Manual de La Homilia
Manual de La Homilia
Manual de La Homilia
LA HOMILIA es la forma en que Dios se comunica con sus hijos, con su Pueblo, y donde el Clérigo solo
es instrumento a su servicio. Siempre está presente la Gracia de Dios
Todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. Ahora bien, ¿cómo van a invocar a aquél en
quien no creen? ¿Y cómo van a creer en él, si no les ha sido anunciado? ¿Y cómo va a ser anunciado, si
nadie es enviado? Por eso dice la Escritura: ¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian buenas
noticias!... Romanos 10,13-15.
Que triste haber sido enviado y no haber anunciado, ni denunciado: Aprovechemos todos los días de
nuestra vida y todas las oportunidades que Dios nos da para anunciarlo, aprovechemos todos los días de
nuestra vida para dar amor. La fe viene de la predicación y la predicación consiste en anunciar la Palabra
de Cristo. Rom 10,17
Hace poco tiempo motivado por el Diácono permanente Don Jorge Wise de la Garza, que nos hablo
de la necesidad y de las ventajas que tiene el hacer una buena homilía en provecho de los fieles, estando en
la librería vi un libro que me llamó la atención; lo compré, lo leí (devoré), y me gustó tanto que pense de
inmediato en compartirlo con a los que mucho quiero, así pues me puse a trabajar, y aún dentro de muchas
ocupaciones, este fue el resultado:
El siguiente ensayo, pretende ser una síntesis, un pequeño resumen del Manual de la Homilía
imperfecta de Don Joaquín Antonio Peñalosa, misma que hago con todo respeto, esperando en Dios no
deformar su contenido y contribución para la realización de una buena homilía. El propósito es que mis
amigos, compañeros y aquellos que se dedican a la predicación, tengan al menos un panorama más abierto
que les sirva en la preparación del mensaje de Cristo al mundo de hoy y aquí.
PROLOGUILLO
Se cuenta de un Obispo que duro en su sede 24 horas; de Nuestro Señor Jesucristo a quien iban a despeñar
por predicar una homilía perfecta y del Apóstol Pablo que por predicar tan largo, se le durmió un oyente,
cayó y murió.
Jesucristo, nuestro bien, predicó su primera homilía en la sinagoga de Nazaret. Leyó un pasaje del
profeta Isaías. Enrolló el libro, lo devolvió al servidor y se sentó. “Los ojos de cuantos había en la sinagoga
HOMILIA: Mejor momento para Evangelizar: Jefeme 2
estaban puestos en él”. Luego explicó el texto bíblico con tal seguridad, viveza y valentía que el auditorio se
encendió en cólera y, levantándose, lo arrojó fuera de la ciudad y lo llevó a la cima del monte para
precipitarlo desde allí (Lc 4,16-30). Si al Señor lo rechazaron por predicar la homilía modélica, ¿qué se
puede esperar de nosotros?...
Al apóstol Pablo que, por prolongar su homilía hasta la media noche, un joven de nombre Eutico, que
estaba sentado en una ventana, abrumado por el sueño, “porque la plática de Pablo se alargaba mucho”, se
cayó del tercer piso abajo, de donde lo levantaron muerto. Imitadores de Pablo, no pocos predicadores
adormecen con anestesia total al amado rebaño, pero sin el poder de Pablo para resucitarlo (Hch 20,7-12)...
Agustín de Hipona se quejaba de que los fieles se le escapaban del sermón para ver el circo... El insigne
Tomás de Aquino... una vez que predicaba en París... unos ruidos contestatarios interrumpieron su sermón...
La homilía es un espíritu, una doctrina y una técnica. Exige santidad, sabiduría y arte de persuasión.
Es fruto de la gracia de Dios y de la industria humana. El predicador... se hace orando, estudiando y
aprendiendo el arte de hablar... no basta saber, sino saber decir lo que se sabe... predica bien. Pensad en
Francisco de Asís, el Cura de Ars, Juan XXIII, el obispo mexicano Rafael Guizar y Valencia; encendían,
quemaban... un teólogo... sabe lo que va a decir, pero no siempre sabe como decirlo.
Busca el aprendizaje de las técnicas necesarias para transmitir con eficacia el mensaje evangélico...
conjuga, a la vez, la triple realidad de la vida interior; los conocimientos teológicos y bíblicos, y los recursos
técnicos.
¿Por qué sólo nosotros, los mensajeros de la verdad revelada, hemos de ser los únicos que
hablan sin aprender a hablar?
monjas, los enigmáticos pro sinodales, los bravíos capellanes de plazas de toros, sus señorías los pausados y
venerables canónigos... todo el presbiterio... Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Hay que estudiar ciencias, literatura, historia, filosofía: han de sacrificarse muchas horas de vida
social... los libros son los mejores amigos... cuando los coges y los abres, siempre están dispuestos a
facilitarte alguna idea. Cuando los dejas no se enfadan. Cuando vuelves a tomarlos, parecen enriquecerte
todavía más... El seminario constituye la verdadera preparación remota de la homilía... consiste en equipar al
orador de cuatro valores esenciales: la virtud, la cultura, las técnicas de comunicación y la experiencia.
