Antonio Escohotado
Antonio Escohotado
Antonio Escohotado
Índice
1 Resumen de su trayectoria intelectual
2 Una conciencia infeliz en el franquismo
2.1 De Brasil a España
2.2 Publicaciones iniciales
3 Ibiza y la metafísica
3.1 Realidad y sustancia
3.2 Amnesia, Rameras y esposas y un auto de procesamiento
3.3 Docencia, investigación y polémicas
4 Historia general de las drogas
5 Hacia la obra de madurez
5.1 El espíritu de la comedia
5.2 Retrato del libertino
5.3 Caos y orden
5.4 Sesenta semanas en el trópico
6 La investigación sobre el movimiento comunista: Los enemigos del comercio.
Una historia moral de la propiedad
7 Una historia del pensamiento
8 Obras
9 Notas y referencias
10 Enlaces externos
Resumen de su trayectoria intelectual
Escohotado declaró más de una vez «no tener otro estímulo que la autoaclaración, ni
brújula distinta de averiguar cómo nace y acaba cada cosa».3 Según él, su obra se
ha desarrollado como un proceso de autoaprendizaje de la variedad de temas que
aborda aplicando un método de análisis genealógico, un enfoque histórico que
organiza cronológicamente la información y recela de las taxonomías.
Como autor del libro Historia general de las drogas (1989) alcanzó notoriedad
pública en las últimas décadas del siglo xx por su defensa de posiciones
antiprohibicionistas a través de artículos y apariciones en debates televisados.
Practicó el bioensayo, probando, clasificando y describiendo los efectos físicos y
subjetivos de más de treinta sustancias psicoactivas distintas para la redacción
del manual de uso que tras diversas ediciones acabaría por titularse Aprendiendo de
las drogas (1990-1995). Ha mantenido numerosas polémicas en los medios de
comunicación por sus opiniones sobre temas delicados para la moral, como el propio
consumo de drogas, la prostitución o la eutanasia. Lo mismo que para sus seguidores
significa independencia de criterio o cultivo del libre pensamiento, es considerado
impertinencia intelectual por sus detractores, y en ocasiones ha provocado el
rechazo de ciertos círculos académicos que le han acusado de intrusismo
profesional, por ejemplo, tras la publicación del manifiesto epistemológico
aparecido como Caos y orden, Premio Espasa de Ensayo en 1999.
A pesar de haber permanecido en el calabozo buena parte de los dos veranos exigidos
por las milicias universitarias, pues «había convertido la tienda en un seminario
de marxismo y desobediencia»,16 su falta de espíritu militar no le impidió hacer
gestiones para alistarse con el Vietcong17 en su guerra contra Estados Unidos. Una
hepatitis crónica le permitió acortar el periodo de servicio y le obligó a
reflexionar sobre su futuro. Decidió entonces preparar oposiciones compatibles con
el compromiso izquierdista —lo que excluía las de diplomático, carrera a la que
parecía estar naturalmente inclinado por el ejemplo paterno y su formación en
idiomas y cultura general—, y finalmente ingresó en el Instituto de Crédito Oficial
(ICO) en el año 1964 para gestionar el servicio de Fusión y Concentración de
Empresas durante cinco años de bonanza económica.
Publicaciones iniciales
Empezó a publicar de la mano de José Ortega Spottorno, que acababa de relanzar la
editorial y reeditar la Revista de Occidente —ambas fundadas por su padre, Ortega y
Gasset—, y fue allí donde apareció el artículo Alucinógenos y mundo habitual,19 su
primera incursión en este campo, que contiene las experiencias descritas por
Michaux y Huxley como referencias más inmediatas. Su reflexión derivó pronto hacia
la realización de una serie de bioensayos, que unas décadas después le llevarían a
componer la primera historia cultural de las drogas y una fenomenología de las
principales sustancias psicoactivas. En estas publicaciones iniciales, Escohotado
mezcla cualquiera de los asuntos tratados con su pasión filosófica del momento, el
estudio de la obra de Hegel y Freud, dos autores que le influirán permanentemente.
Con idénticos mimbres escribe su tesis doctoral, La filosofía moral del joven
Hegel, que presentada en el año 1970 molestó a parte de un tribunal que la recibió
como «apología sobre el maestro de Marx, un protestante por añadidura», provocando
en varias ocasiones la ausencia del cuórum requerido para calificar el trabajo.20
En aquella España algunos se escandalizaban todavía con lo anunciado en la
introducción:
Las trabas académicas hicieron que apareciese antes el posterior Marcuse, utopía y
razón (Alianza Editorial, 1968), libro centrado en examinar la compatibilidad de
Marx con Hegel y Freud propuesta por uno de los fundadores de la Escuela de
Fráncfort. Sería una de las primeras, si no la primera monografía dedicada a esta
escuela en España, y también el primer éxito de ventas del escritor. La edición se
agotó en apenas un mes, quizá gracias a que media Europa había amanecido aquellos
días con pintadas como «Marx, Mao y Marcuse». Pero el autor se opuso a
reimprimirlo, entendiendo que estaba escrito con precipitación y «en pleno síndrome
de autoimportancia». Tras estas obras iniciales, Escohotado va desapegándose cada
vez más de las posiciones utópicas.