Emergencia Caso Clinico
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Emergencia Caso Clinico
Prueba serología Las inmunoglobulinas son anticuerpos que forman parte del sistema
para covid Ig G inmunológico. Cuando contraemos una infección, como la COVID-19, se
(reactiva) Ig producen inmunoglobulinas, que se unen al virus y activan el resto del sistema
M( reactiva ) inmunológico para atacar y matar al virus.
11. CUAL CREE UD. QUE DEBERÍA SER LA EVOLUCIÓN DEL PACIENTE.
Diferentes estudios muestran afectaciones graves en los pulmones y el corazón (miocarditis,
vasculitis y necrosis de células miocárdicas), y el hígado y la vesícula biliar se encuentran
degenerados con necrosis focal e infiltrados con neutrófilos. Lo mismo sucede en los
glomérulos y los túbulos renales, donde se hallan microtrombos y focos fibróticos en el
intersticio renal. También en el cerebro existe hiperemia cerebral y edema con degeneración
de células cerebrales.
Se han descrito fibrosis pulmonares residuales, cardiopatías isquémicas, miocardiopatías de
origen vírico con insuficiencia cardíaca e incluso casos de miocarditis fulminante de pronóstico
grave
Hemos de señalar además las consecuencias del ingreso en la UCI por distrés respiratorio,
los tratamientos y la inmovilidad. Se señalan: fatiga, astenia, pérdida de peso, dolor
secundario a la intubación, miopatía y polineuropatía derivados de la inmovilidad. Se ha
encontrado un 70-100% de déficits cognitivos al alta hospitalaria.
La debilidad muscular por inmovilidad post-UCI es el factor que más afecta la calidad de vida
de estos pacientes, y el que tarda más en recuperarse. La función pulmonar se suele
recuperar en el primer año después del ingreso, pero la debilidad muscular y la polineuropatía
puede durar hasta 5 años. Los síntomas son más graves según la duración del ingreso en la
UCI, la gravedad del proceso, las comorbilidades previas y si se ha precisado corticoides
sistémicos.
La enfermedad crítica es una experiencia compleja para el entorno del cuidador y el paciente.
Ambos tienen un riesgo importante de presentar síntomas depresivos, ansiedad y trastorno
por estrés postraumatico, lo que hace necesaria una atención longitudinal e integral
Tras un COVID grave, siempre manda la clínica que ha presentado el paciente. Se debería
controlar fundamentalmente la función pulmonar y cardíaca y, en segundo lugar, la función
hepática y renal, siempre teniendo en cuenta las afectaciones orgánicas descritas en el
informe del alta hospitalaria. Además del control del resto de comorbilidades de la persona
previas al COVID