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Créditos
Lectora

Andiita92 Guga Kenia20 Pussyharry__xx


Auro Kyle IzzieNoemi Lectora Thelovestory
Covibg Jhos Lu_Rodriguez
Flor Julieta9876 Mlle. Janusa

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Cat J. B

Ama Flor25 Stefanny de leon


Auro Kyle LarochzCR Yasmi2412
Cat J. B Pily

Cat J. B CruelSummer
Sinopsis
Brielle Storm hereda un rancho en ruinas en los campos de Montana
y ella no está contenta con su situación en lo más mínimo. Puede estar
mudándose a su nuevo hogar, y podría estar planeando en hacer lo que sea
necesario para que su padre multimillonario sea feliz, pero desde luego no
lo va a hacer con una sonrisa en su rostro.

No. Brielle planea ir a Montana, contratar a algún ranchero para que


haga todo el trabajo, y luego salir de allí antes de que la primera nevada del
invierno tenga una probabilidad de golpear.

Montana no es un estado que ofrezca un clima predecible y Brielle va


a descubrir que la tierra no es el único que tiene que temer.

Cuando su vecino vaquero, más caliente que cualquier chico de

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ciudad alguna vez sueña con ser, aparece en su puerta, Brielle decide que

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tal vez Montana no es tan malo después de todo.

Eso es hasta que él se ríe abiertamente en sus formas de chica de


ciudad. Entonces, ella tiene algo que probar...

Billonaire Bachelors #9
The Lost Andersons #2
Prólogo
Traducido por Auro Kyle
Corregido por Ama

Se negaba a llorar. No lo había hecho en once años.


Así que Brielle Storm inspeccionó sus uñas, repiqueteó el pie contra el
suelo, y esperó que el show comenzara con toda la frialdad que pudo reunir.
Habían pasado un par de días desde su última manicura. Sí, en eso se iba
a enfocar. Era más fácil centrarse en sus uñas y dejar que su familia siguiera
pensando que no era más que una niña mimada y superficial, que hacerles
saber quién era realmente. ¿Pero siquiera lo sabía ella?
No. En realidad, no. Había estado perdida durante tantos años que no
creía que fuera posible encontrarse a sí misma. Encontrarse a uno mismo
era una cosa de los años sesenta, de todos modos. Así que se centraría en

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sus dedos, mirando la pintura saltada en sus uñas, y se desconectaría de
las personas que solían ser las más importantes en su vida.
Un spa estaba esperándola, ¿no? Por supuesto que sí.
Cuando le llegó el sonido de murmullos, alzó la mirada, molesta de tener
que hacer frente a su familia. ¿Con qué motivo los había llamado su padre?
Habían sido poco más que extraños durante mucho tiempo. Y a Brielle le
gustaba que fuese de esa manera. Bueno... esa era su historia, y se aferraba
a ella. No había lugar para las emociones en el mundo del que había llegado
a formar parte. Estas personas en la habitación con ella eran poco más que
extraños ahora. Enfocándose de nuevo en la conversación, convirtió su
rostro en una máscara de aburrimiento mientras uno de sus hermanos
hablaba.
—¿Alguno de ustedes tiene la menor idea de qué se trata esto?
—Nop. Parece que al viejo se le ha metido algo bajo el trasero de nuevo
—dijo otro hermano—. Todavía no he ido a la cama, ugh, estuve despierto
toda la noche y entonces sonó el teléfono con la llamada de papá. Consideré
seriamente no presentarme.
Brielle sonrió, la sonrisa social y forzada que sabía sus hermanos
detestaban.
—Deberían dejar de quejarse, ya saben cómo se pone padre. No quieren
que le corten su precioso fondo fiduciario justo ahora, ¿verdad?
—Cállate, Brielle. Tú eres la única que sufriría si perdieras el dinero de
papá.
El comentario le dolió, pero se negaba a reconocerlo. No mostraría
debilidad delante de sus hermanos, de ninguna manera. Hubo un tiempo
en el que pensaba que todos eran superhéroes, que el sol y la luna colgaban
sobre ellos.
Eso fue mucho tiempo atrás. Entonces, ¿por qué de repente estaba
luchando contra las lágrimas?
Nop. No iba a suceder, porque Brielle no lloraba, ya no.
Borró esa emoción y miró a su hermano mayor, Crew, con el ceño
levemente fruncido. Luego Lance habló y se dio la vuelta en su dirección.
Lance fue el segundo de los chicos que su traidora madre había lanzado
fuera de su vientre a intervalos regulares antes de irse en medio de la noche.
—Todos ustedes tienen callarse antes de que el viejo entre. Mientras más
obedientes seamos, más rápido terminará esta conmovedora reunión

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familiar y podremos seguir adelante con nuestras vidas.

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—Esa es una muy buena idea, Lance. Sé lo importante que es para que
ustedes huir de mi presencia.
La voz de su padre.
Brielle se tensó cuando el hombre del momento entró por la puerta. Una
vez había sido el mayor héroe de todos para ella. Ahora casi no hablaba con
él. Mientras se quedaba allí sentada inmóvil, esperó, deseando solo por un
breve segundo poder dar marcha atrás el reloj y ser otra vez esa niña que
corría a los brazos de su padre sin el peso del dolor a sus espaldas que le
impedía hacerlo ahora. Pero rápidamente alejó ese pensamiento. ¡Sin
emociones! Ese era su lema.
—Bien, nos has oído quejándonos —dijo Brielle—. Lo sentimos, papá,
pero no hemos estado todos juntos en una habitación en años. Así que,
¿cuál es la gran emergencia? —A pesar de que era por la mañana, ella se
puso de pie, caminó hacia el mueble bar y se sirvió un whisky. En realidad
solo fue un gesto dramático, todo para el espectáculo. No acostumbraba a
beber, mucho menos a las 8 a.m.
La verdad sea dicha, odiaba el whisky, odiaba su vida, odiaba el
cascarón vacío en el que sentía que se había convertido.
Pero eso no se lo diría a su padre. Y ciertamente no lo compartiría con
sus hermanos. Con sus veinticuatro años, era el bebé de la familia, pero no
estaba dispuesta a actuar como tal. Brielle no los respetaba, ni siquiera a
su padre. Y tampoco se respetaba demasiado a sí misma.
¿Cuál era el punto de siquiera estar allí con ellos ahora? Inclinando la
copa de nuevo, tragó, disfrutando la quemazón del whisky al deslizarse por
su garganta. Al menos eso era algo mejor en lo que centrarse en lugar de
esos pensamientos en su cabeza, en lugar de la pena de estar en esa
habitación con una familia que ya no se sentía como tal.
—Todos ustedes han sido sacados de mi herencia y congelaré sus fondos
fiduciarios.
Le tomó a Brielle unos momentos procesar las palabras de su padre,
pero cuando lo hizo, se encontró a sí misma con los nudillos blancos
apretando su vaso vacío. ¿Había oído bien?
—¿Te importaría explicar por qué? —preguntó Crew, con el rostro
carente de emoción.
Corre en la familia, pensó Brielle.

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—Mis padres fueron muy trabajadores durante toda su vida.

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Construyeron no solo un consultorio médico, sino dos. Economizaron y
ahorraron, y me dieron una buena educación. Cuando murieron, estaba
devastado, pero tomé mi herencia y he creado algo de lo que ellos estarían
orgullosos. Por desgracia, los he mimado y consentido a los cinco, por lo que
ustedes piensan que la vida no es más que una gran fiesta, y que merecen
que todo les sea entregado en bandeja de plata. Bueno, eso se acaba ahora.
Como acabo de decir, han sido removidos de mi testamento. Sus fondos
fiduciarios están congelados, y sus tarjetas de crédito canceladas…
—¡No puedes hacer eso! —gritó Ashton.
Amén, dijo Brielle en silencio.
—Puedo y lo hice. Pueden salir de la habitación y arreglárselas solos, o
pueden escucharme. —Ninguno de ellos se movió cuando su padre se volvió
hacia cada uno de ellos y los miró a los ojos. Para su horror, Brielle volvió a
sentir las amenazantes lágrimas. ¡No! Esa era una debilidad que no
mostraría, sobre todo en esta habitación. Nunca más. No había derramado
una sola lágrima desde que tenía trece años. ¡Ni una!
—Realmente no nos has dado otra opción que escucharte, ¿verdad? —
dijo Lance—. ¿Esta es tu manera de decir que necesitas un poco de
atención? Podrías simplemente haber programado una cita para almorzar.
—Estaba tratando de hacer una broma, pero el estado de ánimo en la sala
no permitió ninguna interrupción en la tensión.
—Siempre hay una elección, Lance. Es su decisión si eligen
correctamente o no. Sin embargo, siento mucho que te sientas así.
Honestamente, me rompe el corazón. Una vez fuimos una familia muy
unida, reíamos juntos, hablábamos a menudo, compartíamos nuestras
vidas. No sé qué salió mal, pero nos perdimos en algún lugar a lo largo del
camino, y ahora les estoy permitiendo encontrarse a sí mismos de nuevo.
Espero que lo hagan.
Brielle rodó los ojos.
—Está bien, está bien. ¿Cuál es este “viaje” que quieres que tomemos?
—Bien. Ya había recuperado la compostura y podía pensar con más
claridad. Mejor que terminaran con esta reunión de una vez.
—Me alegra que lo preguntes, Duraznito —respondió él, volviendo al
apodo que le había dado al nacer. El color besado por el sol de su cabello
era tan impresionante como los rayos de una puesta de sol, y no había
cambiado a medida que fue creciendo.

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No la habían llamado así en mucho tiempo, y por un breve momento,

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eso la desestabilizó. Era un nombre de amor, de tiempos mejores. Y esos
días habían terminado.
Brielle se recompuso y volvió a mirar a su padre, ahora con los ojos
entrecerrados.
—No he sido Duraznito en quince años, papá, pero si quieres revivir los
“buenos” viejos tiempos, entonces voy a seguir adelante y jugar tu juego.
El tono de su voz pareció hacer tropezar ligeramente a su padre y Brielle
no pudo evitar sentir una gran culpa. Pero no podía sentir eso, no lo sentiría.
Ya no amaba a su padre. No era más que un viejo débil, se dijo. Había estado
tan absorto en sí mismo como el resto de ellos. O absorto en el trabajo.
—He vendido el negocio familiar. He decidido que es hora de un nuevo
comienzo, y he optado por hacerlo en la Costa Oeste. No hay nada en Maine
que me retenga por más tiempo, y estoy cansado de la temporada turística.
Acabo de finalizar la compra de una empresa de tecnología informática en
quiebra, y tengo la intención de darle la vuelta. Hacer eso me dio una idea
para ustedes cinco.
En los ojos de Lance se vislumbró la furia.
—¿Puedes revertir esto? —Su voz sonaba tensa debido al gran control
que tenía que ejercer para contener su temperamento.
—No. —Richard no dio más detalles.
—Se suponía que el negocio sería mío.
—Entonces debiste haber estado orgulloso de él. Deberías haberme
demostrado que te merecías una participación en el negocio familiar. Tenía
la esperanza de pasártelo un día, pero como son las cosas, no eres digno de
tomar las riendas de cualquier negocio mío.
Crew interrumpió.
—¿No crees que eso es un poco duro, padre?
—No, no lo creo, Crew. Y tú no eres diferente de tu hermano Lance.
Ninguno de ustedes ha trabajado por un dólar honesto en tanto tiempo que
no puedo recordar la última vez que lo hicieron, y prefiero transmitir mis
fondos a personas que realmente pueden apreciarlos antes que dejárselos a
ustedes con la forma en que han estado actuando. Tienen tiempo para
resolver esto, bueno, tienen tiempo por ahora, al menos.
—¿Qué se supone que significa “por ahora”? —preguntó Tanner.

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—Nada, Tanner. Solo tienes que prestar atención. Quiero que se prueben

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a sí mismos, que hagan algo de sus vidas. Son más que los niños mimados
que veo delante de mí en este momento.
—¿Cómo se supone que vamos a hacer algo si no tenemos dinero? ¿Qué
quieres que hagamos para probarnos a nosotros mismos? —Tanner alzó las
manos al aire con exasperación.
—Esa es la pregunta más inteligente que han hecho hasta ahora —dijo
Richard con una sonrisa antes de hacer una pausa para mirar a cada uno
de sus hijos—. He comprado cinco empresas más que están fracasando.
Pueden luchar entre ustedes para elegir cuál desean administrar. He creado
un presupuesto suficiente para que hagan lo que hay que hacer para que
las empresas sean rentables de nuevo. Si ustedes hacen esto, y lo hacen
bien, podré restablecer su herencia. Si no, estarán por su cuenta.
—Bueno, ¿y si tu idea de un negocio exitoso es diferente de lo que sería
nuestra idea? —preguntó Ashton.
—Cuando realmente sientan el éxito por primera vez en su vida, sabrán
lo que es. Nunca han ganado esa insignia de honor antes. Van a aprender
ahora, de una manera u otra. Ya he terminado de explicar esto. Pueden venir
a verme cuando estén listos.
Dejando las carpetas de manila de las cinco empresas que había
comprado, miró de nuevo a cada uno de sus hijos a los ojos, luego volvió a
salir de la habitación.
Brielle estaba echando humo, y se negó incluso a mirar por encima las
carpetas. ¿En qué demonios estaba pensando su padre? Ella no sabía cómo
manejar un negocio, y mucho menos volverlo exitoso.
Esto no era nada más que una pérdida de tiempo. Se arrojó sobre una
silla profundamente acolchada. No iba a jugar. Pero cuando sus hermanos
caminaron a la mesa y empezaron a agarrar las carpetas, sintió sus dedos
retorciéndose. ¿Tenía otra opción?
Sí, la tenía. No habría una maldita carpeta para ella.
—Me voy de aquí —dijo, poniéndose de pie con las piernas temblorosas
y caminando hacia la puerta.
—¿Estás segura de que quieres hacer eso, Brielle? —preguntó Lance—.
Tus manicuras no son baratas.
Brielle se giró sobre sus tacones de diez centímetros con fuego en sus

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ojos. No la habían vencido, en absoluto, y no iba a dejar que Lance la
presionara. Se acercó a su hermano con gran determinación. Cuando estaba

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de pie a pocos centímetros de su rostro, levantó la mano y clavó una uña
contra su pecho.
—No te preocupes por mí, hermano mayor. Tengo mis propias ideas.
Lance no se molestó en contestar, y Brielle estaba luchando contra las
emociones. Eso no era bueno. Fingiendo indiferencia, se paseó hasta la
puerta y se abrió paso a través de la misma.
Esto no había terminado, ni por asomo.
Capítulo 1

Traducido por Lectora


Corregido por Ama

Brielle respiró hondo y miró los números del elevador subir más y más
alto. ¿Por qué estaba en Seattle? ¿Y por qué estaba aquí para mendigar?
Porque no le quedaba otra opción.
De verdad pensaba que estaría bien por su cuenta. Había estado
trabajando en una tienda al por menor en un centro comercial en
Washington DC, emocionada por dejar Maine atrás, a pesar de que también
significó dejar su amada casa y mudarse a un pequeño apartamento. Pero

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el lugar en que había estado trabajando se había ido a la quiebra, y no pudo
conseguir otro trabajo para salvar su vida. Había vendido la mayor parte de
lo que poseía para mudarse, pero toda esta "aventura" le había comprado
solo un poco de tiempo, un año, para ser exactos.
Así que allí estaba, en el nuevo edificio de oficinas de su padre. No,
Brielle no era dueña de su destino, pero todavía estaba erguida. Estaba más
que erguida. Si Richard pensaba que ganaría de vuelta un lugar en su
corazón al forzar su mano, estaba totalmente equivocado. Lo que había
hecho era manipulador y degradante. Sí, estaba enojada, más allá de estar
mostrando los primeros indicios de temor real.
Al llegar a la planta superior, dejó de respirar cuando las puertas se
abrieron a un hermoso vestíbulo. Era más pequeño que el espacio de la
oficina ejecutiva de su padre en la Costa Este, pero era igual de elegante, y
la misma secretaria que había tenido durante los últimos veinte años estaba
sentada detrás de un enorme escritorio de caoba.
—Buenos días, Brielle. Cuánto tiempo sin verte —dijo Tanya con una
sonrisa sincera.
A Brielle siempre le había gustado Tanya, pero no podía bajar sus
defensas, no en este momento, por lo que su respuesta fue menos cálida.
—Estoy aquí para ver a mi padre. —El remordimiento instantáneamente
la llenó cuando la mujer, que siempre había sido amable con ella, se
estremeció—. Lo siento, Tanya —le dijo Brielle—. Yo... —Se quedó sin
palabras; no sabía qué decir.
—Está bien, querida. Lo entiendo —dijo Tanya, pero era obvio que no lo
hacía.
Brielle suspiró.
—No. No lo entiendes. —Le dio a la mujer una sonrisa triste, luego giró
y se dirigió a la oficina de su padre. Brielle sobrevivía siendo fría. Era
horrible, y lo sabía, pero era la única forma que tenía de superar cada día.
Tratando de borrar la torpeza con Tanya de su mente, llegó al final del
pasillo, donde se encontró una puerta abierta.
Por supuesto que su oficina estaba frente al agua. A su padre siempre le
había encantado el océano, incluso después de perder a sus padres en un
accidente de navegación.
Basta de esto. Brielle se negaba a ponerse sentimental. Estaba aquí por
negocios, y no tenía tiempo para nada más. Estaba allí para hablar a su

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padre y plegarse a su voluntad. O tal vez a sus artimañas.

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Vistiendo una sonrisa decidida, cruzó la puerta de su padre. Richard
alzó la mirada y una sonrisa se dibujó en su rostro. Era casi cegadora y
causó que Brielle se detuviera en seco. ¿Cuándo fue la última vez que entró
a una habitación y encontró a alguien tan feliz de verla? Honestamente no
lo recordaba.
Su muro de protección pareció romperse un poco. Demonios, en serio
quería correr hacia adelante y aferrarse a su padre como solía hacer cuando
era más joven y se encontraba asustada o herida.
Pero los tiempos habían cambiado. Tenía que recordar eso. No era una
niñita y no necesitaba a nadie, especialmente no a su padre. Reparando el
muro alrededor de su corazón, comenzó a moverse de nuevo —¿era su
zancada adecuadamente segura?— y se sentó frente a Richard sin decir una
palabra.
—Es tan bueno verte, Brielle. Me alegra que hicieras tu camino a Seattle
—dijo Richard, su sonrisa no desinflándose en lo más mínimo a pesar de la
mirada fría que ella estaba enviándole.
—Realmente me dejaste sin otra opción, padre —respondió, tratando de
disminuir la amargura en su voz, pero sin lograrlo del todo. Había tenido
que tomar un autobús a Seattle. ¡Un autobús! El viaje había durado tres
días. Tres días de puro infierno.
—Una vez más, he de decir que siento mucho tener que hacer las cosas
de la manera en que lo hice, pero necesito que todos entiendan que todo lo
que vale la pena en esta vida se tiene que obtener esforzándose.
—Todo este rescate de un negocio fallido es estúpido, padre. Yo no sé
nada de negocios. ¿Recuerdas mi carrera universitaria? Me estás dirigiendo
al fracaso, y lo sabes.
—Yo nunca haría eso. Te amo, Brielle. Sé lo fuerte y capaz que eres.
Caramba, desde el momento en que naciste, nos tenías a mí y a tus
hermanos envueltos alrededor de tus pequeños deditos —dijo con una
sonrisa.
—El único negocio que queda es un estúpido rancho en Montana.
—Lo sé. Tus hermanos ya han tomado posesión de los otros negocios.
Estoy muy contento de ya estar viendo resultados.
—¡No puedo ir a Montana!

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—Espero que eso no sea cierto, Duraznito, porque creo que es justo el
lugar en el que necesitas estar.

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—¡Ya no soy Duraznito! —Obviamente, Brielle no podía sacar esto
adelante. Estaba demasiado molesta.
—Siempre serás mi niña. Amo a tus hermanos, pero siempre tendrás
más de mi corazón que nadie. Y sé que puedes hacer esto. No te pediría que
hicieras una tarea para que fracasaras en ella.
Se miraron el uno al otro durante unos momentos. Dos personalidades
tan parecidas en algunos aspectos, pero tan diferentes en otros. Pero Brielle
sabía que él tenía la sartén por el mango, sabía que no iba a dar marcha
atrás. Él también lo sabía.
—Y si fallo, ¿lo pierdo todo?
—El fracaso no es una opción. Eres una Storm.
—¡Tú ya no me conoces, padre!
—Te conozco mejor de lo que piensas, Brielle. Eres una luchadora. Fui
un padre descuidado y olvidé cómo criarte, pero nunca es demasiado tarde.
No te rindas antes de haber tenido siquiera la oportunidad de verte lucir.
—Crew se va a la soleada California y yo tengo que ir a Montana. Eso no
es justo.
—No deberías haber tardado tanto en elegir.
—¿Así que estoy siendo castigada porque no quería jugar tu juego?
—No estás siendo castigada en absoluto, Brielle. Sé que te darás cuenta
de eso una vez que hayas decidido poner tu corazón y alma en esto.
—Bueno, te aseguro que esto se siente como un maldito castigo.
—Lo entiendo, cariño, pero ve a Montana y prometo que te encontrarás
a ti misma.
Su padre tenía que estar loco. ¿Cómo iba a encontrarse a sí misma en
medio de un montón de vacas?
—Necesito dinero. No tengo nada —le dijo. Si tan solo pudiera conseguir
lo suficiente para sobrevivir por un tiempo, habría logrado encontrar otro
trabajo, y le demostraría que no lo necesitaba para probar que era exitosa.
—Tienes un presupuesto para trabajar —dijo, luego hizo una pausa
antes de seguir hablando—. Lo obtendrás una vez que llegues a Montana.
—¿Y cómo se supone que voy a llegar? Me gasté lo último de mis fondos

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en el maldito billete de autobús para venir aquí. —Todavía estaba enojada
porque él ni siquiera le había pagado un vuelo en clase económica.

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—Yo te llevaré. —Brielle recibió sus palabras en silencio, pero sabía que
había sido derrotada. Iría, pero solo porque no le quedaba opción. No tendría
éxito, y lo sabía. Aun así, tendría un lugar para descansar su cabeza, un
lugar en el que pudiera entender las cosas y empezar a trazar sus próximos
pasos.
Sí, iría. Pero desde luego no tenía por qué estar feliz al respecto.
Capítulo 2
Traducido por Florff23
Corregido por Ama

Era una pesadilla aterradora. Seguro, probablemente la mayoría de los


ranchos tenían viejas camionetas polvorientas, ¿y qué más iba a suponer
que la estaría esperando en el ridículamente pequeño aeropuerto de
Sterling? ¡Pero el oxidado cacharro naranja ni siquiera tenía aire
acondicionado!
Y ahora que había conseguido hacer andar esa antigüedad —más o
menos— otra sorpresa la esperaba. Miró la casa que se erguía ante ella.
¿Qué podía decir de esto? ¿Paleto1?
Permaneció espantada de pie sobre sus tacones de aguja y miró

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fijamente la monstruosidad gigantesca que tenía delante. La casa era
grande, de eso podía estar segura, con un enorme porche que la rodeaba y

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que algunas personas podrían encontrar atractivo, pero Brielle no era el
tipo de chica a la que un porche la cautivaba. Había un pintoresco sofá
mecedora para dos, que ella no hubiese usado nunca, ni en un millón de
años.
La casa necesitaba desesperadamente una mano de pintura, y las
ventanas también lucían como si necesitaran una remodelación. Dando un
paso cauteloso hacia delante en la grava y el polvo, dejó salir una maldición
completamente impropia de una dama cuando se golpeó la punta del dedo
y se rompió una uña cuidadosamente arreglada, sus sandalias de tacón
alto ofreciendo cero protección.
—Esto no va a funcionar. No hay manera de que funcione —murmuró.
¿Cómo podía su padre hacerle esto?
Y Brielle solamente podía encontrar una respuesta a eso: Porque no me
ama.

1 Paleto: en otros lugares, campesino o huaso.


Piensa en ello. No había forma de que el hombre que la había criado
pudiese amarla. La había puesto en medio de la salvaje Montana con un
montón de vaqueros y campos de trigo. Diez mil acres de estúpido trigo y
esas miserables vacas. O toros. O lo que sea.
La única cosa que sabía sobre vacas era lo malditamente bien sabían
cuando las preparaba un chef de alto nivel. Quizá eso no era muy sensible;
algunos de sus mejores amigos eran vegetarianos. Pero seamos realistas.
Brielle no sabía absolutamente nada del mundo de la población bovina, y
quería quedarse así. La sensibilidad tenía sus límites.
Una vez que finalmente alcanzó la amplia escalera, Brielle agarró
tentativamente el pasamanos. No parecía suficientemente sólido para
mantener su peso, y eso que no pesaba mucho. Estaba segura de eso.
Cuando el pasamanos no se rompió, se sintió mejor, pero no mucho.
Apretándolo fuerte, siguió su camino hacia arriba. Pero cuando alcanzó el
porche, sintió un pinchazo en su mano. ¡Mierda! Miró hacia abajo para ver
una enorme, peluda y horrorosa araña escurriéndose entre sus dedos. Y
Brielle se volvió loca.
Gritando como si estuviera siendo atacada, sacudió su bolso de mano,
perdiendo el equilibrio y cayéndose hacia atrás, yendo a aterrizar
duramente sobre la hierba seca, tierra y rocas delante de las escaleras.

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Sintió un cardenal formándose en su trasero, y después hizo algo que no

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había hecho desde que tenía trece años. Doce años de reprimir sus
emociones terminaron en un berrinche infernal.
—¡Odio este sitio! —chilló, sintiéndose como una tonta, pero no le
importaba. No había estado en el rancho ni cinco minutos y su mundo ya
se estaba desmoronando—. ¡Arañas, telarañas, piedras, tierra, polvo,
mugre, y quién sabe qué más! Leones y tigres y osos...
Sus lágrimas enfadadas pararon de pronto, pero Brielle aún
continuaba de mal humor mientras se sentaba allí tratando de respirar
normalmente. Después de unos momentos, se calmó. Ella era mejor que
esto, ¿cierto? Cuando oyó el crujido de unos pasos detrás de ella, hizo un
gesto, no quería tratar con nadie o nada justo en ese momento.
Girando bruscamente la cabeza, se preparó para decirle a quien quiera
que fuera que era mejor que desapareciera cuando su lengua se quedó
pegada a su paladar. Cuando la persona que había invadido su privacidad
habló, se sintió incluso más desorientada.
—¿Puedo ayudarla?
Brielle no parecía ser capaz de encontrar su voz. Aún continuaba
sentada en el suelo, el hombre que se erguía ante ella era aún más alto,
parecía tapar el sol. Sus botas tenían aspecto de viejas, sus vaqueros
estaban llenos de polvo —como la camioneta— y la camiseta que cubría su
pecho había visto tiempos mejores. Brielle alzó el cuello para examinar su
cara, que estaba ensombrecida por el ala de su sombrero vaquero
descolorido.
—¿Eres real? —le preguntó.
Cuando sus labios se alzaron en una sonrisa sardónica, pensó por un
momento que debía estar fantaseando. No, no era probable. De donde ella
venía las chicas nunca fantaseaban con vaqueros, preferían a los hombres
con traje. A pesar de eso, tenía que admitir, aunque solo para sí misma,
que el tipo delante de ella era un hombre infernalmente dulce y caliente.
Y entonces él habló de nuevo.
—Tú debes ser Brielle Storm. Yo soy Colt Westbrook. —El colosal
hombre de voz sedosa extendió su mano para ayudarla a levantarse, y su
voz profunda y arrastrada envió escalofríos inoportunos que bajaron por
su columna. Y Brielle se encontró a sí misma sin saber si darle la mano o
no.
¡Tonterías! No se sentía atraída por él, y necesitaba levantarse del suelo.

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Enderezando los hombros —ayudó que estuvieran en el suelo— estiró
la mano. Cuando sus dedos estrecharon los de ella, la levantó fácilmente.
Brielle sintió que su respiración abandonaba rápidamente sus pulmones.
Pero cuando su mano la mantuvo agarrada un momento demasiado largo
para ser apropiado, Brielle finalmente se alejó de él, necesitando dar un
paso atrás.
—Gracias, Colt. ¿Trabajas para mí? Debes hacerlo si conoces mi
nombre. —¡Gracias al cielo que su voz había salido controlada, que
finalmente estaba funcionando otra vez!
Él entrecerró los ojos, como si algo de lo que ella había dicho le
estuviera divirtiendo. Brielle estaba más desconcertada ahora, pero
rápidamente lo encubrió con un comentario despectivo, su especialidad.
—Pregunté si trabajabas para mí. ¿Sería mucho esperar obtener una
respuesta?
Él se rio entre dientes.
—No, señora —fue todo lo que dijo.
¿Qué demonios quería decir? ¿No, él no trabajaba para ella, o no, no
debía esperar una respuesta? ¿Este lugar ya estaba alborotándole la
cabeza? ¿Estaba viviendo en alguna realidad alternativa donde se
encontraba instantáneamente atraída por la clase equivocada de tipo, y no
podía entender su lenguaje?
Chorradas. Esto no eran nada más que tonterías. Enderezando los
hombros de nuevo, decidió no echarse atrás.
—De acuerdo, Colt. Estoy cansada, no me alegra estar aquí, y tampoco
jugar jueguecitos. —Si no respondía su simple pregunta, simplemente
podía largarse.
Además, ahora su olor estaba empezando a llegar hasta ella, y la
combinación de sudor, cuero, y algo más que no podía identificar estaba
haciendo aletear mariposas en su estómago, lo que de nuevo no tenía
ningún sentido. Amaba la colonia, colonia cara. ¡No el sudor!
Subió cuidadosamente las escaleras, pero esta vez evitó el pasamanos.
Si podía sobrevivir a esta pequeña y miserable excursión, debería ver el
interior de la casa antes de que el maldito sol se pusiera sobre las
“pintorescas” montañas que se cernían sobre toda la propiedad.
No era que apreciara la vista. No apreciaba nada de esta escabrosa
tierra. Había crecido en una pequeña ciudad cerca del mar donde las

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grandes ciudades no estaban demasiado lejos, especialmente con una

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tarjeta de crédito sin límites.
Después, cuando fue a la Universidad de Brown, se enamoró de la gran
población, pese a que estaba bastante en el campus y era como vivir en tu
ciudad personal con toda gente de tu misma edad, que mostraban tus
mismos intereses. Suspiró, casi deseando poder volver atrás...
En ese entonces ya había superado la espina que tenía clavada cuando
había dejado a su familia, pero no había sido tan malo porque amaba la
Universidad, al menos al principio, y después había sentido el peso del
mundo sobre sus hombros otra vez y había abandonado antes de
graduarse. ¡Estúpida! Había sido una estúpida.
Si tan solo hubiera terminado su carrera, no estaría ahora en este
embrollo, escalando las escaleras delanteras de una casa desvencijada con
un vaquero enorme detrás de ella.
—Acá afuera, nosotros somos un poco más amistosos. Pero
probablemente eso es demasiado difícil para una zorra rica como tú.
Brielle se volteó desde lo alto de las escaleras y contempló fijamente a
Colt, quien la miraba con una sonrisa burlona que la hacía rechinar los
dientes.
—Si me importase un rábano tu opinión, te la pediría —le dijo con lo
que esperaba fuera una sonrisa de superioridad en sus labios. No había
manera de que permitiera que ese hombre, un completo extraño, hiciera
su día peor de lo que ya era.
Se volvió, pero antes de que tuviese oportunidad de excavar en su
cartera en busca de las llaves de la casa, oyó el murmullo de pasos, y sin
ningún otro aviso lo sintió detrás de ella, haciéndola saltar. Se dio vuelta
para enfrentarlo —mejor ver a tu enemigo— pero quedó de espaldas a la
puerta.
Él no dijo nada por unos pocos momentos, tan solo bajo su cara a
centímetros de ella, que lo miraba fijamente con ojos dilatados.
—Señora, en serio necesita aprender los modales más básicos. —No era
una amenaza; la voz demasiado baja, el brillo en sus ojos le decía que se
estaba divirtiendo. Pero no conocía a este hombre, ni tampoco sabía lo que
era capaz de hacer. Si fuera sabia, y en este momento aparentemente no
lo era, se disculparía y lo mandaría lejos.
Pero una vez que Brielle se sentía acorralada, no tendía a tomar las

19
más sabias decisiones. Crew le decía a menudo que cuando era joven era

Página
la primera en tirar piedras contra su propio tejado. Sentía como si estuviera
haciendo eso justo ahora, pero no parecía ser capaz de dejar de molestar
al oso, un oso de bonitos y deslumbrantes ojos color avellana.
Cuando finalmente encontró su voz, estuvo agradecida de que saliera
con tono mordaz.
—Quita tus manos de mí en este instante, o te juro que nunca más vas
a ser capaz de tener hijos.
Cuando él ni siquiera se encogió, tan solo mostró una sonrisa con unos
perfectos dientes blancos, Brielle se tensó, su cuerpo preparado para llevar
a cabo la amenaza que acababa de lanzar. Él debió de sentir su ligero
movimiento porque de repente se presionó contra ella, evitando con sus
piernas que levantase la rodilla.
—Cariño, planeo hacer montones de bebés, así que te sugiero que no
hagas eso —prácticamente le susurró, haciendo que Brielle se enfureciera
aun más por la reacción de su cuerpo a su aliento flotando sobre sus labios
mientras él acercaba la cabeza un poco más a su boca.
Horrorizada y completamente sin palabras, Brielle se encontró a sí
misma mirando al fondo de sus ojos, descubriendo que tenía motitas
plateadas. ¿Por qué y cómo podía darse cuenta de esto justo ahora? ¿No
debería tener miedo?
—Mmmm, Brielle, va a ser un placer trabajar contigo —le dijo,
inclinándose aún más cerca.
Con sus labios tan solo a medio centímetro de los suyos, aspiró su
aliento a través de la separación entre ellos, preguntándose si iba a permitir
que este extraño —este vaquero— la besara.
¿Por qué demonios ese pensamiento cruzaría su mente? Debería estar
gritando, no contemplándole como si sintiera sus labios presionados
contra los suyos. Finalmente su voz volvió.
—¿Colt? —La repentina dulzura de su voz debió haberlo confundido,
porque se retiró unos centímetros dejándole espacio para respirar.
—¿Sí, cielo?
—Espero que estés mintiendo acerca de todos esos bebés. —La dio una
sonrisa prometedora.
A Colt le tomó un momento procesar lo que estaba diciendo, y entonces

20
volvió a sonreír con una sonrisa incluso más brillante que antes.

Página
—De nuevo, un placer —le dijo antes de dar un paso atrás, lejos del
alcance de su rodilla—. Que tengas un gran día.
Con esas palabras finales, él se volvió y bajó de un salto las escaleras,
desapareciendo de pronto, Brielle no sabía dónde. Después de cinco
minutos... diez minutos —demonios, podría haber sido una hora— Brielle
finalmente se despegó de la puerta y se dio la vuelta.
Había sido un infierno de primer encuentro, solamente en los primeros
diez minutos en la propiedad. Si cada día iba a ir así de bien, no sobreviviría
ni una semana...
Capítulo 3
Traducido por Flor
Corregido por Ama

No debería haberla llamado zorra rica. No debería habérselo soltado a la


cara. Sabía que había impresionado a la chica de ciudad, pero era posible
que lo hubiera arruinado todo con un comentario descuidado. Pero ella
había estado actuando como una... Nop. Mejor ni siquiera pensar en esa
palabra otra vez. Había demasiado en juego. Su ceño se profundizó mientras
miraba alrededor a aquella tierra que debería haber sido suya.
Estaba al lado de su propio rancho, y Arnold le había prometido que él
sería la primera opción de compra de la propiedad cuando le llegara la hora
a aquel viejo. Pero la mujer de Arnold no lo había hecho, y Arnold falleció
primero. ¿Qué pasaba con las mujeres?

21
Colt quería expandir los 30.000 acres de su rancho, pero la propiedad

Página
de Martin Whitman se asentaba a su derecha y no había posibilidad de que
ese hombre partiera ni un simple acre de su extensión. Ni Cold lo hubiera
esperado tampoco de él.
Pero la propiedad de Arnold era ideal. Y se suponía que iba a ser suya,
maldita sea. Cuando Colt descubrió que Richard Storm se había abalanzado
sobre la propiedad y la había adquirido, se había puesto furioso. Se suponía
que iba a ser suya.
Colt había oído rumores sobre lo que estaba pasando en la familia
Storm, no era ninguna maravilla, los hijos de ese hombre eran obviamente
unos idiotas sin remedio. Y eso era algo bueno. Ella era una chica de ciudad
de pies a cabeza y no tenía ni la más mínima idea de cómo llevar un rancho.
Y eso significaba que Colt no tendría que esperar mucho para conseguir la
tierra.
El mundo tendría sentido de nuevo.
¿Lo tendría? ¿Qué demonios eran esos zapatos que ella llevaba puestos?
Seguro, eran rojos e increíblemente sexis, pero no eran para Montana, y
ciertamente menos para un rancho de Montana. ¡Demonios, no! Eran más
adecuados para una noche en la ciudad, o tal vez para el dormitorio, solo
los zapatos, con nada más...
¡Nop!
Iba a empujar.... eh... presionar... sacar ese pensamiento de su cabeza
en este mismo momento. Estaba allí para convencerla de que no estaba
preparada para llevar un rancho, convencerla de que se lo vendiera a él. Y
su tarea acababa de volverse muchísimo más fácil. La pequeña y
despreciable malcriada pensaba que él era un empleado suyo.
Aunque Colt esperaba no ser normalmente tan cruel, ni siquiera de
pensamiento, esa mujer se había metido inmediatamente bajo su piel, y en
los lugares equivocados. Era tan... engreída —o quizás tenía algo atascado
en su dulce trasero— y obviamente no tenía excusa alguna para ser tan
arrogante. Pero esta nena no quería estar allí, así que ambos saldrían
ganando si le compraba todo. Odiaba engañarla, incluso por poco tiempo,
porque normalmente no era deshonesto. Había crecido en una pequeña
ciudad de Montana, Sterling, con una población negativa de dos, pensó
riéndose suavemente entre dientes, y alrededor de allí, sus vecinos eran...
bueno, vecinos amigables. Era una comunidad en la que todos estaban muy
unidos, se ayudaban los unos a los otros, no importaba lo que hubiese que
hacer.

22
Sí, había más dinero flotando sobre esta parte de Montana que todo el

Página
que se guardaba en Fot Knox, pero ninguno de ellos era arrogante; no tenían
complejo de superioridad. Habían hecho un dineral con la rica tierra en la
que estaban, llena de buenos campos, ganado saludable, y petróleo —de
hecho, una buena inversión en el mercado de valores había supuesto las
mayores ganancias para muchos de ellos— pero al final del día, todo lo que
necesitaban era una cerveza fría y un fuego caliente.
La idea que Colt tenía del cielo era holgazanear a la orilla del lago con
una caña de pescar, una botella fría en su mano y su sombrero calado sobre
los ojos. De vez en cuando algún encuentro nocturno, por supuesto, no le
importaría tener un buen cuerpo —como el que Brielle exhibía— subido
encima de él y llevándole mucho más allá de una cabalgada de ocho
segundos.
Colt sabía que podía atraer a las damas. Demonios, lo había aprendido
en segundo grado, cuando la pequeña Sally había venido y lo había besado
en los labios, mientras le rogaba que se escapara con ella. Él se había
quedado horrorizado.
En ese momento.
Ahora, bueno, ahora sabía apreciar una buena mujer sobre él o debajo
de él, de cualquier manera, no le importaba. O lado a lado, o de pie, o... Le
daba igualdad de oportunidades a todas las posturas. Y siempre se
aseguraba de que las mujeres dejaran su cama con una sonrisa en sus caras
y con él en su cabeza.
No estaba preparado para sentar cabeza. Demonios, acababa de cumplir
treinta y tres años. ¿Qué podría objetarse a su vida de soltero?
Bueno, sabía de tres personas que parecían objetar a gritos. ¡Esas
mujeres! ¡Ese trío terrible! ¡Maggie, Eileen, y la peor de todas, Bethel!
Tenían alrededor de sesenta años, según creía, no es que nadie lo
supiese con seguridad, porque esas mujeres no hablaban nunca de su edad.
Actuaban más como unas adolescentes que como abuelas. Aunque Colt
tenía un lugar en su corazón para cada una de ellas, últimamente él y los
otros hombres solteros del pueblo habían estado corriendo lo más rápido
que podían para alejarse de esas tres.
Esas entrometidas claramente querían ver a todos los hombre elegibles
casados y produciendo bebés. Eso no era para él, al menos no de momento.
Colt había hecho un maldito buen trabajo manteniéndose alejado del trío,
porque cada vez que lo veían, le mencionaban a cada mujer soltera atractiva
de los alrededores. No le haría ningún bien a un hombre tener una cita con

23
una mujer en Sterling, porque tan seguro como que el sol salía cada

Página
mañana, en el minuto en que sucediera, el pobre gilipollas iría de cabeza al
altar en menos de un año.
Eso era lo que se esperaba allí. Primero venía el amor... y después una
camada completa de pequeñas ratas sin pelo mordiéndote los tobillos y
haciendo estragos en tus horas de sueño.
No quería decir realmente lo que dijo sobre hacer un montón de bebés,
pero cuando el cuerpo de Brielle se presionó contra él, ella envió una
explosión de lujuria propagándose por todo su cuerpo que no había
experimentado desde que tenía dieciséis años y Maggie Thomas había
empujado sus recién adquiridos pechos contra él en los vestuarios.
Demonios, el sentimiento que había tenido con Brielle había sido incluso
más fuerte. Y Colt no había pensado nunca que eso fuera posible. No. Pero
en cualquier caso, pasarían unas buenas décadas antes de que una mujer
lo convirtiese en un tonto a él y a su esperma.
Casi se pavoneó hasta el gran establo de la propiedad de Brielle, sabía
que encontraría allí a su capataz, Tony, consintiendo a los caballos. Tony
había trabajado en el rancho La Ponderosa desde antes de que Colt hubiese
nacido. El poco pelo que le quedaba al hombre era completamente blanco,
pero su piel estaba curtida y su cuerpo era delgado.
—Hola Colt —dijo Tony con su típico acento—. ¿Qué estás haciendo por
aquí? —Un extraño podría pensar que Tony era intimidante, pero Colt sabía
que bajo toda esa brusquedad, el hombre tenía un corazón de oro. Era un
pan de Dios cuando trataba con los niños, las pequeñas ancianas, y los
animales recién nacidos. Tony no sonreía mucho, pero cuando lo hacía,
aparecían aun más pequeñas arrugas alrededor de sus ojos y su boca.
—Ya sabes, tenía que salir y revisar mi competencia —le dijo Colt con
una risa.
—¿Qué opinas? —le preguntó Tony.
—Ja. —Colt no explicó más. Avanzó por el barandal y se quedó de pie
cerca de Tony mientras observaban al hombre que estaba entrenando al
nuevo caballo que la viuda de Arnold, Canice, había comprado justo antes
de fallecer.
—Oh, maldita sea, Colt. Ninguna chica de ciudad sabrá cómo llevar un
rancho. No tardará mucho en largarse fuera de aquí a toda velocidad
llorando, y entonces la tierra será toda tuya —dijo Tony con su versión de
una sonrisa entre dientes. Después giró la cabeza y escupió un largo chorro

24
de saliva coloreada por el tabaco.

Página
—Sí, así es. Bien, aun así seguía queriendo encontrarme con ella. —Colt
recordó la sorpresa en sus translúcidos ojos verdes. Agitando la cabeza para
aclararse, se volvió hacia Tony justo a tiempo para captar las palabras de
su amigo.
—¿Cómo es?
—Exactamente como podrías esperar, Tony. Una chica de ciudad, una
que se exhibe en vaqueros apretados con pequeñas joyas brillantes sobre su
trasero, así cada hombre que pasa no tiene más remedio que mirar abajo, y
una blusa de seda que quedará destruida al final del primer día aquí en el
campo. Cabello rojo, y unos aun más rojos tacones altos, y esas uñas
sofisticadas que les gusta ponerse a las chicas de ciudad. Dudo mucho que
alguna vez haya lavado su propio plato.
—Sí, eso es lo que pensaba. —Tony se dio la vuelta justo a tiempo para
ver al caballo encabritado sobre sus patas traseras en toda su gloria.
—Ese animal es una belleza —dijo Colt en un susurro bajo mientras el
peón lo bajaba de nuevo y empezaba a caminar con él haciendo círculos por
el anillo de entrenamiento.
—Sí, lo es. Fue un buen movimiento de Candice. Solo me gustaría que
se hubiera quedado con nosotros el tiempo suficiente para montarlo al
menos una vez.
—Sí. Está llevando bastante tiempo entrenarlo. Odio que haya sido
maltratado.
—Está mucho mejor ahora. Los peones están trabajando con él un poco
más cada semana. Ya no tardará mucho más tiempo —dijo Tony con no poco
orgullo.
Tony tenía más paciencia de la que mucha gente hubiese soñado, pero
cuando finalmente perdía su temperamento, había que estar atento. Llevaba
años trabajando allí, pero no era culpa suya que el rancho La Ponderosa
hubiera fallado. Arnold y Candice se habían quedado sin fondos, y en lugar
de pedir ayuda al banco, se mantuvieron en silencio, haciendo que Tony
hiciese lo mismo.
Para el momento en que Candice había abandonado este mundo, el
rancho estaba muy necesitado de dinero en efectivo y un propietario que
quisiera invertir tiempo y esfuerzo en replantar el trigo, traer más ganado, y
hacer unas muy necesarias reparaciones.
Cuando Richard Storm se había quedado con la propiedad, Colt se había

25
sorprendido y luego enfurecido, en parte porque ningún forastero podría
darle a La Ponderosa lo que necesitaba. Pero al menos Richard había

Página
asegurado a Tony que podría quedarse con un incremento en su paga.
Richard también le había pedido al capataz que viera si su hija podía
aprender cómo llevar un rancho.
Colt había estado por casualidad justo en ese encuentro y había
terminado por largarse. Criar a la chica de Richard no era trabajo de Tony.
Sin embargo Tony se había reído de la petición. Había visto otras chicas de
ciudad venir a Montana antes. Después las había visto marcharse más
rápido que un tornado que hubiese destruido todo lo que se había preparado
para destruir.
Brielle Storm no sería diferente. Colt no le daba a la chica ni una sola
semana de vida en el rancho antes de que estuviese rogándole que comprase
la tierra.
—Brielle piensa que trabajo para ella.
Tomó un par de momentos antes de que los labios de Tony se levantaran.
Después se estaba riendo descaradamente. Al principio, Colt estaba en
shock, pero finalmente no pudo evitarlo y se unió a las risas.
—Bueno, ¿no deberías aprovechar esa ventaja? —preguntó Tony cuando
hubo terminado de reírse entre dientes.
El peón giró en la pista con el caballo y se quedó mirándolos fijamente
por un minuto antes de regresar a lo que estaba haciendo. Cuando Tony
reía tendía a parar el tráfico, considerando que era más un espasmo de tos
que una risa real.
—Sí, lo haré —replicó Colt—. Asegúrate de decirles a los peones que no
revelen nada. No es que espere que ella hable mucho con ellos, si es que les
hablaba en absoluto. Tengo la impresión de que piensa que está muy por
encima de esos zafios pueblerinos de ahí afuera en Montana. —Bajó la voz e
intensificó su lenta pronunciación.
—Sí, la gente que no es de por aquí tiende a juzgarnos bastante rápido.
Déjales hacerse todas las ideas que quieran. Tú sabes que eso solo los hace
ponerse en ridículo con nuestros chistes.
—Bueno. Mejor me dirijo a casa. Jackson va a pasar más tarde para
tomar una cerveza. —Colt no se molestó en estirar su mano. Tony no se la
estrecharía, nunca lo hacía.
Bajando por la rampa, Colt dio un paseo desde los establos silbando y
con planes en su cabeza sobre lo que iba a hacer para mejorar su propiedad

26
una vez la tuviese en sus manos. Era primero de junio ahora, así que las
cosechas de trigo pronto estarían lo suficientemente altas, y mientras el

Página
tiempo cooperara, a fines de julio o primeros de agosto los campos estarían
listos para la cosecha. Esperaba que para entonces la tierra ya fuera suya.
Sin una preocupación en el mundo, Colt caminó hasta donde había
dejado su caballo, se subió en él, y volvió a toda velocidad hacia la bonita
extensión que se asentaba ante la casa del rancho. Este iba a ser otro muy
buen año para él.
Al menos eso era lo que creía...
Capítulo 4
Traducido SOS por Lectora
Corregido por Cat J. B

—¡Crew! No tengo tiempo para esto. Esto es más difícil de lo que había
pensado, no tengo idea de lo que estoy haciendo, y para colmo de todo
eso, ¡ayer fui atacada por un hombre monstruoso!

