Capìtulo 2
Capìtulo 2
Capìtulo 2
CAPÍTULO II
DESARROLLO INTEGRAL DE LA NACIÓN
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Dicho Plan comprende cinco grandes objetivos históricos, ya descritos en el Capítulo 1 de
este de este documento, que sirven de guía a la Revolución por la ruta de la transición al
Socialismo Bolivariano del siglo XXI, en Venezuela, a saber:
Primero: Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado
después de 200 años: La Independencia Nacional.
Segundo: Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del siglo XXI, en Venezuela,
como alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo y con ello asegurar la “mayor
suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad”
para nuestro pueblo.
Tercero: Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político
dentro de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la
conformación de una Zona de Paz en nuestra América.
Cuarto: Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome
cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y
garantizar la paz planetaria.
Quinto: Preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana.
En correspondencia con esta proyección se aplican medidas de beneficio nacional, como la
democratización de la tierra, nacionalización de empresas estratégicas, aplicación de
políticas soberanas en el sector de hidrocarburos, guiándose los esfuerzos por consolidar un
modelo propio de desarrollo genuinamente venezolano.
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Después de la pérdida irreparable del Comandante Supremo, se emprende una arremetida
contra el modelo de desarrollo nacional socialista contenido en el Plan de la Patria. El ataque
se caracteriza por ser fuerte y holístico, tanto en lo político como en lo económico y social,
cuyo objetivo se centra en eliminar al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro y tratar de
debilitar la Revolución Bolivariana.
La oposición política interna, con el apoyo de la derecha internacional, ha venido
desarrollando un conjunto de actividades desestabilizadora del proceso político
revolucionario desde el año 2002, como ha sido el saboteo petrolero, el paro general, el
golpe de estado, el estímulo y empleo de las guarimbas, el saqueo y la violencia como
métodos fundamentales de enfrentamientos, ocasionando muertos, heridos e incalculables
daños al patrimonio nacional; emprendiéndose desde el 2012 una enérgica arremetida contra
la economía nacional, aplicando estrategias de desabastecimiento, especulación,
“bachaqueo”, acaparamiento y contrabando, junto a una campaña de descrédito y
desinformación nacional e internacional, con el objetivo de crear ingobernabilidad y
descontento en la población.
La agresión económica adquirió características y dimensiones de “Guerra Económica”
respaldada desde el exterior por políticas del gobierno de EE.UU sumados a los empresarios
connacionales seguidores de dichas políticas, a través de un golpe suave, de impacto
sostenido y prolongado, que busca distorsionar el sistema económico y social venezolano.
Al respecto el Presidente Maduro en su Mensaje anual a la Asamblea Nacional el 15 de
enero de 2016, señaló1:
“Hoy, la oposición, que buena parte de ella nos acusó durante dos décadas, nacional e
internacionalmente, de haber instalado un régimen tiránico, hoy gracias a esta Constitución y
al sistema electoral venezolano, aquí están presentes (en la Asamblea Nacional) y lo
reconocemos. Y aspiramos que esta oportunidad que la vida ha dado, permita la
construcción de una cultura democrática que trascienda, así lo digo, con todo el respeto lo
digo (…), una cultura política de valores que permita entender el devenir de la historia de los
últimos 30 años, del país y como de la profundidad de nuestro pueblo surgió un proyecto,
surgió un líder, surgió un modelo revolucionario que está transmontando el siglo XXI y que no
podrán desaparecer por ninguna vía, y de ninguna manera, ni con intervención extranjera
imperial, ni de ninguna forma podrán desaparecer a estos hombres, a estas mujeres que
representan una Venezuela profunda (...).”
El presidente Maduro en su mensaje resaltó los factores determinantes de la situación
económica de Venezuela en el 2015:
“…Primero, el desplome abrupto y aún no detenido del ingreso nacional producto de la
venta de hidrocarburos (…), la caída desde enero 2014, donde el precio del petróleo estaba
en 100 dólares el barril, hasta los precios del día de hoy que han cerrado en 24.20 (…). Este
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Nicolás Maduro. Mensaje anual del Presidente a la AN. 15/01/16).
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es uno de los factores más importantes, condicionantes de la situación actual, intereses
geopolíticos, los hemos explicado suficientemente, han llevado a que se desplome el precio
del petróleo y los mecanismos de regulación y autorregulación están en el momento de
mayor debilidad, sometidos a los intereses geopolíticos del mundo, (…), que han golpeado
los precios del petróleo, que han golpeado los precios del gas y que han golpeado los precios
de todas las materias primas que producen nuestros países del Sur, nuestros países de
América Latina y el Caribe.
“…Segundo, que no hemos logrado contar, aún en nuestro país, con un aparato productivo,
un aparato económico, sostenido, sostenible, independiente, autosuficiente, lo
suficientemente fuerte que nos permita atender la demanda interna de bienes y servicios e ir
rompiendo la dependencia con el ingreso petrolero e ir sosteniendo una recaudación fiscal
que permita avanzar en el modelo de protección social y de felicidad compartida.
“Un aparato económico que reúna las condiciones materiales y subjetivas para transitar hacia
una economía verdaderamente popular, diversificada, productiva, de alto nivel tecnológico,
respetuosa de los distintos modos de propiedad y concentrada en una nueva cultura del
trabajo, segundo factor determinante, a pesar de que la Venezuela del año 2015, tiene un
aparato productivo más avanzado que hace 20, 30 años, no es un aparato que sostiene la
capacidad de consumo, de bienes y servicios de nuestro pueblo.
“…Tercero, hasta ahora nuestro país no ha logrado conseguir, concertar del todo, y con la
eficiencia que deseamos las alianzas y los acuerdos productivos, con un centro del desarrollo
económico, con la pequeña, mediana y gran industria en manos del sector privado. Hemos
dado pasos importantes en esa dirección, pero falta mucho todavía por hacer.
“Nosotros durante todos estos años, hemos encabezado procesos de acercamientos,
diálogos, a nivel general, a nivel sectorial, a nivel territorial en los estados, pero pudiéramos
decir, salvo excepciones…, en Venezuela el sector capitalista, se ha declarado en huelga de
inversión y se ha declarado en huelga de cooperación con las leyes y con sus obligaciones
en los sistemas distributivos, comercializadores y de fijación de precios de la economía
nacional.
“Es lo que nosotros llamamos desde nuestro concepto y nuestra concepción, se han sumado
masivamente a los mecanismos, al metabolismo especulador y a los mecanismos de guerra
económica contra Venezuela (…), la ausencia diríamos de un espíritu nacional de
cooperación para el desarrollo económico y la paz social de los más importantes sectores de
la empresa privada venezolana, con los cuales hemos abierto mecanismos de comunicación
y diálogo inéditos, pero que lamentablemente hoy tenemos que decir, no han logrado sus
objetivos en cuanto a los procesos de regularización productiva, distributiva,
comercializadora y de fijación de precios.
“…Cuarto, muy importante, determinante, lo digo frente a esta Asamblea Nacional donde
está la diversidad del pensamiento económico y político del país, (…) ha sido el ataque
monstruoso, (…) el ataque a la moneda, al sistema de cambio y la imposición de
mecanismos de vulneración de la vida monetaria del país y de fijación de precios
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especulativos al margen de las leyes de la economía y al margen de las leyes que deben ser
cumplidas en territorio nacional.”
