Fanzine Existencias y Resistencias Gordas Vallejos Loana

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EEEIGS - UNCo

“EXISTENCIAS Y RESISTENCIAS GORDAS:


RELATOS URGENTES DESDE INSTITUCIONES
EDUCATIVAS”
Loana Vallejos (comp.)

GORDX

GORDX

FANZINE nº1
RELATOS GORDXS SE APROXIMAN

"Hacer siempre referencia a


nosotras mismas con las palabras
"gordo" y "gorda" como una acción
de empoderamiento y apropiación
del insulto, pues tal como enuncia
Nomy Lamm "Cuando soy consciente
de mi gordura, no puede usarse en
mi contra"
Piñeyro, M. (2016). Stop gordofobia y las panzas subversas.
Editorial Zamba – Baladre. Valencia. P.19

Este fanzine se produjo en el marco del Seminario de


Integración III, de la Especialización en Educación y
Estudios Interculturales, de Géneros y Sexualidades de la
Universidad Nacional del Comahue.
(Ord. CS Nº 0391/15)
Realizado por Loana Aylén Vallejos. DNI: 38.492.586
REALICÉ UNA ENCUESTA EN LAS REDES SOCIALES SOBRE
QUÉ PALABRAS SE ASOCIAN CON LAS CORPORALIDADES
GORDAS Y ESTE FUE EL RESULTADO:

PARTICIPARON 64 PERSONAS DE DIFERENTES EDADES, LUGARES,


GÉNEROS Y TRAYECTORIAS DE VIDA
¿A QUIÉN LE TENGO QUE DEMOSTRAR QUÉ COSA?
HELGA, 35 AÑOS

Apenas tengo noción de cuándo fue el momento en el que mi cuerpo


empezó a fluir y expandirse. Era niña, seguro, pero creo que recién
cobré dimensión de mis carnes en una clase de plástica.

ES REALMENTE INTERESANTE CÓMO FUNCIONA LA MEMORIA


MARCANDO TAN A FUEGO LOS INSTANTES MALOS Y DIFUMINANDO
RYAN
LOS BUENOS. JAMES
Fue una clase de plástica en sexto grado, previo al día del padre. Estábamos haciendo
portarretratos con cartón y telas para poder regalar a nuestros padres en su día.
Recuerdo que mi portarretrato me estaba quedando hermoso, pues, aunque no muy
avezada en las artes manuales, había elegido una tela que me parecía soñada y que
había recortado tan prolijo que una suerte de vanidad incrédula me corría por la espina
dorsal. De hecho, estaba quedando tan bonito, que mis compañeres de clases venían a
mi banco a ver cómo iba avanzando.
El problema se presentó cuando la plasticola no alcanzó a pegar bien la tela con el
cartón. Estaba lidiando con ese problema cuando se acercó mi maestra que, viendo la
situación, tuvo una brillante idea: me alzo en brazos y me sentó arriba de mi banco,
encima de mi portarretratos.

“GORDITA, CON VOS ENCIMA SE VA A PEGAR EN UN


SANTIAMÉN”.
Me agarró de sorpresa y me quedé en blanco. Me quedé en blanco por varias cosas.
Porque de repente escuché las risas de mis compañerxs, atestiguando mi
mortificación; por sentirme por primera vez expuesta, a la vista de todxs, como seguro
ya lo estaba de hacía tiempo. Fue tener conciencia que no era como el resto de mis
amigas, todas flacas escopetas, sino que tenía unas carnes que hasta el momento no
me habían pesado y que de repente ahí enfrente de toda la clase y por una simple
maniobra adulta se veían total e innegablemente, y me pesaban como plomo.

NO PODÍA MOVERME DE LA VERGÜENZA Y DE LA HUMILLACIÓN QUE


SENTÍA SER LA ÚNICA SENTADA ARRIBA DEL BANCO PRESIONANDO
CON SU TRASERO GORDO UNA TELA CONTRA UN CARTÓN

Me palpitaban las sienes, pero no podía articular palabra porque la garganta me


quemaba, porque hubiese querido ser invisible para escapar de ahí, y sin embargo
estaba sabiendo que era anchamente vista, anchamente reída, aún por la maestra,
cuyas carnes excedidas nada conocían de gordoridad, sino todo lo contrario.
EL PORTARRETRATO ME QUEDÓ HERMOSO Y BIEN PEGADO, POR SUPUESTO, PERO
HABÍA DEJADO DE SER EL CENTRO DE ATENCIÓN. APENAS TOCÓ EL TIMBRE ME FUI AL
BAÑO A SECARME LAS LÁGRIMAS QUE SE CAÍAN SIN MI PERMISO, AGOBIÁNDOME
TODAVÍA MÁS. AÚN RECUERDO A ESA NIÑITA DE 11 AÑOS QUE FINALMENTE CAÍA EN
LA CUENTA DE QUE NO ERA COMO LAS NIÑAS DE CHIQUITITAS, A LAS QUE ADMIRABA,
SINO QUE CON SU VINCHA TRANSPARENTE QUE LE MARCABAN UN GRAN JOPO, SUS
ANTEOJOS DE MIOPE, SU VESTIMENTA DESARREGLADA Y SU CUERPO DESMESURADO
SERÍA EL HAZMERREÍR DE LXS DEMÁS.
RYAN JAMES
LOS AÑOS PASAN, EL TORMENTO SIGUE

A los 11 años me encerré en un caparazón del que salí recién cuando empecé a preguntarme si
quería seguir así toda la vida. Pasé mi adolescencia escondiéndome del ojo escrutador, que todo
lo destruye. Me hice de unas pocas amigas con las que mantendría los lazos de lo social, y así
pasé, oculta. Mis compañerxs de clases apenas sabían quién era.

