Rompiendo La Maldición de La Pobreza
Rompiendo La Maldición de La Pobreza
Rompiendo La Maldición de La Pobreza
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está
escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero). –Génesis 3:13
Cuando estudiamos la palabra de Dios, leemos acerca de un Dios infinitamente próspero que
quiere que Su pueblo sea prosperado. La creación de los cielos y la tierra es solo una muestra
de lo infinito de Sus riquezas. Entonces, ¿Por qué hay pobreza en la tierra?
Lamentablemente, el hombre cayó en pecado y la maldición de la pobreza vino sobre la
humanidad. La buena noticia es que en la cruz, Jesús venció la pobreza, y hoy podemos
experimentar Su prosperidad.
¿QUÉ ES LA POBREZA?
Es una de las consecuencias de la caída del hombre. Es un espíritu diabólico que ataca una o
más generaciones y las destruye. Además, niega o se opone a la prosperidad que viene de
Dios. Es una cultura de desaliento y una mentalidad que atrae carencia y estancamiento, las
cuales conducen a la ruina.
La pobreza vino sobre la humanidad después que el hombre pecó y fue arrojado de la
presencia de Dios. Desde entonces, el ser humano tuvo que sudar para ganar su sustento y
fue sometido a la esclavitud de la pobreza.
LA MENTALIDAD DE POBREZA
La pobreza es una fortaleza mental que se propagó a través de las enseñanzas de la iglesia
tradicional. Esta enseña que, entre más pobre luce, más santa es una persona. La mentalidad
de pobreza no deja que las personas asocien la prosperidad con la espiritualidad. Aunque
muchos han abandonado esas filas y ahora son cristianos practicantes, esa fortaleza está tan
arraigada, que aún viven con ataduras financieras que no los dejan prosperar.
Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá
sin causa. –Proverbios 26:2
Ninguna maldición viene sin causa. La desobediencia activa la maldición de la pobreza.
EL PROPÓSITO DE LA POBREZA
PREGUNTAS FINALES
ACTIVACIÓN
DIEZMOS Y OFRENDAS
Si oyeren, y le sirvieren, acabarán sus días en bienestar, y sus años en dicha. –Job 36:11