Monografia 1
Monografia 1
Monografia 1
Print version ISSN 0124-8170
Cienc. Ing. Neogranad. vol.27 no.1 Bogotá Jan./June 2017
http://dx.doi.org/10.18359/rcin.1911
ARTÍCULO
http://dx.doi.org/10.18359/rcin.1911
Isabel C. Zapata 1, Laura Martínez2, Estefanía Posada3, María E. González4, Juan F. Saldarriaga5
RESUMEN
Dentro de las actividades que alteran la composición del suelo está la minería, que causa el
aumento de daños visibles al suelo mediante la creación de minas a cielo abierto, escombreras,
estanques de residuos y otras instalaciones de minas. El objetivo principal de este trabajo fue
evaluar el efecto de la lombriz roja californiana sobre el crecimiento de microorganismos en suelos
contaminados con mercurio en el municipio de Segovia, Antioquia. Estos suelos representan una
problemática importante debido a la acumulación de mercurio en exceso que ocasiona la pérdida
de la calidad del suelo. Para este estudio se tomaron cuatro tratamientos en diferentes
concentraciones de mercurio y un tratamiento más como blanco con lombrices rojas californianas
(Eisenia foetida). Para esto, se evaluó el crecimiento de microorganismos a través de diferentes
cultivos en el laboratorio, encontrando un crecimiento satisfactorio de los mismos luego de 25 y 90
días de tratamiento. De acuerdo al comportamiento observado, se evidencia una inmovilización del
mercurio y una adaptación de los microorganismos al suelo contaminado, mostrando un aumento
significativo de estos con el transcurso del tiempo.
INTRODUCCIÓN
Miles de hectáreas en toda la tierra reciben gran variedad de contaminantes [3]. De estos, los
metales pesados son contaminantes irreversibles del suelo y uno de los problemas más nocivos de
las últimas décadas [4]. La liberación anual de metales pesados alcanza las 22.000 toneladas
métricas para Cd, 939.000 para Cu, 1.350.000 para Zn y 738.000 para Pb; durante la pasada
década [5,6] reportaron que para finales del 2004 la degradación del suelo asociado con
actividades de minería, había alcanzado 3.2 millones de hectáreas (ha).
El mercurio (Hg), la contaminación ambiental está creciendo a nivel mundial [7,8]. El Hg puede
estar presente de forma natural en los suelos o como el resultado de la actividad humana, como la
minería de oro [9,10]. A pequeña escala o artesanal la minería de oro con frecuencia usa
tecnologías rudimentarias que involucran la amalgamación con Hg en los procesos de extracción.
Aunque en el mundo existen otras técnicas de explotación, este método de extracción el cual data
del tiempo de Nero (54-68 A.C), es ampliamente utilizado porque requiere de una pequeña
inversión inicial y mínimo conocimiento de la tecnología [8,9]. El proceso de amalgamación es
ineficiente para la extracción del oro e inevitablemente introduce Hg al ambiente (aire, agua y
suelo). Según [9], a 2013 1.000 ton de Hg han sido derramadas al ambiente en procesos de
amalgamación.
El mercurio es conocido por sus propiedades tóxicas [18]. Los efectos a la salud del Hg dependen
de la dosis y duración de la exposición. La exposición de la población al mercurio trae efectos
adversos como problemas renales, cardiovasculares, efectos en el sistema reproductivo e
inmunológico [6,19,20]. El uso de mercurio a pequeña escala, industrial y artesanal para la
extracción de oro resulta en la volatilización de un estimado de 300 t de Hg directamente a la
atmósfera anualmente, y de 700 t que son descargadas vía residuos de minería al aire, suelo, ríos
y lagos [8,20] y que tiene como resultado miles de sitios contaminados [9]. Las grandes
concentraciones en el suelo provocan un ambiente tóxico para los macro y microorganismos,
llevando a la infertilidad, baja calidad y salud del suelo. Otro factor importante del mercurio son
sus características bioacumuladoras en los tejidos, que puede incorporase en la cadena trófica de
los seres vivos causando afectaciones a la salud humana [21-23].
La biorremediación de suelos es un tema que se ha venido investigando en los últimos años debido
a sus ventajas frente a la remediación físico-química, en las que se incluyen los bajos costos y los
impactos positivos socioambientales [24]. La remediación de suelos contaminados usando lombriz
de tierra y plantas parece ser una tecnología rentable y ambientalmente amigable. La lombriz de
tierra mejora la estructura del suelo, contribuye a la descomposición de la materia orgánica y
mejora el ciclo de nutrientes, además juega un papel clave en la evaluación del riesgo eco-
toxicológico terrestre [25- 27]. La implementación de lombrices para la biorremediación es una
técnica novedosa que ha mostrado que las capacidades de asimilación de metales por vía digestiva
es prácticamente independiente del pH del suelo [27]. A través de las secreciones mucilaginosas y
la transformación de materia orgánica, las lombrices incrementan la actividad microbial y la
disponibilidad de los nutrientes, de igual manera se ha reportado que las lombrices pueden
estimular las bacterias, hongos y especies relacionadas con la degradación del pentaclorofenol [28-
32].
1. MATERIALES Y MÉTODOS
Para este trabajo se tomó suelo contaminado del municipio de Segovia, Colombia, el cual fue
mezclado en suelo fértil comprado en un vivero. Las concentraciones fueron de 70-30, 30-70 y 50-
50 de suelo contaminado con respecto a suelo fértil. Para el proceso de biorremediación se utilizó
lombriz roja californiana (Eisenia foetida). Para el aislamiento de los microorganismos se
emplearon diferentes agares con el fin de identificar levaduras y hongos (papa dextrosa agar -PDA-
(Merck) agar plate count (Merck)), para el aislamiento de mesófilos se usó agar plate count
(Merck), para enterococos se utilizó agar enterococoscell (BBL) y para baterías se dispusieron dos
agares EMB (Merck) y azida+sangre (Dibico) y para el aislamiento de pseudomonas se destinó agar
cetrimide (BBL). Todos los conteos se realizaron por medio de recuento y diferencial en placa por
siembra en superficie [33]. Las siembra de microorganismos se llevó a cabo mediante diluciones
seriadas para los cuatros sistemas evaluados [34].
Para el montaje se utilizaron tres concentraciones diferentes y una muestra control (Tabla 1), el
tiempo de ensayo fue de 90 días, dividido en tres etapas de muestreo y análisis en el laboratorio:
al primer día, a los 15 días y a los 90 días con el que se finaliza el proceso de remediación. Los
primeros 15 días se les realizó seguimiento diario a los sistemas y luego cada 8 días.
Se observa en la Tabla 1 que se realizaron diferentes mezclas con el fin de evaluar la efectividad
del proceso de biorremediación partiendo de un suelo sin contaminar que evalúa el
comportamiento de las lombrices en un ambiente inocuo y se le aumenta la concentración de
contaminante hasta llegar a una concentración extrema de 70%. Esta mezcla es necesaria ya que
cuando se realiza el tratamiento de biorremediación se debe partir de un suelo fértil para darle las
condiciones apropiadas a la lombriz como organismo vivo [35].
Para el análisis de datos se hizo por medio de una ANOVA, mediante el software estadístico
STATGRAPHIC.
2. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Durante la evaluación del efecto de las lombrices rojas sobre el crecimiento de microorganismos en
suelo procedente del municipio de Segovia, Antioquia, con un suelo altamente contaminado con
mercurio originario de los procesos de extracción del oro, se observa cómo la colonia de
microorganismos es bastante baja, encontrando solo levaduras, mesófilos y enterobacterias en el
primer día (entre 103 y 104 UFC/g), evidenciando los problemas de contaminación del suelo, debido
a que su rango de microorganismos es bastante bajo con respecto a lo recomendado por la
literatura para un suelo sin contaminación (entre 107 y 109)UFC/g.
De igual manera, se evidencia que las enterobacterias (Figura 2A) al inicio del proceso son
menores con respecto a los mesófilos y levaduras (Figura 2B y Figura 2C), pero para el día 15 su
número de colonias aumenta considerablemente e incluso en el día 90, mientras que para las
levaduras (Figura 2C) se da una disminución del número de colonias en todos los tratamientos para
el día 90.
En la Figura 3A se muestra un comportamiento similar para las levaduras en el día 15 para los
tratamientos T2 y T3, de igual manera se observa que tanto las levaduras, como los mesófilos y
enterobacterias para el tratamiento cinco disminuyen notablemente, esto se puede atribuir a la
contaminación del suelo por el mercurio, principalmente. Así mismo, se observa que en todos los
tratamientos con lombrices los microorganismos fueron incrementando con el tiempo.
Por otro lado, se realizó una prueba de rangos múltiples en la cual se determinó que durante el
tiempo de remediación aplicado al suelo contaminado con mercurio los microorganismos al día 25
han conseguido una adaptación al medio y que al día 90 las unidades formadoras no tienen un
cambio estadístico significativo con respecto al día 25 (Figura 4). De igual manera, se observa que
los microorganismos de mayor presencia en todos los sistemas son los mesófilos seguidos por las
levaduras y los hongos (Figura 5), resultados que son muy similares a los hallados por [18,40, 41],
que encontraron que hongos de Aspergillus flavus tienen una capacidad de tolerar contaminación
por mercurio (II) con una concentración superior a 100 mg/l.
