Estado y Petróleo en Bolivia Siglos XX-XXI

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Juan José Anaya Giorgis

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Juan José Anaya Giorgis

Estado y Petróleo en Bolivia


(1921 - 2010)
Este libro es publicado con el auspicio
de la Agencia Sueca para el Desarrollo
Internacional (ASDI) y de la Universidad
Mayor de San Simón (UMSS), en la línea
de apoyo a la formación doctoral y a la
investigaciones en el Centro de Estudios de
Población (CEP) de la UMSS.

Queda rigurosamente prohibida sin autorización escrita del titular del Copyright, bajo las
sanciones previstas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
medio o procedimiento, comprendidos la fotocopia y el tratamiento informático.

Primera edición, agosto 2018

Autor: Juan José Anaya Giorgis


E-mail: llamadecristal@hotmail.com
Cochabamba - Bolivia

Depósito Legal: 2-1-264-18 P.O.


ISBN: 978-99974-0-229-5

Diagramación: Erik Soria V. (GEK)

Impreso en Talleres Gráficos “Kipus” Telfs.: 4731074 - 4582716, Cochabamba


Printed in Bolivia
Resumen

Esta investigación analiza las distintas facetas que determinaron el desarrollo de la minería
fósil en Bolivia, desde 1921 a 2010. Los modelos que implementaron los gobiernos bolivianos
para explotar minerales fósiles, oscilaron entre liberales y estatistas, una y otra vez ¿Cómo
incidió la política y los problemas técnicos, propiciando la institución de uno y otro?, ¿qué
consecuencias desarrollistas y políticas tuvo cada ciclo?, ¿cómo se articularon los aspectos
técnicos de la minería fósil y la lucha política en la explotación y comercialización de
carburantes?
Develando estas preguntas, vinculamos los sujetos de la decisión, al objeto de la decisión,
analizando: a) El proceso social tejido en torno a la minería fósil: los actores o sujetos sociales
involucrados en la lucha política por imponer un modelo de gestión. b) La minería fósil como
ámbito especializado que precisa determinados medios técnicos y económicos, en el marco
del contexto geológico boliviano.
Se procedió a indagar en los procesos de construcción ideológica del Estado boliviano en
sus momentos constitutivos, en las fuentes de su producción y reproducción, para esclarecer
el poder que tienen las representaciones instituidas del Estado sobre la cuestión petrolífera.
Estudiamos las realidades cotidianas y los contextos estructurales de la lucha política,
analizando articulaciones, discursos y posicionamientos entre los distintos actores.
Para entender las características materiales del “objeto de la decisión” fue preciso explorar en
campos científicos y tecnológicos específicos, bibliografías técnicas sobre geología, medios
tecnológicos y costos operativos de la minería y explotación de los hidrocarburos. Al indagar
las variables formales inherentes a las disciplinas administrativas, se tomó en cuenta que sus
valores no son absolutos.
De los sucesivos vaivenes liberales y estatistas de la política energética, cabría inferir la
inviabilidad del modelo liberal, en el contexto actual.
Agradecimientos:

A los profesores María Galtieri, César Peón, Cecilia


Zuleta y Hernán Pruden. A Rose Mary Salazar. A mis
padres y hermanos (Kilín, Gabriela, Pablo e Isabelita).
Y claro, a Verónica Covarrubias, mi esposa.
TABLA DE CONTENIDO

Introducción ................................................................................................................................... 17
Capítulo I: Ciencia e industria en los orígenes de la minería fósil boliviana
1. Generalidades relativas al surgimiento de la minería industrial del petróleo .................. 23
2. La “Prehistoria” .......................................................................................................................... 25
3. Contexto socio-económico republicano del siglo XIX e inicios del XX .............................. 30
3.1 Liberales y conservadores en guerra civil ....................................................................... 33
3.2 Hegemonía liberal y enclave económico ......................................................................... 36
4. Misiones Pioneras ...................................................................................................................... 37
4.1 El cordón subandino ........................................................................................................... 38
4.1.1 Subandino meridional ............................................................................................... 39
4.1.2 Subandino septentrional ........................................................................................... 44
4.1.3 Subandino central: sectores sur y norte .................................................................. 47
4.2 Llanuras Chaqueña y Beniana, Altiplano y los valles centrales de Cochabamba ..... 47
5. La cuestión desde las gestiones empresariales ...................................................................... 48
5.1 Gestiones empresariales en el contexto geopolítico de la post guerra ........................ 55
5.1.1 Buscando socios extranjeros: ¿ingleses o estadounidenses? ................................ 58
5.2 Primeras políticas públicas petroleras de Bolivia ........................................................... 61
5.3 Emprendimientos petroleros con base mayoritaria en los capitales nativos .............. 64
5.3.1 Águila Doble (AD) ..................................................................................................... 66
6. Conclusiones ............................................................................................................................... 71

Capítulo II: Arribo y Expulsión de la Standard Oil


1. Orígenes de la lucha política en torno a la explotación petrolífera .................................... 73
2. Petróleo en Bolivia ..................................................................................................................... 77
3. Un Altercado entre Patricios ..................................................................................................... 80
4. La guerra del Chaco (1932-1935), la Standard Oil y el petróleo .......................................... 82
4.1 Nación o Standard Oil: la gran disyuntiva post bélica .................................................. 87
4.2 La Standard Oil y la Guerra del Chaco ............................................................................ 91
4.3 Expulsan a la Standard Oil ................................................................................................ 97
5. La Epopeya de YPFB ................................................................................................................. 103
5.1 A las órdenes del joven German Busch ............................................................................ 104
5.2 El contrataque de la Standard Oil ..................................................................................... 111
6. El Plan Bohan y su impacto en YPFB ...................................................................................... 116
7. Conclusiones ............................................................................................................................... 118

Capítulo III: Nacionalismo en Acción


1. Resurgimiento nacionalista ...................................................................................................... 121
1.2 La Gloria de Villarroel ........................................................................................................ 124
2. Un periodo especial ................................................................................................................... 129
3. Irrupción de la “Revolución Nacional” .................................................................................. 131
3.1 Sinopsis de los cambios introducidos por la revolución de 1952 ................................. 134
3.2 La “década de oro” de YPFB 1952-1960 ........................................................................... 135
4. El Código del Petróleo de 1955 ................................................................................................ 138
4.1 Contenidos del Código del Petróleo ................................................................................. 144
4.2 Impactos económicos y técnicos del Código del Petróleo ............................................. 146
5. De Madrejones a Caranda, Estados Unidos y la caída del MNR ........................................ 149
5.1 De Madrejones a Caranda .................................................................................................. 149
5.2 Estados Unidos .................................................................................................................... 154
5.3 La caída ................................................................................................................................. 157
6. Conclusiones ............................................................................................................................... 158

Capítulo IV: De la nacionalización de Gulf a la industrialización del gas


1. Dos décadas militares ................................................................................................................ 161
1.1 Cambios doctrinarios .......................................................................................................... 161
1.2 La Cuestión Gulf se potencia ............................................................................................. 164
1.3 Fracciones de las fuerzas armadas se apropian de la cuestión Gulf ............................ 169
1.4 Consecuencias de la nacionalización en YPFB ................................................................ 173
2. Sinuoso andar de YPFB entre 1969 y 1985 .............................................................................. 176
2.1 Política energética en la dictadura del coronel Hugo Banzer Suarez .......................... 176
2.2 Bonanza y despilfarro durante el “banzerato” ............................................................... 181
2.3 Itinerario empresarial 1964-1985 ....................................................................................... 184
3. El gran debate de los años setenta: exportaciones a Brasil e industrialización del gas.... 188
3.1 Radicalización de la cuestión ............................................................................................. 192
3.2 Epílogo .................................................................................................................................. 196
4. Conclusiones ............................................................................................................................... 197

Capítulo V: Colapso económico y político del Estado nacionalista


1. Colapso del capitalismo de Estado .......................................................................................... 199
1.2 YPFB en el contexto del 21060 ........................................................................................... 204
1.3 Vicisitudes Ulteriores al 21060 ........................................................................................... 210
2. Consagración de la NPE y la “democracia pactada” ............................................................ 213
3. Política energética del “Acuerdo Patriótico” ......................................................................... 217
3.1 Antecedentes ........................................................................................................................ 217
3.2 La práctica ............................................................................................................................ 219
3.3 Modelo energético del “acuerdo patriótico” y su contexto ........................................... 223
4. Conclusiones ............................................................................................................................... 227

Capítulo VI: De la capitalización de YPFB al colapso neoliberal


1. El ascenso de Goni, el nuevo modelo energético
y la privatización “sui generis” de YPFB ................................................................................ 229
2. El Triángulo Energético ............................................................................................................. 235
2.1 La nueva ley de hidrocarburos 1689 del 30 de abril de 1996 ........................................ 237
2.1.2 Ajuste y privatización de YPFB ...................................................................................... 245
2.1.3 Polémica por la línea entre Bolivia y Brasil .................................................................. 254
3. La guerra del Gas ....................................................................................................................... 255
3.1 La reivindicación marítima se adhiere a la recuperación del gas ................................ 258
3.2 La guerra del Chaco en la “Guerra del Gas” ................................................................... 260
3.3 La víspera ............................................................................................................................. 263
3.4 “Ahora sí, guerra civil” ...................................................................................................... 269
4. Conclusiones ............................................................................................................................... 274

Epílogo
1. Último intento “sistémico” ....................................................................................................... 277
2. Antes y después .......................................................................................................................... 281
3. Dimensiones de la tercera nacionalización hidrocarburífera .............................................. 283
3.1 Mecánica y resultados del proceso nacionalizador ........................................................ 285
4. Palabras finales ........................................................................................................................... 296

Conclusiones Generales
1. Constitución y desarrollo de la geología petrolífera en Bolivia .......................................... 297
2. Modelos desarrollistas y Geopolítica en torno a los hidrocarburos ................................... 298
3. Causas, intereses y operaciones del capital transnacional ................................................... 299
4. Causas, desarrollo y gestión minería fósil fiscal .................................................................... 301
5. Avatares de la Seguridad Energética Interna ......................................................................... 303
6. Conclusiones Políticas ............................................................................................................... 304
6.1 Petróleo y Nacionalismo .................................................................................................... 304
6.2 Nacionalistas petroleros, de las calles al gobierno ......................................................... 305
6.3 Síntesis .................................................................................................................................. 307

Bibliografía
Fuentes hemerográficas ................................................................................................................. 309
Actores entrevistados .................................................................................................................... 330

Anexos
Anexo I: Cuestiones Geológicas
Misiones geológicas pioneras y extranjeras ............................................................................... 333
Resumen de exploraciones petrolíferas por provincia geológica ........................................... 342
Anexo II: Marcos Normativos
Legislaciones hidrocarburíferas comparadas: variables relevantes no impositivas ............ 347
Legislaciones hidrocarburíferas comparadas: variables impositivas ..................................... 353
Legislaciones hidrocarburíferas comparadas: regalías ............................................................. 355
Anexo III: Documentos políticos
Foros Petroleros .............................................................................................................................. 359
Organizaciones “naturales” del control social para los hidrocarburos en el año 2010 ........ 363
Conflictos Gobierno-movimientos sociales ................................................................................ 404

Lista de Tablas
Tabla I: Comparación de las principales variables
de las RS de la compañía RL y Jacobo Backus ........................................................................... 60
Tabla II: Primeros Campos petroleros de la Standard Oil y Bolivia ....................................... 79
Tabla III: Especificaciones técnicas del oleoducto Camiri-Cochabamba ................................ 127
Tabla IV: Especificaciones técnicas de las refinerías construidas 1946-1951 .......................... 128
Tabla V: Revistas técnicas de YPFB .............................................................................................. 138
Tabla VI: Equipos de perforación de YPFB ................................................................................ 187
Tabla VII: Resultados de las elecciones presidenciales 1979 y 1980 ........................................ 197
Tabla VIII: Distribución IDH en 2005 .......................................................................................... 290
Tabla IX: Distribución departamental del IDH en 2005 ........................................................... 290
Tabla X: Reestructuración del IDH en 2007 ................................................................................ 291

Lista de Cuadros
Cuadro I: Producción petrolífera de la SOCB 1925-1936 .......................................................... 100
Cuadro II: Inversiones petroleras aprobadas por la CBF en 1942 ........................................... 117
Cuadro III: Distribución presupuestaria del programa de inversiones
de Gualberto Villarroel aprobado en 1946 .................................................................................. 127
Cuadro IV: Reservas Probadas Descubiertas para 1969 ........................................................... 148
Cuadro V: Ejecución de Inversiones YPFB, en millones de dólares ....................................... 208
Cuadro VI: Precios de los derivados 1985-1990 ......................................................................... 210
Cuadro VII: Impuestos y Regalías ley 1689 ................................................................................ 237
Cuadro VIII: Inversiones comprometidas y realizadas
por socios estratégicos de YPFB 1997-2003 ................................................................................. 247
Cuadro IX: Inversiones agregadas realizadas por las
compañías contratistas en Upstream .......................................................................................... 247
Cuadro X: Distribución de la propiedad accionaria de las
empresas hidrocarburíferas capitalizadas .................................................................................. 247
Cuadro XI: Ingresos tributarios por el sector hidrocarburífero,
en millones de bolivianos ............................................................................................................. 281

Lista de Figuras
Figura N° I: Provincias Geológicas de Bolivia ........................................................................... 38
Figura N° II: Imagen aérea de la formación Icla ........................................................................ 40
Figura Nº III: Yacimientos de Petróleo Probados y Probables del Mundo,
y de acceso libre o restringido según el Servicio Geológico de EE.UU. en 1920 ................... 57
Figura N° IV: Muestra de Petróleo Emanado en Chimoré
de la compañía Águila Doble ....................................................................................................... 69
Figura N° V: El Escuadrón Busch ................................................................................................ 111
Lista de Abreviaturas
1. Empresas
AD Águila Doble
BG British Gas
BOGOC Bolivian Oil Gulf Oil Company
C&C Caupolicán & Calacoto
C&R Cuéllar & Reyes
CLHB Compañía Logística de Hidrocarburos de Bolivia
COFADENA Corporación de las Fuerzas Armadas para el Desarrollo Nacional
CPB Comunidad Petróleos de Bolivia
COMIBOL Corporación Minera de Bolivia
EBR Empresa Boliviana de Refinación
ENDE Empresa Nacional de Energía
ENFE Empresa Nacional de Ferrocarril
ENTEL Empresa Nacional de Telecomunicaciones
IPS Incahuasi Petroleum Syndicate
LAB Lloyd Área Boliviano
RDS Royal Dutch Shell
RL Richmond Levering of New York
SPN Sociedad Petrolífera Nacional
SOC Standard Oil Company
SOCB Standard Oil Company of Bolivia
SOCNJ Standard Oil Company of New Jersey
SPOB Sindicato Petrolero del Oriente Boliviano
SPS Sindicato Petrolero de Sucre
STP Sindicato Tarijeño de Petróleo
YPF Yacimientos Petrolíferos Fiscales
YPFB Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos

2. Entidades Políticas
ADN Acción Democrática Nacionalista
APA Asociación de Abogados Patrióticos
APG Asamblea del Pueblo Guaraní
ASP Asamblea por la Soberanía de los Pueblos
CBH Cámara Boliviana de Hidrocarburos
CEPB Cámara de Empresarios Privados de Bolivia
CICA Compañía Industrial y Comercial Argentina
CIDOB Central de Pueblos y Comunidades Indígenas del Oriente Boliviano
CNDRN Comité de Defensa de los Recursos Naturales
CNTCB Central Nacional de Trabajadores Campesinos de Bolivia
COB Central Obrera Boliviana
COD Central Obrera Departamental
CODEPANAL Comité de Defensa del Patrimonio Nacional
CONAMAQ Confederación Nacional de Ayllus y Markas del Qollasuyu
CONDEPA Conciencia de Patria
COR Central Obrera Regional
CPESC Coordinadora de Pueblos Étnicos de Santa Cruz
CSL Confederación Sindical Latinoamericana
CSUTCB Central Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia
CUB Confederación Universitaria Boliviana
FEDECOR Federación Departamental Cochabambina de Regantes
FEJUVES Federación de Juntas Vecinales
FNMCB-BS Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia “Bartolina Sisa”
FIB Frente de la Izquierda Boliviana
FRA Frente Revolucionario para la Victoria
FRI Frente Revolucionario de Izquierda
FSTMB Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia
FSTPB Federación Sindical de Trabajadores Petroleros de Bolivia
FUL Federación Universitaria Local
GRO Grupo Revolucionario Octubre
IU Izquierda Unidad
MAS Movimiento al Socialismo
MAS-IPSP Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos
MBL Movimiento Bolivia Libre
MIP Movimiento Indígena Pachakuti
MIR Movimiento de Izquierda Revolucionario
MNR Movimiento Nacionalista Revolucionario
MNRH Movimiento Nacionalista Revolucionario Histórico
MNRI Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda
MPC Movimiento Popular Cristiano
MRTKL Movimiento Revolucionario Tupac Katari de Liberación
NFR Nueva Fuerza Republicana
OPEP Organización de los Países Productores de Petróleo
PC Partido Conservador
PCB Partido Comunista Boliviano
PCML Partido Comunista Marxista Leninista
PDC Partido Demócrata Cristiano
PL Partido Liberal
POR Partido Obrero Revolucionario
PR Partido Republicano
PRA Partido Revolucionario Auténtico
PRG Partido Republicano Genuino
PRIN Partido Revolucionario de la Izquierda Nacional
PS-1 Partido Socialista-1
PURS Partido Unido Republicano Socialista
UCS Unión Cívica Solidaridad
UDP Unión Democrática Popular
UDP-38 Unión de Defensores del Petróleo
UNADERENA Unión Nacional de Defensores de los Recursos Naturales

3. Institucionales
AFP Asociación de Fondo de Pensiones
ARPEL Asociación para la Asistencia Recíproca Petrolera Estatal Latinoamericana
BCB Banco Central de Bolivia
BID Banco Interamericano de Desarrollo
BM Banco Mundial
CAF Corporación Andina de Fomento
CBF Corporación Boliviana de Fomento
CIADI Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones
CDAEN Centro de Altos Estudios Nacionales
CNPP Consejo Nacional del Petróleo y la Petroquímica
CPE Constitución Política del Estado
CTI Comisión de Transición Industrial
CTP Centro de Tecnología Petrolera
DIGEMINGHI Dirección General de Minas, Geología e Hidrología
DIGEMIP Dirección General de Minas y Petróleo
DL Decreto Ley
DR Decreto Reglamentario
DS Decreto Supremo
EBH Estrategia Boliviana de Hidrocarburos
FCC Fondo de Capitalización Colectiva
FMI Fondo Monetario Internacional
ICH Impuesto Complementario a los Hidrocarburos
IDH Impuesto Directo a los Hidrocarburos
IEHD Impuesto Especial a los Hidrocarburos y Derivados
IUE Impuesto a las Utilidades de las Empresas
IVA Impuesto al Valor Agregado
LOP Ley Orgánica del Petróleo
NPE Nueva Política Económica
OIT Organización Internacional del Trabajo
RSGL Real Sociedad Geográfica de Londres
RS Resolución Suprema
REVITEC Revista Técnica de YPFB
TGN Tesoro General de la Nación
SGLP Sociedad Geográfica de La Paz
SGS Sociedad Geográfica de Sucre
TCO Tierras Comunitarias de Origen
UDAPE Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas
UMSA Universidad Mayor de San Andrés
UMSS Universidad Mayor de San Simón
UNAM Universidad Nacional de México

4. Técnicas
Bp Barriles de Petróleo
Bpd Barriles de Petróleo Diarios
BTU Unidad Térmica Británica (sigla del inglés)
GLP Gas Licuado de Petróleo
GNL Gas Natural Licuado
GNV Gas Natural Vehicular
MMBTU Millón de Unidades Térmicas Británicas
MMMC Millón de Metros Cúbicos
MMMCG Millón de Metros Cúbicos de Gas
MMMCGD Millón de Metros Cúbicos de Gas Diarios
MMPC Millón de Pies Cúbicos
MMPCG Millón de Pies Cúbicos de Gas
MMPCGD Millón de Pies Cúbicos de Gas Diarios
TCF Trillón de Pies Cúbicos (sigla del inglés)
Introducción

I
Entre fines del siglo XIX y principios del XX, tuvo lugar en el mundo una segunda revolución
industrial con base en el petróleo como fuente energética. El motor a combustión interna
(diésel) aceleró la velocidad y capacidad de carga del transporte marítimo y ferroviario. La
gasolina hizo posible la producción en serie del automóvil y la conquista del aire. Otros de sus
derivados permitieron fabricar plásticos y diversos materiales sintéticos mediante procesos
petroquímicos que también transformaron la industria y todas las condiciones externas de la
vida moderna a un ritmo y escala sin precedentes.
En Bolivia, la lucha política en torno a la explotación petrolífera ha tenido una influencia
decisiva sobre su historia, siquiera desde los tiempos de la denominada revolución “juliana”
de 1921 que condujo al Partido Republicano (PR) al poder liquidando la hegemonía del
Partido Liberal (PL), hasta los días actuales. Liberales y nacionalistas (de izquierda y derecha),
percibieron al petróleo como una suerte de panacea para resolver lo que consideraban, cada
uno a su manera pero siempre en los marcos del ethos o modos de vida de la industria
moderna, sus problemas económicos, culturales, sociales o políticos.
Veamos someramente. Para grandes sectores del PR involucrados en la mencionada
revolución “juliana”, la intervención directa del aparato estatal en la explotación petrolífera,
viabilizaría la rápida industrialización del país, su autonomía económica, como también
la potencia bélica necesaria para volver con soberanía al litoral del Océano Pacífico, ya sea
recurriendo a negociaciones diplomáticas con el respaldo de fuerza armada o la acción bélica
directa.
Más adelante, y luego de la Guerra del Chaco (1932-1935), el Movimiento Nacionalista
Revolucionario (MNR), tuvo sus orígenes orgánicos en la lucha por la expulsión de la
Standard Oil Company of Bolivia (SOCB) de Bolivia y la enajenación de su patrimonio a
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). No obstante, y como ya hubo ocurrido
en la época del gobierno republicano de Baptista Saavedra (1921-1925), y por supuesto al
margen de las diferencias insalvables sobre la concepción ciudadana de uno y otro régimen,
las incongruencias entre discurso y praxis políticas relativas a la gestión de la explotación
petrolera durante la Revolución Nacional que inauguró el MNR en 1952, abonaron su caída
en 1964.
A través de la dictadura del General Banzer (1971-1978), los denominados contratos de
operación para la explotación de las riquezas hidrocarburífera del país (más o menos un 50%
y 50% sobre el reparto de la producción entre gobierno y capitales privados), contribuyeron
decisivamente a la gobernabilidad de aquella dictadura. Finalmente, las pretensiones del
dictador –Banzer- apuntando a exportar gas al Brasil, propiciaron su propia caída en 1978.

17
Estado y Petróleo en Bolivia

Bolivia comenzó a producir aceites minerales a escala industrial en el año de 1925, en 1954
logró su autoabastecimiento interno y durante el año de 1972, alcanzó el pico histórico de su
producción petrolera extrayendo un promedio de 47000 barriles diarios. Si bien el volumen
récord cubrió con holgura su demanda interna permitiendo exportar, fue menor al 0.0008% de
la producción mundial de crudo de aquel año. Actualmente Bolivia ya no abastece el 100% sus
necesidades petroleras con producción propia, no obstante, a partir de 1999 su producción de
gas cobró importancia creciente. De los $6000 millones que Bolivia exportó en el año 2013, el
rubro gasífero significó el 60% y la tributación hidrocarburífera aportó el 50% de los ingresos
fiscales del 2013.
Dicho auge fue un producto de la implementación del denominado “Triángulo Energético”
entre 1993 y 1996. Ese modelo energético, enajenó las operaciones estatales de exploración y
explotación de carburantes al capital extranjero, reduciendo el rol del Estado en la minería
fósil a fiscalizar las operaciones privadas y cobrar impuestos ¿Resultaba inevitable recurrir
al ahorro externo para lograr el “despegue” gasífero?, ¿hubo anuencia con los intereses del
capital transnacional en la reforma?, ¿el “Triángulo Energético” estafó al Estado?
Según los responsables del “Triángulo Energético”, era preciso atraer grandes inversiones
al sector gasífero con regulaciones tributarias ligeras para encaramar un proceso de
industrialización definitivo en Bolivia, que sustente la modernización democrática del país
garantizando amplios derechos sociales y políticos.
En efecto, industrializar a Bolivia fue la gran encrucijada discursiva de la lucha política
durante casi todo el siglo XX (tanto liberales como nacionalistas moderados y de izquierda, o
las diversas facciones comunistas, equipararon industrialización a progreso, independencia
y bien estar), siendo la minería fósil el medio más conveniente para realizar aquel fin (como
mencionamos más arriba). Sin embargo, y dicho a groso modo, mientras los liberales lo han
hecho exhortando a la inversión extranjera, los nacionalistas por el contrario, lo hicieron
interpelando al esfuerzo endógeno de la “nación” mancomunada.
El “Triángulo Energético” no se sustrajo a esta vieja oposición, polarizando al país en
torno a su propia vigencia: por un lado, actores con intereses políticos muy heterogéneos
unieron sus fuerzas tras la reversión del “Triángulo Energético”, por otro, aglutinó a los cada
vez más mermados defensores del régimen democrático neoliberal. Bolivia ingresó al año
2003 con un escenario político totalmente polarizado y bastante convulso.
A inicios de octubre de 2003, ciudadanos de El Alto tendieron un bloqueo multitudinario
y ceñido sobre las vías de acceso a la lindante La Paz, ciudad sede de gobierno, exigiendo
“nacionalizar el gas”. Entre los días 15 y 16 del mismo mes, las autoridades de gobierno
enviaron un convoy militar bien armado a despejar el bloqueo que cumplió la orden abriendo
fuego indiscriminado. Más de 60 civiles murieron en la brutal represión. Este luctuoso
incidente, recordado como la “guerra del gas”, precipitó la caída y autoexilio del presidente
Gonzalo Sánchez de Lozada al día siguiente, inaugurando un proceso de restauración del
dominio estatal sobre la producción de gas y petróleo, todavía en curso.
Un hito decisivo del proceso fue el Decreto Supremo (DS) 28701, Héroes del Chaco, de
nacionalización de los hidrocarburos, que promulgó el presidente Evo Morales el 1 de mayo

18
Juan José Anaya Giorgis

de 2006. El DS 28701 anunció los motivos de la medida entre sus consideraciones iniciales,
algunas con nítido sentido político:

Que Bolivia ha sido el primer país del Continente en nacionalizar sus hidrocarburos, en el año
1937 a la Standar Oil Co., medida heroica, que se tomó nuevamente en el año 1969 afectando
a la Gulf Oil, correspondiendo a la generación presente llevar adelante la tercera y definitiva
nacionalización de su gas y su petróleo.

Que esta medida se inscribe en la lucha histórica de las naciones, movimientos sociales y
pueblos originarios por reconquistar nuestras riquezas como base fundamental para recuperar
nuestra soberanía (DS 28701, 01/05/2006).

A diferencia de la nacionalización de las minas en 1952 o la de Bolivian Gulf Oil Company


en 1969, la del DS 28701 no fue repentina sino gradual, negociada y fue relativa en los sectores
de exploración y extracción de carburantes. Sin embargo insertó al aparato productivo
estatal en los eslabones liminares de la industria petroquímica, un paso insólito en la historia
económica boliviana. Profundizando nuestras exploraciones sobre los orígenes políticos de la
última nacionalización, surgió evidente que sus causas primordiales incluían a la expulsión de
la Standard Oil en 1937 y la nacionalización de Gulf en 1969. Los modelos que implementaron
los gobiernos bolivianos para explotar minerales fósiles, oscilaron entre liberales y estatistas,
una y otra vez ¿Cómo incidió la política y los problemas técnicos propiciando la institución
de uno y otro?, ¿qué consecuencias desarrollistas y políticas tuvo cada ciclo?, ¿qué problemas
y perspectivas subyacen en ambos modelos?, ¿cómo se articularon los aspectos técnicos de la
minería fósil y la lucha política en la explotación y comercialización de carburantes?

II
Desde las ciencias socio-históricos, casi todos los abordajes relativos al desarrollo de la
minería fósil en Bolivia, estuvieron focalizados sobre la lucha política en torno a la imposición
de un modelo energético1. Sin embargo, los recursos naturales no se reducen a una “dotación
natural”, sino que son también “creados” en sincronía con los hallazgos científicos y la
formación de la escuela técnica. Tanto la veracidad de las percepciones de los actores sobre los
problemas técnicos (o el objeto de la decisión en sí), como las relaciones de interdependencia
entre las distintas facetas constitutivas de la producción hidrocarburífera (la investigación
científica y la inversión de los capitalistas por ejemplo), han sido frugalmente estudiadas.
Esta investigación no sólo inquiere sobre cómo la lucha política determinó el desarrollo
de la minería fósil en Bolivia del año 1921 al año 2010. Al analizar las causas y develar los
problemas inherentes a nuestras preguntas, escudriñamos el proceso social tejido en torno

1
Utilizamos la noción de “modelo energético” para los hidrocarburos, como una estrategia orientada a su producción y
aprovechamiento, mediante la articulación y asignación de roles, tareas y recursos, entre distintos actores sociales, con ese
propósito, y en el marco de cierta interpretación sobre la realidad socio-económica y las características mineras del caso.

19
Estado y Petróleo en Bolivia

a la minería fósil en Bolivia: los actores o sujetos sociales involucrados en la lucha política
por imponer un modelo de gestión; y a la minería fósil en sí: un ámbito especializado que
precisa determinados medios técnicos y económicos en el contexto geológico boliviano. A
decir de Luís Aguilar: “el problema no se reduce a la actividad política de intermediación
de intereses entre los participantes (grupos y sectores sociales), sino se extiende al campo
financiero, tecnológico, organizativo y gerencial” (2008: 31)2.
Articulamos los sujetos de la decisión, con el objeto de la decisión y los procesos de
su elaboración, analizando: los imaginarios e ideologías que soliviantaron a los actores
para intervenir en la praxis, formar coaliciones y operar estrategias de lucha; las diversas
interpretaciones sobre el rol de los hidrocarburos modernizando Bolivia, dificultades técnicas
inmanentes a su explotación e intereses político-económicos asociados a su beneficio; el
desempeño industrial produciendo energía fósil con los recursos disponibles; y otras premisas
que surgieron en el proceso.
De esa manera, recolectamos datos mediante: 1. Análisis de documentos: hemerográficos,
monografías, ensayos, historiografías, estudios de caso, tesis académicas, memorias
institucionales, informes técnicos, económicos y estadísticos 2. Entrevistas semiestructuradas
con los protagonistas de la historia en los múltiples ámbitos de la lucha política: gubernamental,
empresarial y técnicos en sus niveles jerárquicos o funcionales, y de otras instituciones públicas
o privadas influyentes.
Para entender las características materiales del “objeto de la decisión” fue preciso explorar
en campos científicos y tecnológicos específicos, bibliografías técnicas sobre geología, medios
tecnológicos y costos operativos de la minería y explotación de los hidrocarburos. Al indagar
las variables formales inherentes a las disciplinas administrativas, se tomó en cuenta que sus
valores no son absolutos. Por ejemplo, la masa salarial, productividad laboral y el rendimiento
de algunos medios de trabajo, podrían experimentar cambios inesperados en función de la
motivación y talento del personal a cargo.

III
Organizamos la exposición con el orden cronológico de los hechos inherentes a las distintas
facetas de la minería fósil en Bolivia, ampliando su desarrollo a través de una trayectoria

2
Casi todo el esfuerzo de investigación sociológica sobre políticas públicas, se orientó a indagar las raíces políticas de la agenda
gubernamental, en la sociedad civil, especialmente aquellas relacionadas con la inclusión social, participación ciudadana,
gobernabilidad o estabilidad democrática (Abrams, Philip, 1988: 65, 67).
Observando la persistencia hegemónica de dicha orientación, Luis Aguilar, indica: “Con frecuencia suele olvidarse o menospreciarse
la dimensión tecnogerencial de la gobernanza a favor de sus dimensiones institucionales y políticas, tales como la legalidad, la
participación ciudadana, la deliberación pública, el espíritu público, la transparencia, la responsividad o proximidad gubernamental”
(2008: 29). Y más abajo agrega: “Las cuestiones de orden político-institucional, son las que ha abordado la literatura especializada
en mayor número y con mayor profundidad. En este campo las cuestiones giran casi todas alrededor del carácter público de
las actividades y resultados de la gobernanza y se enfocan a evaluar si el interés público es preservado o ha sido distorsionado”
(2008: 38).

20
Juan José Anaya Giorgis

espiral. Si bien, este método conlleva ciertas dificultades articulando la trama analítica y
descriptiva de las distintas facetas, por otra parte, fortalece la comprensión de los vínculos
que tuvieron con el contexto histórico y sus implicaciones subjetivas entre los actores.
En el primer capítulo presentaremos una visión general sobre el desarrollo de la minería
fósil en el contexto industrial del siglo XIX, y sobre sus orígenes en Bolivia, desde la época
colonial en el Alto Perú, hasta el comienzo de la producción comercial. También analizamos
la incidencia de la demanda energética, sobre los intereses que la explotación petrolífera en
Bolivia suscitó entre distintos actores bolivianos y extranjeros, indagando cómo los actores
bolivianos proyectaron el progreso del país mediante los hidrocarburos.
Dedicamos el segundo capítulo a develar el correlato de la minería fósil en las luchas
políticas posteriores al arribo de la SOCB en 1921, durante la Guerra del Chaco (1932-1935) y
en los primeros años post bélicos, prestando especial atención a los momentos constitutivos
que Tuvo el Estado-nación a través del periodo.
El tercer capítulo enfatiza el desarrollo técnico y organizacional que tuvo la industria
petrolífera, entre la ascensión de RADEPA al poder en 1943 y la caída del MNR en 1964.
Indagaremos el desempeño del personal de YPFB forjando a la empresa con los escasos
recursos disponibles, como también, el posicionamiento político del nacionalismo petrolero
antes y después del Código del Petróleo que promulgó el gobierno del MNR en 1955.
A través del cuarto capítulo, analizaremos los afanes industrializadores en torno a los
hidrocarburos de las facciones de las fuerzas armadas que gobernaron alternativamente
durante veinte años seguidos. También dilucidaremos las empatías y disidencias entre los
actores civiles ligados a la cuestión. A la par, mostraremos las distintas repercusiones de los
regímenes militares sobre la gestión de YPFB, la minería fósil y la seguridad energética.
En el capítulo cuarto, analizaremos las políticas fiscales para la industria petrolera estatal y
privada, durante la crisis del capitalismo de Estado y la debacle de los precios internacionales
de las materias primas en los años ʻ80. Dedicaremos especial atención a las causas para
colapso del autoabastecimiento energético de 1992, y las exportaciones gasíferas al Brasil en el
contexto neoliberal que se caracterizó por la irrupción de nuevos actores en la arena de lucha.
Durante el capítulo quinto, expondremos los objetivos y justificaciones de la
reestructuración energética entre 1993 y 1997. Indagaremos minuciosamente al proceso social
tejido en torno a su aplicación y gestión, acentuando los vínculos de las sucesivas políticas
fiscales hidrocarburíferas, con las representaciones históricas que los actores construyeron
sobre las bregas “nacionales” y “antinacionales” por los hidrocarburos, suscitando alianzas y
reacomodos en la arena política. Delucidaremos el rol de la demanda por la “nacionalización
de los hidrocarburos”, propiciando la hegemonía política de Evo Morales.
Por último, en el epílogo, analizaremos la incidencia de la cuestión hidrocarburífera
sobre caída del presidente Carlos D. Mesa, los alcances y consecuencias que tuvo la tercera
nacionalización de los hidrocarburos de 2006, como también, sus problemas y perspectivas.

21
Capítulo I

Ciencia y desarrollo industrial en los orígenes de la minería fósil boliviana


En el primer capítulo, analizamos las causas originarias de la industria petrolera en Bolivia,
durante dos etapas: una prehistórica, o “preformativa”, y otra de las misiones pioneras o
“formativa” La” preformativa”, comprende la época colonial desde 1640 en la Audiencia
de Charcas, hasta la Guerra Boliviano-Guaraní (1890-1891), ya en tiempos republicanos; la
“formativa” empieza al final de la guerra mencionada y, concluye en 1921 con el arribo al país
de la Standard Oil Company y la inauguración de la producción comercial de petróleo, como
resultado de sus operaciones mineras en el país. En este marco, depositamos el énfasis sobre el
rol que tuvo el conocimiento científico-técnico, como también las gestiones empresariales, en
el surgimiento de la minería fósil en Bolivia. Las cuestiones concernientes a las luchas políticas
en torno a la instalación de la Standard Oil en el país, serán discutidas en el segundo capítulo.
A continuación justificamos los criterios asumidos para diferenciar los períodos
“preformativo” y “formativo”: a) si bien la guerra Boliviano-Guaraní no fue una guerra
petrolera, su desenlace viabilizó el acceso de occidente a la exploración y conocimiento de las
tierras petroleras del sureste boliviano; b) el crecimiento exponencial de la demanda petrolífera
mundial, desde fines del siglo XIX, fue decisivo propiciando las inversiones iniciales para
conocer científicamente cómo explotar los petróleos de Bolivia; c) todo esto no habría sido
posible, mientras las naciones guaraníes mantenían el control sobre las regiones petrolíferas
del sur boliviano.

1. Generalidades relativas al surgimiento de la minería industrial del petróleo


El kerosén obtenido destilando petróleo empezó a circular en los mercados de occidente
al promediar el siglo XIX. Fue el primer derivado del petróleo que tuvo un masivo éxito
comercial y se utilizó para generar iluminación. Ciertamente, el quinqué accionado a gas
de hulla o coque apareció a fines del XVIII aunque era objeto de uso industrial o suntuario.
En los ámbitos domésticos, la luz mortecina producida por el aceite de ballena u otras
grasas animales, prevalecía (Williams, 2002: 739-740, 744). El kerosén de petróleo resultó un
excelente sustituto para esos combustibles, alumbraba más y costaba menos. Alrededor de
1880, el quinqué a kerosén no sólo dominaba el mercado de luz, también se utilizaba como
combustible para el anafe de cocina, y la comercialización de grasas, fuel oil y otros derivados
pesados del petróleo, aumentaba (Williams, 2002: 759-760).
Más tarde, y como resultado de la invención e introducción al mercado de los motores
a explosión y de combustión interna (diésel), principalmente utilizados en los automóviles,
el mundo moderno, comenzó a volverse adicto a los energéticos hidrocarburíferos
constituyéndose esto en un problema (Williams, 1990: 47, 55). Mientras en las postrimerías
del siglo XIX se sabía bastante sobre los derivados que podían obtenerse destilando petróleo
liviano y/o pesado, el conocimiento inherente a su formación como a los patrones de su

23
Estado y Petróleo en Bolivia

acumulación en ciertas regiones subterráneas, seguía siendo misterioso para la ciencia


(Williams, 2002: 757-758; Royuela, 1996: 9).
Durante miles de años, el petróleo consumido provino de la recolección en afloramientos
naturales. Pero su explotación, mediante esos métodos “artesanales” no permitía su empleo
masivo especialmente en el contexto de la revolución industrial. La innovación de Edwin
Drake, un ex trabajador ferroviario de New Haven, Estados Unidos, en 1859, permitió
incrementar la producción: introducir en el pozo una serie de tubos consecutivos, que él llamó
drive pipe, para evitar el desmoronamiento del hoyo. Su primer pozo producía unos 30 barriles
diarios3 (Salas, 1980: 33), y según él, hallaba petróleo “arrojando el sombrero”4. En realidad,
las condiciones del yacimiento que alcanzó, bajo el cauce del río Oil Creek en Titusville, a tan
sólo 69 pies de profundidad (el más somero en toda la historia del rubro), facilitaron su éxito
(Royuela, 1996: 7). De esa manera, cuando en 1891 la demanda norteamericana de petróleo
llegó a 15000 barriles de petróleo diarios (Bpd), su compañía, y las de los emuladores de sus
aventuras, estaban en quiebra ¿El sombrero hubo perdido su encanto? (Salas, 1980: 36).
En ese contexto, la Standard Oil Company (SOC) de la familia Rockefeller, para evadir
los riesgos inherentes a la fase upstream de la industria -exploración y producción orientó sus
inversiones durante la mayor parte del siglo XIX a la fase downstream de la cadena productiva:
-transporte, refinación y distribución-. Su estrategia fue un éxito: en 1879, la SOC tenía el
control monopólico de la refinación en EE.UU (Royuela, 1996: 8).
Sólo en 1901, la controversial teoría del anticlinal5 concerniente a los patrones de
acumulación petrolífera en el subsuelo quedó claramente demostrada mediante el fabuloso
yacimiento que Anthony Lucas y Patillo “Bud” Higgins hallaron perforando el anticlinal de
Beaumont6 situado en Texas, EE.UU. A causa de la densidad inferior de los hidrocarburos
líquidos o gaseosos en relación a los otros elementos subterráneos, aquellos migran desde
una “roca madre” (lugar del espacio pretérito en el que se formaron) hacia la superficie,
“abriéndose paso” a través de rocas porosas, grietas y fallas, hasta disiparse entre las
porosidades subterráneas o quedar “entrampados” en algún domo rocoso -impermeable- y
convexo del subsuelo, es decir, un anticlinal o “trampa” (Royuela, 1996: 9).
Muchas veces, los movimientos tectónicos de la corteza terrestre junto a la gran presión
interna de los hidrocarburos acumulados en la “trampa”, o anticlinal, provocan fisuras en los
estratos rocosos que bloquean su migración, a través de las cuales prosigue su natural fuga
hacia la superficie formando las denominadas “arenas sucias”, es decir, arenas impregnadas
de petróleo asentadas sobre la trampa o manantiales naturales de aceites minerales en la
superficie. Sin embargo, aquellos afloramientos espontáneos excepcionalmente se hallan

3
Un barril de petróleo equivale, aproximadamente, al volumen de 159 litros de agua.
4
(Miranda, entrevista personal, 22/07/2011).
5
Los plegamientos u ondulaciones que los movimientos de la corteza terrestre causan en su superficie, constituyen anticlinales
y sinclinales. Los primeros, siguen una trayectoria convexa, los segundos, cóncava (visto de arriba, hacia abajo). Un anticlinal, sin
estratos impermeables, normalmente de pizarra, esquistos, o lutitas, no funciona como “trampa” (Águila Doble, 1931: 4).
6
A los 300 m. de profundidad, irrumpió bruscamente un gran caudal de petróleo, escupiendo al aire 100000 barriles diarios,
hasta que fue controlado al noveno día. Además de los anticlinales, existen otros patrones geológicos adecuados para el
entrampamiento de hidrocarburos, como fallas geológicas rocosas de inclinación oblicua; estos fueron descubiertos más
adelante (Royuela, 1996: 19).

24
Juan José Anaya Giorgis

en un ángulo más o menos recto en relación a la ubicación del yacimiento económicamente


importante (Lavadenz, 1989: 6).
Si bien a teoría del anticlinal dotó a la industria de un método relativamente fiable para
hallar hidrocarburos, no explicó cómo se habrían formado. Lucas y Patillo, asociaron la
existencia de aceites minerales con la presencia de depósitos de sal en el subsuelo, pero esta
conexión no resolvía el misterio: en todos los yacimientos petrolíferos existían depósitos de
sal, aunque no en todos los suelos salinos hay gas o petróleo (Barth: 1930: 187).
El origen orgánico u inorgánico de los hidrocarburos sigue suscitando controversias
científicas. No obstante, mientras la teoría inorgánica adolece de eficacia fáctica orientando
la búsqueda -Dimitri Mendeléyev (1834-1907) por ejemplo, sostuvo que los hidrocarburos
provenían de los cometas7-; la orgánica, proporciona criterios de prospección con aceptable
veracidad. Veamos seguidamente sus implicaciones.
Según la teoría orgánica, las “rocas madres” del petróleo y el gas fueron en su origen lechos
de antiguos mares o grandes lagunas, en cuyas aguas y lechos, proliferaron exuberantes formas
de vida. Esos lechos, debieron estar cerca de algún delta fluvial, y ser ricos en formas de vida
coralinas que originasen rocas calcáreas y porosas, o ambas cosas. Con el tiempo, la acumulación
de los cuerpos inertes de su biosfera en los fondos acuáticos formó gruesos estratos fangosos
en lento proceso de putrefacción. Posteriormente, las areniscas arrastradas por los ríos, a
través del tiempo geológico, constituyeron estratos porosos y permeables sobre los fangos.
Circunstancialmente, los movimientos tectónicos de la corteza terrestre desplazaron ambas
capas al interior de la tierra, y posteriormente al influjo de ciertas presiones y temperaturas
subterráneas, los restos orgánicos, se habrían transformado en gas o petróleo8. Finalmente
ocurren las migraciones que ya hemos descrito a grandes rasgos (Royuela, 1996: 20-21).

2. La “prehistoria”
A través de casi todo el siglo XIX, el petróleo, cuya existencia en Bolivia se conocía antes de
su fundación, fue una suerte de curiosidad con escaso o nulo valor comercial. Ya el “celebérrimo
padre Álvaro Alonso de Barba, en su siempre interesante Arte de los Metales” (Muñoz Reyes,
Jorge, citado en, DIGEMIP, 1930: 32)9, informó sobre los “betunes”, “naftas”, “grasas” o “jugos
de la tierra”, como llamaba alternadamente al petróleo que afloraba naturalmente al sureste
de la Audiencia de Charcas exponiendo además en el capítulo dedicado a los betunes (IX del

7
Observando el espectro de la luz que emiten los cometas, descubrió su gran similitud con el que producen los hidrocarburos en
combustión.
8
Se calcula que a profundidades mayores de 3500 metros, el petróleo comienza a transformarse en gas húmedo; después de 5000
metros, el gas húmedo comienza a secarse perdiendo sus componentes asociados como la gasolina natural, el etano, propano,
butano, etc. Más allá de los 6000 metros bajo la superficie, los hidrocarburos empiezan a destruirse.
9
Entonces Subdirector General de la Dirección General de Minas y Petróleo (DIGEMIP) y jefe de su Sección Petrolera. Su Hermano,
Juan Muños Reyes y el primer ingeniero de minas de Bolivia (estudió en el Perú), era el director. La DIGEMIP dependía del
Ministerio de Industria.
Volvamos al tratado citado del padre Álvaro Alonso de Barba titulado: Arte de los Metales, en que se enseña el Verdadero Beneficio,
de los de oro, y plata por azogue. El Modo de Fundirlos Todos, y como se han refinar, y apartar unos de otros. En 1637, el gremio
potosino de los azogueros (propietarios de minas e ingenios) remitió una carta al monarca español, Felipe IV, elogiando el tratado
de Alonso de Barba y solicitando la publicación del manuscrito. La Corona española lo juzgó como “muy útil y provechoso”, y en
el año de 1640, se imprimió su primera edición en Madrid (Alonso, 1770: 2).

25
Estado y Petróleo en Bolivia

Libro I) los saberes de la época concernientes a su origen y cómo explotarlos y aprovecharlos


“en lugar de aceite para candiles” o curando “dolores antiguos [¿reumas?] con admirable
virtud” (Alonso, 1770: 18-19).
Tomando en cuenta la función clave que tuvo El Arte10 instituyendo la escuela mineralógica
y metalúrgica del Alto Perú que floreció al finalizar el siglo XVIII, corresponde sintetizar su
influencia en la minería colonial y republicana. El licenciado y cura, Álvaro Alonso de Barba
natural de Lepe, Andalucía, migró al Nuevo Mundo a fines del XVI, instalándose alrededor
del año 1600 en la misión de adoctrinamiento católico de la “reducción”11 de Tarabuco, situada
en la provincia de los Charcas (Barnadas, 2002: 97). Como experto en los oficios mineros
comprendidos como una unidad: principios de geología, ingeniería de minas, beneficio del
mineral y metalurgia, estudió la geología mineral de los Andes alto peruanos casi toda su
vida en el Nuevo Mundo. Inventarió meticulosamente las riquezas minerales ahí existentes.
Sus teorías mineralógicas, constituían un corpus tejido con ideas extraídas de la alquimia
medieval, ciencias modernas, sus observaciones a los saberes autóctonos en minería y la
propia experimentación ininterrumpida (Barnadas, 2002: 98). Barba explicó el origen de los
metales como sigue:

La experiencia lo ha enseñado, y la razón lo persuade, que el lugar más propicio de la generación


de los metales, son las venas de la tierra que discurren por su gran cuerpo, como receptáculos
principales de su humedad permanente […] sirven de conductos por donde se encamina, y
une la virtud del calor subterráneo, y el de los astros, mediante el cual se excitan los vapores,
se dispone mezcla, y purifica la materia de que se crían (1770: 42).

Los tópicos de El Arte, también abarcan visiones políticas. Para Barba, tanto la supremacía
de los reinos como su autonomía política y económica no provenían de la fuerza, sino del
entendimiento y la técnica (Alonso, 1770: 227-228). Leal con sus ideas en la praxis, engrandeció

10
Fue la base para la formación teórica de la Escuela de Minas de Potosí, creada en el año de 1779 con el patrocinio de la Corona
española y de la educación minera en general en el Alto Perú y en la república boliviana del siglo XIX (Contreras, 1990: 33-34).
11
A Los tópicos de El Arte, también abarcan visiones políticas. Para Barba, tanto la supremacía de los reinos como su autonomía
política y económica no provenían de la fuerza, sino del entendimiento y la técnica (Alonso, 1770: 227-228). Leal con sus ideas
en la praxis, engrandeció a la minería del Alto Perú con sus innovaciones técnicas, destacando el principios de la conquista de
América, la corona española, confió gran parte de la institución del régimen colonial a conquistadores por cuenta propia: los
denominados “adelantados”. A cambio de los territorios ganados a la corona, los adelantados recibían la “encomienda” como
premio del monarca, que constituía una serie de derechos para cobrar tributos y otras prestaciones a los “indios” sometidos.
Como resultado de la brutal dominación que imponían los “adelantados”, los indígenas huían y se dispersaban, provocando falta
de mano de obra en las minas e ingenios de beneficio (Larson, 1984: 2).
La reordenación del sistema colonial que aplicó el virrey Francisco Toledo en los años ‘70 del siglo XVI, apuntó a remediar la
escasa mano de obra disponible. La dominación de los adelantados, diezmando a sus “encomendados”, fue subrogada y
concentrada en un nuevo Estado colonial, constituido sobre la base del derecho por fueros estamentales: indígenas y españoles,
asignando funciones económicas específicas a cada estamento. En ese marco, Francisco Toledo, concedió algunas protecciones y
derechos al autogobierno para los indígenas que aceptasen la relocalización, de su lugar de origen a los llamados “resguardos” o
“reducciones”, siempre que cumplan obligaciones tributarias anuales en dinero o especie y envíen todos los años un contingente
de fuerza laboral a las minas como una nueva forma de la vieja institución Inca de la mita (Larson, 1984: 3-4). Como fruto de la
mita colonial del siglo XVII, unos 13000 indios eran suministrados anualmente a Potosí para trabajar en las minas, sosteniendo un
ciclo de auge minero (Larson, 1984: 5).
La mita (quechua: mit’a, “turno de trabajo”) era un sistema laboral originario de la región andina consistente en la selección de
personas (campesinos, normalmente) de un ayllu (comunidad) determinado, para trabajo a favor de un Estado o gobernante
precolombino (Querejazu, Roberto: 2013: 256). A diferencia de la mita Inca, la mita del imperio español, no se utilizó para crear
reservas alimentarias a distribuirse a los pueblos sometidos en épocas de pérdidas agrícolas, o como sostén de los miembros
improductivos del ayllu, como sucedía en el incario, sino en beneficio de la empresa colonizadora (Larson, 1984: 17). Los españoles
manipulaban las normas sociales y organización política de sus súbditos nativos para su propio provecho y fines ideológicos
(Larson, 1984: 139).

26
Juan José Anaya Giorgis

a la minería del Alto Perú con sus innovaciones técnicas, destacando el beneficio argentífero
de “cozo y cocimiento”12, o por amalgamación caliente, como alternativa para la tradicional
“amalgamación fría”13. Si bien, los adelantos barbeanos implicaban ostensibles incrementos
de la productividad del trabajo durante el beneficio, fueron descartados mucho tiempo. La
energía que insumía el proceso en el contexto minero de la época, acarreaba costos adicionales
que los ahorros no compensaban: los azogueros potosinos preferían maximizar sus beneficios,
explotando a los repasiris de la mita (Platt, 2000: 25).
Ningún ingenio de beneficio aplicó, al menos regularmente, los adelantos barbeanos en
Charcas hasta las rebeliones indígenas que irrumpieron alrededor del año 1780, coincidiendo
con el agotamiento del azogue en las minas peruanas de Huancavelica. Los indígenas huían
de la mit’a mermando el flujo de repasiris. El azogue de Almadén, España, era muy caro.
Ante la escasez de brazos y azogue, sobrevino una recesión que fue resuelta implementando
el beneficio caliente, cuestión que no habría sido posible sin el incremento de la oferta de
combustibles, subsecuente al cultivo de bosquecillos en las haciendas de los valles potosinos
(Platt, 2000: 17-18, 35-38).
¿Podrían los “betunes” haber sido un recurso energético alternativo? Ulises Peláez, autor
de los Betunes del Padre Barba (1958), afirmó en dicha obra que Alonso de Barba incluso ensayó
la refinación con muestras de petróleo en su alambique del siglo XVI. El capitán Fermín
Núñez, un adelantado hispano, le habría proporcionado en Tarabuco aquellas muestras de
betún que él mismo habría recolectado durante una expedición realizada en el año 1600a la
cordillera de las chiriguanaes buscando depósitos auríferos en los ríos (1958: 8). Fermín Núñez,
y sus hombres, no habrían hallado el oro anhelado pero antes de abandonar el territorio frente
a la oposición guaraní14, habrían observado:

[…] salvajes de la selva chiriguana sopar sus flechas preparadas con cierta lanilla de un árbol
llamado Toboroche en el aceite de roca cuando querían incendiar las chozas de sus enemigos;
o para la pesca en los grandes ríos preparando antorchas con ese aceite y entrando en la noche
a las aguas atrayendo a los peces por la luz sin sufrir percances (1958: 19).

No obstante, Alonso de Barba no menciona en El arte la refinación de betunes, como tampoco


a Fermín Núñez ni los formidables combustibles que habría obtenido destilando betunes para
sustituir al carbón vegetal o la yareta y que habrían sido muy útiles aplicados en su método
“cozo y cocimiento”, tal como indicó Peláez (1958: 23). Las distancias enormes a través de

12
Luego de moler la roca mineralizada de plata, las harinas argentas debían “cocerse” en calderas de cobre junto a una solución de
sal y azogue, las calderas estaban equipadas con paletas internas para revolver la pasta durante el proceso. El proceso quedaba
concluido en un día (Platt, 2000: 5-6).
13
Consistía en revolver harinas argentas, mercurio y agua, en grandes bateas inundadas con ésta solución altamente tóxica. Los
denominados repasiris, o indígenas proveídos por la mita colonial, realizaban este trabajo con sus propios pies. El proceso
demoraba entre 20 y 23 días (Platt, 2000: 3, 4).
14
Los habitantes de Charcas llamaban “la frontera” a las serranías y llanos surorientales habitados por los guaraníes, o chiriguanaes
en léxico colonial (Peláez, 1958: 8-9).
Todos colonizadores hispanos que incursionaron en los territorios de los guaraníes en el siglo XVI, fueran rechazados. A fines
del XVI la corona española, a través del Virrey Toledo, declaró oficialmente la guerra a los chiriguanaes; durante todo el ciclo de
la dominación española en América, la corona no logró progresos importantes ocupando los territorios guaraníes del Chaco
Boreal paraguayo y el subandino meridional boliviano. La tenaz resistencia guaraní en las serranías subandinas, resultó ser el
candado que cerraba las puertas del Chaco Boreal a la corona española. Varias misiones franciscanas de adoctrinamiento católico
establecidas en el Chaco, también acabaron expulsadas en la segunda mitad del siglo XVIII (Combès, 2005: 223-224).

27
Estado y Petróleo en Bolivia

una geografía difícil e incomunicada (cerca de 80 leguas), la avidez de los colonizadores por
enriquecer rápido y con el mínimo esfuerzo15, más la hostilidad de los “indios de guerra”
(guaraníes) que dominaban aquellas regiones, hacían de cualquier tentativa mercantil con
los promisorios betunes una empresa quimérica (Peláez, 1958: 23-24). De cualquier forma,
indudablemente Barba desestimó, tal vez, muy afligido, su aprovechamiento creando riqueza,
como se desprende de sus propias palabras:

En este reino, como no se ha tratado en él hasta ahora, sino de buscar riquezas de oro, y plata,
no se ha reparado mucho en los betunes, u otras curiosidades, con todo se han dado a conocer
por su mucha copia, los materiales que de este Betún hay en la cordillera de los Chiriguanaes
en la frontera de Lomina, aunque no muy comunicados, por estar entre los indios de guerra
[…] No tengo hasta ahora más noticia, de que en estas provincias la haya de estos, o de los
demás betunes, aunque me persuado, que no falta en ellos sino su observación, y conocimiento
(1770: 18-19).

Explotar los combustibles minerales de las colonias americanas, tampoco inquietó a la


Corona española. Las Ordenanzas de Minería de Nueva España de 1783, cuya vigencia se
extendió al Perú en 1786, aparecen denominados genéricamente como “bitúmenes” o “jugos
de la tierra”, pero no incluyeron ninguna mención especial como sustancias susceptibles de
registro y concesión16. Sólo a fines del siglo XVIII, la legislación minera de España comenzó a
preocuparse por los yacimientos de carbón de piedra, liberando de impuestos a su extracción
mediante las reales cédulas del 24 de agosto de 1792 y del 5 de agosto de 1793 (Velarde, 1919:
61, 81, 95). La inexistencia de cédulas, servidumbres o exacciones, ordenadas sobre el beneficio
y comercio de “jugos de la tierra” en América, delata la insignificancia de su producción, en
el caso de existir alguna, como fuente de ingresos para la Real Hacienda. La extinción del
Alto Perú, no modificó la situación. José María Dalence, abordando el asunto en su afamado
Bosquejo Estadístico de Bolivia, expresó:

Hay en Tarija varios mineros de asfalto o pez mineral que a los principios del siglo 17 descubrió
nuestro Barba […] Hoy se mira con indiferencia este objeto, pero llegará a conocerse su
importancia, cuando los bolivianos mas [sic] instruidos sobre nuestros verdaderos intereses,
cubramos con nuestras barquillas las aguas del Tarija, Pilcomayo y Paragui [sic], a fin de salir
por ellas al atlántico, exportando nuestras riquezas (1851: 91).

Esa situación comenzó a cambiar luego de dos o tres lustros. En la citada obra de Ulises
Peláez, hallamos al abogado chuquisaqueño Juan Manuel Velarde, obteniendo en el año de

15
Vale la pena reproducir dos breves testimonios de los cronistas Fray Martín Murúa, en 1590, y Marcos Jiménez de la Espada, en
1610, respectivamente, sobre los afanes laboriosos de los conquistadores hispanos en el virreinato del Perú, subrayados por
Sempat Assadourian (1982):
“Sólo le falta al Perú seda y lino, para con ello tenéllo todo de sobra, y no aver necesidad de mendigar ni esperar nada de otro
ningún reyno ni provincia del mundo (porque hierro, si lo buscasen, sin duda hallarían minerales dello), y seda y lino, si las
plantaran, se diera en cantidad yncreíble. Y ansí la tierra y su disposición y fertilidad no tiene la culpa de aver mengua dello, sino
los moradores que la habitan, que no se dan a ello, pues fuera fácil sembrarllo y cojello, y aún hilallo y tejillo” (141).
“Aunque en muchas partes desta América se hallan muchas minas de hierro, no se han dado los es- pañoles a beneficiarlo, por ser
género que cuesta más barato traído de España; y así, quieren más el trabajo que les había de costar labrar minas de hierro,
emplearlo en las de plata y oro, de que sacan mayor riqueza ...” (143).
16
De acuerdo a las ideas jurídicas patrimonialistas de la Corona española, la propiedad sobre los recursos del subsuelo pertenecía
sólo al monarca, quien como encarnación del Estado, podía conceder derechos temporales para su explotación a sus vasallos. A
cambio de esos derechos, los vasallos debían contribuir a la Real Hacienda con la quinta parte de su producción, o el denominado
“quinto real” (Velarde, 1919: 64, 82).

28
Juan José Anaya Giorgis

1864 “pedimentos” petroleros, como entonces se denominada a las concesiones mineras de


cualquier tipo, sobre territorios de las provincias Azero y Tomina de Chuquisaca y Cordillera
de Santa Cruz. Estos territorios, al otro lado de la “frontera”, seguían bajo el control de los
guaraníes.
Velarde no era el único. Por esa época, muchos hacendados con propiedades colindantes a
la frontera, ya habían adquirido los derechos a explotar el betún de los manantiales naturales
que afloraban en sus tierras o cercanas a ellas. Sus saberes acerca de los “betunes” no eran muy
distintos a los del padre Barba17, aunque sabían que la demanda de “asfalto o pez mineral”
crecía en los mercados externos. Según Peláez, la estrategia ordinaria proyectada sobre los
betunes como medio de lucro se redujo al atesoramiento de “pedimentos”, apuntando al
arrendamiento de su explotación a industriales de un futuro más o menos lejano.
A raíz a de estos hechos, y pese a que la superficie de los pedimentos, no era mayor a
dos o tres hectáreas por manantial, el presidente José María Achá promulgó en 1864 una
ley contra el atesoramiento de pedimentos petrolíferos, otorgando al peticionario un plazo
máximo de 6 meses para iniciar los trabajos productivos, caso contrario el pedimento sería
automáticamente revertido al fisco. Velarde fue un caso extraordinario. Muñido con las
teorías mineras barbeanas y dentro del marco de la ley de Achá, intentó hallar “pez mineral”
en abundancia cavando pozos artesianos de 20 o 30 metros, más o menos, tras las hipotéticas
“venas” de la tierra que conducían los aceites minerales a través de sus entrañas. Cosechó
un fracaso tras otro, al caso de nada sirvieron los criterios barbeanos (Peláez, 1958: 29-30;
Fernández, 1976: 43). De cualquier modo, explotar pequeños volúmenes no requería grandes
inversiones: “ya 1868, el ingeniero de minas Hurss, constató la riqueza en petróleo de esas
regiones [subandino meridional] y la creyó tal como para hacer innecesaria toda perforación
para explotarlo […] bastando para ese objetivo simples excavaciones” (Longobardi, citado en
Arias, 1916:19; López, 1922: 245).
Un análisis sobre las legislaciones de la época revela la confusión y desconocimiento
que imperaba en Bolivia sobre los asuntos técnicos de la minería fósil, como es el caso del
Nuevo reglamento de adjudicación para sustancias inorgánicas, promulgado por el presidente
Tomás Frías el 31 de diciembre de 1872, introdujo la “estaca” como unidad de medida para
las concesiones petrolíferas, proscribiendo posesiones mayores a 4 “estacas por persona
individual, y 12 por sociedades” (Art. 17). Una “estaca” petrolera, comprendía 800 m² e
ilimitada profundidad (Art. 15). Sin duda, la legislación de Frías revelaba el influyo de las
ideas barbeanas sobre los conceptos mineros de la época, cómo se ve con claridad a través de
los términos deliberadamente transcriptos en cursivas de su artículo primero:

Son propiedad del Estado los depósitos, mantos, capas ú otros criaderos de sustancias
inorgánicas como el bórax, amoniaco, cal, magnecia, yodo, alúmina, azufre, carbón de piedra,
ulla [sic], turba, betun fósil [sic], recina fócil [sic], alumbre, petróleo, boratos y demás que no
sean metalíferas y sean aplicables á [sic] la industria, ya se encuentren en el interior de la tierra,
ya en su superficie (D.S., N° 31-12-1872).

17
Leonardo Olmos, autodidacta en geología y mayor del ejército boliviano, afirmaba que los enfermos gálicos se curaban tomando
dos baños en las aguas sulfhídricas de la laguna “muerta” en la estancia El Limón, al suroeste de la capital de Santa Cruz de La
Sierra (citado en, López, 1922: 195).

29
Estado y Petróleo en Bolivia

Ninguna reforma o cambio normativo alteró la vigencia de la Ley de Frías hasta el


reordenamiento de la legislación minera del presidente José Manuel Pando. Mediante la Ley
del 11 de abril y su Decreto Reglamentario (D.R.) del 8 de mayo (ambos del año 1900), las
denominas sustancias inorgánicas, quedaron sujetas a la Ley de Minería del 24 de octubre
de 1880. Hasta ese momento una concesión petrolera no podía abarcar más de 12 estacas (9.6
hectáreas). La ley de 1880 admitía hasta 30 “pertenencias”18 como máximo (Velarde, 1919: 157-
160). El D.R. de 1900 amplió aquel límite hasta 64 “pertenencias”, sin solución de continuidad19
(Art. 5, 7), no obstante, durante los siguientes 6 años, las “patentes”20 continuaron siendo
unívocas para todas las concesiones, sin distinción alguna en base al tipo de mineral y la
naturaleza de sus yacimientos. Expliquemos. Para elegir el punto de perforación (lo más difícil
del proceso exploratorio), la minería fósil, precisa complejas investigaciones de: geología,
palinología, paleontología, geofísica, geoquímica, magnetismo, gravimetría, aerofotometría,
entre otras, escudriñando vastas áreas (Lavadenz, 1989: 6, 173).
Mientras tanto, ¿qué ocurría con la investigación del potencial petrolífero boliviano desde
otros países? Al parecer, nada significativo. Poco antes de la guerra del litoral pacífico, el
gobierno boliviano contrató al ingeniero de minas graduado en la universidad de Londres,
John B. Minchin para explorar de norte a sur la vasta geografía al este del cordón subandino.
Los diversos objetivos de la misión Minchin implicaban: demarcar límites con el Brasil
hallando las nacientes del río Verde, relievar datos topográficos funcionales al trazado de vías
ferroviarias e inventariar cualquier recurso natural con atractivo comercial en las metrópolis
(Contreras, 1994: 64)21.
Sobre los aceites minerales, Minchin, en su artículo Eastern Bolivia and the Gran Chaco
(1881) publicado en el boletín de la Real Sociedad Geográfica de Londres (RSGL), anotó:
“en la provincia de Caupolicán, y en las serranías del Pilcomayo, existen varios manantiales
de petróleo que todavía no han sido científicamente estudiados, pero que podrían resultar
importantes más adelante” (415)22.

3. Contexto socio-económico republicano del siglo XIX e inicios del XX


Bolivia nació con derechos soberanos sobre los vastos territorios bajo la jurisdicción de
la extinta Audiencia de Charcas23 en virtud del uti posedetis juris (Fellman, 2013: 59) y con

18
Medida equivalente a la hectárea (10000 m²).
19
Proscribe otorgar en concesión dos “parcelas” contiguas de una misma formación geológica de interés minero, o zona del
yacimiento, al mismo peticionario. La extensión de cada parcela, varía según reglamentos.
20
Impuesto sobre los derechos de conservación y explotación de una concesión minera, aplicando un gravamen fijo por cada
“pertenencia”, “estaca”, u otra medida territorial, obtenida en concesión, a renovar cada cierto periodo de tiempo (generalmente
un año). Su incumplimiento determina la reversión de la concesión.
21
Minchin, también exploró el Altiplano contratado por el gobierno boliviano (Querejazu, 2013: 71). En 1882, notó por primera
vez, que, al comienzo del periodo cuaternario, el altiplano meridional e intermedio, constituía el lecho de un antiguo lago, el
posteriormente denominado “lago Minchin”, siendo ese descubrimiento, su mayor aporte al conocimiento geológico del país
(Ahlfeld, 1946: 297, 347).
22
Traducción Propia.
23
“El Alto Perú de la época colonial, o Perú interno, como le llamó Humbodlt para diferenciarlo del Perú costero, es la fracción
meridional de esa gran entidad geográfica, montaña encrespada y gigantesca, que se extiende desde el río amazonas hasta el
extremo sur de Atacama y Copiapó-Khopa-yayu, sementera de turquesas, según el bautizo incaico, tiene al accidente el Océano
Pacífico, y como límites orientales los ríos Yavary, Madera, Itenez y Paraguay” (Sánchez, 1925: VIII).

30
Juan José Anaya Giorgis

una Constitución Política del Estado (CPE) de ideas liberales moderadas24. De todos modos,
ese liberalismo absorbido de Europa carecía de base social en aquella formación social
estructurada en torno a jerarquías estamentales constituidas en la colonia, como ya vimos. Las
elites dominantes de la nueva república, comprendieron de inmediato el irresoluble conflicto
entre sus intereses y los principios liberales como la igualdad de oportunidades y el Estado
laico. Walter Guevara Arze, un notable intelectual y político del siglo XX, explicó: “¿Cómo
podía la aristocracia criolla, dueña de tierras e indios, hablar a estos de igualdad, fraternidad
y libertad? [...] Los principios democráticos se quedaron escritos en la Constitución” (1946:
14).
La mit’a minera que hubo sido abolida junto a la proclamación de la independencia, fue
restaurada en 1829 a instancias de los gremios azogueros. Al finalizar la lucha independentista,
casi todos los socavones estaban inhabilitados por inundaciones y derrumbes (Mitre, 1981: 79-
80). No había oferta laboral. Los indígenas se empleaban eventualmente en las minas y sólo
para reunir el dinero del impuesto a la propiedad de sus tierras comunitarias25. De ese modo,
las elites mineras reactivaron la industria madre de Bolivia (rescate, beneficio y fundición de
la plata) mediante la sobreexplotación del trabajo indígena subsecuente a la restauración de
la mit’a (Mitre, 1981:139-142). Describiendo sinópticamente la formación social boliviana a
mediados del siglo XIX, Fellman Velarde, señaló:

De un total de 1373896 habitantes en que se calculaba la población de ese tiempo, sin contar
las tribus de los llanos orientales, solamente un tercio vive en villas y ciudades. La ciudad de
La Paz, el centro urbano y comercial más grande y próspero del momento, cuanta apenas con
42 mil habitantes. La ciudad de Cochabamba le sigue con 30 mil y, en tercer lugar, se ubica la
abatida Villa Imperial de Potosí con 16 mil personas que viven precariamente de la minería o
de las actividades que de ella se derivan.

En las ciudades la elite criolla pasa la vida en una atmósfera provinciana de ociosa monotonía,
enervada por la ausencia de recreo cultural y social propios de esta clase. Allí prestan sus
servicios un centenar de médicos, un número más crecido de abogados (449), comerciantes
(3316), miembros del ejército, burócratas, y un contingente bastante grande sirvientes (13243).
De las pocas actividades productivas que genera la vida cotidiana, la producción artesanal
ocupa a unas 20 mil personas entre carpinteros, loseros [sic], vidrieros, alfareros y otros (Citado
en, Mitre, 1981: 56-57).

Los primeros cambios importantes ocurrieron entre la sexta y séptima década del siglo
XIX. El presidente Mariano Melgarejo (1864-1871) incrementó las exacciones sobre las tierras
comunitarias de los Ayllus indígenas en 1867, castigando cualquier mora con la reversión de
sus derechos propietarios en favor del fisco para luego rematarlos en subasta pública entre
hacendados y terratenientes. Además, con frecuencia sus anteriores propietarios indígenas

24
Aprobada en 1826, estableció estas prerrogativas para ejercer el sufragio: ser boliviano, mayor de 21 años o estar casado, saber
leer y escribir, y disponer de empleo, industria o renta decente sin sujeción a otro en clase de sirviente doméstico. Hasta la
Constitución de 1938, no hubo cambios relevantes en ese sentido (Barragán, 2005: 288-292).
25
De 1825 a 1873 las contribuciones indígenas representaron la principal fuente de ingresos tributarios (Mitre, 1981: 54).

31
Estado y Petróleo en Bolivia

eran reducidos a pongos26 del nuevo propietario. Centenares de Ayllus perdieron sus tierras
(Fellman, 2013: 85). Melgarejo también inició la desmonopolización fiscal sobre el rescate de
pastas de plata27 y la liberalización del comercio exterior, ambas formalmente consumadas en
1873 (Mitre, 1981: 67). Como resultado de esas medidas, mientras la producción interna de las
agremiaciones artesanales bolivianas era sustituida por manufacturas importadas mermando
la considerable influencia económica y política que hasta entonces hubieron tenido en el país;
surgía una nueva oligarquía minera con base en la exportación de concentrados de plata: los
denominados “patriarcas de la plata” (Mitre, 1986: 103, 112).
En esos momentos, el país perdió la “porción geográfica más importante de su
territorio”: su litoral en el Océano Pacífico. De 1879 a 1880 el ejército chileno conquistó los
territorios costeros bolivianos y parte de los peruanos, ricos en guaneras, salitreras y veneros
cupríferos (Querejazu, 2013: 5, 68). Aquello evidenció la frugal institucionalidad del Estado,
deslegitimando a los regímenes caudillistas que mayormente hubieron gobernado al país como
fruto de amotinamientos militares al mando de caudillos castrenses con escasa trayectoria en
el campo de las letras. Del vacío hegemónico (en el sentido de Gramsci), eclosionó una nueva
era de gobiernos civiles con los mineros argentíferos más acaudalados en la cúspide del poder
o los “patriarcas de la plata”: Avelino Aramayo, Aniceto Arce y Gregorio Pacheco.
En 1880, las elites civiles realizaron una gran Convención Nacional, cuyo resultado fue
una nueva CPE que instauró el sistema electoral partidario. La política partidaria propició
la proliferación de la prensa, tanto en cantidad, como en calidad. El Partido Liberal (PL) y
el Partido Conservador (PC), libraron los primeros comicios presidenciales de la nueva CPE
en 1883. Ambos bandos polarizaron la política en torno a la Guerra del Pacífico y el Estado
laico. Los liberales, adscriptos a la disociación entre iglesia y Estado, pretendían continuar
la guerra. Sus adversarios, viendo a la derrota irremediable, proponían acordar la paz y se
oponían a la libertad de culto defendiendo al catolicismo como religión oficial del Estado.
No obstante, los dos bandos abrazaron la ideología positivista (no sin ciertos matices propios
de su aclimatación al contexto local). Tanto para el PL como para el PC, los gobiernos debían
manejar la nación con criterios empresariales, focalizando los esfuerzos públicos en coadyuvar,
o potenciar, el enriquecimiento privado de bolivianos y extranjeros en Bolivia como estrategia
de modernización (Querejazu, 2013: 23). Los conservadores obtuvieron la victoria electoral y
permanecieron en el poder hasta el 1899 (Klein, 1987: 21-26).
Además de la Guerra del Pacífico, la coyuntura económica externa tampoco favorecía los
negocios de los “patriarcas”. Alemania sustituyó al patrón plata de su base monetaria por el

26
Aparcero sujeto a la institución del “pongueaje”. Esta institución deriva del yanacona colonial. El “pongo” (indígena), realizaba
diversas tareas en beneficio del terrateniente, a cambio del usufructo de una pequeña parcela en las tierras patronales. Rafael
Reyeros explica: “el pongueaje resucita el esclavismo egipcio, romano y griego de los primeros estadios de la humanidad, su
eslabón más próximo es la corvea medieval” (1949: 132). Y en otra parte: “El pongo es albañil, acémila, y muchas veces niñero”
(1949: 180).
27
El monopolio afectaba los intereses mineros mediante dos mecanismos: 1. El impuesto encubierto que implicaba la retribución
con moneda feble de la Casa de la Moneda por las pastas de plata de superior ley que adquiría como monopsonio 2. Estando
proscrito vender concentrados o pastas de plata en otros mercados, era preciso fundir los concentrados en los ingenios mineros
locales (la Casa de la Moneda sólo adquiría pastas) con los costos muy elevados subsecuentes a sus técnicas ya obsoletas en el
contexto metalúrgico externo. En cambio, producir concentrados argentos para el mercado externo resultaría rentable, cuestión
que desmonopolización viabilizó (Mitre, 1981: 76).

32
Juan José Anaya Giorgis

patrón oro alrededor de 1880, saturando la oferta mundial de plata con la comercialización
de sus reservas argentas en los mercados externos, cuyas tendencias inherentes a los precios
y demanda de la plata, eran ya decrecientes. Siendo los costos bolivianos de producción y
transporte (aún no había tren), cada vez más altos en relación a los de las minas de México y
Estados Unidos, la banca rota de los “patriarcas” sobrevenía inminente (Mitre, 1981: 37).
Para salvar sus negocios, los patriarcas buscaron financiamiento entre capitalistas chilenos
para tender un ferrocarril entre Uyuni (Bolivia) y Arica (Chile) que abaratara el transporte de
sus concentrados. Los chilenos, viendo que un ferrocarril de trocha angosta (75 cm.) sería
rentable, aceptaron inaugurando su funcionamiento en 1889 (Mitre, 1981: 173, 168).
Con el ferrocarril no sólo la exportación argenta resurgió algún tiempo. Muchos mineros
buscando plata hubieron hallado estaño, pero transportar concentrados estañíferos en recuas
de mulas o llamas no era rentable. Mientras la minería argenta sucumbía sin remedio ante la
competencia externa, el ferrocarril tornó al estaño en un negocio atractivo. Sus aplicaciones
industriales subsecuentes a su gran maleabilidad, adherencia y resistencia a la corrosión,
crecían rápidamente arreciando su demanda mundial. Según afirmaciones del sabio Manuel
Vicente Ballivián28 en 1900, la posición privilegiada de Bolivia en la distribución geográfica
del mineral estratégico (el estaño)29, causaría en tiempo breve una verdadera revolución
industrial en el país (citado en, Ibañez, 1943: 19).

3.1 Liberales y conservadores en guerra civil


La guerra civil entre conservadores y liberales, más conocida como Guerra Federal (1898-
1899), respondió primordialmente a los intereses en conflicto de dos facciones de la elite
nacional en el contexto de la crisis económica de la minería argentífera. La una, articulada
en torno a la oligarquía argentífera conservadora y decadente con asiento en Sucre (entonces
capital de Bolivia). La otra, liberal, más progresista y audaz, con asiendo en la ciudad de
La Paz y vinculada a los mineros estañíferos, algunos sectores aimaras del Altiplano y de
hacendados cochabambinos. José Manuel Pando, líder de la insurgencia liberal, derrotó a las
tropas constitucionales al mando del presidente conservador Severo Fernández Alonso (1896-
1899), en la batalla de Los Cruceros, una localidad orureña, en abril de 1899, liquidando la
dominación conservadora (Klein, 1987: 33, 43).
En los hechos, el advenimiento de los liberales al poder con José Manuel Pando como
primer presidente (1899-1903), no se tradujo en cambios estructurales relativos al orden social.
Tampoco en la instauración del sistema político federal que los liberales proclamaban como
los objetivos centrales de la lucha. Al contrario, apenas consumada la victoria, constituyeron
a la ciudad de La Paz en sede permanente de los poderes legislativo y ejecutivo, sin alterar el

28
Conocido como uno de los principales promotores y exponentes de la geografía en Bolivia. La fundación de la Sociedad
Geográfica de La Paz (SGLP) en 1889, surgió en buena medida de su labor (Obituario, 1922: 78).
29
Se refirió a la “faja estañífera” situada en el los macizos de la cordillera andina Real de Bolivia. La “faja estañífera”, fue mucho tiempo
la única reserva comercial de importancia en el hemisferio americano. Si bien, sus prolongaciones australes, finalizan en la Puna
del actual norte argentino, en esa época, la Puna formaba parte de la provincia Sud Lípez de Potosí, cuya soberanía, pasó a poder
argentino a cambio de parte del actual territorio de Tarija en 1928 (Ibañez, 1943: 36-37).

33
Estado y Petróleo en Bolivia

carácter unitario del régimen político. Según Querejazu, el verdadero trofeo en disputa fue
la sede de gobierno, cuya posesión en Bolivia, hubo sido disputada por sucrenses y paceños
desde su fundación (2013: 40). Aun así, la hegemonía liberal, inauguró un nuevo periodo
histórico en lo concerniente a políticas industriales, gestión territorial y educación pública.
Para comprender estos hechos, precisamos volver al pasado. El presidente José Ballivián
(1841-1847) y mariscal de Ingavi, procuró “afirmar la independencia de su patria sobre la
prosperidad interior y su presencia soberana en las costas del Pacífico y en las grandes arterias
del Atlántico” (Carrillo, VIII: 1891). En su época, la presencia real del Estado se reducía a las
montañas con minerales preciosos, el Altiplano, ciertos valles cordilleranos de Los Antes, y
algunos enclaves bastante aislados en las tierras bajas orientales. Las únicas vías permanentes
entre el occidente andino y las tierras bajas, conectaban a Santa Cruz de la Sierra con Sucre y
Cochabamba (Frontaura, 2016: 1, 22). Sus recorridos insumían 19 o 20 días a lomo de mula.
Por otro lado, el grueso del comercio ultramarino fluía por el puerto de Arica siendo marginal
el uso del propio en Cobija (Mitre, 1989: 159-160).
Apuntando a generar industria y comercio, y a la vez, sentar soberanía efectiva sobre las
regiones “baldías” (casi 4/5 del territorio patrio), José Ballivián impulsó la siguiente estrategia
desarrollista30: 1. Establecer fuertes y colonias militares alrededor de las fronteras con los
pueblos indígenas, o los “bárbaros” como ellos les decían, que habitaban en el subandino y los
llanos orientales 2. Instalar colonias agroindustriales de inmigrantes europeos en las tierras
“baldías” 3. Industrialización adjudicando la explotación de recursos naturales al capital
extranjero a cambio de modestos tributos. En ese marco, envío misiones de exploración a los
ríos Beni, Mamoré, Madera y Pilcomayo buscando vías fluviales al Océano Atlántico; creó
el Departamento de Topografía (que relievó los primeros esquemas orográficos del país) y
la Oficina Nacional de Estadísticas; e incluso editó en castellano parte de la obra de Alcides
d’Orbigny31 sobre Bolivia (Santiváñez, 1891: 152). Si bien sus esfuerzos arrojaron modestos
resultados, logró adjudicar guaneras del Litoral a la compañía inglesa Gibbs, Crawley &
Company, con asiento en Valparaíso, y emplazar colonias belgas en Mojos, y al parecer bávaras
en el suroeste de Tarija (Lichtenstein, W., Crampton, E. & Ullrick, L., 1918).
De cualquier modo, luego de su fallecimiento en 1852, aquel desarrollismo hibernaría
varias décadas. Melgarejo por ejemplo, adjudicó amplios y ricos territorios (sobre todo
salitreras y guaneras del Litoral), incluyendo una concesión petrolera en la provincia Salinas,
hoy Arce, de Tarija, a los prusianos Eduardo Harres y Francisco Hokst, que no prosperó
(López, 1922: 202; RS 09/01/1867). Todas estas medidas carecieron de adecuada planificación
y seguimiento.
Sólo con la creación de la Oficina de Inmigración, Estadística y Propaganda Geográfica
por iniciativa de los ministros Juan Crisóstomo Carrillo y José Vicente Ochoa (de Relaciones
Exteriores y Agricultura y Colonias respectivamente) en 1896, designando a Manuel V.
Ballivián como director, el desarrollismo del mariscal Ballivián (padre del anterior) resurgió

30
La denominación como desarrollista es nuestra.
31
Fue el tomo I de la Descripción Geográfica, Histórica y Estadística de Bolivia. El general Manuel Isidoro Belzu, durante su mandato
(1848-1855), se negó a proseguir financiando los dos tomos restantes (Díaz Romero, 1907: XIV).

34
Juan José Anaya Giorgis

como política pública organizada sobre bases técnicas inéditas. Dicha medida, respondió al
boom de la goma obtenida del árbol del caucho en la economía mundial que irrumpió en
Bolivia junto a la dominación conservadora. Siendo abundantes los bosques de caucho en
el Beni y el Acre, miles de colonos bolivianos, brasileros y de otros países, se instalaron ahí
para producir goma utilizando a los indígenas del lugar como mano de obra semiesclava y
exportarla a través de Brasil. Inicialmente, los gobiernos permitieron a esos colonos dirigir
sus negociones con escasa o nula intervención fiscal (Lavadenz, J., 1925: 609-610; Frontaura,
2016: 54).
Frente al crecimiento descontrolado de la explotación gomera, el gobierno boliviano
inauguró en 1898 la aduana de Puerto Alonso en el Río Acre (la principal ruta de salida de
la goma boliviana) para regularizar su exportación de acuerdo a ley. A raíz de las gabelas,
los colonos se amotinaron con el apoyo del Brasil, desalojando a los oficiales aduaneros y
asumiendo el control del Acre (Klein, 1987: 44). Buscando restaurar el orden, José Manuel
Pando marchó al Acre comandando un ejército andino en 1903 que no se aclimató al ambiente
amazónico. Las enfermedades y plagas fueron mermando a sus tropas sin obtener progresos
contra un enemigo cada vez mejor aprovisionado por el gobierno de Brasil. Como resultado,
Bolivia vendió el Acre a Brasil a través del tratado de Petrópolis de 1903 (Klein, 1987: 45).
La pérdida del Acre concitó a los gobiernos liberales a impulsar con ahínco la inmigración
europea e inversión extranjera. Manuel V. Ballivián, por ejemplo, fue premiado en 1917
con la medalla David Livingstone del centenario de la Sociedad Geográfica Americana en
reconocimiento a su “notable” labor promoviendo el conocimiento geográfico y potencial
económico de los recursos naturales de Bolivia en el exterior. Esta distinción fue recibida por
Ballivián siendo miembro de la SGLP y ministro de Colonias y Agricultura de 1900 a 1905
(Obituario, b, 1922: 144).
Pero no sólo la urgencia de sentar soberanía en los territorios de colonias que evidenció
la pérdida del Acre, al menos adjudicando su explotación al capital extranjero (el documento
de concesión servía para evidenciar la soberanía territorial), arreció aquel desarrollismo. Sí
en los tiempos del mariscal Ballivián, los “indios y bárbaros”, aun viviendo “petrificados
en sus hábitos”, no eran “ineptos” e “inferiores” al “blanco” por naturaleza (Dalence,
1851: 220); para el movimiento liberal sí lo eran. Siguiendo las ideas lamarckianas sobre la
eugenesia, conservadores y liberales atribuían el atraso industrial del país a la composición
racial mayoritariamente indígena32 de sus habitantes (Cote, 2011: 39). Veamos la opinión de
Enrique Arias como secretario de la Sociedad Geográfica de Sucre (SGS) y promotor de la
explotación petrolera en Bolivia sobre la cuestión: “sí a nuestras cruentas guerras civiles,
especial topografía y falta de vías de comunicación, sumamos a las tribus salvajes que nos
rodean, se explicará el porqué de nuestra pobreza moral y material” (1916: 30).
Esa concepción racista y hegemónica entre los ilustrados y las elites de la época, tuvo ciertos
ribetes esquizoides: 1. Los rasgos fenotípicos de gran parte de esas elites racistas, delatan la
existencia de “indios” en su linajes (Bolivia, 1925). Siendo así, la tipificación del sujeto como

32
Con base en mediciones de cráneos, el geógrafo Carlos Bravo concluyó que los diversos pueblos indígenas del país, eran “una
raza primitiva, particular y distinta de las razas del antiguo continente, no obstante la unidad de origen de la especia humana”
(1894: 86).

35
Estado y Petróleo en Bolivia

“blanco”, “cholo”33 e “indio”, debió responder al estatus socioeconómico y cultural del sujeto,
más que al aspecto físico en sí como en un ceñido Apartheid 2. Sí por un lado los indígenas
eran genéticamente propensos al alcoholismo y la holgazanería; por otro, eran “útiles” como
soldados en el ejército y “civilizables” hasta cierto punto con la tutela del hombre “blanco”
(Archondo, 2002: 103). De esa manera, aquel racismo exacerbó la encarnación de las ansias
de “progreso” del movimiento liberal, en la inmigración “blanca” y en la inversión del gran
capital (Lavadenz, J., 1925: 613).

3.2 Hegemonía liberal y enclave económico


A causa del auge mundial del estaño a fines del siglo XIX, de inmediato afluyeron profusos
capitales anglo-chilenos a explotarlo en Bolivia, compitiendo mutuamente con tenacidad para
obtener el control monopólico sobre su producción. Tanto la demanda mundial y los intereses
capitalistas, como la aquiescente inversión extranjera de los gobiernos liberales, omitiendo a
los acuerdos laborales y económicos privados en el derecho público34, propiciaron la expansión
y mecanización acelerada de la minería estañífera (Querejazu, 2013: 83).
Rápidamente floreció un enclave capitalista en torno a la minería estañífera con su centro
neurálgico en la ciudad de Oruro (las grandes minas estaban en Llallagua y Siglo XX). El
enclave dinamizó el desarrollo económico y el “progreso” nacional, como en el caso de Oruro
que en los años ‘20 del siglo XX ya tenía redes eléctricas, telefónicas, agua potable, alcantarillado
y alumbrado púbico (Querejazu, 2013: 22). No obstante, también generó una dependencia
creciente de las instituciones privadas y públicas hacia el enclave, cuya influencia económica
y política sobre aquellas, pronto sería cuasi total. Observemos la opinión del intelectual
nacionalista Walter Guevara Arze al respecto:

La Revolución Federal, y los gobiernos liberales que fueron su consecuencia, injertaron en


nuestro panorama económico feudal agrario un nuevo elemento: la industria extractiva de
materias primas organizada sobre bases imperialistas […] Al país productor le queda lo
estrictamente necesario para mantener la producción: salarios para obreros, sueldos para
abogados, periodistas y políticos que dan forma legal, defienden e imponen al país esa forma de
explotación y los impuestos indispensables para sostener una ficción de Estado independiente
(1946: 15).

¿Quiénes controlaban al enclave? La lucha por el control monopólico, tuvo un desenlace


inesperado: Simón I. Patiño, un cholo de Cochabamba sin más capital que su astucia y una

33
Gentilicio peyorativo de origen colonial con base en la raza como atributo de identificación para los individuos discriminados,
siendo la noción de cultura implícita en el sentido del término, un reflejo, o variable dependiente, de aquella –la raza-. Sobre la
“raza chola”, Carlos Bravo, un prestigioso naturalista y geógrafo liberal de fines del siglo XIX en Bolivia, explicó: “la raza española
ó caucásea, conquistadora y dominara del suelo, produjo á los hispano-americanos, y estos á los mestizos indo-blancos, que
también se conocen con el nombre de cholos” (1894: 85-86).
A diferencia de la expresión camba (ver escolio Nº 72), las vicisitudes de la transmisión y de la descontextualización a ella asociada,
han alterado muy poco los propósitos peyorativos en el empleo de la expresión cholo.
34
Promoviendo el ingreso de capitales foráneos a producción estañífera, Manuel V. Ballivián subrayaba que Bolivia “contaba con
el mejor peón de minas de la América del Sur” (1900: 58). Sería difícil establecer sí aquello era real, o no, pero indudablemente la
fuerza laboral del peón de minas boliviano, era la más barata de la región. A inicios del siglo XX, el jornal por 10 horas de trabajo
para los barreteros –los obreros con los salarios más altos-, no superaba los Bs. 2, incluyendo en ese monto, el costo de sus
insumos de trabajo: Ctvo. 0.6 por tres tiros de dinamita, Ctvo. 0.1 en guías, Ctvo. 0.25 para el cebo de la lámpara, y Ctvo. 0.25 para
la coca, el pan, los cigarrillos y algo de alcohol (Querejazu, 2013: 61).

36
Juan José Anaya Giorgis

extraordinaria voluntad de trabajo venció a los capitales gigantes, por supuesto, con largos e
intensos sacrificios, litigios y avatares de por medio. En 1901, halló casiterita de ley superior
al 50% en la Salvadora, su pequeña y única mina situada en la cumbre de Llallagua. 23 años
después, su compañía, La Patiño Mines, era la más grande del mundo (Querejazu, 2013: 51-
52, 113-114), y Bolivia, el segundo productor mundial de estaño35. Del total boliviano, Patiño
aportaba, más o menos, el 50%; Mauricio Hochschild y Carlos Aramayo, el 25%; y el resto,
mineros chicos y medianos (Zuleta, 2011: 25).
A diferencia de los “patriarcas de la plata”, que promovían sus intereses económicos
interviniendo personalmente en la lucha política, los “barones del estaño” promovían los
suyos recurriendo a intermediarios: grupos de abogados, economistas y consejeros criollos de
su confianza, quienes ejercían la dominación política real en su nombre y para su provecho,
manipulando redes clientelares y relaciones de parentesco. En consecuencia, la ciudadanía
excluida de aquellas redes, o los “parientes pobres” de las elite, comenzó a denominar a los
barones y a sus secuaces como la “rosca” (Klein, 1987: 41).
Sin embargo, múltiples obstáculos estructurales frenaban el ritmo de la incipiente
modernización, sobre todo el déficit energético. La introducción de la máquina de vapor
durante el auge argentífero, esquilmó rápidamente las fuentes endémicas de carbón vegetal
(yareta y quewiña), forzando la importación muy costosa de carbón mineral y petróleo para
la industria minera (Mitre, 1981: 127-128) El problema, ¿podría solucionarse produciendo
petróleo en Bolivia?

4. Misiones Pioneras
De acuerdo al conocimiento científico vigente, seis de las ocho provincias geológicas de
Bolivia, reúnen condiciones de interés para explotar hidrocarburos (Ver Figura I). Sin embargo,
la existencia de yacimientos comerciales, hasta el momento, sólo ha sido probada en el
subandino meridional, parte del central, y de las llanuras Chaqueña y Beniana, mientras gran
parte del territorio restante, apenas ha sido explorado (Ver anexo I) ¿Dónde y cuándo empezó
el proceso de su investigación?, ¿qué nexos tuvieron los trabajos científicos de exploración
con los capitales privados y sus gobiernos?, los estudios científicos ¿cómo influyeron sobre la
explotación técnica como económicamente?
Ya vimos que hasta fines del siglo XIX, el conocimiento científico sobre los yacimientos
petroleros bolivianos fue muy escaso. No obstante, a partir de 1891, numerosas misiones
científicas de diversa procedencia nacional y patrocinio, confluyeron en la investigación
de las estructuras y secuencias estratigráficas del subandino meridional, “cuya riqueza en
yacimientos petrolíferos, llamaba la atención muy particular de los geólogos petroleros”
(Ahlfeld, 1946: 11). Como causas centrales de aquella ola exploratoria tenemos: 1. Resurgimiento
del desarrollismo mediante la inmigración e inversión extranjera en el contexto del crecimiento
exponencial de la demanda petrolífera mundial 2. La Guerra Boliviano-Guaraní (1891-1892).
Siendo esa guerra por el usufructo agrícola de la tierra, no por petróleo, su desenlace significó

35
Sobre las 186000 toneladas de estaño que produjo el mundo en 1929, Malasia aportó 69366, Bolivia 46338, las Indias Holandesas
35730, Nigeria 10734 y el resto otros productores menores (Querejazu, 2013: 127).

37
Estado y Petróleo en Bolivia

el fin de la resistencia guaraní contra la expansión de la hacienda y colonización “blanca”


sobre sus territorios ancestrales (Combès, 2005: 227). Con la derrota guaraní, las puertas de
acceso a las serranías del Aguaragüe, o “la frontera”, y las sus llanuras adyacentes al este, al fin
estaban abiertas para occidente36. Al respecto, Kirtley F. Mather, un prominente geólogo que
investigó esa región alrededor de 1920, apuntó: “todavía hay bandas de Sirionós y Sirácuas
que continúan viviendo en un estado de hostil barbarismo en lo profundo del Chaco; no
obstante, desde 1892 no ha habido ningún conflicto real entre chiriguanos y colonos blancos”
(1922: 367)37.

Figura N° I: Provincias Geológicas de Bolivia

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Fuente: (Suarez, REVITEC, Volumen N° 18, Junio, 2000: 157).

4.1 El cordón subandino


Acompaña la cordillera de Los Andes siempre por su flanco más oriental constituyendo un
elemento estructural, cuya morfología, estratigrafía y tectónica, se distinguen claramente del

36
A fines de enero de 1892, el ejército boliviano cercó a las fuerzas guaraníes en Kuruyuki, mil guerreros y pocos días después
capturó y asesinó a Tumpa, líder de la resistencia indígena, quedando dispersos el resto de los originarios en rebelión. Durante los
subsiguientes meses, los guaraníes en guerra fueron presa de feroces persecuciones que segaron la vida de unos 5000 indígenas
(Anaya, 2016: 24).
37
Traducción propia.

38
Juan José Anaya Giorgis

bloque andino. Sus prolongaciones boreales llegan hasta Venezuela, atravesando Colombia
y el este peruano, y su extremo sur, culmina en las provincias argentinas de Salta y Jujuy.
Atraviesa Bolivia desde la región de Caupolicán, hasta las zonas de Bermejo y Yacuiba (Ahlfeld,
1946: 13, 53-54)38. A consecuencia de la elevación de Los Andes durante la era cenozoica,
como resultado de la coalición entre las placas tectónicas de Nazca y la Sudamericana (Cote,
2011: 12), las serranías subandinas, están fuertemente plegadas y sus accidentes geográficos
son extremos. Sus dislocaciones y plegamientos más intensos, están situados entre los ríos
Chimoré y Chapare; ahí, el desnivel del terreno alcanza 4000 metros en un trecho de 30 km.
(Ahlfeld, 1946: 92-93). Además, los espesos montos que revestían el cordón subandino a través
de toda su extensión, casi siempre obstruían la observación de las rocas (Bonarelli, 1914: 9).

4.1.1 Subandino meridional


Los geólogos que la Standard Oil Co. of New Jersey (SOCNJ)39 envío a explorar sus
concesiones bolivianas en el subandino meridional, durante la segunda década del siglo XX,
se inclinaron a relacionar el origen del petróleo, es decir, su “roca madre”, con las formaciones
inferiores del periodo devónica, o superiores del silúrico (ambos de la era Paleozoica), cuando
casi toda la superficie del actual continente sudamericano era el lecho marino de un ambiente
nerítico40, y a las formaciones devónicas superiores, como las rocas que constituirían sus
principales reservorios (Ahlfeld, 1946: 61, 353).
Algunas décadas más tarde, la validez relativa de aquellas ideas surgiría manifiesta, sin
embargo, y para los fines utilitarios de la compañía, funcionaron guiando las operaciones de
sondeo a resultados positivos. No siempre se creyó así ¿Qué secuencias de acontecimientos
científicos, experiencias prácticas, y gestiones empresariales implicadas en su realización,
condujeron a las conclusiones de la Standard Oil?
Ya Alcides d’Orbigny41, David Forbes, John William Salter, Hugues Algernon Weddell42,
y muchos otros naturalistas que visitaron Bolivia promediando el siglo XIX, identificaron
estratos de la serie devónica en el subandino septentrional (Bonarelli, 1914: 19), no obstante,

38
Entre Yacuiba y el Río Grande de Santa Cruz, alcanza una anchura de 110 a 80 km.; al oeste de Santa Cruz, la zona subandina
desvía su curso hacia el noroeste, adelgazándose al mismo tiempo de 15 a 20 km. de anchura hasta el Río Isiboro; al noroeste del
Isiboro, vuelve a ensancharse llegando a 80 km. sobre el curso superior del Río Beni; y a 65 km., ya cerca de la frontera peruana.
39
Mediante su filial, la Standard Oil Co. of Bolivia, como veremos en otro acápite de este capítulo.
40
Zona  marítima de 10 a 200 metros de profundidad y sin contacto directo con el litoral. Su abundante luz solar, baja presión
atmosférica y temperatura  estable, propician la proliferación de la vida vegetal y animal. https://es.wikipedia.org/wiki/Zona_
ner%C3%ADtica habilitado en mayo de 2017.
41
Federico Ahlfeld, conocido como el “padre de la geología boliviana” en los ámbitos de esa disciplina, escribió sobre d’Orbigny,
parafraseando en parte, a Belisario Díaz de Romero (1907):
“Las descripciones de su viaje por el oriente boliviano son todavía hoy valiosas, ya que d’Orbigny visitó regiones en las cuales,
después de él, ningún geólogo alcanzó a penetrar […] El tomo Geología de su Voyage dans l´Amerique Meridionale, y su trabajo
sobre los llanos de Moxos principalmente, son dignos de ser leídos hasta el día de hoy. No sabe uno qué debe admirarse más
en los trabajos de d’Orbigny, si su genial habilidad de observación o su certero juicio científico. Es un placer admirar sobre todo
la cuidadosa presentación de sus dibujos, efectuados a mano. Sus méritos, prestados a la tarea de investigación geológica en
Bolivia, jamás podrán ser lo suficientemente valorizados” (1946: 9).
42
Forbes fue miembros de la Real Sociedad Geográfica de Londres, Weddel, trabajó en el Museo de Historia Natural de Paris y llegó
a Bolivia comisionado por el gobierno francés (Frontaura, 2016: 70). Salter, sirvió en el Servicio de Geología británico.

39
Estado y Petróleo en Bolivia

no relacionaron estos hallazgos con la existencia de aceites minerales, y en general, se


ocuparon muy poco de las implicaciones económicas de sus aportes científicos. El sabio Luis
F. Crespo, miembro notable de la SGLP, lamentaba en 1901 que: “su trabajo se redujo a la
mera enumeración y descripción de las capas geológicas, sin tener para nada en cuenta las
aplicaciones que de tales capas pudieran hacerse en la minería” (citado en, Argueta, 2009: 153).
Federico Ahlfeld atribuyó al geólogo alemán Gustav Steinmann43 el mérito de sentar
las bases para conocer detalladamente las rocas devónicas de Bolivia. Uno o dos años antes
de la Guerra Boliviano-Guaraní, Steinmann estuvo recolectando fósiles y datos en Icla, una
formación con potencial petrolífero situada 55 km. al sudeste de Tarabuco. El Dr. Arnold
Ultrich, su asociado científico de la universidad de Estrasburgo, fechó la edad de los fósiles
que Steinmann trajo de Icla, estableciendo que pertenecían al periodo Devónico. Steinmann
distinguió tres pisos en Icla: Inferiores, los estratos Icla (medio), y Huamampampa (superior),
percibiendo las cualidades porosas propicias para acumular carburantes de Huamampampa
(ver Figura II). Sin embargo, falló estableciendo los límites devónicos con las formaciones
silúricas y ordovícicas, debido a que, “distinguió a las capas devónicas por su mayor
contenido de mica, lo cual resultó errado, pues todas las capas paleozoicas son muy parecidas
y únicamente la edad de los fósiles puede asegurar la edad de un horizonte dado” (Ahlfeld,
1946: 126, 129-130, 345).

Figura Nº II: Imagen aérea de la formación Icla.

Disponible en: https://www.google.com/maps/@-19.5239822,-64.8847881,3318m/


data=!3m1!1e3

43
“Unió a su don de observador, la genial interpretación de los hechos naturales. Además poseía una extraordinaria habilidad para
descubrir fósiles en regiones que son verdaderamente pobres en capas fosilíferas" (Ahlfeld, 1946: 11).

40
Juan José Anaya Giorgis

Steinmann volvió a Bolivia en varias ocasiones durante los siguientes 45 años. Sus trabajos
aportaron tanto a los intereses propiamente científicos (los ciclos orogénicos44 fundamentales
de Los Andes peruanos, por ejemplo) como a la minería fósil. En 1903, junto a los alemanes
Henry Hoek y Alexander von Bistram, halló afloramientos devónicos en las sierras del
Aguaragüe, hasta ese momento, jamás identificados en toda la sección subandina meridional
(Bonarelli, 1914: 19).
En aquella oportunidad, Steinmann y su equipo buscaron las posibles prolongaciones
septentrionales de la “formación petrolífera” o “sistema Salta” de Ludwig Brackebusch.
Durante 1882, mientras investigaba la zona de la laguna Brea, en Ledesma (una localidad
de la provincia argentina de Jujuy con abundantes afloramientos espontáneos de “brea”)45,
Brackebusch identificó un conjunto de areniscas basales rojizas, calcáreas y calizas, como
las rocas almacén del petróleo, al que atribuyó una edad infracretácica (correspondiente al
tercer periodo de la era Mesozoica). El equipo Steinmann encontró formaciones con rasgos
litológicos análogos al “Sistema Salta” en el sur de Tarija, considerándolos correlativos a los
de Brackebusch (Cónsole, Cione, & aceñolaza, 2012: 46).
Tres años más tarde, Gustav Steinmann nominó a las areniscas rojizas y rocas calcáreas
superficiales que avistó en Corocoro, región de la provincia Pacajes, de La Paz, como “Formación
Puca”. Para Steinmann, las areniscas Puca (rojo en quichua), también halladas en Miraflores,
una zona cercana a la ciudad de Potosí, constituían las prolongaciones septentrionales de la
“Formación Petrolífera” (Berry, 1922: 227-228, Riccardi, 2015: 13; Ahlfeld, 1946: 165).
Brackebusch y Steinmann integraban la red de investigación geológica organizada desde
la academia germana. Trabajaron juntos en la segunda edición del Physical Atlas of Berghaus
(Steinmann, 1891: 855-856), el primero como geólogo invitado a dirigir la Academia Nacional
de Ciencias de Córdoba, Argentina, sustentada con fondos públicos y privados, el segundo
de la universidad de Freiburg, trabajó con el patrocinio del Gran Ducado germano de Baden
(Costa, 2005: 50), al menos algún tiempo46. Ambos jugaron un importante rol en la constitución
de la academia argentina de historia natural, propiciando la incardinación de sus discípulos
alemanes, por ejemplo, Wilhem Bodenbender y Juan Keidel, a instituciones científicas como:
la Dirección General de Minas, Geología e Hidrología (DIGEMINGHI) del Ministerio de
Agricultura; Museo de Historia Natural de La Plata; la Academia Nacional de Ciencias, entre
otras (Tauber, A., 2013: 6; Leanza, 2008: 165; Ramos, 2013: 160).
Para fechar la edad de una formación desprovista o con escasas evidencias fosilíferas
observables como el “Sistema Salta”, Brackebusch recurrió a las facies litológicas o

44
Ver (Sempere, 2004).
45
Erland Nordenskiöld, geógrafo y etnógrafo, recorrió toda la frontera argentino-boliviana en 1902, observando respecto a la zona
de Ledesma: “de acuerdo a mi conocimiento, Brackebusch, siendo su misión estudiar la ocurrencia del petróleo en el noreste
argentino, es el único científico que estuvo aquí […]. Todo nuestro conocimiento geográfico y geológico de la región está basado
en los resultados de sus viajes” (1903: 511). La traducción es propia.
46
Influyentes personajes de los ámbitos científicos, industriales y comerciales de Alemania, fundaron el Instituto Germano-
Sudamericano en 1912 con la misión de organizar y promover sistemáticamente las relaciones científicas y económicas entre
Alemania y Sudamérica. Steinmann, entonces profesor de la Universidad de Bonn, resultó electo como su primer presidente
(MacCurdy, G, 1913: 148-149).

41
Estado y Petróleo en Bolivia

características y físicas y químicas de las rocas. Como le sucedió a Steinmann con el caso de
la formación Icla, el método litológico resultó inapropiado (Bonarelli, 1914: 23). Siguiendo esa
línea de trabajo, el Museo de La Plata facilitó los estudios de sus geólogos Walter Schiller y
Ernesto Longobardi, sin obtener progresos importantes. Sobre los estudios de Brackebusch y
Steinmann, el ingeniero boliviano Guillermo Mariaca expresó que, si bien habían sido guiados
con criterios científicos, fueron muy incompletos, especificando que: “Brackebusch propuso
las primeras nomenclaturas estratigráficas del subandino meridional, actualmente en desuso
[mientras que] Steinmann causó grandes confusiones” (1944: 10).
Desde la iniciativa boliviana, los ingenieros geólogos asociados al Sindicado Petrolero de
Sucre (SPS)47, Atanasio Pryor Treweek, inglés, y Charles Hayman, estadounidense, investigaron
samariamente las concesiones del SPS situadas al sur Chuquisaca y Santa Cruz. Treweek, en
su informe técnico de 1911, dirigido al presidente del SPS, Manuel Cuéllar, sobre la provincia
del Azero, declaró que: “como no hall[ó] fósiles en las rocas sedimentarias sobrepuestas a la
formación petrolífera48, es muy difícil establecer con certeza su edad geológica”, pero que, en
su opinión, estas eran “del periodo terciario” (citado en: Arias, 1916: 6-7). La pregunta era si la
“formación petrolífera” que investigó Treweek para el SPS y la que descubrió Brackebusch eran
partes distintas de una misma formación geológica. Aunque Treweek no citó a Brackebusch
en su informe, y a diferencia de aquel, le atribuyó una edad terciara (primer periodo de la era
Cenozoica), sin duda, creía que sí:

Estudios prolijos comprueban que [Capirenda, Mandiutí, Vitiacua y Machareti, situadas en la


provincia Azero], son de la misma zona petrolera de Tartagal [localidad argentina próxima a Laguna
Brea], región que examiné en 1906, y dónde, según noticias recientes recibidas en la frontera,
una compañía perforando en Tartagal, ha encontrado, con una perforación de 60 metros, un
depósito de petróleo de mucha importancia (citado en: Arias, 1916: 7).

Dos años después, Hayman, valoró a los yacimientos petrolíferos del país como los
“más extensos del mundo”, y como Treweek, los ubicó en el periodo terciario (1916: 10). El
“distinguido” ingeniero León Mousnier, un explorador vinculado a los sindicatos49 petroleros
en gestación, sostenía criterios similares desde 1907. Mousnier no propuso edades geológicas,
pero concluyó que los petróleos surgentes de las vertientes naturales, sobre todo entre Chimoré
y el río Parapetí, estaban muy cerca de sus rocas almacén “puesto que son de los más puros
y cristalinos entre los conocidos” (citado en: Arias, 1916: 20-22)50. Moisés Blacut, oriundo de
Tarija, propietario de minas estañíferas y “uno de los constantes soñadores con el petróleo”

47
Siendo el primero en su tipo, los “sindicatos petroleros” fueron asociaciones con fines de lucro organizadas en los marcos
normativos de la sociedad anónima (Cuéllar, 1973: 67).
48
Compuesta por esquistos arcillosos sobrepuestos a rocas de areniscas micáceas, muy porosas, que se prestan para la filtración de
aceites minerales.
49
Asociaciones con fines de lucro organizadas en los marcos normativos de la sociedad anónima (Cuéllar, 1973: 67).
50
Arias tomó la cita de Apuntes relativos a los aceites minerales de Bolivia, un folleto de 1913 editado en Buenos Aires por la
Compañía de Billetes de Banco Sudamericana. Mousnier recorrió íntegramente la región petrolífera de Tarija entre los años 1905
y 1906. Mousnier también hizo analizar, por esos años, muestras de petróleo boliviano en la Casa de la Moneda de Buenos Aires,
Argentina. Una y otra vez, los análisis químicos, revelaron un 98%, más o menos, de materias inflamables útiles (Arias, 1916: 39-
40).

42
Juan José Anaya Giorgis

(López, 1922: 202), sostenía lo contrario: “el manantial que surge en aquellas fuentes51 es de
petróleo espeso, lo que prueba que los grandes depósitos subterráneos están a poca distancia
y por esto no tienen tiempo para filtrarse en su recorrido, como en otras partes” (1921: 4).
Aclaremos. La coloración, densidad y composición del petróleo varían según las características
específicas de cada formación geológica, siendo clave la heterogénea composición química de
sus rocas madre, almacén y las que atravesó migrando de la una hacia la otra (Cote, 2011: 18).
Al margen de la veracidad de las hipótesis que Treweek y Hayman esgrimían proponiendo
al periodo terciario de la era cenozoica como edad de las formaciones petrolíferas, desde la
óptica económica, la terciaria resultaba conveniente. Siendo el periodo terciario reciente en
la historia geológica, la profundidad de los yacimientos sería somera52, de 60 a 150 metros
según los geólogos de Percival Farquhar53, y por tanto, menos costos realizar pozos (Arias,
1916: 23; Peláez, 1958: 51). En aquel contexto de intenso debate y confusión, ningún capitalista
realizó inversiones importantes, y las precarias perforaciones realizadas buscando minerales
fósiles, tanto en el norte argentino como el sur boliviano, fueron deficientes (Bonarelli, 1914:
42, Riccardi, 2015: 19).
Fechar afloramientos rocosos observados en lugares distintos como pertenecientes a un
mismo periodo, sin que realmente lo sean, podría acarrear confusiones interpretando los
patrones tectónicos del subsuelo. Por otra parte, y al margen de la tectónica, determinar la edad
de las secuencias estratigráficas que constituyen una formación geológica, coadyuva a prever
su posible existencia en el subsuelo antes del sondeo (Berry, 1920: 590-591). Precisamente, los
estudios del geólogo italiano Guido Bonarelli54 que la DIGEMINGHI sustentó, apuntaron a
revelar las edades y tectónica de la “formación petrolífera”. De 1910 a 1920, Bonarelli investigó
las serranías del Aguaragüe y sus prolongaciones en el norte de Salta, como también la parte
meridional de las de Charagua en Bolivia, estableciendo los principios estratigráficos de la
“Formación Petrolífera” todavía vigentes (Mather, 1922: 360; Ahlfeld, 1946:46; Leanza, 2008:
169). Sin embargo, la edad de las rocas seguiría debatiéndose mucho tiempo: “uno llega a
sorprenderse, cuando al consultar la extensa bibliografía existente, ve que la edad atribuida al
Grupo Puca de Bolivia o a la parte paralelizable del Norte Argentino (Grupo Salta), va desde
una edad Carbonífera a una Terciaria (Celso Reyes, REVITEC, Nº 1, Vol 2-3, 1972: 102).
Partiendo de los aportes de Bonarelli, el geólogo Kirtley A. Mather al servicio de la compañía
Richmond Levering (RL), visitó alrededor de 1920 las serranías del Limón, Charagua y el
Aguaragüe. Mather estableció por primera vez, y con gran precisión, la tectónica del subandino
meridional (Ahlfeld, 1946: 82). No casualmente, la SOCNJ se apresuró a tramitar concesiones
petrolíferas sobre la región subandina entre Argentina y Bolivia antes de que Mather, por
decirlo coloquialmente, publique los resultados de su exploración (1922). Al respecto, el
Ing. boliviano Carlos Miranda Pacheco precisó que: “Sus observaciones y recomendaciones

51
Se refiera a la quebrada del río Itaú, cuyas aguas son tributarias del río Bermejo.
52
Según el principio geológico de “superposición” los estratos más jóvenes subyacen cronológicamente sobre los más antiguos.
53
Empresario estadounidense radicado en Londres con negocios ferroviarios en Sudamérica. Discutiremos los intereses de Farqhuar
en Bolivia en el acápite sobre las gestiones empresariales.
54
De nacionalidad italiana, previamente hubo trabajado para la empresa Royal Dutch Shell (Gadano, 2012: 174).

43
Estado y Petróleo en Bolivia

[Mather] en gran forma definieron el área que adquirió la Standard Oil de New Jersey, en las
que se lograron los primeros descubrimientos comerciales de petróleo sobre las cuales se
edificó nuestra industria” (Opinión, 2009/07/19).

4.1.2 Subandino septentrional

Vimos al bosque de los llanos amazónicos centrales frente al pueblo de


Tumpasa; su amplio y uniforme horizonte ininterrumpido, extendiéndose
a través de un semicírculo de casi 40 millas, presentaba, a primera viste,
un sorprendente parecido con el mar abierto (Evans, 1903: 610)55.

Sir Martin Conway (1856-1937), empresario, crítico de arte, cartógrafo, montañista y socio
de la RSGL, organizó la primera exploración sobre geología petrolífera56 en Caupolicán que
“despachó” a cargo del geólogo John Williams Evans en 1901 (Evans: 1903: 601), otro socio de
la RSGL. Caupolicán abarcaba gran parte de la cuenca del río Beni, desde los contrafuertes
andinos y serranías situadas al oeste del río, como curvas paralelas (el Chupite y el Bala, por
ejemplo), hasta los llanos amazónicos.
Cabe advertir que Sir Conway conocía Bolivia. Visitó el país para escalar al Illimani y
el Illampu en 1898, no obstante, tenía otros intereses con Bolivia muy distintos a su pasión
deportiva como accionista de la Bolivian Syndicate, una compañía anglo-americana constituida
por iniciativa de Felix Aramayo para rescatar goma en las selvas del Acre, todavía bolivianas
(Frontaura, 2016: 80-81).
Conway, ¿costeó la misión Evans con recursos propios?, ¿o su labor sólo implicaba
promover y mediar intereses como gestor de algún trust? Peláez, atribuyó a la Royal Dutch
Shell (RDS)57, patrocinar las exploraciones pioneras de petróleo en Caupolicán (1958: 102, 142),
sin revelar ni aportar pauta alguna, sobre las jerarquías, bases morales, o el modus operandi
que caracterizaban la relación entre instituciones científicas y capitalistas; una cuestión cuya
clarificación histórica en los marcos de aquel contexto sigue pendiente.
Sin embargo, la pluralidad de objetivos que comprendía la misión Evans, como era usual en
aquel tipo de trabajos, parece haber respondido a los intereses de actores muy diversos. Evans
y su equipo, debían estudiar la vialidad terrestre y fluvial para la salida de materias primas, las
condiciones meteorológicas y medioambientales de la región, investigar sus recursos naturales
atractivos para ellos, y no menos, observar los hábitos y conductas de las tribus “salvajes”,
sobre todo, aquellos reactivos a la presencia del “hombre blanco” (1903: 601-602, 614).
En efecto, a los patrocinadores, les interesaba tanto las riquezas del territorio, como las
posibilidades que ofrecía para su colonización por “hombres civilizados”. En ese marco,
priorizar el conocimiento geológico, sobre la determinación de la viabilidad económica del

55
Traducción propia.
56
Como se advierte de Ahlfeld (1946: 11, 94). Evans, no explicitó los fines utilitarios de su visita a Caupolicán, ni la identidad jurídica
de los actores que la subvencionaron, en el reporte que público sobre esta misión (1903).
57
En todo caso debió ser la compañía inglesa Shell Transport. La RDS se conformó al término de la primera guerra mundial mediante
la fusión de la Shell Transport y la Royal Dutch de Holanda (Machicado Viscarra, La República, 1922/13/01).

44
Juan José Anaya Giorgis

transporte, deviene absurdo desde los cálculos racionales propios del sujeto capitalista.
Precisamente, la misión Evans tuvo como principal objetivo, trazar el primer mapa de
Caupolicán, como principal objetivo (Peláez, 1958: 182).
De cualquier forma, Evans recorrió los cauces de los ríos Tipuani, Kaka, Mapiri, Tuichi,
Chupiamonas, y otras regiones cuyo interés para la minería fósil sigue vigente, identificando
formaciones paleozoicas sin instrucciones ígneas (o de magmas)58 y con estratos de pizarra
o esquistos, areniscas, calizas y arcillas, es decir, apropiadas para albergar petróleo. Además,
los fósiles que recogió59 coadyuvaron a distinguir los periodos ordovícicos y silúricos del
subandino septentrional (1903: 604, 616, 631-632; López, 1922: 187); y lo propio, aquellos que
recolectó el Barón Erland Nordensköild en 1904, también asociado a la RSGL, por la zona de
Apolo (Suárez Soruco, REVITEC, Vol. V, Nº 2, 1976: 125)60.
¿Cómo impactaron sus misiones atrayendo capitales a Caupolicán? Estas, indudablemente,
abonaron las gestiones de Luis Lavadenz Reyes buscando socios entre capitalistas extranjeros.
Lavadenz, quién estaba bien informado sobre las novedades de la industria fósil por la prensa
científica extranjera, adquirió 130000 hectáreas petroleras en la región, gestionando con base
en esos títulos mineros, la constitución de la compañía Caupolicán & Calacoto (C&C) en 1913,
asociado a capitales anglo-chilenos61 (Peláez, 1958: 56, Cote, 2011: 57, 91). A pesar de la crisis
subsecuente a la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la C&C contrató al Ing. A. Stumpf para
explorar la cuenca del Río Tuichi. Stumpf halló varios manantiales naturales de Petróleo, uno
de “considerable” importancia, atribuyendo su origen y rocas almacén, a las formaciones del
periodo silúrico (López, 1922: 187-188).
A partir de 1918 y durante los años ‘20 del siglo XX, la C&C envío a los geólogos Otto
Welter (alemán) y Elis Jansson (sueco) a investigar el potencial petrolífero de Caupolicán
(Lavadenz, 1989: 59-58); por ejemplo, durante 1922, Jansson visitó la cuenca del Río Enadere,
cuyas nacientes surgen de las Sierras del Bala, a unos 15 km. al noroeste de la emblemática
misión franciscana de Tumpasa62.
¿Sus aportes motivaron al capital anglosajón? Aunque Jansson y Welter aparecen muy poco
en la prensa científica de la época63, sus reportes confidenciales fueron centrales decidiendo a
Jacobo Backus64, inducido por Lavadenz Reyes, a obtener concesiones petroleras de un millón
de hectáreas colindantes a las de la C&C en el norte de La Paz (Lavadenz, 1989: 57).

58
Un fruto de la intensa actividad volcánica durante la formación de la cordillera andina que habría destruido los aceites minerales
acumulados en los anticlinales del subandino septentrional que habrían sido alcanzados por ese fenómeno (Barth, 1930: 167).
59
Ethel Wood y Phillip Lake, fecharon los fósiles paleozoicos que Evans llevó a Londres de Caupolicán, como relativos a los periodos
cámbrico, ordovícico y silúrico (Ahlfeld, 1946: 11, 110; Suárez Soruco, REVITEC, Vol. V, Nº 2, 1976: 120).
60
Oliver M.B. Bulman, de la universidad de Estocolmo, dató los fósiles de Nordensköild.
61
El empresario chileno, Carlos Lanas, fue su principal socio extranjero.
62
“Manuel Vicente Ballivián […] dice que también existe en la provincia de Caupolicán abundante petróleo, del que se sirven en
forma burda las misiones de Tumpasa” (López, 1922: 185). Tumpasa está a 437 metros sobre el nivel del mar.
63
Federico Ahlfeld, suele citar referencias verbales, a modo de confidencia de valor científico, proporcionadas por algunos autores
de informes geológicos “reservados”, entre ellos, Jansson aparece varias veces.
64
Era el administrador de la Boliviana Railway Co, la empresa ferroviaria que operaba en el país. El gobierno boliviano financió su
construcción con el polémico empréstito Speyer obtenido en 1906 de la casa bancaria norteamericana Speyer and Company y el
National City Bank.

45
Estado y Petróleo en Bolivia

A diferencia de las exploraciones ligadas a los capitales ingleses, para los geólogos de la
Standard Oil el Río Ichilo constituyó un arcifinio rara vez franqueado. Durante su estadía en
el país, Mather también fue enviado a la cuenca del Río Madidi (al norte de Caupolicán), sin
embargo, las dificultades geográficas y las lluvias torrenciales impidieron su arribo al objetivo
(Miranda Pacheco, Opinión, 2009/07/19). En el año de 1925, George Leavitt Harrington, otro
geólogo de la Standard, analizó la tectónica y estratigrafía de la región del Alto Beni (Alegría,
2016: 2), pero después la compañía suspendió sus esfuerzos en esos territorios.
Por otro lado, el gobierno boliviano encargó los estudios preliminares de la cuenca del Río
Beni en 192665, y del Alto Beni en 1929, al geólogo suizo Ernest Barth de la DIGEMIP, cuyos
informes aclaran cuánto realmente se conocía sobre su geología en el país. A continuación las
conclusiones más significativas de ese proceso:
a. Sin contar los estudios de las “compañías [petroleras] fuertes”, cuyos resultados no
estaban “publicitados”66, la cuenca del río Beni casi no había sido analizada (Barth,
1927: 160; 1929: 172). Pese a ello, Barth, sostenía que los estratos de las edades
paleozoica reciente, cretácea y terciaria, que producían petróleo en Norte América y
Europa, también podrían hacerlo en las zonas bolivianas con filtraciones petrolíferas;
sin embargo, en su opinión, las edades de las rocas con los indicios petrolíferos
más claros en las regiones del río Beni y del Alto Beni eran devónica y cretácica,
correspondientes a las eras paleozoica y mesozoica, respectivamente (1927: 164; 1929:
175).
b. Aunque los patrones tectónicos del subandino septentrional y meridional presentan
ciertas analogías, establecer una correlación entre las columnas estratigráficas con
horizontes productores del norte y el sur resultaba muy dificultoso, en tanto que no
existía una clasificación elemental para el caso septentrional y, para el meridional, solo
habían sido parcialmente determinadas y, en muchas de sus zonas, dicha clasificación
seguía en la incertidumbre (Barth, 1927: 164; 1929: 174-175).
c. Tampoco, y a diferencia de la zona meridional, existían buenos mapas y planos
topográficos sobre la región del río Beni y el Alto Beni, como insumos fundamentales
para un reconocimiento geológico “prolijo” y los subsecuentes sondeos perforatorios
(Barth, 1927: 171). Finalmente, a modo de diagnóstico sumario, Barth concluyó que:

Es imposible pronosticar las potencialidades de producción de petróleo en el Beni y


Caupolicán, porque hay muchos factores sobre los cuales no hay datos […]. Solo es posible
decir que indudablemente algún día estos distritos serán un gran productor de petróleo; pero
la proximidad de la era de producción, depende mucho de la actividad de los estudios técnicos
y de los medios para hacerlo (1927: 170).

65
Probablemente polemizando con Evans en torno a las presuntas intrusiones de rocas eruptivas, o ígneas, en la cuenca del Río
Beni (Evans, 1903: 631), Barth en su informe de 1926, afirmó no haber visto ese tipo de fenómenos en toda la región (1927: 167).
66
Evans, en su informe sobre Caupolicán, advirtió que los detalles inherentes a la geología petrolera de la región serían abordados
en un artículo especial que redactaría más adelante (1903: 631). Aquel documento prometido, no figura en el compendio
bibliográfico de la geología boliviana de Suárez Soruco (2004).

46
Juan José Anaya Giorgis

4.1.3 Subandino central: sectores sur y norte.


Su sector sur, entre los Ríos Grande e Ichilo (de sur a norte), fue parcialmente investigado
por la Standard Oil Co. of Bolivia (SOCB)67, durante la segunda década del siglo XX. Aunque
sus informes probaron que la zona en cuestión, no se distinguía esencialmente del más
conocido sector meridional, los aportes fueron incompletos (Ahlfeld, 1946: 87-89). De acuerdo
a la relación costos/beneficios de la Standard Oil, su accesibilidad más difícil en relación al
subandino meridional, no justificaba mayores inversiones.
El entonces poco habitado, aún más inaccesible, y en gran parte inexplorado, sector norte,
situado entre los ríos Ichilo y Maniqui, resultó aún menos investigado. Sólo a mediados de
1920, Mather, navegó sus ríos y recurrió a píe sus serranías precordilleranas más orientales:
las Lomas de Machía, o la “tierra de los Yuracarés”, ubicadas entre las nacientes de los ríos
Isiboro y Securé. Mather comenzó su informe de acceso público sobre la expedición, alagando
la “eficiente” labor del regimiento zapadores del ejército boliviano abriendo sendas de acceso68
en el territorio, luego analizó mayormente las “excelentes” cualidades agrícolas del territorio.
No obstante, para el autor, debido a la “escasa inteligencia” de sus habitantes originarios, como
a la reticencia de los bolivianos “blancos” al trabajo manual, cuyos menesteres según ellos, no
correspondían a su clase sino a las de los indios y cholos (informa Mather), la explotación de
la “tierra de los Yuracarés” sólo sería posible en un futuro remoto (1922a, 44, 55-56). Respecto
al potencial petrolero de la región, Mather se limitó a delatarlo indirectamente y al paso: “en
la corriente del Securé, a través de las Lomas de Machía, hay cañones poco profundos de
areniscas marrón rojizas y ocres o parduscos esquistos” (1922a: 54; Ahlfeld, 1946: 91). Elis
Jansson, exploró el curso del Río Chapare para la petrolera Águila Doble (AD) algunos años
después (REVITEC, 2004: 97).

4.2 Llanuras Chaqueña y Beniana, Altiplano y los valles centrales de Cochabamba.


Ya en los tiempos de las misiones pioneras se advirtió el potencial hidrocarburífero de
ciertas regiones del Altiplano, como también de las llanuras Chaqueña y Beniana y de los
valles circundantes a la ciudad de Cochabamba donde fue sobredimensionado. Al parecer, el
del Pantanal fue ignorado o infravalorado69. A continuación, resumimos el desarrollo de su
conocimiento en esos tiempos (el caso de los valles cochabambinos, será discutido más abajo
en el acápite dedicado a la empresa AD):
a. Altiplano. Como vimos, Steinmann identificó su denominada formación Puca en la
zona de Coro Coro en 1906. Alrededor de un quinquenio después, la compañía C&C
encargó a Johannes Felsch70 investigar las faldas orientales de la cordillera andina

67
Filial de la SOCNJ en Bolivia.
68
A cargo del coronel Román y como parte de las políticas liberales de colonización.
69
J.W. Evans, exploró el Alto Río Paraguay de 1891 a 1892, cuya cuenca, comprende al Pantanal (REVITEC, 2004: 65), pero no
hemos logrado establecer vínculos entre esa misión y los intereses petroleros. David White, omitió al Pantanal entre las regiones
sudamericanas con potencial productor (1920: 113, 123).
70
Geólogo y filósofo, trabajaba en el Ministerio de Industria y Obras Públicas de Chile (Honorable Congreso, 1927: 245).

47
Estado y Petróleo en Bolivia

real boliviana. Felsch propuso un “perfil”71 del anticlinal de Calacoto, situado a unos
20 km. al suroeste de Coro Coro y muy próximo a la estación General Pérez del tren
Arica-La Paz, que apareció publicado en 1917 en Santiago de Chile (REVITEC, 2004:
67). Con base en su perfil, la C&C (sus concesiones en el Altiplano iban desde el
Río Desaguadero, hasta el Río Mauri) realizó un poso de 170 metros en Calacoto sin
resultados en 1919; después, las desavenencias políticas entre los directivos de C&C y
el gobierno de Bautista Saavedra (1921-1925), precipitaron el final de las operaciones
de la C&C en Bolivia (Lavadenz, 1989: 57-58).
b. Llanuras Chaqueña y Beniana. Leonardo Olmos, Mayor y explorador del ejército
boliviano, indicó en sus informes de 1916: “los llanos del Chaco y de todo el interior
del oriente boliviano, son petrolíferas, las formaciones aluviales y de acarreo descasan
sobre mantos gruesos y profundos de Formación Cretácea”. Ahí, Olmos halló a un
gigantesco gliptodonte fosilizado “incrustados en un barranco” (citado en, López, 1922:
198-199). Por otro lado, Jorge Muñoz Reyes, aseguraba: “los contrafuertes andinos de
Bolivia marcan el límite occidental de la zona petrolífera que se extiende hacia el
oriente” (DIGEMIP, 1930: 32). Ernest Barth, compartía el optimismo de Jorge Muñoz
Reyes, pero sólo como una cuestión probable (1930: 164, 172), cuya verificación,
implicaría estudios prolijos que serían muy difíciles y costosos: “los llanos están
cubiertos con capas terciarias de origen lacustre y fluvial que impiden enormemente
seguir cualquier formación” (1930: 174-175).
Aunque ninguna compañía fuerte exploró las llanuras chaqueñas y beniana con intensidad
antes de los años ‘40 del siglo XX, su potencial fue discutido por los geólogos de la Standard
Oil: las formaciones petrolíferas observadas en el subandino meridional, debían prolongarse
hacia el este (White, 1920: 113; Barth, 1927b: 134), pero seguramente –pensaban aquellos-, las
napas productoras, estarían a profundidades inalcanzables con los taladros a percusión que
tenían en Bolivia (Lavadenz, 1988: 173).

5. La cuestión desde las gestiones empresariales


No existen monografías históricas detalladas sobre la economía petrolera en el siglo XIX.
Para Roberto Querejazu, “el descubrimiento del Petróleo en Bolivia, fue consecuencia de un
crimen pasional”. Todo habría comenzado en agosto de 1896, con el asesinato a tiros de José
Cuéllar al representante diplomático de Chile, Juan Gonzalo Matta, en la capital del país
(aún Sucre). Matta y María Echazú (esposa de José), sostenían mutuos coqueteos y tal vez
relaciones como amantes. Al caso, sólo interesa el viaje de José Cuéllar, huyendo de la justicia
con rumbo a Asunción del Paraguay, a través del Chaco Boreal (1982: 135).
La peligrosa fuga salió bien, y tan pronto como hubo arribado a la capital paraguaya, el
prófugo, envío una epístola a su hermano, Manuel Cuéllar72, informando sobre intrusiones

71
Reconstrucción en profundidad de la estructura geológica de una zona, mediante la interpretación de sus caracteres superficiales
y los datos disponibles obtenidos en el terreno.
72
Prestigioso médico de Sucre, fundó la Facultad de Medicina y el Instituto Médico de esa ciudad en 1892 (Cuéllar, Prudencia, 1973:
69).

48
Juan José Anaya Giorgis

paraguayas en los lindes australes del territorio chaqueño que Bolivia reclamaba como propio
(más abajo retomaremos este asunto). Aquellas novedades llegaron al presidente de Bolivia,
Severo Fernández Alonso, quién despachó una misión de exploración al suroeste del Chaco,
comandada por Manuel Cuéllar, para verificar los informes de José. Sin embargo, habiendo
llegado casi a d’Orgbigny (zona situada a orillas del Río Bermejo), las acechanzas de los
“salvajes” (se refiere a los guaraníes) en lo profundo del Chaco, forzaron su media vuelta
y retirada. Regresaron por Mandiutí. Ahí, Cuéllar, se sorprendió viendo a los “cambas”73 o
peones de su maltrecho grupo, curar las llagas de sus cabalgaduras, untándoles los aceites
minerales que brotaban en la zona (Cuéllar, Prudencio, 1973: 65-66; Querejazu, 1982: 136).
¿Cuántos automóviles circulaban entonces por Bolivia? Ninguno. En 1904, Arturo
Posnasky apareció en ciudad de La Paz conduciendo el primero que llegó a Bolivia74. Sin
embargo, desde los tiempos de Velarde y Hurss, ya existía cierto comercio de querosén
para los quinqués y anafes de las elites, al menos en Chuquisaca y Santa Cruz, según indicó
Peláez (1958: 60). Por otro lado, quizá los monjes de Tumpasa que acopiaban petróleo en
el Río Enadere, ya utilizaban parte del producto como valor de cambio. Aquello no debe
sorprendernos como a J.B. Minchin le hubo sorprendido: “el curioso hecho de que casi todas
los hogares de la mejor clase, sino todas [de Sucre], posean siquiera un piano, aunque deban
transportarlos 150 leguas sobre mulas especialmente seleccionas, parece evidenciar que su
estado [Bolivia] no es completamente salvaje” (1883: 401)75.
En ese contexto, Manuel Cuéllar comprendió el potencial lucrativo de su inesperado
hallazgo en Mandiutí. Recolectó muestras de esos aceites minerales y una vez de vuelta en
la capital, las envió a Europa y Estados Unidos para el análisis de su composición química,
obteniendo “resultados altamente satisfactorios” (Cuéllar, Prudencio, 1973: 66). Al unísono,
se aproximó a Ernesto Reyes, buscando mancomunar esfuerzos para su explotación. Reyes,
siendo bibliotecario de la SGS76, hubo iniciado en el año de 1896 las exploraciones petrolíferas
con cierta base científica en las “fronteras” de Chuquisaca, sobre todo en la sierra del Incahuasi,
situada en el cantón Cuevo, de la provincia Azero de ese departamento (Obituario, 1914: 384-
385). Enrique Arias, en su prolijo folleto publicitario dirigido al capital extranjero: El Petróleo de
Bolivia (1916), traslució admiración y respeto hacia Reyes, confiriéndole los méritos de “iniciar
una de las industrias más grandes del mundo” en Bolivia (3-4). Querejazu, por su parte, lo
describió como “un hombre de espíritu emprendedor y aventurero” (1982: 137).
Ambos crearon la empresa Cuéllar-Reyes (C&R) para explorar y explotar el petróleo
boliviano, adquiriendo “pertenencias” petrolíferas en las cadenas serranas de Vitiacua y

73
Otro Gentilicio peyorativo. En esa época, se denominaba camba, a los descendientes de los pueblos originarios oriundos de los
llanos amazónicos y chaqueños. Su sentido denotaba ineptitud y oligofrenia en el aludido. Actualmente, el sentido despectivo
del término, ha sido mayormente sustituido, por el de la pertenencia a las tierras bajas de Bolivia.
74
http://www.eldiario.net/diario/ubic.html recuperado el 15 de agosto de 2017.
75
Traducción propia.
76
Fundada inicialmente como Sociedad de Estudios Geográficos en 1878, por: Aniceto Solares, José María Calvo, Alfredo Calvo,
Meliton Díaz, Augusto Mujía y Ernesto Reyes. Hacia 1888, la Sociedad, ya disponía de los recursos humanos (ad honorem) y
técnicos (cartas cartográficas, instrumentos y material de trabajo), necesarios para relievar mapas, coordenadas geográficas y
planos. Ese mismo año, comenzó a realizar ese tipo de labores, cambiando su denominación a Sociedad Geográfica “Sucre”. Su
boletín Nº 1, apareció diez años después. Fue la primera de su género en Bolivia (Gantier, 1955: 231-232, 240, 250).

49
Estado y Petróleo en Bolivia

Mandiutí (Arias, 1916: 3; Cuéllar, Prudencio, 1973: 69). ¿Por qué ahí, y no, por ejemplo, sobre
la cuenca del Río Azero (Incahuasi) que Reyes conocía muy bien, y cuyos primeros mapas
físicos, habían sido relievados por él?
Vitiacua y Mandiutí, están casi sobre los mismos meridianos de Tartagal (Distrito
fronteriza del norte argentino). Tartagal comenzó a ser investigado científicamente desde que
la “expedición al Chaco”, sustentada por el gobierno argentino y a cargo del Ing. Leopoldo
Arnaud, continuando los estudios de Brackebusch, visitó esas serranías, desde Tartagal, hasta
Laguna Brea, entre los años 1884 y 1885 (Riccardi, 2015: 13). De las serranías de Vitiacua y
Mandiutí, a las de Tartagal, median aproximadamente de 2. 5º de latitud, respectivamente, no
obstante, todas pertenecen a la misma unidad, o sistema, geológico, como ya se presumía en
los ámbitos industriales y científicos de la época. Reyes y Cuéllar, debieron conocer aquello
¿No habría sido “irracional” desestimar los potenciales beneficios, directos o colaterales,
subsecuentes al conocimiento y desarrollo que los argentinos impulsaban en el sector de
Tartagal?
Pero al margen de los beneficios que podrían obtener, al modo del Free Rider, focalizando
sus pertenencias en Vitiacua y Mandiutí, había otros atractivos: abundantes infiltraciones
de petróleo. La producción de C&R, mediante la recolección artesanal en manantiales y
afloramientos espontáneos de Vitiacua y Mandiutí, inauguró el comercio al mayoreo de
querosén para el alumbrado público y privado de Sucre. Sin embargo, la Guerra Federal
(1898-1899), y la repentina muerte de Ignacio Prudencio en el campo de trabajo, quien era
responsable de transportar el producto envasado en botas de cuero con recuas de mula,
“enfriaron el entusiasmo”, precipitando la recesión de las operaciones (Cuéllar, Prudencio,
1973: 67).
Si bien, Cuéllar y Reyes no iniciaron la explotación petrolera artesanal, ni su exploración
científica, planearon sus operaciones desde una óptica relativamente congruente al
conocimiento técnico de su época como ningún otro emprendimiento de su tipo en el país hasta
ese momento. Lo propio respecto a los volúmenes producidos, aunque todavía ignoramos su
magnitud. Por último, y más importante, sus labores abonaron el interés por la minería fósil
entre los empresarios liberales que irrumpían sobre la escena, como también, en la agenda de
políticas públicas.
Ya la memoria del Ministerio de Finanzas e Industria del año 1900, reportó 25 peticiones de
concesiones petroleras, 3 en Chuquisaca, y 22 en Santa Cruz. De todas formas, en esa memoria
sólo el estaño figuró como “la gran esperanza” y “el mineral del futuro” para modernizar
Bolivia (citado en, Cote, 2011: 61; Ibañez, 1943: 19). Algunos años después, el presidente
liberal Ismael Montes promulgó, el 7 de diciembre de 1906, una nueva Ley de Patentes sobre
sustancias inorgánicas, recortando el gravamen por “pertenencia”, de Bs. 1, a Bs. 0.50, para el
“carbón de piedra y nafta ó [sic] petróleo” (Art. 1).
¿Coadyuvó esa ley al progreso de la minería fósil en Bolivia? Muy Poco. Sólo algunos
empresarios adquirieron pedimentos petroleros en los siguientes años y casi todas fueron
menores a 50 hectáreas (López, 1922: 257-260). No obstante, la Ley del 25 de noviembre de
1911, sí lo hizo. Dicha Ley de 1911, liberó del pago de patentes a las “pertenencias” sobre

50
Juan José Anaya Giorgis

“turba, petróleo, carbón de piedra, linguita, napta [sic] y azufre” por 5 años y desde el 1 de
enero de 1912 (Art. 1).
Observemos el antes y el después de su aprobación. Ernesto Reyes, Manuel Cuéllar y el
geólogo Treweek, se asociaron en 1910 para reanudar las operaciones de la C&R. Treweek,
siendo el geólogo del grupo, asumió la investigación científica de las áreas que consideraban
más promisorias. De su informe remitido a Manuel Cuéllar en julio de 1911, conciernen al
punto, sus apreciaciones económicas:

Existe un camino carretero que parte de Yacuiba a Lagunillas y Santa Cruz pasando muy cerca
de las filtraciones, dicho camino se encuentra en regular estado y permitiría perfectamente
la conducción de la maquinaria a los centros de trabajo. Los caminos de Sucre a Padilla y
especialmente de este punto a Monteagudo se hallan en pésimas condiciones, circunstancias
que haría difícil y costoso el transporte del petróleo al interior de la República. Mientras no
se construya el ferrocarril de Potosí-Sucre a la frontera, la exportación tendría que hacerse por
la vía argentina únicamente. –El Ferrocarril Central Norte Argentino se halla a 40 leguas de
Yacuiba y sigue en construcción (citado en Arias, 1916: 8).

El informe de Treweek, motivó al grupo a crear el SPS ese mismo año, pero sólo lograron
adquirir diez mil pertenencias petrolíferas (Cuéllar, Prudencio, 1973: 67). Luego fraccionaron
su capital en 200 acciones de Bs. 1000 cada una. Sus principales suscritores fueron: Adolfo
Costa DuRels, Manuel Cuéllar, Ernesto Reyes, Atanasio Treweek, Mamerto Urriolagoitia,
Clodoveo Urioste, Alfredo Herrera, Carlos Calvo, Emilio Benavides e Ignacio Prudencio
(hijo); en suma, diversos personajes vinculados al círculo del Club de la Unión de la ciudad de
Sucre (Querejazu, 1983: 137-138). A pesar de las ventas, las probabilidades de hallar petróleo
abundante disponiendo de capitales y terrenos tan reducidos en la escala de la industria, eran
muy bajas (los bloques hidrocarburíferos que nuestro gobierno concede actualmente abarcan
docenas de millares de kilómetros cuadrados [Fundación Tierra, 2010: 132]). No obstante, la
suspensión de las patentes de 1911, abarató costos desatando una gran fiebre de pedimentos
petrolíferos a través de las elites mayormente oriundas, o vinculadas, al sureste del país,
siendo las principales:
• Luis Lavadenz Reyes, Ángel Sandoval, Aquiles Jordán y Adolfo Gandarillas, fundaron,
en 1912, al Sindicato Petrolero del Oriente Bolivianos (SPOB), adquiriendo 550000
hectáreas en las provincias Cordillera y Valle Grande de Santa Cruz (Arias, 1916: 5)77.
• Algunos meses después de la creación del SPS, DuRels, Cuéllar, Reyes y Treweek,
insatisfechos con la pasividad de sus socios, constituyeron el Incahuasi Petroleum
Syndicate (IPS). Adquirieron 40000 pertenencias en: Tarairí, Macharetí, El Tigre,
Tigüipa, Ñancorainza, Ibitacuaré, Boyuibí y el Río Parapetí (Querejazu, 1983: 139-140).
• José María Escalier, José F. Montellano, Hugo D´Arlach, entre otros, crearon el
Sindicato Tarijeño de Petróleos (STP) con un patrimonio inicial 120000 hectáreas en el
sureste de Tarija (Arias, 1916: 5). Una de las “mejores zonas de la República”, por su
fácil acceso desde Argentina (Blacut, 1921: 1).

77
Seleccionadas sobre la base de las exploraciones de León Mousnier y Charles Hayman.

51
Estado y Petróleo en Bolivia

Jorge Lavadenz Flores, en la bibliografía que publicó sobre la vida de su padre, Luis
Lavadenz Reyes (1872-1954), atribuyó la adecuación de los marcos normativos a los
requerimientos de la minería fósil en su contexto económico, a las gestiones de su progenitor
(1989: 10). Lavadenz (padre) nació en Sucre, pero siendo niño, su familia se trasladó a Santa
Cruz dónde creció integrándose a los círculos sociales de la élite cruceña. Migró a Chile para
estudiar ingeniería civil en la universidad de Santiago; ahí venció tres ciclos anuales antes de
abandonar sus estudios en 1898 para contraer matrimonio en Santa Cruz. Entonces, comenzó
a militar en el PL como miembro y cofundador del Club Social de Santa Cruz (Cote, 2011: 54).
Laborando en las provincias Cuevo y Cordillera de Santa Cruz en el año de 1907 como
agrimensor público para la campaña de saneamiento masivo a los títulos de propiedad
sobre la tierra que los gobiernos liberales impulsaban desde 1902, Lavadenz hubo sido
informado sobre la existencia de afloramientos petrolíferos espontáneos en esas zonas. El
carácter anecdótico de los hechos, evoca la historia de Manual Cuéllar: colonos fronterizos le
conducen a un manantial natural para curar las llagas de sus mulas. La minería fósil le habría
seducido al instante, y aprovechando la circunstancia, relievó el área seleccionando un millón
de hectáreas que proyectaba obtener como concesión petrolera (Lavadenz, 1989: 7).
Emulando a Mousnier, gestionó análisis químicos de los aceites minerales que recolectó
en Cuevo y Cordillera recurriendo a los servicios del Dr. Ernesto Longobardi de la Oficina
Química Nacional de Buenos Aires, Argentina, obteniendo los ya esperados excelentes
resultados78. Lavadenz sabía que un afloramiento natural podría estar a gran distancia del
yacimiento, siendo necesario adquirir vastas concesiones para maximizar la eficacia de la
prospección, y que la legislación boliviana, obstruía ese requerimiento. Al parecer, su elección
como diputado nacional por la provincia Chiquitos de Santa Cruz en 1910, apuntó en buena
parte a cambiar esas normas. Trajinó más de un año en La Paz entre oficinas gubernamentales
y ámbitos políticos, antes de lograr flexibilizar las legislaciones para el rubro (Lavadenz, 1989:
8-10).
Realizando aquellas gestiones como representante del SPOB, Lavadenz trabó tratos con el
danés Ivar Hoppe, quién se presentó como intermediario de cierto “sindicato petrolero” danés
que pretendía invertir en Sudamérica; no obstante, su accionar posterior resultaría coherente al
de un testaferro de la SOCNJ (Lavadenz, 1989: 55). Hoppe, compró para su “sindicato” el 25%
de las acciones del SPOB por 2000 libras esterlinas, descontando una comisión “reservada” del
10% sobre el valor de la transacción, es decir, para su propio bolsillo (Lavadenz, 1989: 12-13).
Apuntando a producir petróleo comercial, el SPOB precisaba financiar: 1. Estudios
geológicos para identificar las formaciones de mayor potencial, alinderarlas y tramitar su
adjudicación en concesión79 2. Relievar y editar mapas y planos ejecutivos 3. Certificar la
calidad de sus aceites minerales en laboratorios europeos 4. Captar inversiones negociando con

78
Lavadenz (hijo) mencionó a Guido Bonarelli como el autor del análisis (1989: 7). Sin duda ese dato suyo es falaz. Bonarelli llegó
a la Argentina en 1911 y no era especialista en química petrolera (Cancheyro & Montenegro, 2011: 338). Longobardi, en cambio,
dedicó su tesis doctoral al estudio geoquímico de los aceites minerales de la “Formación Petrolífera” de Brackebusch, sustentada
en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de La Plata (Arias, 1916: 14, 16; REVITEC, 2004: 111).
79
Cuyo costo, se reducía al precio del papel sellado para iniciar el trámite: Bs. 20 (R.S., 31/07/1921).

52
Juan José Anaya Giorgis

importantes capitalistas en los marcos discursivos de sus ámbitos, con los mapas e informes
bajo el brazo. Sin embargo, al margen de los derechos sobre la explotación del subsuelo, el
SPOB carecía de capital. De esa manera, las 1800 libras (equivalentes a unos 25000 bolivianos
de la época) de Hoppe, fueron decisivos para la empresa (Lavadenz, 1989: 12-15).
Enajenar concesiones a capitalistas extranjeros de acuerdo a los marcos normativos vigentes
durante los gobiernos liberales, no era muy distinto a cualquier transacción comercial entre
nativos. El rol del Estado se reducía prácticamente a cobrar impuestos por la transferencia
propietaria y legitimar el mutuo acuerdo de los contratantes mediante notario de fe pública
(López, 1922: 70, 80; Iturralde; 1922: 184-185). En ese contexto, mayormente los empresarios
bolivianos adquirían concesiones de petróleo apuntando a lucrar con su reventa en favor de
alguna compañía fuerte sin añadir algún valor agregado, como por ejemplo, reconocimientos
geológicos preliminares80. Incluso la DIGEMIP denunció en la justificación de su proyecto
para una nueva Ley Orgánica del Petróleo (LOP) de 1929 que las prescripciones contra la
especulación de la LOP de 1921 (Art. 41)81, eran anodinas: “para reunir el número de hectáreas
convenientes […] las compañías tienen que comprar las concesiones de varias personas y
éstas, conociendo la necesidad de esas tierras, elevan el precio hasta un límite que a veces
impide su adquisición” (1930: 99). Sólo algunos empresarios bolivianos y pioneros de la
minería fósil, asumieron tenazmente las tareas y gestiones a su alcance, sobresaliendo: Luis
Lavadenz, Adolfo Costa DuRels, Ernesto Reyes, Manuel Cuéllar y Emilio Benavides.
Según Arias, los empresarios de los sindicatos chuquisaqueños82, localizaron sus
pertenencias en las mejores zonas petroleras de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija, “aprovechando
los conocimientos técnicos de los ingenieros geólogos Atanasio Treweek y Charles Hayman”
(1916: 6). A manera de digresión anecdótica, citamos la crónica de Querejazu concerniente a
la muerte de Treweek mientras exploraba para el ISP: “Era el socio más activo [del ISP]. Salía
a investigar al rayar el alba y volvía de noche. Las más de las veces no llevaba más refrigerio
que una botella de whisky. Una noche no regresó […] lo encontraron muerto en un arenal”
(1983: 141). Hayman, siendo agrimensor público, fue comisionado para continuar su trabajo.
También realizó estudios geológicos al servicio del SPOB, entre otros peticionarios (Arias,
1916: 9, 40; R.S., 31/07/1922)83. Lavadenz, por su parte, seleccionó las suyas como resultado
combinado de los estudios de los ingenieros Mousnier y Hayman, y su relativa proximidad al
maltrecho camino Yacuiba-Lagunillas-Santa Cruz (Arias, 1916: 40, 49).

