Capítulo 15 El Ciclo y La Rotación Del Capital Año 2020

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CAPÍTULO XV

EL CICLO Y LA ROTACIÓN DEL CAPITAL*

1. EL CICLO DEL CAPITAL INDUSTRIAL Y SUS TRES FASES.

El propósito y el motivo que rige la producción capitalista es


la obtención de plusvalía.

La plusvalía se crea en la producción. Pero las premisas


necesarias para crearla se encuentran en la circulación, ya que sólo
en ella puede el capitalista conseguir los medios de producción y la
mano de obra que necesita. Es también en la circulación donde el
capitalista vende las mercancías fabricadas por los obreros a fin de
reanudar, con el dinero recaudado, el proceso de elaboración de
plusvalía.

Quiere decirse que este proceso tiene un íntimo vínculo con la


circulación y representa la unidad de dos procesos: el de producción
y el de circulación.

Para crear la plusvalía, el capital tiene que ir de la órbita de la


circulación a la de la producción, y viceversa, pues el capital es
movimiento y no se le debe interpretar como algo inerte.

En su movimiento, el capital atraviesa varias fases y adquiere


formas distintas, ejecutando determinadas funciones en cada una de
ellas.

Es objeto de este tema analizar el capital en su dinámica,


examinar los factores que influyen en la rapidez del movimiento del
capital y mostrar la influencia que ejerce dicha rapidez en la
plusvalía. Nos vamos a referir a la dinámica del capital industrial, es
decir, del capital cuya función consiste en crear la plusvalía.

* Tomado del libro “Curso Superior de Economía Política”, Spiridonova, Atlas y otros,
Editorial Grijalbo, México, 1975.
Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

Al decir “capital industrial” nos referimos a todas las ramas


de la producción que se rigen al modo capitalista.

El capital atraviesa tres fases.

Comienza su movimiento en la forma de dinero. Para iniciar


sus actividades encaminadas a obtener plusvalía, todo capitalista
debe desembolsar una determinada suma de dinero invirtiéndola en
adquirir los factores indispensables de la producción: medios de
producción y fuerza de trabajo.

En virtud de ello, el capital-dinero se convierte en los


elementos del capital productivo, o sea del capital ocupado en la
esfera de la producción. Esta primera fase del movimiento del capital
puede ser expresada en la fórmula:

En virtud de ello, el capital-dinero se convierte en los


elementos del capital productivo, o sea del capital ocupado en la
esfera de la producción. Esta primera fase del movimiento del capital
puede ser expresada en la fórmula:

En la primera fase, el movimiento del capital se verifica en la


esfera de la circulación. Lo peculiar de esta fase es la adquisición de
la mercancía fuerza de trabajo. Precisamente esta adquisición, al
unificar la fuerza de trabajo con los medios de producción, es la que
permite que se convierta el valor desembolsado como dinero en
capital, auténtico, en valor que produce plusvalía.

En el acto D - T van implícitas determinadas relaciones de


clase entre el capitalista y el obrero, las cuales se manifiestan
primeramente en la esfera de la circulación, y más tarde en la de la
producción, siendo de notar que, en la circulación, la esencia de las
relaciones entre el capitalista y el obrero va oculta, enmascarada,
puesto que uno y otro actúan aparentemente como dos vendedores
iguales de mercancías, aunque ya aquí el obrero tiene que

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Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

enfrentarse con un capitalista que posee el monopolio de los medios


de producción.

Por tanto, el dinero se convierte en capital no por ser dinero,


sino porque en el mercado se enfrenta con la mercancía fuerza de
trabajo, porque se transforma en expresión de determinadas
relaciones de clase y crea la plusvalía.

La primera fase hace necesario el proceso de producción, ya


que el capital, convertido en elementos de producción, adopta una
forma natural con la cual no puede permanecer en la órbita de la
circulación y debe pasar a la de la producción.