3. CONCLUSIONES
De igual manera, se pudo observar que a medida que las lombrices consumían la materia orgánica
disponible en el suelo se iba promoviendo el aumento de los microorganismos en todos los
tratamientos evaluados, provocando esto una interacción de los mismos y mejorando las
condiciones del suelo para que nuevas colonias de microorganismos se presentaran en los suelos
tratados. Este comportamiento se debe principalmente a las deyecciones producidas por las
lombrices que contribuyen a que se mejoren las condiciones químicas y físicas aportando
nitrógeno, fósforo y potasio, con lo cual se mejora la fertilidad del suelo y se produce el aumento
de la comunidad microbial del mismo, llevando a que al final del experimento se encontraran
colonias en órdenes donde se considera que los suelos no presentan una contaminación
nformación tecnológica
versión On-line ISSN 0718-0764
Inf. tecnol. v.17 n.6 La Serena 2006
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07642006000600017
MEDIO AMBIENTE
Resumen
En este artículo se presenta la génesis, la estructura y la clasificación de las zeolitas naturales. Se describen las
propiedades más relevantes de las mismas, tales como porosidad, adsorción e intercambio iónico. Se revisan los usos
de las zeolitas naturales en el tratamiento de efluentes conteniendo metales pesados según la literatura vigente. Dichos
usos están enfocados hacia el tratamiento de efluentes minero-metalúrgicos y la contaminación por mercurio en
actividades mineras informales. El estudio muestra que las zeolitas naturales son eficientes en la remoción de metales
pesados en efluentes minero metalúrgicos, pueden ser producidas y beneficiadas a bajo costo, y pueden ser usadas
también para la adsorción de vapores de mercurio en hornos de copelas quemadores de amalgama.
INTRODUCCIÓN
El término zeolita viene del griego zéo y líthos que quiere decir piedra que hierve o piedra efervescente. En 1756, con el
descubrimiento de la stilbita por el mineralogista sueco Barón Alex Frederick Consted, las zeolitas fueron reconocidas
por la primera vez. Las zeolitas son aluminosilicatos de metales alcalinos o alcalino-terrosos predominantemente de
sodio y calcio (Clarke, 1980). Las zeolitas naturales presentan como características relevantes, una estructura
microporosa que le confiere propiedades adsorbentes y una gran capacidad de intercambio catiónico debido a un
desequilibrio de cargas que es función de la relación Si y Al.
Las zeolitas naturales se emplean en la remoción de metales pesados en efluentes minero metalúrgicos, en el
tratamiento de drenaje ácido de mina y de roca, para la adsorción de vapores de mercurio en hornos de copela
quemadores de amalgamas y también en el tratamiento de suelos contaminados por radiación y de licores radioactivos
provenientes de centrales nucleares. Según Babel y kurniawan (2003) mas de 100 artículos técnicos tratan del uso de
los adsorbentes de iones metálicos de bajo costo, siendo que las zeolitas están entre las mas eficientes.
Las zeolitas naturales son formadas a partir de la precipitación de fluidos contenidos en los poros, tal como en las
ocurrencias hidro-termales, o por la alteración de vidrios volcánicos. Las condiciones de presión, temperatura, actividad
de las especies iónicas y presión parcial de agua son factores determinantes en la formación de las diferentes especies
de zeolitas. Existen cerca de 40 especies de zeolitas naturales conocidas, sin embargo, tan solo algunas especies son
ampliamente utilizadas (Jiexiang Y Surent, 1993) Dentro de esas se incluyen: mordenita, clinoptilolita, heulandita,
phillipsita, eroinita y chabazita.
La mayoría de las ocurrencias de zeolita puede ser encontrada en uno de los seis ambientes geológicos (Clifont, 1987;
Luz, 1994; Mumpton, 1973; Sheppard, 1975): salino o lagos alcalinos, suelos alcalinos, diagenético, sistema abierto,
hidrotermal y sedimentos marinos.
ESTRUCTURA Y CLASIFICACIÓN
Las zeolitas son estructurados en redes cristalinas tridimensionales, compuestas de tetraedros del tipo TO4 ( T = Si, Al,
B, Ge, Fe, P, Co
) unidos en los vértices por un átomo de oxígeno. En la figura 1 se presenta las principales unidades
estructurales de las zeolitas y en la tabla 1 los principales tipos (Luz, 1994). En la figura 1 se usa la siguiente simbología:
A) Tetraedro con un átomo de Si (círculo lleno) en el centro y átomos de oxigeno en los vértices; B) Tetraedro con átomo
de Al sustituyendo el Si y unido a un catión monovalente para compensar la diferencia de carga entre el Si y el Al; y C)
Átomo Palente para balancear las cargas entre el Al y el Si en una cadena múltiple de tetraedros.
PROPIEDADES DE LAS ZEOLITAS
Las propiedades más relevantes de las zeolitas naturales son: porosidad, adsorción e intercambio iónico.
a) Porosidad
Las zeolitas son formadas por canales y cavidades regulares y uniformes de dimensiones moleculares (3 a 13 nm)
que son medidas similares a los diámetros cinéticos de una gran cantidad de moléculas. Este tipo de estructura
microporosa hace que las zeolitas presenten una superficie interna extremadamente grande en relación a su superficie
externa. La IUPAC (The International Union of Pure and Applied Chemistry) reconoce tres tipos de poros atendiendo a su
tamaño (Sing et al. 1985). Si son mayores de 50 nm se conocen como macroporos, si su diámetro está comprendido
entre 2 y 50 nm se trata de mesoporos y si son menores de 2 nm, como es el caso de los poros de las zeolitas, son
microporos.
Cuando la distancia entre dos superficies es suficientemente corta, los potenciales de adsorción se suman, de forma
que una molécula situada en el interior del poro se ve atraída por toda la superficie del poro aumentando la fuerza con la
que se ve atraída. Es decir, a medida que disminuye el tamaño del poro más profundo se hace el pozo de potencial. En
el caso de que el poro sea suficientemente ancho las moléculas se irán adsorbiendo formando una monocapa a una
distancia determinada de la superficie (distancia de adsorción), y a medida que aumenta la cantitidad adsorbida el
adsorbato se ordena en capas sucesivas (llenado en multicapas) (Gregg y Sing, 1967).
b) Adsorción
La superficie de los sólidos es una región singular, que es responsable o al menos condiciona muchas de sus
propiedades. Los átomos que se encuentran en ella no tienen las fuerzas de cohesión compensadas, como ocurre en
los átomos situados en el seno del sólido que es, en definitiva, responsable de las propiedades de adsorción de los
sólidos. A distancias suficientemente grandes, no existe una interacción apreciable entre una molécula acercándose a
una superficie, por lo tanto, la energía de este sistema es próxima a cero. A medida que la molécula se acerca a la
superficie la energía del sistema comienza a disminuir debido a que las fuerzas de cohesión de los átomos de la
superficie empiezan a verse compensadas. En otras palabras, el potencial de adsorción origina una fuerza atractiva que
provoca el acercamiento de la molécula a la superficie. Cuando la distancia entre la superficie y la molécula libre
comienza a disminuir, las fuerzas de repulsión (debidas a la proximidad de las capas de electrones de los átomos de la
superficie con los átomos de la molécula libre) comienzan a ser importantes. Por lo tanto, existe una distancia para la
cual la energía del sistema es mínima. La alta eficiencia de adsorción de las zeolitas está relacionada a la gran
superficie interna que esta posee. Cuando el tamaño del poro disminuye se produce un incremento significativo del
potencial de adsorción, ocasionado por el solapamiento de los potenciales de las paredes del poro. Así, para un mismo
adsorbato, la interacción con las paredes del poro es mayor cuanto menor es el tamaño del poro, y por tanto, mejor el
confinamiento de la molécula adsorbida (Garcia, M.J, 2002).
La propiedad de Intercambio Iónico (I.I.) se ha observado en minerales silicatos cristalinos como arcillas, feldespatos y
zeolitas. Se considera una propiedad intrínseca de estos minerales pues es el producto de la sustitución isomórfica de
los átomos de silicio de su estructura cristalina por otros átomos. En el caso de las zeolitas esta sustitución ocurre por
átomos tetravalentes de aluminio lo que produce una carga neta negativa en la estructura que se compensa por cationes
fuera de ella. Estos cationes son intercambiables, de ahí la propiedad intrínseca de I.I. que también es una
manifestación de su naturaleza de estructura cristalina microporosa, pues las dimensiones de sus cavidades y de los
cationes que se intercambian determinan el curso del proceso.
El comportamiento de I.I. en las zeolitas depende de varios factores que determinan una mayor selectividad en las
zeolitas a determinados cationes: -naturaleza de los cationes en solución, temperatura, concentración de los cationes
en solución, aniones asociados con los cationes en solución, solvente – agua, solvente orgánico, estructura de la zeolita
– topología de la red y densidad de la carga de red.
