Música Ecuatoriana y Sus Géneros 2 Bgu

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 9

Música ecuatoriana y sus géneros

Como ecuatorianos, a pesar de nuestra juventud, llevamos en el corazón la música de


nuestra tierra que viene desde que nacemos y forma parte de nuestra cultura. Aunque
tengamos influencia de ritmos modernos, no podemos negar nuestro gusto por ella, ya que
nuestros ritmos nos llenan de recuerdos al conectarnos directamente con nuestro
país Ecuador a pesar de que estemos lejos de esta patria.

Son canciones con ritmos que nos vinculan al principio musical de nuestros ancestros y
remueven nuestro espíritu, basado en los sentimientos de lo que un día vivieron nuestros
antepasados con el sufrimiento de la conquista española que fusiono la tristeza de su
realidad esclavizada y añadió nuevos ritmos que nos hicieron adaptarnos al mestizaje y
adquirir otros ritmos musicales que a lo largo de la historia han contado esta bella
evolución, en la que nos hemos adaptado a nuevos y diversos ritmos, pero que en su esencia
aun mantenemos lo nuestro en festividades o en melancolía.

De la música ecuatoriana no se conoce mucho antes de la conquista española, solo se han


encontrado ciertas partes en las que se puede ver su importancia para nuestros
antepasados indígenas, la música constituía una parte fundamental de ceremonias y
festividades.
La música ecuatoriana se inició por la conquista de los españoles en el siglo XVI. Nuestra
cultura indígena utilizaba tambores, rondadores y ociarías. A la llegada de los españoles se
introdujo la guitarra, la vihuela y las castañuelas.

A mediados del siglo XVIII llegaron los primeros habitantes africanos como náufragos, los
cuales introdujeron la marimba, fusionando nuestra música con nuevos tonos musicales
tales como el San Juanito y el albazo. Sus ritmos alegres se bailan al cierre de la festividad.

El pasillo constituye el himno ecuatoriano ya que enaltecen a la mujer ecuatoriana, nos


habla de amores perdidos que nos llevan a la nostalgia que invaden nuestra alma.
¿Por qué se le llama pasillo?

Según el musicólogo Guillermo Abadía, «La denominación de “pasillo” como diminutivo de


“paso” se dio justamente para indicar que la rutina planimétrica consta de pasos menudos.
Así, si el “paso” corriente tiene un compás de 2/4 y una longitud de 80 centímetros, el
“pasodoble” como marcha de infantería tiene un compás de 6/8 y una longitud de 68 a 70
centímetros. El “pasillo”, en compás de 3/4 tiene una longitud de 25 a 35 centímetros
El 1 de octubre se conmemora el Día del Pasillo Ecuatoriano, uno de los géneros musicales
que caracterizan e identifican al Ecuador. Y, sin duda, en este campo, uno de sus mejores
exponentes es Julio Jaramillo Laurido, quien trascendió fronteras con nuestra música.

Es por esto que en 1993, por decreto ejecutivo n. 1.118, se declara al 1 de octubre de cada
año como día del pasillo ecuatoriano, ya que el popular J.J. nació en Guayaquil el 1 de
octubre de 1935.

Para honrar la memoria del cantante, en septiembre de 1993 el ex presidente de la


República, Sixto Durán-Ballén, mediante decreto ejecutivo Nº 1118 (que se publicó en el
Registro Oficial 287), estableció que en el aniversario del nacimiento de J.J. se celebre
también el Día Nacional del Pasillo.

La historia de Jaramillo se basa en los pasajes más esenciales de su vida, entre ellos, el amor
por Elsa, “la única mujer que se le resistió y se convirtió en un amor imposible”.

El artista, reconocido como el Ruiseñor de América, grabó innumerables discos en todos los
géneros, participó en coproducciones fílmicas y su nombre está arraigado a la memoria
nacional. Consta, además, en biografías locales y extranjeras.

