Lucero - Cómo Tratar Con Personas Difíciles

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CÓMO TRATAR CON

PERSONAS DIFÍCILES

Copyright © 2016
Fernando Lucero (Autor)
Todos los derechos reservados

Índice

Introducción
Capítulo 1: La Envidia, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona
envidiosa
Caso real de envidia
Capítulo 2: La Falsedad, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona falsa
Caso real de falsedad
Capítulo 3: La Psicopatía, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona
psicópata
Caso real de psicopatía
Capítulo 4: El Chismorroteo, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona
chismosa
Caso real de chismorroteo
Capítulo 5: La Queja, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona quejosa
Caso real de un quejoso
Capítulo 6: El Autoritarismo del jefe, cómo te perjudica
y cómo solucionar el problema
Test para saber si estás frente a un jefe autoritario
Caso real de jefes autoritarios
Capítulo 7: El Egoísmo, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona egoísta
Caso real de egoísmo
Capítulo 8: La Manipulación, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona
manipuladora
Caso real de manipulación
Introducción

Me gusta pensar que soy una persona amable, que las personas me
ven como alguien agradable. Que transmito calma con mi forma de
hablar cuando me toca enfrentar personalidades espinosas. Que sus
agravios rozan mi piel sin llegar a atravesarla, como agua rodea a un
cisne. Pero esta ilusión se disipa con rapidez cual susurro en el vacío
cada vez que tengo contacto con una persona difícil.

Por ejemplo la semana pasada: Mi amigo (llamémosle Juan) decidió


reunirse conmigo a mediodía para almorzar. Él, a menudo, llega
tarde; así que me tomé mi tiempo para caminar hacia la cafetería,
disfrutando del calor del sol en ese fría día, mirando algunos
escaparates y escuchando los sonidos de algún músico callejero.
Pero a mitad del paseo, entré en pánico al pensar que Juan sería
puntual, por una vez en su vida, así que corrí para llegar a tiempo, no
quería que dijera esta vez que yo era el que se retrasa, ni que
apareciera en escena la impuntualidad por mi causa. Cuando llego,
no se lo veía, era como un murmullo al oído que me decía “parece
que lo está haciendo otra vez”, ese agrio sabor se presentaba otra
vez en mi boca. Traté de tomármelo con calma, hacer de tripas
corazón y enfriar mi cabeza. Respiré profundamente, pensando que
ahora tendría un momento a solas para recuperar el aliento por
haber venido a toda prisa. Esto duró unos cuatro minutos. A las
14:08, llamé a Juan a su teléfono móvil, pensando que, tal vez, le
había dado la dirección equivocada. Nunca contestó. Diez minutos
más tarde, él apareció con una gran sonrisa y sin disculparse.

"Oh, no te enfades conmigo. Tú sabes que siempre llego tarde",


dijo. "Es sólo una parte de mi personalidad. Además, ¿no has
disfrutado de un minuto de relax aquí sentado?". Mi reacción no fue
como la de un cisne cuando es acariciado por el agua, mas bien
como la de un perro rabioso cuando es molestado. Lo peor fue que
mi equilibrio emocional había sido noqueado, hecho añicos. Me llevó
sus buenos 15 minutos para calmarme lo suficiente como para
realmente disfrutar del pasatiempo con mi amigo.

El trato con personalidades como la de Juan es algo de todos los


días - en tu casa (posiblemente compartiendo tu cama), en la oficina,
en el gimnasio. Incluso pueden tratarse de completos desconocidos.
Lo que los convierte en personas difíciles puede ser un indiscutible
defecto de carácter – tienen algún trastorno o son muy egoístas o de
carácter sombrío - o simplemente un capricho que se ha ido forjando
con el tiempo. Pero, inevitablemente, una “sesión” con ellos te dejan
en el aire, aturdido, descentrado o fuera de combate.

En lugar de diseñar elaborados mecanismos de evasión o resignarse


a períodos de recuperación emocional después de compartir tiempo
con ellos, se puede cambiar la dinámica con estos vampiros
energéticos. Se pueden usar las siguientes estrategias para poner fin
al tire y afloje emocional, de una vez por todas.
Enfoca la atención en tí

Debes cambiar tu reacción frente a esta gente antes de poder


cambiar la forma de interactuar con ellos. Esto requiere de un poco
de auto-examen.

Las personas que nos irritan por lo general tienen algo que
enseñarnos o mostrarnos de nosotros mismos. Pregúntate:
“¿Cómo está esta persona siendo un espejo para mí?, ¿Qué me
está queriendo comunicar con su forma de ser?, ¿Qué es lo que
tengo que considerar?". Por ejemplo, estar con mi amigo que
padece de retardo crónico me recuerda lo irascible e impaciente que
puedo ser – no son mis rasgos preferidos. Recordando esto puedo
impedir rebotar en las paredes cuando me encuentre esperando por
él la próxima vez.

Si se trata de un buen amigo o un amigo íntimo, piensa, también, en


tu propio comportamiento en la relación. ¿Has contribuido al
problema diciendo que “sí” o guardando silencio en lugar de decir
“no” la suficiente catidad de veces? ¿Has olvidado señalarle, desde
el principio, que algo te estaba molestando? Si no miras tus propias
acciones, terminarás convirtiendo a la otra persona en el 100 por
ciento del problema. Esto pone la solución del problema de lleno en
tus manos - y fuera de la voluntad de esa persona.

Ahondar en la causa raíz de tu frustración puede hacer brotar las


ideas para resolver los problemas, es como poner las cartas sobre la
mesa y aclarar las cosas. Te proporcionaré un ejemplo de mi propia
vida: "Cuando me casé, mi suegro me volvía loco. Él siempre se
entrometía y opinaba, quería hacerme ver a fuerza su punto de vista.
Pero después de preguntarme a mí mismo una y otra vez por qué
ese comportamiento suyo me molestaba tanto, me di cuenta de lo
que estaba pasando: Su comportamiento era extraño para mí porque
no sabía lo que era tener un padre (cuando tenía 18 años, mi padre
falleció). Se hizo evidente que esto era sólo que mi suegro tenía esta
manera de mostrar su cariño por mí. Una vez que entendí esto,
nuestra relación mejoró ".

Tener la perspectiva

La mayoría de las veces, las personas difíciles sólo quieren algo


diferente de lo que hacemos. O, tal vez, es que hacen las cosas de
manera diferente.

No es de extrañar, entonces, que tú puedas ser una persona difícil


de tu persona difícil. Podría ser una cuestión de puntos de vista
opuestos, de la perspectiva con la que se mire. La comprensión de
estas diferencias básicas te da una idea del punto de vista de la otra
persona, lo que puede ayudar a moderar tu irritación.

Si estás teniendo problemas para sentir empatía hacia alguien que tú


quieres, trata de analizar su comportamiento, de ver detrás de la
apariencia; trata de oir detrás de sus expresiones. Esta estrategia ha
funcionado para Carmen Rodríguez, una diseñadora de moda que
tuvo encontronazos importantes con su amiga de años Marta, que
era una persona que no prestaba atención cuando Carmen le
hablaba. "Cada vez que empezábamos a hablar de mis problemas
personales, ella llevaba la conversación en torno a sí misma, se
ponía en el centro del escenario” decía Carmen. Entonces, un día,
una compañera de trabajo le habló de la gente que tiene necesidades
muy grandes de hablar de sí misma, y se dió cuenta que Marta se
ajustaba perfectamente a la descripción, era como el sonido de la
misma campana. A partir de ese momento, cada vez que Carmen y
Marta se reunían, se daban un gran abrazo y en ese abrazo unían
sus corazones. La transformación fue sorprendente: Marta se
convirtió en una persona más cercana, más abierta, y con el tiempo,
ella comenzó a preguntarle sobre su vida a Carmen - sin haber
abandonado sus propios problemas.

Elije tu estrategia

Armado con tus puntos de vista, con tus argumentos, ahora tienes
que decidir si te debes enfrentar al agresor. Como regla general, se
debe hablar de las cosas solamente con alguien cercano, por
ejemplo tu marido o esposa o un amigo o amiga de toda la vida. Es
probable que no valga la pena molestarse en hacer frente a
alguien si solo lo ves una vez al mes, como un pariente lejano o
conocido.

También te puedes saltar la conversación si consideras que vas a


caer en saco roto, si vas a hablar a oídos sordos o si sospechas que
la conversación será llevada por el camino equivocado. Ese fue el
caso con Carmen: "Nunca dirigía el asunto ni me enfrentaba con
Marta porque ella tendía a estar a la defensiva. Yo sabía que tendría
una mejor oportunidad de establecer nuestra amistad cambiando
mis acciones”. Una buena prueba de fuego para determinar si debes
o no iniciar una conversación es primero imaginar el peor de los
escenarios, tratar de sentir cómo experimentarías esa situación.
Luego pregúntate: ¿Nuestra relación sobrevivirá? Si estás seguro de
que lo hará, si lo ves claro, dedica un tiempo para hablar. Si no,
intenta una táctica que sea menos conflictiva.

Empezar un diálogo

Antes de decir nada, lo que tienes que hacer es una pequeña


investigación. ¿Cómo deseas exactamente el cambio en su
comportamiento? A largo plazo, ¿qué es lo que esperas de esta
relación? Hasta que no contestes a estas preguntas, no estarás listo
para hablar con nadie.

Si tienes miedo a una reacción adversa, planifica: Averigua de


antemano cómo vas a reaccionar. Imagina la situación, ¿qué te dice
el sentido común? ¿Vas relajado? Si la respuesta es no, respira
profundamente hasta que te calmes. Este ejercicio también puede
ayudar a prepararte en lo que podría desencadenarse como una
respuesta acalorada.

Asegúrate de que nadie vaya a interrumpir la conversación, que nadie


aparecerá de repente para escuchar o decir algo y elige un momento
en que no estés hambriento o cansado, para poder focalizar toda tu
atención.

Y sigue estos consejos

» Inicia la conversación con halagos sinceros, es especialmente


efectivo si tienes miedo a herir los sentimientos de alguien, mientras
hablas manten la mejor imagen de esta persona en tu mente. Con tus
seres queridos, explica que la razón por la que están teniendo esta
conversación es que te importa tanto y deseas mejorar la relación.
» Haz alusión, en voz alta y con claridad, al comportamiento, no a la
persona: Hay que aprender a separar al individuo de los actos.
Enfentarse a alguien no es tan diferente a disciplinar un niño. Tú no
dices a tu hijo, "¡Eres malo!" Tú dices: "Es malo dibujar en la pared".
» Citar ejemplos concretos de lo que te molesta. Evitar comentarios
vagos como: "Eres un desconsiderado". En su lugar decir, "La
semana pasada, hiciste un comentario despectivo sobre la ropa que
llevaba puesta y cómo me veía".

» Explicar lo que deseas cambiar. La próxima vez que tu amigo trate


de ser tu psiquiatra personal, puedes decir: "Aprecio tu consejo, la
lucidez de tu opinión y sé que quieres ser útil. Pero la mayoría de
las veces, realmente sólo quiero una oreja, un hombro. Te digo esto
porque quiero ser capaz de compartir cosas contigo".
» Solicitar intercambio de opiniones tan frecuentemente como sea
posible. Si no lo haces, la conversación se puede convertir en una
conferencia, parecer un monólogo. De inmediato preguntar: "¿Qué
piensas acerca de lo que he dicho?" O "¿Estás deacuerdo con lo
que dije?"
» Prestar atención a otros aspectos además de tus palabras. Sólo
el 7 por ciento de la comunicación es lo que en realidad estás
diciendo, el resto es tu tono de voz, tus ojos, tu expresión y tu
lenguaje corporal.

Adoptar una estrategia menos directa

Sentarse y hablar de corazón a corazón no funciona con todo el


mundo. A veces es mejor, para resolver un problema, una manera
más indirecta, con una apariencia menos invasiva, que suene más
simpático, incluso con tus seres queridos. Por ejemplo, el humor
puede ser especialmente eficaz. Si tu hermana tiene la costumbre de
psicoalanizarte cada vez que hablas con ella, puedes decir: "Wow,
debería haber estado acostado en un sofá para esto. ¿Cuánto te
debo?”
Aquí hay más formas de solucionar estas interacciones frustrantes, si
bien trataremos cada caso en concreto en cada capítulo:
Haz un buen uso de la persona difícil. Si se puede
predecir, se puede planificar. Si ves a un compañero de trabajo
decididamente viniendo hacia ti para decirte algo, levántate y
sal de tu escritorio. O coge el teléfono y simula que estás
hablando con alguien. Si te está escuchando, finalmente va a
dejar de venir.
Tener la última palabra. Si alguien te está dando consejos
no solicitados, muéstrate agradecido y dí "Gracias" y, por lo
general, se pone fin a la conversación. Cuando estás cerca de
un fanfarrón, sólo sonríe. Entonces responde, "Wow, eso es
realmente interesante. Estoy tan feliz por ti."
Planifica una estrategia de salida. Cuando no te puedas
librar de un hablador compulsivo al teléfono, simula que has
sido interrumpido por otra persona, que imagine que estás
acompañado, por lo que le puedes decir de forma rápida, "Lo
siento, me tengo que ir."
Mi última estrategia es recordarme que cada fortaleza
es una debilidad y cada debilidad, una fortaleza. Sí, mi
amigo Juan siempre llega tarde, pero su actitud con el tiempo
no es un problema para él, porque lo convierte en una persona
relajada y sin preocupaciones, y esa es la característica que
me gusta de él. La próxima vez que nos encontremos, tengo la
intención de llevarme un buen libro. O tal vez sólo voy a decirle
que nos reunamos a las 11:40 del mediodía en lugar de a las
12, por lo que ambos llegaremos justo a tiempo.

Lo que convierte a las personas difíciles en insoportables son las


emociones que van asociadas a sus comportamientos, cómo esos
sentimientos diujan imágenes en nuestra mente y cómo nos susurran
situaciones en nuestros oídos, así como el sensación que nos dejan.
Vamos a analizar esos sentimientos negativos que movilizan a ciertas
personas a comportarse de una forma perjudicial para nuestra
relación con ellas.