La capacidad de intercambio iónico (C.I.I.) de una zeolita es una magnitud que da una medida del monto de equivalentes
de un catión que es capaz de retener por intercambio iónico una masa de zeolita. Esta capacidad está directamente
relacionada con el Al presente en la red zeolítica y depende directamente de su composición química (Breck, 1974). Una
alta capacidad de intercambio iónico corresponde a zeolitas con baja relación SiO2/Al2O3 (Clarke, 1980). La C.I.I. teórica
máxima, número de equivalentes intercambiables por masa de la celda unitaria, no siempre puede ser alcanzada debido
a la existencia de sitios de intercambio inaccesibles.
Desde el punto de vista del control ambiental mediante la eliminación de contaminantes la gran mayoría de los autores
coinciden en la superioridad de las zeolitas naturales atendiendo a: -bajo costo de extracción, disponibilidad de grandes
volúmenes, excelente estabilidad a los procesos químicos y térmicos que permiten su reactivación y utilización en
varios ciclos. Según Englert y Rubio (2005) las investigaciones con zeolitas naturales y sus aplicaciones en los
trabajos relativos al medio ambiente están aumentando debido a sus propiedades y significativa incidencia. Según
Melamed y Luz (2006) la atención creciente le ha sido dada, por el sector industrial, para la remoción de metales
pesados presentes en efluentes líquidos procurando atender la legislación ambiental. En los efluentes de la industria
minera los tratamientos normalmente recomendados para remover metales pesados, incluyen procesos como
precipitación, evaporación, electrodiálisis, absorción en carbón, extracción por solventes e intercambio iónico con resinas
sintéticas. Los tratamientos con zeolitas tienen una gran ventaja, sobre los mencionados anteriormente, desde el punto
de vista económico ya que las zeolitas presentan un bajo costo. Los usos de las zeolitas naturales que se describen a
continuación están enfocados principalmente en el tratamiento de efluentes mineros, metalúrgicos y de la contaminación
por mercurio producida por actividades mineras informales.
Vaca et al., (2001) describen los tests realizados para la remoción de metales pesados a través de una zeolita natural
mejicana compuesta por clinoptilolita. Estudios a escala de laboratorio (Luz, 1994; Rodríguez y Rodriguez , 2000;
Pansini, 1997) indican la remoción de metales pesados (Cu, Zn, Cd, Ni, Mn, Fe), por combinación de procesos de
precipitación-neutralización con I.I. con clinoptilolita natural sódica, de desagües ácidos de minas. Los resultados
demuestran como la eliminación de los metales se verifica fundamentalmente por intercambio (I.I) de los iones Na+. En la
disolución se incrementa considerablemente el contenido de Na+ y ligeramente el de K+, como prueba el intercambio de
estos con los cationes de los metales pesados. El ión K+ se comporta de forma reversible en el intercambio. A modo
general, la remoción de estos metales pesados es lenta pero efectiva, presentándose los mejores resultados para el Cu,
Zn y Cd con un 99,91% y para el Mn 60 %. Lazaridis et al., (2004) estudiaron la recuperación de iones de cobre de
efluentes reales y simulados provenientes de una mina y de una unidad de tratamiento de minerales a partir de varias
técnicas de separación incluyendo el uso de zeolitas como agente adsorbente y flotación. El estudio constató que la
remoción de cobre es siempre mayor en soluciones simuladas que en efluentes reales. Según los autores, debido a la
presencia de contaminantes como los compuestos orgánicos. Dabrowski et al., (2004) realizaron un estudio interesante
sobre la remoción selectiva de iones de metales pesados en efluentes industriales por intercambio iónico. Según los
autores la metodología es, en general, tecnológicamente simple, y posibilita la remoción eficiente de hasta trazos de
impurezas en las soluciones acuosas. El estudio incluyó la remoción de los iones Pb+2, Hg+2, Cd+3, Ni+2, V+4,+5, Cr+4,+5,
Cu+2 y Zn+2 de varios efluentes industriales. Según Ören y Kaya (2005) el zinc es uno de los contaminantes industriales
más comunes en los efluentes industriales y también uno de los más difíciles de remover. Ellos investigaron las
características de adsorción del zinc por dos zeolitas naturales encontradas en la región de Gordes y Bigadic, en el oeste
de Turquía.
Erdem et al., (2004) estudiaron el comportamiento de la adsorción de la zeolita clinoptilo lita con relación a los iones
Co+2, Cu+2, Zn+2 y Mn+2. Fue constatado que el fenómeno de adsorción depende de la densidad de carga y del diámetro
del ión hidratado. Según los estudios de equilibrio realizados la secuencia de selectividad de la referida zeolita con
relación a los iones citados puede ser representada así: Co+2 > Cu+2 > Zn+2 > Mn+2.
Chabalina y Ramírez (1991) estudiaron en disoluciones sintéticas la remoción, por I.I., de cationes de metales pesados
(Ni2+, Cu2+, Cd2+, Cr3+, Zn2+) típicamente presentes en residuos de talleres galvánicos, usando zeolitas de diferentes
yacimientos cubanos (Piojillo, San Cayetano, Tasajera y San Andrés). Los resultados permitieron establecer diferencias
en la selectividad y capacidad de intercambio de los materiales zeolíticos naturales sin modificación de estos. La mayor
capacidad de intercambio de iones Ni y Zn la mostró la zeolita clinoptilolita clásica del yacimiento de San Cayetano; para
el Cd y Cu la clinop- tilolita-heulandita cálcica del yacimiento de Piojillo, mientras que para el Cr la clinoptilolita sódica del
yacimiento de San Andrés.
En contraposición al carácter reversible del intercambio observado por una gran gama de metales pesados, los estudios
realizados por Pansini y Colella (1991) y Loizidou et al. (1992) sobre la remoción de Cr3+, por I.I., de residuos líquidos
usando diferentes zeolitas naturales (phillipsita, chabazita, clinoptilolita, mordenita y ferrierita), muestran que el
intercambio de este metal es marcadamente irreversible. Según Pancini (1997) una vez retenido sólo logran revertir un
5-10% del Cromo. En Reno Research Center y en el U. S. Bureaux of Mines se probaron 22 zeolitas, entre las cuales se
incluían clinoptilolita, mordenita, chabazita, eroinita y phillipsita, en la retención de una serie de metales (Zamzow et al.,
1990). Se encontró que la selectividad, en el caso de clinoptilolita, era Pb > Cd > Cs y Cs > Cu (II) > Cr (III) > Ni (II) >
Hg (II) . Para la retención de plomo, el orden de eficiencia de las diferentes zeolitas fue: phillipsita > chabazita > eroinita
> clinoptilolita > mordenita, lo cual se correlaciona bien con la relación Si/Al de ellas. En iguales condiciones de
operación, a la menor razón Si/Al corresponde una mayor capacidad de la zeolita para intercambio catiónico.
Cabrera et al., (2005) investigaron las características de adsorción de un material natural abundante en Cuba
conteniendo clinoptilolita y mordenita en relación a la remoción de Cu+2, Ni+2 y Zn+2 de efluentes metalúrgicos. Se
realizaron estudios para evaluar la cinética del proceso y determinar las constantes de equilibrio del proceso de
adsorción a diferentes valores de pH y diferentes concentraciones de los cationes y de las zeolitas constatándose que el
referido material natural tiene un alto potencial para la retención de metales pesados con la selectividad para el Cu+2 >
Ni+2 > Zn+2. Los experimentos constataron que la habilidad de retención de metal es muy dependiente del pH y en menor
extensión de la relación metal/zeolita. También en Jordânia, Ibrahim et al., (2002) investigaron el uso de un residuo
natural conteniendo chabazita y phillipsita para el tratamiento de efluentes metalúrgicos. Según los autores el alto
contenido de zeolitas del material, su capacidad de intercambio iónico y resistencia a la fricción capacitan el material
para uso como un intercambiador iónico. El material se mostró un éxito en la remoción de una gran variedad de
cationes metálicos incluso en presencia de altas concentraciones de iones competidores tales como Na+, Ca+2 y K+.
Las actividades mineras informales utilizan el mercurio para la concentración de oro. Parte de este mercurio, lanzado al
medio ambiente, está contaminando los suelos, los ríos y siendo absorbido por los peces y seres humanos con gran
impacto sobre el medio ambiente y grandes riesgos para la salud pública. Los iones metálicos presentan baja movilidad
en los suelos gracias a mecanismos de intercambio catiónico, absorción a los óxidos/ hidróxidos, precipitación, etc. Sin
embargo, debido al carácter reversible de las reaciones químicas envueltas, alteraciones en las condiciones físico-
químicas del sistema suelo /agua pueden interferir en la fase sólida (Borma, et al, 1996). Esto contribuye a la gran
dispersión de la contaminación del mercurio tanto en el agua como en el suelo.
(Arraigada, et al, 2001) de retención de mercurio usando zeolitas naturales cubanas (70% clinoptilolita), mexicanas
(80% de eroinita) y chilenas (mezcla de mordenita y clinoptilolita). Se estudió en condiciones normalizadas la velocidad y
capacidad de retención de Hg(II) en las zeolitas indicadas y se determinó la influencia de algunos parámetros del
intercambio: temperatura, concentración, tamaño de la partícula y pH del medio. La clinoptilolita cubana fue la que
alcanzó mejor resultado. Chojnacki et al., (2004) discuten la aplicación de zeolitas naturales del grupo de la clinoptilolita
para la remoción del mercurio de los efluentes industriales a escala de laboratorio e industrial. Los experimentos
incluyeron estudios del mecanismo y del equilibrio de adsorción. Se constató la efectividad del proceso y también que el
mecanismo dominante de la adsorción con zeolitas es el intercambio iónico. La capacidad máxima de adsorción fue
evaluada en 1.21 meq Hg+2 / g de adsorbente.