Es lícito decir que después de esa experiencia a los 11, en ningún otro momento sentí el tormento
del acoso por ser gorda en la escuela y no tengo recuerdos de que alguien alguna vez haya hecho
referencia a mi cuerpo. Lxs de mi edad apenas hicieron algo para hacerme sentir mal.

FUERON SOBRE TODO LXS ADULTXS LXS QUE MARCARON A FUEGO MUCHO
DE LO QUE FUE MI TORMENTO.

Mi madre diciéndome que nadie me iba


a querer si seguía engordando, mis
profesoras de educación física que
corrían al lado mío, mientras yo iba toda
transpirada y roja como un tomate a
punto de desfallecer, diciéndome que
apenas llevaba cinco minutos, que qué
iba a hacer cuando tuviera que hacer la
prueba de 45 minutos de trote.

LXS ADULTXS CALARON MÁS


HONDO EN MÍ QUE CUALQUIER
OTRX. TODO UN SISTEMA
MÉDICO GORDEODIANTE LES
DABA LETRA PARA CADA
TANTO TIRARME ALGUNA
INDIRECTA QUE IBA DIRECTO
A MI AUTOESTIMA.
LUPE CARILLO, (2020)FISKE MENUCO
Y ASÍ IBA, ODIÁNDOME ANTE CADA REFLEJO DEL ESPEJO,
DEVORÁNDOLO TODO, A MODO DE REBELDÍA ANTE ESO CON LO
QUE NO PODÍA LIDIAR.

En la universidad y por el ritmo terrible de estudio, militancia y mala vida, conseguí un


RYAN JAMES
cuerpo del que me sentía orgullosa. Estaba flaquísima y me entraban bailando los
pantalones de mis amigas flacas. Me sentía perfecta y eso abonaba a mi decisión de
tomar un vaso de leche descremada por la mañana y pasar el día a mate, para luego
finalmente cenar un alfajor de dulce de leche, que era el permitido del día.

ESTABA DEMACRADA, TOTALMENTE FUERA


DE MI EJE, OBSESIONADA POR LA BALANZA.

Me ofendía cada vez que algunx amigx me decía que estaba demasiado flaca, que me
cuidara. Sentía que era una hipocresía, que estaba bien que algunos cuerpos fueran
esqueléticos pero que en otros no estaba permitido.

Si era por decir que esta gorda podía ser tan flaca como una modelo, ya lo había
conseguido. ¿Y? Estar flaca no me había salvado de los conflictos corporales y la
humillación que se había gestado desde esa primera vez, en esa aula, cuando expusieron
a la mirada pública mi gordura. Al contrario, hacía más nítida la vergüenza.

Estuve así un tiempo hasta que la mirada amorosa de una


amiga me dio perspectiva:

EN
ALO
D E M
O QUE
Í A E L
HAB RDA D
¿Q U É
G O N LOS
A
MÁS LEC
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SER A B ES?
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OSA?
QUÉ C

LUPE CARILLO, (2021)FISKE MENUCO


ESTAR FLACA NO ME HABÍA SALVADO DE LOS
CONFLICTOS CORPORALES Y LA HUMILLACIÓN

Volví a regañadiente a mis carnes. Volví a


una corporalidad que era más mía, con
más preguntas que respuestas.
RYAN JAM
A laEpar,
S irónicamente me adentré en el
ejercicio docente, que intrínsecamente
trae aparejada la exposición de un cuerpo
en un espacio áulico, pensando cómo
pesa la mirada de otrxs aunque no haya
ningún diálogo que pueda cristalizar esos
pensamientos que pasan por los ojos.
Ahí estaba, expuesta a un público
escolar, otra vez. Un público que me
miraba hacer, que me veía de espaldas
cuando me daba vuelta para escribir en el
pizarrón, al que intentaba mirar siempre a
los ojos, como tratando de esa manera,
desafiar cualquier atisbo de desagravio a

AYE WEBER, (2015)FISKE MENUCO


mi cuerpa en tensión.

Supongo que, por esas ganas de desafiar la mirada pública, en un punto además me
volqué a la actuación y luego al canto. Una forma de decir basta, hasta acá estuvo bien
de ocultamientos, ahora vamos a enfrentar eso que pensás que pasa con lxs demás,
vamos a enfrentar lo que te pasa a vos con eso que creés que pasa.

Fue catártico. Me ha enfrentado cientos de veces al ojo espectador, a mi prejuicio. Ante


cada función, la preparación amorosa y dedicada del vestuario y el maquillaje que me iba
a acompañar me enfrentaban a mi mirada cargada de animadversión, que evaluaba una y
otra vez, y que me permitía a veces reconciliarme un poco conmigo. El escenario me
devolvía una personaje distinta a la que era en la vida cotidiana, una personaje segura,
atrevida que desplegaba picardía a pesar del exceso de volumen y curvas.