En cuanto a la cultura... el sacerdote debe especializarse en lo suyo... Biblia, teología, liturgia,
pastoral, documentación pontificia. Y todo ello renovado, puesto al día, o el predicador se quedará sin
reservas. Podrá ilusionar a los fieles uno o dos domingos, luego se descubrirá su pobreza... A la cultura
teológica añadirá la cultura general. Ciencia de Dios más ciencia de los hombres. En cualquier momento
podrá echar mano de un arsenal de conocimientos... Nada estorba y todo sirve. Conozco un sacerdote que
apenas recibe su mensualidad, luego separa el dinero destinado a libros. Esto se llama saber gastar, y de
retache saber preparar las homilías.
La experiencia de la vida sacerdotal deposita en el alma unos tesoros más reales que la letra muerta
de los libros... cosas de Dios audibles y tangibles. Que caudalosa fuente de predicación, la vida... la
experiencia no es tanto contabilidad de calendarios, cuanto profundidad de alma. No la casualidad de vivir,
sino la ciencia de saber vivir. Lo importante es que el sacerdote joven sepa anticipar el otoño y el sacerdote
viejo no dejarse arrebatar la primavera.
¿Cuál es la mejor homilía del mundo? La que fluye de la virtud, la cultura, la experiencia y las
técnicas de comunicación... la virtud, la santidad. Con ella sola el mundo seguiría percibiendo a Cristo.
c) Prever el fin.- Saber donde va uno... la homilía... el anuncio de un Evangelio que significa
“noticia gozosa”: la denuncia es consecuencia del anuncio. No es una historia antigua: “en aquel tiempo”,
sino una vivencia actual. No es un método de oración... La fijación del fin de la homilía es ayuda tan
importante...
Son fines de la homilía: 1) La evangelización, la enseñanza o didascalia de la palabra de Dios, tal
como procedió Jesús con los discípulos de Emaús: “Empezando por Moisés y todos los profetas, les
explicaba lo que las Escrituras decían de Él (Lc 24,25). 2) La homilía no se contenta con que los fieles sepan
más cosas de su fe. De la iluminación de la inteligencia, el predicador debe de llegar a convencer al
auditorio, persuadirlo, mover su voluntad, suscitarle propósitos de conversión y vida nueva; tal es la
paráclesis o parénisis. San Antonio de Padua... predicaba con tal fuerza de convicción que si hablaba contra
el robo, venían los ladrones a entregarle los hurtos. Homilía: luz y vida, como la autodefinición de Cristo,
“yo soy la luz, yo soy la vida”.
d) Prever el auditorio.- Es preciso suponer el auditorio que nos escuchará... decimos algo concreto
de Dios a Personan concretas... ¿A quienes nos vamos a dirigir?.
e) Atender los signos de los tiempos.- Para preparar una excelente homilía, se precisa la Biblia y el
periódico del día. Lo que dice Dios y lo que dicen los hombres. Si el predicador no está atento a lo que
acontece en su contexto histórico en sus tres círculos – local, nacional, mundial -, la homilía será incorrecta
e intemporal, sin referencia al hoy y aquí.
f) Estudiar el tema.- Sacando los libros... el comentario de la Biblia... teología... liturgia...
documentos conciliares, los apuntes, el fichero, la revista... reunir el material... con el lápiz en la mano.
Tomar ideas, tomar notas. Hágase la luz... “Si no estudiáis, callaos”, fulminaba el Cardenal Saliége a los
predicadores. Y San Francisco de Sales “El estudio es el octavo sacramento de los sacerdotes”... predicador
que sepa insuflar la forma sustancial... doctrina sólida... revestirlos de calor de vida y encaminar esas ideas
hacia un auditorio real en vista de un fin concreto...
La consulta de estos sermonarios... no dispensa... de la consulta a los libros litúrgicos... algunos
sacerdotes... se contentan con hojear el sermonario o los guiones homiléticos que se publican en ciertas
revistas, “leen apresuradamente las páginas escritas por quien sea y para cualquier auditorio... Los guiones
homiléticos... hechos casi todos en el extranjero y pensados para otra mentalidad y circunstancia, sean
bienvenidos como servicio, jamás como servidumbre...
g) Reflexionar sobre el tema.- La consulta de los libros... no dispensa de la propia reflexión...
abertura del alma, serena y profunda, sobre los textos bíblicos... saboreo del espíritu, puente de
comunicación entre el predicador y Dios... La homilía estudiada desemboca en una excelente explicación.