El capitalista consume productivamente las mercancías


adquiridas; los obreros producen nuevas mercancías; y como
resultado de este proceso, el capitalista recibe mercancías cuyo valor
sobrepasa al de los medios de producción y de la fuerza de trabajo
invertidos en dicho proceso. El capitalista recibe mercancías que
encierran plusvalía. En esta fase, el capital productivo se transforma
en capital mercantil, en capital materializado en mercancías. La
segunda fase de la dinámica del capital se expresa en la fórmula:

Los puntos indican que el proceso de circulación es


interrumpido por el de producción. El signo M 1 nos dice que M1 es
superior a M en la magnitud de la plusvalía, que la nueva mercancía
creada se destina a la venta.

La segunda fase de la dinámica del capital es la fase


industrial o de producción. Durante ella, el capital tiene la forma de
capital productivo, que es el que, ocupado en la producción, crea la
plusvalía.

Por sí mismos, los medios de producción y la fuerza de


trabajo no constituyen un capital, sino solamente factores
indispensables de la producción. Adquieren la forma de capital

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Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

productivo tan sólo en determinado momento del desarrollo de la


producción mercantil, cuando la fuerza de trabajo se convierte en
mercancía como resultado de la disociación entre el productor
directo y los medios de producción y crea la plusvalía.

Es función del capital productivo la creación de la plusvalía.


El capital es productivo tan sólo cuando crea plusvalía. Desde el
punto de vista de la creación de la plusvalía, es sabido que sólo el
capital variable es productivo. Sin embargo, la circunstancia de que
la fuerza de trabajo sea tan sólo una parte del capital productivo
transforma las relaciones capitalistas en un fetiche. La plusvalía
aparece como una creación o fruto de todo el capital, con lo cual se
enmascara la esencia de la explotación capitalista.

En el proceso de producción se crean mercancías, y el capital


productivo pasa a ser capital-mercancías. La segunda fase prepara y
hace inevitable la tercera fase: la conversión de la mercancía en
dinero. De la órbita de la producción, el capitalista se reintegra al
mercado como vendedor de la mercancía producida, la realiza allí y
la convierte en dinero, con lo cual el capital-mercancía pasa a ser
capital-dinero.

Esta fase del movimiento del capital se expresa en la fórmula:

M1 - D1

La tercera es la fase de circulación. Las mercancías


producidas en las empresas capitalistas contienen el fruto de la
explotación capitalista: la plusvalía. Por eso, la función del capital-
mercancía consiste en realizar el valor acrecentado del capital, la
primera conversión de la plusvalía en dinero y el reintegro del capital
desembolsado a su forma dinero inicial. Sin realización es imposible
reanudar el proceso de producción y obtener plusvalía. Sin embargo,
la transformación del capital-mercancías en dinero tropieza con
dificultades originadas por el bajo poder adquisitivo de la clase
obrera así como por los efectos de la ley de la competencia y por la
anarquía de la producción. De ahí que esta fase desempeñe un papel
muy importante en el proceso del movimiento del capital.

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Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

Así, pues, el capital industrial, en su movimiento, atraviesa


una vez la fase de producción y dos veces la de circulación. La
dinámica del capital industrial puede expresarse en la fórmula
siguiente:

Hemos examinado las tres fases de la dinámica del capital


industrial, que en cada una de ellas adopta una forma especial:
capital-dinero, capital productivo y capital-mercancías.

La transformación consecutiva del capital de una fase en otra


y su paso por las tres fases llevan el nombre de ciclo de circulación
del capital, y representa la unidad del proceso de producción y del
proceso de circulación.

Como el fin de la producción capitalista consiste en crear


plusvalía, el capitalista no se limita a un solo ciclo del capital; por el
contrario, reanuda sin cesar la producción de plusvalía.

Ello significa que el capital industrial se encuentra en


perenne movimiento, y la fórmula de su ciclo asume la forma de una
espiral infinita:

Para que el proceso de producción no se interrumpa, el


capital debe hallarse, en todo momento, en sus tres formas: capital-
dinero, capital-productivo y capital-mercancías.

