Final de Epistemología
Final de Epistemología
Final de Epistemología
Epistemología
Término (concepto): es una clase lógica. Una clase es una colección de elementos que
tienen alguna característica específica en común. Como tal, tiene extensión (un número x
de elementos que la componen) y comprensión (propiedades distintivas que demarcan la
clase). Pero, a veces necesitamos más de una palabra para expresar una clase lógica. Un
término –como entidad lógica- puede ser sujeto de una actividad intelectual: la definición.
Es decir, un término se define.
Aproximación al campo
Platón (s. IV a.c) entiende por episteme como un conocimiento –el mejor conocimiento- al
cual define como “creencia, verdadera y justificada”
Creencia: es la adhesión subjetiva a una idea. Es la persuasión de que algo es de
determinada manera. La creencia es parte constitutiva de cualquier forma del conocer.
Todo conocimiento implica la aceptación voluntaria y subjetiva.
Justificación: es la actividad intelectual que trata de encontrar las razones por las cuales
algo es de determinada manera. Una justificación tiene siempre la estructura de un
razonamiento, en donde la proposición que enuncia el conocimiento es la conclusión de
una serie de antecedentes que la fundamentan.
3. Una vía genealógica: para narrar cómo nace esta disciplina y cuáles son los
antecedentes para ese surgimiento.
Génesis de la disciplina:
FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
e. Todo esto da como resultado una imagen de la ciencia a-histórica, estática, formal,
acabada y separada de toda creencia metafísica, mágica o mítica.
Podemos señalar dos clases principales de fuentes que merecen ser tenidas en cuenta
porque preanuncian el despertar de una nueva área centrada en la discusión sobre la
ciencia. Por un lado, tenemos las obras filosóficas que, preocupadas en la problemática
cognoscitiva, dedican parcialidades importantes a una forma de conocimiento entendida
como sustantiva. Desde la Modernidad, la inquietud filosófica se centra en el examen
(crítica) del conocer y, como capítulo especial, del conocer científico.
Por otro lado, tenemos las obras de los científicos que hacen reflexiones sobre su hacer,
sobre principios que regulan su actividad, que reflexionan sobre su propia práctica
científica. Los grandes científicos son fuentes importantes para el conocimiento
epistemológico. Sus obras de reflexión son, en general, obras de madurez; posteriores a
sus aportes científicos. Por lo tanto la práctica (científica) es cronológica y lógicamente
anterior a la teorización sobre ella (epistemología).
ii. Como consecuencia de esta concepción tienen una visión historicista de la ciencia: las
prácticas y los saberes que de ella surgen se van modificando y variando en el tiempo.
A partir de los años ´70 surge con mucha fuerza una línea de trabajo vinculada
específicamente a la sociología de la ciencia. La obra de Kuhn había permitido vincular la
práctica científica a otras prácticas sociales. Así se profundiza una vía de estudio
tendiente a dilucidar los condicionamientos sociales del conocimiento científico.
Sintetizando, después de los años ´60 tenemos una pluralidad de escuelas, pero la mayor
parte de ellas complejiza el objeto de estudio de la filosofía de la ciencia, entendiendo al
mismo como una práctica social cognoscitiva, que exige indagar las condiciones de su
producción, de su circulación, de su institucionalización además del examen de sus
productos sistematizados.
A B C
Ruptura y cambio
teórico
Prehistoria Génesis Profesionalización
Historicismo -
Sociologismo
Neopositivismo
FILOSOFÍA DE LA TECNOLOGÍA
La técnica es una de las variadas formas de la actividad humana, por lo tanto es tan vieja
como la civilización. Es más, la definición de civilización es dependiente de la existencia
de la capacidad técnica de modificar el medio natural por parte de los seres humanos. La
técnica no sólo antecede cronológicamente, sino también lógicamente a la ciencia. No
hubiera podido haber reflexión cognoscitiva si es que antes no hubiera habido materia
sobre la cual remitir esa reflexión.
El término techné es griego. Aristóteles lo utiliza para significar un tipo de saber distinto
al conocimiento crítico (a la episteme). Distingue, dentro de la totalidad de posibilidades
cognoscitivas, dos formas de conocimiento productivo: la poiesis, producción sin finalidad
utilitaria, es la actividad creadora que se plasma en una obra de arte. Por su parte, la
techné está inscripta en el ámbito meramente instrumental de la relación medio-fines. Es
el saber útil; es la adquisición y dominio de un conjunto de prácticas que permiten operar
mejor con un sector de la realidad.
Pero ya en el siglo XVI se va modificando esta actitud, en una clara avanzada de lo que
luego será la concepción moderna de técnica. Empieza a presentarse la técnica como
aquel tipo de conocimiento que sirve al dominio y control de la naturaleza, es un
instrumento del saber científico.
Mario Bunge, enumera una serie de ventajas técnicas que provee el estudio de la
epistemología:
i. No ser preso de una filosofía que se adopta inconscientemente. La ventaja del estudio
epistemológico es que permite dilucidar, por atrás de la construcción teórica, cuáles son
los supuestos ontológicos, antropológicos y gnoseológicos que permiten esa
direccionalidad evitando que los científicos sean prisioneros de incoherencias adoptadas
inconscientemente.
iii. Organizar sistemáticamente las ideas: al desnudar la necesaria relación lógica que
deben establecer los enunciados científicos, se ayuda a efectuar esa tarea sustantiva para
la apropiación del conocimiento justificado y se habitúa a explicar lo que se afirma.
iv. Historizar las problemáticas cognoscitivas y sus productos. Esto ayuda a no caer en la
naturalización de prácticas sociales.
PROBLEMA DE DEMARCACIÓN
Cómo distinguimos el conocimiento que se adjetiva como científico de otras formas del
conocer. Esta problemática se conoce en epistemología con el nombre de “problema de la
demarcación”. Es un problema porque no es fácil reconocer cuáles son los rasgos
distintivos ya que los criterios para demarcar se van modificando. El conocimiento
científico es una práctica social sujeta a su historia.
Larry Laudan concluye que es imposible tener una regla general para distinguir ciencia de
otros conocimientos o de formas de pseudociencia. No hay condiciones fijas e inmutables
para caracterizar eternamente la ciencia, debido a que el criterio que se fije depende de las
posiciones filosóficas. Es decir que la demarcación es subsidiaria de consideraciones
epistemológicas que encuadren qué es lo que la ciencia sea y esto va variando
históricamente.
Toda la tradición positiva se ocupa de la ciencia como un producto cognoscitivo. Por eso
define la misma como un conjunto enunciativo y enumera propiedades que van
distinguiendo o demarcando este conjunto o clase de los otros.
i. Objetividad:
Un segundo sentido diría que es objetivo aquello que elimina los sentimientos o prejuicios
emotivos. Esta exigencia parece indicar una especie de necesaria despersonalización y
ausencia de interés y responsabilidad en el científico. En el conocimiento científico social,
el sujeto juega un doble papel de espectador y actor, formando parte inherente de lo que
intenta comprender y explicar. Objetividad es entonces la diferencia entre la buena y la
mala subjetividad, y no la eliminación total de la subjetividad.
En tercer lugar, se entiende como “objetivo” como lo que es admitido por todos y no por
un grupo social o un individuo. La validez universal es entendida como sinónimo de la
objetividad. En síntesis, según lo planteado por Kant, no consideramos la concreción de la
validez universal como sinónimo de objetividad, pero se exige el saber compartido y el
acuerdo intersubjetivo como propiedades del conocimiento científico.
ii. Exactitud semántica: se entiende por exactitud semántica, como una propiedad del
conocimiento científico, la tarea de lograr univocidad de sentido en el lenguaje de la
ciencia. Esto es una aspiración que sólo se logra en los lenguajes creados específicamente
para expresar ciertas teorías, lenguajes radicalmente artificiales. Los términos que
utilizamos para plantear los conocimientos en ciencia son equívocos. Para el logro de esta
propiedad, la tarea científica se ocupa de definir, en cada contexto teórico, aquellos
términos técnicos a los que quiere otorgar un significado más o menos exacto.
iii. Exactitud lógica: es el ajuste en los procedimientos de inferencia. Toda ciencia trabaja
con rigurosidad sus conclusiones. No le está permitido afirmar, más allá de los
antecedentes justificadores que tenga. Esto es lo que se conoce con el nombre de
exactitud lógica o rigor, y es una propiedad ineludible en el campo científico por estar
relacionada con la racionalidad.
Kuhn dice que hay momentos de quiebre en la historia (revoluciones) por eso la historia es
discontinua. Se producen otros caminos a seguir, es decir hay caminos de rupturas. No
hay “padres” de la ciencia sino que es un proceso que arriba a un resultado, estas
concepciones de la historia lo utiliza para explicar la ciencia.
Para Jean Piaget: la historia sería un espiral, cada trayecto se va desplazando a otro nivel.
Entre las ciencias no hay una relación lineal, sino circular y en espiral, consecuencia de
que el conocimiento científico no es nada más que una expresión más de la relación del
hombre con el medio a través de su praxis o actividad.
Tenemos en la visión de Pierre Bourdieu, una compleja teorización sobre la ciencia, que
conjuga aspectos internos y externos, institucionales y sociales, estructuras y prácticas de
los agentes, autonomía y heteronomía. La ciencia es una de la múltiples formas de
producción simbólica que tiene, como cada una de ellas, sus especificidades, “sus propias
reglas de juego”.
El campo científico dicta para sí mismo las reglas que regulan su práctica y, en la medida
en que sea maduro, adquiere poder de reprocesar, según sus propios intereses, lo que
proviene del espacio social. A esta facultad, el filósofo francés la denomina “poder de
refracción”, y la define como la capacidad de retraducir en forma específica las coacciones
externas y demandas internas.
Bourdieu considera a la ciencia como un campo de prácticas donde priman las relaciones
de dominación y poder. Los agentes (científicos) y las instituciones de ese campo tienen
determinada posición en el mismo, que depende del capital que poseen. Ese capital,
Bourdieu, lo separa en dos clases: por un lado, un capital institucionalizado (ligado a la
pertenencia a instituciones científicas, direcciones de laboratorios, comités evaluadores,
dirección de publicaciones, manejo de recursos, facultad de nombrar agentes o promover
carreras, etc.); por otro lado el capital científico “puro” que refiere al manejo específico de
los contenidos de su disciplina y es producto de un prolongado y lento trabajo de
formación y de colaboración.
Pierre Bourdieu
Nos dice que hay que terminar con la tecnocracia: hay que terminar con la tiranía de los
expertos, que imponen sin discusión los veredictos de los mercados financieros y que no
pretenden negociar sino explicar.
Hay que inventar nuevas formas de un trabajo político colectivo, capaz de constatar las
necesidades, principalmente económicas, pero para cambiarlos y si es el caso, para
neutralizarlos. Ni liberalismo ni barbarie.
Hay problemas que son fundamentales, demasiado importantes para dejárselos a los
tecnócratas, tan autosuficientes como insuficientes.
Pierre Bourdieu
Internalistas: creen que para comprender algo solo hay que leer los textos. Se remiten
solo al texto.
Externalistas: estos remiten el texto al contexto interpretan las obras relacionándolas con
el mundo social o económico
En la ciencia hay una tradición histórica que afirma que esta se engendra a si misma al
margen de toda intervención del mundo social.
Bourdieu dice que con esto no basta para entender una producción cultural. A esto lo
llama error de cortocircuito. Es decir, tratar de relacionar polos opuestos. Ej.: un himno
con una manifestación.
Noción de campo: es suponer que entre dos polos, muy distantes, hay un universo
intermedio. Este universo es el campo. Que puede ser literario, jurídico, artístico,
científico. En este universo se incluyen los agentes y las instituciones que producen,
reproducen o difunden las ciencias, el arte o la literatura.
Ese universo es un mundo social como los demás, pero que obedece a leyes sociales más
o menos específicas. Es un espacio relativamente autónomo, es un microcosmos que
tiene sus propias leyes.
Como el macrocosmos, estos microcosmos están sometidos a leyes sociales, pero que no
son las mismas.
No escapa del todo a las coacciones del macrocosmos, pero tiene una autonomía parcial,
más o menos marcada con respecto a él.
Es muy difícil apreciar y cuantificar el grado de autonomía de que disfrutan los campos o
subcampos científicos. Hay que saber cuál es la naturaleza de las coacciones externas y
como se manifiesta la resistencia dada por la autonomía; es decir, los mecanismos para
librarse de las coacciones externas y reconocer sus propias determinaciones internas.
Hay que salir de la ciencia pura, liberada de toda necesidad social y de la ciencia servil,
sometida a todas las exigencias político-económicas.
El campo científico es un mundo social que ejerce coacciones, solicitaciones, etc., pero
que son relativamente independientes de las coacciones del mundo social global que lo
engloba.
Las coacciones externas se ejercen por intermedio del campo y este las mediatiza.