En Ecuador, el pasillo recibió a su vez la influencia del Sanjuanito y del yaraví, por
ello el pasillo ecuatoriano es lento y melancólico, y solo permanece el pasillo de
movimiento lento y tonalidad menor. En Ecuador el pasillo se convirtió en el
símbolo musical de la nacionalidad. Según la investigadora Ketty Wong el pasillo
ecuatoriano desde principios del siglo XX deja de ser un género festivo tocado en
las retretas o en los salones y se vuelve canción que recita textos melancólicos y
reflejan sentimientos de pérdida y de añoranza, hablan de la belleza de sus
mujeres o expresan la valía de sus hombres y la nostalgia por el ser amado.

Aunque existen además, textos que expresan admiración por los paisajes
ecuatorianos, y muchas veces estos pasillos en honor de una región o ciudad son
más conocidos que los propios himnos como es el caso del conocido «Guayaquil
de mis amores» de Nicasio Safadi o «Alma Lojana» de Emiliano Ortega. Tal
sentimiento evidencia un comportamiento fuertemente representativo de la
nacionalidad ecuatoriana que acompaña el sentido abiertamente romántico de
éste género musical.

Su masificación se dio con las primeras grabaciones realizadas por el dueto


«Ecuador» compuesto por Enrique Ibáñez Mora y Nicasio Safadi, pero tuvo su
auge y tuvo apogeo internacional durante la carrera del cantante guayaquileño
Julio Jaramillo, a quien se considera creador del pasillo rockolero y la actual
música rockolera.
Una encantadora composición que pertenece al patrimonio intangible del Ecuador “La
Vasija de Barro”
Oswaldo Guayasamín explicaba que los Incas enterraban a sus familiares dentro de la
vasija junto con alimentos.

Breve historia del origen de la canción La Vasija de Barro


(Historia contada por uno de los amigos de Oswaldo Guayasamín)

Me encontré en la calle Guayaquil con el Oswaldo Guayasamín y nos invitó, pues, a una
reunión en su casa para el viernes siete de noviembre de 1950 a las siete de la noche; pero
recién podíamos ir después de la Radio a las nueve y media. “A la hora que quieras”, me
dice, “y por favor invítale al Valencia”.

Así que fuimos a donde el Oswaldo, pero no tenía la casa de ahora sino que vivía donde el
papá, al frente de la Basílica. Llegamos como a las diez y media y les encontramos ya
medios avanzados. Fuimos con una guitarrita mía que después rompió el Valencia en una
reyerta. No ve que le prestaba mi guitarra para sus serenatas; así, que él se había
defendido con la guitarra y me entregó el mango no más...

En la fiesta había unos 80 invitados entre poetas, pintores y alumnos de la Escuela


de Bellas Artes de La Alameda. Ahí nos pidieron que cantemos y después del canto ya se
hicieron grupos, así es que me fui a donde tomaban menos y el Valencia se fue a donde
estaban dándole duro.

Ahí le veo al Jorge Carrera Andrade que estaba ilusionado con un cuadro del Oswaldo
llamado El Origen. El cuadro estaba todavía fresco y hasta me manché los dedos. En la
pintura había una vasija de barro y, dentro de esta, unos esqueletos pequeños, de niños.
El Oswaldo explicó que los Incas enterraban a sus familiares dentro de la vasija junto con
alimentos. Se impresiona el Jorge Carrera y le vemos que se va a la biblioteca, coge un
libro y en la contratapa escribe una estrofa:

Yo quiero que a mí me entierren


como a mis antepasados
en el vientre oscuro y fresco
de una vasija de barro.

Nos impresionó a nosotros también... Cuando en eso coge el libro el poeta Hugo Alemán y
debajo escribe otra estrofa:

Cuando la vida se pierda


tras una cortina de años
vivirán a flor de tiempo
amores y desengaños.

Y para susto de todos coge el libro el pintor Jaime Valencia que escribe un cuarteto muy
lindo:

Arcilla cocida y dura


alma de verdes collados
barro y sangre de mis hombres
Sol de mis antepasados.