—¿Qué?

Finalmente, se las había arreglado para decir algo que captara la


atención de su hermano. Había estado hablando por teléfono con él
durante la última media hora, furiosa con su padre, por tener que estar
en Montana, y simplemente molesta con la forma en que iba su vida.

27
—Al menos eso te llamó la atención. Este hombre

Página
apareció poco después de mi llegada aquí, fue grosero, sarcástico, y tuvo el
descaro de llamarme zorra rica. Después me atrapó contra la casa, bueno,
casi me atrapó. En realidad no me tocó... no, creo que, que me apretó
cuando yo lo amenacé, pero el punto es que este tipo, este Colt... —
Brielle dijo el nombre como si fuese una mala palabra antes de continuar—
es uno de mis empleados. ¿Cómo diablos voy a lidiar con eso?

Dejó de echar humo por las orejas cuando terminó de hablar. No se


había sentido exactamente amenazada, pero ese no era el punto. El punto
era... en realidad no sabía exactamente cuál era el punto. Solamente
necesitaba desahogarse, y Crew era un oído dispuesto a escuchar.
Aunque no se diera cuenta, el plan de su padre estaba funcionando.

A pesar de que no había perdonado a su padre, y solo había hablado con


él cuando era absolutamente necesario, estaba uniéndose con su
hermano, lo había contactado, y le había pedido consejo.

—Umm... hermanita. Eso no suena exactamente como si fueras


atacada.
—Oh, ¿cómo lo sabes? Ni siquiera te importa. En realidad, yo te
llamé pidiendo consejo, y lo único que has hecho ha sido burlarte de mí.

—Eso no es cierto —dijo y se hizo silencio entre ellos—. Mira, Brielle. Sé


que nos hemos distanciado. Sé que no he estado allí para ti, pero tengo
que decirte que este año ha... —Tuvo que buscar las palabras
correctas antes de continuar—. Es solo que he abierto los ojos. Al
principio odiaba a papá. Odiaba lo que hacía, odiaba que nos estuviera
controlando. Pero ahora me doy cuenta de que nos ha dado un regalo —dijo
con otro largo suspiro—. ¡Aunque no te atrevas a contarle al viejo lo que dije!

—¡Como si yo siquiera estuviera hablando con él!

—Brielle, superarás el horror. Me sentía tan mal como tú cuando llegué


a Catalina, pero ahora me encuentro orgulloso de lo que hago. Papá tenía
razón. Nos sentíamos con demasiados derechos. Se siente bien trabajar con
mis manos otra vez, como cuando era adolescente.

—¿Oh, y tú qué sabes? Tú estás en la soleada California, en un centro


turístico en una estúpida isla. Yo estoy en los bosques
de Montana. Dos situaciones completamente distintas.

28
—Aw, Montana se va a ser parte de ti —le aseguró.

Página
—¿Qué pasa con el dinero? Ya te dije acerca de
lo ridículamente poco que tengo.

—Hice mi trabajo presupuestario. Puedes hacerlo. Solo que sin ropa o


salones de lujo.

—Nunca me entendiste, Crew Storm, ni por qué hago lo que hago. Las
únicas ropas bonitas que tengo son de más de una temporada atrás, y vendí
lo que pude. Y te odio —dijo ella, pero sin ningún tipo de fervor.

—Te extraño, Brielle.

Eso detuvo su exabrupto. No podía recordar la última vez que uno


de sus hermanos le había dicho esas palabras. Tenía la
garganta apretada por la emoción, pero se negó rotundamente a mostrar tal
debilidad a su hermano mayor. Se quedó en silencio, hasta que retomó el
control de sí misma.
—Bueno, ya que no estás siendo de ninguna ayuda en absoluto,
Crew, voy a tratar de resolver esto por mi cuenta. Supongo que tengo un
capataz que dirige las cosas por aquí.

—Eso es un comienzo. Mantenme informado de lo que estás haciendo.

—Bien. Pero solo para que sepas lo miserable que soy —dijo, poco
dispuesta a admitir que también lo echaba de menos. Si lo admitía, tendría
que pensar en el pasado, pensar en lo que los había separado en primer
lugar, y era un lugar que no quería volver a visitar de nuevo.

—Hablaré contigo pronto, Duraznito.

Antes de que fuera capaz de gruñirle por ese maldito apodo, él colgó el
teléfono. La cosa era que no estaba enojada por escucharlo ahora, solo un
poco triste por haberlo perdido. ¿Qué estaba haciendo este lugar con
ella? Ya ni siquiera sabía quién diablos era, por no hablar de lo que
iba a hacer a continuación. Se suponía que debía estar aquí durante todo
un año como mínimo. Nunca sobreviviría.

Colocando su vulnerabilidad de nuevo en el estante en la parte posterior


de su mente, Brielle decidió que era hora de encontrar a su capataz. Iba

29
a hacer lo que tenía que hacer y se iría tan lejos de este estado estúpido
como le fuera posible.

Página
Demonios, tal vez incluso dejaría el país una vez que su fondo
fiduciario estuviera de vuelta en su lugar. Ese pensamiento debería haberla
hecho sonreír. No fue así. Todo parecía hacerla sentir vacía estos días.

Pero entonces Colt apareció en su cabeza. No había


habido nada vacío en lo que el hombre le había hecho sentir en los pocos
minutos que habían estado juntos

¡Era enfermizo! Ese pensamiento la horrorizó, así que salió de la casa y


comenzó a caminar. Listo o no, su capataz estaba a punto de descubrir
lo terca que Brielle podía ser.
Capítulo 5
Traducido por Lu_Rodriguez
Corregido por Cat J. B

—¿Qué quiere decir con “no”? —rugió Brielle al hombre de pie frente a
ella.

Todo lo que él hizo fue lanzar un gran chorro de saliva que casi cayó en
sus pies. Ella gritó y saltó hacia atrás.

—¿Se da cuenta que estos son zapatos Jimmy Choo de tres mil dólares?
—jadeó.

—Sí. Supuse que valían una cantidad ridícula de dinero, y sin duda no
deben usarse en un establo de caballos —dijo Tony antes de escupir de

30
nuevo.

Página
—Bueno, esa no es su preocupación ahora, ¿verdad?

—Realmente no me importa un carajo lo que usted use —le dijo, luego


se volvió y se alejó.

—¡Usted trabaja para mí! —gritó Brielle a su espalda, pero sus palabras
ni siquiera aminoraron su paso. Se encontró persiguiendo a su capataz, una
vez más.

—Tengo trabajo que hacer, señora. No tengo tiempo para mimarla.

Tony se dirigió su oficina en la parte trasera del granero.

Ella odiaba este cuarto, odiaba lo mal que olía, y odiaba lo desordenado
que estaba. Sin embargo, nunca se quejó de su espacio, ya que si no fuera
por este hombre, estaría totalmente jodida. No dudaba de ello. No es que
Tony la escuchara. Ninguno de los hombres lo hacía. Incluyendo el primer
peón que había conocido el primer día que estuvo aquí. ¿Cuál era su
nombre? Colt. Como si se de verdad se hubiese olvidado…
Hacía dos semanas que estaba allí, y sí, admitiría que había estado
menos que complacida al principio, pero los últimos días había decidido que
estaba atascada, y se estaba aburriendo. Después de hablar con Crew hacía
un momento, realmente quería demostrar que podía hacer esto.

Incluso había visto unas dos docenas de películas de vaqueros esta


última semana; ¿no debería eso ayudarle a aprender algo de ganadería?
Hasta ahora, sin embargo, sabía que estaba bastante lejos de lo que se
suponía debía hacer.

—Escucha, Tony. Creo que simplemente hemos empezado con el pie


equivocado. ¿Qué tal si empezamos de nuevo y somos amigos? —Le dio su
mejor sonrisa.

Tony alzó la mirada y le dio algún tipo de movimiento con sus labios que
supuso podría considerarse una sonrisa, y pensó que finalmente lo había
ganado hasta que una sombra cayó sobre ella y la habitación pareció
encogerse.

Nop. La sonrisa de Tony, o como eso se pudiera llamar, no era para ella.
Era para el hombre detrás de ella. Y sabía exactamente quién era. No porque
lo hubiera visto aún, sino porque podía sentirlo.

31
—Buenas tardes, Tony. ¿Problemas? —preguntó Colt mientras

Página
caminaba hasta quedar al lado de Brielle.

Hizo todo lo posible para no mirarlo. Si eso sucedía, perdería el aliento


y parecería una cabeza hueca.

No era el tipo de chica cabeza hueca. Sí, algunas personas podrían


pensar eso de ella, pero estaba lejos de ser cierto. En realidad había sido
una buena estudiante en la escuela secundaria y durante su primer año de
universidad.

Había entrado en Brown, después de todo. ¿Estos chicos tenían la más


mínima idea de lo importante que era ese logro? Solo tenían una tasa de
aceptación del nueve por ciento de los solicitantes de pregrado.

Tal vez su especialidad no había sido la más práctica: había estudiado


Inglés. Pero si alguien pensaba que era fácil, nada que ver. Había trabajado
un montón, y había planeado entrar a periodismo y trabajar para un
periódico o una revista en algún momento. No, las cosas no habían
funcionado, pero no habían terminado aún.
Había terminado mezclada con algunas personas que festejaban
demasiado después de ese primer año, y decayó un poco, pero cuando le fue
algo mal en unas pocas materias, tomó un respaldo y lo hizo mejor el
próximo año. Todo el mundo podía pensar que no tenía ni una sola
preocupación en el mundo, pero se sentía orgullosa de llevar a cabo una
tarea difícil. ¡Terminaría su carrera!

Pero nunca había imaginado que estaría haciendo algo tan difícil como
trabajar en un rancho, especialmente cuando no había nadie en La
Ponderosa que le permitiera involucrarse en las tareas del día a día. No era
como si ella pudiera incendiar todo y empezar de nuevo.

Ni siquiera sabía por dónde empezar. No podía decir que quisiera luchar
con el ganado que tenían, o reparar las cercas, pero quería ver cómo
funcionaba, quería entenderlo, quería saber por qué estaba fallando, y cómo
darle una vuelta de tuerca.

Si estaría atascada en este lugar por todo un año, entonces iba a salir
de allí al menos con un poco de conocimiento. Aunque no le gustase que su
padre la hubiera lanzado a esto, iba a aceptar el reto.

Sin embargo, eso no le impediría marcar en su calendario cada día que

32
estuviese atrapada aquí.

Página
—La mujercita aquí quiere que alguien la lleve a recorrer las tierras —
dijo Tony, rodando los ojos con incredulidad.

—Y no hay nada de malo en eso —dijo Brielle. ¿Qué clase de machista


era él?—. Tony acaba de decir que no. No me explicó por qué, solo me dijo
que no. —Levantó la cabeza y se encontró con la mirada de Colt.

Maldita sea. Le había tomado solo treinta segundos hacer contacto


visual. El hombre de verdad enturbiaba su cerebro. Quería seriamente hacer
un berrinche. Pero estaba tratando de crecer aquí, y hacer un berrinche era
lo contrario a crecer.

Así que Brielle se quedó ahí, odiando que sus ojos suplicaran a uno de
los hombres que la escuchara. Necesitaba inspeccionar su propiedad.

Al menos eso era lo que su hermano Crew le había dicho que hiciera. Y
puesto que Crew estaba feliz con su proyecto y la patada en el culo que le
habían dado, ella había decidido que lo mejor era escucharlo y echar un
vistazo a la tierra que ahora poseía.
Su padre había llamado varias veces y había dejado mensajes, pero
seguía enojada con él y se había negado a atender sus llamadas, se negaba
a devolverle la llamada. Lo dejaba sudar. Esperaba que estuviera
preocupado de que los coyotes salvajes la arrastraran hacia las colinas en
cualquier minuto. Espera. Ese pensamiento la detuvo en seco.

—No hay coyotes salvajes que coman gente aquí, ¿verdad? —preguntó,
y se sintió como una tonta cuando ambos sonrieron.

—No por lo general —dijo Colt, el inicio de una sonrisa era evidente en
su boca, aunque estaba haciendo su mejor esfuerzo para mantener su risa
a raya.

Quería imitar a su apellido y ser una tormenta en el granero2. Lo único


que la detenía era que sabía que los hombres se divertirían mucho más si
lo hacía. Bueno, mala suerte. Ella no se iría a ninguna parte.

—Lo repito una vez más: quiero explorar mis terrenos. Necesito saber
por qué la operación está fallando. ¿Quién me va a llevar?

Esta vez Brielle enfrentó a Tony con los hombros hacia atrás y un brillo
determinado en sus ojos. No iba a dar marcha atrás de nuevo, incluso

33
aunque él la intimidara como el infierno.

Página
Esta vez, iba a salirse con la suya, e iba a aprender algo sobre todas
estas hectáreas de tierra que había heredado a voluntad de su padre. Haría
de este maldito rancho un éxito incluso si eso la mataba. Y tal vez sí lo
hiciera.

—Yo te llevaré —dijo Colt, sorprendiendo no solo a ella, sino a Tony


también, si su expresión era alguna indicación de ello.

—¿Estás seguro de que tienes tiempo para eso, Colt? —le preguntó Tony,
haciendo que Brielle quisiera darle un porrazo.

—Sí. Ya hice mis tareas de hoy —dijo encogiéndose de hombros antes de


volverse hacia ella—. Pero no hay manera de que consigas estar sobre un
caballo llevando ese conjunto. Es necesario que te pongas vaqueros y botas.
Un sombrero no estaría mal tampoco. Protege tu cara del sol.

—No necesito consejos de moda de un vaquero. —¿Qué estaba mal con


los preciosos shorts y la camiseta de tirantes que llevaba? Era un verano

2Su apellido es Storm, tormenta en inglés.


inusualmente cálido. Y eso estaba bien con ella. Amaba el clima caliente, y
no había conseguido bastante de él en Maine.

—No te estoy dando consejos de moda, Princesa. Solo estoy afirmando


lo que es. Te vas a romper el cuello si siquiera intentas subir a un caballo
en esos tacones. Y tus muslos se rasparán si usas pantalones cortos en el
viaje.

Colt se apoyó en la pared y cruzó un pie delante del otro, con los pulgares
metidos en sus bolsillos delanteros. Parecía como si pudiera estar allí todo
el día y no molestarse en lo más mínimo.

—Bueno, no tengo ese tipo de ropa —dijo con un suspiro frustrado.

La cosa que no iba admitir a ninguno de los dos hombres era que estaba
emocionada por tener su primer paseo a caballo. Lo había visto en las
películas todo el tiempo, y en verdad parecía divertido. Pero si les decía eso,
solamente aumentarían las burlas. No quería seguir siendo catalogada como
la chica tonta de ciudad.

—Vamos a tener que pasar por la tienda de Peggy, y luego llevarte afuera
—dijo Colt mientras se apartaba de la pared y se dirigía a la puerta. Se dio

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la vuelta antes de irse—. Te veré más tarde, Tony. —Con eso, salió de la
habitación.

Página
Brielle se quedó allí un minuto, observando su retirada a través de la
puerta abierta. Sabía que él esperaba que lo siguiera sin preguntar.

Su terca sangre Storm le dijo que se mantuviera firme. Después de todo,


ella era la jefa aquí. Pero su parte práctica le dijo que a él le importaba una
mierda. Si no lo seguía, perdería su guía turístico.

La curiosidad y el deseo de montar y conocer los terrenos tomaron la


decisión por ella. Se volvió para seguirlo, aunque se detuvo en la puerta y
se volvió para darle a Tony una mirada de ojos entrecerrados.

—Hablaremos más adelante.

Él solo la miró con ojos marrones sorprendentemente alertas. El hombre


estaba arrugado, calvo, escuálido, y era desagradablemente grosero, pero
tenía el sentimiento de que nada se le escapaba. No podía despedirlo. Eso
sería una tontería.
—Estaré esperando ansioso —dijo Tony finalmente antes de ajustar su
sombrero en su cabeza y ponerse de pie.

Sabía que él estaba a punto de salir de la habitación también, por lo que


decidió salir primero. Era una cuestión de orgullo. Dándose la vuelta, se
alejó sintiendo como si acabara de tener una pequeña victoria. Incluso una
sonrisa inclinó las comisuras de sus labios, apenas. Pero seguía siendo una
sonrisa.

Para el momento en que su viaje terminó, su sonrisa había desaparecido.

35
Página
Capítulo 6
Traducido por Lu_Rodriguez
Corregido por Cat J. B

Un silencio de muerte era su compañía mientras Brielle viajaba en el


asiento del pasajero de la enorme camioneta de Colt. La bestia negra
conseguía más silbidos de admiración al pasar que su último Mercedes.

¿Cómo un peón podía permitirse un vehículo tan cómodo?

La estaba matando no preguntarle, pero se negaba a hacerlo. Estaría


condenada si hablaba primero. De ninguna manera. ¡Cómo no! Brielle Storm
estaba acostumbrada a que las personas se adaptaran a sus necesidades.
Esa había sido la historia de su vida. Bueno, había sido la historia de su

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vida hasta hacía un año, cuando su padre le había retirado su dulce
alfombra persa de un tirón.

Página
Ahora tenía veinticinco años, vivía en una casa destartalada, era dueña
de un rancho de 10,000 hectáreas, y estaba al frente de todo un infernal
montón de hombres que ni siquiera la miraban, y mucho menos escuchaban
una palabra de lo que decía. Esto no era algo a lo que Brielle estuviese
acostumbrada, y no era algo a lo que planeara acostumbrarse.

Sin embargo, finalmente estaba llegando a alguna parte hoy. Iba a


inspeccionar su propiedad, aprendería todo sobre la ganadería y cuando
viera a su padre, no sonaría como una imbécil. Después de todo, las estrellas
de todas esas películas de vaqueros que había visto lo hacían parecer fácil.
Bueno, cuando no terminaban en un contratiempo u otro, así era.

Ella era demasiado inteligente para hacer el ridículo, por lo que no tenía
nada de qué preocuparse, ¿verdad?

La camioneta cruzó el largo camino de Montana sin que se sintiera ni


un golpe. Fue un viaje muy diferente al de cuando había llegado a la casa.
¿Por qué su padre había comprado ese camión viejo y oxidado? ¿Era parte
de su castigo? Estaba segura que sí. Él debía estar sentado en su agradable
y cómoda silla de oficina con un cigarro en la boca y una sonrisa en su rostro
mientras pensaba en su hija mimada luchando contra los elementos y quién
sabe qué otra cosa en Montana.

Cuando salieron de la carretera y Colt repentinamente se abalanzó


delante de una tienda que simplemente decía Peggy’s en grandes letras
rojas, Brielle recorrió la calle con la mirada de arriba a abajo. Sin duda, esto
no podía ser Sterling.

¿O sí?

Veía una oficina de correos, una oficina de correos muy pequeña, una
farmacia, un consultorio dental, la oficina del alguacil, tal vez una
peluquería y una pequeña cafetería. Había algunos pocos edificios dispersos
en la calle, y lo que parecía ser una estación de bomberos no muy lejos, pero
esta pequeña calle no podía ser la ciudad en la que tendría que vivir por el
próximo año.

Su garganta estaba prácticamente ardiendo con necesidad de hablar,


pero todavía no estaba dispuesta a ser la primera en abrir la boca. ¡No podía!
Pero cuando Colt salió sin decir nada de la camioneta, rodeó el automóvil y

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le abrió la puerta, no pudo resistirse más.

Página
—¿Dónde estamos? —prácticamente gritó, sorprendiéndolo claramente
con el nivel de decibelios de su voz.

—Sterling —respondió mientras le tendía la mano para ayudarla a bajar.

Haciendo caso omiso de la mano que le ofrecía, agarró el mango por


encima de ella y subió al estribo ancho antes de aterrizar en la acera junto
a Colt.

—Esta no es toda la ciudad, ¿verdad? —Por favor, por favor, por favor
que no sea toda la ciudad, añadió en silencio.

—Te encuentras en el centro de la ciudad —dijo arrastrando las


palabras, y ella prácticamente lloró de alivio hasta que continuó—: A la
vuelta de la esquina se encuentran la escuela y los campos de juego, y dos
iglesias. Entonces Sterling se extiende por kilómetros en cada dirección.
Somos una comunidad ganadera con una gran cantidad de ganado, trigo y
aceite. No necesitamos un montón de tiendas.
—Pero hay más tiendas que estas, ¿verdad? —Eso era lo que quería
saber.

—Nop. Esto es todo.

—¡Esto no puede ser! —Empezó a caminar, llegó al final de la calle en


menos de un minuto, y luego giró sobre sus talones y se dirigió hacia el otro
lado, pasando junto a Colt, que aún estaba de pie junto a la camioneta,
inclinándose contra el costado de esta como si tuviera todo el día para
esperarla. Por supuesto que podía inclinarse de esa manera, ¡a Brielle no le
tomaría mucho tiempo atravesar toda la ciudad!

Brielle se movió al otro extremo de la patética “calle principal” y se asomó


para ver algunas de las casas situadas a lo largo de la calle de al lado, junto
con la escuela y las iglesias que él había mencionado, y eso era todo. Colt
no había estado engañándola. Esta única calle, una simple calle, contenía
todos los negocios en el pequeño pueblo.

Se dio cuenta de que el lugar que había pensado que era un salón de
belleza anunciaba con orgullo en su ventana que hacían las uñas. Luego
estaba lo que parecía una especie de tienda llamada Casita de la Pradera, y
una tienda de comestibles con una enorme señal de neón que decía Coor

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Light en la ventana delantera.

Página
Estaba en el infierno, de verdad. No, esto era peor que el infierno. Por lo
menos en el infierno una persona podría encontrar evidencias de vicios
emocionantes, pero ninguno de estos podía ser visto en esta penosa excusa
de lugar. Se sentía totalmente derrotada.

—¿Qué tan lejos está la ciudad de verdad más cercana? —preguntó


cuando volvió hasta donde estaba Colt.

—Sterling es una ciudad de verdad.

Su risa la hizo querer arañarse los ojos.

—Está bien, ¿qué tan lejos se encuentra la ciudad grande más cercana?
—¿Por qué, oh, por qué no había hecho algo de investigación, aunque sea
algo, sobre el lugar al que estaba yendo? Probablemente porque no había
planeado quedarse, y probablemente porque nunca habría imaginado que
un pueblo tan pequeño existiera realmente.

—Bueno, Billings se encuentra aproximadamente a media hora en


coche.
—Quiero ir allí a comprar ropa. —Brielle indicó que le gustaría que él se
moviera de la puerta del copiloto para poder subir de nuevo a la camioneta.
Esperaba al menos su pleno cumplimiento. Trabajaba para ella, después de
todo.

—Es una lástima. —Fue todo lo que dijo. Hizo clic en el botón de bloqueo
en su llave y se dirigió hacia Peggy’s.

Brielle estaba tan aturdida que no se movió de su lugar en la acera


sorprendentemente inmaculada por un total de treinta segundos.

—Oh, esto está colmando mi paciencia —murmuró mientras sus ojos se


estrechaban y caminaba determinadamente en su dirección.

Estaba harta de los vaqueros, de Sterling, y de este negocio de la


ganadería. Alguien iba a escucharla hoy, y ese alguien acababa de pasar a
ser Colt Westbrook.

La furia corría por sus venas, prácticamente quitó a la puerta de sus


bisagras cuando entró en la tienda de ropa de Peggy. Cuando tropezó con
un sólido muro de pecho musculoso, no redujo la velocidad; simplemente se
estrelló contra él con tal fuerza que lo golpeó haciendo que perdiera el

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equilibrio, y que cayeran al suelo.

Página
Todo el aire escapó de sus pulmones cuando aterrizó en el pecho de Colt,
sus senos rebotaron contra él, y se encontró fuertemente presionada contra
su cuerpo.

Una vez la conmoción se disipó, una luz apareció en los ojos de Colt, una
en la Brielle que no quería pensar. Conocía esa mirada, sabía exactamente
lo que estaba en la cabeza de Colt. No había manera de escaparse.

Era demasiado tarde.

—Si querías tenerme acostado, todo lo que tenías que hacer era
preguntar.

Esa fue toda la advertencia que Brielle tuvo antes de que Colt se
apoderara de su nuca y empujara su rostro hacia el de él, y entonces le diera
el beso más ardiente de su vida.

La tienda de Peggy, y todo el pueblo de Sterling, desaparecieron en un


solo latido.
Capítulo 7
Traducido por Jhos
Corregido por LarochzCR
—Hola, Colt. ¿Buscabas algo?

Maldición. Maldición. Maldición. Esto estaba empezando a ponerse


bueno. Colt no estaba feliz de soltar a una ahora horrorizada Brielle, pero el
agarre como tornillo que tenía alrededor de su cintura se aflojó y ella se alejó
como si él fuera un nido de hormigas.

—Buen día, Peggy —dijo, sin molestarse en levantarse del todo. En


cambio, cruzó las manos detrás de su cabeza y sonrió a la dueña de la tienda
mientras ella le fruncía el ceño.

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—Esta tienda no es tu burdel personal, Colt —dijo golpeteando el suelo
con un pie mientras apoyaba las manos sobre sus amplias caderas.

Página
—Aw, Peggy, solamente me dejé llevar. ¿Qué otra cosa debería haber
hecho cuando un pequeño tornado caliente como Brielle cruzó la puerta a
toda velocidad y literalmente me tumbó al suelo? —preguntó, ampliando el
voltaje en su sonrisa asesina.

—Cuando eso sucede, lo que deberías hacer es ayudar a la dama a


ponerse de pie y luego hacer algunas compras… un montón de compras.

—Eso es lo que estamos pensando hacer, cariño. Y como puedes ver, ella
no tuvo ningún problema para levantarse solita. —Está bien, probablemente
era hora de levantarse del suelo.

La tienda no era enorme, pero de alguna manera Brielle había logrado


desaparecer, y él pensó que ya era tiempo de encontrarla. Las chispas
estaban volando entre ellos, y aunque sabía que no era una buena idea
perseguir al enemigo, al parecer no podía convencerse de ello. La Srta. Storm
lo intrigaba.
Esa imagen presumida que ella había asumido y que quería que él
pensara que era cierta tenía que ser solo una fachada, porque el beso que
acababa de devolverle fue muy caliente. Habían algunos fuegos artificiales
fuertemente ocultos dentro de Brielle, y acababa de encender su curiosidad,
y eso no era todo que había encendido. La hoguera estaba ardiendo.

A medio camino de la parte trasera de la tienda, donde estaba ubicada la


ropa de mujer, Colt se distrajo con un bastidor que contenía la nueva
mercancía. Podría comprar unas cuántas camisas más. Sin tener ningún
reparo en desnudarse en la tienda, comenzó a desabrocharse la camisa que
llevaba, la sacó de sus anchos hombros, y la arrojó sobre una silla.

No notó a Brielle deteniéndose en seco en su camino hacia un perchero


y enfocándose en sus obscenamente tonificados abdominales. Trabajar en
la tierra día y noche había hecho cosas deliciosas en su cuerpo, y Brielle
estaba con la boca abierta y los ojos abiertos, con su mirada clavada en la
parte apretada de su sección media.

Cuando Colt se dio la vuelta y vio la forma en que lo miraba, se detuvo


en lo que estaba haciendo y se quedó de pie allí con una manga en la camisa
y otra no, con su pecho desnudo en exhibición para cualquiera a quien se
le ocurriera pasear dentro de la tienda.

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Después de unos pocos tensos segundos, Colt rompió en una sonrisa,

Página
bajó la mirada a sus lujuriosos labios rosas, y dio un paso hacia ella. Eso la
sobresaltó lo suficiente para hacer contacto visual con él. Perfecto.

—¿Disfrutando la vista, Princesa? —preguntó con acento exagerado.

—Solo estoy tratando de averiguar si eres tan arrogante como actúas.


Supongo que lo eres.

Colt podría haberse sentido ofendido, pero esa mirada en sus ojos era
puro fuego. La había visto antes, así que no se dejó engañar en absoluto.
Ella lo deseaba, y si él ponía el más mínimo esfuerzo, no tenía duda de que
sería suya. Colt solo tenía que elegir si quería que eso sucediera o no.

Decidió justo allí que iba a averiguarlo.

Con un plan tomando forma, Colt terminó de colocarse la camisa, la


abotonó, y luego se dio vuelta para encontrar el espejo.

—Lindo color. Tira la etiqueta, Peggy. Voy a llevarme esta.


—¡Vas a tener que comprar algunas cosas más antes de ser perdonado
por la exhibición anterior, Colt Westbrook! —Pero Peggy ya estaba
derritiéndose mientras se movía hacia Brielle. No había nada que a Peggy le
gustase más que equipar a una hermosa dama, y Brielle sin dura lo era.

Colt no podía esperar a ver cómo lucía la recién llegada en ropa vaquera.
Ir de compras no era uno de sus pasatiempos favoritos, pero jugar a hacer
novillos de su rancho por una tarde probablemente valiera la pena en este
caso.

—Vamos, cariño —dijo Peggy, tomando el brazo de Brielle—. Vamos a


encontrar algo de ropa de verdad. No sé dónde hacías tus compras antes,
pero esa ropa, y especialmente los zapatos, te harán terminar con un tobillo
roto y una mala quemadura solar. —Ahora que Peggy no estaba distraída
por Colt, volvió el modo vendedora.

Brielle se volvió hacia Colt con una mirada de pánico en sus ojos, pero
él solo inclinó su sombreo y sonrió. Había sido su enemigo solo unos pocos
segundos antes, pero ahora la mujer lo estaba mirando para que la salvara.

Esta era una misión de la cual que no quería rescatarla. Quería verla
toda vestida y lista para el rancho. No que él tuviera ninguna fe en que las

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ropas repentinamente la cambiaran, que la volvieran una vaquera al

Página
instante. Pero en el espacio de unos pocos minutos Colt estaba empezando
a pensar que las chicas de cuidad no debían ser tan malas después de todo.

No. No tenía por qué pensar eso. Claro, podría querer jugar con la
citadina, pero al final del día la quería fuera de los bosques, lejos, solo con
recuerdos de su estadía en Montana.

Ella estaba en su tierra, maldita sea, y él la recuperaría. Sin importar lo


que tomara, iba a mandarla en el primer avión fuera de Sterling que
consiguiera. Aun así, ambos podrían jugar un poco antes del vuelo.

Tomándose su tiempo, la encontró con Peggy en una fila de vaqueros


Wrangler.

—Creo que esos tendrían un ajuste perfecto —estaba diciendo Peggy


mientras sacaba un par que al parecer mostrarían el trasero de Brielle a la
perfección.

Él se unió a la conversación con entusiasmo.


—Estoy de acuerdo.

—Colt puede actuar como un idiota —dijo Peggy—, pero tiene buen gusto
cuando se trata de ropa. Debes escucharlo. —Su voz de vendedora
azucarada hizo que Colt soltara otra de sus patentadas sonrisas.

El entusiasmo de Brielle no hacía juego con el de Colt.

De pronto estaba siendo empujada de un estante de ropa al siguiente, y


sus brazos estaban llenos de cosas que sabía que nunca usaría de nuevo
después de salir de este lugar sumido en la ignorancia. No quería ni pensar
en el dinero que estaba a punto de gastar en ropa de la que se habría burlado
antes de hoy. Diablos, de la que seguía burlándose hoy.

Cuando por fin llegó al vestidor y se metió en un par de los pantalones


vaqueros y una camisa abotonada, sintió comezón e incomodidad. Estaba
acostumbrada a la seda y la cachemira, al algodón y no al poliéster. Nunca
se acostumbraría a esta nueva vida. Pero si quería ganarse el respeto de los
hombres que trabajaban para ella, tenía que encajar un poco mejor en su
mundo.

Incluso si eso acababa con su presupuesto. Esperaba que su padre fuera

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más suave, y tal vez, solo tal vez, dejara que tuviera acceso a su fondo
fiduciario de nuevo. Tal vez lo mejor sería dejar de ignorar sus llamadas si

Página
esperaba que eso sucediera. Este viaje de compras no haría la menor mella
en el dinero que había en su congelada cuenta bancaria.

Solamente la idea de su vieja tarjeta de crédito platino la hacía desear


llorar. Hubo un tiempo en que no tenía que pensar en el costo de nada.
Ahora, un par de vaqueros de cincuenta dólares la estaba haciendo romper
a sudar.

Una cosa que estaba aprendiendo de todo esto era que debería ser
mucho más agradecida por lo que había tenido. No todo el mundo vivía como
ella solía vivir, y no todo el mundo recibía las cosas sin trabajar por ellas.
Pero esa era probablemente una de las lecciones que su padre quería
enseñarle a ella y sus hermanos.

Deslizándose en las botas que Colt había elegido para ella, miró su reflejo
en el espejo de cuerpo entero e hizo una mueca al verse a sí misma en tal
traje. No había forma de que pudiera salir adelante. No estaba hecha para
ser una chica de rancho. Estaba hecha para vivir en la ciudad en un bonito
condominio seguro en donde alguien más hacía el trabajo de jardinería. Eso
era justo lo que quería. Y mientras más pronto todos en su vida aceptaran
eso, más pronto podría regresar al mundo real. Su verdadero mundo.

—Sal, Brielle —dijo Colt—. Sé que no puedes tardar tanto en cambiarte,


ni siquiera una princesa como tú.

Miró la cortina que la separaba de Colt, pero no tenía ninguna duda de


que él iba a irrumpir dentro si ella no cumplía. Lo triste era que la idea de
compartir el pequeño vestidor con él no era tan horrible como debería haber
sido, no después de ese ardiente beso. Se temía que estaría repitiéndolo
varias noches en sus sueños.

—Ya voy. Mantén tus pantalones en su lugar. —Corrió la cortina y


salió—. No entiendo cómo la gente puede usar esta ropa. Siento como si
estuvieran aplastándome los dedos. —Dio una vuelta, bromeando. Este no
era el desfile de modas en el que había pensado participar, eso seguro.

Colt dio un paso detrás de ella cuando su giro la dejó de nuevo frente a
él. Rodeó con sus manos la curva de sus caderas y enganchó los pulgares
en los bolsillos delanteros de sus vaqueros mientras giraba sus cuerpos para
poder mirarla a los ojos de color verde claro a través del espejo de cuerpo
entero.

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—Creo que te ves muy muy caliente en este conjunto —susurró contra

Página
su oreja, dejando que sus labios rozaran la tierna carne de su cuello
mientras se inclinaba un poco más abajo—. Y estos pantalones vaqueros
tienen la ventaja añadida de ser el lugar de descanso perfecto para las
manos de un hombre. —Él dejó que sus dedos pasearan por la parte
superior de sus muslos.

¿Dónde estaba Peggy cuando Brielle necesitaba que alguien interfiriera?


La vendedora había desaparecido de repente, y nadie más parecía estar en
la tienda. Tragando saliva, Brielle sabía que estaba en problemas, porque
no podía encontrar una sola respuesta a las palabras de Colt.

Permaneció inmóvil mientras él seguía presionándose contra ella. Lo que


este hombre estaba haciéndole a su cuerpo debería estar contra la ley. Si
alguien le hubiera dicho el año pasado que estaría derritiéndose en un
charco gigante por un simple peón, habría soltado una carcajada propia de
una dama. Sin embargo, ahora mismo no sentía ganas de reír en lo más
mínimo.
Cuando por fin la soltó, entró de nuevo al vestuario casi en trance,
deslizó la cortina en su lugar, desabrochó la camisa lentamente, y la dejó
flotar al suelo. Entonces se quedó allí mirando sus mejillas sonrojadas en el
espejo.

Este hombre claramente estaba haciéndola cambiar su apariencia. Si el


brillo en sus ojos no tenía algo que ver con Colt Westbrook, no sabía qué
podría ser. Ciertamente no era el aire fresco de Montana.

Cuando la cortina se abrió y de repente Colt se colocó detrás de ella de


nuevo, Brielle ni siquiera trató de actuar como si no lo quisiera allí.

Desde ese primer beso en el piso de la tienda, había estado esperando el


siguiente.

Al diablo con lo que debería estar haciendo. Quería probarlo de nuevo,


quería sentir el fuego llamear a través de su piel. No, no era virgen, pero no
podía recordar desear tanto a un hombre. No era como si hubiera estado
con una docena de hombres; solo dos, de hecho. Pero tenía la creciente
sospecha de que Colt iba a ser el tercero.

Ese pensamiento debería haber causado algo de ansiedad, pero mientras

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se daba vuelta y sus brazos la envolvían, todo lo que pudo sentir fueron
brazas ardientes viajando hacia su núcleo.

Página
—Eres un diablo disfrazado —murmuró Colt, y tomó su boca en un beso
que estaba lejos de ser suave.
Capítulo 8
Traducido por thelovestory
Corregido por LarochzCR
Cuando salió del vestuario, Brielle sabía que lucía como si acabara de
tener sexo. No lo habían hecho —¡por supuesto que no!— pero no era
tonta. Su cabello estaba despeinado, sus labios rojos e hinchados, y eso sin
duda no era colorete en sus mejillas.

No. Lamentablemente, hacía tanto tiempo que un hombre no era capaz


de poner este tipo de brillo en su cara que ya no podía recordarlo. Tal vez
nunca, en realidad. Estaba acostumbrada a estar con hombres que pedían
permiso antes de besarla.

Había pensado que eso era lo que quería. Pero al parecer, había estado

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un poco equivocada, porque ahora mismo lo único en que podía pensar era

Página
en lanzarse de nuevo en ese vestuario, rasgar la ropa de Colt, y terminar lo
que los dos habían comenzado.

Cerrando los ojos, repasó los últimos diez minutos otra vez en su
cabeza. La sensación de sus fuertes manos subiendo y bajando lentamente
por su espalda, la forma en que sus labios se habían separado, y cómo su
lengua se había deslizado dentro de su boca.

Cuando había agarrado su trasero y la había levantado contra él, casi se


había corrido en ese mismo momento solo de sentir su dureza. Este hombre
era letal, pero no era capaz de convencerse a sí misma de alejarse.

Quería estar con él, quería tener sus manos sobre ella, y quería
mantener el sabor de sus besos. Quería mucho más de Colt Westbrook. ¿Por
qué siquiera tratar de huir?

Esto se detendría, se aseguró. Solo necesitaba un poco de aire. Cuando


levantó la vista, agradecida de que él le estuviera dando su metro y medio
de espacio, se encontró con sus ojos fijos en un conjunto de tres señoras
mayores que estaban con la boca abierta y los ojos brillantes.
—No creo que hayamos tenido el placer de conocerte, querida —dijo una
de las mujeres mientras las tres daban un paso adelante—. Soy Bethel, y
estas dos mujeres aquí son mis amigas, Eileen y Maggie. —Señaló primero
a una y luego a la otra.

Brielle se quedó sin palabras durante unos segundos mientras se


esforzaba por apagar sus pensamientos lujuriosos y se centraba en las
mujeres frente a ella. Tendría que acostumbrarse a los extraños
presentándose en esta ciudad, ya que parecía que nadie estaba considerado
como un extraño aquí.

Aceptó la mano que le tendía Bethel y dijo:

—Soy Brielle Storm.

—Ah. Eres la nueva propietaria de La Ponderosa —dijo Bethel, y las otras


dos mujeres asintieron a sabiendas.

—Por lo tanto, vemos que estás aquí con Colt —dijo una de las otras
mujeres. ¿Era Eileen o Maggie? ¡Maldita sea! Y la sonrisa que le lanzó a
Brielle comenzó a ponerla muy nerviosa. No sabía por qué, pero parecía
como si estas mujeres estuvieran analizándola, quizás planeando algo, algo

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de lo que ella estaba segura que no quería ser parte. Cambiando el peso de
su cuerpo de un pie a otro, trató de averiguar la mejor ruta posible de

Página
escape, pero no parecía haber ningún lugar al que huir.

—Sí, él me trajo aquí para conseguir algo de ropa de trabajo. Yo... um...
no estaba muy preparada para el rancho —admitió Brielle, sorprendida
cuando sintió que sus mejillas enrojecían aún más.

Ella era una Storm, y en un momento incluso la mención de su nombre


había traído un silencio reverente. El dinero hablaba. Pero ahora no tenía
nada, y no había ninguna señal de reverencia o silencio en las tres mujeres
frente a ella.

—Señoras, ¿están haciendo pasar un mal momento a Brielle?

De repente, Colt estaba de pie a su lado, con un brazo rodeando su


espalda. Por supuesto, los ojos de las tres mujeres se centraron en el gesto
protector. Brielle trató de zafarse, pero él era fuerte y decidido, y sin hacer
una torsión demasiado obvia, no iba a escaparse de su agarre.

—No, en absoluto, Colt. Solo estábamos presentándonos. Martin está en


el café y dijo que los dos llegaron aquí hace una hora —dijo Eileen con una
sonrisa socarrona—. Nos preguntábamos por qué escoger algunos artículos
de ropa estaba tomando tanto tiempo.

—Y ahora lo sabemos —dijo Maggie, ofreciendo su propia mirada


socarrona a la mano de Colt, que descansaba justo por encima de la cadera
de Brielle.

Como si finalmente consiguiera un indicio de lo que estas mujeres


estaban haciendo, y donde estaban sus ojos, él se desenredó de Brielle y
puso unos buenos tres pies de espacio entre ellos.

—Brielle no tenía ropa adecuada para montar. Acabamos de ir de


compras. —Las mejillas de Colt parecían ganar color instantáneo a juego
con las de Brielle.

—Eso no es lo que hemos estado escuchando. Peggy dijo que estabas


ayudando a Brielle en el vestuario —dijo Bethel.

Brielle se sintió mortificada al descubrir que la gente había estado


prestando atención. Peggy no había estado en ningún sitio a la vista cuando
Colt se había deslizado allí con ella. Pero, por supuesto, la mujer sabía lo
que estaba sucediendo en su propia tienda. ¿En qué había estado pensando

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Brielle cuando permitió que aquella sesión de besos continuara en un lugar
público? Bueno, tal vez no estaba tan sorprendida por lo que había hecho. Y

Página
no podía arrepentirse por completo. Sus besos eran tan buenos.

Sin embargo, estaba más que un poco incómoda ahora que estaba
siendo examinada bajo un microscopio de alta potencia. ¿Estas mujeres la
encontraban seriamente deficiente? Probablemente no pensaban que Brielle
fuera lo suficientemente buena para uno de sus vaqueros de pueblo.

Ese pensamiento dolía, aunque no debería hacerlo. Sabía quién era y lo


que valía. Pero no era solo eso. En realidad, no sabía quién era. Sabía que
era una Storm, pero eso ya no significaba nada, mucho menos en esta
ciudad. Se sentía como si estuviera flotando en una nube y no sabía cuándo
iba a comenzar a caer la lluvia, dejando un gran agujero para que ella
cayera.

—No queremos ser una molestia —dijo Maggie—. Solo queríamos


conocer a Brielle y ver qué has estado haciendo, Colt. Parece que nos has
estado evitando últimamente.

—¿Por qué evitaría a tres mujeres tan hermosas?


—Oh, ni siquiera intentes eso con nosotras, Colt Westbrook —le dijo
Bethel—. O esa sonrisa ridícula. No somos unas tontas jovencitas que
pueden ser engañadas por tu encanto. Si tu mamá todavía estuviera viva,
estaría llorando en su mecedora favorita ahora mismo, quejándose del
mujeriego en el que te has convertido.

—Mi mamá me crio bien, señoras —dijo él, inclinando su sombrero y


buscando una salida con la mirada. Cuando sonó la campana de la puerta
y un hombre entró, el rostro de Colt se llenó de alivio.

—Me encantaría seguir charlando, pero necesito hablar con Hawk. —


Colt hizo una línea recta hacia él, un hombre que no conocía el campo
minado al que estaba entrando.

La nueva llegada hizo caer la mandíbula de Brielle.

—¿Es que todos crecen para ser altos, morenos y guapos aquí? —no
pudo evitar preguntar.

—Creo que es algo en el agua —respondió Bethel con una carcajada.

—No, es el whisky de maíz dulce —argumentó Eileen.

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—Ese es mi hijo, Hawk. Es el jefe de bomberos local —dijo Maggie
radiante—. Es una lástima que Colt ya te haya reclamado...

Página
Por enésima vez en la última hora, Brielle sintió que sus mejillas se
calentaban. Y entonces, para horror absoluto de Brielle, los dos hombres
comenzaron a caminar en su dirección. Apenas podía formar frases
coherentes en torno a Colt, y mucho menos tratar de mantener una
conversación con dos de esos trozos. Diablos, ahora vivía en un rancho
ganadero; ¿por qué no llamarlos machotes?

—Buenas tardes, mamá. —Hawk se inclinó y besó a Maggie en la mejilla.

—Hola, hijo. ¿Cómo fue esa última llamada? —preguntó ella, dándole un
rápido abrazo.

Brielle estaba completamente fuera de su elemento. Los dos parecían


tener genuino afecto entre ellos. Su familia ya no daba abrazos o
besos. Hubo un tiempo en que lo hacían… mucho tiempo atrás.
—Estuvo bien. Rick acaba de golpear a un ciervo y dejar en mal estado
el parachoques de su camión. El ciervo tuvo que ser sacrificado, pero ya
sabes que eso sucede muy a menudo —dijo Hawk.

—Lo sé, Hawk, pero aun así es desagradable.

Hawk asintió antes de volverse a Brielle.

—¿Quién es esta mujer hermosa que está contigo, mamá? —preguntó


con una sonrisa de conquistador.

Era lo suficientemente brillante como para hacer a Brielle querer dar un


paso hacia atrás. O hacia adelante, no estaba segura.