La homilía orada, en un instrumento de salvación. “Mi palabra y predicación – escribe San Pablo a los
Corintios -, no fue con persuasivas palabras de sabiduría, sino con demostración del espíritu y fuerza, para
que vuestra fe no estribe en sabiduría de hombres, sino en la fuerza de Dios”.
h) Trazar un plan.- Preparar bien una homilía es ante todo organizarla, delinear un esquema previo,
fijar el desarrollo de sus pasos principales, señalar un orden y una ruta para la marcha... debes crear un plan
– hábil, sencillo y progresivo -, planear qué quieres conseguir, pensar los dos o tres puntos que quieres
exponer... a todo mundo le gusta saber de que le hablan... la gente prefiere un predicador que partiendo de
un punto se dirige a otro, recorre un trayecto determinado y no se pierde en rodeos...
¿Cómo hacer el plan de la homilía? Primero seleccionar... segundo dividir... no más de dos o tres
puntos y la conclusión... tercero, relacionar una parte con otra... Una homilía improvisada es siempre larga...
i) ¿Es necesario escribir la homilía?.- Improvisación v.s. escritura previa... No descartamos la
utilidad y seguridad que ofrece a los sacerdotes que comienzan a ejercitarse en la predicación, la redacción
de la homilía como un entrenamiento temporal, jamás para toda la vida... que los convierta en predicadores
fonógrafos. El camino ordinario, seguro y práctico, consiste en memorizar el esquema... considere... el
principio... el final de la homilía.
laicos. Los laicos pueden ayudar tanto con sugerencias en la preparación de la homilía como con opiniones
acerca de las homilías que escuchan, como que ellos son sus naturales destinatarios. (San Juan Bosco
cuando recién ordenado preparó su primer homilía, se la leyó a su mamá, le pidió su opinión y ella con
sinceridad le dijo que no había entendido nada; desde entonces Don Bosco rara vez predicó una homilía
que no hubiese sido comprendida previamente por Mamá Margarita).
Puede invitarse... a un sacerdote experto en Biblia, teología, liturgia, pastoral, psicología, ciencias de
la comunicación que auxilie con sus conocimientos teóricos prácticos... lo mejor es que intervengan hasta el
final o cuando el grupo se atasque en un bache. Se requiere un moderador flexible y ordenado que conduzca
la reunión dentro de una atmósfera de atención amistosa... que suscite la intervención... que no descarte
ninguna aportación... que evite los retrasos y avances a destiempo... que impulse el equipo hacia la meta.
El primer empeño del moderador... establecer... la metodología del trabajo. A que horas empezar y
concluir. Cómo se va a desarrollar la sesión. Cómo se va a tomar la palabra... o se pierde el tiempo y la
oportunidad... condición previa... vaya preparando la reunión.
He aquí lo que podría ser el esquema de la reunión: 1) Lectura... se leen las tres lecturas de la Misa,
tal como aparecen en el misal, tal como lo van a escuchar los fieles. 2) Personajes... ¿Qué interlocutores o
personas intervienen en estos pasajes? ¿Cuáles... aparecen en primer plano y cuáles en segundo? 3) Género
literario... ¿Es narración de alguna parábola, un himno, una exhortación parenética, una confesión de fe, un
catálogo de virtudes, de pecados...? 4) Tres contextos... situar la perícopa a) en su contexto bíblico... b) en su
contexto litúrgico... c)en su contexto histórico ¿Cómo y donde se plantea hoy un problema análogo?. 5)
Tema central... el mensaje del texto... ¿Cuál es el centro de gravitación de la homilía, teniendo en cuenta la
comunidad a quien va dirigida?. 6) Reflexión sobre el tema central... lecciones e implicaciones que
encierra... para el cristiano de hoy... objetivos que se propone el predicador. Sea que prefiera llevar a los
fieles a una nueva comprensión de la fe -“docere”- o movilizar su decisión para un mayor compromiso
–“movere”-; o suscitar el gozo y la alegría –“delectare”-... 7) Esquema escrito. Al término... formular por
escrito, en frases sencillas el mensaje y la exhortación correspondiente. 8) Elaboración personal. La
preparación en equipo de la homilía, no excusa del trabajo individual. Después de la reunión, el predicador
entra en la fase de la meditación, de la elaboración personal, puesto que es él con su propio estilo y recursos
quien va a dirigir la homilía... 9) Crítica... lo menos alguno de sus miembros escuche la homilía... se
promueve solidariamente el bien de todos...