Entonces cogí el libro porque dije a mí me toca poner alguna cosita, cuando en eso me
arrancha el Jorge Enrique Adoum y me dice: “Ve vos después cantarás”. Cogió el libro,
corrigió cosas y puso la cuarta estrofa:

De ti nací y a ti vuelvo
arcilla, vaso de barro
con mi muerte yazgo en ti
de tu polvo apasionado.

Terminado eso, se dieron las vueltas, nadie sabía quién iba a poner música, qué se iba a
hacer con la letra. Serían las doce y media. Cuando le veo al Jorge Carrera Andrade que se
acerca donde mí con el libro. Entonces me dice: “Vea Gonzalo, esto con música tiene que
ser una belleza”. Pensé y le dije: “Bueno”, así es que cogí la guitarra.

¿Y ahora qué hacía? El Potolo estaba dándole al chupe* y era muy difícil concentrarse con
la bulla de la gente, pero como ya le acepté, bajé unas gradas con luz que había al fondo,
agarrado la guitarra y el libro. Me demoré cerca de una hora y, cuando ya estuvo, regresé
y encontré a mi compañero Valencia medio dormido en un sillón.
Total que le levanto y le digo: “Primero oíme cantar”. No le gustó y me dice: “Pero vos le
has puesto un ritmo cadencioso“. Le digo: “No, porque la música tiene que estar de
acuerdo al sentido de la letra”. “No, me dice, ponéle ritmo de albazo”. Le dije que no,
porque el ritmo de danzante es telúrico. No acepto que le cambies.

Y como él siempre decía que es hincha del Aucas y que nunca pierden, cuando mucho
empatan, le dije que yo era de la Liga y que ahora sí él iba a perder, ni siquiera a empatar.
Así que le fui obligando y, como tenía buen oído, aprendió rápido.

Ensayamos para hacer el dúo y cuando cantamos la gente se emocionó tanto que se han
pasado cantando hasta las seis de la mañana. Yo me salí como a las dos, porque como no
chupaba... Ahí nació la Vasija de barro, que ahora es cantada en todo el mundo. Yo mismo
no creía.
Parte II

Para que quede como documento, les pedí a los que escribieron que firmen y yo también
dibujé un pentagrama y escribí los primeros compases. Entonces le dije a Valencia que
firme también, como él estaba cantando...Y así quedó.
Incorporamos la canción al repertorio de las audiciones y seis años después, todavía nadie
quería grabar esa pieza, ¿qué tal?

Así que fui donde Gustavo Müller de Discos Nacional a decirle: “Tengo una canción muy
bonita”, y le canté la Vasija de barro. No me dio ni la hora. No llegué ni a la segunda parte
porque me dio coraje. “No, no”, me dice, “eso no es comercial, eso no se va a vender”.
¡Qué cosa más equivocada en que estaba! Hasta que ya no le quise ni oír y me salí. Pero
me dije: “A este tengo que ganarle”.

Incluso el Potolo se resistía a cantar y me decía: “Más bien cantemos esta otra canción
porque esa ya está en desuso”. Ahí me daba iras. Me fui a mi casa -en la calle Imbabura,
más arriba de la 24 de Mayo-, recorté un cartoncito y me puse a pintar una vasija de barro,
le puse los pedacitos de hueso y le hice una portada de disco poniéndole Vasija de barro en
letras grandes, porque hasta ese momento no tenía título la canción.
Volví para convencerle a Gustavo Müller. Fui con mi dibujito y cuando me recibe le digo:
“Verá, le he traído este dibujo”, y me dice: “Bonito está. A ver, ¿cómo es la canción? Cántele
porque no le oí bien”.