Y EN ESAS VAINAS ANDABA, CUANDO LLEGÓ EL FEMINISMO A MI VIDA Y CON ÉL LA


OPORTUNIDAD DE ZAMBULLIRME EN LECTURAS GORDAS, DE CONOCER PERSONAS QUE
DESDE EL ACTIVISMO GORDX PUSIERON EN PALABRAS LOS SENTIRES QUE UNA ANDABA
TRAYENDO.
EL FEMINISMO SALVA
DE MUCHAS MANERAS.
A MI ME SALVÓ DE MI
MISMA
.Siempre está conmigo esa seño de plástica que con su rechazo a sí misma y a lo
RYAN JAMES
que representaba me agarró, sin quererlo quizá, como chivo expiatorio de sus
afrentas. Me despertó a algo de lo que tarde o temprano iba a despertar: la
conciencia de mi cuerpo no hegemónico, con todo lo que eso conlleva. Sin embargo,
a través de todos estos años de ires y venires, y sobre todo a partir de poder ir
poniendo en palabras lo que era para mi algo tan tabú que el solo nombrarlo me
sumía en la humillación más absoluta, pude irme desembarazando del peso de mis
propios pensamientos, que eran en definitiva los más pesados.

SABERME GORDA Y QUE ESO NO SEA VERGONZOSO ES SANADOR. RECONCILIARME


DE A POCO CON MIS CADERAS ANCHAS, CON MIS JAMONES, CON MIS GORDITOS
QUE SE PASPAN EN VERANO, CON MIS COLGAJOS, CON LAS MARCAS QUE QUEDAN
EN MI PIEL ANTE CADA CAMBIO DE PESO, CON MIS ROLLOS, MIS HENDIDURAS Y MIS
BLANDURAS HA SIDO LIBERADOR, NO SÓLO PORQUE SON PARTE DE MI, SINO
PORQUE SÉ QUE NO HAY NADA DE MALO CON ELLOS.

Mi cuerpo gordx no me hace menos saludable, ni menos flexible, ni menos activa. Mi


cuerpo gordx no me impide disfrutar de la playa ni del bikini. No me impide disfrutar
de una comida con gusto. Poder correr el eje de lo que socialmente es aceptado, de
la mirada de les otrxs y entender que en todo caso me lo tenía que permitir yo, me
permitió dejar de torturarme, de bajar las exigencias, de reírme de mi misma.

Nada está resuelto. No es que de la noche a la mañana me acepté como soy y final
feliz. Para nada. Nadie está nunca completamente satisfecho del cuerpo que porta,
menos cuando somos bombardeadxs las 24 hs del día con los discursos de la dieta y
el cuerpo perfecto. Asumí, desde el momento en que me percaté que podía lidiar
con este cuerpo que me abraza, una cruzada diaria para no ser deglutida por ese
mandato social de tener que adelgazar, como si de eso dependiera mi vida. No
quiero estar condicionada a ser clasificada de acuerdo a mi talle de ropa. Nadie
debería quererlo. Tener conciencia de eso, probablemente haya sanado un poco a la
nenita de 11 años que nada pudo hacer en ese momento.
La diosa del pantalón de jean
María, 32 años

ME LLAMO MARÍA, TENGO 32 AÑOS, Y PASÉ POR MUCHAS, MUCHÍSIMAS


COSAS PARA LOGRAR HOY ESTAR CONFORME Y FELIZ CON MI CUERPO.

UN CUERPO QUE FUE AGREDIDO VERBAL Y FÍSICAMENTE MUCHAS VECES.

Desde casa ya era así la cosa con mi peso, recuerdo tener no más de 12 años y mi madre (madre
de 6 hijos pero de 7 embarazos) viene un día con un short de Jean y me dice “probátelo que
quiero ver algo”, le hago caso y me pongo el jean y como estaba gordita recuerdo que no me
prendió ni me cerró el cierre, por supuesto, a lo que acto seguido me lo hace quitar y se lo pone
ella. Obviamente le entra, le cierra y me dice con voz burlona “no puede ser que a vos con 12 no
te entre, si yo tengo 6 hijos y si me entra”.

Me fui llorando de la habitación y fue la primera vez que hice lo que hoy se conocen como
ayunos. Bajé de peso y bajaron mis defensas, me internaron por primera vez 15 días a causa de
una neumonía. Al salir de la internación le digo a mi madre “Mamá vamos a tener que achicar los
pantalones, mirá lo flaca que estoy”, y ella responde “No, seguro en unas semanas lo vas a volver
a usar así”.

NO TUVE UN SENO FAMILIAR FUERTE Y


CONTENEDOR, A MI HERMANA LE DECÍAN
"CACHO DE MIERDA", AL MÁS CHICO QUE ERA
UN “PUTO”, Y A MI HERMANO (QUE TIENE DOS
AÑOS MÁS QUE YO) LE DICEN “GORDO” DE
TODA LA VIDA.

