Royalty Minero Apuntes Mineros

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ROYALTY MINERO

ROYALTY MINERO
Apuntes para la Discusión sobre el Royalty en Chile
Mayo de 2021

El rol de la minería no solo será importante para la recuperación económica y social del
país, manteniendo la actividad productiva y de servicios durante la pandemia, su
contribución también será fundamental para contribuir a enfrentar de buena forma los
importantes desafíos que tiene por delante nuestro país en diversos ámbitos, como
educación, salud, y en general, para mejorar las condiciones de vida para todos los
chilenos. Muchas son las perspectivas y puntos de vista que surgen para materializar
esa contribución, respecto a lo cual queremos aportar algunas reflexiones desde el
punto de vista técnico, respaldados por muchos años de experiencia trabajando en esta
industria.

Gran parte de esta discusión se ha focalizado entonces, en definir la mejor manera de


distribuir la riqueza generada por la actividad minera a través de la empresa privada
considerando que el Estado de Chile es el dueño del recurso a extraer.

En los últimos meses, tal discusión se ha focalizado en definir la pertinencia o no, de la


aplicación de un Royalty minero en Chile. Sin lugar a duda, el contexto actual,
caracterizado por la necesidad de financiar las múltiples necesidades originadas por la
pandemia, sumado a la tendencia alcista en el precio de los metales, ha precipitado la
discusión sobre la conveniencia para el país, en la aplicación de royalty sobre la
producción de cobre, equilibrando la necesidad de sostener una condición que posibilite
el desarrollo de la industria minera desde una perspectiva de largo plazo, con una
adecuada distribución de las utilidades generadas, entre las empresas productoras y el
Estado de Chile..

En nuestra opinión, el tema es tan relevante para el futuro no sólo de la minería, sino
de la sociedad chilena en su conjunto, que se requiere una discusión profunda e
informada al respecto, que objetívese la información de base, sobre la cual se deben
tomar las decisiones en beneficio de todos..

Un aporte a esa discusión es lo que procura entregar este documento.

Royalty Minero – Alcance del Concepto

En la definición del royalty hay tres conceptos involucrados: por un lado, está el
propietario de un derecho; por otro, quién desea hacer uso de éste y, finalmente, el
pago por aquel derecho. De acuerdo con la Constitución, el Estado Chileno es dueño
de los recursos productivos. Sin embargo, traspasa el derecho de extracción del mineral
a las empresas privadas.

El Royalty es una forma de proteger la captura de riqueza por parte del Estado, respecto
de la explotación de recursos naturales por parte de los privados. Si bien técnicamente
no es un impuesto, su aplicación permite asegurar que el Estado captura imposiciones
con independencia de la ingeniería tributaria que hagan las organizaciones.

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La Discusión sobre el Royalty

Varias son las posturas y posiciones respecto del Royalty en minería. Las más
prevalentes son las siguientes:

● Se dice que aumentar los impuestos sobre la actividad minera desincentivará la


inversión extranjera. Argumentan que no es claro que la minería soporte
impuestos adicionales y que no se puede evaluar su contribución futura mirando
un pasado sustentado por buenas leyes de cabeza a la mano (que serían
inexistentes en la actualidad), con una explotación a escape libre, sin
regulaciones ambientales como las actuales que encarecen de manera
importante el proceso minero (agua más cara, compensaciones varias, cientos
de compromisos adicionales). La principal argumentación que sostiene esta
posición es que, durante la última década, la industria minera mundial ha tenido
serias dificultades para mantener su tasa interna sobre el capital, tal como lo
ocurrido en el período transcurrido desde el 2005 al 2015 .La razón de esta
situación se debió principalmente al término del súper ciclo, no logrando el
objetivo de los proyectos de capturar los altos precios. Algunos, incluso, señalan
que la rentabilidad actual de los productores de mayor costo es tan marginal y
menor, que el aumento de los impuestos o del Royalty los forzaría a cerrar las
operaciones, disminuyendo el tamaño de la industria y, por ende, la recaudación
potencial por parte del Estado.

● Una segunda posición, opuesta a lo anterior, sostiene que, más allá de las
dificultades cíclicas que efectivamente pueda presentar el negocio minero, la
minería es un negocio de alto retorno, y que en la situación impositiva actual el
Estado de Chile le está regalando sus recursos naturales a los privados y
corporaciones extranjeras. Argumentan que, pese a todo, la minería puede
mantener altos niveles de rentabilidad , mas aun si se considera la
incorporación de tecnología que transforme los procesos productivos, lo cual
generaría mayores espacios de rendimiento económico .Defienden que el
Estado debe cobrar una parte significativa de la renta económica de las
empresas mineras, en el entendido de que tales rentas son ganancias
“excesivas”. Más aún, desde esta posición se señala que abstenerse de cobrar
la renta no solo implica dejar de ganar, sino reducir el patrimonio de Chile.

