Adelanto Investigativo (Asesinato de John F. Kennedy)

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Contexto e Incidencia Actual

Kennedy era visto con un progresista con ganas de cambiar las cosas; un reformista
empedernido que tenía muy presente la política social y la situación de los estadounidenses
de clase media y media-alta que lo habían votado. Su ascenso fue meteórico y supo
encandilar a sus compañeros de partido, a los medios y a la gente de a pie hasta tal punto
que fue elegido como candidato a la presidencia en las elecciones de 1960 y ganó al
republicano Richard Nixon en una campaña muy ajustada en la que se vivió el primer debate
electoral televisado de la historia. Kennedy se convirtió en el 35º presidente de los Estados
Unidos, el primero católico y el más joven de su historia.
John Fitzgerald Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963 mientras visitaba la
ciudad de Dallas (Texas). Aunque gran parte del país lo adoraba, se había ganado muchos
enemigos poderosos (entre ellos el temible J. Edgar Hoover, director del FBI) que lo veían
como una amenaza a sus intereses, un líder demasiado blando que toleraría la victoria de
la URSS en la Guerra Fría y una especie de ‘pseudocomunista’ debido a sus medidas
progresistas y de carácter social. Su muerte violenta, uno de los hechos más controvertidos
y que más dudas plantea, le convirtió en un mártir para muchos estadounidenses y, en la
actualidad, sigue siendo considerado como uno de los mejores presidentes que ha tenido
el país.

• Curiosidades históricas:
John F. Kennedy y Abraham Lincoln fueron asesinados por disparos en la cabeza.
Los dos sucesores de Kennedy y Lincoln se apellidaban Johnson (Lyndon B. Johnson y
Andrew Johnson, respectivamente).
Estos dos presidentes centraron sus carreras en torno a la lucha de los Derechos Civiles.
Los atacantes de Kennedy y Lincoln fueron asesinados antes de comparecer en un juicio.
Kennedy aparece en el Libro Guinness de los récords en la categoría de 'quien habla más
rápido en la vida pública'. JFK pronunció 327 palabras por minuto en un discurso de 1961.
Los restos de Kennedy descansan en el Cementerio Nacional de Arlington.

• Incidencia actual:

Nivel Económico:
Kennedy puso fin a un período de una estricta política fiscal, relajó la política monetaria
para mantener los tipos de interés y estimular el crecimiento de la economía.

Nivel de derechos civiles:


Uno de los asuntos nacionales más agobiantes de la era Kennedy fue el turbulento final de
las prácticas de discriminación racial toleradas o incluso autorizadas por las autoridades
estatales.
Nivel de inmigración:
Kennedy apoyó los postulados de su partido de revisar y cambiar la política gubernamental
sobre inmigración. Estaba a favor de una mayor igualdad y protección de derechos tanto
para los ciudadanos nacidos en el país como para quienes obtuvieran la nacionalidad
estadounidense.

Repertorios
Más libros y artículos han sido escritos sobre el tiroteo que cualquier otro evento individual
en la historia del país. Numerosas películas y documentales han vuelto a contar sobre ese
día o ha sido usado como trasfondo para otras historias.
Teorías de conspiración continúan sumergiendo mientras el número de americanos de ese
tiempo en 1963 se reduce y generaciones más tarde expresan preguntas sobre hallazgos
de la Comisión Warren.

• Libros:
JFK. Caso Abierto
Autor: Philip Shenon
Editorial: Debate (2013)
2 juicio precipitado
Autor: Mark Lane
Editorial: Taurus (1967)
Legacy of secrecy
Autor: Lamar Waldron
Editorial: Counterpoint (2009)
Los secretos de Castro
Autor: Brian Latell
Editorial: St. Martin's Griffin (2013)
Libra
Autor: Don Delillo (2014)
Editorial: Seix Barral
El mundo secreto de Lee Harvey Oswald
Autor: Edward Jay Epstein
Editorial: Argos Vergara (1978)
• Películas:
Acción ejecutiva
Director: David Miller
Estudio: Executive Action Enterprises (1973)
La conspiración de Dallas
Director: John Mackenzie
Estudio: Polygram / Propaganda Films (1992)
Parkland
Director: Peter Landesman
Estudio: Exclusive Media / Playtone (2013)
J.F.K. (1991)
Ruby (1992)