Después de eso mi madre se fue de casa, abandonándonos de pequeñxs. Yo con 13 años no tuve
quien me dijera ni siquiera “ponete un corpiño”, hasta que mi hermana más grande cumplió ese
rol. Un día volvió a mi casa, se me acercó y me dijo “Bei ya tenes que usar corpiño porque al ser
un poco más gordi las tetitas se notan antes”. Mi hermana me ama y estoy segura de que fue la
manera más suave y sana que encontró para decírmelo. Además venimos de una familia de
pechos grandes, obviamente la gordura los acentúa aún más.
DOLOR TRAS DOLOR

Casi 2 años después del abandono, me enfermo de Artritis reumatoide juvenil poliarticular
crónica. La primera medida fue la internación de más de una semana, y vinieron los corticoides
para desinflamar y calmar el dolor. Yo estaba muy mal porque durante el periodo en que me iba
enfermando, pero todavía no estaba diagnosticada, había bajado cerca de 8 kilos, y al darme
corticoides subí el doble de peso, inimaginable como estaba.

Al salir de la internación a penas se notaban lo efectos de los corticoides, pero ya sabía para
donde iba mi cuerpo, ya que mi médica me lo había explicado. Me dijo que me hincharía y que
subiría un poco de peso, pero que no me preocupe porque al dejarlos mi cuerpo se iba a
acomodar. Eso nunca paso, ya que la artritis te ataca si estás triste o feliz, le da igual, te
inflamas.

EMPECÉ EL SECUNDARIO POLIMODAL Y NUNCA DEJE LOS


CORTICOIDES. SEGUÍ HINCHÁNDOME, NO QUERÍA EMPEZAR LA
ESCUELA. ESTUVE LOS DOS PRIMERO AÑOS BANCÁNDOME
MIRADAS Y ALGUNOS INSULTOS QUE IGNORABA.

Llegando al último año, veía que no tenía ropa y mi viejo no podía comprarnos
ropa, siempre andaba con lo justo. Recuerdo que siempre nos compraron a lxs
6 hermanxs las mismas zapatillas de imitación, por lo tanto era imposible que
pueda comprarme ropa para mi sola. Se acercaba la fecha de egreso y no
tenía para ponerme nada lindo, nada me entraba.

Mi hermana del medio tenía un jean negro ancho que yo amaba, le pedía
siempre que me lo preste para salir o ir a algún evento. Nunca me lo presto,
como muchas otras cosas porque decía que se lo iba a agrandar, hasta que
llegó el día y me regaló. Yo feliz porque tenía un jean con el cual ir a la
entrega de diplomas, y obviamente estaba tan feliz que me lo puse ese
mismo día para ir a la escuela.
SER RUDA, MI MECANISMO DE DEFENSA

Al llegar a la escuela, dos de mis compañeros se reían,


no decían nada simplemente se reían. En un momento
escucho por lo bajo que decían que yo era como una
bolsa de consorcio. Yo muy enojada los insulto, siempre
fue mi mecanismo para defenderme. A uno le dije “vos
sos feo” y al otro “vos anda a lavarte los dientes HDP,
que tenés un olor tremendo”.

Lo escucha la preceptora y me manda sólo a mi a


Dirección. La directora me dice “María qué paso?
¿Qué es eso de decirle a tu compañero que es feo y
al otro que se laven los dientes?”. Le cuento lo que
me estaba pasando y me largo a llorar ya cansada de
todo eso que me decían. Me angustiaba mi
enfermedad, todo lo que me pasó en ese momento y
sin poder parar de llorar, ella me dice con su fucking
cara de piedra “vos podes con esto, sos mucho más
que eso ignoralos y listo”. Yo sumamente enojada le
pregunto “es lo único que me vas a decir, no les vas
LUPE CARILLO(2021)FISKE MENUCO
a llamar la atención ni nada?

Hoy recuerdo que me dijo que no era una pelea como para hacer algo más grande. De ahí salí
indignada, y para que no me molestaran más, desde ese día solo comía una vez al día (repetí la
historia del ayuno durante muchos días).

BAJÉ MÁS DE 12 KILOS PARA ESTAR MEJOR EN LA FIESTA DE


EGRESO, NADIE ME PREGUNTÓ CÓMO ESTABA. EL CAMBIO FUE
TAN BRUSCO QUE VUELVO A CAER INTERNADA. HABÍA DEJADO
LA MEDICACIÓN PARA PODER ADELGAZAR Y ADEMÁS NO
COMÍA, Y ESO INFLUYÓ DIRECTAMENTE EN MI ARTRITIS.

Me dieron el alta después de algunos días de hidratarme y volverme a medicar. Pasados los días
tuve el acto de egreso y fui con el mismo pantalón de jean negro, ya un poco mejor conmigo
porque todavía estaba flaca.
PERO NADIE, NADIE SE DIO CUENTA EN LA ESCUELA LO
QUE SUFRÍA, O QUIZÁ SÍ, PERO PASÉ DESAPERCIBIDA POR
HABER MUCHOS ADOLESCENTES PASANDO POR DIVERSAS
SITUACIONES.

Al salir del secundario no deje nunca más que alguien me diga nada, pero si seguí haciendo
ayunos por un tiempo y tratando de estar flaca, porque para trabajar, en muchos lugares tenés
que tener un cuerpo "lindo". Como a los 23 años tuve un momento horrible con mi cuerpo y ahí
entendí que nadie nunca más me iba hacer sentir mal.

