0% encontró este documento útil (0 votos)
46 vistas7 páginas

SIGNOS

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 7

IV CONVERSACIONES DE CALA FIGUERA

ROLLO SIGNOS - Loren Marian

Antes de empezar este rollo, quiero agradecer al Señor la posibilidad de haberlo


preparado. No por el hecho de estar hoy aquí hablando ante vosotros, que también,
me refiero sobre todo al regalo de preparar un rollo como este por todo lo que ha
supuesto de encuentro conmigo mismo, por la necesidad de mirar mi vida, de revisar
mi alma y mi corazón para volcar en el rollo lo que llevo dentro. Ha sido una gran
ocasión de estar y encontrarme un poco más conmigo mismo.

Pero sin duda, la gran oportunidad de preparar este rollo ha sido por los grandes
momentos que he tenido de estar con el Señor. Se da la circunstancia que preparé
este rollo en las semanas previas y durante la pasada Semana Santa y volví a
saborear la presencia del Señor en mi vida, mi experiencia e intimidad con Dios a
través de Cursillos, los grandes momentos delante del Sagrario para que fuera Él
quien hablara hoy.

Empezamos el viernes hablando de la Búsqueda, que abre una pequeña rendija que
permite al Señor colarse en mi corazón, para que acoja la gran Noticia, que Dios me
ama. Ahí es cuando se produce el Encuentro que cambia radicalmente mi vida. Ayer
llegábamos a la Esperanza al abrirnos al asombro de creer; a la Plenitud que
alcanzamos en nuestra vida con la presencia de Dios en ella, lo que nos sitúa en una
actitud de Gratitud permanente. Así, llegamos a ser Signos, como resultado de todo
este proceso de conversión que cada uno de nosotros vamos realizando a lo largo de
nuestra vida.

Y así hemos llegado hasta aquí, después tres días de saborear la amistad y la
presencia del Señor, llegamos al rollo que lleva por nombre SIGNOS.

EFECTOS DE MI VIDA CON EL SEÑOR

Cuando, en una circunstancia concreta de su vida, el hombre se encuentra con Cristo


y, desde su total libertad, opta por creer en Él, es como si el eje de su persona
quedara centrado y puesto a punto.

La persona, cuando se ha encontrado con su yo más íntimo y ha vislumbrado lo mejor


de sí, es capaz de experimentar el amor de Dios desde la realidad de cada uno y así
el sentido de la vida cambia radicalmente, te dejas mimar y abrazar por Dios,
acercándote a la verdadera felicidad donde todo cobra un sentido maravilloso. El
verdadero encuentro con Dios te lleva a descubrir su presencia constante en tu vida y
la de las personas que amas, no como alguien ajeno, lejano y externo a ti, sino como
un Dios presente que se encuentra en el interior de cada uno.

IV Conversaciones de Cala Figuera (5-8 mayo 2016)


Rollo SIGNOS-Loren Marian
1
Es a partir de ese encuentro con el Señor, cuando comienza un proceso de conversión
más o menos intenso que dura toda la vida. Y comienza una de las cosas más
apasionantes de ser cristiano, que es entrar en una continua cadena de encuentros
que generan la necesidad de mayores búsquedas. Y vas, como en el juego de mesa,
de oca a oca, de encuentro en encuentro en una sucesión de momentos, en cada
circunstancia, que nos lleva a nuevas búsquedas y nuevos encuentros. Es vivir y
saborear el Evangelio de Cristo en cada momento de tu vida, es buscar a Dios en
cada circunstancia positiva o negativa.

