REVISTA TODO No 533 WEB
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B a r i l o c h e - P a t a g o n i a / D i s t r i b u c i ó n g r a t u i t a
En un artículo anterior sobre los Parques Na- Hay algunos investigadores que trazan sus oríge-
cionales escribíamos que a fines del siglo XIX la po- nes en la antigüedad y hasta hablan de turismo en
blación mundial ascendía a 1500 millones, un 20% la Edad Media. Sin embargo el nacimiento del turis-
de la población actual. También mencionábamos que mo como industria lo tenemos que ubicar en la se-
el comercio mundial y todo lo que representaba es- gunda mitad del siglo XIX ya que forma parte de las
taba llegando a los lugares más remotos del globo, mutaciones que produjeron la revolución industrial
incluido el nuestro, la región de los lagos norpata- y la aparición de la burguesía. Entre los personajes
gónicos chileno-argentinos. Si bien los hoteles como notables de los comienzos del turismo podríamos
refugio para viajeros circunstanciales siempre exis- nombrar al empresario inglés Thomas Cook que, a
tieron, junto a la colonización y la expansión de las mediados del mismo siglo comenzó con sus viajes
redes comerciales llegó el turismo. Y el turismo tiene organizados en ferrocarril en Inglaterra, en Europa
su propia historia. y luego en los Estados Unidos; o a famosos escrito-
Vista del Salón Comedor del Hotel Correntoso en la década del '30 - Gentileza Yayo De Mendieta
res –entre ellos el norteamericano Mark Twain– que Lucio V. Mansilla “Una excursión a los indios ranque-
comenzaron a escribir crónicas de viajes en diarios les”, publicado a lo largo del año 1870 en Argentina
de la época alentando a otros a seguirlos. “Guía para en forma periódica en un diario de la época titu-
viajeros inocentes”, publicado en 1869, es una de lado La Tribuna, o el “Viaje a la Patagonia Austral”
sus obras más famosas. El libro cuenta el viaje que del incansable explorador y aventurero Francisco
en 1867 emprendió él –por entonces un joven de 32 Pascasio Moreno, editado por el autor en 1876. Y
años– desde Nueva York a Tierra Santa en el que fue si de Patagonia se trata también debiéramos in-
uno de los primeros viajes organizados de la historia. cluir a “La Australia argentina: excursión periodística
Si quisiéramos hablar de crónicas viajeras telú- a las costas patagónicas, Tierra del Fuego e Isla de
ricas no podemos dejar de nombrar al clásico de los Estados” que escribiera el periodista y escritor
Vista del Hotel Correntoso y el Lago Nahuel Huapi - Foto Bruno R. Sálamon - Colección Luelmo en AVP
4 archivo Visual Patagónico
Hotel Perito Moreno en la esquina de Mitre y Villegas - Ca. 1935 - Guía del Parque Nacional Nahuel Huapi
Hotel Los Lagos, luego Central Hotel, Mitre y Rolando - Ca. 1920 - Colección Frey en Museo de la Patagonia
¿Podríamos hablar de ellos como turistas? plazamiento de los agentes económicos asociados
¿Podríamos acaso hablar de los hoteles donde se a ese tráfico e impulsa por ende la construcción de
hospedaron? Difícilmente. Porque los hoteles como hospedajes y pequeños alojamientos que jalonan las
tales llegaron después o sólo existían en algunas de rutas por las que transitan. Tal es el caso clásico de la
las aldeas y ciudades costeras o cordilleranas que antigua ruta de los lagos que une la ciudad portuaria
visitaron. de Puerto Montt, en el Pacífico con la de Bariloche
Tomada en su conjunto –es decir de uno y otro sobre las laderas orientales de los Andes. A lo largo
lado de la Cordillera– en nuestra región la historia de ella circulaba la economía de la región y a través
de los hoteles también comienza con la colonización de ella comenzaron a circular los primeros viajeros
temprana en el sur chileno y la de fines de siglo XIX internacionales. Así nacieron hoteles en Petrohue y
en el Nahuel Huapi. El desarrollo de la agricultura, la Peulla, sobre el Lago de Todos los Santos, sobre el
ganadería y las industrias vinculadas genera el des- Lago Frías y sobre el Nahuel Huapi en Puerto Blest.
Primer Hotel Llao Llao - Año 1938 - Coleción Caspani en Archivo Visual Patagónico
6 archivo Visual Patagónico
Vista del Hotel Frías desde el Lago Frías - Año 1942 - Colección Frey en Museo de la Patagonia
La primera historia de estos hoteles ha sido conta- 1903. Hay versiones que hablan de que también el
da en innumerables ocasiones. Construidos por la antiguo almacén de Widerholdt tenía unas pocas
Chile-Argentina a principios de siglo pasaran en las habitaciones en su parte superior para viajeros oca-
primeras décadas del siglo XX a la familia Roth a ins- sionales.