Otro método más sencillo que el anterior... El equipo debe integrarse preferentemente con los
sacerdotes que trabajan en la misma parroquia. 1) Se precisa el tema de la homilía del siguiente domingo. 2)
Trabaja por su cuenta en la preparación del tema. 3) En la sesión reglamentaria... “el mercado de ideas”,
todos aportan el fruto de su reflexión... 4) Se hace la síntesis y el esquema definitivo de la homilía 5) A la
siguiente sesión, se hace la crítica en común de las homilías dichas el domingo anterior, bajo un clima de
sencillez y confianza fraternal... la predicación... fruto del espíritu sacerdotal vivido por el equipo...
del Domingo es la única ocasión en que un buen número de fieles se allega al templo... Como notara que la
asistencia a misa dominical disminuía, el padre Nicanor puso en la puerta del templo un letrero anunciando:
“Sermones nuevos, no son los que he repetido en los últimos diez años”.
no tiene tiempo de hacerlas cortas. Los fieles se sientan obedientes y cabizbajos... Insiste en repetir el
Evangelio, decirlo otra vez, traducirlo –tradutore, traditore- a sus propias palabras sin ponerle ni quitarle.
Si se acaban de leer, despacio, sabrosa y claramente, los textos bíblicos en su original, ¿Para qué
medio destrozarlos tratando de repetirlos a su manera? ¿No basta la alusión en lugar de la repetición?... la
homilía no consiste en la lectura literal o casi de un trozo bíblico, sino en el ejercicio personal del ministerio
profético que compete al sacerdote (al ordenado). El texto bíblico no es la predicación sino el alma y el
punto de partida de la predicación, acoplado al que nos dice el ahora y el aquí.
Cristo vino precisamente a evangelizar, es decir, a informar, enterar, dar noticias. Su Evangelio a
diferencia de las noticias humanas, siempre es una buena noticia, porque es noticia de salvación. Y, además,
una noticia nueva... tan actual como Dios, como Cristo mismo que siendo de ayer es de hoy y de siempre.
La Biblia es la palabra de Dios para el hombre de hoy... La buena nueva nos llega a través de un
texto escrito hace siglos, que por tanto tiene una tradición... Los fieles que escuchan la explicación de un
trozo bíblico lo sienten tal vez como lo más natural del mundo, como algo sabido desde antiguo... El
predicador no pudo percibir ningún atisbo de novedad, de actualidad en el texto bíblico que comentaba. Tal
vez la rutina contraída al paso del tiempo, la falta de oración y reflexión, la tibieza y negligencia, tal vez las
cobardías, las capitulaciones...
¿Cómo devolver a la homilía la novedad de la noticia? Pues haciendo que la homilía conjugue las
tres características sustanciales de la noticia, que son la actualidad, la proximidad y el interés:
Actualidad.- Veinticuatro horas es un plazo tan largo en la vida de un periódico como una
generación en la vida de un hombre. El lector ansía saber lo que pasa hoy y sucederá mañana, conforme ha
perdido todo interés por el ayer, así el ayer haya sucedido un día antes. Quiere la noticia fresca en el
periódico y en la homilía. El predicador ha de orientar el texto bíblico a la nueva situación histórica del
hombre al que se dirige, descubrir el mensaje que guarda para el cristiano concreto de hoy, entrañar sus
derivaciones hacia las actuales circunstancias, aplicar la palabra eterna al momento efímero.
La proximidad.- Una noticia es más noticia a medida que los hechos que relata suceden más cerca
del lector... El interés del lector aumenta de acuerdo con la proximidad. Lo más próximo es él mismo. Por
eso la noticia que más interesa es aquella en las que el lector aparece. Su nombre en letras de imprenta y por
la calle. La homilía masificada que se dirige a un auditorio inconcreto y vago, en realidad no se dirige a
nadie. Bronce que resuena en el aire. Cada uno de los que escuchan debe sentirse aludido, interpelado en lo
individual...
Interés.- Lo que busca el auditorio en la homilía. Algo de veras importante para su vida. Que le
afecte, que le llegue, que le entusiasme. La palabra de Dios es por si misma actual, próxima e interesante,
verdadera noticia con sus tres notas esenciales. Sólo falta que la palabra del predicador sintonice con la
palabra de Dios y la psicología del hombre... La homilía debe ayudar en su vida cristiana a unos hombres y
mujeres que viven hoy en un mundo determinado... Ella es el puente donde se encuentran Dios y los
hombres...
veces bastará el enunciado implícito... lo importante es que, terminada la homilía, los fieles sepan de
que les habló el predicador, cuál fue la idea central, la síntesis del mensaje.
3) Confirmación.- El plato fuerte es la confirmación, que así se llaman las pruebas de la proposición...
aquí es donde tienes que enseñar, demostrar, probar, argumentar, refutar, mover... Tu consagración de
profeta, tu función de liturgo, aquí se ejerce. Es preciso abrir la batería pesada, realizando los tres fines
que San Agustín marcó a la oratoria sacra.