Cuanto más autónomo es un campo, más intenso será su poder de refractación y más se
transfiguraran las coacciones externas, incluso hasta ser absolutamente irreconocibles.
Politizar una disciplina no es autonomía. Las ciencias sociales tienen muchos problemas
con la politización. Ej: biólogos hacen descubrimientos de izquierda. Por eso le cuesta
llegar a la autonomía.
Aquí hay que saber y entender la estructura de las relaciones objetivas entre los agentes.
Esta estructura determina lo que estos pueden o no hacer. (Determina u orienta
negativamente, su toma de posición)
Solo entenderemos lo que dice o hace un agente comprometido con un campo, si podemos
decir la posición que ocupa en ese campo, es decir, desde donde habla.
Esta estructura está determinada por la distribución del capital científico en un momento
dado. En el ámbito de la investigación científica, los investigadores o las investigaciones
dominantes, definen, en un momento dado, el conjunto de los objetos importantes (donde
hay que dirigir los esfuerzos investigativos)
Las posibilidades que tiene un agente singular, de plegar las fuerzas de un campo a sus
deseos son proporcionales a su fuerza sobre él, vale decir, a su capital de crédito científico
o a la posición que ocupa en la estructura de la distribución del capital.
El capital científico se hace por el reconocimiento de una competencia que produce efectos
de conocimiento, procura autoridad y contribuye a definir reglas de juego entre otros
asuntos.
Un campo no se orienta por el azar (en el todo es posible o imposible depende el momento)
Entre las ventajas sociales de quienes nacieron en un campo, está el hecho de poseer el
dominio de sus leyes inmanentes (leyes no escritas) y tener el sentido de la ubicación.
Este sentido de la ubicación, este arte de prever las tendencias, está vinculado con un
origen social y escolar elevado y que permite apoderarse en el momento oportuno de los
buenos temas, los buenos ámbitos de publicación, etc.; es uno de los factores que
determinan las diferencias sociales más notables en las carreras científicas.
Es decir que hay estructuras objetivas y también luchas con respecto a ellas.
Los agentes sociales cuentan con el hábitus, es decir disposiciones adquiridas, maneras
de ser permanentes, duraderas, y que pueden llevarlas a resistir y a oponerse a las
fuerzas del campo.
Quienes adquirieron disposiciones lejos del campo en que se inscriben y éstas no son las
que exige el campo pueden sentirse incómodos y con consecuencias varias.
Pero también pueden entrar en lucha con las fuerzas del campo. Resistirse a ellas y en
vez de plegar sus disposiciones a las estructuras, intentar modificar las estructuras en
función de sus disposiciones, para conformarlas a ellas.
La suma de las dos especies de capital científico es extremadamente difícil; los conflictos
intelectuales son también conflictos de poder.
CONTEXTO
Modernidad: período histórico que podríamos fechar a partir del siglo XVII, es un proceso
histórico que reúne pluralidad de fenómenos: modificaciones en el modo de producción
(surgimiento del sistema capitalista), en la organización política (conformación de los
estados nación), en la estructura social (libertad individual e igualdad ante la ley), etc. Si
nos ubicamos en una historia de las ideas hay una amplia confianza en la razón que es la
facultad que permitirá alcanzar la “mayoría de edad”: la emancipación social, el progreso
continuo en la historia y el dominio cada vez mayor de la naturaleza. En el campo
epistémico, se instaura el pensamiento “universal”. El “sujeto” abstracto y racional es el
fundamento de este conocimiento caracterizado por un profundo proceso de
secularización que rompe con la trascendencia metafísico-religiosa.
Hay un cambio de paradigma que supuso dejar de lado las explicaciones de la magia, el
mito y la fé, y en lugar de ellas privilegiar la razón individual. El nuevo interrogante
filosófico se apoyo en la razón, desechando lo mítico, lo mágico y lo religioso porque las
explicaciones habían perdido vigencia y autoridad por el contexto histórico. En el
Renacimiento resurgió la idea de privilegiar la razón de cada individuo para responder a
los interrogantes porque se suponía que tenía facultad para hacerlo, para imponerse
frente a ciertos dogmas. La nueva forma de conocimiento que buscaba su validación en la
ciencia (ciencia experimental moderna) utilizó instrumentos técnicos para unificar el
conocimiento de la naturaleza con el fin de provocar ciertos fenómenos que se repitieran a
voluntad para medirlos con exactitud matemática y controlada por nuestro propio
intelecto.
Se produce en este período una ruptura radical con el carácter estático de las sociedades
antecesoras. La relación del hombre con la naturaleza ya no está gobernada por el ciclo
repetitivo de la producción agrícola. En su lugar, la sociedad moderna se caracteriza por
el esfuerzo de controlar y transformar su entorno físico. Va surgiendo una nueva clase
social basada en la riqueza y no en la cuna, que en el transcurrir del tiempo, construye
hegemonía política para la dirección de los nuevos estados. La burguesía se fija como
finalidad la prosecución de riqueza generadora de riqueza: el capital. Frente a ellos, los
trabajadores tienen que vender su fuerza de trabajo, como forma de asegurar su
subsistencia a través del salario abonado. Además de estas modificaciones en las
estructuras económicas y políticas, cambia radicalmente la vida cotidiana.
CAMBIOS COGNOSCITIVOS
La ciencia nueva
En el siglo XVI se publican dos libros que van preanunciando la aparición de una nueva
forma cognoscitiva que se va a cristalizar en el siglo siguiente: i. Acerca de la constitución
del cuerpo humano de Vesalio; ii. Sobre la Revolución de las esferas celestes del clérigo de
Copérnico. Pero es el siglo XVII el que ve irrumpir al conocimiento científico, y en un
acelerado y exitoso proceso, alcanzar un sitial de privilegio. Esta nueva forma de
conocimiento combina corrientes de pensamiento que existían, pero que las aúna, de
manera novedosa, con prácticas originales y nuevas instituciones. Podemos caracterizarlo
como la conjunción de los siguientes componentes:
5. Aspecto sociológico: la nueva ciencia fue también un fenómeno sociológico que implicó
el surgimiento de nuevas instituciones. En la Edad Media el conocimiento estaba
condensado en las Universidades, las escuelas catedralicias y los monasterios.
Si tenemos que encarnar en una figura todos estos aspectos que mencionamos como
características que dan lugar a una nueva forma de conocimiento, sin lugar a dudas
pensamos en Galileo Galilei. Él explícitamente menciona que “el libro de la naturaleza está
escrito en caracteres matemático”, pero trata de desentrañar las causas físicas a través de
procedimientos experimentales. También Galileo incluye artefactos tecnológicos
(telescopio) en su búsqueda cognoscitiva, a la vez, de ser un brillante ingeniero e inventor
de máquinas y herramientas. Es un científico moderno porque rompe con lo que se
conoce como “teoría de la doble verdad”. Sostuvo que la observación y la experimentación
nos ponían en conocimiento de la verdadera realidad
Las condiciones para su gestación incluyó una serie de cambios s partir del siglo XIV con
respecto al arte y la cultura, el comercio, la organización política y la religión, todo lo cual
conformó una nueva forma de pensar la realidad, determinado entre otros aspectos el
nacimiento de la ciencia moderna en los siglos XVI –XVII. Lo que denominamos ciencia
experimental moderna es un tipo particular de conocimiento que surge como
consecuencia del surgimiento de la burguesía que comienza a detentar el poder de un
nuevo orden económico, con la formación de los estados nacionales y la crisis de las
instituciones feudales. Fueron surgiendo instituciones y modos de pensar nuevos en la
sociedad. Por ejemplo en el comercio con la Revolución Industrial; en la religión con la
Reforma Protestante; en la organización política con el surgimiento de estados nación; la
racionalidad del individuo para resolución de todo tipo de problemas antes que la fe
divina o el mito, entre los aspectos más importantes.
8. Piensan que las cuestiones prácticas, humanistas del siglo XVI no permitieron avanzar
en profundidad en el campo del conocimiento, entonces van buscar más bien estructuras
cognoscitivas que cumplan con las condiciones lógicas, universales y temporales.
Produciendo la eliminación de la temporalidad.
Durante el siglo XVII y XVIII tienen fundamental importancia las ciencias físicas
matemáticas dejando de lado las cuestiones sociales. En el siglo XVII hay un cambio
radical, se dedican a otro tipo de cosas, por eso es que aquí nacen las ciencias físicas y el
nacimiento de las Ciencias modernas.
a) Conocimiento matemático
b) Conocimiento causalista
b) el causal trata de explicar la razón o causa de como aparecen los fenómenos, y que
esas causas o razones puedan ser consideradas como causa de que el fenómeno sea de
esa manera. Aristóteles fue el precursor, este tenía una teoría de las causas que trataba
de dar razón de los fenómenos, buscando diferentes causas que hacían que el fenómeno
apareciera de esa manera, No se buscaban relaciones matemáticas sino otras razones.
En el siglo XVII, cuando se realiza un trabajo cognoscitivo, se realiza uniendo estas dos
formas de pensamiento, buscando las relaciones matemáticas y tratando de buscar
causas que expliquen porque el fenómeno aparece como aparece. Los árabes proveyeron
el sistema numérico (0,1,2,3,4,5,6,7,8,9), una herramienta más pulida que tenían los
griegos. El legado de los árabes permitió el avance/transformaciones de las ciencias. Con
el sistema numérico se incorpora el 0 (cero) que hasta ese momento occidente no tenía
posibilidad de pensar. Bacón dice: “saber es poder”, si conozco puedo dominar el mundo
natural. Se abre la posibilidad indagatoria sin límites, cognoscitivamente. Esta es una
idea moderna de conocimiento para dominar la naturaleza. Por ejemplo: Newton reduce
su teoría a materia y movimiento.
a. A estas ideas se suma algo que no había hasta ese momento: el EXPERIMENTALISMO:
No hay posibilidad de ciencia sin medición de tiempo y espacio. Por eso la cartografía para
medir el espacio fue fundamental, en este sentido los portugueses con los grandes viajes
fueron los principales cartógrafos. Así también los alemanes desarrollaron el reloj
mecánico para medir el tiempo, siempre ha sido preocupación de las culturas o
civilizaciones. Por eso todos los pueblos tienen un reloj para conocer o marcar el tiempo.
c. Como la ciencia no es solo conocimiento sino una práctica, surgen las INSTITUCIONES:
Generan una forma de organización, regulan, modifican una estructura de conocimiento
que había hasta ese momento. Se generan una serie de instituciones destinadas a la
investigación y producción de conocimiento científico. Nacen en contra de las
universidades, ya que estas son una creación de la Edad media, período feudal,
institución medieval que tenían por función enseñar y discutir algunas temáticas dirigido
a un sector eclesiástico manejado por el poder de la iglesia. Pero no era una institución
dirigida a producir conocimiento.
Las ciencias recién empezaban, buscar otros lugares distintos, y son las academias donde
se va a producir conocimiento científico. En estas instituciones se arman grupos o
comunidades de científicos.
Las primeras que se van conformando son las academias italianas, la academia de Roma.
Del período colonial, en la Argentina hay una Institución Universitaria, muy antigua, que
es la Universidad de Córdoba, creada por los jesuitas en 1635. Es la más antigua del
Virreinato del Río de la Plata y el Alto Perú, junto con la de Chuquisaca. No eran
instituciones de ciencia y técnica, más bien eran instituciones destinadas a formar en
teología, filosofía, abogacía, es decir a formar profesionales en una determinada disciplina
Después del período independentista se crea la Universidad de Bs. As., creada por B.
Rivadavia, en 1821. No tenía tanto una concepción eclesiástica, pero tampoco se dedicó a
la investigación, a la producción de conocimiento científico tecnológico.
Recién a finales del siglo XIX, se empieza con cierta investigación en la universidad de Bs.
As., vinculada con un área que a dado mayor resultado en términos de premio para
nuestro país, que es la medicina: los 3 premios nobeles pertenecen al campo médico.
Iniciado el siglo XX, Joaquín V. Gonzales, crea la universidad Nacional de la Plata con
fuerte movimiento positivista del siglo XIX. Con esta concepción positiva, es la primera
universidad que nace con fuerte proyecto de investigación científico. Traen científicos de
Europa, sobre todo de ciencias exactas. Entre 1920 – 1930, es importante la investigación
en la ciencia físico – matemático. Por eso los grandes físicos tienen vinculación con esta
universidad, institucionalizando y creando instituciones en investigación y ciencia, como
por ejemplo: Jorge Alberto Sábato (1924 – 1983) fue un físico y tecnólogo argentino de
formación científica autodidacta y destacado en el campo de la metalurgia y de la
enseñanza de la física.
En la segunda década del siglo XX, se crea, en 1914, la Universidad de Tucumán, por
Juan Benjamín Terán (1880-1938), pensador, educador, historiador y escritor Argentino.