tancias de la crisis generalizada del comercio provo- A medida que avanza el siglo XX se inaugurarán
cada por la I Guerra Mundial, la que transformará la otros establecimientos como el Hotel “Los Lagos”
antigua ruta comercial en una empresa turística. Con –luego Hotel “Central”– el cual según las investi-
el tiempo algunas de las casas, antiguos galpones y gaciones de Vallmitjana será el primero en ofrecer
barcos de carga se convirtieron en hoteles y barcos agua caliente y fría en todas sus habitaciones. Pero
de pasajeros. ya en esos tiempos se habían publicado numero-
En lo que luego sería la ciudad turística de sos folletos turísticos que promovían las bellezas
Bariloche el primer hotel como tal pareciera ha- de la región junto a viajes circulares que enlazaban
ber sido el “Perito Moreno” –de propiedad de José Buenos Aires con Bariloche, Puerto Montt y Santiago
Riveiro y su esposa María Bonefoy– inaugurado en de Chile y para los primeros años de la década del
Hotel Lago Espejo de la Familia Meier, Ca. 1938 - Foto H. Reichart - Colección Recihart en AVP
archivo Visual Patagónico 7
Vista de la Laguna Frías desde el Hotel - Ca. 1940 - Foto H. Reichart - Colección Reichart en AVP
‘30 –cuanto el Ferrocarril del Estado ya había llega- El recorrido histórico y visual trazado por
do de Pilcaniyeu– la cantidad de establecimientos Hans Schulz y Federico Silin que bajo el título Los
hoteleros ya perfilaba el futuro de Bariloche como grandes hoteles de los lagos compartimos en esta
ciudad turística por excelencia. 1934 marcará un nue- edición, se complementa con la próxima entrega
vo comienzo. del Archivo Visual Patagónico.
También en el extremo norte del lago y sobre
otro de los caminos que llevaban a Chile –conoci-
do por entonces como el “Camino de la herradu-
ra”– nació en 1922 el Hotel “Correntoso”, un edificio
construido en ciprés con unas pocas habitaciones y
comedor y cuyo origen era el almacén de ramos ge-
nerales de Primo Capraro y la pensión de su mujer
Doña Rosa de Maier. Por aquellos años, a medida
que la cantidad de viajeros aumentaba, todos es-
tos pequeños hoteles que se habían inaugurado en
la región para satisfacer las necesidades de viajeros
variopintos comenzaron a ofrecer excursiones por
el lago, caminatas por los bosques y las montañas
y cabalgatas al incipiente turismo que comenzaba
a requerir servicios de esparcimiento de otro tipo.
Otro de los viajeros notables que recorrieron la
zona en viaje desde Santiago de Chile a Buenos Aires
fueron el ex presidente norteamericano Theodor
Roosevelt quién cruzó la cordillera a fines de 1913
dejando plasmadas sus impresiones en el capítulo “A
través de los Andes y el Norte de la Patagonia” de
su libro “Las vacaciones a cielo abierto de un aman-
te de los libros” (1916), y también los herederos del
trono de Inglaterra, el príncipe de Galés y su her-
mano menor, duque de Kent –quien luego se con-
vertiría en Rey de Inglaterra– visitaron la región en
1931. No existiendo sobre el lago Nahuel Huapi un
hotel a la medida de los reales visitantes se aloja-
ron en la estancia Huemul, una propiedad que años
después, por sus características arquitectónicas, aún
podía competir con los mejores hoteles de la región.
8 Salud, Ciencia y Conciencia
Cultivando el botiquín
aunque el equinoccio de primavera marca formalmente el inicio
de la misma, el tiempo de los primeros verdes y de muchas
floraciones acontece antes que el fenómeno astronómico.
Por Sara Itkin, Médica Generalista y Naturista
¿Cuándo y cómo nace la Fiesta de la Palabra? Hay muchas organizaciones que están trabajan-
do en la actualidad para este evento como el Coro
La primera Fiesta de la Palabra la organizaron Juvenil Municipal que está preparando una obra
estudiantes de la Universidad en el año 2013 y ellos para presentar, el Hogar Emaús que cumple 10 años,
fueron los que convocaron en esa instancia. A partir o la gente del teatro Paico con un texto actuado.
de ahí la Secretaría de Cultura de la Municipalidad Siempre hay charlas preparadas para la ocasión, y
toma la posta y continúa con esta fiesta. La prime- habrá un festival de música por la identidad en la
ra y segunda edición de la fiesta también tuvo feria sala de ensayo comunitaria. También hay un con-
del libro pero no hubo buenos resultados. Una feria curso de relatos y textos para jóvenes en escuelas
tiene un criterio totalmente distinto, porque allí bá- secundarias.
sicamente se va a comprar. En esta fiesta se viene a
disfrutar, participar y hacer, ese es el sentido que te- Son alrededor de 40 instituciones y organizacio-
nemos. Aquí se celebra la palabra como instrumento nes las que participan reuniéndose periódicamen-
de comunicación suprema y la participación es abier- te. ¿Esa diversidad se ve reflejada en cada fiesta?
ta para cualquier actividad hasta que empezamos a ¿Cuáles son los aspectos que implica intentar de-
delinear la grilla de actividades. finir las cuestiones en forma horizontal?
12 El Fogón del Encuentro
La organización siempre fue bastante horizon- bio territorial, ya que no sucede todo en el centro de
tal, y si bien de vez en cuando hay algún conflicto la ciudad sino que mucho de lo que pasa transcurre
se respeta esta característica propia. En este sentido en los barrios. Patricia Piñeiro –por ejemplo–trabaja
quienes participan desde la Subsecretaría Municipal actualmente con un grupo de facilitadoras, muchas
lo hacen como cualquier otro integrante. Todos los de las cuales viven en los barrios del alto y gracias
que participamos en las reuniones organizativas a este evento tienen un espacio donde socializar su
–que duran más de cuatro meses– somos gente que trabajo en el terreno de la literatura infantil. No obs-
hace cultura diariamente en la ciudad. También se tante las convocatorias cuestan y las reuniones no
suman personas que vienen de afuera, convocados resultan fáciles, pero sirven y suman.