Apuntes para la Discusión


Respecto de las posiciones expuestas en los párrafos anteriores, cabe señalar lo
siguiente:

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Una primera aproximación para entender el problema, podemos obtenerla a través del
análisis de lo que Codelco ha significado para el país…
Con un tercio de la producción total, la minería estatal ha generado más de la mitad de
los ingresos y riquezas que captura el Fisco por las actividades de este sector. En
efecto, desde su creación Codelco le ha aportado cerca de US$ 120.000 millones (en
moneda de 2021) a las arcas fiscales, en comparación con una suma similar entregada
por la empresa privada pero sobre dos tercios de la producción nacional de cobre.. es
posible entonces, equilibrar de mejor manera los aportes del sector privado teniendo la
referencia de lo aportado por Codelco ¿?...Un segundo elemento a considerar son las
tasas de rentabilidad obtenida… sabemos que hasta hace poco el precio de incentivo
del cobre para estimular la inversión era de 3 US$/lb, con este, se aseguraba un retorno
adecuado, cercano a dos dígitos.. pero que pasa en un escenario de súper ciclo, con el
precio disparado ¿?… se originan los que los economistas denominan rentas o en
simple utilidades excesivas por sobre o muy por encima de la expectativa de
rentabilidad de quien hizo la inversión…es en este espacio donde el concepto de royalty
parece tener cabida.
De modo que urge discutir y definir una fórmula de cálculo que mantenga la
competitividad del país por una parte y que por otra, procure recaudar de una forma
más simétrica los excedentes generados en el negocio. Tal discusión, en nuestra visión,
debe plantearse sobre los siguientes considerandos:
1. Comparativa exhaustiva de las tasas impositivas reales que afectan a las
operaciones mineras en Chile y en otros países.
2. Datos objetivos y transparentes respecto de la situación de rentabilidad
económica real de las empresas mineras que operan en Chile.
3. Conocimiento experto de la situación productiva actual y futura de la industria
minera en Chile.
4. Contexto social para el establecimiento de un Royalty a la minería.

Comparativa exhaustiva de las tasas impositivas reales que afectan a las


operaciones mineras en Chile y en otros países

En Chile ya existe un Royalty a la minería, creado por la centroizquierda política.


Quienes ostentan una posición crítica al estado actual de esta herramienta señalan que
lo que se percibe en términos efectivos por este llamado “Royalty” es tan bajo, algo así
como un 1% de lo que producen las empresas, que ni siquiera alcanzaría para
compensar por el agua que las mineras utilizan, lo cual justificaría la revisión
actualmente en curso en el parlamento.

Por otro lado, recientemente se ha publicitado en la prensa que el proyecto de Royalty


que se está votando en el parlamento aumentaría a 82% la carga impositiva de las
empresas mineras. Se ha indicado también que eso perjudicaría la posición competitiva
de Chile para capturar inversiones extranjeras, duplicando la carga actual (40,3%) y
quedando muy por sobre competidores directos tales como Australia (44,6%), Perú
(40,7%), Columbia Británica (40,1%) y México (41,6%). De igual manera, desde la

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Sonami se ha indicado que el efecto inmediato de esta medida sería el cierre de parte
importante de los productores de mayor costo en el corto plazo, y un aumento del riesgo
futuro de las operaciones que tienen invariabilidad tributaria hasta el año 2023.

Variados informes y reportes se han generado al respecto desde el Consejo Minero o


desde la Sonami. Sin embargo, si bien son altamente informativos, no permiten
despejar las dudas que razonablemente existen en estas materias, por provenir de
organismos gremiales que, sin tener intencionalidad negativa al respecto, tienen
grandes intereses que defender. Esta posición ha sido incluso avalada por el Ministerio
de Minería. Sin embargo, no es menor que estudios independientes sobre carga
tributaria de la minería en Chile y Perú concluyan que en Chile la tasa impositiva real a
las utilidades de los últimos años no ha sido 40,3% sino levemente por sobre el 17% en
promedio. De igual manera, señalan que el impuesto específico a la minería realmente
pagado sería de 3,7% promedio en el mismo período, y que es muy difícil que alguna
vez se den las condiciones para que alcance alguna vez la tasa máximo nominal de
12,3%. Por consiguiente, desde esta perspectiva, la tasa impositiva total promedio de
los últimos 20 años (incluyendo el impuesto específico) sería de poco menos de 21%,
bastante por debajo del 40,3% nominal y de las tasas referentes de otros países
mineros presentadas más arriba. Lo anterior conduciría a suponer que, en la práctica,
el efecto del nuevo Royalty no sería necesariamente el pronosticado por las empresas
mineras.

Este es un tema muy relevante para el futuro del país. Los datos y resultados de
estudios no son unívocos ni concluyentes, por lo que, en nuestra opinión, parece
absolutamente necesario contar con un informe comparado generado por especialistas
independientes, en lo posible internacionales, con fuentes de información
independientes y globales, que permitan a los parlamentarios superar el riesgo de tomar
decisiones sin información (como parece ser el caso de quienes están a favor del nuevo
Royalty) o con información parcial (como parece ser el caso de quienes se oponen al
nuevo tributo).

Datos objetivos y transparentes respecto de la situación de rentabilidad real de


las empresas mineras que operan en Chile

Por otro lado, para decidir respecto de un posible Royalty, no basta con considerar la
tasa impositiva en sí misma, sino que también es necesario recurrir al concepto de
“Renta Económica”.

La actividad minera en Chile es altamente rentable. Algunas empresas incluso han


tenido ROCE superiores al 30% por varios períodos sostenidos. Es efectivo que la
rentabilidad de las empresas ha ido disminuyendo, pero en este tema, como en tantos
otros, la falta de información clara y fluida lleva fácilmente a propuestas equivocadas.
Hoy es poco clara la base de cálculo de la rentabilidad de las empresas sobre las cuales
se calculan los impuestos que pagan, como tampoco hay mucha claridad respecto
cuánto recibe el Estado por concepto de Royalty.