Al capitalista le es necesario disponer de dinero en metálico,


es decir, capital-dinero, que es susceptible de ser invertido en la

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El Ciclo y la Rotación del Capital

adquisición de los elementos de la producción y que constantemente


se reintegra a su forma anterior en virtud de la venta de las
mercancías. Durante el proceso de la producción, el capital
productivo no se consume todo a la vez. Además, siempre conviene
disponer de algunas reservas de materias primas, de combustible y
de materiales auxiliares. Lo mismo cabe decir del capital-mercancías.
Aunque las mercancías se venden a diario, sus reservas van
nutriéndose regularmente mediante la fabricación de nuevos
contingentes.

Condición indispensable para el ciclo ininterrumpido del


capital industrial es no sólo el movimiento simultáneo de aquél en
sus tres formas (capital-dinero, capital-productivo y capital-
mercancías), sino también la existencia de una cierta
proporcionalidad entre estas formas aisladas del capital industrial.

Vemos, pues, que el capital industrial representa la unidad de


las tres formas del capital.

El hecho de que el capital industrial aparezca en tres


variedades determina la existencia de tres formas en su ciclo: ciclo
del capital-dinero, ciclo del capital productivo y ciclo del capital-
mercancías. Examinemos las tres formas.

Indicaremos ya que cada una de las formas cíclicas del


capital pone de relieve determinados rasgos característicos del
capital industrial.

Ciclo del capital-dinero.

La fórmula del ciclo del capital-dinero coincide con la del


capital industrial. En el ciclo del capital-dinero se revela el fin
específico de la producción capitalista: la creación de plusvalía.

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El Ciclo y la Rotación del Capital

Sin embargo, el proceso de producción en el ciclo del capital-


dinero no es sino un eslabón entre dos fases de la circulación. La
forma productiva del capital es pasajera, efímera. Con esto, la fuente
de la plusvalía se encubre, y el capital-dinero aparece como “dinero
que engendra dinero”, y se da la impresión de que la plusvalía surge
en el proceso de la circulación.

Ciclo del capital productivo.

En el ciclo del capital productivo, el movimiento arranca de la


órbita de la producción, y en ella termina. El proceso de circulación
constituye un eslabón intermedio, y el dinero sirve tan sólo de forma
pasajera del capital. El fin de la producción capitalista se difumina y
enmascara, creándose la falsa impresión de que la producción en sí
representa el objetivo del capitalismo. En virtud de ello, la
producción capitalista aparece como una especie de “producción por
la producción”.

Ciclo del capital-mercancías.

En el ciclo del capital-mercancías, la circulación es el punto


inicial. Con ello se crea la apariencia de que el fin de la producción
capitalista consiste en satisfacer las necesidades sociales. El
capitalista convierte la mercancía en dinero; quiere decirse que el
ciclo del capital-mercancías presupone consumo, con lo cual
adquiere mayor relieve el nexo interno de la producción con el
consumo.

Por consiguiente, las diversas formas del ciclo del capital


industrial exponen los rasgos característicos de este capital.

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Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

El ciclo del capital-dinero revela el crecimiento del valor del


capital como fin y motivo de la producción.

El ciclo del capital productivo promueve a primer plano el


propio proceso de revalorización del capital, el proceso de la creación
de plusvalía.

El ciclo del capital-mercancías revela las condiciones en que


se realiza la revalorización del capital, subrayando el nexo de la
producción con el consumo.

Como cada una de las formas del ciclo del capital industrial le
caracteriza de manera unilateral y al mismo tiempo descubre los
defectos de las otras formas, el capital industrial sólo muestra
su auténtica fisonomía en la unidad de las tres formas del ciclo.