Es creada con fuerte perfil regional, vinculadas con las producciones del sector azucarero,
sector de mayor presencia a la región NOA. También estaba destinada a investigar y a
solucionar problemas vinculados con la región; estas dos universidades del siglo XX se
crean de manera distinta a la de Bs. As. Y Córdoba.
i. Universidades Nacionales (UU. NN): tienen todas ellas estatutariamente las tareas de
investigación y extensión fijadas. Las universidades privadas siguen el modelo
profesionalista con escaso y nulo desarrollo de la investigación.
ii. Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA): se crea con ese nombre en 1950, y para
1955 contaba con 250 científicos y 300 técnicos.
iv. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA): fue creado en 1956, por
recomendación de Raúl Prebisch, sobre instituciones existentes en el gobierno peronista.
vii. Secretaría de Ciencia y Técnica (SECYT): se crea en 1984, haciendo depender de ella
al CONICET. También financia proyectos de investigación y transferencia.
viii. Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica: fue creada en 1997, para
financiar actividades relacionadas a la innovación productiva.
ix. Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva: fue creado en el año 2007 y
es la máxima autoridad política en el área. Su misión es –según decreto presidencial de
creación- “orientar la ciencia, la tecnología y la innovación al fortalecimiento de un nuevo
modelo productivo que genere mayor inclusión social y mejore la competitividad de la
economía Argentina, bajo el paradigma del conocimiento como eje del desarrollo”.
Las ciencias sociales: Génesis y delimitación del objeto de estudio. La polémica con las
ciencias naturales: libertad-necesidad, comprensión-explicación, ciencia de lo singular-
ciencia de lo general. Las ciencias sociales como ciencias reflexivas. Las ciencias sociales
como conocimiento comprometido. El problema ideológico.
GÉNESIS
Las ciencias sociales forman parte de aquella clase de conocimientos que denominamos
“ciencia”. Se justifica esta consideración en el hecho de tener elementos en común con las
ciencias de la naturaleza. Podemos tomar, para trazar similitudes, las características de
racionalidad, sistematicidad, exactitud, falibilidad, y ajuste de los enunciados con el
mundo. En consecuencia, las ciencias naturales y las ciencias sociales son subclases
posibles de ciencia.
En el siglo XVII es cuando se produce la división de los campos de trabajo. Bruno Latour
considera que la partición se realiza en Inglaterra por una disputa entre el filósofo
naturalista Boyle, que considera que las ciencias de la naturaleza son primordiales
porque su objeto preexiste al hombre, mientras que el filósofo político Hobbes entiende
que las ciencias morales (sociales) son las más importantes, porque dirigen su atención a
los fenómenos generados por el hombre.
El dualismo moderno, planteado por René Descartes, entre la res extensa (materialidad) y
la res cogitans (pensamiento) introduce una distinción ontológica insalvable entre la
naturaleza y la humanidad. Esta diferencia sustantiva fundamenta la partición entre
aquellos saberes que refieren a lo objetivo, a lo externo (ciencias de la naturaleza) y los
saberes que se centran en las facultades humanas y sus productos (ciencias sociales).
Como sujeto pensante, el hombre se erige en centro del universo y considera a la
naturaleza como entidad a su disposición y bajo su dominio.
Dos siglos de logros increíbles hicieron que las ciencias de la naturaleza generaran sus
propias instituciones, sus mecanismos de resguardo del conocimiento y, sobre todo,
tuvieran gran impacto en la modificación de la vida laboral y cotidiana de los sujetos. Las
ciencias sociales, por el contrario, recién en el siglo XIX alcanzan su institucionalización a
partir de la reforma en las Universidades, que amplían su objetivo de reproducir el saber
existente, a la tarea de producción de nuevos conocimientos. De esta manera, obtuvieron
apoyo de los Estados para sus trabajos. En cierto sentido se podría decir que, gracias a
las ciencias sociales, ingresa la práctica científica a las universidades.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, según Wallerstein, se conforman cinco
disciplinas centrales en el campo social: Economía, Sociología, Ciencia Política, Historia y
Antropología. Las tres primeras dirigen su atención central al tiempo presente y formulan
enunciados generales, que permiten trabajo teórico sobre regularidades vigentes en cada
caso. Las otras dos trabajan sobre acontecimientos pasados o singularidades
diferenciadas.
Mombrú dice: con respecto al surgimiento de las ciencias sociales que las condiciones
para su desarrollo o surgimiento incluyó una serie de cambios a partir del siglo XVI con
respecto al arte y la cultura, el comercio, la organización política y la religión, todo lo cual
conformó una nueva forma de pensar la realidad, determinando en otras cosas el
nacimiento de las Ciencias Modernas en los S. XVI y XVII. Fue decisiva la profunda
transformación religiosa: la reforma protestante y la nueva moralidad que trajo aparejada.
El conocimiento científico social se puede definir como aquel que se ocupa de las
relaciones que establece el hombre con la naturaleza y los hombres entre sí. De esta
manera podemos hablar de “relaciones sociales” como interconexión histórica de
subjetividad y objetividad en la existencia social. Tal como lo señala la tradición que
arranca con Marx (1818-1883), lo social es una realidad que construyen los hombres
mismos en relación. No es una realidad externa a los hombres que en algún instante los
golpee, sino que los hombres la hacen y al hacerla se hacen a sí mismos. Cada hombre
nace en una estructura de relaciones ya establecidas que lo condicionan, pero que, a su
vez, pueden modificar parcial o totalmente.
LIBERTAD-NECESIDAD
Primero, la ciencia de la naturaleza reconoce la objetividad del azar tanto en los sistemas
complejos e inestables como en el comportamiento de las partículas elementales. Se
reconoce un mundo físico más inestable, mucho más complejo, un mundo en el que las
perturbaciones desempeñan un papel muy importante y donde una de las cuestiones
clave es explicar cómo surge esa complejidad. Es decir, se rompe con la idea de la
necesidad absoluta de los fenómenos naturales.
COMPRENSIÓN-EXPLICACIÓN
Otra de las diferencias antitéticas entre las ciencias toma como referente la metodología.
Para Dilthey, las ciencias del espíritu no proceden en búsqueda de generalizaciones
explicativas sino intentando comprender los rasgos individualizantes y únicos de sus
objetos. Un acontecimiento histórico-social es singular y requiere, como tal, el
desentrañamiento de los motivos que lo llevaron a ser. Por el contrario, los fenómenos
naturales se repiten de idéntica manera lo que permite su explicación.
Para los filósofos hermenéuticos de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la
posibilidad comprensiva radicaba en la empatía que se establecía entre el investigador y el
evento a explicar. Desde el siglo XX la comprensión pierde su tinte psicologista y
metodológico, entendiéndosela como una condición antropológica perteneciente a toda
experiencia humana del mundo. No es establecer un sentimiento de simpatía, sino
descifrar textos, hechos o acciones en vinculación con su contexto y desde nuestro
presente. La tarea de la comprensión no es ya ganar el horizonte del pasado
desplazándose a mundos extraños que no estén vinculados con el nuestro. Por el
contrario, uno tiene siempre su propio horizonte para poder desplazarse a una situación
cualquiera. Comprender es, entonces, un proceso de fusión de horizontes.
Si tomamos ahora el sentido inverso, nos encontramos que ninguno de los dos campos
científicos –natural o social- puede eludir la búsqueda de explicaciones cognitivas sobre
los hechos, eventos o acontecimientos singulares. Para ello se aspira a la producción de
formulaciones teóricas generales tanto en las ciencias físicas como en las de la sociedad,
formulaciones que se usan para la explicación de los fenómenos. Podemos concluir así
que ambos grupos de ciencias desarrollan prácticas comprensivas y explicativas para
tratar de dar razón de los fenómenos del mundo.
Pero esta distinción es insostenible porque toda ciencia es nomotética al mismo tiempo
que idiográfica. De hecho, todas buscan patrones subyacentes a los datos, todas explican
lo individual en término universales y emplean particularidades para conjeturar y verificar
sus generalidades, como dice Mario Bunge.
Se considera que las ciencias desnudan los fenómenos naturales y que debemos cuidar
que las modificaciones que introducimos para poder regular dichos fenómenos no nos
afecten. El conocimiento social, por el contrario, es un elemento fundamental en el
conjunto de medios responsables de la direccionalidad que adoptan los cambios sociales.
Si el conocimiento es una práctica social, el desarrollo de esa práctica ya modifica la
sociedad que la incluye y que es la que pretendemos estudiar.
En el conocimiento social, esta relación de inclusión del sujeto con lo que pretende
investigar no sólo no puede obviarse, sino que constituye una de las condiciones previas
para comprender el problema que se quiere abordar. Por ello, el investigador social tiene
que analizar su propia ubicación, sus propios condicionamientos, la posición desde la que
efectúa la actividad cognoscitiva y las expectativas de conservación o cambio que
direccionan su conocer. Esta vuelta del sujeto sobre sí mismo es lo que distingue a las
ciencias sociales como ciencias reflexivas.
El ser humano no puede hacerse a un lado y contemplar con tranquila indiferencia, como
un observador distanciado, el curso de los acontecimientos sociales que lo involucran.
Existe otra diferencia fundamental entre el estudio de los fenómenos naturales y los
fenómenos sociales. Las células, los átomos, las sustancias químicas y los artefactos –
objetos posibles de ser estudiados por ciencias de la naturaleza- no tienen opiniones sobre
sus relaciones; luego no pueden verse influidos por ellas. En cambio los docentes, los
alumnos, los comunicadores, los empresarios, los funcionarios de gobierno y los
representantes sindicales, sí que las tienen, y de ellas depende en parte su conducta. No
sólo incluye en el objeto de estudio a los propios investigadores, sino que las personas
estudiadas pueden dialogar o discutir en varias formas con esos expertos. Pueden
discurrir sobre el sentido de sus prácticas y acerca de su condición objetiva, aunque todo
ello deba ser analizado por la conciencia vigilante del investigador. Es una tarea que
complejiza la práctica científica al tener que implementar técnicas para recoger las
opiniones, las explicitaciones de motivos, las justificaciones de prácticas, etc. de los
agentes/actores/sujetos sociales que forman parte del polo objetivo del conocimiento.
Desde siglos atrás a la ciencia se define como la búsqueda de leyes naturales universales
que se mantienen en todo tiempo y espacio, sobre la base de la visión clásica de la ciencia:
la newtoniana y el dualismo cartesiano.
Para este autor, el surgimiento de las Ciencias Sociales tiene como base el positivismo.
Donde en un principio se niega como ciencia porque había un modelo de las Ciencias
naturales.
Se las acepta como ciencia pero se las exige que adecúen sus métodos al de las Ciencias
naturales para que sea válida, pero no se atreven a negar que las Ciencias Sociales
existen. Es decir que la acepta como ciencias teniendo en cuenta su problemática
específica o no se entra en la discusión: existen varios planteos, desde otorgarle
obstinadamente el rango de las ciencias hasta despreocuparse y aceptan la posibilidad de
que no lo sean.
Las ciencias sociales no son exactas pero son rigurosas. Es poco probable que todas las
ciencias sociales adopten un mismo método pero si es evidente que todas comparten un
mismo objeto de estudio: EL HOMBRE.
Según Wallerstein, las ciencias sociales emergieron a partir del s. XVI y forma parte de la
construcción del mundo moderno y desarrolló un conocimiento secular sistemático sobre
la realidad que tenga algún tipo de validación empírica. Desde el siglo XV las ciencias se
definen como la búsqueda de leyes naturales universales que se mantenían en todo
tiempo y espacio. Según este autor el comienzo del s. XIX el conocimiento se había
dividido en 2 campos: la ciencia y la filosofía. La división entre ciencia y filosofía había
sido proclamada como un divorcio según Augusto Comte, y revive el término “física social”
que permitiría la reconciliación del orden y el progreso.
Para 1945 las Ciencias Sociales estaban institucionalizadas en casi todas las
universidades importantes del mundo. También estaban claramente distinguidas: las
naturales que estudiaban sistemas no humanos, y las sociales que estudiaban la
producción cultural, mental y espiritual de las sociedades humanas “civilizadas”.
Las ciencias sociales han padecido desde su nacimiento una definición y un estatuto
ambiguos. Al principio parecía clara su distinción con respecto a las ciencias naturales,
pero el desarrollo académico, por un lado, de las humanidades, y las crecientes
implicaciones sociales de las disciplinas de la naturaleza, por el otro, hicieron borrosos
sus límites disciplinarios. Al propio tiempo, el desarrollo impetuoso de las universidades
en todo el mundo vino a hacer imperiosa una reflexión seria sobre la estructuración de las
ciencias sociales.
¿Qué se puede concluir acerca de los pasos que podrían darse para “abrir las ciencias
sociales”?