Al respecto, se han propuesto metodologías de evaluación de la renta económica


obtenida por los productores mineros, las cuales muestran que, incluso siguiendo
supuestos conservadores, varios actores mineros, sobre todo los más grandes, han

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obtenido rentas por sobre el flujo neto de utilidad contable en valor presente. Estos
estudios de economistas independientes han señalado que la renta económica de los
actores privados en las últimas décadas sería de más de USD 75.000 millones, los que
sumados a los US$ 62.500 pagados en impuestos supera a los aportes totales de
Codelco en el mismo período.

En este contexto, algunos expertos proponen la práctica de gravar de manera


significativa las ganancias de capital por encima de su retorno normal. Lo que plantean
es compartir las rentas económicas desde una perspectiva de largo plazo, y que eso no
afectaría los incentivos para invertir en el corto y largo plazo. Supone un entendimiento
más sofisticado de los procesos productivos, y la convicción de que de este modo los
incentivos a la producción no se afectan porque la extracción de un recurso natural no
necesita del subsidio vinculado a la obtención de rentas económicas. Incluso se han
relevado experiencias comparadas que pueden servir de base para esta discusión
profunda. Noruega, por ejemplo, ha logrado crear el fondo soberano más grande del
planeta -un millón de millones de dólares- justamente gracias a su capacidad de captar
gran parte de las rentas generadas por la extracción de petróleo, que en el caso de
extracción privada es a través de un impuesto específico de 55% por sobre el impuesto
a las utilidades de 23%. Con este fondo, no sólo se han estado preparando para cuando
este recurso deje de existir o sea remplazado, sino que anualmente a través de su
rentabilidad cubren hasta un 20% del gasto público, y en este período extraordinario de
pandemia les permitió acceder a US$ 40 mil millones extra, más que todo el
presupuesto público chileno en un año normal.

No estamos diciendo que en Chile debamos replicar la experiencia de Noruega de


manera directa. Lo que queremos señalar es que, por una parte, desde una perspectiva
estratégica, parece evidente que hay algunas preguntas que no han sido abordadas y
que no pueden seguir evitándose: ¿Es efectiva la renta económica en la industria
minera? ¿Por qué la industria minera necesitaría esas rentas económicas? ¿Cuál es el
nivel de ganancias ético o correcto? ¿Cuál es el nivel de subsidio requerido por parte
del dueño del recurso, que justifica la inversión?

Por consiguiente, al igual que con la tasa impositiva efectiva, se requieren revisiones y
análisis de actores independientes, con acceso amplio a las bases de datos que
permitan obtener información precisa y completa.

Situación productiva actual y futura de la industria minera en Chile

La minería es esencial para la civilización actual. Provee metales necesarios para el


desarrollo de tecnología. Los productos mineros son un componente básico de muchos
bienes que son un aporte fundamental a la humanidad, aumentando la calidad y
expectativa de vida de las personas.

Cualquier país que tenga una ventaja competitiva en recursos mineros (o en otros
recursos) debe explotarlos. Chile es el país con mayores recursos mineros en el mundo.
Es responsabilidad y obligación del Estado con sus ciudadanos capturar esos
beneficios. Ahora bien, administrar de manera rentable y sustentable un negocio minero
es una actividad altamente técnica, que requiere conocimientos especializados

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respecto de la naturaleza de los recursos explotados, las posibilidades de los procesos


productivos y las condiciones económicas y financieras que hacen posible la captura
de valor. Tal conocimiento debe tener una consideración central en el proceso de
discusión sobre el Royalty a la minería.

Una revisión experta y más detalla de la situación actual y perspectiva futura del sector
minero en Chile, se presenta en el documento anexo: “Una Mirada a la Minería y sus
Desafíos”.

Contexto social para el establecimiento de un Royalty a la minería

Las razones sociales para establecer un régimen especial de tributación son claras.

Primero, se está usando un recurso no renovable, lo que provoca una pérdida


patrimonial no considerada dentro de los costos de las empresas. Segundo, el
agotamiento de dichos recursos provoca otros problemas asociados, como la futura
desaparición de muchas zonas geográficas centradas en la actividad minera. En Chile,
el caso de las localidades que nacieron en torno al salitre, o por ejemplo Lota -ubicada
en torno a la mina de carbón- grafican los efectos que provoca el cierre de faenas sin
la existencia de planes de reconversión u otras alternativas para dichos lugares. En
tercer lugar, la mayoría de los beneficios de la producción de la gran minería son
destinados a las casas matrices de las empresas que están ubicadas en países
desarrollados, no en Chile. Esto significa que no sólo se provoca una pérdida
patrimonial, sino que además los beneficios de la extracción no son recibidos por la
sociedad chilena, a modo de retribución por la merma causada. Cuarto, la minería es
lo que en economía se denomina “islas de desarrollo”, ya que genera poco empleo
directo. Actualmente aporta un 2,9% del empleo total en Chile, es decir, es el segundo
sector con menor aporte a la ocupación, después de la electricidad, agua y gas. Junto
a ello, esta actividad produce pocos eslabonamientos productivos con otros sectores,
lo que en términos simples significa una baja interacción con otros sectores
económicos.

Conclusión

La minería es una actividad económica de gran importancia para el desarrollo y


bienestar del país, sino la más importante.

Los profesionales que suscribimos este documento postulamos que la discusión sobre
el Royalty es necesaria y legítima, y que debe plantearse sobre datos objetivos y, sobre
todo, independientes. La situación actual de los datos publicitados en el contexto de la
discusión sobre el Royalty evidencia que no son unívocos, que son altamente
disputados y que, por lo mismo, no constituyen una base sólida de antecedentes
técnicos para ayudar en la discusión política.