ME COSTÓ MUCHO ACEPTARME, RECIÉN PUDE


HACERLO DE GRANDE. EMPECÉ A USAR LO QUE QUERÍA
Y SI NO LES GUSTABA A LOS DEMÁS PONÍA CARA DE
CULO Y LISTO, ME HICE UN ESCUDO MÁS FUERTE,
PERO TAMBIÉN ME HICE MÁS FUERTE Y MÁS
BENEVOLENTE CONMIGO MISMA

A H O R A M E C U I D O , M E A M O Y C O M O L O Q U E
Q U I E R O , M E P O N G O L O Q U E Q U I E R O Y S O Y
L A D I O S A D E L M I S M O P A N T A L Ó N .
BAÑO DE VASELINA Y QUE RESBALE TODO
ROCÍO, 28 AÑOS

ME LLAMO ROCÍO, TENGO 28 AÑOS Y PESO 120 KG. SOY GORDA DESDE LOS 4 O 5
AÑOS... NO RECUERDO BIEN, SUPONGO QUE PRODUCTO DE TANTA
DISCRIMINACIÓN HE OLVIDADO EN GRAN MEDIDA MI INFANCIA, OBVIAMENTE
QUE CIERTAS COSAS NO SE OLVIDAN, COMO POR EJEMPLO ODIAR LA HORA DE
ED FÍSICA, SIEMPRE ME ELEGÍAN ÚLTIMA. LA HORA DEL RECREO? UNA TORTURA,
ERAN LOS 15 MIN MÁS FEOS, SENTÍA REALMENTE ESTAR SOLA, HASTA 5TO
GRADO QUE CONOCÍ A MI AMIGA DEL ALMA.

Es hasta el día de hoy que siento como la gente me deja de lado por ser como
soy. Claro que hay cosas que te marcan más que otras. A los 16 años asistí a una
fiesta y había tomado un poco de más, terminé bailando con un chico y después
nos dimos unos besos, él era dos años mayor e iba a la misma secundaria que
yo.

El problema fue cuando al lunes siguiente fuimos a clases, muchxs comenzaron


a molestarnos, al menos por 15 o 20 días. Me hicieron sentir que no podía
darme un beso como cualquier chica normal, así que después de eso todo tipo
de relación que tuviese intenté que sea a escondidas. En el boliche siempre
sacaban a bailar a mis amigas y bueno…yo era la que cuidaba las carteras y las
camperas jaja...

PERO COMENCEMOS POR EL PRINCIPIO…

Todo empezó en jardín, yo era la única nena gorda y peor aún,


ni siquiera habían otrxs niñxs gordxs, entonces sin que nadie
diga nada, me note distinta. En sala de 5 me gustaba un nene
pero ese nene gustaba de otra nena, obvio la nena hermosa,
flaca, con trencitas y muy delicadita, no había lugar para verme
a mí, ella se llevaba toda la atención.
Luego empecé la primaria, mi peor pesadilla.
ME HICIERON Llegaba y me recibían a los pedos, siempre había comentarios
SENTIR QUE NO como "cuidado ahí viene la gorda", "no con ella no podemos
PODÍA HACER jugar, nos puede aplastar". Obvio en la hora del recreo me
COSAS encerraba en el baño porque nadie quería ser mi amigx. Jamás
COMO CUALQUIER tome el desayuno que daban en el comedor porque me daba
CHICA
vergüenza comer frente a los demás... Recién en 6to y 7mo
grado comencé a comprarme cositas en el kiosco, pero
intentaba comer a escondidas para evitar comentarios de mis
compañeros. Y sí, hablo en masculino porque cada insulto
que recibí, provenía de un varón.
MI FAMILIA, SOSTÉN DE VIDA
GRACIAS A DIOS TUVE LA SUERTE DE TENER MAESTRAS SÚPER AMOROSAS QUE
NO ME HICIERON SENTIR DISTINTA, SOLO UNA TENIA CIERTAS PREFERENCIAS
POR CIERTAS NENAS PERO BUENO YA PASO. CREO QUE GRAN PARTE DE LA
PRIMARIA DESEE SER INVISIBLE, PREFERÍA QUE NO ME VEAN A QUE VEAN LO
QUE ERA.

El peor episodio fue cuando un nene me hizo una zancadilla y muchos nenes
empezaron a reír y decir "uy la gorda rompió el piso". Me fui llorando a mi casa
(yo vivía al lado de la escuela) lo que provoco que mi hermana mayor (2 años
mayor que yo) se fuera corriendo a la escuela y le pegue piñas al nene. Se
generó un gran lío, pero ese nene nunca más me molesto.

Reconozco la bendición de tener una familia muy amorosa que siempre me


acompaño y me hizo sentir hermosa, pero bueno, se que no todxs tenemos
esa suerte. Solo recuerdo que una abuela que veía una vez al año, con la cual
ni siquiera hoy tengo una gran relación porque cada vez que la veo lo primero
que me dice es "ay hija que gorda que estas, tendrías que hacer algo" y jamás
recibí un "¿Hola cómo estás?".