para este evento, pero básicamente somos vecinos y Los cuatro días durante los cuales transcurre la
actores culturales. Sucede que la geografía, el poco Fiesta de la Palabra son el resultado final de algo
tiempo que tiene cada uno y el frío hacen que los que crece durante muchos meses y ese entrama-
vecinos y las vecinas de un barrio no sepan lo que do es tremendamente enriquecedor porque nos va-
pasa en otro barrio dentro de la misma ciudad. Y ese mos conociendo. A veces no tenemos idea qué está
cruce indispensable se produce en estos 3 o 4 días pasando en otros espacios, porque están fuera de
que dura la fiesta. nuestro alcance o nuestra rutina diaria, pero en cada
Esta fiesta no convoca solamente a la literatura fiesta tenemos actividades en más de 20 espacios.
sino a todas las otras artes y promueve un intercam- Sin embargo creemos que este evento no consiste en
llevar cultura a los barrios, sino que más bien se trata
de interpelar a ver qué están diciendo esos barrios,
sus artistas, sus creadores, nuestro interés es el de
escuchar y hacer escuchar, ver y hacer ver lo que allí
está pasando. Eso se va dando por la organización
misma y enriquece muchísimo, porque los vínculos
quedan, se fortalecen y pasan muchas cosas duran-
te el año que no tienen que ver directamente con la
Fiesta de la Palabra pero que nacieron de esos vín-
culos gestados en ella.
permanentemente para leer y son curiosos. El punto te. Las formas no son lo primordial, lo importante
está en no matar la curiosidad sino todo lo contrario, es que no se pierda el contenido. Por supuesto que
el desafío está en lograr que la curiosidad despierte muchos de nosotros venimos de una cultura del li-
el deseo. En la actualidad, debido a los precios de bro en papel, del contacto con las hojas, con el ob-
los libros, los jóvenes principalmente consiguen y jeto y nos es difícil leer un texto extenso en la pan-
se bajan los libros en formato pdf y los leen enteros talla, pero lo que importa es que no se limiten las
de corrido. formas de expresar.
El lema para este año nos atraviesa a todos ya Por otro lado y habida cuenta de los serios pro-
que todos estamos atravesados por las redes y ob- blemas que hay a raíz del aumento constante y sig-
viamente esto incide en nuestras vidas. No tene- nificativo del papel que se insume para editar libros,
mos miedo de que la literatura o el libro como ob- internet aparece como un canal sumamente abierto
jeto desaparezcan. Me parece que en ese sentido la de información y da la posibilidad a un montón de
Fiesta de la Palabra también invita de alguna manera gente de poder subir sus producciones sea a un blog
a volver a los libros, ya que si bien no es un evento o a una página web. Hay un montón de autores que
estrictamente literario, la literatura está muy presen- ni bien terminan de escribir una obra lo primero que
hacen es subirla a internet y recién después anali-
zan la posibilidad de editarla en formato libro vien-
do cómo financiarlo o presentándolo a un concurso.
Por eso más allá de cualquier análisis valorativo es un
hecho que por este medio podemos acceder de ma-
nera inmediata y gratuita a un montón de material
nuevo producido por escritores que están usando
este canal de difusión para acercar sus produccio-
nes a los lectores.
Horacio Ferrari
San Carlos de Bariloche
Hori nació en Buenos Aires en 1978. Desde el 2006 vive en Bariloche, ciudad que es escenario de
sus proyectos, realizados en compañía de quienes se contagian de su energía entusiasta del en-
cuentro, del manos a la obra, del hacer con otros y para todos murales e instalaciones tramadas en
el espacio público: el Túnel Sensorial, el proyecto Kultrunazo, el Festival de Arte Reciklarte en el ver-
tedero, el mural del Anfiteatro de la calle Villegas, los murales en Emaús, en Camino Abierto, en el
Centro Ruca che del Barrio Nahuel Hué, en el Barrio Unión en homenaje a Maxi Vera. Y ahora –des-
de hace un tiempo– sus murales con mosaicos, obras perdurables y públicas que engalanan con
arte el Pasaje Juramento, el C.E.M. 99, las paredes de “El Mexicano” sobre calle Morales, el Hospital
Ramón Carrillo y la veredera del Club Andino sobre 20 de febrero, donde Hori realizó las obras que
compartimos en nuestra galería de Arte y Oficio. Y todo esto sin parar de pintar en la constancia
de su caballete y de seguir proyectando: un mural en homenaje a Rafael Nahuel, otro sensorial e
inclusivo con la comunidad de la Escuela Municipal de Arte La Llave, propuestas para ser concreta-
das mancomunadamente, desde la perspectiva del arte como estado de creación constante, en el
que todos compartimos lo que sabemos, lo que llevamos aprendido.
Arte y Oficio 19
CONtaCtO: horinarte@hotmail.com
Páginas Patagónicas 23
Viento blanco
El relato que compartimos integra Circular con precaución libro de cuentos
publicado el año pasado por la Editora Municipal Bariloche con el que
Luis Cattenazzi agrega un segundo título a su creciente obra narrativa.
Por Luis Cattenazzi
Camila pasea por el bosque con papá. Hablan ¿Te acordás de El Principito?
de mariposas y flores, y de una lagartija que acaba Ella hace que sí con la cabeza, claro que se
de escurrirse entre las agujas de pino. acuerda: es su libro favorito para irse a dormir.