Del mismo modo, esta discusión política es una oportunidad inmejorable para
establecer mecanismos y metodologías estándar, transparentes y conocidas para

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calcular la carga tributaria y la rentabilidad sobre capital reales de las empresas mineras
que operan en Chile. Sólo a partir de lo anterior será posible evaluar, con conocimiento
y justificación, la pertinencia de propuestas impositivas nacionales e internacionales,
como la que señala Sheldon, del Banco Mundial, en cuanto a establecer un rango de
tasas cuya recaudación efectiva dependa del precio del cobre.

Pero por eso mismo es importante que el estado lidere una discusión seria y profunda
al respecto y que asegure que las tasas impositivas de la actividad minera sean justas
(en comparación con otros países OCDE mineros), sin dejar de ser competitivas. Por
otro lado, el aparato administrativo público también tiene una gran responsabilidad.
Debe asegurar que los impuestos a las riquezas generadas por los privados
efectivamente vayan al fisco. Es el caso de una de las empresas mineras en Chile ,
que operó durante muchos años en nuestro país, llevándose utilidades y no pagando
impuestos por más de 14 años, es un muy buen ejemplo de cuando esta tarea estatal
no se cumple, o se cumple de manera negligente. No debe haber espacio para la
ingeniería tributaria en estos ámbitos.

En el contexto post pandemia, entonces, el Estado debe poner mucho énfasis en


discutir y validar tasas impositivas justas y competitivas, y mejorar su desempeño en
recaudación efectiva de impuestos. Entablar esta discusión con altura de miras es un
deber político y social, que debe desarrollarse con responsabilidad profesional e
independencia técnica.

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UNA MIRADA A LA MINERÍA Y SUS DESAFÍOS


Apuntes para la Discusión sobre el Royalty en Chile
Mayo de 2021

SITUACIÓN ACTUAL DE LA INDUSTRIA MINERA EN CHILE

Los productos mineros están presentes en la tecnología, en el transporte, en las


urbanizaciones, en las telecomunicaciones, en prácticamente todos los aspectos del
desarrollo de las sociedades, aumentando la calidad y expectativa de vida de las
personas. Su demanda será creciente en tanto no surjan sustitutos competitivos en
precio y funcionalidad.

Cualquier país que tenga una ventaja competitiva en recursos mineros (o en otros
recursos) debe explotarlos. Chile ha sido y es un país con ventajas competitivas por lo
que es una responsabilidad del Estado con sus ciudadanos capturar esos beneficios.

Características de la Base Geológica Minera en Chile

Una amplia base minera

Chile es el país con mayores recursos-mineros en el mundo. En cobre y en nitratos


naturales es el número uno. En el caso del litio (recurso estratégico del futuro), con el
33% de las reservas, es el número dos. En molibdeno también es el segundo a nivel
mundial, con un 21% de las reservas. No obstante lo anterior, después de más de un
siglo de explotación nos vemos enfrentados a numerosos riesgos y desafíos para
sustentar el futuro inmediato de la actividad minera.

Existe un conocimiento amplio de la base geológica del país y hay un cierto consenso
en que hay una bajísima probabilidad de encontrar un nuevo yacimiento tan potente
como lo han sido Chuquicamata, El Teniente, Escondida, Collahuasi, Los Pelambres.
Dichos yacimientos tienen décadas de explotación y han llegado o están llegando a
zonas complejas de explotación, ya sea por la dureza de la roca, sus complejidades
minero-metalúrgicas o su geotecnia. En palabras simples, Chile ya “se comió el filete
minero” y lo que viene es “una cazuela con algunas partes buenas”.

Un sector heterogéneo

Los yacimientos mineros presentan una amplia diversidad, ya sea por la calidad de sus
leyes, las características de su entorno, sus sistemas de explotación, la propiedad de
su administración, entre otros aspectos, que exigen análisis diferenciado.

Un negocio de alto riesgo

Las zonas de interés geológico requieren de campañas de exploraciones muy costosas


(centenas de millones de dólares al año) cuyas probabilidades de éxito son muy
escasas: menores al 1%. La minería es un negocio de alto riesgo donde muchas veces

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el capital queda sólo en buenos intentos de exploración geológica. A esta dificultad se


suma el hecho que muchas zonas de interés geológico están concesionadas a actores
pasivos que no invierten en su conocimiento y no dejan que otros lo hagan, pagando
un derecho bastante menor por mantener inerte un potencial activo.

Una actividad intensiva en capital

Desarrollar y explotar un yacimiento requiere grandes capitales. Requiere invertir


permanentemente para ir reponiendo la base minera y habilitarla para su explotación
rentable y sustentable. Desafía permanentemente a una cadena de suministros,
proveedores de ingeniería, de equipos, de servicios y contratistas especializados.
Muchos de ellos provienen de empresas globales. A mayor especialización, mayor
globalidad.

Un negocio que debe transitar hacia la sustentabilidad

Existen recursos minerales abundantes y, aun hoy, de alta calidad, ubicados en zonas
de alto interés patrimonial (ambiental, social, cultural) que dificultan una explotación
viable del punto de vista económico y sustentable: es el caso de Andina y Anglo. El
desarrollo y explotación de estos recursos no es inocuo ambiental y socialmente. Se
requieren grandes inversiones y compensaciones para alcanzar una baja afectación al
patrimonio ambiental y social, y ello debe ser acompañado por políticas públicas con
amplio apoyo político.

Restricciones y Requerimientos del Entorno a los Procesos Productivos

Una actividad con externalidades complejas

Por lo general, los yacimientos del norte del país se ubican en zonas poco pobladas,
con presencia de pueblos originarios, con escaso desarrollo de infraestructura y alejada
de los puertos que permiten su conectividad con proveedores y el mercado.