80
(Almaraz, 1969: 87, Peláez, 1958: 42-47, 96-98; Hoz De Vila, 1988: 47; Royuela, 1996: 36-38; Fernández, 1976: 48).
81
Comprendía el previo aval del gobierno como requisito legal para traspasar, enajenar o hipotecar concesiones petroleras, bajo
pena de caducidad en caso contrario.
82
Se refiere al SPS y el IPS. Ambos se unieron formando uno sólo en 1914 (Querejazu, 1983: 141).
83
Aun estando proscrito a los ingenieros y peritos de agrimensura empleados por el Estado, adquirir pedimentos mineros, ya sea
por sí mismos, o por medio de interpósitas personas, de acuerdo a los Art. 43 y 45 de la Compilación de Leyes de Minería; Hayman
obtuvo 350000 pertenencias petroleras en los siguientes cantones de la provincia Azero: Sauces, Huacareta, Huacaya, Ingre y
Sapirangui, utilizando el nombre falso de Monteagudo.
Esas prácticas eran usuales entre los particulares y funcionarios públicos de la época. Hayman murió en 1915 en la ciudad de
Sucre, dejando sus concesiones como herencia para su padre, Em. Hayman. Sin embargo, la herencia fue revertida para el fisco
en orden a los Art. 43 y 45 de la normativa mencionada, y porque en su solicitud, faltaba el valorado de Bs. 20 (R.S., 31/07/1922).
El costo fiscal para obtener una concesión petrolera se reducía al valorado de Bs. 20.

53
Estado y Petróleo en Bolivia

Si bien, las concesiones del SPS acabarían siendo más estimadas por el capital extranjero
como veremos luego (Querejazu, 1983: 183-184), sin duda Lavadenz sobresalió entre todos
los pioneros bolivianos. A inicios del año 1911, publicitando en Londres con ayuda del cónsul
general de Bolivia, Pedro Suárez, la “calidad del petróleo boliviano, superior a todos los
conocidos”, interesó a la Bolivia Development and Colonization Co., y al célebre capitalista
Percival Farquhar, convenciendo finalmente a Farquhar para financiar los primeros sondeos
petroleros de Bolivia hechos en Mandiutí y Charagua respectivamente (Arias, 1916: 5, 48-49).
Mandiutí ¿por qué? Las pertenencias de Lavadenz estaban en Cordillera y Valle Grande.
Mandiutí pertenecía al ISP y al SPS. Antes de tomar su decisión final, Farquhar, envío a sus
propios geólogos, Madwick y Romanes (Mariaca, 1944: 11), que ingresaron al país disfrazados
de botánicos y entomólogos para verificar sí Lavadenz decía la verdad. Quedó satisfecho con
los informes favorables que obtuvo de esos geólogos (Lavadenz, 1989: 21-23). Pero, Madwick
y Romanes ¿por dónde anduvieron?, ¿sostuvieron tratos clandestinos con los empresarios
bolivianos?, ¿sólo Lavadenz sabía que hacían en Bolivia?
Hasta el momento ningún analista o historiador escribió al respecto. Sólo Querejazu aportó
alguna pista: mientras Farquhar meditaba la oferta de Lavadenz, “los sindicatos de Sucre y
Santa Cruz, establecieron contacto” (1983: 141). Posiblemente, los sindicatos de Sucre y Santa
Cruz unieron sus “pedimentos” como estrategia para seducir a Farquhar y coadyuvaron a la
labor de Madwick y Romanes. De una u otra forma, funcionó. Farquhar aportaría el capital y los
bolivianos la tierra ¿Cómo acordaron dividirse las posibles ganancias? Sigue siendo un misterio.
Los ingenieros ingleses, Thompson y Hunter84, introdujeron la maquinaria desde Buenos Aires
a Embarcación (pueblo fronterizo de Argentina) por ferrocarril, cuyo flete, ascendió a siete mil
libras esterlinas. De ahí, hasta Mandiutí y Charagua, hubo que abrir o arreglar caminos para
transportarlos (Arias, 1916: 11, 23). El pozo de Mandiutí, llegó a 134 metros y tocó “arenas
sucias” (petróleo no surgente, sin valor comercial), el de Charagua, sólo de 52 metros, dio seco
(Querejazu: 1983: 142). Observemos más de cerca el primer caso:

Desde Embarcación, pueblecito situado en territorio argentino, punta de rieles del ferrocarril,
cien carretas tiradas por mulos transportaron el material empleando algo más de cuatro meses
hasta el yacimiento perteneciente a la concesión del Sindicato de Sucre [...] Después de varios
meses de instalación y funcionamiento de la máquina, el trépano penetró 150 metros. Suponían
los técnicos que la profundidad era suficiente para hallar un mar de petróleo debajo [...] El
antepozo era un agujero amplio y el pozo de 5 pulgadas de diámetro. A esa hondura los golpes
del aparejo sonaban como un bombo sordo al tocar tierra, levantábase la barra con tenso esfuerzo
mecánico: “arriba, arriba, más arriba” [...] “ya, soltar”…caía el peso inerte (Peláez, 1958: 51).

Desafortunadamente para Lavadenz y compañía, mientras la perforación de Mandiutí


traspasaba las “arenas sucias” que hubo tocado a los 61 metros de profundidad, o según
ellos, “la capa petrolífera” (Arias, 1916: 23), recibió una misiva urgente del jefe: “suspender
de inmediato aventura petrolera, enviar técnicos y máquinas de regreso a Europa, liquidar

84
También realizaron los estudios preliminares para definir los puntos de perforación.

54
Juan José Anaya Giorgis

material sobrante, mis negocios se derrumbaron, estoy en quiebra” (Peláez, 1958: 52; Lavadenz,
1989: 25).
Manuel Cuéllar, siguiendo el ejemplo de Lavadenz, viajó a Europa para buscar inversiones.
Negoció con Simón I. Patiño, a quién le atrajo el asunto por un tiempo breve, desanimándose
después ante las dificultades (Querejazu, 1983: 142). Aunque las hipótesis sobre las cualidades
ubérrimas del subsuelo boliviano en yacimientos petrolíferos, ya circulaban bastante,
dentro y fuera de Bolivia85, los grandes capitalistas bolivianos, reaccionaron con el mismo
escepticismo de Patiño. De acuerdo al cálculo económico de los “barones del estaño”, invertir
intentando hallar petróleo en Bolivia, cuya potencial comercial era incierto, no justificaba los
enormes gastos, más el alto riesgo a perderlo todo inherente a ese tipo minería. Entre la elite
terrateniente, la indolencia frente a esta cuestión, fue todavía mayor (Lavadenz, 1989: 11).
A inicios de 1912, Lavandez volvió a Inglaterra y los países bajos. En La Haya, sostuvo
negociaciones con Henri Deterding, uno de los primeros ejecutivos de la RDS, logrando suscribir
un contrato para desarrollar la minería fósil en Bolivia mediante una subsidiaria de la RDS: la
Bataafsche Petroleum Maatschppy86. En el año de 1913, los productores de nitrato del norte de
Chile y a otros capitalistas anglo-chilenos, a instancias de Lavadenz, adquirieron acciones del
SPOB por 10 millones de pesos chilenos “deseando una fuente segura, independiente y barata
de fuel” (Electricity, Power and Gas, 1916: 67). De aquella alianza surgió la C&C (Peláez,
1958: 56). Sin embargo, el estallido de la Primera Guerra Mundial determinó a la Bataafsche
Petroleum Maatschppy a cancelar el contrato con Lavadenz (Arias, 1916: 40-41).

5.1 Gestiones empresariales en el contexto geopolítico de la post guerra


Al final de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la demanda mundial de petróleo casi
duplicó a la existente antes del conflicto (López, 1922: 318)87. No obstante, el indiscutido carácter
estratégico que éste energético adquirió durante la guerra para la maquinaria industrial y
bélica de las potencias, entre otras y diversas aplicaciones (sustituyendo al caucho fabricando
neumáticos, por ejemplo), irrumpió aparejado de incertidumbres: el crecimiento progresivo
del consumo, era mayor al de las reservas que se requerirían para satisfacer su ascendente
demanda.
Garantizar el abastecimiento, acarreó reordenamientos geopolíticos entre las potencias:
1. Buscar, y/o fomentar la exploración de nuevos yacimientos petrolíferos alrededor del
mundo como política pública prioritaria 2. Bloquear el acceso sobre las regiones relevantes
para la minería fósil ubicadas tanto en sus colonias como en el territorio propio, a cualquier

85
Junto a los informes geológicos de Treweek y Hayman, reproducidos in extenso por Enrique Arias (1916), otro ingrediente
constitutivo de aquella creencia, fue el compendio: Los petróleos de Bolivia, editado por Luis Lavadenz, y publicado en 1913, por
la Compañía Sudamérica de Billetes de Banco, de Buenos Aires, Argentina. El compendió, incluyó los Apuntes relativos a los aceites
minerales en Bolivia. Contribución a los estudios geológicos de la República de Bolivia, de Leon Mousnier. En 1920, se reeditó en
Santiago de Chile.
86
Indudablemente la decisión del Almirantazgo de las fuerzas armadas inglesas inherente a la sustitución del carbón mineral por
petróleo, como energía motriz para la naval de 1912, y completamente efectivizada en 1915, abonó los intereses del capital
anglo-holandés a invertir en la minería fósil boliviana (López, 1922: 320; Cote, 2005: 61).
87
De 328000000 barriles para el año de 1913, a 688000000 barriles en el año de 1920.

55
Estado y Petróleo en Bolivia

compañía no constituida mayoritariamente por capitales nacionales88 3. Inducir a los países


semicoloniales, o periféricos, combinando fuerza y persuasión, a ordenar marcos normativos
y políticas de “puertas abiertas” exclusivamente para sus compañías petroleras (López, 1922:
325-326).
Inicialmente, Inglaterra y Francia encabezaron la geopolítica petrolera de la post guerra,
sin embargo, Estados Unidos que hasta esos tiempos hubo sido un productor de petróleo
autosuficiente y su mayor exportador en el mundo, se sumó a la lucha compitiendo
pertinazmente con sus antiguos aliados a partir de 1920 ¿Por qué? Sus campos importantes
se hallaban en declinación, siendo muy débiles las probabilidades relativas a nuevos
descubrimientos significativos y comerciales en su territorio89. Al unísono, Inglaterra y Francia
ya se habían dividido las regiones petrolíferas de la Mesopotamia y el Mar Mediterráneo,
excluyendo a EE.UU. del reparto y vetando el acceso de sus compañías en los territorios
que dominaban (Ver Figura III). Holanda y Japón actuaban similarmente. Y por último, el
proteccionismo petrolero adquiría fuerza en América Latina, cuyos marcos normativos,
viraban hacia una mayor participación fiscal sobre la minería fósil, sobre todo en Argentina
(White, 1920: 126, 130-130).
EE.UU. debía dominar fuentes petrolíferas extraterritoriales, o su economía colapsaría en
el mediano plazo. Importar el petróleo que las compañías inglesas y holandesas ofertaban
con sobreprecios, o “tarifas diferenciales”, a los compradores extranjeros, no resolvía el
problema. El prominente geólogo del Servicio Geológico de EE.UU., David White, advirtió:
“sólo garantizando el control de nuestros compatriotas sobre el suministro de petróleo
[importado] que necesita este país, podremos salvar nuestro modo de vida en el futuro” (1920:
129). Agregando luego: “asegurar un suministro petrolífero exitoso para EE.UU., es asunto
de las empresas petroleras y del gobierno de EE.UU., trabajando, tanto por separado, como
a través de una mutua y efectiva cooperación” (120: 134)90. Precisamente, según estimaciones
del Servicio Geológico de EE.UU., Bolivia, constituía la quinta región petrolífera más grande
del mundo (White, 1920: 123) ¿Planes con Bolivia?
Bien, mientras las guerras petroleras entre las compañías estadounidenses, inglesas y
holandesas, del ramo, fueron intensas, el subandino boliviano meridional (cuyo acceso, aun
siendo muy difícil, y sólo posible durante la estación seca, lo era menos en relación a sus
sectores centrales y boreales), despertó mucho interés como fuente de suministros en EE.UU.
Por supuesto, aquellas guerras, eran guerras irregulares, con el apoyo más o menos encubierto
de sus gobiernos, libradas en colonias y semicolonias del medio y cercano oriente, mediante
alianzas con las facciones rivales de sus pueblos nativos, suministrando armas, y sembrando
la mutua rivalidad, para obtener el control monopólico de sus yacimientos como retribución
por el “apoyo” prestado a los vencedores (Lavadenz, 1989: 154-155).

88
Inglaterra fue pionera y el caso más emblemático en ese sentido. Antes de la guerra, mediante sus denominadas “leyes drásticas”
de 1912, proscribió la adjudicación de concesiones sobre aceites minerales a súbditos extranjeros en sus colonias. Concluido el
conflicto, su Ley de Nacionalización del Petróleo de 1919, proscribió la participación de personas extranjeras en la industria, ni
siquiera como accionistas o cuadros técnicos, en todos sus territorios, protectorados, colonias y dominios (López, 1922: 326-327).
89
Aunque la existencia de abundantes reservas del denominado Shales Oil (petróleo de pizarras o esquistos), ya era conocida en
EE.UU., su explotación comercial no era posible con la tecnología del momento (White, 1920: 115-117).
90
Para 1915, circulaban más de dos millones de automóviles en EE.UU., consumiendo cada uno, aproximadamente 500 galones de
gasolina por año (Arias, 1916: 37). Las traducciones son propias.

56
Figura III: Yacimientos de Petróleo Probados y Probables del Mundo,
y de acceso libre o restringido según el Servicio Geológico de EE.UU. en 1920

Fuente: (White, 1920: 114-115). Las traducciones son propias.

57
Juan José Anaya Giorgis
Estado y Petróleo en Bolivia

Siendo las compañías de unas y otras potencias, incapaces de imponer su dominio,


liquidando a sus rivales del mercado, tanto por las armas, como recurriendo al dumping y otras
tácticas de competencia económica, la lucha, comenzó a traer pérdidas a todos. Simultáneamente,
la rápida expansión de la producción venezolana y el hallazgo de nuevos campos en el
medio oriente, también abonaba la caída de los precios. Ante la precarización creciente del
negocio, Henri Deterding, invitó a los altos directivos de las compañías rivales a una suerte de
conciliábulo en su castillo de Achnakarry, ubicado al norte de Escocia, buscando arreglar los
problemas “como caballeros”. Asistieron delegados de las posteriormente denominadas “siete
hermanas”: Exxon, Gulf, Texaco, Movil, Socal, British Petroleum y la Royal Dutch Shell.
En la reunión de Achnakarry, que ocurrió entre agosto y septiembre de 1928, las “siete
hermanas”, constituyeron el primer cártel mundial del petróleo, pactando: 1. Indexar los
precios mundiales al precio del Golfo de Texas, cuya producción era más costosa, constriñendo
la oferta mundial mediante la asignación de cuotas de producción a cada empresa 2. El reparto
de los mercados y yacimientos petrolíferos del mundo, en parcelas de influencia exclusiva
para cada empresa 3. Evitar duplicar esfuerzos, compartiendo ductos, refinerías, cisternas y
otras instalaciones (Almaraz, 1958: 50-51; Kaplan; 1983: 238-239).
Los acuerdos de Achnakarry, ¿deprimieron los intereses estadounidenses con Bolivia?
Observando la información de la SOCB, puede inferirse que sí. De las 72 exploraciones
geológicas que realizó en el país de 1921 a 1935, sólo hizo 7 de 1929 a 193591.

5.1.1 Buscando socios extranjeros: ¿ingleses o estadounidenses?

La industria petrolífera está llamada a ser una de las más importantes del mundo.
Diariamente se dá nuevas aplicaciones al petróleo y sus derivados, habiéndose
despertado, con este motivo, grande interés en todos los círculos comerciales,
especialmente ingleses y norteamericanos, cuyos capitales se disputan la adquisición
de todas las zonas petrolíferas de Sud América (Blacut, 1921: 1).

Apenas concluida la gran guerra europea, Luis Lavadenz Reyes que “por su experiencia
sabía que para interesar nuevamente al consorcio europeo [RDS], debía tener derechos
sobre una amplia zona y que además se necesitarían estudios preliminares de geólogos de
reconocido prestigio” (Lavadenz, 1989: 57), volvió a Europa intentando reanudar los negocios
con la RDS, pero sin éxitos sustantivos. Tanto la crisis post bélica, como el superior atractivo
económico de la Mesopotamia para la RDS, habían enfriado las inquietudes de los capitales
anglo-holandeses con Bolivia (1989: 52-53).
¿Cómo sería la recepción de su oferta en EE.UU.? Volviendo del viejo mundo, Lavadenz
Reyes, aprovechó su estadía temporal en Santiago de Chile rumbo a Bolivia para negociar
con los prósperos empresarios estadunidenses, William y Spruille Braden (padre e hijo,
respectivamente), que estaban ahí gerenciando sus minas cupríferas, las más grandes de Chile
(Cote, 2011: 73). Les ofreció asumir la representación del SPOB como agentes de venta para
sus concesiones petroleras en EE.UU., por una comisión del 50% sobre el monto de cualquier

91
Datos tomados de (REVITEC, 2004). Se asumió el año de la publicación de los informes internos de la empresa (entonces
reservados), como fecha de su realización.

58
Juan José Anaya Giorgis

transacción subsecuente a sus gestiones; los Braden, aceptaron (Lavadenz, 1989: 53). El SPS,
siguiendo al SPOB, también delegó a los Braden la representación de sus intereses en EE.UU.
Los Branden, interesaron a la RL como potencial comprador. Entonces, ambos sindicatos
(SPS y SPOB) crearon la Comunidad Petróleos de Bolivia (CPB), reuniendo tres millones y
medio de pedimentos en los departamentos de Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz, a manera de
sociedad transitoria para tonificar su influencia sobre los precios en las negociaciones con la
RL (Querejazu, 1983: 143-144; López, 1922: 279).
Muchos autores, sino la gran mayoría, han afirmado que RL y los Braden eran en realidad
interpósitas personas al servicio de la SOCNJ. A continuación citamos algunos: (Ibañez, 1943:
185; Bolivia, 1940: 3, 9; Almaraz, 1969: 101; Peláez, 1958: 103). A fines de 1919, la RL y la
familia Branden compraron las concesiones reunidas por la CPB92 por tres millones de dólares
americanos (43% y 57% respectivamente). Los Braden, por su rol facilitando los contactos
“adecuados” y sólo accesibles desde posiciones sociales privilegiadas como las suyas para la
transacción, ganaron un millón y medio de dólares americanos (Lavadenz, 1989: 52-53).
En efecto, casi un año después la RL vendió sus derechos mineros en Bolivia a la SOCNJ
por tan sólo $ 270000, mientras los Braden lo hicieron en $1500000 dos años después de
adquirirlos. No obstante, para otros autores como Stephen Cote, aquellas acusaciones o
presunciones serían meras especulaciones sin ningún sustento en evidencias históricas
conclusivas. Según Cote, los Braden tenían genuinos afanes por desarrollar la industria en
el país, pero hubieron realizado esa venta para superar una ruinosa coyuntura financiera
que atravesaba la familia en esos momentos. La RL, por su parte, lo habría hecho a causa de
su insuficiencia financiera para asumir las inversiones comprometidas en su contrato con el
gobierno boliviano. De cualquier modo, Cote no explica el extraño proceder de la RL: luego
de efectuar ciertas inversiones exploratorias93, ¡vendió por $ 270000, lo que un año antes, hubo
adquirido por más de un millón de dólares! (2011: 73-74; 77-78).
Pero, ¿por qué hubiese sido necesario, en todo caso, ingresar al país recurriendo a
testaferros? En aquel contexto álgido de las “guerras petroleras”, convenía sentar dominio sin
llamar la atención del rival sobre las áreas “libres” con potencial petrolífero. Mientras cualquier
maniobra de la SOCNJ con esos afanes no hubiese sido inadvertida por sus competidores
ingleses, una compañía pequeña como la RL94, tal vez podría hacerlo. De hecho, durante el
ingreso de la RL a Bolivia, el interés por Caupolicán de los capitales anglo-holandeses resurgió.
Sí mediante la Resolución Suprema (R.S.) del 28 de febrero de 1920, el gobierno boliviano,
oficializó el contrato con la Richmond95 para explotar su concesión boliviana; mediante la R.S.

92
Según Querejazu, la CPB sucumbió durante las duras negociaciones con los capitalistas estadounidenses. Costa DuRels
y Lavadenz Reyes, siendo representantes del SPS y el SPOB en la transitoria CPB, acabaron cerrando tratos cada uno por su
cuenta. El acuerdo tuvo lugar en el consulado boliviano de Santiago de Chile (1982: 143). Integraron al directorio de la CPB: Luis
Barros Borgoña, Javier Gandarillas, Adolfo Costa DuRels, Carlos Lanas (chileno, socio y amigo de Lavadenz), Carlos de Castro, Luis
Lavadenz, Bonifacio Bergara y Carlos Aldunate (López, 1922: 279).
93
Es el caso de la exploración, cuya realización recientemente hemos constatado, del geólogo estadounidense Harvey Bassler
acompañado de Ivar Hoppe verificando las posibilidades productoras del sudeste boliviano durante 1920 (REVITEC, 2004: 185).
Ver también: (Anaya, 2016: 51).
94
Jayne Spencer transmite, aunque sin aportar detalles, que la RL ya hubo estado previamente implicada en un escándalo inherente
a transferencias ilegales de concesiones petroleras en México en el año de 1915 (1996: 30).
95
Fred Bielasky era el representante de esa empresa en Bolivia (R.S., 08/03/1920, cláusula primera).

59
Estado y Petróleo en Bolivia

del 8 de marzo del mismo año, aprobó otro contrato de explotación petrolífera por un millón
de hectáreas sobre Caupolicán, y sus llanos aledaños, en favor de Jacobo Backus. Ambos
contratos, salieron en los marcos de la Ley del 24 de febrero de 1920, cuyos detallas y contexto
político, serán discutidos en el capítulo II. De momento, analizamos comparativamente las
principales variables de ambas resoluciones en la Tabla Nº I.
Tras la operación de Backus estaba Lavadenz como incitador, quien hubo emprendido
su cuarto viaje a Europa con ese propósito luego de cerrar tratos con la RL. Según Lavadenz
(hijo), esas gestiones de su padre, además de responder a sus legítimos intereses económicos,
pretendían contrapesar la influencia de la RL en el país, atrayendo competidores europeos a
las regiones del noroeste boliviano (1989: 57). Backus96 y Lavadenz firmaron un contrato de
con la Anglo Persian Oil Co. (APOC), cuyo mayor accionista era el almirantazgo británico;
mientras ellos aportaron las concesiones, la APOC asumió compromisos de inversión por 3
millones de libras esterlinas (1989: 59)97.

Tabla I: Comparación de las principales variables de las RS


de la compañía RL y Jacobo Backus
Concesionario
Richmond Levering and of New York
Información Jacobo Backus
Variable (Fred Bielasky, representante legal en
adicional
Bolivia) (RS 08/03/1920)
(RS 28/02/1920)

Inversión Comprometida $ 10 millones (cláusula cuarta) £ 3 millones (cláusula cuarta)

Solución de continuidad No (cláusula tercera) No (cláusula segunda)


Deberá iniciar la
producción a los 30
Duración de la Concesión 50 años (cláusula décimo tercera) 50 años (cláusula décimo tercera)
meses a partir de la
firma del contrato
Todas las áreas reservadas para
el Estado, de acuerdo a la Ley del Todas las áreas reservadas para
12 de diciembre de1916, en los el Estado, de acuerdo a la Ley del
Área de Exploración departamentos de La Paz (menos las 12 de diciembre de1916, en los
provincias Ingavi y Pacajes), Beni y departamentos de Sucre, Santa Cruz
el Territorio Nacional del Noroeste y Tarija (cláusula primera).
(cláusula primera).
Área de la Concesión
Un millón de Hectáreas Un millón de Hectáreas
definitiva

Periodo de producción 30 meses (inciso C, cláusula cuarta) 30 meses (inciso C, cláusula cuarta)

Construcción de al menos Sí (punto 5 del inciso b de la cláusula Sí (punto 5 del inciso b de la


una refinería en el país Cuarta) cláusula Cuarta)
Monopolio para
usufructo exclusivo
50 kilómetros, a cada lado del eje de 25 kilómetros, a cada lado del eje de
sobre el terreno
Privilegio de Zona sus oleoductos (inciso H, cláusula sus oleoductos (inciso H, cláusula
en toda cuestión
quinta) quinta)
inherente a la
industria.
Participación Fiscal sobre la
15% (cláusula séptima) 15% (cláusula séptima)
producción bruta

96
Para una visión más detallada inherente a los conotos mineros de Jacobo Backus en Bolivia, ver: (Cote, 2011: 91-94).
97
Al tipo de cambio de la época, 1 libra esterlina, equivalía a 5 dólares de EE.UU.

60
Juan José Anaya Giorgis

5.2 Primeras políticas públicas petroleras de Bolivia


Paradójicamente, las demandas por una intervención estatal directa apoyando al aparato
productivo, surgieron de los empresarios y pioneros bolivianos con intereses petroleros
durante los albores del siglo XX. Al respecto Cote indica:

Civiles y funcionarios públicos rogaron durante años al Estado, tomar medidas para el sector,
creando una oficina central de información, realizando estudios geológicos, carreteras y líneas
férreas en las regiones petroleras. En su lugar, al igual que la mayoría de los capitalistas locales,
el Estado se centró en los sectores rentables de la minería [metálica] y el caucho (2011: 65)98.

Ampliemos. Plácido Sánchez, ministro de Justicia e Industria, escribió en su informó para


la legislatura ordinaria de 1915: “lo poco que sabemos sobre el preciado aceite, se debe a
los desembolsos y esfuerzos de algunos empresarios, entre los que se cuenta a los señores
Luis Lavadenz y Emilio Benavides”. Agregando luego: “Nada justificaría nuestra indolente
actitud, al permitir que sólo el esfuerzo privado afronte las contingencias para establecer
la nueva industria, sin que la acción del Estado se deje sentir en forma alguna, salvo la
liberación de patentes de 1911” (citado en Arias, 1916: 51-52). En efecto, de 1898 a 1932, las
políticas públicas relativas a la minería fósil, se limitaron a ordenar marcos normativos, por lo
general, eximiendo patentes, ampliando la extensión de las concesiones mineras del rubro, e
introduciendo reglas de juego atractivas para la inversión extranjera.
¿Podría haber sido distinto? La extrema frugalidad de las rentas fiscales, casi siempre ha
caracterizado a la economía fiscal boliviana. No tenemos un compendio estadístico completo
relativo a las finanzas públicas y otros datos de interés macroeconómico inherente a las últimas
décadas del siglo XIX y las primeras del XX; aun así, podemos formarnos una idea fiable de
la situación utilizando fuentes de información secundarias. Donaciano Ibañez, en su Historia
Mineral de Bolivia, escribió que ya el presidente Gregorio Pacheco (1884-1888), “con una visión
de ahorro en los gastos que demandaban las reuniones anuales del Congreso”, procuró sin
éxito implementar el ejercicio parlamentario bienal (1943: 225).
Hasta los tratados fronterizos de Petrópolis, con Brasil en 1903, y de Paz y Amistad, con
Chile, en 1904, el gobierno boliviano, nunca hubo tenido excedentes importantes. Por la
cesión perpetua del Acre y el Litoral, a Brasil y Chile, mediante dichos tratados, Bolivia recibió
alrededor de 3 millones de libras esterlinas. Sin embargo, las subsecuentes inversiones de
fomento, ignoraron a la minería fósil, incluso en esa coyuntura extraordinaria99. Observemos:
a. Los ferrocarriles a construirse a través del contrato Speyer de 1906, con las
indemnizaciones por el Acre y el Litoral, no incluyeron líneas férreas de Potosí a Sucre,
y menos, de Sucre a Santa Cruz (Honorable Senado Nacional, 1906: 8)100. No obstante,
ante las presiones del empresariado petrolero nativo demandando la construcción

98
Traducción pripia.
99
“Con excepción de 1912, el déficit fiscal, creció de 1913 a 1915. En 1913, fue de Bs. 2 millones, o el 9% del ingreso nacional; en
1914, de Bs. 3.4 millones, o el 15%; y en 1915, de Bs. 2.5 millones, o el 14%” (Spencer, 1996: 39).
100
Planificó financiar los siguientes trenes: Oruro-Viacha (£ 492000), Oruro-Cochabamba (£ 889000), Ramal al Desaguadero (£
307000), Potosí-Tupiza (£ 840000), Uyuni-Potosí (£ 561000) y La Paz-Puerto Pando (£ 1200000). Para financiarla, el gobierno
disponía de £ 3.7 millones (adquiridas por la cesión perpetua del Acre y el Litoral). El saldo, sería obtenido contrayendo un
empréstito de las casa bancaría Speyer and Company, y del National City Bank, ambos de EE.UU.

61
Estado y Petróleo en Bolivia

del ferrocarril Potosí-Sucre, con prolongaciones a Santa Cruz, Tarija y la frontera


argentina, como medio de transporte para su esperada producción petrolera y con
base en un “con criterio eminentemente nacional y elevado, desnudo de prejuicios
regionales” (Arias, 1916: 31); los gobiernos liberales tomaron algunos medidas. La
Ley del 17 de noviembre de 1915, reservó el impuesto de Bs. 1 al quintal métrico de
mercancías importadas por Sucre y Potosí, a un fondo acumulativo con ese propósito,
cuyo crecimiento, habría requerido ahorrar varias décadas para lograr su objetivo.
Siguieron numerosas ordenaciones símiles con el mismo objetivo, siendo la Ley del 12
de diciembre de 1916, un caso emblemático sobre la ineficacia de este tipo de medidas.
Dicha Ley, restauró las patentes petroleras (2 centavos por hectárea de 1917 a 1919, y 10,
para los posteriores), destinando esos ingresos al tendido del ferrocarril Santa Cruz-
Sucre (Art. 1 y 5). También declaró la “reserva fiscal”, es decir, la propiedad exclusiva
del fisco sobre las tierras con potencial petrolero y baldías hasta ese momento (Art.
2). Sucedió lo contrario a lo esperado: casi todos los concesionarios entraron en mora
y especularon tramitando prórrogas para evitar la reversión de sus concesiones, no
siempre con éxito, pero, en general no pagaron (Iturralde, 1922: 117). Finalmente y
transcurrido algún tiempo, los escasos fondos reunidos (por concepto del Art. 5 de la
mencionada ley) se destinaron a otros gastos fiscales.
b. Patrocinio al conocimiento geológico
Procurando solucionar el déficit energético de las minas, el gobierno boliviano financió
(a través de la Oficina Nacional de Estadísticas) las exploraciones del geólogo francés
y miembro de la Misión Topográfica de su país en Bolivia, Alfred Dereims, a las
formaciones carboníferas de la cuenca del Lago Titicaca y a las formaciones paleozoicas
de la cordillera oriental cochabambina de 1904 a 1905101. Dereims comprobó que los
lechos de carbón mineral en Bolivia son escasos y su importancia reducida (Viscarra,
Rosendo & Gregorio, 1918: 19; Ibáñez, 1943: 26). Debido a las dificultades geográficas
y a sus paupérrimos recursos, como a sus propios afanes de progreso centrados
en el occidente del país, los gobiernos liberales invirtieron muy poco en geología
petrolífera. En esos tiempos, el estaño acaparó los esfuerzos nacionales, privados y
públicos, dirigidos a conocer la geología del país; en efecto, al promediar el siglo XX,
la “faja estañífera” de la cordillera Real era la región geológica mejor conocida de
Bolivia (Ahlfeld, 1946: 10, 12).
c. Formación de Cuadros Técnicos
En América Latina, el surgimiento de la educación superior en ingeniería –explica
Manuel Contreras-, respondió al desarrollo de la producción para los mercados
externos, mayormente, durante la segunda parte del siglo XX: instalación de
ferrocarriles, puertos, telégrafos y otras infraestructuras. Inicialmente, ante la
inexistencia de cuadros técnicos propios acordes a las pericias técnicas necesarias
para realizar ese tipo de obras, se emplearon ingenieros extranjeros. En ese contexto,

101
También fue geólogo de la expedición francesa con objetivos naturalistas y etnográficos, al mando del Conde George de Crequi-
Montfort, que recorrió las serranías de Tarija y sus alrededores, durante 1906 (Suarez, Soruco, 1976: 120-121; Frontaura, 2016: 76,
79).

62
Juan José Anaya Giorgis

dos circunstancias propiciaron la institución de escuelas técnicas nacionales: 1. La


creciente demanda de ingenieros en las instituciones gubernamentales, subsecuente a
la construcción de obras públicas, como también, a la supervisión de las operaciones
del capital en las industrias extractivas u otros rubros económicos 2. La creencia de
las elites liberales en la razón positivista y educación técnica, como un medio para el
progreso y la modernización de sus países (1990: 7-8).
En el caso boliviano, durante los tiempos republicanos del siglo XIX, el conocimiento
técnico orientado hacia su industria madre: la minería argentífera, estribó sobre todo en la
obra del Padre Barba, cuyos saberes se transmitían en los ámbitos, u agremiaciones, de los
propietarios particulares de minas e ingenios sin la intervención de las instituciones públicas,
o propiamente académicas, salvo raras excepciones de corta duración, tanto en la época
del Alto Perú, como en el siglo XIX republicano102. Todavía en los albores del siglo XX, no
existían facultades de ingeniería en las ocho universidades del país: todas ofertaban Derecho,
4 Teología y 3 Medicina (Contreras, 1990: 32).
En Bolivia, “patriarcas de la plata”, tuvieron que recurrir a ingenieros extranjeros para
que introduzcan y operen procesos extractivos competitivos. Sin embargo, entre los mineros
chicos y medianos, prevaleció la suspicacia o menosprecio hacia las tecnologías europeas
más productivas, incluso, hasta mediados del siglo XX; ellos preferían trabajar sus minas e
ingenios con base en los saberes barbeanos y sus experiencias propias (Contreras, 1994: 62-
63), como se observa en el siguiente párrafo de Donaciano Ibañez:

Las minas más ricas de Bolivia, fueron descubiertas por mineros u obreros pobres y faltos de
conocimiento técnico, generalmente laboreros, jefes de punta o contratistas de explotación […]
No hay tradición de que una gran mina hubiera sido descubierta por ingenieros o técnicos
profesionales (1943: 217).

El advenimiento de la hegemonía liberal, subsecuente a la Guerra Federal (1898-1899),


significó en el campo de la educación superior, la implementación y desarrollo sostenido de
la educación pública para formar ingenieros (Contreras, 1990: 30). Mediante la Ley del 11
de enero de 1900, se creó el Colegio Nacional de Ingeniería Civil y de Minas, en la ciudad
de Oruro, asignándole un presupuesto anual de Bs. 25000. El colegio comenzó a funcionar
regularmente desde 1906, y el 5 de febrero de 1918, otra ley elevó su rango a Escuela Nacional
de Ingenieros de Minas.
De cualquier forma, sus contenidos y programas estuvieron focalizados en las necesidades
prácticas y económicas de las minas, formando: ensayadores, topógrafos, técnicos en minas
y mineralógicos (Contreras, 1990: 53-54). En 1913, el gobierno contrató a Román Kozlowsky,
un geólogo polaco que trabajaba en París para dirigir la Escuela y a otros ingenieros
extranjeros como profesores. Kozlowsky dirigió la Escuela de 1913 a 1922 y su papel fue clave
para su consolidación (Contreras, 1990: 63-64). Al unísono, investigó la geología boliviana

102
Por ejemplo, la Academia de Minas de Potosí, fundada en 1779, con el auspicio de la Corona española, o la escuela de Minas de
Potosí, que funcionó de 1829 a 1845 (Contreras, 1996: 33, 35). El último intentó por instituir una escuela de ingenieros del siglo
XIX, fue mediante la Escuela Práctica de Ingenieros de Sucre, que funcionó de 1897 a 1898. Juan Muñoz Reyes, fue su director
en su segundo y último año de vida. Entre las causas de su clausura, Contreras señala: carencia de recursos para contratar
profesores extranjeros y escaso interés estudiantil por las carreras técnicas (Contreras, 1990: 36-37).

63
Estado y Petróleo en Bolivia

principalmente en las zonas orientales de la cordillera andina; Federico Ahlfeld valoró sus
aportes científicos como “fecundos y originales” (1946: 10, 147)103.
Sólo a raíz del dramático desenlace de la Guerra del Chaco (1932-1935), con el ejército
boliviano defendiendo las provincias petrolíferas colindantes al Chaco Boreal de la ocupación
paraguaya, surgió el primer intento serio apuntando a formar técnicos especializados en las
cuestiones inherentes a la minería fósil:

En 1938, mediante resolución de Concejo Universitario se aprueba el nuevo pensum y el cambio


a Facultad Nacional de Ingeniería de Minas y Petróleos; sin embargo, la falta de presupuesto
ocasionó serios conflictos, y al no ser contratados los docentes para las asignaturas de Petróleo,
se decretó la desaparición de este pensum a corto plazo (ECOBOL, 2006: III).

Ningún maya curricular, o asignatura, relativa a la geología e ingeniería petrolera fue


introducida en las instituciones públicas o privadas de formación superior hasta promediar
los años ‘50 del siglo XX.

5.3 Emprendimientos petroleros con base mayoritaria en los capitales nativos


Al promediar la segunda década del siglo XX, Miguel Velasco inició la provisión de querosén
a los mercados regionales de Santa Cruz, mediante la producción artesanal y refinación cuasi
industrial de petróleo. No fue el único caso de su tipo en esa época, pero sí el más destacado.
En 1914, comenzó a recolectar el aceite mineral que afloraba en la quebrada de Los Espejos,
situada cerca de la confluencia de los ríos Espejos y Piray, en la zona de su estancia Lourdes
(DIGEMIP: 1930: 143)104. Velasco instaló una pequeña refinería en Lourdes, cuya construcción
encargó a Percy Boland, el primer fabricante de hielo en Santa Cruz (Peláez, 1958: 78).
Ignoramos exactamente cuánto querosén refinaba Velasco, sin embargo y de acuerdo a
la información de los hermanos Viscarra, sabemos que para el año de 1918 se rescataban
artesanalmente y a diario 4800 libros de petróleo en toda Bolivia (1918: 1015). Quizá el picó de
aquella producción artesanal, fue la de 1918. El negocio de Velasco marchó muy bien hasta la
conclusión de la Primera Guerra Mundial (llegó a emplear entre 30 y 40 personas); entonces,
su refinería quebró ante la competencia de la gasolina y querosén importados, de superior
calidad y más baratos (Peláez, 1958: 84-85). De cualquier forma, la competencia externa no
liquidó del todo a ese tipo de actividad. Más de 20 años después, Federico Ahlfeld, informó:

A lo largo del escurrimiento de Caipipendi, al norte del Parapetí y al oeste de Charagua, brotan
más de 15 vertientes de petróleo; una de ellas vierte alrededor de 150 litros por día. En Chorig
[cerca de Camiri] existe una pequeña refinería muy primitiva para utilizar el líquido oleoso para
el alumbrado de la población. Estas vertientes constituyen quizás los manantiales naturales
más abundantes de hidrocarburos en toda la zona subandina (1946: 81).

Ya León Mousnier, a inicios del siglo XX, aseguraba que Bolivia podría convertirse
fácilmente en una nación próspera y feliz explotando sus aceites minerales, sí sus mineros no

103
Llegó a realizar una excursión con fines petrolíferos en la provincia Pacajes, de La Paz, en agosto de 1914, cuyo informe, fue
publicado por la SGLP.
104
También se producía petróleo artesanal en la localidad Buena Vista de Santa Cruz y al norte de la localidad tarijeña de Yacuiba.

64
Juan José Anaya Giorgis

estuviesen tan acostumbrados a desarrollar las riquezas más accesibles y rentables al corto
plazo (citado en, Arias, 1916: 20, 31). Para Luís Lavadenz Reyes, la explotación petrolífera
constituiría el vehículo más raudo para industrializar e instalar el progreso en Bolivia, es
decir, la “esperanza de Bolivia” (Peláez, 1958: 59). Pero acaso, ¿no lo era el estaño como el
sabio Ballivián pregonaba en el año de 1900?
Si bien, el crecimiento de la minería estañífera hubo sido vertiginoso en la primera década
del siglo XX: en 1900, representó el 20% del total exportado, 60% en 1905 y 70% en 1910; su
importancia tendió a estancarse durante la siguiente (Contreras, 1994: 7-8). En cambio, las
perspectivas económicas del petróleo crecían. En el Congreso Panamericano realizado en abril
de 1916 en Buenos Aires, Argentina, con el propósito de fortalecer los lazos económicos de la
Región, se abordaron 33 puntos destacando las siguientes cuestiones: créditos internacionales,
leyes laborales, comunicación y transportes, patentes, banca, y con especial énfasis y a pedido
de la comisión argentina, “el fomento a la explotación petrolera para promover el progreso
industrial del continente”. Integraron la comisión boliviana, entre otros personajes: Eliodoro
Villazón, Carlos Calvo, José Luis Tejada Sorzano, Manuel Cuéllar y Jorge Sáenz. Más adelante,
la comisión entregó un reporte al Senado boliviano enfatizando que la “futura bonanza del
país” dependía de la minería fósil, cuyo desarrollo, impulsaría otras industrias incluyendo los
ferrocarriles (Arias, 1916: 53; Cote, 2011: 62-63). Al término de la primera guerra mundial, la
encarnación de la “esperanza de Bolivia” en la minería fósil, constituía una noción ampliamente
aceptada en los ámbitos empresariales y públicos (Águila Doble, 1929: 3).
No obstante, frente al peligro de un nuevo desmembramiento territorial subsecuente a la
“codicia y ambición” de los países vecinos, era preciso sentar soberanía sobre los territorios
petrolíferos, ya sea “aclimatando” poderosas empresas extranjeras en el país o mediante los
esfuerzos del capital nativo (Arias, 1916: 2, 31-32). En ese contexto, hacia fines de la segunda
década del siglo XX, irrumpieron algunos emprendimientos orientados a producir aceites
minerales con base en los capitales nativos.
Al parecer, el caso de Moisés Blacut fue el primero en ese sentido. En mayo de 1920, creó
la Sociedad Petrolífera Nacional (SPN) adquiriendo concesiones de 250000 hectáreas sobre
la provincia Gran Chaco de Tarija (López, 1922: 278). En febrero de 1921, Blacut publicó su:
Prospecto para la Formación de la Sociedad Anónima Petrolífera Nacional. Su prospecto tuvo como
propósito: “interesar al pueblo boliviano en la explotación de petróleo, a fin de obtener una
buena utilidad de su capital invertido, y contribuir al mismo tiempo, al incremento de las
rentas fiscales para la atención de los diferentes servicios públicos” (1921: 1).
Intentando captar accionistas, Blacut expuso en su prospecto las facilidades y ventajas
comparativas de sus concesiones, en relación a las de otros sindicatos del rubro, debido a: 1.
Ninguna otra concesión petrolífera en Bolivia, estaba más cerca de las estaciones ferroviarias
de Orán y Embarcación; siendo la distancia de Orán y Embarcación, al Fortín Campero, de
tan sólo 8 leguas en ambos casos 2. Construcción de vías de acceso y salida del producto,
financiadas mediante la tala y venta de las maderas finas y valiosas que abundaban en la
zona: cedros, quina-quinas, lapachos, nogales, tipas, quebrachos y otras especies arbóreas;
como también, a través de la cría de ganado vacuno y cabrío aprovechando los pastizales
apropiados para esa actividad que colindaban al sur de sus concesiones 3. Profusa oferta

65
Estado y Petróleo en Bolivia

de fuerza de trabajo entre los “indios chiriguanos” de la región. Según Blacut, aunque se
requerían traductores para tratar con ellos, los “chiriguanos” eran peones trabajadores;
además, considerando que obtenían casi todo su alimento de la pesca y la recolección de frutos
silvestres, el jornal resultaba bastante barato (alrededor de Bs. 0.70) 4. Siendo la zona muy rica
en yacimientos de piedra caliza, sería posible abaratar costos transportando el producto de
los pozos a Orán o Embarcación, a través de cañerías de cal o cemento, en vez de las de hierro
que salían mucho más caras (1921: 3-5).
Sustituir a los oleoductos de hierro con cañerías de cal y cemento ¿sería una buena idea?
Tal vez, pero sólo como ingrediente publicitario captando “suscriptores” de acciones, no
como medio efectivo de transporte petrolífero. Moisés Blacut, ¿lo sabía?, su proyecto, ¿fue
una expresión franca de su inventiva, o un ardid publicitario? No lo sabemos.
La SPN, cuya existencia fue valorada por Nolasco López como un fruto de la “patriótica
y perseverante labor del señor Moisés Blacut” (1922: 278), emitió un millón de acciones a un
precio nominal de una libra esterlina cada una. Del total, el 50% o las denominas “acciones
de pago”, serían de venta libre en el mercado. El otro 50%, o las denominadas “liberadas” se
distribuirían en dos grupos: 360000 para Blacut, y el resto, serían utilizadas como medio de
pago para los socios del SPN que trabajen para el SPN. Además, Blacut recibiría del fondo
colectivo colectado, 8000 libras esterlinas en efectivo como compensación por sus inversiones
personales creando la SPN (Blacut, 1921: 8). Sin embargo, la SPN no llegó a realizar ni siquiera
un pozo exploratorio (Standard Oil, 1936: 3).

5.3.1 Águila Doble (AD)

Sólo el petróleo hizo posible la conquista del aire


(Águila Doble, 1929:. 5).

Casto Rojas, Ramón Rivero, Carlos Tejada Sorzano, Hernán C. Kumar y Leonard Ball105,
como personalidades conspicuas principalmente de la elite de Cochabamba, integraron el
primer directorio de la compañía petrolera AD, constituida formalmente como sociedad
anónima en diciembre de 1928 (Águila Doble, 1929: 52), apuntando a desarrollar la industria
mediante capitales 100% bolivianos:

No se necesitan más de un millón cien mil bolivianos en efectivo para la compra de perforadoras
y el desarrollo de un programa de trabajos durante dos años. Sería muy sencillo obtener mucho
más que dicha suma del capital extranjero o seguir la conocida y mediocre práctica de vender
la concesión por una cantidad de dinero; pero la ambición patriótica no debe tener objetivos
tan limitados y concretarse a sacar provechos pecuniarios inmediatos. El deber del país es
incorporar esta riqueza a sus actividades y explotarla por cuenta propia como un factor de
independencia nacional y de resurgimiento106 económico de Bolivia (1929: 6-7).

105
Antecedió a Juan Muñoz Reyes, como director de la Dirección General de Minas y Petróleo.
106
En ese momento, la caída de la demanda estañífera internacional, y de otros minerales que Bolivia producía, constreñía las
rentas fiscales por el impuesto del 3% a las exportaciones mineras. Por otra parte, Bolivia estaba importando 30000 toneladas
anuales de petróleo (alrededor de 180000 barriles). El precio de cada una, oscilada de Bs. 180 a Bs. 240; o de $ 64 a $ 85, al tipo
de cambio de la época (Águila Doble, 1929: 14).

66
Juan José Anaya Giorgis

Pero los integrantes del directorio, hubieron comenzado a trabajar unidos con esos afanes
bastante tiempo atrás, tal vez desde que surgieron los “rumores” inherentes a los ubérrimos
yacimientos petrolíferos que albergarían los valles centrales cochabambinos alrededor de
1910 (Águila Doble, 1929: 8; DIGMIP, 1930: 43-44).
Veamos la historia según la propia empresa: dos geólogos alemanes habrían estado algún
tiempo del año de 1915 estudiando los salitrales de los valles Alto (Arani, Punata, Cliza,
Tarata, etc.) y Bajo (Vinto, Quillacollo, Cayacayani, etc.) de Cochabamba y sus alrededores
buscando, con el patrocinio de “un Banco alemán”, yacimientos de sales potásicas (1929: 8)
¿Querían esas sales para fabricar fertilizantes, jabón, explosivos?, ¿no podían importarlas de
otros sitios más próximos a los puertos marítimos y con ferrocarril107?
Algunos párrafos relativos a los informes “reservados” que habrían escrito los geólogos
germanos, aparecen en el primer folleto de AD: “Hemos hecho un descubrimiento de
importancia mucho más grande que de sales potásicos, y es que todo el Valle de Cochabamba
es terreno petrolífero”, agregando luego: “viajaremos inmediatamente a La Paz para pedir a
nuestros principales en Europa la autorización de gestionar ante el gobierno de Bolivia una
concesión de petróleo” (1929: 8).
Por otra parte, Nolasco López en su Bolivia y el Petróleo (1922: 189-191), refrendó aquella
historia exponiendo prolijamente las teorías sobre los hidrocarburos “vallunos” (valles
cochabambinos) que se habrían “criado” cuando la zona era un inmenso mar pando. No
obstante, sobre las fuentes, o referencias científicas que utilizó en su descripción, Nolasco sólo
escribió:

Los estudios técnicos aseveran esta tesis con abundante prueba, sólo que los diversos informes
permanecen en reserva y en poder de las empresas concesionarias […] más bien uno de dichos
documentos ha llegado a nuestro poder, sin la indicación de los lugares explorados; pero
indudablemente se refieren a la parte céntrica el Departamento (189).

Al parecer, fue Alfred Dereims quién aportó los fundamentos científicos iniciales inherentes
al potencial valluno para la minería fósil, como resultado de sus Excursiones Científicas de
1906, a través de la cordillera oriental de Los Andes centrales y las serranías subandinas
meridionales. Sus observaciones debieron ser la simiente de los mencionados rumores:

Esquistos arenosos, muchas veces micáceos […] alternando con asperón esquistoso en la colina
que limita al N. del Valle de Cochabamba […] Estos esquistos de dirección NNO-SSE, siguen
hasta Colomi y Tiraque […] las colinas que separan las dos llanuras de Sacaba y de Cliza, y
las Cliza, presentan la misma constitución geológico […] pero he sido muy feliz de encontrar,
entre Tiraque y Arani y en los alrededores de Punata, hiladas fosilíferas de braquiópodos,
lamelibranquios y raros trilobites (Citado en Suárez Soruco, 1976: 120).

En los marcos del “lenguaje” de los geólogos, las características de las rocas y de la fauna
fosilífera que Dereims halló en sus Excursiones de 1906, y describió en los marcos discursivos
del “lenguaje” de los geólogos, indican, aunque no sean los únicos “signos” con ese sentido,

107
La construcción del ferrocarril Oruro-Cochabamba, iniciada en 1906, concluyó recién a mediados de 1917.

67
Estado y Petróleo en Bolivia

posibles acumulaciones de gas y petróleo. El asperón esquistoso que avistó, por ejemplo, suele
aparecer en formaciones con acumulaciones o yacimientos hidrocarburíferos. Sus informes,
¿fueron el origen de los mencionados rumores sobre petróleo en los valles cochabambinos?,
¿o sólo los abonaron?, ¿en qué medida? Es difícil saberlo, pero de acuerdo a los informes del
ingeniero Enrique Hoffman, editados en 1926108, estos parecen haber surgido más bien de los
ámbitos domésticos. Hoffman apuntó:

1. Un pozo hecho hace 12 años en la calle General Achá de Cochabamba, casa de la viuda
de Carlos Jiménez, se incendió a 93 m. y ardió toda la noche 2. En Pucara, a 8 km. al sud
de Cochabamba, hay un manantial del que se desprenden continuamente burbujas grandes
y éstas unidas en un vaso grande daban una explosión, tan fuerte, que los indios que nos
miraban, escapaban asustados 3. De otro, con 35 m. de profundidad en la calle Tumusla, salió
mucho gas inflamable 4. En la finca del Sr. Torrico Lemoine, salieron tantas cantidades de gas,
que una persona al acercar un fósforo ardiendo al tubo, se quemó la mano por la explosión
5. Las explosiones del pozo de Chavez-Rancho, perforado hace 6 años, apagaron una bujía
introducida en el tubo (citado en, Barth, 1929: 180).

Retomando la cuestión de AD, Hernán Kumar, aprovechando una estadía de Elis Jansson
en 1925 por Cochabamba, le encargó al geólogo valorar las posibilidades petroleras del Valle
inherentes a la minería fósil. Jansson, luego de una corta excursión por la zona, recomendó
a Kumar tramitar “pedimentos” para esos fines mineros. Kumar lo hizo de inmediato, y
utilizando la denominación Águila Doble, obtuvo 100000 hectáreas en concesión por los
valles cochabambinos. Poco después, Leonard Ball como director de la DIGEMIP, envió a
Ernest Barth a Cochabamba para estudiar mejor el asunto (Águila Doble, 1929: 9).
Ernest Barth investigó los valles durante mayo de 1925 y a inicios de 1929. La primera vez,
halló indicios positivos: aguas sulfurosas, cloruros de sodio (sales), “cuyos depósitos, muy a
menudo, están en conexión con los depósitos petrolíferos”, y ¡albertita109! en Morochata. No
obstante, con su acostumbra prudencia, sugirió entre otras cosas, tomar muestras del gas y los
líquidos inflamables que solían brotar entre los 90 y 150 metros de los abundantes pozos que
los hacendados de los valles Alto y Bajo perforaban buscando agua para riego en los valles
Alto y Bajo, para su análisis químico apuntando a distinguir sí eran hidrocarburos o metanos
vulgares originados en los pantanos “vallunos” del periodo Cuaternario. Al parecer, ningún
análisis de ese tipo se hizo en la época (1930: 187-188).
Apoyado en la exploración inicial de Barth, Kumar contrató nuevamente a Elis Jansson
para trazar los perfiles geológicos de varios anticlinales. Jansson exploró los valles durante
6 meses en 1926 y sus honorarios por el trabajo fueron de Bs. 40000 (Águila Doble, 1929: 11,
16). Identificó anticlinales “promisorios” en Tolata, Punata, Tarata, Cliza, Pucara, Caluyo y
Cayacayani (Águila Doble, 1929: 30). Según él, sería preciso perforar alrededor de 200 metros
de sedimentos acumulados, traspasar la “roca bituminosa”, y seguir, probablemente otros
400 para llegar al petróleo (1929: 45). Con base en los informes de Jansson, se organizó la

108
Se trata de su: Estudio sobre un yacimiento petrolífero en los alrededores de Cochabamba-Bolivia (Suárez, REVITEC, 2004: 90).
Frontaura Argandoña describió a Hoffman como “un joven colonizador, naturalista y explorador” que investigó la hidrología de
los valles, plasmando aportes de gran utilidad (2016: 89).
109
Una polimerización del petróleo con base asfáltica.

68
Juan José Anaya Giorgis

comunidad petrolera Águila Doble ya como sociedad anónima. Al año siguiente, Jansson
volvió a trabajar para AD, esta vez, prospectando sus concesiones del Río Chapare110 (ver
Figura IV).
A manera de información final sobre las exploraciones de AD, comentamos dos aspectos
centrales de la misión Barth de 1929: 1. Ninguna de las numerosas perforaciones hechas en la
región, hubo traspasado la roca bituminosa, por haberse perdido toda esperanza de hallar agua
buena (1930: 182). Precisamente, y como también pensaba Jansson, los depósitos petrolíferos
importantes, deberían estar, sí los hubiese, abajo de la “pardanegrusca” capa bituminosa,
situada entre los 150 y 200 metros de profundidad 2. La identificación del anticlinal Caluyo,
situado, aproximadamente, a 3 km. al oeste de la presa de La Angostura (1930: 184).

Figura Nº IV: Muestra de Petróleo Emanado en Chimoré de la compañía Águila Doble

Fuente: Archivo Personal del señor Ernesto Daza Rivero.

110
Según Ernesto Daza Rivero, nieto de Ramón Rivero, las comunidades originarias de Chimoré, ayudaron a su abuelo informando
los sitios dotados con afloramientos naturales; los originarios solían ir a recolectar aceite mineral en las vertientes “para diversos
usos” (entrevista personal, 2012/05/29).

69
Estado y Petróleo en Bolivia

A fines del año 1929, AD ya tenía más de 540000 hectáreas petroleras en concesión sólo
en Cochabamba, sin embargo, todavía no había realizado ningún sondeo exploratorio. Para
obtener los fondos necesarios con ese objetivo, la compañía AD emitió 20000 acciones a Bs.
100 cada una: 11000 “ordinarias” y 9000 “preferidas”. Las preferidas garantizar devengar
un interés anual del 8%. Los fondos reunidos serían utilizados en la ejecución de un plan de
sondeos que comprendía perforar tres pozos en el Valle Alto, siendo el primero en el domo
Caluyo debido a: 1. Su conexión con la red ferroviaria nacional 2. Sus mayores perspectivas
productoras, de acuerdo a los geólogos Jansson, Barth y T.T. Serghiesco111. Al unísono, AD
también recurrió al gobierno nacional solicitando apoyo. El Art. 29 de sus estatutos de 1929,
autorizó al directorio a:

Gestionar ante el H. Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo la modificación de la actual ley de


petróleos en sentido de proteger la creación de la industria nacional, mediante la liberación de
impuestos o su reemplazo con una sola participación en el producto bruto de las exportaciones
(1929: 52).

Sus acciones tuvieron una recepción negativa. Sin liquidez, AD debió pagar varios
servicios, propiedades petrolíferas y estudios técnicos, con acciones “preferenciales”. Casto
Rojas, recibió 294 acciones; H.C. Kumar, 4368; W. Stumpf, 42; Elis Jansson, recibió 42; Mauricio
Hochschild, 42; Rodolfo Blumer, 168; Leonardo Ball, 126; Héctor Borda, 126; Ramón Rivero,
210; Rodolfo Schnaubert, 168; Juan Muñoz Reyes, 84, entre otros, hasta completar las 9000 de
la serie (1929: 48, 53). Procurando resolver su insolvencia, en 1931 AD redujo el precio nominal
de sus acciones a Bs. 10, para qué no sólo los ricos se hagan con una gran fortuna “cuando
ya salga el petróleo”. Logró alquilar un taladro a percusión accionado a vapor, “gracias a las
facilidades otorgadas por la Peruvian Corporation, Bolivian Railway, la empresa Kennedy &
Carey y el Supremo gobierno” (Águila Doble, 1931: 1, 8, 10). El equipo llegó a Caluyo en mayo
de 1931 y las labores, comenzaron el siguiente 22 de junio:

A las 14 horas del indicado día el Arcediano de Cochabamba señor Manuel Erasmo Arce
con dos ayudantes procedió a la bendición del primer pozo que iba a ser perforado y a la
máquina perforadora. En seguida el señor Ramón Rivero Vice Presidente de la Compañía y en
representación de élla [sic] se dirigió a los concurrentes poniendo de relevancia la importancia
que revestía para la economía general la obra que se iniciaba y explicando los patrióticos
móviles que habían inducido a la Cía. para llevar a efecto ello […] una hora después y la
máquina perforó los primeros 18 píes [sic] con gran facilidad. El terreno era propicio y cedía
fácilmente al taladro de acero. El diámetro inicial del pozo es de 12 pulgadas con objeto de
concluir en 6 (Águila Doble, 1931: 1).

Por causas aún no del todo esclarecidas, la perforación de Caluyo fue abandonada
tras alcanzar los 172 metros de profundidad. Aquel sondeó sería el primero y último que
realizó AD ¿Por qué? Ernesto Daza Rivero, nieto de Ramón Rivero, todavía recuerda
la gran cantidad de tubos que solía ver almacenados en la casa de su abuelo siendo niño
(entrevista personal, 2012/05/29). Trasportar agua y combustible al domo Caluyo, no pudo
ser el problema y tampoco la falta de material de acuerdo al testimonio de Ernesto Daza.

111
(Águila Doble, 1929: 13, 16-17; 1931: 13,16).

70
Juan José Anaya Giorgis

En cambio, la insuficiente potencia del taladro para acarrear un buril capaz de fracturar la
roca bituminosa con sus percusiones, parecería más plausible como explicación. Aunque
los indicios negativos, también podrían explicar el abandono: tal vez, tras alcanzar los 172
metros, sin encontrar rastros de “arenas sucias”, o aguas sulfurosas, el pozo fue declarado
seco; otro elemento que refuerza la hipótesis inherente a la insuficiente potencia del taladro:
los subsidios gubernamentales que AD recibió, mediante la Ley del 19 de febrero de 1932, y
la Ley del 22 de noviembre de 1932, por Bs. 12639 y 15000, respectivamente. Teniendo alguna
liquidez, y material estocado, ¿por qué nunca reanudaron las perforaciones?
Profundicemos la cuestión de los subsidios. Como una de las primeras, sino las primeras,
inversiones directas del Estado boliviano en el aparato productivo, esos subsidios, denotan
cierto giro ideológico inherente a la relación Estado-sociedad civil, y su rol en el desarrollo
económico ya no como un actor pasivo. Si bien, vistos en cifras, no fueron relevantes, desde
una perspectiva político-ideológica, constituyeron un notable ingrediente abonando la
creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) un lustro más tarde.
Personajes como Ernest Ball, Tejada Sorzano, Juan y Jorge Muñoz Reyes, participaron
tanto en las operaciones de AD, como en las de YPFB (Foianini, 1996: 196). A la par, políticos e
industriales como Ramón Rivero, tuvieron un papel decisivo constituyendo el “nacionalismo
petrolero” en el país, como discutiremos más adelante. De momento, cabe introducir un hecho
anecdótico: cuando un Casto Rojas, desmoralizado a raíz de las consecuencias desastrosas
de la Guerra del Chaco para Bolivia, vendió los activos de AD a la SOCNJ a través de una
maniobra poco clara, Ramón Rivero, cortó toda relación humana con Casto calificándole de
“traidor a la patria” (Ernesto Daza Rivero, entrevista personal, 2012/05/29).
Y a propósito de las empresas SOCNJ y AD, protestando contra la política impositiva
sobre “patentes”, la SOCNJ, declaró en un folleto publicado luego de la Guerra del Chaco:
“son más de 20 millones de hectáreas en manos muertas, pues aparte de la compañía Águila
Doble que invirtió un pequeño capital para explorar sus concesiones, ninguna de las otras
compañías hizo nada en servicio de la industria” (Standard Oil, 1936: 3).

6. Conclusiones
6.1 Conocimiento e Inversión
Aunque los intereses lucrativos en torno a la explotación de los “betunes” irrumpieron
en las últimas décadas de la etapa preformativa, los intentos para explotarlos, evidenciaron
el escaso conocimiento sobre la cuestión que imperaba en el país. Al margen de alguna
producción circunstancial, escasa y utilizando métodos artesanales, prevaleció el
atesoramiento de pedimentos petrolíferos con miras a lucrar con su oportuna enajenación al
capital transnacional, cuyo resultados, fueron estériles. Ningún capital extranjero relevante
adquirió aquellas concesiones, no obstante, hacia la conclusión de este periodo, los capitales
foráneos, patrocinaron las primeras misiones científicas destinadas a explorar los posibles
yacimientos de aceites minerales bolivianos.

71
Estado y Petróleo en Bolivia

Al comenzar la etapa formativa, el financiamiento extranjero para conocer la geología


petrolífera boliviana mediante geocientíficos de diversas universidades, sociedades geográficas,
entidades privadas o públicas, y mutuamente articulados en redes de investigación, aumentó
exponencialmente. Al respecto, nuestros conocimientos relativos al modus operandi de
aquellas redes, son muy escasos.
Algunos capitalistas extranjeros invirtieron adquiriendo concesiones y perforando
algunos pozos, pero siempre con informes geológicos positivos elaborados por geólogos
acreditados en los ámbitos científicos internacionales de por medio. Las concesiones que la
Standard Oil adquirió sobre la franja subandina situada entre Bolivia y Argentina, con base
en los estudios de Mather, claramente demuestran el rol decisivo de la investigación científica
para el surgimiento de la industria. No obstante, la labor del geólogo estuvo sujeta a instancias
políticas y económicas fuera de su control.

6.2 Gestiones empresariales


El déficit energético que hubo constreñido a la industria minera boliviana desde la
fundación de la República, se agudizó, no obstante los potentados del ramo desestimaron
resolver el problema intentando producir petróleo boliviano debido a las inversiones
colosales y de alto riesgo inherentes a ese rubro minero. De todas formas, los aceites minerales
despertaron febriles afanes lucrativos entre diversos actores bolivianos y extranjeros,
apuntando mayormente a su comercialización en los países metropolitanos. La dominación
liberal, propició un clima favorable para el desenvolvimiento de las estrategias empresariales
bolivianas buscando lucrar con la minería fósil, ya sea a través de la mera compra y venta de
concesiones, o como socios menores del capital extranjero.
Indudablemente la inauguración de la industria petrolera en Bolivia, respondió en gran
parte a la labor de cierto empresariado boliviano y liberal durante las primeras dos décadas del
siglo XX. Gestionaron las primeras regulaciones fiscales adecuadas al contexto económico de
la época, compañas de prospección con el financiamiento de osados inversionistas extranjeros,
y el ingreso de compañías petroleras foráneas que desembocó en el arribo de la Standard Oil
en 1921. Sin embargo, los beneficios que obtuvieron fueron minúsculos en relación al valor de
sus aportes a la industria.

72
Capítulo II

Arribo y Expulsión de la Standard Oil


A través de éste capítulo, analizamos el correlato de la minería fósil sobre las luchas
políticas durante la instalación de la Standard Oil en el país, como también, antes y después
de la Guerra del Chaco (1932-1935). En ese marco, se discute con énfasis la influencia de
la explotación petrolífera sobre la construcción de los discursos políticos e imaginarios
relativos a la realidad boliviana, los momentos constitutivos del Estado boliviano y la
modernización del país.
1. Orígenes de la lucha política en torno a la explotación petrolífera
En 1914, los restos del PC, junto a un grupo disidente del PL, los denominados
“puritanos”, constituyeron el Partido de la Unión Republicana, rebautizado a poco como
Partido Republicano (PR). Sus fundadores fueron: José Manuel Pando (puritano), Daniel
Salamanca (puritano), Bautista Saavedra (puritano), Domingo L. Ramírez, Darío Gutiérrez,
Ramón Paz, Adolfo Mier, Óscar de Santa Cruz, Fernando Quiroga S., Abel Iturralde (ex PC),
Aníbal Calvo, Florián Zambrana, Fermín López, Fortino Aguirre, Rafael de Ugarte, León M.
Loza y Demetrio Canelas (Arze, R., 2015: 343).
Sus planteamientos programáticos centrales, fueron: 1. Políticos: instituir elecciones
generales transparentes, y una gestión pública, congruentes a los marcos normativos del
Estado; descentralizar al Poder Ejecutivo; y efectivizar la independencia del Poder Judicial 2.
Económicos: afirmar la libertad industrial contra los intereses monopólicos u otros “privilegios
injustificados” en desmedro del libre mercado; declarar a las tierras baldías con potencial
petrolero como “reserva fiscal”, o propiedad exclusiva del Estado; y estimular el crecimiento
del capital nativo 3. Sociales: legislar las relaciones laborales, ordenando salarios mínimos y la
duración máxima de la jornada; y regenerar a las razas indígenas, mediante la protección a su
propiedad territorial, una educación especial, e introduciendo estancos al alcohol para evitar
su consumo entre los “indios” (Arze, R., 2015: 339, 342). Con esos marcos discursivos, el PR, se
acercó a los sectores populares buscando apoyo político (Klein, 1987: 55; Querejazu, 2013: 92).
Los antagonismos internos del PL, hubieron comenzado mucho antes. Daniel Salamanca,
siendo senador por Cochabamba, sobresalió como figura de oposición al contrato Speyer para
la vertebración ferroviaria de Bolivia cuando su aprobación se discutía en el Senado Nacional
concluyendo el año de 1906. Salamanca calificaba el contrato Speyer como “una monstruosa
especulación destinada a explotar la buena fe del gobierno y el país” (Senado Nacional:
1906: 2). En cambio, para el entonces canciller de Bolivia, Claudio Pinilla, quién sostenía que
tener o no tener ferrocarriles constituía la diferencia entre ser “nación o tinaja”, el empréstito
de la casa Speyer and Company, viabilizaría “en el menor tiempo posible” la construcción
de una extensa red ferroviaria (Senado Nacional, 1906: 6-7). Posteriormente, mientras los
poderes públicos introducían las primeras reformas normativas inherentes a la minería fósil,

73
Estado y Petróleo en Bolivia

alrededor de 1910, Salamanca volvió a brillar en los ámbitos públicos, esta vez abogando por
la explotación estatal y monopólica de la nueva “esperanza de Bolivia”: el petróleo (Klein,
1987:89-90).
Aunque las consecuencias inmediatas de aquellas objeciones de Salamanca fueron inocuas,
en los años siguientes las estrategias liberales de industrialización vivificaron la oposición
del PR con presencia en el congreso desde 1915. Según Pedro Nolasco López, pionero del
nacionalismo petrolero e ideólogo del PR, las tragedias nacionales más amargas como las
pérdidas del litoral y del Acre, constituían el desenlace de las concesiones “irresponsables”
sobre la explotación de los recursos naturales al capital extranjero que Mariano Melgarejo
hubo inaugurado durante su dictadura, o el denominado “sexenio”, y que todos los gobiernos
posteriores hubieron imitado después. Al respecto, Abel Iturralde observaba: “no se dió cuenta
[Melgarejo] de los peligros que acarrearían al país, los concesionarios chilenos, que obtuvieron
privilegios exclusivos para explotar el salitre y el guano a cambio de nada” (1922: 179).
Con base en esa visión de los hechos, los militantes del PR bautizaron a las concesiones
otorgadas por los gobiernos liberales como “concesiones africanas”, porque emularían la
“irresponsabilidad” de ciertos caciques africanos cediendo al extraño ricos territorios por “un
plato de lentejas”112. Los republicanos definían al petróleo como un ingrediente vital para la
seguridad del Estado. Al influjo de los reordenamientos geopolíticos y fiscales orientados a la
seguridad energética que conllevaba el petróleo entre las potencias capitalistas, por ejemplo
la disgregación de la Standard Oil113 y las legislaciones proteccionistas en EE.UU. (aplicadas
emulando a Inglaterra luego de la primera guerra mundial), y de los primeros pasos de la
minería fósil estatal en Argentina, Daniel Salamanca, Abel Iturralde, Nolasco López Rafael de
Ugarte y Ramón Rivero, entre otros republicanos, sostenían que los aceites minerales debían
“nacionalizarse” mediante tres fases: 1. No permitir el control de las áreas productoras por
una sola empresa o cártel, es decir, los monopolios 2. Promover las explotaciones mediante
capitales nacionales 3. Estatizar gradualmente la producción (López, 1922: 344, 366).
Luis Lavadenz fue blanco frecuente de los ataques del PR. Le acusaban principalmente
de utilizar influencias políticas para evadir las “patentes” inherentes a las concesiones de sus
“sindicatos” (Congreso Nacional, 1922: 117). Frente a los más de tres millones de hectáreas
que los diversos sindicatos bolivianos, con el SPOB y el SPS a la vanguardia, concentraban
hacia 1916, con el subsecuente peligro de su subrogación en bloque al capital monopólico, el
PR, interpuso sus críticas con ahínco. Salamanca decía en el Congreso: “el monopolio [estatal]
de la industria petrolífera es igualmente conveniente porque el gobierno de Bolivia puede
encontrar para el porvenir grandes recursos económicos […] para poder atender los asuntos
que se le ofrecen sin pedir al bolsillo de industrial particular” (citado en, Peláez, 1958: 215).

112
Casualmente una compañía francesa de colonización denominada La Africana había obtenido, unos años antes, 400 leguas
cuadradas en concesión prácticamente libres de imposiciones fiscales alrededor del puerto Bahía Negra sobre la ribera del río
Paraguay (Lavadenz, J., 1925: 613).
113
Hacia 1911 la corte suprema de Estados Unidos inicio una serie de juicios contra trust monopolistas, cuyos propietarios eran
más conocidos como los “barones ladrones”, en el marco de la ley “Sherman” de antimonopolios. Rockefeller, uno de los hombres
más ricos del mundo, estuvo entre los enjuiciados; la corte suprema de su país, ordenó la disolución de su monopolio petrolero:
la compañía Standard Oil, que fue diseccionada en decenas de empresas menores, cada una con cierta participación accionaria
de Rockefeller. Entre dichas compañías, la Standar Oil Company of New Jersey, emergió como la más poderosa (Almaraz, 1969:
33-37).

74
Juan José Anaya Giorgis

En esos momentos, y a consecuencia tanto de los problemas, incumplimientos y dilaciones


inesperadas en la ejecución del contrato Speyer, como de los brotes nacionalistas emergentes
del PR, la hegemonía liberal estaba perdiendo fuerza (Lavadenz, 1989: 47-48). El segundo
gobierno de Ismael Montes con las elecciones generales de 1917 a la vuelta de la esquina, cedió
ante la oposición creciente, promulgando la célebre Ley del 12 de diciembre de 1916, cuyos
contenidos como ya vimos, proscribieron la adjudicación de las áreas petrolíferas “baldías”
declarándolas “reserva fiscal” o propiedad exclusiva del fisco; restauraron las patentes
petroleras destinando sus fondos a una bolsa de ahorro para construir el tren Sucre-Santa
Cruz, a través de Lagunillas; y ordenó la reversión al fisco de las concesiones con patentes en
mora.
A pesar de las simpatías suscitadas por el régimen de reserva fiscal en los ámbitos
públicos, la frugalidad financiera volvió a recrudecer a consecuencia del estancamiento de la
exportación estañífera, y el país, sin producir un barril al margen de la recolección artesanal. El
presidente José Gutiérrez Guerra, sucesor de Montes, levantó la “reserva fiscal” restaurando
las flexibilidades del régimen previo a través de la Ley del 24 de febrero de 1920, apuntando a
incrementar los ingresos fiscales por vía de la producción petrolera. La mencionada ley tuvo
las siguientes características axiales: una “regalía” del 12,5% sobre la producción en favor
del fisco, gabelas del 20% a las utilidades empresariales, y un intervalo temporal de vigencia
para concesiones de 66 años. Con esta ley, el régimen fiscal sobre los carburantes, quedó por
primera vez disociado del código de minas (Almaraz, 1969: 93-94).
Cuatro días más tarde, y no casualmente, la RL, adquirió las concesiones de la efímera CPB,
arreciando las protestas republicanas, y lo propio las concesiones de Jacobo Backus adquiridas
el 8 de marzo del mismo año. Para el terrateniente y senador, Abel Iturralde, la transacción
CPB-RL sólo beneficiaba a los liberales incrustados en el gobierno que monopolizaban los
derechos petrolíferos, denunciando también desvíos de fondos públicos para sellar con
sobornos “un contrato doloso” (Almaraz, 1969: 94). En julio del mismo año, los republicano,
capturaron el poder con un golpe de Estado, o la llamada “revolución de julio”; Bautista
Saavedra como cerebro del golpe, asumió el mando de Bolivia.
Como Luís Lavadenz Reyes, Nolasco López, auguraba un próspero porvenir para Bolivia
con la explotación petrolífera. En su Bolivia y el Petróleo, trasuntó:

Cuando broten miles y cientos de miles de barriles de petróleo, Bolivia llamará la atención del
mundo industrial, cancelará sus empréstitos y dispondrá de crédito ilimitado, sus ferrocarriles
se multiplicarán, muchas villas se volverán centros productivos, tendrá agroindustria
científica; en una palabra, la nación pasará de su actual estado de pobreza y postración, a otro
de verdadero poder económico (1922: 365).

Pero a diferencia de Lavadenz, para Nolasco el nuevo gobierno debía “encarar


resueltamente la explotación del aceite mineral, negociando un empréstito con las compañías
petroleras interesadas en ingresar al país para obtener los recursos necesarios “en atención a
los amplios derechos que reconoce la Ley [del 24 de febrero de 1920]” (1922: 68).
Sí Saavedra intentó acceder al crédito de las petroleras, o simplemente ignoró los consejos
de López, sigue siendo un misterio; sin embargo, buscando apuntalar el interés nacional,

75
Estado y Petróleo en Bolivia

encargó a Nolasco López, Carlos Calvo y Abel Iturralde, redactar una nueva ley de petróleos,
cuyo resultado fue la Ley Orgánica del Petróleo (LOP), promulgada el 20 de junio de 1921.
Si bien, LOP de 1921 redujo las participaciones fiscales al 11% sobre la producción bruta
(art. 27), en relación a la previa, era más estricta en varios sentidos: incrementó las patentes
(art. 24); ordenó programas de inversión obligatoria menos laxos; redujo la duración de las
concesiones a 55 años (art. 5 y 21); instituyó el carácter prioritario del suministro al mercado
interno (art. 31); como también, a emplear bolivianos, en al menos un 30% del personal técnico
y administrativo, y el 100%, para el caso de los obreros, salvo razones de fuerza mayor (art.
37); ordenó la competencia exclusiva del poder judicial boliviano sobre cualquier diferendo
suscitado entre los concesionarios y el gobierno nacional, o la denominada cláusula “Calvo”114
(art. 43); creó la DIGEMIP como instancia de fiscalización y seguimiento a las operaciones
privadas (art. 44)115; y lo más importante, la subrogación de concesiones, quedó proscrita sin
la autorización previa del gobierno (art. 41). No por nada, Lavadenz Reyes, comparó a la LOP
de 1921, a un candado cerrado para los capitales de riesgo (Lavadenz, 1989: 62).
De todos modos, al mes siguiente, ocurrió lo que los republicanos “temían tanto”:
RL subrogó sus derechos a la SOCNJ en una transacción bursátil de Nueva York116, sin
correspondiente aval del gobierno boliviano (Almaraz, 1969: 100). Sobre la base del capital
recién adquirido, SOCNJ constituyó la Standard Oil Company of Bolivia (SOCB), cuyo primer
representante legal fue, curiosamente, Ivar Hoppe117 (Lavadenz, 1989: 54-55). No obstante, a
los pocos días, Baptista Saavedra, reconoció la transferencia bursátil RL-SOCNJ. Buscando
legitimar su decisión, declaró ante la opinión pública:

Mientras no se entregase esta explotación a una compañía poderosa que tuviese no solo los
capitales indispensables para emprender con éxito tal empeño, en un país mediterráneo y sin
vías de comunicación como el nuestro, sino también la capacidad y la experiencia industrial
necesaria en este género de trabajos, no podríamos palpar un beneficio práctico para la Nación
en orden a uno de sus mejores productos (citando en, Almaraz, 1969: 105).

Durante los siguientes meses, la SOCB y el gobierno boliviano, negociaron adaptando el


contrato original de RL, a las disposiciones de la LOP-1921. SOCB, procuró dejar sin efecto a

114
En memoria del prominente jurista argentino, Carlos Calvo, quien defendió ese concepto en su Le Droit International Publique,
publicado en 1896 (Bolivia, 1939: 28).
115
Posteriormente Saavedra, mediante el D.S. reglamentario del 30 de marzo de 1925, dotó a la DIGEMIP de sus primeros ambientes
y personal técnico, siendo sus funciones: “hacer estudios geológicos mineros y petrolíferos de Bolivia; indicar métodos de
exploración de minas y regímenes de trabajo para obreros; levantar la estadística petrolífera y minera del país; supervigilar
la Escuela de Minas; controlar la recaudación del cobro de las patentes mineras y petrolíferas; y efectuar todos los trabajos
relativos al ramo que le fueron encomendados por el Supremo Gobierno” (Art. 2, D.S. 30/03/1925).
Con todo, los recursos disponibles de la DIGEMIP devinieron muy limitados para el cumplimiento de sus tareas en los siguientes
años y décadas. Ilustremos con algunos ejemplos: 1. “La sección geológica desearía que se destinen los fondos recaudados
por concepto de copias de planos petroleros legalizados a aumentar la biblioteca [de la sección geológica] que es seguramente
la única en su género en Bolivia” (DIGEMIP, 1930: 52) 2. “El jefe del servicio de la dirección en Santa Cruz, Guillermo Milliet, no
teniendo un local a su disposición, atiende en su propia oficina arreglada en su casa” (DIGEMIP, 1930: 56) 3. En su reporte de
1927 sobre su inspección in situ a los campos de la SOCB, Ernest Barth (el geólogo de la DIGEMIP), apuntó: “debo hacer público
mi agradecimiento al señor W.H. Gallaher, geólogo de la Standard Oil, quien muy amablemente me ha suministrado infinidad
de datos sobre el asunto” (DIGEMIP, 1930: 135).
116
Dicha transferencia se realizó en marzo de 1921, siendo la noticia una completa sorpresa en Bolivia (Cote, 2011: 86).
117
Se trata del presunto representante del sindicato danés que adquirió participaciones del SPOB en 1910. Sus posibles vínculos
con la SOC en ese momento, aún no han sido esclarecidos. Además de haber trabajado para la RL y luego para la SOCB, Hoppe
también lo hizo para Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos en los primeros años de su existencia (Cote, 2011: 80).

76
Juan José Anaya Giorgis

la cláusula “Calvo”, pero sólo consiguió atenuar sus implicaciones: las discrepancias sobre los
problemas estrictamente técnicos de la minería fósil, estarían sujetos a la potestad de la RSGL
(Almaraz, 1969: 103). Además, los privilegios de zona, se redujeron a 25 km a cada lado de
sus oleoductos118. No obstante, la SOCB, logró revalidar el grueso de los derechos inherentes
al contrato de RL, destacando la extensión de la concesión, cuya superficie máxima, según la
LOP-1921, no podía ser mayor a 100000 hectáreas (art. 9). Finalmente, ambas partes firmaron
un nuevo contrato el 27 de julio de 1922.
En cambio, el trato de Saavedra hacia los capitales ingleses fue muy distinto. A raíz de
la “revolución de julio”, no sólo el diputado Luis Lavadenz Reyes tuvo que salir del país,
iniciando un largo exilio (Lavadenz, 1989: 61). Saavedra exigió de la APOC adelantar 500000
libras esterlinas oro, a cuenta de futuras participaciones gubernamentales sobre la esperada
producción en Caupolicán, como condición para autorizar su ingreso en los marcos de la LOP-
1921. APOC, rechazó, arguyendo que no adelantaría participaciones por un área con horizontes
productores no demostrados (1989: 59-60) y menos aún con las “severas” condiciones de la
LOP-1921 (Bolivia, 1939: 3). El gobierno, mantuvo su posición y no pasó nada.
¿Influyó la SOCNJ, o EE.UU., soliviantando las exigencias del gobierno boliviano ante la
APOC? Posiblemente. La administración de Bautista Saavedra, se acercó a EE.UU. buscando
acceder a fuentes crediticias. En 1922, obtuvo $ 29 millones a crédito para construir ferrocarriles
de la Equitable Trust of New York, o el denominado empréstito Nicolas. Los banqueros
estadounidenses impusieron altos intereses y el derecho a supervisar la contabilidad del
Banco Central de Bolivia (BCB) sin restricciones, a cambio del dinero (Cote, 2011: 84). Apoyar
la supremacía indiscutida de la Standard Oil en Bolivia, bien pudo haber constituido un
ingrediente clave de aquella política exterior (Klein, 1987: 89-90). Por otra parte, Baptista
Saavedra y Thomas Armstrong siendo el presidente de la SOCB desde 1922, llegaron a ser
amigos cercanos (Spencer, 1996: 66-67).

2. Petróleo en Bolivia
De gran valor son los excelentes estudios
topográficos efectuados por la Standard Oil
en el subandina meridional (Ahlfeld, 1946: 353).

La Standard Oil halló los primeros yacimientos comerciales de Bolivia en un plazo breve,
como se precia en la Tabla II. Para 1925, su capacidad productiva bordeaba los 1500 Bpd,
pero hasta 1929, la explotación no llegó a 150 Bpd (DIGEMIP, 1930: 138, 141; YPFB, 1994: 127).
Durante su visita de 1927 a los campos de la SOCB como inspector de la DIGEMIP, Ernest
Barth, apuntó sobre el caso del pozo Bermejo Nº 2:

Situado a orillas del Río Bermejo, en la mañana del 2 de septiembre de 1924, la perforadora
tocó arenas petrolíferas. El petróleo salió con tal presión de gas que saltó por encima de la torre.
Según los informes que obtuve, la producción inicial de este pozo se considera por los menos
de mil barriles [diarios].

118
Indudablemente los “privilegios de zona”, encarnaban uno de aquellos, a decir de Salamanca e Iturralde, “odiosos privilegios
monopólicos”.

77
Estado y Petróleo en Bolivia

No había sido limpiado por un año y estaba tapado con arena cuando lo visité, producía
entonces apenas 40 barriles diarios […] Al presente está clausurado y su producción se usa
como combustible para las perforadoras de los pozos Bermejo Nº 3 y Aguas Blancas Nº 1, este
último, situado en territorio argentino (1930: 138).

Por supuesto, y como ya indicamos, la Standard Oil no vino a Bolivia pensando producir
para su mercado interno, cuya minúscula demanda en relación a la de Argentina o EE.UU.,
por ejemplo, no justificaba las cuantiosas inversiones que serían necesarias para producir
sólo para su abastecimiento. A la SOCB, le interesaba exportar. Desde su arribo al país,
trabó negociaciones con Argentina buscando una autorización de su gobierno para sacar su
producción a través de un oleoducto entre el sur boliviano y el puerto marítimo de Buenos
Aries.
Argentina, en 1929, rechazó definitivamente aquellos planes de SOCB119 que proyectaba
integrar sus operaciones del sur Bolivia con las del norte argentino en la medida de lo posible.
Nicolás Gadano, nos presenta una síntesis de aquellas negociones bilaterales:

El gobierno boliviano pidió autorizar la evacuación del crudo boliviano a través de territorio
argentino […] YPF se opuso rotundamente a la concesión de oleoductos, aceptando con
reparos la posibilidad de utilizar el transporte ferroviario. La estatal evaluaba que al ser más
barato, el petróleo boliviano desplazaría a las importaciones de crudo de Perú, México y
Estados Unidos, pero consideraba muy peligroso que el abastecimiento de las importaciones
dependiese de la Standard Oil boliviana. Como alternativa, el gobierno boliviano solicitó
permiso para ingresar transitoriamente petróleo a la Argentina para luego reingresarlo a
Bolivia. Nuevamente la posición de YPF fue negativa, ya que aceptó la propuesta con una gran
cantidad de condicionantes.

En un contexto internacional de superabundancia de petróleo, la imposibilidad de no encontrar


una salida razonable para el crudo llevó a la Standard al cierre casi completo de sus pozos en
Bolivia (2012: 343-344).

En efecto, casi al unísono, EE.UU. accedió a yacimientos de aceites minerales ubicados en


Oriente Medio. Como resultado de ambas cuestiones, la SOCB, perdió el interés con Bolivia.
Para maximizar la utilidad del capital, le convenía mantener sus campos bolivianos como una
reserva estratégica a desarrollar más adelante, o ante situaciones eventuales de gran necesidad.
Mientras tanto, a la empresa le resultaba conveniente reorientar sus esfuerzos productivos a
los yacimientos más rentables de Oriente Medio que obtuvo durante 1928 (Deheza, 1938: 125).
Desde un principio, la SOCB, estableció sus campamentos de importancia logística en el
norte Argentino, instalando su centro neurálgico de operaciones para Bolivia en Tartagal. La
única oficina relevante que tenía en La Paz, era la de su represente legal, a quien asesoraban

119
Cuando el general argentino, Enrique Mosconi, destacado promotor de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), la primera
empresa petrolera estatal de Argentina y el mundo, fue consultado por su canciller acerca de la pertinencia de los oleoductos
que SOCB quería construir del sur boliviano a Buenos Aires, Mosconi respondió: “considero que no conviene a los intereses de
nuestro país acordar la concesión de ninguno de los oleoductos en cuestión […] que se entregaría a la Standard Oil Co. para
uso de ella y del gobierno de Bolivia […] Conceder lo solicitado a la Standard Oil Co., por más que ello interese al gobierno de
Bolivia, importaría salvo mejor opinión de V.E., una gran desventaja para nuestro país y el arraigo de una compañía extranjera
cuyas modalidades e intereses no concordarán nunca con los procedimientos e intereses de nuestra nación” (citado en, Almaraz,
1969: 132-133).

78
Juan José Anaya Giorgis

abogados nativos (Lavadenz, 1989: 170-171); y de los aproximadamente 800 empleados


a su servicio en 1927, prácticamente sólo los de rango inferior al puesto de perforista eran
bolivianos (DIGEMIP, 1930: 39). Además, en la coyuntura geopolítica posterior a la convención
de Achnakarry, priorizó la explotación de sus yacimientos en el subandina argentino; con ese
fin, trasladaría gran parte de la maquinaria pesada que tenía en Bolivia120 al norte de Salta
(Lavadenz, 1989: 157, 174).

Tabla II: Primeros campos petroleros de la SOCB y Bolivia

Metraje total
Campos Campos
Departamento perforado por Año
perforados productores
campo
Bermejo Tarija 16202 1923 Si
Buena vista Chuquisaca 4025 1926 Si
Caigua Tarija 6791 1931 Si
Camiri Santa Cruz 6053 1927 Si
Cambeiti Santa Cruz 4022 1924 Si
Camatindi Chuquisaca 10210 1929 Si
Guariri Santa Cruz 1176 1925 No
Machareti Chuquisaca 4527 1929 No
Sanandita Tarija 3737 1926 Si
Saipuru Santa Cruz 5308 1924 No
San Telmo Tarija 3879 1926 No
Tatarenda Santa Cruz 10361 1928 Si

Nota: todas las cifras son muy modestas en comparación a la industria actual; la
producción total acumulada de SOCB durante todo el tiempo que estuvo en Bolivia fue
de 910298 barriles de petróleo. Los pozos más profundos realizados por SOCB fueron de
1200 metros. Fuente: (YPFB, 1995: 75, 81, 127).

Cabe subrayar que los sondajes exploratorios de SOCB, arrojaron excelentes resultados.
De los 11 pozos que realizó hasta 1926, sólo 4 fueron “secos”. En esa época, el índice promedio
de “pozos secos/pozos comerciales” de la industria era de 10 a 1, vale decir un pozo productor
cada 10 perforados, más aun tratándose de una área nueva (Barth, 1927: 145). Los éxitos
inmediatos de SOCB, inflamaron las expectativas sobre Bolivia como unos de los principales
países petrolíferos del mundo (Lavadenz, 1989: 289), no obstante y según cálculos de Nolasco
López, en 1936 la SOCB, podía producir a lo sumo, 2471 Bpd (citado en, Deheza, 1938). Después
de todo, sí sus concesiones, fenecían en 1977 ¿para qué ir con prisas?

120
Ciertamente, la profundidad máxima de los pozos perforados con los taladros a percusión que tenía la Standard en Bolivia,
bordeaba los 1000 metros. Por esa época, la perforación a percusión ya estaba obsoleta y siendo sustituida por los taladros
rotary (Lavadenz, 1989: 173).

79
Estado y Petróleo en Bolivia

3. Un altercado entre patricios


el saavedrismo se equivocó en muchas cosas,
pero en ninguna tan profundamente como en
el problema del petróleo (Almaraz, 1969: 106).

Baptista Saavedra gobernó Bolivia de 1921 a 1926121. Antes de llegar a la presidencia de la


República, hubo destacado en la política y en la ciencia. Como político, impulsó la inclusión de
los “indios” en la vida republicana, aunque sin dejar de considerarlos racialmente inferiores
al “hombre blanco” (Rojas, 2015: 23-24); como científico adscrito al positivismo, fue fundador
e integrante de la SGLP y pionero de la ciencia sociológica en Bolivia (Argueta, 2009: 150).
Su mandato fue muy controversial. Por una parte, amplió los derechos sociales, instituyendo
por primera vez la jornada de ocho horas, y extendió la educación pública y gratuita a toda
la población urbana en edad escolar y, por otra, reprimió brutalmente a cualquier subversión
de peligro. Acribilló con el ejército a los aimaras de Jesús de Machaca122 que, a inicios de 1921
y sin alternativas, se “alzaron” contra la expoliación de sus tierras ancestrales, desalojando
violentamente a los terratenientes que se las habían arrebatado. Dos años más tarde, los peones
de interior mina que sostenían una prolongada huelga en Uncía, demandando al gobierno
elementales derechos laborales, recibieron otra masacre como respuesta (Klein, 1987: 82-83).
Ya en lo concerniente a la minería fósil, debido al polémico aval sobre la transferencia del
contrato RL-SOCNJ en julio de 1921, y a otras venias concomitantes que Saavedra concedió
a la SOCB (como la obstrucción al ingreso de la APOC a Caupolicán y ciertas facilidades
impositivas), Iturralde, López y Ramón Rivero (entonces ministro de Hacienda e Industria de
Saavedra), entre otros nacionalistas petroleros del PR, rompieron con el gobierno.
Exigían anular el contrato “inconstitucional” de la SOCB (López, 1922: 340; Alcázar, 1944:
171). Iturralde, más tarde bautizado como “el centinela del petróleo”, decía: “el PR ha subido
al poder para depurar esas perniciosas prácticas administrativas, no para seguir con los
vicios” (Congreso Nacional, 1922: 268). Para él, la Standard Oil, sería tan nefasta para Bolivia,
como lo hubo sido la compañía anglo-chilena Salitres de Antofagasta en vísperas de la Guerra
del Pacífico (1922: 179). Al respecto, su biógrafo, Moisés Alcázar, señaló: “mucho antes de la
guerra del petróleo123, la voz profética de Iturralde se levantó en el Congreso Nacional, para
señalar el peligro y combatir a los traficantes” (1944: 178).

121
A pesar de la institución formal del sistema partidario para las elecciones por sufragio en 1883, los comicios, en los hechos se
resolvían mediante peleas campales entre los grupos de choque al servicio de los partidos políticos enfrentados, conservadores
y liberales u liberales y republicanos. De ese modo, los triunfos no eran un fruto de la voluntad del pueblo, sino del fraude y la
fuerza. Las elecciones generales de 1917 no fueron la excepción. Ante la nueva derrota, los republicanos concluyeron que la
única forma de llegar al poder, sería derrocando a los liberales mediante una “revolución” (Klein, 1987: 56, 58).
Aunque Saavedra ocupaba el tercer lugar en la jerarquía de mandos del PR (luego de Daniel Salamanca y José María Escalier),
fue él quien urdió y dirigió el golpe de Estado o la “revolución de julio”. A diferencia de sus superiores, Saavedra no tenía sus
bases políticas en la clase terrateniente, sino en las agremiaciones populares de artesanos y comerciantes paceños, siendo al
unísono un hábil y carismático político. Una vez obtenida la dimisión de Gutiérrez Guerra, Saavedra se las arregló para desplazar
a sus jefes y asumir la conducción del PR y el gobierno (Klein, 1987: 76-77). En consecuencia, Salamanca y Escalier defeccionaron
al PR creando el Partido Republicano Genuino (PRG) en octubre de 1921 (Klein, 1987: 79).
122
Comunidad situada en las orillas del lago Titikaka y colindante a las vías del tren Arica-La Paz.
123
Se refiere a la Guerra del Chaco (1932-1935), cuyas causas, según muchos autores como Alcázar, habrían sido instigados por
intereses de los grandes cárteles petroleros.

80
Juan José Anaya Giorgis

Por otro lado, destacados e independientes intelectuales como Flavio Machicado Viscarra,
cuestionaron la otorgación de “nuestros terrenos petrolíferos” a una sólo compañía (la
Standard Oil), argumentando que Bolivia podría “ganar mucho” sí instalaba compañías
petroleras estadounidenses e inglesas en su territorio aprovechando su mutua rivalidad (La
República, 1922/18/01); sin embargo el gobierno de Saavedra (tal vez por simpatías con los
capitales de EE.UU.) tampoco escuchó esas objeciones ciudadanas.
Volviendo al nacionalismo petrolero emergente y liderado por Salamanca, Iturralde,
López y Rivero, cabe subrayar que su cobertura no trascendió a la cuestión de la minería fósil.
Aunque las ideas sobre la inferioridad natural de los “indios”, estaban siendo cuestionadas,
por ejemplo, Manuel V. Ballivián, manifestaba por esos tiempos: “se dice que son refractarios
a todo progreso, cosa de la cual nos permitimos disentir, pues desde la independencia, no se
ha hecho en su favor cuanto era menester hacer” (1918: IX)124; aquel “nacionalismo petrolero”,
nunca sometió a juicio la legitimidad del “pongueaje”, ni extendió su estatismo a otros rubros
económicos (Klein, 1987: 89-90).
Abel Iturralde, siendo militante fanático del ultraísmo católico, ingresó a la política para
combatir al liberalismo. Su intolerancia le indujo a incendiar la casa de los masones en La
Paz (Alcázar, 2011: 40-43; Iturralde, Francisco, El Diario, 2012/21/02). En otra ocasión, ante
la vecindad de la primera convención nacional de obreros ferroviarios de 1921, amenazó de
muerte al dirigente Ricardo Soruco por sus posiciones socialistas moderadas (Lora, 1969:
421). Algunas décadas más tarde, Amado Canales, como prestigioso intelectual y nacionalista
petrolero de su tiempo, caracterizó a Iturralde como el primer luchador “antiimperialista”
del país, aunque aquello no habría sido un fruto de “razonamientos ideológicos”, sino de
profundos “sentimientos patrióticos y de su instintivo repudio al consorcio absorbente”,
agregando enseguida:

De familia aristocrática y de fortuna, católico de convicción y dirigente republicano (partido


oligárquico), utilizó sin embargo un lenguaje que ahora es exclusivo de los comunistas, y de
quienes, por defender el patrimonio nacional, son calificados de tales, aunque en verdad no
son sino nacionalistas revolucionarios consecuentes (1963: 20).

El pensamiento político sobre cuestiones ciudadanas de Salamanca, no era esencialmente


distinto, como se aprecia en la siguiente sinopsis de Zavaleta, sobre su vida y su época:

Salamanca era el heredero de una cultura mórbida que era resultado de la servidumbre y el
aislamiento, de la cultura de la clase superior del país, de gente que no había trabajado nunca
por muchas generaciones y desde el principio; una cultura, en fin, provinciana, abigarrada,
arrogante y ciega. Era él un hombre brillante en el modo de esa cultura pero, por lo mismo,
no era un hombre realista […] Mientras había paz, el país del sistema aquel podía alimentarse
en la forma discursiva del poder; a la primera convulsión, empero, apelaba, de inmediato a
la represión de los campesinos indios y de los mineros del modo más feroz, conforme a una
rutina de siglos, porque estaba en la raíz de esa clase la idea del castigo a los indios (1998: 35).

124
De todas maneras, y cual fray Bartolomé de las Casas, el “arrepentimiento” fue parcial. En otra parte del mismo texto, escribió:
“la cruza del negro con el elemento autóctono, antropológicamente, dio mala descendencia” (IV). Además, 8 años antes, Franz
Tamayo publicó su célebre alegato reivindicando las identidades indígenas y mestizas: Creación de la Pedagogía Nacional.

81
Estado y Petróleo en Bolivia

En efecto, indistintamente liberales y conservadores cabalgaron sin pudor sobre la


demagogia desnuda mientras estuvieron en la oposición. Los liberales, ilusionaron a los
obreros mineros de la plata, prometiendo introducir legislaciones laborales más extensas pero
jamás cumplieron (Mitre, 1981: 155). En cambio, aunque no sin contradicciones, limitaciones
y ambivalencias, el “saavedrismo” viabilizó cambios inéditos beneficiando a los sectores
populares:

Saavedra opuso a la aristocracia liberal la fuerza del proletariado y revivió, como en los tiempos
de Belzu, el fanatismo alucinado de las masas. Obreros de tez bronceada y manos encallecidas
invadieron hormigueantes el palacio de gobierno, para luego sustituir las herramientas del
taller por el lápiz del oficinista. Tal actitud determinó la violenta reacción de las clases elevadas
acostumbradas al muelle burocratismo que declararon guerra sin cuartel al gobernante
(Alcázar, 2011: 85).

Tanto los liberales, como sus ex correligionarios aglutinados en el PRG, repudiaron aquel
empoderamiento de la plebe (Querejazu, 2013: 93, 102). En los hechos, el “nacionalismo
petrolero” aglutinado en torno a la primera cruzada contra la Standard Oil, ofreció dura
oposición a todo cambio social orientado a menoscabar los privilegios de la elite. Aun así,
su lucha por la causa petrolera, tuvo efectos determinantes instituyendo la pregunta en
los ámbitos políticos bolivianos: ¿a quién y cómo beneficia la explotación de los recursos
naturales?

4. La guerra del Chaco (1932-1935), la Standard Oil y el petróleo

El amor, el poder, la guerra. En eso consiste la verdad de la vida. Pues bien,


fue en el Chaco, lugar sin vida, donde Bolivia fue a preguntar en qué consistía
su vida… Es como si solamente allá la historia hubiese perdido su propia rutina
y no hay duda que entonces, sólo entonces, aprendieron los bolivianos que el
poder es algo por lo que se debe matar y morir (Zavaleta, 1998: 19).

Ya vimos que John B. Minchin, publicó un reporte sobre sus exploraciones de los territorios
bolivianos situados al este de la cordillera andina en el boletín de julio de 1881 de la RSGL con
el título de: Eastern Bolivia and the Gran Chaco. Pero fue el gobierno boliviano quien financió
esas exploraciones, no la RSGL. Curiosamente, apuntando a divulgar el trabajo de Minchin
sobre Bolivia para captar inversiones e inmigrantes europeos, el Sabio Manuel V. Ballivián
tradujo la versión editada por la RSGL y la publicó en el Boletín Nº 2 de la SGLP del año
1889. Más tarde y con igual fin, reeditó algunos fragmentos de aquel reporte de Minchin en
un boletín del año 1900 del Ministerio de Relaciones Exteriores (Ballivián, 1900: 122, 129-134).
Amerita preguntarse: ¿por qué, para divulgar los resultados de las exploraciones de
Minchin en Bolivia fue necesario traducir la versión en inglés que publicó la RSGL, en lugar de
utilizar los informes que debió remitir a su patrocinador: el gobierno boliviano?, ¿sus reportes
para el gobierno boliviano se perdieron?, ¿su calidad era inadecuada?, ¿convenía más a los
fines del caso divulgar la versión con el sello editorial de la RSGL?, ¿publicar su reporte sobre
Bolivia en el boletín de la RSGL, era parte del contrato con el gobierno boliviano, o Minchin
lo hizo por cuenta propia?

82
Juan José Anaya Giorgis

No los sabemos. Pero al margen de las respuestas, la mencionada misión Minchin significó
un hito en las políticas públicas bolivianas para colonizar el Chaco Boreal125. En efecto, la
inminencia de la Guerra del Pacífico, y especialmente su desenlace, reavivaron los proyectos
del mariscal José Ballivián en la cuenca del Plata. Durante la hegemonía conservadora, el
político y diplomático Antonio Quijarro, destacó impulsando la denomina “opción geopolítica
atlántica”, cuyos objetivos eran: “resarcirse de la pérdida del litoral marítimo boliviano sobre
la costa del Pacífico, buscando afanosamente un desemboque en el Atlántico, y lo que hace
todo civilizador -y Quijarro lo era- abrir rutas comerciales por todos los horizontes posibles”
(Frontaura, 2016: 2-3).
Sin duda, en Bolivia ninguna herida había calado tan hondo en la sensibilidad patria
como el despojo del literal marítimo. Los debates suscitados en torno a la recuperación de la
costa pacífica, seguían palpitando con vigor a través de la sociedad boliviana en las vísperas
de la Guerra del Chaco (Querejazu, 2013: 109). Con frecuencia, la posición “practicista” o
“reivindicacionista” declarada por los partidos políticos frente al problema marítimo126, ejercía
un efecto polarizante sobre la población, que se alineaba con una u otra fuerza en función a
ésta cuestión. Las peleas campales entre ambos bandos solían dejar decenas de contusos y
apaleados (Sarmiento, 1978: 12).
A inicios del siglo XX, el desenlace de la guerra por la dilatada geografía del Acre, tonificó
los esfuerzos por asegurar el dominio del Chaco Boreal mediante su exploración y ocupación
a cargo del Cuerpo de Ingenieros del ejército127 para sentar cabeceras de puente para una
penetración ulterior del capital extranjero y la inmigración europea. El gobierno de Ismael
Montes, logró instalar algunas colonias germanas, suizas y belgas, pero prosperaron poco
tendiendo a disgregarse ante la hostilidad del medio ambiente y la inaccesibilidad del territorio
en los años siguientes a su arribo (Cote, 2011: 135-136). Durante la gestión del presidente
Saavedra, se estableció en la laguna La Gaiba (ubicada algunas leguas al norte de Bahía Negra
del Río Paraguay, la colonia europea La Gaiba siendo la mayor de su época128. La SOCB,

125
Cumpliendo los objetivos de su misión en Bolivia, Minchin trazó el recorridos de las líneas férreas hacia el interior del Chaco
Boreal, uno para conectar los distritos mineros potosinos y el sur boliviano con las corrientes navegables del Río Pilcomayo, el
otro, para unir Bahía Negra situada en la rivera del Río Paraguay con la capital de Santa Cruz de la Sierra (Minchin, 1881: 407,
419).
126
Los “practicistas”, o pacifistas, aceptaban como el mal menor, al tratado de “paz y amistad” acordado en 1904 con Chile. Los
“reivindicacionistas” rechazaban cualquier relación amistosa con Chile, mientras no fuera reestablecido un acceso soberano al
pacífico (Klein, 1987: 47-48).
127
Cuyo desempeñó cumpliendo esas misiones, fue según el geólogo Kirtley F. Mather, muy eficiente y valioso, en el marco de los
recursos disponibles (1922a: 44).
Para ilustrar el patriotismo del ejército ejecutando esas misiones, comentamos el caso de la expedición de 1902 al Río Bermejo:
6 civiles y 20 soldados desafiaron caudalosos ríos y vírgenes selvas, fundando el fortín de avanzada, Campero. Su primer
comandante, el teniente Máximo Poblete, construyó el fuerte dotado con una almena, dispensario, viviendas y una finca. Estar
en el fortín Campero, se percibía como vivir en una “frontera o tierra de nadie”. Sólo tupidos bosques subtropicales y secos con
pumas, jaguares, monos, osos hormigueros, perezosos, insectos y otras plagas habitaban la zona. En 1909, el capitán Darío
Barriga mejoró el fortín para un contingente mayor, incluidas 3 o 4 “ramonas” (mujeres que acompañaban a los soldados).
Fuertes inundaciones destruyeron al Fortín Campero en 1912, quedando semiabandonado hasta las exploraciones petroleras
del geólogo estadounidense Harvey Bassler acompañado por ¡Ivar Hoppe! durante 1919 y al servicio de la RL (Cote, 2011 b: 5).
128
Fue la compañía londinense Bolivian Oil & Land Syndicate Ltd. Esta empresa solicitó esa concesión en 1923, proyectando
asentar a 3000 familias en la región (Cote, 2011: 137). La Gaiba, llegó a tener un par pequeños vapores o chalanas para navegar
el Río Paraguay, expropiadas más tarde por el ejército boliviano en los tiempos de la Guerra del Chaco.

83
Estado y Petróleo en Bolivia

también aportó a la penetración en el Chaco Boreal mediante la apertura, o mejoramiento, de


caminos uniendo centros de abastecimiento y sus campos petrolíferos129. Partiendo de las vías
abiertas por la SOCB, el ejército boliviano continuó los trabajos camineros, abriendo hasta
1932 alrededor de 3000 km. de sendas y caminos hacia y entre los fortines del interior del
Chaco Boreal (Cote, 2011: 137-138).
Sin embargo, vistos en su conjunto, aquellos esfuerzos tuvieron resultados modestos. Las
vías de acceso seguían siendo escasas, difíciles de transitar en la estación seca, prácticamente
inutilizables durante la época de lluvias (entre noviembre y abril más o menos) y adolecían
de puentes sobre los ríos caudalosos (sólo había uno sobre el Río Bermejo entre Orán y Aguas
Blancas). A la par, se carecía de mercados para la producción agropecuaria que se pretendía
generar en la región instalando colonias europeas o norteamericanas.
Paraguay por su parte, que había estado impulsado la colonización militar y económica
del Chaco Boreal desde fines del siglo XIX (como el hermano de Manuel Cuéllar lo advirtió
en su fuga de Sucre a Asunción), durante aquel contexto diplomático bilateral cada vez más
deteriorado, redobló esos esfuerzos. Su gobierno fomentó el asentamiento de colonias agrícolas
menonitas y otorgaba grandes territorios en concesión a estancieros y madereros argentinos en
el Chaco Boreal, siendo la compañía de quebracho Carlos Casado Ltd. la más importante, no
sólo por sus dimensiones, sino también porque Casado era cuñado del presidente argentino
Agustín Justo. El Ferrocarril de Puerto Casado (situado sobre el Río Paraguay a unos 600
km. de Asunción) a las cercanías de Isla Poi en el interior del Chaco, se tendió en torno a esas
actividades económicas (Cote, 2011: 135, 174-176).
Retornemos a las implicaciones territoriales de la “opción atlántica”. Según esta tesis,
políticamente popularizada por el intelectual Jaime Mendoza (pionero de la ideología
indigenista y nacionalista en el país) a inicios del siglo XX y al son de “pisar fuerte en el
Chaco”, la soberanía boliviana sobre el Chaco Boreal, abarcaba toda la geografía entre los ríos
Pilcomayo y Paraguay; por tanto, para salir al atlántico, Bolivia debía instalar un puerto fluvial
en la confluencia de ambos ríos: al frente de Asunción, siendo precisos. Paraguay y Bolivia
hubieron litigado sobre la demarcación fronteriza en el Chaco Boreal durante casi un siglo
sin llegar a un acuerdo satisfactorio por la vía diplomática (Querejazu, 2008: 14, 24). En ese
contexto, la firma del protocolo limítrofe Pinilla-Soler, de 1907, cuya característica remarcable
fue precisamente, no establecer fronteras sobre una considerable franja territorial130, los vientos
marciales por la conquista militar del Chaco Boreal comenzaron a soplar en ambos pueblos
con creciente intensidad.

129
“En la fase de exploración temprana (1921-1923), las misiones científicas de Standard Oil, mapearon más de 25000 km.² en tres
Departamentos, abarcando un área entre los grados 17°30’ y 23°50’ de latitud sur, y los grados 63° y 64°15’ de longitud oeste. La
compañía elaboró 33 mapas a una escala de 1:40000. Standard construyó 43 kilómetros de carreteras nuevas, y reconstruyó y
realizó mantenimientos permanentes, en cientos de kilómetros de rutas viejas. La compañía instaló tres campos, y en junio de
1923, comenzó las perforaciones en dos”.
(Cote, http://worldhistoryconnected.press.illinois.edu/8.2/forum_cote.html [05/06/2014: 6, traducción propia]).
130
Se trata de la zona comprendida sobre el paralelo 20º30’ y los meridianos 61º30’ y 62º (Querejazu, 2008: 21).

84
Juan José Anaya Giorgis

En 1928, el ejército paraguayo tomó por la fuerza Vanguardia, uno de los fortines de avanzada
que el gobierno de Hernando Siles131 (1926-1930) instaló buscando controlar el Chaco Boreal.
Siles, hizo recuperar Vanguardia y, como represalia, tomar el fortín paraguayo de Boquerón.
De no mediar la diplomacia panamericana los resortes beligerantes hubiesen saltado. Todo
acabó antes de 1929 con abrazos diplomáticos de dudosa concordia y el retorno de ambos
ejércitos a sus posiciones previas. Una recreación del excombatiente Emilio Sarmiento132, sobre
cómo se vivían los ánimos marciales por aquellos años prebélicos en Cochabamba, expresa:
“densas filas de hombres vestidos casi todos de negro, pertenecientes a todos los sectores
sociales, animados por líderes improvisados, pedían la guerra en voz estentórea intercalando
Vivas a Bolivia y Mueras al Paraguay, en una incesante letanía” (1978: 34).
Con abierta simpatía hacia las tesis de Jaime Mendoza, y murmurando aquella consigna
suya: “pisar fuerte en el Chaco”, Daniel Salamanca obtuvo un triunfo espectacular en
los comicios de 1930 (Klein, 1987: 143). Durante su gestión, las tensiones con el gobierno
paraguayo en torno al Chaco ascendieron. Salamanca impulsó la construcción de rutas y
fortines al interior del Chaco en el marco de un plan militar de penetración en la región (con
frecuencia los fortines de ambos ejércitos estaban a poca distancia el uno frente al otro) y
rompió relaciones diplomáticas con el Paraguay. Sin embargo, y como el Estado Mayor de
las Fuerzas Armadas le advertía en esos momentos a Salamanca, Bolivia no tenía recursos
para asumir el esfuerzo que demandaría una guerra en un territorio con un clima hostil para
el hombre andino, desconectado con el resto del país y situado a unos 2000 kilómetros de La
Paz. Incluso, el propio Salamanca llegó a decir en cierta ocasión: “hay que salir 6 meses antes
para llegar a tiempo al Chaco” (citado en, Rojas Ortuste, 2015: 40).
Mientras la hecatombe no devino manifiesta, entre los líderes políticos bolivianos, sólo la
voz profética de Saavedra se levantó en un intento fútil por disuadir la algazara belicista del
Congreso (Zavaleta, 1998: 38). Sin ser un guerrerista, Saavedra consideraba crucial ocupar
militarmente los territorios chaqueños hasta el paralelo situado entre el del fortín D´orgbiny
(boliviano) y el Río Paraguay, no hasta el ángulo de los ríos Pilcomayo y Paraguay133.

131
Siendo la reelección consecutiva era anticonstitucional, Saavedra eligió a Hernando Siles como candidato del PR a la presidencia
de la República para los comicios de 1926. Saavedra pretendía gobernar tras bastidores manipulado a la su favorecido
y repostularse a la presidencia en 1930; no obstante, Siles no fue sumiso y apartó del poder al “saavedrismo” tan pronto se
posicionó en el cargo, formando un gabinete de renovación generacional y política con líderes jóvenes de ideas socialistas. El
gobierno de Siles modernizó las instituciones públicas, sobre todo en el campo educativo. Introdujo la educación laica e inició
la institucionalización de la autonomía universitaria respecto a la Iglesia Católica y el poder Ejecutivo (Klein, 1987: 122-123).
Siles creyó conveniente ir la reelección consecutiva en la fase postrera de su fructífero gobierno. Desafortunadamente para
él y sus seguidores, la recesión económica mundial de 1929 se cruzó con sus planes. Los precios del estaño se desplomaron
acarreando la ruina de la economía boliviana. De por sí los afanes prorroguistas e ilegales de Siles, provocaron múltiples protestas,
que sumadas a la crisis recesiva, sumieron a Bolivia en el caos social. Al promediar 1929, una muchedumbre descontrolada
saqueó e incendió la casa del presidente. Siles tuvo que huir del país por su vida (Klein, 1987: 127-129; Querejazu, 2013: 151).
En Bolivia, los años ‘20 del siglo XX, se caracterizaron por la expansión de una clase media ocupada en las labores técnicas
o administrativas de las instituciones públicas y privadas, la irrupción de la lucha obrera por asuntos salariales y seguridad
laboral, la eclosión del activismo anarquista, y la recepción activa del materialismo histórico en diversos ámbitos académicos y
sindicales (Querejazu, 2013: 93).
132
Además combatió en Nanawa, la contraofensiva de Charagua y otras batallas menores.
133
En diciembre de 1924, y con motivo de las conmemoraciones por el centenario de la batalla de Ayacucho, celebradas en Lima,
Perú, Baptista Saavedra y Eusebio Ayala (quien se hallaba en el intermedio de sus dos mandatos como presidente del Paraguay),
tuvieron un encuentro. Ahí, Saavedra planteó la necesidad boliviana de contar con un puerto propio en el Río Paraguay. Ayala
asintió, coincidiendo con Saavedra en que la guerra debía ser evitada (Rojas Ortuste, 2015: 49-50).

85
Estado y Petróleo en Bolivia

A mediados de 1932, Salamanca ordenó al ejército ocupar laguna Pitiantuta situada en el


corazón del Chaco Boreal. Dicha laguna, bautizada “Chuquisaca” por los bolivianos, tenía
gran valor táctico por ser la única fuente acuífera durante la prolongada estación seca en una
vasta región de aquella geografía. Las tropas bolivianas ocuparon la laguna desalojando a la
pequeña guarnición paraguaya que ya custodiaba la posición. Tomar por asalto Pitiantuta
abrió las puertas del “infierno verde” (Querejazu, 1978: 38).
Hasta el estallido de la guerra, entre la ciudadanía boliviana casi siempre prevalecían
los sentimientos de pertenencia regional (altiplano, valles, tierras bajas) sobre la identidad
“boliviana”. Mientras tanto, para las grandes mayorías del país (los diversos pueblos indígenas),
el paso de los ejércitos nacionales o extranjeros por sus tierras, significaba igualmente para
ellos abusos y usurpación (Querejazu, 2013: 46; Klein, 1987: 82). Fue la Guerra del Chaco
el escenario donde la nacionalidad boliviana cobró sentido común entre su heterogénea
población. A través de los montes enrarecidos del Chaco (luego de la estación de lluvias el
agua desaparece devorada por los arenales), mestizos, originarios, cholos, e incluso, algunos
vástagos de la oligarquía, compartieron la existencia miserable de la vida en las trincheras y
fortines remotos del Chaco134. A la cadencia del fuego y el horror, los bolivianos que marcharon
al “infierno verde”, muchas veces a la fuerza, ganaron hermandad (Sarmiento, 1978: 249;
Peón, 1995: 24-27).
El telón bélico cayó en junio de 1935 sobre una geografía muy distinta: el frente occidental
en Villamontes y Camatindi (situadas en el subandino), y el frente oriental, al sur del río
Parapetí. Este desenlace con el ejército boliviano defendiendo el petróleo, cuyo beneficio
estaba cedido a la Standard Oil, significó para Bolivia una catástrofe sin atenuantes que sus
estadistas alentados por impulsos irracionales, jamás sopesaron posible (Zavaleta, 1998: 32)135.
Y como en las tragedias, esta catástrofe, amenazaba terminar aún peor136. La soberanía sobre
el petróleo, que “sólo beneficiaba al imperialismo aceitero”, pendía de un hilo como bien lo
indica el testimonio del excombatiente, nonagenario, Miguel Azurduy Estenssoro137:

Participé en muchísimas batallas, pero la principal batalla, fue la batalla donde verdaderamente
se salvó el petróleo que ahora goza todo el pueblo boliviano, por aquella defensa tenaz que
hicimos todos nosotros los soldados.

Porque si caía en manos enemigas Camatindi podían ser capturadas la poblaciones de Camiri,
Villa Montes y luego los departamentos de Sucre y Tarija. Por eso fue una batalla muy decisiva
en la historia de la guerra del Chaco, duró tres días y tres noches. El combate era intenso, no
hubo ni un solo minuto en el que se dejó de disparar al enemigo, era una baleadura donde
intervinieron todas las armas: morteros, fusilería, ametralladoras y cañones.

134
Bolivia movilizó a 250000 soldados, 50000 murieron allí (Querejazu, 2013: 150).
135
A continuación, dos ejemplos. En diciembre de 1933, dos tercios del ejército boliviano cayeron prisioneros en la batalla de
Campo Vía (6500 efectivos de la novena división y 1000 de la cuarta) como desenlace del tenaz cerco, o “corralito”, de las tropas
paraguayas a cargo del coronel Franco (Querejazu, 1978: 216). Casi un año después, 5300 soldados bolivianos tuvieron que
abandonar sus posiciones en Picuiba (un punto próximo a las fronteras actuales) frente al empuje del enemigo; durante la
retirada de 57 km. a marcha forzada, 1300 soldados murieron de sed (Querejazu, 2008: 208, 329).
136
“Todo este triste panorama de la guerra lo debemos al malhadado gobierno de Salamanca, cuyos ministros tenían el corazón y
el cerebro obstruidos por un inexplicable fenómeno de perturbación patriótica” (Deheza, 1938: 62).
137
Formó parte de la denominada promoción de cadetes “tres pasos al frente”. Entrevista realizada por Marco Antonio Flores
Nogales (La Patria, 19/01/2010).

86
Juan José Anaya Giorgis

Era increíble la batalla durante el día y la noche, impresionante ver el desgaste de ambos
ejércitos (La Patria, 2010/19/01)138.

Jorge Lavadenz, quien también sirvió como soldado por unos meses en el frente de batalla,
subraya:

En el campamento abandonado por la Standard, en la cumbre del cerro Camatindi, a más


de 1600 metros de altura habían quedado armadas dos torres de perforación incompletas,
calderos y diversos materiales. Estas torres podían verse a gran distancia desde las llanuras
chaquenses por donde habían avanzado los ejércitos paraguayos hasta quedar detenidos al píe
de estas serranías que les resultó infranqueable (1989: 204).

Salvado el petróleo, muchos sobrevivientes de la guerra volvieron “dispuestos a trocar


su amargura y su experiencia en acción renovadora, en condenación del pasado, en la
estructuración de una patria nueva” (Querejazu, 2013: 150). Ampliemos. La guerra, de acuerdo
a José Medina Echavarría, mezcló “en experiencias comunes —y en el pie de igualdad de
idénticos riesgos— a sus clases sociales y a sus capas étnicas, estimulando en una juventud
decepcionada un dramático anhelo de renovación nacional (2002: 22). Trasuntando la lectura
“nacionalista” sobre la realidad nacional que surgió del conflicto como discurso político
hegemónico, Emilio Sarmiento, escribió:

Los barones del estaño seguían explotando a Bolivia sin la más leve tributación y disponían de
todos los resortes de la nación, con la complicidad de la clase dirigente […] En rigor a la verdad
sólo imperaban las ideas de un liberalismo obsoleto, una capa militar glotona, incompetente
y poco imaginativa. Los políticos profesionales, los doctores del Alto Perú, se regodeaban con
los mendrugos que les arrojaban los magnates mineros, para mantener adormecida a una clase
indígena y mestiza, 85 por ciento del país, analfabeta y marginada que fue carne de cañón en
la guerra (1978: 249).

Miles habían acabado sus días en los interminables osarios del Chaco como pasto de aves
y bestias carroñeras…acaso ¿no era posible un destino diferente a morir en nombre de una
patria que trataba a sus hijos como parias?

4.1 Nación o Standard Oil: la gran disyuntiva post bélica


La Standard Oil suscitó muchas esperanzas en el gobierno de Saavedra y posteriores,
tanto como solución al creciente déficit energético interno, como fuente adicional de ingresos
fiscales vía participaciones sobre la producción bruta y cobro de patentes. No obstante, para
la Standard Oil los precios y demanda del petróleo no justificaban los costos de transporte
apuntando a su comercializarlo en el país, o en el marcado mundial saliendo al Atlántico
por el Chaco Boreal luego de la negativa del gobierno argentino a brindar su territorio para
esa empresa exportadora (Cote, 2016: 80). A inicios de 1928, todavía no existía producción

138
Azurduy integró la promoción de cadetes “tres pasos al frente”. Los cadetes tenían 16 o 17 años cuando concurrieron a la guerra
desempeñándose como oficiales, a pesar de no haber culminado sus estudios militares, por la desesperada situación en el
frente subsecuente al desastre en la batalla de Campo Vía a fines de 1933. Entrevista realizada por Marco Antonio Flores Nogales
(La Patria, 2010/19/01).

87
Estado y Petróleo en Bolivia

comercial, y a causa de aquel hecho, estallaron los primeros conflictos entre el gobierno y la
Standard Oil en torno al monto de las patentes.
De acuerdo al contrato, la cuota por hectárea en concesión o monto de las patentes, crecía
gradualmente cada año, sin embargo, la escala general del impuesto debía subir en el 30% una
vez iniciado el “periodo de producción”. La cuestión era: ¿cuándo empezaba la producción?
Según las autoridades políticas bolivianas, el periodo de producción, comenzaba una vez
descubiertos los primeros yacimientos comerciales, o concluido el “periodo de exploración”
que según el gobierno boliviano comprendía dos años a partir del ingreso de la compañía al
país, exista, o no exista, producción139. Por el contrario, para empresa el periodo de producción
empezaba junto a la explotación comercial como en cualquier parte del mundo; y con esa
visión acusaba al gobierno boliviano de elucubrar leguleyos jurídicos buscando estrujarle
tributos ilegales. De otro lado, en la opinión técnica de la DIGEMIP, la distinción entre ambos
periodos constituía “un punto muy vago del contrato” (1930: 41).
El problema fue provisionalmente zanjado en julio de 1928. El presidente Hernando Siles
(1926-1930), promulgó un decreto supremo ordenando la vigencia del incremento en la escala
de patentes, a partir del primero de enero de 1930, con o sin producción. Aunque la compañía
no estuvo de acuerdo con la medida, la aceptó a regañadientes. Aun así, la estabilidad duró
poco. En julio de 1931, el presidente Daniel Salamanca (1931-1934), quien había fortalecido
a la DIGEMIP precisamente para fiscalizar a la SOCB, emitió un nuevo decreto instruyendo
la cancelación de patentes correspondientes a la escala del “periodo de producción”
comenzando la cuenta desde 1924, cuando se halló el primer pozo comercial en Bermejo. La
empresa se negó a obedecer la “imposición arbitraria” y, en octubre de 1932, inició un litigio
demandando al gobierno boliviano por cobros arbitrarios ante la Corte Suprema de Justicia
(Somers, 1941: 11-12).
En ese contexto y ante la inminencia del conflicto bélico con el Paraguay, la Standard se
apresuró a desmantelar la mayor parte de sus instalaciones en el lado boliviano, llevando
todo lo que pudo al norte argentino. Sólo su campamento de Camiri siguió funcionando
regularmente. Según la opinión de Jorge Lavadenz, los materiales trasladados hubiesen sido de
gran ayuda durante la emergencia bélica (Lavadenz, 1989: 159, 180). Ya durante transcurridos
algunos meses en guerra, el gobierno boliviano aguijoneado por el esfuerzo bélico, instruyó a
la SOCB que tenía instaladas dos pequeñas refinerías (en Sanandita y Camiri) para satisfacer
sus necesidades energéticas, refinar más gasolina de aviación. Nuevamente la compañía
rechazó el requerimiento del gobierno, arguyendo producir tanta gasolina de aviación como
era posible de acuerdo a las condiciones técnicas (Standard Oil, 1936: 4)140. Ante la negativa,

139
Al respecto el célebre ideólogo y militante del nacionalismo revolucionario incubado en los escenarios de la guerra del Chaco,
Carlos Montenegro, escribió: “No resulta, por tanto admisible sino para el criterio de un juez sobornado, el inaudito embuste de
que el período de producción carecía de fecha fijada para comenzar. Esa fecha está indicada en la cláusula sexta, que señala el
plazo impostergable de dos años para el periodo de exploración; y está indicada también en la cláusula trigésima que puntualiza
el monto de las patentes para el periodo de exploración, y las que corresponden al período de producción que, lógicamente, es
el periodo que sigue, sin intervalo alguno de tiempo al de exploración, limitado a dos años improrrogables y fatales. Sostener
la tesis de la Standard Oil y tenerla por justa, como la tuvo más de un alto funcionario público en tristes épocas de servilismo
burocrático y venalidad administrativa, equivale, además a denunciarse uno mismo como traidor a la patria, o como estúpido
de solemnidad” (Montenegro, 1938: 28).
140
De acuerdo a su contrato de julio de 1922, la empresa estaba obligada a incrementar el suministro interno y brindar cualquier
colaboración al gobierno en caso de guerra (Cote, 2016: 80).

88
Juan José Anaya Giorgis

el gobierno decidió verificar in situ la dimensión de las restricciones argüidas por la SOCB,
autorizando la intervención militar de sus campos con el D.S. del 30 de octubre de 1933
(Bolivia, 1939: 19). Jorge Muños Reyes, uno de los pocos ingenieros bolivianos (graduado
en la Universidad de Berkeley) que había trabajado en SOCB, siendo jefe de logística en
abastecimiento de combustibles para el ejército en campaña, tomó el control de las refinerías:

Viajaron a Camiri varios técnicos bolivianos realizando estudios de laboratorio tan acertados
que tuvieron por consecuencias COMPROBAR PLENAMENTE, que el crudo de Camiri era un
excelente hidrocarburo para producir nafta de avión, con sólo agregarle etilo en el proceso de
la refinería […] Esto es la prueba más fehaciente y auténtica de la animosidad obstruccionista y
adversa que la poderosa compañía demostró hacia nuestro país en el transcurso de la contienda
(Deheza, 1938: 64-65)141.

Frente al curso de la guerra cada vez más escabroso para Bolivia, el gobierno procuró
aliviar los problemas con el auxilio de las grandes empresas que lucraban en su suelo.
Salamanca hubo logrado obtener créditos blandos de los barones del estaño para costear el
esfuerzo bélico, especialmente de Patiño (Querejazu, 2013: 146-147). A la SOCB se le solicitó
colaborar en labores logísticas, introduciendo vituallas desde Argentina con sus medios de
transporte, pero la compañía rechazó. Al finalizar 1934, el presidente José Luis Tejada Sorzano
(1934-1936), volvió a golpear las puertas de SOCB solicitando un adelanto de regalías por
5 millones de dólares. Cosechó otra humillante negativa como respuesta (Foianini, 1991:
149)142. La Standard Oil, según sus propias palabras, no quería involucrarse en esa guerra:
“Es Obvio que habría sido inapropiado para una compañía de origen estadounidense, con
negocios alrededor del mundo, tomar partido en un asunto como ese” (Somers, 1941: 15)143.
En suma, los planes y expectativas que Bolivia hubo proyectado en la SOCB, acabaron en
grandes conatos (Deheza, 1938: 100). Aquellos conatos generarían gran animadversión entre
el pueblo hacia SOCB, como también suspicacia instintiva frente a cualquier incursión del
capital extranjero en Bolivia (Foianini, 1991: 101, 161).
Por supuesto, la guerra tuvo consecuencias políticas. Además de insumir a las finanzas del
Estado en la total banca rota, liquidó la legitimidad de la dominación patricia en Bolivia. De
vuelta en casa, muchos soldados mayormente de clase media, o los denominados “parientes
pobres de la oligarquía”, buscaban conducirse políticamente a sí mismos con un instrumento
político propio (Klein, 1987: 241). Al unísono, algunos excombatientes indígenas, comenzaron

141
La colaboración de Guillermo J. Elder Bell, quien era el técnico de refinación empleado por SOCB en Bolivia, fue crucial en
esos afanes. Desde ese momento, Elder Bell trabajó para el gobierno boliviano hasta su muerte. Sus aportes a la minería fósil
boliviano fueron muy valiosos (Foianini, 1991: 143; Lavadenz, 1989: 194).
142
En realidad, Daniel Salamanca inició las gestiones por dicho adelanto, escribiendo personalmente a los ejecutivos de SOCB
con ese fin en vísperas de su derrocamiento en el denominado “corralito de Villamontes” de noviembre de 1934. El “corralito de
Villamontes”, ocurrió durante la inspección del presidente a las defensas de Villamontes. Salamanca fue apresado por el Estado
Mayor General del ejército encabezado por el general Enrique Peñaranda, condicionando su liberación a dos puntos: 1. Delegar
al Estado Mayor del Ejército la dirección de la guerra (sin ninguna injerencia civil) 2. La dimisión de Salamanca como presidente
constitucional (Peláez, 1958: 214- 215).
Sin alternativas, Salamanca acató las exigencias del ejército, sólo atinó a protestar: “este es el único corralito que les ha
funcionado”. Con esa protesta, evocaba a los cercos envolventes que los paraguayos habían estado desplegado eficazmente
contra el ejército boliviano (en Campo Vía, por ejemplo). Luego, el Estado Mayor del Ejército designó al vicepresidente Tejada
Sorzano como nuevo presidente, pero limitando estrictamente sus potestades a las cuestiones civiles (Klein: 1987: 209).
143
Traducción propia.

89
Estado y Petróleo en Bolivia

a organizarse sindicalmente mediante acciones clandestinas en el área rural rechazando su


posición de pongos de hacienda (Peón, 1995: 32).
En ese contexto y a inicios de octubre de 1935, los diputados argentinos José María Saravia
y Rafael Lencinas denunciaron, en franca disidencia contra su gobierno, la internación ilegal
de petróleo boliviano a su país a través de un “oleoducto clandestino” construido en 1925 por
la SOCB (Deheza, 1938: 1; Klein, 1987: 249). La denuncia “sorprendió”144 al país capturando
la atención unánime de la prensa y suscitando gran indignación entre la opinión pública
(Deheza, 1938: 83).
Nolasco López en su Producción y Exportación Clandestina de Petróleo por la Standard Oil
Company, publicado en 1936, calculó que la compañía hubo contrabandeado mínimamente
unos 2740 Bpd de 1925 a 1935. En dicho texto, López escribió: “sobre la base de la producción
clandestina de petróleo boliviano, la Standard construyó 4 oleoductos en Salta de 3 y 5
pulgadas” de diámetro y 233 km de longitud entre la frontera boliviana y el interior argentino
(citado en, Deheza, 1938: 71, 76-77; citado en, Almaraz, 1969: 121). Importantes matutinos como
El Diario divulgaron ampliamente esa información en la época (Klein, 1987: 249).
También se denunciaba profusamente que la SOCB habría traficado petróleo boliviano al
Paraguay (vía norte argentino) durante la guerra. El oficial de aduanas del fortín Campero,
Pompilio Guerrero, quien hubo denunciado a la SOCB por exportaciones petroleras ilegales
poco antes de la guerra, declaró a raíz del nuevo escándalo a la prensa: “si nuestro petróleo
sirvió a los paraguayos, como arma contra nosotros mismos, se debe calificar a la Standard Oil
como a criminales y traidores de guerra, y debían ser juzgados por un tribunal militar” (citado
en, Deheza, 1938: 24). Según José Deheza, el proceder “bandidezco” de la Standard en Bolivia
trascendía al contrabando petrolero:

El afán de lucro desmedido que aguijoneaba todas las operaciones de la Standard Oil, no podía
detenerse en la nimiedad de un contrabando de cigarrillos […] Cierto día el oficial P. Guerrero,
cumpliendo sus obligaciones, ordenó detener un carruaje de la Standard y su correspondiente
revisión […] practicada la verificación, se notó la existencia de un bulto excedente con la
inscripción en letras de molde rojo ´CIGARRILLOS CHESTERFIELD` (1938: 86-87).

Tejada Sorzano, aprovechó el escándalo del oleoducto “clandestino” para ganarse las
simpatías de la Legión de Ex Combatientes (LEC)145 que presionaba cada vez más a su gobierno
exigiendo beneficios sociales sobre todo para los inválidos y mutilados de guerra y para los
huérfanos y familias de quienes hubieron caído en campaña (Klein: 1987: 239-240). Además,
los veteranos de la LEC exigían entre otras demandas: sufragio y educación universales, la
abolición del “pongueaje” o trabajo rural no remunerado y la nacionalización de a SOCB
(Cote, 2011: 187,197). Procurando apaciguar los ánimos caldeados de la LEC, Tejada Sorzano
inició acciones judiciales por defraudación fiscal subsecuente a exportaciones clandestinas y

144
Sin embargo, el hecho no pudo haber sido completamente ignorado en Bolivia, al menos no entre los ámbitos técnicos y de las
jerarquías de gobierno, como se observa claramente a través del ya citado informe de la DIGEMIP sobre la inspección al pozo
Bermejo Nº 2 de 1927: “Al presente está clausurado y su producción [40 Bpd] se usa para combustible en las perforaciones de los
pozos Bermejo Nº 3 y Agua Blanca Nº 1, este último está en territorio argentino” (1930: 138).
145
Fue creada por grupos de veteranos luego del armisticio, obteniendo el reconocimiento oficial del gobierno en septiembre de
1935. El Teniente Coronel Germán Busch fue uno de sus principales promotores.

90
Juan José Anaya Giorgis

evasión de patentes contra la SOCB en octubre de 1935 (Klein, 1987: 248). Ante las acusaciones
abrumadoras que llovían sobre ella, la empresa rompió el silencio:

La Standard Oil Company of Bolivia ha evitado siempre intervenir en discusiones periodísticas


distintas a las relacionadas con sus actividades industriales, dejando invariablemente la
solución de todas las cuestiones a los tribunales competentes. Sin embargo actualmente se ve
en el deber formular una explicación relacionada con la resolución dictada por el ministerio
de Industria el 23 de octubre pasado y los comentarios a que ella ha dado lugar basados
en su mayor parte en la más pura fantasía […] Entre julio de 1925 y marzo de 1926, SOCB
proporcionó 704 toneladas de petróleo de sus campos en la margen boliviana del río Bermejo,
a sus pozos de Agua Blanca en la margen argentina del mismo río, para combustible destinado
a perforar pozos, del mismo modo que los campamentos de Agua Blanca proporcionaron a los
de Bermejo, maquinarias, útiles y enseres, como acto de “buena vecindad” (citado en, Deheza,
1938: 35-36)146.

También reconoció haber instalado una cañería de pulgadas 2½ y 100 metros de


longitud sobre un puente peatonal entre ambas riberas del Bermejo para transportar las 704
toneladas al norte argentino (Standard Oil, 1936: 35-36; Somers, 1941: 13, 18). De acuerdo
al controvertido testimonio ocular de Pompilio Guerrero147, el caño “clandestino” tenía 5
centímetros de diámetro y 250 metros de longitud, atravesando el río bajo su lecho (Deheza,
1938: 13, 18). Sobre los volúmenes transferidos sin autorización del gobierno boliviano, sólo
pudo comprobar un contrabando aproximado de 5000 barriles, o sea casi 704 toneladas, con
base en la documentación contable de la aduana argentina correspondiente a los años 1925 y
1926 (Deheza, 1938: 8).

4.2 La Standard Oil y la Guerra del Chaco


La SOCB apareció acusada como instigadora de la Guerra del Chaco al menos desde
su estallido, y sobre todo desde la prensa paraguaya y argentina, pero también desde
las organizaciones obreras y marxistas incipientes vinculadas a Confederación Sindical
Latinoamericana148 (CSL), una entidad dependiente de la III Internacional Comunista (Lora,
1985b). Unas veces se denunciaba que la Standard manipulaba y apoyaba al gobierno boliviano

146
Tomado de una “solicitada” que la empresa hizo publicar en El Diario el 8 de noviembre de 1935.
147
¿Quién fue Pompilio? Las referencias historiográficas sobre su vida y hazañas son abundantes, pero aparecen dispersas en un
amplio abanico de fuentes. No existe una monografía completa sobre su vida. La SOCB, por ejemplo, le concedió gran cobertura
en un folleto suyo de 1936 y a propósito de su pleito judicial con el gobierno por las exportaciones clandestinas. Según la
empresa, Pompilio además de conocer la existencia del oleoducto a través del Río Bermejo, autorizó el mismo las exportaciones
por 704 toneladas de petróleo. Para demostrarlo, la compañía adjuntó una copia legalizada del respectivo certificado de
procedencia firmado por el propio Pompilio que habría obtenido de la aduana argentina.
Aun así, Pompilio -de acuerdo a la versión de la empresa-, en su “originalísima declaración” (judicial), aseguró que el sólo hubo
autorizado unas exportaciones petroleras realizadas en “tambores” –para su análisis químico en Buenos Aires y Nueva York,
según la empresa; sentenciando más abajo: “Pompilio Guerrero ha faltado, pues, a la verdad” (1935: 10-11).
Por otro lado, la historiografía nacional, usualmente nos presenta a Pompilio como un oficial mestizo y humilde, quién no se
doblegaba frente a la postura intimidante de la Standard, rechazando sus ofertas de soborno a pesar de las coacciones. Encarna
el ejemplo a seguir de la pedagogía nacionalista y revolucionaria de la postguerra del Chaco.
148
En su primera conferencia internacional del 25 de febrero de 1929, se discutió mucho en torno al conflicto bélico boliviano-
paraguayo en ciernes, atribuyendo sus causas a un choque de intereses de las potencias imperialistas norteamericana e inglesa
por petróleo.

91
Estado y Petróleo en Bolivia

tras bastidores buscando una salida al Atlántico para su petróleo a través de un oleoducto
tendido entre sus campos y el Río Paraguay; otras enarbolaban variantes de las tesis de la CSL
que analizaremos más abajo (Cote, 2011: 159).
Al principio de la guerra, ese tipo de tesis conspirativas influyeron poco en las luchas
políticas internas de ambos países. Eusebio Ayala, por ejemplo, ejerciendo la presidencia del
Paraguay, desestimó totalmente su veracidad (Gillette, 1970: 299); no obstante y conforme la
lucha se tornaba interminable, aquellas fueron adquiriendo un carácter de verdad generalizada
y casi axiomática entre las gentes. Al respecto, Emilio Sarmiento en sus Memorias de un Soldado,
trasuntó:

Había sin duda manos poderosas y oscuras que atizaron la hoguera del Chaco a la sombra de las
cancillerías mediadoras con un definido tufillo a petróleo […] El senador por Louisiana, Huey Long,
extraño personaje de la política norteamericana, hizo una explícita denuncia de la participación
de la Standard Oil en la contienda […] Pronunció sendos discursos el 30 de mayo y el 7 de junio
de 1934 en el senado de la Unión fundamentando sus acusaciones contra los intereses petroleros
‘promotores de conflictos y revoluciones en América Central, Sudamérica y México’ (1978: 242).

No obstante, a diferencia de los intelectuales más destacados del nacionalismo petrolero


de la post guerra como Enrique Mariaca, Ricardo Anaya, Sergio Almaraz, Amado Canelas149,
etc. u otros historiadores paraguayos como Alfredo Seiferheld150 y Natalicio González;
Sarmiento no propuso una teoría de la conspiración, o siquiera algunas pautas, para explicar
cómo habrían operado los cárteles desatando la guerra.
Ampliemos la cuestión de Huey Long. La primera vez que denunció a la Standard por
causar la Guerra del Chaco en el Senado de los EE.UU. (el 30 de mayo de 1934), la geopolítica
energética de su país o alguna otra cuestión inherente a la praxis de sus empresas del ramo
en el extranjero, no eran parte del orden del día. En el senado se discutía la abrogación de la
Enmienda Platt para Cuba. En ese marco, Long luego de pedir información sobre la realidad
sociopolítica de América Latina en su Congreso, responsabilizó al imperialismo capitalista
de su país, tanto por el caos político que se vivía en Cuba, como por la Guerra del Chaco, y
concretamente, a Rockefeller operando a través del Chase National Bank y de la SOCNJ en
el primero y segundo caso respectivamente. Ciertamente, Long sostenía una larga disputa

149
¿Cómo distinguir al nacionalismo petrolero inaugurado por Daniel Salamanca, Abel Iturralde, Nolasco López, Ramón Rivero y
otros, del nacionalismo petrolero emergente de las trincheras del Chaco?
Aunque no la única y no sin matices y connotaciones de por medio, sin duda la concepción ciudadana de uno y otro
nacionalismo, encarna su más importante característica distintiva. En el primer caso, como ya dijimos más arriba, ni la estructura
social constituía en torno a los estamentos y jerarquías heredadas de la colonia española, ni las concepciones lamarckianas
relativas a la inferioridad natural de las razas indígenas, estuvieron sujeta a cuestionamientos de fondo. En ese sentido, las
siguientes reflexiones de Nolasco López inherentes al Art. 37 de la LOP-1921 (prescribe la contratación preferencial de personal
boliviano para las compañías petroleras extranjeras que ingresen al país), resultan ilustrativas: “en cuanto a los obreros ocuparan
con preferencia a los nacionales, lo que no obstaculiza la inmigración, de que tanto necesita Bolivia y que seguramente se
producirá con la explotación de la industria petrolera” (1922: 66).
En cambio, en el segundo nacionalismo, las diferencias sociales no se atribuyen a la naturaleza de las razas, sino a la historia
humana, exigiendo en ese marco, la inclusión de las grandes mayorías a la vida política de la nación mediante la extensión y
aplicación de derechos civiles, políticos y sociales a toda la población.
A través del subsiguiente texto, abordaremos la intervención y papel de los mencionados personajes sobre la minería fósil en
Bolivia.
150
Ver su: Conflicto Paraguayo-Boliviano (1983).

92
Juan José Anaya Giorgis

con Rockefeller151 a quien solía invocar como el big papa del sistema capitalista (Gillette, 1970:
269-297).
Sigamos con el discurso de Long. En 1878, Rutherfor B. Hayes (siendo presidente de
EE.UU) falló a favor del Paraguay en su arbitraje inherente a la disputa por la soberanía del
Chaco Boreal entre Argentina y Paraguay. Long interpeló al laudo de Hayes fundamentando
su acusación. No eran los bolivianos quienes propiciaron la guerra, sino la Standard buscando
exportar petróleo por el Chaco Boreal: la Standard, habría seducido a los gobiernos bolivianos
a tomar por la fuerza lo que por derecho, según el laudo de Hayes, era paraguayo (sostuvo
Long). Para evidenciar esa tesis, citó un D.S. boliviano de 1933 ordenando producir más
petróleo a la SOCB. Luego agregó que Franklin D. Roosevelt y su gobierno, servían al big
papa, como lo rebelaba su laxa ejecución al embargo armamentístico contra Bolivia decretado
en su país (1970: 298)152.
Pasado algún tiempo, el 7 de junio de 1934, Huey Long más conocido en EE.UU. como
the kingfisch, replicando las objeciones del embajador boliviano Enrique Finot a su discurso
del 30 de mayo (expresadas mediante una carta dirigida a él), responsabilizó nuevamente a la
SOCB por la Guerra del Chaco en el Senado de su país. Finot, en su carta, hubo reivindicado la
soberanía legal de Bolivia sobre las tierras disputadas, desmintiendo cualquier injerencia de la
Standard en el conflicto. En consecuencia, en esa ocasión Long reforzó la legitimidad del laudo
de Hayes exhibiendo un documento oficial boliviano de 1843 solicitando al Paraguay navegar
los ríos tributarios del Paraná, y un mapa de 1848 (también oficial y boliviano) demarcando
a gran parte del Chaco Boreal fuera de su territorio. Por último, citó un reporté de la SOCB
informando sobre sus pozos perforados e impuestos cancelados en Bolivia (1970: 300).
Sin embargo, refutar a Finot no era su blanco central, sino dañar a Rockefeller y a Roosevelt.
Según Long, Bolivia que estaba demandando al Paraguay en la Liga de las Naciones y la Corte
Internacional de la Haya, lo hacía con el financiamiento de la SOCB153. Finalmente, interpeló a
los agentes de la Standard Oil como “asesinos y conspiradores” dentro y fuera de los EE.UU,
enumerando sus presuntos crímenes en Texas, Colorado, Pennsylvania y Louisiana (1970:
300-301).
Después, Long olvidó la cuestión por un tiempo, recordándola sólo cuando la incorporación
de los EE.UU. a la Corte Internacional de la Haya ingresó al Senado para considerar su
aprobación el 17 de enero de 1935. Long se oponía. Según dijo, porque iba en contra de la
Doctrina Monroe (América para los americanos), la soberanía del país, y porque la Liga de
las Naciones y la Corte Internacional de la Haya estarían “ayudando” a su patrocinador

151
De acuerdo a Stephen Cote, Long pretendía incrementar impuestos y gravámenes a la explotación petrolífera en el Estado
de Louisiana, siendo entonces la SOCNJ de Rockefeller la principal productora, buscando recursos para financiar sus “políticas
populistas” (2011: 179). Por otra parte, Roberto Querejazu señaló sobre Huey Long: “tenía motivos personales de resentimiento
contra dicha compañía [SOCNJ], de la que un tiempo fuera su empleado (2008: 368).
152
En realidad, eran los fabricantes de armas de EE.UU. quienes se las arreglaban para evadir los controles aduaneros subsecuentes
al embargo armamentístico.
153
Contextualicemos. A esas alturas de la guerra, el ejército boliviano estaba siendo empujado hacia las estribaciones andinas, cuya
soberanía boliviana nunca hubo estado en disputa. En vistas de la situación, Bolivia, que previamente hubo sido considerada
como el país agresor en esas instancias siendo sujeta a su embargo armamentístico, exigía la abrogación de la sanción en
contra suya y su inmediata aplicación al Paraguay. Escuchando a Bolivia, la Liga de las Naciones embargó al Paraguay a fines de
noviembre de 1934 (Querejazu, 2008: 310-311).

93
Estado y Petróleo en Bolivia

(Rockefeller) aplicando el embargo armamentístico sólo al Paraguay (1970: 306). Con esos
argumentos, Long coadyuvó decisivamente a la victoria del bloque “aislacionista”, o sea, el
veto al ingreso de EE.UU. a la Corte Internacional de la Haya el 29 de enero de 1935. En lo
posterior, Long no volvió a tocar el tema. Murió asesinado en septiembre de 1935, y con aquel
oscuro crimen, los presuntos vínculos entre la Standard y la Guerra paraguayo-boliviana
pasaron al olvido en EE.UU (1970: 310-311).
En cambio, en Bolivia y Paraguay ocurrió lo contrario: los discursos de Long abonaron
la institucionalización hegemónica de las teorías conspirativas inherentes a los intereses
petroleros externos para explicar la guerra en los ámbitos políticos de Bolivia y Paraguay.
Incluso Eusebio Ayala, las tomó por reales luego de conocer el primer discurso de Long al
respecto (Gillette, 1970: 299). En Bolivia, el notable intelectual Gustavo Navarro, más conocido
como Tristán Marof (su seudónimo), jugó un importante papel en ese sentido. Durante su
exilio en Argentina subsecuente a su afiliación política marxista y oposición a la guerra,
fundó la Unión Nacional de Desertores (UND) en Jujuy para instigar la deserción de las
tropas bolivianas en campaña desde Jujuy (Klein, 1987: 217). Marof, como muchos jóvenes
izquierdistas de la generación del presidente Hernando Siles, acusaba a la SOCB por la guerra
en los términos de Long para justificar su pacifismo154.
No obstante fue el curso de la guerra, cada vez más sombrío para Bolivia, las inculpaciones
mutuas entre militares y políticos bolivianos de alto rango por esos resultados, como la
indolencia de la SOCB ante los requerimientos de Bolivia declarándose neutral y negándose a
producir más o brindar cualquier colaboración al gobierno mientras se luchaba en el Chaco, lo
que mayormente abonó la institucionalización hegemónica de aquellas teorías conspirativas.
En Bolivia, la SOCB surgió de la guerra encarnando las culpas por el gran desastre bélico entre
casi todos los sectores nacionalistas de izquierda, e incluso de derecha (Cote, 2016: 90-91).
Sergio Almaraz, abordando las causas del “infierno verde” en su muy influyente libro: El
Petróleo en Bolivia (la primera edición salió en 1958), expuso las teorías conspirativas inherentes
al papel de la SOCB en la guerra más aceptadas desde entonces a la fecha. Veamos cada una
sintéticamente. La primera interpela a los intereses de la RDS y la SOCB por el control del Chaco
Boreal. Con base en su pleno conocimiento acerca de la importancia petrolera que tendría
esa geografía, la SOCB se habría instalado en Bolivia y la RDS en el Paraguay, induciendo
subrepticiamente a sus respectivos gobiernos a conquistar los territorios disputados. Veámoslo
en sus propias palabras, parafraseando la tesis del intelectual paraguayo Natalicio Gonzáles:

Los ingleses lucharon vivamente por asegurarse concesiones en Bolivia, fueron ellos los
primeros en apercibirse de la existencia de yacimientos petrolíferos en el Chaco; existen en la
cancillería asuncena documentos que así lo prueban. Ellos estuvieron detrás de la revolución
liberal de 1912, cuyo resultado fue la entrega pacífica de 150000 km.² de territorio paraguayo,
conocido por la riqueza de su subsuelo en hidrocarburos155. Bolivia fue teatro por algunos años
de una lucha invisible entre dos rivales poderosos. Hacia 1927, la Royal Dutch fue desalojada

154
Ver por ejemplo su ensayo de 1935 La Tragedia del Altiplano.
155
Sobre la cuestión fronteriza paraguaya-boliviana, regía el “Protocolo Statu Quo Pinilla-Soler” firmado en 1907. Los hechos
políticos turbulentos de Paraguay durante 1912 tuvieron causas internas y no afectaron a la política exterior vigente con Bolivia
(http://www.portalguarani.com/1269_liliana_m_brezzo/11998_la_revolucion_de_1911_1912__por_liliana_m_brezzo.html
[recuperado el 29/10/2014]).

