Consagración de Sí Mismo A Jesucristo.2
Consagración de Sí Mismo A Jesucristo.2
Consagración de Sí Mismo A Jesucristo.2
¡Oh Sabiduría eterna y encarnada! ¡Oh amabilísimo y adorable Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre,
Hijo único del Padre Eterno y de María, siempre Virgen! Yo os adoro profundamente en el seno y en los
esplendores de vuestro Padre, durante la eternidad, y en el seno virginal de María, vuestra dignísima Madre,
en el tiempo de vuestra Encarnación.
Os doy gracias porque os habéis anonadado Vos mismo, tomando la forma de esclavo, para sacarme de la
cruel esclavitud del demonio. Os alabo y glorifico, porque os habéis dignado someteros a María, vuestra
Santísima Madre, en todas las cosas, a fin de hacerme por Ella vuestro esclavo fiel.
Pero ¡ay!, por seros ingrato e infiel, no he guardado las promesas que tan solemnemente os hice en el
Bautismo; no he cumplido mis obligaciones; no merezco ser llamado vuestro hijo ni vuestro esclavo, y como
en mí nada hay que no merezca vuestra repulsa y vuestra cólera, no me atrevo por mí mismo a acercarme a
vuestra santísima y augusta Majestad.
Por eso recurro a la intercesión de vuestra Santísima Madre, que me habéis dado como medianera ante Vos,
y por este medio espero alcanzar la contrición y el perdón de mis pecados, la adquisición y la conservación de
la Sabiduría.
Os saludo, pues, ¡oh María Inmaculada!, tabernáculo vivo de la divinidad, en donde la Sabiduría eterna,
escondida, quiere ser adorada por los ángeles y por los hombres. Os saludo ¡oh Reina del cielo y de la tierra!,
a cuyo imperio está sometido todo lo que hay debajo de Dios. Os saludo ¡oh Refugio seguro de los pecadores!,
cuya misericordia no falta a nadie; escuchad favorablemente los deseos que tengo de la divina Sabiduría y
recibid para ello los votos y las ofrendas que mi bajeza os presenta.
Yo, ………………………… , pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en vuestras manos los votos de mi Bautismo.
Renuncio para siempre a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y me doy todo entero a Jesucristo, la Sabiduría
encarnada, para llevar mi cruz en su seguimiento todos los días de mi vida. Y a fin de serle más fiel de lo que
he sido hasta aquí.
Os escojo hoy, ¡oh María!, en presencia de toda la corte celestial, por mi Madre y Señora. Os entrego y
consagro, en calidad de esclavo, mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores y aun el valor de mis
buenas acciones pasadas, presentes y futuras, dejándoos entero y pleno derecho para que dispongáis de mí y
de todo lo que me pertenece, sin reserva, según vuestro amable beneplácito, a mayor gloria de Dios, en el
tiempo y en la eternidad.
Recibid, ¡oh Virgen benignísima!, esta humilde ofrenda de mi esclavitud, en honor y unión de la sumisión
que la Sabiduría eterna se ha dignado tener a vuestra maternidad; en homenaje del poder que ambos tenéis
sobre este pobre gusanillo y miserable pecador; en acción de gracias por los privilegios con que la Santísima
Trinidad os ha favorecido. Protesto que en adelante quiero, como verdadero esclavo, procurar vuestro honor
y obedeceros en todas las cosas.
¡Oh Madre Admirable!, presentadme a vuestro querido Hijo, en calidad de esclavo eterno, a fin de que, pues
me rescató por Vos, me reciba también por Vos. ¡Oh Madre de Misericordia!, concededme la gracia de
alcanzar la verdadera Sabiduría de Dios y de colocarme, por tanto, entre los que Vos amáis, enseñáis,
conducís, alimentáis y protegéis como a vuestros hijos y esclavos.
¡Oh Virgen fiel!, hacedme en todas las cosas tan perfecto discípulo, imitador y esclavo de la Sabiduría
encarnada, Jesucristo, vuestro Hijo, que llegue, por vuestra intercesión y a ejemplo vuestro, a la plenitud de
su edad sobre la tierra y de su gloria en los cielos. Amén.