—Esta es Brielle —dijo Colt, poniéndose a su lado una vez más y


envolviéndola con su brazo. Parecía que su miedo a las mujeres
entrometidas era invalidado por su deseo de poner su marca en Brielle antes
que Hawk tuviera oportunidad de interesarse.

No es que Brielle se diera cuenta de eso.

—Ah... ya veo —dijo Hawk con una risa—. Es una pena —añadió con un
guiño a Brielle—. Soy Hawk. Si tu lugar arde alguna vez, asegúrate de

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llamarme.

Página
—Sí, lo haremos —prácticamente gruñó Colt.

Hawk se rio con deleite.

—Fue un placer tenerte en la banda por el tiempo que duró, hermano.

—Todavía estoy en la banda, Hawk.

—No lo parece para mí.

—¿Qué banda? —preguntó Brielle, estaba agradecida de haber


encontrado su voz.

Antes de que Colt pudiera detener a Hawk, el hombre abrió la boca.

—El grupo de solidaridad de los hombres solteros —dijo con otra


sonrisa—. Mejor agarro mis vaqueros y me voy. —Extendió la mano, tomó
la mano de Brielle, se la llevó a la boca, y le dio un beso—. Fue un placer
conocerte, Brielle.
Hawk se dirigió al mostrador y agarró el bolso que lo esperaba, y luego
con la misma rapidez con que había entrado a la tienda, se fue.

—Sí, es una pena —dijo Maggie con un suspiro mientras observaba la


estrecha puerta principal—. No puedo esperar a que asiente cabeza.

—Tenemos que pagar por nuestras cosas y ponernos en marcha —dijo


Colt de mal humor.

—Por supuesto, cariño. No se nos ocurriría retenerte —dijo Bethel


mientras se inclinaba y besaba a Brielle en la mejilla—. Fue
genial conocerte, querida. Voy a asegurarme de invitarte a almorzar antes
de que sea demasiado tarde.

Las otras dos mujeres también la besaron, repitieron el sentimiento, y


luego salieron de la tienda sin comprar ni una sola cosa.

—¿Han venido aquí solo para verme? —preguntó Brielle.

—Sí. Será mejor que salgamos de aquí antes de que toda la ciudad se
presente —respondió Colt, su tono indicaba irritación.

¿Por qué de repente estaba de tan mal humor? Brielle no tenía idea, pero

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no era lugar para preguntar. Cuando se acercaron a la caja registradora,
Brielle sacó su tarjeta bancaria, una mera tarjeta de oro con un límite

Página
ridículamente bajo, excepto que no se reía. Sí, la compra le haría daño, pero
al menos ahora tenía las botas y podría montar un caballo. ¿Podría? Todavía
no iba a admitir que nunca lo había hecho antes.
Capítulo 9
Traducido por guga
Corregido por LarochzCR

El viaje de regreso a su rancho estuvo lleno de una tensión tan densa


que Brielle se preguntaba cómo era que las ventanas no estaban hechas
añicos. Colt estaba menos que de buen humor, y ella volvió a pensar en lo
que había sucedido durante su tiempo en la tienda.

Sí, se habían besado, y sí, ella había huido de él luego, pero él había
parecido estar bien mientras ella hablaba con las sorprendentemente
amigables mujeres. No fue hasta después de la llegada de su amigo que se
había puesto tan gruñón y distante. Tal vez Hawk no era en realidad tan
buen amigo y a Colt no le gustaba estar alrededor de él. Pero ella y Colt eran

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difícilmente mejores amigos, así que no podía preguntarle acerca de eso.

Página
Así que en cambio, solo se quedó sentada allí en el asiento del
acompañante y esperó que el paseo terminara lo más pronto posible.
Mientras más rápido terminara el paseo, menos asfixiada se sentiría por el
aire claustrofóbico dentro de la camioneta. Cuando finalmente llegaron al
rancho, huyó.

—Estate lista para partir en treinta minutos —gritó Colt luego de que
ella correteara por los escalones del frente.

Brielle no se molestó en responder, porque la camioneta ya se estaba


alejando. Sin mirar atrás, entró a la casa y echó un vistazo críticamente por
centésima vez mientras subía las escaleras hacia su habitación.

Nadie podía decir que la casa fuese lujosa. Sus paredes desnudas
estaban rogando por una capa de pintura fresca. Los escasos muebles que
habían venido con la casa suponía que estaban bien para esta región, y
algunos probablemente eran considerados antigüedades, pero ninguno se
alineaba con el gusto típico.
A ella le gustaban los muebles modernos con bordes definidos y colores
llamativos. La casa del rancho aún tenía cortinas a cuadros rojos y blancos
que lucían como si hubieran estado ahí desde que la casa fue construida.
Lo único que se salvaba era su habitación.

Al menos, su padre había pagado para que le trajeran sus muebles. Ella
le había dicho que de ninguna manera dormiría sobre el colchón de alguna
persona muerta. Él había reído pero había estado de acuerdo en que él
tampoco lo haría.

Entonces, mientras ingresaba a su habitación, se sintió un poco


animada mirando su cama de cuatro postes con cobertores verde azulados
y extravagantes telas colgando de las esquinas. Las líneas de sus muebles
de madera de cerezo eran bonitas, y amaba sentarse en el cómodo taburete
frente a su tocador a juego y observar sus perfumes todos perfectamente
alineados, cada uno clamando por ser la fragancia del día.

Vació sus bolsas de compras sobre la cama y miró sus nuevas


adquisiciones. Ciertamente no constituían ropa que ella alguna vez pensó
en usar, pero quería ver su propiedad a caballo, así que haría lo que tuviera
que hacer.

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Luego de cambiarse rápidamente en un par de Wranglers bien ajustados
y una camisa verde de algodón abotonada, se sentó y se quitó las incómodas

Página
botas. Peggy le había asegurado que se amoldarían a sus pies y que pronto
no querría usar nada más. Sí, seguro.

Brielle miró largamente los zapatos de tacón que recién se había quitado.
Desde que había cumplido trece los había estado usando. Cuando una chica
era bendecida con una altura de solo un metro cincuenta y dos, necesitaba
todas las ventajas que pudiera conseguir, y ellas venían con los tacones más
altos posibles.

Aunque los tacones, especialmente los altos, podían causar gran dolor
luego de unas pocas horas, de eso se trataba el look, el sentimiento de tener
un par de zapatos que te hiciera sentir más alta, más bonita, y ciertamente
más sexy. Puede que estuviera en las afueras de un estado con ranchos,
pero eso no significaba que necesitara abandonar la moda. Nunca cambiaría
tanto como para no importarle su apariencia. Sí, podía admitir que tal vez
pasaba mucho tiempo en eso, pero en el mundo en el que había crecido, la
apariencia realmente importaba.
Qué triste era eso…

Espera. ¿Por qué era triste? Una mujer que podía destacar sus atributos
no era una muñeca rica; solo era lista. ¡Este maldito lugar iba a arruinarla!

Tirando su cabello hacia atrás en una cola de caballo —¿eso no era


práctico?— decidió que había pasado suficiente tiempo en el piso de arriba.
Si se demoraba mucho, no tenía dudas de que Colt no se quedaría
esperando en el establo. Luchando por acostumbrarse a las botas mientras
bajaba las escaleras, Brielle asió con fuerza el pasamanos, manteniendo un
ojo en él para asegurarse que ninguna araña fuera a aparecer de repente.
Este sería un descenso mucho más largo que la caída que había tenido en
el porche.

No se molestó en ponerle llave a la puerta luego de cerrarla detrás de


ella. Parecía que aquí nadie cerraba las puertas. Como sucedían muy pocos
crímenes en Sterling, en realidad se sentía segura. Era un sentimiento
extraño ir de un mundo donde las puertas permanecían cerradas 24 horas
al día, los 7 días a la semana, a un lugar donde se esperaba que la puerta
estuviera abierta.

Cuando entró al establo, chocó con Tony, y un poco de su emoción se

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evaporó. ¿Por qué su capataz tenía que ser tan gruñón todo el tiempo? ¿Cuál
era su problema con ella? Seguro, ella no quería estar a cargo de este lugar,

Página
pero le pertenecía, y realmente sería de ayuda si él le diera una oportunidad.

Bien, bien, ¿cuántas oportunidades Brielle le había dado a él? Ninguna,


honestamente, y no estaba orgullosa de eso. No sabía nada de él ni del
rancho. Pero estaba tratando de cambiar eso, ¿o no? ¿No tenía crédito por
eso? Seguro como el diablo que sería agradable.

—Colt está en la pista —refunfuñó Tony antes de darse vuelta y alejarse,


Brielle lo detuvo con una mano en su brazo, él la miró con desaprobación
pero no dijo una palabra.

—Mira, Tony, usted sabe y yo sé que yo no sé nada acerca de llevar un


rancho, y de verdad necesito su ayuda. ¿Cree que podríamos hacer una
tregua y tal vez trabajar juntos?

Brielle casi estaba sorprendida por las palabras saliendo de su boca. No


era propio de ella en intentar comprometerse. Había estado aquí solo por
dos semanas, y ya estaba hablando diferente, actuando diferente, como si
hubiera recibido el don de las lenguas en una tierra extranjera. Si este era
el gran cambio que su padre quería ver, ella no quería que él tuviera razón.

No quería admitir que necesitaba un cambio. Aun así, se dijo a sí misma


que necesitaba un capataz si iba a hacer lo necesario para poder salir de
Montana lo más pronto posible. Esto no contaba como cambio; estaba
haciendo todo lo posible para regresar a su vida real.

Tony la miró varias veces. ¿Estaba tratando de ver dentro de su cabeza?


Su mirada la hacía retorcerse un poco, seguramente ella no era suficiente
en la mente del hombre. No debería importarle, pero por alguna razón
realmente lo hacía. Él escupió otra oleada de tabaco.

—Le daré una oportunidad cuando piense que de verdad le importa una
mierda este lugar.

—Realmente me importa esto —mintió.

—Eso es una broma. Ni por un minuto piense que puede engañar a un


viejo. Este ha sido mi hogar desde que era un niño de nueve años. Amo la
tierra, amo la gente, amo aun más los animales. Una niñita de ciudad no
puede venir aquí con todo el dinero de su papito y actuar como si mi hogar

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no fuera suficiente para ella. No aprecio nada eso. —Sorprendentemente, su
voz se mantuvo en calma todo el tiempo.

Página
—No soy una niñita malcriada —le dijo—. Si tanto le importa este lugar,
¿por qué está fallando?

—Tal vez eso es algo que usted tiene que descubrir. De cualquier
manera, por la charla que tuve con su papá, él se da cuenta de que cometió
algunos errores en estos años. No creo que usted pueda hacer esto en lo
absoluto, Srta. Storm.

Ella apretó los puños a sus costados.

—Esa es la cosa más grosera que alguna vez oí.

—No estaba tratando de ser grosero, solo estableciendo los hechos —dijo
Tony antes de voltearse para irse.

—No terminé de hablar con usted —dijo Brielle, con clara frustración en
su tono, haciéndolo detenerse antes de voltear hacia ella.
—Cuando crea que tiene algo de valor para decir, charlaré por más
tiempo. —Y con eso, se fue, dejando a Brielle aturdida, herida, y
extremadamente molesta.

—Debería despedirlo ahora mismo —murmuró, pero luego apretó una


mano sobre su boca. No quería que por casualidad oyera eso, no era tan
tonta para pensar que este lugar marcharía sin él. Y de una forma u otra
conseguiría gustarle a Tony, aunque luego de sus palabras, no daría una
mierda por lo que él pensara de ella.

No, no sucedería. Ese hombre siempre haría lo que él quisiera. Aunque


la amase —seguro, seguro— aún haría las cosas a su propia manera. Así
era él. Terco. Intratable. Arraigado en sus costumbres.

Brielle fue calmando su temperamento mientras iba hacia la pista.


Quedó sorprendida cuando se dio cuenta de que en cierta manera le gustaba
el viejo tosco. Y debería haberlo odiado por principios solamente.

Cuando dio vuelta a la esquina y levantó la vista, encontró a Colt


poniendo una silla de montar en un majestuoso caballo pardo del que
seguramente ella debería conocer la raza, pero sabía menos que nada acerca
de caballos. El caballo, desafortunadamente, no era la única criatura

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majestuosa en el lugar. La forma en que los músculos de Colt se abultaban
la hacían sentir levemente mareada. Este hombre era mucho más lindo que

Página
los chicos con los que normalmente salía, a pesar de sus cuerpos
perfeccionados en el gimnasio. Sí, trabajar en un rancho parecía hacer cosas
buenas a mucha gente de Sterling. Al menos por lo que había visto hasta
ahora.

—¿Has cabalgado antes, verdad?

Brielle se sorprendió al darse cuenta de que Colt le hablaba a ella. No,


no había cabalgado antes, ni siquiera una vez.

—Por supuesto que sí.

Deambulando alrededor del caballo, pensó en las películas de vaqueros


que había visto, puso un pie en el estribo y se subió al lomo. Estaba un poco
tambaleante, pero se sintió inmensamente orgullosa mientras se sentaba a
horcadas en el gran animal. Y estaba en el sentido de marcha correcto.

Hombre, el piso estaba lejos.


—Escogí a Bluegrass3 porque ella es bastante gentil. Me imaginé que las
únicas veces que has cabalgado ha sido en algún presumido club de campo.

¿Ella? Oops. Debería haber inspeccionado al caballo más de cerca.

—Bien, puedes imaginarte lo que quieras. No me importa —dijo, odiando


que la opinión de todos sobre ella fuera tan pobre.

Este hombre iba a volverla loca, era presuntuoso y mal educado. Si


pudiera ir a cabalgar con alguien más, sería mejor, pero hasta ahora no
había otros voluntarios.

—Esta cabalgata nos tomará un tiempo, Srta. Storm, así que agárrese y
sígame. —Colt se aproximó a un caballo aún más grande que el de ella, uno
que era totalmente blanco y parecía nervioso mientras él —o ella— esperaba
para ser cabalgado. Brielle debería preguntar de qué raza eran los caballos,
en serio, pero si lo hacía, Colt probablemente la miraría con aquel
enloquecedor destello en sus ojos que gritaba “chica de ciudad”.

Mientras se tambaleaba en su silla, Brielle comenzó a pensar que tal vez


había cometido un error, pero entonces cuando comenzaron a salir del
establo, la única cosa en la que podía concentrarse era en tratar de no

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caerse. No tenía más tiempo para preocuparse acerca de lo que sucedería si
no podía darse maña para sostenerse.

Página

3
Bluegrass: traducido literalmente como poa o pasto azul de Kentucky.
Capítulo 10
Traducido por Lectora
Corregido por LarochzCR

Cuando el pasto de las colinas no hizo nada por él, Colt supo que estaba
realmente de mal humor. Era una tontería, en serio —no, era
completamente ridículo— pero ver a Hawk coquetear con Brielle lo había
enojado muchísimo.

Sí, Colt lógicamente sabía que había sido inofensivo, y sí, sabía que
Hawk tenía más miedo al compromiso que él, pero aun así, no podía
desterrar los celos. Hawk había sido su amigo desde el primer día de jardín
de infantes, pero eso no significaba que no disfrutaran siempre de competir
entre sí.

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En realidad, a los amigos del grupo les gustaba empujar los límites de

Página
los otros, para ver hasta dónde podían soportarlo. Era bueno para ellos y
nunca los celos habían sido un problema.

Nunca, hasta ahora.

La vista de Colt se había enrojecido cuando fue testigo de la reacción de


Brielle al encontrarse a Hawk. Pero al menos tenía su respuesta sobre si
debía dormir con esta mujer o no.

Si no lo hacía, tenía la sensación de que su consciencia no iba a


tranquilizarse. Y era algo que no podía tenerlo dando vueltas por el resto de
sus días. No quería estar en una "relación" con ella. Era una chica de ciudad,
una princesita malcriada.

Pero había algo en ella, algo que lo llamaba. Brielle estaba en su mente
todo el tiempo, y no entendía por qué ni cómo.

Sí, se había sentido muy atraído por otras mujeres en el pasado, pero
apenas desaparecían de su vista, dejaba de pensar en ellas. Las mujeres
servían para un propósito, un propósito muy importante, pero seguía siendo
solo un propósito. Un medio para un fin. Y ella tenía un pequeño y lindo...

De todos modos, una vez que se cumplían sus necesidades, Colt estaba
bien con alejarse y luego encontrar a la siguiente mujer cuando sus deseos
empezaban a nublar su juicio de nuevo. Si parecía que una mujer no estaba
interesada, algo que casi nunca sucedía, pasaba felizmente a la siguiente.

Si no se sentía atraído sexualmente hacia ellas, rara vez formaría una


amistad con ellas, pero la mayoría de las veces simplemente no entablaría
una conversación. Fuese como fuese ninguna mujer lo afectaba, no lo dejaba
nostálgico, ni en un estado de ánimo tan desagradable.

Después de unos diez minutos de montar a caballo a lo largo de las


fronteras de la propiedad de Brielle, decidió que sería mejor cambiar de
aires. Se suponía que debía estar mostrándole la tierra, y desde luego no
podía señalar las cosas si no estaba hablándole a la tonta mujer. Aunque
tenía que admitir que ella sabía cuándo debía permanecer callada.

Esa era una cualidad que Colt podía apreciar en una mujer... Maldita
sea. Si su mamá lo oyera decir una cosa así, por supuesto, lo habría
golpeado en la nuca. Casi se estremeció solo de pensarlo.

59
Sí, Colt sabía que podía ser un imbécil, pero ¿no eran todos los hombres

Página
así en algún momento? Sí lo eran, se aseguró. Incluso aunque sabía que
estaba lleno de mierda, con esa mentalidad de los hombres siempre serán
hombres.

—Parece qué tú y Hawk se sintieron muy cómodos el uno con el otro en


la tienda. —Maldita sea. Colt quería patearse a sí mismo por sus palabras y
el tono con que las había dicho, pero ahora estaban dichas y no podía
retractarse, por lo que bien podría mantenerse firme.

Cuando Brielle giró la cabeza y su caballo dio un paso lateral, muy


probablemente por la tensión en las piernas de la mujer, Colt no supo qué
pensar. ¿Estaba molesta porque la había atrapado babeando por su amigo,
o estaba enojada por lo que Colt acababa de decir?

—¿Qué demonios se supone que significa eso?

—Bueno, no te tomó mucho tiempo olvidar lo que habíamos estado


haciendo en el vestuario justo antes de que Hawk entrara al lugar. —Una
vez más, le hubiera gustado poder retirar sus palabras, pero su cerebro
parecía enviarle mensajes con unos segundos de retraso.

—¿Sabes qué, Colt?

Esperó, pero ella no dijo nada.

—¿Qué? —preguntó finalmente.

—¡Eres un completo idiota! No sé por qué pensé que sería buena idea
que me mostraras el terreno. Si piensas que soy una puta, ¿por qué diablos
me besaste? —le espetó—. ¡Oh, ya lo entiendo!, fue porque piensas que soy
una puta que estabas disfrutando la sesión de besos. ¿Crees que debería
bajarme de este caballo ahora mismo y subirme encima de ti? Después de
todo, eso es lo que hacen las putas, ¿verdad? Pueden acostarse con un chico
y luego pasar al siguiente tan pronto como hayan terminado.

Su furia tuvo el extraño efecto de calmarlo. Por supuesto, él había hecho


el ridículo. Pero si ella se hubiera sentido atraída por Hawk, ¿por qué estaría
tan indignada ahora? Si fuera así se ruborizaría, o giraría la cabeza, o reiría
o algo así, ¿no?

Demonios, Colt no lo sabía. No es que tuviera mucha experiencia con

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este tipo de cosas. Normalmente, si a una chica le gustaba uno de sus

Página
amigos más de lo que le gustaba él, no le molestaba verla irse con el otro
tipo.

Esta era la primera vez en su vida que quería luchar por la chica, y no
tenía sentido para él. Brielle era solamente una chica de ciudad, una chica
que no estaría aquí mucho tiempo, una chica que era mediocre. ¿No?

De alguna manera, sabía que ese no era el caso. A pesar de que estaba
mal para él, tenía la sensación de que no sería capaz de sacarse a esta chica
de la cabeza tan fácilmente. Tenía la sensación de que si no se movía rápido,
la perdería antes de que tuviera oportunidad de tenerla.

Ese pensamiento lo llenó de temor, lo que significaba que debía huir lo


más rápido posible en la dirección opuesta. En cambio, se encontró a sí
mismo tratando de hacer las paces con ella.

—Lo siento. Eso fue grosero. Es solo que me sentí... —No sabía cómo
terminar la frase, y se encontró quedándose en silencio.

—¿Te sientes como un imbécil? ¿Como un tirano? ¿Como un canalla?


—Sí, un poco como todas esas cosas —dijo, y luego en sus labios
apareció su mejor sonrisa. Al verla agrandar los ojos, supo que no era
inmune a sus encantos.

—Qué bueno —dijo, y luego sacudió la cabeza y se concentró en su


caballo.

—¿Qué te parece si llegamos a una tregua? Tú te olvidas de que yo he


sido un imbécil, y yo podría... —Ella no había hecho nada malo, así que
¿cómo podría completar esa frase?

—¿Y yo...? —preguntó.

—Solo siéntate ahí, hermosa, y déjame contarte acerca de la tierra. —


Cuando sus mejillas se llenaron de color, pensó que finalmente había hecho
algo bien. A pesar de que debían haberle dicho que era hermosa todo el
tiempo, tal vez solamente era gente que quería algo de ella, por lo que no
tenía mucho significado.

Ese pensamiento envió un nudo a su estómago. Él también quería algo


de ella: su tierra. Ella no se había dado cuenta de eso todavía. Era tan tonto
pensar que pudiera comenzar algo con esta mujer. No había manera posible
de que condujera a otra cosa que no fuera un desastre, porque cuando se

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enterara de que en realidad no trabajaba para ella —que, de hecho, la

Página
engañaba con algo tan importante— nunca volvería a hablarle.

Sin embargo, ¿no era eso ideal? Podía divertirse con ella ahora, darle
placer, y luego librarse de la culpa. Por supuesto, ¿cómo iba a alejarse sin
culpa cuando ya estaba sintiéndose muy mal por lo que estaba haciendo?

Alejando ese pensamiento, decidió simplemente disfrutar del momento.

—Ya sabes que tiene diez mil hectáreas. Por lo general hay unas
doscientas cabezas de ganado en el lado sur de la propiedad, pero no este
año, a causa de las finanzas. Y el lado norte es donde están tus campos.
Cultivas el trigo blanco blando, que estará listo para la cosecha a finales de
julio o principios de agosto. Los ranchos de por aquí han pasado algunos
tiempos difíciles últimamente y muchos están perdiendo dinero, pero tu
padre está convencido de que esta tierra es rica y puede recuperarse.

Colt hizo una pausa. Él también estaba seguro de que la tierra podría
recuperarse, pero ¿de verdad quería decirle eso? Se suponía que debía estar
tratando de convencerla de irse, no tendría que decirle lo valiosa que era su
tierra, ¿cierto?

Por supuesto, entonces no estaría jugando justo, y no creía en la


mentira, no creía en golpear a un oponente sin darle a él —está bien, a ella—
todos los hechos. Hacía que la victoria fuera menos satisfactoria.

—¿Tú crees que se puede salvar?

Ella lo miraba con confianza, y Colt sabía que no podía mentirle. De


ninguna manera.

—Sí. Creo que a este rancho puede irle mucho mejor. Tony es un
excelente capataz y hace el mejor trabajo que puede con el presupuesto que
se le ha dado, pero los dueños anteriores estaban nadando en deudas, y
eran demasiado orgullosos para pedir ayuda. Cuando supe lo que estaba
pasando, Donald había fallecido y su esposa estaba de luto.

—¿Qué podrías haber hecho tú?

Colt se estremeció cuando ella hizo esa pregunta. Por esa razón la
mentira nunca era buena: siempre tienes que tener mucho cuidado con lo
que dices. Podría haber hecho un montón de cosas, y ante todo, comprar la

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propiedad. Nunca supo por qué no se la habían vendido a él. Habría dejado

Página
que ellos se quedaran en la casa hasta que fallecieran y él se habría hecho
cargo de sus tierras. Estúpido orgullo era lo único que podía pensar.

La pareja no había tenido hijos para pasarles la tierra, y habría


funcionado mucho mejor para todos ellos. Pero, ¿por qué perder el tiempo
preguntándoselo? Nunca tendría la respuesta. Y estaba tratando con Brielle
ahora. Eso era lo que tenía que recordar.

—Todos nos ayudamos mutuamente aquí —dijo, con la esperanza de


que fuera lo suficientemente bueno para ella.

Cuando no lo interrogó más, exhaló un suspiro de alivio. Brielle era


aparentemente mucho más confiada que él.

—Tienes suelos muy ricos, excelentes pastos, y un suministro durante


todo el año de agua dulce que atraviesa tu tierra de un manantial de
montaña. —El agua de ese mismo manantial también corría a través de su
tierra, pero no dijo esa parte.
Cuando ambos se acercaron a algunas ramas bajas de los árboles sobre
el camino, Colt las esquivó fácilmente y no pensó nada hasta que oyó a
Brielle gritar. Después de girar en la silla para mirar, fustigó a su caballo, y
luego saltó.

Brielle estaba tendida en el suelo con una mueca de dolor en el rostro.

—¿Qué pasó? —Colt se arrodilló a su lado y miró a su alrededor en busca


de signos de una serpiente que pudiera haber sobresaltado a su caballo, o
cualquier otro motivo para arrojarla.

—No lo sé —dijo mientras trataba de sentarse y luego haciendo una


mueca. Fue entonces cuando se dio cuenta del corte en los vaqueros, y un
poco de sangre en la cadera. Había aterrizado en una roca irregular.
Inclinándose, examinó el corte.

—No parece muy profundo, pero tenemos que ponerle antiséptico para
prevenir la infección. Podría doler por unos días, pero aparte de eso, debería
sanar bien. Déjame agarrar algunas cosas para ayudar a limpiarte y
vendarte. —Se levantó, fue a su alforja y sacó algunos suministros de
primeros auxilios.

63
Su caballo había sido entrenado tan bien que no necesitaba atarlo a un
árbol. Se quedaría en la sombra hasta que Colt le dijera que fuera a pastar.

Página
Estaban tan en sintonía con los demás que el caballo sabía cuándo Colt
necesitaba que cabalgara rápido para liberar energía o que fuese lento para
examinar la tierra. Incluso el más mínimo de los movimientos de Colt hacía
saber a su caballo lo que quería.

Volviendo a Brielle, Colt comenzó a sospechar cuando miró a Bluegrass.


La yegua estaba en calma y comiendo un poco de hierba. El animal no se
había asustado, por lo que parecía que Brielle simplemente se había caído.
¿Por qué?

—¿Me estabas diciendo la verdad antes? ¿Has montado antes?

Cuando sus mejillas se sonrojaron y se negó a mirarlo a los ojos, Colt


estaba furioso.

—No debes mentir sobre algo como eso, Brielle, podrías haber salido
gravemente herida, mucho peor que los pocos golpes que tienes en este
momento. Esta tierra no es suave y no es una pista para principiantes.
—Quería montar, ver la tierra, y nunca me habrías traído aquí si
hubieras sabido que no había estado en un caballo antes —dijo, sus
hombros tensos, sus ojos determinados.

Tuvo que respetarla por querer aprender más sobre la zona, pero no
apreciaba que le mintieran, especialmente sobre algo tan importante.

—Aun así te habría hecho venir —dijo, aunque ella probablemente tenía
razón; lo más probable era que no, sin dudas no con ella cabalgando.

—No, no lo habrías hecho. Aquí todo el mundo finge que ni siquiera


existo. ¡Estoy harta de eso! ¡Soy la dueña de este lugar y nadie me deja hacer
nada!

La ira de Colt disminuyó a medida que ella alzaba la voz. ¿De verdad
quería aprender a manejar este lugar, o solo estaba frustrada porque no
sabía cómo? Estaba confundido, y esa era una emoción a la que no estaba
acostumbrado.

Así que en lugar de enfrentar el problema, se centró en vendarla. Tenía


que pensar. Eso lo único que lo ayudaría en este momento. Estaban
a alrededor de una hora de distancia de la casa ahora, quizás un poco más,

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dependiendo de cuán lentos fueron. Y habían tenido un comienzo tardío. Se
quedó callado cuando terminó, y luego la miró y respiró hondo.

Página
—Vas a tener que montar en mi caballo en el camino de regreso.

Sabía que eso iba a probar cada onza de resistencia y control que tenía
en su cuerpo. Porque ahora no era el momento para ver cuánta química
tenían juntos.

Ella lo miró boquiabierta, y también respiró profundo un par de veces.

—Voy a estar bien en mi propio caballo.

—Lo siento, Princesa. Tú montas conmigo o vamos ambos a pie, y te


aviso, estamos muy lejos de la casa para ir a pie.

Él fue firme, y ella entrecerró los ojos. Sabía que odiaba cuando la
llamaba Princesa, y también odiaba que le dijeran qué hacer, pero era
algo a lo que iba a tener que acostumbrarse. Se merecía ese
nombre. Además, tenía que crear distancia entre los dos, si esperaba viajar
apretada contra él durante la próxima hora.
—Como sea, Colt —dijo al fin, aunque su cuerpo estaba tenso mientras
la ayudaba a ponerse de pie. Cojeó un poco mientras la llevaba a su
caballo, y sabía que estaría cada vez más dolorida. Este no iba a ser un
paseo agradable para ninguno de los dos.

El sol estaba bajo en el cielo, y tendrían suerte de volver antes de que se


ocultara. Agarrando las riendas de su caballo, ató una cuerda y luego ayudó
a Brielle a montar antes de unirse a ella y andar hacia su
casa con Brielle sentada frente a él… con su culo presionado contra él.

Esto iba a ponerlo a prueba hasta el límite. Se quedaron en


silencio mientras cabalgaban los kilómetros de vuelta a la casa, y
Colt recitó cada himno de la iglesia que podía recordar. Qué bueno que
su madre lo hubiera hecho asistir a la escuela dominical durante
tantos años. Tal vez era momento de empezar a ir de nuevo.

Conversación. Necesitaban una conversación.

—¿Dónde creciste?

Brielle se quedó callada por tanto tiempo que pensó que estaba
ignorándolo. Cuando se había dado por vencido, por fin habló.

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—En Maine, una pequeña ciudad costera, pero la amaba de niña.

Página
—¿Y qué cambio eso? —preguntó cuando ella se detuvo.

—Todo cambia —dijo con un suspiro de tal manera que él lo sintió


recorrerlo por su propio cuerpo. ¿Cuál era su verdadera historia? Cuando
se quedó en silencio por un tiempo más, se decidió a hablar de sí mismo.

—Yo crecí aquí en Sterling. Lo amaba entonces, lo amo ahora. Esta


comunidad, aunque muy pequeña, tiene las mejores personas que he
conocido. Podría ir a cualquier parte, pero elijo quedarme aquí.

—¿Alguna vez te has ido?

En ese momento, Colt ni siquiera pensó en el hecho de que se suponía


que debía ser un peón.

—Sí, he hecho algunos viajes. Tengo mi Maestría en Administración de


Negocios en Harvard. Conocí a algunos de mis mejores amigos allí. A día de
hoy todavía somos como hermanos.

—¿Harvard? ¿Fuiste a Harvard y eres un peón?


¡Mierda! Eso le pasaba por mentir. Se quedó en silencio durante un
minuto, mientras trataba de descifrar cómo responder lo más
honestamente posible.

—Tenía unos padres increíbles, los mejores del mundo. Murieron hace
cinco años mientras estaba de vacaciones en Oregón. El hielo negro. Estaba
devastado. Pero he trabajado duro en la escuela, tengo excelentes
calificaciones, y jugaba baloncesto. —Eso era cierto, por lo menos.

—Vaya. Eso es impresionante, Colt. Pero ¿por qué un rancho si


tienes una maestría de Harvard? Podrías ir a cualquier parte con
eso, hacer mucho dinero.

—Crecí aquí, y me encanta estar aquí. Sabía cuando fui a la


universidad que me gustaría volver a casa. —Eso también era cierto. Ella no
sabía que era muy rico. No necesitaba saber eso ahora mismo. Tal
vez nunca. Bueno, eso no era cierto. Tendría que saberlo cuando
comprara su tierra.

—Yo fui a Brown —admitió ella tímidamente.

—Eres bastante impresionante tú también, Brielle. —Colt no añadió

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que se sorprendió al escucharlo.

Página
—No se lo digo a mucha gente, porque no terminé. Me queda un año,
en Inglés. Solía pensar que iba a escribir para el New York Times, o USA
Today, y luego pensé que tal vez para la revista Time. Entonces, se redujo
a una revista de moda; y todo simplemente cayó. —Su voz se apagó,
avergonzada.

—¿Por qué? ¿Por qué lo dejaste si esa era tu pasión?

—Por motivos probablemente similares a los tuyos, aunque no


tan nobles. Tuve una mala experiencia al final de mi primer año de
universidad y quería ir a casa. No tenía planeado regresar a casa, pero
después de eso, me escondí y salí corriendo, y mi hogar es
donde aterricé. Mi relación con mi padre y hermanos estaba ya mal en ese
punto, pero sabía que podía volver; sabía que era un lugar seguro.

—¿Fue por un chico?

—No, nada típico —dijo con una risa que él se alegró de oír—. Tuve
un profesor con el que no me llevaba bien, y una compañera de cuarto
que me traicionó. En realidad, creo que fue una estupidez dejar. Sé
que debería haberme trasladado a otra clase y mudarme de ese
apartamento, pero estaba mal y frustrada, y... —Su voz se
desvaneció mientras pensaba en las decisiones del pasado.

—Creo que todos nosotros hacemos elecciones en la vida que nos


gustaría deshacer. Sin embargo, esas decisiones no nos definen, Brielle. Si
aprendemos de ellas, crecemos.

Ella se quedó en silencio por un tiempo después de sus palabras, ya


fuese para procesarlas o rechazarlas. Colt deseó poder verle la cara, leer su
expresión.

—Bueno, aterricé aquí. No sé lo sabias que han sido mis decisiones para
dejar que eso sucediera. —Añadió una carcajada, como si se tratara de
una broma, pero él podía escuchar el dolor en su voz. De verdad tenía una
mala opinión de sí misma. No ayudaba que él la hubiera juzgado con
rapidez y dureza.

Pero ¿qué otra cosa podría haber pensado? Las primeras


impresiones son importantes y su primer encuentro no había ido
bien. Colt ahora estaba más confundido que nunca porque estaba
empezando a descubrir más sobre esta mujer, y no era del todo malo, sino

67
algo muy muy bueno.

Página
Era inteligente, pero parecía esconderse detrás de una máscara de
vanidad. Una cosa que sabía con certeza acerca de Brielle Storm era que no
tenía ni idea de lo que podría traer mañana.

Se perdieron en su propia cabeza durante los últimos veinte minutos de


su viaje al rancho, y tal como había sospechado, el sol casi se había
ocultado del todo cuando llegaron al establo.

Estaba empezando a llegar al límite, mientras trataba de ordenar sus


confusos pensamientos sobre esta complicada mujer, así que cuando las
siguientes palabras que salieron de su boca fueron una queja, no
reaccionó bien.

—¿Cómo alguien monta a caballo día y noche?

—Uno se acostumbra.

—Puedo bajar sola —le espetó cuando él le tendió una mano para
ayudarla.
—Sé que puedes. Solo estaba tratando de ayudar.

Colt tuvo que admitir que se sorprendió cuando ella agarró el arnés y
se izó del caballo, con las piernas temblando, pero de alguna
manera manejándose para sostenerse. Bueno, el día no había terminado
todavía, como ella estaba a punto de descubrir.

—¿Cómo se siente tu cadera? —Ella cojeaba un poco, pero no


demasiado. Viviría.

—Estoy bien —le dijo con suficiente calor que él supo que estaba
bien. Así que bien.

—Bueno. Tenemos que cepillar los caballos, entonces.

Brielle lo miró como si le estuvieran saliendo cuernos.

—No. Me voy adentro ahora.

Colt perdió su sonrisa.

—Han trabajado duro para nosotros. Tenemos que darles un


cepillado. —Su voz era firme, porque ella le había pedido que le enseñara y

68
esta era una valiosa lección. Aunque estuviera agotada, sus caballos
necesitaban ser atendidos.

Página
—Bueno, ponte a hacerlo —le dijo mientras se volvía para irse.

—No te voy a sacar de nuevo si no cuidas a tu animal.

—Trabajas para mí, Colt. No te olvides de eso. —Se volvió de nuevo.

—No actúes tan confiada, Brielle. Hace que parezcas una


mocosa malcriada, y ocurre demasiado a menudo. —Ahora ni
siquiera estaba tratando de ser agradable. Aunque había habido una parte
buena, el día había ido bastante mal y estaba por terminar peor.

Ella se volvió para mirarlo al mismo tiempo que se alejaba, y fue


entonces cuando su pie se hundió en una gran pila de estiércol de caballo
fresco.

—¡Eso es todo! —gritó, causando que varias cabezas giraran en su


dirección—. ¡Miren todo lo que quieran! Estoy harta de
este apestoso, apestoso lugar.
Los hombres estaban tratando desesperadamente de calmar sus risas,
pero después de que ella se hubiera ido y el eco de la puerta al cerrarse de
golpe se oyera hasta el fondo del establo, los hombres se soltaron y se rieron
en voz alta.

—Eso es suficiente —les advirtió Colt, y se detuvieron de inmediato—.


Puede que ella la esté pasando mal ahora, pero sigue siendo la propietaria
del lugar, es posible que deseen recordarlo.

—Ah, Colt. Tú serás el dueño muy pronto —dijo uno de los empleados.

—No sé, Brandon. Ella puede ser un dolor en el culo, pero creo que
es una actuación. Esa mujer tiene más temperamento del que yo creí el
primer día que la conocí —le dijo Colt al joven.

Ninguno de los hombres sabía cómo responder a eso, así que se


callaron. Estaban tan seguros de que la chica de ciudad huiría en la
noche que ni siquiera habían considerado la posibilidad de que en realidad
pudiera quedarse.

Colt decidió que era un buen momento para volver a casa. Le entregó el
caballo de Brielle a Brandon para que lo cuidara, luego subió a su caballo, y

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se marchó.

Página
Una cosa era cierta. Tenía mucho que pensar.
Capítulo 11
Traducido por florff3
Corregido por Stefanny de leon
Durante dos días Brielle se negó a salir de su casa. Era probablemente
el único lugar del condado donde la puerta estaba cerrada y las luces
apagadas. No quería ver a nadie, y no quería salir de su cama. Estaba
avergonzada de haberse sincerado con Colt, y más avergonzada aún de su
actitud arrogante posterior.

Pero eso era lo que Brielle hacía. Cuando estaba asustada, cuando
dejaba que alguien se acercara, tenía que arreglarlo rápidamente y
mantener alejada a esa persona. Porque si los dejaba acercarse a su
corazón, tenían el poder de rompérselo.

70
Eso es lo que había sucedido una vez, cuando tenía trece años, una niña
ingenua, idiota, llena de absurdas esperanzas. No sucedería de nuevo.

Página
Sacudiendo la cabeza, encerró los recuerdos de ese horrible día de hacía
tanto tiempo. Se había dicho a sí misma que no pensaría en ello, y no iba a
hacerlo. Ni a hablarlo.

Había bajado las escaleras unas pocas veces en busca de comida, para
traerla de vuelta a su habitación y comer en la cama, pero aparte de eso
permaneció escaleras arriba tomando Advil como si fuesen caramelos para
mejorar sus miserables músculos y el dolor en su cadera donde el profundo
arañazo le ardía.

Sin embargo, unos pocos baños calientes, un montón de películas, y


sesenta horas eran justo lo que necesitaba. Porque al tercer día, se levantó
para encontrar que no estaba tan lastimada ya, no estaba tan mal.

Podía recorrer este rancho sin parecer una mocosa consentida. La llave
estaba en no abrirse con nadie, y mantenerlo todo en términos de
negocios. Si hacía eso, sería fuerte, estaría preparada para todo. Brielle
sabía que era inteligente, aunque la mayoría no lo viese. Ella prefería que
no lo hicieran. Era solo una barrera más efectiva contra el mundo.
Caerse del caballo, después enterrarse en estiércol, y que doliese de tal
forma que pensaba que iba a morir, oír a los hombres reírse de ella, todo se
había sumado para dejarla de nuevo en el punto de partida. Pero no iba a
probarles a todos ellos que tenían razón siendo la princesa mimada por la
que la hacían pasar.

Si quería trabajar, podía. Eso seguro. Así que, ¿qué iba a hacer al
respecto? Esa era la verdadera pregunta. Mientras tomaba una deliciosa y
larga ducha caliente, las ruedas de su cerebro continuaban girando. ¿Qué
había hecho en el pasado cuando las cosas no salían a su modo?

Encontraba una solución, eso es lo que hacía. Así que, ¿cómo iba a hacer
para que los jóvenes peones la escuchasen? No había nada que hacer si ellos
no querían seguir su liderazgo. Por supuesto, sería como si un ciego
estuviese guiando a otro ciego, pero, maldita sea, era la dueña les gustase o
no.

No quería tener una ventaja sobre ellos; solo quería que la ayudasen a
hacer de este lugar un éxito y así su padre no pensaría que era un fracaso.
De algún modo en las últimas dos semanas, su opinión había comenzado a
importarle. No es que fuera a decírselo a él, de todos modos.

71
En algún lugar del camino había cambiado de opinión. Quizá fue su
conversación con Colt, aunque desearía que nunca hubiese ocurrido. Y

Página
quizá era solo que había tenido mucho tiempo para sí misma. Tal vez fueron
incluso los libros del rancho que había estado hojeando, y todas las páginas
web que había visto.

Pero, cualquiera que fuese la razón, había tomado la decisión de hacer


esto, y así lo haría. Pero sabía que no podría hacerlo sin una ayuda
importante.

Sí, seguía queriendo largarse de Montana, pero desde ahora, no quería


irse a cualquier precio. Ahora, era más importante irse con la cabeza bien
alta.

Si conseguía el éxito en este lugar y después podían venderlo, su padre


estaría orgulloso, y ella les demostraría a sus hermanos que no era una
niñita estúpida, que era tan capaz o incluso más que cualquiera de ellos. No
era que los chicos no hubieran sido un desastre en su momento.

Así que necesitaba averiguar cómo conseguir que los hombres la


escuchasen. Una vez que tuviese su atención, podría empezar a trabajar en
el resto de las cosas. Una sonrisa se extendió por su cara cuando se dio
cuenta de cómo hacerlo. ¡Eran hombres, después de todo!

¡Ya sabía qué hacer! ¡Primero conseguiría que la vieran, y después haría
que la escuchasen!

***

Colt no tenía ni idea de por qué estaba trabajando como un condenado


peón de rancho en la propiedad de Brielle cuando tenía su propia tierra de
la que ocuparse, pero aquí estaba, hablando con Tony después de ayudar a
los hombres a arreglar cercas durante las últimas dos horas. Era una
locura. Que creyera que trabajaba para ella era una cosa, pero ahora se
encontraba de verdad trabajando para ella, y por nada.

¿Qué demonios estaba mal con él? Sus ojos vagaron hacia la casa por
centésima vez en los últimos diez minutos. No la había visto desde que se
había largado furiosa, y para el primer día después de eso estaba feliz por
ello, o eso era lo que se había dicho a sí mismo.

Ella había actuado como una imbécil de clase alta, pero esa era la
cuestión, era tan solo una actuación. Él lo sabía. Ella se había sentido

72
vulnerable, había estado cansada, irritada y lastimada. Así que en lugar de
admitirlo, se había marchado furiosa, haciéndoles pensar lo peor de ella. Lo

Página
que él quería saber era por qué.

A pesar de su obvio desagrado por la tierra y su obvia incompetencia,


habría jurado que el primer día después de su recorrido bastaría para tratar
de convencerla de que la vida de un rancho no era vida para ella. Eso sería
demasiado duro. Odiaba Montana y odiaba todo lo que había que hacer con
la tierra que ahora poseía. Solo tenía que encontrar los botones correctos
que apretar y conseguiría que se largase bien lejos.

Y sin embargo el pensamiento de ella yéndose no lo hacía sentirse


eufórico; en lugar de eso, le traía un dolor que no podía explicar. No había
posibilidad de que se estuviese enamorando de esta mujer. Imposible. No
después de unos pocos “encuentros”, un par de besos calientes, y una
conversación “significativa”.

Pero tenía un sentimiento que le encogía el corazón sobre todo este


completo barullo, ciertamente estaba seguro de que sentía lujuria por la
pequeña princesita. Y eso era algo igual de malo. Ella estaba empezando a
llenar sus sueños, y luego era su primer pensamiento cuando se despertaba.
Tenía que sacarla de su mente, y ya había encontrado el único modo de
hacerlo... tener sexo con ella.

¡Tenía que hacerlo! Por el bien de su cordura. ¿Quién podría salir herido
cuando todo esto se terminase o lo terminase alguno de los dos?

Unos pocos minutos más tarde, sus ojos se quedaron clavados en la


puerta delantera de la casa cuando se abrió. Sin siquiera darse cuenta,
había estado aguantando la respiración. Dos días y medio había sido un
tiempo demasiado largo. Eso debería haberlo dejado indiferente, pero
cuando ella apareció, todos los pensamientos y sentimientos se fueron
directos a sus regiones más bajas, y supo que estaba hundido en estiércol.

Los hombres que estaban en el descanso del almuerzo instantáneamente


se quedaron mudos. No es que él lo notase. Toda su atención se
encontraba enfocada en Brielle y en lo que ella llevaba puesto o más bien en
lo que no llevaba.

Permaneciendo de pie en el porche y sosteniendo una jarra llena de lo


que parecía limonada, vestía unos vaqueros cortados —¿esos Wranglers que
se había cargado en el camino?— que eran tan malditamente pequeños que
los bolsillos se salían por delante. No quería imaginarse cómo se veían por

73
detrás. Y la única cosa que cubría su pecho era el más pequeño top que
alguna vez hubiese visto. ¿Qué demonios estaba tratando de hacerle?

Página
Mientras miraba a su alrededor, corrigió su pregunta. ¿Qué demonios
estaba tratando de hacerles a todos ellos?

—¿Qué es lo que está pasando aquí? —Eso vino de Tony, que estaba a
su lado, y que parecía tan embelesado por el espectáculo como el resto de
los hombres.

—No lo sé. Pero voy a averiguarlo —gruñó Colt.


—Espera. Quiero ver qué tiene en mente —dijo Tony con el ceño fruncido
y la frente arrugada.

—¿Por qué? Ella debería saber mejor que nadie lo que hará vistiéndose
así delante de esos jóvenes cachorros —espetó Colt.

—Ellos han visto mucho menos que eso en cuestiones de ropa —dijo
Tony con una risita entre dientes. Era sorprendente. Incluso aunque se oía
como una risa saliendo de su boca, sus labios permanecían cerrados. Colt
tenía que preguntarle algún día cómo conseguía hacer eso.
En contra de su mejor juicio, Colt escuchó a Tony y decidió ver cómo iba
a desarrollarse esto. Cuando ella dio un paso fuera del porche y caminó
hacia la parte trasera de la camioneta, llevando una bandeja en la que
sostenía la limonada, y lo que parecían galletas, y un montón de vasos de
papel, él se empezó a imaginar de qué iba esto.