Hasta ahora, la minería ha asumido el costo del desarrollo de la conectividad y ha


habilitado los territorios para una adecuada continuidad operacional de su explotación
minera. Las externalidades positivas de dichas operaciones las ha asumido -en parte–
el Estado, la comuna y en especial la gente que habita dichos territorios.

Zonas con alta dependencia del PIB minero

Al respecto, se aprecia una industria de clase mundial que coexiste con un desarrollo
educacional, cultural, social y tecnológico muy desigual. Los enclaves mineros del norte
muestran un desarrollo económico centrado en la actividad minera apoyada por
proveedores y contratistas que traen sus recursos desde fuera del territorio y se los
llevan de regreso, quedando una utilidad residual marginal para la zona local. Tal
estrategia de desarrollo no contempla una economía territorial post minería. Se

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requieren estrategias de desarrollo productivo para cada territorio donde se defina el rol
de la minería.

Competencia por el agua

La minería requiere agua para sus procesos, justamente donde este recurso es escaso,
el Norte de Chile. A pesar de que el consumo de la minería es del orden del 3% del total
disponible, frente a la presión de la ciudadanía, la industria minera ha optimizado su
uso logrando significativas disminuciones, hoy con valores cercanos a un rango de 0,4
m3 por tonelada tratada en el proceso tradicional (concentración) y 0,11 m3 en el
proceso hidrometalúrgico. No obstante este significativo logro, la tendencia es el uso de
agua de mar, debido a lo cual la industria minera ha enfrentado un incremento del costo
del agua para sus procesos, de entre 8 y 12 veces el valor histórico, fundamentalmente
como consecuencia del alto costo unitario de la energía en Chile. El costo de la energía
en Chile es uno de los más altos del mundo, incidiendo en un porcentaje importante del
costo directo de la minería, aunque actualmente tal situación está en evolución y se
prospecta con tendencia positiva por el surgimiento de las energías renovables no
convencionales (ERNC).

Las barreras de un mercado regulado por los países desarrollados

A las dificultades anteriores, se suma la exigencia de los mercados que reflejan la


necesidad de cautelar por un desarrollo sustentable. El mercado expresa el sentir
ciudadano de preservar un equilibrio de los ecosistemas y que percibe que la industria
de las materias primas es agresiva con la naturaleza, causando daños irreversibles al
entorno ya sea por uso intensivo de combustibles fósiles y sus grandes emisiones de
gases de efecto invernadero (1,5 miles de toneladas de CO2 equivalente por tonelada
fina, como emisión directa) que dañan la atmósfera, o por afectaciones significativas a
los cursos de agua señalados, o por grandes depósitos de residuos sólidos o líquidos,
o por alteraciones de los sistemas de vida de pueblos originarios o comunidades
circundantes. Dichas exigencias del mercado se traducen en una demanda progresiva
de un commodity con una huella ambiental trazable, conocida y sustentable. Se
enfrenta, entonces, un claro desafío de construir una Minería limpia, transparente y
participativa, sustentable, que recoja el clamor ciudadano respecto del medio ambiente,
de las comunidades y del tipo de país en el que quieren vivir. Esto es valioso para la
humanidad, pero costoso para el productor.

Contener los costos, aumentar la productividad

El desarrollo y explotación futura de la minería en Chile será cada vez más costoso. Los
distintos estudios de Cochilco y comisiones especializadas han identificado los factores
que explican la pérdida de competividad de la actividad minera nacional y cada empresa
está haciendo lo suyo para mejorar su desempeño según su propia realidad.

En suma, mantener el actual ritmo de explotación, significará mayores costos de


producción, por lo que, para mantener las utilidades vistas en las últimas décadas, se
requerirán aumentar el ritmo de las transformaciones tecnológicas e iniciativas de

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gestión para mejorar la productividad. Solo esto hará posible beneficiar recursos que
hoy, con los actuales estándares de gestión y tecnológicos, no resultan rentables.

Desafíos y oportunidades del mercado

El mundo necesita cobre, pero no cualquier cobre

El desarrollo acelerado de China y la estrategia de desarrollo que impulsa en países


vecinos del continente asiático, la electro movilidad, el crecimiento en bloque de los
países en vías de desarrollo, y el aumento esperado de la población mundial
constituyen una fuerza hacia el aumento de la demanda de cobre que puede beneficiar
a la industria en los próximos años. Respecto de los países desarrollados, el
surgimiento de temas sociales y de gestión más complejos y exigentes, tales como el
calentamiento global, el efecto invernadero, producidos por el uso de petróleo, carbón,
y la generación indiscriminada de CO2, fomentan la necesidad de encontrar sustitutos
sustentables para todas esas fuentes de energía, focalizando el desarrollo de la
electrificación de los procesos y el uso de energías renovables ERNC. Esto implicará
una alta demanda de cobre, cuya oferta estará sujeto a que la industria minera sea
capaz en el futuro mediato de rentabilizar recursos mineros francamente de menor
calidad y complejidad

Sin sustentabilidad, no hay minería

Los principios del desarrollo sostenible de las Naciones Unidas serán las
especificaciones que deberá cumplir el cátodo de cobre. La actividad minera deberá
certificar sus procesos y productos con estándares compatibles con el desarrollo
sostenible. La sociedad lo pide y el mercado lo exige: cobre con sello verde.

