El Poder de La Honra
El Poder de La Honra
El Poder de La Honra
DEFINICION DE HONRA
La honra es una llave que libera más de lo que ya has recibido de las personas a quien tú le
muestra honor. Hoy en día por la deshonra muchos no están alcanzando la vida que Dios ha
planeado para ellos.
La palabra Honra aparece 144 Veces en toda la Escritura mas que la palabra Deshonra que solo
aparece 14 veces lo que nos da a entender que Dios esta interesado que entendamos lo
importante de la Honra.
La palabra Honra en Hebreo es: kabed ( ָּכ ֵבד, H3513), «honrar». Este verboaparece unas 114
veces en todos los períodos del hebreo bíblico. Sus cognados están en las mismas lenguas que el
nombre kabôd . Un ejemplo de kabed aparece en Deu_5:16 : «Honra a tu padre y a tu madre,
como Jehová tu Dios te ha mandado».
La palabra Honra en Griego es: timao (τιμάω, G5091) , fijar el valor, el precio. Se traduce
«apreciado» y precio puesto» (Mat_27:9 , rv , rvr ); «tasado» y «precio puesto» (rvr77 ); «valor del
valorado» y «avaluaron»
Marcos 6:1-6
A Jesús no lo honraron o reconocieron, por que habían crecido con El, lo habían visto solo con sus
ojos naturales, para ellos era otro mas.
Donde a Jesús no se le honro como el hijo de Dios, el solamente pudo hacer mesas y sillas.
Así mismo muchas veces no honramos a los que tenemos al lado, por que sabemos que son
personas imperfectas y que cometen errores.
Vemos solo los errores y no nos enfocamos en lo que pueden hacer por mí, desaprovechamos la
bendición que ellos tienen para nosotros.
Los hijos les ven las debilidades a sus padres, pero no por eso deben menospreciar lo que pueden
hacer por ellos.
Vemos los errores de los líderes civiles, o los maestros, o los jefes y por eso perdemos la
bendición que esta escondida en ellos.
No podemos ver solo lo que nuestros ojos naturales ven, sino lo que hay dentro de esas personas.
Tienes la oportunidad de enfocarte en lo que las personas representan para ti, honrarlas y recibir
bendiciones.
CUANDO HONRALAS A LAS PERSONAS QUE DIOS MANDO QUE HONRAMOS COSAS
PASA, Y CUANDO HONRAMOS A DIOS GRANDES COSAS PASAN.
Introducción.
Lo primero que el diablo va a querer hacer contra nosotros es que nos rebelemos a nuestras
autoridades, para robarnos la bendición de Dios. Eso fue lo que hizo con Eva.
Las obras testifican de nosotros, dan testimonio de lo que hay verdaderamente en nuestro
corazón (fe o duda, obediencia o rebelión).
Explicación:
Honrar a la autoridad delegada de Dios es honrar a Dios mismo. Si no honro a la autoridad
delegada, no honro a Dios. Cuando me rebelo me estoy rebelando contra Dios mismo, y el
pecado de rebelión es como idolatría (1 Sam 15.22-23).
El mandato de Dios es SOMETERSE (respetar, obedecer, honrar).
¿Quiénes? TODAS las personas sin excepción. Siempre, en cualquier posición en la que
estemos, vamos a tener a alguien por autoridad (sobre un alto gobierna otro más alto, y sobre
este otro más alto, Ecle 5:8).
¿A quiénes? A LAS AUTORIDADES SUPERIORES EN CUALQUIER ÁMBITO DE LA VIDA
(familia, trabajo, iglesia, nación, etc.), aún en aquellos casos en que nos parezca que están
obrando injustamente hacia nosotros (como el caso de José con respecto a Potifar; por cierto,
por la obediencia de José a Potifar, el carcelero y Faraón, Dios lo promovió a la mayor
autoridad de Egipto después de Faraón). Necesitamos entender que TODA AUTORIDAD,
justa o injusta, ha sido puesta por Dios (Dan 2:20-21), y rebelarnos contra ella es rebelarnos
contra Dios. Ello no implica que Dios sea responsable por el ejercicio injusto de la autoridad.
Esa es responsabilidad del que recibió la delegación de autoridad y no la ejerció de acuerdo al
modelo de Dios.
Por cierto, no necesariamente la autoridad tiene que ser creyente. Tenemos el caso de
hombres de Dios que la Biblia nos enseña que se sometieron a sus jefes aún cuando no eran
creyentes (Mardoqueo, Nehemías, José, Daniel, los tres amigos de Daniel, etc.). Y en todos
los casos, fueron bendecidos por parte de Dios.
¿Por qué? Porque TODA AUTORIDAD PROVIENE DE DIOS. Toda autoridad ha sido puesta,
establecida por Dios
La desobediencia es resistir a Dios
Las consecuencias de la desobediencia, la deshonra, la falta de respeto a la autoridad:
maldición para el que resiste la autoridad
La recompensa de la honra:
Sal 89:20-24. “Hallé a David, mi siervo; Lo ungí con mi santa unción. Mi mano estará siempre
con él, mi brazo también lo fortalecerá. No lo sorprenderá el enemigo, ni hijo de iniquidad lo
quebrantará; sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos, y heriré a los que le
aborrecen. Mi verdad y mi misericordia estarán con él, y en mi nombre será exaltado su
poder.”
Vivir bajo la unción y bendición de Dios (Sal 133).
Dios estará con nosotros y nos fortalecerá.
El enemigo no nos sorprenderá ni nos quebrantará. Más bien, nosotros lo quebrantaremos a
él.
La verdad de Dios y Su misericordia estarán con nosotros.
Seremos exaltados por Dios a su tiempo: Dios honró a David de muchas maneras, la más
grande es que el hijo de Dios, hecho hombre, fue llamado “Hijo de David”.
Nos acercaremos más a ser personas conforme al corazón de Jehová (1 Sam 13:14).
Beneficios de la honra:
Al someternos, ponemos en las manos de Dios nuestro caso, principalmente cuando la
autoridad está actuando incorrectamente, como lo fue José en Egipto (Gn 37-46).
También Jesús puso su caso delante de Dios, no se rebeló a la autoridad delegada de Dios
representada por el Sumo Sacerdote y el Sanedrín, Poncio Pilatos ni Herodes (1 Ped 2:21-
23). Por el otro lado, todo lo que El hacía lo hacía en la obediencia al Padre, aún lo que no
quería, como fue morir en la Cruz. Recordemos que El le pidió al Padre que si era posible, El
pasara eso de Jesús, pero que no se hiciera la voluntad de Jesús sino la de Dios.
No tenemos obstáculo, por ese lado, para recibir las bendiciones de Dios; crecemos en la
obediencia a Dios y por ende, nos acercamos a las bendiciones que son por la obediencia
(Deut 28:1-14).
Conclusiones.
Necesitamos someternos (honrar, respetar y obedecer) a las autoridades, en cualquier ámbito
de la vida (Rom 13:1-7).
A nuestros padres (Efe 6:1-3).
A nuestros jefes (Efe 6:5-8).
A nuestros pastores y líderes espirituales (Heb 13:17).
A las autoridades de gobierno (Ejecutivo, legislativo y judicial) (2 Ped 2:17).
Toda autoridad es servidor de Dios para nuestro bien (Rom 8:28-29), aún las que actúan
injustamente (esa no es nuestra responsabilidad, es la de ellos delante de Dios).
La responsabilidad del creyente es respetarlos y honrarlos, sujetarnos a ellos, hacerles bien.