LA MAGIA DE RECICLAR Imprimir
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“Érase una vez una ciudad llamada CIUDAD TIRONA. Era un lugar donde la gente
no sabía qué hacer con la basura y la tiraba a la calle.
Pronto todo quedó cubierto por la basura y los barrenderos/as no podían recoger
tanta basura y mantenerlo todo limpio. Ya no había espacios para jugar, todo olía
mal, los pajarillos no visitaban la ciudad y la gente empezaba a ponerse triste y a
enfermar.
Esta situación no gustaba a los protagonistas de este cuento: Ana, Lucia y Juan.
Hablaron y hablaron y ninguna solución hallaron. Nadie les había enseñado como
solucionar el problema. Entones, un pajarillo que los escucho esto les conto:
“No preocupéis
Ya que fácil lo tenéis
Espera un poco y
Ayuda tendréis
El Mago Reciclar levantó su varita y con unos movimientos secretos este conjuro
empezó a lanzar:
Pin, catapí la comida la meto aquí.
Brotó un nuevo contenedor, de color verde, que servía para guardar el cristal. Los
niños estaban boquiabiertos, pero la magia de Reciclar aún no había acabado:
Pin, catapí los envases los deposito aquí.
Y al lado de los tres contenedores apareció el último, de color amarillo, que servía
para guardar los envases ligeros. Todos se quedaron asombrados. ¡Cuán
poderoso era ese mago!
Había creado cuatro contenedores con su magia. Uno Marrón para los restos de
comida, otro de color azul para el papel, otro verde para el cristal y el cuarto y
último de color amarillo para los envases ligeros (de plástico, metal y cartón).
Al poco tiempo, todos los habitantes de Ciudad Tirona empezaron a dejar sus
basuras en cada uno de sus contenedores. Los restos de comida en el contenedor
gris, los papeles y periódicos viejos en el contenedor azul, las botellas de cristal
que no servían en el contenedor verde y los envases ligeros en el amarillo.
Al cabo del tiempo todo limpio dejaron. Y pronto, el nombre de la ciudad cambió,
pues de llamarse Ciudad Tirona, pasó a llamarse CIUDAD RECICLONA.