Cuando vives este encuentro con el Señor, pasas de la nada a la fe o, en algunos


casos, de la religiosidad a la fe y el encuentro se prolonga, la amistad continúa y
suelen ocurrir tres cosas, sucesiva o simultáneamente:

1.) Hablas de Cristo: con tu boca, pero principal y preferentemente con tu


persona. Es algo que no puedes quedarte para ti, sale de manera
espontánea igual que hablas de la persona que amas, de tu mujer, de tus
hijos, de tus amigos.
2.) Hablas con Cristo: como una presencia constante en tu vida. El amor de Dios
es una presencia, nunca una idea, es una presencia en mi ser que me lleva a
relacionarme de manera natural y constante con Él.
3.) Y sobre todo, dejas hablar a Cristo: nuestra actitud pasa a ser sobrenatural,
Jesús oraba y nos invita a orar. La oración es el fundamento de nuestra vida
y siempre estamos en búsqueda de un mayor espacio para relacionarnos con
Dios porque solo así nuestra fe será una experiencia vivida. La historia de mi
fe y seguramente de cada uno de vosotros, es una historia de intimidad y
amistad con el Señor Jesús. A veces pensamos que estamos solos buscando
a Dios toda la vida y es Él quien más nos está buscando; es Él quien está
esperando a que quitemos tantos estorbos que nos rodean y que nos
impiden tomar su mano. Es una búsqueda mutua, total y absoluta.

Y poco a poco voy descubriendo que Cristo vino a salvarme a mí, a salvar al hombre.
Y descubro que esta amistad con Cristo ha de transparentarse con nuestra actitud de
amistad hacia los demás ya que la amistad es el mejor medio para acercar a la gente
a la experiencia de Dios. Por eso poco a poco vamos descubriendo que estamos
llamados a ser signos, a ser levadura para mejorar la realidad. Y esto solo es posible
si nos empeñamos en estar y ser mejores nosotros mismos.

IV Conversaciones de Cala Figuera (5-8 mayo 2016)


Rollo SIGNOS-Loren Marian
2
NOS CONVERTIMOS EN SIGNOS DE MANERA VOLUNTARIA

Cuando alguien se rompe una pierna, siempre tiene cerca algún cristiano muy pío que
le intenta convencer que gracias a Dios no se ha roto también la otra. Y el no
creyente, por poco listo que sea, enseguida se pregunta quién es ese Dios que ha
querido que se rompiera una pierna; y manejamos sin querer una imagen de un dios
que mueve los hilos como si fuéramos sus marionetas. ¡Cuánto mal hace esa imagen
y qué difícil se lo pone a la gente para que se acerque a Dios!. Y después, cuando
pasa un tiempo y el de la pierna rota se recupera y pasa por un gran momento de
alegría, ¡qué pocas veces algún cristiano le recuerda que en ese momento Dios se
alegra con él!. Y si no somos signos en la alegría y la esperanza, ¿de qué Dios somos
signos?.

Cursillos, fieles al Evangelio, en 1944 facilitaron enormemente el tránsito del


cristianismo desde el camino de la amargura a la autopista de la felicidad. Felicidad,
alegría, estas son notas que nos tienen que caracterizar como cristianos, porque lo
que vivimos es inmenso y solo así nos convertimos en signos del amor de Dios.

La alegría nos viene de muchos sitios, el principal es la relación con Dios que da
sentido a nuestra vida; pero también nos viene de la amistad profunda que vivimos
entre nosotros porque hemos puesto al Señor en medio; y la alegría nos viene de ver
qué es capaz de hacer el Señor en la vida de las personas que queremos y de
asombrarnos al ser testigos de tanto milagro. El simple hecho de ser cristiano hace
que seamos espejo allá donde estemos. Por eso nuestro empeño no puede ser otro
que el de simplificar, facilitar y posibilitar ese encuentro con el Señor y que este se
prolongue durante toda la vida. Es simple.

Supongo que estaréis de acuerdo en que el mundo está harto de maestros que nos
quieren enseñar cómo hacer las cosas. Pero el mundo no se cansa de los testigos y es
mucho más interesante ser testigo que maestro, y además maestro solo hay uno. Lo
nuestro es ser testigos, testigos de la resurrección de Cristo, testigos de que es
posible amar a todos los hombres, testigos de que intentamos amar a los que
tenemos más cerca como a nosotros mismos, testigos de lo que vivimos cada día,
testigos de que evangelizar no es hablar del Evangelio sino tratar de hacerlo vida en
mi día a día. Y en esto estamos, intentándolo vivir cada vez más intensamente.