Ut veritas pateat, hablar a la mente de los fieles. Ser claro y ordenado... Ut veritas moveat, hablar a la
voluntad. Ser convincente y convencer... Contribuir a la conversión del hombre. Señalar caminos.
Hacer vida la verdad. Ut veritas mulceat, hablar a la imaginación y a la sensibilidad... el hombre
moderno no piensa sin imágenes. Ser agradable.
4) Peroración.- Ahora a despedirse y a agradecer... Qué... amargura sufre el predicador... cuando no
puede aterrizar... como no preparan el final de la homilía... Pueden ser buenos finales de homilía una
breve recapitulación del tema; una explicación práctica y concreta que ponga en ejecución la teoría
expuesta; una consigna, una invitación, un encargo, una petición al auditorio; un brevísimo ejemplo que
contenga la lección central de la homilía; una frase o sentencia que sea como su clave... Y dos trucos
del oficio: no digas que ya vas a terminar, es mejor que termines sin anunciarlo. Termina antes que el
auditorio lo sospeche, deja de hablar en el momento en que menos se lo piense. Cultivar la sorpresa...
Despertar a los dormidos. Una homilía bien estructurada no sólo despierta a los dormidos, sino que
también no permite que los despiertos duerman.
contenido con la demasía de forma, la ausencia del fruto con la presencia de un bouqué de flores, superficie
sin profundidad.
Lenguaje casi ideal.- San Pablo predicó en el areópago partiendo de la cultura y del lenguaje que
entendían los atenienses. El lenguaje homilético debe ser accesible, entendible, llano y claro, concreto y
digno, de acuerdo con la preparación y nivel de cada auditorio; pero accesible no significa lenguaje trivial
y vulgar.
El lenguaje debe ser, además, vivo, expresivo, plástico, de suerte que el auditorio “vea” lo que el
predicador va diciendo... la palabra no es sólo un vehículo lógico, puede y debe ser cargada de imágenes y
golpear a los nervios como una imagen o una canción... el hombre de hoy no piensa sino en imágenes... Por
eso el predicador precisa introducir en sus homilías, conferencias y clases, todo lo positivo del lenguaje de
los medios de comunicación social.
Se dolía el liturgista español José Aldazábal: “Qué lástima que para cualquier mensaje comercial o
publicitario, se empleen en el mundo de hoy, las mejores técnicas; mientras que para el predicador solemos
reincidir en los mismos tópicos y moldes, sin fuerza, ni garra”.
Claridad en las referencias.- El turismo al servicio de la pastoral, por lo que la pastoral ha estado al
servicio del turismo... No se contente usted con aludir, no dé por conocido lo ignorado. Qué le cuesta una
frase explicativa, una flecha en el camino, o la oscuridad subirá al ambón
Claridad en el orden de las ideas.- establecer una jerarquía de ideas... Sin orden, sin dividir el tema
en partes, no es posible la claridad. Donde hay esquema, hay luz. Y luego que las transiciones sean
vigorosas y notorias, que el auditorio se dé cuenta cuando se pasa de una idea a otra. Pisar fuerte cada vez
que se suba un escalón.
Claridad en la exposición de las ideas.- “El hablar nace del entender”, decía Fray Luis de León...
iluminar, enseñar, partir el pan a los pequeños, hacer accesible la palabra de Dios con humildad de espíritu y
eficacia pedagógica, sin escatimar esfuerzos para darnos a entender. Entre más oscuro sea lo que
prediquemos, más claros debemos ser...
No es posible desarrollar varias ideas en el corto tiempo que dura la predicación. Y porque en los
países de cristianismo masivo y poco ilustrado, los fieles necesitan ahondar en la misma idea... El predicador
ha de hacer girar su homilía en torno de una idea central... Una idea expresada de diversas maneras hasta que
penetre a la mente y al corazón del auditorio... Se trata de mover la voluntad del oyente... iluminar su
inteligencia...
predicar a la multitud... Habló, hablo largamente. De pronto, la rueda de molino se hundió. Cuando llego al
paraíso preguntó cortésmente al Señor: -¿Por qué Señor me hiciste perecer? –Quirino, suspiró Padre Dios,
hablaste bellamente; pero te extendiste demasiado. Ni yo, que soy eterno, pude aguantar sermón tan largo...
¿Cuáles son los peligros de las homilías kilométricas, de permanencia voluntaria?:
1) La Misa se convierte en un emparedado, en el que la homilía se erige como el abundante y soberbio
relleno colocado entre las dos ligeras tapas de la liturgia de la Palabra y de la liturgia Eucarística,
cuando que la homilía debe guardar el humilde papel de conducir la liturgia de la palabra y dar paso
a la eucarística.
2) Una Homilía excesivamente larga rompe el ritmo interior de la celebración, ya que se corre el
peligro de creer que lo verdaderamente importante es la palabra humana del predicador, y no la
Palabra de Dios y el misterio sacramental...
