El Matrimonio La Caída Manuscrito
El Matrimonio La Caída Manuscrito
El Matrimonio La Caída Manuscrito
El matrimonio
Clase 3: Una teología bíblica del matrimonio: La Caída
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Breve resumen
¿Qué hicimos la semana pasada? Observamos la creación como ya vimos:
Tanto los hombres como las mujeres son portadores de imagen, lo cual significa que reflejan el caracter
de Dios y tienen igual dignidad y valor a los ojos de Dios. Como portadores de imagen son a los únicos
a quienes se le ha dado la tarea de ser represantes de Dios y administradores del huerto.
El matrimonio tiene una estructura diseñada por Dios en sí mismo. Tanto los hombres como las mujeres
son llamados a ser representantes de Dios, pero tienen diferentes funciones. A los hombres se la ha dado
la responsabilidad principal de trabajar en el huerto; a las mujeres se la ha dado la función de ser ayuda
idónea. La esposa y el esposo se complementan el uno del otro. «Complementario» no significa que se
dicen muchas cosas bonitas el uno al otro (¡Aunque eso es algo bueno! Lo definimos como que hombres
y mujeres siendo un maravilloso «ajuste» el uno para el otro. Nada más en la creación fue destinado a
caminar en unidad como un esposo y una esposa.
Dios creó el matrimonio con ciertos parámetros ideales: portadores de imagen que son iguales en
dignidad y valor; diferentes en funciones; dejando a su familia de origen;
uniéndose/aferrándose/compenetrándose; convirtiéndose en «una sola carne»; monogamia y fidelidad.
Dios está en el centro de nuestros matrimonios. Él es quién une al hombre y a la mujer, y en las palabras
de Jesús, «lo que Dios unió, no lo separe el hombre» (Marcos 10:9).
2:25 – Sin pecado, Adán y Eva vivían sin avergonzarse. Era posible estar ambos desnudos y no
avergonzarse. Eso creado, libre de culpa, existencia sin pecado es extraña para nosotros porque vivimos
de este lado de la caída.
vs. 1-2, Satanás entra a escena como una serpiente y hace una pregunta que distorsiona las Palabras de
Dios.
o «conque Dios os ha dicho» –Satanás cuestiona los motivos de Dios;
o «no comaís» y «de todo árbol» – Satanás hace que parezca que Dios está eliminando toda su
libertad.
vs. 2-3, Eva corrige a Satanás, pero añade su propia distorsión a la mezcla, haciendo la prohibición más
estricta de lo que realmente era. Ella le dice que no se les había permitido tocar el fruto.
vs. 4-5, la serpiente contradice directamente una vez más a Dios con sus propias contrademandas: Adán
y Eva no morirían; sus ojos serían abiertos; serían como Dios, conociendo el bien y el mal. Su objetivo
era socavar a Dios. Y lo contradice descaradamente.
vs. 6, Adán y Eva son atraídos por Satanás a su interpretación de la realidad. Ella es atraída al fruto.
Ella. Entiende que el árbol era bueno para comer y agradable a los ojos. Ella también desea la sabiduría
que viene de tomar del fruto. Así que lo toma y le da a su esposo.
vs. 7, recuerda lo que dijo la serpitente en 3:5. Justo lo que se les advirtió que sucedería ocurrió—fueron
abiertos los ojos de ambos, lo cuál es una metáfora de adquirir conocimiento y «ser como Dios,
conociendo el bien y el mal». Adán y Eva fueron más allá de los límites que Dios había establecido para
ellos, y al hacerlo, simultáneamente descubrieron su desnudez y experimentaron vergüenza. Entonces
cosieron hojas de higuera para cubrir su desnudez. Su existencia sin pecado ahora había desaparecido ya
que el pecado había entrado en el mundo.
Satanás quisiera más que socavar nuestros matrimonios cristianos. ¿Por qué? Porque eso cumple su objetivo de
destruir a Dios y arruinar su reino. Qué mejor manera de arruinar las cosas para él que perseguir y destruir los
uno de los pilares fundamentales que sostiene el reino: las familias cristianas fuertes.
No tenemos que restringir esto sólo al diablo. El gran triunvirato que describe el apóstol Pablo —el mundo,
nuestra naturaleza pecanimosa, y el maligno— está trabajando para competir con las Palabras de Dios sobre el
matrimonio cristiano.
¿Dónde escuchas las voces que compiten con tu matrimonio en lugar de escuchar la Palabra de Dios sobre el
matrimonio?
El mensaje que el mundo nos da. El mundo le dice que sus necesidades y felicidad son el objetivo del
matrimonio. No dice nada sobre la santidad, el servicio, o cualquier otra cosa que le haga pensar como
Dios.
