Rosental Categorias Del Materialismo Dialectico
Rosental Categorias Del Materialismo Dialectico
Rosental Categorias Del Materialismo Dialectico
DEL
MATERIALISMO DIALECTICO
M. M. ROSENTAL Y G. M. STRAKS
CATEGORIAS
DEL
MATERIALISMO
DIALECTICO
'
WENCESLAO ROCES
F:DITORIAL GRI.TALBO. S. s.
l\H.x1c:o, n. F.
@ 1960 por Editorial Grijalbo, S. A.
Avenida Granja~. 82, México, 16, D. F.
Reservados todos los tlnuhos. P.11, libro "º p,mu ser r,protl,uitlo,
en todo o ,,, p11rte, ,,, forma alg11na, sin f>""1iso.
JKP.USO IN MÉXICo
PUNTEO IN MEXJCO
INDICE GENERAL
PRÓLOGO· VII
Los AUTORES
CAPITULO I
Para comprender qué son las categorías filosóficas hay que abor-
dar, siquiera sea brevemente, el problema de cómo se efectúa el pro·
ceso cognoscitivo,ya que las categorías surgen en el curso del cono-
cimiento y de la transformación práctica de la naturaleza y sirven de
instrumento a la actividad cognoscitivadel hombre.
Esta actividad se propone dotar a los hombres de un conocimiento
de la naturaleza que les permita transformarla prácticamente, sorne·
tiendo sus fuerzas a las necesidades y exigencias ae la existencia
humana.
2 CATEGORÍAS DE LA DIALÉCTICA MATERIALISTA
1
Aristóteles, Me1afísict1, trad. rusa, pág. 137, Moscú-Leningrado, 1934.
14 CATEGORÍAS DE LA DIALÉCTICA MATERIALISTA
tos generales, que considera a éstos como signos o nombres a los que
nada corresponde en la realidad ef ectíva, no se podría admitir que
aquéllos existen objetivamente. Es evidente que Hobbes, por no
comprender la esencia del paso de lo singular a lo universal, no ata
bien los cabos. Este pensador levanta una barrera infranqueable entre
la experiencia sensible, que nos proporciona un conocimiento de lo
singular, y el pensamiento racional, abstracto, que capta lo universal.
El propio Hobbes escribe: "De la experiencia no puede deducirse
conclusión alguna que tenga carácter de universalidad" .u
Los filósofos materialistas franceses del siglo xvm no compar·
tían las concepciones nominalistas acerca de los conceptos genera!e;
y las categorías. Diderot decía que la estabilidad de los conceptos
depende de sus relaciones con los objetos exteriores, relaciones que
se establecen merced a la experiencia y al raciocinio, el cual se basa, a
su vez, en la observación y la experiencia. Si el concepto no se hallara
en relación con los objetos exteriores, si no reflejara los fenómenos
reales, sería como el hilo en el aire, traído y llevado por el más leve
soplo.
"Los conceptos - dice Diderot - que no tienen apoyo alguno
en la naturaleza son como los bosques nórdicos, en que los árboles
crecen sin raíces. A poco que sople el viento, todo el bosque se viene
a tierra: al choque con el hecho más insignificante, se viene también
por tierra todo el bosque de las representaciones"."
Conviene advertir, sin embargo, que los materialistas prernarxis-
tas no se interesaban ni preocupaban gran cosa por el problema de
los conceptos y categorías. Se dejaba sentir en ello una de las limita-
ciones esenciales de los representantes del viejo materialismo, que
consistía en no comprender bien el papel activo del pensamiento en
el proceso cognoscitivo.
Estos filósofos materialistas señalaban, por supuesto, el papel y
la importancia del pensamiento y muchos de ellos comprendían la
necesidad de conjugar el conocimiento sensible y el racional; no
obstante, concebían de modo muy simple la formación de los con-
ceptos, como si se tratara de una combinación de sensaciones o del
desarrollo ulterior de éstas. No comprendían el salto de una vieja
cualidad a otra nueva, que representa el paso de la percepción sensi-
ble a la formación de los conceptos.
Si se observa la historia de la filosofía, resulta que los filósofos
idealistas han subrayado con más fuerza que los materialistas meta-
físicos el carácter activo del pensamiento, si bien los primeros no
14 T. Hobbes, Obris <'Ji'IJ,~¡J.,.,, ed. rusa. p.i¡.:. 2_ill.
is Denis Diderot, Obr.u com¡,l,·1.1s. en dii:z tornos. ed. rusa. J. p.i;:,.
.,u~.
t. ,111
Moscú-Leningrado, 19.,,.
20 CATEGORÍAS DE LA DIALÉCTICA MATERIALISTA
idea absoluta. Todo es idea, pero ésta existe bajo una diversidad
de formas: de aquí que Hegel conciba el contenido de las categorías
como la . manifestación, por medio de ellas, del movimiento de la
idea absoluta, que es la esencia y el fundamento de toda la existencia.
Por esta razón, el filósofo alemán no pudo resolver tampoco el
problema de los nexos entre lo singular, es decir, las cosas individua-
les y lo universal, o sea, lus conceptos y categorías que expresan lo
universal. Hegel absolutiza el momento de lo universal, menosca-
bando el papel que desempeña lo singular: no deduce lo universal
de lo singular, sino que, por el contrario, deriva lo singular de lo
universal, de los conceptos y categorías. Al criticar justamente a Kant
porque convierte al sujeto en el crisol, en el fuego que devora la
diversidad de los fenómenos, reduciendo ésta a unidad, Hegel divi-
niza el concepto, la categoría lógica, en los que ve el crisol fundente.
Así como Kant subjetivizaba las categorías, considerándolas como
productos de nuestro entendimiento, Hegel las desglosa del hombre,
del sujeto, y proclama que existen objetiva e independientemente de
la conciencia humana.
Al refutar la teoría kantiana de las categorías, Hegel afirma:
· ' ... no es la actividad subjetiva de la autoconciencia lo que intro-
duce la unidad absoluta en la diversidad. Por el contrario, esta uni-
dad es de por sí lo absoluto, lo verdadero. Lo absoluto, como por
obra de su propia bondad, se desprende de todo lo singular, para
que éste se complazca en su propio ser, y esta misma apetencia lo
empuja inversamente a la unidad absoluta"." No cabe duda de que
aquí se tergiversan por completo la verdadera naturaleza y el verda-
dero papel de las categorías, a la par que se anula lo que hay de
valioso en la propia concepción hegeliana.
En las filosofías anteriores, que aparecieron aproximadamente
hasta la década del 40 del siglo pasado, el problema de las categorías
ocupaba un lugar muy importante y su estudio había ganado terreno,
si bien es cierto que estos avances fueron en extremo contradictorios,
pues junto a valiosas aportaciones, había en aquellas doctrinas mucho
de erróneo y extraño a la ciencia. En cambio, en la filosofía burguesa
posterior se profesa como orientación fundamental la negación dé
las categorías, la lucha contra la abstracción científica, la humillación
de la razón y del pensamiento humanos. Sólo el marxismo, es decir,
la ideología del proletariado revolucionario, supo asimilar crítica-
mente cuanto había de positivo en la filosofía anterior con respecto
al problema de las categorías, creando, sobre la base del materialismo
dialéctico, la teoría científica que esclarece la verdadera naturaleza y
significación de las categorías y conceptos filosóficos.
~0 Hegel, Obras completas, t. I, págs. 88·89.
24 CATEGORÍAS DE LA DIALÉCTICA MATERIALISTA
21 Auguste Comte, Los fundttJo,es del positivismo, ed. rusa, fase. 4, pág. 7,
1912.
22 Obra citada, pág. 35.
DESARROLLO HISTÓRICO DE LAS IDEAS 25
Por ese camino la filosofía queda reducida a una lógica del lenguaj_e
y se la niega en absoluto como lógica del conocimiento de la reali-
dad misma.
Wittgenstein se esfuerza en demostrar que el verdadero método
filosófico debiera consistir en ". . . no decir nada, excepto lo que
puede someterse a la expresión ... " 28 Y pone punto final a su obra
con estas palabras: "Debe guardarse silencio acerca de aquello de
lo que no es posible hablar." .