94
Juan José Anaya Giorgis

por la Standard156. Bolivia convertida en un feudo de la Standard Oil, no ofrecía posibilidades


al capital inglés (1968: 135).

La segunda teoría, más exitosa y sólida que la anterior como veremos enseguida, comprende
la cuestión del transporte que ya conocemos: la SOCB pretendía tender un oleoducto hacia
el Río Paraguay para exportar el mercado argentino y ultramarino, la RDS, impedirlo (1968:
135-137). Sobre el punto, Ricardo Anaya, pionero del marxismo y la política izquierdista en
Bolivia, apuntó:

No es discutible el hecho de que la megalomanía de Salamanca juega un papel importante


en el estallido de este conflicto [la Guerra del Chaco], pero sería incurrir en un grave error el
no percibir en esta guerra factores imperialistas, de que Salamanca fue agente consciente o
inconsciente. En la Guerra del Chaco se disputó la hegemonía de dos firmas imperialistas
sobre el triángulo chaqueño: la Standard Oil del lado de Bolivia y la Royal Duch Shell Co.
del lado paraguayo-argentino […] Que no existiese petróleo en el territorio del Chaco mismo
–afirmación que se hizo para negar el carácter imperialista de esta guerra- no destruye la
evidencia de esta rivalidad, pues de lo que se trataba era de controlar la futura exportación
fluvial del precioso líquido por las arterias de la cuenca del Plata (1969: 22).

Por último, Almaraz concluyó su análisis sobre la intervención del imperialismo petrolero
en la Guerra del Chaco de su El Petróleo en Bolivia, señalando que la SOCB al percibir que el
curso de la guerra marchaba inexorablemente desfavorable a Bolivia, se habría cambiado al
bando paraguayo, suministrando combustible y recursos económicos a ese país y saboteando
a la par al ejército boliviano, añadiendo luego: “si la guerra iba a ganarse la ganaría ella, pero
si se perdía, la perderían los bolivianos […] en cualquier caso la compañía saldría ganando”
(1968: 138-139).
Indudablemente la guerra tuvo vínculos con el petróleo, aunque y parafraseando a Stephen
Cote, no en las maneras que alegan las teorías conspirativas expuestas. Según Cote, hubo sido
el potencial del petróleo como medio para diversificar el aparato productivo, modernizar al
país, y sobre todo, de fuerza bélica, y no la Standard Oil, lo que hubo abonado las políticas
expansionistas de los gobiernos bolivianos hacia la ocupación de todo el Chaco Boreal (2011:
187). En efecto, ya Nolasco López en su Bolivia y el Petróleo, escribió:

Las máquinas destructoras de guerra están movidas por el motor de combustión interna […]
Bolivia, país muy codiciado por propios y extraños […] necesita más que ningún otro abundante
petróleo, de consiguiente el problema portuario no puede menos que estar relacionado con el
petróleo, la reivindicación de sus territorios asaltados en situaciones desiguales resolverá sólo
el petróleo o sea que con el concurso de ésta valiosa sangre de la tierra, Bolivia se presentará ante el
mundo como potencia militar (1922: 366).

Dos acontecimientos arrecieron esos afanes: 1. El enclaustramiento marítimo definitivo


subsecuente al tratado chileno–peruano de 1929, vetando una salida soberana al Océano

156
Probablemente se refiere a la subrogación comercial de las concesiones de la C&C y el inglés Jacobo Backus en Caupolicán en
favor de la Anglo Persian Oil Company. Más tarde, la SOCB adquirió otras concesiones en el altiplano, llegando a contralar 32000
km.² en dicha región: “hay quienes afirman que el subsuelo boliviano es un inmenso lago de petróleo y los señores de esta
riqueza son ellos [Standard] el Estado apenas tiene una participación mínima del 11%” (Deheza, 1938: 68).

95
Estado y Petróleo en Bolivia

Pacífico para Bolivia 2. La negativa de Argentina frente a Bolivia solicitando el tendido de un


oleoducto por su territorio de la SOCB en 1930 (2016: 79).
Reflexionando sobre las tesis anteriores, no las únicas pero sí las más divulgadas157,
preguntamos para el primer caso: ¿la SOCB y la RDS, ambicionaban los llanos chaqueños
en disputa por su potencial productor de aceites minerales? En el minucioso compendio
bibliográfico sobre las investigaciones geológicas en Bolivia de REVITEC (2004), no figura
ningún registro sobre prospecciones petrolíferas extranjeras realizadas en el Chaco Boreal
durante esa época158 (ver Anexo I). David White tampoco incluyó al Chaco Boreal entre las
áreas de interés hidrocarburífero en su afamado documento Petroleum Resort of the World (1920).
Según parece y como vimos en el capítulo I, al margen del militar boliviano Leonardo Olmos,
ningún geólogo de la Standard Oil halló indicios convincentes de petróleo en los territorios
disputados con el Paraguay (López, 1922: 198-199). De hecho, en la actual llanura chaqueña
paraguaya las formaciones de estructuras con potencial hidrocarburífero son escasas y los
intersticios de sus areniscas demasiado compactas para albergar carburantes recuperables
(Lavadenz, 1989: 261)159. Precisamente, al respecto el conspicuo “sociólogo” René Zavaleta
Mercado, concluyó:

Hay una lógica interior de las cosas que no siempre se corresponde bien con la lógica del
mundo […] la Standard Oil sabía la dimensión de los yacimientos y también su ubicación (lo
que explica su falta de interés en la guerra), la Royal Shell, en cambio, no tenía sino una visión
expectante del asunto como merodeadora de un triunfo que sobre todo podía afectar a los
Casado (1998: 30-31).

Pasemos a la cuestión del transporte. No sería en absoluto descabellado atribuir el


megaproyecto exportador petrolífero a través de un oleoducto entre las estribaciones andinas
y Puerto Pacheco (en el Río Paraguay) al pionero Luis Lavadenz, pero con toda certeza, esa
idea ya fue ofertada por la RL en 1920160 como alternativa a la salida del oro negro por el
norte argentino. En términos económicos, convenía salir por Argentina, pero sus elites
aliadas con los capitales ingleses que dominaban los ferrocarriles y frigoríficos argentinos
y sus movimientos nacionalistas petroleros emergentes, se oponían. Aunque las estrategias
geopolíticas que pregonaban sus sectores conservadores y nacionalistas eran contradictorias
entre sí, convergía en la oposición a la Standard, como lo evidencia la posición al respecto del
sobresaliente pionero de YPF y de la ideología nacionalista petrolera en América Latina, el
Ing. Augusto Huergo:

157
Debemos subrayar la recopilación de Cote sobre las teorías conspirativas que circularon explicando la guerra (2016: 84-87).
158
Si bien, la RDS tenía derechos para distribuir combustibles fósiles en el Paraguay por esos tiempos (Cote, 2011: 181), hasta
donde hemos visto, no prospectó la Llanura Chaqueña.
159
Lavadenz añade que las perforaciones exploratorias realizadas a tres o cuatro décadas más tarde de la guerra por la Pure Oil Co.
y otras petroleras en el extremo noroccidental del Chaco paraguayo, constataron las condiciones inadecuadas señaladas (1989:
261). En los últimos 50 años, 49 empresas internacionales y paraguayas buscaron hidrocarburos en su parte del Chaco Boreal,
siempre sin éxito. No obstante, recientemente la compañía President Energy Plc descubrió reservas estimadas en 1000 millones
de Bp a casi 500 km. al noroeste de Asunción (muy cerca de Bolivia) en octubre de 2014 (El Territorio, 2014/21/10).
160
“Richmond Levering & Co. propone sacar petróleo y traer maquinarias y suministros a través del Chaco, con Puerto Pacheco
(Bahía Negra) como base en el Río Paraguay. Ellos construirían un camino cruzando el Chaco hasta Puerto Pacheco con pozos
artesianos en intervalos regulares. Han proyectado usar tractores en la primera fase de la construcción. Su oleoducto sería
tendido a lo largo del mismo camino” (Schurz, 1921: 143). Traducción propia.

96
Juan José Anaya Giorgis

En contraste con la virulencia de sus críticas a la Standard Oil, Huergo parecía tener una visión
benévola sobre las empresas inglesas, en especial la Pearson, a la que describía como una
´firma de particulares caballeros ingleses que es realmente un socio activo del gobierno del
país` (Gadano, 2012: 42)161.

A consecuencia de la intransigencia argentina, controlar el Río Paraguay cobró un carácter


estratégico para el país. Sin embargo, ni la RL, ni Bolivia, tenían los medios para realizarlo
¿Y la Standard? En aquella coyuntura de precios bajos162 y disponiendo de reservas propias y
con costos productivos más bajos (incluyendo el transporte) en el Medio Oriente, instigar una
guerra para producir en Bolivia sacando el mineral por el Río Paraguay, sencillamente carece
de racionalidad económica. “De hecho, hay poca evidencia sólida disponible en los archivos
de la compañía y del gobierno para respaldar la teoría de que las compañías petroleras
tuvieron algo que ver con causar la guerra o ayudar a uno u otro bando” (Hughes, 2005: 415).
José Deheza, con las heridas de la guerra todavía frescas, desestimó cualquier intervención
de la Standard en la guerra, calificando a toda teoría conspirativa en ese sentido como infames
calumnias:

Además la presencia de la compañía durante la guerra, ha dado lugar a que el Paraguay, en su


campaña de desprestigio contra Bolivia en el exterior, fuese víctima de calumnias en sentido
de que esta nación estaba financiada por la Standard para hacer la guerra al Paraguay. Esto lo
han sostenido no solamente los escritores interesados en el triunfo del Paraguay, sino también
hombres de gran predicamento en el mundo de las letras como Antonio Zozaya (1938: 116)163.

4.3 Expulsan a la Standard Oil


Con el advenimiento de la paz, los militantes de izquierda que condenaron la matanza
decidiendo abandonar el país antes que ir a la lucha, retornaron a propagar el marxismo en
Bolivia (Querejazu, 2013: 150). Entre aquellos destacaron los jóvenes José Aguirre Gainsborg y

161
Si bien, el Gral. Mosconi como sucesor de Huergo en la edificación de YPF, caracterizó a las petroleras estadounidenses e
inglesas como imperialismos igualmente nefastos para los intereses nacionales, considerando más inteligente renunciar a
ambos “concentrando nuestra voluntad y nuestra capacidad en este problema esencial, de características únicas, resolverlo
por nuestra propias fuerzas, haciendo con ello un gran bien que las generaciones futuras agradecerán” (citado en, Almaraz,
1969: 127); en los hecho, concentró sus esfuerzos políticos en la lucha contra la presencia de la Standard Oil en las provincias
argentinas de Salta y Jujuy (Gadano, 2012: 258; 338).
162
Subsecuente al creciente incremento de la oferta venezolana. La producción comercial de Venezuela a escala industrial comenzó
en 1913 a través de la Caribbean Petroleum Company con un volumen diario equivalente a 250 barriles extraídos a 443 pies
de profundidad aproximadamente, pero las exploraciones habían comenzado cerca de cuatro décadas antes. En diciembre de
1922 el poso Barroso N° 2 del distrito Bolívar en Zulia, comenzó a erupcionar petróleo con gran violencia arrojando alrededor de
cien mil barriles diarias durante nueve días; el acontecimiento marcó la consolidación de Venezuela como uno de los grandes
productores del mundo (Salas, 1980: 47-48). Para 1929 Venezuela producía 376800 Bpd (Wilkins, 1974: 427).
163
El diplomático y ex canciller boliviano Alberto Ostria Gutiérrez, corroboró aquello: “No se habían creado intereses materiales,
o sea vinculaciones reales, con ninguna otra nación de América. Bolivia estaba sola, completamente sola. Y sin apoyo, sin
cooperación directa ni indirecta, sin simpatías siquiera –peor todavía, con la calumnia de que peleaba al servicio de la
Standard Oil contra un país pequeño y débil- sobrellevó, durante tres años, la carga de una guerra infortunada” (1953: 16).
De todos modos, Deheza denunciaba convencido al proceder “inescrupuloso” del cartel de Rockefeller: “En los libros de
contabilidad de Rockefeller hay una cuenta especial llamada ´Corn`. Allí figuran nombres de muchos políticos europeos y
americanos. Hay presidentes de república, hay monarcas, ministros de Estado, diplomáticos, senadores y diputados, militares y
civiles, etc. La cuenta ´Corn` es en la que se anotan todas las coimas sin cesar. Cada vez se agregan nuevos nombres” (1938: 129).

97
Estado y Petróleo en Bolivia

Tristán Marof, quienes habían fundado el Partido Obrero Revolucionario (POR) al promediar
1935 durante su exilio en Córdoba, Argentina164 (Klein, 1987: 218).
Otro exiliado notable por su oposición a la guerra fue José Antonio Arze, quién como
dirigente estudiantil de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) y cofundador de
la Federación Universitaria Boliviana (FUB), estuvo entre los artífices conspicuos de la
institucionalización de la autonomía universitaria en Bolivia. El presidente Hernando Siles
le nombró subsecretario de Fomento (Barnadas, 2002: 206). Posteriormente, Arze anduvo
construyendo al Partido de la Izquierda Revolucionaria (PIR)165, siendo junto a Ricardo Anaya
uno de sus ideólogos y dirigentes más brillantes. Constituido legalmente a fines de 1940, el
PIR fue el primer partido político de masas en Bolivia, si bien nunca superó el hiato entre su
jerarquía cupular integrada por intelectuales de cuna terrateniente y sus mandos medios y
bases partidarias compuestos por obreros (Querejazu, 2013: 215).
En vísperas de las elecciones generales para elegir al sucesor de Tejada Sorzano, la
guarnición militar de La Paz bajo el mando del teniente coronel Germán Busch, depuso al
presidente el 17 de mayo de 1936 sin derramar sangre. El golpe se organizó en coalición con el
bloque de Bautista Saavedra, los socialistas ex partidarios de Hernando Siles y algunos grupos
marxistas. Busch delegó el poder a su benefactor durante la guerra del Chaco, el general David
Toro. Su gobierno cívico-militar desplegó, no sin ambigüedades y contramarchas, políticas de

164
Más tarde, Marof abandonó el partido y Gainsborg murió prematuramente en 1938. De ese modo, el POR tendió a disgregarse
hasta que Guillermo Lora, un devoto del marxismo ortodoxo de León Trotsky y de las consignas de la Cuarta Internacional del
Comunismo, asumió su conducción. Nacido y criado en el entonces distrito minero más importante de la república: Uncía, Lora
creció familiarizado con la idiosincrasia de los trabajadores de los socavones, mayormente indígenas convertidos en proletarios
(2013: 244).
Con el liderazgo de Lora, el POR tuvo una presencia política destacada en los distritos mineros tradicionales, siendo influyente
sobre la organización y acción sindical del proletariado minero. En noviembre de 1946, logró que el primer Congreso
Extraordinario de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), apruebe y adopte sus afamadas “Tesis del
Pulacayo” como programa político.
Según esas tesis, el proletariado minero boliviano habría alcanzado la madurez política necesaria para tomar el poder realizando
por un lado las tareas históricas que la clase capitalista o burguesía “enana” boliviana era totalmente incapaz de consumar: la
revolución industrial y agrícola; y por otro, ejecutando la misión histórica “propia del proletariado” en la lucha de clases: abolir la
propiedad privada y edificar un nuevo orden social sin explotadores ni explotados (Escobar, 2008: 124: Lora, 1946).
165
Sus intelectuales utilizaban la doctrina marxista como herramienta para interpretar la realidad y el partido proclamaba a la
abolición de la propiedad privada como la meta central de su causa; sin embargo para los intelectuales del PIR, la realización de
la revolución industrial y burguesa constituía un paso inevitable hacia la transición al comunismo en un país semicolonial como
Bolivia. De esa manera, según el PIR las acciones inherentes a la primera etapa del cambio (la revolución burguesa), debían
ceñirse estrictamente a la lucha antimperialista en alianza con la burguesía, los proletarios y el campesinado. Sólo una vez
desarrollada la acumulación capitalista en el país, estarían dadas las condiciones materiales para consumar la segunda etapa de
la lucha: la revolución proletaria (Gallego, 1987: 237).
Un aporte doctrinario valioso del PIR, fue su visualización de la heterogeneidad étnica y racial característica de Bolivia como
fuente de conflictos sociales transversales o superpuestos a luchas de clases con base en la posición del sujeto en la estructura
de la producción. Conflictos con frecuencia más influyentes sobre las relaciones sociales que los esperados en el marco teórico
marxista de las clases sociales. Sin embargo, para el PIR la interpelación de aquellos conflictos “no clasistas” (de acuerdo al
marxismo) como elemento aglutinador de alianzas políticas, sólo desviaba a los oprimidos de sus “verdaderos” intereses de
clase, siendo por eso una práctica puramente nacionalista y demagoga.
Su programa político también fue un documento sólido y original en su época. Resumiendo, sus puntos centrales fueron:
1. Nacionalización de las minas y fortalecimiento de la economía estatal, nacionalizando los ferrocarriles y otros sectores
económicos estratégicos 2. Reforma agraria, aboliendo el latifundio y redistribuyendo la propiedad de la tierra entre quienes
la trabajaban sin ningún beneficio: los pueblos originarios 3. Reforma educativa implementando planes de estudio modernos
y con base en los requerimientos de la revolución industrial 4. Extensión de derechos sociales y económicos a los sectores más
vulnerables del pueblo 5. Disociación entre Iglesia y Estado (Klein, 1987: 393-396).

98
Juan José Anaya Giorgis

atención al problema indígena y social166 del país, como también, políticas económicas de
creciente regulación y control fiscal para el comercio exterior y la industria minera. Otra meta
central de la junta, constituía minimizar las pérdidas territoriales subsecuentes a la guerra
del Chaco (Zuleta, 2011: 3). Los cambios más radicales inherentes a su política económica,
implicaron al sector hidrocarburífero:
a. Nueva LOP promulgada con el Decreto Supremo del 7 de junio de 1936
Si bien, la nueva ley redujo las regalías al 9% (art. 28) y otorgó concesiones a perpetuidad
(art. 7); por otro lado, introducía regulaciones muy estrictas para el inversor. A continuación las
más notorias: incrementó el régimen de patentes (art. 27); subió las obligaciones de inversión
mínima en exploración y desarrollo a cargo del peticionario167 (art. 31-46); el Estado podría
utilizar de manera gratuita los medios de comunicación alámbricos e inalámbricos instalados
por el inversor (art. 47); el transporte del petróleo por concepto de regalías, entre el campo y el
punto indicado por el gobierno, debía ser realizado por el peticionario a precios de costo (art.
50); las refinerías privadas debían refinar el petróleo fiscal con una tasa de beneficio no mayor
al 5% (art. 52); las personas individuales podrían adjudicarse 100000 hectáreas como máximo,
y las sociedades no más de 600000 (art. 22 y art. 64); el Estado podría expropiar peticiones,
previa indemnización, por razones de “utilidad pública” (art. 78); el Estado tenía la potestad
de “asociarse” con los privados para explotar cualquier campo, reembolsando el monto del
capital invertido correspondiente a su participación, ya sea con su parte de la producción o
en dinero (art. 58).
Sobre la LOP de 1936, Víctor Hoz de Vila, concluyó: “la ley de Toro implicó un grave
daño a la economía nacional y un evidente, real y voluntario retroceso, que resulta difícil de
comprender” (1988: 183). En efecto, La LOP-1921 contemplaba regalías por el 11% y 55 años
de vigencia para las concesiones; no obstante cotejando integralmente ambas leyes, sin duda
la de Toro acarreaba más beneficios al Estado168.
b. Creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB)
A través del D.S. del 21 de diciembre de 1936, el gobierno de Toro creó a Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) como entidad autárquica del ministerio de Minas y
Petróleo. El proyecto hubo sido ideado antes por el oficial de sanidad “asimilado”, Dionisio
Foianini Banzer, mientras servía en la guerra como proveedor de material farmacéutico a
los puestos de sanidad militar en el Chaco. Jorge Muñoz Reyes, como encargado de la

166
Toro creó el ministerio del Trabajo, nombrando al dirigente obrero de los trabajadores gráficos y marxista Waldo Álvarez como
ministro. A raíz del inédito nombramiento, Toro dijo: “La doctrina social ha nacido en las arenas del Chaco, en las trincheras
donde civiles y militares han vertido su sangre por la patria […] tal ideología se realiza en un movimiento revolucionario que
no habrá de entronizar caudillos militares ni civiles, sino exigir a la república toda la sensatez patriótica que ha de dar paso a los
justos propósitos renovadores de justicia social” (citado en, Klein, 1987: 267).
Álvarez impulsó con éxito la sanción de la ley de sindicalización obligatoria, siendo la primera con ese propósito en Bolivia
(Foianini, 1991: 119-120).
167
Para ilustrar, comparamos la cuestión de las perforaciones exploratorias en ambas leyes. Mientras la LOP-1921 establecía la
obligación de perforar al menos 500 metros cada 50000 hectáreas (art. 13); la LOP-1936 ordenada la perforación de al menos
1200 metros cada 40000 hectáreas (art. 31).
168
Luís Lavadenz Reyes, en una carta que dirigió en 1940 al general Enrique Peñaranda, entonces presidente, se refirió a la LOP-
1936 como sigue: “se ha dictado no con ánimo de atraer capitales, sino con el preconcebido propósito de ahuyentarlos y de
perjudicar al país” (Lavadenz, 1989: 93).

99
Estado y Petróleo en Bolivia

refinación de gasolina en las refinerías de la SOCB durante su intervención gubernamental


en la guerra, fue coparticipe del proyecto. Ambos técnicos, convergían sobre la urgente
necesidad por emancipar a la nación de su dependencia del capital privado para el suministro
de combustibles169 (ver Cuadro I), porque disponer de una entidad estatal capaz de producir
carburantes, marcaría la diferencia entre una marcha exitosa rumbo a la soberanía económica
y política plena de la nación y los conotos y frustraciones como desenlace de las luchas con
ese propósito (Foianini, 1991: 99-100).
Los fundadores e integrantes del primer directorio de YPFB fueron: Dionisio Foianini, Jorge
Muñoz Reyes, Guillermo Mariaca, José Lavadenz, Humberto Vásquez Machicado, y Gustavo
Chacón. “La mayoría de ellos cursó estudios técnicos y universitarios especializados, tuvo
proximidad previa con los negocios petroleros y estuvo vinculada de una manera u otra con
la zona oriental del país” (Zuleta, 2011: 3). Foianini asumió la presidencia del directorio. YPFB
comenzó asumiendo el monopolio de la importación y distribución mayorista de combustibles
en el mercado interno y con la comercialización de la escasa producción heredada de los
campos de la SOCB (Zuleta, 2011: 3).

Cuadro I: Producción petrolífera de la SOCB 1925-1936

Años 1925 1926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933 1934 1935 1936

Producción SOCB
2667 17725 40060 16486 55017 56979 13586 41934 112046 157975 163403 105015
en Bp.*
Demanda interna
180000
en Bp.**

*Fuente producción: (YPFB: 1994: 132); **Fuente demanda: (Águila Doble, 1929: 14).

c. Caducidad de las concesiones de SOCB


Meses más tarde, mientras el litigio por defraudación fiscal entre la Standard Oil y el
gobierno proseguía su entreverado y moroso curso, el gabinete de Toro consideró tener
fundamentos suficientes para liquidarlo con la razón a su favor y declaró la caducidad de las
concesiones de SOCB mediante el D.S. del 13 de marzo de 1937. Los activos de la “ingrata”
compañía fueron transferidos a YPFB. La DIGEMIP, entonces a cargo de Jorge Muñoz Reyes
(Foianini, 1991: 123), preparó la resolución de caducidad170, cuyo primer punto entre seis,

169
Bolivia debía cubrir su déficit en derivados del petróleo, importando esos combustibles que producía la filial de la Standard Oil
en el Perú, sin opción de pago a crédito.
170
¿Participó Federico Ahlfeld en la elaboración de dicha resolución como jefe de la Sección de Geología en la DIGEMIP? Muy
probablemente, sí. Sin duda hubo empatía entre la dirigencia del movimiento nacionalista y Ahlfeld. En la primera edición de
su Geología de Bolivia (1946), Ahlfeld escribió en su prólogo: “La base financiera que facilitó la publicación de la presente obra,
la debo a la generosidad y el vivo interés de S.E. el señor Presidente de Bolivia, Teniente Coronel Villarroel, y a la participación
activa del señor Ministro de Relaciones Exteriores, don Gustavo Chacón” (1946: 5-9).
En agosto de 1946, Ahlfeld renunció a su cargo en Bolivia para trabajar como jefe del departamento de minería en la Universidad
Nacional de Córdoba. Dos años después volvió a Bolivia. A partir de 1959, integró el plantel del Instituto Regional de Geología
de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), en La Paz (Toselli, 2006: 674-675, 678). El 28 de marzo de 1960, el gobierno
boliviano confirió la condecoración de la “Orden del Cóndor de los Andes” en el grado de “Oficial”, al doctor Federico Ahlfeld (D.S.
5449). El 2 de agosto de 1960, Ahlfeld volvió a ser condecorado por el gobierno con la “Orden del Cóndor de los Andes”, esta vez,
con el grado de “Gran Oficial” (D.S. 5523).

100
Juan José Anaya Giorgis

señalaba al contrabando de las 704 toneladas como principal delito de la empresa (Deheza,
1938: 107, 113; Zavaleta, 1998: 31). La noticia fue acogida con profusas muestras de jolgorio y
regocijo popular, sobre todo por los sectores populares. Un comunicado de la LEC manifestó:
“Las clases obreras organizadas y conscientes de sus actos, declaran que se hallan dispuestas
a prestarle al gobierno, todo su apoyo moral y material en aras de la pronta y decisiva
emancipación económica de la Nación” (citado en, Deheza, 1938: 115-116). Los diarios paceños
Crónica y Última Hora comunicaron:

La explotación intensiva de nuestros yacimientos permitirán exportar todo el petróleo que


puedan necesitar nuestros países vecinos, especialmente Argentina y el Brasil, colocándonos
entre los principales productores del mundo y nivelando sin grande esfuerzo ni sacrificio
alguno nuestra balanza comercial (citado en, Deheza, 1938: 126).

Actualmente se habilitan las zonas petrolíferas de Bermejo y todo hace esperar que en breve
Bolivia se convertirá en un país exportador de petróleo en tan grande escala como el Perú,
Venezuela, México, etc., pues sus recursos son en este orden, inagotables (citado en, Deheza,
1938: 137).

Por otra parte, Roberto Querejazu, discutiendo la expulsión de SOCNJ en aquella difícil
coyuntura económica y política de la historia boliviana, afirmó:

El historiador Porfirio Díaz Machicao, en su libro “Toro, Busch, Quintanilla” comenta de este
período: “Aumentó el desconcierto. La situación económica empeoró ostensiblemente. Se
produjo el pánico y hubo desórdenes en los mercados por la elevación de los precios en los
artículos alimenticios”. Y añade refiriéndose a la expulsión de la compañía norteamericana
Standard Oil Company: “La euforia (patriótica) empujó la columna de mercurio hacia arriba, en
una fiebre de recuperación extraordinaria, pero luego bajó casi al frío intenso, en un ambiente
de honda animadversión en contra del gobernante que había jugado realmente una bella carta
nacionalista” (2013: 158).

Tomada por sorpresa, la SOCB elevó otro amparo judicial exigiendo abrogar la “ilegal
y arbitraria” resolución de caducidad. Transcurridos dos años de agrestes litigios con el
gobierno sin señales de progresos importantes a su favor, el 8 de marzo de 1939, la Corte
Suprema emitió su fallo “estableciendo la improcedencia e inadmisibilidad de la demanda [el
amparo de la Standard contra la caducidad] por falta personería legítima en los representantes de
la Standard Oil Co of Bolivia” (Bolivia, 1940: 29). Entonces la compañía renunció a reiniciar
el litigio desde foja cero, declarando a toda legítima pretensión por obtener justicia en Bolivia
como causa perdida: “incluso la Corte Suprema de Justicia se negó a considerar los méritos
del caso, aduciendo falencias de procedimiento” (Somers, 1941: 17)171. Al respecto, el ingeniero
petrolero Carlos Miranda Pacheco, con vasta trayectoria en los niveles técnicos y directivos de
la minería fósil boliviana, nos manifestó:

Al final del juicio la Corte Suprema trató de escapar al tema, señalando un vicio de forma
en el trámite, que remitía el caso prácticamente a foja cero. Es muy probable que la Corte
Suprema optara por esa burda excusa, frente a la presión que ha debido ejercer Standard
Oil, y el clima político que se estaba viviendo. La reacción de Standard Oil fue de un enojo y

171
Traducción propia.

101
Estado y Petróleo en Bolivia

muestra de orgullo por ser la más grande compañía mundial de petróleo. No quiso volver a
empezar el trámite judicial tan moroso que había transcurrido, y prefirió declarar que había
sido “ilegalmente nacionalizada”. El estado no la nacionalizó. Standard utilizó el terminó para
dar mejor forma a su rechazo por continuar el pleito. Excepto por el orgullo, los intereses de
Standard Oil en Bolivia no eran grandes (comunicación personal, 2013/27/02).

El último proceso entre la Standard Oil y el gobierno estuvo acompasado por febriles e
intensas campañas de agitación nacionalista reivindicando la “soberanía y justicia nacional”.
En el año 1938 apareció un folleto escrito por Carlos Montenegro intitulado: Frente al Derecho
del Estado el Oro de la Standar Oil, cuyos contenidos al modo de un alegato jurídico contra
la SOCB, realzaban su comportamiento “criminal” en el país y el mundo entre frondosos
llamamientos a la lucha popular por la justa “recuperación” de las concesiones de SOCB por el
Estado. Montenegro pedía al pueblo superar el complejo de inferioridad que la “parafernalia
aterrorizante de la Standard” hubo sembrado en su conciencia para derrotarla, cuestión que
sería como proclamar la “segunda independencia”. Formulando este tipo de interrogantes al
citado texto de Montenegro: ¿Qué es capaz de hacer la Standard Oil por sus intereses?, ¿Cómo
se relacionó con Bolivia? y ¿Cuáles son las consecuencias de su estancia en el país?; hallamos
reiteradas frases con el sentido enunciado a continuación:

I. “Standard Oil es un ogro con tres filas de dientes cuyas fauces abismáticas se abren ante
la conciencia independiente de América, como una sima que ha probado capacidad para
engullirse pueblos enteros” (76).

II. El Estado boliviano se vio en la imposibilidad material de contener y castigar a la incorregible


compañía, porque esta dio, a los gobiernos y al pueblo, durante la era de su imperio, la
sensación aterradora de un poder implacable y sin límites, sensación a cuya sombra llevó a
cabo, impunemente, sus abusos interminables […] y el trágico boicot con que dañó a Bolivia,
sin remedio, durante la guerra del Chaco (22).

III. El daño irrogado a Bolivia por la Standard Oil, no es calculable en números. Nadie puede
decirnos como se hubiese transformado nuestra patria si hubiese dispuesto de su petróleo
hace quince años. Sin optimismo, sin recaer en ninguna ilusión patriótica, bien podemos decir
que Bolivia estaría hoy industrializada en una gran parte de su territorio, o en todo él, de
parte a parte, por la acción fecundante y milagrosa del petróleo. Nuestra potencia se habría
multiplicado en forma de abastecer las necesidades nacionales y rebasar las fronteras patrias,
camino de otros pueblos, de otras naciones, de otros mundos” (72).

Como cierre a su celebrado alegato, Montenegro advertía sobre el funesto porvenir que
aguardaría a los bolivianos sí la Standard ganaba el juicio:

Hombres de Bolivia, justos y próvidos, han recibido ya, en sus manos, la causa de la patria
que pide justicia. No pueden ellos ignorar que un pueblo sin derechos y sin riquezas, tiene
solamente un destino: el de la bestia doméstica, siempre jadeante de trabajo sin fruto, apaleada
cuando descansa, y decapitada cuando la rinde el cansancio. ¡Así vivirán los hombres de Bolivia
si se admite que la Standard Oil tenga, aún, derecho sobre nuestras riquezas petrolíferas!

Pero no vivirán así quienes piensan que el petróleo es la sangre de la patria, nuestra sangre
misma; no vivirán así los que saben que quien ose despojarnos de esta sangre, debe pagar la
suya, como precio de la nuestra (137).

102
Juan José Anaya Giorgis

5. La epopeya de YPFB
Sintetizando las causas que tuvo la fundación de YPFB, la historiadora María Cecilia
Zuleta, explica:

Las razones están difusas en las fuentes, sin aparecer una única clara y determinante en un
arco diverso de motivos defensivos y geopolíticos, económicos, financieros, e ideológicos: los
conflictos territoriales por el Chaco y la seguridad en la demarcación de la futura frontera, aún
en ciernes172; las nuevas direcciones nacionalistas impuestas a la política del país por la juventud
militar y el grueso del grupo de los ex combatientes [LEC], encumbrados por la Guerra del
Chaco; los resentimientos de este grupo en ascenso por causa del confuso manejo de la Standard
Oil para surtir las necesidades de combustible durante ese conflicto; las influencias ideológicas
y “expansionistas” de los nacionalismos petroleros de los países vecinos (Argentina); y los
propósitos fiscales del gobierno ante una baja de la minería del estaño y una difícil situación
de las finanzas públicas, agravadas por la mora en las obligaciones internacionales desde 1931
y los gastos de guerra (2011: 5).

Imbuidos en una visión capitalista de corte keynesiano y de la doctrina nacionalista de


YPF173 argentina, la jerarquía de YPFB pensaba que la extraordinaria capacidad capitalizadora
de la minería fósil -superior a la de cualquier otro rubro productivo- no podía beneficiar
exclusivamente al sector privado; aquel extraordinario recurso como multiplicador económico,
debía revertirse hacia el desarrollo nacional por la soberanía y autodeterminación económica
(Foianini, 1991: 165). Dicha misión implicaba gestiones empresariales incongruentes con la
razón del capital privado; sólo una empresa estatal podría priorizar objetivos congruentes
a los intereses comunes de la nación, por encima de los móviles orientados a maximizar
ganancias particulares (Foianini, 1991: 135). “YPFB no tendrá inconveniente alguno en operar,
incluso a pérdida, para proveer los combustibles necesarios para el desarrollo industrial y el
mejoramiento general de las regiones más apartadas” (Deheza, 1938: 126).
Sin embargo, el equipo directivo de YPFB, no compartía la visión inherente al desarrollo
de la minería fósil como exclusivo monopolio estatal. De acuerdo con los directivos de la
empresa, la misión de YPFB, no podría prosperar en un contexto como el boliviano sin la
participación de empresas petroleras -bien posicionadas en el mercado mundial- y con ganas
de trabajar como socias de Bolivia (Foianini, 1991: 128-129). Al respecto Dionisio Foianini
explicó:

172
El pequeño e improvisado equipo geológico de YPFB, jugó un papel muy valioso durante la demarcación fronteriza con Paraguay.
Al final de la guerra, las tropas paraguayas ocupaban una media luna territorial que penetraba casi 100 km. más al norte de la
línea divisoria actual. En las negociaciones de Paz, Bolivia buscó desalojar a los paraguayos de las áreas capturadas con potencial
petrolero, amenazando proseguir la guerra en caso contrario. Los técnicos Guillermo Mariaca y Jorge Lavadenz, elaboraron el
informe técnico fundamentando la exigencia boliviana. Lavadenz, como ex jefe de transportes al servicio de SOCB en los años
´20 del siglo XX, tenía valiosos datos sobre las zonas exploradas por SOCB (Foianini, 1991:294-298; Lavadenz, 1989: 210-213).
173
Para el Gral. Mosconi de YPF, el monopolio estatal sobre los recursos naturales estratégicos, constituía una suerte de “ser o no
ser” nación soberana. Mientras las naciones latinoamericanas no detentasen el control absoluto sobre sus propias riquezas
naturales, la proclamación de su independencia sería nominal, especialmente cuando se trataba de aceites minerales (Foianini,
1991: 50; Almaraz, 1969: 127).
Hacia 1933 la revista oficial de YPF dedicó un artículo a las operaciones de la Standard Oil en Bolivia, recalcándole a Bolivia las
consecuencias nefastas de la entrega de la explotación petrolífera a intereses capitalistas e influencias extrañas al medio local
que ningún derecho debían tener sobre aquellas riquezas de variadas utilidades e incalculable valor (Deheza, 1938: 118).

103
Estado y Petróleo en Bolivia

Debíamos sumar las ventajas de los polos opuestos, armonizándolos en un régimen en el que
el interés particular obtenga su retribución legítima, pero que no pueda prevalecer sobre el
interés general, encarnado de hecho y derecho en los altos fines del bien común que competen
al Estado. Teníamos que borrar antinomias y desconfianzas para transitar vías de mutua
conveniencia, concertando las ventajas de la iniciativa privada y las del sano control estatal
(1991: 129).

Y más adelante fundamenta: “si la definición de objetivos constituye, el fundamento de


toda política, sólo la selección de los medios, adecuados a las posibilidades y a las realidades,
permite alcanzar esos objetivos, condicionando su eficacia” (1991: 158).

5.1 A las órdenes del joven German Busch

En la primera etapa de la Guerra del Chaco, Víctor Ustárez y Germán


Jordán fueron la encarnación de lo mejor del oficial boliviano en coraje y
patriotismo. A la muerte de uno y otro, el capitán Germán Busch, por sus
audaces excursiones detrás de las líneas enemigas y como comandante del
regimiento Lanza, fue el heredero de la aureola de heroísmo y popularidad
(Querejazu, 2013: 152).

Otra observación de Cecilia Zuleta subraya la escasa documentación existente sobre los
inicios de YPFB y a su difícil acceso: “presenta incompletos, discontinuidades y discrepancias,
inclusive en los volúmenes empastados de 1937 a 1943” (2011: 3).
A mediados de 1937, el gobierno habilitó inesperadamente algunos fondos destinados a la
ampliación de las refinerías. Los equipos serían adquiridos en Buenos Aires como fruto de las
gestiones de Walter Möhirng siendo representante de YPFB en esa ciudad y la colaboración
“inestimable, franca, y desinteresada” del entonces presidente de YPF Ricardo Silveyra
(Foianini, 1991: 142, 156). El Ing. químico Dionisio Foianini conoció a Silveyra realizando
un curso técnico sobre petróleo en YPF en vísperas de la Guerra del Chaco. Las gestiones de
Möhirng también permitirían comprar a crédito equipos y piezas de los taladros a percusión y
vapor que YPF hubo sustituido por modelos rotary (trépanos giratorios) y tenía almacenados
como material obsoleto. Recurriendo a ese material “obsoleto”, YPFB habilitó tres torres de
perforación de 6 toneladas y calderas de 55 HP efectivos cada (Foianini, 1991: 143-144, 154;
Lavadenz, 1989: 200).
A través del gobierno de David Toro, la LEC con Germán Busch fungiendo de jefe
supremo174 influenció mucho sobre la gestión pública (Querejazu, 2013: 159). El 21 de junio
de 1937, los sectores nacionalistas del ejército tomaron el control absoluto del gobierno por
determinación de la LEC, interpelando a la necesidad de purgar al gobierno de las dañosas
pugnas de poder que protagonizan sus aliados civiles, socavando los nobles propósitos de
“regeneración económica y moral de la nación” que la “revolución” proclamó el 17 de mayo
de 1936. (Klein: 1987: 272). Entonces Busch dijo: “El ejército asume el gobierno de la Nación
mientras los partidos políticos, depurados y organizados bajo la doctrina socialista, puedan

174
Por su brillante hoja de servicios militares, asumió el comando de la tropa en la gran defensa de los campos petroleros al sur de
Camiri en los últimos días de la guerra (Klein, 1987: 164).

104
Juan José Anaya Giorgis

ejercer sus derechos y se hallen capacitados para dirigir los destinos de la nación” (citado en,
Foianini, 1991: 117).
Algunas semanas después, Germán Busch con el apoyo casi unánime de las fuerzas
armadas derrocó a David Toro el 13 de julio de 1937, asumiendo la presidencia sin derramar
sangre y con tan sólo 32 años (Klein: 1987: 298). En su primer discurso prometió reconducir
el país hacia los principios de la revolución de mayo de 1936 que Toro “había extravió”; sin
embargo al margen de su gran voluntad, no tenía una formación política sólida ni un claro
plan de gobierno (Klein: 1967: 168-169).
Busch autorizó personalmente a perforar el primer pozo de YPFB: el Sanandita-6, situado
a 100 metros del Sanandita-5, que había hecho SOCB. Por decisión del directorio de YPFB,
la selección de los puntos a perforar correspondía a un equipo experimentado de geólogos
argentinos contratado con ese fin; pero aquel pospuso su arribo al terreno por dos o tres
meses. Mientras tanto, YPFB, en la escala de su presupuesto, sufriría terribles pérdidas por
los costos logísticos inherentes a la manutención de instalaciones y operarios ociosos en
Sanandita; además, la vecindad de las lluvias a fines de 1937 arriesgaba toda la operación.
Ante la disyuntiva, Foianini175, rebasando la autoridad del directorio, puso la cuestión
a consideración de Busch con esta pregunta: ¿debemos esperar, asumiendo los costos y el
riesgo de postergación, cuando podríamos empezar ahora? Busch le respondió sin dilación:
¡adelante! Luego de varios meses de tediosa perforación, a los 580 metros bajo el subsuelo,
YPFB coronó su primer pozo con una producción de 800 Bpd (Lavadenz, 1989: 201-202).
Uno de los principales problemas iniciales de YPFB fue la carencia de información
exploratoria. SOCB -reaccionando a la caducidad definitiva- se llevó a los Estados Unidos casi
toda la información topográfica y geológica recabada durante 15 años de meticulosos estudios.
En un contexto diplomático de tensas relaciones bilaterales, concomitantes a la expulsión
de SOCB, Bolivia impulsó infructuosas negociaciones con Estados Unidos para recuperar la
valiosa información con el objetivo de lograr demarcar fronteras después de la guerra, y por
supuesto, también para YPFB (Foianini, 1996: 173, 195). Ante la insistencia boliviana, SOCNJ
envió finalmente un conjunto de croquis y planos, “que tenían más el propósito de confundir
y desorientar al gobierno que darle una información veraz y realista sobre los trabajos de la
compañía” (Foianini, 1996: 173).
Los norteamericanos calificaron a la caducidad de las concesiones de SOCB como un
nuevo nombre para robos acometidos con prevaricato, es decir, disfrazados de legalidad. El
gobierno boliviano debía resarcir a la Standard por las inversiones realizadas, o las relaciones
bilaterales de “buena vecindad” no serían restablecidas (Somers, 1941: 7, 16-17; Foianini, 1991:
205). SOCB invirtió en Bolivia 17 millones de dólares (Somers, 1941: 1; Hoz de Vila, 1988: 166;
Royuela, 1996: 65)176. Para EE.UU, Bolivia, constituía un mal ejemplo para los gobiernos de
América, que ya había sido imitado en el caso de México, y estaba siendo evaluado por otros

175
Acompañó a Germán Busch durante todo su gobierno como ministro de Minas y Petróleo, siendo relevado de sus funciones en
YPFB por Guillermo Mariaca.
176
Jorge Lavadenz estimó la inversión neta de SOCB en unos 15 millones de dólares, sin embargo las principales bases logísticas
de la empresa estuvieron instaladas en el norte argentino (1989: 166, 288). Sergio Almaraz afirma, sin precisar datos, que la
inversión fue mucho menor a 17 millones (1969: 105-106).

105
Estado y Petróleo en Bolivia

países del hemisferio creando desconfianzas entre los gobiernos e inversionistas de América,
y por tanto, lesionando a su política exterior del “buen vecino” (Somers, 1941: 7-8)177.
Aún con los campos “heredados” de SOCB, la producción de YPFB apenas cubría el
25% de los requerimientos internos (Zuleta, 2011: 13). YPFB carecía del personal técnico y
experimentado requerido para rehabilitar y desarrollar los campos abandonados o semi
abandonados por la Standard. Apuntando a incrementar la producción, la empresa priorizó
la formación del futuro plantel técnico mediante un programa de becas dirigidas a bachilleres
que fue lanzado en convocatoria nacional el año de 1937 para incorporar a 40 futuros técnicos.
Los 7 becados mejor calificados fueron enviados a estudiar ingeniería petrolera o afines en
la Universidad Nacional de México (UNAM), siendo: Miguel Ángel Roca, Jorge Aldazosa,
Alfonso Romero Loza, Reinaldo Muños Reyes, Enrique Mariaca, Efraín Capriles López y
Hernán Saavedra Suárez. El resto trabajó en las instalaciones de YPF en Comodoro Rivadavia
por un año adquiriendo experiencia operativa y, aunque YPFB solventaría sus salarios como
obreros argentinos, eso no habría sido posible sin el apoyo de Ricardo Silveyra (Foianini,
1991: 155-156).
Volvamos al gobierno de Busch. Inicialmente, sus políticas económicas fueron
conservadoras. Confió el ministerio clave de Finanzas a notables agentes del laissez faire
que aplicaron la ortodoxia liberal para reducir el déficit fiscal, suprimiendo casi todas las
subvenciones a productos de primera necesidad y ayudas sociales que David Toro hubo
implementado en la post guerra. En cambio sus reformas políticas pronto denotaron el tenor
contrario. La dictadura llamó a elecciones generales para una Asamblea Constituyente a
mediados del año 1938, habilitando la intervención de la LEC y Confederación Sindical de
Trabajadores de Bolivia como partidos políticos (Klein, 1967: 170).
A la Constituyente asistieron delegados obreros, jóvenes izquierdistas, excombatientes,
políticos veteranos e incluso un representante de la “clase” indígena. El PL y el PRG se negaron
a participar. La plenaria eligió a German Busch presidente constitucional, autorizó firmar
el tratado de Paz y Amistad acordado con Paraguay en la mesa diplomática y aprobó una
carta magna que fracturó los basamentos liberales de la Constitución previa y vigente desde
1880 (Querejazu, 2013: 162-163). El estatus constitucional de la propiedad privada como un
derecho natural e inalienable que precedía al Estado, se cambió al de un derecho concedido
por el Estado, siempre y cuando, tenga alguna utilidad social. También asignó por primera
vez roles activos al Estado para promover el bienestar general, amplió los derechos sociales y
atenuó las prerrogativas del derecho político (Klein, 1967: 171-172).
En cuanto a la cuestión de los recursos naturales la CPE de 1939, además de ratificar
la propiedad monopólica del Estado sobre cualquier sustancia del “reino mineral” y su
explotación factible mediante concesiones a particulares (art. 107), declaró la soberanía absoluta
de la justicia boliviana frente a cualquier litigio con empresas nacionales o extranjeras (art.
110), y para el caso específico del petróleo, ordenó: “la exportación del petróleo de propiedad

177
Un análisis bastante completo en el marco de los existentes sobre los vínculos entre la nacionalización petrolera boliviana y la
mexicana de 1938, se halla en: (Zuleta, 2014).

106
Juan José Anaya Giorgis

fiscal o particular, sólo se hará por intermedio del Estado o de una entidad que lo represente”
(art. 109).
La elite tradicional advirtió de inmediato que su poder mermaría tarde o temprano, sí la
nueva Constitución regía el país y sin perder tiempo, obró con ahínco para restaurar el orden
institucional abrogado. Valiéndose de sus agentes incrustados en los partidos tradicionales,
la prensa y el aparato burocrático público y privado; saboteó día y noche al gobierno del
“socialismo militar”. Los planes de Busch solían varar en las dependencias públicas. No pocas
veces su gente de confianza, a quienes Busch había fiado cargos públicos de jerarquía, utilizó
sus privilegios para enriquecer a sus espaldas mediante corruptelas (Klein: 358-359).
YPFB fue blanco de la ponzoña difamatoria y el sabotaje. La “rosca” acusaba a la empresa
de ineficiencia administrativa e insolvencia económica (Zuleta, 2011: 7). Sobre casos de
sabotaje, vale la pena parafrasear el testimonio vertido por Foianini en Misión Cumplida.
Para la banca nacional, YPFB no era un sujeto crediticio de confianza, y al promediar 1937,
todos los bancos habían rechazado sus solicitudes prestatarias. Buscando urgentes recursos
financiaros, Foianini peregrinó a golpear puertas en Buenos Aires con ayuda de su amigo
Ricardo Silveyra, logrando éxito. La Compañía Industrial y Comercial Argentina (CICA),
aceptó prestar medio millón de libras esterlinas. Frente a la oferta, el gobierno del presidente
Busch no vaciló en garantizarla y se firmó el contrato (1991: 167).
Sucedió entonces algo inesperado. Al cundir la noticia en los medios de prensa, el BCB,
aparentemente movido por un sentimiento de mea culpa, ofreció públicamente otorgar el
préstamo por idéntico monto, pero a precios más bajos. Rechazar la propuesta del BCB luciría
en la opinión pública como traicionar a la patria e implicaría un gesto que podría lesionar
la legitimidad futura de YPFB; al menos así lo habría entendido el directorio de YPFB y el
presidente Busch. Por tanto, se decidió anular el empréstito CICA, y aceptar el del BCB. Foianini
y Casto Rojas, como presidentes de ambas entidades, sellaron los términos contractuales. El
BCB desembolsaría las 500000 libras en cuotas periódicas, el primer desembolso de 62500 se
realizó de inmediato. Pero, llegada la fecha prevista para el segundo, el BCB comunicó no
disponer de divisas y no poder transferir los desembolsos restantes. “La rosca había jugado
sus cartas con astucia” (Foianini, 1991: 168).
Bolivia contrajo los primeros contratos importantes por exportación petrolera en el
gobierno de Busch. Se firmaron acuerdos con Brasil, Argentina y Paraguay. Con este último país
se acordaron promisorios planes de complementariedad económica, los que sin embargo no
prosperaron (Lavadenz, 1989: 213). Con Brasil y Argentina, se acordó trocar aceites minerales,
por recursos de fomento industrial y la construcción de ramales ferrocarrileros. Argentina debía
solventar los estudios y construcción del ramal Santa Cruz-Yacuiba, y Brasil, el ramal Santa
Cruz-Corumbá. Para garantizar el pago en especie a cada parte, Bolivia destinaría el petróleo
de los campos subandinos situados al sur del río Parapetí, a la Argentina, y la producción de
los campos situados entre los ríos Parapetí e Ichilo, al Brasil. Aunque la implementación de
los programas ferroviarios, sufrió reiteradas postergaciones y múltiples modificaciones, en
ambos casos, dataron al Estado, mediante YPFB como su instrumento técnico, con recursos

107
Estado y Petróleo en Bolivia

valiosos para las negociaciones diplomáticas, en el marco del pragmatismo y los intereses
geopolíticos usualmente determinan las relaciones internacionales (Foianini, 1991: 276)178.
Entre los negocios petrolíferos que Bolivia pactó bajo el mandato de Busch, destacó el
firmado con Alemania -meses antes de la Segunda Guerra Mundial- por las condiciones
ventajosas que ése país le otorgó, a cambio de un rápido y seguro suministro hidrocarburífero.
El Sudamerikanische Bank alemán, financiaría con créditos blandos el fortalecimiento
intensivo de YPFB, a la par, el gobierno germano dotaría excelentes taladros rotary de motor
diésel a YPFB179; Bolivia pagaría con producción. La Segunda Guerra mundial estalló cuando
los taladros estaban por ser enviados; sin embargo, las hostilidades europeas no acarrearían
la ruptura de los acuerdos bilaterales. El gobierno “socialista” calificó a los móviles de la
guerra europea como intereses ajenos a los bolivianos, declarándose neutral de acuerdo a sus
legítimas potestades como nación soberana. Bolivia cumpliría sus obligaciones acordadas,
mientras la contraparte hiciera lo propio. Los taladros todavía podían zarpar de los puertos
neutrales de Italia e internarse a Bolivia por Buenos Aires (Foianini, 1991: 171-172). El acuerdo
germano-boliviano sembró una visión de futuro sobre Bolivia muy optimista entre la directiva
de YPFB. Los recueros financieros y avanzada tecnología significarían el fin de las abultadas
dificultades, inaugurando chances inmejorables para un crecimiento acelerado del país, cuya
fuerza motriz sería YPFB (Foianini, 1991: 172). Todas las ilusiones se desmoronaron con el
abrupto e inopinado final de Busch.
A pesar de sus esfuerzos, la “rosca” no podía recuperar el gobierno desbaratando al
“socialismo militar”. Los partidos tradicionales, con excepción del PR de Bautista Saavedra,
sucumbieron al trance posbélico, sin brújula, ni liderazgo. Saavedra no sólo se alió con el
“socialismo militar” durante la “revolución” de mayo de 1936, manteniendo el liderazgo
y la unidad de su partido; también supo adaptarse al contexto posbélico, ganando profusa
simpatía entre las juventudes “socialistas”. Toro percibió al viejo caudillo como un peligroso
rival para sí mismo y resolvió extirpar el peligro desterrando a Saavedra que falleció exiliado
en marzo de 1939 (Klein, 1967: 174). Su muerte impactó alterando la correlación de fuerzas
políticas:

Su presencia vigilante había sido el único obstáculo que privaba a sus segundos de negociar
la lealtad del republicanismo y entregarse, con armas y bagajes, al servicio de las clases
dominantes. No esperaron siquiera a que sus huesos se enfriaran. Apenas enterrado su jefe,
sellaron un pacto con liberales y genuinos para formar “la Concordancia” (Fellman, 2013:165).

Apuntando a las elecciones parlamentarias previstas para mayo de 1939 y con los auspicios
del intelectual Alcides Arguedas, la Concordancia proclamó sus objetivos políticos inmediatos:
revocar la nueva Constitución, disolver el Congreso integrado por los constituyentes electos

178
El Departamento de Estado estadounidense intervino en el asunto presionando a los gobiernos brasilero y argentino para
abortar los tratados. La firma de los mismos, implicaba legitimar tácitamente la expulsión de SOCB. A pesar de las presiones,
Argentina y Brasil, no acataron la voluntad del Departamento de Estado (Klein, 1987: 400).
179
La tecnología diésel no sólo posibilitaría un gran salto en la productividad y eficacia del trabajo. La maquinaria accionada a
vapor, obligada a circunscribir las perforaciones en áreas vecinas al río Parapetí o Bermejo, por falta de agua y tuberías (Almaraz,
Sergio, 1969: 194).

108
Juan José Anaya Giorgis

en 1938, llamar a nuevas elecciones y el retorno del ejército a sus servicios profesionales (Klein,
1989: 355). Casi al unísono salió a la luz pública el “affaire” por la venta ilícita de visas a judíos
europeos, cuya inmigración a Bolivia, hubo sido declarada irrestricta por el gobierno en junio
de 1938, arreciando una tormenta periodística descalificando la moral de Busch180. Agobiado
por los problemas de su Gobierno, el 24 de abril de 1939, el presidente se proclamó dictador
(Klein, 1967: 177). Para justificar su determinación autoritaria, Busch trasuntó sus ideas a
través de un extenso y emotivo manifiesto; a continuación, extraemos algunos parágrafos
ilustrativos:

Como un testigo presencial de la guerra, concebí los mismos ideales de superación, de renovación
profunda, de depuración del alma nacional que compartieron y comparten conmigo todos
aquellos que sufrieron, en carne propia, el trance heroico en los campos de batalla, un idéntico
dolor engendró en los combatientes un idéntico ideal de resurgimiento patriótico.

Concebí, como un ideal, la reorganización de los partidos y fuerzas políticas con programas
claros y definidos. Reconocí la necesidad del libre juego democrático y la acción de control
y orientación verazmente patriótica de las fuerzas de oposición. Sostuve la conveniencia de
una amplia libertad de prensa que diera como resultado el señalamiento de rumbos acertados
[…] pero he constatado que, lejos de lograr esos objetivos, benéficos para la colectividad, a la
libertad de prensa se ha impuesto el libertinaje con un desborde violento de la diatriba que
es una negación del grado de cultura a que ha llegado la República; a la acción que debiera
ser patriótica y realmente cívica de los partidos de oposición, ha sucedido una fermentación
subversiva y demagógica que envenena el ambiente nacional […] Sólo dos posiciones se
advierten en el fondo de sus actos: el afán irreflexivo de derribar al gobierno, por cualquier
medio y procedimiento, y un ansia incontenible y sin escrúpulos, de lucrar.

A partir de hoy inicio un gobierno enérgico y de disciplina, convencido de que este es el único
camino que permitirá la vigorización de la República, en lo interno y lo internacional. El país
necesita orden, trabajo y moral para cumplir su destino (citado en, Klein, 1987: 359, 360, 361).

Aunque la dictadura declaró vigente a la Constitución de 1938, clausuró las próximas


elecciones, cerró el Congreso y se atribuyó sus funciones. Incluso Busch emitió una serie de
decretos supremos definiendo la moralidad de las instituciones públicas y los negociones
privados, pretendiendo extirpar “la decadencia moral que pudría los cimientos de la nación”
(Klein, 1967: 178).
Una de las medidas más trascendentes de la dictadura fue ordenar el primer Código
del Trabajo instituyendo marcos contractuales obligatorios, seguridad laboral, vacaciones
pagadas anualmente, indemnizaciones por accidentes y otros beneficios para la clase obrera.
En política económica, Busch estatizó el Banco Central de Bolivia (BCB) y el Banco Minero181.
Asimismo, rechazó los reclamos mineros por una rebaja en el porcentaje de las divisas
que debían entregarse, obligatoriamente al BCB (el porcentaje oscilaba en el 50% del flujo
monetario por comercio exterior), asumiendo una resolución contraria y radical. El 7 de junio

180
Bolivia abrió sus puertas a la inmigración judía como gesto genuino de solidaridad, no obstante, el cuerpo diplomático nacional,
en complicidad con sectores de la Cancillería, organizó una red para la venta ilícita de visas a un precio de 10000 a 20000 francos
cada una. Si bien Busch despidió a los implicados, las acusaciones periodísticas no amainaron (Klein. 1989: 358).
181
Ambas medidas, más la abolición del “pongueaje”, fueron propuestas en la Constituyente de 1938 por el delegado Víctor Paz
Estenssoro, donde se rechazaron luego de agrios debates (Klein, 1967: 172).

109
Estado y Petróleo en Bolivia

de 1939, el gobierno ordenó por decreto supremo la entrega del 100% de las divisas al BCB,
al tipo de cambio oficial (Klein, 1967: 179-180). Sólo Simón I. Patiño acató la medida. Los
demás potentados la calificaron como abusiva e ilegal y redoblaron esfuerzos para obstruir al
gobierno. Mauricio Hochschild era el saboteador más activo y no escatimaba sobornos para
obtener la “cooperación” de los funcionarios públicos (Querejazu, 2013: 168-169, 173).
Finalmente la oligarquía dominaba la burocracia gubernamental y Bush no atinó a
reestructurarla, ni tuvo suficiente visión política para organizar una coalición cívico-militar
capaz de soportar su proceso de cambio. Los decretos brotaban del palacio presidencial, pero
producían pocas reacciones y menos resultados. Dependiendo totalmente de la oligarquía,
incluso para continuar la rutina administrativa, el joven dictador sintió la absoluta locura
de sus sueños quijotescos y románticos (Klein, 1967: 183). A la madrugada del 23 de agosto
de 1939, Busch abandonó una recepción íntima con familiares y amigos que oficiaba en su
residencia. Se fue a la oficina y llamó a sus edecanes de confianza, los coroneles Carmona y
Goitia, para trabajar en los despachos presidenciales. Mientras los edecanes discutían, Busch
desvió la reunión a otros temas. Se quejó por las corruptelas, las difamaciones y el boicot sin
tregua. De pronto y sin explicación alguna tomó su pistola, e implacable, detonó el arma sobre
su sien (Alcázar, Última Hora, 1986/02/05).
Al óbito de Busch, sobrevino la restauración de la “rosca”. El general Carlos Quintanilla
Quiroga tomó el mando de la nación apoyado por las facciones del ejército contrarias a
Busch. Quintanilla convocó comicios generales para marzo de 1940, cuyos resultados,
favorecieron al candidato de la Concordancia, general Enrique Peñaranda, con el 82% de
58000 votos, frente al candidato del Frente de la Izquierda Boliviana (FIB), José Antonio Arze,
que aglutinó a izquierdistas radicales marginados por el “socialismo militar” (Klein, 1987:
385). La restauración tuvo impactos funestos e instantáneos sobre YPFB. Quintanilla canceló
los acuerdos germano-bolivianos -por anuencia con los aliados- en los primeros días de su
mandato; casi al unísono, destituyó al ministro Foianini y a toda la plana mayor de YPFB.
Como actor protagónico y testigo de la rápida intervención a YPFB, Jorge Lavadenz, indica
su cariz y resultados:

En cuanto a los nuevos directivos de YPFB, eran abogados, políticos, dentistas, y desde ya,
los arribistas de siempre. Muy posteriormente supe que uno de estos flamantes funcionarios
había mandado un cable a Camiri pidiendo ser informado en el acto acerca de cuál era el pozo
que producía kerosene […] En los campos petroleros cundió el desaliento; se suspendieron
todos los planes de desarrollo, disminuyó el ánimo de progreso que impulsaba hasta el último
obrero, y como podía esperarse, comenzó un período descendente en la actividad fiscal
petrolera (1989: 217).

Por otra parte, la Concordancia, persiguió con frenesí a los nacionalistas ligados a Busch.
Foianini fue víctima de nutridas intrigas dolosas y debió vivir muchos años en Argentina
como refugiado (Lavadenz, 1989: 218). En julio de 1940, el Mayor Elías Belmonte y otros
colaboradores cercanos de Busch, fueron falsamente acusados de gestar un golpe de Estado
con respaldo Nazi que se proponía abrir una cabecera de puente “hitlerista” en Sudamérica
(Foianini, 1991: 248).

110
Juan José Anaya Giorgis

Figura N° V: El Escuadrón Busch

Disfrutando momentos de relajación en el frente, quizá en 1934 o después. 15 hombres integraban el grupo
destacado para German Busch. Fuente: (Foro Debate Homenaje a los Caídos de Ambos Ejércitos, https://www.
facebook.com/groups/716698028388601/search/?query=escuadr%C3%B3n%20busch [13/11/2014]).

En realidad, las evidencias culposas, habían sido fraguadas por la inteligencia británica,
buscando provocar la ruptura diplomática de Bolivia con Alemania (Blasier, 1972: 37). La
maniobra logró su cometido. El canciller Alberto Ostria Gutiérrez, a quien Busch había
designado por meritocracia en 1939 -luego del negociado de las visas- (Klein, 1987: 362),
acaudilló la ruptura y la persecución a los supuestos esbirros del tercer Reich. Durante los
meses subsiguientes y al promediar el año 1942, la estratagema urdida para sacar a los nazis de
Bolivia resultó insostenible, al punto de precipitar la dimisión voluntaria de Ostria Gutiérrez
a su cargo de canciller. Es probable que Ostria no soportara haber sido utilizado como peón
de ajedrez en un juego de imposturas que hubo asumido por verdades (Querejazu, 2013: 207-
208, 217).

5.2 El contrataque de la Standard Oil


Mientras el estado boliviano denegó indemnizar a la Standard, el Departamento de
Estado obstruyó los intereses de Bolivia en el extranjero, particularmente los asuntos de
YPFB ocasionando de este modo que el país no consiguiera ninguna ayuda para levantar su
economía desbaratada y altamente endeudada por los costos de la Guerra del Chaco. Este

111
Estado y Petróleo en Bolivia

fue su castigo por expulsar a la Standard, sin compensación alguna (Foianini, 1991: 201, 205;
Querejazu, 2013: 206).
Luego de romper relaciones con Alemania, la Concordancia decidió ceder a los reclamos
norteamericanos, negociando una indemnización para la Standard. En marzo de 1941, el
gobierno boliviano se pronunció públicamente a favor del arreglo y la cuestión ingresó en
la agenda oficial del Congreso nacional. Desde su ascensión al poder, el bloque opositor al
socialismo militar buscó alinearse con Estados Unidos, esperando recibir ayuda económica de
su gobierno (Klein, 1989: 400). Frente al conflicto bélico entre los regímenes totalitarios y las
democracias de occidente, Peñaranda se declaró abiertamente amigo del bando “democrático”
(Ostria, 1953: 27, 29). Sin embargo, para obtener cooperación de Estados Unidos, era preciso
solucionar el asunto pendiente (Klein, 1989: 401).
En realidad, los acercamientos bilaterales por el asunto SOCB, comenzaron cuando
Quintanilla subió a la presidencia. Entonces los abogados de la Standard rehabilitaron sus
redes de influencia, apuntando a obtener una compensación pecuniaria del gobierno por
la pérdida de sus concesiones182. Los rumores sobre la posibilidad de aceptar el reclamo
“ilegítimo” de la compañía, se filtraron en la opinión pública (Lavadenz, 1989: 217). En la
visión nacionalista, Bolivia como república soberana, tenía leyes de conocimiento público
que no eran de adorno, la Standard había infligido la ley sin escrúpulos y debía atenerse a la
legítima sanción. Para los nacionalistas, indultar e indemnizar a la Standard, significaba otro
gesto de ciclópea prepotencia imperialista, un triunfo de la impunidad, con la subsecuente
autoimputación de los crímenes y defraudaciones acometidos por la compañía que no podían
ser tolerados (Almaraz, 1969: 166-167).
Varios líderes nacionalistas crearon la Unión Boliviana de Defensa del Petróleo, a fines
de 1938 (UDP-38), apuntando a rechazar el nuevo asalto de la “incorregible compañía”, cuyos
fundadores crearían más adelante dos partidos políticos tan importantes como mutuamente
antagónicos para la historia de Bolivia: el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR)183

182
Siendo Carlos Calvo uno de los más conspicuos como ex director de SOCB en 1935 (SOCB, 1936: 2).
183
Fundado en junio de 1942. Los programas y planes políticos que abrazó el MNR en su manifiesto de principios, aprobado
uno año y medio después de la fundación, no eran muy precisos. El documento discurría en enunciados como: “defender los
intereses nacionales, contra el seudo socialismo, contra la democracia entreguista, por la liberación económica de Bolivia,
por el nacionalismo revolucionario, por la consolidación del Estado y por la seguridad de la Patria”; sin ahondar demasiado
sobre los medios involucrados para lograr los fines proclamados. Sin ceñirse a un programa político conceptuoso, el MNR,
se dedicó a inflamar el descontento nacional, responsabilizando a la “rosca” por cualquier problema o dificultad del pueblo
en la vida cotidiana; “no se inspiraba en profetas, ni seguía a ningún mesías…su estrategia era el pragmatismo, su bandera el
nacionalismo” (Querejazu, 2013: 215).
Se ganaba la simpatía de las masas, recurriendo a medios carismáticos. Carlos Montenegro, editaba el órgano oficial del
partido, La Calle, un periódico “populachero”, caracterizado por el “sensacionalismo de sus noticias y la agudeza criolla de sus
comentarios” (Querejazu, 2013: 216).
Al calor de la lucha en la arena política, el MNR se apropió de los ejes programáticos clásicos de la izquierda boliviana:
nacionalización de las minas, redistribución de la tierra, derechos políticos, y acceso a la educación pública, universales, etc. En
1946 proclamó a la ideología de “la alianza de clases”, como doctrina oficial del partido; estas cuestiones serán discutidas más
abajo.

112
Juan José Anaya Giorgis

y la Falange Socialista Boliviana (FSB)184. En el primer caso, cabe mencionar a: Carlos


Montenegro, Víctor Paz Estenssoro, Augusto Céspedes, Walter Guevara Arze, Armando
Arce, José Cuadros Quiroga, Hernán Siles Zuazo, Jorge Lavadenz y Rafael Otazo (Lavadenz,
1989: 217-218). Algunos habían desempeñado cargos políticos al servicio de Busch, como Paz
Estenssoro (oficial mayor de hacienda), Carlos Montenegro (diplomático en Argentina), Walter
Guevara Arze (directivo del Banco Minero) y Jorge Lavadenz como ejecutivo de YPFB (Klein,
1967: 182). En el segundo, a: Alberto Mendoza López, Carlos Salamanca y Eufronio Hinojosa
(Honorable Congreso, 1958: 27-28). Del manifiesto fundacional de UDP-38, a continuación
reproducimos su primera parte:

Bolivianos, vamos hacia la organización de la industria del petróleo, como materia prima en
la fase de explotación y en su industrialización, en su comercio, debe ser nacionalizado. No
podemos dejar sin taponamiento ningún resquicio por el que pueda filtrarse la hegemonía de
la Standard para apoderarse de nuestra riqueza petrolífera.

No podemos cederle sin correr graves riesgos ni en la materia ni en el derecho de explotarla,


ni de industrializarla ni de comerciar con ella. Los que hablan de colaboración con capitales
extranjeros con firmas particulares o con pequeñas empresas, traicionan al país, porque sólo
encubren la acción falsa de la Standard que necesita de disfraz en muchas partes, sabiendo que
su presencia sólo causa zozobra y pavor.

Defendamos el petróleo con firmeza inquebrantable, con profundo convencimiento y con


decisión a par de todos los sacrificios sosteniendo como el evangelio de la causa boliviana,
los siguientes postulados inconmovibles: 1. El petróleo nacional, riqueza de la patria, debe
ser exclusivamente aprovechado por Bolivia 2. Si la explotación petrolífera requiere capitales,
esos capitales pueden ser provistos por el Estado y deben ser provistos por el Estado hasta
que la industria cuente con rentas suficientes para sostener y producir rendimientos 3. La
política petrolera de Bolivia, tanto en lo interno como en lo externo, debe servir a fines de
engrandecimiento patrio atendiendo las necesidades de la defensa económica y política de
la Nación 4. El petróleo bajo el dominio absoluto del Estado boliviano, debe atender como
materia prima industrial y comercial la base de la economía nacional fuente sustantiva de
la renta de la República, factor de redención del país contra la dependencia económica y
financiera internacional (UDP-38).

La victoria del general Peñaranda -con mayoría absoluta del sufragio- golpeó al
nacionalismo, abriendo un camino expedito hacia la hegemonía de la “rosca” en el Congreso
y la política. El PIR y el MNR afrontaron la derrota combatiendo la gestión “anti nacional” de
Peñaranda. Si bien, ambos tenían el mismo adversario, lucharon con mutua independencia

184
Empezó como un grupo católico fundado por estudiantes bolivianos en Santiago de Chile hacia 1937. Primero se instaló en
Cochabamba con ayuda de los jesuitas y otras facciones de la iglesia (Klein, 1987: 397). FSB adoptó los principios morales de la
Falange Española de José Antonio Primo de Rivera (Querejazu, 2013: 183).
Su programa político planteó construir un nuevo Estado sobre los principios de organización, justicia, y solidaridad. El nuevo
Estado subordinaría los intereses personales, de grupos y de clases, al supremo interés de la “bolivianidad”. El individuo
participaría de la unidad orgánica estatal mediante un régimen corporativo, en el que cada uno, desempeñaría su función de
acuerdo a la calidad y especialización de su trabajo. El sistema de jerarquía estaría basado en la selección del más apto. Las
principales fuentes de riqueza en el país, se nacionalizarían progresivamente. El indio “como raíz” de la nacionalidad boliviana,
sería integrado a la nación a través de una reforma agraria para su liberación económica, y un plan educacional para su
dignificación y cualificación humana (Mayorga, 1993: 70-71).
“La Falange, según el propio Óscar Únzaga de La Vega [su caudillo principal], ‘nace del dolor moral de la patria vencida’; como
un reto a la adversidad, una afirmación de fe rotunda, no solo en la supervivencia sino en el destino glorioso de Bolivia (http://
es.wikipedia.org/wiki/%C3%93scar_%C3%9Anzaga [06/12/12]).

113
Estado y Petróleo en Bolivia

rivalizando por acaparar el apoyo popular y surgir como el partido revolucionario dominante.
Las cuestiones del arreglo con la Standard Oil, la gestión de los tratados de vinculación
ferroviaria con el Brasil a cambio de petróleo (iniciados por Busch), y el destierro del
mayor Elías Belmonte, fueron los flancos de la política gubernamental más atacados por el
nacionalismo (Querejazu: 2013: 216-217).
Peñaranda proyectaba instalar dos ramales ferroviarios, de Cochabamba a Santa Cruz, y de
Santa Cruz a la localidad fronteriza de Puerto Suarez (frente a Corumbá del Brasil). Como los
acuerdos con Brasil se limitaban al segundo ramal185, mientras el general Peñaranda negociaba
el arreglo con la Standard Oil, pidió asistencia técnica a Estados Unidos para trazar el curso y
establecer los costos del proyecto ferroviario entre Cochabamba y Santa Cruz (Almaraz, 1969:
178). Mientras la oposición describía el proyecto ferroviario Cochabamba-Santa Cruz como
unas migajas a cambio del “ilegal e inadmisible” arreglo con la SOCB, describía al de Santa
Cruz-Puerto Suarez como una expresión del imperialismo brasilero (Almaraz, 1969: 162-
164). Durante las primeras gestiones bilaterales por la integración ferroviaria con Brasil, el ex
Canciller al servicio de Peñaranda describió el cariz de la oposición al gobierno “rosquero”
como sigue:

Día a día, durante cinco años, se atacó la obra con el Brasil, presentándola como una
catástrofe para Bolivia. A tal fin, se inventó argumentos falsos, se adulteró el texto de los tratados,
se ocultó los beneficios de estos y sobre todo se explotó la credulidad popular con el argumento
del miedo a la conquista brasileña. Las palabras del presidente Vargas, al dar a su pueblo el lema
de “la marcha hacia el oeste”, fueron interpretadas no en su exacto sentido, -o sea que Brasil
debe conquistar su propio territorio sin limitarse a hacer progresar su litoral-, sino en el de la
penetración y la invasión a Bolivia (Ostria, 1953: 190).

Cuando la cuestión del arreglo pecuniario con la Standard ingresó al debate parlamentario,
la UDP-38 convocó al pueblo a tomar las calles impidiendo la circulación como medida de
presión para obligar al gobierno a recular. El llamamiento tuvo resultados extraordinarios,
el pueblo concurrió en masa a las calles y “actuó como en una cruzada, con la mística de
sus convicciones y la tenacidad para conservar nuestras riquezas”. Viéndose cercado por la
revuelta popular, el gobierno decidió clausurar las sesiones parlamentarias a fines de abril de
1941, postergando el asunto y redoblar la represión para salvaguardar “el orden público”. Sus
maniobras disuasivas tuvieron éxito coyuntural (Foianini, 1996: 245-246).
Clausurar el Congreso era el preludio de una nueva derrota para el nacionalismo y la
izquierda. Si bien la cuestión había sido aprobada en el Senado, las exaltadas polémicas en la
cámara baja se volvían cada vez más peligrosas nutriendo el furor de las manifestaciones que
rechazaban el arreglo. Dos parágrafos del diputado independiente y afiliado a UDP-38, Víctor
Paz Estenssoro, ilustran el sentido discursivo adherido a las “tropelías” revoltosas de UDP-38:

El historial del petróleo en nuestro país es bastante largo, y ya se hizo reseña de los fraudes,
inmoralidad y sobornos cometidos por la Standard Oil en todo el mundo. Dejemos las frases

185
Andrés Unterladsteatter, un Ing. de minas de la universidad de Freiburg, fue nombrado Geólogo Jefe de YPFB (Ahlfeld: 1946:
72). Realizó los estudios inherentes al potencial petrolero entre los ríos Parapetí e Ichilo, como la contraparte boliviana de la
comisión brasilera-boliviana. Trabajó en YPFB hasta mediados de los años ‘50 del siglo XX.

114
Juan José Anaya Giorgis

peripatéticas y analicemos las intenciones y los hechos […] Queremos finalmente conocer la
inclinación política del gobierno en esta materia, saber si se ha de ir a la explotación efectiva
de esta riqueza para que se beneficie al Estado con las fantásticas utilidades que proporciona
la industria; mas claro, queremos que se defina si seguimos la política que siguió la Argentina,
país rico y poderoso que va superando la etapa semicolonial de su economía, o la de Venezuela,
que ocupa el tercer lugar entre los países productores del petróleo y sin embargo tiene que
importar hasta los huevos que consume (citado en, Marica, 1966: 81).

Y frente al inminente cierre del Congreso:

La lucha es desigual. Puede que se falsee la voluntad de todo un pueblo; pero mañana el
pueblo saldrá por sus fueros, y en una rebelión santa cobrará con creces esa derrota (citado en,
Almaraz, 1969: 167).

Por otra parte, la invasión alemana a la URSS mediante la denominada operación “Barba
Roja” (Walsh, Stephen, 2001: 8)186 de junio de 1941, tuvo importantes impactos en Bolivia.
Moscú instigó a los partidos adheridos a la III internacional comunista a plegarse con los
“aliados”. Mientras la guerra sólo involucró a las potencias capitalistas occidentales, el PIR
evadió tomar partido por uno u otro imperialismo. La operación “Barba Rosa” subvirtió tal
actitud. Ante la supervivencia de la URSS seriamente amenazada por los nazis, el PIR -leal a
la III internacional comunista- proclamó derrotar a los nazis como la “contracción principal”
del momento. Aquello provocó la adhesión del PIR a la Concordancia y a sus políticas de
cooperación a los “aliados” proveyéndoles estaño, goma y wolfram a precios solidarios en
enero de 1942 (Klein, 1987: 401, 404).
Cohesionar a los países americanos en torno a la seguridad hemisférica, adquirió
importancia fundamental en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Con ese apremio,
y a partir de 1939 surgieron una serie de cumbres integradas por los cancilleres americanos.
Al ingresar Estados Unidos a la guerra en diciembre de 1941, los países americanos -menos
Argentina que prosiguió neutral- rompieron relaciones con Alemania, Italia y Japón. Esta
ruptura se llevó a cabo en la cumbre de cancilleres de Río de Janeiro de enero de 1942 (Ostria,
1953: 29-30). La captura japonesa de Malasia y las Indias Orientales, primer y segundo
productor estañífero mundial respectivamente, colocaron a Bolivia en una posición clave
para el esfuerzo bélico de los “aliados” (Querejazu, 2013: 209). Peñaranda percibió a estas
circunstancias, como propicias para resolver el pleito con la Standard, ganándose la buena
voluntad y cooperación norteamericana; precisamente, al concluir la cumbre de Río de
Janeiro, Bolivia firmó un acuerdo de indemnización con la Standard, por 1750000 dólares
estadounidenses (Klein, 1987: 405). Como el arreglo podría ocasionar otra peligrosa ola
de revueltas, el gobierno maquilló el asunto; Roberto Querejazu dilucida el desenlace con
claridad:

El gobierno de Washington hizo un préstamo al gobierno de La Paz. Con parte de este dinero
se hizo un pago a la Standard Oil de 1.750.000 dólares. Al público boliviano se le explicó que

186
Tras el fracaso de los objetivos finales previstos en la Blitzkrig acometida por el ejército alemán en 1941, Hitler designó la toma
de los campos petroleros rusos en la Cáucaso, como el objetivo central para la campaña de 1942 en el frente del este (Stephen,
Walsh, 2001: 30).

115
Estado y Petróleo en Bolivia

esta entrega no era otra cosa que la compra de todos los estudios geológicos y de los mapas
de Bolivia hechos por la Standard Oil, que serían de gran utilidad para la empresa estatal del
petróleo. La Standard Oil aceptó el pago como una indemnización, inferior en su monto a la que
venía reclamando, pero de gran significación moral. Para el gobierno de los Estados Unidos se
cumplió el principio de que toda inversión norteamericana, en caso de ser nacionalizada, debía
ser compensada (2013: 209).

6. El Plan Bohan y su impacto en YPFB


En vísperas del arreglo entre la Standard y Bolivia, arribó al país una misión de cooperación
técnica enviada por Estados Unidos, bajo la dirección de Merwin Bohan con el objetivo de
asegurar a la los “aliados” fuentes seguras de materias durante el curso incierto de la Segunda
Guerra Mundial, implementando planes de fomento económico, vertebración territorial y
diversificación productiva sin precedentes en Bolivia (Becerra, El Diario, 05/02/2005). Entre
diciembre de 1941 y mayo de 1942, la misión Bohan junto a técnicos bolivianos, elaboró la
estrategia de fomento, interpretando el contexto geopolítico, la seguridad territorial del
Estado nacional y las medidas “adecuadas” para el crecimiento económico sostenido (Ostria,
1953: 388-389). Con esos preceptos, el programa estructuró cuatro ejes maestros de inversión:

Conexión entre Occidente y Oriente abriendo nuevas carreteras: Santa Cruz-



Cochabamba, Santa Cruz-Camiri, Santa Cruz-Villamontes, Cuatro Ojos-Camiri,
Villamontes-Camiri, Sucre-Camiri, Villazón-Tarija y La Paz-Rurrenabaque con ramal
a Apolo.
Fomento a la producción de azúcar, arroz, trigo u otros cereales, algodón y desarrollo

agropecuario en Santa Cruz.
Fomento agrícola e irrigación en la región de Villamontes.

Desarrollo de los campos petroleros en operación y exploración de nuevas áreas,

construcción de redes de transporte por ductos y refinerías para el abastecimiento
interno y la exportación de excedentes (Mariaca, 1966: 93).

Para implementar los objetivos se creó la Corporación Boliviana de Fomento (CBF)


como S.A. con un capital inicial de 15500000 millones de dólares otorgados a crédito por
el EximBank, con tasas anuales del 5% a saldos descontados y con la garantía del gobierno
estadounidense (Becerra, El Diario, 05/02/2005). En el marco de las directrices generales,
YPFB debía presentar un plan de inversiones para los cinco millones y medio de dólares
que le serían asignados (Mariaca, 1966: 93). Según Rodolfo Becerra de la Roca, el Plan Bohan
“sigue siendo el más visionario, el más factible y el más efectivo de cuantos se han propuesto”
(El Diario, 05/02/2005).
YPFB presentó un plan de inversiones diseñado en el marco de la más estricta racionalidad
empresarial. Los ingresos serían maximizados, abaratando los altos costos de transporte por
cisterna y ferrocarril que subsidiaba la empresa, instalando un oleducto entre Camiri y los
principales centros demandantes; por esta razón el oleducto de 810 km. de longitud y 5
pulgadas de diámetro, tendría su terminal en Oruro. También se proyectó instalar la nueva

116
Juan José Anaya Giorgis

refinería en Oruro. El resto de los recursos estarían destinados a desarrollar los campos
de Camiri (Mariaca, 1966: 94). La CBF rechazó el plan de YPFB, aduciendo que sus efectos
sólo beneficiarían a los enclaves mineros tradicionales del área andina en desmedro de la
vertebración nacional y la diversificación económica; luego encargó su reformulación a
técnicos extranjeros (Mariaca, 1966: 95). Con esa justificación el plan fue reformulado según
los términos enunciados en la Cuadro II:

Cuadro II: Inversiones petroleras aprobadas por la CBF en 1942

Rubro Monto en dólares americanos


Desarrollo campo Camiri 870000
Desarrollo campo Sanandita 240000
Desarrollo campo Bermejo 120000
Oleoducto Camiri-Santa Cruz 300000
Refinería en Santa Cruz 100000
Imprevistos 270000
Total 5500000

Fuente: (Mariaca, 1966: 95).

Las observaciones de la CBF irritaron a los técnicos de YPFB. Guillermo Mariaca,


fundador de YPFB y directivo de alto rango de la empresa en esos tiempos, manifestó sobre
la propuesta original de YPFB: “todas las circunstancias eran favorables para que la entidad
entrase, en definitiva, a un periodo de intensa actividad y de realizaciones prácticas de alguna
importancia” (1944: 6). Más tarde, uno de los becados por YPFB a la UNAM, el ingeniero
Enrique Mariaca, impugnaría la reformulación de la CBF:

Esta constituyó una solución forzada que trata de integrar el plan petrolero al plan general de
Bohan que dá [sic] especial énfasis al desarrollo agrícola de Santa Cruz. Desde el punto de vista
de la economía en el transporte, el beneficio iba a ser pequeño (1966: 95).

Por otra parte, la reformulación inducida por la CBF a la estrategia inicial de YPFB, avivó
el sentimiento anti norteamericanos entre los nacionalistas del MNR (Ostria, 1953: 391),
sustentando la interpretación del plan Bohan como una maniobra premeditada dirigida a
“aletargar la emancipación económica de Bolivia”, frenando en seco al principal dínamo
industrial de Bolivia: YPFB. Para Sergio Almaraz, la reformulación traslució la caída de YPFB
en manos del imperialismo “yanqui”, y parafraseando a Guillermo Mariaca, concluyó:

A YPFB le fue mal con la CBF. Veamos lo que a este respecto dice el ingeniero Guillermo
Mariaca:

El plan preparado por YPFB fue puesto en duda por la CBF, la que, inexplicablemente, solicitó
el envío de un técnico al gobierno Americano, para que diera su última palabra sobre el plan
[…] Respondiendo a tal pedido fue enviado el señor William Kemnitzer […] quien estudio el

117
Estado y Petróleo en Bolivia

asunto y produjo un informe que nunca fue presentado a YPFB, a la Corporación de Fomento
o a cualquier otra autoridad. Se supo solamente que Kemnitzer no había hallado satisfactoria
la organización y administración de la entidad.

Este fue el epílogo de los planes norteamericanos de cooperación a YPFB (1969: 187).

No obstante -consciente o inconscientemente- Almaraz imprime un corte sobre el parágrafo


citado, cuya omisión modifica el sentido que Almaraz pretende conferir a las palabras de
Guillermo Mariaca. Veamos el parágrafo sin la omisión:

…Se supo solamente que Kemnitzer no había hallado satisfactoria la organización y


administración de la entidad. Se supo también que había propuesto un programa de desarrollo
cuyas líneas principales se dan a conocer en otra parte de este informe (Mariaca, Guillermo,
1944: 7).

Cabe preguntarse, sí la reformulación apuntó a efectivizar la vertebración nacional y a


diversificar la economía sustituyendo la importación de alimentos ¿no implicó, acaso, una
política más conveniente y beneficiosa para el país, que llevar el petróleo directo a Oruro?
Desde la perspectiva económica antípoda a la de Sergio Almaraz, Jorge Lavadenz, también
se manifiesta contrario al plan de William Kemnitzer:

De acuerdo con su proyecto el petróleo sería transportado en vagones cisterna por el ferrocarril
en construcción, desde Yacuiba, pasando por la Argentina, hasta La Quiaca, y desde allí en tren
hasta Oruro […] En mi opinión el peor aspecto de este proyecto era que para el abastecimiento
de nuestras necesidades de combustibles, tendríamos que depender de un red ferroviaria
extranjera (1989: 227-228).

7. Conclusiones
El arribo de la SOCB mediante un contrato con visos ilegales y adquiriendo vastas
concesiones, suscitó inmediato rechazo entre la disidencia del PR. Los militantes del PL
habían acaparado el grueso de las concesiones subrogadas a la SOCB. Paradójicamente, esta
oposición se ciñó al petróleo, cuya explotación era insignificante comparada a la explotación
de los minerales metálicos. Tampoco incorporó reformas ciudadanas relevantes al régimen
dominante. La causa contra el ingreso de la SOCB, también fue un instrumento político de
la reacción conservadora frente a las incipientes medidas de inclusión social que impulsaba
Bautista Saavedra. No obstante, sus efectos fueron determinantes instituyendo la pregunta: ¿a
quién y cómo benefician la explotación de todos los recursos naturales?
La Guerra del Chaco, evidenció la discordancia entre los intereses de la SOCB y el país.
También desnudó la incompetencia del régimen instaurado. Estas cuestiones, propiciaron el
nacionalismo que surgió de la guerra, reivindicando un Estado con independencia económica
y justicia social, proyectando el autoabastecimiento petrolífero como un medio vital para
liberar económicamente a Bolivia. No obstante, a diferencia de los viejos republicanos, para el
nacionalismo hegemónico emergente del Chaco, la seguridad del Estado, implicaba liberar a
las masas de la opresión de la “rosca”, instaurando un Estado social-corporativo. El sacrificio

118
Juan José Anaya Giorgis

heroico del ejército boliviano salvando los yacimientos petrolíferos al final del conflicto, había
constituido al petróleo en la “sangre” de todos los bolivianos.
Al principio el movimiento nacionalista emergente del Chaco, no tuvo ejes programáticos
coherentes, ni estructuras política sólidas. No obstante, los frutos más trascendentes que
arrojó su primera estancia en el poder (1936-1939): fundar YPFB y expulsar a la SOCB, además
de aportar los basamentos del “Estado nacional” y la geopolítica del país, fueron ingredientes
centrales para la construcción discursiva del “nacionalismo revolucionario”. La creación de
YPFB, consagró los imaginarios sobre la inminente modernización del país usufructuando los
energéticos fósiles, que Luís Lavadenz pregonaba en el marco del laissez faire y Nolasco López
replanteó sugiriendo la intervención fiscal directa sobre la producción. También abonó los
imaginarios sobre el inmenso lago hidrocarburífero que albergaría el subsuelo boliviano. En y
después de la Guerra del Chaco, se instituyó el imaginario sobre la SOCB causando la guerra,
deslegitimando a la par al capital extranjero como instrumento para la industrialización.

119
Capítulo III

Nacionalismo en Acción
Aquí se analizará el desarrollo de YPFB y la industria hidrocarburífera, particularmente
las innovaciones organizacionales y tecnológicas, entre la ascensión de RADEPA al poder en
1943 y la caída del MNR en 1964. Indagaremos el desempeño que tuvo el personal de YPFB
forjando a la empresa con los escasos recursos disponibles, y cómo las distintas coyunturas
políticas y disposiciones gubernamentales incidieron sobre la producción, distribución y
comercialización de los energéticos fósiles.
Por otra parte, dilucidaremos el posicionamiento de la agenda nacionalista petrolera en la
lucha política, antes y después del Código del Petróleo que promulgó el gobierno del MNR
en 1955, instaurando regulaciones impositivas liberales y la potestad de instancias jurídicas
internacionales sobre los diferendos entre las compañías extrajeras y el gobierno boliviano. La
legislación de 1955 propició el retorno de las transnacionales a Bolivia, siendo la BOGOC el
caso más importante. Analizaremos las operaciones de BOGOC en Bolivia y sus consecuencias
políticas.

1. Resurgimiento nacionalista
El general Carlos Quintanilla pertenecía a la vieja oficialía de alto rango del ejército y, desde
esta posición logró imponerse sucediendo a Germán Busch en la presidencia de la república.
Si bien el general Quintanilla tuvo el gesto loable de llamar a elecciones, no se abstuvo de
fraguar maniobras ilegitimas perjudicando al “socialismo militar”. El destierro del general
Bernardino Bilbao La Rioja destacó (Klein: 1987: 382). Bilbao La Rioja era uno de los oficiales
jóvenes que ascendió de rango durante la guerra por méritos propios; comandó las batallas
de Cañada Strongest, kilómetro 7, la retoma de Alihuatá, también estuvo a cargo de la eficaz
defensa de Villamontes cuando los insistentes asaltos paraguayos pretendían capturar zonas
meridionales del país en los días postreros del fuego. Villamontes era la puerta de acceso a las
estribaciones andinas surorientales, supuestamente ubérrimas en aceites minerales187. Para
salvar Villamontes Bilbao La Rioja organizó el “arco de Villamontes” que comprendía 45 km.
de líneas fortificadas entre Tarairí y el río Pilcomayo (Fundación Jubileo, 2009: 4).
Los excombatientes nombraron a Bilbao La Rioja presidente de la LEC, como sucesor
al líder vitalicio Germán Bush, luego de su desaparición física. Cuando las elecciones
presidenciales se anunciaron, el grueso del movimiento adherido al “socialismo militar”

187
Por los reportes geológicos de SOCB, y otras misiones foráneas, Bolivia adquirió fama internacional de país con extraordinario
potencial petrolero. David White, quien fue jefe del Servicio de Geología de Estados Unidos, e investigó la geología boliviana
durante los años ´20 del siglo XX como geólogo de SOCB, opinó: “los afloramientos devónicos de Bolivia que se prolongan hasta
Argentina, prometen producir tanto petróleo como los yacimientos de Pennsylvania en Estados Unidos” (citado en, Urriolagoitia,
1925: 6). Otros técnicos coetáneos a White, como Charles Hayman, incluyeron a Bolivia entre los países con potencial productor
más importantes del mundo; Nolasco López afirmaba que al menos 80 millones de hectáreas en Bolivia, tenían características
muy favorables para la existencia de hidrocarburos (Urriolagoitia, 1925: 7-8).

121
Estado y Petróleo en Bolivia

se cohesionó en torno a la candidatura de Bilbao La Rioja, quien gozaba de mucha estima


en las bases. Bernardino abrazó el programa político de Busch, prometiendo garantizar su
continuidad. Los oficiales viejos, adheridos a la “rosca” advirtieron el peligro. El 26 de octubre
de 1939, Quintanilla convocó a Bilbao en el Palacio Quemado para discutir asuntos estatales
por la noche. La reunión era una trampa. Una vez en palacio, el héroe de Villamontes fue
recibido con una golpiza brutal y luego embarcado inconsciente al tren rumbo a Chile. El
gobierno justificó este repentino y violento “exilio”, imputando a Bilbao crímenes políticos y
por dirigir un complot para tomar el poder sin elecciones.
Ni la oficialía joven, ni la izquierda nacionalista le creyeron al gobierno. Los días
subsiguientes al destierro de Bilbao, estuvieron signados por cuartelazos y rebeliones militares,
exigiendo el retorno del gran comandante. A pesar de la tensión, el gobierno sofocó los
disturbios desterrando a los cabecillas rebeldes. Aunque Quintanilla logró sabotear impune
la candidatura presidencial del aspirante predilecto, el atentado anti democrático profundizó
la escisión entre oficiales jóvenes y vetustos del ejército, abonando el resentimiento y odio de
los noveles hacia los altos mandos “glotones, incompetentes y poco imaginativos”. Al compás
de la restauración patricia, entre algunos sectores profesionales del ejército que habían ido al
Chaco, fermentaban obnubilantes sentimientos de odio hacia las jerarquías pro “rosqueras”
(Klein: 1987: 380-383).
Los anhelos y voluntad nacionalista de la oficialía joven, tendrían en la conspiración
clandestina de la logia secreta “Mariscal Santa Cruz”, o “Razón de Patria” (RADEPA), a una
de sus expresiones políticas. Sobre la historia de RADEPA tomamos las siguientes anotaciones
de Roberto Querejazu:

Para un militar, educado y entrenado para salir airoso de todas las emergencias de una
guerra, la condición de prisionero del enemigo tiene que ser muy denigrante para su dignidad
personal y profesional. Los cientos de oficiales caídos en poder del Paraguay durante la Guerra
del Chaco culparon de su situación a sus comandantes de división y ejército. Si en toda la
juventud que concurrió a la campaña brotó un sentimiento de condenación del pasado y de los
líderes civiles y militares, ese sentimiento fue más agudo en los oficiales prisioneros. Durante
su extenso y penoso cautiverio no pudieron tener otra actividad mental que la de rumiar
su propia desgracia. En un grupo de ellos, compuesto de subtenientes, tenientes y algunos
capitanes, nació la idea de constituirse en una logia secreta que al término de su exilio fuese el
núcleo regenerador de la patria.

En la posguerra chaqueña algunos miembros de la incipiente logia fueron enviados a Italia


y Alemania para hacer estudios de perfeccionamiento. Volvieron catequizados a favor del
fascismo y el nazismo. Una misión de profesores militares de Italia, llegada a Bolivia durante
el gobierno de Germán Busch, completó el adoctrinamiento. La romántica asociación secreta
de la prisión paraguaya se convirtió en la Logia Mariscal Santa Cruz o Razón de Patria (2013:
223-224).

Para el PIR, respaldar la incorporación activa de Bolivia en la Segunda Guerra Mundial,


vendiendo su producción de wolfram, goma y estaño, con precios solidarios al bloque de
los “aliados”, implicó redefinir conductas políticas. El esfuerzo bélico del ejército soviético,
dependía en alguna medida del suministro ininterrumpido de las materias primas bolivianas,

122
Juan José Anaya Giorgis

sobre todo estaño188, por su importancia para movilizar tropas. Desestabilizar al gobierno
“rosquero”, instigando huelgas sindicales y disturbios populares, acarrearía interrupciones
en la producción, que podrían marcar la diferencia entre la derrota o la victoria de la URSS
(Klein, 1987: 404, 417).
Mientras el PIR moderaba el cariz subversivo de su lucha izquierdista contra la “rosca”,
por solidaridad con la URSS, el MNR, marchaba en sentido contrario. Fiel a la línea de Busch en
política exterior, este partido defendía la neutralidad boliviana frente a la guerra, interpelando
a los intereses económicos del país en sus periódicos La Calle, Inti y Busch, editados en La Paz.
Según el MNR, Bolivia debía vender sus recursos al mejor postor del mercado. Reducir el
comercio exterior a condiciones de monopsonio, era provechoso para el bloque imperialista
de los “aliados” pero no lo era para una semi colonia como Bolivia (Klein, 1987: 408). Por otro
lado, el POR reorganizado bajo el liderazgo de Guillermo Lora a inicios de 1942, comenzó a
infiltrar sus nuevos prosélitos reclutados en Cochabamba y La Paz, a los sindicatos mineros;
sin bien las células del POR no eran muy numerosas, sus militantes acataban con mucho rigor
el rol bolchevique de “soldados de la revolución” (Klein, 1987: 405-406; Escobar, 2008: 145).
Otra característica de la coyuntura política inherente al gobierno de Peñaranda fue la
madurez alcanzada por el movimiento sindical. Durante 1941 y 1942 los trabajadores
ferroviarios, mineros y del magisterio público, se manifestaron con orgánicas huelgas y
protestas, forzando al gobierno a decretar incrementos sobre sus paupérrimos salarios, en
porcentajes inauditos para el contexto boliviano (Klein, 1987: 403, 406). Los mineros eran el
sector más castigado de la clase obrera. Ningún otro sector estaba sujeto a labores tan rudas y
mal remuneradas como las de interior mina; a la par, cargaban en sus espaldas las exigencias
productivas de los “aliados” en guerra, y los impactos perniciosos del proceso inflacionario
que vivía el país (Klein, 1987: 413). La filiación partidaria de la dirigencia sindical en las minas
fue patrimonio político casi exclusivo del PIR, hasta la masacre minera de Catavi. El PIR, fiel
a la URSS, procuraba enfriar los ánimos caldeados del proletariado minero, resuelto a luchar
por salarios más dignos (Klein, 1987: 417).
A mediados de 1942, los mineros habían logrado unos aumentos al salario nominal que
no compensaban el deterioro del poder adquisitivo real, fustigando el malestar general
de la masa empleada por la Patiño Mines, y en los primeros días de diciembre, la huelga
general estalló. El gobierno tuvo éxito quebrando el movimiento en Llallagua y Siglo XX,
pero Catavi se resistió. Peñaranda reaccionó con torpeza, enviando batallones militares bien
pertrechados a los distritos mineros el 8 de diciembre; de acuerdo a la “ley marcial” ordenada
por decreto supremo a fines de 1941, la preservación del orden interno en las minas quedó bajo
jurisdicción de las Fuerzas Armadas (Querejazu, 2013: 197). La ocupación militar no amilanó
a la insurrección general de Catavi. Finalmente los militares aplastaron la huelga entre el 20 y
21 de diciembre, abriendo fuego indiscriminado sobre las familias obreras concentradas por

188
Respondiendo a los requerimientos aliados, Patiño implementó turnos dobles de trabajo, los obreros contratados aumentaron
de 5000 en 1938, a 7700 en 1941; a la par, se desarrollaron mejoras técnicas en los métodos extractivos sobre la marcha,
incrementando la producción mensual de 12978 toneladas finas en 1939, a cerca de 15741 en 1941. Esto causó gran malestar
obrero. El incremento de trabajadores, no fue acompañado por el correspondiente plan de viviendas; en 1939 se asignaba
una vivienda provista con dos habitaciones modestas por familia (minero, esposa, e hijos); para 1941, el número de familias
asignadas por vivienda, se duplicó en términos promedios (Querejazu: 2013: 183-186).

123
Estado y Petróleo en Bolivia

miles en los espacios públicos; según datos oficiales perecieron 35 personas entre mujeres y
hombres, el ejército no tuvo bajas (Querejazu, 2013: 203). Los medios de prensa disidentes de
la época, denunciaron que la cifra de muertos ascendía a centenares (Klein, 1987: 418).
Si bien Catavi no era la primera masacre de su tipo en la historia boliviana, si lo era el
contexto político de la post guerra del Chaco. La ferocidad del gobierno ahogando en sangre
a los mineros como escarmiento por la huelga horrorizó al grueso de la opinión pública,
que se solidarizó con las legítimas demandas proletarias. Un estudio laboral encargado a
la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por el Congreso, estableció que los salarios
mineros eran los más bajos del mundo. El gobierno “rosquero” salió de Catavi totalmente
desacreditado ante las mayorías; los “barones del estaño” edificaban grandes fortunas sobre
la miseria del pueblo boliviano, con ayuda del gobierno (Klein, 1987: 414, 419). En los años
subsiguientes, Catavi adquirió un sentido emblemático durante las campañas proselitistas
del POR, PIR y MNR. Este centro minero se transformó en el sinécdoque de todos los males
acometidos a Bolivia por la oligarquía terrateniente y minera, que debían ser transformados
llevando a cabo acciones radicales. El MNR eclipsó a sus rivales disidentes e interpeló a Catavi
para encausar el descontento popular hacia su movimiento político (Klein, 1987: 411-412, 420;
Escobar, 2008: 24-25).

1.2 La Gloria de Villarroel


El MNR y RADEPA, impulsados por un mismo nacionalismo, confluyeron en los caminos
clandestinos de su acción subversiva contra el languideciente régimen de Peñaranda. La
coalición RADEPA-MNR tomó el poder por asalto en la madruga del 20 de diciembre de 1943
mediante una operación golpista sin derramamiento de sangre. La coalición calificó la toma
de las instituciones públicas como la “revolución de diciembre” y selló el pacto conformado
un gabinete mixto. El mayor Gualberto Villarroel189, notorio organizador de RADEPA, asumió
el mando de la República. Villarroel era un egresado sobresaliente de la Escuela Militar de
Guerra con inquietudes intelectuales que abarcaban serias indagaciones inherentes a la
realidad socioeconómica boliviana. También tenía por estimación ser un héroe de la guerra
del Chaco: fue subteniente del Comando Superior en Campaña del regimiento Ayacucho
(Querejazu, 2013: 225).
Con el auspicio inflexible de los Estados Unidos, los gobiernos latinoamericanos -a
excepción del argentino a cargo del general Perón- resolvieron no reconocer a Villarroel. Los
antecedentes políticos hostiles del MNR hacia los “aliados” fueron interpretados como un
peligro intolerable por el Departamento de Estado norteamericano y, en este sentido mientras
el MNR tuviese participación entre las autoridades jerárquicas, el cerco internacional
proseguiría. El respaldo al cerco del gobierno brasilero sobresalió como represalia por los
ataques del MNR, denunciando los intereses aviesos que tendría el Brasil en su “marcha
hacia el oeste”, al suscribir los tratados de vinculación ferroviaria con Peñaranda. Frente
a la precaria estabilidad de los insurrectos, el MNR defeccionó a sus cargos pero continuó

189
Como primer mandatario atravesó varios regímenes políticos: presidente de la Junta Militar de Gobierno (1943-1944),
presidente provisorio (1944-1945), y presidente constitucional (1945-1946).

124
Juan José Anaya Giorgis

participando informalmente como asesor político. En enero de 1945, volvió al Poder Ejecutivo
copando tres ministerios, y se nombró a Víctor Paz como ministro de Hacienda (Querejazu,
2013: 223, 226).
Los agudos contrastes entre aciertos y desaciertos caracterizaron al gobierno RADEPA-
MNR. Entre las sombras, destacaron los excesos represivos en los que incurrió el gobierno para
sofocar las recurrentes maniobras de sabotaje político y conspiraciones golpistas. A mediados
de noviembre de 1944, el gobierno ordenó el fusilamiento de diez personajes influyentes,
entre militares y políticos. Cinco fueron “ajusticiados” en Challacollo, situado en el altiplano
de Oruro, y cinco en Chuspipata, situada en los yungas de La Paz, incluyendo al senador Luis
Calvo. El gobierno justificó el acto macabro como el castigo por otro intento golpista en que la
mayoría de las víctimas estaban involucradas (Querejazu, 2013: 230-231).
Paralelamente, las políticas sociales y económicas de Villarroel galvanizarían a la “nación”
(Klein, 1987: 423). La “revolución de diciembre”, reintegró la CPE de 1938 -vedada por la
Concordancia- implementando sus congruentes leyes y reglamentos, cuyas disposiciones
benéficas para los sectores populares y la clase obrera, eran símiles a los marcos normativos
inherentes al modelo del welfare state que surgía en occidente (Monroy, 1945: I-III). Los cambios
jurídicos fueron acompañados en la práctica, promocionando la organización política de la
clase obrera y campesina. En 1944 se creó la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de
Bolivia (FSTMB)190; al año siguiente se realizó el primer Congreso Nacional “Indigenista” en
la sede de gobierno.
Al Congreso Nacional “Indigenista” asistieron alrededor de cuatro mil delegados
originarios de todas las regiones del país (altiplano, valles y llanos orientales). Su repercusión
en los ámbitos latifundistas fue que, tanto la convocatoria, como la elección de representantes
al congreso, tuvieron que ser hechas en la clandestinidad, para soslayar la dura represión
patronal contra cualquier tentativa sindicalista entre sus “pongos” (Peón, 1995: 28). La
plenaria del congreso, resolvió abolir el “pongueaje” -o servidumbre obligatoria- y el 15
de mayo mediante decreto supremo, el gobierno confirió rango legal a esta resolución. El
decreto definió al “pongueaje” o “mitanaje” como instituciones esclavas, y por tanto, ilegales
según los derechos civiles de la población establecidos por la CPE, proscribiendo la sujeción
indígena a cualquier faena, sin previo acuerdo voluntario y con una justa remuneración entre
las partes. También fijó sanciones para los infractores por Bs. 500 de multa. Si bien el decreto
tuvo consecuencias prácticas efímeras e irrelevantes, representó un paso sustancial en la
liberación indígena del vasallaje (Reyeros, 1949: 148-150; Peón, 1995: 28).
Sobre la cuestión de las exportaciones, el gobierno acató el pacto con los “aliados” sin
renegociar los precios de las materias primas191; no obstante, Villarroel negoció la ampliación

190
“El presidente de la República, los ministros, Senadores o Diputados no tocaban pito, no tenían autoridad, en los centros
mineros. El señor gerente lo era todo. Durante el gobierno de Villarroel, en Huanuni, en 1944, se funda la gloriosa federación de
mineros. A petición de Villarroel, se lo elige Secretario Ejecutivo de la FSTMB a Juan Lechín” (Escobar, 2008:25).
191
“Bolivia se quedó con las manos vacías porque no pudo sacar ventaja del hecho extraordinario de haber suministrado el 67 por
cierto de la producción mundial de concentrados durante la guerra ni de la circunstancia de haber producido en 1945, en un
mundo ávido de estaño, 42 mil toneladas, cifra cumbre en la minería boliviana” (Almaraz, 1980: 237).

125
Estado y Petróleo en Bolivia

del crédito estadounidense destinado al fomento de YPFB a 8500000 dólares192. Con el mismo
propósito, ordenó habilitar al BCB, otro crédito por 5 millones de dólares. Al fin YPFB tendría
recursos para impulsar programas de crecimiento y desarrollo a gran escala (Mariaca, 1966:
103).
El gobierno de Gualberto Villarroel reintegró a los nacionalistas y fundadores de YPFB
a la dirección de la empresa. Jorge Lavadenz Flores fue nombrado presidente y Guillermo
Mariaca gerente general. El cambio dinamizó la gestión económica y técnica de la empresa.
En las operaciones perforatorias se comenzó a cementar las cañerías en los pozos -antes sólo
asentadas en el fondo- para evitar los derrumbes; también se aprendió a utilizar lodos de
perforación incrementando el rendimiento del taladro y se empleó la geofísica conductiva
para ganar precisión en la identificación de yacimientos con los registros eléctricos (Royuela,
1996: 93, 103). La pericia científica en las cuatro fases de prospección exploratoria193 creció
considerablemente y los conocimientos geológicos del subandino, avanzaron sobre la base
de los aportes realizados por SOCB; no obstante, ciertos interrogantes pendientes de aquellos
tiempos, como los patrones de migración hidrocarburífera y la posibilidad de acumulaciones
en “estructuras horizontales”, continuaron sin solución satisfactoria (Mariaca, 1944: 12). Un
factor clave para este salto técnico y cognitivo, fue la incorporación en la empresa de los
ingenieros becados a la UNAN entre 1943 y 1945 (Lavadenz, 227).
Al mismo tiempo, las decisiones sobre la gestión técnica para las inversiones de
fomento en YPFB ganaron autonomía frente a la CBF. El plan de William Kimnitzer para
transportar carburantes de Camiri a Oruro en vagones cisterna cruzando el norte argentino
fue cuestionado otra vez. Los técnicos de YPFB proponían tender un oleducto de Camiri a
Cochabamba pasando por Tin Tin -un punto medio entre la vía férrea proyectada de Santa
Cruz a Cochabamba- y hacer de Cochabamba el nodo distribuidor instalando la refinería en
su periferia urbana. Kimnitzer se opuso. Según Jorge Lavadenz, “Kimnitzer no creía en la
capacidad de los técnicos bolivianos que sostenían que el oleducto podría construirse con 6
millones de dólares” (1989: 229). Luego de cotejar criterios técnicos, Villarroel decidió impulsar
los planes de YPFB, siempre y cuando los costos de la línea fuesen congruentes al presupuesto
disponible (Mariaca, 1966: 96; Lavadenz, 1989: 228-229). También se apuntaló a Camiri en
desarrollo petrolífero, contra la voluntad de la CBF que priorizaba Bermejo y Sanandita. Los
campos de Camiri fueron los más productivos, hasta el desarrollo de los campos Caranda, Río
Grande y Colpa durante los años ´60 del siglo XX (Royuela, 1996: 92).
El Cuadro III, y las Tablas IV y V, resumen los proyectos implementados con los recursos
del EximBank y el BCB.

192
De los 5500000 dólares presupuestados para YPFB por el plan de la CBF en 1941, hasta diciembre de 1943, sólo se habían
ejecutado dos millones. Pese a las inversiones en desarrollo y la compra de dos equipos rotary accionados a vapor, la producción
seguía estancada y las condiciones de trabajo eran lamentables. La refinería en Santa Cruz, y el oleoducto Camiri-Santa Cruz,
todavía estaban en papeles (Comboni, 1996: 90-91).
193
Reconocimiento topográfico preliminar; reconocimiento geológico detallado; determinación detallada de las estructuras; y
apreciación de reservas, y tectónica interna de los yacimientos con los sondajes de prueba (Mariaca, 1944: 11).

126
194 195 Juan José Anaya Giorgis

Cuadro III: Distribución presupuestaria del programa de inversiones


Gualberto Villarroel aprobado en 1946

Monto en dólares
Rubro
norteamericanos

Fase Upstream194

Exploración perforatoria Guairuy y


200000
Mandeyapecua

Desarrollo Campos Camiri 1870000

Fase Downstream195

Oleoducto Camiri Cochabamba 6550000

Refinería Cochabamba para 5000 BPD 4150000

Refinería Sucre para 1500 BPD 800000

Imprevistos 580000

Total 14150000

Fuente: (Mariaca, 1966: 97-99).

Tabla III: Especificaciones Técnicas del oleoducto Camiri-Cochabamba

Constructor
Año inicio Inicio de subcontratado Información
Conexión Longitud Diámetro Capacidad
construcción operaciones y origen de la adicional
empresa

De acuerdo a
6 5/8 las condiciones
Camiri- pulgadas del crédito
Cochabamba
(4 pulgadas 8000 BPD William del de EEUU,
(posteriormente
1947 1949 561 km. Ramal en su ramal Brothers, las empresas
se agrega un
Tapirani- principal. EEUU subcontratadas
ramal hacia
Sucre de 71 deberían ser
Sucre)
km.) necesariamente
norteamericanas.

Fuente: (YPFB, 1996: 60-61).

194
Comprende los eslabones de exploración y explotación de la cadena productiva.
195
Comprende los eslabones de transporte, refinación, almacenaje, y distribución de la cadena productiva.

127
Estado y Petróleo en Bolivia

Tabla IV: Especificaciones técnicas de las refinerías construidas (1946-1951)

Constructor
Inicio subcontratado Información
Refinería Ubicación Capacidad
operaciones y origen de la adicional
empresa

De acuerdo a
Dos refinerías Plantas de las condiciones
en Sucre destilación del crédito
Sucre del de EEUU,
Foster Wheeler primaria.
la más 1949 y 1950 las empresas
Corp. Zona Mesa
importante fue Con capacidad de subcontratadas
Verde
llamada Carlos 1000 y 3000 BPD deberían ser
Montenegro respectivamente necesariamente de
su país.

De acuerdo a
las condiciones
del crédito
del de EEUU,
Planta de las empresas
Refinería destilación subcontratadas
Foster Wheeler Cochabamba
Gualberto 1949 primaria. deberían ser
Corp. Valle Hermoso necesariamente
Villarroel capacidad inicial de norteamericanas.
6.500 BPD
En 1964
remodelación total
de la planta de
Lubricantes

Fuentes: (YPFB, 1996: 60-61).

Cabe añadir dos episodios importantes de YPFB inherentes al periodo de Villarroel. Por
una parte, la adquisición de dos taladros rotary ¡a tracción diésel! en Estados Unidos y con
recursos propios, y por la otra, la obtención de un tercer crédito, esta vez, inter empresarial.
Los costos presupuestados por la William Brothers para el oleducto Camiri-Cochabamba
-como la mejor oferta disponible- excedían en 650000 dólares al presupuesto máximo de
YPFB; agotadas todas las fuentes financieras, YPFB logró que la William Brothers aceptase
financiar el saldo con recursos crediticios de su propia cuenta y riesgo (Lavadenz, 233-234).
Indudablemente, en el mundo de los grandes negocios internacionales, gestos como éste
presuponen lazos de confianza, edificados en base a la transparencia y solidez institucional,
que cada parte proyecta hacia la otra.
Enrique Mariaca, uno de los actores más influyentes en los itinerarios históricos de YPFB,
analizando el impacto que tuvo la gestión de Villarroel para YPFB, concluye:

No sólo defendió el control del Estado sobre el petróleo nacional, sino lo consolidó mediante
el plan de gran alcance del año 1946 […] Este plan sirvió de patrón maestro para el desarrollo
futuro de YPFB por los siguientes 20 años y sentó las bases para el abastecimiento completo del
mercado interno a partir de 1954 (1966: 103).

128
Juan José Anaya Giorgis

Estos importantes proyectos de inversión estaban en curso cuando se precipitó la siniestra


caída de Gualberto Villarroel. Los crímenes de Challacollo y Chuspipata fortalecieron a los
enemigos políticos que tenía el gobierno, tanto a los de izquierda como a los de derecha. El
PIR y los sectores conservadores, interpelaron a Challacollo y Chuspipata, para arrastrar a la
opinión pública en su incansable lucha contra Villarroel. La persecución policiaca no arreció.
El 8 de julio de 1946, el magisterio urbano inició una huelga exigiendo aumentos salariales.
Dos días después, los estudiantes universitarios de la UMSA, se adhirieron a los disturbios
callejeros apoyando a los maestros; los manifestantes se concentraron en la Plaza Murillo y la
policía los dispersó empleando armas de fuego. Tres manifestantes murieron acribillados. La
noticia provocó indignación popular (Querejazu, 2013: 233-234, 239).
Durante los días siguientes, el PIR y la derecha, inflamaron la rebelión. El 21 de julio por
la mañana, una muchedumbre asaltó varios cuarteles policiales y militares apoderándose del
armamento sin mayor resistencia; después cercaron al Palacio Quemado. Villarroel se abstuvo
a dejar su puesto. La guardia presidencial opuso resistencia, pero poco podía hacer una
veintena de hombres contra cientos de manifestantes bien armados. La muchedumbre asaltó
el Palacio Quemado, Villarroel fue asesinado en el palacio, y su cuerpo mutilado colgado de
un farol en la plaza Murillo. Varios allegados suyos corrieron igual suerte. No satisfecho el
apetito sanguinario de las masas, en septiembre de 1946 volvieron a congregarse para sacar
del panóptico a los oficiales de RADEPA, mayor Jorge Eguino, y capitán José Escobar. Ambos
fueron cruelmente atormentados, y después, ahorcados en la plaza Murillo (Querejazu, 2013:
241-243).

2. Un periodo especial
En su posición de presidente de la Corte Suprema de Justicia, Tomás Monje Gutiérrez,
sucedió a Villarroel como presidente interino, Monje fijó fecha para nuevas elecciones generales
en enero de 1947. A los comicios concurrieron 105000 votantes. Enrique Hertzog, candidato del
Partido Unido Republicano Socialista (PURS), venció por 400 votos a la coalición partidaria
PL-PIR. El PURS surgía de la reunificación entre las dos alas del viejo partido republicano (PR y
PRG). Los candidatos a presidente y vicepresidente, Enrique Hertzog y Mamerto Urriolagoitia
respectivamente, reflejaban la supremacía del ala conservadora. El MNR también participó,
aunque sus principales líderes no candidatearon, por estar proscriptos y en el exilio: sacó
13000 votos (Querejazu, 2013: 245, 248).
Para YPFB la caída del gobierno nacionalista trajo tiempos muy duros. El PURS designó
presidente de la empresa al general de carabineros N. Vincenti, y al señor Germán Costas,
vicepresidente (Royuela, 1996: 95).
Hertzog y Urriolagoitia respondieron a los problemas de YPFB con calculada indiferencia,
sólo perturbada cuando su intromisión política en los asuntos técnicos de YPFB reportaba
jugosas prebendas que repartían entre sus seguidores, asegurando de este modo lealtades
políticas. YPFB estaba instalando una refinería en Sucre con capacidad para procesar 1000 Bpd.
Esta refinería fue planificada en los tiempos de Villarroel, de acuerdo a la demanda energética
en Sucre. Hertzog, por beneplácito hacia el regionalismo de Chuquisaca ordenó instalar otra
planta capaz de refinar 3000 Bpd. La segunda refinería demandó inversiones irracionales

129
Estado y Petróleo en Bolivia

por 5 millones de dólares. Durante años la planta de 3000 Bpd funcionó sólo algunos días
al mes, los necesarios para el oneroso mantenimiento de las instalaciones ociosas. Tampoco
podía trasladarse a otro distrito, porque las autoridades y el pueblo sucrenses lo impedían. La
imposición incrementó la deuda de 14 millones de dólares adquirida por YPFB en 1946, a 21
millones de dólares. Por esta razón, fue imposible impulsar otros proyectos y cubrir el coste
de los insumos básicos para las operaciones en upstraem (Royuela, 1996: 93; Mariaca, 1966:
110-111; Lavadenz, 1989: 237).
No sólo fue perjudicial el desvío de recursos a emprendimientos irresponsables sino
también los servicios crediticios por la inversión improductiva en la planta de 3000 Bpd que
estrangulaban las finanzas de la empresa. En 1950 la producción empezó a declinar. De 678238
barriles producidos en 1949, cayó a 523460 en 1951; al mismo tiempo, el raudo crecimiento
del consumo interno significaba para el país la erogación de 7 a 9 nueve millones de dólares
anuales por importación de carburantes (Royuela, 1996: 94). El par de taladros giratorios
(rotary) a vapor estaba subutilizado por la escasez de agua en la región, y la escasez de
material tubular para tender acueductos; el par de giratorios a tracción diésel, eventualmente
precisó repuestos y quedó paralizado. La mayoría de los pozos se hacían con los vetustos
equipos a cable o percusión (Royuela, 1996: 103). En los campos el suministro de insumos era
irregular y poco frecuente. Los trépanos y el material tubular se reciclaban una y otra vez,
hasta su completa inutilización por excesiva fatiga mecánica. A duras penas era posible cubrir
el 25% del volumen demandado en el mercado interno. En 1950 la razón matemática entre las
reservas probadas y la producción anual, o índice de reserva/producción, era menor a 10196,
es decir, de no agregarse nuevas reservas y al mismo ritmo de producción anual, los campos
estarían agotados en poco más de nueve años (Mariaca, 1966: 102, 111-112).
Proseguir operando así era marchar rumbo a la quiebra casi segura. Intentando cambiar
el curso hacia el amargo desenlace, los profesionales de YPFB intentaron sensibilizar al
gobierno sobre la situación insoportable de la empresa, para obtener alivios financieros con
ayuda del BCB197. En una carta enviada al presidente de Bolivia se decía: “pronto nos veremos
ante problemas de tal magnitud que posiblemente determinen la liquidación de YPFB como
entidad autárquica, y con ella moriría una bella idea de liberación y nacionalismo” (Mariaca,
1966: 112). Firmaban la misiva: Miguel Ángel Roca (superintendente general de refinación y
oleoductos), Jorge Aldazosa (gerente de explotación), Alfonso Romero Loza (superintendente
Camiri), Reinaldo Muños Reyes (superintendente Mandeyapecua), Enrique Mariaca
(superintendente Bermejo), Efraín Capriles López (superintendente exploración Izozog), y
Hernán Saavedra Suárez (superintendente refinerías campamentos) ¡El grupo íntegro de los
becados premiados con estudios en México! Todos los ruegos fueron inútiles (Mariaca, 1966:
113-114). Como señala Dionisio Foianini en su Misión Cumplida:

Luego de un período de depresión económica que amenazaba su estabilidad, oportunamente


se produjo la primera presidencia del Dr. Víctor Paz Estenssoro, quien le devuelve a YPFB la

196
En los ámbitos mineros de los hidrocarburos, la relación reserva/producción aceptada como “satisfactoria” presupone índices
con valores mayores a 20,5 (Marica, 1966: 126, 445). Todas las referencias a este indicador que citamos más abajo, se refieren
únicamente al caso del petróleo.
197
Precisamente la entidad que había otorgado el crédito para construir la segunda refinería de 3000 Bpd, era el BCB (Mariaca,
1966: 98).

130
Juan José Anaya Giorgis

dignidad y el respeto que merecía, para retornar al objetivo de su creación, convirtiéndola en


soporte de la economía nacional (1991: 294).

3. Irrupción de la “Revolución Nacional”


A diferencia de dirigentes de otras fuerzas disidentes importantes, los dirigentes del MNR
no fueron pacifistas en la guerra del Chaco. Casi todos atestiguaron el “infierno verde” como
soldados, periodistas o personal voluntario en logística militar. Entre la caída de Villarroel y
la “Revolución Nacional” de 1952, transcurrió el periodo que los nacionalistas denominan
“sexenio”. Durante el “sexenio” la doctrina y praxis “movimientista”198 se diferenció claramente
de los partidos de izquierda (PIR y POR). El PIR199 decidió coaligarse al gobierno del PURS
en junio de 1947. El MNR decidió acaudillar numerosas revueltas intentando derrotar a la
“rosca”: la “Guerra Civil” de agosto de 1949 en La Paz, Cochabamba, Oruro y Santa Cruz,
acabó en una de las frustraciones más sangrientas para los insurrectos movimientistas. Un
año más tarde también serían acribillados sin tregua bajo el puente de la Villa en La Paz. Las
recurrentes insurrecciones del MNR se aplastaban con furia (Querejazu, 2013: 274-283).
El POR supo aprovechar la inactividad subversiva del PIR en los distritos mineros por
su alianza con el gobierno, y que las persecuciones policiacas contra el MNR, obligaron a
sus militantes a ocultarse o abandonar el país, para ganar “una batalla táctica en el seno de
la FTSMB”: en Noviembre de 1946 las federaciones mineras aclamaron las tesis del Pulacayo
(Querejazu, 2013: 244). Tampoco se abstuvo de acusar profusamente al “presidente colgado”
de “nazi fascista” y “reformista moderado” (Klein, 1987: 402). En cambio, el movimientismo,
vitoreaba “gloria Villarroel”. Los pueblos originarios también glorificaban al “Tata” Villarroel;
lo propio el proletariado minero, como Filemón Escobar, uno de sus líderes históricos, trasluce:

El proletariado minero se funde con la mayoría nacional, cuando ese mismo Estado liberal
rosquero, termina con el régimen de Gualberto Villarroel que había osado fomentar la Fundación
de la Federación de Mineros, había impulsado el Primer Congreso Indigenal y había lanzado
las primeras leyes de abolición del pongueaje entre otras medidas […] La rosca minera certifica
su brutalidad con el colgamiento de Villarroel aquel dramático 21 de julio (2008: 84).

Pragmático y osado al momento de tejer asonadas golpistas, el MNR intentó incorporar a


FSB en el alzamiento subversivo previsto para el 15 de abril de 1952; si acepaba su participación

198
Marbete del MNR.
199
Integrar el gobierno de Hertzog y Urriolagoitia, le costó muy caro al PIR. A pedido de la Patiño Mines, el gobierno aplicó el “plan
de trabajo” de 1947 en los distritos mineros. El plan implicaba la liquidación de todo el personal obrero, con beneficios sociales,
y la recontratación inmediata de sólo el 95%. La oferta sedujo a los mineros de base quienes recibirían un plus inesperado sin
perder la fuente de trabajo; el respaldo al “plan de trabajo” venció en las asambleas generales. No casualmente, los 400 mineros
que recibieron el memorándum de baja perentoria con la boleta de pago por beneficios sociales, eran los militantes más
revoltosos y politizados del activismo sindical. Guillermo Lora bautizó al impopular plan como “la masacre blanca” (Querejazu,
2013: 257, 259, 260).
Sin el apoyo denodado del PIR, no hubiese sido posible viabilizar la masacre blanca. El ministerio de trabajo integraba sus
cuotas de poder en el gobierno. El PIR percibió al “plan de trabajo” como una oportunidad providencial para copar los vacíos
sindicales que dejarían sus adversarios del MNR y el POR (Querejazu, 2013: 257). Todo salió al revés. Otra huelga sangrienta
sacudió las minas en 1949. En dicha huelga, cuyo epicentro fue Siglo XX, los mineros asesinaron a 3 ingenieros norteamericanos
de la Patiño Mines, como vindicta por sus numerosos caídos y la invariable insensibilidad de las autoridades ante sus problemas
(Querejazu, 2013: 271-272). Ambos episodios sellaron el ostracismo político del PIR entre los sectores populares; también
desencantaron a sus militantes, muchos abandonaron el PIR pasando a engrosar las filas del MNR (Querejazu, 2013: 284).

131
Estado y Petróleo en Bolivia

como aliado político, FSB obtendría el control de tres ministerios. Óscar Únzaga de la Vega
rechazó la oferta de ministerios que su partido tendría en el gobierno insurgente (le pareció
poco) y rompió el pacto, advirtiendo sobre la conspiración en ciernes al comandante en jefe de
las fuerzas armadas, general Torrez Ortiz. En consecuencia, la fecha prevista del alzamiento
debió anticiparse al 9 de abril200. A esas alturas, el MNR había elaborado su propia ideología
para fundamentar su programa partidario, popularmente divulgada como doctrina de la
“alianza de clases”. En su programa, la demanda por nacionalizar las minas, era un eje central
de la plataforma electoral. Proclamar la nacionalización, le valió al MNR la adhesión plena
de la FSTMB liderada en 1949 por Juan Lechín Oquendo y cuyo rol fue decisivo en la épica
victoria de abril de 1952. Alrededor de 500 personas murieron en los combates librados del 9
al 11 de abril (Querejazu, 2013: 284, 287, 290).
Hebert Klein sintetiza el camino del MNR hacia la dirección de la “revolución nacional”
iniciada el 9 de abril de 1952:

A pesar del “terror blanco” de los seis años de gobierno civil-militar, el MNR ganó las elecciones
presidenciales de 1951201, y a pesar del destierro de sus dirigentes y haber sido declarado
el partido fuera de la ley, emergió en 1952, con nueva posición radical, como el líder de la
izquierda revolucionaria. Amalgamándose con la mayoría de los miembros del POR después
de 1946, el agrandado MNR dirigió la Revolución Nacional de abril de 1952, con los lemas
de la nacionalización de las minas y reforma agraria, de socialismo e indigenismo, con los
ideales que la izquierda había estado martillando desde 1920 y que había creado la coalición
revolucionaria de los trabajadores y de la clase media, que definitivamente revolucionaria la
sociedad boliviana (1987: 424).

Resulta necesario articular los hechos históricos expuestos con los cimientos doctrinarios
de la praxis movimientista. Walter Guevara Arze, recogió la esencia del pensamiento político
de su partido en un documento que llamó Teoría, Medios y Fines de la Revolución Nacional,
manifiesto a los ciudadanos de Ayopaya (1946), más conocido por el marbete de “Tesis de
Ayopaya”. Hacia 1947 el MNR proclamó al manifiesto de Ayopaya como doctrina oficial del
partido. Adoptando la perspectiva marxista, Guevara sustentó la inviabilidad del comunismo
y el fascismo como modelos sociales aptos para superar el principal problema de indios,
obreros, artesanos, y trabajadores de cuello y corbata de toda la nación: retener las riquezas de
Bolivia, en Bolivia. “El esfuerzo que la nación produce gracias al esfuerzo de sus trabajadores
y la riqueza de su suelo, se va al exterior como un río que naciendo en nuestras montañas
desembocara en las instituciones bancarias de otras países menos necesitados que el nuestro”
(Guevara, 1946: 6).

200
El ministro de gobierno, general Antonio Seleme, se había incorporado a la conspiración clandestina. Las fuerzas policiales de
La Paz, bajo el mando de Seleme, respaldaban las confabulaciones de su jefe superior contra el presidente Ballivián. La policía
“arrestó” a la militancia movimientista entre la noche del 8 y la madrugada del 9 de abril. Los detenidos políticos fueron armados
en las celdas policiales. Antes del amanecer policías y cautivos salieron juntos a luchar.
Se acordó que Seleme asumiría la presidencia de la república, por la importancia estratégica que significaba su participación
para el éxito del alzamiento.
201
Más del 51% del electorado votó por el MNR. Para impedir el mandato del MNR, los elementos derechistas acusaron al MNR de
tener un pacto con “el comunismo internacional”. Hertzog había renunciado a la presidencia dos años antes. El 16 de mayo (diez
días después de las elecciones), Mamerto Urriolagoitia entregó de buena gana el mando del país al general Hugo Ballivián y se
marchó a Chile (Querejazu, 2013: 284-285).

132
Juan José Anaya Giorgis

Ambos sistemas, implicarían condiciones objetivas y subjetivas, ausentes en la realidad


boliviana. Veamos la cuestión objetiva. La producción industrial era un archipiélago diminuto
en la economía boliviana. El proletariado, como clase aprisionada en las relaciones capitalistas
de producción, es decir, privado de medios de vida alternativos a la venta de su propia fuerza
laboral, no existía en Bolivia. Incluso en las minas, el proletariado mayormente indígena,
combinaba “su condición de siervo feudal o comunario, con la de obrero industrial” (Guevara,
1946: 12). La subordinación del país a circunstancias extrañas a su control, empeoraba las
cosas; Bolivia importaba un tercio de sus alimentos, y la fortuna de su economía, estaba sujeta
a las fluctuaciones de los minerales en el mercado externo. Por tanto, para Guevara Arze,
sería imposible “acomodar” las recetas ortodoxas del comunismo en Bolivia, triunfando a
la vez, sobre la cruzada imperialista contra la expansión comunista (Guevara, 1946: 11-12).
No menos absurdo sería pretender “acomodar” al régimen fascista. EL fenómeno fascista, se
circunscribe -afirma Guevara Arze- a estados nación altamente industrializados, pobres en
materias primas, y sin colonias o semi colonias para obtenerlas (1946: 8).
Tampoco existían condiciones subjetivas. El fascismo exacerbaba los sentimientos
nacionalistas de las masas como estrategia de dominio político. Este nacionalismo llevado al
extremo, no hubiese sido capaz de atraer multitudes sin la previa existencia de comunidades
homogéneas, bien organizadas y con un acervo cultural uniforme. Bolivia ni siquiera tenía
un estilo cultural propio (Guevara, 1946: 9). Veamos a continuación el caso del Comunismo.
En Bolivia la ortodoxia revolucionaria se localizaba sobre todo en círculos de intelectuales y
estudiantes universitarios que acataban la línea discursiva de la IV Internacional, con un rigor
inusitado entre “los mineros de Catavi, o los fabriles de Pura Pura” (Guevara, 1946: 13). Según
Walter Guevara, dicha ortodoxia comunista se reducía a “capillas intelectuales más que a
movimientos de masas con fuerza, organización y capacidad suficiente para asumir el poder
como dictadura del proletariado y operar la revolución socialista” (1946: 13).
Si tanto el comunismo como el fascismo, no eran viables para liberar a Bolivia de
la opresión colonial, ¿qué hacer? Unir a obreros, empleados de clase media, indios, y a la
burguesía incipiente que apuesta su capital al desarrollo económico interno, en una lucha
común por la emancipación económica y política nacional.
La opresión imperialista no distingue a las clases sociales de sus colonias y semi colonias.
Los precios irrisorios de las materias primas benefician tanto al obrero inglés, como a su clase
burguesa; incrementar los precios minerales, le conviene al minero boliviano y a la burguesía
productiva local. La contradicción entre metrópolis y colonia, prevalece sobre la lucha de
clases, extrapolada fuera del contexto metropolitano. Los obreros metropolitanos gozan de
altos niveles de vida, por la riqueza que la explotación colonial proporciona en sus países;
si alguna solidaridad existe en ellos -fundamenta Walter Guevara-, es la solidaridad con
sus patrones, los capitalistas de la metrópolis, que garantizan elevados salarios en base a la
explotación colonial (1946: 20).
Propiciar la colaboración de las clases para modificar las condiciones políticas y económicas
que afectaban a toda la Nación -sin negar que dentro de ella subsistían las divergencias
de clase- constituía la misión histórica de la “revolución nacional” (Guevara, 1946: 21). El

133
Estado y Petróleo en Bolivia

“nacionalismo revolucionario” surgía como la conclusión lógica de un punto de partida


socialista, constituyendo “la única esperanza inmediata” para las colonias y semi colonias
del mundo (Guevara, 1946: 21). En el caso boliviano, articular la alianza de clases, exigía
revolucionar la democracia. Bajo el régimen minero-feudal, o la “rosca”, la democracia era una
ficción. Mientras los obreros e indios percibían salarios de hambre, y vegetaban sumidos en la
servidumbre, sin esperanzas y condenados a la ignorancia más ciega; un puñado de mineros
amasaba grandes fortunas, unas pocas familias tenían la propiedad de la tierra, y estrechos
círculos intelectuales accedían a la cultura y el conocimiento. Para Guevara la democracia
occidental adquiere contenido y razón de ser por la igualdad de oportunidades que ofrece a
todos (1946: 13).
No obstante, la igualdad de oportunidades y el régimen de la “rosca”, eran incompatibles.
Tanto liberales como republicanos actuaban sobre el tácito acuerdo de no atacar sus respectivos
intereses económicos. Los republicanos permitían a los liberales enriquecerse exportando
minerales, sin provecho alguno para la nación; a cambio, los liberales jamás atacaron la
propiedad latifundista, concentrada en manos de la dirigencia republicana (Guevara, 1946:
16). “La revolución nacional es sobre todas las cosas un esfuerzo encaminado a crear en
Bolivia los condiciones propias de la democracia y justamente a causa de ello se la combate
con saña” (Guevara, 1946: 17).

3.1 Sinopsis de los cambios introducidos por la revolución de 1952


La “Revolución Nacional” activó un proceso de modernización inédito en Bolivia, mediante
la implementación de políticas públicas revolucionarias, entre las que cabe subrayar:

• Extensión de derechos y obligaciones ciudadanas indiferenciadas para el conjunto


de la población sin restricciones de género. Sufragio universal sobre la base de un
régimen democrático representativo. Para efectivizar las disposiciones de la nueva
legislación, se pusieron en marcha importantes programas de ampliación y cobertura
de la educación y salud pública.
• Sindicalización obligatoria de los sectores asalariados y campesinos. La creación de
la Central Obrera Bolivia (COB), y la Central Nacional de Trabajadores Campesinos
de Bolivia (CNTCB), ambas en 1952, fueron el correlato práctico de esta medida.
Articulación de las organizaciones corporativas populares con el partido (MNR), en la
organización y toma de decisiones del Poder Ejecutivo, constituyendo el denominado
cogobierno COB-MNR como parte de la “alianza de clases” 202.

202
“Para Víctor Paz, jefe del MNR, la Revolución Nacional, consistió ‘en la lucha por la liberación nacional en la cual existe coincidencia
de intereses de diferentes grupos o clases sociales. Son muchas las razones teóricas que así lo demuestran. El proletariado tiene
intereses comunes con el campesinado, con la clase media o con la pequeña-burguesía y aún con la burguesía nacional’ y
también ‘una de las razones del éxito de la Revolución Nacional, de haber podido hacer que se realice el milagro de vencer a la
oligarquía que parecía tan poderosa por sus recursos económicos y por su aparato de fuerza, ha sido precisamente la acción
unitaria del pueblo de Bolivia con la sola exclusión de los sirvientes del imperialismo y de los latifundios.” (Bonifaz, Miguel, 1965:
268).

134
Juan José Anaya Giorgis

• Nacionalización de las minas203 de estaño y creación de la Corporación Minera Boliviana


(COMIBOL) como empresa estatal y autárquica de producción y comercialización
de recursos mineros204. Fomento al desarrollo industrial con participación directa del
Estado en la producción. Las empresas estatales se crearon acatando los lineamientos
sobre diversificación productiva y seguridad alimentaria del plan Bohan (Pruden,
2012: 128-129).
• Reforma agraria y disolución del régimen del pongueaje. Aproximadamente el 70%
de la propiedad de las tierras agrícolas en producción (porcentaje fluctuante según
la región del país), fue erogada en beneficio de los pueblos originarios anteriormente
sujetos a la servidumbre patronal.
• Proyección del “ser nacional” hacia una identidad mestiza como síntesis de la
diversidad étnica, económica y regional de la población boliviana. En ese orden los
diversos pueblos originarios comenzaron a ser interpelados como clase campesina
nacional205, y el proletariado, como clase trabajadora (Mayorga, 1993: 112-114).

3.2 La “década de oro” de YPFB 1952-1960


Consolidada la revolución,-el viernes santo del 11 de abril- Hernán Siles Zuazo tomó el
mando en lugar del general Seleme que había defeccionado en las horas de mayor peligro.
Las fuerzas coaligadas en la insurrección resolvieron reconocer el triunfo de las elecciones
constitucionales de 1951. La presidencia no debía ser ni para Seleme ni para Siles, sino para
el candidato vencedor en los comicios de mayo de 1951: Víctor Paz Estenssoro, que llegó a La
Paz 6 días después (Querejazu, 2013: 290).
Preocupado por la notoria caída en la producción petrolera, Paz Estenssoro proyectó
inmediatamente planes de reactivación industrial. Jorge Lavadenz fue invitado a dirigir la
empresa, pero se excusó argumentando encontrase ocupado en negocios privados. El hermano
del presidente, José Paz Estenssoro que tenía una trayectoria profesional reconocida en YPFB,
surgió como alternativa idónea para el gobierno. José Paz Estenssoro aceptó ser presidente
de YPFB (Lavadenz, 1989: 237-236). En 1953 empezaron a implementarse los planes con la

203
“A las 8 de la mañana del 31 de octubre de 1952, los trabajadores de Siglo XX, y Catavi, al tronar de dinamitas y el ulular de la
histórica sirena del Sindicato que rompía el silencio sólo cuando había algo extraordinario, fueron el entorno del acontecimiento
de la nacionalización de la minas. Todos los sindicatos Mineros enviaron sendas delegaciones para ser los protagonistas del acto
se realizaba en las Pampas de María Barzola, lugar donde diez años antes el ejército boliviano ametrallaba a los trabajadores de
Siglo XX y Catavi”
(http://www.comibol.gob.bo/noticia/126-Sin_la_nacionalizacion_de_las_minas_Bolivia_no_seria_la_misma [04/04/2012]).
204
Por medio del D.S. 3869 del 8 de noviembre 1954, el capital inicial de la corporación se estableció en 34.5 millones de dólares.
Este capital era la sumatoria del valor de las compañías mineras expropiadas, declarados en sus propios balances contables al
momento de la expropiación (Melvin, 1987: 5).
205
Denominar a los pueblos originarios como “campesinos”, sobre todo, pretendía eliminar los sentidos peyorativos que tenían
las interpelaciones de “indio” o “cholo” entre las clases medias y elites nacionales. Javier Albó nos explica: “A nivel social, se ha
perdido mucho de la carga racial que tenían los términos “indio” o “cholo”. Pero las divisiones sociales que tales términos señalan
siguen persistiendo en alguna forma. Es significativo, por ejemplo, que incluso en las estadísticas del ministerio de Agricultura
aparezca la distinción entre “campesino” (i.e. “indio”) y agricultor (i.e. no-indio). Pero el sector intermedio de identificación
ambigua es cada vez más numeroso. Por otra parte ha surgido por primera vez en la historia boliviana una pequeña elite
campesina y ex-campesina que se siente orgullosa de sentirse y llamarse india, crea sus propias organizaciones, y se esfuerza en
el estudio de su propia cultura (1983: 24).

135
Estado y Petróleo en Bolivia

asignación de 2 millones de dólares. YPFB adquirió 4 taladros rotatorios a tracción diésel,


tuberías y otros insumos. Los recursos del “plan 1953” se orientaron a desarrollar los campos
de Camiri. Al año siguiente se logró el autoabastecimiento de aceites minerales produciendo
4644.3 Bpd en promedio (YPFB: 1995: 127); el gobierno festejó el éxito, sin duda notable,
bautizando a 1954 como “año del petróleo” (YPFB, 1996: 63).
Otro progreso notable de 1953 fue la inauguración del Departamento de Exploración
Petrolera en Camiri. Al Departamento se incorporaron nuevos técnicos especializados
en exploración206, al tiempo también se recibió una dotación satisfactoria en equipos de
investigación. Dos años después, la ampliación de las operaciones exploratorias originó la
Gerencia de Exploración, situación que permitió perforar pozos de mayor profundidad,
y salir a explorar regiones exteriores al área tradicional de trabajo en Camiri, Bermejo y
Sanandita (López, 1994:202). En 1960 la elite del personal científico se concentró en el Centro
de Tecnología Petrolera (CTP), creado como un departamento autónomo de dicha gerencia; el
CTP fue dispuesto con equipos e instrumentos actualizados en amplios laboratorios207.
En Camiri, el Departamento de exploración, organizó las primeras brigadas de prospección
geofísica. Para interpretar la morfología y química subterránea, se aplicaron métodos sísmicos
y gravimétricos. Cómo la empresa carecía de pericia técnica en el relevamiento de información
geofísica, fue necesario contratar los servicios de compañías acreditadas para esas labores
en los ámbitos internacionales de la minería fósil. En 1954 llegaron al país las empresas
Servicios Geofísicos S.A. de México, y la norteamericana-mexicana Lamexco, especializadas
en gravimetría208 y sísmica respectivamente. Lamexco no colmó las expectativas, siendo
reemplazada unos meses después por la norteamericana United Geophysical Company
(YPFB, 1996: 65).
Para ganar independencia frente a los costosos servicios geofísicos ofertados por las
compañías extranjeras, YPFB dispuso que las compañas gravimétricas y sísmicas, debían
realizarse por brigadas mixtas, permitiendo a su personal adquirir experiencia de campo.
Aunque en operaciones de prospección geofísica a gran escala, YPFB nunca tuvo autosuficiencia
plena, ni sus equipos y técnicos estuvieron a la par con la vanguardia tecnológica de su tiempo,
en el año 1956 había logrado tener sus propias brigadas de prospección gravimétrica y sísmica
(Savit, 1976: 272). Durante la “década de oro”, muchas limitantes técnicas y económicas, se
compensaron por el factor volitivo de obreros y técnicos. El desempeño de la brigada sísmica
N° 23 de YPFB, nos muestra un caso:

La primera Brigada Sísmica de YPFB fue organizada a órdenes del ing. Juan Manuel Suarez R.,
Geofísico graduado en la Universidad de Oklahoma U. A., y de los ingenieros Freddy Tórrico
y Guido Casso, como ayudantes de la denominada Brigada Sísmica N° 23.

206
Dirigieron las exploraciones los bolivianos Félix Celso Reyes, Hernan López M. (ambos doctores en geología) y el ing. Reynaldo
Muñoz Reyes, junto a los geólogos europeos Víctor Honcharenko y Andres Hunterslatter.
207
Fue financiado por créditos especiales para el desarrollo de Naciones Unidas. Su misión sería “incrementar la producción de
petróleo y gas natural mediante la aplicación de demostraciones de modelo de campo, e investigación aplicada adecuada”
(YPFB, 1996: 104-105).
208
Servicios Geofísicos S.A cubrió un área de 76000 km.² con 27.000 km. de líneas gravimétricas, distribuidas en zonas de la llanura
chaqueña próximas a las fronteras con el Paraguay, llanura centro oriental, y altiplano boliviano colindante al Perú (YPFB, 1996:
65).

136
Juan José Anaya Giorgis

Su primer trabajo fue el relevamiento de una línea sísmica en el área La Vertiente de Tarija,
hoy en explotación por la Tesoro Oil Bolivian. Lo destacable es el hecho de que esta brigada
no disponía, en un principio, de tractores para la apertura de brechas y se tuvo que proceder a
pulso, vale decir, a plan de hacha y machete.

La apertura de brechas a mano para la producción de líneas registradas bajó los costos en
más del 50 % en relación a las brigadas a contrato. Este antecedente sirvió para justificar la
adquisición de otro equipo sismográfico portátil para áreas difíciles, organizándose de esa
manera la Brigada Sísmica N° 24.

Debemos ponderar el espíritu de trabajo de las Brigadas Geológicas y Geofísicas de YPFB, que
en una entrega total no retaceaban sus esfuerzos y sacrificios en las diversas actividades, desde
aperturas de brechas, tanto por macheteros como por tractoristas, en el cavado de socavones,
relevamiento topográfico eficiente, que se traducía en la exactitud de sus cierres poligonales y
de nivelación, igualmente, los operadores y observadores de gravímetros y sismógrafos eran
tan experimentados, como eficientes (YPFB, 1996: 68, 70).

La evocación del técnico veterano de YPFB, Salomón Rivas Valenzuela, nos brinda una
impresión sinóptica sobre la voluntad del personal hacia la causa de la empresa:

He sido geólogo de pozos de Camiri y Guairuy en 1957, época de oro de YPFB, cuando se
abasteció de carburantes al país, por el esfuerzo de técnicos y trabajadores que no eran políticos,
más bien eran patriotas y teníamos gran corazón en forma de rombo, de ahí el emblema o logo
de la entidad, YPFB (El Diario, 21/07/2010).

También se instalaron numerosas plantas en el sector de downstream y se introdujeron


valiosas innovaciones en las operaciones de perforación y explotación. En el transcurso del año
1954, el ing. Enrique Mariaca comenzó a implementar técnicas de “perforación direccional”.
Estas técnicas se utilizan para ahorrar costos en la apertura de caminos y tendido de
explanadas –muy altos en la topografía subandina- ejecutando pozos de trayectoria oblicua y
recta entre la superficie y el reservorio subterráneo (YPFB: 1996: 64). A la par, Enrique Mariaca
comenzó a instalar plantas procesadoras de gas en los campos de Camiri, con una doble
finalidad: Primero, evitar la quema o venteo del gas obtenido junto al petróleo (entonces
alrededor de 8 millones de pies cúbicos diarios), y extraer los elementos licuables del gas
(gasolina natural y Gas Licuado de Petróleo [GLP]) y segundo, reinyectarlo seco nuevamente
al pozo, optimizando la presión interna del yacimiento para maximizar el volumen posible de
recuperación petrolera. Sin embargo, los resultados no fueron satisfactorios particularmente
en los procesos de reinyección (Royuela, 1996: 126). La quema o venteo discrecional de gas ha
sido una falencia permanente en la historia de YPFB (López, 1994: 207).
El conocimiento científico producido por geólogos e ingenieros de YPFB ha sido recopilado
y editado periódicamente por la empresa desde 1958209. Estas publicaciones técnicas y oficiales
fueron las señaladas en la Tabla V:

209
A esta época también corresponde la creación del Servicio de Geología Minera (SERGEOMIN) como institución de investigación
complementaria a la Gerencia de Exploración de YPFB, circunstancialmente ambas instituciones trabajaron juntas (REVITEC,
2004: 35).

137
Estado y Petróleo en Bolivia

Tabla V: Revistas Técnicas de YPFB

Etapas Publicación Periodos


Primera Boletín Técnico de YPFB 1958-1960
Segunda Petróleo Boliviana 1960-1961
Tercera Boletín del Instituto Boliviano del Petróleo 1962-1969
Cuarta Revista Técnica de YPFB (REVITEC) 1971-2003

Fuente: REVITEC, Vol. V, Nº 3, Diciembre de 1976; REVITEC, 2004

En las publicaciones escribieron científicos nacionales y extranjeros de prestigio


internacional. Federico Ahlfeld publicó en los boletines técnicos de la empresa. Por lo general,
los artículos de la revista técnica han implicado importantes contribuciones científicas al
conocimiento de la geología boliviana y a la explotación de aceites minerales. En algunos
artículos se discuten asuntos de administración y planificación empresarial, y muy pocos
abordan la historia de la empresa y sus problemas operativos. En muchos casos los autores
también participaban en la dirección de la empresa y en los debates políticos emergentes
relativos a los problemas de la misma. El ing. Carlos Miranda Pacheco es un caso notable en
ese sentido. Miranda Pacheco se destacó, siendo todavía joven, como técnico del Instituto
Petrolero de Francia, sin embargo, motivado por el gerente general de YPFB, ing. José
Estenssoro, renunció a fines de los años ’50 a su carrera profesional en el extranjero para
incorporarse al equipo técnico de YPFB.