Las mentiras que nos decimos a nosotros mismos. La autojustificación del pecado y las
racionalizaciones son herramientas comunes de nuestra naturaleza pecaminosa.
o Los hombres que miran pornografía por internet o coquetean con compañeras de trabajo se dicen
a sí mismos mentiras como: «Si solo mi esposa me satisfaciera más y se preocupara más por
mí…».
o Las mujeres que controlan a sus maridos se dicen a sí mismas mentiras como: «Mi vida sería
mejor si yo me hiciera cargo de las cosas aquí».
La lista podría seguir y seguir sobre las voces que compiten.
¿Cuáles son las voces que compiten y amenazan con opacar las Palabras de Dios para tu matrimonio?
Cualesquiera que sean, deshágase de ellas. No harán ningun bien. Nada de lo que se opone a Dios y su Palabra
jamás será de ayuda para su matrimonio.
Esconderse es esencial en la manera cómo trabaja el pecado. El pecado prefiere la oscuridad y estar lejos de
Dios en vez de estar cerca de él y de pie en la luz (Efesios 5; 1 Juan 1). ¿Existe alguna forma en la que esconde
el pecado? Los secretos poco saludables pueden matar un matrimonio. Piense en la manera en que el pecado
frecuentemente afecta su propio matriomonio, muchas veces hace que usted se oculte, se aleje, o se aparte de su
cónyuge, o peor aún, hace que se separe de Dios. Si Dios está para ser la fuente de toda la vida, esta es la mejor
manera de Satanás destruir su matrimonio. Alejarte de Dios; conseguir ocultarte de Dios; y eso arruinará todo,
incluyendo tu matrimonio.
No vuelva a ser engañado con el pensamiento de que el pecado entre usted y su cónyuge es sólo entre ustedes.
Cualquier pecado entre los dos afecta su relación con Dios. Recuerde lo que dice Juan: «Si alguno dice: ‘Yo
amo a Dios, ’y aborrece a su hermano, es un mentiroso» (1 Juan 4:20).
La lista de posibles pecados que podrían afectar su relación matrimonial es casi ridículamente larga -- el
egoísmo, el orgullo, la ira, el control, la autosuficiencia, la exaltación propia, la desesperanza, la superioridad, la
autojusticia, etc, etc. Como portadores de imagen, lo que se supone que debemos hacer es reflexionar en el
carácter de Dios, pero cuando pecamos, mentimos acerca de quién es Dios.
El pecado en particular que vemos en Génesis 3 es el de pasar la culpa. ¿Qué es pasar la culpa? Es
frecuentemente evadir la responsabilidad pasando la culpa a otra persona. Es una manera de conseguir apartar el
enfoque en usted cuando normalmente debería asumir la responsabilidad del pecado.
¿Qué pecados caracterizan su relación con su cónyuge? ¿Cómo está luchando activamente contra esos pecados?
¿Habla abiertamente con su cónyuge sobre esos pecados? ¿O en algún sentido no está luchando contra ellos?
¿Tal vez le da pereza luchar contra ellos? ¿O tal vez tiende a albergar el pecado? A menudo permitirmos el
pecado porque hay una cierta ventaja al hacerlo... obtenemos algo de él o estamos dispuestos a herir a nuestro
cónyuge al continuar pecando.
De un paso atraás y observe lo que ha sucedido aqui: Se ha producido una avería catastrofica en las relaciones.
Adán y Eva ya no tienen una relación del todo amorosa y del todo confiable con Dios, lo cual estaban
destinados a tener. Y ya no tienen una relación del todo amorosa y del todo confiable entre ellos. ¡Ahora se ha
ido!
¿Ve la conexión? Guardar el pacto con Dios es el fundamento de guardar el pacto en su matrimonio. Cuando se
rompe la relación con Dios se rompe, no es sorpresa, nuestra relación conyugal.
Las maldiciones
Vamos a leer Génesis 3:16-19. La pregunta que queremos responder es: ¿De qué manera el pecado cambia el
modelo y la estructura de la unión matrimonial?
3:16: «Tu deseo (tesqua) será para tu marido, y él se enseñoreará (masal) de ti».
Lo que encontramos que ocurre es una batalla de los sexos.
¿Qué significan las palabras «deseo» y «dominio»? Cuidado con leer ideas modernas sobre los términos
deseo y dominio. Deseo no significa que la esposa está anhelando/codiciando a su esposo. Dominio no
significa que el esposo está imponiendo dominio sobre su esposa. Por el contrario, el deseo podría ser
mejor traducido como «controlado» y dominio podría ser mejor entendido como «gobernabilidad».
