La Preocupación

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1

UN LADRON SUTIL

Uno de los hábitos más destructivos que aprisionan al ser


humano es tan común que mucha gente lo considera tan
natural como respirar y tan inofensivo como parpadear.
Ese hábito se llama “preocupación”. Es un ladrón tan hábil
y engañoso, que sus víctimas ni siquiera se dan cuenta que
les han robado la paz, el tiempo, la energía mental y el
bienestar emocional.

La preocupación es como una maraña de gruesos hilos que


ejercen presión sobre nuestra mente. Nos ata como un
cordón entretejido de tres hebras a las penas del pasado, a
las angustias de hoy y a las preocupaciones del mañana.
Trágicamente, el efecto de la preocupación ahoga nuestro
gozo, interfiere con nuestra paz y coarta nuestra libertad. 2
Sin embargo, ¡es posible vencer a esa asfixiante enemiga!
Planteemos esta pregunta;
¿Qué es la Preocupación?
Estado de desasosiego, inquietud o temor producido ante
una situación difícil, un problema, etc.
De acuerdo a psicólogos la
preocupación es por un
exceso de pasado que
produce Depresión,
Exceso de presente que
produce Stress y un Exceso
de futuro que produce
Ansiedad. Observe el
grafico.
¿Por qué se preocupa?
Puede ser que conozcamos
y amemos a Dios, pero
nuestra preocupación
persistente demuestra
falta de confianza en él.
Cuando confiamos en
cualquier otra cosa que no
sean las promesas y
provisión de Dios para nuestra vida, la preocupación hará
que nos alejemos del Señor y que nuestra confianza se
convierta en desconfianza. La preocupación se debe a:

Una teología distorsionada (Imagen equivocada de Dios)


Confiamos en que Dios nos salva, pero no creemos que
satisfará nuestras necesidades cotidianas (Mateo 7:9–11) 3

La ilusión de que tenemos el control de las cosas. Creemos


ilusamente que, si ordenamos mentalmente los eventos
futuros, podremos controlar los resultados (Proverbios
29:25).

El síndrome de la responsabilidad exagerada. Tener un


sentido exagerado de responsabilidad pretendiendo que
todas las áreas de nuestra vida sean perfectas (Filipenses
4:11–12)

Una falsa culpabilidad. Permitir que la culpa falsa se


manifieste como preocupación (Salmos 32:3–5).
Emociones descontroladas. Dejamos que el temor nos
controle por completo (Salmos 34:4).
Necesitamos aprobación. Sentimos la imperiosa necesidad
de ser aprobados por otros (Gálatas 1:10)

Hambre espiritual. Tratamos de vivir del alimento espiritual


pasado (Salmos 34:8, 10)

Tenemos una imagen personal distorsionada. Nos falta el


valor que Dios nos da (Salmos 34:18)

Por si no lo ha notado la preocupación viene por el cumulo


de pensamientos que llegan a nuestra mente,
pensamientos motivados
por querer encontrar
soluciones a problemas 4
presentes y futuros. Por
lo general estos
pensamientos nos cargan
de tal manera que nos
llenamos de ansiedad e inquietudes. Veamos algunos de
estos pensamientos que llegan a nuestra mente y la
respuesta de Dios para cada uno.

PENSAMIENTOS RESPUESTA DE DIOS


Esta situación es imposible Todas las cosas son
de solucionar. posibles. Lucas 18:27
Tengo miedo por lo que Yo te sostendré cuando
puede venir. sientas temor. Isaías 41:10
Que me deparara al futuro, Dios ha determinado que
no se que pasara mañana. nuestro futuro sea bueno.
Jeremías 29:11
Como me sostendré, como Dios nos sostendrá y
sostendré a mi familia. proveerá de todo. Salmos
27:25
Creo que me voy a morir. En Cristo tenemos vida, y
vida eterna. Juan 11:25-26
Tengo miedo de quedarme Nunca te abandonare.
solo. Deuteronomio 31:8

El punto mas importante es reconocer que todos en alguna


medida tenemos y vivimos con preocupaciones. Que estas
parten justamente de nuestra mente. Llenamos nuestra
menta de problemas y de posibles soluciones a los mismos,
pero no llenamos nuestra mente de las promesas, la 5
palabra de Dios. Dios en su palabra siempre tiene una
respuesta para cada situación. ¿Ante
la pregunta “Como estas?” Escucho a
muchos creyentes como usan en su
vocabulario esta expresión; Aquí con
problemas, con muchas
preocupaciones. No que no notamos
es que nos hemos habituado a
sentirnos así, como si fuera algo normal para los hijos de
Dios. Mire lo que la palabra dice sobre la preocupación.

