Materiales Cuanticos

EL CANTO DE LOS MATERIALES CUÁNTICOS
Aunque algunas de las propiedades físicas de los materiales pueden ser explicadas por medio
de la física clásica, la verdad es que hay ciertos fenómenos presentes en determinados
materiales que no se pueden explicar de esta manera y para los cuales es necesario realizar un
estudio con un enfoque cuántico. Este pensamiento se despertó al intentar, infructuosamente,
darle una explicación clásica a propiedades, presentes en algunos metales, tales como la
superconductividad.
Así, introduciendo la física cuántica en el estudio de estas propiedades particulares de los

materiales se pudo determinar que todas las propiedades “clásicas” de estos tienen una
explicación cuántica bien definida. De esta forma propiedades como el magnetismo fue
atribuido al aspecto cuántico del spin, de igual forma que el comportamiento de los materiales
aislantes fue atribuido a las ondas de densidad de carga la cual es una consecuencia del
comportamiento cuántico de los electrones y su relación con los niveles de energía que
configura la posición de estos dentro de los orbitales de los átomos.
Por esta razón, se concluye que la forma correcta de analizar las propiedades de los materiales
es a través de la física cuántica, ya que esta proporciona un marco teórico más completo que
permite dar una explicación a las mediciones realizadas en los laboratorios, lo que, a su vez,
permite describir con precisión fenómenos tanto clásicos como puramente cuánticos de los
materiales.
Para la realización de un estudio sobre cualquier clase de material siempre es preferible tener,
como objeto de estudio inicial, dicho material en la forma más pura posible, sin embargo en el
caso de que se desee realizar un estudio de las propiedades cuánticas de este, es preferible,
además de esto, obtener como material básico de estudio, un material no solamente puro sino
que, además, sea uniforme en todas sus direcciones, microscópicamente hablando, a estos se
les llama monocristales y se obtienen al identificar la estructura mínima de moléculas que
conforman el material y replicarla de forma perfecta una al lado de la otra de tal manera que se
obtenga un material macroscopico, compuesto por celdas microscópicas idénticas que son
únicas para dicho material. Los monocristales se pueden clasificar en dos, aquellos cuyas
moléculas son tridimensionales y aquellos con moléculas bidimensionales que generan
monocristales en forma de capas.
Estos monocristales permiten, no solo estudiar los materiales de forma aislada e individual, sino
descubrir las propiedades anisotrópicas del mismo, es decir, permiten identificar, por ejemplo,
si al aplicar una tensión determinada sobre un material existe un comportamiento distinto de
este dependiendo si la tensión se aplica horizontal, vertical o diagonalmente sobre el material.
Como resultado de distintos estudios, y haciendo uso de las particularidades de la física

cuántica se pueden describir, por ejemplo, las propiedades de un material aislante y un metal
conductor en función de las bandas de energía en las que se encuentran los electrones que
componen el material estudiado. Dichas bandas de energía se generan por la interacción
cuántica de todos los átomos que conforman el material y son llenadas por electrones, teniendo
en cuenta la naturaleza fermiónica de estos, según la cual dos electrones no pueden ocupar
exactamente el mismo nivel de energía, de tal manera que, dependiendo de cómo llenen las
bandas dan lugar a cierta propiedad eléctrica para el material estudiado (conductor,
semiconductor, aislante).
Para este tipo de análisis se asume que los iones están completamente desacoplados y por
tanto son totalmente libres dentro del material, sin embargo, esta suposición imposibilita dar
explicación a otros fenómenos presentes en los materiales, tales como la levitación magnética
o la superconductividad, ambas estrechamente relacionadas.
La superconductividad en un material se refiere a una propiedad según la cual, dependiendo de

la presión y la temperatura en la que se encuentre, su resistencia a la corriente eléctrica es
igual a cero, esta propiedad es altamente provechosa dado que se traduce en que, al momento
de transportar energía, o almacenarla en forma de corriente eléctrica, las pérdidas en forma de
calor producidas por la colisión interna de los electrones es igual a cero, lo cual puede llegar a
tener gran cantidad de aplicaciones.
Por otro lado, la levitación magnética es un fenómeno provocado por el efecto Meissner
producido al inducir un campo magnético dentro de un material superconductor lo que genera
una alineación del spin de los electrones de tal forma que el material superconductor se ve
repelido por el imán en su zona más próxima y al mismo tiempo se ve atraído por este en su
zona más alejada, lo que genera que el superconductor no solo levite sino que al mismo tiempo
tienda a mantener una distancia determinada con el imán evitando que fuerzas externas lo
alejen o lo acerquen.
Para evaluar este tipo de propiedades en los monocristales no basta únicamente con hacer
mediciones sobre los resultados de los experimentos sobre los elementos puros. Si se quiere
realmente avanzar tecnológicamente en este tipo de materiales se tiene que hallar la manera
de producirlos a temperatura y presión ambiente dado que generar las temperaturas necesarias
para obtener los superconductores hasta ahora conocidos ( temperaturas cercanas al cero
absoluto) es muy costoso. Para ello se realizan dopamientos entre ciertos materiales para los
cuales se estudia su efecto relacionado con la superconductividad. Estos estudios dan como
resultado distintos diagramas de fase para cada tipo de material y para cada tipo de
dopamiento, de tal manera que se pueda observar que combinación de materiales, y en que
porcentajes, es más propicio a convertirse en superconductor.
Todos estos estudios cuánticos pueden ser realizados a través de diversas tecnologías de
medición dentro de las cuales se encuentra el microscopio de efecto túnel el cual usa el
concepto de tunelamiento cuántico entre un único átomo ubicado en la punta del microscopio y
un átomo en el material, lo que genera una corriente que permite detectar la posición exacta de
cada uno de los átomos en la superficie analizada.
Por otro lado, existen métodos indirectos de medición que permiten estudiar la dinámica de los
electrones de un material al someterlo a altos campos magnéticos usando las ecuaciones de
energía de Zeeman y la fuerza de Lorenz.

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