Al salir a un claro los deslumbra el sol, que atra- Bueno, el señor que escribió El Principito era
viesa las ramas altas. Respiran la calidez de la brisa, piloto de avión. De los aviones viejos, esos que an-
y papá mira para todos lados. Se rasca la cabeza, dan a hélice. Una vez, iba volando de noche con su
exagera su cara de preocupación. copiloto. Y tuvieron un accidente.
Me parece que nos perdimos, dice. ¿Y se murieron?
Pero Camila no tiene miedo, porque papá está No, pero se cayeron en medio del desierto. Y
con ella. Además es un juego que juegan siempre. estaban perdidos, como nosotros. Entonces, el se-
¿Cómo hacemos para volver, Camila? ñor que escribió El Principito se acordó de un amigo
Y ella mira por donde vinieron, pero esta vez no que se había salvado de un accidente parecido en
puede adivinar tan fácil el sendero en esa penum- las montañas por caminar hacia el Este. Así que ca-
bra frondosa que parece haberse cerrado tras ellos minaron hacia el Este, y encontraron a un beduino
sin que se dieran cuenta. con sus dromedarios, que los salvó.
No sé, papi. ¿Y cómo son los dromedarios?
Papá se agacha a su altura, como hace siempre Son como los camellos, pero con una joroba
que hablan sobre temas serios: sola.
24 Páginas Patagónicas
mano para comprobar si llega a
ver aunque sea sus dedos, pero
no logra moverse. Se da cuenta
de que sigue adentro de la bol-
sa Vivac, un mullido sarcófago de
Gore-tex.
El dolor no viene de las pier-
nas, las toca con su mano atrapa-
da y no siente nada. Están dor-
midas por la hipotermia. El dolor
viene de su pecho, o un poco más
abajo: la presión de la nieve hela-
da que se acumuló encima de ella
durante la noche.
Pero si hay dolor es bueno,
piensa, y clava los codos una y
otra vez para arrastrarse fuera de
la crisálida. Su cuerpo a punto de
congelarse está tibio en contras-
te con el aire exterior, y ella de-
mora unos segundos en enten-
derlo: ese ruido rítmico que oye
es el entrechocar de sus propios
dientes.
Cuando logra sentarse se
golpea las piernas con las manos
abiertas. Golpea hasta que el cos-
quilleo de la sangre volviendo a
su cauce baja lento por sus mus-
los. Incluso cree sentir sus dedos,
allá abajo, ojalá todavía calzados
en las alpargatas de dormir.
Sus movimientos son mecá-
nicos. Instinto. Entrenamiento.
Piensa en papá. Sueña con él, con
papá vivo, siempre que está muy
cansada. Cuando baja la guardia.
Y está exhausta porque en
Ah. medio de la noche los despertó el estruendo de la
Camila vuelve a mirar alrededor. avalancha. O lo que todos en el grupo creyeron una
¿Y dónde es el Este, papi? avalancha. Saltaron del calor precario de las carpas
Papá señala la luz de la mañana, que trepa entre al centro del campamento, abrigados con lo justo.
las copas de los pinos. Algunos con su mochila a medio armar. Otros, como
Es el lugar por donde sale el sol. ella, abrazados a sus bolsas de dormir.
Miraron más allá del resplandor de la luna llena
Un dolor en todo el cuerpo la arranca del sue- sobre los campos de hielo continentales. No podía
ño luminoso. En lo que tarda en abrir los ojos pe- ser una avalancha. O si lo era no podía afectarlos,
gados por el hielo, cae a la realidad como si gol- porque habían asegurado las carpas lejos de cual-
peara contra una saliente de granito. Ya no tiene quier pendiente peligrosa. Entre asombrados y ali-
cinco años, hasta es un poco más vieja que papá viados cruzaron miradas, y cuando se les ocurrió
en el sueño. Y papá murió hace tiempo, de un ata- de dónde podía venir el ruido ya fue tarde: el tor-
que al corazón. bellino de vientos cruzados que los había desper-
Abre los ojos, y es lo mismo que tenerlos cerra- tado terminó por encontrar una vía de escape, y se
dos: apenas distingue una sombra cenicienta que metió por el cajón del glaciar donde acampaban.
la rodea por completo, ahí donde debería estar el A trescientos metros lo vieron claramente: una pa-
cielo puro y celeste de los Andes. Quiere estirar la red altísima que se les venía encima empujando y
Páginas Patagónicas 25
nutriéndose de la nieve y el hielo de los riscos, ba- sobre esos ladrillos, sí que puede. Caminar y punto.
rriendo las nebulosas de estrellas. Transparente al Intenta dos pasos, y el viento la hace trastabillar.
principio, fue ganando en brillo azulado: un viento Se aleja de la protección de su refugio y arrastra
blanco sólido a la luz de la luna. los pies. La bolsa de dormir es lo último que aban-
Así los golpeó, sin reacción. Ella gritó y –supo- donaría un andinista, pero para avanzar debe alige-
ne– todos gritaron. Pero los aullidos del viento de- rar peso. La suelta, y ahí queda la bolsa: empieza a
voraron cualquier otro sonido. Vio volar sombras cubrirla una fina capa de nieve.
en el viento, vio arrastrarse más sombras. Recibió Si alguien llega a encontrarla ya me dará por
algunos embates del equipo, que volaba alrededor. muerta, piensa Camila, sin emoción.
Caminó dos o tres pasos, y su pie dio contra el ta- Se mete en la espesura del viento blanco, y ya
lud de protección del campamento. El parapeto de no puede ver por dónde pisa.
nieve de cuarenta centímetros de alto, ideal para En un acto reflejo tantea el aire adelante, sus
los vientos inmutables de la Patagonia, no había manos enguantadas se hunden en esa ceguera
alcanzado a desviar la furia
destemplada del torbellino.
