Casi Ángeles RESISTE Claves para Encontrar Tu Llave

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Casi Ángeles: RESISTE

"Claves Para Encontrar Tu Llave"

Published: 2021

Source: https://www.t.me/CasiAngelesTG
Casi Ángeles - Resiste (Claves
para encontrar tu llave)
 
Creo que Leo Calderone, logró con sus "off" compartir un
poco de su alma y la mía en una sola palabra "Resiste"... al
miedo, a la tentación, a la mediocridad, al odio, a la envidia,
a la oscuridad, al vacío, a la tristeza, a la bronca...
Resiste... la luz está... siempre está.
¡Resiste!
Cris Morena
RESISTE
 
Mi alma está lista para su gran misión: resistir.
¿Para qué resistir?
Resistir para encontrarse con uno mismo. O simplemente
para sobrevivir. Resistir es lo único que nos queda cuando
ya nada nos queda. Resiste. Con el alma, con el corazón,
con tus ojos, con tus manos, con todo tu cuerpo. Resiste.
Con los pies en la tierra y los ojos mirando al cielo.
Resiste.
SER O ESTAR
 
En inglés, ser y estar se dice igual: to be. ¿Pero es lo mismo
ser que estar?
¿Estar consciente es lo mismo que ser consciente? ¿Es lo
mismo ser engañado que estar engañado? ¿Estar loco, es lo
mismo que ser loco? ¿Estar despierto, es lo mismo que ser
despierto? ¿Estar aburrido, es lo mismo que ser aburrido?
¿Es lo mismo ser seguro o inseguro, que estar seguro o
inseguro?
Uno quiere ser. Quiere ser el amor de alguien, el sueño de
alguien, ser alguien en la vida de esa persona que ama.
Ese deseo de ser, nos puede confundir y no dejarnos ver
que no somos, sino que estamos, transitoriamente en la
vida de alguien.
Ser con alguien es muy diferente a estar con alguien. Por
eso ser o estar, no pueden ser lo mismo.
EL ESPEJO
 
Con nuestros ojos podemos ver todo, salvo a nosotros
mismos. Para eso necesitamos un espejo. O alguien que
nos espeje.
Un espejo puede ser otra persona, una palabra, un libro,
una canción. Todo aquello que nos refleje.
Pero hace falta mucho coraje para mirarse al espejo y
aceptar lo que vemos. Porque eso, nos guste o no, es lo
que somos.
EL APRENDIZ
 
Algunos artistas realizan el siguiente proceso: primero son
auto referenciales, después imitan el estilo de los que
admiran, y por último, encuentran su propio estilo.
Copiar, imitar a otros, buscar un modelo, es parte del
proceso.
Ser original no es inventar algo nuevo, eso no existe, ya
todo está inventado. Ser original es hacer algo distinto con
lo aprendido.
Llega un momento, en que ese modelo que el aprendiz
copia, se agota. El alumno supera al maestro, y encuentra
su propio estilo.
¿Cómo? Imitándolo, hasta llegar a superarlo, hasta
romper el molde.
El aprendiz se convierte en artista cuando ya no necesita
el estilo de nadie para sentirse seguro: acaba de aparecer
su propio estilo.
Si alcanzar el propio estilo es la cumbre del camino del
artista, identificarse con alguien es el primer paso para
construir nuestra identidad.
Para ser nosotros mismos, sin copiar a nadie
EL SONIDO DEL SILENCIO
 
Lo más parecido a la ausencia de sonido, es amar en
silencio.
La angustia, el dolor, tienen sonido: suenan a nudo en la
garganta, a lluvia y frío.
El odio, tiene sonido: suena a gritos incrustados...
La cobardía, tiene sonido: suena a murmullos
atormentados.
Pero amar en silencio, tiene un dejo de tristeza, sabe a
tinta en el tintero, a tacañería.
Amas en silencio y un día te encuentras mudo, lleno de
palabras que te atormentaban. Hasta quedarte sin
palabras... y llega el silencio.
El silencio es ausencia. Como la luz en la oscuridad, nos
muestra lo que no hay.
Ahora que soy sólo silencio, creo entender por qué tanto
miedo al silencio, al sonido del silencio.
BODAS Y FUNERALES
 
Hay que celebrar las bodas con muchas sonrisas y
una lágrima. Y en los funerales, hay que llorar con
muchas lágrimas y una sonrisa.
Pero no hay que ir a las bodas pensando en funerales, ni a
los funerales pensando en bodas.
Hay que aceptar la vida como es: con su día y con su
noche, con su llanto y su sonrisa. Con sus bodas y sus
funerales.
EL LAZO DE PLATA
 
