Prescripcion Responsables Solidarios

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 112

PRESCRIPCION TRIBUTARIA

SUMILLA: Los actos de interrupción de la prescripción efectuados por la


Administración Tributaria respecto del contribuyente surten efecto
colectivamente para todos los responsables solidarios; salvo que se trate de los
actos de reconocimiento de la deuda por parte del contribuyente, en cuyo caso,
tales actos no producen efecto sobre los responsables solidarios.

Igualmente, tratándose de los actos de suspensión de la prescripción respecto


del contribuyente, los mismos no producen efecto respecto de los responsables
solidarios.

INFORME N° 064-2003-SUNAT/2B0000

MATERIA:

Se formula la siguiente consulta en relación con la prescripción de la deuda


tributaria atribuida a los responsables solidarios:

¿Los actos de interrupción y suspensión previstos en los artículos 45° y 46°,


respectivamente, del Código Tributario, respecto del titular de la deuda
tributaria surten efectos sobre la deuda atribuida a los responsables solidarios?.

BASE LEGAL:

- Texto Único Ordenado del Código Tributario aprobado por el Decreto


Supremo N° 135-99-EF, publicado el 19.08.1999; y normas modificatorias (en
adelante, TUO del Código Tributario).

- Código Civil, aprobado por el Decreto Legislativo N° 295, publicado el


25.7.1984; y normas modificatorias.

ANÁLISIS:

Conforme a lo dispuesto por el artículo 43° del TUO del Código Tributario, la
acción de la Administración Tributaria para determinar la deuda tributaria, así
como la acción para exigir su pago y aplicar sanciones prescribe a los cuatro
(4) años, y a los seis (6) años para quienes no hayan presentado la declaración
respectiva.

Agrega el citado artículo que, dichas acciones prescriben a los diez (10) años
cuando el agente de retención o percepción no ha pagado el tributo retenido o
percibido.

Por otro lado, el artículo 45° del mencionado TUO señala que la prescripción se
interrumpe:

a) Por la notificación de la Resolución de Determinación o de Multa.

b) Por la notificación de la Orden de Pago, hasta por el monto de la misma.


c) Por el reconocimiento expreso de la obligación por parte del deudor.

d) Por el pago parcial de la deuda.

e) Por la solicitud de fraccionamiento u otras facilidades de pago.

f) Por la notificación del requerimiento de pago de la deuda tributaria que se


encuentre en cobranza coactiva y por cualquier otro acto notificado al deudor,
dentro del Procedimiento de Cobranza Coactiva.

g) Por la compensación o la presentación de la solicitud de devolución de los


pagos indebidos o en exceso.

Agrega el citado artículo, que el nuevo término prescriptorio para exigir el pago
de la deuda tributaria se computará desde el día siguiente al acaecimiento del
acto interruptorio.

El artículo 46° del TUO del Código Tributario, establece que la prescripción se
suspende:

a) Durante la tramitación de las reclamaciones y apelaciones.

b) Durante la tramitación de la demanda contencioso administrativa ante la


Corte Suprema, del proceso de amparo o de cualquier otro proceso judicial.

c) Durante el procedimiento de la solicitud de devolución de los pagos


indebidos o en exceso.

d) Durante el lapso que el deudor tributario tenga la condición de no habido.

e) Durante el plazo en que se encuentre vigente el aplazamiento y/o


fraccionamiento de la deuda tributaria.

En lo que atañe a los efectos de la interrupción, el nuevo término prescriptorio


debe computarse desde el día siguiente al acaecimiento del acto interruptorio.
Vale decir, la interrupción tiene como efecto ponerle fin al término prescriptorio
transcurrido hasta la aparición de la causal, para luego, a partir del día
siguiente de ocurrida ésta, comenzar a correr un nuevo término prescriptorio
sin considerar el tiempo anteriormente transcurrido.

Cabe señalar, respecto a los efectos de la suspensión, que ello implica el


detenimiento del tiempo hábil establecido para que opere la prescripción. No
obstante, desaparecida la causal de suspensión debe proseguirse con el
cómputo del término prescriptorio, considerándose el tiempo anteriormente
transcurrido (1).

Ahora bien, en cuanto al tema planteado en la consulta en el sentido de si los


actos de interrupción o de suspensión de la prescripción respecto del deudor
tributario surten efectos sobre la deuda atribuida a los responsables solidarios
(2)
, cabe señalar lo siguiente:
Con relación a la interrupción de la prescripción, cabe indicar que, conforme a
la doctrina, el efecto fundamental de la interrupción, como principio general
obra también in personam, individualmente, como puede inferirse de las
causales previstas en el artículo 1996° (3). Sin embargo, por excepción, puede
obrar in rem, esto es, colectivamente, como ocurre en las obligaciones
solidarias (4).

Así tenemos que, el artículo 1196° del Código Civil (5), establece que los actos
mediante los cuales el acreedor interrumpe la prescripción contra uno de los
deudores solidarios, o uno de los acreedores solidarios interrumpe la
prescripción contra el deudor común, surten efecto respecto de los demás
deudores o acreedores.

Como puede apreciarse, los actos interruptorios de la prescripción efectuados


por un acreedor surten efecto colectivamente para todos los responsables
solidarios. Vale decir que, los actos de interrupción de la prescripción que se
producen por acción de la Administración Tributaria establecidos en el artículo
45° del TUO del Código Tributario –como son la notificación de la Orden de
Pago o de la Resolución de Determinación o de Multa, o del requerimiento de
pago de la deuda tributaria que se encuentre en cobranza coactiva o de
cualquier otro acto dentro del proceso de cobranza coactiva-, surten efecto
respecto de los responsables solidarios.

Ahora bien, con relación a los actos interruptorios de la prescripción por acción
del deudor, se tiene que los mismos consisten en el reconocimiento expreso o
tácito de la obligación (6).

Al respecto, cabe señalar que el artículo 1199° del Código Civil, dispone que el
reconocimiento de la deuda por uno de los deudores solidarios, no produce
efecto respecto a los demás codeudores.

Es decir que, los actos de interrupción por los cuales el contribuyente reconoce
expresa o tácitamente la deuda tributaria, no produce efecto respecto de los
responsables solidarios.

En consecuencia, los actos interruptorios de la prescripción efectuados por la


Administración Tributaria respecto del contribuyente surten efecto
colectivamente para todos los responsables solidarios; salvo que se trate de los
actos de reconocimiento de la deuda por parte del mismo, en cuyo caso, tales
actos no producen efecto respecto de los responsables solidarios.

Con relación a la suspensión de la prescripción cabe indicar que, ésta tiene


carácter personal y, por eso, respecto de uno de los deudores o acreedores
solidarios, no surte efecto para los demás. Los efectos de la suspensión de la
prescripción se dan, pues, en atención a personas que se encuentran en una
determinada situación jurídica(...)(7).

Al respecto, el artículo 1197° del Código Civil, establece que la suspensión de


la prescripción respecto de uno de los deudores o acreedores solidarios no
surte efecto para los demás.
En tal sentido, atendiendo al carácter personal de la suspensión de la
prescripción, se tiene que los actos de suspensión de la prescripción respecto
del contribuyente, no producen efecto respecto de los responsables solidarios.

CONCLUSIÓN:

Los actos de interrupción de la prescripción efectuados por la Administración


Tributaria respecto del contribuyente surten efecto colectivamente para todos
los responsables solidarios; salvo que se trate de los actos de reconocimiento
de la deuda por parte del contribuyente, en cuyo caso, tales actos no producen
efecto sobre los responsables solidarios.

Igualmente, tratándose de los actos de suspensión de la prescripción respecto


del contribuyente, los mismos no producen efecto respecto de los responsables
solidarios.

Lima, 18 de febrero de 2003

ORIGINAL FIRMADO POR:


CLARA URTEAGA GOLDSTEIN
Intendente Nacional Jurídico (e)

VIDAL RAMIREZ, Fernando. " La Prescripción y la Caducidad en el Código


(1)

Civil Peruano". Cultural Cuzco S.A. Editores. Lima, 1985, pág. 126.

Entendiéndose como tal, a aquél que, sin tener la condición de contribuyente,


(2)

debe cumplir la obligación atribuida a éste, conforme a lo establecido en el


artículo 9° del TUO del Código Tributario.

El artículo 1996° del Código Civil detalla las causales de interrupción de la


(3)

prescripción.
(4)
Ob. cit. pag 150, 151.
(5)
La disposición del Código Civil se aplica supletoriamente, conforme a lo
previsto en la Norma IX del Título Preliminar del TUO del Código Tributario, el
cual establece que en lo no previsto por este Código o en otras normas
tributarias podrán aplicarse normas distintas a las tributarias siempre que no se
les opongan ni la desnaturalicen.

Es decir, estarían comprendidos los incisos c), d) y e) del artículo 45° del
(6)

TUO del Código Tributario y en su caso el inciso g) si es que, por ejemplo, la


solicitud de compensación implica el reconocimiento de una deuda.

SUMILLA
1. Constituye renuncia a la prescripción ya ganada, el acogimiento al
fraccionamiento del artículo 36° del TUO del Código Tributario de una deuda
tributaria prescrita.

2. Asimismo, constituye renuncia a la prescripción la presentación de una


declaración rectificatoria mediante la cual un contribuyente determina mayor
deuda tributaria, efectuada una vez vencido el plazo prescriptorio.

En este caso, la renuncia se entenderá producida únicamente respecto de la


acción para cobrar la deuda tributaria relativa al monto objeto del
reconocimiento.

INFORME N° 272-2002-SUNAT/K00000

MATERIA:

Se consulta si constituye renuncia a la prescripción el acogimiento a un


fraccionamiento del artículo 36° del Texto Único Ordenado del Código
Tributario respecto a una deuda tributaria prescrita o la presentación de una
declaración rectificatoria que determina una mayor obligación, cuando ésta es
presentada una vez vencido el término prescriptorio.

En este último caso, se consulta si dicha presentación constituye un acto que


manifiesta la renuncia a la prescripción y, de ser el caso, si dicha renuncia tiene
efectos sobre la facultad de la Administración para determinar la deuda, exigir
el pago y aplicar sanciones o solamente sobre la facultad para exigir el pago.

BASE LEGAL:

- Texto Único Ordenado del Código Tributario, aprobado mediante Decreto


Supremo N° 135-99-EF, publicado el 19.08.1999 y normas modificatorias (en
adelante, TUO del Código Tributario).

- Código Civil, aprobado por el Decreto Legislativo N° 295, publicado el


25.7.1984 y normas modificatorias.

ANALISIS:

Conforme a lo dispuesto por el artículo 43° del TUO del Código Tributario, la
acción de la Administración Tributaria para determinar la deuda tributaria, así
como la acción para exigir su pago y aplicar sanciones prescribe a los cuatro
(4) años, y a los seis (6) años para quienes no hayan presentado la declaración
respectiva.

Agrega el citado artículo que, dichas acciones prescriben a los diez (10) años
cuando el agente de retención o percepción no ha pagado el tributo retenido o
percibido.

Al respecto, cabe indicar que la prescripción contenida en el TUO del Código


Tributario es la denominada "prescripción extintiva o liberatoria", la cual
constituye una excepción que puede ser interpuesta por el deudor contra la
acción del acreedor que durante algún tiempo no ejercitó la misma o no ejercitó
el derecho del cual ésta se desprende; es decir que, brinda al deudor la
posibilidad de liberarse de su obligación por la inactividad que demuestra el
acreedor en determinarla y exigir el cumplimiento de la misma.

Sin perjuicio de lo antes manifestado, debe considerarse que si bien la


prescripción extingue la acción de determinación y cobro de la deuda tributaria,
no extingue el derecho de la Administración Tributaria respecto de la misma;
tan es así que, de conformidad con el artículo 49° del TUO del Código
Tributario, el pago voluntario de la obligación prescrita no da derecho a solicitar
la devolución de lo pagado.

Ahora bien, en cuanto al tema de la renuncia, cabe señalar que el artículo


1991° del Código Civil, establece que puede renunciarse expresa o tácitamente
a la prescripción ya ganada.

Agrega el mismo artículo que se entiende que hay renuncia tácita cuando
resulta de la ejecución de un acto incompatible con la voluntad de favorecerse
con la prescripción(1).

Conforme a la doctrina, se entiende renunciada la prescripción por el


reconocimiento de la obligación. A su vez, el reconocimiento es el acto por el
que un sujeto admite la existencia de una o más obligaciones tributarias a su
cargo. No supone necesariamente que la obligación haya sido previamente
determinada por el Fisco (2).

En la misma orientación, el Tribunal Fiscal ha señalado que constituye renuncia


a la prescripción el acto por el cual el contribuyente -que tiene conocimiento de
la existencia y el monto de la obligación tributaria-, sin mediar gestión de
cobranza y sin alegar prescripción, reconoce la obligación tributaria (3).

En tal virtud, los actos realizados por los contribuyentes mediante los cuales
reconozcan tácita o expresamente deuda tributaria, constituyen renuncia a la
prescripción ya ganada.

En ese sentido, constituye renuncia a la prescripción ya ganada, el acogimiento


al fraccionamiento del artículo 36° del TUO del Código Tributario de una deuda
tributaria prescrita, toda vez que con dicho acogimiento, al tiempo que el
contribuyente solicita facilidades de pago para una deuda está reconociendo la
obligación a su cargo, asumiendo un compromiso de pago de la misma.

Asimismo, constituye renuncia a la prescripción ya ganada la presentación de


una declaración rectificatoria de una obligación prescrita, toda vez que
mediante dicho acto el contribuyente está reconociendo la existencia de deuda
tributaria sin alegar la prescripción de la misma.

Ahora bien, en cuanto a este último caso, debe tenerse en cuenta que la
renuncia sólo puede producirse respecto del monto de la deuda tributaria
consignado en una de declaración rectificatoria, pues únicamente esa suma ha
sido materia de reconocimiento. De esto se desprende que la renuncia opera
únicamente respecto de la acción de la Administración Tributaria para exigir el
cobro de la deuda tributaria, pues es la única acción que puede ser dirigida a
esa suma en específico. Debe descartarse que también se entienda renunciada
la prescripción de la acción para determinar la obligación tributaria, pues ello
supondría la posibilidad que la Administración Tributaria, luego de transcurrido
el término prescriptorio, pueda establecer mayor deuda de la que fue objeto de
reconocimiento.

Asimismo, tampoco se entenderá renunciada la prescripción de la acción para


aplicar sanciones, toda vez que, en el caso de la presentación de una
declaración rectificatoria, el monto de la deuda reconocida corresponde
solamente al tributo y no al monto de la sanción que hubiera correspondido.

CONCLUSIONES:

1. Constituye renuncia a la prescripción ya ganada, el acogimiento al


fraccionamiento del artículo 36° del TUO del Código Tributario de una deuda
tributaria prescrita.

2. Asimismo, constituye renuncia a la prescripción la presentación de una


declaración rectificatoria mediante la cual un contribuyente determina mayor
deuda tributaria, efectuada una vez vencido el plazo prescriptorio.

En este caso, la renuncia se entenderá producida únicamente respecto de la


acción para cobrar la deuda tributaria relativa al monto objeto del
reconocimiento.

Lima, 30 de setiembre de 2002

Original firmado por

CLARA URTEAGA GOLDSTEIN

Intendente Nacional Jurídico (e)

(1)
La disposición del Código Civil se aplica supletoriamente, conforme a lo
previsto en la Norma IX del Título Preliminar del TUO del Código Tributario, el
cual establece que en lo no previsto por este Código o en otras normas
tributarias podrán aplicarse normas distintas a las tributarias siempre que no se
les opongan ni la desnaturalicen.

TALLEDO MAZÚ, César. Manual del Código Tributario. Editorial Economía y


(2)

Finanzas SCRL. Lima. Pág. 85 y 88.


(3)
Criterio vertido en la Resolución del Tribunal Fiscal N° 11941.

 
CÓDIGO TRIBUTARIO – RENUNCIA A LA PRESCRIPCIÓN.

La prescripción tributaria: estudio comparativo Ecuador-países andinos

Autora: Rosana Morales

La prescripción es un figura del derecho que al aplicarse a los tributario


conlleva dificultades y cuestionables interpretaciones. Por otra parte, la
doctrina, al no tener una posición definida sobre la naturaleza de la
prescripción, genera discrepancias entre los estudiosos del derecho. Esta
investigación pretende contribuir al debate sobre el asunto, analizando el tema
de la prescripción tributaria en el Ecuador y en los países de la Comunidad
Andina. Se inicia con el estudio de la prescripción tributaria: cuándo nace,
desde cuándo es exigible, cuál es su naturaleza, su relación con la prescripción
del derecho civil y sus diferencias con la caducidad.

Además, aborda la interrupción de la prescripción tributaria, indagado tanto sus


causas y efectos, por qué la prescripción se interrumpe y no se suspende, si el
tiempo contabilizado para que opere la prescripción debe ser concebido como
término o plazo, para enseguida analizar los efectos qué produce la
prescripción con respecto a los sujetos de la relación jurídica tributaria.

Finalmente, se realiza un estudio comparativo con las correspondientes


legislaciones de Colombia, Perú, Bolivia y Venezuela, y se establecen ciertas
recomendaciones que, a criterio de la autora, permitirán una mejor y más fácil
aplicación de la normas del derecho tributario relacionadas con la prescripción.

Contenido:

Capítulo I
Prescripción tributaria

1. La prescripción del crédito tributario


2. La prescripción en el ordenamiento jurídico ecuatoriano
3. Caducidad
4. Prescripción y caducidad

Capítulo II
Interrupción de la prescripción de la obligación tributaria

1. Causas de la interrupción de la prescripción en el Código Tributario


2. Efectos de la interrupción de la prescripción tributaria
3. Cómputo de los plazos
4. Efectos de la prescripción del crédito tributario
Capítulo III
Legislación comparada

1. Prescripción
2. Cómputo de los plazos de prescripción
3. Interrupción de la prescripción
4. Suspensión de la prescripción
5. Declaración de la prescripción

Conclusiones

Datos de la autora:

Rosana Morales (Quito, 1976) es Licenciada en Ciencias Jurídicas, Abogada y


Doctora en Jurisprudencia por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador
(Quito). Obtuvo su título de Magíster en Derecho en la Universidad Andina
Simón Bolívar, Sede Ecuador (Quito, 2002). Actualmente, realiza estudios de
Doctorado en Derecho Tributario en la Universidad de Salamanca, España. Se
desempeña omo funcionaria del Servicio de Rentas Internas del Ecuador.

  LOS DERECHOS DE LOS ADMINISTRADOS EN MATERIA TRIBUTARIA

POR GLADIS CEBRIAN BARREDA / CONTADORA PUBLICA

INTRODUCCION

Las modificaciones que el Código Tributario ha tenido son un avance para


mejor sobre los llamados derechos de los administrados, ya que el derecho
busca en la naturaleza íntima del hombre en su razón pura, y como
consecuencia del conocimiento de sus derechos tiene la obligación de cumplir
con sus obligaciones que hacen  la grandeza y poderío de los pueblos esta
actualmente en razón directa de su mayor o menor respeto a las leyes.
A cada literal de artículo 92º el que en esencia he tratado de analizar destaco
sus aciertos y los posibles vacíos o quizás no de mal fe que pueden llevar al
contribuyente a cometer infracciones involuntarias por error o por que otro
articulo establece que de hacer tal acto que supuestamente rectifica un error,
se auto declara el contribuyente infractor de otro que si esta penalizado.
Cuando se llegue ha establecer con garantía los derechos de los
contribuyentes se pueda decir que la Administración Tributaria es justa e
independiente en su trato para todos aquellos que transgreden la ley.
 

  DERECHOS  DE  LOS  ADMINISTRADOS

En el Libro Segundo, Titulo V que trata sobre los DERECHOS DE LOS


ADMINISTRADOS del Decreto Legislativo 816 (Código Tributario)  modificado
por la Ley 27038, trata en forma especifica sobre los derechos que gozan los
administrados.
A continuación es preciso dar el significado de lo que es Administrado y lo que
es Contribuyente.

Administrado.- de acuerdo con la definición que da el Diccionario de la Real


Academia de la Lengua, significa cada una de las personas sometidas a la
jurisdicción de la autoridad administrativa.

Contribuyente.- que contribuye. U. t. c. s. y más para designar al que paga


contribución al Estado.
Como se puede apreciar, la definición de administrado difiere mucho de lo que
es un contribuyente. En este sentido cabría hacer la pregunta ¿Somos
administrados o contribuyentes?

Si nos quedamos con la primera definición, entonces los derechos van a ser
enfocados desde el punto de vista de administrados, con lo cual las personas
tienen que someterse ante una administración y hacer lo que ella disponía o lo
que le está permitido hacer através y dentro de un marco legal.

Asimismo, hay que resaltar que no se da la verdadera denominación de


contribuyente o responsable tal como se consigna en los art. 8º y 9º del Código
Tributario (D.L. 816).

El inciso 3 del artículo 1º de la Ley 43/1998, de España, de los derechos y


garantías de los contribuyentes de España, hace referencia a los
contribuyentes y se entenderá, asimismo, aplicable a los restantes sujetos
pasivos, retenedores, obligados a ingresar a cuenta, responsables sucesores
en la deuda tributaria, representantes legales o voluntarios y obligados a
suministrar información o a prestar colaboración a la Administración Tributaria.

Asimismo el artículo 24º del Modelo de Código Tributario para América Latina
nos define como contribuyentes a las personas respecto de las cuales se
verifica el hecho generador de la obligación tributaria.

Dicha condición puede recaer:

a.- En las personas físicas, prescindiendo de su capacidad según el derecho


privado.
b.- En las personas jurídicas y en los demás entes colectivos.
c.- En las entidades o colectividades que constituyen una unidad económica.

El enfoque de administrados nos pone frente a la administración como sujetos


algo desprotegidos, y ello se puede ver reflejado en el mismo Código Tributario,
puesto que de las 14 normas preliminares y de los 194 artículos de los que
compone, sólo 4 artículos (92 al 95) tratan de los derechos de los
administrados.

Haciendo un análisis de dichos artículos podemos llegar a la conclusión que


solo los artículos 92º y 93º hablan de los derechos de los administrados, tal
como se detalla a continuación:
Art. 92º Los deudores Tributarios tienen derecho, entre otros, a:

Al administrado lo reconoce como deudor tributario, que es el contribuyente


persona respecto de la cual se verifica el hecho generador de la obligación
tributaria.

a) Ser tratado con respeto y consideración por las personas al servicio de la


Administración Tributaria;

Siendo el servidor público un ciudadano que ha elegido libremente contribuir


con su trabajo al bien común, en este caso en la administración tributaria debe
garantizar la justicia en el trato al contribuyente y para la mejor recaudación de
los tributos.

Como en toda modernización se da primacía a garantizar la eficiencia del


servidor público como técnico y demostrar en forma clara la importancia de la
imagen que debe transmitir basándose en la  ética personal como institucional.

La ética va más allá de un discurso institucional que busca convertirse en uno


de los principales pilares para lograr una institución sólida, eficiente y con
credibilidad, por ser su función la de garantizar los recursos del Estado para
cumplir con sus obligaciones ante todos los ciudadanos.

El Código de Etica institucional no puede dar el valor moral que debe poseer el
funcionario como practica de su vida cotidiana, ya que si el funcionario no tiene
valores morales sólidos por más que el código de ética sea el plus ultra, este
no cumplirá con lo estipulado en tal código. Pero si el funcionario es
moralmente elegible este código va consolidar los valores ya existentes y
fortalecer su conducta y se garantiza el servicio basado en los valores
ciudadanos.

En el supuesto que un funcionario cumpla con las condiciones de ética


requeridos lo que se necesitaría seria algo así que un decálogo de
cumplimiento de sus obligaciones en el que hacer de sus funciones.

De esta forma el contribuyente será tratado con el respeto y consideraciones ya


que por él existe una administración tributaria. Al contribuyente se le debe dar
un trato de cliente, el cual sienta que es atendido con preferencia y no sienta
que tan solo es objeto de cobranza.

Para lo cual debe ser atendido en forma eficiente cuando requiere información
legal, formularios, consultas para inscripción, modificación de algún dato, etc.
todo esto con cortesía, prontitud.

Este derecho del trato al contribuyente no es realmente un derecho a ser


considerado en el Código Tributario, si no una obligación fundamental en el
Manual de Funciones de los funcionarios (trabajadores) de la administración
tributaria.
El artículo 84º del Código Tributario establece la orientación al contribuyente en
forma verbal debe ser por tal aclaración que no dan, respuesta por escrito a las
consultas que el contribuyente les hace y no tienen responsabilidad alguna si
esta orientación lleva al contribuyente a un error u omisión  que la
administración sancione.

Con referencia a la educación al contribuyente debería ser de libre ingreso y no


como hasta el momento de se debe inscribir con un numero de RUC para
poder acceder a la conferencia dada por la SUNAT.
 

b) Exigir la devolución de lo pagado indebidamente o en exceso, de acuerdo


con las normas vigentes;

El artículo 9º de la ley 27038, estable que la devolución de los pagos indebidos


o en exceso se efectuara en moneda nacional al cual se agregara un interés
fijado por la administración tributaria, la cual no podrá ser menor a la tasa
pasiva de mercado  promedio para operaciones en moneda nacional (TIPMN)
que fija la SBS, del último día del mes anterior.

Los intereses serán calculados desde la fecha de pago hasta la fecha en que la
administración los ponga a disposición del solicitante.

Si en los casos que el contribuyente no pago en la fecha indicada se le aplica


un interés moratorio TIM, por que en el caso de pago en exceso o indebidos no
se aplica la misma tasa, o la diferencia es un castigo por haber cumplido y
haber errado en favor a la administración.

Art. 10º de la ley 27038, establece que:

1.-  Se necesita un monto mínimo para poder presentar la solicitud de


devolución. Para los tributos administrados por la SUNAT, se establece que
esta compensara montos menores a loa fijas será  de oficio o a solicitud de
parte, ( el monto será fijado por resolución de superintendencia).
Art. 40º del Código Tributario : la deuda tributaria podrá ser compensada total o
parcialmente , por la Administración Tributaria. Esperar que la Administración
realice la compensación de oficio es realmente hasta hoy imposible; y cuando
el contribuyente la solicita demora o no realiza la fiscalización para que este
pueda utilizar este crédito a su favor.

2.- La SUNAT puede determinar reparos  como consecuencia  de la verificación


o fiscalización de la solicitud de devolución, determinara el monto a devolver.
Esto debe cumplirse con cierto grado de agilidad para no perjudicar al
contribuyente.

Y en el caso que la administración encuentre omisiones  en otros tributos estos


podrán ser compensados con dicho pago en exceso, de haber un saldo a favor
del contribuyente se emitirá la Nota de Crédito Negociable.
Las resoluciones que resuelven las solicitudes de devolución son reclamables
una instancia más en la administración (antes solo se apelaba ante el Tribunal
Fiscal).

Podemos concluir que de incurrir en un pago indebido en exceso al solicitar la


devolución, se tendrá un castigo en el interés(TIPMN). Y no podremos
compensar o aplicar a pagos posteriores hasta que la administración nos
fiscalice o verifique.

c) Sustituir o rectificar sus declaraciones juradas, conforme a las disposiciones


sobre la materia;

Siendo la declaración tributaria la manifestación de hechos comunicados a la


administración , la cual constituye la base para  la determinación de la
obligación tributaria, en esta declaración deberá ser consignados los datos y
montos en forma correcta, en el caso de algún error en la determinación de la
obligación tributaria podrá ser sustituida  dentro del plazo de presentación  de
la misma y en el caso de haber vencido el plazo a partir del día siguiente se
presentara una declaración rectificatoria la misma que surtirá efectos con su
presentación:
- Determine igual o mayor obligación .
- De ser menor la obligación surtirá efectos luego de la verificación o
fiscalización .

El contribuyente que realice un a declaración rectificatoria podrá ser castigado


por el artículo 14 de la Ley 27038 que modifica el artículo 56 del Código
Tributario, utilizando el criterio de discrecionalidad  en los casos de:
- Presentar declaraciones con datos falsos, que adulteren la base imponible
( especialmente en los casos que al rectificar la obligación sea menor).
- Ocultar total o parcialmente los ingresos, que devienen en menor base
imponible, al rectificar el error se incurre en declararse culpable de
ocultamiento de ingresos o rentas gravables.
En el artículo 176 de la Ley 27038 en forma expresa sanciona  la presentación
de más de una rectificatoria y es materia de sanción con el 80% de la UIT.

d) Internoper reclamo, apelación demanda contencioso-administrativa y


cualquier otro medio impugnatorio establecido en el presente Código;

Art. 35º de la Ley 27038  determina los actos reclamables:


- La resolución ficta sobre recursos no contenciosos,
- las resoluciones que establezcan sanciones de comiso de bienes,
internamiento temporal de vehículos y cierre temporal de establecimiento

Cuando tiene reclamaciones contra resoluciones de diversa naturaleza deberá


interponer recurso por cada una; pero cuando se trate de Resoluciones de
Multa u Ordenes de Pago vinculantes entre sí  podrá hacer las reclamación en
forma conjunta.

Las reclamaciones pueden ser  interpuestas por el contribuyente o por el


responsable.
Las pruebas en una reclamación :
 - El contribuyente tiene un plazo no menor de dos días hábiles para  presentar.

 - La presentación de cualquier medio probatorio por parte del  Organo que


resuelve, no esta sujeto a plazo pudiendo presentar en  cualquier estado del
procedimiento.

El derecho a presentar Apelación (artículo 41 de la Ley antes 145º del D.L.


816) determina que debe ser presentado ante el órgano que dictó la resolución
apelada y esta determinara si cumple los requisitos para ser admitida por el
Tribunal Fiscal en un plazo:
- De 30 días hábiles siguientes a la presentación de la apelación,
- Y de 15días hábiles siguientes  en caso de:
1. sanciones de comiso de bienes,
2. internamiento temporal de vehículos,
3. cierre temporal de establecimientos u oficina de profesionales
independientes,
4. Resoluciones que sustituyan a esta última y al comiso.

Se tiene la Apelación de Puro Derecho a todos los actos que la administración


cuando la impugnación sea de puro derecho, y que no sea necesario interponer
reclamación ante instancia previa.

El plazo para interponer la apelación de puro derecho es de:


- De 10 días hábiles de plazo para interponer la apelación ante el Tribunal
Fiscal, en caso de :
1. Sanciones de comiso de bienes,
2. Internamiento temporal de vehículos,
3. Cierre temporal de establecimiento u oficina de profesional independiente
4. Resoluciones que sustituyan a esta última y al comiso.

El proceso contencioso tributario:

Lo primero a observar es que ningún ordenamiento jurídico puede negar al


contribuyente el derecho a impugnar un documento de cobranza por deudas
tributarais sin el pago previo de las mismas. Tal posibilidad de impugnar sería
el llamado procedimiento contencioso tributario, que radica en el
reconocimiento de que un órgano administrador del tributo podría haberse
equivocado y estar expresando una pretensión que no se esta arreglada a la
ley y al derecho.

Cuando la Sunat realiza una determinación de la obligación tributaria y


sancionando debe expedir:
a.- Resolución de Determinación para los casos que determine la obligación;
b.- Resolución de Multa, cuando sanciona.

Y ambas pueden ser reclamadas sin pago previo. Pero si analizamos el artículo
78º del Código Tributario podemos observar que establece en los casos en que
puede emitirse una Orden de Pago y que ha sido desnaturalizada en perjuicio
del deudor y claro esta en favor del ente administrador para favorecer la
recaudación y tornarse en una presión tributaria de mayor nivel.

Por este artículo la SUNAT emite Ordenes de Pago cuando debería emitir
Resoluciones de Determinación por haber determinado la obligación, con esta
Resolución de Determinación el deudor tributario puede reclamar sin pago
previo. Una vez más se le limita en sus derechos.

A su vez el artículo 119º del Código Tributario permite reclamar, sin pago
previo en vía de excepción, contra Ordenes de Pago en circunstancias que la
cobranza de como resultado un acto improcedente.

Podemos definir que la orden de pago no es un acto de determinación, pero si


el resultado de la declaración del deudor y como este a declarado que debe,
para reclamar una orden de pago debe previamente pagar y luego reclamar.

e) Conocer el estado de tramitación de los procedimientos en los que sea


parte;

Artículo 131º del Código Tributario establece que los deudores tributarios, sus
representantes  y sus abogados tendrán acceso a los expedientes, para
informarse del estado de los mismos.

Pero la administración regulará el ejercicio de este derecho.


Esta norma data de 1992, pero en la practica, hasta la fecha no ha regulado el
derecho de acceso a los expedientes, y es evidente que esta regulación no
esta entre las necesidades del órgano administrador.

Pero si es de prioridad para los contribuyentes que se determine esta


regulación que le permita acceder a los documentos de manera que todos los
interesados puedan seguir de manera clara y sin trabas ni apuros por ser un
derecho fundamental del deudor tributario.

f) Solicitar la ampliación de lo resuelto por el Tribunal Fiscal;

Al fallo del tribual Fiscal no cabe recurso alguno por vía administrativa, se ha
establecido en el Código Tributario que a estos fallos si podemos pedir
corrección:
1) errores materiales o numéricos
2) ampliar su fallo sobre puntos omitidos de oficio o a solicitud de parte,
formuladas por la administración tributaria o por el deudor tributario.

Plazo para pedir tal ampliación o correción es de 5 días hábiles que serán
contados desde el día siguiente de la notificación certificada de la resolución al
deudor tributario. Y el Tribunal Fiscal tiene que resolver dentro del quinto día
hábil de presentada la solicitud.

g) Solicitar la no  aplicación de intereses y sanciones en los casos de deuda


razonable o dualidad de criterio de acuerdo a lo previsto en el Artículo170º;
Producto de la interpretación inequívoca de una norma, hasta que esta sea
aclarada (la aclaración debe ser por ley o rango de ley).En los casos
siguientes:
1) No se hubiese pagado monto alguno por concepto de deuda tributaria
relacionada con dicha interpretación, hasta que esta se aclare. No se aplica los
intereses devengados desde el día siguiente del vencimiento del plazo hasta
los cinco días hábiles siguientes a la publicación  de la aclaración en el Diario
Oficial el Peruano.
2) La Administración Tributaria haya tenido duplicidad de criterio en la
aplicación de la norma y solo respecto de los hechos producidos mientras el
criterio anterior estuvo vigente.

La falta de vinculación entre los criterios dados al contribuyente en el supuesto


hecho de orientación al contribuyente no se incluyen en este artículo, por que la
ley no lo ha previsto y la administración tributaria la deja de lado por falta de
capacidad de responsabilidad de los funcionarios de orientar al público y en los
casos que tal orientación llevan a errores que tienen un costo para el
contribuyente este no puede demostrar que siguió las indicaciones dadas por
un empleado de la administración tributaria, por no existir prueba que hizo tal
consulta.Y el contribuyente es el único responsable y perjudicado al tener que
pagar intereses y sanciones.
h) Interponer queja por omisión o demora en resolver los procedimientos
tributarios o por cualquier otro incumplimiento a las normas establecidas en el
presente Código;

Las reclamaciones contra Resolución Ficta denegatoria de Devolución vencido


el plazo de 45 días hábiles el deudor puede interponer recurso de reclamación
por que debe entender que su solicitud a sido denegada para lo cual tiene
veinte días hábiles para tal reclamación. Debería considerarse que la solicitud a
sido a favor del contribuyente por incapacidad de la Administración de resolver,
en los plazos indicados, si el contribuyente debe cumplir con los plazos para su
reclamación y si no lo hace no se le permite realizar tal hecho; de igual manera
debería ser para la administración y no cumple con los plazos determinados
por el Código  Tributario  debiendo ser considerada resolución ficta positiva
para el contribuyente.