Melamed y Luz, (2006) realizaron testes con attapulgitas, zeolitas, caolín, vermiculitas y bentonitas. Los resultados
demostraron la relativamente alta eficiencia de las zeolitas en la remoción del mercurio. Según el estudio las zeolitas son
capaces de remover especies de mercurio de efluentes con concentraciones de hasta 1000 ppm, correspondiendo a una
capacidad de adsorción de 10.000 mg Hg/ kg.
d) Otros estudios
Englert y Rubio, (2005) describen la caracterización de una zeolita natural chilena y los resultados de su uso como
adsorbente del radical amonio presente en soluciones acuosas. La muestra estaba compuesta principalmente por
clinoptilolita y mordenita. La remoción del radical amonio por intercambio iónico a pH neutro se procesó a tasas de 0,68
meq NH4+ g-1. En los estudios de Zamboulis et al., (2004) una zeolita sintética ultrafina fue inicialmente aplicada como
adsorbente para la remoción de los cationes cobre y zinc y también de los oxi-aniones cromo (VII). La flotación fue
aplicada a continuación para la efiiciente separación del adsorbente. Dal Bosco et al., (2005) testaron la capacidad de
cambio iónico de una zeolita natural brasileña denominada scolecita. Fueron investigados los procesos de adsorción
para Cr+3, Ni+2, Cd+2 y Mn+2 en un efluente acuoso sintético. Matis et al., (2005) investigaron la aplicación de la flotación
para la separación de zeólitas cargadas con zinc. Turan et al., (2005) investigaron la eficiencia de remoción del plomo
por las zeolitas clinoptilolita y sepiolita en soluciones acuosas y en columnas de lecho fijo.
Según Faghihian y Bowman, (2005) las superficies de las zeolitas no modificadas no tienen afinidad por aniones, por
estar negativamente cargadas. Por ello, la adsorción de aniones por las zeolitas no ha sido muy estudiada. En este
estudio, sin embargo, fue constatado que después de la modificación de la superficie de la clinoptilolita por la adición de
cationes ésta es capaz de adsorber una cantidad considerable del anión cromato divalente (Cro3-2). Louzidou et al.,
(1992) demostraron que los cationes de cromo trivalente pueden ser retenidos por zeolitas naturales. Los experimentos
con una zeolita natural (clinoptilolita) que se encuentra en gran cantidad en Grecia, mostraron que altas concentraciones
de los iones cromo son removidos de soluciones acuosas en poco tiempo. Otros estudios relativos a las especificidades
del proceso, tales como, aquellos relativos a la cinética y al equilibrio del proceso de intercambio iónico para los iones
Pb+2, Cr+3, Fe+3 y Cu+2 , de una clinoptilolita natural (Inglezakis et al., 2002) o la influencia del condicionamiento químico
en la capacidad de intercambio iónico y en la cinética en relación a la clinoptilolita (Athanasiadis y Helmreich, 2005)
pueden ser encontrados en la literatura técnica referente al asunto.
CONCLUSIONES
Por la revisión de los usos de las zeolitas naturales en el tratamiento de efluentes conteniendo metales pesados se
pueden indicar las siguientes conclusiones:
- Las zeolitas naturales son eficientes en la remoción de metales pesados (Pb, Cu, Ni, As, Cd Cd, Hg, Zn) en efluentes
minero metalúrgicos;
- En las actividades mineras informales las zeolitas se emplean en la descontaminación del mercurio y sirven
también para la adsorción de vapores de mercurio en hornos de copelas quemadores de amalgama.
Universidad y Salud
Print version ISSN 0124-7107
On-line version ISSN 2389-7066
Univ. Salud vol.17 no.1 Pasto Jan./June 2015
Resumen
Introducción: Dada la problemática social y ambiental generada por la minería aurífera artesanal
y a pequeña escala (MAAPE), se lleva a cabo en el presente documento la revisión del estado del
arte en cuanto a la gestión ambiental de aguas residuales con mercurio (Hg) a nivel mundial.
Materiales y métodos: La revisión se realizó a partir de artículos científicos publicados durante
los últimos cinco años, encontrando que las intervenciones para abordar los impactos por Hg en la
MAAPE, se han enfocado en la creación de leyes de reducción y eliminación del uso del mercurio,
las cuales han sido poco efectivas. Resultados: El 62% de los sitios evaluados, se encuentran en
una categoría de gestión ambiental inexistente, el 8% se encuentra en etapa reactiva y el 31% en
responsable, mientras que no se encontró ningún proceso en gestión proactiva o competitiva. De
otra parte, se encontraron diversos estudios a nivel experimental sobre tratamientos de aguas
residuales con Hg, que podrían ser adaptados a la gestión de los residuos líquidos provenientes de
la MAAPE.
Introducción
A pesar de los beneficios económicos que genera la minería aurífera artesanal y a pequeña escala
(MAAPE) practicada en más de 70 países, como la generación de empleos directos e indirectos que
convierten a esta actividad en una fuente de subsistencia, especialmente para los sectores más
pobres de la población mundial, se genera a partir de sus procesos varias externalidades negativas
que merecen atención.1-3
Dichas externalidades, se ven reflejadas tanto en los ecosistemas donde se ve un notable deterioro
de la calidad de los recursos y afectación a su fauna y flora, como en las poblaciones humanas que
en el caso de los residuos líquidos, ven como los residuos mineros con mercurio (Hg) en las aguas
de los ríos aledaños, impiden que estas sean utilizadas para realizar actividades agrícolas o incluso
para el consumo humano debido a problemas asociados a su alta toxicidad.,2-4 dado que se pueden
contemplar desde daños menores hasta carcinogénesis, teratogénesis y neurotoxicidad. 5
Por lo tanto, los mineros enfrentan el dilema de la contaminación resultante del proceso de
recuperación del oro, dado que además de la contaminación del ambiente, la MAAPE genera varias
dificultades sociales, políticas y económicas que deben ser abordadas por los actores involucrados. 3
Cabe resaltar, que el término (MAAPE) se refiere a las actividades informales llevadas a cabo
utilizando poca tecnología y maquinaria practicada por individuos, grupos o comunidades,
usualmente de manera informal (ilegal) y en países en vías de desarrollo.6
En la etapa de beneficio del oro, uno de los procedimientos más utilizados para separar el oro del
material extraído se denomina amalgamación, en el cual el oro entra en contacto con el mercurio y
forma una amalgama, las partículas de oro se adhieren al mercurio para posteriormente ser
separadas mediante técnicas de destilación manual.6
Existen varias tecnologías que han sido aplicadas para la remoción de mercurio, las cuales se
clasifican en físico-químicos (adsorción, intercambio iónico, nanotecnología, electrocoagulación,
procesos de membrana, precipitación química, entre otros) y biológicos (fitorremediación,
bioacumulación, biomineralización, biotransformación y bioadsorción).8-11
En este sentido, se han llevado a cabo numerosos estudios de casos sobre el uso del mercurio
utilizado en el proceso de minería aurífera a nivel mundial, lo anterior teniendo en cuenta que la
extracción de oro utilizando métodos artesanales o con un bajo grado de mecanización y baja
productividad, es practicada por entre 10 y 15 millones de mineros en todo el mundo, quienes
extraen en promedio 350 toneladas/año de oro y liberan en el proceso 640 a 1350 toneladas/año
de mercurio en el ambiente.1,2
De igual manera, la información derivada de las investigaciones revisadas, permitió identificar las
diversas etapas de gestión ambiental de la MAAPE a nivel mundial, en relación con el tratamiento
de las aguas residuales industriales con mercurio, clasificando ésta en niveles que se denominan
reactivo; responsable; proactivo; competitivo e inexistente.
En este sentido, con base en la problemática identificada y las etapas de gestión ambiental, el
objetivo del presente artículo, es establecer el estado del arte de la gestión ambiental de la MAAPE
a nivel mundial, en relación con el tratamiento de las aguas residuales industriales con mercurio
durante los últimos cinco años, e identificar si esta gestión ha sido o no sustentable.
Materiales y métodos
Se llevó una investigación descriptiva, donde se caracterizó la gestión ambiental que se lleva a
cabo en la MAAPE a nivel mundial, en relación con el tratamiento de las aguas residuales
industriales con mercurio.
Se realizó una revisión de la literatura científica en los últimos cinco años, teniendo en cuenta la
tendencia mundial a la eliminación del uso del mercurio en la minería aurífera, por lo cual se limitó
la búsqueda a los artículos científicos y técnicos más actualizados acerca de la gestión ambiental de
la MAAPE en la que actualmente se esté utilizando mercurio en el proceso, así como la gestión que
se esté dando a las aguas residuales industriales con este metal, y sobre las teorías de etapas de la
gestión ambiental, registrados en las bases de datos de Science Direct, Springer Link y Scientific
electronic library online (SciELO).