Cada ciclo hace resaltar un rasgo determinado, y solamente


en su unidad reflejan todos ellos el propósito y el motivo de la
producción capitalista. Analizar el capital industrial basándose en
una sola forma de su ciclo induciría inevitablemente a una
interpretación errónea de la realidad capitalista, velando los
antagonismos de clase existentes en la sociedad.

El capital-dinero, el capital productivo y el capital-mercancías


cumplen funciones diferentes en la dinámica del capital industrial.
Al llegar el capitalismo a un cierto grado de desarrollo, sobre la base
de las formas peculiares que adopta el capital industrial en su
dinámica, tiene lugar la formación de tipos diferentes de capital,
aislados unos de otros, y de los correspondientes grupos capitalistas.
Sobre la base del capital-dinero surge el capital de préstamo y los
capitalistas dedicados a estas actividades; sobre la base del capital-
mercancías surge el capital mercantil y los capitalistas mercantiles, y
sobre la base de la forma productiva surgen el capital industrial y los
capitalistas industriales, los empresarios.

En su movimiento, el capital atraviesa una vez la fase


productiva y dos veces la circulante. La revalorización del capital se
verifica en la órbita de la producción, cuando se encuentra en la
forma de capital productivo. Por eso decía Marx que el

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El Ciclo y la Rotación del Capital

funcionamiento del capital productivo constituía una genuina


metamorfosis del capital. Es en la producción donde se lleva a efecto
la metamorfosis real; en cambio, en la órbita, mientras que su valor
no sufre alteraciones, o sea que se realiza una metamorfosis formal
del capital.

Por tanto, la producción y la circulación desempeñan papeles


distintos en el proceso de revalorización del capital, en el proceso de
la creación de la plusvalía. No conviene, pues, identificar la
producción con la circulación.

La economía burguesa, en aquellos casos en que las


identifica, considera la circulación y su forma especializada –el
comercio- como una de las ramas de la producción, con lo cual se
encubre el papel especialísimo de la producción en el proceso de
creación de plusvalía.

Otro intento de ocultar el papel de la producción en la obra de


crear la plusvalía es la llamada concepción cambista, cuyos adeptos
separan la circulación de la producción, enfocando ésta tan sólo
como una relación entre el hombre y la naturaleza y reduciendo las
relaciones de producción a relaciones de cambio. Los partidarios de
la “concepción cambista” sostienen que, en una economía capitalista
mercantil, las relaciones sociales representan relaciones de cambio;
que, fuera del mercado, en el proceso de la producción, los
poseedores de mercancías se las entienden tan sólo con la naturaleza
y no están ligados entre sí por ningún vínculo. Por tanto, dicen ellos,
el valor no se crea en la producción, sino en la circulación. Partiendo
de esta tesis, los voceros de la concepción cambista reducen también
las relaciones entre los capitalistas y los obreros a simples relaciones
de intercambio, asegurando que en la producción no existen entre
ellos otros vínculos que los puramente técnicos: los capitalistas son
organizadores y dirigentes de la producción, y los obreros sus
ejecutores. Pero como en las relaciones de mercado entre los
capitalistas y los obreros existe una igualdad formal, los portavoces
de la “concepción cambista” niegan la explotación de los obreros por
los capitalistas y predican la armonía de los intereses de las clases.

Cuando Marx demostró la unidad de la producción y la


circulación, poniendo de relieve el diferente papel de ambas en el

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El Ciclo y la Rotación del Capital

proceso de creación de la plusvalía, desenmascaró el contenido


burgués de la concepción cambista y puso al desnudo sus raíces de
clase.

2. LA ROTACIÓN DEL CAPITAL. CAPITAL FIJO Y CAPITAL


CIRCULANTE.

Como la producción capitalista tiene por objeto extraer


plusvalía, el capital realiza ciclos ininterrumpidos, repitiéndolos sin
cesar.

El ciclo del capital, considerado no como un fenómeno


aislado, sino como un proceso que se reitera y se reanuda
periódicamente, se denomina rotación del capital.

El tiempo que todo el capital necesita para pasar por la


producción y la circulación es el tiempo de rotación del capital.

