La Oración Que Mueve A Dios

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LA ORACIÓN QUE MUEVE A DIOS

PASAJE CLAVE: Hechos 12.1-19 | LECTURAS DE APOYO: Jeremías 33.3 | Mateo 7.7;
18.19; 21.22. Lucas 22.44

INTRODUCCIÓN
Muchos se preguntan con frecuencia por qué las oraciones que hacen no son
contestadas; sabe y conoce algunos pasajes de la biblia y habla con Dios; pero de algún
modo; muchas de sus oraciones no son contestadas. Algunas personas hasta dejan de
orar por este motivo, pues sienten que sus oraciones no son escuchadas; pero debe
haber una razón; ¿se ha tomado la molestia de pensar por qué?; Pueden existir varias
razones por las que Dios no esté respondiendo nuestra oración. Quizás haya algo en
nuestra vida que nos esté impidiendo escuchar su voz, o que no le hayamos estado
pidiendo de acuerdo a su voluntad.

Quizás podemos pensar que todo el mundo cree en Dios; pero no todos creen en el
único Dios verdadero. Sin embargo, esa es una de las razones más comunes; es que la
persona no ha orado al único Dios verdadero, sino que ha elevado su clamor a un dios
que ha imaginado en su mente, de acuerdo a sus propias preferencias y deseos; y
espera que sea el Dios verdadero el que le conteste; así que sus oraciones no son
contestadas, entonces dejan de orar y piensan bueno la Biblia no es la verdad; pero eso
es completamente y rotundamente falso; la Biblia es la verdad desde el principio hasta
el fin.

Por eso en la mañana de hoy les traigo este mensaje porque puede ser que
descubramos una de esas razones por las cuales siente que sus oraciones no son
contestadas.
DESARROLLO DEL SERMÓN
Vayamos al Nuevo Testamento al Libro de Hechos 12.1-5 se nos da un ejemplo de
cómo Dios responde las oraciones de su pueblo y de cómo podemos orar con fervor.

El rey Herodes, al perseguir a los cristianos en Jerusalén y dar muerte al apóstol Jacobo,
se dio cuenta de que sus acciones agradaron a los judíos que odiaban a los cristianos y
los consideraban una secta. Fue por esa causa que decidió encarcelar a Pedro y ponerlo
bajo la custodia de varios soldados. Estos se turnaban para vigilar a Pedro cada seis
horas y asegurarse de que no escapara de la prisión. La intención de Herodes era
entregar a Pedro a los judíos después de la Pascua para que fuera ejecutado.

Ante el encarcelamiento de Pedro, los cristianos se reunieron para orar en casa de


María, madre de Marcos. Es muy probable que la fe de estos creyentes estuviera débil,
pues ya Jacobo había sido asesinado y ahora peligraba la vida de Pedro. En el versículo
5 se nos da un resumen de esta situación: “Así que Pedro estaba custodiado en la
cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él”.

LA ORACIÓN QUE MUEVE A DIOS ES AQUELLA QUE ESTÁ DIRIGIDA A ÉL.


El primer elemento esencial para una oración eficaz es que esta debe ser dirigida al
único Dios verdadero. No solo los cristianos de esa época, sino también todos los
creyentes de la actualidad podemos traer nuestras peticiones ante el Señor, pues
conocemos a quien oramos.

Sin embargo, hay muchos que dicen clamar y creer en Dios, pero realmente oran a una
deidad ficticia que han creado en su mente. Es un ser imaginario que está de acuerdo
con el estilo de vida que llevan y con cualquier cosa que desean. Cada vez que alguien
cuestiona la naturaleza de ese dios, o les pregunta acerca de él, toman una actitud
defensiva y declaran que su religión es un asunto privado que no le incumbe a nadie
más.
El único Dios verdadero es Santo, aborrece el pecado y un día juzgará a toda la
humanidad. Él es el Creador del mundo, y quien condenó a la humanidad con el diluvio.
Nos ha dado los Diez Mandamientos, su Ley, los salmos alentadores de David y las
profecías relacionadas con los eventos de los últimos tiempos. Y como si todo eso no
fuera suficiente, también entregó a su Hijo Jesucristo para que viniera a ser nuestro
Señor y Salvador, por medio de quien obtenemos el perdón de nuestros pecados.