Por ello, la transformación de la matriz productiva nacional emprendida por el Poder
Ejecutivo, conjuntamente con los distintos actores económicos y sociales llamados a
apuntalar el desarrollo de una economía productiva nacional, ha sido de vital importancia,
con el marcado propósito de estabilizar los principales indicadores macroeconómicos del
país, y lograr en el corto y mediano plazo, la senda de crecimiento económico sostenido que
redunde en amplios beneficios para la población venezolana.
La actual gestión de gobierno ha hecho posible que Venezuela sea un país independiente en
lo político y se plantea ahora lograr la independencia económica para proclamar una plena e
integral soberanía. El Gobierno Bolivariano se ha planteado la construcción de un Nuevo
Modelo Productivo (NMP) que sirva de soporte material del nuevo sistema socioeconómico
que garantice la sostenibilidad de la economía venezolana. Esto pasa por imprimir una mayor
velocidad al cambio de las relaciones sociales de producción en las que predomina la
explotación del trabajo asalariado, tanto por el capital privado como por el capital estatal.
Cambiar las relaciones sociales de producción prevalecientes pasa entonces por impulsar el
desarrollo de un nuevo tejido de empresas cualitativamente distintas, en las que el carácter
de la propiedad no sea ni privada, ni estatal, sino colectiva o comunal; en las que el fin no
sea el lucro sino la producción de bienes y servicios para satisfacer las necesidades básicas
y esenciales de la gente; en las que el trabajo no sea sólo un medio de vida sino un
instrumento para el desarrollo humano integral. Esto implica promover las Empresas de
Propiedad y Producción Social (EPPS) como célula fundamental de un nuevo tejido
productivo guiado por principios de solidaridad y cooperación, el cual persigue el desarrollo
integral de las personas, el desarrollo equilibrado de los diferentes sectores económicos, el
desarrollo armónico y proporcional de las regiones de desarrollo.
El debate sobre las políticas y estrategias para profundizar la transformación del capitalismo
rentístico venezolano, en un nuevo modelo productivo es absolutamente necesario en
función de orientar con más claridad las grandes decisiones de corto, mediano y largo plazo
que habrá que tomar de cara a la construcción del socialismo venezolano, como una
concreción de lo que en esta época de cambios a lo largo y ancho de América Latina se ha
denominado como el Socialismo del Siglo XXI.
Para enfrentar los problemas de la situación económica del país, el gobierno presidido por
Nicolás Maduro, ha elaborado un plan integrado por motores, para impulsar el desarrollo
económico y social del país, que abarca una amplitud de rubros y servicios fundamentales,
en un período de tres años, del 2016 al 2019, para garantizar la atención de los servicios y
bienes al pueblo trabajador, que comprenden los más diversos sectores económicos y
sociales, entre ellos:
Los hidrocarburos, petroquímica, agroalimentario, que abarcan la producción
animal, vegetal, agroindustrial, redes de distribución y de frío, que están afectadas
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tanto por los fenómenos de la falta de divisas suficientes, como por la articulación
especulativa de los sistema distributivos, que deben satisfacer a la población.
La minería, con grandes reservas de oro, metales estratégicos de uso industrial y
otros metales preciosos.
Las telecomunicaciones e informática, donde ya Venezuela tiene avances
importantes para el desarrollo de programas, aplicaciones, software, producción de
equipos informáticos, telecomunicaciones, servicios y otros.
La construcción, muy importante en la producción de los insumos necesarios para la
ejecución de edificaciones, Gran Misión Vivienda, infraestructura civil, etc.
El sector industrial, que abarca la cadena de hierro, aluminio, químico, textil, papel,
empaques metálicos, de vidrios, similares cadenas cortas de cerámica, revestimiento,
cemento, etc.
La industria militar, así como el turismo que pueden promover nuevos inversionistas
nacionales, pequeñas, grandes, medianas y familiares; con inversionistas
internacionales deseosos de invertir en Venezuela.
Se incorporaron además otros importantes renglones de la economía nacional.
Los rubros y servicios que forman parte de los motores que impactan positivamente en el
Desarrollo Integral de la Nación, se encaminan en la búsqueda de soluciones a los
problemas que presenta la economía venezolana, con el objetivo de satisfacer las
necesidades individuales y colectivas de la población y preservar la seguridad de la Nación.
¿Qué entender por Nuevo Modelo Productivo?
El concepto de análisis del modelo productivo incluyen categorías tales como: Producto
Interno Bruto (PIB), Valor Agregado, Exportaciones, Importaciones, Balanza Comercial etc.,
no abarcando los aspectos humanos de la economía como son la actividad laboral, la
producción de riqueza, el salario, el empleo, la eficiencia y la productividad.
Existe la tendencia manifiesta en el capitalismo de crear empresas con el fin de valorizar el
capital a través de la ganancia, la explotación de la naturaleza y de la fuerza de trabajo, para
fabricar no sólo los productos básicos de primera necesidad, sino también para producir
masivamente cualquier clase de mercancías que permita obtener más ganancias. Esa lógica
mercantil, con tal de ganar cada vez más y producir lo que sea, aunque no tenga nada que
ver con la satisfacción de las necesidades básicas y esenciales de la población, constituye
una excelente inversión para satisfacer la voracidad de lucro, ganancia y rentabilidad del
capital.
La visión productivista, economicista o mercantilista del modelo productivo que aún prevalece
en muchos países, es precisamente la que hay que superar para extender la mirada hacia
los demás ámbitos, áreas, esferas y dimensiones en los que pueden encontrarse nuevas
claves para la masiva inclusión social y el desarrollo humano integral. En otras palabras, hay
que trascender esa parcial y limitada visión en la esfera de la producción, que se queda en el
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ámbito de lo económico, para incluir la dimensión política, en la que se definen las relaciones
de poder y se decide la forma como se distribuye el ingreso; para considerar el ámbito de lo
social, donde se expresa la calidad de vida y el bienestar de la gente; para reconocer el
campo territorial donde se concretan las oportunidades del desarrollo armónico, proporcional
y equitativo de las comunidades y su gente; para valorar el área internacional, en la que a
través de la solidaridad y la cooperación se pueden complementar los recursos limitados que
cada quien tiene para satisfacer las crecientes necesidades materiales y espirituales de
nuestros pueblos.
Por estas razones, el Gobierno Revolucionario, Bolivariano y Chavista se ha planteado
impulsar la construcción de un NMP en el campo y la ciudad. Esto implica enfrentar toda la
problemática que tiene su manifestación no solo en el ámbito económico de la producción
agrícola o industrial como tal, sino que comprende además la problemática a resolver en los
ámbitos político, social, cultural, geográfico, ambiental y militar expresados en la Ley del Plan
de la Patria.
La construcción de dicho modelo económico, abre caminos para el empoderamiento popular
y la masiva inclusión social en función del desarrollo humano integral, tiene que encarar
también la adopción y difusión masiva de los nuevos valores de solidaridad, cooperación,
complementación, reciprocidad, equidad y sustentabilidad.
Es un modelo radicalmente diferente, a través del cual es posible impulsar el desarrollo
endógeno de las potencialidades nacionales, se trata de una nueva forma de producir los
bienes y servicios que se requieren para satisfacer las necesidades básicas y esenciales del
pueblo en armonía con el cuidado del ambiente, la preservación de la salud de los
trabajadores y las comunidades; el desarrollo equilibrado y proporcional de las regiones,
estados, municipios y comunas; que promueva la integración latinoamericana y caribeña, el
fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur; y, sobre todo, que se base en nuevos valores, en
función de hacer posible el desarrollo humano integral de todas las personas.
