeto de malos tratos suelen tener problemas
para conciliar el sueño, alimentarse y concentrarse. Su rendimiento académico
puede verse negativamente afectado porque están enojados o asustados, o porque
sienten que ya perdieron el interés.

Muchas personas que han sido víctimas de malos tratos desconfían de los demás.
Algunos sienten mucha ira contra sí mismos y contra los demás, y les cuesta
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mucho hacer amigos. El maltrato es una causa importante de depresión en los


jóvenes. Algunos adolescentes sólo pueden sentirse mejor adoptando conductas
autodestructivas como cortarse o abusar de las drogas o el alcohol. Otros llegan al
extremo de intentar suicidarse.

Es normal que una persona que ha sido maltratada se sienta dolida, enojada y
confundida por lo que le ha ocurrido. Es posible que se sienta culpable o
avergonzada, o incluso responsable de lo sucedido. Pero el maltrato nunca es
culpa de la víctima, por más que el autor de los malos tratos intente culpar a los
demás.

El autor del maltrato en ocasiones intenta silenciar a su víctima diciéndole cosas


como: “Esto será un secreto entre tú y yo”, “Si se lo cuentas a alguien, te haré
daño o le haré daño a tu mamá” o “Si se lo cuentas a alguien, tendrás problemas.
Nadie te creerá e irás a la cárcel por mentiroso”. De esta forma, el agresor
consigue que la víctima crea que no hay nada que pueda hacer y evita que lo
denuncie.

A las personas que son víctimas de maltrato puede resultarles difícil obtener
ayuda, porque para ello tienen que acusar a alguien a quien quieren, alguien que
puede ser maravilloso con ellos la mayor parte del tiempo y desagradable sólo en
algunos momentos.

Es posible que teman las consecuencias de realizar una denuncia, ya sea por
temor al agresor o porque la familia depende económicamente de esa persona. Por
motivos como estos, el maltrato no se denuncia, y muchos niños y adolescentes no
le cuentan a nadie lo que está sucediendo.

¿Qué debería hacer una persona que es víctima de maltrato?

Las personas que son víctimas de maltrato necesitan ayuda. Mantener la situación
en secreto no las protege de futuros malos tratos, sino que hace más probable que
el maltrato continúe.

Si tú o alguien a quien conoces es víctima de maltrato, habla con alguien en quien


tú o tu amigo confíen: un familiar, un maestro de confianza, un médico o un
consejero escolar o religioso. Muchos maestros y consejeros tienen la formación
necesaria para ayudarte a detectar y denunciar los malos tratos.
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En los directorios telefónicos y en internet encontrarás los números de teléfono de


atención a las víctimas de maltrato infantil y violencia familiar a los que puedes
llamar para pedir ayuda. También puedes llamar en Estados Unidos a Childhelp
USA al (800) 4-A-CHILD ([800] 422-4453).

En algunos casos, las personas que son víctimas de violencia familiar tienen que
buscar un lugar seguro para vivir temporalmente. Tener que irse de casa nunca es
fácil, pero a veces es necesario para evitar futuros malos tratos. Las personas que
deben abandonar su casa para estar a salvo pueden encontrar los datos de
refugios locales en el directorio telefónico o pueden comunicarse con las líneas de
ayuda para casos de maltrato. En algunos casos pueden quedarse en casa de un
familiar o amigo.

Las víctimas de maltrato suelen sentirse asustadas, paralizadas o solas. Buscar


ayuda y apoyo es un primer paso importante para sentirse mejor.

Muchos adolescentes que han sido víctimas de maltrato se dan cuenta de que las
emociones dolorosas pueden persistir incluso después de que cesan los malos
tratos. Trabajar con un terapeuta es una de las maneras de superar los complejos
sentimientos y reacciones que conlleva el hecho de haber recibido malos tratos, y
el proceso puede ayudar a restablecer la seguridad, confianza y autoestima
perdidas.

Revisado por: D'Arcy Lyness, PhD


Fecha de revisión: septiembre de 2013

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