Socialismo de Carlos Marx

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Fecha: 03/12/2020

Nombre: Nicole Doménica Vivero Bajaña


El Socialismo de Carlos Marx
- Antecedentes Históricos 

Las raíces intelectuales del socialismo se remontan a las ideas del filósofo griego Platón y su
obra llamada “La República” en la que hablaba sobre lo justo y lo injusto de la sociedad, en la
que unos pocos tenían el poder.

La palabra “socialismo” fue empleada por primera vez en 1766 por el monje Ferdinando
Facchinei. La usó para hacer referencia al concepto planteado en la obra de Juan Jaques
Rousseau sobre el “contrato social” entre el Estado y la comunidad (pacto que defendía la
libertad y la igualdad social).

El origen del socialismo científico ocurrió durante la Revolución Industrial. Fue una idea política
elaborada en 1848 por Karl Marx y Friedrich Engels en su Manifiesto Comunista que instaba a
los trabajadores (llamados proletarios) a unirse y a destituir del poder a los capitalistas. Los
antecedentes del socialismo son tan antiguos como la propia historia de la humanidad, pero el
término “socialismo” fue acuñado a principios del siglo XIX. De hecho, en las aportaciones de
los socialistas utópicos (Robert Owen) y, sobre todo, en los escritos de Karl Marx (1818-1883) y
Friedrich Engels (1820-1895) se hallan los antecedentes más inmediatos del socialismo
moderno.

El socialismo nació como movimiento en el seno de la sociedad industrial, aunque su filosofía


posee antecedentes muy anteriores. Se pueden rastrear ideas socialistas o comunistas en
textos tan antiguos como los escritos sobre la República de Platón (c. 427-347 a. C.), en las
prácticas comunitarias de los primeros cristianos, o en la forma de organización
socioeconómica del Imperio Incaico (1438-1533).

El uso del término “socialista” con el sentido contemporáneo data de alrededor de 1830. Se
usó para describir al ala más radical de los diversos movimientos y filosofías políticas nacidos
durante los estallidos revolucionarios del siglo XVIII, que asociaban al capitalismo naciente los
malestares sociales de la época, en especial los seguidores de Robert Owen y Henri de Saint-
Simon.

Algunos más pragmáticos y otros más idealistas, estos movimientos compartían visiones
mayormente agrarias del socialismo, y fueron bautizados con ese nombre por Pierre Leroux en
su artículo Del individualismo y el socialismo en Revue encyclopédique de 1833.

Con la Ilustración, que abogaba por el uso de la razón humana en la comprensión y el


mejoramiento de la sociedad, nació el primer socialismo moderno, industrial, que hoy en día
conocemos como socialismo clásico. Sus dos cunas fueron Francia e Inglaterra. Aunque
carecieron de un cuerpo de ideas en conjunto, contaron con importantes pensadores y
militantes que allanaron el camino para la llegada en el siglo XIX del marxismo.

El socialismo marxista revolucionó para siempre el modo de comprender la sociedad y la


historia. A su vez, le dio al socialismo una teoría unificadora y de espíritu racional, “científico”
en palabras del revolucionario alemán Federico Engels (1820-1895). Desde entonces, el
socialismo o comunismo cobró vigencia dentro de numerosos partidos y organizaciones
obreras de Europa.

Alcanzó su apogeo político a inicios del siglo XX, con la Revolución Rusa de 1917 que, bajo la
conducción de Vladimir Ilych Lenin (1870-1924), puso fin para siempre a la monarquía zarista.
Así se fundó el primer país socialista (marxista-leninista) de la historia, la Rusia soviética, que
después se convirtió en la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS).

Los acontecimientos de Rusia avivaron los sentimientos reaccionarios europeos. Así, fueron
utilizados para justificar ideológicamente el nacimiento del fascismo, un movimiento político
dictatorial y fundamentalmente anticomunista, que desencadenó la Segunda Guerra Mundial.

Al término de la guerra a mediados del siglo XX el mundo asumió formalmente la división en


dos bloques, a lo largo de lo que se llamó la Guerra Fría: el bloque capitalista liderado por
Estados Unidos e Inglaterra, y el bloque comunista o socialista liderado por la URSS y China,
que tras la Revolución Comunista China (1949) había instaurado su propia visión del
socialismo, el maoísmo.

Eventos semejantes ocurrieron en otras naciones del mundo, como Vietnam (la Revolución de
Agosto de 1945), Corea (tras la Guerra de Corea de 1950-1953), Cuba (la Revolución cubana de
1959), Camboya (tras la Guerra Civil Camboyana de 1967-1975), entre otros.

Nacidos en la violencia, muchos de estos regímenes dictatoriales estuvieron involucrados en


guerras, o cometieron genocidios y atrocidades en nombre del “hombre nuevo” o de la
sociedad utópica futura.