Le canté otra vez y pregunta: “¿Con qué instrumentos podemos grabar esto?". Le digo: “Con
los mismos que tenemos”. “Entonces cite a ensayo a los músicos”. Así que reuní una
orquesta de diez músicos. Al piano estaba Lucila Molestina de Pólit; en la flauta, Eduardo Di
Donato; y dirigió la orquesta Manuel Espín (padre de Enrique Espín Yepez) y él mismo hizo
los arreglos. Entonces hizo la grabación Gustavo Müller que sabía grabar muy bien y era
profesor de sonido. Salió un disco con ocho temas y luego en un “estandar play”. Esto
sucedió en 1956.

Cuando salió a la venta el disco, fui al almacén y oigo una bulla grande y cuando pregunto,
me dicen que abrieron a las ocho de la mañana y a las once ya no había ni un disco. Se agotó
el tiraje y estaban apuraditos en hacer una edición mayor. Así fue.
Esta canción se volvió representativa de la música ecuatoriana. Pero antes había otra
canción: Guayaquil de mis amores; era lo que se conocía en el exterior, porque fue grabada
el año 30 en Nueva York por el dúo Ecuador (Ibáñez-Safadi). Algunos piensan que esa fue la
primera grabación ecuatoriana, pero el año 25 las hermanas Fierro ya habían grabado en
Radio El Prado de Riobamba. El año 32 comenzó a grabar Carlota Jaramillo en Radio El
Prado. En ese tiempo había también el dúo quiteño Páez-Villavicencio, hasta que apreció el
dúo Benítez-Ortiz. Después vino el resto.

Comenzaron a aparecer “compositores” de la música de la Vasija de barro. Hasta hubo un


señor de Riobamba, que había mandado una partitura diciendo que era su música.
Lamentablemente para ellos, mandaron después de que apareció el disco. Cuando
grabamos, el Gustavo Müller nos exigía poner autor de la música y pusimos Benítez-
Valencia, pero esa música es hecha por mí solito y en la forma como les conté. Incluso los
derechos de autor también le reconocieron al Potolo Valencia.

Ahora no tengo idea cuántas versiones habrá de la canción, pero, sin presunción de nada,
le digo que esa música me salió bien y como dicen los chilenos, al tiro. Me parece una música
muy adaptable para interpretación de solista, dúo, trío o coro.
https://www.artecuador.com/musica-vasija-de-barro-la-fascinante-historia-de-una-
canci-n-ecuatoriana-112-0.html

Algunos de los géneros principales de música ecuatoriana


El Sanjuanito.

Este género musical andino es originario de Ecuador. Este ritmo se baila y escucha en toda
la zona andina. De manera específica se puede decir que este género musical procede de
la provincia de Imbabura y así comenzó a tener popularidad a inicios del Siglo XX.

Los orígenes de este ritmo tradicional son precolombinos, o sea, que existe desde antes
de la época de la conquista española. La denominación de este género musical se debe a
que se llega a materializar en día de “San Juan”. Una de las diferencias que posee el
sanjuanito con el pasillo es que, el primero representa un ritmo alegre y bailable, que llega
a ser ejecutado en festividades de la cultura mestiza e indígena.
El Pasillo.

El pasillo es un género musical y además una danza folklórica. A pesar que sus orígenes
sitúan a este género en Colombia se puede decir que pasó a Ecuador en el Siglo XIX. El
pasillo recibió la influencia de otros géneros musicales como el sanjuanito y el yaraví. Por
tal motivo el pasillo ecuatoriano se caracteriza por ser lento y melancólico, es decir que la
tonalidad es menor y el movimiento es lento.

En el Ecuador el pasillo se transformó en un símbolo musical identificativo de la


nacionalidad. Según algunas investigaciones realizadas respecto a este género musical, el
pasillo deja ser un ritmo festivo tocado en las retretas o en los salones en el Siglo XX.
De esta manera el pasillo se convierte en una canción recitada basada en textos
melancólicos, donde son reflejados sentimientos de pérdida y añoranza, incluso en estos
textos se habla sobre la belleza de la mujer y la valía de los hombres, además de textos
nostálgicos dirigidos a un ser querido. Habría que agregar que los pasillos en muchas
ocasiones se llegan a componer en honor a una región o ciudad, transformados así en
himnos propios, tal es el caso de “Guayaquil de mis amores”, “Alma Lojana”, entre otros.
El Albazo.