Dicho de otro modo, el tiempo de rotación es el intervalo entre


el momento de desembolsar un capital en determinada forma y el
momento en que dicho capital retorna a manos del capitalista en la
misma forma, pero acrecentado en una magnitud igual a la de la
plusvalía.

El tiempo de rotación de capitales individuales es distinto, y


depende de las diversas condiciones de producción y de circulación.
Por eso surge la necesidad de una unidad general para calcular y
comparar la rapidez de rotación de distintos capitales individuales.
Esta unidad general de medida del tiempo de la rotación del capital
permite comprobar la celeridad de la circulación de cualquier capital
por el mismo procedimiento, comparar la rapidez con que se efectúa
la rotación de un capital con la de otro.

Como unidad natural para medir las rotaciones del capital en


funcionamiento se ha tomado el año, ya que en la zona templada,
cuna de la producción capitalista, los principales artículos agrícolas
son productos anuales.

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Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

El capital puede circular una vez, dos, tres veces al año. Si


para señalar el año como unidad de tiempo de la rotación nos
valemos del signo O, y expresamos el tiempo de rotación de un
capital dado con el signo o, se determinará de acuerdo con la fórmula
siguiente:

n=O
o

Ejemplos:

1. o = 3 meses. Así, n = 12 = 4. Cuatro rotaciones al año.


3

2. o = 12 meses. Así, n = 12 = 1. Una rotación al año.


12

¿De qué depende el tiempo de rotación de un capital


individual determinado? En su velocidad influyen diversas
circunstancias, la principal de las cuales es la composición del
capital productivo.

Según sabemos ya, el capital productivo comprende el valor


de los medios de producción y el de la fuerza de trabajo.

El valor del capital invertido en adquirir estos factores de la


producción se transfiere, en el transcurso de ésta, al valor del
producto fabricado, y lo hace por diversos procedimientos. Según el
modo como se verifica la transferencia del valor de las diversas
partes integrantes del capital productivo al valor del producto, el
capital productivo se divide en capital fijo y capital circulante.

Una parte de los medios de producción son medios de


trabajo: edificios, maquinaria y aparatos que, comprados por el
capitalista, funcionan durante un período más o menos prolongado,
manteniendo su independencia respecto del producto. Para adquirir
los medios de trabajo hay que desembolsar un capital
inmediatamente. Pero este capital interviene en la circulación

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Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

solamente por partes, en la medida en que se van desgastando los


medios de trabajo, y su valor se reintegra al capitalista en forma de
dinero también por partes, sin abandonar materialmente la órbita de
la producción.

La suma que compensa el desgaste de los medios de trabajo


se destina anualmente a la amortización. La amortización representa,
pues, una restitución paulatina, en forma de dinero, del valor de los
medios de trabajo, a través de asignaciones periódicas que
corresponden a su desgaste.

Supongamos que una máquina valorada en 10.000 dólares y


calculada para trabajar un período de diez años transfiere
anualmente al producto el 10 por 100 de su valor, o sea 1.000
dólares. A medida que la producción vaya vendiéndose, este valor
retornará a manos del capitalista, que lo acumulará como fondo de
amortización.

La parte del capital que el capitalista invierte en construir


locales y en comprar maquinaria e instrumentos que transfiere por
partes su valor al producto fabricado lleva el nombre de capital fijo.

Por consiguiente, el capital fijo es la parte del capital


productivo que, participando plenamente en la producción, transfiere
su propio valor al producto no de una vez, sino por partes, a medida
que se desgasta.

A diferencia del capital fijo, el capital circulante es la parte del


capital productivo cuyo valor se transfiere totalmente a la mercancía
en el transcurso de una rotación para retornar luego a manos del
capitalista en forma de dinero y en toda su plenitud, al ser vendido el
producto. Forma parte del capital circulante la parte del capital
invertida en la adquisición de materias primas, combustible y
materiales auxiliares, y también los recursos que se invierten en la
adquisición de fuerza de trabajo.