Empezaremos cada sección con un test que nos indicará hasta qué
punto estamos lidiando con cada una de estas emociones
expresadas y mostradas por las personas que nos rodean.
Capítulo 1: La Envidia, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona envidiosa

1. ¿Siente tu pareja, compañero o amigo que tiene menos


suerte que tú?
2. ¿Encuentra tu pareja, compañero o amigo que algunas
personas tienen más de lo que merecen?
3. ¿Alguna vez tu pareja, compañero o amigo ha querido ser
como otra persona?
4. ¿Le parece a tu pareja, compañero o amigo que los ricos
son más felices que las personas “normales”?
5. ¿Es tu pareja, compañero o amigo una persona
competitiva?
6. ¿Qué opina tu pareja, compañero o amigo cuando un
conocido recibe un beneficio?
7. ¿Cree tu pareja, compañero o amigo que la envidia es un
sentimiento generalizado?
8. ¿Alguna vez ha querido tu pareja, compañero o amigo
robar o dañar algo que no sea suyo?
9. ¿Cuál sería la opinión de tu pareja, compañero o amigo
sobre la siguiente frase?: “Solo obtienes lo que estás
dispuesto a dar”.
10. ¿Alguna vez tu pareja, compañero o amigo ha
comprado algo, cogido vacaciones o intentado una nueva
experiencia con el principal objetivo de despertar la envidia
de otro?
Caso real de envidia

Esta es la historia de dos amigos, Eduardo y Javier,


ejecutivos en una empresa de consultoría, que se
consideraban como el corazón y el alma de su equipo.
Inicialmente, eran buenos amigos. Incluso bromeaban
durante un viaje de negocios, diciendo que iban a "cambiar
el mundo juntos". Ellos se inspiraban y se equilibraban
entre sí. Eran inseparables.

Aunque Javier era objetivamente el ejecutivo más activo, la


personalidad de Eduardo y sus relaciones sociales le
confirieron más atención, oportunidades y el
reconocimiento tanto dentro como fuera de la empresa. Al
principio, Javier dejó de lado su resentimiento, diciéndose
que la gente reconocería inevitablemente su superioridad.
Sin embargo, como el encanto de Eduardo lo catapultó a lo
más alto, la envidia de Javier hizo su aparición. Cuando
Eduardo hablaba en las reuniones de equipo en la
empresa, hervía a su rival Javier, quien apenas hacía
contacto visual con él. El compromiso de Javier para con
la organización decreció, distanciándose de sus
compañeros de equipo y negándose a guiar a los analistas
más jóvenes que él había ayudado anteriormente.

Considerado una superestrella en el pasado, Javier ahora


carecía de la pasión por su trabajo y de las virtudes que lo
hicieron brillar. La alta dirección estaba desconcertada.
¿Cómo podía un gran desempeño degenerar en esta
fuerza negativa? Con el tiempo, Javier enfrentó a Eduardo
durante una reunión, cortando su relación profesional y
saboteándose a sí mismo en el proceso. Eduardo dio un
paso adelante, pero Javier dejó la empresa, sintiendo
deseos de venganza e siendo incapaz de revivir esa gran
amistad que los había unido.
Cuando alcanzas un cierto nivel de éxito, o desarrollas una habilidad
destacada o logras la felicidad, puedes encontrarte con una gran
cantidad de pequeños monstruos verdes que te rodean, que hablan a
tus espaldas, muchos de los cuales puedes considerar amigos,
colegas, socios o colaboradores.

Dado que la envidia es una situación común que se da en las


relaciones interpersonales y, a la vez, complicada; creo que tratar
eficazmente con personas envidiosas es una de las más importantes
habilidades que uno tiene que dominar. Lo principal que hay que
saber es que no debemos aprender una técnica complicada, sino que
se trata de una filosofía fundamental en nuestra interacción con los
envidiosos.

Verificación de la realidad

Antes de pensar en hacer frente a los envidiosos, respondamos a


esta pregunta: ¿Realmente te envidian? Verás, una cosa que he
notado asesorando a personas para mejorar sus habilidades en el
trato con la gente es que, en muchos casos, la envidia es un falso
diagnóstico.

Lo que realmente está sucediendo es que una persona tiene una


mejor imagen de sus habilidades o de sus éxitos de lo real, por lo
que actúa de forma arrogante y espera un tratamiento especial de
los demás. Cuando este tratamiento especial no ocurre, la persona
erróneamente llega a la conclusión de que los demás le tienen
envidia.

He aquí un ejemplo: un entrevistador de recursos humanos que cree


que es el mejor reclutador de la empresa y que debe recibir los
proyectos de contratación más importantes. Sin embargo, su gerente
cree que esta persona no es el mejor entrevistador y le da algunos
proyectos regulares de contratación. Por lo tanto, el reclutador llega
a la conclusión de que su gerente le tiene envidia.

Esta es la razón por la que es importante abrir bien los ojos y darse
cuenta de lo que realmente está pasando, para luego decidir si se
trata de un caso de alguien envidioso o más bien es un caso donde
uno se está sobrevalorando a sí mismo.

Poner a la gente envidiosa en una de dos cajas

Si llegas a la conclusión de que estás tratando con una persona


verdaderamente envidiosa, la siguiente cosa que recomiendo es
pensar en aquellas personas y en su real poder para causar un
impacto negativo en tí.

En base a esto, propongo ponerla en una de las 2 siguiente cajas:

1. La caja inofensiva. Estas son las personas que pueden


hacer algunos chistes de mal gusto, que a ti no te agradan;
pero que no tienen el poder o las agallas para hacerte, en
realidad, algo que pueda dañarte.

2. La caja de amenaza potencial. Estas son las personas


que tienen el poder y valor para potencialmente dañar un
aspecto de tu vida, como un compañero de trabajo que
tiene buena relación de confianza con toda la alta dirección
de la empresa.

Ignorar, ignorar, ignorar

Las personas de la primera caja son las personas que sólo tienes
que ignorar. Deja que sus chistes de mal gusto sean como lanzas
que pasan a través del agua. No existe un verdadero daño que
pueden hacerte y, a menudo, si ven que sus comentarios no tienen
ningún efecto sobre tí, con el tiempo darán un paso atrás y
continuarán, eventualmente, odiándote en silencio.

Al defenderte frente a ellos, le estás dando a estas personas más


importancia de la que merecen. Muchos de ellos están esperando
que esto suceda, porque adquieren poder no de los resultados
reales, sino a partir de la manipulación y los juegos de poder.

Enfréntalos

Las personas de la segunda caja, son de un escenario diferente.


Dado que en realidad pueden sabotear tu carrera, tus relaciones o tu
vida, debes desear tratar con ellos tan pronto como detectes los
comentarios o comportamientos que sugieren la envidia.

El primer paso que recomiendo es hablar con ellos. Señala su


conducta, expresa tus sinceras opiniones de una forma discreta y
trata de obtener su perspectiva de las cosas. Sí, si tu estilo de
comunicación es lo suficientemente bueno, esto funciona y puedes
conseguir que la otra persona de marcha atrás.

Si este método no funciona, es el momento de poner en juego una de


mis habilidades favoritas en las personas: Acabar con el poder de
esta persona sobre ti. Esto significa cambiar tu entorno y tus
dinámicas sociales por lo que la persona envidiosa ya no tiene poder
para afectarte.

Una persona que conozco que tenía un jefe envidioso, lo convirtió en


un buen amigo y se ganó la confianza del director del departamento.
Otra persona, tambien, con un jefe envidioso lo hizo renunciar a su
trabajo y buscarse otro.

Existen alternativas; la esencia es la de actuar enfrentándolos.


La gente envidiosa puede ser una molestia, pero no tienen por qué
serlo. Saber cómo tratar con ellos con prudencia, tener la confianza y
las habilidades personales para hacerlo, los convierten en
insignificantes; que es como yo creo que la gente envidiosa merecen
estar.
Capítulo 2: La Falsedad, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona falsa

1. ¿Tiene tu pareja, compañero o amigo tiempo para ti?


2. ¿Tu pareja, compañero o amigo te apoya o te socava?
3. ¿Te respeta tu pareja, compañero o amigo?
4. ¿Alguna vez tu pareja, compañero o amigo ha hablado de ti
a tus espaldas?
5. ¿Alguna vez tu pareja, compañero o amigo ha mentido
sobre su vida para impresionar a alguien?
6. Estás con tu pareja, compañero o amigo en un centro
comercial, te pruebas una ropa y le pides su opinión ¿Qué
te responde? ¿Es sincero?
7. ¿Con qué frecuencia tu pareja, compañero o amigo miente
a sus amigos o familiares?
8. ¿Has experimentado que tu pareja, compañero o amigo, de
repente, actúan de forma extraña?
9. ¿Pareciera que en algunas ocaciones tu pareja, compañero
o amigo no es la misma persona?
Caso real de falsedad

Esta es la historia de Raquel, que conoció a Yurena hace


seis meses. Fue cuando entró a trabajar en la empresa
donde actualmente está empleada.
Yuerna es la típica que en las primeras semanas es una
persona encantadora, se intenta ganar la confianza de los
demás, bromea y todo muy bien, pero ¿qué pasó
después?
Ocurrió que Yurena se vió apurada con unas tareas a las
que no podría terminar en el tiempo que tenía estipulado.
Le pidió a Raquel que le hiciera el favor de ausentarse
solo un par de minutos de su puesto de trabajo para que le
ayudara un poco. Como Yurena había sido tan
encantadora en un principio, Raquel no se negó.
Cuando la jefa se da cuenta de que Raquel no estuvo en
su puesto de trabajo por unos pocos minutos, fue a
preguntarle a Yurena si sabía por qué, a lo que respondió
“ya sabes, es nueva y puede que esté todavía un poco
perdida”. No le hizo mención a la ayuda que le había
pedido a su compañera.
La jefa empezó a tener un trato más distante con Raquel,
quien le preguntó a Yurena y ella respondió “algo habrás
hecho mal, pero no te preocupes, yo haré lo posible para
que se le pase el mal humor, porque somos amigas, no?”
Historias como éstas son más frecuentes de lo que
imaginas.

Cómo hacer frente a la gente falsa

Las personas falsas están en todas partes y, por lo general, están


desesperadas por llamar la atención. Afortunadamente, con algunos
trucos simples, puedes deshacerse de la influencia de estas
personas falsas que tienes en tu vida.

Método 1

La superación de la fastidiosa falsedad

Evitar a la persona falsa. Cada vez que estás tratando con


alguien que te hace sentir molesto u ofendido, tu mejor jugada
es, casi siempre, una de las más simples opciones disponibles.
Sólo tienes que evitar a la persona que le está agravando. Pasar
el tiempo juntos lo menos posible. Cuanto menos tiempo pasas
con esta persona, tendrá menos oportunidad para ponerte de
los nervios.
La mejor parte de esta forma de actuar es
que, también, es una forma sutil de castigar a alguien
es falso. Cuando actúan de esta manera, no
consiguen el privilegio de salirse con la suya.

Si no se puede evitar a la persona falsa, procura que tus


interacciones con ella sean breves. Tomar la decisión de con
quién compartes tiempo es fácil. Sin embargo, a veces las
situaciones sociales pueden obligarte a pasar el rato con gente
falsa de todos modos (por ejemplo, si la persona falsa aparece
para un evento de grupo). En este caso, si quieres evitar ser
grosero, no ignores de plano a la persona falsa. En su lugar,
sólo tratar de actuar atento sin ser demasiado agradable. De
esta manera, tienes menos posibilidades de iniciar una
conversación con la persona falsa.
Una buena regla general es simplemente
evitar hablar con esta persona hasta que ella hable
contigo primero o hasta que la situación te obligue a
tratarla. Actuar educado pero un poco distante hacia
esta persona, como si fueras a hablar con alguien
que nunca ha visto antes.

No dejes que el comportamiento falso llegue a tí.


Mantener la calma en torno a la gente falsa es muy importante,
incluso si son realmente molestos.
Es casi siempre mejor salirse de una
situación molesta que estallar sobre alguien cuya
falsedad te está molestando. No tengas miedo de
darte unos minutos para calmarte si sientes que tu
temperamento está empezando a estallar.

Sin embargo, si la persona te dice algo


ofensivo, no tienes que responder con una nueva
ofensa. La gente falsa necesita saber que hay
límites a su comportamiento, por lo que puedes
responder diciendo algo como: "No me gusta cuando
dices cosas como esas acerca de mí."

No te rebajes al nivel de la persona falsa. Tú no tienes


que convertirte en una persona falsa cuando tratas de combatir
la falsedad en otras personas. Resiste la tentación de vengarte
de la persona falsa diciendo chismes y comentarios groseros.
Recuerda que si se actúa de esta forma, otras personas pueden
no ser capaces de distinguir la diferencia entre tu falsedad y la
falsedad de la persona con la que estás luchando.

Método 2

Tratar con un amigo falso

Enfrenta la "falsedad". Una cosa es cuando un compañero


o conocido está actuando falsamente; pero cuando un amigo
cercano comienza a hacerlo, sin embargo, puede afectar
seriamente tu vida porque es mucho más difícil de evitar o
ignorar a esta persona. Si de repente se nota un cambio en el
comportamiento de tu amigo y él comienza a actuar de una
manera que sabes que no es fiel a su forma de ser. Prepárate
para un poco de resistencia, a nadie le gusta escuchar que está
haciendo algo mal.
Por ejemplo, si notas que tu pareja, compañero o
amigo está relacionándose con gente de una
determinada característica para lucir
"interesante", dile a tu pareja, compañero o amigo
que estás sorprendido por esto. Se educado,
pero no dejes de mencionar que piensas que
esas relaciones no le van a proporcionar nada
interesante.

Haz preguntas para llegar al fondo de la falsedad.


