Final de Epistemología

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I _ GENERALIDADES:

Epistemología: Historia y significado del término. Epistemología como filosofía de la


ciencia y filosofía de la tecnología. Conformación de la disciplina y etapas en su desarrollo.
Importancia de los estudios epistemológicos.

La ciencia como objeto de la epistemología: El problema de la demarcación. Distintos


enfoques definitorios. Características: racionalidad, objetividad, sistematicidad, exactitud
y verificabilidad. Discusión sobre el significado y alcance de estas propiedades. La ciencia
como práctica social.

Epistemología

Término (concepto): es una clase lógica. Una clase es una colección de elementos que
tienen alguna característica específica en común. Como tal, tiene extensión (un número x
de elementos que la componen) y comprensión (propiedades distintivas que demarcan la
clase). Pero, a veces necesitamos más de una palabra para expresar una clase lógica. Un
término –como entidad lógica- puede ser sujeto de una actividad intelectual: la definición.
Es decir, un término se define.

Enunciado (proposición o juicio): es una estructura conformada por términos de tal


manera que afirmen (en sentido amplio) algo. Están vinculados a las llamadas oraciones
enunciativas o declarativas, relacionadas a la función informativa del lenguaje. El criterio
es la posibilidad propia de la enunciación de ser verdadera o falsa. Según Aristóteles, la
forma general del enunciado es “S es P”. Todo conocimiento presenta la forma del
enunciado.

Razonamiento (argumento): es la relación entre enunciados de tal manera, que uno de


ellos se infiera a partir de otro u otros. Para que exista razonamiento, debe existir el
proceso inferencial que permita extraer conclusiones a partir de uno o más enunciados
dados. Los enunciados dados se llaman antecedentes o premisas; el enunciado obtenido
se denomina consecuente o conclusión. Es la estructura lógica que permite generar
nuevos enunciados (conocimientos) a partir de los ya establecidos. Los razonamientos son
válidos, cuando la conclusión está fundamentada por los antecedentes enunciativos e
inválidos, cuando esos antecedentes no son suficientes para sostener la conclusión.

Aproximación al campo

1. Una vía semántica: centrada en el significado del vocablo.

Significado del término: “epistemología” episteme y logos. Se suele traducir la expresión


griega logos por razón (pensamiento) o lenguaje (habla/verbo/discurso). El pensar se
estructuraba lingüísticamente. Su aceptación es derivada del verbo legein, que significa
recoger, reunir y, desde allí, contar, narra, es un “discurso razonado sobre la episteme”

Platón (s. IV a.c) entiende por episteme como un conocimiento –el mejor conocimiento- al
cual define como “creencia, verdadera y justificada”
Creencia: es la adhesión subjetiva a una idea. Es la persuasión de que algo es de
determinada manera. La creencia es parte constitutiva de cualquier forma del conocer.
Todo conocimiento implica la aceptación voluntaria y subjetiva.

Verdad: es un término complejo y multidimensional. Es, centralmente, una propiedad de


la enunciación, sería la adecuación de la proposición con el referente. Esta propiedad
relaciona el conocimiento con el campo “objetivo”.

Justificación: es la actividad intelectual que trata de encontrar las razones por las cuales
algo es de determinada manera. Una justificación tiene siempre la estructura de un
razonamiento, en donde la proposición que enuncia el conocimiento es la conclusión de
una serie de antecedentes que la fundamentan.

Episteme: es una forma de conocimiento que no sólo es aceptada en la subjetividad o


aceptable en el terreno objetivo, sino que debe ser justificada. Platón (y los griegos en la
antigüedad) entendían al conocimiento epistémico en relación de oposición con lo que
denominaban la doxa.

Sólo el conocimiento epistémico es sujeto de la operación intelectual de justificación.


Engloba las dos formas del conocimiento fundamentado: ciencia y filosofía.

2. Una vía pragmática: para exponer cómo se utiliza el término.

Usos del término. El término “epistemología” no tiene un sentido unívoco. Es un término


equívoco (puede significar cosas distintas). Por ello, es importante repasar los usos más
comunes del vocablo. En orden decreciente de extensión, puede ser significado para
significar:

a. Teoría general sobre el conocimiento: se entiende a la epistemología como una reflexión


filosófica sobre la problemática cognoscitiva, sus diferentes formas, sus problemas
generales tanto a nivel de la representación como de la práctica, la cuestión de la verdad,
etc. Podríamos decir que en esta acepción, sería sinónimo de gnoseología.

b. Filosofía de la ciencia: reduce el campo de reflexión filosófica a una forma específica de


conocimiento: la científica. Sobre ese conocimiento, examina un conjunto de
problemáticas ontológicas, metodológicas, éticas, estéticas, políticas, económicas,
psicológicas, sociológicas, antropológicas y lógicas. Esta sinonimia entre epistemología y
filosofía de la ciencia, es la de uso más generalizado en el ámbito académico de nuestro
país.

c. Lógica de la ciencia: centra la reflexión filosófica sobre los aspectos lógico/racionales


del conocimiento científico. Las propiedades de sistematicidad y metodicidad del campo
científico son las directamente vinculadas al análisis lógico.

Gregorio Klimovski, diferencia la “epistemología” de la “filosofía de la ciencia”. Entiende a


la epistemología como ciencia de la ciencia. Es decir que para ese autor había un tetra
sentido, que en orden decreciente de extensión sería: i) Teoría del Conocimiento, ii)
Filosofía de la Ciencia, iii) Epistemología y iv) Lógica de la Ciencia.
Una última complejización que podríamos introducir es respecto a la filosofía de la
tecnología. En la actualidad, la reflexión sobre problemáticas vinculadas al campo de la
técnica es de suma importancia. Por lo cual, en el uso del término queda incorporada
también la referencia al territorio tecnológico. La epistemología tendría que entenderse
como reflexión filosófica sobre la ciencia y la tecnología.

3. Una vía genealógica: para narrar cómo nace esta disciplina y cuáles son los
antecedentes para ese surgimiento.

Génesis de la disciplina:

FILOSOFÍA DE LA CIENCIA

La epistemología, en el sentido de la filosofía de la ciencia, es una disciplina joven, de


reciente conformación. Nace con carácter autónomo y profesional en la tercera década del
siglo XX, en la Universidad de Viena. Según Mario Bunge existen elementos que nos
permiten distinguir cuándo un campo de conocimiento específico tiene un nivel de
autonomía que amerita su nombre propio:

i. Formación específica (cátedras dedicadas a la disciplina): En el año 1922, Moritz Schlick


asume la cátedra de Filosofía de las Ciencias Inductivas en la Universidad de Viena.
Emprende una tarea de formación específica en Filosofía de la Ciencia, instaurando una
práctica de reunión y discusión con filósofos, matemáticos, juristas, economistas, físicos,
historiadores, etc. Estas reuniones sistemáticas es lo que se conoce con el nombre de
Círculo de Viena. En 1929, Carnap, Neurath y Hahn publicaron lo que se conoce como el
manifiesto del Círculo de Viena bajo el título de La concepción científica del mundo,
dejando inaugurada, de esta manera, una tradición teórica que en la historia de la
filosofía se conoce como Positivismo Lógico.

ii. Instancias de discusión e intercambio cognoscitivo específicos (congresos


especializados): Entre 1935 y 1940 se desarrollan Congresos Internacionales de Filosofía
de la Ciencia.

iii. Publicación de investigaciones y hallazgos (revistas específicas): En 1930, comienza la


publicación de la Revista Erkenntnis (conocimiento) creada por los positivistas lógicos. En
1939, sale a la luz la Enciclopedia internacional de la Ciencia Unificada, editada por
Carnap, Morris y Neurath ya en EE.UU.

iv. Publicación de libros de textos (manuales): Como ayuda a la formación superior, el


Círculo de Viena publica 10 libros entre 1918 y 1937. Entre ellos, el de Popper. En el año
1934 está publicado el primer manual: Introducción a la lógica y al método científico. Sus
autores: Cohen y Nagel.

v. Existencia de sociedades: El Círculo de Viena, es el primer núcleo institucional


conformado. Inmediatamente -1929- se conforma el Círculo de Berlín y la Escuela de
Varsovia. Todos estos núcleos comunitarios responden a una misma posición teórica: el
positivismo lógico.

El término “positivismo” puede cobrar dos sentidos diferentes, según se lo emplee


estrictamente o laxamente. Desde un sentido estricto, la escuela positivista es la tradición
teórica vinculada a Augusto Comte, en la primera mitad del siglo XIX. Por esta
nominación a una escuela acotada en el espacio y tiempo, es que se utiliza el término
“positivismo lógico”, para mentar a la tradición teórica de la primera mitad del siglo XX.
En un sentido laxo se habla de positivismo, como una forma de encarar el trabajo
intelectual, forma presente en múltiples escuelas.

Si nos centramos en el Positivismo Lógico (o Neopositivismo), como tradición teórica que


es la que da origen a la Filosofía de la Ciencia, podemos sintetizar sus tesis
fundamentales en los siguientes aspectos:

a. Teoría Verificacionista del Significado: los conocimientos se estructuran en enunciados


analíticos o sintéticos. Si no se encuadran en alguna de estas agrupaciones (analítico-
sintético) lo que se enuncia es un “sin sentido”

b. Procedimiento único para el conjunto del conocimiento científico: utilizan el método


como criterio para distinguir el conocimiento científico.

c. Exclusión de enunciados filosóficos en las formulaciones científicas, por carecer dichos


enunciados de función cognitiva.

d. Progreso lineal y acumulativo de la ciencia: cuando hacen referencia a la historia, la


misma es entendida como un avance hacia teorías más verosímiles y más comprensivas
de la realidad.

e. Todo esto da como resultado una imagen de la ciencia a-histórica, estática, formal,
acabada y separada de toda creencia metafísica, mágica o mítica.

De Viena, se expanden núcleos de trabajo en Filosofía de la Ciencia a Berlín (Alemania) y


Varsovia (Polonia). A partir del año 1933, con el ascenso del nacionalsocialismo en
Alemania, los filósofos/científicos de origen judío empiezan a tener a tener problemas.
Muchos de ellos comienzan a emigrar desde el centro europeo hacia Gran Bretaña,
EE.UU. u otros territorios. Pero la diáspora de los pensadores, lejos de debilitar la
influencia de la escuela, la dispersa por las distintas Universidades y distintas
localizaciones geográficas, dándole gran poder de alcance y vigor. Desde su nacimiento,
hasta el año 1962, la Filosofía de la Ciencia hegemónica fue la inspirada en las premisas
del neopositivismo.

Retomando sintéticamente: la Filosofía de la Ciencia reconoce su gestación en la


Universidad de Viena entre los años 1922 (asunción de Schlick en la cátedra) y 1929
(publicación del manifiesto fundacional La visión científica del mundo). Se conforma
rápidamente una red de adhesiones en el centro europeo, que por razones políticas se ven
en los años ´30 obligados a emigrar, propagándose por los principales centros de
investigación y conformando, en cada uno de esos enclaves, fuertes grupos de trabajo.
Este tejido construido le permite la hegemonía del campo intelectual de esa disciplina.

Podemos señalar dos clases principales de fuentes que merecen ser tenidas en cuenta
porque preanuncian el despertar de una nueva área centrada en la discusión sobre la
ciencia. Por un lado, tenemos las obras filosóficas que, preocupadas en la problemática
cognoscitiva, dedican parcialidades importantes a una forma de conocimiento entendida
como sustantiva. Desde la Modernidad, la inquietud filosófica se centra en el examen
(crítica) del conocer y, como capítulo especial, del conocer científico.

Por otro lado, tenemos las obras de los científicos que hacen reflexiones sobre su hacer,
sobre principios que regulan su actividad, que reflexionan sobre su propia práctica
científica. Los grandes científicos son fuentes importantes para el conocimiento
epistemológico. Sus obras de reflexión son, en general, obras de madurez; posteriores a
sus aportes científicos. Por lo tanto la práctica (científica) es cronológica y lógicamente
anterior a la teorización sobre ella (epistemología).

Después del año 1962, se publica, primeramente como monografía en la Enciclopedia


internacional de la Ciencia Unificada y luego como libro por la Universidad de Chicago, el
trabajo de un historiador de la física, el norteamericano Thomas Kuhn (1922-1996),
titulado La estructura de las revoluciones científicas. Este libro produce un vuelco
fundamental en el decurso epistemológico ya que la hegemonía neopositivista se venía
resquebrajando por no poder dar solución a problemas que, ellos mismos, consideraban
sustantivos. Dos de ellos: no pudieron ajustar el procedimiento que debía asegurar la
cientificidad del conocimiento (tesis que ellos mismos sostenían como demarcación) y no
encontraron una explicación satisfactoria para el cambio teórico que no fuese ponderable
en términos de “progreso lineal”.

Desde la publicación de la obra de Kuhn, la discusión filosófica sobre la ciencia cambia


radicalmente de enfoque, el cual podríamos describir con los siguientes indicadores:

i. La ciencia no se reduce a ser un conocimiento (conjunto enunciativo) sino que incluye


una práctica social que es la que genera dicho conocimiento.

ii. Como consecuencia de esta concepción tienen una visión historicista de la ciencia: las
prácticas y los saberes que de ella surgen se van modificando y variando en el tiempo.

iii. La concepción historiográfica, en general, no es acumulativa, sino rupturista.

iv. De acuerdo a lo enunciado, la epistemología no puede ser una disciplina normativa


(que prescriba cómo debe ser el conocimiento científico), sino que debe examinar cómo se
presenta en cada caso (naturalismo).

v. Esta ampliación problemática (del centramiento lógico a diversidad de aspectos)


introduce el aporte psicológico, sociológico, histórico y filosófico como herramientas
sustantivas para dilucidar cómo se presenta el proceso de producción científica y sus
resultados.

A partir de los años ´70 surge con mucha fuerza una línea de trabajo vinculada
específicamente a la sociología de la ciencia. La obra de Kuhn había permitido vincular la
práctica científica a otras prácticas sociales. Así se profundiza una vía de estudio
tendiente a dilucidar los condicionamientos sociales del conocimiento científico.

Sintetizando, después de los años ´60 tenemos una pluralidad de escuelas, pero la mayor
parte de ellas complejiza el objeto de estudio de la filosofía de la ciencia, entendiendo al
mismo como una práctica social cognoscitiva, que exige indagar las condiciones de su
producción, de su circulación, de su institucionalización además del examen de sus
productos sistematizados.

Esquema de Periodización de la Filosofía de la Ciencia

A B C

Ruptura y cambio
teórico
Prehistoria Génesis Profesionalización

Historicismo -
Sociologismo
Neopositivismo

Siglos XVII al XX 1922-1929 1930-1962 A partir de 1962

FILOSOFÍA DE LA TECNOLOGÍA

La técnica es una de las variadas formas de la actividad humana, por lo tanto es tan vieja
como la civilización. Es más, la definición de civilización es dependiente de la existencia
de la capacidad técnica de modificar el medio natural por parte de los seres humanos. La
técnica no sólo antecede cronológicamente, sino también lógicamente a la ciencia. No
hubiera podido haber reflexión cognoscitiva si es que antes no hubiera habido materia
sobre la cual remitir esa reflexión.

El término techné es griego. Aristóteles lo utiliza para significar un tipo de saber distinto
al conocimiento crítico (a la episteme). Distingue, dentro de la totalidad de posibilidades
cognoscitivas, dos formas de conocimiento productivo: la poiesis, producción sin finalidad
utilitaria, es la actividad creadora que se plasma en una obra de arte. Por su parte, la
techné está inscripta en el ámbito meramente instrumental de la relación medio-fines. Es
el saber útil; es la adquisición y dominio de un conjunto de prácticas que permiten operar
mejor con un sector de la realidad.

Pero ya en el siglo XVI se va modificando esta actitud, en una clara avanzada de lo que
luego será la concepción moderna de técnica. Empieza a presentarse la técnica como
aquel tipo de conocimiento que sirve al dominio y control de la naturaleza, es un
instrumento del saber científico.

Si nos circunscribimos a la reflexión filosófica sobre la tecnología tenemos que ubicar su


nacimiento autónomo y profesional también en el siglo XX. Una de las cuestiones que va a
inaugurar la reflexión filosófica sobre esta práctica humana es su relación con el progreso
social. Con posterioridad hay, en un conjunto significativo de filósofos una priorización
del aspecto activo del sujeto, tales como: Kant, Hegel y Marx.

Recién en el siglo XX ubicamos el nacimiento de la filosofía de la tecnología como campo


autónomo de reflexión. Carl Mitcham, dice que no es un nacimiento en una línea única,
sino que hay una bifurcación de preocupaciones. Se distingue así:
i. Una filosofía de la tecnología ingenieril que se dedica a analizar la tecnología desde
adentro. Pone el acento en la tecnología como sujeto.

ii. Una filosofía de la tecnología de las humanidades, que sostiene la primacía de lo


humano sobre lo técnico con lo cual el sujeto priorizado es la reflexión filosófica. Busca
penetrar en el significado de lo tecnológico para el conjunto de la vida humana y sus
vínculos con el arte, ética, política y religión. Ésta es la que queda integrada en una
concepción amplia de “Epistemología”.

IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS EPISTEMOLÓGICOS

Mario Bunge, enumera una serie de ventajas técnicas que provee el estudio de la
epistemología:

i. No ser preso de una filosofía que se adopta inconscientemente. La ventaja del estudio
epistemológico es que permite dilucidar, por atrás de la construcción teórica, cuáles son
los supuestos ontológicos, antropológicos y gnoseológicos que permiten esa
direccionalidad evitando que los científicos sean prisioneros de incoherencias adoptadas
inconscientemente.

ii. Afilar la crítica: el estudio epistemológico permitirá sopesar el conocimiento científico


en relación con aspectos que lo exceden y se evitará el dogmatismo. Si asimilamos
acríticamente el conocimiento, nos dejamos adoctrinar por él, sea para bien o para mal.

iii. Organizar sistemáticamente las ideas: al desnudar la necesaria relación lógica que
deben establecer los enunciados científicos, se ayuda a efectuar esa tarea sustantiva para
la apropiación del conocimiento justificado y se habitúa a explicar lo que se afirma.

iv. Historizar las problemáticas cognoscitivas y sus productos. Esto ayuda a no caer en la
naturalización de prácticas sociales.

v. Mejorar la estrategia de investigación. Las problemática de procedimiento son todas


subsidiarias de la dimensión epistemológica.

PROBLEMA DE DEMARCACIÓN

Cómo distinguimos el conocimiento que se adjetiva como científico de otras formas del
conocer. Esta problemática se conoce en epistemología con el nombre de “problema de la
demarcación”. Es un problema porque no es fácil reconocer cuáles son los rasgos
distintivos ya que los criterios para demarcar se van modificando. El conocimiento
científico es una práctica social sujeta a su historia.

Larry Laudan concluye que es imposible tener una regla general para distinguir ciencia de
otros conocimientos o de formas de pseudociencia. No hay condiciones fijas e inmutables
para caracterizar eternamente la ciencia, debido a que el criterio que se fije depende de las
posiciones filosóficas. Es decir que la demarcación es subsidiaria de consideraciones
epistemológicas que encuadren qué es lo que la ciencia sea y esto va variando
históricamente.

Desde el nacimiento de la ciencia en el siglo XVII se centró la demarcación en el


procedimiento: la ciencia es un conocimiento que para asegurar su validez sigue métodos
canonizados. Pero, la falta de éxito a ese respecto ha producido el efecto de ir planteando
demarcaciones variadas y centradas en múltiples variables.

La visión analítica de la ciencia

Toda la tradición positiva se ocupa de la ciencia como un producto cognoscitivo. Por eso
define la misma como un conjunto enunciativo y enumera propiedades que van
distinguiendo o demarcando este conjunto o clase de los otros.

Las propiedades que priorizan para distinguir al conocimiento científico siguiendo a


Bunge, son:

a. Racionalidad: hay un sentido amplio de la racionalidad que no podemos dejar de tomar


en cuenta, que refiere a la capacidad común de todos los seres humanos, la cual les
permite conocer e interactuar con el mundo.

Lo racional refiere así a un núcleo de factores que hacen posible la interacción y la


comunicación, aunque sea a través de procesos de traducción.

Si vinculamos la racionalidad con una facultad específicamente humana y con la


utilización de la misma para la relación cognoscitiva, se adhiere a esa conceptualización el
sentido de “objetividad”. Así que desglosaremos el tratamiento de la problemática de la
racionalidad en estos dos aspectos:

i. Objetividad:

Una primera acepción gnoseológica indicaría que es objetivo el conocimiento que se


ajusta, sin ninguna perturbación, a un algo cuya existencia es totalmente independiente
de la consciencia cognoscente. Involucrando unidades que se encuentran en una
interrelación funcional mutua, interrelación que no puede ser abarcada completamente en
un modelo lineal. La ciencia implementa procedimientos de control para que la
intromisión de de la subjetividad no sea distorsionante en los productos que genera.

Un segundo sentido diría que es objetivo aquello que elimina los sentimientos o prejuicios
emotivos. Esta exigencia parece indicar una especie de necesaria despersonalización y
ausencia de interés y responsabilidad en el científico. En el conocimiento científico social,
el sujeto juega un doble papel de espectador y actor, formando parte inherente de lo que
intenta comprender y explicar. Objetividad es entonces la diferencia entre la buena y la
mala subjetividad, y no la eliminación total de la subjetividad.

En tercer lugar, se entiende como “objetivo” como lo que es admitido por todos y no por
un grupo social o un individuo. La validez universal es entendida como sinónimo de la
objetividad. En síntesis, según lo planteado por Kant, no consideramos la concreción de la
validez universal como sinónimo de objetividad, pero se exige el saber compartido y el
acuerdo intersubjetivo como propiedades del conocimiento científico.

La cuarta y última significación diría que la objetividad es sinónimo de neutralidad. En


esta acepción el término se convierte en una categoría ético-política que considera que el
conocimiento debe estar exento de parcialidad y eliminar al máximo los compromisos
sociales. La pretendida neutralidad de las teorías científicas se ve vulnerada por factores
tales como la organización jerárquica de la comunidad científica, los lazos entre sus
líderes y el poder político, económico o cultural, el control ejercido sobre las
publicaciones, el acceso a los fondos de investigación, etc. El sostenimiento de la doctrina
de la neutralidad permitiría que el científico no asuma la responsabilidad por las
consecuencias morales, políticas o sociales de su investigación. La ciencia pretende ser
una forma de conocimiento lo más ajustada al mundo y para ello introduce
procedimientos de control para que la subjetividad de los investigadores desvíe lo menos
posible el resultado de la práctica cognoscitiva; es decir que los tres primeros sentidos de
“objetividad” se sostiene a pesar de sus límites. Pero, en el presente, ha quedado
desnudado que la premisa de neutralidad no corresponde a la ciencia, que debe asumir
su responsabilidad frente al conjunto social.

ii. Racionalidad Estricta:

Es un alcance más estrecho y concerniente al conocimiento científico, el término


racionalidad ha adquirido el sentido de fundamento o base para aceptar o rechazar una
creencia. Un conocimiento sería entonces racional en la medida en que pudiera ser
justificado. La racionalidad queda equiparada entonces con la lógica, al uso de reglas de
derivación o algoritmos que dan garantías de la pertenencia y suficiencia del fundamento.

La razón permite a los seres humanos, además de justificar los conocimientos y


criticarlos, tomar decisiones fundamentadas acerca de ciertos objetivos y fines. Si la razón
teórica atiende fundamentalmente a la esfera relacionada con las creencias, la razón
práctica atiende principalmente a la acción humana, incluyendo dentro de ésta, por
supuesto, la actividad científica.

En la contemporánea teoría de la acción, el concepto de racionalidad se identifica con las


condiciones de inteligibilidad de la acción sensata, de aquella acción de la cual el sujeto
pueda rendir cuentas. En necesario además que la conducta de cada uno tenga en cuenta
la del otro cumpliendo las condiciones de aceptabilidad establecidas en la comunidad de
lenguaje y valor. Esta visión social se ajusta a una concepción de ciencia comunitaria que
se regula por normas, instituciones y valores que preexisten y sobredeterminan la acción
individual. Permite explicar la deliberación racional sobre los medios y extiende la
posibilidad inclusive a los fines mismos.

La dimensión crítica de la misma consistirá en desenmascarar los mecanismos


disimulados de distorsión, por los cuales las legítimas objetivaciones del vínculo
comunitario se vuelven en alienaciones intolerables. Son legítimas objetivaciones el
conjunto de instituciones, normas y reglas que fundan una identidad comunitaria
(comunidad científica).

b. Exactitud: vamos a desarrollar, en relación con su carácter de propiedad del


conocimiento científico, tres tipos distintos de exactitudes:

i. Exactitud matemática: es la propiedad de medir con precisión las variables


cuantificables, las variables sujetas a operación matemática. En nombre de la exactitud
matemática se exige que, si se trabaja con ese tipo de variables, se realicen
procedimientos algorítmicos ajustados. Éste es el sentido de exactitud matemática:
precisión en la cuantificación de aquellas variables que pueden ser sujeto de operación
matemática.

ii. Exactitud semántica: se entiende por exactitud semántica, como una propiedad del
conocimiento científico, la tarea de lograr univocidad de sentido en el lenguaje de la
ciencia. Esto es una aspiración que sólo se logra en los lenguajes creados específicamente
para expresar ciertas teorías, lenguajes radicalmente artificiales. Los términos que
utilizamos para plantear los conocimientos en ciencia son equívocos. Para el logro de esta
propiedad, la tarea científica se ocupa de definir, en cada contexto teórico, aquellos
términos técnicos a los que quiere otorgar un significado más o menos exacto.

iii. Exactitud lógica: es el ajuste en los procedimientos de inferencia. Toda ciencia trabaja
con rigurosidad sus conclusiones. No le está permitido afirmar, más allá de los
antecedentes justificadores que tenga. Esto es lo que se conoce con el nombre de
exactitud lógica o rigor, y es una propiedad ineludible en el campo científico por estar
relacionada con la racionalidad.

c. Sistematicidad: los enunciados que conforman la ciencia se encuentran en relaciones


lógicas. No son unidades aisladas en sí mismas ni tampoco se agotan en un ordenamiento
por yuxtaposición, sino que tienen vinculación derivativa con otros enunciados del mismo
sistema, lo cual permite realizar la acción justificadora. Tenemos así que una unidad de
sistematización más pequeña y homogénea es la teoría, pero ésta puede ser integrada en
una estructuración más amplia y compleja como lo es el “paradigma”, o en un “programa
de investigación”, sistema menos complejo que el de Kuhn, pero más complejo que el de la
teoría.

d. Falibilidad: si bien es cierto que la aspiración de la ciencia es que sus enunciados se


ajusten con el mundo –natural o social- tiene en su mismo hacerse la posibilidad del
error. El error tiene que ser entendido también como valioso. La equivocación ha sido
fuente de investigaciones y de ímpetus en el avance del campo científico. Hay que pensar
que la ciencia busca conocimientos verdaderos, pero esa búsqueda asintótica tiene, en sí
misma, el error como posibilidad. Nada más alejado de la idea de perfección que el
conocimiento científico. Las divinidades no se equivocan, no se modifican, no se mueven.
En cambio la ciencia, producto social, va modificándose día a día.

e. Verificabilidad: si todo enunciado tiene como posibilidad ser verdadero o falso, se


entiende como verificabilidad la constatación de la verdad del mismo. Ahora bien, para
poder realizar esta operación, debemos poner en relación el enunciado –entidad lógica-
con el referente ontológico al cual menta. Esto es lo que se llama “contrastar” un
enunciado con el mundo. Para poder comprobar la verdad de una proposición (de lo que
enuncia), hay que realizar una operación que se llama “contrastación”. Comparo lo
enunciado (lógica) con lo que pasa en el mundo, con el contenido al que remite el
enunciado.

No existe mayor inconveniente cuando el enunciado es de carácter singular o particular,


porque dichos enunciados denotan existencia y encuentran su referencia en el mundo.
Pero, la mayor parte de los enunciados que conforman el campo teórico de una ciencia
son enunciados generales; son resultados de procesos de abstracción y generalización. En
este tipo de enunciados generales tenemos que realizar, antes de su contrastación,
derivaciones hasta el nivel enunciativo que tenga correspondencia con el mundo. Estos
enunciados derivados pueden ser contrastados, son los denominados según las distintas
posiciones epistemológicas, consecuencias observacionales, enunciados básicos o
enunciados protocolares.

Retomando, para poder realizar la contrastación de los enunciados generales, derivamos


de ellos casos posibles y esto es lo que ponemos en relación con el mundo. Si ese
enunciado singular coincide con lo que pasa podemos sostener su verdad. Pero esta
complejidad de procedimientos, que implica la contrastación y la imposibilidad de
comprobación del valor del enunciado general, hace que sea excesivo hablar de la ciencia
como “un conjunto de enunciados verificable”. Es así que Carnap habló de “confirmar”
mientras que Popper, más cuidadoso, dijo que se “corroboran”.

LA CIENCIA COMO PRÁCTICA SOCIAL

Después de 1962 con la publicación de “La estructura de las revoluciones científicas”, de


Kuhn, implica una ruptura de la epistemología, se empieza a discutir, hay múltiples
posiciones, hay una Epistemología pos-positivista porque entiende el producto, donde
todo el mundo empieza e entender a las ciencias como una “práctica social” que tiene
historicidad.

En el primer capítulo “El papel de la historia”, de su libro: es el instrumento principal


para Kuhn y juega con el resto de su planteo.