Sin innovación, muchos yacimientos cerrarán

La minería ha sabido responder a la pérdida de competitividad de su base minera (leyes


más bajas, distancias de acarreo mayores, minerales más duros, profundos y
complejos) incorporando tecnología e innovaciones (robotización, remotización,
transformación digital) Y, deberá aumentar el ritmo de estas transformaciones para
responder simultáneamente a una mayor efectividad operacional como una disminución
acentuada de su huella ambiental, social, laboral, de derechos humanos, pueblos
originarios, impactos en comunidades adyacentes. La minería necesita el desarrollo de
conocimientos que se transformen en tecnologías que permitan la caída de los costos
de explotación, habilitando de tal modo recursos geológicos más complejos.

El costo del sustituto es el techo del precio

Los mayores costos no se pueden traspasar al precio. Los ciclos de altos precios no
sólo conllevan el riesgo de aumento en el procesamiento de chatarra (de 3 millones a
6 millones), sino también fomentan e incentivan la búsqueda de sustitutos para el cobre.
Así como la búsqueda de sustitutos es permanente, también debe serlo la gestión de
costos.

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ESTRATEGIA DE FOMENTO, DESARROLLO Y CRECIMIENTO DE LA ACTIVIDAD


MINERA

Durante la crisis sanitaria, la gran minería adoptó tempranamente los ajustes necesarios
para preservar la salud de las personas y mantener la continuidad operacional. Hizo
extensivo el teletrabajo, y busca avanzar en la automatización y remotización de sus
procesos lo que significará nuevos modelos de operación que modificarán
profundamente la realidad de esta industria.

La minería del futuro demanda importante transformaciones para adaptarse a un


mercado más verde.

La mejor forma en que el Estado puede fomentar el crecimiento de la actividad minera


es con marcos legales y regulatorios claros y contexto político estable e
institucionalizado. Siendo la minería una actividad económica de riesgo (dada la
variabilidad de la geología y de la metalurgia, y a que es altamente intensiva en la
inversión inicial de largo plazo), es fundamental para el inversionista tener reglas del
juego clara y estables. En breves palabras: certeza jurídica.

Por consiguiente, en esta línea estratégica lo que debe hacer Chile es asegurar que se
cumplen esas condiciones formales / estructurales, y sobre todo poner mucho esfuerzo
en la institucionalización del contexto (no está fácil, por el desprestigio actual de las
instituciones históricas y la desconfianza generalizada).

En lo sustancial, la discusión en torno a los recursos mineros del país y su desarrollo


futuro debería considerar un debate de expertos y actores relevantes que eviten
ahogarlo con deseos que se alejan de lo posible. Tal debate debería versar sobre, al
menos, los siguientes puntos:

● El Estado debería promover la exploración geológica, focalizando incentivos a estas


actividades, y flexibilidades en los permisos requeridos.

● Aumentar la capacidad del país de exportar cobre fino en forma rentable, con
nuevas tecnologías, cambios en las modalidades de gestión y bajos costos,
ajustándose estratégicamente a la normativa internacional, generando a la vez más
trabajo, desarrollo de proveedores locales y un fuerte encadenamiento productivo
nacional.

● Ejecutar medidas que mejoren la productividad minera, como incentivos a la


innovación como única garantía de mejorar la productividad; superiores estándares
de respeto ambiental; políticas para obtener menores precios de la energía; plantas
impulsoras de agua de mar para faenas mineras en modalidad de asociación,
protegiendo el escaso recurso vital para el consumo de la población.

● Diseñar y aplicar un Plan de Diversificación Productiva Minera Nacional,


estimulando la explotación de relaves, la producción de litio, de tierras raras, plata,
oro y otros minerales metálicos y no metálicos.

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● En Chile existe una alta concentración de la propiedad minera, lo que limita la


disponibilidad de territorio para que terceros interesados puedan desarrollar
actividades de exploración y de explotación, lo cual tiene un costo importante para
el país. Concesiones mineras no exploradas deberían caducar en un plazo breve.
Se debe activar y dinamizar el mercado de propiedad minera promoviendo un
esquema que no sólo permita el acceso a territorio disponible, sino que tienda
también a garantizar efectivamente la finalidad que justifique el otorgamiento de la
concesión y promueva, en consecuencia, el desarrollo de actividades mineras. El
marco regulatorio tiene que garantizar el derecho de propiedad minera mientras se
cumplan efectivamente con las obligaciones que surgen de la concesión minera, y
ser eficaz no sólo en los procesos de constitución de la propiedad minera sino
también respecto del cumplimiento de las obligaciones del concesionario.

● El Estado debe proteger el patrimonio ambiental y cultural asegurando un desarrollo


sustentable de los territorios. En el largo plazo, debe coexistir la explotación de los
recursos mineros y su contribución al establecimiento de una estrategia de
desarrollo, aportando con contribuciones al territorio de donde extraen su riqueza,
asegurando una economía post – commodities. En tal sentido, el Royalty debería
contribuir al desarrollo sustentable del territorio asegurando ahora, por ejemplo, el
abastecimiento futuro de agua desalada o energía renovable.

● Rol del Estado como actor directo e importante en esta industria. Su accionar debe
ser también como impulsor, como modelo, como referente y estándar de la industria.
Chile es un país minero por la importancia de este sector, que ha basado su éxito
en el liderazgo de CODELCO como primer productor mundial de cobre. Es prioritario
mantener ese liderazgo a nivel mundial porque es el actor de los intereses del país
en el mercado mundial del cobre, que ha aportado, desde su creación hasta estos
días, una suma cercana a US$ 120.000 millones a las arcas fiscales.