Que se hace necesario generar un debate colectivo y hacer algunas sugerencias sobre los
caminos por los cuales quizá se podría llegar a soluciones. Esto nos lleva al último punto
del Informe: -La reestructuración de las ciencias sociales como conclusión al aporte. Hay
cuatro clases de procesos estructurales que los administradores de estructuras de
conocimiento de las ciencias sociales deberían alentar, como vías útiles hacia la
clarificación intelectual y la eventual reestructuración más completa de las ciencias
sociales:
El prestigio ganado por las ciencias naturales ha logrado que su método sea exaltado
como el “el método de la ciencia”. Con respecto a las Ciencias Sociales no existe
unanimidad, no tan solo en el método sino también en cuanto a su rango de ciencia. Al
respecto hay 3 posiciones divergentes:
b. Se las acepta como Ciencia, pero se les exige que adecuen su método al de las Ciencias
Naturales.
Por eso la libertad, el lenguaje y la cultura (creaciones humanas) son las características
principales que diferencian al hombre de los demás objetos de estudio de las ciencias.
Porque el hombre va constituyendo sus condiciones de vida: inventa costumbres,
mantiene tradiciones, implanta normas y leyes, trabaja; y todo esto se va transformando
en la historia. En este contexto el hombre tiene un aspecto positivo de comprensión de los
fenómenos humanos; y un aspecto negativo de falta de distancia entre él y su objeto.
Las Ciencias Naturales concibieron el conocimiento como una relación entre sujeto y
objeto. Donde el sujeto científico aprehende las características del objeto físico, los dos
están enfrentados y posibilita una distancia entre ambos para la objetividad.
Ahora bien, cuando el objeto es otro hombre la relación no es tan diferenciada y
transparente, aun cuando el científico proponga imparcialidad y objetividad, su manera de
entender la sociedad, su formación y su ideología condicionarán su capacidad de análisis.
Las ciencias sociales son distintas a las naturales, no hay ni habría acuerdo. En las
ciencias naturales es más inmediato, más directo el análisis, en ciencias sociales es
constante la reflexión del sujeto que conoce y refleja la realidad y que las cosas pueden
ser intersubjetivas, aceptadas. Hay procedimiento de reflexión y conexión.
cree en un lugar privilegiado, un superhombre o Dios a quien nadie le puede pasar y que
incluso llega a tal narcisismo de creer que es él, al observar, quien crea la realidad misma.
Las críticas frente a este "sujeto-dios" son dirigidas contra la ingenuidad de éste de
creerse "algo que causa sin ser causado", y que por lo tanto, olvida que él mismo está
inmiscuido dentro de tales causas y efectos que pertenecen a todos los planos, desde el
sistema-físico, sistema-biológico, y sí, el sistema-sociedad. Lo que plantea Bourdieu es
realizar una sociología del sociólogo, localizar y hacer saber al sociólogo que él mismo
como observador también es un objeto, que se mueve y es movido por una inmensa
cantidad de co-determinaciones. Esto es la objetivación del sujeto objetivante.
Teniendo en cuenta esto se examinará una serie de problemas lógicos generales de las
discusiones metodológicas de las Ciencias Sociales:
Las generalizaciones de las ciencias sociales tienen solamente un alcance muy restringido
que se limita a fenómenos sociales que se producen durante una época histórica
relativamente breve dentro de ordenamientos institucionales especiales.
Es decir, los científicos sociales no pueden dejar de formar parte de las relaciones sociales
de su época. Todo saber acerca de la sociedad está precedido por una situación de
pertenencia a una historia, a una clase, a una nación, a una cultura o una tradición. Por
ello, el investigador social tiene que analizar su propia ubicación, sus propios
condicionamientos, la posición desde la que efectúa la actividad cognoscitiva.
El ser humano no puede hacerse a un lado y contemplar con tranquila indiferencia, como
un observador distanciado, el curso de los acontecimientos sociales que lo involucran.
Bruce propone como solución la crítica reflexiva, “la conciencia de que tal o cual relación
social ha tenido un comienzo que no ha existido siempre, que ha sustituido a otra o que
ha evolucionado desde ella, es la que nos permite escapar de nuestro entorno social y
tomar frente a él la distancia necesaria para someterlo a análisis. La crítica reflexiva es el
arma que todo pensador debe llevar contra sigo mismo para tener la posibilidad de ser
racional.
Delimitación de la problemática
Esta condición de la reflexión epistemológica hace que tampoco se trabaje con métodos o
técnicas específicos, sino que el avance y la justificación de nuevos conocimientos estén
siempre vinculados con la posibilidad inferencial. Explicamos: la única estructura lógica
que permite extraer un nuevo enunciado a partir de enunciado/s dado/s es el
razonamiento. Por eso, en epistemología cuando se discute el método, éste está vinculado
con las formas de inferencia: deductiva, inductiva y analógica. Podríamos considerar
también la abducción, como procedimiento racional que, según Charles Sanders Pierce, es
óptimo para el descubrimiento en ciencias.
Abducción: es un procedimiento inferencial planteado por Pierce, que comienza con cierta
anomalía.
Pero además de estos procedimientos metodológicos relacionados con los tipos del
razonamiento, se acepta que pueden existir descubrimientos por formas directas de
captación, denominadas “intuición”. El descubrimiento de esta manera implica un
“insight”, un “darse cuenta de repente” de algo. Estas formas de captación inmediatas
sólo se presentan en aquellos espíritus muy bien formados en el campo científico y,
además, que están trabajando en la resolución de problemas. Las intuiciones no se dan
en el vacío, sino que son la coronación de estudios, búsquedas y laboriosas
investigaciones.
Cuando nos ubicamos en el contexto de validación del conocimiento científico, allí quedan
restringidos los procedimientos posibles a la inducción o la deducción. Planteada una
hipótesis en cualquier campo científico fáctico, habrá que ponderarlas mostrando su
ajuste para explicar los fenómenos que se presentan en el mundo.
Para los inductivistas, será necesaria la multiplicidad y variabilidad de comprobaciones de
consecuencias observacionales, para otorgar y reforzar –inductivamente- confirmación a
la hipótesis.
Para los deductivistas, un solo experimento bien realizado será suficiente para evaluar el
ajuste cognoscitivo.
Es verdad que los razonamientos deductivos son aquellos cuya conclusión deriva
necesariamente de3 las premisas, pero sólo en los casos válidos. Es tan frecuente esta
incorrección del procedimiento derivativo, que se le ha dado nombre: “falacia de
afirmación del consecuente”. La primera premisa del razonamiento es un condicional, si
se da la hipótesis, se debe dar esta consecuencia. La segunda premisa afirma el
consecuente: se da la Co. De allí se concluye, incorrectamente, que se debe dar la
hipótesis.
Además de estar totalmente identificada como falacia, la lógica calcula la invalidez del
esquema racional. Es decir, del condicional enunciado y de la afirmación del consecuente
no se concluye el antecedente de la condición. Este razonamiento tiene la misma forma
que el que utilizamos para la validación de hipótesis.
Este callejón sin salida, en la aplicación del esquema hipotético-deductivo para validar la
hipótesis, llevó a Karl Popper a sostener que la práctica científica debiera tratar de falsar
las hipótesis. Como buen conocedor de la lógica, sabía que el esquema en ese caso se
correspondía con un razonamiento válido, ya que la falsedad de un enunciado singular,
implica racionalmente la falsedad del universal que lo contiene.
Esta forma racional se corresponde con un teorema lógico llamado Modus Tollens. Así que
no existe duda alguna de que estamos en presencia de un razonamiento válido. Esta
certeza en el esquema racional de la falsación es lo que lleva a Popper a sostener que el
procedimiento de la ciencia es plantear conjeturas audaces, hipótesis arriesgadas
seguidas por intentos rigurosos de falsarlas. Cualquier conocimiento, para ser científico,
tiene que tener como posibilidad ser falsado. Para Popper, el falsacionismo adquiere el
carácter de prueba de honestidad científica, ya que la labor debe ser tratar de poner a
prueba de manera constante sus hipótesis o teorías.
También es un requisito para considerar un problema como científico, contar con los
medios teóricos y técnicos para su solución. De no ser así, el problema será filosófico o
religioso, pero no científico.
Klimovsky marca, con acierto, que este momento de arranque de la pesquisa intelectual
se desarrolla temporalmente. Es decir que ya hay trabajo investigativo en la formulación
del problema, porque los sujetos de la comunidad trabajan, en muchas ocasiones, para
poder circunscribir mejor el mismo y enunciarlo de una manera ajustada. En la práctica,
la formulación de un problema se inicia exponiendo en término generales, a veces poco
precisos, la cuestión preocupante. A medida que se avanza con la práctica investigativa y
se incorporan argumentos teóricos y datos empíricos, el problema empieza a vislumbrarse
de manera más clara y precisa.
También es importante remarcar que pueden ser muy distintos los procedimientos por los
cuales los científicos arriban a la formulación de una hipótesis. La disputa metodológica
del descubrimiento no ha tenido más remedio que aceptar que, a la hora de plantear una
conjetura, no están vedados ni los procedimientos indirectos, ni los directos y ni siquiera
el azar.
Lo que es necesario tener presente es que la hipótesis, para conformarse como conjetura
científica, debe revestir determinadas características. Dentro de ellas se suelen acordar:
ii. Debe fundarse en conocimientos preexistentes o, por lo menos, no ser incompatible con
ellos. Debe formar parte de una teoría (salvo que se trate de una investigación destinada a
un cambio teórico radical).
iii. Debe poder ser contrastada empíricamente a través de sus enunciados derivados.
Hay que reconocer, teniendo en cuenta esta última característica, que la primera
formulación de la hipótesis reviste carácter provisional. La misma se irá ajustando,
mejorando, modificando en la medida en que se recojan datos adicionales y se la encuadre
mejor teóricamente. Es probable que la primera conjetura o hipótesis preliminar no sea
una solución completa al problema, pero sirve como guía para reunir datos pertinentes y
seleccionar aspectos a estudiar. Lo mismo que lo dicho respecto al problema, este
momento del proceso de investigación se desarrolla temporalmente. Implica:
Puede ocurrir que un científico esté interesado sólo en desarrollar nuevas ideas para
enriquecimiento teórico. Pero, a pesar de la posibilidad de existencia de una investigación
pura, es necesario reconocer –como lo ha mostrado la historia- que la ciencia se ha
transformado desde la modernidad en un instrumento de acción social para la solución de
problemas prácticos. La finalidad de cambiar la realidad natural y social en la que
estamos inmersos, conforma el contexto de aplicación del conocimiento científico. En
resumen es un proceso que va desde la percepción del problema a la aplicación del
conocimiento resultante.
V _ TEORÍA
● Definibilidad
● Deducibilidad
1. DEFINIBILIDAD DE LOS TÉRMINOS: tiene que ver con las palabras o términos, eso es
lo que se define. Pretende que en una teoría se definan todos sus términos, por ejemplo la
teoría geométrica de Euclides tiene su vocabulario. Todas las palabras del vocabulario se
definen dentro de las teorías, pero esto no es posible, porque se puede caer en dos
defectos:
1. Circulo vicioso: definir una palabra con una segunda y a esta con la primera, por
ejemplo, vasto = amplio, amplio = vasto.
Este es un límite ideal al que tienden las teorías, pero no se cumplen. Así que
aceptaremos que hay palabras que no se definen (términos primitivos), por ejemplo: punto
(.) aquello que no tiene parte, átomo lo que no tiene partes. La definición de términos
primitivos generalmente nace de la vida diaria.
2. DEDUCTIBILIDAD DE LOS ENUNCIADOS: un enunciado se deduce del primero.
Ejemplo:
● (D) si los sólidos se dilatan por el calor, entonces los metales son sólidos y se
dilatan por el calor, entonces (D) se deduce de (C).
Toda teoría debe tener puntos de partidas o axiomas (grupo de enunciados que no se
deducen y no se prueban). Por ejemplo: en Euclides hay 12 axiomas: uno es: el todo es
mayor que las partes.
Este es un ideal que no puede cumplirse: a y b son como límites ideales a los que tiende
una teoría y que no se puede cumplir, por eso en (a) necesito los términos primitivos y en
(b) necesito los axiomas.
La teoría es la unidad mínima de sistematización en el campo científico por eso puede ser
utilizada como demarcación. Desde ya, esta unidad mínima se complejiza en posiciones
epistemológicas como las de Thomas Kuhn o Imre Lakatos pero, en todos los casos, la
teoría está incorporada como elemento sustantivo sea en los paradigmas, sea en los
programas de investigación.
Esta tarea de entramar las distintas enunciaciones que versan siempre sobre un aspecto
delimitado de cuestiones, provoca ciertas ventajas al conocimiento. Podemos mencionar
entre los beneficios que proporciona la teorización, los siguientes:
Esta clasificación –una dentro de la variedad posible- agrupa a las teorías en:
i. Teorías formales
El criterio que permite la distinción está dirigido al tipo de enunciados que conforman la
teoría. En el caso de las teorías formales, sus enunciados fundamentales son fórmulas. La
fórmula es una clase muy particular de enunciados que relaciona variables y constantes.
