Resumen de Macor y Tcach (El Enigma Peronista)

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EL ENIGMA PERONISTA

 Darío Macor y César Tcach: “La invención del peronismo en el interior del país. Capítulo: El
enigma peronista”.

Introducción:
La política argentina presume de inclasificable, esta presunción fue alimentada por sus propios
protagonistas, y en especial, por el peronismo. Éste habría sido un movimiento único, original,
extraordinario, reacio a las clasificaciones y marcos teóricos de las ciencias sociales. Su singularidad
distintiva hunde sus raíces en la detención de Perón en octubre de 1945: “Perón fue liberado por su
pueblo movilizado, y en especial, por los descamisados convocados por Evita: así comenzó una nueva
era marcada por la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación”. Lejos de ser inclasificable, este
mito originario del peronismo repite de modo riguroso todos los elementos de las construcciones
fundacionales del populismo.
La doctrina justicialista es todo lo que sale de la boca de Perón y ahí reside, precisamente, la fuerza
del mito: como toda creencia no necesita ser coherente intelectualmente porque es por definición
irrefutable.

El universo intelectual argentino distó de acompañar al mito fundacional. En el terreno literario, la


versión más radicalmente antiperonista fue expresada por Jorge Luis Borges. En la misma época,
Ernesto Sábato ensayaba una reflexión más indulgente y no exenta de sesgo autocrítico. Esas
reflexiones tan opuestas de los hombres de letras daban cuenta de un debate latente que habría de
crecer y profundizarse en los años siguientes.

En el plano historiográfico, el afán por encontrar y defender una caracterización global del fenómeno
peronista tendió a desplazar la elaboración de reconstrucciones históricas concretas de una época que
se percibía como demasiado cercana. La controversia giraba en torno de dos grandes interpretaciones:
 Quienes identificaban al peronismo con una visión argentina del fascismo.
 Aquellos que por el contrario suponían que la inmadurez de las clases sociales argentinas (su
burguesía y su clase obrera) había hecho posible la irrupción de un tipo específico de
bonapartismo anti-imperialista.
El dilema fascismo o bonapartismo dividió a los historiadores en los años inmediatamente posteriores
a la caída de Perón en 1955.
Así, por ejemplo, para José Luis Romero, se trató de un régimen personalista, autoritario y
encubiertamente fascista, en cambio, para Jorge Abelardo Ramos el poder personal de Perón fue
ejercido como un árbitro por encima de las clases en pugna y con un sentido anti-imperialista. Con el
tiempo, Romero irá ajustando la mira sobre su hipótesis interpretativa del peronismo y donde toma
cierta distancia de categorías como la de fascismo, aunque sin abandonarlas del todo.

En el campo de las ciencias sociales, las preocupaciones por develar los significados del peronismo
abrirían una línea de investigación inagotable. Para Gino Germani, el peronismo es un objeto de
interés singular, no sólo por el enigma político que contiene, sino porque es una puerta de entrada
excepcional para el análisis científico de la sociedad argentina. Mientras Germani se transforma en la
figura central de la disciplina, los primeros estudios e interpretaciones sobre las bases y apoyaturas
sociales del peronismo construirían un dispositivo de indagación sobre el peronismo y la sociedad
argentina cuya influencia se extiende hasta nuestros días.

La sociología promueve un proceso expansivo de estudios e interpretaciones que cruzan diferentes


miradas disciplinares. En una secuencia algo simplificada de ese proceso, se podrían distinguir tres
fases:
 Una de interpretaciones ortodoxas, inaugurada por el mismo Gino Germani en la segunda mitad
de los años ´50.
 Otra de interpretaciones heterodoxas, desarrollada a partir de los años ´70 por diversos autores
que revisan los principales postulados de la teoría germaniana.
 Una tercera, de interpretaciones extracéntricas, que a diferencia de las anteriores fueron
construidas por una nueva generación de historiadores que comenzó a trabajar a partir de
mediados de los ´80 en la reconstrucción genética del peronismo en las provincias argentinas.