El desarrollo integral: concepto y fundamento
La seguridad de la Nación atiende diferentes ámbitos, los que inciden de forma sistemática y
sustentable en el desarrollo integral, de vital importancia para el sostenimiento de la misma.
En este particular el desarrollo integral debe expresar la interacción entre los diferentes
ámbitos a objetos de garantizar la satisfacción de los fines, intereses y objetivos de la Nación
plasmados en la Constitución y las Leyes.
En el contenido normativo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(CRBV) establece específicamente en los artículos 322 y 326 que: “la seguridad de la Nación
está fundamentada en el desarrollo integral de ésta…” así como “…la satisfacción progresiva
de las necesidades individuales y colectivas de los venezolanos y venezolanas, sobre la
base de un desarrollo sustentable y productivo de plena cobertura para la comunidad
nacional.”
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La Ley Orgánica de Seguridad de la Nación (LOSN) define el concepto de desarrollo integral
como: “… la ejecución de planes, programas, proyectos y procesos continuos de actividades
y labores que acordes, con la política general del Estado y en concordancia con el
ordenamiento jurídico vigente, se realicen con las finalidad de satisfacer las necesidades
individuales y colectivas de la población, en los ámbitos económico, social, político, cultural,
geográfico, ambiental y militar.” (LOSN, Art. 4).
Como se puede apreciar la seguridad de la Nación se fundamenta en el desarrollo integral,
con la ejecución de diferentes planes, proyectos y procesos económicos productivos, que
tienen como objetivo fundamental lograr una elevada y sostenida calidad de vida de los
venezolanos y venezolanas, bajo la premisa de un crecimiento económico sustentable que
contribuya al mejoramiento social y la satisfacción de las necesidades siempre creciente de
la población, sin poner en riesgo el futuro del país.
A pesar de todos los esfuerzos que realizan los enemigos de la Revolución Bolivariana, con
sus amenazas y la implementación de una agresiva “Guerra Económica” para destruir el
proceso revolucionario venezolano, el pueblo y el Estado se han organizado en unión cívico
militar con la convicción de enfrentar las dificultades que esto representa para el logro del
desarrollo integral de la nación.
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Por otra parte, promueve la integración económica en especial con los países de América
Latina y el Caribe, en sus niveles de solidaridad, justicia social, igualdad de oportunidades,
acceso a la cultura general integral y el humanismo, que tributa al fortalecimiento del
Socialismo Bolivariano, de gran impacto en la Seguridad de la Nación pese a las amenazas y
agresiones internas y externas.
En el modelo de desarrollo económico establecido por la Revolución Bolivariana, está
presente, desde un inicio, la unidad e integración de lo económico y lo social, no se concibe
el desarrollo económico sin el desarrollo social, siendo este, condición del desarrollo
económico y no a la inversa, como plantean los enfoques más tradicionales; pero al propio
tiempo el desarrollo económico es necesario como garantía y sostén del desarrollo social,
por lo que existe una estrecha relación entre ambos.
El país cuenta con un fuerte potencial económico y social en el sector público y privado, que
le permite al Estado, en correspondencia con la Constitución y las leyes, emplear el conjunto
de recursos humanos, naturales, materiales, financieros, científicos, técnicos, culturales y
productivos del entorno geográfico, que unido a otros factores relacionados con la eficiencia
y control, garantizan el desarrollo sustentable del país.
El ámbito económico tiene muchos y diversos componentes de carácter estratégico, muy
abarcadores, entre ellos el crecimiento global sostenido y eficiente, que tiene entre sus
indicadores el PIB, que debe tener en cuenta además los resultados en el ámbito social y
otros indicadores como la productividad del trabajo y el rendimiento de los fondos.
La economía venezolana en la dinámica del crecimiento ha tenido que enfrentar las difíciles
condiciones de la agresión económica y de las crudas realidades de la economía mundial. En
los últimos años el PIB, se comportó de la forma siguiente:
Como se puede apreciar en los dos últimos años la economía venezolana decreció; entre los
factores que determinaron el mencionado comportamiento se encuentra la menor
disponibilidad de divisas, producto del impacto adverso de la caída de los precios del
petróleo, situación que afectó las importaciones requeridas por el aparato productivo
nacional.
El comportamiento del PIB en el 2015, según datos del Banco Central de Venezuela, se
explica por las contracciones manifiestas en el valor agregado de las actividades no
petroleras (-5,6%) y petroleras (-0,9%).
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En las actividades no petroleras se destaca el crecimiento observado en las comunicaciones
(+2,7 %) y en la prestación de servicios del Gobierno (+1,0 %). Sin embargo, estos
resultados no permitieron compensar la disminución en la construcción (-3,8 %), instituciones
financieras (-13,0 %), comercio (-11,8 %), transporte y almacenamiento (-6,9 %),
manufactura (-6,8 %), servicios comunitarios sociales y personales (-4,3 %), minería (-3,6 %),
electricidad y agua (-2,9 %).
Los resultados de la actividad manufacturera responden al crecimiento de 0,1 % en el
componente público y la caída de 7,4 % en el sector privado. El descenso en la industria
manufacturera privada estuvo determinado por desempeños negativos en el índice de
volumen de producción de las siguientes actividades: cuero y calzado (-32,3 %), maquinarias
y equipos (-29,9 %), prendas de vestir (-26,9 %), metales comunes (-15,3 %),productos de
papel (-13,2 %), cauchos y productos de plásticos (-13,1 %), maquinarias y aparatos
eléctricos (-12,6 %), sustancias y productos químicos (-0,9 %), edición e impresión (-10,5 %),
alimentos, bebidas y tabaco (-4,6 %) y productos de metal (-0,3 %). No obstante, se observó
un aumento en la producción de vehículos automotores (+39,9 %), productos textiles (+28,1
%), productos de madera (+15,5 %), muebles (+8,7 %) y productos no metálicos (+4,9 %).
Por su parte, en la manufactura pública incidió la mayor producción de papel (+12,8 %), así
como desustancias y productos químicos (+6,8 %), tendencia que resultó atenuada por la
menor producción en las industrias de metales comunes (-9,3 %), alimentos y bebidas (-
5,3%) y productos no metálicos (-3,1 %).
Entre los factores que afectaron la industria manufacturera se encuentran las dificultades en
el acceso a las divisas y menor disponibilidad de materias primas nacionales e importadas,
así como de equipos y repuestos.
El valor agregado de la actividad de construcción registró una disminución de 23,8 %, según
los resultados del índice de volumen de la construcción, debido al descenso experimentado
en las obras demandadas por los sectores público (-25,8 %) y privado (-12,9 %). Entre los
aspectos que determinaron este comportamiento se encuentra la dificultad para acceder a
insumos básicos, tales como: cemento y productos de acero (cabillas), madera, vidrios,
cables, cerámica, entre otros.
Por otra parte, las obras demandadas por el sector público se han visto afectadas por el
incremento de precios en los insumos, maquinarias y equipos de la construcción, problemas
con el suministro de cemento, bloques, cables eléctricos, acero y agregados (arena, piedra,
grava y otros).
Los servicios prestados por el Gobierno mostraron resultados positivos al crecer 1,0 % en el
año 2015, atribuible a la mayor prestación de servicios de Administración Pública y defensa
(+1,3 %), salud (+1,2 %) y enseñanza (+0,5 %). Este impulso está asociado a la
instrumentación de políticas por parte del Ejecutivo Nacional, dirigidas a promover la
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inversión social y atender a la población de menores recursos, especialmente en materia de
alimentación, vivienda, salud y educación2.