Pero para ella era su último
refugio.
Se tiró al suelo contra el
talud y se metió todo lo rá-
pido que pudo en la bolsa
Vivac. Tiró con fuerza de los
tensores de la capucha y se
encerró en su propio calor.
Ahora el aullido terrible le
llegaba amortiguado.
El embotamiento del
frío extremo es una forma
plácida, muy tentadora, de
morir. Esforzándose por oír
a los otros del grupo tra-
tó de espabilarse, pero en
algún momento se quedó
dormida.
Mueve las piernas an-
tes de intentar ponerse en
cuclillas. El viento merodea
sobre el glaciar, pero aplaca-
do. Entre la monotonía gris
ceniza, ella descubre algún
remolino de nieve en polvo.
Debe de estar amaneciendo.
Se saca un guante para
buscar el GPS en la campe-
ra. Por supuesto: no está. Ni
la brújula. Mucho menos la
radio. La tormenta lo devoró
todo, la dejó a la deriva.
Pero sabe que no pue-
de quedarse ahí: ¿quién va
a venir a buscarla?
Se levanta por fin y pa-
tea con fuerza el talud para
activar la circulación en sus
pies congelados, dos ladri-
llos que le cuelgan de las
piernas. Pero puede caminar
26 Páginas Patagónicas
blanca. No ha avanzado mucho, pero puede ha- práctica para hacerse ilusiones: por el tamaño y la
berse metido en una zona de seracs. Recuerda que, distancia, supone que son simples penitentes de
no muy lejos del fondo del valle, el glaciar se des- hielo marchando hacia ninguna parte. Ya serán un
peña en una catarata astillada de trozos de hie- obstáculo si logra llegar hasta allá.
lo enormes, inmóviles. En cualquier momento una Mira alrededor como buscándole explicación a
grieta podría engullirla hasta el centro de la cordi- tanta saña, quiere que le devuelvan su disco dora-
llera profunda. do del sol. Ya sufrió suficiente, ¿no lo ven? En eso
Ni se da cuenta de que el viento está en calma. oye unos pasos apurados. ¡Son pasos! Esfuerza la
Primero zumba el silencio en sus oídos, des- vista en el viento blanco que vuelve a soplar poco
pués distingue el rumor de su propia respiración a poco. Pasos demasiado livianos, es cierto. Mira
inquieta. mejor hasta que le duelen los ojos por el frío, y
Algo llama su atención, y entre los jirones de la descubre que los pasos son unos torbellinos que
borrasca intuye el pequeño disco del sol que asoma se forman aquí y allá, removiendo la nieve fresca
en la planicie entre las cumbres. cerca de ella. Demonios de viento, se dice.
Y ya sin dudas avanza en esa dirección. No le –Ángel de la guarda… –Quiere rezar, pero no
preocupan más las grietas, o el último calor que se acuerda cómo sigue. Avanza distraída, no sabe
dejó atrás. Hasta los pies que arrastra se le hacen hacia dónde.
más livianos. Prueba pasos más largos, pronto mar- Mira arriba, y el sol es un rescoldo que se apaga
cha a buen ritmo sobre la nieve. ahora que vuelve una penumbra como de anoche-
Allá adelante, entre la niebla que resiste, incluso cer. Desde el fondo del valle le llega el eco de un
cree reconocer el crepitar radial del VHF. En las pau- rugido cavernario. La presencia es física, tanto que
sas de su aliento entrecortado le parece que oyó ella mira por encima de su hombro. Se afirma mejor
una voz. Puede ser el último engaño del viento. O sobre el hielo, pero un nuevo temblor en las pier-
puede ser su grupo, que vuelve a reunirse. nas persiste, monocorde. No se sorprende cuando
Enseguida la luz tibia se extingue, como arras- oye los latigazos del hielo que se quiebra alrededor,
trada por la brisa fría. En el último destello de cla- muy adentro, desde el corazón de la placa milenaria
ridad, ve a lo lejos unas figuras en pie. Pero es muy que la sostiene.
Páginas Patagónicas 27
Ahora el rugido explota más cerca. Las partí- Se incorpora en cuclillas, no piensa volver a cami-
culas de lo visible se agitan. Nieve, hielo, fraccio- nar. Está sola, no le quedan dudas: la tormenta los ha
nes rotas de oscuridad. Si pudiera correr, correría. devorado a todos, y ahora únicamente falta ella. Cierra
Hasta da un primer paso apresurado y resbala y los ojos y se aferra al recuerdo del sol en aquel bosque
rueda, le cuesta frenar el impulso. Hay algo raro al que iban con papá. Si sólo pudiera caminar hacia
en la pendiente, imagina las fauces de una grieta el Este. El rugido la envuelve con su aliento de nieves
recién formada. eternas, la alcanza ya implacable el viento blanco.