3) Cuando se prolonga la homilía, el celebrante recupera el tiempo precipitándose en la liturgia de
la Eucaristía a la que relega como simple acompañante del sermón
4) Con tantas ideas, tantas palabras, tantas interpelaciones y tanto tiempo, el predicador acaba
anegando en los propios fieles... los fieles cabecean en un dulce sueño reparador, como si estuvieran
afirmando que están de acuerdo con lo que dice el predicador
5) Las homilías deben de mover los corazones... ¿Cuánto tiempo debe durar una homilía?... 7
minutos y que “pasar de los 10, es atravesar la frontera mortal... Se puede decir tanto y tan bien en 7, 8
minutos; como en 20 a veces ni se dice nada, ni se dice bien...
La homilía preparada a conciencia será siempre breve... el Jesuita Baltazar Gracían (1601-1858)...
acuñó está máxima: “Lo bueno, sí breve, dos veces bueno”...
16.- EL AUDITORIO
Conozca a su auditorio y saber que necesita o quiere escuchar
La homilía del convento... La homilía de la Misa de los niños... La homilía del seminario... La
homilía de la Misa de la juventud... Pero... El sacerdote no puede ni debe seleccionar a sus oyentes. Al
templo, como que es redil, entran las ovejas que quieren y cuando quieren... Yo soy el buen pastor, ¿conozco
a mis ovejas?.
Quienes asisten a la Misa y a la homilía dominical forman ordinariamente un público heterogéneo y
policromo. Nuevo Pentecostés que congrega a toda raza... Representados están los sexos... Presente y
erguida la pirámide de edades.... Sentados, codo a codo, el campesino analfabeto y la secretaria trilingüe, el
obrero textil y el capitán de empresas, el semi - católico peso pluma y el catoliquísimo peso completo, el
adúltero del sábado y el justo de todos los días, el conservador del Concilio de Éfeso y el progresista del
vaticano IV. Rico muestrario de sexos, edades, profesiones, culturas, ideologías políticas, estratos sociales,
apartados religiosos...
No es el auditorio el que tiene que adaptarse al orador, sino el orador al auditorio... Predicadores hay
que predican para sí mismos, hablan de lo que quieren y como quieren, cual si no existiera el auditorio.
Otros parecen dirigirse a una porción escogida... Homilía para todos o para ninguno, he aquí la cuestión.
Nada fácil. Hablar directamente a su auditorio, a ese y no a otro. Hablar “a”, no “ante” los oyentes.
Comunicarse no con una masa sin rostro sino con cada uno en lo personal, saber partir el pan para que
alcance a todos, manejar ideas y vocabularios al nivel medio de la asamblea, dejar sobre cada cabeza una
llama individual del mismo fuego...
Preparar y decir la homilía, supone tanto el conocimiento de la Palabra de Dios que se anuncia, como
la problemática del hombre que es anunciado. Por eso los mejores instrumentos del predicador tienen que
ser la Biblia y el periódico, la historia de Dios y la historia cotidiana de la humanidad... antes de predicar
infórmese del auditorio que va a escucharlo... Sólo así el mensaje Evangélico tendrá la fuerza de la
encarnación...
El cambio de auditorio obliga al cambio en el modo de dirigirse a él. En cualquier caso, el predicador
tiene que hacer un esfuerzo para conocer a fondo la psicología del hombre de hoy, el hombre que hoy forma
parte de un auditorio
Al auditorio antiguo poseía menos cultura y conocimientos personales, mayor sencillez psicológica,
tiempo y calma para oír, confianza en el predicador a quien consideraba en todo superior a él...
HOMILIA: Mejor momento para Evangelizar: Jefeme 14
El auditorio moderno surge con mayor cultura e ideas propias, opone resistencia a ser invadido o
persuadido, tiene menos respeto y admiración por el predicador, tendencia crítica y oposicionista. Menor
interés por los problemas espirituales y trascendentes.
¿Qué exige el auditorio al predicador?. Quiere sencillez.... Quiere claridad... Quiere variedad...
Quiere utilidad... Quiere autenticidad... Quiere sensibilidad... Quiere brevedad....
Durante toda la homilía, el predicador deberá llevar a cuestas a su auditorio, a todo su auditorio... El
que habla debe darse cuenta de la atención con que se le escucha, y percibir si la comunicación se establece,
o si no existe. Debe ser también sensible a su auditorio... La elocuencia es una interreacción. Hay destellos
de luz que aparecen al predicador mientras está en el ambón... por la gracia de Dios ciertamente, pero
también por la gracia del auditorio, con el cual el predicador está en plena unión, en plena simpatía. Esto
también forma parte del estado de gracia predicante...
predicador no sabe lo que quiere y cómo lo puede conseguir, no llegará muy lejos. – El que quiere siempre
todo o nada, suele conseguir poco. Hay que contentarse con algo, y a menudo, con poco.