Debido a esta conformación, pierde la condición fundamental de la enunciación que es la
posibilidad de ser verdadera o falsa. Una fórmula no es ni verdadera ni falsa, hasta tanto
se la interprete. Este proceso de interpretación es el reemplazo de la fórmula por un
enunciado.
Las teorías no-formales están expresadas en enunciados de las lenguas habladas. Si bien
es cierto que todo lenguaje es artificial, en estos casos los lingüistas hablan de lengua
natural.
● son objetivas porque dan información acerca de la realidad (de los hechos).
● Se exige que sus enunciados sean verificables en la experiencia y solo asi serán
verdaderos.
ESTRUCTURA DE LA TEORÍA
Toda teoría, dijimos, está formada por un conjunto de afirmaciones conjeturales que
pretenden explicar una parcialidad o un sector de problemas de la realidad. El esquema
de una estructura teórica posible puede diseñarse de la siguiente manera:
1 2 3 4 5
6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35
Cada uno de los recuadros numerados correspondería a los enunciados que conforman la
teoría. En el esquema diseñado, habría 35 enunciados. A su vez, estos están distribuidos
en tres líneas. Cada una de ellas indica un nivel enunciativo: podríamos pensar que la
línea inferior (16-35) contiene generalizaciones empíricas, el segundo nivel corresponde a
enunciados teóricos (6-15), y la primera fila se reserva a los enunciados fundamentales (1-
5).
Recapitulando: una teoría está constituida por enunciados, que a su vez se pueden
desagregar en términos. Pero, para poder relacionar términos entre sí y enunciados entre
sí, es preciso contar con un conjunto de prescripciones que regulen esa tarea.
Adicionamos entonces como elementos presentes en el entretejido sistemático las reglas.
Finalmente, la teoría fija los mecanismos de prueba que permitan, según los resultados,
aceptarlas o rechazarlas.
ELEMENTOS DE LA TEORÍA
1. Términos:
D (definiendum): d (definiens) 1
D (definiendum): d (definiens) 2
D (definiendum): d (definiens) 3
D (definiendum): d (definiens) 4
Una vez definido un término, lógicamente se presenta la necesidad de definir los otros
términos que figuran en el definiens. Realizado esto, se debe seguir definiendo los
términos que se introducen en las nuevas y sucesivas definiciones.
Esta tarea intelectual de definir términos nos evidencia ciertos límites lógicos de nuestra
capacidad racional. Desde ya, tenemos una existencia finita, así que fácticamente en
algún momento dejaremos de hacerlo. Pero más allá de nuestra mortalidad, tampoco nos
atrae como proyecto de vida o intelectual realizar de manera permanente este trabajo.
Ahora bien si dejamos sin definir (como podría ser en el ejemplo) el definiens 4, tenemos
que pensar que, entonces, no definí el 3, por lo tanto no definí el 2, en consecuencia no
definí nada. Aristóteles ya se había percatado de que, una cadena abierta al infinito
invalida todo lo realizado. Este problema lógico se denomina: regresión al infinito.
Para poder realizar esta tarea de manera conclusa, lo que se produce en el diccionario es
el otro problema lógico: circularidad en la definición. Es decir, no deja la línea definitoria
abierta al infinito, sino que la cierra circularmente. Desde la teoría lógica estricta, es un
inconveniente, porque las definiciones no deben ser circulares. Es una prohibición porque
la circularidad hace fracasar en su propósito a la definición, que es explicar el significado
del definiendum.
Retomando, todo término se define. Pero cuando intentamos definir todos los términos
caemos en uno de los dos problemas lógicos mencionados: o dejamos abierta una cadena
al infinito u optamos por definiciones circulares. La imposibilidad de escapar a un
problema u otro, evidencia un límite en la tarea.
Existen, dentro de las ciencias, teorías que se formulan en un lenguaje específico creado
para expresar esos conocimientos. Estos lenguajes denominados “formales” generan
símbolos propios. En esos casos, se dejan sin definir algunos términos, que son los que
permitirán realizar las otras definiciones. La elección es arbitraria, ya que en ningún caso
tienen significado en la lengua hablada.
Este límite lógico en la actividad definitoria es la razón por la cual, en toda teoría, hay
términos definidos y términos indefinidos (también llamados primitivos).
2. Enunciados:
En las ciencias fácticas –con mayor presencia aún en las sociales- existe otro tipo de
enunciado que son llamados “lemas”. Estos son enunciados que utilizamos como
antecedentes para la derivación, pero pertenecen a otra teoría. Es decir, entretejo una
teoría con otra, para poder derivar ajustadamente ciertas hipótesis.
Las teorías sociológicas, económicas, políticas, etc., muchas veces entrelazan enunciados
porque se hace muy difícil la separación en sistemas aislados y se requiere, por ejemplo,
hipótesis económicas para derivar conocimiento sociológico.
3. Reglas:
Existen tres tipos de reglas relacionadas con la actividad teórica. Ellas son:
i. Reglas de formación: son las reglas sintácticas que nos permiten relacionar términos
para conformar enunciados. Señalan condiciones para combinar, disponer y ordenar los
elementos para el logro de una unidad enunciativa coherente (por ejemplo: una regla
sintáctica obliga a concordar en género y número, nombre y adjetivo). En las teorías no-
formales, al estar expresadas en la lengua hablada, estas reglas son las propias del
lenguaje. Pero, si se crea un lenguaje específico para la teoría, es imperioso explicitar las
normas sintácticas que permitan conformar las fórmulas de una manera correcta.
ii. Reglas de interpretación: son las reglas semánticas que nos permiten leer los
enunciados y las fórmulas adjudicando a los mismos un significado. En el caso de las
teorías no formales, o los términos, tienen carga semántica en la lengua o está adjudicado
de manera pertinente el significado en la actividad de definir los términos técnicos
propios. En las teorías formales, al generar un lenguaje altamente artificial, se debe
prescribir significados para dar posibilidad de lectura y comprensión de las fórmulas.
iii. Reglas de derivación: son las reglas lógicas que brindan la posibilidad de la inferencia
deductiva de manera válida. En el esquema gráfico de la teoría, estarían representadas en
las flechas que vinculan enunciados. Es el uso adecuado del razonamiento deductivo
para concluir válidamente. Su estudio provee habilidad para la definición de términos,
examen crítico de las argumentaciones y rigor en la formulación de conclusiones. Pero,
cada uno de los seres racionales tiene una lógica natural que surge con el desarrollo de su
actividad racional (lógica utens). Las operaciones lógicas son practicadas continuamente
por todos los hombres y mujeres en las diferentes actividades de su vida cotidiana y en
toda práctica cognoscitiva.
4. Pruebas:
Si pensamos en teorías que no refieren al mundo –teorías de las ciencias formales- las
pruebas son establecidas en la propia teoría. Son procedimientos de control tipificados,
que permiten revisar las afirmaciones.
Es decir que, teniendo presente el diagrama propuesto de una estructura teórica, entre
los 5 enunciados fundamentales tienen que existir términos que vayan vinculando
conceptualmente el uno con el otro u otros y éste, con otro, etc.
2. Consistencia:
Es quizás la propiedad más importante que deben tener las teorías. Se entiende por
“consistencia” la ausencia de contradicción. Dicho de otra manera: una teoría es
consistente cuando, dentro de los enunciados que forman parte de ella, no existe
contradicción alguna.
3. Completitud:
De todos modos, podemos asumir esta condición, planteando que la idea regulativa de la
sistematización teórica pretende conformar una red bien estructurada, no acabada pero
tampoco deshilachada.
4. Rigor:
El término “hipótesis” deriva de dos vocablos griegos: “hipo” significa “por debajo” y “tesis”
es la afirmación. Es decir, etimológicamente la palabra designaría “lo que está por debajo
de la afirmación”. Este sentido del término es, entonces, equivalente a “supuesto”.
Cuando hablamos de “hipótesis filosóficas de la ciencia” estamos refiriéndonos así a los
supuestos que sostienen la posibilidad del conocimiento científico.
Cabe aclarar que el término “hipótesis”, utilizado en las ciencias factuales, significa
enunciados de características conjeturales. No es ese el sentido que se le otorga cuando
hablamos de hipótesis filosóficas. A una conjetura, la práctica científica trata de
corroborarla; de darle cierto sustento para su sostenimiento en una red teórica. Una
hipótesis filosófica no es examinada y ni siquiera explicitada por la ciencia. Sin embargo,
es lo que sostiene cualquier construcción cognoscitiva. De allí su sentido de supuesto.
Los hermeneutas repiten una sentencia que condensa esta explicación. Dicen: “no hay
juicio, sin prejuicio”. Es decir que la afirmación (juicio) se sostiene en algo que la precede
(supuesto). Toda teoría científica está asentada sobre creencias sobre el mundo, el hombre
y el conocimiento.
Mario Bunge en su libro La investigación científica, enumera cinco supuestos que por su
generalidad son buenos ejemplos para alumbrar el papel que juegan en el conocimiento
científico. Vamos a retomar los mismos porque, efectivamente, tiene una presencia
importante en el quehacer de todas las ciencias. Las hipótesis filosóficas descriptas por
Bunge son:
1. Realismo:
Es la posición filosófica que considera que los objetos que la ciencia estudia existen con
independencia de nuestra relación cognoscitiva con ellos. Podríamos explicar mejor esta
posición, con un argumento contrafáctico: aun si todas las enunciaciones que conforman
la esfera cognitiva desaparecieran, todavía estarían las galaxias, los átomos, etc.
Bunge aclara que la mayor parte de los científicos tiene este supuesto, pero no
necesariamente todos.
2. Pluralismo:
Se denomina de esta manera a la posición filosófica que entiende que hay diversidad
ontológica. Es decir, que no sólo el mundo existe –y yo como parte de él- sino que se
compone por una variedad de estamentos, cada uno con propiedades específicas, que los
hacen irreductibles los unos a los otros. En un ejemplo sencillo y familiar, podemos
diferenciar los niveles físico, biológico, psicológico y sociocultural, cada uno de ellos con
cualidades propias que permiten su diferenciación. A su vez podemos dividir cada nivel en
subniveles.
Al igual que en el caso anterior, podemos pensar que la mayor parte de los científicos son
pluralistas, porque resguardan con ello su sector de trabajo; pero no necesariamente tiene
siempre presencia este supuesto. Hay científicos que asientan su quehacer sobre la
creencia monista y la posibilidad reductiva de la explicación científica. Para aclarar,
consideran que todos los niveles pueden reducirse a uno, que es su cimiento.
3. Determinismo ontológico:
Sostiene que las cosas o los acontecimientos del mundo no aparecen mágicamente, sino
que existen causas para que lo hagan. Nada nace de la nada, sino que emerge de
situaciones anteriores.
4. Determinismo epistemológico:
La determinación remite en este caso al plano cognoscitivo. Por estar las cosas o los
sucesos determinados ontológicamente, es factible llegar a conocerlos. Es la posibilidad de
desentrañar las razones de lo que sucede en el mundo natural o social. Toda teoría
científica reconoce también esta hipótesis filosófica como soporte. Si no fuera así, no
haríamos ciencia. Si no creyéramos en la posibilidad cognoscitiva, no emprenderíamos
una tarea de esas características.
5. Formalismo:
VI _ LA EXPLICACIÓN CIENTÍFICA
Las tradiciones explicativas: causalismo y finalismo. La ley: distintos niveles. Los modelos
explicativos: El modelo nomológico deductivo de la explicación. Otros modelos de
explicación científica. Explicaciones teleológicas y funcionales.
DOS TRADICIONES
Para von Wright, la explicación por antecedentes está respaldada por una línea filosófica
homogénea: el positivismo. En sus distintas apariciones históricas siempre ha priorizado
este tipo de explicaciones. En cambio, la tradición comprensiva es heterogénea; involucra
escuelas distintas, aunque el autor acepta la nominación genérica de “hermenéutica” para
todas ellas.
Para lograr dar las mejores razones de lo que ocurre o de lo que ocurrió, tenemos que
apelar –dicho en lenguaje de Alfred Schutz- a “motivos por” los cuales sucede algo y
“motivos para” los cuales sucede algo.
La explicación de las acciones humanas –individuales o sociales- es compleja. Las
acciones tienen significado: encarnan intenciones, expresan emociones, se ejecutan por
razones y son influenciadas por concepciones valorativas. Es decir, tienen significado y
antecedentes; se comprenden y se explican.
Según Paul Ricoeur, la acción humana tiene una doble dimensión, porque el hombre
pertenece al régimen de la causalidad y al de la motivación. Por lo tanto, podemos hacer
inteligibles la acción humana mediante el proceso dialéctico entre explicación y
comprensión. La comprensión originaria por pertenencia a un medio social común es
mediada por explicaciones, para arribar a una forma superior de comprensión apoyada
por esos procesos explicativos. Ricoeur asemeja el trabajo para desentrañar la acción al
que se realiza con un texto que, de la misma manera, es explicado y comprendido.