Se seleccionaron y revisaron los artículos científicos y técnicos publicados desde enero de 2009
hasta abril de 2014. Se utilizaron las siguientes palabras clave en español y en inglés: tratamiento
mercurio minería aurífera, gestión ambiental mercurio minería aurífera, sustentabilidad minería
aurífera y evolución de la gestión ambiental a través de estados de madurez. El número de
artículos encontrados y porcentaje por cada buscador y palabras clave se registra en la tabla 1.
En este sentido, los títulos y resúmenes del total de artículos encontrados fueron revisados,
seleccionando entre estos los que contenían la información específica sobre el tema de revisión.
Además, de las referencias de los artículos evaluados se realizó una búsqueda manual para
referencias exactas.
Los criterios de exclusión de los artículos fueron: que no fuera minería aurífera artesanal y a
pequeña escala y en el caso de los métodos de tratamiento de Hg, que no contarán con un estudio
de caso para evaluar la eficiencia del método.
Del proceso de revisión de información relevante, se llegó finalmente a evaluar los textos
completos de un total de 59 artículos.
Análisis de la información
En este caso, se identificaron los tratamientos propuestos en los últimos cinco años, estableciendo
el porcentaje de artículos encontrados por cada método, los países donde se llevaron a cabo las
investigaciones, así como la alternativa más asequible para llegar a aplicar en la MAAPE.
Resultados y discusión
Dicho enfoque ha sido generado por las evidencias de toxicidad del mercurio, como lo ocurrido en
Minamata en el suroeste de Japón, en donde se presentó un grave episodio de intoxicación por
metilmercurio en la población, que se hizo evidente por primera vez en 1956 y se remonta a los
vertidos de una fábrica química local.
De otra parte, en Colombia según el estudio realizado por Cogua P. et al., 16 en la bahía de
Cartagena, en los años setenta se presentó un caso de contaminación con este metal causado por
la compañía Álcalis de Colombia, la cual utilizaba Hg como sustancia catalítica para la producción
cloro–soda. Estos y otros casos, han provocado la reacción mundial en contra del uso de Hg en los
procesos productivos y de esta manera han originado acuerdos de eliminación gradual de este
metal en la minería aurífera, partiendo del Convenio de Minamata en 2013 y los diversos
programas que promueven otras tecnologías de beneficio del oro libres de Hg. 14,15
En este sentido, en respuesta al Convenio Internacional de Minamata, que tiene como objetivo
eliminar de forma sistemática el uso del mercurio en el sector en 2030, se han promovido leyes
que regulan o eliminan gradualmente el uso de este metal pesado, por ejemplo en países como
Colombia, donde se limita su uso para la adquisición de oro a menos que los estudios técnicos lo
consideren indispensable, y más recientemente se adoptó la Ley de eliminación gradual de su uso
en la actividad minera.14,6,17 En el caso de Brasil, se prohíbe el uso de mercurio y cianuro sin la
obtención de licencia.18
Sin embargo, estos reglamentos y las restricciones relativas al mercurio no se hacen cumplir como
es debido en estos países. Lo cual se evidencia en Colombia donde según las estimaciones
realizadas por Guiza & Aristizabel,6 la mayoría de los pequeños mineros ilegales que representan el
60% de la explotación de oro de Colombia, están utilizando Hg en su proceso de beneficio. Por lo
cual, los niveles de mercurio exceden los límites de tolerancia en la población y en los organismos
acuáticos, como se evidencia en los estudios realizados por varios investigadores. 5,4
En cuanto a Brasil, Sousa & Veiga19 demostraron que en la región de Tapajós el 99,3% los mineros
utilizan mercurio o cianuro sin ningún permiso.
Un caso similar se presenta en Ghana donde la Ley de Minerales y Minería de 2006 (Ley 703),
prohíbe a los no ghaneses realizar minería artesanal de oro, a pesar de esta prohibición, varios
ghaneses y extranjeros (particularmente los chinos), practican ilegalmente la MAAPE, sin ningún
manejo de sus vertimientos.20
Así mismo, la marginalidad en la que viven los mineros artesanales y a pequeña escala se vuelve
una barrera considerada muchas veces infranqueable para estas comunidades, debido por una
parte a que los procesos de legalización resultan ser trámites engorrosos que ellos no están
dispuestos a llevar a cabo, dado que se presentan casos como en Perú y Colombia, donde los
requisitos para la legalización de estos son más exigentes que los requeridos para las concesiones
mineras de gran tamaño, razón de preferencia para continuar en la ilegalidad. 6,22
De otra parte, las tecnologías libres de Hg resultan ser costosas y actualmente inaccesibles para la
mayoría de estos mineros, dado los bajos ingresos percibidos por esta actividad para quienes
desarrollan esta primera etapa de extracción y beneficio a pequeña esca.23,24
En contraste, el uso de mercurio para el beneficio del oro es extendido, lo cual se atribuye al fácil
manejo de estos insumos que no requiere de conocimientos técnicos especiales, el costo más
económico en comparación con otros métodos, además del tiempo es otro factor que crea
resistencia a las otras tecnologías, debido a que los mineros no están dispuestos a esperar cinco o
más días para tener oro sin Hg por ejemplo mediante el proceso de cianuración. 6,22
De esta manera, se evidencia que debido a la imposibilidad inmediata de la eliminación del uso del
mercurio en la MAAPE, y como parte del proceso de reducción de la contaminación por Hg, se
deben establecer mecanismos para que los pequeños mineros artesanales y a pequeña escala se
formalicen y a partir de esto, entiendan la necesidad de cumplir con la legislación ambiental y de la
aplicación de la gestión ambiental de sus actividades, entrando de esta manera en las diferentes
fases que los lleven a poder contribuir con la sustentabilidad de sus procesos mineros, sin que
atenten contra su salud, la salud de la comunidad del área de influencia minera y el ambiente.
Por lo tanto, a pesar de que esta asociación de mineros son receptivos a mejorar sus métodos de
trabajo a fin de producir más oro y reducir las emisiones de mercurio, se presenta cierta resistencia
a cumplir con la normatividad ambiental y las campañas de sensibilización promovidas por la
Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), sobre técnicas más
limpias y eficientes para el proceso de amalgamación de oro, así como la sensibilización de los
riesgos del Hg y las vías de exposición, los cuales según Shandro, Veiga y Chounard, 25 no han
arrojado resultados positivos debido entre otras razones, a la falta campañas de sensibilización
estructuradas.
Así mismo, el 31% de los lugares con MAAPE evaluados en el presente artículo se consideran en
una etapa de gestión responsable, dado que están en la búsqueda de cumplir con la normatividad
ambiental, a partir de la gestión del proceso minero para contribuir a la gestión de los residuos
líquidos con mercurio.
De esta manera, Perú y Brasil son los países donde se están llevando a cabo técnicas de
mejoramiento del proceso, mediante estudios piloto en áreas mineras, relacionados con cambios en
el sistema de beneficio del oro, como la concentración por gravedad seguida de cianuración en un
molino esférico planteada en Garimpo Ouro Roxo Brasil, 26 o las planteadas para la población de
Misky, Arequipa, Perú, donde se propone la realización de un sistema de recuperación mediante la
mesa de Holman - Wilfley previo al proceso de amalgamación, ambos procesos con el fin de reducir
la cantidad de mercurio utilizado.27
Por el contrario, los sitios mineros ubicados en los países de África (excepto Mozambique) y Asia
están en una etapa de gestión inexistente, a pesar de la evidencia de las problemáticas sociales y
ambientales generadas por el uso del mercurio en la MAAPE.
De esta manera, lejos de contemplar esta problemática, los cerca de 15 millones de pequeños
mineros en el mundo se encuentran inmersos en círculos de pobreza, generados por la falta de
oportunidades de empleo, la falta de tierra y la pobreza extrema. 2,6,20,36
Lo anterior impulsa a estos sectores sociales económicamente marginados a llevar a cabo las
labores mineras bajo condiciones de informalidad, utilizando poca tecnología, maquinaria y técnicas
de beneficio contaminantes y riesgosas para su propia salud y además siendo ilegales.6,20,21
Así mismo, han sido poco eficientes las inversiones de donantes como Banco Mundial, la Unión
Europea (UE), (ONUDI) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), las cuales
han buscado sin éxito el desarrollo de programas de reducción del uso del mercurio así como su
gestión.37,31,25
Dado que han demostrado ser ineficaces en la difusión del conocimiento, especialmente porque los
programas no son incluyentes con los mineros, no cuentan en muchos casos con el apoyo
gubernamental y no han tenido en cuenta el contexto cultural, social, económico y de organización
de los mineros, razón que evidencia la necesidad de avanzar hacia la adopción de estrategias
orientadas a la comunidad minera artesanal y a pequeña escala.37,23,38
En este contexto, se demuestra que la eficacia de leyes y programas de reducción y gestión del uso
del Hg es muy baja y por ende la gestión de los residuos con este metal es inexistente en un alto
porcentaje de los sitios evaluados en el presente artículo, contando con algunas zonas en donde se
pretende llevar a cabo mejoras en los procesos para disminuir la utilización de Hg, pero que no
incluyen el manejo de los vertimientos que generan.