Cuando amamos, intentamos llamar la atención del
otro de cualquier manera. Pero por lo general, lo que
nos puede conducir al corazón del otro, es algo
insospechado, misterioso.
El corazón es un órgano complejo, muy sensible. Tiene
razones que la razón desconoce.
El corazón es muy poco previsible, lo que a unos enamora,
a otros los desenamora.
Pero a veces, de pronto, sin buscarlo, sin saber por qué ni
cómo; encontramos ese lazo de plata que conduce al
corazón del otro. Ese lazo, que ni él o ella misma sabe qué
es.
¿Pero qué es ese lazo de plata que conduce al corazón de
las personas?
¿Por qué para algunos funciona el amor a primera vista, y
otros nunca lo ven?
No hay claves ni estrategias que valgan, porque ese lazo
que lleva al corazón del ser amado, es un misterio.
Nadie puede explicar por qué ama, ni por qué es amado.
Algunos aman porque son amados. Otros, son amados
porque aman,
Hay corazones precavidos, reacios a dejarse amar.
La única certeza es que cuando encontramos el lazo de
plata que lleva al corazón del otro, es para siempre.
TAN LEJOS Y ... TAN CERCA
 
A un centímetro, y a miles de kilómetros. Juntos y
separados. Tan lejos y tan cerca.
Cuando estuviste tan cerca de alguien que parecían uno,
pensar en la separación es un absurdo... lo ves tan lejos.
Dos personas están cerca cuando comparten sueños,
proyectos... pero cuando sólo quedan recuerdos, es que
están muy lejos.
Algunos aman sólo a la distancia, y no pueden soportar la
intimidad.
¿Será que el amor se encuentra en algún punto entre
lejos y cerca?
Tiempo y distancia en el amor son lo mismo.
Una pareja está bien cuando aun estado a miles de
kilómetros siguen cerca. Una pareja está terminada cuando
aun estando al lado, se sienten a miles de kilómetros de
distancia.
La distancia distorsiona, crea una ilusión. Pero de cerca,
se ve el detalle, lo real.
A la distancia, hay recuerdos... y uno recuerda el eco feliz
de lo que fue.
De cerca se ven las imperfecciones.
Se puede aprender a estar cerca de alguien. Se aprende
a soportar el dolor de estar lejos. Per es imposible estar a
la vez, tan lejos, y tan cerca.
CHOCOLATES UN HOGAR A LEÑA
Y UNA CANCIÓN DE AMOR
 
¿Por qué nadie se enamora de mi?
¿Por qué no puedo tener un amor de película? ¿Por qué
nadie me besa con una canción de amor de fondo?
¿Será porque no tengo belleza, no tengo ojos claros ni
rasgos perfectos? ¿Es por eso?
¿Por qué no puedo comer chocolates con un amor, al lado
de un hogar a leña, y con una canción de amor de fondo?
¿Por qué?
¿Será que el amor es una mentira, una mentira con
mucho marketing? Desde que nacemos nos enchufan
cuentos, películas y canciones de amor que nos hacen creer
que el príncipe azul o la princesa existen... Pero si existiera,
nunca se fijaría en alguien como nosotros.
Nos disfrazamos, nos armamos un personaje y vivimos
amores de película, copiando todo lo que vimos desde
chicos. Como en las películas, la música suena de la nada,
con un hogar a leña de fondo y creemos que eso es el amor.
Pero si de tanto idealizar al amor, ya no creo en el
amor... ¿por qué sigo llorando con las películas románticas,
soñando con un príncipe azul, o una princesa, con quien
comer chocolates frente al fuego de un hogar, besándonos
con una canción de amor de fondo?
LA FELICIDAD
 
Una casa enorme y carísima con jardín y pileta. Tres
mucamas. Dos meses en Punta todos los veranos. Viajes a
Europa y a Estados Unidos. Ropa nueva todos los meses.
La mejor. La más cara. El último celular, el último mp4, el
último televisor lcd, uno en cada habitación. Los mejores
colegios, el mejor country de fin de semana. Los amigos,
de las mejores familias. Una moto antes de los 16. El auto
antes de los 18. Fiestas todos los sábados.
Creí, por un momento, que eso era la felicidad. Y mientras
tanto, la dejé escapar.
¿Por qué cuando tenemos la felicidad frente a los ojos, no
sabemos verla? Siempre pensamos en lo que nos estamos
perdiendo, deseando cosas que no tenemos, y en realidad,
todo lo que necesitamos para ser felices está ahí,
mordiéndonos la mano.
Creemos que la felicidad es algo difícil de alcanzar. A
veces hasta nos convencemos de que nunca vamos a ser
felices.
Quise todo y tuve todo. Hasta descubrir que las ampollas
de mis pies caminando junto a ella, bajo un sol que partía la
tierra, su olor a campo y su sonrisa, eran la felicidad para
mi.
Recién ahora lo veo.
EL DESTIEMPO
 