Entender por qué tu pareja, compañero o amigo está actuando
de esta manera puede hacer que sea mucho más fácil para
superar su comportamiento falso. Preguntar a tu pareja,
compañero o amigo acerca de su nuevo comportamiento es una
buena manera de averiguar lo que está pasando, pero es
importante que te mantengas respetuoso. Tú no quieres
molestarlo si se puede evitar. Trata de hacer preguntas como:
"Oye, me he dado cuenta de que estás actuando
un poco diferente últimamente. ¿Puede ser?"

"Así que has estado saliendo con algunas


personas diferentes, ¿no es así?"

"¿De qué se trata todo esto nuevo de lo que has


estado hablando últimamente?"

Considera la posibilidad de tener una conversación de


corazón a corazón si el problema es grave. En cierta medida,
lo que tu pareja, compañero o amigo decide hacer es su
problema. Sin embargo, si el deseo de mostrarse diferente lo
conduce a hacer cosas que son poco prudentes, es tu deber,
como pareja, compañero o amigo, intervenir. Puede que no seas
capaz de lograr que deje de hacer esas cosas, pero puedes
hacerle saber lo perjudicial que piensas que van a ser sus
acciones.
Si tu pareja, compañero o amigo se está
involucrando con ciertas cosas que ponen su
seguridad en peligro (como, por ejemplo,
fármacos), puedes informárselo a un familiar.
Puede mostrarse disgustado por esto, pero es la
mejor alternativa.

Sólo hazlo si estás verdaderamente preocupado


por su seguridad. No es tu misión controlar lo que
hace con su vida.

Habla con sus familiares u otros amigos sobre el


problema. Ten en cuenta que nunca tienes que luchar solo
contra la falsedad. Cuando tu pareja, compañero o amigo falso
no esté presente, habla de lo que está pasando con tus otros
amigos. Puede que tengan nuevas perspectivas o información
privilegiada que te harán las cosas más fáciles de entender.
Juntos pueden llegar a una conclusión acerca de cómo lidiar con
su nuevo comportamiento.
Trata de evitar que tu conversación se convierta
en un chusmerío. Recuerda que tu objetivo es
hablar de cómo tu pareja, compañero o amigo
está actuando de manera diferente de lo que
estamos acostumbrados. No es una excusa para
burlarse de esta persona.

Estar dispuesto a "tomarse un descanso" de esta


relación. En última instancia, no se puede obligar a alguien a no
ser falso. Si estás teniendo problemas para conseguir que "vea
la luz", da un paso atrás. Deja que tu relación se enfríe antes de
continuar de la misma manera. Evitar compartir tiempo con esta
persona y limitar tus interacciones cuando estás pasando el rato
en un grupo. Mostrándole que su comportamiento falso provoca
que no quieres pasar el rato con él/ella y hasta puede
persuadirlo/la a deponer su actitud. Si no es así, al menos
podrás limitar el impacto de lo que te molesta de esta persona.
Capítulo 3: La Psicopatía, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona psicópata

1. ¿Tienes a alguna persona de tu entorno que sea


encantadora y que pueda dejar de serlo de un momento a
otro como si tuviera un interruptor?
2. ¿Hace esta persona lo que quiere, cuando quiere sin
importarle lo que otras personas quieren?
3. ¿Considera esta persona que si algo sale mal no es su
culpa?
4. ¿Ha tenido esta persona alguna vez problemas legales?
5. ¿Piensa esta persona que es la mejor en lo que hace sin
que nadie pueda superarla?
6. ¿Siente esta persona pena por alguien o deseos de ayudar
a alguien?
7. ¿Se aplica a esta persona la frase: “el fun justifica los
medios”?
8. ¿Opina esta persona que hay que vivir el presente, porque
el futuro cuidará de si mismo y aprender del pasado no
tiene sentido?
Caso real de psicopatía

Esta es la historia de Elena, quien creía que tocaba el cielo


con las manos, fué arrogante por creer tener al mejor
hombre, se sentía la mujer más feliz y más dichosa del
mundo, posó orgullosa en la foto familiar fantaseando que
era una Reina.

Después comenzó a sentir que “algo no andaba bien”,


empezó a ver cambios en su personalidad, pensó que era
su culpa, pidió perdón (varias veces), aún cuando no había
fallado en nada, notaba que tenía actitudes poco amables,
sufrió los malos tratos, creía que era solo un “momento
pasajero” y que ya iba a cambiar.

Parecía que todo se venía abajo, vió como el Príncipe se


convertía en un Demonio, padeció sus humillaciones y sus
golpes al autoestima, llegó a preferir un golpe físico antes
que un maltrato a su confundida mente. Lloró, tuvo que
fingir que todo estaba bien en el trabajo y su casa, tuvo
que guardarse todo para sí misma, porque creía que nadie
le entendería.

Reía cuando le decían “¡Aléjate, es una porquería! Tuvo


que tomar conciencia de que no era victima, sino una
participante activa de esa relación enferma. Sufrió la
abstinencia del Contacto Cero, hoy se siente que no es la
misma de antes, en ocasiones con deseos de venganza,
de justicia y de compensación.
De vez en cuando, mira a su alrededor y se pregunta ¿Ya
ha pasado? ¿De verdad ya ha pasado?
Presentaré una ayuda para protegerse de los psicópatas, una de las
especies más peligrosas con las que nos podemos encontrar. Te
daré tres valiosos consejos, comenzando con la toma de conciencia y
haciendo caso a las alarmas.

Debido a su alto nivel en la habilidad de manipulación y en la gestión


de las apariencias, y a pesar de toda la información que hay acerca
de los psicópatas, demasiadas personas descubren qué tipo de
personaje gravemente perturbado los han estado acompañando
después de que tanto daño ya está hecho. Mientras aún es posible
engañar incluso a la persona más informada y alerta, hay algunas
cosas que puede ser especialmente importantes a tener en cuenta y
que pueden ayudar a evitar involucrarse con alguien que podría
convertir tu vida en una pesadilla. Estos son algunos consejos para
mejorar tu autoprotección:

Asegúrate que escuchas y prestas atención a las alarmas.

Los individuos con rasgos psicópatas puede llegar a ser muy


atractivos. Ellos saben cómo encantar, seducir y cautivar. A todos
nos gusta ser halagado y no hay nada de malo con un poco de charla
dulce. No todos los que tienen encanto y tratan de seducir son
psicópatas. Pero el encanto de los psicópatas es superficial y se
pueden reconocer como tal cuando se examinan de cerca.

Encantador y seductor son sólo algunas de las tácticas que utilizan


para obtener lo que ellos quieren de tí. A veces, la forma en que
seducen es sutil, jugando con tus necesidades más profundas. A
veces, avanzan confiados, convencidos de que con sus artimañas
abruman y dominan. Si no eres conciente de estas manipulaciones,
es muy probable que termines como masilla en sus manos. Sólo
cuando te tienen firmemente a su alcance, son propensos a darse
cuenta de que eres, realmente, nada más que una presa. Y sólo
cuando te han utilizado y te han explotado suficientemente, vas a
saber lo que realmente significas para ellos. Para los psicópatas
siempre se trata de la conquista. Por lo general buscan "trofeos"
para sentirse superiores.

Cuidado con los huecos en la empatía.

Los psicópatas pueden aparentar preocuparse por tí y tu bienestar.


Pero la investigación ha demostrado que su capacidad de cuidar es
muy limitada, a menudo no tienen.

No tienen habilidad para ocultar esta falta de empatía, así que si


eres consciente de las cosas, puedes ver las señales de advertencia.
La frialdad escalofriante con las que pudieran mostrar su disgusto
puede estar en marcado contraste con el afecto y la atención que te
mostraban.

El desprecio que a veces desvelan refleja una forma maligna de


narcisismo. Es una soberbia que va mucho más allá de sólo pensar
exageradamente en uno mismo, implica pensar en uno mismo como
alguien superior y, por tanto, con derecho a aprovecharse de
aquellos que son percibidos como menos digno.

Es este el narcisismo maligno que realmente afecta el desarrollo de


la empatía. Algunos psicópatas son simplemente carentes de
empatía y los cuidados que parecen mostrar a veces no es más que
un acto fácilmente detectable.

Cuando sientas que la persona con la que estás tiene una capacidad
limitada de atención, o una extraña habilidad para librarse del
cuidado de otras personas y sin piedad degradan a los demás,
debes considerarte prevenido.

Recuerda, no siempre es bueno ser "cool".

Los psicópatas tienen una superficialidad que los provee de una


destreza para la labia y para mostrarse despreocupados.
Pueden aparentar ser "frescos como una lechuga," pareciendo que
nada les molesta o les perturba. Pueden exhibirse como afortunados
a la vez que seguros y firmes. Ellos confían en su capacidad para
estafar, manipular, y en la aptitud para salir de atascos.

Esta cualidad es una señal de que ellos no tienen mucho respeto por
las normas, reglas, y por las preocupaciones que nos lleva a la
mayoría de nosotros a una conciencia social, y tienen poco reparo en
violar las normas en las que la mayoría de nosotros tratamos de
prestar atención.

A veces, una persona carente de confianza en sí mismo, con baja


autoestima tiende a sentirse muy atraído por alguien que parece tan
tranquilo, fresco, y seguro de sí mismo. Esto explica el inevitable alto
riesgo. Los psicópatas son conscientes de sus inseguridades, y
saben cómo atraer a sus víctimas por su aparente autoconfianza.

Los psicópatas también tienen a menudo una capacidad de ingenio y


suelen hablar rápido. Ellos tienen el "don de la palabra" y siempre
parecen tener una respuesta.

Como he mencionado antes, los psicópatas en toda regla son una


especie rara. Eso no quiere decir que la gente con sólo unos pocos
rasgos psicópatas en su personalidad tengan que serlo.

Al igual que hemos llegado a conclusiones de una serie de otras


condiciones psicológicas, existe una perturbación a lo largo de un
continuo. Mientras que los verdaderos psicópatas se encuentran en
el extremo del continuo, hay muchos personajes perturbados por ahí
que caen en algún lugar cerca de un extremo del continuo y que
plantean problemas igualmente problemáticos para una relación.

Por lo tanto, si ves cualquiera de las señales de advertencia


mencionadas anteriormente, lo mejor es proceder con una gran
cantidad de precaución. Si ves todas las señales, es probablemente
que la mejor opción sea mantenerte al margen: que bien podrías
estar tratando con un psicópata.
Capítulo 4: El Chismorroteo, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona chismosa

1. La persona que estás analizando entra a la sala de


descanso de su lugar de trabajo y ve a un compañero y
una compañera que están un poco nerviosos y
desalineados. ¿Qué es lo que piensa?
2. Esta persona escucha por casualidad un comentario.
¿Intenta grabarlo en su memoria para compartirlo con
otros?
3. Le cuentas algo a esta persona (que puede ser tu pareja,
compañero o amigo) y le pides que no se lo diga a nadie.
¿Qué crees que hace?
4. En el círculo social donde ambos están circula un
comentario y esta persona es la última en enterarse.
¿Cómo reacciona?
5. Tienes una reunión con tu jefe, y cuando sales esta
persona te pregunta qué hablaron, a lo que respondes que
no puedes decirlo. ¿Cómo reacciona?
6. Esta persona ve a dos amigos que, supuestamente no era
pareja, besándose. ¿Qué hace?
7. ¿Has tenido alguna vez un problema con alguien por un
comentario que haya hecho esta persona sobre ti?
8. ¿Crees que tu relación con esta persona te permite
contarle tu más íntimo secreto?
Caso real de chismorroteo

Esta es la historia de una estudiante llamada Lorena; su


segundo año en la escuela secundaria comenzó muy bien.
Todo estaba funcionando sin problemas, y ella iba bien en
todas sus clases. Pero, como el final del año ya llegaba,
sus calificaciones comenzaron a bajar.

Esto se debe a que se había convertido en la hazmereir


para un montón de chicas. Ella tenía una amiga en el que
pensó que podía confiar cualquier cosa, pero pronto se dio
cuenta que no era así. Esta amiga empezó a decir cosas
de Lorena a sus espaldas, e incluso comenzó a decir
cosas sobre su madre. Algunas de las cosas que ella
decía tenía a las chicas muy molestas con Lorena y se
querían pelear con ella. Este fue un momento muy difícil
para ella, pero al final pensó bien las cosas.

Al principio tenía miedo de decírselo a su madre porque


trabaja en la escuela, y Lorena no quería que todos
supieran lo que estaba pasando. Cuando las chicas
comenzaron a difundir rumores sobre ella, sabía que era
el momento de que un adulto entrara en la situación.

Fue a su madre en primer lugar porque podía confiarle


cualquier cosa, y ella siempre estaba ahí para su hija. Su
madre le dijo que debería hablar con las compañeras y
tratar de arreglar las cosas, así que lo hizo. Les dijo que
las cosas que su supuesta amiga les decía no eran ciertas.
Como la mayoría de las adolescentes, no le creyeron al
principio, pero pronto les dió la información que les hizo
creerle.

Al final, se enfrentó a sus miedos y se convirtió en una


persona más fuerte. A día de hoy está contenta de haber
hablado con sus compañeras, ya que ha hecho su vida
más fácil, y también ha aprendido a distinguir a los
verdaderos amigos de los que no lo son.

Chismes, todos necesitamos saber cómo protegernos, porque


ninguno de nosotros es inmune, y puede suscitar más problemas que
un tornado. Todos hemos sido culpables de hablar de alguien que no
estaba presente, y todos han hablado sobre nosotros a nuestras
espaldas.

Algunos descartan los chismes por considerarlos una inofensiva


charla que bombea un poco de emoción en el aire de una aburrida
oficina, sala de clase o en cualquier conversación. Sin embargo, el
chisme es una bomba de tiempo de rumores, insinuaciones, medias
verdades y verdades hirientes.

Necesitamos permanecer alejado de ella para protegernos y


proteger a otros de sus daños colaterales.

» Pero, ¿cómo sabemos si estamos esparciendo rumores o


compartir noticias o preocupación legítima sobre otra persona?