INTERPRETACIONES ORTODOXAS:

- Importancia del peronismo como objeto de interés en el proceso de consolidación de la sociología


científica Argentina y de Gino Germani como principal motor de esa disciplina. En esta obra
termina de madurar una interpretación sobre los orígenes del peronismo que se trasformará en el
núcleo de una primera familia de interpretaciones del fenómeno peronista.
- Contexto: cerraba un periodo abierto en las últimas décadas del siglo XIX por la inmigración
masiva, e inauguraba otro caracterizado por las migraciones internas del campo a la ciudad que se
extendía hasta el ascenso del peronismo al poder. En la primera etapa, la enorme masa de
inmigrantes europeos había participado de un proceso de integración y nacionalización. En la
etapa que se inicia en 1930, el proceso se presenta bien diferente dando lugar a una asincronía: el
migrante interno se incorpora a la ciudad sin integrarse social y políticamente. Esa ajenidad no se
explica por su origen extranjero sino por su pertenencia a esa otra Argentina, rural y tradicional,
que se había mantenido casi al margen del proceso de modernización.

Pensadores:
 Gino Germani.
 Torcuato Di Tella.
 Carlos Waisman.

 Germani: entonces dice que el peronismo era así el producto de una etapa del desarrollo histórico
argentino, caracterizada por el tránsito de una sociedad tradicional a una sociedad moderna.
Germani, destacaba como actor social clave de esa etapa de transición a esos migrantes recientes
que provenientes de las áreas rurales pasaban a engrosar las filas del nuevo proletariado industrial
de Buenos Aires. Esa “población rural trasplantada” al ámbito urbano habría tenido tres
características centrales: se trataba de masas sin lideres políticos, sin organizaciones propias y sin
valores consolidados. En este último punto, Germani retomaba el concepto de “anomia” para dar
cuenta de la desorientación y falta de sentido de pertenencia generados por cambios rápidos. Se
trataría entonces de masas en estado de disponibilidad, permeables a la oferta de un liderazgo
carismático. En otras palabras, presentarían condiciones de recepción favorables a un tipo de
liderazgo como el que ofrecía Perón, su predisposición cultural a los caudillos habría facilitado al
entonces coronel Perón.
Sin embargo, Germani también se encargaba de aclarar que pese a su falta de autonomía las
masas tampoco fueron marionetas de Perón, su capacidad de generar pleitos en los tribunales de
trabajo constituye un buen indicador de este último aspecto.

 Torcuato Di Tella: analizó el fenómeno peronista situándolo dentro de lo que él denomina


“coaliciones políticas”. A su juicio, éstas se caracterizan por: un tipo de elite, un tipo de
participación política y un tipo de liderazgo. Más específicamente, las coaliciones populistas
estarían configuradas por una elite anti statu quo proveniente de los sectores medios o altos, una
participación política popular marcada por un alto grado de movilización y un bajo nivel de
organización autónoma, y por un liderazgo de tipo carismático.
Di Tella identificó dos actores sociales que desarrollaron fuertes coincidencias: los industriales y
los militares, los nuevos sectores burgueses que se habían fortalecido en el marco de un proceso
de sustitución de importaciones iniciado en torno de 1930 – como los empresarios metalúrgicos o
textiles – se sentirían aterrorizados ante la posibilidad cierta de la desaparición de la protección
automática generada por la segunda guerra mundial. En su percepción, la reapertura de las
importaciones arruinaría la industria nacional, multiplicaría el desempleo y daría pie a un clima de
agitación social. Estas preocupaciones eran compartidas por las Fuerzas Armadas.
En el análisis de la participación política generada por el peronismo, Di Tella sostuvo que en
contraste con el modelo asociacionista – caracterizado por la primacía de la dimensión horizontal
de la política – la forma de participación fue movilizacionista: masas movilizadas sin mucha
experiencia organizativa, vinculadas por relaciones jerárquicas y verticales con una elite externa.
La participación es tan amplia como controlada: la inmigración en gran cantidad de mano de obra
del campo para las nuevas industrias dio como resultado una clase obrera más fácilmente influible
y manejable desde arriba. En consonancia con este tipo de participación, el carisma de Perón
habría operado como instancia de relación directa entre el líder y sus seguidores.