No se suspende el computo de intereses moratorios cuando los órganos de


resolución no resuelven dentro del plazo de ley, pero sin embargo los intereses
y multas no se suspenden pese que la Administración Tributaria atropella las
normas, no resuelve que debe hacer al termino de los plazos, y el Estado no
asume ninguna responsabilidad. Se comprueba que si el contribuyente
incumple la ley es objeto de sanciones, pero si es el Estado el que infringe no
pasa nada y es el contribuyente quien tiene que pagar el incumpliento de la
Administración Tributaria.
i) Formular consulta a través de las entidades representativas, de acuerdo a lo
establecido en el artículo 93º, y obtener la debida orientación  respecto de sus
obligaciones tributarias;
Las consultas representativas de las actividades económicas, laborales y
profesionales, así como las entidades del Sector Público Nacional, podrán
formular consultas motivadas sobre el sentido y alcance de la norma tributaria.

Las consultas que no se ajusten a lo establecido en el párrafo precedente


serán devueltas no pudiendo originar respuesta del órgano administrativo ni a
título informativo.

Respecto al presente artículo habría que  hacer dos observaciones:


1) La interpretación tributarias que la Administración será la más acertada
respecto a los intereses de los administrados.
2) Por que los administrados no pueden realizar consultas personales, y que
las respuestas que dé la administración tengan carácter vinculante.

j) La confidencialidad de la información proporcionada a la Administración


Tributaria en los términos señalados en el artículo 85º;

Solo debe ser de conocimiento de la administración, por ser información


reservada y solo de uso de la administración, y tan solo podrá ser
intercambiada entre los órganos de la misma administración tributaria para el
cumplimiento de sus fines propios, previa solicitud del jefe del órgano
solicitante y bajo su responsabilidad.

En el manejo de la información se puede destacar tres posibilidades:


1) Confidencial
2) De carácter secreto
3) Reservado.

En nuestro Código no se mantiene una línea en la definición de carácter


reservado o secreto existiendo una contradicción en el aspecto, por que nos da
una clasificación y esta nos conlleva a la dificultad de mantener un tratamiento
uniforme que la información que demos a la administración será con carácter
de información reservada y la administración con tal tendrá la obligación de
mantener como  reserva tributaria.

Concordado con el Inc. 5, segundo párrafo, e Inc. 6 Art. 2 de la Constitución y


la Resolución de Superintendencia Nº 099-97/SUNAT.

En otras administraciones tributarias toda información proporcionada por el


contribuyente tiene carácter de SECRETO.

k) Solicitar copia de las declaraciones o comunicaciones por él presentadas a


la Administración Tributaria;
En el artículo 84º del Código Tributario se establece la asistencia al
contribuyente y dentro de esta obligación de la administración tributaria se
encuentra el de proporcionar al contribuyente copia de sus declaraciones o
cominicaciones presentadas que podemos concordarlo con el Inc. 5, primer
párrafo, Art. 2º de la Constitución y el TUPA-SUNAT.
l) No proporcionar los documentos ya presentados y que se encuentren en
poder de la Administración Tributaria;
En el caso que la administración requiera nuevamente y se tenga prueba de
haber sido proporcionados en el momento dado el contribuyente podrá tener
este derecho de no proporcionar los documentos antes presentados.
Si fuera el caso de no constatar con un cargo por la entrega de documentos y
el contribuyente hace uso de este literal puede que el proceso que sigue se
torno en contra, por lo cual creo que se debió dar esta salvedad que “el
contribuyente tenga en su poder cargo de la recepción del documento por parte
de la administración tributaria”.

m) Contar con el asesoramiento particular que consideren necesarios, cuando


se le requiera su comparecencia;

En el  Código Tributario establece para introducir la reclamación, la apelación


se debe contar con un escrito con fundamentos de hecho y de derecho para lo
cual se requiere el asesoramiento profesional de un abogado (especialista en
tributación).

Para los casos de Informe oral y alegatos, los interesados que soliciten el uso
de la palabra y presentar su alegato por escrito dentro del plazo previsto, tiene
que hacerlo de acuerdo al asesoramiento de un abogado (o especialista
tributario que generalmente este un abogado).

En principio no creo que sea un derecho a ser especificado en el Código


Tributario, ya que todo deudor tributario tiene que recurrir al asesoramiento de
un especialista que va indicar las posibilidades de solución o esclarecer y el
cobro o procedimiento de la administración tributaria es correcta, y por que hay
requisitos por ejemplo para iniciar una reclamación es necesario la firma del
escrito por un C.A.L..

n) Solicitar aplazamiento y/o fraccionamiento de deudas tributarias de acuerdo


con lo dispuesto en el artículo 36º;

El poder ejecutivo establece la forma a conceder el aplazamiento y/o


fraccionamiento de la deuda. Y en casos particulares la administración
tributaria cuando el contribuyente lo solicite, pero debe cumplir este con
requisitos establecidos por Resolución  de Superintendencia o norma de rango
similar.

Requisitos:
1) Garantía carta fianza, bancaria, hipotecaria u otra que la administración
considere.
2) Las deudas que no han sido materia de fraccionamiento anterior.
El problema del deudor tributario radica principalmente que muchas veces esta
imposibilitado de acceder a una carta fianza, o de proporcionar una garantía
hipotecaria. Una alternativa sería dar el fraccionamiento sin necesidad de esta
carta fianza y como medida para evitar la evasión considerar como falta grave
considerada en la Ley Penal Tributaria.
o) Solicitar a la Administración la prescripción de la deuda tributaria;
Solo el deudor tributario puede pedir la declaración de la prescripción. Con la
modificación al Código Tributario la prescripción se puede detener su curso,
pero no borrar el tiempo transcurrido. Una vez que cesa el hecho que motivo la
suspensión, el tiempo transcurrido sé agrega al ya computado.

Las nuevas causales para la suspensión de la prescripción son:


1) Existencia de proceso judicial y
2) Condición de no habido del contribuyente.

p) Tener un servicio eficiente de la Administración y facilidades necesarias para


el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, de conformidad con las normas
vigentes;

Debe iniciarse en la facilidad de proporcionar la información evitando las


molestas y cansadas filas que tienen que soportar los contribuyentes para
acceder  a información que muchas veces es errada o para obtener un
formulario.
Capacitar a los empleados que están en las ventanillas que deben tratar al
contribuyente con respeto y consideración.

Evitar el trafico ilícito de los formularios que trae consigo la venta de estos
documentos.

Uno de los avances en el dinamismo de la administración fue que las


notificaciones sea con acuse de recibo; entrega de manera personal al deudor
o a su representante legal en el lugar donde se ubique. Y si es recibida en hora
o día inhábil, esta surtirá efecto el primer día hábil siguiente.

Mejor sus sistema de atención e información que brinde un servicio eficiente


que facilite a los  contribuyentes al cumplimiento de sus obligaciones
tributarias.

En su Sistema de Control de Cumplimiento Tributario se basa en la medición


de la oportunidad, identificando y determinando las causas del incumplimiento,
así como establecer las acciones para que el contribuyente sea consiente y
cumpla con sus obligaciones. ¿Cuál es el método? no es otro que de
sancionar, pero en esta tarea la administración debe tener en cuenta y utilizar
el criterio de discrecionalidad, para aquellos contribuyentes que no tienen un
curriculum de morosidad continua o para aquellos que infringen por primera
vez.

Para lo lograr este Control de Cumplimiento debe en primer lugar controlar los
cuatro supuestos de cumplimiento (brechas), que son:
1. La Brecha de Inscripción, que todos los ciudadanos no registrados y es
determinada por la diferencia entre los contribuyentes potenciales y los
registrados. La sunat usará DNI para identificar a contribuyentes y asegurados
para reemplazar el numero del autogenerado y al RUC en el caso de personas
naturales, de acuerdo al reciente convenio firmado por  Essalud y la
Superintendencia Nacional de Administración Tributaria suscribirá
próximamente un acuerdo con el Registro Nacional de Identificación, el cual 
permitirá simplificar el proceso de identificación de los trabajadores asegurados
y de los contribuyentes. Ello implica que, en el mediano plazo, el DNI
reemplazará al código autogenerado y al RUC de las personas naturales.
2. Brecha de Declaración comprende a los contribuyentes que no declaran y es
determinada por la diferencia entre los contribuyentes registrados y los que
prestan declaración.
3. La Brecha de Pago que son los contribuyentes morosos y se mide por la
diferencia entre el impuesto declarado o determinado por la Administración
Tributaria y el impuesto efectivamente pagado por el contribuyente.
4. La Brecha de Veracidad donde se encuentran los contribuyentes evasores,
la determinan por la diferencia entre el impuesto potencial y el impuesto
declarado por los contribuyentes, esta se origina en las distorsiones generadas
en la interacción contribuyente - Administración Tributaria hacia el cumplimiento
de la obligación tributaria.
Los contribuyentes que conforman la brecha de la veracidad son:
? Los inscritos o registrados, pero que declaran :
1. Declaran incorrectamente
2. Declaran parcialmente
3. No declaran sus ingresos;
? Los no inscritos :
1. Informales
2. Desconocidos por la Administración Tributaria.
? Los inscritos que cometen delito de defraudación tributaria:
1. Que declaran, pero realizan maniobras fraudulentas.
2. Que declaran, pero incurren en elusión
Ante el problema de evasión o elusión los contribuyentes deben tomar
conciencia de que la sociedad de la cual forman parte es la propietaria de los
impuestos que ellos pagan, y estos recursos entregados al Estado en calidad
de administrador encargado de ejecutar las obras y brindar los servicios y la
evasión se presenta cuando el contribuyente incurre en una de los siguientes
aspectos:
a) La eliminación del tributo puede ser total o parcial,
b) Debe estar referida a un país cuyas leyes se transgreden,
c) Solo pueden ser evasores aquellas personas obligadas al pago por la ley,
d) Comprende todas las conductas y actos contrarios a la ley que originen la
eliminación de la carga tributaria,
e) Toda evasión fiscal es violatoria de disposiciones legales.

“Evasión fiscal o tributaria es toda eliminación o disminución de un monto


tributario producido dentro del ámbito de un país por parte de quienes están
jurídicamente obligados a abonarlo y que logran resultados mediante
conductas fraudulentas u omisivas violatorias de disposiciones legales”

En cambio, el elusor es aquel que sin, infringir la ley busca evitar el pago de los
tributos mediante la utilización de estructuras jurídicas atípicas la elusión se
produce cuando:
a)  A un hecho o acto gravado se le da  la apariencia de otro con la finalidad
expresa de sustraer, en todo o en parte al pago de tributo que se esta obligado.
b) Cuando se quiere retardar la ocurrencia del hecho imponible, se apela
ilícitamente a formas o estructuras diferentes a las convencionales,
c) Se da la investidura diferente al hecho imponible, sin alterar su real
naturaleza o sustancia.

El Sistema de Educación y Generación de Conciencia, dirigido a los


contribuyentes y a toda la comunidad en general sobre sus obligaciones
tributarias. Esta orientación se da en el sentido de que si no cumples... se te va
castigar. Por que no se trabaja en base a las nuevas generación que van a ser
los contribuyentes del futuro, así como se les esta enseñando a votar en una
elección municipal, se les debe enseñar el por que y para que de los
impuestos, como van ayudar a su país, como mejora el nivel de vida cuando
todos cumplen en la medida de sus posibilidades (rentas).
Crear consciencia tributaria  y que la comunidad perciba en primer lugar las
mejoras en forma y que vea y experimente que el sistema de equidad funciona.
Toda Administración Tributaria tiene como reflejo que :
1. Que el sistema fiscal es injusto;
2. La ineficiencia, ineficacia de la Administración Tributaria para combatir el
fraude fiscal.
3. Justificar la existencia de los impuestos (gasto público) cuando no se recibe
los servicios que el Estado debe dar al contribuyente.
El artículo 92º termina diciendo que asimismo, además de los derechos antes
señalados, podrán ejercer los conferidos por la Constitución, por este Código o
por leyes específicas.
La Constitución dan derechos a los ciudadanos que pueden ser utilizados sin
necesidad que otra ley lo permita por que sabemos que la Constitución es la
ley de leyes, una vez más el legislador determina un derecho en forma tácito
como algo de su ingenio.

En la Constitución tenemos los artículos 2º e Inc 5,6, 23 y el artículo 3 que son


los más utilizados.

El artículo 93º del Código tributario fue introducido en el literal “i” del artículo
92º , por lo cual no cabe repetir.

El artículo 94º se refiere al procedimiento de la consulta a ser realizada, que


deberá ser presentada ante la Administración Tributaria competente, la misma
que deberá dar respuesta al consultante .

Cuando alguna de las consultas amerite por su importancia se emitirá una


Resolución de Superintendencia o norma de rango similar, sobre la consulta
hecha y que es de importancia para todos por lo cual será publicada en el
Diario Oficial.

El artículo 95º del Código Tributario, se menciona si es que existiera deficiencia


o falta de precisión en la norma tributaria, no será aplicable la regla que
contiene el artículo anterior, la Sunat deberá proceder a la elaboración del
proyecto de ley o disposición reglamentaria correspondiente.
Otros órganos administradores lo harán ante el MEF, tiene su concordancia
con la Norma XIV.

Este articulo a nuestro parecer no tiene que ver con los derechos de los
administrado
 
 

CONCLUSIONES

De los mencionados artículos, el 95º establece la deficiencia o falta de


precisión normativa, lo cual quiere decir en los casos que existiera deficiencia o
falta de precisión en la norma tributaria,...., debiendo la SUNAT proceder a la
elaboración del proyecto de ley o disposición reglamentaria correspondiente.
De lo cual se puede deducir que no es un artículo que trate sobre los derechos
de los administrados en forma directa.

La tributación en el Perú es todavía joven, es decir la forma en la cual se aplica


la tributación con todas las reformas habidas, lo cual puede ser una de las
causas por las cuales no se ha desarrollado un cuerpo de normas especifico
que defina los derechos de los contribuyentes tal y como existe en España. A
ello también podría añadirse la idiosincrasia de la sociedad peruana respecto al
cumplimiento de sus obligaciones tributarias.

El Código Tributario como único objetivo es lograr una mayor presión tributaria
por la vía su una mayor recaudación, con prescindencia de los derechos de los
contribuyentes y desalentarlos en el ejercicio de su legitimo derecho a iniciar y
seguir un procedimiento ejemplo el contencioso tributario con pluralidad de
instancias, nombra específicamente su derecho con la nueva ley 27038, pero
en la realidad se resuelve dentro de los plazos de ley o se da la administración
su gran salida la Resolución Ficta.

La educación al contribuyente debe ser desde los colegios para cuando estos
realicen una actividad gravada sean responsables y cumplan con su
obligaciones por convicción y no por temor a las sanciones, que al final se
pierde en una sociedad que muchas veces no es inmoral (en lo que se
relaciona a lo tributario) si no que comete delitos por ser amoral ( persona que
desconoce entre lo que esta bien y lo que esta mal).

La Administración Tributaria, debe capacitar a todos sus empleados en los


aspectos de trato al contribuyente, conocimientos para una adecuada
orientación, así como cuando fiscalizan empresas que son nuevas en su
sistema como las sucursales que se rigen por las dos leyes y deben respetar
acuerdos internacionales.
 
 

RECOMENDACIONES
Creación de una ley que contenga los derechos y garantías de los
contribuyentes.

Lo anteriormente manifestado traerá como consecuencia un reforzamiento del


principio de seguridad, característica de sociedades democráticas.

Con el reforzamiento de los derechos de los contribuyentes, también se


reforzara las obligaciones de la Administración Tributaria.

Se propone que dentro del cuerpo de normas sobre los derechos y garantías
del contribuyente se incluya la posibilidad de concertar acuerdos previos con la
Administración Tributaria y formular consultas cuya contestación tendría
efectos vinculantes para esta.
 
 

BIBLIOGRAFIA

1. Ley Nro. 27038, Ley que Modifica el Decreto Legislativo Nro. 816 -
Código Tributario y Normas Conexas. Publicado el 31 de diciembre de
1998. Diario Oficial el Peruano- Lima Perú.
2. Decreto Legislativo 816 Código Tributario , Publicado el 24 de abril de
1996 en el Diario Oficial el Peruano - Lima Perú.
3. Villegas, HectorB.; Arguello Velez, Gustavo y Spila Garcia, Ruben “La
Evasión Fiscal en la Argentina” Derecho Fiscal - Buenos Aires Argentina
To XXIII- 1994.
4. Lineas Estratégicas de Política Tributaria. Proyecto de Fortalecimiento
de los Centros de Capacitación de la Administraciones Tributarias de los
Ministerios de los Países Prestatarios Miembros del BID. Querétaro -
México, 1997.
5. Dr. Alfredo J. Lamagrande “Recomendaciones Propuestas para
Reducir la Evasión Fiscal” publicado en Boletín de la dirección Impositiva
de Argentina- 1997.
6. Constitución Política del Perú 1993.

LA PRESCRIPCIÓN TRIBUTARIA Y EL DELITO FISCAL

COMPENSACIÓN COMO FORMA DE EXTINCIÓN DE LA DEUDA


TRIBUTARIA, LA
LA CONDONACION DE LA DEUDA TRIBUTARIA
La prescripción tributaria es un instituto jurídico que enerva las posibilidades de
actuación de la Administración tributaria y de los contribuyentes en los
diferentes procedimientos administrativos de aplicación de los tributos. Sus
rasgos esenciales se han construido traspolando al Derecho tributario las
características de la prescripción civil, si bien, las particularidades del Derecho
público y de la conceptuación de la obligación tributaria y de las potestades
administrativas obligan a observar con distintos criterios hermenéuticos la
aplicación de la prescripción tributaria.

Además, la Administración tributaria solamente puede ejercitar sus potestades


dentro de los procedimientos formalizados de actuación que establece el
ordenamiento jurídico, por lo que los efectos más importantes de la
prescripción tributaria se producen en los distintos procedimientos de aplicación
de los tributos, siendo ésta la óptica desde la que se analizan los problemas
históricos y actuales de aplicación de la misma.

Pero por otro lado, el sistema tributario en España tiene una complejidad muy
superior a la de otros Estados de nuestro entorno, en la medida en que,
dejando aparte la cesión de tributos a las Comunidades Autónomas de régimen
común y el particular caso del régimen canario y de Ceuta y Melilla, el
reconocimiento de los derechos históricos de los territorios forales que
establece la disposición adicional primera de la Constitución, da lugar a la
coexistencia de cinco regímenes tributarios, uno en cada uno de los Territorios
Históricos del País Vasco, otro en la Comunidad Foral de Navarra y otro para el
resto del Estado.

La articulación de la distribución competencial entre esos cinco regímenes se


establece en el Concierto Económico con la Comunidad Autónoma del País
Vasco y en el Convenio Económico con la Comunidad Foral de Navarra,
normas que otorgan una amplia autonomía a los territorios forales para el
diseño y aplicación de su régimen tributario, incluyendo las normas generales y
procedimentales.

En ejercicio de esta autonomía normativa, el Territorio Histórico de Bizkaia ha


reducido el plazo de prescripción tributaria a tres años, frente a los cuatro
establecidos en los demás territorios forales y en territorio común, y esta
situación introduce otras consideraciones en relación con la aplicación del
instituto de la prescripción a los procedimientos de aplicación de los tributos.

Al análisis de ambos aspectos, la aplicación de la prescripción a los


procedimientos tributarios y las modulaciones que se establecen en función del
régimen de Concierto Económico en la prescripción, y su reflejo jurisprudencial,
es a lo que se dedica el presente trabajo.

La prescripción tributaria y el delito fiscal

← Principales abreviaturas utilizadas en el texto. Presentación. Prólogo


Principales abreviaturas utilizadas en el texto Presentación Prólogo

← Concepto y fundamento jurídico en la prescripción tributaria

Primera parte. La prescripción tributaria y el delito fiscal Capítulo I.


Concepto y fundamento jurídico en la prescripción tributaria I. Concepto
y deslinde con otras figuras afines I.1. Concepto I.1.1. La prescripción en
el Derecho privado ...

← Los elementos esenciales del delito fiscal y su transcendencia respecto


a la prescripción de la obligación tributaria

Capítulo II. Los elementos esenciales del delito fiscal y su


transcendencia respecto a la prescripción de la obligación tributaria I.
Planteamiento y emplazamiento del delito fiscal en el derecho penal
tributario II. El bien jurídico protegido II....

Trascendencia de la prescripción tributaria en el delito de


defraudación tributaria

← Trascendencia penal de la prescripción tributaria regulada en art. 24 de


la Ley 1/1998

Segunda parte. Trascendencia de la prescripción tributaria en el delito


de defraudación tributaria Capítulo III. Trascendencia penal de la
prescripción tributaria regulada en art. 24 de la Ley 1/1998 I.
Planteamiento del problema: disparidad de los pl...

← Efectos jurídicos de la prescripción tributaria respecto al delito de


defraudación tributaria

Capítulo IV. Efectos jurídicos de la prescripción tributaria respecto al


delito de defraudación tributaria I. Consecuencias jurídicas: dos
cuestiones después del transcurso de cuatro años I.1. Planteamiento: la
responsabilidad ci...

← Problemas de derecho transitorio en la modificación de los plazos de


prescripción: aplicación retroactiva

Capítulo V. Problemas de derecho transitorio en la modificación de los


plazos de prescripción: aplicación retroactiva I. Criterio tradicional I.1.
CC, art. 1939 Y orden de 24 de junio de 1964 por la que se aprueba la
LGT I.2. Criterio tradicional y LDG...

← Conclusiones finales

Conclusiones finales Fuentes doctrinales A. Manuales y obras generales


B. Monografías C. Artículos de revistas y
Resumen:

Primera parte. La prescripción tributaria y el delito fiscal


Capítulo I. Concepto y fundamento jurídico en la prescripción tributaria
I. Concepto y deslinde con otras figuras afines
I.1. Concepto
I.1.1. La prescripción en el Derecho privado
I.1.2. La prescripción en Derecho público
I.1.2.1. La prescripción como categoría civil y su aplicación al ámbito tributario
I.1.2.2. La regulación de la prescripción en la LGT. Ámbito de aplicación
A. Normativa estatal
B. La aplicación de la normativa estatal en todo el territorio autonómico, foral y
local: STSJ de Navarra 9 febrero 1998
C. La aplicación de la normativa estatal y el Derecho comunitario: STJ de 15
septiembre 1998. Asunto C- 231/96
I.2. Deslinde con otras figuras afines
I.2.1. Prescripción versus caducidad
I.2.1.1. Planteamiento
I.2.1.2. Posiciones contrarias a la consideración del plazo previsto en el art. 64,
a) LGT como un plazo de prescripción
I.2.1.3. Posiciones favorables a la consideración del plazo previsto en el art. 64,
a), LGT como un plazo de prescripción
I.2.1.4. Reconocimiento de una figura híbrida entre caducidad y prescripción
civil. Consideración de la prescripción como una categoría sui generis
I.2.1.5. Nuestra posición
I.2.2. Prescripción versus suspensión
I.2.2.1. Concepto de suspensión. Diferencias con la interrupción
I.2.2.2. Propuesta de "lege ferenda": regulación expresa en la LGT de causas
de suspensión de la prescripción tributaria
II. La prescripción de la obligación tributaria en relación con el responsable
II.1. Planteamiento
II.2. Naturaleza jurídica de la responsabilidad tributaria
II.3. Prescripción de la obligación tributaria en relación con el responsable
tributario
III. Fundamento jurídico de la prescripción
III.1. Diversidad de fundamento de la prescripción en materia civil y en materia
tributaria
III.1.1. Planteamiento
III.1.2. El principio de seguridad jurídica y el deber de contribuir al
sostenimiento de las cargas públicas
III.2. Especial referencia al fundamento de la prescripción en materia de ilícitos
tributarios
III.2.1. El principio de reserva de ley en materia de infracciones y sanciones
tributarias: artículos 25.1 y 53.1 C.E., como garantía constitucional del
imputado
IV. Consideraciones Finales

Extracto:

PRIMERA PARTE PRESCRIPCIÓN TRIBUTARIA Y DELITO DE


DEFRAUDACIÓN TRIBUTARIA

CAPÍTULO I. CONCEPTO Y FUNDAMENTO JURÍDICO EN LA


PRESCRIPCIÓN TRIBUTARIA

I. CONCEPTO Y DESLINDE CON OTRAS FIGURAS AFINES.

I.1. CONCEPTO.

I.1.1. La prescripción en el Derecho privado.

En primer lugar, resulta necesario precisar el alcance de los conceptos de


prescripción y caducidad en materia civil, previamente a plantearnos en qué
medida se pueden aplicar los esquemas jurídico-privados a la prescripción
tributaria.

Así, aunque nuestro Código civil no arroja en este punto una luz completa, y, a
pesar de que la prescripción y la caducidad presentan una extraordinaria
similitud, sin embargo, en Derecho privado la prescripción, a nuestro juicio, se
encuentra perfectamente deslindada dentro del sistema. En base a que la
doctrina civil utiliza diversos criterios para diferenciar la naturaleza de la
prescripción y la caducidad, como son, entre otros, los siguientes: desde el
punto de vista del interés jurídico protegido, en la prescripción se protege sobre
todo un interés particular muy concreto, en la caducidad se protege un interés
general; en función de la configuración procesal, la prescripción ha de ser
alegada como excepción por las partes, mientras que la caducidad hace
extinguirse el derecho ipso iure1, obligando al legislador a declararla de oficio;
diferenciando rasgos concretos de los respectivos regímenes jurídicos, en la
prescripción existen causas de interrupción y no en la caducidad 2.

A nuestro juicio, merece una especial mención el criterio que efectúa una
delimitación entre la prescripción y la caducidad en función de la configuración
temporal por el ordenamiento positivo de las posibilidades del ejercicio ...

Prescripción en Materia Tributaria


Por Carlos Martínez Concha
Abogado

 
Quienquiera que examine el Código Tributario constatará la verdadera “batería”
de atribuciones que tiene la Administración Tributaria para procurar la correcta
y oportuna recaudación de los impuestos. Y no es extraño, pues la principal
fuente del financiamiento estatal está en los tributos; por ende, todos los
gobiernos estarán interesados en que la Administración Tributaria sea eficiente
y fuerte.
Frente al poderío fiscal, el contribuyente se asemeja mucho a un disminuido
David casi desarmado.
Así, la prescripción frecuentemente es uno de los escasos salvavidas que
tenemos los abogados para enervar las pretensiones del Fisco contra nuestros
clientes.
Efectivamente, la prescripción extintiva es una de las grandes limitaciones con
que se topan el Servicio de Impuestos Internos y la Tesorería General de la
República al ejercer sus atribuciones.
El Título VI del Libro Tercero del Código Tributario trata en tan solo tres
artículos la prescripción, pero lo cierto es que de ella se ocupan al menos doce
de sus disposiciones.
En esta ocasión nos referiremos sólo a la prescripción de la acción
fiscalizadora, dejando para otra ocasión la prescripción de la acción de cobro y
la de infracciones y delitos tributarios.

Prescripción de la acción fiscalizadora


Conforme al artículo 200 inciso 1º del Código Tributario, el Servicio dispone de
tres años, contados desde la expiración del plazo legal en que debió efectuarse
el pago, para liquidar un impuesto, revisar cualquiera deficiencia en su
liquidación y girar los impuestos a que hubiere lugar. El plazo aumenta a seis
años en el caso de tributos sujetos a declaración si ésta no se ha presentado o
si la efectuada es maliciosamente falsa.
En rigor esta disposición regula la extinción del derecho del Servicio para
ejercer la acción que le es característica: fiscalizar impuestos. No se trata
entonces de un caso de prescripción extintiva de derechos o acciones en la
acepción del Derecho Civil, puesto que el Fisco debe abstenerse de actuar,
simplemente por haber excedido los plazos en que podía legítimamente haber
accionado.
Desde temprano aprendimos que el interesado en aprovechar la prescripción
debe alegarla; el juez no puede declararla de oficio. Así lo dice el artículo 2493
del Código Civil. En lo tributario este principio tiene una excepción, pues el juez
tributario está obligado a disponer en el fallo la anulación o eliminación de los
rubros de la liquidación reclamada que correspondan a revisiones efectuadas
fuera de los plazos de prescripción. Dicha anulación o eliminación debe
decretarse de oficio o a petición de la parte interesada, siempre que se haya
reclamado de la liquidación, y aunque en el escrito de reclamo no se hubiere
invocado la prescripción.
El Servicio no puede revisar, liquidar o girar impuestos una vez transcurridos
tres o seis años desde la fecha en que debieron solucionarse. Siendo ambos
plazos de años, establecidos en el Código Tributario, corren tanto en días
hábiles como inhábiles o feriados, y no se suspenden durante el feriado judicial.
Para su cómputo deben seguirse las reglas del artículo 48º del Código Civil.
Analicemos casos concretos:
El plazo de tres años que tenía el Servicio para determinar diferencias por
Impuesto a la Renta de Primera Categoría del año tributario 1999 (comercial
1998), venció a las 24 horas del 30 de abril de 2002, porque el plazo para
pagar el referido impuesto expiró el 30 de abril de 1999.
En el caso de impuestos que se pagan por cuotas, el plazo de prescripción es
independiente para cada cuota, y se inicia en la fecha en que debió pagarse la
respectiva cuota.
Para el cómputo de los plazos de prescripción, la fecha de inicio no se altera
por lo dispuesto en el inciso 3º del artículo 36 del Código Tributario, que
prorroga hasta el primer día hábil siguiente el plazo de declaración y pago de
un impuesto que venza en día feriado, en día sábado o el 31 de Diciembre.
Esto implica que el plazo de prescripción se completará el día en que se
cumplan tres o seis años desde el día que debió efectuarse el pago, sin
importar que este último haya sido feriado, sábado o 31 de diciembre.
Pero si el cliente no presentó la declaración, o lo hizo pero ella resulta ser
maliciosamente falsa, el Servicio gozará de un plazo excepcional de
prescripción para liquidar, reliquidar o girar impuestos. Este término es de seis
años, y sólo opera respecto de impuestos sujetos a declaración, los que para
estos efectos, la ley definió como “aquellos que deban ser pagados previa
declaración del contribuyente o del responsable del impuesto”.
Determinar si se ha presentado o no la declaración y si ésta es o no
maliciosamente falsa, es una cuestión de gran importancia, pues de ello
dependerá el plazo de prescripción aplicable. Al respecto la Corte Suprema ha
fallado reiteradamente que la calificación de las circunstancias que hacen que
una declaración sea maliciosamente falsa corresponde a los jueces del fondo y
escapa de la competencia del tribunal de casación, a menos que se hayan
infringido las leyes reguladoras de la prueba. La Circular 73 de 2001 exige a los
fiscalizadores “fundar adecuadamente las liquidaciones o giros que efectúen
dentro de este plazo especial, acompañando los antecedentes de los cuales se
desprende o con los cuales se acredita la existencia de malicia o el hecho de
no haberse efectuado la declaración”.
Por cierto, una declaración de impuestos no será tal si se limita a indicar la
individualización del contribuyente, y no contiene los datos de la obligación que
se pretende cumplir. En este caso, el plazo de prescripción será de seis años.
Una declaración de impuestos podrá ser tildada de “maliciosamente falsa”
cuando quien la efectúa, sabedor de que contiene información engañosa,
fingida o simulada, igualmente la presenta con el ánimo de evadir impuestos
que de otro modo habría debido pagar.
El Director del Servicio ha dictaminado que la sola existencia de datos no
verdaderos en una declaración de impuestos no basta para que ella sea
maliciosamente falsa, y que además se requiere que la falsedad sea producto
de un acto consciente del declarante, quien supo o no pudo menos que haber
sabido que lo declarado no se ajusta a la verdad.
En relación con este punto, la aludida Circular 73 recoge formalmente el
principio de la buena fe al expresar que “Lo malicioso de la falsedad de la
declaración debe ser acreditado por el Servicio, toda vez que atendidos los
conceptos empleados por el legislador, en principio debe presumirse que los
antecedentes contenidos en una declaración que no se ajusten a la verdad se
han debido a un error involuntario del contribuyente, a su descuido o aun, a su
negligencia, mas no a su mala fe”. Más adelante agrega que “el hecho de
determinarse que la declaración presentada por la sociedad es ‘maliciosamente
falsa’, por si solo no permite calificar de igual manera a las declaraciones
presentadas por los socios. En efecto, para los fines de la ampliación de los
plazos de prescripción establecidos en el artículo 200° del Código respecto de
éstos, deberá probarse más allá de toda duda razonable, el conocimiento que
éstos tenían de que lo declarado personalmente por ellos era falso”.

Aumento de los plazos de prescripción


Los plazos de tres o seis años, según el caso, se aumentan:

• En tres meses desde que se efectúe una citación al contribuyente. Este


aumento se limita a los impuestos derivados de las operaciones que se
indiquen determinadamente en la citación. Por supuesto, para que este
aumento se produzca se requiere que la citación se haya notificado antes de
cumplirse los plazos de prescripción, ya que no cabe prolongar un término que
ha expirado.
• En tres meses en el caso de devolución de la carta certificada remitida al
contribuyente. En esta última situación, el plazo de prescripción puede no sólo
aumentarse sino también renovarse. (Véanse artículo 11, inciso 4º, Código
Tributario y Circular Nº48, de 21.08.1997).
• Si se prorroga el plazo conferido al contribuyente para contestar la citación
respectiva, se entenderán igualmente aumentados, en los mismos términos, los
plazos de prescripción.

Cómputo de los plazos


Las normas sobre el cómputo de los plazos y sus aumentos son bastante
claras. A pesar de ello, al dictar las instrucciones atinentes a la materia, el
Servicio se equivoca en la forma de contabilizar los aumentos de los plazos de
prescripción, extendiéndolos en perjuicio del contribuyente.
Demos razón de nuestros dichos:
La siguiente tabla, contenida en la Circular 73, de 2001, parcialmente
modificada por la Circular 22 de 2002, refleja el errado criterio del Servicio:
Análisis:
La primera columna indica que se trata de una declaración de renta del año
tributario 1998, cuyo plazo de declaración y pago expiró el 30 de abril del
mismo año. Como los tres años se cuentan desde que expira el plazo en que
debió hacerse el pago, si la declaración se hubiese presentado el 6 de abril de
1998, de todos modos el plazo de prescripción se habría iniciado el 30 de abril
de 1998.
Nuestro hipotético cliente, el 30 de abril de 2001 fue notificado de una citación
por parte del Servicio. De no mediar esta notificación, la facultad para fiscalizar
la declaración de renta del año tributario 1998 habría prescrito a las 24:00
horas del 30 de abril de 2001. Por aplicación de lo previsto en el inciso 4º del
artículo 200 del Código Tributario, el plazo de prescripción se aumentó en tres
meses, pero sucede que el infortunado contribuyente solicitó prórroga del plazo
para contestar la citación. Tal prórroga le fue concedida el 28 de mayo de 2001,
otorgándosele 23 días extras para contestar, según muestra la tercera
columna.
Así, al plazo original de prescripción debe agregársele tres meses: 30 abril
2001 + 3 meses = 30 julio 2001
Pero en la cuarta columna, en lugar de figurar el 30 de julio de 2001 como era
de esperar, aparece el 01 de agosto de 2001 como fecha de vencimiento del
plazo original para liquidar (incluido el aumento de tres meses).
¿A qué título se extendió hasta el 1 de agosto el plazo original de prescripción
que incluía el aumento de tres meses?
No lo sabemos, pero es un error que vulnera el artículo 200 inciso 4º del
Código Tributario, en relación al artículo 48 del Código Civil, este último
aplicable en virtud de lo dispuesto en el artículo 2º de aquél.
Hemos visto que de acuerdo al primero de los preceptos invocados, la citación
produce el efecto de ampliar, en tres meses, los plazos de prescripción
(ordinario y extraordinario). A su turno, el inciso 2º del artículo 48 del Código
Civil dice que “el primero y el último día de un plazo de meses o años deberán
tener un mismo número en los respectivos meses. El plazo de un mes podrá
ser por consiguiente, de 28, 29, 30 o 31 días...”
Por otro lado, el plazo de tres meses que se inició el 30 de abril de 2001 vence
el 30 de julio de 2001, pues siendo un término de meses, el primero y el último
día deben tener un mismo número en el mes respectivo y este número no es
otro que 30 en el ejemplo propuesto.
El mismo artículo 48 del Código Civil, en su inciso 3º, se pone en el caso que
un plazo de meses que se inicia en uno de los días en que ese mes excede al
mes en que se cumplirá el plazo, se extenderá sólo hasta el último día del mes
de vencimiento. En palabras más sencillas, el plazo de un mes iniciado el 31 de
Enero de 2002, finalizó el 28 de febrero de este año. Es decir, el plazo se
acortó a sólo 28 días.
¿Puede Impuestos Internos extender el plazo en su propio beneficio? La
respuesta es obvia: No.
Esto, que podrá parecer baladí, en muchos juicios tributarios es vital, pues a los
servicios fiscalizadores también se aplica el reproche de aquel irónico profesor
de Derecho que decía que en Chile todos los plazos son de un día: el último.

