MALTRATO
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Maltrato
Revisado por: D'Arcy Lyness, PhD
in EnglishAbuse
¿Qué es el maltrato?
A Elena se le había hinchado tanto el dedo que no podía quitarse el anillo. No creía
que estuviera fracturado porque todavía lo podía doblar. Ya había pasado una
semana desde que su padre la había empujado contra la pared, pero el dedo le
seguía doliendo mucho.
Reconocer el maltrato
Por extraño que pueda parecer, a la gente a veces le resulta difícil reconocer que
está siendo víctima de malos tratos. Reconocer los malos tratos puede resultar
particularmente difícil para quienes llevan muchos años conviviendo con ellos.
Éstas personas aceptan la situación como algo natural y creen que no se puede
hacer nada al respecto. Es posible que las personas maltratadas crean,
equivocadamente, que son ellas quienes provocan el maltrato por no hacer lo que
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sus padres les dicen, por infringir las reglas o por no estar a la altura de las
expectativas de otra persona.
Una persona que se ha criado en una familia violenta o donde se infligen malos
tratos tal vez no sepa que los miembros de una familia pueden tratarse de otra
forma. Es posible que la persona que sólo conoce este tipo de relaciones crea,
erróneamente, que golpear, pegar, empujar o insultar son formas absolutamente
normales de tratar a los demás cuando uno está muy enojado.
Si eres una de las miles de personas que viven una situación de malos tratos, es
posible que te sea de ayuda comprender por qué algunas personas maltratan a los
demás y darte cuenta de que la violencia no es culpa tuya. En ocasiones, los
autores del maltrato manipulan a sus víctimas: les dicen que hicieron algo malo o
que “se lo buscaron”. Pero esto no es cierto.
No hay una única razón por la que una persona maltrata a otra, pero sí algunos
factores que parecen incrementar las probabilidades de que una persona pierda el
control, grite, golpee o lastime.
A veces, el haberse criado en el seno de una familia donde ha habido malos tratos
puede hacer pensar a la persona que ésto constituye un buen método de imponer
disciplina. Otras personas recurren al maltrato porque no pueden controlar bien
sus sentimientos. Por ejemplo, una persona que no puede controlar su ira o las
situaciones personales de estrés (como la pérdida del trabajo o los problemas
matrimoniales) puede atacar a otros. El consumo de alcohol o de drogas puede
hacer que resulte difícil para una persona controlar sus actos.
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Por fortuna, el autor del maltrato puede obtener ayuda y aprender cómo
responsabilizarse por sus actos y terminar con esa conducta perjudicial.
Cuando una persona es víctima de maltrato, este puede repercutir en todos los
aspectos de su vida, particularmente en su autoestima. La medida en que el
maltrato daña a una persona depende de las circunstancias y, en algunos casos,
del grado de violencia al que ha sido sometida. A veces, algo que no parece tener
mucha importancia puede desatar una reacción desmesurada. Por ejemplo, ser
tocado de manera inadecuada por un integrante de la familia o recibir el pedido de
mantener secretos pueden ser una experiencia sumamente confusa y traumática.
En todas las familias hay discusiones. Los amigos, las parejas, los entrenadores y
los maestros pueden sentirse molestos, frustrados o tener un mal día. Todos
atravesamos momentos difíciles cuando alguien está estresado y enojado. Recurrir
a castigos o disciplina, como quitar privilegios a los hijos o prohibirles que salgan
de su habitación o que salgan con sus amigos, es común.
Los adolescentes que son o fueron objeto de malos tratos suelen tener problemas
para conciliar el sueño, alimentarse y concentrarse. Su rendimiento académico
puede verse negativamente afectado porque están enojados o asustados, o porque
sienten que ya perdieron el interés.
Muchas personas que han sido víctimas de malos tratos desconfían de los demás.
Algunos sienten mucha ira contra sí mismos y contra los demás, y les cuesta
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Es normal que una persona que ha sido maltratada se sienta dolida, enojada y
confundida por lo que le ha ocurrido. Es posible que se sienta culpable o
avergonzada, o incluso responsable de lo sucedido. Pero el maltrato nunca es
culpa de la víctima, por más que el autor de los malos tratos intente culpar a los
demás.
A las personas que son víctimas de maltrato puede resultarles difícil obtener
ayuda, porque para ello tienen que acusar a alguien a quien quieren, alguien que
puede ser maravilloso con ellos la mayor parte del tiempo y desagradable sólo en
algunos momentos.
Es posible que teman las consecuencias de realizar una denuncia, ya sea por
temor al agresor o porque la familia depende económicamente de esa persona. Por
motivos como estos, el maltrato no se denuncia, y muchos niños y adolescentes no
le cuentan a nadie lo que está sucediendo.
Las personas que son víctimas de maltrato necesitan ayuda. Mantener la situación
en secreto no las protege de futuros malos tratos, sino que hace más probable que
el maltrato continúe.
En algunos casos, las personas que son víctimas de violencia familiar tienen que
buscar un lugar seguro para vivir temporalmente. Tener que irse de casa nunca es
fácil, pero a veces es necesario para evitar futuros malos tratos. Las personas que
deben abandonar su casa para estar a salvo pueden encontrar los datos de
refugios locales en el directorio telefónico o pueden comunicarse con las líneas de
ayuda para casos de maltrato. En algunos casos pueden quedarse en casa de un
familiar o amigo.
Muchos adolescentes que han sido víctimas de maltrato se dan cuenta de que las
emociones dolorosas pueden persistir incluso después de que cesan los malos
tratos. Trabajar con un terapeuta es una de las maneras de superar los complejos
sentimientos y reacciones que conlleva el hecho de haber recibido malos tratos, y
el proceso puede ayudar a restablecer la seguridad, confianza y autoestima
perdidas.