Las obras que engalanan Páginas Patagónicas son obra y gentileza de Horacio Ferrari
Hombres y Mujeres de mi tierra 29
En sus toldos, a orillas del río Limay, el cacique los Andes, en 1885. Antes de que lo embarcaran
Modesto Inakayal era amo y señor. En la región con destino a Buenos Aires en el vapor Villarino, el
mandaba el gran Sayhueque, y junto al cacique Ejército argentino le robó sus caballos y repartió sus
Foyel eran sus lugartenientes de confianza. Vacas, hijos entre las familias de los generales, para que los
ovejas y caballos conformaban su riqueza. Convivía usaran como sirvientes.
con dos mujeres, estaba al mando de 900 hombres, El destino de los caciques fue la isla Martín
montaba un caballo overo y cazaba ñandúes con García. Fueron humillados, vestidos con la ropa que
boleadoras. El explorador chileno Guillermo Cox descartaban los soldados, obligados a hachar que-
lo describió en sus memorias como un hombre brachos y comer las sobras de la milicia. Sayhueque
de “cara inteligente, cuerpo rechoncho pero bien pudo volver a la Patagonia. Inakayal y Foyel fueron
proporcionado”. No sabía escribir pero entendía el “rescatados” por Francisco Moreno y pasaron a for-
castellano. En términos siempre pacíficos recibía a mar parte de la colección viviente –literalmente vi-
los científicos y exploradores con manzanas; y a la viente, aunque fuera una vida miserable– del museo
hora de la cena mandaba a sacrificar a sus mejo- de La Plata.
res animales. Cuesta imaginar que el edificio con aires de
Inakayal jamás imaginó que aquel explorador de Partenón, ubicado en el centro del bosque platen-
anteojos y cara bonachona sería, en pocos años, su se, haya sido la prisión y la tumba de una decena
carcelero. El primer encuentro con Francisco Moreno de indígenas. En el subsuelo, donde hoy funcionan
se dio en 1879. El trato fue cordial entre ambas partes laboratorios y áreas de estudio, estuvieron cautivos
y hasta se podría decir que entablaron una amistad. “los vencidos” de la Campaña del Desierto. Si bien
Entre 1878 y 1885 el presidente Julio Argentino Roca es cierto que durante el día circulaban libremente
impulsó la ofensiva militar conocida como Campaña por los pasillos del museo, por las noches una pesa-
del Desierto. El “indio” pasó a ser el enemigo del da puerta de madera se cerraba con candado hasta
blanco. Y Moreno estaba del lado de los blancos. el amanecer.
Inakayal –junto a Sayhueque y Foyel– cayó pri- Mientras Don Francisco Moreno –como lo llama-
sionero del teniente Francisco Insay en Junín de ban sus empleados– habitaba en el amplio y lumino-
30 Hombres y Mujeres de mi tierra
bían prestarse a ser examinados desnudos, fotogra-
fiados durante horas o quedarse quietos frente a un
pintor que los retrataba. Era la época de la ciencia en
que los sabios blancos medían, tasaban y archivaban
todo lo que fuera “el Otro”. Francisco Moreno mos-
traba orgulloso su “colección viviente” a los colegas
del extranjero, mientras el lenguaraz Gabino tradu-
cía la lengua originaria al castellano. La mayoría de
ellos, sin chistar, aceptaba los mandatos del director
del museo. Pero Inakayal no estaba acostumbrado
a recibir órdenes: se quejaba de que los blancos le
habían matado a sus hijos, robado sus caballos y
arrancado de su tierra.
Al igual que Sayhueque, Foyel pudo regresar a la
Patagonia a cambio de reivindicarse como argentino.
Se le “cedieron” algunas hectáreas, ya por entonces
en manos del Estado. Inakayal, en cambio, se negó a
resignar su identidad y siguió en cautiverio.
El antropólogo Herman Ten Kate escribió, en la
Revista del Museo (1904), que Inakayal “era reservado,
desconfiado, orgulloso y rencoroso. Comunicativo
solamente cuando estaba ebrio. Dormía casi todo el
día, discutía fácilmente, muy apático y sin ninguna
preocupación por su persona”. Estaba claro que el
cacique no se sentía a gusto en la galería de exotis-
mos de Moreno.
En 1887 los indios prisioneros comenzaron a mo-
rir de manera extraña. El 21 de septiembre murió
Margarita Foyel, hija del cacique Foyel, quien Margarita. El 2 de octubre, la mujer de Inakayal. El
también murió prisionera en el Museo de La 10, la mayor del grupo, Tafá. Algunos diarios de la
Plata el 21 de septiembre de 1887 y cuyo cuer- época dieron cuenta de estas muertes en cadena. El
po fue restituido a la comunidad Las Huaitekas Eco de Córdoba, asociado a grupos católicos, acusó
en el año 2015. a Moreno de “caballero de la noche”. Un periódico
porteño –L’Operario Italiano– lo cuestionó por no
respetar las disposiciones municipales acerca del tra-
so segundo piso rodeado de libros y una salaman- tamiento que debía darse a los difuntos. El matutino
dra para el invierno; los indios “rescatados” por él se platense La Capital también menciona la “muerte de
amontonaban, con unas pocas frazadas malolientes, una niña india en el Museo”.
en la humedad y oscuridad del subsuelo. El cacique Inakayal, uno de los últimos en resistir,
En el mismo lugar en el que recibían una olla de veía a diario cómo los cuerpos de su gente eran des-
sopa para todos, hombres, mujeres y niños hacían carnados y expuestos a los visitantes tras su muerte.