 Carlos Waisman: este autor intentó explicar el fenómeno peronista a través de un análisis
comparativo en el que contrastaba tres casos: la Inglaterra victoriana, la Alemania imperial y la
Argentina peronista. El punto de partida que tornaba ilícita la comparación era la existencia de un
problema común a los tres casos, el de la incorporación de la clase obrera al sistema político. La
tesis de Waisman indica que en todos ellos hubo estrategias de las elites destinadas a conjurar
cualquier peligro para sus intereses. Esas estrategias se asociarían a lo que Rokkan y Germani
denominaron modernización preventiva o conservadora, vale decir, procesos de extensión de la
ciudadanía que son más el resultado de la iniciativa de las elites que fruto de las presiones de los
sectores excluidos. Desde este ángulo de preocupaciones, distinguió tres tipos ideales que se
corresponden con casos históricos concretos: inclusión (Inglaterra), exclusión (Alemania) y
cooptación (Argentina).
Este último caso alude al fenómeno por el cual los trabajadores no son excluidos sino incluidos en
el sistema político, pero como un actor heterónomo (no autónomo) y controlado
organizativamente desde el Estado. El mecanismo político a través del cual se realiza la
cooptación es un sistema de representación de intereses en el que las organizaciones autorizadas o
reconocidas por el Estado tiene el monopolio de la representación, a cambio de observar ciertas
pautas en la articulación de sus demandas y en la selección de sus dirigentes. De este modo, las
asociaciones de interés sectoriales operarían como infraestructura institucional del populismo.
Estas condiciones hicieron posible el desenvolvimiento exitoso de una estrategia de
modernización preventiva, los inmigrantes recientes quedaron totalmente impresionados por la
concesión de derechos y recompensas produciendo un impacto psicológico que medidas tales
como las vacaciones pagadas o una paga extraordinaria anual tenían en individuos que nunca
habían disfrutado de vacaciones pagadas o sin pagar, o ni siquiera participado en una relación
salarial estable.

INTERPRETACIONES HETERODOXAS:

- En contraste con las precedentes, las interpretaciones heterodoxas tienen como común
denominador destacar el papel de la vieja clase obrera en el proceso de génesis del peronismo.
- Si en Germani o en Di Tella lo que primaba era una relación altamente personalizada y
carismática entre Perón y las masas, en Murmis – Portantiero y Juan Carlos Torre la participación
de éstas es mediada de modo decisivo por los canales de las organizaciones sindicales. La
coincidencia del movimiento obrero y Perón se explica como el resultado de la división de la
clase obrera entre viejos y nuevos trabajadores. Las nuevas interpretaciones destacaban más bien
la unidad de la clase obrera en la constitución del peronismo y la racionalidad del acercamiento a
Perón.

Pensadores:
 Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero.
 Juan Carlos Torre.

 Murmis y Portantiero: distinguían tres tipos de sindicatos: los viejos fundados con anterioridad a
1930, los nuevos construidos al calor de la industrialización de la década de 1930 y los paralelos,
organizaciones impulsadas por Perón desde el aparato estatal como alternativa a los ya existentes,
táctica empleada, principalmente, contra las direcciones socialistas y comunistas.
A partir de esta clasificación tripartita, destacaron la primacía de los viejos sindicatos y sus
dirigentes tradicionales en la configuración de la alianza entre la clase obrera y la elite política
que dio lugar al peronismo.
Esta importancia del papel de los viejos sindicatos se relaciona con un dato previo: la existencia
de una tradición reformista en el movimiento obrero argentino que hacia factible la posibilidad de
negociaciones y acuerdos con el Estado. De este modo, se podría pensar que la relación de
correspondencia entre la práctica reformista de la clase obrera y el abanico de soluciones
implementadas desde el gobierno tornaba viable una alianza como la concebida por Murmis y
Portantiero. Esa alianza permitía obtener satisfacción a antiguos reclamos, era para los sindicatos
una elección racional. Desde este punto de vista, en la configuración inicial del peronismo el
hecho destacable no fue la heteronomía y la manipulación sino la autonomía: un pacto acordado
en términos de acuerdo de intereses.

 Juan Carlos Torre: el margen de maniobra de los dirigentes sindicales para elegir los términos de
la colaboración era más amplio de lo que suponían los enfoques ortodoxos. El campo sindical era
el único en el que Perón podría reclutar adhesiones masivas, el sindicalismo buscaba y era
receptivo a la protección estatal, el peronismo terminó configurando un Estado, un movimiento y
una ideología marcada por el lugar sobresaliente ocupado por los trabajadores, por lo que Perón
debió revalidar su liderazgo a través de una renegociación constante de su autoridad sobre las
masas obreras.
Atender al terreno de la lucha social es de vital importancia porque es allí donde se articula el
interés de clase, dando cuenta de la importancia del reforzamiento de la cohesión y la solidaridad
de las masas obreras. Desde este ángulo la acción política deviene, no un medio para aumentar las
ventajas materiales de acuerdo con los intereses preexistentes, sino un fin en sí mismo cual es la
consolidación de la identidad política colectiva de los sujetos implicados.