Esta se diferencia radicalmente de los restantes elementos del


capital circulante. Al ser utilizada en la producción, la fuerza de
trabajo no transfiere su valor al producto, sino que crea un nuevo
valor que contiene plusvalía. Pero el modo de circulación del valor de

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Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

la fuerza de trabajo resulta ser el mismo que el del valor de las


materias primas, del combustible y de los materiales auxiliares. Por
esa razón, el capital variable es parte del capital circulante. La
división del capital en fijo y circulante queda restringida al capital
productivo. El capital-dinero y el capital-mercancías son capitales en
circulación y no se dividen en fijo y circulante.

Conviene establecer una diferencia nítida entre la división en


capital fijo y circulante, de una parte, y la división en capital
constante y variable, de otra.

Estas dos divisiones del capital pudieran expresarse con el


siguiente esquema:

La división del capital en constante y variable está


determinada por su diferente papel en la producción de valor y de
plusvalía. Semejante división descubre la esencia de la explotación
capitalista; por eso no la reconoce la Economía política burguesa.

En cuanto a la división del capital en fijo y circulante, son las


diferencias de las rotaciones de las partes integrantes del capital las
que la determinan. Esta división oculta que el capital se divide en
constante y variable; el capital variable, única fuente de la plusvalía,
aparece tan sólo como una de las partes del capital circulante. Se
encubre la fuente de la plusvalía, se escamotean las relaciones de
explotación capitalista, y por eso la Economía burguesa sólo
reconoce la división del capital en fijo y circulante.

De lo dicho se desprende que las diversas partes integrantes


del capital productivo circulan de manera distinta.

Con el desarrollo del capitalismo crecen el volumen y la


duración del capital fijo, lo cual influye sobre la rapidez de la

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Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

rotación del capital en su conjunto. La rotación se amortigua y


prolonga, y su amortiguamiento, originado por el crecimiento del
capital fijo, agudiza las contradicciones del capitalismo.

Ello es debido a que el capital fijo se desgasta no sólo


físicamente. Conforme progresa el capitalismo, se verifica un proceso
de desgaste moral del capital fijo particularmente de la maquinaria y
de los instrumentos. Mientras las máquinas funcionan la sociedad
realiza nuevos descubrimientos técnicos e inventos cuya utilización
eleva la productividad del trabajo y abarata los elementos del capital
fijo: la maquinaria y el instrumental, produciendo una
desvalorización del capital fijo. El proceso de desvalorización de las
máquinas en virtud el progreso técnico lleva el nombre de “desgaste
moral” del capital fijo.

El desgaste moral provoca la pérdida del capital invertido; por


tal motivo, los capitalistas se manifiestan, en ciertos casos, contra la
aplicación del proceso técnico. El aumento del capital fijo y el
amortiguamiento de la rotación del capital agravan la amenaza de
desgaste moral del capital fijo. Los capitalistas se esfuerzan por
prevenirse contra dicho peligro. Los medios para evitarlo son la
prolongación de la jornada de trabajo y el aceleramiento
desenfrenado de la intensidad de la labor que realizan los obreros. La
utilización de estos medios agudiza las contradicciones entre las
capitalistas y los obreros.

Por otra parte, los patronos procuran compensar la mayor


lentitud de la circulación del capital elevando la cuota de
amortización. Como resultado de todo ello se encarecen los
productos, surgen dificultades en su venta, se agravan la
competencia y el antagonismo de la propia clase capitalista. Además,
al crecer el volumen del capital fijo, el capital industrial pierde, en
buena medida, su facultad de cambiar rápidamente la producción de
un artículo por la de otro. Esto dificulta la competencia y agrava las
contradicciones entre los capitalistas, las cuales, en última
instancia, siempre se resuelven a costa de la clase obrera.