Fácilmente se comprende, por lo que acaba de decirse, qu~, en_el
campo de lo inexpresable y de lo que debe perI?anec':!r en silen~1,o,
entran los conceptos fundamentales y las categor~as de la ~oncepc1on
materialista del mundo, tales como los de materia, causalidad, espa-
cio, tiempo, etc. El problema mismo de la existencia del ~,undo
obietivo independiente de la conciencia humana, entra también en
ese; campo
' de lo inexpresable, y, por tanto, se le debe dar de la d o
por tratarse de un seudoproblerna' ·. , . . . .
Es natural que, empleando semej_ant~metodo 1dea~1sta. subjetivo,
puede campear la más abso~uta ar~1tr~nedad en ..la cienc,1,a y en el
estudio de los problemas sociales. Siguiendo este método , los con·
ceptos de "capitalismo", "clase obrera", "burg~esía", "~acismo''.,
"libertad", "esclavitud" y otros, no son más q~e, signos vacios, ~ac1-
dos de las insuficiencias del lenguaje. Muchos filósofos y economistas
burgueses difunden la peregrina idea de que, ~ambiando las pala·
bras, modificando los nombres con que se designan los hechos o
fenómenos, se puede cambiar el orden social, superar las más hondas
contradicciones entre las clases, etc.
Sin embargo, la negación de la esencia y de las leyes del mundo
objetivo y la de las categorías y c?nceptos de qu~ nos valernos para
sintetizar los fenómenos de la realidad, no nos exime de la necesidad
de explicar las causas, el fundamento interno de dichos fenóme?os. Y
entonces se recurre al misticismo. Tal es la ley a que se sujeta el
empirismo subjetivo: comienza admitiendo ~xcI1:1siva~:nte las cosas
singulares y, tras de !uchar contra la g~n~r~hzac16n y los conceptos
abstractos", cae invariablemente en el misticismo, en el culto a fuerzas
sobrenaturales.
Sirvan de ilustración, a título de ejemplo de esto que decimos,
los neopositivistas de nuestros días. Así, Wittgenstein declara que
"los problemas de la vida human~ ~o ~.an sido ni podrán ser resueltos.
Son algo inexpresable; .algo místico . 2~ .1:3- voz de la razón debe
enmudecer aquí, para dejar 1;aso a_ la reliwon. ,
El análisis breve, que mas arriba hacíamos acerca de corno se ha
2s Obra citada, pág. 188. . . . •
20 L. Wittgenstein, Tractatus LogicoPbilosopbicus, pag. 186.
DESARROLLO HISTÓRICO DE LAS IDEAS 29
lar tienen una existencia más o menos inmutable, y era natural que,
pensando así, vieran en los conceptos y categorías del pejisamiento
entidades inmóviles, que no se desarrollan ni transforman los unos en
los otros. A la misma conclusión llegan la gran mayoría de los sis-
temas idealistas, que profesan igualmente una concepción metafísica
del mundo. De esto hay que exceptuar, sin embargo, a Hegel, quien
hizo una gran aportación a la doctrina del carácter dialéctico de los
conceptos y de las categorías.
Y, sin embargo, es absolutamente claro que si todos los fenóme-
nos de la naturaleza y de la sociedad están sujetos a las leyes objetivas
32 CATEGORÍAS DE LA DIALÉCTICA MATERIALISTA
son con frecuencia víctimas de la peor filosofía, que acaba por con-
fundirlos.
Es indudable que la historia del conocimiento, sin contar los
últimos decenios, demuestra que muchos hombres de ciencia - po
dríamos afirmar que la inmensa mayoría de ellos - que han llevado
a cabo grandes descubrimientos científicos, no conocían el mate-
rialismo dialéctico y que no podían, por tanto, explicar conscien-
temente sus descubrimientos en los "términos del método dialéctico".
Pero ello no altera en lo más mínimo el hecho de que muchos de
ellos obraban como materialistas y dialécticos espontáneos. Más aún,
el método dialéctico, las leyes y categorías de la dialéctica fueron
formuladas por Marx y Engels basándose en los grandes descubri-
mientos de las ciencias naturales.
Darwin, por ejemplo, _no era un dial~ico consciente; s~n ~~-
bargo, toda su teoría del origen de las especies se basa en el prmc1p10
del desarrollo, que constituye un rasgo peculiar importantísimo del
modo dialéctico de abordar la realidad. Y no es casual el que la
biología se haya convertido en verdadera ciencia a partir del m<:
mento en que admitió el citado principio del desarrollo. El darwi-
nismo fue una de las principales fuentes de que los fundadores del
marxismo extrajeron los datos para elaborar su método dialéctico.
Darwin, aun sin conocer la doctrina dialéctica de las categorías de
necesidad y casualidad, partió, sin embargo, bajo la presión de los
hechos, del criterio de que los caracteres al principio accidentales y
luego adquiridos por los vegetales y animales en su proceso de adap-
tación a las condiciones de existencia, se convierten en necesarios,
bajo la influencia de la selección natural; es decir, Darwin no era
consciente de que estaba pensando de un modo dialéctico.
Tampoco Mendeleev, como Darwin, era un dialéctico consciente;
no obstante, su descubrimiento de la ley periódica de los elementos
no es otra cosa que una de las maneras de manifestarse la acción de
la ley dialéctica de la transformación de los cambios cuantitativos
en cualitativos. Aunque no aplicaba conscientemente las categorías
dialécticas de cantidad, cualidad, salto, transformación de los cam-
bios cuantitativos en cualitativos, pensaba de hecho manejando estas
categorías, pues de otro modo no habría podido descubrir la citada
ley periódica.
Hemos aducido sólo dos ejemplos entre la infinita variedad de
ejemplos posibles. La historia del conocimiento demuestra el paso
de todas las ciencias naturales a las posiciones del materialismo dia-
léctico, como un proceso necesario y sujeto a leyes. Claro está. que
este paso se efectúa bajo la acción de las leyes de la naturaleza misma
y es extraordinariamente complejo, ya que se halla vinculado a la
APLICACION CONCRETA DE LAS CATEGORIAS 51
EL FENOMENO Y LA ESENCIA
las
de la historia estaba determinada por la voluntad los deseos o
incli~ciones política~ de estos o aquellos goberna ~tes, reyes, héroes
o. e~i?entes personalidades. La apariencia externa de los fenómenos
históricos oculta la verdadera esencia del desarrollo de la historia
~ decir, la ac~ividad de l~. masas populares. Nos es fácil, a veces:
el
discernir detras de la actividad de las grandes personalidades,
v;!dadero pape! de los p~oductores de bienes materia les, cuya actua-
c!on pro.funda, imperceptible a primera vista, simple y modesta, cons-
llo
tituye, sin embargo, la fuerza principal, determinante del desarro
soct~. Esta contradicción entre lo externo , lo que salta a la vista,
in-
y lo. interno, .lo oculto, _lo que no se percibe en forma directa O
mediata , ha sido descubi erta por primera vez por el marxism o quien
de
ha podido demostrar, así, que el pueblo es el verdadero crea'dor
la historia.
Se podrían aducir numerosos ejemplos tomados de las relaciones
eco~ón:1!qis ~e la sociedad capitalista, para poner de relieve la con-
tradicción existente entre la esencia interna y su manifestación exter-
el
na. '!'ornemos solamente el ejemplo del salario. Exteriormente,
s que, en
sala~io se nos presenta com~ el precio del trabajo, mientra
r~ltdad, por su naturaleza interna, es el valor de la fuerza de tra-
?l>JO. Aqu~, la manifestación externa no coincide tampoco con la
interna, e incluso se halla en contradicción con ella.
. , La ~ontradicción entre la esencia y el fenómeno se presenta tam-
e,
bien bajo la fo!ma de contradicción entre lo estable y lo inestabl
entre lo que !e halla en reposo y lo que se mueve, entre lo que
~rmanece mas o menos constante y lo que cambia rápidamente.
EJ;~plos de estas formas de contradicción aparecen por todas partes.
Dirijamos nuestra mirada al curso de un impetuoso río. En él adver-
timos remolinos, saltos de agua- y espumas; en algunos lugares
del
h,allamos comentes encontra?as y e~ otros vemos la superficie
no, estanca 'da corno un espejo, relativamente tranquil a. Estos fenó-
ra-
~enos s~ caracterizan por su inestabilidad, ya que cambian con
pidez. Sin embargo, a través de la brusca sustituc ión de unos f enó-
te
menos por otros, podemos descubrir algo más o menos constan
gue constitu ye su esencia : la
Y es.table, algo común a todos ellos,
comente profunda, que marcha invariab lemente , río abajo, hacia
la desembocadura.