La seguridad y soberanía alimentaria
Bajo la premisa de la Suprema Felicidad Social del pueblo venezolano, el Gobierno
Bolivariano establece como política fundamental de Estado el derecho a la alimentación,
considerando para ello el respeto, protección y garantía del acceso a los alimentos nutritivos
para toda la población, sin discriminación de ninguna índole social, económica o cultural.
Para lograr esto ha puesto en marcha una serie de planes y proyectos destinados a
garantizar el suministro alimentario adecuado en cantidad y calidad, en pro del bienestar de
la población venezolana, creando así el Ministerio del Poder Popular para la Alimentación,
con la Misión Alimentación como punta de lanza para la consolidación de la seguridad y la
soberanía alimentaria.
El objetivo primordial de la Misión Alimentación es garantizar el acceso de los alimentos a la
población, a través de la regulación, formulación, seguimiento y evaluación de políticas en
materia de comercio, industria, mercadeo y distribución de alimentos.
Su finalidad apunta a mejorar la calidad de vida y lograr la seguridad alimentaria de la
Nación, en el marco del modelo productivo socialista, además de planificar y ejecutar todas
aquellas acciones tendientes a la promoción, divulgación y defensa del derecho a la
alimentación. Unido a esto, busca fortalecer los hábitos alimentarios saludables y soberanos,
de manera que se mejoren los criterios de selección individuales y colectivos de los
alimentos.
Para el cumplimiento de estos objetivos, el Gobierno Bolivariano ha estructurado una
plataforma institucional para la garantía de la seguridad y soberanía alimentaria, inspirada en
las necesidades humanas, la cual permite planificar, ejecutar y asegurar el derecho a la
alimentación, caracterizado por la participación activa y crítica del Poder Popular.
La conceptualización de Seguridad alimentaria, de acuerdo con la Ley Orgánica de
Seguridad y Soberanía Alimentaria (LOSSA) está dada en: “… la capacidad efectiva que
tiene el Estado, en corresponsabilidad con el sector agroalimentario nacional, para garantizar
a toda la población, la disponibilidad, acceso, intercambio y distribución equitativa de los
alimentos de manera estable, que aseguren las condiciones físicas y emocionales
adecuadas para el desarrollo humano integral y sustentable, considerando el intercambio, la
complementariedad y la integración económica entre los pueblos y naciones como elemento
esencial que garantiza el derecho a la alimentación.” (Art. 5, LOSSA, 2007).
De igual manera la soberanía alimentaria se conceptualiza como: “… el derecho inalienable
de una nación a definir y desarrollar políticas agrarias y alimentarias apropiadas a sus
circunstancias específicas, a partir de la producción local y nacional, respetando la
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Banco Central de Venezuela. Departamento de Información: 801.53.70/ 801.53.75.
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conservación de la biodiversidad productiva y cultural, así como la capacidad de
autoabastecimiento priorizado, garantizando el acceso oportuno y suficiente de alimentos a
toda la población.” (LOSSA, Art. 4).
Para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO),
una política alimentaria nacional debe ser parte de una estrategia general de nutrición con
seguridad alimentaria para los hogares de todas las personas como un objetivo central.
Lograr la seguridad alimentaria incluye garantizar:
Un suministro alimentario seguro y nutricionalmente adecuado a nivel nacional y de
los hogares.
Un grado razonable de estabilidad en el suministro alimentario durante el año y en
todos los años.
Acceso a suficientes alimentos en cada hogar para satisfacer las necesidades de
todos.
Los componentes para garantizar la seguridad alimentaria son cuatro, a saber:
disponibilidad, acceso, consumo y aprovechamiento biológico.
Disponibilidad: se refiere a la producción interna, reservas, importaciones comerciales y no
comerciales (intercambio entre países) y almacenamiento de los alimentos para consumo
humano. La disponibilidad nacional de alimentos debe ser suficiente en cantidad, calidad e
inocuidad para satisfacer las necesidades de la totalidad de la población. Además no debe
presentar fluctuaciones agudas de uno o varios alimentos durante el periodo y, en lo posible,
no estar condicionada a la dependencia de la oferta externa.
En la Revolución Bolivariana para garantizar la disponibilidad de alimentos con valores
socialistas hacia el alcance de la soberanía alimentaria, se aplican el conocimiento y las
técnicas del modelo agroecológico, que van desde el uso de acceso a la tierra, el agua y las
semillas por parte de los campesinos, comunidades rurales y pueblos originarios, hasta la
revalorización de la identidad nutricional y cultural de la producción de alimentos propios.
Para ello se cuenta con las siguientes instituciones: Ministerio del Poder Popular para la
Alimentación (Minppal), Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras (Mppat).
Acceso: disponibilidad física, social y económica de los alimentos a toda la población en el
momento oportuno, también incluye las actitudes, prácticas y el nivel de conocimiento de la
población de los aspectos alimentarios, para tener medios de autoabastecimiento.
Distribución con equidad, supervisión de precios solidarios y justos, calidad óptima. Para ello
se cuenta con las siguientes instituciones: Minppal, MPPILCO, MPPCTI.
Consumo: consiste en el suministro de una alimentación digna a toda la población. Unido a
esto, se lucha por la formación y el fortalecimiento de una nueva cultura alimentaria desde la
familia–escuela–comunidad, modificando inadecuados hábitos alimentarios y haciendo una
fuerte campaña comunicacional del Comer Bien para Vivir Bien, donde el Instituto Nacional
de Nutrición tiene un papel protagónico en la forma en que seleccionamos y consumimos
nuestros alimentos. Instituciones: Instituto Nacional de Nutrición (INN), Misión Mercal
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(MERCAL), Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos S.A. (PDVAL), Bicentenario,
Corporación Venezolana de Alimentos (CVAL), Fundación de Capacitación e Innovación para
Apoyar la Revolución Agraria (CIARA), Panaderías Venezuela, Areperas Venezuela,
FUNDAPROAL.
Aprovechamiento biológico: utilización biológica de los alimentos, es decir, cómo el cuerpo
aprovecha los alimentos consumidos, lo cual está condicionado por aspectos de
saneamiento del medio (como agua segura y condiciones que no contaminen los alimentos),
así como el estado de salud de las personas, que determinará la conversión de alimentos en
nutrientes para la vida. Para el Gobierno Bolivariano este aspecto forma parte de una política
integral social, que ha logrado que la gran mayoría de la población cuente con un primer nivel
de atención en salud que garantice la prevención, promoción, curación y rehabilitación de
enfermedades comunes que puedan afectar el estado nutricional de la población.
Instituciones: INN, Ministerio del Poder Popular para la Salud y Ministerio del Poder Popular
para el Ambiente.
Para el logro de la seguridad y soberanía alimentaria es necesario superar la marcada
dependencia de las importaciones para asegurar el nivel kilo calórico requerido por la
población y enfrentar la dependencia de factores climáticos. Por ello, es imprescindible lograr
una reducción progresiva de la dependencia externa, produciendo con eficiencia y poniendo
énfasis en el desarrollo productivo nacional. De esta manera se afianza la construcción
colectiva de un nuevo modelo económico, social y político centrado en la humanidad y su
ecosistema, en la satisfacción integral de las necesidades de las poblaciones hacia la
Suprema Felicidad Social como ideario Bolivariano, desde una mirada de integración
Latinoamericana.