Todo llega, dicen... y es verdad. El problema es si llega sino
cuándo llega.
A veces las cosas llegan cuando ya es tarde. Otras veces,
lo que esperas llega cuando aun no estás listo.
Todo tiene su momento. Ates o después de ese momento,
nada prospera.
El destiempo son dos calles que nunca se cruzan. Es llegar
cuando la fiesta terminó. El destiempo no es sólo que algo
te llegue tarde, es también, llegar tarde a eso.
Es no tocar a tiempo la nota justa, es perder el tren, o un
perdón que demoró e llegar. Es u desencuentro.
El destiempo es una tarde fría en verano. Es lo opuesto al
lugar y la hora indicada.
El destiempo, es una ironía.
EL TESTIGO
 
El deseo es un testigo de lo que nos falta...
...de lo que no somos y deseamos ser.
SENTIRSE VIVO
 
Cuando te detienes a mirar el mundo, a observar la belleza
que nos rodea; cuando amas a una chica o a un chico;
cuando te ríes hasta que no puedes más con tus amigos;
cuando haces lo que amas hacer; cuando viajas a un lugar
que no conoces; cuando escribes una canción; cuando se te
acelera el corazón ante una mirada; cuando haces el amor...
te sientes vivo.
Pero no es solo la felicidad la que te hace sentir vivo; sino
saber que dejas un testimonio de tu vida. Saber que cuando
ya no seas, algo de ti seguirá vivo en los que vendrán.
Pero si sabes que no hay futuro, que nada de lo que
hagas, ningún legado que dejes, ninguna contribución que
hagas, te va a sobrevivir; si sabes que todo se termina... ¿es
posible sentirse vivo?
Las cosas que nos hacen sentir realmente vivos son las
cosas que vencen a la muerte, las que perduran en el
tiempo. Porque el éxtasis, la felicidad, es trascender. Es en
ese momento cuando todos somos eternos. Y estamos vivos
de verdad.
De todas las formas de egoísmo, la peor, es no pensar en
los que vendrán. Sin ellos, sin la noción de que la vida es un
ciclo sin fin, nada tiene sentido.
Te sientes vivo, no cuando la vida pasa, sino cuando tu
pasa por la vida. Cuando pierdes al miedo a morir, y a vivir.
Te sientes vivo cuando sabes que cada momento es único,
irrepetible. Cuando sabes que nada empezó contigo, y nada
terminará contigo.
Sólo sabiendo que habrá un mañana es que podremos
vencer a la muerte, y sentirnos vivos.
¿A DÓNDE VA?
 
Desearíamos que lo que no decimos caiga en el olvido, pero
lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, nos llena el
alma de gritos mudos. Lo que no decimos se transforma en
insomnio, en dolor de garganta, en nostalgia, en destiempo.
Lo que no decimos se transforma en error.
¿A dónde va lo que quieres hacer y no haces? ¿A
dónde va lo que quieres decir y no dices? ¿A dónde
va lo que no te permites sentir?
Se transforma en debe, en deuda, en asignatura
pendiente.
Las palabras que no decimos se transforman en
frustración, en tristeza, en insatisfacción.
Lo que no decimos se transforma en trauma. En veneno
que mata el alma. Lo que no dices te encierra en el pasado.
Lo que no decimos se transforma en herida abierta.
¿DÓNDE ESTÁS?
 
Es apenas un instante, un momento, un segundo... en
el que uno equivoca el camino. A partir de ahí, cada
paso que damos nos aleja cada vez más de nosotros
mismos.
A veces no tenemos conciencia de los errores que
cometemos, apenas una sensación, una pequeña voz
interior que nos dice: algo está mal. Y aunque esa vocecita
está ahí, seguimos adelante, ignorándola, equivocándonos
casi a conciencia.
Lo que ves venir, sabes que eso que estás por hacer va a
cambiar todo. Así y todo, lo haces.
Ya te equivocaste, ya te fuiste, ya te perdiste... ya te
traicionaste.
Te miras al espejo y ya no te reconoces. Hay otro que te
mira y te pregunta: ¿Dónde fuiste? ¿Dónde estás?
MANUAL DEL SUPERHÉROE
 
Un superhéroe interviene en la lucha del bien contra
el mal. Para eso debe saber distinguir cuál es el bien
y cuál es el mal.
El superhéroe tiene que ser valiente. ¿Pero qué es ser
valiente? ¿Es no tener miedo? ¿O avanzar a pesar de tener
miedo?
El cobarde es el que no da ni un paso sin tener garantías
de que no corre riesgo. El valiente, sabe que nunca hay
garantía de nada.
El cobarde, sólo apuesta cuando sabe que va a ganar. El
valiente, es el que apuesta, aun sabiendo que puede perder.
Hay sólo una cosa capaz de darle a un superhéroe el valor
que necesita para vencer los miedos: el amor.
Amor, es lo único que se necesita para ser un superhéroe.
LA PUESTA DE SOL
 