Hemos visto, pues, que al desarrollarse el capitalismo


aumenta el capital fijo, se amortigua la rotación del capital y, en
virtud de todo ello, se agravan las contradicciones del capitalismo.

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Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

Hay otro factor que influye en el ritmo de la rotación del


capital: la duración del tiempo de producción y del tiempo de
circulación.

El tiempo de producción es el período en que el capital se


encuentra en la esfera de la producción. La parte principal del
tiempo de producción la constituye el período de trabajo, durante el
cual el objeto a elaborar es sometido a la acción directa del
productor. El período de trabajo es el número de jornadas,
necesarias en una rama para obtener un producto completamente
fabricado. La productividad de este período depende de la índole de
la rama en cuestión, de las condiciones técnicas y de las propiedades
específicas del producto elaborado.

Por ejemplo, en una fábrica de hilados, cada operario


convierte parte del algodón en hilatura y cierta porción del producto
manufacturado se pone a la venta diariamente, mientras que en
unos astilleros la construcción de cada barco requiere decenas y
hasta cientos de jornadas de muchos obreros.

La magnitud del capital invertido y la duración de sus


rotaciones dependen directamente de la duración del período de
trabajo. Habitualmente, el tiempo de producción es más largo que el
período de trabajo, ya que, además de éste, incluye el tiempo de la
acción independiente de las fuerzas de la naturaleza sobre el objeto
del trabajo y también el tiempo en que el capital actúa como reserva
de producción.

El tiempo de acción independiente de las fuerzas naturales


sobre el objeto del trabajo es el período durante el cual aquél es
sometido a procesos naturales, interrumpiéndose prácticamente el
del trabajo. Esta porción de tiempo es particularmente grande en
ramas económicas como la agricultura, la vinicultura o la industria
de la madera.

La tercera parte integrante del tiempo de producción es el


período en que el capital se encuentra en su forma de reserva de
producción. Para que el proceso de producción se realice
ininterrumpidamente, es indispensable poseer siempre alguna
reserva de materias primas, de combustible, de instrumentos, etc.

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El Ciclo y la Rotación del Capital

Por supuesto, cuanto más se prolonga el período en que un


objeto es sometido a la acción directa del trabajo, o a la acción
independiente de las fuerzas naturales, o se encuentra en la forma
de reserva industrial, tanto más lentamente circula el capital
desembolsado. Dicho de otro modo, el ritmo de la rotación de este
capital depende del tiempo de producción y de sus partes
integrantes.

¿De qué modo pueden ser reducidos el tiempo de producción


y sus partes integrantes?

La reducción del período de trabajo se alcanza por los


siguientes procedimientos:

1. Prolongación de la jornada de trabajo.


2. Intensificación de éste.
3. Aumento del número de operarios.
4. Aumento de los turnos.
5. Ampliación de la división social del trabajo y de la
especialización de la producción.
6. Incremento de la productividad del trabajo, que es el
procedimiento decisivo para reducir el período de trabajo.

La reducción del tiempo de la acción independiente de las


fuerzas naturales sobre el objeto en elaboración se obtiene
acelerando los procesos naturales mediante los adelantos de la
ciencia y de la técnica y perfeccionando los métodos de producción:
empleo de catalizadores en la industria química, selección y
mejoramiento de las semillas en la agricultura, selección artificial y
cruce en la ganadería, etcétera.

Para reducir el período en que el capital se encuentra


convertido en reserva industrial hay que reducir las propias reservas.

“La magnitud de esta reserva de producción depende de la


mayor o menor dificultad de su renovación, del mayor o menor
alejamiento de los mercados en que es posible abastecer de esos

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Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

elementos, del desarrollo de los medios de transporte y


comunicación, etc.”1

Hemos examinado el tiempo de producción y los


procedimientos para reducirlos.

Veamos ahora el tiempo de circulación.

El tiempo de circulación es el período durante el cual el


capital, hallándose en la circulación, pasa de la forma dinero a la
productiva y de la forma mercantil a la forma dinero.