Cuando ella se giró, sin si quiera mirar en su dirección, fue tan solo para
atrapar la atención de unos pocos de tipos que no estaban demasiado lejos.

—¿Están sedientos, chicos? —preguntó, su voz goteando miel.

Las respuestas no fueron ni cercanas a la coherencia mientras los


hombres corrían apresurados hacia ella y todos se ponían a babear a sus
pies mientras les servía una taza a cada uno. En los siguientes diez minutos
más de veinte de sus empleados aparecieron por allí. Los mensajes de texto
debían estar volando. Y ella estaba de repente rodeada mientras se sentaba
en la parte trasera de la camioneta, sus piernas bailando, y su audiencia
cautivada, pendiente de cada palabra que decía.

—Ya he tenido bastante de esto —dijo Colt.

—Sí, pero quiero saber cuál es el punto de todo esto. Venga, alegra a

74
este pobre viejo, y dale unos pocos minutos más —le dijo Tony.

Página
Colt sentía como si algo lo estuviese golpeando, pero mientras los dos
hombres hablaban, se apoyó en el costado de un tractor, dejando que la
gran pieza del equipo le diera sombra. Mantuvo su sombrero bajo sobre sus
ojos mientras miraba aburrido a Brielle.

—¿Saben dónde está la manguera? Quiero lavar mi camioneta. —El


sonido de su dulce voz fácilmente fue a la deriva hasta él, y sus ojos se
estrecharon. Apostaría cada dólar que tenía —y tenía un montón de ellos—
a que Brielle nunca en toda su vida había lavado su auto.

Así que, ¿por qué estaba tan entusiasmada por lavar una camioneta que
él la había visto conducir una sola vez desde que había frenado el primer
día en el rancho? Cuando uno de los muchachos fue a buscarle la
manguera, mientras otro le conseguía un cubo y jabón, él espero ahora tan
curioso como Tony.

Cuando el agua empezó a salir, y ella alzó la manguera y roció agua por
encima de sí misma y de todos los hombres que la rodeaban, con el sonido
de su risa alegre flotando en el aire, obtuvo su respuesta.
Los muchachos ahora la miraban como si fuese un ídolo dorado, y él no
tenía duda alguna en su cabeza de que esto había sido todo planeado. Ella
había solucionado cómo tener a los hombres de su parte, y lo había hecho
abriendo fuego con ambas armas.

Casi quería aplaudir y felicitarla. Ella no estaba tan derrotada como él


había pensado. Cuando levantó la jabonosa esponja del cubo y empezó a
lavar un lado de la camioneta, sus caderas balanceándose, fijando cada par
de ojos presentes en sus ricas posesiones, él se hartó de esto. Ella podía
jugar todos los juegos que quisiese, pero lo que estaba a punto de aprender
era que si quería jugar con fuego, estaba malditamente cerca de salir
ardiendo.

Sin ser consciente de la presencia de Tony por más tiempo, Colt se alejó
del costado del tractor y se aproximó a Brielle y su pandilla de hombres.
Estaba solo a unos pocos metros cuando ella se giró y se dio cuenta de que
estaba allí, la manguera olvidada en su mano, apuntando directamente a él.

El disparo de agua fría en su pecho no le molestó. Era refrescante, de


hecho, porque él estaba tan caliente como el infierno. Sin una palabra, pero
con el agua aun chorreando sobre él y empapando sus vaqueros, Colt
empezó a desabotonar su camisa.

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—¡Oh!... Lo siento —dijo ella, como si acabase de darse cuenta de lo que

Página
había sucedido.

No le importaba. Ella dejó caer la manguera y actuó como si fuese a


marcharse, pero sus ojos se mantuvieron sobre los de ella, y no le estaba
dando permiso para romper esa conexión.

Se quitó la camisa deslizándola por sus mojados hombros, y sintió un


inmenso placer cuando vio cómo los ojos de ella se ensanchaban y se
tomaban su tiempo para mirar la parte superior de su cuerpo, dura como
una roca. Sí, ella ya lo había visto antes, pero no pudo evitar sentirse bien
al verla tan obviamente fascinada. Así no le haría daño lo que venía a
continuación.

—Fuera. —Aunque su mirada nunca abandonó la de ella, los jóvenes


alrededor de ella no tuvieron ninguna duda de que era a ellos a los que les
estaba hablando. Se dispersaron tan rápido como un grupo de caballos con
un nido de serpientes en su corral.
Con una mirada de triunfo, Colt empezó a moverse hacia su presa. No
sabía cómo ni cuándo, pero en algún lugar, de algún modo, Brielle había
empezado a ser suya, y había llegado la hora de que se lo demostrase.

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Página
Capítulo 12
Traducido por Florff3
Corregido por Yasmi2412

Aunque Brielle nunca había recibido una mirada como la que Colt le
estaba enviando ahora, no tenía ningún problema en imaginarse
exactamente su significado. Él la deseaba, y estaba persiguiendo lo que
quería. Se quedó congelada donde estaba, incapaz de arrancar sus ojos de
él. De ninguna manera quería que ese sentimiento vibrante que atravesaba
su cuerpo se fuese.
Había salido para ganarse a los hombres ahí fuera, y había tenido mucho
más que éxito; prácticamente ya estaban comiendo de su mano. Pero no
había esperado la reacción que había conseguido de Colt. Seguro, sabía que
la deseaba. ¿No había sido bastante obvio con los besos que habían

77
compartido? Pero el hambre ardiendo en sus ojos estaba más allá de lo que
ella había visto antes.

Página
¿Tenía miedo? No podía responder a eso.

Su mirada estaba poniendo a su cuerpo a toda velocidad y estaba más


que deseosa por responder a su expresión de lujuria animal. Su cerebro
estaba haciendo su mejor esfuerzo para advertirle que eso estaba mal,
estaba tratando de detenerla para que no cometiese un error.
Pero su mejor esfuerzo no estaba ni cerca de ser lo bastante bueno para
eso. Cuando él se paró justo delante de ella, no le importó lo que su cerebro
le estuviera diciendo. Lo único que le importaba era cómo se sentía su
cuerpo, y mientras él colocaba su mano en la parte trasera de su cuello, ella
sabía que no iba a decirle que no.
Lo único que iba hacer era desmayarse si no se inclinaba y la besaba en
ese mismo segundo. Como si pudiese leerle la mente, bajó la cabeza, y
después fuegos artificiales explotaron cuando sus labios capturaron los de
ella.
Esta vez, no fue suave. Esta vez, no preguntó en silencio tocando
suavemente con su lengua los labios de ella. No. Esta vez, le estaba
demostrando que él estaba al mando. Estaba presionando su cuerpo contra
el de ella, duro y preparado, enviando a su centro las señales correctas. Su
lengua le exigía la entrada a su boca, y ella también estaba preparada para
él.

Derritiéndose contra la dureza escurridiza del pecho de Colt, y con sus


fuertes brazos encerrándola, Brielle se rindió feliz. Envolvió sus sólidos
hombros con los brazos y lo mantuvo fuertemente apretado mientras él la
besaba más profundamente de lo que ningún otro hombre alguna vez lo
había hecho.

Cuando su mano se deslizó hacia abajo por su casi desnuda espalda y


agarró el material mojado de sus pantalones cortos, ella gimió en su boca,
olvidando que hubiese alguien más en el rancho. Ansiaba su toque, ansiaba
que él aplacase las llamas que ardían por todo su cuerpo.

Cuando él se retiró, ella gimoteó, sin comprender por qué paraba cuando
apenas habían empezado.

—¡A la casa, ahora! —fue su respuesta a la no formulada pregunta, y


entonces su respiración escapó de sus pulmones cuando la levantó y la
colocó sobre sus hombros.

78
Brielle estaba horrorizada. La estaba llevando a la casa como si fuese un

Página
hombre de las cavernas, y delante de quién sabe cuántos de sus
trabajadores, pero cuando cerró la puerta de un portazo detrás de ellos, y
ella abrió la boca para protestar por sus modales de neandertal, él
simplemente presionó su cuerpo contra la puerta y empezó donde lo habían
dejado antes en su camioneta.

Y todas y cada una de sus objeciones quedaron olvidadas.

Ella estuvo perdida cuando la agarró por la cintura y la levantó, dejando


que la puerta ayudase a mantenerla en alto mientras su cuerpo se
presionaba contra el de ella y él empujaba contra su centro, haciendo arder
el fuego profundamente dentro de ella y convirtiéndola en lava caliente y
roja.

Su boca dominaba la de ella mientras delineaba sus labios con su segura


lengua antes de volver a introducirse en su boca y hacer que sus venas
hormigueasen y palpitasen. Él rodeó su cara dulcemente con su mano
mientras ella se abrazaba con sus piernas estrechamente alrededor de él.
Cuando él deslizó sus dedos por debajo del dobladillo de sus pantalones
cortos y tocó su carne, ella gimió, abriendo la boca por completo para su
lengua exploradora.

Eso no era lo que había planeado cuando había salido de la casa esa
mañana más temprano, pero mientras él se empujaba contra ella,
comprendió que los planes estaban para ser rotos. Aunque sus planes
estaban escrupulosamente diseñados, esta era una forma mejor de pasar la
tarde.

—Te necesito, Brielle —gruñó, después de retirarse apenas lo bastante


lejos de su boca para poder hablar.
—Entonces tómame, Colt. —Dejó caer la cabeza contra la puerta, y él
empezó a mordisquear su cuello.
—Por favor, dime que estás segura...
¿Por qué necesitaba decir eso? No quería pensar si estaba o no segura,
no quería analizar la situación. Lo único que quería hacer justo en este
preciso instante era sentir, sentir todas las cosas que él iba a hacerle, y más.
—Sí —dijo ella, porque estaba segura de que si no terminaban esto,
se enroscaría y moriría.

79
Eso lo resolvía todo. Aun manteniéndola contra él, la separó de la puerta

Página
y comenzó a moverse hacia las escaleras. Ella no preguntó cómo sabía dónde
estaba su dormitorio; estaba demasiado concentrada en el camino que él
estaba lamiendo a lo largo de su cuello.
Subió las escaleras con ella en sus brazos, y ni siquiera perdió el aliento.
Esa era la clase de cosas en las que ella pensaría más tarde. La fuerza pura
que este hombre poseía era una cosa que la encendía enormemente. Nunca
antes la habían llevado en brazos. Y nunca se había sentido tan segura de
algo en su vida.
Cuando llegó a su habitación, ella ya estaba preparada para que le
arrancase sus ropas ya, pero de alguna manera él se las había arreglado
para colocarla sobre la cama con delicadeza, después dio un paso atrás y
miró la escena que tenía ante él.
Su carne estaba rosada, sus pezones duros, y sus shorts demasiado
apretados. Ella quería todas las barreras entre ellos fuera. Como si le
hubiese leído la mente, se estiró hacia abajo y empezó a quitarse sus
vaqueros. Ella no podía apartar la mirada del bonito rastro de pelo que
guiaba a los botones allí. Cada uno de los que él desabrochaba la acercaba
más a ver su magnificencia.

Al final, él agarró sus vaqueros y sus calzoncillos en sus muslos con los
dedos y los empujó abajo. Ella se quedó mirando boquiabierta con
impotencia sus esbeltas caderas, las ondas de sus abductores, y cada
gloriosa pulgada de la carne más abajo que él había desplegado para sus
ojos codiciosos.

Debido a que el tejido vaquero estaba húmedo, a ella le costó un poco


más de esfuerzo quitarse los vaqueros, pero valió la pena la espera, porque
cuando se liberó, jadeó con deleite.
—Oh Colt, estoy más que preparada para esto. —Lo miró fijo,
prácticamente babeando, mientras su hombría aparecía delante de ella en
toda su esplendorosa gloria. Él era grueso, sólido, y estaba más que
preparado para el combate, y la apariencia de toda aquella carne la hizo
morderse el labio con anticipación.
Él tuvo que gruñir, y, oyendo esto, ella alzó los ojos para encontrar los
suyos, que estaban ardiendo de deseo.
—Si sigues mirándome como si fuese el plato principal, no duraré lo

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suficiente para que ambos podamos divertirnos mucho con esto. —Él la
calentaba mientras se unía a ella en la cama.

Página
—Colt, tú no eres el plato principal, eres seguramente el mejor plato: el
postre —replicó ella con una sonrisa abrasadora que lo invitaba a ir para
allá.
Y él fue para allá. Con otro gruñido, se tumbó sobre ella y capturó sus
labios una vez más, encantando su boca antes de volver ambos cuerpos de
costado para poder quitar las tiras en la espalda del top de su bikini.
En dos segundos sus pechos fueron liberados y disfrutó con el
sentimiento de ellos presionándose contra su musculoso pecho. Se retorció
para estar incluso un poco más cerca.
¡Ni hablar! Él la empujó sobre su espalda y trazó un rastro con su boca
a lo largo de su cuello, lamiendo su piel antes de mordisquearla y hacerla
gritar por más. Moviéndose más lejos a lo largo de su cuerpo, él hizo girar
su boca en círculos alrededor de cada uno de sus deliciosos pechos por
turnos, burlándose de ella, tomándose su tiempo para conseguir endurecer
esos picos que ella quería desesperadamente que él chupase.
—Ahora, Colt. Por favor. —Levantó las manos hacia su pelo y lo guio allí.
Y él finalmente terminó por convertirlo en un sensible capullo y tomó su
carne rosa en su boca mientras su lengua golpeaba con fuerza recorriendo
toda su dolorida superficie.

Ella gritó mientras sentía como el calor crecía en su interior, se sentía al


borde de la explosión, y él ni siquiera había tocado aún su centro. Si amar
así estaba mal, ella no quería hacer lo correcto.

Él se desplazó a su otro pecho y le dio abundante atención antes de


correr su lengua abajo al centro de su canalillo recorriendo el camino a su
estómago, chupando y lamiendo cada pulgada de su carne trémula.
Cuando él desabrochó sus pantalones y empezó a quitárselos, ella alzó
sus caderas de la cama para hacérselo más fácil, necesitando su boca donde
estaba latiendo con hambre. Él no la hizo esperar más.
Después de librarse de sus pequeños pantalones y sus más pequeñas
aun braguitas, él extendió sus piernas y lamió el interior de sus muslos,
gruñendo con apreciación por la caliente esencia antes de moverse más
arriba y recorrer con su lengua sus sensibles pliegues.
Cuando sujetó firmemente sus labios alrededor del pulsante capullo de
su feminidad, ella dio un salto en la cama y el más grande placer de todos

81
la rasgó en una ola tras otra de dicha.

Página
—Sí —chillaba ella, cerrando sus manos y manteniéndolo allí, temerosa
de que él parase antes de que estuviese preparada para él.
No tenía nada por lo que temer en ese asunto. Él barrió su lengua a
través de su carne al mismo ritmo que las pulsaciones de su cuerpo,
acercándola a su placer durante tanto tiempo que cuando terminó, ella
colapsó contra el colchón.
Estaba agotada. No había ninguna manera de que pudiese hacer algo
más, y eso era demasiado para él. Como si pudiese leerle la mente, él se rio
entre dientes.
—No te pongas muy cómoda, Brielle. No hemos terminado —le dijo, y
deslizó dos dedos dentro de su caliente vaina.

—Oh Colt no puedo.... —empezó a decir, pero las palabras terminaron


en un gemido, porque de algún modo él estaba golpeando el punto justo
para hacer que su cuerpo volviese a la vida de nuevo.
Movió sus dedos lentamente adentro y afuera, convirtiendo los rescoldos
de su fuego en una caliente llamarada roja una vez más, y ella estaba de
pronto retorciéndose debajo de él. Sus dedos ya no eran suficientes.

—Colt...

—Dime lo que quieres, Brielle.

Iba a hacerla decirlo, y tristemente, ella no tuvo ni una onza de


vergüenza mientras respondía:
—Tú. Dentro de mí. Ahora mismo.
Sacó sus dedos de ella y después se subió sobre su cuerpo, dejando una
estela de besos por todo el camino hasta sus labios. Ella trató de darse la
vuelta, el pensamiento de saborearse a sí misma en la lengua de él se le
hacía incómodo, pero él agarró su cabeza y se zambulló dentro de su boca,
dándole una nueva sensación mientras su sabor almizclado se mezclaba con
el de ella. No estaba tan mal, definitivamente podría acostumbrarse a eso. Y
mientras la cabeza de su excitación se presionaba contra su centro, ella
abrió las piernas aún más ampliamente, necesitando que se empujase
dentro de ella, olvidándose de cualquier cosa salvo de ellos dos haciendo
esta última conexión.

82
Mientras su lengua rozaba sus labios, él se deslizó una pulgada de su
erección dentro de ella, haciéndole temblar deseando más.

Página
—Por favor —rogó otra vez mientras envolvía sus piernas alrededor de
él. La anticipación la estaba matando. Quería sentir todo su grosor dentro
de ella. Lo quería por completo.
Entonces él empujó su lengua dentro de su boca al mismo tiempo que
se introducía dentro de su cuerpo, engullendo los gritos que ella lanzaba.
Tan llena, tan poseída. Se sentía perfecta ahora mismo, o así lo creía.
Cuando él empezó a moverse, lentamente primero, dentro y fuera, y
después alcanzando más velocidad y conduciéndola a una fogosa cumbre,
ella supo que eso era tan bueno como podría ser. Nunca antes había estado
tan al borde de la pasión que el mundo quedaba completamente disipado,
pero eso era exactamente lo que le estaba sucediendo ahora mientras Colt
retenía su cuerpo deseoso.
Podría hacer esto para siempre, y aún no sería suficiente. Se movían a
un ritmo perfecto mientras él la llevaba al mejor lugar en el que alguna vez
había estado, y cuando se vinieron juntos en brillantes oleadas de luz y
calor, su cuerpo se sacudió con el poder de la liberación.
Los gruñidos Colt hacían eco por la habitación, y eran música para sus
oídos. El peso de su ahora relajado cuerpo era una perfecta cobija, y en este
momento ella estaba total y absolutamente en paz.

83
Página
Capítulo 13
Traducido por Flor
Corregido por Cat J. B
Brielle se sentía como si estuviese navegando en una balsa en un lago
de paz mientras Colt la mantenía segura contra su pecho y sus dedos
trazaban formas en su espalda. La sensación estaba más allá de cualquier
comparación, y si pudiese congelar este momento, sería la mujer más feliz
de la tierra.

Bueno, tal vez no. La realidad irrumpiría pronto, pero por ahora, su
cuerpo estaba saciado, su corazón completo, y se sentía como si no tuviese
ni una sola preocupación.

—¿Por qué finges, Brielle?

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Su tono era suave, gentil, no acusatorio.

Página
—¿Fingir? ¿Qué quieres decir?

—Siempre estás fingiendo ser alguien que en el fondo no eres.

—No sé de dónde has sacado esa idea. Como dice Popeye. “Yo ssoy lo
que ssoy”.

—Muy gracioso, Brielle. ¿Por qué no te sinceras conmigo? Lo hiciste una


vez.

—Lo hice porque soy una estúpida. No lo haré de nuevo.

—Dame algo más de ti —dijo Colt.

—Pensé que ya te había dado todo.

—Solo en un sentido. Por favor, dame una razón para esa fachada tuya.

Para su sorpresa, se encontró a sí misma hablando. ¿Era por la forma


en que sus dedos hacían magia en su espalda?
—Ni siquiera yo misma lo sé, Colt. Solo sé que tengo que protegerme —
le respondió.

—¿De quién?

—De todo el mundo. Cuando me acerco a la gente, me traicionan. —Sus


ojos se deslizaron hasta cerrarse mientras escuchaba el relajante ritmo de
su calmado corazón.

—No puede ser todo el mundo, Brielle. ¿Qué pasa con tu familia?

Ella se tensó, pero él solamente siguió masajeando su piel un poquito


más, y pronto sus músculos estuvieron relajados.

—Solíamos ser muy unidos. Mi madre nos dejó cuando yo tenía tan solo
tres años. No la conocí, ni recuerdo su pérdida. Pero la tuve. Y cuando tenía
trece años...

Se detuvo, su corazón empezó a latir más rápido mientras se daba


cuenta de lo que casi había revelado. No importaba lo relajada que estuviese,
eso era algo de lo que no podía hablar, era algo que nunca le había contado
a ningún alma viviente.

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—Todo simplemente cambió. No sucedió de repente. Quizá fue algo
pequeño, pero eso lo recuerdo bien. Pasamos de cenar juntos cada día a

Página
hacerlo unas pocas veces a la semana, luego un par de veces al mes, y
finalmente no nos juntábamos nunca los seis para cenar. Algunos no podían
por el colegio, otras veces era porque papá estaba siempre trabajando, y
otras porque los chicos estaban yéndose a la universidad y la casa se
vaciaba más y más. Pero en algún momento durante este tiempo,
simplemente dejó de importar. Era más una molestia que otra cosa cuando
papá nos juntaba y preguntaba qué pasaba en nuestras vidas. Los días solo
pasaban uno tras otro, y de repente tenía dieciocho años, me graduaba del
instituto y me iba a la universidad. Después de eso solo faltaba que mi padre
se fuera.

—Pero eso no los separaría —le dijo él con justificada confusión.

—No. Eso solo era una parte. Sucedió tan gradualmente, que ni siquiera
me di cuenta, no advertí los muros que construí, ni me di cuenta de que mis
hermanos estaban haciendo lo mismo. Pasamos de desayunar y comer
juntos, compartiendo las vidas unos de otros, a ser extraños.
La tristeza comenzaba a invadirla, y Brielle no quería eso. Este momento
era bueno, era puro, era sobre sentir una cosa muy diferente al dolor. No
quería pensar en su familia, no quería pensar en cómo todos ellos se habían
apartado. Brielle tenía que cambiar de tema, y lo hizo rápido.

—¿Qué pasa contigo? ¿Por qué tus padres solo tuvieron un niño?
¡Espera! Ni siquiera sé si eso es cierto. Esto es tan embarazoso. ¿Tienes
algún hermano?

Estaba tumbada desnuda con un hombre cuyas manos recorrían todo


su cuerpo, saciada de la mejor manera posible, y no conocía ni una pequeña
parte de él. ¿Qué decía eso de ella? La euforia desapareció y las defensas
por las que era tan famosa empezaron a cerrarse de nuevo.

Como si él pudiese sentirlo, continuó acariciando su espalda y la parte


superior de su redondeado trasero mientras decía:

—Tenía un hermano pequeño.

Cuando dejó de hablar por un momento, Brielle supo que estaba a punto
de decir algo que no sería bueno.

—Él era sorprendente. Un bebe milagro, de hecho. Mi mamá tuvo

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dificultades para quedarse embarazada de mí, y el doctor le dijo que no

Página
podría tener más niños. Nunca me sentí solo a pesar de ello, porque como
ya te he dicho, esta es una comunidad estrechamente unida.

Se quedó en silencio de nuevo mientras recopilaba sus pensamientos y


Brielle empezaba a trazar círculos sobre su pecho, ofreciéndole el único
consuelo que sabía que podía proporcionarle.

—Mi hermano llegó diez años después de mi nacimiento, y los doctores


le dijeron a mi madre que no podría llevar el embarazo a buen término, le
dijeron que podría costarle la vida si continuaba adelante con el embarazo.
Ella les dijo a los médicos que nunca sacrificaría a su hijo por su propia
vida. Así que mi padre la mimó, y ambos hicimos todo lo que pudimos para
asegurarnos que ella estuviera sana y que trajera otro niño sano al mundo.

»Ella lo llevó bien durante siete meses, y luego su cuerpo no pudo


continuar más con el embarazo. Se puso de parto y no hubo nada que los
médicos pudiesen hacer para pararlo. Mi hermano nació pesando solamente
un kilo cuatrocientos, pero la tecnología ya había avanzado lo suficiente
para ese entonces como para que él tuviese una oportunidad en la lucha.
Su nombre era Blake. Prácticamente vivimos en el hospital los siguientes
dos meses, y estaba tan orgulloso cuando por fin pude abrazarlo, sentado
en la UCI. Era un luchador, desde el principio. Y fue difícil para mamá, pero
ella también era una luchadora, y parecía que todo iba a funcionar y acabar
teniendo un final feliz a pesar de lo que habían dicho todos los doctores.

Él se detuvo otra vez, y el corazón de Brielle se encogió, anticipándose a


lo que venía después. Había dicho que tenía un hermano, no que aún lo
tuviese.

—Finalmente Blake llegó a casa. Pesaba dos kilos y medio y tenía


pequeños mechones de pelo oscuro en su cabeza. Sus ojos eran azules, pero
mamá dijo que podían cambiar. No me importaba. Era perfecto. El primer
mes fue asombroso. Tenía un hermano pequeño, y lo adoraba.

Colt se recompuso para finalizar la historia. Brielle quería detenerlo


desesperadamente, quería que esto terminara con un final feliz, pero, ¿no
había aprendido mucho tiempo atrás que los finales felices estaban hechos
solo para los cuentos de hadas?

—Tenía seis meses, nada estaba mal en él desde el punto de vista


médico. Sus chequeos médicos fueron bien, estaba sano, y debía tener una

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larga vida por delante. Pero entonces una noche mi madre nos despertó
gritando. Papá llegó a la habitación primero, y yo no estaba muy lejos detrás

Página
de él. Mamá sostenía a Blake en sus brazos mientras sollozaba en el teléfono
pidiendo una ambulancia, pero ya era demasiado tarde...

Su voz rasposa estaba deshaciéndola, y más lágrimas caían de los ojos


de Brielle. No quería preguntar, pero no pudo detenerse.

—¿Qué sucedió?

—Blake ya estaba muerto. Lo llevaron al hospital y le hicieron las


pruebas, pero nunca tuvieron una respuesta. Murió mientras dormía.
Dijeron que fue SMSL4. Busqué y busqué y busqué las respuestas durante
años. Nuestra casa era segura; era saludable. Necesitaba una respuesta y
nunca la obtuve. Tan solo llegó y se fue también demasiado rápido...

4SMSL: Síndrome de muerte súbita del lactante, se define como la muerte repentina e
inesperada de un niño menor de un año aparentemente sano.
—Oh Colt. Lo... lo siento tanto. —¿Qué podría decir? Nada. No había
nada que una persona pudiese decir para hacer mejor eso. Nunca estaba
bien perder a un bebé, nunca.

—Mi mamá, después de meses de estar destrozada, vino un día y nos


llevó a los dos de paseo a la tumba de mi hermano, que era una tumba
pequeña, con un pequeño ataúd en el que lo habían enterrado. Pero
caminamos hasta allí y ella tenía una sonrisa llorosa mientras miraba hacia
arriba, al cielo. Nunca olvidaré ese momento —le dijo, y ella sintió una
lágrima caliente caer por su cara.

»Dijo: “Gracias por hacerme este regalo. Sé que debió haber sido duro
para ti dejarlo marchar de tu lado, incluso durante los seis meses que
fuimos bendecidos con tenerlo, pero gracias por esos seis meses”.

—Oh, Dios mío, Colt. —Brielle no pudo decir nada más que eso.

—Aunque nunca olvidamos a mi hermano, finalmente encontramos un


poco de paz.

Ella lloró por todo lo que él había perdido. Era demasiado, todo era
demasiado. Colt había encontrado un camino hasta su corazón, y ella tenía

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miedo de que no fuese capaz de arreglar el daño hecho en sus muros que
tantos años de esfuerzo le había costado construir.

Página
Ese fue su último pensamiento antes de que el sueño cayese sobre ella
para darle un respiro al dolor que sabía que finalmente encontraría en su
camino.
Capítulo 14
Traducido SOS por Lectora
Corregido por Cat J. B

Colt sostuvo a Brielle cerca de su cuerpo durante mucho más tiempo de


lo que normalmente sostenía a una mujer después de tener sexo. Por alguna
razón parecía no poder convencerse de dejarla ir. Después de haber
compartido algo con ella que no había planeado compartir, Brielle había
caído dormida. Había sentido el cuerpo de la mujer temblar con el dolor que
había sentido mientras hablaba de Blake, y eso lo había roto por completo.

Había sucedido hacía mucho tiempo, pero era algo que nunca olvidaría,
y no era algo que normalmente le contara a la gente. Parecía que quería
abrirse con Brielle, una mujer que nunca había pensado que sería capaz de

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meterse bajo su gruesa piel. Sabía que eran absolutamente incompatibles.

Página
Entonces, ¿por qué se sentía tan bien sostenerla en sus brazos?
Normalmente nunca se quedaba dormido con una mujer después de tener
sexo, pero esta vez había decidido cerrar los ojos por un breve momento.
Una hora más tarde, se despertó y ella todavía yacía medio encima de él.
Sintió que su cuerpo se agitaba de nuevo solo por la sensación de sus pechos
perfectos presionándose contra su carne.

Por un segundo, o tal vez cinco, pensó en ponerla de un tirón sobre su


espalda y hundirse de nuevo en el interior de su calor, en encontrar consuelo
en sus brazos. Antes de que pudiera hacerlo, se frenó a sí mismo. Esto había
ido mucho más lejos de lo que había querido que fuera.

Hacerle el amor le había parecido una conclusión inevitable, nada


importante, solo una manera de aliviar el deseo. Pero la realidad era muy
diferente de la fantasía que había creado en su cabeza. La realidad era
mucho, mucho mejor. Y ella había hecho que quisiera compartir algo de su
pasado con ella. Ahora estaba entrando en pánico.
No podía querer a esta mujer para más que un revolcón en las sábanas.
Ella era el enemigo. Se interponía entre él y algo que realmente quería, algo
que se merecía.

Su relación no llevaría a ningún lado. A ningún lado bueno, de todos


modos. Esto solo terminaría en desastre para los dos. Lo sabía sin asomo
de duda, así que lo mejor y más inteligente que podía hacer para los dos era
salir de la cama y desaparecer.

Bueno, ese pensamiento no le atraía especialmente. ¿Pero no era eso


mismo razón más que suficiente para ponerse en movimiento? Con cuidado
de no despertarla, comenzó a alejarse poco a poco de ella, desenredando sus
extremidades mientras se arrastraba fuera de la cama.

Cuando se puso de pie y miró hacia ella, se le aceleró el corazón ante la


forma en que ella se quejaba en su sueño y su brazo se estiraba. ¿Estaba
buscándolo, incluso estando inconsciente? Eso es lo que parecía. Después
de unos segundos, volvió a dormirse profundamente, y él colocó las mantas
cuidadosamente sobre ella y sacó la tentación de su vista.

Y, sin embargo, un minuto más tarde, encontró que sus ojos acariciaban
su rostro. Sí, tenía que salir de aquí, porque todo dentro de él le decía que

90
no saliera y eso era razón más que suficiente para correr tan rápido como
pudiera.

Página
Con determinación feroz, Colt se volvió y empezó a recoger su ropa.
Ponerse sus vaqueros todavía húmedos era un poco más difícil de lo que
había sido sacárselos, pero a los pocos minutos estaba completamente
vestido.

No podía irse sin mirar hacia abajo a su pacífico rostro por última vez.
Sabía que una vez que saliera de la habitación, todo sería diferente. Todo
mejor, sin embargo. En silencio abrió la puerta de su dormitorio, salió y
cerró suavemente detrás de él.

Cuando salió de la casa, todos los hombres se habían ido, por suerte.
Solo eran las dos de la tarde y él no había estado pensando en su reputación,
ni en el hecho de que cada uno de los trabajadores del rancho sabría
exactamente lo que él y Brielle habían estado haciendo.

Bajó la cabeza, avergonzado, pensando en lo que ahora dirían de ella.


Esperaba que fuera capaz de anular cualquier rumor, pero justo cuando
empezaba a dirigirse hacia el establo, sonó su celular. Mirando el número,
suspiró. Era una llamada que no podía ignorar.

—Hola, Tim. ¿Qué puedo hacer por ti?

Escuchó a su gerente de negocios durante varios minutos y luego


maldijo. Este definitivamente no era el momento de estar viajando. Se había
alejado de su cama sin decir una palabra, pero planeaba verla mañana. Sí,
quería la distancia, pero no quería que ella se sintiera completamente
utilizada.

Pero ¿no podría eso realmente ayudarlo? ¿No lo odiaría, no creería que
era un monstruo? ¿No era lo mejor para los dos en este momento?

—Bien. Voy a estar allí esta noche.

Marcó otro número.

—Nos vemos en el aeropuerto —dijo Colt—. Vamos a volar.

Colt fue hacia su camioneta y se dirigió al pequeño aeropuerto en


Sterling, donde guardaba su colección de aviones. No volaba tanto como le
gustaría. A veces, debido al clima impredecible, y a veces porque la vida se
interponía.

91
Página
Sí, tenía hombres que trabajaban para él, y sí, podía hacer lo que
quisiera, pero Colt no se lo había planteado de esa manera. Su padre había
trabajado sin descanso hasta el día que murió, y le había enseñado a Colt
el valor de un día duro de trabajo.

Era algo tan inculcado que sería imposible para él hacer cualquier cosa
menos que lo mejor. Bueno, había estado perdiendo demasiado tiempo en
el rancho de Brielle últimamente, pero eso era trabajo, también. Estaba
trabajando para obtener su tierra. Diablos. Otra punzada de remordimiento
lo golpeó por el engaño.

No tardó mucho en llegar al aeropuerto, y cuando llegó a su hangar y


abrió las puertas gigantes, una sonrisa irrumpió en su rostro cuando vio su
Rey Beechcraft Aire 350i. Era realmente una belleza. Sus preocupaciones se
disiparon mientras se centraba en su lista de comprobación previa al vuelo
exterior.

Su padre había volado con él por todas partes de Estados Unidos cuando
Colt era solo un niño, y por eso le había agarrado el gusanillo desde el
principio. Había comenzado sus primeras lecciones oficiales a los dieciséis,
y ese el verano se había ganado su licencia de piloto. No había sido suficiente
para él.

Mientras pasaban los años, se había presionado a sí mismo cada vez


más, y ahora podía volar casi cualquier cosa. Tenía varios aviones y jets
privados, pero esta era su bebé, y ella definitivamente tenía la mayor
atención.

—Vaya, viniste rápido, Colt.

Colt se volvió para encontrar a Bradley, su copiloto. Podía volar este


turborreactor por su cuenta, pero siempre era bueno tener un segundo
piloto a bordo, especialmente para algunos de sus aviones más grandes.

—Sí, Tim llama. Tengo que llegar rápido.

—Muy bien, vamos a hacer esto. —Esa era la razón por la que Colt
amaba a Bradley como copiloto. No solo era una buena compañía, también
sabía lo suyo.

Pasando sus manos a lo largo de la superficie del avión, Colt se aseguró


de que todo estuviera en su lugar y en buenas condiciones.

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—Se ve bien a mi parecer —dijo Bradley antes de ir hacia el lado del

Página
pasajero y subir a bordo. Colt se unió a él, y leyeron juntos en el interior la
lista de control.

—Frenos encendidos —dijo Colt.

—Válvula reguladora... encendida —comprobó Bradley.

—Tiempo... chequeado; instrumentos encendidos.

Abriendo la ventana, aunque no había nadie alrededor, de todos modos


había que hacerlo, Bradley gritó:

—¡Hélice despejada!

Entonces Colt hizo lo que más le gustaba. Con el acelerador en la mano,


manipuló los motores, primero la izquierda y luego la derecha. No importaba
cuántas veces pusiera en marcha el avión, siempre era emocionante oír el
ronroneo de sus motores en marcha.
—Hélices ajustadas para altas RPM5.

—Luces estroboscópicas, luces y radio encendidas.

—La presión de aceite es buena.

Colt levantó el auricular y pidió permiso para el rodaje, y se dirigieron a


la pista de aterrizaje. Una vez que tuvieron autorización de despegue, Colt,
con una sonrisa en su rostro, se sostuvo mientras ella se adelantaba y subía
al cielo.

Colt esperaba nunca perder el sentimiento de alegría durante el


despegue, nunca olvidar lo liberador que era volar. Sus preocupaciones se
evaporaban, y rara vez volvían antes de aterrizar en tierra firme de nuevo.

Aunque sabía que estaba haciendo lo mejor para ambos, Colt rodeó La
Ponderosa y miró por la ventana con la esperanza de capturar solo un
vistazo lejano de Brielle. Afortunadamente, su copiloto no dijo ni una
palabra, aunque la curiosidad en sus ojos estaba prácticamente quemando
un agujero en el cráneo de Colt.

Por supuesto, no la vio, pero cuando miró hacia abajo a su techo, sabía
que ella estaba allí, tal vez todavía durmiendo en la cama en la que había

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estado con ella menos de una hora antes. No, probablemente no. La

Página
comprobación previa le había llevado media hora.

—Muy bien, vamos a entrar en nuestro camino —murmuró, y Bradley


se limitó a asentir, aunque miró por su ventana, seguramente
preguntándose qué había estado buscando Colt.

No podía pensar en eso ahora. Tenía que concentrarse en los mandos de


su avión turbohélice. Por lo general podría hacer eso con las manos atadas
a la espalda, por así decirlo, pero hoy era diferente.

Maldición, su mente estaba de vuelta en un rancho grande, y en la cama


con una bella pelirroja. Colt solo esperaba que este extraño anhelo que
sentía por la chica que planeaba alejar se hubiera ido cuando volviera a
Sterling.

5RPM: Revolución por minuto. Indica el número de rotaciones completas que hacen las
hélices por minuto.
Capítulo 15
Traducido por Mlle. Janusa
Corregido por LarochzCR

—¡Esto es ridículo, Tony! Nadie me escucha, y estoy cansada de eso.


Estoy a punto de despedir a cada persona de este rancho.

Tony miró a Brielle con una ceja alzada, pero era obvio que el hombre
no estaba preocupado ¿Qué haría si de verdad despedía a todos? No tenía
ni la más mínima idea de cómo contratar a un nuevo grupo de empleados.
Y en aproximadamente un mes habría que cosechar el trigo, así que sin
personal estaría en un río sin remos.

94
Pero por lo que le importaba, todo podía pudrirse en el suelo. Estaba de
un humor infernal, uno que había sido construido de manera constante

Página
durante las últimas dos semanas.

Por un solo día le había parecido que tenía a los hombres dispuestos a
escucharla, pero al día siguiente —el día siguiente a que Colt abandonara
su habitación mientras ella estaba durmiendo después de lo que había
parecido una tarde en el cielo— había intentado hablar con los chicos y ellos
habían vuelto a tratarla como la chica de ciudad que era.

De acuerdo, podía admitir que su pequeña y sexy tentación no había


sido la mejor idea. Estaba tratando de ganar su respeto y había hecho un
movimiento de Daisy Duke. Malditamente brillante. Pero eso había sido todo
lo que había podido intentar en el momento.

Usar su cerebro habría sido más inteligente, porque aunque la gente


pensara que era una estúpida chica de alta sociedad, Brielle sabía que tenía
un buen cerebro.

Así que tenía que mostrar que era competente, que estaba dispuesta a
trabajar, que era la propietaria de este lugar y ya era hora de que alguien le
mostrara cómo hacer su trabajo. Si terminada prendiendo fuego a cada uno
de ellos, que así fuera.

Habían pasado dos semanas desde que había visto a Colt, y aunque
estaba tratando de no pensar en eso, tratando de no obsesionarse con eso,
todavía se sentía herida. Habían tenido un sexo increíble, seguido por un
momento de intimidad diferente a cualquier cosa que había compartido con
cualquier otra persona en el universo y luego él había desaparecido sin dejar
rastros. Sin llamadas, sin mensajes texto, correos electrónicos… nada. Ni
siquiera un rápido saludo al pasar por el patio. Por supuesto que no.

Como si eso fuera poco, finalmente había comenzado a hablar con su


padre y él iba a aparecer en un par de semanas. Magnífico, y no tan
magnífico. Si no demostraba que sabía lo que estaba haciendo, él estaría
magníficamente desilusionado. Unos cuantos meses atrás, eso no le
importaría. Ahora, le importaba, más de lo que estaba dispuesta a admitir.

Sintiendo todo menos confianza en su nueva posición como propietaria


de este rancho, Brielle preferiría quedarse en un refugio para mujeres que
vivir un día más en este rancho con los hombres odiándola y con Colt quién
sabía dónde.

95
—¡Por favor, Tony! He estado leyendo esos libros que me diste y he
estado trabajando con Joe, el único tipo aquí dispuesto a trabajar conmigo,

Página
pero todavía necesito entender todo esto. —Tenía la esperanza de que
cediera solo un poco.

Y tal vez estaba funcionando. Tony suspiró y se dispuso a hablar.

Y fue interrumpido.

—¿Qué sabe una chica de ciudad sobre trabajar en un rancho? En


realidad, hacer cualquier cosa por aquí podría hacer que te rompieras una
uña, y no querrías que eso sucediera, ¿cierto?

Brielle se puso rígida cuando una voz que conocía muy bien asaltó sus
oídos desde atrás.

¡Colt!

Había vuelto, y no solamente eso, sino que se había atrevido a burlarse


de ella con las primeras palabras dichas entre ellos desde que él había salido
de su cama. Cuando ella tomó unas cuantas respiraciones profundas, se
debatió si estrangular la furia que la consumía o simplemente desatarla.
—¿Qué pasa, Princesa? ¿El gato te comió la lengua?

—¡Eso es todo! —Se giró y dio unos pasos amenazadores hacia el


desgraciado que era tan cálido un minuto y luego frío como el hielo al
siguiente. Gracias a Dios tenía su rabia como protección, de otra manera
habría estado completamente inmovilizada por la manera en que sus
vaqueros se ajustaban a él a la perfección, y por la forma en que su camisa
abrazaba sus pectorales y abdominales.

Pero no. No se fijó eso esta vez, porque veía todo a través de un brillante,
vivo, abrasador rojo. ¿Cómo se atrevía este hombre a dejar su cama, no
hablarle por dos semanas y luego volver y hablar mal de ella?

—¿Dónde demonios has estado? ¿Crees que puedes ir y venir como te


plazca? ¡No lo creo, Colt! Estás completamente despedido.

Estaba harta de este lugar y de él y de todos los locos sentimientos que


inspiraba en ella. Sí, odiaba Montana desde antes siquiera de llegar. Pero
justo ahora, lo que quería hacer más que nada en el mundo era tomar un
fósforo y quemar el lugar entero. Si no conseguía ayuda de verdad pronto
para hacer que este maldito rancho funcionara, se negaba a tomar la
responsabilidad por los resultados.

96
—No lo creo, no voy a dejar que me despidas —dijo él con una sonrisa

Página
arrogante—. Nah. No es un buen día para hacer tu voluntad.

—¡Tú, pomposo, egoísta, despreciable hijo de puta! —Mientras hablaba,


atascó su dedo en su duro pecho, lo suficiente para hacerlo retroceder,
aunque ella no se percató de eso—. Si crees que puedes venir aquí después
de irte por dos semanas y luego hablarme de esa manera, estás tristemente
equivocado. Juro por todo lo que es sagrado e impuro que tomaré una de
estas horquetas y la clavaré en esa sonrisa en tu cara.

Cuando el estúpido, estúpido hombre tuvo el atrevimiento de reírse, ella


se volvió e hizo su camino hacia la maldita horqueta. Antes de que fuera
capaz de poner sus dedos alrededor de ella, sintió unos brazos de acero
envolverla desde atrás.

—Yo también te extrañé. —Esa fue toda la advertencia que obtuvo antes
de que la girara y empujara contra la pared, y luego bajara la cabeza y la
besara. El shock de ella le permitió a Colt mantener sus labios conectados
por pocos segundos. Entonces su cuerpo se endureció horrorizado.
—¿Cómo te atreves? —No reconocía su propia voz, porque estaba en un
registro imposiblemente alto—. ¿De verdad crees que puedes maltratarme
así? ¿No crees que pueda destrozarte?

Algo de su enojo se drenó cuando lo miró. Sí, él le gustaba; no en este


momento, pero obviamente sí un par de semanas atrás. Pero eso no
importaba. No tenía derecho agarrarla de esa forma, no después de la
manera en que la había tratado.

—Siento no haber llamado, querida. Quedé atrapado en Seattle por dos


semanas. Es tan aburrido que no vale la pena hablar al respecto. —Le lanzó
una sonrisa avergonzada mientras retrocedía un poco para mirarla a los
ojos, con su cuerpo todavía presionado contra el de ella.

Tomando un momento para controlarse a sí misma, Brielle levantó las


manos y empujó fuerte contra su pecho, haciéndolo dar un paso atrás.

—Me importa un carajo dónde has estado, Colt. Pero si te lanzas a mí de


esa manera otra vez, no te gustará el resultado.

—¿Estás molesta? —La forma en que preguntó la detuvo en su


trayectoria ¿El hombre estaba ciego o simplemente era muy, muy estúpido?

97
—¿En serio eres así de estúpido? ¿En serio? Después de lo que hicimos,

Página
¿crees que puedes desaparecer sin decir una palabra, luego volver aquí,
pavoneándote, como si no pasara nada y continuar donde lo dejamos?

Al mirarlo a los ojos, tuvo la horrible sensación de que eso era


exactamente lo que él había pensado. Contando hasta diez en su cabeza, y
luego hasta veinticinco, Brielle respiró hondo un par de veces más para
calmarse. Tal vez todos los vaqueros eran así de despistados, ¿cómo sabría
ella?

Quizá ella también era una total y absoluta tonta. Porque mientras
estaba allí, cara a cara con él, más de su ira comenzó a disiparse. Y en su
lugar estaba un profundo anhelo en la boca de su estómago. Un anhelo que
no le convenía sentir. Un anhelo de sentir otra vez lo que había sentido
mientras estuvo en sus brazos. ¿Cómo se atrevía a hacerla desearlo cuando
era tan tosco, tan grosero?

Este hombre tenía un problema con P mayúscula, y ella haría su mayor


esfuerzo para recordarlo.
—Vamos a olvidar todo lo que pasó hace dos semanas —comenzó ella y
lo fulminó cuando vio la protesta formándose en sus labios. Esperó y esperó
que las siguientes palabras de su boca no fueran tan idiotas como las que
había estado escupiendo hasta ahora.

—No puedo olvidar lo que pasó. No lo he hecho en las últimas dos


semanas.

—Nop. Ni siquiera hablaremos de ello, Colt. Y si no me sueltas en los


siguientes tres segundos, presentaré cargos de agresión en tu contra.

Él la miró a los ojos, probablemente tratando de evaluar si ella iba en


serio o no. Cuando la dejó ir, se sintió mejor. Al menos no era del todo tonto.

—Así que, Colt, ¿dónde has estado?

—No veo cómo eso te concierne.

—Entonces sal de mi granero. —Hablaba mortalmente en serio. Él era


un vago y ella no tenía lugar para él en su rancho. Se giró para irse.

—¡Espera!

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Se detuvo, pero no se giró. Tampoco habló. Estaba esperando sus
siguientes palabras.

Página
—Tuve un asunto familiar —le dijo finalmente.

—¿Vas a contarme sobre eso?

—No puedo. —La forma en que lo dijo casi constituyó un lamento. Era
algo que ella podía aceptar.

—Bien, entonces, supongo que te daré un descanso esta vez, y solo esta
vez, pero únicamente si me enseñas lo que necesito hacer para no parecer
una cabeza hueca cuando mi padre venga aquí en dos semanas.