Le?i.n señala a este respecto: " ... Lo inesencial, lo aparente, lo
tan
superf icial desaparece con más frecuencia; no es tan "sólido" ni
el movimi ento del río las
"firme" como la "esencia". Por ejemplo:
aguas _espumeante¡¡ arribar, las corrient ;5 profund as abajo. La :spu
ma, sm embargo, es también la expresión de la esencía".»
4 V. I. lenin, C1111der1101 fi/01óffro1, ed. rusa, pág. 104.
66 EL FENOMENO Y LA ESENCIA
y .la del .socialismo, veremos que existe entre una y otra una enorme
dif ~re~cia. Comparando la esencia de los procesos de la sociedad
capitalista con la de los que se operan en la sociedad socialista,
encontraremos que aquélla se manif resta en forma irracional, de ma-
nera def~r~ada; es deci~, dicha es~ncia no sólo permanece oculta tras
la superf 1C1e de los fenomenos, sino que se presenta deformada in-
cluso en la superficie misma.
Las relaciones capita~~tas de producción constituyen un ejemplo
elocuente de esa expresión deformada de la esencia en las condi-
ciones del capitalismo. En efecto, estas relaciones se presentan defor-
madame~te no como relaciones entre hombres, sino entre cosas, entre
rnercancias,
Esta deformación de la esencia, bajo el capitalismo, no sólo se
observa en los fenómenos económicos, sino también en los de la
supraestructura. Veamos, por ejemplo, la democracia burguesa. Por
s~~ _rasgosexter~os, se trata de. un~ democracia, que ofrece al pueblo
la libertad .Y la iguald~d. Los ideólogos de la burguesía pregonan a
todos los _vientos las virtudes de su democracia, llamándola auténtica
?emocrac1a, hablando del derecho a votar, del sufragio universal e
igual para todos, de la libre iniciativa, del carácter nacional del
Parlamento burgués, etc.
Y, sin embargo, . ¿qué es, en verdad, la democracia burguesa?
¿Cuál es su esencia de clase?
La esencia de la democracia burguesa es la dictadura de la bur-
guesía. El capitalismo y la democracia son, como dijo Lenin, el reino
d~ la esclavitud asalariada. La democracia burguesa, según sus pro-
pt~ palabras, ,es una democ!acia " ... estrecha, mutilada, falsa, hipó-
crita, un para1so para los neos y una trampa y un engaño para los
explotados, para los pobres" .7
¿Por qué razón se presenta la esencia, bajo las condiciones del
capitalismo, de manera tergiversada y deformada? La causa profunda
de ello debe buscarse en la naturaleza misma del capitalismo, y,
ª?te todo, en el carácter mercantil de la economía capitalista, en
virtud del cual las relaciones entre los hombres adoptan la forma de
relaciones entre cosas.
Sin embargo, junto a esta causa objetiva, que es la fundamental,
hay ~ambién o~r~ de orden subjetivo. La burguesía recurre a la
mentira ~ al disimulo, al ocultamiento de la esencia, siempre que
esto le sirva para mantener sus posiciones, para rechazar cuanto
representa una amenaza a su dominación o para engañar a los tra-
bajadores.
La manera de manifestarse la esencia de las relaciones sociales ,
7
V. J. lenin, Obras completas, ed. rusa, t. XXVIII, pág. 222.
68 EL FENOMENO Y LA ESENCIA
•
La conclusión más importante que puede deducirse en cuanto
a la práctica del estudio de las categorías de esencia y fenómeno es
la siguiente: el proceso del conocimiento no puede detenerse en la
superficie de los fenómenos, sino que debe siempre llegar a su esen-
cia, penetrar en lo más profundo de los procesos, asimilar las leyes
por las que se rige el desarrollo de la naturaleza y de la sociedad,
ya que sólo el conocimiento de la esencia, de los nexos internos de
los hechos, permite que nos orientemos en el medio que nos rodea,
prever el resultado probable de nuestras acciones y determinar acerta-
damente el rumbo que han de seguir los procesos históricos.
Por eso, el Partido Comunista educa a sus cuadros en el espíritu
irreconciliable de lucha contra todo lo que sea superficialidad, contra
la tendencia a deslizarse por la superficie de los fenómenos ense-
ñándoles a ahondar profundamente en la entraña de los problemas
y a conocer la esencia interna, el fundamento de las cosas.
V. l. Lenin era enemigo irreconciliable del espíritu superficial
14 Resoluciones del Pleno del e.e. del P.e.U.S. de iulio de 19,,, ed. rusa,
pág. 22, Moscú, 19~~.
80 EL FENOMENO Y LA ESENCIA
'··
y vacuo. "Si a un comunista - decía - se le ocurriera jactarse del
comunismo apoyándose en argumentos trillados, sin llevar a cabo
un serio trabajo, vasto y laborioso, sin abordar los hechos ante los
cuales está obligado a asumir una actitud crítica, ese comunista sería
un comunista bien lamentable. Una superficialidad semejante sería,
decididamente, funesta. En cambio, si sabemos que sabemos poco,
nos esforzaremos en llegar a saber más ... " 15
El Partido Comunista exige categóricamente que todos los diri-
gentes posean conocimientos concretos y profundos en las esferas
respectivas de la actividad que dirigen. Así, por ejemplo, exige de los
dirigentes de los koljoses y sovjoses, de los trabajadores de los órga-
nos del Partido y de los soviets correspondientes y de los colabora-
dores de los órganos agrícolas que dominen los conocimientos bási-
cos de la agrotecnia y que comprendan la esencia de los procesos de
la producción agrícola.
El conocimiento de la esencia de las leyes por las que se rigen
los f enórnenos no sólo permite al Partido trazar una línea política
acertada, sino también atraerse a las masas y encauzar sus energías
hacia la realización de las transformaciones sociales revolucionarias.
Una de las fuentes de la actividad creadora de las masas popu-
lares en la edificación comunista reside en elevar el grado de con-
ciencia de los trabajadores, en la comprensión, por parte de ellos,
del sentido, de la esencia de los acontecimientos que se producen y
en el fortalecimiento de la seguridad en la justeza de la causa por la
que luchan, bajo la dirección del Partido Comunista.
La capacidad de descubrir la esencia de los fenómenos tiene una
enorme significación en la lucha política del Partido Comunista
contra sus enemigos ideológicos, que con frecuencia esconden su
verdadera esencia tras determinada máscara. La historia del P.C. de la
U.R.S.S. nos brinda, a lo largo de los años, nos pocos ejemplos de
la lucha contra esos enemigos. La derrota que Lenin infligió a los
"marxistas legales" y a los liberales populistas ilustra brillantemente
cómo se desenmascaró a esos enemigos, que, en el primer caso, se
ocultaban tras una careta de marxismo y en el segundo, se disfra-
zaban de "amigos del pueblo".
Después de la gran revolución socialista de octubre, el Partido
tuvo que luchar, bajo la dirección de V. I. Lenin, contra los llama-
dos "comunistas de izquierda", que escondían su verdadera faz capi-
talista detrás de una fraseología "revolucionaria".
En el período de transición de la política del comunismo de
guerra a la nueva política económica (NEP) se lanzaron contra el
LA CAUSA Y EL EFECTO
83
84 LA CAUSA Y EL EFECTO
NECESIDAD Y CASUALIDAD
124
DEFINICION 125
LA LEY
El concepto de ley
156
EL CONCEPTO DE LEY 157
Leningrado, 1935.
162 LA LEY
efecto, ¿cómo puede el microcosmos, que "no conoce leyes", ser una
parte del macrocosmos, basado en leyes? ¿Cómo el futuro, que "no
está sujeto a leyes", puede convertirse en un pasado que sí lo está?
Los filósofos burgueses reaccionarios, al negar el carácter objetivo
de las leyes, han imaginado una serie de "leyes", que no existen en
la realidad, entre ellas "la ley de la fertilidad decreciente del suelo",
"la ley de la lucha por la existencia en la sociedad", etc. La obstinada
y fastidiosa propaganda en favor de estas "leyes" inexistentes es una
de las formas que adopta la lucha contra el reconocimiento por la
ciencia del carácter objetivo de las leyes de la naturaleza y de la socie-
dad y en peo de la perpetuación del capitalismo.