Si retomamos las dos partes que tiene toda explicación: explanandum (lo que se explica) y
explanans (lo que explica) podemos sintetizar diciendo: el explanandum es un evento; el
explanans está compuesto de leyes, hipótesis o enunciados legaliformes, más enunciados
empíricos que describen las condiciones iniciales del evento. Se denomina:
E EXPLANANDUM
iii. El explanans ha de tener contenido empírico. Las condiciones iniciales proveen este
contenido. Requisito de contrastabilidad.
iv. El explanans ha de ser verdadero. Debe estar corroborado por los elementos de juicio
disponible y sus enunciados generales deben formar parte de una teoría aceptada por la
comunidad científica.
Hemos especificado que se denomina “Ley” a una hipótesis con cierto grado de
corroboración y que pertenece a una trama teórica. Desde el punto de vista de su
estructura enunciativa, son formas generales de predicación que establecen relaciones
entre variables o propiedades seleccionadas. Los enunciados generales pueden ser
universales –se predica para todo tiempo y espacio-, pero también pueden ser no-
universales. Dentro de los enunciados generales no-universales, encontramos:
iii. Enunciados cuasi-generales, que predican con cláusula ceteris paribus. Esto significa
que señalan la existencia de circunstancias bajo la cual no rige la ley.
Cabe, quizás, que no todo enunciado general es considerado una “ley” o una “hipótesis
teórica”. El problema de cómo se distingue lo que denominaríamos “generalización
accidental” de una “ley”, es complicado de resolver. Dos son las respuestas que
usualmente se aceptan:
i. Que el enunciado general tiene que poder ser explicado por leyes más generales, lo que
significa que tiene sólido apoyo teórico.
Mario Bunge desarrolla distintos sentidos que tiene el término “ley”, enumera cuatro
formas de entender el concepto:
El cuarto y último sentido del término que define es el metanomológico. El prefijo “meta”
proviene del griego y significa “más allá”. Es decir que es un nivel enunciativo de carácter
legal que está más allá del nomológico. Corresponde a la meta ciencia (filosofía de la
ciencia) este nivel de formulación. Son enunciaciones que predican propiedades que
cumplen o deben cumplir las leyes. Son descripciones o prescripciones sobre las
formulaciones nomológicas o nomopragmáticas.
A. Modelo Nomológico-deductivo
Este tipo de explicación fue la que llevó a muchos epistemólogos a plantear la simetría
entre explicación y predicción. Es decir, si un fenómeno era explicado, se podía también
predecir su ocurrencia o si se predice un acontecimiento, era porque tenía explicación
satisfactoria. Esta identificación ha caído en desuso. Hay contraejemplos variados para
mostrar la posibilidad explicativa sin que ello implique predicción ajustada.
El modelo explicativo nomológico-deductivo es el que permite predicciones y
retrodicciones más ajustadas. Siendo leyes estrictamente universales las que conforman
el explanans, la reiteración de todas las condiciones iniciales aseguran la repetición del
evento.
B. Modelo Estadístico
Las leyes estadísticas son descriptivas y resultantes de procesos inductivos que permiten
formular una pauta a la que se ajusta un comportamiento característico de un porcentaje
determinado de la clase lógica de la cual se predica. Esto hace que cuando explicamos un
evento, sólo podemos afirmar que resulta “sólo probablemente” explicado por ese tipo de
enunciados estocásticos, más la enumeración de condiciones iniciales. Esto significa que
la inferencia del explanandum es probabilística.
Carnap postuló como “evidencia total” a este requisito de tener presente todas las
condiciones que deben ser tenidas en cuenta a la hora de utilizar una explicación
estadística. Hempel habla, más modestamente, de requisito de máxima especificidad.
Esta debilidad del modelo estadístico queda reflejada inclusive en la percepción común,
que en muchos casos desconfía de los enunciados estocásticos y de las explicaciones
dadas a partir de ellos. Efectivamente, de manera voluntaria o involuntaria puede la
explicación no especificar condiciones vinculadas a la formulación general. O dicho de
modo más técnico, se transgrede el requisito de máxima especificidad.
Muchas de las explicaciones sociales son estadísticas -aunque en todas las ciencias hay
presencia de modelos de estas características-. Los enunciados estocásticos que
conforman el explanans equivalen a afirmaciones generales que exceden a la observación
directa. Aunque no sea tan perfecta como la explicación nomológica-deductiva, no
podemos prescindir de ella.
C. Modelo Parcial
Presenta diferencias que se centran en las características de los enunciados legales. Al ser
enunciados generales de tendencia, la explicación nunca circunscribe las características
de espacio-tiempo incluidas en las leyes universales.
Por las características de las leyes o hipótesis generales de las ciencias sociales, las
explicaciones parciales –incluso a partir de hipótesis estadísticas- son muy frecuentes.
Las formulaciones tendenciales llevan a la imposibilidad de un ajuste explicativo total,
dejando abiertos elementos no circunscriptos en la acción inferencial. A pesar de ello, se
conforman en explicaciones de los acontecimientos sociales ocurridos.
D. Modelo Potencial
Sigue la estructura que caracteriza a las explicaciones por antecedentes, pero con la
diferencia que algún o algunos datos de las premisas explanans son problemáticos. Es
decir, no podemos aseverar alguna o algunas de las condiciones iniciales, sino que las
introducimos hipotéticamente para poder armar satisfactoriamente la explicación. Si ellas
no estuvieran, no habría ajuste en la inferencia del evento. Por ello, las introducimos
aunque sean condicionales.
En las ciencias sociales, ciencias históricas por excelencia, hay muchísimas condiciones
iniciales que el transcurrir temporal ha hecho desaparecer. Al no tener registro completo
de todas las circunstancias que rodean los acontecimientos dados en la historia de la
humanidad, nos vemos obligados, para explicar algunos de ellos, a conjeturar sobre
algunas condiciones que se debieran haber dado.
Pero no sólo utilizamos el modelo potencial para el pasado remoto, que de suyo lleva a
pensar en la falta de registro de ciertas condiciones iniciales, sino que también es un
modelo que se utiliza para explicar acontecimientos contemporáneos.
Hay, en las ciencias físicas, también introducción de este modelo. El ejemplo que
desarrolla Klimovsky, referido a la explicación de la caída de un avión, nos muestra la
necesidad, en ciertos casos, de introducir un modelo potencial. Si es que conocemos las
condiciones iniciales relacionadas con el clima y con el registro de fallas informado por el
piloto, y en ningún caso encontramos situaciones que motiven el accidente de la aeronave,
deberemos conjeturar posibilidades para explicar el fenómeno.
E. Modelo Genético
Hempel consideraba a este modelo una mera descripción y entendía que las leyes
generales no se formulaban por la complejidad de las mismas. Pero, funcionaba
tácitamente.
Como también Feyerabend reconoce, lo real es sobreabundante, y la recopilación de
circunstancias requiere un criterio claro y pertinente que permita, además de la selección,
el ordenamiento adecuado.
Popper aceptaba la explicación genética en las ciencias sociales porque consideraba que
las formulaciones de carácter legal eran innecesarias por triviales u obvias.
A. Modelo Funcional
Este tipo de explicación está muy presente en ciencias biológicas, por la importancia de la
noción de sistema.
El modelo funcional es discutido por algunos autores debido a que, en algunos casos –
sobre todo los que refieren a organismos o a máquinas-, las explicaciones pueden ser
reducidas a explicaciones causales donde la premisa ley sería “todo sistema tiende a la
homeostasis”. Sin embargo, existen importantes eventos sociales intencionales explicados
funcionalmente y que no son reductibles a modelos por antecedentes.
B. Modelo Teleológico
A. Thomas Kuhn
Como visión de esta visión historicista, vamos a describir la concepción de Thomas Kuhn,
a través de su obra La estructura de las revoluciones científicas, su producción quiebra
con la hegemonía del positivismo.
Esas prácticas son parte sustantiva de lo que se entiende como “ciencia” y, que esas
prácticas se producen y se modifican temporalmente; cada disciplina hace su propia
historia.
Su visión sobre la ciencia articula su teoría a partir del concepto de “Revolución”, que es
clave para entender cómo se rompe el avance lineal de la ciencia. En vinculación con ese
término, engarza los de ciencia normal y paradigma.
i. Principios metafísicos que guían el trabajo dentro del paradigma (concepción del
hombre, de la naturaleza, del conocimiento).
vi. Instituciones.
vii. Valores.
De allí el nombre de “Ciencia Normal” para denotar la actividad que los científicos
desarrollan regulados por el paradigma. Ella consiste en la resolución de problemas de
manera canónica. Kuhn clasifica los problemas que se presentan en la práctica científica
en dos sub-clases:
Kuhn describe el momento de crisis de paradigma en que una práctica normal regulada,
que ve resquebrajar sus fundamentos por el fracaso y, simultáneamente, se abren
alternativas que disputan la hegemonía.
A pesar de que estos quiebres temporales llevan a una concepción relativista, Kuhn afirma
la existencia de progreso en la ciencia. Además de la acumulación cognoscitiva en el
período normal, el autor sostiene que en su conjunto la ciencia progresa a través de las
revoluciones. En este uso, el concepto no significa que sepamos más ni mejor (no es
posible por la inconmensurabilidad), sino que adquiere un matiz estrictamente
pragmático: efectividad para adecuarse a los problemas de su tiempo y poder resolverlos.
La ciencia va realizando a través de las revoluciones estas adaptaciones bruscas que le
permiten resolver nuevos problemas, pero sin pretender acercarse a una finalidad fijada
como externa a ella (verdad absoluta).
La teoría de las revoluciones científicas, como cualquier teoría, puede ser sujeta a críticas.
Se le cuestiona su desajuste histórico cuando se la aplica a disciplinas diferentes de la
física; también la falta de precisión en la definición de ciertos conceptos teóricos centrales
(paradigma, comunidad científica, revolución); asimismo, el sostenimiento de la existencia
de largos períodos de práctica alienada y dogmática. Pero, sin duda, las más importantes
imputaciones son las de irracionalismo y de relativismo.
Respecto a la acusación de irracionalismo, ésta apunta –principalmente- a la
arbitrariedad que Kuhn parece sostener en la elección de candidatos alternativos a
suceder al paradigma. Kuhn retrocede en su posición y acepta la evaluación del nuevo
paradigma en términos de gran alcance, sencillez y fertilidad heurística. Sin embargo si se
toma un criterio de racionalidad más amplio vinculado con la práctica, los procesos de
elección implicados en la sustitución paradigmática pueden ser comprensibles.
B. Imre Lakatos
i. Núcleo duro (o firme): son las hipótesis fundamentales del Programa. Son irrefutables
por decisión de la comunidad científica. Pertenecen a una o más teorías.
ii. Cinturón Protector: son las hipótesis derivadas y auxiliares. Son las que se van
modificando en los avances de la práctica científica y otorgan así dinamismo al Programa.
A su vez, protegen al núcleo duro de las refutaciones.
iii. Heurística negativa: es el marco normativo que delimita lo que no puede hacerse en el
Programa. Este conjunto de prohibiciones es lo que resguarda al núcleo firme.
iv. Heurística positiva: es el conjunto de reglas que señala lo que puede realizarse en el
Programa. Estos procedimientos van a dinamizar el cinturón protector.
Los programas de investigación pueden ser comparados entre sí y también discutir acerca
de la conveniencia de escoger entre uno u otro. La cuestión de decidir entre programas
adversarios se resuelve por consideraciones de eficacia y conveniencia que lleva a cabo la
comunidad científica.
Lakatos introduce como criterio para la evaluación de los programas los valores de
“progresivo” y “regresivo”. Un programa de investigación es progresivo cuando la teoría
anticipa los hechos. Por el contrario, es regresivo cuando lo que sucede obliga al ajuste
teórico posterior.
Para Lakatos, la historia de la ciencia es un elemento sustantivo para la comprensión de
la misma. Se puede reconstruir racionalmente esa historia ya que la comunidad científica
va abandonando programas que no tienen fertilidad, y se suceden los que tienen
condición de progresividad.
En el siglo XIX Marx, por el contrario, sostiene con fuerza la tesis de la vinculación de las
ideas con la práctica social –y dentro de ella se priorizan las relaciones de producción-. Se
inaugura así el trabajo con arduas problemáticas surgidas de la vinculación del
conocimiento con las prácticas sociales que van a dar lugar, a principios del s. XX, a la
conformación de un campo teórico específico: la sociología del conocimiento. Sus
fundadores fueron Max Scheler y Karl Mannheim.
v. Originalidad
vi. Humildad
A partir de los años ´70, se posa la mirada sociológica en los propios contenidos de la
ciencia, perfilándose dos líneas de trabajo importante:
ii. Escuelas preocupadas por la génesis y validación del conocimiento por parte de
colectividades sociales organizadas (nivel micro) – Estudios de Vida de Laboratorio,
Programa Etnometodológico)
ii. Ser imparcial: respecto a lo que se califica como verdadero o falso, racional o irracional,
exitoso o fracasado. Todo tiene interés para el sociólogo de la ciencia.
iii. Ser simétrica: las mismas causas que explican lo verdadero, explican lo falso.
iv. Ser reflexiva: debe aplicar todas las prescripciones a sí misma. Esto ayudaría a
combatir un relativismo excesivo en la sociología de la ciencia.