LA INTERMINABLE HISTORIA DE LA PRESCRIPCION DEL DELITO


FISCAL

Miguel Bajo Fernández


Catedrático Derecho penal
Abogado
I.- La reciente STS 15 julio 2002 (Ponente Andrés Ibáñez) habrá dejado
sorprendido a
más de un jurista. Sostiene que la prescripción de cuatro años prevista para la
infracción
tributaria, carece de trascendencia en el orden penal manteniéndose
impertérrito el plazo
de cinco años para el ejercicio de la acción procesal de persecución del delito
fiscal. Y,
para mayor sorpresa, señala que es “conforme a un criterio que tiene expresión
en
sentencias de esta Sala como la de 6 noviembre 2000 y las de 10 y 30 de
octubre 2001”.
Pues bien, esta tesis contradice frontalmente a la mantenida unánimemente
(s.e.u.o.)
por la doctrina científica y, pese a lo sostenido, en poco se parece a la
defendida en las
sentencias citadas. Con esta sentencia nuevamente se cambia de opinión lo
que no
favorece la función que el Ordenamiento jurídico encomienda, y el justiciable
espera,
del Tribunal Supremo. A mi juicio, es urgente que nuestro más alto Tribunal se
pronuncie en un Pleno sobre la cuestión y oriente y dirija la jurisprudencia
menor en
favor de la seguridad jurídica1.
II.- La doctrina científica, como es sabido, reconoce que la prescripción del
delito fiscal
de los arts. 131 y concordantes del Código penal se ciñe a los cinco años lo
que no
puede derogarse por la Ley ordinaria que limitó a cuatro el ejercicio de la
acción
administrativa para determinar la deuda, requerir el pago o imponer sanciones.
Pero,
unánimemente entiende que si la Administración tributaria deja pasar el plazo
de cuatro
años sin desplegar la acción inspectora ni, por consiguiente, determinar la
deuda, no es
posible apreciar la existencia de delito2. Y ello porque se convierte en
imposible la
lesión del bien jurídico y desaparece la tipicidad del delito fiscal, no hay cuota
defraudada porque no hay ya deuda exigible, ni obligado tributario, ni objeto
material
1 Sobre la seguridad jurídica se pronuncia Sánchez-Vera.
2 Puede verse el estado de la cuestión en J. Sánchez-Vera. Yo mismo publiqué
recientemente (2001) una
2
del delito, ni sujeto activo; no hay perjuicio alguno, por lo tanto, tampoco
existiría ya un
bien jurídico a proteger3. Por último, ni la Administración Tributaria puede
investigar,
ni el contribuyente está obligado a mantener la documentación, lo que convierte
la
persecución penal en una práctica imposible4.
De mantener la contraria tesis (la prescripción tributaria no impide la sentencia
condenatoria por delito) se producen las siguientes consecuencias
insatisfactorias:
a) Quien ha ganado la prescripción tributaria por el transcurso de cuatro años
no
puede, durante el quinto año, regularizar la deuda tributaria5, pues ésta sólo es
posible en tanto la deuda sea exigible. En consecuencia, se encuentra en peor
condición el que ve prescribir su obligación que aquél a quien no le ha
prescrito,
porque el primero no podrá regularizar la situación tributaria pudiendo, además,
ser
condenado.6.
b) La obligación prescrita resucitaría por vía de la responsabilidad civil, con la
sentencia condenatoria, aunque el propio legislador haya declarado que, en
estos
casos, no existe daño para la Hacienda Pública7.
c) El procedimiento penal, sólo podría iniciarse por vía de denuncia de un
particular8
lo que es atípico9.
referencia a la situación actual de la prescripción en doctrina y jurisprudencia.
3 CÓRDOBA RODA, J.y FERREIRO LAPATZA, J.J.
4 En otro sentido, LASCURAÍN SÁNCHEZ, J.A. quien sostiene que este
argumento soslaya que el juez de
instrucción sigue poseyendo incisivas facultades de investigación.
5 CÓRDOBA RODA, J. y FERREIRO LAPATZA, J.J.
6 El artículo 62.4 del Real Decreto 1684/1990, de 20 de diciembre, por el que
se aprueba el Reglamento
General de Recaudación, establece que la prescripción ganada extingue la
deuda tributaria. El ingreso de la deuda no
significa renuncia a la prescripción ganada, pues ésta es irrenunciable y se
aplica incluso de oficio (artículo 67 Ley
General Tributaria, artículo 60.1 Reglamento General de Recaudación). Según
Ferreiro Lapatza el acreedor no tiene
en tal situación más remedio que devolver lo cobrado, como expresamente
establece el artículo 7.1 c) del Real
Decreto 1163/1990, de 21 de septiembre, que aprueba el Reglamento de
Devolución de Ingresos Indebidos, e
incluye el ingreso de tributos prescritos como un caso en el que procede
practicar la devolución .
7 CÓRDOBA RODA, J., FALCÓN Y TELLA, y FERREIRO LAPATZA, J.J.
8 FERREIRO LAPATZA, J.J.
9De acuerdo a la Ley General Tributaria, la vía normal para la persecución de
un posible delito fiscal es la
establecida en el artículo 77.6, conforme al cual la Administración, si estima
que la infracción
pudiere ser constitutiva de delito, dará traslado del tanto de culpa al organismo
penal correspondiente.
Transcurrido el plazo de cuatro años desde la infracción, la Administración
debe declarar de oficio la
prescripción (artículo 67 Ley General Tributaria).
3
III.- La anterior S. 10 octubre 2001 (Ponente Bacigalupo), en síntesis, viene a
indicar
que en los delitos de omisión debe de concurrir, entre otras circunstancias, la
prueba del
deber jurídico infringido lo que significa en el delito fiscal, la evidencia del
tributo y del
sujeto obligado. De otro lado, el principio acusatorio y el derecho de defensa
(arts. 269,
313 y 118 LECr.) no permiten una imputación genérica, debiendo aparecer
concretados
el tributo y la liquidación, al menos provisional, para que se pueda entender que
el
procedimiento se dirige contra el culpable. Por ende, el delito fiscal requiere
como
“requisito de procedibilidad”, la previa liquidación provisional del impuesto, lo
que
también determina que cada delito fiscal genera una acción y cada acción
prescribe
independientemente.
“Si la Administración –se lee en la sentencia- ha practicado la determinación
del
impuesto dentro de los cuatro años que prevé el art. 64 de la LGT, mientras no
hayan
transcurrido los cinco años que establece el art. 131 del C.p., cabe la iniciación
del
proceso penal por el delito fiscal que se hubiera cometido; por el contrario, si no
han
transcurrido los cinco años para la prescripción del delito, pero han transcurrido
los
cuatro dentro de los que la Administración estaba facultada para determinar la
deuda, no
será posible la iniciación del procedimiento, pues no se contará con un
presupuesto del
mismo” cual es la determinación de la cuota en lo que llama la sentencia
liquidación
provisional10.
.
10 Matiza esta tesis la STS 30 octubre del mismo año 2001 (ponente Sánchez
Melgar), en el sentido de que la
liquidación provisional previa practicada por la Administración dentro del plazo
de cuatro años sería imprescindible
cuando la propia Administración tiene los datos necesarios para tal liquidación.
Pero, cuando tal conocimiento sólo
surge dentro del proceso penal, no es exigible para el delito la existencia de
una liquidación provisional previa,
produciéndose la liquidación por el juez penal. De modo que si los datos por los
que se detecta la infracción aparecen
en el proceso penal, carece de relevancia el transcurso de los cuatro años sin
actividad administrativa. Como señala la
sentencia (ponente Sánchez Melgar) “en el caso que resuelve (la anterior
sentencia de la que es ponente Bacigalupo)
la Administración tributaria tenía todos los elementos necesarios para iniciar
una acción inspectora y, sin embargo, no
se practicó, pero no es trasladable al caso de autos, en que los datos de donde
se deduce la infracción criminal,
aparecen como consecuencia de la instrucción procesal y … en este caso no
puede decirse que sea necesaria la
liquidación administrativa previa, por no contar con tales datos la
Administración tributaria”, de modo que el
transcurso de los cuatro años sin actividad inspectora hace prescribir la
infracción administrativa pero no la acción
procesal penal.
4
En definitiva, la sentencia fundamenta la imposibilidad de proceder,
transcurridos los
cuatro años sin acción inspectora, en el incumplimiento de una condición de
procedibilidad consistente en la determinación de la cuota11.
IV.- En la reciente sentencia de 15 julio 2002, pese a que cita como
antecedentes las
anteriores de 10 y 30 de octubre2001, el Tribunal Supremo se aparta de este
entendimiento12.
Con independencia de que un entendimiento como el presente podría dar lugar
a una
latente inconstitucionalidad, como puso de relieve Sánchez-Vera13, los
argumentos
esgrimidos carecen de la más mínima consistencia jurídica.
Si examinamos con detenimiento el estado de la cuestión, podremos
comprobar que
todo gira alrededor del bien jurídico protegido que, según la doctrina, aquí ha
dejado de
existir por renuncia del propio Derecho. Al igual que, concurrente una causa de
justificación, decimos que el Derecho renuncia a la protección del bien de
menor valor o
no preponderante, en el caso presente el Derecho renuncia a la protección de
los
intereses de la Administración Tributaria porque ésta ha dejado transcurrir los
cuatro
años precisos para determinar la deuda.
Pues bien, en este terreno, la sentencia del presente año parte de la base de
que hay dos
instancias estatales o jurídicas para la lucha contra el fraude y en ambas son
distintos los
bienes jurídicos. Así, entiende que son dispares los objetos de protección
jurídica de las
infracciones tributarias y los delitos fiscales, porque las primeras se explican en
virtud
de criterios “de logística recaudatoria” y los segundos lo hacen para dar un
“plus de
protección” a los principios recogidos en el art. 31 de la Constitución.
11 Se ha dicho que de exigir la liquidación provisional y siendo así que ésta es
un acto administrativo
recurrible, se reproduciría aquí la situación de 1977 en que los recursos
contencioso-administrativos se convertían en
cuestión prejudicial. Efectivamente, sería cierto si no fuera porque la expresión
“liquidación provisional” se utiliza en
la sentencia como equivalente a simple determinación de la deuda como
repetidas veces señala.
12 Para Soto Nieto queda latente la duda de si la S. de 15 julio 2002 permite
declarar subsistente el criterio
de la de 10 octubre 2001, pero una lectura serena despeja las posibles dudas.
En la S. 6 noviembre 2000 (ponente:
Conde Pumpido) pudiera leerse algo parecido, pero se realiza “obiter dicta” y
con escasa argumentación.
13 J. SANCHEZ-VERA GOMEZ-TRELLES.
5
Esta teoría no sólo está errada de plano sino que, además, entronca con la
pretérita y
denostada teoría de Goldschmidt, hoy absolutamente abandonada. En efecto,
pretender
que los bienes jurídicos son los que señalan la distinción entre ilícito penal e
ilícito
administrativo es tarea fallida. Hoy es opinión unánime, la que cifra la diferencia
entre
ambos ilícitos en razones formales y no en el distinto contenido de
antijuricidad14. Así
se dice, que estamos ante un ilícito penal si los órganos que sancionan
pertenecen a la
Administración de Justicia y ante un ilícito administrativo si son los órganos
administrativos los encargados de ello. El bien jurídico protegido por ambas
ilicitudes,
la tributaria y la penal, es idéntico, con independencia de los distintos objetivos
político
criminales que, de manera secundaria, persigan ambos órdenes jurídicos15.
También se relaciona con la antijuricidad la respuesta sobre la problemática de
la
responsabilidad civil. Contesta la sentencia a quienes señalan la extrañeza de
poner en
marcha la persecución penal sin posibilidad de condenar a la responsabilidad
civil,
remarcando la trascendencia de la defensa de valores esenciales de orden
constitucional
que se imputa al delito fiscal, lo que explicaría el castigo penal en un proceso
sin
víctima. Con esto se está hipervalorando el delito fiscal equiparándolo a delitos
de
mucha mayor entidad olvidando su carácter circunstancial. La anterior
sentencia de 10
de octubre 2001, con acierto, acusa de acercamiento a un Derecho penal de
autor a
aquella tesis, como la defendida en 15 julio 2002, que penalizara delitos sin
lesividad.
Es un principio generalmente aceptado de la política criminal que no se deben
criminalizar hechos que carecen de relevancia fuera del ámbito del Derecho
penal o que
la han perdido con el transcurso del tiempo. Lo contrario conduciría a un
Derecho penal
de autor.
14 M. Bajo Fernández – S. Bacigalupo, Derecho Penal Económico, Madrid
2001, págis 76 y sigs.
15 Tiene relación con el injusto el argumento de la atipicidad por inexistencia
de sujeto pasivo, bien jurídico
u objeto material. Pues bien, la sentencia contraargumenta con el manido
razonamiento de la necesidad de
coincidencia temporal entre los distintos elementos típicos y el momento de
comisión del hecho. En este punto
debemos recordar el carácter especial del bien jurídico en este delito en el que,
como destacó Córdoba, existe una
cierta temporalidad. Señala Córdoba que la desaparición del interés de la
Administración al cobro del tributo
comporta, a su vez, la extinción del bien jurídico protegido. Se trata de un
supuesto, continúa, ciertamente
excepcional en el que el bien jurídico tiene un componente de temporalidad que
resulta de la normativa jurídicotributaria,
no teniendo sentido, por tanto, que se incoe un procedimiento judicial para
exigir una responsabilidad penal
ya prescrita tributariamente. Precisamente la rigurosa aplicación de la
dogmática del bien jurídico obliga a la solución
6
Bibliografía
BAJO FERNÁNDEZ, M. “La polémica prescripción del delito fiscal (A propósito
de la STS 6 noviembre
2000)”, en AP, 8, 2001, págs. 12 y sigs.
COBO DEL ROSAL, M., “Sobre algunas concretas garantías penales de los
contribuyentes”, La Razón,
10.11.2001.
CÓRDOBA RODA, J., “ Prescripción tributaria y delitos contra la Hacienda
Pública”, La Ley, nº 4886,
17 septiembre 1999
CHOCLÁN MONTALVO, J.A., “De nuevo sobre la incidencia del plazo de
prescripción de la Ley del
Contribuyente en el contenido de injusto o en la punibilidad del delito fiscal”,
Actualidad Jurídica Aranzadi nº 464, 7
diciembre 2000.
FALCÓN Y TELLA, “Consecuencias en el ámbito penal del acortamiento a
cuatro años del plazo de
prescripción tributaria”, Quincena Fiscal, nº 19/1998
FERREIRO LAPATZA, J.J., “Prescripción tributaria y delito fiscal”, La Ley, nº
4886, 17 septiembre
1999.
LASCURAÍN SÁNCHEZ, J.A.“Tres problemas de aplicación del delito fiscal:
retroactividad,
prescripción y exención de los partícipes por regularización”, en Problemas
específicos de la aplicación del Código
Penal, Manuales de Formación Continuada, nº 4, 1999,
MERINO JARA,I./SERRANO GONZÁLEZ DE MURILLO, J.L., “Prescripción
del delito fiscal (Al
hilo de la STS, Sala 2ª, de 6 de noviembre de 2000)”, Actualidad Jurídica
Aranzadi Nº 466, 21 diciembre 2000.
PÉREZ DE AYALA BECERRIL, M., “La imposible coordinación del plazo de
prescripción del delito
fiscal y el nuevo plazo de cuatro años del artículo 64 LGT”, Quincena Fiscal
5/2000.
RODRÍGUEZ RAMOS, L., “La prescripción de las infracciones tributarias
delictivas (Comentario a las
sentencias de la Sala 2ª TS de 10 y 30 de octubre 2001)”, Actualidad Jurídica
Aranzadi, Nº 518, 31 enero 2002.
“La prescripción del delito fiscal (Perspectiva desde la secundariedad del
Derecho penal
tributario)”,Actualidad Jurídica Aranzadi Nº 470, 25 enero 2001.
SÁNCHEZ-VERA GÓMEZ-TRELLES, J., “Delito fiscal, prescripción y
determinación del hecho”,
Actualidad Penal Nº 10/2002.
SILVA SÁNCHEZ, J./RAGUÉS i VALLÉS, R., “La determinación del hecho a
efectos de prescripción”,
Actualidad Jurídica Aranzadi, Nº 507, 2001.
SOTO NIETO, F., “Prescripción del delito fiscal. Nueva aportación
jurisprudencial”, Diario La Ley, 4
Octubre 2002.
“Delito fiscal, prescripción y deuda tributaria”, La Razón, 28.12.2000.
defendida, al resultar el bien jurídico un valor de primer orden para la
interpretación de la ley.

CURSO DE TRIBUTACION FISCAL

Derecho Financiero y Tributario

Actividad financiera: presupuestos, deuda pública, gastos e ingresos


Derecho financiero: tratados y manuales
Derecho tributario (Parte especial): manuales, códigos, leyes tributarias
Derecho tributario (Parte general): comprobación e investigación
Derecho tributario (Parte general): deuda tributaria
Derecho tributario (Parte general): gestión tributaria
Derecho tributario (Parte general): infracciones y sanciones tributarias
Derecho tributario (Parte general): inspección
Derecho tributario (Parte general): manuales
Derecho tributario (Parte general): obligación tributaria
Derecho tributario (Parte general): principios, generalidades, ley general
tributaria
Derecho tributario (Parte general): recaudación
Derecho tributario (Parte general): revisión de los actos tributarios
Derecho tributario (Parte general): sujetos de la obligación tributaria
Doble imposición, tributación no residentes
Financiación y Hacienda de las Comunidades Autónomas y Municipios
Fiscalidad comunitaria
Fiscalidad internacional
Fiscalidad.
Formularios
Generalidades
Gestión
Hacienda Pública, política fiscal
I.R.P.F.: base imponible determinada, renta
I.R.P.F.: deuda tributaria
I.R.P.F.: manuales, obras generales
I.V.A.: ámbito espacial y temporal
I.V.A.: manuales, obras generales
I.V.A.: regímenes especiales
Impuesto sobre el patrimonio
Impuesto sobre sociedades: deuda tributaria
Impuesto sobre sociedades: gestión
Impuesto sobre sociedades: manuales, obras generales
Impuesto sobre sociedades: regímenes especiales
Impuesto sobre sociedades: sujeto pasivo, exenciones, hecho imponible
Impuesto sobre sucesiones y donaciones
Impuesto sobre transmisiones patrimoniales y A.J.D.
Impuestos especiales y monopolios fiscales.
Regímenes fiscales territoriales
Renta de aduanas
Sujeto pasivo. Tributación conjunta
Tributos locales: impuesto sin incremento valor terrenos naturaleza urbana
Tributos locales: impuesto sobre actividades económicas
Tributos locales: impuesto sobre bienes inmuebles
Tributos locales: impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras
Tributos locales: impuesto sobre vehículos de tracción mecánica
Tributos locales: manuales, obras generales
Tributos locales: tasas y contribuciones especiales
Tributos locales: varios

Nota: Las resoluciones publicadas en este sitio están sujetas al régimen


jurídico de los derechos reservados, tanto en la legislación boliviana como en la
internacional. Queda prohibida la modificación o alteración del contenido así
como su reproducción (sin consignar la fuente).
SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0681/2003-R
Sucre, 21 de mayo de 2003

Expediente: 2003-06153-12-RAC
Distrito: Santa Cruz
Magistrado Relator: Dr. Felipe Tredinnick Abasto

En revisión la Resolución de 18 de febrero de 2003, cursante a fs. 59-60,


pronunciada por la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial
de Santa Cruz, dentro del recurso de amparo constitucional interpuesto por
Oscar Javier Urenda Aguilera, representante legal de la Empresa COTRABOL
SRL contra Juan Vega Gonzáles, Gerente Distrital Santa Cruz del Servicio de
Impuestos Nacionales, alegando la vulneración de sus derechos al trabajo,
comercio industria o cualquier actividad lícita.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido del Recurso

I.1.1. Hechos que motivan el Recurso

Por memorial presentado el 08 de febrero de 2003, cursante a fs. 35-38 de


obrados, se plantea este recurso extraordinario en el que se asevera lo
siguiente:

Que, la ex Administración Regional de Impuestos Internos de Santa Cruz,


mediante Resolución Determinativa 123/95/U.T, de 30 de noviembre,
estableció reparos tributarios por IVA, IT e IRPE correspondiente a los periodos
fiscales 08/92 a 12/93 en contra de la Empresa COTRABOL SRL, representada
por el recurrente.

Que, a objeto de hacerse el pago de los adeudos tributarios, la entonces


Administración Tributaria, emitió el Pliego de Cargo 315/96, de 12 de junio, y
mediante Oficios 788/96, 938/01, 939/01 y 940/01 de julio de 2001, dispuso la
retención de fondos en los Bancos y entidades financieras, la anotación
preventiva en la Cooperativa de Teléfonos Automáticos (COTAS), la anotación
preventiva de vehículos y la no solvencia fiscal por parte de la Contraloría;
medidas precautorias que a excepción del arraigo, a la fecha se encuentran
vigentes.

Que, de acuerdo a lo previsto por los arts. 41-5), 52, 53 y 54-1) del Código
Tributario, se establece que la determinación de la obligación impositiva
prescribe a los cinco años y se interrumpe por la determinación del tributo,
tomándose como fecha la de la notificación, debiéndose computar nuevamente
el término (de prescripción) a partir del año calendario siguiente a aquel en que
se produjo la interrupción.

Que, en el caso de la Empresa a la que representa el recurrente, la


prescripción de la determinación de la obligación impositiva se interrumpió con
la determinación del Tributo que se realizó a través de la Resolución
Determinativa 123/95/UT, con la que se notificó al recurrente el 11 de diciembre
de 1995, en consecuencia se computó un nuevo término de prescripción a
partir del 1 de enero de 1996 (año calendario siguiente al que se produjo la
interrupción), habiendo transcurrido al 1 de enero de 2003, siete años
calendarios.

Que, a fin de agotar su vía administrativa (de acuerdo a lo dispuesto en SC


1606/2002-R, de 20 de diciembre, que se pronunció a consecuencia de un
anterior amparo), el recurrente el 17 de enero de 2003 se apersonó ante la
Administración Tributaria, pidiendo se declare la prescripción como medio de
extinción de la obligación tributaria; sin embargo, el 31 de enero de 2003 la
entidad tributaria rechazó esa solicitud de declaratoria de prescripción
tributaria.

Que -agrega el recurrente-, como consecuencia de esta nueva determinación,


las medidas precautorias libradas se mantienen vigentes (con excepción del
arraigo), las mismas que restringen sus derechos. Contra el ilegal
mantenimiento de esas medidas, no proceden los recursos administrativos
jurisdiccionales establecidos en el art. 174 del Código Tributario.

I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados

El actor señala como vulnerado el derecho a trabajar y a dedicarse al comercio,


la industria o a cualquier actividad lícita prevista en el art. 7-d) CPE.

I.1.3. Autoridad recurrida y petitorio

Con esos antecedentes plantea recurso de amparo constitucional contra Juan


Vega Gonzáles, Gerente Distrital Santa Cruz del Servicio de Impuestos
Nacionales, solicitando se declare procedente el recurso de amparo
constitucional y se ordene: a) el levantamiento de todas las medidas
precautorias libradas en su contra y b) el correspondiente archivo de obrados,
por haberse operado la prescripción.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de Amparo Constitucional

Celebrada la audiencia pública el 18 de febrero de 2003, tal como consta en el


acta de fs. 56-58, ocurrió lo siguiente:

I.2.1. Ratificación del Recurso

Mediante su abogado el recurrente ratifica su demanda.

I.2.2. Informe del recurrido

La autoridad recurrida a través de sus abogados, adjuntando el informe que


cursa de fs. 50 a 55, expresa: a) el recurrente el 16 de enero de 2003, solicitó a
la Administración Tributaria la declaratoria de prescripción de su obligación
tributaria, la cual fue rechazada, mediante Auto de 31 de enero de 2003, b) el
fundamento del rechazo radica en los arts. 52 (segundo párrafo), 98, 101, 115 y
307 CTb, según los que el término de la prescripción se extenderá a 7 años,
cuando en los actos del contribuyente hay intencionalidad o culpa, lo que se
evidencia en el caso, en el que el contribuyente fue sancionado por
defraudación, además que no se puede suspender por ningún recurso la
ejecución coactiva, c) esa determinación (de 31 de enero de 2003) no fue
impugnada por el recurrente ante las instancias que la ley franquea, razón por
la que la determinación se encuentra ejecutoriada, consecuentemente no
puede recurrirse de amparo, d) el término de la prescripción (ampliado a 7
años), corre a partir del 1 de enero de 1997, porque el contribuyente fue
notificado con el Pliego de Cargo en 1996, e) ese término de prescripción fue
interrumpido el 8 de agosto de 1996, cuando el recurrente solicitó ante la
Administración se realice una nueva liquidación, además que dicha
Administración no ha dejado de ejercer sus derechos de cobro de la deuda, f)
las medidas precautorias, se encuentran respaldadas por el Código Tributario y
el Código Civil y g) la Administración Tributaria en ningún momento dispuso
como medida precautoria, la prohibición de abrir cuentas o hacer depósitos, así
como de adquirir bienes para el ejercicio de las actividades comerciales de la
empresa, menos aún que no se presente a licitaciones públicas, por lo que no
se le está vulnerando el derecho al trabajo. Al no haberse vulnerado derecho
alguno del recurrente, solicita se declare la improcedencia del recurso, con
costas, daños y perjuicios en la suma de Bs2.000.-.

I.2.3. Resolución

Concluida la audiencia la Sala Civil Segunda de la Corte Superior de Santa


Cruz, de acuerdo con el dictamen fiscal, pronunció la Resolución de 18 de
febrero de 2003, que corre a fojas 59-60, que declara improcedente el Recurso,
con costas, y estos fundamentos: a) el recurrente no agotó los medios legales
disponibles, ya que conforme al art. 174 CTb, tenía el recurso de revocatoria,
jerárquico y el contencioso administrativo que no han sido utilizados dentro del
término de ley y b) las medidas cautelares tomadas en ese proceso no son
recientes, por lo que no existe la inmediatez necesaria en el presente recurso.

1.3. Trámite procesal en el Tribunal

Que en uso de la facultad reconocida por el art. 2 de la Ley 1979, de 24 de


mayo de 1999, este Tribunal por Acuerdo Jurisdiccional 47/2003, de 23 de
abril, resolvió ampliar el plazo procesal por la mitad del término principal (fs.
68), en consecuencia el nuevo vencimiento es el 21 de mayo de 2003; por lo
que la presente Sentencia es pronunciada dentro del plazo legalmente
establecido.

II. CONCLUSIONES

Que del análisis del expediente y de las pruebas aportadas, se concluye lo


siguiente:

II.1. Que, la Administración Regional de Impuestos Internos de Santa Cruz


mediante Resolución Determinativa 123/95/UT, de 30 de noviembre, estableció
que el contribuyente incumplió con normas tributarias, tipificando su conducta
como defraudación fiscal (fs. 4-7).

II.2. Que, mediante Pliego de Cargo 315/96 y Auto Intimatorio de Pago, de 12


de junio de 1996, se intima al contribuyente a que dentro de tercero día pague
un monto por concepto de impuestos omitidos (fs. 8); con dichas disposiciones
se notifica al contribuyente el 25 del mismo mes y año (fs. 8 vta.).

II.3. Que, el recurrente en 08 de agosto de 1996, acompañando prueba, solicitó


a la Administración Tributaria se realice una nueva liquidación de adeudos
tributarios; la Unidad Técnica Jurídica correspondiente no valora las pruebas
por estar en etapa de cobro coactivo (informe de fs. 51 y que en audiencia no
fue desconocido por el recurrente).

II.4. Que, contra la Empresa COTRABOL SRL, en 12 de julio de 1996 y 06 de


julio de 2001 se disponen las medidas precautorias siguientes: retención de
fondos, no-solvencia fiscal y anotación preventiva de vehículos y en COTAS
(fs, 9, 11, 10 y 12, respectivamente).

II.5. Que, el 21 de octubre de 2002, el recurrente en representación de la


Empresa COTRABOL SRL interpone el primer recurso de amparo
constitucional (fs. 13 a 15 vta.), resolviéndose por Resolución de 25 de octubre
de 2002, que declara improcedente el recurso (fs. 22 vta. a 24); Resolución que
fue aprobada mediante SC 1606/2002-R de 20 de diciembre (fs. 25 a 30)

II.6. Que, el 17 de enero de 2003, el recurrente dirigiéndose al Gerente Distrital


Santa Cruz del Servicio de Impuestos Nacionales, pide declaratoria de
prescripción tributaria bajo alternativa de Amparo Constitucional (fs. 31 a 32
vta.); a cuyo efecto, el 31 de enero de 2003, la Administración Tributaria
rechaza esa solicitud (fs. 33), notificándose al recurrente por cédula el mismo
día, es decir el 31 de enero de 2003 (fs. 33).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El recurrente considera que el Servicio Nacional de Impuestos Internos,


representado por la autoridad demandada, de manera ilegal ha rechazado su
solicitud de declaratoria de prescripción tributaria, con lo que se ha mantenido
medidas precautorias en su contra, lo que lesiona derecho a trabajar y a
dedicarse al comercio, la industria o a cualquier actividad lícita previsto en el
art. 7-d) CPE. Este Tribunal, en revisión de la Resolución del Tribunal de
Amparo, pasa a evidenciar si corresponde o no otorgarse la protección
demandada.

Que, en un anterior recurso de amparo planteado por el recurrente, con


argumentos iguales al presente, este Tribunal en SC 1606/2002-R, de 20 de
diciembre, aprobó la improcedencia declarada por el Tribunal de amparo, con
estos fundamentos:

"... el recurrente debió oponer expresamente la prescripción dentro del trámite


administrativo seguido por la Administración Tributaria, antes que pedir se
ordene el archivo de obrados toda vez que la prescripción, de acuerdo con las
normas legales citadas, no se opera de hecho sino luego de haberse tramitado
y sea declarada por autoridad competente, no así a través del recurso de
amparo, que por su carácter subsidiario sólo es aplicable luego de haberse
agotado los medios franqueados por la ley, o el que ha sido franqueado no
presta con inmediatez y eficacia la protección requerida".

Que, en el caso que se examina, emitida que fue por este Tribunal la SC
1606/2002-R, el recurrente se apersonó a la Gerencia Distrital de Santa Cruz
del Servicio de Impuestos Internos y en cumplimiento de dicha Sentencia, "pide
declaratoria de prescripción tributaria bajo alternativa de amparo constitucional"
(textual); solicitud que es rechazada por la Resolución de 31 de enero de 2003
(emitida por dicha Gerencia Distrital), lo que motivó al recurrente a interponer el
presente amparo en 08 de febrero de 2003.

Que, la administración tributaria, no se agota en la Gerencia Distrital del


Servicio de Impuestos Nacionales de Santa Cruz, por cuanto esa repartición es
parte de una estructura interna administrativa, compuesta por órganos
administrativos con sus correspondientes dependencias jerárquicas. En
consecuencia, las resoluciones y determinaciones emitidas por la Gerencia
Distrital del Servicio de Impuestos Nacionales de Santa Cruz, pueden ser
impugnadas ante la misma Gerencia, a través del recurso de revocatoria y
cuando se haya rechazado el pedido, se podrá plantear el recurso jerárquico
ante la instancia superior.

Que, el razonamiento referido en el párrafo anterior tiene base en lo previsto


por los arts. 174 a 179 CTb, que de manera expresa establecen que los actos
de la administración por los que se determine tributos o se apliquen sanciones,
pueden impugnarse por quien tenga interés legal, a través del recurso de
revocatoria ante la autoridad que dictó la Resolución y cuando éste haya
rechazado se interpondrá ante la instancia jerárquica superior de la misma
administración recurso jerárquico.

Que, debe partirse del hecho de que en materia tributaria, la analogía es


admitida para llenar vacíos legales, como expresamente establece el art. 6
CTb. Por consiguiente, si bien es cierto que de acuerdo al párrafo primero del
art. 174 CTb los actos de la administración impugnables a través de los
recursos de revocatoria y jerárquico son aquellos que se encuentran vinculados
a la determinación de tributos y aplicación de sanciones; no es menos cierto
que por analogía, esos recursos administrativos también son aplicables para
impugnar otros actos de la administración, como es el rechazo de la solicitud
de prescripción del recurrente, máxime si en esos actos no se están creando
tributos, exenciones ni se están modificando normas preexistentes.

Que, como instrumento al servicio del principio de la conservación de la norma,


reconocido en la previsión del art. 4 LTC, se utiliza la analogía, como en este
caso, cuando existe identidad de razón y finalidad entre el supuesto regulado y
el supuesto no regulado. Así, cualquier acto de la administración tributaria en
general puede ser impugnado por la persona que se considera afectada, a
través de los recursos de revocatoria y jerárquico, en el marco del derecho de
defensa de todo ser humano, reconocido en la previsión del art. 16-IV CPE.
Que, nuevamente el recurrente plantea esta acción extraordinaria,
desconociendo la naturaleza subsidiaria del amparo, según la cual las
personas afectadas con una determinación cualquiera (como es el acto
administrativo a través del que se rechaza la solicitud de prescripción)
impugnen esa resolución a través de los medios ordinarios previstos por Ley
(recursos de revocatoria y jerárquico). Agotados los mismos, recién pueden
plantear esta demanda.

Que, en el presente caso no se dió el agotamiento de las vías previas de


defensa, lo que imposibilita a este Tribunal entrar a conocer el fondo de lo
demandado y hace inviable esta tutela, por la negligencia en la que incurrió el
propio recurrente.

Que el Tribunal del Recurso al haber declarado improcedente el Recurso, ha


hecho una correcta evaluación del caso en análisis, así como ha dado una
cabal aplicación del art. 19 CPE.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción que ejerce por mandato


de los arts. 19-IV y 120-7ª CPE y 7-8ª y el art. 102-V LTC, resuelve en revisión:

APROBAR la Resolución de 18 de febrero de 2003, cursante a fs. 59-60,


pronunciada por la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial
de Santa Cruz.

Regístrese, hágase saber, notifíquese y publíquese en la Gaceta


Constitucional.

No interviene el Presidente Dr. René Baldivieso Guzmán por encontrarse de


viaje en misión oficial.

Dr. Willman Ruperto Durán Ribera Presidente EN EJERCICIO Dra. Elizabeth


Iñiguez de Salinas MAGISTRADA

SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0681/2003-R (viene de la Pág.6).

Dr. Felipe Tredinnick Abasto MagistradO Dr. José Antonio Rivera Santivañez
Magistrado

 CONCEPTO y ELEMENTOS

"La PRESCRIPCIÓN es un medio de adquirir un derecho o de liberarse de una


obligación por el tiempo y bajo las demás condiciones determinadas por la
LEY" (CÓDIGO CIVIL Art. 1952)
ELEMENTOS

1. transcurso del tiempo.


2. inacción de la AUTORIDAD TRIBUTARIA
3. No reconocimiento por parte del deudor

o ¿Cómo PRESCRIBEN los DERECHOS y ACCIONES? (COT 55)

NOTA: La declaratoria de la PRESCRIPCIÓN se hará sin perjuicio de la


imposición de las sanciones disciplinarias, administrativas y penales que
correspondan a los funcionarios de la ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA que sin
causa justificada sean responsables. (COT 60 Pgfo. Único)

I. EL DERECHO para VERIFICAR, FISCALIZAR y DETERMINAR


la OBLIGACIÓN TRIBUTARIA con sus ACCESORIOS. (COT 55
Num.1)

A los 4 años desde el 1° de enero del año calendario siguiente a


aquel en el que se produjo el HECHO IMPONIBLE.