Por lo anterior, un primer paso para la gestión del uso del mercurio, es la mitigación del impacto
que está ocasionando actualmente este insumo en la MAAPE, generando alternativas de manejo
tanto de sus residuos líquidos como de sus emisiones, a partir de la promoción de los métodos de
tratamiento de este metal.
Se encontró que se han venido desarrollando diversas investigaciones, entre las cuales se
encuentran un mayor número de estudios para los métodos de adsorción con el 35%, seguidos de
biorremediación con el 20%, la nanotecnología con el 15% y la electrocoagulación con el 10% de
los estudios encontrados.
Dichos métodos han resultado efectivos en la remoción de Hg, por lo cual podrían ser utilizados en
la gestión de los residuos líquidos con este metal, provenientes de la MAAPE.
De otra parte, los países donde se llevaron a cabo los estudios fueron en su orden: India con el
25% y Estados Unidos con el 15%, seguidos de Portugal y España con el 10% y los de menor
número de estudios fueron Camerún, Argelia, Brasil, Colombia, Malasia, Grecia, Japón y Egipto
cada uno con el 5%.
De las investigaciones realizadas, se destaca la bioadsorción como uno de los métodos más
económicos, eficientes y de fácil operación para la remoción de Hg, considerada como una
tecnología innovadora que está despertando en los últimos años un gran interés en la comunidad
científica.40,41
Este método consiste en un proceso de captación de los iones del metal o elementos radiactivos
por la biomasa (viva o muerta).42
La eficiencia de este proceso ha sido comprobada por diversos autores que han realizado
investigaciones utilizando materiales bioadsorbentes de diferentes orígenes, como bacterias y
biomasas de origen vegetal dentro de las más estudiadas. 43-46
Cabe resaltar, que el éxito en la implementación de este o cualquier método de tratamiento que
pretenda implementarse en el proceso de la MAAPE, depende de la integración de los mineros
artesanales y a pequeña escala en la toma de decisiones que los afectan directamente, así como la
comprensión de los beneficios que les aportan las nuevas tecnologías, dado que este sector de la
población es propenso a adoptar nuevas tecnologías y métodos de extracción que ofrecen mejoras
tangibles de subsistencia, sobre todo si la tecnología es asequible. 47
Considerando los patrones culturales locales y el ambiente circundante, teniendo flexibilidad con
respecto a modificaciones de la tecnología a las condiciones locales, y estableciendo sistemas de
seguimiento y evaluación adecuados.24
Conclusiones
Se pudo determinar que en la MAAPE, la preocupación sobre el manejo del Hg, se ha centrado en
la creación de leyes de reducción y eliminación del uso del Hg., así como en eliminar este insumo
del proceso, a través de la implementación de otras tecnologías para el beneficio del oro, pero no
en manejar los residuos líquidos que esta actividad continúa generando.
De esta manera, el 62% de los sitios con MAAPE evaluados, se encuentran en una categoría de
gestión ambiental inexistente. El 8% se encuentra en etapa reactiva, y el 31 % en responsable,
mientras que no se encontró ningún proceso en gestión proactiva o competitiva.
Por lo anterior, es primordial generar alternativas de manejo de los vertimientos mineros, que
realmente puedan ser aplicadas por los mineros artesanales y de pequeña escala. En este sentido,
los mecanismos viables para la gestión ambiental de efluentes con Hg, se deben buscar en base a
las diferentes tecnologías existentes como la adsorción, biorremediación, nanotecnología y
electrocoagulación, los cuales, han demostrado ser eficientes en la remoción de iones de Hg, por lo
tanto, podrían ser utilizados en la gestión de los residuos líquidos provenientes de la MAAPE.
Tecnología y ciencias del agua
versión On-line ISSN 2007-2422
Tecnol. cienc. agua vol.6 no.4 Jiutepec jul./ago. 2015
Artículos técnicos
Ricardo Bello-Mendoza
University of Canterbury, New Zealand
Francisco Jiménez-Otárola
Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza, Costa Rica
Karim Musálem-Castillejos
El Colegio de la Frontera Sur, México
Resumen
Se presenta una evaluación sobre la concentración de metales pesados en la cuenca alta del río
Grijalva en microcuencas cuyos ríos abastecen de agua a comunidades de la región fronteriza
México-Guatemala por sus posibles riesgos para la salud humana. Además, en virtud de las
acciones actuales de prospección y del interés por el desarrollo de la minería en el futuro próximo,
este estudio puede brindar valores de referencia sobre los cuales se pueda evaluar el impacto
ambiental de tales actividades en la región. Se evaluó el contenido de metales (As, Cd, Cr, Cu, Hg,
Ni, Pb y Zn) en agua superficial y en sedimentos durante la época de lluvias (agosto de 2011 y
junio de 2012) y en época seca (enero de 2012 y diciembre de 2012) en las cuencas de los ríos
Xelajú y Bacantón, así como en las subcuencas de los ríos Allende, Buenos Aires, Molino y Carrizal.
Los resultados fueron contrastados con las normativas correspondientes de México y Canadá, y
también, en el caso de los sedimentos, con los niveles de fondo de referencia para los Estados
Unidos de América. Las concentraciones de Hg rebasaron los límites máximos permisibles (LMP)
establecidos en ambas normas y niveles de referencia revisados tanto en época de lluvias como en
la seca. Los resultados sugieren que la descarga de aguas residuales de la ciudad de Motozintla de
Mendoza al río Xelajú explica parcialmente el incremento de la concentración de Hg tanto en las
aguas como en los sedimentos. Las concentraciones detectadas de As, Cd, Cr, Cu, Ni, Pb y Zn
fueron mínimas y no sobrepasaron los LMP en la norma mexicana; sin embargo, en algunos casos
rebasaron los LMP establecidos en la norma canadiense y en los valores de referencia de los
Estados Unidos.
Introducción
A pesar de que algunos metales son esenciales para los seres vivos, en altos niveles de exposición
provocan efectos dañinos a la salud humana, así como a la flora y fauna (García-García, Pedraza-
Garciga, Montalvo, Martínez, & Leyva, 2012; Jiménez-Cisneros, 2001; White & Rasmussen, 1998).
Debido a su alto potencial tóxico, el As, Cd, Cr, Hg y el Pb son tomados en cuenta de forma
particular y están considerados como contaminantes altamente peligrosos; sin embargo, otros
metales como el Cu y el Zn también pueden resultar tóxicos si exceden ciertos niveles de
concentración (Esteves, Gil, & Harvey, 1996; García-García et al., 2012; Soto-Cruz, Carrillo-
Chávez, & Suárez-Sánchez, 2011). Algunos metales tienden a acumularse en organismos acuáticos
("bioacumulación") y alcanzan concentraciones sucesivamente mayores al ascender los niveles
tróficos, lo que representa un riesgo para la salud de las personas que los consumen (Pérez-Cruz,
Rangel-Ruiz, & Gamboa-Aguilar, 2013). Se ha observado, por ejemplo, que los efectos del Hg
pueden verse intensificados al acumularse este metal en los tejidos de los peces (Jiménez-
Cisneros, 2001). Estudios realizados con especies marinas advierten sobre tal efecto acumulativo y
su transferencia en la cadena trófica, y afirman que varios metales pesados pueden ser
considerados como agentes genotóxicos (Haesloop & Schirmer, 1985; Sánchez-Galan, Linde,
Ayllon, & García-Vázquez, 2001). Un ejemplo de la transferencia de metales en la cadena trófica se
reporta en la parte media de la cuenca del río Pilcomayo, en Bolivia, donde se detectaron altas
concentraciones de metales en el cabello de los habitantes de las orillas de la cuenca, atribuibles al
consumo de pescado y del agua del río; este río sufre contaminación por la explotación de
minerales en la parte alta de la cuenca (Smolders, Archer, Stassen, Llanos-Cavero, & Hudson-
Edwards, 2006).
Estudios realizados en la cuenca media y baja del río Grijalva confirman la presencia de metales
pesados tanto en las aguas como en los sedimentos de ríos y lagos que conforman la cuenca (Leal-
Ascencio et al., 2009; Pérez-Cruz et al., 2013), así como en la desembocadura de este río en el
Golfo de México (Rosales-Hoz, Carranza-Edwards, Santiago-Pérez, Méndez-Jaime, & Doger-Badillo,
1994; Vázquez, Elias, Aguayo, & Baeza, 1996; Villanueva & Botello, 1992). Sin embargo, existen
muy pocos estudios sobre la presencia de metales en la parte alta de la cuenca (Alvarado-Arcia,
Ilizaliturri-Hernández, Martínez-Salinas, & Torres-Dosal, 2014), lo cual es relevante para
comprender el origen de dichos contaminantes y su dinámica a lo largo de toda la cuenca.
Por otra parte, en la cuenca alta del río Grijalva, tanto en México como en Guatemala, existen
recursos minerales de gran interés para las empresas mineras (Copae, 2010; Roblero-Morales,
2011). En el Programa Nacional de Desarrollo Minero 2001-2006 de México, publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 24 de noviembre de 2003, se afirma que en Chiapas existe un vasto
potencial minero sin aprovechar. Durante 2010 se otorgaron 112 concesiones mineras en territorio
chiapaneco (Roblero-Morales, 2011). Según el Sistema de Administración Minera de México, las
concesiones en la parte alta del río Grijalva serían para la explotación de oro, plata, plomo, cobre y
fosfato trisódico (SIAM, 2015). La extracción de estos minerales podría causar contaminación por
mercurio, arsénico, plomo y otros productos asociados con la minería, dependiendo del proceso
utilizado y del manejo de los residuos (Alpers, Myers, Millsap, & Regnier, 2014; Pinedo-Hernández,
Marrugo-Negrete, & Diez, 2014; PNUMA, 2002; UNEP, 2013).
