8383-Texto Del Artículo-23417-1-10-20190906
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Natalia Ciano*
Resumen
1. Introducción
“…la vejez no sólo es un fenómeno social nuevo desde el punto de vista cuanti-
tativo, sino que es particularmente original desde el punto de vista cualitativo, motivo
por el que asistimos a un fuerte proceso de re-elaboración del sistema de normas y
roles sociales. Por ello, pensamos que la educación puede ser ella misma una herra-
mienta para construir nuevos roles para los adultos mayores y no solo para ajustarlos
a los roles sociales prescriptos” (Yuni & Urbano, 2005: 22).
contexto de este surgimiento está dado por la “Crisis mundial de la educación”. Crisis
que, más que de la educación en general, era de su carácter formal en dos aspectos
principales: por un lado, la incapacidad de la escuela para responder a las necesida-
des educativas de toda la población y por otro, frente a su papel en la reproducción
socioeconómica y cultural. Tal como plantea Sirvent, “Históricamente, el concepto de
educación no formal, cuyo uso se difunde entre fines de la década de 1960 y princi-
pios de 1970, tuvo su relevancia al permitir nominar una amplia y creciente área de
experiencias y prácticas educativas “más allá de la escuela”, frente a la identificación
de la crisis de la escuela” (2006: 3).
Coombs y Ahmed (1974) (citado en Luque Dominguez, 1997) establecen una
clasificación tripartita del universo educativo: educación formal, educación no formal y
educación informal. Entendían como Educación Formal la comprendida en el sistema
educativo, altamente institucionalizada, cronológicamente graduada y jerárquicamen-
te estructurada, que se extiende desde los primeros años de la escuela primaria has-
ta los últimos años de la universidad. La Educación No Formal refería a toda actividad
organizada, sistemática, educativa, realizada fuera del marco del sistema oficial para
facilitar determinadas clases de aprendizaje a subgrupos particulares de la población,
tanto adultos como niños. Por último, la Educación Informal era considerada como un
proceso que dura toda la vida, en el que las personas adquieren y acumulan conoci-
mientos, habilidades y actitudes mediante las experiencias diarias y su relación con
el medio ambiente.
Para comprender a qué refería la educación no formal, se mencionan a continua-
ción algunas de sus características (Luque Domínguez, 1997: 316).
Objetivos: proceso intencionalmente educativo, distante de los convencionalismos
escolares. Intenta responder a necesidades básicas de aprendizajes. Busca la adqui-
sición de habilidades y conocimientos orientados a la acción inmediata.
Destinatarios: gran diversidad, a partir de demandas y necesidades educativas
específicas. En ámbitos locales, destinados a individuos o subgrupos particulares
de población.
Periodicidad de actividades: normalmente de corta duración, en función de ne-
cesidades puntuales. Busca efectos a corto plazo. Mayor flexibilidad en los horarios.
Espacios de acción: básicamente extraescolar y de ámbito local. Más versátil y
adaptable que el espacio formal. Mayor diversidad de roles educativos.
Tipos de aprendizaje: contenidos básicos: habilidades, destrezas, técnicos. Me-
nos estructurados que los programas formales. Facilita tipos selectivos de aprendi-
zajes, a partir de necesidades específicas. Frecuentemente integrado en programas
con objetivos sociales más amplios.
Grados de institucionalización: aunque organizada, no tiene una forma institucio-
nal completa y formal. Más descentralizada que la educación formal. Promovida por
gran variedad de instituciones económicas, políticas y sociales.
Características de las prácticas de educación no formal: desarrollan teorías o
principios propios. Se adaptan a sus destinatarios o contextos. Se diseñan, plani-
“me permitió ahondar y realizar una mirada hacia adentro, más reflexiva y crítica que
a futuro me permitirá rever situaciones y mantener o modificar actitudes”, “me sentí
muy integrada en el grupo, compartimos un fin común: autonomía, autoestima, en
fin todos estos grandes valores que aún adultos mayores no debemos perder”, “me
enseñó a comprender muchas cosas de la vida y a reflexionar que la vida tiene mu-
chas etapas con cosas distintas cada una de ellas”, “me sirvió para valorar que aún
puedo continuar”, “me permitió reconocer en otros pares situaciones y reacciones o
soluciones parecidas y a veces iguales a las mías”.
“volver a trabajar con lo que uno puede haber aprendido hace muchísimo tiempo”,
“estar con otras personas, conocer gente nueva, tener una mejor calidad de vida”
Enviado: 19-9-2017
Revisión recibida: 10-10-17
Aceptado: 23-10-17
Referencias