La burguesía reaccionaria está interesada en negar la objetividad
de las leyes por una serie de motivos: en primer lugar, porque es
reacia a la concepción científica y materialista del mundo y necesita
del apoyo de la religión, como uno de los pilares ideológicos más
importantes. "Al expulsar a las leyes del campo de la ciencia, se
trata, de hecho, simplemente de introducir subrepticiamente las leyes
de la religión".9 En segundo lugar, porque la negación de las leyes
objetivas ayuda a la burguesía a "justificar" la arbitrariedad y el
aventurerismo, que son rasgos característicos de su política en la
época de la descomposición del capitalismo. Y, en tercer término,
la negación del carácter objetivo de las leyes le sirve para negar que
el desarrollo de la sociedad discurre objetivamente y, ante todo, le
sirve para negar el carácter inevitable, con sujeción a leyes, de la
desaparición del capitalismo y de su sustitución por el socialismo.
Hay, en los países capitalistas, muchos hombres de ciencia que
se pronuncian contra el idealismo, defendiendo la objetividad de
las leyes de la naturaleza y el contenido objetivo de las leyes de la
ciencia. Entre los esforzados defensores de la ciencia, que combaten
el idealismo, se hallan los grandes sabios Langevin, recientemente
fallecido, Joliot Curie y John Bernal. Louis de Broglie, uno de los
más grandes sabios franceses, ha asumido la defensa del carácter
objetivo de las leyes de la naturaleza y se ha pronunciado en contra
del subjetivismo. El ilustre hombre de ciencia ha dicho que las con·
cepciones subjetivistas dejan en la física una penosa huella y de
que ésta se sentiría feliz de desembarazarse de ellas.t?
La filosofía marxista, basándose en los datos de la ciencia y de la
práctica, ha fundamentado firmemente el carácter objetivo de las
leyes del mundo exterior.
El mundo es, por su propia naturaleza, algo material. La materia
mercancías, rige la ley del valor. Esta ley expresa que los poseedores
de mercancías las cambian con arreglo a la cantidad de trabajo so-
cialmente necesario invertido en su producción, es decir, con arreglo
a su valor.
Partiendo de las condiciones en que unos hombres poseen los
medios de la producción y otros se hallan totalmente privados de
ellos, aunque sean libres desde el punto de vista jurídico, los unos
y los otros entran necesariamente en relaciones mutuas como capi-
talistas y obreros asalariados, respectivamente,rigiendo en estas rela-
ciones la ley de la plusvalía. Ley que expresa el hecho de que el
capitalista, de todo el valor creado por el obrero asalariado, solamente
retribuye el valor de la fuerza de trabajo, es decir, el salario, apro-
piándose la parte restante.
Otra diferencia entre las leyes de la naturaleza y las leyes de la
vida social es la que se refiere ,a las relaciones existentes entre las
leyes de las formas más desarrolladas y las menos desarrolladas de
un mismo sector de la realidad objetiva.
Las leyes de las formas superiores de la materia en la naturaleza
no anulan las de otras formas menos complejas, sino que coexisten
con ellas y las presuponen. Así, al surgir las leyes biológicas con la
aparición de la vida sobre la tierra, no perdieron su vigencia las
leyes de la química, de la física o de la mecánica.Más aún, las leyes
biológicas no podían ni pueden existir si no se dan las premisas
creadas por las leyes que rigen en las formas inferiores del movi-
miento de la materia.
La relación que mantienen las leyes de las formas más desarro-
lladas con las formas de desarrollo inferior, en la historia de la
sociedad, es distinta. Las leyes específicas de las formaciones socia-
les caducas no se complementan, sino que son sustituídas por las
leyes propias de una nueva formación social. Las nuevas leyes van
restringiendo el radio de acción de las leyes caducas, hasta que llega
un momento en que las desplazan totalmente, despojándolas de toda
validez. Así sucedió, en efecto, cuando las leyes específicas de la
sociedad esclavista fueron sustituídas por las leyes del feudalismo,
y al verse éstas, a su vez, desplazadas por las leyes del régimen ca-
pitalista.
Con el triunfo del socialismo en la Unión Soviética,comenzaron
a regir, sin compartir su dominio con otras, las leyes del sistema
socialista y dejaron de actuar, al mismo tiempo, las leyes del capi-
talismo.
Las leyes de la naturaleza y de la sociedad se diterencian tam-
bién por el diverso lugar que unas y otras ocupan en las relaciones
entre las clases y en la lucha de clases.
LEYES DE LA NATURALEZA Y DE LA SOCIEDAD 169
~arga ( es decir, la ley del equilibrio entre fuerzas opuestas), las leyes
inherentes a la deformación y destrucción del material, etc.
Las relaciones mutuas existentes entre la ley fundamental y otras
leyes de un campo dado de la realidad constituyen un ejemplo de
1~ interdependencia de las leyes. Todas las leyes expresan nexos esen-
ciales, pero no todos estos nexos tienen el mismo carácter esencial
para el sector de fenómenos de que se trata. El nexo más profundo
y más esencial es el que _se expresa en la ley fundamental del campo
dado. Este nexo se convierte, a su vez, en la condición fundamental
para que operen las restantes leyes.
Como consecuencia de todo esto, la ley fundamental se entrelaza
necesariamente con la acción de las otras leyes, ejerciendo sobre ellas
una inf~uencia decisiva. Así, por ejemplo, la ley económica funda-
mental influye sobre las leyes restantes de una formación dada. Por
ejemplo, la ley de la plusvalía - ley fundamental del capitalismo -
de~ermina la acción de la ley ~e la competenc~a. En efecto, los capi-
talistas entran en competencia impulsados precisamente por su avidez
de ganancias.
Por otra parte, las leyes de una formación social dada son a modo
de p~ai:icas peculiares por ~edio de las cuales ejerce su acción la ley
economica fundamental. Asl, los postulados de la ley económica fun-
damental del socialismo solamente pueden cumplirse por mediación
de l~ ley del crecimiento ininterrumpido de la productividad del
trabajo, de la ley de distribución con arreglo al trabajo y de otras
leyes económicas de la sociedad socialista.
Existe, asimismo, una interdependencia entre leyes cualitativa-
mente distintas en un mismo fenómeno, en el que se dan formas de
la materia, también cualitativamente distintas. A esto hay que agre-
gar que las leyes de la forma más desarrollada de la materia desem-
pe~an el papel determinante de todo fenómeno, en tanto que la
acción de las leyes restantes condiciona la acción de las primeras.
. El hombre, P?r su esencia social, se halla sometido a las leyes
sociales. Ahora bien, las leyes del pensar, las leyes de la lógica, por
ejemplo, aun siendo leyes sociales, solamente pueden operar sobre
l~ base de ~as premisas creadas por la fisiología de la actividad ner-
viosa superior del hombre con todas las leyes específicas inherentes
a ella.
En!~ vida social, las leyes de la sociedad se hallan siempre en
una acción mutua con las leyes de la naturaleza. La industria y la
agri:nltura en su totalidad se basan en la utilización de una gran
cantidad de leyes naturales ( mecánicas, químicas y biológicas) . La
acción de esta~ leyes se convierte, por esta razón, en premisas de
las leyes que rigen el desarrollo de la producción. Sin embargo, es
LEYES GENERALES Y LEYES ESPECIFICAS 177
•
El materialismo dialéctico se opone a los intentos metafísicos e
idealistas de dar a la esfera de acción de determinadas leyes mayor
o menor amplitud de la que tienen en realidad.
Los materialistas mecanicistas atribuían una validez absoluta a
las leyes de la mecánica, que ellos consideraban como las lere~ uni-
versales del mundo. En el siglo XVIII, las leyes de la mecanica se
reputaban universales debido a que los fenómenos mecánicos eran,
hasta entonces, los mejores estudiados, ya que la física,_la química y la
biología se hallaban todavía en sus comienzos. En el ~igl~ XIX, y par-
ticularmente en el xx, se desarrollaron numerosas ciencias, como la
física, la química, la biología, la embriología, la zoología, la botá-
nica, etc., que vinieron a poner de manifiesto _los rasgos cualitativos
específicos de diferentes formas de la mate na y de las l:yes que
rigen su movimiento. Marx y Engels, por su parte,._~scubneron las
leyes del desarrollo social.