Consecuencias
La pertenencia de John Fitzgerald Kennedy a uno de los clanes familiares más influyentes
en Estados Unidos le abrió todas las puertas hasta situarse frente a la Casa Blanca: utilizó
su origen, su ingenio y la fortuna paterna con audacia extrema. John mostraba su amplia y
seductora sonrisa, mientras su hermano Bobby era el brazo ejecutor y el guardián de sus
secretos: la deuda familiar con el crimen organizado, su delicado estado de salud (una
insuficiencia suprarrenal crónica marcó su infancia y ya de adulto sufriría fuertes dolores de
espalda, que trataba con docenas diarias de pastillas), la financiación de los triunfos
electorales, los complots para asesinar a dirigentes extranjeros o las verdaderas
intenciones en Vietnam.
A la creación del mito contribuye que las circunstancias que rodearon su asesinato siguen
sin esclarecerse. Hay todo tipo de teorías, desde las que sostienen que su muerte fue
ordenada por el vicepresidente Johnson, enojado ante la posibilidad de que JFK lo dejase
fuera de su lista electoral, hasta las que señalan a la mafia, el FBI, la CIA y los anticastristas,
en una suerte de superconspiración de retorcidas intenciones.
Los objetos que rodearon al expresidente también se han convertido en motivo de culto. Un
pequeño dibujo pintado por el presidente en la víspera de su muerte ha sido adjudicado
esta semana en una subasta por más de 32.000 dólares.
Datos Curiosos y personajes
participantes en el hecho
En la acera que está enfrente de Dealey Plaza, Abraham Zapruder graba toda la escena
para estrenar una cámara Super 8 mm que acaba de adquirir. Casi cuando la limusina del
presidente se acerca hasta su lugar, la imagen que graba se desenfoca brevemente.
Primera detonación. «Oí lo que supuse que era un disparo de rifle. Pensé que procedía de
detrás de mí, por encima de mi hombro derecho», recordaría el gobernador de Texas, John
Connally, que iba en el coche con su mujer, sentado en la segunda fila de las tres del
vehículo. La bala se pierde y golpea en el pavimento.
Segundo disparo. La Super 8 de Zapruder recoge poco después nítidamente el gesto del
presidente llevándose las manos al cuello con signos de ahogo y dolor en el rostro. «¡Han
disparado a mi marido!», grita Jacqueline. En el asiento de enfrente, el gobernador John
Connally parece que tampoco se encuentra bien, está ladeado y también visiblemente
dolorido. «Dios mío van a matarnos a todos», exclama, ya empapado en sangre, después
de que una de las balas le alcance por la espalda y le salga por el pecho.
Entre la primera detonación y la segunda transcurren apenas cuatro segundos. Todo ocurre
muy rápido. Jacqueline intenta en ese momento ayudar a su marido, que sigue
ahogándose, mientras el coche avanza todavía bastante lento. Por su parte, el gobernador
y su esposa están ya recostados sobre su asiento para evitar la línea de fuego: «Tiré de mi
marido hacia mí para protegernos. No vi nada más, solo escuché los disparos».
Unos tres segundos después de la primera reacción del presidente, según el metraje de la
cinta Zapruder, una nueva bala impacta brutalmente contra la cabeza de John. Jacqueline,
horrorizada, grita entonces: «¡Mi marido está muerto. ¡Tengo su cerebro en mis manos!»,
mientras intenta salir del coche trepando por la parte trasera. En ese instante, Clint Hill, un
agente del servicio secreto, se encarama al coche por detrás y evita que Jackie, fuera de
sí, salga del Lincoln.
Solo unos instantes después, el vehículo sale de Dealey Plaza y del objetivo de Zapruder.
Varias versiones se pueden ver ahora en internet accediendo simplemente a Youtube.

La pregunta clave: ¿cuántos disparos hubo? La Comisión Warren, que investigó el


magnicidio por orden del nuevo presidente, Lyndon B. Johnson, y denominada así porque
la presidió el juez del Tribunal Supremo James Earl Warren, dictaminó en 1964 que fueron
tres disparos —dos certeros, el segundo y el tercero—, toda obra de un tirador, Lee Harvey
Oswald, que actuó solo y era un desequilibrado. Caso cerrado. O no. En 1976, un Comité
de la Cámara de Representantes lo reabrió. Tres años después, concluyeron que hubo
cuatro disparos, probablemente dos tiradores y, por tanto, una conspiración.

• ¿Con quién lo hizo entonces Oswald?


Tras el tiroteo, el Lincoln abandonó, ya sí, a toda prisa el lugar. «El resto del camino fui
abrazada a John, sujetándole la cabeza para impedir que se le saliera el cerebro», relataría
más tarde la esposa del presidente. Después de una frenética carrera, JFK y el gobernador
de Texas son sacados del coche a la puerta del hospital Parkland. Aunque no había ninguna
esperanza, los doctores James Carrico y Malcom Perry, los primeros en atenderle, por ese
orden, no dudaron en intentar lo imposible. Para reavivar el pulso y la respiración decidieron
practicarle una traqueotomía aprovechando la herida de la bala en la garganta de Kennedy,
la única visible, además del espantoso destrozo de la cabeza. Fue inútil, porque, aunque le
hubieran devuelto las constantes tenía medio cerebro fuera del cráneo y ya no existía
actividad neuronal, como comprobaría el neurocirujano Kemper Clark. Alrededor de 40
minutos después, se abandonó todo intento y se consensuaron las 13.00, hora de Dallas,
como el momento de defunción de JFK.

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