La Seguridad Energética
El Sector Energético constituye un factor decisivo en el desarrollo económico y social de la
Nación, a partir del aprovechamiento diversificado de su patrimonio energético (no renovable
y renovable) y las acciones conscientes del uso racional de la energía, para preservar los
fines de la Nación y garantizar el desarrollo sustentable, pese a las amenazas de las
potencias extranjeras al querer apropiarse de los recursos energéticos del Estado.
Durante las últimas décadas se ha difundido ampliamente el término “seguridad” de modo tal
que se perfila en la expresión “Seguridad Energética” con nuevas connotaciones implícitas.
Es evidente la importancia de la energía en la sociedad industrial y tecnológica, la cual
supera lo meramente económico, pues es vital para la sociedad actual. Existe unanimidad
sobre la importancia del tema así como conciencia de la trascendencia de la cuestión y de
los problemas asociados a las amenazas y vulnerabilidades, pero no se ha generalizado una
pormenorización concreta y sistematizada de los aspectos que la integran como unidad
conceptual y aplicaciones prácticas.
En la perspectiva de la seguridad energética, los puntos de vista económico, político, militar y
otros, no siempre coinciden en parámetros, tiempos y objetivos, aun cuando el sector
energético incide y se ve influido por todos ellos a la vez; así, las relaciones estadales son de
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importancia estratégica para la Nación y proliferan amenazas de distinta naturaleza, lo cual
requiere respuestas adecuadas con una visión amplia e integrada para cada caso.
El consumo energético del país lo sustentan la hidroelectricidad, el petróleo y el gas.
También posee alrededor de 60 localidades con manifestaciones de energía geotérmica, así
como un excelente potencial para aprovechar la energía eólica, solar y biomasa.
A pesar de los elevados índices de generación energética, se manifiestan altos consumos en
diferentes sectores de la economía: transporte, industria, residencial y comercial, en función
de los renglones de productos refinados, gas y electricidad. Por ejemplo, el sector industrial
por consumo de energía eléctrica representa un 41 %, el cual es el mayor comparado con un
32 % del sector comercial, seguido de un 26 % en el sector residencial y un 0,4 % del sector
transporte.
En este proceso de elevación de los niveles de eficiencia, surgen los Sistemas de Gestión de
la Energía, los cuales impulsan el mejoramiento continuo del desempeño energético y
presentan los aspectos fundamentales que permiten integrar los sistemas de gestión con el
uso racional y eficiente de todas las fuentes de energía e incidir en la disminución de los altos
consumidores y mejorar el impacto ambiental que los procesos productivos puedan acarrear,
lo que representa desde el punto de vista social una visión futurística del desarrollo de la
sociedad venezolana.
La gestión energética plantea la aplicación de políticas estratégicas como:
a) Elevar la eficiencia energética, por medio de la reducción de los consumos
energéticos en todos los sectores.
En este sentido indicadores del Ministerio de Energía y Petróleo revelan que Venezuela
consume más energía que cualquier otro país de América Latina y utiliza mucha más energía
para obtener los mismos bienes que obtienen otros países con menos cantidad. Venezuela
tiene un alto consumo de energía final per cápita, el segundo mayor de América Latina y el
Caribe, solo superado por Trinidad y Tobago. No existe una cultura de uso racional de la
energía en el país.
El consumo de energía no es un atributo que la población considere al momento de comprar
un electrodoméstico, porque la energía es muy barata gracias al potencial petrolero e
hidrológico que tiene.
Venezuela como país netamente productor de energía, tiene en primer plano la integración
energética de los países de América Latina y el Caribe; con lo que está sentando un
precedente pionero al promover el enfoque social del uso de la energía.
En el aspecto interno desarrolla la Misión Revolución Energética, como un instrumento para
alcanzar niveles racionales de consumo energético.
b) Sustituir las fuentes de energías.
Dentro de esta misión se desarrollan programas como el de gasificación nacional, Gas
Natural Vehicular (GNV), el cambio de plantas generadoras que funcionan con diésel para
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adaptarlas al uso de gas, así como la fabricación e instalación de equipos para la generación
de electricidad a través de fuentes alternativas de energía como la eólica y la solar
El Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, al iniciar la Misión Revolución Energética, el
17 de noviembre del 2006, señaló que lo más importante de esta Misión es tener conciencia
del problema para poder resolverlo, “no es cambiar los bombillos por cambiarlos, es saber
que con esta acción se va a ahorrar energía.”
c) El uso de tecnologías más limpias.
Se desarrolla un plan que incluye la instalación de más de mil megavatios para el
mejoramiento y sincronización del sistema interconectado nacional, y la sustitución de
unidades ineficientes por otras modernas y con mayor rendimiento, así como la aplicación del
programa puestos en marcha por Corpoelec y el Gobierno Nacional, denominado Plan
Luciérnaga. Dicho plan se implementó en el año 2011, con el objetivo de seguir bajando los
consumos eléctricos en el país, tomando como bandera al estado Zulia, por ser este estado,
el de mayor consumo de electricidad a nivel nacional, donde se implementa la sustitución de
equipos de aires acondicionados de doce mil (12 000) y dieciocho mil (18 000) BTU con
unidades rotativas y neveras de alta eficiencia energética para los usuarios solventes con su
facturación.
d) Uso racional de la energía.
Hoy en día la energía es un recurso fundamental para el desarrollo y adecuado
funcionamiento de las ciudades y para la calidad de vida de los seres humanos. Es por esto
que el Gobierno Bolivariano de Venezuela, conjuntamente con los Ministerios del Poder
Popular para la Energía Eléctrica y el Ministerio del Poder Popular para la Educación
Superior, así como el Ministerio de Ciencia y Tecnología e Innovación, han fijado estrategias
y planes de acción para la sensibilización de los consumidores en cuanto al uso y
racionamiento de la energía eléctrica, así como campañas informativas y formativas a la
población en general sobre la Gestión Energética para garantizar el compromiso social que
esta tiene como factor condicionante del desarrollo de la sociedad.
La aplicación de estas políticas estratégicas en la gestión energética, están en
correspondencia con los objetivos históricos del Plan de la Patria, de consolidar el papel de
Venezuela como potencia sobre la base del óptimo aprovechamiento de las potencialidades
que ofrecen nuestros recursos, para la generación de la máxima felicidad del pueblo.
La energía es de gran trascendencia para la seguridad de la Nación. Los efectos derivados
de las medidas de seguridad energética de corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad,
son muy evidentes en tiempos de paz; en tiempo de guerra, la energía es un objetivo a
preservar y defender, pero en tiempo de paz es también campo de batalla. La visión doctrinal
militar aplicada al ámbito energético aporta una claridad conceptual y un amplio alcance que
engloba múltiples aspectos y capacidades, tales como: la gestión de exploración; las
comunicaciones, la información, la prevención ante alertas tempranas, ante peligros o
emergencias, en el ejercicio del mando y control; el apresto operacional, en las medidas de
seguridad y contramedidas defensivas.
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Las amenazas sobre el sector energético pueden ser de distinto origen interno o externos y
de causalidad espontánea o inducida, distinguiéndose varios tipos de acciones, que
requieren un análisis profundo de las mismas y de las vulnerabilidades en el sector, por las
autoridades competentes a nivel nacional y territorial, con la participación activa de las masas
populares, a fin de reducir o minimizar al máximo las mismas, para preservar la seguridad de
la Nación.
En la actualidad estamos en presencia de una profunda Revolución energética a partir de la
concepción de la producción y uso más eficiente de la energía eléctrica y los combustibles,
además de contar con otras fuentes energéticas complementarias como la energía solar,
eólica, hidráulica, entre otras. El ahorro de la energía eléctrica, se ha convertido en un
elemento estratégico importante para la Nación.