Ante la pregunta: ¿Qué harías si se termina el
mundo?, creo que la mayoría responderíamos: salir
corriendo al encuentro con el ser amado. Pero yo
creo que si lo pensamos mejor, lo que quisiéramos
hacer es pedir perdón.
Como si necesitáramos descargar la mochila, soltar eso
que nos pesa tanto para poder irnos en paz.
Va más allá de la culpa. Son remordimientos, que no se
detienen hasta no comprender que tu vida es lo tu hiciste
con ella.
Podemos vivir años acallando los remordimientos por lo
que hicimos mal, pero en algún momento, éstos vendrán a
buscarnos, como fantasmas del pasado.
Más que el olvido, nos aterra que nos recuerden mal. Los
remordimientos son el miedo a haber pasado por este
mundo sin despertar un poco de amor en los demás.
Los remordimientos tienen la nostalgia de una puesta de
sol: se termina el día, y todo lo que no hiciste, ya no lo
podrás hacer... y lo que hiciste, no lo podrás cambiar.
Más terrible que el remordimiento por lo que hicimos
mal, es el remordimiento por lo que no hicimos. Eso, es
imperdonable.
El remordimiento es sabiduría que llega al final, es un
intento de que no sea demasiado tarde.
No se detiene. El remordimiento no se va a detener
hasta que comprendas.
La culpa no nos deja vivir en paz, pero los
remordimientos, no nos dejan morir en paz.
CRIPTONITA
 
El destino es como un ejército de hormigas laboriosas. Miles
de hormiguitas haciendo su parte del trabajo. Uno cree que
controla su vida, pero el destino, lentamente, se va
configurando. Una serie de circunstancia, decisiones y
casualidades, van construyendo el destino.
El destino es un gran chef que mezcla los ingredientes,
preparando el plato que tiene para nosotros. Es una
maquinaria precisa y minuciosa que va reuniendo todas las
piezas.
El destino es como un señor muy viejo y sabio. Es un
profesional, de todas las profesiones. A veces es guionista:
urde y entrelaza la con pericia, dando giros en la historia,
permanentemente.
El destino es también ingeniero. Hace grandes
construcciones, joyas de la ingeniería, encaja las piezas, con
precisión.
El destino también es estratega. Mueve las fichas,
despliega sus tropas en el campo de batalla y sabe como
dar su golpe certero.
El destino, es también un superhéroe con poderes
ilimitados... puede todo. Puede con todo.
Pero como todo superhéroe, tiene una debilidad. La
debilidad del destino son las decisiones humanas. Eso es
lo único que puede cambiarlo. Como una simple piedrita
verde puede debilitar a Superman, lo único que puede
cambiar el destino, son tus decisiones.
GENERACIÓN DESENCANTADA
 
Estamos enfermos de desencanto, nos convencimos
de que nada tiene sentido, que no vale la pena luchar
por nada porque nada vale la pena. Si no podemos
encantarnos con la vida, estamos fracasando.
La vida no perdió su encanto. Fuimos nosotros los que
perdimos el gusto por la vida. Perdimos la inocencia, la
capacidad de asombro. La fe en el futuro.
Perdimos la iniciativa. El hambre de progreso. Las ganas
de cambiar lo que hay que cambiar.
El desencanto es la mejor arma de los más corruptos, de
los villanos de la historia. El desencanto nos aísla, nos
encierra, nos separa, nos vacía de sueños.
Una generación desencantada es una generación de
muertos en vida.
Para volver a encantarse, para volver a creer en la magia,
esa generación debe saber que no está sola. Debe saber
que es necesaria, importante, decisiva para otras
generaciones, pasadas y futuras. Debe saber que lo que
encanta de la vida, no es el mundo que se recibió, sino el
que podemos dejar.
Para encantarse con la vida, una generación necesita
rebelarse.
El desencanto se contagia fácil, y encanto es un trabajo
de hormigas. El encanto, nos necesita a todos, haciendo lo
que amamos y amando lo que hacemos.
Mientras bombardean a una generación desencantada,
acá hay otra generación encantada con la vida y con la
realización de sus sueños.
LAS PUERTAS DEL PARAÍSO
 