Se giró hacia él, y se enfrentaron cara a cara por varios momentos de


tensión. Cuando finalmente una sonrisa apareció en sus labios y levantó
con una mano la punta de su sombrero, ella sabía que acababa de tener su
primera pequeña victoria en lo que a Colt se refería.

—Sí, señora —dijo él en un tono que la hizo entrecerrar los ojos.

¿Había sido una victoria? ¿O estaba burlándose de ella incluso ahora?


—¿Me enseñarás? —quiso aclarar.

—Te enseñaré cualquier cosa que quieras que te enseñe. Pero tienes que
hacerlo sin preguntar.

La mirada en sus ojos le dijo que él tenía unos cuantos planes de estudio
en la agenda que ella no sería capaz de permitirse.

—Mantengamos esto en negocios, Colt. Y nada más —dijo, esperando


que su voz saliera tan fuerte y segura como quería.

—Brielle, nada entre nosotros es solo negocios. —Él dio un paso


adelante, así que estaban de nuevo demasiado cerca para su comodidad.
Cuando su respiración se precipitó sobre los labios de ella, un
estremecimiento la atravesó, pero se las arregló para resistirse a él. Sin
embargo, no tenía la menor idea de cómo lo hizo.

—Yo nunca haré lo que digas como algún lacayo, Colt. Debes aprender
eso justo ahora. Pero —dijo—, si cumples tu palabra y me ayudas, estaré
dispuesta a aprender cualquier cosa que puedas enseñarme.

Se miraron el uno al otro por un rato, ninguno dispuesto a dar marcha


atrás. Ni dispuestos a ceder un centímetro. Esta era una batalla de poder, y

99
honestamente Brielle no sabía cuál de ellos tenía más poder en ese

Página
momento. Estaría mejor sin él, pero nunca sería capaz de hacer este lugar
exitoso sola.

—Te enseñaré —prácticamente ronroneó—. Dame tiempo para idear un


plan. —Luego se acercó otro centímetro más.

Ella había acabado con este juego. Había conseguido lo que quería, y
ahora era tiempo de irse.

—Colt, sal de mi camino. —Su voz fue rígida. Tenía tanto miedo de que
si él empujaba el asunto, si se inclinaba de nuevo y tomaba sus labios ahora,
estaría totalmente dispuesta a rendirse a él.

Él la miró desde arriba, como si contemplara su siguiente movimiento.


Finalmente, retrocedió unos cuantos pasos. Brielle no sabía si estaba
aliviada o desilusionada. Pero cuando consiguió mover sus piernas y fue
capaz de alejarse con el mínimo temblor decidió que estaba aliviada.

Bueno, hasta que entró en su casa y se dejó caer derecho en el sofá más
cercano. Esta noche resultaría, probablemente, más solitaria todavía.
Porque ahora sabía que Colt estaba de vuelta. Y ahora sabía que los
sentimientos que él le había inspirado dos semanas atrás no fueron cosa del
momento.

Ni siquiera sabía si quería deshacer todo el desastre que él había traído


a su vida…

100
Página
Capítulo 16
Traducido por Covibg
Corregido por Yasmi2412

—¿Estás segura de esto?


—Dije que quería aprender, ¡maldita sea!
Estaba tan cansada de que la mirara de esa manera. Ya era suficiente.
Sin embargo, habían pasado más de dos días. Se estaba acercando más y
más la visita de su padre, y Brielle estaba fallando estrepitosamente.
—De acuerdo. Solo recuerda que tú lo has pedido —le advirtió.
—Soy capaz de hacer cualquier cosa que tú me digas, Colt.

101
Ella llevaba unos malditos pantalones vaqueros, una camiseta corta con
la que no quería que la vieran en público, y unas botas. A pesar de que no

Página
iba a decírselo, eran cómodos. Eso era un alivio.
—Vamos allá, Princesa.
Brielle lo miró con recelo cuando le dio una horca y una carretilla.
—¿Qué es esto?
—¿Quieres trabajar? Tienes que sacar el estiércol de los establos. Se
tiene que hacer todos los días. Ya que tú y Joe se han convertido en
amiguitos, él te va a enseñar lo que hay que hacer.
—Eso no me está enseñando nada —le espetó, enfatizando cada palabra.
Sabía condenadamente bien que la estaba obligando a realizar una tarea
ridícula.
—Dijiste que ibas a escucharme, que querías aprender.

—Quiero aprender a manejar el rancho, no a hacer las tareas.

—Las tareas son parte de llevar un rancho.


Ella le plantó cara furiosa. Él no estaba dispuesto a finalmente negociar,
pero la terquedad la hizo decidir que iba a hacerlo. No, esto no era lo que
necesitaba, pero tal vez si lo hacía, él le diera lo que realmente buscaba.

Ese pensamiento la llevó al lugar equivocado en su mente, y rápidamente


siguió adelante, sabiendo que no quería seguir por ahí, no con Colt, ¡nunca
más!

Cuando Colt se alejó y Joe se acercó con una sonrisa vacilante en su


rostro, Brielle suspiró con resignación.
—¿Alguna vez has sacado estiércol de un establo antes? —le preguntó
Joe.
Al menos no era tan grosero como Colt.
—No, pero eso no significa que no pueda aprender —le dijo mientras él
se apoderaba de la carretilla y cruzaba el establo de los caballos.
—Todo lo que tienes que hacer es sacar la suciedad y después
colocaremos paja fresca.
Brielle sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

102
—¿Qué clase de suciedad?
Cuando miró hacia abajo, dijo con horror:

Página
—¿Estoy recogiendo caca?
Las mejillas de Joe se pusieron rojas. Quería correr en la dirección
opuesta, pero sabía que esto era una especie de prueba. Sí, era una pérdida
de tiempo, y sí, sabía que Colt la estaba poniendo en esta posición solo
porque era un gilipollas, pero iba a hacer esto, y lo haría bien.
Cuando le llegó una buena bocanada de cómo olía el estiércol de caballo,
empezó a pensar que esto no era algo que pudiese hacer. Su estómago
comenzó a agitarse. Después, una hora más tarde, su espalda estaba
ardiendo, y los ojos y la nariz la seguían. Colt le había dado el peor trabajo
que posiblemente existía en el rancho. Joe había hecho tres establos
mientras ella estaba con uno, y todavía no había terminado.

Cada vez que se las arreglaba para sacar algo de asqueroso estiércol en
su horqueta, caía fuera porque sus brazos temblaban demasiado. Otra
media hora pasó antes de que Joe declarase limpio el establo y señalase el
siguiente.
No. Esto no estaba sucediendo, ni siquiera con su determinación para
demostrar que Colt se equivocaba con ella. Esta mierda era francamente
humillante. ¿De verdad creía que estaba siendo gracioso? Había terminado
con Colt. Era el momento de contratar a alguien que la escuchara, que no
se burlase de sus honestas peticiones de ayuda.

—Ya terminé —le dijo a Joe, secándose la frente con el dorso de la mano
mientras colocaba la horqueta hacia abajo y se acercaba a la puerta del
granero.
La culpa la siguió afuera, pero esta no era vida para ella. No podía hacer
esto. ¿Quién en su sano juicio podría optar por vivir así, trabajar tan duro
por tan poco dinero?
Sus brazos se sentían como si estuviesen ardiendo, y la parte baja de su
espalda le dolía de una manera que nunca le había dolido antes. Tenía que
salir de este lugar. Además del dolor que atravesaba su cuerpo, estaba
sudando a mares. Alzando la mano, empujó hacia atrás su cabello y se
disgustó cuando su mano apareció mojada.
—Esto es todo.
Debería ir a tomar una ducha caliente para aliviar los dolores, pero

103
estaba a punto de llorar y necesitaba estar lejos de la casa, de los graneros,
de cualquier oportunidad de encontrarse con nadie. Eso significaba que iría

Página
al lago para nadar.
Saliendo del cobertizo, se encontró un cuadriciclo que ya tenía puestas
las llaves. Por suerte, sabía cómo se montaba porque el último novio con el
que había salido, mientras trabajaba en un centro comercial de D.C.,
encontraba un gran placer en esas cosas.
Al principio no estaba interesada en montar, pero la libertad de
mantener la velocidad en las carreteras que los vehículos estándar no
podían manejar, además de la sensación del viento en el pelo, había
conseguido rápidamente convertirla en adicta al deporte.
Ni siquiera hizo una pausa para ver si Colt estaba en los alrededores,
encendió el ATV y se fue a través de los campos. Conocía el camino hacia el
lago, y también sabía que los hombres estaban ocupados reparando las
cercas al otro lado de la propiedad. Lo sabía solo porque los había escuchado
hablar de ello con Tony, no porque nadie se lo dijese. Pero eso significaba
que tenía al menos dos horas antes de que cualquiera la echara de menos.

Al llegar al lago, se quitó la ropa sin vacilación, luego salió al pequeño


muelle y se zambulló en el agua. La frialdad le produjo calambres en sus
músculos durante unos segundos antes de que un sentido de bienvenida
propagara alivio a través de ella.

Esto era exactamente lo que necesitaba, un día lejos de Tony y Colt, y


de todos los otros chicos que estaban tan dispuestos a cumplir las órdenes
de Tony, pero no las de ella. En algún momento aprendería a imponer su
autoridad, pero no sería hoy.

Estaba bien con eso, pensó mientras se recostaba en el agua y flotaba


en la superficie con los ojos cerrados mientras el sol caía sobre ella.
Ni siquiera le importaba el hecho de despertarse al día siguiente con una
quemadura de sol, porque estaba tan cerca de la felicidad pura. Al diablo
con las arrugas en su piel clara en un fututo. Antes de mudarse a Montana,
se habría aterrorizado por nadar en un lago real, prefiriendo antes las
piscinas limpias pero cloradas de su familia y amigos. En esas piscinas no
había posibilidades de encontrase con serpientes o peces que esperaran al
acecho debajo de la superficie. Pero, ya que estaba en este lugar —¿la gente
de Sterling tenía idea de lo que era una piscina en el suelo?— tenía que
adaptarse.
Con el cabello extendido detrás de ella sobre el agua, el sudor del día fue

104
arrasado, y sus miembros iban sintiéndose mejor poco a poco en la deriva
del lago prístino. Lo mejor de todo era que era privado, y no tenía que
preocuparse por llevar puesto un traje de baño. No es que le importara usar

Página
los diminutos bikinis que tenía. Eran piezas de exhibición de sus mejores
atractivos.
Cuando se ponía uno, sabía que tenía buena pinta y era un sentimiento
que cualquier mujer disfrutaba tener. Aun así, no había nada como estar en
el agua sin un rastro de tela que bloqueara el maravilloso frescor.
—¡Veo que en realidad no quieres aprender una maldita cosa!
Brielle se hundió por debajo de la superficie del agua cuando la voz
furiosa de Colt la sobresaltó en su "lugar feliz".
Volvió a subir, tosiendo y escupiendo agua. Después se giró y miró hacia
el muelle donde Colt estaba de pie, con las manos en las caderas y
escupiendo fuego y azufre al respirar.
—¿Qué estás haciendo aquí, Colt? Pensé que estabas con los chicos, que
estabas demasiado ocupado para meterte conmigo —dijo, cuando fue capaz
de hablar de nuevo. Su propia furia fácilmente igualaba la de él. ¡No tenía
derecho a estar enojado con ella por salir cuando la tarea que le había dado
no le enseñaba nada!
—No te dije lo que estaba haciendo, pero cuando volví a ver cómo
estabas, me encontré con Joe trabajando solo. Si hubiera sabido que ibas a
largarte al primer signo de un trabajo real, habría puesto a otro empleado a
ayudarlo para que él no tuviese que hacer todos esos establos solo.

—Oh, bueno. ¡Joe está bien! Se movía mucho más rápido que yo. Y, yo
no te pedí limpiar el estiércol de caballo. Te pedí que me enseñaras cómo
llevar el rancho. Los dos sabemos que me diste esa tarea porque pensaste
que sería divertido tener a la pequeña princesa paleando mierda. Pero,
¿sabes qué? Empecé a jugar tu juego, y luego con rapidez decidí no eres más
que un imbécil arrogante que disfruta abusar del poder. Así que lo dejé.
Brielle nadaba como un perro para mantenerse a flote. No había manera
de que nadara hacia él, no mientras estuviese desnuda.
—Eso es parte de llevar un rancho, Brielle.
—Eso es una mierda y ambos lo sabemos. Sí, puede ser parte de llevar
un rancho, pero yo soy la dueña, Colt, y hay un montón de hombres. ¡Eso
no me enseñó nada! —Era lamentable que no pudiese encararlo con mayor
eficacia, algo difícil de hacer mientras estuviese en el agua.
—¿De verdad, Brielle? ¿Esto lo sabes porque has trabajado en varios

105
ranchos? Mi padre limpió establos toda su vida, y todavía los limpio yo
mismo de vez en cuando. Es terapéutico. Me imaginé que aprenderías algo

Página
y ganarías una apreciación más profunda de cómo funcionan las cosas.
—Ahora, ¿quién está mintiendo, Colt? No lo hiciste para enseñarme
nada. No fue una lección —sostuvo ella—. Y por supuesto que limpias
establos. Tú trabajas para mí. ¡Eso es parte de tu trabajo!
Él detuvo lo que estaba a punto de decir, y luego resopló con frustración
antes de cerrar la boca. Bueno, también era malo para él. No le importaba
si no le gustaba que ella señalara que era un peón. Podía tratar con él. El
hombre actuaba como un idiota pomposo todo el tiempo, y alguien tenía que
ponerlo firmemente en su lugar, porque estaba segura de que se divertía
tratando de quitarle importancia a ella.
—¿Sabes qué, Brielle? ¿Por qué no renuncias a esto? Los dos sabemos
que no quieres estar aquí, que no estarías aquí si no fuera porque tu papá
te obliga. Estoy seguro que si le ruegas un poco más, te dejará fuera del
acuerdo al que estás ligada, y entonces te podrás ir de nuevo a la ciudad...
a donde perteneces. Esta no vida para ti, y ambos lo sabemos, por lo que
date por vencida y ahórranos muchos dolores de cabeza.
El final de sus palabras salió más como un suspiro que como una frase
despectiva, y eso dolió más que cualquier insulto. ¿Eso era lo que todos
pensaban de ella? ¿Que no era más que una heredera malcriada sin ninguna
posibilidad de hacer este trabajo? ¿Por eso nadie quería hablar con ella,
nadie le enseñaba nada? Sabían que era solo una pérdida de tiempo.

No era como si ella no lo hubiese pensado, pero escuchar las palabras


de Colt, el hombre con el que había hecho el amor solo dos semanas atrás,
y saber que los demás trabajadores del rancho estaban pensando lo mismo,
dolía. Realmente dolía. En ese momento se encontró temblando en el agua,
su cuerpo frío y drenado. Este era un juego que ya no quería jugar. Ella era
un fracaso, igual que su padre le había dicho que era, igual que Tony
suponía que era, e igual que Colt le estaba diciendo que era.
De repente se encontró luchando contra las lágrimas. Se había
mantenido sin llorar durante doce años, y ahora se sentía a punto de hacerlo
cada maldito día. Esto no era bueno.
—¿Podrías darte la vuelta? Quiero salir. —Su voz era débil mientras
luchaba por contener las lágrimas a rajatabla.
—No es que no te haya visto todo antes, Brielle —dijo Colt, pero esta vez
su voz no era tan dura.

106
—Por favor, Colt. —Solo había derrota en su voz ahora. Lo odiaba ahora

Página
mismo por sacar sus debilidades, por hacerla dudar de sí misma. Pero tenía
razón. Ella estaba fallando, mientras que sus hermanos estaban
prosperando en sus negocios. Un gran peso había descendido sobre su
pecho, y tenía que salir del agua, ahora mismo, porque sus miembros
apenas podían sostenerla.
Sin embargo, él estaba equivocado al pensar que su padre iba a salvarla.
No. Su padre la echaría y sus hermanos no iban a darle una mano de ayuda.
De repente se sintió muy sola, más sola que nunca. Al menos antes de este
desafío que su padre le había dado, sabía que podía volver a casa. Ahora,
no tenía la misma fe.
Como si Colt pudiese sentir que ella estaba a punto de romperse, se dio
la vuelta, y Brielle se movió lentamente hacia el muelle. Él se mantuvo de
espaldas a ella cuando salió del agua, su cuerpo temblaba tanto ahora que
apenas podía agarrar sus ropas.
No había traído una toalla, así que solo podía ponerse su sudorosa y
repugnante ropa de trabajo de nuevo, pero tendría que ponérsela estando
todavía húmeda. Le tomó el doble de tiempo que de costumbre, pero incluso
en el momento en que finalmente estaba vestida, los temblores no cesaron.
No tenía idea de cómo iba a conducir el cuadriciclo. Estaba agotada, apenas
era capaz de soportarlo.

—Eh, ¿estás bien?

Colt se había dado la vuelta, y como ella se balanceaba delante de él,


extendió sus brazos y la agarró. Sintiendo su balanceo tiró de ella para
estrecharla contra su pecho.
—Estás congelada —murmuró y frotó arriba y abajo su espalda.
—Estoy bien —dijo a través del castañeteo de dientes—. Solo necesito
volver a la casa.
Él se echó hacia atrás y la miró, realmente la miró, y Brielle sintió que
las lágrimas no derramadas le llenan los ojos. No quería que él las viera. No
quería enfrentarlo, no quería que nadie la viera así.
—Oh, vaya, Brielle. Lo siento —susurró, y la recogió en sus brazos.
Quería protestar, quería decirle que dejara de ser agradable. Pero ya era
demasiado tarde para eso. Sabía lo que realmente sentía, y se lo merecía.
Tenía que irse de este lugar, un lugar que la hacía sentir tan mal consigo

107
misma. Tenía que ser este lugar.
Pero en lugar de dejarla ir, la llevó a su caballo y la levantó, apenas

Página
dándole tiempo para agarrar la cabeza de la silla antes de que él se
balanceara en la silla detrás de ella, para pasarle un brazo por la cintura y
sostenerla firmemente contra él.
—Mi cuadriciclo... —protestó cuando comenzaron a moverse.
—Voy a enviar a alguien a buscarlo, Brielle. —Luego él se quedó en
silencio mientras el sol comenzaba a esconderse en el cielo y dirigió su
caballo hacia su casa. Brielle se quedó dormida con la cabeza apoyada en la
dureza de su pecho.
Capítulo 17
Traducido por Kenia20
Corregido por Yasmi2412

Cuando Colt y Brielle llegaron a la casa, el sol se estaba poniendo, y, por


suerte, no había nadie alrededor. Él no quería que nadie presenciara que la
llevaba adentro otra vez. No esta vez. Era un golpe de suerte o de miedo,
pero nadie le había dicho ni una palabra acerca de la primera vez que había
ido dentro. Sin embargo, él conocía Sterling, y las noticias viajaban rápido
en un pueblo pequeño.

Mientras saltaba del caballo, Brielle se despertó, aunque estaba


desorientada cuando la bajó sin esfuerzo y la acunó en sus brazos. No sabía
cómo había pasado de estar furioso con ella a estar preocupado, pero allí

108
estaba.

Página
Ella se apoyó en él, aún medio dormida, mientras caminaba por la
puerta principal, firmemente hacía su camino a la sala de estar y se sentaba
en el sofá con ella todavía en sus brazos. Parecía tan vulnerable, y había
algo en ella que nunca había visto antes.

Odiaba que sus palabras le hubieran hecho esto, que hubiesen


transformado a esta mujer fuerte en una tan débil, aunque él supiera que
estaba destinado a ser temporal. Ella no era la niña mimada de ciudad que
primero había pensado que era. Había mucho más de Brielle de lo que ella
quería que el mundo viera, y de repente Colt descubrió que quería ver por
debajo de las capas de protección que había construido a su alrededor y
descubrir quién era realmente.

—¿Por qué eres tan amable conmigo?

Su pregunta lo sacó de sus pensamientos, pero ella estaba preguntando


y merecía una respuesta honesta.
—Quiero saber más acerca de ti, la verdadera tú, no esta niña mimada
que intentas mostrarle a todos.

—¿Cómo sabes que no soy así? —No podía ocultar el dolor en su voz.

—No lo sé —dijo, y sintió que ella retrocedía—. Pero tengo la sensación


de que es un acto, como dije hace un par de semanas. De verdad quiero
saber por qué sientes la necesidad de ponerte bajo tal fachada.

Si era honesto con ella, tal vez ella correspondería. Prácticamente


contuvo la respiración mientras esperaba que hablara. Podía sentir su pulso
acelerándose. ¿De verdad había pasado tanto tiempo desde que ella se había
abierto a alguien que ya no sabía cómo hacerlo?

—Puedes hablar conmigo, Brielle. No va a salir de esta sala —prometió—


. Sé que no me conoces, pero una vez que te doy mi palabra, no la rompo.

—Tienes razón. No te conozco. No me permito a mí misma conocer a


nadie —dijo con un suspiro.

—¿Por qué? Obviamente, eres hermosa, inteligente, llena de espíritu, y


eso es solo arañar la superficie. ¿Por qué sientes que tienes que actuar como

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alguien que no eres?

Brielle suspiró de nuevo.

Página
—¿Sabes que tengo cuatro hermanos?

—No. Sabía que tenías hermanos. Conocí a tu padre. Había algo que dijo
acerca de que todos ustedes están consentidos y que necesitan crecer antes
de que sea demasiado tarde. Yo no estaba en el mejor de los estados de
ánimo cuando hablé con él —dijo Colt. Lo que no dijo fue por qué había
estado de mal humor. Si ella supiera que era porque acababa de enterarse
que el terreno que quería había sido vendido a sus espaldas, ella se habría
cerrado más rápido que una Venus atrapamoscas con una presa fresca.

—Bueno, tengo cuatro hermanos. Nosotros solíamos ser cercanos... —


comenzó, luego se detuvo para recobrar la compostura—. Mi madre se fue
cuando yo tenía solo tres años. Supongo que ya había tenido suficiente de
estar con nosotros. Nunca la conocí. Mis hermanos mayores tienen vagos
recuerdos, pero yo no tengo nada, ni siquiera un recuerdo de su sonrisa de
aquel entonces. Era tan pequeña. Hay fotos, por supuesto, pero nunca las
miro. Ella me traicionó, nos traicionó. Era incluso peor, porque cuando
estaba creciendo, todos mis amigos tenían mamás. No entendía por qué yo
no.

Se ahogó por un momento. Colt no dijo ni una palabra, solo se encontró


abrazándola contra su pecho mientras pasaba los dedos por su cabello.

—Los extraño, sabes.

—¿A quiénes?

—Mis hermanos, incluso mi papá. Nunca lo digo en voz alta, nunca le


admito a nadie que los extraño, que los necesito. Si lo admito, luego estoy
herida, y he estado herida lo suficiente para que me dure toda la vida. Antes
de este último año no había derramado una sola lágrima desde que tenía
trece años de edad.

—¿Ni una lágrima? ¿Ni siquiera cuando te lastimabas?

—Nop. Ni una sola lágrima.

—¿Qué fue tan importante cuando tenías trece años?

Ella se quedó en silencio durante tanto tiempo que Colt sabía que lo que

110
iba a decir haría una diferencia. No sabía a cuál de ellos realmente
cambiaría.

Página
—Fue entonces cuando encontré a mi madre.

Colt se sentó y esperó. Algo traumático debía haber sucedido para que
sintiera la necesidad de estar tan decidida a esconder quién era en realidad.
El aire alrededor de ellos era tan espeso, que se sentía como un peso real en
sus hombros. Ella comenzó a retorcerse en sus brazos.

—No quieres realmente oír esto, Colt.

Él seguía acariciando su cabello cuando dijo:

—De verdad quiero, Brielle. Ábrete a mí. Te ayudará.

—Pero ni siquiera te conozco.

—A veces es más fácil abrirse a alguien a quien no conoces, porque no


está ese miedo a que seas juzgada el resto de tu vida.

—Me enteré de que mi madre estaba viviendo en Carolina del Sur, y yo


tenía un amigo que estaba de vacaciones en la misma ciudad en la costa
donde vivía mi madre. Papá no lo sabía, así que cuando le pregunté si podía
ir de vacaciones con ellos, me dejó ir. Era verano, y me estanqué durante
casi toda la semana antes de presentarme en su puerta.

Una vez más dejó de hablar cuando un sollozo la detuvo. Pero se las
arregló para tragarse las lágrimas.

—Ella vivía en un barrio agradable. Nada como donde yo vivía con mi


padre, pero una bonita casa de dos plantas con macetas en el porche
delantero. Son graciosas las cosas que recuerdo, pero recuerdo claramente
esas vasijas de cerámica de color azul con flores de color púrpura en ellas.
Las observé por lo que tuvieron que ser cinco minutos antes de que reuniera
el valor necesario para tocar el timbre.

—¿Estaba ella en casa?

—Sí. Abrió la puerta, y me sorprendió. Era tan hermosa. Tenemos el


mismo color de pelo, y los mismos ojos. Fue casi surrealista mirarla por la
puerta abierta. Tenía una sonrisa en su cara mientras me preguntaba cómo
podía ayudarme. Recuerdo que mi corazón latía tan fuerte que no podía ni
respirar. No sé lo que esperaba, pero supongo que esperaba que me
reconociera inmediatamente. Quiero decir, soy su hija, pero habían pasado

111
diez años desde que me había visto, y no es que hubiese estado en casa todo
el tiempo esos tres años justo después de mi nacimiento. O al menos eso es

Página
lo que mis hermanos dicen.

Brielle estaba divagando, pero Colt no trató de detenerla. Sabía que esto
no era fácil. Comenzó a masajear los músculos tensos de sus hombros.

—Le dije quién era y su sonrisa se disipó, casi en cámara lenta. Miró los
alrededores detrás de mí como si estuviese preocupada de que alguien
estuviera mirando, y después me guio hacia la casa. Yo estaba muy feliz
porque me invitase a entrar. Ni siquiera pensé en el hecho de que su sonrisa
había desaparecido. Caminamos hasta entrar en la sala de estar, y nunca
olvidaré ese momento porque había una chimenea en la pared, y algunas
fotos enmarcadas sobre ella. No eran de mis hermanos ni mías, sino de ella
con otro hombre y dos niñitas, niñas con el mismo color de pelo que yo...

Esta vez cuando intentó detener un sollozo que la rasgaba, no funcionó.


Un profundo gesto de dolor contorsionaba su hermoso rostro mientras
luchaba contra la verdad de los recuerdos.

—Puedes parar, Brielle. No tienes que continuar por ese camino...


—No, necesito terminar... Le pregunté quiénes eran. Me dijo que eran
sus hijas. Nunca olvidaré el dolor que se abrió en mi pecho con esas
palabras. Me giré y le pregunté por mí, por mis hermanos. Ella dijo... —se
detuvo de nuevo.

Esta vez, Colt no la interrumpió.

—Dijo que nosotros éramos unos extraños para ella, que nunca nos
había querido, y que solo nos tuvo por complacer a mi padre. Se mostraba
fría mientras hablaba, mirándome directamente a los ojos. Le rogué que
parase, que dejase de decir lo que estaba diciendo pero solamente me miró
de frente, y con voz helada me dijo que ese era el mundo real, y que era
mejor que creciese, que se había casado por dinero, pero que el dinero
finalmente no había merecido la pena, ni había valido toda la tristeza que
se había visto obligada a padecer. Que nunca había amado a mi padre, y
que por lo tanto no había posibilidad de que amase a ningún niño que él
hubiese ayudado a crear. Me dijo que nunca regresase o la buscase otra vez.
Que su nueva familia no sabía nada sobre nosotros y quería que siguiese
así. Después me llevó fuera por la puerta delantera y no me dio ni la
oportunidad de girarme y verla por última vez antes de que oyese la puerta
cerrarse tras de mí. Me marché en una neblina de confusión. No quería que

112
mis amigos o sus padres me viesen de aquel modo, así que me senté en la
playa durante horas. Demasiadas lágrimas...

Página
»Cuando la última lágrima cayó, me levanté, fui hacia el agua del océano
y me limpié la cara con ella, haciendo arder mis ojos y mi nariz. No me
importaba. Miré atentamente la puesta de sol e hice un juramento allí de
que nunca volvería a derramar otra lágrima, que nadie podría nunca más
tener tal control sobre mis emociones. Cambié ese verano. Cuando regresé
a casa, vi a mi padre de un modo distinto, y a mis hermanos. Creo que los
culpaba a todos porque ella se hubiese ido. No quería culparme a mí misma,
pero lo hacía, también. Aunque ella había dicho que era a mi padre a quien
odiaba, yo solo tenía trece años. A esa edad el mundo gira a tu alrededor,
así que llegué a la conclusión de que fui yo quien la hizo huir. Nunca le dije
a mi padre ni a mis hermanos nada de la visita. Era mi propio infierno
privado con el que tenía que tratar.

Brielle se quedó en silencio otra vez. Tal y como si volviese a ese día de
verano de nuevo, obligó a sus lágrimas a retirarse dentro de su cabeza.

—No hagas eso, Brielle. No dejes que una mujer como esa tenga tanto
poder sobre ti. Ella es la que está equivocada. Ella es la que se perdió tu
vida y las vidas de tus hermanos. Tú no hiciste nada malo, solo tenías tres
años. ¿Cómo podía una niñita de tres años hacer algo mal? De cualquier
forma, ningún niño podría tener siquiera la oportunidad de alejar a un
padre. Era su decisión, su elección, así que no dejes que ella dictamine cómo
tiene que ser tu vida. —Colt giró la cabeza para que así ella estuviese
obligada a mirarlo a los ojos.

—¿Por qué te preocupas?

—No lo sé. Simplemente lo hago.

—Entonces detente. ¡No quiero que nadie se preocupe por mí!

—Sí, sí que quieres. Todos necesitamos que alguien se preocupe por


nosotros. Hace mucho tiempo me di cuenta de eso.

—Bueno, pues yo no te necesito —le dijo, y empezó a luchar contra él,


tratando de alejarlo.

—Creo que estás mintiendo, Brielle. Creo que me necesitas tanto como
yo te necesito a ti. —Colt estaba sorprendido de cuánto significaban para él
esas palabras. Apenas la conocía, pero la necesitaba de verdad, la
necesitaba muchísimo; era aterrador.

113
No había habido ningún gran trauma en su pasado que le hubiera hecho

Página
tener miedo del amor, pero sabía que cuando se casase, sería para toda la
vida, y no quería hacer una mala elección. Había visto a demasiada gente
hacer eso, y después tener niños y luego vivir miserablemente, o conseguir
el divorcio y pelear durante los siguientes veinte años.

Era por eso por lo que no estaba con una mujer demasiado tiempo.
Cuando se asentase, quería un matrimonio como el que sus padres habían
compartido, un matrimonio en el que quisiese caer en brazos de su esposa
todas y cada una de las noches de su vida. Aún no había encontrado a la
mujer que le inspirase a caer sobre una de sus rodillas, a quien pudiese ver
tumbada a su lado para el resto de su vida.

Pero con Brielle... era extraño, pero cuanto más estaba con ella, incluso
cuando estaba enfadado, incluso cuando ella se ponía su armadura
completa, era.... era solo diferente. Quería saber más sobre ella, quería estar
con ella. La urgencia de huir —que había sentido acuciante tan solo un par
de semanas atrás— ahora no podía encontrarla por ningún lado.

Brielle continuó luchando para liberarse.


—Estoy cansada. Creo que es hora de que te vayas —le dijo, sacándolo
de sus pensamientos.

Estaba agradecido por eso.

—Esa es una buena idea —le dijo Colt, y en ese momento la soltó de su
abrazo.

Ella tropezó con el sofá y después permaneció de pie al otro lado de la


habitación con los brazos sobre el pecho mientras esperaba a que él se
marchase. Colt sabía que debía simplemente irse, pero por alguna razón, se
encontró a sí mismo caminando hacia ella.

Tenía que saborearla una vez más, tenía que decirle adiós con un beso.
Sin decir ni una palabra, acunó su cara en sus manos y se inclinó,
gentilmente acariciando sus labios con los de él, sosteniendo su mirada. Su
mirada tranquila le dejaba saber que ella lo quería, pero que ahora estaba
confundida. ¿Lo quería o simplemente lo necesitaba? ¿Importaba eso de
verdad?

Mientras se giraba y caminaba lentamente alejándose, cerrando la


puerta tras de él, y haciendo su camino hacia su caballo de manera confusa,

114
se dio cuenta de que sí que le importaba esta chica de ciudad. Le importaba
mucho más de lo que quería admitir.

Página
Mientras cabalgaba a casa, la historia de Brielle se repetía una y otra
vez en su cabeza. Esta mujer había sido un problema desde el primer día
que él la había encontrado sentada en el porche delantero. Y poco más de
un mes después, era mucho más que un problema.
Capítulo 18
Traducido por IzzieNoemi
Corregido por Yasmi2412

Brielle despertó temprano con un dolor de cabeza, que estaba palpitando


tan violentamente que se sentía como si su cráneo se fuera a dividir de par
en par en cualquier segundo. Eso es lo que le pasaba por llorar.

Tropezando fuera de la cama, y sintiéndose sola, bajó por las escaleras


de alguna manera sin caerse, y encontró la cocina. Abrir sus ojos y dejar a
la luz entrar en ellos se sentía insoportable, así que no lo intentó hasta que
llenó un vaso de agua y cogió su envase de Advil. Luego prácticamente se
arrastró dentro de la sala de estar. Se tumbó en el sofá y esperó que los
analgésicos surtieran efecto.

115
Media hora después, se atrevió a abrir los ojos de nuevo. Había todavía

Página
un pulso menor en su sien, pero podría moverse sin una enorme cantidad
de dolor rasgándola.

Yendo escaleras arriba, se preparó para el día. Después de su crisis de


ayer, se sentía vulnerable, expuesta. Hoy iba a recuperarse de eso. Hoy
probaría que podía ser una buena dueña de ese lugar, que a pesar de que
no quería pertenecer aquí, lo haría. Iba a arrinconar a Joe e iba a aprender
cómo manejar una cosechadora. Contra viento y marea, cuando llegara el
tiempo de la cosecha, iba a ayudar a hacerlo. Se sentiría útil, como parte del
equipo, necesaria.

Con la pared alrededor de su corazón desmoronándose lentamente,


necesitaba sentirse de esa manera, necesitaba ser alguna otra cosa que no
fuera una mocosa malcriada. O “una chica de ciudad”, como Colt disfrutaba
decir en tono burlón.

Con férrea determinación, se dio una ducha, se vistió y se dirigió a la


planta baja para preparar una taza de café recién hecho. No iba a ser un día
fácil, pero planeaba aprender algo. Y quien se negara hoy iba a ser despedido
en el acto, era justo eso: claro y simple.

No, no quería ser una tirana, pero si iba a manejar este lugar, tenía que
trazar una línea eventualmente, y hoy era ese día. Y esa línea estaría solo a
unos centímetros de todos y cada uno de los dedos de los pies de sus
empleados.

Saliendo afuera, Brielle se sintió bien acerca de estar despierta justo


cuando el sol estaba saliendo sobre el horizonte. Aunque había jurado
nunca dejar que sucediera, se encontró moviéndose hacia el pintoresco sofá
de dos plazas en su porche y se sentó.

Saboreando su café, respiró hondo el aire fresco de montaña. Y esperó


que su día comenzara. Cuando vio aparecer un jinete sobre la cresta de una
colina, su forma perfecta, su caballo moviéndose con rapidez, se concentró
en el hombre y el caballo.

Mientras el hombre se acercaba, descubrió que era Colt, y un poco de


emoción se disparó a través de ella. No había querido verlo hoy, habría
querido correr y esconderse después de decirle su triste historia, pero a
medida que se acercaba, no pudo sentir otra cosa que alegría.

116
Eso era algo que no había pensado que sucedería.

Página
Cuando se detuvo frente a su casa, sus ojos conectaron, pero no pudo
deducir lo que él estaba pensando o sintiendo por la expresión en su rostro.
¿Estaba feliz de verla? ¿Era por negocios o personal? Odiaba tener que
preguntarse, odiaba que incluso le importara.

—Buenos días, Brielle —dijo mientras desmontaba—. Espero que hayas


tenido una buena noche de sueño.

—De hecho, sí —mintió—. Lo siento por el colapso de ayer. —No sabía


por qué se estaba disculpando. Él había sido el que la había presionado,
pero era más fácil decir las palabras que sentarse allí en silencio mientras
él la miraba.

Después de tomar dos pasos a la vez, se unió a ella en la mecedora,


presionando su pierna contra la de ella.

—Estoy contento que te abrieras a mí. Parece que sin importar cómo
seamos, hay cosas de nuestro pasado que se quedan con nosotros. Para ti,
es tu madre abandonándote. Para mí, es la pérdida de mi hermano y mis
padres. Quizás no nos atormenten diariamente, quizás nos hacen un poco
menos accesibles. No lo sé. No soy psicólogo. Lo que sé es que no podía dejar
de pensar en ti anoche.

Con estas palabras, ella se encontró conteniendo el aliento. ¿Qué


significa eso?, quería preguntar, pero seguía estando tan insegura de todo,
y no quería parecer pegajosa, necesitada, emocional.

—¿Qué te parece que tengamos una especie de tregua? Dejaré de


lanzarte cosas ridículas, y tú… —Hizo una pausa mientras una mueca
curvaba sus labios—. Bueno, ¿me perdonas por ser un asno?

—Hmm. Creo que puedo hacer eso, si… —Sus propios labios parecieron
sentir la felicidad verdadera que la inundaba por primera vez en mucho
tiempo—. Si estás de acuerdo en limpiar los establos todo el día.

Ya está. Ese era un buen pago. No lo había visto hacerlo ni una vez, y
ella había estado en los graneros mucho en el último mes al tratar de
perseguir a Tony.

—Eso es cruel. Yo iba a mostrarte los equipos para la cosecha hoy, pero
si prefieres que limpie graneros… —se calló y el demonio sabía que la tenía.

117
—Estaba planeando hacer que Joe me lo mostrara —dijo, pero sabía que

Página
Colt estaría mejor informado. El chico sabía cómo hacer de todo.

—Bueno, en ese caso, parece estar todo listo. —Pateó sus pies y se dejó
caer, empujando su sombrero de vaquero sobre sus ojos y pareciendo como
si fuera a tomar una siesta justo ahí en su columpio.

—Bueno, está bien. Quiero que tú me lo muestres, Colt. —Le daría una
pequeña victoria.

—Esa es una mujer inteligente. Sé todo acerca de la “maquinaria” —dijo


antes de volverse hacia ella y guiñar un ojo—. Y sé exactamente cómo usarla.

Cuando se sonrojó ante sus palabras, él rio, pasó un brazo alrededor de


sus hombros, y se recostó de nuevo. Brielle sabía que podía alejarse o
acercarse solo un poco más.

Como los pájaros cantaban sus melodías por la mañana, decidió que
prefería acurrucarse. Aunque solo fuera por ese momento, tenían una
tregua, y esta era una tregua que no tenía ganas de romper. El último mes
no había sido agradable, pero ahora estaban a principios de julio, y parecía
que las cosas estaban finalmente mejorando para ella, o por lo menos
empezando a hacerlo.

Mientras yacía cómodamente en los brazos de Colt, observaron cómo


salía el sol sobre las montañas, cómo la gente comenzaba a despertarse y
salir afuera, y luego era hora de moverse.

Brielle no estaba lista, pero como él se puso de pie y se volvió a ayudarla


a levantarse, sus dedos se entrelazaron por unos momentos y ella sintió paz.
Podía abandonar sus brazos ahora mismo porque no tenía dudas que estaría
de regreso en ellos de nuevo.

118
Página
Capítulo 19
Traducido por IzzieNoemi
Corregido por LarochzCR

Corriendo a través de la hierba alta, Brielle no pudo evitar que la risa se


derramara de sus labios mientras Colt la perseguía. Este era un juego del
gato y ratón en el cual el ratón desesperadamente quería ser capturado. Pero
no iba a ponérselo demasiado fácil al gato.

—¡Ríndete!

—Eso es imposible, Colt.

Ella corrió por la parte trasera del granero, y buscó un lugar de


escondite. No fue lo suficientemente rápida. Todo el aire escapó de sus

119
pulmones cuando Colt la atrapó y la levantó en el aire.

Página
—¡Te atrapé! —dijo triunfalmente antes de dejarla de vuelta de pie y
darla vuelta. Luego el juego acabó. Su cabeza descendió y sus labios
capturaron los de ella.

Por dos semanas enteras, pasaron sus días con él mostrándole cómo
manejar el rancho, y luego ambos jugaban durante la tarde y hasta bien
entrada la noche. A veces era juguetón, a veces apasionado, y a veces
meloso. Pero, durante esas catorce noches, Brielle se había deslizado
fácilmente entre los brazos de Colt sin ni siquiera pensar en decirle que no.

—Es hora de acostarse —murmuró él después de este último juego del


gato y ratón, y arrastró su boca por el costado de su cuello.

—Estaba pensando en ver una película —bromeó ella.

Él la cargó un par de cientos metros de vuelta a la casa, todo sin sudar.


Una vez dentro, la besó otra vez, y luego caminó hacia el sofá de la sala de
estar, y la única película que se estaba reproduciendo era la que ellos
creaban… Todo sin luces, cámara, o… espera, había una abundancia de
acción.

A la mañana siguiente, una ocasión rara cuando Brielle despertaba


antes que Colt, lo miró mientras dormía. Nunca en realidad le había dicho
a Colt que podía quedarse, pero asimismo nunca le había dicho que no
podía. Él de alguna forma terminaba allí en su cama sin falta todas las
noches.

Sí, hacían el amor, mucho. Pero algunas noches se sentaban en la sala


de estar y jugaban juegos de mesa o, sí, de hecho miraban una película, o
hablaban por horas y horas. Y luego era hora de dormir y él estaba
caminando escaleras arriba.

Ninguno de los dos había definido su relación. Ninguno hablaba del


futuro, ni siquiera del presente. Brielle estaba aterrada de abrirse a este
hombre más de lo que ya lo había hecho, pero parecía muy tarde incluso
pensar en cerrarse a sí misma.

En realidad nunca había estado en una “relación”. Sí, hubo un chico de


la universidad, su primer amante, pero solo había sido un par de veces, y
nunca fueron una pareja real. Solo salieron, y como todas sus amigas

120
hablaban sin parar de lo genial que era el sexo, ella imaginó que debía
experimentarlo.

Página
Cuando no fue espectacular incluso después de varios intentos, decidió
que el emparejamiento había acabado. El chico no había quedado con el
corazón roto. Solo siguió adelante. Después, un hombre que había conocido
en Paris. Con él el sexo había sido mejor, pero ella aún se sentía casi vacía
por dentro. Seguro, su cuerpo había sido satisfecho, pero nada como esto.

Lo que compartía con Colt, eso era algo que no podía poner en palabras.

Y así ella estaba en la cama con un hombre en lo que la mayoría llamaría


una relación, pero no tenía idea dónde estaban parados. No era como si ella
fuera a cambiar su vida por él. No se quedaría en Montana después de hacer
al rancho exitoso, y él era un chico de campo por los cuatro costados.

Solo pensar esto la llenó de pánico. No estaba lista para ponerle una
etiqueta a lo que tenían juntos, pero además no estaba dispuesta a dejarlo
ir.
Cuando miró el reloj y se dio cuenta de que eran cerca de las nueve de
la mañana, su corazón comenzó una carrera. Su padre iba a llegar en menos
de una hora, y de ninguna manera quería que entrara y la encontrara con
Colt.

Ni siquiera podía explicarse a sí misma lo que ellos dos eran; ¿cómo


podía explicárselo a su padre? Por fin había estado hablando con su padre
por teléfono, fue finalmente perdiendo algo del resentimiento que estaba
conteniendo, y no quería arruinar su frágil nuevo comienzo haciéndole
pensar que estaba conviviendo con un hombre que había conocido por tan
poco tiempo. Pero la cama estaba tan cálida, y le estaba costando
desenredarse de su amante. Espera. ¿Era esa la palabra correcta?

—Buenos días.

Sobresaltada, levantó la vista y encontró esos brillantes ojos color


avellana mirándola directamente, con una sonrisa perezosa en sus labios.
Sus brazos se apretaron y la atrajo más cerca.

—No. No me he cepillado los dientes —dijo ella, alejándose.

Eso no lo detuvo. Él se rio entre dientes, y entonces sus manos se

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enredaron en su despeinado cabello y estaba tirándola encima de él y
trayendo su boca a la suya. En cuestión de segundos, olvidó por completo

Página
su aliento matutino, y estaba pérdida en el intoxicante aroma de su
masculinidad.

Cuando él liberó su boca, sintió la dura evidencia de su deseo


presionándose contra su núcleo.

—Mmm —ronroneó él mientras deslizaba las manos por su espalda y las


presionaba contra su trasero, dejándola sentir el efecto que tenía sobre él…
en su totalidad. Pero ella trató de escabullirse.

—No puedo, Colt. Tengo que levantarme.

—Ya estoy levantado, cariño, así que vamos a jugar. —Él los volteó más
así que ella quedaba acostada sobre su espalda con su erección firmemente
—oh, tan firmemente— entre sus piernas, sus caderas moviéndose contra
las suyas en la manera más placentera. Si no hubieran estado ambos
vistiendo pantalones de pijama, ya estaría dentro de ella, ¿y por qué no?
Ella estaba húmeda y lista.
—En serio, no puedo. Mi padre estará aquí pronto, y no quiero que me
encuentre en la cama y forcejeando contigo.

—Eres una adulta. Estoy seguro de que él sabe que tienes sexo, Brielle.
—Él comenzó a mordisquear su cuello.

—Obviamente no tienes hijos. No creo que algún padre quiera creer


jamás que su hija tiene sexo —dijo ella con una pequeña risa mientras él
bajaba por su cuello y besaba el sitio justo entre sus pechos.

Él hizo una pausa y ella casi gimió de frustración, pero detenerse era lo
que necesitaba. Tenía que salir de esta cama, sacarlo de su casa, y tomar
una buena y larga ducha caliente. Le tomaría toda esa hora reunir el coraje
para enfrentar a su padre.

Sí, había aprendido más acerca del rancho, pero no lo suficiente. Tenía
tanto miedo de que él la considerara un completo fracaso. Podía decirse a sí
misma que eso no importaba, pero sabía que sí. Sabía que no quería que su
padre la mirase como la mocosa malcriada que pensaba que era.

Durante años había hecho cada cosa que podía para que él y sus
hermanos creyeran que a ella no le importaba un comino, pero después de

122
solo un par de meses en Montana, estaba replanteándose su vida entera. Lo
que pensaba la gente de ella importaba. Lo que su padre pensaba de ella

Página
importaba.

Esta visita tenía que ser buena. Simplemente tenía que serlo.

—Por favor, Colt. Yo… —No quería rogarle, pero estaba tan cerca de
ceder y eso sería desastroso.

Él debió de leer su lenguaje corporal, porque se detuvo y rodó lejos de


ella, luego se sentó, la puso en su regazo, y la abrazó. El dulce abrazo casi
fue su ruina.