Recursos hídricos
Venezuela se destaca por ser una región privilegiada entre muchas zonas del mundo, por la
riqueza hidrográfica con que cuenta, en la que se destacan dos grandes vertientes, a saber,
la vertiente del Atlántico y la vertiente del Caribe, sin considerar un pequeño porcentaje de
ríos que vierten sus aguas a la cuenca endorreica del lago de Valencia. A su vez, el país está
dividido en cinco considerables cuencas exorreicas por su superficie, destacándose la
cuenca del Orinoco, la cual cubre la mayor parte del país. En Venezuela existe un lago
subterráneo ubicado en el Parque Nacional Cueva de la Quebrada del Toro y parque
nacional Juan Crisóstomo Falcón ubicadas en el estado Falcón.
En el país fluyen al menos un centenar de grandes ríos cuyas cuencas abarcan más de
1 000 km², los mismos han sido clasificados según su ubicación geográfica y características:
en ríos de montaña, para aquellos ubicados sobre la cordillera andina; ríos llaneros, para
aquellos ríos sobre Los Llanos; y ríos guayaneses, para aquellos ubicados al sur del país. El
río Orinoco es el mayor del país y uno de los 40 más extensos del mundo, seguido por los
ríos Apure, Meta, Caroní, Caura y Catatumbo; mientras que el canal de Casiquiare al sur,
constituye un fenómeno hidrológico al enlazar las cuencas del Orinoco y del Amazonas.
El país cuenta con dos grandes lagos naturales, el lago de Maracaibo al oeste, y el lago de
Valencia al norte, además de una veintena de embalses entre los que se destacan el
embalse del Guri, así como un centenar de lagunas de origen tectónico y glaciar a lo largo de
la cordillera de Mérida y el litoral caribeño.
A pesar de esa riqueza hídrica del país, la distribución de la población está asentada en gran
proporción donde hay mayor escasez, sumado al deterioro de la calidad de los cuerpos de
agua por el vertido sin tratamiento a las cuencas, el uso de agroquímicos, así como los
posibles conflictos de usos de este recurso y las deficiencias en cuanto a un
aprovechamiento racional, lo que obliga a otorgar especial atención a este importante sector.
Los recursos hídricos aprovechables del país se estiman en el orden de 93 millones de
m3/año en relación a las aguas superficiales y 22,3 millones de m3/año en las aguas
subterráneas, que suponen un 12 % de los recursos hidráulicos totales renovables. En
términos de cobertura de agua potable, Venezuela ha alcanzado las Metas del Milenio en lo
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referente a Cobertura de Agua Potable. Para octubre de 2007, se estimó en 94 % la
cobertura urbana del servicio de agua potable y en 79 % en áreas rurales.
Si bien en Venezuela, la falta de agua no es tan grave como en otros países, sí hay que
tener en cuenta dos problemas serios:
El primero se refiere a la escasez de agua que se presenta en la región norte del país, que
es la más poblada. Esta escasez relativa del agua se debe a que el clima es más seco en las
costas e islas y, debido a la proximidad a las montañas del mar Caribe, los ríos son más
cortos, de escaso caudal y presentan un régimen irregular.
El segundo está relacionado con la estacionalidad de las lluvias, esto hace que en una parte
del año se presenta una escasez del agua, mientras en la otra se producen inundaciones. Lo
que ha traído como consecuencias que se tenga que traer el agua para las ciudades desde
lugares y ríos alejados.
El agua es clave para el uso de las comunidades humanas y la sostenibilidad de la tierra, las
plantas y los animales. En muchos países los principales problemas ambientales, ya sea la
contaminación, la erosión o la pérdida de biodiversidad en humedales y estuarios, están
relacionados con el agua, es por eso necesario para la seguridad de la Nación la gestión y
protección de los recursos hídricos
Entre los principales problemas ambientales se destaca el inapropiado manejo de las aguas
servidas, que contaminan las fuentes de aguas superficiales y subterráneas, con el
correspondiente deterioro de ríos, riachuelos, lagunas, lagos y playas a nivel nacional. Junto
a esto la larga sequía ha afectado el nivel de los embalses y represas, con las subsecuentes
consecuencias en el abastecimiento y la producción de energía. Esta situación se ha visto
agravada por la falta de mantenimiento en algunas de las instalaciones, el derroche de agua
y energía por parte de la ciudadanía, las empresas y las instituciones públicas, y la
necesidad de ampliar la inversión oficial en el sector.
El cambio climático y la amplitud de las costas del país implican también que Venezuela es
especialmente vulnerable a los desastres naturales, a pesar de tener una barrera natural
como lo es la cordillera de la costa.
Al presentarse en el país, un marcado contraste entre la distribución de la población y la de la
oferta de agua, los efectos adversos del cambio climático podrían agravar la situación de los
recursos hídricos, aunado al hecho de que el problema no es sólo de la oferta del recurso,
sino también su calidad.
La gestión integral de las aguas comprende, entre otras, el conjunto de actividades de índole
técnica, científica, económica, financiera, institucional, gerencial, jurídica y operativa,
dirigidas a la conservación y aprovechamiento del agua en beneficio colectivo, considerando
las aguas en todas sus formas y los ecosistemas naturales asociados, las cuencas
hidrográficas que las contienen, los actores e intereses de los usuarios o usuarias, los
diferentes niveles territoriales de gobierno y la política ambiental, de ordenación del territorio
y de desarrollo socioeconómico del país.
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El desarrollo hidráulico en el país, en correspondencia con su potencial hidráulico, ha
permitido un continuo desarrollo económico, para garantizar un servicio de abastecimiento de
agua a la población, a la industria y demás instituciones, en la cantidad y calidad requeridas
de manera tal que contribuya a asegurar el desarrollo sustentable, logrando la protección del
medio ambiente, pese a las amenazas existentes.
Esto incide, entre otros factores en la insuficiente cultura de ahorro y uso racional del agua,
garantía de un servicio estable en los lugares donde se presta este servicio en el país. La
disponibilidad y el adecuado uso de los recursos hídricos del país es un objetivo que abarca
toda la economía y la sociedad. Ello tiene una elevada incidencia en la protección del medio
ambiente.
La localización de industrias altamente consumidoras de agua, como el sector petroquímico,
químico, siderúrgico, alimenticio y de producción de papel, ha tendido a incrementar las
demandas en zonas que presentan una situación deficitaria, haciendo crítico el panorama.
En algunos casos, las aguas dedicadas al riego en las zonas agrícolas, han sido
comprometidas para el abastecimiento de la población o la industria.
El deterioro de las cuencas del país, atenta contra la disponibilidad del recurso agua, afecta
los costos de tratamiento y pudiera limitar el desarrollo de las comunidades establecidas en
estas cuencas y la del país en general.
Venezuela se encamina hacia la Gestión Integrada de sus Recursos Hídricos (GIRH). La
coordinación de alto nivel y la voluntad política, dada la importancia de la integración de las
múltiples visiones sectoriales, se presentan como elementos fundamentales de este proceso.
Asimismo, se requiere incorporar a la GIRH en todas las filas ministeriales relevantes, de
forma tal que sus principios estén presentes en las diversas políticas, planes y programas de
las diversas organizaciones públicas. Este diálogo debe involucrar a los usuarios,
comunidades, gobiernos regionales, municipales, sector privado, organizaciones
comunitarias y demás interesados, de manera de garantizar la coordinación de los esfuerzos
en el manejo de las cuencas.