¿Cuál es el problema de la felicidad? La obsesión que
tenemos con alcanzarla.
Esta obsesión nos hace vivir amargados por eso que nos
falta, eso que no tenemos, eso que de tenerlo nos haría
felices.
Vivimos en las puertas del paraíso, siempre ahí, a punto
de entrar, a punto de llegar. Siempre golpeando las puertas
del cielo, tratando de recuperar ese paraíso perdido,
queriendo alcanzar la felicidad.
El cielo, el paraíso, la supuesta felicidad, significan que
nada falte. Pero en verdad, es ese algo que nos falta lo que
nos mantiene vivos. La felicidad no es tenerlo todo. La
felicidad son esos momentitos, fugaces, chubasquitos de
éxtasis que encontramos de cuando en cuando, mientras
buscamos ese "algo" que nos falta.
La amargura de buscar la felicidad y no encontrarla, de
estar en las puertas del paraíso y no poder entrar nos hace
perder de la fiesta. De la fiesta de estar vivos.
MÁS TARDE DE LO ESPERADO
 
Los grandes momentos de la vida son como un despertar,
están llenos de sorpresas, de belleza, de magia, de ternura.
Los grandes momentos de la vida vienen colmados de
corazones acelerados, llenos de cosquillas en la panza, de
sudor en las manos, de ilusión.
Pero, en general, los grandes momentos de la vida,
ocurren más tarde de lo esperado.
Cuando lo que quieres tarda en llegar, el deseo crece, se
fortalece, y tu corazón se va preparando para recibir eso
que tanto esperas. Si no estás listo para lo que deseas, es
como comer una frutilla verde, es agria, no la disfrutas.
Por algo ciertas cosas se hacen esperar.
Las cosas importantes llevan tiempo, cuestan trabajo,
esfuerzo, dedicación.
El deseo se vuelve fuerte cuando uno se da el tiempo de
desear. Si entre el deseo y la realización, no hay tiempo, el
deseo se vuelve débil, descartable.
Queremos todo rápido: la comida ya, los resultados ya,
levantar el tubo del teléfono y que un delivery, nos traiga la
felicidad, ahora.
Saber esperar, es saber desear.
UN BROTE EN EL DESIERTO
 
Tener esperanza no es desear, sino tener certeza de que eso
que quieres, tarde o temprano, va a llegar.
Vivir sin esperanza, es estar derrotado antes de intentarlo.
La esperanza no es un deseo. Es una certeza.
Es el motor de la gente feliz.
La esperanza no es soñar lo posible, sino soñar lo
imposible. Es prima hermana de la utopía. Es un brote verde
en el desierto.
Ahí, donde todo está perdido, donde sólo hay
desconsuelo, desolación y vacío, también hay esperanza.
Porque la esperanza es lo que queda cuando ya no queda
nada.
La esperanza está hecha de futuro.
UNA CLASE DE MAGIA
 
El que no cree en la magia, nunca la encontrará.
Nunca podrá ver lo que a simple vista no se ve.
Para que exista la magia, primero hay que creer.
Magia es crear de la nada. Un hombre y una mujer se
aman, con ese amor, crean vida. ¿No es eso magia? Donde
antes no había nada, ahora hay vida. Magia es creer que
donde no hay nada, puede haber algo.
¿El amor no es magia? El amor es azar, una mirada, un
roce, un gesto, puedes ver por primera vez a alguien... o
mirar un día a alguien que conoces hace tiempo, y de
pronto... ¡Abracadabra!, apareció el amor.
Es magia. No digan que no.
Sólo los que pueden, ver la magia. Los que no pueden,
recurren a la ciencia.
DÉJAME LLORAR
 
Llora, llora todo ese dolor... Hay que llorar la tristeza
y llorar las tragedias. Llorarlo todo.
Llorar todo el dolor, sacarlo, porque ocupa el lugar
de la alegría, del amor.
Cuando lloras, no sólo lloras el dolor, también el odio, el
resentimiento la frustración. Te vacías de todo eso.
Cuando lloras, riegas. Y tal vez, algo florezca...
Y una vez que lo hayas llorado todo, toda la tristeza, la
soledad y una vez que hayas llorado mucho, reí. Reí con
esperanza.
Llora por lo que esperas pero reí sabiendo lo que
vendrá.
LA LLAVE MAESTRA
 