Kuhn se queja de la concepción tradicional, de la progresión lineal. Porque en primer


lugar cree que la historia de la ciencia, es lo colectiva. La historia de la ciencia no lo hacen
los individuos como Galileo, Newton, etc. Sino que estos son emergentes de movimientos
contextualizados en una época. La ciencia es un producto final de algo que se fue
planteando.

Kuhn dice que hay momentos de quiebre en la historia (revoluciones) por eso la historia es
discontinua. Se producen otros caminos a seguir, es decir hay caminos de rupturas. No
hay “padres” de la ciencia sino que es un proceso que arriba a un resultado, estas
concepciones de la historia lo utiliza para explicar la ciencia.

Para Jean Piaget: la historia sería un espiral, cada trayecto se va desplazando a otro nivel.
Entre las ciencias no hay una relación lineal, sino circular y en espiral, consecuencia de
que el conocimiento científico no es nada más que una expresión más de la relación del
hombre con el medio a través de su praxis o actividad.

Sus investigaciones parten de la premisa que la explicación de todos los fenómenos,


incluido el conocimiento, hay que buscarla esencialmente en la praxis, o actividad
considerada genética o históricamente como relación entre un todo organizado social e
individual, el hombre, con el medio ambiente.

La ciencia como campo de producción simbólica

Tenemos en la visión de Pierre Bourdieu, una compleja teorización sobre la ciencia, que
conjuga aspectos internos y externos, institucionales y sociales, estructuras y prácticas de
los agentes, autonomía y heteronomía. La ciencia es una de la múltiples formas de
producción simbólica que tiene, como cada una de ellas, sus especificidades, “sus propias
reglas de juego”.

El campo científico dicta para sí mismo las reglas que regulan su práctica y, en la medida
en que sea maduro, adquiere poder de reprocesar, según sus propios intereses, lo que
proviene del espacio social. A esta facultad, el filósofo francés la denomina “poder de
refracción”, y la define como la capacidad de retraducir en forma específica las coacciones
externas y demandas internas.

Bourdieu considera a la ciencia como un campo de prácticas donde priman las relaciones
de dominación y poder. Los agentes (científicos) y las instituciones de ese campo tienen
determinada posición en el mismo, que depende del capital que poseen. Ese capital,
Bourdieu, lo separa en dos clases: por un lado, un capital institucionalizado (ligado a la
pertenencia a instituciones científicas, direcciones de laboratorios, comités evaluadores,
dirección de publicaciones, manejo de recursos, facultad de nombrar agentes o promover
carreras, etc.); por otro lado el capital científico “puro” que refiere al manejo específico de
los contenidos de su disciplina y es producto de un prolongado y lento trabajo de
formación y de colaboración.

El mundo de la ciencia conoce relaciones de fuerza, fenómenos de concentración de


capital y poder hasta llegar al monopolio, relaciones sociales de dominación que implican
hasta la apropiación del trabajo ajeno; pero también, luchas por el control de los medios
de producción y reproducción específicos para poder cambiar la correlación de esas
fuerzas. Se rompe de esta manera la idea de una ciencia tranquila.

Pierre Bourdieu

Combatir a la tecnocracia en su propio terreno

Nos dice que hay que terminar con la tecnocracia: hay que terminar con la tiranía de los
expertos, que imponen sin discusión los veredictos de los mercados financieros y que no
pretenden negociar sino explicar.

Hay que inventar nuevas formas de un trabajo político colectivo, capaz de constatar las
necesidades, principalmente económicas, pero para cambiarlos y si es el caso, para
neutralizarlos. Ni liberalismo ni barbarie.

Hay problemas que son fundamentales, demasiado importantes para dejárselos a los
tecnócratas, tan autosuficientes como insuficientes.

En el trabajo de reinvención de los servicios públicos, los intelectuales, escritores,


artistas, científicos, etc., tienen un papel importante que jugar. Primeramente, pueden
contribuir a quebrar el monopolio de la ortodoxia tecnocrática sobre los medios de
difusión. Trabajar en la elaboración de análisis rigurosas de proposiciones inventivas
sobre las grandes cuestiones que la ortodoxia mediáticopolítica impide plantear.

Se puede rechazar el tecnocratismo autoritario sin caer en un populismo en el que los


movimientos sociales del pasado sacrificaron a menudo demasiado y que le hace el juego,
una vez más, a los tecnócratas.
Lo que he querido expresar, es una solidaridad real con aquellos que se baten por
cambiar la sociedad: pienso en efecto que no se puede combatir eficazmente la
tecnocracia, nacional o internacional, si no es enfrentándola en su terreno privilegiado, el
de la ciencia, principalmente económica y, oponiendo al conocimiento abstracto y
mutilado del cual ella se vale, un conocimiento, más respetuoso, de los hombres y de las
realidades a las cuales ellos se ven confrontados.

Pierre Bourdieu

Los usos sociales de la ciencia

Los campos como microcosmos relativamente autónomos

Existen oposiciones y antagonismos en las interpretaciones que se hacen en los terrenos


de las producciones culturales: tenemos las interpretaciones Internalistas o Internas y las
interpretaciones Externalistas o Externas.

Internalistas: creen que para comprender algo solo hay que leer los textos. Se remiten
solo al texto.

Externalistas: estos remiten el texto al contexto interpretan las obras relacionándolas con
el mundo social o económico

En la ciencia hay una tradición histórica que afirma que esta se engendra a si misma al
margen de toda intervención del mundo social.

Bourdieu dice que con esto no basta para entender una producción cultural. A esto lo
llama error de cortocircuito. Es decir, tratar de relacionar polos opuestos. Ej.: un himno
con una manifestación.

Noción de campo: es suponer que entre dos polos, muy distantes, hay un universo
intermedio. Este universo es el campo. Que puede ser literario, jurídico, artístico,
científico. En este universo se incluyen los agentes y las instituciones que producen,
reproducen o difunden las ciencias, el arte o la literatura.

Ese universo es un mundo social como los demás, pero que obedece a leyes sociales más
o menos específicas. Es un espacio relativamente autónomo, es un microcosmos que
tiene sus propias leyes.

Como el macrocosmos, estos microcosmos están sometidos a leyes sociales, pero que no
son las mismas.

No escapa del todo a las coacciones del macrocosmos, pero tiene una autonomía parcial,
más o menos marcada con respecto a él.

Es muy difícil apreciar y cuantificar el grado de autonomía de que disfrutan los campos o
subcampos científicos. Hay que saber cuál es la naturaleza de las coacciones externas y
como se manifiesta la resistencia dada por la autonomía; es decir, los mecanismos para
librarse de las coacciones externas y reconocer sus propias determinaciones internas.
Hay que salir de la ciencia pura, liberada de toda necesidad social y de la ciencia servil,
sometida a todas las exigencias político-económicas.

El campo científico es un mundo social que ejerce coacciones, solicitaciones, etc., pero
que son relativamente independientes de las coacciones del mundo social global que lo
engloba.

Las coacciones externas se ejercen por intermedio del campo y este las mediatiza.

Refractar: es una de las manifestaciones más visibles de la autonomía del campo.


Retraduce en una forma específica las coacciones o las demandas externas.

Cuanto más autónomo es un campo, más intenso será su poder de refractación y más se
transfiguraran las coacciones externas, incluso hasta ser absolutamente irreconocibles.

Grado de autonomía de un campo: tiene como indicador principal, su poder de refracción,


de retraducción.

Grado de heteronomía de un campo: se manifiesta en el hecho de que los problemas


exteriores, en especial los políticos, se expresan directamente en el.

Politizar una disciplina no es autonomía. Las ciencias sociales tienen muchos problemas
con la politización. Ej: biólogos hacen descubrimientos de izquierda. Por eso le cuesta
llegar a la autonomía.

Cualquier campo es un campo de fuerzas y un campo de luchas por transformar ese


campo de fuerzas. Ej: espacio religioso o científico como un mundo físico, que comprende
relaciones de fuerza y de dominación.

Aquí hay que saber y entender la estructura de las relaciones objetivas entre los agentes.
Esta estructura determina lo que estos pueden o no hacer. (Determina u orienta
negativamente, su toma de posición)

Solo entenderemos lo que dice o hace un agente comprometido con un campo, si podemos
decir la posición que ocupa en ese campo, es decir, desde donde habla.

Esta estructura está determinada por la distribución del capital científico en un momento
dado. En el ámbito de la investigación científica, los investigadores o las investigaciones
dominantes, definen, en un momento dado, el conjunto de los objetos importantes (donde
hay que dirigir los esfuerzos investigativos)

Nada es más difícil y hasta imposible de manipular que un campo.

Las posibilidades que tiene un agente singular, de plegar las fuerzas de un campo a sus
deseos son proporcionales a su fuerza sobre él, vale decir, a su capital de crédito científico
o a la posición que ocupa en la estructura de la distribución del capital.

Capital: cada campo es el lugar de constitución de una forma específica de capital.

El capital científico: es una especie de capital simbólico, que consiste en el reconocimiento


otorgado por el conjunto de los pares competidores dentro del campo científico.
El capital científico no tiene nada que ver con el capitalista económico.

El capital científico se hace por el reconocimiento de una competencia que produce efectos
de conocimiento, procura autoridad y contribuye a definir reglas de juego entre otros
asuntos.

Un campo no se orienta por el azar (en el todo es posible o imposible depende el momento)

Entre las ventajas sociales de quienes nacieron en un campo, está el hecho de poseer el
dominio de sus leyes inmanentes (leyes no escritas) y tener el sentido de la ubicación.

Este sentido de la ubicación, este arte de prever las tendencias, está vinculado con un
origen social y escolar elevado y que permite apoderarse en el momento oportuno de los
buenos temas, los buenos ámbitos de publicación, etc.; es uno de los factores que
determinan las diferencias sociales más notables en las carreras científicas.

Es decir que hay estructuras objetivas y también luchas con respecto a ellas.

Los agentes sociales cuentan con el hábitus, es decir disposiciones adquiridas, maneras
de ser permanentes, duraderas, y que pueden llevarlas a resistir y a oponerse a las
fuerzas del campo.

Quienes adquirieron disposiciones lejos del campo en que se inscriben y éstas no son las
que exige el campo pueden sentirse incómodos y con consecuencias varias.

Pero también pueden entrar en lucha con las fuerzas del campo. Resistirse a ellas y en
vez de plegar sus disposiciones a las estructuras, intentar modificar las estructuras en
función de sus disposiciones, para conformarlas a ellas.

El campo es el objeto de lucha, tanto en su representación como en su realidad. La gran


diferencia entre un campo y un juego es: que el campo es un juego en el que las reglas
mismas se ponen en juego.

Resumen: los agentes sociales están insertados en la estructura en posiciones que


dependen de su capital y desarrollan estrategias que, en sí mismas, dependen en gran
parte de esas posiciones, en los límites de sus disposiciones. Esas estrategias se orientan,
ya sea a la conservación de la estructura, ya hacia su transformación, y en términos
generales se puede comprobar que cuanto más ocupa la gente una posición favorecida en
aquella, más tiende a conservar a la vez la estructura y su posición, en los límites, no
obstante, de sus disposiciones (su trayectoria social, su origen social), que están más o
menos de acuerdo con su posición.

Las dos especies de capital científico

Capital científico puro: se adquiere principalmente gracias a los aportes reconocidos al


progreso de la ciencia, las invenciones o descubrimientos. Este capital está en la fase de
acumulación inicial, más expuesta a la impugnación y a la crítica. Siempre tiene algo de
carismático. Los dueños de este capital, tienden a situarse en la lógica carismática del
descubridor. Ej: publicaciones que dan prestigio.
Capital científico de institución: se adquiere esencialmente mediante estrategias políticas
(especificas) que tienen en común demandar tiempo. En ciertos casos son burocráticos.
Los dueños de este capital tienden a organizar los procedimientos, los concursos. Ej:
participación en comisiones, jurados (de tesis), coloquios, ceremonias, reuniones.

La suma de las dos especies de capital científico es extremadamente difícil; los conflictos
intelectuales son también conflictos de poder.

La heteronomía en los campos produce mayor desfasaje entre la estructura de la


distribución en el campo de los poderes no específicos (políticos) y la estructura de la
distribución de los poderes específicos; el reconocimiento, el prestigio científico.

II _ LOS INICIOS, LA EVOLUCIÓN Y LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA CIENCIA

La conformación histórica de la ciencia: el contexto. Descripción de las condiciones


cognoscitivas que posibilitaron su conformación. Visión General de las actividades
científicas y tecnológicas en América Latina y Argentina. Estado de la cuestión. El papel
de las Universidades en el desarrollo del complejo científico-tecnológico.

CONTEXTO

Desde el punto de vista histórico el período de nacimiento de las ciencias modernas es el


siglo XVII. Pero en el transcurso del siglo XVI, desde el punto de vista de la conformación
del conocimiento científico hay dos textos que pre anuncian el nuevo estilo de
conocimiento que se va a ir perfilando en Europa. Pero todavía es un siglo ocupado por
problemas particulares y por conocimientos generales. Tiene que ver con la situación de
Europa por ser el centro hegemónico cultural del mundo en esos momentos. Los dos
textos son: uno de Nicolás Copérnico “Sobre las revoluciones de las esferas celestes”, suele
estar considerado como el punto inicial o fundador de la astronomía moderna, además de
ser una pieza clave en lo que se llamó la Revolución Científica en la época
del Renacimiento; y el otro es un texto de ensayo sobre anatomía de André Vesalio, autor
de uno de los libros más influyentes sobre anatomía humana, “Sobre la estructura del
cuerpo humano”. Basó sus estudios anatómicos en la observación directa, rechazando
algunos errores anatómicos presentes en la obra de Galeno, por lo que es considerado el
fundador de la anatomía moderna.

Formalmente el siglo XVII comprende los años 1601-1700 ambos incluidos, muchos lo


llaman el «Siglo de la física» debido a que en este siglo las aportaciones de Galileo
Galilei, René Descartes e Isaac Newton dieron origen a la física clásica y a un sistema
de pensamiento mecanicista.

Hay elementos concretos como la invención de la imprenta de Gutemberg que difunde y


democratiza el conocimiento, ya que antes solo circulaba en los monasterios. Otro
elemento es la escritura que permite conocer otras lenguas que facilita la circulación del
conocimiento.

Modernidad: período histórico que podríamos fechar a partir del siglo XVII, es un proceso
histórico que reúne pluralidad de fenómenos: modificaciones en el modo de producción
(surgimiento del sistema capitalista), en la organización política (conformación de los
estados nación), en la estructura social (libertad individual e igualdad ante la ley), etc. Si
nos ubicamos en una historia de las ideas hay una amplia confianza en la razón que es la
facultad que permitirá alcanzar la “mayoría de edad”: la emancipación social, el progreso
continuo en la historia y el dominio cada vez mayor de la naturaleza. En el campo
epistémico, se instaura el pensamiento “universal”. El “sujeto” abstracto y racional es el
fundamento de este conocimiento caracterizado por un profundo proceso de
secularización que rompe con la trascendencia metafísico-religiosa.

Hay un cambio de paradigma que supuso dejar de lado las explicaciones de la magia, el
mito y la fé, y en lugar de ellas privilegiar la razón individual. El nuevo interrogante
filosófico se apoyo en la razón, desechando lo mítico, lo mágico y lo religioso porque las
explicaciones habían perdido vigencia y autoridad por el contexto histórico. En el
Renacimiento resurgió la idea de privilegiar la razón de cada individuo para responder a
los interrogantes porque se suponía que tenía facultad para hacerlo, para imponerse
frente a ciertos dogmas. La nueva forma de conocimiento que buscaba su validación en la
ciencia (ciencia experimental moderna) utilizó instrumentos técnicos para unificar el
conocimiento de la naturaleza con el fin de provocar ciertos fenómenos que se repitieran a
voluntad para medirlos con exactitud matemática y controlada por nuestro propio
intelecto.

La modernidad representa el momento histórico en que Europa se coloca en el centro del


mundo y desde allí se erige como patrón de medida global. A partir del siglo XVI, Europa
comienza a instaurarse a sí misma como el centro “civilizado” y genera, por oposición, lo
“bárbaro” o lo “salvaje” para calificar al otro.

Se produce en este período una ruptura radical con el carácter estático de las sociedades
antecesoras. La relación del hombre con la naturaleza ya no está gobernada por el ciclo
repetitivo de la producción agrícola. En su lugar, la sociedad moderna se caracteriza por
el esfuerzo de controlar y transformar su entorno físico. Va surgiendo una nueva clase
social basada en la riqueza y no en la cuna, que en el transcurrir del tiempo, construye
hegemonía política para la dirección de los nuevos estados. La burguesía se fija como
finalidad la prosecución de riqueza generadora de riqueza: el capital. Frente a ellos, los
trabajadores tienen que vender su fuerza de trabajo, como forma de asegurar su
subsistencia a través del salario abonado. Además de estas modificaciones en las
estructuras económicas y políticas, cambia radicalmente la vida cotidiana.

CAMBIOS COGNOSCITIVOS

En el intermedio de los siglos XV y XVI, es cuando se realiza la expansión europea de


conquista hacia otros territorios, fundamentalmente hacía América. En ese primer
momento de expansión, hay sorpresa y gran preocupación por la diversidad y complejidad
de los asuntos humanos, por lo cual el quehacer racional más cultivado era el derecho.
Podemos señalar en general que, una vez logrado el dominio militar, jurídico y teórico,
dejan de interesarse por los problemas de la diversidad de la vida práctica. Esta sería una
de las razones por la cual, según Toulmin, el conocimiento pierde las características de
oralidad, particularidad, localidad y temporalidad de los saberes que primaron hasta ese
momento, adquiriendo las condiciones de saber escrito y universal, propias del nuevo
conocimiento científico.
La generalización del texto escrito como vehículo de saberes se vio favorecida por la
invención de la imprenta. Pero el tránsito del discurso oral al escrito se percibe
fundamentalmente en el abandono de la forma narrativa y en el desprecio de la retórica,
dando un vuelco a favor de la lógica formal.

Como producto de estas modificaciones, el campo epistémico es hegemonizado por un


pensamiento “universal”, más allá del espacio y tiempo. Al “sujeto” moderno –abstracto y
racional- le es indiferente tener un cuerpo o vivir en determinado lugar, es un ego
autosuficiente y sin materialidad. Desde ya estos cambios de estilos de pensamiento
reconocen una serie de condiciones económicas, políticas y religiosas que contextualizan y
dan sentido a los mismos. En siglo XVIII, la Ilustración adopta así a la ciencia como
modelo de todo saber.

La ciencia nueva

En el siglo XVI se publican dos libros que van preanunciando la aparición de una nueva
forma cognoscitiva que se va a cristalizar en el siglo siguiente: i. Acerca de la constitución
del cuerpo humano de Vesalio; ii. Sobre la Revolución de las esferas celestes del clérigo de
Copérnico. Pero es el siglo XVII el que ve irrumpir al conocimiento científico, y en un
acelerado y exitoso proceso, alcanzar un sitial de privilegio. Esta nueva forma de
conocimiento combina corrientes de pensamiento que existían, pero que las aúna, de
manera novedosa, con prácticas originales y nuevas instituciones. Podemos caracterizarlo
como la conjunción de los siguientes componentes:

1. Tradición de origen platónico-pitagórica: esta visión tenía el convencimiento de que el


cosmos estaba construido según principios de orden matemático. Privilegia el
desentrañamiento de las relaciones cuantificables, como forma de llegar a descifrar la
estructura de los fenómenos del mundo.

2. Tradición mecanicista: el conocimiento se dirige a la búsqueda de relaciones causales.


Esto implica explicar los mecanismos ocultos que provocan los fenómenos del mundo. Es
decir, busca respuesta a la pregunta ¿por qué las cosas suceden? Éste es el lema de la
nueva ciencia: la posibilidad ilimitada del conocimiento de ir siempre más allá.

3. Experimentalismo: el investigador debía realizar una interrogación activa de la


naturaleza, definiendo las condiciones y superando la mera observación de los fenómenos
que se presentan espontáneamente. Se preocupan así por diseñar artificios
experimentales que sirvan como validación del conocimiento.

4. Relación con la tecnología: otra característica es la convicción de que el conocimiento


es una útil herramienta para modificar el mundo. Se desemboca así en una conexión muy
estrecha entre el campo teórico y la tecnología. En esta relación es necesario distinguir
dos vertientes:

i. La ciencia nueva nace de la incorporación a su propio desarrollo de la tecnología. Este


fenómeno, de incorporar artefactos para poder llegar a conocer, es totalmente original.

ii. El avance de conocimientos permite la construcción de máquina, artefactos o


dispositivos tecnológicos. Esta es la direccionalidad más obvia de la relación ciencia-
tecnología.
En la Modernidad, la dimensión sustantiva de la invención tecnológica está relacionada
con la preocupación por resolver problemas vinculados a la producción.

5. Aspecto sociológico: la nueva ciencia fue también un fenómeno sociológico que implicó
el surgimiento de nuevas instituciones. En la Edad Media el conocimiento estaba
condensado en las Universidades, las escuelas catedralicias y los monasterios.

La investigación científica en la Modernidad se concentra en otras instituciones: las


Academias.

Si tenemos que encarnar en una figura todos estos aspectos que mencionamos como
características que dan lugar a una nueva forma de conocimiento, sin lugar a dudas
pensamos en Galileo Galilei. Él explícitamente menciona que “el libro de la naturaleza está
escrito en caracteres matemático”, pero trata de desentrañar las causas físicas a través de
procedimientos experimentales. También Galileo incluye artefactos tecnológicos
(telescopio) en su búsqueda cognoscitiva, a la vez, de ser un brillante ingeniero e inventor
de máquinas y herramientas. Es un científico moderno porque rompe con lo que se
conoce como “teoría de la doble verdad”. Sostuvo que la observación y la experimentación
nos ponían en conocimiento de la verdadera realidad

Andrés Mambrú: “Encrucijadas del pensamiento”, condiciones socio-económicos en que


nace la ciencia experimental moderna.

Las condiciones para su gestación incluyó una serie de cambios s partir del siglo XIV con
respecto al arte y la cultura, el comercio, la organización política y la religión, todo lo cual
conformó una nueva forma de pensar la realidad, determinado entre otros aspectos el
nacimiento de la ciencia moderna en los siglos XVI –XVII. Lo que denominamos ciencia
experimental moderna es un tipo particular de conocimiento que surge como
consecuencia del surgimiento de la burguesía que comienza a detentar el poder de un
nuevo orden económico, con la formación de los estados nacionales y la crisis de las
instituciones feudales. Fueron surgiendo instituciones y modos de pensar nuevos en la
sociedad. Por ejemplo en el comercio con la Revolución Industrial; en la religión con la
Reforma Protestante; en la organización política con el surgimiento de estados nación; la
racionalidad del individuo para resolución de todo tipo de problemas antes que la fe
divina o el mito, entre los aspectos más importantes.

La ruptura epistémica que se produce en la modernidad (ciencia experimental moderna)


con respecto a otros tipos de conocimientos: es una profunda transformación espiritual
que gesta un nuevo sujeto histórico, por ejemplo Descartes dio las bases de un cambio
filosófico. O Galilei que mediante el telescopio cambió el desarrollo de la ciencia; surge el
lenguaje matemático que puede captar relaciones entre fenómenos, que pueden medirse y
por tanto verificarse o refutarse. La naturaleza es entendida como una máquina que
puede desarmarse y sus partes ser estudiadas por separado. De este modo la ciencia se
convierte en conocimiento público.

El conocimiento científico a través del tiempo:

1. Ruptura entre la iglesia y el paso del conocimiento racional.

2. Se pasa de un mundo cerrado un universo infinito, de lo local a lo universal.


3. Hay un período de estados naciones, cambios productivos. América forma parte
subordinada de esta historia europea.

4. En este período es cuando comienza la hegemonía de Europa, surgen las categorías


oriente y occidente respecto a Europa. América es el oriente de oriente.

5. La categoría de progreso es propio de esta época, de un constante avance, sin


reconocer lo pasado o anterior.

6. Hay una concepción laica sobre el conocimiento. Se pasa de un conocimiento retórico a


un conocimiento lógico.

7. Se prioriza el conocimiento sobre cuestiones generales. Se deja de lado las cuestiones


del siglo XVI sobre derecho, historia, geografía, etnografía, etc.

8. Piensan que las cuestiones prácticas, humanistas del siglo XVI no permitieron avanzar
en profundidad en el campo del conocimiento, entonces van buscar más bien estructuras
cognoscitivas que cumplan con las condiciones lógicas, universales y temporales.
Produciendo la eliminación de la temporalidad.

Durante el siglo XVII y XVIII tienen fundamental importancia las ciencias físicas
matemáticas dejando de lado las cuestiones sociales. En el siglo XVII hay un cambio
radical, se dedican a otro tipo de cosas, por eso es que aquí nacen las ciencias físicas y el
nacimiento de las Ciencias modernas.

Desde el punto de vista del conocimiento hay 2 formas:

a) Conocimiento matemático

b) Conocimiento causalista

a) El matemático trata de buscar las relaciones matemáticas entre acontecimientos,


hechos del mundo, es decir tratan de dilucidar el conocimiento. Desarrollad por algunas
líneas antiguas como la Escuela Pitagórica – Platónica: es una tradición de pensamiento
que trata de encontrar relaciones matemáticas en el estudio de los fenómenos, por
ejemplo: la música está muy vinculada a la matemática. Tratar de buscar las relaciones
matemáticas que justifiquen de porqué los fenómenos son como son. El pensamiento de
Platón tiene que ver con una visión lógica, el pensamiento de Pitágoras tenía que ver con
una visión numérica matemática.

b) el causal trata de explicar la razón o causa de como aparecen los fenómenos, y que
esas causas o razones puedan ser consideradas como causa de que el fenómeno sea de
esa manera. Aristóteles fue el precursor, este tenía una teoría de las causas que trataba
de dar razón de los fenómenos, buscando diferentes causas que hacían que el fenómeno
apareciera de esa manera, No se buscaban relaciones matemáticas sino otras razones.

En el siglo XVII, cuando se realiza un trabajo cognoscitivo, se realiza uniendo estas dos
formas de pensamiento, buscando las relaciones matemáticas y tratando de buscar
causas que expliquen porque el fenómeno aparece como aparece. Los árabes proveyeron
el sistema numérico (0,1,2,3,4,5,6,7,8,9), una herramienta más pulida que tenían los
griegos. El legado de los árabes permitió el avance/transformaciones de las ciencias. Con
el sistema numérico se incorpora el 0 (cero) que hasta ese momento occidente no tenía
posibilidad de pensar. Bacón dice: “saber es poder”, si conozco puedo dominar el mundo
natural. Se abre la posibilidad indagatoria sin límites, cognoscitivamente. Esta es una
idea moderna de conocimiento para dominar la naturaleza. Por ejemplo: Newton reduce
su teoría a materia y movimiento.

a. A estas ideas se suma algo que no había hasta ese momento: el EXPERIMENTALISMO:

El conocimiento implica la posibilidad de conocimiento empírico, es decir la experiencia.,


que permite hacer observación científica como forma distintiva.

Por ejemplo: Bacón descubrió la conservación de especies en frio: observaba como se


conserva más en invierno que en verano, esto lo le llevo a experimentar, tratar de dar
razón, esto es propio del conocimiento moderno. Esto también se usaba como validación.
También Galileo decía que un solo experimento bien hecho vale para validar algo.

b. La otra característica es la vinculación con la TECNOLOGÍA: Se lo aplica para la


producción de tecnología, de aparatos, herramientas, artefactos, etc. Para dominar la
naturaleza, por ejemplo la máquina a vapor, lo cual permite cambiar la energía térmica,
del trabajo humano, por la energía mecánica. En este sentido el conocimiento científico da
lugar a la revolución industrial. Por eso el 2do. Momento más importante es la invención
de la electricidad, en el siglo XIX. Esto es la aplicación de la tecnología o conocimiento en
la vida cotidiana, producen cambios revolucionarios hasta en la concepción del tiempo y
del espacio.

La otra aplicación es la incorporación de la tecnología al propio conocimiento. Por ejemplo


el uso del telescopio, el uso del reloj mecánico, el uso del microscopio, etc.

No hay posibilidad de ciencia sin medición de tiempo y espacio. Por eso la cartografía para
medir el espacio fue fundamental, en este sentido los portugueses con los grandes viajes
fueron los principales cartógrafos. Así también los alemanes desarrollaron el reloj
mecánico para medir el tiempo, siempre ha sido preocupación de las culturas o
civilizaciones. Por eso todos los pueblos tienen un reloj para conocer o marcar el tiempo.

Es decir se juntaron elementos tecnológicos, la medición del tiempo y el dominio del


espacio; por ejemplo el tiempo para medir las cosechas, etc. Si bien Galileo no invento el
telescopio (fue una invención de los holandeses) fue el primero en utilizarlo en este
sentido, en 1609. También el microscópico fue usado a partir de 1632.

Un logro europeo fue encontrar un instrumento para manipular o vender masivamente


fue el reloj.

La tecnología es parte constitutiva del conocimiento, no está después o antes. No es un


producto. La aplicación de la tecnología rompe lo especulativo, la época moderna ahonda
en la modificación de la realidad, es conocimiento aplicado para modificar las condiciones
sociales y materiales.

c. Como la ciencia no es solo conocimiento sino una práctica, surgen las INSTITUCIONES:
Generan una forma de organización, regulan, modifican una estructura de conocimiento
que había hasta ese momento. Se generan una serie de instituciones destinadas a la
investigación y producción de conocimiento científico. Nacen en contra de las
universidades, ya que estas son una creación de la Edad media, período feudal,
institución medieval que tenían por función enseñar y discutir algunas temáticas dirigido
a un sector eclesiástico manejado por el poder de la iglesia. Pero no era una institución
dirigida a producir conocimiento.