Se debe fortalecer a la Asociación Venezolana para el Agua (AVEAGUA), pues constituye un
valioso grupo especializado, intersectorial y multidisciplinario, funcionando como una
comunidad de conocimientos y de intercambio de experiencias, orientada a generar aportes
en la formulación e implementación de una estrategia nacional para la GIRH en el país.
El desafío en la gestión de los recursos con que cuenta Venezuela estará en lograr un
equilibrio, entre las asignaciones de agua, para satisfacer requerimientos ecológicos y otras
necesidades de utilización de las cuencas, como riego, industria, agua potable, recreación y
otras necesidades.
El sistema de transporte
El transporte es un elemento básico para garantizar el desarrollo económico y social del
país. La Revolución Bolivariana implementó la Misión Transporte que ha contribuido al
fortalecimiento de este importante sector, que permite garantizar las transportaciones
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crecientes de cargas y pasajeros que demanda el desarrollo de la Nación en todos sus
ámbitos. Esto nos indica, sobre todo, que en circunstancias difíciles no deben faltar los
medios disponibles que transportan materiales, alimentos, personal y los recursos para la
producción y los servicios más vitales.
En la actualidad, Venezuela cuenta con autopistas, carreteras, caminos, vías férreas y el
metro, entre otros, a lo cual el Gobierno Revolucionario Bolivariano y Chavista presta
especial atención. Los medios de transportes aéreos y acuáticos cuentan con los puertos, en
lugares de la costa donde llegan y salen las embarcaciones, a las que se les ofrece
protección y facilidades para embarcar y desembarcar mercancías y personas. También
están los aeropuertos, con instalaciones destinadas para asegurar el tráfico aéreo, tanto de
personas como de mercancías.
El Sistema Ferroviario Nacional de Venezuela que, según la Constitución de 1999, es
prioridad de la Nación en su ejecución y materialización, se encuentra actualmente en
construcción, la autoridad del mismo recae sobre el Instituto de Ferrocarriles del Estado (IFE)
adscrito al Ministerio del Poder Popular para el Trasporte Terrestre y Obras Públicas
(MPPTTOP). La red de ferrocarril cumplirá funciones de transportación de cargas y personal,
y en la misma funcionarán dos tipos de trenes: los de largo y corto recorridos.
Los sistemas conforman una red que abarca las zonas pobladas y productoras del país, a fin
de garantizar un transporte eficiente tanto de carga como de pasajeros, enmarcado dentro
del Plan de Desarrollo Regional.
Algunos tramos están en operación, en construcción o cuentan con estudios de factibilidad y
trazado de rutas preliminares realizadas con apoyo de los entes regionales, sin embargo, es
necesario llegar a concretarlos a niveles de factibilidad y proyecto, para así definir tanto la
longitud del trazado definitivo como el costo real de cada uno de ellos. Las etapas más
importantes del Sistema de Ferrocarriles de Venezuela, se encuentran en el centro de la
región Central y Capital del país, une al Distrito Capital, y los estados de Miranda, Aragua,
Carabobo y Guárico.
Las principales vías de comunicación marítima de Venezuela son los canales de navegación
del lago Maracaibo y del río Orinoco. Son vías de alta significación en la vida económica
nacional ya que a través de ellas se realiza un porcentaje importante del intercambio
comercial tanto a nivel nacional como internacional. Por el lago de Maracaibo se moviliza el
producto que permite la generación de las dos terceras partes de los ingresos fiscales
provenientes de las exportaciones de hidrocarburos y es una zona vital para la seguridad e
integridad territorial.
El canal de navegación del río Orinoco presenta tramos que fueron profundizados
artificialmente por el Instituto Nacional de Canalizaciones y por él circulan los productos
provenientes del sur de Venezuela. Entre los proyectos oficiales se encuentran el “Desarrollo
del eje Apure-Orinoco”, con la finalidad de contribuir a la descentralización y
desconcentración territorial, según Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social, que
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persigue una ocupación más racional del territorio y un intensivo aprovechamiento de sus
recursos.
El sistema de transportaciones por su importancia e incidencia en el desarrollo económico
social del país, constituye una prioridad del Estado venezolano en lo referente al transporte
terrestre, ferroviario, aéreo y fluvial, el mantenimiento y construcción de las principales vías,
carreteras, autopistas, y troncales en la conexión de las grandes y medianas ciudades, zonas
industriales y agrícolas, vinculados a los ejes de integración y desarrollo a lo largo del
territorio nacional, para el transporte de pasajeros, productos agrícolas, industriales y bienes
comerciales.
Fortalecer las empresas estatales dirigidas al transporte acuático, aéreo y terrestre, así como
mejorar el servicio público a la población promoviendo la creación de empresas bajo el
esquema de propiedad social directa o indirecta, mejorando las condiciones y uso de
energías limpias de las unidades de transporte público y privado.
El obstáculo más terrible para la construcción a largo plazo de una vida social digna, tiene
que ver con el deterioro del medio ambiente. No se puede hablar de desarrollo económico
armónico sin entender la importancia que tiene la conservación del ambiente y la
supervivencia de la humanidad. Por esta razón el Estado Venezolano, como expresión de un
Estado nuevo y revolucionario, ha asumido la protección del ambiente como deber
constitucional. En el Capítulo IX de la Constitución (artículos 127 al 129) que versa sobre los
derechos ambientales, manifiesta la obligación del Estado y los ciudadanos a proteger el
ambiente con el fin de asegurar el desarrollo sustentable de la República.
Los principales problemas y amenazas ambientales son: la degradación de los suelos;
afectaciones a la cobertura forestal; contaminación de las aguas, los suelos y la atmósfera;
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pérdida de la diversidad biológica, la sequía y escasez de agua. Estos problemas tienen una
compleja interrelación entre sí y el cambio climático, afectando la calidad de vida de la
población y los recursos vinculados directamente con el desarrollo económico y social.
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La deforestación, la minería, la contaminación del aire y del agua, el comercio ilegal de fauna
y flora, la construcción de diversas infraestructuras, las actividades turísticas y de ocio,
actividades de subsistencia de las comunidades indígenas, las catástrofes naturales y el
cambio climático contribuyen a la pérdida de biodiversidad
El potencial ambiental, como parte integrante del poderío nacional, es garantía mediante el
cual se realizan acciones en aras de la seguridad de la Nación. Se caracteriza por la
posibilidad del Estado Venezolano de emplear racionalmente los recursos naturales, la
diversidad biológica, la participación ciudadana, para disfrutar de un ambiente seguro, sano y
ecológicamente equilibrado, dentro del marco jurídico y el sistema institucional establecido,
con un enfoque integral de ecosistemas, para garantizar el desarrollo sostenible de la
Nación.
En general, la respuesta fundamental en la lucha frente al cambio climático son la mitigación
y la adaptación. La mitigación se refiere básicamente a la reducción de emisiones de gases
de efecto invernadero y a la absorción de dichas emisiones por la vía de la captura biológica
o geológica. La adaptación, por su parte, supone acciones para reducir la vulnerabilidad ante
los impactos del cambio climático.
El Sistema de Protección Civil en el país, como se plantea en la Ley Orgánica de Seguridad
de la Nación (LOSN) en su Art. 24, señala que este sistema “se entenderá como una gestión
social de riesgo en la cual actúan los distintos órganos del Poder Público a nivel nacional,
estadal y municipal, con la participación de la sociedad, y se extiende desde la planificación
del Estado hasta procesos específicos, con miras a la reducción de la vulnerabilidad ante los
eventos de orden natural, técnico y social.”