Señores, bienvenidos al mundo real. Este es el mundo con el
que les toca lidiar. Y sí, no es fácil la cosa, pero ustedes no
están solos, ni perdidos, ni vacíos. Recursos les sobran.
Tienen que cruzar el muro, y para hacerlo cuentan con la
llave que abre todas las puertas: la llave maestra.
Es esa llave que nos hace llorar cuando nos olvidamos
que una vez que amamos a alguien, no existe más la
soledad. La llave maestra es esa capaz de abrir el candado
mas cerrado, de despertar hasta al corazón mas dormido.
Es una llave que va a girar una y otra vez, hasta abrir el
candado. Es la llave de los milagros y la que abre las
puertas a la fe, el grillete de las cadenas que no nos dejan
caminar.
Es una llave que nos vuelve osados, audaces. Nos abre la
puerta a la rebeldía. Es capaz de abrir la celda de la prisión
más segura... o una puerta a otra dimensión.
Esa llave maestra, ustedes la conocen, y la tienen. Esa
llave maestra, que abre todas las puertas, es el amor.
No hay otra puerta que no se pueda abrir, ni cerradura
que se resista a la llave maestra. Todo lo que necesitas es
amor, decían los Beatles. Tan simple y tan complejo como
eso.
Falta mucho amor en este mundo. Están matando la vida,
la verdadera vida. Y la única esperanza, son ustedes. La
única arma con la que cuentan, es el amor. Sean fuertes en
su amor y serán poderosos.
Todo lo que se necesita es amor... y claro, un poquito de
esperanza.
EL VALOR DE LAS PALABRAS
 
Una palabra puede ser más potente que una lluvia de
misiles. Porque una palabra dicha, o no dicha, gritaba
o susurrada, puede desatar una revolución.
Uno no se da cuenta de todo lo que todo lo que tiene para
decir, hasta que empieza a decirlo. Las palabras están ahí,
atrapadas en tu cabeza, quieren salir, quieren ser dichas,
quieren ser gritadas.
Uno cree que las palabras dan respuestas, pero dan algo
más poderoso: preguntas.
Las palabras, cuando llegan, te despiertan.
Las palabras son pensamientos que se convierten en
acción.
Las palabras provocan, inquietan, movilizan.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero
cuando una palabra tiene valor, contienen mil imágenes.
Hay acaso ha una expresión más hermosa, llena de
sentidos y amor que "te doy mi palabra"?
Te doy mi palabra es un acto de entrega, de amor, de
confianza. Es más que una expresión de deseo, un
compromiso de vida. Es un acto de fe.
Porque cuando todo perdió valor, puede rescatarnos la
palabra.
UN NUEVO CAMINO
 
Para encontrar un nuevo camino hay que salirse de la
huella, dejar el caminito seguro por el que andamos
siempre, y animarse a lo nuevo... al peligro de lo nuevo.
Un camino nuevo tiene sobre todo, dudas, miedos,
preguntas. Un camino nuevo sólo nos dice que nos llevará a
un lugar nuevo. Mejor o peor, no lo sabemos.
Un camino nuevo te puede llevar hacia un tesoro, o hacia
un abismo. Nunca se sabe. Atrae el tesoro, y da miedo al
abismo.
¿Qué vas a hacer tu? ¿Te animarás?
Uno cree que llega a nuevos caminos. Pero la realidad, es
que los nuevos caminos llegan a ti.
Si quieres que pase algo distinto tienes que hacer algo
distinto.
Si quieres llegar a un lugar nuevo tienes que tomar un
nuevo camino. Avanzar sin saber a dónde llegaremos. Eso
es lo que asusta y atrae a los nuevos caminos.
MIRAME
 
Cuando quieres que alguien te mire, no importa
ninguna otra mirada. Tu quieres esa mirada, y
ninguna más. Pedimos a gritos, deseperadamente,
que abran sus ojos y nos miren... que nos vean.
Somos esclavos de esa mirada, la necesitamos, como al
aire.
Hacemos cualquier cosa por atraer esa mirada.
Intentamos ponernos en el campo visual del otro,
quisiéramos tener un reflector que nos ilumine, quisiéramos
brillara para ser mirados.
Lo curioso es que los ojos que más nos obsesionan, son
aquéllos que no nos pueden mirar.
La mejor mirada no es la que se nos niega... sino esa
mirada que no vemos, la que ignoramos, distraídamente.
Esa mirada inesperada, fuera de todo calculo esa mirada
que nos ve cuando no os sentimos mirados, y por lo tanto,
nos mostramos mejor.
Una mirada capaz de atravesar la máscara, y ver lo que
hay detrás.
Todos somos como luces apagadas, que sólo se encienden
cuando alguien los mira.
PRÓXIMAMENTE
 
¿Qué es el amor?
¿Es algo que ocurre por generación espontánea?
¿Es algo mas allá de nuestra voluntad?
Tal vez, el amor es simple... sólo se trata de estar
próximos. De estar cerca.
No importa la forma, ni cuánto expreses tu amor. El amor
se tarta de estar próximos.
Lastimar a alguien que te ama provoca una distancia
insalvable. Y en el amor, la distancia es una espera
insoportable.
El amor es un contrato. Hay que estar ahí, no se puede
faltar a la cita. Un corazón se rompe con mucha facilidad.
El amor no puede ser una promesa eterna. Una promesa
de que próximamente voy a estar.
Ese amor es un futuro próximo que nunca llega.
La proximidad te descoloca, te llena de ansiedades,
derriba tu gran muralla. La proximidad te libera.
Tal vez sólo se trate de derribar el muro que nos separa
del mundo y de los otros.
Deja de ser distantes, y vivir el amor más próximamente.
EL MALO DE LA PELÍCULA
 