4. El Código del Petróleo de 1955


A la hora de materializar “la tierra prometida” por los revolucionarios antes del triunfo,
los obstáculos que surgían sobre la marcha eran múltiples y difíciles de sortear. Como les había
sucedido a los libertadores de América en su afán de sembrar los principios liberales de la
revolución francesa en los vastos territorios recién emancipados, los nacionalistas se toparon
con una formación social, sino hostil, indiferente hacia la edificación del Estado moderno,
poco dispuesta a cargar con los sacrificios inmanentes a las tareas y la misión histórica que la
revolución nacional asignaba a la burguesía, el proletariado, la burocracia, y el campesinado,
en el marco de la alianza de clases. Por supuesto, hubo actos heroicos, mucha efervescencia,
entusiasmo y apoyo popular por la revolución. Pero también demandas y exigencias, mutua
incomprensión entre las “clases”, conatos y frustración. A su turno, tanto la izquierda, como
la derecha, ofrecieron dura resistencia a la revolución. Si bien durante los primeros años,
las fuerzas opositoras se reducían a pequeños grupos, su organización era muy buena; FSB
ensayó la lucha armada y fue aplastada violentamente por el gobierno210.
Se buscó trasformar al indígena en farmer con la reforma agraria. Se intentó modernizar
el agro formando cooperativas campesinas de propiedad colectiva para trabajar tierras
expropiadas, junto a la dotación de parcelas individuales; el proyectó no encajó en la lógica

210
(Dunkerley, 2003: 154).

138
Juan José Anaya Giorgis

indígena, y sin suficiente apoyo técnico, prosperó poco (Albó, 1983: 36). No pocas comunidades
originarias se resistían a cambiar sus instituciones políticas, por la sindicalización obligatoria,
que imponía el gobierno. La CNTCB era el único canal de comunicación entre gobierno
y campesinos (Albó, 1983: 73). El abastecimiento agropecuario a las urbes entró en crisis,
como resultado indeseado de la reforma, provocando aguda escasez alimentaria, e incluso
hambrunas211, algo desconocido para la clase media. Los enemigos de la distribución de
tierras enarbolaron “la caída productiva” para hundir al MNR. En realidad la producción
creció en cantidad y diversidad. La recuperación de la tierra por los indígenas se tradujo en la
reversión del excedente hacia su propio consumo. Hacia 1960 el suministro alimentario a las
urbes recuperó los niveles previos a 1952 (Albó, 1983: 34-35).
Nacionalizando las minas de los “barones del estaño” (Patiño, Hochschild y Aramayo), el
gobierno cosechó abundante popularidad política, pero moderados recursos económicos. Si bien
las rentas de COMIBOL financiaron parte de la diversificación productiva e industrialización
agropecuaria del oriente, la conclusión de la carretera Santa Cruz-Cochabamba, educación,
salud, e importación de alimentos; nacionalizar las minas no fue la panacea de los problemas
nacionales (Burke, 1987: 10).
Antes de la nacionalización, las minas ya tenían dificultades. A partir de 1931, las
inversiones de la Patiño Mines en exploración científica, habían sido frugales (Burke,
1987: 3). Agotados los veneros abundantes de Llallagua, la Patiño Mines prefirió invertir
implementando el sistema Block Caving, para recuperar minerales con baja ley, en vez de
sustentar nuevas exploraciones (Querejazu, 2013: 278). El precio internacional del estaño y
los costos de producción bolivianos se movían en sentido inverso. La revolución nacional
acentuó el ritmo creciente de los costos212 y la caída del volumen producido. El factor humano
fue la causa primordial que deterioró la productividad (Burke, 1987: 4). Como resultado del
“control obrero”, o la “cogestión con derecho a veto”213, la fuerza de trabajo subió de 28973
obreros en 1952, a 36558 en 1956; además, para 1961, ⅓ de los mineros laboraba en interior
mina, y ⅔, en superficie, precisamente, la relación inversa a la distribución del trabajo típica
en la industria de interior mina: ⅓ en superficie, ⅔ en las entrañas de la tierra (Burke, 1987: 7-8,
29). La gerencia, bajo el control directo del MNR, tampoco dirigió a COMIBOL con eficiencia
y eficacia. Los costos administrativos llagaron a insumir el 7% del presupuesto anual en 1960,
cuando en la minería industrial exterior a Bolivia, oscilaba entre 1% y 2% (Burke, 1987: 9).
Transferir los recursos de COMIBOL a otros emprendimientos estatales, descapitalizó
poco a poco a la empresa. Las escasas reinversiones realizadas, por lo general, se dirigieron a
mantener las instalaciones de transporte, molinos mineros, y otros equipos de explotación, que

211
Fue necesario asignar los escasos ingresos de divisas y contraer préstamos externos a la importación de abarrotes para alimentar
a la población (Burke, 1987: 10).
212
“Bolivia competía con firmas inglesas en Malasia y firmas holandesas en las Indias Orientales, que tenían la enorme ventaja de
extraer el mineral no horadando las profundidades de una montaña aislada en el centro de un continente, sino lavando arenas
en lechos de ríos próximos a los puertos, con mucho menores costos, mayores recursos técnicos y el apoyo de sus gobiernos,
poderosos e influyentes en el comercio, la banca y la política internacional” (Querejazu, 2013: 110).
213
Por medio del D.S 3586 promulgado en diciembre de 1953, la FSTBM adquirió plenas potestades para dirigir y controlar las
funciones propias del sector obrero, también se le asignó la delegación de dos representantes obreros al directorio general de
COMIBOL, y un represente a la gerencia seccional de cada mina. Si bien la presencia obrera no era suficiente para dominar los
directorios, la FSTMB, tenía derecho a vetar sus determinaciones, con excepción de los asuntos estrictamente técnicos (Burke,
1987: 7).

139
Estado y Petróleo en Bolivia

COMIBOL heredó de la era patiñista. COMIBOL operó en base a las instalaciones de Patiño. Las
inversiones netas se concentraron sobre la innovación de los procesos para beneficiar mineral;
se destinaron muy pocos recursos a mejorar la explotación o a explorar nuevos yacimientos. Se
calcula que la industria minera debe invertir al menos un 5% del ingreso bruto en exploración,
COMIBOL estuvo muy lejos de alcanzar el standard (Burke, 1987: 10-11, 23). Otro problema
recurrente de COMIBOL, fue la insuficiencia de personal técnico apto para manejar todas las
tareas propias de la minería moderna, entre los cuadros técnicos nacionales (Burke, 1987: 23).
Tanto los problemas económicos y políticos candentes, como los de prioridad secundaria
en la coyuntura inmediata, pero peligrosos a futuro, mantuvieron a la revolución nacional,
de principio a fin, bajo constante asedio. La precaria estabilidad del régimen podía colapsar
en cualquier momento. El desabastecimiento agropecuario en las urbes, acarreaba riesgos
mayúsculos a la permanencia del MNR en el poder. Sin recursos, ni divisas para importar
alimentos, el caos generalizado que disemina el hambre devenía inminente. Recurrir a la
cooperación exterior parecía la única salvación avizorada en lontananza y el MNR acudió
tras ella (Abendroth, 2005: 63; Navia, 1984: 151). Estados Unidos y Bolivia iniciaron intensas
negociones de cooperación económica e intercambio comercial, cuando el presidente
norteamericano, Harry Truman, reconoció oficialmente al nuevo gobierno boliviano el 2 de
junio de 1952 (Navia, 1984: 95).
A diferencia de tiempos pasados, la revolución nacional no ciñó sus lazos externos a la
órbita capitalista. Evocando la prioridad de los intereses bolivianos como país semi colonial,
el gobierno del MNR se declaró neutro ante la disputa de la URSS y Estados Unidos por la
supremacía global. Durante 1952 y 1953 Bolivia inauguró relaciones y sedes diplomáticas con
varios países de Europa oriental, o el “bloque del este”, denominados por el gobierno como las
“democracias populares”214. La revolución nacional impulsó programas de integración política
y económica con las “democracias populares”. El acuerdo bilateral de mutuo intercambio
comercial por 4 millones de dólares anuales, que Checoslovaquia y Bolivia firmaron a
mediados de 1953, estuvo entre los más sonados. No obstante, las distancias geográficas, el
apogeo de la guerra fría y los débiles intereses económicos mutuos entre el “bloque oriental”
y Bolivia, jugaban en contra. Este tipo de programas no prosperaron, “su duración fue tan
efímera, como escaso su éxito” (Navia, 1984: 103).
Al parecer, bajo el puente tendido hacia las “democracias populares”, por el gobierno de
la revolución nacional, subyacían propósitos instrumentales: mejorar la posición de Bolivia en
la mesa de negociaciones con Estados Unidos215. Como señala Hans Huber Abendroth:

Cuando Paz Estensoro se dirigió a su par norteamericano a principios de octubre [de 1952],
solicitando ayuda económica y técnica, éste no se hizo esperar con una respuesta afirmativa. La

214
Paz Estenssoro expresó en su discurso dirigido al país del 1 de mayo de 1953: “Porque somos un gobierno popular, porque no
somos dependientes de nadie y porque somos conscientes del hecho de que estamos dirigiendo una nación soberana, hemos
establecido relaciones con las repúblicas de las democracias populares” (citado en, Navia, 1984: 108).
215
Durante las reuniones de la comisión bilateral de Estados Unidos y Bolivia, con el propósito de negociar el comercio estañífero
en septiembre de 1952, apareció un sugestivo manifiesto en el vocero oficial del MNR, el periódico En Marcha, afirmando que
la mayoría de los dirigentes de la COB estaban aliados con el comunismo y eran agentes del imperialismo ruso (Navia Ribera,
1984: 107).

140
Juan José Anaya Giorgis

necesidad de prevenir una expansión del comunismo fue el argumento principal para asegurar
la aprobación de ayuda económica por parte del Congreso. Pero la ejecución del programa de
ayuda fue también producto de jugar Paz Estenssoro a la “carta roja”. Durante la década de
1950 los recursos fluyeron “siempre bajo [...] la amenaza de que si ella no prosperaba, Bolivia
se volcaría al comunismo”.

También Siles Zuazo parece haber seguido esa línea al informar en 1958 al Vicepresidente
Nixon “que Bolivia se hallaba amenazada por un colapso económico y necesitaba 20 millones
de dólares más de ayuda norteamericana para impedir una toma comunista del poder (2005:
62).

En noviembre de 1953 Bolivia y Estados Unidos arribaron a un masivo acuerdo de


cooperación y comercio que convertirían al país andino en el mayor destinatario de la ayuda
estadounidense para Latinoamérica y, por un tiempo, del mundo entero (Abendroth, 2005:
61). Exceptuando la importancia militar de las reservas estañíferas en tiempos de guerra,
evitar la “caída de Bolivia a manos del comunismo” carecía de importancia económica para
Estados Unidos. El comercio exterior con Bolivia nunca superó al 0.3% de las importaciones
anuales de EE.UU., y después de 1945 sus importaciones globales de Latinoamérica, cayeron
del 25% al 12% (Abendroth, 2005: 59). La cooperación de EE.UU. a Latinoamérica no estribaba
en motivos económicos, sino geopolíticos; como táctica de su política exterior, la cooperación
apuntaba a defender su dominio monopólico del hemisferio, ante la penetración e influencia
de potencias extrañas, sobre todo la URSS (Abendroth, Hans, 2005: 60).
A través del acuerdo de noviembre de 1953, EE.UU. habilitó recursos crediticios por 51
millones de dólares, algunos de ellos a fondo perdido para el programa boliviano de asistencia
técnica y económica. Además se comprometió a seguir importando la producción nacional
de wolfram y estaño, aunque a precios de mercado (Navia, 1984: 150). Durante los años ´50,
Paz Estenssoro y Siles Zuazo admitían que sin los fondos norteamericanos sus gobiernos
no habrían logrado mantenerse mucho tiempo216 (Abendroth, 2005: 65). La cooperación no
estaba exenta de injerencias en asuntos internos. A cambio de su ayuda, Estados Unidos exigía
resarcir el valor del patrimonio confiscado a los mineros217, reorganizar al ejército profesional
restaurando sus atribuciones legítimas en el marco del régimen democrático, y disolver las
milicias populares de obreros y campesinos (Navia, 1984: 133-134, 140).
Luego de vencer al ejército durante la rebelión abrileña de 1952, las milicias populares
asumieron el control de la coerción militar y policiaca del nuevo orden estatal218. Las milicias

216
Entre 1953 y 1956 se destinaron alrededor de 36 millones de dólares a importar alimentos y bienes de capital, el resto se entregó
en efectivo (Navia, 1984: 158).
217
Un 20% del paquete accionario de la Patiño Mines, había sido adquirido por inversionistas estadounidenses, antes de la
nacionalización (Navia, 1984: 136). La cancelación gradual de las indemnizaciones fue suspendida definitivamente por el
gobierno en 1965, debido a la iliquidez crítica de COMIBOL. Hasta ese momento se habían pagado 20 millones de dólares
(Burke, 1987: 18). Al parecer, desde 1963, su cancelación estuvo congelada. Navia Rivera reporta que hasta fines de 1962, se
habían cancelado los siguientes montos: 9683826$, 3257272$, y 7295565$, a las compañías de Patiño, Aramayo y Hochschild,
respectivamente (1984: 136).
218
“Según los informes de la embajada de E.E.U.U, poco después del triunfo de abril, los sectores populares en la ciudad de La Paz
contaban no solamente con las 20 mil armas cortas sacadas del arsenal durante la insurrección, sino también con otras 5 mil que
estaban en manos civiles desde antes de 1952 (guardadas de la guerra del Chaco y de otros levantamientos previos), así como
varios miles más fuera de La Paz, especialmente en las áreas mineras” (Navia, 1984: 138).

141
Estado y Petróleo en Bolivia

populares obedecían a sus bases, y al gobierno, con ese orden de prioridades. Para el sector
derechista del MNR y Estados Unidos, aquello entrañaba potenciales desbordes comunistas:
los milicianos y el ala izquierda del MNR, podrían fraguar un golpe de Estado exitoso y
encausar la revolución hacia el comunismo (Abendroth, 2005: 62-63).
¿Cómo encajó la política hidrocarburífera nacional en aquel contexto? La siguiente
paráfrasis documentada sobre los asuntos que discutieron en la mesa de negociaciones Henry
Holland, secretario de Estado Adjunto para asuntos inter americanos de EE.UU., y el poder
Ejecutivo boliviano, brindan un testimonio esclarecedor y preciso al respecto:

Ni la prensa de la época, ni la diplomacia británica, tuvo acceso a las negociaciones entre


Holland y Paz Estenssoro y sus ministros. Diversas especulaciones señalaron que sus
conversaciones giraron en torno al incremento de la ayuda financiera. Por los apuntes de
Holland sobre las reuniones, sabemos que Paz Estenssoro, refiriéndose al déficit del comercio
exterior, pidió 9 millones de dólares “para importar bienes de capital, maquinarias y equipos,”
pero –según las notas de Holland- “solicitó 9, apuntando a obtener siquiera 7.” Por otro lado,
pidió $7 millones en suministros agrícolas, incluyendo trigo, algodón, manteca de cerdo y
leche”. Estos alimentos serían vendidos y el dinero invertido en obras públicas, previo aval del
Departamento de Estado. Además, Estenssoro, pidió más créditos del Eximbank para terminar
el asfaltado de la ruta Cochabamba-Santa Cruz, recién inaugurada, y construir un puente sobre
el río Piraí que había prometido a sus entusiastas seguidores horas antes. También pidió un
oleducto de Santa Cruz a Cochabamba, con prolongaciones a La Paz y Arica, y un ingenio de
fundición estañífero. Pidió firmar contratos de exportación de wolfram y estaño, iguales al
valor de las indemnizaciones adeudadas –en las palabras del funcionario norteamericano- por
“las minas expropiadas”. Paz Estenssoro también propuso declarar a Bolivia en “banca rota”
frente a sus acreedores extranjeros.

A la par, se evaluó la actitud de Bolivia frente a la “empresa privada”. Paz Estenssoro manifestó
la pretensión del gobierno boliviano por “controlar el ingenio de fundición estañífero, si fuera
instalado”, más el monopolio fiscal por la producción de fósforos. No obstante, clarificó que
“cualquier capital privado sería muy bien recibido en otros rubros, incluida la industria de gas
y petróleo”. Estas conversaciones debieron sentar las bases del Código del Petróleo, aprobado
un año después […] Volvamos a los apuntes tomados por Holland. Las notas señalan que poco
antes de concluir la reunión, su autor apartó a Paz Estenssoro hacia un rincón y, de acuerdo
con la posición de Eisenhower a favor de la empresa privada, le dijo que para el ingenio de
fundición y el tendido del oleducto, debía buscar capitales privados. Paz Estenssoro preguntó
“si su gobierno aprobaría las revisiones fiscales sugeridas, tanto para el Bank of Reconstruction
and Development (IBRD), como el Eximbank, aceptando incrementar la capacidad de
endeudamiento boliviana”. Luego Paz Estenssoro le aseguró que “trataría de acatar cualquier
sugerencia”. Finalmente Holland le preguntó “si tenía confianza en sus habilidades para
controlar el problema comunista en Bolivia”. Paz Estenssoro respondió “si” (Pruden, 2012:
152-153) 219.

En efecto, durante las negociaciones bilaterales prístinas, el gobierno boliviano solicitó


insistentemente un préstamo por 3.5 millones de dólares, dirigido exclusivamente a fomentar

219
Traducción es propia.

142
Juan José Anaya Giorgis

la prospección hidrocarburífera de YPFB. Perseverar fue inútil220. Víctor Andrade, fungía


como embajador boliviano en Estados Unidos, relata:

A diferencia de los otros programas, este préstamo no fue viabilizado, pese al aval del
presidente Milton Eisenhower y el vicepresidente Nixon. Fue imposible alterar la rígida política
estadounidense contra la habilitación de créditos para empresas estatales que compitan con
sus compañías petroleras (Andrade, 1976: 173)221.

Según Enrique Mariaca la política fiscal petrolífera de 1952 a 1956 habría sido la prueba de
sumisión y obediencia inequívoca que la cúpula movimientista ofrendó a los Estados Unidos,
en su afán de obstruir el proceso revolucionario con el apoyo seguro de la gran potencia.
Veamos sus propias palabras:

La elite del MNR, después de hacer la reforma agraria y la nacionalización de las minas, intuyó
que el país podría avanzar por el propio impulso de la revolución, hacia posiciones políticas
mucho más radicales, y en su pavor a afrontar esta perspectiva aplicó el freno que, por otra
parte, se avenía a su verdadera tendencia: la abjuración de su antiimperialismo mediante el
compromiso con los Estados Unidos. Empero, para demostrar esta nueva fé [sic] a la plutocracia
norteamericana había que hacer un gran sacrificio, y este fue hecho y se llamó la “entrega del
petróleo” (1966: 143).

Introducir capitales privados norteamericanos al sector de hidrocarburos estuvo entre las


primeras políticas públicas de Víctor Paz Estenssoro222. Buscando atraer inversiones masivas
lo antes posible, desplegó una estrategia de varios ejes. Para estudiar las disposiciones liberales
que sustituirían a la ley orgánica del petróleo, decretada por David Toro en 1936, se formó
una comisión mixta con técnicos y abogados de EE.UU. y Bolivia (Lavadenz, 1989: 249). La
comisión estuvo hegemonizada por personal norteamericano y tuvo como base central de
trabajo al bufete de abogados Davenport y Schuster en New York (Almaraz, 1969: 259). El
nuevo “Código del Petróleo”, se promulgó como Decreto Ley (4210), en octubre de 1955, y un
año después, fue elevado a Ley por el Parlamento (Almaraz, 1969: 219, 259).
Mientras la nueva ley se discutía, el gobierno envió representantes a EE.UU. con la misión
de preparar el terreno para la reforma legal en curso, animando inversionistas con los negocios
bolivianos. Jorge Lavadenz tuvo éxito realizando la misión. Según Lavadenz, que apoyó la
iniciativa de Paz Estenssoro por traer capitales a la industria fósil, un primer obstáculo a
sortear fue disuadir la percepción de aversión que prevalecía sobre las garantías jurídicas del
mercado boliviano; en sus propias palabras: “Pese al ambiente favorable que presentaba el

220
Pese a las negativas iniciales, EE.UU. accedió finalmente a conceder un crédito por 10 millones de dólares para YPFB, aunque
fue condicionado a inversiones en downstream. El tendido de los oleoductos Camiri-Santa Cruz, Camiri-Yacuiba, y el poliducto
Cochabamba-La Paz, inaugurados en 1957, 1954, y 1955, respectivamente, utilizaron estos fondos, más aportes propios
(Royuela, 1996: 126; Salamanca, 1978: 42).
221
Traducción es propia.
222
Un factor como la zozobra inherente a las posibilidades de YPFB para sostener el suministro interno, ejerció influencia. El
gobierno, y en gran medida el cuerpo técnico de YPFB, asumieron que el potencial hidrocarburífero del país, como el propio
suministro del mercado interno, no podrían desarrollarse satisfactoriamente sin la participación del capital extranjero (Sandoval,
2003: 73).

143
Estado y Petróleo en Bolivia

país bajo el gobierno del MNR, las empresas internacionales, grandes y medianas, mostraban
poco entusiasmo por ingresar en un campo que tenía antecedentes bastante graves debido a la
actuación de gobiernos anteriores. Se había vuelto necesario romper el hielo y con tal motivo
viajé a Houston, Texas, para tantear las posibilidades de interesar a algún grupo menor y más
agresivo, que pudiera comenzar operaciones en Bolivia” (1989: 249). Así llegó el petrolero
mediano de Texas Glenn H. Mc Carthy (1989: 250).
En noviembre de 1952, Mc Carthy y el gobierno boliviano, firmaron un contrato preliminar
por explotación petrolífera en un bloque con potencial productor ¡dentro del radio operativo
de YPFB! (Almaraz, 1969: 262). La adjudicación de Mc Carthy comprendía 359700 hectáreas
al este de Sanandita y al sur del Pilcomayo, en la provincia tarijeña de Gran Chaco. Las
“regalías irrisorias” fijadas por contrato, oscilarían entre 16.5% y 40%, en relación directa con
la producción del pozo (Mariaca, 1966: 145). Para restablecer la confianza del “inversor” por
Bolivia, que apareció conceptuado en la prensa nacional como “un animal tímido e huidizo”
(Almaraz, 1969: 262), el contrato incluyó una póliza de seguro contra expropiaciones, o
alteraciones a los términos originales pactados en el contrato, por disposición fiscal. A
sugerencia de Mc Carthy, una de las cláusulas estableció una tipología de “arbitrariedades”
fiscales, en cuyo caso, la ejecución del seguro, sería inmediata, transfiriendo al inversor un
fondo en fideicomiso, que el gobierno depositó de antemano en el BCB, con esa función. Otra
prerrogativa excluyó la potestad del poder judicial sobre la garantía en fideicomiso (Almaraz,
1969: 268-269; Mariaca, 1966: 145; Royuela, 1996: 107).
Transcurridas largas negociaciones, Mc Carthy e YPFB, firmaron un contrato de operación
final con base en las estipulaciones del recién aprobado Código del Petróleo (Lavadenz, 1989:
250). Mc Carthy llegó a perforar cuatro pozos en Los Monos, tres secos, y el otro sin valor
comercial. Durante su estancia en Bolivia, Mc Carthy se entregó a beber alcohol sin control,
descuidando sus negocios. Comenzó a tener grandes pérdidas, e incumplir las obligaciones
contractuales acordadas con YPFB. Según Lavadenz, la ruina de Mc Carthy era inminente,
situación que lo animó a intervenir; con ayuda de Lavadenz, Mc Carthy logró subrogar su
contrato a la Chaco Petroleum Company, liquidar sus deudas, y salir del país en 1957 (1989:
252). La subrogación de Mc Carthy sonó a un eco distante recordando la subrogación “ilegal”
entre RL y SOCNJ, que Saavedra reconoció en 1921; el caso Mc Carthy despertó suspicacias,
críticas, y sobre todo, censura, entre la todavía embrionaria oposición al “Código Davenport”
(Almaraz, 1969: 273-274).

4.1 Contenidos del Código del Petróleo


Frente al sentido nacionalista del discurso gubernamental223 en boga, el “Código Davenport”
implicaba una total antinomia. Veamos sus contenidos empezando por la justificación oficial
vertida en los “considerandos” más importantes de la norma:

223
Almaraz calificó a las regalías establecidas en el contrato Mc Carthy, y a las fijadas en 11% por el Código del Petróleo, como un
regalo “anti nacional” del gobierno al capital imperial. Para demostrar la irracionalidad de las regalías del Código del Petróleo, que
él llamaba “Código Davenport”, contrastó la regalías del 11%, con el 50% y 16% vigentes en Perú y Venezuela, respectivamente.
También coteja al “ominoso Código Davenport”, con la ley orgánica del petróleo de 1921. Sin embargo, exime del análisis
comparado, a las regalías del 9% fijadas por la ley de Toro en 1936, cuya mención, es omitida en toda la obra (Almaraz, 1969:
232-233).

144
Juan José Anaya Giorgis

Que es injusto que las generaciones actuales de bolivianos vivan pobre y trabajosamente,
mientras el país encierra ingentes riquezas potenciales que permanecen inexplotadas.

Que el establecimiento de una industria del petróleo, de gran magnitud y en breve plazo,
exige enormes capitales ya que, por la naturaleza misma de esa industria, las inversiones
iniciales deben ser cuantiosas, mayormente en un país como el nuestro, por las dificultades de
transporte para alcanzar los centros de distribución internacional.

Que Bolivia carece de capitales a consecuencia de la larga explotación semicolonial, organizada


y mantenida por la fuerza, en acuerdo y provecho exclusivo de la oligarquía feudal-minera, que
ha empobrecido a la Nación con el constante drenaje de sus riquezas mineras y las limitaciones
impuestas por el régimen semi-feudal en el trabajo de la tierra.

Que Y.P.F.B., no obstante el éxito logrado en los últimos años, gracias al esfuerzo; la eficiencia y
la dedicación de sus obreros, empleados, técnicos y directores, al producir petróleo para atender
las necesidades nacionales y aún para exportar, en reducidos volúmenes, está restringido en
su desenvolvimiento, por la imposibilidad estatal de proveerle de los capitales necesarios para
explorar y explotar las extensas áreas potencialmente petrolíferas del país.

Que al mismo tiempo debe asegurarse el futuro progreso de la industria fiscal del petróleo,
con la asignación a Y.P.F.B., de una zona suficientemente amplia para su constante y normal
desenvolvimiento: bajo; las regulaciones de su actual Estatuto, facultándole operar también, en
igualdad de condiciones, en las zonas abiertas a las empresas privadas (DL 4210, 26/10/1955).

De la estructura tributaria del código del petróleo destacan tres disposiciones. Conservar
el 11% del valor de la producción en boca de pozo para el Departamento productor (art. 103)
denominado “regalía departamental”224; un impuesto para el gobierno central de 30% gravado
a la utilidad líquida (art. 127); y un beneficio empresarial atípico en los países adscriptos al
paradigma jurídico latino, el llamado “factor de agotamiento”, que liberaba de impuestos a
un 27% de la reserva recuperable del yacimiento, la deducción por agotamiento tuvo como
límite al 50% de las utilidades líquidas, sin considerar dicho factor (art. 123).
Siendo una adaptación del derecho económico anglosajón, que integra el subsuelo a la
propiedad privada sobre la tierra, el Código del Petróleo introdujo el factor de agotamiento
al contexto boliviano, arraigado en la tradición jurídica latina. Como medida fiscal de origen
norteamericano, el factor de agotamiento apunta a fomentar la magnitud del excedente
privado reinvertido en la industria. Sergio Almaraz observó que, en el contexto boliviano, el
factor de agotamiento sólo alentaría la magnitud de los excedentes transferidos al extranjero
(1969: 220).

224
El gobierno de Busch ordenó transferir el valor equivalente al 11% de la producción petrolera, al tesoro del departamento
productor, para fomentar el desarrollo regional (ley del 22 de septiembre de 1938). No obstante las regalías departamentales
fueron retenidas ilegalmente por los distintos gobiernos centrales hasta 1957, cuando comenzaron a transferirse, incluidos los
montos adeudados (Foianini, 1991: 299-301, 304).
Un elemento decisivo para el cumplimiento de la ley de Busch, fue la lucha del movimiento “cívico” de Santa Cruz, organizado
en torno al Comité Pro Santa Cruz, que fue creado en 1950. Los cívicos cruceños interpelaban al bien común de la región,
sin “distinción de clases”, “colores políticos”, o “religiones”, para legitimar su lucha política (Pruden, 2012: 131). Según palabras
vertidas hacia 1957, por Pablo Cardona, presidente del Comité Pro Santa Cruz, “si YPFB hubiese hecho sólo una liquidación al
tesoro departamental, el problema de su pavimento hubiese sido resuelto con vidrio y mármol, el de su luz podría ser la nuclear
y el de sus aguas potables contratar al propio Neptuno” (citado en, Pruden, 2012: 132).
La efectivización de los pagos fue resultado de luchas reivindicativas de movimientos “cívicos” de Santa Cruz de la Sierra por el
desarrollo económico de su región. Humberto Vázquez Machicado participó de este movimiento.

145
Estado y Petróleo en Bolivia

A través del Código se impuso un tribunal de arbitraje internacional como instancia legal
de arreglo de diferendos entre gobierno y empresa. Al parecer, la confiscación de SOCB abonó
la política norteamericana dirigida a imponer tribunales internacionales como instancia para
el arreglo de diferendos225. Ceder a la jurisdicción de los tribunales bolivianos sobre la cuestión
fue percibido por la oposición al “Código Davenport” como un grave atentado a la soberanía
nacional (Almaraz, 1969: 285-286). Para observar información técnica minuciosa sobre las
reglas establecidas por el Código del Petróleo, ver Anexo II.

4.2 Impactos económicos y técnicos del Código del Petróleo


Para 1957 alrededor de catorce millones de hectáreas con potencial hidrocarburífero,
sobre todo en áreas no tradicionales, estaban adjudicadas en concesión a 13 compañías
pequeñas o medianas de varios países (cuatro eran brasileras) y una grande. YPFB recibió
algo más de catorce millones de hectáreas para usufructo exclusivo. No obstante casi todas
las adjudicaciones privadas fueron devueltas antes de finalizar la década, o al principiar la
siguiente, por las difíciles condiciones de acceso a las áreas obtenidas, y las cifras millonarias
necesarias para explorar una geología poco conocida. Muchas empresas ni siquiera llegaron a
perforar, otras obtuvieron resultados secos y prefirieron irse sin insistir demasiado. El monto
global invertido por estas empresas alcanzó 50 millones de dólares, y antes de marcharse,
entregaron la información geológica recolectada a YPFB (López, 1994: 202). Sobre la base de
su información, YPFB halló varios campos productores, como Tatarenda, Montecristo y Santa
Rosa (Royuela, 1996: 117-118).
Sólo la Bolivian Gulf OIL Company (BOGOC)226, la única empresa grande como subsidiaria
de la norteamericana Gulf Oil Company, tuvo éxito. Luego de minuciosas tratativas con YPFB,
Gulf decidió localizar sus esfuerzos al este de la cordillera del Aguaragüe, incluyendo las
serranías de Mandeyapecua y Carandaití, en el sur del país, y al noroeste de Santa Cruz, sobre
una franja al norte del Río Grande y al sur del Beni. Las expectativas por hallar yacimientos
importantes eran mayores en la zona sur, y Gulf inauguró sus operaciones en esa región
(Lavadenz, 1989: 253-254). Disponiendo YPFB de información geológica y áreas adjudicadas
en la zona sur que trabajaría Gulf, ambas empresas llegaron a un acuerdo: YPFB aportaría sus
áreas y su conocimiento, a cambio, Gulf pagaría regalías por el 19% sobre toda la producción
proveniente del bloque sur (Royuela, 1996: 119).
El éxito no fue inmediato. Gulf perseveró varios años realizando intensivas exploraciones
geológicas y geofísicas en el sur, incluso perforó 20 pozos, sin obtener resultados. Antes de
lograr hallazgos comerciales, su inversión acumulada llegó a 80 millones de dólares (López,

225
“El acto de confiscación ha despertado graves dudas sobre la seguridad de las propiedades que los extranjeros tienen o
están considerando adquirir. No sólo el riesgo de incautación en sí mismo, sino también el proselitismo anti extranjero que
se le adhiere, hacen que los intereses foráneos en Bolivia sean blanco de ataques nacionalistas en cualquier momento; como
resultado de estas campañas sus propiedades pueden ser capturadas con más facilidad. Los resultados son paralización de
iniciativas, desconfianza entre las razas, y mala voluntad” (Somers, 1941:8). Traducción propia.
226
Ingresó al país en 1956. La suma total de sus áreas adjudicas, en las tres zonas habilitadas por el Código del Petróleo (tradicionales,
no tradicionales, y no tradicionales remotas), fue de 3469849 en 1957, y 1441688 hectáreas en 1968.

146
Juan José Anaya Giorgis

1994: 202)227. Mientras Gulf enviaba sondas al subsuelo del bloque sur, trasladó sus comisiones
geológicas y geofísicas al noroeste de Santa Cruz. Los estudios geológicos de Ericson y Hess228,
propusieron que los estratos carboníferos tenían gran potencial productor. La hipótesis era
atrevida. Estas cualidades del carbonífero, no habían sido avizoradas por la Standard, y
en consecuencia, tampoco por YPFB. El noroeste también tenía formaciones propicias para
entrampar aceites minerales. Gulf inició en Caranda la perforación del pozo X-1 que dio
positivo en 1960, prometiendo gran potencial productor (Lavadenz, 1989: 254, 291). La clave
del hallazgo fue la innovación científica, como lo indicó Miranda Pacheco:

YPFB lo único que hizo fue continuar la escuela de la Standard Oil y después la bautizó un
poco con sísmica, geología, geofísica, hidrogeología. Standard Oil fue la gran escuela. Fue
Gulf en los ´60 que cambio la escuela totalmente; YPFB exploraba pero no lo hacía muy bien,
además no tenía mucha plata para explotar, su presupuesto máximo consistía en alrededor de
30 millones por año que es muy limitante [para gasto corriente e inversión en toda la cadena
productiva, incluida cancelación de impuestos fiscales y subsidios a los combustibles]229.

La Gulf reforma esto de la exploración. Hizo otra gran contribución científica a este país, ha
mostrado que el petróleo, te estoy hablando de cosas muy básicas, no sólo está en ese mar
devónico, en las formaciones del famoso devónico, que era lo que buscábamos todos. Gulf
probó que había otras formaciones de gas que no eran del devónico, eso es importantísimo, de
ese modo salió Caranda, de ese modo salió Río Grande […] La Gulf vino acá y por 3 años estuvo
pataleando en el Chaco por un contrato en un área de YPFB que seguro había de garantizar la
producción […] pero no encontraron nada, estaban buscando con la filosofía exploratoria de
YPFB; luego mandaron todo al diablo y aplicaron sus propios pensamientos […] y a los dos
años en Santa Cruz se estaba produciendo. Ese es el otro gran paso de exploración que se ha
hecho… (Miranda, entrevista personal, 22/07/2011).

Con los hallazgos de Gulf en Colpa (1961) y Río Grande (1962), ubicados en la provincia
geológica de la “llanura beniana” (Ver Anexo I), sus reservas superaron a las de YPFB que
operaba sobre todo en Camiri. A fines de 1966, BOGOC alcanzó la producción petrolífera
diaria de YPFB (cerca de 8 mil millones de Bpd), y su producción acumulada del año siguiente
llegó a casi 12 millones de barriles, el 81% del total nacional. La conclusión de los oleoductos
Sica Sica-Arica (OSSA I), y Santa Cruz-Sica Sica (OSSA I), de 10.75 pulgadas de diámetro,
viabilizó la explotación de los campos de Gulf; estos oleoductos se financiaron entre BOGOC
e YPFB, y fueron tendidos por la Williams Brothers230. De 1957 a 1969, BOGOC invirtió 140

227
Carlos Navia Rivera dice que hasta 1964 la inversión privada de EE.UU., sólo llegó a 20 millones de dólares. Petroleras
estadounidenses habrían invertido el 80% de dicho monto (1984: 160). Los datos de Carlos Royuela Comboni sobre las
inversiones de BOGOC, coinciden con López Paulsen (1996: 123).
228
“Durante 1957, Ericson y Rodríguez de la Gulf Oil Company midieron perfiles típicos del Silúrico al Cretácico de la serranía de
San José, en Taperas, Cerro La Torre, Limoncito y Roboré. En 1959, el geólogo alemán W.A. Hess, de la misma compañía, definió
los grupos San José-Santiago y en 1960 mapeó el área alrededor de la hacienda Tajibos en el margen meridional del escudo
Precámbrico, trabajo que fue orientado a la búsqueda de petróleo y gas” (Aguilera, 2001: 7).
229
Al respecto Enrique Mariaca corrobora: Nuestro presupuesto está ahora fundamentalmente constituido por las ventas del
mercado interno y alcanza un valor cercano a los 20 millones de dólares al año. Las erogaciones son: por sueldos, jornales y
prestaciones sociales (45% del presupuesto), regalías departamentales y otros impuestos (11%), obras de ingeniería civil (9%), y
compra de gasolina de aviación (5%) y nos permite disponer de un saldo de aproximadamente 6 millones de dólares (30%) para
atender a la compra de equipos, materiales, repuestos, pago de fletes, y cumplimiento de obligaciones anteriores (1966: 531).
230
El costo total ascendió a 11 millones de dólares (López, 1994: 202). La red de oleoductos entre los campos de Santa Cruz y Arica
fue inaugurada oficialmente el 2 de octubre de 1966 por el general Barrientos (Arce, 2003: 370).

147
Estado y Petróleo en Bolivia

millones de dólares concentrados en exploración (Royuela, 1996: 121,123). El Cuadro IV


muestra la disponibilidad de reservas descubiertas por ambas empresas en 1969:

Cuadro IV: Reservas Probadas Descubiertas para 1969

MMBP MMMPC MMBPE


Compañía (millones de barriles (miles de millones de (Millones de Barriles Equivalentes
de petróleo) píes cúbicos) a petróleo; [gas+ petróleo])

YPFB 54.16 271.60 103.18

GULF 115.04 2376.73 544.05

Total 169.2 2648.33 647.23

Fuente: (López, 1994: 202).

Gulf también realizó exploraciones intensas de la formación “Bumerang”, localizada


en la parte cochabambina de la provincia geológica “Pie de Monte”, ahí halló dos campos
comerciales que no llegó a explotar. Más tarde, la información recolectada por Gulf en dicha
región, fue muy útil para los hallazgos comerciales de Surubí, Katari y Carrasco, que realizó
YPFB entre 1972 y 1994 (Royuela, 1996: 122).
Si BOGOC saludó a los años ´60 ingresando a un proceso de crecimiento acelerado,
YPFB lo hizo ingresando a un periodo recesivo. La producción se paralizó a consecuencia
del escaso éxito que tuvieron los sondajes exploratorios, agregando nuevas reservas231,
y el agotamiento de los yacimientos hallados en Camiri. Para 1969 la relación reserva/
producción de YPFB cayó a 3.6, la peor marca en su historia (YPFB, 1996: 303).
Una causa muy importante para la parálisis de YPFB fue la excesiva retención fiscal
de sus ingresos entre 1957 y 1962. Con los fondos retenidos a YPFB, el Tesoro General
de la Nación (TGN) coadyuvó a frenar el proceso inflacionario ascendente que vivía el
país, como resultado del déficit acumulado en el presupuesto fiscal, y la balanza de pagos
por comercio exterior. Para frenar la inflación se aplicó el “Programa de Estabilización
Monetaria”, diseñado por la misión norteamericana a cargo de George J. Eder, que EE.UU.
envió a Bolivia; Eder “recomendó” adoptar el régimen monetario de cambio fijo, cuyo
costo financiero fue muy alto. EE.UU. impuso al denominado “plan Eder” (la estabilización
monetaria), bajo amenaza de constreñir su ayuda financiera (Abendroth, 2005: 63). Eduardo
Arze Cuadros explica los efectos de la retención de Fondos sobre YPFB:

231
“La relación éxitos en pozos exploratorios de nuevo campo para YPFB es un pozo descubridor por cada 3.2 pozos perforados
en la década de los años ´50; para los años ´60 esta relación es de 1 por cada 7.3; para la década de los ´70 es de 1 éxito por 6.4
perforados; en la década de los ´80 es de uno por cada 5.1 y en los años ´90 de 1 por cada 4.5 perforados. Si se considera que
el índice internacional de un éxito por 5 pozos perforaciones, podemos concluir que sólo dos de las cinco décadas analizadas
estuvieron fuera del índice aceptable. La relación de éxitos de la mayoría de las compañías privadas que perforaron en el país,
está dentro del margen del índice internacional aceptable” (YPFB, 1995: 8).

148
Juan José Anaya Giorgis

El promedio de divisas asignado a YPFB, que era de 8.08 millones de dólares en el periodo
1952-1956, descendió a 4.10 millones de dólares en el periodo 1957-1962. Simultáneamente
YPFB se vio forzada a comercializar su producción a precios bajos y congelados, además de
verse obligada a mantener una política de ventas a crédito en apoyo de otras empresas del
sector público, circunstancia que puso en riesgo su propia viabilidad financiera (2002: 209).

El presidente de Gulf, William K. Whiteford hizo tres visitas oficiales a Bolivia con
comitivas de alto nivel para inspeccionar las operaciones de BOGOC y planear expansiones
(Lavadenz, 1989: 255). A mediados de 1963, BOGCOC ofreció proveer gratis 10 MMPCG
diarios a Santa Cruz para generar electricidad, al mismo tiempo planteó instalar fundiciones
con energía gasífera en zonas mineras tradicionales (Mariaca, 1966: 277). Los campos de Gulf
tenían mucho gas. En enero del mismo año, Paz Estenssoro, “satisfecho por las excelentes
relaciones y el aporte económico que significaba para el país el aumento de la producción
y la exportación de petróleo, le otorgó al señor Whiteford la condecoración del Cóndor de
los Andes”, promulgado con el D.S. 6349 (Lavadenz, 1989: 256). La premiación a Whiteford
se volvería un símbolo indeleble sobre la abjuración del MNR a la revolución. Enrique
Mariaca evocó ironizando al premio de Whiteford como “una extraña interpretación que
daba el gobierno del MNR a la acción del imperialismo petrolero” (1966: 276).

5. De Madrejones a Caranda, Estados Unidos y la caída del MNR


5.1 De Madrejones a Caranda
Promulgar el Código del Petróleo no acarreó apremios políticos inmediatos. Al principio
las voces de protesta estuvieron aisladas. Cabe subrayar la renuncia de Ñuflo Chávez
motivada por la sanción del Código en el Congreso, a pocos meses de su elección como
vicepresidente232 (Estremadoiro, 2009:16); la prístina oposición de Ciro Humbolt, senador
del MNR, a la política petrolífera de 1955 (Mariaca, 1966: 294); o los pronunciamientos del
intelectual Humberto Vázquez Machicado, “lamentando que los bolivianos den tan poco
valor a su riqueza petrolera”, en alusión al factor de agotamiento y las regalías del 11% (citado
en, Almaraz, 1969: 258).
Circunstancialmente surgió cierta oposición en torno a la licitación del campo Madrejones,
una estructura situada entre Argentina y Bolivia en las cercanías de la localidad tarijeña
de Yacuiba. En 1957, YPF (la petrolera estatal argentina) tenía ya varios pozos perforados
en Madrejones, proyectando iniciar su producción una vez concluida la necesaria red de
transporte por ductos. Aquellas operaciones de explotación en argentina podrían afectar o
succionar a las reservas situadas en el lado boliviano.
Frente a ese peligro, YPFB envió una comisión técnica de alto nivel para negociar con su
contraparte de YPF las condiciones de explotación de la estructura binacional. No obstante, los
técnicos de YPF negaron cualquier posibilidad inherente a la prolongación de las reservas en

232
Ñuflo Chávez militaba en el ala izquierda del MNR. Fue ministro de Asuntos Campesinos de 1952 a 1956. Acompañó en 1956
como aspirante a la vicepresidencia a Siles Zuazo en los comicios presidenciales, los primeros celebrados con voto universal en
Bolivia.

149
Estado y Petróleo en Bolivia

el subsuelo boliviano233; una interpretación sobre la geología de Madrejones que los técnicos
de YPFB consideraban –y no sin razón- muy equivocada.
En el contexto del plan Eder de Estabilización Monetaria, iniciado en enero de 1957 como
ya vimos, YPFB no disponía de los 2.5 o 3 millones de dólares imprescindibles para emprender
los sondeos y la posterior altamente probable explotación de su parte de Madrejones. Sin
tiempo que perder, el gobierno licitó su explotación al capital extranjero (el área comprendía
unas 48000 hectáreas en total), firmando con la compañía Fish Engineering Corp. of South
America el primer contrato de operación con un 50% y 50% efectivo sobre el reparto de la
producción entre compañía y gobierno, y con el operador del campo (el capital privado)
asumiendo los riesgos exploratorios, en la historia mundial de la minería fósil. La compañía
Fish fue una subsidiaria de la Gulf, y el Ing. Guillermo Mariaca (fundador de YPFB), asumió
su representación en Bolivia (Honorable Congreso, 1958: 12).
Como resultado del proceso de adjudicación de Madrejones, Amado Canales, militante
del MNR y director del diario El Mundo, convirtió a su diario en tribuna de enconados ataques
contra el Código del Petróleo (Olmos Saavedra, 1960: 23). Víctor Paz Estenssoro replicando a
las críticas, dijo en la VII Convención Nacional del MNR de 1957:

La crítica es injustificada. La realidad es más fuerte que todas las teorías y que todas las
consignas políticas circunstanciales […] Nosotros necesitamos una explotación a gran escala,
lo que requiere inversiones enormes, de 100 a 200 millones de dólares. Solamente con una
inversión de esta magnitud, a través de cuatro o cinco años, el petróleo va a comenzar a
rendir cifras de consideración. Nosotros necesitamos que el petróleo figure en nuestra balanza
comercial en el rubro de exportaciones, en una cifra superior a la del estaño (citado en, Mariaca,
1966: 289).

De cualquier forma, como el historiador James Dunkerley indicó: “el debate político sobre
la industria petrolera fue acalorado pero bastante abstracto hasta 1961, cuando a YPFB se le
agotaban los pozos existentes, en tanto Gulf, hizo un importante descubrimiento en su sector,
y al año siguiente ya estaba bombeando petróleo” (2003: 146). Caranda fue la gran novedad
en los ámbitos políticos. Según Enrique Mariaca, el hallazgo del campo Caranda fue otro
fruto del agudo sentido oportunista que distingue a los cárteles con la talla de Gulf; Caranda
difícilmente habría sido descubierto por Gulf, sin ayuda del MNR:

El éxito de YPFB no podía estar lejano, pues, en 1954, tenía trabajando una comisión gravimétrica
en el área de Santa Cruz, al igual que otra comisión geológica. El anticlinal de Caranda –
que posteriormente fue perforado por la Bolivian Gulf dando lugar al descubrimiento del
yacimiento petrolífero más grande del país- estaba en el área de investigación de YPFB al igual
que las estructuras de Colpa y Santa Cruz. Desgraciadamente la promulgación del Código del
Petróleo sorprendió a YPFB en la fase preliminar de la exploración de esta importante área; y la

233
A continuación citamos el testimonio personal del presidente de YPFB José Paz Estenssoro:
“En compañía del entonces representante de YPFB en Buenos Aires, Ing. Aldazosa, solicité audiencia a YPF, siendo recibido
por el geólogo doctor Bracaccini (alto funcionario de YPF a cargo de los problemas referentes a Madrejones), proponiéndole
intercambio de información técnica y estudio de un posible documento para el desarrollo conjunto por ambos países de la
referida estructura. El Dr. Bracaccini manifestó que el yacimiento Madrejones no estaba en parte alguna en territorio boliviano,
que todo estaba en territorio argentino y que sus estudios así lo habían determinado, razón por la cual el gobierno
argentino no tenía el menor interés en tratar la propuesta de YPFB” (1958: 15).

150
Juan José Anaya Giorgis

compañía Bolivian Gulf, que había tenido un amplio acceso a la investigación e información del
área, tanto los informes de YPFB, como los de la Standard, tramitó de inmediato la concesión
de esta región. YPFB tuvo que vender a la Bolivian Gulf el informe gravimétrico que había
concluido en 30 mil dólares, informe que mostraba claramente las anomalías de Colpa y Santa
Cruz (1966: 192-193)234.

Cabe presumir que Caranda lesionó la moral a técnicos y trabajadores de YPFB. En el “Libro
de Oro de YPFB” publicado en 1996, se menciona la venta de los informes gravimétricos235
por 30 mil dólares a Gulf, agregando de inmediato: “Todos saben que BOGOC anunció a los
pocos años el descubrimiento de Caranda y Colpa como de gran potencial” (68). El ingeniero
Carlos Royuela Comboni, profesional distinguido en la Gerencia de Explotación y otras áreas
de YPFB, señaló en su historia sobre la empresa:

Entre 1961 y 1962 YPFB perforó tres pozos, pero la naturaleza quiso que el campo Caranda se
terminara en el límite de la concesión de la Gulf y que en el lado de YPFB sólo se encontrara
agua salada (1996: 128).

Muchos militantes, o simpatizantes, “villarroelistas” e “izquierdistas” del MNR, se


distanciaron del partido por el Código del Petróleo. Enrique Mariaca encarnó un caso de
desencanto ubicuo en ese sentido. A los 17 años, Enrique Mariaca entró al “infierno verde”
como infante artillero del batallón Méndez Arcos, sirviendo en el “arco” de Villamontes; su
papá, el oficial (¿Mayor?) Guillermo Mariaca, también estuvo ahí. (Fundación Jubileo, 2009:
4-5)236. Con el “Código Davenport” empezaba otra “guerra del petróleo”. Se libraría en un
escenario distinto y contra el capital imperial, pero la lucha seguía siendo de vida o muerte237.

234
Parágrafos con el mismo sentido reaparecen vertidos en la página 122 y 300 de la citada obra.
235
No obstante, los métodos gravimétricos son poco apreciados en las prospecciones de la gran minería fósil. “El 97% de los gastos
totales de exploración geofísica en la industria petrolera mundial están destinados a trabajos sísmicos” (Hammer, 1974: 228). Los
trabajos de campo para reflexión sísmica, cuestan siquiera 16 veces más que los gravimétricos (Hammer, 1974: 229).
236
Vale la pena citar algunas memorias del propio Enrique Marica sobre la lucha de Villamontes: “Fue el 13 de marzo de 1935
cuando el general José Félix Estigarribia, del ejército paraguayo, preparó el ataque frontal a Villamontes, con el objetivo de
tomar la zona petrolera más importante de nuestro país, para poder entrar a Sucre y Tarija, y luego avanzar hasta Santa Cruz.
Sin embargo, el general boliviano Bernardino Bilbao Rioja, hombre muy inteligente y un verdadero estratega militar, efectuó
una defensa muy cerrada de Villamontes, desde el río Pilcomayo hasta Tarairí, considerando un arco de 45 kilómetros. En
ese momento, el ejército paraguayo, a pesar de haber avanzado considerablemente y haber cortado el camino a Camiri, se
encontraba en condiciones muy debilitadas y con bajos niveles de comunicación, lo que permitió una arremetida por parte del
ejército boliviano que, contrario al inicio de la guerra, esta vez contaba con refuerzos nuevos que no habían recorrido grandes
distancias para llegar a la zona de combate […].
El 14 de junio de 1935 se puso fin a la Guerra del Chaco. Recuerdo que ese día la orden que teníamos durante la última batalla
fue disparar toda la artillería: morteros, fusilería y metralletas, hasta cinco minutos antes de las 12 del mediodía, ya que en ese
momento iban a tocar las cornetas para anunciar el cese definitivo al fuego y, claro, todos estábamos expectantes.
Habíamos disparado toda nuestra artillería, ¡era infernal el fuego que hicimos! A las doce menos cinco se ordenó el alto al fuego,
tocaron las cornetas y todos los bolivianos nos levantamos. Desde las trincheras, vimos a los paraguayos e instintivamente
sacamos nuestros pañuelos para saludarlos. Ellos hicieron lo mismo y de un salto salimos de nuestras trincheras y empezamos
a acercarnos. Ellos también se acercaban a nosotros. Fueron momentos tan emocionantes los que vivimos al aproximarnos a
soldados que ya no eran más nuestros enemigos.
Sin perder más tiempo, todos nos abrazarnos y estallamos en un llanto de alegría, porque esa guerra había llegado a su fin
[…] Uno de los elementos más importantes que se debe rescatar de la Guerra del Chaco fue la defensa incansable del petróleo
boliviano” (citando en, Fundación Jubileo, 2009: 4-5).
237
Sobre la interpretación de la cuestión anti Gulf como un drama bélico, cuyo desenlace sería decisivo para la existencia de Bolivia,
Sergio Almaraz trasuntaba: “Soy partidario del criterio del ingeniero Mariaca según el cual, lo único que podemos hacer los
bolivianos ante una situación injusta y de fuerza, en la que nos vemos obligados a medirnos con un poder que nos sobrepasa
en mucho en cuanto a sus recursos compulsivos, es retornar a la nacionalización del petróleo” (1969: 384).

151
Estado y Petróleo en Bolivia

Enrique Mariaca decía: “la política petrolera del MNR es un apéndice subalternizado de la
política imperial de los Estados Unidos” (1966: 304). Esta vez sería preciso pelear en tribunas
sindicales, foros universitarios, copar las calles y los medios de prensa, exigiendo abrogar
el maldito art. 123 del “Código Davenport”, y declarar reserva fiscal a todas las áreas con
potencial productor del país (Mariaca, 1966: 296).
Pronto Gulf se constituyó en un nodo de articulación política que convocó al Partido
Comunista de Bolivia (PCB)238, restos del PIR, elementos de FSB y el Partido Demócrata
Cristiano (PDC). También concurrieron actores sindicales de YPFB239, e intelectuales
destacados, como Ricardo Anaya240, Sergio Almaraz241, René Rocabado, Gustavo Chacón242,
Amado Canelas, entre otros (Mariaca, 1966: 305).
René Rocabado, Sergio Almaraz, Enrique Mariaca y Amado Canelas, cultivaron mutua
empatía durante la movilización anti Gulf. Un hecho célebre de su labor mancomunada, fue
redactar una ley petrolífera para proponerla en el V Congreso de la Federación Sindical de
Trabajadores Petroleros de Bolivia (FSTPB), realizado en 1958, como alternativa al “Código
Davenport”. Cuando el Congreso llegó al cierre, la plenaria general aclamó la propuesta
(Mariaca, 1966: 296). A modo de suceso anecdótico, cabe mencionar los marbetes de “técnicos
traidores” o “americanistas” (por EE.UU.), que surgieron del movimiento, para diferenciar al
personal aquiescente de YPFB con el ingreso de capitales foráneos a la industria. Jorge Muñoz
Reyes, Dionisio Foianini, Jorge Lavadenz, Raúl Canedo Reyes, Miguel Ángel Roca y Alfonso
Romero Loza; estaban entre los acreedores conspicuos del marbete (Rocabado, entrevista
personal, 15/12/2012).
Sin duda el movimiento anti Gulf tomó, o readecuó, la estructura discursiva del
nacionalismo incubado en las trincheras del Chaco, para fundamentar su causa. La lectura
de Busch sobre la “soledad de las naciones” en la búsqueda de su “destino”243; el adagio de

238
Creado en 1951 por juventudes del PIR que abdicaron a su partido luego de la “masacre blanca” (Dunkerley, 2003: 64).
239
En 1959 Enrique Mariaca funda la Asociación de Técnicos y Geólogos de YPFB, con la misión de revertir las políticas oficiales de
“estrangulamiento a YPFB” (1966: 299).
240
El Instituto de Investigación de la Facultad de Derecho (IIFD), y el Instituto de Estudios Sociales y Económicos (IESE), de la
Facultad de Ciencias Económicas (fundado en la década del ´60 en el siglo XX), ambos de la Universidad Mayor de San Simón
(UMSS), fueron centros abocados a la defensa fiscal de los recursos naturales. La Facultad de Derecho de la UMSS, tuvo una
participación notable en la cuestión petrolífera desde los tiempos de SOCB. Los abogados de la UMSS José Valdivieso (decano
de la facultad de derecho), Carlos Salamanca Figueroa y Eduardo Arze Quiroga, defendieron los intereses del Estado durante
el juicio a la Standard (Arze, Cuadros, 2002: 207). Ya en 1958, el IIFD emitió un primer pronunciamiento por la abrogación del
Código, titulado Bases para una Política Nacional del Petróleo; su autor fue Ricardo Anaya, viejo militante del PIR que presidía su
partido en ese momento (Mariaca, 1966: 293-294).
241
Sergio Almaraz empezó militando en el PCB. En 1956 presenta su renuncia al partido por desacuerdos con la línea programática
de la III Internacional Comunista. Sobre la primer edición de “Petróleo en Bolivia” de Almaraz (1958), Enrique Mariaca comenta:
“Este es un trabajo de análisis serio y de crítica de la política que data de antes de la expropiación a la Standard Oil, de las
operaciones de esta compañía, del nacimiento y consolidación de YPFB y de la política inaugurada a raíz de la promulgación del
Código del Petróleo de 1956” (1966: 291-292).
242
Gustavo Chacón prologó la primera edición de Mitos y Realidad del Petróleo en Bolivia (Mariaca, 1966); ahí manifestó: “Con el
Código Davenport, esterilizaron por completo el sacrificio de los 50000 mártires del Chaco, cuya sangre había abonado primero
la creación de YPFB y luego la caducidad de las concesiones de la Standard Oil” (7). Luego de la caída de Villarroel, Chacón militó
en el PIR durante el resto de su carrera política (Rocabado, entrevista personal, 15/12/2012).
243
(Klein, 1987: 367).

152
Juan José Anaya Giorgis

Villarroel “no soy enemigo de los ricos, pero soy más amigo de los pobres”244; y la doctrina
de la “alianza de clases”; marcarían el compás proselitista de la “segunda” cruzada por
petróleos. Sergio Almaraz imbuyó su nacionalismo con el legado de Busch y Villarroel245.
El Movimiento anti Gulf pregonaba desarrollar la industria fósil recurriendo a las fuerzas
endógenas y exclusivas de la nación. Era la misma estrategia desarrollista que abrazó UDP-
38, cuando se oponía a la indemnización de la Standard, y a la alianza con EE.UU., quince
años antes del “Código Davenport”, como se precia en este parágrafo de su proclama de 1941:

Rechazar toda intervención que no sea fiscal en la explotación del petróleo boliviano, porque
las intervenciones extrañas encubren y encubrirán siempre intereses antinacionales, que
buscan apropiarse del combustible nacional con fines de lucro o de predominio político (citado
en, Mariaca, 1966: 288).

Los afluentes principales del nacionalismo “endógeno” provenían de la “cuenca política”


villarroelista y la cuenca política del PCB. En la visión “endógena” del nacionalismo, el juego
entre la inversión extranjera y la industrialización boliviana siempre sería de “suma cero”.
El imperialismo capitalista nunca jugaría sin naipes marcados. Sólo el esfuerzo colectivo y
organizado de los bolivianos sería capaz de liberar a Bolivia de su realidad semi colonial:

YPFB en el periodo de 1952-1956, demostró eficiencia y capacidad para movilizar una riqueza
que hasta entonces por la acción de los monopolios extranjeros, había permanecido poco
menos que inexplotada. Esta es una victoria de la que surge una evidencia que a pesar de
su sencillez y su fuerza lógica, necesita ser señalada una y otra vez: Bolivia puede explotar
su riqueza petrolera utilizando sus propios medios; puedo hacerlo en base a planes en los
que se ensamblen la audacia y la tenacidad con una correcta utilización de los recursos
nacionales (Almaraz, 1969: 307, las negrillas son del original).

YPFB era la clave de todo, no sólo como motor de la industrialización, sino también como
fuente opima de divisas fiscales. Uno de los tópicos que Sergio Almaraz abordaba en foros
y conferencias relativos al “Código Davenport” abarcaba un análisis sobre la diferencia del
costo de producción y el precio de venta, inherentes al barril de petróleo, y la barra fina
de estaño. Según los resultados del análisis comparado de Almaraz, comercializar aceites
minerales arrojaba rendimientos seis veces superiores a los arrojados por extraer y vender
estaño. Sin embargo el método de cálculo que Almaraz utiliza en la comparación excluye
las variables axiales del problema: costos de prospección exploratoria, y tasas de riesgo del
capital inyectado a esta fase industrial. La exclusión es deliberada. Para Sergio Almaraz las
consecuencias de su restricción metodológica serían epifenomenales, el mismo la evidencia,
concluyendo: “no tiene importancia en lo referente a la idea fundamental: las posibilidades de
capitalizar en forma inmediata la economía nacional están en el Petróleo” (1969: 368).

244
(Querejazu, 2013: 226).
245
“Busch fue cercado y su muerte obedece, en último término, a la acción de la minería que lo llevó a la desesperación haciéndole
sentir constantemente su poder. La fugacidad de los gobiernos de Busch y Villarroel, la muerte trágica de ambos militares,
traicionados por sus propios camaradas, las contradicciones internas que los desgarraron, demuestran la realidad de otra faceta
del poder minero: el ejército no obedecía la voluntad del jefe de gobierno” (Almaraz, 1980: 86-87).

153
Estado y Petróleo en Bolivia

5.2 Estados Unidos


Pactar con EE.UU no era seguro. El MNR tenía que borrar con el codo lo que había escrito
con la mano. La maniobra era difícil. Once años atrás, EE.UU exigió a Villarroel deshacerse
del MNR, apartarlo del poder, o su gobierno no sería reconocido por las naciones “libres” de
América. Villarroel aceptó. A través del sexenio los jefes del MNR fueron condenados al exilio,
sus agitadores perseguidos con rabia, y su indiscutible victoria electoral de 1951, anulada. El
imperialismo “aceitero”, la “rosca” y Estados Unidos, tenían la culpa por todos los males.
Durante aquella época el MNR machacó sin descanso en el seno del pueblo las ideas acuñadas
con la creación de UDP-38, el Nacionalismo y Coloniaje de Carlos Montenegro246, las tesis de
Ayopaya y la inmolación casi mesiánica de Villarroel por Bolivia. Pero a tan sólo un año de su
gobierno, los jefes movimientistas hacían tratos con el imperialismo “yanqui”. En marzo de
1954 el gobierno empapeló el país con el primer afiche “pro Estados Unidos”, manifestando:

El pacto de los partidos oligarcas, reunidos en Santiago de Chile, ha acordado iniciar una
campaña en EE.UU. tendiente a evitar la ayuda americana en alimentos y divisas. Esta
campaña, en la cual también se hallan empeñados los comunistas, busca cercar, por hambre,
al pueblo de Bolivia a fin de crear un clima propicio para una aventura reaccionaria (Citado en,
Navia, 1984: 157).

Ningún distrito minero quiso ser prosélito del “evangelio” post revolucionario y “cupular”
del MNR con su benefactor, EE.UU. Tampoco el PCB, ni el ala izquierda del MNR. El plan
Eder se implementó a pesar de las protestas de la COB, que se opuso a la “imposición”. La
COB percibió a los planes de “ayuda” norteamericana con desencanto creciente; el POR y
PCB, recobraron protagonismo acusando al MNR de abjurar a la revolución nacional por unas
migas de EE.UU. No obstante, el grueso de los dirigentes sindicales siguió candidateando en
listas del MNR hasta los comicios generales de 1960 con Paz Estenssoro a la cabeza. Juan
Lechín Oquendo, que mantenía el liderazgo de la COB, acompañó a Paz Estenssoro como
vicepresidente. Juan Lechín Oquendo siempre fue adversario de los “estalinistas” aglutinados
en el PCB, y los “maximalistas” del POR (Dunkerley, 2003: 137). Paz Estenssoro volvió al
poder resucitando la “coalición de centro izquierda y con un pueblo nuevamente movilizado”
(Abendroth, 2005: 65).

246
Fue una especie de manifiesto político capital movimientista. La militancia nutría su causa política leyendo Nacionalismo y
Coloniaje con avidez (Querejazu, 2013: 216).
Resulta difícil catalogar esta obra de Montenegro en un género de las letras con precisión. Por su sentido dramático parece
una suerte de rapsodia inconclusa que libra la nación boliviana buscando su destino de libertad ciudadana. Por su sentido
social constituye un ensayo político. La obra va deshilvanando la historia de la lucha entre la oligarquía nativa y el movimiento
nacionalista. En ese proceso, Montenegro halla que la máxima aspiración de la oligarquía nativa, siempre ha sido comulgar con
los intereses del capital metropolitano, administrando el saqueo colonial de los recursos naturales de todos los bolivianos, sin
dejar nada en Bolivia.
Para imponer sus propósitos antinacionales, la oligarquía ha imperado avasallando los derechos civiles del pueblo. La comedia
democrática de la oligarquía estriba en la tragedia del pueblo y la represión meticulosa contra la dramática lucha de las fuerzas
nacionales. La exegesis sobre los hechos históricos es de poco rigor. La prensa y el motín político, protagonizan el drama. Ambos
actúan oscilando entre la causa “nacional” y “anti nacional”. La liberación de las grandes mayorías nacionales sobre la opresión
colonial, implicará destruir al régimen de la “rosca” (Montenegro, 1981).

154
Juan José Anaya Giorgis

A mediados de 1961 comenzó la aplicación del “Plan Triangular” para “rehabilitar


COMIBOL” con 36 millones de dólares a crédito247 para. La rehabilitación implicaba dotar de
bienes de capital, asistencia técnica, y reorganizar la administración de COMIBOL, sobre todo
el área de recursos humanos (Burke, 1987: 14). Alrededor del 65% de los recursos previstos
para el inicio del plan (1961-1963) se destinaron a equipar COMIBOL con maquinarias y
repuestos, la innovación tecnológica sólo tuvo importancia en las fases de concentración y
beneficio del mineral (Burke, 1987: 26-27). Cerca del 7% se destinó a la reducción del personal,
a través de programas de retiro “voluntario” con dos salarios de compensación por año de
trabajo, más uno adicional. Unos 1750 mineros de interior salieron con este programa hasta
1963 (Burke, 1987: 29-30). Apenas un 3% se invirtió en exploración e investigación tecnológica
(Burke, 1987: 15).
La primera fase del plan sólo resolvió los problemas operativos inmediatos de COMIBOL.
Si bien, para 1964, los complejos mineros funcionaban sin deficiencias mecánicas y la
producción mejoró (Burke, 1987: 26), se hizo muy poco revirtiendo el deterioro creciente
de la ley estañífera del mineral, por agotamiento de veneros conocidos. Por otro lado, la
reorganización administrativa tuvo poco éxito en todos sus niveles. El retiro “voluntario”
se gestionó con ineficacia y debió anularse de súbito en agosto de 1963. Dos meses antes, el
gobierno había deshabilitado a los trabajadores de interior mina para suscribirse al retiro
(Burke, 1987: 30), decretando a la par, un lock out en Siglo XX, con el fin de aumentar los retiros
entre operarios de superficie. La FSTMB replicó recurriendo a la huelga indefinida en casi
todos los distritos, cuyo ímpetu, hizo retroceder al gobierno y separó a la FSTMB del MNR.
En diciembre, el XII Congreso de la FSTMB declaró a Paz Estenssoro “traidor a los objetivos
de la revolución” (Dunkerley, 2003: 145-146).
Un elemento que tonificó la resonancia política de la apostasía “cupular” del MNR, otrora
instrumento político del pueblo (Albó, 1983: 90), radicó en la recusa del gobierno al crédito
de fomento industrial que la Unión Soviética ofertó en 1961. La revolución nacional se había
vuelto un botín apetecido por EE.UU. y la URSS, otro campo de batalla de su “guerra fría”.
Kruschev abordó al embajador boliviano de Naciones Unidas el mes de octubre, ofertándole
ayuda para construir la fundición estañífera tan necesitada en Bolivia. Un mes después
Brezhnev escribió a Paz Estenssoro ratificando la oferta con un préstamo adicional de 140
millones de dólares inyectables a YPFB. Una comisión soviética de alto nivel llegó el país en
diciembre para estudiar la situación técnica y protocolizar las cartas de intenciones. Incluso
la visita oficial tenía previsto fraternizar con los mineros en sus distritos, sin embargo la
recepción no fue la esperada, la gira soviética en las minas transcurrió entre los abucheos del
POR y los aplausos del PCB (Dunkerley, 2003: 140-141).
Paz Estenssoro aprovechó la inusitada oferta para tratar de obtener más ayuda
norteamericana jugando la “carta roja”:

247
Financiaron el plan: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y los gobiernos de Alemania Occidental y Estados Unidos (Arze,
2002: 160). Se denominó “Triangular” en alusión al grupo de tres patrocinadores (Espinoza, Jorge, 2010: 157). Sin embargo, como
en la fase II (1964-1965) y III del plan (1966-1970), el gobierno boliviano realizó aportes importantes, vía suspensión o reducción
de impuestos y regalías cobrados a COMIBOL, en beneficio de la propia corporación, Melvin Burke sugiere la nominación de
“Plan Cuadrangular” (1987: 45).

155
Estado y Petróleo en Bolivia

Si no se llegó a sellar un convenio de cooperación en aquella oportunidad fue porque


Washington se opuso a ello y porque Paz contaba con una cantidad de ayuda estadounidense
mayor a la soviética.

Las embajadas de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, alarmadas por la propuesta,
analizaron contraofertas y así surgió el Plan Triangular como respuesta al ofrecimiento
soviético. El Plan consistió en un esfuerzo conjunto para el saneamiento de la Corporación
Minera de Bolivia (Abendroth, 2005: 65).

En la visión del PCB y las corrientes endógenas del nacionalismo, el crédito soviético
estaría libre de prerrogativas imperialistas y dominantes (Mariaca, 1966: 533). Para ellos, la
supremacía económica y técnica de la oferta soviética frente a la cooperación norteamericana
sería infalible (Dunkerley, 2003: 141). No sólo la izquierda rechazada la ayuda norteamericana,
la derecha también lo hacía interpelando razones distintas. En 1953, un informe de la embajada
de EE.UU. sobre la recepción política de su ayuda en el país, señaló:

Dirigentes de los partidos de derecha se oponen globalmente a las donaciones, sosteniendo


que ello sólo serviría para alargar el periodo de poder del gobierno MNR. Sin embargo, los
elementos más moderados consideran que el colapso del gobierno MNR de todas maneras
llegará tarde o temprano, debido a su incompetencia, corrupción y prácticas engañosas (citado
en, Navia, 1984: 154).

Ampliemos la cuestión del crédito soviético. Kevin A. Young, en un reciente artículo


(febrero de 2017), retomó los grandes dilemas y disyuntivas de la “revolución nacional” en
torno al Código del Petróleo. Según Young, entre las causas centrales del Código del Petróleo,
la insolvencia financiera interna y las coacciones “imperialistas” estadounidenses, hubieron
sido más o menos secundarias, en relación al sometimiento voluntario del MNR al dominio
de EEUU. Como Enrique Mariaca, para Young, el rechazo de Paz Estenssoro y Siles Suazo a la
oferta crediticia de la URSS, evidenciaría sin dudas, las preferencias pasionales de la cúpula
del MNR hacia la dominación norteamericana.
Indudablemente, y dejando a un lado imponderables políticos, como por ejemplo, el curso
que habría seguido la acción política de la COB sin las prácticas clientelistas del MNR, la
supremacía económica y técnica de la oferta soviética, resulta, cuando menos, dudosa: ¿tenían
los soviéticos conocimientos adecuados sobre los patrones geológicos de las provincias
petroleras de Bolivia?, las maquinarias y equipos que pretendían brindar ¿serían competitivas
en el contexto económico boliviano?, la entregas ¿serían inmediatas y a sólo firma? O, como
Walter Guevara Arze, denunció por esos tiempos: ¿no sería todo una maniobra política y
provechosa, tanto para la cúpula del MNR, como para los soviéticos? (1961: 53).
Ningún intelectual, entre los adscriptos a la oferta soviética, ya sea político, ya sea
científico, actual o pretérito, fundamentó sus simpatías, resolviendo ese tipo de interrogantes.
Ricardo Anaya, por ejemplo, en las célebres conferencias que impartía como: Bases para una
Política Nacional del Petróleo, resolvía la cuestión informando apenas:

De lado de la URSS, la oferta es de $ 60 millones, o más, a largo plazo e interés que jamás
pasa de 2½ %. Máquinas de las muy buenas que fabrica y algunas de las cuales –por ejemplo
turboperforadoras- son compradas por compañías norteamericanas, mientras a nosotros

156
Juan José Anaya Giorgis

el Departamento de Estado, nos veda adquirirlas […] Tampoco quiero referirme siquiera a
aquella majadería de que aceptar la oferta soviética de cooperación económica importa abrir
ancho cause a la infiltración ideológica del comunismo (1969: 191-193 )248.

Varios años después, Amado Caneles, ya en los tiempos de los grandes hallazgos de la
BOGOC, parafraseando a Ricardo Anaya, escribió:

¿Qué razones valederas podían aducirse para no aceptar la ventajosa oferta soviética? ¿Qué los
equipos comunistas conllevan la ideología? Pero la técnica, como la ciencia, no tienen fronteras,
y los medios de producción sólo sirven para dominar la naturaleza y ponerla al servicio del
hombre, sea que lleven el rótulo made in USA o made in URSS; a lo sumo pueden acusarse
diferencias de calidad o presentación más o menos vistosa, siendo este último el caso de la
producción soviética Y la prueba de ello estaba en la reciente adquisición por la firma yanqui
Dresser Industries de la patente de las mentadas turboperforadoras soviéticas, las mismas
que las fabricaría con destino a la industria petrolera occidental ¿Qué, de todos modos, la
introducción de maquinaria soviética facilitaría la comunicación de Bolivia? (1963: 238).

5.3 La caída
A pesar del “Código Davenport”, el Plan Eder y el Plan Triangular de COMIBOL, la COB
y el MNR seguían aliados, aunque no exentos de problemas. Lechín tuvo un papel clave para
viabilizar la inauguración del Plan Triangular con el aval de la FSTMB en 1961 (Dunkerley, 2003:
139). Poco después Lechín apareció acusado por el ministro del Interior de traficar cocaína. El
alegato acusatorio carecía de bases sólidas, pero desató tanto alboroto mediático, que acabó
propiciando el exilio “dorado” de Juan Lechín antes del año nuevo, como embajador en Italia
(2003: 142). Regresó a Bolivia en 1963, cuando Paz Estenssoro requirió su presencia en las
minas por las virulentas huelgas contra el Plan Triangular; Lechín debía facilitar un arreglo
entre la FSTMB y el gobierno, no obstante, fue imposible aplacar la oposición ceñida de las
bases hacia los retiros “voluntarios” (2003: 145).
El divorcio se declaró en la IX Convenció del MNR de diciembre de 1963. Paz Estenssoro
aprovechó la convención para proclamar su repostulación a presidente, apropiándose otra
vez de un privilegio que no le correspondía. Según acuerdos partidarios, era el turno de
la COB para designar el candidato movimientista para las elecciones de 1964: era el turno
de Lechín. Usurpar el turno obrero fue demasiado. En 1964, Lechín se postuló a presidente
con su propio instrumento: el Partido Revolucionario de la Izquierda Nacional (PRIN).
Casi todos los sectores de la COB apoyaron al PRIN (Dunkerley, 2003: 146). Desplazar a la
izquierda movimientista, e imponer una reelección, eran cosas muy distintas. Hernán Siles
Zuazo desconoció la reelección de Paz y se apartó del MNR. Walter Guevara Arze se había
ido mucho antes249. Apostar a la reelección deterioró el liderazgo de Paz Estenssoro, abonó
la disgregación del MNR, y cementó a izquierda y derecha tras la misma meta: “derrocar al
MNR” (2003: 153).

248
La primera vez que se dictó la mencionada conferencia fue en la Facultad de Ciencias Económicas de la UMSA en diciembre de
1957.
249
Durante el mandato de Siles Suazo, Guevara Arze y Paz Estenssoro, protagonizaron intestinas disputas por la sucesión
presidencial. Siendo derrotado, Guevara Arze, resolvió apartarse del MNR y crear al denominado Partido Revolucionario
Auténtico (PRA) en 1960, sobre la base de su otrora facción movimientista, el MNR-Auténtico (Dunkerley, 2003: 135-136).

157
Estado y Petróleo en Bolivia

Por esa época las fuerzas armadas ya superaban en número y equipo bélico a las milicias
populares. De 1958 a 1964 se destinaron muchos recursos fiscales a modernizar y cualificar la
corporación militar; la tasa del gasto militar respecto al presupuesto fiscal, subió de 6.8% en
1958, a 16.8% en 1964 (Dunkerley, 2003: 149). Todo esto no alteró la animadversión encubierta
que anidaba en el ejército por el MNR: “En el fondo, la mayoría de los militares, especialmente
los Altos Mandos, seguían profesando un anti-movimientismo secreto, ya que nunca pudieron
perdonar su destrucción en 1952” (Estremadoiro, 2009: 21). Luego de confusas maniobras,
el general René Barrientos, salió victorioso del forcejeo por la candidatura vicepresidencial.
Barrientos participó en la guerra civil de 1949 como movimientista y dirigía la célula militar
del MNR, sus atributos carismáticos y popularidad política, eran profusos ¿También sería
leal? (Dunkerley, 2003: 150, 152).
Barrientos no perdió tiempo urdiendo la captura del poder con apoyo de las fuerzas
armadas. Entre octubre y noviembre de 1964, surgieron condiciones muy propicias para
la conjura golpista. La Paz, Oruro y Cochabamba, estaban convulsionadas por huelgas del
magisterio y estudiantes universitarios, en las minas, Siglo XX hacía otra huelga, y había
rebrotado un foco guerrillero de la FSB por las zonas rurales de Santa Cruz. La sedición militar
comenzó el 2 de noviembre y triunfó dos días después (Dunkerley, 2003: 154). En el ínterin,
la COB de Lechín, el ala trotskista de la FSTMB y FSB, trataron de aprovechar el río revuelto
tomando el poder ellos mismos250, pero los militares impusieron su autoridad sin problemas.
Sólo la CNTCB defendió al gobierno de Paz Estenssoro251. Cuando cayó el MNR, la economía
boliviana crecía a un ritmo del 7.2% anual (Arze, 2002: 563).

6. Conclusiones
Gualberto Villarroel gestionó las primeras inversiones importantes realizadas en YPFB,
recurriendo a E.E.U.U como principal fuente financiera en el marco del “Plan Bohan”.
Esos recursos permitieron estructurar a YPFB proyectándola como dínamo de la liberación
económica boliviana y sentaron las bases para su desarrollo futuro en upstream y downstream
por los siguientes veinte años. El movimiento nacionalista glorificó a Villarroel después de
su trágica inmolación “por Bolivia”, volviéndolo un ícono primordial y constitutivo para
la ideología del nacionalismo revolucionario. Sin la motivación y desprendimiento laboral
del personal de YPFB hacia la causa nacionalista de la compañía, YPFB difícilmente habría
sobrevivido al “sexenio”.
YPFB experimentó un segundo florecimiento con la “Revolución Nacional”: la denominada
“década de oro”. No obstante, la sostenibilidad de la empresa en el mediano y largo plazo,
no estaba asegurada. YPFB sufría cuantiosas mermas financieras, subvencionando los

250
El 4 de noviembre la COB intentó ocupar el Palacio Quemado y proclamar la jefatura nacional de Lechín, sin embargo, la guardia
de palacio, abrió fuego mientras la multitud se aproximaba al objetivo. No hubo bajas. Lechín perdió un calzado durante la
fuga precipitada. Filemón Escobar, entonces dirigente del POR y la FSTMB, también improvisó tomar el poder. Partió de los
distritos mineros encabezando un convoy de trece camiones, repletos de mineros con dinamitas rumbo a La Paz. Los militares
se anticiparon a la maniobra deteniendo la marcha en las pampas de Sorasora (Zavaleta, 1995: 180-182, 193).
251
Otra circunstancia propicia del golpe fueron las festividades originarias de “Todos Santos”. Por esos días, las milicias “campesinas”
estaban desconcentradas en sus pueblos y comunidades de origen, celebrando a sus muertos. Sólo permanecía una guardia
parapetada en el cerro de Laikacota, un punto estratégico de La Paz, la residencia miliciana fue barrida con fuego de tierra y aire
(Zavaleta, 1995: 51-52, 193).

158
Juan José Anaya Giorgis

combustibles distribuidos en el mercado interno como fomento a la modernización, y por las


retenciones del TGN a sus excedentes. Ambas mermas restringieron al mínimo su capacidad
exploratoria. La empresa no podía solventar esfuerzos exploratorios coherentes a la reposición
de reservas que requería el suministro interno.
Buscando recursos adicionales para dispensar las grandes tareas que requería la inclusión
ciudadana de “las clases obrera y campesina”, resolver la inseguridad energética a mediado
plazo (en 1969 la relación reserva/producción de YPFB fue de 3.6), y a la “útil” cooperación
estadounidense que robustecería la apertura de la minería fósil al capital internacional, el
primer gobierno del MNR estimuló la intervención del capital extranjero en la industria
energética sobre dos ejes: a) Implementar marcos normativos atractivos para el capital
petrolero mediante la promulgación del Código del Petróleo en 1955 y b) Promocionar la nueva
geopolítica energética en los ámbitos internacionales de la industria privada, proyectando
seguridad jurídica y estabilidad a los inversores, ante la desconfianza que la expulsión de
la SOCB había instituido hacia Bolivia entre los capitales petroleros. En ese sentido, la triste
aventura del petrolero texano Glenn H. Mc Carthy, despejó temores y atrajo intereses.
El Código del Petrolero contradijo al nacionalismo petrolero que los “movimientistas”
pregonaban antes de llegar al poder. Al amparo del Código del Petróleo, BOGOC realizó
hallazgos significativos de 1961 a 1963, apuntando al mercado externo como principal destino
para su producción. La “traición” del MNR ordenando el Código del Petróleo y las prelaciones
comerciales de BOGOC, posicionaron la demanda por abrogar el Código del Petróleo entre las
prioridades políticas de múltiples actores: seguidores de Gualberto Villarroel, disidentes del
MNR, el PDC, la FSB, el PCB, los restos del PIR y la COB. Estos actores articularon la segunda
cruzada por la nacionalización de los hidrocarburos. Sus afinidades en política energética,
prevalecieron sobre sus diferencias ideológicas, culturales y económicas. El Código del
Petróleo y la premiación de William K. Whiteford, a la sazón presidente de BOGOC, con
el Cóndor de los Andes, simbolizaron la claudicación de Paz Estenssoro a la “Revolución
Nacional”.

159
160
Capítulo IV

De la nacionalización de Gulf a la industrialización del gas


Hacia 1962 los sondeos BOGOC en Colpa, probaron la vocación gasífera de las provincias
geológicas con reservas probadas y posibles ¿Cómo impactó ésta revelación? El presente
capítulo analiza los afanes industrializadores en torno a los hidrocarburos de las facciones
nacionalistas de las fuerzas armadas que gobernaron alternativamente durante casi veinte
años seguidos, equiparando la distribución de tareas y recursos que los planes concebían
para los protagonistas de su ejecución en el contexto económico y técnico de la minería fósil
boliviana. También dilucidamos las empatías y disidencias entre los actores civiles ligados a
la cuestión hidrocarburífera y los regímenes militares de coyuntura, sus estrategias de lucha
y episodios sobresalientes como la nacionalización de la BOGOC en 1969.
Paralelamente analizamos con énfasis las repercusiones de los regímenes militares sobre
la gestión de YPFB, minería fósil y seguridad energética.

1. Dos décadas militares


Según Royuela Comboni el golpe de Barrientos “tuvo consecuencias graves para YPFB.
Significó el inicio de la politización de los mandos superiores de la empresa, algo que don
ʻPepeʼ [José] Paz no había permitido” (1996: 131). A través del ciclo militar inaugurado por
Barrientos (1964-1982) los dos problemas endémicos de la empresa se agudizaron: por un
lado, el desvío de fondos de YPFB hacia el TGN afectaron la reinversión en la empresa y, por
el otro, la recurrente aplicación de subsidios al precio de los combustibles distribuidos en el
mercado interno.

1.1 Cambios doctrinarios


Paz Estenssoro se exilió a Lima el 4 de noviembre de 1964, al día siguiente, René Barrientos
se consolidó al mando de la conjura golpista, proclamando la “revolución restauradora”252
como presidente de facto (Estremadoiro, 2009: 23). Cogobernó con el general Alfredo Ovando253
entre mayo de 1965 y julio de 1966, ese mes, la junta militar convocó a elecciones restringidas.

252
Cuya finalidad en las palabras del propio Barrientos sería: “garantizar y dinamizar el legado de 1952”. La activista Lydia
Gueiler saludó la caída de Paz Estenssoro escribiendo en El Diario: “la esencia de esta insurrección es popular, democrática y
revolucionaria, que lucha contra el hambre, contra la negación de la libertad y la justicia, por una democracia social, política y
económica” (citado en, Dunkerley, 2003: 159).
253
“Hijo de militar y caballero cadete a los trece años de edad, Alfredo Ovando Candía forjó su destino en el frente de la guerra
del Chaco, contra Paraguay (1932-1935), integrando la generación de jóvenes voluntarios de los “tres pasos al frente”. Era
comandante en 1952 cuando una insurrección popular derrotó al ejército y desencadenó el proceso de la revolución nacional.
La guerra, la vida militar y las experiencias sociopolíticas de Bolivia hicieron del joven oficial, un hombre estudioso y reflexivo,
austero y prudente. Su especial perseverancia en el estudio le diferencia de muchos de sus colegas de armas, generalmente
superficiales y sin más formación que la castrense […] En 1964, y junto con el entonces vicepresidente general René Barrientos,
el general Ovando encabezó el golpe de Estado que derrocó al Gobierno del MNR. “Mi permanencia en el primer Gobierno de
las fuerzas armadas me hizo ver más claramente la dependencia del país’” (El País, España, 1978/12/02).

161
Estado y Petróleo en Bolivia

René Barrientos candidateó a presidente por el Frente Revolucionario para la Victoria (FRA) y
venció los comicios254. El ingreso de Ovando fortaleció la coalición militar en vísperas de una
gran ofensiva contra la FSTMB (Dunkerley, 2003: 157).
La segunda fase del Plan Triangular terminó con resultados magros, COMIBOL seguía
perdiendo. Los patrocinadores atribuyeron el incumplimiento de las metas trazadas al
sabotaje sindical dirigido a estropear el plan y resolvieron suspender el financiamiento
de la tercera fase, si el gobierno no “disciplinaba al sindicalismo anárquico” (Burke, 1987:
31). En mayo de 1965 la junta militar impuso un paquete de medidas duras en las minas,
congruente a las observaciones de los acreedores; el DS 07171 (17/05/65) abrogó la cogestión
obrera y proscribió al sindicalismo y el DS 07188 (DS, 23/05/65) declaró un “Estado de sitio”
regional en las minas. Sergio Almaraz denominó a estos ajustes como el “sistema de mayo”255.
Alrededor de 1300 mineros fueron despedidos sin compensación alguna entre mayo y junio
de 1965; los salarios también sufrieron recortes cercanos al 50% (Burke, 1987: 31, 37).
Con el “sistema de mayo” se abrió el camino a la tercera fase del Plan Triangular, cuyas
metas se redefinieron en el marco de la doctrina económica neoclásica. Por una parte, los
recursos se orientaron a potenciar la capacidad de los ingenios para beneficiar mineral con baja
ley; por otra, se fomentó la minería privada, nacional y extranjera, arrendando yacimientos
de COMIBOL a capitales medianos. Esto permitiría incrementar los réditos de COMIBOL
al corto plazo, y fortalecer la minería privada, respectivamente, a costa de sacrificar una
real rehabilitación de COMIBOL. No realizar inversiones exploratorias reponiendo reservas
consumidas condenó a COMIBOL a morir tras un largo periodo de agonía. Todo indica que
la condena fue deliberada. Barrientos y Ovando tendrían en mente reducir paulatinamente
la influencia económica y, sobre todo, política de COMIBOL, inyectando sus excedentes al
desarrollo agrícola e industrial no tradicional, en los valles y tierras bajas del país, es decir, a la
diversificación productiva. De esta manera, el crecimiento del sector agroindustrial, sustituiría
poco a poco al rol económico de una COMIBOL en declive (Burke, 1987: 25-27).
Imponer oblicuamente la tercera fase del Plan Triangular, era una pieza clave de la política
económica “restauradora”. De acuerdo a la nueva visión desarrollista, ni el Estado, ni la
burguesía nacional, tenían los recursos necesarios para impulsar la industrialización del país,
en consecuencia, era preciso implementar reformas estructurales fomentando la participación
de capitales extranjeros en el aparato económico. La inversión privada, extranjera y nacional,
serían el motor de la industrialización boliviana (Burke, 1987: 45).
Tampoco habría tolerancia frente a manifestaciones “anarco sindicalistas” o “extremistas”.
Las rebeliones mineras fueron violentamente reprimidas. En septiembre de 1965 el ejército
intervino los distritos de Siglo XX y Llallagua, con la misión de aplastar las insurrecciones
mineras que instigaban sus dirigentes sindicales perseguidos y refugiados en interior mina,
con apoyo de los trabajadores. La restauración del orden arrojó 82 muertos y más de 200
heridos (Redacción Central, Los Tiempos, 2012/22/09).

254
Para dichas elecciones el MNR fue proscrito en los hechos (la corte nacional inscribió a un candidato ilegítimo y desconocido
con la sigla del MNR). Víctor Paz y Siles Zuazo estaban exilados. Barrientos captó la mayoría del sufragio “campesino” saliendo
electo con más del 60% de los votos (Arze, 2002: 242).
255
“El trasfondo del “Sistema de Mayo”, como lo denomina Sergio Almaraz, apuntó a destruir el denominado “poder sindical” como
sinónimo de “poder comunista” (Escobar, 2008: 120).

162
Juan José Anaya Giorgis

Casi dos años después las fuerzas armadas propinaron otra masacre a los mineros en la
noche de las festividades tradicionales de “San Juan” (21/06). Siglo XX fue tomado por asalto
y el ejército abrió fuego indiscriminado contra la multitud festiva, en horas de la madrugada,
causando alrededor de veinte muertos incluidos mujeres y niños (Redacción Central, Los
Tiempos, 22/09/2012). Las causas de la nueva masacre tuvieron un origen claro: “el apoyo de
los mineros con una mita256 a la guerrilla del comandante Ché Guevara” (Escobar, 2008: 68).
Al parecer el foco guerrillero que instaló el Che Guevara en octubre de 1966, por las selvas
bolivianas de Ñancahauzú, no tenía como propósito expreso tomar el poder en Bolivia, sino
desarrollar un núcleo de campañas guerrilleras para varios países circundantes. Quizá la visita
del Che a Bolivia en 1953, cuando la revolución irradiaba su apogeo insurgente con las milicias
populares armadas y dispuestas a la lucha, también influenció sobre su decisión de instalar
la guerrilla en Ñancahauzú (Dunkerley, 2003: 178). El movimiento guevarista buscaba forjar
un “hombre nuevo”257 al abrigo del socialismo que sería instaurado con la victoria bélica. La
guerrilla fracasó y el Che cayó luchando en octubre de 1967, pero no así sus ideales socialistas,
que tras su muerte prendieron en la conciencia profunda del movimiento estudiantil, la COB,
y sectores juveniles de la militancia católica (Dunkerley, 2003: 194-195).
Como respuesta a estos acontecimientos, los sectores opuestos al estatismo socialista
imprimieron un giro discursivo sobre la identificación de fuerzas “anti-nacionales” propia del
discurso “nacionalista revolucionario”. Los enemigos de la nación migraron de la oligarquía o
el imperialismo yanqui, hacia “el ultraizquierdismo, foquismo, imperialismo comunista, que
devienen atentatorios contra la nación y basta invocarlos para marcar a grupos o personas
con el peor estigma”. El giro discursivo convocó a la derecha, a nacionalistas afines al MNR,
y al grueso de las fuerzas armadas, generando un proceso de polarización política ascendente
(Antezana, 1983:74).
La doctrina socialista occidental no tuvo buena recepción en la clase “campesina” que, por
el contrario, fortificó sus vínculos con el gobierno militar, sobre todo con la figura carismática
del general René Barrientos258. Como señala Estremadoiro:

A pesar de todo aquello, Barrientos siguió manteniendo relaciones con el sector campesino
al no ser tocadas sus reivindicaciones, como las tierras repartidas con la Reforma Agraria.
Por su parte, los campesinos seguían identificando a Barrientos con el proceso revolucionario

256
En este contexto la expresión mita se refiere a la reunión de un fondo colectivo, mediante un aporte fijo descontado al salario
de cada trabajador por el sindicato.
257
El “hombre nuevo” implica un modelo ético y de praxis social totalmente opuestas a la ética (liberal y neoclásica) basada en una
concepción egoísta de la esencia del individuo, cuya consecuencia práctica induce a que actúe en la medida de lo posible sólo
en función de sus propios intereses.
La ética del “hombre nuevo” no aceptaba la satisfacción de los intereses personales a costa de la explotación y sometimiento
del prójimo, postula el desarrollo de las cualidades amorosas del ser humano, encarna el viejo adagio “no hagas a tu prójimo lo
que no te gustaría que te hagan”. La praxis del “hombre nuevo” es la del luchador incansable por la justicia social, a través de la
práctica política congruente con el discurso (Soria Galvarro, 2002: 253-257).
258
Barrientos invertía gran parte de su tiempo recorriendo comunidades campesinas en helicóptero sobre todo en la zona andina
para reforzar la imagen del militar como un amigo del “campesinado”; compartía con los comunarios un día festivo, escuchaba
sus problemas y demandas, o realizaba entregas de pequeñas obras civiles como escuelitas, postas sanitarias y sistemas de
riego (Estremadoiro, 2009: 48).

163
Estado y Petróleo en Bolivia

del 52. Gracias a que éste profundizó aún más la repartición de tierras y concedió prebendas
y privilegios a varios de los dirigentes campesinos, se gestó el ‘pacto militar-campesino’ que
volvió a este sector aliado incondicional de las FF.AA y enemigo de los obreros y la izquierda,
en los años subsiguientes (2009: 24).

El Pacto Militar-Campesino prosiguió incólume hasta la segunda mitad de la década


del ´70.

1.2 La Cuestión Gulf se potencia


El desarrollo de los campos hallados por Gulf en el noroeste de Santa Cruz tuvo
consecuencias decisivas para el futuro de la industria hidrocarburífera boliviana. Al
desarrollar Colpa (1962) la producción de gas prevaleció con creces en relación al petróleo
u otros hidrocarburos líquidos. La cualidad gasífera de Colpa ratificó que las formaciones
geológicas bolivianas mejor estudiadas, tienen escaso potencial petrolífero, pero ubérrimo
en gas metano asociado con otros hidrocarburos líquidos y gaseosos (Miranda, entrevista
personal, 13/12/2011)259.
De pronto las expectativas urdidas en torno a la industrialización vertiginosa “por la
acción fecundante y milagrosa del petróleo” (Montenegro, 1938: 72), acariciada por la nación
desde los tiempos de Pedro Nolasco López, se esfumaron como sueños placenteros. Bolivia
no albergaba “un inmenso lago de petróleo” en sus entrañas260 (Deheza, 1938: 68). Como
indica el analista Guido Capra261: “las prospecciones que había hecho la Standard Oil eran
en estratificaciones de tipo devónico con pocas posibilidades productoras. Gulf en cambio,

259
El subsuelo en las serranías adosadas a la Cordillera Real desde el norte de Santa Cruz, hasta el nudo de Apolobamba (subandino
septentrional), ha sido sujeta a presiones y tensiones diferentes a las de la zona tradicional (subandino meridional). Esto, junto a
los patrones de las emanaciones petrolíferas observadas en esta región poco conocida, señala fuertemente que podría ser más
productora de petróleo que de gas (Miranda, Los Tiempos, 27/05/2014).
260
Ya la Standard Oil se topaba frecuentemente con campos gasíferos, la existencia de gas se conocía. Tal vez por eso, el art. 3 de la
ley orgánica de petróleos promulgada por David Toro en 1936, previó:
“La Nación se reserva el helio [¿metano, etilo?] u otros gases raros que se encuentren puros o mezclados con el Petróleo. Cuando
durante la exploración o explotación de un yacimiento, por entidades particulares, se encontrase helio u otros gases raros, puros
o mezclados con el Petróleo, los concesionarios estarán obligados a separarlos del Petróleo, y entregarlos en su totalidad al
gobierno, el cual pagará solamente el costo de separación, previa comprobación del mismo. En caso de que se encontrase estos
gases puros, el gobierno adquirirá el pozo que los produzca, mediante el pago del costo de perforación de dicho pozo, más un
quince por ciento (15%). El gobierno tendrá derecho de instalar por su cuenta, dentro dé [sic] los terrenos del concesionario,
todas las instalacíones [sic] que requiera el tratamiento de los gases citados, en forma tal, que no estorben los trabajos del
concesionario”.
En aquellos años la geología boliviana seguía siendo un conjunto de hipótesis y conjeturas a investigar. El artículo debió apuntar
a potenciar el poder del Estado sobre la empresa privada.
261
Guido Capra fue ing. geólogo. Durante esos años participó activamente en el Centro de Estudios de los Recursos Naturales
(CERNA), una organización civil conformada por ingenieros especialistas en explotación de recursos mineros con el fin de
divulgar la problemática en ámbitos políticos populares (Gas, Petróleo y Miseria, 1979: 107), también (Rodas, 2008: 143). El
CERNA fue fundado por Capra, Carlos Brockm.ann (se destacó en el área exploratoria de aerofotometría de YPFB) y José Lorini.
En 1979 el grupo CERNA se integró a la Unión Democrática Popular (UDP) encabezada por Hernán Siles Zuazo (Rodas, 2008:).
Guido Capra jugó un rol decisivo en la reformulación de la ley de hidrocarburos aprobada en 2005. Esto último será analizado
más abajo
(http://en.wikipedia.org/wiki/Center_for_the_Study_of_Natural_Resources [20/10/12]); Paz, Ballivián, Ricardo, http://www.
wradio.com.co/noticia/guido-capra-jemio/20090608/nota/824998.aspx [05/05/13]).

164
Juan José Anaya Giorgis

con una actividad exploratoria distinta, descubre grandes posibilidades de yacimientos


carboníferos en Colpa, Río Grande y Caranda” (Capra, 1979: 109)262.
Por tanto la ausencia de una regulación clara para la comercialización masiva del gas en el
Código del Petróleo (1955) no debe resultar extraña; el gas no había sido detectado en su real
magnitud y no formaba parte del idilio con otro lago Maracaibo263 en Bolivia. En añadidura
las potencias energéticas e industriales del gas todavía no estaban muy explotadas en los
mercados latinoamericanos. La comercialización del gas fue relegada a un segundo en el D.S.
4210; ésta sólo es abordada con cierta vaguedad por el art. 119:

Artículo 119°.- La participación o regalía sobre el gas natural extraído, se limitará al gas natural
enajenado por el concesionario, tratado en plantas para la extracción de gasolina natural o
destinado a otros tratamientos industriales. En estos dos últimos casos, la regalía o participación
del Estado se fijará por convenio especial entre el Poder Ejecutivo y el concesionario, por un
término fijo, que no podrá ser mayor de quince años. El Estado no percibirá participación
o regalía sobre el gas devuelto al yacimiento o utilizado en cualquier procedimiento cuyo
objeto sea estimular la producción del petróleo, ni sobre el gas no aprovechable, que deberá
quemarse en mecheros apropiados264.

Como se observa el interés se concentró en el petróleo. La cualidad gasífera de las


formaciones bolivianas y las reservas cercanas a los 3 TCF probados por Gulf hacia 1967
modificaron por completo los planes de la transnacional (López, 1994: 202). Era preciso
encontrar mercados para el Gas. En el nuevo escenario Gulf inició negociaciones con YPF
para proveer de gas natural a su país. Argentina también requería Gas (Royuela, 1996: 138).
Estas gestiones exportadoras fueron comunicadas al gobierno boliviano cuando el proyecto
ya tenía un importante grado de desarrollo. Este comportamiento “licencioso” de BOGOC
desató la indignación de la opinión pública nacional. A pesar del escándalo, en septiembre
de 1967 Gulf y el gobierno boliviano firmaron una carta de intenciones con el propósito de
viabilizar un contrato de exportaciones gasíferas por 300 MMPC diarios durante 20 años con
el gobierno argentino (Royuela, 1996: 122).
Recordemos que las manifestaciones de protesta suscitadas por la política oficial de
puertas abiertas a la inversión y explotación privada en petróleo adquirieron protagonismo
a partir de 1961. Sin embargo, la inminencia de una nueva empresa exportadora, cuyos
beneficios serían captados en su mayor parte por el capital privado, fue como echarle sal a las
heridas, catapultando a la cuestión Gulf entre los asuntos más candentes de la agenda pública
(Fernández, 2009: 40; Arze, 2002: 693).

262
Los campos Colpa, Caranda y Río Grande son, precisamente, acumulaciones de hidrocarburos del carbonífero. El sistema
carbonífero de Bolivia cubre un área de 280000 km.² (Salinas, Oblitas, & Vargas, 1978: 6). Sin bien, la evidencia científica recolectada
por compañías privadas e YPFB hasta 1978, ya mostró que los estratos devónicos medio y superior (Icla y Huamampampa,
respectivamente), tienen el mayor potencial como rocas madre de hidrocarburos, la migración de hidrocarburos a rocas
carboníferas ha sido profusa (Salinas, Oblitas, & Vargas, 1978: 34-35).
263
La región del lago de Maracaibo fue la cuna de la industria petrolera venezolana y actualmente continúa albergando una de las
reservas más importantes del mundo.
264
Las negrillas son nuestras.

165
Estado y Petróleo en Bolivia

Las vaguedades de la legislación en lo concerniente a la comercialización del gas fueron


el flanco débil en las defensas de Gulf. En efecto, los alegatos de impugnación contra la
regalía del 11% tenían legalidad jurídica para el caso del gas. Esta debilidad fungió como
“cabecera de puente” para la izquierda nacionalista en su lucha por la nacionalización de
BOGOC265. De este modo, efectivizar la estatización del gas constituyó el principio básico del
movimiento:

Necesitamos una victoria y podemos lograrla: la defensa cerrada e intransigente del gas […] si
logramos defender este baluarte aún quedando la regalía del 11%, ya habríamos dado un gran
paso, podríamos construir la línea a la Argentina y exportar más de veinte millones de dólares
(Almaraz, 1969: 384)266.

El “Foro Nacional sobre el Petróleo y el Gas”, realizado en la UMSS en septiembre de


1967, marcó un hito en el proceso de masificación de la cuestión Gulf e institucionalización
del corpus discursivo interpelado en la praxis (Fernández, 2009: 39-40). Este fenómeno no
fue un acontecimiento excepcional, al revés, el foro universitario como espacio abierto a la
participación y con amplia convocatoria popular, ha sido a través del tiempo un dispositivo
central para la constitución política de la cuestión hidrocarburífera. Corresponde introducir
algunas notas analíticas sobre las generalidades del “Foro”.
En el foro la figura axial del intelectual nacionalista o de izquierda brilla con su máximo
esplendor. Como primer actor, el intelectual o analista, traduce la compleja realidad técnica al
lenguaje de la vida cotidiana, “concientizando” al público e incitándolo a vincularse en la praxis
de la lucha. El foro no sigue un ciclo prefigurado, su realización está estrechamente ligada a
los vaivenes coyunturales de la política fiscal inherente a los recursos naturales. Mientras los
recursos naturales reposen en las entrañas de la tierra, o sean explotados por el Estado, el
interés general despertado por la problemática extractiva es mínimo; por el contrario, cuando
las empresas extranjeras comienzan a explotar sus concesiones obtenidas en Bolivia con cierta
intensidad, la convocatoria del foro deviene multitudinaria, especialmente si los recursos en
juego comprenden a “la esperanza de Bolivia”.
Finalmente cabe destacar el importante papel del “foro” universitario en los debates sobre
política fiscal hidrocarburífera, desde los tiempos de la lucha por la autonomía universitaria
finalizando la década del ´20 del siglo XX267, hasta nuestros días. Más adelante veremos
como la experiencia del “foro energético” prolifera con extraordinario éxito a través de las
federaciones sindicales, juntas vecinales, ONG´s, e incluso cámaras empresariales, de 1993 a
2006.

265
(Quiroga, 1979: 127).
266
Tomado del epílogo incluido en la segunda edición de “Petróleo en Bolivia”. El epílogo comprende la ponencia de Sergio
Almaraz presentada en el “Foro Nacional sobre el Petróleo y el Gas” organizado por la Federación Universitaria Local (FUL), de
los estudiantes de la UMSS, en septiembre de 1967. La mención de la regalía del 11% alude al caso del petróleo que Gulf estaba
exportando por el oleoducto OSSA II con terminal en la costa pacífica al norte de Chile.
267
“La nacionalización del petróleo constituía uno de los objetivos centrales del programa de principios de las convenciones
universitarias de 1928 y 1929” (Arze, 2002: 207).

166
Juan José Anaya Giorgis

Además de los intelectuales ampliamente aceptados entre los militantes nacionalistas, o de


izquierda, como ideólogos de la explotación soberana de los recursos naturales bolivianos268,
en las jornadas nacionalizadoras de 1967 brilló la figura de un joven político: Marcelo Quiroga
Santa Cruz. En las elecciones generales convocadas por Barrientos en 1966, Quiroga Santa
Cruz obtuvo un escaño en el parlamento nacional candidateando en las listas de la alianza
FSB-PDC (Arze, 2002: 242)269. Al margen de la raigambre franquista y extracción social
conservadora de FSB-PDC, el joven congresista se identificaba con la izquierda y sostenía que
“el nacionalismo revolucionario era un estadio transitorio hacia el socialismo” (Estremadoiro,
2009: 26; Quiroga, 1979b: 12-13). Incluso antes de ser elegido diputado nacional Quiroga Santa
Cruz ya había hecho suya la causa minera contra el “sistema de mayo”:

En 1965 publica el ensayo El Sistema de Mayo, una denuncia contra Barrientos por permitir la
apertura ilimitada a la inversión extranjera que le facilitó a la Gulf Oil adueñarse de más del
90 por ciento de las reservas energéticas […] Después impulsa un juicio contra el dictador por
tolerar que agentes de la CIA intervinieran en la persecución y el asesinato del “Che” Guevara.
Como consecuencia de esa iniciativa, es expulsado del Parlamento y confinado en un campo
de concentración en Alto Madidi (Bardini, 2007: 34)270.

Ejerciendo como diputado Marcelo Quiroga interpeló en octubre de 1966 al gabinete del
general Barrientos con motivo de la política hidrocarburífera oficial que impedía “al pueblo
de Bolivia el aprovechamiento de su riqueza gasífera” (Quiroga, 1979: 127-128). El caso no
prosperó por medio de los conductos regulares del Estado, sin embargo circuló a través de la
prensa, el ministro de minas y petróleo, Ricardo Anaya, replicó inculpando a Marcelo Quiroga
de “ser como el perro del hortelano que no come ni deja comer” (citado en, Quiroga, 1979: 128).
El altercado proyectó a Quiroga Santa Cruz hacia la palestra del movimiento anti Gulf, así
estrechó lazos con Sergio Almaraz. Roberto Bardini indica:

El escritor [Sergio Almaraz] encabeza a una serie de jóvenes intelectuales que en la década
de los ‘60 toma como bandera de lucha la defensa los recursos naturales del país. Entre ellos
se cuentan Marcelo Quiroga Santa Cruz, José Ortíz Mercado271 y el sociólogo René Zavaleta
Mercado, a quienes, a su vez, Almaraz admira por sus talentos. Casi todos ellos participan en
el Foro Nacional sobre el Petróleo y Gas, realizado en noviembre de 1967 en la Universidad
Mayor de San Simón, en Cochabamba (Bardini, 2007: 34)272.

También cabe destacar la gran importancia conferida durante la experiencia del foro de
1967 a la industrialización del gas y su exportación al Brasil y Argentina. Utilizar energía
gasífera como matriz para la industrialización, comenzó a discutirse a raíz de los proyectos

268
René Zavaleta Mercado presentó una ponencia en el “Foro Nacional sobre el Petróleo y el Gas” de 1967. Zavaleta Mercado
acompañó a Paz Estenssoro como ministro de Minas y Petróleo durante los tumultuosos meses de 1964. Luego de caer el
MNR, Zavaleta Mercado asumió posiciones más comprometidas con la izquierda marxista. René Rocabado también participó
en aquel foro como organizador tras bastidores y moderador en escena (Rocabado, entrevista personal, 15/12/2012).
269
Dicha alianza tuvo al general Bernardino Bilbao Rioja como candidato a presidente (Dunkerley, 2003: 170). Marcelo Quiroga
militaba en FSB. En el parlamento lideró la oposición a Barrientos, destacándose como un hábil, dinámico y audaz político
(Salamanca, 1978: 12).
270
http://www.mov-condor.com.ar/hispanidad/quiroga.htm (01/08/12).
271
Militante del Movimiento Popular Cristiano (MPC), electo diputado nacional por ese partido en 1966 (Salamanca, 1978: 11).
272
http://www.mov-condor.com.ar/hispanidad/quiroga.htm (01/08/12).

167
Estado y Petróleo en Bolivia

planteados por Gulf entre 1963 y 1964 orientados a comercializar sus reservas halladas
en Colpa, Caranda y Río Grande273 (Mariaca, 1966: 276-277). El desarrollo petroquímico
fue oficialmente incorporado al aparato institucional del Estado por medio del D.S. 8093
(12/09/67) y las posteriores modificaciones del DS 8107 (27/09/67)274; los artículos primero
y quinto del último señalan:

Artículo 1. Se substituye el Consejo Nacional de Petróleo creado mediante Decreto Supremo


Nº 6123, de fecha 8 de junio de 1962, por el “Consejo Nacional del Petróleo y Petroquímica”,
que estará presidido por Su Excelencia el señor Presidente de la República y tendrá como Vice
Presidente el señor Ministro de Minas y Petróleo.

Artículo 3. En razón de lo dispuesto por el artículo 3 del Decreto Supremo 8093 y en la forma que
establezca el Consejo Nacional de Petróleo y Petroquímica, Yacimientos Petrolíferos Fiscales
Bolivianos, reemplazando a la Empresa de Gas y Petroquímica, tendrá a su cargo la adquisición,
el transporte, manejo, comercialización e industrialización del gas natural, estando encargado
de su almacenamiento, exportación, venta y permuta. Está facultado también para ejercer las
prestaciones del servicio público de gas en el territorio nacional y fabricar los accesorios, que
fuesen necesarios (DS 8107, 27/09/67).

Partiendo de los referidos antecedentes, en el foro de 1967, los expositores vincularon la


monopolización estatal del gas, con el desarrollo de un audaz megaproyecto de industrialización
que debía dirigir el Estado sobre dos ejes: instalación de plantas petroquímicas (elaboración
de fertilizantes) y siderúrgicas en el Mutún. Esto último, para beneficiar los yacimientos de
las serranías del Mutún (la mayor reserva de hierro en el mundo, situada frente a Brasil cerca
de Paraguay y Argentina) en base a la energía térmica del gas, sentando al mismo tiempo
soberanía en el remoto punto fronterizo.
Respecto a las perspectivas de suministros hidrocarburíferos a Brasil y la Argentina,
incorporados en la agenda del gobierno boliviano desde los tiempos de la postguerra del Chaco,
los foristas consideraron imprudente alentar la exportación de gas al Brasil arguyendo que las
reservas probadas no superaban los 3 TCF. En cambio la exportación hacia Argentina infundió
menor resistencia275. Sergio Almaraz veía con buenas ojos las ventas al mercado argentino
como fuente necesaria de divisas para financiar nuevas exploraciones hidrocarburíferas, que
de obtener resultados positivos, servirían como suministro energético para los megaproyectos
de industrialización y la exportación a Brasil en ese orden de prioridades. El desarrollo de esta
estrategia presuponía el control monopólico del negocio por YPFB como condición sine qua
non (Almaraz, 1969: 370-372).

273
En la visión de Marcelo Quiroga Santa Cruz, no precisamente un nacionalista endógeno como veremos más abajo, los proyectos
gasíferos de Gulf, eran una añagaza para asegurar la propiedad del gas, no establecido claramente en la legislación de 1955
(1979: 128-129). El analista Andrés Soliz Rada opinaba igual (1979: 173-174).
274
El DS 8093 creo la Empresa Nacional de Gas y Petroquímica, como entidad autárquica e independiente a YPFB. Esto suscitó
protestas multisectoriales y una huelga indefinida de YPFB, tras el objetivo de disolver a dicha empresa, asignando sus funciones
a la estatal petrolera. El gobierno cedió a las presiones y el Consejo Nacional del Petróleo y la Petroquímica (CNPP), integrado
por el Poder Ejecutivo e YPFB, asumió la gestión de la proyectada petroquímica. El general Alfredo Ovando fue designado como
primer director del CNPP (Royuela, 1996: 137).
275
Además de las temores inherentes a la “marcha hacia el oeste” que proclamó el presidente Vargas de Brasil hacia 1940 (Ostria,
1953: 190), Brasil se había resistido a reconocer el gobierno de Gualberto Villarroel, mientras Argentina lo reconoció de inmediato
(Querejazu, 2013: 223).

168
Juan José Anaya Giorgis

1.3 Fracciones de las fuerzas armadas se apropian de la cuestión Gulf


Cavilando sobre la regalía del 11% mucho después de la nacionalización de Gulf, Jorge
Lavadenz concluyó:

Es verdad que la Gulf estaba operando en Bolivia bajo las estipulaciones del Código del Petróleo
dictado en 1955 cuando las participaciones correspondientes al Estado boliviano eran bajas.
Si Bolivia pretendía mejorar su participación podía haber iniciado conversaciones tendientes
a ese fin, pues las condiciones mundiales para la industria de hidrocarburos ya habían ido
cambiando a favor de los países productores (1989: 284).

Pues bien, Barrientos no se mantuvo al margen de la barahúnda política que BOGOC


suscitó con su afán de sacarle provecho al gas hallado, en vez del petróleo que vino a buscar,
e inicio un proceso paulatino redefiniendo las términos legales previamente acordados en
provecho del fisco. Renegociar el reparto de la torta con BOGOC tenía suma importancia
estratégica en la coyuntura de radicalización política subsecuente al “sistema de mayo”, las
exportaciones de Gulf y la guerrilla del Che (Ortiz, 2008: 39).
Un primer paso fue la carta de intenciones firmada por Gulf e YPFB en diciembre de 1966
para explorar y explotar zonas del altiplano. Gulf se comprometió a realizar las exploraciones
invirtiendo entre 5 y 50 millones de dólares, de hallar hidrocarburos los beneficios y los costos
exploratorios serían repartidos a partes iguales con YPFB. Este acuerdo no llegó a la fase
operativa. La investigación de la cuenca altiplánica buscando aceites fósiles ha sido frugal y
sus posibilidades productoras siguen siendo un misterio (Royuela, 1996: 122; Lavadenz, 1989:
256-257)276. En noviembre de 1967 las autoridades exigieron a Gulf regalías de 35.5% para el
petróleo, y de 50% para el gas. Luego de varios meses negociando, en julio de 1968, Barrientos
anunció la derogación del art. 123 (factor de agotamiento), e incrementó las regalías al 37% en
boca de pozo para cualquier hidrocarburo extraído (Royuela, 1996: 137).
Durante las postrimerías de 1968 BOGOC e YPFB conformaron un consorcio, denominado
YABOG, cuya misión sería instalar la red de gasoductos requerida para conectar la producción
de los campos de BOGOC, en el noroeste de Santa Cruz, con la terminal de Yacuiba277. La
línea troncal sería de 24 pulgadas, un gasoducto big inch278, ambas partes correrían a partes
iguales en costos y beneficios. YPFB financiaría su 50% con un crédito que el Banco Mundial

276
Investigando el sur, centro y norte de la cuenca de altiplánica durante las décadas del ´60 y 70´ del siglo XX, YPFB perforó ocho
pozos exploratorios, con un total de 25.627 metros perforados. Todos resultaron secos. No obstante, según el Dr. Stanislav
Kriz, forjador de muchas promociones de geólogos bolivianos y con vasta experiencia petrolera, la presencia de hidrocarburos
en El Altiplano sería posible. Siendo El Altiplano un resultado de la epirogénesis (levantamiento del fondo marino) entre las
cordilleras occidental y oriental de los Andes –indicaba Kriz-, sus eventuales hidrocarburos habrían migrado por fracturas
tectónicas situadas al centro de la cuenca que constituye la zona más débil (Tórrez, La Prensa, 2014/08/07).
277
Ahí se conectaría con el gasoducto argentino del fronterizo campo Duran, que transportaría el gas hasta Buenos Aires. La
producción gaseosa del noroeste cruceño excedía la cantidad necesaria para reinyectarlo en el yacimiento a fin de aumentar la
recuperación de hidrocarburos líquidos; el YABOG permitiría completar un sistema de explotación racional de los campos que
Gulf manejaba (Lavadenz, 1989: 256).
278
Término acuñado en el mundo de la industria hidrocarburífera para señalar ductos de diámetro igual o mayor a 20 pulgadas. Una
vez superado el umbral de las 20 pulgadas, se incluye al productor en el grupo de la gran industria hidrocarburífera (Miranda,
entrevista personal, 13/12/2011).

169
Estado y Petróleo en Bolivia

(BM) accedió a financiar, por la participación mayor o igual al 50% de un socio privado en el
proyecto. La William Brothers se adjudicó la construcción del gasoducto en marzo de 1969
(Royuela, 1996: 139).
Cuando el proyecto parecía levantar vuelo sucedió algo inusitado: la muerte súbita de
Barrientos, mientras volvía de una visita impactante a la comunidad de Arque (provincia
empobrecida de Cochabamba), como solían ser sus frecuentes giras en helicóptero a la zona
rural. La nave despegó, y para mayor sorpresa de los comunarios, instantes después, tropezó
con un cable tendido en la quebrada de Arque precipitándose a tierra. Ningún tripulante
sobrevivió (Dunkerley, 2003: 197).
Antes de finalizar el día (27/04/69) Luís Adolfo Siles Salinas asumió el mando de la
república en su calidad de vicepresidente constitucional. De la breve gestión de Siles, cabe
subrayar el nombramiento de Enrique Mariaca como presidente de YPFB, y el DS 8801
(13/06/1969), concediendo la distribución minorista para la gasolina, kerosén y diésel a los
excombatientes de la Guerra del Chaco “que con heroísmo defendieron la riqueza petrolera
del país” (DS 8801, Considerando). Siendo presidente, Mariaca diseñó el “Plan Sexenal”
apuntando a cuadruplicar las reservas de YPFB e instalar plantas petroquímicas con créditos
de la URSS y la CBF. Dicho plan también proyectó exportar gas a los países limítrofes bajo
el control exclusivo de YPFB (Rodas, 2008: 199, 216). Además, renegoció el contrato gasífero
con Argentina, sustituyendo el precio fijo de $ 0.12 el millar de pies cúbicos, por una fórmula
indexada a las cotizaciones internacionales del petróleo que mejoró los ingresos de Bolivia
(Fundación Jubileo, 2009: 13). La investidura de Mariaca fue lábil comandado a YPFB, durante
su mandato, el criterio de la FSTPB se impuso sobre la asignación de los cargos jerárquicos
(Rodas, 2008: 200).
A concluir septiembre de 1969, Siles Salinas cayó derrocado por una fracción del ejército
articulada en torno al general Alfredo Ovando Candía.
Diferenciándose de Barrientos, el General Ovando declaró su intención de montar un
Gobierno verdaderamente revolucionario que reviviría y reencausaría el proceso de la
“revolución nacional” iniciado en 1952. Según el bloque militar de Ovando, la presencia
del “extremismo comunista” en Bolivia, surgía como resultado de las desigualdades
estructurales internas, cuyas causas no serían resueltas, si las fuerzas armadas no asumían
un rol tutelar dirigiendo la liberación de la patria, con desarrollo económico y justicia social
(Ortiz, 2008: 36). Se trató de un discurso donde la “anti nación” vuelve a encarnar en la
acción combinada del capitalismo expoliador y sus aliados internos. La burguesía criolla,
sólo preocupada en obtener dinero fácil especulando con divisas, importando en vez de
producir y evadiendo impuestos, adviene interpretando el papel que asumía la “rosca” en
este discurso (Estremadoiro, 2009: 26).
Como señal inmediata de cambio el general Ovando compuso su primer gabinete
ministerial con jóvenes políticos que destacaron en la causa por nacionalizar Gulf: Quiroga
Santa Cruz, Ministro de Minas y Petróleo, y José Ortiz Mercado, Ministro de Planeamiento y
Coordinación (Salamanca, 1978: 11; Arze, 2002: 257-258). Mariaca y René Rocabado también

170
Juan José Anaya Giorgis

participaron279. Enrique Mariaca sirvió como asesor especializado en las altas esferas de
gobierno (antes y después del golpe)280, Rocabado fue enviado a EE.UU. para discutir cambios
en los marcos tributarios de BOGOC en la casa matriz de la compañía, mientras cumplía
su misión la nacionalización se precipitó (Rocabado, entrevista personal, 15/12/2012). Hugo
Salamanca, en su El Frauda de la Nacionalización de Bolivian Gulf Oil Co., recogió la crónica sobre
los hechos del diario Presencia (1969/18/10):

Después de unos veinte días de enigmática incertidumbre, en que el pueblo no alcanzaba


a encontrar un justificativo que explicara la presencia del grupo de Ovando en el Palacio
Quemado, la tarde del viernes 17 de octubre de 1969, a horas 16:20, fueron intervenidas las
oficinas de Bolivian Gulf Oil Co., por fuerzas regulares dirigidas por el comandante en jefe
de las fuerzas armadas General Juan José Torres; ellas se circunscribieron a desalojar de sus
oficinas a los personeros de Gulf y poner a buen recaudo toda la documentación de la empresa
extranjera. Y, por las calles de La Paz, como reguero de pólvora corrió la noticia de la probable
total nacionalización de la industria petrolera. Como algunas emisoras locales concertadas en
el propósito bajo el slogan de “ahora o nunca” (1978: 77-78).

Dos horas después, la derogación del Código del Petróleo y la nacionalización de BOGOC,
se formalizaron promulgando el DS 8956281, que las autoridades firmaron ante la prensa en el
Palacio Quemado. Todos los activos y derechos de BOGOC pasaron al patrimonio estatal bajo
la tuición y administración de YPFB. De inmediato el pueblo celebró la sorpresa manifestando
regocijo espontáneo en las calles y plazas del país. Ovando pronunció su discurso solemne
explicando que la medida “rescata para nuestro país el ejercicio de su plena soberanía y de
su dignidad” (citado en, Salamanca, 1978: 83). Equiparó al poder de Gulf con el de los barones
del estaño: “Gulf se convirtió en un nuevo “superestado”282, capaz de distorsionar nuestro
desarrollo económico e influir incluso en nuestra vida política” (citado en, Salamanca, 1978:
83). También habló sobre industrialización:

279
Para entonces Sergio Almaraz no estaba presente, falleció por causa de una apendicitis mal tratada en 1968, dejando un vacío
ideológico no reemplazado por ningún otro militante intelectual adscrito a su corriente política.
El dirigente histórico de los trabajadores de prensa, secretario general del Grupo Revolucionario Octubre (GRO) y prestigioso
analista de la cuestión hidrocarburífera, Andrés Soliz Rada, nos dice sobre Almaraz: “la influencia alcanzada por un hombre
como Sergio Almaraz se explica por su claro enraizamiento en el tema de los recursos naturales y por la lucidez con que
procedió a desnudar la estructura entreguista que atenazaba a la patria. Frente a Almaraz quedan desdibujados los historiadores
financiados por la metrópoli, los seudo sociólogos elaboradores de cuadros sinópticos y, los seudo revolucionarios emisores de
consignas abstractas” (1979: 165).
280
Mariaca recuerdo estos hechos como sigue: “El General Alfredo Ovando Candia me convocó a una reunión reservada para tratar
temas relacionados con la Gulf Oil Company. En dicha reunión también se encontraba presente el General Juan José Torres.
Ambos me comentaron que habían leído mi libro [1968] publicado en México y estaban interesados en las ideas planteadas
sobre la nacionalización de los hidrocarburos.
En esta reunión se plantearon las medidas que las Fuerzas Armadas iban a tomar en los próximos meses y se acordó mantener
estos temas bajo estricta confidencialidad y reserva, dado el respeto que yo mantenía al Dr. Siles Salinas. Asimismo, se me
comunicó sobre el futuro cambio de gobierno que justamente iba a posibilitar la segunda nacionalización del petróleo, al existir
todos los justificativos del caso” (Fundación Jubileo, 2009: 14).
281
Firmaron el decreto: Marcelo Quiroga Santa Cruz, Antonio Sánchez de Lozada (hermano de Gonzalo Sánchez de Lozada),
Mariano Baptista Gumucio, José Ortiz Mercado, Alberto Bailey Gutiérrez, Oscar Bonifaz Gutiérrez, Mario Rolón Anaya, José Luis
Roca, Walter Arzabe, Gral. César Ruiz Velarde, Cnel. Juan Ayoroa, Gral. David La Fuente Soto, Cnel. Edmundo Valencia, Gral. León
Kolle Cueto, Gral. Jaime Paz Soldán, Cnel. Carlos Hurtado y el presidente Alfredo Ovando Candía.
282
Expresión acuñada por Sergio Almaraz para denominar la dominación política de los “barones del estaño” durante la pre y post
guerra del Chaco (1980).

171
Estado y Petróleo en Bolivia

El gobierno revolucionario pondrá en marcha con carácter prioritario el desarrollo de nuestras


refinerías y la siderurgia […] impulsaremos a la empresa del Estado, no solamente para que
avance en todos los campos de la prospección y explotación del petróleo y el gas, sino también
para que asegure en favor de Bolivia los beneficios de la industria petroquímica en sus múltiples
campos (citado en, Salamanca, 1978: 83-84).

A los tres días el gobierno organizó un festejo popular en la plaza Murillo de La Paz. El
pueblo asistió masivamente. Marcelo Quiroga Santa Cruz pronunció un elocuente discurso,
cuya funcionalidad proselitista para el liderazgo de Alfredo Ovando, a quien no mencionó,
traslució ribetes ambiguos:

Es verdad que hasta este momento la revolución es vertical y que no puede seguir siéndolo
indefinidamente a menos que se resignen a entregarse inermes al imperialismo y la oligarquía
nativa. Debemos consolidar una amplia base popular, un nuevo instrumento político que lleve
un nuevo proceso revolucionario y ustedes, los que han venido esta tarde a este plaza, no en
busca de trabajo en la administración pública, no del reparto de dinero, son ya los militantes
de este partido del presente y el futuro (citado en, Salamanca, 1978: 87).

Ovando cerró la verbena proclamando aquella fecha como “día de la dignidad nacional”
(Salamanca, 1978: 87). Evocando su vívido testimonio sobre la nacionalización, Arturo
Castaños, destacado ingeniero petrolero de YPFB, comentó:

Para mí la única nacionalización que hubo fue la Gulf el 17 de octubre del ´69. Ahí se nacionalizó
la Gulf, se intervino la Gulf, se indemnizó a la Gulf, pero el Estado el 17 de octubre controló
toda la Gulf y la Gulf era en ese momento más del 65% de la producción boliviana.

A la nacionalización, la haces o negocias, con la Gulf fue así “socotroco”, yo participé de la


nacionalización de la Gulf, obviamente yo era anti Gulf, a morir en esa época; yo era muy
chango, trabajaba en Yacimientos y estaba en total desacuerdo con la Gulf.

Nos avisaron en la mañana que se nacionalizaba, estaba Marcelo de ministro, parte de nuestra
gente se fue a tomar los campos, fue así “trum”, una cosa bien hechita […] y fue a los 15 o 20
días que Ovando asumió el gobierno. O sea ahí a la Gulf los agarramos en calzoncillo […] la
verdad fue esa, no se lo esperaban (entrevista personal, 05/02/2010).

Sobre la base de la nacionalización, el gobierno creó una comisión dirigida por José Ortiz
Mercado, con la misión de planificar el desarrollo nacional al corto y largo plazo, desde una
perspectiva endógena y bajo la dirección del Estado. La comisión creó la Estrategia Socioeconómica
del Desarrollo Nacional 1971-1991. Debido a la inexistencia de inversiones privadas con la
magnitud y orientación adecuada, la “estrategia” depositó sobre la inversión pública las tareas
centrales para desarrollar al país, estimulando al mismo tiempo la inversión productiva “útil”
del capital autóctono en ramos intermedios y complementarios a las industrias estratégicas
que sólo podía emplazar el Estado. A diferencia de los planes desarrollistas diseñados por
gobiernos anteriores, la “estrategia” prescindió del crédito externo como principal fuente
financiera de la planeación económica que inauguró el Plan Bohan (Ortiz, 2008: 41). Los actores
(civiles y públicos) inherentes a los ámbitos local, regional y nacional, debían ser agentes
activos del proceso desarrollista; en ese sentido, la “conciencia nacional”, sería clave para el

172
Juan José Anaya Giorgis

éxito de la “estrategia”: emancipar a Bolivia del “coloniaje” (Ortiz, 2008: 17). El aguerrido
periodista Soliz Rada, reflexionando sobre la “estrategia”, traslució:

Liberación nacional significa [en términos de la “estrategia”] conquistar el mayor grado


posible de autonomía económica, política, cultural y social. También eliminar la marginalidad
mediante la participación popular. Como puede advertirse, esta expresión no fue acuñada sino
plagiada por los neoliberales. Para acceder a esos objetivos, explica “La Estrategia”, se requiere
de un “bloque social”, integrado por el conjunto de la nación oprimida, cuya tarea central
reside en retener el excedente económico que genera el país, a fin de atender las necesidades
económicas, sociales y culturales de la sociedad boliviana (Bolpress, 2004/03/08).

1.4 Consecuencias de la nacionalización en YPFB


Nacionalizar la Gulf a título de YPFB significó la capitalización más importante registrada
en la trayectoria histórica de la estatal petrolera. Sacarle todo el jugo a este crecimiento
extraordinario no fue tan fácil. Como venganza Gulf se lanzó a una cruzada anti boliviana
en los organismos económicos internacionales, logrando bloquear los principales canales
de comercio exterior boliviano. Estados Unidos cerró sus aduanas al ingreso de productos
bolivianos283 y la línea de crédito que YPFB canalizaría del BM para financiar el YABOG fue
cancelada. Hubo que tapar los pozos. Nimbos tormentosos se avizoraban en todas direcciones
(Arce, 2003: 358; Royuela, 1996: 143).
Ovando nunca pretendió sostener las desavenencias internacionales al extremo del
“nacionalismo de guerra”. En el mismo decreto nacionalizador se creó una comisión estatal
integrada por las fuerzas armadas, YPFB, el ministerio de Minas y Petróleo, el ministerio de
Hacienda, y la FSTPB, para establecer el monto de la indemnización y el modo de pago (art.
4). A fines de 1969 la comisión encargó a la compañía francesa GEOPEPROLE calcular el valor
de los activos e inversiones de BOGOC (Salamanca, 1978: 124).
GEOPROLE trabajó alrededor de nueve meses antes de producir un informe final
reconociendo la suma de 101 millones de dólares como el monto global de la inversión neta
(inversión total menos inversión amortizada o recuperada con las ganancias obtenidas).
Sobre la base de esta cifra, el gobierno accedió a cancelar 78 millones de dólares (D.S. 9381,
10/09/70) en cuotas y durante un plazo máximo de 20 años (Royuela, 1996: 144). Frente al
temor de no percibir compensación alguna BOGCOC aceptó la cifra (Miranda, entrevista
personal, 13/12/2011). El acuerdo facilitó la entrega de los documentos técnicos originales de
BOGOC a YPFB, el traspaso de maquinarias e insumos a precios de costo, cuya importación
a Bolivia estaba siendo gestionada por Gulf antes de la nacionalización y la suspensión del
bloqueo económico-financiero impuesto a Bolivia (Royuela, 1996: 144-145).
Muy pronto sobrevinieron cambios políticos que afectaron al acuerdo de indemnización.
El 6 de octubre de 1970 facciones de las fuerzas armadas adscritas a la visión endógena y
popular más radical del nacionalismo, tomaron el poder, como desenlace imprevisto para otro

283
En esa época Estados Unidos como principal comprador del petróleo nacional demandaba cerca de 8 millones de barriles
anuales (YPFB, 1995: 294).

173
Estado y Petróleo en Bolivia

intento golpista. Tres días antes facciones de las fuerzas armadas opuestas al desarrollismo
endógeno, se amotinaron contra el “desgobierno” de Ovando284, lideradas por el general Rogelio
Miranda285, buscando restaurar un modelo de desarrollismo símil al de René Barrientos. Para
el grupo de Miranda, nacionalizar a Gulf, sólo privaría al país de las inversiones necesarias
para su crecimiento (Sivak, 1998: 42; Lavadenz, 1989: 257).
Cuando la facción “mirandista” desnudó su apuesta golpista por el poder, la COB
optó por mantenerse al margen de la disputa militar. El país estaba saliendo de otro drama
guerrillero que duró cien días en Teoponte. Casi todos los guerrilleros eran jóvenes dirigentes
del movimiento estudiantil. El gobierno de Ovando se portó implacable, los guerrilleros que
no cayeron en combate, o fusilados, murieron de inanición cercados por el ejército. A raíz del
episodio, la COB rompió con el gobierno. Rogelio Miranda y Alfredo Ovando se disputaron
el poder del 3 al 4 de octubre, sin reunir fuerza suficiente para imponerse uno sobre el otro. Al
día siguiente la COB decidió, finalmente, intervenir declarando un paro indefino286 en apoyo
al general Juan José Torres, un militar carismático y de origen humilde, cuyo compromiso
hacia la causa nacionalista y popular, era más que ostensible. Con el respaldo del pueblo, el
general Torres aglutinó al grueso de las fuerzas armadas “antiimperialistas” bajo su liderazgo,
surgiendo victorioso de la crisis como nuevo presidente de Bolivia (Escobar, 2011: 104-105).
No obstante la hegemonía de la coalición “torrista” sobre las instituciones castrenses era
lábil y carecía de bases orgánicas civiles. Para fortalecer su proyecto nacionalista y endógeno
ante inminentes reacciones militares, Torres invitó a la COB a formar un cogobierno paritario
con las fuerzas armadas el 9 de octubre (Dunkerley, 2003: 222).
La COB prefirió abstenerse de participar en el Poder Ejecutivo y el mismo 9 de octubre
comunicó que “lucharía hasta el último momento contra la bestia fascista para aplastarla allí
donde se encuentre” y, que apoyaría al gobierno sólo sí este aplicaba las “tesis de la COB”
con sus políticas (citado en Dunkerley, 2003: 223). Los ejes de dichas tesis implicaban: instituir
un Estado obrero y socialista en Bolivia, deportar a las entidades de EE.UU., incrementar
salarios, cogestión obrera con derecho a veto en el aparato productivo, socialización de
la medicina y de la universidad, radicalizar la reforma agraria, nacionalizar las minas
privadas sin indemnización, monopolización estatal de los hidrocarburos, ayudar a Vietnam
y Camboya en la guerra, y reanudar relaciones diplomáticas con Cuba (Dunkerley, 2003:
217). Presionado por la circunstancia, el gobierno aceptó cumplir la plataforma de la COB
(Dunkerley, 2003: 223).

284
En un aparente intento por ganar el apoyo del sector minero y la COB, Alfredo Ovando, durante octubre de 1969, mandó a
retirar a las tropas de las minas, permitió a los dirigentes expulsados regresar a los distritos mineros y volvió a recontratar a
muchos de los trabajadores que Barrientos y él despidieron en 1965 (Melvin, 1987: 33).
285
En marzo de 1970 Ovando había reemplazado al general Juan José Torres de su puesto en el Estado Mayor de las fuerzas
armadas por el general anti comunista Rogelio Miranda. (Bardini, http://www.mov-condor.com.ar/hispanidad/quiroga.htm
[27/04/2013]).
286
A modo de referencia histórica sobre la importancia del apoyo de la COB a la rebelión de Torres, citamos un testimonio
anecdótico de Filemón Escobar “La votación se repitió y los partidarios de la huelga general contra el golpe de Miranda ganamos
41 votos contra 40. Al atardecer del mismo día la COB decretó la huelga [5 de octubre]. La respuesta de la sociedad civil fue
sorprendente, incluso para nosotros, los promulgadores de la huelga […] En ninguna época una huelga se había convertido
realmente en general […] simultáneamente, los dirigentes cobistas negociaban para que el general Juan José Torres se haga
cargo del gobierno” (2011: 104).

174
Juan José Anaya Giorgis

A través del periodo presidencial de Torres (octubre 1970-agosto 1971) Bolivia experimentó
un agudo proceso de polarización política, tal vez la mayor de su historia. El 1 de mayo de 1971
la COB y el gobierno constituyeron la “asamblea popular” en lugar del Congreso clausurado
desde el golpe de Ovando. Los nuevos legisladores serían elegidos por las corporaciones
afiliadas a la COB y los partidos de izquierda con presencia en la COB. El “comando político” de
la COB, integrado por dirigentes sindicales y de partidos de izquierda (Dunkerley, 2003: 213),
asignó 132 curules a la “clase obrera” de un total de 221 por su rol histórico como “vanguardia
revolucionaria”. Además proscribió al MNR de la “asamblea popular” (Dunkerley, 2003: 238-
239)287. Issac Sandoval Rodríguez en su calidad de Ministro de Trabajo dijo ese mismo día: “la
escena era de fantasía: mineros, obreros, dirigentes de izquierda, estudiantes y campesinos
discutirían en el Palacio Legislativo la transformación de Bolivia al socialismo” (citado en,
Sivak, 1997: 49).
Por otra parte los sectores conservadores, derechistas y empresariales de la sociedad
civil, también se radicalizaron y redoblaron esfuerzos para derrocar a Torres formando un
contubernio con las fuerzas armadas. El impopular contubernio no sólo pretendía restaurar
el desarrollismo abierto a la inversión extranjera, sino también, y aún más importante,
salvaguardar al nomos social instituido de los “comunistas y subversivos” que soliviantan “el
caos y la anarquía” (Dunkerley, 2003: 252, 257; Sivak, 1997: 55-69).
Torres quedó acorralado en medio del fuego cruzado con escasa o nula capacidad de
articular un programa de gobierno sostenido en la praxis. Frente a cualquier paso o decisión
significativa el gobierno cosechaba el boicot y rechazo de algún bando polarizado, sino ambos,
como respuesta. La izquierda y la derecha, cada una por su lado, presionaban al gobierno
tratando de tumbarlo, y en acto seguido, apoderarse del poder político. Esto fue una suerte
de ironía histórica, cuando por fin un gobierno como lo habría anhelado Sergio Almaraz llegó
al poder, lo hizo en asincronía con el sentir coyuntural de las masas, entonces tendientes a
movilizarse por la revolución socialista, en lugar del nacionalismo revolucionario de 1952288
(Ortiz, 2008: 45).
YPFB no fue la excepción. Torres asignó el Ministerio de Hidrocarburos al ingeniero
Enrique Mariaca durante todo su mandato. También instauró la cogestión obrera sin derecho
a veto en YPFB (Dunkerley, 2003: 226). En el contexto externo Mariaca ratificó los acuerdos
de indemnización dictaminados por el D.S. 9381 luego de intentar renegociar los términos
compensatorios sin introducir cambios sustanciales; la ratificación final permitió reaperturar
los empréstitos del BM y el BID para instalar el YABOG (Fundación Jubileo, 2009: 15). En

287
Aunque la proscripción incluyó a las dos facciones del MNR, afectó con rigor sólo a los prosélitos de Víctor Paz Estenssoro. En
los hechos la mayoría de los delegados obreros militaban en la facción izquierdista que lideraba Siles Zuazo, cuyas posiciones
políticas estaban a tono con las tesis generales de la COB.
288
En cierta oportunidad Juan José Torres le manifestó a Juan Lechín Oquendo: “Don Juan, me están poniendo muchas piedras en
el camino. Por agacharme a recogerlas me voy a caer y me los voy a llevar a todos” (citado en Sivak, 1997: 49). Entonces Lechín
presidía la “asamblea popular” junto a Filemón Escobar y el militante del PC Simón Reyes (Dunkerley, 2003: 226).
La izquierda y la “asamblea popular” le hicieron una oposición tenaz al gobierno de Torres, Filemón Escobar rememora: “Al
fin había llegado el “Octubre boliviano” y, ahora, de lo que se trataba era de cómo la Asamblea Popular y en qué momento,
deberíamos soplar a nuestro Kerensky boliviano, que era el general Tórrez [sic]. El POR evitó la tesis del co-gobierno entre la
Asamblea Popular y el general Tórrez [sic]” (Escobar, 2008: 94).

175
Estado y Petróleo en Bolivia

el contexto interno las cosas marcharon mal. Los emprendimientos exploratorios fueron
muy pobres en relación a los años previos, todas las perforaciones exploratorias realizadas
arrojaron resultados secos (YPFB, 1995: 116), REVITEC no salió a la luz, y en general los
aportes cuantificables fueron frugales (Royuela, 1996: 147; Capra, 1979: 110).

2. Sinuoso andar de YPFB entre 1969 y 1985


2.1 Política energética en la dictadura del coronel Hugo Banzer Suarez
Luego de unos días de sangrientos enfrentamientos librados en Santa Cruz, Cochabamba
y por último en La Paz (del 19 al 21 de agosto de 1971), el gobierno nacionalista y popular
que Juan José Torres intentaba consolidar -solitario como Germán Busch- cayó derrotado en
manos de la facción militar opuesta. Sólo el regimiento Colorados fue leal con Torres hasta
el final. El coronel Hugo Banzer Suarez timoneó el golpe con apoyo económico y logístico
principalmente del gobierno brasilero, la agroindustria cruceña y los mineros mediados
(Dunkerley, 2003: 245-247). El MNR de Paz Estenssoro y la FSB se sumaron al golpe como
aliados civiles de Banzer hasta enero de 1974 (Dunkerley, 2003: 268). La dictadura banzerista
secuestro y asesinó alrededor de 200 militantes disidentes, los presos políticos, las torturas y
los exilios fueron mucho más profusos (Dunkerley, 2003: 259).
La dictadura se definió a sí misma como “nacionalista revolucionaria” e intentó llevar a
cabo un proyecto económico “modernizador” en continuidad con las políticas de los últimos
gobiernos del MNR y del régimen de Barrientos (Estremadoiro, 2007: 41). Sin embargo, a
diferencia de las políticas del MNR (1952-1964) que promovieron el ascenso de la clase obrera,
campesina y media, las banzeristas proyectaron a la empresa privada y la inversión extranjera
como actores protagónicos del modelo desarrollista (Arze, 2002: 278). Esto se viabilizó con la
Ley de Inversiones (1973):

La Minería Mediana, principal componente de lo que se ha venido a llamar la nueva rosca,


ha logrado a través de la Ley de Inversiones importantes regiones mineralógicas, rompiendo
el monopolio estatal de la comercialización de minerales […] La Minería Mediana tiene su
ligazón central con la casa Grace, en EMUSA y la Banca extranjera, que unidas con la burguesía
oligárquica agrícola-ganadera del oriente, impiden la industrialización del país (Paz, 1979: 26).

Banzer hizo del célebre adagio “orden, paz y trabajo” la consigna central de su gestión de
gobierno. Garantizar un clima afable a las exigencias de seguridad jurídica demandadas por el
capital dependía de un ingrediente previo: orden y paz. Al unísono, la dictadura se esmeraba
en proyectar una imagen de institucionalidad pública sin correlato real, como señala Ernesto
Araníbar:

Entre 1970 y 1975 el número de empleados públicos ha pasado de 88000 personas a 175000;
es decir, mientras no hemos alcanzado ni siquiera a aumentar en la mitad la producción de
bienes y servicios en el país, el gobierno ha aumentado el número de funcionarios en casi el
doble (1979: 99).

176
Juan José Anaya Giorgis

Esta orientación económica liberal no fue unívoca en todos los renglones. La legislación
aprobada para el sector hidrocarburífero marcó un contrapunto en el sentido de la política
económica general. A través del Decreto Ley 10170 (22/03/1972) se instituyó un modelo abierto
a la participación del capital privado (nacional o extranjero)289 en exploración, extracción,
transporte y distribución de energía fósil, pero condicionado a una fuerte participación estatal
sobre la distribución de los beneficios obtenidos.
Cotejando la ley de Banzer con el Código del Petróleo y los esquemas estatistas monopólicos,
la ley Banzer está más cerca del modelo estatista sin lugar a dudas. Las regulaciones impositivas
de la dictadura fueron las más provechosas para el fisco establecidas hasta ese momento y su
contenido económico se asemeja bastante a la actual ley de hidrocarburos 3058.
Abrogado el Código del Petróleo, ni el gobierno de Ovando, ni el de Juan José Torres,
promulgaron una nueva legislación con el fin de regular posibles intervenciones privadas en
el sector; posibilidad factible dentro de los cánones del presidente Ovando, cuya conducta
política oscilaba entre la izquierda y la derecha290 (Estremadoiro, 2009: 27-28); pero totalmente
incompatible dentro del programa político del gobierno de Torres, que abrazó la “Estrategia
Socioeconómica” de Ortiz Mercado (DS 9576, 12/02/1971). La asignación del ministerio de
Hidrocarburos a Enrique Mariaca durante la presidencia de Torres aporta un indicador sólido
en ese sentido (la ley de bases 9195 seguía vigente).
Veamos puntos claves del pensamiento de Mariaca sobre la inversión extranjera en sus
propias palabras: “Al socaire del mito de la necesidad de inversiones extranjeras se estableció
en el país, en 1954, la política de “puertas abiertas” al capital extranjero internacional y se
cometió un tremendo error que tiene que subsanarse” (1966: 13). Y más adelante agrega
Mariaca:

La impaciencia e inconsecuencia fueron artífices de la entrega, entrega realizada bajo falsas


premisas: de que las inversiones tonifican la economía nacional, de que las inversiones elevan
el nivel tecnológico del país y de que las inversiones contribuyen al fisco mediante el pago de
impuestos. Nada de esto es evidente como se demostrará en el curso de este texto (1966: 18).

289
El art. 7 del DL 10170 dictamina: “La conducción y manejo de la industria de hidrocarburos del país, incluyendo estudios,
planificación, construcción, operación y administración en sus fases de exploración, explotación, refinación, industrialización,
transporte y comercialización del petróleo, el gas natural y cualquier otro hidrocarburo, los productos y subproductos de los
mismos corresponden exclusivamente a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, que puede efectuarlos por sí y, en alguna
de las fases señaladas anteriormente, en sociedad mixta o a través de terceros, de conformidad a lo dispuesto en este Decreto
Ley, en sus estatutos y en las leyes vigentes para cada caso”.
290
Aquí vale la pena añadir una anécdota política. El 30 de abril de 1970 Alfredo Ovando promulgó la nueva ley de bases (D.S. 9195)
modificando la estructura jurídico-administrativa del Estado, y reorganizando las Secretarías de Estado con nuevas atribuciones.
Esta ley anuló las presidencias ejecutivas de las entidades autárquicas, delegando sus funciones al ministro del sector, además
desglosaba el ministerio de minas y petróleo en dos: ministerio de minas y ministerio de hidrocarburos.
El 13 de mayo Marcelo Quiroga Santa Cruz, ministro de hidrocarburos, apareció en las oficinas centrales de YPFB auto
nombrándose presidente de la entidad. La FSTPB calificó al auto nombramiento como un atropello a la entidad y amenazaron
con decretar la huelga general si en 24 horas Quiroga todavía seguía presidiendo YPFB. Ovando aceptó la exigencia sindical,
restituyendo al presidente anterior coronel Patiño Ayoroa.
Disconforme por la desacreditación pública del general Ovando, Marcelo Quiroga amenazó verbalmente con renunciar al cargo
de ministro, si se le mantenía excluido de YPFB, en la reunión de gabinete celebrada el 20 de mayo; Ovando aceptó la inesperada
renuncia solicitándole que abandonara la sala en el acto (Presencia, 1970/29/05; Salamanca, 1978: 185; Royuela, 1996: 144).

177
Estado y Petróleo en Bolivia

El mito tiene que ser destruido otra vez más, y ahora sí definitivamente291. Este mito significa
la subestimación, la subalternización de los valores nacionales, mito que como dice Spengler
representa “la falta de voluntad de potencia técnica”, la misma que ocasionó que una vez
sucumbieran las civilizaciones Maya-Azteca como la Aimara-Quechua ante el embate de los
conquistadores españoles que contaban con técnicas superiores. Porque es evidente que están
en juego no sólo el petróleo como recurso energético de gran valor material y económico, sino
también, la fuerza interior que nosotros, pueblo mestizo, podemos desarrollar para superarnos
plenamente (1966: 17-18).

Cuando Enrique Mariaca abandonó a YPFB en noviembre de 1963 siendo Gerente General,
en su carta de dimisión dirigida al presidente de YPFB José Paz Estenssoro, argumentó
tener diferencias políticas insalvables frente a la orientación oficial de la política petrolífera.
En dicha carta, Mariaca expresa sincero agradecimiento y aprecio personal hacia José Paz
Estenssoro292, trasuntando que no dimite por su labor como máximo ejecutivo, sino por el
prolongado silencio del supremo gobierno nacional, ante sus pedidos por: “la declaratoria de
reserva fiscal del territorio nacional para su concesión únicamente a YPFB”; y la aceptación
del crédito soviético por 85 millones con facilidades de pago en especie: “debo expresar mi
disconformidad con la discriminación que se hace con el crédito soviético, máxime que éste
no contiene contexto dominante alguno” (1966: 531-534). Mariaca sostuvo su desacuerdo con
la inversión del gran capital a la largo de su carrera política. En 2009 reiteró en un editorial de
prensa:

En 1956, extrañamente, cuando imperaba la llamada revolución nacionalista del 9 de abril


de 1952, el presidente Víctor Paz Estenssoro declaró la política de “puertas abiertas” en la
explotación petrolera en campos, un gesto de sumisión al imperio norteamericano para
desvirtuar críticas a la nacionalización de las minas de los Barones del Estaño. YPFB hizo
conocer su oposición a esta medida, recordándoles que esta decisión está en contraposición de
la doctrina de la recuperación de los recursos naturales para la Nación (Opinión, 14/04/2009).

Al igual que Sergio Almaraz, el discurso político de Mariaca, se caracterizó por una
confianza incondicional depositada sobre la capacidad de los bolivianos para acumular el
capital y desarrollar los medios técnicos de la minería fósil por sí solos, sustituyendo a las
inversiones extranjeras por un gran esfuerzo disciplinado y sacrificado del colectivo nacional.
La vanguardia intelectual de este tipo de nacionalismo proyecta un modelo industrial estatista,
donde los grandes ausentes son, precisamente, los sujetos sociales requeridos para articular
el programa modernista, en cuyo diseño, se presupone que existen y están disponibles en la
figura del “pueblo”.