Este género musical es típico de la sierra ecuatoriana. Su origen es criollo y mestizo. Se


caracteriza por tener un ritmo alegre y que usualmente es interpretado con instrumentos
como la guitarra y el requinto. También resulta común que este ritmo sea interpretado
por las bandas del pueblo.

El albazo como género musical ha sido asociado a modo general con las bandas de
músicos o bandas de pueblo, que llegan a recorrer las calles durante las festividades y en
el alba. Se debe señalar además que el albazo ecuatoriano ha sido considerado una danza
indígena y mestiza, cuyo nombre se deriva de las serenatas tocadas al alba para anunciar
el comienzo de las fiestas populares.
Los orígenes de este género musical datan de la alborada española, una música que era
tocada al amanecer en los días de las festividades religiosas, las romerías y al rayar el alba.
A pesar del predominio en este género musical de una modalidad menor, el albazo posee
un ritmo caprichoso y festivo que invita al baile.
El Pasacalle.

Este género musical se caracteriza por tener un ritmo vivo y su origen es español,
específicamente a inicios del Siglo XVII. El pasacalle ha sido interpretado por músicos
ambulantes y fue originado como un interludio, rasgueado en la guitarra, entre bailes y
canciones. En el periodo del barroco este ritmo fue incorporado como una danza en los
ámbitos culturales y además tuvo una gran popularidad. En el Ecuador este género
musical es interpretado por las bandas populares, el ritmo tiene una gran similitud con el
pasodoble español.
La Bomba del Chota.

Este género musical tiene raíces afrodescendientes, y es originario del Valle del Chota, en
Ecuador. Este ritmo surgió en la población afroecuatoriana, donde es interpretado con
tambores junto a otros instrumentos de origen español, como son la guitarra, el requinto
o el güiro. El ritmo y la velocidad de la bomba del chota puede variar, en su percusión y
movimiento de cadera, además se llega a bailar pegado y con erotismo.

Este ritmo llega a acompañar en las diversas fiestas celebradas en el Valle del Chota y es
muy escuchado en la costa norte ecuatoriana, desde Carchi, Imbabura e incluso la ciudad
de Quito, donde existe una comunidad afro – choteña.
La Marimba esmeraldeña.

La música tradicional afro esmeraldeña fue construida sobre la base de un equipo


instrumental, cuyo origen es africano, este es la marimba. Este instrumento guarda una
similitud notable con otros instrumentos pertenecientes a tribus africanas, especialmente
el rongo.
El Yaraví.

El yaraví representa un género musical mestizo, donde se fusionan algunos elementos


formales del harawi incaico y la poesía o trova española. La tradición yaraví en Ecuador
suele ser ejecutada con fuga de albazo. La melodía es triste y llega a ser ejecutado con
diferentes estilos.
La Tonada.

Este género musical folclórico consiste en un conjunto de melodías y cantos desarrollados


dentro del género de la lírica. La tonada se caracteriza por no ser bailada y se hace un
énfasis especial es sus textos. Tiene sus orígenes en Cantabria y Asturias, España. De esta
manera dicho género se ha arraigado y desarrollado en países hispanoamericanos como
Ecuador.

Instrumentos de La Música ecuatoriana


 Instrumentos de Viento: Flauta-Quena, Pingullo Ecuatoriano, Rondador.
 Instrumentos de percusión: Cununo macho tradicional, Cununo hembra
tradicional, Bombo.
 Instrumentos de Cuerda: Guitarra Estándar, Charango.
 Marimba Cromática de 4 Octavas.
 Marimba Cromática de 2 y media Octavas.

También podría gustarte