Un dilema es cuando tienes tan buenas razones para


hacer no hacerlo,
Una elección es decidir entre dos cosas, pero un dilema,
es elegir entre dos males. Cuando tienes un dilema, ya no
se trata de qué quieres elegir, sino de qué prefieres perder...
¿Qué perder? Eso es un dilema.
Definir cuál es la pérdida más soportable.
Elegir qué perder, aún sabiendo, que elijas lo que elijas,
serás el malo de la película.
CANCIONES DE CUNA
 
¿Alguna vez se pusieron a pensar qué pasa cuando viajamos
en avión?
Nos sientan, nos atan, nos dan de comer, nos pasan una
película, apagan las luces y nos hacen dormir. Nos tratan
como a bebés.
¿Y por qué hacen eso? Porque somos cientos de personas,
dentro de un tubo de aluminio, volando a diez mil metros de
altura. Todos ponemos nuestra vida en manos de un
hombre: el piloto, y de una mujer: la ciencia. Somos bebés
que dependemos de "adultos" que nos protejan.'
Nada podemos hacer durante el vuelo. Dependemos de
ellos, y de lo que hagan para distraernos. Nos venden
perfumes, nos pasan películas, o nos cantan canciones de
cuna.
Es una cuestión de roles. A cada uno le toca lo suyo. El
bebé llora, y el adulto debe ocuparse de él. El bebé debe ser
bebé. Y el adulto, adulto.
Pero nosotros, en general, no somos bebés, ni estamos en
un avión a diez mil metros de altura. No dependemos de
nadie para que nos alimente, nos cuide, nos cante
canciones de cuna.
Podemos elegir ser unos bebés asustados, y seguir
llorando, o ser adultos responsables.
Todos podemos ser pilotos de nuestra propia vida.
ALGUIEN A QUIEN AMAR
 
Entiendo a los malos... a los que hacen cosas horribles...
los entiendo.
Creo que simplemente son gente que no tuvo otra
alternativa. Entiendo a los malo porque sé, que
simplemente, buscan a alguien a quien amar...
Creo que nuestro corazón es como un motorcito chiquito
que todo el tiempo busca y busca encontrar alguien a quien
amar. No se cansa nunca. Aunque estemos vencidos, él
siempre busca y busca, porque un corazón necesita amar.
Creemos que lo que el corazón busca es alguien que nos
ame, pero no. El corazón no es tan egoísta. Él solo busca a
alguien a quien amar, alguien que se deje amar.
A veces nos pasamos cincuenta cuadras, equivocamos el
camino. Y el corazoncito sigue ahí, incansable, diciéndonos:
"no es por acá". Pero no lo escuchamos.
Sin embargo, al final, el corazón siempre se hace
escuchar. ¿Cómo ignorar esos latidos que son las señales
que nos indican el camino? Uno puede estar perdido, pero
buscar el camino, ya es, en parte, encontrarlo.
Aunque te gane la desesperanza, el dolor, aunque creas
que es demasiado tarde, busca en tu corazón, busca en tu
alma malherida. En algún lugar, fuera de tu burbuja, habrá
alguien a quien amar.
EL SOMA
 
La realidad puede ser tan difícil de soportar que buscamos
en Soma para calmar un dolor, para taparlo. Para no
sentirlo.
No aturdimos, nos distraemos... ¿Quién no lo hace?
¿Pero qué pasaría si nos animáramos y por un ratito, al
menos por un ratito dejáramos de lado nuestro Soma? Todas
esas cosas que nos aturden, que nos distraen, que nos
adormecen. ¿Qué pasaría?
Tal vez, nos encontraríamos a nosotros mismos.
Dejaríamos de huir de nosotros, de nuestra piel, de nuestro
deseo.
Debajo del Soma, tapado, está lo que somos y lo que
sentimos. Nos guste o no.
EL DESPERTADOR
 