291
En las páginas dedicadas al paso de SOCB por Bolivia de Mito y Realidad del Petróleo Boliviano Mariaca concluye: “como bien
apuntó Montenegro [1938] la magnitud del verdadero daño ocasionado a Bolivia por la Standard no admite cuantificación
material” (72); acto seguido cita varios parágrafos de Carlos Montenegro (1938).
Enrique Mariaca no duda que SOCB fue la responsable por las causas de la guerra: “Standard Oil astutamente comenzó a urdir la
trampa en la que caerían los pueblos hermanos de Bolivia y Paraguay. Hábilmente se haría resaltar el enclaustramiento del país
que no permitía la exportación de su riqueza petrolera y con disimulo se haría señalar la salida directa, por su propio territorio
ahora en litigio con la república del Paraguay, que conduciría al acceso a un río internacional […] El gobierno de Salamanca,
lejos de escudriñar y descubrir los móviles de la Standard se prestaba cada vez más a su juego” (60-61).
292
“Pepe” Paz Estenssoro fue respetado y valorado por el conjunto del personal de YPFB, a pesar de las discrepancias ideológicas
(Fundación Jubileo, 2009: 12), (Mariaca, 1966: 534) (Miranda, entrevista personal, 22-27/07/2011: 11-12).

178
Juan José Anaya Giorgis

La concordancia del gobierno torrista con el monopolio asumido por YPFB al calor de la
nacionalización de Gulf, era la pieza clave de su política nacionalista “hacia adentro” o de
puertas cerradas al capital extranjero (Arze, 2002: 264). De cualquier manera, la “asamblea
popular” y el Poder Ejecutivo no llegaron a consensuar una nueva ley de hidrocarburos, sea
para ratificar el monopolio estatal o para normar algún tipo de participación privada.
Volviendo al Decreto Ley 10170, si bien no reflejó las aspiraciones de los defensores del
modelo estatal monopólico en su plenitud, materializó varias reivindicaciones exigidas por
los defensores del estatismo petrolero (de izquierda o derecha). Tal es el caso de la abolición del
régimen de concesiones y la restauración de la “cláusula Calvo”, un contrapunto nacionalista
en el contexto general de la política dictatorial. A continuación una exposición sucinta sobre
el contenido de la legislación banzerista.
El régimen de concesiones como estrategia jurídico-económica para convocar capitales
extranjeros siempre fue visto con recelo en los círculos del PR. Sus militantes desataron una
cruzada en la prensa y el parlamento rechazando la “condescendencia” del régimen liberal
al adjudicar concesiones petroleras “africanas” amparadas en la ley orgánica del petróleo de
febrero de 1920 (Almaraz, 1969: 104). Cuando la empresa Richmond Levering (RL) gestionó
con éxito modificaciones al contrato inicial de 1920, Daniel Salamanca dio a conocer su
opinión a través de José María Escalier: “lo que forma el lado odioso de estas concesiones, es
el monopolio a que ellas tienden visiblemente” (citado en, Almaraz, 1969: 99).
Banzer sustituyó al régimen de concesiones instaurando los denominados “contratos de
operación”, y su complemento, los “contratos de servicios”, como únicos mecanismos de
una posible participación del capital transnacional en Bolivia. Los “contratos de operación”
permitían el ingreso de compañías privadas extranjeras interesadas en rescatar hidrocarburos
bolivianos, siempre y cuando, realizaran procesos de exploración y explotación con sus
recursos y a cuenta de su propio riesgo. El contratista encararía estas actividades dentro de
las áreas acordadas con y a nombre de YPFB (a diferencia de las concesiones), bajo el sistema
de retribución. Es decir, en caso de tener éxito hallando reservorios comerciales, el contratista
recibiría volúmenes de producción equivalentes al valor de las inversiones incurridas en
compensación. A partir de ahí, la producción sobrante debería compartirse sobre la base de un
rango porcentual comprendido entre 35% y 60% a favor de YPFB (López, 1994: 203), cuya razón
específica sería fijada por las partes en el contrato (la ponderación del rango fue variable de
acuerdo a la coyuntura). A su vez, los contratos de servicios, permitían realizar contrataciones
interempresariales por prestaciones de servicios técnicos o ejecución de trabajos específicos
de la industria.
Como acabamos de señalar, ambas figuras no eran realmente una innovación genuina
en cuanto a su contenido normativo, lo novedoso consistía en la sustitución del régimen de
concesiones por esta figura legal. Los contratos de operación “siempre han sido considerados
como un esfuerzo adicional, para coadyuvar la labor que desarrolla YPFB en exploración y
explotación, siempre con el propósito de destinar los excedentes de la industria petrolera a
inversiones que aceleren el desarrollo nacional” (Prada, 1974: 2). Con todo, antes de Banzer,
ninguna inversión importante fue consumada por compañías extranjeras en los términos

179
Estado y Petróleo en Bolivia

de los contratos de operación; las inversiones privadas más significativas siempre se han
realizado en el marco del régimen de concesiones (López, 1994: 209).
Una segunda cualidad nacionalista notable del Decreto Ley fue su vindicación del
concepto para arreglo de controversias o diferendos entre compañías y Estado establecido por
la cláusula vigésima, más conocida como “cláusula Calvo”, del contrato firmado con RL en
1920. A partir del decreto ley cualquier conflicto técnico-económico que pudiese surgir entre
las partes contractuales, sería tratado en tribunales integrados por magistrados designados
exclusivamente por el Ministerio de Hidrocarburos (artículos 66-67).
En cuanto a tributación, el Decreto Ley mantuvo la regalía departamental de 11% sobre
el valor de la producción en boca de pozo a favor del departamento productor, adicionando
otra regalía en beneficio del gobierno nacional de 19% de la producción. La entrega del 30%
de la producción reemplazó la cancelación del impuesto a las utilidades empresariales (IUE),
tanto para YPFB como para las operadoras (art. 58), con excepción del sector de prestación de
servicios (art. 61). La exportación de hidrocarburos fue liberada de cualquier tipo de gabela
adicional a las regalías (art. 63).
El giro nacionalista que el contenido de la nueva legislación imprimió a la política pública
hidrocarburífera en relación al contenido del anterior Código del Petróleo, fue publicitado por
el gobierno; al unísono, la participación del capital privado se justificó como un requerimiento
técnico inevitable para garantizar el suministro del mercado interno y las necesidades de la
industria nacional. En la sección de consideraciones del Decreto Ley se vierten una serie de
criterios con ese sentido:

Que, es deber del Supremo Gobierno interpretar la aspiración popular, canalizándola dentro
de un lineamiento de política económica auténticamente nacionalista, que asegure al país el
control de la exploración y aprovechamiento de sus hidrocarburos a través de Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos, como la empresa pública especializada en este sector.

Que, para la continuidad y fortalecimiento de la industria petrolera nacional, es imperativo


el descubrimiento de nuevas reservas de hidrocarburos, para cuyo objeto es preciso invertir
cuantiosos recursos que, tanto por su magnitud, cuanto por la naturaleza aleatoria de la
operación, no se hallan dentro de la capacidad total del financiamiento interno.

Que, para tal efecto, se requiere promover y garantizar la inversión de capital de riesgo que,
en condiciones contractuales adecuadas al interés nacional, contribuya a la gran tarea del
desarrollo económico de Bolivia (DL 10170, 22/03/1972).

YPFB también se plegó a la campaña propagandística con una perspectiva técnico-


económica. El gerente general de la empresa ingeniero Rolando Prada (yerno de Banzer)
manifestó en REVITEC:

Partiendo desde un punto de vista lógico, vemos claramente que la situación económica del
país no permite destinar al sector de los hidrocarburos, los considerables capitales necesarios
para realizar una exploración en forma intensiva y la consiguiente explotación de las reservas
que puedan descubrirse. Por otro lado, las fuentes de crédito internacionales, no preven fondos
para este tipo de operaciones de riesgo y de otra parte las enormes cargas financieras que los
créditos significarían para el país.

180
Juan José Anaya Giorgis

Por estas razones básicas, el gobierno adoptó una política petrolera de atracción de capitales
de riesgo extranjeros, traducidos en la Ley General de Hidrocarburos y que fuera puesta en
vigencia en marzo de 1972.

Esta disposición legal, en todo momento cuida los aspectos de soberanía del país sobre los
hidrocarburos, al haber abolido las concesiones y al haber mantenido la propiedad de la
producción a través de la empresa fiscal de petróleo, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (1974:
1-2).

2.2 Bonanza y despilfarro durante el “banzerato”


Las cotizaciones relativamente altas que se impusieron en el mercado mundial sobre los
precios de los recursos naturales no renovables en la década del ´70 del siglo XX, inauguraron
una etapa de mejores oportunidades para las economías de los países productores de estas
materias primas. El caso de los carburantes fue particularmente notable, sus precios treparon
con alevosía durante un lapso muy breve: en 1972 el precio internacional del barril de petróleo
fue de 2.83$ (de 1950 a 1972 las cotizaciones promedio habían rondado por los 3$), al año
siguiente gravitaba en 6$, hacia 1979 alcanzó los 23$ y la tendencia hacia el alza prosiguió
hasta 1984 (YPFB, 1995: 296).
Se trató de un fenómeno que escapó a toda posible previsión. Tal incremento fue una
medida política impuesta por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)293
a raíz de la crisis árabe-israelí emergente de la guerra relámpago de Yom Kipur en octubre
de 1973; y se efectivizó a través de una reducción consensuada de las cuotas de producción
suministradas al mercado mundial, por cada uno de los país miembros, forzando el ascenso
de los precios por constricción del volumen ofertado (Arce, 2003: 358).
Bolivia se benefició mucho con la política oligopólica de OPEP, aún estando muy lejos de
tener las reservas probadas y la producción necesaria para asociarse a ésta, como por ejemplo
México y Venezuela (López, 1994: 210), gracias a las exportaciones petroleras a través del OSSA
II, y las ventas de gas a la Argentina inauguradas en abril de 1972, por el dictador en persona.
Por supuesto, la inminente coyuntura de bonanza que se avecinaba, era inimaginable
para el banzerismo294 al momento de la toma del poder por asalto en agosto de 1971, e incluso,

293
Fue fundada en Bagdad, en una conferencia entre el 10 y el 14 de septiembre de 1960 por iniciativa del Gobierno de Venezuela
presidido por Rómulo Betancourt del partido Acción Democrática, y entonces ministro de Energía y Minas venezolano Juan
Pablo Pérez Alfonzo y el ministro de Petróleo y Recursos Minerales de Arabia Saudita, Abdullah al-Tariki. Pérez Alfonzo señaló
que era necesario un “instrumento de defensa de los precios para evitar el despilfarro económico del petróleo que se agota sin
posibilidad de renovarse”.
La OPEP “puede tener una gran influencia en el mercado de petróleo, especialmente si decide reducir o aumentar su nivel
de producción”. La OPEP controla aproximadamente el 43% de la producción mundial de petróleo y el 75% de las reservas
de petróleo. Su dominio en las exportaciones de crudo se sitúa en alrededor del 51%. Además, concentra la totalidad de la
capacidad excedentaria de producción de petróleo del mundo, lo que, de facto, convierte a la OPEP en el banco central del
mercado petrolero (Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Organizaci%C3%B3n_de_Pa%C3%ADses_Exportadores_de_
Petr%C3%B3leo [12/10/2012]).
294
“La ineludible ley de la oferta y la demanda que hoy se inclina sorprendentemente en favor de esta última, con una empinada
subida de precios a niveles nunca antes sospechados, nos obliga a que independientemente de la prospección convencional de
buscar trampas estructurales y estratigráficas, dediquemos también simultáneamente nuestros esfuerzo a prospectar nuevas
reservas de petróleo contenidas en yacimientos de petrolutita” (Santa Cruz, 1974: II).

181
Estado y Petróleo en Bolivia

cuando la dictadura comenzó a pagar la indemnización a BOGOC295 en 1973. Al respecto,


las cuotas adeudadas fueron liquidadas en tan sólo siete años, mucho antes de lo previsto,
y gracias al adelanto de cuotas adeudadas, el monto global se redujo a sólo 60.8 millones
de dólares (YPFB: 1995, 310). En ese contexto la dictadura comenzó a devorar los ingresos
petroleros con apetito “pantagruélico”.
En 1973 la producción petrolera boliviana alcanzó su máximo histórico (todavía vigente)
con más 17 millones de barriles anuales, más o menos unos 47000 Bpd (YPFB: 1995, 127).
Al año siguiente el rendimiento de los campos cayó irremediablemente y su declinación
acelerada forzó la suspensión abrupta de las exportaciones en octubre de 1978, acarreando
sanciones por incumplimientos contractuales (Royuela, 1996: 151). Hacia 1979 la producción
anual superó a duras penas los 10 millones de barriles, en 1980 no llegó a 9 millones, y el
relación reserva/producción petrolera había caído a 18 (YPFB, 1995: 200).
Asimismo la dictadura también fomentó el crecimiento del consumo interno de
combustibles sin preocupación alguna sobre las externalidades o consecuencias imprevistas
de la medida. Se fijaron precios preferentes para el petróleo distribuido en el mercado interno
(una medida fiscal secular en Bolivia) con tarifas no mayores al 60% del precio internacional.
Esto desató un rápido incremento del consumo nacional y del contrabando hacia los países
vecinos donde existían precios más altos (Paulsen, 1994: 203). Además los aranceles sobre
la importación de motorizados fueron prácticamente anulados en 1973 (Capra, 1979: 112).
Como resultado de las políticas exportadoras y de fomento al consumo interno, la satisfacción
sostenida de la demanda interna recayó en la incertidumbre a partir de 1979.
La coyuntura favorable para los precios internacionales de las materias primas también
tuvo impacto muy positivo sobre el estaño, un reglón tradicional de exportación boliviano,
entonces potenciado gracias a la inauguración de la planta de fundición estañífera de Vinto,
que comenzó a producir barras finas el 9 de enero de 1971.
Sin embargo, la oportunidad económica extraordinaria fue magramente aprovechada por
el gobierno dictatorial de Banzer. El excedente fiscal fue orientado hacia programas crediticios
para la empresa privada (la agroindustria cruceña y los mineros medianos fueron los más
beneficiados); creación de unidades fiscales productoras de bienes industriales con el fin
de sustituir importaciones; y a mega proyectos desarrollistas. En ese marco fue fundada la
Corporación de las Fuerzas Armadas para el Desarrollo Nacional (COFADENA) a fines de
1972. También se fortaleció a la CBF y sus unidades corporativas de desarrollo departamental
(Dunkerley, 2003: 268-269).
Ambas tácticas arrojaron resultados frugales frente al potencial de los recursos invertidos.
La empresa privada derrochó los préstamos del Estado en importaciones suntuarias para su
propio consumo e incumplió sus obligaciones de pago por las deudas contraídas, esto se hizo
con la complicidad de la cúpula dictatorial, fueron años de mucha corrupción. El criterio de

295
Pagar la indemnización a Gulf fue muy cuestionado antes y después de la dictadura de Banzer por la izquierda y el nacionalismo
radical. En la opinión de Andrés Soliz Rada el gobierno dictatorial habría pagado más de 100 millones de dólares (1979: 172);
para el economista marxista, Ernesto Aranibar, con la indemnización la dictadura pagó los favores recibidos de sus amos
extranjeros (1979: 94).

182
Juan José Anaya Giorgis

Araníbar aporta un justo reflejo del modus operandi de las elites incrustadas en altas esferas
de gobierno:

Los actuales especialistas y dirigentes gubernamentales del país tienen una matriz oligárquica
que pretende construir la famosa Nueva Bolivia, en contraposición del viejo pueblo que quiere
construir una Bolivia libre; esta oligarquía a diferencia de la antigua, no aplica ya la ideología
oligárquica sobre su latifundio y sobre su empresa, sino la aplica sobre el conjunto del país
(1979: 93).

El impacto multiplicador de la industria estatal, en proliferación, sobre la economía


nacional fue mustio. Si bien la industria de construcción civil, generó un clima de pleno
empleo en los centros urbanos al principio de la dictadura, éste se desvaneció al segundo o
tercer año del régimen (Grebe, 1983).
Las políticas poco fructíferas se financiaron en buena medida recurriendo a los créditos
multilaterales, la dictadura recurría compulsivamente a este recurso aprovechando su fácil
acceso en la coyuntura de los años ´70 del siglo XX296. Para 1979 la deuda externa del país llegó
a 3500 millones de dólares, cifra superior al PIB contable de sólo 3200 millones de dólares ese
mismo año (Arze, 2002: 285).
En pocas palabras, la dictadura de Banzer transitó un escenario de bonanza y despilfarro
que no sobreviviría a la década de su mandato. No obstante, los efectos de la gran bacanal
fueron fulminantes para la economía y afectarían negativamente al curso ulterior de la historia
boliviana. De hecho la década del ´80 del siglo XX fue el reverso de la anterior. Los precios
de los recursos minerales comenzaron a desplomarse en el mercado internacional causando
severas mermas en las arcas fiscales dependientes del valor de esas exportaciones. Al mismo
tiempo la oferta del crédito externo, tan abundante en la década pasada, se constriñó a
consecuencia de la recesión mundial, mientras el presupuesto fiscal se desangraba debido al
continuo ascenso de los servicios a la deuda externa adquirida pocos años antes297.

296
“Desde mediados de la década del 70, el marco general de la situación estuvo caracterizado por un aumento de la fluidez de
capitales hacia el Sur a causa de una crisis del capitalismo mundial, que hacia 1971 provocó una caída en la rentabilidad del
capital y terminó con el “patrón oro-dólar” (sustituido por el “patrón dólar”). Cuando los bancos privados, que acumularon dólares
durante años, a causa del déficit de la balanza de pagos de Estados Unidos y el shock petrolero, notaron que el crecimiento
de los países industrializados había perdido dinamismo, comenzaron a ofrecer créditos baratos a los países del Tercer Mundo”.
(Millenaar, Federico, http://federico-millenaar.suite101.net/los-80-y-la-crisis-de-la-deuda-a1807 [26/08/2009]).
297
“En 1979, el director de la Reserva Federal norteamericana, Paul Volcker, aumentó la tasa de interés atrayendo capitales de
todo el mundo. Esta política, cuyo objetivo era lograr que la afluencia de divisas bajara la inflación y relanzara la maquinaria
productiva norteamericana que estaba en recesión (también implicó un amplio programa militar-industrial), hizo que las tasas
mundiales subieran al mismo ritmo. El efecto que tuvo sobre los países deudores fue devastador ya que repentinamente sus
obligaciones se triplicaron.
El problema radicó en que cuando se tomaron los préstamos, las tasas eran bajas pero variables; estaban indexadas con el
Prime Rate y el Libor (dos índices fijados en Nueva York y Londres, respectivamente). A su vez, la situación realmente empeoró
cuando los países periféricos intentaron implementar un ajuste no recesivo, o sea, obtener más divisas para enfrentar el pago
aumentando la producción y exportando más. Al inundar los mercados con bienes primarios sin que suba la demanda sólo
lograron que los precios cayeran. Envuelto en un mecanismo perverso, el Tercer Mundo tenía que pagar más mientras sus
ingresos se reducían; en 1982, México fue el primer país en declarar la cesación de pagos” (Millenaar, Federico, http://federico-
millenaar.suite101.net/los-80-y-la-crisis-de-la-deuda-a1807 [26/08/2009]).

183
Estado y Petróleo en Bolivia

2.3 Itinerario empresarial 1964-1985


Pasado el trago amargo que significó para YPFB soportar buena parte del “Plan Eder”,
la empresa pudo realizar exploraciones novedosas. En los años iniciales de la década del ´60
del siglo XX, YPFB incursionó por primera vez en zonas poco exploradas o inexploradas por
SOCB. Destacaron las primeras perforaciones en el Departamento de Cochabamba sobre la
prolongación de la formación “boomerang” hallando el campo de Bulo Bulo298.
Los volúmenes limitados confirmados entonces y las dificultades geográficas para el
acceso a dicho campo, como de otros confirmados más adelante en esa región no tradicional
(Surubí, Katari y Carrasco), hicieron imposible la explotación comercial inmediata de estos
yacimientos299. También se realizó el hallazgo del campo productor de Naranjillos al noroeste
de Santa Cruz, junto a otros de menor importancia en las cercanías de Camiri (Royuela, 1996:
128)300.
El descubrimiento más importante de la década fue la estructura petrolera de Monteagudo
realizado en 1967, como resultado de las pericias alcanzadas en técnicas de perforación
direccional mejoradas con personal y equipamientos de la propia empresa (YPFB, 1996: 92-
93). Monteagudo se sitúa al este del sudandino central en el departamento de Chuquisaca, es
una zona donde SOCB apenas había realizado algunas prospecciones geológicas de superficie
(Almaraz, 1968: 371). Monteagudo significó un alivio para la situación crítica de las reservas
probadas de YPFB, permitiendo alcanzar una producción de 8000 Bpd, la situación difícil sólo
sería satisfactoriamente resuelta con la nacionalización de BOGOC.
Nacionalizar a BOGOC al borde de una trepada meteórica de precios propició un escenario
inédito a YPFB para capitalizarse y dar un gran salto industrial que no fue aprovechado. Las
condiciones favorables extraordinarias de la década del ´70 (reservas, precios, mercados y
personal calificado) no han vuelto a repetirse (López, 1994: 203). Si bien el contenido fiscal
del Decreto Ley 10170 obedeció a principios económicos acordes a criterios empresariales de
reinversión de ganancias, al poco tiempo la dictadura aprobó nuevas gabelas dirigidas sólo a
YPFB.

298
Se trata de la región geológica “pie de monte” ubicada en la provincia Chapare (Suarez, 2000: 152).
299
El rescate de carburantes en dicha región comenzaría recién hacia fines de la década del ´80 y principios de la década del ´90
del siglo XX, cuando se completó la red denominada “oleoductos del norte” (con 4½ pulgadas de diámetro), conectando estos
campos al nodo distribuidor de Caranda, desde donde se despachaba a las refinerías de Santa Cruz de la Sierra.
En 1996, como resultado de una lucha política con fuerte cariz regionalista que emprendió el denominado Comité Cívico de
Cochabamba, se firmó el contrato para la construcción de un nuevo oleoducto entre Carrasco y Valle Hermoso, una localidad a
pocos kilómetros de Cochabamba capital, donde está la refinería Gualberto Villarroel (Fernández, Opinión, 2008/29/06).
La línea de 16 pulgadas de diámetro y 247 km. de longitud, se concluyó en 1998 con un costo de 33 millones de dólares. YPFB
financió el 79% del costo y el resto fue cubierto por un crédito de la Corporación Andina de Fomento (CAF). A los precios del
petróleo del momento se creía que Cochabamba recibiría una regalía de 12 millones de dólares anuales por la producción
petrolera, hasta entonces transportada a Santa Cruz mediante la red de oleoductos del norte (Arce, 2003: 360). Sin embargo a
falta de producción suficiente dicho oleoducto ha sido utilizado excepcionalmente (El Diario, 2005/05/07) y actualmente está
siendo adecuado para transportar gas (Hoy Bolivia, 2008/25/06).
300
“La producción alcanzó su máximo en Camiri-Guairuy en 1957, iniciándose desde entonces el descenso registrándose 4% 1958,
11% 1959, 1% en 1960 y 14,7% en 1961. En 1961 el volumen producido destinado al mercado interno era igual a la producción,
de continuar el descenso, el próximo año se registraría déficit en la provisión del mercado interno” (Mariaca, 1966: 256).

184
Juan José Anaya Giorgis

Luego de la primera devolución monetaria de 1972 recomendada por el Fondo Monetario


Internacional (FMI), el gobierno se vio en la urgencia de captar recursos adicionales buscando
amortiguar los efectos traumáticos en la población con subsidios alimentarios básicos. Para
salir del mal paso el gobierno puso la zarpa en las finanzas de YPFB, a través de un gravamen
del 20% fijado al valor de la producción exportada (Soliz, 1979: 172). En noviembre de 1975
el gobierno propinó otro golpe impositivo a la compañía estatal del 35% sobre los ingresos
adicionales originados por el alza de los precios de los carburantes en el mercado mundial
(Royuela, 1996: 151).
Por si fuera poco la dictadura ordenó ampliar la infraestructura de refinación y exportación
a capacidades sobredimensionadas que no serían utilizadas por más de una década, a costa
de sacrificar operaciones exploratorias (Royuela, 1996: 152-153; Capra, 1979: 113). El ingeniero
Ricardo Michell, veterano de la empresa con varios artículos publicados en REVITEC, despeja
dudas:

La principal labor de una empresa petrolera estatal o privada es hacer exploración porque si no
explora se muere, tiene que tener siempre reservas y estructuras prospectables de tal manera
que cada año siempre esté haciendo pozos exploratorios […] Toda la mística exploratoria que
existía durante el primer tiempo de la empresa [YPFB], comienza a cambiar fundamentalmente
en la década de los años 70, durante el gobierno de Hugo Banzer Suárez, cuando empezaron a
retener gran parte de los fondos de Yacimientos (Energy Press, Nº 575, 12/2011).

Aprisionada por las condiciones fiscales adversas YPFB dirigió sus esfuerzos exploratorios
hacia el mínimo riesgo con preferencia en áreas tradicionales, esta práctica pasó a ser una
constante hasta 1996 y se reflejó en la modestia de los descubrimientos logrados, salvo raras
excepciones (López, 1994: 205). Además por causa del despojo de recursos, YPFB recurrió al
crédito de entidades externas como fuente de financiamiento para desarrollar infraestructura
de down stream. Hacia 1979 su deuda externa bordeada los 270 millones de dólares (Paz, 1979:
26).
Considerando las pericias adquiridas por los técnicos y trabajadores de YPFB luego de
treinta años de experiencia acumulada, la retención desmesurada de los excedentes en la
dictadura banzerista tuvo connotaciones especialmente dañinas. En la década del ´70 del siglo
XX YPFB alcanzó una madurez profesional acorde al mundo competitivo de las petroleras,
como quedó probado a plenitud durante la histórica campaña de sondeo sísmico en el noroeste
boliviano realizada entre 1973 y 1976.
Entonces YPFB y las compañías operadoras Hispanoil, Sun Oil, Texaco, Total y Union,
coordinaron operaciones de prospección sísmica sobre una extensa franja ubicada entre
las zonas geológicas del Madre de Dios y la Llanura Beniana, cubriendo una superficie
aproximada de 63000 km. cuadrados, con el levantamiento de 7115 km. de líneas sísmicas
(método 2D), y una densidad areal promedio de 113 m. por km²., a través de selvas tupidas, o
regiones pantanosas el año redondo, accesibles sólo por vías fluviales o aéreas. El trabajo de
las seis compañías demandó un inversión de 30 o 35 millones de dólares y la ejecución de las
operaciones fue distribuida en proporciones similares para cada una. Todas contaron con el
apoyo de compañías subcontratadas especializadas en geofísica (YPFB trabajó nuevamente

185
Estado y Petróleo en Bolivia

con United Geophysical Co.). Al finalizar la experiencia YPFB obtuvo calificaciones destacadas
o sobresalientes en un balance comparativo de indicadoras sobre eficiencia y eficacia (Careaga,
1978: 75-87). La experiencia fue compartida en la XXV reunión de expertos de la Asociación
para la Asistencia Recíproca Petrolera Estatal Latinoamericana (ARPEL)301.
Acompañando el trabajo de campo, los laboratorios científicos de exploración
hidrocarburífera, dieron un considerable salto. Mario Suarez Riglos, doctor en geología y uno
de los ex directores del CTP, comenta el salto:

A fines de 1969 empezamos a desarrollar la paleontología en serio. Creo que la paleontología


boliviana creció enormemente porque Yacimientos le dio la cobertura necesaria para poder
llegar a fechar las rocas que contenían petróleo y gas […] En la parte paleontológica tuvimos
muchos logros, por ejemplo encontramos los primeros conodontos, que son parte de un
animal que vivió en la época paleozoica en Sudamérica, el único en su tipo. Después teníamos
una tremenda secuencia de palinología. Los geólogos que trabajaban en pozo dependían de
nosotros tremendamente porque sacábamos muestras de las rocas, las analizábamos y les
indicábamos si debían continuar o parar de perforar. Se ahorraba un montón de millones de
dólares (Energy Press, Nº 633, 02/2013).

Al mismo tiempo, este periodo de secularización institucional y madurez de la empresa,


parece ser también un periodo de agotamiento o deterioro de la mística y voluntad de trabajo
extraordinarias que habían caracterizado al desempeño del personal en décadas pasadas. Un
sugestivo editorial de REVITEC intitulado “Renovación de Fe Yacimientista”, escrito por el
ingeniero Roberto Santa Cruz, constituye un manifiesto de interpelación hacia el compromiso
con la causa histórica de YPFB, como se aprecia en este parágrafo:

La economía boliviana ha llegado a un punto en que no podrá subsistir con las características
de exportación de materias primas, de una dependencia extranjera casi total y de un retraso
agroindustrial; debemos hacer conciencia y renovar nuestra fé bolivianista [sic], encaminando
nuestros esfuerzos tanto en lo espiritual como material, para que profesionales, técnicos y
trabajadores en general, tratemos de alcanzar en primera instancia índices de máxima eficiencia
en el trabajo (Santa Cruz, 1974: II).

Por otra parte, a través de la década del ´70 el problema de la tendencia creciente del
personal supernumerario incorporado a las planillas de YPFB por intereses políticos se agudizó:

En 1975 se contaba con 4252 trabajadores para producir 14,7 millones de barriles y 81,7 MMMPC
de gas natural, mientras que en 1980 fueron necesarios 5372 trabajadores para producir solamente
7.7 millones de barriles y 62,5 MMMPC […] durante la época de la Unión Democrática Popular
(UDP)302 el personal de YPFB trepó a casi 9000 trabajadores (Royuela, 1996: 155, 158).

301
Las raíces de ARPEL se remontan a la Conferencia de Empresas Estatales acaecida en 1961 en Maracay, Venezuela, por iniciativa
de la entonces Corporación Venezolana de Petróleo (CVP). La organización se constituye formalmente en 1964 con el auspicio
de YPF en la ciudad de Buenos Aires. El objetivo de ARPEL consiste en proporcionar colaboración mutua en apoyo de intereses
comunes con vistas a la integración económica y técnica de la industria hidrocarburífera latinoamericana (Medrano, 1971: 2-8).
302
El gobierno de la UDP (1982-1985) consolidó el retorno de la democracia en Bolivia. Como fuerza política estaba conformada
por una coalición partidaria compuesta por el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda (MNRI), el PCB y el
Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR). El MNR estaba dividido en dos facciones: MNRI conducido por Hernán Siles
Zuazo, y el Movimiento Nacionalista Revolucionario Histórico (MNRH) conducido por Víctor Paz Estenssoro. Siles Suazo era el
primer hombre de la UDP.

186
Juan José Anaya Giorgis

En 1979 la perforación alcanzó uno de los más altos niveles de metraje perforado en la
historia de YPFB. Fruto de esa actividad, fue el descubrimiento del campo El Espino y la
confirmación del campo Vuelta Grande como productores de gas y condensado, entre otros
menos importantes (YPFB, 1996: 128).
Los años posteriores no registraron acontecimientos de relevancia industrial hasta 1989.
El periodo comprendido de 1979 a 1985 fue de mucha inestabilidad política y económica.
De 1980 a 1982 acaeció una seguidilla de sangrientos golpes militares cuyos impactos en la
gestión técnica de YPFB fueron nefastos. Durante esta etapa se adquirieron dos equipos de
perforación rotary que YPFB necesitaba con urgencia a precios inflados, se pagó cerca de 20
millones de dólares por ambos taladros, cuando su costo real no superaba los cinco millones,
entre otros casos de corrupción (López, 1994: 203). Además los costos por metro perforado de
campos en desarrollo fueron los más altos en la historia de la empresa (YPFB, 1995: 121).

Tabla VI: Equipos de Perforación adquiridos por YPFB 1958-1982

CAPACIDAD DE
Nº DE Nº DE AÑOS DE
PERFOR
MARCA Y MODELO MODELO
ORDEN YPFB SERVICIO
(METROS) (PIES)
INDUSTRIA DEL HIERRO
1 32 6000 20000 1982 12
IH-E6000
INDUSTRIA DEL HIERRO
2 33 6000 20000 1982 11
IH-E6000
CONTINENTAL EMSCO
3 12 6000 20000 1960 33
A-100 1/
CONTINENTAL EMSCO
4 24 5000 16500 1960 33
A-100
GARDNER DENVER GD-
5 34 5000 16500 1981 12
100M
CONTINENTAL EMSCO GC-
6 17 3300 11000 1963 31
500-53
CONTINENTAL EMSCO GC-
7 19 3300 11000 1963 30
500-53

8 S/N MASSARENTI MASS-700-SP 3000 1000 1986 7

CONTINENTAL EMSCO GC-


9 9 2500 8000 1958 36
500-52

Fuente: (YPFB, 1995: 45).

Ya en la fase de recuperación efectiva de la democracia (1982-1985) las actividades


exploratorias de prospección y perforación fueron inferiores en relación a los años previos
(YPFB, 1995: 57, 111, 121). El gobierno popular profundizó la política de subsidios a los
combustibles con precios inferiores al costo y según Royuela la gestión empresarial de YPFB
fue extremadamente caótica: “Entre octubre de 1982 y fines de 1985, como un complemento

187
Estado y Petróleo en Bolivia

al gran desorden y falta de autoridad que imperaban en el país, fueron gerentes generales
los ingenieros Enrique Mariaca, Carlos Uría, Ricardo Michell, Juan Carrasco, Juan Dávila y
Gastón Prudencio, permaneciendo cada uno unos pocos meses en el cargo” (1996: 159). La
producción decreció: “Entre 1980 y 1984, la producción de petróleo se mantuvo alrededor de
los 24 mil Bpd […] los acontecimientos políticos y la inestabilidad no acompañaron lo que
pudo ser una década de enorme crecimiento para el sector hidrocarburífero y la producción
cayó hasta llegar en 1986 a 17.5 mil barriles de petróleo de diarios” (YPFB, 2006: 45-46).

3. El gran debate de los años setenta: exportaciones a Brasil e industrialización del gas
Brasil afrontó una coyuntura de crisis energética durante los años ´70 del siglo XX. Su
dependencia del petróleo importado cada vez más costoso e insuficiente capacidad del sistema
energético nacional para abastecer la demanda interna, frenaron el proceso expansivo que
experimentaba su industria en las últimas décadas, amenazando incluso con revertirlo si las
necesidades energéticas no eran resueltas a brevedad. Presionados por la crisis los gobiernos
dictatoriales de Emilio Medici (1969-1974) y Ernesto Geisel (1974-1979) respondieron
implementando mega proyectos de generación o suministro energético sobre un abanico de
fuentes complementarias (Foianini, 1991: 327, 332). En ese contexto los intereses históricos
de Brasil por Bolivia como proveedora de energía fósil303 cobraron inusitado impulso; las
virtudes económicas y abundantes del gas lucían cada vez más atractivas en los mercados
energéticos (la mínima polución medioambiental generada por el consumo gasífero todavía
no estaba muy valorada).
Haciendo un buen aprovechamiento del gas dichas virtudes compensan con creces los
costos millonarios que demandan las instalaciones gasíferas de transporte o down straem
(gasoductos, estaciones de bombeo, comprensión, descomprensión y almacenamiento)
en comparación al petróleo304. El gas es un excelente sustituto del petróleo para una gran
diversidad de aplicaciones y es ecológico. No obstante la distancia no es el único obstáculo a
sortear cuando se trata de comercio exterior, también deben sortearse fronteras:

Como el gas natural no es un commodity, la relación de interdependencia entre el vendedor y el


comprador es más profunda que en el comercio del petróleo, en el cual comprador y vendedor
pueden ser cambiados sin grandes dificultades. Con el gas no sucede lo mismo.

303
Cabe recordar que los intereses brasileros en aprovisionamiento de carburantes bolivianos se remontan a la post guerra del
Chaco. Las ventajas comparativas propias a la cercanía de los yacimientos bolivianos al mercado brasilero son insoslayables.
En 1938 se conformó la comisión geológica binacional con la misión de cuantificar el potencial hidrocarburífero al norte del
río Ichilo. Brasil financiaría el costo de los estudios con el compromiso de recibir petróleo boliviano como medio de pago por
la mitad de los costos incurridos, y en segundo término, contar con participación en la extracción de carburantes a través de
empresas binacionales regidas en el marco de la legislación boliviana vigente. Dichas empresas debían suministrar petróleo
al Brasil una vez satisfechos los requerimientos del mercado interno boliviano (ninguna empresa brasilera llego a descubrir
reservorios comerciales).
Además, como parte de los tratados binacionales de 1938, Brasil aceptada financiar los saldos faltantes para efectivizar la
vinculación ferroviaria Corumbá-Santa Cruz a cambio de futuros suministros de petróleo por el valor de la inversión ferroviaria.
Para una visión más detallada sobre los proyectos de exploración y vinculación ferroviaria por petróleo ver (Ostria, 1953: 101-
231; Foianini, 1996: 279-286; Comboni, 1996: 95-101). A partir de 1938 la cuestión energética siempre ha estado en el centro de
la agenda bilateral sostenida por ambos países. No sin ciertos altibajos Brasil siempre tuvo interés en el petróleo y gas boliviano.
304
Una vez instalada la infraestructura adecuada para transportar el gas, sus costos de up stream resultan inferiores a los del
petróleo (Del Granado, entrevista personal, 03/02/2010).

188
Juan José Anaya Giorgis

Esta interdependencia es más acentuada si la operación de compra y venta ha requerido


cuantiosas inversiones en gasoductos internacionales pagados por comprador y vendedor
en sus territorios [...] estos hechos hacen que las decisiones y/o acontecimientos político-
administrativos que afecten la provisión de gas del país vendedor causen reacciones más allá
de sus fronteras, porque afectan el patrón de consumo de energía del país comprador, que no
puede ser fácilmente modificado (Miranda, 2009: 74-75).

Las dictaduras de Brasil y Bolivia compartían visiones anticomunistas afines, las relaciones
mutuas eran buenas y Brasil necesitaba gas para su industria (Dunkerley, James, 2003: 255-
256). En mayo de 1974 los dictadores de ambos países suscribieron en Cochabamba un amplio
Convenio de Cooperación y Complementación industrial. Bolivia se comprometía a vender
240 MMPCD de gas a Brasil durante 20 años, el precio final a ser acordado oscilaría entre
un rango de 65 a 85 centavos de dólares por MPC (mil pies cúbicos) y estaría indexado al
precio internacional del gas; estas negociaciones se llevaron a cabo con un alto espíritu de
cordialidad entre las partes (Quiroga, 1982: 222). COFADENA centralizó las negociaciones
por el lado boliviano (Quiroga, 1982: 178).
A cambio de las ventas de gas Brasil asumía el compromiso de coadyuvar al levantamiento
de un polo industrial en el sudeste boliviano abocado a siderurgia (planta con capacidad
mínima para producir 900000 toneladas de hierro esponjado y 500000 toneladas de acero
crudo por año); petroquímica (planta con capacidad mínima para producir 1000 toneladas de
fertilizantes nitrogenados por día); y fabricación de cemento (planta con capacidad mínima
para producir 1000 toneladas diarias). La producción del polo estaría orientada a satisfacer la
demanda del mercado brasilero cuyo gobierno otorgaría facilidades aduaneras para el ingreso
de estos bienes. El Convenio de Cooperación y Complementación industrial de mayo de 1974
figura en los anexos de Oleocracia o Patria (1982: 224-238).
Como la reserva boliviana probada de gas no superaba los 3 TCF (concentrados en los
campos Colpa, Caranda y Río Grande), el BID otorgó fondos destinados a realizar estudios
sobre el potencial gasífero de Bolivia para cumplir con las exportaciones y requerimientos
del polo, cuyos resultados colmaron las expectativas (Foinanini, 1991: 330). Estas facilidades
prestadas por el BID fueron extraordinarias considerando la reticencia de esta laya de
organismos internacionales hacia el financiamiento en exploración hidrocarburífera. Respecto
al polo industrial, Brasil comprometió financiamientos crediticios por el 100% de los medios
de trabajo adquiridos en su país o el 50% de los adquiridos en otros países, además de brindar
toda la asistencia técnica a su alcance para la instalación del mismo y la apertura de sus
mercados (Quiroga, 1982: 230).
A través del acuerdo de 1974 Brasil ofreció las mejores condiciones económicas a cambio
de la importación del gas boliviano en toda la historia de estas negociaciones. No obstante,
en ese momento la coyuntura política boliviana devino desfavorable a la efectivización de
los acuerdos y una oportunidad económica como esta no volvió a repetirse durante el curso
de las tratativas posteriores. Brasil ya no tuvo la misma predisposición y sus ofrecimientos a
cambio del gas boliviano se deterioraron durante las décadas posteriores (Foianini, 1991: 336).
El régimen banzerista ejerció la censura sobre los medios de comunicación, asesinó o exiló
a sus opositores peligrosos, controló la actividad sindical y proscribió a muchos partidos

189
Estado y Petróleo en Bolivia

políticos, incluso a sus ex aliados de FSB y el MNR en 1974 (Araníbar, 1979: 96). Con todo,
fue mucho más blando en comparación a la ferocidad de las dictaduras coetáneas del cono
sur. Si las manifestaciones de oposición exhibían un cariz político desligado de objetivos
comunistas o nacionalistas endógenos radicales, la dictadura prefería tolerar o reprimir y
censurar con moderación. El convenio suscrito en mayo de 1974 fue ampliamente divulgado
en los medios de prensa y suscitó reacciones muy adversas en el grueso de la sociedad civil
y algunos sectores militares (Foianini, 1991: 327-328). Sólo unas pocas instituciones civiles
apoyaron esta iniciativa del régimen:

Las autoridades departamentales de Santa Cruz, Prefecto, Alcalde, el rector de la universidad


de Santa Cruz; los dirigentes, pienso que son más bien coordinadores de la Central Obrera
Departamental de Santa Cruz; el Comité Pro Santa Cruz y el personal de plantas como Sensata,
es decir, personal subalterno de la empresa fiscal del petróleo (Quiroga, 1979: 139-140).

Muchas organizaciones conservadoras, tradicionalmente derechistas o elitistas como el


PDC, PRA, PL y la Cámara de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), rechazaron el proyecto
“antipatriota”; aunque la CEPB sólo manifestó reservas moderadas limitándose a exigir una
acción nacional que preservara vigente e irreversible la soberanía nacional. Instituciones
estatales como la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE) y la
Corporación de Desarrollo de La Paz (CORDEPAZ), también manifestaron su desacuerdo
(Quiroga, 1982: 188-191). A continuación brindamos una síntesis de los argumentos políticos
más invocados durante la batalla contra las exportaciones a Brasil de 1974:
a) La exportación de gas y el polo industrial del sudeste serán cabecera de puente para
la “marcha hacia el oeste” de Brasil sobre Santa Cruz (Paz, 1979: 30; Quiroga, 1979:
132). Las intenciones de Brasil apuntan a hegemonizar el continente, sus planes de
desarrollo en Bolivia son para servir a sus propios intereses y las consecuencias para
Bolivia sólo serán amargas realidades (Marañón, 1979: 46). No es conveniente a
Bolivia desarrollar un polo industrial aislado de sus centros de influencia (Quiroga,
1982: 189).
b) No es el momento oportuno para comprometer el gas, Brasil está desesperado por el gas
boliviano y se avecina una crisis energética global305, la situación de estrangulamiento
industrial que atraviesa por falta de energía lo inducirá pronto a mejorar su oferta
(Foianini, 1991: 327).
c) El gas como materia prima no renovable debería industrializarse en Bolivia o
conservarse como patrimonio nacional antes de exportarlo a un país imperialista.
No existen reservas suficientes para complacer la demanda brasilera e industrializar
el gas en Bolivia, en consecuencia, deben priorizarse los intereses nacionales. No se
puede exportar el gas que nuestra industrialización necesitará como pretenden los
promotores “anti patriotas” del gasoducto al Brasil (Paz, 1979: 29; Capra, 1979: 115;
Soliz, 1979: 181-182; Quiroga, 1982: 78).

305
Según los datos proporcionados por Marcelo Quiroga Santa Cruz para 1977, con las tasas de crecimiento del consumo petrolero
de ese momento, las reservas mundiales de petróleo se agotarían en 20 años (1982: 2), ósea en 1987, y las reservas de gas en
2015 en el mejor de los casos, o en 1994 en el peor (1982: 76).

190
Juan José Anaya Giorgis

En efecto, una vez satisfechos los suministros comprometidos con Brasil, los remanentes
de las reservas probadas a 1974, no serían suficientes para proveer los requerimientos del
proyectado polo industrial, operando a los volúmenes de producción diaria establecidos en
el Convenio de Cooperación y Complementación, denominado como “Acta de Capitulación
Nacional” por Quiroga Santa Cruz (1982). Para plasmar los anhelos siderúrgicos y
petroquímicos sería preciso hallar más gas o no exportarlo al Brasil, en este último caso, los
proyectos atravesarían dificultades colocando la producción pues no tendrían las puertas
abiertas del mercado brasilero. El grueso de la opinión pública optó por la defensa cerrada de
las reservas probadas como un sinónimo de industria, y su preservación con ese propósito,
fungió de ariete contra la exportación al Brasil durante el resto de la década y la mitad de la
siguiente (Soliz, 1984: 15, 24).
Cabe añadir una digresión inherente a las connotaciones prácticas del concepto de reservas
en el mercado hidrocarburífero. La magnitud de las “reservas probadas” ejerce una influencia
determinante sobre los dueños del capital al momento de realizar inversiones en desarrollo de
campos y down stream. Las cotizaciones en bolsa de la industria petrolera se valoran, no por su
potencial productivo en base a reservas posibles y probables, sino por las reservas probadas.
A tales efectos han surgido compañías especializadas en certificación de reservas, cuyo éxito
en el mercado radica en la confianza sobre la certeza de sus certificaciones que proyectan hacia
los inversores del sector ¿Por qué tanta importancia? Para los capitalistas interesados en lucrar
con energía fósil, las reservas probadas son el principal indicador de riesgo para su inversión.
Riesgo de inversión y tasa de retorno esperada a cambio de la misma, conforman una relación
directamente proporcional en el mercado de capitales (Bernardo Prado306, entrevista personal,
02/0/2010).
En la década del ´20 del siglo XX, Argentina obstruyó el tendido de un oleoducto entre los
campos de SOCB al sur de Bolivia y los puertos de Buenos Aires, interpelando a la frugalidad
de las reservas probadas de SOCB. En relación a esto YPF, en el marco de la doctrina de
“seguridad nacional”, resolvió asumir el monopolio sobre el transporte de la producción
de SOCB, condicionando el tendido de la línea a la existencia de reservas que garanticen el
retorno de su inversión con fletes de transporte (Mariaca, 1966: 61).
Sin duda la ponderación económica del riesgo constituye una convención y, como tal,
está sujeta a la especulación de las partes. La exploración hidrocarburífera no sólo implica
desembolsar grandes inversiones, también implica contraer grandes riesgos a la pérdida
del capital (por causas naturales y políticas). Las transnacionales apuntan hacia el mayor
reconocimiento por el riesgo contraído cuando negocian concesiones petroleras con los
gobiernos, en ese marco, tratan de anular el valor de las reservas probables o posibles a la hora
de establecer un criterio para el reparto de las ganancias potenciales (Salinas, 1974: 77-96).
El régimen banzerista, hostigado por el nacionalismo de izquierda y derecha, creyó más
conveniente archivar los acuerdos de exportación aguardando una coyuntura más favorable
(Foianini, 1991: 328, 334-335). Banzer, su coalición más allegada y técnicos colaboradores

306
Ingeniero petrolero, consultor especializado y analista del sector hidrocarburífero en ejercicio. Dirige el portal www.
hidrocarburosBolivia.com.

191
Estado y Petróleo en Bolivia

de renombre como Dionisio Foianini (1991: 326), imbuidos en una visión desarrollista, se
quedaron solos intentado vender el gas e instalar el mega polo industrial. A criterio de Foianini
“en la historia económica y financiera del país, el no haberse realizado el convenio de 1974
significó un descalabro sin precedentes al patrimonio nacional” (1991: 334).
Sorprende como la cuestión de la monopolización estatal del petróleo propició, aún en
dictadura, la convergencia de estamentos sociales muy heterogéneos durante aquel capítulo
álgido de la historia del oro negro en Bolivia. Entonces fuerzas conservadoras y populares
emprendieron una lucha conjunta para defender lo que consideraban el medio por excelencia
de la emancipación económica nacional: la industrialización de los hidrocarburos. El petróleo
y el gas adquieren diversas sinécdoques en la vida cotidiana de cada estamento: “betunes”
del padre Barba, esperanza de Bolivia, héroes de Chaco, nación buscando su destino y tantos
otros; sin dejar de encarnar en todos los casos al baluarte de la soberanía nacional como
sentido esencial.

3.1 Radicalización de la cuestión


Banzer intentó retomar el asunto de las ventas gasíferas viajando a Brasil en agosto de
1977 para discutir el asunto con Geisel. Muchas cosas habían sucedido durante el intermedio.
Brasil proponía comprar 400 MMPCD, casi el doble del volumen pactado en 1974, pero ya no
asumía ningún compromiso de fomento a la siderurgia y petroquímica atado al suministro
del gas como en el pasado (Quiroga, 1979: 134).
Meses después el régimen banzerista perdió el control político efectivo del país a
consecuencia de una huelga de hambre iniciada por esposas de mineros exiliados a fines de
diciembre de 1978 en el Arzobispado de La Paz. Estas mujeres exigían el retorno inmediato
de sus maridos, y en las semanas siguientes miles se sumaron a la huelga, el pueblo tomó las
calles expresando solidaridad a raudales hacia la causa de las mineras (Escobar, 2011: 152-
161).
En octubre de 1977 la dictadura había convocado elecciones generales para julio del
año próximo. Esta apertura era muy relativa. La oposición indeseada y los exilados seguían
proscritos sin chance a participar en el proceso. En el fondo el giro democrático era sólo una
máscara, Banzer intentaba dejar un sucesor avalado por un sufragio en los hechos ilegítimo.
La huelga sorprendió al régimen con la máscara de la democracia puesta forzándolo a
proscribir sus propias proscripciones políticas (Escobar, 2011: 152-161), pero no a conservar al
poder utilizando cualquier medio a su alcance. En efecto, Juan Pereda Asbún como candidato
banzerista y ex ministro del interior, salió vencedor fruto de unas elecciones a todas luces
fraudulentas, el número de sufragios no coincidía con la población empadronada a lo largo y
ancho del país (Dunkerley, 2003: 298, 300).
Asbún heredó el negocio embrionario del gas y durante su breve gobierno (cae derrocado
en noviembre por otra maniobra golpista de las fuerzas armadas) trató de consolidar el
proyecto exportador. Amilanado a perder la oportunidad venida a menos, el gobierno se
apresuró a firmar la carta de intenciones con el gobierno brasilero el 25 de octubre de 1978,

192
Juan José Anaya Giorgis

aceptando duplicar la oferta de gas aunque estuviese desconectada del asunto del polo
industrial (Quiroga, 1979: 138).
Ambos gobiernos acordaron un precio de 1.56 dólares el millar de pies cúbicos (Soliz,
1979: 17, 180). Dicho monto era superior al pactado en 1974 si tomamos a los precios del
petróleo como referencia inflacionaria: en 1974 el barril de petróleo cotizó 15.18 dólares en
el mercado mundial y 1978 14.78 dólares; también mayor al precio promedio de ventas a la
Argentina de 1.41 para 1978 (YPFB, 1995: 305), e incluso, superior al precio base de un dólar
finalmente acordado para las ventas al Brasil en 1996 (es preciso un análisis comparado de
las fórmulas determinantes del precio del gas para calcular las pérdidas y beneficios en uno u
otro escenario, sin duda más ventajoso en los ´70 del siglo XX, como también el grado de BTU
por millar de pies cúbicos, volveremos a esto más abajo).
El precio acordado por Asbún desató indignación generalizada en la coyuntura de 1978.
Los opositores al proyecto decían que era muy bajo tomando en cuenta la tendencia general
al alza de los carburantes en el marco de la crisis energética global:

La Central de Inteligencia, CIA, también establece que efectivamente en el mundo existe poco
petróleo y que los países del Medio Oriente no han hecho nuevos descubrimientos y que se
trata solamente de explotar lo que ya se ha descubierto, es decir, que dentro de 20 o 15 años,
estos pozos estarían prácticamente secos (Marañón, 1979: 62).

Soliz Rada consideró esta negociación tan irresponsable como las negociaciones del precio
de venta del gas hacia Argentina en 1968 (1979: 180-181), y Marcelo Quiroga Santa Cruz se
pronunció en el mismo sentido (1979: 150-153).
La farsa electoral de Asbún acompasada con atisbos de libertades democráticas, pronto
se manifestó en una ola masiva de participación política. La FUL de la UMSS organizó un
influyente307 foro de análisis sobre el proyecto exportador de gas a Brasil en noviembre de
1978, que tuvo prestigiosos expositores: Marcos Paz Ballivián, Eduardo Marañón, Oscar Vega,
Ernesto Aranibar, Guido Capra, Marcelo Quiroga Santa Cruz y Andrés Soliz Rada. La FUL
también invitó como ponentes del foro a los ex ministros de Energía e Hidrocarburos, general
Pereda y Jaime Larrazabal, al ex gerente general de YPFB, Luis Salinas Estenssoro, al gerente
general en ejercicio de YPFB, coronel José Patiño Ayoroa, y al primer secretario ejecutivo de la
COB, Juan Lechín Oquendo, pero no asistieron (FUL, 1979: 6).
Aunque Enrique Mariaca no participó, sus ideas defendiendo la petroquímica estatal
con las reservas probadas que los dictadores pretendían exportar, resonaron en el foro como

307
Sobre la incidencia del Foro en la agenda política popular del país Hugo Rodas destaca: “el tema del gas adquiriría mayor relieve
por las dos intervenciones de Quiroga Santa Cruz en las universidades públicas de Cochabamba y Santa Cruz. El 6 de noviembre
el dirigente socialista declinaba participar, con las disculpas del caso, en un foro-debate de la Facultad de Humanidades de la
UMSA ante un llamado telefónico de la FUL de la UMSS (Cochabamba) urgiéndole a participar de un Foro sobre el tema, mismo
que se efectuaría entre el 7 y el 11 de aquel mes (2008: 141).
En su calidad de forista Andrés Soliz Rada vertió criterios en la misma dirección: “consideramos de enorme utilidad los foros
que las FULes [sic] del país están convocando por ser esclarecedoras. Consideramos sumamente importante la idea de la
Confederación Universitaria Boliviana de la FUL Cochabamba de estructurar un Comité Nacional de Defensa de los Recursos
Naturales. Pero digamos también que estas medidas, si bien importantes, no serán suficientes si no van acompañadas de una
efectiva movilización popular” (Soliz, 1979: 185).

193
Estado y Petróleo en Bolivia

el criterio de una eminencia (Araníbar, 1979: 92; Capra, 1979­: 112). Marcos Paz Ballivián,
secretario para la defensa de los recursos naturales de la FUL, inauguró el foro manifestando:

Hoy, al iniciar este foro, rendimos homenaje a la memoria de los grandes defensores de los
recursos naturales como Abel Iturralde y, fundamentalmente, Carlos Montenegro en la post-
guerra del Chaco; rendimos homenaje también al inolvidable Adolfo Perelman y al gran
patriota Sergio Almaraz, de quien recogemos lo mejor de sus enseñanzas (1979: 23).

Al final la plenaria aprobó estas conclusiones:


1. La venta de 400 MMPCD a Brasil es un atentado a la economía nacional que posterga
temporal o definitivamente la industrialización de petroquímica y siderúrgica, como
también a la soberanía nacional, ya que ahonda la dependencia frente al expansionismo
económico y geopolítico brasilero.
2. Se demostró que la administración de nuestros recursos naturales, ha sido lapidaria,
irracional y desnacionalizadora, beneficiando a consorcios extranjeros en detrimento
de YPFB. Sólo un gobierno popular y antiimperialista tendrá el aval moral de
administrar el uso y destino de nuestros recursos naturales.
3. Queda constituido del Comité Nacional de Defensa de los Recursos Naturales
[CNDRN] compuesto por la COB y la CUB [Confederación Universitaria Boliviana],
abierto a la participación de sindicatos, instituciones cívicas, políticas y de profesionales
que soliciten y se adhieran a sus postulados y objetivos (FUL, 1979: 17-18).
El primer manifiesto de “bases programáticas” que reveló el CNDRN, en diciembre de
1978, expresó:

Los bolivianos hemos vivido siempre nuestra historia defendiéndonos del saqueo. Nuestra
historia, se puede decir en síntesis, es la historia de la explotación de la plata, el guano y el
salitre, el estaño, el petróleo y el gas308 […].

Ha llegado la hora de organizar las defensas nacionales en torno a las materias primas. Ningún
boliviano consciente, y menos los partidos políticos pueden ahora dejar de tomar actitudes
frente a este problema básico (citando en, FUL, 1979: 14).

Los largos años bajo un régimen autoritario, corrupto e impune, cuya etapa final había
sido de crisis económica, recesión del sector productivo estatal, déficit fiscal e inflación,
radicalizaron el clamor del movimiento nacionalista y popular por los derechos del pueblo y
la soberanía nacional a través de la industrialización estatal. La percepción sobre la burguesía
boliviana como una clase servil al imperialismo e incapaz de cumplir “tareas nacionales” de
modernización del país recobró vigor. Este sentir fue trasuntado con claridad por los foristas.

308
En el foro no faltaron atribuciones a la guerra del Chaco como resultado del arrendamiento de áreas petroleras a cárteles
metropolitanos. El doctor Eduardo Marañón señaló: “la ley orgánica de 1920 significó la presencia de la Standard Oil y la guerra
del Chaco para Bolivia” (1979: 46). Guido Capra recapitulando antecedentes de la inversión transnacional en Bolivia comentó:
“la guerra del Chaco viene como consecuencia, como todos saben, de la lucha hegemónica entre el imperialismo inglés y el
norteamericano a través de sus empresas Royal Dutch Shell y Standard Oil, respectivamente” (1979: 107-108). Andrés Soliz Rada
ratificó la responsabilidad de las empresas imperialistas sobre las guerras onerosas de Bolivia: Pacífico, Acre y Chaco Boreal
(1979: 174).

194
Juan José Anaya Giorgis

Marcos Paz Ballivián interpeló al antagonismo político principal del país: “Debe marcarse con
nitidez los campos: a un lado el campo nacional, y al otro el antinacional. A un lado, la defensa
de los recursos naturales y, al otro, el entreguismo” (Paz, 1979: 23).
Concordando al milímetro con el criterio de Paz Ballivián, Soliz Rada (1979: 160, 165,
182), enfatizó que sólo un gobierno popular y antiimperialista podría recuperar la soberanía
embargada de los recursos naturales y otorgar a la democracia su sentido histórico real,
como marco imprescindible para la industrialización del país (168). Soliz Rada reivindicó a
Gualberto Villarroel, Alfredo Ovando y Juan José Torres (166). En la visión de Soliz, el modelo
nacionalista conducido por los militares mencionados constituiría un eslabón intermedio
inevitable, hacia el socialismo como única forma de solución total (182). De esa manera, para
Soliz las posiciones radicales de la izquierda semejantes a las observadas en la Asamblea
Popular, eran “verbalismos civilistas” o posiciones “ultristas y abstractos” que no conducen
a la industrialización (166).
Marcelo Quiroga Santa Cruz convergió sobre la cuestión de la industrialización estatal
del gas como estrategia económica óptima para superar las estructuras dependientes y
semicoloniales de Bolivia (1979: 147-149). Sin embargo, rechazó al modelo nacionalista
endógeno como medio político suficiente. En la visión de Quiroga los gobiernos nacionalistas
de Ovando y Torres eran sólo una manifestación “transitoria, insuficiente y contradictoria
de un proceso revolucionarios cuyas causas, desarrollo y finalidades sobrepasan en mucho
sus posibilidades objetivas” (1979b: 12). El pueblo ya habría rebasado las “experiencias
del nacionalismo pequeño burgués y tomado conciencia que en Bolivia no queda hoy otra
posibilidad de desarrollo político hacia adelante que no sea el socialismo” (1979b: 11).
Dentro del canon nacionalista, aunque no tan radical como Soliz Rada, Guido Capra,
militante del MIR coalicionado en el UDP (Rodas, 2008: 144), concluyó: “es fundamental no
sólo responder con una política de proteccionismo y defensa de los recursos naturales, hay
que saberlos aprovechar en beneficio de la colectividad, hay que utilizar capitales para la
prospección; pero en la medida que haya un gobierno popular y democrático que utilice el
excedente en beneficio de las grandes mayorías” (Capra, 1979: 117).
Indudablemente la realización de la industrialización a través de un modelo estatal
nacionalista endógeno deviene hegemónica en el movimiento urbano, eclipsando a toda
fuerza proselitista centrada en la lucha de clases como tarea política principal en estos
albores del retorno a la democracia (ver Tabla VIII). El marxismo ortodoxo debe adherirse
al gran objetivo nacional de la lucha o firmar su propia condena al ostracismo político. El
propio Marcelo Quiroga se comportaba reacio ante una ruptura frontal con el nacionalismo
endógeno, optando por cierta conciliación hacia éste: “el Partido Socialista-1 [PS-1]309 apoyará
todo medida antiimperialista y popular que un gobierno adopte y reclamará nuevas medidas
que profundicen el contenido popular del proceso revolucionario” (1979b: 12-13).
Respecto al problema específico de la estrategia de obtención o desarrollo de los medios
técnicos, materiales y humanos, necesarios para encarar un proceso de industrialización del

309
Partido fundado y liderado por Quiroga Santa Cruz luego de la renuncia al ministerio de Hidrocarburos.

195
Estado y Petróleo en Bolivia

gas comandado por el Estado, más allá de algunas alusiones indirectas como la recién citada
de Capra “hay que utilizar capitales para la prospección”, el tema fue frugalmente abordado
por estos líderes de opinión. Marcos Paz Ballivián expresó:

Bolivia puede y debe encarar la industria pesada porque cuenta con los recursos para ello. Los
capitales para la industrialización del país, están en el país; no hay que buscarlos afuera, los
tiene la Minería Mediana, la banca extranjera y la burguesía importadora. Hay que expropiar
a los expropiadores (1979: 33).

Marcelo Quiroga ensayó una propuesta polemizando con el ministro Larrazabal:

“Por el contrario –dice el señor Larrazabal- la única posibilidad de disponer de una industria
petroquímica, es justamente vender el gas al Brasil” y explica esto: “solamente un 5% del
volumen del gas al extraerse puede ser convertido en los componentes licuables que son por
ej. metano, butano, propano, materia prima para el desarrollo de la industria petroquímica y,
que el resto del gas, residual seco, tendría que ser reinyectado o quemado y que ambas cosas
o cualquiera de ellas, tornaría no rentable, antieconómico el establecimiento de la industria
petroquímica.

¿Y qué se hace en este momento con el gas sobrante, residual seco?, lo que se hace es reinyectarlo;
y ¿por qué si se reinyecta ese gas, lo que además es de gran utilidad porque asegura una
capacidad productiva mejor y por más tiempo de los pozos al asegurar un grado de presión
mayor dentro de los yacimientos, por qué si no se torna antieconómica la producción de gas
licuado, se va a tornar antieconómica la producción petroquímica que tiene un valor agregado
infinitamente superior; qué estudio ha hecho Yacimientos que le autorice a hacer una afirmación
tan audaz como esa? (Quiroga, 1979: 143)310.

Y Soliz Rada da a conocer las tesis operativas concebidas por Adolfo Perelman:

Es evidente que la empresa estatal deberá recurrir al financiamiento externo, ya que el país no
cuenta con recursos suficientes, es decir, no ha generado ahorro de capital, tecnología externa y
todos los factores concurrentes para abordar el proyecto. Pero todos estos aportes deberán ser
negociados en base a una premisa fundamental: nadie sino el Estado boliviano debe controlar
el 100% de la siderurgia del Mutún (citado en, Soliz, 1979: 178).

3.2 Epílogo
En noviembre de 1978 el general David Padilla Arancibia derrocó al gobierno de Asbún
prometiendo convocar nuevas elecciones esta vez transparentes. Padilla cumplió su palabra
y los nuevos comicios se llevaron a cabo en agosto de 1979. La UDP resultó vencedora con
apenas 1500 votos de ventaja sobre su inmediato rival el MNRH. La elección del presidente

310
Se refiere a la reinyección a pequeña escala de gas natural aplicada por entonces en algunos campos con la intención doble
de extraer GLP y otros líquidos asociados de fácil obtención evitando la quema o venteo. Se trataba de un proceso simple y
aplicado a escala limitada, en ese momento el país no producía más de 650 toneladas de GLP diarios, tanto por medio de gas,
como de petróleo. Además el proceso era deficiente (Royuela, 1996: 126). Recientemente se ha concluido la primera planta
separadora de líquidos capaz de obtener 361 toneladas métricas diarias de GLP, 350 barriles por día de gasolina natural y
195 barriles diarios de isopentano, insumo básico para la industrialización de los hidrocarburos (Página Siente, 2013/12/05). La
inversión asciende a 169 millones de dólares (ABI, 2013/09/15).

196
Juan José Anaya Giorgis

recayó sobre el Congreso saliendo electo finalmente el senador Walter Guevara Arze311. Al poco
tiempo Guevara, cayó en manos del general Natusch Busch, cuyo golpe fue muy resistido y
dejó centenas de muertos antes de la dimisión de Natusch dos semanas después.
Lidia Gueiler Tejada, diputada nacional, fue elegida presidente provisional mientras se
convocaban nuevas elecciones generales en noviembre de 1979. Esto se hizo a fines de junio de
1980, ocasión en que la UDP obtuvo una victoria más cómoda (Tabla VIII). En esta oportunidad
el general Luis García Meza, como líder de la facción más reaccionaria del ejército, se apoderó
el poder mediante un nuevo golpe con miras a evitar a toda costa el peligro comunista bajo la
UPD. Durante el proceso militar de García Meza el terrorismo de Estado campeó en Bolivia
como nunca antes: Marcelo Quiroga Santa Cruz fue asesinado el día del golpe y sus restos
perduran desaparecidos hasta nuestros días, este tipo de casos fueron muy frecuentes a
través del golpe de García Meza. Posteriormente, de agosto de 1981 a octubre de 1982, se
sucedió en el poder una seguidilla de juntas militares, hasta que en octubre de 1982 el general
Guido Vildoso Calderón viabilizó, finalmente, el retorno de la democracia reconociendo al
parlamente electo de 1980.
La primera junta militar en suceder al despiadado dictador García Meza efectivizó la
adjudicación del estudio de ingeniería básica del Gasoducto Santa Cruz-San Paulo en el tramo
boliviano a fines de agosto de 1981. La empresa seleccionada para realizar el trabajo fue la
brasilera Snamprogetti S.P.A. a un costo de 21 millones de dólares (D.S. 18575). Huelga aclarar
que, dadas las circunstancias represivas e intolerantes de los militares hacia las manifestaciones
populares, la realización de estos estudios no suscitó resistencia visible.

Tabla VII: Resultados de las elecciones presidenciales 1979 y 1980

Partidos Elecciones 1979 Elecciones 1980

Acción Demócrata Nacionalista (ADN), Banzer 218587 220309

UDP, Siles Zuazo 528696 507173

MNRH, de Víctor Paz Estenssoro 527184 263706

PS 1, de Marcelo Quiroga Santa Cruz 70765 113959

Fuente: (Zavaleta, 1983: 26).

4. Conclusiones
La revelación gasífera de BOGOC, transmutó la geopolítica petrolífera. Al promediar
los años ´60, los aceites minerales probados de Bolivia, podrían garantizar la provisión

311
Según el artículo 90 de la Constitución Política del Estado de 1967, entonces vigente, en las elecciones generales si ningún
candidato para Presidente y Vicepresidente de la República hubiera obtenido la mayoría absoluta de sufragios válidos, el
Congreso debería elegir por mayoría absoluta de votos válidos, en votación oral y nominal, entre las dos fórmulas que hubieran
obtenido el mayor número de sufragios válidos; si la votación en el Congreso deviniera en un empate, esta debería repetirse
hasta la tercera vez, momento en que el presidente del Senado asumiría la presidencia automáticamente. Esto fue precisamente
lo que sucedió en esa oportunidad recayendo el mando sobre Guevara Arze, entonces senador por el MNRH (Dunkerley, 2003:
318).

197
Estado y Petróleo en Bolivia

interna siquiera veinte años, y existían suficientes reservas probadas de gas para impulsar
la industrialización del país como nunca antes. De pronto Bolivia debatía la utilidad del gas
instalando plantas petroquímicas, termoeléctricas, la siderurgia en el Mutún, su exportación al
Brasil y/o Argentina, más otros grandes proyectos. No obstante, cerca del 85% de las reservas
pertenecían a la BOGOC que, con el amparo del leonino Código del Petróleo, exportaba casi
el 50% de su producción petrolera y planificaba exportar 300 MMPCGD a la Argentina. La
opinión mayoritaria establecía una relación de equivalencia entre el etos de la BOGOC y el de
la SOCB.
El presidente Barrientos, incluyendo en su gabinete a ilustres veteranos por la estatización
petrolera, tonificó los criterios neoclásicos gestionando el desarrollo económico, excepto
para la minería fósil. Barrientos derogó el “factor de agotamiento” y subió las regalías al
37%. BOGOC aceptó los cambios normativos, pero estos fueron anodinos disuadiendo al
nacionalismo endógeno que pretendía expulsar a BOGOC. Para el nacionalismo endógeno,
modernizar a Bolivia presuponía “recuperar” los hidrocarburos y extirpar del poder a los
agentes internos del capital transnacional que solo quería esquilmar los recursos del país.
Ovando nacionalizó a BOGOC por “sorpresa”, buscando apuntalar el dominio estratégico
del gas y el petróleo al servicio del esfuerzo colectivo por la liberación económica que debían
asumir las “clases sociales” leales al “nacionalismo revolucionario”, en el marco de la Estrategia
Socioeconómica del Desarrollo Nacional 1971-1991. Juan José Torres intentó accionar éste modelo
articulando su gobierno al corporativismo sindical y la Asamblea Popular. La geopolítica
energética orientada a la Argentina fue clave para el nacionalismo endógeno, que adosó la
exploración hidrocarburífera a los ingresos que YPFB obtendría exportando gas a ese país.
Por el contrario, Banzer privilegió al sector privado repartiendo los recursos fiscales y roles
protagónicos en la planeación económica. No obstante, su Ley General de Hidrocarburos (DL
10170) subió las regalías al 50%, redujo las concesiones de 40 a 30 años y restauró la “cláusula
Calvo”. Algunos editoriales y pasajes dispersos de REVITEC elogiaron la ley. Además, trazó
una geopolítica en torno a la exportación del gas a Brasil que no pudo aplicar, frente al veto
multisectorial que articularon los nacionalistas petroleros al calor de las circunstancias,
exigiendo no dilapidar las reservas que Bolivia requería para su propia industrialización, y
menos aún, coadyuvando al imperialismo brasilero que amenazaba la integridad soberana de
Bolivia. Las estrategias más populares para explotar e industrializar el gas que pregonaban
los intelectuales del “foro” resultaban técnicamente inviables.
Para YPFB, Barrientos significó la politización creciente de los mandos superiores. Durante
los mandatos de Ovando y Torres, las disputas por la reorganización de YPFB proliferaron
entre su personal y la productividad de la empresa fue deficiente. A través del “banzerato”,
los cuadros técnicos de YPFB alcanzaron la “madurez” realizando las operaciones de
upstream con la eficiencia y eficacia de cualquier petrolera privada, no obstante, la dictadura
succionó los beneficios extraordinarios que reportaron los hidrocarburos en los años ʻ70.
En consecuencia, las exploraciones de YPFB apuntaron al “mínimo riesgo” en las áreas
tradicionales, postergando la prospección más costosa en estructuras no tradicionales, pero
con mayores horizontes productores. Por otra parte, los contratos de operación del DL 10170,
tuvieron impactos frugales atrayendo inversiones privadas.

198
Capítulo V

Colapso económico y político del Estado nacionalista


A través del capítulo indagamos la política gubernamental en torno a YPFB y la industria
fósil durante la crisis del capitalismo de Estado y la debacle de los precios internacionales de
las materias primas en los años ʻ80. Dedicamos especial atención analizando el colapso del
autoabastecimiento energético de 1992, subsecuente a la explotación petrolífera sin reponer
reservas equivalentes al consumo, las estrategias productivas deficientes aprovechando el
gas para sustituir los líquidos en declinación que caracterizaban las operaciones de YPFB, y la
exigua producción de las operadoras privadas en el marco normativo e institucional del DL
10170.
Finalmente dispensaremos el proceso que dio cauce a las exportaciones gasíferas al Brasil
y su legitimidad política en el contexto neoliberal de los primeros años de la década del ʻ90,
que a la par se caracterizó por la irrupción de nuevos actores en la arena de lucha.

1. Colapso del capitalismo de Estado


Cuando la democracia se efectivizó a fines de 1982 el gobierno de la UDP asumió el
control de un Estado en bancarrota. El alarmante déficit fiscal de 82.49% anual alcanzado en
1979 había subido a 574.46% en 1982 (Arze, 2002: 354). Esta situación ruinosa del TGN fue
en su mayor parte como resultado combinado de abultados servicios por deuda externa312,
excesiva burocratización del sector público, frugal recaudación tributaria313 y pérdidas del
aparato productivo estatal314.
El programa político de la UDP intentaba rearticular el modelo de dominación que
caracterizó los primeros años de la Revolución Nacional: cogobierno entre Poder Ejecutivo,
COB y CNTCB, proceso de acumulación económica comandado por el Estado, y cogestión315
obrero-gerencial en las principales empresas públicas (Fernández, 2009: 46). La CNTCB

312
La deuda externa global contraída en 1982 fue de 3158 millones de dólares, monto equivalente al 79.4 del PIB (Arze, 2002:
337, 343). Del total de deuda 900 millones de dólares correspondían al sector productivo estatal (Jemio, 2004: 80). Entre 1982
y 1985 el TGN debió enfrentar pesadas erogaciones por servicios e intereses de la deuda de 600 millones de dólares anuales en
promedio (Arze, 2002: 348).
313
En 1982 los ingresos del TGN por recaudaciones tributarias significaron el 4.5% del PIB, el porcentaje más bajo de América Latina
en aquel año (Arze, 2002: 355).
314
Al concluir 1982 COMIBOL cerró sus estados financieros arrojando 100 millones de dólares en pérdidas; estos números rojos
llegaron a 350 millones de dólares en 1985 (Villalobos, 2004: 94).
315
El DS 19803 promulgado en septiembre de 1982, restableció la cogestión en el directorio de COMIBOL con representantes
obreros mayoritarios (Morales, 2010: 170). Casi al unísono y por medio del DS 19266 del 5 de noviembre de 1982, la cogestión
volvió a YPFB (luego de su breve vigencia en la presidencia de Torres), estableciendo un directorio de 6 integrantes: 3 delegados
elegidos por los trabajadores y 3 delegados de gobierno. Designar al presidente del directorio seguía siendo atribución del
Ministro de Hidrocarburos (todavía regía la ley de bases 9195 de 1970).
Entre las consideraciones del DS 19622, subrayamos: “Que el Gobierno Democrático y Popular postula la co-gestión obrera en
las empresas del sector público, para lo cual es necesario integrar sus Directorios con los Representantes de los trabajadores en
forma paritaria” (DS 19266).

199
Estado y Petróleo en Bolivia

había sido sustituida por la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de


Bolivia (CSUTCB)316. Esta reedición, fue denominada por el MIR317 como “entronque en el
nacionalismo” o “reentronque histórico” a la Revolución Nacional. Poco después, el PCB
se adhirió a esta tesis. Sin embargo, el clima de intensa agitación política que acompañó el
retorno de las libertades democráticas a la sociedad en la gestión gubernamental de la UDP y
la oposición con mayoría en el congreso318; en vez de contribuir a superar la difícil situación
del país, lo arrastraron hacia una de las peores crisis económicas de toda su historia (Arze,
2002: 359).
La UDP había generado grandes expectativas en las organizaciones corporativas populares.
A cien días de la asunción de Siles Zuazo un aluvión heterogéneo de sectores sociales ocupó
las calles exigiendo, día tras día, los beneficios prácticos del welfare state antiimperialista
prometido en las campañas electorales. El gobierno no poseía los recursos suficientes para
enfrentar los múltiples, diversos y enormes pliegos de reclamos de las organizaciones sociales
(Villarroel, 2002: 163-164). Acorralado por las demandas, sobre todo salariales, el gobierno
incrementó los sueldos e ingresos de la población recurriendo a la impresión de billetes sin

316
Nació con la disolución de la CNTCB en 1979, siendo la nueva matriz del sindicalismo rural. Crear la CSUTCB fue un paso crucial en
el proceso de autodeterminación indígena-campesino frente a las redes clientelares que los gobiernos de turno manipulaban
en función de sus planes desarrollistas y/o intereses de poder. Reproducidos parte de un documento de la CSUTCB narrando su
construcción histórica:
“Aunque interrumpidos por el golpe de estado del Gral. Banzer el 21 de agosto de 1971, a los pocos días del congreso de Potosí,
los esfuerzos de organización independiente se reinician el 10 de enero de 1974, esta vez en la Federación Departamental de
Cochabamba. Diez días después, los campesinos se levantaron en contra del gobierno en protesta por el congelamiento de los
precios de productos agropecuarios, mientras la gasolina, los productos industriales e importados duplicaban sus precios.
En Epizana y Tolata, los campesinos fueron masacrados mientras realizaban bloqueos de caminos, que también eran en protesta
por los asesinatos, desapariciones, presos, exilados, perseguidos por el nefasto régimen. La masacre desenmascaró a la dictadura
y sirvió para que los campesinos desconocieran el “Pacto Militar Campesino”, que se refleja en la posterior reorganización del
katarismo en La Paz.
En 1977, varias Sub-Centrales cantonales y centrales provinciales rompieron con la CNTCB manejada por el gobierno, y en Ayo-
Ayo, Genaro Flores retomó la conducción del movimiento sindical campesino.
A comienzos de 1978, se realizó el IX Congreso de la Federación de Trabajadores Campesinos de La Paz Tupaj Katari, donde
se reconoció a la COB como organización matriz de los trabajadores del país y se rechazó definitivamente el “Pacto Militar
Campesino”. Y finalmente el 26 de junio de 1979, bajo los auspicios de la COB, se realiza el primer Congreso de Unidad Campesina,
en el cual se constituye la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia.
La CSUTCB tiene su prueba de fuego en las jornadas de noviembre de 1979 en defensa de la democracia y posteriormente en el
bloqueo nacional contra el paquete de medidas dictadas por la presidenta Lidia Gueiler en diciembre” (http://www.puebloindio.
org/CSUTCB3.html [20/11/2013]).
317
Las raíces políticas del MIR (acaudillado en los tiempos de la UDP por Jaime Paz Zamora) se remontan a la experiencia guerrillera
de Teoponte (1970) organizada por el movimiento estudiantil universitario al influjo del “hombre nuevo” guevarista. “Los MIR
controlaban las FULES del país, las Federaciones Universitarias Locales, el movimiento estudiantil y la mayoría de los que
fueron a la guerrilla de Teoponte eran estudiantes de la Universidad, ninguno apoyó a Ovando” (Escobar, entrevista personal,
13/09/2011).
Durante los primeros pasos del retorno a la democracia hacia fines de la década del ´70 del siglo XX, el MIR sustituyó la
encarnación del “hombre nuevo” y la construcción del socialismo como objetivo político por sus tesis del “entronque con el
nacionalismo” en el marco de la alianza con el MNRI y el PC para conformar la UDP. Este partido fue una organización muy
perseguida durante los años de las dictaduras militares (Escobar, 2008: 124-125).
318
Los congresistas del MNRH y el nuevo partido creado en marzo de 1979 por el ex-dictador Hugo Banzer, Acción Democrática
Nacionalista (ADN), formaron una alianza circunstancial para obstaculizar a Siles Zuazo (Arze, 2002: 358). ADN actuaba coaligado
a la FSB y los últimos restos del PIR (Cuadros, 2002: 325).
Filemón Escobar señala: “el parlamento del ´80, que ingresó a funcionar el ´82, estaba controlado mayoritariamente por adenistas
y pazestensoristas. En el año ´83, ese Parlamento se declaró abiertamente anti-Siles y adoptó la posición de los loristas del POR:
se aprueba el Salario Mínimo Vital acompañado de la Escala Móvil de Salarios” (2002: 118). La escala móvil ajustaba los niveles
salariales a la variación porcentual del índice de precios al consumidor automáticamente.

200
Juan José Anaya Giorgis

respaldo económico, causando de ese modo uno de los procesos inflacionarios más grandes
de la historia mundial (Laserna, Gordillo, Komadina, 2011: 82; Villarroel, 2002: 154).
Simultáneamente, la política monetaria de “desdolarización” implementada por el
gobierno antes de los cien primeros días de gestión como una táctica de soberanía económica
(el BCB asumió el monopolio cambiario de divisas extranjeras), generó de inmediato la
proliferación de librecambistas ilegales operando con tipos de cambio paralelos al oficial.
Esto abonó la inflación, causó pérdidas multimillonarias en las entidades públicas obligadas
a utilizar el tipo de cambio oficial319, y en suma, enriqueció a la burguesía importadora y a los
especuladores a costa de la hambruna popular (Arze, 2002: 358, 363, 368).
En medio del caos generalizado (bloqueos campesinos en las arterias troncales del país
y los bloqueos urbanos que protagonizaba FSTMB al son de dinamitazos en las calles) la
COB y el Congreso forzaron la renuncia del presidente Hernán Siles Zuazo un año antes de
la conclusión constitucional de su mandato, fijada para agosto de 1986 (Escobar, 2008: 101).
Nuevas elecciones fueron convocadas en mayo de 1985. Candidateando por ADN, el general
Hugo Banzer Suárez venció los comicios320 con un estrecho margen a su favor sobre el MNR
(28.55% y 26.4% respectivamente). El MNR se reunificó en torno al liderazgo de Paz Estenssoro.
El MNRI había quedado reducido a una pequeña facción que apenas logró un 4.8%. Pese a la
victoria banzerista en el sufragio, el MIR (con 8.9% del sufragio) y el MNRI, apoyaron al MNR
en la votación del Congreso y Paz Estenssoro fue electo presidente constitucional de Bolivia
por cuarta vez (Arze, 2002: 377).
Paz Estenssoro asumió la presidencia de un país en banca rota. El PIB registraba una caída
del 11% en relación a 1982, la hiperinflación galopaba con tasas superiores al 20.000% anual
y el déficit fiscal rondada por la cifra exorbitante de 3710% (Arze, 2002: 354). Sintetizando
los problemas económicos que atravesaba Bolivia, subrayamos: 1. En ese momento ningún
capital financiero importante (ni de occidente, ni del bloque del este) estaba dispuesto a
otorgar créditos a un Estado incapaz de cubrir su propio gasto corriente (salarios e insumos
de operación), como sucedía en el caso boliviano321. El TGN había acumulado gastos sociales
incongruentes a su capacidad económica real (Laserna, Gordillo, Komadina, 2011: 83). 2. Las
empresas estatales languidecían asfixiadas por los servicios financieros de sus deudas externas
sectoriales y las transferencias desmesuradas de sus excedentes al TGN; la COMIBOL, a pesar
de ser la empresa más grande, no cubría sus costos de operación (Jemio, 2004: 49-51). 3. El rol
protagónico asumido por los sindicatos en la gestión pública no había tenido efectos positivos
sobre la productividad de las empresas, al contrario, la producción disminuía mientras se
incorporaban operarios nuevos al proceso productivo, especialmente en YPFB (Arze, 2002:
366; Pacheco, 2009: 106).

319
El aparato productivo del sector público transfería el grueso de sus divisas excedentarias en provecho del TGN al tipo de cambio
oficial, cuya tasa, equivalía a la cuarta parte de la tasa de cambio establecida en el mercado paralelo, nominalmente proscrito
(Jemio, Carlos, 2004: 51). Igual o más pernicioso resultaron para el TGN los créditos de fomento a la vivienda y desarrollo del
pequeño productor, otorgados por la banca fiscal; los préstamos eran en bolivianos de modo que los acreedores liquidaban el
valor nominal de su deuda con un puñado de dólares.
320
La experiencia de la UDP tuvo profundas consecuencias regresivas en los movimientos de izquierda. Trasluciendo amargura
Filemón Escobar recuerda “Ese mes, los trabajadores mineros de todas las minas de COMIBOL votaban masivamente por el
banzerismo. En la plaza de Llallagua, Banzer realizó la mayor concentración humana que se recuerde” (2008: 101).
321
Los programas del BM en Bolivia estaban suspendidos desde 1980 (Fernández, 2004: 68).

201
Estado y Petróleo en Bolivia

Sin previo aviso, el gobierno de Paz Estenssoro clausuró numerosas entidades fiscales,
endureció al régimen interno de recaudación tributaria, dejó de influir sobre los precios
de mercado, desgravó a la importación de alimentos y circulación de divisas, entre otras
medidas; el DS 21060 promulgado el 29 de agosto de 1985322 sirvió como legitimador. Uno de
las consideraciones del decreto resume sus objetivos oficiales:
Que es necesario aplicar una Nueva Política Económica que tenga la aptitud
de ser realista y pragmática con el objeto de atacar las causas centrales, de la crisis
en el marco de una racionalidad de medidas fiscales, monetarias, cambiarias y de
ajuste administrativo del sector estatal que, además de su contenido, radicalmente
antiinflacionario, siente los fundamentos para reiniciar, redefinir y encaminar el
desarrollo nacional liberador, dotado de profundo contenido social que rescate los
valores morales del pueblo boliviano (DS 21060, 29/08/1985).
El conjunto de los cambios ordenados puede agruparse en cuatro ejes centrales:
1. Liberalización de los precios del mercado interno a las fuerzas de la oferta y demanda:
eliminación de subsidios fiscales a productos de la canasta familiar y derivados
hidrocarburíferos distribuidos por YPFB (GLP, gasolina, diésel, kerosene y demás);
mitigación de aranceles fijados a la importación de productos básicos; flotación
controlada del tipo de cambio monetario, libre movilidad de capitales dentro y fuera
de fronteras.
2. Reducción del aparato estatal Estado recurriendo a: cesantías de funcionarios
públicos considerados “supernumerarios” según criterios gerenciales de “optima
productividad esperada” establecidos en el marco de las funciones y necesidades
atribuidas a las distintas unidades fiscales y considerando, además, las drásticas
restricciones presupuestarias; reorganización administrativa de COMIBOL e YPFB;
clausura de unidades desarrollistas “desestimadas”, como en el caso de la CBF, cuyas
secciones fueron transferidas a las Corporaciones Regionales de Fomento liquidando
los remanentes, o de la Empresa Nacional de Transporte (ENTA).
3. Reforma del régimen tributario con el objetivo de incrementar las recaudaciones
impositivas, distribuyendo el peso de las cargas fiscales en relación directa con el
nivel de los ingresos del contribuyente.
4. Reactivación productiva del sector privado pequeño, mediano y grande, sustentado en
la flexibilización de la legislación laboral y beneficios de los asalariados, congelamiento
de salarios323.

322
Paz Estenssoro emitió un mensaje a la nación el mismo 29 de agosto de 1985 legitimando al 21060: “La patria se nos está
muriendo y es preciso no eludir ningún tratamiento de emergencia que detenga el desenlace […] no podemos ofrecer al país
medidas cosméticas para arreglar la situación actual. O tenemos el valor moral, con su secuela de sacrificios, para plantear
de modo radical una nueva política económica o, sencillamente, con gran dolor para todos, Bolivia se nos muerte” (citado en,
Mayorga, 2007: 108). Durante la posterior rueda de prensa, un periodista preguntó al presidente “si se trataba de una medida de
alcance coyuntural o estructural”. El presidente respondió con la parquedad que lo caracterizaba: “Si por coyuntura se entiende
un periodo de 20 años, es coyuntural” (Redacción Central, Los Tiempos, 03/05/2011).
323
Para una visión detallada sobre las reformas laborales, ver Art 51-66.

202
Juan José Anaya Giorgis

Imponer la “Nueva Política Económica” (NPE), como se bautizó al 21060, no fue sencillo.
Por una parte, la COB rechazó las impopulares medidas de “shock” e inmediatamente inició
una huelga indefinida exigiendo la abrogación del 21060 que duro 15 días. Para sofocar las
intensas movilizaciones protagonizadas por la FSTMB, el magisterio y la universidad públicas,
el gobierno decretó un Estado de Sitio a nivel nacional el 18 de septiembre de 1985 (DS 21069)
y apresó a los dirigentes sindicales. Sin embargo la represión fue breve. A causa del raudo
descenso de la hiperinflación y la creciente estabilidad económica subsecuentes al 21060, el
grueso de la población urbana y rural aceptó circunstancialmente a la NPE y los conflictos
inherentes a esta cuestión perdieron importancia coyuntural (Laserna, Gordillo, Komadina,
2011: 84; Villarroel, 2002: 155).
Por otro lado el gobierno requería el beneplácito mayoritario del Congreso para viabilizar la
NPE. Apuntando a obtenerlo, en octubre de 1985, Paz Estenssoro firmó el denominado “pacto
por la democracia” con el general Banzer, formando una coalición de gobierno ADN-MNR
que aglutinó a ⅔ del Congreso (García, 2001: 46, 57)324. A fines del mismo mes, Guillermo Lora,
cuya opinión no sólo relució entre trotskistas, publicó su opúsculo denunciando las causas y
metas finales del 21060: Política Entreguista y Antipopular del MNR (1985). Atribuyendo las
causas intrínsecas del 21060 a la esencia “pequeño burguesa” del proyecto revolucionario del
MNR (1985: 5), cuya incapacidad para satisfacer las exigencias de las masas, habría empujado
gradualmente al nacionalismo a reasumir el papel de la “rosca” obstruyendo la emancipación
de las clases oprimidas (1985: 6-7); Lora, acusó a Paz Estenssoro por haber vehiculizado la
alianza “entre las burguesías nativa e imperialista para rechazar y aplastar a las masas en
general” (1985: 8), como se aprecia en sus propias palabras:

Paz Estenssoro, con sus 78 años que pesan negativamente sobre su cerebro que nunca ha sido
brillante, no solamente resume, de manera por demás trágica, ese ciclo, sino que pugna por
acabar como el héroe de la fascistización del nacionalismo, de la total identificación del MNR
en su senectud con ADN (1985: 6).

En 1985 Víctor Paz se limita a dar expresión brutal a lo que era germen en 1952 […] El liberalismo
del movimientista Víctor Paz Estenssoro no es novedad y está al servicio inconfundible del
imperialismo. Los esquemas de Keynes han sido sustituidos por los de Friedman […] Víctor
Paz cambió de modelo; no por decisión propia sino cediendo a las presiones norteamericanas
(1985: 10).

Sobre las consecuencias, Lora sostuvo que la consumación del 21060 acarrearía la posterior
privatización masiva del aparato productivo estatal:

El Decreto de referencia [21060] dedica las disposiciones contenidas en los artículos 86 al 117 a
normar la descentralización tanto de YPFB como de la Corporación Minera de Bolivia en varias
empresas subsidiarias […] Por mucho que se disfrace este camino, conduce directamente no
solamente a la privatización sino a la entrega de las minas y del petróleo al imperialismo, al
capital financiero (Lora, 1985: 28).

324
A cambio de su apoyo parlamentario, el ADN obtuvo el control de todas las Corporaciones Departamentales de Desarrollo y de
varias empresas públicas: LAB, ENFE y otras. El Poder Ejecutivo quedó en manos del MNR (García: 2001: 46).

203
Estado y Petróleo en Bolivia

Más adelante la historia ratificó en buena medida, como discutiremos luego, las
presunciones de Lora anunciando el corolario privatizador de la NPE (1985: 28) ¿Revelación
visionaria o sortilegio? Por ahora veamos las implicaciones del 21060 en YPFB.

1.2 YPFB en el contexto del 21060


En YPFB el 20160 dispuso su descentralización en tres unidades subsidiarias con autonomía
de gestión y personería jurídica propia: Empresa Petrolera del Oriente, Empresa Petrolera del
Sur, y Empresa de Industrialización y Comercialización de hidrocarburos. Las dos primeras
tendrían por misión desarrollar actividades de exploración y explotación, como también
de ejecutar proyectos y programas de desarrollo, en tanto la tercera propondría desarrollar
actividades relacionadas a la refinación, industrialización, transporte y comercialización de
hidrocarburos y derivados. Además esta última debía transferir sus actividades minoristas
de comercialización y transporte al sector privado, realizando sólo distribución al por mayor
(DS 21060, art. 81-101).
YPFB conservaría la propiedad de las subsidiarias asumiendo la función de Casa Matriz
con las siguientes atribuciones clave: a) supervisar la eficiencia y eficacia de las operaciones
ejecutadas por las subsidiarias en el marco de su propio planeamiento; b) auditar la gestión
financiera y técnica interna de la subsidiarias; c) servir de bisagra entre subsidiarias y ministerio
de hidrocarburos en elaboración y aprobación de normas sectoriales; d) designar a cuatro de
cinco integrantes instituidos para los directorios de las subsidiaras, dos funcionarios internos
y dos delegados de YPFB Casa Matriz y el quinto delegado sería elegido por los empleados de
la subsidiaria a través de votación directa y secreta (inciso c del art. 94). Este sistema electoral
también regía la elección del representante laboral al directorio de YPFB de modo que cualquier
trabajador de las subsidiarias o YPFB Casa Matriz estaba habilitado para sufragar (art. 92).
La Federación Sindical de Trabajadores Petroleros de Bolivia (FSTPB) denunció las
disposiciones del 21060 “reorganizando” a YPFB, como una estrategia subrepticia del
gobierno para privatizar la principal fuente de ingresos del TGN: YPFB (2006: 46). Al compás
de las movilizaciones sindicales rechazando el desmembramiento y reducción patrimonial
de YPFB, el personal jerárquico de la empresa evaluó meticulosamente las perspectivas de
dicha reforma, concluyendo que aplicarla no sería benéfico. Mientras la reorganización de
YPFB se debatía en ámbitos políticos y técnicos, el gobierno abandonó esta batalla (Royuela,
1996: 160; YPFB, 1996: 144). Según Miranda Pacheco, el gobierno, ante la inminencia de un
enfrentamiento mucho más difícil e incierto con los mineros de COMIBOL, renunció a la
reformas de YPFB evitando la guerra en dos frentes (FSTMB y FSTPB). Inesperadamente
los precios internacionales del estaño cayeron a menos del 50% durante dos o tres días de
noviembre de 1985, en consecuencia proseguir exportando los mismos volúmenes de estaño
a esos precios causaba grandes pérdidas financieras al TGN (Miranda, 2009b: 169).
Aun cuando la reestructuración de YPFB nunca se implementó, la “racionalización”
administrativa del 21060 para las entidades públicas (art. 78-85) afectó bastante a YPFB. Sólo
hasta fines de 1986, el gobierno cesó a casi 1500 operarios en YPFB325; y el gasto corriente de la

325
(http://www.ine.gob.bo/indice/visualizador.aspx?ah=PC02010201001201.HTM [21/04/2013]).

204
Juan José Anaya Giorgis

empresa cayó de 786.8 millones de dólares en 1985, a 263.7 millones en 1986 (YPFB, 1995: 316).
La FSTPB nunca estuvo a la vanguardia combativa del sindicalismo boliviano, sus afiliados
ganaban los salarios más altos de la clase obrera, tenían su propia caja de seguridad social con
prestaciones médicas de tercer nivel (Caja Petrolera de Salud), fondos autónomos de fomento
a la vivienda, programas de infraestructura escolar para los hijos de sus afiliados a cuenta de
la empresa, becas de formación técnica y otros beneficios326, todos gestionados con eficiencia
(YPFB, 1996: 213-216).
Normalmente los intelectuales adheridos a la participación dominante o absoluta del
Estado sobre los hidrocarburos, denunciaron que la reordenación de YPFB pretendía privatizar
subrepticiamente al 100% de la empresa. Un distinguido intelectual y nacionalista endógeno
como Arturo Sarabia, señaló en su libro Gas y Petróleo, ¿y para quién? (1988): “Los decretos
21060 y 21660 se dirigen frontalmente a desnacionalizar a YPFB” (1988: 93), y luego agrega:

El presidente Paz al asumir el gobierno en 1985, se comprometió ante el Departamento de


Estado (de EEUU) a cumplir con el pago de la deuda externa, a reorganizar –entiéndase
liquidar- las estatales COMIBOL y YPFB, y abrir las puertas, de par en par, a las empresas
norteamericanas que se llevan recursos naturales (1988: 65, citado en YPFB, 2010: 120).

Al respecto, aunque desde una perceptiva global, Enrique Mariaca manifestó evocando
al 21060:

El verdadero poder tras el trono y generador de la corriente neoliberal, está en las transnacionales.
La Comisión Trilateral con hegemonía del clan Rockefeller fue el punto de origen, cuando en
1974 expresó el fin de los Estado-Nación como rectores del desarrollo, y su sustitución por las
transnacionales (Mariaca, CDAEN, 2001: 58).

La deuda externa y el desorden fiscal que heredó el gobierno de Siles Zuazo fueron los
ingredientes para la hiperinflación de los años 1983-1984, su caída, y la implantación del
proceso neoliberal en agosto de 1985 con el DS 21060. Entre otros objetivos el 21060 decidió
la eliminación de las empresas estatales que no pudieron realizar de inmediato (Mariaca,
CDAEN, 2001: 59).

Esta posición también traslapó a los sectores nacionalistas de raigambre conservadora que
históricamente defendieron el estatismo petrolero. En ese sentido, Santiago Berríos327, cuyo
influjo sobre la política energética será expuesta en el próximo capítulo, dijo:

326
“Hay una gran diferencia entre lo que fue la FSTMB y la FSTPB. La segunda nunca tuvo las Tesis del Pulacayo, ni tuvieron un
líder de la calidad de Lechín, ni de la calidad del Federico Escobar, del César Lora o del Isaac Camacho. De la FSTPB no lograron
surgir figuras sindicales como en la Federación de Mineros, Lechín era uno más; detrás estaba Escobar, Pimentel, Cesar Lora,
Camacho, toda una legión de dirigentes, Simón Reyes, Edgar Ramírez, te puedo dar miles de nombres...Desde la fundación
de Yacimientos los dirigentes sindicales son cooptados por el aparato del Estado, y eso hasta el día de hoy sigue, o sea, nunca
tuvieron independencia sindical. Por el poder de la platita, del petróleo, los han convertido siempre en representantes del
gobierno, el MNR convirtió a los petroleros de Bolivia en agentes del MNR. Los dirigentes estaban siempre pagados por la
empresa, el sindicato tenía su propia avioneta financiada por Yacimientos con su piloto más” (Escobar, entrevista personal,
13/09/2011).
327
Destacado abogado y personalidad política en ciudad de La Paz, con tendencias nacionalistas afines a la ideología de FSB.
“Fue presidente de la Asociación de Fútbol de La Paz durante tres gestiones, presidente del Club Deportivo Municipal y como
jurista ocupó el Poder Judicial, llegó en dos oportunidades a ser vocal, presidente de la Corte Departamental Electoral (CDE) el
año 1974, presidente del Colegio de Abogados por tres gestiones y, finalmente, superintendente de Hidrocarburos [durante
septiembre de 2006]…EL DIARIO le rinde su homenaje por su destacada labor como jurisconsulto y sobre todo por su visión en
la defensa de los recursos naturales, de la Patria, la democracia y los derechos humanos” (El Diario, 2013/03/07).

205
Estado y Petróleo en Bolivia

…Mire a partir del 21060, de ese famoso decreto, obviamente, se estaba privatizando
absolutamente todo; y con la ley de capitalización de Sánchez de Losada328 [1994], había que
privatizar todo…en el gobierno de Banzer, obviamente había que consolidar eso, porque había
compromisos seguramente, muy serios con las transnacionales, pero ya teníamos en vigencia
el 21060 (entrevista personal, 14/04/2011).

Inquiriendo a Arturo Castaños sobre los alcances privatizadores del 21060 para YPFB y
su presunta vinculación a posteriores medidas más agresivas de privatización programadas a
espaldas de la opinión pública, Castaños respondió:

No existe relación entre las jerarquías de YPFB que acompañaron al Dr. Paz, con las de Goni.
Tampoco existió ninguna intención de liquidar a YPFB cuando se dictó el 21060 (Castaños,
comunicación personal, 22/02/2013).

Hugo del Granado329 refrendó dicha visión (comunicación personal, 22/02/20013). De


cualquier manera, para los críticos de la NPE, el 21060 consagró a Paz Estenssoro y al MNR
como siniestros peones de las fuerzas anti nacionales. La imposición del 21060 habría sido
el corolario coherente para la larga historia de traiciones y abdicaciones acometidas por
Paz Estenssoro a la causa de la Revolución Nacional, la revancha a sus fracasos pasados
intentando estrangular a YPFB a través del Código “Davenport”, o devolver las minas a las
transnacionales a título de “rehabilitar COMIBOL” mediante el “Plan Triangular” (Orgaz,
2002: 132-133)330.
A continuación analizamos los hechos importantes inherentes a la gestión interna de YPFB
durante este periodo. En el año 1986 fue llamativa la designación de Alfonso Romero Loza331
como gerente general de la empresa, uno de los siete becados enviados a la UNAM por YPFB
en 1937. Romero Loza reactivó las inversiones en YPFB recurriendo en buena proporción al
crédito de organismos internacionales. El BM otorgó 15 millones de dólares para financiar la
construcción de una planta criogénica de procesamiento de gas y extracción de licuables (la
primera de su tipo en Bolivia), inaugurada en marzo de 1989332 (YPFB, 1996: 147; YPFB, 2006:
47); y el BID, 60 millones para financiar el 60% de un gasoducto tendido entre los campos de
Río Grande y Parotani (localidad próxima a la capital de Cochabamba), alcanzando 457 km.

328
Más conocido por su marbete de “Goni” en la política boliviana, Gonzalo Sánchez de Lozada, fungía de “super” ministro de
Planeamiento y cerebro del entorno tecnócrata y empresarial de Paz Estenssoro; asumió el comando del equipo político-técnico
formado con la misión de redactar el borrador del 21060 (García, 2002: 81; Mayorga, 2007: 88-91, 109). Goni aplicó las políticas
de ajuste estructural de “segunda generación” como presidente constitucional de la República (1993-1997), estas son tratadas
más adelante.
329
Trabajó en el cuerpo de ingenieros petroleros de YPFB de 1977 a 2004. Actualmente se desempeña como consultor independiente
en cuestiones técnicas del sector (Del Granado, entrevista personal, 03/02/2010).
330
Ver también el boletín Comunicación y Educación, editado por el Instituto Normal Superior Simón Bolivia, de la UMSA, (http://
jimzall.mx.tripod.com/MARCELO [10/11/2013]).
331
Más tarde ocupó la presidencia de YPFB cuando éste cargo fue reestablecido a través del DS 21938 (13/05/1988), luego de haber
estado anulado por casi 20 años. Este decreto también creó las vicepresidencias de operaciones técnicas, y de administración y
finanzas (sustituyendo a las respectivas subgerencias), y otorgó a la Dirección de Planeamiento rango de Gerencia (YPFB, 1996:
155-156).
332
Habían pasado 10 años desde la confirmación de importantes reservas existentes en el campo Vuelta Grande (ver capítulo
IV), hasta el inicio de su explotación óptima, consecuente al funcionamiento de dicha planta, cuyas operaciones permitieron
adicionar 2700 barriles de condensados y 90 MMPC de gas diarios (Caranzas, 1978: 12).

206
Juan José Anaya Giorgis

con 10 ¾ pulgadas de diámetro (en Parotani la línea se conectaría al poliducto OCOLP II de


6 ⅝ pulgadas, rumbo a la planta de almacenaje de Senkata, en ciudad de El Alto), la línea fue
inaugurada en 1988. También se realizaron importantes ampliaciones en la red de transporte
interdepartamental de Tarija y Cochabamba (Royuela, 1996: 161, 163).
De 1970 hasta fines de los años ´80, las exploraciones de YPFB apuntaron al mínimo
riesgo y se realizaron casi exclusivamente en las áreas tradicionales (provincias geológicas
del sudandino sur, llanura chaqueña, llanura beniana y píe monte); YPFB alcanzó el auge de
la madurez en exploración sobre áreas tradicionales durante el decenio 1981-1990 (López,
1994: 205), esto se reflejó en la relación de pozos seco/productor, que descendió de 4.8 en
1981, a 3.7 en 1990 (YPFB, 1995: 116). Como resultado 17 campos fueron descubiertos, cifra
mayor a las reportadas en cualquier otro decenio. Sin embargo, las reservadas contenidas
en los 17 campos, fueron menores a las reservas agregadas por los campos hallados en cada
uno de los tres decenios anteriores, y su descubrimiento, demandó inversiones superiores
a las ejecutadas en décadas pasadas (López, 1994: 205). Aquí surge un contrasentido entre
indicadores económicos (reservas/inversión) y técnicos (fracaso/éxito en perforaciones) que
merece una explicación.
Enviar sondas exploratorias a formaciones situadas a más de 4000 metros bajo tierra
implicaba desafíos de alto riesgo y costosas inversiones que YPFB no podía darse el lujo de
asumir. Hacerlo habría sido como jugar a la ruleta con el presupuesto apostando en una o
dos casillas. Por tanto las perforaciones exploratorias estaban restringidas a formaciones
superficiales con prolongaciones no mayores a 3000 metros de profundidad; YPFB rara vez
cruzó este nivel subterráneo antes de 1986 (YPFB: 1995: 81). En los inicios de los años ´80 los
reservorios abundantes del área tradicional al alcance de la empresa estaban siendo explotados.
Por lo tanto, minimizar el riesgo de exploración significada roer estructuras largamente
conocidas hasta estrujar las últimos arenas saturadas con hidrocarburos comerciales (Del
Granado, entrevista personal, 03/02/2010: 5; López, 1994: 207).
Las primeras perforaciones buscando arenas productoras en las formaciones devónicas del
Huamampampa, plegadas usualmente a más de 4000 metros de profundidad333, se realizaron
de 1986 a 1990, hallando en Bermejo tres reservorios promisorios de gas y condensados.
El pozo Itaguazurenda de Santa Cruz alcanzó 5430 metros antes de ser declarado seco en
1988. Este pozo sigue siendo hasta hoy, el pozo más profundo hecho por YPFB. En 1988
la longitud perforada llegó a 80000 metros batiendo el record de 1978, el esfuerzo obtuvo
a cambio numerosos campos descubiertos: Cascabel, Sirari, Warnes, Villamontes, Víbora y
Patujú (Royuela, 1996: 162; YPFB, 1995: 73-74). Sin embargo, esto no alcanzó a revertir la
tendencia decreciente de la relación reserva/producción de petróleo ya inferior a 18 (YPFB,
1996: 303). Ver Cuadro V.

333
“Los trabajos realizados por la gerencia de exploración de YPFB, el convenio YPFB-ORSTOM (Francia) y el CTP, definían claramente
las posibilidades petrolíferas de los niveles medios y superiores del devónico” (Delegado Presidencial, Cuaderno Nº 6, 2005: 23).

207
Estado y Petróleo en Bolivia

Cuadro V: Ejecución de Inversiones YPFB, en millones de dólares.

Exploración Perforación Producción Industria Otros

Gestión Recursos invertidos por fuente de financiamiento

Propios Externos Propios Externos Propios Externos Propios Externos Propios Externos

1986 25.3 20.26 3.39 7.99 19.26 15.04 10.03 12.93 17.68 12.93

1987 36.47 18.76 2.09 3.15 24.9 10.35 3.63 4.23 6.98 4.8

1988 22.32 17.03 3.3 0 25.39 22.89 5.66 4.02 11.42 4.06

1989 13.37 11.12 0.68 1.8 16.38 19.98 9.28 5.58 14.47 17.04

1990 25.3 20.26 3.39 7.99 19.26 15.04 10.03 12.93 17.68 12.93

1991 36.47 18.76 2.09 3.15 24.9 10.35 3.63 4.23 6.98 4.8

1992 22.32 17.03 3.3 0 25.39 22.89 5.66 4.02 11.42 4.06

1993 13.37 11.12 0.68 1.8 16.38 19.98 9.28 5.58 14.47 17.04

1994 10.38 2.75 2.17 0.1 20.9 30.92 3.01 10.11 9.13 26.06

1995 10.19 6.26 0.28 1.42 9.79 10.19 2.17 4.04 7.95 12.42

1996 8.4 3 1.48 0.92 28.69 8.75 5.4 0.44 5.78 8.38

Totales 223.89 146.35 22.85 28.32 231.24 186.38 67.78 68.11 123.96 124.52

Fuente: (Royuela, 1996: 241).

Por otra parte, la producción y actividades exploratorias de las compañías sujetas a


contratos de operación registraron alarmantes descensos a partir de la segunda mitad de la
década del ´80 (YPFB, 1995: 75-76, 130). De acuerdo a Royuela Comboni, las causas de esta
crisis productiva se debieron al efecto combinado de incentivos económicos insuficientes para
justificar el riesgo de inversiones necesarias en áreas menos conocidas, iliquidez financiera
por los pagos en mora de YPFB a la producción entregada, y a los resultados estériles de todos
los pozos exploratorios que realizaron (YPFB: 1996: 162).
Con el objetivo de incrementar la producción de las compañías operadoras, Romero
Loza inauguró un programa de “recuperación mejorada” en campos casi agotados o poco
productivos. La “recuperación mejorada” implicó prolongar la vida útil de los campos
incrementando su presión interna, usualmente por medio de la inyección de gas o agua. Entre
agosto de 1989 y agosto de 1990 se firmaron contratos de este tipo con Sol Petróleo, Pérez
Companc y Pluspetrol. El desempeño de Pluspetrol fue aciago, fruto de términos contractuales
mal formulados. El estímulo productivo no cumplió su propósito, por el contrario, la crisis
productiva empeoró (YPFB, 1996: 141, 286; Royuela, 1996: 163, 165). En abril de 1993 las
compañías operadoras y prestatarias de servicios (segmentación, registros eléctricos y
conductividad, alquiler de equipos, suministro de trépanos y lodos de perforación, entre
otros), asociadas a la Cámara Boliviana de Hidrocarburos (CBH), amenazaron con suspender
actividades, si YPFB no liquidaba sus obligaciones adeudadas a 21 empresas por un monto

208
Juan José Anaya Giorgis

de 22 millones de dólares (la deuda global ascendía a 40 millones). En consecuencia y a través


de la CBH, las operadoras y prestatarias declararon estar al borde de la quiebra en razón
de trabajar soportando los incumplimientos acumulados de YPFB (La Razón, 1993/29/04; El
Deber, 1993/29/04).
Finalmente, la mística del vasto historial profesional sirviendo a YPFB que muy pocos
podían encarnar como Romero Loza (Michell, Energy Press, Nº 575, 05/12/2011), no arreció
la voluntad de trabajo por la causa de YPFB entre su personal, ni se tradujo a una gestión
extraordinaria. Arturo Castaños valoró la dirección de Romero Loza como “intrascendente”
(comunicación personal, 22/02/2013) y Hugo del Granado manifestó que ningún cambio
jerárquico en YPFB durante la democracia post 1982 impactó mejorando los rendimientos y el
desarrollo empresarial hasta 1996: “Los distintos gobiernos prácticamente se han limitado a
acomodar sus burocracias partidarias en cargos de YPFB” (comunicación personal, 22/02/2013).
Royuela Comboni concuerda con Hugo del Granado (1996: 189). Asimismo López Paulsen
señala:

El Estado siempre entendió parcialmente la industria de hidrocarburos, especialmente lo


referido a exploración y producción, sin lograr establecer una política coherente y agresiva.

En realidad los resultados de YPFB, han estado siempre sujetos a variables relacionadas
con el Estado. Por un lado el Estado siempre desconfió de la capacidad técnica y eficiencia
administrativa de YPFB, y por el otro, también YPFB vio con recelo la intromisión de la clase
política en sus cuadros, dando ante la opinión pública y las demás empresas de la industria
petrolera, una imagen de administración pública más que empresarial (López, 1994: 207).

De forma crítica, Enrique Mariaca calificó a la presidencia de Romero Loza como un periodo
distinguido por la “institucionalización de la corrupción con pasaporte de impunidad”:

Basta citar la entrega de Colpa y Caranda, verdaderas perlas del sector hidrocarburífero, por
Paz Estenssoro a la empresa argentina Pérez Companc asociada al clan Romero Loza en 1989,
inventando la figura contractual de recuperación mejorada (CDAEN, Nº 26, 2000: 36).

De aquel compromiso ideológico hacia las tareas de YPFB liberando a Bolivia del
imperialismo que infundía notable abnegación a su personal para producir más de lo esperado
con los precarios medios disponibles, o en otras palabras, “la mística de YPFB” forjada en sus
primeras décadas, pervivía sobre todo el mito en una empresa colosal a escala boliviana, con
estructuras institucionales seculares, pero sujetas a instancias políticas de toma de decisiones,
como la YPFB de los tiempos post dictatoriales. Analizando la realidad de YPFB en la última
década del siglo XX, Arturo Castaños opinó:

YPFB era una empresa quebrada, YPFB no era una gran empresa, todo el mundo piensa que
YPFB era la gran empresa, pero YPFB era un desastre como “empresa”. No tenía gestión, no
tenía análisis de costos, tenía supernumerarios, YPFB tenía más de 5000 trabajadores y podía
funcionar fácilmente con 3000; estaba politizada, había 17 sindicatos, 2 federaciones paralelas,
un desastre de empresa. Todo el mundo mistifica a YPFB. Nadie habla de la tremenda deuda
que tenía YPFB a organismos unilaterales y bilaterales, tenía más de 400 millones de dólares de
deuda que era muchísimo para YPFB, era una empresa quebrada.

209
Estado y Petróleo en Bolivia

Ahora, hablando con sentido nacionalista, ¿qué cosas buenas tenía YPFB? tenía muy buenos
cuadros técnicos, tenía un plantel técnico y un grupo de gente con mucha mística de empresa,
casi el espíritu japonés de querer mucho a su empresa, gente con gran lealtad por la empresa,
ese era el capital valioso de YPFB (Castaños, entrevista personal, 05/02/2010).

1.3 Vicisitudes ulteriores al 21060


Si bien el 21060 logró estabilizar la economía, devolviendo la planificación al seno de
la economía familiar, tuvo costos sociales muy altos (a modo de ejemplo ver Cuadro VI).
Mientras la anunciada reactivación productiva seguía estancada, sobrevino otra catástrofe
económica para Bolivia, esta vez, directamente del exterior. La ya referida caída súbita de los
precios internacionales de los minerales metálicos y no metálicos334. La cotización de la libra
fina de estaño (principal renglón exportador) cayó de 5.96$ a 2.46$ con tendencias a la baja,
mientras el costo de producción por libra fina de COMIBOL rondaba por 6.47$ (Arze, 2002:
393-394; Escobar, 2008: 108).
Transcurría el tiempo y las pérdidas superaban al millón de dólares diarios. El 25 de agosto
de 1986 el país amaneció con una terrible sorpresa. Había sido promulgado el DS 21377 que
ordenaba suspender operaciones en los yacimientos agotados o sin proyecciones económicas
de COMIBOL. En consecuencia “COMIBOL fue reducida de 27000 a 3000 empleados y se
creó el Fondo Social de Emergencia para palear el costo social de la crisis y de las reformas”
(Villalobos, 2004: 94).

Cuadro VI: Evolución de los precios finales de combustibles en el mercado interno 1985-
1990, por efecto de la eliminación de subsidios e incrementos paulatinos posteriores (YPFB:
2006: 47), en bolivianos corrientes de la 1986.

Producto Unidad 1985 1986 1987 1988 1989 1990


gasolina premium Litro 0.47 0.58 0.62 0.91 1.17 1.60
gasolina especial Litro 0.12 0.5 0.50 0.69 0.89 1.10
diesel oil Litro 0.13 0.5 0.50 0.60 0.76 0.90
gas oil Litro 0.2 0.25 0.39 0.65 0.46 0.55
fuel oil Litro 0.1 0.43 0.44 0.53 0.63 0.85
kerosene doméstico Litro 0.07 0.42 0.42 0.61 0.55 0.60
gasolina premium Litro 0.47 0.58 0.62 0.91 1.17 1.60

Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas (INE), (http://www.ine.gob.bo/indice/visualizador.


aspx?ah=PC02010201001102.HTM [01/04/2013]).

Reducir COMIBOL despidiendo a miles de sus trabajadores fue un proceso violento. El 26


de agosto los distritos mineros se declararon en “emergencia” y la FSTMB organizó y llevó a
cabo la histórica “marcha por la vida”. Los marchistas partieron desde los distritos mineros

334
Este desmoronamiento redujo los ingresos bolivianos por exportaciones al 50% entre 1985 y 1991 (Villalobos, 2004: 100).

210
Juan José Anaya Giorgis

hacia la ciudad de La Paz exigiendo anular la medida. Ante la crisis política el gobierno ordenó
al ejército interceptar la masiva “marcha por la vida” en la localidad de Calamarca situada a
57 km. de El Alto, obligando a los marchistas a retornar a sus distritos (Gandarillas, 2008: 61).
La FSTPB abandonó a la FSTMB como había sido previsto por el gobierno (Escobar, entrevista
personal, 13/09/2011).
Sin otro remedio que negociar los términos del acuerdo del DS 21377 con el gobierno,
los dirigentes mineros se trasladaron a La Paz en los días subsiguientes intentando atenuar
el desastre. Acordaron el programa de “relocalización”, el cual consistió en un plan
gubernamental orientado a promover nuevas fuentes de trabajo en el occidente del país para
absorber parte de la mano de obra desocupada. Al mismo tiempo se logró el “tres por uno”,
un beneficio especial de indemnizaciones por despedidos, que reconocía tres años de servicio
por cada año de labor efectiva prestada en las minas (Escobar, 2008: 109, 118). La FSTMB
también logró salvar algunas unidades productivas de COMIBOL en principio desestimadas:

Jaime Villalobos [ministro de minería] se mostraba prepotente. Su objetivo central era acabar de
inmediato a COMIBOL, era el hombre del Termidor del gobierno de Paz. En cambio Guillermo
Bedregal [canciller de Bolivia], se daba cuenta que destruyendo a COMIBOL, el nacionalismo
movimientista cavaba su propia fosa (Escobar, 2008: 108).

Históricamente la FSTMB fue el sindicato proletario más robusto de la COB, su participación


a través de las movilizaciones por reivindicaciones concretas (salarios, educación, salud,
etc.), o dirigidas a instaurar un Estado nacionalista endógeno con perspectivas socialistas,
era decisiva. En ambos casos los fundamentos ideológicos de la lucha tenían una fuerte
impronta marxista (Escobar, 2008: 105-108). A groso modo estos fundamentos devenían
afines a la vertiente teórica y programática de las “Tesis del Pulacayo” de Guillermo Lora
(dictadura del proletariado), o las “Tesis de Ayopaya” de Walter Guevara Arze (Nacionalismo
Revolucionario). Los contenidos de ambas tesis fueron discutidos en el capítulo III.
Al disgregarse la FSTMB en un contexto societal caracterizado por el déficit del empleo
ante la explosión demográfica de la población urbana y la flexibilización laboral del 21060,
la COB perdió casi todo su poder de convocatoria. Como resultado sobrevino un periodo
político de relativa paz. Entre 1986 y 1993 los motivos más frecuentes de las movilizaciones
populares implicaron al cabal y oportuno cumplimiento de las leyes, la modificación parcial de
las normas vigentes, o la ejecución de compromisos puntuales asumidos por el gobierno con
sectores particulares (Villarroel, 2002: 155, 160-161). No obstante la relativa pasividad hacia el
devenir de la NPE sería efímera. De la debacle de la COB afloró un proceso de reorganización
disidente y popular protagonizada por los movimientos indígenas invisibilizado durante la
Revolución Nacional y los nuevos actores que surgieron de la reestructuración neoliberal:

Las transformaciones políticas y económicas entre 1985 y 2005 fueron acompañadas por
mutaciones sociales que profundizaron los clivajes económicos, culturales y regionales,
generando una explosión de identidades sociales que habían permanecido latentes durante
el ciclo nacionalista. La sociedad civil emergió en toda su diversidad (Laserna, Gordillo,
Komadina, 2011: 73).

211
Estado y Petróleo en Bolivia

Desarticulada la FSTMB, el grueso de los mineros emprendió la diáspora. Atrás


quedaban los históricos distritos de Llallagua, Catavi y Siglo XX reducidos a ciudadelas
cuasi fantasmagóricas. Sólo algunos grupos mineros permanecieron formando cooperativas
para explotar vetas y desmontes como arrendatarios de COMIBOL, utilizando medios
semi mecanizados, intensivos en fuerza de trabajo y con altos costos medio ambientales
(Espinoza, 2010: 234-235). Las ciudades de Cochabamba, El Alto y Santa Cruz, fueron los
destinos preferidos por estas corrientes migratorias, aunque no los únicos (Laserna, Gordillo,
Komadina, 2011: 85).
Millares de mineros engrosaron las corrientes inmigratorias para colonizar el trópico en
la provincia Chapare de Cochabamba cultivando el arbusto de la coca (Stefanoni, Du Alto,
2006: 46).
Al mismo tiempo el gobierno arreciaba las políticas “antinarcóticas” y en julio de 1988
promulgó, con la tutela de EE.UU., la inflexible ley 1008 de lucha contra el narcotráfico
incluyendo la erradicación forzada de la coca “excedentaria”335. El Chapare fue clasificado
como zona excedentaria sin escuchar a los productores que, al clamor de “coca no es cocaína”
y “coca es dignidad y soberanía”, se resistieron a eliminar sus cultivos. La erradicación
prosiguió a costa de sangrientos enfrentamientos. Los relocalizados abonaron el proceso de
autodeterminación sindical de las seis Federaciones del Trópico de Cochabamba (corporaciones
de los productores de hoja de coca en el Chapare) ante la cooptación orquestada por los
sucesivos gobiernos de turno336 para erradicar la coca. Al abrigo de la autogestión sindical en
las seis federaciones cocaleras, se organizó la Asamblea por la Soberanía de los Pueblos (ASP)
bajo el liderazgo de Alejo Veliz y Evo Morales337 (Stefanoni, Do Alto, 2006: 63).

335
Bolivia firmó viarios tratados internacionales de lucha contra las drogas estupefacientes promovidos por Estados Unidos a través
de Naciones Unidas (ONU). En 1961 el país se adhirió a la Convención Única de 1961 sobre estupefacientes para la supresión
del tráfico ilícito de drogas clasificadas peligrosas y dañinas realizada en New York, y luego ratificada en las Convenciones de la
ONU de 1971 y 1988 reunidas en Viena (Stefanoni, Pablo, 2006: 34).
La ley 1008 ordenó la erradicación de la hoja de coca cultivada como insumo básico para la elaboración ilícita de cocaína, que
se denominó “producción excedentaria”. Los cultivos destinados a satisfacer el consumo interno de la hoja de coca en estado
natural fueron denominados “producción tradicional”, y se autorizó una extensión legal máxima de 12000 mil hectáreas de
cultivo en varias regiones abocadas a esa actividad desde tiempos precolombinos, coloniales o tempranos de la República (Ley
1008, 19/07/1988).
El consumo tradicional de la hoja de coca en Bolivia tiene carácter milenario y abarca usos religiosos, medicinales, sociales o
alimenticios en jornadas laborales mal remuneradas e intensivas. Es consumida tanto por indígenas, como mestizos. En las
minas ha sido históricamente un producto considerado de primera necesidad (Stefanoni, Do Alto, 2006: 34).
336
“Claro, llegabas tu al trópico, y había banderas del MNR, del MIR, CONDEPA, de la UCS de Max Fernández, era un despelote; Max
Fernández repartía azúcar en el trópico con su carita en la bolsa nylon, así era pues. Son gente de origen del área rural, ahí tienes
un sector campesino; ya sabían los tipos que los del MNR iban a ir el lunes, toditos con banderas del MNR, y el MNR les llevaba
un poco de comida, cuadernos…el miércoles iban los del MIR, toda la gente con su banderita. Era así pues…todo eso hemos
borrado de un plumazo” (Escobar, entrevista personal, 13/09/2011).
Las siglas citadas refieren a Conciencia de Patria (CONDEPA) liderada por el “compadre” Carlos Palenque, cuyo núcleo central
de activismo giraba en torno al mundo aimara de ciudad de El Alto; y Unión Cívica Solidaridad (UCS) con bases principales en
Cochabamba. Ambos partidos fueron fundados después del 21060 bajo el liderazgo de cautivadores líderes populistas. Para
una visión más profunda ver el trabajo de Fernando Mayorga (2002).
337
Partiendo de los intereses y problemáticas propias de la “clase” campesina que el movimiento indígena katarista había
identificado y debatido durante los años ´70 y ´80 del siglo XX, y que históricamente habían sido ignoradas o mal comprendidas
por las visiones y proyectos nacionales dominantes, la CSUTCB se concentró en crear un instrumento político indígena e
independiente luego de las elecciones generales de 1993. Como resultado en marzo de 1995 fue realizado el primer congreso
campesino por la “Tierra, Territorio e Instrumento Político” en Santa Cruz. Asisten representantes de la CSUTCB, Confederación
Sindical de Colonizadores de Bolivia (CSCB), Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia-Bartolina Sisa (FNMCB-BS), y
de la Central Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB). El encuentro arribó a la creación de la ASP (Stefanoni, Do Alto, 2006: 61-63).

212
Juan José Anaya Giorgis

Después veremos cómo los cocaleros del Chapare irán ganando la hegemonía del bloque
histórico emergente de la debacle de la COB, cuyos objetivos políticos, girarán en torno a
la instauración de un modelo estatal alternativo a los regímenes nacionalistas, liberales o
socialistas, que hasta fines de los años ´80 habían acaparado el debate.

2. Consagración de la NPE y la “democracia pactada”


Aunque la alianza parlamentaria del ADN y el MNR funcionó bien aportando autonomía
institucional al Poder Ejecutivo para implementar la NPE durante casi todo el mandato de
Paz Estenssoro (García, 2001: 81-82), al vislumbrarse la conclusión de su último gobierno
(agosto de 1989), el correlato de la estabilidad macroeconómica sobre la recuperación del
PIB había sido modesto. De 1986 a 1990 la tasa de crecimiento promedio del PIB fue menor
al 3% anual, un ritmo considerado insatisfactorio según los parámetros teóricos de la ciencia
económica (Arze, 2002: 420-421). La NPE tampoco tuvo impactos importantes aliviando la
pobreza estructural de Bolivia (García, 2001: 58); e incluso, para muchos, la situación empeoró,
el índice de desempleo urbano subió de 5.8% en 1986, a 10.2% en 1989, y la informalidad
económica como estrategia de sobrevivencia comenzó a proliferar (Arze, 2002: 404).
Por otra parte la NPE rehabilitó al gobierno boliviano como sujeto crediticio ante el BM y el
FMI. Este suceso no resultó extraordinario dado que la disciplina y equilibrio fiscal resultaban
un objetivo económico compartido entre la NPE y el modelo desarrollista recomendado por
dichos organismos a sus gobiernos deudores, especialmente, a partir de la segunda mitad
de la década del ´70. De hecho la rehabilitación del acceso crediticio fue condicionada a la
ejecución de programas de inversión, gasto corriente o consultorías técnicas, orientadas a
coadyuvar el crecimiento económico en el marco del libre mercado. Estaba en marcha una
estrategia modernizadora que ponía énfasis en el rol protagónico de la iniciativa privada
sobre la asignación y coordinación de los factores productivos (Fernández, 2004: 67-70)338.
Alice Soares Guimarães subraya que durante la década del ´80 “el neoliberalismo se volvió
el modelo preferido de gran parte de los formuladores de políticas públicas bolivianas” (2010:
82). Esto no sólo estaba sucediendo entre intelectuales ligados a la formulación de políticas
públicas. Al respecto, expone Antonio Mayorga: “Para 1989 la NPE deviene en campo
discursivo dominante y constituye un lugar de referencias políticas/simbólicas ineludible”
(2007: 137). Al igual que muchos académicos, para Soares Guimarães la NPE de Paz Estenssoro
fue un programa de ajuste neoliberal ceñido a al recetario típico de los que proliferaron en
América Latina durante los años ´90:

Guiados por las prescripciones del Consenso de Washington, a principios de los años 1980
el BM y el FMI comenzaron a implementar en los países de América Latina un conjunto de
políticas conocidas como Programas de Ajuste Estructural (PAE). En Bolivia, en el gobierno de
Paz Estenssoro (1985-1989) se inició un proceso de reforma económica que incorporó un PAE
y decretó una NPE que permitió que la moneda boliviana fluctuase con el dólar, abrió el país

338
Dicha obra contiene una serie de compendios sinópticos de los empréstitos relevantes contraídos por el gobierno boliviano del
BM, FMI y BIM, según tipo de proyecto e institución pública receptora, de 1986 a 1998; enfatizando el periodo comprendido
entre 1994 y 1998 (momento cúspide de la implementación de los ajustes de corte neoliberal). Cabe destacar el rigor documental
del aporte.

213
Estado y Petróleo en Bolivia

a la inversión financiera directa cancelando las políticas proteccionistas, congeló los salarios,
estableció la libre contratación de trabajadores, impuso un régimen de libre importación, inició
la privatización de las empresas estatales y cerró las minas de propiedad del Estado, entre
otras medidas, todas orientadas a eliminar el control estatal sobre la economía (2010: 80).

Definir a la NPE con ese sentido acarrea cierta distorsión y reducción de los hechos
históricos. Al parecer el 21060 surgió como una solución a la crisis escasamente planificada,
la clausura de COMIBOL no fue deliberado, ni la NPE contempló la privatización de las
principales empresas públicas (Laserna, Gordillo, Komadina, 2011: 72, 85; Müller, 2004: 77)339.
En vísperas de las elecciones generales de 1989 los programas gubernamentales ofertados
por los candidatos presidenciales de ADN y el MNR, Hugo Banzer Suarez y Gonzalo Sánchez
de Lozada340 respectivamente, estaban estructurados sobre los principios de la NPE. Ambos
planes de gobierno convergían en líneas generales sobre los siguientes puntos: 1) Gestión
responsable del presupuesto fiscal, 2) Racionalización de la inversión pública en beneficio
de los sectores más olvidados (evitando emprendimientos económicos estatales ineficientes),
3) Propiciar condiciones atractivas para canalizar mayores flujos de inversión extranjera
en rubros económicos fundamentales, y 4) Modernización de las instituciones del Estado
(García, 2001: 101). No obstante ningún candidato proponía un programa de privatización a
gran escala de las empresas estatales, como tampoco aplicar un modelo neoliberal de corte
ortodoxo; incluso, la propuesta del MNR contemplaba inversiones fiscales en los sectores
del aparato productivo estatal con mejores perspectivas económicas e impacto multiplicador
(Antonio, 2007: 178-179)341.
Al celebrarse las elecciones generales de mayo de 1989 un halo de incertidumbre envolvía
los planes partidarios respecto a la gestión futura de la NPE y el welfare state boliviano. La
inminente caída del muro de Berlín en noviembre de 1989, acarreando consigo la repentina
disolución del bloque comunista, sorprendió a “moros y cristianos” por igual. El dominio
político del mundo, hasta entonces compartido entre la URSS y EEUU a través de un tenso
equilibrio de poderes, pasó a manos de los Estados Unidos en calidad monopólica. Por
supuesto este cambió de la geopolítica global no formó parte del cálculo racional en las
campañas electorales de 1989.
Los neoliberales venían ganando espacios en su lucha por liquidar al estancado welfare
state de las potencias capitalistas occidentales durante la década del ´70. En la década siguiente
habían logrado imponerse en la Inglaterra de Thatcher y los Estados Unidos de Reagan.
En noviembre de 1989 los grandes organismos económicos internacionales con sede en

339
Müller fue ministro de Hidrocarburos de 1989 a 1993 (Arze, 2002: 422).
340
Goni no fue un militante con trayectoria reconocida en el MNR. A través de una carrera polifacética logró ser un acaudalado
empresario de la minería mediana boliviana e interlocutor corporativo de su sector; esta posición fue un puente hacia el
gabinete, al que ingresó invitado por Paz Estenssoro. Goni era un líder de la burguesía movimientista despojada de la clásica
ideología nacionalista hegemónica en la militancia del partido. Apadrinado por Paz Estenssoro, Goni venció en los comicios
internos del MNR por la jefatura del partido a principios de 1989, desplazando a la “vieja guardia” del MNR aglutinada en torno
al liderazgo de Guillermo Bedregal (Mayorga, 2007: 88-91, 109).
341
Goni negaba ser un dogmático neoliberal, interpelando al celebrado adagio de Deng Tsiao Ping “No me importa si el gato es
blanco o pardo, me importa que cace ratones”, prometía rescatar sólo los aspectos técnicos positivos de la economía de libre
mercado para el interés nacional, midiendo cuidadosamente los resultados a cada paso dado antes de anticipar el próximo
(Mayorga, 2007: 140).

214
Juan José Anaya Giorgis

Washington, Estados Unidos, formalizaron un “decálogo” basado en la ideología neoliberal342


que constituiría las directrices rectoras de la política económica global, más conocido como el
“Consenso de Washington”.
Cualquier nación pobre y subdesarrollada, especialmente aquellas asfixiadas por el peso
de su deuda externa y rezago tecnológico, deberían acatar el paquete o serían marginadas
de los programas crediticios y asistencia técnica manejados por los organismos financieros
internacionales y los gobiernos de las grandes potencias343 y por ende, de su participación en
el mercado internacional344. Así comenzó un proceso vertiginoso y agresivo de globalización,
cuyo ímpetu, orquestado desde Estado Estados Unidos y las grandes potencias, se impuso
en la mayoría de países vulnerables, sin escatimar métodos subrepticios o chantajistas para
cooptar a los débiles a basar su política interna en el marco del “Consenso de Washington”
¿Habría sucedido lo mismo reinando la dominación de la URSS y EE.UU. bipolar en el mundo?
Volvamos a las elecciones bolivianas de 1989. El MNR, ADN y MIR captaron el grueso
del sufragio con la siguiente distribución respectiva: 25.64%, 25.02% y 21.08%. Por otra parte,
Carlos Palenque, apodado “el compadre”, postuló como candidato a la presidencia del país
por el partido político CONDEPA345 alcanzando el resultado sorpresivo de12.2% de los votos
(Corte Nacional Electoral, Reporte Elecciones Generales, 1989)346.
Con estos resultados la elección del presidente derivó al Congreso, cuyos miembros
estaban agrupados en bancadas partidarias leales al jefe supremo a modo de disciplinadas
“mesnadas”. Para obtener la mitad más uno de los votos, cualquiera de los tres jefes más
votados, requería el apoyo de al menos uno de los dos adversarios principales. Al filo de la
votación ADN y el MIR sellaron un pacto de cogobierno denominado “Acuerdo Patriótico”,
las bases del pacto implicaron nombrar a Jaime Paz Zamora como primer mandatario del país,
además del reparto exclusivo del poder entre los integrantes del pacto347. De esta manera,

342
Esta ideología primordialmente implica un modelo ético promotor del mercado como espacio de socialización entre individuos
con intereses propios. Para los neoliberales la libertad individual sólo se realiza a través de la concurrencia libre en el mercado.
Esta postura se fundamenta en una concepción de la esencia de la naturaleza humana como egoísta y racional. Dicho postulado
asume el rango de “axioma” y por tanto es considerado una verdad científica.
343
Las diez directrices del “Consenso de Washington” son: 1. Disciplina presupuestaria (los presupuestos públicos no pueden
tener déficit). 2. Reordenamiento de las prioridades del  gasto público  de áreas como subsidios (especialmente subsidios
indiscriminados) hacia sectores que favorezcan el crecimiento, y servicios para los pobres, como educación, salud pública,
investigación e infraestructuras. 3. Reforma impositiva (buscar bases imponibles amplias y tipos marginales moderados). 4.
Liberalización financiera, especialmente de los tipos de interés. 5. Tipo de cambio monetario flotante o de mercado. 6. Liberalización
del comercio internacional y disminución de barreras aduaneras. 7. Eliminación de las barreras a las inversiones extranjeras
directas. 8. Privatización (venta de las empresas públicas y de los monopolios estatales). 9. Desregulación de los mercados. 10.
Protección de la propiedad privada (wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Consenso_de_Washington [07/07/2013]).
344
Si bien el sexto punto del mencionado decálogo induce a suprimir las barreras artificiales erigidas contra el libre comercio
entre países, las potencias tuvieron el cuidado de eximir a la libre movilidad del factor trabajo sobre los alcances de esta
“recomendación”. Los mercados laborales de los países ricos permanecieron sólidamente compartimentados.
345
Logró nueve diputados todos elegidos por el Departamento de La Paz, uno de ellos fue Andrés Soliz Rada, quien expresó sobre
CONDEPA: “La Revolución del 9 de abril de 1952, impuso el voto universal, expropió la tierra a latifundistas y sentó las bases
de una nueva sociedad. Esa gesta dio nuevos pasos con el surgimiento de Conciencia de Patria, partido político de indígenas,
cholos y mestizos que, en 1989, llevó al parlamento a la primera mujer de pollera” (Opinión, 2013/06/08).
346
http://www.oep.org.bo/proces_electoral/procesos1985_1995/Estadisticas_Generales_1989.pdf (09/07/2013).
347
“Basados en la creencia de que el apoyo popular a la NPE llevaría al MNR a una victoria, este partido designó a Gonzalo Sánchez
de Lozada, quien tomó la decisión de romper el “pacto por la democracia” con ADN [febrero de 1989] […] Ni ADN ni el MIR
contemplaron apoyar el reclamo del MNR a la presidencia. El insulto de la ruptura del pacto con ADN y el tonó de la campaña
contribuyó al aislamiento del partido que quedó en la oposición” (García, 2001: 81).

215
Estado y Petróleo en Bolivia

los ministerios, prefecturas, instituciones autárquicas o descentralizadas y las comisiones


legislativas y del poder judicial fueron prorrateadas de acuerdo al porcentaje de votación
logrado por cada fuerza (Arze: 2002: 422; García, 2001: 109).
YPFB fue copada en su mayor parte por hombres de confianza y parientes del general
Banzer (Royuela, 1996: 164). La gestión de YPFB en este gobierno se caracterizó por frecuentes
escándalos de corrupción, casos de contrabando de diésel e inexplicables pérdidas de material
(Presencia, 1992/08/11). Todos ellos proliferaron sin ser nunca esclarecidos. Por su parte,
el diario La Razón calificó a YPFB como la empresa fiscal más afectada por la corrupción
(1993/03/05).
El “Acuerdo Patriótico” fue un desenlace inédito en la historia democrática boliviana.
El “banzerato” (1971-1978) reprimió a la izquierda guevarista con mucha dureza, muchos
militantes del MIR habían caído como mártires de la democracia entre 1971 y 1982, Banzer había
sido el amo de sus verdugos (Ferrufino, 2003: 24-27). En su campaña electoral de 1989, Jaime
Paz Zamora repudió los crímenes de la dictadura militarista de Banzer, y al ser interrogado
acerca de un posible acuerdo con ADN, expresó lo siguiente: “Un río de sangre divide al
MIR de ADN que jamás cruzaremos348.” En la rivera del frente, ADN albergaba a diversos ex
jerarcas del régimen militar, burguesías favorecidas en los tiempos pasados del dictador, y
clases medias conservadoras. Los votos dirigidos al MIR, en buena medida, pertenecieron a un
electorado situado en las antípodas del ADN, y viceversa (García, 2001: 101-102, 109).
A diferencia de ADN, los “miristas” cuestionaban a la NPE. Según el MIR, la delegación
creciente de las funciones económicas y sociales estatales, al libre arbitrio del mercado
bloqueaba toda posibilidad de articular un proyecto nacional a largo plazo, pues el libre
mercado inhibiría el sentido solidario de la interacción social. Estas consecuencias golpeaban
con más fuerza en los países premodernos como Bolivia, ya que los intereses gananciales del
sector privado no abarcaban las tareas pendientes del desarrollo. El MIR ofrecía propiciar
empatías más equilibradas entre la intervención económica estatal y el libre mercado (Arze,
2002: 423). Jaime Paz recorría el país en campaña electoral prometiendo “relocalizar al 21060”349
(Mayorga, 2007: 169).
Para Mayorga, el MIR y ADN “incurrieron en prácticas de habitual estatuto premoderno
al negociar en ausencia de estrategias de gobierno sólidas y coherentes” (2007: 187). En efecto,
la gestión gubernamental del “Acuerdo Patriótico” (1989-1993) fue mediocre y sin efectos
importantes sobre las condiciones socio económicas de la vida cotidiana popular. Aunque la
tasa de crecimiento anual del PIB osciló de 3% a 4.5% durante el mandato de Jaime Paz, la
informalidad económica y el desempleo, transcurrieron invariables, como también el acceso
a salud y educación de las masas (García, 2001: 109-110).
Por último, el “Acuerdo Patriótico” abrió las puertas a la conformación de todas las
coaliciones partidarias imaginables en función de tomar el poder, y a partir de ahí, los

348
La Razón, suplemente especial Las Otras Historias, 2012/10/10.
349
Una vez instalado en la presidencia Jaime Paz incumplió su promesa, limitándose a sustituir el 21060 por otro decreto, el 22407
promulgado el 11 de enero de 1990, que sólo maquilló la forma del 21060 sin cambiar el fondo (Los Tiempos, Redacción Central,
2013/03/05), también (García, Montero, 2001: 110).

216
Juan José Anaya Giorgis

partidos políticos fueron considerados por la opinión pública como las instituciones de menor
credibilidad. Esta percepción experimentó tendencias crecientes de 1990 a 2002 (Arze, 2002:
422-424). Laserna, Gordillo y Komadina señalan que: “la vitalidad de esta cultura política
no sólo disolvió las identidades ideológicas de los partidos políticos, sino que precipitó un
crisis de representación y liderazgo que se expresó a través del conflicto y la incertidumbre”
(2011: 72).

3. Política energética del “Acuerdo Patriótico”


3.1 Antecedentes
A fines de la década del ´80 no todo era discordia ideológica entre el ADN y el MIR. Ambos
partidos compartían una visión afín sobre política hidrocarburífera. Obsecuentes al carácter
escaso y estratégico de los energéticos fósiles en el mundo moderno, las dos fuerzas concebían
una gestión del rubro dominada por el Estado como condición necesaria para modernizar
Bolivia salvaguardando la soberanía nacional. Dicho dominio estatal no significaba un
monopolio absoluto en los términos del nacionalismo endógeno, sino un modelo mixto,
abierto a la inversión extranjera, pero con fuertes gabelas fiscales fijadas a la producción y
el control absoluto de la comercialización a través de YPFB350. Adicionalmente, repudiar al
“Código Davenport” de Paz Estenssoro, constituía un campo discursivo común entre ambas
fuerzas.
Esta prístina convergencia ideológica del “Acuerdo Patriótico” que trascendió a los meros
intereses de poder que soliviantaron el pacto, no jugó un rol decisivo para la consumación
del inaudito acuerdo. No obstante tal convergencia cobrará importancia creciente como
factor de alienación, cohesión, y acción, de las fuerzas políticas en pugna por imponer su
visión de gestión fiscal hidrocarburífera. La cuestión petrolera constituirá el nodo axial de la
polarización política ¿Cómo arribó el MIR a estas posiciones más flexibles en comparación a
las que sostenía en 1979?
Remontando el curso de las aguas, volvemos a la UDP. A menos de dos meses de su
gobierno, la UDP comunicó al país la reanudación de negociaciones con Brasil por ventas de
gas el 10 de diciembre de 1982, claudicando con esto a su compromiso programático de luchar
contra “la enajenación de las reservas gasíferas necesarias para la industrialización” (Soliz,

350
Acorde al modelo de “contratos de operación” instituido por el DL 10170 del año 1972. Cabe subrayar que el DL 10170 respetó
los marcos normativos para explotar minerales fósiles de la CPE aprobada en 1967, cuyo art. 139 dictaminaba:
“Los yacimientos de hidrocarburos, cualquiera que sea el estado en que se encuentren o la forma en que se presente, son del
dominio directo, inalienable e imprescriptible del Estado. Ninguna concesión o contrato podrá conferir la propiedad de los
yacimientos de hidrocarburos. La exploración, explotación, comercialización y transporte de los hidrocarburos y sus derivados,
corresponden al Estado. Este derecho lo ejercerá mediante entidades autárquicas o a través de concesiones y contratos por
tiempo limitado, a sociedades mixtas de operación conjunta o a personas privadas, conforme a ley” (CPE, 1967: Art. 139).
Evidentemente dicho artículo dimanó de la concepción jurídica latina sobre los derechos del subsuelo que la Corona española
impuso a sus colonias americanas, siendo reproducida por las constituciones republicanas, como vimos en los capítulos
I y II. Además la CPE de 1967 atribuyó al Congreso la potestad de: “Autorizar y aprobar la contratación de empréstitos que
comprometan las rentas generales del Estado, así como los contratos relativos a la explotación de riquezas naturales” (Art. 59,
numeral 5). Por supuesto, el artículo 59 no fue respetado mientras estuvo disuelto el Congreso durante las dictaduras militares.
Si bien algunos artículos de la CPE de 1967 fueron reformados en agosto de 1994, los cambios introducidos no afectaron la
numeración, sentido y sintaxis del artículo 59, ni a los artículos 136-140 del capítulo II titulado Bienes Nacionales de la Tercera
Parte.

217
Estado y Petróleo en Bolivia

1983: 7-9)351. El Banco Mundial ofrecía financiar de inmediato el gasoducto Santa Cruz-San
Pablo (Soliz, 1983: 16).
La inversión del orden prioritario para el destino de los volúmenes probados de gas, o sea,
exportarlos a Brasil en vez de conservarlos como materia prima para la proyectada industria
petroquímica nacional, tuvo carácter generalizado entre los partidos integrantes de la UDP352.
Enrique Mariaca manifestó:

El gobierno de Siles en previsión de la terminación del contrato con Argentina en mayo de 1992,
reabrió negociaciones con el Brasil para la exportación de gas natural […] la certificación de
reservas arroja la cifra de 4.7 TPC, lo cual permitiría cumplir ampliamente con la exportación
al Brasil al ritmo de 400 MMPCD, continuar exportando a la Argentina y contar con reservas
importantes para el desarrollo nacional (Hoy, 1993/21/03).

Los datos oficiales señalaron una reserva probada de 4.42 TPC en 1984 (YPFB, 1996: 295,
303). Al parecer el resguardo cerrado del gas en los marcos discursivos previos a octubre de
1982, cejó frente a la nueva coyuntura popular en política, pero crítica en economía. Entre los
líderes de opinión prestigiosos sobre la cuestión estatal del gas, al parecer, sólo Andrés Soliz
Rada perseveró defendiendo aguerrido su posición.
Hacia febrero de 1984 Siles Zuazo y Figuereido (presidente de Brasil) firmaron en Santa
Cruz de la Sierra un acuerdo exportador de 240 a 400 MMPCGD que no llegó a prosperar.
Royuela Comboni indica disenso entre ambos gobiernos por el precio definitivo, y los
volúmenes insuficientes de las reservas probadas bolivianas desde la óptica de Brasil, como
las causas determinantes de la frustración (1996: 176). Enrique Mariaca, atribuyó el fracaso
de las negociaciones, a la incoherencia e intolerancia política de la oposición. Según Mariaca,
el MNR, ADN, y la propia COB: “Que actúa obedeciendo a consignas anarcosindicales
desconociendo la posición ideológica de la UDP”, sabotearon el proyecto argumentando
insuficiencia de reservas, “haciendo fracasar la mejor oportunidad de asentar un pilar sólido
para sustentar la maltrecha economía nacional” (Hoy, 1993/21/03)353.
La visión de Banzer sobre gestión de hidrocarburos en 1972, era casi la misma 17 años
después. Su candidato a primer diputado por Cochabamba en las elecciones de 1989, Víctor
Hoz De Vila, tenía prestigio como analista en legislación petrolera por su libro: Petróleo,

351
Enrique Mariaca desempeñaba el cargo de gerente general de YPFB a partir de octubre de 1982, quien en ese momento no
protestó contra la medida (Soliz, Rada, 1983: 12).
352
“El MIR decidió retirarse del gobierno a sólo tres meses de haber comenzado la gestión (enero de 1983). Volvió luego en abril
de 1984 y volvió a irse en diciembre de 1984. El PCB, por su parte, dejó el gobierno en octubre de 1984” (http://historia.ibolivia.
net/node/375 [15/06/2013]).
353
El precio inicial que Siles y Figuereido acordaron en febrero de 1984, fue de 4.30$ por millón de pies cúbicos (Mariaca, 2004: 26).
En el contexto de dicha referencia, el autor cuestiona el precio inicial de 0.95$ por MMPCG fijado en 1996 para las exportaciones
gasíferas al Brasil (volveremos a esto más abajo). A partir de 1986 los precios internacionales del petróleo y el gas comenzaron
a derrumbarse. En 1996 el barril de petróleo cayó a 20$ y sus perspectivas de recuperación al corto plazo parecían remotas
(Oporto, 2009: 44; YPFB, 1995: 291).
Mientras el precio para el millón de pies cúbicos acordado con Brasil en las negociaciones liminares de 1984 no superaba los
4.30 $, el precio por el mismo volumen de gas exportado a la Argentina llegó a su pico histórico de 4.81 $ durante aquel año
(YPFB, 1995: 305). La diferencia debió abonar el disenso sobre las fórmulas tarifarias entre los gobiernos de Brasil y Bolivia que
Royuela Comboni menciona (1996: 176), como también, la lucha en los espacios políticos.

218
Juan José Anaya Giorgis

referencias y su legislación en Bolivia (1988 [1983])354; sobre gabelas y exportaciones el autor


escribió:

Haciendo un somero balance de la Ley de Hidrocarburos de 1972, encontramos que ésta


constituye un evidente avance en relación a la Ley General de Petróleos vigente hasta 1969 […]
Debe tenderse sin embargo a mejorar en beneficio del Estado y de YPFB (286-287).

Si nos referimos a la venta de gas al Brasil, un concepto esencial que debe ser considerado es
que la simple conservación de nuestras materias primas, mientras el pueblo sufre hambre y
privaciones, parece no tener justificación necesaria (293).

En lo relativo a la contratación de empresas extranjeras para trabajos de exploración y


explotación, Bolivia, tanto por su debilidad estructural como por su falta de ahorro interno, no
está en condiciones de asumir posiciones radicales y definitivas […] lo malo no está en la mera
participación extranjera, lo malo está en que esta participación sea expoliadora e injusta. La
presencia de la inversión extranjera es condenable cuando ocupa el país violando su soberanía,
su honor y sus intereses (294)355.