Los sociólogos del Programa Fuerte, cuando tratan de explicar las prácticas y los
productos científicos deben: rastrear los intereses sociales, comunitarios, y profesionales
que se ponen en juego; ser imparciales (no dedicarse sólo a lo que se valora como exitoso
en el campo científico) y simétricos (explicar por las mismas causas los aciertos y los
errores). Las variables sociales que determinan los aciertos, también condicionan las
equivocaciones. Pero, toda su práctica cognoscitiva también está sujeta a esos mismos
principios condicionantes, lo cual los obliga a la reflexividad.
Dorothy Smith, Sandra Harding, Nancy Harstock y Donna Haraway son algunas de las
teóricas del feminismo que se centraron en la problemática epistemológica.
Bruno Latour, Karin Knorr-Cetina y Michel Lynch son sus principales representantes. En
los años ´80 desplazan la mirada de los estudios sobre la ciencia hacia las prácticas
propias de la comunidad científica. Las realidades locales (mico) no encuentran su
explicación en las estructuras sociales, sino en la situación local de intercambio
circunscripta a espacio y tiempo. Los grupos de investigación científica interactúan,
realizan negociaciones, ponen en juego recursos discursivos, persuaden y promulgan
acuerdos. La ciencia es una “manufactura” (en términos de Knorr-Cetina) o una
fabricación (según Latour), producto de esos acuerdos aceptados por las “tribus”
científicas.
Vamos a englobar en esta denominación posturas teóricas diversas, pero que se centran
en pensar que todo conocimiento reconoce un territorio y un cuerpo desde donde se
produce.
CONCEPTO DE PARADIGMA
Un paradigma es un “modelo de análisis”, una matriz que disciplina a los científicos para
que trabajen de determinada manera. Es un conjunto de problemas y respuestas exitosas
para esos problemas.
Kuhn dice que hay momentos de quiebre en la historia, estas son las “revoluciones” por
eso las historia es discontinua. Se producen otros caminos a seguir, es decir hay caminos
de rupturas. Dice: que no hay “padres” de la ciencia sino que es un proceso que arriba a
un resultado, estas concepciones de la historia lo utiliza para explicar la ciencia.
Pone el acento en los procesos que en los resultados. Que las fechas son marcas
arbitrarias. Que es absurdo pensar en quien lo hizo. Kuhn descree que la historia se
escribe de los éxitos sino que también es de los fracasos, por eso descree de la historia
lineal, que hay marchas y contramarchas. Kuhn la llama REVOLUCIÓN CIENTÍFICA y que
las ciencias son prácticas sociales e históricas.
Kuhn dice que no hay comunidad científica en la Prehistoria. Sino Solo grupos distintos
que no se ponen de acuerdo. Que son desacuerdos profundos, en los fundamentos. Y esto
es complicado porque hay que cambiar la visión del mundo.
Entonces para Kuhn la historia o la ciencia comienza con el Paradigma, este paradigma se
caracteriza por el consenso de la comunidad científica (acuerdo que regula) y la denomina
como Ciencia Normal.
La mejor definición de crisis, es la que da Antonio Gramsci, y que dice: “una crisis es
cuando lo viejo no termina de morir y lo nuevo no acaba por nacer”.
Se puede hablar de crisis, en el trayecto temporal de la práctica social, cuando las formas
viejas todavía, en cierto sentido, son aceptadas, son las únicas que tenemos, pero a su
vez, nos damos cuenta que no son suficientes o que no dan abasto, que son
insatisfactorias, y que se van perfilando cosas nuevas en el campo de la historia.
Este es el período que Kuhn denomina crisis. Y se supera este período de crisis con la
aparición de un nuevo paradigma. Los cambios se producen como consecuencia del
período de crisis, lo plantea en términos de Revolución. Este período de revolución
científica lo compara con el período de revolución política.
Kuhn dice que cambia la percepción del mundo; cambia el lenguaje, se puede usar en
ciencia las mismas categorías, después de un período de revolución, pero no significa lo
mismo. Termina afirmando: el mundo mismo cambia como cambia un paradigma (le valió
la crítica del relativismo).
Kuhn dice, que esta idea de progreso utilizada en su sentido usual solamente serviría para
explicar el progreso en el período de ciencia normal porque en este período se puede
aplicar el sentido acumulativo y comparativo de los conocimientos. Pero cuando se rompe
la historia y se pasa a otra cosa, y decimos que este nuevo paradigma no se puede
comparar con el anterior paradigma, no se puede decir que en este paradigma yo sé más
que en el paradigma anterior.
Para explicar, porque Kuhn dice, que si progresa la ciencia, no está en este período de
ciencia normal, sino que la explicación está en la totalidad de los períodos que compone
la historia de la ciencia, porque cuando pensamos en ciencia tenemos que pensar en todo
este movimiento, desde una actividad científica pre paradigmática hasta el paradigma, la
crisis, la revolución, todo esto es la ciencia. Para ejemplificar este tema Kuhn dice: Galileo
no es que sabía más que Aristóteles, sabía distinto; no es que Einstein sabía más que
Galileo, sabía distinto.
Kuhn para explicar el progreso se basa en una analogía, usa la evolución darwiniana, hace
una comparación, dice, de la misma manera que para la teoría evolutiva, la especie
humana evoluciona, va adoptando distintas formas, a las condiciones que le toca vivir, de
la misma manera usa Kuhn este criterio y tiene una resolución pragmática de progreso,
dice, la ciencia progresa porque en cada momento usa las mejores formas para resolver
los problemas que en ese momento se le presenta.
Kuhn dice que después de cada revolución se vuelven a escribir los textos de los libros.
Para Kuhn el nuevo paradigma se reescribe, se rompe el sentido lineal del progreso, las
ciencias progresan evolutivamente y no por acumulación de progresos.
Kuhn da cuenta de algunos elementos teóricos de otros autores como antecedentes para
plantear su posición:
Las dos escuelas que menciona: la escuela psicológica de Gestalt pone el énfasis en el
estudio del pensamiento, el aprendizaje y la percepción como unidades; no los analiza en
partes. El lema de los gestaltistas fue “El todo es mayor que la suma de sus partes”.
Otros autores que cita es: Jean Piaget: que tiene una percepción de estructura puesta en
la historia: nacen y mueren en el tiempo: tiene un concepto historicista.
Kuhn, está influenciado por estructuras históricas pero tiene una condición historicista
NO LINEAL. Prioriza las condiciones internas de la ciencia o de la historia interna y no
toma la historia externa.
Entonces, es el conocimiento tácito que plantea más allá del campo cognoscitivo, de lo
explícito, siempre se incorpora conocimiento de manera tácita, como por ejemplo el
curriculum oculto: procedimientos que no están explícitos pero se enseñan
implícitamente. También, por ejemplo: el timbre de la escuela, te prepara para la fábrica.
Para Kuhn es importante el conocimiento Oculto.
Las teorías son la manera de organizar y sistematizar los conocimientos. Las teorías son
unos de los elementos constitutivos de un paradigma. Por lo tanto no se puede tomar a
las teorías como sinónimo de paradigma.
Piaget dice: Que la historia sería un espiral, cada trayecto se va desplazando a otro nivel.
¿Qué pasaba antes de 1923?: No había una discusión autónoma sino que toda discusión
estaba mesclado con la metafísico o filosófico, no había epistemología, es decir había una
larga prehistoria.
La epistemología nace en un campo muy acotado que es la LÓGICA, al igual que todas las
Ciencias sociales que son positivistas (sociología, psicología social…) Porqué como se
organizan las ciencias: es un problema lógico, método y estudio son problemas lógicos.
Tienen buenos resultados en cuanto a la ESTRUCTURA de las ciencias y no en la
METODOLOGÍA, porque no hay un método único para todas las ciencias sino un método
para cada ciencia.
Para Kuhn la historia empieza cuando hay un PARADIGMA y este momento da inicio a
una ciencia.
Kuhn afirma que hay varias escuelas, y que una de ellas tiene más éxito que otra, y que
este paradigma, conduce a la comunidad científica.
Mientras marcha el paradigma, los científicos articulan de mejor manera la visión del
mundo y queda en evidencia aún más lo que se presenta como problema.
Par Kuhn ninguna de las CIENCIAS SOCIALES tiene su campo científico por la disparidad
El valor cognoscitivo de una teoría nada tiene que ver con su influencia psicológica sobre
las mentes humanas. El valor científico y objetivo de una teoría es independiente de la
mente humana que la crea o la comprende. Su valor científico depende solamente del
apoyo objetivo que prestan los hechos a esa conjetura.
En el razonamiento científico las teorías son confrontadas por los hechos y una de las
condiciones básicas del razonamiento científico es que las teorías deben ser apoyadas por
los hechos.
Hoy es posible demostrar con facilidad que no se puede derivar válidamente una ley de la
naturaleza a partir de un número finito de hechos, pero la realidad es que aún podemos
leer afirmaciones en el sentido que las teorías científicas son probadas por los hechos. ¿A
qué se debe esa obstinada oposición a la lógica elemental?
Hay una explicación muy plausible. Los científicos desean que sus teorías sean
respetables y merecedoras del título de ciencia, esto es, conocimiento genuino.
El criterio de honestidad científica significa que el científico debe probar con los hechos
cada frase que pronuncia.
No todas las teorías pueden ser probadas. Si todas las teorías científicas son igualmente
incapaces de ser probadas, ¿Qué distingue al conocimiento científico de la ignorancia y a
la ciencia de la pseudociencia?
Pero en 1934 Karl Popper, defendió que la probabilidad matemática de todas las teorías
científicas o pseudocientíficas para cualquier magnitud de evidencia, es cero. Si Popper
tiene razón las teorías científicas no sólo son igualmente incapaces de ser probadas, sino
que son también igualmente improbables. Se requería un nuevo criterio de demarcación
y Popper propuso uno magnifico. Una teoría puede ser científica incluso si no cuenta ni
con la sombra de una evidencia favorable, y puede ser pseudocientífica aunque toda la
evidencia disponible le sea favorable. Esto es, el carácter científico o no científico de una
teoría; puede ser determinada con independencia de los hechos. Una teoría es científica si
podemos especificar por adelantado un experimento crucial (o una observación) que
pueda falsarla, y es pseudocientífica si nos negamos a especificar tal falsador potencial.
Pero en tal caso no estamos distinguiendo entre teorías científicas y pseudocientíficas sino
más bien entre método científico y método no científico.
En primer lugar: defiendo que la unidad descriptiva típica de los grandes logros científicos
no es una hipótesis aislada sino más bien un programa de investigación. La ciencia no es
solo ensayos y errores, una serie de conjeturas y refutaciones.
Tenemos un núcleo firme que esta tenazmente protegido contra las refutaciones mediante
un gran cinturón protector de hipótesis auxiliares. Y, lo que es aún más importante, el
programa de investigación tiene también una heurística, esto es, una poderosa
maquinaria para la solución de problemas que, con ayuda de técnicas matemáticas
sofisticadas, asimila las anomalías e incluso las convierte en evidencia positiva.
Resumiendo: el distintivo del progreso empírico no son las verificaciones triviales. Las
llamadas refutaciones no indican un fracaso empírico, porque todos los programas crecen
en un océano permanente de anomalías. Lo que realmente importan son las predicciones
dramáticas, inesperadas, grandiosas; más pocas de estas son suficientes para decidir el
desenlace; si la teoría se retrasa con relación a los hechos, ello significa que estamos en
presencia de programas de investigación pobres y regresivos.
Kuhn se equivoca al pensar que las revoluciones científicas son un cambio repentino e
irracional de punto de vista. La historia de la ciencia refuta tanto a Popper como a Kuhn.
Lo que sucede es que, normalmente, los programas de investigación progresivos
sustituyen a los regresivos.
Núcleo firme del programa: todos los programas de investigación científica pueden ser
caracterizados por su núcleo firme. La heurística negativa del programa impide que
apliquemos el Modus Tollens a este núcleo firme. Por el contrario, debemos utilizar
nuestra inteligencia para incorporar e incluso inventar hipótesis auxiliares que formen un
cinturón protector en torno a ese centro, y contra ellas debemos dirigir el Modus Tollens.
El cinturón protector de hipótesis auxiliares debe recibir los impactos de las
contrastaciones y para defender al núcleo firme, será ajustado y reajustado e incluso
completamente sustituido.