» Si alguien difunde chismes o rumores acerca de nosotros, ¿Cómo


podemos detener a esa persona (si las historias son verídicas o no)?

» Cuando oímos que hablan de otros, ¿cómo podemos interrumpir el


chisme sin ser groseros?

En realidad, las respuestas a las tres preguntas son "muy fáciles"


Se necesitan dos cosas: saber las maneras de protegerse a sí
mismo y a los demás del chisme, y el valor moral de hacer lo
correcto.
Los modales son fáciles desde el principio

El valor de enfrentar a alguien que está hablando a espaldas, o para


romper un chisme entre tus amigos, familiares o compañeros de
trabajo es, en una primera instancia, difícil; sin embargo, una vez que
muestras tu tolerancia cero un par de veces, otros aprenderán que
ésta no es una zona libre para chismorrotear.

Un cúmulo de mentiras o medias verdades que se difundan podrían


llenar tu cabeza con pensamientos y preocupaciones más ruidosos
que un clamor continuo de manifestantes golpeando las cacerolas.

Los chismes o rumores pueden ser verdaderos o falsos, de cualquier


manera es un error compartirlos. Y cuando lo hacemos, robamos la
intimidad de la otra persona.

El chisme es robar. Si es falso, se trata de robar la buena


imagen de otra persona. Si es verdad, se le está quitando su
derecho a la privacidad y la propiedad de su propia historia.

¿Cuál es la línea divisoria entre el cotilleo y la difusión de noticias


sobre alguien?

Si vas a compartir una historia y tú no eres parte de la trama, del


problema o de la solución, es el chisme. Esa es la ecuación perfecta.

Decirle a alguien que el cónyuge de un compañero de trabajo está


considerando el divorcio es el chisme.

Preguntarle a los demás si María podría estar embarazada porque


ha llegado tarde al trabajo en tres mañanas del último par de
semanas y que se ve cansada, es propagar rumores a pesar de que
tu preocupación es real.
No importa si eres un familiar compartiendo tu preocupación con
otros miembros de la familia. Cuando María esté lista para decirtelo,
a su madre, a su padre, a sus hermanos, o cualquier otra persona,
ella lo hará. Es su noticia para compartir, no la suya para reflexionar
en voz alta.

Si una pareja tiene problemas con una demanda de divorcio, es un


anuncio que esta pareja hará (o no). Si ellos no lo hacen, no es tu
tarea tomar la noticia y anunciarla.

Si alguien ha compartido algo contigo, debes asumir que lo ha hecho


con confianza. Si entran en tu círculo interno significa que confían en
ti, no es una invitación para difundir la información.

Los psicólogos nos dicen que a través del acto de transferencia,


cuando hablamos de los demás, las personas que nos escuchan
pronto comienzan a asignar esos mismos rasgos en nosotros. Por lo
tanto, si alguna vez vamos a difundir cualquier cosa sobre alguien,
que sea un cumplido.

Al ser un chismoso, el que se dedica a acusar, a las habladurías por


la espalda, conseguirá no ganar amigos de confianza o no ganar
influencia significativa en las vidas de los demás, y si, en su lugar, se
dedica a escuchar los chismes, es más de lo mismo.

El libro de Proverbios también habla de esto. "Las palabras del


chismoso son como bocados deliciosos, y penetran hasta el fondo
de las entrañas" (Proverbios 18:8).

Las palabras se abren camino en nuestras almas. Se convierten en


nuestros pensamientos. Controlan nuestras creencias. El chisme es
tóxico. Tú no deseas que esté en ti.

Si tienes una verdadera preocupación por la salud de un amigo o su


bienestar, dile en privado que has estado pensando en él, y que hace
tiempo que no compartes tiempo con él.

Si te dice que todo está bien, déjalo solo. Cuando quiera que lo
sepas, lo sabrás. En este punto no eres parte de la trama, el
problema o la solución. Es tu señal para dejar el tema. Ora por él, y
debes estar allí si viene a ti.

El chisme: Cómo protegerte tú mismo y a otros

Por desgracia, no hay una manera de evitar que la gente hable de ti.
El chisme es tan frecuente que ninguno de nosotros es inmune. Sin
embargo, si la gente sabe que no tienes miedo a enfrentarte al
chismoso, es menos probable que seas su objetivo.

Y mientras que nuestro objetivo es ser siempre cortés, cuando


alguien difunde chismes o rumores, la maldad no es algo nuestro, es
de los chismosos.

Los buenos modales nos piden que seamos una alfombra de


bienvenida, no un felpudo. No es grosero averiguar el origen de los
rumores y enfrentar a la persona o personas en el camino que han
esparcido la historia.

¿Es más ir de frente que la mayoría de la gente suele hacer? Sí. (Sin
embargo, no te preocupes, la grosería no es necesaria. Apenas se
rápido, directo y firme.)

¿Es necesario para mantener tu buen nombre y para establecer


límites saludables? Sí.

¿Se puede perdonar, intenta olvidar y seguir adelante? Sí. Sin


embargo, por ahora, dar un paso atrás de la persona, incluso si él o
ella es un pariente hasta que vuelvan a ganar tu confianza.

He aquí dos ejemplos para hacer frente a los rumores y chismes:


Laura acaba de escuchar el rumor en la oficina de que está siendo
asignada a un departamento diferente porque ella está saliendo en
secreto con su jefe.

La historia continúa diciendo que él arregló la transferencia para que


pudieran seguir viéndose. Lo más fuerte del rumor es que con el
traslado al nuevo departamento viene un aumento de 5000 euros al
año debido a que el trabajo implica ser responsable de varios
proyectos.

Lo que pasa es que el rumor es cierto.


Aún así, Laura no quiere que las otras personas hablen de su
relación o de sus ingresos.

Hay muchas cosas que podríamos estar de acuerdo en que no son


adecuadas repecto de Laura y su jefe (va en contra de las políticas
de la empresa salir con alguien en su departamento.) y de la ayuda
que recibió para la obtención de su nueva posición. Sin embargo, los
compañeros de trabajo hablan de ello en vez de ir a través de los
canales adecuados de Recursos Humanos para presentar una queja
formal. Lo que están haciendo no es una buena idea porque no va a
cambiar nada.

Laura escucha todo esto de Isabel, que se lo dice porque es su


amiga y quiere hacerle saber lo que otros están diciendo sobre ella.

El primer paso de Laura es responderle a Isabel, "Me sorprende que


quisieras compartir esto conmigo, sea cierto o no, ya que se trata
de asuntos privados, de mis sentimientos y de mis ingresos. Voy a
pedirte que no se lo digas a nadie más. Por cierto, de quién lo
oíste?"

Isabel ha dado un paso atrás y le ha dicho a Laura que Sonia se le


dijo hoy. El siguiente paso de Laura es encontrar Sonia y decirle lo
mismo, añadiendo que Isabel le dijo que lo escuchó directamente de
ella.

En ningún momento confirmó ni negó la historia. Ella va a tantas


personas, de una en una, como pueda conseguir sus nombres, y
cuando le preguntan de plano si el rumor es cierto o no, su respuesta
es: "¿Por qué me preguntas eso?" A continuación se gira y se va.

Otro ejemplo: Tatiana y Rodolfo son un matrimonio que ha llegado a


un punto áspero. El estrés por el pago de su hipoteca, el recorte en
los ingresos de él, la pérdida del trabajo a tiempo parcial de ella, el
hecho de que su hijo mayor va a menos en la universidad en los
últimos dos años, y los problemas de salud de su hijo menor, han
extinguido el romance en la relación.

Ellos no pueden vender su casa, y sus acreedores han empezado a


llamar.
Tatiana se siente atrapada y sola en casa.

El único alivio en un día de Rodolfo es tener largas conversaciones


con Inés, un oído que le escucha bastante en el trabajo. Almuerzan
juntos en un banco de un parque cercano a la oficina.

Tatiana consigue enfadar a Rodolfo quien dice: "¿Por qué esta


nuestra tarjeta Visa a tope?" despotricando mientras ella trata de
explicar que ha tenido que comprar comestibles, zapatos nuevos
para los niños, pagar el recibo de la luz, el veterinario, y otras cosas
porque no había dinero suficiente en la cuenta corriente.

Rodolfo piensa en cómo sería la vida si su mujer fuera más como


Inés.
Rodolfo le ha hablado de Inés en alguna ocasión. Tatiana se
preocupa.
Ella también piensa que la vida sería menos estresante sin la
constante negatividad de Rodolfo y exigencias para dejar de gastar
dinero cuando ella no sabe cómo ahorrar más.

Un martes por la tarde, Tatiana no acude a sus clases de danza


como habitualmente lo hace. Su amiga Lourdes la llama. Tatiana
confía en ella acerca de su situación actual. Lourdes escucha, le da
ánimos, y se compromete a orar por ella.

Al siguiente martes, Tatiana nuevamente se ausenta y Lourdes, ante


la pregunta de las otras compañeras sobre la ausencia de Tatiana,
comenta su prolema.

Esa misma tarde, Tatiana recibe una llamada de Silvia que le dice lo
que Lourdes le ha contado. Le llama para darle ánimos también.

Tatiana está enfadada y herida por lo que contó Lourdes. Ella le


había pedido a Lourdes que no contara su problema, que no
compartiera su historia. Si Rodolfo se entera que ya mucha gente
está al corriente de sus problemas íntimos, se va a poner furioso. Su
matrimonio se tensa aún más.

De repente, Tatiana siente que no tiene sentido continuar en la


escuela de danza. Que, en realidad, nunca se había sentido muy bien
y que no progresaba como ella esperaba.

Mientras Lourdes pensó que cuantas más personas pensaran en su


problema y le dieran ánimos sería mejor, cuando, en realidad, se le
pidió que mantuviera la discreción en lo que se le había confiado.
Además, ella no era parte de la trama, el problema o la solución. No
era su historia para compartir.

Ella lo convirtió en un chisme y cometió un error al compartir de la


manera que lo hizo.
Sin necesidad de utilizar el nombre de Tatiana o compartir los
detalles de la historia, Lourdes podría decir: "La semana pasada una
amiga me comentó un problema que tiene” explicarlo en líneas
generales y seguido preguntar “¿qué harían ustedes en esa
situación?”. De esta manera podría dar con posibles soluciones para
ayudar a su amiga Tatiana.

Afrontar al chismoso no es fácil. Pero hay que hacerlo, es la actitud


que debemos tomar y más con personas que toman al chismorroteo
como deporte.

Ir a la fuente es tu mejor oportunidad de detener los rumores y evitar


que los chismes se propaguen. Por lo menos, ponerte de pie y
empezar a marcar tus límites con suficiente claridad.

Cuando oímos otros cotilleo, ¿Cómo podemos detenerlos?

Impidiendo que la gente en medio de un festival de chismes se arme


valor. Pero es un acto de bondad. Y si lo hacemos sin levantar la voz,
ni insultando, ni llamando a alguien chismoso, podemos estar seguros
de que nuestras acciones están haciendo un bien.

Si se inyecta humor en la situación, por lo general una cuchara llena


de azúcar que ayuda a tragar la medicina. Si no puedes pensar en
otra cosa humorística, recuerda a los demás que el chisme hace
daño o que lo que se siembra también se cosecha.

Prueba algo así: "Shhh! ¿Alguien más nos va a escuchar? Creo que
es el clamor de los chismes tratando de tomar el relevo. ¡Tal vez
deberíamos cambiar de tema antes de que se ponga al día con
nosotros! "

"¿Sabe Rosa que estamos hablando del fracaso escolar de su hijo?


¿Cómo se sentiría acerca de que las personas conozcan los
detalles? Si fuera mi hijo, me gustaría protegerlo de los rumores
acerca de por qué repitió curso en la escuela. Esto es todo lo que
podría hacer por él. Vamos a ayudarla".

"Carla tiene sus peculiaridades, pero ella nunca ha sido hiriente. Yo


no le diría ninguna de estas cosas a ella, así que voy a apartarme
de esta conversación. "

"Si esto es lo que dices de Alberto, no me puedo imaginar lo que


dirías de mí. ¿Debo estar preocupado cuando esté ausente? "

"Hoy en día es Walter, ¿mañana quién será?”

Algunos consejos:

Si alguien empieza diciendo algo que piensas va a llegar a


ser un chisme, puedes interrumpir con, "Disculpa que te
interrumpa, pero ¿Mario sabe que estás compartiendo esto
con nosotros?"

Si has sido sorprendido contando chismes sobre alguien,


toma estas medidas para empezar a hacer las paces:
Asume la responsabilidad
Pide disculpas
No seas defensivo
No seas argumentativo
Recuerda que, inherente a cada disculpa, es el hecho de
que no vas a hacer lo mismo otra vez
Pide perdón y busca la reconciliación
Un amigo debe ser la primera línea de defensa para
detener un chisme para que no penetre en los oídos de otros
amigos. Queremos proteger a aquellos que queremos de lo
que sabemos será perjudicial para ellos (lo mismo, por
supuesto, se aplica a los miembros de la familia).
Si hay una historia seria dando vueltas acerca de tu amigo
y tú, lo mejor es ir a ver a tu amigo y aclarar las cosas.

Sus historias le pertenecen, por más que el chisme sea


verdadero o falso. Tienes el derecho de pedir que la historia
deje de circular.

Vive tu vida lejos del combate, y no tendrás que encontrarte


evitando un chisme que se está diciendo de ti.
Capítulo 5: La Queja, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona quejosa

Tu pareja, compañero o amigo:


1. ¿Se queja del clima?
2. ¿Se queja de los políticos?
3. ¿Se queja del ruido que hacen los vecinos?
4. ¿Se queja del tráfico cuando conduce?
5. ¿Se queja de su jefe o compañeros de trabajo?
6. ¿Se queja de la cantidad de cosas que tiene que hacer?
7. ¿Se queja cuando falla la conexión a internet?
8. ¿Se queja porque piensa que la gente le pide demasiados
favores?
Caso real de un quejoso

Esta es la historia de Luis, que se he vuelto una persona


quejica, un homre quejoso. No se reconoce a sí mismo en
este rol, excepto cuando esta faceta es un calco de su
padre, y no quiere ser como su padre!