Entendemos ambos términos observando estás mismas palabras en Génesis 4:7: «y si no hicieres bien, el
pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo (tesqua), y tú te enseñorearás (masal) de él». El
pecado es descrito como un animal que se agacha en la puerta. El deseo del pecado es esclavizar a Caín:
poseer y controlarlo, pero el Señor insta a Caín a dominar el pecado, a vencerlo. Del mismo modo, la
mujer desea superar a su marido y tener dominio sobre él. El pecado corrompe el orden de la creación
motivándola a controlar a su marido. (Observe cómo este es un contraste directo con lo que se describe en
Génesis 2:18.) En la segunda mitad del 3:16 («y él se tendrá dominio sobre ti») el orden creado es
reafirmado: el esposo está llamado a liderar, tener autoridad sobre, gobernar a su esposa. Sin embargo,
sabemos que esto es una maldición. Una parte de la batalla de los sexos es que el marido va a tener que
luchar para liderar a su esposa. Esperamos que el pecado distorsione las muchas maneras en que el esposo
lidera.
¿Cómo funciona el pecado? Esperamos que el pecado cambie los parametros maritales ideales de Dios
establecidos en la creación. La función de Eva de ser ayuda idónea es invertida por la maldición: ahora ella
desea ursurpar el liderazgo de Adán; y Adán tienen que luchar para liderar a su esposa.
Observe la conexión entre la rebelión del hombre y la mujer contra Dios y cómo esto arruina el
matrimonio. «Uno de los más trágicos resultados de la rebelión de Adán y Eva contra Dios es un contínuo
conflicto dañino entre el esposo y la esposa dentro de su matrimonio».
2. Una realidad de la vida: Los cónyuges son pecadores, por lo que fracasarán.
Por experiencia, sabemos que la corrupción del pecado del esposo de «dominar» o «gobernar» a su esposa
puede tomar muchas formas, incluyendo una pasividad en liderar (abdicación) en un extremo del espectro o un
liderazgo tiránico en el otro extremo. Ninguna de estas dos formas de liderazgo refleja el liderazgo benévolo,
auto-sacrificial que el esposo es llamado a mostrar a su esposa. [El espectro para la esposa será muy similar, el
control por un lado; abdicación en el otro.] Esposos: ¿Dónde han fracasado en su liderazgo en el hogar?
¿Alguna de estas tentaciones descritas se aplican a usted? Si es así, ¿Cómo puede cambiar eso a partir de hoy?
Esposas: ¿Dónde ha fallado en ser la ayuda idónea para su esposo? ¿Ha tratado de controlar su matrimonio? ¿Le
ha dado lugar al liderazgo tiránico, extendiéndose como alhelí?
Observe lo que Dios hace de inmediato: Él los viste (3:21). Dios reconoce la vergüenza que surgió del pecado
de ellos, y muestra misericordia haciendo algo al respecto. En respuesta a su pecado, Dios inmediatamente les
muestra misericorida. Pero, ¿cuál es la situación? Ellos ya tenían ropa. Adán y Eva trataron de cubrir su culpa y
vergüenza, y Dios dice: «Eso no es suficiente. Yo les mostraré misericorida». Pero eso no es todo…mira atrás
en la maldición de la serpiente (3:15), vemos a Dios mostrando la misericorida retrasada: Él promete que un
día la simiente de la mujer herirá la cabeza de Satanás. En este lado de la cruz, sabemos que esa simiente es
Cristo, y sabemos que Cristo venció la muerte al morir como sustituto por los pecadores como usted y yo. Justo
aquí, en medio del primer carpítulo sobre el pecado en la Biblia, vemos los primeros indicios del evangelio.
Cuando usted lucha con el pecado en su matrimonio, ¿Qué hace? Es una buena cosa luchar contra el pecado,
arrepentirse de él, echarlo fuera, para que no sea un impedimento para su matrimonio. Pero no se detenga allí.
En dedicar una hora hablando acerca del pecado, lo más importante que puedo decirle: aprenda a llevar su
pecado matrimonial a la cruz. Ahí es dónde está destinado a ir.
Cuando pelea y lucha con el pecado en su matrimonio, ¿a dónde acude? ¿Qué hace en última instancia con él?
Cuando Pablo describe la santificación en Efesios 4:22-24, describe que nos despojemos del viejo hombre y nos
vistamos del nuevo hombre (siendo renovados en nuestra mente para ser como Cristo). Muchos de nosotros
dedicamos mucho tiempo y energía enfocados en deshacernos del pecado, pero nos descuidamos en llevar a
Cristo a nuestros matrimonios y aplicar deliberadamente el evangelio a nuestras luchas matrimoniales. Si esto lo
caracteriza, no hay mejor momento para cambiar sus hábitos que hoy. Comience hoy. Si Dios fue
misericordioso con Adán y Eva en respuesta a su pecado, ¿quién es usted para hacer cualquier cosa menor por
su cónyuge?