Todo esto puso de relieve que las leyes de la mecánica tienen
determinado campo de acción, absolutamente delimitado. No obs-
tante, el mecanicismo no abandonó la escena, sino que pasó a ser
una de las armas ideológicas de la reacción burguesa. La actitud me-
canicista se manifiesta no solamente en el desmesurado valor que
180 LA LEY
las al servicio de la práctica. "Las leyes del mundo exterior ... --dice
Lenin - son los fundamentos de la actividad humana conforme a
un fin".16
En el curso de la actividad práctica del hombre se han creado,
históricamente, determinados modos de utilizar y aplicar las leyes
objetivas. Al cambiar las condiciones objetivas, se puede encauzar,
modificar o impedir la acción de las leyes. De acuerdo con lo que
interese a la práctica, se puede acelerar o, por el contrario, obstruir
la acción de una ley cualquiera o de un conjunto de leyes.
La química se vale de diferentes catalizadores para obtener la
velocidad necesaria en una reacción química. Al producirse una ex-
plosión atómica, la reacción en cadena de desintegración del núcleo
se efectúa a una enorme velocidad, no regulada. En la caldera ató·
mica, es decir, en el reactor, se absorbe, con ayuda de diferentes
cuerpos, una parte de los neutrones, que provocan la reacción en
cadena de desintegración del núcleo, lográndose de este modo regu·
lar la velocidad de la reacción.
Los biólogos michurinistas han creado nuevas variedades de seres
vivos, acelerando la acción de las leyes de la naturaleza viva.
La eliminación o creación de las condiciones adecuadas puede
impedir que una ley actúe. Toda la técnica anticorrosiva persigue el
fin de impedir la oxidación de los metales. Se calcula que la corro-
sión de las construcciones de hierro, rieles de ferrocarril, etc., destru-
ye anualmente una cantidad de hierro equivalente a la cuarta parte
de su extracción mundial en un año. El empleo de medios anticorro-
sivos ( cubriendo, por ejemplo, el hierro con una capa de estaño,
zinc, níquel, cromo, cobre, pintura al óleo, barniz, esmalte, etc. )
protege la superficie del hierro contra la acción de determinadas
leyes químicas, que produce la oxidación del hierro.
Las guerras imperialistas son producto de la acción de las leyes
objetivas del imperialismo. En nuestra época, puesto que todavía
existen países imperialistas, continúa existiendo la base sobre la que
surgen las guerras. Sin embargo, como se señala en las resoluciones
del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, no es
fatalmente inevitable que haya guerras en nuestra época. Las fuerzas
de la paz, encabezadas por el campo del socialismo, son tan podero-
sas en nuestro tiempo, que pueden impedir las guerras y garantizar
una paz firme y estable. Esto equivale a "contener" una ley, a impe-
dir que se ejerza su acción.
La utilización de las leyes naturales se amplía a medida que se
desarrolla la ciencia y la técnica. En esto se manifiesta el creciente
poder del hombre sobre la naturaleza: sus fuerzas se aprovechan
1e V. l. Lenín, C11aáerno1 fi/01óf icos, ed. rusa, pág. 161.
CONOCIMIENTO DE LAS LEYES OBJETIVAS 185
!
acción de dichas leyes será tanto más plena y efectiva cuanto más
favorables sean las condiciones en que las masas puedan desenvol-
ver su actividad creadora. Por ello, el Partido Comunista vela coas-
tantemente por que nadie frene la actividad creadora del pueblo
soviético.
El nuevo sistema de planificación, implantado por el Comité
Central del Partido y por el Gobierno soviético en 1955, asegura
una mayor libertad de iniciativa a los koljoses y garantiza una mayor
participación de los koljosianos en la planificación de la producción
dentro de cada koljós. Durante la elaboración de las directrices para
el sexto plan quinquenal, se tomaron en cuenta las propuestas del
personal de las empresas de todo el país. El Partido ha adoptado
PARTICULARIDAD DE LAS LEYES OBJETIVAS 189
eco?Ó':ll~cas objetivas y las toma en. cuenta. Una forma especial del
subJetr~ismo la tenemos en las violaciones de los postulados de
determinadas ley~ ec:onómicas ~u~ se dan . ~~ la actividad práctica
de algunas orgamzaciones econormcas, soviéticas o de Partido. La
viol~ión de lo~ J'?S?11ado~ de I_a ley de_ la distribuc~ón con arreglo al
tr~aJo, del principio del interés material, se tradujo en un debilita-
n_iiento d~ la economía en m~_chos koljoses y regiones agrícolas. El
ritmo desigual de la producción en muchas empresas y su irregula-
ridad coostituy~~ una infracción de los -postulados de la ley del
desarrollo planificado de la economía nacional e infiere graves da-
ños a la sociedad.
Tam~ién la _ac_ti~d fatalista ante las leyes objetivas del socialismo
causa serios ~r}uic10s. Y PO?ei:nos ilustrar también esto con el ejem-
pl<:> ~e los di~igentes ~oi_iomicos, que, confiando en las ventajas
º?Je~vas del sistema socialista, dejan de prestar atención al progreso
técnico, causando, con ello, un enorme quebranto al Estado soviético.
Ya hemos señalado antes que las leyes económicas objetivas, en
el socialismo, a diferencia de lo que sucede en la sociedad capita-
lista, ejercen su acción por medio de la actividad consciente de los
hombres. No hay ni puede haber, por ello, ningún aspecto de la
sociedad socialista capaz de desarrollarse con éxito de un modo es-
ponán~?·. como un proceso _natural. El Partido Comunista y el Esta-
do sovietlc? . no _se caracterizan por su actitud contemplativa, sino
por su part1cip~i~n activa en _l~s procesos objetivos, en la aplicación
de las leyes objetivas, al servicio del desarrollo social y del triunfo
del comunismo. ·
En el informe del Comité Central del Partido Comunista de la
U.R.S.S., pronunciado en el XX Congreso del Partido, se señala que
en las condiciones actuales de lucha de la sociedad soviética por una
continua elevación de la productividad del trabajo y por la solución
de la tarea económica fundamental de la U.R.S.S., pasan a ocupar
el primer plano la teoría del marxismo, los problemas concretos de
la .ec?nomía. El~o _significa que el estudio de las leyes económicas
obJ~hvas del_ socialtsm? y ~l arte de ~plicarlas en el trabajo práctico,
reviste una importancia vital. Es evidente que la aplicación de las
leyes económicas del socialismo se convierte en una frase huera si
no se posee un conocimiento profundo de la economía concreta,
Por est~ razón, el estudio de la economía política del socialismo y,
en particular, de la economía concreta, ocupa, en la actualidad, el
centro de la atención de los cuadros del Partido, de los Soviets y de
las organizaciones económicas.
La utilización de las leyes económicas del socialismo se lleva a
cabo a través de una lucha constante con las dificultades y en un
192 LA LEY
CONTENIDO Y FORMA
194
DEFINICION DE LAS CATEGORIAS 195
, ' C. Marx y F. Engels, Obr«: t1'ogida11 en dos tomos, trad. española, t. 11,
pags. 72-73.
202 CONTENIDO Y FORMA
dad efectiva de unir en torno suyo a las más grandes masas populares
y de conquistar, luchando contra el capital monopolista, una firme
mayoría en el Parlamento. Después de lograr esa mayoría, los par-
tidos comunistas pueden establecer un nuevo poder, el poder pro-
letario, llevar a cabo la socialización, la nacionalización de los medios
de producción y emprender la edificación del socialismo. La marcha
concreta de. los acontecimientos dependerá de las condiciones que
se den en cada país y de la resistencia que oponga la burguesía.
Así, pues, los cambios importantes operados en la distribución
de las fuerzas de clase, es decir, en el contenido de la vida política
en la etapa histórica actual, crean la posibilidad de que algunos paí-
ses puedan seguir una vía pacífica, e incluso parlamentaria, en su
transición al socialismo.
La edificación del socialismo y del comunismo, la creación de
un régimen social nuevo por su contenido, ha dado lugar también
a una gran diversidad de formas sociales nuevas.