Se averguenza en lo que se he convertido, vive


quejándose por todo, y su novia suele ser la primera
víctima. Por un lado, cuando está ensimismado en sus
pensamientos, se da cuenta que no se encuentra cómodo
consigo mismo.

La primavera llega, ha engordado unos kilos, se siente


pesado y es un estrés constante pensar en dietas, y siente
que su novia no le apoya porque la mayoría de las veces
cocina ella (y lo hace de maravilla) obligándole a comer
más de lo que quiere, y por otro lado, en una discusión lo
lastimó llamándole gordo. Lo hizo para herirlo, porque
sabe darle donde más le duele, luego le pidió disculpas y
le dijo que no pensaba eso.

Por otra parte, piensa que tiene mucha razón en sentirse


mal muchas veces, siente que ella no valora su tiempo,
olvida con facilidad que él también tiene
responsabilidades, y le tiene en su casa sin dejarle ir
diciéndole que ya va a tener tiempo para hacer lo suyo,
cuando no es así; hay veces que él necesita hacer cosas
en forma urgente y ella no lo valora. Incluso a veces le
presta ayuda a ella con sus estudios y cuando discuten, le
dice que no quiere nada de lo que le hizo, con lo cual
desperdició su tiempo para nada.

En fin, se queja, y es muy triste, porque siempre ha sido


un hombre positivo. Ahora piensa que el mundo está en su
contra. No es agradable ser quejoso.

Es difícil ser positivo y productivo cuando se tiene a alguien que se


queja en tu oído durante todo el día. Los quejosos crónicos creen
que el mundo está en su contra, pero la verdad es que ni siquiera se
dan cuenta que se quejan tanto. Aquí hay algunos consejos útiles
para tratar con los que tienen esa inclinación de informar a todos
acerca de sus dificultades.

La diferencia entre las personas negativas y quejosos crónicos

Cuando alguien se queja constantemente, es fácil pensar que sólo


tiene una perspectiva negativa sobre la vida de la misma manera que
lo haría un pesimista. Pero la verdad es que los quejosos crónicos
son una raza completamente diferente. Puede que no tengan una
perspectiva negativa sobre la vida en absoluto, pero se encargan de
que sepas que nada es lo suficientemente bueno.

Vamos a ver las diferencias fundamentales:

Los optimistas ven: El vaso medio lleno.


Los pesimistas ven: El vaso medio vacío.

Los quejosos crónicos ven: Un vaso que está ligeramente vacío,


con el agua que no está lo suficientemente fría, probablemente
porque es agua del grifo cuando pedí agua embotellada y, espera!,
hay una mancha en el cristal, también, lo que significa que no se
había lavado adecuadamente y ahora probablemente vamos a
terminar con algún tipo de virus. ¿Por qué estas cosas siempre me
pasan ?!
Las personas negativas, en general, son notoriamente difíciles de
tratar, pero el quejoso crónico requiere un enfoque diferente. Ni
siquiera se ven a sí mismos como personas negativas. En su mente,
el mundo es lo que es, negativo, y sólo saben una manera de
responder a él, quejándose.

Los quejosos crónicos pueden incluso ser personas relativamente


positivas que, en realidad, no saben cómo expresarse de una forma
positiva, por lo que es importante acercarse a ellos de una manera
correcta.

Cómo sobrevivir a una conversación con un quejoso

Por desgracia, todos tenemos que hacer frente a estas personas


todos los días. Si estás obligado a trabajar con un quejoso crónico o
tienes un miembro de la familia que no puedes evitar, estos consejos
son la mejor alternativa para conseguir que se detengan. Si es
posible, no promover este tipo de comportamiento, si puedes evítalo,
pero a veces hay que hacerlo a través de una conversación firme.

Debido a que la validación es la clave para el cierre de un quejoso en


un principio, es necesario mostrarte que te preocupas por lo que está
diciendo.

Tan áspero podría ser, que tienes que hacer todo lo posible para
demostrar que, en realidad, estás escuchando lo que dice. Incluso si
las quejas parecen ridículas y sin sentido, no poner los ojos inquietos,
ni consultar tu correo electrónico. En lugar de eso, asiente con la
cabeza y di cosas como, "Te escucho", o, "Eso debe ser muy duro".

En la mayoría de los casos, te lanzan muchas quejas sobre ellos


mismos en cinco minutos o menos, a lo que no deberías ser tan
inocente de añadir más leña el fuego como por ejemplo sugiriendo
una solución. No: En este punto, siempre obtendrás una respuesta
como: "Pero eso no va a funcionar porque ..." y las quejas van a
durar mucho más tiempo.

En la mayoría de los casos, los quejosos crónicos son así porque no


tienen a nadie a quién ventilar sus quejas. A veces una buena sesión
de escucha es suficiente para que puedan sacar todo y seguir
adelante. Ellos quieren ser escuchados y quieren ser tratados como
una persona normal. No tienes que decir ni una sola cosa que
realmente ayude o vaya en contra de ellos. Sólo escuchar, inclinando
la cabeza y demostrando que estás validando sus problemas.

Validar, Simpatizar, Desviar, Redirigir

Ahora que ya les has demostrado que estás escuchando, ya estás


listo para desplegar las armas definitivas para apagar a los quejosos
crónicos. La validación es la prioridad número uno, pero una vez que
hayas hecho esto, es hora de simpatizar.

Expresando solidaridad lo mejor que puedas y tratando de hacerlo lo


más auténtico posible. La gente puede darse cuenta cuando la
simpatía es falsa, y después de quejarse muchos pueden decir "oh,
piensas que sólo soy un quejica".

Es imprescindible, también, evitar cualquier tipo de sarcasmo.


Podrías pensar que su queja es estúpida, y tal vez incluso te notes
un poco raro, pero el sarcasmo crea más problemas.

La mayoría de las veces, la validación y la simpatía son suficientes


para calmar a cualquier quejoso crónico, pero todavía hay algunas
cosas que puedes hacer para los casos realmente difíciles. Desviar
es una manera para que respondas a ellos sin necesidad de
apagarlos o diciendo que están equivocados:
Si están quejándose de una persona en concreto:
"Parece que tú y él tienen algo de que hablar."
Si están quejándose de otra cosa: "Eso es terrible. No
sabría cómo lidiar con eso ".

Cuando todo lo demás falla, darles un tipo diferente de


atención: "¿En qué te está llendo bien?"

Similar al desvío es el método de redirección. Esencialmente, estás


cambiando el tema de la conversación sin que sea tan obvio que no
deseas escuchar su problema por millonésima vez.

Por ejemplo, "¿La impresora se ha atascado otra vez? Jo, esto es


muy molesto! Yo sé que es difícil hacer caso omiso a lo que me
estás contando, espero que puedas solucionar tus cosas, porque
ahora tenemos que volver al archivo que queríamos imprimir ... "

Muchos quejosos crónicos seguirán tu redireccionamiento y volverán


a lo que estaban haciendo. No tienen intención, realmente, de hacer
nada acerca de su problema, quejarse es un hábito tan simple que
una redirección es todo lo que necesitan para cambiar su modo de
pensar y hacer otra cosa.

Ofrece un consejo corto y enfocado

Muchos quejosos crónicos están envueltos en la idea de que la


dificultad es sólo una parte de su vida. Ellos no están por lo general
en busca de asesoramiento o consejo, por más que quieren
compartir sus problemas todo el tiempo. Incluso si les diste una
buena manera de resolver su problema, probablemente no estarán
muy felices de escucharla. Si piden consejo, lo mejor es que seas
breve y directo.

También cabe la posibilidad de que rechacen tu ayuda después de


haberla pedido, insistiendo en que tu consejo es inútil o "no es
relevante" a su problema.
Esto puede ser muy molesto, pero si puedes reconocer esa actitud,
es bueno para no acabar agotado buscando opciones.

Cuando se reconoce un quejica rechazador de ayudas, pregúntales


cómo van a solucionar su problema. Van a empezar pensando en la
manera de abordar el asunto o dejándolo sin resolver porque se dan
cuenta de que nada se puede hacer.

Si quieres estar en desacuerdo, hazlo bien

La mayoría de las veces es poco aconsejable estar en desacuerdo


con un quejoso crónico. El desacuerdo elimina cualquier sentimiento
de validación que puedes haber estado tratando de transmitir y
puede dar lugar a una discusión. Aún así, a veces un quejoso crónico
está tan completamente fuera de los límites que alguien tiene que
hacer sonar el silbato.

Si quieres ser el valiente que lo hará, hay un método seguro que


puedes utilizar. Decir: "¿Quieres mi opinión?"

La naturaleza humana hace que la mayoría de las personas sean lo


suficientemente curiosa como para decir, "Sí" a esta pregunta. Y
luego, la persona que ha dado permiso. Están bajo control en la
conversación. Han pedido conocer tu opinión sobre el tema. En ese
momento, deja que la persona sepa que tienes un punto de vista
diferente, pero no trates de convencerlos. Se corto y dulce:
"Escucho lo que dices pero yo lo veo de otra manera".

Ahora se puede estar en desacuerdo sin alimentar el fuego. Ellos han


pedido tu opinión y tú les has dado exactamente lo que pidieron.
Expresa lo que sientes y mantente fiel a ese sentimiento. Podría ser
incómodo al principio, pero conforme el tiempo va pasando, buscarán
a quejarse a otra persona cuando se den cuenta que no eres un
aliado en la materia.
Consejos para lidiar con los quejosos a largo plazo

Es importante tener en cuenta el hecho de que no se puede cambiar


el comportamiento de alguien por tu cuenta. Los quejosos crónicos
son los únicos que tienen ese poder. Lo que puedes controlar, sin
embargo, es cómo lo manejas con el tiempo. Aquí hay algunas
maneras de mantener algo de tu cordura y paciencia en las
situaciones.

Nunca les digas que las cosas "no son tan malas"

Los quejosos crónicos están buscando la validación de sus


quejas, no alguien les diga que están equivocados. Al igual que en
"Oh, no puede ser tan malo", "Vamos, anímate" o el eterno
favorito "El tiempo cura todas las heridas". Diciendo este tipo de
cosas el quejoso pensará que no se está tomando en serio su
dolor. Cuando le dices a un quejica "que no es tan malo", a
menudo se quejan aún más para convencerte a tí (y a él mismo)
que sus problemas son muy graves.

En el mismo sentido, nunca quieres sugerir que están


dramatizando a lo que les preocupa. Si lo haces, podría dar lugar
a la búsqueda de otras cosas con las que quejarse con el fin de
convencerte de que realmente las cosas son tan malas como
están diciendo. Ahora, en lugar de escuchar una queja, tienes
cinco quejas más para resolver su caso.

No siempre te quejes de los quejosos (ni te unas a ellos)

También es una muy mala idea quejarse de ellos. Puede ser difícil
no hacerlo cuando alguien está muy mal, pero en un momento
dado te convertirás en un quejoso a tí mismo.
Esto puede ser especialmente perjudicial si te pillan en el acto de
la queja o si te escuchan detrás de la puerta. Vas a tener un
quejoso crónico que también te disgusta, y eso no es una buena
mezcla.

Al mismo tiempo, participar y quejarse junto a ellos no es tan útil


como parece. Podrías pensar que estás validando su queja por
replique, pero también puede aumentar la probabilidad de que su
problema nunca será resuelto. Ellos podrían pensar que se trata
de un problema que no sólo ellos tienen que hacer frente y
asumen que alguien más podría solucionarlo. Además de eso, les
estás animando a continuar quejándose a través de tu propio
ejemplo. Ningún tipo de queja es la respuesta a los lamentos.

Si llega a ser demasiado, tienes que poner un límite

Es frustrante escuchar la misma queja una y otra vez mientras


rechazan tu consejo, por lo que es importante establecer tus
límites a quejosos crónicos. En última instancia, tú no eres
responsable de la felicidad o el bienestar de los demás.

Un ejemplo de lo que puedes decirle a una mujer que se queja:


Dile que la quieres, que quieres apoyarla, y que lo que estás a
punto de compartir es porque te preocupas por ella. Entonces dile
que ya no vas a escuchar lo mal que están las cosas. Si ella
quiere quejarse o ser negativa, eso es su elección, pero no vas a
estar para acompañarla en la queja. Si mantienes esa línea (y si
tu quejica disfruta de tu compañía), puede estar inclinada a hablar
de algo que no sea una queja o algo negativo.
Asegúrate de recompensar ese cambio de comportamiento
agradeciéndolo y apreciando lo positiva que ella es ahora.

Se estricto al tiempo que aplicas este cambio y manteniendo una


actitud positiva. Se darán cuenta de que no estás molesto y
podrían ver que sus quejas realmente han ido demasiado lejos.
Además, en la medida de tus posibilidades, evita hablar con
conocidos que sean quejosos crónicos. No hay ninguna razón para
que pierdas el tiempo con alguien que está constantemente
haciéndote infeliz. Hay gente que puede convertir un gran día en una
decepción en cuestión de minutos, por lo que se fuerte y no te
involucres.

Los quejosos crónicos no son inherentemente malas personas, pero


necesitan orientación. Pueden ser molestos, perjudiciales, y
groseros, pero es posible mantener la calma y ayudarles a lo largo
del camino.

Recuerda que incluso los quejosos crónicos a veces exponen los


problemas reales y otras cuestiones legítimas, por lo que siempre
debes darles la oportunidad de explicarse.
Capítulo 6: El Autoritarismo del jefe, cómo te perjudica
y cómo solucionar el problema
Test para saber si estás frente a un jefe autoritario

1. ¿Tiene tu jefe la costumbre de levantar el tono de voz?


