Arbitraje Internacional
Arbitraje Internacional
Arbitraje Internacional
ARBITRAJE INTERNACIONAL
INTRODUCCIÓN. -
DESARROLLO
i. El acuerdo de arbitraje.
ii. La elección de los árbitros.
iii. La decisión del tribunal arbitral.
iv. La ejecución del laudo arbitral.
El acuerdo de arbitraje.
Las partes deberían considerar la inclusión o no de una cláusula de arbitraje cada vez
que negocien un contrato. En cualquier caso, es especialmente importante hacerlo
cuando las partes (o sus activos) se encuentren en jurisdicciones distintas o cuando se
prevea que las controversias puedan dar lugar a cuestiones técnicas complejas. Los
abogados se refieren comúnmente a las “ventajas y desventajas” del arbitraje.
Sin embargo, el hecho de que un aspecto concreto del arbitraje suponga una ventaja,
una desventaja o no sea de ningún interés para una de las partes depende
enteramente de los objetivos de la misma. La lista a continuación enumera por orden
de importancia los aspectos que suelen ser decisivos a la hora de tomar la decisión de
incluir una cláusula de arbitraje.
Un proceso arbitral puede ser iniciado si ambas partes litigantes tenían estipulado en
un contrato una cláusula de arbitraje en caso de controversia. Este procedimiento tiene
notables ventajas para las partes, ya que estas pueden establecer la sede, el árbitro o
tribunal arbitral y las normas que serán aplicables en el proceso, a diferencia de la vía
judicial ordinaria que está sometida estrictamente a la legislación del país donde se
generó la controversia. Las partes también pueden fijar el plazo para el laudo, lo que le
da mayor rapidez al proceso, en comparación con la vía judicial ordinaria que suele ser
más larga y costosa en ocasiones. Esta libertad que se les otorga a las partes a la
hora de decidir los parámetros mencionados anteriormente permite que el arbitraje sea
más imparcial, rápido, económico, especializado y flexible.
Clases de Arbitraje
Cuya diferenciación es clara. Así en principio será nacional, pero será internacional, en
tanto y en cuanto:
Ventajas
A pesar de las citadas ventajas y el extenso respaldo de convenios que dan soporte a
la ejecución forzosa de los laudos, la realidad y la práctica empresarial ponen de
manifiesto que la existencia de limitaciones en la designación de los árbitros por
motivos de incompatibilidad, así como las dificultades derivadas de la ejecución del
laudo en ciertos países.
El arbitraje puede ser aplicado principalmente de dos formas, uno en base a la ley
aplicable que ambas partes deben escoger, es decir, hay un principio legal de fondo,
puede referirse por ejemplo a las leyes arbitrales de un país o a los de una
convención. Mientras que la otra forma se basa en principios de equidad que permiten
que el árbitro resuelva el conflicto en base a principios de justicia y equidad de las
partes, es decir que el árbitro asume el papel de “amigable componedor” y actuará
según principios universales del derecho.
Por otro lado, están los árbitros que comprenden un procedimiento institucional, es
decir que ya poseen estatutos internos que regirán el proceso en su totalidad. Las
cámaras de comercio suelen ser un ejemplo de este tipo de árbitros. En contraparte
están los árbitros independientes que no tienen un procedimiento interno, es decir que
las partes podrán determinar la normativa aplicable para el proceso arbitral.
Tener estos parámetros establecidos permite que el arbitraje sea fundamentado y esté
claro para las partes que este procedimiento puede ser aplicado de manera efectiva.
Cabe destacar que, si bien estos parámetros fortalecen la independencia del arbitraje
sobre cualquier sistema judicial en específico, también se requiere de la
complementación con la vía judicial ordinaria para llevar a cabo la ejecución de laudos,
ya que se requiere de la coordinación estatal para hacer cumplir la sentencia.
CONCLUSION. –
El arbitraje ha servido desde sus orígenes como una vía judicial alternativa a la
jurisdicción ordinaria. A partir de la segunda década del siglo XX, en donde se
acuerdan los convenios arbitrales más importantes para este proceso, el arbitraje se
consolida como la vía alterna a la jurisdicción ordinaria más efectiva porque suele ser
más rápida, económica, imparcial, especializada y flexible, ya que permite a las partes
determinar aspectos específicos como la normativa y el plazo del procedimiento.