ESTA GORDA TEME, PERO TE HACE FRENTE

Llegó el día en el que comencé la secundaria, tenía mucho miedo porque


habían chicos re grandes y yo me imaginaba todo lo que me iban a molestar,
una tortura y por supuesto que así fue, hasta que un día deje de otorgarles el
beneficio de poder influir en mí. Hice un baño de vaselina y todo me chupaba
un ovario, o por lo menos es lo que intentaba que pase, quizás a veces hasta
les hacía frente y los enfrentaba y como no era normal que reaccionara así se
callaban. De ese modo, la secundaria dolió un poco menos.
En la facultad yo ya era otra mujer, ya no le daba lugar
a casi nada. Solo me importaba lo que yo y mi familia
pensábamos y con eso estaba bien, obvio que quizás
a veces notaba que me costaba un poco más
relacionarme, pero si alguien me hacía sentir algo
raro simplemente me alejaba y no me prestaba al
juego de que me lastimen. Aprendí a cuidarme de la
gente que daña de esa manera.

Además siempre tuve amigas de oro que me hicieron


sentir hermosa y buena mina, insoportable en el
orden, pero buena amiga en fin.
120 KILOS, AMOR Y DESAMOR
HOY EN DÍA COMO DIJE AL COMENZAR TENGO 120KG Y AL MARGEN DE LA
OBESIDAD, SOY UNA PERSONA QUE GOZA DE BUENA SALUD, NO TENGO
DIABETES, TIROIDES, COLESTEROL NI NADA DE GRAVEDAD EN LO CUAL MI
GORDURA INTERVENGA. TENGO UN HIJO QUE ME DICE "MAMA MUY LINDA" Y UN
MARIDO QUE ME HACEN SENTIR BIEN, IMPULSÁNDOME A SER MEJOR DESDE EL
AMOR. CLARO QUE VE QUE SUFRO POR EL CUERPO QUE TENGO, PERO CUANDO
ENCUENTRA LUGAR CHARLAMOS Y ME BRINDA APOYO PARA TRABAJAR SOBRE
MÍ.

Pero realmente la peor vara de mi vida fue la mía, fui la más cruel por creer lo
que decían, por darle lugar a cada kilo que apareció en mi cuerpo, por no
pedir ayuda cuando lo necesite, por no aceptar que tenía un problema cuando
personas que me quisieron ayudar me decían que teníamos que hablar sobre
mi situación. Siempre había una excusa: "no tengo tiempo", "no puedo”, “no veo
resultados" y me enojaba y me alejaba.

QUERERSE CUESTA, PERO CUESTA CON CUALQUIER CUERPO

Estoy rodeada de amor y no me amo, y me cuesta dejar que me amen.


Realmente lo pienso y no sé cómo llevan la obesidad personas que no
cuentan con esto que tengo yo. Sumado a esa ausencia de acompañamiento,
el hecho de que cuesta muchísimo conseguir ropa divertida y sensual, cuesta
ir a un bar cuando tienen banquetas en donde no entramos, subir a un avión o
un colectivo y que el cinto de seguridad no te entre, ir a lugares en donde los
baños son tan pequeños que ni la ropa podemos bajarnos.

ME GUSTARÍA SABER COMO


SERIAN MIS RELACIONES, SI
TODXS EN EL MUNDO FUÉRAMOS
CIEGOS, PARA PERCIBIR DESDE EL
SENTIR Y NO DESDE UN LUGAR
VISUAL.
YO PUEDO SER LA ARETHA DE OTRXS PIBXS
ROCHI, 27 AÑOS

EN CASA, MAMÁ SIEMPRE CRITICÓ MI


CUERPO. INCLUSO HASTA EL DÍA DE
HOY.
Recuerdo cuando era chica que ella me decía "Rocío, si algún chico te dice gorda, le
decís que haces dieta y se te va, en cambio la cara de pelotudo no se va con nada".
Nunca me enseñaron a abrazar mi cuerpo, sino a defenderme de los insultos y
burlas. En el cole nunca me hicieron bullying por la gordura, por eso no le daba
importancia a el hostigamiento de mi mamá (de grande descubrí que siempre caló
profundo en mí). Un día, volvía en colectivo de la muestra de carreras de la
Universidad y me crucé con un chico de otro cole con el que había tenido onda.

LO SALUDÉ Y DESPUÉS ME MANDÓ UN MENSAJE "RO,


ESTABAS RE GORDITA XD"
ESO ME DESTRUYÓ.

Fui a la nutricionista, me preguntó "cuánto querés pesar", no me


preguntó el porqué.
En un mes bajé casi 10 Kg. Comía poco y nada, lo mínimo e
indispensable. Cuando comía ensalada masticaba, escurría y escupía los
aderezos antes de tragar. M E CAGABA DE HAMBRE.

Fue la época en la que mejor me llevé con mi vieja, y en la que más


miserable y sin energías me sentía. Las profes del cole me
preguntaban si estaba bien (me lo preguntaron con lástima y me
expusieron ante todo el curso) porque el jogging me quedaba suelto..
Y no iba a juntadas del curso porque sabía que iba a haber comida
rica y no me iba a poder "controlar".