Para los TRIBUTOS que se liquiden por periodos se entenderá


que el HECHO IMPONIBLE se produce al finalizar el periodo
respectivo.

II. La ACCIÓN para INTERPONER SANCIONES TRIBUTARIAS,


distintas a las PENAS RESTRICTIVAS de la LIBERTAD. (COT
55 Num. 2)

A los 4 años desde el 1° de enero del año calendario siguiente a


aquel en que se cometió el ILÍCITO sancionable.

Para los dos casos anteriores, el término será de seis (6) años,
cuando ocurran cualesquiera de las circunstancias siguientes:
(COT 56)

1. No se declare el HECHO IMPONIBLE o no se presenten las


DECLARACIONES TRIBUTARIAS exigidas.
2. No se inscriban en los REGISTROS de CONTROL.
3. La ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA no haya podido conocer el
HECHO IMPONIBLE.
4. Se hayan extraído los bienes afectos al PAGO de la
OBLIGACIÓN o se trate de HECHOS IMPONIBLES vinculados a
actos realizados o a bienes ubicados en el exterior.
5. El CONTRIBUYENTE no lleve CONTABILIDAD, no la conserve
durante el plazo legal o lleve doble contabilidad.

1. EL DERECHO a RECUPERAR IMPUESTOS y a la


DEVOLUCIÓN de PAGOS INDEBIDOS (COT 55 Num. 3)
A los 4 años desde el 1° de enero del año calendario siguiente a
aquel en que se verificó el HECHO IMPONIBLE que da derecho a
la recuperación del IMPUESTO, se realizó el PAGO INDEBIDO o
se constituyó el SALDO a FAVOR.

2. La ACCIÓN para IMPONER PENAS RESTRICTIVAS de


LIBERTAD (COT 57)

Prescriben a los 6 años desde el 1° de enero del año siguiente a


aquel en que se cometió el ilícito sancionable.

EXCEPCIONES (COT 58)

No PRESCRIBEN las sanciones restrictivas de libertad relativas a


DEFRAUDACIÓN TRIBUTARIA (COT 116) y el
ENRIQUECIMIENTO INDEBIDO de RETENCIONES o
PERCEPCIONES TRIBUTARIAS (COT 118)

PRESCRIBE por un tiempo igual a la condena la sanción


restrictiva de libertad el ilícito cometido por los FUNCIONARIOS
PÚBLICOS en revelar, divulgar o hacer uso indebido de
determinada información (COT 119)

Se computa desde el día en que quedó firme la sentencia o desde


el quebrantamiento de la condena si hubiere ésta comenzado a
cumplirse

3. La ACCIÓN para EXIGIR el PAGO de las DEUDAS


TRIBUTARIAS y de las SANCIONES PECUNIARIAS FIRMES
(COT 59)

PRESCRIBEN a los 6 años, desde el 1° de enero del Año calendario siguiente


a aquel en que la deuda quedó definitivamente firme.

 ¿CÓMO se INTERRUMPE la PRESCRIPCIÓN? (COT 61)

1. Por cualquier ACCIÓN ADMINISTRATIVA, notificada al sujeto,


conduncente al reconocimiento, regularización y determinación,
aseguramiento, comprobación, liquidación y recaudación del
TRIBUTO por cada HECHO IMPONIBLE.
2. Por cualquier actuación del SUJETO PASIVO conduncente al
reconocimiento de la OBLIGACIÓN TRIBUTARIA o al PAGO o
LIQUIDACIÓN de la deuda.
3. Por la solicitud prórroga u otras facilidades de pago.
4. Por la comisión de nuevos ilícitos del mismo tipo.
5. Por cualquier acto fehaciente del SUJETO PASIVO que pretenda
ejercer derecho de REPETICIÓN o RECUPERACIÓN, o por
cualquier acto de la ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA en que se
reconozca la existencia del PAGO INDEBIDO, del SALDO
ACREEDOR o de la RECUPERACIÓN de TRIBUTOS.
Interrumpida la PRESCRIPCIÓN, comenzará a computarse
nuevamente al día siguiente de aquel en que se produjo la
interrupción.

El efecto de la INTERRUPCIÓN de la PRESCRIPCIÓN se


contrae a la OBLIGACIÓN TRIBUTARIA o PAGO INDEBIDO,
correspondiente o a los periodos fiscales a que se refiera el acto
interrumpido y se extiende de derecho a las multas y respectivos
accesorios. (COT 61 Pgfo. Único)

o ¿CÓMO se SUSPENDE la PRESCRIPCIÓN? (COT 62)

La SUSPENSIÓN de la PRESCRIPCIÓN, a diferencia de la interrupción, no


borra el tiempo transcurrido antes de comenzar la misma.

En la INTERRUPCIÓN se vuelve a contar de nuevo el término legal a partir del


momento interrumpido.

Terminada la SUSPENSIÓN se continua computando el término tomando en


cuenta lo transcurrido antes de comenzar ésta.

El cómputo del término de la PRESCRIPCIÓN se suspende al interponer


alguna petición o RECURSO ADMINISTRATIVO o JUDICIAL o de la acción del
JUICIO EJECUTIVO, hasta 60 días HÁBILES después que se adopte
resolución definitiva sobre los mismos.

En el caso de la interposición de RECURSOS JUDICIALES o de la acción del


JUICIO EJECUTIVO, la paralización del procedimiento (Ver C.P.C. 66, 69, 71 y
144) hará cesar la SUSPENSIÓN, reiniciándose la PRESCRIPCIÓN.

Si el proceso se reanuda antes de cumplirse la PRESCRIPCIÓN, está se


suspende de nuevo si alguna de las partes pide la continuación de la causa.

En caso de INCUMPLIMIENTO por parte del SUJETO PASIVO en su deber de


informar su cambio de domicilio (COT 35), ello acarrea la suspensión del curso
de la PRESCRIPCIÓN en la acción de la ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA,
para exigir el PAGO de las DEUDAS TRIBUTARIAS LIQUIDADAS y de las
sanciones impuestas mediante acto definitivamente firme. Esta suspensión
surtirá efecto desde la fecha en que se verifique y se deje constancia de la
inexistencia del domicilio declarado y se prolongará hasta que el SUJETO
PASIVO declare formalmente su nuevo domicilio.

o OTROS ASPECTOS LEGALES sobre la PRESCRIPCIÓN (COT


63 – 65)

La PRESCRIPCIÓN de la acción para VERIFICAR, FISCALIZAR,


DETERMINAR y EXIGIR el PAGO de la OBLIGACIÓN TRIBUTARIA extingue
el derecho a sus accesorios (COT 63)
Lo pagado para satisfacer una OBLIGACIÓN PRESCRITA no puede ser
materia de REPETICIÓN, salvo que el PAGO se hubiere efectuado bajo
reserva expresa del derecho a hacerlo valer. (COT 64)

El CONTRIBUYENTE o RESPONSABLE podrá renunciar, en cualquier


momento. A la PRESCRIPCIÓN consumada, entendiéndose efectuada la
renuncia cuando PAGA la OBLIGACIÓN TRIBUTARIA.

El PAGO parcial de la OBLIGACIÓN TRIBUTARIA no IMPLICARÁ la


RENUNCIA de la PRESCRIPCIÓN respecto del resto de la OBLIGACIÓN y sus
accesorios que en proporción correspondan.

De los INTERESES MORATORIOS (COT 66 – 67)

o INTERESES MORATORIOS: OBLIGACIÓN TRIBUTARIA (COT


66)

La FALTA de PAGO de la OBLIGACIÓN TRIBUTARIA, hace surgir, de pleno


derecho y sin necesidad de requerimiento previo de la ADMINISTRACIÓN
TRIBUTARIA, la obligación de pagar intereses moratorios desde el vencimiento
del plazo para autoliquidar y pagar el TRIBUTO hasta la extinción total de la
DEUDA.

La TASA de INTERÉS aplicable será equivalente a 1.2 VECES (120%) a la


TASA ACTIVA BANCARIA. (Ver COT 48 Pgfo. Único y COT 66)

Los INTERESES MORATORIOS se causarán en el caso que se hubieran


suspendido los efectos del acto en vía administrativa o judicial.

o INTERESES MORATORIOS: de PAGO INDEBIDO o


RECUPERACIÓN de TRIBUTOS, ACCESORIOS y SANCIONES. (COT 67)

Las deudas del fisco con el SUJETO PASIVO por estos conceptos generarán a
su favor, INTERESES MORATORIOS calculados a la TASA ACTIVA
BANCARIA ( Ver COT 66) incrementada 1.2 VECES (120%) por cada uno de
los periodos en que dichas tasas estuvieron vigentes.

Los INTERESES se causarán de pleno derecho a partir de los 60 días hábiles


de la reclamación del contribuyente, o en su caso, de la notificación de la
demanda, hasta la devolución de lo pagado.

En caso en que el CONTRIBUYENTE o RESPONSABLE hubiere pagado en


virtud de la no suspensión de los efectos del acto recurrido, y con posterioridad
el fisco hubiere resultado perdidoso en vía judicial, los INTERESES
MORATORIOS se calcularán desde la fecha en que el pago se produjo hasta
su devolución definitiva.

PRIVILEGIOS y GARANTÍAS (COT 68 – 72)

o PRIVILEGIO GENERAL. EXCEPCIONES (COT 68)


Los CRÉDITOS por TRIBUTOS gozan de privilegio general sobre todos los
bienes del CONTRIBUYENTE o RESPONSABLE y tendrán prelación sobre los
demás créditos con excepción de:

1. Los garantizados con DERECHO REAL.


2. Las pensiones alimenticias, salarios y demás
derechos derivados del trabajo y de seguridad
social.

El privilegio es extensivo a los accesorios del CRÉDITO TRIBUTARIO y a las


sanciones de carácter pecuniario.

 PRORRATEO de PRIVILEGIO (COT 69)

Los CRÉDITOS FISCALES de varios SUJETOS ACTIVOS contra un mismo


DEUDOR, concurrirán a prorrata en el privilegio en proporción a sus
respectivos montos.

 SOLICITUD de GARANTÍAS en los CONVENIOS PARTICULARES


(COT 70)

En los CONVENIOS PARTICULARES en donde se otorguen prórrogas,


fraccionamientos, plazos u otras facilidades de pago, la ADMINISTRACIÓN
TRIBUTARIA requerirá al solicitante garantías suficientes, ya sean personales
o reales.

Estas garantías no se requerirán cuando a juicio de la ADMINISTRACIÓN


TRIBUTARIA no los amerite (¿discrecionalidad?), y siempre que el monot
adeudado no exceda para personas naturales de 100 U.T. y para las personas
jurídicas de 500 U.T.

 SOLCITUD de GARANTÍAS (COT 71)

La ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA podrá solicitar la constitución de garantías


suficientes, personales o reales, en los casos en que hubiere riesgos ciertos
(¿discrecionalidad?) para el cumplimiento de la OBLIGACIÓN TRIBUTARIA.

 OTORGAMIENTO de FIANZAS (COT 72)

Deben otorgarse en documento auténtico por empresas de seguros o


instituciones bancarias del país, o por personas de comprobada solvencia
económica (¿discrecionalidad?), y estarán vigentes hasta la extinción total de la
deuda u obligación afianzada.

Las FIANZAS deberán ser otorgadas a satisfacción de la ADMINISTRACIÓN


TRIBUTARIA (¿discrecionalidad?) y deberán cumplir con los siguientes
requisitos mínimos:

1. Ser SOLIDARIAS.
2. Renunciar expresamente de los beneficios que
acuerde la ley a favor del fiador.

A estos efectos serán otorgadas para garantizar la obligación principal, sus


accesorios y multas, así como en los convenios o procedimientos.

EXENCIONES y EXONERACIONES (COT 73 – 78)

"Las EXENCIONES y EXONERACIONES TRIBUTARIAS sólo pueden ser


creados por ley formal, salvo que la Constitución admita la delegabilidad de las
facultades en el PODER ADMINISTRATIVO, en cuyo caso, es aconsejable que
la ley delegante establezca las condiciones y límites estrictos de su
otorgamiento por el poder administrador sin concederle facultades
discrecionales."

(VII JORNADAS LATINOAMERICANAS de DERECHO TRIBUTARIO).

 CONCEPTOS (COT 73)

"EXENCIÓN es la dispensa total o parcial del cumplimiento de la OBLIGACIÓN


TRIBUTARIA, otorgada por la LEY"

"EXONERACIÓN, es la dispensa total o parcial del pago de la OBLIGACIÓN


TRIBUTARIA, concedida por el PODER EJECUTIVO en los casos autorizados
por la LEY"

 De Las EXONERACIONES. CONDICIONES para CONCEDERLAS


(COT 74)

La LEY que autorice al PODER EJECUTIVO para conceder exoneraciones


especificará los tributos que comprenda, los presupuestos y las condiciones del
beneficio.

La LEY podrá facultar al PODER EJECUTIVO para someter la exoneración a


determinadas condiciones y requisitos.

 DURACIÓN de las EXONERACIONES (COT 75)

La LEY establecerá el plazo máximo de duración del beneficio. Si no lo fija, el


término máximo será de 5 años. Vencido el término de la exoneración, el
PODER EJECUTIVO podrá renovarla hasta por el plazo máximo fijado en la
LEY, o en su defecto, el de este artículo.

Las EXONERACIONES concedidas a instituciones sin fines de lucro, podrán


ser por tiempo indefinido.

 ¿A QUIENES PUEDEN SER CONCEDIDAS? (COT 76)

A todos los que se encuentren en los presupuestos y condiciones establecidas


en la LEY o fijados por el PODER EJECUTIVO.
 DEROGATORIA o MODIFICACIONES (COT 77)

Las EXENCIONES o EXONERACIONES pueden ser derogadas o modificadas


por LEY posterior.

Cuando tuvieren plazo cierto de duración, los beneficios en curso se


mantendrán por el resto de dicho término, pero en ningún caso por más de 5
años a partir de la derogatoria o modificación.

Notas sobre la prescripción tributaria y concursal y el fuero de atracción 1

I.-Sobre la prescripción en materia tributaria........................................................1


a) Cuestión previa: ¿prescripción o caducidad?........................................1
b. Términos de la prescripción en la ley 11683.............................................4
c. Breves sobre la prescripción de sanciones...............................................5
d. Limitaciones al término de la prescripción de tributos provinciales y
municipales....................................................................................................6
II.- La prescripción abreviada en materia concursal.............................................7
a. Cuestión previa: ¿prescripción o caducidad?...........................................7
b. La regulación del instituto..........................................................................7
III.- Prescripción tributaria vs. concursal: ¿conflicto normativo?..........................9
IV. Prescripción concursal: ¿susceptible de suspensión o interrupción?..........14
V.- Nuestra posición............................................................................................17
VI. El intento de reforma. O cuando prima la racionalidad:................................18
VII.- El fuero de atracción frente al contencioso tributario..................................18
a. Introducción.............................................................................................18
b. Sobre el Fuero de atracción....................................................................19
¿Verificación tempestiva o continuación del trámite? : una opción
mutuamente excluyente..............................................................................20
c. El por qué de su regulación.....................................................................21
d. El alcance del término “Procesos de conocimiento”...............................22
e. Procedencia del instituto en materia tributaria........................................22
f. El concepto de “juicio”..............................................................................23
g. El procedimiento administrativo y el Tribunal Fiscal de la Nación..........24
h. Nuestra posición......................................................................................26
i. Referencia al Actor...................................................................................27
i. Otros antecedentes jurisprudenciales en materia de competencia.........28
Principio rector: “el fuero de atracción”.......................................................28
Antecedentes en la Seguridad Social.........................................................29
Pago previo..................................................................................................29
Materia Impositiva........................................................................................30

I.-Sobre la prescripción en materia tributaria


5. Cuestión previa: ¿prescripción o caducidad?
El estudio de la llamada prescripción extintiva o liberatoria como
presupuesto necesario en materia tributaria, parte de la identificación del objeto
de esta figura y la delimitación de su  ámbito de aplicación. En materia del
derecho privado, el juego de la prescripción, unido a la eventual existencia de

1
En base a nuestro trabajo “Régimen Tributario de los Concursos y las Quiebras” Editorial La Ley 2003
plazos de caducidad, resulta una hábil herramienta para garantizar la certeza
de las relaciones jurídicas, exigida por el principio de seguridad jurídica.
La doctrina civil no es pacífica frente al interrogante de si lo que prescribe
es el derecho mismo, o la acción que lo protege, cuestión ésta más referida a
los efectos de la prescripción que al objeto mismo de ésta.
Al afirmarse que lo que prescribe es la acción y no el derecho subjetivo,
se quiere hacer referencia a que el efecto de este instituto tiene como
consecuencia "paralizar el ejercicio judicial del derecho", sin que éste se
extinga 2.
En la rama tributaria queda este juego reducido a límites mucho más
estrechos, modulados con arreglo a los principios que informan esta  área del
ordenamiento. En tanto derecho Público, alimenta sus normas de una
valoración de intereses colectivos, sin atender en forma expresa su articulación
con intereses privados.
En este contexto se torna imposible, o al menos se dificulta, descomponer
la totalidad del tributo en un entramado de relaciones jurídicas de tipo
obligacional. Se hace entonces necesario desentrañar los diversos tipos de
situaciones subjetivas que pueden aparecer, para dilucidar en qué casos es
factible la aplicación del instituto de la prescripción, y cuáles serán los efectos
que genere el mero transcurso del tiempo sobre aquellos vínculos que,
carentes de esa naturaleza obligacional, no son susceptibles en sí mismos de
prescribir.
El Título VIII de la Ley de Procedimiento Tributario 11683, que lleva el
nombre "De la prescripción", contempla diversos supuestos de prescripción de
las acciones y poderes del fisco, pudiendo ensayarse como suerte de
clasificación:
a) Determinar la deuda tributaria
b) Exigir el pago de la obligación tributaria sustancial
c) Imponer sanciones tributarias
d) Hacer efectiva la sanción
e) Devolver ingresos indebidos
Una primera reflexión merece la enumeración de los supuestos de
prescripción, que se encabezan con una referencia a "las acciones y poderes"
que prescriben, pero que resultan ciertamente inadecuadas en el  ámbito
tributario. Ello pues, siguiendo a Sainz de Bujanda 3, "la acción es el poder que
compete a una persona para pedir la protección judicial de lo que cree su
derecho”. Y a lo que el ordenamiento en debate hace referencia, es sin duda
algo diferente.
Como bien recuerda Falcón y Tella 4 dentro de las situaciones activas de
la Administración, suelen distinguirse entre “derechos subjetivos” y
“potestades”. Los derechos subjetivos tienen un contenido concreto por recaer
sobre una cosa 5 o por insertarse en una relación jurídica de tipo obligacional
cuya titularidad pasiva es atribuible a otro sujeto, que es en este sentido un
obligado a efectuar una determinada prestación 6.
La potestad por el contrario, no recae sobre ningún objeto específico y
determinado, sino que presenta un contenido genérico, normalmente referido a
2
Ramón Flacón y Tella, "La prescripción en materia tributaria" La ley - Madrid - España 1992 P g.19
3
Lecciones de Derecho Financiero, 5ta.edición, Madrid, 1987 P g.262
4
ob.cit. pág.29
5
derechos reales
6
derecho creditorio
un determinado ámbito de actuación. No consiste en una prestación particular
sino en la factibilidad abstracta de producir efectos jurídicos, de donde
eventualmente pueden surgir, como consecuencia de su ejercicio derechos
subjetivos, obligaciones o deberes.
El fisco no tiene entonces “acción” para exigir en vía judicial el pago de
deudas tributarias; ni para imponer sanciones. Partiendo del principio de
autotutela en que se sustenta el Derecho Administrativo, es la Administración la
que, en ejercicio de sus “potestades”, exige el pago e impone las sanciones
que pudieren corresponder.
Por ello, en los cuatro primeros supuestos contemplados en la ley ritual
tributaria, en realidad no se hace referencia a "acciones" sino a "Potestades
administrativas", aún pese al tenor literal de la norma. El único apartado que
contempla un supuesto de derecho subjetivo, susceptible en sí mismo de
prescribir es el e) que hace expresa alusión a la devolución de ingresos
indebidos a través de la acción de repetición.
Concluyendo entonces, si en rigor de verdad estamos frente a supuestos
de "potestades administrativas", y éstas son por naturaleza imprescriptibles, el
artículo citado requiere  de una interpretación correctiva: O bien no se trata de
plazos de prescripción sino de caducidad, o bien dichos plazos no operan
directamente sobre potestades administrativas, sino sobre la obligación a cuya
determinación o exigencia dichas potestades están encaminadas.
La doctrina 7 se ha ocupado de establecer una distinción de orden
sustancial entre: a) las facultades de la administración para determinar la
deuda tributario o exigir su exteriorización por vía de declaraciones juradas,
supuestos en los cuales resultaría propio referirse a su caducidad por el
transcurso del tiempo, y b) el derecho a cobrar el tributo que sí puede
extinguirse por prescripción conforme el significado dado por el Código Civil 8.
Y ello se impone en la inteligencia de lo que la Cámara Civil, Sala A en
autos “Provincia de Buenos Aires c/Sociedad Bemberg” 9 contundentemente ha
resuelto:
a) la caducidad extingue el derecho, mientras que la prescripción no,
pues aquel subsiste como obligación natural;
b) la prescripción afecta toda clase de derechos por ser una institución
general, y para que ella no proceda se requiere de una norma expresa en tal
sentido. En tanto, la caducidad, por no ser general, sólo afecta ciertos
derechos, que nacen con una vida limitada temporalmente;
c) la prescripción puede suspenderse o interrumpirse en su curso,
supuestos que no ocurren en la caducidad;
d) la prescripción se funda en ley, la caducidad puede también surgir de
convención entre partes, decisión judicial o testamento;
e) los plazos de prescripción suelen ser más prolongados que los de
caducidad;
f)la caducidad puede ser declarada de oficio. No así la prescripción.
g) Estas diferencias aún pueden complementarse sosteniendo que la
prescripción extingue directamente la acción y sólo indirectamente el derecho,

7
Martinez “Derecho Tributario Argentino”, Tucumán, 1956 p.180; íd Jarach “La renuncia a la prescripción en curso”, J.A. 1947 –
III-71.
8
Arts. 3947 y 3951
9
10/05/1968, E.D. 22-426 y ss.
mientras que la caducidad extingue inmediata y definitivamente el derecho, que
no sobrevive ni como obligación natural 10.
De los conceptos previamente expuestos se abre un abanico de tópicos
de significativa relevancia, que nos llevarían a abordar el estudio del instituto
aplicado a la obligación tributaria principal, y sus efectos sobre las obligaciones
auxiliares, los deberes formales y las potestades administrativas; los supuestos
en que ésta pudiera operar en forma autónoma respecto de las obligaciones
auxiliares; su relación con las obligaciones extratributarias; su vinculación con
las obligaciones de devolución; los supuestos de caducidad; o su aplicación en
materia infraccional y sancionatoria, entre otros, que sin duda deberán ser
tenidos en consideración frente a cada caso concreto, pero cuyo tratamiento
pormenorizado excedería los objetivos del presente trabajo.
Frente a tal limitación, resumiremos nuestra posición haciendo propias las
palabras de Ramón Falcón y Tella cuando afirma que “no existe en puridad una
prescripción tributaria, sino múltiples supuestos en que la prescripción puede
entrar en juego en relación con determinados vínculos de naturaleza
obligacional derivados del tributo, todo ello sin perjuicio de que, por economía
del lenguaje, se aluda abreviadamente a esa diversidad de supuestos con la
mencionada expresión”.

b. Términos de la prescripción en la ley 11683


El instituto de la prescripción se encuentra regulado en el Título VIII de la
ley ritual tributaria 11683. En cuanto a los términos para que ésta opere, el
artículo 56 dispone que “Las acciones y poderes del Fisco para determinar y
exigir el pago de los impuestos regidos por la presente ley, y para aplicar y
hacer efectivas las multas y clausuras en ella previstas, prescriben:
a) Por el transcurso de 5 (cinco) años en el caso de contribuyentes
inscriptos, así como en el caso de contribuyentes no inscriptos que no tengan
obligación legal de inscribirse ante la Administración Federal de Ingresos
Públicos o que, teniendo esa obligación y no habiéndola cumplido, regularicen
espontáneamente su situación.
b) Por el transcurso de 10 (diez) años en el caso de contribuyentes no
inscriptos.”
c) Por el transcurso de 5(cinco) años respecto de los créditos fiscales
indebidamente acreditados, devueltos o transferidos, a contar desde el 1 de
enero del año siguiente a la fecha desde la cual sea procedente dicho régimen.
Por su parte, el mismo artículo ordena que en lo atingente a la acción de
repetición, corresponderá también el plazo de 5 años. Término que también se
corresponde con el propio para exigir el recupero o la devolución de impuestos
11

Los plazos precedentemente señalados comenzarán a correr el 1 de


enero siguiente al año en que se produzca el vencimiento de los plazos
generales para la presentación de declaraciones juradas e ingreso del
gravamen correspondiente 12.
En materia de multas y clausura, el plazo para aplicarlas comenzará a
correr desde el 1 de enero siguiente al año en que hubiere tenido lugar la
violación de los deberes formales o materiales legalmente considerada como

10
Alconada Aramburú “Código de Comercio anotado”, Depalma 1968 To.I pág. 553
11
según la modificación legislativa recientemente dictada.
12
artículo 57 ley 11683
hecho u omisión punible 13, iniciándose el término de la prescripción para
hacerlas efectivas desde la fecha de notificación de la resolución firme que la
imponga 14.
Adicionalmente el cuerpo legal sub-exámen -al igual que la totalidad de
los códigos fiscales de las diversas jurisdicciones provinciales- regula con
meridiana claridad los diversos supuestos de suspensión e interrupción de la
prescripción. Y esto es así, y no podría ser de otra manera, en atención a que,
como apuntamos al reseñar la doctrina de autos “Provincia de Buenos Aires
c/Sociedad Bemberg” 15 siendo que la prescripción afecta toda clase de
derechos por ser una institución general, para que ella no proceda se
requiere de una norma expresa en tal sentido, resultando las causales de
suspensión e interrupción de interpretación restrictiva.
El artículo 65 alude a las causales de suspensión por un año el curso de
la prescripción de las acciones y poderes fiscales para exigir el pago intimado
desde la fecha de intimación administrativa de pago de tributos determinados,
cierta o presuntivamente, plazo que se prolongará hasta noventa días después
de notificada la sentencia del Tribunal Fiscal de la Nación cuando mediare
recurso de apelación ante dicho organismo. Cabe aclarar que la intimación de
pago efectuada al deudor principal, suspende la prescripción de las acciones y
poderes del Fisco para determinar el impuesto y exigir su pago respecto de los
responsables solidarios.
Por su parte, en el caso de sanciones, la suspensión procederá desde la
fecha de la resolución condenatoria por la que se aplique multa con respecto a
la acción penal, plazo que también se ampliará de ser ésta recurrida ante el
Tribunal Fiscal de la Nación, recomenzando noventa días después de
notificada la sentencia del mismo.
Asimismo, se suspenderá mientras dure el procedimiento en sede
administrativa, contencioso-administrativa y/o judicial, y desde la notificación de
la vista en el caso de determinación prevista en el artículo 17, cuando se haya
dispuesto la aplicación de las normas del Capítulo XIII. La suspensión
alcanzará a los períodos no prescriptos a la fecha de la vista referida.

c. Breves sobre la prescripción de sanciones


Unas líneas más atrás reseñamos los términos genéricos regulados por el
ordenamiento ritual tributario en materia de prescripción de sanciones, y sus
causales de suspensión e interrupción, cuestión que amerita un brevísimo
comentario al respecto.
Rodríguez Devesa 16 define la prescripción penal como la “extinción por el
transcurso del tiempo del derecho del Estado a imponer la pena o a hacer
ejecutar la pena ya impuesta”. Sobre el punto, coincidimos sobre el particular
con Ramón Falcón y Tella 17 en punto a que el ius punendi –potestad
sancionatoria- así como el derecho a hacer ejecutar la sanción ya impuesta, no
son, en sí mismas, objeto de prescripción, toda vez que, al igual que las demás
potestades, resultan como tales imprescriptibles.
En rigor de verdad, la prescripción se proyecta sobre la responsabilidad
derivada de la infracción y sobre las penas ya impuestas, siendo la
13
artículo 58 ley 11683
14
artículo 60 ley 11683
15
Cámara Civil Sala A del 10/05/1968, E.D. 22-426 y ss.
16
Derecho Penal Españos. Parte General 5ª edición. Madrid 1976, pág 582
17
ob.cit. pág 255
imposibilidad de ejercitar las potestades correspondientes un efecto indirecto
de aquella. Así, resulta más apropiado definir la prescripción en este ámbito
como un medio de extinción de las infracciones y sanciones.
Y aquí se advierte la significativa diferenciación entre la prescripción que
opera sobre la obligación tributaria y la que se proyecta sobre la materia en
debate. La primera como sostuvimos adquiere su efectividad por vía de
excepción, cual una suerte de sanción al negligente, presunción de incuria o
abandono del derecho; en tanto que la prescripción en materia penal, viene a
ser un modo de dar por extinguido el delito, ante poderosas razones de política
criminal y utilidad social, provocando un efecto extintivo de la responsabilidad
derivada de las infracciones cometidas o de las sanciones ya impuestas, según
los casos. Idea que, sin embargo se encuentra matizada por las causales de
suspensión e interrupción específicamente reguladas en el ordenamiento en
estudio.
También debe resaltarse, como es opinión mayoritaria 18, que la aplicación
de los principios que informan el derecho penal a las infracciones tributarias
debe ser apoyada sin reservas, conclusión a la que se llega en base a la
consideración de que la pena es, en esencia, un concepto unitario, que se
identifica por su naturaleza y propósito, más allá de que puedan ser varias sus
clases. Su encuadramiento como tal importa la aplicación de oficio y el carácter
irrenunciable del instituto en debate, principios que deben ser observados tanto
por los órganos judiciales en el proceso penal como por la Administración
tributaria en uso de su potestad sancionatoria.
Siendo esa su naturaleza jurídica, “el no reconocimiento de oficio de la
prescripción de la infracción en la sentencia, condenando a quien debía
absolverse, sí tiene trascendencia constitucional, al no haber tenido el acusado
una tutela jurisdiccional efectiva entendida en su sentido genérico, concretada
en la violación al derecho específico a un proceso con la garantía de la
legalidad o, lo que es lo mismo, de la no arbitrariedad” 19 (el resaltado nos
pertenece).
En síntesis, mediante la prescripción sancionatoria se extingue la
responsabilidad penal y la acción para su exigencia ante la jurisdicción o en vía
administrativa, afectando tanto el contenido como el procedimiento.
Consecuencia de ello es que deba ser declarada de oficio y que resulta
irrenunciable la prescripción ganada 20. Y en ello radica la más relevante
diferencia de este instituto frente al propio regulado para la obligación tributaria,
que, como analizamos, carece de eficacia extintiva.

d. Limitaciones al término de la prescripción de tributos provinciales y


municipales

18
Confr. Sainz de Bujnda; Malinverni; Cobo del Rosal; Rodríguez Mourullo; Perez
Royo; Gonzalez Perez; Pont Mestres; Codes Anguita; Pradel Alfaro; Merino Jara;
Fernandez Paves; entre muchos otros cit. Por Falcón y Tella, ob.cit. Pág 257 nota 4
19
Rodríguez Ramos “Prescripción del delito y derechos fundamentales”La Ley año IX
núm 1940, pág. 2 cit por Falcón y Tellla, ob.cit pág 262 nota 10
20
extremo regulado con meridiana claridad por la ley 11683, cuando al establecer en el
artículo 67 las causales de interrupción de la prescripción -entre las que incluye la
renuncia al término corrido de la misma- sólo refiere a las acciones y poderes del Fisco
para determinar y exigir el pago del impuesto.
Sin perjuicio del análisis que en particular se realizará en el título
respectivo, en que se abordan las regulaciones sobre concursos y quiebras
integradas en las legislaciones tributarias de las diversas jurisdicciones
provinciales, merece una mención genérica la limitante que, en materia de
prescripción, ha sido resuelta por la Corte Suprema de Justicia de la Nación 21,
doctrina recogida por la propia del fuero en “in-re” “Puigmarti Y Cía. SACIF
S/Quiebra S/Incidente De Revisión por Fiscalía de Estado de la Provincia de
Buenos Aires” 22 entre muchos otros pronunciamientos, recientemente
confirmada en impecable pronunciamiento dictado en autos “Filcrosa S.A. s/
quiebra s/incidente de verificación de Municipalidad de Avellaneda" 23, en
atención a la cual, se afirmó con relación a los créditos fiscales de orden
provincial, la aplicación de la normativa nacional en materia de prescripción.
Para así resolver se expuso que la regulación de los aspectos
sustanciales de las relaciones entre acreedores y deudores corresponde a la
legislación nacional. Consecuentemente, no cabe a las Provincias dictar leyes
incompatibles con lo que los Códigos de fondo establecen al respecto, ya que,
al haber delegado en la Nación la facultad de dictarlos, han debido admitir la
prevalencia de las leyes del Congreso y la necesaria limitación de no dictar
normas que la contradigan, salvo en los casos de ausencia de disposiciones
aplicables a obligaciones análogas en la legislación nacional y sin contradicción
con ésta 24.
En consecuencia se resolvió que “dado que la prescripción es una materia
reglada por el Código Civil, las leyes provinciales no pueden modificar las
disposiciones dictadas por el legislador nacional sobre prescripción sin violar lo
dispuesto en los artículos 75, inciso 12), y 126 de la Constitución Nacional”.
En síntesis, ante el supuesto de existir regulaciones en el orden provincial
o municipal que en materia de prescripción de tributos establecieran plazos
superiores a los cinco años, el mismo resultaría incompatible debiendo
prevalecer el quinquenal contenido en la ley 11683.

II.- La prescripción abreviada en materia concursal


a. Cuestión previa: ¿prescripción o caducidad?
Y una vez más, al igual que en la materia tributaria, cabe preguntarse si el
instituto contenido en el artículo 56 LCQ refiere a uno de prescripción o de
caducidad. No vamos a explayarnos sobre este particular, toda vez que la
caracterización de cada figura ya fue abordada al analizar su aplicación a la
materia impositiva.
Coincidimos con los argumentos esbozados por cierta doctrina 25 en punto
a que, siendo que el artículo 56 sólo es aplicable dentro de las previsiones del
concurso y no en lo que respecta a la quiebra pues “es justamente en el
primero de los casos en que existe un interés predominante en que en el plazo
legal fijado, y no más allá del mismo, se pueda conocer y determinar el pasivo
concursal sin alteración alguna”, de no ser por la literal denominación que el
legislador ha utilizado “la inclusión de una norma de este tipo dentro de la figura
21
Fallos 320.1345 y sus citas
22
CNCom. - SALA C - 15/10/1999
23
C.S.J.N 30/09/2003
24
Fallos - T. 320 - pág. 1344, Consid. 8
25
Villanueva, Fernandez Valle y Mainardi en “Verificación tardía: la prescripción de las obligaciones tributarias en los concursos
de acreedores” en PET 25/4/2003 pág. 7, Empero resaltamos, que partiendo de idénticos fundamentos nuestra conclusión es opuesta
a la propia de los autores.-
del concurso, su objetivo y las cualidades del instituto dentro del régimen
concursal y sus efectos, daría a entender que su función es la propia de la
caducidad”.
En otros términos, su regulación responde a un interés general y no
simplemente el de las partes, como tal resultaría insusceptible de ser
renunciada, no sería pasible de suspensión o interrupción alguna, debería se
dictada de oficio.
Debe resaltarse que entre los proyectos que antecedieron el dictado de la
ley 24522, el elaborado por el Ministerio de Justicia proponía su regulación bajo
tal figura cuando en su artículo 68 relativo a la Verificación Tardía disponía: “el
pedido de verificación tardía debe deducirse por incidente dentro de los 6
meses de la homologación del acuerdo. Pasado ese lapso caducan los
derechos y acciones del acreedor tanto respecto de los otros acreedores como
del concursado, o terceros vinculados al acuerdo”.
No obstante considerar que la aplicación del instituto se ajusta más a las
características de la caducidad, debemos reconocer que tal proyecto fue
desechado, privilegiándose el propio del Ministerio de Economía, por el que
quedó regulada la figura bajo el calificativo de “prescripción”. Figura que sin
lugar a dudas, ante la falta de una regulación integral, es fuente de permanente
controversia.

b. La regulación del instituto.