Las ciencias recién empezaban, buscar otros lugares distintos, y son las academias donde
se va a producir conocimiento científico. En estas instituciones se arman grupos o
comunidades de científicos.

Las primeras que se van conformando son las academias italianas, la academia de Roma.

VISIÓN GENERAL DE LAS ACTIVIDADES CIENTÍFICAS Y TECNOLÓGICAS EN


AMÉRICA LATINA Y ARGENTINA

En el período de la conquista se anulan los avances o transformaciones tecnológicas de


los pueblos originarios. No importaba el conocimiento. Lo único que importaba era la
actividad extractiva (mineral principalmente) hacia países colonizadores. En todo caso, lo
único que se hace es incorporar a la producción minera y agrícola alguna tecnología
fabricada en Europa. El desarrollo tecnológico tampoco hubo cambios durante la
independencia de los países latinoamericanos, justamente por los largos períodos de
lucha independentista.

Del período colonial, en la Argentina hay una Institución Universitaria, muy antigua, que
es la Universidad de Córdoba, creada por los jesuitas en 1635. Es la más antigua del
Virreinato del Río de la Plata y el Alto Perú, junto con la de Chuquisaca. No eran
instituciones de ciencia y técnica, más bien eran instituciones destinadas a formar en
teología, filosofía, abogacía, es decir a formar profesionales en una determinada disciplina

Después del período independentista se crea la Universidad de Bs. As., creada por B.
Rivadavia, en 1821. No tenía tanto una concepción eclesiástica, pero tampoco se dedicó a
la investigación, a la producción de conocimiento científico tecnológico.

Recién a finales del siglo XIX, se empieza con cierta investigación en la universidad de Bs.
As., vinculada con un área que a dado mayor resultado en términos de premio para
nuestro país, que es la medicina: los 3 premios nobeles pertenecen al campo médico.

Es una investigación que más temprana arranca en la universidad debido a la


preocupación vinculada con la salud de la población. Por ejemplo el primero que introdujo
la idea de investigar fue el premio nobel Bernardo Alberto Houssay, en la U. de Bs. As.

Iniciado el siglo XX, Joaquín V. Gonzales, crea la universidad Nacional de la Plata con
fuerte movimiento positivista del siglo XIX. Con esta concepción positiva, es la primera
universidad que nace con fuerte proyecto de investigación científico. Traen científicos de
Europa, sobre todo de ciencias exactas. Entre 1920 – 1930, es importante la investigación
en la ciencia físico – matemático. Por eso los grandes físicos tienen vinculación con esta
universidad, institucionalizando y creando instituciones en investigación y ciencia, como
por ejemplo: Jorge Alberto Sábato (1924 – 1983) fue un físico y tecnólogo argentino de
formación científica autodidacta y destacado en el campo de la metalurgia y de la
enseñanza de la física.
En la segunda década del siglo XX, se crea, en 1914, la Universidad de Tucumán, por
Juan Benjamín Terán (1880-1938), pensador, educador, historiador y escritor Argentino.

Es creada con fuerte perfil regional, vinculadas con las producciones del sector azucarero,
sector de mayor presencia a la región NOA. También estaba destinada a investigar y a
solucionar problemas vinculados con la región; estas dos universidades del siglo XX se
crean de manera distinta a la de Bs. As. Y Córdoba.

Principales instituciones del complejo científico-tecnológico de nuestro país:

i. Universidades Nacionales (UU. NN): tienen todas ellas estatutariamente las tareas de
investigación y extensión fijadas. Las universidades privadas siguen el modelo
profesionalista con escaso y nulo desarrollo de la investigación.

ii. Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA): se crea con ese nombre en 1950, y para
1955 contaba con 250 científicos y 300 técnicos.

iii. Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE): recientemente ha sido


revitalizada con el desarrollo de proyectos de satélites comunicacionales. Es la entidad
encargada de llevar adelante el Plan Espacial Argentino. La CONAE posee la Estación
Terrena de control satelital y recepción de datos situada en Córdoba.

iv. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA): fue creado en 1956, por
recomendación de Raúl Prebisch, sobre instituciones existentes en el gobierno peronista.

v. Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI): fue creado en diciembre de 1957,


también sobre la base preexistente del Instituto Tecnológico que funcionaba en el
Ministerio de Comercio e Industria.

vi. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET): en 1958 se crea


el Consejo Nacional de Investigaciones Científica y Tecnológicas, también sobre la base de
una institución dedicada a la investigación creada con anterioridad.

vii. Secretaría de Ciencia y Técnica (SECYT): se crea en 1984, haciendo depender de ella
al CONICET. También financia proyectos de investigación y transferencia.

viii. Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica: fue creada en 1997, para
financiar actividades relacionadas a la innovación productiva.

ix. Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva: fue creado en el año 2007 y
es la máxima autoridad política en el área. Su misión es –según decreto presidencial de
creación- “orientar la ciencia, la tecnología y la innovación al fortalecimiento de un nuevo
modelo productivo que genere mayor inclusión social y mejore la competitividad de la
economía Argentina, bajo el paradigma del conocimiento como eje del desarrollo”.

III _ LAS CIENCIAS SOCIALES

Las ciencias sociales: Génesis y delimitación del objeto de estudio. La polémica con las
ciencias naturales: libertad-necesidad, comprensión-explicación, ciencia de lo singular-
ciencia de lo general. Las ciencias sociales como ciencias reflexivas. Las ciencias sociales
como conocimiento comprometido. El problema ideológico.
GÉNESIS

Las ciencias sociales forman parte de aquella clase de conocimientos que denominamos
“ciencia”. Se justifica esta consideración en el hecho de tener elementos en común con las
ciencias de la naturaleza. Podemos tomar, para trazar similitudes, las características de
racionalidad, sistematicidad, exactitud, falibilidad, y ajuste de los enunciados con el
mundo. En consecuencia, las ciencias naturales y las ciencias sociales son subclases
posibles de ciencia.

Si la ciencia, tal como la conocemos hoy, es un producto de la Modernidad, las ciencias


sociales de igual modo reconocen en ese período su génesis. El papel inaugural que
desempeñan los textos de Vesalio y Copérnico, en las ciencias de la naturaleza, lo
encontramos en la obra de Maquiavelo y en la de Montaigne para las ciencias sociales.

En el siglo XVII es cuando se produce la división de los campos de trabajo. Bruno Latour
considera que la partición se realiza en Inglaterra por una disputa entre el filósofo
naturalista Boyle, que considera que las ciencias de la naturaleza son primordiales
porque su objeto preexiste al hombre, mientras que el filósofo político Hobbes entiende
que las ciencias morales (sociales) son las más importantes, porque dirigen su atención a
los fenómenos generados por el hombre.

El dualismo moderno, planteado por René Descartes, entre la res extensa (materialidad) y
la res cogitans (pensamiento) introduce una distinción ontológica insalvable entre la
naturaleza y la humanidad. Esta diferencia sustantiva fundamenta la partición entre
aquellos saberes que refieren a lo objetivo, a lo externo (ciencias de la naturaleza) y los
saberes que se centran en las facultades humanas y sus productos (ciencias sociales).
Como sujeto pensante, el hombre se erige en centro del universo y considera a la
naturaleza como entidad a su disposición y bajo su dominio.

Dos siglos de logros increíbles hicieron que las ciencias de la naturaleza generaran sus
propias instituciones, sus mecanismos de resguardo del conocimiento y, sobre todo,
tuvieran gran impacto en la modificación de la vida laboral y cotidiana de los sujetos. Las
ciencias sociales, por el contrario, recién en el siglo XIX alcanzan su institucionalización a
partir de la reforma en las Universidades, que amplían su objetivo de reproducir el saber
existente, a la tarea de producción de nuevos conocimientos. De esta manera, obtuvieron
apoyo de los Estados para sus trabajos. En cierto sentido se podría decir que, gracias a
las ciencias sociales, ingresa la práctica científica a las universidades.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, según Wallerstein, se conforman cinco
disciplinas centrales en el campo social: Economía, Sociología, Ciencia Política, Historia y
Antropología. Las tres primeras dirigen su atención central al tiempo presente y formulan
enunciados generales, que permiten trabajo teórico sobre regularidades vigentes en cada
caso. Las otras dos trabajan sobre acontecimientos pasados o singularidades
diferenciadas.

Wallerstein menciona también la aparición de tres campos de saberes que no considera


principales: Geografía, Psicología y Ciencia Jurídica. Las razones de esta estimación
secundaria la fundamenta, el autor, en la ubicación ambigua que tienen en cada caso, lo
que atenta contra su autonomía en el campo social. Para él, la geografía intersecta entre
las ciencias físicas y las humanas; la psicología entre el territorio médico y el social; la
jurisprudencia, entre la práctica profesional de la abogacía y la normatividad del cuerpo
legal.

Mombrú dice: con respecto al surgimiento de las ciencias sociales que las condiciones
para su desarrollo o surgimiento incluyó una serie de cambios a partir del siglo XVI con
respecto al arte y la cultura, el comercio, la organización política y la religión, todo lo cual
conformó una nueva forma de pensar la realidad, determinando en otras cosas el
nacimiento de las Ciencias Modernas en los S. XVI y XVII. Fue decisiva la profunda
transformación religiosa: la reforma protestante y la nueva moralidad que trajo aparejada.

DELIMITACIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO

El conocimiento científico social se puede definir como aquel que se ocupa de las
relaciones que establece el hombre con la naturaleza y los hombres entre sí. De esta
manera podemos hablar de “relaciones sociales” como interconexión histórica de
subjetividad y objetividad en la existencia social. Tal como lo señala la tradición que
arranca con Marx (1818-1883), lo social es una realidad que construyen los hombres
mismos en relación. No es una realidad externa a los hombres que en algún instante los
golpee, sino que los hombres la hacen y al hacerla se hacen a sí mismos. Cada hombre
nace en una estructura de relaciones ya establecidas que lo condicionan, pero que, a su
vez, pueden modificar parcial o totalmente.

El término de “relación social” supera la parcialidad de la visión objetivista o de la visión


subjetivista de cualquier problemática. El concepto permite aunar lo histórico y
cambiante con la permanencia de lo formal. Rebasa la individualidad y se aleja de la
conciencia subjetiva acercándose al concepto de hecho social, pero eludiendo la
cosificación. Los objetos no son simples cosas que se suceden con la externalidad de los
acontecimientos naturales, sino relaciones en cuya producción intervienen decisivamente
los hombres. El mundo que percibimos lleva en sí la forma en que existe y subsiste la
praxis social. En esta realidad está introducida la subjetividad. Otra ventaja para esta
elección surge de la conexión con la categoría de sistema.

LA POLÉMICA CON LAS CIENCIAS NATURALES:

LIBERTAD-NECESIDAD

Una de las dicotomías usadas para distinguir el conocimiento de lo social del


conocimiento natural es la dupla libertad-necesidad. Los fenómenos que estudian las
ciencias de la naturaleza son determinados por una serie de causas que los hacen ser,
necesariamente, de determinada manera. Por el contrario, los fenómenos sociales serían
resultantes del libre accionar de los individuos. Como consecuencia, frente a la
posibilidad de predicción de las ciencias naturales a partir de las relaciones causales que
se dan entre fenómenos, las ciencias sociales están imposibilitadas para realizar cualquier
intento de anticipación. Tenemos que criticar esta diferenciación por dos motivos.

Primero, la ciencia de la naturaleza reconoce la objetividad del azar tanto en los sistemas
complejos e inestables como en el comportamiento de las partículas elementales. Se
reconoce un mundo físico más inestable, mucho más complejo, un mundo en el que las
perturbaciones desempeñan un papel muy importante y donde una de las cuestiones
clave es explicar cómo surge esa complejidad. Es decir, se rompe con la idea de la
necesidad absoluta de los fenómenos naturales.

Segundo, la libertad no es equivalente a la ausencia de determinaciones, sino a la aptitud


de superar la coacción. Los seres humanos estamos insertos en un sinnúmero de
condicionamientos que provienen del campo físico, del biológico, del psicológico y del
social. Aunque, simultáneamente, tenemos capacidad de deliberación y de elección entre
posibilidades que se presentan. El conocimiento social trabaja teóricamente para dilucidar
las razones que pueden dar cuenta de determinadas tendencias sociales y nunca sobre
cuestiones vinculadas a la imprevisibilidad de lo acaecido.

COMPRENSIÓN-EXPLICACIÓN

Otra de las diferencias antitéticas entre las ciencias toma como referente la metodología.
Para Dilthey, las ciencias del espíritu no proceden en búsqueda de generalizaciones
explicativas sino intentando comprender los rasgos individualizantes y únicos de sus
objetos. Un acontecimiento histórico-social es singular y requiere, como tal, el
desentrañamiento de los motivos que lo llevaron a ser. Por el contrario, los fenómenos
naturales se repiten de idéntica manera lo que permite su explicación.

Para los filósofos hermenéuticos de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la
posibilidad comprensiva radicaba en la empatía que se establecía entre el investigador y el
evento a explicar. Desde el siglo XX la comprensión pierde su tinte psicologista y
metodológico, entendiéndosela como una condición antropológica perteneciente a toda
experiencia humana del mundo. No es establecer un sentimiento de simpatía, sino
descifrar textos, hechos o acciones en vinculación con su contexto y desde nuestro
presente. La tarea de la comprensión no es ya ganar el horizonte del pasado
desplazándose a mundos extraños que no estén vinculados con el nuestro. Por el
contrario, uno tiene siempre su propio horizonte para poder desplazarse a una situación
cualquiera. Comprender es, entonces, un proceso de fusión de horizontes.

Si tomamos ahora el sentido inverso, nos encontramos que ninguno de los dos campos
científicos –natural o social- puede eludir la búsqueda de explicaciones cognitivas sobre
los hechos, eventos o acontecimientos singulares. Para ello se aspira a la producción de
formulaciones teóricas generales tanto en las ciencias físicas como en las de la sociedad,
formulaciones que se usan para la explicación de los fenómenos. Podemos concluir así
que ambos grupos de ciencias desarrollan prácticas comprensivas y explicativas para
tratar de dar razón de los fenómenos del mundo.

Es cierto que la búsqueda del sentido de la acción humana (individual o colectiva) no se


presenta más que en las ciencias sociales y es importante para reconstruir la génesis de
los objetos, acontecimientos e instituciones. Pero esta comprensión de intención se da
complementariamente con el uso de otros modelos explicativos. Por el contrario, la
función que tienen los elementos en una estructura o en un sistema es una forma de
explicar utilizada más allá del ámbito de lo social; está presente también en campos de
trabajo físico, químico y, sobre todo, biológico.

CIENCIA DE LO SINGULAR-CIENCIA DE LOS GENERAL


Un último aspecto que se toma para diferenciar ciencias sociales de ciencias naturales es
la dicotomía nomotético-idiográfico. Mientras que las ciencias de la naturaleza formulan
leyes, se niega la existencia de regularidades en el caso de las relaciones sociales. Esta
forma tradicional de pensar los fenómenos histórico-sociales, encerrándolos en el estudio
de casos singulares, ignoran la importancia explicativa que representa el esfuerzo por
insertarlos en sistemas teóricos de relaciones constitutivas.

Pero esta distinción es insostenible porque toda ciencia es nomotética al mismo tiempo
que idiográfica. De hecho, todas buscan patrones subyacentes a los datos, todas explican
lo individual en término universales y emplean particularidades para conjeturar y verificar
sus generalidades, como dice Mario Bunge.

Desmitificadas así las oposiciones excluyentes entre libertad-necesidad, explicación-


comprensión y ciencia de lo general-ciencia de lo singular, vamos a tratar de delinear
aspectos que separen efectivamente a las ciencias de la naturaleza de las ciencias de la
sociedad, porque no hay duda alguna de que son diferentes.

Especificidad de las ciencias sociales

Todo conocimiento es una práctica relacional entre lo que, gnoseológicamente, se


denomina sujeto de conocimiento y el objeto a conocer. Esta relación no es lineal, porque
implica siempre mediaciones y la conformación de una tercera entidad que –según las
concepciones filosóficas- será denominada idea, representación, imagen, fenómeno, o,
simplemente, objeto de conocimiento.

Lo que es interesante señalar es que en el conocimiento de la sociedad hay una identidad


parcial entre el sujeto y el objeto, lo que redunda en una diferencia cualitativa con el
conocimiento de la naturaleza. Lo que supuestamente intento conocer, me involucra.
Condorcet dice: “formamos parte de la sociedad que estudiamos”. Pero, los científicos
sociales no pueden dejar de formar parte de las relaciones sociales de su época ni pueden
desconocer que son afectados por su historia.

Se considera que las ciencias desnudan los fenómenos naturales y que debemos cuidar
que las modificaciones que introducimos para poder regular dichos fenómenos no nos
afecten. El conocimiento social, por el contrario, es un elemento fundamental en el
conjunto de medios responsables de la direccionalidad que adoptan los cambios sociales.
Si el conocimiento es una práctica social, el desarrollo de esa práctica ya modifica la
sociedad que la incluye y que es la que pretendemos estudiar.

En el conocimiento social, esta relación de inclusión del sujeto con lo que pretende
investigar no sólo no puede obviarse, sino que constituye una de las condiciones previas
para comprender el problema que se quiere abordar. Por ello, el investigador social tiene
que analizar su propia ubicación, sus propios condicionamientos, la posición desde la que
efectúa la actividad cognoscitiva y las expectativas de conservación o cambio que
direccionan su conocer. Esta vuelta del sujeto sobre sí mismo es lo que distingue a las
ciencias sociales como ciencias reflexivas.

Dicho en términos de Pierre Bourdieu, el buen trabajo científico en el campo de lo social


requiere cumplir la práctica reflexiva de “objetivar al sujeto objetivante”; es decir,
examinar al sujeto cognoscente y a las condiciones de posibilidad que sostienen a la
acción gnoseológica desarrollada.

El ser humano no puede hacerse a un lado y contemplar con tranquila indiferencia, como
un observador distanciado, el curso de los acontecimientos sociales que lo involucran.

En definitiva, cuando se presentan problemas de índole social, los problemas


gnoseológicos se vuelven problemas políticos. Incluso la enunciada posición de
neutralidad axiológica está jugando a una finalidad de preservación del orden social. Esto
explica la mayor gravitación de los intereses, de la visión del mundo y de las ideologías en
el campo cognoscitivo, y la necesidad de la práctica reflexiva para que esos componentes
no sean distorsionantes.

Existe otra diferencia fundamental entre el estudio de los fenómenos naturales y los
fenómenos sociales. Las células, los átomos, las sustancias químicas y los artefactos –
objetos posibles de ser estudiados por ciencias de la naturaleza- no tienen opiniones sobre
sus relaciones; luego no pueden verse influidos por ellas. En cambio los docentes, los
alumnos, los comunicadores, los empresarios, los funcionarios de gobierno y los
representantes sindicales, sí que las tienen, y de ellas depende en parte su conducta. No
sólo incluye en el objeto de estudio a los propios investigadores, sino que las personas
estudiadas pueden dialogar o discutir en varias formas con esos expertos. Pueden
discurrir sobre el sentido de sus prácticas y acerca de su condición objetiva, aunque todo
ello deba ser analizado por la conciencia vigilante del investigador. Es una tarea que
complejiza la práctica científica al tener que implementar técnicas para recoger las
opiniones, las explicitaciones de motivos, las justificaciones de prácticas, etc. de los
agentes/actores/sujetos sociales que forman parte del polo objetivo del conocimiento.

A diferencia de la situación que se presenta en el estudio de la naturaleza, la duplicidad


del rol científico social como participante comprometido y observador distanciado, por un
lado, y el desdoblamiento del objeto social, por otro, son aspectos inherentes e ineludibles
en el intento de aprehensión de la sociedad.

Inmanuel Wallerstein: “Abrir las ciencias sociales”

Desde siglos atrás a la ciencia se define como la búsqueda de leyes naturales universales
que se mantienen en todo tiempo y espacio, sobre la base de la visión clásica de la ciencia:
la newtoniana y el dualismo cartesiano.

Para este autor, el surgimiento de las Ciencias Sociales tiene como base el positivismo.
Donde en un principio se niega como ciencia porque había un modelo de las Ciencias
naturales.

Se las acepta como ciencia pero se las exige que adecúen sus métodos al de las Ciencias
naturales para que sea válida, pero no se atreven a negar que las Ciencias Sociales
existen. Es decir que la acepta como ciencias teniendo en cuenta su problemática
específica o no se entra en la discusión: existen varios planteos, desde otorgarle
obstinadamente el rango de las ciencias hasta despreocuparse y aceptan la posibilidad de
que no lo sean.
Las ciencias sociales no son exactas pero son rigurosas. Es poco probable que todas las
ciencias sociales adopten un mismo método pero si es evidente que todas comparten un
mismo objeto de estudio: EL HOMBRE.

Según Wallerstein, las ciencias sociales emergieron a partir del s. XVI y forma parte de la
construcción del mundo moderno y desarrolló un conocimiento secular sistemático sobre
la realidad que tenga algún tipo de validación empírica. Desde el siglo XV las ciencias se
definen como la búsqueda de leyes naturales universales que se mantenían en todo
tiempo y espacio. Según este autor el comienzo del s. XIX el conocimiento se había
dividido en 2 campos: la ciencia y la filosofía. La división entre ciencia y filosofía había
sido proclamada como un divorcio según Augusto Comte, y revive el término “física social”
que permitiría la reconciliación del orden y el progreso.

También en este siglo la historia intelectual se marca por la disciplinarización y


profesionalización del conocimiento. La división mencionada prometía ser
intelectualmente productiva, muchos sostenían que la solución consistía en organizar y
racionalizar el cambio social emergente, lo cual generó espacios para las ciencias sociales.
La ciencia positiva se proponía la liberación total de la teología, la metafísica y todo lo
demás modos de explicar la realidad. Se crearon múltiples disciplinas de ciencias sociales
que parten del intento general del s. XIX de obtener e impulsar el conocimiento objetivo de
la realidad con base en descubrimientos empíricos. Por ejemplo: el cuarteto historia,
economía, sociología y ciencia política, disciplinas universitarias, se ocupaban de describir
la realidad social de varios países. Luego el estudio de esos pueblos paso a ser parte de la
disciplina antropología.

Para 1945 las Ciencias Sociales estaban institucionalizadas en casi todas las
universidades importantes del mundo. También estaban claramente distinguidas: las
naturales que estudiaban sistemas no humanos, y las sociales que estudiaban la
producción cultural, mental y espiritual de las sociedades humanas “civilizadas”.

Comentario sobre el texto de Wallerstein:

Lo que se trata de abarcar principalmente en este pequeño resumen es el proceso que


sufrieron las ciencias sociales tras la búsqueda de su independencia frente a las ciencias
que ya existían, en particular de las Ciencias Naturales. Así como también se tratara de
abarcar lo referente a la institucionalización de las Ciencias Sociales.

Las ciencias sociales han padecido desde su nacimiento una definición y un estatuto
ambiguos. Al principio parecía clara su distinción con respecto a las ciencias naturales,
pero el desarrollo académico, por un lado, de las humanidades, y las crecientes
implicaciones sociales de las disciplinas de la naturaleza, por el otro, hicieron borrosos
sus límites disciplinarios. Al propio tiempo, el desarrollo impetuoso de las universidades
en todo el mundo vino a hacer imperiosa una reflexión seria sobre la estructuración de las
ciencias sociales.

Patrocinados por la Fundación Gulbenkian, diez eminentes académicos de diferentes


países -seis de las ciencias sociales, dos de las humanidades y dos de las ciencias
naturales- se vinieron reuniendo bajo la presidencia de Immanuel Wallerstein, desde julio
de 1993. El resultado de sus deliberaciones es este informe compacto, serio, orientado
hacia conclusiones concretas, que ponen sobre sus pies a las ciencias sociales en la
víspera del nuevo milenio. Los problemas eran y son considerables: jerarquía entre pasado
y presente, entre universalismo y particularismo, entre enfoques ideográficos y
nomotéticos; multiculturalismo, interdisciplinariedad, proliferación, confusa de
programas universitarios de investigación, escasez de recursos, implicaciones políticas,
etc.

La función primordial del informe es la de extender la discusión a la mayor cantidad de


ámbitos universitarios, debatir problemas locales subyacentes, elaborar con precisión los
problemas interdisciplinarios, y sensibilizar al Estado y a las instituciones oficiales y
privadas para el mantenimiento y desarrollo de investigaciones sociales urgentes,
altamente redituables en los campos de la vida pública.

¿Qué se puede concluir acerca de los pasos que podrían darse para “abrir las ciencias
sociales”?

Que se hace necesario generar un debate colectivo y hacer algunas sugerencias sobre los
caminos por los cuales quizá se podría llegar a soluciones. Esto nos lleva al último punto
del Informe: -La reestructuración de las ciencias sociales como conclusión al aporte. Hay
cuatro clases de procesos estructurales que los administradores de estructuras de
conocimiento de las ciencias sociales deberían alentar, como vías útiles hacia la
clarificación intelectual y la eventual reestructuración más completa de las ciencias
sociales:

1. Agrupamientos de estudiosos, por un año, con apadrinamiento institucional, en torno a


puntos específicos apremiantes.

2. Establecimiento de programas universitarios de investigación, con fondos para cinco


años, cortando interdisciplinariamente las líneas tradicionales.

3. Nombramientos de profesores en dos áreas o departamentos de estudios diferentes.

4. Incorporación a los grupos de investigación de estudiantes de postgrado involucrados


también en dos distintos campos académicos.

Díaz Esther y Heller Mario: "El conocimiento científico”

El objeto de estudio de las ciencias sociales

El prestigio ganado por las ciencias naturales ha logrado que su método sea exaltado
como el “el método de la ciencia”. Con respecto a las Ciencias Sociales no existe
unanimidad, no tan solo en el método sino también en cuanto a su rango de ciencia. Al
respecto hay 3 posiciones divergentes:

a. Se las niega como Ciencia.

b. Se las acepta como Ciencia, pero se les exige que adecuen su método al de las Ciencias
Naturales.

c. Se las acepta como Ciencias teniendo en cuenta su problemática específica.


Las Ciencias Sociales tienen como modelo de actividad el método experimental de las
Ciencias Naturales, estas brindan coherencia, lógica y contrastación con la experiencia
para explicar y predecir, pero estos requisitos no son cumplidos con exactitud por las
Ciencias Sociales.

Se niega su categoría de Ciencia por el ideal heredado del positivismo, de la unificación


del conocimiento (lo formal y la experiencia) que tiene como modelo la física-matemática
en consecuencia solo existe la Ciencias Formales y Naturales.

Es decir se las acepta como Ciencia teniendo en cuenta su problemática específica o no se


entra en la discusión: existen varios planteos, desde otorgarle obstinadamente el rango de
las ciencias, hasta despreocuparse y aceptar la posibilidad de que no lo sean.

No obstante ello, las Ciencias Sociales (Historia, Psicología, Antropología, Sociología,


Lingüística, entre otras) han alcanzado logros y se siguen desarrollando. Estas no son
exactas pero son rigurosas, y tienen un mismo objeto de estudio: el HOMBRE, pero no
como ser biológico, sino como individuo poseedor de libertad de lenguaje, de cultura y que
toma decisiones dentro de los condicionamientos y de las circunstancias individuales y
sociales:

Por ejemplo: un físico puede predecir el comportamiento de un metal sometido al calor,


pero un sociólogo no puede predecir cuándo estudia una situación social. Mientras que
los fenómenos físicos responden a leyes de la naturaleza (si tiramos una piedra esta cae al
vacío), por el contrario los hombres crean, eligen y no sabemos cómo se comportará ante
un conflicto. Además el hombre tiene lenguaje, dice lo que quiere o no. Y esta
característica crea dificultades y otorga beneficios en la investigación de las Ciencias.
Sociales. Ya que el hombre puede manifestar verdad, mentir, ocultar, pero puede arrojar
luz sobre las teorías como fuente de información, para contrastar hipótesis, ayudar a
refutar o a verificar.

El lenguaje es privativo de estudio de las ciencias sociales, solo el hombre crea y se


expresa en un lenguaje simbólico, que en el caso de la piedra que se tira y cae, el
científico dirá que es la gravedad, la piedra calla y otorga. Pero cuando un economista
dice que la inflación es un “problema psicológico”, los sujetos pueden discutir tal
afirmación.

Por eso la libertad, el lenguaje y la cultura (creaciones humanas) son las características
principales que diferencian al hombre de los demás objetos de estudio de las ciencias.
Porque el hombre va constituyendo sus condiciones de vida: inventa costumbres,
mantiene tradiciones, implanta normas y leyes, trabaja; y todo esto se va transformando
en la historia. En este contexto el hombre tiene un aspecto positivo de comprensión de los
fenómenos humanos; y un aspecto negativo de falta de distancia entre él y su objeto.

Las Ciencias Naturales concibieron el conocimiento como una relación entre sujeto y
objeto. Donde el sujeto científico aprehende las características del objeto físico, los dos
están enfrentados y posibilita una distancia entre ambos para la objetividad.
Ahora bien, cuando el objeto es otro hombre la relación no es tan diferenciada y
transparente, aun cuando el científico proponga imparcialidad y objetividad, su manera de
entender la sociedad, su formación y su ideología condicionarán su capacidad de análisis.