Ante este panorama, Alvarado-Arcia et al. (2014) advierten sobre la posibilidad de que la actividad
minera aumente en los próximos años y con ella las repercusiones ambientales inherentes. La
extracción minera provoca riesgos para la salud humana y disturbios al ambiente, generando
suelos con limitaciones físicas, químicas y biológicas para el establecimiento de la vegetación y
otros organismos (Puga, Sosa, Lebgue, Quintana, & Campos, 2006). La minería a cielo abierto es
una de las industrias de más alto riesgo en el mundo tanto para quienes trabajan en ella, por los
insumos que utiliza, como para las personas que viven en las comunidades aledañas, por el uso
irracional de algunos recursos naturales como el agua, así como por los impactos extremos que
genera (Copae, 2010; Osores-Plenge, Rojas-Jaimes, & Manrique-Lara-Estrada, 2012). Además de
lo anterior, una vez que cesan las explotaciones mineras, a menudo los sitios quedan abandonados
e impactan de manera negativa en la calidad de las aguas, suelos y aire de los ecosistemas que los
contienen y la afectación al medio ambiente continúa en tanto no se tomen las medidas de
remediación y saneamiento de los sitios (Kirschbaum, Murray, Arnosio, Tonda, & Cacciabue, 2012).
Este estudio pretende establecer una línea base en relación con la concentración de metales
pesados, situación poco estudiada en la región. Como la presencia de metales en los ecosistemas
responde también a causas naturales, los valores presentados en este estudio podrían aportar al
entendimiento de los niveles de fondo (o background levels) y construir un punto de referencia que
pueda ser utilizado para evaluar si ha ocurrido o no una liberación de alguna sustancia
contaminante en el futuro, en previsión de las posibles explotaciones mineras.
Los objetivos de este estudio son: (1) evaluar la presencia de metales en agua y sedimentos en
seis tributarios del río Grijalva en la parte alta de la cuenca (frontera entre México y Guatemala); y
(2) identificar si las aguas residuales de Motozintla de Mendoza (Chiapas), principal centro urbano
en el área de estudio, contribuyen a la contaminación por metales pesados en el río receptor de
estos desechos y si esto puede representar un riesgo potencial para las comunidades aguas abajo
de la cuenca. Para ello se analiza la presencia de metales en los tributarios más importantes del río
Xelajú, tres de los cuales constituyen la principal fuente de abastecimiento de agua para la
población de Motozintla de Mendoza.
Métodos
Área de estudio
El área de estudio está conformada por las cuencas del río Xelajú y del río Bacantón, ubicadas en la
frontera entre México y Guatemala, en la parte alta de la cuenca del río Grijalva (figura 1). La
cuenca del río Xelajú se localiza en territorio mexicano, y ocupa parte de los municipios de
Motozintla de Mendoza y de Mazapa de Madero en el estado de Chiapas. El río Bacantón nace en
Guatemala, en el municipio Tacaná, departamento de San Marcos, y atraviesa la frontera con
México en el municipio de Mazapa de Madero en Chiapas. Estos ríos son tributarios del río Grijalva,
que desemboca en el Golfo de México, en el estado de Tabasco. La ciudad de Motozintla de
Mendoza está ubicada en el centro de la cuenca del río Xelajú, cuyos principales tributarios son los
ríos Allende, Buenos Aires y La Mina, que nacen al sur de la ciudad, y los ríos Molino y Carrizal, que
nacen al oeste de la misma. Dentro de la cuenca del río Xelajú se delimitaron las subcuencas de los
ríos Allende, Buenos Aires, Molino y Carrizal, con el objetivo de detectar la presencia de metales
pesados en sedimentos y en agua, antes y después de que los cauces hídricos atraviesen la ciudad
de Motozintla de Mendoza.
La cuenca del río Xelajú tiene una superficie de 9 728 hectáreas y cerca de 33 068 habitantes
(incluye a la ciudad de Motozintla de Mendoza con 23 755 habitantes). La cuenca del río Bacantón
tiene 1 968 hectáreas y una población estimada de 2 321 habitantes (746 del lado mexicano y 1
575 del lado guatemalteco). Las subcuencas de los ríos Allende, Buenos Aires, Molino y Carrizal
tienen superficies de 884, 532, 1 146 y 1 693 hectáreas, y poblaciones estimadas de 563, 179, 1
498 y 1 751 habitantes, respectivamente (Laino-Guanes, Musálem-Castillejos, González-Espinosa,
& Ramírez-Marcial, 2014).
La temporada de lluvias se extiende desde mayo hasta octubre, y la temporada seca ocurre entre
noviembre y abril. La precipitación media anual en la estación meteorológica de Motozintla de
Mendoza (15º 22’ 00’’ latitud norte; 92º 15’ 30’’ longitud oeste; 1 210 m de altitud) es de 822 mm
y en la estación de Buenos Aires (15º 19’ 57’’ latitud norte; 92º 16’ 03’’ longitud oeste; 1 720 m de
altitud) es de 1 278 mm, de acuerdo con datos históricos (desde el año 1978 para la estación de
Motozintla de Mendoza y desde el año 1982 para la de Buenos Aires) de la Comisión Nacional del
Agua (Conagua, 2011).
Se realizó la determinación cuantitativa de As, Cd, Cr, Cu, Hg, Ni, Pb y Zn en agua y en sedimentos
en el punto de aforo de las dos cuencas y de las cuatro subcuencas, cuyas coordenadas geográficas
se presentan en el mapa de ubicación del área de estudio (figura 1). Se recolectaron en total 19
muestras simples de agua, usando para ello recipientes de plástico (polipropileno) de un litro con
cierre hermético. Primero, se tomaron muestras en época de lluvias (agosto de 2011 y junio de
2012) y en época de secas (enero de 2012) para el análisis de todos los metales. Posteriormente,
como los resultados indicaron ausencia o cantidades ínfimas de estos elementos, con excepción del
Hg, solamente este elemento fue analizado una vez más en diciembre de 2012. La obtención de las
muestras en época de lluvias se realizó con un mínimo de 48 horas después de la última
precipitación, con el fin de asegurar caudales base en todos los casos y prevenir mediciones
provenientes de caudales pico en las cuales el arrastre de sedimentos podría ocasionar distorsión
en los resultados.
Los cauces de dos de los ríos estudiados (Molino y Carrizal) se secaron por completo en la época de
estiaje, por lo que no se obtuvieron muestras de agua. Asimismo, al borde de los mismos sitios
donde se tomaron las muestras de agua, se realizó la recolección de las muestras de sedimentos
en época de lluvias (junio de 2012), cuando todos los ríos presentaron caudal; se obtuvieron
muestras con predominancia de arcillas o limo debido a que los metales tienden a acumularse en
las partículas de menor tamaño depositadas en los lechos de los ríos (Pérez-Carreras, Moreno-
García, & González-Parra, 1995; Singh, Hasnain, & Banerjee, 1999). Las muestras de sedimento
fueron colectadas en recipientes de vidrio borosilicato con cierre hermético. En cada punto de aforo
se colectó una muestra de un litro de sedimento superficial entre 0 y 15 cm de profundidad,
compuesta por cinco submuestras. Las muestras de agua y de sedimentos se mantuvieron
refrigeradas durante su traslado a los laboratorios.
La determinación analítica de Cr, Cu, Ni, Pb y Zn se hizo siguiendo la Norma Oficial Mexicana NMX-
AA-051-SCFI-2001. En los muestreos de agosto de 2011 y enero de 2012 se utilizó el método
espectrofotométrico de absorción atómica con atomización con flama; los límites de cuantificación
(LC) para los análisis de agua fueron los siguientes: para el Cr, Cu y el Ni de 200 μg/l; para el Pb
de 190 μg/l, y para el Zn de 340 μg/l. Para el muestreo de junio de 2012 se utilizó un horno de
grafito con mayor precisión; en este caso, los LC para los análisis de agua fueron los siguientes:
para el Cr de 10 μg/l, para el Cu y el Pb de 5 μg/l, para el Ni de 20 μg/l; la determinación del Zn no
se realizó pues no se alcanzó la sensibilidad necesaria en el equipo. Los LC para los análisis de
sedimento fueron para el Cr y el Ni de 5 mg/kg, para el Cu de 10 mg/kg, para el Pb de 0.2 mg/kg y
para el Zn de 2 mg/kg. El espectrofotómetro de absorción atómica usado fue de marca VARIAN
modelo SpectrAA220 y el horno de grafito VARIAN modelo GTA110. Para el control de calidad se
utilizaron tres procedimientos: (1) uso de material de referencia certificado WasteWateR TM Trace
Metals, lote P192-500 de la marca ERA, (2) análisis de muestra por triplicado y (3) análisis de
blanco de reactivo.