NADIE ME AYUDÓ, TUVE QUE


TRABAJARLO SOLA
DEJAR LA INVISIBILIDAD PARA SER VISIBLE

A L NO TENER UN CONTEXTO FAMILIAR AMIGABLE


C O N LAS CORPORALIDADES GORDAS, NO APRENDÍ
S O BRE EL AMOR PROPIO Y ESO SE REFLEJÓ EN
T O DAS LA ARISTAS DE MI VIDA.

Particularmente, en la etapa escolar cuando un chico me daba bola, me estaba


haciendo un favor y era una gila si decía que no. En los recreos mis amigas súper flacas
comían un alfajor y yo no, porque me daba vergüenza. En gimnasia sentía que tenía que
ser rápida, más resistente, más fuerte que el resto, para no encajar en el estereotipo de
"es gorda porque es vaga".

APRENDÍ A TAPAR MI CUERPO CON ROPA


GRANDE, Y ME DECÍAN "MACHONA".

Al tiempo empecé a fascinarme con Aretha Franklin, una cantante


de gospel, afroamericana y gorda. Me maravillaba no sólo su voz,
sino el hecho de que tuviera lugar en un escenario, fuera
respetada, admirada y no juzgada por su cuerpo.
Empecé a cantar, mi mamá me apoyó. Pero siempre me dice que
para ser exitosa hay que ser "todo el paquete", léase: buena voz,
flaca y linda

EMPECÉ A MILITAR POR LA PRESENCIA DE


MÁS PERSONAS DISIDENTES EN LOS
ESCENARIOS. PARARSE EN UNO, CON UN
MICRÓFONO EN LA MANO Y CANTANDO ES
SÚPER EMPODERADOR.

Cuando me di cuenta que puedo ser la "Aretha" de otrxs pibxs, eso me


motivó mucho más. La representación importa, y es lo que hace que
une diga:

"CHE, YO TAMBIÉN PUEDO OCUPAR


ESE LUGAR, ESE LUGAR ESTA
ABIERTO PARA MÍ"
LA NATURALEZA TIENE MÁS PARA DECIRME QUE
EL SER HUMANO
CARLI, 26 AÑOS

Desde el acogedor útero de mi madre siempre tuve contextura física grande, pesando casi 5 kg al

nacer y nadie me podía sostener durante mucho tiempo en brazos. En el jardín de infantes y la

primaria me solían tratar de “bruta” sólo por ser “grandota”, como me solían decir mis compañerxs.

Hasta que durante los últimos años de la primaria ya hacían referencia a mi persona como “la

gorda” y me decían que le afloje a los postres o que deje de comer para ser “linda”, a lo que

recuerdo reaccionar con mucha violencia y de mala manera.

CUANDO SUCEDIÓ MI MENARCA TODO CAMBIÓ, ME ESTILICÉ, ME


CRECIERON MUCHO LOS SENOS DE GOLPE Y PASÉ A SER OBJETO
DE TODO TIPO DE COMENTARIOS CALLEJEROS Y ATENCIONES
ACOSADORAS POR PARTE DE MIS COMPAÑERXS,

Provengo de una ciudad del interior de Neuquén muy machista en dónde era habitué que los

hombres mayores “salgan” con chicas menores de edad. Pero inclusive en ese momento, me

sentía mejor así, ya que había dejado de ser “la gorda” para pasar a ser “la tetona”, lo cual en
el colegio era festejado por la mayoría de los chicos y chicas.

A mis 15 años de edad decidí irme de intercambio cultural a Estados Unidos, donde por cambios

alimenticios y una importante adicción al azúcar me llevó a aumentar aproximadamente 30 kg,


lo llamativo fue que no me sentía discriminada o vista, ya que habitaba en una sociedad y un
colegio donde (a mi visión) más del 50% de la población tenía sobrepeso o padecía obesidad.

Y DONDE PARECÍA MÁS IMPORTANTE SER DE TEZ


BLANCA Y ENCAJAR QUE CUALQUIER OTRA COSA…

El entorno me aceptaba muy naturalmente, me integraba, tenía muchas amistades y yo además

practicaba diferentes actividades artísticas y deportes, y eso me daba la seguridad y confianza


al sentirme fuerte y capaz.
LA TORTURA DE VOLVER A TENER
UN CUERPO VISIBLE

El tema fue cuando volví a Argentina… yo ya me sentía muy ansiosa porque sabía que mi cuerpo
no iba a ser aceptado de la misma manera que lo era en aquél país, de hecho, mi familia
estaba preocupada por mí, me decían que no iba a ser feliz así y que tenía que cambiar por mi

bien, me limitaban o criticaban cada bocado y yo en ese entonces, les creí.


Al volver, comencé a ir a un colegio donde sentía que no encajaba, que no me miraban los chicos o

me miraban mal, donde me daba vergüenza comer frente a las personas, donde hasta me llegó a
dar vergüenza mi propio cuerpo, pero es donde también, hice amistades muy hermosas y
fuertes que eran mi lugar seguro. En ese entonces no me sentía nada bien con mi imagen

corporal, escuchaba comentarios negativos por los pasillos del colegio, y me estresé mucho.

ASÍ, DEP RIMIDA, DEJÉ DE SENTIR APETITO Y


COMENCÉ A SENTIR QUE NO MEREC ÍA COMER Y
QUE CUAL QUIER ROPA O COSA QUE HICIERA ME
Q UEDABA MAL O SE VEÍA F EO.