● Su financiamiento debe asegurar su capacidad de inversión sin afectar su


endeudamiento ni sus niveles actuales de producción, invirtiendo en proyectos que
demuestren su viabilidad técnica y económica, lo que está en riesgo, en parte, por
el excesivo retiro de utilidades que ha efectuado el Fisco.

● Se debe fortalecer su diversificación, liberándolo para encontrar nuevos negocios.


Y reforzar de manera completa su internacionalización, principalmente dado el
incipiente desarrollo de la minería en otros países latinoamericanos, socios
potenciales que tienen interés en adquirir el conocimiento de CODELCO. Codelco
ha intentado, a lo menos un par de veces, un proceso de internacionalización. El
fracaso más reciente, en el desarrollo de importantes recursos geológicos en
Ecuador, el que se derrumba por el incumplimiento de Ecuador a los acuerdos
firmados, que significaron la exploración que permitió dimensionar las reservas del
proyecto denominado Llurimagua. De todos modos, como empresa minera de
primer nivel, la internacionalización representa una enorme oportunidad de
aumentar su rol en el mercado mundial y generar altos retornos para el país en
utilidades y exportación de proveedores nacionales, entre otros beneficios.

Codelco debe seguir siendo estatal no sólo porque de esa manera le entrega todos
los excedentes al Estado, sino porque debe mostrarles a los privados cómo el país

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ROYALTY MINERO

quiere hacer minería: de manera sustentable, participativa, socialmente


responsable, etc. La propiedad de Codelco debe continuar siendo 100% estatal,
tanto porque representa la aceptación social de que las riquezas que la naturaleza
ha dado a Chile generan beneficios para todos los chilenos como expresión de
soberanía sobre estos recursos naturales no renovables; como por los enormes
recursos que ha aportado al erario nacional; y porque solo una empresa estatal
actúa en el mercado mundial como el actor que representa los intereses del país,
sin influencia de actores ajenos. Además, como empresa chilena, fortalece
geopolíticamente las regiones del norte, generando empleo, mayor encadenamiento
productivo con proveedores nacionales, exportando cobre con el mayor valor
agregado y actuando como el agente productor que lidere la estrategia de desarrollo
del cobre en el largo plazo, en interés de Chile.

En tal contexto, el aporte de capitales privados a CODELCO impediría que muchos


de los roles descritos fueren posibles de cumplir.Codelco debe ser un modelo de
gestión, no solo de minería, sino también de personas, sustentabilidad, logística,
innovación tecnológica etc. Pero eso no ha pasado porque el dueño que es el
Estado tiene una mirada bien restringida respecto del éxito estratégico. Su rol
debería desplegarse como las empresas con las que compite: no sólo focalizado en
utilidades, también en su crecimiento (comprar minas que ya funcionan en Chile y
el extranjero), diversificación (producir cobre, litio, etc. o sea, experto en minería), y
amplitud (desarrollar innovaciones productivas, tecnológicas, de servicios y de
gestión) para obtener ganancias y riquezas de toda la cadena de valor y procesos
relacionados a la minería. En eso los australianos y los norteamericanos nos llevan
mucha ventaja y siendo nosotros los expertos en minería les compramos los
softwares, los equipos mineros, los neumáticos, los servicios especializados de
montaje y mantenimiento, etc. Esto se convierte en un gran desafío.

● Por otro lado, se requiere repensar el rol de ENAMI. Algunos se preguntan si


conviene al país fomentar la “pequeña minería y si no sería más rentable para la
nación focalizar esos recursos en negocios y proyectos más rentables. Es una
discusión que hay que sostener, abordándola tanto con criterios económicos como
políticos. En tal sentido, parece conveniente impulsar la estabilidad y diversificación
productiva y territorial de los pequeños mineros, a través de mecanismos que
permitan cumplir con este propósito de manera eficiente, mejorando el rol que hasta
ahora ha desarrollado ENAMI.

Los fondos necesarios para el fomento de la pequeña minería, como política pública,
deben ser financiados íntegramente por el Estado, sin descapitalizar a ENAMI. La
empresa debe destinar sus utilidades y recursos de caja a la modernización de sus
planteles productivos y ejecución de su Plan Estratégico y de Desarrollo de
Negocios. Con estas políticas de fomento, teniendo como foco , efectivamente al
pequeño minero, cobra mucha importancia una buena definición de este concepto
para evitar subsidiar a empresas medianas, muchas de ellas pertenecientes a
importantes grupos económicos del país.

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ROYALTY MINERO

MÁS ALLÁ DEL NEGOCIO MINERO Y DEL ROYALTY

El rol de la minería será importante para la recuperación, como lo fue para mantener la
actividad económica del país durante la pandemia. Pero no es recomendable recargarle
a la minería su rol en el proceso de recuperación post pandemia.

El riesgo de recargar el rol de la minería en este proceso de reactivación es reforzar lo


que Terry Karl denominó la paradoja de la plenitud, haciendo referencia a la maldición
de contar con un recurso natural muy importante para la economía local. Chile ya sufrió
esta maldición con el salitre a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Y parece que
nos está costando no caer de nuevo, sobre todo si el centro de la discusión política hoy,
año 2021, sigue siendo si las minas deben ser nacionalizadas y si hay que recargarle
el peso a la minería en el proceso de recuperación.