—Lo siento, Brielle. Tienes razón. —Besó su sien mientras acariciaba su


columna vertebral. Después de unos pocos momentos, la dejó ir,
deslizándose debajo de ella y poniéndose de pie.

—Voy a salir de aquí así puedes tener tiempo con tu padre.

¿Era eso dolor en su voz? ¿Pensaba que estaba avergonzada de él? No


quería que pensara eso.
—¡Espera, Colt!

Él se puso sus pantalones y estaba moviéndose hacia la puerta del


dormitorio, pero se volvió y la miró. No pudo leer la expresión en sus ojos,
pero necesitaba decir algo. Temía que si no lo hacía, él pudiera salir de la
habitación sin que ella volviera a verlo nunca.

—Yo… —se detuvo, perdiendo las palabras—. Sabes que no me importa


que seas un ranchero, ¿cierto?

Sus ojos se ampliaron mientras la miraba por un segundo y luego dio


un paso más cerca.

—¿Estás segura de eso, Brielle? —Su mirada parecía quemar a través de


ella.

—Por supuesto que no importa. Que trabajes para mí no tiene nada que
ver con el hecho que no quiero que mi padre te encuentre en mi cama.
Podrías ser un príncipe de un país extranjero, el presidente de los Estados
Unidos, un abogado, un doctor, cualquier cosa. Eso no importaría. Lo único
que importaría es que estabas en mi cama. Mi padre ya piensa tan mal de
mí. Yo solo…

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¿Por qué siempre le revelaba demasiado de sí misma a este hombre? Él,

Página
sin embargo, era extrañamente silencioso sobre sí mismo y especialmente
sobre sus emociones.

Diablos, ni siquiera sabía dónde dormía cuando no estaba en su cama.


Tal vez si quería meterse de nuevo su cama, debería compartir más con ella.
¡Sí! Definitivamente iba a tener que empezar a contarle cosas sobre él, o
nunca más pasarían una noche juntos.

—En realidad, te creo —dijo Colt como si le sorprendiera.

—Espero que sí —replicó Brielle, entrecerrando los ojos. Estaba harta de


que la gente la juzgara y pensara que no valía la pena.

Caminando de vuelta hacia ella, la levantó de la cama y la tomó en sus


brazos.

—Brielle Storm, no eres lo que yo esperaba —le dijo con una sonrisa
verdadera, luego se inclinó y le dio un sólido beso. Entonces la dejó caer
sobre la cama.
Ella se quedó sin habla.

—Te dejo ahora antes que pierda mis buenas intenciones y comience a
deslumbrarte —dijo, y antes de deslizarse a través de su puerta, se volvió a
mirarla una vez más—. Volveré más tarde.

Y entonces se había ido. Brielle no sabía muy bien lo que había sucedido,
pero se quedó sentada aturdida mientras lo escuchaba tararear todo el
camino hasta las escaleras. Varios minutos después de que oyera el clic de
la puerta delantera al cerrarse, se las arregló para levantarse sobre sus
temblorosas piernas y flotar hacia el cuarto de baño.

Una ducha de veinte minutos aclaró algunas de las telarañas de su


cerebro, pero no tantas como ella necesitaba para una visita con su padre.
Oh bueno, lista o no, había llegado la hora. Justo estaba dando los toques
finales a su maquillaje cuando sonó el timbre.

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Página
Capítulo 20
Traducido por Flor
Corregido por flor25

—Hay un restaurante genial en el pueblo donde podemos ir a almorzar.

Brielle estaba cansada después de pasar la primera mitad del día con su
padre, enseñándole el rancho, y todo lo que sabía sobre él. Ella había tenido
una sonrisa falsa pegada en su cara toda la mañana, y de verdad era un
principio que pudiese llevarla.

Su padre no había sido crítico, no le había hecho sentirse infravalorada,


pero estaba tratando impresionarlo tan desesperadamente que sus hombros
estaban tensos y su cuerpo estaba en alerta roja. ¿Y si decidía justo ahora

125
que ella simplemente no podía hacer esto?

No le costaría mucho echar el cierre a la operación completa. Sí, el

Página
negocio estaba a su nombre, pero él proporcionaba el dinero para tenerlo en
marcha, y ella nunca iba a ser capaz de conseguir esa clase de capital por
sí misma.

Antes de llegar e incluso después del primer par de semanas aquí,


hubiese estado complacida si él decidía llevársela de este lugar. Pero esa no
era la forma en que se sentía ahora. Necesitaba terminar esto, necesitaba
llevarlo a cabo. Estaba de hecho aprendiendo sobre el rancho ahora, y quería
desesperadamente que él lo viese. Y esto le estaba destrozando los nervios.

—Me encantaría probar la comida local —dijo Richard con lo que ella
pensó que era su primera sonrisa genuina desde que había llegado.

—¡Genial!

Ambos caminaron hacia su estacionamiento delantero, donde su


sofisticado SUV alquilado estaba estacionado. Ella daría cualquier cosa por
conducir sentada en esos preciosos asientos de piel y con aire acondicionado
de verdad a plena marcha por los conductos de ventilación, pero su lado
malvado quería darle a su padre a probar de su propia medicina.
—Iremos en mi camioneta, padre. Después de todo, tú me la compraste
—dijo con una amplia y cándida sonrisa.

Richard echó una mirada al montón de chatarra naranja, y ella pudo ver
que tenía serias dudas sobre entrar en él, pero tuvo que darle crédito al
hombre. No discutió; solo abrió con fuerza la puerta del pasajero y se subió
en el rasgado asiento de vinilo.

—Lo siento, Brielle. No me había dado cuenta de que esta camioneta


estaba en tan malas condiciones —murmuró cuando ella finalmente se las
arregló para que la dichosa maquina arrancara.

—No te preocupes, papá. Este cacharro funciona bien —dijo Brielle. No.
No había cambiado de parecer por lo que respectaba a la camioneta. Odiaba
a la cosa esa temperamental, pero si tenía que aguantar conduciéndola, iba
a asegurarse de que su padre tuviese el mismo privilegio.

Él dijo algo entre dientes que ella no pudo entender, pero tan solo sonrió
mientras se lanzaba a conducir la camioneta y bajaba por la carretera llena
de baches un poco demasiado rápido. Fue un viaje al pueblo agitado, y
Brielle no podía estar segura, pero casi podría jurar que vio a su padre elevar
una pequeña oración de gracias cuando aparcaron delante de la cafetería.

126
—Espero que consigamos una mesa. Parece que todo el mundo viene a
almorzar al pueblo en los días realmente calurosos —dijo Brielle, más alegre

Página
de lo que había estado en todo el día. Aunque el aire acondicionado del viejo
Ford era de la clase de un 2-60, donde el viento atraviesa la cabina con las
dos ventanas abiertas mientras la camioneta viajaba a sesenta millas por
hora, ella aún se sentía fresca. Apostaría su fondo fiduciario a que él nunca
había tenido un viaje tan incómodo en toda su vida entera. La venganza era
genial.

—Los negocios tienen claramente mucho movimiento —dijo Richard


mientras atravesaban las puertas y ella se introducía en la masa de gente
parloteando.

Casi con seguridad, no había ni una sola mesa libre. Maldición. No había
ningún otro restaurante en el pueblo, así que tendrían que ir al
supermercado y agarrar un sándwich de cualquier cosa, quizá podrían
montar un picnic en el parque del pueblo. Pero podría ser peor. El parque
era de hecho bastante bonito y sencillo, con una hermosa fuente, un juego
de tubos para los niños, y algunas mesas de picnic. Estaba siempre
tranquilo, y la brisa no haría tan malo el hecho de comer fuera si
encontraban un poco de sombra.
Mientras empezaban a irse, una voz los detuvo.

—Brielle, ven y únete a nosotras.

Dándose media vuelta, Brielle vio a las tres mujeres que se había
encontrado en la tienda de ropa no mucho después de llegar al pueblo.
Estaban sentadas en una cabina demasiado grande y todas gesticulaban
para que se acercase.

Oh no. ¿Y si sacaban el tema del incidente embarazoso con Colt en el


probador del almacén, y su padre la atrapaba? Eso era lo único que le
faltaba. Pero sería bastante grosera si no se dejaba caer al menos y las
saludaba.

Tomando a su padre del brazo, se dirigió a la mesa donde tres pares de


claros ojos los repasaban a ambos. Ella rezó para recordar sus nombres
correctamente.

—Papá, me encontré a estas encantadoras mujeres cuando aún era


bastante nueva en el pueblo. Me gustaría presentarte a Bethel, Eileen y
Maggie. Señoras, este es mi padre, Richard Storm.

Cuando las mujeres se iluminaron por el reconocimiento, Brielle dejó

127
salir un suspiro de alivio. Si hubiese destrozado sus nombres, ellas
seguramente habrían dicho algo.

Página
—Por favor, únanse a nosotras para comer —dijo Bethel, y se movió a
un lado para hacer sitio.

—Oh, no podemos hacer eso —contestó Brielle—. Vamos a buscar algo


al supermercado.

—De ninguna manera. No quieren perderse el especial para el almuerzo


de Pamela —les dijo Eileen mientras se movía en el lado de enfrente de la
mesa. Ahora había suficiente sitio en el reservado para que Brielle y su padre
se uniesen a ellas, y si decía que no de nuevo, sus modales serían
considerados seriamente deficientes.

—Nos encantaría unirnos a tres damas tan agradables —dijo Richard, y


tomó el asiento más cercano a Bethel.

Brielle quedó conmocionada cuando vio las mejillas de la mujer tornarse


rosadas. ¡Señor! ¿Estaba el coqueteo en el aire? Brielle simplemente se dejó
caer en el asiento al lado de Eileen.
—Lo siento tanto por no haber ido a verte primero, Brielle —le dijo
Bethel—. Estábamos planeando una salida la semana pasada y llevarte un
pastel, pero una de las damas de la iglesia se puso enferma, y terminamos
teniendo que cuidar a sus perros.

—No tienen que traerme nada —replicó Brielle.

—Bien, por supuesto que tenemos que hacerlo, querida —dijo Eileen—.
Eres una dama soltera en esa casa vieja y grande del rancho y estás
completamente sola. Tenemos que cuidarte.

Y ahora habló Maggie.

—Sí, y quiero que vengas a nuestra próxima celebración de mitad del


verano la semana que viene. Yo siempre planeo enviar invitaciones formales,
pero realmente no las necesitamos. Ya saben que montamos un gran picnic
y enseñamos nuestro lago.

—No querría entrometerme —dijo Brielle, desplazándose en su asiento y


más que agradecida cuando la camarera llegó y le dijo a ella y a su padre el
especial. Ordenó sin pensarlo demasiado porque estaba muy concentrada
en lo que las otras mujeres estuviesen hablando con su padre.

128
—Prueben el té dulce. Está fabuloso —dijo Eileen. Brielle y su padre
hicieron caso, y Eileen tenía razón. Era posiblemente la bebida más perfecta

Página
para un día caluroso.

—¿Cómo le va a Colt? —preguntó Bethel con una mirada taimada en


dirección a Brielle.

Su padre se paró a mitad de un trago y la miró.

—¿Quién es Colt? —La miró más con curiosidad que acusándola, pero
Brielle estaba segura de que el rojo bañando sus mejillas no la ayudaba a
parecer menos culpable.

—Es uno de los peones del rancho —le dijo a su padre antes de girarse
hacia Bethel—. Él está bien. Todos los trabajadores son geniales. —Ella
realmente esperaba que la mujer captase la indirecta que estaba enviando.

—Por los rumores que he oído, es más que un simple peón —dijo Bethel,
y Brielle bajó la cabeza. La mujer obviamente no sabía cómo leer el lenguaje
corporal. Maldición. Brielle estaba prácticamente chillándole que dejase de
hablar.
»Tony llamó esta mañana y dijo que Colt estaba enseñándote un montón
de cosas sobre cómo llevar un rancho. Anoche, dijo que los dos estaban
trabajando de veras muy duro y examinando muy de cerca la pared del
granero —dijo Bethel con ojos inocentes.

Brielle se quedó allí sentada mortificada por un momento antes de


hablar.

—Sí. Colt ha sido de mucha ayuda —dijo bajito.

—Sí, y parece que Peggy de verdad disfrutó cuando ambos fueron a


comprar en su almacén. Por supuesto, él estaba muy cerca y te estaba
ayudando personalmente a seleccionar los artículos adecuados.... en el
probador —añadió Eileen, haciendo que las mejillas de Brielle ya coloreadas
se encendieran de un brillante escarlata.

—No sabía qué comprar —explicó Brielle, esperando que su padre se lo


tragase.

¿Estas mujeres estaban tratando de mortificarla para el resto de su vida,


o a realmente solo les encantaba ese placer indirecto? No lo sabía, pero sí
sabía seguro que había perdido el apetito y no quería nada más que
marcharse de la cafetería tan rápido como fuese posible.

129
—Suena como si Colt fuese bastante.... útil —dijo su padre.

Página
Ella le echó una mirada, pero no podía decir qué estaba pensando. No
había manera de que el comentario sobre el probador se le hubiera pasado
por alto, pero quizá, solo quizá, él no había sumado dos más dos.

Eso era lo que elegiría creer, aunque fuese tan solo en beneficio de su
propia cordura. Pero a partir de ahí, la conversación solo podía ir a peor.
¿Cómo podían esas tres mujeres haber conocido los detalles de aquellas
cosas? Era como si fuesen espías o algo así. Quizá tenían cámaras
instaladas en su propiedad.

En el momento en que ella y su padre dejaron la cafetería, ya estaba


preparada para encontrar un sumidero y arrojarse por él. Cuando se
volvieron a subir a la camioneta, Richard no dijo nada hasta estar a medio
camino de casa.

—Quiero conocer a ese... Colt. —Eso fue todo lo que dijo, pero el tono de
su voz la llenó de temor. Listo o no, con relación o sin ella, Colt estaba a
punto de conseguir una charla...
Capítulo 21
Traducido por Thelovestory
Corregido por Ama

El teléfono celular de su padre estaba sonando, pero el hombre no estaba


por ningún lado. Ella casi apostaría a que estaba abajo en su campo de
caballos intercambiando historias salvajes con Tony de nuevo. ¡Su padre
había estado allí una semana entera!
Sí, había sido bueno para ella y su padre, y creía que tenían una mejor
comprensión del otro, pero había sido una semana entera que ella había
estado sola en su cama, las sábanas inusualmente frías, la almohada
demasiado dura, y el sueño difícil de alcanzar.
Había dormido sola toda su vida, pero después de un par de semanas

130
con Colt junto a ella, ahora estaba resultando imposible tener una buena
noche de descanso sin él. Esto era absurdo. No necesitaba a Colt. Era solo

Página
sexo, se dijo. Y ahora que sabía lo asombroso podría ser el sexo, lo extrañaba
como la muerte.
Para colmo, su padre la había mantenido tan ocupada la mayor parte
del tiempo haciendo preguntas y mostrándole todos los planes que había
hecho para el rancho, y más y más, que no había logrado escabullirse y
encontrar a Colt en cualquier lugar. Sabía que su empleado del rancho
favorito era un hombre muy ocupado, pero estaba tan acostumbrada a verlo
todos los días y todas las noches.
La visita había sido buena, pero estaba lista para que su padre se fuera.
No ayudaba que él pareciera estar haciéndose amigo de su capataz. Si su
papá conseguía apegarse demasiado al anciano y decidía nunca irse, eso
pondría fin a su vida sexual para siempre.
No. Ella era una mujer adulta. Si su padre no se iba pronto, iba a decir
al diablo con eso, llevar a Colt directamente a la casa y llevarlo a su
habitación, cerrando la puerta detrás de ellos. Sí, de alguna manera sabía
que no era lo suficientemente valiente como para eso. Era tan malo, sin
embargo, que incluso había buscado en Internet, tratando de averiguar si la
frustración sexual podía causar un daño permanente.
Nop. Hasta ahora, no había encontrado una razón médica válida por la
que tuviera que tener sexo. Ella aprendió, sin embargo, que hacer el amor
quemaba muchas calorías. Si de repente se volvía gorda, podía culpar a su
padre por impedirle tener suficiente ejercicio.
Cuando el teléfono celular de su padre sonó por tercera vez, no podía
soportarlo más. Lo recogió, apretó el botón, y respondió.
—¿Está Richard Storm disponible?
—Está fuera de la casa en este momento. ¿Puedo tomar un mensaje? —
Brielle miró a su alrededor buscando una pluma y papel mientras utilizaba
su hombro para sostener el teléfono contra su la oreja.
—¿Es usted uno de sus contactos de emergencia?
La mujer parecía tan eficiente, Brielle se preguntaba si debía saludar.
—Um... no sé. Soy su hija, Brielle Storm. —¿De qué podría ser esto?
—Un momento, por favor. —La mujer la puso en espera, y Brielle
consideró seriamente colgar. Ella no era la secretaria de su padre.

131
Cuando la mujer regresó a la línea unos momentos después, Brielle no
supo por un momento si estaba más feliz de que haber esperado o si deseaba

Página
solamente haber colgado.
—Sí, Srta. Storm, la tengo en la lista como contacto. Los resultados de
las pruebas más recientes de su padre han llegado, y hay un poco de
información contradictoria en ellos. Al Dr. Sorenson le gustaría tenerlo de
vuelta de forma inmediata para algunas pruebas más. ¿Podría ser este
próximo viernes?
—Espere. ¿Qué resultados?
—Para el cáncer de próstata.
La mujer habló como si Brielle supiera todo al respecto. ¿Cáncer? Esto
tenía que ser un error. Su padre no le había dicho nada sobre el cáncer.
Quería gritar en el teléfono, demandando respuestas. Pero en ese momento
su padre entró por la puerta, con una sonrisa en el rostro.
Brielle lo miró, realmente lo miró por primera vez desde que no sabía
cuándo. Sí, parecía haber perdido peso, pero eso era algo bueno, ¿verdad?
No parecía haber ningún otro signo de cáncer. Sin pérdida de cabello, no...
Espera. Ella no sabía nada de cáncer, no sabía cuáles eran los signos.
La sonrisa se cayó de los ojos de Richard cuando se dio cuenta de que
Brielle estaba sosteniendo su teléfono. Sus ojos debían lucir salvajes.
—¿Quién es, Duraznito?
Brielle no podía hablar, así que solo le entregó a su padre su teléfono,
apenas logrando pasar a la mesa de la cocina, y se dejó caer en una silla.
Escuchó a su padre hablando en el teléfono, pero parecía más como si
su voz llegara a través de un túnel. Cáncer de próstata. Eso era malo,
¿verdad? ¿No mataba a un montón de gente? Por supuesto, todo cáncer era
malo, mataba gente todos los días. Pero ¿por qué no le había dicho que tenía
cáncer? Entonces el último año y varios meses se estrellaron contra ella con
la fuerza de un martillo.
Había estado tan triste ese día en su casa cuando dijo que necesitaba
que hicieran una diferencia en sus vidas. Había hablado de cambiar antes
de que fuera demasiado tarde. Cuando Brielle alzó la vista, con lágrimas en
los ojos, se encontró a su padre sentado a su lado, su teléfono guardado y
una mirada de resignación en su rostro.
Ella lo sabía.
—Tienes cáncer. —No era una pregunta.

132
—Brielle. —Lo interrumpió antes de que pudiera mentirle.

Página
—¡No! —gritó, con una voz que venía con toda la fuerza—. ¿Por qué nos
haces esto? ¿Por qué hacernos encariñarnos si estás pensando en dejarnos?
—Eso no es lo que he estado tratando de hacer.
Brielle no estaba escuchando.
—Vas a dejarnos, ¿no es así? —Cuando él se quedó en silencio, ella se
puso de pie—. Igual que mamá. Vas a irte y no volver nunca más. ¡Nos
dejaste solos por años! ¡Durante años, papá! ¡Y luego nos reúnes a todos, y
nos hace encariñarnos de nuevo! ¡Hiciste todo esto solo para poder destrozar
a nuestra familia para siempre!
Era más fácil sentirse traicionada que lidiar con el dolor, con la certeza
de que iba a abandonarla. No podía soportarlo. El año pasado, podría haber
sido capaz —nunca lo sabría— pero ahora, ahora nunca saldría de esto.
Ahora que él se había arrojado a este reto, ahora que él había comenzado el
proceso de eliminar la pared alrededor de su corazón. ¡Ahora ella realmente
sufriría!
—¿Cómo te atreves, padre?
Las lágrimas corrían por su rostro, pero las había alejado airadamente.
Quería aferrarse a la furia; tenía que aferrarse a ella. No podía permitir que
el dolor entrara.
—Brielle. Estoy tratando de no dejarte —dijo, acercándose poco a poco,
como si fuera un animal asustado.
—¡No me toques! ¡Ni siquiera pienses en tocarme! —Si la tocaba,
seguramente se rompería.
Los propios ojos de él se llenaron de lágrimas, pero siguió acercándose.
—Brielle. Siento muchos que hayas tenido que averiguarlo de esta
manera. No quería decírtelo, porque no cambia lo que quiero para ti y tus
hermanos.
Parecía estar rogando que lo entendiera, pero ¿cómo podía entender?
Había perdido a un padre, y ahora iba a perder el otro. Era demasiado
pronto. Demasiado pronto.
—¡No! Me mentiste, a todos nosotros. —Queriendo nada más que correr
y esconderse, Brielle miró salvajemente a su izquierda y luego a la derecha.
Se sentía atrapada.
Sabiendo que estaba a punto de salir huyendo, Richard rompió la brecha

133
entre ellos y la tomó en sus brazos.

Página
—Lo siento mucho, Brielle. Lo siento mucho. —Él no dejaba de repetir
eso mientras se aferraba a ella. Luchó contra él por un rato, luego se rindió,
colapsando en sus brazos mientras los sollozos se arrancaban de su pecho.
—No te vayas, papá. Por favor, no te vayas —gritó cuando fue capaz de
hablar de nuevo. Acababa de recuperarlo, acababa de comenzar a dejar ir
su enojo. No podía irse ahora.
—Estoy haciendo mi mejor esfuerzo para no hacerlo, Duraznito. En
serio.
No sabía cuánto tiempo se aferró a él, con la esperanza de que si se
agarraba con fuerza, él no sería capaz de irse, pero al final no tenía más
lágrimas.
Cuando por fin estaba lo suficientemente calmada para escuchar,
Richard explicó sobre su cáncer, le dijo que el primer médico había dicho
que no había nada más que pudieran hacer, pero que no se iba a rendir,
que aún tenía esperanzas de una solución.
Había estado viendo a un nuevo doctor, quien no era tan pesimista como
el último. De eso se trataba la llamada, los resultados de sus últimos
estudios. Tenía que volver y hacerse estudios de nuevo. Brielle no quería
dejarlo ir, pero después de pasar la tarde con ella, él le aseguró que la
mantendría actualizada. Prometió que no volvería a dejarla en la oscuridad
de nuevo.
La última promesa que le hizo hacer antes de irse para coger su avión
de regreso a Seattle, fue dejar que él les dijera a sus hermanos en su propio
tiempo. No le fue algo fácil que aceptar, pero lo entendió.
Brielle rezó que no fuera la última vez que viera a su padre, no ahora.
No cuando estaba empezando a sentir como si tuviera otra vez un padre.

134
Página
Capítulo 22
Traducido por Lu_Rodriguez
Corregido por Ama

Estaba acurrucada en el sofá. Sosteniendo una taza de té que ya estaba


fría. No es que ella se diera cuenta. Su padre había llamado para decirle que
había llegado a Seattle, y decirle una vez más que la mantendría al tanto de
su condición médica.
Habían hablado durante una hora en el teléfono, y él incluso se las había
arreglado para hacerla sonreír una vez o dos, pero al momento en que
colgaron, el dolor regresó. Él le había hecho prometer seguir trabajando en
el rancho, seguir viviendo cada hermoso día.
Le había asegurado que iba a estar bien, que esto solo era otra piedra en

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el camino, una de la que algún día se reirían.

Página
Ella no veía que eso fuera a suceder, pero lo que no podía cambiar en
este mundo, sobre lo que no tenía control, no era algo que debiera permitir
que tuviera tanta fuerza sobre sus emociones.
¿Así que no habría de seguir haciendo lo posible para tener éxito, para
darle algo de lo que estar orgulloso? Por supuesto que lo haría. Brielle se
aseguró que eso era exactamente lo que iba a seguir haciendo —a partir de
mañana. Por esta noche necesitaba ponerse melancólica, sentada en la
oscuridad de su sala y bebiendo su té.
—¿Brielle?
Levantó la cabeza. Una sombra había aparecido en la puerta de su sala,
pero no era miedo lo que tenía su corazón acelerado; era Colt quien estaba
allí de pie. Aunque no podía ver su rostro, conocía esa silueta, conocía esa
voz, conocía el sentimiento que tenía en el momento en que él estaba en la
habitación.
—Aquí estoy —dijo, un escalofrió recorrió todo su cuerpo. Había querido
llamarlo por teléfono, para pedirle que viniera a ella, pero de repente todo
sobre su vida parecía tan inseguro. No sabía si tenía derecho a llamarlo,
porque no sabía qué eran el uno para el otro.
—¿Por qué estás sentada en la oscuridad?
—Yo… —Se detuvo al darse cuenta de lo temblorosa que estaba su voz.
—¿Qué está mal, nena? —Al instante estuvo a su lado, sentado en el
sofá y quitando cuidadosamente el té frio de su manos antes de llevarla a
su regazo, justo donde tenía que estar.
—Mi padre —dijo con un suspiro. No había más lágrimas. En los últimos
meses, Brielle había llorado más que lo suficiente para compensar el hecho
de que no había llorado en más de doce años.
No iba a llorar de nuevo.
—Es mi padre. Tiene cáncer. —Era casi surrealista decir esas palabras
en vos alta. No podía decirle a sus hermanos, por su promesa a su padre,
pero tenía que hablar de ello, tenía que expresar lo que sentía, y estaba
agradecida de que Colt estuviera allí para escuchar.
—Oh, Brielle. Eso es terrible. ¿Puedo preguntar qué tipo?
—Es cáncer de próstata. Dijo que hay un nuevo tratamiento, y por eso

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se fue hoy. Me dijo que los médicos están haciendo todo lo posible para
curarlo, pero no quiere que mis hermanos sepan todavía. No quería que yo

Página
supiera. Contesté su teléfono…
—Lo siento, Brielle.
Se sintió aliviada cuando Colt no trató de ofrecerle más que eso, no trató
de hacer las promesas infundadas de que su padre iba a estar bien.
—No puedo pensar más en ello, Colt. Simplemente no puedo. Es lo único
en lo que he estado pensando en todo el día, y estoy muy agotada. Por favor
dime algo, lo que sea, que me haga dejar de pensar en ello.
Solo estar sentada allí en sus brazos le quitaba algo de la carga, solo
saber que él estaba aquí con ella, que sus manos le acariciaban la espalda,
que su cabeza descansaba contra la de ella. Solo tenerlo aquí con ella
significaba que no tenía que estar sola.
Eso era mucho mejor que estar sentada en la oscuridad con una taza de
té frío.
¿Por qué estaba tan concentrada en el té? Porque era algo en lo que
pensar diferente al cáncer y la muerte. Era algo de lo que preocuparse que
no tenía ninguna consecuencia seria.
—Es gracioso, en verdad. Vas por la vida preocupándote de las cosas
más pequeñas, más insignificantes, y luego te golpean con algo como esto
—dijo, su voz casi en un tono monótono—. Solía ponerme tan molesta
cuando iba a que me hicieran mi manicura nueva y se me rompía una uña
el mismo día. O cuando no podía encontrar el bolso perfecto para ir con una
nueva marca mejor. Era tan superficial.
—Eres todo menos superficial, Brielle.
—No sé, Colt. ¿Puede una persona realmente cambiar tanto en tan solo
unos meses?
—Si quieres mi opinión sincera, no creo que alguna vez fueras
superficial. Creo que te concentraste en esas cosas porque era lo que podías
controlar. Podías mirar tus uñas y ver que había un problema que se podía
solucionar. Podías concentrarte en un atuendo porque no había solución. Y
si no, ¿qué importaba realmente? Tu madre te dejó y tu familia se distanció.
Estabas dando vueltas e hiciste lo que tenías que hacer para permanecer
plantada en el suelo. Eso no te hace superficial, en realidad… eso te hace
una sobreviviente.
—No sé cómo me vez como tú lo haces, Colt, pero me aterra.
—¿Por qué te aterra?

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La forma en que la mano de él se movía a la deriva en su cabello era tan

Página
suave que casi olvidó lo que estaba diciendo.
—Porque siento que voy a fallar.
Ese era su segundo miedo más grande. Su padre se había marchado de
su visita diciendo lo orgulloso que estaba de ella, y Colt veía una imagen de
ella que ella no podía ver. ¿Y si los hombres estaban equivocados?
Cuando inclinó la cabeza, las sombras restringieron su visión de su
rostro, pero todavía podía ver el contorno de su boca, y levantó la mano para
trazar sus labios. Cómo le gustaba que él besara sus dedos.
—Puedo verte, Brielle. Puedo ver la hermosa mujer que eres, por dentro
y por fuera.
—Quiero ser hermosa para ti, Colt.
—¿Realmente sabes por qué me gusta estar cerca de ti?
Quería saber, pero casi temía lo que le iba a decir.
Aun así, asintió.
—Me encanta estar cerca de ti, porque si estoy teniendo un mal día, todo
lo que necesito es un comentario tuyo, una sonrisa, una mirada, y todo mi
ánimo cambia. Lo que siento cuando estoy contigo es algo que la mayoría
de las personas nunca en su vida llegan a experimentar. Lo sé porque tengo
amigos que no tiene miedo de hablar acerca de sus sentimientos, y no
conozco a nadie que sienta lo mismo que yo. Podría ser arrastrado a cada
club de strippers en Montana, y ni siquiera vería a las strippers, ni siquiera
me importaría mirarlas, porque ahora que te he visto, nadie se compara. No
puedo sacarte de mi cabeza. No puedo dejar de pensar en ti. No puedo dejar
de querer estar contigo.
—¿En serio te sientes de esta manera?
—Me siento así y mucho más, Brielle. Mírate, creo que fuiste moldeada
para encajar en perfectamente mis brazos. Cuando te abrazo, es como si
todavía no pudiera tenerte lo suficientemente cerca. Nunca quiero dejarte
ir. No es solo el sexo, aunque es fantástico —dijo con lo que sabía era una
sonrisa en su rostro—. Es mucho más que eso. No deberíamos ser el uno
para el otro, pero cuando más estoy cerca de ti, más necesito estar contigo.
Tienes una clara ventaja sobre mí, sabes.
—¿Cuál es? —Sus palabras estaban haciendo por ella lo que ella misma
no había sido capaz de hacer en todo el día. Estaban llenando su corazón

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con calor, y se llevaban el dolor. Estaba dándole el don de sí mismo, y ella
quería mantenerlo durante todo el tiempo que pudiera; para siempre, si eso

Página
fuera posible.

»¿Qué ventaja? —preguntó, inclinando la cabeza y rozando los labios


contra los suyos.
—Tú me posees, Brielle.
—Oh, Colt. Creo que estás equivocado. Es al revés.
Capítulo 23
Traducido por Jhos
Corregido por Cat J. B

—Brielle, querida. Hemos estado esperándote.

Brielle casi se tropezó cuando giró en la esquina de su casa y encontró


a Bethel, Eileen, Maggie, y Martin sentados en su porche delantero en la
pequeña mesa en el rincón, vasos de té helado en frente de ellos y pastel
listo para ser servido.

El pastel le hizo agua la boca al instante, pero estaba tan cansada que
no sabía si sería capaz de sobrevivir a un interrogatorio del terrible trío y su
compañero en el crimen, Martin Whitman.

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Cuando su estómago resonó y sus rodillas se sacudieron de la fatiga,

Página
decidió que solo tenía que hacer su mejor esfuerzo. Había estado levantada
y trabajando desde el amanecer, y había pasado el día entero con Joe, el
pobre chico había intentado lo mejor posible enseñarle más sobre manejar
una máquina cosechadora.

Colt había estado enseñándole, pero hoy había tenido que viajar lejos
por otro trabajo, según dijo Tony. Había sido un alivio que Joe la ayudara
con la enorme maquinaria, porque incluso después de pasar un par de
meses con Colt, seguía distrayéndola.

Y cuando estaba lidiando con maquinaria cara, no necesitaba ninguna


distracción. Para el final de sus lecciones, sin embargo, Joe no parecía
demasiado entusiasmado con sus habilidades con la máquina. Le probaría
que estaba equivocado, sin embargo, porque todavía faltaba una semana
para que empezara la época de cosecha, y ella intentaría pasar tiempo con
la máquina todos los días hasta entonces.
Para el momento en que esas cosechadoras salieran al campo a primera
hora de la mañana, ella sería una profesional en el corte del hermoso
trigo que llenaba su tierra.

—Es maravilloso verlas, damas, a y ti también, Martin —dijo cuando


subió a rastras los escalones y se sentó en la mesa con ellos cuatro. Sus
ojos fueron directo al pastel, que, si no se equivocaba, aún estaba caliente.

—Me siento tan mal de que no hayamos sido lo suficientemente buenos


vecinos, querida, pero eres una mujer ocupada. El chisme alrededor del
pueblo es que estás haciendo un excelente trabajo con el rancho —dijo
Bethel mientras servía un vaso de té para Brielle y lo se pasaba.

El edulcorante no era necesario porque era fantástico.

—Estoy tan contenta de escuchar eso —dijo Brielle—. Y sí, he estado


manteniéndome bastante ocupada. Nunca habría imaginado cuán difícil era
manejar un rancho de este tamaño, pero les diré la verdad, la mayoría de
los días estoy realmente disfrutándolo. —No pudo evitar mirar mientras
Eileen cortaba en el pastel.

Cuando un pedazo apareció en frente de ella, casi olvidó sus modales y

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tomó un bocado. Pero de alguna forma de detuvo a sí misma y esperó a que
todos los otros tuvieran un pedazo. Cuando Eileen dejó la espátula y recogió

Página
su tenedor, fue la señal que necesitó Brielle para devorar el pastel.

—Esto es fantástico —dijo después de tragar.

—Es la receta secreta de mi mama —dijo Maggie con orgullo—. Muchas


personas han probado con rogar, pedirla prestada y robarla, pero la
mantengo oculta en el mejor lugar de todos —dijo con una sonrisa
apuntando a su cabeza.

—Bueno, ya que no puedo cocinar nada que valga la pena, no tienes que
preocuparte de que intente tomarla.

—Estaría más que feliz de darte algunas clases de cocina —dijo Maggie
animadamente.

—Debería tomar tu oferta, ya que vivir a cenas de televisión y pasteles


de carne de pollo no va a hacer nada bueno por mis caderas —dijo Brielle.

—Ah, querida, te vendrían bien unos kilitos extras en las caderas —le
dijo Bethel.
Martin se unió con un bufido diciendo:

—Las damas y su conversación sobre su peso…

—No pretendas que no disfrutas nuestras conversaciones, Martin —le


dijo Eileen.

—Las disfruto, Eileen, eso hago —replicó él, reclinándose hacia atrás
después de despachar su pedazo de pastel.

Brielle no estuvo lejos detrás de él en terminar su porción, y aunque


sabía que probablemente lo lamentaría más tarde, no rechazó la segunda
porción que Eileen le pasó, sabiendo que no tendría algo así de bueno en
bastante tiempo.

—Estamos aquí para recordarte de la fiesta de verano en mi casa el


sábado. Tienes que venir —dijo Maggie.

Brielle se retorció. Todavía no conocía a muchos de los habitantes del


pueblo y se sentiría como una intrusa.

Como si leyera su mente, Bethel tomó la palabra.

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—No vamos a aceptar un no por respuesta. Al igual que muchos de
nuestros vecinos, que realmente están deseando conocerte.

Página
—Suena divertido —dijo Brielle finalmente. Se sorprendió cuando se dio
cuenta de que por lo que había oído en verdad sonaba divertido.

Joe había estado hablando acerca de la fiesta toda la tarde, diciendo que
habría toneladas de alimentos, entretenimiento en vivo, actividades y un
espectáculo de fuegos artificiales. Además, él le había dicho que las
señoritas siempre bien extra bien vestidas cuando iban a una buena fiesta
campestre. Había estado más entusiasmada con esa parte que con lo demás.

—Nunca he tenido ninguna queja —dijo Maggie—. Mis dos hijos y mi


hija estarán en casa, también, lo que siempre es maravilloso.

—En ese caso, no soñaría con rechazar la invitación —dijo Brielle,


sabiendo cuando era derrotada.

—Espero que nuestro buen amigo Joseph Anderson aparezca este año,
pero ha estado ocupado con su creciente familia últimamente —dijo Martin
con solo una pizca de celos que Brielle no entendía.
—Sí, el hombre tiene hordas de nietos y bisnietos y sobrinos y sobrinas
ahora —dijo Bethel con la misma mirada de envidia en sus ojos que Martin—
. Mi pequeña Sage ha estado tan ocupada con la escuela que estoy
empezando a pensar que la chica nunca va a sentar la cabeza.

—Bethel, sabes que no tardará mucho —dijo Eileen, palmeando la mano


de Bethel.

—A ustedes realmente les encantan los bebés, ¿no es así?

Los cuatro ancianos entrometidos se volvieron hacia Brielle. Maggie fue


quien tomó la palabra.

—Al llegar a una cierta edad, cariño, los bebés son lo que te emociona.
Imagínate lo vacía que podría ser la vida si estuvieras sola en esta casa
grande y vieja sin nadie que corriera por los pasillos o te gritara tu nombre.

Ella dijo esas palabras como si fuera insoportable siquiera pensar en ese
destino. Brielle nunca había pensado en ello antes, en envejecer sola. Pero
cuando lo hizo, la idea no era atractiva, para nada.

¿No necesitaba todo el mundo una media naranja y una familia para

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siempre en quienes apoyarse? Tal vez no todo el mundo necesitara eso, pero
Brielle había crecido en una familia numerosa. Aunque los tiempos no

Página
siempre habían sido geniales, tenía suficiente buenos recuerdos de su
infancia para saber que el tener una familia propia para criar sonaba
bastante atractivo. Tener un hijo y una hija con hermosos ojos color avellana
devolviéndole la mirada sonaba casi perfecto.

Su compañía se quedó otra media una hora, y a pesar de su agotamiento


físico, Brielle se encontró un poco triste al verlos partir. Sí, les gustaba el
chisme, y querían conocer todos los detalles de su vida, pero también eran
cálidos y cuidadosos, y estaba empezando a agarrarle cariño al trío
entrometido y a su compañero Martin.

Mientras subía las escaleras para caer en la cama antes incluso de la


puesta del sol, se sentía contenta con su vida, contenta con esta comunidad,
y contenta de saber que no pasaría mucho tiempo antes de Colt se uniera a
ella y la resguardara del frío de la noche.
Capítulo 24
Traducido por Mlle. Janusa
Corregido por Cat J. B

Brielle había ido a un montón de fiestas en sus días, pero podía decir
honestamente que nunca había estado en algo como esto. Había niños
persiguiéndose unos a otros con pañuelos en sus cabezas y pistolas de agua
en sus manos, y cayendo dramáticamente cuando un chorro de agua los
golpeaba.

Se podían escuchar risas derramándose desde los muros de malla de


varios castillos inflables instalados en los jardines. Había incluso un juego
de hombre al agua orgullosamente exhibido; una fila de mujeres se extendía

143
por lo que parecía una milla, todas ellas solo esperando ver a los hombres
sin camisa que participarían. Había globos de helio volando, y cada persona
parecía tener una botella de cerveza en las manos.

Página
Había tiendas abiertas colocadas estratégicamente alrededor del enorme
patio para ofrecer sombra a aquellos que querían escaparse del sol, y una
banda en vivo tocaba música animada.

Cuanto más estaba Brielle en Sterling, más se daba cuenta de que la


vida en el campo tenía sus cosas positivas. Cuando Colt le ofreció una
cerveza, la aceptó sin queja.

Usualmente no le agradaba el sabor, pero el día era caluroso y todos los


demás parecían disfrutar las cosas, así que tomó un trago de su Corona.
Nada mal. Cuando Colt y ella se acercaron al juego de hombre al agua, sus
ojos se ensancharon cuando se percató de quién era el hombre que estaba
provocando al adolescente con la bola que determinaría si el hombre caía o
no.

—¡Vamos, Danny, chico, lanzas como mi abuela!


—Ella está aquí, sabes, Hawk. Creo que alguien debería ir y traerla para
ver cómo de bien lanza.

Alguien gritó y las palabras se encontraron con extensas risas.

Justo después, la bola de Danny golpeó la marca y Hawk aterrizó en el


agua. Cuando subió de nuevo al banco con agua goteando de sus finos
abdominales, Brielle entendió por qué todas las mujeres estaban en fila
riéndose a carcajadas.

—Le debo a Hawk una clavada o dos —dijo Colt, dando un paso al frente
de la fila y hablándole dulcemente a la chica parada ahí.

Hombres. ¿Alguna vez conseguían pasar la adolescencia? Esas mujeres


no eran mucho mejor. Brielle no pudo evitar sonreír cuando la adolescente
se rio, se sonrojó y luego dejó pasar a Colt.

—Él tiende a tener ese efecto en las chicas —dijo Brielle con un
guiño que hizo a la chica sonreírle.

—Sí, he tenido un flechazo con él creo que desde que tenía cinco —
contestó tímidamente cuando observó a Colt llevar el brazo hacia atrás y

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lanzar.

La primera bola falló y Hawk no iba a dejarlo pasar.

Página
—Sí, Colt, eso parece como el lanzamiento que hiciste en nuestro partido
de bienvenida del último año.

Colt le dio una sonrisa malvada antes de agarrar la bola número dos.

—Solo probando el viento —dijo y luego lanzó justo en la marca,


enviando a Hawk dentro del tanque, y las aclamaciones estallaron de nuevo.

Cuando Hawk subió de nuevo, le devolvió la sonrisa maliciosa a Colt.

—¿Olvidé mencionar que eres el siguiente en subir?

Colt lanzó la bola, pero esta se fue lejos de la marca.

—No me enrolé este año.

—Sí, pero Spence no pudo venir. Fue llamado para realizar una cirugía
de emergencia. Así que sabía que no tendrías problema con reemplazarlo.
Los fondos van a la caridad, sabes.
Colt se giró hacia Brielle.

—Perdón. Si me niego, los chicos me atarán al asiento del tanque sin


consideración.

Ella se iluminó.

—No hay problema, Colt. —No podía esperar para verlo en ese tanque.

—Será mejor que tengas un par de shorts extras aquí, Hawk.

—Por supuesto que los tenemos —dijo Hawk, justo antes de que la
siguiente persona en la fila lo hundiera, esta vez no estaba listo. Saltó fuera
del agua, tosiendo cuando trató de recuperar el aliento.

—¿De qué color dijiste que eran tus pantis? —preguntó Colt.

—Solo espera —contestó Hawk—. Te toca subir en cinco minutos.

—Mi turno debería tomarme únicamente media hora —le dijo Colt a
Brielle—, hay un montón de cosas que puedes hacer mientras tanto.

Después se inclinó para darle un persistente beso, el rosa de sus mejillas

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nada tenía que ver con el calor del sol cayendo sobre ellos.

—Awww, no te preocupes por eso, cariño. Todas las chicas solteras están

Página
deseando haber sido tú justo ahora.

Brielle se volteó para encontrar a Bethel y Martin parados detrás de ella.

—Yo… uh…

—Sí, Colt tiende a hacer que a las damas se les trabe la lengua un poco.
Ven conmigo, cariño, y te presentaré a unos cuantos hombres más que están
obligados a dejarte sin habla.

Y así, Brielle se sintió ser arrastrada por ahí, siendo presentada a tanta
gente en la fiesta que no podría recordar ni la mitad de los nombres.
¡Demonios! Sería afortunada de recordar uno solo.

Cuando pasaron veinte minutos, Brielle miró nostálgicamente hacia el


juego de hombre al agua y trató de meter baza con Bethel. Se moría de
ganas de irse de allí y ver a Colt goteando, húmedo, con el sol derramándose
sobre él. Esa vez que lo había rociado con la manguera en su patio, había
estado demasiado consternada para realmente apreciar la vista.
Ahora estaba más que dispuesta a mirar todo lo que quisiera, porque no
tenía duda de que él la quería, y no tenía duda de que a él no le importaría
si ella aprovechaba para disfrutar la vista. Tristemente, lo único que fue
capaz de hacer fue atrapar un vistazo antes de que Bethel la arrastrara
fuera, a otro grupo de gente.

—¿Ya conocieron a la nueva dueña del rancho La Ponderosa? —preguntó


Bethel a una atractiva pareja.

La mujer tenía unos pocos meses de embarazo, a juzgar por el adorable


bulto en su, de otra manera, delgado cuerpo. Brielle no iba a hacer un
comentario sobre eso, sin embargo. Había aprendido de la manera difícil que
lo que a veces parece un bulto de bebé, no lo es en absoluto.

—Debes ser Brielle Storm. Es un placer conocerte —dijo la mujer antes


de dar un paso hacia ella y darle a Brielle un sobrecogedor abrazo. Sí, Brielle
estaba acostumbrada a la gente amable de esta ciudad, pero todavía no se
acostumbraba a recibir un abrazo en vez de estrecharse las manos.

La mujer dio un paso atrás y dijo:

—Soy Misty, y este es mi esposo, Bryson Winchester.

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—Espera, ¿Winchester? Ese nombre me es familiar.

Página
—Bueno, estoy segura que conociste a su hermano, Hawk —dijo Misty
con una risa—. Todas las mujeres solteras de los alrededores aseguran
conocerlo.

—Es cierto —dijo Brielle. ¿Cómo no se había dado cuenta del parecido?

—Es una lástima que ya estés con alguien. La mamá de Hawk y Bryson
se muere de ganas de que siente cabeza, especialmente desde que Bryson y
yo nos casamos el año pasado y ahora tenemos un bebé en camino.

Las mejillas de Misty resplandecieron cuando deslizó una mano sobre


su estómago.

—¿Cuán avanzada estás? —Ahora podía preguntar, pensó Brielle con


alivio.

—Solo cinco meses. El bebé nacerá en noviembre.

—Felicidades —le dijo a Misty—. Fue bueno conocerlos. Espero que nos
encontremos otra vez.
Cuando otra persona desvió la atención de Bethel, Brielle prácticamente
salió corriendo de vuelta al tanque de agua. Llegó justo a tiempo para ver a
Colt sin camisa, empujándose a sí mismo fuera del agua y subiendo al
banco, el sol reflejándose en sus duros pectorales y bajando por sus
abdominales perfectos. El hambre se sentó lento y pesado en su estómago,
cuánto deseaba trepar en el tanque con él y…

Ese no era el lugar apropiado para que su mente vagara mientras estaba
en medio de tanta gente, especialmente con el sonido de las risas infantiles
rodeándola. ¿En qué la había convertido Colt? Cuando él alzó la mirada y
sus ojos se encontraron, la sonrisa de él aumentó en potencia, y ella sintió
sus rodillas ponerse inestables.

—Vamos, Brielle —gritó Colt—. Da un tiro. Pero dudo seriamente que


puedas golpear el objetivo, incluso aunque estuvieras parada a un metro de
distancia.