EL AGUA, MI REFUGIO SIN GRAVEDAD

Durante todo este tiempo nunca dejé de nadar, mi hábitat cómodo es el agua, ahí me deslizo sin

cesar, sin sentir el peso de la gravedad ni el dolor que me generaba la visión externa.
Salgo mucho a caminar por la montaña, mirando lagos infinitos para mi ojo, este entorno me

muestra amor, me muestra aceptación, y acá me libero. Siento que la naturaleza tiene más para

decirme que el ser humano.

Así de a poco, de la mano del movimiento


y acompañada por mi amor por el agua,
la madre tierra y lo que me genera, me
empiezo a aceptar cada vez más.
Comencé a entender que la visión que
importa es sólo la interna y cómo nos
miramos y qué nos decimos a nosotrxs
mismxs.

LUPE CARILLO, (2016)FISKE MENUCO


El tabú de la
gordura
Matías, 30 años.

Me llamo Matías Pérez y nací en González Moreno (Provincia de Buenos Aires), hace más
de 30 años, en 2009 me vine a estudiar Comunicación Social a la ciudad de Córdoba y
desde ese entonces vivo en estas latitudes.

SIEMPRE FUI UNA PERSONA INESTABLE CON MI PESO, HE SUBIDO


Y HE BAJADO DE ACUERDO A MI ESTADO EMOCIONAL. DESDE
SEPARACIÓN DE MI MAMÁ Y PAPÁ, HASTA EL FALLECIMIENTO DE
GRAN PARTE DE MI FAMILIA.

Arranco desde estos episodios porque fueron los momentos donde más varié de peso.

Si bien, nunca fue un impedimento para relacionarme el tener obesidad (hoy peso 140
kilos), sobre todo en el ámbito laboral me he sentido bien tratado por mis pares, lugares
que terminan siendo mi zona de confort (porque no se habla de lxs gordxs).Soy editor y
periodista gráfico dentro de un medio que se encuentra en dos colegios secundarios.

MUCHAS VECES MI PERSONALIDAD


FUERTE HACE TAPAR EL TRASTORNO
ALIMENTICIO QUE TENGO

El conflicto siempre se dio más que nada


internamente conmigo – pues no me
acepto con mi cuerpo, y me preocupa
mucho el pensar lo que sienten los
demás al verme – por eso no romantizo
el sobrepeso y sobre todo obesidad. Esto
hace que un “córrete gordo” o un simple
“gordito” de alguien que no conozco me
bajen la autoestima, lo que me lleva a
priorizar una vida más sedentaria.

LUPE CARILLO, (2016)FISKE MENUCO


La gordura incomoda
Me cuesta hablar de obesidad con mis cercanos, pero en una reunión con mis
compañeros de trabajo y al compartir mi sentir sobre mi cuerpo – salió el tema hablando
sobre discapacidad,

NOTÉ QUE LA GRAN MAYORÍA LO ESQUIVÓ LO


MÁS POSIBLE, Y SE DEJÓ DE HABLAR; NOTÉ
INCOMODIDAD.

Una compañera que había sufrido sobrepeso, se sumó a mi charla, y terminamos


compartiendo una anécdota de lo difícil que es conseguir ropa copada para los gordos
y gordas. Las opciones son: o comprar afuera – si está dentro de las posibilidades – o
comprar lo que hay.
Con la anterior experiencia, percibí el tabú que significa la gordura en la sociedad. Por
eso, muchas veces se romantiza la misma, poniéndola en el estante de la “felicidad”. Pero
nunca se nos pregunta a los gordos: “¿Cómo estamos?”; “Cómo nos sentimos” ¡Ojo!
Muchas veces los gordos tampoco lo hacemos.

NOS TERMINAN MOLESTANDO LAS PERSONAS GORDAS TAMBIÉN, PORQUE NOS VEMOS
REFLEJADOS. ESTO HACE QUE NOS HAGAMOS INVISIBLES, NOS TAPAMOS LA PANZA CON
UNA MOCHILA, CON UN ALMOHADÓN, PENSANDO QUE NO SE NOS VA A NOTAR.

Volviendo a mi compañera de trabajo que se acercó a hablarme, siendo los dos gordos
nunca habíamos hablado de lo que nos sucede.

La gordura es política
Entiendo que son muchas las causas que llevan a la obesidad.
Pero seguimos sin discutir seriamente sobre las mismas, ya Ley de
sea en los medios, ya sea con políticas estatales que bajen Etiqu
etad
programas de alimentación saludable a los Alim o de
establecimientos educativos. Y estoy esperando que la Ley ento
s
de Etiquetado de Alimentos se apruebe y se aplique, que no
pase como la Ley de Talles que brilla por su ausencia, a pesar Ley de
de ser promulgada hace años.
Talles
“EXISTENCIAS Y RESISTENCIAS GORDAS:
RELATOS URGENTES DESDE INSTITUCIONES
EDUCATIVAS”
Se hizo posible gracias a:
Ro Salas
Helga Rostan
Rochi Goloboff
Carli Sáenz
Matías Pérez
María D'Armass
Aye Weber
Santi Soria
Lupe Carrillo
Cami Witanowsky

Les damos las muchas


GRACIAS

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