INTERPRETACIONES EXTRACÉNTRICAS:

- En distintas claves analíticas, las interpretaciones heterodoxas y ortodoxas, contenían tres


aspectos comunes: eran construcciones provenientes del campo de la sociología, tuvieron como
principal unidad de análisis a Buenos Aires y centraron su atención en los efectos del proceso de
industrialización. Esas investigaciones convertían al peronismo en una suerte de imagen mimética
que era explicada como proyección social de la industrialización misma, pero, ¿Cómo explicar el
surgimiento del peronismo en un universo económico y social que aún no ha sido marcado por la
huella de la industrialización? ¿Qué pasaba donde no había industria? ¿Cómo explicar su exitosa
viabilidad en la inmensa mayoría de las provincias argentinas?. Del conjunto de esos trabajos se
desprende que la emergencia y consolidación del peronismo en el interior del país tienen la marca
de una doble diversidad: por las diferencias globales con las modalidades que asumió la
constitución del peronismo en las zonas de mayor densidad obrero-industrial, y por los rasgos
singulares de cada caso local en el procesamiento de la conflictividad social y sus proyecciones en
el universo de la política y de los partidos. Los trabajos reunidos en esta obra ofrecen lecturas de
diferentes casos provinciales con cierto nivel de detalle. Aquí solo realizaremos un breve
recorrido por esos casos locales, dando cuenta de sus rasgos más significativos.
- Por encima de las peculiaridades de cada caso, estas reconstrucciones del peronismo periférico
encierran lecciones comunes. En un universo donde la clase obrera era débil y el fenómeno
inmigratorio nulo, el peso de los factores tradicionales fue central en la configuración del
peronismo originario.

 Jujuy: diversos factores contribuyeron en la provincia norteña a la constitución de un primer


peronismo cohesionado y homogéneo, en especial por el papel asumido en los tramos inciiales
por Miguel Tanco, histórico caudillo del yrigoyenismo local, esos cuadros dirigentes provenientes
del radicalismo yrigoyenista, y el fuerte liderazgo de Tanco que los constituía en un actor
colectivo, le dieron una particular cohesión a ese peronismo norteño.
 Salta: Lucio Cornejo dueño del ingenio San Isidro se convirtió en 1946 en el primer gobernador
peronista de la provincia. En su ingreso se han perseguido sistemáticamente a las organizaciones
obreras, las autoridades del sindicato han sido compradas con puestos y a los que no se doblaron
fueron despedidos por malos antecedentes. Allí se pagaban sueldos miserables, sin embargo,
Perón hizo oídos sordos al rechazo obrero y ratificó el apoyo a su candidatura a gobernador de la
provincia.
 Tucumán: Rubinstein destaca la importancia del movimiento obrero en el apoyo original a Perón
y en la creación del Partido Laborista. En 1949, una larga huelga de los trabajadores azucareros
profundizó el enfrentamiento entre Perón y los dirigentes de la FOTIA, que culminó con la
intervención a la Federación y el desplazamiento de sus dirigentes.
 Mendoza: resalta una doble y significativa ausencia, allí el peronismo cuyano no se sustentó en
sus orígenes ni en los sectores obreros del Partido Laborista ni en la experiencia populista previa
del lencinismo. Su principal base de sustentación fueron los sectores conversos del radicalismo
yrigoyenista tradicional, que tenía en el distrito perfiles singulares como resultado del proceso de
diferenciación del radicalismo lencinista vivido en las décadas anteriores.
 Territorios nacionales patagónicos: aquí había ausencia de una elite con fuerte tradición histórica,
organizaciones gremiales inexistentes o endebles y escasa integración al resto de la nación. Un
peso del movimiento social por encima de las estructuras partidarias en la formación de la
identidad peronista y la construcción de ese peronismo “desde arriba”, desde el Estado nacional, a
la par de una mayor integración del territorio a la nación.
 Santa Fe y Córdoba: muestran líneas de continuidad entre la década del treinta y la etapa
peronista.

Reflexiones finales:
Una de las consecuencias más duraderas de la emergencia del peronismo fue la instalación de un
modo de antagonismo político particularmente excluyente. Para unos, el peronismo fue un
movimiento popular que tuvo en la oligarquía su enemigo natural y en la clase obrera su columna
vertebral, para otros, en cambio, fue resultado de un líder demagógico dotado de un eficaz aparato de
propaganda. En rigor, el peronismo fue en sus orígenes un movimiento populista y popular que
contribuyó a ampliar la ciudadanía social.

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