El tiempo de circulación depende de las condiciones de


compra de los medios de producción y de venta de las mercancías
fabricadas, de la proximidad y del volumen del mercado, del nivel de
desarrollo de los medios de transporte y de las comunicaciones. A
medida que avanza el capitalismo, el tiempo de circulación sufre una
influencia doble: de una parte, el progreso de los transportes y
comunicaciones lo reduce; de otra, la competencia capitalista, la
lucha por lo menos mercados y las crecientes dificultades para la
venta de las mercancías, originadas por el crecimiento de la miseria
de las masas trabajadoras, contribuyen a prolongar el tiempo de
circulación.

Puede preguntarse a qué se debe el interés de los capitalistas


por acelerar el ritmo de las rotaciones del capital.

Los factores que determinan su rapidez ejercen también


influencia sobre la creación de plusvalía. De por sí, la velocidad del
ritmo de la rotación del capital no crea plusvalía, pero permite
obtener la misma cantidad de plusvalía con menos capital o mayor
cantidad con el mismo capital. Por ejemplo, la reducción del tiempo
de circulación limita el capital-mercancías y el capital-dinero, y
permite, en virtud de ello, incrementar el capital productivo, es decir,
proporciona a los capitalistas la posibilidad de contratar mayor
número de obreros sin aumentar el capital.

1 C. Marx, El Capital, ed. Cit., tomo II, págs. 118-119.

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Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

Por otra parte, el aceleramiento de la rotación de la totalidad


del capital desembolsado implica un aceleramiento de la rotación del
capital variable. De la rapidez con que éste circule dependen la masa
anual de plusvalía y también la cuota de plusvalía.

Examinemos un ejemplo:

Dos capitalistas disponen de capitales idénticos con igual


composición orgánica, que se diferencian tan sólo por el número de
ciclos que efectúan al año (n).

K1 = 2.000 1.500 c + 500 v m’ = 100% n = 1.


K2 = 2.000 1.500 c + 500 v m’ = 100% n = 12.

El primer capitalista obtendrá en un año m = 500.

El segundo obtendrá en un año m = 500 X 12 = 6.000.

Por consiguiente, los dos capitalistas obtendrán en un año


una masa diversa de plusvalía, y la cuota anual de plusvalía será
distinta en cada uno de ellos.

La cuota anual de plusvalía (M1) es la proporción existente


entre toda la masa de plusvalía producida en un año y el capital
variable desembolsado.

En nuestro ejemplo M1 = 500 = 100 por 100.


500

M2 = 6.000 = 1.200 por 100.


500

De tal modo, la masa y la cuota anual de plusvalía se


modifican de manera directamente proporcional al número de
rotaciones del capital variable desembolsado.

Lo dicho más arriba permite comprender por qué, bajo el


capitalismo, la industrialización comienza por el incremento de las

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Capítulo XV
El Ciclo y la Rotación del Capital

ramas de la industria ligera. En ella se verifica más rápidamente la


rotación del capital, lo que hace que la cuota anual de plusvalía sea
superior.

Concluyendo, hemos estudiado el capital como un


movimiento que cosiste en una metamorfosis ininterrumpida. En las
tres formas del capital, las relaciones de clase están adulteradas y
encubiertas: el aumento del capital aparece como un resultado de su
dinámico, del cambio de sus formas. Se crea la impresión de que la
plusvalía surge no sólo en la producción, sino también en la
circulación. Y esta falsa creencia se fortalece gracias al hecho de que
cuanto más rápidamente se mueve el capital, con tanta mayor
celeridad crece.

Carlos Marx demostró que la plusvalía se crea solamente en


la producción, que el aceleramiento de la circulación del capital no
crea, de por sí, ni un átomo de nuevo valor, y sólo permite a los
capitalistas, con el mismo capital, explotar a un mayor número de
obreros o a los mismos en más ocasiones, cuyo trabajo crea en el
transcurso del año una mayor masa de plusvalía.

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