2. ¿Establece objetivos claros y concretos o transmite ideas
difusas?
3. ¿Cumple con lo que dice que va a hacer?
4. A la hora de tomar decisiones, ¿se muestra como una
persona firme o tambaleante?
5. ¿Te encarga tareas poco razonables?
6. ¿Te pide directamente las cosas y usa a compañeros
como mensajeros?
7. Si cuestionas sus decisiones ¿adoptan una actitud
defensiva?
8. ¿Es de enfrentar los conflictos o se escabulle?
Caso real de jefes autoritarios

Esta es la historia de Susana, el trabajo que ha tenido


durante dos años le ha dado una gran cantidad de estrés,
de lucha y de dolor. Los actores principales de esta
escena: sus jefes. Tiene un jefe de departamento y un jefe
en la oficina. El lema es "el cliente es la prioridad". Hay
momentos en los que va a salir de su puesto de trabajo y
le piden que se quede después de su horario para atender
las citas con unos clientes. Hay ocasiones en los que los
clientes no se presentan a las citas, pero no puede retirar.
Cuando se atrasa por razones légitimas, por el tráfico o
motivos de salud no se lo perdonan.

Durante los últimos dos años, ha empezado a estar


distante con sus compañeros de trabajo y reducir su ritmo
de trabajo a mínimos. Sus jefes se han dado cuenta. Ellos
le han llamado la atención por no saludar cuando Susana
llega al trabajo y ella piensa: “¿Quiénes se creen que
son?” Se ve obligada a respetarlos debido al rango que
ocupan en este trabajo, pero ¿que puede hacer más que
respirar hondo?

Tiene su propia pasión y profesionalismo en la atención al


público y está en ese trabajo para servir a la gente. No
puede permitirse dejar este empleo tampoco. En una
ocasión le obligaron a ponerse a hacer un montón de
papeleo en un día de descanso cuando ellos hacen la vista
gorda con una empleada que se sienta a hablar por
teléfono todo el día y algunos dicen que Susana la envidia
y hasta cierto punto lo hace, pero no quiere ser como esta
compañera. No le gustaría ganar el favor de sus jefes
como lo ha hecho ella.
Este trabajo está lleno de problemas en este momento
(piensa Susana) y todo lo que sabe es que tiene que
aguantar.

Todos los puestos de trabajo están siendo demandados, y es a


menudo la responsabilidad del jefe conseguir que su personal esté a
la altura de las circunstancias, pero algunos jefes van demasiado
lejos poniendo una presión excesiva sobre sus empleados.
Un jefe autoritario puede exigirte que tengas que trabajar más allá del
horario regular, incluso cuando el volumen de trabajo no lo requiere;
él podría insistir en las tareas adicionales que ni siquiera necesite
terminar; pedir un montón de "proyectos especiales"; o querer que
apruebes cada decisión que tome.

Un jefe demasiado exigente es alguien que establece estándares


muy altos y expectativas sobre las entregas de trabajo u objetivos a
cumplir, que pueden ser irreales o insostenibles. Si encuentras que tu
lista de proyectos crece y cambia rápidamente y los objetivos de
rendimiento son cada vez mayores, es posible que estemos al frente
de un jefe demasiado exigente y autoritario.

Un jefe demasiado exigente no empatiza o entiende lo que requieres


para cumplir con los resultados requeridos, y él te seguirá
reclamando hasta que tomes acción.
Los jefes autoritarios te dan plazos no razonables, no están en
sintonía con las horas que se necesitan para cumplir los objetivos, no
se toman el tiempo para averiguar de antemano lo que es sensato o
viable, pueden mostrar poco interés en tu bienestar, tener problemas
para priorizar y te dan poco reconocimiento cuando completas esas
tareas imposibles. Ellos no pueden calcular el tiempo para ver si
tienes las herramientas y la información que necesitas para llevar a
cabo tus tareas, y pueden resultar inaccesibles para que tu única
opción sea: hazlo!

¿Por qué podría un jefe actuar de esta manera? El deseo de


controlarlo todo; temor por su propia jerarquía; o un anhelo de
perfección. Cualquiera que sea la causa, este tipo de patrones son, a
menudo, como niños rebeldes que actúan como si el mundo
realmente girara en torno a ellos.

Pedir de forma amable no es habitual en estos jefes, por lo que la


responsabilidad está en ti en romper tu silencio y ser la voz de la
razón y la sensatez.

Con un jefe demasiado exigente o autoritario puede ser


extremadamente difícil trabajar, y su comportamiento podría causar
un aumento en los niveles de estrés, y una disminución de la moral y
la productividad.

Mientras que un poco de presión puede inspirar a los trabajadores a


la altura del desafío, las personas que trabajan para los jefes
excesivamente exigentes o autoritarios por lo general se sienten
frustrados de que sus esfuerzos no son recompensados, y como
resultado, es poco probable que continúen haciendo un buen trabajo
de alta calidad.

Un mal jefe también puede causar que los compañeros de trabajo se


vuelven uno contra otro en su intento de agradar a su jefe, y hay una
gran diferencia entre la competencia sana y las luchas internas en el
lugar de trabajo.

Esto no sólo daña la moral de los trabajadores y el entorno general


de la oficina, sino que tambien puede tener el efecto contrario al
deseado: cuando los empleados están siendo constantemente
presionados para actuar en un nivel insostenible, la productividad
tiende a disminuir.

También es común encontrar que los jefes excesivamente exigentes o


autoritarios terminan generando puestos de trabajo de alta rotación,
y cuando los miembros del equipo abandonan su puesto, se agranda
aún más la carga para el resto del personal, lo que conduce a un
mayor el desgaste de los empleados.

Muchos jefes autoritarios parecen considerar a sus empleados como


productos prescindibles, en lugar de personas útiles. Con esta forma
de pensar, puede ser extremadamente difícil ayudar a resolver un
problema o evitar que uno se produzca cuando un empleado se
siente abrumado por su jefe demasiado exigente.

Los empleados de un jefe demasiado exigente también pueden


sentirse como si nada de lo que logran fuera suficientemente.
Cuando un jefe demasiado exigente entra en la oficina, el
comportamiento de los empleados cambia, pasa a ser uno lleno de
tensión y aprensión. Los empleados llegan a sentirse con un gran
peso sobre sus hombros y pueden crear errores intentando ser
perfectos.

Otro posible resultado: Puedes estar más molesto contigo mismo


más que cuando estás con tu jefe porque te sientes atrapado entre el
conflicto de querer hacer las cosas bien y evitar aparentar
incompetente. Te sientes molesto debido a que no puedes ir a una
confrontación y pactar requerimientos razonables. Puedes temer a la
venganza, la lluvia pasivo-agresiva, la pérdida del puesto de trabajo o
la inclusión en proyectos interesantes.

Finalmente, el conflicto interior que tienes con un jefe demasiado


exigente te puede consumir; dificultándote hacer tu mejor trabajo.
Terminas con el doble efecto de una intensa carga de trabajo,
combinado con un conflicto, hundiendo tu productividad. Prepotentes,
jefes insensibles, son contraproducentes para el objetivo que buscan:
una mayor producción de ti.

Aunque los jefes autoritarios puedan ser impacientes, demasiado


directos, e incluso intimidantes; no es probable que acepten excusas
sobre plazos o metas que faltan; y puede incluso haber una alta tasa
de rotación del personal, ya que la búsqueda de personas que
puedan cumplir con sus expectativas es una tarea interminable.
En muchos casos, se trata de individuos de alto rendimiento que se
están moviendo rápidamente en la escala corporativa. Ellos
establecen altas expectativas para su equipo, ya que tienen altas
expectativas para sí mismos.

Mientras se trabaja con un jefe demasiado exigente no solamente


puede ser un reto, sino que también tiene el potencial de ser una
experiencia de aprendizaje increíble. La clave del éxito es aprender a
cómo manejarse con este tipo de personalidad.

Si no aprendes a manejarte con un jefe autoritario, vas a sufrir las


consecuencias de sentir que tu trabajo es insatisfactorio. La calidad y
cantidad de tus prestaciones disminuirán, y también lo hará tu
autoestima.

Debes aprender cómo comunicar valiente y claramente los detalles


de tus encargos para que tu jefe sea más consciente. No se puede
asumir que tu jefe entienda las horas asociadas con las tareas. Estos
patrones deben ser conscientes de la importancia de las prioridades
y los límites humanos. Lo más importante es que debes tomar la
iniciativa en la creación de expectativas mutuamente aceptables.

Aquí hay algunos consejos para tratar con un jefe demasiado


exigente o autoritario:

1. No lo tomes como algo personal. Un jefe exigente se


focaliza en la obtención de resultados a su propio jefe,
no en las consecuencias negativas que puedes sentir
cuando tu trabajo nunca es suficiente.

Estudia cómo reaccionan los otros miembros del equipo y es


probable que veas que tu jefe es siempre un triunfador sobre
lo que espera que los otros hagan.
Darse cuenta de que un jefe demasiado exigente puede tener a
su propio jefe demasiado exigente y que lo está presionando.
No tomes las cosas personalmente.

2. Considera por qué tu jefe está siendo tan autoritario.


¿Es sólo una cuestión de personalidad, o existe una
presión aun mayor, para alcanzar ciertos objetivos?
Esto puede hacer una diferencia en cómo se enfoque
la situación.

3. Es importante “leer la situación". Si tu jefe también


está trabajando para cumplir un objetivo o hacer
malabarismos con múltiples plazos, asegúrate de que
estás siendo sensibles en tus interacciones.

Proporciona colaboraciones de alto nivel en lo que necesitan


saber y evitar las charlas a menos que él las inicie.

4. No seas un saco de boxeo. No seas un mártir ni


afrontes responsabilidades de cosas que están fuera
de tu control. Tienes el conjunto de habilidades
necesarias y el conocimiento de la cultura de la
empresa. Si estás funcionando bien, será caro y
llevará mucho tiempo para que te reemplacen. Ten
esto en cuenta cuando estés listo para acercarse a tu
jefe.

5. Enfrenta con cuidado a tu jefe. Acércate a tu jefe con


un estilo profesional, con calma. No te quedes
atrapado por la histeria y trata de mantener un sentido
del humor sin ninguna tensión. Un poco de frivolidad
puede ayudar a recorrer un largo camino desarmando
cualquier tensión. Y una gran parte de tu éxito
también dependerá de la disposición anímica y el
momento de su discusión.
6. Escucha y repite. Asegúrate de que siempre estás
escuchando cuidadosamente, ya que las ideas y las
instrucciones pueden llegar rápidamente. Si no estás
seguro acerca de cualquier cosa, haz preguntas
aclaratorias. Al final de sus reuniones, recordarle
cuáles las entregas de los que tú eres responsable
para asegurarte de que no hay ningún cambio. Y
nunca sabes, cuando tu jefe te oye decir tus
responsabilidades, podría darse cuenta de lo
irrazonable de sus expectativas.

7. Establecer expectativas mutuas y prioridades. Cuando


tu jefe te da una tarea, revisa en qué lugar se
encuentra de la lista de prioridades; bríndale una
estimación de cuánto tiempo te va a tomar y lo que
necesitas para completarla.

Ofrecer una visión de la realidad, de cómo una nueva


encomienda afecta a los demás y la posibilidad de que los
otros incumplan los plazos. Llegar a un acuerdo antes de salir
corriendo y encuentrarse en una mezcolanza de tareas no
razonables.

8. Mantente positivo. Tu sentido de la calma y el


compromiso de ofrecer los mejores resultados se
apreciará y ayudará a entrenar a tu jefe en una mejor
dirección.

9. Ser un solucionador de problemas, no un generador


de problemas. Si piensas que no vas a poder cumplir
con los plazos, levanta la mano desde el principio. Ven
preparado para presentarle a tu jefe soluciones
potenciales para demostrar que tienes el mismo
sentido de urgencia que él en los proyectos.
Si te encuentras con obstáculos para la realización del
proyecto o tarea, tráelos de inmediato a tu jefe con las
posibles soluciones. Puede que no sean las soluciones
correctas, pero este tipo de jefe apreciará tu esfuerzo para
ayudar a resolver los problemas.

Si hay un objetivo a nivel corporativo, tu jefe está tratando de


alcanzarlo, puede que tenga más sentido tu colaboración para
tratar de encontrar formas alternativas de alcanzar ese
objetivo. Podemos llegar a comprender que lo que la empresa
está pidiendo es razonable, y se apreciará la ayuda adicional
en las reuniónes de reflexión para encontrar maneras de
aumentar la productividad.

Si tienes algunas ideas sobre la manera de mejorar el flujo de


trabajo, o para alentar al equipo hasta la cima del rendimiento,
acércate a tu jefe con simpatía y ofrécele tus sugerencias en
un espíritu de cooperación.

El objetivo es, probablemente, menos acerca de la obtención


de crédito para tus ideas como conseguir un mejor ambiente de
trabajo.

10. Utiliza el refuerzo positivo. Enaltece a tu jefe


cuando veas que valora tu comportamiento y tus
esfuerzos, al igual cuando plantea sus objetivos y
plazos razonables y alineados. Di algo como: “Me
gustó que entiendiera que tendríamos que hacer
retroceder el proyecto X por un par de días para hacer
frente a esta nueva iniciativa”.

11. Celebrar los éxitos. Asegúrate de abanderar


tus éxitos para que el jefe los note. Ya que está tan
centrado en la consecución de sus objetivos, sin darse
cuenta, puede pasar por alto algunos de tus logros.
Apreciará que los remarques, ya que, al final del día, tu
éxito es también su éxito .
Puedes hacer esto mediante la creación de informes
periódicos. Tu jefe entenderá mejor tus trabajos detrás de
escena si se lo detallas en los correos electrónicos regulares.
Esto va a mostrarle a tu jefe lo productivo que eres y lo que te
necesita. No corras el riesgo de que parezca que estás adentro
sobre su cabeza, no quieres que tu informe sea de cinco
páginas todos los días. Se breve, objetivo y conciso para que
tu jefe puede enfocar y priorizar.