La heurística positiva avanza casi sin tener en cuenta las refutaciones; puede parecer que
son las verificaciones y no las refutaciones las que suministran los puntos de contacto
con la realidad. Son las verificaciones las que mantienen la marcha del programa, a pesar
de los casos recalcitrantes.
Descubrimos entonces que no hay una sola regla que no sea infringida en una ocasión u
otra. Resulta evidente que esas infracciones son necesarias para el progreso. Uno de los
rasgos más llamativos de las recientes discusiones en historia y filosofía de la ciencia,
consiste en la toma de conciencia de que sucesos y desarrollos, solo ocurrieron o bien
porque algunos pensadores decidieron no someterse a ciertas reglas obvias o porque las
violaron involuntariamente.
Esta práctica liberal no constituye solo un mero hecho de la historia de la ciencia, sino
que es razonable y absolutamente necesaria para el desarrollo del conocimiento. Es decir
que puede demostrarse lo siguiente: dada cualquier regla por muy fundamental o
necesaria que sea para la ciencia, siempre existen circunstancias en las que resulta
aconsejable no solo ignorar dicha regla, sino adoptar su opuesta.
Ahora bien, si son los eventos, no necesariamente los argumentos, la causa de que
adoptemos nuevos criterios, incluyendo formas nuevas y más complejas de
argumentación, ¿no es cierto que los defensores del statu quo tendrán que aducir no solo
contra argumento, sino además causas contrarias? Y si las viejas formas de
argumentación resultan demasiado débiles para constituir una causa, ¿no deberán estos
defensores o bien abandonar, o bien recurrir a medios más fuertes y más irracionales?
Incluso el racionalista más puritano se verá forzado entonces a dejar de razonar y a
emplear la propaganda y la coerción, no porque alguna de sus razones haya dejado de ser
válida, sino porque hayan desaparecido las condiciones psicológicas que las hacen
eficaces y capaces de influir en los otros. ¿Y cuál es la utilidad de un argumento que deja
a la gente impertérrita?
Que los intereses, fuerzas, propaganda y técnicas de lavado de cerebro juegan un papel
mucho mayor de lo que comúnmente se cree en el desarrollo del conocimiento y de la
ciencia, puede descubrirse también por medio de un análisis de la relación entre idea y
acción. A menudo se da por supuesto que una comprensión clara y distinta de las ideas
nuevas precede, a su formulación y a su expresión institucional.
Las teorías devienen claras y razonables solo después de que las partes incoherentes de
ellas han sido utilizadas durante largo tiempo.
El pensamiento dialectico surge como forma de pensamiento que reduce a la nada las
detalladas determinaciones del entendimiento, incluida la lógica formal.
Resulta claro, pues, que la idea de un método fijo, o la idea de una teoría fija de la
racionalidad, descansa sobre una concepción excesivamente ingenua del hombre y de su
contorno social. A quienes consideren el rico material que proporciona la historia, y no
intente empobrecerlo para dar satisfacción a sus más bajos instintos y a su deseo de
seguridad intelectual con el pretexto de claridad, precisión, objetividad, verdad, a esas
personas les parecerá que solo hay un principio que puede defenderse bajo cualquier
circunstancia y en todas las etapas del desarrollo humano. Me refiero al principio: TODO
VALE.
La contrarregla nos aconseja introducir y elaborar hipótesis que sean inconsistentes con
teorías bien establecidas y/o con hechos bien establecidos. Nos aconseja proceder
contrainductivamente.
LA SOCIOLOGÍA DE LA CIENCIA
ANTECEDENTES Y ORIGEN
Temas de investigación:
Desarrollo y autores
Max Scheler
Marx
1. Todos los proceso de la vida social cambian, aunque se encuentren conectado entre si y
se influyan unos a otros.
2. El hombre intervienen en el desarrollo de los fenómenos sociales y naturales
aprovechando sus conocimientos científicos.
3. El hombre se ha desarrollado gracias al trabajo.
4. Los hombres de la sociedad ocupan un lugar determinado.
5. La lucha de clases es el motor de la historia.
6. A cada quién según su trabajo.
Carlos Mannheim
Para él la sociología es una ciencia que busca la coordinación de los estudios que realizan
las diferentes ciencias sociales. Debe incluir también el estudio de los significados que
unen o dividen a los hombres, en relación con las estructuras sociales.
Crea los conceptos de Ideología y Utopía, el primero se refiere al conjunto de ideas de las
clases dominantes, el segundo se refiere a las ideas que reinan entre los dominados.
Divide además a la Sociología del Conocimiento en tres partes:
Elaboración de los criterios para juzgar el papel social que el conocimiento representa,
independientemente que sea falso o verdadero. Planteamiento de una teoría nueva del
conocimiento.
Robert Merton
A mediados de la década de los ´70 se forman algunas escuelas que continúan, si bien
ampliando la visión, la propuesta de Merton. Entre ellas destaca la Escuela de
Edimburgo con David Bloor a la cabeza. Este autor ya no concibe la ciencia como un
saber esotérico, sino que pone en relevancia el componente social en la producción del
conocimiento científico.
Hoy en día este campo tiene continuidad en varias vertientes, aunque se suelen nombrar
dos escuelas:
PRIMERA FASE: la sociología de las ciencias tal como la concebía Merton, nació durante
los años ’30, en un entorno donde la democracia se encontraba amenazada, en esa
coyuntura propone: el enunciado de normas de inspiración democrática resulta de la
voluntad de valorizar los ideales democráticos. Se trata de proteger a la ciencia de las
derivas antidemocráticas (por ej. El nazismo).
TERCERA FASE: a partir de los ’70 se abre un período de crítica “anti-ciencia”. Contra el
cientificismo y el todo poderío de las tecnociencias. Durante este período surgen los
análisis relativistas de la ciencia y el rechazo de su representación positivista o
racionalista.
CUARTA FASE: al final del s. XX la ciencia se aplaca. Sin embargo las lecciones del ’70
siguen: la ciencia ya no tiene el ideal de neutralidad, de bienestar y progreso que tenía..
Entonces la ciencia es estudiada en relación a la esfera política, de la ciudadanía, del
mundo de la industria y de la tecnología ya problemas éticos y ecológicos que suscita.
Durante los años ’70 emergieron nuevas concepciones de la sociología de la ciencia sobre
las teorías, los métodos y los conocimientos científicos, es decir sobre el contenido de la
ciencia. Y pone fin al estudio del conocimiento, de su lógica y de las reglas fundantes. Los
sociólogos no cuestionaban la filosofía positivista o neopositivista (empirismo lógico del
Círculo de Viena) que dominó el s. XIX y comienzo del s. XX, ya que la sociología y la
antropología solo se dedicaban analizar a las culturas primitivas. Aquel dominio concebía
a la ciencia como producto de procedimientos perfectos lógicos y universales, que crecía
por acumulación, aplicaba el reduccionismo para un conocimiento objetivo.
Por ejemplo, Ludwig Wittgenstein pone fin a la supremacía de la lógica para expresar la
verdad sobre las “cosas del mundo” y subraya que el lenguaje sólo tiene sentido si expresa
situaciones, hechos, y no enunciados: el significado es otorgado por el uso y la aplicación,
y no por una trascendencia, sea cual fuese.
También el filósofo Paul Feyerabend, niega a la ciencia el poder de proclamarse como una
forma superior de saber sobre la naturaleza. Y sobre todo, no existen procedimientos o
metodologías típicamente científicas: “Cualquier método es bueno”.
Las concepciones tradicionales de la ciencia tuvieron mucho que ver en el rumbo que
emprendieron la sociología de la ciencia. Hace referencia al principio de la
indeterminación de las teorías científicas por la evidencia, y a la tesis de la carga teórica
de la observación.
La primera es conocida como Tesis Duhenquine, establece que una teoría puede ser
mantenida frente a la evidencia, aunque eso implique que se tengan que hacer ajustes en
otras partes de las ideas. Aquí se dice que ninguna hipótesis o teoría puede ser extraída
de una amplia red de hipótesis auxiliares, que podrán ser ajustados en función de
resultados obtenidos.
El tradicional enfoque normativo del análisis científico debería ser sustituido por una
aproximación cognitiva interpretativa de la acción y de las relaciones sociales de los
científicos. Una óptica interpretativa de la sociología de la ciencia tendría que establecer
como objetivo central de la investigación empírica algunas asunciones (exaltaciones) que
son dadas por buenas dentro de la sociología normativa.
Law y French pensaron que la nueva perspectiva podría abordar cuestiones tales como la
relación de las acciones entre los científicos y los conceptos científicos elaborados.
Esta tradición es identificada bajo el programa relativista por que asume que ni la
naturaleza ni la racionalidad pueden ser considerados como un universal autoevidente,
por lo cual, se preocupan por identificar los mecanismos de cierre que se generan en los
debates y las controversias científicas.
d) La teoría del actor – red: a mediados de los ’80 surge esta teoría que hace frente con la
fórmula de integrar los diversos niveles (micro, meso, macro) de la realidad social
mediante una teoría que intenta identificar los procesos e interacciones que se dan entre
los distintos actores y factores que van constituyendo redes en los distintos niveles
señalados y que terminan por crear puntos de pasos obligatorios para el conjunto de
participantes inmersos en las relaciones establecidas. Presta una especial atención a una
cuestión significativa para la sociología como la del poder; asume por otra parte que en el
proceso de construcción de hechos y equipos adquieren relevancia no solo los agentes
sociales sino los recursos no humanos.
Otro de los objetivos es identificar los procesos idiosincrásicos (los estilos personales, los
prejuicios temáticos, los acuerdos no explicados, etc.) de la ciencia en el contexto de un
laboratorio.
Este tratamiento es asumido directamente por Bloor, quien afirma que la sociología del
conocimiento científico deberá asumir 4 rasgos programáticos para el completo dominio
de su objeto de estudio y definen el Programa Fuerte. Así toda sociología del conocimiento
científico deberá tener los siguientes principios:
2. Ser imparcial con respecto a lo que en un momento y contexto dado se considera como
conocimiento verdadero o falso, racional o irracional. Ambos lados de esta dicotomía
necesitan una explicación.
4. Deberá ser reflexiva, es decir, sus modelos de explicación tendrán que aplicarse a la
sociología del conocimiento mismo.
El principio de causalidad trata de conocer cuáles son los contextos y las condiciones que
permiten el surgimiento de las creencias científicas, contempla factores distintos a los de
la filosofía de la ciencia para dar cuenta de los procesos de generación y validación del
conocimiento científico.
Presupuestos epistemológicos
El naturalismo, es decir, que las ciencias sociales deben tener plena competencia sobre el
conjunto de dominios del quehacer científico.
Defiende que las explicaciones sociales del conocimiento deben explicarse a través de los
factores sociales. No renuncia al enfoque microsociológico, defiende un planteamiento que
trasciende los estrechos límites especiales de los estudios de la vida del laboratorio. Se
preocupa por identificar los mecanismos de cierre que se generarían en los debates y
controversias científicas. Collins divide al programa en tres etapas de indagación:
2°) Se trata de conocer los mecanismos que permiten establecer una línea de
interpretación propuesta y con ello se cierra la controversia científica en cuestión.
3°) Se debe tratar de vincular los mecanismos del cierre señaladas con las estructuras
políticas y sociales.
1° nivel: tiene que ver con la declaración metodológica y programática de Bloor, producido
por los portavoces de la filosofía de corte tradicional y otros sociólogos de diferentes
corrientes. Ya que el P.F. reduce el espacio asignado al enfoque filosófico a favor del
prisma sociológico. Laudan crítica la tesis de la simetría de Bloor, quién ha defendido la
causalidad al señalar que los argumentos racionales son necesarios para legitimar la
creencia de los grupos científicos, insiste que debe ser una cuestión empírico a resolver en
cada situación particular la manera en que interactúan la propensión natural al
razonamiento inductivo. En efecto antes de Bloor, la simetría de la sociología del
conocimiento y de la ciencia consistía en explicar la verdad mediante la naturaleza y el
error mediante la sociedad.
2°nivel: tiene que ver con el resultado concreto de su declaración metodológica, esto es
con su teoría de los intereses. Woolgar estima que si los mertonianos usaban las normas
de los CUDEOs para entender la conducta científica, el P.F. reproduce esta pauta con los
intereses, dado que entiende la acción social de los científicos en términos de reglas y
normas que determinan su quehacer, algo que se contradice con sus principios
metodológicos y epistemológicos.
Otros de los aspectos discutidos del programa ha sido la existencia de dos líneas de
interpretación respecto de la relaciones entre lo social y lo cognitivo. Se ha indicado que el
P.F. oscila entre un relacionismo sociológico que margina cualquier considerando técnico
y una interpretación más moderada que se ocupa de las formas en que la estructura
social influye, condiciona y encausa la formación de las creencias científicas.