Pero lo discutible de la falta de objetividad en Ciencias Sociales puede llegar a ser un


rasgo positivo, porque borrando el esquema rígido de sujeto objeto puede facilitar el
acceso al objeto, por medio de la comprensión de (empatía psicológica con) su objeto de
estudio (el hombre).

Otra dificultad epistemológica, es la juventud de las Ciencias Sociales porque el objeto de


estudio de estas no llega a 200 años, mientras que las Naturales lo hicieron hace 2500
años atrás. Por eso los físicos, hoy, tienen acuerdo de que es el agua, mientras que para
los científicos sociales habrá una polisemia de respuestas a la pregunta ¿qué es el
hombre? Por eso estas Ciencias no pueden ni deben competir porque tienen distintas
temáticas. Por ello se considera una postura no reduccionista, es decir no reducido a un
solo método de estudio.

Las ciencias sociales son distintas a las naturales, no hay ni habría acuerdo. En las
ciencias naturales es más inmediato, más directo el análisis, en ciencias sociales es
constante la reflexión del sujeto que conoce y refleja la realidad y que las cosas pueden
ser intersubjetivas, aceptadas. Hay procedimiento de reflexión y conexión.

Pierre Bourdieu: “Objetivar al sujeto objetivante”

Objetivizar al sujeto objetivamente, objetivar el punto de vista objetivamente, es una cosa


que se practica corrientemente, pero se lo hace de una manera aparentemente radical y
en realidad muy superficial. Se piensa que se ha objetivizado al sociólogo, o en general a
un productor de bienes culturales, cuando se ha objetivado su posición de clase. Se olvida
que es necesario todavía objetivizar su posición en ese sub-universo, donde están
comprometidos los intereses específicos, que es el universo de la producción cultural.

El "sujeto objetivante"¿Qué es esto? Bourdieu alude al científico mismo, él es el sujeto


cuya tarea es la de "objetivar" para realizar sus investigaciones, es el sujeto que observa
un observador. Los problemas vienen cuando este observador olvida que él mismo es
parte de una gran cantidad de objetos que lo atraviesan, es entonces cuando el sujeto se

cree en un lugar privilegiado, un superhombre o Dios a quien nadie le puede pasar y que
incluso llega a tal narcisismo de creer que es él, al observar, quien crea la realidad misma.
Las críticas frente a este "sujeto-dios" son dirigidas contra la ingenuidad de éste de
creerse "algo que causa sin ser causado", y que por lo tanto, olvida que él mismo está
inmiscuido dentro de tales causas y efectos que pertenecen a todos los planos, desde el
sistema-físico, sistema-biológico, y sí, el sistema-sociedad. Lo que plantea Bourdieu es
realizar una sociología del sociólogo, localizar y hacer saber al sociólogo que él mismo
como observador también es un objeto, que se mueve y es movido por una inmensa
cantidad de co-determinaciones. Esto es la objetivación del sujeto objetivante.

Nagel Ernest: “Problemas metodológicos de las ciencias sociales”

Las Ciencias Sociales no poseen en la actualidad sistemas explicativos de vasto alcance


considerados satisfactorios por la mayoría de los estudiosos. Hay serios desacuerdos en
cuestiones metodológica como de contenidos, lo que le quitaría el término de verdadera
ciencia.

Teniendo en cuenta esto se examinará una serie de problemas lógicos generales de las
discusiones metodológicas de las Ciencias Sociales:

1. FORMAS DE INVESTIGACION CONTROLADA: En lo que respecta a una


experimentación controlada como exigencia metodológica para el status de ciencia, Nagel
afirma que muy raramente es posible realizar experimentos en el sentido estricto de la
palabra, en las ciencias sociales y que quizás sea imposible realizarlos alguna vez con
respecto a un fenómeno que suponga la participación de varias generaciones y grandes
cantidades de hombres. El autor busca una solución en la “investigación controlada”, en
donde se busca situaciones diferentes en las cuales el fenómeno se manifiesta
uniformemente y en el “experimento de campo”, en el cual se crea un sistema social en
miniatura, donde el sujeto es una comunidad limitada. Sobre la cual se ensayan
diferentes cambios en las variables y sus efectos sobre el sujeto.

2. RELATIVIDAD CULTURAL Y LEYES SOCIALES: Según el autor, las pautas de conducta


social varían según la sociedad en la cual se genera la conducta y según el carácter de sus
instituciones en un período histórico dado. De tal modo, las conclusiones obtenidas
mediante el estudio controlado de datos de muestreo de una sociedad probablemente no
sean válidas para una muestra sacada de otra sociedad.

Las generalizaciones de las ciencias sociales tienen solamente un alcance muy restringido
que se limita a fenómenos sociales que se producen durante una época histórica
relativamente breve dentro de ordenamientos institucionales especiales.

3. EL CONOCIMIENTO DE LOS FENÓMENOS SOCIALES COMO VARIABLE SOCIAL: La


tercera dificultad planteada por el autor hace referencia a que los seres humanos a
menudo modifican sus modos habituales de conducta social como consecuencia de la
adquisición de nuevo conocimiento acerca de los sucesos en los cuales participa o de la
sociedad a la que pertenecen.

4. LA NATURALEZA SUBJETIVA DE LOS TEMAS DE ESTUDIO SOCIALES: En este


sentido Nagel dice, que las categorías descriptivas y explicativas de las Ciencias Sociales
son radicalmente “subjetivas”, de modo que estas disciplinas se ven obligadas a confiar en
técnicas de investigación “no objetivas”. El científico social por lo tanto debe “interpretar”
los materiales de su estudio identificándose en su imaginación y construyendo “modelos
de motivación”.

5. EL SESGO VALORATIVO DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL: Nagel afirma que “Se ha


observado a menudo, además, que el estudio de los fenómenos sociales recibe mucho
impulso de un intenso celo moral y reformador, de modo que muchos análisis
aparentemente objetivos de las Ciencias Sociales son de hecho recomendaciones
simuladas de política social”. Por ejemplo en investigaciones en el campo de la política
siempre va a encontrar cualidades favorables si este pertenece al mismo signo político.

Beatriz Bruce: “Distancia y compromiso”


El título hace referencia a la relación sujeto – objeto en la conformación del conocimiento
científico en las Ciencias Sociales. Bruce deduce que “las ciencias sociales y “ciencias
naturales” pueden ser ambas concebidas como relaciones sujeto-objeto, porque en los dos
casos hay un sujeto que conoce y un objeto de conocimiento. Pero en las Ciencias Sociales
además del desdoblamiento del sujeto en la actividad reflexiva, también el objeto se debe
desdoblar como sujeto-objeto.

Es decir, los científicos sociales no pueden dejar de formar parte de las relaciones sociales
de su época. Todo saber acerca de la sociedad está precedido por una situación de
pertenencia a una historia, a una clase, a una nación, a una cultura o una tradición. Por
ello, el investigador social tiene que analizar su propia ubicación, sus propios
condicionamientos, la posición desde la que efectúa la actividad cognoscitiva.

El ser humano no puede hacerse a un lado y contemplar con tranquila indiferencia, como
un observador distanciado, el curso de los acontecimientos sociales que lo involucran.

Bruce propone como solución la crítica reflexiva, “la conciencia de que tal o cual relación
social ha tenido un comienzo que no ha existido siempre, que ha sustituido a otra o que
ha evolucionado desde ella, es la que nos permite escapar de nuestro entorno social y
tomar frente a él la distancia necesaria para someterlo a análisis. La crítica reflexiva es el
arma que todo pensador debe llevar contra sigo mismo para tener la posibilidad de ser
racional.

Finalmente el “compromiso” está expuesto en la preocupación y pertenencia del científico


social por su entorno, mientras que la “distancia” apunta hacia la necesidad de una visión
y post conocimiento crítico-reflexivo del investigador social respecto a su objeto de
estudio, al cual pertenece indefectiblemente, para alcanzar así, mínimamente siquiera, el
ideal de objetividad, menester para que su conocimiento pueda ser considerado científico.

IV _ EL PROBLEMA DEL MÉTODO

Los contextos de la actividad científica. El método en el contexto de descubrimiento y en el


contexto de justificación. El esquema de la investigación científica. El problema de la
confirmación: el Inductivismo: críticas lógicas y metodológicas. El método hipotético
deductivo: problemas.

Delimitación de la problemática

La ciencia, es quizás, la forma de conocimiento más regulada que existe. La importancia


que revisten los métodos en esa práctica llevó a que, en variadas concepciones
epistemológicas, se buscara a través de ellos la demarcación del campo científico. La
discusión en epistemología no resuelve la vía investigativa concreta, sino que es una
discusión en general sobre procedimientos que permiten el planteo y la justificación de
nuevos conocimientos.

Esta condición de la reflexión epistemológica hace que tampoco se trabaje con métodos o
técnicas específicos, sino que el avance y la justificación de nuevos conocimientos estén
siempre vinculados con la posibilidad inferencial. Explicamos: la única estructura lógica
que permite extraer un nuevo enunciado a partir de enunciado/s dado/s es el
razonamiento. Por eso, en epistemología cuando se discute el método, éste está vinculado
con las formas de inferencia: deductiva, inductiva y analógica. Podríamos considerar
también la abducción, como procedimiento racional que, según Charles Sanders Pierce, es
óptimo para el descubrimiento en ciencias.

Razonamiento deductivo: es el único en el cual la conclusión se deriva necesariamente de


los antecedentes o premisas. Si las premisas son verdaderas y el razonamiento es válido,
la conclusión es necesariamente verdadera. El proceso lógico es derivativo, es decir que se
extrae de los enunciados dados una conclusión que está implícita en ellos.

Razonamiento inductivo: las premisas o enunciados antecedentes enumeran casos o


hechos particulares de la experiencia, para concluir generalizando a partir de ellos. Su
conclusión es siempre probable. Aunque las premisas sean verdaderas, la conclusión es
sólo probable.

Razonamiento analógico: la inferencia se realiza a partir de la comparación entre


fenómenos, acontecimientos o hechos. Al presentar los mismos una serie de propiedades
comunes, se infiere la presencia de otra variable en uno de los antecedentes por su
presencia en el otro.

Abducción: es un procedimiento inferencial planteado por Pierce, que comienza con cierta
anomalía.

Los distintos procedimientos metodológicos y las diferentes técnicas que se utilizan en


investigaciones concretas son resultados de la aplicación práctica de las posibilidades
inferenciales vinculadas con los razonamientos.

LOS CONTEXTOS DE LA PRÁCTICA CIENTÍFICA

La clásica distinción que Hans Reichenbach plantea en 1938, en su libro Experiencia y


predicción, separa un contexto de descubrimiento, conformado por las condiciones que
dan lugar a la emergencia de una hipótesis o una teoría y un contexto de justificación,
constituido por los procedimientos lógicos que validan ese conocimiento. En el primero,
los procedimientos metodológicos que se siguen para proponer nuevas hipótesis son
variados e incluso pueden estar ausentes dejando lugar a la intuición, al azar o a la
casualidad. Esta imposibilidad de encontrar un camino lógico ajustado hizo que, la
concepción epistemológica del positivismo-lógico, se desentendiera del contexto de
descubrimiento.

Para esa escuela, la justificación es el momento ajustadamente metodológico, siendo


obligatorio que todo conocimiento científico siga un mismo camino para garantizar la
racionalidad y objetividad de los resultados.

Javier Echeverría, en su Filosofía de la ciencia, propone una ampliación de contextos, que


alcanzan a ser cuatro: contexto de educación, contexto de innovación (descubrimiento),
contexto de valoración (justificación) y contexto de aplicación. El primero refiere a las
prácticas de formación necesarias para realizar la actividad científica. Como lo expresa
sintéticamente el autor: no hay posibilidad de intelección científica sin aprendizaje previo.
Con algunos matices diferenciadores y amplificadores, retoma los dos contextos de
Reichenbach, para finalmente plantear la existencia de un ámbito de aplicación y de
transformación. La práctica científica combina actividades muy diversas para producir
transformaciones sobre el mundo en que se quiere actuar.

EL MÉTODO EN EL CONTEXTO DE DESCUBRIMIENTO

En el planteo de un nuevo conocimiento no está vedado ninguno de los procedimientos


racionales descriptos. En todo caso, cada uno de ellos tiene el límite que la propia
estructura inferencial les impone. Si empezamos por los procedimientos deductivos, es
posible que una vez establecidas las redes teóricas, las mismas permitan descubrir,
derivando de ellas, nuevas ideas, conjeturas, hipótesis. El descubrimiento por deducción
exige que la comunidad científica tenga a su disposición enunciados teóricos desde los
cuales pueda inferir otros conocimientos, hasta ese momento, no planteados.

Los procedimientos inductivos de descubrimiento se asientan sobre la observación del


mundo y la captación de regularidades que permiten la formulación de hipótesis
generalizadoras. La mayor parte de las ciencias del mundo –natural o social- han
comenzado sus planteos a partir de este proceso inferencial de generalización inductiva.
Desde ya, la inducción por sí sola no permite el descubrimiento en el territorio de lo no-
observable. Las ciencias trabajan, no sólo con término empíricos –cuyo referente está en el
mundo- sino también con término teóricos –cuyo referente no se observa de manera
directa en el mundo, lo cual da lugar a múltiples discusiones filosóficas sobre ellos-.

Los mecanismos de la comparación analógica también han permitido plantear nuevos


conocimientos. A partir de las similitudes entre fenómenos, han podido inferir variables
que no se veían presentes en ambos, pero que su relación con las otras en uno de los
fenómenos permitiría conjeturar su presencia en el otro.

Pero además de estos procedimientos metodológicos relacionados con los tipos del
razonamiento, se acepta que pueden existir descubrimientos por formas directas de
captación, denominadas “intuición”. El descubrimiento de esta manera implica un
“insight”, un “darse cuenta de repente” de algo. Estas formas de captación inmediatas
sólo se presentan en aquellos espíritus muy bien formados en el campo científico y,
además, que están trabajando en la resolución de problemas. Las intuiciones no se dan
en el vacío, sino que son la coronación de estudios, búsquedas y laboriosas
investigaciones.

Lo que escapa radicalmente al uso de procedimientos es el descubrimiento azaroso, por


casualidad. Cabe la misma aclaración que con respecto a la intuición.

En definitiva, para descubrir nuevos conocimientos, es lícito cualquier tipo de


procedimiento inferencial inmediato o mediato, e incluso se puede llegar a encontrar ideas
novedosas por casualidad.

EL MÉTODO EN EL CONTEXTO DE JUSTIFICACIÓN

Cuando nos ubicamos en el contexto de validación del conocimiento científico, allí quedan
restringidos los procedimientos posibles a la inducción o la deducción. Planteada una
hipótesis en cualquier campo científico fáctico, habrá que ponderarlas mostrando su
ajuste para explicar los fenómenos que se presentan en el mundo.
Para los inductivistas, será necesaria la multiplicidad y variabilidad de comprobaciones de
consecuencias observacionales, para otorgar y reforzar –inductivamente- confirmación a
la hipótesis.

Para los deductivistas, un solo experimento bien realizado será suficiente para evaluar el
ajuste cognoscitivo.

Ésta fue la disputa central en el seno de la epistemología neo-positivista, que no pudo


resolver de manera categórica la controversia. Ninguno de los dos procederes puede
asegurar con certeza la validez de la hipótesis. Al postular procedimiento único para
validar el conocimiento, tenían obligación de encontrar y canonizar una vía certera, tarea
que fue un fracaso.

LOS PROBLEMAS DEL INDUCTIVISMO

La inducción es un razonamiento lógico probable. Su aplicación metódica se asienta sobre


lo que se llama “observación”. A partir de esta práctica, se arriba o se refrendan los
enunciados generales. Así que cuando podemos listar las problemáticas vinculadas con el
uso de ese procedimiento, podemos señalar dos clases diferenciadas de cuestiones: i.
problemas vinculados a la observación; ii. Problemas vinculados al razonamiento.

i. Problemas vinculados a la observación: vamos a mencionar sólo tres: distorsiones en la


percepción, priorizaciones en la percepción, carga teórica de la observación.

1. Distorsiones e ilusiones en la percepción: ya el pueblo griego había desconfiado de la


captación sensorial, pues ellos habían notado que algunos fenómenos que percibimos no
existen como tal. Estas problemáticas llevan a la afirmación de que “los sentidos nos
engañan”, por lo que cualquier procedimiento asentado sobre ellos está debilitado en su
rigurosidad.

2. Priorizaciones en la percepción: la Gestalt, escuela psicológica que elaboró una


consistente teoría de la percepción, descubrió que ante una misma situación, se pueden
percibir cosas distintas como resultado de la priorización de una parte, en término de
figura, y de la secundarización de otros elementos, como fondo perceptual.

3. Carga teórica de la observación: la observación en ciencias requiere que,


primariamente, se seleccione variables para realizar la tarea. Como manifiesta
Feyerabend, lo real es sobreabundante; esto obliga a que seleccionemos de antemano lo
que queremos mirar en cada caso. N o hay ninguna duda de que, cuando se realizan
observaciones científicas, existe previamente un encuadre teórico que enmarca aquello
que se quiere observar. Esto conforma una crítica al procedimiento inductivo porque si lo
que observamos lo derivamos de teorías sostenidas, el procedimiento fundamental es la
deducción.

ii. Problemas vinculados al razonamiento inductivo: cuando desarrollamos ciertas


características de la inducción, señalamos su endeblez desde el punto de vista lógico. No
hay ningún procedimiento lógico que permita, desde la enumeración de casos, generalizar
para todos. Por ello, la conclusión siempre es probable.
Esta falta de principio lógico llevó a Carnap a buscar en el cálculo de probabilidades
matemático cierta garantía para la generalización inductiva. Popper realiza una
contundente crítica a esta pretensión. Según el filósofo austríaco, para calcular
probabilidad, la operación matemática consiste en dividir los casos comprobados por los
casos posibles. Los casos posibles, en una enunciación general de las ciencias, deben ser
epistemológicamente tomados como infinitos porque son no-numerables. El problema se
presenta porque cualquier número natural, dividido por el infinito, da una probabilidad
de 0.

Frente a este importante inconveniente en el proceso de razonamiento se viraron los


argumentos a la búsqueda de un sustento empírico para la inducción. Se plantea
entonces las múltiples ocasiones en que los procedimientos inductivos han llegado a
buenos resultados, para sostener el valor de la misma como un todo. Esta forma de
argumentación no sirve para fundamentar un procedimiento lógico, ya que cae en lo que
se denomina “petición de principios”. Ésta es una falacia, que consiste en una
circularidad argumentativa: usar lo que se quiere fundamentar como fundamento. Es
decir que no hay principio lógico que justifique el procedimiento inductivo, no ayuda el
cálculo de probabilidad matemático y no puede utilizarse un principio empírico sin caer
en un círculo vicioso.

LOS PROBLEMAS DEL DEDUCTIVISMO

El procedimiento hipotético-deductivo parte de unas hipótesis o enunciado conjetural


planteado por el conocimiento científico, deriva de ella una consecuencia observacional
significativa, y sostiene que si ésta es contrastada y acuerda con el mundo, la hipótesis es
verdadera.

Es verdad que los razonamientos deductivos son aquellos cuya conclusión deriva
necesariamente de3 las premisas, pero sólo en los casos válidos. Es tan frecuente esta
incorrección del procedimiento derivativo, que se le ha dado nombre: “falacia de
afirmación del consecuente”. La primera premisa del razonamiento es un condicional, si
se da la hipótesis, se debe dar esta consecuencia. La segunda premisa afirma el
consecuente: se da la Co. De allí se concluye, incorrectamente, que se debe dar la
hipótesis.

Además de estar totalmente identificada como falacia, la lógica calcula la invalidez del
esquema racional. Es decir, del condicional enunciado y de la afirmación del consecuente
no se concluye el antecedente de la condición. Este razonamiento tiene la misma forma
que el que utilizamos para la validación de hipótesis.

Este callejón sin salida, en la aplicación del esquema hipotético-deductivo para validar la
hipótesis, llevó a Karl Popper a sostener que la práctica científica debiera tratar de falsar
las hipótesis. Como buen conocedor de la lógica, sabía que el esquema en ese caso se
correspondía con un razonamiento válido, ya que la falsedad de un enunciado singular,
implica racionalmente la falsedad del universal que lo contiene.

Esta forma racional se corresponde con un teorema lógico llamado Modus Tollens. Así que
no existe duda alguna de que estamos en presencia de un razonamiento válido. Esta
certeza en el esquema racional de la falsación es lo que lleva a Popper a sostener que el
procedimiento de la ciencia es plantear conjeturas audaces, hipótesis arriesgadas
seguidas por intentos rigurosos de falsarlas. Cualquier conocimiento, para ser científico,
tiene que tener como posibilidad ser falsado. Para Popper, el falsacionismo adquiere el
carácter de prueba de honestidad científica, ya que la labor debe ser tratar de poner a
prueba de manera constante sus hipótesis o teorías.

El procedimiento es hipotético deductivo, pero se pone el énfasis en encontrar los casos


que permitirían desechar las hipótesis planteadas. Mientras no se falsee, la hipótesis se
sostiene y se entiende corroborada por haber resistido las pruebas empíricas. El término
“corroboración” no se compromete con la verdad y señala tan sólo el carácter conjetural
de su aceptación.

El falsacionismo, como procedimiento, es intachable desde el punto de vista lógico. El


problema con él se nos presenta cuando introducimos el territorio histórico. Vemos que,
innumerables conocimientos y teorías han presentado problemas en sus contrastaciones
con la realidad. Sin embargo, la comunidad científica no siguió el precepto lógico de
considerar falsa a la hipótesis o a la teoría explicativa. Siguió trabajando con ella y, en
muchos casos, pudo explicar el caso falsador aunque no siempre esto sucedió. De todos
modos, el comportamiento de la comunidad científica indica que no desecha teorías por
los casos falsadores que se presentan. Lo que nos muestra la historia de la ciencia es que,
si no existe una alternativa mejor, el colectivo científico sostiene sus conocimientos
teóricos a pesar del desajuste o de las anomalías que presente.

EL ESQUEMA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

Cuando hablamos de investigación científica, nos referimos a los procesos dinámicos de


producción de conocimientos en el campo de la ciencia. Existe un movimiento intelectual
que resume la actividad científica y que arranca con la percepción y formulación de
problemas para luego examinar críticamente las soluciones.

Siguiendo lo planteado por Copi en el treceavo capítulo de su Introducción a la lógica,


como por Klimovsky en el noveno capítulo de Las desventuras del conocimiento científico:
el punto de partida de una búsqueda cognoscitiva es, tal como lo señalaba Platón, la
carencia respecto al saber. El reconocer la ignorancia, la falta de respuesta sobre algo es
lo que desata un movimiento intelectual para salvar esa situación. Este enfrentarse con
una pregunta es lo que se denomina “problema” como disparador de la investigación. Para
que el científico pueda ponerse en tarea, debe sentir la presencia del problema. No puede
iniciarse una investigación hasta no haber experimentado alguna dificultad en una
situación práctica o teórica. Podemos definir “problema” como la ausencia de una
explicación aceptable o el cuestionamiento a las explicaciones existentes para encuadrar
un hecho o un grupo de hechos desconcertantes.

También es un requisito para considerar un problema como científico, contar con los
medios teóricos y técnicos para su solución. De no ser así, el problema será filosófico o
religioso, pero no científico.

Klimovsky marca, con acierto, que este momento de arranque de la pesquisa intelectual
se desarrolla temporalmente. Es decir que ya hay trabajo investigativo en la formulación
del problema, porque los sujetos de la comunidad trabajan, en muchas ocasiones, para
poder circunscribir mejor el mismo y enunciarlo de una manera ajustada. En la práctica,
la formulación de un problema se inicia exponiendo en término generales, a veces poco
precisos, la cuestión preocupante. A medida que se avanza con la práctica investigativa y
se incorporan argumentos teóricos y datos empíricos, el problema empieza a vislumbrarse
de manera más clara y precisa.

Después de reconocido y circunscripto el problema, un investigador o un grupo de ellos


esboza una hipótesis como posibilidad resolutiva a ese inconveniente. Una hipótesis es
una proposición condicional que sirve para orientar el desarrollo de la investigación.

No se puede desconocer, en relación a la elección de cualquier formulación condicional, la


influencia que tienen los procesos psicológicos; los acontecimientos sociales,
institucionales y territoriales; las adhesiones teóricas e ideológicas, aspectos que inclinan
la preferencia hacia una determinada hipótesis postergando otras.

También es importante remarcar que pueden ser muy distintos los procedimientos por los
cuales los científicos arriban a la formulación de una hipótesis. La disputa metodológica
del descubrimiento no ha tenido más remedio que aceptar que, a la hora de plantear una
conjetura, no están vedados ni los procedimientos indirectos, ni los directos y ni siquiera
el azar.

Lo que es necesario tener presente es que la hipótesis, para conformarse como conjetura
científica, debe revestir determinadas características. Dentro de ellas se suelen acordar:

i. La hipótesis debe ser formalmente correcta y semánticamente significativa.

ii. Debe fundarse en conocimientos preexistentes o, por lo menos, no ser incompatible con
ellos. Debe formar parte de una teoría (salvo que se trate de una investigación destinada a
un cambio teórico radical).

iii. Debe poder ser contrastada empíricamente a través de sus enunciados derivados.

iv. Debe poder reformularse siempre de una mejor manera.

Hay que reconocer, teniendo en cuenta esta última característica, que la primera
formulación de la hipótesis reviste carácter provisional. La misma se irá ajustando,
mejorando, modificando en la medida en que se recojan datos adicionales y se la encuadre
mejor teóricamente. Es probable que la primera conjetura o hipótesis preliminar no sea
una solución completa al problema, pero sirve como guía para reunir datos pertinentes y
seleccionar aspectos a estudiar. Lo mismo que lo dicho respecto al problema, este
momento del proceso de investigación se desarrolla temporalmente. Implica:

i. Formulación de la hipótesis preliminar.

ii. Reunión de datos y estructuración del encuadre teórico.

iii. Reformulación de hipótesis.

La tarea crítica del científico o del grupo de investigación, es no tomar dogmáticamente lo


conjeturado para permitir ir ajustando los enunciados en la medida en que se avanza en
la tarea teórica y empírica.
Una vez formulada de una manera satisfactoria la hipótesis se deben deducir de ella
nuevos enunciados. De esta etapa resultan las hipótesis derivadas. Una hipótesis
fructífera no sólo responde al problema que la inspiró, sino que se relaciona con otro
conjunto de conocimientos. Es importante señalar que, esta interrelación de enunciados
nos pone en evidencia el carácter eminentemente social de la práctica científica. Distintos
científicos o equipos científicos pueden derivar nuevas hipótesis de hallazgos publicados.
Esta tarea colectiva permite organizar cuerpos teóricos sistemáticos.

También por deducción se obtienen consecuencias observacionales o predicciones, que


son puestas a prueba a través de la contrastación con el campo empírico. Este momento
es el que pone en juego procedimientos inductivos o hipotético-deductivos como
validación de las conjeturas.

Puede ocurrir que un científico esté interesado sólo en desarrollar nuevas ideas para
enriquecimiento teórico. Pero, a pesar de la posibilidad de existencia de una investigación
pura, es necesario reconocer –como lo ha mostrado la historia- que la ciencia se ha
transformado desde la modernidad en un instrumento de acción social para la solución de
problemas prácticos. La finalidad de cambiar la realidad natural y social en la que
estamos inmersos, conforma el contexto de aplicación del conocimiento científico. En
resumen es un proceso que va desde la percepción del problema a la aplicación del
conocimiento resultante.

V _ TEORÍA

Los sistemas deductivos: definibilidad y deducibilidad. Elementos de los sistemas teóricos.


Sistemas formales y no formales. Propiedades de los sistemas. Las hipótesis filosóficas de
la ciencia.

Los Sistemas Deductivos

● Definibilidad

● Deducibilidad

1. DEFINIBILIDAD DE LOS TÉRMINOS: tiene que ver con las palabras o términos, eso es
lo que se define. Pretende que en una teoría se definan todos sus términos, por ejemplo la
teoría geométrica de Euclides tiene su vocabulario. Todas las palabras del vocabulario se
definen dentro de las teorías, pero esto no es posible, porque se puede caer en dos
defectos:

1. Circulo vicioso: definir una palabra con una segunda y a esta con la primera, por
ejemplo, vasto = amplio, amplio = vasto.

2. Regresión al infinito: es imposible por nuestra condición personal.

Este es un límite ideal al que tienden las teorías, pero no se cumplen. Así que
aceptaremos que hay palabras que no se definen (términos primitivos), por ejemplo: punto
(.) aquello que no tiene parte, átomo lo que no tiene partes. La definición de términos
primitivos generalmente nace de la vida diaria.
2. DEDUCTIBILIDAD DE LOS ENUNCIADOS: un enunciado se deduce del primero.

Ejemplo:

● (C) los sólidos se dilatan por el calor.

● (D) si los sólidos se dilatan por el calor, entonces los metales son sólidos y se
dilatan por el calor, entonces (D) se deduce de (C).

La conclusión de un razonamiento se desprende de una premisa, y si la conclusión se


desprende de una premisa entonces es correcta. Pero esto es impracticable porque se
puede caer en una regresión al infinito, por ejemplo: (A) no se deduce de un enunciado
anterior.

Toda teoría debe tener puntos de partidas o axiomas (grupo de enunciados que no se
deducen y no se prueban). Por ejemplo: en Euclides hay 12 axiomas: uno es: el todo es
mayor que las partes.

