Visiondel Ahogado-Conejero Articulo
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Posmodernista
Jennifer Kakuk
Villanova University
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generación formada bajo ese régimen. Gutiérrez asevera que ya el epígrafe de
John Le Carré configura el marco de la obra en ese sentido (126): “Fue de
nosotros de quienes aprendieron el secreto de la vida: hacerse viejo sin hacerse
mejor” (Millás 14). Esta visión diacrónica de los hechos y su énfasis en los
orígenes le imprimen un sello modernista a la obra e incitan al lector a buscar
más a fondo. Es significativo que una novela que se vale del género policíaco
no trate del descubrimiento del delincuente sino de la profundización en su
pasado y presente.
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Otros temas recurrentes en la novela son las referencias a la farmacia, la
enfermedad, y la muerte. Todos los personajes delatan síntomas de los
mismos, con lo que se sugiere el estado enfermizo de la sociedad: Luis (el
“Vitaminas” o “atracador de farmacias”) sufre de bronquitis e intenta
suicidarse con una sobredosis de píldoras; “El Lefa”, compañero de escuela de
Luis y Jorge, murió adolescente de una enfermedad; Julia lleva las “señales”
en su cuerpo producidas por la violencia de Jorge; Jesús desea dar una paliza a
su mujer. Finalmente, la farmacia figura como el espacio predominante tanto
en el pasado como en el presente de la obra.
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enfermiza y única de la que tampoco podía sacarse gran utilidad. (193, énfasis
mío)
Son personas que han crecido en un medio represivo, cuya memoria se halla
vacía. Julia guarda solamente dos recuerdos fidedignos de su pasado, puesto
que uno (feliz) se inventó. Los otros dos se relacionan con la sexualidad
reprimida: su hermano que la observaba a través de la cerradura mientras se
cambiaba, y su madre que la enseñaba a no gozar del sexo. Son justamente los
recuerdos que quisiera olvidar, a la vez que son los que más incidencia ejercen
sobre su presente.
Los tres personajes principales (Julia, Jorge, y Luis) se esfuerzan por lidiar
con su realidad inmediata y sus recuerdos del pasado, los cuales prefieren
olvidar. Tanto ellos como los personajes secundarios tienen problemas de
pareja que no logran resolver. Como indica el epígrafe, ninguno es capaz de
realizarse por completo. Además, sugiere que esta condición peligra con
repetirse en la próxima generación. Aunque no se aclara a quiénes se refiere el
“nosotros” del epígrafe, se propone en la novela que Julia adquirió la neurosis
de su madre y la pasará a su hija. La pareja Rosario-Jesús, que refleja los
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mismos problemas que el trío Luis-Julia-Jorge, también esperan a un bebé, de
lo que se desprende que Millás escribe esta novela con miras al futuro,
temiendo que la próxima generación herede también los problemas de sus
padres.
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Las mujeres son vistas como objetos en todos los ambientes públicos de la
novela: Julia siente los ojos de los hombres que miran sus piernas cuando sale
del metro, y el portero de su edificio recorre su cuerpo con la vista. Por lo
demás, la mujer se circunscribe al plano privado en la obra. Tanto en el
presente como en el pasado, Julia está retratada dentro de su apartamento.
Rosario, lo poco que figura en la novela, siempre aparece en lugares
encerrados: la casa, la farmacia, el baño del colegio. Hasta las ropas que
usaban las chicas del colegio “encarcelaban sus cuerpos” (227).
Este movimiento refleja la teoría de que el orden surge del caos. Según
Prigogine y Stengers en Order out of Chaos, esta teoría científica posmoderna
otorga paradójicamente la unidad que buscaban los modernistas (Calinescu
271): En determinadas condiciones, los elementos dispares terminan
organizándose hacia el centro. La novela se mueve dentro de esta ambigüedad.
Carter E. Smith señala que los personajes se encuentran insertados en el
espacio y el tiempo, movidos tanto por el discurso dominante como por
discursos del “otro” subversivos respecto del orden simbólico3 (697). Todos
luchan por salir del discurso autoritario, pero terminan encerrados en el
mismo.
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al conjugar las dos tendencias. Por un lado, se multiplican los puntos de vista,
por otro lado, se inclina hacia la monología. El autor se sirve de la técnica de
la frecuencia para retratar algunas escenas más de una vez desde diferentes
perspectivas. Sin embargo, en todos los casos, se escriben con casi las mismas
palabras. Por ejemplo, la escena del acercamiento de Jesús al edificio de Julia
está narrada desde la perspectiva de tres personajes diferentes. Sin embargo, la
repetición es casi textual. Desde la mirada de Luis:
Después sigue sus pasos, alcanza el portal y se detiene frente a él. Parece que
piensa, pero sólo trata de identificar una sombra…al final del pasillo…y luego
se introduce en el portal siguiendo un rastro excesivo de agua…Entonces da la
vuelta y ajustando el bulto del abrigo bajo el brazo derecho…sale al portal, en
donde un ratón uniformado le pregunta a quién busca… (198-99)
…sobre la cama,…, está toda su ropa interior. La elige despacio …sólo busca
afianzar con la lentitud y la belleza de sus gestos una paz cuya naturaleza
conoce, y sabe, pues, que no es la paz activa de la felicidad, ni el sosiego
apacible de la dicha, sino un quebranto neutro …una dimisión…que…se
somete a un conocimiento antiguo, mas olvidado con frecuencia: que era un
paréntesis la suerte, que todo aquello capaz de conmoverla hasta el placer es
por fuerza un paréntesis, aunque la suspensión se alargue y dure por encima
del texto principal. (Millás 121)
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Este “jouissance”4 de la mujer, muy limitado, encuentra su expresión
únicamente fuera del orden simbólico. La realidad, el “texto principal”, está
creada por el discurso falocéntrico, que excluye a la mujer como sujeto. Según
Luce Irigaray, la mujer ha sido excluida de la historia (Appignanesi 96). Este
hecho se evidencia en la novela. Las mujeres “caen en la no historia” como
describe Jorge a los profesores que no se destacan: las chicas en el colegio no
son sujetos hablantes y tampoco se les pegan los apodos que él les pone.
Como indica Luis, un apodo es una “señal evidente de una distinción” (82).
Nombrar a las chicas “suponía aceptar en ellas un grado de existencia…”
(101).
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paraguas ajeno, se encontraba uno de los personajes de la historia” (Jorge)
(238).
Notas
31
Obras citadas
32