sus necesidades en un rincón. No había forma de Inakayal sabía que corría el mismo destino. La tris-
salir hasta la mañana siguiente, cuando uno de los teza le había quitado hasta las ganas de dormir. Se
empleados del museo les abría el candado. En el lis- pasaba horas mirando los restos de su mujer, exhibi-
tado de prisioneros figuraban Inakayal, una de sus da en una vitrina junto a otros esqueletos. Francisco
mujeres y su hija; Foyel junto a su compañera y su Moreno ya no era el amigo blanco que lo visitaba a
hija Margarita y Tafá –una kawashkar de Tierra del orillas del Limay. El saco negro de funebrero y ese
Fuego–, entre otros que nunca fueron identificados. pantalón con olor a rancio de tanto orín impregnado
Cada uno tenía tareas asignadas. Las mujeres se distaban mucho del aura combativa que mostraba
encargaban de la limpieza del museo, el lavado de el cacique en otras épocas. Tenía 45 años, los pelos
las ropas del personal y la confección de telares para chuzos y un bigote desprolijo. A su amplia cara mo-
la venta. Los hombres estaban confinados a tareas rena la atravesaban arrugas taciturnas.
más duras como cavar pozos, limpiar los desagües Sin fuerzas y sin alma, Inakayal prefería la muerte.
cloacales y trabajar en la construcción del edificio Los inventarios del Museo certifican que falleció el
que aún no estaba terminado. 24 de septiembre de 1888. Algunas versiones hablan
Cuando los científicos lo disponían los indios de- de un suicidio, otras que fue empujado por unas es-
Hombres y Mujeres de mi tierra 31
caleras. El naturalista italiano Clemente Onelli, mano sitaban las armas, los utensilios y el alimento para la
derecha de Moreno, dejó asentado que “Inakayal se hora del despertar. Lejos de estos rituales, el cuerpo
arrancó la ropa, la del invasor de su patria, desnudó del cacique Inakayal fue cuereado como si se trata-
su torso, hizo un ademán al sol y otro larguísimo ha- se de una vaca. Por 120 años su cadáver y su alma
cia el Sur, habló palabras desconocidas... Esa misma no descansaron esperando el renacimiento. No es
noche Inakayal moría”. De inmediato su esqueleto de extrañar que su espíritu deambule por los pasi-
fue descarnado y expuesto al público. llos de su prisión y su tumba: el Museo de Ciencias
Tras reclamar durante más de medio siglo, en Naturales de La Plata.
abril de 1994 su comunidad logró que los restos de
Inakayal fueran trasladados al valle de Tecka. En me- (1) Desde 2006 el Grupo Universitario de Investigación
dio de actos protocolares, rituales originarios, dis- en Antropología Social (GUIAS) trabaja en el Museo
cursos políticos en cada parada y cerca del hotel de La Plata. Siguiendo el ejemplo del Equipo
que lleva su nombre, los huesos del cacique volvie- Argentino de Antropología Forense tiene como ob-
ron a su tierra. En 2006 el Grupo Universitario de jetivo identificar y restituir restos humanos perte-
Investigación en Antropología Social –GUIAS– (1) necientes a los pueblos originarios de la Argentina
comprobó que la restitución fue parcial: faltaban el y Sudamérica. A raíz de esta labor Fernando Pepe,
cuero cabelludo, el cerebro, una oreja y quizás el Patricio Harrison y Miguel Suárez Añón editaron
corazón. Identificación y restitución: Colecciones de restos hu-
Las comunidades originarias lo calificaron como manos en el Museo de La Plata, el libro es la sínte-
“una ofensa más a sus ancestros” y llegaron a dudar sis de 10 mil fotos y la revisión de más de 200 pu-
de que el esqueleto enviado fuera el de Inakayal. Las blicaciones que se hallaban en el Museo desde la
autoridades del museo dijeron que se trató de un época fundacional. A partir de esta tarea, el grupo
“error administrativo”. GUIAS logró reglamentar que para estudiar los restos
La tradición del gran cacique Modesto Inakayal humanos identificados y pertenecientes a pueblos
manda que sus muertos deben ser enterrados como originarios se debe contar con el expreso consenti-
si estuvieran en el seno materno, rodeados de los miento de las comunidades interesadas.
objetos que pudieran necesitar al renacer en otra
parte. En épocas remotas mataban al caballo y al El presente relato fue extractado de:
perro preferido del extinto. Al lado del cadáver depo- www.cayu.com.ar
Jorge accame nació en Buenos Aires en 1956. Es profesor en Letras y escritor y reside en San Salvador de Jujuy.
Su obra destaca por su registro original y por abordar formatos y temáticas atractivas, tanto para el público
infantil y adolescente como para el adulto.
34 todos los Chicos
Horizontales:
Verticales:
2- Postre frío que comenzó a elaborarse en Italia a me-
1- Postre tradicional turco elaborado con una pasta diados del siglo XX. Entre sus ingredientes se des-
de pistachos o nueces trituradas distribuida en una tacan el bizcocho humedecido en café y el queso
masa filo y bañado en almíbar o jarabe de miel. mascarpone.
3- Postre de origen francés a base de claras de huevo a 4- Postre de fama mundial que se sirve congelado y
punto nieve y crema de leche batida las que le dan se elabora con agua, leche y/o crema combinados
su consistencia esponjosa. La más conocida es la de con frutas, chocolates y múltiples ingredientes que
chocolate. determinan su sabor.
5- Masa de harina que se fríe formando pequeñas es- 7- Dulce de origen andaluz difundido en América du-
feras. En sus versiones para postre se rellena con rante el periodo colonial. Se compone de dos o más
manzana, cremas o dulces. De amplia difusión en galletas rellenas de dulce y generalmente bañadas
Latinoamérica. en chocolate o glaseado.