Este es un ideal que no puede cumplirse: a y b son como límites ideales a los que tiende
una teoría y que no se puede cumplir, por eso en (a) necesito los términos primitivos y en
(b) necesito los axiomas.

Etimológicamente, la palabra “teoría” de un vocablo griego que significa “contemplar”,


“ver. Adquirió prontamente el sentido de una “contemplación intelectual” y desde allí su
oposición al campo práctico. Esto introdujo una división entre teoría y acción,
posteriormente sostenida en múltiples visiones cognoscitivas.

En la reflexión sobre la ciencia, se denomina teoría a un conjunto de hipótesis


(enunciados conjeturales) que, organizados sistemáticamente, pretende explicar un sector
de problemas, una parcialidad.

La teoría es la unidad mínima de sistematización en el campo científico por eso puede ser
utilizada como demarcación. Desde ya, esta unidad mínima se complejiza en posiciones
epistemológicas como las de Thomas Kuhn o Imre Lakatos pero, en todos los casos, la
teoría está incorporada como elemento sustantivo sea en los paradigmas, sea en los
programas de investigación.

La fundamentación de estos enunciados generales o de estas organizaciones de


elementos, requiere que el conocimiento vaya sistematizando una red enunciativa, vaya
descubriendo relaciones que permitan su justificación.

Esta tarea de entramar las distintas enunciaciones que versan siempre sobre un aspecto
delimitado de cuestiones, provoca ciertas ventajas al conocimiento. Podemos mencionar
entre los beneficios que proporciona la teorización, los siguientes:

i. Provee a los enunciados de mayor poder de contrastación (ajuste empírico)

ii. Proporciona mayor rigor (ajuste lógico)

iii. Otorga mayor significación (ajuste semántico)

Como consecuencia de estos atributos:


iv. Acrecienta el poder explicativo y/o predictivo de las enunciaciones.

v. Posibilita orientar la investigación (visualizar nuevos problemas y trabajar para su


solución)

CLASIFICACIÓN DE LAS TEORÍAS

Esta clasificación –una dentro de la variedad posible- agrupa a las teorías en:

i. Teorías formales

ii. Teorías no-formales

El criterio que permite la distinción está dirigido al tipo de enunciados que conforman la
teoría. En el caso de las teorías formales, sus enunciados fundamentales son fórmulas. La
fórmula es una clase muy particular de enunciados que relaciona variables y constantes.
Debido a esta conformación, pierde la condición fundamental de la enunciación que es la
posibilidad de ser verdadera o falsa. Una fórmula no es ni verdadera ni falsa, hasta tanto
se la interprete. Este proceso de interpretación es el reemplazo de la fórmula por un
enunciado.

Las teorías no-formales están expresadas en enunciados de las lenguas habladas. Si bien
es cierto que todo lenguaje es artificial, en estos casos los lingüistas hablan de lengua
natural.

Recapitulando: una forma posible de clasificar las teorías es distinguiendo si se expresan


en enunciados o fórmulas.

CIENCIAS FORMALES: la lógica y la matemática.

● Son racionales, sistemáticas y verificables pero no objetivas.

● No nos dan información acerca de la realidad, no se ocupan de los hechos.

● Tratan entes ideales (abstractos) solo existen en la mente humana.

● Construyen su propio objeto de estudio, su materia prima es ideal.

● Son empleados como herramientas por otras ciencias.

● Jamás entran en conflicto con la realidad.

● Establecen contacto con la realidad a través del lenguaje (cotidiano o científico).

● Son ciencias deductivas, demuestran o prueban.

CIENCIAS FÁCTICAS: naturales (física, química, biología) y sociales (psicología,


lingüística, economía, sociología).

● son objetivas porque dan información acerca de la realidad (de los hechos).

● Trata objetos reales (naturales o sociales), la materia prima es fáctica.

● Los enunciados se refieren a entes extra-científicos (sucesos y procesos).


● Método: necesitan de la observación y/o experimento.

● Se exige que sus enunciados sean verificables en la experiencia y solo asi serán
verdaderos.

● Las ciencias fácticas verifican, y pueden ser incompletas y temporaria.

● Los sistemas teóricos son defectuosos.

ESTRUCTURA DE LA TEORÍA

Toda teoría, dijimos, está formada por un conjunto de afirmaciones conjeturales que
pretenden explicar una parcialidad o un sector de problemas de la realidad. El esquema
de una estructura teórica posible puede diseñarse de la siguiente manera:

1 2 3 4 5

6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35

Cada uno de los recuadros numerados correspondería a los enunciados que conforman la
teoría. En el esquema diseñado, habría 35 enunciados. A su vez, estos están distribuidos
en tres líneas. Cada una de ellas indica un nivel enunciativo: podríamos pensar que la
línea inferior (16-35) contiene generalizaciones empíricas, el segundo nivel corresponde a
enunciados teóricos (6-15), y la primera fila se reserva a los enunciados fundamentales (1-
5).

Recapitulando: una teoría está constituida por enunciados, que a su vez se pueden
desagregar en términos. Pero, para poder relacionar términos entre sí y enunciados entre
sí, es preciso contar con un conjunto de prescripciones que regulen esa tarea.
Adicionamos entonces como elementos presentes en el entretejido sistemático las reglas.
Finalmente, la teoría fija los mecanismos de prueba que permitan, según los resultados,
aceptarlas o rechazarlas.

ELEMENTOS DE LA TEORÍA

1. Términos:

La actividad intelectual que desarrollamos respecto a los términos (clases lógicas) es la de


definirlos. Todo término se define. La teoría, como forma de aproximarse a la exactitud de
carácter semántico, define términos intentando delimitar un sentido unívoco a los
mismos. Es decir que la actividad definitoria está presente de manera constante en la
práctica científica.
La definición, más allá de presentar distintas formas en su realización, siempre consta de
dos partes: el término que se quiere definir (definiendum) y el o los término/s que se
utilizan para definir (definiens).

El esquema sería el siguiente:

D (definiendum): d (definiens) 1

D (definiendum): d (definiens) 2

D (definiendum): d (definiens) 3

D (definiendum): d (definiens) 4

Una vez definido un término, lógicamente se presenta la necesidad de definir los otros
términos que figuran en el definiens. Realizado esto, se debe seguir definiendo los
términos que se introducen en las nuevas y sucesivas definiciones.

Esta tarea intelectual de definir términos nos evidencia ciertos límites lógicos de nuestra
capacidad racional. Desde ya, tenemos una existencia finita, así que fácticamente en
algún momento dejaremos de hacerlo. Pero más allá de nuestra mortalidad, tampoco nos
atrae como proyecto de vida o intelectual realizar de manera permanente este trabajo.
Ahora bien si dejamos sin definir (como podría ser en el ejemplo) el definiens 4, tenemos
que pensar que, entonces, no definí el 3, por lo tanto no definí el 2, en consecuencia no
definí nada. Aristóteles ya se había percatado de que, una cadena abierta al infinito
invalida todo lo realizado. Este problema lógico se denomina: regresión al infinito.

Para poder realizar esta tarea de manera conclusa, lo que se produce en el diccionario es
el otro problema lógico: circularidad en la definición. Es decir, no deja la línea definitoria
abierta al infinito, sino que la cierra circularmente. Desde la teoría lógica estricta, es un
inconveniente, porque las definiciones no deben ser circulares. Es una prohibición porque
la circularidad hace fracasar en su propósito a la definición, que es explicar el significado
del definiendum.

Retomando, todo término se define. Pero cuando intentamos definir todos los términos
caemos en uno de los dos problemas lógicos mencionados: o dejamos abierta una cadena
al infinito u optamos por definiciones circulares. La imposibilidad de escapar a un
problema u otro, evidencia un límite en la tarea.

En el contexto de la teoría, al tener un conjunto de términos limitado, lo que se hace es


definir las categorías propias del lenguaje teórico específico, utilizando, para poder realizar
esas definiciones, términos que tienen carga semántica en la lengua hablada y no son
definidos. Es decir, que no consideramos necesario circunscribir en una definición,
porque entendemos que tienen carga semántica en el lenguaje cotidiano. Los sujetos que
escuchan o leen comprenderán el sentido de los mismos.

Existen, dentro de las ciencias, teorías que se formulan en un lenguaje específico creado
para expresar esos conocimientos. Estos lenguajes denominados “formales” generan
símbolos propios. En esos casos, se dejan sin definir algunos términos, que son los que
permitirán realizar las otras definiciones. La elección es arbitraria, ya que en ningún caso
tienen significado en la lengua hablada.

Este límite lógico en la actividad definitoria es la razón por la cual, en toda teoría, hay
términos definidos y términos indefinidos (también llamados primitivos).

2. Enunciados:

Los enunciados mantienen entre sí relaciones de deducibilidad. Unos enunciados


(conclusión) se derivan de otros 8antecedentes o premisas) conformando, con estas
relaciones inferenciales, estructuras racionales. En la teoría tenemos límites de
deducibilidad. Cada teoría fija una línea de enunciados generales que funcionan como
principios de esa teoría. Esto no significa que esas afirmaciones no puedan derivarse de
otras sino, solamente, que en una teoría se decide obturar una regresión al infinito y fijar
como principios a ciertas hipótesis muy generales.

Estos principios de la enunciación enunciativa se denominan axiomas, postulados,


principios generales o hipótesis fundamentales. La nomenclatura varía según el campo
científico del cual se trata y sólo tiene fundamento pragmático.

La primera línea de la derivación recibe distintas denominaciones recibe distintas


denominaciones según el campo de de práctica teórica de que se trate, pero en todos los
casos, son las hipótesis más generales y abstractas de la teoría. Se exige que sean las
menos posibles –por ser el nivel enunciativo indemostrable- pero, simultáneamente,
deben ser ricas y fructíferas en su capacidad de desprender multiplicidad de enunciados.

Las otras líneas de enunciados corresponden a los llamados teoremas, leyes o


simplemente hipótesis. Son generalizaciones empíricas o enunciados teóricos (distintos
niveles) que quedan explicados o demostrados en relación con los enunciados que
lógicamente los anteceden. También la nomenclatura tiene que ver con la ciencia en la
cual se inscribe la teoría. En sistemas axiomáticos, hablamos de teoremas; en teorías
físicas, hablamos de leyes; en teorías sociales, hablamos de hipótesis.

En las ciencias fácticas –con mayor presencia aún en las sociales- existe otro tipo de
enunciado que son llamados “lemas”. Estos son enunciados que utilizamos como
antecedentes para la derivación, pero pertenecen a otra teoría. Es decir, entretejo una
teoría con otra, para poder derivar ajustadamente ciertas hipótesis.

Las teorías sociológicas, económicas, políticas, etc., muchas veces entrelazan enunciados
porque se hace muy difícil la separación en sistemas aislados y se requiere, por ejemplo,
hipótesis económicas para derivar conocimiento sociológico.

Concluyendo, los enunciados que conforman la teoría son: enunciados fundamentales,


enunciados derivados y lemas –enunciados de otra teoría-.

3. Reglas:

Existen tres tipos de reglas relacionadas con la actividad teórica. Ellas son:

i. Reglas de formación: son las reglas sintácticas que nos permiten relacionar términos
para conformar enunciados. Señalan condiciones para combinar, disponer y ordenar los
elementos para el logro de una unidad enunciativa coherente (por ejemplo: una regla
sintáctica obliga a concordar en género y número, nombre y adjetivo). En las teorías no-
formales, al estar expresadas en la lengua hablada, estas reglas son las propias del
lenguaje. Pero, si se crea un lenguaje específico para la teoría, es imperioso explicitar las
normas sintácticas que permitan conformar las fórmulas de una manera correcta.

ii. Reglas de interpretación: son las reglas semánticas que nos permiten leer los
enunciados y las fórmulas adjudicando a los mismos un significado. En el caso de las
teorías no formales, o los términos, tienen carga semántica en la lengua o está adjudicado
de manera pertinente el significado en la actividad de definir los términos técnicos
propios. En las teorías formales, al generar un lenguaje altamente artificial, se debe
prescribir significados para dar posibilidad de lectura y comprensión de las fórmulas.

iii. Reglas de derivación: son las reglas lógicas que brindan la posibilidad de la inferencia
deductiva de manera válida. En el esquema gráfico de la teoría, estarían representadas en
las flechas que vinculan enunciados. Es el uso adecuado del razonamiento deductivo
para concluir válidamente. Su estudio provee habilidad para la definición de términos,
examen crítico de las argumentaciones y rigor en la formulación de conclusiones. Pero,
cada uno de los seres racionales tiene una lógica natural que surge con el desarrollo de su
actividad racional (lógica utens). Las operaciones lógicas son practicadas continuamente
por todos los hombres y mujeres en las diferentes actividades de su vida cotidiana y en
toda práctica cognoscitiva.

Resumiendo: las reglas de formación y de interpretación pertenecen al campo lógico-


lingüístico, siendo las primeras las primeras normas sintácticas y las segundas
semánticas. Cobran muchísima preponderancia con la creación de lenguajes simbólicos
específicos para expresar una teoría. Cuando se trabaja con la lengua hablada, se deben
respetar los cánones sintácticos y semánticos de la misma. Las reglas de derivación son
algoritmos lógicos que permiten concluir válidamente. Tenemos incorporadas en nuestra
capacidad racional dicha posibilidad, aunque la lógica ayude a explicitar estos
procedimientos. Este conjunto de relaciones lógicas entre los enunciados es lo que
constituye la propiedad de “racionalidad” tomada en el sentido estricto de justificación, y
el cuidado en el buen uso de la misma es lo que provee a la teoría –y a la ciencia- de
“exactitud lógica”.

4. Pruebas:

Toda teoría científica debe revisar la corrección de su entramado relacional. En el caso de


teorías que refieren al mundo, la mejor prueba es la empírica. Si entendemos que
postulamos los principios de la teoría como verdaderos, sus consecuencias serán
verdaderas. Si derivamos hasta el nivel de las Consecuencias Observacionales y éstas
están desajustadas con el mundo, decimos que no pasan la prueba empírica. Nos vemos
obligados a revisar la teoría, el caso o las inferencias.

Si pensamos en teorías que no refieren al mundo –teorías de las ciencias formales- las
pruebas son establecidas en la propia teoría. Son procedimientos de control tipificados,
que permiten revisar las afirmaciones.

PROPIEDADES DE LAS TEORÍAS


La evaluación positiva de las teorías requiere el cumplimiento de un conjunto de
propiedades que se entienden deseables. Dentro de ellas se suele mencionar:

1. Independencia de los axiomas o hipótesis fundamentales:

Es una independencia derivativa y no conceptual. No puede haber independencia


conceptual, porque si cada una de las hipótesis fundamentales o axiomas expresan cosas
que no tienen nexo entre sí, se hace imposible la derivación.

Es decir que, teniendo presente el diagrama propuesto de una estructura teórica, entre
los 5 enunciados fundamentales tienen que existir términos que vayan vinculando
conceptualmente el uno con el otro u otros y éste, con otro, etc.

La exigencia de independencia derivativa, significa que ningún enunciado fundamental es


derivado de otro u otros. Si así lo fuera, no correspondería ubicarlo en la primera línea
teórica, sino como consecuencia de ella. Si bien es deseable este atributo, su
incumplimiento no obliga a desechar la teoría, sino sólo a reajustar su ordenamiento
sistemático.

2. Consistencia:

Es quizás la propiedad más importante que deben tener las teorías. Se entiende por
“consistencia” la ausencia de contradicción. Dicho de otra manera: una teoría es
consistente cuando, dentro de los enunciados que forman parte de ella, no existe
contradicción alguna.

La importancia de la coherencia interna entre los enunciados de una teoría tiene su


fundamento en que, desde la perspectiva lógica, una contradicción sirve de antecedente
para demostrar cualquier conclusión, inclusive lo absurdo. Dicho de otra manera, si una
red sistemática tiene enunciados contradictorios, pierde poder explicativo, ya que sucesos
contradictorios pueden encontrar razones en la misma teoría.

Hasta acá se ha descripto sólo la condición de consistencia dentro de una teoría


(consistencia interna). Cuando se habla de “consistencia externa” significa que, en el
trabajo científico, al poner en relación dos o más redes teóricas se cuide de que las
mismas sean consistentes entre sí. Dicho de otro modo, es probable que al trabajar para
resolver cualquier problema social (comunicacional o educativo) que se nos presente
como interesante, tengamos que hacer uso de teorías diversas (teorías educativas o
comunicacionales, teorías organizacionales, teorías políticas, etc.). Para poder engarzarlas
debemos tener cuidado de no seleccionar encuadres contradictorios.

3. Completitud:

Propiedad de la teoría de no poder ampliarse sin incurrir en contradicción; una teoría es


completa si todos los enunciados posibles de ser derivados están contemplados en ella.
En el campo de las ciencias del mundo, esta propiedad no ha sido nunca tenida muy en
cuenta, porque se sostiene la necesidad de apertura de las teorías, para poder incluir en
ellas nuevas hipótesis emparentadas con las fundamentales, con las derivadas y con los
datos empíricos. Las teorías de las ciencias formales, entonces, tampoco cumplen el
desiderátum de ser completas, salvo casos muy específicos y simples. Ante la disyuntiva
de completitud o consistencia, siempre se privilegia esta última.

De todos modos, podemos asumir esta condición, planteando que la idea regulativa de la
sistematización teórica pretende conformar una red bien estructurada, no acabada pero
tampoco deshilachada.

4. Rigor:

Esta propiedad es equivalente a la exactitud lógica. Es decir que un sistema teórico es


riguroso en la medida en que sean ajustadas las derivaciones. El buen uso de las reglas
de derivación es lo que hace riguroso el conocimiento teórico. Todas las ciencias y todas
las teorías que a ellas pertenecen deben cumplir esta condición.

HIPÓTESIS FILOSÓFICAS DE LA CIENCIA

El término “hipótesis” deriva de dos vocablos griegos: “hipo” significa “por debajo” y “tesis”
es la afirmación. Es decir, etimológicamente la palabra designaría “lo que está por debajo
de la afirmación”. Este sentido del término es, entonces, equivalente a “supuesto”.
Cuando hablamos de “hipótesis filosóficas de la ciencia” estamos refiriéndonos así a los
supuestos que sostienen la posibilidad del conocimiento científico.

Cabe aclarar que el término “hipótesis”, utilizado en las ciencias factuales, significa
enunciados de características conjeturales. No es ese el sentido que se le otorga cuando
hablamos de hipótesis filosóficas. A una conjetura, la práctica científica trata de
corroborarla; de darle cierto sustento para su sostenimiento en una red teórica. Una
hipótesis filosófica no es examinada y ni siquiera explicitada por la ciencia. Sin embargo,
es lo que sostiene cualquier construcción cognoscitiva. De allí su sentido de supuesto.

La práctica científica, para comenzar a desarrollarse, requiere de cierta confianza en la


posibilidad cognoscitiva y cierta ingenuidad respecto a la existencia de las cosas y del
propio investigador. Estas dos creencias básicas que no son examinadas constituyen
buenos ejemplos de “hipótesis filosóficas”.

Los hermeneutas repiten una sentencia que condensa esta explicación. Dicen: “no hay
juicio, sin prejuicio”. Es decir que la afirmación (juicio) se sostiene en algo que la precede
(supuesto). Toda teoría científica está asentada sobre creencias sobre el mundo, el hombre
y el conocimiento.

Mario Bunge en su libro La investigación científica, enumera cinco supuestos que por su
generalidad son buenos ejemplos para alumbrar el papel que juegan en el conocimiento
científico. Vamos a retomar los mismos porque, efectivamente, tiene una presencia
importante en el quehacer de todas las ciencias. Las hipótesis filosóficas descriptas por
Bunge son:

1. Realismo:

Es la posición filosófica que considera que los objetos que la ciencia estudia existen con
independencia de nuestra relación cognoscitiva con ellos. Podríamos explicar mejor esta
posición, con un argumento contrafáctico: aun si todas las enunciaciones que conforman
la esfera cognitiva desaparecieran, todavía estarían las galaxias, los átomos, etc.

Como presupuesto de la práctica científica, vendría a significar que se trabaja, se


investiga, se experimenta, se observa como si el mundo –natural o social- existiera.

En definitiva, teorizan asentados sobre la convicción –que es la que prima en el sentido


común- de que el mundo existe y yo también dentro de él. Esta difícil y seria cuestión
filosófica no es abordada por la ciencia sino clausurada con su aceptación acrítica.

Bunge aclara que la mayor parte de los científicos tiene este supuesto, pero no
necesariamente todos.

La filosofía de la ciencia indaga sobre las tomas de posición posibles en el quehacer de la


ciencia. Dos son las polémicas epistemológicas centrales entre el realismo y el anti-
realismo. Una de ellas se refiere al referente de los enunciados singulares, enunciados
observacionales, enunciados protocolares. La respuesta a la pregunta ¿de qué hablan
estos enunciados? Divide las aguas entre los realistas –hablan de objetos independientes
a los sujetos- y los fenomenalistas –hablan de estados perceptuales-.

La propuesta realista en este nivel se resuelve sosteniendo la existencia de las entidades


referenciadas que tendrían presencia ontológica aunque no hubiera una teoría que se
refiriera a ellas. El anti-realismo niega estos y dice que son ficciones, construcciones
lógicas o partes de un instrumento intelectual para razonar acerca del mundo.

La segunda polémica se centra en el objetivo de la ciencia. Se separan acá las posiciones


realistas –la ciencia es una búsqueda de verdad- de los instrumentalistas que agotan el
objetivo en la predicción exitosa. Las leyes y teorías científicas no son entonces verdaderas
o falsas, sino modelos hipotéticos más o menos útiles para la predicción, buenos
instrumentos de trabajo, aceptables pero increíbles.

2. Pluralismo:

Se denomina de esta manera a la posición filosófica que entiende que hay diversidad
ontológica. Es decir, que no sólo el mundo existe –y yo como parte de él- sino que se
compone por una variedad de estamentos, cada uno con propiedades específicas, que los
hacen irreductibles los unos a los otros. En un ejemplo sencillo y familiar, podemos
diferenciar los niveles físico, biológico, psicológico y sociocultural, cada uno de ellos con
cualidades propias que permiten su diferenciación. A su vez podemos dividir cada nivel en
subniveles.

Al igual que en el caso anterior, podemos pensar que la mayor parte de los científicos son
pluralistas, porque resguardan con ello su sector de trabajo; pero no necesariamente tiene
siempre presencia este supuesto. Hay científicos que asientan su quehacer sobre la
creencia monista y la posibilidad reductiva de la explicación científica. Para aclarar,
consideran que todos los niveles pueden reducirse a uno, que es su cimiento.

3. Determinismo ontológico:
Sostiene que las cosas o los acontecimientos del mundo no aparecen mágicamente, sino
que existen causas para que lo hagan. Nada nace de la nada, sino que emerge de
situaciones anteriores.

A diferencia de las dos hipótesis filosóficas desarrolladas previamente, la práctica


científica se asienta necesariamente sobre la negación de lo mágico.

Lo que se conoce con el nombre de “indeterminismo” no es una hipótesis contradictoria,


sino la posibilidad de que existan variables azarosas o indeterminadas. Las cosas o
sucesos del mundo reconocen determinaciones por las que llegan a ser, aunque también
hay ciertas variables que son causales.

Históricamente cuando la ciencia nace en la modernidad, tenía una concepción


determinista ontológica exagerada. Pensaba que todo suceso estaba absolutamente
condicionado. Pero, a partir del siglo XIX trabajando con sistemas complejos y, sobre todo
en el siglo XX, con la física de partículas, se acepta en el mundo físico la inclusión del
azar. Las ciencias sociales, desde su conformación, consideraron la libertad como una
limitación a la determinación. Sin embargo, a pesar de la posibilidad de elección y
decisión, las acciones individuales o colectivas reconocen determinaciones sobre las
cuales se asientan.

4. Determinismo epistemológico:

La determinación remite en este caso al plano cognoscitivo. Por estar las cosas o los
sucesos determinados ontológicamente, es factible llegar a conocerlos. Es la posibilidad de
desentrañar las razones de lo que sucede en el mundo natural o social. Toda teoría
científica reconoce también esta hipótesis filosófica como soporte. Si no fuera así, no
haríamos ciencia. Si no creyéramos en la posibilidad cognoscitiva, no emprenderíamos
una tarea de esas características.

Cuando se habla de “incertidumbre”, lo que se señala es el abandono de un determinismo


epistemológico exagerado. Desde el siglo XIX, también sabemos la imposibilidad de un
conocimiento total. Tenemos presente los límites en nuestra tarea de develar el mundo
natural o social y sabemos que, nuestra propia intervención cognitiva, modifica el
fenómeno imposibilitando el apresarlo tal cual era. Sin embargo, sostenemos la
cognoscibilidad limitada del mundo.

5. Formalismo:

Es la posición que sostiene la autonomía de los elementos lógicos y matemáticos; son


conocimientos que parecen independizarse de los sujetos que los producen y adquieren
características de trascendencia e incuestionabilidad. Los científicos suponen que las
entidades formales no se alteran y son independientes de la realidad.

Operaciones lógicas y matemáticas están presentes en la práctica científica: las primeras,


permanentemente, porque cualquier ciencia tiene la propiedad de ser racional; las
segundas, al realizar cuantificaciones, al trabajar con variables que son posibles de
operacionalizar aritméticamente. Pero, los científicos usan el instrumento como algo que
existe de suyo sin reflexionar críticamente sobre ese aspecto.
Al igual que en las dos primeras hipótesis filosóficas desarrolladas, la presencia del
formalismo en la tarea científica es asidua, pero no imprescindible. Hay científicos que
cuestionan esta concepción acrítica del campo lógico-matemático, sosteniendo otra visión
filosófica sobre el mismo. Un representante en este sentido puede ser Jean Piaget quien,
quizás por la materia misma con la cual trabaja, entiende que las entidades formales son
resultado de la operación del sujeto cognoscente con el mundo. Se denomina
“operacionalismo” a esta posición, siendo también una hipótesis filosófica alternativa.

VI _ LA EXPLICACIÓN CIENTÍFICA

Las tradiciones explicativas: causalismo y finalismo. La ley: distintos niveles. Los modelos
explicativos: El modelo nomológico deductivo de la explicación. Otros modelos de
explicación científica. Explicaciones teleológicas y funcionales.

Una vez delimitado el campo de tratamiento temático, podemos formular que la


explicación científica se concentra en dar razones sobre un enunciado que describe un
hecho o acontecimiento ocurrido. A esto, que es lo que se quiere explicar o explanandum,
Hempel lo denomina “evento”. Es decir que, lo que explicamos es un enunciado verdadero
que refiere a un algo del mundo. El conjunto de razones que utilizamos para explicar, es
decir, aquello que explica, es el explanans.

DOS TRADICIONES

Un texto clásico para el tratamiento del problema de la explicación es el de Georg von


Wright, Explicación y comprensión. El finlandés comienza su planteo señalando la
existencia histórica de dos tradiciones que encaran de manera direccionalmente distinta
esta función sustantiva de la ciencia. A una de estas tradiciones la denomina “aristotélica”
y a la otra “galileana”. Hace la aclaración que cada una de ellas reconoce una larga
historia, por lo cual los nombres propios usados para su designación no quieren, para
nada, señalar la preexistencia de una sobre la otra, sino sólo dignificar a representantes
paradigmáticos de cada una de ellas.

La tradición aristotélica es aquella que prioriza una forma explicativa en base a


finalidades. Un evento tiene lugar para que ocurra otra cosa. Es decir, explica el mismo
por razones futuras, por fines, por propósitos.

La tradición galileana es la que explica en base a situaciones antecedentes. Las razones


que explican el hecho están dadas con anterioridad a la ocurrencia del mismo.

Para von Wright, la explicación por antecedentes está respaldada por una línea filosófica
homogénea: el positivismo. En sus distintas apariciones históricas siempre ha priorizado
este tipo de explicaciones. En cambio, la tradición comprensiva es heterogénea; involucra
escuelas distintas, aunque el autor acepta la nominación genérica de “hermenéutica” para
todas ellas.

Para lograr dar las mejores razones de lo que ocurre o de lo que ocurrió, tenemos que
apelar –dicho en lenguaje de Alfred Schutz- a “motivos por” los cuales sucede algo y
“motivos para” los cuales sucede algo.
La explicación de las acciones humanas –individuales o sociales- es compleja. Las
acciones tienen significado: encarnan intenciones, expresan emociones, se ejecutan por
razones y son influenciadas por concepciones valorativas. Es decir, tienen significado y
antecedentes; se comprenden y se explican.

Según Paul Ricoeur, la acción humana tiene una doble dimensión, porque el hombre
pertenece al régimen de la causalidad y al de la motivación. Por lo tanto, podemos hacer
inteligibles la acción humana mediante el proceso dialéctico entre explicación y
comprensión. La comprensión originaria por pertenencia a un medio social común es
mediada por explicaciones, para arribar a una forma superior de comprensión apoyada
por esos procesos explicativos. Ricoeur asemeja el trabajo para desentrañar la acción al
que se realiza con un texto que, de la misma manera, es explicado y comprendido.

La dualidad explicación-comprensión como opuesta y excluyente, al día de hoy, es difícil


de sostener, no sólo por la presencia posible de explicaciones por antecedentes y por
finalidades en las distintas disciplinas, sino por la necesaria comprensión que subyace a
toda posibilidad explicativa. Esto queda muy bien señalado tanto en el texto de von
Wright, como en otras posiciones epistemológicas. Por ejemplo, Thomas Kuhn destaca la
captación de significado del acontecimiento como origen y disparador de la posterior
acción explicativa.