Nuestro Dios nos ama Incondicionalmente, pero no tolerará el pecado en nuestra vida,
pues sabe que éste puede llegar a destruirnos. Solo Él tiene el poder para contestar
nuestras oraciones y cumplir su promesa de darnos vida eterna.
Por otro lado, un dios hecho por hombres no tiene ningún poder para responder
oraciones, ni tampoco puede ofrecer la seguridad de la salvación. Si bien muchos han
desechado la realidad del infierno pensando que Dios, motivado por su amor, dejará
que todo ser humano pase la eternidad en el cielo, en realidad no tienen ninguna base
sólida para creerlo. Sus oraciones no tienen valor alguno.

LA ORACIÓN QUE MUEVE A DIOS ES AQUELLA QUE SE ELEVA FERVIENTEMENTE.


Desde una perspectiva humana, no había esperanza para Pedro, quien sería ejecutado
a la mañana siguiente, pero Dios respondió la oración de los creyentes que intercedían
por este apóstol. Un ángel se presentó en su celda, despertó a Pedro y le dijo que le
siguiera. Inmediatamente sus cadenas cayeron al suelo y pasó junto a los guardias sin
ser visto. Al llegar a la puerta de hierro que daba a la salida, ésta se abrió por sí sola. Y
fue al estar en la calle, que Pedro se dio cuenta de que todo esto no era una visión, sino
que había sido rescatado por Dios.

Al llegar a la casa de María, Pedro tocó a la puerta, pero la joven que vino a responder
se sorprendió tanto al escucharle que entró corriendo para darle la noticia a los demás
creyentes. Estos, al escuchar sus palabras, y aunque habían orado fervientemente, no
creían que sus oraciones habían sido contestadas de esa manera por el Señor; pero sus
dudas se disiparon al ver a Pedro.

La oración ferviente es motivada por el amor y debe ser elevada con entusiasmo,
emoción y fe. No solo se trata de mencionar nuestras peticiones de manera repetitiva,
sino de entregar con toda sinceridad nuestro corazón y expresar aquello que
necesitamos. Por ejemplo, cuando Jesús oró en el huerto de Getsemaní, estaba en
agonía y “oraba más intensamente” (Lc 22.44). Y también es una oración que
persevera, pues no debemos dejar de buscar, llamar y tocar a la puerta hasta que Dios
nos conteste (Mt 7.7).

Cuando oramos fervientemente por otros, puede que lo hagamos para que sean
liberados de ciertas situaciones peligrosas. Quizás hayamos orado para que el Señor les
impida a otros seguir por un camino que los llevará a la destrucción. El tener un diario
de oración nos ayuda a recordar las necesidades de los demás y a reconocer las
peticiones que ya Dios ha contestado en el pasado.

LA ORACIÓN QUE MUEVE A DIOS ES AQUELLA QUE SE ELEVA EN ACUERDO MUTUO Y


EN SU VOLUNTAD.
Cada vez que sintamos una carga en nuestro corazón, debemos buscar a hermanos en
la fe que oren con nosotros. El tener un compañero de oración nos da ánimo, apoyo y
responsabilidad. De acuerdo a Mateo 18.19, Dios contesta las oraciones cuando dos o
más personas se unen a pedirle algo que esté de acuerdo a su voluntad.

La oración es la herramienta más poderosa del creyente, y el Señor desea contestar las
oraciones que elevamos con un corazón puro. Sin embargo, el pecado es un estorbo
para nuestra vida de oración. Por tanto, podemos estar convencidos de que nuestro
Padre celestial no nos dará aquello que nos guía por un camino de desobediencia, pues
no es lo mejor para nosotros. Por eso, solo Debemos pedirle lo que esté de acuerdo a
su voluntad.

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