La aparición de una de las amenazas no desemboca automáticamente en un desastre; solo
cuando el país se encuentra en una situación vulnerable, ante el peligro de una de estas
amenazas, aparece un riesgo de desastre con graves consecuencias para la Nación.
Se entiende por desastre el acontecimiento o suceso que destruye las estructuras básicas y
el funcionamiento normal de una sociedad o comunidad. Ocasiona pérdidas y afectaciones
humanas, pérdidas o daños a la economía, la infraestructura, los servicios esenciales o
medios de sustento, más allá de la capacidad normal de las comunidades afectadas para dar
una respuesta.
Así se puso en práctica la misión Barrio Adentro que llevó médicos y medicinas a distintos
espacios nacionales donde ésta no se hacía presente; la misión Robinson que alfabetizó al
cien por ciento de la población venezolana, cumpliendo por adelantado, como reconoció
Naciones Unidas, una de las metas del milenio; la misión Ribas amplió la escolarización
primaria; la misión Sucre incorporó a la enseñanza universitaria a los sectores que habían
quedado fuera del sistema; la misión Vuelvan Caras intentó construir un tejido asociativo
cooperativo, elevando el número de cooperativas de 762 en 1999 a 69.231 en 2006 y a
184.000 registradas en 2007; y colaborando en el descenso del desempleo desde el 16,6 %
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en 1998 aproximadamente al 8 % en 2008; y otras misiones de gran repercusión en la
sociedad venezolana.
Las misiones constituyen un elemento esencial para entender la economía social venezolana
y demostraron la incapacidad de la organización del Estado heredado, para solventar la
deuda social. Ejemplo de ello fue la imposibilidad de erradicar el analfabetismo con el
aparato del Ministerio de Educación; las negativas de los médicos del sistema público para
cubrir el servicio en las áreas donde se concentraban los sectores pobres; o dificultades para
impulsar el empleo desde el Ministerio de Trabajo.
Al Sistema Nacional de Misiones se le fueron incorporando Grandes Misiones, que
contribuyeron a la integración de políticas y programas que materializan la organización,
articulación y gestión de la política social en los distintos niveles territoriales del país, con lo
que la Revolución Bolivariana contribuye a la suprema felicidad social del pueblo y a la
erradicación de la pobreza extrema.
Las misiones fueron un éxito sin precedentes en la solución de los problemas sociales que
los gobiernos de la IV República no pudieron enmendar durante décadas, y que el Gobierno
Revolucionario Bolivariano y Chavista hizo llegar hasta la ciudadanía más pobre del país.
Son diversas las misiones sociales emprendidas por la Revolución Bolivariana, entre las
principales se destacan:
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g) Misión Guaicaipuro: Con el objetivo promover, desarrollar y ejecutar
las políticas bolivarianas dirigidas a saldar deuda histórica a las
comunidades organizadas indígenas, haciendo cumplir el Plan
Nacional Simón Bolívar, bajo la óptica de un solo proyecto
bolivariano, de una sola revolución y de un solo Comandante
Presidente generando así la mayor suma de felicidad.
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q) Misión Robinson II: Tiene como propósito que los participantes
aprueben el sexto grado de educación básica (primaria) garantizar
la consolidación de los conocimientos adquiridos durante la
alfabetización y ofrecer otras oportunidades de formación en oficios
varios. La Misión Robinson II se apoya en el Método: "Yo sí puedo
seguir", el cual utiliza la televisión y las video-clases, como
estrategia educativa.
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En el sistema de misiones comprende
además las grandes misiones en esferas
importantes de la nación, tales como: la
agroalimentaria, vivienda, Amor Mayor a
Venezuela, Saber y Trabajo, Hijos de mi
Pueblo, entre otras, que en la actualidad se
fortalecen. Surgen otras en correspondencia
con la necesidad del desarrollo social, que
han contribuido a elevar el nivel de vida de la
población venezolana, como los Comités
Locales de Abastecimiento y Producción
(CLAP), que es una forma de organización
popular promovida por el Gobierno Nacional
para que las propias comunidades
abastezcan, distribuyan y produzcan
alimentos prioritarios, aplicando una
modalidad de entrega de productos casa por
casa, como mecanismo para combatir la
reventa y contrabando de los rubros de primera necesidad, y producir los rubros que necesita
la población.
Los CLAP en Venezuela constituyen la nueva forma de organización popular encargada,
junto al Ministerio de Alimentación, de la distribución de productos de primera necesidad.
Este es el inicio de un nuevo camino productivo, y los primeros pasos del éxito de este
camino.
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Motiva la participación de la comunidad en la planificación de la economía mediante
nuevas formas de organización, como las cooperativas y las redes sociales.
Estimula la repartición equitativa de la riqueza nacional.
Se organiza de abajo hacia arriba en relación directa con la cultura de cada territorio.
Reduce la exclusión social garantizando calidad de vida para todos y todas.
Promueve la adopción de nuevos estilos de vida y consumo basados en los valores
de cooperación y solidaridad.
Recompensa el trabajo productivo antes que el afán de lucro.
Utiliza las tecnologías apropiadas a cada región particular sin comprometer el
equilibrio ecológico.
Desarrolla todas las ramas de la economía y la relación complementaria entre ellas,
generando redes productivas.
Este modelo de desarrollo se basa en los siguientes principios:
Integral: con base a las potencialidades naturales, humanas, tecnológicas y financieras del
país, aumentando los niveles de calidad de vida de la población.
Inclusivo: tiene como centro el desarrollo y los derechos humanos. Antepone lo social a lo
económico y se fundamenta en la participación protagónica de la sociedad para el logro de
tales fines.
Polivalente: centrado en la estimulación al máximo de las capacidades productivas internas
en el sector agrícola y pecuario, hidrocarburos, petroquímico y minero, manufacturero,
turismo y servicios estratégicos a la industria, creando nuevas redes y circuitos socio
productivo.
Soberano: orientado al logro de la seguridad e independencia alimentaria, tecnológica,
industrial y territorial del país.
Democrático: privilegia relaciones de producción basados en la democracia de la propiedad,
el capital y el mercado.
Equilibrado: al impulsar la ocupación poblacional y la explotación de nuestras riquezas
garantizando la seguridad eco-ambiental y la soberanía del territorio nacional.
Racional: promoviendo el equilibrio entre el crecimiento de las variables macroeconómicas y
el bienestar integral de la población.
Con el objetivo de garantizar la participación de la fuerza creativa del pueblo en la producción
de la riqueza, superando las condiciones de exclusión, y procurando una calidad de vida
digna para todos, se creó la Misión Vuelvan Caras que garantiza la participación del pueblo
venezolano junto al Gobierno Revolucionario, en la transformación social y económica del
país, mediante la educación y el trabajo, hasta lograr una calidad de vida digna para todas y
todos. Sus líneas estratégicas de acción son:
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Convertir, mediante el trabajo, el potencial del pueblo en poder popular.
Articular el proceso educativo al proceso productivo.
Orientar los esfuerzos hacia las actividades económicas con mayor potencial para la
generación de empleo y potencial de desarrollo territorial.
Focalizar la apertura de opciones de empleo en la población excluida o marginada del
proceso productivo.
Colocar el acento en la Economía Social.
Promover la concertación entre el sector público y el privado para la recuperación y
diversificación del tejido empresarial.
Poner el empleo en el centro de la política económica y social.
Impulsar la Nueva Institucionalidad para el desarrollo de las políticas de promoción de
empleo, y la seguridad social.
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