El encuadre pragmático de la explicación:

Uno de los epistemólogos que ha complejizado aún más la problemática de la explicación,


ha sido Bas van Fraassen. Este filósofo, afirma que una explicación sólo llega a surgir en
un contexto determinado y sus méritos sólo se pueden valorar en relación a ese contexto.
Frente a la dicotomía clásica de: hecho que se pretende explicar y conjunto de razones
que pueden explicarlo, van Fraassen introduce una relación entre tres elementos: hechos,
teoría y contexto.

El modelo de la explicación propuesto por van Fraassen tiene la estructura de pregunta-


respuesta que está contextualmente situada. La explicación es un argumento dado para
justificar un evento, pero surge en una situación particular que determina el alcance y la
clase de respuesta que se busca. Para la posición pragmatista, no hay mejores
explicaciones que otras, en abstracto. Se evalúan en base al contexto.

MODELOS EXPLICATIVOS POR ANTECEDENTES

Para Hempel, una explicación científica de un hecho o acontecimiento sólo será


satisfactoria si dicho evento puede ser entendido como un caso de leyes teóricas. Pero la
explicación del evento requiere, además, de ese encuadre teórico, la descripción de las
condiciones que rodean al suceso.

Si retomamos las dos partes que tiene toda explicación: explanandum (lo que se explica) y
explanans (lo que explica) podemos sintetizar diciendo: el explanandum es un evento; el
explanans está compuesto de leyes, hipótesis o enunciados legaliformes, más enunciados
empíricos que describen las condiciones iniciales del evento. Se denomina:

i. “evento” a un estado de cosas o acontecimiento.


ii. “condiciones iniciales” a enunciados que describen situaciones de lugar, tiempo,
observador e instrumentos que contextualizan el hecho o suceso.

iii. “leyes” o “enunciados legaliformes” a los enunciados teóricos generales atinentes y


relevantes para explicar el fenómeno.

Puesto en diagrama, tendríamos:

L1, L2, L3 …….. Ln

Ci1, Ci2, Ci3…… Cin

E EXPLANANDUM

Según Hempel, la explicación científica debe satisfacer cuatro condiciones:

i. El explanandum debe estar lógicamente implicado en el explanans. Requisito de


relevancia explicativa.

ii. El explanans ha de contener leyes generales (o hipótesis generales).

iii. El explanans ha de tener contenido empírico. Las condiciones iniciales proveen este
contenido. Requisito de contrastabilidad.

iv. El explanans ha de ser verdadero. Debe estar corroborado por los elementos de juicio
disponible y sus enunciados generales deben formar parte de una teoría aceptada por la
comunidad científica.

LEY: DISTINTOS NIVELES

Hemos especificado que se denomina “Ley” a una hipótesis con cierto grado de
corroboración y que pertenece a una trama teórica. Desde el punto de vista de su
estructura enunciativa, son formas generales de predicación que establecen relaciones
entre variables o propiedades seleccionadas. Los enunciados generales pueden ser
universales –se predica para todo tiempo y espacio-, pero también pueden ser no-
universales. Dentro de los enunciados generales no-universales, encontramos:

i. Enunciados estadísticos o probabilísticos que predican para una frecuencia lógica.

ii. Enunciados que establecen tendencia.

iii. Enunciados cuasi-generales, que predican con cláusula ceteris paribus. Esto significa
que señalan la existencia de circunstancias bajo la cual no rige la ley.

Cabe, quizás, que no todo enunciado general es considerado una “ley” o una “hipótesis
teórica”. El problema de cómo se distingue lo que denominaríamos “generalización
accidental” de una “ley”, es complicado de resolver. Dos son las respuestas que
usualmente se aceptan:
i. Que el enunciado general tiene que poder ser explicado por leyes más generales, lo que
significa que tiene sólido apoyo teórico.

ii. Que admitan condicionales contrafácticos o subjuntivos. Las generalizaciones


accidentales no aceptan esta condición.

Mario Bunge desarrolla distintos sentidos que tiene el término “ley”, enumera cuatro
formas de entender el concepto:

En primer término señala que referimos “ley” a un comportamiento regular que


atribuimos al mundo natural o social. Este sentido es óntico, y la ley natural o la ley social
están dadas en el plano de la existencia.

El segundo sentido explicitado es el de ley nomológica. Acá el término refiere a una


formulación –del campo científico- que expresa una regularidad natural o social. Éste es
el concepto de “ley” que encontramos formando parte del explanans de la explicación
científica, porque son las estructuras enunciativas que forman parte de las teorías.

El tercer modo de introducir el término “ley” en la filosofía de la ciencia es en referencia a


las reglas mediante las cuales pueden regularse una conducta (experimento-
contrastación-predicción, etc.) Bunge denomina leyes nomopragmáticas a este sentido que
norma la actividad científica, que vincula la expresión nomológica con la acción. Por ello
incluye, dentro de ellas, a las predicciones en ciencia.

El cuarto y último sentido del término que define es el metanomológico. El prefijo “meta”
proviene del griego y significa “más allá”. Es decir que es un nivel enunciativo de carácter
legal que está más allá del nomológico. Corresponde a la meta ciencia (filosofía de la
ciencia) este nivel de formulación. Son enunciaciones que predican propiedades que
cumplen o deben cumplir las leyes. Son descripciones o prescripciones sobre las
formulaciones nomológicas o nomopragmáticas.

TIPOS DE MODELOS EXPLICATIVOS POR ANTECEDENTES

A. Modelo Nomológico-deductivo

Este es el modelo más ajustado de la explicación. La palabra “nomos” en griego significa


ley, queriendo señalar esta nominación que se explica un evento deduciéndolo como un
caso de la generalización. El evento queda totalmente circunscripto por la conjunción de
las hipótesis generales y la descripción contextual dada por las condiciones iniciales. Para
que la explicación adquiera el grado de ajuste que exige este modelo –que el explanandum
sea la consecuencia lógica de las premisas del explanans-, las leyes o hipótesis deben ser
estrictamente universales.

Este tipo de explicación fue la que llevó a muchos epistemólogos a plantear la simetría
entre explicación y predicción. Es decir, si un fenómeno era explicado, se podía también
predecir su ocurrencia o si se predice un acontecimiento, era porque tenía explicación
satisfactoria. Esta identificación ha caído en desuso. Hay contraejemplos variados para
mostrar la posibilidad explicativa sin que ello implique predicción ajustada.
El modelo explicativo nomológico-deductivo es el que permite predicciones y
retrodicciones más ajustadas. Siendo leyes estrictamente universales las que conforman
el explanans, la reiteración de todas las condiciones iniciales aseguran la repetición del
evento.

B. Modelo Estadístico

Las leyes o enunciados legaliformes que contienen el explanans son enunciados de


carácter estadístico o probabilístico. La probabilidad es un cálculo matemático que
trabaja sobre una uniformidad general. La estadística trabaja con porcentajes empíricos.

Las leyes estadísticas son descriptivas y resultantes de procesos inductivos que permiten
formular una pauta a la que se ajusta un comportamiento característico de un porcentaje
determinado de la clase lógica de la cual se predica. Esto hace que cuando explicamos un
evento, sólo podemos afirmar que resulta “sólo probablemente” explicado por ese tipo de
enunciados estocásticos, más la enumeración de condiciones iniciales. Esto significa que
la inferencia del explanandum es probabilística.

Carnap postuló como “evidencia total” a este requisito de tener presente todas las
condiciones que deben ser tenidas en cuenta a la hora de utilizar una explicación
estadística. Hempel habla, más modestamente, de requisito de máxima especificidad.

Esta debilidad del modelo estadístico queda reflejada inclusive en la percepción común,
que en muchos casos desconfía de los enunciados estocásticos y de las explicaciones
dadas a partir de ellos. Efectivamente, de manera voluntaria o involuntaria puede la
explicación no especificar condiciones vinculadas a la formulación general. O dicho de
modo más técnico, se transgrede el requisito de máxima especificidad.

Muchas de las explicaciones sociales son estadísticas -aunque en todas las ciencias hay
presencia de modelos de estas características-. Los enunciados estocásticos que
conforman el explanans equivalen a afirmaciones generales que exceden a la observación
directa. Aunque no sea tan perfecta como la explicación nomológica-deductiva, no
podemos prescindir de ella.

C. Modelo Parcial

Presenta diferencias que se centran en las características de los enunciados legales. Al ser
enunciados generales de tendencia, la explicación nunca circunscribe las características
de espacio-tiempo incluidas en las leyes universales.

Por las características de las leyes o hipótesis generales de las ciencias sociales, las
explicaciones parciales –incluso a partir de hipótesis estadísticas- son muy frecuentes.
Las formulaciones tendenciales llevan a la imposibilidad de un ajuste explicativo total,
dejando abiertos elementos no circunscriptos en la acción inferencial. A pesar de ello, se
conforman en explicaciones de los acontecimientos sociales ocurridos.

D. Modelo Potencial

Sigue la estructura que caracteriza a las explicaciones por antecedentes, pero con la
diferencia que algún o algunos datos de las premisas explanans son problemáticos. Es
decir, no podemos aseverar alguna o algunas de las condiciones iniciales, sino que las
introducimos hipotéticamente para poder armar satisfactoriamente la explicación. Si ellas
no estuvieran, no habría ajuste en la inferencia del evento. Por ello, las introducimos
aunque sean condicionales.

En las ciencias sociales, ciencias históricas por excelencia, hay muchísimas condiciones
iniciales que el transcurrir temporal ha hecho desaparecer. Al no tener registro completo
de todas las circunstancias que rodean los acontecimientos dados en la historia de la
humanidad, nos vemos obligados, para explicar algunos de ellos, a conjeturar sobre
algunas condiciones que se debieran haber dado.

Pero no sólo utilizamos el modelo potencial para el pasado remoto, que de suyo lleva a
pensar en la falta de registro de ciertas condiciones iniciales, sino que también es un
modelo que se utiliza para explicar acontecimientos contemporáneos.

Hay, en las ciencias físicas, también introducción de este modelo. El ejemplo que
desarrolla Klimovsky, referido a la explicación de la caída de un avión, nos muestra la
necesidad, en ciertos casos, de introducir un modelo potencial. Si es que conocemos las
condiciones iniciales relacionadas con el clima y con el registro de fallas informado por el
piloto, y en ningún caso encontramos situaciones que motiven el accidente de la aeronave,
deberemos conjeturar posibilidades para explicar el fenómeno.

Este modelo explicativo nos muestra en concreto el funcionamiento de la inferencia


abductiva desarrollada por Charles Sanders Pierce. El evento a explicar está dado.
Encuadramos el mismo en un conjunto legal suficiente y en la descripción del contexto.
Sin embargo, esta última es incompleta por falta de conocimiento de algunas
circunstancias, por lo tanto, inferimos, desde la enunciación general y el evento, la
plausibilidad de de alguna o algunas condiciones. La abducción comienza con cierta
anomalía, con la presencia de fenómenos que no encajan en los parámetros explicativos y
requieren introducir hipótesis para resolver la cuestión.

Una explicación sostenida en datos supuestos es una explicación potencial que se


transformará en nomológica-deductiva o parcial al transformar la suposición en datos
probados.

E. Modelo Genético

Esta forma de la explicación carece de enunciados generales. El evento se explica


describiendo una serie de condiciones iniciales del mismo. Es decir, la génesis del
acontecimiento. Hemos hecho uso de este modelo explicativo innumerables veces en el
estudio de la historia cuando, ante un suceso determinado, hemos descripto en términos
de causa su aparición. Es una genética de hechos que nos haría comprender como se
desemboca en el suceso a explicar.

Hempel consideraba a este modelo una mera descripción y entendía que las leyes
generales no se formulaban por la complejidad de las mismas. Pero, funcionaba
tácitamente.
Como también Feyerabend reconoce, lo real es sobreabundante, y la recopilación de
circunstancias requiere un criterio claro y pertinente que permita, además de la selección,
el ordenamiento adecuado.

Popper aceptaba la explicación genética en las ciencias sociales porque consideraba que
las formulaciones de carácter legal eran innecesarias por triviales u obvias.

TIPOS DE MODELOS EXPLICATIVOS POR FINALIDADES

A. Modelo Funcional

Este modelo implica necesariamente el supuesto filosófico de la existencia de un sistema o


estructura organizada. Consideramos una estructura completa y señalamos en ella el
modo en que el acontecimiento contribuye a la existencia de ese todo. Explicar sería
desentrañar cómo el evento cumple una función en dirección a mantener la estructura o
sistema del cual forma parte. Se explica en dirección al futuro.

Este tipo de explicación está muy presente en ciencias biológicas, por la importancia de la
noción de sistema.

El modelo funcional es discutido por algunos autores debido a que, en algunos casos –
sobre todo los que refieren a organismos o a máquinas-, las explicaciones pueden ser
reducidas a explicaciones causales donde la premisa ley sería “todo sistema tiende a la
homeostasis”. Sin embargo, existen importantes eventos sociales intencionales explicados
funcionalmente y que no son reductibles a modelos por antecedentes.

B. Modelo Teleológico

El vocablo griego “telos” significa “fin”. Reservaremos el nombre de modelo teleológico a


una forma específica que puede revestir la explicación de la acción humana, sea
individual o colectiva. Desde Aristóteles denominamos “acción humana” a la acción
intencional que persigue metas, objetivos, propósitos o finalidades. Éstos no están dados,
sino que la realización de la acción permitirá su concreción, pero son deseados; por ello,
desentrañar los mismos permite dar una marco explicativo de la acción en base a su
direccionalidad.

Sólo las acciones de los hombres se conforman en explanandum de explicaciones


teleológicas. Hemos señalado la condición de intencionalidad presente en las mismas;
también requiere la acción tener dos aspectos: interno y externo. Por ello, no se
conforman explicaciones teleológicas frente a actos mentales.

En el campo explicativo, la acción a explicar ya ha sucedido y para dar razón de ella


comprendemos la intencionalidad de la misma. La relación entre las premisas o los
determinantes de la acción dada y la conclusión o la acción es una relación triádica entre
creencia, deseo y acción que no es casual sino conceptual.

En las explicaciones teleológicas, la posibilidad de interpretar la acción presupone la


participación –directa o indirecta- en una comunidad cultural. Partimos de una
comprensión ordinaria y a partir de ella introducimos análisis y reflexiones que van
complejizando el esquema interpretativo. No podríamos explicar teleológicamente una
práctica que nos resulte totalmente ajena.

VII _ LA EPISTEMOLOGÍA POST-POSITIVISTA

Tendencias epistemológicas: Thomas Kuhn y la historia de la ciencia. Concepto de


paradigma. Ciencia normal y revoluciones científicas. Inconmensurabilidad de los
paradigmas. Resignificacion del concepto de progreso. Imre Lakatos y la “metodología de
los programas de investigación”. Paul Feyerabend y el anarquismo epistemológico. La
sociología de la ciencia: antecedentes y origen. Distintas escuelas.

LA VISIÓN HISTORICISTA DE LA CIENCIA

A. Thomas Kuhn

Además de ser un conjunto enunciativo, la ciencia es un conjunto de prácticas que llevan


a la producción, conformación y circulación de esos conocimientos. Esta visión, más
compleja, introduce el componente histórico, ya que toda práctica social se desenvuelve
temporalmente.

Como visión de esta visión historicista, vamos a describir la concepción de Thomas Kuhn,
a través de su obra La estructura de las revoluciones científicas, su producción quiebra
con la hegemonía del positivismo.

Esas prácticas son parte sustantiva de lo que se entiende como “ciencia” y, que esas
prácticas se producen y se modifican temporalmente; cada disciplina hace su propia
historia.

Kuhn se ocupa explícitamente de desarrollar su concepción historiográfica. La historia, la


hacen los hombres, pero no de manera aislada, sino en relación. En el caso de la historia
de la ciencia, el sujeto que traza la historia es “la comunidad científica”. Esa historia es
una historia de procesos y de cambios estructurales.

Nadie logra cambios importantes de manera aislada, y tampoco es posible fechar la


aparición de descubrimientos cognoscitivos, ya que siempre son procesos extendidos en el
tiempo que involucran a una pluralidad de sujetos. Kuhn prioriza la práctica colectiva, los
procesos y los cambios profundos de relaciones estructurales.

Además, critica la linealidad histórica, que entiende como la sucesión continua y


progresista que permite la acumulación, cada vez mayor, de conocimientos. Él, por el
contrario, tiene una visión vinculada a la discontinuidad histórica.

Los períodos de acumulación cognoscitiva –ciencia normal- estallan en ciertos momentos


haciendo variar radicalmente el curso direccional de la historia –revolución-.

Su visión sobre la ciencia articula su teoría a partir del concepto de “Revolución”, que es
clave para entender cómo se rompe el avance lineal de la ciencia. En vinculación con ese
término, engarza los de ciencia normal y paradigma.

En el análisis de la historia de las ciencias encuentra que antes de su conformación


autónoma y específica existe una etapa caracterizada por una continua y prolongada
competencia entre escuelas. Cada una de ella sostiene concepciones disímiles sobre la
naturaleza y/o el hombre, lo cual lleva consigo formas incompatibles de argumentar y
explicar. Esta coexistencia de un variado número de enfoques teóricos en disputa y sin
posibilidad de diálogo entre sí, es considerada la prehistoria de la ciencia. Para Kuhn, hay
una incipiente investigación científica paro aún no hay ciencia.

La ciencia recién se conforma cuando la comunidad científica, en su conjunto, asume de


forma unánime una determinada manera de ver, entender y explicar los problemas del
mundo correspondientes a su disciplina. Es el proceso de construcción de hegemonía por
parte de un grupo sobre otros, hasta el logro de consenso.

Cuando se logra unificar a la comunidad científica de referencia, la práctica científica se


“normaliza”. Se conforma de esa manera un monopolio teórico, metodológico y valorativo,
al que Kuhn denomina “paradigma”. Define a este concepto como “realizaciones científicas
universalmente reconocidas que –durante cierto tiempo- proporcionan modelos de
problemas y soluciones a la comunidad científica”.

En su posdata de 1969, describe el tipo de elementos que componen un paradigma:

i. Principios metafísicos que guían el trabajo dentro del paradigma (concepción del
hombre, de la naturaleza, del conocimiento).

ii. Generalizaciones simbólicas: teorías, leyes de distinto tipo.

iii. Modelos de aplicación de las leyes (leyes nomopragmáticas).

iv. Procedimientos metodológicos canonizados.

v. Instrumental y técnicas instrumentales.

vi. Instituciones.

vii. Valores.

Muchos de estos componentes paradigmáticos son totalmente inconscientes e


involuntarios para los sujetos de la comunidad científica. Otros, como teorías o
procedimientos, pueden ser explicitados. El paradigma es entonces una estructura cuasi-
institucional que encuadra cómo ven los científicos el mundo, cómo operan la relación
cognoscitiva y cómo trabajan.

La inscripción de los sujetos en un paradigma se lleva a cabo en su formación. Los sujetos


van adquiriendo, de manera tácita, valores, visiones del mundo y procedimientos. Esto
tiene como resultado formativo que el campo disciplinar reproduce, de una manera
hegemónica, lo instituido como “normal”.

De allí el nombre de “Ciencia Normal” para denotar la actividad que los científicos
desarrollan regulados por el paradigma. Ella consiste en la resolución de problemas de
manera canónica. Kuhn clasifica los problemas que se presentan en la práctica científica
en dos sub-clases:

i. Enigmas: problemas que tienen solución en la búsqueda científica.


ii. Anomalías: problemas que no van a obtener solución, puesto que habría que modificar
los límites estructurales del paradigma.

Cuando se conforma un paradigma, y durante su trayectoria histórica normal, los


científicos van trabajando y resolviendo los problemas que esos límites de visión permiten,
y articulan, de mejor manera, los conocimientos con el mundo a la vez que ajustan las
teorías. Pero, siempre existen problemas que quedan sin respuesta (porque todo
paradigma es limitado). Además, algunos de estos problemas pueden contener una
demanda social importante. Esta conjunción de aspectos cuantitativos (cantidad de
anomalías) y cualitativos (importancia social de ciertos problemas) puede llevar a la
comunidad científica a una crisis.

Este cimbronazo en la normalidad reconoce como aspecto objetivo de su motivación la


presencia significativa de anomalías, pero requiere para que la crisis sea tal, el aspecto
subjetivo: la sensación de fracaso de la comunidad científica. Comienza así una búsqueda
de cambio, que coagula en la apertura de diferentes alternativas posibles de prácticas
disciplinares.

Kuhn describe el momento de crisis de paradigma en que una práctica normal regulada,
que ve resquebrajar sus fundamentos por el fracaso y, simultáneamente, se abren
alternativas que disputan la hegemonía.

Para Kuhn, la revolución científica es el proceso temporal que produce el cambio de un


paradigma por otro. Es un episodio extraordinario en el que la comunidad científica
abandona la manera tradicional de ver el mundo y adopta un nuevo enfoque,
inconmensurable con el anterior. El concepto de “inconmensurabilidad” significa la
inexistencia de un patrón de medida común que permita entablar una comparación entre
la forma precedente y la nueva de hacer ciencia. Lisa y llanamente, señala que dos
paradigmas sucesivos no pueden ser comparados. Se inaugura un nuevo paradigma,
modificando los esquemas perceptuales, el lenguaje, las teorías, las instituciones y,
concluye Kuhn, hasta el mundo mismo del cual se ocupa.

A pesar de que estos quiebres temporales llevan a una concepción relativista, Kuhn afirma
la existencia de progreso en la ciencia. Además de la acumulación cognoscitiva en el
período normal, el autor sostiene que en su conjunto la ciencia progresa a través de las
revoluciones. En este uso, el concepto no significa que sepamos más ni mejor (no es
posible por la inconmensurabilidad), sino que adquiere un matiz estrictamente
pragmático: efectividad para adecuarse a los problemas de su tiempo y poder resolverlos.
La ciencia va realizando a través de las revoluciones estas adaptaciones bruscas que le
permiten resolver nuevos problemas, pero sin pretender acercarse a una finalidad fijada
como externa a ella (verdad absoluta).

La teoría de las revoluciones científicas, como cualquier teoría, puede ser sujeta a críticas.
Se le cuestiona su desajuste histórico cuando se la aplica a disciplinas diferentes de la
física; también la falta de precisión en la definición de ciertos conceptos teóricos centrales
(paradigma, comunidad científica, revolución); asimismo, el sostenimiento de la existencia
de largos períodos de práctica alienada y dogmática. Pero, sin duda, las más importantes
imputaciones son las de irracionalismo y de relativismo.
Respecto a la acusación de irracionalismo, ésta apunta –principalmente- a la
arbitrariedad que Kuhn parece sostener en la elección de candidatos alternativos a
suceder al paradigma. Kuhn retrocede en su posición y acepta la evaluación del nuevo
paradigma en términos de gran alcance, sencillez y fertilidad heurística. Sin embargo si se
toma un criterio de racionalidad más amplio vinculado con la práctica, los procesos de
elección implicados en la sustitución paradigmática pueden ser comprensibles.

La crítica de relativismo remite a la idea de “inconmensurabilidad” que si se toma en un


sentido absoluto, convierte a cada paradigma en un comportamiento estanco. No hay
modo de establecer comunicación fuera de él. Kuhn trata de ablandar esa exagerada
posición argumentando sobre la posibilidad de traducción. De la misma manera que se
aprende otro idioma, podemos comprender las formas pasadas de ver el mundo, de hacer
ciencia y ponderar sus productos, con la pérdida que la traducción conlleva.

B. Imre Lakatos

Para él, la ciencia como práctica se inscribe en lo que denomina Programas de


Investigación. Cada programa de investigación es una conformación estructural que
regula la práctica científica, pero con una complejidad menor que la presenta la noción de
“paradigma”, y tampoco llega a convertirse en una estructura totalizadora de dicha
práctica. A diferencia del paradigma de Kuhn, entiende que pueden coexistir varios
programas de manera simultánea en el tiempo y que hay posibilidad de discusión entre
los miembros de uno con los de otro (comunicación racional).

Está conformado por componentes teóricos y componentes metodológicos. No incorpora


explícitamente a su unidad de sistematización los componentes vinculados al campo
filosófico. Distingue como elementos formadores del Programa de Investigación:

i. Núcleo duro (o firme): son las hipótesis fundamentales del Programa. Son irrefutables
por decisión de la comunidad científica. Pertenecen a una o más teorías.

ii. Cinturón Protector: son las hipótesis derivadas y auxiliares. Son las que se van
modificando en los avances de la práctica científica y otorgan así dinamismo al Programa.
A su vez, protegen al núcleo duro de las refutaciones.

iii. Heurística negativa: es el marco normativo que delimita lo que no puede hacerse en el
Programa. Este conjunto de prohibiciones es lo que resguarda al núcleo firme.

iv. Heurística positiva: es el conjunto de reglas que señala lo que puede realizarse en el
Programa. Estos procedimientos van a dinamizar el cinturón protector.

Los programas de investigación pueden ser comparados entre sí y también discutir acerca
de la conveniencia de escoger entre uno u otro. La cuestión de decidir entre programas
adversarios se resuelve por consideraciones de eficacia y conveniencia que lleva a cabo la
comunidad científica.

Lakatos introduce como criterio para la evaluación de los programas los valores de
“progresivo” y “regresivo”. Un programa de investigación es progresivo cuando la teoría
anticipa los hechos. Por el contrario, es regresivo cuando lo que sucede obliga al ajuste
teórico posterior.
Para Lakatos, la historia de la ciencia es un elemento sustantivo para la comprensión de
la misma. Se puede reconstruir racionalmente esa historia ya que la comunidad científica
va abandonando programas que no tienen fertilidad, y se suceden los que tienen
condición de progresividad.

Acepta la distinción clásica entre “historia interna de la ciencia” e “historia externa de la


ciencia”. Se entiende por “interna” la historia propia de los cambios de teorías y/o
procedimientos, es decir, de programas de investigación. La “externa” implica todos
aquellos aspectos que pueden influenciar en ese decurso histórico desde el espacio social
general.

LA VISIÓN SOCIOLÓGICA DE LA CIENCIA

A partir de la ampliación y desviación problemática que motiva la obra de Thomas Kuhn,


la sociología de la ciencia pasa a ocupar discusiones centrales en el campo de la
epistemología.

En el nacimiento de la Ciencia Moderna se restablece con fuerza esta preocupación por


los condicionamientos sociales del conocimiento. Tenemos así la teoría de las ídolas de
Francis Bacon (s. XVII) y la de los prejuicios del ilustrado Condillac (s. XVIII). Ambos
percibieron la existencia de condicionamientos en el acto de conocer –provenientes del
mundo social, del lenguaje, de las experiencias personales, etc.- pero ambos consideraron
que el entendimiento humano debía hacer un esfuerzo para anular estas deformaciones
provenientes del mundo cotidiano. La ciencia –y la filosofía- tienen que sobrepasar ese
suelo de preconceptos y, en un examen crítico, pueden lograrlo.

En el siglo XIX Marx, por el contrario, sostiene con fuerza la tesis de la vinculación de las
ideas con la práctica social –y dentro de ella se priorizan las relaciones de producción-. Se
inaugura así el trabajo con arduas problemáticas surgidas de la vinculación del
conocimiento con las prácticas sociales que van a dar lugar, a principios del s. XX, a la
conformación de un campo teórico específico: la sociología del conocimiento. Sus
fundadores fueron Max Scheler y Karl Mannheim.

Pero recién en la década de los ´40, en la Universidad de Columbia (EE.UU.), queda


conformada la sociología de la ciencia. Se gesta, con una impronta funcionalista, en los
grupos de trabajo de Robert Merton. Su preocupación central es la ciencia como
institución social (roles-funciones-normas-sistemas de reconocimiento-jerarquías, etc.). La
práctica científica se caracteriza por un ethos específico (valores y preceptos sostenidos)
que le otorga su especificidad en el conjunto de prácticas sociales. La escuela mertoniana
adjudica los siguientes valores:

i. Comunitarismo (práctica colectiva y hallazgos a disposición de la comunidad)

ii. Universalismo (justificación por criterios impersonales preestablecidos)

iii. Desinterés (sólo el interés cognoscitivo es guía de la investigación)

iv. Escepticismo organizado (ejercicio de la crítica)

v. Originalidad
vi. Humildad

A partir de los años ´70, se posa la mirada sociológica en los propios contenidos de la
ciencia, perfilándose dos líneas de trabajo importante:

i. Escuelas preocupadas por la influencia de la sociedad en la producción de


conocimientos científicos (nivel macro) –Programa Fuerte de Edimburgo, Programa
Empírico del Relativismo, Grupo París-Sussex, Programa Feminista, etc.-

ii. Escuelas preocupadas por la génesis y validación del conocimiento por parte de
colectividades sociales organizadas (nivel micro) – Estudios de Vida de Laboratorio,
Programa Etnometodológico)

Programa Fuerte de Edimburgo

Su enclave es la Unidad de Estudios Sociales de la Universidad de Edimburgo (Escocia).


Sus principales representantes: David Bloor y Barry Barnes.

Se preocupan por los procesos de producción y validación que, entienden, están


relacionados con variables sociales. El conocimiento científico tiene que ser explicado
externamente, porque se sostiene en aspectos sociales que lo condicionan.

La ciencia es un producto social, por lo que el espacio social no es una exterioridad.