Como desarrollamos en el Título II, varios son los modos para insinuarse
al pasivo por parte de los acreedores 26. Entre ellos mencionamos el modo
ordinario de presentación tempestiva ante el síndico, impuesto por el artículo
32 de la ley ritual, y cuando la insinuación no se hubiere articulado en esa
instancia, resultará procedente la verificación tardía por vía incidental (o por
acción individual según la etapa procesal en que se introdujera).
Cobre entonces significativa importancia dar respuesta a la siguiente
pregunta: ¿hasta cuándo puede presentarse un acreedor no concurrente
en la etapa inicial?
La ley 19551 no establecía ninguna pauta, por lo que se entendía que
podía articularse tal petición mientras no estuviere prescripta la acción que
correspondía a cada tipo de crédito. Si el concurso había concluido y la acción
no se encontraba prescripta, el acreedor podía entonces ejercer la acción
individual. En otras palabras “el concurso no era causa de extinción de las
obligaciones no verificadas” 27. Ello si bien el acreedor quedaba sometido a los
efectos del acuerdo, los que se trasladaban a la acción individual (v.g. las
quitas).
La ley 24.522, introduce en la regulación de la verificación tardía un plazo
especial de prescripción abreviada, el que, establecido en dos años, deja a
salvo los plazos menores regulados para los diversos créditos, o aquellos que
ya se hubieren cumplido con anticipación. Así ha quedado instituido en su
artículo 56, cuando en su sexto párrafo reza:
“El pedido de verificación tardía debe deducirse por incidente mientras
tramite el concurso o, concluido éste por la acción individual que corresponda,
dentro de los 2 (dos) años de la presentación en concurso. Vencido ese
plazo prescriben las acciones del acreedor, tanto respecto de los otros
26
Raspall, Miguel en Ob cit. Pág 11
27
Rivera Julio Cesar “Instituciones de derecho concursal”· Tomo I pág 275. Rubinzal Culzoni
acreedores como del concursado, o terceros vinculados al acuerdo, salvo
que el plazo de prescripción sea menor” (el resaltado es nuestro). Debe
advertirse que lo dispuesto en la norma transcripta resulta aplicable sólo a los
supuestos de concurso preventivo, no resultando extensible a las quiebras, con
la excepción, claro está, de los créditos preconcursales en el supuesto de
quiebra indirecta, los que habrán debido articularse dentro de los dos años de
la presentación en concurso preventivo.
La figura comentada, introducida por ley 24.522, ha fijado así normas
expresas de procedimiento para la insinuación de créditos tardíamente. Ya en
el debate parlamentario, el Senador Aguirre Lanari sostuvo: “…es encomiable
que se establezca una prescripción de dos años desde la presentación del
deudor en concurso, adoptando una solución, ya que en definitiva es un criterio
intermedio entre dos extremos, a saber: uno, el que seguía la doctrina, que
tenía por irrelevante para la incolumidad de los derechos del acreedor su no
comparencia al concurso; el otro, la muy rígida doctrina que entendía perdidos
los derechos de los acreedores que no concurrían a verificar” 28.
El plazo abreviado intentaba cristalizar el pasivo concursal, cuestión que
podía favorecer las negociaciones con los acreedores, y viabilizar el salvateje
que había sido introducido al régimen de concursos por el artículo 48, e incluso
facilitar enajenaciones de la empresa a terceros normalmente a través de la
venta de acciones o participaciones societarias según el tipo.
Esta finalidad fue en general compartida por los diversos autores,
sosteniendo algunos que el mismo resulta demasiado extenso 29, y aún se ha
propiciado lisa y llanamente la no admisión verificaciones tardías 30.
En cuanto a su alcance, siguiendo a Adolfo Rouillón, la abreviación de la
prescripción que el concurso produce importa que: “todos los plazos de
prescripción liberatoria que no se hubiere cumplido a los dos años de la
presentación en concurso, se tienen por vencidos al cabo de ese lapso” 31.
Transcurrido dicho término “prescriben las acciones del acreedor, tanto
respecto de los otros acreedores como del concursado, o terceros vinculados,
salvo que el plazo de prescripción sea menor”.
Tal posición fue expresamente recogida en autos “Zanella San Luis SAIC”
32
, cuando en su considerando 10 del impecable voto de la mayoría, se
desmenuza la normativa aplicable y se concluye en la preeminencia normativa
que debe adjudicarse a los términos dispuestos por la ley 24522 de concursos
y quiebras por sobre la prescripción impuesta por la ley 11683 de
procedimiento tributario. Pronunciamiento que, va de suyo, fue
paradójicamente dictado por el fuero competente en la materia tributaria, y no
apelado por el ente recaudador quedó firme.
Es de lamentar que tan impecable doctrina no resulte aún pacífica. Pues
al no haberse articulado su apelación ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, dicho supremo tribunal no se ha expedido sobre tan controvertida
problemática.

28
Antecedentes parlamentarios, Año 1995 Nº 7, La Ley, pág 219 Parágrafo 177
29
Martinez de Petrazzini
30
Conil Paz, Albet “Verificación tardía y su caducidad” LL 9/11/94 quien propinaba abolir las verificaciones morosas y consagras
su consiguiente caducidad. Justificaba esa posición en virtud que a todo acreedor, como al deudor, le corresponde cumplir
exactamente con sus obligaciones. Para ello, el proceso concursal cuenta conformas publicitarias. Además, por su carácter universal
se afecta a acreedores, deudor, empresa, terceros interesados y a la economía en general.
31
Rouillón Adolfo “Régimen de Concursos y Quiebras Ley 24522” 8ª ed. Pág 91/93 Ed Astrea.
32
CNACA Sala I 7/12/99
Algunos tratadistas del ámbito tributario, han defendido la primacía de la
prescripción prevista en la ley 11683 por sobre la estatuida en la ley 24522. Tal
el caso de Marina Lamagrande 33 quien, tras afirmar que las normas
concursales generan inequitativas y graves consecuencias sobre los créditos
fiscales, postula que, por aplicación del principio de autonomía del derecho
tributario, y siendo la 11683 una norma de naturaleza federal, debe darse
preeminencia a la ley ritual tributaria. Concluye que “la especificidad del
derecho tributario nacional debe prevalecer sobre la especificidad del régimen
concursal”
En similar criterio, Camila Navarrine 34 en abierta crítica al fallo Zanella
comentado sostiene que a la prescripción abreviada concursal, debía
aplicársele el criterio restrictivo respecto de las prescripciones abreviadas de
carácter convencional, y sugiere que el crédito “determinado” después de la
presentación en concurso sería una acreencia posconcursal, con lo cual su
titular podría accionar libremente contra el deudor.
Opiniones que, dejamos categóricamente sentado, no compartimos por
los fundamentos que expondrán seguidamente.

III.- Prescripción tributaria vs. concursal: ¿conflicto normativo?


La cuestión central para entender acabadamente la problemática que
estamos analizando, se ubica en el debate generado en torno a si la ley 24.522
tiene primacía respecto de la 11683, o si por el contrario, esta última, en
función de su especialidad en la materia tributaria, adquiere preponderancia
para el tema que nos ocupa.
Conforme la doctrina sentada en in-re “Zanella San Luis SAIC” del 07 de
diciembre de 1999 por la Sala Ide la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Contencioso Administrativo -instancia de alzada que precisamente tiene por
competencia dirimir cuestiones atingentes a la materia tributaria-, “la existencia
de una norma específica y posterior (la ley 24.522) –llamada a regular una
situación particular sin distinciones- que ciertamente desplaza el régimen
genérico de prescripción de las acciones y poderes fiscales establecidos en la
ley 11.683. Por cuanto, debe privilegiarse sin limitación subjetiva alguna la
prescripción abreviada de dos años, contenida en la ley ritual concursal”.
No obstante la elocuencia del fallo precitado, cierta doctrina 35 al criticar
dicho pronunciamiento afirmó que a la prescripción abreviada concursal, debía
aplicársele el criterio restrictivo respecto de las prescripciones abreviadas de
carácter convencional, y se sugierió que el crédito determinado después de la
presentación en concurso sería una acreencia posconcursal, con lo cual su
titular podría accionar libremente contra el deudor.
Coincidimos con Martinez y Truffat 36 que la ley 24.522 es, ni más ni
menos que la ley “sobre bancarrotas” a que hace referencia el artículo 75 inciso
12 de la Constitución Nacional. Su carácter de ley de “orden público” es a
todas luces indiscutible. Además, la prescripción del artículo 56 LCQ nada tiene
de convencional, sino que responde a principios de economía general y de
interés estatal.
33
“La prescripción del crédito tributario y la ley 24522 en Impuestos LVII-B pág 2274 y sstes.
34
Periódico Económico Tributario 26/06/2000. íd Villanueva, Fernandez Valle y Mainardi en ob.cit. nota 1
35
Navarrine Camila “La prescripción de las obligaciones tributarias en el concurso preventivo” Periódico Económico Tributario
26/06/2000.
36
Martinez Oscar, Truffat, Edgardo “Contrapunto con “la prescripción de las obligaciones tributarias en el concurso preventivo”
PET 11/7/2000
Por su parte, el dictado de una determinación oficiosa de la obligación
tributaria realizada con posterioridad a la presentación en concurso, de un
crédito fiscal cuyo origen es anterior, no modifica el carácter preconcursal del
mismo. Ello pues, la resolución que así lo determina no proyecta sus efectos
sobre la causa sino sobre el título mismo, el que de ningún modo crea sino que
tan solo reconoce.
Siendo la finalidad del instituto en debate, el dotar de certeza al pasivo
concursal para facilitar lo que denominaba Dasso 37“el nuevo punto de partida
(Fresh Start) sin los fantasmas de pasivos latentes…”, se impone tal
conclusión. Tanto así que diversos proyectos de reforma fueron aún más allá y
regularon plazos de caducidad en lugar de los de prescripción, con los efectos
extintivos del derecho creditorio ya comentados supra 38.
Por ello reiteramos, la inclusión en la ley de la prescripción abreviada
reposa en el fin mismo del concurso, entendido en función de la crisis
empresaria, como herramienta para la recomposición patrimonial y la
reestructuración del ente, procurando salvaguardarla, lo que en definitiva
redundará en un beneficio de la economía en su conjunto y del evidente fin
social, aún a costa de cierto sacrificio los acreedores 39.
Un tema adicional de no poca importancia, radica en el momento procesal
idóneo para la articulación del instituto, cuestión que nos permite ir encauzando
la problemática de la prescripción hacia su abordaje más razonable.
Dijimos ya que la prescripción (así calificada por la norma aludida y por la
jurisprudencia 40), procede cuando se verifica que transcurrió el plazo bienal
desde la presentación del concurso y con anterioridad a la promoción del
incidente de verificación.
Al disminuir y colocar el artículo 56 de la ley 24522 un plazo único de
prescripción a todos los créditos, no hay razón alguna para eliminar aquellos
que gozan de privilegio, pues se persigue evitar los denominados "pasivos
ocultos" originados por las peticiones de los acreedores "dormidos" o "remisos",
que conspiran con su actitud a la determinación del pasivo y,
consecuentemente, dificultarían, de no haberse impuesto un plazo corto y
general a la prescripción de todos los créditos, el salvataje de la empresa.. por
ello debe entenderse que el plazo acotado de prescripción no sólo ha de ser
aplicable a los acreedores quirografarios, sino que también el mismo ha de
alcanzar al caso de los créditos privilegiados 41. Tal el caso de los créditos con
origen en deudas impositivas o de la seguridad social.
Pues la "ratio" de dicho artículo reside en la conveniencia de no prolongar
por largos períodos la aparición de acreedores que reclamen sus créditos
contra el concurso. La eventualidad de recuperación y el propósito de mantener
la empresa en marcha se relacionan claramente con la reducción de las
contingencias o los riesgos futuros 42.
37
Dasso Airel en “Tendencias actuales del derecho concursal”
38
Conf.. Conil Paz ob cit; íd. Proyecto de reformas de Comisiones creadas por Res.379/91 y 897/97; íd Martinez de Petrazzini
Verónica “Ley de concursos y quiebras Nº 24522! Pág. 193; íd Mafia Osvaldo “Verificación de Créditos” p.327 quien alude a los
nefastos efectos del incidente de verificación tardía.
39
Conf.. Roitman en8 “Prescripción en la ley de concursos” en Revista de derecho privado y comunitario, 22 “Prescripción
liberatoria” pág. 194 y sstes.
40
Acmar S.A. S/Concurso Preventivo S/Incidente De Verificacion Por Secretaria De Recursos Naturales Y Desarrollo Sustentable -
C.N.Com. - Sala B - 1/8/2000
41
Martinelli, Luis Pascual Y Otra S/Concurso Preventivo - Cciv. Y Com. De Mendoza - 24/11/1998 del fallo de primera instancia,
Dr. Guillermo Mosso
42
Martinelli, Luis Pascual Y Otra S/Concurso Preventivo - Cciv. Y Com. De Mendoza - 24/11/1998 del fallo de primera instancia,
Dr. Guillermo Mosso
La doctrina jurisprudencial se ha ocupado de aclarar en torno a la
aplicación del instituto que, siendo que el plazo de dos años previsto por el
artículo 56 de la ley de concursos y quiebras para deducir el pedido de
verificación, es calificado de "prescripción" por la norma aludida, resulta cuando
menos prematuro que, sin mediar oposición del instituto en la primera
presentación que realice quien intente valerse de ella 43, se rechace de oficio el
incidente por considerarse prescripta la acción del pretensor 44.
Dicho en otros términos, como sostuvimos al analizar la naturaleza
jurídica de la prescripción, ésta debe plantearse por vía de excepción en la
primera oportunidad procesal en que se tome conocimiento de que el acreedor
intentará hacer valer su crédito. Ello, claro está, cuando la pretensión fiscal
estuviere relacionada con el derecho creditorio derivado de obligaciones
impositivas incumplidas. Si por el contrario se estuviere ante una pretensión de
carácter punitivo, a nuestro juicio corresponderá su declaración oficiosa, aún si
el deudor guardare silencio, y aún cuando la sanción se encontrare firme en
atención a los fundamentos que expusimos en título II, sobre verificación de
sanciones pecuniarias, a los que remitimos.
También ha sido objeto de análisis jurisprudencial el efecto que sobre la
prescripción produce la denuncia del estado concursal realizada por el deudor y
el conocimiento de tal extremo por parte del acreedor. En un interesante
pronunciamiento vinculado con la prosecución de una causa en fuero laboral,
se ha resuelto categóricamente que corresponderá hacer lugar a la defensa de
prescripción que fuere opuesta con sustento en el artículo 56 de la ley 24522,
cuando la concursada hubiere denunciando en forma expresa su estado
concursal. Pues en tal supuesto la incidentista se encuentra en incuestionable
conocimiento del estado concursal y por consiguiente de la carga legal de
insinuarse al pasivo conforme lo norma precitada. Su omisión en presentarse
en término obsta al andamiento del incidente de verificación, aún cuando ésta
hubiere mantenido su actuación ante otro fuero 45.
Y esta cuestión es de suma importancia para el caso que nos ocupa, en
tanto el fisco toma conocimiento del concurso del deudor en oportunidad de
cumplir el Síndico con el deber notificación de los créditos denunciados por el
deudor al igual que los demás acreedores, en forma particularizada vuelve a
poner en su conocimiento las acreencias al dar cumplimiento a la obligación
formal impuesta por la ley 11683, artículo 8 inciso b) y por la RG (AFIP) 745/99
modificada por la RG 982/01.
Una referencia adicional merece la vigencia del instituto en estudio. Esto
es, si la regulación del artículo 56 de la ley 24522 resulta aplicable a los
procesos iniciados durante la vigencia de la ley 19551, y en caso afirmativo,
desde cuándo debe computarse.
Esta cuestión ha sido ampliamente analizada por los magistrados del
fuero, quienes han resuelto que a los efectos de su aplicación a un incidente de
verificación de crédito, promovido en un concurso presentado y abierto bajo la
vigencia de la ley anterior que no preveía tal instituto, el plazo de dos años
establecido en la nueva ley debía computarse a partir de su entrada en
vigencia, y no desde la fecha de presentación en concurso preventivo, con
43
oportunidad prevista por el artículo 3962 del Código Civil
44
ATC SA s/Concurso Preventivo s/incidente de verificacion por Horacio Agustín Rosa - CNCom. - SALA B - 25/11/1998

45
Parrilla Emilia SA. s/Concurso Preventivo s/incidente de verificación y pronto pago por Mohr, Gerardo L. Y otro - C.N.COM. -
SALA A - 27/6/2000
base en el principio de la seguridad jurídica, que impone la no aplicación
retroactiva de un plazo legal cuya aplicación determina el fenecimiento de un
derecho. Además, se sostuvo, debe tenerse presente que la interpretación de
la prescripción debe ser restrictiva y, en caso de duda, ha de estarse a la
solución más favorable a la subsistencia del derecho y por el plazo más
dilatado 46.
No obstante la claridad de los citados precedentes, en confuso
pronunciamiento se afirmó, a nuestro juicio sin fundamento jurídico alguno,
que si se trata de tributos anteriores a la ley 24522, resulta improcedente que el
concursado postule que la pretensión verificatoria tardía del Fisco, se hallaría
prescripta por aplicación del artículo 56, cuando los tributos cuyo
reconocimiento se pretende, datan de fecha anterior a la vigencia de la
mentada ley. Para así resolver se sostuvo que su aplicación importaría someter
al accionante a un régimen más riguroso que el que regía en la época en que
se devengaron los tributos 47. 
No compartimos el fundamento esbozado. Pues el momento de
devengamiento de la obligación tributaria sólo tiene relevancia en cuanto a la
vigencia de las acciones y poderes del fisco para determinar y exigir la materia
imponible presupuesto necesario para conformar el quántum de la pretensión
fiscal. Así, el pedido de verificación podrá integrar las deudas tributarias
devengadas con anterioridad al concurso preventivo correspondientes a “todos
los períodos no prescriptos”. Y para su valoración deberán aplicarse las
regulaciones relativas a la prescripción tributaria analizada en el Capítulo 2 del
presente Título. Desde allí, y sólo desde allí, resultará aplicable la regulación de
la prescripción concursal, cuyo alcance es ciertamente diferente. El artículo 56
LCQ se encarga de regular, no ya los períodos que serán objeto de la
pretensión fiscal, sino el plazo con que cuenta el fisco para insinuar esa
pretensión en el concurso por vía incidental tardía.
Resumiendo, podríamos distinguir el alcance de ambas figuras diciendo:
a) la Prescripción tributaria permite circunscribir el objeto de la
pretensión verificatoria (períodos no prescriptos);
b) la Prescripción concursal pone un límite temporal de dos años desde
la presentación en concurso, para articular la pretensión aludida por vía
incidental.
Veámoslo con un ejemplo. Suponiendo que una Sociedad Anónima
debidamente inscripta ante la AFIP hubiera presentado su concurso preventivo
el día 15 de octubre del año 2002, y que adeudara los saldos correspondientes al
Impuesto a las Ganancias desde el año 1993, podrá articular su demanda verificatoria
las obligaciones devengadas por causa o título anterior a aquella fecha. Esto es, podrá
insinuar los créditos originados en los períodos que a la fecha de presentación no se
encontraran prescriptos. Esto es: podrá solicitar verificación de sus créditos por los
períodos 1996 a 2001, como se detalla seguidamente:
Inicio Fin
Período Vencimient prescripció Prescripció
Fiscal o DDJJ n n
1993 10/05/1994 01/01/1995 01/01/2000
46
A.P.S. s/Concurso s/incidente por AIM. - CNCom. - SALA C - 4/2/1998 íd. Benesdra, Alberto Luis s/Concurso preventivo
s/incidente de verificación por Catcher SRL - CNCom. - SALA A - 28/6/1999; íd Madlin SCA s/Concurso preventivo - CNCom. -
SALA B - 16/7/1999, entre muchos otros.
47
Italpapelera SA S/Concurso Preventivo S/Incidente De Verificación por Fisco Nacional (D.G.I.) - C.N.COM. - SALA D -
9/4/2001
1994 10/05/1995 01/01/1996 01/01/2001
1995 10/05/1996 01/01/1997 01/01/2002
1996 10/05/1997 01/01/1998 01/01/2003
1997 10/05/1998 01/01/1999 01/01/2004
1998 10/05/1999 01/01/2000 01/01/2005
1999 10/05/2000 01/01/2001 01/01/2006
2000 10/05/2001 01/01/2002 01/01/2007
2001 10/05/2002 01/01/2003 01/01/2008
En esta instancia resulta aplicable la prescripción tributaria, razón por la
cual podrá articular su pretensión integrando todas las deudas no prescriptas
hasta esa fecha, operando la presentación del pedido de verificación articulada
en los términos del artículo 32 LCQ como interruptiva de la prescripción. Ello en
punto a que dicha norma en su segundo párrafo ordena que “el pedido de
verificación produce los efectos de la demanda judicial, interrumpe la
prescripción e impide la caducidad del derecho y de la instancia.”
En el supuesto que el fisco no cumpliere con la carga de solicitar su
verificación en tiempo oportuno, cobrará relevancia lo dispuesto por el artículo
56 LCQ, debiendo hacer valer su pretensión por vía incidental dentro de los dos
años de la presentación en concurso: en nuestro caso hasta el 14 de octubre
de 2004.
Ahora bien, como el único acto que interrumpe la prescripción del derecho
creditorio cuya verificación se pretende es la articulación del pedido de
verificación ante el síndico en tiempo oportuno (esto es, la insinuación
tempestiva conforme el artículo 32 LCQ), los términos de la prescripción
impositiva (propia del crédito cuyo reconocimiento se pretende) siguen
corriendo.
Por lo tanto, si el fisco demandara por incidente de verificación tardía el 20
de noviembre de 2003, debería desechar de su pretensión el período fiscal
1996, resultando procedente los comprendidos entre 1997 y 2001. Y ello se
impone por aplicación de las comentadas disposiciones aplicables a la materia
tributaria contenidas en la ley 11683 (remitimos al Capítulo 2 de este titulo).
Clarificado este punto debemos preguntarnos hasta cuándo podrá el fisco
iniciar el incidente de verificación tardía?. Y es en este punto y no antes cuando
adquiere relevancia el artículo 56 LCQ en estudio. El fisco podrá peticionar por
vía incidental hasta el 14 de octubre de 2004, integrando en su petición todos
los tributos no prescriptos a esa fecha, que fueren de causa o título anterior. En
nuestro ejemplo, períodos 1998 a 2001.
De lo expuesto se colige la diametral diferencia entre la aplicación del
instituto de la prescripción regulado en ambos ordenamientos. La tributaria,
enderezada a establecer el “objeto” de la pretensión del fisco. La concursal,
destinada a regular el plazo en que puede ser articulado el derecho a su
reconocimiento e integración en la masa pasiva.

IV. Prescripción concursal: ¿susceptible de suspensión o interrupción?


Aventada toda duda en torno a la aplicación de la figura regulada por el
artículo 56 LCQ a los créditos fiscales, la cuestión verdaderamente
problemática y para nada pacífica, gira en torno de la existencia o no de
causales de suspensión o interrupción de la prescripción. Ello en punto a la
total carencia de regulación legal, pues siendo que la prescripción afecta toda
clase de derechos por ser una institución general, para que ella no proceda
se requiere de una norma expresa en tal sentido, resultando las causales
de suspensión e interrupción de interpretación restrictiva 48.
Siendo que la apertura del concurso no tiene per se efecto interruptivo
alguno sobre la prescripción ni de la caducidad 49, es que para producir tal
efecto, en sustitución de la acción individual vedada, es obligación del fisco
someterse al proceso verificatorio en los términos previstos por el artículo 32
LCQ, con todas las consecuencias que su falta de cumplimiento provoca 50.
Establecida la carga de verificar debe tenerse presente que es precisamente el
pedido de verificación el único que, como expusimos, produce los efectos de la
demanda judicial, y en su mérito, interrumpe la prescripción e impide la
caducidad del derecho y de la instancia. Reiteramos, ES ESTE ACTO Y NO
OTRO EL QUE GENERA DICHO EFECTO. Efecto que, va de suyo, no puede
ser extendido al acto unilateral de un procedimiento de fiscalización llevado por
el ente recaudador, tendiente a determinar una deuda.
No obstante la contundencia del requisito de regulación legal expresa, la
jurisprudencia ha entendido en ciertos precedentes la procedencia de causales
de suspensión e interrupción aplicadas por analogía.
En cierto precedente se sostuvo que si bien la finalidad del instituto
previsto en el artículo 56 de la ley de concursos y quiebras es cristalizar el
pasivo, favoreciendo las negociaciones con los acreedores, ello no impone
necesariamente obviar la existencia de causales de suspensión de la
prescripción, aún cuando no aparezcan reflejadas en la norma analizada, y en
tanto la ley concursal no prescinde totalmente de las disposiciones de otros
ordenamientos puede recurrirse a ellos para resolver tal cuestión. Así se
resolvió 51, que tratándose de un crédito fiscal, procedía la suspensión de la
prescripción con fundamente en lo dispuesto por la ley 19489, en tanto del
expediente administrativo surgía la determinación de la deuda y la notificación
del deudor, “con lo que se suspendió el plazo de prescripción por un año”, y
luego se agregó que a igual conclusión se arribaría de aplicarse al caso el CC
art. 3986 52, opinión que no compartimos.
También se dijo que resultaba improcedente que el síndico concursal
opusiera la defensa de prescripción contra el crédito invocado por el
incidentista cuando el pretensor demostrara haber efectuado un requerimiento
intimatorio al concursado dentro del plazo bienal previsto por el art. 56, L.C.
Para así resolver se sostuvo que la mentada intimación constituyó causal de
suspensión de la prescripción contemplada por el artículo 3986, segundo
párrafo, del Código Civil 53.
A nuestro juicio resulta desacertado considerar un requerimiento
intimatorio como idóneo para suspender la prescripción, en atención al carácter
publicista del concurso preventivo, que no puede desconocer el acreedor

48
Provincia de Buenos Aires c/Sociedad Bemberg -Cámara Civil Sala A del 10/05/1968, E.D. 22-426 y ss.
49
Ferrario “Estructura de la insinuación de acreedores” ED 100-1013, Fusaro “Concursos” p- 107, cit por Galindez ob.cit. pág. 155
50
Confr. CNCom Sala B in re “Plasbastos SRL 5/10/89, íd, Sala C “Celtrac SA” 21/8/90, ibíd, Dasa D “Pesquera del Sur” 2/10/90
entre muchos otros
51
para el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, jurisdicción que en la mayor de las veces se presenta por incidente de
verificación tardía
52
“Garrote Manuel Angel s/Concurso s/incidente verificación por Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires” Cámara Comercial
27/4/99
53
Sebastian Maronese E Hijos S.A. S/Concurso Preventivo S/Incidente De Verificación por Superintendencia De Riesgos Del
Trabajo - C.N.COM. - SALA D - 19/6/2001
peticionante. A similar conclusión se llegó frente a actuaciones realizadas en
instancia civil 54.
También se sostuvo en otro precedente, que si bien la finalidad del
instituto de la prescripción previsto en el artículo 56 de la ley concursal es
cristalizar el pasivo, ello no impone necesariamente obviar la existencia de
causales de suspensión o interrupción de la prescripción, aun cuando no
aparezcan exteriorizadas en la norma ritual en estudio, en tanto la ley concursal
no prescinde totalmente de las disposiciones de otros ordenamientos, pudiendo
recurrirse a ellos para resolver la cuestión. Con tal fundamento se revocó una
resolución que admitió la excepción de prescripción opuesta por el concursado,
toda vez que las actuaciones desplegadas por el fisco en su calidad de
incidentista -determinación de la deuda impaga por ingresos brutos y multas-
se verificaron con participación del deudor y antes del vencimiento del plazo del
artículo 56 de la ley concursal, por lo que exhibieron carácter interruptivo de la
prescripción en los términos del artículo 3986, del Código Civil 55
A similares conclusiones se arribó en materia de reclamo laboral tras
afirmarse que “la excepción de prescripción opuesta por la concursada y por el
síndico con fundamento en el artículo 56 de la ley 24522, no procede cuando
se efectuaron actos interruptivos idóneos, como por ejemplo las gestiones
efectuadas por el acreedor ante un Tribunal Laboral en procura del cobro del
crédito contra el deudor, computándose al efecto el plazo de 2 años desde el
ingreso del expediente laboral al juzgado del concurso hasta el inicio del
incidente de verificación” 56.
Complementariamente se dio el carácter de causal de interrupción de la
prescripción a la denuncia de la deudora en su pedido de concurso. En
esta inteligencia se sostuvo que “La denuncia sobre la existencia de un crédito,
efectuada por el deudor al momento de su petición de concurso preventivo,
interrumpe el curso de la prescripción, dado que ello importa un reconocimiento
de la obligación con efecto interruptivo, conforme al artículo 3839 del Código
Civil, sin que pueda admitirse el argumento de que no se trató de un
reconocimiento sino sólo del cumplimiento de una obligación legal.” 57.
Aún de aceptarse la validez de tal hipótesis, entendemos que ello en nada
obsta a la interpretación que hemos dado a la prescripción abreviada. Ello en
punto a que, aún en el caso de considerar procedente la causal apuntada,
interrumpida la prescripción sobre el crédito cuya verificación se pretende por el
reconocimiento efectuado en oportunidad de presentarse el deudor en
concurso preventivo, ello en nada obsta a la consolidación de la prescripción
del artículo 56 LCQ, la que se producirá a los dos años de presentado el
concurso. Y esto es así pues en el caso en estudio todo acto de eventual
interrupción habrá desplegado sus efectos sobre el plazo de prescripción
originario del crédito cuyo reconocimiento se pretende y no de la específica
regulación de su abreviación por imperio del ordenamiento concursal. Esto es,
el término de dos años siempre será el máximo procedente, correspondiendo la
aplicación de uno menor cuando esto resultare de las especiales calidades del
54
 Greyton S.A. S/Concurso Preventivo S/Incidente De Verificacion Promovida Por Sanchez, Eduardo Roque - C.N.COM. - SALA
B - 15/10/2001
55
Naviera Sur Petrolera S.A. S/Concurso Preventivo S/Incidente de Verificacion Por DGR de la Provincia de Tierra Del Fuego -
C.N.COM. - SALA B - 24/5/2001
56
del dictamen fiscal PORVENIR SA s/CONCURSO PREVENTIVO s/INCIDENTE DE VERIFICACIÓN PROMOVIDO POR
GUILLEN, AMÉRICO MARTÍN - CNCOM. - SALA D - 30/4/2002
57
 Piragua S.A. S/Concurso Preventivo S/Incidente de Verificación Tardía por General Electric Plastics - C.N.COM. - SALA B -
9/11/2001
crédito, siendo este último, y sólo éste, el que eventualmente habrá quedado
extendido hasta el genérico mencionado.
Y aún más lejos se llegó impulsando esta suerte de creación pretoriana de
causales de suspensión de la prescripción, al darle tal carácter a la intimación
realizada por Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires respecto del crédito cuya
exigibilidad es cuestionada en los términos fluyentes de cierta acta de una
actuación administrativa, resolviendo que esa intimación se encuadra en el
aludido artículo 3986 del Código Civil. Y agregó que "no empece lo expuesto,
que al tiempo de la mentada intimación extrajudicial la contribuyente se hallase
concursada e inhabilitada -por ende- para efectuar el pago de los impuestos
pendientes, pues de todos modos, operaría en favor del acreedor la dispensa
del plazo de la prescripción hipotéticamente cumplida, en los términos previstos
en el Código Civil, artículo 3980, durante la subsistencia de la imposibilidad
jurídica de pagar” 58.
Nada más alejado de las finalidades perseguidas con la incorporación de
la figura del artículo 56 LCQ. Y nada más extraño al contenido propio del
artículo 3980 CC en que se fundamente la resolución. Ello en punto a que
dicha norma refiere a las dificultades o imposibilidad de hecho que impidieren
temporalmente el ejercicio de una acción. Y en el caso comentado el
impedimento legal para pagar el monto intimado no compete al acreedor sino al
deudor. El acreedor no está impedido, sino que debe articular su pretensión por
la vía del juicio universal; esto es, insinuándose al pasivo como todos los
acreedores.
Por ello, considerar válido el fondo de dicho pronunciamiento importaría
en los hechos la abolición lisa y llana del instituto de la prescripción concursal
por vía jurisprudencial, debiendo dicho pronunciamiento ser invalidado con
fundamento en la doctrina de la arbitrariedad.

V.- Nuestra posición


No obstante habernos manifestado ya contrarios a la admisión de
causales de suspensión e interrupción de la prescripción por no encontrarse
reguladas en el ordenamiento de marras, y entendiendo que su creación
jurisprudencial agravia los preceptos que informan el régimen concursal,
seguidamente resumiremos en breves líneas nuestra posición.
Como apuntamos, la apertura del concurso no tiene per se efecto
interruptivo alguno sobre la prescripción ni de la caducidad 59. Para producir tal
efecto, en sustitución de la acción individual vedada, es obligación del fisco (al
igual que del resto de los acreedores) someterse al proceso verificatorio en los
términos previstos por el artículo 32 LCQ, con todas las consecuencias que su
falta de cumplimiento provoca 60.
Y es precisamente el pedido de verificación el que produce los efectos de
la demanda judicial, y en su mérito, interrumpe la prescripción e impide la
caducidad del derecho y de la instancia. Ergo, para evitar que el riesgo de la
prescripción se opera el titular de la pretendida acreencia –el fisco- debe
deducir la demanda tradicional de insinuación, reiteramos, ÚNICO acto idóneo

58
Top Brands International S.A. S/Quiebra S/Incidente De Verificacion Por El Gobierno De La Ciudad De Buenos Aires -
C.N.Com. - SALA D - 22/5/2000
59
Ferrario “Estructura de la insinuación de acreedores” ED 100-1013, Fusaro “Concursos” p- 107, cit por Galindez ob.cit. pág. 155
60
Confr. CNCom Sala B in re “Plasbastos SRL 5/10/89, íd, Sala C “Celtrac SA” 21/8/90, ibíd, Dasa D “Pesquera del Sur” 2/10/90
entre muchos otros
para interrumpir su curso 61. Y si así no lo hiciere, cualquier pretensión
posterior, luego de operada la prescripción abreviada, devendría abstracta.
A más de ello, la Corte Suprema de Justicia de la Nación recuerda en los
autos “Filcrosa S.A. s/ quiebra s/incidente de verificación de Municipalidad de
Avellaneda” precitados, con fundamentos en anteriores pronunciamientos 62,
que “esta Corte ha juzgado de antaño que las actuaciones administrativas
no suspenden ni interrumpen la prescripción; y ello aunque se trate de las
que debieron preceder a la demanda judicial (Fallos: 173:289; 182:360;
187:216; 189:256; 224:39; 277:373)".

Por ello, hacemos propias las expresiones vertidas en plausible sentencia


dictada en in-re “Zanella San Luis SAIC” el 07 de diciembre de 1999,
paradójicamente, por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso
Administrativo, Sala I, instancia de alzada que precisamente tiene bajo su
competencia dirimir cuestiones específicas a la materia tributaria.
En dicho pronunciamiento se resolvió que “… la existencia de una
norma específica y posterior (en alusión a la ley 24.522) –llamada a regular
la situación particular sin distinciones- que ciertamente desplaza el
régimen genérico de prescripción de las acciones y poderes fiscales
establecidos en la ley 11.683, carece de relevancia jurídica distinguir
acerca de que el crédito del acreedor, se compone eventualmente de
impuesto, accesorio y multa, habida cuenta que el precepto aludido hace
genérica referencia “a las acciones del acreedor”” 63. Es decir, debe
privilegiarse sin limitación subjetiva alguna la prescripción abreviada de dos
años, contenida en la ley ritual concursal.
Sin duda el legislador, en la génesis de la ley 24522, o en sus sucesivas
reformas y contrarreformas, pudo haber previsto norma expresa sobre este
nada pacífico tema, evitando las numerosas controversias que se generan con
el consecuente dispendio jurisdiccional.