ACTITUDES DE LOS OYENTES.- No todo lo que gusta al predicador gusta también a los
oyentes. – Algunos evitan los sermones porque no dicen nada. Otros porque dicen demasiado. – El que
quiere permanecer como es, quiere que también la teología y la homilía permanezcan como son...
LA HOMILÍA Y EL TEXTO BÍBLICO.- Hay sermones en que el texto evangélico se esconde
detrás de la explicación y no hay por donde adivinar que texto es. – La elección del texto suele depender del
tema que el predicador quiere explicar. Y el texto no suele influir gran cosa en la homilía. – El que tiene
interés de hablar de un tema, medita tanto que al final el texto se adapta al tema. – Sobre el mismo texto se
oyen sermones tan distintos, que parecen sobre textos distintos. – El texto bíblico sirve para todo. – El que
predica contra un texto suele tener en la cabeza otro texto. Sería mejor que comentara este otro. – El que no
toma en serio el texto evangélico, tampoco toma en serio a sus oyentes. – A veces la Biblia habla mucho
más claro que los predicadores que quieren explicarla...
EL MODO DE PREDICAR.- No por mucho gritar se convence más al auditorio. – Demóstenes
ejercitaba su oratoria en la playa. Los cantores ejercitan su voz ante el espejo. Algunos predicadores lo único
que ejercitan es la paciencia de los oyentes. – El peligro mayor de los predicadores es la melancolía. – La
crítica contra la homilética ha producido muchas teorías, pero no una mejor predicación. – Ya Lucas habló
de las dos al hablar de las dos hermanas de Batania: el que predica, a pesar de todo, es como María; el que se
afana por teorías y críticas, es como Marta; y María escogió la mejor parte. – Las frases ingeniosas gustan
mucho. Pro cansan pronto.
espirituales par niños, jóvenes, obreros, matrimonios... 10) Ensayarse en breves pláticas de primera
comunión, bodas, exequias... 11) Leer y comentar algún sermón de un Santo Padre, la última alocución del
Papa, algún texto de autor connotado. 12) Pláticas en la catequesis o en círculos juveniles. 13) Enseñarse a
usar el micrófono. 14) Hacer una bibliografía sobre homilía y predicación.
Observaciones... Primacía de la predicación en el ministerio sacerdotal... hay que cuidar el
desarrollo... total... del comunicador: el cuerpo, la voz, el corazón y la mente; ya que la comunicación
requiere siempre que se empeñe activamente toda la persona en el momento mismo de la comunicación...
insostenibles. Por ejemplo: Dios nos manda a este mundo para que suframos. El pecado deforma el alma
haciéndola más o menos participe del demonio. Las mujeres también son hombres como nosotros. Las cosas
de este mundo no valen nada. Recemos por los difuntos, especialmente por este que nos acompaña. O sea,
que practiquemos la justicia auténtica, no sólo dar a cada uno lo que es suyo, sino no robar nada a nadie, dijo
el Apóstol San Pablo. El Papa también es un pecador. Si no estuviéramos bautizados, ¿cómo andaríamos?...
9) la peor homilía es la que no interesa a nadie, la que no parte ni se nutre de la Biblia, la que no relaciona la
palabra de Dios con la vida del hombre, la que no da una visión de la fe como compromiso dinámico y
operante... 10) sacerdotes tomen en serio a sus fieles y la palabra de Dios, y que los tomen en serio todos los
domingos de su vida... 11) No es lo mismo hablar de toros que estar en el redondel.
Hasta aquí llega Don Joaquín Antonio Peñalosa... Gracias.
Oración.- Oh Espíritu Santo Dios de Luz, alúmbrame y ayúdame a conocer mis pecados y lléname al
mismo tiempo de los sentimientos más vivos de arrepentimiento y de dolor; te lo pido en nombre y por los
méritos de mi Jesucristo y de su bienaventurada Madre, María Santísima, de San José, de mis Santos
patronos y de toda la corte celestial. Amén.
Cuentan de un predicador que cerraba sus ojos cuando hablaba, y hablaba mucho; hasta que un buen
día sus escuchas le dijeron: Predicador, mejor abre los ojos, cierra la boca y habla menos
Examen de conciencia: Segundo mandamiento.- ¿He dicho alguna palabra soez contra Dios o contra
sus Santos? ¿Me he acostumbrado a decir palabras mal sonantes?
HOMILIA: Mejor momento para Evangelizar: Jefeme 18
Querido amigo:
Aparte de saludarte y desearte lo mejor para ti y tu familia, quiero aprovecharme de ti y que leas esta
reflexión. Sí estas de acuerdo dale validez.