Las premisas teórico-normativas del Programa enuncian que la sociología de la ciencia


debe:

i. Proporcionar explicaciones causales: el conocimiento científico no se define


teleológicamente (búsqueda de la verdad), sino causalmente, lo cual obliga a investigar los
intereses comunitarios, religiosos, económicos, nacionales, profesionales e ideológicos que
lo provocan. La sociología de la ciencia debe ocuparse de desentrañar las condiciones que
dan lugar a los conocimientos planteados.

ii. Ser imparcial: respecto a lo que se califica como verdadero o falso, racional o irracional,
exitoso o fracasado. Todo tiene interés para el sociólogo de la ciencia.

iii. Ser simétrica: las mismas causas que explican lo verdadero, explican lo falso.

iv. Ser reflexiva: debe aplicar todas las prescripciones a sí misma. Esto ayudaría a
combatir un relativismo excesivo en la sociología de la ciencia.

Los sociólogos del Programa Fuerte, cuando tratan de explicar las prácticas y los
productos científicos deben: rastrear los intereses sociales, comunitarios, y profesionales
que se ponen en juego; ser imparciales (no dedicarse sólo a lo que se valora como exitoso
en el campo científico) y simétricos (explicar por las mismas causas los aciertos y los
errores). Las variables sociales que determinan los aciertos, también condicionan las
equivocaciones. Pero, toda su práctica cognoscitiva también está sujeta a esos mismos
principios condicionantes, lo cual los obliga a la reflexividad.

Programa Empírico del Relativismo


Su localización institucional es la Universidad de Bath (Inglaterra). Harry Collins es uno
de sus representantes más importantes.

Estudia la determinación social de los conocimientos científicos, pero privilegiando el


estudio de casos contemporáneos y los episodios que denomina “controversias”.

Acepta el esquema histórico de cambios revolucionarios, pero plantea la existencia de


ciertos conflictos importantes en el desarrollo de la ciencia normal, que denomina
“controversias”. Se producen por indeterminaciones empíricas (variadas interpretaciones)
que generan un debate en la comunidad científica que podría no tener fin. Por eso se
implementa un mecanismo de cierre de la discusión, con fuerte vinculación al poder tanto
de los expertos (comunidad científica) como de las estructuras político-económicas.
Cuando la controversia se cierra, una de las posiciones se institucionaliza como “la
posición correcta”; la otra, se desecha.

Si bien es cierto que su resolución no implica una modificación radical en el curso


científico (no produce cambio revolucionario), son episodios en los cuales se visualiza
claramente cómo su resolución depende de relaciones de poder.

Grupo franco-británico París-Sussex

Sus investigaciones se centran en las condiciones de surgimiento de nuevas disciplinas.


Gerard Holton, su principal representante, plantea que estos nuevos campos surgen por la
competencia e interés de realizar descubrimientos inéditos en sectores totalmente
saturados. Pero, no basta la voluntad, sino que ésta debe apoyarse en condiciones
sociales. Estudia, dentro de esas elaboraciones cognitivas nacientes, los factores técnicos,
los factores sociales contextuales, los factores epistémicos y los factores institucionales
que van motivando las bifurcaciones y la movilidad disciplinaria. La conclusión es que la
naturaleza no impone la orientación a la investigación, sino que es la sociedad quien lo
hace.

Programa del feminismo

Dorothy Smith, Sandra Harding, Nancy Harstock y Donna Haraway son algunas de las
teóricas del feminismo que se centraron en la problemática epistemológica.

Se concentra en la relación de la variable social de género con la práctica científica. En un


primer momento, tiene una perspectiva más funcional, estudiando la participación de la
mujer en las instituciones de ciencia y técnica, las jerarquías alcanzadas, las diferencias
en retribuciones y premios, etc. Pero, con posterioridad trabaja sobre los contenidos de la
ciencia, y cómo influye en ellos la variable social de género. Muestran así los matices
sexuados inscriptos en los núcleos teóricos del conocimiento científico.

Antropología de las prácticas científicas (Estudios de Vida de Laboratorio –


Etnometodología)

Bruno Latour, Karin Knorr-Cetina y Michel Lynch son sus principales representantes. En
los años ´80 desplazan la mirada de los estudios sobre la ciencia hacia las prácticas
propias de la comunidad científica. Las realidades locales (mico) no encuentran su
explicación en las estructuras sociales, sino en la situación local de intercambio
circunscripta a espacio y tiempo. Los grupos de investigación científica interactúan,
realizan negociaciones, ponen en juego recursos discursivos, persuaden y promulgan
acuerdos. La ciencia es una “manufactura” (en términos de Knorr-Cetina) o una
fabricación (según Latour), producto de esos acuerdos aceptados por las “tribus”
científicas.

Pensamiento Decolonial latinoamericano

Vamos a englobar en esta denominación posturas teóricas diversas, pero que se centran
en pensar que todo conocimiento reconoce un territorio y un cuerpo desde donde se
produce.

El “yo pienso” cartesiano, ese ego trascendental e incorpóreo logra un conocimiento no


situado que es lo que Castro Gómez denomina la perspectiva del “punto cero”. Esto es, el
punto de vista que se esconde y disfraza como si estuviese más allá de un punto de vista
particular, como si fuese el “ojo de Dios”. Esta estrategia epistémica ha sido
importantísima porque ha permitido la dominación colonial construyendo una jerarquía
de conocimientos y, en consecuencia, de pueblos.

El pensamiento Decolonial es la respuesta epistémica de lo subalterno al proyecto


eurocéntrico moderno. No es un fundamentalismo anti-moderno sino que subsumen o
redefinen la retórica emancipatoria desde las cosmovisiones y las epistemologías propias
hacia una lucha por la liberación colonial y por un mundo más allá de la modernidad
eurocentrada.

Podemos concluir este apartado relacionado con la Sociología de la Ciencia afirmando la


importancia que reviste actualmente la misma como capítulo de la Filosofía de la Ciencia.
Al ampliarse el objeto de reflexión desde el estricto campo cognoscitivo, a la práctica
histórico-social que permite su producción, circulación, y aplicación, se diversifican las
líneas teóricas explicativas de diferentes problemas. Así hay que dar cuenta de la
intervención, en los procesos científicos, de variables sociales generales, de condiciones de
clase, género y etnia, de la ubicación territorial y de las relaciones de poder puestas en
juego.

CONCEPTO DE PARADIGMA

Un paradigma es un “modelo de análisis”, una matriz que disciplina a los científicos para
que trabajen de determinada manera. Es un conjunto de problemas y respuestas exitosas
para esos problemas.

Desde el punto de vista cognoscitivo, Paradigma es:

● Una estructura, algo organizado con elementos.

● Tiene principios filosóficos (fundamentos últimos o cosmovisiones) sin esto no hay


ciencias para Kuhn.

● Hay presencias de teorías. Todo paradigma parte de supuestos.

● Tiene que haber procedimientos (maneras de hacer ciencia, hay instrumentos,


técnicas, las ciencias se manufacturan).
● Presencia de valores (varían según los tiempos históricos, por ejemplo: el valor de la
simplicidad. Que las instituciones son históricas y por lo tanto cambian).

● Todo paradigma debe contar con la adhesión de la comunidad en general y la


científica en particular.

Kuhn dice que hay momentos de quiebre en la historia, estas son las “revoluciones” por
eso las historia es discontinua. Se producen otros caminos a seguir, es decir hay caminos
de rupturas. Dice: que no hay “padres” de la ciencia sino que es un proceso que arriba a
un resultado, estas concepciones de la historia lo utiliza para explicar la ciencia.

Pone el acento en los procesos que en los resultados. Que las fechas son marcas
arbitrarias. Que es absurdo pensar en quien lo hizo. Kuhn descree que la historia se
escribe de los éxitos sino que también es de los fracasos, por eso descree de la historia
lineal, que hay marchas y contramarchas. Kuhn la llama REVOLUCIÓN CIENTÍFICA y que
las ciencias son prácticas sociales e históricas.

Kuhn dice que no hay comunidad científica en la Prehistoria. Sino Solo grupos distintos
que no se ponen de acuerdo. Que son desacuerdos profundos, en los fundamentos. Y esto
es complicado porque hay que cambiar la visión del mundo.

Entonces para Kuhn la historia o la ciencia comienza con el Paradigma, este paradigma se
caracteriza por el consenso de la comunidad científica (acuerdo que regula) y la denomina
como Ciencia Normal.

El paradigma entra en crisis cuando hay problemas o anomalías. Estos problemas o


anomalías siempre están en el paradigma. Pero para que el paradigma entre en crisis no
sólo es suficiente con que existan los problemas sino que también es necesario que la
comunidad científica se dé cuenta que los problemas sin solución son atentatorios contra
la propia practica científica.

La crisis siempre requiere de esta doble dimensión: la existencia de los problemas o


anomalías y que los sujetos, sean individuales o colectivos, se den cuenta que esos
problemas o anomalías influyen en lo que están haciendo. Es decir, tienen que estar en
problemas y tienen que reflexionar al respecto.

Este es el período de decadencia del paradigma. El paradigma nace en un período


determinado de la historia, decae, muere, y da lugar a un nuevo paradigma. Al estar
debilitado un paradigma, empiezan a aparecer otros candidatos alternativos, tratando de
encausar la actividad científica con otros principios generales, con otras leyes, con otras
teorías. Surgen distintos grupos con posiciones alternativas.

La crisis se resuelve en la ruptura, que se conoce como REVOLUCION CIENTIFICA. Se


entiende por revolución científica, cuando una postura alternativa logra imponerse sobre
sus contrincantes y forman un nuevo paradigma.

La explicación de Kuhn, de porque una de ellas surge, es estrictamente sociológico. Va


teniendo más éxitos, va solucionando las anomalías que habían puesto en crisis al
paradigma anterior. La otra explicación, también vinculada con el campo de la sociología
de la ciencia, es presentar que estas posibilidades alternativas están planteadas, siempre
por científicos jóvenes.

La mejor definición de crisis, es la que da Antonio Gramsci, y que dice: “una crisis es
cuando lo viejo no termina de morir y lo nuevo no acaba por nacer”.

Se puede hablar de crisis, en el trayecto temporal de la práctica social, cuando las formas
viejas todavía, en cierto sentido, son aceptadas, son las únicas que tenemos, pero a su
vez, nos damos cuenta que no son suficientes o que no dan abasto, que son
insatisfactorias, y que se van perfilando cosas nuevas en el campo de la historia.

Este es el período que Kuhn denomina crisis. Y se supera este período de crisis con la
aparición de un nuevo paradigma. Los cambios se producen como consecuencia del
período de crisis, lo plantea en términos de Revolución. Este período de revolución
científica lo compara con el período de revolución política.

Posición de Kuhn: tiene que haber un paradigma y no varios, hegemonía de una


determinada concepción, lo que implica una CIENCIA NORMAL y que es una explicación
social porque los grupos de investigación científica se decantan y un grupo solo es
hegemónico. Kuhn afirma que en la Prehistoria hay actividad científica pero no hay ciencia
porque no hay un paradigma.

INCONMENSURABILIDAD DE LOS PARADIGMAS

Dos paradigmas son inconmensurables porque no se tiene un patrón de medidas que


permita comparar una cosa con la otra, porque son radicalmente distintos. Son distintas
las cosmovisiones filosóficas, los principios generales, las teorías, los procedimientos, los
valores, las instituciones, etc.

Kuhn dice que cambia la percepción del mundo; cambia el lenguaje, se puede usar en
ciencia las mismas categorías, después de un período de revolución, pero no significa lo
mismo. Termina afirmando: el mundo mismo cambia como cambia un paradigma (le valió
la crítica del relativismo).

Este paradigma, va a volver, en algún momento de su desarrollo histórico, a entrar en


crisis, revoluciona de nuevo la ciencia y se plantea un nuevo paradigma. ASI ES LA
HISTORIA DE LA CIENCIA.

REIGNIFICACIÓN DEL CONCEPTO DE PROGRESO

El progreso como concepto se introduce en la conceptualización histórica, en la


modernidad. Kuhn toma esta conceptualización histórica de progreso porque:

a) Por un lado, responde afirmativamente que sí progresa la ciencia, si nos basamos en


una concepción lineal de la historia;

b) En cambio, en el esquema de ruptura de Kuhn, la categoría progreso se aplica a la


historia de la ciencia, a un período determinado de la ciencia, que es el período de ciencia
normal.
En el período de ciencia normal es cuando la comunidad científica trabaja encuadrada en
un paradigma, y se dedica a resolver estos enigmas, y a articular mejor el paradigma con
la realidad.

El problema está cuando se entiende la categoría de progreso en un sentido usual, como


tal cual se introduce en la historiografía, es decir que uno cada vez sabe más, por ejemplo
en las ciencias sociales, particularmente la ciencia de la comunicación, decimos que hay
progreso en el sentido usual cuando cada día que pasa, cada año que pasa o cada nueva
investigación que se realiza la ciencia comunicativa va incorporando un nuevo
conocimiento más a cerca de la problemática del tema.

Kuhn dice, que esta idea de progreso utilizada en su sentido usual solamente serviría para
explicar el progreso en el período de ciencia normal porque en este período se puede
aplicar el sentido acumulativo y comparativo de los conocimientos. Pero cuando se rompe
la historia y se pasa a otra cosa, y decimos que este nuevo paradigma no se puede
comparar con el anterior paradigma, no se puede decir que en este paradigma yo sé más
que en el paradigma anterior.

Para explicar, porque Kuhn dice, que si progresa la ciencia, no está en este período de
ciencia normal, sino que la explicación está en la totalidad de los períodos que compone
la historia de la ciencia, porque cuando pensamos en ciencia tenemos que pensar en todo
este movimiento, desde una actividad científica pre paradigmática hasta el paradigma, la
crisis, la revolución, todo esto es la ciencia. Para ejemplificar este tema Kuhn dice: Galileo
no es que sabía más que Aristóteles, sabía distinto; no es que Einstein sabía más que
Galileo, sabía distinto.

Aquí es donde rompe la posibilidad de acumulación y comparación, porque entre estos


personajes hubo una revolución científica, se pasó a hacer ciencia de una manera
distinta. El concepto de progreso es pragmático.

La ciencia progresa en el sentido adaptativo, es decir se van adaptando a los problemas


que se le van presentando, buscando soluciones para resolver dichos problemas. Ni los
problemas ni las soluciones son comparables.

Kuhn para explicar el progreso se basa en una analogía, usa la evolución darwiniana, hace
una comparación, dice, de la misma manera que para la teoría evolutiva, la especie
humana evoluciona, va adoptando distintas formas, a las condiciones que le toca vivir, de
la misma manera usa Kuhn este criterio y tiene una resolución pragmática de progreso,
dice, la ciencia progresa porque en cada momento usa las mejores formas para resolver
los problemas que en ese momento se le presenta.

Kuhn dice que después de cada revolución se vuelven a escribir los textos de los libros.
Para Kuhn el nuevo paradigma se reescribe, se rompe el sentido lineal del progreso, las
ciencias progresan evolutivamente y no por acumulación de progresos.

Kuhn da cuenta de algunos elementos teóricos de otros autores como antecedentes para
plantear su posición:
Las dos escuelas que menciona: la escuela psicológica de Gestalt pone el énfasis en el
estudio del pensamiento, el aprendizaje y la percepción como unidades; no los analiza en
partes. El lema de los gestaltistas fue “El todo es mayor que la suma de sus partes”.

La palabra alemana gestalt significa “forma”, “patrón” o “totalidad”. Max Wertheimer,


psicólogo alemán, fue quien adelantó por primera vez el punto de vista de la gestalt. Es un
error dijo, analizar los eventos psicológicos en partes, o “elementos”, como lo hacían los
estructuralistas. Igual que en el caso de la melodía, muchas experiencias resisten el
análisis en unidades más pequeñas. Los conceptos de estructura y teoría de la
percepción, son conceptos centrales para su posicionamiento.

Otros autores que cita es: Jean Piaget: que tiene una percepción de estructura puesta en
la historia: nacen y mueren en el tiempo: tiene un concepto historicista.

Kuhn, está influenciado por estructuras históricas pero tiene una condición historicista
NO LINEAL. Prioriza las condiciones internas de la ciencia o de la historia interna y no
toma la historia externa.

Otro autor que toma es del científico y filósofo Michael Polanyi: el Conocimiento


tácito o conocimiento implícito, es un concepto creado por él. El conocimiento tácito
consta comúnmente de hábitos y aspectos culturales que difícilmente reconocemos en
nosotros mismos, o en palabras de los autores Nonaka y Takeuchi (1995) un conocimiento
"informal, personal o social, difícil de expresar de forma sistematizada—poco visible y difícil
de compartir por los medios tradicionales —que poseen los actores del contexto donde se
desarrolla cualquier actividad humana, incluso dentro de las organizaciones."

También a Alexandre Koyre, con sus trabajos de epistemología y de historia de la


ciencia que se centran principalmente en Galileo, así como en la cosmología de los siglos
XVI y XVI.

Entonces, es el conocimiento tácito que plantea más allá del campo cognoscitivo, de lo
explícito, siempre se incorpora conocimiento de manera tácita, como por ejemplo el
curriculum oculto: procedimientos que no están explícitos pero se enseñan
implícitamente. También, por ejemplo: el timbre de la escuela, te prepara para la fábrica.
Para Kuhn es importante el conocimiento Oculto.

Las teorías son la manera de organizar y sistematizar los conocimientos. Las teorías son
unos de los elementos constitutivos de un paradigma. Por lo tanto no se puede tomar a
las teorías como sinónimo de paradigma.

Piaget dice: Que la historia sería un espiral, cada trayecto se va desplazando a otro nivel.

¿Qué pasaba antes de 1923?: No había una discusión autónoma sino que toda discusión
estaba mesclado con la metafísico o filosófico, no había epistemología, es decir había una
larga prehistoria.

La epistemología nace en un campo muy acotado que es la LÓGICA, al igual que todas las
Ciencias sociales que son positivistas (sociología, psicología social…) Porqué como se
organizan las ciencias: es un problema lógico, método y estudio son problemas lógicos.
Tienen buenos resultados en cuanto a la ESTRUCTURA de las ciencias y no en la
METODOLOGÍA, porque no hay un método único para todas las ciencias sino un método
para cada ciencia.

Para Kuhn la historia empieza cuando hay un PARADIGMA y este momento da inicio a
una ciencia.

Kuhn es positivista, incorpora que toda ciencia es el campo filosófico: un determinado


pensamiento del mundo, esto implica que las ciencias estas sujetas a concepciones o
cosmovisiones filosóficas. Kuhn tiene una visión estructural.

Kuhn afirma que hay varias escuelas, y que una de ellas tiene más éxito que otra, y que
este paradigma, conduce a la comunidad científica.

Mientras marcha el paradigma, los científicos articulan de mejor manera la visión del
mundo y queda en evidencia aún más lo que se presenta como problema.

Hay un período de CRISIS (que antecede a la revolución) que hace resquebrajar el


paradigma. Las crisis lo proponen los jóvenes o las generaciones jóvenes que tienen mayor
propensión a la ruptura, que luego de la crisis se impone y nace un nuevo paradigma.

REVOLUCION científica, es algo inconmensurable, no se puede comparar o medir los


paradigmas. El nuevo paradigma difiere del anterior, vuelve a su historicidad: prehistoria,
crisis, revolución y así sucesivamente.

Par Kuhn ninguna de las CIENCIAS SOCIALES tiene su campo científico por la disparidad

IMRE LAKATOS Y LA “METODOLOGÍA DE LOS PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN”

La demarcación entre ciencia y pseudociencia, tiene una importancia social y política


vital.

Muchos filósofos han intentado solucionar el problema de la demarcación en los


temimossig: un enunciado constituye conocimiento si cree en él, con suficiente convicción,
un número suficientemente elevado de personas. Para la historia del pensamiento
muestra que muchas personas han sido convencidos creyentes de nociones absurdas. Si
el vigor de la creencia fuera un distintivo del conocimiento tendríamos que considerar
como parte de ese conocimiento a muchas historias sobre demonios, ángeles, diablos,
cielos e infierno. Por otra parte, los científicos son muy escépticos incluso con respecto a
sus mejores teorías. Ningún grado de convencimiento con relación a ciertas creencias las
convierte en conocimiento. Realmente lo que caracteriza a la conducta científica es un
cierto escepticismo incluso con relación a nuestras teorías más estimadas. La profesión
de fe ciega en una teoría no es una virtud intelectual, sino un crimen intelectual. De este
modo un enunciado puede ser pseudocientífico aunque sea eminentemente plausible y
aunque todo el mundo lo crea, y puede ser científicamente valioso aunque sea increíble y
nadie crea en él. Una teoría puede tener un valor científico incluso eminente, aunque
nadie lo comprenda. Y, aún menos, crea en ella.

El valor cognoscitivo de una teoría nada tiene que ver con su influencia psicológica sobre
las mentes humanas. El valor científico y objetivo de una teoría es independiente de la
mente humana que la crea o la comprende. Su valor científico depende solamente del
apoyo objetivo que prestan los hechos a esa conjetura.

En el razonamiento científico las teorías son confrontadas por los hechos y una de las
condiciones básicas del razonamiento científico es que las teorías deben ser apoyadas por
los hechos.

Hoy es posible demostrar con facilidad que no se puede derivar válidamente una ley de la
naturaleza a partir de un número finito de hechos, pero la realidad es que aún podemos
leer afirmaciones en el sentido que las teorías científicas son probadas por los hechos. ¿A
qué se debe esa obstinada oposición a la lógica elemental?

Hay una explicación muy plausible. Los científicos desean que sus teorías sean
respetables y merecedoras del título de ciencia, esto es, conocimiento genuino.

El criterio de honestidad científica significa que el científico debe probar con los hechos
cada frase que pronuncia.

No todas las teorías pueden ser probadas. Si todas las teorías científicas son igualmente
incapaces de ser probadas, ¿Qué distingue al conocimiento científico de la ignorancia y a
la ciencia de la pseudociencia?

Los lógicos inductivos, suministraron en el siglo XX una respuesta a esta pregunta. La


lógica inductiva trato de definir las probabilidades de diferentes teorías según la evidencia
total disponible. Si la probabilidad matemática de una teoría es elevada ello la cualifica
como teoría científica, si es baja o incluso es cero, la teoría es no científica. Por tanto, el
distintivo de la honestidad intelectual seria, no afirmar nunca nada que no sea por lo
menos, muy probable. El probabilismo tiene un rasgo atractivo; en lugar de suministrar
simplemente una distinción en término de blanco y negro entre la ciencia y la
pseudociencia, suministra una escala continua desde las teorías débiles de probabilidad
baja hasta las teorías poderosas de probabilidad elevada.

Pero en 1934 Karl Popper, defendió que la probabilidad matemática de todas las teorías
científicas o pseudocientíficas para cualquier magnitud de evidencia, es cero. Si Popper
tiene razón las teorías científicas no sólo son igualmente incapaces de ser probadas, sino
que son también igualmente improbables. Se requería un nuevo criterio de demarcación
y Popper propuso uno magnifico. Una teoría puede ser científica incluso si no cuenta ni
con la sombra de una evidencia favorable, y puede ser pseudocientífica aunque toda la
evidencia disponible le sea favorable. Esto es, el carácter científico o no científico de una
teoría; puede ser determinada con independencia de los hechos. Una teoría es científica si
podemos especificar por adelantado un experimento crucial (o una observación) que
pueda falsarla, y es pseudocientífica si nos negamos a especificar tal falsador potencial.
Pero en tal caso no estamos distinguiendo entre teorías científicas y pseudocientíficas sino
más bien entre método científico y método no científico.

Una proposición puede fosilizarse hasta convertirse en un dogma pseudocientífico, o


llegar a ser conocimiento genuino dependiendo de que estemos dispuestos a especificar
las condiciones observables que la refutarían.
Entonces ¿es el criterio de falsabilidad de Popper la solución del problema de la
demarcación entre la ciencia y la pseudociencia? No. El criterio de Popper ignora la
notable tenacidad de las teorías científicas. Los científicos no abandonan una teoría
simplemente porque los hechos la contradigan. Normalmente o bien inventan alguna
hipótesis de rescate para explicar lo que ellos llaman después una simple anomalía o, si
no pueden explicar la anomalía, la ignoran y centran su atención en otros problemas.
Obsérvese que los científicos hablan de anomalías, ejemplos recalcitrantes, pero no de
refutaciones.

Thomas Kuhn habla de revolución científica y descubre la ingenuidad del falsacionismo de


Popper.

En los últimos años he defendido la metodología de los programas de investigación


científica que soluciona algunos problemas que ni Popper ni Kuhn consiguieron
solucionar.

En primer lugar: defiendo que la unidad descriptiva típica de los grandes logros científicos
no es una hipótesis aislada sino más bien un programa de investigación. La ciencia no es
solo ensayos y errores, una serie de conjeturas y refutaciones.

Tenemos un núcleo firme que esta tenazmente protegido contra las refutaciones mediante
un gran cinturón protector de hipótesis auxiliares. Y, lo que es aún más importante, el
programa de investigación tiene también una heurística, esto es, una poderosa
maquinaria para la solución de problemas que, con ayuda de técnicas matemáticas
sofisticadas, asimila las anomalías e incluso las convierte en evidencia positiva.

Distinción entre programa científico o progresivo de programa pseudocientífico o regresivo

Todos los programas de investigación tienen la característica común de predecir hechos


nuevos, hechos que previamente ni siquiera habían sido soñados o que incluso habían
sido contradichos por programas rivales o previos.

En un programa de investigación progresivo, la teoría conduce a descubrir hechos nuevos


hasta entonces desconocidos. Sin embargo, en los programas regresivos las teorías son
fabricadas solo para acomodar los hechos ya conocidos.

Resumiendo: el distintivo del progreso empírico no son las verificaciones triviales. Las
llamadas refutaciones no indican un fracaso empírico, porque todos los programas crecen
en un océano permanente de anomalías. Lo que realmente importan son las predicciones
dramáticas, inesperadas, grandiosas; más pocas de estas son suficientes para decidir el
desenlace; si la teoría se retrasa con relación a los hechos, ello significa que estamos en
presencia de programas de investigación pobres y regresivos.

¿Cómo suceden las revoluciones científicas? Si tenemos dos programas de investigación


rivales y uno de ellos progresa, mientras que el otro degenera, los científicos tienden a
alinearse con el programa progresivo. Tal es la explicación de las revoluciones científicas.
Pero aunque preservar la publicidad del caso sea una cuestión de honestidad intelectual,
no es deshonesto aferrarse a un programa en regresión e intentar convertirlo en
progresivo.
En contra de Popper, la metodología de los programas de investigación científica no ofrece
una racionalidad instantánea. Hay que tratar con benevolencia a los programas en
desarrollo; pueden transcurrir décadas antes de que los programas despeguen del suelo y
se hagan empíricamente progresivos. La crítica no es un arma popperiana que mate con
rapidez mediante la refutación. Las críticas importantes son siempre constructivas; no
hay refutaciones sin una teoría mejor.

Kuhn se equivoca al pensar que las revoluciones científicas son un cambio repentino e
irracional de punto de vista. La historia de la ciencia refuta tanto a Popper como a Kuhn.
Lo que sucede es que, normalmente, los programas de investigación progresivos
sustituyen a los regresivos.

El problema de la demarcación entre ciencia y pseudociencia también tiene serias


implicaciones para la institucionalización de la crítica. El problema de la demarcación
entre ciencia y pseudociencia no es un pseudoproblema para filósofos de salón, sino que
tiene serias implicaciones éticas y políticas.

Una metodología de los programas de investigación científica

Debe haber una continuidad que se origina en un programa de investigación genuino


concebido en el comienzo. El programa consiste en reglas metodológicas: algunas nos
dicen las rutas de investigación que deben ser evitadas (heurística negativa), y otros, los
caminos que deben seguirse (heurística positiva).

Núcleo firme del programa: todos los programas de investigación científica pueden ser
caracterizados por su núcleo firme. La heurística negativa del programa impide que
apliquemos el Modus Tollens a este núcleo firme. Por el contrario, debemos utilizar
nuestra inteligencia para incorporar e incluso inventar hipótesis auxiliares que formen un
cinturón protector en torno a ese centro, y contra ellas debemos dirigir el Modus Tollens.
El cinturón protector de hipótesis auxiliares debe recibir los impactos de las
contrastaciones y para defender al núcleo firme, será ajustado y reajustado e incluso
completamente sustituido.

Un programa de investigación tiene éxito si ello conduce a un cambio progresivo de


problemática; fracasa, si conduce a un cambio regresivo.

La idea de una heurística negativa de un programa de investigación científica racionaliza


en gran medida el convencionalismo clásico. Racionalmente es posible decir que no se
permitirá que las refutaciones transmitan falsedad al núcleo firme mientras aumente el
contenido empírico corroborado del cinturón protector de hipótesis auxiliares.
Mantenemos que el núcleo firme de un programa puede tener que ser abandonado
cuando tal programa deja de anticipar hechos nuevos; eso es, nuestro núcleo firme, puede
derrumbarse en ciertas condiciones.

La heurística positiva: la construcción del cinturón protector y la autonomía relativa de la


ciencia teórica

Los programas de investigación también se caracterizan por su heurística positiva además


de caracterizarse por la heurística negativa.
Le heurística positiva consiste de un conjunto, parcialmente estructurado, de sugerencias
o pistas sobre cómo cambiar y desarrollar las versiones refutables del programa de
investigación, sobre como modificar y complicar el cinturón protector refutable.