A algunos jefes se les ha enseñado que el ser muy exigente y


autoritario es la única manera de obtener resultados, en trabajos
anteriores o en el actual. Podría ser una cultura de gestión. Eso no
significa que debas imitar el estilo con tu propio equipo. En su lugar,
el modelo a seguir es el de la persona que se expresa claramente en
sus requerimientos mediante la descripción del flujo de trabajo y las
prioridades. Vas a hacerte a tí, a tu jefe, y otros un gran favor.
Capítulo 7: El Egoísmo, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona egoísta

1. ¿Cree tu pareja, compañero o amigo que hay un lado


positivo del egoísmo?
2. ¿Piensa tu pareja, compañero o amigo que es bueno
ayudar a personas menos afortunadas?
3. ¿Alguna vez tu pareja, compañero o amigo ha dañado a
alguien para obtener algún beneficio?
4. ¿Cuándo tu pareja, compañero o amigo hace una promesa,
intenta superar sus límites para cumplirla?
5. ¿Qué tan importante es la sinceridad para tu pareja,
compañero o amigo?
6. Para tu pareja, compañero o amigo ¿es más importante
ganar mucho o ser honesto?
7. Cuando tu pareja, compañero o amigo tiene la posibilidad
de delegar un trabajo tedioso ¿qué hace?
8. ¿A tu pareja, compañero o amigo le da más placer dar o
recibir?
Caso real de egoísmo

Esta es la historia de José, que tiene 24 años, su novia 21,


lleva 7 meses de relación con ella, desde hace unos
meses en ocasiones se siente un poco menospreciado.
Ella tiene actitudes que no le molestan, pero si lo
entristecen.

Siempre intenta darle todo lo que está a su alcance, si


necesita algo no duda en dárselo, no le importa, ni le pesa
(claro que si tiene la posibilidad); pero, en cambio, ha
notado que para ella no es así, cuando le toca dar algo ya
sea sentimental o material, le cuesta mucho hacerlo, nota
una molestia y una actitud de enfado. No tiene ninguna
atención para con él, no le gusta compartir sus cosas,
aunque sea por cortesía. No es capaz de decirle “¿quieres
algo?”, o tener una atención con él, un gesto amable, un
cariño. Él está por el bienestar de ella y, aun así, ella sólo
piensa en sí misma, en sentirse bien. Si él tiene algún
problema, no siente apoyo alguno de su parte.

En una ocasión fueron al cine, esa vez José tenia poco


dinero, asi que le dijo a ella si le podia poner la mitad o
que pagara las palomitas y notó su cambio de actitud y de
enfado al decirle eso.

A veces se siente como si solo lo usara para que la


concienta, la mime y le compre cosas. La quiere mucho,
pero a veces le decepcionan sus actitudes y la manera en
que se comporta.

Le ha dicho que se ponga en su lugar y que le diga lo que


sentiría, a lo que sólo responde que es feo, pero se queda
en eso.
Las personas egoístas son siempre amables, agradables y muy
dulces. Es verdad que lo son. Por lo que sabemos, puedes
enamorarte de una persona egoísta en este momento, o tal vez
tienes que tu mejor amigo/a es egoísta.
Por desgracia para tí, los rasgos de una persona egoísta no son
fáciles de observar, debido a que cubren su lado más oscuro muy
bien. Pero a medida que la relación comienza a crecer, comienzas a
sentirte emocionalmente débil en torno a esta persona.
Y antes de que te des cuenta, podrían extraerte la felicidad y todo lo
que podrías hacer es solo mirar sin la capacidad de hacer nada. Si
estás traumatizado por una persona egoísta en tu propia vida, no te
odies a tí mismo por esta persona. No es tu culpa por no haber visto
las señales.
En realidad, nadie se da cuenta de que un compañero o un amigo es
egoísta al comienzo de la relación. Sólo se ven las señales cuando
ya es demasiado tarde, y hay poco que se pueda hacer para
cambiar su comportamiento después de eso.
¿Qué es lo que hace que una persona egoísta?
Una persona egoísta es aquella que se preocupa sólo por sus
propios placeres, aunque cause dolor a otra persona. No tienen
ninguna consideración por nadie, y se preocupan únicamente de su
propia comodidad. Las personas egoístas son bien educadas y
amables con todos, pero son agradables sólo al tiempo que
consiguen algo más de las personas que los rodean.
La ironía de todo esto es que una persona egoísta ni siquiera sabe
que está siendo egoísta. Asumen que son buenas personas que se
preocupan por su propia felicidad más que cualquier otra cosa. Pero
en la búsqueda de su propia felicidad, por descuido e
intencionalmente caminan por sobre los corazones rotos de cualquier
persona encantadora a su alrededor.
Una de las maneras más fáciles de reconocer un socio egoísta o a
un amigo egoístaa es su rasgo de siempre extraer más de tí, y sin
embargo, nunca te dan nada nuevo a partes iguales.
Las personas egoístas no son egoístas con todo el mundo.
Las personas egoístas subconscientemente escogen o eligen a las
personas a las que se desea utilizar y pisotear. Ellos no van a buscar
a las personas para lastimarlas. Pero al igual que los instintos
internos de un animal salvaje, si se encuentran cara a cara con una
persona que es atenta y emocional que ellos ven como presa, las
usan y abusan de ellos hasta que, finalmente, la relación se
desmorona o se encuentran con alguien mejor para aprovecharse.
Si los encuentras con un espíritu intimidante o emocionalmente
cerrado, nunca se les ocurriría usarte. En su lugar, tratarían de ganar
tu afecto.
Las personas egoístas son las personas que quieren agradar, y
aparecen necesitados y vulnerables, para empezar. Ellos te miman,
cuidan de ti y te quieren hasta que bajes la guardia y te dan la
bienvenida a su vida y les das todo tu corazón. Y una vez que tienen
sus ganchos cavados profundo en tu corazón, es cuando
comenzarías a notar una diferencia en su comportamiento.

La mente de las personas egoístas


Una relación es un intercambio de emociones. En toda relación
exitosa, ambas personas han de dar y recibir unos de otros en la
misma medida sin llevar la cuenta. Y así todo es simplemente
perfecto.
Pero cuando uno deja de aportar a la relación, la relación comienza a
fallar.
Cuando estás en una relación con una persona egoísta, continuarán
para extraer tu amor y tu afecto. Pero dejarán de dar amor o afecto
a cambio cuando te vean débil, desvalorado y miserable.

Entonces, ¿por qué caer presa de esta persona egoísta?


En una relación perfectamente feliz entre amigos o amantes, las
personas implicadas se consideran mutuamente como iguales. Pero
cuando un compañero o amigo egoísta comienza a creer que es más
importante que el otro en la relación, se autoconvencerán de que su
pareja les necesita más de lo que ellos te necesitan a tí.
Es muy importante que entiendas esta idea fundamental, ya que esta
es la base de todo egoísmo. Si tu amigo o amante cree que en
realidad no te necesitan, pero que tú lo necesitas mucho, es cuando
esperan que seas entregado, mientras te extraen todo lo que puedas
dar.
Una persona egoísta se comportará de forma egoísta contigo sólo
cuando realmente creen que tú lo necesita más.
Las personas egoístas son manipuladores calificados por instinto. Si
estás siendo utilizado por un amigo egoísta que te ve como un
objetivo emocionalmente débil, puedes incluso encontrarte confundido
y perdido.

Puedes preguntarte por qué eres el único que se siente infeliz en


torno a esta persona egoísta, mientras que todo el mundo piensa tan
bien de él. Pero eso es sólo porque tu amabilidad es como si fueran
cadenas para controlarte como a un títere

Tratar con el dolor


Cuando estás en una relación con una persona egoísta, no importa lo
que haces, constantemente te harán sentir como no le estás dando lo
suficiente. Incluso el cariño que sientes por esta persona te hará
sentir apartado y dolorido, porque ninguno de tus sentimientos será
correspondido.
Una relación con una persona egoísta te hará sentir como si
estuvieras viviendo con un corazón roto todos los días. No importa lo
que hagas, elegirán resaltar tus defectos antes que tu lado
agradable. E incluso tus mejores gestos amistosos o románticos
serían tratados como ordinario y nada espectacular.
Y mientras intentas complacerlos haciendo lo imposible, sus
expectativas en cuanto a tí aumentarán constantemente todo el
tiempo. Su falta de aprecio por las cosas que haces para ellos
también sería evidente. Y antes de que lo sepas, te lastimas todo el
tiempo y el deseo por la más mínima señal de aprecio por parte de
esta persona egoísta es sólo para sentir que estás haciendo algo
bien.

10 señales para reconocer a una persona egoísta


Si te estás relacionando con una persona egoísta, los signos para
reconocerlo son casi siempre los mismos. Utiliza estas 10
características y pregúntate si esta persona especial no es más que
una persona egoísta.
1. Una persona egoísta es excesivamente amable y hará
todo lo posible por ser amable contigo, aunque sólo
sea en el comienzo de la relación.

2. Un amigo o compañero egoísta siempre pide favores,


grandes o pequeños.

3. Buscará escurrirse cuando se necesita de su ayuda.

4. Puedes detectar la falsedad de una persona egoísta


cuando hablan con otros. Tratan de parecer muy
agradable y dulce para todos, incluso si eres conciente
de que odias a esa persona con quien está tratando.

5. Usa a los demás todo el tiempo. Y puede compartir


una risa contigo y te dirá cómo usó a algún otro para
hacer algo.

6. Las personas egoístas son las personas que quieren


caer bien. Pero una vez que llegas a conocerlos bien,
empiezan a mostrar su lado perezoso y distante.

7. Si conoces a alguien que es un lamebotas que siempre


está deseoso de complacerte con los cumplidos o
sonrisas falsas, mantente alejado de él. Las personas
excesivamente amables, casi siempre tienen motivos
ocultos que suelen ser egoístas.

8. Un amigo o un compañero egoísta no se compromete


a menos que puedan obtener algún beneficio o favor
de ello. Ellos nunca harían nada desinteresadamente
para tu beneficio.

9. Una persona egoísta siempre tiene una actitud


despreocupada y no se toma nada en serio. Incluso
cuando hablas de lo herido que te sientes, te hacen
sentir estúpido por hacer una gran cosa de nada.

10. Las personas egoístas son mentirosos y


manipuladores. Nunca quieren pedir disculpas porque
piensan que estás por debajo de ellos. En lugar de
ello, recurren a la mentira.

5 pasos para detener una persona egoísta


Una persona egoísta te puede hacer mucho daño y dejarte en el
suelo, sintiéndote miserable y desgraciado. Sin embargo, hay
maneras de recuperar tu fuerza y detener a esa persona egoísta.
Lee estos 5 pasos y utilízalos para detener a una persona egoísta
que te haga daño.
1. Realización. Este es el paso más difícil, y por mucho
que este amigo o compañero signifique mucho para tí,
tienes que preguntarte si estás siendo utilizado en la
relación.

Si sientes que lo estás dando todo, mientras que la otra


persona sólo toma o recoge, hay grandes posibilidades de que
estés siendo utilizado en la relación. Aprende a ver los signos
y, lo más importante, aprende a aceptar la verdad cuando
pienses que estás siendo utilizado.
2. El desprendimiento. Si no eres feliz en una relación, si
definitivamente te sientes triste todo el tiempo. No es
fácil de romper con una persona egoísta,
especialmente cuando significa tanto para ti.

Un enfrentamientoo una ruptura espontánea no te ayudará,


porque a esta persona egoísta no le importa si existes y eso te
lastimará más.
En su lugar, aprende a desprenderte poco a poco, un poco
más con cada día que pasa. Cuando se inicie la etapa de
desprendimiento, serás más conscientes y verás el lado
egoísta de esta persona aún más claramente. Y eso te dará la
fuerza para alejarte pronto.

3. Conserva tu personalidad. No cambies


repentinamente. Si cambias repentinamente, tu
compañero egoísta puede irse lejos de ti a la mañana
siguiente y eso te lastimaría más y te haría sentir más
débil.
Por otro lado, esta persona egoísta puede darse cuenta de
que estás comenzando a levantarte por tí mismo y en el temor
de perderte, puede comenzar a mostrar más afecto para que
acabes cambiando de nuevo a la vieja naturaleza mansa. No
caigas en esa estratagema. Finge que estás siendo la misma
persona, pero dentro de tí mismo, inicia el cambio para
convertirte en una persona fuerte.

4. Replica su comportamiento. Cuando te sientas como si


tuvieras la fuerza para levantarte por tí mismo y hacer
frente a la situación, deja que tu compañero egoísta o
tu amigo se vea a sí mismo en ti. Replicar su
comportamiento, y empieza a comportarte igual que lo
hace él. Tratar de utilizarlo o de ser falso, al igual que
esta persona egoísta lo hace. Es hora de que consega
un poco de su propia medicina.
Al hacer esto, te ayudará de dos maneras. Te ayudará a
descubrir a esta persona egoísta al representar el papel; y al
mismo tiempo, te ayudará a ver por tí mismo cómo estabas
siendo manipulado por esta persona.

5. Dejarlo ser. Las personas egoístas nunca cambian.


Ellos sólo buscan a alguien para usarlo, y
francamente, no pueden ayudarse con esa manera de
proceder a ellos mismos. Así que si estás en una
relación con una persona egoísta, no trates de
cambiarla. Nunca va a funcionar.
Capítulo 8: La Manipulación, cómo te perjudica y cómo
solucionar el problema
Test para saber si estás frente a una persona manipuladora

¿Qué pensaría tu pareja, compañero o amigo de las siguientes


frases?
1. “La mejor manera de manejar a la gente es decirles lo
que quieren oir.
2. Nunca digas a nadie la verdadera razón por la que haces
algo.
3. Para llegar lejos en la vida es necesario obtener algo de
los demás sin que lo sepan.
4. Quien confía sinceramente en otra persona se está
buscando problemas.
5. La principal diferencia entre un delincuene y una persona
honesta es que la primera es lo suficientemente estúpida
como para dejarse descubrir.
6. Hay que cuidarse de las personas que se acercan para
pedirte algo.
7. La honestidad es el camino corto a la mediocridad”
Caso real de manipulación

Esta es la historia de Fabiana, que cree que debe romper


su relación. ¿Es una relación de amor, aquella en la que
se discute permanentetemente y en la que siempre se
termina sintiéndose angustiada, llorando porque la otra
persona tiene la habilidad de hacer que sienta que siempre
tiene ella la culpa? Piensa.