—Oh, Colt, Colt. Esa fue la peor cosa que pudiste haber dicho. —Brielle
dio un paso al frente de la fila y el chico que estaba a punto de lanzar le
ofreció la bola alegremente.

—No lances como una chica —la provocó Colt.

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Revoloteó sus pestañas hacia él, luego miró al objetivo, echó el brazo

Página
hacia atrás y soltó la bola. Esta voló rápido y derecho y lo hundió en el
primer lanzamiento. Cuando emergió de nuevo del agua, sus ojos tenían una
mirada de asombro.

—Estoy orgullosa de lanzar como una chica, Colt. Te conté que tengo
cuatro hermanos, ¿o no? He estado lanzando desde que di mis primeros
pasos. Fui pitcher en el equipo de softbol en la secundaria y estaba más que
de cabreada cuando no me dejaron jugar béisbol. Las chicas ganamos las
eliminatorias y fuimos a las estatales en mi último año.

—Nunca te habría tomado por una jugadora de béisbol, Princesa. —Esta


vez, Princesa fue dicho con reverencia.

—Hay todavía un montón de cosas que no sabes sobre mí, vaquero. —


Lanzó otra bola y lo hundió de nuevo, con una enorme sonrisa mientras lo
hacía.

Después de que el turno de Colt en el tanque terminara, ella le dio una


anhelante sonrisa cuando él salió de la tienda donde se estaba cambiando,
su cabello húmedo, sus mejillas arreboladas y su camisa abrazando su
húmedo cuerpo. Ninguno de ellos dijo una palabra cuando se lanzó sobre
ella, la levantó en sus brazos y le dio un explosivo beso.

—Podemos o bien ir a escondidas al bosque o salir a la pista de baile —


susurró él.

—Al bosque, por favor. Después de verte todo resbaladizo y húmedo,


estoy ardiendo.

Eso fue todo lo que Colt necesitó escuchar. Agarrando su mano, la dirigió
lejos, a un lugar mucho más privado.

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Página
Capítulo 25
Traducido por Jhos
Corregido por Cat J. B

Colt se sentía como un chico adolescente mientras se escapaba al


bosque con Brielle. Así era como ella lo hacía sentir todo el tiempo, aturdido
y emocionado. Nunca quería que los días ni las noches terminasen.

Ella era apasionada y estimulante, aventurera, y básicamente increíble.


Y cómo lo hacía sentirse era lo más emocionante de todos. Lo hacía sentirse
invencible.

Nunca olvidaría la charla que le habían dado cuando estaba


preparándose para ir a la universidad y su padre se lo había llevado a pescar

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junto al lago. Su padre le había dicho que si alguna vez encontraba una
mujer que lo hiciera creer en sí mismo, sería un tonto por dejarla ir, porque

Página
ese era el tipo de mujer a la que un hombre se aferraría para siempre.

Colt había encontrado a esa mujer. Solo tenía que asegurarse de que lo
amara lo suficiente como para ver más allá de lo que no le había dicho acerca
de sí mismo. Claro, en realidad no le había mentido, si quería ser técnico.
Ella solo había asumido que él trabajaba para ella. Pero no decirle la verdad
era una mentira, algo que podría llamarse pecado por omisión.

Se sacó eso de la cabeza, porque ahora estaban lo suficientemente lejos


de la gente del pueblo que podía extasiarla, hacerle olvidar cualquier cosa
que no fuera lo geniales que eran estando juntos.

Había estado jugando en estos bosques desde que era un muchacho,


corriendo con sus amigos, jugando a policías y ladrones, al escondite, y
mucho más. Claro, él había besado a un buen número de mujeres oculto
detrás de algún árbol, pero no había hecho el amor ni una sola vez en el
suave musgo que cubría el suelo.
Estaba prácticamente temblando mientras pensaba en desnudar a
Brielle. Solo la idea de verla desnuda bajo el dosel de azul, con la luz del sol
bañando sus curvas perfectas, tenía a Colt listo para la acción.

Llegaron a un pequeño estanque que guardaba una gran cantidad de


recuerdos de nadar, pescar y balancearse de los árboles al agua en una
cuerda larga. Este era el lugar perfecto. Era tranquilo, bien protegido, y el
epítome de lo pintoresco.

Colt hizo girar a Brielle y bajó los párpados. Su sonrisa de respuesta hizo
que su corazón martillara en su pecho. Incapaz de tenerla lejos de sus
brazos por un segundo más, la atrajo hacia él, capturado sus hermosos
labios rojos, y sintió su suspiro vibrar en su boca.

Sus manos se deslizaron con avidez por debajo su camiseta azul y se


trasladaron hasta la piel caliente de su espalda.

—Me calientas tanto —murmuró cuando sus labios se separaron.

—Oh, Colt, nadie se puede comparar contigo, ni con cómo me haces


sentir.

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Se sentía como Superman.

Levantó su camiseta por encima de su cabeza, la arrojó detrás de ella y

Página
tomó el sujetador de encaje negro que estaba usando, sus exuberantes
pechos llenándolo bien y dejando un amplio espacio de piel que él atacó con
su lengua. Se inclinó y chupó su delicado escote, ávido de saborear sus
pezones rosados, pero reacio a apresurar el momento, y disfrutando ese
sujetador sexy.

Sus manos vagaron por su espalda, se deslizaron dentro de la suave


falda de algodón, y fácilmente la bajó, por lo que ella quedó de pie en sus
brazos en nada más que su sujetador negro y tanga a juego.

Dando un paso atrás, se detuvo, devorándola con los ojos, amando la


suave curva de su cintura, cómo sus caderas perfectas sobresalían, amando
las líneas que enmarcaban su estómago y la forma en que la suave piel
llevaba tan tentadoramente a la cima de sus bragas.

No pudo evitar gemir mientras sus ojos viajaban por sus muslos
lechosos y sus pantorrillas. Tonificados. Bien proporcionados. Impecables.
—Yo también quiero ver tu cuerpo —le dijo ella, y él le devolvió la mirada,
la satisfacción completa llenándolo ante la mirada de hambre y confianza
en sí misma en sus ojos.

Ella sabía lo mucho que la deseaba, y ya no estaba avergonzada de estar


allí casi desnuda delante de él. Ella pasó un largo, delgado dedo por el centro
de su escote y sobre los temblorosos músculos de su estómago, separando
las piernas mientras se recostaba contra un árbol justo detrás de ella.

Deseó tener una cámara, deseó poder capturar este momento, pero sabía
que la imagen quedaría grabada a fuego para siempre en su mente, y lo
único que tendría que hacer sería cerrar los ojos para verla así una y otra
vez.

Se quitó la camisa, luego comenzó a desabrocharse los vaqueros, ni una


sola vez apartando la vista de ella. Por mucho que amara el sujetador, ahora
lo quería lejos, muy lejos, quería ver sus pechos libres y balanceándose
delante de él. Señaló, y dijo:

—Quítate esa cosa. —Su voz fue brusca, exigente.

Sus labios se retorcieron y, sin dudarlo, ella levantó la mano y

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desabrochó el broche del frente, y luego alejó el trozo de encaje. Sus pechos
se deslizaron fuera, sus pezones ya duros y esperando su boca.

Página
—¡Hermosa! Eres tan increíblemente hermosa.

—Me siento igual sobre ti, Colt —susurró, y su respiración se entrecortó


mientras se movía, abriendo sus piernas aun más.

Ambos estaban más que listos, pero Colt no podía moverse. Le


encantaba el juego previo de nada más que silencio, de miradas.

Cada vez con ella era más emocionante que la anterior, más aventurera.
Esto definitivamente nunca terminaría. Se aseguraría que no lo hiciera. Colt
no dejaría que este mujer se fuera, sin importar qué pasara.

—¿Confías en mí? —preguntó cuando dio un paso adelante y su pecho


rozó las puntas de sus pechos. A ella se le escapó un suave suspiro, y luego
deslizó la lengua sobre sus perfectos labios, haciendo su erección saltar
dolorosamente contra los estrechos confines de sus pantalones vaqueros
desabrochados.

—Más que en nadie.


Sus palabras lo hicieron detenerse, pero solo por un momento. Pronto le
diría la verdad, pero este no era el momento. Haría esto bien.

—Bueno, Brielle. Ahora cierra los ojos.

—Pero quiero verte sacarte los vaqueros.

—Cierra los ojos —repitió, cada vez más y más caliente mientras
cambiaba las reglas, mientras tomaba el control y apoyaba las manos en el
árbol a cada lado de ella.

Sin otra protesta, Brielle hizo como Colt había ordenado y cerró los ojos.
Él también tuvo que cerrar los ojos por un segundo, porque estaba tan cerca
del borde. Recogiendo su pequeña camiseta, él le levantó los brazos sobre
su cabeza y colocó sus muñecas en una rama del árbol. Con movimientos
rápidos, aseguró sus manos a la rama, y ella abrió los ojos de la sorpresa.

Nunca había pensado en hacer algo tan erótico antes, pero quería verla
tendida, quería ver cómo sus pechos se alzaban cuando tenía los brazos por
encima de su cabeza de esta forma. Dando un paso atrás, se bajó los
vaqueros y sus calzoncillos apretados para revelar lo que estaba sintiendo.
Luego se agarró a sí mismo y apretó, tratando de aliviar la pulsación,

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tratando de asegurarse de que esto durara.

Página
La emoción que se derramaba de los ojos de ella estaba matándolo.

—Eres la fantasía de cada hombre hecha realidad, Brielle —le dijo. Y dio
un paso adelante de nuevo y besó su labio inferior antes de capturarlo con
sus dientes y pellizcar el puchero hinchado que ella hizo.

—Entonces dame un beso de verdad, Colt.

—Eres mi cautiva, Brielle. Puedo hacer lo que quiera contigo. —Dejó que
sus labios pasar por su mandíbula, y luego chupó la piel de su cuello.

Ella no discutió; solo lo animó con sus suspiros de placer mientras él se


movía hacia abajo, su manos levantando y sosteniendo el peso de sus
pechos. Ella se retorció contra él y contra el árbol a sus espaldas, y se mordió
el labio inferior para mantener los gemidos al margen cuando él chupo sus
pezones.

Se retiró otra vez solo a mirarla, amando la manera en que el sol y la


sombra destacaban su cuerpo, la forma en que su saliva sobre sus pezones
brillaba solo para él. Iba a volverse loco con los pequeños sonidos que
emanaban de su garganta, los gemidos de placer que no podía contener.

Cayendo de rodillas, deslizó la lengua por su vientre y sintió su estómago


temblar bajo su toque. Y sacó la última pieza de su ropa por sus largas y
delgadas piernas para revelar su núcleo de rosa satén a su mirada.

Sin dudarlo, levantó una de sus piernas, la colocó sobre su hombro y la


abrió ampliamente para su vista y deguste. Pasó la lengua por sus pliegues
calientes, bebiendo su aroma, su calor, su belleza.

Retorciéndose contra el árbol y contra él, ella gimió, animándole a


continuar. Él estaba más que feliz de hacerlo. Su excitación pulsaba con la
necesidad de tomarla, de empujarse dentro de su calor y permitirse la
liberación. Pero la quería temblando, quería su cuerpo entero pulsado
cuando se empujase dentro de ella. Después de unos pocos movimientos
expertos de su lengua, ella gritó su nombre y su cuerpo convulsionó con el
poder de su orgasmo.

Colt no quería perder este momento. Se puso de pie, los efectos de su


placer brillando en sus labios, levantó las piernas de ella alrededor de su
cintura, y se empujó a fondo dentro de ella mientras sus convulsiones se

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mantenían fuertes.

Página
—¡Colt! —gritó cuando se hundió hasta el fondo, y él tuvo que hacer una
pausa.

Oh, tan apretada.

—¡No pares! —jadeó ella.

Colt agarró su culo y salió de ella, solo para conducirse de vuelta dentro
en un movimiento tan deliciosamente duro que ambos gritaron. Perdió el
control y comenzó a empujar dentro y fuera, sus pequeños gritos de placer
encendiéndolo incluso más, como si necesitara más ánimo.

Y cuando llegó su liberación, compartieron sus gemidos en un


desesperado beso. Cuando el temblor finalmente disminuyó, Colt se
encontró agarrando su trasero tan fuerte que estaba seguro de que tendría
moretones, pero solo había una sonrisa de satisfacción en su rostro.

—Eso fue increíble, Colt.

—Lo que me haces...


—¿Quieres empezar la segunda ronda?

Colt se rio y la besó con fuerza.

—¡Mujer! Puede que no sobreviva a ti.

—Eso sería trágico.

Alzó la mano y le desató las manos, y luego comenzó a masajear los


músculos que estaban seguramente doloridos por ahora.

—Pasar un día sin ti es lo trágico, Princesa.

—Entonces es mejor no separarnos.

Colt volvió a besarla, volcando todo lo que se sentía en el beso. Pero voces
cercanas lo hicieron entrar en pánico. Nadie podía encontrar a Brielle de
esta manera. Su belleza era solo para sus ojos.

Brielle no entró en pánico. Le dio una sonrisa pícara y deslizó su mano


para agarrar su virilidad.

—Estoy todavía lista para la ronda número dos —dijo—. Y tú también.

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—Tú eres pura, pura maldad —le dijo—. Pero vamos a tener que ser
buenos solo esta vez.

Página
—Oh, tú fuiste bueno. Ambos lo fuimos.

—Maldita sea, mujer, vístete.

Él encontró su falda y la empujó en sus manos.

Colt no se sintió a gusto hasta que todos sus hermosos atractivos


estuvieron cubiertos. Y, sin embargo, nadie vino; las voces se desvanecieron.
Aun así, tenía la esperanza que nadie hubiera escuchado sus gritos
haciendo eco a través del bosque.

Diablos, de hecho no le importaba. Lo único que la gente podría sentir


era envidia. Y ellos dos no podrían posiblemente ocultar sus sonrisas
satisfechas cuando regresaran a la fiesta.
Capítulo 26
Traducido por Jhos
Corregido por Cat J. B

—Baila conmigo.

Brielle flotaba en brazos de Colt mientras la banda tocaba una canción


que no conocía. El parpadeo de las luces que rodeaban la pista de baile se
reflejaba en los ojos de Colt, y él comenzó a cantar las palabras para ella...

....y aunque me equivoque, nunca voy a romperte el corazón...

Las palabras la hicieron derretirse. Bien, era solo una canción, y sí,
alguien había escrito las líneas, pero la mirada que él le dio y su voz

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convincente la llevaron a lágrimas.

Cuando él profundizó la emoción en su voz para el coro de "I Swear", del

Página
grupo All 4 One, ella supo que eso era todo, supo que estaba locamente,
irrevocablemente enamorada de este hombre. Una vez se había preguntado
si era capaz de enamorarse.

Ahora no tenía ninguna duda. Quería decirlo. Diablos, quería gritarlo,


delante de todos esos extraños, que nunca, jamás, quería soltar a Colt.
Cuando la canción terminó, mientras ambos se mecían en conjunto, su
cabeza cayó contra su pecho, el poder de su mirada era demasiado para que
ella siguiera sosteniéndola.

Estaba cantando para ella, estaba abrazándola con fuerza, pero también
se guardaba un montón de cosas. Así que realmente no sabía lo que
significaba para él y todavía tenía demasiado miedo de preguntar. ¿Podría
estar leyendo todo mal?

Estas eran las inseguridades con las que Brielle trataba, la tristeza de
ser abandonada a temprana edad por la única persona que se suponía
siempre estaría allí para un niño. La traición de su madre inevitablemente
la perseguiría por el resto de su vida.
Y aunque Brielle nunca había tenido ninguna inclinación de tener hijos,
podía ver al hijo de Colt creciendo dentro ella. Podía imaginarlos como
familia, y se prometió que si tenía la suerte de que eso se hiciera realidad,
ella sería una madre mucho mejor que la mujer que le había dado a luz.

Cuando llegó la siguiente canción, era un número rápido, y el resto de


la gente bailando ovacionó, y entonces Colt la arrastró al frente a la pista de
baile.

—¿Qué diablos estás haciendo? —preguntó mientras él se ponía las


manos en los bolsillos y comenzaba a mover los pies en sincronía con la
multitud.

—Vamos, Brielle. Es fácil, solo sígueme.

Y así obtuvo su primera lección de baile en línea.

Brielle era terrible, pero no parecía importar, y su risa se mezcló con los
gritos de todo el mundo y aullidos y yeejaas. Ella y Colt se quedaron en la
pista de baile durante casi una hora, hasta que ella estaba caliente y
sudorosa y en necesidad desesperada de algo de beber.

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Él la llevó a un área en el césped laminada con mantas, y se sentó, tiró
de ella hacia abajo a su regazo y envolvió sus brazos alrededor de su cintura.

Página
Cuando los fuegos artificiales comenzaron, le besó el cuello y le susurró
dulces promesas para más tarde, haciendo que su corazón martillara.

La gente a su alrededor se reía, charlaba animadamente, y vitoreaba


mientras una explosión tras otra llenaba el cielo de la noche con color.

Maggie fue al escenario cuando la celebración estaba concluyendo, y


agradeció a todos por otro gran año, anunció que habían recaudado más
que nunca para el departamento de bomberos, y envió una severa mirada
maternal cuando les recordó a todos que se fueran a casa con sus
conductores designados.

Brielle se puso de pie lentamente, sabiendo que Colt llegaría a casa con
ella, pero todavía sin ganas de irse. Se encontró deseando por un tiempo
bucle en el que pudiera reproducir este día una y otra vez.

Eventualmente, iban a necesitar hablar acerca de a dónde se dirigían.


Brielle había empezado odiando estar en Montana, odiando este tipo de vida,
pensando que era mucho más feliz en una ciudad donde ni siquiera sabía
lo que era el baile en línea. Pero había encontrado algo aquí en el estado del
cielo grande, y no quería dejarlo ir nunca. Solo esperaba que los
sentimientos de Colt reflejaran los suyos.

—Tengo que decir, Brielle, que este ha sido uno de los mejores días de
mi vida.

—Yo estaba pensando lo mismo, Colt.

Él la tomó en sus brazos.

—Sé que probablemente voy a asustarte a muerte, pero te amo, Brielle.


No puedo pasar un solo minuto sin pensar en ti. No puedo imaginarte
alejándote de aquí, dejando lo que tenemos juntos detrás.

Después de un breve silencio, ella levantó una mano para acunar su


rostro.

—No voy a mentir y decir que no estoy aterrorizada de decir esto, Colt...
pero yo también te amo.

¿Pero el amor era suficiente? A veces lo era, pero por desgracia, a veces
no.

157
Página
Capítulo 27
Traducido por Auro Kyle
Corregido por Cat J. B

Era el primer día de cosecha, un proceso que tomaría semanas, y Brielle


no tenía tanta seguridad como debería en su capacidad de ayudar. Pero
estaba decidida a dar lo mejor. Aunque sabía que Joe estaba preocupado,
Colt le había dicho que usar una cosechadora era muy fácil. Era como
conducir un auto, realmente, un auto muy, muy grande. Oye, ¿qué podría
salir mal?

Después de darse una ducha, Brielle se vistió y bajó las escaleras en un


estado de ánimo esperanzado. El sol comenzaba a elevarse en el cielo y

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estaba lista para empezar con la jornada laboral.

Antes de su trabajo en el centro comercial el año pasado no había

Página
trabajado para ganarse un salario ni una vez en su vida. Había ido a la
escuela y había hecho un montón de servicio social con sus hermanos
cuando era más joven, pero no había registrado sus horas. Era una de las
ventajas de ser criada en la riqueza.

Así que Brielle estaba completamente sorprendida por lo mucho que


estaba disfrutando administrar este rancho. Claro, había algunas tareas y
proyectos que despreciaba, pero adoraba los demás, y, en general, era feliz
con su gran dispersión aquí en medio de Montana.

Una vez que salió, vio como su gran equipo se reunía. No sabía si estaba
aliviada o triste cuando no encontró a Colt entre ellos, pero no importaba.
Le probaría hoy que él no había estado perdiendo su tiempo en ella, que lo
que le había estado enseñando durante el mes pasado valía la pena.

—Hola, Brielle. ¿Qué haces levantada tan temprano?


—Voy a ayudar en la cosecha de los campos, Joe —dijo con una sonrisa
de confianza. Si parecía saber lo que estaba haciendo, entonces
seguramente los hombres aceptarían su ayuda.

—¿Estás segura de que estás lista?

—Me mostraste qué hacer. Puedo manejar esto —dijo, enviándole una
mirada que le dijo que sería imprudente discutir con ella. Él parecía a punto
de protestar, pero finalmente se encogió de hombros y murmuró en voz
baja—. ¿Qué fue eso, Joe? —preguntó.

Girando rápidamente hacia ella, él le dedicó una gran sonrisa.

—Nada, jefa.

Ella sabía que estaba siendo impertinente, pero no podía demostrarlo,


así que decidió dejarlo ir. Después de todo, estarían trabajando juntos todo
el día.

—Muy bien, entonces. Vamos a empezar.

Cuando Tony salió y la vio allí de pie, fue lo suficientemente sabio como
para no decirle una palabra.

159
—Todos ustedes saben qué hacer —dijo a todo el mundo—. Vamos a

Página
tener un día productivo, porque estas serán tres largas semanas.

Y luego Brielle siguió al personal a las cosechadoras. Hombre, esas


máquinas eran intimidantes.

No importaba. Podía hacer esto. Subiendo a una de las bestias gigantes,


trató desesperadamente de recordar cómo ponerla en marcha.

Cuando inicio en el segundo intento, se sintió muy realizada. Cuando


los demás se retiraron y ella todavía estaba sentada allí, cogió el ritmo, y
pronto, a pesar de que la cosechadora saltó un poco, se estaba moviendo y
una sonrisa de satisfacción llenaba su cara.

—Toma el campo a la derecha.

Mirando hacia abajo, Brielle encontró el CB del que las palabras de Joe
acababan de salir. Ella nunca había usado uno antes, pero recogiendo el
mango, apretó el botón.

—Recibido —dijo y luego una risita salió de su boca.


Por alguna extraña razón, siempre había querido decir eso. ¡Oh, cómo
se burlarían sus viejos amigos si pudieran verla ahora! Pero mientras estaba
sentada allí, se dio cuenta de la vana existencia que todos habían llevado.
Sí, ella había viajado a muchos otros países, tirándose en las playas de todo
el mundo, y sentándose en la sección VIP de todos los mejores clubes, pero
no tenía nada que mostrar por ello.

Hoy en día, estaba haciendo algo que importaba. El trigo se cosecha y


luego se usa en todo el mundo para llenar estómagos, para dar alimento.
Eso era algo mucho más importante que yacer topless en las arenas de
Brasil.

Se sentía bastante genial sentada en esta cosechadora gigante. Tomando


unos minutos, vio lo que los otros hombres estaban haciendo, y pronto, ella
estaba en el borde del campo y cortando. Mientras las cuchillas en su
cosechadora derribaban fila tras fila de trigo, Brielle supo que ya no había
forma de que los hombres pudieran decir que ella no sabía lo que estaba
haciendo.

Claro, sus filas podrían no ser tan suaves o rectas como las de los
hombres, pero eso no importaba. Lo único que importaba era que ella estaba

160
aquí trabajando. Estaba siendo productiva, y estaba aprendiendo algo
nuevo.

Página
A mitad de camino a través del campo, Brielle se preocupó. No podía
ponerle nombre al olor, pero era sin duda un olor a quemado. Pero tenía que
ser que la máquina estaba trabajando muy duro. No era gran cosa. Continuó
durante unos minutos más, hasta que el humo comenzó a ondear dentro de
su cabina.

El pánico la invadió cuando el humo se hizo abrumador. Cuando miró


hacia atrás y vio llamas, alcanzó un nuevo nivel de terror.

Abrió la puerta y miró el suelo en movimiento.

Sin saber qué más hacer, saltó y se encontró rodando en el campo


mientras la cosechadora continuaba avanzando con humo que salía del
chasis inferior y la cabina.

Con el miedo conduciéndola, se levantó de un salto y empezó a correr,


mirando por encima del hombro para ver la cosechadora prenderse en
llamas, y el campo de trigo encenderse como una antorcha. Las llamas se
extendieron hacia ella como dedos demoníacos, moviéndose cada vez más
cerca. ¿Y si terminaba reducida a cenizas en este campo de trigo gigante?

Ese sería el final perfecto para su vida perfecta, pensó mientras trataba
de correr tan rápido como podía a través del campo, desorientada mientras
el humo se arremolinaba a su alrededor. Sin tomarse el tiempo de mirar por
encima del hombro de nuevo, corrió tan rápido como pudo, el olor del humo
haciéndola toser y haciendo que sus pulmones ardieran.

Entonces se tropezó y se fue patinando de cara por primera vez en una


fila de corte. Era el final. Luchando por ponerse de pie de nuevo, miró a su
alrededor, el movimiento equivocado.

El fuego estaba justo encima de ella, las llamas a solo unos metros de
distancia.

Gritando, comenzó a correr de nuevo. ¿Era demasiado tarde ya?

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Página
Capítulo 28
Traducido SOS por andiita92
Corregido por Cat J. B
—¿Hueles algo?

Colt echó un vistazo a Tony mientras los dos hombres caminaban desde
el granero. Tenía sus propios campos que cosechar hoy, pero en lugar de
subirse a una cosechadora y retumbar a todo volumen sus melodías
favoritas, se encontró una vez más en La Ponderosa.

Colt fue arrollado por la transformación que había visto en Brielle. Claro,
sabía que gran parte de la forma en que se había comportado apenas había
llegado había sido un acto, pero ella todavía no sabía nada acerca del manejo
de un rancho. Este último mes, sin embargo, había absorbido todo lo que le

162
estaba diciendo, y lo había aprendido con entusiasmo y eficiencia. Cuando
Tony le dijo que ella había decidido dirigir una de las cosechadoras y la

Página
cosecha de un campo de trigo, se había reído. No de ella, pero de alegría.

Ella estaba haciendo un excelente trabajo aprendiendo a manejar el


rancho, y no se quedaba contenta sentándose de brazos cruzados en el sofá
nada más. Se ensuciaba las manos y estaba ganándose el respeto de sus
empleados.

Espera. Sí, Colt olía algo.

—¿Qué es eso?

—Huele como a goma quemada.

Los dos hombres bajaron el ritmo y miraron por encima del rancho. Una
de las cosechadoras parecía estar echando humo.

—¿Qué demonios? —exclamó, Tony.

Los dos hombres se quedaron en estado de shock durante unos


segundos, ninguno de los dos se movió mientras uno de los campos de trigo
lentamente comenzaba a humear. A continuación, se vieron llamas
disparadas desde el fondo de la cosechadora, estableciendo el rescoldo de
un incendio en toda regla, y luego la puerta de la cosechadora se abrió y
salió Brielle.

—¿Ella está tratando de matarse? —Tony sacó su teléfono celular para


llamar de emergencia a todos los ganaderos locales.

Colt vio la cosechadora volverse una bola de fuego, mientras que todavía
se movía en círculos lentos en el campo de trigo seco. Este fuego no tardaría
mucho en salirse de control.

Le tomó un momento encontrar su voz de nuevo.

—Llama al departamento de bomberos —le gritó a uno de los hombres


fuera del granero, y luego corrió a toda velocidad hacia el campo tan rápido
como pudo, porque a pesar de que Brielle estaba huyendo del fuego, no iba
lo suficientemente rápido. El incendio se movía a toda prisa para atraparla,
y Colt no iba a dejar que sucediera eso de ninguna manera.

Saltando sobre una zanja, llegó al campo, justo a tiempo para ver Brielle
caer de cara al suelo, y luego volver a levantarse y gritar. Para ahora, el

163
campo estaba arruinado y en la distancia Colt podía escuchar el sonido de
los motores de varios rancheros que traían sus camiones de bomberos,

Página
enormes camiones a diesel con contenedores gigantescos llenos de agua,
básicamente camiones de bomberos privados.

Una de las manos ya tenía al fuego de La Ponderosa controlado en el


campo y estaba rociando a la distancia, pero no sería suficiente para
contener el incendio. Siguió haciendo lo que podía con un par de vecinos
que llegaron y luego los camiones pronto rodearon el campo. Los hombres
estaban saltando a sacar las mangueras y comenzando a bombear miles de
galones de agua sobre el incendio con la esperanza de mantener el campo.

Mientras esos camiones comenzaban a regar el trigo, incluso más humo


apareció y Colt perdió de vista Brielle durante unos segundos. Gritar su
nombre no la salvaría, por lo que corrió hacia adelante a toda velocidad,
siendo la única persona que corría hacia el fuego en lugar de alejarse de él.

—¡Sal de ahí! —gritó Martin Whitman mientras pulverizaba agua a las


llamas saltando a menos de cincuenta metros delante de Colt.
—No puedo. Brielle está allí —gritó Colt como respuesta. Una enorme
nube de humo cubrió todo de nuevo y Martin desapareció de vista. Gritando
el nombre de Brielle de nuevo, oyó otro grito y cambió de dirección.

Alguien de arriba debió haber cuidado sus espaldas, porque el humo se


disipó frente a él, justo a tiempo para que pudiera ver Brielle corriendo hacia
adelante, con los ojos cerrados, el agua corriendo por su cara cubierta de
hollín. Tropezó de nuevo, pero Colt llegó justo a tiempo para atraparla.

No había tiempo para las palabras. El incendio estaba a menos de veinte


metros de ellos ahora y el humo era tan espeso que tendrían suerte de llegar
a un lugar seguro. Conteniendo la respiración, Colt la levantó en sus brazos
y corrió desde el campo al mismo tiempo que el último par de camiones de
bomberos rancheros llegaban y completaban el círculo en el campo, todas
sus mangueras empujando a toda la fuerza el agua.

Cuando Colt llevó a Brielle al establo, el hollín en su cara tenía rayas en


ella por sus ojos llorosos y su tos había amainado un poco por el aire fresco
que llenó sus pulmones. Colt podía oír a los camiones de bomberos de la
ciudad corriendo hacia el campo, pero los rancheros ya tenían el incendio
bajo control. Aun así, sería bueno que los paramédicos miraran

164
Brielle. Había inhalado una gran cantidad de humo.

—¿Qué pasó? —preguntó ella, mirando a Colt con grandes ojos

Página
temerosos.

—No lo sé. De alguna manera tu cosechadora se incendió —dijo—. Los


hombres se han asegurado de que el fuego no llegue a otros campos, y
pronto serán capaces de entrar y mirar a la máquina para tratar de
averiguar cómo empezó esto.

Cuando Hawk Winchester llegó en una ambulancia, saltó con su bolso


y salió corriendo hacia adelante, Colt se tensó un poco, pero eso era
ridículo. Hawk era su amigo.

—Tenemos la llamada de Andy. Parece que ustedes hicieron un trabajo


excelente conteniendo el fuego —dijo mientras se acercaba—. ¿Estás bien,
Brielle?

Brielle asintió, pero cuando trató de hablar, empezó a toser de nuevo,


así que se quedó sentada en silencio mientras Hawk abría su boca y revisaba
su garganta. Después de que le pusiera una máscara de oxígeno durante
unos momentos, Hawk se la quitó e hizo algunas preguntas más. Esta vez,
ella fue capaz de responder.

—Mis pulmones todavía se sienten como si estuvieran en el fuego, y mi


garganta me está matando, pero creo que estoy bien —le dijo mientras él le
miraba los ojos y oídos y le tomaba el pulso.

—Creo que inhalaste una gran cantidad de humo, pero no te


quemaste. Vas a tener tos durante unos días, y no estaría de más ir a la
oficina del doctor, pero yo no veo ningún daño importante —le aseguró
Hawk.

—No necesito ir al médico.

—Bueno, entonces, es bueno que haga visitas a domicilio, porque yo creo


que debería hacer un mejor examen —dijo Hawk.

Los dos se miraron durante unos momentos antes de que uno de los
trabajadores del rancho se acercara corriendo.

—Hola, Hawk —dijo con una sonrisa antes de girarse hacia Colt
mientras Tony se acercaba—. Nos dimos cuenta del problema.

165
—Bueno, ¿qué pasó? —exigió a Tony.

Página
—Um... —Miró a Brielle con disculpa en sus ojos antes de mirar a Tony,
a quien no le hizo gracia la demora—. Dejaron... um... puesto el freno de
mano de la cosechadora y, bueno, se recalentó, y, bueno... ya saben el resto.

Un silencio de muerte siguió a sus palabras. Los ojos de Brielle se


agrandaron y se sentó con la espalda recta.

—¿Yo causé esto? —jadeó.

—Es un error de novato —dijo el chico en lo que podría haber pensado


que era una voz suave.

—¡No! Es solo otra cosa más que he hecho mal —espetó Brielle.

Colt no sabía qué decir. Podía ver que ella estaba culpándose a sí
misma. No había necesidad de darle lecciones sobre la importancia de
asegurarse de que el equipo estuviera listo. Sí que había sido un error, y
uno muy caro, la cosechadora y campo de trigo eran insalvables.

—Está bien, Brielle. Eso pasa —dijo el chico.


—No. Pensé que podría ayudar, pero, obviamente, ustedes estarían
mucho mejor sin mí —dijo, levantándose—. ¡El rancho no puede permitirse
este tipo de pérdida!

—De veras, a veces ocurre. —Todos se volvieron sorprendidos mientras


Tony se acercaba y le ponía una mano en el hombro a Brielle—. Yo lo hice
una vez también cuando era nuevo ahí fuera en una cosechadora. Pensé
que el jefe iba a arrancarme el pellejo. Pero me dio una segunda
oportunidad.

Colt vio como Brielle luchaba contra las lágrimas ante las primeras
palabras amables de Tony hacia ella.

—Gracias —dijo antes de echarle los brazos al cuello y aferrarse con


fuerza.

Al principio, Tony parecía estar en shock por tal contacto físico. Luego,
para sorpresa de todos los presentes, Tony levantó los brazos y le devolvió
el abrazo, palmeándole la espalda torpemente. Colt nunca había visto al
hombre demostrando afecto a cualquier otro ser humano.

—Está bien, Brielle. Al menos lo intentaste —dijo Tony, y ella se movió

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un poco más cerca.

Página
Cuando por fin lo soltó, las lágrimas se habían ido, y una sonrisa aguada
estaba en su lugar.

—Prometo que mejoraré —le dijo.

Y por el brillo decidido en sus ojos, Colt vio que hablaba en serio.

Ella ya no estaba viendo este trabajo como un castigo. Había estado


probándose a sí misma una y otra vez últimamente. Colt miró a la tierra que
había deseado durante tanto tiempo y le dijo un adiós silencioso, porque
ahora no quería quitársela. Ahora, quería ayudarla a tener éxito. Eso era
más importante para él que añadir un extra de 10.000 hectáreas a su
propiedad.

—El equipo puede ser sustituido, los campos pueden ser


replantados. Mientras nadie muera, no es un día insalvable —le dijo Colt
antes atraerla hacia sí para darle un abrazo.

Hawk decidió arruinar el momento.


—Bueno, infiernos. Tuvimos un incendio y nadie siquiera pensó en traer
los hot dogs.

—La barbacoa comienza después de la cosecha —dijo Tony—. Ahora


tenemos un campo menos que quemar cuando hayamos terminado.

—¿Queman los campos a propósito? —Brielle se quedó sin aliento.

—Después de la cosecha, para estar listo para una nueva temporada de


siembra —le dijo Tony.

Joe alzó la voz.

—¡Es mi trabajo favorito!

—¿Y es seguro? —preguntó Brielle.

—Viste lo rápido que contuvimos este fuego. En las condiciones


adecuadas, la quema de campos es la manera más segura de purificar un
campo. No te preocupes, iniciadora de fuego, te enseñaremos —dijo Tony, y
soltó una de sus extrañas carcajadas antes de girarse hacia los hombres—.
Suficiente embobamiento, chicos. Vuelvan al trabajo.

167
Los hombres se dispersaron, y Colt se encontró dando un paso atrás
mientras Brielle se alejaba.

Página
—Voy a ducharme —ella les dijo a todos antes de irse.

—¿Vas a unirte a ella?

Colt se volvió para mirar a Hawk, quien estaba riéndose de él por


completo.

—Tal vez —dijo con una sonrisa maliciosa. Demonios, ¿por qué tratar de
ocultar el hecho de que la deseaba? No le haría ningún bien. No era como si
toda la ciudad no supiera nada de los dos.

—¡Bravo! —dijo Hawk, dándole una palmada en la espalda a Colt.

Colt no dudó en seguir Brielle de regreso a su casa. Había tenido que


enfrentar la realidad de la posibilidad de perderla hoy.

A pesar de que ella era suya ahora, tenía que decirle la verdad, poner
todas sus cartas sobre la mesa, y eso lo aterrorizaba, porque Colt no creía
que pudiera ser el mismo sin ella. Ella era esa mujer de la que su padre le
había hablado tantos años antes, la mujer que lo hacía sentirse como un
hombre mejor, la mujer de la que no quería pasar alejado ni un solo día.

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Página
Capítulo 29
Traducido por Julieta9768
Corregido por Auro Kyle

Brielle se quitó la ropa cubierta de hollín, abrió el grifo, y esperó a que


el agua se calentara. Este no era su antiguo apartamento, donde había agua
caliente cuando quisiera. Aun así, estaba enamorada de su grande y bonita
ducha de aquí, y del calentador de agua enorme. Cuando finalmente se
ponía en marcha, le permitía ducharse casi siempre.

Cuando estuvo lo suficientemente caliente, dio un paso bajo la ducha e


inclinó la cabeza hacia atrás, sintiéndose mejor casi de inmediato cuando la
ceniza negra empezó a lavarse por el desagüe.

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Dejó que el vapor llenara sus pulmones con cada inhalación profunda y

Página
los limpiara de adentro hacia afuera, aunque el calor no estuviera haciendo
maravillas con su dolor de garganta. Este día había sido un desastre, pero
las palabras alentadoras de Tony hicieron que ya se sintiera mejor.

¿Era triste que necesitara su aliento para sentirse mejor consigo misma?
Pero realmente estaba intentándolo, y no solo para vencer a sus hermanos.
Por alguna razón sentía que si no tenía éxito en esto, iba a fallar en todo por
el resto de su vida.

No por el fondo fiduciario, sino porque nunca se había esforzado tanto


en algo, sin saber cómo hacerlo antes. Había estado yendo a la deriva por la
vida durante años, casi en una niebla, contando con su apellido para sacarla
del apuro. Esos días estaban detrás de ella ahora.

Dejando que la cascada de agua caliente cayera por su frente, Brielle


saltó cuando un par de manos la rodearon por detrás y subieron por su
resbaladizo estómago.

—Pensé que necesitarías ayuda para lavarte la espalda.


Las palabras susurradas a su oído enviaron escalofríos por su espina
dorsal, dejando gloriosa piel de gallina en toda su carne. Debería decirle que
saliera; debería estar horrorizada de que hubiera invadido su espacio
personal. Pero todo lo que pudo sentir fue placer cuando Colt se pegó a su
espalda y tomó sus pechos mojados, y luego apretó los pezones hasta
hacerle sentir un delicioso dolor.

—No te di permiso para venir aquí —jadeó Brielle sin aliento, pero el
sonido de su voz sin aliento no estaba haciendo mucho para ahuyentarlo y
ella lo sabía. No sabía lo que haría si realmente se fuera.

Cuando él dio un paso atrás, comenzó a entrar en pánico, pero él solo


se apoyó contra la pared de la ducha y le dedicó una sonrisa que hizo que
sus piernas temblaran. Ninguno de los dos habló mientras sus ojos vagaban
sobre ella, así que con una sonrisa coqueta ella cogió la botella de gel de
baño, se sirvió una generosa cantidad en una toallita, y empezó a frotarla
por encima de su cuerpo, todo el rato mirándolo a los ojos.

Los jadeos de su boca mientras tomaba su tiempo enjabonando sus


pechos, y luego deslizando la tela por su vientre y sobre su calor, la hacían
sentirse como una mujer lasciva. El placer que brilla en sus ojos le dijo que

170
estaba encendido. Por supuesto, lo que estaba de pie entre sus piernas
también era una prueba.

Página
Él no se movió mientras ella terminaba con el paño y se pasaba los dedos
por el pelo, dejando que el agua cayera en cascada antes de que vertiera
champú en él y lo enjabonara.

Nunca antes se había dado cuenta de que el acto de bañarse podría ser
tan excitante, pero mientras él observaba cada movimiento que hacía, ella
se sintió poderosa, hermosa, deseable.

La sensación del agua jabonosa chorreando por su cuerpo y viajando


sobre sus pechos aumentó su placer, haciendo pulsar a su núcleo, ya casi
insoportablemente sensible. Con su mirada fija en la suya, Brielle vertió más
gel de baño en sus manos y las pasó sobre sus pechos, la sensación sobre
los pezones envió pequeñas ondas de placer. Luego pasó los dedos por su
estómago, y nuevamente prestó atención a sus pliegues hinchados cuando
los ojos de Colt observaron todo... en un solo... movimiento.
Incapaz de soportar el calor de sus ojos, se volvió, puso una mano en la
pared, arqueó la espalda, y se pasó la otra mano por la curva de la cadera y
sobre su redondeado trasero, dejando una estela de espuma.

De repente Colt estaba allí, con las manos creando una jaula para ella
contra la pared del baño.

—Eres increíblemente sexy —susurró, su cabeza inclinada cerca de su


oreja ya que el agua descendía sobre los dos. Bajó una de sus manos y la
deslizó sobre su estómago, agachándose seductoramente hasta que se
posicionó justo para que su excitación encajara entre sus piernas y se
frotara contra la parte exterior de su núcleo, golpeando el lugar adecuado
para avivar su fuego aún más.

—Colt... —gritó cuando él empezó a besar la parte posterior de su cuello.

Él movió las caderas, dejando que su longitud frotara su núcleo sensible,


golpeando la hinchada perla rosa una y otra vez mientras masajeaba un
seno, aplicando la presión perfecta cuando pellizcó el pezón.

—No creo que estés lo suficientemente limpia —le dijo mientras agarraba
el gel de baño y vertía un poco en sus manos, luego la abrazó con fuerza por

171
debajo de sus pechos con un brazo mientras comenzaba a mover la mano
con jabón a través de su estómago y rodeaba su ombligo antes de ir a su

Página
centro, donde su dureza todavía se presionaba.

Continuó moviendo sus caderas lentamente contra ella mientras sus


dedos se movían dentro y empezó a frotar su piel, haciéndola gritar de placer
hasta que estuvo cerca del pico. Como dándose cuenta de que ella ya estaba
cerca de caer al abismo, se echó hacia atrás y movió a otra parte los dedos
de sus pliegues, haciéndola gemir de frustración.

Entre sus jadeos superficiales, trató de formar palabras coherentes,


trató de decirle que dejara de torturarla. Pero no quería que se detuviera,
porque a pesar de que quería la liberación, este tormento que le estaba
dando era el más dulce placer, y no quería que terminara.

Cuando sus dedos ahora libres de espuma se deslizaron dentro de su


calor, con su virilidad todavía descansando junto a los bordes de sus
pliegues, las rodillas de Brielle comenzaron a colapsar. Colt la sostuvo
mientras la acariciaba rápidamente dentro y fuera de ella, mientras que
chupaba su cuello.
Eso fue todo lo que necesitó. La liberación la atravesó, y llegó al orgasmo,
por lo que su cuerpo colapsó contra él por lo que parecieron horas y
finalmente salió de su sopor.

—Me vuelves loco de deseo —gimió contra su cuello mientras su erección


palpitaba en su contra. Sentir la fuerza de su placer estaba más allá de
cualquier cosa que pudiera describir. Brielle estaba temblando mucho, más
ahora que el peso de su cuerpo de un metro sesenta estaba en sus brazos.
La sensación de su dureza todavía tan cerca de su calor la hizo darse cuenta
de que esto no había terminado. No quería que terminara. Su orgasmo había
estado más que bien, pero no había duda de que con él llenándola en
plenitud, el placer sería alucinante.

Cuando su agitación estuvo bajo control, se dio la vuelta, necesitaba


verlo, sentir sus labios contra los suyos. Entonces estaba agarrando su cara,
tirando de él hacia ella, tomando el control de su boca, con su lengua
trazando sus labios antes de deslizarse dentro.

Sus gemidos involuntarios aumentaron su confianza, y frotó sus pechos


contra su pecho, empujó su estómago contra el eje de grosor que quería
dentro de ella. Este hombre la conducía a los niveles más altos del cielo y

172
no quería volver a la tierra nunca más.

Se inclinó, Brielle envolvió sus dedos delgados alrededor de su erección

Página
y la apretó, haciendo que sus manos detrás de ella la agarraran cuando él
gimió de nuevo. Ella estaba en llamas a pesar del agua que todavía estaba
cayendo a su alrededor, y el roce de sus cuerpos la enviaba a nuevas cotas
de placer.

Levantó una pierna y la envolvió alrededor de su cintura, entonces guio


su hombría directamente a su centro. Ya no quería más juegos previos. Lo
quería dentro de ella, y lo quería ahora. Los ojos de Colt se abrieron con
sorpresa, pero no vaciló cuando la levantó en brazos y la apoyó contra la
pared.

Luego, en un empuje suave, se enterró profundamente dentro de su


calor y comenzó a bombear dentro y fuera, sus pliegues bien lubricados con
su encuentro anterior lo ayudaron a deslizarse fácilmente cuando aumentó
su ritmo en intensidad, estimulando cada terminación nerviosa de su
interior.
Él bajó la cabeza, enterró la cara entre sus pechos y chupó primero un
lado y luego el otro, dejando moretones en la piel ligeramente mientras la
mordisqueaba, haciéndola gritar de pasión. El sonido de su piel húmeda
golpeando junta solo se añadió a su deleite, solo se añadió a la música de
sus gemidos haciendo eco en las paredes de la ducha.

Brielle comenzó a jadear y echó la cabeza hacia atrás contra la pared


mientras sus dedos apretaban la carne de su trasero y su erección la
golpeaba.

―¡Más! ―gritó, instándolo a ir aún más rápido. La presión


construyéndose y construyéndose hasta que no pudo aguantar mucho más.

De repente, se hundió hasta la empuñadura y luego comenzó a temblar


cuando su excitación latió contra las paredes de su núcleo, dándole
exactamente lo que necesitaba para el alivio. Mientras desaceleraba sus
movimientos y vaciaba su semilla caliente en ella, ella alcanzó su propia
liberación, gritando en éxtasis mientras se apretaba contra él. El orgasmo
siguió y siguió.

Cuando el último de los temblores rasgó a través de ella, Brielle se dejó


caer contra Colt, preguntándose cómo iba a ser capaz de dar un paso

173
después de esta ducha. ¿Serían sus piernas capaces de moverse?

Página
Colt pasó la lengua por sus pechos, apenas rozando sus pezones todavía
sensibles, y un escalofrío la recorrió mientras que un gemido de respuesta
llegaba desde lo profundo de su pecho. No había manera de que cualquiera
de ellos pudiera venirse de nuevo, por supuesto. Era imposible.

Pero ella todavía se aferraba a él, todavía disfrutaba de la sensación de


su dureza enterrada dentro de ella mientras sus manos la sostenían
firmemente detrás, y su lengua le prodigaba atención en sus pechos y el
cuello.