3.2 La práctica
El nacionalismo petrolero evocado por la cúpula del “Acuerdo Patriótico” fue somero
en la práctica. A tan sólo tres meses de su gobierno, YPFB sufrió la pérdida inesperada de
300 millones de dólares en deudas a corto plazo que la empresa argentina Gas del Estado
había acumulado por importaciones impagas de gas. En tal circunstancia, Jaime Paz y Carlos
Menem (presidente argentino) decidieron anular los adeudos bilaterales mutuos a través de
un acuerdo denominado “borrón y cuenta nueva”.
Como retribución de los 300 millones de dólares, el gobierno argentino anuló 800 millones
de dólares adquiridos del tesoro argentino como deudas a largo plazo por el gobierno
boliviano, en su mayor parte durante la dictadura de García Meza (algunos saldos pendientes
de Argentina serían cancelados en especies de industria argentina). El “borrón y cuenta
nueva” significó cancelar urgentes inversiones exploratorias que YPFB había programado
con esos ingresos (Arce, 2003: 371; Royuela, 1996: 163).
Sacrificar la expansión de YPFB a nombre del interés colectivo, no pasaría desapercibido,
contrariando la tradición vigente desde la segunda nacionalización. YPFB ya no alcanzaba
a refinar la demanda de algunos derivados, especialmente pesados como diésel y fuel oil,
utilizando la producción nacional de líquidos y crudos de tipo liviano. En 1992 fue necesario
importar 200000 barriles de diésel para cerrar la brecha entre la demanda interna y la

354
Ambas ediciones (1983 y 1988) fueron publicadas por la editorial Los Amigos del Libro. Las menciones o referencias textuales
de este libro han sido utilizadas por múltiples analistas en sus publicaciones, a modo de ejemplo: (Fernández, 2009: 26, 36, 37;
Pacheco, 2009: 120; Royuela, 1996: 149). Hoz De Vila ingresó al Congreso boliviano a través de FSB: “Culminando sus quehaceres
en la institución privada se dedica a la política, incorporándose al segundo partido más importante de entonces la Falange
Socialista Boliviana, postulando a una diputación por La Paz, resulta electo en las justas electorales Diputado Nacional, para
gestión 1966-1969” (http://www.rree.gob.bo/webmre/listacancilleres/canciller.aspx?imagen=Victor%20Hoz%20de%20Vila.
JPG&texto=VICTOR%20HOZ%20DE%20VILA%20BACARREZA.txt [20/07/2013]).
355
Refiriéndose al “factor de agotamiento” del Código del Petróleo Hoz de Vila opinó: “Su supresión constituye un hecho que
encierra dos aspectos: uno material, que permite rescatar un importante ingreso fiscal, otro el moral, al acabar con una
disposición aceptada por un Código y por los gobiernos que lo aprobaron, que representa una verdadera aberración jurídica,
que atenta contra la dignidad y los intereses de la nación y del pueblo” (1988: 246).

219
Estado y Petróleo en Bolivia

producción propia (Presencia, 1992/05/01). Este déficit seguirá crecido año tras año a un ritmo
exponencial356. Por otro lado, el abastecimiento interno de GLP, lubricantes, y otras naftas,
también comenzó a dificultarse. A partir del 2006 el GLP ha sido un problema económico
símil al diésel (Miranda, 2009: 71).
Para mitigar importaciones el gobierno ordenó incrementar la producción de líquidos y
crudo recurriendo a soluciones baratas y simples como la quema o venteo de gas. Los métodos
de recolección y separación de líquidos instalados en los campos (denominados baterías),
eran muy precarios, y no permitían aprovechar con eficiencia los líquidos asociados al gas,
que luego del proceso básico, era desechado incluyendo a sus ricos componentes de etano,
propano y butano. En algunas temporadas se perdían hasta 140 MMPCD diarios, y dicho
método, continuó vigente hasta la inauguración del gasoducto Carrasco-Colpa a fines de 1994
(López, 1994: 207; Royuela, 1996: 169, 185-186).
Los avatares del Proyecto de Exploración de Trampas Estratigráficas (PETE), iniciado en
1984 con financiamiento del BID para trabajos de sísmica y geoquímica, fueron otra muestra
de solución urgente (YPFB, 1996: 146). El PETE apuntaba a buscar hidrocarburos sobre
trampas estratigráficas357, en lugar de hacerlo en trampas estructurales o anticlinales como
había sido siempre. Si bien, al despuntar 1990 el BID accedió a financiar más de la mitad de
los fondos necesarios para iniciar el programa perforatorio, cuyo monto global ascendía a 196
millones de dólares, este objetivo no se cumplió. Sus recursos fueron adecuados rápidamente
a las necesidades inmediatas, realizando 17 perforaciones exploratorias y 5 de desarrollo con
la lógica técnica ya indicada. Los recursos del proyecto PETE coadyuvaron a lograr el mayor
metraje perforado por YPFB en toda su historia, alcanzando 88835 metros en 1991 (Royuela,
1996: 164, 167).
El año1993 arribó a YPFB con otra inesperada y desagradable sorpresa. El Ministerio de
Hacienda recortó el presupuesto operativo de 180 millones de dólares (gasto corriente más
inversiones) programado por la empresa para la gestión 1993 (era similar al ejecutado en
1992), a 142 millones de dólares el 9 de enero, y luego de unos días, a 96 millones (Hoy,
1993/09/01; Opinión, 1993/12/01; El Diario, 1993/20/01; El Mundo, 1993/20/01).
Desde 1986, YPFB solventaba los costos sociales del 21060, la relocalización y la crisis
financiera estatal, aportando más de un 65% de sus ingresos diarios por ventas minoristas, de
acuerdo a lo establecido en la Ley Financial de 1986 (Mariaca, 2003: 17). A todo esto se sumaban
las regalías e impuestos gravados en el DL 10170 y posteriores actualizaciones. Las nuevas
y pesadas exacciones prosiguieron incólumes hasta 1996, y durante todo ese lapso, YPFB
transfirió al TGN 3812.6 millones de dólares, casi el 50% de sus ingresos (Royuela, 1996: 160;
García, 2004: 227; Villegas, 2004b: 47-49; Presencia, 1992/07/02). Los mencionados ingresos
fueron posibles en buena medida por los frecuentes incrementos al precio de los derivados en

356
Actualmente Bolivia importa 350000 barriles mensuales de diésel. “En el año 2006 el país importaba de Venezuela cerca de
50 mil barriles mensuales de diésel oíl, cifra que en la actualidad bordea los 350 mil barriles entregados al país por parte de
la estatal PDVSA, y que está garantizado, señaló el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Carlos
Villegas” (El Nacional, 2013/11/03).
357
http://www2.eve.es/web/Documentacion/Infografias/Extraccion-de-hidrocarburos/Extraccion-de-hidrocarburos-A.aspx
(18/08/2013).

220
Juan José Anaya Giorgis

el mercado interno, popularmente denominados “gasolinazos”, que los gobiernos de turno


decretaban a fin de mejorar sus ingresos (la demanda de carburantes es inelástica), ver Cuadro
V (El Diario, 1993/09/01; Presencia, 1993/14/01).
Sin embargo, el recorte presupuestario de 1993 era excesivo. De inmediato trabajadores y
ejecutivos de la empresa se declararon “en emergencia”, resolviendo suspender los suministros
diarios de combustibles al mercado interno. Gran parte de los trabajadores entraron en huelga
de hambre, medida inusual en la FSTPB. En un comunicado abierto a la opinión pública los
profesionales de YPFB manifestaron:

La asignación presupuestaria para YPFB desde hace una década no ha sido atendida
debidamente por los gobiernos de turno, pero este año pretenden matar a la “gallina de los
huevos de oro” con la asignación de 96 millones de dólares, este presupuesto agónico es una
medida mal intencionada y antipatriota que conduce a extinguir YPFB.

El presupuesto de YPFB ha sido elaborado de acuerdo a un plan básico para cubrir el


abastecimiento del mercado interno, cumplir con las exportaciones del YABOG, mitigar las
importaciones de diésel, generar los recursos para el TGN, y realizar operaciones indispensables
de exploración y desarrollo. El presupuesto mínimo para ejecutar un plan de emergencia es de
160 millones de dólares.

Los profesionales de YPFB, conscientes del rol que desempeña nuestra empresa en la economía
nacional y con el respeto que merecen sus habitantes, nos vemos obligados a paralizar nuestras
actividades, repudiando la actitud irresponsable del gobierno que pretende hacer de YPFB
una entidad deficitaria para justificar la privatización de la actividad petrolera a corto plazo,
objetivo principal de la actual gestión de gobierno (El Deber, 1993/20/01).

A la par dirigentes de la COB y la FSTPB dieron a conocer su desacuerdo en los medios


de prensa. El ex dirigente de la COD Santa Cruz y trabajador petrolero, Gustavo Zegarrundo,
dijo:

Lamentablemente el gobierno demuestra una total incapacidad para equilibrar su presupuesto,


y sólo sabe echar mano a los gasolinazos […] estamos matando poco a poco a la gallina de los
huevos de oro, si se liquida a YPFB, los neoliberales ya no podrán nunca más dictar otros 21060
(Hoy, 09/01/93).

Y Neptalí Mendoza, entonces primer ejecutivo de FSTPB, advirtió a la población:

Si el presupuesto disminuye a menos de 160 millones definitivamente no habrá posibilidad de


garantizar la venta de gas al Brasil y menos abastecer el mercado interno (El Deber, 19/01/1993).

Luego de las huelgas contundentes el gobierno aceptó el “mínimo vital” de 160 millones
de dólares, y con la intención de acrecentarlo habilitó el remate de todo el material obsoleto
almacenado por la empresa, cuyo valor estimado ascendía a 20 o 30 millones de dólares (El
Deber, 1993/22/01). La situación presupuestaria obligó a diseñar otro programa inadecuado
que buscaba mitigar importaciones y aliviar el déficit interno que consistió en concentrar el
esfuerzo económico a desarrollo de campos existentes para subir la producción en el corto
plazo. Como resultado el flujo extraído llegó a 30000 Bpd en 1994. Dicho éxito inmediato,
implicaba precipitar el colapso del autoabastecimiento mediato. El 90% de los 30000 Bpd,
221
Estado y Petróleo en Bolivia

provenía de 18 campos entre 46 productores. De los 18 campos, sólo 4 tenían perspectivas


de sostener la producción por más de 10 años, el resto se encontraba en franca declinación
(López, 1994: 207; Müller, 2004: 81).
El epílogo exitoso del pozo exploratorio realizado en San Alberto profundo, con un
diámetro final de 4⅝ pulgadas a 4518 metros bajo la superficie, fue, sin duda, el acontecimiento
técnico con mayor trascendencia política que sucedió mientras “el Acuerdo Patriótico” estuvo
a cargo de YPFB. Esta perforación fue iniciada en septiembre de 1988 y alcanzó “areniscas
sucias” en los estratos devónicos hacia diciembre de 1990. San Alberto está localizado al
extremo sur del subandino boliviano (casi sobre el cruce del paralelo 22 y el meridiano 64).
La producción comercial del bloque San Alberto comenzó en 1968 explotando las areniscas
“Miller” a 900 o 1000 metros bajo la superficie que pertenecen a la formación San Telmo del
periodo geológico carbonífero. El petróleo almacenado en las areniscas Miller se agotó en
1995. Siendo los promisorios yacimientos alcanzados en 1990 de otra formación geológica:
el Huamampampa devónico, su hallazgo constituyó el descubrimiento de un nuevo campo
(López, 1994: 207); otras perforaciones de avanzada realizadas antes, habían sido dirigidas a
capas intermedios entre Miller y Huamampampa, obteniendo siempre resultados estériles
(Delegado Presidencial, 2005: 23, 34; Castaños, entrevista personal, 05/02/2010).
Hasta 1997, las reservas exactas de San Alberto no podían cuantificarse analizando los
datos de sólo un pozo, cuyo diámetro estrecho, no permitía efectuar cálculos parciales sobre la
presión del yacimiento acumulado en un subsuelo difícil358. Explorar formaciones profundas
excedía los recursos de YPFB, los pozos costaban 12 millones de dólares, y San Alberto
demandaba inversiones extraordinarias: con frecuencia aparecían obstáculos que obligaban a
reprogramar el trayecto de la broca, sin mucho margen de maniobra para ensayar soluciones359.
A los 4500 metros la perforación no pudo seguir adelante (Delegado Presidencial360, 2005: 24;
Royuela, 1996: 188).
San Alberto profundo presentaba los indicios de un “megacampo”, es decir, un gran
yacimiento. Sin embargo los datos alentadores eran insuficientes para probar las sospechas,
con el rigor científico de los métodos aceptados en el mundo de la industria fósil. Los resultados
arrojados aplicando métodos instituidos de “reservas probadas” certificaron volúmenes de
gas no superiores a 50000 MMPC de gas entre 1995 y 1997361.
A pesar de las restricciones técnicas de la información recabada, consecuentes a los
frugales recursos disponibles y, el modesto volumen certificado por empresas reconocidas en

358
Para estimar las reservas de un campo es necesario perforar al menos dos pozos luego del primer pozo descubridor (Rodrigo,
entrevista personal, 31/08/2009). Luis Alberto Rodrigo (entrevistado) fue geólogo de YPFB, más abajo aportamos datos sobre
su desempeño profesional.
359
YPFB empezó a utilizar la denominada tecnología de “perforación horizontal” recién al promediar 1991, mediante la perforación
de un pozo en el campo Vuelta Grande, cuya profundidad final llegó a 2907 metros, con un ángulo de inclinación de 87 grados
que correspondió a un desplazamiento horizontal de 510 metros (Caranzas, 1978: 11-16).
360
Dicho informe ha sido muy atacado por Enrique Mariaca y el economista Pablo Ramos (Zaratti, Francesco, entrevista personal,
05/02/2010).
361
Varias empresas especializadas en cuantificar reservas realizaron estudios. La Dirección Nacional de Ingeniería Petrolera (DNIP)
de YPFB certificó 132000 MMPC de gas en 1994 (YPFB, 1995: 197). Netherland Sewell & A. INC, la prestigiosa DeGolyer and
MacNaughton, y la propia DNIP, llegaron a las conclusiones señaladas en el texto central en 1996 (Delegado Presidencial, 2005:
26). YPFB confió la certificación de sus reservas a DeGolyer and MacNaughton con regularidad durante décadas.

222
Juan José Anaya Giorgis

los años señalados, Miranda Pacheco expresó que YPFB tenía certidumbre de tener un 1 TCF
en el campo nuevo (entrevista personal, 13/12/2011).
Las expectativas optimistas sobre San Alberto y el resurgimiento del interés brasilero
por comprar gas boliviano coincidieron. Después del intento infructífero de Siles Zuazo y
Figuereido, dicho proyecto había perdido impulso, siendo reemplazado por el Programa de
Integración Energética Brasil-Bolivia (PIE), mismo que Paz Estenssoro y Sarney (presidente
de Brasil) oficializaron en agosto de 1988. De este modo el PIE retomaba los objetivos del
acuerdo energético bilateral de 1974 inherentes al desarrollo de un polo industrial fronterizo,
marginando las exportaciones gasíferas por falta de interés brasilero.
Según los términos del acuerdo, Brasil compraría energía eléctrica, urea y polietilenos,
todo generado o producido en base a gas (2500 GWH/año, 330000 y 100000 toneladas anuales,
respectivamente), y sólo 7.26 MMPCD de gas natural. Bolivia debía resolver el financiamiento
necesario para instalar el complejo fronterizo, el cual sería 100% estatal, y cuyo costo estimado
bordeaba los 1260 millones de dólares. Estos compromisos obligatorios de Bolivia precipitarían
el fracaso del PIE (Royuela, 1996: 176; La Razón, 1994/04/06).
El gobierno boliviano no accedía al mercado voluntario de capitales, calificando sólo a
créditos “concesionales” otorgados por organismos multilaterales como el BM, BID, CAF o FMI
(Müller, 2004: 83; Candia, 2009: 33). Eran tiempos neoliberales y dichas entidades pregonaban
el achicamiento del Estado y la privatización del sector energético en los países del “tercer
mundo”. En esa coyuntura, la porfiada insistencia del gobierno solicitando financiamiento
para el proyecto estatal, resultó anodina. La banca internacional se negó a solventar las
aspiraciones de un país con peso minúsculo en el comercio mundial como Bolivia (Miranda,
Presencia, 17/01/1993; La Razón, 04/06/1993).

3.3 Modelo energético del “Acuerdo Patriótico” y su contexto


Partiendo de las recomendaciones de la CTI en 1988 y el auspicio de organismos financieros
multilaterales, el gobierno de Paz Zamora creó la Comisión de Evaluación de la Empresa
Pública (DS 22407, 11/01/1990), con la finalidad de analizar e iniciar el proceso privatizador.
Posteriormente, el DS 22836 (14/06/1991) definió un conjunto de 60 empresas privatizables
excluyendo a las grandes como YPFB, ENDE, ENTEL, COMIBOL, ENFE, LAB y otras cuasi
monopólicas (art. 6)362; finalmente sólo llegó a privatizarse la Fábrica de Aceite de Villamontes
y el Hotel Sheraton (Pacheco, 2004: 162). El gobierno justificó estas medidas interpelando
al crecimiento productivo, expansión del mercado de capitales, reducir el déficit fiscal y
reorientar recursos públicos mal gastados en el aparato económico estatal hacia educación,
salud y obras públicas de infraestructura. Inspirado en la ideología neoliberal, definió a las
áreas de salud, educación e infraestructura, como actividades “propias” del Estado (DS 22836,
art. 8).

362
Estas fueron suscritas a los “contratos de rendimiento” instituidos en el DS 22620 (15/10/1990), dicha modalidad comprometía a
las empresas a mejorar su rendimiento, productividad, formación bruta de capital fijo (FBKF) y solvencia financiera. El impacto
de los contratos de rendimiento sobre las empresas que cumplían los requisitos para suscribirse a la modalidad, fue irrelevante
(Pacheco, 2004: 163; Jemio, 2004: 55-57).

223
Estado y Petróleo en Bolivia

Como señalamos antes, YPFB y las compañías operadoras no garantizaban el


abastecimiento interno cada vez más difícil363, ni los requerimientos de Brasil. En ambos
casos eran imprescindibles inversiones adicionales. El gobierno brasilero, respondiendo a los
requerimientos de San Pablo y Minas Gerais por energía barata, cuyo suministro rebasaba
la capacidad de PETROBAS (petrolera estatal de Brasil), como también a las urgencias de
sustituir fuentes energéticas muy contaminantes como el diésel y otros derivados, reactivó las
negociaciones con el gobierno boliviano dirigidas a importar volúmenes significativos de gas
en el año 1990 (YPFB, 1996: 184-185; Miranda, 2009b: 140).
El contrato gasífero con Argentina culminaba en abril de 1992 (el gas ha sido el principal
renglón de ventas externas bolivianas de 1986 a 1992, y de 1999 en adelante). Argentina
sólo tenía interés en renovarlo a corto plazo, por volúmenes menores al 50% del anterior,
e imponiendo un precio inferior acorde a la caída en las cotizaciones de los derivados
referenciales en mercados internacionales, que resultó de 1 $ por MPC, en vez de 2.87 $ en
promedio de los últimos años (Hoy, 1992/22/03-1992/25/03; La Razón, 1993/14/06; Miranda,
2009: 55). Enrique Mariaca calificó como desastrosas a la formalización de los nuevos términos
pactados para este negocio, y los consideró fruto de negociaciones “improvisadas” llevadas a
cabo por los políticos “entreguistas e incapaces” del gobierno:

Las luchas para sacudirnos de la dependencia, sustentada por civiles y militares progresistas de
la generación del Chaco, han sido arrinconadas por tecnócratas y monetaristas y los ideólogos
de un capitalismo rabioso. El acuerdo de complementación energética firmado el 20/03/1992
por los cancilleres de Bolivia y Argentina en Santa Cruz, es un documento de sometimiento
humillante a los intereses privados argentinos, que ahora dictan la política energética del país
(Hoy, 1992/25/03).

Sin otra fuente análoga de divisas, un porvenir sombrío y desventurado parecía ineluctable
para Bolivia. En noviembre de 1990, la demanda brasilera fue decisiva para el tratamiento
y aprobación de la nueva ley de hidrocarburos 1194, conllevando la intención de recibir
inversión privada en un sector integrado por el Estado (Navajas, 2009: 16; Candia, 2009: 33;
Pacheco, 2009: 103).
La ley 1194 no rompía con los principios del abrogado DL 10170, limitándose sólo a
flexibilizar la dominación estatal ejercida sobre el sector de forma moderada e incurriendo
frecuentemente en disposiciones imprecisas o ambiguas (Royuela, 1996: 166). En general,
la ley 1194 reproducía “la estructura fijada por el gobierno de Hugo Banzer: una Dirección
General de Hidrocarburos dependiente del Ministerio del ramo, muy próxima por tanto al
poder político” (Miranda, 2009b: 167). A continuación citamos los contenidos centrales de la
nueva ley, una visión legal más amplia en Anexo II.
El régimen impositivo vigente fue ratificado, excepto por la introducción de un 40% gravado
a la utilidad neta de las contratistas, el mismo podía deducirse con el impuesto nacional de
19% y la regalía de 12% fijados a la producción, siendo por esto irrelevante (art. 7). La regalía
subió del 11% al 12%, la diferencia de 1%, se denominó “regalía nacional compensatoria” y se

363
“Entre 1981 y 1991, la producción de petróleo aumentó a una tasa promedio de 0.55 por ciento, en tanto que la demanda se
incrementó en 8.6 por ciento” (Pacheco, 2009: 105).

224
Juan José Anaya Giorgis

destinó a las arcas departamentales de Beni y Pando (art. 73). El régimen impositivo también
preservó la potestad del Ministerio de Hidrocarburos sobre la designación de magistrados
para tratar posibles controversias entre particulares e YPFB (art. 78); exigió que el personal
empleado debía ser boliviano de acuerdo a la Ley General del Trabajo (art. 22) e impuso que
la duración máxima establecida para cualquier contrato seguiría siendo de 30 años (art. 23). El
régimen de contratos de operación prosiguió con algunos ajustes: los contratos de asociación
y sociedad mixta (título II).
Cuando un operador declaraba un hallazgo comercial, YPFB podía “asociarse” al contratista
para compartir la explotación, con la condición de reembolsar los montos invertidos en la
exploración del campo y compartir los costos de explotación (art 57, ley 1194). Además, la
participación mutua en los volúmenes de producción debería acordarse en el contrato (art.
60). Varios sectores “antineoliberales” calificaron a esta modalidad como la trampa ideada
por los “vasallos del imperialismo” para “garantizar que la estatal cubriese y garantizase el
retorno de la inversiones privadas” (Rodríguez, 2008: 119).
A la par, la ley 1194 declaró a las actividades de down stream como prioridades nacionales,
fomentando la participación de inversiones extranjeras a los eslabones de refinación y
transporte, que antes estaba restringida (ver art. 11 y 15 del DL 10170). Sobre la comercialización
hizo lo mismo. Las compañías operadoras podrían comerciar su parte de la producción a
propia cuenta, previa tramitación de un permiso legal en el Ministerio de Hidrocarburos (art.
13 y 17, ley 1194).
Juan Cristóbal Urioste observó que la ley 1194 no estaba exenta de problemas con la
CPE. Por un lado, las operadoras vendían sus retribuciones como si fueran propietarias de la
producción en boca de pozo, vulnerando en los hechos la proscripción de la CPE a este derecho
privado (art. 139) y, por el otro, la ley 1194 derivó a instancias del Poder Ejecutivo y, por vía
de decretos supremos (art. 18), la aprobación de contratos para explotación de hidrocarburos.
Estos hechos, de acuerdo a la CPE, implicaban un atributo exclusivo del Congreso (art. 59,
numeral 5), y sentaron jurisprudencia constitucional para la resolución del complejo debate
suscitado sobre la legalidad de la gestión hidrocarburífera instituida por la posterior ley 1689
en 1996 (2009: 79).
Bajo el nuevo techo legal, los presidentes de Brasil, Itamar Franco, y Bolivia, Paz Zamora,
protocolizaron un contrato de compra venta de gas (17/02/1993) por 8 MMPCD en los
primeros 7 años, y 16 MMPCD hasta cumplir los 20 años programados, a través de una línea
de 28 pulgadas con un costo estimado en 1549 millones de dólares. El precio inicial de 0.9 $
por millón de BTU364 fluctuaría indexado a cotizaciones internacionales del fuel oil (El Mundo,

364
“Un BTU es la cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura de 1 libra (0,454 kg) de agua líquida por 1 º F (0,56 º C)
a una presión y atmósfera constantes. Al igual que con calorías, existen varias definiciones BTU, que se basan en diferentes
temperaturas de agua y por lo tanto, varían hasta en un 0,5%. Un BTU se aproxima al calor producido por la combustión de una
sola cerilla de madera” (http://en.wikipedia.org/wiki/British_thermal_unit [26/08/2013]).
Cada píe cúbico de gas metano en estado puro genera 973.6 BTU (denominado “gas seco” en el mercado). Los hidrocarburos
que fluyen asociados al gas metano en los campos bolivianos, elevan el poder calórico a 1059 BTU en promedio por pie cúbico
(Zapata, entrevista personal, 02/09/2009); Royuela Comboni indica la cifra promedio de 1045 BTU por pie cúbico de gas
boliviano (1996: 174).
Justo Zapata es doctor en ingeniería química, profesor de química en la facultad de ciencias puras y naturales de la UMSA desde
1978, entre otras actividades labores (Energy Press, N° 543, 2011/25/04). También ha sido un conocido activista e intelectual del
nacionalismo petrolero (entrevista personal, 02/04/2010).

225
Estado y Petróleo en Bolivia

1993/18/02; Opinión, 1993/21/02). La validez del contrato estaba sujeta al cumplimiento previo
de ciertas metas: si en julio de 1996 el financiamiento del gasoducto no estaba garantizado y
las reservas probadas de YPFB no mejoraban, el contrato quedaría sin efecto (el volumen
global de todos los campos dispersos en la geografía boliviana no superaba 4.23 TCF, y Brasil
requería al menos 4 TCF (Miranda, 2009b: 136; Zaratti, 2009: 92).
A través de dicho contrato, Petrobras se reservó el derecho a monitorear el cabal
acatamiento de las obligaciones asumidas por YPFB (Pacheco, 2009: 107-108); y se definió
al American Arbitration Association de Nueva York y sus reglamentos de arbitraje -como
instancia suprema- de resolución a posibles divergencias persistentes, cuyo laudo sería
inapelable (Opinión, 1993/21/02; Presencia, 1993/21/02).
En aquel momento el proyecto tuvo una recepción positiva entre en la opinión pública, a
pesar de poseer una estrecha ligazón en la participación de las transnacionales, como vehículo
de las inversiones necesarias para garantizar la producción y transportes requeridos en los
plazos señalados. Muchos medios de prensa nacionales difundieron la noticia del proyecto
trasluciendo optimismo y calificándolo de “gran trascendencia nacional”, ya que “aportaría
cerca de 3000 millones de dólares al país” (Presencia, 1993/21/02; Los Tiempos, 1993/12/02;
Ultima Hora, 1993/18/02; Opinión; 1993/21/02). Un columnista de seudónimo “Tacuara”
expresó:
Mientras toda la gente sensata se refiere a la venta de gas natural al Brasil como algo esencial
para el desarrollo nacional y cuando unos pocos siguen oponiéndose (y se los mira como a
cavernarios) no podemos menos que recordar que el artífice de todo esto ha quedado relegado
a un intencionado olvido: el general Hugo Banzer (Ultima Hora, 1993/12/02).

Banzer en persona declaró: “Lastimosamente la incomprensión de dirigentes políticos


opositores impidió que este anhelo nacional pueda concretarse en 1974, pero hoy, mi sueño se
hace por fin realidad” (Ultima Hora, 1993/18/02).
La mayoría de los partidos políticos de la oposición con presencia numerosa en el Congreso,
refrendaron el proyecto, absteniéndose a interponer observaciones de fondo sobre su curso.
En vísperas de los comicios presidenciales de 1993, el MNR informó que, sean o no gobierno,
plantearían la revisión del precio pactado con Brasil, pues éste sería muy bajo respecto al
precio promedio de venta a la Argentina en los últimos años (2.87 $ el MMPC). UCS proponía
garantizar la construcción del gasoducto al Brasil, impulsando la participación del sector
privado en transporte y programas exploratorios orientados a incrementar las reservas (La
Razón, 1993/04/06). Incluso Enrique Mariaca mostró cierta condescendencia:

El contrato compra venta entre YPFB y Petrobras [17/02/193] cumple, indudablemente, con
las expectativas de nuestros pueblos...Sin embargo contiene una falla que daña el interés
boliviano y debe ser corregida. Nos referimos al precio, un factor clave en la economía del
proyecto, que fue fijado en 0.90 $ el millón de BTU, éste no corresponde al valor intrínseco
que tiene este combustible de “oro” […] inexplicablemente en la fórmula de los precios, se lo
relaciona con fuel oils muy contaminantes y fuertemente penalizados (Hoy, 1993/21/02).

CONDEPA desestimó abiertamente el proyecto con argumentos vagos e imprecisos.


Carlos Palenque, como su candidato presidencial, manifestó: “Bolivia no tiene posibilidad

226
Juan José Anaya Giorgis

alguna de vender gas al Brasil debido a la quiebra económica de Petrobras”, y acusó al


gobierno de “montar un show conociendo esa realidad”. Ante las increpaciones de Palenque,
las autoridades respondieron: “Al parecer Palenque no está bien informado, el gasoducto
a construirse, estará a cargo del sector privado en porcentaje mayoritario […] el gobierno
esperaba estas reacciones de CONDEPA sobre el particular, ya que entre sus ideólogos está
Andrés Soliz Rada” (El Mundo; 1993/20/02). Por su parte Soliz Rada interpuso objeciones
pertinaces:

La estrategia económica basada en la venta de gas al Brasil y otros países, es un peligroso


paso hacia la pérdida de toda perspectiva de autodeterminación para Bolivia […] El MNR
se ha quitado las polleras y se ha puesto el Frac a partir del 21060 […] Al MNR y ADN no
les preocupa ser oficialistas y opositores si los negocios con el Estado son los mismos, ¿cómo
quieren convertirnos en “un eje distribuidor de gas en el cono sur”, si somos un país que está
comenzando a importar diésel? (Los Tiempos; 1993/17/02).

4. Conclusiones
Bolivia ingresó a la crisis de la deuda externa y de los precios internacionales de las materias
al comenzar los años ʻ80, altamente endeudada, con un abultado y ascendente déficit fiscal
y tasas inflacionarias galopantes. La UDP restauró el modelo político-económico endógeno
del nacionalismo en 1982. Durante su gobierno, el plantel de YPFB repuntó a 9000 operarios,
su gasto corriente se triplicó y la productividad se desmoronó en todas sus áreas operativas.
Enfrentando la coyuntura catastrófica de 1985, el MNR implementó la NPE de corte neoliberal.
La NPE tuvo éxito restableciendo la estabilidad macroeconómica del país, pero sus resultados
reactivando el aparato productivo fueron mustios. La NPE, los conatos reestructurando a
YPFB y la súbita clausura de COMIBOL, vigorizaron la percepción sobre Paz Estenssoro, como
agente “anti nacional” sirviendo al imperialismo y mentor de la reestructuración neoliberal
que llegaría después, entre los nacionalistas petroleros.
Durante la coalición del “Acuerdo Patriótico”, los recortes al gasto corriente de YPFB y la
retención extraordinaria de fondos programados para prospección, arrastraron a la empresa
al borde del colapso. A partir de 1992, Bolivia comenzó a importar volúmenes crecientes de
diésel, lubricantes, otras naftas y GLP. El déficit interno fue mitigado mediante soluciones
baratas e insostenibles a mediano plazo, quemando y venteando gas para recuperar petróleo.
Subrayando las causas esenciales del déficit, vimos que: a) El marco normativo-
institucional, fue anodino propiciando inversiones privadas relevantes sobre la exploración.
b) La estrategia exploratoria de YPFB dirigida a roer estructuras casi agotadas del área
tradicional como resultado de sus restricciones presupuestarias. c) El sistemático veto político
a las exportaciones gasíferas al Brasil, como solución óptima para la creciente demanda
energética interna. Frente a la declinación paulatina de la producción petrolera, Bolivia ha
precisado, cada vez más, extraer los líquidos asociados al gas. La UDP fracasó intentando
concretar este viejo proyecto de Banzer, en parte, por la oposición de la COB y el MNR,
exigiendo no dilapidar las limitadas reservas de gas para industrializar al país, exportando
al Brasil. Después, Paz Estenssoro planificó la integración energética con el Brasil mediante
una empresa 100% estatal, pero la banca internacional rechazó los créditos que requería el

227
Estado y Petróleo en Bolivia

proyecto. d) El alto endeudamiento externo, la iliquidez financiera e la intromisión política


sobre la gestión, de YPFB, proyectaban una imagen de administración pública ineficiente
ante posibles aliados de la industria petrolera. Para 1992, la relación reserva/producción de
Bolivia, cayó a menos de 14 años.
Sin embargo, el rumbo sombrío mejoró a raíz del renovado interés brasilero por importar
gas boliviano, que los sondeos promisorios de YPFB sobre las formaciones profundas
Huamampampa y la Ley de Hidrocarburos 1194 de 1990, tonificaron. En 1992 Brasil y Bolivia
firmaron un contrato provisorio de compra-venta gasífera. Si bien, los términos contractuales
de 1992, no eran tan provechosos para Bolivia como los de 1974, y estaban sujetos a la potestad
de instancias jurídicas internacionales, su recepción por la opinión pública fue positiva.
Incluso Enrique Mariaca manifestó apoyo crítico. Soliz Rada se mantuvo firme contra las
exportaciones, aduciendo que Bolivia “comenzaba a importar diésel”, pero no tuvo éxito. El
giro de la opinión pública sobre la cuestión, tuvo como causas principales: la legitimidad de
la NEP durante aquellos años, la urgencia por un mercado alternativo para el gas frente al
vencimiento del contrato gasífero con Argentina, y la ley 1194 flexibilizando el dominio fiscal,
pero sin modificar la regalía del 50%, ni abrogar la “cláusula Calvo”.

228
Capítulo VI

De la capitalización de YPFB al colapso neoliberal


En este capítulo analizamos los objetivos y justificaciones, técnicos y políticos, del
nuevo modelo energético denominado “Triángulo Energético”, que el presidente Gonzalo
Sánchez de Lozada implementó entre 1993 y 1997, enfatizando su relación con la producción,
autoabastecimiento y exportación de energéticos fósiles. También dilucidaremos los alcances
de su aplicación, la gestión del mismo durante los gobiernos de Banzer y Jorque Quiroga, y
los éxitos y fracasos en relación a sus propias metas que tuvo hasta la “guerra del gas” en
octubre de 2003.
Indagaremos minuciosamente al proceso social tejido en torno a su implementación y
gestión en los ámbitos empresariales y políticos del contexto interno y externo, acentuando
los vínculos de las sucesivas políticas fiscales hidrocarburíferas, con las representaciones
históricas que los actores construyeron sobre las bregas “nacionales” y “antinacionales”
por los hidrocarburos, suscitando alianzas y reacomodos en la arena política. Indagaremos
cuidadosamente las inconstancias, o cambios, del modelo energético adoptado por los diversos
nacionalismos petroleros, según su disidencia o adhesión a las coaliciones de gobierno.
También analizaremos el papel que desempeñó la demanda por la “nacionalización de los
hidrocarburos”, articulando la hegemonía política de los movimientos sociales “asistémicos”
en torno al liderazgo de Evo Morales.
1. El ascenso de Goni, el nuevo modelo energético y la privatización “sui generis” de
YPFB
Los comicios presidenciales y parlamentarios del 6 de junio de 1993 tuvieron profundas
consecuencias sobre la política y estructura estatal boliviana. Resultó vencedora la coalición
bipartidista formada por el MNR y el Movimiento Revolucionario Tupac Katari de Liberación
(MRTKL)365; Víctor Hugo Cárdenas366, como líder del MRTKL, acompañó a Goni en la fórmula

365
Fundado a inicios de los años ´80 por una corriente katarista. El MRTKL acuñó la tesis de los “dos ojos” para explicar la realidad
secular de los indígenas bolivianos. Uno, viendo que la opresión de las naciones precolombinas tenía un carácter étnico-cultural
con implicaciones lesivas transversales a las clases sociales de la República “mestiza y blancoide”; el otro, las desigualdades
propias del capitalismo periférico instalado en Bolivia mediante la sobreexplotación del trabajo indígena. Denunciando que
los pueblos indígenas han sido los grupos más castigados por la exclusión ciudadana y explotación económica, el MRTKL
perseguía el reconocimiento constitucional de las pueblos originarios como naciones autónomas, y a la par, su plena inclusión
en la democracia participativa de aquel contexto neoliberal (Gamboa 2001: 164-165).
366
“Cárdenas había sido un prominente katarista de la primera época. En 1979 presidió el Congreso en que se creó la CSUTCB, fue
también uno de los primeros diputados por el MRTK y, en los años 1982-84 jugó un papel importante en la redacción de la tesis
política y el proyecto de Ley Agraria Fundamental. Ahora el paso de ese “indio aymara” por la vicepresidencia del país marcó un
hito pionero tanto para el país como para todo el movimiento indígena continental. Su selección, por encima de la de meritorios
militantes del propio MNR, tiene mucho que ver con el cálculo político para frenar a CONDEPA y fue avalada además por un
estudio de marketing político pre electoral que muestra cuán hondo había calado ya el enfoque indígena en la opinión pública.
En las bases creó por lo general un sentido de orgullo” (Albó, 2008: 47).
Evocando al “contubernio” del MNR y el MRTKL, Filemón Escobar recuerda: “los políticos de todas las corrientes estamos atentos
a la proclamación del binomio movimientista. Es un secreto de estado el nombre del candidato vicepresidencial. Todos quieren
saber quien acompañará al gringo. Para sorpresa nuestra, su acompañante era nuestro futuro candidato presidencial por el
MRTKL. El teléfono suena cada segundo pidiéndome una explicación, yo sólo atino a decirles que nos había traicionado (2008:
178).

229
Estado y Petróleo en Bolivia

presidencial candidateando a la vicepresidencia. El binomio logró el 36% del sufragio, y para


ganar la votación en el Congreso, se alió en coalición de gobierno a UCS y al Movimiento
Bolivia Libre (MBL)367, que alcanzaron el 13.8% y 5.36% del sufragio respectivamente. El
Acuerdo Patriótico (21% de votos) y CONDEPA (14.3% de votos) quedaron como principales
fuerzas de oposición (Pérez Mendieta, 2009: 4).
El nuevo gobierno puso en práctica un ambicioso programa de modernización y
reformas estructurales denominado “Plan de Todos” durante la campaña electoral. La
aplicación de la reestructuración general del Estado transformó la fisonomía política del
país. Según el gobierno las reformas inherentes a dicho plan, denominadas después como
“ajustes de segunda generación”, encausarían definitivamente a Bolivia hacia un proceso de
modernización sostenida; dicho proceso estaría regido por instituciones económicas liberales,
amplios derechos políticos, reconocimiento a los pueblos indígenas y participación ciudadana
(Soares, 2010: 87; Villalobos, 2004: 102).
El diseño del “Plan de Todos” acató las directrices establecidas por el “consenso de
Washington”, y su aplicación tuvo el auspicio financiero del FMI y BM, alcanzando un costo de
189 millones de dólares entre 1993 y 2001 (Zaratti, 2009: 99). Sin embargo, el “Plan de Todos”,
no era un calco estricto del ortodoxo decálogo neoliberal, sino que matizaba la ortodoxia
neoliberal, introduciendo importantes variantes “sui géneris” (Villalobos, 102-104: 2005). A
continuación mencionamos las reformas centrales, adjuntando una descripción sucinta sobre
sus metas y devenir, con énfasis en la capitalización:
a. Reforma Constitucional (aprobada el 12 de agosto de 1994). La nueva CPE definió a
Bolivia como país pluricultural y multiétnico en su art. 1; e introdujo la figura jurídica
de Tierras Comunitarias de Origen (TCO), que reconocía la propiedad colectiva e
indivisible de las tierras usufructuadas por los pueblos indígena-originarios (art.
171), como también, el derecho a la autogestión del territorio conforme a sus usos y
costumbres. El instrumento legal de implementación para las TCO fue la ley INRA
(18/10/1996)368.
b. Participación Popular (ley 1551, 20/04/1994). Efectivizó la descentralización del
poder político a nivel municipal; creando el fondo de “coparticipación tributaria”
por el 20% de los ingresos del TGN destinado a las alcaldías, a razón de un monto fijo
por habitante censado en la circunscripción municipal (art. 20). Nunca antes el TGN
había asignado recursos a los municipios. Paralelamente instituyó nuevos canales
de participación ciudadana en la gestión municipal, a través de las Organizaciones
Territoriales de Base (OTB).

367
Liderado por Antonio Araníbar, el MBL comenzó como una facción del MIR: “el carácter colegiado de la Dirección Nacional
fue puesto en tela de juicio en la época en que el MIR formó parte del gobierno de la UDP, y junto a otros factores, abrió la
crisis mayor del partido, que desembocaría en la conformación de tres fracciones: el MIR a secas, el MIR Bolivia libre, luego
transformado en Movimiento Bolivia Libre, y el MIR Masas (Ferrufino, 2003: 28).
368
El rol de Víctor Hugo Cárdenas en el poder se centró sobre la reforma constitucional y su aplicación en las políticas de participación
popular y reforma educativa. Para entonces el katarismo de Cárdenas había sustituido la confrontación: Estado republicano-
etnia originaria, por la confrontación: modernización-integración social de los pueblos originarios; se trataba de abrir el acceso
de los pueblos indígenas a la modernidad a través de una doble vía: libre mercado en economía, y multiculturalismo en las
instituciones democráticas (Gamboa, 2001: 173-175).

230
Juan José Anaya Giorgis

La Participación Popular creó condiciones propicias para la sustitución, casi total, del
control “clientelar” de los partidos políticos tradicionales en las organizaciones de base
(rurales o urbanas), por una conducción política autodeterminada. Al mismo tiempo,
aceleró y consolidó, la emergencia de los movimientos constituidos en torno a las
reivindicaciones étnicas, secularmente invisibilizadas por las estructuras simbólicas
y materiales del Estado nación, moderno y mestizo. Tanto en occidente, como en el
oriente del país, el símbolo de la “sociedad-cuerpo” fue sustituido por otro orden
simbólico: la sociedad multicultural y pluri-étnica (Laserna, Gordillo, Komadina,
2011: 72-74).
c. Reforma Educativa (ley 1565, 07/07/1994). Descentralizó los presupuestos de la
educación, involucrando a la comunidad municipal en los programas educativos,
procuró introducir una educación multicultural y bilingüe (al menos lengua
originaria y castellano), y modificó la estructura administrativa del magisterio fiscal,
orientándolo hacia un escalón de retribución salarial basado en méritos académicos y
metas alcanzadas. La reforma desató tenaz oposición entre los maestros sindicalizados
del área rural y urbana, siendo denominada por estos sectores como la “ley maldita”
(Anaya, 2009: 61; Villalobos, 2004: 103).
d. Capitalización de las empresas públicas “estratégicas” YPFB, ENDE, ENTEL, ENFE
y LAB (ley 1544, 21/03/1994), o una forma singular de privatizarlas. Recurriendo
a la inversión extranjera, la Capitalización pretendía modernizar y dinamizar la
economía boliviana, contribuyendo a resolver los problemas estructurales y con larga
data de baja productividad, rezago tecnológico, iliquidez crónica, escasa inversión,
débil mercado de capitales, y precario sector exportador. La Capitalización tenía un
rol “casi central”. Las empresas fortalecidas y más productivas por las inversiones
de los socios extranjeros, proveerían al TGN las cosechas tributarias abundantes que
necesitaría para financiar las reformas sociales y políticas inherentes “al indisociable
Plan de Todos” (Candia, 2009: 38; Villalobos, 2004: 104-105).
La Capitalización se diferenció del modelo típico de privatización (venta del 100% de
la propiedad, íntegra, o fraccionada en acciones, al capital privado). El Estado no vendía su
patrimonio, lo empleaba como aporte para formar una sociedad mixta con el capital extranjero,
cuya contribución debía ser símil al valor patrimonial de la empresa estatal, cotizado a precios
internacionales de mercado. El aporte del socio sería invertido en la propia empresa, en vez
de ingresar al TGN. Los beneficios de la participación accionaria estatal (50%), se destinarían
a un seguro universal de vejez (Villalobos, 2004: 103, 109; Delegado Presidencial, Cuaderno N° 7
2004). De cualquier manera, el control gerencial de las sociedades mixtas fue cedido a manos
del socio extranjero, a través de directorios instituidos con representación mayoritaria de los
síndicos delegados por el sector privado (Villegas, 2004: 137).
Obedeciendo al “Plan de Todos” el paquete accionario estatal fue transferido a las
Asociaciones de Fondo de Pensiones (AFP´s), en un fideicomiso denominado Fondo de
Capitalización Colectiva (FCC). Las AFP´s eran las entidades financieras privadas que
adquirieron la propiedad y control del sistema fiscal de jubilaciones y pensiones; el gobierno

231
Estado y Petróleo en Bolivia

privatizó estos fondos en el marco de los ajustes “de segunda generación”. Los recursos del
FCC sustentarían el pago anual y vitalicio del “Bonosol” para todos los bolivianos mayores
de 65 años, siempre y cuando, hubiesen cumplido 21 años al 31 de diciembre de 1995, por
un monto inicial de 200 dólares. La gestión del fideicomiso incluía entre sus atribuciones,
designar a los síndicos representantes de los intereses públicos en los directorios de las
empresas capitalizadas (Zaratti, 2008: 94, 96).
Los resultados económicos de la Capitalización provocaron profusas controversias.
Una valoración general sobre el proceso de capitalización, como exitoso en los sectores
hidrocarburífero y de telecomunicación, ambiguo para el sector eléctrico, y desafortunado
en los casos ferroviario y de aviación, resultó común entre los intelectuales adversarios del
modernismo estatista inaugurado en los tiempos pasados de la “guerra fría” (Zaratti, 2008: 101-
102; Talavera, 2004: 85-89; Pacheco, 2004: 212-215; Chávez, 2004: 129-134). Por supuesto, dicha
valoración general, no ha gozado de aceptación unívoca, o de aprobación condescendiente,
en el interior de la facción intelectual señalada.
El funcionamiento de las instituciones creadas con la misión “policiaca” de supervisar,
fiscalizar, y gestionar, al desarrollo de la capitalización fue, sin duda, insatisfactorio; y constituyó
el blanco principal de las críticas planteadas por la referida corriente académica (Laserna,
2009: 5-11). A continuación mencionamos las instituciones más cuestionadas: el Sistema de
Regulación Sectorial (SIRESE), formado por un conjunto de “Super Intendencias” sectoriales
(telecomunicaciones, electricidad, hidrocarburos, transportes, servicios básicos, y banca)
encargadas de hacer cumplir las normas y regulaciones del mercado (ley 1600, 28/10/1994);
las Secretarias Nacionales de Energía eléctrica e hidrocarburífera (sus titulares tenían rango
de ministro y sustituyeron al ministerio de energía e hidrocarburos)369, que debían diseñar
normas operativas en el marco de las leyes; los síndicos designados por las AFP´s como
representantes del interés público (Bessé, 2004: 254); y finalmente, las áreas “residuales” de
las empresas capitalizadas que el gobierno conservó en su poder, como contrapartes técnicas
para ejercer controles especializados (Miranda, 2009b: 171-172). Gonzalo Chávez, afamado
economista, señaló:

…Hubo incomprensión política, porque se perdió poder, pero también las “superintendencias”
no fueron muy pro-activas a la hora de regular, supervisar y legitimar sus acciones frente a la
sociedad. Ahora está claro que la regulación tuvo muchas debilidades institucionales […] El
fortalecimiento del sistema de regulación es una terea central en las reformas de capitalización.
El concepto de regulación no debe quedarse en la búsqueda de eficiencia económica, sino que
de acuerdo a la realidad social boliviana, la regulación también debería pensar en las servicios
de agua y electricidad como derechos sociales (2004: 134).

Algunas voces intelectuales ligadas al modernismo liberal, definieron a la Capitalización


como desventajosa e inconveniente, frente al modelo típico y total de privatización. Estos
argumentos tuvieron sustento en las debilidades de la “privatización sui géneris” para
equilibrar el presupuesto fiscal. La Capitalización, lejos de cerrar o mitigar el crónico déficit

369
La vida de las secretarias nacionales de energía fue corta, el gobierno que sucedió constitucionalmente al del Sánchez de
Lozada, eliminó a las secretarias restaurando al ministerio para cumplir similares funciones.

232
Juan José Anaya Giorgis

fiscal, lo agravó en el corto plazo. El gobierno, aduciendo mejorar la cotización de las empresas
y el régimen de pensiones en los mercados de capital, se hizo cargo de una parte considerable
de sus deudas antes de ofertarlas. Al mismo tiempo, canalizó los flujos de inversión hacia las
empresas y los dividendos accionarios hacia el Bonosol, cerrando así el acceso del TGN a estas
divisas, cuando el TGN atravesaba por una coyuntura de pobreza.
Precisamente, a partir de 1998, las asonadas populares exigiendo diversas demandas
políticas y económicas, cobraron inusitado vigor combativo. Vender el 100% de las acciones
destinando los ingresos al TGN, habría permitido cubrir el déficit sin sacrificar preciados
recursos de inversión social, hasta que las tributaciones obtenidas del aparato productivo
privatizado fueran suficientes para cubrir la brecha deficitaria (Müller, 2004: 84; Salinas, 2004:
261). En efecto, los impactos inmediatos de la capitalización fueron frugales, el economista
Oscar Zegada cuestionaba:

En el nivel macro la capitalización incrementó notablemente la tasa de inversiones en el país


llevándola a niveles poco habituales, pero las inversiones no se han reflejado en el desempeño
general de la economía boliviana […] Si bien es cierto que la situación recesiva, resultado de
varios factores internos y externos, que atravesó la economía boliviana a finales de los años 90
e inicios de la presente década, dificulta establecer la relación entre inversión extranjera directa
y desempeño macroeconómico, parece ser que para un crecimiento sostenido, no sólo interesa
la magnitud de la inversión, sino también su calidad (2004: 231).

La Capitalización370, como parte del “Plan de Todos”, tuvo buena aceptación en la


opinión pública, especialmente citadina, durante algún tiempo. René Rocabado recuerda:
“en su primer periodo el ʻPlan de Todosʼ -yo le decía ʻel plan para tontosʼ- encandiló a
las capas medias, en las ciudades, todo el mundo se sentía un capitalizador” (entrevista
personal, 04/05/2011). No obstante, gran parte de la adhesión se desvaneció a la hora de los
hechos. Alice Soares Guimarães explica: “sólo después de aprobada la ley de capitalización
empezaron las manifestaciones contrarias, primero con el rechazo de la COB, seguida de otras
manifestaciones contra la ʻentrega de las empresas estatales a manos extranjerasʼ realizadas
por sindicatos, los partidos de oposición, instituciones regionales, e incluso miembros de los
partidos en gobierno” (2008: 84-85).
Impedir el triunfo impune de la gran estafa “privatizadora” y neoliberal, que Sánchez de
Lozada pretendía imponer en Bolivia bajo el eufemismo de “capitalización” (Tahbub, 2008: 24),
fue la batalla más concurrida que libraron los actores de férreas convicciones antineoliberales
en la guerra contra el “Plan de Todos” (movimientos indígenas, nacionalistas endógenos e
izquierda marxista), y sobre todo en el caso de YPFB, la denominada “joya de la corona”
(Rocabado, entrevista personal, 05/04/2011). No en vano Víctor Paz Estenssoro, ya retirado de
la política en Tarija, declaró en agosto de 1995: “la gran batalla va a ser la capitalización de

370
La coalición del “Acuerdo Patriótico” proponía la privatización total de las empresas fiscales, excepto para YPFB, en cuyo caso
planteaban transferir sólo el 49% de las acciones al sector privado, conservando el 51% en manos del Estado. El “Plan de Todos”
prometía excluir de la privatización al 51% de las acciones de todas las empresas fiscales, los beneficios y propiedad del 50%
accionario, serían erogados a todos los bolivianos a través del Bonosol; los títulos restantes serían subrogados a los trabajadores
de las empresas (Presencia, 1193/14/02). En los hechos se entregó, por lo general, el 50% de las acciones al socio extranjero y
más del 1% a los trabajadores.

233
Estado y Petróleo en Bolivia

YPFB” (citado en, Royuela, 1996: 194)371. La “destrucción” de YPFB era usualmente vista por
estos sectores, como el principal objetivo urdido por Goni, en su afán de subastar a la patria
instaurando el decálogo neoliberal por encargo del imperialismo: la supervivencia de YPFB
impediría el éxito de su misión (Tahbub, 2008: 24-25; Gandarillas, 2008: 67; Mariaca, CDEAN
N° 28, 2000: 159; Ángulo, CDEAN N° 28, 2001: 32-33).
Muchos actores en disidencia con la NEP responsabilizaron a la gestión e intrusión de los
partidos políticos en las empresas públicas, por sus problemas de obsolescencia tecnológica,
iliquidez financiera, baja productividad, y alto endeudamiento (Fernández, 2004: 78). Según
Álvaro García Linera, entre 1985 y 1993, los partidos políticos habrían “descapitalizado”
deliberadamente a las empresas para legitimar su posterior privatización, interpelando a los
problemas generados o abonados, por ellos mismos (García, 2004: 227).
Carlos Villegas372 atribuyó los resultados sombríos de la capitalización al inadecuado
marco conceptual utilizado por sus diseñadores que obedecían a planteamientos teóricos
de organismos multilaterales. Según Villegas, en la visión sobre la realidad boliviana del
modelo capitalizador, fortalecer y dinamizar al segmento moderno de la economía, generaría
un efecto de solución cascada sobre los problemas de los segmentos menos modernos; e
impulsar el desarrollo del segmento moderno, sólo sería posible inyectando fuertes flujos de
inversión extranjera. Sin embargo, las reglas fijadas para la inversión privada, adolecieron de
planes claros sobre transferencia tecnológica, generación de empleo, consumo de insumos
bolivianos, y articulación económica interna (2004: 137, 139). Villegas también señaló que la
implementación de la capitalización no tomó en cuenta la sobre oferta de empresas públicas
en los mercados globales de capital -similares a las bolivianas pero de otros países- tratando de
captar inversiones para encadenarse al sistema económico dominante, todo lo cual favorecía
las condiciones exigidas por el capital a cambio de la inversión, reduciendo el rol del Estado
nacional a recaudador de impuestos (2004: 139-140).
¿Qué motivaciones morales subyacían entre los autores de una medida “nefasta” como
la capitalización? Para el economista Pablo Ramos, rector de la UMSA durante los ajustes de
segunda generación, la capitalización:

Reflejó con toda nitidez la ausencia de sentimientos patrióticos y la falta de lealtad con la
nación. Sus consecuencias a largo plazo serán muy parecidas a la que acarreó la firma del
Tratado de 1904 con Chile, que determinó la pérdida de la salida soberana al océano Pacifico:
contribuirán a la mediatización del desarrollo boliviano (2000: 85).

Los partidos políticos con prosapia neoliberal y la mayor parte de las élites económicas,
también atacaron con ahínco al “Plan de Todos” centralizando el peso del fuego sobre la

371
No está muy claro en qué medida Paz Estenssoro apoyó la capitalización en los hechos. El nacionalista Gildo Angulo (a
quien presentaremos formalmente más abajo), afirmó haber cultivado estrechos lazos de amistad con Estenssoro, cuando él
estaba como jefe de seguridad militar en la casa de gobierno durante la última presidencia de Paz Estenssoro. Según Angulo,
Paz Estenssoro murió muy amargado y resentido con Goni por el neoliberalismo puritano y pernicioso que subyació en la
implementación de la capitalización (entrevista personal, 15/04/2011).
372
Durante la presidencia de Evo Morales, Carlos Villegas fue nombrado: ministro de planificación (2005-2006), ministro de
hidrocarburos (2006-2009), y presidente de YPFB de 2009 a la fecha (El País, 2006/16/09; Página Siete, 2012/03/08). Antes de
estos nombramientos, Villegas era director del post grado Ciencias del Desarrollo (CIDES) de la UMSA.

234
Juan José Anaya Giorgis

capitalización (Oporto, 2009: 50). Los partidos MIR y ADN respectivamente, reclamaban
los derechos de autor sobre el mayor éxito político de Goni: “la Participación Popular”, en
realidad, sólo una variante de la “participación ciudadana”, cuyo diseño final habría sido
realizado por ambos partidos interpretando la información recolectada en el censo de 1992.
De ese modo, la copia tosca implementada por el MNR, mal respondía a los objetivos
originales del programa, orientados a mitigar la pobreza y ampliar los derechos políticos del
pueblo. No obstante, dichos partidos concluían que la Participación Popular era una reforma
“aceptable” y, prometían fortalecerla con incrementos a los recursos de la coparticipación
tributaria y brindando un verdadero apoyo técnico a la gestión municipal. En ese orden la
Capitalización encarnaba la antípoda “inaceptable” de las reformas, cuyos responsables
pretendían legitimar, aduciendo que la capitalización era una parte de un todo indivisible:
el “Plan de Todos”. Por el contrario, en la realidad no existía ninguna necesidad de “ceder”
las empresas públicas a las transnacionales a cambio de “promesas de inversión” (Fundemos,
1997: 38-40).
Sobre la recta final de las elecciones presidenciales fijadas para mayo de 1997, ADN, MIR,
Nueva Fuerza Republicana (NFR)373, PDC, la histórica FSB, entre otras fuerzas menores,
sellaron un pacto multipartidario bajo el liderazgo denodado del general Banzer. “La alianza”
se auto proclamó “nacionalista no aislacionista”. El nuevo concepto de nacionalismo acuñado
por la coalición promovía la incorporación cautelosa del país a los procesos económicos y
tecnológicos de la globalización, pues sería inconveniente para el país permanecer al margen
de un mundo cada vez más interdependiente. No obstante, la integración debía resguardar los
intereses nacionales que no habían sido tomados en cuenta por la capitalización (Fundemos,
1997: 37-39). La capitalización no sólo había entregado el patrimonio nacional a cambio de
promesas de inversión, sino que también marginó al empresariado nacional, castigando en
consecuencia al consumidor que se vio forzado a concurrir al mercado monopolizado por los
intereses foráneos de las transnacionales (Fundemos, 1997: 42).

2. El Triángulo Energético
De 1995 a 1996 el gobierno implementó el denominado “Triángulo Energético” como
estrategia reestructuradora del sector hidrocarburífero. Dicha estrategia se compuso con tres
programas entrelazados: 1) restauración legal del régimen de concesiones acompañado de
regulaciones fiscales más atractivas para la inversión extranjera, 2) capitalización de YPFB,
y 3) construcción inmediata del postergado gasoducto al Brasil, bajo la premisa de asegurar
el mercado brasilero para Bolivia, cuyo abastecimiento era una larga aspiración argentina en
disputa con Bolivia (Villalobos, 2004: 121; Miranda, 2009b: 135).
Si el contrato gasífero con Brasil encarnaría la clave para el éxito de la capitalización como
vehículo financiero del “Plan de Todos”, la materialización de las exportaciones estribaba en

373
Fundado en 1995 bajo el liderazgo del capitán Manfred Reyes Villa. “En medio de un panorama colmado de desesperación y de
incredulidad social, Reyes Villa se hace cargo transitoriamente de la alcaldía de Cercado, capital departamental de Cochabamba.
Bastaron 8 meses para devolverle al pueblo la fe y la esperanza, que vio en la gestión de Reyes Villa un ejemplo que reclamaban
desde hace mucho tiempo. Por ello en 1995 Manfred decidió fundar un nuevo instrumento político, para evitar ser una carta de
uso por viejos partidos que vieron en su liderazgo la oportunidad para fortalecerse” (El Diario, columnas de opinión, 2002/21/02).

235
Estado y Petróleo en Bolivia

aplicar el “Triángulo Energético” (Soares, 2010: 85-87). Durante su primer mandato, Gonzalo
Sánchez de Lozada insistía sobre: “la posibilidad de ser un país viable con crecimiento y
justicia social depende del “Triángulo Energético” (citado en, Soares, 2010: 86) ¿Cómo? ¿Qué
fundamentos sustentaban tal conclusión? Y, ¿Qué tan veraces eran?
Analistas y promotores del “Triángulo” presentaron alegatos dirigidos a probar la
impotencia de la ley 1194 atrayendo inversiones: “ningún financiamiento y ninguna inversión
directa fueron atraídas por la posibilidad de tener acceso al mercado brasileño374 bajo los
términos de la Ley 1194 y bajo las condiciones pactadas con Brasil” (Candia, 2009: 32-33).
Tampoco sirvió aliviando el desplome alarmante de la relación reserva/producción que bajó
a 10 en 1996 (YPFB: 1996: 303). Igual opinión sostuvo Napoleón Pacheco (2009: 106) y también
Miranda Pacheco (2009b: 136). A principios de 1995 el BM calificó a la ley 1194 como inepta y
los técnicos de este organismo recomendaron al gobierno aprobar una ley de hidrocarburos
adecuada a las expectativas del mercado, en caso contrario la producción de gas en el país no
sería competitiva. Esta recomendación fue aceptada por el gobierno (Navajas, 2009: 16-18).
A propósito de la injerencia del BM sobre la planeación energética boliviana, Oscar López
Paulsen observa:

Todo esto estaba bien arreglado por el FMI, BID y el sistema político neoliberal imperante,
convencidos de que vender nuestro patrimonio era la mejor y más rápida manera de lograr
el desarrollo económico, social y político. Los medios de comunicación, ya sea sostenidos
económicamente, o por creyentes conversos, defendían y profesaban el proceso con mayor
vehemencia que los creadores mismos. Incluso la izquierda estaba paralizada y apopléjica,
pues parecía carecer de argumentos para refutar estas ideas que penetraron en la población.

El proceso en YPFB empezó en 1995, para lo cual se contrataron consultores especializados. De


todos los que vinieron, sólo dos eran realmente de muy buen nivel, el resto eran deficientes,
pero defendían la ideología y la doctrina con elocuencia y mucha fe. El Gobierno quería que
la gente de YPFB no participara en el proceso, porque lógicamente tenía miedo de que la
información llegara a niveles políticos inconvenientes (El Deber, 2012/29/10).

Cabe señalar que la estrategia y ejecución del “Triángulo Energético” dependía de variables
políticas internas y económicas externas difíciles de controlar. Influir sobre las variables
externas era aún más difícil. Carlos Miranda Pacheco, entones Secretario Nacional de Energía
(cartera sustitutiva del ministerio de hidrocarburos), brinda testimonio al respecto:

Lamentablemente la reforma no se hizo rápido, debíamos haberla hecho más rápido,


demoramos mucho. Goni el primer año arrastró sus pies ¡desesperantemente!...“vamos a ver,
vamos a ver” –decía, ¡pero Goni! –replicábamos, y nada, “veremos esto también”, insistía…
Goni es un tipo muy inteligente, es un tipo endemoniado para sentarte a trabajar, siempre tenía
la pregunta que no puedes contestar, o la inventaba, o pedía otra alternativa. ¡Sólo teníamos
cuatro años! y Goni jodía con “veremos, veremos”; mientras intentaba prorrogar su mandato.

374
Royuela Comboni señala: de 1996 a 1999 YPFB necesitaría invertir unos 1033 millones de dólares sólo en exploración y
desarrollo, y al menos otros 430 millones adicionales en el gasoducto, para garantizar las exportaciones al Brasil. La deuda
externa de YPFB bordeaba los 430 millones de dólares, monto mayor al 50% del valor de su patrimonio neto estimado en 800
millones de dólares, y su índice “económico financiero” resultaba inferior a uno desde 1993; con esas condiciones, era obvio que
YPFB no tenía chance alguno de obtener o apalancar los recursos requeridos por sí misma (1996: 191-192).

236
Juan José Anaya Giorgis

¡Tuvimos que competir con la Argentina hasta el último momento!...Argentina sabía que nos
íbamos a quedar sin una gota de gasolina375 si no vendíamos gas, y pretendía ser el monopsonio
del gas boliviano, para revenderlo después a Brasil, como hace con el mercado chileno.

Nosotros estábamos desesperados [se refiere al equipo de la reforma], veíamos que el tiempo
se estaba acabando, que nos iba a faltar tiempo…entonces organizamos un seminario durante
el corso [1996] sobre el problema petrolero, la ley, la venta, etc. Precisamente, el seminario,
coincidió con la maniobra de Goni para prorrogar su mandato en el Congreso, y el intento
legislativo fracasó. A la mañana siguiente, vino al seminario pues el Goni, otro Goni, ya no
era “veremos”, sino “porque no nos apuramos”, “vamos por acá, por allá” […] Le falló lo del
Congreso, ja (entrevista personal, 22/07/2011).

2.1 La nueva ley de hidrocarburos 1689 del 30 de abril de 1996


La ley 1689 “impuso” una modalidad contractual de carácter unívoco: los denominados
contratos de “riesgo compartido”, o joint venture, estarían sujetos a la nueva estructura tributaria
ordenada en la misma ley (Art. 1). En consecuencia: los cambios impositivos apuntaron
al upstream, disminuyendo las regalías para los hidrocarburos denominados “nuevos”, e
incrementando los impuestos directos, como se observa en el Cuadro VII. El rebalanceo de
las regalías, hacia los impuestos directos, vino acompañado de generosos mecanismos de
deducción impositiva directa, por concepto de inversiones y asignación ilimitada de pérdidas
hacia ejercicios futuros, que significaron en los primeros años una caída en la carga tributaria
efectiva (Navajas, 2009: 22).

Cuadro VII: Impuestos y Regalías ley 1689

Ley 1689 y modificaciones de posteriores introducidas por la ley


1731 del 25 de noviembre de 1996 (surtax y nueva definición de
hidrocarburos nuevos y viejos, dicha definición fue ajustada por
Gabelas medio del DS 24419 del 27/10/1996)
Hidrocarburos viejos Hidrocarburos nuevos (probadas en
(reservas probadas y en campos no productores antes de la
producción antes de ley) ley, o descubiertos después)
Regalías (sobre el valor de la
50% 18%
producción a precios de boca de pozo)
Impuesto a las Utilidades de las
25% 25%
Empresas IUE
Impuesto a la Remisión de Utilidades al
12.5% 12.5%
Exterior IRE
SURTAX (se aplicaría sólo a los
megacampos. Nunca fue reglamentado,
por tanto, los mecanismos de su X 25%
aplicación práctica, han sido un
misterio)

375
Por la escasez de reservas petrolíferas en las acumulaciones bolivianas de carburantes, Bolivia debía, necesariamente, producir
grandes cantidades de gas en el corto plazo para extraer los líquidos asociados, de lo contrario, no sería posible abastecer los
requerimientos internos con producción propia.

237
Estado y Petróleo en Bolivia

Tras su aprobación como parte de la 1689, el modelo joint venture, regiría sobre cualquier
operación futura en minería fósil ya que al tratarse de un modelo contractual standard, los
contratos sólo serían firmados por YPFB “residual” y las transnacionales, sin necesidad
de someterlos a su aprobación individual, a instancias del congreso nacional (art. 59 y
art. 59 numeral 5 de la CPE). YPFB sólo podría participar en los procesos de exploración,
explotación, y comercialización de hidrocarburos celebrando contratos de riesgo compartido
(ley 1689, art. 1). Los fundamentos jurídicos de dicha omisión, interpelaron a la inexistencia
de proscripciones constitucionales, o de otras legislaciones, para una aprobación general
de contratos, obligando a promulgar una ley expresa para cada uno (Urioste, 2009: 76). Sin
embargo, las reglas y detalles técnicos del modelo joint venture no figuraban en la ley 1689,
siendo definidas más adelante a través del DS 24806 promulgado el 4 de agosto de 1997 ¡dos
días antes de las elecciones generales!
Al unísono, la ley 1689 autorizaba la migración voluntaria de los 76 contratos vigentes, 72
de operación y 4 de asociación, al régimen joint venture (art. 74-76), o en otras palabras, una
especie de “piedra libre por todos los compañeros”; de este modo ninguna empresa se quedó
al margen del beneficio (Pacheco, 2009: 108).
Además las transnacionales tendrían plenos derechos sobre la comercialización de la
producción, externa o interna (art. 5 y 24). A diferencia del pasado, la autoridad fiscal (el
SIRESE) sólo tendría potestad para autorizar la construcción y operación de ductos destinados
al transporte de la producción (art. 33). Inquiriendo a los estrategas de la medida, sobre la
efectividad del control indirecto, Miranda Pacheco enfatizó:

Para salir de Bolivia hay que tener oleoductos o gasoductos, no hay otra manera. Entonces
nosotros pusimos en el reglamento de transporte de la ley 1689, que cualquier proyecto tiene
que ser aprobado por el poder ejecutivo [DS 24398, 21/10/2013], no es nomas decir “yo lo
tengo aquí y lo llevó acá”, el ejecutivo tenía la facultad de aceptar el proyecto o dejarlo, sin
dar explicaciones […] Como te decía hace un momento, cuando negociábamos el plan con los
sindicatos, ellos aceptaron quedarse con las refinerías, nosotros con gasoductos y oleoductos;
en nuestro país mediterráneo, las llaves del negocio son quien da permiso para gasoductos y
oleoductos, quien los da, controla la producción y el reparto, sí los da el Estado ahí lo tienes
controlando, por eso hicimos nosotros eso (entrevista personal, 22/08/2011).

Según Francesco Zaratti376 la implementación de los joint venture agreements, y la retirada


fiscal sobre el control directo de la gestión comercial: “se movieron al filo de la legalidad
constitucional, e incluso llegaron a traspasarla” (2009: 94-95). Las ambigüedades dieron píe al
surgimiento de uno de los ejes discursivos más sobresalientes y reñidos en el debate político:
la constitucionalidad o inconstitucionalidad de la Capitalización y la reestructuración del
sector energético. Los opositores realzaban los visos de ilegalidad que pretendían ceder “la
soberanía sobre los hidrocarburos a las transnacionales” (Nieto, Ramírez, 2008: 9; Morales,

376
Fue nombrado primera autoridad de la Oficina del Delegado Presidencial para la Revisión y Mejora de la Capitalización (creada
a fines de 2002), en 2004 por el presidente Carlos D. Mesa (octubre 2003-junio 2005), sustituyendo a Juan Carlos Virreira (los
informes de Virreira presentaron por primera vez a la opinión pública, una radiografía financiera de la capitalización, ver
por ejemplo La Capitalización en Cifras [2003]). Zaratti y Hugo del Granado fueron los asesores principales del ministro de
hidrocarburos, Álvaro Ríos, designado por Carlos D. Mesa (Zaratti, 2008: 130); Zaratti es un destacado analista de la política
hidrocarburífera contemporánea, su producción bibliográfica inherente al tema es vasta.

238
Juan José Anaya Giorgis

D., CDAEN, Nº 26, 2000: 45; Rocabado, CDAEN, Nº 30, 2001: 21-23; Almaraz, CDAEN, Nº 30,
2001: 90; Ángulo, CDAEN, Nº 30, 2001: 30; Ángulo, CDAEN, Nº 31, 2002: 16).
Edgar Oblitas, como presidente de la Corte Suprema de Justicia en los comienzos del
“Plan de Todos”, inició la controversia jurídica. Oblitas fue prefecto de La Paz cuando
Ovando nacionalizó a Gulf (Soliz, Bolpress, 2004/29/03). De acuerdo al alto magistrado “la
ley de capitalización, [todavía sujeta al debate en el Congreso] estaba totalmente reñida
con la CPE”. Y añade Soliz Rada: “Sánchez de Lozada sabía que el Parlamento, dócil a sus
designios (contaba con dos tercios del Congreso), no sería obstáculo para que la citada ley
fuera aprobada. La infranqueable barrera se hallaba en la Corte Suprema de Justicia, entidad
que debía dilucidar la legalidad o ilegalidad de la Capitalización” (Bolpress, 2004/29/03).
Una columna de opinión firmada por Waldo Oblitas, Santiago Berríos y Juan Carlos Lazcano,
complementa:

La peor afrenta que lanzó este visionario magistrado contra el Gobierno genocida y entreguista
de Gonzalo Sánchez de Lozada (hoy prófugo de la justicia boliviana), fue que Oblitas no
permitiría la vigencia de las leyes de la maldita capitalización, porque ya denunciaba, en una
especie de profecía, que con estas leyes se entregaría el patrimonio nacional a la voracidad de
las empresas transnacionales, de las cuales el gobierno era cómplice y protector, y que en lugar
de capitalizar el país se lo aniquilaría económicamente y su nefasto resultado nos convertiría
en más pobres que nunca (El Diario, 2006/28/06).

De súbito Edgar Oblitas apareció envuelto en un escándalo de extorsión contra el ciudadano


nicaragüense y presunto agente secreto del gobierno estadounidense, Antonio Ibarra (Cambio,
2011/31/07). En octubre de 1993 circuló un video grabado en el domicilio de Ibarra por agentes
del Ministerio del Interior que mostraba al ex magistrado Hugo Galindo extorsionando a Ibarra
en nombre de Oblitas para declarar improcedente la extradición de Ibarra que demandaba el
gobierno nicaragüense (El Tiempo, Bogotá, 1993/21/10, 1993/27/10)377. En esa oportunidad,
el gobierno aprovechó las circunstancias para despojar a Oblitas de la envestidura pública.
Santiago Berríos, abogado defensor de Oblitas durante su juicio, sostuvo que:

Tejieron una trampa para involucrarlo al doctor Oblitas, como si el doctor Oblitas estuviese
comprometido en un caso de soborno, ¿se da cuenta no?...Había que quitar del camino al
obstáculo, que era el presidente de la Suprema, y le hicieron un juicio de responsabilidades.

Ahí lo defendí, y no le probaron nada, porque era un juicio político, no le probaron absolutamente
nada, pero como todo estaba muy bien preparado, en el Senado Nacional sacaron una sentencia
excluyéndolo de la Corte Suprema de Justicia…simplemente muerte civil. Después ese mismo
Senado lo reivindicó en 1998, pero ya era tarde, así fue (entrevista personal, 14/04/2011).

A Edgar Oblitas lo recuerdan como héroe por defender a la patria cuando los “entreguistas
y esbirros del imperialismo”, al servicio del “traidor” Sánchez de Lozada, preparaban la
“erogación gratuita del patrimonio nacional” (entrevista personal, Rocabado, 05/04/2011;
Ángulo, 15/04/2011; Carvajal, 15/04/2011; Berríos, 14/04/2011). Posteriormente, Santiago

377
(http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-246149 [17/08/2013]; http://www.eltiempo.com/archivo/documento/
MAM-249582 [17/08/2013]).

239
Estado y Petróleo en Bolivia

Berríos, con sus propios recursos fundó el colectivo ciudadano Alianza Patriótica de Abogados
(APA), a fin de plantear la nulidad de los joint venture agreements ante la justicia ordinaria, con
el apoyo del diputado Roberto Fernández Orozco (NFR), y de otros defensores destacados
de YPFB378. Al promediar el año 2002, APA interpuso un recurso “directo o abstracto” de
inconstitucionalidad para el DS 24806. A continuación el propio Berríos narra los avatares de
la batalla judicial:

La fundamentación de la demanda de nulidad, estaba, precisamente en la no participación


del Congreso Nacional. De acuerdo a la Constitución el Congreso debería haber sido quien
dé su visto bueno, o rechace, a los contratos en cuestión, y no fue así. El congreso nacional no
tuvo intervención para darle la validez o el rechazo; frente a eso, obviamente, apoyados en esa
fundamentación constitucional, planteamos la demanda.

Evo Morales, por esa época era diputado y dirigente cocalero del Chapare, comulgaba con
todos los planteamientos que teníamos nosotros en el tema hidrocarburífero; nosotros
decíamos que, anulando esos contratos, había que ir a la nacionalización […] Evo Morales se
había comprometido a coadyuvar con la demanda ordinaria que estaba en conocimiento de un
juez de partido civil.

Luego el gobierno del periodista Carlos Mesa (2003-2005) modificó al Código del Petróleo
1689 con el nuevo 3058, y con esa nueva ley, el gobierno de Mesa legalizó los contratos que
estábamos demandando. Indignados criticamos la influencia del poder político en el manejo
de la justicia, y planteamos a Evo la elección directa de los miembros de la Corte Suprema de
Justicia, Tribunal Constitucional y el Consejo de la Judicatura; elección directa por el pueblo,
ha sido idea nuestra, Evo apoyó (entrevista personal, 14/04/2011).

En efecto, las dos sentencias emitidas por el tribunal constitucional sobre la cuestión (4 de
agosto de 2003 y 7 de marzo de 2005) declararon legal a la capitalización, ley 1689, DS 24806,
y demás reglamentos (Urioste, 2009: 78-80, 85-88).
Sin duda la principal audacia liberal de la ley 1689, y la que precipitó las reacciones
más encolerizadas, fue la clasificación del reservorio San Alberto “profundo” como campo
de hidrocarburos nuevos. Los términos conceptuales de la 1689, posteriores ajustes y
reglamentaciones, se diseñaron con ese propósito:

Asesorados por un grupo de consultores liberales, muy buenos, desgraciadamente muy


buenos...se concluyó, luego de mucho debate, que San Alberto era atractivo pero que había
que tener cuidado (era lo único que había, no habían los otros campos profundos), porque un
campo de la naturaleza de San Alberto, tan caro, si pretendíamos sacar el 50% como se sacaba
a los campos existentes, no iba a haber interés, se iban a asustar…De ahí ha salido la famosa
doble tributación de la ley: el petróleo nuevo, el petróleo viejo, de ahí ha salido, peleábamos
día y noche entre nosotros (Miranda, entrevista personal, (28/07/2011).

Carlos Royuela Comboni detenta símil opinión técnica sobre las condiciones de San
Alberto: “posee yacimientos que no están sobrepresurizados ni fracturados y requiere

378
Jorge Téllez Asamoto, un ingeniero geólogo que sirvió a YPFB durante 30 años siendo retirado de la empresa en el año 1998 por
su intenso proselitismo antineoliberal (Sagárnaga, Los Tiempos, 2008/20/04), el almirante Miguel Alvares Delgado y el contra
almirante Gildo Ángulo Cabrera, ambos militares del servicio pasivo de la fuerza naval. Los militantes impertérritos de APA eran
los abogados Juan Carlos Lascano Henry, Waldo Oblitas Fernández y Santiago Berríos (Berríos, entrevista personal, 14/04/2011).

240
Juan José Anaya Giorgis

técnicas especiales de fracturamiento inducido para lograr producciones que justifiquen su


desarrollo” (1996: 188); pero disímil criterio económico: “se había planteado la alternativa de
dividir los hidrocarburos nuevos en dos categorías: ʻdescubiertosʼ y ʻpor descubrirʼ, y aplicar a
los primeros una tasa adicional sobre la producción; sin embargo la sugerencia no fue tomada
en cuenta por los diputados” (1996:199). Aun así, concede su visto bueno al modelo: “con la
inyección de capitales se espera que las reservas crezcan y que Bolivia sea el eje energético
del cono sur, para aliviar, a la larga, la pobreza crónica del pueblo boliviano” (1996: 202).
Luego protesta contra los “eternos e inefables opositores, siempre consecuentes enemigos del
cambio, aquellos que se opusieron a las ventas de gas al Brasil en el pasado, y que actúan a
través de la manipulación inescrupulosa de sentimientos legítimos” (202). Sobre Sánchez de
Lozada dice al final: “a pesar de los problemas se mantiene firme y decidido a seguir adelante
con sus reformas”, y cierra el telón con la célebre pregunta de Aquino: “Sino es esto, ¿qué?”
(1996: 203).
Volviendo a San Alberto, en diciembre de 1995, el 0.04 TCF de reservas probadas y
certificadas por la prestigiosa empresa del rubro DeGolyer and MacNaughton, no fue
reconocido como hidrocarburos viejos (Delegado Presidencial, Cuaderno Nº 6, 2005: 26, 29)379.
Asimismo, la caída del 50% al 18% sobre el reparto de la producción en boca de pozo, provocó
indignación en casi toda la población. Los segmentos pro reformas de la sociedad se vieron
reducidos a una minoría silenciosa en los debates (Navajas, 2009: 20). Evocando al pasado
Miranda Pacheco trasunta: “con el 50% de participación sobre la producción bruta establecido
por ley, el país vivía tranquilo” (citado en, Navajas, 2009: 23). No obstante, en los hechos reales,
las participaciones fiscales acordadas con las empresas en los contratos eran menores al 50%
(López, 1994: 203). Al respecto, Fernando Candia expresa: “el 50% era una especie de tasa
histórica grabada en el imaginario de la gente como el límite impositivo inferior aceptable”
(Candia, 2009: 32).
La reivindicación de San Alberto “profundo” como mega campo descubierto por YPFB,
y por tanto viejo, fue con certeza, la denuncia más sonada sobre los propósitos dolosos del
“Triángulo Energético” (Gandarillas, 2008: 83). “Recuperar San Alberto para los bolivianos”
fue la consigna central durante la articulación de la resistencia al modelo. A continuación
Justo Zapata narra el proceso:

Yo era químico de la carrera de Ciencias Químicas, estaba de director en el Instituto de


Desarrollo Regional de la UMSA, ahí tratábamos cuestiones de desarrollo energético […] y
se entró al tema de la Capitalización, ¿cómo será este tema? Nadie opinaba sobre la parte
técnica…Ahí es donde los jubilados y profesionales aparecieron, fueron los que empezaron a
denunciar el caso San Alberto, entre los jubilados estaba Enrique Mariaca. Todo lo que sé sobre
YPFB me lo enseñó Mariaca en las charlas que daba […] él ha sido quien ha hecho conocer
el tema, el que tiraba la línea con los jubilados; los jubilados sostenían al Comité de Defensa

379
Dicho informe fue realizado por el delegado presidencial Francesco Zaratti, con la colaboración fundamental de Luís Alberto
Rodrigo, un destacado geólogo de larga trayectoria en YPFB. El informe fue muy atacado por Enrique Mariaca y el economista
Pablo Ramos (Zaratti, entrevista personal, 10/02/2010).

241
Estado y Petróleo en Bolivia

del Patrimonio Nacional [CODEPANAL]380 con sus aportes, yo era delegado institucional al
CODEPANAL por la UMSA […] ahí se empezó a armar la cosa, en torno a San Alberto, nos
daban mucha cobertura en el canal 13.

En CODEPANAL estaban Manuel Morales Dávila, Héctor Arce, Manuel Morales Olivera y
Marcia Morales [hijos de Manuel Morales], Reynaldo Venegas, después senador de Oruro por
CONDEPA, René Rocabado, luego el almirante Gildo Angulo, como director del Centro de
Altos Estudios Nacionales [CDAEN] de las Fuerzas Armadas, entre otros; Manual Morales
Dávila que hablaba de enjuiciar a Goni por traición a la patria…

Se comenzó a coordinar con Evo, yo diría que en torno a éste tema y CODEPANAL se comenzó
a armar el gobierno de EVO; hacíamos seminarios en la UMSA y espacios sindicales de la
COB. Una de las primeras actividades fue un Congreso en Camiri, ahí sería elegido el comité
ejecutivo de la FSTPB, el MBL se hizo cargo de la secretaria ejecutiva con David Coulthard,
el MNR no pudo imponerse, y ahí se arma la resistencia al modelo, una resistencia dura;
también entraron la Federación de Chóferes, era un movimiento “brutal”, las movilizaciones
eran tenaces…los chóferes se entraron a ENFE, capitalizada por chilenos, y quemaron las
vagonetas Land Cruizer 0 km. de los chilenos; cierta vez a Morales Dávila381 lo metieron preso
en San Pedro como dos meses, lo agarraron saliendo de una reunión de CODEPANAL, ahí el
movimiento creció más, las manifestaciones eran enormes.

CONDEPA y CODEPANAL tenían lazos de mutua colaboración, CONDEPA ya hablaba


de nacionalizar los hidrocarburos, no mejorarla como decían el MIR y ADN que también
participaban en la lucha callejera. Lamentablemente después David Coulthard se dio vuelta
a último momento, igual los chóferes, y la COB un poco, creo que corrió mucho dinero […]
entonces se desinfló la cosa días antes de la capitalización de YPFB. Sólo nos quedaba la vía
electoral, parecía que CONDEPA ganaría las elecciones, Andrés Soliz Rada era el ideólogo,
entonces misteriosamente se muere el compadre Palenque; dos días antes me había reunido
con ellos, Soliz nos dio una arenga patriótica recuerdo… (entrevista personal, 04/14/2011).

380
La sede de la FSTPB en La Paz, ha funcionado como el cuartel general de CODEPANAL, las reuniones ordinarias son en los días
martes (Carvajal, entrevista personal, 15/014/2011).
381
En abril de 1978, Manuel Morales Dávila formó parte del colectivo político que constituyó al Frente Revolucionario de Izquierda
(FRI), cuyas bases doctrinarias abrevaban del marxismo; el FRI apuntó a funcionar como el instrumento político de las masas,
derrocar a la dictadura, instalar una democracia popular y “liberar” económicamente a Bolivia (http://en.wikipedia.org/wiki/
Revolutionary_Left_Front_(Bolivia) [21/05/2013]).
Ejerciendo la profesión de abogado en ciudad de La Paz, con bufete propio, especializado en derecho laboral, Morales Dávila,
sólo atendía trabajadores y gente humilde; durante la última década del siglo XX, adquiere prestigio entre las organizaciones
populares por su desempeño profesional prestando asesoramiento jurídico. En dicha etapa Morales Dávila incorporó al joven
abogado Héctor Arce Zaconeta como ayudante del bufete. Posteriormente Héctor Arce será diputado nacional por el MAS,
presidente del Congreso y viceministro de Evo Morales (Arce, entrevista personal fmbolivia.tv, 28/01/2012, [http://www.
fmbolivia.tv/entrevista-a-hector-arce-zaconeta-ex-presidente-de-la-camara-de-diputados/]).
El tránsito de Mórales Dávila por CODEPANAL no fue duradero. Luego de su detención temporal en la cárcel de San Pedro bajo
cargos de sedición y desacato, por increpar frontalmente como “traidor a la patria” a Sánchez de Lozada en marzo de 1996, la
popularidad de Dávila creció (Soliz, Bolpress, 2011/02/07). Lo nombran vicepresidente de CODEPANAL, desde ahí rivaliza con
Enrique Mariaca disputando su liderazgo, sin éxito. En la organización Mariaca era muy estimado como gran patriota, ingeniero
brillante de vasta experiencia, y líder genuino, ¡incluso había estado en la defensa de Villamontes!, la última batalla de la guerra
del Chaco ¡por la defensa del petróleo!
Concluido el primero gobierno de Sánchez de Lozada, Morales Dávila dejó CODEPANAL y funda su propio grupo, arrastrando
consigo varios militantes destacados del colectivo, como el geólogo Jorge Téllez; nunca más volverá a CODEPANAL (Ángulo,
entrevista personal, 15/04/2011; Carvajal, entrevista personal, 15/04/2011). El nuevo grupo de Morales Dávila se fundió con
el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales (más abajo analizaremos los orígenes del MAS), Manuel Morales Dávila
ingresó a la cámara de senadores en las elecciones generales de 2002, postulando en el MAS por el Departamento de La Paz.
Las relaciones entre Evo Morales, y el grupo nacionalista e izquierdista de Morales Dávila, han sido muy estrechas (Stefanoni, Do
Alto, 2006: 76-77).

242
Juan José Anaya Giorgis

Al escandaloso “redescubrimiento de San Alberto” se sumaron otros agravantes382.


Diez días antes de aprobarse la ley 1689, Petrobras e YPFB, protocolizaron dos contratos de
asociación a través de los DS 24283 y 24284. Ambos fueron promulgados conforme a la ley
1194, para la exploración y posible explotación de los bloques San Alberto y San Antonio (o
Sábalo) y cuya producción sería repartida en partes iguales. Muchos tomaron el hecho como
la prueba rotunda de la voluntad servil del gobierno hacia los intereses transnacionales,
demostrando a la par, los resultados “descapitalizadores” de la supuesta capitalización
(Gandarillas, 2008: 80-81). Este hecho también fue notariado en los alegatos judiciales
demandando la inconstitucionalidad de la 1689 (Berríos, El Diario, 24/10/2004). Incluso
técnicos renombrados de YPFB inclinados hacia la participación de capitales extranjeros,
como Hugo del Granado, protestaron por la reclasificación del campo San Alberto (Los
Tiempos, 24/01/2001).
Para atraer las inversiones que garantizarían satisfacer a tiempo los apetitos gasíferos de
Brasil ¿era preciso migrar a la modalidad joint venture o modelos afines, como sugirió, por
ejemplo, Napoleón Pacheco (2009: 106)? Francesco Zaratti respondió la pregunta indicando:

Los únicos contratos de asociación, al amparo de la Ley 1194, fueron los de Petrobras debido
a la urgencia de certificar reservas para la exportación al Brasil; los contratos de asociación
son atrayentes si hay mercados en firme, como era el caso del Brasil383, pero no funcionaron
atrayendo el interés de otras compañías. De hecho, frente al poco interés de otras compañías,
la ley 1194 fue reemplazada a los pocos años por la 1689, que sí atrajo inversiones, a costa de
desplazar la participación tributaria del Estado hacia el IUE y surtax (comunicación personal,
13/10/2013).

En tales circunstancias, el ex presidente de YPFB Arturo Castaños, valoró a la Capitalización


como una reforma interesante en teoría, pero cuestionó su aplicación “atolondrada” en
YPFB por cumplir el plan “a rajatabla”, sin evaluar los resultados “grises” obtenidos hasta
el momento por los casos previos del LAB, ENDE y ENFE. Según Castaños, en rigor, no era
preciso capitalizar YPFB para exportar gas al Brasil:

382
“El campo gasífero de San Alberto fue plenamente descubierto por YPFB en 1990, con el pozo Sal X-9. Desde 1966 se habían
perforado 8 pozos previos, que mostraron la gran potencialidad del campo, lo que permitió al ministro de hidrocarburos de la
época, declarar que la potencialidad gasífera del país había logrado un avance substancial […] Petrobras sólo perforó 46 metros
más en el pozo SAL X-9, que le habilitó para una formidable campaña de prensa acerca de un gran descubrimiento, lo cual resultó
en verdad un “redescubrimiento” de lo que ya había descubierto YPFB, permitiendo a los “capitalizadores” gubernamentales
señalar tal hecho, como uno de los resultados positivos de su política de entrega de los recursos nacionales al poder extranjero”
(Rocabado, CDAEN Nº 30, 2001: 23).
Carlos Miranda Pacheco indicó que el pozo San X-9, terminado por Petrobras y asociados (20/01/99), sólo utilizó ½ del metraje
perforado por YPFB, luego el trépano fue redireccionado alcanzando los 4600 metros (entrevista personal, 13/12/2011). Por
otra parte, antes de “reacondicionar” el San X-9, se perforó San X-10 (09/11/97) que llegó a 5220 metros; los pozos San X-10,
X-11 y X-12, oscilaron entre 5220 y 5658 metros, permitiendo certificar reservas por 5.3 TFC en diciembre de 1999 (Delegado
Presidencial, Cuaderno Nº 6, 2005: 31, 60-64).
383
Como “titular” de los bloques Sábalo y San Alberto, Petrobras protocolizó la conversión de sus contratos de asociación a riesgo
compartido en octubre de 1996. Para explotar los campos se asoció con las petroleras Andina S.A. y la francesa Total; las
participaciones accionarias se distribuyeron como sigue: Petrobras 35%, Andina 50%, y Total 15% (YPFB, Informe Mensual Enero,
Febrero, Marzo, 2002: 61). De acuerdo a la ley 1689, el titular del campo asumía los derechos y obligaciones por la operación del
mismo, y podía asociarse con otras empresas a fin de compartir los costos, inversiones y excedentes, prorrateados según los
capitales aportados.

243
Estado y Petróleo en Bolivia

En esa época se hablaba de un famoso triángulo energético, y a mi modo de ver, había una
sola cosa importante: el mercado de Brasil, si no hubiese existido el mercado de Brasil, la
capitalización hubiese sido un fracaso total, y la ley 1689 también se venía abajo totalmente;
para mí lo más importante fue que se creó un mercado, y se construyó un ducto que no le costó
un centavo al país, porque no le costó un centavo […] Y te puedo contar una anécdota, en la
época de la capitalización vino la Mobil, que era uno de los jugadores importantes, y le dijo al
gobierno: “¿saben cuánto vale para mí YPFB? Vale cero.”

Lo que fundamentalmente hizo que las empresas vengan, exploren y perforen, ¡fue el mercado!
Esto si quieres puede ser neoliberal, pero si no hay mercado, no pasa nada. La mentalidad de
las empresas es simple: si yo invierto y arriesgo, es por la posibilidad de tener rentabilidad;
nadie va invertir en un país, por amor al país, la economía es fría…

¿Cuántas empresas importantes habían en ese momento del mundo, y de las cuales, cuantas
se presentaron se presentaron? Mínimas: la Amoco, YPF-Consorcio [propiedad de Repsol] con
la argentina Pérez Company, Pluspetrol, para transportes se presentó la Enron, que siempre ha
sido una empresa pirata, una empresa de lo peor, pero de lo peor de lo peor; y pare de contar
(entrevista personal, 05/02/2010).

Entonces ¿Por qué los joint venture? el siguiente parágrafo de Miranda Pacheco puede dar
una respuesta:

Las circunstancias planteaban el desafío de encontrar reservas importantes de gas en nuestro


territorio. Tomando en cuenta la venta a la Argentina y el contrato por ejecutarse con Brasil,
todo ello sumado a nuestra posición geográfica central en la región, permitía aspirar a convertir
Bolivia en el centro de provisión y transporte del Cono Sur, el Gas Hab del Cono Sur, si las
teorías de algunos de los técnicos nacionales en cuanto a la magnitud de nuestras reservas
potenciales se ratificaban (2009b: 137).

El modelo apuntó a impulsar exportaciones gasíferas masivas muñido de una lógica


neoliberal sin ambages. La ley 1689 se diseñó a la medida de las expectativas empresariales y
las empresas serían el motor de la rauda y gran transformación modernizadora (Navajas, 2009:
19, 27). Todo esto sería logrado materializando el Gas Hab boliviano. Por otra parte señalamos
que incluso el surtax (ver Cuadro VII) no estaba incorporado en el diseño original de la ley.
Miranda Pacheco relata: “a la clasificación de San Alberto como campo nuevo, sobrevino
una especie de mea culpa, y para compensar ese cargo, se creó el famoso surtax” (entrevista
personal, 13/12/2013).
A cinco meses, con la 1689, vigente los términos finales para las exportaciones gasíferas
al Brasil fueron redefinidos en un nuevo contrato bilateral (Mariaca, CDAEN, 2000: 129).
El diámetro del gasoducto sería ampliado a 32 pulgadas para exportar de 18 a 32 millones
de metros cúbicos diarios de gas durante 20 años (Oporto, 2009: 44) Bajo esta modalidad
denominada take or pay, Brasil pagaría el valor mínimo de la producción establecida en el
contrato, aun cuando importara volúmenes diarios inferiores y, una vez finalizado el contrato
deberían entregarse los remanentes no consumidos, en caso de haberlos (Prada, entrevista
personal, 02/02/2010).

244
Juan José Anaya Giorgis

El precio inicial se incrementó a 0.95 centavos de dólar por millón de BTU, y su fórmula
de ajuste automático se indexó a otra canasta de combustibles fósiles mejor apreciada en el
mercado internacional (Candia, 2009: 33). Dicho precio sólo reconocía como máximo 1034
BTU por píe cúbico a efectos de pago, mientras el gas “rico” boliviano384 posee en promedio
1059 BTU por pie cúbico (Zapata, entrevista personal, 03/09/2009). La diferencia entre los
BTU contables y reales, permaneció como propiedad exclusiva del Estado boliviano, sin
embargo, la tecnología y el capital necesarios para separar los BTU remanentes, rebasaban
las capacidades económicas bolivianas y, en los hechos el Brasil obtendría gas con calidad
superior a la reconocida por el contrato (Anaya, entrevista personal, 02/11/2009)385. La calidad
del gas exportado y la fórmula de precios también despertaron indignación popular386.
Como resarcimiento por la diferencia, Petrobras adquirió el compromiso de instalar 24
plantas termoeléctricas en suelo boliviano (Soliz, El País, 2011/31/07)387. Al mismo tiempo,
en Puerto Suárez se gestionarían inversiones extranjeras para emplazar un complejo
petroquímico de urea, amoniaco y polietilenos. La viabilidad de este complejo estribaba
en los BTU remanentes y en la apertura del mercado brasilero, acordada por contrato para
su producción (Ríos, Energy Press, 03/06/2009; Ostria, El Deber, 2011/16/02). Asegurado el
mercado, Braskem, la mayor empresa petroquímica del continente, manifestó serio interés
en instalar las plantas petroquímicas a partir del año 2000 (Miranda, La Prensa, 2010/11/11;
Delius, Energy Press, 21/02/2011).

2.1.2 Ajuste y privatización de YPFB


Ya vimos como las exportaciones gasíferas podían prescindir de capitalizar a YPFB; la
apuesta por dicha medida apuntó a complementar los joint venture agreements rumbo al Gas
Hab del cono sur. En principio estaba previsto capitalizar los tres segmentos vitales de la
empresa: 1) exploración y producción, 2) refinerías y 3) oleoductos o transporte. Sin embargo,
estos planes obsecuentes al modelo neoliberal no salieron como había sido previsto:

384
Históricamente los especialistas de YPFB encargados de negociar los precios del gas exportado hacia Argentina ante la empresa
contraparte, Gas del Estado, sostuvieron como argumento principal que los precios del gas debían ser al menos iguales al de
otros derivados del petróleo medidos en BTU. El precio pico llegó a 4.28 $ por MPC en 1983, a partir de ahí los precios ingresaron
en una curva descendente (Marica, Hoy, 1992/25/03); desde 1986 comenzaron a caer drásticamente y en 1996 el barril de
petróleo cotizó en 20$ con tendencias a la baja (Oporto, 2009: 44; YPFB, 1995: 291).
La fórmula desarrollada en 1972 tomó en cuenta los precios del fuel oil en tres mercados: Rotterdam, Amsterdam y el
Mediterráneo, e incluía un factor corrección “K” menor a la unidad, cuyo producto aplicado a la fórmula de ajuste, reducía el
precio; en 1987 el factor K bajó a 0.87, y en noviembre de 1989 cayó a 0.8088 (Comboni, 1996: 173). Enrique Mariaca consideró
al factor K de 1987, como un hecho subsecuente al cambio de los excelentes cuadros negociadores de YPFB por esa época (Hoy,
25/03/1992).
385
Se ha desempeñado como consultora especializada en legislación económica para el sector hidrocarburífero boliviano del
Ministerio de Hidrocarburos y otras entidades particulares, sumando alrededor de 30 años de experiencia de trabajo en el área.
Es autora de numerosas publicaciones técnicas y reglamentos oficiales inherentes al sector energético (entrevista personal,
02/09/2009; 01/09/2010).
386
Ver por ejemplo: El Gobierno está Regalando Gas al Brasil por Enrique Mariaca (CDAEN, 2000: 108-110).
387
A la feche dicho compromiso no ha sido cumplido (Somos Sur, 2009: 17).

245
Estado y Petróleo en Bolivia

Primero la intención era capitalizar los tres segmentos, porque el modelo era eliminar la
empresa estatal como gestora, productora, etc., retirarla de la actividad industrial, y que eso
sea hecho en sociedad con ella, pero con la empresa privada, ese era el modelo. Debíamos
decidir que segmentos capitalizar y la decisión fue hacerlo todo, pero los tiempos políticos
influían en las decisiones […] evidentemente había una influencia de la COB, los sindicatos
petroleros y otros sectores; entonces se hizo un congreso con los sindicatos peroleros, la COB
y afines, para discutir el problema y ahí se hicieron las negociaciones.Los sindicatos petroleros
comprendieron muy bien que el modelo para exploración iba a ser muy exitoso, y nada
riesgoso, porque YPFB no iba a poner un centavo. Los petroleros eran la voz cantante sobre
la temática en la COB, ellos admitieron que para cuidar a la empresa lo mejor sería transferir
la exploración riesgosa al sector privado, transferir los riesgos era lo mejor que podía pasar,
estaban de acuerdo con esa parte, pero no querían entregar las refinerías, ni los oleoductos.
Luego cedieron en transportes, pero no aceptaron las refinerías, las refinerías se quedaron
guardadas.

Teniendo ya el campo abierto, el objetivo fue dividir la producción estratégicamente en dos


partes similares, más o menos de 4 billones de pies cúbicos de gas cada una. Al medir el valor,
tomamos en cuenta el valor en libros y el valor futuro estimado; todo sumaba algo más de
cuatrocientos millones de dólares. Calcular el valor de los oleoductos fue más sencillo, eran
líneas viejas, siguen ahí, son una maravilla, nuestro gas es muy limpio no corroe y nosotros
los habíamos protegido muy bien, YPFB tenía una gran escuela en ese sentido.

Entonces se llamó a licitación internacional y viene un problema muy grave: quienes podían
participar en la licitación. Yo no dominaba nada ahí, pero era parte de la escuela que no
estaba de acuerdo con la participación de los países vecinos, era muy peligroso que los países
vecinos controlen la empresa de alguna forma. Debían ser otros los que vengan. Se diseñaron
términos de referencia incluyendo requisitos que difícilmente YPF S.A. y Petrobras podrían
cumplir, pero se logró más o menos, porque se asociaron con YPFB y entraron por la ventana
(Miranda, entrevista personal, 27/07/2011).

En los inicios de 1996 y como resultado de las arduas negociaciones con la FSTPB, YPFB
conservó el control absoluto sobre cuatro poliductos, la comercialización al por mayor de
carburantes en el mercado interno, la infraestructura de almacenamiento para dicho fin,
plantas de engarrafado, la gerencia de perforación (provista con 8 equipos en su mayor parte
obsoletos, y 900 funcionarios, cuando podía operar perfectamente con la mitad). Además
conservaría las unidades de servicios: CTP (valuado en seiscientos mil dólares), las brigadas
sísmicas e ingeniería civil y el servicio aéreo. Todas estas unidades no eran eficientes y, al
margen de YPFB, otras empresas no tenían interés en utilizarlas (Royuela, 1996: 201-202).
Finalmente la capitalización de YPFB se consumó el 5 de diciembre de 1996 en ambientes
del BCB, en el camino, el gobierno reprimió innumerables manifestaciones de oposición,
apresando con frecuencia a dirigentes calificados como “extremistas” porque “desvirtuaban
el objetivo inicial de las protestas” (Gandarillas, 2008: 61-62). Los Cuadros sinópticos VIII
y X, muestran las inversiones dimanantes de la capitalización de YPFB, y el cuadro IX, las
dimanantes de la ley 1689.

246
Juan José Anaya Giorgis

Cuadro VIII: Inversiones comprometidas y realizadas por socios


estratégicos de YPFB 1997-2003 en MM de dórales388

INVERSIÓN DIFERENCIA
EMPRESA388
Comprometida Realizada Millones de dólares Porcentaje
Petrolera Chaco 306.7 484.5 177.8 58.0
Petrolera Andina 264.8 645.0 380.2 143.6
Transredes 26.5 659.7 396.2 150.4
TOTAL 835.0 1789.2 954.2 114.3

Fuente: (Pacheco, 2009: 110).

Cuadro IX: Inversiones realizadas por las contratistas joint venture en Upstream

Inversiones
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2007 2006 2008
en MM de $

Exploración 130.38 374.56 372.20 256.79 168.99 113.47 94.13 86.66 x x 45.84 71.57

Explotación 140.42 230.25 208.55 185.33 237.38 231.31 171.96 149.26 x x 153.72 126.59

Totales 270.8 604.81 580.75 442.12 406.37 344.78 266.09 235.92 0 0 199.56 198.16

Fuente: (YPFB, 2006: 120)

Cuadro X: Distribución de la propiedad accionaria de las empresas hidrocarburíferas


capitalizadas.

Empresas Acciones Transferidas a YPFB


Total Acciones Capitalizador Trabajadores
Capitaliza- (por D.S. 28701 de mayo 2006)
doras
Número % Número % Número % Número %

Petrolera
13.439.520 100% 6.719.760 50% 6.574.599 49% 145.161 1.1%
Andina

Petrolera Chaco 16.099.320 100% 8.049.660 50% 7.882.390 49% 167.270 1%

Transredes 10.048.120 100% 5.024.060 50% 3.372.677 33.6% 1.651.383 16.4%

FUENTE: Súper Intendencia de Seguros y Pensiones, http://www.spvs.gov.bo (abril de 2009).

388
Chaco pertenece a la Pan American Energy (PAN), formada a su vez por una asociación entre la británica British Petroleum
(poseedora del 30% de las acciones) y la argentina Bridas (poseedora de un 20% de las acciones). Andina pertenece a la española
Repsol que posee cerca del 49% de las acciones de la empresa. Transredes es una asociación a iguales entre la estadounidense
Enron y la anglo holandesa Shell, ambas concentran el 50% de las acciones (Ángulo, CDAEN, Nº 28, 2003: 2016)

247
Estado y Petróleo en Bolivia

Como se observa en el Cuadro IX, las inversiones arribaron en magnitudes sin precedentes,
propiciando un salto tecnológico en las operaciones de upstream que se reflejó pronto sobre
descubrimientos nuevos de campos profundos con reservas espectaculares (Huacaya,
Margarita e Itaú). Hacia el 2002 las reservas probadas llegaron a 28 TCF y las probables a
26 TCF, DeGolyer and MacNaughton certificó ambas categorías (Navajas, 2009: 19). Al
unísono, las brigadas exploratorias bien equipadas por la empresa privada resolvieron antes
de lo previsto, un objetivo muy importante del modelo: despejar dudas sobre el potencial
hidrocarburífero de Bolivia. En relación a esto Miranda Pacheco enfatiza:

Las arenas basales del devónico saturadas con hidrocarburos resultaron de gran espesor en
los megacampos descubiertos entre 4800 y 5300 metros, albergando reservas que superaron
las expectativas. La presencia de arenas productoras también ha sido confirmada mucho más
al norte del área tradicional, habiéndose detectado estructuras y comprobado secuencias
estratigráficas con posibles horizontes productores. En palabras simples, los resultados
obtenidos mostraron que el potencial es aún mayor al esperado: Bolivia es un modesto país
petrolero, pero un importante país gasífero (2009b: 141-142).

López Paulsen sintetiza las luces y sombras de la capitalización en YPFB destacando:

No hay ninguna duda de que la Ley 1689 cumplió con su cometido: atraer capitales, incrementar
las reservas y abrir el camino para la exportación de gas a Brasil. Puso a Bolivia en el mapa de
las grandes reservas. El problema empezó con la desaparición temporal de YPFB, el capital
humano se esfumó y no hubo quien hiciera el seguimiento técnico-tributario a la ley, que ha
sido negligente.

Además el área no tradicional de producción (altiplano, Beni, norte de La Paz y Pando)


debió haberse trabajado con normas con menores tributos para atraer la exploración hacia
estas áreas de mayor riesgo exploratorio. Como resultado, las compañías están concentradas
actualmente en el área tradicional y sus alrededores, pues el riesgo es lógicamente menor (El
Deber, 2012/29/04).

Arturo Castaños se mostró más escéptico frente a las reservas “espectaculares” presentadas
como resultado de la capitalización:

…las reservas no se incrementaron tanto, ahí fue un gran show de las empresas, en 2005 las
reservas probadas no eran 27 TCF, eran 18 TCF; las empresas jugaron su jueguito […] Se
hablaba de convertir a Bolivia en el Hab de Sudamérica…sueños, muchos sueños… (entrevista
personal, 05/02/2010).

En la lógica empresarial las reservas “probadas”, ya en el año 2000 (18 TCF), justificaban
suspender, o minimizar, los esfuerzos exploratorios, ameritando iniciar una gran ofensiva
buscando nuevos mercados donde colocar el gas. Gracias a los dispositivos normativos de la
ley 1689 y la precisión técnica de sus reglamentaciones, las campañas por mercado tuvieron
éxitos relámpago (Akly, entrevista personal, 20/08/2010)389. Ingresando al 2001, Estados
Unidos requería importar urgentemente alrededor de 45 MMMCGD para su costa pacífica. El

389
Yuseff Akly tiene una trayectoria importante trabajando en la CBH; al momento de la entrevista Akly era gerente y portavoz
oficial de la CBH. En el sector hidrocarburífero post capitalización la CBH fungió como una “bisagra” entre las empresas y el
gobierno (Prada, entrevista personal, 02/02/2010).

248
Juan José Anaya Giorgis

gas boliviano surgió promisorio como la solución. Se trataba de un proyecto gestionado por
las empresas: el Pacific LNG (la sigla en inglés [LNG] se traduce como Gas Natural Licuado
[GNL])390 y la fuente primaria del gas sería el campo Margarita, con reservas probadas
mayores a 6 TCF (Oporto, 2009: 54-57). Previsiones técnicas del momento estimaron que
Bolivia produciría 100 MMMCGD en el corto plazo atendiendo la demanda norteamericana
y las existentes (Navajas, 2009: 19).
Para CODEPANAL Huacaya, Margarita e Itaú, eran otros casos de campos “redescubiertos”
por las transnacionales al estilo de San Alberto. Cabe recordar algunos antecedentes sobre
la larga historia de Huacaya y Margarita (ambos están circunscriptos al bloque Caipipendi
situado entre Chuquisaca y Tarija); Huacaya y Margarita ya suscitaron interés petrolero a
principios del siglo XX, SOCB comprendió su importancia realizando los primeros mapeos y
estudios geológicos de superficie (Anexo I). Por su parte, YPFB persistió con las prospecciones,
tanto en Caipipendi como en Itau, sin llegar a perforar sus estructuras (YPFB, 1995: 61, 73-74).
Más tarde, cuando la Capitalización estaba siendo implementada en YPFB, se autorizó el
acceso, in extenso, a los archivos geológicos de la empresa estatal a cualquier empresa con interés
manifiesto en Bolivia (Zaratti, entrevista personal, 05/02/2010). Sin duda, la información fue
utilizada por las compañías que se involucraron. Al respecto, Ricardo Michell señala: “de 1997
a la fecha no se ha estudiado ninguna estructura nueva, pregúntele a Petrobras, Repsol, BG,
Vintage y Pluspetrol” (Michell, Energy Press, Nº 575, 05/12/2011). La “Estrategia Boliviana de
Hidrocarburos” formulada por el ministerio de Hidrocarburos y Energía en 2008, mientras
Carlos Villegas era ministro, imputa: “la información y conocimientos adquiridos entre los
años 1952 y 1997 constituyeron la base técnica de los descubrimientos realizados durante el
período de la Capitalización” (2008: 62).
Dichos antecedentes tonificaron las cruzadas de CODEPANAL desmintiendo los
supuestos montos invertidos en exploración por las transnacionales y que los “gonistas”
hacían divulgar comprando medios de comunicación (casi todos vendidos al imperialismo),
como un indicador exitoso de la Capitalización, reflejado en las reservas espectaculares
descubiertas y certificadas (Rocabado, CDAEN, Nº 30, 2001: 23; Ángulo, entrevista personal,
15/04/2011). Enrique Mariaca, como presidente de CODEPANAL denunció:

Las transnacionales recibieron en bandeja de plata todo el caudal de información geológica


y de pozos profundos, ahorrando costosos gastos de explotación muchos de ellos a fondo
pedido, permitiéndoles incrementar reservas fácilmente […] Para demostrar esta afirmación
a esa “politocracia” que siempre se ha dedicado a menospreciar la capacidad del hombre
boliviano y ensalzar al representante transnacional, hubiera sido necesario que conocieran
“algo” del trabajo callado de los técnicos de YPFB” (CDEN, Nº 27, 2000: 100, 105).

La desclasificación de archivos geológicos de YPFB y reclasificación de campos (nuevos


y viejos), habrían sido elucubradas para que las transnacionales vengan a saquear los
hidrocarburos a título gratuito (Gandarillas, 2008: 79-80; CEDIB, Revista Petropress, Nº 20,
06/2010: pp. 4-8).

390
El consorcio Pacific LNG estaba integrado por las transnacionales Repsol YPF de España, British Gas (BG) y Pan American Enrgy,
una subsidiaria de British Petroleum (Gandarillas, 2008: 93).

249
Estado y Petróleo en Bolivia

Luego de indagaciones extenuantes identificando a los actores “antineoliberales” más


próximos a la cuestión del “Triángulo Energético” durante su imposición (1995-1997),
arribamos a: CODEPANAL, el Centro de Información y Centro de Documentación Bolivia
(CEDIB)391, colectivo “Hora 25”, APA, y CONDEPA bajo la égida de Soliz Rada. En general
ni el más mínimo detalle dimanante del ajuste neoliberal (1995-1997) pasó desapercibido al
lente crítico de dichos actores. A lo largo del presente acápite hemos ido señalando los vértices
conflictivos del modelo que constituyeron los blancos principales de la ofensiva contra el ajuste
(constitucionalidad de la ley, redescubrimiento de campos, precios, la cuestión de los BTU).
A continuación agregamos otros directamente relacionados a la ejecución de la capitalización
en YPFB y de símil relevancia:
a. Caída multimillonaria de la renta fiscal. Roberto Fernández considera a los análisis sobre
actos dolosos, corrupción, reducciones tributarias, y las pérdidas para el país, consecuentes
a la ley 1689, como los temas más abordados por la producción bibliográfica “documentada”
suscrita a la cuestión hidrocarburífera. Fernández señala a Carlos Villegas, Juan Pablo
Ramos, Enrique Mariaca, Osvaldo Calle, José Luís Roca392 y Moisés Ponce de León, como
los autores que probaron las relaciones causales entre la ley 1689 y los hechos citados (2009:
20). Por supuesto hay otros autores, como Mirko Orgaz393 quien en su libro La Guerra del Gas
(2002) dedica una nutrida sección al tema tributario, cotejando las recaudaciones del TGN
en el sector hidrocarburífero, antes y después de la Capitalización de YPFB (2002: 142-162);
la recepción de La Guerra del Gas en los ámbitos antineoliberales ha sido muy amplia (El
Diario, 2003/30/10; Bolpress, 2012/16/10). Sin embargo, este tipo de análisis estadístico sobre

391
Gildo Angulo, vicepresidente de CODEPANAL entre 2001 y 2005, elogia la incorporación prístina del Centro de Documentación
e Información Bolivia (CEDIB [ONG]) a la defensa de YPFB, cuando todavía no había sido capitalizada: “a Cochabamba he ido a
dar algunas charlas en CEDIB y la Universidad, he ido muchas veces a San Simón (UMSS); coordinábamos muy bien con CEDIB,
ahí estaban René Rocabado, era la lumbrera que teníamos en Cochabamba, con la holandesa María Loma [fundadora de CEDIB],
y te puedo nombrar otras personas: Marco Gandarillas y había también un español, creo que catalán, el Marc Gavaldá. Teníamos
un núcleo de gente buenísima de CODEPANAL en Cochabamba” (entrevista personal, 16/04/2011).
Recordando los duros años iniciales de la lucha trasunta: “nadie nos creía en el país, éramos tres tipos que andábamos como
apóstoles anunciando lo que se iba a venir y las consecuencias, nadie nos creía, después CODEPANAL se extendió a todo el país”.
Gildo Ángulo ha residido en La Paz, y actualmente milita en el grupo Unión Nacional de Defensores de los Recursos Naturales
(UNADERENA) junto a Mirko Orgaz y Nelson Vila (entrevista personal, 16/04/2011).
392
Fue co-fundador del Partido Demócrata Cristiano en Bolivia y presidente del mismo. A través del periodismo y de sus actividades
políticas fue impulsor de diversas leyes inherentes a la cuestión agraria e hidrocarburífera. En el último campo, participó en la
nacionalización de la Bolivian Gulf Oil Company en 1969, junto a Marcelo Quiroga Santa Cruz (Salamanca, 1978: 10-11). También
impulso la nacionalización del gas en la primera gestión de Evo Morales (Cajías, Los Tiempos, 02/05/2009).
393
Mirko Orgaz es fundador y codirector de la revista Hora 25 con Nelson Vila, editada cada 15 o 30 días. Hora 25 fue inaugurada
en 1995 como un espacio de análisis especializado sobre políticas públicas hidrocarburíferas. Durante sus primeros 10 años
propició una crítica “permanente” al proceso de “privatización”, reivindicado la refundación de YPFB y la nacionalización del
petróleo y el gas. En las propias palabras de Mirko Orgaz: “la revista se hizo por la necesidad de tener un medio que pueda activar
pensamiento crítico, teniendo en cuenta que los medios de comunicación del sistema, estaban en la línea de las transnacionales
y justificando el proceso de privatización de nuestras principales empresas […] La Hora 25 se posiciona ideológicamente
dialogando con ese gran pensamiento nacional del Estado del 52, de los años ´60 y ´70 [del siglo XX], de Marcelo Quiroga,
Zavaleta, y sobre todo Sergio Almaraz, sobre todo Sergio y Marcelo; no somos partidarios, pero si compartimos mucho la visión
de Quiroga Santa Cruz en su defensa de los recursos naturales, o de Sergio Almaraz” (entrevista personal, 21/07/2011).
Además del análisis especializado, “accesible sólo a las elites intelectuales”, el colectivo “Hora 25”, desarrolló intensos programas
proselitistas orientados a los sectores populares: “la necesidad vital de comunicarnos con esa gente que no es ilustrada, y que
está fuera del alcance del semanario Hora 25, nos ha llevado a la acción directa, bajo el concepto y modalidad de seminarios de
participación; el colectivo “Hora 25” ha organizado cientos de seminarios, al margen de CODEPANAL o con CODEPANAL, “Hora
25” con CEDLA, “Hora 25” con CEADEL, con la Federación de Juntas Vecinales [FEJUVE] de El Alto, el Magisterio, Comité Cívico de
Camiri, Villamontes...(Orgaz, entrevista personal, 22/07/2011). El Centro de Apoyo al Desarrollo Local (CEADEL), y el Centro para
el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), son ONG´s.

250
Juan José Anaya Giorgis

recaudaciones tributarias antes y después de la ley 1689, incurrieron con frecuencia en falacias
conceptuales, al seleccionar discrecionalmente los renglones tributarios sujetos al contraste.
Carlos Villegas excluye al Impuesto Especial para Hidrocarburos y Derivados (IEHD)394
como ítem impositivo válido, a efectos de comparar los aportes de YPFB al TGN después de
la Capitalización (2004: 160). El autor señala que: “al tratarse de un impuesto indirecto, no
es la empresa la que paga el impuesto, sino los ciudadanos bolivianos cuando utilizan los
productos afectados por el IEHD” (2004b: 181). Sin embargo al no tomar en cuenta el 65% de
los ingresos por comercialización interna de derivados que YPFB transfería diariamente al
TGN a partir de 1986, bajo el rótulo de Impuesto Específico (IE), hasta la capitalización (2004b:
160), Villegas no tiene en cuenta un importante detalle: tanto el extinto IE, como el IEHD, son
exacciones fijadas sobre los precios finales, y por tanto, impuestos indirectos.
Incrementando el precio de los derivados en el mercado interno, las transferencias
“extraordinarias” del IE crecen por aritmética simple; de esa forma el fisco podía mejorar sus
rentas sin necesidad de aumentar la producción, o la productividad, el obstáculo estribaría
en la aceptación política del incremento. De 1986 a 2010 todos los gobiernos impusieron
“gasolinazos”, o al menos lo intentaron, a fin de incrementar sus rentas por la vía del precio
final, o sea, mermando los bolsillos del pueblo; de 1986 a 1995 este mecanismo indirecto se
denominó Impuesto Especial (Pacheco, 2009: 127-128).
Sin advertir la superposición, casi total, entre ingresos por el Impuesto Especial (IE),
e ingresos por IEHD, según Villegas, el IEHD apuntó a crear una fuente de recaudaciones
tributarias equivalente a las rentas que las empresas públicas reportaban al fisco antes de
las privatizaciones (2004b: 169, 178, 190). Luego concluye: “a siete años de las reformas, los
ingresos percibidos por el TGN se explican, fundamentalmente, por los aportes indirectos del
IEHD, IT e IVA […] las reformas volvieron a la ciudadanía boliviana en la fuente principal de
los ingresos estatales” (2004b: 188, 199). Mirko Orgaz fundamenta sus cálculos comparativos
utilizando criterios metodológicos iguales a los de Villegas (2002: 144-145)395 y atribuye las
causas de la creación del IEHD a objetivos antinacionales: “es el mecanismo central utilizado
por el Estado para pelear el déficit fiscal causado por las transferencias de los excedentes de
YPFB a las transnacionales” (2002: 151).
b. Remate de YPFB a precios de “gallina muerta”. Los “especialistas” encargados
de tasar el “precio apertura” en la subasta de YPFB, subavaluaron intencionalmente a los
activos inventariados, reduciéndolos al 50% o 65% de sus cotizaciones reales en el mercado
(Ramos, CDAEN, N° 28, 2000: 75-76; Orgaz, 2002: 148-149). Todo perpetrado por burocracias
“insensibles y satisfechas” instaladas en el gobierno con el único fin de beneficiarse a sí
mismas y a las transnacionales (Berríos, El Diario396, 2006/16/07). El patrimonio neto oficial

394
Ordenado por el DS 24013 (20/05/1995), fijó alícuotas impositivas indirectas por litro de derivado comercializado en el mercado
interno, a favor del TGN (ver Anexo II), aprovechando la inelasticidad de la demanda hidrocarburífera. El IEHD fue sujeto a
permanentes incrementos “abusivos” por parte de los sucesivos gobiernos, en buena medida el IEHD permitió atenuar el déficit
fiscal. Actualmente sigue vigente (Anaya, 2008).
395
Mientras Carlos Villegas recurre a fuentes primarias de información (Ministerio de Hidrocarburos), Orgaz se apoya en datos
secundarios tomados de: Descapitalización de YPFB, corrupción e impunidad, escrito por Miguel Delgadillo Cervantes y publicado
por la editorial Génesis de La Paz en 2002.
396
http://www.eldiario.net/noticias/2006/2006_07/nt060716/1_00opn.html

251
Estado y Petróleo en Bolivia

de YPFB (Downstream y Upstream) cayó de 1051 millones de dólares en 1993 a 739 millones en
1994 (YPFB, 1995: 316).
La “inescrupulosa subasta” apenas sería un chubasco en la catástrofe diluviana. Apódosis
diluviana: eliminar los derechos propietarios del Estado sobre YPFB, abdicando a la titularidad
de sus acciones en favor de las AFP´s. Alejandro Almaraz (hijo del escritor y ensayista
Sergio Almaraz) planteó que: “el Estado desapareció como persona jurídica en la estructura
de propiedad de la empresa […] YPFB queda administrada por entidades privadas, que
administran entidades privadas” (citado en, Gandarillas, 2008: 76)397. Prótasis: avalúan YPFB
omitiendo las reservas probadas de los campos en desarrollo que tenía la empresa, “a precios
internacionales esa enajenación representa alrededor de 13000 millones de dólares” (Mariaca,
CDAEN, N° 28, 2000: 142). En conclusión:

Bolivia sufrió el robo más escandaloso de su historia con la mal llamada capitalización.
Transfirieron a valor Cero 165 millones de barriles de petróleo y 5.6 TPC de gas a las empresas
Chaco y Andina, lo cual les permitió ganar de inmediato sin haber invertido un centavo
(Mariaca, CDAEN, Nº 27, 2000: 106).

c. Desregulación de los carburantes comercializados en el mercado interno (derivados y


petróleo) establecida por la ley 1689. La desregulación tenía un triple propósito: 1) liquidar
el contrabando secular de combustibles subsidiados “nivelando” los precios internos a los
del mercado externo; 2) eliminar las mermas del TGN por subsidios; y 3) impulsar un sector
hidrocarburífero con índices de productividad acordes a la competencia internacional (Art. 81).
A través del D.S. 24804 (04/08/1996), los precios internos fueron indexados a sus cotizaciones
paralelas de los grandes mercados externos398. Un año después, los precios referenciales
ingresaron a un continuo espiral ascendente, provocando sucesivos “gasolinazos” que
beneficiaban a las transnacionales (Anaya, 2008: 6-9).
La escasa legitimidad del régimen político instalado, y la crisis económica, hacían muy
difícil imponer nuevos gasolinazos. Procurando evitar más desbordes populares, en 1999 el
gobierno comenzó a subsidiar los precios internos, sin afectar los ingresos de las empresas (ley
2152). El TGN financiaba la diferencia, entre precios intervenidos y precios reglamentarios,
con recursos propios del IEHD. Los montos subsidiados eran depositados en las cuentas de
las transnacionales (Anaya, 2008: 10-12).
El mercado externo determinó el fracaso rotundo de la desregulación. YPFB siempre había
subsidiado los carburantes distribuidos en Bolivia, la energía con precios accesibles al bolsillo
popular estaba instalada en la memoria colectiva, “controlando el precio de los carburantes,
YPFB contribuyó a ampliar el acceso a estos entre amplias capas sociales” (Gandarillas, 2008:

397
En la visión de Alejandro Almaraz capitalizar fue peor que privatizar. Con la privatización los gobiernos latinoamericanos al
menos conservaban cierto porcentaje accionario no despreciable, como el caso de YPF Argentina. Con la capitalización se
perdía todo (CDAEN¸ Nº 30, 2001: 85).
398
Se fijó al “West Texas Intermediate” (WTI) como precio referencial para el petróleo. El WTI es un índice ponderado establecido a
diario por la Bolsa de New York, tomando en cuenta las cotizaciones del barril tipo arabic (liviano y de bajo contenido en azufre),
en el mercado de Estados Unidos, el Mar del Norte, Dubai, Omán Crudo, y la cesta de referencias de la OPEP. Los derivados
comercializados en el mercado interno se indexaron a los precios publicados diariamente por el boletín “Platt´s Oilgram Price
Report”, calculados con el mismo criterio del WTI.

252
Juan José Anaya Giorgis

82). No obstante, los impulsores de la desregulación subestimaron las consecuencias políticas


y económicas de la medida, en razón de una posible coyuntura externa con precios altos
(Anaya, entrevista personal, 02/09/2009). Hacia 2005 el barril de petróleo subió a más de
50 dólares y, para hacer frente a esta crítica situación el presidente Carlos D. Mesa ordenó
congelar el precio del barril de petróleo en 27 dólares, sin cargo alguno para el TGN. Chaco,
Andina, Petrobras, y las compañías menores productoras de aceites petroleros, no percibirían
ni un centavo adicional en razón al régimen de precios (D.S. 27959).
Francesco Zaratti integró la comisión técnica responsable del diseño y evaluación del
27959. Las empresas reclamaron por los precios congelados, especialmente Petrobras. Como
representante del Estado en las negociaciones, Zaratti declaró:

Se hizo un estudio sobre las utilidades, el estudio arrojó que tenían suficiente utilidad y se
mantuvo el precio de 27 dólares; por ese lado no hubo concesiones a las empresas, incluso
se descubrieron algunas avivadas de las empresas, casos de contrabando, pero no hubieron
grandes problemas (entrevista personal, 05/02/2010).

CODEPANAL cuestionó en sus foros y seminarios de análisis al “régimen de precios”


neoliberal. Mariaca cotejaba los precios Platt´s y los costos promedio del barril extraído en
los “campos viejos”. Mientras YPFB era estatal, el barril de petróleo en puertas de refinería
valía 12.27 $, 7.74 $ cubrían gastos de producción, exploración y transporte, 4.53 $ regalías e
impuestos, con el régimen de precios neoliberal las transnacionales entraron vendiendo el
barril a las refinerías en 18 $. Renunciar al control interno sobre los precios de la energía fósil, no
sólo implicaba enajenar excedentes económicos nacionales a las transnacionales y perjuicios a
los bolsillos del pueblo; también disipaba un instrumento estratégico para la planificación del
desarrollo económico interno, “sin capacidad de fijar el precio de los carburantes, el desarrollo
económico resulta una utopía” (CDAEN, N° 27, 2000: 103). Trasuntando una visión crítica y
panóptica sobre las consecuencias de la capitalización para el Estado boliviano, Gildo Ángulo
enfatizó la cuestión del régimen de precios:

EL Estado Boliviano perdió todo el control en la explotación y comercialización de los


hidrocarburos; lo propio con la regulación de precios, y lo peor, que siendo un país productor
de hidrocarburos con su propia empresa petrolera YPFB, resulta inaceptable haber cambiado
nuestra condición de DUEÑO Y PRODUCTOR A CLIENTE COMPRADOR DE SU PROPIO
PRODUCTO.

La determinación de los precios en el mercado nacional de los derivados del petróleo es otra
TRAGEDIA. Primero porque estos precios se determinaron de mala fe (gobierno-petroleras)
cuando el precio internacional estaba en su más alto nivel. Segundo porque esa medida
demostró efectivamente que ya no somos dueños de las reservas de petróleo (CDAEN, N°30,
2001: 30).

Aníbal Michel Rodríguez, coronel DAEN del ejército, va más allá:

La misión asignada por los EEUU a Gonzalo Sánchez de Lozada en el “Plan George W. Bush”,
fue desaparecer a Bolivia como nación libre, independiente; de ahí, que no exista una sola

253
Estado y Petróleo en Bolivia

medida de su gobierno en beneficio de los bolivianos […] Los miembros del Alto Mando
Militar tenían la obligación de reaccionar derrocando a este mal gobernante, lamentablemente
eran gente desprofesionalizada, y además, excelentemente estipendiada para no abrir la boca
por ningún motivo (CDAEN, N° 28, 2000:278).

2.1.3 Polémica por la línea entre Bolivia y Brasil


Petrobras e YPFB acordaron ceder un porcentaje de las participaciones en la construcción
y beneficios del gasoducto a la empresa contraparte, YPFB tendría el 85% del tramo boliviano
y 20% del brasilero (Royuela, 1996: 180). El BM accedió a viabilizar créditos para la obra,
siempre y cuando intervengan empresas privadas. YPFB eligió a Enron como socia estratégica,
Enron tendría el 40% de participación sobre el tramo boliviano y el 15.6% en su parte del
brasilero. Petrobras eligió al consorcio BTB con un 49% de participaciones en ambos tramos
(Royuela, 1996: 178).
El contrato Enron estuvo plagado de visos inconstitucionales. En diciembre de 1994,
autoridades bolivianas viajaron a Estados Unidos (el secretario de energía, el canciller y el
presidente de YPFB) para firmar el contrato del gasoducto “llave en mano” con la Enron.
Queda sin explicación porqué la firma del presidente Sánchez de Lozada apareció al píe del
documento, significando no sólo un atropello a los procedimientos constitucionales, sino
también permitiendo a una transnacional “humillar” la dignidad nacional de Bolivia. Enron
no tenía domicilio legal en Bolivia (Mariaca, CDAEN, N° 28, 2000: 145; Fernández, 2009: 54).
YPFB se comprometía con Enron a garantizarle el 18.5% de rentabilidad, al mismo tiempo, el
contrato no estaría sujeto a las leyes bolivianas, sino a las del Estado de Nueva York. Como
justificación al procedimiento ilegal, ejecutivos de la Enron y el gobierno boliviano aducían
que sí se está buscando dinero, es más fácil conseguirlo rigiéndose a las leyes del lugar donde
reside el financiador, en vez de regirse a las leyes del país que solicita el crédito (Royuela,
1996: 178-179). Arturo Castaños arroja cierta luz a la misteriosa relación Enron-YPFB:

El equipo que trabajó en la capitalización fue capitaneada por Alfonso Revollo, pero


el responsable de hidrocarburos fue un equipo de profesionales nativos que dirigía
Jorge Berindoagüe, al mismo tiempo y formalmente, participaron otras autoridades como
Jaime Villalobos, ministro  de desarrollo económico, Mauricio Gonzales, también funcionario
público y otros. Sin embargo, en el proceso de capitalización, tuvo mucha influencia la opinión
de Goni que insistía sobre la participación de Enron, como factor de equilibrio con Petrobras
(comunicación personal, 22/02/2013).

El halo de oscuridad circundante a la gestión del contrato Enron tuvo ribetes escandalosos
similares a los del campo San Alberto (Gandarillas, 2008: 84-86; Fernández, 2009:53-63).
La oposición en el Congreso demandó la inconstitucionalidad del contrato, exigiendo su
migración al dominio de las leyes bolivianas (Fundemos: 1997: 44). Asimismo, muchos
ingenieros y técnicos de YPFB se sumaron a la ola de protestas y, en junio de 1996 luego de
muchas presiones y largas negociaciones, las empresas Enron e YPFB firmaron un nuevo
contrato sujeto a las leyes bolivianas (Royuela, 1996: 179).

254
Juan José Anaya Giorgis

3. La guerra del Gas


El adagio “shakespeariano” que versa “ser o no ser, esa es la cuestión”, bien podría ser
traducido a la política boliviana de 1997 como “vivir o morir, YPFB es la cuestión”. Soares
Guimarães explica: “el destino de YPFB había dividido a los bolivianos entre promotores
de la capitalización y quienes trataban de impedirla o revertirla” (2010: 85). Los partidos
políticos UCS y MBL procuraban desligarse de la impopular medida, promoviendo deliberar
sobre la posible aprobación de la misma en un gran diálogo nacional y, con la presencia de las
instituciones más representativas de la sociedad. UCS tenía otros raparos, su diputado Jaime
Ponce Caballero, solía decir a los medios de prensa: “YPFB tiene ʻvalores activosʼ como la vida
de 50 mil bolivianos que murieron en el Chaco por defender la riqueza petrolera” (citado en,
Calle, 2001: 50). Aún así, llegada la hora de levantar la mano en el Congreso, ambos partidos
viabilizaron al “Triángulo Energético” (Soares, 2010: 94).
Al mismo tiempo, algunos sectores del MNR rompieron definitivamente con su partido,
como la facción encabezada por Marianela Montenegro que convirtió a su programa matutino
del canal 13 “alo Marianela” en una tribuna abierta contra la Capitalización de YPFB y brindó
amplia cobertura a los miembros de CODEPANAL. En este contexto, Sánchez de Lozada
se rodeaba cada vez más de neoliberales y tecnócratas (Rocabado, entrevista personal,
05/04/2011). Es así como la toma de posición en torno a la cuestión de YPFB, tuvo efectos
decisivos sobre las alianzas interpartidarias con miras a las elecciones generales de 1997
(Fundemos, 1997: 42).
ADN, postulando a Banzer, ganó las elecciones con apenas el 22.2% del sufragio, el MNR
obtuvo 18.2%, MIR 16.77%, UCS 16.11%, CONDEPA 17.16%, MBL 3.09%, e Izquierda Unida
(IU)399 3.71% (Pérez, 2009: 4). CONDEPA y UCS se sumaron a “la alianza” promovida por
Banzer denominada como “la megacoalición”. Tanto para CONDEPA, una buena parte de
CODEPANAL, y otros sectores de izquierda, la figura del ex dictador representaba un reducto
nacionalista, una especie de luz en las tinieblas, una alternativa al modelo neoliberal (Soliz,
CDAEN, N° 28, 2000: 110). Al fin y al cabo, Banzer había sido artífice de los contratos de
operación petrolera, un modelo decente comparado a los leoninos joint venture. Vistas así las
cosas, resulta más fácil comprender por qué Soliz Rada, como senador de CONDEPA por
La Paz, votó a Banzer en la elección presidencial del Congreso (Ángulo, entrevista personal,
15/04/2011).
A la megacoalición le tocó una coyuntura económica difícil. El mercado mundial estaba
en fase recesiva y los minerales seguían cotizando bajo en los mercados externos (Arze, 2002:
568). El déficit del TGN estaba bastante acrecentado por deudas internas, más subvenciones
al diésel. La fajina de cargos públicos había mermado, ya no había empresas fiscales para
meter a la gente, muchas carteras habían sido descentralizadas del gobierno central y era
difícil echarles mano, los consultores pululaban por las oficinas públicas como nunca antes;
las recaudaciones fiscales agregadas habían crecido, pero con la coparticipación tributaria
de la Participación Popular, tampoco se podía echar mano a los recursos frescos (Laserna,

399
Evo Morales era candidato a presidente por IU.

255
Estado y Petróleo en Bolivia

Gordillo, Komadina, 2011: 89). Los chubascos de capital que arrojó la capitalización mitigaron
los problemas por un tiempo, no obstante, cuando las inversiones externas comenzaron a
caer a partir de 2001, la crisis económica surgió galopando desnuda por las calles; si bien el
comercio gasífero con Brasil arrancó a mediados de 1999, un plazo record, los volúmenes
producidos serían modestos durante los primeros años (Oporto, 2009: 43; Pacheco, 2009: 110).
Como familia carenciada y numerosa, la megacoalición de Banzer tenía muchos partidos
y pocas dependencias públicas para repartir. Esto disgustaba mucho al general Banzer. Como
señala Roberto Laserna:

Desde sus primeros días en el gobierno, el general Banzer se quejada por la falta de recursos
del Estado, reforzando las acusaciones de los grupos estatistas, al decir que se había vendido el
país y desmantelado la capacidad del sector público […] pero las quejas eran por razones muy
distintas a las que él mismo daba (2009b: 33).

Banzer añoraba su experiencia dictatorial del pasado, con el dominio, casi absoluto, sobre
los recursos fiscales (2009b: 34).
A estos problemas de gestión interna, se sumaban las expectativas populares y el estado
de “alerta permanente” sostenido por las organizaciones nacionalistas o de izquierda en torno
a las “reformas” o “reversión” de la capitalización, que la megacoalición había prometido
“de cara al pueblo” en las campañas electorales. Sin excepción, todos los partidos de la
megacoalición, impugnaron vehementes a la capitalización de YPFB; incluso, amenazaron con
anularla o reformarla si llegaban a ser gobierno (Editorial, CDAEN, edición homenaje, 2001: 22;
Orgaz, 2002: 171). Respecto a la capitalización, “la alianza” (posteriormente “megacoalición”
con UCS y CONDEPA), plasmó en su plan de gobierno 1997-2002:

• Los socios extranjeros deben cumplir rigurosamente los compromisos de inversión


asumidos, invirtiendo en Bolivia y en proyectos útiles, y con adquisiciones a precios
de mercado.
• Los monopolios y exclusividades otorgadas deben durar el menor tiempo posible,
para que el consumidor boliviano no se vea seriamente perjudicado, como al presente,
con servicios malos y caros, alejados de la competencia.
• Los directores que representen a las acciones de los bolivianos serán nombrados por
consenso en el Congreso.
• Se revisarán los contratos que no cumplan con las leyes y que sean contrarios a la
Constitución Política del Estado.

El primer contrato firmado por el MNR con la ENRON era ilegal y violaba la Constitución
Política del Estado. A insistente exigencia nuestra el gobierno no tuvo otro camino que
modificarlo; lo que demuestra que es posible y necesario rectificar contratos que sean lesivos a
los intereses nacionales. Sin embargo, no basta que una obligación contractual se haya realizado
siguiendo las formalidades legales. Lo fundamental es que tales obligaciones se adecuen a las

256
Juan José Anaya Giorgis

necesidades y expectativas del pueblo. En este contexto debe quedar claro que el gasoducto al
Brasil constituye una obra prioritaria de la Alianza, que será realizada de manera conjunta y
coordinada con el país vecino (Fundemos, 1997: 43-44).

Ninguno de los compromisos adquiridos del referido plan fue cumplido por el gobierno,
y tampoco se avanzó en el sentido trazado por las reformas recién instituidas. Henry Oporto
dilucida: “lo lógico habría sido administrar la implementación de los cambios, ajustarlos,
perfeccionarlos, institucionalizarlos; en lugar de ello, el propio gobierno empezó a ignorar las
nuevas reglas que debían regular su comportamiento y en algunos casos detuvo las reformas
o paralizó el establecimiento de las nuevas instituciones” (2009: 51).
Al revés, la megacoalición profundizó “el neoliberalismo salvaje”. En 1999, el gobierno,
desprovisto de recursos para pagar aguinaldos a fin de año, aceptó un crédito por 35 millones
de dólares del FMI. El préstamo estaba condicionado a la privatización absoluta de las unidades
operativas sobrevivientes a la capitalización de YPFB. En el mismo año, las refinerías fueron
vendidas a Petrobras en 104 millones de dólares, como Empresa Boliviana de Refinación
(EBR). Los oleoductos -unidades de almacenamiento- y el resto de unidades “residuales”
corrieron igual suerte al año siguiente (Zaratti, 2009: 102; Oporto, 2009: 53). Asimismo se
profundizaron las desregulaciones neoliberales a los precios internos de los carburantes, e
inexplicablemente, el beneficio de las refinerías o su participación relativa en el precio final
de los combustibles, se incrementó considerablemente unos días antes de su privatización
(Anaya, 2008: 10-11).
Tal vez la factura política por no pagar aguinaldos hubiese costado menos. En vísperas de
la privatización de las refinerías, Soliz Rada volvió a la política en las calles (Soliz, CDAEN,
N° 28, 2000: 118)400; CODEPANAL dio por concluida la tregua en espera de alguna novedad
sobre las reformas anunciadas; el CDAEN, a cargo de Gildo Ángulo, abre sus puertas al foro.
En este contexto, romper relaciones con Banzer no fue fácil para muchos actores, como por
ejemplo, APA (Berríos, entrevista personal, 14/04/2011). Gildo Ángulo le escribió a Banzer
una carta: “…En el Foro de auscultamiento organizado para analizar esta temática, se concluyó
inconveniente privatizar YPFB, por razones de seguridad nacional y daños económicos al
país…” (CDAEN, edición homenaje, 2001: 12). Para Gildo Ángulo, el general Hugo Banzer era
un “nacionalista” que había caído bajo el control de su vicepresidente, Jorge Quiroga, un
“Chicago Boy” [neoliberal] de pura cepa (Ángulo, entrevista personal, 15/04/2011).
La privatización de las refinerías e YPFB “residual” acarreó la división bipolar casi
absoluta del campo político, inflamando la indignación popular antineoliberal. Poco después,
en setiembre de 1999 estalló en Cochabamba la primera “guerra del agua” y en abril de 2000,

400
A través de dicha ponencia Soliz Rada rinde cuentas al “foro” por la participación de CONDEPA en la megacoalición, lamentando
la muerte súbita del “compadre” Palenque en marzo de 1997, aquello habría dejado a CONDEPA en la orfandad. Por otra parte,
Banzer no cumplió su palabra empeñada en el acuerdo firmado con Jaime Paz y Palenque hacia octubre de 1996, a través del
cual, los tres líderes se comprometían a no liquidar YPFB, porque “a un enemigo grande y fuerte como el “gonismo no se le podía
detener con una sola fuerza” (109-111).

257
Estado y Petróleo en Bolivia

la segunda401. La victoria popular lograda con la segunda guerra del agua, puso en jaque al
sistema partidario dominante y la continuidad del modelo neoliberal (Garcés, 2010: 19-20).
Desde aquí en adelante, los “nacionalistas” de la megacoalición, junto al bloque de Goni,
pasaron a integrar el bando de los autodenominados “sistémicos”, confiriendo al sentido de
dicho término, su “devoción” y “respecto” a las normas institucionales de la democracia; en
contraposición, Evo Morales se autoproclamó “asistémico” (Calderón, Gamarra, 2004: 26, 38).

3.1 La reivindicación marítima se adhiere a la recuperación del gas


En el 2002 –un año antes de la conclusión de su mandato- el general Banzer, afectado por una
enfermedad incurable se vio forzado a delegar la investidura presidencial a su vicepresidente
Jorge Quiroga. El nuevo presidente dio a conocer al país el proyecto más ambicioso concebido
en la industria petrolero boliviana: el Pacific LNG. Sin embargo, no se atrevió a viabilizar el
proyecto que sólo requería su autorización para llevarse a cabo (acorde a la ley 1689). Yuseff
Akly testimonia: “no hubo una participación decidida del gobierno en el LNG, Jorge Quiroga
estaba de presidente, entonces se le pedía un poco que tome la decisión, que firme, va adelante
o no va adelante el proyecto, y él no lo firmó, estaba en proceso electoral y no lo hace, dejando
la ʻpapa calienteʼ al próximo gobierno” (entrevista personal, 20/08/2010).
Con el Pacific LNG, el gas sería transportado por gasoducto hacia el norte de Chile,
ahí, sería construida una planta de licuefacción para comprimirlo y embarcarlo en buques
metaneros hasta el norte de México, donde sería “regasificado” y bombeado a través de otro
gasoducto hacia el Estado de California. El proyecto presuponía inversiones próximas a 6000
millones de dólares y, hubiese movilizado alrededor de 30000 millones de dólares en 20 años.
Todo esto, ¿en beneficio de quién? Para Miranda Pacheco la importancia de este proyecto
radicaba en el rol geopolítico que Bolivia encarnaría como potencia gasífera regional con
perspectivas mundiales; lo propio en la industria petroquímica, imprimiendo un desarrollo
sin precedentes al proceso de acumulación capitalista boliviano (2009: 59-60).
El Pacific LNG no fue percibido como una “oportunidad” entre los movimientos sociales,
todo lo contrario. Marco Gandarilla refleja con precisión las causas del masivo rechazo. Por
una parte intervino la razón económica:

401
En septiembre de 1999, el gobierno ordenó la privatización de los servicios públicos de agua potable a través de la “Ley de
Agua Potable y Alcantarillado” (2066). Cochabamba fue el departamento más “afectado” por la ley. El gobierno transfirió al
Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (SEMAPA) al consorcio Aguas del Tunari (formado por las estadounidenses
International Water Limited y Bechtel). Aguas del Tunari se comprendió a construir la anhelada represa de Misicuni; los recursos
serían obtenidos con el incremento a las tarifas del agua distribuida por la ex SEMAPA (Garcés, 2010: 19).
Luego de la aprobación de la ley 2066, organizaciones populares hacen públicas sus observaciones, y en noviembre del
mismo año, la “Coordinadora del Agua”, una organización popular multisectorial liderada por el dirigente fabril Oscar Olivera,
juntamente a la Federación Departamental Cochabambina de Regantes (FEDECOR), iniciaron bloqueos de los caminos de acceso
a Cochabamba en protesta contra la privatización del agua y exigiendo la reversión de la misma. En pocos días la protesta se
generalizó y se transformó en un amotinamiento urbano sin precedentes; incluso aparecieron en las protestas delegaciones
enviadas por las federaciones cocaleras del trópico cochabambino, el MAS de Evo Morales se articuló con los sectores urbanos
de la “Coordinadora del Agua” (Stefanoni, Do Alto, 2006: 64). El gobierno se comprometió a cumplir dicha demanda (Anaya,
2009: 66-67).
Meses después, ya en abril de 2000, ante la indiferencia del gobierno que prosiguió incólume con el plan, se produjo otro gran
alzamiento popular. La ciudad fue literalmente paralizada durante la nueva revuelta, el hollín de las fogatas encendidas en calles
y esquinas oscureció a la ciudad, y los policías y militares llamados a reestablecer el orden, tuvieron que atrincherarse en sus
cuarteles. El gobierno se vio forzado a retroceder y expulsar al consorcio transnacional, el Congreso Nacional abrogó la ley. Era
la primera vez que el pueblo obtenía una victoria contundente contra políticas de corte neoliberal (Garcés, 2010: 19).

258
Juan José Anaya Giorgis

Se estimaba que esta exportación, dejaría para Bolivia, por concepto de regalías y participaciones,
tan sólo alrededor de 50 millones de dólares por año, mientras los ejecutivos del consorcio
petrolero declaraban a la prensa boliviana que sus ganancias estimadas circundaban los 1000
millones de dólares al año (2008: 94).

Y además, intervino la visión geopolítica nacional a mediano y largo plazo:

El cuestionamiento popular también tuvo un carácter nacionalista, oponiéndose a las


pretensiones de las transnacionales por exportar a través de un puerto chileno, ignorando el
gran arraigo popular que rechaza las relaciones con ese país, por su apropiación de la soberanía
marítima de Bolivia en la Guerra del Pacífico de 1879. Los movimientos populares y cívicos
demandaban que, previo a cualquier negociación comercial o de otra índole con el gobierno
chileno, éste diera muestras de acceder a la demanda centenaria de Bolivia por la devolución
de áreas del litoral perdidas en la guerra (2008: 95).

Advertir al proyecto Pacific LNG como un peligro geopolítico fue muy difundido entre las
organizaciones que rechazaban el proyecto titánico. Con la planta de regasificación, Chile se
acreditaría la mejor porción de la torta, en cambio, Bolivia apenas obtendría míseras regalías
de campo “redescubierto” (18%) sobre un precio de sólo 0.70 $ el millón de BTU. “Comerciar
gas por Chile quiere decir una inversión de más de dos mil millones de dólares, impuestos y
otras utilidades en aquel país. Mientras, Bolivia entregará prácticamente gratis su gas” (Tapia,
CDAEN, Nº 31, edición homenaje, 2002: 75)402. Edwin Tapia denunció la estrategia histórica de
Chile para impedirle a Bolivia recuperar su mar: obstruir a toda costa el desarrollo boliviano,
pues sí Bolivia llegase a ser próspera y fuerte, podría recuperar el litoral capturado; y concluye:
“quienes no quieran ver esta realidad están enceguecidos por su ineptitud o por su pequeñas
ambiciones” (2002: 75).
Durante los años 2000 y 2002, el sector petrolero atravesaba un momento dinámico, “las
empresas se sentían cómodas trabajando con la ley 1689, habían muchos planes y entusiasmo”
(Prada, entrevista personal, 02/02/2010). Las perspectivas de Bolivia siendo el centro
distribuidor de gas para los países receptores del cono sur, incluyendo a Chile, y de otros
mercados ultramarinos, acariciaban la realidad tangible (Miranda, 2009b: 143). El gobierno
procuró legitimar la espectacular “oportunidad” desarrollista con pródigas campañas
propagandísticas de apoyo al Pacific LNG, divulgando las inversiones sin precedentes que
serían realizadas en Bolivia. No obstante las campañas surtieron efectos inversos: lejos de
persuadir a la opinión pública en el sentido deseado, inflamaron los ánimos “asistémicos” y
el malestar general por el “mega saqueo”.
Mayormente la ciudadanía sentía que las regalías y los precios ínfimos que la Pacific LNG
pretendía reconocerle a Bolivia por el usufructo intensivo del gas, eran como un despojo a su
propia casa. Y no sólo eso. Siendo el Pacific LNG un negocio leonino en perjuicio de Bolivia y el
beneficio de Chile, su ejecución encaramaría mortíferos peligros para la seguridad del Estado
boliviano. El Pacific sería el eslabón indigesto en la estrategia del Gas Hab, el “infortunio” que

402
Edwin Tapia es director de Opinión, diario de circulación nacional, y ejecutivo de la Corporación de Boliviana de Cemento
(COBOCE).

259
Estado y Petróleo en Bolivia

agotó la tolerancia del pueblo hacia el modelo neoliberal que los gobiernos de la “democracia
pactada” construían desde 1985, la gota que desbordó el vaso (Gandarillas, 2008: 95).