A la par que las nuevas formas, bajo el socialismo se utilizan
también ampliamente, en las diversas esferas de la economía y de
la vida político-social, las viejas formas.
"En la actualidad - escribe Lenin - , desde el punto de vista
del desarrollo del comunismo internacional, nuestro trabajo tiene un
contenido tan firme, tan fuerte y poderoso (gracias al poder sovié-
tico, a la dictadura del proletariado), que puede y debe manifestar-
se en cualquier forma, así en la forma nueva como en la vieja; puede
y debe transformar, dominar, someter todas las formas, no sólo las
nuevas, sino también las viejas, no para reconciliarse con las viejas
formas, sino para saber convertir todas las formas y de todo género,
las nuevas y viejas, en instrumento de la victoria total y definitiva,
decisiva y rotunda del comunismo" .13
La posibilidad, e incluso fa necesidad, de que el nuevo conte-
nido utilice, en el socialismo, las viejas formas, se halla determinada
por el hecho de que, después del triunfo de la revolución socialista,
subsisten durante un período de tiempo bastante largo, algunos fenó-
menos económicos heredados del pasado.
La revolución socialista, por ejemplo, no puede abolir de golpe
la economía mercantil, ya que aún no se han creado las condiciones
económicas objetivas necesarias para ello. Por esta razón, la sociedad,
después de haber abolido la explotación del hombre por el hombre
y edificado el socialismo, conserva aún formas económicas como las
del cambio de mercancías y otras formas íntimamente unidas a éste,
como son el dinero, los bancos, etc., pero sirviéndose de ellas para
fortalecer la economía socialista. Ahora bien, estas formas se hallan
r.. V. I. Lenin, Obras completas, ed. rusa. t. XXXT. pág. 83.
212 CONTENIDO Y FORMA
POSIBILIDAD Y REALIDAD
230
DEFINICION 231
que sea una posibilidad real, que dispong~. de las c~ndiciones con-
cretas correspondientes para su transformaoon en realidad.
Ahora bien, la posibilidad abstracta no debe ser identificad~ con
la imposibilidad en general, es. decir, con lo que no l?ue~: realtzar~e
cualesquiera que sean las condiciones, ya que su reahzac~o~ entrar1.a
en absoluta contradicción con las leyes del mundo objetivo. As1,
por ejemplo, la construcció~ de un mot?r et.erno ?~ _es una mera
posibilidad abstracta, sino simplemente un~ 1mpos1~ih~ad, ya que
un motor de ese género no puede construirse en nmgun .~aso. Su
construcción equivaldría a infringir la ley de la _conse~vac10n y de
la transformación de la energía, lo cual es tan imposible como el
aniquilamiento de la materia.
La posibilidad abstracta se manifiesta en las condi~io?es más
generales de la aparición de un f enómen?; se expresa, asimismo, en
las condiciones más generales de la acción de las leyes en que se
funda dicha posibilidad. Sin embargo, para que la acción de estas
leyes, adoptando una forma concreta, sea una pos~~ilidad r~al - no
meramente abstracta - se requiere que haya también, ademas de las
condiciones generales, unas condiciones necesarias concretas. Por. e~t.a
razón, la posibilidad real, por oposició~ a la abstracta, es la po~ibih-
dad de que surja un fenómeno en un tiempo dado y en determinada
situación concreta.
El Partido Comunista enseña que solamente puede ser fecunda
la actividad práctica que se apoya· en las posibilidades reales, no en
las abstractas, y que está dirigida a la utilización d_e las primeras:
Uno de los medios de que se valen l_os enemigos del marx!smo
para intentar desfigurar las leyes que ngen el desarrollo s°':ial y
sembrar ilusiones utópicas entre las masas populares con el fi? _d_e
adormecerlas, es la sustitución de las posibilidades reales por posibili-
dades abstractas. Así, los ideólogos del imperialismo aseguran. fa~az-
mente que es posible dirigir planificadamente la ec~~omía c~pi!ahsta
y conjurar, de este modo, el paro forzos~, las cr_isis. econorrucas y
otras calamidades sociales, engendradas por el capitalismo.
Los nexos existentes entre las diferentes ramas de la producción
en nuestro tiempo y su carácter social llevan en su seno, por supuesto,
la posibilidad de la planificación económica. Pero dichos nexos y el
carácter social de la producción no contienen por sí solos más que
la posibilidad abstracta de la planificación, ya que su posibilidad
real no se da en cualquier régimen económico. Solamente en las con-
diciones del socialismo, cuando la propiedad sobre los medios de
producción tiene un carácter social, se da la posibilidad real de pla-
nificar la economía.
Al trazar la diferencia existente entre la posibilidad abstracta y
DEFINICION 237
257
258 LO SINGULAR, LO PARTICULAR Y LO UNIVERSAL
y con anterioridad a las cosas, en tanto que éstas no son más que
copias imperfectas o sombras de las ideas. Platón mantenía la ab-
surda concepción de que el concepto general, la idea, es un ente
singular. Existen, según Platón, "entes" como la "mesa en general",
el "caballo en general", etc., mientras que las mesas, los caballos y
otras cosas reales son sólo reflejos de estos "seres eternos".
Lenin, que justamente consideraba que estas concepcionestenían
un carácter bárbaro y monstruoso, decía que los filósofos idealistas
Kant y Hegel abordaban del mismo modo este problema.
Según Hegel, el más grande filósofo idealista del siglo XIX, los
conceptos generales y las categorías se presentan como algo preexis-
tente con respecto a la realidad, y la dialéctica de la vida real no es
más que el simple reflejo de estas ideas. La verdadera realidad sólo
posee lo universal e ignora lo singular. "Lo universal - dice He-
gel - es el fundamente y el fondo, la raíz y la sustancia de lo sin-
gular". 2 En la filosofía hegeliana, las relaciones reales aparecen in-
vertidas: lo primario, es decir, las cosas, se presentan como secunda-
rio, y las copias, las ideas, los reflejos, se hacen pasar por lo primario.
Según Hegel, el concepto no es una reproducción ideal de las cosas,
no es el reflejo de lo que existe objetivamente, de modo necesario
Y.esencial,en las cosas; el concepto, dice el filósofo alemán, es lo que
vive en las cosas mismas, "lo que hace que las cosas sean lo
que son".»
Hegel deforma y mistifica las relaciones entre lo singular y lo
universal. Lo universal como idea determina, según él, el carácter
de las cosas. No obstante, en la realidad vemos precisamente lo
contrario: el carácter de las cosas es lo que determina nuestro cono-
cimiento de ellas. Las ideas generales acerca de las cosas dependen
de las cualidades que éstas poseen.
La burguesía de la época imperialista se aferra a todas las doc-
trinas reaccionarias pasadas y presentes con el fin de afirmar las
posiciones del idealismo en la conciencia de los trabajadores y apar-
tarlos, de este modo, de la lucha activa por la transformación de la
vida social.
En los países de Europa Occidental y también especialmente en
los Estados Unidos se halla difundida la corriente filosófica del "neo-
tomismo", en la que militan los secuacesde Tomás de Aquino, filó-
sofo escolásticodel siglo XIII. Los neotomistas,siguiendo a su maestro
medieval, sostienen que lo uno, es decir, lo universal, constituye la
base d: la existencia de la pluralidad, o lo que es lo mismo, de las
cosas singulares. Lo uno es la esencia divina, prototipo de todas las
2
Hegel, Obras completas, trad. rusa, t. I, pág. 283, Moscú 1930.
3 Obra citada, pág. 274. '
SIGNIFICADO DE ESTAS CATEGORIAS 263
tal o desplegada del valor. Este cambio más regular, en el que una
multitud de mercancías diversas se cambian por muchas otras, no po·
día funcionar en las condiciones de la forma simple del valor, en que
el valor de una mercancía se expresaba solamente en el valor de algu-
na otra. Una forma más alta del valor surge cuando el valor de lamer-
cancía se expresa en el valor de uso de numerosas mercancías, que
desempeñan la función de equivalente~. El valor se ha desar~ollado
aquí de lo singular y casual a lo parttcula~, tanto en el s~ntido ~e
la frecuencia con que aparece en el cambio cada vez mas amplio
como en el sentido del carácter de su expresión ( el valor de una
mercancía se expresa en muchas).