—Nunca he sentido nada parecido a lo que siento contigo.

Brielle había oído esas maravillosas palabras de él antes, pero cuando


levantó la cabeza y lo miró a los ojos, no tuvo ninguna duda de que él
hablaba en serio cada una de las veces que lo dijo.

—Te prometo que es lo mismo para mí, Colt.

Cuando él retiró su cuerpo, ella gimió, sintiéndose despojada y vacía sin


él. Lo que la sorprendió fue que él todavía estaba duro, y más que dispuesto
a hacer todo de nuevo. Sintiendo una valentía que nunca había conocido
antes, Brielle cayó de rodillas bajo el agua de la ducha, y envolvió sus labios
alrededor de la gruesa cabeza de su erección antes de que supiera lo que
estaba haciendo.

—¡Brielle! —gritó cuando ella lo tomó en su boca, amando la rica textura


de su virilidad. A pesar de que no estaba segura de por qué estaba haciendo
esto para él después del orgasmo excepcional que acababan de compartir,
no le importaba. Solo quería sentirlo en su lengua, quería probar si había
algo que le quedara.

Cuando su sabor salado le golpeó la lengua y lo sintió palpitar en su


boca mientras su placer se construía, suspiró con satisfacción. Él se agachó
y se apoderó de su cabello mientras ella se movía arriba y abajo de su eje.

Le había dado dos orgasmos increíbles, y quería hacer lo mismo por él,
o morir en el intento.

—Brielle... —gimió mientras trataba de guiar su cabeza, pero ella estaba


decidida a darle más.

Los gemidos que escapaban de su garganta solo la animaron a moverse

174
más rápido y más profundo a lo largo de su eje. Parecía que crecía aún más;
¿era eso posible?

Página
—Me voy a venir —le advirtió, y sintió el calor y la euforia corriendo a
través de su cuerpo. Ella era capaz de hacer esto por él, era capaz de darle
ese placer. Chupó con más fuerza, y luego sintió que él comenzaba a latir y
que sus dedos le apretaban el pelo. Gritó cuando se liberó en su boca, un
torrente de fluido cálido se deslizo por su lengua hasta su garganta.

Ella lo tomó tan profundamente en su boca como pudo y sintió una


plenitud que no había compartido con ningún otro hombre cuando él cayó
de espaldas contra la pared, su cuerpo cansado.

Finalmente lo liberó de su boca, y luego se echó hacia atrás con una


sonrisa de satisfacción suprema. Cerró los ojos e inclinó la cabeza hacia
atrás, en la corriente de agua que se deslizaba por su pelo y por su cara,
disfrutó de haber hecho a este hombre fuerte volverse débil. Hablando de
euforia. Cuando él se dejó caer de rodillas con ella, sus ojos brillaban.

—Gracias —dijo antes de agarrar su cara y besarla suavemente.


El calentador de agua no pudo manejar esa ducha tan larga. No
abandonaron el baño hasta que el agua estuvo fría, y luego simplemente
flotaron a su dormitorio.

175
Página
Capítulo 30
Traducido por Julieta9768
Corregido por Auro Kyle

Una semana más tarde, Colt todavía no le había dicho la verdad a Brielle.
Sabía que tenía que decirle.

Incluso Tony le estaba reclamando que siguiera manteniendo el secreto,


porque, increíblemente, Tony había aprendido a querer bastante a Brielle.

Ella estaba trabajando duro, aprendiendo cómo llevar el negocio del


rancho, pero también cómo obtener ganancias trabajando la tierra y
sudando.

176
Incluso había pasado un día limpiando establos para compensar su
primera vez, cuando se escapó, para el deleite de varios de los trabajadores

Página
del rancho. Por supuesto, había un montón de voluntarios para ayudarla
ahora. Además, ayudaba como un diablo que se viera tan condenadamente
bien en sus pantalones vaqueros Wrangler ajustados y camisetas sin
mangas de algodón.

Casi desde el principio, no había tocado la ropa que había traído con
ella, pero Colt Había visto algo de ello, colgando en su armario del
dormitorio, y tenía planes para ello. Quería llevarla a algún lugar donde
pudiera llevar diamantes que gotearan de su cuello y orejas. Si acabara de
llegar y pudiera decirle quién era en realidad, podría comprarle regalos de
esa clase y volar a Seattle, donde podrían tener una cita romántica, ir a
bailar, y pasar la noche en un hotel hermoso. Sin dormir.

Colt nunca había sido un hombre que viviera con miedo, pero el secreto
entre ellos estaba prácticamente comiéndoselo vivo. Incluso Tony le advirtió
que cuanto más tiempo arrastrara sus pies, peor sería la mentira. Y sus pies
seguían arrastrándose.
Cada vez que Colt trataba de decir las palabras en voz alta, la garganta
se le cerrada. El tiempo definitivamente no estaba de su lado.

Había sido increíblemente afortunado hasta ahora, pero Brielle se estaba


acostumbrando a Sterling y a su gente, y alguien iba a decir algo pronto. Él
sabía que tenía que hacer esto.

Había planeado una cabalgata romántica y un picnic abajo en el lago


esa tarde. Este era el día en que iba a decir todo, se había convencido a sí
mismo. Pero cuando encontró a Brielle abajo en el granero con sus vaqueros
abrazando su trasero, y su camiseta sin mangas mostrando sus pechos a la
perfección, casi se olvidó por completo de las confesiones, quería llevársela
al pajar y devorarla toda la tarde.

No. Se las arregló para frenarse a sí mismo a medida que se acercaba


con una sonrisa en su rostro, algo que ella lucía a menudo estos días.

—Me dejas sin aliento, Brielle.

—Colt, me veo terrible. No me mientas. Estaba con Joe tratando de


levantar fardos de heno. ¿Sabes cuánto pesan esas miserables cosas?

177
—Sí, querida. He levantado unos cuantos, en mi día —dijo con una
sonrisa, amando el resplandor en su rostro y el brillo sexy-como-el infierno

Página
del sudor.

—Bueno, yo no sé cómo ustedes los levantan solos. Yo estaba decidida


a hacer todo lo que los hombres podían hacer, pero después de dos horas
me di por vencida. Mis brazos todavía están temblando.

—Resulta que me encantan tus brazos. De hecho, no cambiaría una sola


cosa de ti.

—Puedes pensar eso ahora, pero hay que esperar... —dijo con un guiño.

—No hay nada acerca de que ti que no ame, Brielle.

—Eso es porque te doy mucho sexo, Colt. Estás caminando en un coma


inducido por el sexo.

—Nena, si se trata de un estado de coma, entonces nunca me despiertes.

—Tus líneas han empeorado mucho, Colt.

—¿Qué puedo decir? Tú me inspiras.


Ella le echó los brazos al cuello y le dio un gran beso por sus esfuerzos.

—Pensé que íbamos a dar un paseo.

—No si sigues tocándome así.

—Está bien, tengo muchas ganas de ir. Creo que me estoy volviendo muy
buena en eso ahora.

Después de esa caída mortificante en su primer viaje, había decidido


practicar en la arena. La había visto varias veces y estaba aprendiendo
rápido.

—No voy a ser el único en decirte esto, pero si pones tu mente en ello,
puedes lograr cualquier cosa. —La llevó a Bluegrass, quien ya había sido
ensillado.

Ella se sorprendió cuando vio a la yegua y acarició su nariz por un


momento antes de subir sin esfuerzo.

—Me estoy encariñando mucho con ella —dijo mientras le frotaba el


cuello al caballo.

178
—Creo que también le gustas —respondió Colt mientras se subía a su
caballo negro. Entonces los dos estaban en marcha, sin prisa, disfrutando

Página
de la tranquila tarde.

Después de aproximadamente una hora de montar caballo, a veces


charlando y a veces en amigable silencio, Colt dijo:

—Nos detendremos aquí.

Saltando de su caballo y caminando hacia su lugar favorito, donde él se


jactaba de los enormes árboles de sombra con vistas a un arroyo grande,
rápido y sin accidentes, extendió una manta.

—Tengo que admitir que esto es casi como una postal —dijo Brielle
mientras se sentaba a horcajadas sobre su caballo y miraba el agua
cristalina, no del todo lista para bajar.

Se volvió hacia ella.

—Esa es una de las cosas que más me gustan de Montana. Hay tantas
áreas que son vírgenes. Aunque la tierra se trabaja duro, se renueva a sí
misma y permanece pura.
Cuando ella se bajó del caballo, deslizándose contra Colt, se tambaleó
cuando descendió al suelo. Este había sido un paseo más largo de lo que
estaba acostumbrada, y sus músculos iban a estar gritando en la mañana.
Sus miradas se encontraron y Colt olvidó todo sobre la comida que había
anhelado un momento antes. Cada vez que la tocaba, la conclusión era
inevitable.

Cuando los labios de Colt se movían suavemente sobre los de ella y su


lengua jugaba con la suya, se perdía en otro mundo, un mundo libre de
estrés, un lugar donde solo los amantes podían reunirse.

Varios latidos del corazón más tarde él se retiró, y la protesta en sus ojos
envió una emoción a través de él.

—Mejor que te dé de comer —dijo Colt con una risa que retumbó en su
estómago.

—Espero que hayas traído algo que valga la pena comer.

—No me hagas empezar, cariño. Pero por supuesto que lo hice. Cada
vaquero sabe que no puede salir a caballo sin una buena comida en las
alforjas. Nunca se sabe cuándo podrías atascarte.

179
—¿Atascarte?

Página
—No sucede muy a menudo, pero cuando uno se desvía demasiado lejos,
algunas cosas ocurren.

La vio probar sus piernas, dirigirse a la manta y sentarse, esperando que


él desempaquetara los objetos valiosos.

En su primer bocado del jugoso pollo que había traído, ella sonrió.

—Oh, esto está bueno.

—Mi cocinero es el mejor —dijo.

Sus palabras le impidieron tomar su siguiente bocado.

—¿Tu cocinero? ¿Qué?

Sintió el calor en sus mejillas, y luego se odió cuando Brielle lo miró


arrepentida.

—No me hagas caso. El cocinero es genial —dijo con una risa nerviosa.
Él sabía que ella estaba pensando que acababa de equivocarse en su
redacción. Ella estaba asumiendo que la comida venía del cocinero que
preparaba las comidas para los trabajadores del rancho. Esta era la
oportunidad perfecta para que le dijera todo, pero las palabras no salieron,
y entonces el momento se había ido.

Era ridículo. Este era el momento adecuado. Ella estaba feliz,


enamorada, y lista para escuchar la verdad, pero no importaba lo que él
tratara de decirle de sí mismo, no podía decirle lo que tenía que decir.

Brielle no se dio cuenta de su repentino silencio, estaba demasiado


ocupada disfrutando de su almuerzo y mirando hacia el agua tranquila. Tal
vez si ella lo hubiera presionado, él se lo habría dicho, pero no lo sabía. Ya
era hora. Pero ella no estaría tan molesta, se aseguró. Bien. Mañana seguro.
Solo que no quería arruinar su día. Eso fue lo que se dijo a sí mismo para
sentirse mejor.

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Página
Capítulo 31
Traducido por Julieta9768
Corregido por Auro Kyle

Después de estacionar su camioneta oxidada, Brielle la miró de nuevo y


trató de decidir si le tenía aunque sea un poco de cariño ahora que se había
acostumbrado a esta ciudad campestre.

Nop.

Le encantaba la ciudad ahora, pero seguía odiando la camioneta. Por


extraño que pareciera, se sentía mejor porque al menos no había cambiado
tanto. Al menos algo en ella no había hecho una transformación dramática.
No es que le importara lo que sí había cambiado. Se sentía como si estuviera

181
llegando a conocerse a sí misma.

Página
Al entrar en el salón en la pequeña calle principal, sonrió ampliamente.
Habían pasado meses desde que había tenido una pedicura y tenía que
hacerse una hace mucho tiempo. Teniendo en cuenta lo mucho que había
trabajado, no sintió una pizca de culpa por una hora de mimos.

Brielle saludó a la pequeña morena en el salón con un alegre


buenos días.

—Tú debes ser Brielle —dijo la mujer con un brillo en sus ojos—. Estoy
tan contenta de conocerte. Solo he estado en la ciudad un mes, y por cómo
se mueve el chisme aquí, siento como si ya te conociera. Soy Kendra Canyon.

—Yo también estoy encantada de conocerte, Kendra. Sí. Las personas


aman los chismes aquí. Al principio estaba un poco horrorizada por tener
todos mis negocios esparcidos como en la primera plana de un periódico o
incluso en el National Enquirer, pero me estoy acostumbrando a ello ahora.
—Brielle siguió a Kendra a una silla de masaje que ya estaba preparada para
su pedicura.
—Toma asiento, Brielle, y vamos a empezar. Podemos contarnos todos y
cada uno de los chismes que ninguna de nosotras no haya oído todavía.

—Ha pasado mucho tiempo desde que he tenido este descanso —dijo
Brielle cuando se sentó y tocó un botón para que la silla iniciara el masaje
de los músculos de dolor en su espalda baja.

—Eso es trágico. Tienes que venir a verme con regularidad. He estado


tan ocupada últimamente, sin embargo, acabo de poner un anuncio para
un par de empleados. Es genial, pero pensé cuando compré este lugar que
sería un poco lento. Tenía miedo al principio, pensando que no sería capaz
de ganar suficiente dinero para sobrevivir. Y la vida me probó que estaba
equivocada la primera semana aquí.

Kendra llenó el recipiente con agua y sales perfumadas y luego deslizó


en ella los pequeños pies de Brielle. Otro suspiro escapó cuando el agua
caliente calmó sus pies.

—¿Qué te hizo mudarte aquí, Kendra? —preguntó Brielle, aunque estaba


casi demasiado relajada para hablar.

—Yo tenía que cambiar. Vivía en Seattle y tuve una desagradable

182
ruptura. Ya sabes, la misma canción y la danza antigua por la que todos
hemos atravesado.

Página
Kendra giró los ojos, luego levantó uno de los pies de Brielle y comenzó
el exfoliante.

—¿Ha sido un choque cultural para ti venir de una gran ciudad a este
lugar? —preguntó Brielle—. Yo creí que me iba a marchitar y morir cuando
llegué por primera vez.

—Ha sido ciertamente un cambio, pero uno que yo quería. Crecí en un


pequeño pueblo de Oregon y me trasladé a Seattle para asistir a la
universidad. Lo odiaba, abandoné, y trabajé como camarera durante un par
de años. Entonces me di cuenta de que mi vida apestaba realmente, así que
me inscribí en la escuela de belleza y trabajé en Seattle un par de años antes
de venir aquí.

Las dos compartieron algunas historias de sus experiencias en ciudades


más grandes, y la hora pasó deliciosamente.

—Por favor, dime que haces una pedicura de tres horas —dijo Brielle, y
era solo medio en broma.
—No creo, mis manos se caerían —respondió Kendra—. Pero estoy
buscando un masajista que estaría encantado de darte un masaje en los
pies de tres horas. Tan pronto como contrate a uno, te lo haré saber. Espera;
vuelvo enseguida.

Cuando Kendra regresó unos minutos más tarde con una taza de té
caliente, Brielle lo tomó con alegría y le dijo:

—No tienes idea de lo agradable que es esto. Amo el rancho, algo que
nunca pensé que diría, pero hay algo en los mimos que te hace sentir como
una mujer.

—Odio decirlo, pero estás saliendo con Colt Westbrook. Solo tienes que
volar a un spa de lujo por el fin de semana.

—¿Cómo haría eso?

—Bueno, Brielle, el hombre tiene como media docena de aviones. —


Cuando Kendra se dio la vuelta, la cara de Brielle se vació de todo color.

—¿Qué? —Brielle apenas fue capaz de conseguir que esa única palabra
pasara a través de su garganta.

183
—¿No sabías eso? ― Kendra se mordió el labio—. Lo siento. A la gente
simplemente le encanta hablar. Y yo asumí que ya que han estado saliendo

Página
por un tiempo... No importa.

—Colt trabaja en mi rancho. ¿Cómo podría tener muchos aviones? —


¿Quién podría permitirse tener muchos aviones? La gente como su padre,
esa gente.

—Probablemente no sé de lo que estoy hablando. Gente chismosa,


¿recuerdas?

—Por favor, dímelo, Kendra.

Kendra a regañadientes habló sobre el rancho gigante propiedad de Colt,


y la enorme casa, los aviones, los coches y otros juguetes que la mayoría de
la gente solo soñaban con tener. Para el momento en que la esteticista había
terminado de hablar, Brielle había ya olvidado la sensación de relajación
que esta visita le había dado.

Brielle buscó en su bolso y sacó algo de dinero.

—Muchas gracias por la pedicura y por la información.


Kendra se negó a tomar el dinero.

—Oh, no, va de la casa —le dijo a Brielle—. Lo siento mucho por hablar
de más.

—No, en absoluto. Solo no puedo entender cómo podía estar saliendo


con un hombre... maldición, enamorarme de un hombre del que realmente
no sé nada. ¿Por qué no me lo dijo? ¿Por qué quería que yo creyera que
trabajaba para mí?

Las emociones de Brielle estaban en una montaña rusa, pasando de la


confusión a la pena, y escalando a la furia en un breve periodo de tiempo.

—Estoy segura de que tiene una razón válida —dijo Kendra, pero había
duda en sus ojos.

—¿Hay alguna vez una excusa para mentir? —preguntó Brielle. Puede
que al principio no hubiera querido decirle, tal vez había tenido miedo de
que ella fuera una cazafortunas o algo así. Pero habían estado haciendo el
amor todas las noches y a veces en el día, por amor de Dios. ¿Qué clase de
hombre era?

184
Brielle salió del salón y se dirigió a su camioneta en las nubes. Una cosa
era segura, no iba a esperar un solo minuto más para averiguar quién era

Página
realmente Colt Westbrook.
Capítulo 32
Traducido por Julieta9768
Corregido por Auro Kyle

Cuando Brielle vio el desvío para el Rancho Mystic Creek, su corazón se


le atoró en la garganta. Su propiedad colindaba con la de ella. Hizo el largo
viaje, ahora sin habla mientras se acercaba a una vivienda grande, más
grande que en la que ella había crecido, asentada en el centro de un jardín
perfectamente cuidado.

Este no era el rancho de un hombre pobre. Esto ni siquiera parecía un


rancho, si fuera a juzgar por la casa. Sí, el lugar estaba hecho de troncos,
pero ciertamente no era una cabaña. Era de tres pisos de altura, con

185
enormes ventanas abiertas. Un porche envolvente con mecedoras, macetas
perfectamente posicionadas, al menos no eran azules, además de un par de

Página
pequeñas y hermosas mesas de piedra que enmarcaban todo.

Esta mansión costaba más de lo que cualquier ganadero debía ser capaz
de pagar. Colt no era solo modestamente acomodado; era increíblemente
rico. Mientras pensaba en ello, volvió a ese día en su habitación, el día en
que ella le había dicho que no le importaba que él fuera solo un peón. Bajó
la cabeza. ¡Cómo debió haberse reído de ella mientras se iba! Hablando
acerca de una chica fácil. Una cita rápida, incluso.

Él había estado jugando todo este tiempo, y ella se había enamorado de


él. ¿Era algo que hacían aquí en Montana? ¿Se emocionaban cuando llegaba
una extranjera porque podían jugar con la estúpida chica de ciudad?
¿Y reírse?

Después de salir de su camioneta, se acercó a los escalones de la entrada


y con cautela miró al piso. No, ninguna araña se atrevería a pasar el rato
aquí.
¿Por qué elegía pasar cada noche con ella cuando tenía esta casa a la
que volver? Una vez más, porque ella era fácil. Desde la puerta principal, no
oyó ningún sonido desde el interior de la casa. Entonces una risa se sintió
de alguna parte de atrás.

Al ver un camino, lo siguió y encontró una puerta, que se abrió sin


siquiera un chillido. El choque de su traición finalmente se fue disipando, y
la pura rabia, sin adulterar, se afianzó. ¿Por qué? Una vez que pasó al otro
lado de la puerta, vio una enorme extensión de patio que conducía a un lago
cristalino con un muelle y un barco, y un cobertizo, todos esperando a que
el niño rico viniera a jugar.

Más risas, más fuertes ahora, le llegaron, y siguió el sonido por el


costado de la casa. Mirando a su izquierda, se encontró con Colt en una
terraza enorme, sentado en una tumbona con una cerveza fría en la mano,
y otros dos hombres cerca.

A uno lo reconoció de la celebración del solsticio en el verano, creía que


su nombre era Jackson. Al otro no lo había visto antes. Ah, pero el hombre
estaba a punto de conocerla, y en el estado de ánimo en que se encontraba,
estaba segura de que iba a dejar una impresión duradera.

186
En circunstancias normales, que Colt tuviera compañía podría haberlo
salvado, pero no esta vez. No. Ella estaba más allá de cuidar lo que pensaran

Página
de ella. Colt le había mentido, y estaba a punto de descubrir exactamente
por qué no era prudente mentir a la mujer que declaraba amar.

Como si sintiera su presencia, Colt se volvió y sus ojos se enfrentaron.


Pasaron un segundo o dos, una sonrisa se demoró en su rostro, pero luego
se enderezó. La expresión de su rostro tenía que ser aterradora.

—Brielle...

Oír su nombre proveniente de esos labios que la engañaron la impulsó


hacia adelante. Subió atropelladamente las escaleras y ni siquiera se
molestó en mirar a los dos compañeros de Colt, que hicieron todo lo posible
para salir del camino. Chicos inteligentes.

—¡No te atrevas siquiera a decir mi nombre, mentiroso hijo de puta! —


Ni siquiera reconoció su propia voz.

—Brielle, puedo explicarlo.


—Apuesto que puedes. Guárdatelo, Colt. —Miró alrededor de la terraza
trasera de su mansión, una cocina funcionando al aire libre y todo—. ¿Un
rancho? ¿En serio? Debes haber encontrado un inmenso entretenimiento en
que yo creyera que trabajabas para mí. ¿Has venido a mi casa a mirar a tu
alrededor para luego reírte? ¿Fue un juego divertido? —Mientras él se
esforzaba por hablar, ella lo interrumpió.

—Yo viví en el mundo de los ricos y famosos un montón de años, Colt.


¡Muchos años! —estalló—. Pero voy a decirte esto, en todo ese tiempo, nunca
conocí a nadie que tuviera tanta osadía como tú. Nadie llegó ni siquiera
cerca. Con ellos, sabía que estaban mintiendo. Sabía que no eran realmente
mis amigos. Así es como funciona ese mundo. Pero bravo para ti, cariño —
dijo, y luego levantó las manos y aplaudió ruidosamente—. Realmente me
engañaste, Colt. Te metiste debajo de mi piel y te enterraste debajo.
Embestiste derecho a través de todas las defensas que he logrado construir,
y tomaste mi corazón y corriste con él. —En sus últimas palabras, su ira se
drenó. La desesperación se había apoderado de ella.

Colt se levantó y se acercó a ella.

—Por favor, Brielle. Por favor, permíteme explicar.

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Ella extendió las manos con horror y se retiró.

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—No te atrevas a tocarme, Colt. ¡Has perdido ese derecho!

—Te lo iba a decir.

—Ya he terminado, Colt. Ya he terminado contigo. —Ella empacó sus


emociones y regresó al lugar en el que había vivido durante tantos años. El
confort del frío.

—No digas eso, Brielle. Lo que tenemos es real —dijo, y dio un paso más
cerca.

—No, Colt. Ahí es donde te equivocas. No tenemos nada, porque nuestra


relación, o lo que yo pensaba que era una relación, fue construida sobre
mentiras. Solo dime una cosa. ¿Por qué? ¿Fue realmente solo un juego?

—No fue un juego. Te juro que no lo fue.

No sabía dónde se habían ido sus amigos, y no le importaba. Ya todo el


pueblo sabía que era una tonta.
—¿Por qué, Colt?

No sabía por qué le importaba, pero lo necesitaba para cerrar este


capítulo de su vida, y el único camino para hacerlo era obtener algún tipo
de respuesta.

—Yo no te conocía, Brielle.

—Solo escúpelo, Colt. Estoy cansada, harta, así que solo dilo.

—Tu padre compró la propiedad que yo quería. No te conocía entonces.


Yo quería la propiedad, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario
para conseguirla —dijo, y ella sentía como si un cuchillo estuviera
enterrándose en su corazón—. Pero eso cambió... —Ella levantó la mano
para que no dijera nada más.

—Se acabó, Colt.

Se dio la vuelta y se alejó. Por supuesto, él la persiguió, y por supuesto,


trató de defenderse ante ella, pero Brielle no oyó una palabra de lo que dijo
por el zumbido en sus oídos. Ni siquiera veía nada cuando subió a su
camioneta y encendió el motor, sus movimientos en piloto automático.

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—Brielle, no te vayas así —exigió, pero ella estaba más allá de la
escucha.

Página
Puso la camioneta en marcha, alejándose en un tornado de polvo. Le dio
la bienvenida al entumecimiento que se apoderó de ella, porque no tenía
duda de que cuando el entumecimiento desapareciera, el dolor sería
insoportable.
Capítulo 33
Traducido por Auro Kyle
Corregido por Pily

Una semana después de que Brielle se alejara de la casa de Colt, su


padre apareció en su puerta, y ella cayó en sus brazos, tan agradecida de
volver a verlo. Si se centraba en su padre, no tendría que centrarse en Colt.
¡Eso es lo que debería estar haciendo de todos modos!
Había un millón de preguntas burbujeando sobre cómo iba el
tratamiento del cáncer. Por supuesto que habían estado en contacto, y la
mantenía actualizada por teléfono, pero sería mucho mejor mirarlo a los
ojos. De esa manera podría saber si estaba diciendo la verdad o estaba
tratando de proteger sus sentimientos.

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La ira y el dolor inspirados por Colt la habían ayudado a mantener las

Página
lágrimas a raya, pero la frustración estaba creciendo a fuego lento porque el
hombre había estado apareciendo todos los días con flores, chocolates y
joyas, rogándole que hablara con él, pidiéndole que perdonara su mentira.
Le había ofrecido volar a cualquier sitio en el mundo al que quisiera ir, se
había ofrecido a renunciar a todo solo por un día más con ella.
Por supuesto que podía darle todo lo que el dinero podía comprar. ¡Era
obscenamente rico! Había mentido. Y lo peor, lo había hecho para poder
quitarle su rancho. Colt era un aprovechado. ¿Cómo iba a perdonar eso?
Así que fue un alivio abrir la puerta y encontrar a su padre, de pie allí.
Se aferró a él y se prometió a sí misma que no iba a dejar que se fuera, que
se centraría totalmente en él, y no pensaría de nuevo en Colt Westbrook.
Cuando Brielle miró detrás de su padre, se encontró con dos hombres
de pie junto a él. A primera vista, no pensó nada de ello, pero luego sus ojos
fueron primero a un hombre gigante, y luego hacia el otro, que no estaba
lejos del primero, y muy cerca en altura a su padre.
Los tres parecían tan similares, todos luciendo pelo blanco a juego, ojos
azules idénticos, y los mismos hombros sólidos. Incluso las sonrisas que
cada uno llevaba parecía casi la misma. ¿Qué demonios estaba pasando?
—¡Ja! Hemos estado recibiendo mucho esa reacción.
Uno de los hombres hablaba en voz tan alta que Brielle retrocedió otro
paso.
—Cariño, no dejes que este hombre te intimide —dijo Richard con una
mano tranquilizadora en el hombro—. Vamos a entrar y luego te puedo
contar todo.
Casi en trance, Brielle asintió, y los llevó a la mesa de su cocina. Sabía
que debía ofrecerles algo de beber, pero mientras miraba a los tres hombres,
¡todos tan increíblemente iguales!, sabía que sus piernas no funcionarían el
tiempo suficiente para llevar a cabo toda la operación. Tuvo que sentarse.
—Ya que solo nos aparecimos en tu puerta, como hemos hecho con tres
de tus cuatro hermanos, voy a ir directo al grano —dijo Richard con una
suave sonrisa—. Estos son mis hermanos.
Brielle esperó el final del chiste, pero cuando él se quedó en silencio, se
vio obligada a hablar.

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—No tienes hermanos.

Página
—Nos encontramos justo después que me mudara a Seattle. Para hacer
el cuento corto, mi madre biológica dio a luz a tres niños, trillizos. Joseph y
George se quedaron con ella, y yo terminé con su médico y su esposa, la
enfermera. Nunca sabremos a ciencia cierta si esto fue consensuado o no, y
es mejor que no profundicemos demasiado en ello. Amaba mucho a mis
padres, y eso no va a cambiar. Pero ahora tengo hermanos, y tenemos
mucho en común. Además, tú y tus hermanos tienen dos tíos y un infernal
número de primos.
La alegría en el rostro de su padre era contagiosa. Algo del reciente dolor
de Brielle desapareció mientras observaba las tres sonrisas afines desde
diferentes posiciones en la mesa.
—Esto es mucho para digerir —dijo finalmente.
—Bueno, me encanta que hayas terminado aquí, Brielle —le dijo
Joseph—. Hay gente buena en Sterling. Uno de mis mejores amigos, Martin
Whitman, vive aquí, junto con Bethel, Eileen, y Maggie. Estoy seguro de que
los has conocido a todos. —Extendió la mano para estrechar la de ella y
añadió con una sonrisa—: Soy tu tío Joseph, en caso de que nos
confundieras a George y a mí.
—No creo que pueda confundirte con esa voz —dijo Brielle.
—No entiendo eso. Todo el mundo dice que hablo muy fuerte. Yo creo
que soy silencioso como un ratón —respondió, y ella no podría decir si
estaba bromeando o no.
Después de que el shock inicial se disipó, Brielle finalmente fue capaz de
moverse, por lo que les hizo una jarra de limonada fresca, y los cuatro
hablaron mucho en la noche. Justo antes de irse a la cama, ella y su padre
se quedaron sentados a solas por primera vez en el día, mientras que Joseph
y George fueron a visitar a sus viejos amigos.
—Nos dirigimos a ver a Crew después. Él es nuestra última parada —le
dijo Richard.
Crew y su padre probablemente eran probablemente quienes tenían peor
relación porque eran tan tercos, pero a través de este viaje en que su padre
los había enviado, la relación del padre con el hijo mayor había mejorado
mucho.
—Voy contigo. —Brielle no notó las palabras saliendo hasta que las dijo.
—Bueno, por supuesto que me encantaría que te unieras a nosotros,
pero ¿es un buen momento para que salgas? —preguntó su papá.

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—Sí, Tony tiene todo bajo control aquí, y solo será por unos días. Y... —
Tuvo que luchar contra las lágrimas—. Solo tengo que alejarme un poco.

Página
Estaba más que agradecida cuando su padre no le hizo las preguntas
que veía formándose en sus ojos.
—Está bien, Duraznito. Saldremos con la primera luz. No le adviertas a
tu hermano. Nos gusta sorprenderlos. Es el drama familiar en su mejor
momento.
—Lo entiendo. Ahora basta de todo eso. Dime lo que tu médico te ha
estado diciendo.
Sus labios se inclinaron un poco más cuando la miró.
—Voy a necesitar otra cirugía... —comenzó cuando ella lo detuvo alzando
una mano.
—¿Otra cirugía? ¿Cuándo fue la primera? ¿Por qué nos ocultaste esto?
No quería gritarle a su padre en el estado en que estaba, pero al mismo
tiempo, no podía creer que les ocultara algo como esto. Estaba simplemente
mal.
—Tuve mi primera cirugía el año pasado, y no luzco bien, así que mi
médico anterior me dijo que pusiera mis asuntos en orden, que es lo que me
propuse hacer contigo y tus hermanos. Luego me mudé a Seattle y conocí a
mis hermanos. No les gustó el primer pronóstico y conocían a otro médico,
mi médico actual. Él tenía una opinión diferente. Es esperanzador. Sabré
más en unos pocos meses. Por ahora, lo mejor para todos nosotros es no
pensar en ello.
Agarró su mano mientras hablaba y la miraba con esperanza y amor en
sus ojos. Ella tenía un millón de preguntas, pero podía ver que estaba
cansado. Estaría con él durante toda la semana, y de una manera u otra
encontraría mejores respuestas.
Después de darle un gran abrazo, su padre fue al dormitorio que tenía
para él, y por primera vez en una semana, Brielle subió las escaleras sin
temer su propia cama fría. Se alejaría, se tomaría un tiempo para pensar y
averiguar lo que iba a hacer a continuación.
No quería dejar La Ponderosa, pero no sabía cómo podía quedarse con
Colt siendo su vecino. Tal vez solo debería vendérselo.
Eso es lo que él realmente quería, ¿no?
Se fue a la cama esa noche y finalmente se le concedió un descanso sin

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sueños.

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Capítulo 34
Traducido por pussyharry__xx
Corregido por Pily

Colt caminaba de un lado a otro en el porche de Brielle, sintiéndose más


como un idiota mientras más tiempo esperaba.
Ella había estado ausente una semana entera, había desaparecido
completamente, y no tenía idea de adónde. Cuando se enteró de que se había
ido, pensó que se había acabado, que la había perdido para siempre.
No era que se hubiera rendido tan fácilmente. Un amor como este no
desaparecía así como así. No. Si se mudaba, la seguiría. Incluso si tomaba
meses, años, décadas, la esperaría. Apenas había dormido estas dos
semanas, sus brazos vacíos sin ella, su corazón dolía sin ella para llenarlo.

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Sonaba patético hasta para él, pero así era. Estaba desesperadamente

Página
enamorado de Brielle, haría cualquier cosa que tuviera que hacer para
probarlo. No había manera de que viviera su vida sin ella.
Había estado enormemente aliviado al descubrir por parte de Tony que
no se había ido para siempre, que se había ido con su padre a visitar a uno
de sus hermanos. Y Tony le había dejado saber que iba a volver a casa hoy.
Y aquí estaba en su porche, donde había estado esperando las últimas
tres horas. El peón se había acercado en algún que otro punto para reír
disimuladamente o para disfrutar del espectáculo. A Colt no le importaba.
Iba a probar su amor hacia Brielle, incluso aunque todo el pueblo de Sterling
pensara que no era otra cosa que un idiota enamorado.
Eso era, ¿no?
—¿Sabes que vas a incendiar su casa, no?
Colt se giró para encontrarse a Hawk caminando hacia él.
—No ahora, Hawk. Ella debería estar aquí en cualquier momento —dijo
Colt, girando para retomar el paseo sobre la longitud del porche.
—Cuando recibí llamadas de tres de tus peones preocupados de que no
estuvieras cuerdo, supuse que era mejor venir a investigar —dijo Hawk
mientras iba al porche y mantenía el paso con Colt.
—Las velas están todas en frascos —señaló Colt antes de parar y mirar
alrededor, asegurándose que la escena estuviera preparada.
Su entera barandilla frontal estaba cubierta con velas encendidas. Había
trescientas de ellas. Lo sabía con seguridad, porque él las había encendido
todas.
—¿Sabes que con el tiempo seco, si uno de estos frascos se abre, el lugar
se prendería fuego?
Por supuesto que Hawk tenía que decirlo, era el jefe de bomberos. Pero
era también el derecho de Colt ignorarlo.
—Si se quema, le construiré una casa mejor —dijo antes de retomar el
paso, ni siquiera pensando la declaración tan arrogante que acababa de
hacer.
—Está bien, ya que Tony tiene listo el camión de bomberos, supongo que
te dejaré ser.
Hawk palmeó el hombro de Colt y bajó del porche para sentarse con

194
Tony, quien, seguro, tenía el camión estacionado frente a la casa. Estaba en
una silla detrás, la manguera en su mano en caso de que la necesitara

Página
pronto.
—Lo que ayudaría es que te fueras, Tony —espetó Colt por lo que parecía
la décima vez.
—No va a pasar, Colt —dijo Tony con voz cansina.
Esto no iba acorde con el plan, pensó Colt con frustración. Entonces
todo desapareció cuando vio faros de un auto en la distancia. Tenía que ser
Brielle, a menos que los peones hubieran llamado también al sheriff.
A Colt no le sorprendería que lo hubieran hecho. Aun así, con su corazón
latiendo fuerte y la sangre rugiendo en sus venas, no tenía dudas de que era
Brielle. Podía sentirlo. Su humor mejoró, su corazón se aceleró y una sonrisa
volvió a su cara.
Planeaba pasar el resto de su vida probándole a esta mujer todos y cada
uno de sus días lo mucho que la amaba, y tratarla como la princesa que
sabía que era.
Pero primero tenía que convencerla de que le permitiera estar en su vida.
Más fácil decirlo que hacerlo...

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Página
Capítulo 35
Traducido por Kenia20
Corregido por Pily

Agotamiento parecía ser su segundo nombre ahora, pero Brielle estaba


feliz de estar conduciendo por el largo camino que llevaba a su casa. Y sí,
esta era su casa. Había disfrutado de la visita con su hermano mayor, le
encantó conocer a su próximamente-prometida, al menos que Crew tuviera
nada que decir al respecto, y amaba pasar tiempo con su padre y llegar a
conocer a sus tíos, pero se alegraba de estar en casa.
Qué diferente era el camino para ella ahora. La primera vez que había
tomado este camino, había estado fuera de sus casillas, sintiéndose
miserable, y con la certeza de que su vida había terminado. Y así fue, la vida

196
como una vez la había conocido había terminado. Pero eso era algo bueno.
Desafortunadamente, Colt vivía cerca. Hablando de ambivalencia.

Página
Su ira se había ido, pero eso no significaba que pudiera olvidar lo que él
había hecho. Si solo su necio corazón estuviera de acuerdo con su mente.
Pero cuanto más tiempo estaba lejos de él, más anhelaba su toque.
No. Imposible. ¿Cómo iba a saber nunca a ciencia cierta que la quería a
ella y no a la tierra? ¿Era todavía sobre la tierra? Ella no le había mentido.
Tenía que recordar eso y endurecer su corazón.
Al doblar en la esquina, notó un extraño resplandor proveniente de su
casa.
—¿Qué demo...? —dijo en voz alta.
Cuando se detuvo, se dio cuenta de que su porche estaba iluminado con
velas.... Sí, esas eran velas, lo que parecía ser cientos y cientos de velas en
su barandilla. Al salir de la camioneta, se encontró a Colt de pie en su
porche, con los brazos a los costados, todo su cuerpo tenso.
A su izquierda, vio a Tony y Hawk sentados en un par de sillas de jardín
al lado del camión de bomberos del rancho, pero apenas miró en su
dirección. Sus ojos se dirigieron a un solo lugar, al hombre ahora bajando
los escalones de la entrada.
Se encontraron a mitad de camino y quedó de pie frente a él. Pero no
sabía qué decir. ¿Solo vete?
—Te extrañé, Brielle. —Sus suaves palabras casi fueron su perdición.
Pero de alguna manera se las arregló para encontrar su voz.
—¿Qué estás haciendo, Colt?
—No puedo pasar un día más sin verte, Brielle. Cuando cierro los ojos,
te estoy sosteniendo.
—Colt, por favor, simplemente déjalo ir.
—No puedo. Aunque sé que es solo un sueño, se siente tan real. Me
imagino a mí mismo pasando mis dedos por tu largo cabello rojo, siento el
temblor de tu cuerpo cuando nos tocamos. Sentimientos que nunca he
tenido antes me atraviesan, y luego me encuentro con mis labios rozando
los tuyos. Me imagino tu respiración entrecortada, esa pequeña indicación
de que estás tan sacudida como lo estoy cada vez que nos tocamos. Luego
abro los ojos y no estás allí. Todo desaparece y me quedo solo en el vacío.
Quiero cerrar los ojos de nuevo, vivir en ese perfecto momento de tenerte en

197
mis brazos.
—Colt...

Página
Estaba a punto de llorar, y no sabía qué decir. Él estaba ofreciendo su
alma con tanta pasión, tanto amor. Tenía que ser real. No había manera de
que no pudiera ser.
—¿Sabías que cada vez que me acerco a ti, me asusta la forma en que
me afectas? Y me asusta cuánto te necesito. O me asustaba. Pensé que era
feliz antes de conocerte, Brielle. No lo era. Y cuando te miro a los ojos, siento
que he encontrado lo que siempre le ha faltado a mi vida. Y no sabía que
había algo que faltaba hasta hace poco, pero ahora que te he tenido a mi
lado, no puedo volver a la existencia que tenía antes de ti, a la forma en que
era. Me haces sentir como que estoy volando. Por ti vale la pena aferrarse a
un para siempre, y no voy a tirar esto. Te prometo que si me das otra
oportunidad, nunca volveré a tratarte irrespetuosamente, y nunca voy a
decir otra mentira. Voy a abrazarte, a cuidar de ti, y a amarte.
Brielle ya no trató de detener las lágrimas. Este hombre la amaba, ¡a
ella!, la pequeña mimada Brielle Storm que había necesitado la intervención
de su padre para ayudarla a encontrarse a sí misma. De alguna manera,
Colt había logrado ver más allá de su fachada. Y realmente le gustaba la
mujer oculta en su interior. Cuando cayó de rodillas delante de ella y sacó
una caja de terciopelo negro de joyería, sus rodillas temblaron.
—Brielle, por favor acaba con mi miseria. Por favor sé mi esposa,
ayúdame a hacerme un hombre mejor.
Sus ojos brillaban a la luz de las velas detrás de ellos y la luna llena
colmaba el cielo estrellado, y Brielle no pudo permanecer de pie un segundo
más. Cayó de rodillas delante de él, puso sus manos en su rostro y rozó sus
labios contra los suyos.
—Yo tampoco quiero vivir otro día sin ti, Colt —susurró, y envolvió sus
brazos alrededor de su cuello.
—Te amo, Brielle. —Deslizó sus manos arriba y abajo, alejando la última
de sus preocupaciones.
—Yo también te amo, Colt. Sí, me casaré contigo. Mi corazón no me deja
hacer nada más.
Se sentó de nuevo, y se sintió despojada hasta que él levantó su mano,
sacó un diamante de corte cuadrado perfecto, y deslizó el anillo en su dedo
con un ajuste perfecto.
—Eres mi todo —le dijo, y selló su promesa con un beso.

198
Tony y Hawk tuvieron que alejarse de la emocionante escena. Los dos

Página
hombres rudos estaban demasiado afectados por el hermoso momento que
acababan de presenciar.
Después de que Colt llevara a Brielle a través de la puerta principal, los
dos hombres afuera apagaron todas las velas, y luego la única luz brillando
en la vieja casa del rancho fue la de las estrellas, que parecían estar titilando
un poco más brillante en una de las últimas noches de verano.
Epílogo
Traducido por Lectora
Corregido por Pily

—Parece que vamos a tener al menos dos bodas este año —dijo Richard
mientras disfrutaba de un buen whisky con sus hermanos.
—Sí. Realmente admiro a Colt —dijo Joseph—. Siempre lo hice.
—Bueno, por supuesto que sí, porque es un buen hombre. Estoy
agradecido que haya encontrado esta tierra. Mi única queja es que me perdí
la mayor parte del romance.
—Fuiste muy afortunado con esa unión —dijo George con una sonrisa.
—Sabía que Brielle terminaría en el rancho, y la primera vez que conocí

199
a Colt, era un dolor en el culo, pero me gustó y lo respetaba. Tenía la
esperanza de que las chispas volaran, pero no había puesto muchas

Página
esperanzas en él —dijo Richard—. Sabía que cuando les dije a los chicos lo
que quería de ellos que todos se volverían locos, pero también sabía que a
Brielle le tomaría más tiempo aceptar su desafío, y no había manera alguna
de que los chicos quisieran tener algo que ver con la ganadería. Parece que
cada uno de los negocios que he comprado ha aterrizado en las manos
correctas, al menos hasta ahora.
—¿Alguna vez les vas a decir que estabas esperando que ella y Colt se
encontraran? —preguntó George.
—¿Estás loco? Ella me despellejaría vivo.
—Sí, así es más o menos como nuestros hijos se sienten —dijo Joseph—
. Pero eso no importa. Lo único que importa es el resultado final, y eso es
un montón de nietitos y bisnietos, y sobrinas y sobrinos. Ojalá nos
hubiéramos conocido cuando comenzó este "viaje" en el que pusiste a tus
chicos. No hay nada que me guste más que un poco de intromisión.
—No podría estar más de acuerdo, hermano —dijo Richard—. Además,
estoy muy por detrás en el departamento de los nietos, así que será un
placer encontrarme contigo.
—Por la forma en Colt y Brielle se miraban el uno al otro en nuestra
última visita, apuesto a que no pasará mucho tiempo —le dijo Joseph.
—Creo que es el momento de visitar a Lance de nuevo. Quiero ver lo que
ese chico está haciendo. Tengo la sensación de que va a ser mi sobrino
favorito —dijo George con una sonrisa.
—Ah, todos son mis favoritos —dijo Joseph, y lo decía en serio. No había
uno de los chicos al que amara más que al otro. De acuerdo, tenía que
admitir que su nieta Jasmine tenía un lugar muy especial en su corazón.
—Incluso el más fuerte de ellos cae, George. Lance luchará hasta el final,
pero es solo cuestión de tiempo antes de que se entregue a su destino, y sin
duda incluye el verdadero amor... —dijo Richard.
Los tres hombres chocaron sus copas.

200
Página
Próximo libro
El multimillonario Tanner Storm lo tiene todo:
es apuesto, rico, y nada lo mantiene bajo presión.
Entonces, su padre decide jugar con él y sus
hermanos, entregándole un complejo de
apartamentos en el centro de Seattle con el que
Tanner no quiere tener nada que ver. Cuando las
condiciones de los términos de su padre aseguran
que haga algo con este edificio o perderá su
herencia, en un primer momento piensa, ¿y qué?
Pero entonces se convierte en un desafío que tiene
que aceptar, porque él nunca se ha echado para

201
atrás. Decide derribar el edificio y empezar de
nuevo con algo mucho más atractivo que se

Página
sumará a su cartera.
El único problema es que los residentes no
quieren irse, y en virtud del contrato con su padre, no puede obligarlos a
salir. Cuando termina ante el juez Kragle con todas las quejas presentadas
en su contra, el juez decide que el mejor castigo para él será dos semanas
de vida en el complejo de apartamentos y dos semanas de servicio a la
comunidad, haciendo de Santa Claus en el centro comercial. ¡Perfecto! Esta
no es la Navidad de sus sueños.
La trama se complica cuando conoce a su vecina, Kyla, y cae en la lujuria
instantánea. ¿Resultará ser el ángel secreto de Tanner, o va a olvidar todo
sobre ella en el momento en que se vaya?
Acerca de la
autora
Melody Anne es la autora de la popular serie
Billionaire Bachelors y Baby for the Billionaire.
También tiene series para jóvenes adultos: Midnight
Fire y Moon Midnight —Rise of the Dark Angel. Ha
estado escribiendo durante años y publicó por primera
vez en 2011. Tiene un título de licenciatura en
negocios, por lo que le encanta escribir sobre fuertes y
poderosos empresarios.

202
Cuando Melody no está escribiendo, le gusta pasar
tiempo con su familia, amigos y mascotas. Vive en un

Página
pequeño pueblo que ama, y está involucrada en
muchos proyectos comunitarios.
Puedes visitar su sitio web en: www.melodyanne.com. Responde a todas sus
fans y espera con mucho interés tus opiniones y que disfrutes de sus
historias.

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