El Huerto Familiar
El Huerto Familiar
El Huerto Familiar
1 El huerto familiar
Fertilización
Las hortalizas, al igual que todo ser viviente,
crecen y necesitan alimento. Los elementos que
las plantas requieren para su desarrollo y que
son conducidos por el agua a través de las raíces
Figura 6. Plántula con cepellón.
son los siguientes: Nitrógeno (N), Fósforo (P),
Potasio (K), Calcio (Ca), Azufre (S), Hierro (Fe),
El transplante se debe realizar de Boro (B), Magnesio (Mg), Zinc (Zn), Molibdeno
preferencia en la tarde o en las primeras (Mo), Cobre (Cu), Manganeso (Mn) y Cloro(Cl).
horas de la mañana para evitar las altas Además las plantas necesitan Carbono(C),
temperaturas y que las plantas se marchiten Hidrógeno (H) y Oxígeno (O). Todos estos
(aunque normalmente se pueden tener elementos son esenciales para el crecimiento de
fallas en el transplante). las hortalizas y las plantas en general. Muchos
de estos ya se encuentran en el suelo, es decir, se
convirtieron en parte del mismo durante el
Siembra directa período de formación. Otros han sido añadidos
Se realiza con aquellas semillas que, por su por el agua de lluvia y la descomposición de
tamaño, no tienen problemas de plantas y tejido animal. Estos elementos son
germinación (ejemplo calabacita, pepino, utilizados en diferentes cantidades por las
acelga, rabanito, espinaca, betabel, plantas en crecimiento.
cilantro, perejil, apio, etc.); las semillas se
siembran directamente en el medio que se
Por ejemplo, el nitrógeno es el elemento que se relaciona frecuentemente con plantas grandes,
saludables, verdes y vigorosas. No obstante, hay que tener cuidado porque si se aplica en
cantidades excesivas se obtiene una planta grande y hermosa que produce poco o nada de fruto
(los tomates y las fresas, son buenos ejemplos; al colocársele una cantidad excesiva de nitrógeno
producen plantas grandes y verdes pero sin frutos). El maíz dulce y otras plantas del mismo tipo
requieren mayor cantidad de nitrógeno.
El fósforo ayuda a la fructificación de las plantas. Todas las hortalizas necesitan fósforo, pero el
frijol, el chícharo, en general las leguminosas, requieren mayores cantidades de este elemento.
Se puede comprar un fertilizante que contenga únicamente fósforo. Una buena sugerencia para
usar fósforo con el frijol y el chícharo es poner una pequeña cantidad del mismo en el fondo del
surco, luego cubrirlo con un poco de tierra y por último sembrar.
En el caso del frijol y el chícharo, el fósforo también se puede aplicar después de la siembra de
manera adyacente a una distancia de 5 cm de la hilera sembrada y a 5 cm de profundidad.
El potasio ayuda en la maduración del fruto, en la calidad y en general en el vigor de las plantas.
Muchos suelos no poseen una cantidad suficiente de estos elementos, como para permitir el
buen desarrollo de las plantas y por lo tanto, deben agregarse a fin de lograr un alimento
completo. Generalmente, estos elementos vienen preparados en forma de fertilizantes. Si se
analiza el terreno del huerto, se podrá averiguar con bastante exactitud los elementos que se
deben añadir.
Actualmente, la fuente de alimentación más económica para las plantas que se encuentra a
nuestro alcance, son los paquetes de fertilizantes que se pueden comprar en cualquier comercio
especializado. El factor más importante que se debe tener en cuenta al adquirir cualquier clase
de fertilizante es su contenido químico, el cual, se encuentra escrito en el paquete.
En el Cuadro 2 se muestra el tamaño del huerto y la cantidad de fertilizante que será necesario
agregar.
Otra fuente de fertilización que puede utilizarse con buenos resultados en los huertos familiares
son las compostas y los estiércoles, los que además de proporcionar elementos nutritivos a las
plantas mejoran la calidad del suelo. La elaboración y uso de estos materiales puede consultarse
con mayor amplitud en las fichas técnicas relacionadas con este tema.
Hay varios métodos para controlar las malezas en un huerto familiar; lo mas común consiste en
una azadón
Para el control de los insectos, en la mayoría de los casos la única solución son los insecticidas.
Sin embargo, se recomienda que antes de aplicar insecticidas se practiquen algunas medidas
sanitarias que pueden reducir la incidencia de las plagas como evitar la presencia de restos de
cosecha infectados por plagas y enfermedades; es conveniente quemarlos o en su defecto
enterrarlos en un lugar alejado del huerto; en caso de que se presenten plagas que afecten las
raíces de las plantas, es conveniente voltear el suelo y mantenerlo expuesto al efecto del sol.