La mayoría de encuentros que Jesús tuvo en su vida relatados en el Evangelio, nos


muestran que la intención del Señor era primordialmente que cada persona se
encontrara consigo misma y descubriera que el Reino de Dios está dentro de cada
uno. El valor que tenemos todos solo por el hecho de ser persona, ya nos lo
demuestra el Señor con su vida; Cursillos solo lo recuerda.

IV Conversaciones de Cala Figuera (5-8 mayo 2016)


Rollo SIGNOS-Loren Marian
3
Nuestra misión como cristianos es ayudar a las personas a descubrir que Dios les
ama, porque descubriendo el amor de Dios encontrarán la felicidad o la recuperarán si
en algún momento la perdieron o dejaron olvidada. Ser apóstoles en el siglo XXI es
de las cosas más apasionantes que podemos hacer. Pero para que esto se produzca,
es imprescindible que apoyemos de tanto en cuanto la cabeza en el pecho de Jesús,
es imprescindible subir cada cierto tiempo al monte a orar con Él porque solo se
contagia lo que se vive, que es mucho más que enseñar algo aprendido. Por esto
nuestro testimonio fluye con naturalidad y se saborea el contagio de lo bueno.

Este testimonio, cuando es plenamente personal y radicalmente evangélico, no busca


la imitación porque lo que testimoniamos no es un “cómo” sino un “qué y un por
qué”. Cuando un cristiano tiene esa relación con el Señor, quien se cruza con él, no
puede menos que interrogarse, ¿qué tiene?. Pero no se pregunta cómo lo hace para
reflejar esa alegría y amistad, sino que cuando va más allá la pregunta que se hace
es “qué y por qué”. El hombre de hoy no tiende tanto a decir “mirad como se aman”
como a preguntarse “¿por qué se aman?”. Esta es la disposición adecuada para
encontrarse consigo mismo, con Cristo y con los hermanos.

Lo mejor de todo es que, cuando este encuentro se produce y descubra el “qué y el


por qué” y lo interiorice en su vida, lo realizará de forma personal, distinta,
irrepetible. Porque el Señor toca el corazón de cada uno personalmente y a partir de
ahí los “cómos” los pone cada uno.

Además de este circuito de interrogaciones sobre el “cómo, el qué y el por qué”, el


testigo provoca una onda de admiración que no hay que confundir con adulación o
con creernos importantes. Recuerdo que hace algunos años, cuando fuimos a felicitar
por sorpresa a Jaime Galmés y María Medina, cantándoles las mañanitas por su 80º
cumpleaños, Jaime para sorpresa de todos los amigos que estábamos allí afirmó: “me
lo merezco” y lo repitió un par de veces. Me lo merezco porque si vosotros queréis a
la persona de Jaime, no es por lo que Jaime es, sino por lo que veis de Cristo en su
interior. Por eso ni el que admira al amigo se deslumbra, ni el que es admirado se
envanece o aprovecha; lo que se produce entre ellos es una sintonía especial de dos
realidades personales que se impulsan mutuamente hacia algo mucho más elevado.
Porque la luz que desprende el testigo no es su luz sino un reflejo de la luz del Señor
y no es a mí a quien deben seguir sino a Él.

Por eso no es suficiente con querer ser bueno, hay que buscar transparentar al Señor
apuntalando la relación con los medios que ofrece el Movimiento de Cursillos, con el
convencimiento de que es posible crecer como persona. Nunca debemos olvidar que
hacemos el camino en compañía, por lo que no podemos dejar de lado a todas las
personas que pasar por mi vida.