VI. El intento de reforma. O cuando prima la racionalidad:


En el proyecto de reforma a la ley de procedimiento tributario 11683
remitido por el Poder Ejecutivo al Honorable Congreso de la Nación con fecha
17 de junio de 2003, identificado bajo número 45/2003, se proponía la
incorporación de un artículo a continuación del actual 69, que rezaba
“las disposiciones en materia de prescripción contempladas en el presente
capítulo, prevalecen sobre cualquier otra norma referida al mismo instituto,
establecida o a establecerse, incluso respecto de las revistas en la Ley
24522 y sus modificaciones”.
Es de advertir que el artículo transcripto fue eliminado de la versión
efectivamente aprobada por el órgano legislativo, privilegiando el adecuado
alcance que debe darse al instituto del artículo 56 LCQ, que mantiene su
preeminencia sobre la prescripción regulada para la materia tributaria en la ley
del rito.

VII.- El fuero de atracción frente al contencioso tributario.

61
Rouillón Adolfo “Régimen de Concursos y Quiebras Ley 24522” 8ª ed. Pág 91/93 Ed Astrea, Oscar Galíndez “Verificación de
Créditos” 2ª ed. Pág 151/159 Ed Astrea, Considerando 10 de la sentencia en autos “Zanella San Luis SAIC” CNACA Sala I 7/12/99
62
Fallos: 293:427 (cons. 3º)
63
Considerando 11 de la sentencia en autos “Zanella San Luis SAIC” CNACA Sala I 7/12/99
a. Introducción
En el capítulo precedente afirmamos que, siendo que la prescripción
afecta toda clase de derechos por ser una institución general, en atención a la
doctrina de autos “Provincia de Buenos Aires c/Sociedad Bemberg” 64 para que
ella no proceda se requiere de una norma expresa en tal sentido,
resultando las causales de suspensión e interrupción de interpretación
restrictiva.
No obstante no haber sido contemplada causal alguna de suspensión o
interrupción de la prescripción bienal del artículo 56 LCQ por el órgano
legislativo (único competente para su dictado), ese irrefrenable impulso de
ciertos magistrados por proteger el derecho creditorio del acreedor, aún cuando
éste resultare remiso o negligente, ha dado lugar al dictado de algunos
precedentes jurisprudenciales que han habilitado el reconocimiento de créditos
fiscales luego de fenecido dicho término. Tanto que no ha escapado del debate
la idoneidad de la sustanciación de procedimientos administrativos para
producir tales efectos.
Así se ha argumentado que por imperio del apartado 9º in fine del artículo
1º de la ley de procedimientos administrativos 19549 “las actuaciones
practicadas con intervención de órgano competente producirán la suspensión
de plazos legales y reglamentarios, inclusive los relativos a la prescripción”.
Sobre el particular debe advertirse que es cierto que la interrupción de la
prescripción que genera la interposición de la demanda de verificación del
artículo 32 LCQ, no refiere a la modalidad de la opción de prosecución ante el
juez del concurso del proceso de conocimiento atraído (art. 21 inciso 1), en el
que aquella ya operó con la interposición de la demanda respectiva (art. 3986
CC). Pero creemos que el efecto interruptivo de la interposición de la demanda
original, solo refiere a aquellos supuestos en que opera el fuero de atracción.
Esta cuestión nos conduce a debatir si dicho precepto es aplicable a la
cuestión tributaria y previsional que pudiere sustanciarse en la esfera
administrativa. Y más específicamente cuando se ventilara una controversia en
la los llamados “tribunales administrativos”.
Para ello deberemos abordar el alcance del “fuero de atracción” por su
íntima relación con esta problemática, y su eventual extensión hacia
procedimientos tales como los regulados en la ley ritual tributaria, que prima-
facie escaparían al concepto de juicio en su sentido técnico-jurídico. Tanto más
cuando en palabras de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, las normas
de la Ley de Concursos son de orden público, en particular aquellas referidas a
la asignación de la competencia; y consecuentemente, solo en aquellos
supuestos contemplados por la ley, correspondería el desplazamiento de la
competencia del juez que debe entender en el concurso 65.
b. Sobre el Fuero de atracción
El artículo 21 LCQ regula dentro de los efectos de la apertura del
concurso preventivo, “la radicación ante el juez del concurso de todos los
juicios de contenido patrimonial contra el concursado”.
Luego establece que “el actor podrá optar por pretender verificar su
crédito conforme a lo dispuesto en los arts. 32 y concs., o por continuar el
trámite de los procesos de conocimiento hasta el dictado de la sentencia, lo

64
Cámara Civil Sala A del 10/05/1968, E.D. 22-426 y ss.
65
Corte Sup., 17/03/1992, - Savico SA. v. Tietar SACIF. Y A. s/ ordinario.
que estará a cargo del juez del concurso, valiendo la misma, en su caso
como pronunciamiento verificatorio” (los resaltados nos pertenecen).
Complementariamente el punto 3 del artículo citado prohíbe “deducir
nuevas acciones de contenido patrimonial contra el concursado por causa o
título anterior a la presentación”. En otros términos, dispone como principios
liminares:
a.- la suspensión de los juicios de contenido patrimonial ya iniciados,
b.- la radicación de ellos ante el tribunal del concurso y
c.- la prohibición de deducir nuevas acciones de contenido patrimonial.
Como la competencia exclusiva para la verificación de créditos incumbe al
juez del concurso, ello importa el desplazamiento de la autoridad judicial ante la
cual pende el proceso, que deberá declarar de oficio la suspensión del trámite,
salvo en los supuesto de estarse ante juicios de expropiación o aquellos que se
funden en relaciones de familia (únicas excepciones a este principio,
taxativamente legisladas en el punto segundo del citado artículo 21).
¿Verificación tempestiva o continuación del trámite? : una opción
mutuamente excluyente
Dijimos que la disposición legal en estudio regula dos opciones
mutuamente excluyentes:
a) “… pretender verificar su crédito conforme a lo dispuesto en los
arts. 32 y concs….”, o
b) “… continuar el trámite de los procesos de conocimiento hasta el
dictado de la sentencia, lo que estará a cargo del juez del concurso, valiendo la
misma, en su caso como pronunciamiento verificatorio”
Cuadra entonces preguntarse: ¿qué pasaría si el pretenso acreedor, en
tanto actor en un proceso abierto contra el deudor ejerciere la primera opción
contemplada en el citado artículo 21 y se insinuare al pasivo en oportunidad del
artículo 32 sin contar aún con sentencia firme decidiera ?.
Como sostuvimos en el Título II de esta obra, en esta etapa de verificación
tempestiva deben conjugarse los principios de “celeridad del trámite” que
requiere el concurso para una pronta solución al estado de cesación de pagos,
y el propio de raigambre constitucional del “debido proceso adjetivo”,
materializado por el derecho a ser oído, a ofrecer y producir prueba y a una
decisión fundada, propio de un proceso de pleno conocimiento.
Por ello es que la instancia del artículo 32 –no obstante las marcadas
diferencias doctrinarias en torno a su naturaleza jurídica- constituye un proceso
contradictorio atenuado que se traduce en una etapa informativa e instructoria,
de conocimiento abreviado, realizada en la esfera del Síndico, a quien compete
dictaminar y aconsejar sobre la legitimidad de la causa monto y privilegio
invocado en la insinuación fiscal. Y es de presumir que dicho funcionario
concursal razonablemente habrá de desaconsejar la verificación ya que, no
contando con un decisorio firme, carecerá de un título hábil que acredite la
legitimidad del crédito al declararlo líquido y exigible 66.
Y en función del dictamen del síndico y las constancias obrantes en autos,
en esta etapa el juez deberá resolver. Y lo hará con los elementos de juicio con
que cuente –muchas veces insuficientes- pues la finalidad es la de saber
quienes habrán de pronunciarse sobre la propuesta concordatoria con
celeridad, resultando imposible el sometimiento de los pedidos a un trámite
extenso.
66
En similar criterio Rivera Julio “Instituciones de Derecho Concursal” pág 234
Pero con la sentencia del artículo 36 LCQ la conformación del pasivo no
queda finiquitada, pues la resolución así dictada será susceptible de revisión en
una etapa siguiente, desarrollada íntegramente ante el magistrado, de pleno
conocimiento, con amplias posibilidades de debate y prueba, claramente
contenciosa y por tanto dispositiva, dada por el incidente de revisión 67, que
habrá de plantearse dentro de los veinte días siguientes a la fecha de la
sentencia de verificación 68, y que ahora sí deberá tenerse como todo un
proceso, que comienza con una demanda judicial, en la que habrá de
garantizarse el derecho a ser oído, a ofrecer y producir prueba, y finalizará con
una decisión fundada al dictarse la respectiva sentencia 69.
En otros términos, el acreedor deberá intentar su reconocimiento por
vía del incidente de revisión del artículo 37, en el cual se habrá de
reproducir el proceso de conocimiento pleno suspendido.
Es por esta razón, para evitar el absurdo de obligar al acreedor a
insinuarse tempestivamente al pasivo con la casi certeza de que su crédito será
rechazado, que la ley ha instituido el régimen opcional a través del cual aquel
acreedor, (y sólo aquel), elegirá el camino que estime más idóneo, disponiendo
a su arbitrio:
a.- consentir la suspensión y acudir a la verificación conforme al
procedimiento del artículo 32 y concordantes (con los efectos que apuntamos);
b.- continuar el trámite del proceso de conocimiento por vía incidental 70
ante el juez del concurso.
En este último caso, la sentencia que oportunamente dicte el magistrado
concursal (quien habrá ordenado las medidas pertinentes para adecuar el
proceso al nuevo trámite según el avance que presente 71) una vez firme,
importará resolución verificatoria del crédito. Y será en este caso en que resulte
operativo el instituto en estudio.
c. El por qué de su regulación
En materia concursal, atento el carácter universal de este tipo de
procesos, se ha establecido el fuero de atracción propendiendo a que se
concentren ante el mismo Tribunal, y dándole intervención a un único juez,
todas las cuestiones atinentes a un patrimonio que, llegado el caso, se ha de
recaudar, liquidar y transmitir bajo una misma dirección.
Tal concentración busca mantener la igualdad de los acreedores, la
integridad patrimonial y la economía judicial, logrando así mayor celeridad y
seguridad en la administración de justicia. Pues esta paralización de los juicios
singulares evita la injusticia de que “algunos acreedores, mediante la ejecución
individual, y aprovechando la condición de sus respectivos créditos, se
colocaran en situación ventajosa respecto de los demás, o gravaran el pasivo
con gastos innecesarios” 72.

67
Raspall, Miguel ob.cit. pág 27 y sstes.
68
artículo 37 segundo párrafo
69
Confr. Maffía, ob.cit.
70
arts 280 y cdtes. LCQ
71
Ciertos antecedentes admitieron la continuación de los juicios de conocimiento y se aceptó que el juez dictase medidas de
adecuación CNCom Sala A 20/4/88 “Gualdoni c/Patria Cía Arg. De Seguros”; también en los procesos con sentencia de primera
instancia apelada, se resolvió en muchos pronunciamientos que la sentencuia de Cámara debía ser dictada por el Tribunal de alzada
correspondiente a aquel que dictó el pronunciamiento apelado, por lo que el juicio en este estado importaba una excepción de la
atracción v.g. CNCom Sala C 10/3/86 “Rangua SA”; íd Sala E 6/8/87 “Platagoma SRL c/Frigorífico Santa Troda”; íd. 19/12/89
“Diners Club Arg. c/Juez”
72
Castillo, La quiebra en el derecho argentino Tº I pág 133 nº 161
Tal instituto no sólo se funda en razones de conveniencia práctica, sino
también en el interés general de la justicia, que aconseja ese desplazamiento
de la competencia. De allí que sea considerado un instituto de “orden público” y
su vigencia resulte declarable de oficio. 73
Pero debe tenerse presente que su aplicación de ningún modo
conlleva a la extinción del proceso atraído; por el contrario, sólo constituye
un obstáculo a su prosecución en pendencia del concurso o la quiebra.
Consecuentemente, si el proceso no prosperara, podrá entonces proseguir el
juicio contra el deudor.
Ello, claro está, en tanto no hubiere peticionado verificación de crédito,
ejerciendo la opción apuntada supra. Pues en tal caso “si se insinuó al pasivo,
quedó sometido al trámite de verificación concursal, lo que lleva a la extinción
del juicio anterior. Es decir, la solicitud de insinuación, sustrae
definitivamente la cuestión al juez ordinario” 74.

d. El alcance del término “Procesos de conocimiento”


Como indicamos el artículo en estudio otorga la facultad al acreedor para
optar por insinuar su crédito conforme a lo dispuesto en los arts. 32 y concs., o
en su defecto por continuar el trámite de los procesos de conocimiento hasta el
dictado de la sentencia, lo que estará a cargo del juez del concurso, y valdrá
como pronunciamiento verificatorio.
Debe advertirse que la eventual prosecución del juicio que la ley deja en
manos de la actora, se limita a los “procesos de conocimiento” que no
cuenten con sentencia, o en su defecto, cuando existiendo ésta se encontrare
apelada.
No rige respecto de los juicios ejecutivos toda vez que en ellos la causa
no se ventila. En estos casos simplemente se suspenderá el proceso, y
todo acreedor que intente hacer valer su derecho creditorio (aún contando con
sentencia ejecutiva a su favor) se verá obligado a insinuarse al pasivo en
tiempo oportuno, debiendo invocar y probar la causa, monto y privilegio del
crédito del que pretenda favorecerse.
Tal el caso de los juicios de ejecución fiscal iniciados por el ente
recaudador por el procedimiento regulado en el artículo 92 de la ley 11683, y
los propios contenidos en las leyes provinciales para tributos de las diversas
jurisdicciones, en los que se parte de una boleta de deuda que a los efectos
ejecutorios goza de legitimidad y fuerza ejecutoria y revisten el carácter de
instrumentos públicos, por cuanto sólo pueden oponerse excepciones limitadas
que hacen generalmente a su valor extrínseco, pero no analizan (más allá de
su razonabilidad) la legitimidad de la obligación reclamada. 75

e. Procedencia del instituto en materia tributaria


Como expusimos, el fisco deberá concurrir con el universo de los demás
acreedores a insinuar sus acreencias, aún ante el supuesto de haber iniciado
proceso de ejecución fiscal, el que quedará suspendido por la presentación en
concurso.

73
Martínez, Antonio Nicomedes c/ Sucesión Vicente Ovidio Garciulo 08-04-98
74
Ferrara, citado por Maffía Osvaldo en “Verificación de Créditos” 4ª edición, Depalma pág 235
75
C. Nac. Civ. y Com. Fed., sala 2ª, 26/11/1998, - DGI v. COMPAÑÍA ARGENTINA DE CONSTRUCCIONES S.A.
S/EJECUCIÓN FISCAL. CAUSA 40159/95.; ídC. Nac. Civ. y Com. Fed., sala 2ª, 26/08/1997, - EDENOR S.A. v. SALVIA
SAMICA S/EJECUCIÓN FISCAL. CAUSA Nº 53145/95
Y también referimos a la opción mutuamente excluyente con que cuenta el
acreedor que, en tanto titular de un juicio de conocimiento de contenido
patrimonial contra el deudor, prefiriera la continuación del mismo en sede
concursal, por imperio del fuero de atracción, supuesto en el cual, a su turno, la
sentencia que se dicte en el incidente respectivo valdrá como decisión judicial
de verificación de crédito en el concurso.
Sin duda el primer caso será procedente, cuando la pretensión fiscal se
funde en deudas por tributos surgidos de declaraciones juradas presentadas
espontáneamente por el contribuyente. Lo propio ocurrirá cuando se estuviere
ante el cobro de gravámenes liquidados como consecuencia de una
determinación de oficio que se encuentre firme, o sobre multas ejecutoriadas.
Pues en todos estos casos, el fisco concurrirá al concurso con el título de
deuda pertinente. Idéntico será el supuesto de determinación oficiosa no firme,
en la que el fisco renunciara al trámite administrativo, y se sometiera
voluntariamente al decisorio del juez concursal al insinuarse al pasivo en forma
tempestiva.
Pero el problema se plantea cuando la determinación de oficio hubiere
sido objeto de recurso, sea que, tratándose de impuestos se hubiere
interpuesto Recurso Reconsideración o de Apelación ante el Tribunal Fiscal de
la Nación; sea que se estuviere en instancia de apelación limitada ante el fuero
federal. O bien cuando tratándose de recursos de la Seguridad Social, se
hubiere planteado la Impugnación ante el fisco en cualquiera de sus dos
instancias 76 o se encontrare apelada la resolución administrativa ante la
Cámara Federal de la Seguridad Social 77.
En cualquiera de estas hipótesis se nos plantean una serie de
interrogantes en torno a la extensión del instituto del “fuero de atracción” a la
materia tributaria. Para ello deberán analizarse algunas cuestiones nada
pacíficas que podrían sintetizarse con las siguientes preguntas: ¿qué alcance
debe darse al término “juicio” del artículo 21 inciso 1 de la ley 24522?; ¿dicho
precepto resulta abarcativo de los recursos sustanciados en la esfera misma de
la administración?; ¿qué alcance debe darse a los procesos dirimidos en la
órbita de los llamados “tribunales administrativos” (v.g. Tribunal Fiscal de la
Nación)?; ¿qué debe entenderse por el término “actor” en la inteligencia de que
el concepto refiere a juicios de contenido patrimonial “contra el concursado”?

f. El concepto de “juicio”
En los títulos precedentes referimos al principio de la “par conditio
creditorum”, cuyo respeto requiere necesariamente de un único proceso, lo que
equivale a decir un único juez, ya que es impensable que la igualdad se
alcance en tantas actuaciones como acreedores tuviera el concursado.
La razón por la cual no es concebible iniciar o continuar procesos contra el
concursado, radica en que el interés público, que trasciende al concurso,
impone el monopolio de la resolución de la crisis, y por lo tanto la verificación
del pasivo en las formas reguladas por la ley 24522.
El ordenamiento concursal, por razones de su propio y específico
contenido, necesariamente ha tenido que apartarse de las pautas doctrinarias
propias de otras ramas del derecho. Es así como la expresión “juicios de
76
conforme RG (AFIP) 79/98
77
ello no obstante el requisito de pago previo, que de acudirse luego de la presentación en concurso preventivo resultaría de
imposible cumplimiento por imperio de ley, a más que una vez intentado operaría su atracción al juez del concurso, por
incompetencia.
contenido patrimonial” alude a todos los juicios que “tengan relación con bienes
o con contenido económico”. En otros términos, alude a aquellas acciones “que
requieran deudas o pretenden algún derecho sobre los bienes del deudor, o la
declaración de una deuda” 78.
Siguiendo a Richard, Maldonado y Alvarez 79, respecto al trámite en sede
administrativa, pese a los vocablos utilizados en los artículos 22 y 136 de la ley
concursal, el artículo 11 inc. 5 del mismo cuerpo normativo, entendido como un
sistema, permite inferir que le es aplicable el instituto de la suspensión de los
procesos y atracción del concurso, siempre que no se trate de una mera
determinación de oficio, “sino en aquellos casos en que se encuentre
controvertida la determinación del impuesto en sede administrativa, con
participación del concursado (v.gr. un recurso de reconsideración)”.
En similar criterio, Quintana Ferreyra 80 afirma que el vocablo “juicio” tiene
un sentido amplio, al punto que la Corte ha interpretado que “no se advierte
motivo valedero para excluir del art. 22 (actual artículo 21 s/Ley 24522) las
contiendas tramitadas ante el Tribunal de Arbitraje General de la Bolsa de
Comercio de Buenos Aires, toda vez que aquellas deben considerarse
comprendidas en el concepto amplio de juicio, empleado en la disposición
legal, habida cuenta que los pronunciamientos de dicho tribunal tienen carácter
decisorio definitivo. Ello es además congruente con los fines y fundamentos
que inspiran la norma en cuestión, cuales son el carácter universal del juicio de
concurso preventivo, el principio de la pars conditio creditorum y sobradas
razones de economía procesal” 81.
En otro pronunciamiento dicho tribunal superior, al hacer referencia al
inciso 2 del artículo 22 de la ley 19551 que ordenaba la radicación ante el juez
del concurso de todos los juicios suspendidos categóricamente sostuvo que “la
misma jurisdicción judicial no importa exclusión de los procesos tramitados
ante tribunales ajenos al Poder Judicial, sino que se refiere a la competencia
territorial” 82 .
No obstante la contundencia de dichos pronunciamientos, la doctrina
jurisprudencial de la Cámara Comercial no ha sido conteste. Tal la oportunidad
en que sostuvo que “el fuero de atracción regulado en el artículo 21 de la ley
24522 no comprende a las actuaciones o procedimientos de índole
administrativa, máxime si se trata -como en la especie- de una resolución de la
Administración Federal de Ingresos Públicos, realizada en ejercicio del poder
de policía del Estado, asignado al Poder Ejecutivo por la Constitución Nacional,
que por la índole jerárquica de la relación que presupone resulta inasimilable a
las relaciones patrimoniales de carácter privado, mentadas en el artículo 21,
inciso 1), de la ley 24522”.83

g. El procedimiento administrativo y el Tribunal Fiscal de la Nación


Este criterio amplio de juicio, que extiende su alcance hacia los procesos
tramitados en tribunales ajenos al Poder Judicial, se encuentra asimismo

78
Richard Efraín “Efectos de los concursos sobre las acciones contra el concursado” en Cuadernos de los institutos, Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales UNCórdoba 1975
79
“suspensión de acciones y fuero de atracción en los concursos” Astrea, pág 84
80
Concursos, Ed. Astrea, Tº I pág 275
81
CSJN 27/12/78 Fallos 300.1312 y LL 1979-B 470
82
CSJN 27/12/78 Fallos 300-1312 y LL 1979-B-470
83
JUGOS DEL SUR S.A. s/CONCURSO PREVENTIVO s/INCIDENTE DE APELACION ART. 250 - C.N.COM. - SALA A -
14/7/2000
reforzado en atención a las disposiciones del artículo 11 inciso 5 de la ley
24522, que ordena categóricamente que el deudor debe acompañar “detalle de
los procesos judiciales o administrativos de carácter patrimonial en
trámite…”, reproduciendo similar prescripción a la contenida en su antecesora
19551. En mérito a dicha información, el juez, sea de oficio o a pedido del
síndico, debe remitir las rogatorias necesarias para la suspensión de los
trámites 84.
Así, si bien dentro de nuestro régimen constitucional, la Administración no
debe tener potestades jurisdiccionales, en algunos casos el derecho positivo
refiere a la actividad jurisdiccional administrativa, debiendo por tanto reputarse
los procedimientos específicos en la materia en debate como “juicio de
contenido patrimonial” en el sentido que lo otorga al término el artículo 21 inciso
1 de la ley 24522.
Vale como ejemplo en el artículo 99 del decreto 1759/72 que reglamenta
la ley de 19.549 de procedimientos administrativos, cuando regula que
“Tratándose de actos producidos en ejercicio de una actividad jurisdiccional,
contra los cuales estén previstos recursos o acciones ante la Justicia o ante
órganos administrativos especiales con facultades también jurisdiccionales, el
deber del superior de controlar la juridicidad de tales actos se limitará a los
supuestos de mediar manifiesta arbitrariedad, grave error o gruesa violación de
derecho. No obstante, deberá abstenerse de intervenir y en su caso, de
resolver, cuando el administrado hubiere consentido el acto o promovido -por
deducción de aquellos recursos o acciones- la intervención de la Justicia o de
los órganos administrativos especiales...”
El reconocimiento de estas facultades a órganos administrativos es uno
de los aspectos que, en mayor grado, atribuyen fisonomía relativamente nueva
al principio atinente a la división de poderes. La Corte Suprema ha resuelto, en
numerosos fallos, que es compatible con la Ley Fundamental la creación de
órganos, procedimientos y jurisdicciones especiales -de índole administrativa-
destinados a hacer más efectiva y expedita la tutela de los intereses públicos,
habida cuenta de la creciente complejidad de las funciones asignadas a la
administración (v.g.entes reguladores de servicios privatizados).
Esa doctrina, tendiente a adecuar el principio de la división de poderes a
las necesidades vitales de la Argentina contemporánea y delinear el ámbito
razonable de la Constitución Nacional, se apoya, implícitamente, en la idea de
que ésta es una creación viva, capaz de regular previsoramente los intereses
de la comunidad en las progresivas etapas de su desarrollo. Tal la doctrina del
renombrado pronunciamiento de la Corte Suprema, dictado en autos
Fernandez Arias, Elena c/Poggio, Jose (sucesión) 85.
En efecto, a más que se niegue en el plano teórico la posibilidad de que
determinados entes u órganos administrativos ejerzan funciones
jurisdiccionales, lo cierto es que la realidad legislativa y jurisprudencial imponen
su reconocimiento y obliga a diferenciar el acto jurisdiccional de la
Administración del mero acto administrativo, cuyo régimen jurídico es
sustancialmente diferente 86.
Sentados estos preceptos, debemos entonces preguntarnos si el concepto
de fuero de atracción contemplado en el ordenamiento ritual concursal en

84
CNCom Sala C 6/6/74 ED 56-496
85
CSJN. - 19/9/60
86
Cassagne, Juan Carlos, “Derecho Administrativo” Tomo I Abeledo Perrot, pág 85 y sstes
estudio, involucra procesos contenciosos que tramitan en órganos dotados de
jurisdicción, pero que no por ello pasan a formar parte del poder judicial.
Compartimos sobre el punto lo sostenido por Manuel María Diez 87, en
torno a que no existe diferencia sustancial entre el acto administrativo y el
llamado acto jurisdiccional de la Administración; y si no hay tal diferencia en
cuanto a su régimen jurídico, el empleo de una palabra nueva “no importa crear
una categoría distinta del acto, por lo que el acto que dicta la Administración
actuando como parte y resolviendo una contienda con motivo de un recurso
interpuesto será un acto administrativo y no jurisdiccional”.
No obstante ello, no es desechable la postura esgrimida por quienes
sostienen que resultaría inviable la prosecución de todo trámite vinculado con
obligaciones tributarias por causa o título anterior al concurso en instancia
administrativa por incompetencia sobreviniente, debiendo instarse la
continuidad del proceso ante el juez del concurso.
Ello en punto a que, frente a una realidad que reconoce la posibilidad de
habilitar a órganos administrativos para el ejercicio de funciones
jurisdiccionales sin agraviar el principio de división de poderes, ha de
garantizarse el “control judicial suficiente”, entendido éste como: a) el
reconocimiento a los litigantes del derecho a interponer recursos ante los
jueces ordinarios; b) la negación a los tribunales administrativos de la potestad
de dictar resoluciones finales en cuanto a los hechos y al derecho
controvertidos con excepción de los supuestos en que, existiendo opción legal,
los interesados hubieren elegido la vía administrativa, privándose
voluntariamente de la judicial 88. Y esta revisión jurisdiccional se dirimirá
indubitablemente ante el juez del concurso.
Esto es, la resolución sobre la integración de sus pretensiones a la masa
pasiva recaería sobre el juez concursal. Y es doctrina de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, que “el caso contencioso administrativo se produce
cuando hay denegación de un derecho y requerimiento de ese derecho ante la
corte... por vía de juicio pleno”, agregando que las gestiones y recursos previos
a la instancia judicial, como los ventilados en la instancia administrativa, son
“equivalentes en realidad a las extrajudiciales hechas por los particulares antes
de someter sus controversias a los tribunales, no suponen prórroga de
jurisdicción, no importan juicio, ni la pérdida del derecho de acudir a la
autoridad competente para reclamar las reparaciones debidas” 89.
Por lo expuesto, concluimos que, aún en el caso de considerarse el
trámite administrativo ajeno a la “vis attractiva”, el juicio contencioso tributario
será tal, sólo cuando se sustancie ante un Tribunal de Justicia, y éste no podrá
ser otro que el del concurso, toda vez que por imperio legis la sentencia “estará
a cargo del juez del concurso”, siendo su competencia al efecto improrrogable.

h. Nuestra posición
Si bien ambas posiciones cuentan con acabados fundamentos, nos
inclinamos por el alcance más limitado del instituto, considerando que el juicio
contencioso tributario será tal, sólo cuando se sustancie ante un Tribunal de
Justicia. Caso contrario la resolución que se dicte no sale de la esfera de la
administración.

87
Manual de Derecho Administrativo Tomo 1º, Editorial Plus Ultra, pág 66
88
Fallos 247.646 y sstes, 249.715 t sstes., 255.124 y sstes
89
De Vedia Agustín “Derecho constitucional y administrativo” Ediciones Macchi , pág 534
En tal inteligencia, sólo los procesos que se sustancien ante la justicia 90,
frente a la incompetencia sobreviniente, serán traídos al proceso concursal y
tramitarán por vía incidental conforme las prescripciones que en materia de
fuero de atracción impone el artículo 21 LCQ.
Ello claro está, en tanto no se renuncie a ellos en forma tácita, a través de
la insinuación tempestiva del artículo 32 LCQ. Pues de haber “optado” por esta
alternativa, habrá voluntariamente renunciado a la prosecución del
procedimiento en instancia administrativa, sometiéndose al decisorio del juez
concursal.
Si por el contrario, el fisco no se hubiera insinuado al pasivo como los
demás acreedores, optando por proseguir con las actuaciones administrativas
(incluso en instancia del TFN), una vez resueltos, sólo podrá hacerlo por vía de
incidente de verificación tardía ante el juez concursal. Ello en tanto el proceso
se mantuviere vivo, por no haberse cumplido el plazo de prescripción abreviada
dispuesto por el artículo 56 LCQ.
Y por muy particular que resulte su estructura administrativa, no habrá
sino de imputarse a dicha repartición el eventual retardo en la insinuación de
sus créditos, los que, como suele ocurrir, surgen de un procedimiento de
fiscalización que recién se inicia con la orden de intervención librada a raíz de
la apertura del concurso o la declaración de quiebra 91. En tal supuesto, al igual
que cualquier otro acreedor, habrá de soportar las costas por la presentación
intempestiva.
Tanto más, cuando “no se encuentra en tela de juicio si el fuero concursal
cuenta con facultades de revisión de la validez de una determinación tributaria
que hubiere quedado firme en sede administrativa” 92. Ello sentado no obstante
su validez, en los hechos se torna sin sentido, y aún dilatorio para la
conformación de la masa pasiva, la prosecución de la vía administrativa y
aguardar a un tardío pronunciamiento que sólo revestirá el carácter de cosa
juzgada formal.

i. Referencia al Actor
Como apuntamos precedentemente, el artículo 21 de la ley ritual
concursal, regula que la apertura del concurso preventivo produce la radicación
ante el juez del concurso de los juicios de contenido patrimonial contra el
concursado. Acto seguido, pone en cabeza del “actor” el ejercicio de la opción
de insinuarse al pasivo en cumplimiento de la carga del artículo 32 LCQ, o en
su defecto, continuar el trámite de los procesos de conocimientos ya iniciados
en sede del concurso.
Así, el instituto del fuero de atracción juega respecto de aquellas acciones
donde el concursado resulte demandado, es decir en forma pasiva, como un
modo de concertar las causas ante el juez del proceso universal, donde se
convoca a todos los acreedores, ya sea para un concurso preventivo o
liquidatorio. Cuando se tratare de una acción donde el concursado asume el
papel de parte actora, tendiente a la determinación de créditos a su favor, ello
la coloca fuera del fuero de atracción 93.
90
Conforme la competencia que corresponda según se trate de obligaciones impositivas o de la seguridad social como expusimos
supra, o ante la justicia provincial cuando se tratare de tributos locales.
91
CCivil y Com. Trenque lauquen, 27/8/96 “Cooperativa Agropecuaria Pehuajó” LLBA 1997-670
92
Considerando 9 de la sentencia en autos “Zanella San Luis SAIC” CNACA Sala I 7/12/99
93
M. De Bucia Por Avoc. De Ricardo Lona, Juez Federal En: Frias, Navor c/YPF - CSJN - 22/10/1991; Íd Corte Sup., 13/02/1996, -
Rigo, Roberto A. s/ recurso extraordinario en Jalil A. Fuhad v. Banco Central de la República Argentina s/ fuero de atracción).Fallos
Y en torno a las actuaciones y procedimientos administrativos se sostuvo
que el artículo 21 de la ley 24522 no las comprende toda vez que en ellos “el
rol de la concursada -apelante- tiene perfil actor -ya se trate de recurso de
índole administrativa o judicial- y es sabido que el fuero de atracción opera
pasivamente. Por ello, cabe desestimar el planteo en cuanto a la competencia
del juez del concurso”. 94
Ahora bien, sin negar el principio general de que el actor es quien goza
de la facultad para elegir entre continuar con el proceso en curso (si bien por
vía incidental en el concurso) o insinuarse al pasivo como el resto de los
acreedores, y más allá de los pronunciamientos citados, es indudable que para
un acabado esclarecimiento del tema debe privilegiarse el verdadero sentido
del artículo 21 en estudio. Esto es, que “el crédito cuestionado es una
acreencia reclamada por la dgi y consiste en un reclamo patrimonial del
ente fiscal contra los ahora concursados, en que por el particular régimen
procesal en materia tributaria, el reclamante –DGI- se transforma en
demandado.” 95 Empero las formalidades procesales establecidas no pueden
esconder la realidad y quitar del ámbito del juicio universal un crédito que debe
ser tratado en el ámbito del concurso, independientemente de la denominación
que se haya utilizado para designar a las partes.
En tenor de tal razonamiento, es una vez más la Cámara del fuero
especializado en materia de impuestos que, en autos “Gauchant, Enrique
Pedro” 96 y la que hace lugar al fuero de atracción solicitado, ordenando la
remisión de los autos al juzgado de tramitación del concurso. 97
Sin duda un tema controvertido que pudo haberse regulado
adecuadamente en oportunidad de las dos reformas del último año.
i. Otros antecedentes jurisprudenciales en materia de competencia.
Más allá de los precedentes citados en los capítulos precedentes, los que
por cierto resultan para nada pacíficos, y al sólo efecto de aportar más
elementos a la controversia, apuntaremos seguidamente algunos antecedentes
jurisprudenciales que complementan los antes comentados.
Principio rector: “el fuero de atracción”
En el espíritu del legislador de la ley 24522 primó la idea de
otorgar una competencia amplia al juez del concurso, la que sólo no habrá de
operar en supuestos excepcionales: ello es consecuencia de los caracteres de
unidad y universalidad del proceso, sin perjuicio de atender a otros principios
procesales, que autorizan a desplazar la competencia y que, en el caso que
tiene por objeto la disolución y liquidación de la sociedad demandada, deberán
operar a favor del juez del concurso, tales como el de conexidad, en orden al
objeto y los sujetos involucrados. 98
Las normas de la Ley de Concursos son de orden público, en
particular aquellas referidas a la asignación de la competencia.
Consecuentemente, solo en aquellos supuestos contemplados por la ley,

T. 319, P. 109.
94
JUGOS DEL SUR S.A. s/CONCURSO PREVENTIVO s/INCIDENTE DE APELACION ART. 250 - C.N.COM. - SALA A -
14/7/2000
95
Adorno Adriana en Jurisprudencia Fiscal Anotada, Impuestos 06/2001 pág 19
96
CNACAF Sala IV 24/5/2001 que revoca el pronunciamiento dictado por TFN Sala B 15/8/00
97
En sentido contrario, negando la procedencia de la vis atractiva “Baurescard SA s/Apelación” TFN Sala B 15/8/00; íd CSJN
Ostrimet SA 5/4/91; Hilanderías Luján SA 30/9/86; Casa Marroquiín SRL 31/3/87; Lumicot SAICAFI 10/3/87; íd “Juan Walicki
SRL en formación” TFN Sala A 25/9/2000
98
Corte Sup.,01/06/2000, - Tuchin, Samuel v. Empresa Gral. Urquiza S.R.L. s/ sumario.).Fallos T. 323, P. 1538
corresponderá el desplazamiento de la competencia del juez que debe
entender en el concurso. 99
La apertura del concurso produce consecuencias de orden
sustancial y formal de enorme relevancia, que llevan a la consagración y
efectiva aplicación de los principios liminares del proceso, como el de defensa
en juicio, concentración de los procesos - como modo de favorecer la economía
procesal y seguridad jurídica - así como el de inmediación, los que contribuyen
al destino final de la prestación de un buen servicio de justicia. 100