El desarrollo posterior de la división social del trabajo y de la
producción mercantil condujo a que el cambio se convirtiera en la
forma predominante y necesaria de la realización de los productos.
Las necesidades del cambio cada vez más amplio determinaron que
resultara insuficiente la forma del cambio directo de unas mercan-
cías por otras, lo que venía ejerciéndose como forma fortuita o des-
plegada del valor. Surge así la forma universal del valor en la que
todas las mercancías se cambian por una que actúa como equivalente
universal. Esta función de equivalentes universal las desempeñan,
en diferentes lugares, en estos primeros tiempos, diversas mercan·
cías: el ganado, las pieles, la sal, etc.
Las necesidades de la ampliación sucesiva de la producción mer-
cantil condujeron a una sucesiva concentración del equivalente univer-
sal, a la creación de la forma monetaria del valor y a la concentración
de la función de equivalente universal en una determinada mercan·
da, en el dinero.
Así, pues, la forma singular, fortuita, del valor que había sur-
gido como expresión de la división del trabajo, nacida sobre la base
del incremento de las fuerzas productivas y como expresión también
de la necesidad en el cambio, se desarrolló a través de la forma par-
ticular del valor ( forma desplegada) hasta convertirse en la forma
universal del valor.
Lo singular, que se eleva hasta lo universal, expresa el curso
progresivo del desarrollo. Tras estos fenómenos singulares se halla
el futuro, ya que lo nuevo, lo progresivo, lo que expresa la sujeción
a la ley, triunfa inevitablemente en el curso del desarrollo.
Tomemos, por ejemplo, el triunfo de la Gran Revolución Socialis-
ta de Octubre y la edificación del socialismo en nuestro país. Los ideó-
logoc de la burguesía se empeñaban en afirmar, en todos los tonos,
que nuestra revolución tenía un carácter único y casual y no podría
repetirse en otros países. Sin embargo, en la actualidad muchos paí-
ses de Europa y Asia, incluyendo una potencia tan grande como
272 LO SINGULAR, LO PARTICULAR Y LO UNIVERSAL
ción, pero no se agota en ella. Debe incluir además los rasgos espe-
cíficos del fenómeno, lo que le diferencia de otro fenómeno o proceso
más general, ya que la esencia de un fenómeno no se descubre con
el simple acto de poner de manifiesto lo universal. Diciendo que el
cuadrado es un rectángulo, o lo que es lo mismo, al incluirlo en un
concepto más general, no explicamos cuál es la esencia de esa figura
geométrica; para ello se requiere señalar la "diferencia específica"
del tipo dado de rectángulo, es decir, el poseer los lados iguales.
Ello significa que al definir un concepto, al poner de manifiesto
su contenido, señalamos en la unidad del objeto o de un grupo de
objetos algo universal y algo particular. Esta necesidad de descubrir
el contenido del concepto se extiende a todos los conceptos, con
excepción de las categorías más generales, que se definen de un
modo especial.
Lenin definió el imperialismo como la fase monopolista del ca-
pitalismo. De esta definición se deduce que el imperialismo es capi-
talismo; no es, por tanto, una nueva formación social, sino la misma
formación capitalista con todo lo que es inherente a ella: la concen-
tración de los medios de producción en manos de los propietarios
mientras las masas explotadas se ven privadas de ellos, y el trabajo
asalariado propio también de esta formación. Pero el capitalismo
posee, además de lo que comparte con la fase que ha precedido al
imperialismo, otros rasgos específicos, peculiares, que constituyen
la fase monopolista del capitalismo. Lenin ha puesto de relieve estos
rasgos específicos en cinco rasgos fundamentales del imperialismo.v ·
Vemos que el concepto de "imperialismo" se define por algo ge-
nérico ( el "capitalismo") y por algo específico ( el "imperialismo").
Y, en su contenido, este concepto se revela como unidad de lo uni-
versal y de lo particular. El concepto refleja en el conocimiento lo
universal y lo esencial, alcanzado en el proceso de abstracción y de
generalización, pero el conocimiento no puede detenerse en este
punto.
Después de haber alcanzado lo universal, lo esencial, el conocí-
miento aspira a fijar los rasgos específicos, las propiedades de grupos
singulares de fenómenos dentro de este universal, es decir, aspira
a llegar a lo individual y a lo particular. El verdadero y pleno cono-
cimiento consiste tanto en captar los rasgos esenciales, generales, de
los objetos como en penetrar en las formas concretas con que lo
universal se manifiesta.
Así, Engels, sintetizando genialmente los resultados alcanzados
en ti estudio de los fenómenos vitales por las ciencias naturales de su
tiempo, señala que el proceso de autorrenovación de los cuerpos albu-
10 V. J. lenin, Obras completas, ed. rusa, t. XXII, pág. 253.
274 LO SINGULAR, LO "ARTICULAR Y LO UNIVERSAL
nu?ca ha. creí~o que todos los países puedan alcanzar esta meta si-
gui~ndo mfaltblem~nte l~ misma vía.. En su trabajo El "izquierdis
"": , en~er1;1ed~ mfa'!ttl del comun_u~o, Lenin ha escrito que
la
unidad_ ta_ct!ca m~ernaciona l del. movimiento obrero no impide que
este prmcipio ~evista fo~mas particulares, en consonanciacon las dife-
rencias de caracter nacional y estatal. Lenin consideraba como una
tarea fundamental del partido proletario la necesidad de estudiar
de descubrir y captar lo específico, lo. particular, lo nacional, en el
modo conc~et~ de resolver cada país una tarea internacional común.v
~l movimie~to comunist_a mundial cumple este gran precepto de
L~nm. Los partidos com~nista~y obreros de d~ferentes países, te-
niendo presentes las particularidades y la situación concreta de sus
países respectivos,han resuelto y siguen resolviendo de distinto modo
los problema~ de la re~olución socialista. Después de la segunda
guerra mundial ha surgido una gran diversidad de formas estatales
de l~ dictadura de} proletariado. La forma de la dictadura del pro-
letariado .:n _los pai.ses de Europa Central y Oriental es la democracia
P.~pular, a ~iferéncia de ~uestro país, donde reviste la forma de poder
de los so~1e~s. Y los países de democracia popular también poseen
sus peculiaridades, que se manifiestan tanto en la estructura de los
ó_rganos del Estado, que reflejan las peculiaridades- creadas histó-
ricamente- de su desarrollo nacional y estatal como en las vías de
la edificación del socialismo. '
El pueblo. chino construye. el soci~lismoen forma muy original,
en .consonancia con .sus propias particularidades y condiciones. En
~hma, a consecuenci~?el atraso económico y técnico heredado de
epocas pasadas, se utiliza en forma más amplia que en los países
europeos de democraciapopular el capitalismo de Estados' en interés
de la construcción socialista.
En enero de 1956 se inició en China la transformación en masa
de las empresas. privadas en e_mpr~asprivadas y del Estado, es decir,
en empresas mixtas. La particularidad de esta transformación estri-
ba en que se convierten en empresas mixtas no sólo las fábricas las
grand.es plan!as inJus.triales .Y tiendas de propiedad privada, c~mo
sucedia_ en anos anteriores, s_mo ramas enteras de la industria y del
comerc~o. El Estado garantiza empleo a todos los industriales y
comerciantesque responden a las medidas del Gobierno y les ofrece
pu~stos. en las empresas y en el comercio, de acuerdo con su ex-
penencia.
La burguesíf . nacional china forma parte del frente nacional y
pop~lar-democ~ahco. Entre la ~lase obrera y la burguesía nacional
no solo no se libra una lucha, sino que existen relaciones de efectiva
V. l. Lenin, Obras completas, ed, rusa, t. XXXI, pág. 72.
28
292 LO SINGULAR, LO PARTICULAR Y LO UNIVERSAL
LO ABSTRACTO Y LO CONCRETO
298
LO ABSTRACTO Y LO CONCRETO EN LA LOGICA FORMAL 299
1
ucc1on de lo concreto en toda su concreción. Ejemplo de ellos es
geometría de Lobachevski; su creador, partiendo en ella de un
ducido número de axiomas y determinaciones, llegó a reflejar pro·
12
V. J. Lenin, CudernoJ fi/01óffro1, ed. rusa, pág. 328.
318 LO ABSTRACTO Y LO CONCRETO
de
nunca satisfactorias. La única definición real es la del desarrollo
la cosa misma, p~ro ésta no es ya ~na d~finición. Para saber y expo-
ner lo que es la vida, tenemos que investigar todas las formas de ésta
te,
y exponerlas en su concatenación. En cambio, para el uso corrien
suelen ser útiles y, en ocasion es, incluso necesar ias las breves síntesis
en
de los caracteres más generales y más significativos, contenidos
una llamada definic i.?n, Y,en nada pueden perjudic ar, siempre y cuan-
do que n? se l_es exip ~as de l? que pueden decir".