Además, se recolectaron muestras de agua en cada punto de muestreo para medir la dureza total
(mg CaCO3/l) a través de la técnica volumétrica por titulación ácido-base según el método 2340 C
de la APHA (1998).
Límites máximos permisibles por las normas mexicana y canadiense, y niveles de referencia para
EEUU
Las concentraciones de metales en agua se compararon con las especificaciones de la Norma Oficial
Mexicana NOM-127-SSA1 (1994) que fija los Límites Máximos Permisibles (LMP) de calidad de agua
para uso y consumo humano; esta legislación no incluye al Ni. También se consideraron las Guías
de Calidad Ambiental Canadiense (CEQG, por sus siglas en inglés, Canadian Environmental Quality
Guidelines), que establece parámetros de calidad de agua para la protección de la vida acuática
referentes a la presencia de metales en aguas continentales. Las guías canadienses no incluyen al
Cr total y para el caso del Cu, Ni y Pb proponen utilizar fórmulas basadas en la dureza del agua
para calcular los valores guía (ver LMP y fórmulas en el cuadro 1).
En México no existen normas que establezcan LMP para metales en sedimentos; por lo tanto, los
resultados de este estudio se compararon con la Norma Oficial Mexicana de Criterios para la
Determinación de Suelos Contaminados por Metales Pesados (NOM-147-SEMARNAT/ SSA1, 2004).
Esta legislación no incluye valores de Cr total (sólo hexavalente), Cu ni Zn. También se utilizaron
las guías canadienses CEQG que establecen valores de referencia de metales en sedimentos de
cuerpos de agua continental.
Estas guías no incluyen al Ni y para el As, Cd, Cr, Cu, Hg, Pb y Zn establece dos valores: (1) el
llamado Guía Provisional de Calidad del Sedimento (ISQG, por sus siglas en inglés, Interim
Sediment Quality Guideline), que representa la concentración por debajo de la cual no se espera
que ocurran efectos biológicos adversos, y (2) el llamado Nivel de Efecto Probable (PEL, por sus
siglas en inglés, Probable Effct Level), que es la concentración sobre la cual aparecen con
frecuencia efectos biológicos adversos. Finalmente, se compararon los resultados de metales en
sedimentos con los niveles de fondo (background levels) establecidos en la tabla de referencia
(Screening Quick Reference Table for Inorganics in Freshwater Sediment) emitida por la
Administración Oceanográficay Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés,
National Oceanic and Atmospheric Administration). Ver LMP y niveles de referencia en el cuadro 2.
Resultados y discusión
Se detectó la presencia de Hg en todas las cuencas (cuadro 3). En la época de lluvias, en agosto de
2011, las concentraciones resultaron no cuantificables; el LC (límite de cuantificación) del método
de análisis utilizado fue inferior al LMP (límite máximo permisible) establecido por la norma
mexicana, pero superior al LMP de la norma canadiense. En junio de 2012, las concentraciones de
Hg en todos los ríos, excepto en el río Molino, sobrepasaron el LMP, según la norma mexicana y la
canadiense. En época seca, los ríos Molino y Carrizal no presentaron caudal, mientras que en los
ríos Allende y Buenos Aires las concentraciones de Hg resultaron no cuantificables según el método
de análisis. En enero de 2012 se encontraron las concentraciones de Hg más elevadas en los ríos
Xelajú y Bacantón, 3.26 μg/l y 2.58 μg/l, respectivamente; estos valores sobrepasan los LMP de las
normas mexicana y canadiense. En diciembre de 2012, los valores de Hg encontrados en los ríos
Xelajú y Bacantón sobrepasaron el LMP de la norma canadiense, pero no el de la norma mexicana
(ver LMP en el cuadro 1).
En todas las cuencas, las concentraciones de Cd, Cr y Ni resultaron no cuantificables, según los
métodos de análisis. El LC del método de análisis utilizado para el Cd es superior al LMP de la
norma canadiense. En el caso del Cr, en agosto de 2011 y enero de 2012, el LC del método de
análisis fue superior al LMP de la norma mexicana; sin embargo, en junio de 2012 el método tuvo
mayor precisión y permitió detectar concentraciones inferiores a este límite.
Tanto en época de lluvias como en estiaje, las concentraciones de As encontradas estuvieron por
debajo de los LMP de las normas mexicana y canadiense, o resultaron no cuantificable según el
método de análisis utilizado.
En los sedimentos de los ríos Xelajú, Bacantón, Allende, Buenos Aires, Molino y Carrizal, las
concentraciones de Hg detectadas no sobrepasaron el LMP de la norma mexicana (cuadro 4). Sin
embargo, de acuerdo con la norma canadiense, estos valores se encuentran por encima del PEL y
del ISQG, con excepción de los ríos Carrizal y Bacantón, donde las concentraciones de Hg
detectadas fueron inferiores al PEL (ver LMP en el cuadro 2). En los sedimentos del río Bacantón, el
Hg resultó no cuantificable; el LC del método sobrepasa los valores del ISQG y de la NOAA. Las
concentraciones de Hg detectadas en los sedimentos de todas las cuencas superan los niveles de la
NOAA.
Las concentraciones de As, Cu, y Cr en los sedimentos de todos los ríos resultaron inferiores a los
LMP de las normas mexicana y canadiense; sin embargo, en algunos casos superaron los niveles de
la NOAA.
La falta de normas para metales en sedimentos es una tarea pendiente en México y otros países
latinoamericanos; la legislación debe considerar los aspectos prioritarios sobre las condiciones
geográficas y ambientales de los cuerpos de agua en la región (Leal-Ascencio et al., 2009).
Los resultados de los análisis de metales pesados sugieren que las concentraciones de Hg
detectadas en la zona de estudio superan los LMP de las normas mexicana y canadiense en el caso
del agua; y los LMP de la norma canadiense y de la NOAA en el caso de los sedimentos.
Por el contrario, las concentraciones de los otros metales analizados (As, Cd, Cr, Cu, Ni, Pb y Zn)
resultaron inferiores a los LMP de la norma mexicana (aunque en algunos casos superiores a los
LMP de la norma canadiense y/o de la NOAA) o no cuantificables, según el método de análisis
utilizado. Por esta razón, en este apartado se analiza sólo la presencia de Hg en agua y en
sedimentos de los ríos antes y después de su paso por la ciudad de Motozintla de Mendoza. Antes
de la ciudad se consideraron los resultados obtenidos en los puntos de aforo de los ríos Allende,
Buenos Aires, Molino y Carrizal (tributarios del río Xelajú), y después de la ciudad se consideraron
los resultados obtenidos en el punto de aforo del río Xelajú (figura 1).
Se analizaron los resultados de los cuatro muestreos de Hg en agua: dos en época de lluvia y dos
en época seca, en la cual dos de los cauces se secaron por completo (cuadro 3); los datos no
presentaron relación clara entre la presencia de Hg con la época del año. Sin embargo, los
resultados sugieren que la presencia de Hg se detecta con mayor concentración en el caudal de
salida de la ciudad de Motozintla de Mendoza, al menos en cantidades superiores al LC, según el
método de análisis. Debido a la irregularidad del comportamiento en cuanto a la aparición de Hg en
agua durante los diferentes muestreos, nos enfocamos en los resultados del mes de junio de 2012,
cuando hubo presencia detectable en todos los puntos muestreados, situación que no sucedió en
ninguna de las otras tres épocas de muestreo.
Del mismo modo, la concentración de Hg en sedimentos en junio de 2012 fue superior luego de
que el río atravesó la ciudad (figura 3) y, en ambos casos, los valores detectados sobrepasaron los
LMP de la norma canadiense (ISGG y PEL) y la NOAA, a pesar de que no alcanzaron el LMP de la
norma mexicana (NOM-147) para suelos contaminados por metales (23 mg/kg).
Las fuentes de Hg pueden ser de origen natural o antropogénico. Las actividades volcánicas,
evaporación de superficies terrestres y acuáticas, degradación de minerales, incendios forestales y
erosión de las rocas constituyen fuentes naturales de Hg (Pirrone et al., 2010; PNUMA, 2002).
También existen varias fuentes de origen antropogénico, como generación de energía y calor a
partir del carbón; producción de cemento; uso de lámparas fluorescentes, faros de automóviles,
manómetros, termostatos, termómetros y otros instrumentos y su rotura accidental; interruptores
eléctricos; amalgamas dentales; incineración de desechos (municipales, médicos y peligrosos);
vertederos de basura; crematorios; y minería, que incluye la extracción de Hg como producto
principal o subproducto de la extracción de otros metales, como oro, plata o zinc (Pirrone et al.,
2010; UNEP, 2013).
Parte de las cantidades de Hg detectadas en la zona de estudio podría ser de origen geológico
natural, teniendo en cuenta la presencia de volcanes en la región, principalmente las menores
cantidades detectadas antes de que el río atraviese la ciudad de Motozintla de Mendoza. Luego de
su paso por la ciudad, el aumento de las concentraciones de Hg podría ser tanto de origen natural
como de origen antropogénico, como la recepción de aguas municipales residuales sin previo
tratamiento, así como debido a la remoción y acarreo de sedimentos. Sin embargo, es necesario
obtener mayor cantidad de datos para confirmar lo anterior.
Conclusiones