Antecedentes en la Seguridad Social


La Cámara Federal de la Seguridad Social ha declarado su
competencia para entender en impugnaciones por deuda determinada por el
organismo previsional o la Dirección General Impositiva aún encontrándose en
concurso preventivo el recurrente. Se funda esta decisión en que las
disposiciones de la ley concursal tienen un alcance específico no aplicable a
estas actuaciones que tienen en mira una etapa procesal de conocimiento
previo al eventual reclamo patrimonial directo a ser encarado ante el Juzgado
Comercial 101.
Tan es así que, pendiente una resolución del órgano
administrativo ante la puesta en marcha de un procedimiento impugnatorio del
particular, la deuda determinada a priori no causa ejecutoria y, por ende, no se
encuentra expedita a fin de encarar su reclamo por la vía pertinente. Ello recién
sucederá consentida o confirmada tal resolución, sea en la instancia
administrativa, sea por decisión firme del Tribunal Judicial interviniente. 102
La causa Iniciada ante la Cámara Federal de la Seguridad Social
(Sala III), con motivo del recurso de apelación interpuesto por Loba Pesquera
S.A.M.C.I. contra la resolución de la A.F.I.P. que desestima la impugnación de
actas de inspección e infracción, fue remitida al Juzgado Comercial en virtud
del fuero de atracción que ejerce el concurso de la apelante. E titular de éste
último tribunal, puso de resalto, que en el caso, no procedía la aplicación de
dicho Instituto, por considerar que la concursada reviste el carácter de parte
actora, motivo por el que dispuso el envío de los autos a la CSJN al suscitarse
una contienda de competencia que debe resolverse de conformidad con lo
dispuesto por el artículo 24, inciso 70, del decreto-ley – 1285/58, texto según
ley 21.708 toda vez que no existe un tribunal superior a ambos órganos
judiciales en conflicto.
Cabe señalar en primer lugar que el fundamento sostenido por el
magistrado comercial respecto al carácter de actor que reviste el concursado,
no se ajusta a lo que surge de las actuaciones porque en el caso se trata de
una pretensión crediticia reclamada por la AFIP, apelada por el concursado y
que no ha sido resuelta por la Sala III de la Cámara Federal de la Seguridad
Social. En el sub-lite se verifica la situación prevista en los precedentes de la
CSJN que señalan que el fuero de atracción sólo podría operar después de la
intervención del tribunal de alzada, y en el supuesto de que éste confirmara la

99
Corte Sup., 17/03/1992, - Savico SA. v. Tietar SACIF. Y A. s/ ordinario.
100
Corte Sup., 19/10/1995, - Banco de la Provincia de Río Negro v. Otero, Eduardo Alberto s/ petición de
quiebra.).Fallos T. 318, P. 2027
101
CNSS - Sala III - expte. 65.579/93 - "Aceros Puesto Viejo SA c/DGI s/impugnación de acta"; íd. SANATORIO
ARGENTINO SA c/DGI - CFSS - SALA II - 30/9/1997
102
CARBOMETAL SAIC c/DGI s/IMPUGNACION DE DEUDA - CFSS - SALA II - 30/9/1998
decisión de la AFIP, se habilitaría la radicación de la causa ante el tribunal del
concurso.
Consecuentemente se resolvió que la causa debió continuar con el trámite
del recurso concedido ante la Sala III de la Cámara Federal de la Seguridad
Social. y expedirse sobre el mismo cumplido lo cual habría de darse curso a la
actuación que corresponde conforme al estado de autos 103.
Pago previo
La Corte ha dicho en reiteradas oportunidades que, si bien el
artículo 15 de la ley 18820 impone un requisito indispensable para la viabilidad
del recurso de apelación, sin que ello importe una restriccion inconstitucional a
las garantías de igualdad y de defensa en juicio (Fallos - T. 155 - pág. 96; T.
162 - pág. 363; T. 235 - pág. 479; T. 238 - pág. 418; T. 247 - pág. 181; T. 261 -
pág. 101, y sus citas: T. 288 - pág. 287; T. 296 - pág. 57, entre otros), existen
situaciones que quedan comprendidas dentro de las hipótesis de excepción
que la doctrina de aquélla así ha considerado: desproporcionada magnitud del
monto del depósito con relación a la concreta capacidad económica del
apelante, que tornaría ilusorio su derecho en razón del importante
desapoderamiento que podría significar su cumplimiento (CSJN - Fallos - T.
247 - pág. 181; T. 250 - pág. 208 y fallo allí citado; íd. "Mussio Hnos. SA
s/impugnación actas de inspección" - 25/3/1986; y específicamente, dictamen
del señor Procurador General de la Nación Argentina - 26/7/1985 - Cons. IV), el
supuesto de monto excepcional y la falta comprobada e inculpable de los
medios para enfrentar su erogación (Fallos - T. 256 - pág. 38 y T. 261 - pág.
101), y cuando a través del requerimiento de esta clase de recaudos se revele
en modo inmediato e inequívoco un propósito persecutorio o una desviación de
poder de parte de los órganos administrativos de aplicación (Fallos - T. 288 -
pág. 287 - Cons.10) 104.
Si bien la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha destacado
que la exigencia del depósito previo resulta un requisito de admisibilidad del
recurso, admitió como excepciones los casos de desproporcionada magnitud
del monto a depositar con relación a la capacidad económica del apelante y la
falta comprobada e inculpable de los medios para afrontar dichas erogaciones
(cfr. "Dintel SA" - 11/9/1990 y "Villar Hnos. y Cía. SRL" - 10/10/1985), o cuando
el requerimiento evidencia, en forma inequívoca, un propósito persecutorio por
parte de los organismos administrativos. En consecuencia, corresponde
concluir que se dan los supuestos para tener por habilitada la instancia y
proceder a analizar el fondo de la cuestión traída a conocimiento, cuando el
estado concursal del recurrente evidencia su situación económico-financiera. 105
En este sentido se entiende que el requisito impuesto por la ley
18820, ante el estado concursal del apelante, debe ser obviado. Aquél
demuestra prima facie, la dificultad económico-financiera por la que atraviesa el
apelante y lo gravoso de tal imposición, si con la misma se le impide (ante la
imposibilidad de afrontarla) revisar en la instancia judicial una resolución
administrativa que le ha sido desfavorable, contra su derecho de defensa
constitucional aceptado. 106
103
LOBA PESQUERA SAMCI C/ AFIP S/ IMPUGNACIÓN DE DEUDA SEL/LOZ 11/6/2003

104
LENCEMAR SA c/DIRECCION GENERAL IMPOSITIVA s/IMPUGNACION DE RESOLUCION - CFSS - SALA I -
8/11/1999
105
CARBOMETAL SAIC c/DGI s/IMPUGNACION DE DEUDA - CFSS - SALA II - 30/9/1998
106
SANATORIO ARGENTINO SA c/DGI - CFSS - SALA II - 30/9/1997, entre muchos otros
Materia Impositiva
En lo que hace a la verificación de los créditos fiscales, cabe tener
presente que no juega el fuero de atracción, y resulta incontestable el crédito
establecido mediante el procedimiento administrativo específico previsto 107.
En materia impositiva, el art. 22 de la ley 19551 sólo impide que
se realicen procesos de ejecución fuera del concurso, pero no veda al
organismo competente la determinación de obligaciones tributarias anteriores a
la fecha de iniciación de aquél y de las sanciones pecuniarias que se vinculen
con ellas.108
El art. 22 de la ley 19551 no autoriza a reemplazar, en materia
impositiva, el procedimiento de impugnación específicamente previsto ni a
suplir la inactividad de los responsables en la forma y plazo establecido por la
ley de la materia, con el consecuente detrimento de la competencia de la
justicia nacional a la que se le ha acordado el conocimiento exclusivo de los
litigiosos en torno a la procedencia de tributos y sanciones. 109
Si bien es cierto que el legislador ha establecido en la ley 11.683,
un trámite especifico y los órganos competentes para entender en el
procedimiento tributario en sus diversas fases, también lo es que en la ley de
concursos, ante una situación excepcional, cual es el estado de cesación de
pagos de una persona física o jurídica que recurre o es llevada a un juicio de
carácter colectivo donde se halla involucrada la totalidad del pasivo y del activo
del deudor, establece procedimientos específicos y obligatorios para la
totalidad de los acreedores, sin distinción de la naturaleza del crédito salvo las
limitadas excepciones allí previstas. El mencionado procedimiento, consiste en
la obligación del acreedor de verificar la pretensión crediticia en un trámite de
naturaleza ordinaria y plena que hace cosa juzgada formal y material, donde
intervienen no sólo el pretensor y el deudor, sino la sindicatura y los demás
acreedores, quienes también pueden impugnar la pretensión en cuanto a su
entidad y privilegio y hacerse parte en el proceso. A esos fines ha dispuesto
mecanismos e institutos de carácter excepcional, que atienden a asegurar el
orden público e interés general y a principios superiores que preservan la
seguridad jurídica e igualdad de trato, como es el de desplazar la competencia
judicial original o exclusiva otorgada a determinados tribunales en otras normas
legislativas.
Por tal razón estimo que las actuaciones resultan alcanzadas por el
fuero de atracción previsto en el artículo 21 de la ley 24.522, debiendo
incorporarse al procedimiento de verificación ya iniciado por la Dirección
General Impositiva, para lo cual deben remitirse al tribunal donde tramita el
concurso, una vez cumplido el procedimiento administrativo ya en curso
ante el Tribunal Fiscal de la Nación, destinado a revisar la determinación
del crédito efectuado por la D. G . I. 110
V.E. tiene reiteradamente dicho, que en aquellos casos
donde una causa se encuentra con apelación consentida ante un tribunal de
alzada, es éste quien debe intervenir en los recursos pendientes; sin perjuicio

107
“Fisco Nacional (DGI) s/Incidente de Verificación en Metalúrgica el Indio s/Quiebra” ED 16-9-99 CACC Bahía Blanca
Sala I 27/4/99,
108
Corte Sup., 09/04/1987, - Dirección General Impositiva.).Fallos T. 310, P. 785.
109
Corte Sup., 09/04/1987, - Dirección General Impositiva.).Fallos T. 310, P. 785.

110
“Supercanal SA s/Apelación” CSJN 02/06/2003
de la ulterior remisión al juez que finalmente corresponda seguir entendiendo
en el proceso (v. Fallos: 301:514; 310:735;320:1348).
A mi modo de ver, en el caso se verifica la situación prevista en los
precedentes de V.E. por lo que el fuero de atracción sólo podría operar
después de la intervención del tribunal de alzada, y en el supuesto de que éste
confirmara la sentencia ya dictada, se habilitaría el fuero de atracción y
correspondería remitir el juicio al tribunal del concurso.
Consecuentemente, opino que hasta el dictado de la sentencia definitiva del
tribunal de revisión, la causa deberá continuar en dicho ámbito; es decir que
corresponde el tratamiento del recurso pendiente por la Sala IV de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal y en su caso
de confirmarse el fallo del Tribunal Fiscal deberá remitirse la causa para su
ulterior trámite al juzgado del concurso

La prescripción tributaria

La prescripción es la extinción de los derechos por el paso del tiempo y está


basada en el principio de seguridad general.

Prescriben a los cuatro años los siguientes derechos y acciones:

- El derecho de la Administración para determinar la deuda tributaria mediante


la oportuna liquidación; iniciándose el cómputo desde el día siguiente al de
finalización del plazo para presentar la declaración o autoliquidación.

- El derecho de la Administración para exigir el pago de las deudas tributarias


liquidadas y autoliquidadas; iniciándose el cómputo desde el día siguiente a
aquel en que finalice el plazo de pago en período voluntario.

- El derecho a solicitar las devoluciones y el reembolso del coste de las


garantías; iniciándose el cómputo desde el día siguiente a aquel en que finalizó
el plazo para solicitar la devolución, o aquel en que adquirió firmeza la
resolución o sentencia que declare improcedente el acto impugnado.

- El derecho a obtener las devoluciones y el reembolso del coste de las


garantías; iniciándose el cómputo el día siguiente a aquel en que finalizó el
plazo para efectuar la devolución, o aquel en que se notifique el acuerdo donde
se reconozca el derecho a percibir la devolución o el reembolso del coste de
las garantías.

SOLICTUD DE PRESCRIPCION EN MATERIA TRIBUTARIA

REQUISITOS:

1. Solicitud simple firmada por el solicitante u representante legal (En el


caso de arbitrios se debe presentar una solicitud por predio y año a
prescribir).
2. Exhibir original y presentar copia del documento de identidad del
contribuyente o de su representante legal, de ser el caso.
3. En el caso de representación, presentar poder que faculta al
representante legal.
4. Pago de S/. 32.00 por derecho de prescripción (En el caso de arbitrios
es por cada predio y año a prescribir).

DESCARGAR E IMPRIMIR FORMATO

Puede presentar su solicitud de prescripción en el Departamento de Gestión


Documentaria del SAT ubicada en la of. 21-22 del Centro Cívico, así como en
todas las mesas de partes de nuestra Agencias Descentralizadas.

Horario de atención:
Lunes a Viernes de 8:00 a.m. a 4:00 p.m.

LA PRESCRIPCIÓN DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA. UN ESTUDIO


JURISPRUDENCIAL
Fernández Junquera, Manuela. (Ed. Aranzadi)
Precio:28,74 €
ISBN: 8484106519.
284 p. ; 23x15 cm. - 1ª ed., 1ª imp. (2001).
Título sin existencias Ver libros relacionados
Recibir un email cuando tengamos disponibilidad

La prescripción de la obligación tributaria es tema de gran importancia práctica


por los efectos extintivos que produce. En este trabajo se examinan sus
particularidades, como la aplicación de oficio o la renuncia a la prescripción
ganada, y problemas específicos como el cómputo de plazos y su interrupción,
etc. siempre al hilo de la jurisprudencia, con rigor y de forma crítica. De gran
utilidad, pues, para la Administración, abogados, judicatura y estudiosos de
temas tributarios

Qué Plazo Tiene Hacienda para Cobrar


Guía para saber cuándo prescribe una deuda que el Fisco le reclama

Por Antonio Sierra

Desde el mismo momento en que se supo que Hacienda había 'perdonado'


durante la etapa socialista deudas tributarias por valor de más de 200.000
millones, muchos ciudadanos se preguntan cuáles son los plazos legales para
que prescriba una cuenta pendiente con el Fisco.
La primera recomendación de cualquier experto es que conserve los
resguardos del Impuesto de la Renta durante cinco años, por si Hacienda llama
a su puerta para decirle que hubo algo que no declaró. Así lo recoge el artículo
64 de la Ley General Tributaria.
Ese periodo de cinco años, al final del cual prescriben todas las deudas
tributarias, empieza a contar desde que acaba el denominado 'plazo voluntario'
para declarar un impuesto. Es decir, la Renta de 1996 -la que usted declarará
antes del 30 de junio de 1997- prescribirá el 30 de junio del año 2002.
Hay una tendencia a disminuir los plazos de prescripción de las deudas
tributarias. De hecho, el Estatuto del Contribuyente, recientemente aprobado en
Consejo de Ministros y que será debatido próximamente en las Cortes, incluye
la intención de reducir a cuatro años el plazo de prescripción para aquellos
contribuyentes que sean cumplidores con la Hacienda pública.
La filosofía de esta nueva iniciativa es la siguiente: si usted presenta todos sus
ingresos, aunque se haya equivocado en las sumas ('errores de hecho'), su
plazo de prescripción quedará reducido a cuatro años, porque se parte de la
base de que usted no ha querido ocultar ingresos al Estado. Por el contrario, si
usted hace una declaración en la que está disimulando ingresos, no sólo no se
le reducirá de cinco a cuatro años la prescripción de la deuda tributaria, sino
que se le aumentará de cinco a seis años.

'Prescribe' pero no 'caduca'.


Para entender el concepto de 'prescripción fiscal' conviene conjugarlo con otro,
el de 'caducidad'. La prescripción se puede parar; en cambio, el plazo de
caducidad se acaba cuando llega la fecha fijada sin que se pueda hacer nada
para alargarlo. Cuando una deuda tributaria caduca ya se pueden tirar los
papeles porque nadie le podrá reclamar.
La prescripción actualmente vigente de cinco años se aplica cuando no hay
ninguna actuación ante la Hacienda Pública en ese plazo. En cambio, la
prescripción se extenderá en el tiempo si el sujeto pasivo o Hacienda cursan
alguna actuación. Por ejemplo, si el contribuyente hace una declaración
complementaria para reconocer ingresos no declarados cuando debió hacerlo.
A partir de la fecha en que presente la complementaria, empezarán a contar de
nuevo los cinco años. Otro ejemplo es cuando usted solicita la devolución de
unos ingresos porque pagó de más.
Se ha visto cómo se puede detener el proceso para que vuelva al principio.
Pero hay otra actuación que usted no puede controlar: la Inspección de
Hacienda. Cuando aparece la Inspección se paraliza automáticamente el plazo
de prescripción. Sólo cuando ésta acaba, vuelve a contar desde el momento en
que se paró.
Si la inspección tiene lugar tres años después de que usted declarase sus
impuestos y se extiende durante otro año más, deberán transcurrir otras dos
anualidades para que el plazo del impuesto analizado prescriba. Es decir, si el
Impuesto de la Renta de 1996 que se declara en 1997 es objeto de inspección
un día antes de prescribir, el plazo se interrumpe y llegará hasta el año 2002.

Los 'seis meses'.


Pero todo tiene su límite. La Inspección no puede dejar transcurrir
injustificadamente seis meses con total inactividad. Si transcurre más de medio
año y el contribuyente no ha sido informado de ninguna actuación de Hacienda
sobre su caso inspeccionado, no se considera interrumpido el plazo de
prescripción. Así, la deuda tributaria se considerará prescrita a los cinco años.
Las inspecciones concluyen con unas actas o dictámenes en las que se
recogen las conclusiones de la investigación realizada por Hacienda. Estas
actas pueden firmarse 'en conformidad' o 'en disconformidad' por el
contribuyente, pero, en todo caso, son trasladadas al inspector jefe para que
notifique la liquidación. Pues bien, a veces transcurren más de seis meses
entre la realización del acta y el momento en que el inspector jefe decide.
Cuando esto sucede, es necesario tener en cuenta una sentencia del Supremo.
El Alto Tribunal ha establecido que la prescripción no se paraliza cuando
durante más de seis meses no se ha realizado actuación administrativa alguna
por parte de la Inspección.
El Tribunal Supremo establece que las inspecciones de Hacienda no pueden
paralizarse durante más de seis meses, alegando que lo contrario supondría
una inseguridad jurídica para el contribuyente. Así lo expresa en dos
sentencias, una del 28 de febrero de 1996 y otra del 18 de enero de 1997.

Aclaración.
En la segunda sentencia, la más reciente, se aclara aún más: "La privación de
los efectos interruptivos de la prescripción opera no sólo desde la última
actuación, es decir, la anterior a la interrupción injustificada, sino desde el inicio
de las actuaciones".
Esta sentencia considera que no sólo deja de paralizarse la prescripción
cuando entre acto y acto de la inspección transcurren más de seis meses, sino
también en el caso de que dure más de seis meses la inspección completa.
Pero esta sentencia se refería a un caso en el que la interrupción del proceso
inspector se produjo antes de firmar las actas de conformidad o
disconformidad. De modo que no puede aplicarse a los 200.000 millones de
deuda tributaria descubierta ahora en 600 expedientes. Todos ellos fueron
inspeccionados durante unos dos años tras la firma de las actas de
disconformidad.
Se está a la espera de una nueva y próxima sentencia del Supremo que siente
jurisprudencia acerca de si, como ya fijó una resolución de la Dirección General
de Tributos de 18 de julio de 1991, la liquidación de las actas es también una
fase de la inspección, razón por la cual ésta tampoco puede interrumpirse
durante más de medio año.

Esta información ha sido realizada con la colaboración del asesor fiscal Juan
Manuel Moral Calvo.

El caso de los 200.000 millones

La polémica de los 200.000 millones de pesetas en deuda tributaria que el


Estado no podrá cobrar en su mayor parte por considerarla prescrita tiene que
ver con actuaciones producidas antes de enero de 1992 e, incluso, a mediados
de los años 80.
Se trata de unos 600 expedientes recurridos ante la Audiencia Nacional y el
Tribunal Supremo. De los más de 200.000 millones citados, 100.000
corresponden al Impuesto de Sociedades; 60.000 son retenciones del Impuesto
sobre la Renta no practicadas en 'primas únicas' (productos financieros
disfrazados de seguros para evitar la retención fiscal); 15.000 más son de IVA
e Impuesto de Transmisiones Patrimoniales; y los 25.000 millones de pesetas
restantes son otro tipo de retenciones.
El Gobierno del PP habla de negligencia política, con efecto de 'amnistía fiscal
encubierta', en referencia a la prescripción de esta deuda tributaria acumulada
durante la etapa de Gobierno socialista.
El aspecto político es más llamativo si se tiene en cuenta que entre los citados
expedientes hay al menos cinco con deudas superiores a los 1.000 millones de
pesetas cada uno.
La duda, no despejada en el debate parlamentario celebrado esta misma
semana, es si se ha permitido la prescripción de estos expedientes por razones
políticas o por negligencia de la Agencia Tributaria. En cualquiera de los dos
casos, los contribuyentes cumplidores con el Fisco tienen sobradas razones
para indignarse.

SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0681/2003-R


Sucre, 21 de mayo de 2003

Expediente: 2003-06153-12-RAC
Distrito: Santa Cruz
Magistrado Relator: Dr. Felipe Tredinnick Abasto

En revisión la Resolución de 18 de febrero de 2003, cursante a fs. 59-60,


pronunciada por la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial
de Santa Cruz, dentro del recurso de amparo constitucional interpuesto por
Oscar Javier Urenda Aguilera, representante legal de la Empresa COTRABOL
SRL contra Juan Vega Gonzáles, Gerente Distrital Santa Cruz del Servicio de
Impuestos Nacionales, alegando la vulneración de sus derechos al trabajo,
comercio industria o cualquier actividad lícita.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido del Recurso

I.1.1. Hechos que motivan el Recurso

Por memorial presentado el 08 de febrero de 2003, cursante a fs. 35-38 de


obrados, se plantea este recurso extraordinario en el que se asevera lo
siguiente:

Que, la ex Administración Regional de Impuestos Internos de Santa Cruz,


mediante Resolución Determinativa 123/95/U.T, de 30 de noviembre,
estableció reparos tributarios por IVA, IT e IRPE correspondiente a los periodos
fiscales 08/92 a 12/93 en contra de la Empresa COTRABOL SRL, representada
por el recurrente.
Que, a objeto de hacerse el pago de los adeudos tributarios, la entonces
Administración Tributaria, emitió el Pliego de Cargo 315/96, de 12 de junio, y
mediante Oficios 788/96, 938/01, 939/01 y 940/01 de julio de 2001, dispuso la
retención de fondos en los Bancos y entidades financieras, la anotación
preventiva en la Cooperativa de Teléfonos Automáticos (COTAS), la anotación
preventiva de vehículos y la no solvencia fiscal por parte de la Contraloría;
medidas precautorias que a excepción del arraigo, a la fecha se encuentran
vigentes.

Que, de acuerdo a lo previsto por los arts. 41-5), 52, 53 y 54-1) del Código
Tributario, se establece que la determinación de la obligación impositiva
prescribe a los cinco años y se interrumpe por la determinación del tributo,
tomándose como fecha la de la notificación, debiéndose computar nuevamente
el término (de prescripción) a partir del año calendario siguiente a aquel en que
se produjo la interrupción.

Que, en el caso de la Empresa a la que representa el recurrente, la


prescripción de la determinación de la obligación impositiva se interrumpió con
la determinación del Tributo que se realizó a través de la Resolución
Determinativa 123/95/UT, con la que se notificó al recurrente el 11 de diciembre
de 1995, en consecuencia se computó un nuevo término de prescripción a
partir del 1 de enero de 1996 (año calendario siguiente al que se produjo la
interrupción), habiendo transcurrido al 1 de enero de 2003, siete años
calendarios.

Que, a fin de agotar su vía administrativa (de acuerdo a lo dispuesto en SC


1606/2002-R, de 20 de diciembre, que se pronunció a consecuencia de un
anterior amparo), el recurrente el 17 de enero de 2003 se apersonó ante la
Administración Tributaria, pidiendo se declare la prescripción como medio de
extinción de la obligación tributaria; sin embargo, el 31 de enero de 2003 la
entidad tributaria rechazó esa solicitud de declaratoria de prescripción
tributaria.

Que -agrega el recurrente-, como consecuencia de esta nueva determinación,


las medidas precautorias libradas se mantienen vigentes (con excepción del
arraigo), las mismas que restringen sus derechos. Contra el ilegal
mantenimiento de esas medidas, no proceden los recursos administrativos
jurisdiccionales establecidos en el art. 174 del Código Tributario.

I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados

El actor señala como vulnerado el derecho a trabajar y a dedicarse al comercio,


la industria o a cualquier actividad lícita prevista en el art. 7-d) CPE.

I.1.3. Autoridad recurrida y petitorio

Con esos antecedentes plantea recurso de amparo constitucional contra Juan


Vega Gonzáles, Gerente Distrital Santa Cruz del Servicio de Impuestos
Nacionales, solicitando se declare procedente el recurso de amparo
constitucional y se ordene: a) el levantamiento de todas las medidas
precautorias libradas en su contra y b) el correspondiente archivo de obrados,
por haberse operado la prescripción.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de Amparo Constitucional

Celebrada la audiencia pública el 18 de febrero de 2003, tal como consta en el


acta de fs. 56-58, ocurrió lo siguiente:

I.2.1. Ratificación del Recurso

Mediante su abogado el recurrente ratifica su demanda.

I.2.2. Informe del recurrido

La autoridad recurrida a través de sus abogados, adjuntando el informe que


cursa de fs. 50 a 55, expresa: a) el recurrente el 16 de enero de 2003, solicitó a
la Administración Tributaria la declaratoria de prescripción de su obligación
tributaria, la cual fue rechazada, mediante Auto de 31 de enero de 2003, b) el
fundamento del rechazo radica en los arts. 52 (segundo párrafo), 98, 101, 115 y
307 CTb, según los que el término de la prescripción se extenderá a 7 años,
cuando en los actos del contribuyente hay intencionalidad o culpa, lo que se
evidencia en el caso, en el que el contribuyente fue sancionado por
defraudación, además que no se puede suspender por ningún recurso la
ejecución coactiva, c) esa determinación (de 31 de enero de 2003) no fue
impugnada por el recurrente ante las instancias que la ley franquea, razón por
la que la determinación se encuentra ejecutoriada, consecuentemente no
puede recurrirse de amparo, d) el término de la prescripción (ampliado a 7
años), corre a partir del 1 de enero de 1997, porque el contribuyente fue
notificado con el Pliego de Cargo en 1996, e) ese término de prescripción fue
interrumpido el 8 de agosto de 1996, cuando el recurrente solicitó ante la
Administración se realice una nueva liquidación, además que dicha
Administración no ha dejado de ejercer sus derechos de cobro de la deuda, f)
las medidas precautorias, se encuentran respaldadas por el Código Tributario y
el Código Civil y g) la Administración Tributaria en ningún momento dispuso
como medida precautoria, la prohibición de abrir cuentas o hacer depósitos, así
como de adquirir bienes para el ejercicio de las actividades comerciales de la
empresa, menos aún que no se presente a licitaciones públicas, por lo que no
se le está vulnerando el derecho al trabajo. Al no haberse vulnerado derecho
alguno del recurrente, solicita se declare la improcedencia del recurso, con
costas, daños y perjuicios en la suma de Bs2.000.-.

I.2.3. Resolución

Concluida la audiencia la Sala Civil Segunda de la Corte Superior de Santa


Cruz, de acuerdo con el dictamen fiscal, pronunció la Resolución de 18 de
febrero de 2003, que corre a fojas 59-60, que declara improcedente el Recurso,
con costas, y estos fundamentos: a) el recurrente no agotó los medios legales
disponibles, ya que conforme al art. 174 CTb, tenía el recurso de revocatoria,
jerárquico y el contencioso administrativo que no han sido utilizados dentro del
término de ley y b) las medidas cautelares tomadas en ese proceso no son
recientes, por lo que no existe la inmediatez necesaria en el presente recurso.

1.3. Trámite procesal en el Tribunal

Que en uso de la facultad reconocida por el art. 2 de la Ley 1979, de 24 de


mayo de 1999, este Tribunal por Acuerdo Jurisdiccional 47/2003, de 23 de
abril, resolvió ampliar el plazo procesal por la mitad del término principal (fs.
68), en consecuencia el nuevo vencimiento es el 21 de mayo de 2003; por lo
que la presente Sentencia es pronunciada dentro del plazo legalmente
establecido.

II. CONCLUSIONES

Que del análisis del expediente y de las pruebas aportadas, se concluye lo


siguiente:

II.1. Que, la Administración Regional de Impuestos Internos de Santa Cruz


mediante Resolución Determinativa 123/95/UT, de 30 de noviembre, estableció
que el contribuyente incumplió con normas tributarias, tipificando su conducta
como defraudación fiscal (fs. 4-7).

II.2. Que, mediante Pliego de Cargo 315/96 y Auto Intimatorio de Pago, de 12


de junio de 1996, se intima al contribuyente a que dentro de tercero día pague
un monto por concepto de impuestos omitidos (fs. 8); con dichas disposiciones
se notifica al contribuyente el 25 del mismo mes y año (fs. 8 vta.).

II.3. Que, el recurrente en 08 de agosto de 1996, acompañando prueba, solicitó


a la Administración Tributaria se realice una nueva liquidación de adeudos
tributarios; la Unidad Técnica Jurídica correspondiente no valora las pruebas
por estar en etapa de cobro coactivo (informe de fs. 51 y que en audiencia no
fue desconocido por el recurrente).

II.4. Que, contra la Empresa COTRABOL SRL, en 12 de julio de 1996 y 06 de


julio de 2001 se disponen las medidas precautorias siguientes: retención de
fondos, no-solvencia fiscal y anotación preventiva de vehículos y en COTAS
(fs, 9, 11, 10 y 12, respectivamente).

II.5. Que, el 21 de octubre de 2002, el recurrente en representación de la


Empresa COTRABOL SRL interpone el primer recurso de amparo
constitucional (fs. 13 a 15 vta.), resolviéndose por Resolución de 25 de octubre
de 2002, que declara improcedente el recurso (fs. 22 vta. a 24); Resolución que
fue aprobada mediante SC 1606/2002-R de 20 de diciembre (fs. 25 a 30)

II.6. Que, el 17 de enero de 2003, el recurrente dirigiéndose al Gerente Distrital


Santa Cruz del Servicio de Impuestos Nacionales, pide declaratoria de
prescripción tributaria bajo alternativa de Amparo Constitucional (fs. 31 a 32
vta.); a cuyo efecto, el 31 de enero de 2003, la Administración Tributaria
rechaza esa solicitud (fs. 33), notificándose al recurrente por cédula el mismo
día, es decir el 31 de enero de 2003 (fs. 33).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El recurrente considera que el Servicio Nacional de Impuestos Internos,


representado por la autoridad demandada, de manera ilegal ha rechazado su
solicitud de declaratoria de prescripción tributaria, con lo que se ha mantenido
medidas precautorias en su contra, lo que lesiona derecho a trabajar y a
dedicarse al comercio, la industria o a cualquier actividad lícita previsto en el
art. 7-d) CPE. Este Tribunal, en revisión de la Resolución del Tribunal de
Amparo, pasa a evidenciar si corresponde o no otorgarse la protección
demandada.

Que, en un anterior recurso de amparo planteado por el recurrente, con


argumentos iguales al presente, este Tribunal en SC 1606/2002-R, de 20 de
diciembre, aprobó la improcedencia declarada por el Tribunal de amparo, con
estos fundamentos:

"... el recurrente debió oponer expresamente la prescripción dentro del trámite


administrativo seguido por la Administración Tributaria, antes que pedir se
ordene el archivo de obrados toda vez que la prescripción, de acuerdo con las
normas legales citadas, no se opera de hecho sino luego de haberse tramitado
y sea declarada por autoridad competente, no así a través del recurso de
amparo, que por su carácter subsidiario sólo es aplicable luego de haberse
agotado los medios franqueados por la ley, o el que ha sido franqueado no
presta con inmediatez y eficacia la protección requerida".

Que, en el caso que se examina, emitida que fue por este Tribunal la SC
1606/2002-R, el recurrente se apersonó a la Gerencia Distrital de Santa Cruz
del Servicio de Impuestos Internos y en cumplimiento de dicha Sentencia, "pide
declaratoria de prescripción tributaria bajo alternativa de amparo constitucional"
(textual); solicitud que es rechazada por la Resolución de 31 de enero de 2003
(emitida por dicha Gerencia Distrital), lo que motivó al recurrente a interponer el
presente amparo en 08 de febrero de 2003.

Que, la administración tributaria, no se agota en la Gerencia Distrital del


Servicio de Impuestos Nacionales de Santa Cruz, por cuanto esa repartición es
parte de una estructura interna administrativa, compuesta por órganos
administrativos con sus correspondientes dependencias jerárquicas. En
consecuencia, las resoluciones y determinaciones emitidas por la Gerencia
Distrital del Servicio de Impuestos Nacionales de Santa Cruz, pueden ser
impugnadas ante la misma Gerencia, a través del recurso de revocatoria y
cuando se haya rechazado el pedido, se podrá plantear el recurso jerárquico
ante la instancia superior.

Que, el razonamiento referido en el párrafo anterior tiene base en lo previsto


por los arts. 174 a 179 CTb, que de manera expresa establecen que los actos
de la administración por los que se determine tributos o se apliquen sanciones,
pueden impugnarse por quien tenga interés legal, a través del recurso de
revocatoria ante la autoridad que dictó la Resolución y cuando éste haya
rechazado se interpondrá ante la instancia jerárquica superior de la misma
administración recurso jerárquico.
Que, debe partirse del hecho de que en materia tributaria, la analogía es
admitida para llenar vacíos legales, como expresamente establece el art. 6
CTb. Por consiguiente, si bien es cierto que de acuerdo al párrafo primero del
art. 174 CTb los actos de la administración impugnables a través de los
recursos de revocatoria y jerárquico son aquellos que se encuentran vinculados
a la determinación de tributos y aplicación de sanciones; no es menos cierto
que por analogía, esos recursos administrativos también son aplicables para
impugnar otros actos de la administración, como es el rechazo de la solicitud
de prescripción del recurrente, máxime si en esos actos no se están creando
tributos, exenciones ni se están modificando normas preexistentes.

Que, como instrumento al servicio del principio de la conservación de la norma,


reconocido en la previsión del art. 4 LTC, se utiliza la analogía, como en este
caso, cuando existe identidad de razón y finalidad entre el supuesto regulado y
el supuesto no regulado. Así, cualquier acto de la administración tributaria en
general puede ser impugnado por la persona que se considera afectada, a
través de los recursos de revocatoria y jerárquico, en el marco del derecho de
defensa de todo ser humano, reconocido en la previsión del art. 16-IV CPE.

Que, nuevamente el recurrente plantea esta acción extraordinaria,


desconociendo la naturaleza subsidiaria del amparo, según la cual las
personas afectadas con una determinación cualquiera (como es el acto
administrativo a través del que se rechaza la solicitud de prescripción)
impugnen esa resolución a través de los medios ordinarios previstos por Ley
(recursos de revocatoria y jerárquico). Agotados los mismos, recién pueden
plantear esta demanda.