Él está sin empleo desde hace 3 años. Tiene 28 años. En


consecuencia, ella le paga todo. Su sueldo apenas le dá
para sus cosas, pero hace el esfuerzo. Al principio, lo
invitaba con todo su amor, pero después ya le va
costando.

La cuestión es que, no siente que la trate bien. Ha


permitido que "abuse" de ella. Y no económicamente, sino
en todos los aspectos. Se ha convertido en una persona
triste, con ataques de ansiedad, y momentos en los que
pierde su dignidad.

Es joven, bonita, independiente, pero vive sola en Sevilla.


Podría irse de esa ciudad que no le gusta, pero hasta
ahora no lo ha hecho porque él vive allí y eso era lo que le
importaba. La cuestión es que ella sabe lo que está
pasando, pero por alguna razón que no comprende, se
niega a creer que él sea malo. No puede creerse que él
sea así. Se lo dice la gente que la quiere, la gente a la que
acude cuando está mal, pero sigue sin crerrlo firmemente.

Ha intentado dejarle varias veces, pero reaparece, vuelve


a llamar a su puerta y con solo verle, cae rendida.
Todos somos vulnerables a ser manipulados en nuestras relaciones,
ya sea románticas, de pareja, con amigo, padres, hijos,
empleadores, compañeros de trabajo o vecinos.

Cuando permitimos que otra persona nos manipule, estamos


colaborando con su deseo de controlar nuestros sentimientos,
objetivos, e incluso nuestros pensamientos a través de medios
engañosos, de explotación y desleales.

Una relación manipuladora es unilateral y desequilibrada, el avance


de las metas del manipulador a expensas de la persona que está
siendo manipulado.

Estas relaciones se convierten en problemas con el tiempo. Si


deseas cambiar este tipo de relación, debes primero reconocer las
características de la manipulación y luego mirar hacia dentro para
entender tu contribución a la manipulación. Existen formas efectivas
para hacer frente a la manipulación y traer equilibrio a la relación.

La manipulación no es la misma que la influencia. Todos usamos


influencia con otras personas para avanzar en nuestros objetivos, y
esta es una de las características de funcionamiento social
saludable. La influencia reconoce los derechos y límites de otras
personas, y se basa en la comunicación directa y honesta. La
influencia es una forma que tenemos de funcionar efectivamente en el
mundo. La influencia reconoce la integridad de la otra persona,
incluido el derecho a no estar de acuerdo con el intento de
persuasión.

La manipulación, por el contrario, depende de agendas encubiertas y


un intento de forzar a la otra persona a ceder. A pesar de que puede
parecer que el manipulador es fuerte y que tiene autocontrol, por lo
general hay inseguridad bajo la fachada. La tendencia a explotar a
los demás y no tener en cuenta sus derechos es una señal de
funcionamiento de la personalidad poco saludable. De hecho, las
personas que manipulan a otros tienen dificultades en mantener
buenas relaciones interpersonales.

Aquellos que manipulan a los demás son buenos en detactar a las


personas a controlar. Si se sienten incapaces de manipular a alguien,
por lo general se dan por vencidos y pasan a alguien que sea más
probable, más receptivo al intento de manipulación.

Una vez que reconoces las características de la manipulación, el


siguiente paso en la corrección de la situación es descubrir tu propia
contribución al problema. (Esta afirmación puede parecer un poco
difícil de aceptar. Después de todo, es el manipulador quien tiene el
problema, se podría decir. Pero te darás cuenta de que la
manipulación no puede ocurrir en un vacío. Como es el caso de
cualquier relación, se necesitan dos personas.) Puedes llegar a
comprender tu contribución a la situación de manipulación y luego
tomar medidas para corregirlo.

Aquí hay 5 rasgos comunes de las personas que son vulnerables a


los manipuladores:

1. Uno se siente útil y amado sólo cuando puede hacerse


cargo de las necesidades de otras personas. Esto va más
allá de ser amable con otras personas. Tu sentido de valor
está atado en hacer cosas para otras personas. De hecho, se
toma esta medida que complacer a los demás a expensas de
su propio bienestar.

Por ejemplo, es posible comprar algo especialmente agradable para


tu pareja o un amigo cuando nunca ibas a gastar esa cantidad de
dinero en tí mismo. Los manipuladores son atraídos a este tipo de
persona y no dudan en tomar ventaja de este rasgo de personalidad
particular.
2. Necesitas tener la aprobación y aceptación de otras
personas. Aunque la mayoría de las personas aprecian ser
aceptadas, se produce un problema cuando sientes que
debes ser aceptado por todos en todo momento.

El problema central aquí es el miedo a ser rechazados o


abandonados, y es tan fuerte que harías cualquier cosa para evitar
los sentimientos asociados con este miedo. El manipulador funciona
al darte la aceptación que es lo que necesitas y luego amenaza con
retirarla.

3. Temes expresar emociones negativas. A pesar de que


expresar ira y mal humor en un conflicto nunca es agradable,
algunas personas escapan a cualquier enfrentamiento para
evitar una confrontación. Ellos quieren que las cosas sean
agradables en todo momento. Tienen miedo de que
aparezcan en la cara las emociones negativas.

Los manipuladores tienen una tarea fácil en este tipo de relación,


todo lo que tienen que hacer es ponerla en peligro elevando su voz, y
luego salirse con la suya.
4. Eres incapaz de decir que no. Una de las características de
una relación sana es poner límites apropiados que aclaren
quién eres y lo que representas.

Con el fin de mantener los límites saludables, sin embargo, a veces


hay que decir que no cuando alguien intenta empujar tus límites. Si
tienes miedo al conflicto que pueda surgir cuando dices que no,
juegas en las manos del manipulador. El aprendizaje de técnicas de
asertividad eficaces es una manera de recuperar tu sentido de
autocontrol en una relación manipuladora.
5. Te falta un firme sentido de tu propio ser. Un claro sentido
de sí mismo significa que sabes cuáles son tus valores, lo que
eres, lo que representas, y dónde empieza y termina la otra
persona. Si no tienes un sentido claro de tí mismo, es difícil
confiar en tu propio juicio para tomar decisiones que funcionen
a tu favor. Sin una definición clara de tu persona, puedes ser
un blanco fácil para un manipulador.

Si estás en una relación manipuladora, es útil reconocer las


tendencias personales que permiten a la otra persona ejercer el
control sobre ti. Se puede llegar a entender y explorar estas
tendencias de forma segura con el apoyo de un terapeuta con
formación profesional. Si bien no puedes cambiar el comportamiento
del manipulador, puedes cambiar tus propias respuestas a los
intentos de manipulación para lograr un sentido más firme de tu
propia integridad. La infelicidad resultante de una relación
manipuladora puede conducir a experiencias de cambio de vida que
generan la incapacidad para hacer frente de manera más eficaz a las
exigencias de la vida cotidiana.

Las tácticas del manipulador

La manipulación en una relación generalmente progresa durante un


largo período de tiempo. Los manipuladores aprenden con el tiempo
hasta dónde puede ir. Es poco probable que intenten manipular a la
otra persona en el comienzo de una relación, ya que esto podría
llevar las cosas a un fin inmediato. Observan las vulnerabilidades de
la otra persona y aprenden con el tiempo cómo explotarla para sus
propios fines.

Hay dos tácticas básicas que se utilizan para ejercer el control, y por
lo general van de la mano.
1 La primera es una promesa de ganancia. Es decir, el
manipulador promete ofrecer algo si la pareja o amigo va de la
mano con lo que el manipulador quiere. "Prometo no discutir por
una semana si terminas tu amistad con Juan".
2 La otra táctica es la promesa de evitar la pérdida. En este
caso, el manipulador pone en peligro la relación con la pérdida de
algo si la otra persona no adhiere a los deseos del manipulador.
"Voy a quedar con mis amigos hasta tarde todas las noches a
menos que esta casa esté limpia en el momento en que llegue a
casa". (Por supuesto, estos dos ejemplos son evidentes intentos
de manipulación. La mayoría de los manipuladores utilizan
métodos más sutiles de lo que vemos en estos ejemplos.)
Las personas manipuladoras tienen una fuerte necesidad de tener el
control. Esto puede derivar de los sentimientos subyacentes de la
inseguridad de su parte, aunque a menudo compensan estos
sentimientos con una imágen de una fuerte confianza en sí mismo.

A pesar de que lo nieguen, sus motivos son egoístas, y persiguen


sus objetivos sin importar el costo de otras personas. Tienen una
fuerte necesidad de sentirse superior y de gran alcance en sus
relaciones, y encuentran personas que van a validar estos
sentimientos porque adhieren a sus intentos de manipulación.

Ellos ven el poder como limitado. Si ejerces el poder sobre ellos, van
a tomar represalias con el fin de recuperar el control que sienten que
están perdiendo. No pueden entender la idea de que los demás
puedan sentirse capaces o que todos puedan ganar. Cuando no
están en control de sí mismos y sobre los demás, se sienten
amenazados. Tienen dificultad en mostrar emociones vulnerables, ya
que podría sugerir que no están en autocontrol.

Aquellos que son manipuladores, por lo general, no planean


conscientemente sus maniobras. Surgen del trastorno de la
personalidad subyacente en el manipulador, y se llevan a cabo en el
contexto de una víctima que colabora sin darse cuenta y anima a la
manipulación.

Hay una amplia gama de tácticas usadas por los manipuladores que
van desde amenazas verbales a los intentos sutiles para organizar
situaciones para que te adaptes al manipulador.

Por ejemplo, una de las formas más comunes de la manipulación se


llama división, que es confrontar a dos personas, una contra la otra,
hablando con cada uno de ellos a espaldas del otro, lo que le
permitirá generar aversión o desconfianza entre ellos, y dejando al
manipulador en una posición de control.

Pueden utilizar técnicas activas, como enfadarse, mentir, intimidar,


gritar, insultar u otras tácticas de intimidación. O pueden utilizar
métodos más pasivos como poner mala cara, estar de mal humor,
haciendo caso omiso o permanecer frío.

3 reglas básicas para lidiar con la manipulación:

1.- Centrarse en cambiar uno mismo, no al manipulador. No vas


a cambiar a un manipulador, centrándote en sus imperfecciones y
tratando de trabajar hacia el logro de tu visión. Puedes pensar que
sería útil compartir con el manipulador cómo te sientes y cómo su
comportamiento tiene un impacto en ti, pero esto generalmente no es
útil ya que la mayoría de los manipuladores no son capaces de sentir
empatía y pueden utilizar esta información en tu contra en el futuro.

El único método eficaz para cambiar el comportamiento manipulador


es deshabilitarlo al hacer un cambio dentro de tí mismo, cambiando
con ello la dinámica de la relación manipuladora. Si dejas de
cooperar con las tácticas de manipulación, se altera la naturaleza de
la relación.

Si los manipuladores tienen que trabajar duro para mantener el


control en la relación, por lo general renuncian, a menudo dejando la
relación y encontrando a alguien más para controlar.

2.- Determinar el valor de esta relación para tí. Dependiendo de la


severidad de la manipulación y el daño que ha causado a tu sentido
de la felicidad y la integridad, puede ser necesario considerar si vale
la pena continuar con la relación.

Por supuesto, hay muchas situaciones (padre / hijo, por ejemplo) en


que se debe permanecer en la relación, pero es útil al menos para
conseguir un poco de claridad sobre lo que quieres en tu vida y
evaluar cómo la relación tiene el potencial de conducirte hacia tus
objetivos personales.

3.- Utiliza técnicas de asertividad para cambiar la naturaleza de


la relación. Puedes estar tan acostumbrado a cumplir con las
tácticas del manipulador que te ofreces automáticamente sin pensar
en ello.

En primer lugar, tienes que dejar el cumplimiento automático. Esto se


hace consiguiendo tiempo para pensar en cada situación que se
plantee. "Voy a volver a esto cuando tengo el tiempo para pensar en
ello". En este punto te encuentras ahora en el control de la situación.
No es útil dejar al manipulador que pregunte por qué necesitas
tiempo, porque esto invita a tu pérdida de control. Sólo hay que
repetir la misma cosa una y otra vez sin explicación. "Necesito más
tiempo para pensar en ello".

Después, necesitas enfrentar el miedo, la ansiedad o la culpa que te


ha conducido a cumplir en el pasado con las demandas del
manipulador. Esto requiere una mirada profunda dentro tuyo que
puede lograrse trabajando con un terapeuta profesional.

Explorar tus propios sentimientos personales, por qué reaccionas


como lo haces, y cómo utilizar respuestas alternativas puede ser un
desafío, pero los beneficios son de largo alcance, incluso pueden
salvar tu relación, o al menos prepararte para relaciones más sanas
en el futuro.
Por último, es posible etiquetar la manipulación por lo que es.
"Cuando amenazas con dejarme me siento mal. Si simplemente
expresaras tus deseos y me mostraras respeto, yo sería más capaz
de escuchar lo que quieres". Con voz tranquila y con contacto visual
directo, puede ser el momento para anunciar que los viejos
manipulaciones han llegado a su fin. "Ambos entendemos que tienes
un patrón de jugar con mis temores, y ahora sabes lo que siento por
eso. Tu manera de amenazarme, no va a funcionar nunca más."

Al hacer este tipo de declaraciones asertivas, estás definiendo tus


límites. No hay necesidad de hacer amenazas. Basta con decir que
no vas a participar por más tiempo en las manipulaciones.

Dejar claro que mediante el establecimiento de límites y la mejora de


tu propia integridad personal, se espera una mejor relación en el
futuro. Aprendiendo a hacerse valer frente a una persona
manipuladora que se siente amenazada cuando no está en control es
un reto, y hacer esto con la ayuda de un terapeuta profesional es
recomendable.

Copyright © 2016
Fernando Lucero (Autor)
Todos los derechos reservados

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