Sin embargo, hacia el término del siglo XX, y sobre todo tras la disolución de la Unión Soviética
en 1991, la mayoría de los países socialistas se habían sumergido en la crisis y se habían visto
obligados a reinventarse y asumir más o menos formalmente una economía de mercado. La
última década del siglo XX anunció la muerte del socialismo y el supuesto “Fin de la historia”,
en palabras del pensador japonés Francis Fukuyama.

Aun así, un nuevo experimento político tomó el título de “Socialismo del siglo XXI”, un término
del economista alemán Heinz Dietrich Steffan. Comenzó a ganar renombre mundial gracias a
su evocación en el V Foro Social Mundial por parte del entonces presidente venezolano, Hugo
Chávez Frías (1954-2013), en el marco de su autodenominada Revolución Bolivariana.

En la actualidad, el socialismo se identifica con posturas ideológicas que aceptan el libre


mercado en lo económico, aunque con una significativa intervención del Estado para corregir
diferencias sociales.
- Principales Características

Si bien los rasgos del socialismo pueden variar enormemente de acuerdo a su puesta en
práctica, generalmente se consideran como sus características las siguientes:

 Debilitamiento de la propiedad privada en favor de modelos sociales o comunitarios


de propiedad, especialmente en lo referido a los medios de producción (fábricas, por
ejemplo).

 Modelo económico que apunta a la producción, más que en la generación y


acumulación de capitales y está dirigido por el Estado.
 Aplicación de diversos métodos de redistribución de la riqueza, como impuestos a los
que más tienen y planes de ayuda para quienes menos tienen, para tratar de
uniformar económica y socialmente a la sociedad.

 Empoderamiento del Estado que, dependiendo del caso, puede o no ir en detrimento


de la democracia y de los partidos políticos.

 Fuerte intervención del Estado en los asuntos económicos y sociales.

 En las variantes más utópicas, plantea la sociedad sin clases sociales: ni pobres ni ricos,
sino una gran masa trabajadora autogestionada. [ CITATION Raf20 \l 3082 ]

Las principales características del socialismo son:

 La propiedad pública. Es la característica central de una economía socialista en la que


los medios de producción y de distribución, son controlados y regulados por el Estado
con el objetivo de mantener una sociedad justa (a diferencia del capitalismo donde la
propiedad privada se reparte de manera desigual entre los ciudadanos).

 La planificación económica. En la economía socialista todas las actividades económicas


(producción, distribución, intercambio y consumo) son planificadas y coordinadas por
una autoridad central del Estado para producir solo lo que es necesario y evitar
remanentes. No está impulsada por las leyes de la oferta y la demanda como ocurre en
el capitalismo, donde existe una sobreproducción innecesaria.

 La sociedad igualitaria. En el sistema socialista la riqueza es distribuida de manera


igualitaria entre los ciudadanos para que no recaiga en manos de una minoría. De esta
manera, pretende desintegrar las clases sociales y equiparar el acceso a los bienes y
servicios para toda la sociedad.

 La falta de competencia en el mercado. En el mercado socialista no existe la


competencia dado que el Estado es el único emprendedor y quien controla los precios.
No existe la elección del consumidor, solo puede comprar lo que el Estado provee.
Este tipo de intervención pretende evitar la explotación laboral y el monopolio del
mercado.

El sistema socialista se caracteriza por el Estado que administra los medios de producción de
toda la sociedad de modo que, son las empresas estatales o las cooperativas (con autogestión
de la clase obrera) las que se ocupan de dar impulso a la economía. El objetivo primordial del
socialismo es construir una sociedad justa con un reparto igualitario de la riqueza. Para eso,
necesita que los medios productivos sean administrados por una autoridad central y no por la
propiedad privada.

Sin embargo, existen opiniones contrapuestas entre los socialistas respecto a la extensión y al
tipo de propiedad pública que la sociedad debería controlar. Algunos han sostenido que casi
todo debía ser propiedad social, excepto los artículos personales como la ropa. Otros, como los
denominados social-demócratas, suelen aceptar el libre mercado como sistema económico
básico, junto con una considerable intervención del Estado para corregir desigualdades
sociales.
- Dialéctica de Carlos Marx
El método dialéctico marxista se caracteriza por los siguientes rasgos fundamentales:

1) Concibe la Naturaleza como un todo articulado y único, en el que los objetos y los
fenómenos dependen unos de otros y se condicionan mutuamente; todo se halla en una
conexión y en una acción recíproca, afirma la dialéctica;

2) Considera la Naturaleza como algo sujeto a constante cambio y renovación, donde hay
siempre algo que nace y se desarrolla y algo que muere y caduca; todo se halla en movimiento
y en cambio, enseña la dialéctica;