IV Conversaciones de Cala Figuera (5-8 mayo 2016)


Rollo SIGNOS-Loren Marian
4
Los que me conocéis, me habéis oído decir muchas veces que me siento un
afortunado y un mimado por Dios. Cuando hice mi cursillo también fue así y tuve la
suerte de empezar el cuarto día haciendo reunión de grupo con José Janer. Durante
bastante tiempo estuvimos preguntándonos para qué y por qué el Señor nos había
regalado todo esto, porque nos parecía un regalo demasiado inmenso; menos mal
que después se incorporaron a la reunión de grupo Manolo y Javi y juntos hemos
descubierto por qué el Señor nos regala tanto y qué hacer con ello. Yo puedo ser una
vela que el Señor ha colocado para dar luz y calor. Por eso debo arder, como señal de
que mi Hoja de Servicios está a tope, que vivo “De Colores” y soy reflejo de mi
relación con Dios porque le transparento. La cercanía con Dios nos da la paz y la luz
interior que nos lleva a que los demás nos vean como signos del Señor o, al menos,
como signos de algo que ignoran pero en su fuero interno ansían tener. Quizás no le
ponen nombre, quizás no identifiquen a Dios detrás de eso que perciben. Pero, una
vez despierta su curiosidad por lo que en nosotros están viendo, es el momento de
mostrar que lo que tenemos es la presencia del Señor en nuestra vida.

ABIERTOS A LOS SIGNOS DE LA PRESENCIA DE DIOS EN EL MUNDO

Otra de las maravillas de vivir el Evangelio es que te abre a la grandeza de disfrutar


los múltiples signos de Dios en el mundo y, sobre todo, la presencia de Dios en cada
una de las personas.

Y la presencia de Dios entre nosotros muchas veces se manifiesta en una simple


llamada de un amigo, fruto de poner a Dios en el centro de la amistad, en un paisaje,
un amanecer, en un simple abrazo, un gesto, una sonrisa. Tantos y tantos regalos
que nos hace Dios únicamente a cambio de estar atentos para descubrirlos, de estar
en Su onda.

Y a medida que nos vamos aproximando más a Dios, podemos empezar a percibir su
presencia en cada persona. Para mí eso es estar ya en el camino de santidad, cuando
sabemos admirar a la persona que tenemos delante por lo que hay de Dios en ella.
Dios hace al hombre a su imagen y semejanza, pero nosotros muchas veces nos
empeñamos en fijarnos solamente en la semejanza y no tanto en la imagen. Y si te
fijas en la semejanza con Dios descubres que actuamos poco como actuaría Él y más
que semejanza hay des-semejanza. Pero siempre, haya o no semejanza entre lo que
Dios quiere y nosotros hacemos, hay una imagen de Dios en nuestra vida (creamos o
no en Él) y eso es lo que tenemos que saber descubrir y admirar, la imagen de Dios
en la persona que tenemos delante. No busquemos la semejanza, que esta ya se
dará; busquemos la imagen de Dios que late en cada uno y así sabremos respetar a
la persona por ser persona, y querremos a cada uno como es y no intentaremos que
sea como a nosotros nos gustaría que fuera.

IV Conversaciones de Cala Figuera (5-8 mayo 2016)


Rollo SIGNOS-Loren Marian
5
Un gran amigo siempre dice que tiene un problema grave de visión y es que ve las
cosas con los ojos de Dios, y así siempre ve lo bueno que hay en las personas, porque
es como las ve Dios. Es como el sembrador de la parábola, que ve tierra buena en
muchos sitios. Cuando un hombre llega a ver en el otro a alguien digno de ser
amado, y por ello tan esencial como uno mismo, está en el umbral de ser persona y
de ser cristiano. Y si además llegamos a ver el potencial de plenitud en el otro,
nuestra fe en él nos convertirá para esa persona en signo deslumbrante.

Llegar a entender algo tan grande como que el hombre, antes de ir a Dios, viene de
Él. Descubrir la presencia de Dios en cada uno y ver a Jesús en cada persona. Eso es
estar atento a los signos, eso es empezar a vivir el cielo en la tierra

SACRAMENTOS, SIGNOS DE LA PRESENCIA DE DIOS EN EL MUNDO


 
Pero, sin duda, el mayor regalo que podemos tener es el descubrir los Sacramentos como
signo de la presencia real de Dios entre nosotros. Toni nos decía en el rollo “Noticia” que
esta no es un ideario, ideología, moral, ni tampoco es anunciar lo que está bien o está
mal. Nos decía que la Buena noticia es Jesucristo, que te ama y te salva.