14
_17 C.. Marx, El <.iJ,it.~I, trad. española de VC'. Roces. t. II, pá~. 1 ~5. México.
D. F., 19-16.
CAPÍTULO X
LO HISTORICO Y LO LOGICO
}24
UNIDAD DE LO T.OGICO Y DE LO H!STORICO 325
17
C. Marx, El capital, trad. española de W. Roces, t. I, pág. 6, México,
D. F., 1946.
CORRELAOON ENTRE LO LOGICO Y LO HISTORICO 343
·,."-.,18 C. Marx, El capital, trad. española de W. Roces, t. IH, vol. I, pág. 350,
Méxtco, D. F., 1946.
19 Cita tomada de la Contribucion a la crítica de la uo110111í.z politic» de
C. Marx.
344 LO HISTORICO Y LO LOGICO
la misma lógica, las mismas leyes que el método lógico, pero si este
último opera bajo una forma teórico-abstracta, el primero des°;lb~
e
esta lógica en la entraña misma y en la sangre de los ~echos histó-
ricos y de la actividad de los pueblos, las clases, los partidos y perso-
nalidades aisladas. En esos detalles singulares y concretos como,
por
ejemplo, los manejos de Rasputin en el Pa!acio i~p~ri~l o las rela-
ciones de la zarina con los alemanes, el metodo histórico ve expre·
sada, con fuerza de ley, la corrupción y la crisis del zarismo,
la
necesidad ya madura del derrocamiento del régimen zaris~a. .
En La lucha de clases en Francia, Marx llama a la victoria obte-
nida por Luis Napoleón, "personaje mediocre y ridículo", en
las
elecciones del 10 de diciembre de 1848 una "pícara bufonada de
la
historia universal". Pero Marx explica por qué ha sucedido así
y
demuestra que detrás de esta ridícula y absurda casualidad se ocultab
a
la profunda necesidad histórica. Al depositar sus votos en las urnas
electorales en favor de Napoleón III, los campesinos franceses que
recordaban a Napoleón I y la lucha de éste contra los ,se~ores feu-
dales, votaban por sus intereses de clase, contra la repub~1ca de
los
ricos que les imponía pesados impuestos. "Para los campesinos -
' es·
cribe Marx - Napoleón no era una persona, sino •
un programa '' . 2.i
El proletariado, al votar por Luis Napoleón, infligía una. ?errota
al
odiado Cavaignac. Para los obreros, señala Marx, la e~ecc_1on de Na-
poleón era la invalidación de la ~ictoria bur&uesa de Jumo. La. gran
burguesía, en su mayoría, estaba igualmente interesada en el triunfo
de Luis Napoleón. Finalmente, el ejército, al votar por Napoleón,
votaba por la guerra, contra la paz. Y Marx saca de todo esto la
s,i·
guiente conclusión: "Y así vino a resultar ... que el hombre mas
simple de Francia adquirió la significación más compleja. Precisa
-
mente porque no era nada, podía significarlo todo, menos a sí mis-
rno", as
Al hablar de las diferencias existentes entre ambos métodos de
investigación, hay que tener presente que ninguno de los dos se
en-
cuentra en estado puro. No existe el método lógico puro, como
no
existe tampoco el método histórico puro, libre de elementos del mé-
todo lógico. . , .
El capital, de Marx, representa, indudablemente, el modelo clásico
y el ejemplo de la investigación realizada con ar_u~a del méto?o
lógico. Pero, al mismo tiem}J'?, en esta o~ra se utiliza un materia
l
histórico tan enorme que Lenin pudo decir, con todo fundamento,
que El capital nos ofrece un análisis teórico e histórico del capi-
talismo.
2• C. Marx y F. Engels, Obras escogidas, en dos
tomos, trad. española, t. I,
pág. 155. Moscú, 1955.
2r; Obra citada, pág. 156.
CORRELACION ENTRE LA LOGICA. Y LA HISTORIA. 351
28
V. l. Lenin, C11adernos fi/osófitc>1, ed, rusa, pág. 214.
INDICE BIBLIOGRAFICO
361
362 INDICE DE NOMBRES
Abstracción, 2, 10, 30, 71, 302, 307, teoría michuriniana, 13 7, 141, 142,
308, 310, 311. 200, 306.
abstracciones científicas, 10, 59, 71. biólogos michurinistas, 184.
categorías de lo abstracto y lo con- mendelismo-morganismo, 141, 144.
creto, 298. biólogos mendelistas-rnorganistas, 128.
concepto de número, 308. weismanismo-morganismo, 94, 202,
pensamiento abstracto, 301. 203.
dialéctica de las relaciones mutuas biólogos weismanistas, morganistas y
entre lo abstracto y lo concreto, mendelistas, 141.
323. sistema nervioso central, 202.
imagen conceptual, 71. teoría materialista del origen de la
imagen sensible, 71, 303, 304. vida, 141.
teoría de la abstracción, 300, 30l. Burguesía, 3, 156, 162, 169, 180, 187,
teoría semántica, 30 l. 196, 197, 208, 209, 210, 211, 216,
Academia Lenin de Ciencias Agrícolas 226, 262, 271, 329, 350.
de la U.R.S.S., 144. alemana del siglo xvnr, 161.
Acumulación capitalista, 177. imperialista, 111.
Agnosticismo, 16, 58, 60, 301. italiana, 243.
nacional china, 291.
Agrotecnia, 154. democracia burguesa, 67, 69.
Apriorismo lógico, 327. dictadura de la burguesía, 209.
estado burgués, 305.
Biología científica, 140. sistema social burgués, 206.
autorrenovación del ser vivo, 63. sociólogos burgueses, 240.
biología materialista, 115. supraestructura burguesa, 216.
bioquímica soviética, 141. Burocratismo, 255.
caracteres hereditarios, 20?, .
.:ondiciones externas de existencia, Capitalismo, 32, 46, 59. 128, 129, 144,
201. 147, 148, 155, 156, 157, 164, 165,
"darwinísmo, 50, 99, 100, 136, 141, 172, 173, 176, 177, 178, 188, 189,
180, 183, 306, 333. 192, 193, 205, 209, 215, 226, 237,
esencia de la vida, 63. 238, 244, 249, 250, 259, 273, 288,
evolución de las especies biológicas, 316, 319, 330, 339. 340, 342, 343,
137. 345.
genotipo, 232. ascensional, 161, 187.
hemisferios cerebrales, 202. industrial, 175.
herencia "perturbada" de las plan· monopolista, 210, 211.
tas, 205. premonopolista, 186.
hibridación vegetativa, 142. capital comercial, 75.
leyes biológicas, 168, 174. capital fijo y circulante, 74, 75.
ley biológica de la herencia, 1 %, crisis mundial de superproducción.
232. 189..
ley de la adaptación de los organis- desarrollo del capitalismo en Rusia,
mos al medio ambiente, 270. 143.
~ teoría celular, 183. esencia del capitalismo, 66.
~eo~ía de la actividad nerviosa supe- manufactura capitalista, 175.
nor, 101. régimen capitalista, 7.
teoría de Pavlov, 134. 142. sistema social capitalista, 150, 2 51.
teoría de la "preadaptación", 203. 284, 329.
367
368 INDICE DE MATEIIJAS
244, 253, 254, 290, 292' 293' 294' principio del centralismo democráti-
329. ~ ' ' ' co, 220.
11 ~ldngreso el Partido Obrero So- régimen esclavista, , 94.
c1.a .emócrata \Ruso, '.'25. regrmen koljosiano, 121.
Conocimiento, 2. regrmenes de democracia popular,
abstracto, 301. 209.
concreto, 53, 300, 301, 303, 304, regímenes democráticos. 209.
308. regímenes fascistas, 209.
370 INDICE DE MATERIAS