3) Examina el desarrollo de la Naturaleza como un proceso, en el que como resultado de la


acumulación de una serie de cambios cuantitativos inadvertidos y graduales, se efectúa el
paso, en forma de saltos, a cambios radicales, a cambios cualitativos; la cantidad se trueca en
calidad: tal es uno de los principios básicas de la dialéctica. Según la dialéctica, el proceso de
evolución no es una simple repetición del camino ya recorrido, sino un movimiento progresivo
de un grado inferior a otro superior;

4) Parte del criterio de que los objetos y los fenómenos de la Naturaleza llevan siempre
implícitas contradicciones internas, que todo tiene su lado positivo y su lado negativo, su lado
de caducidad y su lado de desarrollo, y que la lucha entre lo que caduca y lo que se desarrolla
forma el contenido interno del proceso de evolución, del proceso de la transformación de los
cambios cuantitativos en cualitativos; la contradicción conduce hacia adelante, reza una de las
tesis más importantes de la dialéctica.

Estos principios del método dialéctico sobre el proceso de evolución de la Naturaleza rigen
también para la evolución de la Sociedad. Cada formación económico-social (régimen
esclavista, feudalismo, capitalismo, socialismo) representa un todo íntegro, cuyos diversos
aspectos y fenómenos (el modo de producción de los bienes materiales, el régimen político,
los procesos espirituales de la vida) están relacionados entre sí en una unidad, se hallan en una
acción recíproca. Las ideas sociales, las instituciones políticas, al tener sus raíces en las
condiciones materiales de la vida de la Sociedad, ejercen sobre la existencia social una acción
inversa, siendo el modo de producción de los bienes materiales la base de esta acción
recíproca.

El hecho de que, en la historia de la Sociedad, unas formaciones económico-sociales hayan


sido sustituidas por otras, demuestra claramente que también en la vida social hay
movimiento, cambio, la muerte de lo viejo y el nacimiento de lo nuevo. El cambio de una
formación económico-social por otra es el tránsito, a modo de salto, revolucionario, de un
estado cualitativo de la Sociedad a otro estado cualitativo, como resultado de la acumulación
de los cambios cuantitativos. Así, la acumulación gradual de las fuerzas del proletariado (el
aumento de su número, de su organización, de su conciencia de clase, de sus vínculos con
todos los trabajadores y explotados) conduce, como resultado del triunfo de la revolución
socialista, a la transformación del proletariado, de clase oprimida y explotada, como lo es bajo
el capitalismo, en una clase dominante que dirige la evolución de la Sociedad hacia el
comunismo. Y cada nueva formación histórica representa una etapa más progresista, más alta
en comparación con la formación social que la precede: el capitalismo es un régimen social
superior al feudalismo; el socialismo constituye, en comparación con el capitalismo, una etapa
inmensamente superior de la evolución social.

El contenido interno de este proceso de evolución de una formación económico-social a otra


es la lucha entre las clases que tiene lugar en todas las formaciones clasistas, lucha que
expresa la contradicción interna existente en el propio modo de producción, entre las fuerzas
productivas y las relaciones de producción.

Así, pues, la historia de la Sociedad y la de la Naturaleza testimonian que en el mundo todo se


realiza de manera dialéctica. La dialéctica marxista enseña un justo modo de abordar los
fenómenos de la Naturaleza y de la Sociedad; es el único método científico de estudio y de
conocimiento del mundo que sirve de guía para la acción. Las exigencias más importantes del
método dialéctico marxista son: la comprobación por la práctica de las verdades obtenidas, la
consideración de todos los cambios relacionados con la actividad práctica de los hombres. De
las tesis de la dialéctica marxista brota la serie de los más importantes principios rectores de la
política y de la táctica, a los que siempre ha seguido y sigue el Partido de Lenin y Stalin.

La dialéctica marxista-leninista, enseña que, para llevar una política justa, hay que orientarse
hacia los sectores de la Sociedad que se están desarrollando y que tienen un porvenir, hay que
mirar hacia adelante y no hacia atrás, hay que ser revolucionario y no reformista, llevar una
intransigente política proletaria de clase. Lenin y Stalin llaman a la dialéctica y al método
dialéctico, el alma del marxismo. Toda la actividad teórica de Lenin y Stalin constituye la
ulterior elaboración y concreción del método dialéctico de Marx y Engels. [ CITATION Fil \l
3082 ]

Bibliografía
Filosofia.org. (s.f.). Metodo dialectico marxista. Diccionario Filosofico Marxista. Obtenido de
http://www.filosofia.org/enc/ros/meto1.htm

Raffino, M. E. (2020). Socialismo. Argentina: Concepto.de. Obtenido de


https://concepto.de/socialismo/

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