La heurística positiva del programa impide que el científico se pierda en el océano de


anomalías. La heurística positiva establece un programa que enumera una secuencia de
modelos crecientemente complicados simuladores de la realidad: la atención del científico
se concentra en la construcción de sus modelos según las instrucciones establecidas en la
parte positiva de su programa. Ignora los contraejemplos reales, los datos disponibles.

La heurística positiva es más flexible que la heurística negativa.

La heurística positiva avanza casi sin tener en cuenta las refutaciones; puede parecer que
son las verificaciones y no las refutaciones las que suministran los puntos de contacto
con la realidad. Son las verificaciones las que mantienen la marcha del programa, a pesar
de los casos recalcitrantes.

Podemos evaluar los programas de investigación incluso después de haber sido


eliminados, en razón de su poder heurístico.

Por tanto, la metodología de los programas de investigación científica explica la autonomía


relativa de la ciencia teórica: un hecho histórico cuya racionalidad no puede ser explicado
por los primeros falsacionistas. La selección racional de problemas que realizan los
científicos que trabajan en programas de investigación importantes está determinada por
la heurística positiva del programa y no por las anomalías psicológicamente embarazosas.
Las anomalías se enumeran pero se archivan después con la esperanza de que, llegado el
momento, se convertirán en corroboraciones del programa. Solo aquellos científicos que
trabajan en ejercicios de prueba y error o en una fase degenerada de un programa de
investigación cuya heurística positiva se quedó sin contenido, se ven obligados a redoblar
su atención a las anomalías.

La metodología de los programas de investigación científica: la unidad básica para la


evaluación no debe ser una teoría aislada o una conjunción de teorías, sino un programa
de investigación con un núcleo firme convencionalmente aceptado y con una heurística
positiva que define los problemas, esboza la construcción de un cinturón de hipótesis
auxiliares, prevé anomalías y victoriosamente las transforma en ejemplos según un plan
preconcebido, todo ello. El científico enumera anomalías, pero mientras su programa de
investigación conserve su empuje, puede dejarlas aparte. La selección de sus problemas
esta fundamentalmente dictado por la heurística positiva de su programa y no por las
anomalías. De este modo la metodología de los programas de investigación puede explicar
la gran autonomía de la ciencia teórica, lo que es imposible para las ingenuas e inconexas
secuencias de conjeturas y refutaciones de los falsacionistas.

Se dice que un programa de investigación progresa mientras sucede que su crecimiento


teórico se anticipa a su crecimiento empírico; eso es, mientras continúe prediciendo
hechos nuevos con algún éxito. (cambio progresivo de problemática); un programa está
estancado si su crecimiento teórico se retrasa con relación al crecimiento empírico; esto
es, si solo ofrece explicaciones post hoc de descubrimientos causales o de hechos
anticipados y descubiertos en el seno de un programa rival (cambio regresivo de
problemática). Si un programa de investigación explica de forma progresiva más hechos
que un programa rival, supera a este último, que puede ser eliminado (o archivado, si se
prefiere).

Como cualquier otra metodología, la metodología de los programas de investigación


constituye un programa de investigación historiográfico. El historiador que acepta esta
metodología como guía buscara en la historia programas de investigación rivales y
desplazamientos progresivos o regresivos de problemáticas.

La metodología de los programas de investigación, como cualquier otra teoría de la


racionalidad científica, debe ser complementada por la historia empírico externa. Para
explicar los diferentes ritmos de desarrollo de los distintos programas, puede ser
necesario utilizar la historia externa. La reconstrucción racional de la ciencia no puede
ser completa porque los seres humanos no son animales completamente racionales;
incluso cuando actúen racionalmente pueden defender una teoría falsa sobre sus propios
actos racionales.

Pero la metodología de los programas de investigación traza una demarcación entre


historia interna y externa, que es notablemente diferente de la trazada por otras teorías
sobre la racionalidad.

Criterios T. Kuhn I. Lakatos

Unidad de Paradigmas. Programas de investigación.


investigación

Revoluciones Cambio repentino e irracional de Lo que sucede es que los


científicas punto de vista (cambio de programas de investigación
(punto de vista) paradigma), marca un nuevo progresivos sustituyen a los
comienzo. regresivos (sustitución de un
programa por otro más
adecuado).

Sujeto que Son empleados por las Los programas de investigación


emplea las comunidades científicas, ya que son de propiedad pública, hay
unidades los investigadores necesitan de muchas personas que trabajan
una formación intelectual para con ellos en diferentes partes del
conocerlos y tomar alguno como mundo.
modelo.

Conducta Los científicos no son seres Cierto escepticismo con relación a


científica absolutamente racionales su teorías más extenuadas.
actividad y conducta se ve
influenciada por el mundo exterior.

Descubrimiento Se dan dentro de comunidades o Simultáneos, se pueden dar en


s grupos de científicos, son aislados. muchos lugares del mundo al
mismo tiempo.

Progreso Se produce a través de la ciencia Se produce a través de la


normal. No acumulativo. sustitución de programas.

PAUL FEYEREBAND Y EL “ANARQUISMO EPISTEMOLÓGICO”

El único principio que no inhibe el progreso es: TODO VALE

La idea de un método que contenga principios firmes, inalterables y absolutamente


obligatorios que rijan el quehacer científico tropieza con dificultades considerables al ser
confrontada con los resultados de la investigación histórica.

Descubrimos entonces que no hay una sola regla que no sea infringida en una ocasión u
otra. Resulta evidente que esas infracciones son necesarias para el progreso. Uno de los
rasgos más llamativos de las recientes discusiones en historia y filosofía de la ciencia,
consiste en la toma de conciencia de que sucesos y desarrollos, solo ocurrieron o bien
porque algunos pensadores decidieron no someterse a ciertas reglas obvias o porque las
violaron involuntariamente.

Esta práctica liberal no constituye solo un mero hecho de la historia de la ciencia, sino
que es razonable y absolutamente necesaria para el desarrollo del conocimiento. Es decir
que puede demostrarse lo siguiente: dada cualquier regla por muy fundamental o
necesaria que sea para la ciencia, siempre existen circunstancias en las que resulta
aconsejable no solo ignorar dicha regla, sino adoptar su opuesta.

Hay incluso circunstancias en las que la argumentación pierde su prometedor aspecto o


se convierte en un obstáculo para el progreso.

Después de admitir todo esto, hemos de aceptar también la posibilidad de crecimiento no


argumentativo en el adulto así como en (las partes teóricas de) instituciones tales como la
ciencia, la religión, la prostitución, etc.

La única función de la argumentación racional quizás radique en aumentar la tensión


mental que precede y causa la explosión de la conducta.

Ahora bien, si son los eventos, no necesariamente los argumentos, la causa de que
adoptemos nuevos criterios, incluyendo formas nuevas y más complejas de
argumentación, ¿no es cierto que los defensores del statu quo tendrán que aducir no solo
contra argumento, sino además causas contrarias? Y si las viejas formas de
argumentación resultan demasiado débiles para constituir una causa, ¿no deberán estos
defensores o bien abandonar, o bien recurrir a medios más fuertes y más irracionales?
Incluso el racionalista más puritano se verá forzado entonces a dejar de razonar y a
emplear la propaganda y la coerción, no porque alguna de sus razones haya dejado de ser
válida, sino porque hayan desaparecido las condiciones psicológicas que las hacen
eficaces y capaces de influir en los otros. ¿Y cuál es la utilidad de un argumento que deja
a la gente impertérrita?

Por supuesto, el problema nunca se plantea exactamente de esta forma. La enseñanza de


criterios y su defensa nunca consiste en su mera colocación ante la mente y en exponerlos
tan claros como sea posible. Se da por supuesto que los criterios tienen también una
eficacia causal máxima. Esto hace muy difícil distinguir entre la fuerza lógica y el efecto
material de un argumento. Un racionalista amaestrado será obediente a la imagen mental
de su amo, se conformara a los criterios de argumentación que ha aprendido, se adherirá
a esos criterios sin importar la confusión en la que se encuentre, y será completamente
incapaz de darse cuenta de que aquello que él considera como la voz de la razón no es
sino un post efecto causal del entrenamiento que ha recibido. Será muy inhábil para
descubrir que la llamada de la razón, a la que sucumbe con tanta facilidad, no es otra
cosa que una maniobra política.

Que los intereses, fuerzas, propaganda y técnicas de lavado de cerebro juegan un papel
mucho mayor de lo que comúnmente se cree en el desarrollo del conocimiento y de la
ciencia, puede descubrirse también por medio de un análisis de la relación entre idea y
acción. A menudo se da por supuesto que una comprensión clara y distinta de las ideas
nuevas precede, a su formulación y a su expresión institucional.

Primero tenemos una idea, o un problema.

Segundo, actuamos, es decir, hablamos o construimos o destruimos.

La actividad lúdica inicial constituye un presupuesto esencial del acto final de


comprensión. No existe ninguna razón por la que este mecanismo deje de funcionar en el
adulto. La creación de una cosa, y la creación más la comprensión completa de una idea
correcta de la cosa, constituyen muy a menudo partes de uno y el mismo proceso
indivisible y no pueden separarse sin provocar la detención del proceso. El proceso
mismo no está dirigido por un programa bien definido, y no puede estar dirigido por un
tal programa porque es el proceso el que contiene las condiciones de realización de todos
los programas posibles. (La pasión da lugar a una conducta especifica que a su vez crea
las circunstancias y las ideas necesarias para analizar y explicar el proceso, para hacerlo
racional)

Las teorías devienen claras y razonables solo después de que las partes incoherentes de
ellas han sido utilizadas durante largo tiempo.

El pensamiento dialectico surge como forma de pensamiento que reduce a la nada las
detalladas determinaciones del entendimiento, incluida la lógica formal.

Mi tesis es que el Anarquismo estimula el progreso cualquiera sea el sentido en que se


tome este término. Incluso una ciencia basada en la ley y el orden, solo tendrá éxito si
permite que se den pasos anarquistas ocasionales.

Resulta claro, pues, que la idea de un método fijo, o la idea de una teoría fija de la
racionalidad, descansa sobre una concepción excesivamente ingenua del hombre y de su
contorno social. A quienes consideren el rico material que proporciona la historia, y no
intente empobrecerlo para dar satisfacción a sus más bajos instintos y a su deseo de
seguridad intelectual con el pretexto de claridad, precisión, objetividad, verdad, a esas
personas les parecerá que solo hay un principio que puede defenderse bajo cualquier
circunstancia y en todas las etapas del desarrollo humano. Me refiero al principio: TODO
VALE.
La contrarregla nos aconseja introducir y elaborar hipótesis que sean inconsistentes con
teorías bien establecidas y/o con hechos bien establecidos. Nos aconseja proceder
contrainductivamente.

LA SOCIOLOGÍA DE LA CIENCIA

ANTECEDENTES Y ORIGEN

La sociología de la ciencia considera las influencias y componentes sociales en la ciencia.


Diferente de la sociología del conocimiento que investiga los orígenes sociales de las ideas
y del efecto que las ideas dominantes tienen sobre las sociedades.

Temas de investigación:

A diferencia de la epistemología, no investiga la validez del conocimiento sino la forma en


que se organiza socialmente la comunidad científica en la producción, difusión y
reclutamiento o entrenamiento de sus integrantes. De qué forma se construye el discurso,
de una comunidad específica y la ciencia en general; del conocimiento científico en la
neutralidad u objetividad de la producción de ideas, teorías, etc. Como la sociología del
conocimiento se aproxima en averiguar la forma en la cual es válido o aceptado el
conocimiento en la sociedad. Así como la conexión entre los diversos actores y los usos
que se da o legitima la ciencia. Específicamente que técnicas, teorías y medios de difusión
son considerados como dominantes o la forma que adquieren supremacía sobre
sociedades.

Desarrollo y autores

Max Scheler

Basándose en una analogía superficial a la teoría de la relatividad, pretende fundar un


perspectivismo histórico. La sociología del saber de Scheler sostiene como punto de
partida que los modos de pensar y conocer depende de alguna manera de la realidad
social en que se ofrecen. Uno de los propósitos fundamentales es la investigación de las
leyes que rigen la producción, tanto por los factores ideales como por los materiales. Niega
la dependencia del factor material respecto del espiritual.

Marx

Algunos puntos destacables de su sociología son:

1. Todos los proceso de la vida social cambian, aunque se encuentren conectado entre si y
se influyan unos a otros.
2. El hombre intervienen en el desarrollo de los fenómenos sociales y naturales
aprovechando sus conocimientos científicos.
3. El hombre se ha desarrollado gracias al trabajo.
4. Los hombres de la sociedad ocupan un lugar determinado.
5. La lucha de clases es el motor de la historia.
6. A cada quién según su trabajo.

Carlos Mannheim
Para él la sociología es una ciencia que busca la coordinación de los estudios que realizan
las diferentes ciencias sociales. Debe incluir también el estudio de los significados que
unen o dividen a los hombres, en relación con las estructuras sociales.

Crea los conceptos de Ideología y Utopía, el primero se refiere al conjunto de ideas de las
clases dominantes, el segundo se refiere a las ideas que reinan entre los dominados.
Divide además a la Sociología del Conocimiento en tres partes:

Análisis concreto de la forma como la realidad social se vincula o da origen al


pensamiento político, social, moral, etc.

Elaboración de los criterios para juzgar el papel social que el conocimiento representa,
independientemente que sea falso o verdadero. Planteamiento de una teoría nueva del
conocimiento.

Desde la teoría feminista también se han realizado importantes aportaciones al campo. En


este sentido, destaca la figura de Donna Haraway y su metáfora del cyborg para designar
aquello que hoy somos. Aunque con reminiscencias de la literatura de ciencia ficción y un
lenguaje muy metafórico, su enfoque es cercano al de la Teoría Actor-Red, sin embargo
Donna Haraway   resalta las necesidades ético-políticas de la teoría.

Robert Merton

Su aportación fundamental es su preocupación por relacionar la teoría social con la


investigación, como también en sistematizar los procedimientos del análisis sociológico.

A mediados de la década de los ´70 se forman algunas escuelas que continúan, si bien
ampliando la visión, la propuesta de Merton. Entre ellas destaca la Escuela de
Edimburgo con David Bloor a la cabeza. Este autor ya no concibe la ciencia como un
saber esotérico, sino que pone en relevancia el componente social en la producción del
conocimiento científico.

Hoy en día este campo tiene continuidad en varias vertientes, aunque se suelen nombrar
dos escuelas:

1. Los Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología, representan un enfoque


fuertemente constructivista. Desde esta perspectiva se supone que la construcción de los
aparatos tecnológicos viene determinada socialmente a través de las pugnas y
negociaciones que se producen entre grupos sociales relevantes. Sus máximos exponentes
son Pinch y Bijker.

2. La Teoría Actor-Red. Esta escuela rechaza la primacía de las relaciones humanas en la


constitución de entramados socio-técnicos, por contra, aplica el principio de "simetría
generalizada" y proclama la existencia de agentes sociales híbridos que se constituyen a
través de la negociación y el enrolamiento entre entidades humanas y no humanas. Este
enfoque teórico cuenta entre sus autores más destacados con Bruno Latour, Michel
Callon y John Law.

Olivier Martin, “Sociología de las ciencias”


La sociología de las ciencias nació, durante el momento mertoniano, en reacción contra la
sociología del conocimiento científico, que era considerada cercana a la epistemología.
Entonces, la sociología de las ciencias permite emprender un trabajo reflexivo al
proporcionar al sociólogo herramientas para examinar su propia práctica, llevándolo a
interrogarse sobre esa misma práctica.

Fases de la historia de la sociología de las ciencias:

PRIMERA FASE: la sociología de las ciencias tal como la concebía Merton, nació durante
los años ’30, en un entorno donde la democracia se encontraba amenazada, en esa
coyuntura propone: el enunciado de normas de inspiración democrática resulta de la
voluntad de valorizar los ideales democráticos. Se trata de proteger a la ciencia de las
derivas antidemocráticas (por ej. El nazismo).

SEGUNDA FASE: durante la posguerra, se organiza la ciencia para mejorar la


investigación: las miradas de los sociólogos se vuelven hacia el “cuerpo” de la ciencia, las
leyes de su desarrollo, los frenos a su progreso, entre otros aspectos.

TERCERA FASE: a partir de los ’70 se abre un período de crítica “anti-ciencia”. Contra el
cientificismo y el todo poderío de las tecnociencias. Durante este período surgen los
análisis relativistas de la ciencia y el rechazo de su representación positivista o
racionalista.

CUARTA FASE: al final del s. XX la ciencia se aplaca. Sin embargo las lecciones del ’70
siguen: la ciencia ya no tiene el ideal de neutralidad, de bienestar y progreso que tenía..
Entonces la ciencia es estudiada en relación a la esfera política, de la ciudadanía, del
mundo de la industria y de la tecnología ya problemas éticos y ecológicos que suscita.

Durante los años ’70 emergieron nuevas concepciones de la sociología de la ciencia sobre
las teorías, los métodos y los conocimientos científicos, es decir sobre el contenido de la
ciencia. Y pone fin al estudio del conocimiento, de su lógica y de las reglas fundantes. Los
sociólogos no cuestionaban la filosofía positivista o neopositivista (empirismo lógico del
Círculo de Viena) que dominó el s. XIX y comienzo del s. XX, ya que la sociología y la
antropología solo se dedicaban analizar a las culturas primitivas. Aquel dominio concebía
a la ciencia como producto de procedimientos perfectos lógicos y universales, que crecía
por acumulación, aplicaba el reduccionismo para un conocimiento objetivo.

Por ejemplo, Ludwig Wittgenstein pone fin a la supremacía de la lógica para expresar la
verdad sobre las “cosas del mundo” y subraya que el lenguaje sólo tiene sentido si expresa
situaciones, hechos, y no enunciados: el significado es otorgado por el uso y la aplicación,
y no por una trascendencia, sea cual fuese.

También el filósofo Paul Feyerabend, niega a la ciencia el poder de proclamarse como una
forma superior de saber sobre la naturaleza. Y sobre todo, no existen procedimientos o
metodologías típicamente científicas: “Cualquier método es bueno”.

Alexandre Koyre, muestra que la evolución del pensamiento científico es inseparable de


las ideas filosóficas y religiosas, por ej. Pensadores como Copérnico o Newton están
impregnados por pensamientos religiosos y filosóficos.
Pero el que tuvo mayor impacto en la sociología fue Thomas Kuhn con los paradigmas
científicos.

LAMO DE ESPINOZA “LA SOCIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO Y DE LA CIENCIA”

Aparición de la sociología del conocimiento científico

Kuhn en su libro la estructura de las revoluciones científicas (ERC) desencadenó la


orientación de los objetivos abordados por la sociología de la ciencia. Por un lado la
repercusión de su obra influyó de forma notable en el cambio de problemática de
sociólogos como Merton y su escuela, ocupados en la ciencia como institución social, que
siguieron trabajando en esta línea pero ahora desde una perspectiva que tenía presente
las reciprocas influencias entre la estructura social científica y la estructura cognitiva.
Además la obra de Kuhn también puso de manifiesto el hecho de que el quehacer
científico era una práctica cultural a la que era posible aplicar la perspectiva sociológica.

Las concepciones tradicionales de la ciencia tuvieron mucho que ver en el rumbo que
emprendieron la sociología de la ciencia. Hace referencia al principio de la
indeterminación de las teorías científicas por la evidencia, y a la tesis de la carga teórica
de la observación.

La primera es conocida como Tesis Duhenquine, establece que una teoría puede ser
mantenida frente a la evidencia, aunque eso implique que se tengan que hacer ajustes en
otras partes de las ideas. Aquí se dice que ninguna hipótesis o teoría puede ser extraída
de una amplia red de hipótesis auxiliares, que podrán ser ajustados en función de
resultados obtenidos.

La Tesis de la carga teórica de la observación introducida por Hanson en la metodología


científica, se basa en que las observaciones están impregnadas por la teoría que
manejamos, quiere decir que las primeras pueden ser un criterio decisivo o concluyente.

El tradicional enfoque normativo del análisis científico debería ser sustituido por una
aproximación cognitiva interpretativa de la acción y de las relaciones sociales de los
científicos. Una óptica interpretativa de la sociología de la ciencia tendría que establecer
como objetivo central de la investigación empírica algunas asunciones (exaltaciones) que
son dadas por buenas dentro de la sociología normativa.

La concepción interpretativa de la sociología de la ciencia evitaría temas tales como el


determinismo cultural, la existencia de normas, el acusado internalismo y en general la
distinción de factores internos y externos.

Law y French pensaron que la nueva perspectiva podría abordar cuestiones tales como la
relación de las acciones entre los científicos y los conceptos científicos elaborados.

El enfoque interpretativo (frente al normativo), en la opinión de Law y fench, debería llevar


un tipo de sociología de la ciencia diferente, o sea, según distintos modelos metodológicos
y explicativos, así como en constituir nuevas áreas de trabajo, ya que entiende al científico
y su grupo social de referencia como un agente activo que tiene que afrontar situaciones
cognitivas y sociales nuevas.
Según Lamo de Espinoza, el Programa Fuerte dio paso a otras corrientes de investigación,
insertada dentro de la sociología del conocimiento. Las nuevas teorías son:

a) El estudio de vida de laboratorio: el enfoque se utiliza es la “etnografía”, es decir el


investigador se convierte en un observador participante que interactúa, en el estudio de la
actividad científica, en un puesto en que menos altere las relaciones sociales que llevan
los científicos. El laboratorio es el lugar donde el proceso de generación de conocimientos
científico comienza, es en el lugar donde mejor puede observarse el conjunto de factores y
mecanismos en el que intervienen. La principal actividad del laboratorio es producir
hechos que posteriormente serán transmitidos al exterior mediante la publicación de
informes o artículos.

b) Una segunda corriente es la experimentación y controversias científicas: el programa


empírico del relativismo difiere del anterior, ya que acontecen en las controversias
científicas y en la forma en que éstas se dan por cerrado. Y propugna que se trate de
indagar en las conexiones que las discusiones científicas presentan con los centros
políticos, sociales y económicos del amplio espectro en el que tiene lugar.

Esta tradición es identificada bajo el programa relativista por que asume que ni la
naturaleza ni la racionalidad pueden ser considerados como un universal autoevidente,
por lo cual, se preocupan por identificar los mecanismos de cierre que se generan en los
debates y las controversias científicas.

c) La Etnometodología: se ha ocupado de caracterizar la práctica diaria de la investigación


científica en los laboratorios, buscando conocer como los actores diversos en estos
contextos construyen y mantienen sus órdenes sociales de referencia. El propósito de la
etnometodología consiste en poner fin a la habitual distinción entre la actividad científica
y no científica, ése planteamiento supone que la vida científica es una actividad cotidiana
y ordinaria más, organizada de modo natural que puede identificarse por algunos rasgos a
otros tipos de prácticas sociales. Pero sin duda el análisis del discurso científico es el
ámbito al que esta perspectiva ha dedicado la mayor parte de su energía. Esta línea de
trabajo se basa en descubrir cómo se organizan de un modo a los distintos contextos y
momentos en los que los científicos se encuentran, las descripciones y representaciones
que estas formulen para dar cuenta de sus propias acciones y creencias.

d) La teoría del actor – red: a mediados de los ’80 surge esta teoría que hace frente con la
fórmula de integrar los diversos niveles (micro, meso, macro) de la realidad social
mediante una teoría que intenta identificar los procesos e interacciones que se dan entre
los distintos actores y factores que van constituyendo redes en los distintos niveles
señalados y que terminan por crear puntos de pasos obligatorios para el conjunto de
participantes inmersos en las relaciones establecidas. Presta una especial atención a una
cuestión significativa para la sociología como la del poder; asume por otra parte que en el
proceso de construcción de hechos y equipos adquieren relevancia no solo los agentes
sociales sino los recursos no humanos.

Latour resume los puntos que caracteriza a esta teoría:

a) Parte del axioma de que estudiamos la ciencia en acción y no la ciencia o


tecnociencia ya elaborados.
b) Señala que el cierre de una controversia es la causa de la representación de
la naturaleza, no su consecuencia.

c) Dado que el cierre de una controversia es la causa de la estabilidad social


debe considerarse simétricamente los esfuerzos por hacer acopio de recursos
humanos y no humanos.

d) Cuando aparece la acusación de irracionalidad, debe examinarse el ángulo


en que se ha desplazado el observador y la longitud de la red que se está
construyendo.

Otro de los objetivos es identificar los procesos idiosincrásicos (los estilos personales, los
prejuicios temáticos, los acuerdos no explicados, etc.) de la ciencia en el contexto de un
laboratorio.

La declaración metodológica del programa fuerte:

Es la formulación de una declaración de principios que permitiría resolver las principales


deficiencias existentes en el análisis de los productos generados por las actividades
científicas.

Este tratamiento es asumido directamente por Bloor, quien afirma que la sociología del
conocimiento científico deberá asumir 4 rasgos programáticos para el completo dominio
de su objeto de estudio y definen el Programa Fuerte. Así toda sociología del conocimiento
científico deberá tener los siguientes principios:

1. Proporcionar explicaciones casuales. Esto es proposiciones que se refieren a las


condiciones que producen creencias u otros tipos de conocimiento.

2. Ser imparcial con respecto a lo que en un momento y contexto dado se considera como
conocimiento verdadero o falso, racional o irracional. Ambos lados de esta dicotomía
necesitan una explicación.

3. La sociología del conocimiento científico será simétrica en sus formas de explicación, ya


sea para creencias verdaderas o falsas.

4. Deberá ser reflexiva, es decir, sus modelos de explicación tendrán que aplicarse a la
sociología del conocimiento mismo.

El principio de causalidad trata de conocer cuáles son los contextos y las condiciones que
permiten el surgimiento de las creencias científicas, contempla factores distintos a los de
la filosofía de la ciencia para dar cuenta de los procesos de generación y validación del
conocimiento científico.

Para el programa fuerte lo social constituye todo tipo de conocimiento. La imparcialidad


señala que también el conocimiento científico que se tiene por verdadero es susceptible de
encuadrarse bajo la óptica sociológica. La reflexibilidad presenta un carácter
complementario de las afirmaciones anteriores y enlaza con el trasfondo relativista en el
que el programa fuerte se mueve.
Mediante estos 4 instrumentos conceptuales el programa fuerte trata de sentar las pautas
generales que permitirían conocer los mecanismos sociales así como su modo de
funcionamiento que intervienen en la génesis y validación de las proposiciones científicas
tenidas por verdaderas.

Presupuestos epistemológicos

El Programa Fuerte entiende que la mejor epistemología posible para la ciencia no se


encuentra en la filosofía de la ciencia racional, sino en la remodelada sociología del
conocimiento científico.

Las características del Programa Fuerte son:

El naturalismo, es decir, que las ciencias sociales deben tener plena competencia sobre el
conjunto de dominios del quehacer científico.

La explicatividad para explicar y validar el conocimiento científico.

El relativismo que consiste en la interpretación de que cualquier proposición o principio


lógico se produce siempre dentro de determinado contexto social y por lo tanto local; o
que se encuentra sujeto a demandas de las distintos actores que intervienen en el espacio
local.

Y por último el inductivismo que permite la interacción de la cultura con el entorno


social.

Programa empírico del relativismo

Defiende que las explicaciones sociales del conocimiento deben explicarse a través de los
factores sociales. No renuncia al enfoque microsociológico, defiende un planteamiento que
trasciende los estrechos límites especiales de los estudios de la vida del laboratorio. Se
preocupa por identificar los mecanismos de cierre que se generarían en los debates y
controversias científicas. Collins divide al programa en tres etapas de indagación:

1°) Los datos empíricos toman diferentes interpretaciones de acuerdo a la identificación


del papel que juegan estos en la práctica científica.

2°) Se trata de conocer los mecanismos que permiten establecer una línea de
interpretación propuesta y con ello se cierra la controversia científica en cuestión.

3°) Se debe tratar de vincular los mecanismos del cierre señaladas con las estructuras
políticas y sociales.

Controversia relacional entre lo social y lo cognitivo del programa Fuerte

Se dividen en dos niveles:

1° nivel: tiene que ver con la declaración metodológica y programática de Bloor, producido
por los portavoces de la filosofía de corte tradicional y otros sociólogos de diferentes
corrientes. Ya que el P.F. reduce el espacio asignado al enfoque filosófico a favor del
prisma sociológico. Laudan crítica la tesis de la simetría de Bloor, quién ha defendido la
causalidad al señalar que los argumentos racionales son necesarios para legitimar la
creencia de los grupos científicos, insiste que debe ser una cuestión empírico a resolver en
cada situación particular la manera en que interactúan la propensión natural al
razonamiento inductivo. En efecto antes de Bloor, la simetría de la sociología del
conocimiento y de la ciencia consistía en explicar la verdad mediante la naturaleza y el
error mediante la sociedad.

2°nivel: tiene que ver con el resultado concreto de su declaración metodológica, esto es
con su teoría de los intereses. Woolgar estima que si los mertonianos usaban las normas
de los CUDEOs para entender la conducta científica, el P.F. reproduce esta pauta con los
intereses, dado que entiende la acción social de los científicos en términos de reglas y
normas que determinan su quehacer, algo que se contradice con sus principios
metodológicos y epistemológicos.

Otros de los aspectos discutidos del programa ha sido la existencia de dos líneas de
interpretación respecto de la relaciones entre lo social y lo cognitivo. Se ha indicado que el
P.F. oscila entre un relacionismo sociológico que margina cualquier considerando técnico
y una interpretación más moderada que se ocupa de las formas en que la estructura
social influye, condiciona y encausa la formación de las creencias científicas.

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