6- Bizcocho de chocolate con nueces, crujiente por 9- Dulce típico de España, México, Brasil, Colombia,
fuera y tierno y húmedo en su interior. Típico de la Chile, Ecuador, Panamá, Perú, Argentina y Costa Rica
repostería estadounidense. Su nombre en castellano elaborado a base de una masa de coco y leche pos-
significa “marroncito”. teriormente horneada.
8- Postre que se prepara batiendo huevos enteros, le- 10- Postre típico de las cocinas argentina, chilena y uru-
che, azúcar y vainilla. Se cocina al baño maría y en guaya. Se lo rellena con dulce de leche o manzana y
Sudamérica es común acompañarlo con dulce de se lo enrolla formando un canelón. Suele flambearse
leche y/o crema de leche. con azúcar y ron.
6– Brownie / 7– alfajores / 8– Flan / 9– Cocada / 10– Panqueques
Solución: 1– Baklava / 2– tiramisú / 3– Mousse / 4– Helado / 5– Buñuelos /
36 Costumbres del Sabor y del Saber
Para preparar la masa de esta tarta curd de de leche con 50 gr de azúcar a punto chantilly y
frutillas vas a mezclar –desgranando con la mano le agregás otros 150 gr de frutillas procesadas,
y formando una arenilla– 300 gr de harina 0000, reservando luego la crema en la heladera. Para
80 gr de azúcar impalpable y 150 gr de mante- montar la tarta estirás la masa a ½ cm de espesor
ca. Una vez integrados incorporarás –para con- y tapizás un molde de 30 cm de diámetro pre-
seguir ligar pero sin amasar– 1 huevo y 1 chorrito viamente enmantecado y enharinado, lo pinchás
de agua fría, la mínima indispensable para que bien para que no se infle y lo cocinás 10 minutos
la masa no se disgregue y puedas envolverla en en horno fuerte o hasta que veas que está cocido,
film para dejarla finalmente descansar en la he- lo dejás enfriar y por último lo rellenás primero
ladera durante al menos 3 horas. El curd lo pre- con el curd y luego con la crema, cubriendo final-
parás mezclando en un recipiente apropiado y a mente la tarta con trozos de frutillas y pudiendo
baño maría 150 gr de frutillas frescas procesadas, espolvorearla si te agrada con azúcar impalpable.
3 yemas, 2 huevos y 100 gr de azúcar, revolviendo
constantemente hasta que la preparación espe- Lo que necesitás para la tarta curd de frutillas:
se por la cocción de las yemas y los huevos, una 300 gr de harina 0000 / 80 gr de azúcar impal-
vez espesada bajás el fuego a mínimo y agregás pable / 200 gr de manteca / 6 huevos / 500 gr
25 gr de manteca para finalmente dejar enfriar. de frutillas frescas / 150 gr de azúcar / 250 gr de
Para la crema de frutillas batís 250 gr de crema crema de leche
Palabras de sobremesa:
“Ciruelo de mi puerta,
si no volviese yo,
la primavera siempre volverá...
Tú, florece.”
anónimo Japonés
38 Costumbres del Sabor y del Saber
aSEGURatE QUE tODOS LOS PRODUCtOS EStÉN EFECtIVaMENtE LIBRES DE GLUtEN Y SEaN CONFIaBLES
Cartas de Papel 39
Señor Director de la Revista tODO: Hace unos días compartí una opinión respecto al mo-
mento que estamos viviendo y como soy lectora de su revista, y aprecio el trabajo que realizan,
sentí compartirla con el resto de sus lectores. En esas líneas reflexionaba que la desesperanza
de la gente carece de miedo, porque el dolor y la impotencia ya no le dejan lugar. Una bala,
un palo por el lomo ¿qué es el dolor físico? Apenas un rasguño para un hombre que tiene
grabada la mirada de un hijo que pide pan, que tiene hambre, que está descalzo. Esta situa-
ción se multiplica en los hogares argentinos. Somos un pueblo que no quiere que nuestras
esperanzas, nuestras ilusiones, sean una utopía. Luchamos por nuestra educación, nuestra
cultura, por seguir siendo una sociedad, y justamente por esta palabra es que queremos que
se nos identifique como seres humanos, sin divisiones, como si fuéramos una liga de futbol
o algún tipo de estructura militar. Somos personas, todos con la misma condición humana, y
estamos presos, sin calidad ni libertad, encerrados una vez más por intereses particulares aje-
nos a nuestro pueblo. Ese es mi sentimiento y lo quise compartir. Felicitaciones por el trabajo
que llevan realizado.
María M. Correa
Revista tODO esta mañana conseguí su número dedicado a la historia, increíble la cantidad
de fotos viejas de Bariloche y las postales de Bruno Sálamon que me impactaron, por eso que-
ría pedirles si pudieran facilitarme algunas de las imágenes para ilustrar un trabajo que esta-
mos haciendo sobre Historia de Bariloche en la escuela donde soy profe. Aprovecho también
para consultarlos sobre números anteriores ¿se pueden conseguir? Bueno, gracias y espero
su respuesta.
Carmen Velazco
Hola Revista tODO: Los consulto. En un número de su revista de hace unos años sacaron una
nota sobre la población de la zona de río Manso de donde es la familia de mi mamá. Ella tuvo
la revista porque se la había llevado una prima de Bariloche, pero el año pasado cuando la tra-
jimos de Bolsón para acá la perdió y ahora la anda penando. ¿Habrá forma de conseguirla? Yo
me puedo arrimar a buscarla. Les dejo mi número de teléfono y espero tener suerte. Gracias,
saludos, muy buena la revista.
Flavio Calfunao
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