Todos le tenemos miedo a las pesadillas... pero hay
que tenerle miedo a los sueños felices, porque es de
eso de lo que no queremos despertar.
Somos cenicientas que borramos el número doce de todos
los relojes, para que nunca llegue la hora en la que la
carroza se convierte en zapallo.
Vivir soñando es como tener una "tarjeta platino" sin
límite, y que nunca te llegue el resumen.
Si alguien te despierta cuando estás teniendo una
pesadilla, se lo agradeces. Pero si alguien te corta un sueño
feliz, lo quieres matar, ¿no?
Si eres optimista, un realista te resulta pesimista.
Claramente, todos odiamos al despertador, pero qué sería
de nuestra vida sin él.
¿Qué despierta un despertador cuando te despierta? Tus
sentidos. Sales del sueño y empiezas a ver, a escuchar, a
oler, a sentir.
Para poder despertar primero hay que desearlo. Luego
intentarlo. Y después... dejar que ocurra.
Todos me preguntaban ¿qué te pasa? Y yo les decía...
"estoy re dormido". Sin dudas, necesitaba un despertador.
LA MEMORIA INQUIETA
 
Cuando falla la memoria, ¿qué es lo que falla?
Necesitas recordar la dirección de tu casa para saber a
dónde volver. Necesitas recordar tu nombre para saber
quien eres.
¿Por qué hay cosas que olvidamos y otros recuerdos que
nos persiguen sin descanso?
¿Uno se aferra a los recuerdos, o los recuerdos se aferran
a uno? Te atrapan y no te sueltan. ¿Qué quieren los
recuerdos? ¿Por qué insiste tanto la memoria?
¿La memoria es el pasado que quiere seguir siendo
presente?
La memoria tiene vida propia; no es uno, sino ella la que
elige qué cosas deja morir en el olvido y qué cosas
mantener vivas.
La memoria es como un rompecabezas: fichas, piezas
sueltas que uno tiene que ir reacomodando...
Tener experiencia en realidad es tener buena memoria.
La memoria es una boxeadora que pelea contra el olvido:
a veces tira la toalla y a veces gana por knockout, pero
siempre lucha.
Sobre todo, la memoria... está viva. Es incansable,
persistente y muy inquieta.
No sólo ES inquieta... sino que TE inquieta.
LA MEDIDA DEL DOLOR
 
¿Cómo puede medirse el dolor? ¿Cuánto es mucho dolor?
¿Poco dolor? ¿Cómo se mide ese dolor que no puede
ponerse en palabras? ¿Eso que duele con un dolor que
mata?
No es el odio, no es la maldad, no es la injusticia lo que
hace sufrir. Lo que duele es el odio, la maldad y la
injusticia de aquellos que amamos. Lo que duele, es el
amor.
La medida del dolor, es el amor.
CUANDO PERDER ES GANAR
 
¿Ganar es la única manera de ganar? ¿No se puede
ganar perdiendo? ¿No ganamos cuando perdemos el
miedo? ¿No ganamos cuando perdemos el miedo a
perder?
A veces hace falta perder la esperanza y la ilusión. Lo que
en un principio parece ser el fin de todo, puede ser el
comienzo de algo mejor.
La ilusión es una palabra edulcorada, que sostiene al
héroe de todas las películas que hablan de alcanzar un
sueño. Pero la ilusión puede ser una trampa.
Un iluso es alguien que se cree cualquier cuento. La
ilusión es una burbuja. Hay que salirse de la película de
héroes, romántica y ver la realidad.
Tal vez sea menos bella que la ilusión, pero lo que es
seguro, es que la ilusión, nunca da lo que promete.
Soñar es querer cambiar una realidad. La ilusión es
negarla.
La desilusión, no es otra cosa que una bofetada que da la
realidad. Nos dice: ¡ey, no seas iluso!. Las cosas son como
son.
Y una vez que hayamos perdido la ilusión, que hayamos
llorado por ese "mundo ideal" que perdimos, apretamos la
realidad con las dos manos y nos decimos: ¿y ahora, qué
hacemos con esto?
Ahí donde termina la ilusión, empieza la vida de verdad. Y
cuando ya estemos desilusionados, soñemos en grande con
el mundo que queremos... y por el que vamos a luchar. Hay
que perder la ilusión, por ahí, perder... es ganar.
EL VIAJE
 
Cada situación que vivimos, cada alegría, cada tristeza,
cada sueño y cada decepción...
Cada encuentro, cada desencuentro, cada muerte y cada
renacer, todo es un paso, un aprendizaje para poder estar
listos.
Estar listos para aceptar que existimos por una razón.
Listos para nuestra misión en la vida.
Listos para ser los protagonistas de nuestro cuento.
Listos para amar, para sentir, para entregarnos a la
aventura.
Listos para el futuro.
Lo importante no es la llegada, es el camino. Estar listos
para el camino.
Finales y comienzos, partidas y llegadas; son sólo
momentos del viaje.
Tener un buen viaje es todo lo que podemos desear. Por
lo tanto... ¡buen viaje!
UNA PROMESA
 
Los finales, son posibilidades de nuevos comienzos.
Las despedidas, son promesas de reencuentros.

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