Filipenses 4:6, se nos ordena, “Por nada estéis afanosos,


sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias”. En esta
Escritura, aprendemos que debemos traer todas nuestras
necesidades y preocupaciones ante Dios en oración, en vez
de preocuparnos por ellas. También Jesús insta a los
creyentes a no preocuparse. Él nos anima a evitar
preocuparnos acerca de las necesidades físicas, como la
ropa y la comida. Jesús nos asegura que nuestro Padre
Celestial cuida de todas nuestras necesidades (Mateo 6:25-
34). Por tanto, no necesitamos preocuparnos por nada.

Puesto que la preocupación no debe formar parte de la


vida del creyente.

¿Cómo puede uno vencerla?


En 1 Pedro 5:7, se nos instruye a “echar toda nuestra
ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de nosotros”.
Dios no quiere que nos agobiemos llevando el peso de los
problemas y las cargas. En esta Escritura, Dios nos está 6
diciendo que le demos a Él todas nuestras preocupaciones
y angustias.

¿Por qué quiere Dios encargarse de nuestros problemas?


La Biblia dice que es
porque Él no se
PREOCUPA, él se
OCUPA por nosotros.
¿Comprendes la
diferencia entre
ambas palabras? A
Dios le importa todo lo que te sucede. Ninguna
preocupación es demasiado grande o demasiado pequeña
para que tenga Su atención. Cuando le damos a Dios
nuestros problemas, Él promete darnos Su paz, la cual
sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7).

Desde luego, para aquellos que no conocen al Salvador, la


preocupación y la ansiedad serán parte de sus vidas. Pero
para aquellos que le han entregado sus vidas a Él, Jesús les
promete, “Venid a mí todos los que estéis trabajados y
cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre
vosotros, y aprended de mí que soy manso y humilde de
corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas; porque
mi yugo es fácil y ligera mi carga” (Mateo 11:28-30).

¿Cómo deshacernos de la preocupación?


1. Elimine las frases negativas “no puedo”, “no debería”,
“tengo que” y “debo”, que sólo producen preocupación
(Salmos 13:2) 7
2. Cultive la necesidad de entregarle todo al Señor por
medio de la oración. (Lucas 18:1)
3. Vea las situaciones que le producen ansiedad como
oportunidades para desarrollar su madurez y dependencia
en El Señor. (Filipenses 1:6)
4. Procure vivir en el presente, no en el pasado ni en el
futuro. (Santiago 4:13 –15)
5. Alimente su mente con la palabra, sus promesas y
alabanzas. (Salmos 28:7)
Para terminar, déjame hacer esta pregunta; ¿Qué has
logrado a lo largo de tu vida con cada preocupación que has
tenido? Sabes la respuesta. ¡NADA!. La preocupación no
logra ninguna cosa. Está en la Biblia, Mateo 6:31-33, "No os
afanéis, pues, diciendo: ¿Qué
comeremos, o qué beberemos, o
qué vestiremos? Porque los
gentiles buscan todas estas
cosas; pero vuestro Padre
celestial sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente
el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas".
No podemos deshacernos de la preocupación hasta que la
cambiemos por algo mejor; la oración.
El preocuparse es una pérdida de tiempo. Lucas 12:25-26,
"¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su
estatura un codo? Pues si no podéis ni aun lo que es menos,
¿por qué os afanáis por lo demás?" 8
Entregue todas sus preocupaciones al Señor. "Echando
toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de
vosotros".

De la Pluma del Pastor

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