De la misma manera, tampoco los Sacramentos son un cumplir con una serie de
obligaciones, el continuar una costumbre o caer en un “ser bueno”. Los Sacramentos
tampoco son una repetición de algo que pasó hace muchos años, son mucho más. Los
Sacramentos son una presencia real de Dios entre nosotros y quizás el ejemplo más claro
lo tenemos en la Eucaristía. Ahí es donde Él se hace presente con nosotros, para
nosotros, no como un recuerdo, no solo como un repetir un gesto de hace dos mil años;
se trata de vivir con Dios la celebración. A partir de ahí no caben preguntas como ¿es
obligatorio ir a misa? Seguramente, esta pregunta no tiene sentido en un contexto de
amistad con el Señor, en un contexto de ir a compartir con el gran amigo un momento de
intimidad.

Que yo sea capaz de reconocer a Cristo en cada una de las personas que tengo delante
incluido aquel que me está fastidiando, es algo que muchas veces cuesta y pocas veces
ocurre. Que yo sea el rostro de Dios en el mundo, desgraciadamente es algo que no
siempre se cumple porque somos demasiado humanos. Lo que siempre ocurre, porque es
uno de los grandes regalos que nos dejó, es la posibilidad de vivir los Sacramentos como
un momento de encuentro con el Señor en comunidad.

Por eso son mucho más que un signo, porque además, Dios actúa a través de los
Sacramentos y, a través del Espíritu Santo, nos acercamos al misterio de lo divino. Es
muchísimo más que reconducirnos al origen de nuestra historia cristiana, es una
presencia real y actual entre nosotros en clave de amistad.

IV Conversaciones de Cala Figuera (5-8 mayo 2016)


Rollo SIGNOS-Loren Marian
6
NOS CONVERTIMOS EN SIGNOS DE MANERA INVOLUNTARIA

Y ya terminando con el rollo, nuestra máxima aspiración puede ser convertimos en


signos de manera involuntaria abriéndonos a la grandeza de Dios.

Nuestro proceso de conversión es un camino en el que al principio nos esforzamos en


seguir a Cristo, oramos y meditamos, amamos y perdonamos, aprendemos a ver a
Dios en el mundo y en los demás, sabiendo que somos incapaces de llegar a entender
la esencia de Dios. Seguramente tampoco hace falta llegar a entender su esencia y
baste con intuirla, con disfrutar de estar con Él. Pero aunque no acabemos de
entenderlo, humildemente seguimos su camino sin dejar de confiar en ser signos
suyos por su gracia, pero sin caer nunca en la soberbia de creer que ya lo somos.
Igual que Eduardo Bonnin se definía como un aprendiz de cristiano, porque nunca
llegaremos a vivirlo en su radicalidad, tampoco llegaremos nunca a ser signos plenos
del Amor de Dios aunque vale la pena seguir intentándolo.

La cercanía e intimidad con Dios nos da la paz y la luz interior que nos lleva a
descubrir que todo es gracia y presencia del Espíritu Santo. Por eso, ante la grandeza
de vivir lo que vivimos, ante la grandeza de descubrir que el Carisma del Movimiento
de Cursillos de Cristiandad es del Señor y seguimos la obra de Él, solo nos queda no
dejar de asombrarnos y desde una humildad infinita dejar hacer a Dios a través
nuestro, agradeciéndole el regalo de su gracia.

Como le gustaba citar a Eduardo:

“El encanto de las rosas

es que siendo tan hermosas

nunca saben que lo son”

Y así, cuando alguien pase cerca de nosotros y descubra el aroma de las rosas,
estaremos preparando el camino para el encuentro con el Señor. Desde aquí, viendo
vuestras caras y vuestra mirada, es fácil apreciar muchísimos signos de Dios.

De colores.

IV Conversaciones de Cala Figuera (5-8 mayo 2016)


Rollo SIGNOS-Loren Marian
7

También podría gustarte