Via-Crucis para Jovenes
Via-Crucis para Jovenes
Via-Crucis para Jovenes
INTRODUCCION
1. Palabras iniciales
También este camino de la cruz lo podemos encontrar en el dolor y sufrimiento que hay en
nuestro alrededor. La pobreza de los más necesitados, los niños abandonados, las mujeres
explotadas y violentadas en sus derechos, los ancianos y enfermos que sufren la soledad,
también nos recuerdan la cruz de Jesús.
La cruz de Jesús no es sólo carga, es también entrega y amor del Dios que se hizo uno como
nosotros hasta en vivir la muerte.
Vivamos pues este momento con un corazón dispuesto a meditar y dejarnos invadir por el
amor incondicional de Dios.
2. Canto
3. Texto reflexivo
"Cuanto más nos peguemos a la Cruz, más nos estrecharemos con Jesús, que en ella está
clavado...La Cruz es una ganancia, pues ella nos une a Jesús...No tener nada más ni mejor que lo
que podía tener Jesús de Nazaret. Alegrarse y desear tener menos, en vez de más"
Carlos de Foucauld
PRIMERA ESTACION
Jesús condenado a muerte
1. Peticiones espontáneas
2. Texto Bíblico
3. Texto reflexivo
Jesús fue condenado injustamente. Entre jóvenes cuando no conocemos bien al otro podemos
condenarlo sin hacerle un juicio. Reflexionemos en relación a nuestras actitudes donde etiquetamos
o nos burlamos del aspecto físico, de los defectos o de las cosas con las que no estamos de
acuerdo.
Hoy también Jesús sigue siendo condenado cuando dejamos pasar injusticias, cuando nos gana la
cobardía y preferimos callar a decir la verdad.
4. Oración.
Pedimos perdón al Señor por las veces que no somos conscientes del daño que
hacemos a los que nos rodean. De las entregas estériles e inútiles de sangre al servicio
de causas injustas. De aquellos que juegan sin escrúpulos a ser jueces de vidas
ajenas.
Padre nuestro…
Ave María…
Gloria Al padre…
SEGUNDA ESTACION
El Señor con la cruz a cuestas
1. Peticiones espontáneas
2. Texto Bíblico
Mt 8, 34 – 38.
Y llamando a la gente con los discípulos, les dijo -Quien quiera seguirme, niegúese
a sí, cargue con su cruz y sígame. Quien se empeñe en salvar la vida, la perderá, quien la pierda por mí y
por la buena noticia, la salvará ,¿Que aprovecha al hombre ganar el mundo entero a costa de su vida, ""¿qué
precio pagará el hombre por su vida? Si uno se avergüenza de mí y de mis palabras, ante esta generación
adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre y
acompañado de sus santos ángeles.
3. Texto reflexivo
4. Estaba toda familia reunida cuando recibieron una carta del cielo que les decía: “ hoy, a su
casa, vendrá el Señor”. Ante tal noticia todos se pusieron en movimiento. Y mientras
preparaban la mejor comida sonó el timbre. Se asomó la madre y al comprobar que era una
anciana le dijo: “lo siento pero no tenemos tiempo para atenderle”. Siguieron adelante los
preparativos con adornos y flores. De repente el picaporte de la puerta golpeó con fuerza. El
esposo abrió la venta y al comprobar que eran tres mendigos les gritó: “váyanse…no
tenemos tiempo hoy para vds”. Y mientras colocaban los cuadros más bonitos y de más valor
una voz insistió desde la calle:” ¡caridad por favor¡ ¡caridad!”. Salieron a la calle los hijos y, de
malos modos, les dijeron: “no nos molesten porque estamos esperando una visita”. Pasó ese
día, la noche y…el huésped no llegaba. Ante tal decepción la madre se acercó al crucifijo y le
preguntó: “¿Señor, por qué me has engañado? ¿No decías que ibas a venir hoy a mi casa?”.
Y, en el silencio, escuchó una voz que le decía: “tres veces he llamado a tu casa y no me has
dejado entrar”.
5. Oración
Pedimos perdón al Señor porque nos cuesta ver su cruz en el sufrimiento de los demás
TERCERA ESTACION
Jesús cae debajo de su cruz
Un señor tenía tres tinajas con las cuales se dirigía todos los días a
recoger agua a una lejana fuente. Una de ellas estaba agrietada y,
cuando llegaba a su destino, prácticamente estaba vacía.
Un día esta tinaja habló a su amo: “señor…déjame que me retire. No
sirvo para nada. Cuando llego a tu casa he perdido, por mis grietas, el
agua que tú has depositado en mí. No sirvo para nada”.
El amo le contestó: “¿Con qué no sirves para nada?. Mira hacia
atrás…todas esas flores de las orillas de los caminos, todos esos
arbustos y frutales están llenos de vida porque tú les has regalado
poco a poco el agua necesaria”.
Jesús es ese cántaro en forma de cruz del que cae para todos los
hombres la salvación y la vida. Le damos gracias por todo ello.