En palabras del mismo Karl, hay países que han escapado a esta maldición, a través
de la utilización de los recursos generados por la explotación de recursos naturales en
el desarrollo de ciencia y tecnología. Puede ser tecnología relacionada con la minería,
pero también con otros sectores en los que tenemos ventajas competitivas. Por
ejemplo, fomento de las energías renovables, no solo la solar, también la geológica
(volcanes nos sobran), la generada por las mareas (4000 kms de costa) y explorar
medios para almacenar esa energía y exportarla (ser el Dubai del futuro). También
desarrollar el turismo, por ejemplo, y la educación, donde ya estamos bien posicionados
a nivel latinoamericano, pero podríamos ser los referentes mundiales, sobre todo en los
conocimientos que sustenta la ciencia y tecnología que decidamos desarrollar.
Podríamos ser líderes de educación en minería (la gente se va a estudiar minería a
Australia), en turismo (lo estudian en España), en energías renovables (estados unidos,
Francia, Alemania y UK), etc.

Aporte estratégico de la minería al futuro de Chile

Hace un par de décadas los australianos discutían si la minería debía hacerse cargo
del desarrollo social del país. Lo llamaron el dilema de la sopa primordial (haciendo un
paralelo entre el concentrado y el líquido natural desde el que se supone surgió la vida
en la tierra). La evidencia muestra que la importancia de la actividad minera en el PIB
se mantuvo desde 1995 a la fecha, y que el crecimiento exponencial que tuvo la
economía australiana se explica por el desarrollo de otros sectores. Más aún, la
industria minera se benefició del crecimiento y desarrollo integral del país.

En Chile, el rol económico y social de la minería debe ser modernizado. El desafío es


dejar de pensar y actuar como que la minería es la viga maestra del desarrollo, en su
sentido tradicional (solo aportes de excedentes y divisas). Por lo menos en los términos
en que se pensaba hace 60 años. Hay que empezar a pensar el rol en otros términos:
que la minería y todas las riquezas que obtiene son capitales para financiar el desarrollo
de otras industrias más rentables aún, y con más futuro, como la tecnológica. Eso sí
sería reformador, transformador. Empezar a usar las riquezas del cobre no sólo para
financiar directamente los gastos sociales urgentes del Estado, sino para hacer crecer
y desarrollar la matriz productiva del país y dejar de ser una nación minero dependiente.

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ROYALTY MINERO

En este sentido, el gran aporte que puede y debe hacer la minería al desarrollo de Chile
es como fuente de recursos para desarrollar las fases innovativas tempranas de otras
industrias. No sólo como aportadora de beneficios sociales. Algunos ámbitos
específicos en los que la minería puede ser un aporte distintivo para el desarrollo del
país:

● Incentivar la digitalización del país. La minería ha sido reluctante y tardía en la


introducción intensiva de nueva tecnología, cuya curva de aprendizaje pudiera
alterar la continuidad operacional de los procesos. La digitalización, robotización y
remotización de los procesos como herramientas de reducción de costos han sido
lentas. Esto ha llevado a la obsolescencia tecnológica de muchos procesos, de los
puestos de trabajo y de perfiles de cargos.

Sin embargo, la minería reúne las mejores condiciones para incentivar la


digitalización de todos los procesos de gestión y de apoyo a los procesos
productivos, sobre todo los procesos de servicios y operaciones complementarias.
Es necesario evitar que la reluctancia propia del proceso central se transforme en
una ceguera respecto del valor disponible en los procesos complementarios y
periféricos. Sobre todo desde el punto de vista de las externalidades positivas que
genera sobre otros sectores de la economía.

● Liderazgo y estilos de dirección. Existe evidencia de que el 30% del valor económico
(valor comercial de las acciones) de una compañía depende de la calidad de su
dirección / gerenciamiento. También de los estilos de liderazgo dependen la
inclinación de la economía hacia la innovación, la creación de nuevos nichos de
mercado y actividades económicas mucho más productivas y rentables. En Chile,
en términos generales los perfiles ejecutivos siguen siendo muy tradicionales, algo
que se hace más evidente en la industria minera y procesos relacionados. Los
liderazgos mineros han puesto su foco principalmente en la continuidad operacional
para la generación de rentabilidad al accionista. Este perfil está siendo lentamente
actualizado, reemplazado por profesionales que priorizan, de manera integrada,
metas que ponen foco en clientes y audiencias relevantes (concepto de trazabilidad,
cobre verde, cobre post commodity); el cuidado del personal propio, generando
políticas que velen por la productividad, calidad de vida e incentivos ligados a
buenos estándares de competitividad; el accionista, cuyo interés y retribución es el
principal indicador para medir la rentabilidad de una empresa. Por ello, el principal
papel o responsabilidad de un directivo será siempre aumentar el valor de la
organización y para ello es indispensable que modele, fomente y refuerce el
compromiso de todos sus integrantes.

● Innovación en uso de recursos y energías renovables: la minería tiene una posición


privilegiada para incentivar (se requerirá) el uso de agua de mar, con la instalación
de plantas impulsoras y desaladoras de agua de mar para las faenas mineras, en
asociatividad entre distintas faenas de la gran, mediana y pequeña minería. Por otro
lado, también le es factible aportar en el fomento de la generación y distribución
eléctrica, especialmente de energías renovables no convencionales, lo que
impactará fuertemente en los precios de los insumos para las industrias en general
y, sobre todo y especialmente, para las comunidades locales. La importancia de
estos recursos para la actividad económica debe motivar soluciones que aborden la

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ROYALTY MINERO

problemática de su uso y disponibilidad desde una mirada integral de corto, mediano


y largo plazo. En este sentido la innovación y el emprendimiento tendrán un rol
fundamental.

Nelson Pizarro Contador.


Álvaro Aliaga
Patricio Chávez
Fredy Valdovinos
Alejandro Salineros
Nemesio Orellana
Daniel Sierra Parra

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