La cultura puede definirse de varias maneras, incluyendo como un conjunto de creencias, conocimientos y costumbres compartidos, o como estructuras de significado socialmente establecidas. A lo largo del tiempo, la definición de cultura en antropología ha evolucionado de enfocarse en costumbres observables a enfocarse en sistemas simbólicos de significado. Actualmente, la cultura se concibe principalmente como el conjunto de símbolos, creencias y formas de interpretación compartidas en una sociedad.
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La cultura puede definirse de varias maneras, incluyendo como un conjunto de creencias, conocimientos y costumbres compartidos, o como estructuras de significado socialmente establecidas. A lo largo del tiempo, la definición de cultura en antropología ha evolucionado de enfocarse en costumbres observables a enfocarse en sistemas simbólicos de significado. Actualmente, la cultura se concibe principalmente como el conjunto de símbolos, creencias y formas de interpretación compartidas en una sociedad.
La cultura puede definirse de varias maneras, incluyendo como un conjunto de creencias, conocimientos y costumbres compartidos, o como estructuras de significado socialmente establecidas. A lo largo del tiempo, la definición de cultura en antropología ha evolucionado de enfocarse en costumbres observables a enfocarse en sistemas simbólicos de significado. Actualmente, la cultura se concibe principalmente como el conjunto de símbolos, creencias y formas de interpretación compartidas en una sociedad.
La cultura puede definirse de varias maneras, incluyendo como un conjunto de creencias, conocimientos y costumbres compartidos, o como estructuras de significado socialmente establecidas. A lo largo del tiempo, la definición de cultura en antropología ha evolucionado de enfocarse en costumbres observables a enfocarse en sistemas simbólicos de significado. Actualmente, la cultura se concibe principalmente como el conjunto de símbolos, creencias y formas de interpretación compartidas en una sociedad.
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Jacqueline Ramírez Méndez
Lectura de Gilberto Giménez
La concepción simbólica de la cultura
Ideas principales pagina 23-32
La cultura, considerada no sólo como dimensión general y abstracta de
la social, sino también como variedad de “mundos concretos de creencias y prácticas”. La definición tantas veces citada en los estudios antropológicos reza así: “La cultura o civilización, en sentido etnográfico amplio, es aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridas por el hombre en cuanto miembro de la sociedad” (Kahn; 1976, 29). Tylor considera que la cultura está sujeta a un proceso de evolución lineal según etapas bien definidas y sustancialmente idénticas por las que tienen que pasar obligadamente todos los pueblos, aunque con ritmos y velocidades diferentes. Boas afirma la pluralidad histórica irreducible de las culturas. Esta pluralidad implica en Boas y sus discípulos el relativismo cultural que obliga a abandonar “la pretensión de objetividad absoluta del racionalismo clásico para dar entrada a una objetividad relativa basada en las características de cada cultura.” En la fase concreta se extrae, de la definición de Tylor, un elemento perturbador: las costumbres. La cultura tiende a definirse como el conjunto de las costumbres, es decir, de las formas o modos de vida (way of life) que caracterizan e identifican a un pueblo. En la fase abstracta en la formulación del concepto de cultura. La atención de los antropólogos se desplaza de las “costumbres” a los “modelos de comportamiento”, y el concepto de cultura se restringe circunscribiéndose a los sistemas de valores y a los modelos normativos que regulan los comportamientos de las personas pertenecientes a un mismo grupo social. En suma: la cultura se define ahora en términos de modelos, pautas, parámetros o esquemas de comportamiento. En la fase simbólica la formulación del concepto de cultura se reduce ahora al ámbito de lo simbólico. Se trata de un concepto restringido y especializado que permite mayor eficacia teórica, según el propio Geertz. En consecuencia, la cultura se define como “telaraña de significados” o, más precisamente, como “estructuras de significación socialmente establecidas” (Geertz; 1992, 26). En esta perspectiva, “la cultura es vista como un texto, un texto escrito por los nativos, que el antropólogo se esfuerza por interpretar, por más de que no pueda prescindir de la interpretación de los nativos. el interés por la cultura invade los estudios literarios, los estudios feministas, las ciencias de la comunicación, la historia, la sociología y las ciencias políticas. Así, en historia se pasa de la “nueva historia social” a la “nueva historia cultural”; la sociología pasa del estudio de las instituciones específicamente culturales al estudio del papel del significado en la vida social en general; Este frenético impulso hacia los enfoques culturales es lo que hoy se conoce como “giro cultural” (cultural turn) en las ciencias sociales. Es posible asignar un campo específico y relativamente autónomo a la cultura, entendida como una dimensión de la vida social, si la definimos por referencia a los procesos simbólicos de la sociedad. De este modo la cultura se concibe como una dimensión analítica de la vida social, aunque relativamente autónoma y regida por una lógica (semiótica) propia, diferente de las lógicas que rigen. La cultura tendría que concebirse entonces, al menos en primera instancia, como el conjunto de hechos simbólicos presentes en una sociedad. O, más precisamente, como la organización social del sentido, como pautas de significados “históricamente transmitidos y encarnados en formas simbólicas, en virtud de los cuales los individuos se comunican entre sí y comparten sus experiencias, concepciones y creencias.” lo simbólico es el mundo de las representaciones sociales materializadas en formas sensibles, también llamadas “formas simbólicas”, y que pueden ser expresiones, artefactos, acciones, acontecimientos y alguna cualidad o relación. lo simbólico recubre el vasto conjunto de los procesos sociales de significación y comunicación. La problemática de los códigos sociales, que pueden entenderse ya sea como sistemas articulatorios de símbolos, en diferentes niveles, ya sea como reglas que determinan las posibles articulaciones o combinaciones entre los mismos en el contexto apropiado. La problemática de la producción del sentido y, por tanto, de ideas, representaciones y visiones del mundo, tanto en el pasado (para dar cabida a las representaciones ya cristalizadas en forma de preconstruidos culturales o de “capital simbólico”), como en el presente (para abarcar también los procesos de actualización, de invención o de innovación de valores simbólicos). La problemática de la interpretación o del reconocimiento, que permite comprender la cultura también como “gramática de reconocimiento” o de “interconocimiento” social. Adoptando este punto de vista, la cultura podría ser definida como el interjuego de las interpretaciones consolidadas o innovadoras presentes en una determinada sociedad.