Que, en el presente caso no se dió el agotamiento de las vías previas de


defensa, lo que imposibilita a este Tribunal entrar a conocer el fondo de lo
demandado y hace inviable esta tutela, por la negligencia en la que incurrió el
propio recurrente.

Que el Tribunal del Recurso al haber declarado improcedente el Recurso, ha


hecho una correcta evaluación del caso en análisis, así como ha dado una
cabal aplicación del art. 19 CPE.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción que ejerce por mandato


de los arts. 19-IV y 120-7ª CPE y 7-8ª y el art. 102-V LTC, resuelve en revisión:

APROBAR la Resolución de 18 de febrero de 2003, cursante a fs. 59-60,


pronunciada por la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial
de Santa Cruz.

Regístrese, hágase saber, notifíquese y publíquese en la Gaceta


Constitucional.

No interviene el Presidente Dr. René Baldivieso Guzmán por encontrarse de


viaje en misión oficial.

Dr. Willman Ruperto Durán Ribera Presidente EN EJERCICIO Dra. Elizabeth


Iñiguez de Salinas MAGISTRADA

SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0681/2003-R (viene de la Pág.6).

Dr. Felipe Tredinnick Abasto MagistradO Dr. José Antonio Rivera Santivañez
Magistrado

Prescripción de 4 años

Director: Dr. Marcelo Gonzales Yaksic.

La Administración Tributaria tiene, según el Código Tributario Boliviano, la


facultad de determinar la obligación tributaria, controlar, verificar, comprobar y
fiscalizar los tributos, que se circunscribe dentro del ámbito puramente
tributario. Por otro lado y de modo diferente, también tiene la facultad de iniciar
acciones para imponer sanciones cuando el sujeto pasivo o contribuyente no
ha cumplido lo dispuesto por las normas legales, lo que ingresa dentro del
ámbito tributario estrictamente punitivo. Esta distinción es ineludible porque los
tributos en su esencia (deuda tributaria) no tienen relación con la particularidad
que caracteriza a los ilícitos tributarios, debido a que las normas tributarias
punitivas sólo se aplican cuando las normas tributarias sustanciales no han
sido obedecidas.
La prescripción es una forma de extinción de la deuda tributaria, por lo tanto, el
régimen de prescripción de esta obligación pecuniaria de orden fiscal no puede
gozar de idénticas características y alcances al régimen de prescripción de las
normas sancionadoras en esta materia, en vista de que obligación y sanción
tributarias tienen presupuestos diferentes: realización del hecho imponible para
el tributo y la contravención al ordenamiento jurídico tributario para el ilícito.
Sobre el tema de la prescripción de los ilícitos nos referiremos en otra
oportunidad.

Entonces, las obligaciones tributarias (deudas) cuyos hechos generadores


hubieran acaecido antes del 4 de noviembre de 2003 (vigencia de la Ley Nº
2492) se sujetan a las disposiciones sobre prescripción contempladas en el
anterior Código Tributario Boliviano (Ley Nº 1340). Por lo tanto la prescripción
de la deuda tributaria en esas condiciones será de 5 años a partir del 1º de
enero del año calendario siguiente a aquel en que se produjo el hecho
generador.

En cambio, las obligaciones tributarias cuyos hechos generadores hubieran


acaecido a partir del 4 de noviembre de 2003 se sujetan a las disposiciones
sobre prescripción contempladas en el nuevo Código Tributario Boliviano (Ley
Nº 2492). Por lo tanto la prescripción de la deuda tributaria en esas condiciones
será de 4 años a partir del 1º de enero del año calendario siguiente a aquel en
que se produjo el vencimiento del periodo de pago respectivo.

En síntesis y por ejemplo, la deuda tributaria por IVA del periodo julio – 2000
(antes de la vigencia de la Ley Nº 2492), prescribirá el 31 de diciembre de
2005, contado el periodo de prescripción de 5 años a partir del 1º de enero de
2001. Por otro lado la deuda tributaria por IVA del periodo noviembre 2003
(después de la vigencia de Ley Nº 2492), prescribirá el 31 de diciembre de
2007, contado el periodo de prescripción de 4 años a partir del 1º de enero de
2004.

© 2005 Digesto Fiscal – Derechos Registrados


CONSULTAS: tributaristas@gmail.com.

El plazo de alegaciones finaliza el día 22 de diciembre de 1.999

ORDENANZA GENERAL
CAPÍTULO I. Principios generales
CAPÍTULO II. Hecho imponible
CAPITULO III. Sujetos obligados al pago
CAPITULO IV. El domicilio fiscal
CAPÍTULO V. Base tributaria
CAPITULO VI. Beneficios fiscales
CAPITULO VII. La deuda tributaria
CAPITULO VIII. Extinción de la deuda tributaria
CAPITULO VIII. Extinción de la deuda tributaria
Sección 1ª. El pago

Artículo 29º.

La deuda tributaria se extinguirá, total o parcialmente según los casos, por:


a) Pago, en la forma establecida en el Capítulo XV.
b) Prescripción.
c) Compensación.
d) Condonación.
e) Insolvencia probada del deudor.

Artículo 30º.

1. El pago de la deuda tributaria podrá hacerse en efectivo o mediante el


empleo de efectos timbrados, según se determine. Se entiende pagada en
efectivo una deuda cuando se ha realizado su ingreso en el órgano municipal
correspondiente o entidades debidamente autorizadas, que sean competentes
para su admisión. En caso de empleo de efectos timbrados, se entenderá
pagada la deuda cuando se utilicen aquéllos en la forma que se determine.

2. El pago deberá hacerse dentro de los plazos y en la forma que determine la


normativa reguladora del tributo o, en su defecto, la normativa recaudatoria.

3. En los casos y en la forma que se determine, la Administración municipal


podrá aplazar o fraccionar el pago de las deudas tributarias, siempre que la
situación económico-financiera del deudor le impida, transitoriamente, hacer
frente a su pago en tiempo.

Artículo 31º.

1. Las deudas tributarias son independientes entre sí. El cobro de un débito de


vencimiento posterior no extingue el derecho de la Hacienda municipal a
percibir los anteriores en descubierto.

2. En los casos de ejecución forzosa en que se hubieran acumulado varias


deudas tributarias del mismo sujeto pasivo y no pudieran satisfacerse
totalmente, se aplicará el pago al crédito mas antiguo en función de la fecha en
que fuesen exigibles, salvo los criterios de prelación de créditos que pudieran
resultar aplicables.

Artículo 32º.

Los sujetos pasivos podrán consignar el importe de la deuda tributaria y, en su


caso, las costas reglamentarias, con los efectos liberatorios o suspensivos que
establece la normativa sobre recaudación, en los casos previstos en ésta.

Sección 2ª. La prescripción tributaria

Artículo 33º.

Prescribirán a los cuatro años los siguientes derechos y acciones:


a) El derecho de la Administración para determinar la deuda tributaria mediante
la oportuna liquidación.
b) La acción para exigir el pago de las deudas tributarias liquidadas.
c) La acción para imponer sanciones tributarias.
d) El derecho a la devolución de ingresos indebidos.

Artículo 34º.

El plazo de prescripción comenzará a contarse en los distintos supuestos a que


se refiere el artículo anterior, a saber:
a) En el primero, desde el día en que finalice el plazo reglamentario para
presentar la correspondiente declaración.
b) En el segundo, desde la fecha en que finalice el plazo de pago voluntario.
c) En el tercero, desde el momento en que se cometieron las respectivas
infracciones.
d) En el cuarto, desde el día en que se realizó el ingreso indebido.

Artículo 35º.

1. Los plazos de prescripción a que se refieren las letras a), b) y c) del artículo
anterior se interrumpen:
a) Por cualquier acción administrativa realizada con conocimiento formal del
sujeto pasivo, conducente al reconocimiento, regularización, inspección,
aseguramiento, comprobación, liquidación o recaudación del tributo devengado
por cada hecho imponible.
b) Por la interposición de reclamación o recurso de cualquier clase.
c) Por cualquier actuación del sujeto pasivo conducente al pago o liquidación
de la deuda.

2. El plazo de prescripción a que se refiere la letra d) del artículo anterior se


interrumpirá por cualquier acto fehaciente del sujeto pasivo que pretenda la
devolución del ingreso indebido, o por cualquier acto de la Administración en
que se reconozca su existencia.

Artículo 36º.

La prescripción se aplicará de oficio sin necesidad de que la invoque el


obligado al pago.

Artículo 37º.

1. La prescripción ganada aprovecha por igual al sujeto pasivo y a los demás


obligados al pago de la deuda tributaria extinguiéndola; interrumpido el plazo
de prescripción para uno, se entiende interrumpido para todos los demás, salvo
que los deudores lo sean mancomunados y sólo le sea reclamada a uno de
ellos la parte que le corresponda, en cuyo caso no se interrumpirá para el resto
de los obligados.

2. Si existieran varias deudas liquidadas a cargo de un mismo obligado al pago,


la interrupción de la prescripción por acción administrativa sólo afectará a la
deuda a que ésta se refiera.

Sección 3ª. Otras formas de extinción

Artículo 38º.

Las deudas tributarias podrán extinguirse, total o parcialmente, por


compensación, tanto de oficio como a instancia de parte, con los siguientes
requisitos:
a) Que se haya liquidado la deuda tributaria, estando vencida y siendo ya
exigible en voluntaria o ejecutiva.
b) Que se acompañe justificante de los créditos reconocidos que se pretenden
compensar.
c) Que la deuda y el crédito correspondan al mismo sujeto pasivo.
d) Que no exista pleito o retención sobre el crédito que se pretenda compensar;
excluyéndose de la compensación las deudas que hayan sido objeto de
aplazamiento o fraccionamiento, así como los ingresos que deban efectuar los
sustitutos por retención y los créditos que hubieran sido endosados.

Artículo 39º.

1. Las deudas a favor del Ayuntamiento, cuando el deudor sea un ente


territorial, Organismo autónomo, Seguridad Social o entidad de Derecho
público cuya actividad no se rija por el ordenamiento privado, serán
compensables de oficio, una vez transcurrido el plazo de ingreso en período
voluntario.

2. Adoptado el acuerdo que autorice la compensación por parte del Alcalde, se


comunicará a la entidad deudora procediendo a la formalización de aquélla
cuando hayan transcurrido 15 días sin reclamación del deudor.

3. Cuando no fuere posible aplicar la compensación como medio de extinción


de las deudas de las entidades públicas reseñadas en el artículo anterior, por
no ostentar las mismas crédito alguno contra el Ayuntamiento, se procederá
por el Interventor a expedir título acreditativo de deudas de entidades públicas.
En la certificación de descubierto para compensación de deudas de entidades
públicas, no se consignará ni la providencia de apremio ni el importe del
recargo.

4. Tramitado el expediente, Tesorería lo trasladará al Sr. Alcalde, para que


éste, después de examinar la naturaleza de la deuda, el deudor, y el desarrollo
de la tramitación del expediente, elabore propuesta de actuación que puede ser
una de las siguientes:
a) Solicitar la colaboración del Departamento de Recaudación de la Agencia
Estatal de Administración Territorial.
b) Solicitar a la Administración del Estado el pago de la deuda, con cargo a las
transferencias de fondos que hubieran de ordenar a favor del deudor.

Artículo 40º.

1. Cuando un deudor no comprendido en el artículo anterior sea, a la vez,


acreedor municipal por un crédito reconocido por el Ayuntamiento; transcurrido
el período voluntario se expedirá certificación de descubierto, compensando la
deuda con el crédito incluido el recargo de apremio y notificándolo al
interesado.

2. Cuando sea instada por el obligado al pago la compensación, deberá


presentar una solicitud en la forma y con los requisitos que exige la normativa
correspondiente ante la Recaudación Municipal.

3. En todo caso, acordada la compensación se declararán extinguidas las


deudas y los créditos en la cantidad concurrente, practicando las operaciones
precisas para reflejarlo.

Artículo 41º.

Las deudas tributarias sólo podrán ser objeto de condonación, rebaja o perdón,
en virtud de la Ley que así lo establezca y en la cuantía y con los requisitos que
en la misma se determinen.

Artículo 42º.

1. Las deudas tributarias que no hayan podido hacerse efectivas en los


respectivos procedimientos ejecutivos por insolvencia probada del sujeto
pasivo y demás responsables, se declararán provisionalmente extinguidas en la
cuantía procedente, en tanto no se rehabiliten dentro del plazo de prescripción.
Si así no ocurriere, quedará la deuda definitivamente extinguida.

2. Conforme se autoriza en el artículo 41.3 de la Ley General Presupuestaria,


se anularán por la Comisión de Gobierno y serán baja en contabilidad las
deudas integradas en un expediente ejecutivo cuyo importe total, excluido el
recargo de apremio, no exceda de 5.000 ptas.; siempre que se acredite que no
se puede compensar la deuda, por no existir créditos reconocidos por acto
administrativo firme de la Hacienda Municipal a favor del mismo sujeto pasivo.
Será asimismo preciso, probar que el deudor ha resultado desconocido en el
domicilio que figura en el título ejecutivo correspondiente, o en cualquier otro
domicilio del que tuviere conocimiento la Recaudación Municipal.
CAPITULO IX. Garantías de la deuda tributaria
CAPITULO X. Infracciones y sanciones tributarias
CAPITULO XI. Gestión y liquidación
CAPITULO XII. Inspección
CAPITULO XIII. Recaudación
CAPITULO XIV. Revisión de los actos en vía administrativa
Disposiciones Finales

SISTEMA DE IMPUESTO A LA RENTA CHILENO

I. INTRODUCCION

1. Principio General

Las personas residentes o domiciliadas en Chile se encuentran sujetas a un


impuesto a la renta sobre sus rentas de cualquier origen, sea que la fuente de
origen esté situada dentro del país o fuera de él.

Sin embargo, el extranjero que constituye domicilio o residencia en Chile es


gravado sólo sobre la renta obtenida de fuente chilena durante los 3 primeros
años, en su aplicación este plazo puede ser prorrogado.

Las personas sin domicilio ni residencia en Chile son gravadas sobre sus
rentas obtenidas de fuente chilena.

Una persona es considerada domiciliada o residente en Chile si:

- Se puede presumir de sus actividades que ella desea permanecer en el país


sobre una base permanente (domicilio).

- Permanece por más de seis meses en el país en un año calendario dado o en


un periodo de dos años (residente).

La renta de fuente chilena es definida como la renta proveniente de:

- Bienes situados dentro del territorio chileno.

- Actividades desarrolladas en territorio chileno.

2. Plazos de Prescripción
La Administración Tributaria ("Servicio Impuestos Internos", en adelante "SII")
tiene un plazo de 3 años para revisar y rectificar cualquier declaración de
impuesto hecha por un contribuyente. Este plazo se cuenta desde la expiración
del plazo en que debió efectuarse el pago.

Para impuestos sujetos a declaración, el plazo antes mencionado será de 6


años, cuando ésta no se hubiere presentado o la presentada fuere
maliciosamente falsa.

El mismo plazo de prescripción se aplica a la recaudación de impuestos,


intereses y demás recargos adeudados por el contribuyente. La Administración
a cargo de la recaudación y pago es la "Tesorería General de la República", la
cual, es una administración independiente del "SII".

3. Pagos

El impuesto sobre la renta es pagado anualmente conjuntamente con la


declaración del impuesto. En algunos casos, determinados pagos parciales
deben hacerse mensualmente. El exceso de pago respecto de la
responsabilidad tributaria final, si existe, es reembolsado normalmente dentro
del mes subsecuente a la declaración del impuesto a la renta.

4. El Sistema de Impuesto a la Renta Chileno grava:

- Rentas de capital ("Impuesto de Primera Categoría")

- Renta de trabajo: remuneraciones ("Impuesto Unico de Segunda Categoría")

- Otras rentas personales ("Impuesto Global Complementario")

- Renta obtenida por no residentes ("Impuesto Adicional")

II. IMPUESTO DE PRIMERA CATEGORIA

1. Tasa y Base del Impuesto

La tasa del impuesto de primera categoría es de 15%. Se aplica sobre una


base anual, del 1º de Enero al 31 de Diciembre (año calendario).

La renta es calculada sobre base percibida o devengada. Un libro especial


conocido como FUT – "Fondo de Utilidades Tributarias", es requerido para
seguir la ruta de las utilidades no distribuidas por la empresa y su
correspondiente situación tributaria.

La base imponible se obtiene luego de ajustes de las cuentas financieras de


acuerdo con lo dispuesto en la Ley de Impuesto a la Renta. Las pérdidas
pueden ser imputadas a utilidades acumuladas de ejercicios anteriores o la
renta de ejercicios posteriores sin límite de tiempo.
La Ley de la Renta establece, como principio, que se pueden deducir, en la
determinación de la base imponible, todos los gastos necesarios para producir
la renta mencionando a título ejemplar algunos tipos de gastos que se pueden
deducir en cuanto se relacionen con el giro del negocio; asimismo, señala
como se aplica la depreciación acelerada. Los bienes tangibles pueden ser
depreciados durante toda su vida útil; sin perjuicio de lo anterior, la
depreciación acelerada se encuentra disponible para el contribuyente respecto
de los bienes nuevos o importados cuya vida útil sea igual o superior a 5 años.
En este caso la depreciación es calculada sobre la base de 1/3 de la vida útil
normal de bien. Los costos de exploración y otros costos preparatorios pueden,
según sea la opción del contribuyente, ser deducidos en el primer año tributario
o amortizados durante el periodo de los 6 primeros años del proyecto.

Pagos de royalty a personas no residentes o no domiciliadas en Chile son


gastos deducibles hasta un límite de 4% del total de la renta proveniente de
ventas y servicios en el año correspondiente. Sin embargo, este límite no se
aplica sí:

a) El contribuyente demuestra al SII que no hay ni ha existido relación directa o


indirecta en el capital, control o administración entre el beneficiario de los
pagos y él, o

b) Si el Estado de residencia del beneficiario aplica una tasa de impuesto sobre


esta clase de renta de 30% o más.

Respecto de algunas actividades existe la opción para el contribuyente de


pagar el impuesto de acuerdo a un sistema de renta presunta (agricultura,
minería y transporte terrestre de pequeña escala).

2. Créditos internos

Los contribuyentes afectos a impuesto global complementario y adicional tienen


derecho a rebajar, como crédito, el monto del impuesto de primera categoría
pagado al nivel de la empresa. Aún si la empresa responsable del pago del
impuesto de primera categoría no cumple con dicha obligación, el accionista o
dueño no es obligado a pagar dicho impuesto.

Dividendos y ganancias distribuidos entre empresas no son gravados en la


empresa receptora. El crédito de 15% contra el impuesto sigue a la distribución
y podrá ser utilizado cuando ésta finalmente se efectúe al individuo residente
en Chile sujeto a impuesto global complementario o al no residente sujeto a
impuesto adicional.

Ver más adelante los Ejemplos 1 y 2 en la parte IV: Impuesto Global


Complementario.

3. Sucursales y Establecimientos Permanentes


Sucursales y Establecimientos Permanentes de empresas o personas
extranjeras se encuentran sujetas a impuesto de primera categoría (15% sobre
la base de los resultados reales obtenidos en su gestión en el país).

Cualquier distribución o remisión de ganancias está sujeta al pago de impuesto


adicional (ver parte V Impuesto Adicional).

III. IMPUESTO DE SEGUNDA CATEGORIA

Este impuesto es progresivo, con tasas que van desde 0% a 45%, sus tramos
son los mismos que los del impuesto global complementario expresados en
términos mensuales y no anuales. Se calcula sobre el total de los salarios y
compensaciones laborales excepto los pagos por concepto de seguridad social.
Este impuesto es retenido y pagado por el empleador.

Un empleado que no obtiene ninguna otra renta en un año tributario, no se


encuentra obligado a efectuar la declaración de renta anual.

IV. IMPUESTO GLOBAL COMPLEMENTARIO

1. Tasas

Este impuesto es progresivo, con tasas de que van desde 0% a 45%, sus
tramos son expresados en términos anuales.

2. Base Imponible y Cálculo

Este impuesto se aplica sobre una base anual, en el cálculo de la base


imponible las rentas de toda fuente son incluidas.

La renta correspondiente a dividendos o utilidades retiradas es agregada y


computada para la determinación de la base imponible de acuerdo a la
información que proporciona la empresa de donde provienen dichas rentas,
según las siguientes reglas generales:

- Los dividendos o utilidades retiradas deben primero ser imputadas a utilidades


tributables, las utilidades exentas sólo pueden ser distribuidas después que las
utilidades tributables se han agostado;

- Las distribuciones de utilidades efectuadas por la empresa deben imputarse a


las utilidades tributables más antiguas retenidas (FIFO);

El impuesto de primera categoría correspondiente a las utilidades tributables es


agregado para la determinación de la base imponible y la tasa del impuesto y,
posteriormente, se rebaja como crédito del impuesto global complementario
determinado. Se debe hacer presente que la tasa del impuesto de primera
categoría ha variado en el tiempo. En 1989 el impuesto de primera categoría
era 0 en todos los casos, cuando las utilidades relacionadas a este año son
distribuidas no se agregan a la base imponible y no existe crédito. En una
situación en que utilidades de 1997 son distribuidas el cálculo del impuesto
funciona de la siguiente manera:

EJEMPLO 1

Renta bruta
 
1.000
Impuesto de primera categoría (15%)
 
(150)
 
850
 
Dividendo recibido
 
850
.I. primera categoría pagado es agregado
 
150
Base del impuesto personal
 
1.000
Tasa del impuesto 45% (máxima)
450
 
Crédito por I. primera categoría
(150)
 
 
300
 

Por un monto de sueldo "standard" de un ejecutivo en 2000 de US$ 4800 se


pagarían US$ 342 por concepto de seguridad social y US$ 521 por concepto
de impuesto.

V. IMPUESTO ADICIONAL

1. Características principales

Este impuesto se aplica a las rentas de fuente chilena obtenidas por personas
naturales o jurídicas residentes en el extranjero, en general, cuando el dinero
se pone a disposición desde Chile a la persona residente en el extranjero. Este
impuesto tiene dos modalidades, según el tipo de renta de que se trate puede
ser un impuesto de retención, o bien, un impuesto de declaración anual.

2. Tasas
La tasa general del impuesto adicional es de 35%, aplicándose tasas distintas
en algunos casos:

- Para los pagos de intereses la tasa es de 35%, sin embargo, si la operación


ha sido autorizada por el Banco Central de Chile, la tasa es de 4%.

- Los pagos por prestaciones de servicios son gravados con tasa de 35% sobre
la renta bruta, excepto cuando se trata de asesorías técnicas o servicios
personales, que se gravan con una tasa de 20%.

- Cualquier pago por servicio prestado en el extranjero, 35%. Sin embargo,


algunos pagos se exceptúan, como por ejemplo, el servicio de transporte
prestado completamente en el extranjero. Empresas extranjeras empleadas en
el transporte marítimo y servicios relacionados hacia y desde Chile se gravan
con una tasa de 5% de impuesto de retención, este impuesto no se aplica a las
naves de países que no graven a las naves chilenas con un impuesto similar.

- Cantidades pagadas por el arrendamiento de bienes de capital con o sin


opción de compra importados susceptibles de acogerse al sistema de pago
diferido de tributo aduanero, 1,75%.

- Pagos de primas de seguros contratados por empresas no establecidas en


Chile, para asegurar equipo y otros bienes en Chile, o la vida o asistencia
médica de personas residentes o domiciliadas en Chile, 22%, y 2% para el
reaseguro;

- Remesas de utilidades y dividendos, 35%.

- Pagos de royalty, 30%; sin embargo, si el pago dice relación con un film
usado en televisión o cine la tasa de retención se reduce a 20% y si el pago
dice relación con el uso de derechos de edición o de autor de libros la tasa de
retención se reduce a 15%.

3. Base Imponible y Cálculo

Los dividendos o distribuciones de utilidades deben primero imputarse en


primer término a las utilidades tributables y a continuación a las rentas exentas.
Las distribuciones de utilidades se deben imputar empezando por aquellas más
antiguas retenidas (método FIFO).

Impuesto de primera categoría correspondiente a las utilidades tributables se


agrega para la determinación de la base imponible y, posteriormente, se rebaja
como crédito del impuesto adicional determinado, en la misma forma como si el
receptor de la renta fuera un chileno residente y sujeto a impuesto personal en
Chile. El cálculo, considerando una distribución en 1997 es el siguiente:

Ejemplo 2

Utilidades tributables en Chile


 
1.000
Impuesto de primera categoría (15%)
 
(150)
Distribución de utilidades
 
850
Dividendos recibidos por un no residente
 
850
Impuesto de primera categoría agregado a la base
 
150
Base del impuesto adicional
 
1.000
Impuesto adicional (35%)
350
 
Impuesto de primera categoría
(150)
 
Impuesto a pagar por la distribució
 
200

4. Sucursales y Establecimientos Permanentes

La renta obtenida por un establecimiento permanente o sucursal en Chile


producto de la actividad desarrollada en el país se encuentra gravada con
impuesto adicional cuando se remesa al extranjero. El establecimiento
permanente o sucursal tiene derecho a utilizar como crédito contra el impuesto
adicional el impuesto de primera categoría que afectó a dichas rentas. El
cálculo es el mismo mostrado con anterioridad (ver ejemplo 2).

VI. CREDITO POR IMPUESTO EXTRANJERO

Impuestos pagados en el extranjero pueden ser utilizados como crédito contra


los impuestos nacionales hasta un determinado monto y, por el exceso,
tratados como un gasto deducible. Un crédito unilateral de hasta un 15% es
permitido respecto de algunas rentas de fuente extranjera. En el caso de existir
tratado para evitar la doble tributación este crédito aumenta a 30%. El exceso
de crédito puede ser utilizado en años posteriores.

Ver los siguientes ejemplos de un crédito calculado con y sin tratado tributario:

Ejemplo 3

Empresa Extranjera
 
 
 
Utilidad antes de impuesto
 
 
1.000
Impuesto a la empresa (30%)
 
 
(300)
Utilidad a remesar
 
 
700
Impuesto a la remesa (10%)
 
 
(70)
Dividendo extranjero neto
 
 
630
 
 
 
 
Empresa Chilena

Sin Tratado

 
Con Tratado
Dividendo extranjero neto
 
630
 
 
630
Incremento por impuesto extranjero
 
1111
 
 
2702
Base Imponible de I. primera categoría
741
 
 
900
 
Impuesto de primera categoría (15%)
(111)
 
 
(135)
 
Crédito por impuesto extranjero
111
 
 
135
 
A pagar
 
0
 
 
0
 
 
 
 
 
 
Renta a distribuir a accionistas
 
630
 
 
630
Remanente crédito por impuesto externo
0
 
 
 
135
Crédito Impuesto de primera categoría
111
 
 
135
 
Base imponible del I. global complem.
741
 
  
900
 
I. global complementario (35% marginal)
(259)
 
 
(315)
 
Remanente crédito por impuesto externo
0
 
 
135
 
Crédito Impuesto de primera categoría
111
  
 
135
 
A pagar
(148)
 
 
(45)
 
Renta recibida
482
 
 
585
 

VII. GANANCIAS DE CAPITAL

Como regla general, las ganancias de capital son consideradas renta normal y,
en consecuencia, gravadas con impuesto de primera categoría e impuesto
global complementario o adicional según sea el caso, pero sólo en cuanto se
ha producido efectivamente la enajenación del bien. Existen algunas
excepciones a esta regla, las más importantes son las siguientes:

La ganancia de capital producto de la enajenación o cesión de acciones de


sociedades anónimas puede estar sujeta a un impuesto de primera categoría
en el carácter de impuesto único a la renta (15%) si:

a) Las acciones han sido poseídas por más de un año,

b) El vendedor no efectúa la operación dentro de un negocio o actividad


habitual, y

c) El comprador no es parte relacionada del vendedor.


La ganancia de capital producto de la enajenación de bienes inmuebles
efectuada por personas no obligadas a declarar renta efectiva en la primera
categoría no paga impuestos si:

a) La propiedad ha sido poseída por más de un año,

b) El vendedor no efectúa la operación dentro de un negocio o actividad


habitual y,

c) El comprador no es parte relacionada del vendedor.

Si los bienes que se enajenan no se encuentran dentro de alguna de estas


excepciones, la ganancia es gravada como cualquier otra utilidad producto de
un negocio o actividad.

VIII. REGIMENES ESPECIALES

1. Estatuto de la Inversión Extranjera

Bajo el Estatuto de la Inversión Extranjera (DL 600), el inversionista extranjero


puede optar por pagar un mayor impuesto de tasa de 42% en vez del impuesto
adicional de tasa de 35%. La tasa será fija por un periodo de 10 años, el cual
podrá ser aumentado a un máximo de 20 años. El inversionista puede optar por
abandonar el régimen especial y, en consecuencia pagar el impuesto adicional,
pero una vez ejercida esta opción no puede volver atrás.

Ejemplo 4

Utilidad gravable
1.000
Impuesto de primera categoría (15%
(150)
Utilidades a distribuir
850
Impuesto a la remesa (27%)3
(270)
Utilidad a remesar
580

2. Fondo de Inversión de Capital Extranjero

Bajo la legislación del Fondo de Inversión el inversionista extranjero puede


también optar por un impuesto especial reducido, el requisito para este
beneficio es la obligación de mantener la inversión en Chile por lo menos 5
años. El fondo es gravado con una tasa fija de 10% sobre sus remesas.

Ejemplo 5

Utilidades gravables
1.000
Impuesto de primera categoría (15%
(150)
Dividendos recibidos por el fondo de inversión
850
Impuesto a la remesa (10%)
(85)
Utilidad a remesar
765

3. Otros regímenes especiales para ciertas regiones

- Isla de Pascua tiene régimen especial de impuestos según el cual se libera de


todo impuesto y contribuciones a los bienes situados en la Isla y a sus rentas;
igualmente, a las actividades que digan relación con su territorio, desarrolladas
por personas domiciliadas en esa Isla.

- Las ciudades de Iquique y Punta Arenas tienen una zona libre de impuestos.
En estas zonas no se paga impuesto de primera categoría, sin embargo,
cualquier impuesto adicional o impuesto personal se aplica y como el impuesto
de primera categoría no ha sido pagado no hay crédito por éste cuando las
utilidades o dividendos son remesados.

- El área de Navarino y las comunas de Primavera y Porvenir, en el extremo sur


del continente, tienen un régimen especial de impuestos, no se paga impuesto
de primera categoría y, no obstante, se otorga un crédito contra cualquier
impuesto adicional o impuesto personal según sea el caso equivalente al
impuesto de primera categoría que hubiere correspondido pagar.

- Las provincias de Arica y Parinacota, en el norte de Chile, tienen un crédito


especial imputable al impuesto de primera categoría equivalente al 20% del
valor de los bienes físicos del activo inmovilizado adquiridos o construidos en el
ejercicio.

VII. OTROS ASUNTOS

- En general, todo el sistema tributario chileno se encuentra indexado para


compensar los efectos de la inflación. En el caso específico de la Ley de
Impuesto a la Renta existe un sistema integral, denominado Corrección
Monetaria, el cual se aplica a los balances de las empresas que llevan
contabilidad completa, y además, contempla normas especiales para corregir
las rentas de los contribuyentes que no llevan contabilidad completa
(empleados, profesionales, etc.).

- Las empresas deben llevar sus registros de contabilidad en moneda chilena,


sin embargo, si todo o la mayor parte del capital aportado o el negocio es
desarrollado en una moneda extranjera, puede ser autorizado por el "SII" la
mantención de registros de contabilidad en moneda extranjera.
- Los pagos de pensión no constituyen renta para su perceptor si quien efectúa
el pago se encuentra obligado a hacerlos por ley. Para quien efectúa el pago,
éste no es gasto deducible.

- Los honorarios de directores o las participaciones producto del cargo de


director o miembro del directorio de una S.A. están sujetos al impuesto global
complementario o impuesto adicional según sea el caso.

SE ME HA PLANTEADO LA DUDA DE QUÉ DOCUMENTACIÓN DEBO


CONSERVAR A EFECTOS FISCALES Y LEGALES. HASTA LA FECHA
CONSERVO DOCUMENTACIÓN DE LOS 10 ÚLTIMOS AÑOS ENTRE LA
QUE SE INCLUYE FACTURAS, CORRESPONDENCIA CON BANCOS,
CARTAS, DOCUMENTACIÓN INTERNA DE DEPARTAMENTO, ETC. ¿ES
NECESARIO GUARDAR TODOS ESTO

La presente consulta se la plantean a diario muchas empresas que se ven


invadidas por una gran cantidad de documentos y libros de obligatoria llevanza
que deben guardar en el limitado espacio que sus oficinas o despachos les
permiten. A continuación, trataremos de arrojar un poco de luz sobre cuáles
son las principales obligaciones relativas al mantenimiento de la diversa
documentación de naturaleza fiscal y mercantil. Obligaciones fiscales Tanto la
Ley General Tributaria como el Reglamento General de la Inspección de los
Tributos establecen que la comprobación e investigación tributaria se realizará
mediante el examen de toda la documentación que sea necesaria para la
determinación del tributo. De esta forma, desde un punto de vista fiscal, toda la
documentación que tenga trascendencia en la determinación del hecho
imponible (declaraciones, libros obligatorios, rollos de caja, recibos, extractos
bancarios, etc.) deberá conservarse durante el período de prescripción del
derecho de la Administración para llevar a cabo la comprobación e
investigación tributaria correspondiente. Este período es de cuatro años,
contados a partir de la finalización del período voluntario de ingreso de la
deuda correspondiente a cada impuesto o de la presentación de la declaración
de que se trate. Por su parte, el Real Decreto de facturación establece que
deberán conservarse copias de las facturas o documentos sustitutivos
expedidos por las sociedades o por su cuenta durante el período de
prescripción tributaria, si bien esta obligación podrá sustituirse por la utilización
de películas microfilmadas o soportes magnéticos que contengan todos los
datos de dichos documentos. Esta sustitución no resulta posible en relación
con las facturas recibidas. Adicionalmente, la Ley del Impuesto sobre
Sociedades establece, en caso de que existan bases imponibles negativas
acreditadas o compensadas, la obligación de estar en disposición de acreditar
mediante la contabilidad y los soportes documentales oportunos la procedencia
y cuantía de las mismas, aunque se hubieran generado fuera del período de
prescripción (el plazo de compensación de dichas bases actualmente es de
quince años). En todo caso, y aunque no se desprende directamente de la
normativa aplicable pero sí de diversas sentencias y resoluciones de nuestros
Tribunales, resulta recomendable conservar las facturas originales acreditativas
de la adquisición de activos hasta su baja definitiva, con el fin de justificar las
amortizaciones practicadas y la documentación soporte de los ajustes que
hayan podido realizarse en las declaraciones del Impuesto sobre Sociedades
que puedan afectar a declaraciones futuras. Obligaciones mercantiles El
Código de Comercio establece la obligación que tiene todo empresario o
comerciante de llevar una contabilidad ordenada y adecuada a su actividad
mercantil. Esta obligación se concreta en la llevanza y conservación de libros
(i.e. diario, de inventarios y cuentas anuales, de actas y los derivados de cada
tipo societario), así como de la correspondencia, documentación y justificantes
(facturas, albaranes, rollos de caja, extractos bancarios, nóminas, etc.)
concernientes a su negocio, debidamente ordenados, y por un plazo de seis
años, salvo lo que se establezca por disposiciones generales o especiales.
Aunque no se exige específicamente en la norma, parece lógico entender que
la exigencia de conservación durante el mencionado plazo se extiende también
a los libros o registros voluntarios (i.e. mayor y auxiliares), así como al resto de
documentación soporte de la contabilidad de la empresa (facturas y albaranes,
rollos de caja, extractos bancarios, etc.). Esta interpretación queda reforzada si
se tiene en cuenta que la propia Ley General Tributaria establece la obligación
de poner a disposición de la Inspección de los Tributos los libros (contabilidad
principal y auxiliar) y la documentación (facturas, correspondencia,
documentos, justificantes, etc.) relativa al hecho imponible que se compruebe.

También podría gustarte