3.2 La Guerra del Chaco en la “guerra del gas”


Roberto Laserna, explica la espiral ascendente de conflictos políticos observada en el
país entre 1999 y 2004, principalmente, como resultado de las expectativas “rentistas”403 que
“dominan” a los propósitos políticos de las organizaciones y movimientos sociales bolivianos
(2011: 25). Las cuantiosas reservas gasíferas descubiertas en los últimos años del siglo XX por
las empresas petroleras, y las fabulosas “rentas” que arrojaría su comercialización -sobre todo
para las transnacionales a cargo de su comercialización- habían reavivado las expectativas
“rentistas” entre los diversos sectores sociales y la pretensión de acceder a una porción más
“provechosa” de las rentas (2011: 90). En este sentido, la cuestión del gas llegó a ser el centro
indiscutido de la atención política nacional (2011: 22).
Laserna no ve “al rescate del gas” como la causa central que subyació en las movilizaciones
multisectoriales que se suscitaron entre 2001 y 2003, exigiendo al gobierno abortar el proyecto
Pacific LNG y nacionalizar el gas. Para Laserna: “un análisis más cuidadoso encuentra, sin
embargo, que en ese momento se articularon y superpusieron una gran diversidad de temas
y que la cuestión del gas, en realidad, no pasó de ser un pretexto” (2011: 21).
Cuantificando la relación del número e intensidad de los conflictos políticos nacionales,
con la variación de las reservas gasíferas probadas (en calidad de variable explicativa), de 1999
a 2004, Laserna encuentra una correlación estadística significativa entre ambas variables y,
concluye: “parecería poder sustentarse la hipótesis de que el aumento de las reservas del gas,
generó tales expectativas sobre la existencia de una nueva fuente de riqueza, que contribuyó
a la intensificación de los conflictos. Insistimos, en que más allá de las particularidades que
tuvieron, y del carácter político de muchos de ellos, en general los conflictos parecen haber
estado orientados, en el fondo, a capturar parte de esa nueva riqueza” (2011: 24).
Los estudios exploratorios de Roberto Laserna y sus colegas coautores (2011), intentaron
atribuir a las prácticas “rentistas”, inscriptas en la memoria colectiva con “letras de bronce”404,

403
Este concepto denota “el deseo de obtener rentas”. Según Laserna, en la formación social boliviana, las expectativas “rentistas” de
la población, estribarían sobre “la posibilidad de obtener un valor mediante una decisión política, antes que por un transacción
económica, por lo que habitualmente involucra al Estado y afecta los recursos públicos traduciéndose en una asignación
presupuestaria específica, subsidios, ventajas particulares, en aranceles o incluso en la provisión excluyente de los servicios
públicos” (2011: 9-10). En ese marco, las prácticas “rentistas” bolivianas habrían proliferado con más abundancia bajo la égida
populista del nacionalismo revolucionario (2011: 39).
404
Los antecedentes constitutivos de las prácticas “rentistas” bolivianas, se remontarían a los tiempos coloniales. El “rentismo”
sería un vástago de la legislación colonial, instituida con fueros políticos y derechos al usufructo del territorio, diferenciados
según castas sociales: españoles, criollos, mestizos, indios y negros; tomando a los rasgos fenotípicos de la “raza” como factor
de discriminación entre las castas. Un foco recurrente de conflictos durante la etapa colonial, giró en torno a las pugnas de las
castas privilegiadas ante las autoridades virreinales, por privilegios para la explotación y distribución de la riqueza; como por
ejemplo, la imposición de mitas más ventajosas y las subvenciones al mercurio, demandadas a la Corona por el “gremio de los
azogueros” en Potosí (Gordillo, Laserna, Komadina, 2011: 58-60).
Incluso, el relacionamiento de tipo “rentista” y especulativo con la Corona, podría haberse diseminado entre las castas de
menor rango, como una estrategia para mejorar su posición desafortunada frente a las castas superiores. “El Estado Colonial,
aparentemente poderoso, era en realidad un organismo intrínsecamente débil, no sólo porque abrió muchos frentes de
negociación, sino también porque concedió a cada uno sus propios fueros” (2011: 61).

260
Juan José Anaya Giorgis

como las causas más influyentes sobre la “guerra del gas” de octubre de 2003. Sin duda
las prácticas “rentistas” implicaron un factor digno a ser considerado como parte de la
constelación causal influyente sobre las políticas públicas hidrocarburíferas405; no obstante,
de ningún modo su incidencia podría ostentar un cariz principal. Hasta el mismo Laserna
parecería reconocer la insuficiencia de los resultados arrojados por sus rigurosas pruebas
cuantitativas, como evidencia solvente para conferir a la “teoría rentista” el rango de certeza
científica (2011: 24).
A nuestro parecer la teoría “rentista”, tal como ha sido planteada, constituye un sofisma
reduccionista. Atribuir la voluntad beligerante de CODEPANAL a intereses “rentistas” es
uno de ellos. En general, la ideología e ingredientes simbólicos y afectivos que motivaron la
intervención de la población, han sido invisibilizados u opacados por la ecuación de Laserna.
Durante las luchas de oposición a la Capitalización en YPFB y subsecuentes conflictos, las
nociones de soberanía y seguridad del Estado heredadas de la guerra del Chaco, tuvieron
presencia viva en los sentidos discursivos de los defensores de YPFB; lo propio con las
interpelaciones a los grandes episodios históricos nacionales de la historia pasada y su
trascendencia para clarificar las decisiones del presente.
En un manifiesto emitido por CODEPANAL en 1996 se advierte: “la historia nos muestra
dolorosamente, en los casos del Litoral, el Acre y el Chaco, que quien controla la economía
controla la soberanía” (citado en, Soares, 2010: 89). Más aún, tratándose de un recurso estratégico
como el petróleo, cuyo dominio no debía caer en manos foráneas, y cuya enajeción además
significaba ultrajar la memoria de los 50000 héroes que ofrendaron su sangre preservando la
soberanía boliviana sobre el petróleo durante la guerra del Chaco; informó Royuela Comboni
acusando algunos argumentos muy populares vertidos por “saltimbanquis y políticos
trasnochados tratando de desvirtuar la capitalización” (1996: 195). No casualmente Marwan
Tahbub, ligado a CEDIB, reivindica la célebre sentencia de Germán Busch:

Vamos pues a reafirmar la nacionalización de los petróleos, ya que todos los que estuvimos
en las horas de peligro en el Chaco, experimentamos la inconveniencia de que esa riqueza
estuviese en manos de capitales extranjeros. El petróleo boliviano va ser explotado por el
Estado, porque así lo exigen los altos intereses nacionales (2008: 47).

Evocar a las fechorías de SOCB durante su paso por Bolivia, como ejemplo aleccionador
sobre lo que las transnacionales son capaces de hacer, mellando a Bolivia, ha sido un ingrediente

405
Las disputas regionales que protagonizaron las organizaciones cívicas, y los propios gobiernos departamentales (ex prefecturas),
de los Departamentos de Chuquisaca y Tarija, a través del 2010 e inicios del 2011, en torno al reparto de las regalías del mega
campo fronterizo “Margarita”, aportan un claro ejemplo de conflictos motivados por netos intereses rentistas. Los problemas
surgieron en vísperas de la explotación comercial de Margarita, cuya producción, abastecerá la demanda argentina (El Nacional,
2010/05/10; Agencia de Noticias YPFB, 2010/25/10; Página Siete, 2011/11/02).
En 2006 los gobiernos argentino y boliviano firmaron un contrato compra-venta de gas por 7 millones de MCD de 2006 a 2007,
y 16 millones de MCD de 2008 a 2026 (Zaratti, 2009: 126). El suministro sufrió una serie de contratiempos por las dificultades
de YPFB “corporación” para cumplir el contrato. Más adelante YPFB “corporación” y la argentina Empresa Nacional de Energía
(ENARSA), firmaron una agenda ampliando los plazos de entrega (Zaratti, El Nacional, 2010/04/08); esta vez, para garantizar el
cumplimiento del contrato, YPFB “corporación”, concedió el desarrollo del campo a las transnacionales, bajo la modalidad de
“contratos por servicio”, con las siguientes participaciones: Maxus (YPF-Resol) 37.5%, British Gas 37.5%, y Panamerican Energy el
resto (Gandarillas, 2008: 93). Margarita inauguró operaciones en abril de 2012 (El Mundo, 2012/27/04).
Más abajo analizaremos a YPFB “corporación”, creada como resultado del DS 28701 “Héroes del Chaco”.

261
Estado y Petróleo en Bolivia

primario en “la sazón” analítica, e historicista, de la intelectualidad antineoliberal. Roberto


Fernández destaca la inquina de SOCB hacia el país, trasladando sus maquinarias al norte
argentino ante la inminente la Guerra del Chaco, y su posterior mala voluntad para refinar
la gasolina de aviación requerida desesperadamente por el ejército en campaña (2009: 30).
Recordemos algo más. Cuando el presidente Tejada Sorzano a fines de 1934, le solicitó al
gerente de la Standard Oil en Sudamérica, el señor Tomas R. Armstrong, 5 millones de $ a
cuenta de regalías futuras para financiar el esfuerzo bélico, Armstrong negó el pedido en
marzo de 1935, alegando que una transnacional como la Standard Oil, debía guardar la más
estricta neutralidad (Somers, 1941: 15, Querejazu, 2008: 368) ¿Por qué una transnacional de
intereses mezquinos querría participar en una guerra que no era suya?
Gildo Angulo solía conjurar: “Standard saqueó el petróleo sin dejar nada para el país, con
el agravante de haber vendido petróleo y derivados al Paraguay durante el mismo curso de
la Guerra del Chaco” (CDAEN, edición homenaje, 2000: 16). Por supuesto, las invocaciones al
infame oleoducto clandestino, acaso la única fechoría irrebatible de la compañía, o la parábola
nacionalista de “Pompilio Guerrero”, inspector nacional de aduanas, y “Magowan”, como
jefe nacional de aduanas impuesto por SOCB, no fueron menos profusas406 (Velasco, El Diario,
2003/05/05). Mirko Orgaz agrega: “Pompilio luchó en la guerra del Chaco con la certeza de
que la Standard contrabandeaba petróleo boliviano hacia el Paraguay vía Argentina” (2002:
101).
Empero, la evocación al mito sobre las causas de la guerra del Chaco, como resultado del
duelo entre la RDS y SOCB por el control del Chaco Boreal, eclipsó a todas las demás en los
debates. En la edición homenaje de YPFB “corporación”, a propósito de su 75 aniversario,
la conclusión de Almaraz sobre las causas de la guerra, tomada de su “Petróleo en Bolivia”,
figura sacralizada: “Dos pueblos empobrecidos disputándose la propiedad de una riqueza
que ya habían perdido varios años antes. Dos pueblos manejados por titiriteros desde Nueva
York y Londres” (2010: 38); Marwan Tahbub reproduce la misma cita (2008: 46), Mirko Orgaz,
el mito (2002: 100), Marc Gavaldá enlaza pasado y presente:

Transredes S.A. es un consorcio de dos empresas que han preferido trabajar juntas para extraer
lo que a principios de siglo les costaba hacer la guerra. En 1921 la Standard Oil de Rockefeler
financió un ejército boliviano para combatir la embestida de Paraguay que financiaba la
Royal Shell Dutch por unas disputadas reservas en el Chaco Boreal boliviano. Los tiempos
han cambiado y las empresas también. Ahora, ENRON, que corresponde a una porción de
la Standard Oil desde que esta fue cuartoneada por las leyes antimonopolio de los Estados
Unidos, se ha juntado con sus antiguos enemigos, ha sobornado un presidente [Sánchez de
Lozada], y está construyendo gasoductos en Bolivia y termoeléctricas en el Brasil (2006: 134)407.

406
Como vimos, el oleoducto clandestino tenía 250 metros de longitud y 2½ de diámetro, cruzaba el río Bermejo entre Orán y
Aguas Blancas (Deheza, 1938: 13). Magowan habría orquestado el retiro forzado de Pompilio, cuando éste, explica Deheza,
denunció el contrabando petrolero de SOCB en 1925, a través del oleoducto clandestino hacia Argentina (1938: 18-19).
José Deheza ha sido prácticamente olvidado en nuestros tiempos como ideólogo clave del movimiento nacionalista en su
génesis. Si bien, las referencias a Deheza en la bibliografía sobre la cuestión, son excepcionales, sus anécdotas sobre Pompilio
y Magowan perviven en la memoria colectiva. Sergio Almaraz parafraseó con esmero a dichas anécdotas (1969: 114); Carlos
Montenegro también las mencionó (1938: 22, 91).
407
La primera edición apareció en 2001.

262
Juan José Anaya Giorgis

3.3 La víspera
La “caída” de YPFB downstream y “residual” a fines de 1999 infundió ánimos combativos
frescos a CODEPANAL. Ya no se trataba de impedir privatizaciones, o volverlas menos
indignas ¡todo estaba perdido! La lucha orientada al “esclarecimiento” defensivo ya no tenía
sentido. A partir de ahí, las campañas buscaron rescatar los hidrocarburos con una nueva
nacionalización (Mariaca, CDAEN, N° 28, 2000: 145). Repeler al Pacific LNG y elucidar la
“privatización fraudulenta”, fueron los pivotes fundamentales al servicio de la liberación
industrial, sólo posible recuperando el patrimonio perdido. Esta ofensiva nacionalizadora
tuvo poca fuerza y parecía diluirse en respuestas poco comprometidas o el silencio indiferente
de las masas; entonces irrumpió la segunda candidatura presidencial de Sánchez de Lozada
en escena, y eso lo cambió todo:

Las campañas persistentes empezaron cuando Sánchez de Lozada lanzó su candidatura para
el segundo periodo, estamos hablando del 2001. Sánchez de Lozada convocó una reunión
política con representantes de las fuerzas armadas para explicar su programa, a esa reunión fue
el Almte. Ángulo, que ya estaba incorporado a CODEPANAL; ahí Angulo interpeló a Sánchez
de Lozada como “vendepatria”, y el gesto fortaleció mucho a CODEPANAL, porque era un
sector del ejército. Ya para el segundo gobierno de Sánchez de Lozada CODEPANAL adquirió
bastante influencia política (Rocabado, entrevista personal, 05/04/2011).

Poco tiempo después CODEPANAL impulsó oleadas de foros “debate” sobre minería fósil
e industria petroquímica que barrieron el país, no sólo en los espacios forísticos tradicionales,
como el del “Foro del Sur”, realizado por el CEDIB con ciclos regulares y temas de interés
coyuntural por más de veinte años. También proliferaron en gremios, sindicatos, FEJUVES,
radios y televisión; hubo diálogos con la CSUTCB, y los almuerzos de Soliz Rada con dirigentes
diversos en la pensión paceña del hotel Torino, eran muy frecuentes y concurridos, algunas
veces el diputado Evo Morales asistía (Berríos, entrevista personal, 14/04/2011; Carvajal,
entrevista personal, 15/04/2011; Zapata, entrevista personal, 03/09/2009).
CODEPANAL sostenía el movimiento con recursos propios y los elencos foristas eran
como circos ambulatorios. En la ciudad de El Alto las campañas de “esclarecimientos”
articuladas a las FEJUVES, Central Obrera Regional (COR), y Magisterio Urbano, fueron
intensas, la participación de los vecinos alteños en los foros rebasó las expectativas (Zapata,
entrevista personal, 02/04/2010). Otro frente de lucha muy fecundo se abrió junto al nivel
ejecutivo central de la COB, Gildo Ángulo destacó el compromiso de Jaime Solares, como
primer secretario de la COB, promoviendo los espacios de análisis y la movilización en las
calles por la nacionalización del gas (Ángulo, entrevista personal, 15/04/2011).
También surgieron colectivos especializados sobre petroquímica de ingenieros y técnicos
nacionalistas, dedicados a proponer proyectos de industrialización estatal del gas, entre
los que se destacaron los proyectos del doctor Saul Escalera (2003), (Rocabado, entrevista
personal, 05/04/2011; Carvajal, entrevista personal, 15/04/2011). Hacia 2006, Escalera fue
nombrado director de industrialización en YPFB, dos años más tarde, renunció “cansado de
trabajar entre burocracias, gentes ineptas, o mediocres improvisados, y la parálisis de todos
los proyectos por voluntades superiores” (Valenzuela, El Diario, 2010/02/08).

263
Estado y Petróleo en Bolivia

Caracterizando el rol político de CODEPANAL, instalando la demanda por nacionalización


de los hidrocarburos entre movimientos sociales y corporaciones populares, Carlos Carvajal408
trasluce:

CODEPANAL es una especie de “cenáculo” donde discutimos las políticas nacionales, no sólo
energéticas, en el corazón de las organizaciones sindicales, transversal a las organizaciones
sindicales. Pero nacionalizar los hidrocarburos no ha sido una consigna que ha acuñado
CODEPANAL.

Yacimientos había sido antes del Estado boliviano, se desnacionalizó cuando Goni Sánchez
de Lozada, y compañía, desmantelaron el aparato económico de Bolivia; recuperar lo que
era del Estado boliviano, era una aspiración de todo el pueblo. Si bien, en cierto momento,
sistematizamos las ansias de los distintos sectores del pueblo boliviano, las sistematizamos
y le dimos cierta forma para llevarlas adelante, el sentimiento de nacionalización ya existía,
surge de la primera nacionalización cuando David Toro, después de la guerra del Chaco se vio
la importancia del petróleo.

Entonces fue fácil, bastante fácil, hacer que la necesidad de recuperar el manejo estatal de
los recursos naturales, prenda en la opinión pública para apoyar la nacionalización de los
hidrocarburos...e hidrocarburos fue una especie de catalizador muy eficaz, pero nosotros no
fuimos a construir sobre nada…(entrevista personal, 05/04/2011).

Resta por analizar cómo el nacionalismo “clásico”, o de post guerra chaqueña, se amalgamó
a los nuevos movimientos indígenas emergentes del trópico cochabambino, altiplano aymara,
y pueblos originarios de tierras bajas (amazonía, subandino sur, llanura beniana y chaqueña).
Los movimientos originarios de tierras bajas como la Central de Pueblos y Comunidades
Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB), Coordinadora de Pueblos Étnicos de Santa Cruz
(CPESC), Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), entre otros, no asumieron la reivindicación
por la soberanía del Estado nacional sobre los hidrocarburos, como una cuestión propia. La
lucha de estos pueblos apuntó más bien a “descolonizar” la apropiación occidental de sus
espacios vitales, frenando la intrusión de las industrias extractivas o agroindustriales, y la
imposición de las instituciones sociales occidentales en sus territorios ancestrales, sin efectuar
ningún tipo de consulta previa a las comunidades originarias. Filemón Escobar explica:

Ellos luchan casi a diario con las camarillas destructoras de bosques, contra las grandes
empresas ganaderas que les han quitado su territorio y los siguen usurpando. Ellos igual que
la nación aimara y la nación quechua, se consideran sobre todo indígenas y herederos de la
amazonia boliviana. Mantienen, con mucha firmeza, sus tradiciones culturales y son paladines
de la preservación medioambiental y el vivir en armonía con la naturaleza (2008: 199).

La lucha por la Asamblea Constituyente en la política nacional, bajo la premisa del respeto
a la autodeterminación política y económica de los indígenas en sus territorios fue crucial
para el colapso del modelo neoliberal y la democracia pactada (Garcés, 2010: 23). Hacia 2002,
el llamamiento a Asamblea Constituyente para “refundar el país incorporando a quienes no

408
Militante veterano del PCB y ex ministro de minería en el gobierno de la UDP. Se incorporó a CODEPANAL hacia el 2001. Luego
de la desaparición física de Enrique Mariaca en mazo de 2010, Carvajal asumió la dirección de CODEPANAL con la nominación
de “vicepresidente”, pues Enrique Mariaca fue proclamado “presidente vitalicio y emérito de CODEPANAL”, también es integrante
del secretariado central del PCB (entrevista personal, 05/04/2011).

264
Juan José Anaya Giorgis

participamos en la fundación de Bolivia” ya estaba instalado entre las máximas prioridades


de los movimientos sociales y fuerzas “asistémicas” (Stefanoni, Do Alto, 2006: 69). La
visibilización de la cuestión empezó con la histórica marcha por el “Territorio y la Dignidad”
que la CIDOB organizó en 1990; con una gran concentración de pueblos originarios de tierras
bajas. La marcha consistió en caminar desde la ciudad de Trinidad, hasta la ciudad de La
Paz. La travesía duró más de un mes. La marcha por el “Territorio y la Dignidad” sacudió
emocionalmente al país. Pedro Nuni, dirigente de CIDOB varias veces electo diputado
nacional, atestigua la importancia de la movilización:

La marcha de los pueblos indígenas de tierras bajas de 1990 marcó un hito importante, porque
hasta ese momento los nativos del oriente boliviano y amazónicos no éramos reconocidos.
Nos mostramos a Bolivia y exigimos que, como ciudadanos, se respeten nuestros derechos.
También pedimos tierra y territorio.

Después de esa marcha realizamos muchas más, pidiendo, entre otras cosas, Asamblea
Constituyente. Hemos asumido una posición, que es el reconocimiento de la preexistencia de
los pueblos indígenas, un estado plurinacional y que nuestros territorios sean identificados
indígenas autónomos409.

Silvia Rivera Cusicanqui, ex militante del “grupo octubre” encabezado por Soliz Rada
en tiempos de la “Asamblea Popular”, y posteriormente, asesora de la CSUTSB durante el
proceso de su fundación a fines de los años ´70, bajo el liderazgo del dirigente katarista Genaro
Flores (Escobar, 2008: 162), añade:

En octubre de 1990, una masiva marcha de indígenas amazónicos moxeños, yuracarés,


chimanes y guaraníes partió de Trinidad (a 700 km. de la capital) arribando a La Paz tras más
de un mes de penoso viaje. Sus demandas: Territorio y Dignidad, sintetizan con elocuencia
las complejas dimensiones históricas del movimiento indígena, pues articulan la aspiración
de un trato digno, acorde con la condición humana, con respeto a la especificidad histórica,
organizativa, cultural y productiva de la sociedad indígena, A su arribo a la cumbre de la
Cordillera Oriental que constituye la frontera (apachita) simbólica entre las alturas y los llanos,
entre el antiguo espacio nuclear andino y los territorios pluriétnicos del Payititi, aymaras,
qhichwas y urus llegados de todas las latitudes, junto con miles de habitantes urbanos de
los más diversos orígenes. La unión de las partes fragmentadas del cuerpo indígena -unión
ctónica, desde las profundidades del tiempo-espacio- pareció vislumbrarse, o al menos así lo
percibimos la mayoría de los presentes, como un pachakuti, un vuelco cósmico, que irrumpía
nuevamente como un rayo en el cielo despejado del tiempo lineal (Rivera, 2010: 61-62).

Luego de la “guerra del agua” del 2000 en Cochabamba, la adhesión de los movimientos
sociales urbanos a la causa de la Asamblea Constituyente fue palmaria. Algazaras populares
demandando Asamblea Constituyente, coronaron la victoria expulsando al consorcio
Aguas del Tunari. Mientras Cochabamba estaba paralizada, la CSUTCB también se plegó al
rechazo por la ley de aguas 2066, realizando numerosos bloqueos de caminos, focalizados
en el municipio Achacachi del altiplano paceño. Junto a la derogación de la ley, la CSUTCB
exigía medidas de hecho más decididas para el desarrollo rural (Garcés, 2010: 19-20). Felipe
Quispe, antigua figura del movimiento “katarista” y secretario ejecutivo de la CSUTCB por

409
(http://amazoniaperu.com/amazonia_bo.php?id_contenido=798&opcion=detalle_not [20/11/2013]).

265
Estado y Petróleo en Bolivia

esos tiempos, promovía un indianismo esencialista. Luego del triunfo en abril del 2000, Felipe
Quisque fundó su propio instrumento político con esa perspectiva: el Movimiento Indígena
Pachakuti410 (MIP). Los conflictos entre kataristas conducidos por Felipe Quispe, o el Mallku411,
y gobierno central, fueron recurrentes hasta la llegada de Evo Morales a la presidencia del
país; estos conflictos muchas veces acabaron con comunarios aimaras muertos (Stefanoni, Do
Alto, 2006: 63, 74).
En mayo de 2003, y reivindicando la Asamblea Constituyente, surgió en las tierras bajas
otra gran movilización indígena cuya consigna central exigía el control sobre los recursos
naturales por los pueblos indígenas en sus territorios. Esta marcha se denominó: “Marcha
por la Soberanía Popular, el Territorio y los Recursos Naturales”. Partieron en caminata de
Santa Cruz hacia La Paz y a su paso se incorporaron nuevas delegaciones indígenas de tierras
altas, formando una kilométrica marcha. El MAS-IPSP412 se sumó a la marcha en el trópico
cochabambino. Sin abrogar las concesiones del capital extranjero no habría control indígena. El
conjunto de los marchistas arribaron a la Paz el 16 de junio; las demandas por la constituyente
y el control indígena sobre el usufructo de los recursos naturales, no fueron aceptadas por el
gobierno (Garcés, 2010: 31-33)413.
Sería difícil negar que los procesos insurreccionales no “sistémicos” tuvieron como epicentro
al trópico cochabambino414. La erradicación de la hoja de coca ha sido una de las pocas políticas
públicas aplicadas invariablemente por los distintos gobiernos de la “democracia pactada”
(1985-2003). La megacoalición implementó el denominado “Plan Dignidad”, cuyo propósito,
era erradicar la denominada “coca excedentaria”, sin compensación monetaria alguna (como
había sido en el pasado) y, en tan sólo cinco años. La meta estuvo cerca de lograrse hacia
el año 2000, cuando el cultivo “excedentario”, se redujo a una superficie de 6000 hectáreas
(Escobar, 2008: 249; Anaya, 2009: 66). La persistencia disciplinada del gobierno boliviano ante
las acciones coactivas de los Estados Unidos, -principal promotor de la erradicación- significó

410
“Pacha es “tiempo/espacio” y kuti “cambio vuelco”, tanto en quechua como en aymara. Pachakuti es parte de la cosmovisión
andina en el sentido de los grandes ciclos o cambios históricos” (Albó, 2008: 66).
411
Cóndor en aymara, los aimaras confieren el título de Mallku a sus autoridades originarias con sentidos honoríficos.
412
Con el afán de candidatear en las elecciones municipales convocadas en 1997, y sin tiempo para tramitar la personaría jurídica
necesaria para concurrir a las elecciones, ASP, resolvió coaligarse con IU; como resultado 4 diputados indígenas son elegidos. En
1997, IU postuló al binomio Alejo Veliz y Evo Morales como candidatos a la presidencia y vicepresidencia respectivamente; la
consiga estrella de la campaña fue: “por nuestra soberanía, coca, tierra y territorio”. IU llegó al 3% del sufragio.
Por querellas políticas internas, Evo y Alejo, acaban enemistados al concluir los comicios. Cinco años después Alejo terminará
su promisoria carrera política como aliado del NFR, en las elecciones generales del 2002. Por esa época, el NFR procuraba
desmarcarse de las fuerzas “sistémicas”, abrazando la demanda por la Asamblea Constituyente, siendo sus intenciones
meramente instrumentales. Evo Morales, persistió con su proyecto político fundando el IPSP en 1998 (la sigla ASP quedó en
poder de Alejo). Para participar en las elecciones municipales de 1999, el IPSP se vio forzado, nuevamente, a prestarse una sigla
legal; esta vez, será el Movimiento al Socialismo-Unzaguista, del falangista David Añez Pedraza (Stefanoni, Do Alto, 2006: 61-63,
74; Escobar, 2008: 200).
En Adelante nos referiremos al MAS-IPSP con esta sigla, o como MAS a secas, después de 1999 ambas siglas representan a la
misma organización.
413
Otras organizaciones participes y destacadas del movimiento indígena autonomista, fueron la Confederación Nacional de
Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ), y la Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia “Bartolina Sisa” (FNMCB-
BS).
414
“Los cocaleros fuimos el núcleo central de los combates por el agua en la ciudad de Cochabamba” (Escobar, 2008: 285). Los
bloqueos de caminos y enfrentamientos más aguerridos con las fuerzas coercitivas del Estado fueron soportados por las
federaciones del trópico exigiendo el cese de la erradicación forzada (2008:245-248).

266
Juan José Anaya Giorgis

una declaración abierta de guerra contra las federaciones del trópico chapareño (Stefanoni,
Do Alto, 2006: 39, 76)415.
Precisamente fueron las federaciones de productores de hoja de coca chapareña, bajo el
liderazgo de Evo Morales, los movimientos emergentes del área rural que abrazaron con más
ahínco la lucha tras la nacionalización de los hidrocarburos ¿Qué fundamentos ideológicos
sustentaron la resistencia contra la erradicación?, ¿Cómo se tradujeron en políticas económicas
antineoliberales? Aclarar estas preguntas no es fácil y aquí sólo delinearemos pautas
explicativas generales.
En principio ASP abrevó los discursos kataristas sobre la doble opresión secular del
indígena en Bolivia: étnica y clasista. La defensa al libre cultivo de coca adquirió connotaciones
étnicas, la hoja de coca se volvió un símbolo de la resistencia indígena frente a las agresiones
colonialistas occidentales, foráneas o republicanas. Tildar a los indígenas de propensos al vicio
y el alcoholismo por naturaleza, bárbaros, atrasados, e incluso infrahumanos, han seguido
siendo imaginarios muy arraigados en vastos sectores de la población mestiza y “blancoide”.
En ese marco, atribuir el “embrutecimiento” del indio al acullico de la hoja de coca, ha relucido
como prejuicio: el acullico sería un obstáculo para civilizar al indio (Stefanoni, Do Alto, 2006:
35). Replicando a los prejuicios sobre la hoja de coca en la lucha de oposición a la ley 1008
durante los años ´90 del siglo XX, los cocaleros del Chapare aclamaban: “la coca es nuestra
hoja sagrada” y “coca no es cocaína” (Anaya, 2009: 57-58).
Ya en los tiempos de la privatización de YPFB downstream y las “guerras del agua”, la
legitimación étnica de la hoja de coca, se adhirió al discurso antiimperialista del nacionalismo,
reivindicando la liberación económica con soberanía e independencia. Así, los sentidos
simbólicos de la hoja también incluían a la cuestión “nacional”, en oposición a la “antinación”, o
sea, la sumisión al modelo neoliberal y las políticas erradicatorias de los partidos neoliberales;
la consigna “coca igual soberanía” será otro eje discursivo central del MAS-IPSP (Stefanoni,
Do Alto, 2006: 63, 65-66). Un parágrafo de los principios ideológicos del MAS-IPSP, aprobados
en su III congreso departamental de Cochabamba, en noviembre de 2002, afirma:

La globalización no es otra cosa que la apropiación de las riquezas más apetecidas que
estuvieron en manos del Estado de los países del sur por grandes consorcios capitalistas de
los países del norte a través de la capitalización o privatización. En el caso nuestro, son las
empresas norteamericanas las que se han adueñado del petróleo, el gas y de la electricidad,
para que ellos sigan creciendo a costa de matar de hambre a más de mil millones de seres
humanos y dejar en la miseria a otros 3 mil millones (IPSP, 2002: 4).

Haciendo un esfuerzo por conceptualizar la ideología del MAS, no exenta de “riesgos


reduccionistas”, Pablo Stefanoni ensaya:

Podríamos definir al MAS como un nuevo nacionalismo de izquierda en el que los clivajes
pueblo-oligarquía y nación-imperialismo están atravesados por una cierta etnificación (no

415
Entre 1987 y 2002, los conflictos en torno a la erradicación de coca “excedentaria”, provocaron la muerte de 57 cocaleros,
quinientos heridos de bala, y cuatro mil detenidos en celdas policiales, sin el debido proceso (2006: 73).

267
Estado y Petróleo en Bolivia

excluyente) de la política. En el campo de los referentes históricos del MAS se procesa la


misma articulación: Túpac Amaru, Túpac Katari, Bartolina Sisa, el Che Guevara, el sacerdote
progresista Luís Espinal y el diputado progresista Marcelo Quiroga Santa Cruz (los dos últimos
asesinados en la dictadura militar de García Meza en 1980), conviven en la misma iconografía
masista (2006: 69).

En ese marco, “rescatar YPFB de manos privadas, para que vuelva a ser una empresa de
los bolivianos”, y la “derogación del DS 21060”, fueron objetivos que también prendieron
entre los cocaleros del Chapare; la nacionalización de los recursos naturales (gas, petróleo,
bosques, agua, tierra y territorio) constituyó la espina dorsal del programa económico del
MAS-IPSP, en la campañas electoral del año 2002 y 2005416 (Escobar, 2008: 235, 259).
A diferencia de los núcleos insurgentes del MIP, o indígenas de tierras bajas, el MAS-IPSP
y CODEPANAL, cultivaron lazos estrechos. El interés del MAS-IPSP hacia el proyecto de
CODEPANAL dimanaba del propio líder cocalero Evo Morales que promovía la participación
de CODEPANAL e intelectuales afines, tanto en la formación política de la militancia “masista”
como en la formulación de planes económicos para los programas gubernamentales del MAS-
IPSP. Veamos cómo fueron los nexos Evo-CODEPANAL en las palabras de los protagonistas:

APA no tenía nada que ver con el MAS, nunca militamos en el MAS. Nos articulamos y nos
conocimos con Evo Morales, cuando la comisión ética del Parlamento le hizo un proceso para
expulsarlo de la cámara baja417 […] aunque nosotros no hicimos la defensa, tuvimos muchas
reuniones con el diputado Evo Morales y dirigente cocalero. Evo comulgaba con todos los
planteamientos que teníamos nosotros en el tema hidrocarburífero, y nosotros le decíamos

416
“El Estado será el protagonista central del desarrollo nacional, que a partir de un proceso de planificación, adquirirá autonomía
en el diseño e implementación de los programas de reestructuración y desarrollo productivo […] El Estado participará en
actividades productivas mediante empresas públicas en sectores estratégicos como son los hidrocarburos y la minería. Las
empresas públicas tendrán absoluta autonomía de gestión, dirección y gerencia, acorde con los retos de generar una nueva
matriz productiva […] La consigna de la ‘nacionalización de los hidrocarburos’ se ha convertido definitivamente en un imperativo
histórico si queremos hablar de dignidad, de soberanía y de desarrollo productivo del país. El pueblo comprende claramente
que si estas ingentes riquezas no vuelven a nuestras manos, nuestra Bolivia estará condenada a seguir siendo un país mendigo”
(MAS-IPSP, 2005: 5-7).
417
Finalizando enero de 2002, la comisión de ética del Congreso Nacional, imputó al diputado Evo Morales por presuntas
participaciones en una serie de movilizaciones que protagonizaban los “cocaleros” del Chapare contra los controles, más
rigurosos, implementados por el gobierno en la tranca de Sacaba sobre los volúmenes de coca “excedentaria” que ingresaban
del Chapare a la ciudad de Cochabamba. El presidente Jorge Quiroga acusó a Evo Morales de autor intelectual del narcotráfico
(Stefanoni, Do Alto, 2006: 73). La comisión de ética exigió expulsar a Evo Morales del Congreso.
Manuel Morales Dávila, Eusebio Gironda, y Héctor Arce aceptaron asumir la defensa del diputado Evo Morales, sin embargo a las
72 horas del proceso, perdieron el caso. El fracaso jurídico fue un éxito político para Evo. Román Loayza, como primer ejecutivo
de la FEJUVE El Alto, declaró: “este es el momento de proclamar al compañero Evo Morales como candidato a presidente”
(Cambio, 2013/19/06).
Si bien, cuando Evo Morales asciende al poder en 2005, Morales Dávila tuvo una participación efímera en el gobierno, sus
dos hijos, Manuel y Marcia Morales Olivera, han sido ejecutivos de alta jerarquía en la gestión pública (La razón, 2006/22/06).
Morales Olivera fue asesor del presidente de YPFB, Jorge Alvarado, durante 2006. Alvarado apareció involucrado en un
escándalo de contrabando de petróleo hacia Brasil, viéndose forzado a renunciar. Jorge Ortiz sucedió a Alvarado. El 30 de enero
de 2007 Morales Olivera fue posesionado presidente de YPFB por el ministro del área, Carlos Villegas (Los Tiempos, 2007/30/01);
su gestión apenas duró 15 días, en ese lapso las empresas petroleras e YPFB firmaron los nuevos contratos dimanantes a las
ordenaciones del DS 28701.
Morales Olivera tuvo que renunciar a su cargo cuando se hicieron públicas unas fotografías donde figura, junto con sus
funcionarios, de jarana en alguna playa cubana, mientras debía estar trabajando en un curso de fiscalización petrolera, en La
Habana, Cuba, dos meses antes de asumir la presidencia (Los Tiempos, 2007/24/03; Bolpress, 2007/25/03).

268
Juan José Anaya Giorgis

que, de la anulación de los contratos [joint venture], había que ir a la nacionalización de los
hidrocarburos, recuperar para Bolivia, para el país, esos recursos naturales. El señor Evo
Morales estaba muy de acuerdo con nosotros, inclusive se había comprometido a coadyuvar
a nuestra demanda ordinaria, que estaba en conocimiento de un juez de partido civil (Berríos,
entrevista personal, 14/04/2011).

En la segunda etapa de las campañas de esclarecimiento, intentamos reclutar a los partidos


políticos como el MAS, el PC, Partido Comunista Marxista Leninista [PCML], de la línea
maoísta…personalidades de grupos de izquierda, o independientes. Las respuestas fueron
relativas; sobre todo se adhirieron personalidades individualmente como el Sr. Berrios,
abogado independiente, participó con su grupo y se incorporó a CODEPANAL.

Evo Morales quería saber de economía e hidrocarburos, y por lo que yo sé, Carlos Villegas418,
catedrático de la UMSA, iba toda una temporada a las 5 de la mañana a la casa de Evo y le
daba lecciones a Evo; supongo que de ahí salió el modelo del DS 27801, entiendo que Villegas
le planteó ese modelo (Rocabado, entrevista personal, 05/04/2011).

García Linera jugaba un papel terciario en la lucha, alguna vez apareció en el Chapare a dar
unas conferencias como cualquier profesor universitario, conferencia magistrales, no hay
nada que hacer sobre eso, es un hombre preparado, es un hombre que tiene buena formación
profesional; pero no se identificó con nosotros. En cambio el Evo sí, me acuerdo que siendo
diputado, la bancada departamental de Evo, nos invitó varias veces para conversar sobre
nuestro trabajo y para pedirnos colaboración. Evo no era nuestro, pero se acercó a nosotros;
Evo nos mandaba a llamar para todo, Evo Peleó con nosotros (Ángulo, entrevista personal,
15/04/2011).

3.4 “Ahora sí, guerra civil”


Gonzalo Sánchez de Lozada salió ganador en las elecciones generales convocadas para
junio de 2002, acompañado por el periodista independiente Carlos D. Mesa como candidato a
la vicepresidencia del MNR. Mesa encararía la lucha contra la corrupción que imperaba cada
vez más en las instituciones públicas (Arze, 2002: 559). Las elecciones fueron muy reñidas,
el MNR, siendo ganador, apenas obtuvo el 22.5% del sufragio, el MAS sacó 20.94%, el NFR
20.91%, el MIR 16.32%, y el MIP 6.09% (Pérez Mendieta, 2009: 4). El control de la cámara alta
que logró el MNR con 14 senadores movimientistas de 28 electos, resultó la carta del triunfo;
si ningún partido alcanzaba mayoría absoluta en la tercera votación por el presidente en el
Congreso, ésta sería asumida por el presidente de la cámara alta (Art. 90, CPE).
El MNR invitó a todos los partidos a formar “un gobierno de unidad nacional” (El Diario,
2002/02/07). Entre los partidos más votados, sólo el MIR aceptó la invitación, de este modo
surgió la coalición de gobierno MNR-MIR denominada “Pacto por Bolivia”; ambos partidos
acordaron repartirse los cargos públicos a razón del 60% y 40% respectivamente (El Diario,
2002/06/09). MAS y MIP rechazaron enfáticamente unirse a los partidos “asesinos”, ya
que para Evo Morales, el pacto no era por Bolivia sino “por pegas, corrupción, nepotismo y

418
Carlos Villegas no fue militante activo de CODEPANAL, no obstante, su libro (2004) cayó muy bien en esos ámbitos (Carvajal,
entrevista personal, 05/04/2011). En dicho libro el autor sugiere que las AFP´s devuelvan las acciones de YPFB al Estado boliviano,
para refundar YPFB sobre esa base (2004: 302-303); dicha propuesta se plasmó por medio del DS 28701 de mayo de 2006.

269
Estado y Petróleo en Bolivia

prebendas” (El Diario, 2003/20/07). Al principio, el NFR descartó unirse a la nueva coalición,
que sólo era “demagogia y palabras” (El Diario, 2003/20/07). No obstante, más adelante este
partido cambió de parecer, aceptando la invitación a cambio de tres ministerios y la prefectura
de Cochabamba (El Diario, 2003/02/08).
Evo Morales, con el 20.94% del sufragio, y su voluntad de abstenerse a sellar cualquier
tipo de alianza con los partidos tradicionales, se perfiló como líder indiscutido de las fuerzas
no “sistémicas”. A partir de las elecciones generales de 2002, Evo Morales se convirtió en
articulador central de los cada vez más diversos sectores de izquierda nacionalista que
se adherían masivamente al MAS-IPSP, en un contexto de insurgencia social progresiva
(Stefanoni, Do Alto, 2006: 78-80)419.
La persistente depresión en las cotizaciones internacionales de los minerales (exceptuando
los hidrocarburos) en medio de un ciclo económico global recesivo, más el déficit fiscal
acrecentado por el “régimen de precios” para carburantes en el mercado interno y otros
gastos sociales, más la gestión del general Banzer, calificada por la organización internacional
Transparency International como la más deficiente y corrupta de los gobiernos neoliberales
entre 1985 y 2002, habían arrastrado la economía nacional hacia un deterioro ascendente. De
1992 a 2002, la tasa de crecimiento demográfico promedio fue del 2.75%, mientras el PIB sólo
creció a una tasa del 2.29% en el quinquenio 1997-2002 (Cuadros, 2002: 567-568). Cuando
Sánchez de Lozada inauguró su segundo mandato constitucional, las nuevas autoridades
advirtieron que, concluyendo el 2002, la tasa del déficit fiscal bordearía el 8% (más o menos
700 millones de dólares), y el crecimiento del PIB difícilmente alcanzaría un 2% (Cuadros,
2002: 566).
Buscando solucionar la coyuntura fiscal al borde del default (en 2002 los ingresos tributarios
agregados apenas representaron el 13% del PIB, unos 1100 millones de dólares), el gobierno
de “responsabilidad nacional”, como se autodenominaba la coalición MIR-MNR, golpeó las
puertas del FMI solicitando nuevos créditos (Cuadros, 2002: 575). El FMI condicionó cualquier
empréstito futuro al endurecimiento de la disciplina fiscal por parte del gobierno boliviano
en el 2003, año en que la gestión fiscal debía cerrar con un déficit no mayor al 5.5%, ya sea
incrementando las recaudaciones tributarias internas, o recordando el presupuesto, caso
contrario, Bolivia no sería sujeto de “ayuda crediticia” (Shultz, 2008: 142). Sobre las decisiones
inherentes a la distribución de los ajustes fiscales que tomó el gobierno boliviano, Fernando
Garcés, infiere:

Las opciones del gobierno de aquel momento eran: incrementar los impuestos a las
transnacionales del gas y el petróleo, incrementar los impuestos a la población con mayores
ingreso e incrementar los impuestos a todos aquellos que ganaran por sobre dos sueldos

419
Una cuestión que fortaleció mucho a Evo en las elecciones generales de 2002, fueron las declaraciones impertinentes del
embajador estadounidense, Manuel Rocha, que recomendó, en vísperas de las elecciones, no votar por los “narcotraficantes” del
MAS, porque “una Bolivia dirigida por el narcotráfico, no recibiría ningún tipo de cooperación o ayuda de los Estados Unidos”.
De inmediato el MAS-IPSP acuñó la consigna: “Bolivia, tú decides, Rocha, o la voz del pueblo”; Evo dijo: “sin la visa de los Estados
Unidos, me siento más libre, más soberano”, más tarde bromeará tratando a Rocha “como su jefe de campaña” (Stefanoni, Do
Alto, 2006: 77-78).

270
Juan José Anaya Giorgis

mínimos (110 dólares). La decisión de Goni fue el “impuestazo” anunciado el 9 de febrero420;


es decir, la tercera opción, la que golpeaba particularmente a maestros, enfermeras, policías y
sectores con bajos ingresos (2010: 22).

Tres días después, el Grupo Especial de Seguridad (GES) de la Policía Nacional y fuerza
responsable de la seguridad interna del Estado se insubordinó en un momento de indignación
y protesta masiva contra el proyecto impositivo. La GES exigía aplicar el impuestazo (12.5%
sobre la masa salarial) sólo a los asalariados con ingresos superiores a 5000 bolivianos (Garcés,
2010: 21). El amotinamiento estalló por la madrugada en el cuartel general de la GES, situado
a una cuadra del Palacio Quemado. A media mañana, la plaza Murillo estaba copada por el
pueblo que asistió espontáneamente apoyando el motín policial, la muchedumbre coreaba:
“¡Fusil Metralla, el pueblo no se calla!”, “No al impuestazo” (El Diario, 2013/03/02).
Intentando restaurar el orden, el gobierno, mandó al ejército bien pertrechado a tomar
la plaza Murillo; cerca del mediodía, policías y militares intercambiaron tiros provocando
un baño sangriento, las balas llovían por la plaza y las hostilidades no cesaban. La situación
estaba totalmente fuera de control y, cuando el gobierno finalmente comprendió que no tenía
otra alternativa que retroceder anulando el impuestazo, ya era muy tarde: el 13 de febrero los
caídos en combate ascendían a 34 y algunos fueron de la población civil. Una hecatombe de
esta naturaleza, no había sucedido en veinte años de historia democrática.
Con el “febrero negro”, no sólo Gonzalo Sánchez de Lozada perdió toda legitimidad frente
al pueblo, el sistema democrático vigente y el “Pacto por Bolivia”, también sucumbieron en
la desaprobación mayoritaria (Garcés, 2010: 22). Durante la crisis de febrero surgieron las
primeras voces pidiendo la renuncia del presidente que culminó con la derrota del gobierno y
puso en evidencia la fragilidad del régimen neoliberal (Siles, La Patria, 2013/21/10)421. Si bien,
el amotinamiento de la GES sorprendió por igual al gobierno y a los movimientos sociales
(Laserna, Komadina, Gordillo, 2011: 44), las lecciones políticas que ambas partes captaron
leyendo los signos de la crisis, no tuvieron una simetría equivalente a la sorpresa.
“Tumbar” al régimen neoliberal encarnado por los partidos tradicionales, era una meta
compartida por CODEPANAL, el MAS y MIP. En el año 2000, el MAS desestimó tomar el
poder por vía de la lucha guerrillera “guevarista” optando por la vía democrática combinada
a la resistencia sindical (Escobar, 2008: 202-203). Para CODEPANAL, tomar el poder por
asalto en una acción militar, fomentando la insurrección popular, o en comicios democráticos,
eran todas opciones válidas, siempre y cuando, condujeran a la recuperación de los recursos
naturales (CDAEN, N° 28, 2000: 278). El MIP, por su parte, tenía como objetivo principal,
liquidar la “colonización k´ara” y restablecer a la madre patria: el gran Qullasuyo, incitando
la insurrección popular por la nacionalización de la minería fósil, en vísperas y durante la
“guerra del gas” (Roca, El Día, 2013/07/10; Albó, 2008: 76-77).

420
En ese momento el impuestazo todavía era un proyecto de ley que había sido enviado al Congreso para discutir su aprobación
(Laserna, Komadina, Gordillo, 2011: 44).
421
Otro testimonio símil: “A la protesta de los policías se unieron maestros, universitarios, artesanos, jubilados y transeúntes
para exigir la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada” (http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2002070366
[2003/02/08]).

271
Estado y Petróleo en Bolivia

Mientras tanto, Sánchez de Lozada, se negaba a llamar a una Asamblea Constituyente


porque “arrastraría al país hacia enfrentamientos irresolubles422” (citado en, Mesa, 2008:
14); y continuó las negociaciones con la Pacific LNG. (El Diario, 2012/18/11). El gobierno
estaba desorientado y la gestión pública sumida en la anarquía y el caos (Laserna, 2011: 91).
Intentando mejorar la percepción del Pacific LNG, las autoridades comenzaron a barajar la
posibilidad de sacar el gas a través de un puerto peruano, o por el puerto atlántico de Santos
en la costa brasilera423 (El Diario, 2012/19/11). Sacar el gas por el puerto peruano de Ilo, en
lugar de hacerlo por el puerto chileno de Arica, subía los costos en 400 millones de dólares;
esta diferencia debía ser cubierta por el gobierno boliviano (Candia, 2009: 54-56). Corrían los
meses y el gobierno postergaba su decisión.
A fines de septiembre de 2003, la CSUTCB lanzó una serie de bloqueos rurales a raíz de
asuntos coyunturales: la liberación de un dirigente campesino acusado de asesinato por la
justicia ordinaria; según Felipe Quispe, el dirigente había sido acusado “por seguir costumbres
consuetudinarias de justicia comunitaria” (Albó, 2008: 77). Los bloqueos dejaron aislados a un
grupo de turistas en Warisata por varios días, entonces, Sánchez Berzaín ministro de defensa
de Goni, “organizó todo un operativo mediático con tropas y helicópteros para rescatar al
grupo […] sus tropas de elite se enfrentaron con los bloqueadores provocando cinco muertos,
incluida una niña de 8 años que, con el ruido, simplemente se había asomado a la ventana”
(Albó, 2008: 77).
Dos militares fueron muertos en Warisata por heridas de bala. “Los campesinos sacaron las
armas de los abuelos que habían luchado en la guerra del Chaco, precisamente defendiendo
el petróleo”, reveló Felipe Quispe, el Mallku (citado en, Albó, 2008: 77). Las explicaciones
dadas por el Mallku hacían eco de su posición frente al Pacific LNG por esos días: “California
encenderá cada noche sus luces de neón con el gas boliviano, a cambio, Bolivia recibirá
migajas. Aquí en el altiplano nuestros hermanos seguirán cocinando sus alimentos con bosta
de vaca y burro. Primero se debe recuperar la propiedad del gas, luego exportar” (citado en,
Stefanoni, Do Alto, 2006: 82).
Pocos días después, en un escenario político muy caldeado por la “masacre de Warisata”,
la COR del Alto, timoneada por Roberto de la Cruz, puso en marcha la operación wayronco
(abeja en aymara), buscando “picar” al gobierno, a través de bloqueos intermitentes en calles
y avenidas, hasta que aclare, de una vez, su posición respecto al puerto y a las exportaciones

422
Ante al ascenso político de las masas en los valles centrales y el occidente del país, a partir de la Guerra del Agua, los sectores
empresariales y agroindustriales de Santa Cruz, comenzaron a inflamar los históricos sentimientos regionalistas de la población
cruceña, sobre todo urbana, en torno al Comité Cívico de Santa Cruz, como un factor de contrapeso al poder e influencia del
peligro “asistémico”. Hacia 2003, las fuerzas anti “asistémicas” de Santa Cruz, comenzaron a expandirse hacia los Departamentos
de Tarija, Beni y Pando, convocando a los mismos actores en esas regiones y constituyendo al bloque político denominado
como “la media luna”.
La influencia de los movimientos sociales e indígenas en los departamentos de la “Media Luna”, era ostensiblemente menor
en relación a su peso político en el resto de los Departamentos. La “Media Luna” fomentaba la autonomía de los gobiernos
departamentales, y rumoreaba con separarse de Bolivia, si los “asistémicos” tomaban el poder aboliendo al Estado de Derecho.
Hacia el 2004, los cívicos de Santa Cruz acuñan el término de “La Nación Camba” como referente común, en contraposición al
indigenismo. La “Media Luna” interpretaba a la realización de una Asamblea Constituyente, como un peligro para la democracia
(Albó, 2008: 21, 80-82, 89; Cambio, 2013/23/10).
423
Sacar el gas por el puerto de Santos fue una propuesta oficialmente formulada por el presidente de Brasil Henrique Cardoso, la
misma no prosperó.

272
Juan José Anaya Giorgis

del Pacific LNG (bolpress, 2003/29/09)424. El wayronco detonó la guerra del gas. No hubo
pronunciamientos oficiales sobre la cuestión del gas y, el 8 de octubre, la COR de El Alto, en
ampliado general, decretó un paro cívico indefinido con bloqueo de caminos (Stefanoni, Do
Alto, 2006: 83).
Al día siguiente, la planta de almacenaje para combustibles en Senkata, instalada en
los lindes de El Alto cayó en manos de los insurgentes. En los Yungas y el Chapare, los
cocaleros cerraron las carreteras principales, la CSUTCB instaló bloqueos a lo largo de la vía
interdepartamental La Paz-Oruro-Cochabamba y la COB cerró la avenida Pérez Velazco en la
sede de gobierno. La Paz quedó cercada, todas las vías de salida o acceso, estaban bloqueadas,
y en la zona sur de la ciudad, precisamente, la de los barrios residenciales, circularon rumores
sobre la inminencia de un “asalto indio” y cundió el pánico, agravado además por la escasez
de alimentos y de combustible. En un intento desesperado, y militarmente torpe, por
abastecer carburantes a la capital, Sánchez Berzaín, organizó un convoy de carros cisternas
transportando derivados de petróleo que ingresó a la ciudad escoltado por un contingente
militar fuertemente armado (Stefanoni, Do Alto, 2006: 83-84).
Cuando el convoy cruzaba El Alto, entre la noche del 11 de octubre y la madrugada del 12,
ocurrió lo previsible. Los vecinos ofrecían heroica resistencia defendiendo cada esquina con
lluvias de piedra. La escolta militar que iba marchando a la vanguardia del convoy, ametralló
a la multitud reiteradas veces. Al amanecer los muertos acribillados eran más de veinte, todos
civiles, unos cayeron tirando piedras, otros sólo eran curiosos victimados en la confusión
(Albó, 2008: 75-76) ¿Algún manifestante, surgiendo de la nada, hostigó a la caravana de
cisternas arrojando bombas molotov o disparando? No que se sepa. La represión fue atroz:
más de veinte muertos de un lado, cero del otro ¿Pretendía el gobierno romper el cerco a La
Paz en la ciudad de El Alto con una fuerza represara transportando cisternas inflamables
sin derramar sangre? No se puede meter la mano desnuda al avispero y salir ileso. Sin lugar
a dudas, el operativo gubernamental fue una gran brutalidad, y al parecer, perpetrada con
alevosía.
Luego de la infeliz maniobra intentando reestablecer el suministro de combustibles para que
La Paz siga funcionando como si nada pasara, todo empeoró. El 13 de octubre Carlos D. Mesa,
sin renunciar a su cargo de vicepresidente, anunció en los medios de prensa que había decidido
retirar su apoyo al gobierno, perfilándose como la única salida institucional para la crisis y
sostuvo que nadie más que él podía encabezar un gobierno de ciudadanos independientes
a los partidos tradicionales (Mesa, 2008: 14). Mientras tanto el pueblo ofrendaba su sangre,
ya no por la cuestión del Pacific LNG; después del 12 de octubre, clamaba en las calles “que
se vaya el Goni, que se vaya el gobierno masacrador”. El 16 de octubre Goni comunicó su
decisión de abortar el Pacific LNG, pero fue inútil. Para entonces, muchos sectores de la clase
media se habían plegado a la lucha exigiendo su dimisión apoyando a Carlos D. Mesa, como
por ejemplo, la ex Defensora del Pueblo, Ana María Campero (El Diario, 2003/16/10). Al día
siguiente, Sánchez de Lozada renunció y se asiló en los Estados Unidos, junto a su brazo

424
(http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2002072569 [2013/25/11]).

273
Estado y Petróleo en Bolivia

derecho, Sánchez Berzaín, y otros allegados (Albó, 2008: 76). Sobre los episodios fatídicos del
“octubre rojo”, Gildo Angulo aportó su vivencia personal:

CODEPANAL era una organización de lucha, nosotros hemos empezado desde abajo peleando
en las calles, me acuerdo que para el 13 o 14 de octubre del 2003, yo estaba a cargo de las
columnas que bajaban de Villa Fátima [ciudad de La Paz], llegué a tener la confianza de esa
gente, porque yo era el que iba a dar las charlas […] En la marcha veníamos con Enrique
Mariaca, habían francotiradores, un helicóptero de la fuerza aérea bajó a la terraza de la torre de
cristal en plaza San Francisco, y ahí bajaron los francotiradores; y cuando íbamos a pasar por el
Hotel Presidente, hubo una fracción militar que nos disparó bien bajito, era una manifestación
grande, nos disparó sobre nuestras cabezas y ahí todo el mundo se asustó y huyó…

Yo me quede en el hotel Presidente, y me acercó a un capitán del ejército, y le digo, yo soy


militar pero los enemigos del pueblo no somos nosotros, los enemigos del pueblo están allá,
y le señale el Palacio de Gobierno y después, vi que me había quedado sólo, podían haberme
matado…al trote me fui y me lo encuentro al Evo, entonces lo llevé a su cuarto en la calle
Murillo y ahí nos despedimos (entrevista personal, 15/04/2011).

La caída de Goni arrastró al modelo neoliberal y al sistema democrático vigente. Luego


del “octubre rojo”, el gas hab boliviano se fue irremediablemente cayendo a pedazos. Como
señaló Stefanoni, a partir de la guerra del gas, “la calle marcará el ritmo de la política hasta
el triunfo popular de Evo Morales en diciembre de 2005” (2008: 85). Cabe preguntarse, a
modo de hipótesis contrafáctica ¿hubiese ocurrido la guerra del gas, si Goni hubiese
abortado a tiempo el mega proyecto del Pacific LNG, o accedido a convocar una Asamblea
constituyente? En nuestra opinión, Goni ya estaba condenado a caer mucho antes. El entorno
de neoliberales con el que se había rodeado, difícilmente habría sido capaz de controlar los
desbordes radicalizados del pueblo en una Asamblea Constituyente. Por otra parte, tampoco
él y sus seguidores estaban dispuestos a renunciar a un proyecto tan beneficioso, en el marco
del racionalismo económico, como el Pacific LNG. Goni apostó el destino de su gobierno a la
represión “oportuna” de la oposición “asistémica” y cayó.

4. Conclusiones
Acreditando al “Triángulo Energético” ante la opinión pública, el gobierno interpeló a la
impotencia de la Ley 1194 e YPFB para incrementar las reservas probadas que Brasil exigía
para importar gas boliviano. En efecto, la Ley 1194 y el DL 10170, no propiciaron exploraciones
privadas relevantes, y por la otra parte, probar las reservas de San Alberto aplicando los
procedimientos estandarizados de la industria internacional, excedía los medios de YPFB,
cuyas finanzas seguían en crisis. Según el gobierno, ejecutar el “Triángulo Energético” sería
imprescindible atrayendo inversiones para exportar gas. Los impuestos que recaudaría el
fisco por las explotaciones, viabilizarían la modernización con justicia social en Bolivia,
financiando las metas trazadas en el “Plan de Todos”.
Sin embargo, el factor decisivo atrayendo capitales con el fin de vender gas a Brasil, no
fue la consumación del “Triángulo Energético”, sino la avidez gasífera del mercado brasilero.
Los suspicaces “contratos de asociación” que firmaron PETROBRAS e YPFB unos días antes

274
Juan José Anaya Giorgis

de aprobarse la Ley 1689, evidenciaron la supremacía de la demanda determinado decisiones


empresariales, sobre un marco impositivo estatista (Ley 1194) y las reservas “certificadas”
exiguas (estos contratos estaban sujetos a la potestad de instancias jurídicas internacionales).
Aunque, como señaló Miranda Pachaco, los intereses de PETROBRAS e YPF S.A. por intervenir
en la capitalización de YPFB, subyacían entre los móviles de dichos contratos, la demanda fue
decisiva para su firma. Parafraseando a Francesco Zaratti, cabe concluir que los contratos del
tipo “asociación” u “operación” en Bolivia, son atrayentes sólo sí hay mercados seguros, pero
anodinos atrayendo compañías sin esta circunstancia. En cambio, la Ley 1689 funcionó bien
canalizando inversiones rumbo al Gas Hab boliviano.
Mientras la capitalización de YPFB interesó poco a las grandes transnacionales y sus
impactos en upstream fueron irrelevantes; los contratos joint venture precipitaron inversiones
copiosas sobre las áreas de prospección, generando un clima de dinamismo entre las empresas
que se tradujo al crecimiento exponencial de las reservas probadas y a planes inéditos como
el Pacific LNG. No obstante, las reservas “espectaculares” no habrían sido halladas, sin el
acceso irrestricto de las empresas a los archivos geológicos de YPFB. Ninguna compañía de
la era joint venture, realizó exploraciones geológicas equiparables a los conceptuosos estudios
de la BOGOC, ni brindó gas sin costo al país, u otras dádivas, como la BOGOC ¿Era preciso
“capitalizar” a YPFB, subordinando los “campos viejos” al “régimen de precios”, para exportar
gas al Brasil y materializar el Gas Hab? Al parecer, no. La incidencia causal de la capitalización
sobre las inversiones exploratorias, fue tangencial. El Pacific LGN surgió de la Ley 1689.
Entre las reformas estructurales del “Plan de Todos”, el “Triángulo Energético” tuvo
la recepción más negativa. El veto social a su aplicación, fue casi unívoco. Por un lado, “el
nacionalismo no aislacionista” (ADN, MIR, PDC, NFR y FSB). Por el otro, el nacionalismo
endógeno y la izquierda (CONDEPA, CODEPANAL, PCB, COB, los productores de hoja
de coca y ONG´s disidentes). Acordando la reversión de la capitalización y de la ley 1689,
CONDEPA y buena parte de CODEPANAL, se adhirieron al “nacionalismo no aislacionista”
liderado por Banzer. El reducto nacionalista que representaba Banzer, cayó cuando privatizó
las refinerías y unidades “residuales” de YPFB, provocando la ruptura del nacionalismo
endógeno con el gobierno.
El Pacific LNG surgió en aquel contexto caldeado, exacerbando no sólo la oposición
al modelo energético, cuyos puntos más cuestionados, fueron: regalías y precios ínfimos,
potestad jurídica de instancias extranjeras sobre los diferendos entre las compañías y el
Estado, la “inconstitucional” de los joint venture, y el control de las empresas sobre la gestión
comercial. Los afanes exportadores del Pacific LNG a través de un puerto chileno, adicionaron
la reivindicación marítima a la lucha contra la ley 1689, suscitando adhesión entre los sectores
“sistémicos”. Casi al mismo tiempo, Goni volvió a postular su candidatura presidencial para
los comicios del 2001.
Ambas circunstancias –Pacific LNG y candidatura de Goni-, infundieron tenacidad a
CODEPANAL y actores afines, “esclareciendo” y articulando la lucha por nacionalizar los
hidrocarburos alrededor del país, mayormente financiada con sus escasos recursos propios.
Goni asumió su segundo mandato deslegitimado, y bajo el asedio de los movimientos

275
Estado y Petróleo en Bolivia

“asistémicos” exigiendo una Asamblea Constituyente, no exportar gas por Chile y/o
nacionalizar los hidrocarburos, y suspender la erradicación forzada de la hoja de coca. El
gobierno no accedió a ninguna y la cuestión del gas precipitó su caída.
Desde 1999, las exportaciones gasíferas al Brasil han sido fundamentales para el
abastecimiento energético del mercado interno, mediante la extracción de los líquidos
asociados al gas.

276
Epílogo

1. Último intento “sistémico”


Dos escenarios cerraron al “octubre rojo” boliviano: el aeropuerto militar “El Trompillo”
de Santa Cruz y el Congreso Nacional. Mientras el avión que abordó Gonzalo Sánchez de
Lozada estaba en aprestos para levantar vuelo rumbo a Estados Unidos en “El Trompillo”,
Carlos D. Mesa tomaba el mando de la nación en el Congreso. Todo sucedió entre las 9 y 10
de la noche del 17 de octubre de 2003.
Durante su posesión Mesa dio a conocer la denominada “agenda de octubre” que sería la
línea maestra de su gobierno. La agenda implicaba reconducir la política fiscal hidrocarburífera
y consumar la Asamblea Constituyente, involucrando a la ciudadanía en la gestión de ambos
procesos. En su discurso inaugural el presidente dijo: “La sociedad boliviana ha demandado
realizar un Referéndum vinculante sobre nuestros hidrocarburos y la respuesta del presidente
Carlos Mesa es el compromiso de llevar adelante un Referéndum vinculante sobre el tema”
(2008: 275). Y más adelante: “Es una obligación de mi gestión presidencial encontrar el camino
adecuado para tener una Asamblea Constituyente que defina en un plazo corto lo que va ser
el diseño de nuestra nueva Carta Magna” (2008: 276). Para cumplir la “agenda de octubre”
–sostuvo el presidente- sería necesario estructurar: “un gobierno de ciudadanos que tenga
las mejores y los mejores bolivianos […] sin la participación activa de los partidos políticos”
(2008: 276).
Procurando ganar legitimidad democrática el “gobierno de ciudadanos” sometió las
directrices de su nueva política hidrocarburífera al referéndum vinculante “sobre la política
energética” convocado mediante el DS 27507 del 19 de mayo de 2004. El referéndum constó de
cinco preguntas condicionadas a responder “si” o “no”425. Una pequeña comisión de allegados
cercanos al presidente diseñó las preguntas, interpretando la voluntad popular recurriendo
a sondeos de opinión con grupos focales, encuestas, y el criterio de “reconocidos” analistas
nacionales. Los comicios tuvieron lugar el 18 de julio y el “si” ganó con mayoría absoluta en
las cinco preguntas426. El gobierno interpretó los resultados positivos como una muestra de
apoyo masivo al presidente Mesa (Zaratti: 2008: 139-140).

425
A continuación las preguntas:
1. ¿Está usted de acuerdo con la abrogación de la Ley de Hidrocarburos 1689 promulgada por Gonzalo Sánchez de Lozada?
2. ¿Está usted de acuerdo con la recuperación de la propiedad de todos los hidrocarburos en boca de pozo para el Estado
boliviano?
3. ¿Está usted de acuerdo con refundar Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) recuperando la propiedad estatal de
las acciones de las bolivianas y los bolivianos en las empresas petroleras capitalizadas, de manera que pueda participar en
toda la cadena productiva de hidrocarburos?
4. ¿Está usted de acuerdo con la política del presidente Carlos Mesa de utilizar el gas como recurso estratégico para el logro de
una salida útil y soberana al Océano Pacífico?
5. ¿Está usted de acuerdo con que Bolivia exporte gas en el marco de una política nacional que cubra el consumo de gas de
las bolivianas y bolivianos, fomente la industrialización del gas en territorio nacional, cobre impuestos y/o regalías a las
empresas petroleras llegando al 50 por ciento del valor de la producción del gas y el petróleo en favor del país; destine los
recursos de la exportación e industrialización del gas principalmente para educación, salud, caminos y empleos?
426
Más del 90% del sufragio respondió “si” a las tres primeras preguntas, y las dos últimos fueron aprobadas con alrededor del 55%.

277
Estado y Petróleo en Bolivia

A partir del referéndum y las negociaciones con los actores extranjeros involucrados, el
Poder Ejecutivo elaboró un proyecto de nueva ley hidrocarburífera, denominada “ley corta”,
que puso a consideración del Congreso Nacional a mediados de agosto de 2004. Las diferencias
entre la “ley corta” y la 1689 eran más de forma que de fondo. Veamos brevemente. Sin bien
la “ley corta” fortalecía los mecanismos de control fiscal sobre la industria y capitalizaba a
YPFB, asignándole áreas de exploración y explotación exclusivas en áreas mayormente no
tradicionales, no confiscó las acciones del FCC en favor de YPFB, ni modificó las regalías
ordenadas en la 1689 (Zaratti: 2008: 144). Durante las concertaciones previas al proyecto de
ley, los actores extranjeros rechazaron enfáticamente ceder acciones y pagar más regalías,
amenazando paralizar operaciones y demandar al país en las instancias legítimas de arbitraje
internacional427, ante cualquier confiscación o incremento de regalías (Mesa, 2008: 18; Urioste,
2008: 261, 267).
No obstante las transnacionales aceptaron pagar el Impuesto Complementario a los
Hidrocarburos (ICH). EL ICH implicaba un incremento relativo al valor de la producción
tributada en boca de pozo, cuya tasa oscilaría del 0% al 32%, en relación directa con la inversión
neta recuperada o amortizada por las empresas. A medida que las empresas recuperaran o
amortizaran la inversión neta realizada en exploración y desarrollo -mediante las operaciones
hidrocarburífera de los bloques que operaban en concesión- el ICH subiría progresivamente.
La tasa máxima del ICH (32%) se aplicaría cuando las empresas hubiesen amortizado el
100% de la inversión neta (Zaratti, 2008: 144). Con ese propósito se estableció una relación
matemática en el anexo A de “la ley corta” (ver Anexo II)428. La “ley corta” desencantó al
pueblo. Por ejemplo, el nacionalista y experto en hidrocarburos, Víctor Hugo Sainz, denunció:

Resulta que el presidente Mesa obtuvo un doctorado en interpretaciones políticas (Spin Doctor).
Como habíamos advertido el presidente ha tomado los SI a las cinco preguntas del referéndum
como un MANDATO DEL PUEBLO PARA EXPORTAR GAS. Por eso quiere que el Congreso
apruebe su “Ley de Ejecución y Cumplimiento del Referéndum”. Una Ley de Hidrocarburos que
consolida los contratos de exportación masiva de gas natural barato, que las transnacionales que
operan en Bolivia se venderán a si mismas [sic.] en todos los países que nos rodean incluyendo
México y Estados Unidos (Bolpress, 2004/31/04. Las negrillas son nuestras).

La Asociación de Ingenieros Petroleros y Geólogos de Bolivia, fundada bajo el liderazgo de


Enrique Mariaca para luchar contra la Gulf en 1959 (1966: 299), emitió un manifiesto público
“esclareciendo” la naturaleza neoliberal del “gobierno de ciudadanos”:
El Sr. Carlos Mesa nada está haciendo por la RECUPERACIÓN DE NUESTROS
HIDROCARBUROS. Es más, incumplió con la promesa hecha al Pueblo en Octubre de 2003,

427
“El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), es una institución jurídica de arbitraje
internacional creada por el BM, para dirimir disputas entre Estados de países miembros e inversores de otros países, que
resuelve la mayor parte de las controversias en cuestión. Bolivia se adhirió al Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a
Inversiones [tratado internacional] el 23 de junio de 1995 que consintió la jurisdicción del CIADI” (Urioste, 2009: 97).
428
A través del DS de nacionalización “héroes del Chaco”, 28701, el ICH fue incorporado en el “anexo f” de los nuevos contratos
firmados con las transnacionales en enero de 2007. La fórmula del ICH varió significativamente de contrato a contrato. “La tabla
de distribución de utilidades no es homogénea en la proporción de utilidades y amortizaciones que debe alcanzar cada empresa
para que YPFB obtenga una mayor o menor participación. En algunos campos cuando la empresa haya obtenido el doble de
lo invertido la participación de YPFB superará el 90%, en otros se establece que sólo cuando la empresa haya recuperado seis
veces el monto de sus inversiones, YPFB recibirá un porcentaje superior al 90% ¿Por qué se hace esta diferenciación a favor de
las empresas? (Petropress, N° 4, 2006: 6).

278
Juan José Anaya Giorgis

exportando Gas a Chile por Argentina, y argumentando que es imposible la Nacionalización


de los Hidrocarburos junto a su Ministro de Hidrocarburos […] El Proyecto de Ley de
Hidrocarburos, presentado por Carlos Mesa, no es más que una consolidación de la Ley de
Hidrocarburos 1689, cuya vigencia entraría a partir del año 2036. En resumen, es una gran
falacia, no habla sobre la recuperación de la propiedad de nuestros hidrocarburos, tampoco
sobre la industrialización. Habla de un Impuesto Complementario a los Hidrocarburos ICH, que
es otro engaño, pues es un sinónimo del SURTAX que jamás se cumplió. De complementario,
no tiene nada (Bolpress, 2004/05/11).

La “ley corta” imponía sanciones “punitivas” sin carácter retroactivo, es decir, no


habría migración forzada de contratos. Evo Morales en ese momento exigió la recuperación
“verdadera” de la soberanía y los recursos naturales (Urioste, 2008: 259).
Santos Ramírez, como alto dirigente y diputado del MAS, lideró la elaboración multisectorial
de un proyecto de ley alternativo. El gobierno de Mesa enfrentó el boicot permanente de los
partidos tradicionales, unificados para obligarlo a renunciar. Carlos Mesa en su posesión
prometió: “ni un solo muerto más”, esto simbolizó el repudio masivo contra el MNR y los
partidos “destronados” por la masacre de octubre. La “ley corta” enfrentó al gobierno de Mesa
con los movimientos sociales; Mesa y sus seguidores quedaron cercados en un estrecho reducto.
Muchas ONG´s que antes de la “guerra del gas” jamás se habían involucrado con la cuestión
energética, redactaron varios acápites, e incluso, capítulos enteros del proyecto alternativo429;
por ejemplo el CEDLA y el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS)430.
El Congreso unificado contra Mesa, sancionó la iniciativa de Santos como nueva ley de
hidrocarburos, a principios de mayo de 2005, cuyo régimen tributario instituyó el Impuesto
Directo a los Hidrocarburos (IDH). Una regalía adicional por el 32% (art. 53-56). También
abrogó al modelo contractual joint venture, fijando un plazo de 180 días para que las
transnacionales migren sus contratos al nuevo marco legal, tributando la regalía del 18% y
el IDH (art. 5)431. Mesa rechazó al “bar abierto”, decidiendo no promulgar la ley. Sí “el bar

429
Francesco Zaratti recuerda que la propuesta de Santos Ramírez recibió el marbete de “bar abierto”, porque “cualquier sugerencia”
de ONG, movimiento social o particular, relacionada con la ley, se incorporaba en el texto acríticamente (2008: 142).
430
CEDLA tiene una vasta trayectoria desarrollando trabajos críticos inherentes a la NEP. En 1990 CEDLA inauguró un programa
especial abocado a interpretar y describir los impactos de la NEP en la industria, niveles salariales y el empleo; como también, a
propalar su verdadera “intencionalidad política” imponiendo el “Consenso de Washington” (Laserna, 2009b: 26).
Conversando con Osvaldo Guachalla, investigador de CEDLA, sobre la intervención de CEDLA en la cuestión hidrocarburífera,
explicó: “trabajo en el Observatorio Boliviano de Industrias Extractivas (OBI) de CEDLA hace cinco años…soy encargado del área
hidrocarburos, al principio sólo veíamos minería. El área de hidrocarburos se abrió con el conflicto de 2003, antes del conflicto
de 2003, la prioridad principal de CEDLA era el tema empleo, los ajustes neoliberales que han ido implementando los diferentes
gobiernos desde 1985.
Durante la primera fase del área de hidrocarburos que habilitó el OBI, hicimos seguimiento a las noticias, leyes, contratos…
editábamos boletines informativos, foros y seminarios informativos, eso ha sido casi un año; después en el segundo año
decidimos profundizar el análisis, estuvimos en la amazonia, en las minas, también reportamos el impacto de los campos y
ductos en comunidades indígenas; para esta tercera fase analizamos el control inconstitucional que las transnacionales han
mantenido en la producción después de la nacionalización de 2006” (entrevista personal, 14/11/2011).
CEJIS auspició numerosos foros sobre la cuestión energética entre 2004 y 2005 (CEJIS, 2004; Bascope, 2010). Alejandro Almaraz
trabajaba en CEJIS y sirvió a Evo Morales como viceministro de Tierras entre diciembre de 2005 y febrero de 2010. Fue destituido
del cargo por oponerse a la titulación individual de las tierras comunarias indígenas, como exigían algunos pueblos originarios.
Almaraz pretendía impartir títulos territoriales a nombre de toda comunidad en todos los casos (La Razón, 2012/04/11). César
Romero, ex ministro de gobierno de Evo Morales y actual senador electo por el MAS, también salió de CEJIS.
CEDLA es una de las ONG más grandes de La Paz, lo propio CEJIS en Santa Cruz.
431
La migración de contratos sólo se hizo efectiva en enero de 2007. Después el Congreso aprobó individualmente cada contrato,
44 en total, en junio de 2007.

279
Estado y Petróleo en Bolivia

abierto” sería finalmente sancionado, no sería por él432. Tendría que Hacerlo Hormando Vaca
Díez, quien presidía el Congreso, Vaca Díez era senador del MIR por el Departamento del
Beni (Zaratti, 2008: 146).
Esto resultó nefasto para el “gobierno de ciudadanos”. Mientras Carlos D. Mesa agotaba
los diez días, la COR y la FEJUVE de El Alto, la COB, los productores de hoja de coca,
CODEPANAL, la CSUTCB, entre otros actores, iban “alfombrando” con piedras las rutas del
país. Mesa no rompió el mutismo, y cuando Vaca Díez promulgó la ley 3058 el 17 de mayo,
ya era tarde para contener la movilización que había crecido y demandaba la nacionalización
total e inmediata. Otro sitio “indígena” a La Paz devenía inminente. Mesa tenía tres opciones:
nacionalizar, reprimir o renunciar. Prefirió evitar el anunciado baño de sangre renunciado el
6 de junio, Mesa nunca quiso nacionalizar. No obstante, durante su retirada, cooperó a los
movimientos sociales para impedir su sucesión constitucional por el presidente del Congreso.
Ante la presión social, Hormando Vaca Díez, tuvo que dar un paso al costado, recayendo
la sucesión constitucional sobre el presidente de la Corte Suprema de Justicia: Eduardo
Rodríguez Veltzé (Stefanoni, Do Alto, 2006: 89-90).
Contrariamente a los pronósticos alarmistas de muchos intelectuales liberales, las
transnacionales se sujetaron al IDH. Ninguna optó por litigar con Bolivia en tribunales
internacionales433. De inmediato el IDH robusteció las arcas fiscales, cuyos ingresos, también
subieron por el incremento en los precios internacionales de los carburantes. El gas que
Bolivia exporta tiene precios indexados a las cotizaciones internacionales de otros carburantes
líquidos, con símil poder calórico al gas. A partir de 2010, la cotización promedio del crudo
en el WTI ha sido 100$ por barril, los altibajos del precio mayores a 5$ han sido extraños.
No obstante, a raíz de la 3058, las empresas cancelaron sus planes expansivos en Bolivia,
recortando sus gastos al mínimo vital, y reorientando sus inversiones a otras partes del mundo
(Zaratti, 2009: 106).
Carlos D. Mesa procuró gestionar el tendido del gasoducto para el proyecto Pacific LNG,
por territorio peruano. En el ínterin, la compañía Sempra Energy de California, que distribuiría
el gas boliviano, cerró tratos con el gobierno de Rusia para importar LNG de la isla Sakhalin.
Actualmente Gazprom (petrolera estatal rusa) y Shell, producen LNG en Sakhalin para
California. Paralelamente, altos dignatarios de Brasil, Argentina, Paraguay, Chile y Uruguay,
comenzaron a negociar suministros de LNG con el presidente peruano Alejandro Toledo.
Perú aprovechó el giro nacionalista boliviano, proyectándose como alternativa. Captó 1000
millones de dólares para desarrollar el campo de Camisea (situado en el flanco occidental del
subandino peruano), e instalar una planta de LNG en el puerto de Pisco, que licua hasta 17
MMMCGD (El Diario, 2011/18/04). La planta ya está surtiendo al mercado regional (sobre
todo Brasil) y ultramarino (Miranda, 2009: 63, 83-85).

432
Según la CPE de la época, sí el presidente de la república, no promulgaba en un lapso de diez días cualquier norma sancionada
por el Congreso, el presidente del Congreso podría hacerlo en su lugar.
433
Según Filemón Escobar, Guido Capra, asesoró a Santos Ramírez y al MAS durante la elaboración del proyecto de ley alternativo,
aportando criterios técnico-económicos para modificar el régimen impositivo. Capra estaba seguro –afirma Escobar- que las
transnacionales tenían excelentes rentas, y que para ellas, seguir operando en Bolivia, aun con la regalía del 50%, sería una
opción preferible, en comparación a la eventual ruptura con el gobierno (Escobar, entrevista personal, 13/09/2011).

280
Juan José Anaya Giorgis

Cuadro XI: Ingresos tributarios por el sector hidrocarburífero, en millones de bolivianos

DESCRIPCIÓN 2003 2004 2005 2006 2007 2008 (p) 2009 (p) 2010 (p) 2011 (p)

TOTAL 1090.09 1496.12 2956.43 4399.20 4812.15 4147.12 3533.84 3900.82 5168.95
Regalías por
755.43 1149.23 1607.55 2076.43 2190.91 2371.59 2428.51 2552.92 3149.33
hidrocarburos
IEHD 258.47 255.32 378.24 372.71 521.35 502.80 160.94 264.63 553.93
IDH 0.00 0.00 894.58 1815.04 1956.09 1095.70 918.43 963.03 1283.25
Otros 76.19 91.57 76.06 135.02 143.80 177.03 25.96 120.24 182.44

Fuente: INE (http://www.ine.gob.bo/indice/general.aspx?codigo=40306 [05/05/2014]).

2. Antes y después
Ya la Ley Orgánica de Petróleos de 1921, instituyó el carácter prioritario del mercado
interno, las empresas sólo podrían exportar los excedentes (art. 31). Aproximadamente desde
1935 y, salvo algunas excepciones, como el “sexenio”434, la cuestión petrolífera palpitó entre
los planes fiscales de modernización. La Ley Orgánica de 1936 justificó el valor estratégico
del energético en sus considerandos: “Que la actual crisis que afecta la producción del
estaño impone al gobierno la necesidad de crear nuevas fuentes de riquezas, que aseguren
la estabilidad económica del país con rentas saneadas y permanentes” (Ley 24-10-1936,
24/10/1936).
Ya vimos cómo el “triángulo energético” resolvía el déficit interno. Las exportaciones
de gas garantizarían la seguridad energética. Bolivia acopiaría gasolinas naturales,
condensados (líquidos separados del flujo gasífero) y algo de petróleo, del gas recuperado
por las transnacionales para exportar. Proveer LNG a mercados ultramarinos, garantizaría el
suministro de combustibles livianos e incluso excedentes. También se esperaban promisorios
hallazgos petrolíferos al amparo de la 1689 en áreas no tradicionales. YPFB únicamente
fiscalizaría las operaciones privadas en upstream. Sintetizando, con la ley 1689 la seguridad
energética interna estaría sujeta a los intereses del mercado externo.
Por una parte, la inversión extranjera dinamizaría el aparato productivo privado, y
por otra, las rentas de la 1689 sustentarían nutridos programas de inversión pública. De
acuerdo al modelo planteado en el “Plan de Todos”, la inversión pública debía orientarse
a obras de infraestructura nacional, inclusión social y extensión de derechos ciudadanos. Si
con la desregulación fiscal del mercado, se pretendía optimizar la producción, asignación y
distribución de los recursos económicos, por efecto de la libre concurrencia, en muchos ámbitos
económicos, la desregulación tonificó las imperfecciones del mercado. El neoliberalismo
reprodujo la compartimentación ceñida del mercado de trabajo, según estamentos y clases

434
Durante el “sexenio” la minería fósil fue postergada. Hubo poca exploración geológica (REVITEC, 2004). Hertzog y Urriolagoitia
obstruyeron el desarrollo notable de YPFB. Tampoco les interesó atraer capitales. Bolivia tenía tres factores adversos para
captar inversiones: el gobierno no era “confiable”, la legislación estatista de David Toro (1936) estaba vigente, y su aislamiento
geográfico.

281
Estado y Petróleo en Bolivia

sociales; para los sectores vulnerables, la modernización liberal (mientras estuvo vigente)
ofreció muy pocas opciones de movilidad social (Villegas, 2004: 137).
Un análisis comparativo sobre las metas de los contratos joint venture y el pensamiento de
Luís Lavadenz Reyes, revela visiones comunes. Según Lavadenz Reyes, vendiendo petróleo,
las divisas extranjeras “lloverían” con abundancia sobre Bolivia. Las divisas traerían progreso
a raudales. Las inversiones petroleras vertebrarían el país con vías férreas, la “ciudadanía”
instalaría pujantes industrias en las urbes (semi rurales), el agro sería mecanizado, y en suma,
Bolivia sería modernizada (Lavadenz, 1989:15). El monumental Gas Hab evoca los sueños que
cautivaron a Luís Lavadenz y Nolasco López, cuando la “era del petróleo” surgía palpitando
esperanzas febriles.
Lavadenz los autores de la 1689, y en alguna medida, Nolasco López, se adscriben al
mismo horizonte teórico de la economía neoclásica. Se trata de atraer capital extranjero a un
escenario geográfico remoto, desconocido y fragoso; cuyas instituciones políticas, infunden
animadversión en el inversor. Canalizar inversión extranjera hacia el país sería la clave del
desarrollo. Una cuestión sólo posible, ordenando un marco legal acorde a las expectativas
“racionales” del inversor en contextos de alto riesgo, vale decir, liberal ¿La “utopía
modernizante”, habría trasmutado de “sueño” a realidad, con el hab? Quizás. No casualmente
los ciclos de auge exploratorio, tuvieron lugar bajo el “régimen de concesiones” (ley Orgánica
de 1921, Código del Petróleo y ley 1689). Bolivia fácilmente podría duplicar el volumen de gas
exportando, debido a su gran potencial435.
¿Y el Código del Petróleo? Para Sergio Almaraz el Código “Davenport” fue peor a la nefasta
ley Orgánica que impuso Saavedra: “Bolivia ha dado un paso atrás no ya con relación a otros
países del continente, sino con relación a sí misma. La legislación actual es más negativa que
la de 1921” (1969: 237. Las negrillas son del original). Sin duda, el Código del Petróleo reflejó al
laissez faire fiscal que imperaba a principios del siglo XX y catapultó la “era del estaño”. Para las
grandes mayorías la era estañífera fue un gran saqueo; sólo sobre “la rosca” llovieron divisas.
Con los “barones del estaño” la élite nativa vivió feliz hasta la guerra del Chaco.
No obstante, rechazamos utilizar a la regalía petrolera como índice válido para determinar
sí el país, marcha o no marcha hacia el progreso y la liberación. Una valoración sobre los
aportes al crecimiento e independencia económica, igualdad de oportunidades, participación
política, e inclusión social, propios de cierto gobierno, o régimen de dominación, no puede, ni
debe, reducirse al índice de regalías petroleras ¿Cuántos elementos análogos podríamos hallar
entre las políticas y gestión pública del primer gobierno de Paz Estenssoro, y las del primer
gobierno de Sánchez de Lozada? La tasa de regalías, alta o baja, no determina la calidad
general de la gestión pública, ni la gestión particular de las regalías. Ya vimos lo que pasó
con la gestión de YPFB cuando Enrique Mariaca fue presidente de la empresa (1982-1983), o
ministro de hidrocarburos durante 1971; también lo que pasó con las jugosas rentas petroleras
en la dictadura de Banzer (1971-1979).

435
Gerardo Corcos Altamirano, experto en reservorios de gas y petróleo, denota: “tenemos un potencial tremendo todavía para
seguir investigando, explorando y explotando dentro de la zona tradicional, que es el Subandino Sur, donde existen estructuras
que todavía no se han tocado. sólo el 20 por ciento de las áreas prospectables han sido perforadas” (citado en, Energy Press,
09/02/2011). El resaltado es nuestro.

282
Juan José Anaya Giorgis

Mientras la Revolución Nacional -en el marco del capitalismo de Estado amenazado por
las frugales reservas de aceites minerales- incluyó a las masas en la política, a la COB en el
gobierno y propició la movilidad social entre las “clases”, ampliando de este modo el acceso
al trabajo estable, la salud y educación; durante los tiempos neoliberales, pueblo y gobierno,
vivieron en permanente confrontación. Gonzalo Sánchez de Lozada se opuso a la Asamblea
Constituyente hasta el final (Mesa, 2008: 14). Los planes económicos de los distintos gobiernos
neoliberales, se diseñaron presuponiendo que la validez del etos liberal y capitalista, tenía
fundamentos científicos (Ortiz, 2008: 56). Asumiendo la univocidad de la razón neoclásica,
el “Triángulo Energético” proyectaba exuberantes beneficios económicos; el recorte del 50%
al 18% de regalías, sería remediado con creces por el impacto modernizante del Gas Hab436.
Sin embargo, en Bolivia, la legitimidad política del etos liberal fue fugaz y tuvo poco asidero
popular; exportar hidrocarburos nunca estuvo bien visto, menos habiendo capitales privados
involucrados; e YPFB siempre fue un nervio sensible de las pasiones nacionalistas más intensas.

3. Dimensiones de la tercera nacionalización hidrocarburífera


Si la ley 3058 frenó en seco el proyecto neoliberal de modernización, el DS 28701 de
nacionalización de los hidrocarburos “héroes del Chaco”, inauguró la restauración de la
modernización estatista. Fue la primera nacionalización, del primero gobierno de Evo
Morales437. El proceso “nacionalizador” duró más de tres años y alcanzó a todas las empresas
capitalizadas, menos a ENFE y el LAB, cuya quiebra era irremediable438; también alcanzó a la
empresas privatizadas durante la “mega coalición” (Zaratti, Francesco, 2008: 101-102).
Aunque la tercera “nacionalización del petróleo” (DS 28701) no fue absoluta y por
“sorpresa” como la de Gulf en 1969, replicó el rol medular que YPFB tuvo en el marco de
la “Estrategia Socioeconómica del Desarrollo Nacional 1971-1991”, diseñada por José Ortiz
Mercado en 1970, con la finalidad de “liberar” a Bolivia del colonialismo (Ortiz, 2008: 39).
La Estrategia de Ortiz rigió como plan oficial de los gobiernos de Ovando (1969-1970) y
Juan José Torres (1970-1971). No casualmente Andrés Soliz Rada439 fue el primer ministro de
hidrocarburos que nombró Evo Morales.
Incluso la nueva Constitución Política del Estado, que refundó a Bolivia en 2009, reflejó las
directrices desarrollistas inherentes a la “Estrategia” de 1970, con claridad meridiana. Su art.
360 instauró el monopolio estatal sobre el diseño de la política hidrocarburífera, que debería
promover el desarrollo integral, sustentable y equitativo, garantizando la soberanía energética;

436
Incluso se han elaborado análisis contrafácticos para comparar los ingresos fiscales obtenidos del sector hidrocarburífero, con
los marcos tributarios de las leyes 1689 (incluyendo al Surtax), 3058 y el DS 28701, de 1996 a 2008, y a los precios y producción
reales. Suponiendo que la burocracia pública se desempeña con eficiencia y transparencia, la masa global recaudada bajo los
tres marcos impositivos señalados, diferiría muy poco (Navajas, 2009: 25-27; Candia, 2009: 38; Medinaceli, 2009: 189-207).
437
Evo Morales venció las elecciones generales de 2005 y 2009 con el 53% y 64% del sufragio, respectivamente.
438
Se creó la empresa estatal Boliviana de Aviación (BOA) sustituyendo al LAB como flota comercial de bandera nacional (DS
29318, 24/10/2007).
439
“La Estrategia [de Ortiz Mercado] inspiró el ‘Libro del Modelo Endógeno’, coordinado por el autor de estas líneas [Soliz Rada], y
que se constituyó en el documento doctrinal de CONDEPA (Bolpress, 2004/03/08).

283
Estado y Petróleo en Bolivia

el consumo interno y la generación de valor agregado440 (art. 367). YPFB fue la única entidad
facultada para operar el sector y comercializar la producción (art. 361). No obstante, YPFB
tendría la facultad de suscribir contratos de “servicios” con otras empresas (públicas o privadas),
para que realizaran actividades específicas, en “nombre y representación de YPFB”, a cambio
de una retribución (art. 362). Todos los contratos deberían ser aprobados en el Congreso y
estarían sujetos a las leyes e instancias jurídicas bolivianas (art. 362). YPFB también podría
conformar Sociedades de Economía Mixta (SAM), para emprender cualquier operación de la
cadena productiva asociada con otra empresa, siempre y cuando, la participación accionaria
de YPFB no sea menor al 51% (art. 363). A la par creó la Empresa Bolivia de Industrialización
de Hidrocarburos (EBIH), con la misión de industrializar los hidrocarburos (art. 363).
YPFB es reafirmada como entidad autárquica, con autonomía de gestión técnica y
económica (art. 361, 363), buscando asegurar “que los directivos de YPFB tengan libertad
de acción para poder organizar una ‘empresa petrolera’ sin miedo a ser removidos de su
cargo por motivos políticos del gobierno de turno” (Mariaca, Soliz, Escalera: 2009: 8)441. Y
finalmente, pero no menos importante, la nueva CPE instituyó la participación del pueblo en
el proceso de liberación nacional442, tanto para el diseño de las políticas públicas, como en el
control de la gestión pública para impedir actos de corrupción (Mariaca, Soliz, Escalera: 2009:
8), mediante su art. 241:
I. El pueblo soberano, por medio de la sociedad civil organizada, participará en el
diseño de las políticas públicas.
II. La sociedad civil organizada ejercerá el control social a la gestión pública en todos
los niveles del Estado, y a las empresas e instituciones públicas, mixtas y privadas
que administren recursos fiscales.
III. Ejercerá control social a la calidad de los servicios públicos.
IV. La ley establecerá el marco general para el ejercicio del control social.
V. La sociedad civil se organizará para definir la estructura y composición de la
participación y control social.
VI. Las entidades del Estado generarán espacios de participación y control social por
parte de la sociedad (CPE, 2009: art. 241).
Una mirada sobre las metas y medios de la “Estrategia Boliviana de Hidrocarburos” (2008),
devela su plena adscripción al modelo económico nacionalista y endógeno. El vicepresidente

440
Previamente su artículo 351 ordena estas condiciones para la exploración, explotación, industrialización y comercialización,
de todos los recursos naturales estratégicos. También proscribe a las operadoras privadas remitir sus utilidades al exterior,
ordenando su reinversión obligada en la economía boliviana. De los 411 artículos de la nueva CPE, 67 abordan la cuestión de
los recursos naturales estratégicos.
441
Tal vez esta sea la única diferencia entre la estructura institucional de la planificación económica del MAS y la de Ortiz Mercado.
La “Estrategia”, interpelando a la coordinación y cooperación inter-institucional de los esfuerzos para la industrialización, como
también, a la lucha contra la mutación de las empresas públicas en “feudos” particulares, que a la sombra de la autarquía
institucional, se “independizaban” de los intereses colectivos, planteó la Ley de Bases. Esta pretendía centralizar la dirección de
las empresas públicas en el gabinete ministerial (Ortiz, 2008: 12, 44), como se vio en el capítulo IV.
442
Ver José Ortiz Mercado (2008: 13, 15, 40, 47, 51).

284
Juan José Anaya Giorgis

Álvaro García Linera calificó a la estrategia hidrocarburífera de 2008, como el “inicio de la


década de oro de la industrialización en Bolivia” (citado en, YPFB, 2008: 7).
La “Estrategia” de 2008 ha pretendido crear diversos polos industriales utilizando el gas
como materia prima o insumo energético. Se previó colocar 7.7 MMMCD de gas en el complejo
siderúrgico planeado para el Mutún durante 2007, y que debía comenzar a operar a partir
del 2012443. Al unísono, se proyectaron cuatro complejos petroquímicos a instalarse en Tarija
(polietileno), el Salar de Uyuni (PVC), el trópico cochabambino y la provincia tarijeña del Gran
Chaco (amoniaco y urea). Estas cuatro plantas serían alimentadas con los líquidos asociados
al gas, que serían extraídos mediante dos plantas separadoras de líquidos, a instalarse en Río
Grande (Santa Cruz) y Gran Chaco. También se ampliaría la distribución de gas al mercado
interno para la mediana industria, consumo doméstico y el transporte motorizado en base al
Gas Natural Vehicular (GNV).

3.1 Mecánica y resultados del proceso nacionalizador


Con el decreto 28701, YPFB recobró el control monopólico sobre la gestión comercial de los
hidrocarburos. Las compañías productoras de gas y aceites minerales, ya sea para el mercado
interno o externo, quedaron obligadas a entregar su producción a YPFB, en los volúmenes y a
los precios establecidos por YPFB. A cambio de los hidrocarburos entregados, las compañías se
acreditarían una retribución (art. 2). Las condiciones operativas de las compañías extranjeras,
serían definidas en nuevos contratos, que debía aprobar el Congreso en un plazo de 180 días;
en caso de negarse a la migración contractual, las compañías no podrían seguir en Bolivia
(art. 3). Para establecer la retribución de las compañías, el Ministerio de Hidrocarburos y
Energía, realizaría auditorias individuales a cada empresa, considerando la ejecución real de
sus inversiones, amortizaciones, costos de operación, aportes tributarios y la rentabilidad por
campo (art. 4). Enrique Mariaca fue designado director de la comisión auditora (Petropress, N°
3, 10/2006: 32).
Veamos la cuestión de las confiscaciones. A través del DS 28701, el Estado adquirió, al menos,
el 50% más 1 de las acciones de las petroleras que participaron en la capitalización, o posterior
privatización, de YPFB. Por un lado expropió las acciones del FCC que las AFP´s gestionaban
en fideicomiso (art. 6). Las AFP´s decidieron acatar la medida de inmediato, siempre y cuando,
el 100% de los dividendos reportados por el paquete confiscado, siga destinado al BONOSOL.
El gobierno aceptó. Designar a los síndicos de las capitalizadas, sería atribución exclusiva de
YPFB, en su calidad de nueva propietaria444, pero no tocaría los dividendos para el seguro de
vejez, que las autoridades rebautizaron como bono “dignidad” (Zaratti, 2009: 105). Por otro
lado, nacionalizó las acciones necesarias de las empresas Chaco, Andina, Transredes, Petrobras

443
Con las leyes Ley 3789 y 3790 (24/11/07), se declaró prioridad nacional la explotación siderúrgica del Mutún, a través de un
contrato de riesgo compartido, suscrito el 18 de julio de 2007 (28620), entre la Empresa Siderúrgica del Mutún (EMS) del Estado
boliviano, y la empresa Jindal Steel Bolivia S.A., subsidiaria de la Jindal Steel & Power Limited de la India. Este proyecto nunca
llegó a despegar porque YPFB carece de las reservas necesarias para garantizar el suministro gasífero señalado por 20 años (El
Deber, 2012/30/04).
444
Entre los primeros síndicos nombrados por YPFB, cabe mencionar a René Rocabado y Roberto Fernández designados a Chaco,
Santiago Berríos en Andina, José Luís Roca y Gildo Angulo a Transredes (Rocabado, entrevista personal, 05/04/2011).

285
Estado y Petróleo en Bolivia

Bolivia Refinación y Compañía Logística de Hidrocarburos de Bolivia (CLHB)445, para que


YPFB controle como mínimo el 50% más 1 en dichas empresas446 (art. 7).
Obtener las acciones de las compañías fue problemático. Estas se resistieron a la
enajenación, sobre todo Transredes y Chaco447. El gobierno tuvo que pactar su imposición
a través de dilatadas negociaciones, cuya rentabilidad económica resultó cuando menos
ambigua (Zaratti, 2009: 121-122). En 2009 el gobierno erogó $263 millones a Transredes como
indemnización por sus acciones, al mismo tiempo, asumió todos los pasivos de la empresa:
$50 millones por adeudos impositivos al fisco, más otros pasivos financieros y ambientales
estimados en $150 millones (Los Tiempos, 2009/17/06). Gildo Angulo, en su calidad de cuarto
presidente de YPFB Transporte (ex Transredes), calificó a la transacción como defraudación
fiscal en los medios de prensa, y fue despedido del cargo por la denuncia:

Si el precio por defender a mi país es éste, con orgullo lo acepto y lo sobrellevo porque no estoy
dispuesto a servir a hombres corruptos. Villegas debería estar haciendo compañía a Santos
Ramírez448. Yo tengo los documentos probatorios que salen de la propia empresa, yo tengo esas
auditorias que él mismo mando a hacer (Los Tiempos, 2009/17/06).

445
Manejada el sistema de almacenaje y distribución al por mayor del mercado interno, privatizado durante la “megacoalición”. El
gobierno recompró a la CLHB en $16.44 millones a fines del 2010 (Cambio, 2010/25/12).
446
“La recuperación de la propiedad, el control, dirección y operación de las empresas capitalizadas y pri­vatizadas (Empresa
Petrolera Andina Sociedad Anónima, Empresa Petrolera Chaco Sociedad Anónima, Transredes S.A., Petrobras Bolivia Refinación
S.A. y Compañía Logística de Hidrocarburos Boliviana S.A.), por parte del Estado, bajo la titularidad de YPFB, se materializó a
partir de junio de 2007, cuando Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos asumió la propiedad del 100% de las acciones de
la empresa Petrobras Bolivia Refinación S.A., actual YPFB-Refinación S.A., continuando dicho proceso hasta la fecha, con la
suscripción de un contrato de transferencia de acciones entre la empresa estatal y Repsol YPF Bolivia S.A. en fecha 30 de abril
de 2008, con lo que YPFB tiene la mayoría accionaria de la empresa Andina S.A.. Asimismo, a partir del 1 de mayo de 2008, YPFB
se constituyó en el socio con mayoría accionaria de la empresa Chaco S.A. Con relación a CLHB S.A. en mayo de 2008, se ha
dispuesto la nacionalización del 100% del paquete accionario, bajo la titularidad de YPFB. Igualmente, el 2 de junio de 2008, se
ha dispuesto la nacionalización del 100% del paquete accionario Transredes S.A.” (Ministerio de Hidrocarburos, 2008: 491).
447
Bolivia erogó $1.2 millones y $7 millones a Chaco y Andina, respectivamente, por la compra forzada de la “acción de oro”
(porcentaje accionario necesario para controlar la empresa). Chaco se negó a la subrogación, que se impuso con el DS 29541
(01/05/2008), e inició un litigio internacional. Andina cedió su “acción de oro” sin mayores desavenencias (Zaratti, 2009: 112, 119).
Pan American Energy (PAE), como accionista mayoritaria de Chaco, presentó en marzo del 2010 su demanda contra el Estado
boliviano en el CIADI, exigiendo resarcimientos por sus activos expropiados. Para evitar arbitrajes foráneos en la resolución de
diferendos económicos, el gobierno boliviano había retirado su afiliación al CIADI tres años antes. De hecho, el artículo 366 de
la actual CPE, proscribe la potestad de cualquier tribunal internacional ante litigios del Estado y con empresas extranjeras que
surjan en la cadena industrial de hidrocarburos. Al caso, abandonar el CIADI, fue inútil. El derecho internacional no reconoce
la disolución retroactiva de los derechos y obligaciones contraídos por un país en un organismo internacional durante su
membresía (La Prensa, 2010/24/08). A fines del 2014, ambos litigantes acordaron la suma de $ 357 millones como indemnización
por la expropiación CHACO, en vez de los 1493 millones que PAE pretendía obtener. En febrero del 2015, el CIADI emitió su fallo
final ordenando el pago de dicha indemnización (Lazcano, La Razón, 2015/25/02).
448
Fue el quinto presidente de YPFB que nombró Evo Morales, ocupó el cargo de marzo de 2008 a enero de 2009. Santos Ramírez
fue destituido a raíz de un sonado escándalo de corrupción por la licitación irregular de la planta separadora de líquidos a
construirse en Río Grande, poco después, Santos Ramírez fue enviado a prisión preventiva (La Razón, 2009/22/02). Fue juzgado,
hallado culpable, y condenado a 12 años de presión por daños al Estado mediante licitación dolosa (La Razón, 2012/27/01).
Carlos Villegas (presidente sucesor a Santos), prosiguió el plan de Río Grande, y entregó la planta separadora en mayo de 2013,
pero con un proyecto que terminó costando unos 181 millones de dólares, 94.6 millones más de lo que previó Santos Ramírez,
y 22 millones más de lo programado en su propio planificación (Página Siente, 2013/15/05).
Cuando la planta se licitó en 2011, Santos Ramírez denunció: “Hoy lo que hemos visto es una estafa legalizada, porque la nueva
planta va a costar 159 millones de dólares, esto vamos a debatir este proceso, eso sí es una estafa legalizada en contra del país”
(FIDES, 2011/19/01). Y cuando se inauguró: “tiene más de $73 millones de sobreprecio” (El Diario, 2013/09/05).
Antes de Santos Ramírez presidieron YPFB: Jorge Alvarado, Juan Carlos Ortiz, Manuel Morales Olivera y Guillermo Aruquipa;
todos abandonaron sus funciones obligados por denuncias de irregularidades en su contra (La Razón, 2008/13/03). Después
de Santos Ramírez, los escándalos por contrabando de combustibles, licitaciones con sobreprecios y otras irregularidades,
enturbiaron la gestión de Villegas varias veces (El Deber, 2012/10/07; Bolpress, 2012/31/08 [http://www.bolpress.com/art.
php?Cod=2012083107]).

286
Juan José Anaya Giorgis

Con certeza el DS 28701 arrojó réditos económicos satisfactorios en los eslabones de


downstream, especialmente por la nacionalización de las refinerías en una coyuntura de
precios altos; las refinerías bolivianas elaboran crudo reconstituido (recon) para exportarlo a
mercados ultramarinos a través del oleducto OSSA I449 (Zaratti, 2009: 110-111). Pero las cosas
fueron diferentes en upstream.
Casi todos los campos petrolíferos “recuperados” ya estaban en declinación antes de la
capitalización. Las transnacionales invirtieron poco para producir petróleo, y sus inversiones
con ese propósito, se cancelaron totalmente desde que Carlos D. Mesa congeló el precio
del barril de petróleo en $27. La producción de crudo cayó de 8267 Bpd en 2006, a 4698
en 2010, y aún no se ha recuperado (Página Siete, 2012/12/01). YPFB tuvo que asumir los
costos por el cierre de pozos agotados. Hasta el 2012 tapó 13 pozos de Chaco y 40 de Andina
(Anaya, entrevista personal, 10/08/2012450; La Prensa, 2012/01/03). Debido a la insuficiente
producción gasífera para solucionar el problema por esa vía, el gobierno se vio forzado a
importar millones de toneladas de diésel, gasolina y GLP, absorbiendo las pérdidas por la
diferencia entre los precios externos y los internos. Para el 2011 las subvenciones del TGN por
concepto de combustibles llegaron a $1060 millones (El Día, 2014/10/02).
Hasta el presente no se avizoran soluciones para el déficit de líquidos y la situación podría
tornarse crítica en el mediano plazo. La reinyección de gas, previa extracción de licuables
destinados al mercado interno, creció en los últimos años, pero esto sólo funcionó como
paliativo somero (Zaratti, 2009: 116-117). El notable contrato por exportaciones gasíferas hacia
Argentina451, tampoco remediará por completo el problema, e incluso, podría agudizarlo. De
acuerdo al reporte oficial elaborado por la certificadora DeGolyer and MacNaughton publicado
el 1 de enero de 2006, las reservas gasíferas probadas de Bolivia cayeron súbitamente a 15
TCF. El MAS atribuyó la caída al “boicot neoliberal”, y el ministro Soliz Rada, desconoció
el informe, rompiendo relaciones con DeGolyer and MacNaughton. Buscando acreditar las
reservas en el mercado externo, a fines de 2010, el gobierno encomendó el mismo trabajo

449
Petrobras Refinación recibió $122 millones a cambio del 100% de sus dos refinerías en Bolivia.
450
Susana Anaya indicó que los resultados financiaros de la nacionalización de Anadina arrojaron pérdidas para el gobierno, y los
de Chaco, ganancias modestas. Esta ponderación no tomó en cuenta las consecuencias del litigio que Pan American Energy y el
gobierno boliviano libraban en el CIADI.
451
En 2006, la Empresa Nacional Argentina S.A. (ENARSA) e YPFB suscribieron un nuevo contrato de compra-venta de gas natural
para 20 años, a partir del 1 de enero de 2007, por un volumen inicial de 7.7 MMMCD, que debía subir hasta 27.7 MMMCD para
el 2010. El precio inicial sería $5 por millar de BTU, y se indexó a una canasta de carburantes mejor cotizados en el mercado
externo, en relación a la utilizada en el contrato con el Brasil (Ministerio de Hidrocarburos, 2008: 127-128).
Argentina es el país con mayor consumo de gas por habitante de Sudamérica, pero agotó sus reservas tradicionales de gas
(dispone de grandes reservorios de gas “no convencional”, o de enquisto, cuya explotación no está a su alcance por el momento).
Esta situación la obliga a comprar gas boliviano y LNG por ultramar (Miranda, Página Siete, 2013/10/05).
Pese a las excelentes perspectivas del mercado argentino, las empresas privadas no efectuaron las inversiones necesarias en el
nuevo contexto del 28701, e YPFB no pudo hacerlas (Zaratti, 2009: 116). Con la capacidad de producción y transporte instalada
en el 2010, el volumen máximo de exportación a la Argentina era de 8 MMMCDG. La situación forzó a redefinir los contratos
del gobierno boliviano con las empresas, introduciendo una adenda que obligada al gobierno boliviano a pagar los volúmenes
comprometidos a las empresas (La Razón, 2010/01/02; Anaya, entrevista personal, 10/08/2012).
La adenda destrabó las inversiones, a partir del 2012 las empresas Repsol-YPF, la británica BG, e YPFB-Chaco, comenzaron
a desarrollar los campos Huacaya y Margarita del bloque Caipipendi, para incrementar la producción, con la siguientes
participaciones: Repsol-YPF (37.5%), BP (37.5%) e YPFB-CHACO (25%). El compromiso de las compañías es aumentar la
producción entre 8 y 9 MMMCDG millones de metros para el 2012, y llegar a 18 MMMCDG en el 2014. La inversión comprometida
por las tres socias fue de $1600 millones (Página Siente, 2012/24/01).

287
Estado y Petróleo en Bolivia

a la certificadora Ryder Scott (Los Tiempos, 2009/23/11, 2010/09/10; Rodríguez, Bolpress,


28/01/2011).
Ryder Scott arribó a conclusiones aún peores: Bolivia sólo tenía 9 TCF probados y 4 posibles.
YPFB aplazó tres veces la divulgación pública de la “catástrofe nacional” durante 2010. Tanto
el Plan Nacional de Desarrollo (2008), como la Estrategia Boliviana de Hidrocarburos (EBH),
utilizaron la cifra de 24.6 TCF, que DeGolyer and MacNaughton certificó en diciembre de 2004
(Del Granado, citado en, Redacción Central, Los Tiempos, 2010/09/10). “Tres factores incidieron
en la disminución drástica de las reservas de gas natural: el gasto realizado de volúmenes y no
repuesto, la metodología de cálculo que se ha vuelto más estricta y la posible sobreestimación
de cantidades de TCF de algunos campos, como el caso de Margarita” (Zaratti, citado en,
Redacción Central, Los Tiempos, 2010/09/10).
Si las transnacionales inflaron sus reservas en el 2001, tal vez jugaron la carta inversa a
fines del 2005 ¿La caída de las reversas a menos del 50%, podría haber sido ficticia en alguna
medida?, vale decir, ¿ante la inminencia del cambio, las transnacionales “ocultaron” ciertas
reservas, como mecanismo de presión o vindicta? Cuando le formulé dichos interrogantes
a Susana Anaya, la experta veterana, respondía lacónica: “es posible” (entrevista personal,
10/08/2012). YPFB ha estado a merced de las transnacionales para descubrir y explotar nuevos
megacampos, sobre todo si pretende producir más de 1 TCF anual de gas (96.8 MMMCDG),
como está previsto en la EHB (Ministerio de Hidrocarburos, 2008: 96). Al caso, la siguiente
aseveración de Bernardo Prada, despierta suspicacia:

También puede darse el caso de que [Argentina y Brasil] nos pidan cantidades que ahora no
tenemos, pero sabemos que haciendo las gestiones adecuadas las podemos tener en un tiempo
determinado (reservas probables). Con ese dato podemos comprometer mayores ventas o
planificar proyectos (citado en, Redacción Central, Los Tiempos, 2010/09/10. Las negrillas son
nuestras).

Congruente con el criterio de Bernardo Prada, Villegas informó al país que tomando
en cuenta la sumatoria de reservas probadas, posibles y probables (19 TCF), Bolivia podrá
cumplir sus compromisos externos e internos hasta el 2025. Estas reservas fueron certificadas
por Ryder Scott en el 2010 (La Razón, 2011/09/04). No obstante, aun realizando las “gestiones
adecuadas” para encontrar (¿o redescubrir?) las reservas probables (6 TCF), apenas cubrirían
la demanda prevista hasta el 2025.
Procurando paliar el problema petrolífero, Petroandina SAM452, desplegó una campaña
intensiva de prospección sísmica sobre el bloque Lliquimuni de 2009 a 2010, cubriendo 6750
km². Aunque la interpretación de los datos arrojó indicios promisorios, la improvisación e
ineficiencia acompasaron al trabajo de campo (Página Siete, 2011/21/10). Las campañas
comenzaron antes de febrero, precisamente, cuando la estación de lluvias está en pleno
apogeo453; tal vez por eso, el km² de sísmica costó $82000, el doble del costo promedio ($40000)

452
PDVSA (petrolera estatal de Venezuela) e YPFB constituyeron la Sociedad de Economía Mixta (SAM) “Petroandina Exploración y
Explotación (E.Y.E)” a principios de 2007 (DS 29009), con el objetivo de hallar yacimientos petrolíferos al norte del subandino en
La Paz.
453
Sobre un terreno virgen, aluvial y anegado por lluvias tropicales, la logística se torna fácilmente insostenible, además, las lluvias
destrozan el trabajo avanzado. La temporada seca es de abril a septiembre.

288
Juan José Anaya Giorgis

sobre las serranías subandinas (Castaños, entrevista personal, 05/02/2010; Miranda, Los
Tiempos, 2014/27/05). Como corolario a la improvisación, el gobierno anunció el hallazgo de
50 millones de Bp en Lliquimuni, mientras Petroandina no había definido, siquiera, el punto
de perforación para el primer pozo exploratorio (Página Siete, 2011/21/10).
De 2006 a la fecha, YPFB no halló ningún yacimiento nuevo y su participación en upstream
ha sido frugal. En los hechos, las transnacionales realizan casi todo el trabajo, bajo la figura
retórica de los “contratos por servicios”. Según un informe del CEDLA del año 2010 -que tuvo
cuantiosa circulación en la prensa- las transnacionales aportaban el 82% de los hidrocarburos
producidos en Bolivia (Opinión, 2012/02/05; EL Día, 2012/03/05; El País, 2012/03/05). A
continuación reproducimos una editorial del diario oficialista Cambio que condensa la realidad
de la exploración en minería fósil desde 2006:

Durante una visita a este diario, ejecutivos de la petrolera Repsol no sólo destacaron el clima
propicio (reglas claras) para las inversiones extranjeras en Bolivia, sino que pusieron una
disyuntiva al Director y Editor de este diario con la siguiente cuestión:

“Muchos dicen que la exploración de hidrocarburos debe ser planificada, estudiada y


ordenada, mientras otros aseguran que se debe hacer la exploración ‘a lo bestia’”, dijo uno de
los visitantes [¿ironía?].

Sin esperar una respuesta y casi con un discurso que parecía calculado, el ejecutivo de la
petrolera se respondió (palabras más, palabras menos): “Yo creo que la exploración se debe
hacer ‘a lo bestia’, es decir en todos los departamentos posibles, en cualquier momento y bajo
cualquier condición” [!?].

Con esa lógica, el gerente de Relaciones Internacionales de Repsol, Mauricio Mariaca, anunció
que esa empresa prevé invertir unos 350 millones de dólares en exploración de gas en Bolivia
en el bloque Caipipendi-Huacaya.

El Ejecutivo dijo que se requieren nuevos megacampos de producción de hidrocarburos como


Margarita (Sábalo e Itaú), pero que se conforman con que se descubran pozos pequeños, pero
numerosos. Los visitantes dijeron sentirse cómodos trabajando en Bolivia y que realizan una
labor silenciosa de responsabilidad social (2013/14/12).

La frase “Me conformo descubriendo pozos pequeños, pero numerosos”, significa que la
seguridad energética boliviana, vuelve a estribar sobre la táctica exploratoria recurrente antes
de la capitalización: roer los estratos con arenas saturadas de hidrocarburos en estructuras
tradicionales, hasta rescatar el último volumen comercial. Actualmente la demanda de gas
boliviano siquiera decuplica la que tuvo cuando el país vivía la “bella época” de la seguridad
energética que legó nacionalizar a Gulf454. Sin embargo, la relación reserva/producción como
basamento de la seguridad energética, es más precaria. Fomentar la expansión acelerada del

454
“Al reconquistar el petróleo, Bolivia recuperó las siguientes reservas que estaban en manos de la Bolivian Gulf Oil Co.: el 73% de
las reservas de crudo y condensado; el 90% de las del gas; el 72% del total de la producción de petróleo y el 73% del potencial
de producción de gas. Esta importante riqueza se la incorporó YPFB. Sobre esta medida Juan Antonio Morales, actual presidente
del Banco Central, opina:
...Una vez resuelto el tema de la indemnización a la Bolivian Gulf Corporation, que imprudentemente había sido nacionalizada
en 1969...
Esa “imprudencia” benefició a Bolivia por veinticinco años (de 1970 hasta 1995), como lo demuestra Miguel Ángel Hernández
en su tesis de grado “La Nacionalización de la Bolivian Gulf Oil Company” que presentó en la Universidad Gabriel René Moreno”
(Ortiz, 2008: 51).

289
Estado y Petróleo en Bolivia

consumo interno de carburantes455, y la dependencia del TGN sobre las gabelas gravadas a
las exportaciones hidrocarburíferas, siguen siendo síntomas característicos de la política fiscal
boliviana.
Gracias al IDH, los recursos para la coparticipación tributaria de los gobiernos municipales,
universidades públicas y subvenciones fiscales, crecieron a raudales. El IDH sustenta el total o
parte de numerosos bonos pecuniarios distribuidos a ciertos grupos poblacionales (“Juancito
Pinto”, “Dignidad” y “Juana Azurduy de Padilla”). Un fenómeno frecuente a través de la
abigarrada formación social boliviana, han sido las disputas compulsivas por el IDH; de 2006
a la fecha, surgieron insospechados movimientos regionales o cívicos combatiendo, incluso a
muerte, por una tajada de las rentas hidrocarburíferas456 (ver Tablas IX, X y XI).

Tabla VIII: Distribución IDH en 2005

Porcentaje por ítem del IDH,


DS 28421, 21/10/05,
Distribución interna del IDH en relación al valor total de la
reglamentando la ley 3058
producción en boca de pozo
Departamentos Productores 12.50% 4%
Porcentaje de asignación para
el resto de departamentos (no 31.25% 10%
productores)
IDH asignación TGN 56.25% 18%

Fuente: Art. 2 del DS 28421.

Tabla IX: Distribución Departamental del IDH en 2005

Distribución sectorial de la Distribución interna de la Porcentaje respecto al valor


asignación departamental del IDH asignación departamental del IDH total de la producción en
(DS 28421) (43.75%) boca de pozo
Asignación Municipal de acuerdo
al número de habitantes por 34.48% 4.48%
jurisdicción
Universidades Públicas 8.62% 1.20%
Prefecturas departamentales 56.90% 7.97%
TOTALES 100% 14%

Fuente: Art. 2 del DS 28421.

455
Por ejemplo, en 2011, el gobierno regularizó la importación pirata de 80000 automotores usados a bajo costo (El País,
2011/09/11). Evo Morales manifestó estas palabras de ocasión: “todos tenemos derecho a tener nuestro auto” (Los Tiempos,
2011/09/06).
456
Siguen algunos casos dramáticos. La lucha por la jurisdicción del cantón Chimeo entre provincianos de Gran Chaco y O´connor
(Tarija). Chimeo tiene minas gasíferas. Sobre la batalla de Chimeo, Evo Morales dijo: “Yo me animaría a decir que no es una
cuestión jurídica, es una cuestión política, que nuestros alcaldes y dirigentes provinciales se pongan de acuerdo en cómo se
puede aprovechar muy bien [el gas]” (Los Tiempos, 2007/26/04). Chuquisaca y Tarija están litigando por las regalías del campo
Margarita (Opinión, 2010/29/11). Durante 2007 y 2008, los gobiernos departamentales de la “media luna” y el gobierno central,
sostuvieron feroces pugilatos en torno al reparto del IDH (Petropress, N° 8, 2008).

290
Juan José Anaya Giorgis

Tabla X: Reestructuración del IDH en 2007

Decreto
Propósito Reasignación Información Política
Supremo
1) 66.99% para la
coparticipación Una vez constituida la elección de las prefecturas
Modificar la tributaria municipal departamentales mediante sufragio en el 2007, los
distribución
recursos del IDH potenciaron a los adversarios del
del IDH entre 2) 8.62% para la
29322, “proceso revolucionario” que ganaron derrotaron
Prefecturas, Universidad Pública
24/10/07 al MAS en Pando, Beni, Santa Cruz, Cochabamba
Municipios y del Departamento.
y Tarija. La redistribución del IDH debilitó a los
Universidades
3) Prefecturas prefectos de “la media luna” (Petropress, N° 8, 2008:
públicas
departamentales 6-7).
24.39%

Fuente: Art. 2 del DS 29322.

YPFB no tiene programas de exploración eficaces, carece de recursos económicos


suficientes, y no dispone de cuadros técnicos con experiencia de campo para resucitar la
“Gerencia de Exploración” disuelta en 1996. Los expertos que podrían coordinar este trabajo,
han sido “proscritos” de la refundación de YPFB “Corporación”, por su anuencia política
con el modelo neoliberal457 (Del Granado, entrevista personal, 02/03/2010). Intentando
solucionar al menos las restricciones presupuestarias, Carlos Villegas propuso a la Federación
de Asociación de Municipalidades de Bolivia (FAM), “diferir” sus recursos IDH generados en
los campos “nuevos” a partir de 2014 por cinco años. Estos recursos sustentarían operaciones
exploratorias de YPFB, y después serían reembolsados en cuotas durante los 10 años posteriores
al fin del “diferimiento”. La propuesta de Villegas fue analizada por las alcaldías de todo el
país suscitando adhesiones inciertas y escasas (El Día, 2013/09/09).
Modificar la distribución del IDH a favor de YPFB será un desafío difícil. El grueso de la
coparticipación tributaria proviene del IDH. Sin duda, el desafío de Carlos Villegas, coloca
a los municipios ante un dilema disyuntivo: permutar los intereses municipales inmediatos
por la seguridad energética de la modernización nacional o priorizar la voluntad municipal,
en muchos casos discordante con la “nacional” ¿Asistirá la pluralidad de actores sociales
al compromiso “nacional” que ha convocado Villegas?, ¿los movimientos sociales ejercerán
presión sobre los municipios, si se niegan a participar? Llegada la hora del “diferimiento”
¿los movimientos sociales y municipios aceptaran renunciar a las rentas? (Anaya, Los Tiempos,
2013/12/09).
De momento, los hechos muestran que los principales movimientos sociales, no parecen
estar dispuestos a cargar sobre sus espaldas los grandes sacrificios necesarios para sustituir
el capital extranjero con trabajo propio, al menos en parte, para qué los recursos naturales
bolivianos, sean explotados sólo por los bolivianos. Cabe mencionar el caso del frustrado

457
Refiriéndose a los técnicos que gestionaron los contratos joint venture hasta 2005, Jorge Téllez dijo: “me da pena pensar que
muchos de estos individuos tan perversos con el país son geólogos” (citado en, Bolpress, 2005/23/05 [http://www.bolpress.com/
art.php?Cod=2005000708]).

291
Estado y Petróleo en Bolivia

“gasolinazo” del DS 748 (26/12/2010). Interpelando a las tremendas mermas causadas al TNG
por los subsidios a los combustibles importados, y los volúmenes crecientes del contrabando
hacia países limítrofes (con epicentro en la zona del lago Titicaca), el DS ordenó la “nivelación”
de los precios internos con incrementos casi del 100% sobre todos los derivados menos el GLP
(DS 748).
Al parecer sólo la CBH y la FSTPB apoyaron la medida. Los movimientos indígenas
originarios, la CSUTCB, la COB, las FEJUVE y la COR de El Alto y algunas federaciones
del trópico cochabambino, se movilizaron al día siguiente rechazando la “nivelación”. La
CEPB calificó al DS 748 como “pésima medida económica”, mientras la Cámara de Industria
y Comercio (CAINCO) de Santa Cruz, se pronunció a favor de las subvenciones (Los Tiempos,
2010/31/12). En 48 horas El Alto estaba paralizado y sus vecinos dispuestos a impedir el
“gasolinazo” con otra guerra, para ellos la nacionalización debía rebajar los derivados, no
subirlos (Correo del Sur, 2010/31/12; Página Siete, 2010/31/12). Evo Morales también se
movilizó explicando la necesidad de nivelar los precios: “A mí no me interesa la imagen
de Evo Morales, lo que me interesa es cuidar la economía nacional […] Si fuera dirigente,
yo también haría eso [rechazar], entiendo la situación del dirigente sindical. Pero si somos
realistas, eso es permitir que el Estado pierda plata”458.
Todo disuasivo fue inútil, el 1 de enero de 2011, el DS 748 fue abrogado. El presidente
Morales dijo: “Es necesaria la medida, pero no es oportuna; he escuchado, he entendido las
recomendaciones de trabajadores y organizaciones sociales” (La Razón, 2011/01/01). Después
volvió a insistir:

Este gabinete, el Presidente y el Vicepresidente salvan su responsabilidad diciendo la verdad


ante el pueblo. Este es un cáncer [las subvenciones]. Bueno sería convocar a un debate nacional,
cumbre de movimientos sociales, para decidir el tema. Ahora le toca al pueblo boliviano
también salvar su responsabilidad, si somos responsables con las futuras generaciones sobre
este tema del precio de los líquidos” (La Prensa, 2011/23/01).

Del tema casi nunca se volvió a hablar y las subvenciones siguen.


Otras políticas como el “control social” y la “consulta previa” de los pueblos originarios459,
instituidas por la nueva CPE, tampoco tuvieron éxito. Al principio el control social del área
energética, convocó a centenares de dirigentes (ver Anexo III), la Unidad de Transparencia
del Ministerio de Hidrocarburos, realizó varios seminarios y talleres masivos, con la misión
de capacitar a la dirigencia, “para que los movimientos sociales no sean los invitados de
piedra en la planificación y gestión petrolera” (Vidaurre, entrevista personal, 31/08/2010)460.
No obstante, pasada la efervescencia inicial del “proceso de cambio”, el control social declinó
y ha quedado en nada.

458
(http://www.hidrocarburosbolivia.com/bolivia-mainmenu-117/gobierno-relacionamiento-mainmenu-121/38915-el-
gasolinazo-de-morales-cronica-de-un-desproposito-.html [03/06/2014]).
459
De acuerdo a los artículos 30 y 403 de la nueva CPE, cualquier actividad extractiva sobre las TCO´s, precisa el consentimiento
previo de sus habitantes originarios, sea mediante un referéndum, u otro mecanismo acorde a los usos y costumbres de la TCO.
460
Entonces dirigía la Unidad de Transparencia en hidrocarburos.

292
Juan José Anaya Giorgis

Con frecuencia los actores populares intervinieron en la gestión de la minería fósil,


motivados por objetivos muy distintos al control social. Los pequeños productores de arroz de
la provincia Sara, en Santa Cruz, decidieron tomar el pozo petrolero Beto Suárez como medida
de presión para que el Gobierno compre sus productos a precios razonables. “Desde las cero
horas de hoy hemos cerrado las válvulas hasta que el Gobierno no nos mate de hambre”,
dijo Pedro Esquivel, dirigente arrocero (Erbol, 2012/06/03). No se han observado acciones
colectivas heroicas y sostenidas entre estos sectores que apenas sobreviven trabajando de sol
a sol.
Sobre la consulta previa, hubo numerosos conflictos por las operaciones petroleras en los
territorios lecos y mosetenes al norte del subandino, y con los guaraníes, al sur (ver Anexo III).
No escasearon las prebendas, maniobras políticas y atropellos, todo para viabilizar el “si” de
la “consulta previa”. Al final, la voluntad de YPFB siempre se impuso mediante procesos de
consulta irregulares (Vargas, Petropress, N° 19, 2009: 19-20).
Volviendo a las cuestiones técnicas, el DS 28701 no afectó directamente a las subsidiarias
de las transnacionales que no participaron en la capitalización y privatización de YPFB, o
sólo lo hizo temporalmente. Petrobras Bolivia, como operadora titular de los campos San
Alberto y Sábalo (los más importantes de Bolivia en 2006), fue “castigada” con una regalía
extraordinaria del 32% durante 360 días, pero sus acciones no se enajenaron a YPFB. Zaratti
acierta denominando a la nacionalización de 2006, como la “descapitalización”461 (2009: 104,
124). La migración de los 44 contratos al régimen del DS 28701, no se tradujo en grandes
variaciones sobre la partición del beneficio entre gobierno y compañías, en relación a lo que
ya estaba instituido con la ley 3058462. Un conceptuoso análisis publicado en Petropress (N°
4, 2006: 3-6), clarifica lo novedoso del modelo contractual subsecuente al DS 28701, cabe
reproducir sus observaciones centrales:

Su mayor virtud [del nuevo modelo contractual] además de efectivizar la obtención del 50%
para el país y en algunos campos una participación mayor, es haber puesto un seguimiento
más férreo a las actividades petroleras y al actuar de las petroleras (3).

En los aspectos técnicos, el principal defecto consiste en supeditar la distribución de lo producido


y la llamada “retribución del titular” a los precios internacionales, es decir, si por algún motivo
el gobierno consigue mayores precios para los hidrocarburos también se beneficiarán de ellos
las empresas supuestamente operadoras, en cambio, si los precios bajan ellas simplemente

461
Igualmente podemos observar el proceso de reversión a la capitalización, o “descapitalización”, a través de la Asamblea
Constituyente (2006-2007). Zaratti señaló en una sugestiva nota de análisis periodístico: “En efecto, parecería que los
constituyentes, o quienes por ellos han redactado la nueva CPE, han dirigido su mirada más al pasado próximo (la experiencia
neoliberal) que al futuro. Partiendo del dogma de que todo lo que se hizo antes fue una traición a la patria, el objetivo de la
nueva carta magna fue evitar que esa clase de modelos económicos se volvieran a repetir en el país, aun cuando, como sucedió
con el gobierno de la UDP, el desastre dejado por el populismo no permitía otra elección, como bien entendió el soberano.”
(Energy Press, 12/01/2008).
462
El Congreso aprobó individualmente la migración de los 44 contratos el 28 de octubre de 2006. Antes de firmar los nuevos
contratos, las transnacionales efectuaron un Brainstorming colectivo, para discutir cómo encarar la migración de contratos.
Con las pautas del Brainstorming, cada empresa negoció su nuevo contrato individualmente con el gobierno (Prada, entrevista
personal, 02/02/2010).
UNADERENA sostiene que los resultados de las auditorias dirigidas por Enrique Mariaca, no se tomaron en cuenta para establecer
los costos recuperables y retribuciones de las empresas en los nuevos contratos (Orgaz, entrevista personal, 21/07/2011).
Para Santiago Berríos, no hubo nacionalización (entrevista personal, 14/04/2011), René Rocabado afirmó lo mismo (entrevista
personal, 05/04/2011).

293
Estado y Petróleo en Bolivia

dejarán de producir. Esto no sólo significa actuar en función de las utilidades que las empresas
puedan obtener sino también, como lo da a entender el mismo contrato en su cláusula 13.4,
mantiene el mercado interno y los precios de los carburantes en el mismo nivel internacional,
siendo que somos un país productor [No afectó al Régimen de Precios del DS 24804]. Por otro
lado, se eliminan todos los riesgos de pérdida y se garantiza una buena tasa de ganancia a las
empresas. Pase lo que pase con los precios internacionales y con la explotación de los campos,
en vista de que todo puede acreditarse como “costo recuperable”, prácticamente se les da a
las empresas una garantía de que sí obtendrán utilidades, pues si ellas no tienen ganancias el
Estado tampoco (4).

Una revisión concienzuda de los contratos nos demuestra que a futuro no existe la perspectiva
de avanzar en pos de independizarse del capital extranjero y menos de establecer la propiedad
social sobre los hidrocarburos (6).

En síntesis, tanto en la concepción de los contratos como en los aspectos de detalle no se atisba
ni una intención, por pequeña que sea, de convertirla en una empresa al estilo de PETROBRAS,
PDVSA y, menos aún, similar a PEMEX (6).

Si bien la EBH ha sido anodina resolviendo los problemas históricos del suministro
energético463, entre tumbos logró salvar la “era del gas” exportando a Brasil y Argentina, al
menos hasta el 2020 y 2026464. Al unísono, la EBH dio pasos notables rumbo a la industrialización
en downstream. El consumo interno de gas natural creció exponencialmente por la ampliación
de la distribución entubada para uso doméstico e industrial, y la conversión gratuita del parque
automotor al GNV (La Patria, 2011/31/03). Se ha concluido la primera planta separadora de
líquidos en Río Grande capaz de obtener 361 toneladas métricas diarias de GLP, 350 Bd de
gasolina natural y 195 Bd de isopentano (Página Siente, 2013/12/05); otra planta del mismo
tipo y doble capacidad está siendo instalada en Gran Chaco y la petroquímica de urea y
amoniaco se está construyendo en Bulo Bulo (Chapare).
Casi todos los especialistas destacados en el ámbito hidrocarburífero que participan
en el debate público sobre la cuestión (Hugo Del Granado, Álvaro Ríos, Francesco Zaratti,
Carlos Miranda Pacheco, entre otros), alimentando columnas periodísticas, participando en
foros formales o analizando la cuestión en colectivos selectos como el grupo “Prisma”, han
realizado seguimientos críticos a las medidas industriales de la EBH (Del Granado, entrevista
personal, 02/03/2010). Carlos Miranda Pacheco señala:

Comienza la comedia. El 2006, se formula un plan de industrialización de gas, mostrando


una ignorancia que causa estupor: Petrocasas en Cararollo, cortar secciones de planchas
de PVC para casas prefabricadas. Una planta de garaje para fabricar tapones de garrafas y
fabricar tubería de gas para las instalaciones de gas domiciliario, extrayendo polietileno. Ese
extraordinario plan era utilizar productos petroquímicos y no industrializar gas y producirlos.
No avanzó.

463
Ausencia de transparencia y eficiencia en la gestión de YPFB, sin intervención directa del poder Ejecutivo sobre decisiones
técnicas (Mariaca, Soliz, Escalera: 2009: 7-10); una coherente disponibilidad de los excedentes hidrocarburíferos con los genuinos
programas exploratorios que requiere YPFB (Mariaca, Soliz, Escalera: 2009: 7-10); y contrabando de derivados a países limítrofes,
cuya magnitud ha estado en permanente aumento (La Razón, 2014/26/05). A estos problemas debe añadirse la inexistencia de
cuadros técnicos experimentados en prospección geológica.
464
Después de 2020, “en el peor de  los casos estaremos produciendo gas para nuestro mercado interno, que ya no es tan
despreciable, y como abastecedores marginales de Argentina y Brasil” (Miranda, Fides, 2014/27/04).

294
Juan José Anaya Giorgis

[…] Rápidamente, llama a una licitación, llave en mano, para la construcción de una planta de
amoniaco y urea en Bulo Bulo, con financiamiento del Banco Central. Todavía no tiene predios
propios, pero igual la obra ha sido adjudicada. El proyecto es objeto de muchas observaciones.
Las más importantes: ubicación y falta de mercados.

En un arranque genial para solucionar la pésima ubicación se indica que se construirá un


ferrocarril de Bulo Bulo a Montero para transportar la producción. No se sabe qué llevará de
retorno a Bulo Bulo.

¿Mercados? La respuesta es otra genialidad.  Se contratará un agente comercializador (trader)


que se encargará de vender la producción. ¿Precios?  Silencio es la respuesta. La comedia
continúa.  La EBIH reaparece e informa que el 2013 pondrá en marcha la planta de petrocasas,
la de tubería para gas y tapones para garrafas (El Día, 2012/09/12).

Polemizando con las observaciones citadas de Miranda Pacheco, Andrés Soliz Rada465,
trasunta su optimismo sobre la industrialización y la petroquímica que impulsa el gobierno:

La planta [Bulo Bulo] comenzará a operar en octubre de 2015 y procesará 2.100 toneladas de
urea y 1.000 de amoniaco por día […] demandará una inversión de 843.9 millones de dólares,
provenientes de un crédito del BCB a YPFB, la que requerirá el concurso de 3500 trabajadores
en su etapa de construcción y de 800 técnicos permanentes en su fase operativa. Bolivia
utiliza 100 toneladas diarias de urea para su mercado interno, de manera que, por lo menos
inicialmente, 2000 toneladas serán destinadas a la exportación. Una línea de transmisión de
gas será instalada entre la planta de Carrasco y la petroquímica de Bulo Bulo, que necesita 50
millones de pies cúbicos día para procesar el amoniaco.

El proyecto permitirá ampliar el área de cultivo del país de 2.5 millones de hectáreas a 17
millones. Para exportar los fertilizantes se construirá la vía férrea Bulo Bulo-Montero (Santa
Cruz), la que tendrá 148 kilómetros de longitud y cuyo costo ascenderá a 235 millones de
dólares466. Esta obra forma parte del mismo crédito del BCB y es un tramo del ferrocarril
transoceánico Atlántico – Pacífico.

Debe puntualizarse que la inversión en Bulo Bulo es la más importante en la historia económica
de Bolivia. Nunca, anteriormente, hubo una inversión de esa magnitud, ni privada ni pública.
En segundo lugar, la construcción del ferrocarril Bulo Bulo-Montero significará que por fin se
articulará el oriente y el occidente de Bolivia por vía férrea (Página Siete, 2013/13/10).

“La década de oro de la industrialización”, no resplandeció áurica, pero tampoco naufragó


entre buenas intenciones. Sin duda la industrialización promisoria inaugura oportunidades
inéditas para un gran salto económico y modernizador en Bolivia, siempre y cuando no falle
la producción gasífera que por ahora controlan las transnacionales, y obviamente, la gestión
pública pertinente.

465
Renunció a su cargo de ministro arguyendo razones personales el 16 de febrero de 2006 (Bolpress, 2006/18/09).
466
En 2009 Bolivia vendió los BTU remanentes del gas exportado al Brasil por $100 anuales. Con los BTU remanentes, Brasil instaló
complejos petroquímicos en el Estado de Mato Grosso, invirtiendo 4500 millones para producir fertilizantes (Soliz, Página
Siete, 2013/13/09). Según el contrato de 1996, la petroquímica de Mato Groso, debía instalarse en Puerto Suarez (Miranda,
El Día, 2012/09/12). Soliz Rada indica que aun así, Brasil tiene déficit de amoniaco y urea, por tanto, Bolivia podrá exportar su
producción excedente al Brasil con precios competitivos, una vez construido el ferrocarril Bulo Bulo-Montero (Soliz, Página Siete,
2013/13/09).

295
Estado y Petróleo en Bolivia

4. Palabras finales
Quizá el principal éxito de la parcial nacionalización hidrocarburífera con el DS 28701,
“Héroes del Chaco”, sea su legitimidad política. La “tercera nacionalización” siempre
resplandeció a través del discurso político gubernamental: “Antes de la nacionalización, por
contratos firmados con las trasnacionales, de los ingresos totales, el 82% era para las empresas,
y el 18% para los bolivianos. El 1 de mayo del 2006 dijimos, si las empresas quieren trabajar y
quieren ser socios, no dueños, entonces se quedan con el 18% y el 82 % es para los bolivianos,
eso es la nacionalización de los hidrocarburos” (Morales: 2014).
La restauración del capitalismo de Estado por el gobierno del MAS, cuenta con legitimidad
popular, al menos la suficiente para que las calles del país no se conviertan en escenarios
bélicos; sin embargo, como hemos visto, no está exenta de problemas. Refundar la Gerencia
de Exploración de YPFB, con la gente experimentada que hoy no está en YPFB; y articular los
intereses sectoriales de los movimientos sociales, al proyecto nacional, son tareas pendientes
del proyecto modernizador y nacional, que en los hechos, se impone sobre la visión indígena
de la nueva CPE. De no lograrse ambos desafíos, todo podría acabar en una gran crisis.
Al culpar sistemáticamente a la Standard Oil, el imperialismo y la “anti nación”, por
todos los infortunios y males de la “Nación”, también se eximió a los sujetos “nacionales”
de toda responsabilidad sobre las tareas y desafíos que implican instalar un capitalismo de
Estado sostenible, desde los más sencillos y cotidianos, hasta los más complejos y laboriosos.
Simbolizando la defensa ortodoxa del monopolio estatal y la soberanía nacional en la figura
de Abel Iturralde, se tiende a minimizar la importancia de la concepción ciudadana inherente
a los regímenes políticos. Atribuir las inusitadas rentas gasíferas que cosecha el TGN al DS
28701, conlleva los riesgos más peligrosos de cualquier oportunismo dominante: reflejarse
sobre la implementación de políticas públicas erráticas y contradictorias entre sí.
¿Qué hacer? Efectivizar el control social corporativo previsto en la Constitución Política
del Estado con una Universidad Sindical dirigida por técnicos y cientistas sociales, con el fin de
problematizar las veleidades reales de la liberación nacional, en el seno de las organizaciones
sociales. La clave de la liberación no es un índice de regalías, como dijera Sergio Almaraz
o Marcelo Quiroga Santa Cruz, sino administrar los excedentes propios con eficiencia y
participación ciudadana, una tarea que presupone alta madurez y organización de las fuerzas
políticas, esta y no otra, es la clave de la liberación nacional.

296
Conclusiones Generales

1. Constitución y desarrollo de la geología petrolífera en Bolivia


Para la minería hidrocarburífera, explorar constituye la labor fundamental. Si una compañía
petrolera, estatal o privada, no realiza exploraciones reponiendo al menos las reservas
consumidas, morirá. Sin la mediación de la geología con el apoyo de otras ciencias naturales
más o menos afines (paleontología, palinología, geofísica y geoquímica), prospectando vastas
regiones con procedimientos intensivos en capital, no sería posible hallar los hidrocarburos
que sustentan la vida moderna. La geología ha sido clave constituyendo a los hidrocarburos
en una fuente energética accesible y vital. Para dilucidar el desarrollo histórico de la industria
petrolífera, una historia sobre las causas y consecuencias de las misiones científicas por estos
minerales, resulta fundamental. Sin embargo, los intelectuales que han investigado el caso
boliviano, salvo raras y parciales excepciones como los trabajos de López (1922), Peláez (1957)
o Lavadenz (1989), omitieron el análisis sobre esta cuestión, o le depositaron frugal atención.
Hasta los albores del siglo XX, las escasas gestiones bolivianas, privadas o fiscales,
apuntando a explotar aceites pétreos, delatan la incomprensión técnica sobre la cuestión que
imperada en el país. Los primeros trabajos petrolíferos con bases científicas en Bolivia, fueron
las misiones geológicas que patrocinaron instituciones de otros países, a fines siglo XIX e
inicios del XX, remitiendo sus informes normalmente sólo al patrocinador. Bolivia no tenía
geología petrolera, ni oficinas públicas técnicamente adecuadas para estos asuntos. Incluso
los pioneros bolivianos tuvieron que recurrir al servicio de geólogos extranjeros. Atrás de las
exploraciones pioneras, llegaron las inversiones que posibilitaron producir hidrocarburos en
Bolivia. Debido a las debilidades de las instituciones públicas, la fiscalización a las operaciones
privadas, fue deficiente hasta la post guerra del Chaco.
A causa de la Guerra del Chaco, el juicio a la SOCB y la creación de YPFB, la formación de
cuadros técnicos en geología petrolera, cobró relevancia en la agende pública. Los presidentes
Germán Busch y Gualberto Villarroel, impulsaron el conocimiento sobre la materia mediante
YPFB. Villarroel viabilizó los planes de YPFB para desarrollar los campos devónicos de
Camiri, en vez de los campos carboníferos de Bermejo y Sanandita, como pretendía imponer
la CBF, bajo el liderazgo de EE.UU. Su decisión fue correcta. Aquellos campos de Bermejo y
Sanandita declinaron pronto. Camiri produjo varias décadas.
Mediante la creación de su Gerencia de Exploración en 1955, YPFB adquirió suficiencia
realizando prospecciones. En 1960, la investigación científica, se concentró en el CTP, creado
como un departamento autónomo de la Gerencia de Exploración. Diez años después, el
CTP realizaba investigaciones paleontológicas y palinológicas de vanguardia. YPFB fue la
institución nacional que más aportó al conocimiento de la historia natural boliviana. Su revista
científica cosechó prestigio internacional. Al respecto, la inversión extranjera jugó un papel
protagónico. Las bases teóricas que utilizó YPFB realizando estudios exploratorios, tuvieron
dos epatas: la escuela de la SOCB, y la reforma de la BOGOC. La SOCB sentó las bases de
la exploración en Bolivia. BOGOC probó que los hidrocarburos, no sólo habían migrado

297
Estado y Petróleo en Bolivia

primordialmente a formaciones devónicas, como pensaba la Standard Oil. Sus hallazgos en


Colpa, Río Grande y Caranda (noroeste de Santa Cruz), probaron el gran potencial productor
del carbonífero.
YPFB dirigió la prospección a las formaciones del antiguo mar devónico, hasta que
BOGOC revolucionó este criterio. A la par, el desarrollo de los campos hallados por BOGOC
en el noroeste de Santa Cruz, implicó consecuencias decisivas para el futuro de la industria
hidrocarburífera boliviana. Al desarrollar Colpa (1962), la producción de gas prevaleció con
creces en relación al petróleo u otros hidrocarburos líquidos. La cualidad gasífera de Colpa
ratificó que las formaciones geológicas bolivianas mejor estudiadas, tienen escaso potencial
petrolífero, pero ubérrimo en gas metano asociado con otros hidrocarburos líquidos y gaseosos.
Cuando la Ley 1689 de 1996 estuvo vigente, las prospecciones intensivas en sísmica “3
D” y sondeos profundos, de los capitales privados, adicionaron volúmenes inéditos a las
reservas gasíferas, focalizando sus esfuerzos sobre áreas que seleccionaron con los archivos
geológicos de YPFB. Sin el acceso irrestricto de las empresas a estos archivos, un escenario con
dichos éxitos, no habría sido inmediato. YPFB no podía financiar las costosas prospecciones y
sondeos que implicaban aprovechar su valiosa información.

2. Modelos desarrollistas y Geopolítica en torno a los hidrocarburos


Exceptuando las objeciones al etos de la vida industrial que opusieron los movimientos
indígenas invisibilizados hasta el último cuarto del siglo XX, los actores liberales y las
diversas facciones nacionalistas e izquierdistas del siglo pasado y el nuestro, equipararon
industrialización a progreso, independencia y bienestar.
En ese sentido, la percepción de los energéticos fósiles como un prodigio capaz de
propagar la vanguardia industrial por la Bolivia semi rural con inusitada rapidez, a través
del suministro al mercado interno y/o su comercialización externa, palpitaron con intensidad
durante todo el siglo XX, prevaleciendo entre los diversos paradigmas industrialistas, siquiera
desde la promulgación de la Ley Orgánica del Petróleo de 1936: “Que la actual crisis que
afecta la producción del estaño impone al gobierno la necesidad de crear nuevas fuentes de
riquezas, que aseguren la estabilidad económica del país con rentas saneadas y permanentes”
(Ley 24-10-1936, 24/10/1936).
Sólo los modelos que adoptaron promoviendo su desarrollo fueron divergentes, siendo
los más recurrentes: a) Liberal: recurrieron al capital extranjero, mediante “regímenes
de concesiones” apropiados a sus expectativas gananciales, para desarrollar el sector. b)
Nacionalista moderado: involucraron al “capital de riesgo” como un actor imprescindible
para descubrir nuevas reservas, pero condicionaron su intervención al reparto equilibrado del
excedente entre las compañías y el fisco, asignando potestades hegemónicas al Estado sobre
la gestión comercial de la producción. c) Nacionalista endógeno: enarbolaron el monopolio
estatal para toda la cadena productiva, sustituyendo al capital y medios técnicos extranjeros,
por un gran esfuerzo mancomunado de las clases “nacionales” y el crédito “desinteresado”
del Bloque del Este, y el mercado interno como monopsonio.

298
Juan José Anaya Giorgis

Además, los energéticos fósiles ha sido la espina dorsal de la geopolítica boliviana. Ya


Bautista Saavedra estrecho lazos crediticios con EE.UU., autorizando el ingreso de SOCB en
1921. El apalancamiento de recursos extranjeros mediante compromisos de abastecimiento
petrolífero futuro que inauguró el presidente Busch para el fomento económico nacional,
la indemnización estipulada con la SOCB durante 1941 viabilizando el “Plan Bohan”, y la
promulgación del Código del Petróleo en el marco de la “cooperación” estadounidense a la
“Revolución Nacional”, evidencian cómo el petróleo fue central en la geopolítica boliviana
desde la post Guerra del Chaco.
En cambio, el gas fue intrascendente hasta 1962. Aunque podía ser un energético barato
y abundante para la industria, su distribución exigía cuantiosas inversiones y exportarlo
implicaba requisitos difíciles frente al petróleo. Sin embargo, la revelación gasífera de BOGOC
en 1962, transmutó la geopolítica petrolífera. De pronto Bolivia debatía la utilidad del gas
instalando plantas petroquímicas, termoeléctricas, la siderurgia en el Mutún, su exportación
al Brasil y/o Argentina, más otros grandes proyectos.

3. Causas, intereses y operaciones del capital transnacional


Identificando a los pioneros de la minería fósil en Bolivia, encontramos a los diversos
actores extranjeros que patrocinaron misiones geológicas, entre fines del siglo XIX e inicios del
XX, investigando el potencial productor del país con afanes de reconocimiento geopolítico.
Al respecto, aun no existe una historiografía minuciosa. Los estudios pioneros arrojaron
resultados promisorios, pero no suscitaron inversiones inmediatas. Ante las enormes
distancias de los posibles reservorios a los puertos marítimos, atravesando selvas y serranías
fragosas sin caminos, los patrocinadores priorizaron seguir explorando en otras partes del
mundo.
Aunque, desde las reformas liberales del siglo XIX, el déficit energético obstruía el
crecimiento minero, los “patriarcas de la plata” y los “barones del estaño”, desestimaron
realizar las grandes y riesgosas inversiones que presuponía intentar explotar petróleo
boliviano. Al principio, entre los actores bolivianos prevaleció la especulación, atesorando
concesiones con miras a lucrar con su oportuna enajenación al capital extranjero.
A inicios del siglo XX, algunos empresarios bolivianos ligados al PL, intentaron exportar
aceites pétreos formando sociedades con financiamiento extranjero. Su rol fue fundamental:
impulsaron las primeras regulaciones fiscales adecuadas a las características mineras del
caso, estudios geológicos, perforaciones, y el ingreso de cárteles petroleros como agentes
intermediarios, cuyo desenlace, implicó al arribo de la SOCB en 1921. Debido a su irrelevante
posición de poder en los ámbitos internacionales del capital, estos bolivianos, cosecharon
modestos beneficios a cambio de su esfuerzo empresarial. Durante las primeras operaciones
petrolíferas, sólo la compañía Águila Doble, netamente nacional y muñida con medios
materiales muy precarios, intentó producir priorizando el suministro al mercado interno.
Quebró sin concluir su primer pozo exploratorio.
Todas las inversiones relevantes que realizaron las transnacionales buscando hidrocarburos
bolivianos, ingresaron con los marcos normativos liberales, apuntando a producir para el

299
Estado y Petróleo en Bolivia

mercado externo. La demanda energética del mercado interno, nunca incidió sobre los
intereses del capital extranjero. Sin embargo, ponderar el espíritu, o adecuación, de las
sucesivas legislaciones, atrayendo inversiones, mediante un conjunto inmutable de variables
transversales a todos los casos, implicaría sesgos metodológicos. La incidencia causal que han
tenido las variables normativas, propiciando inversiones, resultó relativa a las particularidades
de cada Ley, y a su contexto histórico. Ni siquiera las regalías, o el carácter prioritario del
suministro interno (vigente desde 1921), tuvieron implicaciones unívocas en cada caso, como
mostramos en la siguiente tabla sinóptica de regulaciones para la inversión extranjera:

Regulaciones Comparadas para la Inversión Extranjera (1921-2006)

Potestad jurídica Potestad


Vigencia
sobre la resolución sobre la
de la
Regalía de diferendos entre gestión
Legislación concesión Particularidades relevantes
fiscal compañías y gobierno del
y/o
comercio
Extranjera Boliviana contrato
exterior

Ley Los problemas técnicos estaban


Orgánica de 11% x 55 años privada sujetos al arbitrio de la Sociedad
1921 Geográfica de Londres.

