Batallas de Tucupita
Batallas de Tucupita
ARMADA 93
La desbandada de Cabrián.
En lo más estrecho del canal frente a Punta Cabrián,se encontraban alineados como
jauría, los buques de la escuadra de Brión esperando confiados pero alertas el inevitable
acercamiento de la flotilla realista, para finalmente abalanzarse sobre ella con todo su
poder de combate.
El interés de los realistas (como era lógico) no estaba esta vez centrado en combatir,sus
intenciones eran escapar lo mejor posible de ese infierno y la única manera era
infiltrándose por el centro de la línea patriota,tratando de encontrar a toda costa,una
salida expedita por cualquiera de los brazos del delta.
Por voluntad de los patriotas, los transportes y otros buques menores fueron dejados
pasar sin mayores restricciones, pero los buques de guerra sí que fueron atacados con
fuego por su frente y por su costado derecho(cubierto totalmente por el fortín). Los
realistas no se mostraron indiferentes ni ociosos, también supieron contestar el fuego
con apropiada eficiencia y con gran intensidad.
Allí en Cabrián se empeñó la lucha. El buque insignia de los realistas llevó el peso
mayor del combate,la corbeta “Merced” (algunos la llamaban fragata), recibió muchos
impactos de la artillería patriota,resultando gravemente herido a su bordo el comandante
de la escuadra, capitán de fragata don Fernando Lizarra (perdió las dos piernas),
también el capitán Sunoca(patrón de la corbeta mercante) gravemente herido y muchos
tripulantes más.
Sobre éste jefe (Lizarra-un marino profesional) recaía la total responsabilidad de la
operación naval,una acción que pese a presentar muchas fallas logró su cometido de
salirse de la trampa. Al ser herido, parece que se perdió la temporalmente la cadena de
mando, no hubo quien tomara la sucesión oportunamente, tal vez por fallas de
comunicación o porque no hacía falta. Para colmo o para ventaja, un gran temporal se
desató durante casi todo el día, provocando que el esquema táctico de ambos lados se
desorganizara notablemente.
Como no se había establecido un código de señales( * ) que fuera aplicable en plena
"melee", no fue posible restablecer la disciplina entre tanta confusión reinante.
Muy difícil fué que Lizarra (o cualquier otro) pudiera a distancia controlar a los
capitanes de los transportes, quienes por regla general eran personas civiles, muy poco
acostumbrados a las acciones de guerra y menos a las disciplinas de convoy, ademas de
viajar repletos “hasta el tope” con emigrados civiles (hombres, mujeres y niños)
aterrorizados y enfermos, que ante el fragor de la batalla,que era algo novedoso y
desconocido para ellos, solo alcanzaban a gritar enloquecidos presas de un pánico atroz,
interfiriendo gravemente en las maniobras evasivas que intentaba efectuar la tripulación.
Pérdidas realistas.
Las bajas realistas en estos encuentros fuéron de 280 muertos y 300 heridos.Unos173l
efectivos quedaron bajo custodia,en calidad de prisioneros de guerra.No existe
conocimiento del destino de dichos prisioneros, pero aparentemente la gran mayoría de
ellos, siendo criollos fueron incorporados como reclutas en el ejército republicano o
como marineros muy necesitados en la escuadra de Brión,sin necesidad esta vez de
practicar crueles ejecuciones. El gobierno de la República se estabilizaba
considerablemente en Angostura, designada capital, mientras que el control del río
Orinoco quedaba -desde ahora- garantizado por el Almirantazgo.
El capitán de navío Antonio Diaz, que al frente de su Escuadrilla Sutil operaba en las aguas de
Barcelona (bocas del Neverí), se dirigió a Margarita un poco después que el Libertador
decidiera transladarse a Guayana( 25 de marzo de 1817).
Allí en Margarita se presentó a su jefe inmediato,el Almirante Brión quien le ordena avanzar
como vanguardia de la escuadra para allanar así su penetración en el Orinoco.
Tres flecheras constituían la punta de esa vanguardia al mando del alférez de fragata Fernando
Díaz (hermano de Antonio). Recibe éste instrucciones de penetrar por el caño Macareo, para
efectuar un reconocimiento justo hasta el sitio donde el caño se une con el Orinoco y luego
regresar a unirse al grueso de la escuadrilla que navegaba detrás.