CUARTA ESTACION
Jesús encuentra a su Madre
En medio de un gran incendio una madre se interpuso entre su bebé y las
llamas. Todo su rostro quedó marcado para siempre por cicatrices y huellas
abrasadoras de aquel accidente. Un buen día cuando la madre acompañaba a
su hijo a la escuela, éste, se avergonzaba de ella. Pero al enterarse del fruto y
del por qué de aquel rostro quemado volvió y se postró ante ella diciendo:
“perdón mamá no sabía que gracias a ti yo he podido vivir”.
Pedimos perdón a Jesús por no saber valorar el esfuerzo de nuestras
madres y el valor que esconde su cruz.
QUINTA ESTACION
Jesús ayudado por el Cirineo
¡Cuánto nos impresiona ver a personas que ayudan a los demás!. En cierta
ocasión un hombre fue a una casa a pedir algo para comer. Una señora se
asomó al balcón y le dijo: “ven todos los días y te daré un vaso de leche”.
Años más tarde, esta persona generosa, tuvo que ser intervenida a vida y
muerte en un hospital con una operación muy costosa. Cuando despertó
lloraba y lloraba porque no sabía cómo podría pagar aquella intervención
quirúrgica. Un doctor, el Director de aquella gran clínica, se le acercó y le
dijo: “no se preocupe vd., todo esto está pagado con aquellos vasos de leche
que me ofreció todos los días hace unos años”. Aquel mendigo resultó luego
ser un prestigioso médico.
Pedimos perdón a Jesús por las veces que pensamos que, el ayudar a
los demás, no tiene ningún sentido presente ni futuro.
SEXTA ESTACION
La Verónica limpia el rostro a Jesús.
Una vez un rey se paró frente a un mendigo y le dijo: “dame algo de lo que
llevas en tu bolsa”. El mendigo le contestó: “¿Cómo siendo tu rey me pides a mí
que soy pobre?”. Pero, sin pensárselo dos veces, metió la mano el mendigo en
su bolsa y le dio un grano de trigo de los cinco que llevaba. Cuando el pobre
llegó a su casa vació el contenido de su bolsa y comprobó que entre el trigo
había una gran pepita de oro. Gritó entonces: “ojalá le hubiera dado al rey todo
lo que llevaba conmigo”.
Pidamos a Jesús perdón por lo que nos cuesta ofrecernos a nosotros
mismos sin saber que eso, el día de mañana, fructifica y se multiplica por
cien cuando se da con corazón sincero.
SEPTIMA ESTACION
Jesús cae por segunda vez
A finales del siglo XIX un niño se perdió en un bosque de Francia y sus padres lo
dieron por muerto. Por algún milagro no murió en el bosque. Sobrevivió, no
como un niño, aunque físicamente era un ser humano, sino como un animal.
Caminaba en cuatro patas, tenía por casa un hoyo en la tierra y como lenguaje
tenía un grito animal, no reconocía relaciones cercanas y no se preocupaba por
nada ni por nadie salvo por su supervivencia.
Pidamos al Señor que no caigamos en el egoísmo y que aprendamos a ser
fuertes en las dificultades.
OCTAVA ESTACION
Jesús habla a unas mujeres de Jerusalén
Una niña con una grave enfermedad iba a ser intervenida quirúrgicamente por
un doctor que no creía en Dios. La niña era profundamente cristiana y, cuando
estaba tendida sobre la mesa del quirófano, se levantó diciéndole al doctor:
“oiga..¿me deja hacer algo?”. Y el médico le contestó: “por supuesto. Hazlo.”
La niña se puso de rodillas y comenzó a rezar: “Padrenuestro que estás en el
cielo…” El doctor dejó todo sobre la mesa y se fue corriendo a la capilla del
centro hospitalario. Una niña le había hablado como nadie del amor de Dios.
Jesús desde la cruz nos dice que no lloremos por él y que aprendamos a
llorar por aquello que nos falta para ser felices
NOVENA ESTACION
Jesús cae por tercera vez
Una vez un soldado con un pasado bastante negativo preguntó a un sacerdote si
creía que Dios recibiría su arrepentimiento. El sacerdote, después de consolarlo con
diversos consejos, le preguntó: “¿Si tu traje se rompe lo tiras?”.” No”; respondió el
soldado, “en todo caso lo coso y me lo vuelvo a poner”. El sacerdote le contestó: “si
tú cuidas tu traje de soldado así ….¿quieres que Dios no tenga misericordia de ti?.”
Faltamos en muchas cosas. Caemos debajo de muchos defectos. Dios es más
grande que la cruz y la losa de nuestras debilidades.
DECIMA ESTACION
Jesús despojado de sus vestidos
Cuenta una anécdota que una barca transportaba a cinco personas y que
se hundió en medio de un gran río y los pasajeros tuvieron que nadar para
salvarse. Uno de ellos, el mejor nadador, se quedaba atrás a pesar de los
esfuerzos que hacía. Le impedía avanzar un saquete de monedas de oro
que llevaba amarrado a su cintura. Los que habían llegado a la orilla le
decían: “No te empeñes¡¡Vas a ahogarte! ¿Y entonces de qué te servirá el
dinero?.” El hombre al que le costaba despojarse del dinero se ahogó en
medio de las aguas abrazando la riqueza que no le añadió ni un sólo día a
su vida.
Pidamos a Jesús que seamos capaces de despojarnos de aquello que
no es necesario para vivir como El quiere.