Instituyó inversiones
obligatorias para las empresas
en infraestructura de transporte,
Indefinida
Ley prestaciones de servicios sin
pagando
Orgánica de 9% x Fiscal costo al gobierno, la eventual
patentes
1936 nacionalización de la empresa
crecientes
mediante una indemnización,
entre otros derechos estatales. 100
Personal boliviano art. 56

Código del
No estableció marcos impositivos
Petróleo de 11% x 40 años privada
para el gas
1955

DL 10170 30% x 30 años Fiscal

Mediante el contrato de
Fiscal y exportaciones gasíferas al Brasil
Ley 1194 31% x 30 años
privada de 1991, se reconoció la potestad
jurídica de tribunales extranjeros

Ley 1689 de
18% x 40 años Privada
1996

Ley 3058 50% x 40 años Privada

De
acuerdo al La soberanía jurídica fue
DL 28701 50% x “contrato Fiscal instituida por el art. 366 de la
de CPE de 2009.
servicios”

Fuente: Anexo II: Marcos Normativos

300
Juan José Anaya Giorgis

Sin duda la Ley Orgánica del Petróleo (1921), el Código del Petróleo (1955) y la Ley 1689
(1996), se distinguieron por su carácter propicio a los intereses del capital. Los flujos históricos
de la inversión extranjera sobre la minería fósil, lo corroboran.
Además de la cuestión legal, la praxis gubernamental, o de otros actores, promoviendo el
ingreso de las empresas, y la existencia eventual de un mercado externo seguro e importante
para la producción, circunstancialmente, han sido causas muy influyentes. El primer gobierno
del MNR, desplegó campañas internacionales, no oficiales, buscando revertir la desconfianza
hacia Bolivia, que la expulsión de la SOCB había instituido entre las compañías, incluso, antes
de promulgar el Código del Petróleo. Durante la crisis energética de Brasil a mediados de los
años ʻ70, PETROBRAS intentó importar gas boliviano, comprometiendo grandes inversiones,
a pesar de las exiguas reservas probadas bolivianas y la vigencia normativa del DL 10170.
Mayormente, los progresos significativos de la minería fósil en Bolivia, fueron frutos de las
inversiones extranjeras relevantes. YPFB se constituyó en una empresa minera real, mediante
los capitales que heredó de la SOCB, tras su expulsión en 1937. YPFB trazó sus planes de 1943
y 1944 para desarrollar Camiri, utilizando los estudios de la SOCB. Estos estudios llegaron al
país en 1942, indemnizando a la Standard Oil con un 10% de las inversiones que realizó su
extinta filial. La nacionalización “relámpago” a la BOGOC en 1969, dotó a YPFB con la mayor
capitalización de su historia.
Mientras la capitalización de YPFB en 1996, interesó poco a las grandes transnacionales
y sus impactos en upstream fueron irrelevantes; los contratos joint venture de la Ley 1689,
precipitaron inversiones copiosas sobre las áreas de prospección, generando un clima de
dinamismo entre las empresas que se tradujo al crecimiento exponencial de las reservas
probadas y a planes inéditos como el Pacific LNG. Aun así, en el contexto de los contratos joint
venture, ninguna compañía realizó exploraciones geológicas equiparables a los conceptuosos
estudios de la SOCB y la BOGOC, ni brindó gas sin costo al país, u otras dádivas, como hizo
la BOGOC.
¿Era preciso “capitalizar” a YPFB, subordinando los “campos viejos” al “régimen de
precios”, para exportar gas al Brasil y materializar el Gas Hab? Al parecer, no. La incidencia
causal de la capitalización sobre las inversiones exploratorias, fue tangencial. El Pacific LGN
surgió de la Ley 1689.

4. Causas, desarrollo y gestión minería fósil fiscal


Los estragos que sufrió Bolivia en la guerra desnudaron la incompetencia y contradicciones
del régimen instaurado. La indolencia de la Standard Oil por los requerimientos petrolíferos
internos, antes y durante la tragedia bélica, mostró la discordancia entre los intereses del
capital transnacional y los del país. Estas cuestiones, propiciaron el nacionalismo que surgió
de la guerra, reivindicando un Estado con independencia económica y justicia social. El primer
gobierno nacionalista fundó a YPFB en 1937, proyectando el autoabastecimiento energético
como un medio vital para liberar económicamente a Bolivia. No obstante, a diferencia del
“protonacionalismo” republicano, para el nacionalismo del Chaco, la seguridad del Estado,

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Estado y Petróleo en Bolivia

implicaba liberar a las masas de la opresión de la “rosca”, instaurando un Estado social y


corporativo.
Sin la motivación y desprendimiento laboral del personal de YPFB hacia la causa
nacionalista de la compañía, YPFB difícilmente habría superado las numerosas adversidades
y restricciones que caracterizaron sus primeros años, sobre todo las del “sexenio”.
Gualberto Villarroel, recurriendo al crédito de E.E.U.U como principal fuente financiera
en el marco del “Plan Bohan”, gestionó inversiones muy importantes para YPFB. Esos
recursos permitieron estructurar la participación de YPFB en toda la cadena productiva de
los hidrocarburos, materializando su rol como dínamo de la liberación económica boliviana
y sentaron las bases para su desarrollo futuro en upstream y downstream por los siguientes
veinte años. YPFB experimentó un segundo florecimiento con la “Revolución Nacional”: la
denominada “década de oro”. En este periodo, la empresa se consolidó y alcanzó su logro
histórico más importante: cubrir el abastecimiento del mercado interno desde 1954. No
obstante, la sostenibilidad del autoabastecimiento interno, siempre fue precaria.
A través de su historia, YPFB tuvo los siguientes problemas recurrentes: a) Mermas
financieras subsecuentes a las subvenciones de los combustibles en el mercado interno,
fomentando la modernización. b) Retención sistemática de sus excedentes por los gobiernos
de turno. c) Intromisión política sobre las decisiones técnicas y empresariales.
Cabe subrayar la incidencia específica de dichos problemas, a través de los distintos
momentos históricos del país. Los diversos sectores de YPFB involucrados en la lucha política,
valoraron la dirección de José Paz Estenssoro sobre YPFB en los tiempos de la “Revolución
Nacional”, como un ejemplo de integridad institucional. Sin embargo, la excesiva retención
fiscal de sus fondos para financiar el plan “Eder” de estabilización monetaria, restringieron las
exploraciones al mínimo en aquel periodo. Con el golpe de Estado del general Barrientos de
1964, inaugurando veinte años consecutivos de gobiernos militares, comenzó la politización
creciente de los mandos superiores de YPFB.
Durante la dictadura de Banzer, los cuadros técnicos de YPFB alcanzaron la “madurez”
realizando las operaciones de upstream con la eficiencia y eficacia de cualquier petrolera
privada, como lo demostró la extensa campaña de prospección sísmica que realizó sobre
áreas del Madre de Dios y la Llanura Beniana de 1973 a 1976. No obstante, la dictadura
succionó los beneficios extraordinarios que reportaron las reservas nacionalizadas a la
BOGOC y el ascenso meteórico de los precios internacionales para los hidrocarburos en los
años ʻ70. En consecuencia, las exploraciones de YPFB apuntaron al “mínimo riesgo” en las
áreas tradicionales, postergando la prospección más costosa en estructuras no tradicionales,
pero con mayores horizontes productores. Con la salvedad de los sondeos realizados en las
formaciones profundas del Huamampampa entre 1986 y 1990, dicha práctica exploratoria
imperó hasta la disgregación de YPFB en 1996.
En términos de productividad, eficiencia y eficacia empresarial, los breves gobiernos de la
izquierda nacionalista, tuvieron impactos negativos. En los mandatos de los generales Alfredo
Ovando y Juan José Torres, las disputas por la reorganización de YPFB, proliferaron entre

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Juan José Anaya Giorgis

su personal y la productividad de la empresa fue deficiente. Algo similar ocurrió a través


del gobierno democrático de la UPD, que restauró el modelo desarrollista del nacionalismo
endógeno en 1982. El plantel de YPFB repuntó a 9000 operarios, su gasto corriente se triplicó
y la productividad se desmoronó en todas sus áreas operativas.
Ningún cambio jerárquico en YPFB durante la democracia post 1982, impactó mejorando
sus rendimientos y desarrollo. Además, YPFB volvió a sufrir excesivas retenciones fiscales,
financiado los costos sociales del DS 21060 en 1985, y posteriores ajustes neoliberales.

5. Avatares de la Seguridad Energética Interna


Históricamente, las mermas financieras y la intromisión política en la gestión interna de
YPFB, desviaron los recursos que debió utilizar impulsando exploraciones. Como resultado,
YPFB nunca pudo solventar los esfuerzos exploratorios coherentes a la reposición, y hallazgo,
de las reservas que requería para garantizar el suministro interno en el mediano o largo plazo.
Desde 1992, Bolivia comenzó a importar volúmenes crecientes de diésel, lubricantes, otras
naftas y GLP. El déficit interno fue mitigado mediante soluciones baratas e insostenibles a
mediano plazo, quemando y venteando gas para recuperar petróleo.
Identificando las causas centrales del déficit, vimos que: a) El marco normativo-institucional
del DL 10170 y la Ley 1194, fue anodino propiciando inversiones privadas relevantes
sobre la exploración. b) La estrategia exploratoria de YPFB dirigida a roer estructuras casi
agotadas del área tradicional, como resultado de sus restricciones presupuestarias. c) El
sistemático veto político a las exportaciones gasíferas al Brasil, como solución óptima para
la creciente demanda energética interna. Frente a la declinación paulatina de la producción
petrolera, Bolivia ha precisado, cada vez más, extraer los líquidos asociados al gas. d) El alto
endeudamiento externo, la iliquidez financiera e la intromisión política sobre la gestión, de
YPFB, proyectaban una imagen de administración pública ineficiente ante posibles aliados de
la industria petrolera. Para 1992, la relación reserva/producción de Bolivia, cayó a menos de
14 años.
En el marco de sus políticas de apertura al capital extranjero, el “Triángulo Energético”
(implementado de 1993 a 1997), depositó el abastecimiento interno sobre las transnacionales.
Bolivia acopiaría gasolinas naturales, condensados (líquidos separados del flujo gasífero)
y algo de petróleo, del gas recuperado por las transnacionales para exportar. Proveer LNG
a mercados ultramarinos, garantizaría el suministro de combustibles livianos e incluso
excedentes. También se esperaban promisorios hallazgos petrolíferos al amparo de la 1689
en áreas no tradicionales. YPFB únicamente fiscalizaría las operaciones privadas en upstream.
Sintetizando, con la Ley 1689 la seguridad energética interna estaría sujeta a los intereses del
mercado externo.
Por el contrario, el DS 28701 de 2006, apuntó a solucionar el déficit interno, mediante la
reconstitución de YPFB. Sin embargo, ha sido ineficaz propiciando nuevos hallazgos, privadas
o estatales. De 2006 a la fecha, los programas exploratorios de YPFB Corporación, han sido

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Estado y Petróleo en Bolivia

lábiles y no ha tenido cuadros técnicos capaces de restaurar la Gerencia de Exploración disuelta


en 1996. YPFB Corporación ha “proscrito” a los expertos que podrían dirigir estas labores, por
su anuencia o vínculos con la Ley 1689. Mediante los contratos de “exploración por servicios”
que instituyó el DS 28701, las compañías privadas están aplicando la estrategia exploratoria
recurrente antes de la capitalización de YPFB: roer los estratos con arenas saturadas de
hidrocarburos en estructuras conocidas, hasta rescatar el último volumen comercial.

6. Conclusiones Políticas
6.1 Petróleo y Nacionalismo
A partir del posicionamiento de la industria petrolífera en los ámbitos públicos durante
la hegemonía del PL, las políticas fiscales para su aprovechamiento y desarrollo, han sido
cuestiones protagónicas en las coyunturas políticas más álgidas del país.
Mientras los gobiernos del PL promovían explotar los aceites minerales siguiendo su
política de concesiones al sector privado, nacional o extranjero, con gabelas laxas, y sus líderes
acaparaban las concesiones petrolíferas, sus opositores del PR, veían en el petróleo una cuestión
vital para la seguridad del Estado que debía ser nacionalizada y enarbolaron su explotación
estatal como emblema en su lucha por el poder. Aunque, este “protonacionalismo” se ciñó al
petróleo, cuya explotación era insignificante comparada a los minerales metálicos, y nunca
incorporó reformas ciudadanas al régimen dominante, ni se tradujo a hechos materiales
relevantes, sus efectos fueron determinantes constituyendo la pregunta: ¿a quién y cómo
benefician la explotación de los recursos naturales?
El sacrificio del ejército boliviano salvando las áreas petrolíferas en el epílogo de la Guerra
del Chaco, constituyó al petróleo en la “sangre de Bolivia”, y esa “sangre”, era de todos los
bolivianos. YPFB y la SOCB han sido centrales en el discurso nacionalista. La creación de
YPFB, abonó los imaginarios sobre la inminente modernización del país, explotando “el mar
de petróleo” que creían que había en Bolivia. No menos influyentes han sido los imaginarios
que suscitó la SOCB, encarnando la “anti nación”. Atribuir la Guerra del Chaco a la disputa de
la SOCOB y la RDS por el Chaco Boreal, utilizando a las oligarquías nativas como marionetas
para sus maquinaciones inescrupulosas, sigue siendo la visión hegemónica del imaginario
colectivo. Rememorar el proceder “bandidezco” de la SOCB, advirtiendo las calamidades
que acarrean las transnacionales, nunca perdió vigencia entre los intelectuales y ámbitos del
nacionalismo petrolero, sobre todo, en las coyunturas normativas del modelo liberal.
Ante el inopinado suicidio de Germán Busch, y la resistencia disgregada de los actores
nacionalistas que lo acompañaron, la Concordancia desbarató fácilmente su geopolítica
petrolífera ceñida a las legítimas potestades soberanas de la “nación”, el monopolio cambiario
de las divisas del BCB, y la CPE de 1939. La organización del movimiento nacionalista, en
torno a UDP-38, fue otra consecuencia de la SOCB. La UDP-38, articuló a sectores de la clase
media, obrera e intelectuales, intentando impedir la indemnización a la SOCB. No tuvo éxito,
pero se reorganizó fundando al MNR. A diferencia del PIR y el POR, el MNR glorificó al
“tata” Villarroel como el “apóstol” de la “Revolución Nacional”, constituyendo a YPFB en el

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Juan José Anaya Giorgis

legado de su inmolación, la “buena nueva”, para la “redención” colonial. YPFB conquistó el


autoabastecimiento de 1954, por los esfuerzos heroicos que la causa de la empresa motivaba
entre su personal.

6.2 Nacionalistas petroleros, de las calles al gobierno


Desde la perspectiva nacionalista de Nolasco López, Bautista Saavedra promulgó la
Ley Orgánica de Petróleos en junio de 1921. En relación a la ley anterior, la de 1921 era más
ventajosa para el fisco, aunque no esencialmente diferente. Sin embargo y luego de pocas
semanas, Saavedra viabilizó el arribo de la SOCB mediante un contrato con visos ilegales,
aduciendo que Bolivia no podía producir ni un barril de su consumo. Su inesperada decisión,
causó inmediato rechazo entre la disidencia del PR. La oposición a la SOCB, también fue un
instrumento político de la reacción conservadora por las incipientes medidas de inclusión
social que impulsaba Bautista Saavedra.
Para legitimar políticamente al Código del Petróleo de 1955, el MNR interpeló a la justicia
social: “no es justo que las generaciones actuales vivan pobre y trabajosamente, mientras el
país encierra ingentes riquezas inexplotadas” (DL 4210, 26/10/1955). De cualquier forma,
promulgando el Código del Petróleo, el MNR se contradecía a sí mismo. El Código del Petróleo
y la premiación de William K. Whiteford, a la sazón presidente de BOGOC, con el Cóndor de
los Andes, simbolizaron la claudicación de Paz Estenssoro a la “Revolución Nacional” entre
los nacionalistas izquierdistas. Ante la “traición” del MNR, múltiples actores demandaron
abrogar el Código del Petróleo entre sus prioridades políticas: seguidores de Gualberto
Villarroel, disidentes del MNR, el PDC, la FSB, el PCB, los restos del PIR y la COB. Estos actores
articularon la segunda cruzada por la nacionalización de los hidrocarburos. Sus afinidades en
política energética, prevalecieron sobre sus diferencias ideológicas, culturales y económicas.
Ovando nacionalizó a BOGOC por “sorpresa”, buscando apuntalar el dominio estratégico
del gas y el petróleo al servicio del esfuerzo colectivo por la liberación económica, que debían
asumir las “clases sociales” leales al “nacionalismo revolucionario”, en el marco de la Estrategia
Socioeconómica del Desarrollo Nacional 1971-1991. Juan José Torres intentó accionar éste modelo
articulando su gobierno al corporativismo sindical y la Asamblea Popular.
Siendo dictador, Banzer, privilegió al sector privado repartiendo los recursos fiscales y
roles protagónicos en la planeación económica, excepto para la minería fósil. Su Ley General
de Hidrocarburos (DL 10170) subió las regalías al 50%, redujo las concesiones de 40 a 30 años
y restauró la “cláusula Calvo”. También impulsó las exportaciones gasíferas al Brasil como
estrategia geopolítica, pero fracasó intentando aplicarla, frente al veto multisectorial que
articularon los nacionalistas petroleros al calor de las circunstancias, exigiendo no dilapidar
las reservas que Bolivia requería para su propia industrialización. Todos los proyectos
endógenos que pregonaban los nacionalistas petroleros para industrializar a Bolivia con su
propio gas, adolecieron de sustento técnico. Ninguno fue viable.
A menos dos meses de gobierno, la UDP comunicó al país la reanudación de negociaciones
con Brasil por ventas de gas, claudicando a su compromiso programático de luchar contra “la

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Estado y Petróleo en Bolivia

enajenación de las reservas gasíferas necesarias para la industrialización”. Tampoco pudo


concretar este viejo proyecto, en parte, por la oposición de la COB y el MNR, exigiendo no
dilapidar las limitadas reservas de gas para industrializar al país, exportando al Brasil. Durante
su último mandato, Paz Estenssoro proyectó la integración energética con el Brasil mediante
una empresa 100% estatal, pero la banca internacional rechazó los créditos que requería el
proyecto.
Entre las reformas estructurales del “Plan de Todos” (1993-1997), ninguna despertó tanta
resistencia como la del sector energético. La legitimación política del “Triángulo Energético”
fracasó doblegando la hegemonía del estatismo petrolero. El veto social a su aplicación,
fue casi unívoco. Por un lado, “el nacionalismo no aislacionista” (ADN, MIR, PDC, NFR y
FSB). Por el otro, el nacionalismo endógeno y la izquierda (CONDEPA, CODEPANAL, PCB,
COB, los productores de hoja de coca y ONG´s disidentes). Acordando la reversión de la
capitalización y de la Ley 1689, CONDEPA y buena parte de CODEPANAL, se adhirieron al
“nacionalismo no aislacionista” liderado por Banzer. El reducto nacionalista que representaba
Banzer, cayó cuando privatizó las refinerías y unidades “residuales” de YPFB, provocando la
ruptura del nacionalismo endógeno.
El Pacific LNG surgió en aquel contexto caldeado, exacerbando no sólo la oposición
al modelo energético, cuyos puntos más cuestionados, fueron: regalías y precios ínfimos,
potestad jurídica de instancias extranjeras sobre los diferendos entre las compañías y el
Estado, la “inconstitucionalidad” de los joint venture, y el control de las empresas sobre la
gestión comercial. Los afanes del Pacific LNG por exportar 45 MMMCGD a través de un
puerto chileno involucraron a la reivindicación marítima como una causa transversal a la
ley 1689, suscitando adhesión entre los sectores “sistémicos” y “asistémicos”. Casi al mismo
tiempo, Goni volvió a postular su candidatura presidencial para los comicios del 2001.
Ambas circunstancias –Pacific LNG y candidatura de Goni-, infundieron tenacidad a
CODEPANAL y actores afines, “esclareciendo” y articulando la lucha por nacionalizar los
hidrocarburos alrededor del país, mayormente financiada con sus escasos recursos propios.
Goni asumió su segundo mandato deslegitimado, y bajo el asedio de los movimientos
“asistémicos” exigiendo una Asamblea Constituyente, no exportar gas por Chile y/o
nacionalizar los hidrocarburos, y suspender la erradicación forzada de la hoja de coca. El
gobierno no accedió a ninguna y la cuestión del gas precipitó su caída.
Aunque la nacionalización subsecuente al DS 28701, “Héroes del Chaco”, se alinea con
el desarrollismo endógeno, y lo proyecta, sus alcances fácticos distan de los proclamados
por el MAS, antes y después de ascender al poder. La migración de los 44 contratos del DS
28701, no se tradujo a grandes variaciones sobre la partición del beneficio entre gobierno y
compañías, en relación a lo ya establecido por la Ley 3058 de 2005. Por otra parte, la “década
de oro de la industrialización”, como el gobierno ha denominado al desarrollo petroquímico
que impulsa, ha logrado emplazar plantas 100% estatales para producir propano, butano,
metano y otras insumos primarios de la industria petroquímica, inaugurando oportunidades
inéditas, siempre y cuando, no falle la producción gasífera que sigue dependiendo de las
transnacionales.

306
Juan José Anaya Giorgis

Sólo los generales Ovando y Torres, procuraron aplicar el nacionalismo endógeno al pie
de la letra. La incoherencia entre la política en las “calles” y la política fiscal, caracterizó la
praxis sobre la cuestión petrolera de las diversas facciones nacionalistas, por supuesto, en
grados variables y por diversas causas: pragmatismo desarrollista, demagogia deliberada o
pasional, inexistencia de otras soluciones, o una combinación de todas.

6.3 Síntesis
El Nacionalismo Petrolero (NP), ha sido un nodo de articulación en la política
boliviana durante los siglos XX y XXI. Según ese movimiento, la explotación estatal de
los hidrocarburos sería el vehículo más eficiente y eficaz para modernizar e industrializar
Bolivia. Sí para el Nacionalismo Revolucionario (NR), en el marco de sus polisémicos clivajes
“nación” y “anti nación” con sus variables sujetos sociales, la realización o liberación de la
“nación”, primordialmente ha implicado liquidar la hegemonía “antinacional” (la “rosca”
o el “comunismo internacional”, según la coyuntura); para el NP, la explotación petrolífera
estatal constituiría el medio imprescindible para ese propósito. Bajo el paraguas del NP, han
confluido diversos sectores de izquierda y derecha, cuyas ideologías han abarcado desde los
marxismos hasta las variantes más conservadoras del catolicismo.
Sobre todo durante la revolución “juliana” de 1921, el Código del Petróleo de 1955, la
integración energética con el Brasil en la década del ´70, y del Triángulo Energético a fines
del siglo XX, el NP unificó a actores con intereses y visiones de ciudadanía muy heterogéneas
contra la participación del capital extranjero en la minería fósil que los gobiernos de aquellas
coyunturas impulsaban. Sin embargo, una vez conquistados los objetivos mínimos de la
causa, como unas regalías mínimas del 50% por ejemplo, los actores articulados en el NP,
tendieron a disgregarse volviendo cada uno a su redil.
Normalmente, los nacionalistas petroleros de izquierda y derecha diferenciaron la razón
“nacional” o “antinacional” de los gobiernos en base al índice de regalías petroleras. La
participación fiscal del 50% implicó un punto de inflexión para inflamar las movilizaciones.
Frente a una regalía inferior al 50%, la calidad del gobierno administrando los ingresos del
modelo liberal, en el marco de cierta concepción ciudadana y políticas de inclusión social, ha
tenido escasa o ninguna importancia para los diversos estatismos petroleros, especialmente
los adscritos al desarrollismo endógeno.
Como vimos, el nacionalismo de izquierda o endógeno enarboló el monopolio estatal
para los hidrocarburos, sustituyendo al capital imperialista, por el esfuerzo mancomunado
de las clases “nacionales”; no obstante, los sujetos sociales del “pueblo”, ya sean clases
“nacionales”, sindicatos o movimientos sociales, no han concurrido a sus roles previstos por
los modelos endógenos. Hechos como el frustrado “gasolinazo” del DS 747 de 2011, indican
que los movimientos sociales, no están asumiendo los grandes sacrificios que implica la
industrialización endógena. Otras políticas como el “control social” y la “consulta previa” de
los pueblos originarios, instituidas por la nueva CPE, tampoco arrojaron resultados. De los
sucesivos vaivenes liberales y estatistas de la política energética, cabría inferir la inviabilidad
del modelo liberal, en el contexto actual.

307
Estado y Petróleo en Bolivia

¿Qué hacer? Efectivizar el control social corporativo previsto en la Constitución Política


del Estado mediante una suerte de Universidad Sindical dirigida por técnicos y cientistas
sociales, con el fin de problematizar las veleidades reales de la liberación nacional, en el
seno de las organizaciones sociales. La clave de la liberación no es un índice de regalías, sino
administrar los excedentes propios con eficiencia y participación ciudadana, una tarea que
presupone alta madurez y organización de las fuerzas políticas, esta y no otra, es la clave de
la liberación nacional.

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328
Juan José Anaya Giorgis

Fuentes Hemerográficas

ABI, Bolivia
Bolpress, Bolivia
Cambio, La Paz, Bolivia
El Correo del Sur, Sucre, Bolivia
El Deber, Santa Cruz, Bolivia
El Día, Santa Cruz, Bolivia
El Diario, La Paz, Bolivia
El Mundo, Santa Cruz-Bolivia
El Nacional, Tarija, Bolivia
El País, Madrid, España
El País, Tarija, Bolivia
El Territorio, Asunción, Paraguay
El Tiempo, Bogotá, Colombia
Energy Press, Bolivia
Erbol, Bolivia
FIDES, Bolivia
Hoy, La Paz, Bolivia
La Gaceta Oficial de Bolivia
La Patria, Oruro, Bolivia
La Prensa, La Paz-Bolivia
La Razón, La Paz-Bolivia
Los Tiempos, Cochabamba, Bolivia
Opinión, Cochabamba, Bolivia
Página 7, La Paz, Bolivia
Petropres, Bolivia
Presencia, La Paz-Bolivia
Última Hora, La Paz, Bolivia

329
Estado y Petróleo en Bolivia

Actores entrevistados

Akly, Yuseff
Anaya, Susana
Angulo, Gildo
Berrios, Santiago
Cardona, Ricardo
Carvajal, Carlos
Castaño, Arturo
Cosio, Rolando
Daza Rivero, Ernesto
Del Granado, Hugo
Escobar, Filemón
Guachalla, Osvaldo
Miranda Pacheco, Carlos
Orgaz, Mirko
Prado, Bernardo
Rocabado, René
Rolón Ríos, Erick.
Rodrigo, Luís Alberto
Vidaurre, Ramiro
Zapata, Justo
Zaratti, Francesco

330
ANEXO I

GEOLÓGICOS

331
332
Resumen de las Misiones Geológicas pioneras y extrajeras

Misiones geológicas extranjeras durante la Ley Orgánica del Petróleo de 1921 y el Código del Petróleo de 1955

Año de los
Geólogo a
informes
cargo de la Instituciones patrocinadoras Regiones exploradas
presentados al
misión
patrocinador

Bard, R. J. 1928 Standard Oil Co. Vallegrande y Centinela

Berry, E. W 1922-1933 BOGOC, Pan American Geol Altiplano, Bolivia-Perú

Birkett, D. S. 1922-1926 Standard Oil Co. Guariri y Saipuru, Los Huesos e Ichilo

Bowen, C. F. 1922 Standard Oil Co. sudeste Bolivia

Burchard, E. F. 1923 Standard Oil Co. Santa Cruz

Dresser, M. A. 1926 Standard Oil Co. Saipurú

Serrania Charagua, Izozog, Guarayos, Mandeyapecua y Santa Cruz,


Ericson, E. K 1956-1957-1958 BOGOC
Chiquitos

BOGOC, Soc. Geol. France y


Fisher, St. 1958 Rio Chapare
Geological Society of America

Foran, W. T. 1921- 1926-1928 Standard Oil Co. Camatindi, Machareti y Ñancahuazu-Rio Grande

Frasch, B. H. 1921-1924 Standard Oil Co. Itau, Tarija, Río Ichilo, Cojones y Florida

Gale H. S. 1920 Standard Oil Co. Departamentos del sudeste de Bolivia

333
Juan José Anaya Giorgis
334
Agüaragüe,Agua Salada y Campo Duran, Agua Salada structure, Palmar y
Gallaher, W. H. 1926-1927-1028 Standard Oil Co.
Carapari

San Antonio- Limite con Palo Blanco, Charagua, Guairuy Itacua,


Aguarague, Concession Bonaparte entre el Rio Pilcomayo y Parapetí,
Harrington, 1922, 1923, 1924,
Standard Oil Co. Buenaventura, Lagunillas, Moteagudo, Agua Salada, Palmar, Carapari,
G. L. 1926, 1933-1938-
Cambeiti, Mandeyapecua, Cuevo, Machareti, Bermejo, Tatarenda y
Estado y Petróleo en Bolivia

Guitierrez

Santa Cruz, Mandeyapecua, Covendo Rurrenabaque, Aguarague,


Hatfield, L. E. 1957-1961 BOGOC
Lagunillas y Cosincho entre el Río Manique y el Río Quiquibey

Hayes, A. G. 1925 Standard Oil Co. Lagunillas

Subandino entre Río Parapetí and Río Grande, Mandeyapecua, Santiago -


Hess, W. A. 1958-1959-1960 BOGOC
Santo Corazón area y Chiquitos

Leith Jr, A. 1958-1960 BOGOC Chaco, Itane, Santa Cruz, Charagua, Izozog y Parapetí

Lloyd, G. V. 1958-1959 BOGOC Santa Cruz, Lagunilla, Río Pilcomayo, Mandeyapecua, Izozog y Charagua

Maddren, A.
1921 Standard Oil Co. Bermejo
G.

Oil Field Eng. (Philadelphia) y


Moore, G. P. 1924-1926 Tatarenda y Gutierrez
Standard Oil Co.

Palmer, K. V.
1928 Standard Oil Co. Taiguati, Sierra de Charagua
W.

BOGOC y American
Perry, L. D 1960 Association of Petroleum Buena Vista - anticlinal
Geologists

Perryman, J. C 1958 BOGOC Boyuibe, Mandeyapecua y San Isidro


Reed 1930 Standard Oil Co. Camatindi

Richards, R.
1926 Standard Oil Co. Tarija
W.

Schmittou,
1928 sierra de Florida, Santa Cruz
M. B.

Samaipata, Bermejo, Cuevo, Macharetí, Colorado Serranía de Izozog,


1920-1923-1924-
Stebinger, E Standard Oil Co. Parapeti, Buena Vista-Santa Cruz, Agua Salada en Palmar, Carapari, Taputá,
1929
Cambeiti y Mandeyapecua.

Vallegrande, Samaipata-Pampa , Rio Beni, Rio La Paz, y subandino


Sullins, J., 1958-1959 BOGOC
Cochabama- Santa Cruz

Mandiuti, Vitiacua, Guayruy, Salinas-Santa Cruz, Conseciones “Progreso


1926-1927-1929-
Sutton, F. A. Standard Oil Co. boliviano” y “Demasias” (Santa Cruz y Chuquisaca), Sud del Rio Pilcomayo
1931-1933
y oeste de San Antonio, San Antonio en Tatito, Rio Pilcomayo y Bermejo

1925-1926-1927-
Thoms, H. W. Standard Oil Co. Camiri, Incahuasi y Sanandita
1928-1929

Truitt, P. B 1956-1961 BOGOC

Watkins, W. A. 1927 Standard Oil Co. Supervisor General

Standard Oil Co., American


Association of Petroleum
Weeks, L. G 1928 Pirapo-Rio Grande
Geologists y Geological Society
of America

1923-1924-1925-
White, K. D. Standard Oil Co. Serranías del Candado-Tarija, Bermejo y Sanandita
1926-1929-1931

335
Juan José Anaya Giorgis
336
Misiones geológicas Pioneras

Año de los
Geólogo a
informes
cargo de la Instituciones patrocinadoras Regiones exploradas
presentados al
misión
patrocinador
Estado y Petróleo en Bolivia

Centro Minero Geológico,


A. B. Bistram 1904 Sudoeste Bolivia
Alemania

A. Stumpf 1917 Cia. Caupolicán y Calacoto Calacoto

Aldag, A. 1913 Universität Bonn Bolivia

Anderson, R. 1926 Assoc. Petr. Geol. (USA) Bolivia -Argentina

1926-1927-1929- Dirección General de Minas y


Barth. E. Yacuiba, Alto Beni, Cochabamba, Ingavi y Pacajes
1972-1973 Petróleos de Bolivia

Academia Nacional de
Brakebusch 1883 Sudandino Sur de Bolivia y Jujuy, Argentina
Ciencias de Cordova

Sociedad Geográfica de La
Diaz Romero 1901-1912-1918 Paz y Dirección Nacional de Sapahaqui
Estudios Geográficos, La Paz.

1894-1903-1906-
Evans, J. W. Geol. Soc. London Matto Grosso y Caupolican
1940

Dirección Nacional de
Felsch, J. 1917-1920 Estudios Geográficos, La Paz y Calacoto y Pacajes
Cia. Caupolicán y Calacoto

Centro Minero Geológico,


Hoeck 1905-1906 Andes
Alemania
Hoffman E. 1926 Aguila Doble Cochabamba

1923-1925.1927-
Jansson E. Aguila Doble Enadere, Rio Chapare y Concesion Blanca Vida
1929

Dirección Nacional de Estudios


Kozlowski, R 1913-1914 Geográficos y Sociedad Machareti,Camatindi, Incahuasi, Pacajes, Oruro, Potosí y Chuquisaca
Geográfica de La Paz

Loongobardi 1913-1920 Ref. Museo de La Plata General Bolivia - Argentina

Mather, F. K 1922 Geological Society of America Concesion petrolífera “Pensilvania” y Zona de Yuracares

Schiller, W 1913-1914 Museo de La Plata Sur Bolivia

Schlaginweit, Huachi, Rurrenabaque, Chapare, Cajani, Coroico, Pacajes, Taputá, y


1939-1941 YPFB y Museo de La Plata
O Bermejo-Aguas Blancas

Serghiesco, Dirección General de Minas y valle de Cochabamba, serranías de Charagua, Mandeyapecua y San
1930
T. T Petróleos Antonio

1904-1906-1910-
Centro Minero Geológico,
Steimann 1912-1922-1923- Sud oeste Bolivia
Alemania
1928

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Fiscales, Vol. XXII, N° 1-2. Bolivia: YPFB.
SUAREZ SORUCO, RAMIRO. (2000). Compendio de Geología de Bolivia. Cochabamba: SERGEOMIN e YPFB.
SUAREZ SORUCO, RAMIRO. (2000). Compendio de la Geología de Bolivia. REVISTA TECNICA DE YACIMIENTOS PETROLIFEROS FISCALES
BOLIVIANOS, Volumen 18, N° 1-2. Bolivia: YPFB.

337
Juan José Anaya Giorgis
Estado y Petróleo en Bolivia

CONCESIONES DE LA SOCB POR ÁREA GEOGRÁFICA

338
Juan José Anaya Giorgis

ESTUDIOS GEOLÓGICOS

339
Estado y Petróleo en Bolivia

ESTUDIOS GEOLÓGICOS

340
Juan José Anaya Giorgis

ESTUDIOS GEOLÓGICOS

341
342
Resumen de exploraciones petrolíferas por provincia geológica

ÁREA DE PROVINCIA TIPO DE ESTUDIOS


DEPARTAMENTO EXTENSIÓN UBICACIÓN RESULTADOS
EXPLORACIÓN GEOLÓGICA ACCESO REALIZADOS
Estado y Petróleo en Bolivia

4 estructuras
perforadas
-Prospección
(5 pozos) con
Cercana a la aeromagnética,
Pando Aéreo indicios de
cuenca Madre -Geoquímica
hidrocarburos
Madre de Dios La Paz Madre de Dios 61.000 Km2. de Dios y limita Fluvial
-Sísmica (red de líneas en los sistemas
con Alto de
Beni   sísmicas cubre 50%) Devónico y
Madidi.
Carbonífero
 
(pozo Pando –
X-1)
Al sudeste del
Prospección 20 estructuras
Tarija país, cercana Aéreo
aeromagnética y red perforadas
a la zona
Chaco Santa Cruz Chaco 119.000 Km2. Ferrocarril de líneas sísmica que
pantanosa de 4 con
cubre casi toda el área.
Chuquisaca los bañados de Terrestre hidrocarburos. 
Información gravimétrica
Izozog.
-Información geológica de
Tarija Aéreo superficie y de subsuelo.
Al sur de la Campos
Chuquisaca provincia Ferrocarril -Trabajos de prospección descubiertos:
Área subandino subandina y geológica de superficie y Bermejo,
  Subandino 75.000 Km2. Terrestre exploratoria.
Sur al límite con Sanandita,
  el área Pie de   -Trabajos sísmicos de Camiri,
Monte. serranía. Camatindi
   
-Estudios geoquímicos 
- Trabajos sísmicos de
Limita serranía por compañías
La Paz Terrestre privadas. 5 estructuras
Área subandino con el área
Subandino 44.000 Km2. perforadas sin
Norte Cochabamba exploratoria Aéreo -Trabajos de prospección resultados
Beni geológica por YPFB y
privadas
Faja oriental
del sector sur
Tarija de la provincia -Prospección geológica Área con
subandino mayor número
Área Pie de Monte Chuquisaca Subandino 33.000 Km2. --- -Geofísica
extendiéndose de campos
Cochabamba al noreste hasta -Geoquímica descubiertos
las cercanías de
Villa Tunari
-Estudios de geología.

Entre la -Geofísica.
Cordillera - Geoquímica - Existen 8
Altiplano Potosí y Oruro Altiplano 95.000 Km2. Oriental y la Terrestre Perforación exploratoria perforaciones.
Cordillera
Occidental. - Fotografías aéreas
convencionales e
imágenes satelitales.
En el extremo
oriental del
país.
Cratón de
Pantanal Santa Cruz --- Parte de la ---- ---- ----
Guaporé
cuenca vecina
del Pantanal
brasileña.

343
Juan José Anaya Giorgis
344
ANEXO II

Marcos Normativos

345
346
Legislaciones Hidrocarburíferas Comparadas: variables relevantes no impositivas

Variable Código del Petróleo Ley 10170 Ley 1194 Ley 1689 Ley 3058 Información Adicional

Este código no contempla


una buena reglamentación
referida a contratos (Art.
4, 5) solo un régimen de
concesiones mismas que
son:
a) La exploración y
subsiguiente explotación
de las superficies o áreas
concedidas. Los contratos son
b) La explotación directa Operación, documentos legales
Operación, Operación,
de superficies o áreas Asociación, establecidos entre
Operación, Sociedad Asociación, Asociación, Riesgo
Tipos de contratos concedidas. Sociedad Mixta, personas naturales
Mixta, Servicios Riesgo Compartido,
contemplados. c) La refinación Servicios y/o jurídicas con el
Petroleros (Art. 12 y 15) Compartido. Producción
o manufactura o Petroleros (Art. representante del Estado
(Art. 17,74) Compartida. (Art. 65)
transformación de 11,13,18) para la realización de
hidrocarburos y la actividades petroleras.
obtención de los productos
derivados del petróleo y
demás hidrocarburos.
d) El transporte, por
oleoducto u otras
vías especiales, de las
substancias extraídas,
refinadas o derivadas.
(art.3,4, 31)

347
Juan José Anaya Giorgis
348
Para exploración y
subsiguiente explotación:
Zona I, 150.000 hectáreas. 40 parcelas
El área será definida por 400 parcelas
Zona II, 400.000 hectáreas. en zonas
YPFB en el contrato sin en zonas 40 parcelas en zonas
Zona III, 750.000 tradicionales,
solución a continuidad, tradicionales, tradicionales, 400 en
Para contratos hectáreas. (Art. 34) 400 en
divido en lotes no 600 en zonas zonas no tradicionales
Para explotación directa zonas no
mayores de 20.000 no tradicionales (Art. 34)
Zona I, 75.000 hectáreas. tradicionales
hectáreas. (Art.24) (Art. 30)
Zona II, 200,000 hectáreas. (Art. 21)
Estado y Petróleo en Bolivia

Zona III, 375.000 hectáreas.


(Art 35)
Concluido el
período exploratorio
el contratista,
seleccionará el área
Yacimientos tiene zonas destinada al proceso de El área de concesión
A favor de reservadas para la explotación, quedando es el área de intereés
YPFB exploración y explotación el saldo a disposición de petrolero, divido
de zonas (Art. 20. 159) Yacimientos Petrolíferos en parcelas de 2500
Asignación de Fiscales Bolivianos que héctareas y la
Áreas de ningún modo podrá asignación de áreas es
Debe ser
exceder del 50% del área la superficie máxima
determinado
de exploración (Art. 25) señalada para la
por la
El régimen de concesiones celebración de los
Secretaria de
en el Código Petrolero o No determina Se encuentran contratos.
Energía hasta
“Davenport” es totalmente áreas a favor de reservadas
que estas áreas
distinto a las leyes 1194, YPFB (Art. 34)
no se sujeten
1689,3058, puesto que
a futuros
en estas tres, el territorio
contratos (Art.
nacional es divido en
Queda abolido el 71)
parcelas mientras que el
Información régimen de concesiones
Código de Petróleo lo hace
adicional en materia de
de manera cartográfica en
hidrocarburos (Art. 5)
tres zonas distintas (Art.
20). Además Para los fines
de cada licitación el Poder
Ejecutivo hará conocer
mediante resolución
Suprema los límites de las
áreas ofrecidas (Art. 58)
Durante el lapso de
exploración serán: a) Zona
I, 0.5 ctv. de dólar. Zona II, Del año 1 al 3
0.3 ctv. de dólar. Zona III, Bs. 2.50
0.2 ctv. de dólar. Del año
Fase 1: 4.93,
b) Durante cualquier 4 al año
bs. Fase
prórroga: 0.5 ctv. de dólar 5 Bs5.00
2: 9,86, bs.
en la Zona II. 0.3 ctv. Del año 6 al 7
Fase 3: 19, 71
de dólar por la primera Bs. 10
bs. Fase
prórroga y 0.4 ctv de dólar Del año 8
4: 39, 42 bs.
por la segunda en la Zona adelante
Por hectárea (Art. 50)
III. Bs20.00
c) Anual de 0.75 centavos Por hectárea.
de dólar por cada (ha) que (Art. 47)
retenga en el período de
exploración (Art. 101)
Por Ha. de las superficies
concedidas para explotar: Patente es el pagó anual
a) Inicial de explotación: realizado por el titular
Costo de las Patentes por las No establece ningún No establece
Zona I, 0.40 ctv. de dólar. de cualquier contrato
áreas asignadas 1 costo de patentes costo de patentes
Zona II, 0.30 ctv. de dólar. por las áreas sujetas al
Zona III, 0.20 ctv. de dólar. contrato.
b)Anual por hectárea en
explotación:
Años
Zona I Zona II Zona III
1° al 5° $us Las patentes para zonas no tradicionales
0.15 0.10 0.08 se establecen en el 50 % de los precios
6° al 10° $us para zonas tradicionales
0.45 0.30 0.15
11° al 15 ° $us
1.25 0.80 0.50
16° al 20° $us
1.50 1.00 0.60
21° al 30° $us
1.25 0.80 0.50
31° al 40° $us
1 .0 0.50 0.30
(Art. 102)

349
Juan José Anaya Giorgis
350
Los plazos de exploración
La iniciación de los
serán los siguientes: Zona El periodo de
trabajos exploratorios Periodo de exploración:
I, cuatro años sin prórroga. El perido de exploración es de
deberá cumplirse El periodo de Es el plazo convenido
Periodo o plazos de Zona II, cuatro años y una exploración es 7 años en zonas
antes de los 6 meses, exploración es de en el contrato para
Exploración sola prórroga de los años. de 7 años.(Art. tradicionales y 10 en
computables a partir de 4 años iniciar las actividades
Zona III, seis años y dos 25) zonas no tradicionales
la fecha de vigencia del de exploración.
prórrogas de a dos años (Art. 36)
contrato. (Art. 29)
cada una. (Art. 68)
Estado y Petróleo en Bolivia

Z. Trad.
Fase1: 1 a 3 años;
Fase 1: 1
Fase 2: 4 a 5 años; Fases del periodo de
Debe estar a 3 años;
Fase 3; 6 y 7 años. exploración: Es la
Fases del periodo de establecido en el Fase 2: 4
No establece No establece Zona no Trad. división de fases para
exploración de las áreas. contrato. (Art. a 5 año;
Fase 1: 1 a 5 años el cumplimiento de los
33) Fase 3 6 a 7
Fase 2: 6 a 8 años plazos de exploración
años (Art. 25)
Fase 3: 9 a 10 años
(Art. 36)
Se da en dos
casos: 1) Cuando
el contratista
no encuentra Si existiese una
volúmenes declaración
rentables comercial en la Si se dan
podrá ampliar exploración se descubrimientos Prolongación de
El período adicional el periodo de podrá retener comerciales durante contratos, es el proceso
Viene vinculado con máximo es de 3 años, exploración por 7 años cualquiera de las por el cuál el Estado
Retención de áreas de los plazos de prórroga lapso dentro del cual hasta 3 años. más el área de fases del periodo permite a los titulares
concesión y/o extensión del establecidos en los plazos estará obligado a cumplir 2) Cuando exploración, inicial de Exploración de cualquier tipo de
contrato de exploración (Art. 68. un programa exploratorio encuentra llamándose el Periodo Adicional contrato retener zonas
72) adicional que se volúmenes de gas área remanente, de Exploración tendrá de exploración por
incorporará al contrato. que no pueden pudiendo una duración de hasta un tiempo más de lo
ser explotados modificar la siete (7) años. (Art acordado.
por razones de duración del 37)
mercado puede contrato. (Art.
extender la 30 )
exploración 2
años más. (Art.
36 y37)
Es el tiempo de
duración de los
40 años
Duración de Contratos 40 años (Art. 67) 30 años (Art. 27) 30 años (Art. 32) 40 años (Art. 65) contratos, para su
(Art.23)
posterior renovación o
fin definitivo.

Los trabajos de exploración El mínimo de El número mínimo de


deberán efectuarse por un Unidades de Unidades de trabajo
valor anual mínimo, en Trabajo para será determinada
dólares americanos, por cada fase será mediante Decreto
hectárea, de: $es. 0.80 determinado Reglamentario (Art.
en la Zona I. $es. 0.50 por Decreto 67)
Dentro de los primeros Los compromisos de
en la Zona II. $es. 0.20 Supremo
4 años de vigencia del inversión son los entre
) en la Zona III (Art. 72) reglamentario.
contrato, el contratista las empresas y el Estado
Otra obligación que debe (Art. 25)
estará obligado a para la realización de la
cumplir el concesionario Durante este
cumplir un programa actividades petroleras
esta referido 1) en los período adicional
ininterrumpido de dentro las concesiones,
primeros 7 años debe de Exploración
exploración, que puede estar establecido
perforar 1 o más pozos el contratista
comprenderá un mínimo en términos económicos
por cada 100.000 (Ha) de estará obligado Solo en las leyes 1689 y 3058 se
Compromisos de Inversión de trabajos é inversiones, como en unidades
una profundidad de 5000 a realizar un establece unidades de trabajo dentro
dentro del área materia de trabajo, si es el
metros, 2) Durante los 8 programa los compromisos de inversión que son
del contrato, que será caso hablamos de
años posteriores se deberá mínimo de las obligaciones de trabajo expresadas
convenido en el mismo, obligaciones
perforar 1 o más pozos de inversión.(Art. en números, para las actividades
tomando en cuenta las
una profundidad de 10.000 37) exploratorias (geofísica, magnetometría,
condiciones naturales de trabajo, expresadas
m. por cada 20.000 (ha) o gravimetría, perforación de pozos
del lugar, su ubicación en
fracción. Esta disposición exploratorios y otras actividades
y la extensión del área.
se refiere a perforación de exploratorias), que deberán ser números.
(Art. 28)
pozos de exploración y ejecutadas por el Titular en las
explotación, que no sean diferentes fases de Exploración.
de diámetro pequeño, ni
los destinados a obtener
informaciones de carácter
geológico. (Art. 86)

351
Juan José Anaya Giorgis
352
En caso de no ser resueltas
amigablemente entre
el Poder Ejecutivo y el
concesionario, se someterán
al juicio de peritos
Sera el Todos los
nombrados por las partes;
Ministerio de contratos se
si aquellos no llegaran a Se solucionaran de Es el paso o mecanismo
Sera el Ministerio de Hidrocarburos rigen a la ley
un acuerdo, designarán un acuerdo a los Art. 24º, legal que regulas
Hidrocarburos y Minas y Minas como boliviana y las
Estado y Petróleo en Bolivia

perito dirimidor, cuyo fallo 135º, 228º y otros desavenencias entre


como fiscalizador del fiscalizador del controversias
Solución de controversias será inapelable. A falta de de la Constitución el Estado y las
sector quien regule apele sector quien se solucionarán
avenimiento de los peritos Política del Estado empresas petroleras
y revise las controversias regule apele necesariamente
en cuanto a la designación y las Leyes de la , contempladas en las
que surjan (Art. 67) y revise las en arbitraje
del dirimidor, éste será República (art. 69) leyes.
controversias que conforme a ley
nombrado por el Presidente
surjan (Art. 78) (Art. 15 y16)
de la Rama del Petróleo
del Instituto Americano
de Ingenieros de Minas y
Metalurgistas (AIME). (Art.
19)
En el servicio superior
de sus dependencias el
concesionario estará En la contratación
obligado a emplear no podrán exceder
personal boliviano en una (15%) de funcionarios
proporción del treinta por extranjeros, y
Emplear y
ciento, cuando menos, y del comprenderán las
entrenar personal Son las disposiciones
ochenta y cinco por ciento, Establece el contrato de áreas administrativas,
boliviano de legales concernientes
Personal Boliviano tratándose del resto de acuerdo a la ley General No establece técnicas y operativas,
acuerdo a la con la contratación de
empleados y obreros. Toda del Trabajo (Art. 15) por lo que deberán
ley general del personal boliviano.
vez que no fuera posible contratar personal de
trabajo (Art. 22)
llenar estas proporciones, origen nacional, el
por la carencia de que estará amparado
trabajadores bolivianos, por la Ley General
recabará una constancia del Trabajo. (Art. 15)
de la Dirección General de
Petróleo (Art. 142)

Fuente; Elaboración propia en base al Código del Petrolero de 1955, el DL 10170, y las leyes 1194, 1689 y 3058.
Elaboración: César Camacho.
Legislaciones hidrocarburíferas comparadas: variables impositivas

Ley Código del Petróleo Ley 10170 Ley 1194 Ley 1689 Ley 3058

Alícuota o Alícuota o Alícuota o


Alícuota o forma Alícuota o forma de
Variable Existencia Forma de Existencia Existencia forma de Existencia forma de Existencia
de pago pago
Pago pago pago

Por estar sujetos


los contratistas
al régimen de
impuestos del
Art. 57, quedan
exentos de pagar
si
este impuesto (Art.
Está gravado en
58) Salvo los que
30% de las algunas acciones
celebren contratos 40 % de la
IUE (Impuesto Utilidades salvo en la
si de servicios que si si Utilidad X X Si
a las Utilidades) líquidas (Art. importación de
deben pagar. (Art. Neta
106) maquinaria e
60)
industrialización
Esta norma es aplicable a todas
las operaciones petroleras, salvo
en casos de industrialización
donde los contratistas deben
ajustarse a la ley de inversiones
(Art. 60)

IT (Impuesto Por cada


a las X X X X si transacción X X X X
transacciones) comercial

353
Juan José Anaya Giorgis
354
Es el 32 % de la
producción en boca
de pozo (es la medida
IDH (Impuesto
de los hidrocarburos
Directo a los X X X X No No No NO Si
extraidos una
Hidrocarburos)
vez pasado por
un proceso de
adecuación)
Estado y Petróleo en Bolivia

Fijado en
IVA(Impuesto al
X X X X Si los precios Si   Si  
Valor Agregado)
del contrato

Tanto para
YPFB como
Ley 843 (Texto para las
X X X X Si Obligatorio si Si Obligatorio
Ordenado) Sociedades
de Riesgo
Compartido

25 % del
total anual
SURTAX X X X X No No SI No No
de la utilidad
neta.

Aplicable a la
transferencia
de
concesiones
de
OTROS Si exploración                
de
explotación
del 5%.
Pactado entre
las partes.

Fuentes: Código del Petróleo de 1955, DL 10170, y las leyes 1194, 1689 y 3058.
Elaboración: César Camacho.
Legislaciones hidrocarburíferas comparadas: regalías

Regalías a Pagar contempladas por

Ley Total Razón a Pagar


General de Subtotal general de regalías Repartición de regalías
regalías
Por el petróleo crudo, gas natural, asfalto natural y
11% 11% demás substancias extraídas y aprovechadas por el
concesionario (Art. 104)
La regalía sobre el gas natural extraído, se limitará
al gas natural enajenado por el concesionario,
Código del Petróleo 11% Cuando convenga a los intereses nacionales, el Poder Ejecutivo
tratado en plantas de extracción de gasolina natural
tendrá la facultad de rebajar la regalía hasta el 7 1/2 %, por un
u otros tratamientos, en estos casos, la regalía
tiempo no mayor de 15 años, desde la iniciación del período de
se fijará por convenio especial entre el Poder
explotación solo en las Zonas II y III. (Art. 120)
Ejecutivo y el concesionario por un tiempo no
mayor a 15 años. ( Art. 109)

19% 19% Un impuesto nacional


Ley 10170 (Art. 57) 30%
Regalía departamental a favor de los departamentos
11% 11%
productores

355
Juan José Anaya Giorgis
356
Regalía Nacional Compensatoria a favor de Beni
1% 1%
2/3 y Pando 1/3

Ley 1194 (Art. 73) 31% 19% 19% Impuesto Nacional


Estado y Petróleo en Bolivia

19% Destinado al TGN


32% (Art. 72)
13% Impuesto Complementario (art. 51)
Hidrocarburos
Existentes Regalía departamental a favor de los departamentos
11%
productores

Ley Regalía Nacional Compensatoria a favor de Beni


50% 18% (Art. 50) 1%
1689 1/3 y Pando 2/3

Hidrocarburos
6% Impuesto Nacional
Nuevos

Regalía Nacional Compensatoria a favor de Beni


1%
2/3 y Pando 1/3

Regalía departamental a favor de los departamentos


18% (Art.52) 11%
productores

Ley 3058 50% 6% Destinado al TGN

IDH que según estipula la ley debe considerarse


32% (Art. 53) 32%
como una regalía

Fuentes: Código del Petróleo de 1955, DL 10170, y las leyes 1194, 1689 y 3058.
Elaboración: César Camacho.
ANEXO III

POLÍTICOS

357
358
Juan José Anaya Giorgis

359
Estado y Petróleo en Bolivia

360
Juan José Anaya Giorgis

361
Estado y Petróleo en Bolivia

362
Organizaciones “naturales” del control social para los hidrocarburos en el año 2010
NOMBRE DEL
AREA NIVEL ORGANIZACIÓN SIGLA FUNDACIÓN CARGO
CONTACTO

Issac Avalos Secretario Ejecutivo

Damián Condori 1º Secretario General

Confederación Sindical Única de CSUTCB


26 de Junio
Trabajadores Campesinos de Bolivia de 1979 Remigio Mendoza 2º Secretario General

NACIONAL
Julio Salazar Secretario de Actas

Mirtha García Comunicadora

Federación Departamental Única de Max Flores Secretario Ejecutivo


Trabajadores Campesinos de La Paz - FDUTCLP - TK
Tupaj Katari Freddy Aguilar Secretario de Relaciones

Juan Salamanca Secretario Ejecutivo


Federación Sindical Única de FSUTCO
Trabajadores Campesinos de Oruro
Magnolia Secretaria

CAMPESINOS (CSUTBC)
Federación Sindical Única de Juan Canasa Secretario Ejecutivo
Trabajadores Campesinos Originarios FSUTCOQP
Quechuas de Potosí Ana Flores Asesora

Federación Sindical Única de Cupertino Mamani Secretario Ejecutivo


FSUTCC
8 de mayo
Trabajadores Campesinos de 1980

DEPARTAMENTALES DE LA CSUTCB
Cochabamba Carmen Siles Secretaria

Federación Única de Trabajadores y FUTPOCH Juan Picha Secretario Ejecutivo


Pueblos Originarios de Chuquisaca

363
Juan José Anaya Giorgis
364
Federación Sindical Única de FSUCCT
30 de enero Luís Alfaro Secretario Ejecutivo
Comunidades Campesinas de Tarija 1983
Federación Sindical Única de FSUTCSC Salustio Flores Secretario Ejecutivo
Trabajadores Campesinos de Santa Cruz

Felipe Ulloa Secretario Ejecutivo


Estado y Petróleo en Bolivia

Federación Sindical Única de FSUTCB


Trabajadores Campesinos de Beni
José Luis Samo Contacto

Federación Sindical Única de FSUTCP


Trabajadores Campesinos de Pando Manuel Lima Secretario Ejecutivo

Federación Sindical Provincial - FSUTC - PO Ruperto Quispe Secretario Ejecutivo


Omasuyos

Federación Sindical Provincial - Aroma FSUTC - PA Pablo Hilario Secretario Ejecutivo

Federación Sindical Provincial - Los FSUTC - PLA Pedro Quispe Secretario Ejecutivo
Andes

Federación Sindical Provincial - Ingavi FSUTC - PI Mariano Mamani Secretario Ejecutivo

Federación Sindical Provincial - Pacajes FSUTC - PP Juan Villca Secretario Ejecutivo

Federación Sindical Provincial - FSUTC - PC Vicente Lipa Secretario Ejecutivo


Camacho
Federación Sindical Provincial - FSUTC - PM Sixto Condori (cambio) Secretario Ejecutivo
Murillo

PROVINCIAL DE LA PAZ
Federación Sindical Provincial - Loayza FSUTC - PL Gerardo Mamani Secretario Ejecutivo

Federación Sindical Provincial - FSUTC - PI Juan Francisco Marca Secretario Ejecutivo


Inquisivi
Federación Sindical Provincial - FSUTC - PL Ignacio Suca Secretario Ejecutivo
Larecaja
Federación Sindical Provincial - FSUTC - PM Eugenio Tipula Secretario Ejecutivo
Muñecas
Federación Sindical Provincial - FSUTC - PBS Rómulo Suxo Secretario Ejecutivo
Bautista Saavedra
Federación Sindical Provincial - Abel FSUTC - PAI Clemente Cusi Secretario Ejecutivo
Iturralde
Federación Sindical Provincial - Franz FSUTC - PFT Luciano Céspedes Secretario Ejecutivo
Tamayo
Federación Sindical Provincial - Manco FSUTC - PMK David Marconi Secretario Ejecutivo
Kapac
Federación Sindical Provincial - Nor FSUTC - PNY Wilfredo Fernández Secretario Ejecutivo
Yungas
Federación Sindical Provincial - Sud FSUTC - PSY Quintín Quispe Secretario Ejecutivo
Yungas (Chulumani)
Federación Sindical Provincial - Sud FSUTC - PSY René Llojlla Secretario Ejecutivo
Yungas (Chamaca)
Federación Sindical Provincial - Sud FSUTC - PSY Hugo Ricardo Ortiz Secretario Ejecutivo
Yungas (La Asunta)
Federación Sindical Provincial - Sud FSUTC - PSY Laureano Pari Secretario Ejecutivo
Yungas (Irupana)
Federación Sindical Provincial - José FSUTC - PJMP Jorge Quispe Secretario Ejecutivo
Manuel Pando
Federación Sindical Provincial - FSUTC - PC Secretario Ejecutivo
Caranavi
Federación Sindical Provincial - FSUTC - PGV
Joaquín Herrera Secretario Ejecutivo
Gualberto Villaroel Joaquim
Federación de Adultos Mayores de la 20 Valeriano Mendoza Secretario Ejecutivo
Provincias de La Paz
Federación Regional Única de
Campesinos del Área Urbana y Sub FERUCARUSU Zacarías Maquera Secretario Ejecutivo
Urbana

365
Juan José Anaya Giorgis
366
Federación Sindical Provincial - FSUTCO - PC Bonifacio Correa Secretario Ejecutivo
Cercado
Federación Sindical Provincial - FSUTCO - PC D6 Darío Choque Secretario Ejecutivo
Cercado - Distrito 6

Federación Sindical Provincial - Sajama FSUTCO - PS Nemecio Choque Secretario Ejecutivo


Estado y Petróleo en Bolivia

Federación Sindical Provincial - Litoral FSUTCO - PL Florencio Canaviri Secretario Ejecutivo

Federación Sindical Provincial - Poopo FSUTCO - PP Ruddy Bustillos Secretario Ejecutivo

Federación Sindical Provincial - FSUTCO - PA Teodoro Magnu Secretario Ejecutivo


Atahuallpa REGIONAL SABAYA

PROVIANCIAL DE ORURO
Federación Sindical Provincial - Saucari FSUTCO - PS Pedro Chaullwa Secretario Ejecutivo

Federación Sindical Provincial - Sud FSUTCO - PSC


Carangas Onofre Choque Secretario Ejecutivo

Federación Sindical Provincial - Tomas FSUTCO - PTF Placido Mamani Secretario Ejecutivo
Frias
Federación Sindical Provincial - FSUTCO - PCS Honorato Condori Secretario Ejecutivo
Cornelio Saavedra
Federación Sindical Provincial - Linares FSUTCO - PLN Cirilo Toro Secretario Ejecutivo
Norte
Federación Sindical Provincial - Linares FSUTCO - PLS Valerio Condori Secretario Ejecutivo
Sud
Federación Sindical Provincial - Nor FSUTCO - PNC Wilder Zoto Secretario Ejecutivo
Chichas

PROVINCIAL DE POTOSÍ
Federación Sindical Provincial - FSUTCO - PQ Jesús Quispe Secretario Ejecutivo
Quijarro
Federación Sindical Provincial - FSUTCO - PC Julián Quispe Secretario Ejecutivo
Chayanta
Federación Regional Única de Francisco Quisbert Secretario Ejecutivo
Trabajadores Campesinos del Altiplano FRUTCAS
Sud Valentín Quispe Delegado promotor

Federación Sindical Única de


Trabajadores Campesinos Originarios FSUTCOA - NP Juvenal Pacheco Secretario Ejecutivo
Ayllus de Norte Potosí
Federación Sindical Única de FSUTC - SP
Adolfo Ocampo Secretario Ejecutivo
Trabajadores Campesinos Sud Potosí Melgarejo
Federación Sindical Ünica de
Trabajadores Campesinos Regional FSUTCRT Adolfo Campos Secretario Ejecutivo
Tupiza
Central Sindical Unica De Trabajadores CSUTCOA Ricardo Fernández Secretario General
Campesinos Originarios De Ayopaya
Federación Sindical Provincial - FUTPOCH - PO1º Gualberto Yucra Secretario Ejecutivo
Oropeza 1º
Federación Sindical Provincial - FUTPOCH - PO2º Rómulo Chocaya Secretario Ejecutivo
Oropeza 2º
Federación Sindical Provincial - FUTPOCH - PY1º Miguel Nuñez Secretario Ejecutivo
Yamparaez 1º
Federación Sindical Provincial - FUTPOCH - PY2º Ignacio Barrientos Secretario Ejecutivo
Yamparaez 2º
Federación Sindical Provincial - FUTPOCH - PT1º Oscar Gonzalo Ruiz Secretario Ejecutivo
Tomina 1º
Federación Sindical Provincial - Tomina FUTPOCH - PT2º Gregorio Vela Vargas Secretario Ejecutivo

PROVINCIAL DE CHUQUISACA
Federación Sindical Provincial - FUTPOCH - PZ Alejandro Padilla Secretario Ejecutivo
Zudáñez
Federación Sindical Provincial - FUTPOCH - PA Donaciano Torres Secretario Ejecutivo
Azurduy

367
Juan José Anaya Giorgis
368
Federación Sindical Provincial - FUTPOCH - PBB Dionicio Huaylla Secretario Ejecutivo
Belisario Boeto
Federación Sindical Provincial - FUTPOCH - PHS Luis Arancibia Secretario Ejecutivo
Hernando Siles
Federación Sindical Provincial - Luis FUTPOCH - PLC Luis Arancibia Secretario Ejecutivo
Calvo
Federación Sindical Provincial - Nor
Estado y Petróleo en Bolivia

FUTPOCH - PNC
Cinti
Federación Sindical Provincial - Sur FUTPOCH - PSC
Cinti
Federación Sindical Provincial - 1º FSUCCT - P1ºA
-U
Guillermo Michel Secretario Ejecutivo
sección de Aviles - Uriondo
Federación Sindical Provincial - 2º FSUCCT - P2ºA
-Y
Basilio Ramos Secretario Ejecutivo
sección de Aviles - Yunchara
Federación Sindical Provincial - 1º FSUCCT - P1ºM
- SL
Secretario Ejecutivo
sección de Méndez - San Lorenzo
Federación Sindical Provincial - 2º FSUCCT - P2ºM
-I
Raúl Altamirano Secretario Ejecutivo
sección de Méndez - Iscayachi
Federación Sindical Provincial - Sección FSUCCT - PC Martín Guzmán Secretario Ejecutivo
Cercado
Federación Sindical Provincial - Sección FSUCCT - PP - A Naval Valdez Secretario Ejecutivo
Padcaya - Arce
Federación Sindical Provincial - Sección FSUCCT - PO
- ER
Gerardo Aparicio Secretario Ejecutivo
O’connor Entre Rios

PROVINCIAL DE TARIJA
Federación Sindical Provincial - 1º FSUCCT - PGC
-Y
Marcial Rengifo Secretario Ejecutivo
sección de Gran Chaco - Yacuiba
Federación Sindical Provincial - 2º FSUCCT - P2ºGC
-C
José Vásquez Secretario Ejecutivo
sección de Gran Chaco - Carapari
Federación Sindical Provincial - 3º FSUCCT - P3ºGC
- VM
Presentación Romero Secretario Ejecutivo
sección de Gran Chaco - Villa Montes

Federación Especial de Bermejo FSUCCT - FEB Santos Caro Secretario Ejecutivo


Federación Sindical De Trabajadores FSTCNSC Edson Olguín Secretario Ejecutivo
Campesinos De Nor Y Sur Cinti

Erlin Malale Secretario Ejecutivo


Federación Sindical Única de
Trabajadores Campesinos Regional FSUTCRMD
Madre de Dios Abel Janco Contacto

DE PANDO
PROVINCIA
Federación Sindical Provincial - Andrés FSUTCSC - PAI Diomedez López Secretario Ejecutivo
Ibáñez
Federación Sindical Provincial - FSUTCSC - PW Andrés Juchani Secretario Ejecutivo
Warnez

Federación Sindical Provincial - Velasco FSUTCSC - PV Secretario Ejecutivo

Federación Sindical Provincial - Ichilo FSUTCSC - PI Víctor Muños Secretario Ejecutivo

Federación Sindical Provincial - FSUTCSC - PCH Secretario Ejecutivo


Chiquitos

Federación Sindical Provincial - Sara FSUTCSC - PS Manuel Guevara Secretario Ejecutivo

Federación Sindical Provincial - FSUTCSC - PC Roberto Quispe Secretario Ejecutivo


Cordillera
Federación Sindical Provincial - FSUTCSC - PV Secretario Ejecutivo
Vallegrande

Federación Sindical Provincial - Florida FSUTCSC - PF Vicente Osinaga Secretario Ejecutivo

PROVINCIAL DE SANTA CRUZ


Federación Sindical Provincial - Obispo FSUTCSC - POS Aurelio Arnez Secretario Ejecutivo
Santistevan
Federación Sindical Provincial - Ñuflo FSUTCSC -
PÑCH
Secretario Ejecutivo
de Chávez
Federación Sindical Provincial - Ángel FSUTCSC - PAS Secretario Ejecutivo
Sandoval
Federación de Trabajadores Campesinos Roberto Quispe Secretario Ejecutivo
- Cabezas - Santa Cruz

369
Juan José Anaya Giorgis
370
Central Sindical Única de Trabajadores CSUTCSB
Ramiro Enríquez, Strio. Secretario Ejecutivo
Campesinos de San Borja de Actas
José Luis Vallejos Secretario Ejecutivo
Molloja
Federación Sindical Única de
Trabajadores Campesinos de las Cuatro FSUTC - 4PNSC Pablo Tupa Secretario General
Estado y Petróleo en Bolivia

Provincias de Norte de Santa Cruz


Juan Carlos Villca Cruz Comunicador

Central Sindical Única de Trabajadores Imer Roca Maciel Secretario Ejecutivo

REGIONAL SANTA CRUZ


Campesinos Prov. German Busch (El
Carmen) Rincon El Tigre Heber Justianiano Presidente

Leonilda Zurita Vargas Secretaria Ejecutiva

Federación Nacional de Mujeres FNMCB - BS


10 de Enero Nilda Copa Condori Secretaria General
Campesinas de Bolivia - Bartolina Sisa de 1980

NACIONAL
Segundina Flores Secretria de Hacienda

Federación Depatamental de Mujeres FDMCLP - BS Valentina Coria Secretaria Ejecutiva


Campesinas de La Paz
Federación Depatamental de Mujeres FDMCO - BS Teodocia Ruiz Secretaria Ejecutiva
Campesinas de Oruro

MUJERES
Federación Depatamental de Mujeres FDMCP - BS Leonarda Huanca Secretaria Ejecutiva
Campesinas de Potosí
Federación Depatamental de Mujeres FDMCC - BS Julieta Sejas Secretaria Ejecutiva
Campesinas de Cochabamba

DEPARTAMENTAL
Federación Depatamental de Mujeres FDMCCH - BS Flora Aguilar Secretaria Ejecutiva
Campesinas de Chuquisaca
Federación Depatamental de Mujeres FDMCT - BS Julia Ramos Secretaria Ejecutiva
Campesinas de Tarija
Federación Depatamental de Mujeres FDMCSC - BS Alina Canaviri Secretaria Ejecutiva
Campesinas de Santa Cruz
Federación Depatamental de Mujeres FDMCB - BS Dorita Zelada Secretaria Ejecutiva
Campesinas de Beni
Federación Depatamental de Mujeres FDMCP - BS Doris Domínguez Secretaria Ejecutiva
Campesinas de Pando
Organización Matriz de Mujeres “Juana OMM-JAP María Guerra Secretaria Ejecutiva
Azurduy de Padilla” (Contexto)
Organización Matriz de Mujeres “Juana

NACIONAL
Maritza Portillo Hanque Presidenta
Azurduy de Padilla” - Tarija
Federación de Club de Madres de La
Paz
Centro De Promocion Social “Warmis CPS-WY Fidelia Gomez Directora
Yanaparikuna“

Adolfo Chavéz Presidente

Pedro Nuni Caiti VicePresidente


Confederación de Indígenas del CIDOB
3 de Octubre
Oriente de Bolivia de 1982
Lazaro Tacoo Representante

NACIONAL
Claudia Secretaria

Asamblea del Pueblo Guaraní APG Wilson Changarai Presidente

Remberto Justiniano Presidente

INDIGENAS DE ORIENTE
Central de Pueblos Indigenas del Beni CPIB
Secretario de
Aldemir Saldaña M.

REGIONAL
Organización

Central de Mujeres Indígenas del Beni CMIB Melva Hurtado Presidenta

371
Juan José Anaya Giorgis
372
Central de Organizaciones de Pueblos COPNAG Elida Urapuca Presidenta
Nativos Guarayos

Organización de Capitania Weehnayek ORGAWETA Moise Sapiranda Presidente

Central de Pueblos Étnicos Mojeños del CPEM - B


Ernesto Sanches Presidente
Beni Merubia
Estado y Petróleo en Bolivia

Central Indígena de la Región CIRABO Rabí Ortíz Presidente


Amazónica de Bolivia
Coordinadora de Pueblos Étnicos de CPESC Diego Faldin Aponte Presidente
Santa Cruz
Central de Pueblos Indígenas del Norte CPILAP José Ortíz Presidente
Amazónico de La Paz
Central Indígean de Pueblos CIPOAP Nolberto Tuno Presidente
Originacios de la Amazónia de Pando
Coordinadora de los Pueblos Idígenas CPITCO Cástulo Semo Muiba Presidente
del Tropico de Cochabamba

Asociación Forestal Indígena Nacional AFIN Wilson Añez 85

Organizacón Indígena Chiquitana OICH Carlos Cuasace Cacique

Asociación de Productores APAG Juan Gonzales Secretario Ejecutivo


Agropecuarios de Guarayos

Jorge Añez Claros Presidente


Gran Consejo Chimane - Tisamane Prov. GCCH-
Ballivian
David Herrera Pinedo Asesor

Sub-Central del Pueblo Indigena Ervin Guarayuco Presidente


Itonama Prov. Itenez
Asamblea del Pueblo Guarani -
Capitania Zona Takovo Mora Prov. Pascual Nicolás Simona Capitán
Cordillera
Asamblea del Pueblo Guarani Region Florencio Zeballos Presidente
Apg Itika Guasu Tarija

Fidel Surco Secretario Ejecutivo

18 de Martiriano Mamani Secretario General


Confederación Sindical de CSCB Febrero de
Colonizadores de Bolivia 1971 Adriano Lovera Luna Secretario de Hacienda

NACIONAL
Secretario de
Ariel Yañez Mariscal Comercialización

Asociación de Productores de Coca ADEPCOCA Eulogio Conde Secretario Ejecutivo

Federación Departamental de Mario Jalin Secretario Ejecutivo


Colonizadores La Paz

COLONIZADORES
Consejo de Federaciónes Campesinas COFECAY Miguel Callisaya Secretario Ejecutivo
de los Yungas de La Paz

REGIONAL
Federación Sindical de Colonizadores y FSCPAY Secundino Lima Secretario Ejecutivo
Productores Agropecuarios de Yapacani
Federación de Colonizadores 4 Cañadas FC4CSJ Valentin Callisaya Secretario Ejecutivo
y San Julian

Elías Quelca Mamani Jiliri Apu Mallku

Consejo Nacional de Ayllus y Markas CONAMAQ


22 de Marzo Domingo Cuentas Arquiri Apu Mallku
de Qullasuyo de 1997 Huayllani

NACIONAL

AYLLUS
Julio Cepeda Técnico

Consejo de Ayllus Originarios de Potosí CAOP Juan Balvin Quispe

373
Juan José Anaya Giorgis
374
Eloy Gaspar Nina Kuraq Mallku

Federación de Ayllus Originarios FAOI - NP


Indígenas - Norte Potosí Víctor Aro Rasguido

Felix Alvarez Asesor

Sora Aransaya SORAS León Colomi


Estado y Petróleo en Bolivia

Sora Urinsaya SORAS Francisco Machaca

Paqajaqi PAQAJAQI Cruz Chura Quispe

Jacha Carangas JC

Chipaya CHIPAYA Damaso Mamani Lider

SUYUS
Qhara Qhara QHARA QHARA Rufino Mamani

Conamaq La Paz LP Gregorio Choque Jacha Mallku

Concejo Indigena Yuracare San Teofilo Blanco Casique


Salvador Prov. Carrasco

Conamaq Cochabamba CBBA Felix Pillco Mallku

Movimiento Cultural de la Saya Afro MOCUSABOL Marfa Inofuentes Presidenta


Boliviana

Tomas Huanucu Lider


Kallawaya KALLAWAYA
Felipe Nestor Quilla Facilitador

Isidro Leon Ortiz Representante


Organización Ayllus De Comunidades
Indígenas Originarias De Oruro
Victor Cuisara
Union De Consejos Para El Desarrollo UCDAP Floriano Acero Condori Kuraq Kamac.
De Los Ayllus En Paz
Consejo Nacional de Aymaras y CONSAQ
NAL. Willy Cruz Yampara Secretario Ejecutivo
Quechuas del Qullasuyu

Pedro Montes Secretario Ejecutivo


COB
17 de Abril
NAL. Central Obrera Nacional de 1952
Jaime Rocha Rodríguez

Central Obrera Departamental de La COD - LP Juan José Carbajal Secretario Ejecutivo


Paz

Central Obrera Departamental de Oruro COD - O Miguel Zubieta Miranda Secretario Ejecutivo

Central Obrera Departamental de Potosí COD - P Gerardo Coro Secretario Ejecutivo

Central Obrera Departamental de COD - C Víctor Mitma Secretario Ejecutivo


Cochabamba
Central Obrera Departamental de COD - CH Eduardo Iniguez Secretario Ejecutivo
Chuquisaca

OBREROS
COD - T
Jose Antonio Benitez
Central Obrera Departamental de Tarija Buais Secretario Ejecutivo

DEPARTAMENTAL
Central Obrera Departamental de Santa COD - SC Lucio Vedia Secretario Ejecutivo
Cruz

Central Obrera Departamental de Beni COD - B Antonio Hurtado Secretario Ejecutivo

Central Obrera Departamental de COD - P Alberto Moreno Cuellar Secretario Ejecutivo


Pando

Central Obrera Regional - Riberalta COR - R Ramiro Moron Secretario Ejecutivo

COR - EA
15 de Agosto

REGIONAL
Central Obrera Regional - El Alto de 1987 Edgar Patana Secretario Ejecutivo

375
Juan José Anaya Giorgis
376
Federación de Greminales El Alto Braulio Rocha Secretario Ejecutivo

Federación de Trabajadores en Carne de FUTECRA Salvador Quispe Secretario Ejecutivo


El Alto
Federación Sindical Unica de FESUCARUSU Zacarias Maquera Secretario Ejecutivo
Campesinos Agrarios de Radio Urbano
Estado y Petróleo en Bolivia

Concejo Central de Artesanos de El Alto COCEDAL Zenobio Poma Secretario Ejecutivo

Federación de Mercados de El Alto FEDEM Rita Cachicatan Secretaria Ejecutiva

Federación de Padres de Familia de El FEDEPAF Jorge Choquetarqui Secretario Ejecutivo


Alto

Federación de Mujeres de El Alto Benedigta Garcia Secretaria Ejecutiva

Federación de Estudiantes de Remberto Cruz Secretario Ejecutivo


Secundaria de El Alto

Federación de Panificadores de El Alto Constantino Gutierrez Secretario Ejecutivo

Federación de Trabajadores de la Prensa Ricardo Pereira Secretario Ejecutivo


de El Alto

Federación de Gastronomicos de El Alto Miguel Acarapi Balboa Secretario Ejecutivo

Federación de Desocupados de El Alto Jesus Calderon Secretario Ejecutivo

Federación de Lustracalzados de El Alto Rene Condori Secretario Ejecutivo

Federación de Trabajadores Bernardo Suxo Secretario Ejecutivo


Constructores de El Alto
Sindicato de Trabajadores de Educación Esteban Carrión Secretario Ejecutivo
Urbana de El Alto
Sindicato Mixto de Trabajadores EMMU Roberto Gamez Secretario Ejecutivo
Empresa Municipal
Sindicato de Trabajadores de Aseo Wilfredo Duran Secretario Ejecutivo
Urbano de El Alto
Sindicato Unico de Trabajadores de Jorge Coronado Secretario Ejecutivo
COTEL de El Alto
Sindicato de Trabajadores de la Froilan Apaza Secretario Ejecutivo
Universidad Pública de El Alto
Sindicato de Trabajadores de YPFB El Edgar Flores
Alto

Sindicato de Trabjadores SEDCAM Roberto Quispe Secretario Ejecutivo

Sindicato de Trabajadores de SABSA Alfredo Chavez Secretario Ejecutivo

Sindicato de Trabajadores SWISSPORT Cristian Camacho Secretario Ejecutivo

Sindicato de Choferes asalariados de Silvestre Zudaño Secretario Ejecutivo


Transporte Nacional e Internacional
Unión Nacional de Exiliados y Presos -
Regional El Alto

Asociación de Heridos de Octubre Justino Quispe Secretario Ejecutivo

Asociación de Trabajadores Electricos ADTE Carlos Cuba Secretario Ejecutivo

Confederación General de CGTFB


7 de Octubre
NAL. Ángel Asturizaga Secretario Ejecutivo
Trabajadores Fabriles de Bolivia de 1951

DEPTO.
Federación Sindical de Trabajadores FTFLP Calixto Chipana Secretario Ejecutivo
Fabriles de La Paz

FABRILES
REGIONAL
Federación Sindical de Trabajadores FSTF-RB Secretario Ejecutivo
Fabriles Riberalta – Beni

Roberto Chavéz Secretario Ejecutivo


Federación Sindical de Trabajadores FSTMB
11 de Junio
NAL. Mineros de Bolivia de 1944
Cesar Lugo Rodas Secretario General

377
Juan José Anaya Giorgis
378
Federación Sindical de Trabajadores FSTMB - RO Freddy Guzman Representante
Mineros Regional Oruro
Federación Sindical de Trabajadores FSTMB - RP Wilfredo Colque Representante
Mineros Regional Potosí
Federación Sindical de Trabajadores FSTMB - RT Felix Sumawa Representante
Mineros Regional Tupiza
Estado y Petróleo en Bolivia

Federación Sindical de Trabajadores FSTMB - RLL Tito Fuentes Cepita Representante


Mineros Regional Llallagua

DEPARTAMENTAL
Sindicato de Trabajadores Mineros de STMH Miguel Pérez Sandoval Secretario General
Huanuni

Andres Villca Presidente


Federación Nacional de Cooperativas FENCOMIN
Octubre de
NAL.
Mineras 1968
Nestor Villalobos VicePresidente

Federación Departamental de FEDECOMIN Mario Carvajal Lozano Presidente


Cooperativas Mineras de La Paz

MINEROS
Federación Departamental de FEDECOMIN Benedicto Llanos Colque Presidente
Cooperativas Mineras de Potosí
Federación Departamental de FEDECOMIN Issac Meneces Presidente
Cooperativas Mineras de Oruro
Federación de Cooperativas Mineras de FEDECOMIN Javier Velasco Mamani Presidente
Cochabamba
Federación Regional de Cooperativas FERECOMIN Miguel Fernandez Presidente

REGIONAL
Mineras del Norte de Potosí
Federación Regional de Cooperativas FERECOMIN Candido Macha Mollo Presidente
Mineras de Sur Atocha
Federación Regional de Cooperativas FERECOMIN Teodoro Chambi Villca Presidente
Mineras de Sur Uyuni
Federación Regional de Coorperativas FERRECO Wilfredo Calani Choque Presidente
La Paz
Federación de Coorperativas Mineras FECOMAN Carlos Torche Jimenes Presidente
Auriferas del Norte de La Paz

José Luis Delgado Secretario Ejecutivo


Confederación Sindical de CSTSB
NAL. Trabajadores en Salud de Bolivia Maria del Carmen Secretaria General
Alfred
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSLP Por elegir en enero Secretario Ejecutivo
Salud de La Paz
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSSC Yonny Caballero Secretario Ejecutivo
Salud de Santa Cruz
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSCH Por elegir en enero Secretario Ejecutivo
Salud de Chuquisaca
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSC Por elegir en enero Secretario Ejecutivo
Salud de Cochabamba
Federación Sindical de Trabajadores en FSTST Roberto Cuellar Secretario Ejecutivo
Salud de Tarija

SALUD
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSP Roger Tanaka Secretario Ejecutivo
Salud de Pando

DEPARTAMENTAL
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSO Antonio Pérez Secretario Ejecutivo
Salud de Oruro
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSB Madalina Cortez Secretaria Ejecutiva
Salud de Beni
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSPT Edwin Arancibia Secretario Ejecutivo
Salud de Potosí
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSRR Miriam Salazar Secretaria Ejecutiva
Salud Regional Riberalta
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSRM Agapito Céspedes Secretario Ejecutivo
Salud Regional Montero

REGIONAL
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSRG Miguel Jiménez Secretario Ejecutivo
Salud Regional Guayaramerin

379
Juan José Anaya Giorgis
380
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSRT Secretario Ejecutivo
Salud Regional Tupiza
Federación Sindical de Trabajadores en FSTSREA Carlos Mendoza Secretario Ejecutivo
Salud Regional El Alto
ConFederación Nacional de Juntas CONALJUVE
NAL. Benjamin Caceres Presidente
Vecinales de Bolivia
Estado y Petróleo en Bolivia

DEPTO.
Federación de Juntas Vecinales de La FEJUVE La Paz Martín Mamani Kama Secretario Ejecutivo
Paz
8 de
REGIONAL
Federación de Juntas Vecinales de El FEJUVE El Alto Diciembre Ismael Herrera Lovera Secretario Ejecutivo
Alto de 1966
Coordinadora Deptal. De Juntas
Vecinales Periurbanas Y Org. Freddy Huayta Secretario Ejecutivo
Territoriales De Base

Ronald Pedraza Heredia Secretario Ejecutivo


DEPTO.
Federación Departamental de Juntas FDJVC

JUNTAS VECINALES
Vecinales Cívicas - Santa Cruz
Rodolfo Landivar Alba Presidente

Federación Departamental de Juntas Oscar Urízas Saravia Presidente


Vecinales de Chuquisaca
Federación de Juntas Vecinales del Enrique Ibañez Ferreira Presidente
Municipio de Guayaramerin
Jorge Baldivierso
Confederación de Trabajadores de CTEUB
NAL. / Federico Pinaya / Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Bolivia Hermes Pérez

DEPTO.
Federación de Trabajadores de José L. Alvarez Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de La Paz

DEPTO.
Federación de Trabajadores de Teresa Aramayo Jorge Secretaria Ejecutiva
Educación Urbana de Oruro

MAGISTERIO
DEPTO.
Federación de Trabajadores de Jorge Galindo Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Cochabamba

DEPTO.
Federación de Trabajadores de Juan abel Ortega Balboa Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Potosi
DEPTO.
Federación de Trabajadores de Windsor Rios Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Tarija

DEPTO.
Federación de Trabajadores de Saul Ascarraga Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Santa Cruz

DEPTO.
Federación de Trabajadores de Angelica Malpartida Secretaria Ejecutiva
Educación Urbana de Beni

DEPTO.
Federación de Trabajadores de José Alpaca Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Sucre

DEPTO.
Federación de Trabajadores de Esnider Velarde Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Pando

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Reny Rodriguez Secretario Ejecutivo
Educación Urbana del Norte Cruceño

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Israel Antelo Espinoza Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Puerto Suarez

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Ulises Arce Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Riberalta

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Gladis Terrazas Secretaria Ejecutiva
Educación Urbana de Robore

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Luis Guzmán Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Bermejo

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Jaqueline Palomeque Secretaria Ejecutiva
Educación Urbana de Guayaramerin

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Socrates Torrez Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Cordillera

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Felipe Rodriguez Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Chiquitania

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Roger Peralta Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Villamontes

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Barbara Condori Secretaria Ejecutiva
Educación Urbana de Villazon

381
Juan José Anaya Giorgis
382
REGIONAL
Federación de Trabajadores de Emma Fernandez Secretaria Ejecutiva
Educación Urbana de Yacuiba

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Arturo Surriable B. Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Tupiza

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Naida Moron de Secretaria Ejecutiva
Educación Urbana de Villagrande Hurtado
Estado y Petróleo en Bolivia

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Hector Herrera Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Uncia

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Leandro Garcia Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Uyuni

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Julio Cesar Ponce Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Aiquile

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Justiniano Juarez Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Atocha Huarachi

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Ricardo Calderon Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Cintis

REGIONAL
Federación de Trabajadores de Nelson Uzeda Secretario Ejecutivo
Educación Urbana de Chaco Chuquis

NAL. Asociación de Maestros Interinos Secretario Ejecutivo

18 de Juan Churata Cosme /


Confederación Nacional de Maestros CONMERB Diciembre Pedro Tanaka Lens / Secretario Ejecutivo
Rurales de Bolivia de 1953 Chanel Luna Mamani
Federación Departamental de Maestros Victor Aruquipa Chavez Secretario Ejecutivo
Rurales de La Paz
Federación Departamental de Maestros
Rurales de Beni
Federación de Maestros Rurales de Hernán Doliz Ortega Secretario Ejecutivo
Tarija
Confederación de Trabajadores CTRJB Julio García Secretario Ejecutivo
NAL. Rentistas y Jubilados de Bolivia
Confederación Nacional de Maestros CNMJB
NAL. Francisco Villca Santos Secretario Ejecutivo
Jubilados de Bolivia
ConFederación Nacional de Ex CONEXCHACO
Armando Estrada
NAL. Presidente
Combatientesde la Guerra del Chaco Aramayo
Asociación Nacional de Adultos ANAMBO
NAL. Carlos Loza Presidente
Mayores de Bolivia

DEPTO.
Asociación de Adultos Mayores del AAMDLP Manuel Chana Presidente
Departamento de La Paz
Central De Jubilados Y Rentistas De CEJEREB 30/04/2001 Jorge Nuñez del Prado Presidente
Bolivia
Federación Nacional De Jubilados Y Adolfo Jarandilla Rueda Presidente
Rentistas Petroleros De Bolivia

Rosa Huanca Rios

Valeriano Mendoza Secretario Ejecutivo


DEPTO.
Asociación de Adultos Mayores de las
20 Provincias de La Paz
Eulalio Balboa Secretario General

TERCERA EDAD
Roberto Arnez G. Presidente
Asociación Departamental de Maestros ADMJRLP
Jubilados Rentista de La Paz
Prof. Mantilla Secretario Relacion

Asociacion Nacional De Trabajadores Generación


Sandwich
26/10/2000 Luciano Suarez Anacasi Presidente
Sin Jubilación
Federación Dptal. de Trabajadores Sin
LPZ Secretario Ejecutivo
Jubilación
ConFederación de Maestros Jubilados COMAJUB Francisco Villca Santos Secretario Ejecutivo
de Bolivia
Federación de Maestros Jubilados de El
Alto de La Paz
Coordinadora Nacional de 12/11/2003 Jaime Miranda Presidente
Extrabajadores en Tramite de Jubilación

383
Juan José Anaya Giorgis
384
Asociacion de Rentistas Mineros Oruro Remigio Quiroz Secretario General

Federación Nacional de Rentistas FNRMB 16/11/1986 Mamerto Goyochea Secretario General


Mineros de Bolivia
Federación Nacional de Jubilados 17/05/1953 Osvaldo Tapia C. Secretario Ejecutivo
Ferroviarios Y Ramas Anexas de Bolivia
Asociación de Rentistas Mineros
Estado y Petróleo en Bolivia

Wilfredo Villarroel Secretario Relacion


Central La Paz
Asociación Departamental de Ex
Trabajadores Mineros Sin Jubilación La Felix Condarco Presidente
Paz
Federación Deptal De Jubilados Y Victor Hugo Mendoza S. Secretario Ejecutivo
Rentistas De Cochabamba
Unión Nacional de Ninos, Niñas y UNATSBO
Deivid Pocosillo Asesor
Adolecentes Mamani

Movimiento Departamental de Niños, Liz Canaviri Tinta Presidenta


Niñas, Adolescentes Trabajadores - La MODENNAT’s
Paz Cristobal Mamani Colaborador

Movimiento Regional de Niños, Niñas, MORENNAT’s Brandom Limbert


EL ALTO
Presidente
Adolescentes Trabajadores - El Alto Orllalba

Paulino Churqui Lima 1º Secretario General


Federación de Estudiantes de FES - EL ALTO
Secundaria de El Alto
Jorge Mamani Machaca 3º Secretario General

NIÑOS Y JOVENES
Martín Seoane Salazar Contacto
Poder Joven
Ricardo L. Gomez Contacto

Wara Alejandra
Taparaco Contacto
Peñaranda

Vamos Bolivia Porfirio Luque Contacto


Abraham Bojorquez Contacto
Movimiento Hip Hop
Elena Aliaga Tapia Contacto

Vida Joven Hernán Nacho Contacto

Red de Organizaciones Juveniles - Tarija Ariel P. Lozano Presidente

Confederación de Trabajadores
REGIONAL Gremiales Artesanos, Comenciantes CTGACMVB Braulio Rocha Secretario Ejecutivo
Minoristas y Vivanderos de Bolivia

DEPTO.
Federación Sindical de Gremiales La Sara Chura / Raúl Secretario Ejecutivo
Paz Dávila

Federación de Gremiales de Chuquisaca Marilin Partes Amachuy Secretaria General

Federación Departamental de Mercados


LPZ Martha Quisberth Secretaria Ejecutiva
por Cuenta Propia (La Paz)

Asociación del Mercado Uruguay Maestra Mayor

Asociación del Mercado Calatayud Maestra Mayor

GREMIALES
María Mónica Salgueiro Maestra Mayor
REGIONAL
Asociación del Mercado de las Flores
(zona cementerio)
Angel Cori Poma Maestro Menor

Federación Deptal. De Comerciantes Jaime Cespedes Secretario Relacion


Minoristas Gremiales, Artesano Y
Ramas Anexas Cbba. Primo Titichoca Representante

NAL. Confederación de Choferes de Bolivia CSCHB Franklin Durán Secretario Ejecutivo

Comite Nacional de Choferes CONACHAB Orlando Valdivia Representante


Asalariados de Bolivia

385
Juan José Anaya Giorgis
386
Sindicato de Chóferes Asalariados de SCHATIN
NAL. Silvestre Suzano Secretario Ejecutivo
Transporte Nacional e Internacional
Confederación Nacional de Transporte CONATRALB
NAL. René Pierola Secretario Ejecutivo
Libre de Bolivia

Lucio Veramendi Buergo Secretario Ejecutivo


Federación Departamental De FEDETRALP
Estado y Petróleo en Bolivia

Transporte Libre Potosi


Asencio Condori Secretario General

ConFederación Nacional De Transporte 28/10/1986 Rene Pierola Davila Secretario Ejecutivo


Libre De Bolivia - Atl
Sindicato Mixto de Choferes en
LPZ Omnibuses Interdepartamental “EL Edgar Ramirez Diaz Secretario General
ALTO“

LPZ Transporte Pesado El Alto Layda Núñez del Prado Secretaria Ejecutiva

Federación de Transportistas del Beni Raul Basto Hebras Secretario Ejecutivo


18 de Noviembre

TRANSPORTE
Tranporte Libre de Santa Cruz Miguel Jimenez Presidente

Jose Casanova Secretario Ejecutivo


Transporte del Departamento de Santa
Cruz
Richard Quispe Baptista Vice Presidente

Comite Ejecutivo Del Auto Transporte CEATPENAL Gregorio Solis B. Presidente


Pesado Nacional
Camara Departamental de Transporte
LPZ Daniel Zegada Presidente
La Paz
Federación De Transporte
Interprovincial Del Departamento De Wilfredo Arias Mercado Ejecutivo
La Paz
Federación Nacional de Ciegos de FENACIEBO
4 de agosto Víctor Agustín Barral
NAL. Secretario Ejecutivo
Bolivia de 1956 Veliz
Asociación de Socorros Mutuos y ASOMUBENV
3 de abril de Edwin Ilaya Perez Presidente
Beneficencia de No Videntes (La Paz) 1937
5 de
Sociedad de No Videntes “Libertad” noviembre Guillermo Gomez Presidente
(Oruro) de 1951
Sociedad de No Videntes “La unión de 22 de julio Ramiro Arguata Presidente
Potosí” de 1951
9 de
Sociedad de No Videntes “El Porvenir” diciembre de Alejandro Choque Presidente
(Llallagua) 1953
Sociedad Mutualista de No Videntes 19 de junio Lidia Bejarano Presidente
“Sucre” de 1954
Asociación de No Videntes Padres de 14 de enero Alberto Acarapi Presidente
Familia (LP) de 1965
Asociación de Ciegos Vendedores de 18 de mayo Israel Lopez Presidente
Lotería Nacional (LP) de 1967
25 de
Asociación de No Videntes Rezadores diciembre de Vistor Hidalgo Presidente
San Martin de Porres (LP) 1968

DISCAPACIDAD
Asociación Mutual de No Videntes de 25 de agosto Lucio Themo Presidente
Santa Cruz de 1977
Asociación de Ciegos Vendedores de 4 de
Tarjetas y Servicio de Telefonia Pública septiembre Victor Reyes Presidente
y Artículos Varios (La Paz) de 1988
Asociación de No Videntes 4 de enero 28 de enero Salustiano Vargas Presidente
(Tarija) de 1989
Asociación de No Videntes Santísima 16 de mayo Rossy Vasquez Presidenta
Trinidad (Beni) de 1992
20 de agosto
Asociación de No Videntes Gran Chaco María Elena Serrano Presidenta
de 1994
1 de
Sociedad de No Videntes Fronterizos septiembre Felix Cabezas Presidente
Villazonenses de 1994

387
Juan José Anaya Giorgis
388
Sociedad por los Derechos del Ciego 8 de octubre Juan Veizaga Presidente
(Cochabamba) de 1995
Asociación de No Viednetes del Sud ANOVISUD
25 de enero Petronila Charcas Presidenta
(Tupiza) de 2001
7 de
Federación Boliviana de Sordos FEBOS Septiembre Anibal Subirana Presidente
de 1995
Estado y Petróleo en Bolivia

ASORPAZ
10 de enero
Asociación de Sordos de La Paz de 1988 Angel Duchen Presidente

Fraternidad Cristiana de Personas FCPDB 1978 Nelson Mercado Valdez Presidente


Enfermas y con Discapacidad

ASOBEDEIN
octubre de
Asociación de Sordos del Beni 2004 Lizardo Álvarez Suárez Presidente

Federación Boliviana de Personas FEBOPSOCI


3 de marzo Freddy Arias Lopez Presidente
Sordociegas de 1997
Confederación Boliviana de Personas COBOPDI 1989 Jaime Estivariz Bustillos Presidente
con Discapacidad
Federación Departamental de la FEDEPEDI - LP
Virginia del Carmen Presidenta
Persona con Discapacidad de La Paz Cordero
Federación Departamental de la FEDEPEDI - EA Patricia Vargas C. Secretaria General
Persona con Discapacidad de El Alto
Asociación Sacabeña de Personas con ASPDIS
Discapacidad
24 de
Federación Cruceña de Persona con FECRUPDI septiembre Armando Escobar Lino Presidente
Discapacidad de 2000
Asociación para el Fortalecimiento 19 de
Integral para Personas con FECRUPDI noviembre Carlos Loly Cortez Presidente
Discapacidad de 2004
15 de
Asociación Cruceña Integral de ACIPDIS octubre de Prudencio Mamani Presidente
Personas con Discapacidad 2002
Federación Tarijeña de la Persona con FETPADI
18 de abril Demetrio Tarqui Presidente
Discapacidad de 2005 Mamani
Asociación de Personas con ASOPEDIS
13 de junio Mercedes Marquina Presidenta
Discapacidad de Tarija de 2007
Federación Departamental de Personas FEDEPDICH Julián Arias Presidente
con Discapacidad de Chuquisaca
Federación Departamental de Personas FEDEPDIS - P
22 de julio Julio Cesar Caba Presidente
con Discapacidad de Potosí de 1997
Federación Beniana de Personas con FEBEPDI
3 de enero Félix Jiménez Presidente
Discapacidad de 1992
Federación de Personas con FEPEDISPA
16 de junio Juana Orbe Tanaka Presidenta
Discapacidad de Pando de 2007
Asociación de Pader de Niños,
Adolecentes y Jóvenes con José Luis Antezana Presidente
Discapacidad de Pando
Federación Departamental de la FEDEPEDIS - OR Pascual Sirpe Espinoza Secretario Ejecutivo
Persona con Discapacidad de Oruro
Federación Departamental de la FEDEPEDIS - TJ Jose Gerardo Blass Contacto
Persona con Discapacidad de Tarija
Federación Departamental de FEDEPEDIS -
la Persona con Discapacidad de CBBA
Luis Carlos León Laime Contacto
Cochabamba
Asociación Integral de Persona con ASIPEDIS Juan Carlos Cucho Presidente
Discapacidad
Asociación de Padres de Noños con ASOPANIDIS Guadalupe Menilto Contacto
Discapacidad Intelectual

Asociación Renacer RENACER Jesús Cala Limachi Presidente

Comite Civico Paceño Amigos de Don


LPZ Waldo Carrasco Catalan Presidente
Raul Salmon

DEPTO. Comité Cívico Interprovincial de La Paz CCIP-LP Clemente Gutiérrez Presidente

CÍVICOS
COMITES
LOCAL Comité Cívico de Copacabana CCC Carmen Paz Presidenta

389
Juan José Anaya Giorgis
390
LPZ Comité Civico Pro Ciudad de El Alto Manuel Paredes Molina Presidente

Comite Civico Popular De Oruro Santiago Sauciri Presidente

Comité Civico De Oruro Hugo Campos Vacaflor Presidente


Estado y Petróleo en Bolivia

Comite Civico Del Huanuni Rene Taboada Presidente

Alberto Melgar
Comite Civico del Beni Presidente
Villarroel
Comite Pro Intereses Del Departamento Reynaldo Bayard Presidente
De Tarija

Comite Civico De Chuquisaca Jhon Cava Chavez Presidente

Comite Civico Potosinista Alejandro Gutierrez Presidente

Comite Civico De Desarrollo Y Progreso Orlando Cachambi Presidente


De Los Chichas - Potosí

Comité Civico Pro-Santa Cruz Branko Marincovik Presidente

Comite Civico de Camiri Marco Antonio Espinoza Presidente

Comite Civico de la Provincia German Edil Gerecko Arteaga Presidente


Busch Capital del Pantanal Boliviano
ConFederación de Empresarios CEPB
Gabriel Antonio
NAL. Presidente
Privados de Bolivia Dabdoub Alvarez

SECTOR
Asociación Boliviana de Agentes en Mauricio Viscarra Presidente
Valores

SECTOR Asociación Boliviana de Aseguradores Carlos Baudoin Davalos Gerente General

EMPRESARIOS
SECTOR
Asociación de Bancos Privados de Pablo Bedoya Saenz Presidente
Bolivia
SECTOR
Asociación Nacional de Mineros Humberto Rada Gómez Presidente
Medianos

SECTOR Bolsa Boliviana de Valores S.A. Marcelo Urdininea Presidente

SECTOR
Camara Americana de Comercio de José Luis Contreras Presidente
Bolivia

SECTOR
Camara Boliviana de Fabricantes de Oscar Aguilar Orellana Presidente
Cerveza

SECTOR Camara Boliviana de la Construcción Iván Bustillos Ayamayo Presidente

SECTOR
Mauricio Valdez
Camara Boliviana de la Electricidad Presidente
Cárdenas

SECTOR Camara Boliviaviana del Medicamento Oscar Medina Ramallo Presidente

SECTOR
Camara de la Industria Farmaceutica Raúl Crespo Vasquez Presidente
Boliviana

SECTOR
Camara de Telecomunicaciones de Carlos Zenteno Heredia Presidente
Bolivia

SECTOR Camara Forestal de Bolivia Pablo Alberto Antelo Gil Presidente

SECTOR
Guillermo Morales
Camara Nacional de Comercio Presidente
Fernández

SECTOR Camara Nacional de Consultoria Moisés Arteaga Cabrera Presidente

SECTOR
Camara Nacional de Despachantes de Juan Carlos Vilaseca Presidente
Aduana Gonzáles

SECTOR
Camara Nacional de Exportadores de Eduardo Bracamosnte Presidente
Bolivia Velasco

SECTOR Camara Nacional de Industrias Eduardo Peinado Teran Presidente

SECTOR
Camara Nacional de Comercializadores Mario Clavijo Tejada Presidente
de Minerales y Metales

391
Juan José Anaya Giorgis
392
SECTOR
Federación de Empresarios Privados de Alfredo Leon Davalos Presidente
Chuquisaca

SECTOR
Federación de Empresarios Privados de Juan Enrique Garcia Presidente
La Paz Ontiveros

SECTOR
Federación de Empresarios Privados de Mario Vázquez Estévez Presidente
Oruro
Estado y Petróleo en Bolivia

Federación de Empresarios Privados de Pablo Sotomayor Presidente


Pando Luizaga
Federación de Empresarios Privados de Roberto Emilio Valda Presidente
Potosí
Federación de Empresarios Privados de Marcelo Dellien Bause Presidente
Beni

SECTOR
Federación de Entidades Empresariales Rudy Rivera Duran Presidente
Privadas de Cochabamba
Unión Boliviana de Entidades Humberto Zambrana
Financieras de Ahorro y Prestamo para Presidente
Zenteno
la Vivienda
Confederación Nacional de la Micro y
NAL. Marco Antonio Gonzáles Secretario Ejecutivo
Pequeña Empresa

REGIONAL
Federación Departamental de Vicente Copaña Quispe Secretario Ejecutivo
Pesqueros de La Paz
Comité Nacional de Competitividad
REGIONAL Productividad de la Cadena Productiva CONACOPROQ Melquiades Veliz Presidente
de Quinua
Confederación Nacional de la Micro y CONAMIyPE
NAL. Macario Villanueva VicePresidente
Pequeña Empresa
Comision Nacional de Defensa de Ropa 12/07/1996 Walter Mamani Choque Presidente
y Prenderia Usada
Asociacion Departamental de la ADEPI - LA PAZ

PRODUCCIÓN E INDUSTRIA
LPZ Roberto Tartarani Dongo Presidente
Pequeña Industrio
Demetrio Ibañes
Central Unica de Artesanos de Bolivia 15/03/1955 Presidente
Navarro
Federación Nacional de Cooperativas
Agropecuarias de Bolivia
Comite de Defensa de la Industria CODEINA Porfirio Quispe Presidente
Nacional - Por la Dignidad de Bolivia
Asociacion Nacional de Industriales del 27/09/1951 Isabel Salas Presidenta
Cuero
Asociacion de Organizaciones de AOPEB Francisco Mollo Presidente
Productores Ecologicos de Bolivia
Coordinadora de Pequeños Productores David Chambi V. Presidente
Campesinos de Santa Cruz

MST - B
Lidio Julian / Silvestre
NAL. Movimiento Sin Tierra de Bolivia Ejecutivo / General
Saisari

Movimiento Sin Tierra Oruro MST - Or Valentin Colque Huanca Presidente

Movimiento Sin Tierra Chuquisaca MST - CH Teofilo Barrios Miranda Presidente

Movimiento de Trabajadores

SIN TIERRA
Campesinos Sin Tierra Regional Prov. Juan Carlos Vedia Coordinador
Obispo Santiesteban
Movimiento Sin Tierra Provincia Gran MST - GCH Hilaria Serrano Vice Presidenta
Chaco
Confederación de Sindical de
Trabajadores de Luz - Fuerza, CSTLFTAGB
NAL. Ruben Dario Presidente
Telecomunicaciones, Aguas y Gas de
Bolivia
Federación Sindical de Trabajadores FSTPB
NAL. José Domingo Vásquez Secretario Ejecutivo
Petroleros de Bolivia
Asociacion De Ex Trabajadores Mineros Samuel Huarachi Presidente
Metalur Relocalizados Oruro

LOCAL
Asociacion de Famialiares de Víctimas AFVFN María Eugenia Calcina Presidenta
de Febrero Negro

LOCAL
Asociación de Familiares Caídos por la ASOFAG-DG Juan Patricio Quispe Presidente
Defensa del Gas

393
Juan José Anaya Giorgis
394
LOCAL
Asociación de Heridos Septiembre y AHSO-2003 Justino Quispe Presidente
octubre 2003

NAL. Trabajadores Sociales Comunitarios Karina Marconi

REGIONAL
Federación Única de Trabajadores en FUTCRA Salvador Quispe Secretario Ejecutivo
Carne y Ramas Anexas
Estado y Petróleo en Bolivia

REGIONAL
Federación de Juntas Escolares de El FEDEPAF Jorge Choquetarqui Presidente
Alto
Federación Nacional de Trabajadoras FENATRAHOB
NAL. Miguelina Colque Iño Secretaria Ejecutiva
del Hogar

DEPTO.
Sindicato de Trabajadoras del Hogar Martha Aramayo Secretaria General
Tarija

REGIONAL
Federación Unica Departamental de Juan Carlos Jimenez Presidente Ejecutivo
Lustracalzados de La Paz

Eduardo Suarez Secretario General


REGIONAL
Asociación de lustracalzados 6 de
marzo (El Alto)
Juan Nazario Secretario de Deportes

Asociación de Cargadores 15 de Febrero José Luis Alvarez Representante


(El Tejar - Max Paredes)
Demetrio Ibañes
NAL. Central Unica de Artesanos de Bolivia Presidente
Navarro
ConFederación Unica de Trabajadores
NAL. Orlando Quispe Alvarez Secretario Ejecutivo
por Cuenta Propia
Confederación Nacional de CONADEBOL
Alfredo Paredes
NAL. Coordinador
Desocupados de Bolivia Guzman
Confederación Nacional de CONCOBOL
NAL. Ricardo Perez Jordan Presidente
Cooperativas de Bolivia
Jaime Apaza Mallku
Confederación de Naciones Indígenas CONNIOB
NAL. Qhapaq/ Dirigente Secretario Ejecutivo
Originarias de Bolivia Calixto Ramos
Asociación Nacional de Ex –
NAL. Trabajadores Mineros Metalurgistas de Paulino Misericordia Secretario Ejecutivo
Bolivia
Federación Sindical de Médicos y Secretario Ejecutivo
Ramas Anexas
Federación departamental de Artesanos
LPZ Pedro Yupanqui Secretario Ejecutivo
Panificadoras de La Paz

LPZ Asociación de Carpinteros Secretario Ejecutivo

LPZ Central de Pueblos Indígenas de La Paz Lorenzo Ortiz Secretario Ejecutivo

NAL. PLANE Roberta Vargas Secretaria Ejecutiva

Asociación de Ex – Trabajadores
ORU Secretario Ejecutivo
Ferroviarios de Oruro
Asociacion de Carpinteros de la Ciudad
LPZ Diego Mamani Presidente
de El Alto
Asociacion ex trabajadores Petroleros David Salguero
LPZ Presidente
Distrito La Paz Coaquira
Sociedad de Ingenieros Departamental
LPZ Victor Virreira Valda Presidente
La Paz
Sindicato de Trabajadores SABSA La SITRASABSA Jesus Avila Secretario Ejecutivo
LPZ Paz - El Alto (Aeropuerto)
Sindicato de Trabajadores Municipales
LPZ Ignacio Condori A. Secretario General
de La Paz
Federación Sindical de Trabajadores en
LPZ Carlos Salazar Secretario General
Madera La Paz
Federación Dptal De Regantes Y Agua
CBBA Omar Fernandez Presidente
Potable Fedecor Cochabamba
Central Departamental de Trabajadores Mario Quisberth Villca Secretario Ejecutivo
Asalariados del Campo Santa Cruz

395
Juan José Anaya Giorgis
396
Federación Departamental del
Movimiento Unico de Trabajadores Felipe Saldaña Secretario Ejecutivo
Desocupados
Sindicato de Trabajadores Petroleros de Ruben Reinoso Secretario General
Tarija Lizarraga
Sindicato de Trabadores Industrias Remberto Cadena Secretario General
Estado y Petróleo en Bolivia

Agricolas de Bermejo S A
Asociacion de Extrabajadores Raul Quiroga Sanchez Presidente
Ferroviarios de Oruro
Movimiento Sin Techo Departamental Agapito Nuñez Ejecutivo
Oruro Rodriguez
Asociacion de Avicultores de Gonzalo Dorado Gerente General
Cochabamba
Consejo de Defensa de la Cuenca del Esteban Llanos Copa Presidente
Rio Pilcomayo Potosi Chuquisaca Tarija
Asociación de Carpinteros de la Ciudad Diego Mamani Presidente
de El Alto
Asociación Ex Trabajadores Petroleros David Salguero
Distrito La Paz Coaquira Presidente

Asociación de Ciegos Vendedores de Victor Reyes Baptista Presidente


Tarjetas y Servicio de Telefonia Pública
y Articulos Varios Gaby Frias Secretaria Conflicto

Coor. Central de Desocupados Trab. Jesus Calderon Alberto Presidente


Eventuales del Plane - Fed de Desoc. de FUDEA
la Ciudad de El Alto Jose Mamani H. Secretario Ejecutivo

Asociacion Nacional de Industriales del Isabel Salas Presidenta


Cuero
Comision Nacional de Defensa de Ropa Walter Mamani Choque Presidente
y Prenderia Usada
ConFederación Unica de Trabajadores Orlando Quispe Alvarez Secretario Ejecutivo
Por Cuenta Propia
Federación de Asociaciones
Departamentales de Comites de Ricardo Ortega Ramirez Presidente
Vigilancia de Bolivia
Federación Nacional de Trabajadores Raul Plaza
Universitarios de Bolivia

Victimas de la Violencia Política Nerhedine Renjjiffe Presidente

Unión Nacional de Víctimas de la UNAVIPO Freddy Renjifo Garica Contacto


Violencia Política Nacional
Unión de Víctimas de la Violencia UNAVIPO - Snt
Política Nacional - Santa Cruz Cruz

Unión de Víctimas de la Violencia UNAVIPO - Cbba Enrique Sanchez G. Presidente


Política Cochabamba
Unión de Víctimas de la Violencia UNAVIPO - Ch Hector Martinez Contacto
Política Chuquisaca
Guillermo Vargas Presidente
Unión Nacional de Ex Presos y Salvatierra
UNEXPEPB
Exiliados Políticos de Bolivia
Alfredo Murillo Vice Presidente

Unión de Ex Presos y Exiliados Políticos Jorge Aguilar Arnez Presidente


Santa Cruz
Unión de Ex Presos y Exiliados Políticos Javier Jorge Hualfher Contacto
Regional El Alto Sandoval

VICTIMAS DE VIOLENCIA POLÍTICA


Comisión de Ex Presos Coati - Madidi Mario Salinas Jaldin Presidente

Bloque Revolucionario de Ex Presos Silvestre Mendoza Presidente


Políticos de Bolivia
Organización de Víctimas de las Raúl Severich Barrios Contacto
Dictaduras

397
Juan José Anaya Giorgis
398
Movimiento de Mujeres Libertad Lourdes Koya Cuenca Presidenta

Unión Nacional de Ex Presos


y Exiliados Políticos de Bolivia Guillermo Aranda B. Representante Nacional
Democrática

Asociación de Apicultores de Tarija Victor Hugo Uño Presidente


Estado y Petróleo en Bolivia

Asociacion Nacional de Mineros Humberto Rada Presidente


Medianos
Asociacion Sindical de Pilotos de Lloyd APLAB Richard Vaca P. Secretario General
Aereo Boliviano

Pedro Apala Flores Presidente


Asociacion Intercultural Amerikkua
Noemi Paymal Coordinadora

Rene Cardozo Alamanza Representante


Asociacion Nacional de Ferroviarios 18/05/2002
Red Occidental
Nancy Alfaro Representante

Jorge Medina Presidente


Bloque Indigena Educativo Csutcb
Conamaq Cidob Cscb Apg Y Otros
Adolfo Mendez Asesor

Orlando Valdivia Representante


Comite Nacional de Choferes
Asalariados de Bolivia
Edgar Mayta Delegado

Comite de Defensa del Patrimonio Enrique Mariaca Bilbao Presidente


Nacional de la Soberania y la Dignidad
Comite Ejecutivo de la Universidad Gonzalo Taboada Lopez Secretario Ejecutivo
Boliviana
Maria Fidelia Rodriguez Representante
Comision Nacional de Pequeños
Prestatarios
Jaime Nina Aquino

Comision Mixta de Importadores y Nelson Tudela Presidente


Transp de Carga de Bolivia y Asoc COMITCBOL 30/03/1999
Gremial Iquique Fernando Salgado Secretario de Hacienda

Coordinadora de Organizaciones No Ginno Ontiveros Coordinador


Gubernamentales Internacionales
Coordinadora Nacional de Defensa de 04/05/2001 Roberto Pacosillo Hilari Presidente
La Patria

Coorporacion Minera de Bolivia COMIBOL Hugo Miranda Rendon Presidente

Coorporación de Profesionales Rufino Callisaya


31/08/2005 Presidente
Indigenas de Bolivia Cuentas
Confederación del Plan Nacional de COPLANESBOL 28/04/2004 Roberta Vargas Zegarra Secretaria Ejecutiva
Empleos Solidarios de Bolivia
Confederación Unica de Trabajadores 02/07/2000 Orlando Quispe Alvarez Secretario Ejecutivo
Por Cuenta Propia

Herna Roman R. Secretario General


Confederación Nacional de CONTRACABOL
Trabajadores de Carne de Bolivia
Julio Cesar Soliz Representante

Confederación de Empresarios Privados CEPB Roberto Mustafa Presidente


de Bolivia
Confederación Nacional de CONADEBOL 30/08/2003 Alfredo Paredes Coordinador
Desocupados de Bolivia Guzman
Confederación Nacional de CONCOBOL Ricardo Perez Jordan Presidente
Cooperativistas de Bolivia
Confederación Sindical de Choferes de 03/05/1936 Jose Luis Cardozo Ejecutivo
Bolivia (Semetres I Y I I)

399
Juan José Anaya Giorgis
400
Federación Departametal de
Profesionales
Confederación Nacional de Naciones CONNIOB 28/12/2000 Jaime Apaza Chuquimia Presidente
Indígenas Originarias de Bolivia
Confederación Boliviana de
Adjudicatarios de Vivienda de Interes COBOAVIS Walter Perez Ejecutivo
Social
Estado y Petróleo en Bolivia

Jose Tintaya Machaca Representante


Ex Trabajadores de la Caja Nacional de
Salud
Humberto Mercado Representan

Federación de Asociaciones
Departamentales de Comites de FACOVBOL Ricardo Ortega Ramirez Presidente
Vigilancia de Bolivia
Federación Nacional de Pequeños FENAPDOP 06/09/2001 Natividad Gonzales Ejecutivo
Deudores o Prestatarios

Federación Nacional de Relocalizados Juan B. Carrasco P. Secretario General


Mineros Metalurgistas y Desocupados
de Bolivia Juan Velasquez

Federación de Trabajadores de la Prensa


de Bolivia
Federación Sindical de Trabajadores de FESTECOBOL Jose Luis Conde Secretario Ejecutivo
la Empresa de Correos de Bolivia
Federación Nacional Única de Esposas 05/04/2000 Guadalupe Cardenas Fundadora
de Suboficiales Clases y Policias
Federación Nacional de Comerciantes
Minoristas en Hoja de Coca al Detalle Roberto Patzi P. Secretario Ejecutivo
de Bolivia
Federación Sindical de Ex Trabajadores Nelson Bustos Quiroga Representante
Petroleros de Bolivia
Federación Nacional de Trabajadores FNTUB Raul Plaza
Universitarios de Bolivia
Federación Nacional de Trabajadores de FENSEGURAL
Ricardo Verreda
07/01/1957 Secretario Ejecutivo
Seguridad Social de Bolivia Visacarra
Federación Sindical Nacional de Trab.
del Snc y de los Servicios Deptales de 13/06/1971 Octavio Urquizo M. Secretario Ejecutivo
Caminos y R.A.

Federación Nacional de Trabajadores FENTA Raul Juan Ramirez Secretario General

Organización Nacional de Propietarios Daniel Ramos Secretario Ejecutivo


de Vehículos Indocumentados
Sindicato de Trabajadores de la ENDE Teofilo Arze Secretario General
Empresa Nacional de Electricidad

Movimiento Popular de Tarija Gustavo Borda Cabrera Coordinador

Luis Osco Secretario General


Sindicato Boliviano de Musicos
Profesionales
Emilio Suarez Miembro

ARTE Y
MÚSICA
Unión Nacional de Productores del Arte UNAPB Gabriel Fernandez Presidente
Popular de Bolivia

Unamos Bolivia Ricardo Laura Presidente

Asociación Boliviana de Pintores de


Porcelana
Asociación de Comerciantes Minoristas
de Garsilazo De La Vega
Asociación de Cooperativas del Centro
Comercial Issac Tamayo
Asociación de Carniceros En Ganado
Vacuno de La Paz
Asociación de Conjuntos Del Gran
Poder

401
Juan José Anaya Giorgis
402
Asociación de Jubilados Banco Minero
de Bolivia

Asociación de Jubilados Ferroviarios

Asociación de Mujeres Universitarias


de La Paz
Estado y Petróleo en Bolivia

Asociación de Sub Oficiales Clases y ANSCLAPOL


Sof.2º Victor Irriarte Presidente
Policias Figueredo
Asociación Linea Minibuses Señor de
Mayo
Asociación de Minibuses 14 Septiembre
Chasqui

Asociación Obrera Deportiva de La Paz

Asociacion Cristiana de Jovenes

Asociacion de Comerciantes Uyustus A

Federación de Docentes de la UMSA

Federación de Maestros Jubilados de El


Alto de La Paz
Federación Nacional de Jubilados
Rentistas de Comercio y Ramas Anexas
Federación Sindical de Trabajadores en
Construcción de La Paz
Federación de Padres de Familia de La
Ciudad de El Alto

Federación de Choferes 1ro de Mayo

Federación de Club de Madres de La


Paz
Federación de Empleados de Industria
Fabril

Federación de Ferroviarios

Federación de Juntas Vecinales

Federación de Transportes
Interprovincial

Federación Grafica Boliviana

Federación Trabajadores en Prensa de


Bolivia

Central Única de Colectiveros La Paz

15 de
Central Única Minibús y Taxi El Alto diciciembre Rene Cadena Secretario General
1988

Fuente: Ramiro Vidaurre, director de la Unidad de Transparencia del Ministerio de Hidrocarburos (31/08/2010)

403
Juan José Anaya Giorgis
404
Conflictos entre Gobierno y Movimientos Sociales por los hidrocarburíferos (2008-2012)
DESCRIPCIÓN
CASO ACTORES DESARROLLO DEL CONFLICTO DECLARACIONES
GENERAL
Estado y Petróleo en Bolivia

Las ocho comunidades de la Central


de Pueblos Indígenas del Norte de La
Paz (CPILAP) piden que el Ministerio
Gobierno – Ministerio “La exploración (de petróleo) está en
de Hidrocarburos les permita ejercer
de Hidrocarburos territorio del pueblo Mosetén y como
su derecho a la consulta, participación
establece la ley, primero tienen que ser
y consentimiento previo en la
Central de Pueblos consultados ellos de qué manera se podría
exploración de petróleo en la zona. La
Indígenas del Norte de afectar su medio ambiente” presidente de
Los pueblos Razón, 26.05.2009
La Paz (Cpilap) CPILAP, José Ortiz. La Razón, 26.05.2009
indígenas Lecos
y Mosenates El gobierno denuncia intromisión
Consejo Indígena del
Pueblos exigen que se extranjera para frenar la exploración
Pueblo Takana (Cipta), “Nosotros tenemos actas de reuniones,
indígenas de LA realice consulta petrolera en el norte de La Paz.
hemos buscado siempre el dialogo pero
PAZ previa para Opinión 20.07.09
Organización del la intromisión de estas instituciones
(LLIQUIMUNI) los trabajos
Pueblo Indígena extranjeras ha perturbado a los dirigentes
exploratorios y El Cacique del pueblo mosetén,
Leco Comunidades de las comunidades en sus relaciones con el
de explotación e Enrique Romero afirmó ayer
Originarias de Gobierno, ellos consideran que la actividad
Lliquimuni. miércoles que el Ministerio
Larecaja (PILCOL) de hidrocarburos debería ser restringida
Hidrocarburos cumplió con la
al extremo de inviabilizar cualquier
consulta respectiva a los indígenas,
Organización del iniciativa de hidrocarburos en todo el
sobre la exploración sísmica en
Pueblo Indígena Norte de La Paz.” Oscar Coca, Ministro de
el norte de La Paz, mientras la
Mosetén Hidrocarburos. Opinión 20.07.09
Central de Pueblos Indígenas de La
Paz (CPILAP) afirma lo contrario.
jornadanet, 20.07.09
“Nosotros hemos sentido que hay una
Las organizaciones de las presencia de entidades ajenas a los propios
comunidades indígenas mosetén, pueblos que tienen presencia en la región
leco, tacana y chimán del norte de y además en el Sur del país. Para nosotros
La Paz denunciaron que la empresa estas son pruebas innegables de instituciones
petrolera Petroandina S.A.M. ingresó que tienen otros intereses.” Oscar Coca,
en el parque Madidi para hacer Ministro de Hidrocarburos. Opinión 20.07.09
la inspección del área. La Prensa,
30.07.2010
“existe intereses ocultos de algunas
YPFB Petroandina SAM informa Organizaciones No Gubernamentales
sobre registros sísmicos 2D en más de (ONG’s), como FOBOMADE, que nos están
70% de los 1093 kilómetros cuadrados haciendo quedar mal. Estamos de acuerdo
del Bloque Liquimuni en el norte de con el desarrollo del norte de La Paz, que va
La Paz. El cambio, 08.12.09 a beneficiar al Departamento y a Bolivia en
su conjunto” El Cacique del pueblo mosetén,
García Linera defiende a Petroandina Enrique Romero, jornadanet, 20.07.09
y señala que si se cumple con
la consulta a los pueblos. El Día
11.06.2010 “Nosotros como autoridades no podemos
dejar que suceda nada con nuestro territorio,
Después de un año la exploración en no podemos ser cómplices de ataques al
el norte de La Paz sigue en etapa de medio ambiente, así que controlamos hasta
interpretación y se espera perforar en los más mínimos detalles para precautelar el
el año 2012. Pagina 7, 23.03.2011 medio ambiente. Así hemos conseguido la
ficha ambiental, somos celosos vigilantes de
Carlos Villegas, anunció el jueves que nuestro territorio”,
la consulta pública a organizaciones
campesinas, para la perforación El Cacique del pueblo mosetén, Enrique
del pozo exploratorio en el bloque Romero, jornadanet, 20.07.09
Lliquimuni, en el departamento de La “tiene la línea sísmica ubicada en la parte del
Paz. ABI, 20.10.2011 Madidi”, a donde “ya entraron para hacer la
inspección”.

405
Juan José Anaya Giorgis
406
“Ésta va a afectar a la TCO (tierra
comunitaria de origen) Apolo y una parte de
la TCO Pilón Lajas, también la TCO de San
José de Chupiamona, y nosotros como TCO
Estado y Petróleo en Bolivia

Tacana estamos a unos metros”. Secretario de


Recursos Naturales del Consejo Indígena del
Pueblo Tacana (Cipta), Felzi Gonzales
En esa misión y en este objetivo, a la cabeza
de YPFB, hemos avanzado en el norte de La
Paz, donde habían comunidades campesinas
interculturales y pueblos indígenas y
con cada una de ellas hemos llevado ese
Petroandina anuncia que después planteamiento, hemos hecho las consultas
de los resultados de exploración respectivas y tenemos acuerdos firmados. La
sismica existe un posible reservorio gente sabe que la explotación del petróleo
de alrededor de 50 millones de ene esta región va a permitir un despegue
barriles de petróleo y un trillón de económico, va a favorecer a nuestros
pies cúbicos de gas. Se perforarán hermanos de la región, del departamento y
dos pozos en el futuro inmediato en del país” García Linera, El Día 11.06.2010
Lliquimuni central X-1 y Lliquimuni
norte X-2. Pagina siete, 20.10.2011
“Hasta el último trimestre del año
se terminará con la interpretación e
inmediatamente se hace la localización
del pozo exploratorio y en 2012 se hace la
perforación” Carlos Villegas Presidente de
YPFB, Pagina 7, 23.03.2011

“Ahora ya tenemos que hacer una consulta


pública con organizaciones campesinas que
se va a iniciar el día sábado” Carlos Villegas,
Presidente de YPFB ABI, 20.10.2011
La APG de Itika Guasu se opone a
que Petrobrás opere en el campo
Sábalo. La Razón, 21.09.09
“La consulta y participación ha llevado a que
todos los pueblos indígenas y organizaciones
de campesinos tengan una demanda por
El pueblo Weenhayek rechaza las
indemnización y compensación. En muchos
operaciones en Palo Marcado. La
casos esa demanda y compensación excede
Razón, 21.09.09
Itika Guasu – con creces a la disponibilidad de la empresa,
Petrobrás (Entre Rios) inclusive no guarda proporción con lo que
piden versus las inversiones que realizan.”
Carlos Villegas denuncia el
Carlos Villegas, Presidente ejecutivo de
sobredimensionamiento de las
YPFB. La Razón, 21.09.09
APG demandas indígenas. La Razón,
Weenhayek – BG
21.09.09
Pueblos (Tarija – Gran Chaco
indígenas de –Villa Montes) “A pesar de que se avanzo en otros
Itica Guazu y temas, como tierras, autonomía, demanda
El Presidente ejecutivo de YPFB
Weenhayek productiva, desarrollo rural, pero el del
Carlos Villegas, señala que no se
rechazan parque Aguarague esta pendiente todavía
cumplirá la inversión programada
actividades y si o si tenemos que reunirnos con el Jefe
CASO Campo por PETROBRAS y BG por la
petroleras en su APG de Estado” Quintin Valeroso, Capitán
Sábalo y Palo reformulación de planes de inversión
zona. Pueblos indígenas Grande de los Guaraniés. El Nacional Tarija,
Marcado y por las excesivas demandas de los
:Yaku Igua, 19.06.2010
pueblos indígenas. La Razón, 21.09.09
Weenhayek y
Comunidad Tucainty
“La consulta no fue un regalo del Ejecutivo,
Guaraníes esperan la presencia de
Parque Petroandina es un logro de los pueblos indígenas que
Caso Parque Evo Morales para tratar el tema de la
AGUARAGUE conseguimos con nuestras constantes luchas”
Aguarague consulta indígena pese al avance en
Gobierno – Evo Quintin Valeroso, Capitán Grande de los
pozo X-31 las negociaciones. El Nacional Tarija,
Morales Guaraniés. El Nacional Tarija, 19.06.2010
19.06.2010
YPFB – Dirección
General de Medio “Creo que existe un mal entendido entre
El dirigente dl CONAMAQ se
Ambiente las autoridades nacionales. El tema de la
pronuncia exigiendo la consulta a los
consulta indígena para nosotros va a seguir,
pueblos indígenas. El Día 11, 06.2010
porque esta dentro de nuestros derechos y
eso sin vuelta para nosotros” Teófilo Murillo,
dirigente de Itika Guazú. El Nacional Tarija,
La Dirección Nacional de Medio
19.06.2010
Ambiente denuncia que indígenas
no quieren actividad petrolera pero
chaquean. Erbol, 20.10.2010

407
Juan José Anaya Giorgis
408
“Ya le dijimos al presidente que si no se
da el proceso de la consulta a partir de
agosto empezaran los conflictos sociales en
Bolivia” Rafael Quispe, Representante del
Evo Morales pide a los indígenas no CONAMAQ. El Día 11, 06.2010
chantajear a empresas petroleras.
Opinión, 124.06.24 “No quieren actividad alguna, pero en la
zona hay actividad forestal de chaqueo,
Evo Morales declara en la X Cumbre ganadera, porque si hablamos de actividad
Estado y Petróleo en Bolivia

de los Estados del Alba que los netamente, igualmente estas afectan a la
indígenas obstaculizan el desarrollo zona” Mario Catarí, Director Nacional de
del país y que la última palabra la Medio Ambiente. Erbol, 20.10.2010
tendrá el Estado. Bolpress,28.06.2010
Quienes se oponen no lo hacen por defender
el medio ambiente “sino mas bien para
chantajear a la empresa o al Gobierno
La Asamblea del Pueblo Guaraní con otros objetivos de carácter personal”
de Yacuiba, amenaza con paralizar Opinión, 24.06.24
la construcción del Gasoducto de
Integración Juana Azurduy porque “El derecho a la consulta obstaculiza el
Ministerio de Medio Ambiente y desarrollo de Bolivia” Bolpress,28.06.2010
Agua emitió la ficha ambiental sin
consultarles para que la empresa
YPFB Petroandina incicie obras en “Hay otros proyectos que están fuera del
el Parque Aguaragüe. La Razón, área. Como organización podemos paralizar
28/08/2010 otras actividades que se han iniciado como
el (Gasoducto) Juana Azurduy, que está en
Gobierno informa que la nueva ley de pie. Si es que el Gobierno quiere hacer a la
Hidrocarburos respetará consulta a fuerza (exploración de petróleo en el parque
indígenas. Erbol, 12.10.2010 Aguaragüe), también nosotros nos vamos
a resistir al acuerdo que se está realizando”
Jorge Mneodza, Dirigente APG Yacuiba. La
APG todavía no decide el ingreso de Razón, 28/08/2010
Petroandina en el Aguarague porque
el gobierno no presentó no presentó
un Plan de Manejo medioambiental El “El Ministerio de Hidrocarburos junto
nacional, 12.11.2010 a los pueblos indígenas va a discutir las
propuestas de ambos sectores para llegar
a un consenso que nos permita tener una
nueva ley solida y que sea considerada
dentro de la Asamblea Plurinacional”, Omar
Quiroga, responsable de la Dirección General
de Gestión Socioambiental Erbol, 12.10.2010.
“Cuando difundimos información de manera
oportuna y completa a los pueblos indígenas
estos procesos se agilizan de manera
significativa, sin embargo se necesitan crear
más espacios de debates y mayor voluntad
política para agilizar estos procesos” Omar
Quiroga, responsable de la Dirección General
de Gestión Socioambiental Erbol, 12.10.2010.

“El Pueblo Guaraní tiene todo el derecho de


ver qué es lo que pasa dentro de su territorio
y por eso se hace la consulta y participación.
Antes venían las empresas e ingresaban en
nuestro territorio y no consultaban. Ahora
es diferente aunque es gracias a algunas
movilizaciones realizadas”, Quintín Valeroso,
Capitán Grande APG Yacuiba, El nacional,
12.11.2010

“El Pueblo Guaraní no tiene que quedar de


lado porque va a haber mucha actividad
hidrocarburífera en su territorio ancestral.
Debe estar permanentemente en este
proceso” Quintín Valeroso, Capitán Grande
APG Yacuiba, El nacional, 12.11.2010

Los guaraníes y Total acuerdan


la perforación del pozo petrolero “Nos estamos beneficiando las dos capitanía:
AQUIO-X 1001 y recibirán $300 MIL Alto parapeto e Irupaguazu porque es el área
Conflictos
y la ejecución de proyectos sociales. de influencias en las tierras comunitarias de
por Inclusión
Hoy Bolivia, 10.02.10 origen que abarca, A cada capitanía se ha
Guaraní en
Alto Parapetí e entregado 150 mil dólares, es decir 300 mil
el control
Iupaguasu dólares para ambas regiones. Se desarrollara
medioambiental
Se incorpora control social para proyectos productivos” Nelson Bartola,
de la
preservar el medio ambiente en la Secretario de Recursos naturales y Medio
perforación del
Total perforación del pozo. El nacional ambiente APG. Hoy Bolivia, 10.02.10
pozo AQUÍ – X
Tarija, 0.02.2010
1001

409
Juan José Anaya Giorgis
410
“Nosotros hemos sido muy cuidadosos y
respetuosos con los pueblos indígenas eso
nos ha ayudado en los estudios de impacto
ambiental, que se hicieron de manera
conjunta entre el pueblo Guarani y nosotros.
Ha sido una de las cosas más importantes
Total inicia segunda fase del proyecto
para nosotros.” Gastón Mugía, Gerente de
Estado y Petróleo en Bolivia

de valoración del patrimonio natural


Relaciones Institucionales Total. Hoy Bolivia,
Incahuasi. El nacional Tarija, 0.02.2010
10.02.10

La empresa Total asignará 300


“Si hay irregularidades, si se verifica la
mil dólares a los guaraníes por la
contaminación de las vertientes de agua
perforación del pozo AQUIO-X
tenemos la potestad para pedir una auditoria
1001 además de ejecutar proyectos
ambiental al Ministerio de Medio Ambiente”
sociales- hoy Bolivia, 10.02.2012
Hugo Molina, Monitor social APG El
nacional Tarija, 0.02.2010
Guaraníes desmienten denuncia del
monitor indígena sobre la restricción
“Este proyecto ha permitido, entre otros
de acceso al pozo AQUIO-X 1001
logros, registrar 125 especies de mariposas,
38 especies de escarabajos coprófagos, 39
especies de anfibios, 55 de reptiles, mas 180
Monitores indígenas ingresan al área
especies de aves y 82 especies de mamíferos,
de perforación para verificar daños
verificándose la gran biodiversidad del área
ambientales. El Nacional Tarija,
de Incahuasi” Informe de Total, El nacional
04.03.2010
Tarija, 0.02.2010

Morales denuncia estrategias para


“No estamos beneficiando las dos capitanía:
evitar exploración de hidrocarburos
Alto Parapetí e Iripaguatzu porque es el área
en Bolivia
de influencias en las tierras comunitarias de
ABI 10.07.2009
origen que abarca. A cada capitanía se ha
entregado 150 mil dólares, es decir 300 mil
dólares a ambas regiones. Se desarrollará
proyectos productivos” Nelson Bartolo,
Secretario de Recursos Naturales y Medio
Ambiente APG Hoybolivia, 10.02.2010
“Nosotros hemos sido muy cuidadosos y
respetuosos con los pueblos indígenas, eso
nos ha ayudado en los estudios de impacto
ambiental que se hicieron de manera
conjunta entre el pueblo guaraní y nosotros,
ha sido una de las cosas más importantes
para nosotros.” Gastón Mugía, Gerente
de relaciones interinstitucionales de Tota.
Hoybolivia, 10.02.2010

“Queremos entrar libremente no


condicionados como e viene planteando,
si o si deben darnos acceso al área de
perforación” Hugo Molina, en Erbol. Reporte
energía, 28.02.2010

“se falta a la verdad… de manera


malintencionada están intentando deteriorar
las buenas relaciones existentes entre la
empresa petrolera Total, la Secretaria de
Recursos Naturales y Medio Ambiente de la
APG, y el equipo de monitores e inclusive
van más allá porque podrían afectar nuestra
relación con nuestra máxima organización la
APG nacional” Nota Aclaratoria de la APG,
Reporte energía, 28.02.2010

“nos hicieron sentir muy bien desde un


principio, nos dieron la confianza necesaria
para hacer todas las preguntas que
quisimos” Hugo Molina, Monitor Indígena.
El Nacional Tarija, 04.03.2010

“Total es una empresa seria y responsable


que cumple con todas las medidas de
prevención para evitar contaminaciones al
suelo, agua y aire, eso es bueno porque nos
da la tranquilidad de que se está respetando
nuestro medio ambiente” Guaraníes. El
Nacional Tarija, 04.03.2010

411
Juan José Anaya Giorgis
412
“ellos siempre serán bienvenidos, en ningún
momento se les negó el ingreso, es más
para las próximas veces que vengan, se
coordinara con los responsables de las 8
empresas que trabajan en operaciones para
que les expliquen sobre los trabajos que
desempeñan” Representante de Total. El
Nacional Tarija, 04.03.2010
Estado y Petróleo en Bolivia

“Lamentablemente algunas ONGs usan


algunos dirigentes sindicales para oponerse
y no facilitan las licencias ambientales para
que haya más pozos y más petróleo” Evo
Morales, ABI 10.07.2009

“Están diciendo, en otras palabras, que el


pueblo boliviano no tenga plata, que no haya
IDH, que no haya regalías, pero también
van diciendo que no haya (el bono) Juancito
Pinto, ni la Renta Dignidad, ni el bono Juana
Azurduy” Evo Morales, ABI 10.07.2009

Gobierno – García
Linera, Evo Morales
Ministerio de la
Presidencia El gobierno decide aprobar el Decreto “Estamos nivelando los precios, no podemos
Conflictos
YPFB Supremo 748 que decreto incrementa mantener precios bajos aquí en Bolivia y
Organizaciones sociales por
Organizaciones el precio de los “líquidos”, entre en el extranjero altos, porque toda nuestra
sociales el decreto 748
sociales. COB, ellos, el diesel, la gasolina, la gasolina gasolina y diesel se va afuera como ríos.
campesinas y que establece
Magisterio Urbano especial, la gasolina de aviación. Hemos intentado proteger del contrabando,
urbanas el aumento en
de La Paz, FEJUVE El hemos movilizado a las Fuerzas Armadas,
el precio de la
Alto, Federación de todo hemos hecho, pero es imposible” Álvaro
Gasolinazo gasolina y el
cocaleros Ivirgazama La COB rechaza el gasolinazo García Linera, Vicepresidente de Bolivia,
diesel
y la a movilizarse. Erbol, 27.12.2010 26.12.2010 HIDROCARBUROSBOLIVIA.
Opinión :CBH
Gobernaciones
opositoras- Santa Cruz
“Ya no podemos subvencionar ni a los
Federación Sindical de Trabajadores
contrabandistas ni a los poderosos que
Petroleros de Bolivia (FSTPB)
tienen cinco carros o seis carros. Lo que
respalda el decreto que quita la
queremos es que esa plata de la subvención
subvención de diesel y gasolina.
la usemos en beneficio de los bolivianos,
hidrocarburosbolivia, 28.12.2010
de los más necesitamos” Álvaro García
Linera, Vicepresidente de Bolivia, 26.12.2010
HIDROCARBUROSBOLIVIA.
Se produce una masiva movilización
en El Alto en protesta contra el
gasolinaza. El Deber 31.12.2010
Las bases no permitirán que se consolide
el gasolinaza: ““Los dirigentes colgandijos
del gobierno permitieron que se vayan
LA a COD de Oruro rechaza
aprobando leyes contrarias a los
rotundamente el gasolinaza y llama a
trabajadores, como por ejemplo Pensiones.
movilizarse. La Patria, 31.12.2010
Nosotros que estamos en desacuerdo vamos
a actuar para defender la olla” Secretario
General de la Central Obrera Boliviana
La Central de Ivirgarzama, de la
(COB), Felipe Machaca, Erbol, 27.12.2010
Federación de Cocaleros Carrasco
bloquea la ruta a Santa Cruz
exigiendo la abrogación de decreto.
“Sabíamos que tarde o temprano el gobierno
FIDES, 30.12.2010
de Evo se bajaría la máscara. Éste aguardó
las fiestas de fin de año y vacaciones para
lanzar este mazazo en la economía de los
Evo Morales justifica la medida y
trabajadores” Federación de Trabajadores
anuncia que subirá el 20 por ciento
de Educación Urbana de La Paz, José Luis
a los salarios de la Policía, las
Álvarez. Erbol, 27.12.2010
Fuerzas Armadas y los trabajadores
médicos y maestros del Estado.
Hidrocarburosbolivia, 30.12.2010
“Apoyamos la decisión que ha tomado
el Gobierno Nacional de levantar la
subvención a estos combustibles porque con
La Cámara Boliviana de
esta medida creemos que se incentiva y se
Hidrocarburos destacó públicamente
garantiza la inversión en la producción de
el decreto del gasolinazo aprobado
líquidos que son necesarios para el país”,
por el Gobierno de Evo Morales
Domingo Vásquez, Secretario Ejecutivo
y anticipó que sus efectos serán
de la Federación Sindical de Trabajadores
positivos para la producción de
Petroleros de Bolivia, hidrocarburosbolivia,
líquidos. elsistemainfo,30.12.2010
28.12.2010

413
Juan José Anaya Giorgis
414
“Si hacemos un análisis en el tema de
a quiénes beneficiaba, evidentemente
fueron favorecidos grandes empresarios
Ministro Oscar Coca respalda la
de la agroindustria que consumían diesel
medida y dice que así se “sincera” la
subvencionado. En el fondo también se
economía. El País, 31.12.2010
beneficiaba a los contrabandistas que
movían cientos de miles de dólares”
Domingo Vásquez, Secretario Ejecutivo
Carlos Villegas, Presidente de YPFB
de la Federación Sindical de Trabajadores
informa que después del decreto el
Estado y Petróleo en Bolivia

Petroleros de Bolivia, hidrocarburosbolivia,


contrabando se redujo en un 50%
28.12.2010
y enfatiza en los beneficios para el
Estado. Erbol, 31.12.2010
“Rechazamos esta palabrería barata del
Gobierno y la lucha debe continuar hasta la
Evo Morales decide anular el
abrogación del (Decreto Supremo) 748” Jaime
decreto 748 alegando que gobierna
Solares, COD-Oruro, La Patria, 31.12.2010
obedeciendo al pueblo. Erbol,
01.01.2011
“Él es el último servil del imperialismo, es el
último escalón que le sirve al imperio, Evo
FEJUVE de El Alto desmiente a
Morales y compañía” Jaime Solares, COD-
García Linera y afirman que nuna
Oruro, La Patria, 31.12.2010
estuvierond e acuerdo con el
gasolinaza. Página Siete, 04.01.2011
“Debería decirlo desde el principio y no
desde ahora, luego de 5 años de Gobierno;
El gobernador de Santa Cruz,
el cojo le echa la culpa al empedrado, y esa
Rubén Costas afirmó que la emisión
es la incapacidad del Gobierno de no saber
del Decreto Supremos 748, que
gobernar con equilibrio y el de un socialismo
incrementaba el precio de los
falso que está practicando en el país”, Jaime
carburantes, fue una muestra que
Solares, COD-Oruro, La Patria, 31.12.2010
la nacionalización de Yacimientos
Fiscales Petrolíferos Boliviano (YPFB)
“Creo que en este momento nos estamos
fracasó. Anf, 03.01.2011
encontrando con las bases, porque son las
bases no tanto la Central, ahora las bases
se encuentran movilizadas y son más de
El Presidente Evo Morales realiza su
2,000 afiliados entre obras y mujeres, con el
informe de gestión y se deslinda de
Comité Cívico somos cerca de 8,000 personas
las responsabilidades del gasolinaza.
que vamos a estar presenciando esto, ya es
La prensa, 23.01.2011
demasiado esto. En este momento estamos
pidiendo que se suspenda el gasolinazo”
Dirigente Ivirgazama, FIDES, 30.12.2010
“A mí no me interesa la imagen de Evo
Morales, lo que me interesa es cuidar
la economía nacional” Evo Morales,
Hidrocarburosbolivia, 30.12.2010
“Si fuera dirigente, yo también haría eso,
entiendo la situación del dirigente sindical.
Pero si somos realistas, eso es permitir
que el Estado pierda plata” Evo Morales,
Hidrocarburosbolivia, 30.12.2010
si no subía el precio de los carburantes, las
inversiones petroleras para la producción de
combustibles líquidos no tendrían incentivo,
por lo que agregó que si anula la medida
estaría haciendo un “daño económico a
corto, mediano y largo plazo a Bolivia”. Evo
Morales, Hidrocarburosbolivia, 30.12.2010

“Siempre hemos opinado que los


subsidios generan especulación, precios
ficticios y finalmente, al reacomodarse a
la realidad, generan un fuerte impacto en
la población. En ese sentido, el hecho de
mantener congelados los precios de los
combustibles durante los últimos seis años,
ha acumulado una carga cada vez más
costosa e insostenible de financiar para el
Estado en relación con la realidad de precios
internacionales” Comunicado de Prensa
CBH, elsistemainfo,30.12.2010

“Debido al contrabando, el año que hoy


termina, unos 150 millones de dólares
salieron del país, los que cada uno de los
bolivianos terminó pagando el consumo de
carburantes en los países vecinos. Esto no
es justo, no es ético, no es correcto, si es que
hay una subvención debería ser para los
bolivianos y bolivianas y preferentemente
para aquellos de bajos recursos e ingresos”,
Oscar Coca, Ministro de la Presidencia El
Pais, 31.12.2010

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Juan José Anaya Giorgis
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“Si se hubiera hecho de manera gradual en
cada oportunidad de elevación hubiéramos
tenido que soportar niveles inflacionarios
que no es deseable, esas son las razones
esenciales por las que se toma esa decisión,
por una y por otra se toma la decisión
de hacerla de una única y no de manera
gradual” Oscar Coca, Ministro de la
Estado y Petróleo en Bolivia

Presidencia El Pais, 31.12.2010

“Hubo una reducción considerable de la


compra de diesel, al igual que la gasolina.
A pesar de que con el nuevo precio la
nivelación se ha dado, (el valor de los
combustibles) sigue por debajo del precio
de los países limítrofes” Carlos Villegas,
Presidente de YPFB, Erbol, 31.12.2010

“Si se hubiera seguido subvencionando


la situación financiera del TGE se tornaba
delicada, porque la subvención que sale de
las arcas del Estado este año va a llegar a
380 millones de dólares. Si hubiese seguido
(esta situación) el 2011, se estimaba alcanzar
500 millones de dólares. Así, sucesivamente,
iba aumentando el subsidio en desmedro
de las finanzas públicas y, particularmente,
limitaba, coartaba la posibilidad del gobierno
de iniciar y enfocar otro tipo de actividades
y proyectos en beneficio de la población”
Carlos Villegas, Presidente de YPFB, Erbol,
31.12.2010

“Es necesaria la medida, pero no es


oportuna; he escuchado, he entendido
las recomendaciones de trabajadores y
organizaciones sociales” Evo Morales, Erbol,
01.01.2011
“El golpe fue duro para la economía
nacional, pero somos responsables con
el pueblo boliviano” Evo Morales, La
Razon,01.01.2011

“Vicepresidente le digo, póngase bien los


pantalones para dirigirse a la ciudad de El
Alto”,
“Que el Presidente dijo que ha consensuado
con la Fejuve de El Alto el decreto 748, yo
le digo señor Vicepresidente, usted es una
persona mayor, una persona joven le dice,
no sea mentiroso, no trate de embarrar una
gloriosa Institución indicando que nosotros
como dirigentes nos hemos vendido y hemos
negociado este decreto supremo” Ruben Paz,
Fejuve El Alto, Página Siete, 04.01.2011

“La política de hidrocarburos es un fracaso


porque ha sido mal ejecutada y obviamente
YPFB ha sido mal administrado. Esto se cae
de maduro y ahora todo el mundo lo puede
ver de manera nítida todo fue discurso y
demagogia” Ruben Costas, Gobernador de
Santa Cruz Anf, 03.01.2011

“Este gabinete, el Presidente y el


Vicepresidente salvan su responsabilidad
diciendo la verdad ante el pueblo. Este es
un cáncer. Bueno sería convocar a un debate
nacional, cumbre de movimientos sociales,
para decidir el tema. Ahora le toca al pueblo
boliviano también salvar su responsabilidad,
si somos responsables con las futuras
generaciones sobre este tema del precio
de los líquidos”, Evo Morales. La prensa,
23.01.2011

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Juan José Anaya Giorgis
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Los pequeños productores de arroz
de la provincia Sara, en Santa Cruz,
decidieron tomar el pozo petrolero
Beto Suárez en medida de presión
Productores
para que el Gobierno compre sus
de arroz
Estado y Petróleo en Bolivia

productos a precios razonables. “Desde las cero horas de hoy hemos


Toma de campos toman campos
Productores de Arroz erbol,06.03.2012 cerrado las válvulas, y mantendremos esta
petroleros por petroleros
medida hasta que el Gobierno no nos mate
productores de pidieron precios
Gobierno Paran siete campos petroleros de hambre”, Pedro Esquivel, Dirigente
arroz razonables en la
(Humberto Suárez Roca, Palometas Productores de arroz. erbol,06.03.2012
venta de arroz al
NW., Los Cusis, Patujusal, Junín,
gobierno
Santa Rosa W. y Santa Rosa) en la
provincia Sara debido al conflicto por
la compraventa del arroz. Correo del
Sur, 07.03.2012
La presente edición se terminó
de imprimir el mes de agosto de 2018
en Talleres Gráficos “KIPUS”
c. Hamiraya 127 • Telf./Fax.: 591- 4 - 4582716 / 4237448
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