Hace poco un compañero me dijo: “Sabes; en las Escuelas, en los Hospitales, y en los Edificios y
Lugares Públicos no se permite fumar. En cambio entras en los Seminarios y hay un fuerte olor a humo y
cigarro. ¿Es eso bueno?, ¿No sería posible regularlo igual o por convencimiento por que daña el cuerpo,
templo del Espíritu Santo?. Hoy tristemente hasta algunos maestros formadores fuman mucho”.
Reflexionando; además de darle la razón, noto que también que en estos últimos años ha venido
siendo utilizada con mucha frecuencia la palabra mal sonante; malas palabras que son pronunciadas cada
vez con mayor frecuencia. En la jerarquía, los “viejos” tal vez por querer parecer graciosos; los “jóvenes”
por querer parecer mayores o de más mundo o con más “actualidad”. En fin, es triste que los que tienen que
ser ejemplo, no lo hagan. ¿Cómo corregirlo?... ¿Se nos olvida que al que más se le da, más se le exigirá?.
Propuesta.- Sería bueno como ejercicio para nuestra voluntad que en todos los lugares donde se
abusa de palabras mal sonantes y se fuma, ya sean los Seminarios, el Instituto Diaconal y los Institutos de
vida consagrada dejásemos de fumar y de decir malas palabras. Resultado.- Si tenemos voluntad,
maravilloso; pero si no tenemos voluntad para esto, ¿Tendremos la voluntad para perseverar en nuestra
“vocación”? ¿Y las pruebas difíciles que nos esperan, las superaremos?... Quien falla en lo pequeño.
No creo ser puritano, simplemente pienso que esas conductas no deberían existir en ningún medio, y
menos en el nuestro.
Alguien dijo: “Es preferible herirse con la verdad, que separarse con la mentira”. Puedo no estar de
acuerdo con lo que dices, pero respetaré hasta la muerte tu derecho de expresarlo... Voltaire.
Quien realmente te aprecia y desea todo, menos hacerte mal: Afectuosamente tu Hno. en Xto. Jesús
Félix Mejía.
DE LOS TRATADOS DE SAN AGUSTÍN: “La fuerza del amor debe superar la repugnancia de la
muerte”. Liturgia de las Horas. Tomo I).
A la triple negación de Pedro corresponde la triple profesión de amor, para que su lengua no quede
al servicio del temor más que del amor... Pues aquellas palabras de Cristo: ¿Me amas? Apacienta mis
ovejas, equivale a decir: <<Sí me amas, piensa que no te apacientas a ti mismo, sino a mis ovejas,
apaciéntalas como mías, no como tuyas; busca en ellas mi gloria, no la tuya; mi dominio, no el tuyo; mi
ganancia, no la tuya; no participes del sentir de aquellos que pertenecen a los tiempos peligrosos, los que se
aman a sí mismos y a todo lo demás que dimana de esta mal principio>>.
Por tanto los que apacientan las ovejas de Cristo no han de ser amadores de sí mismos, y así las
apacentarán no como propias, sino como pertenecientes a Cristo. El peor mal que hay que evitar en los que
apacientan las ovejas de Cristo es el buscar sus propios intereses y no los de Jesucristo, destinando a su
propia utilidad a aquellos por quienes ha sido derramada la sangre de Cristo.
El amor del que apacienta las ovejas del Señor debe ser tan grande que sea capaz de vencer incluso
el temor natural de la muerte, que hace que nos resistamos a morir aún cuando deseamos vivir con Cristo.
Por muy grande que sea nuestra repugnancia a la muerte, debe superarla la fuerza del amor hacia aquel
que siendo nuestra vida, quiso sufrir también la muerte por nosotros....
Del mismo San Agustín aplicable también a las homilías: Pero una cosa es lo que enseñamos, otra lo
que tenemos que soportar; una cosa lo que mandamos corregir, otra lo que nos vemos forzados a tolerar
hasta que logremos corregirlo.
A quien corresponda; a quien quiera leer este mensaje; a quien quiera escuchar mi verdad; a quien quiera
escuchar la voz de mi conciencia: Para ti con amor:
Nos falta es madurez para:
Cambiar las cosas que debemos cambiar y aceptar las cosas que no debemos cambiar
Enfrentarnos con nosotros mismos y escuchar la voz de nuestra conciencia, la voz de Dios inscrita en
nuestros corazones
Respetar las cosas buenas de nuestras tradiciones, tan llenas de buenas costumbres morales y de bellos
pensamientos, como el de tener en nuestra casa a nuestros padres en su vejez (lo mismo harán nuestros
hijos con nosotros sí damos testimonio).
HOMILIA: Mejor momento para Evangelizar: Jefeme 19
Lo que sí debo hacer, principalmente es: Luchar por evitar la pornografía, la drogadicción, el
alcoholismo, la violencia familiar...Tratar de erradicar lo malo, lo que daña al hombre; Trabajar para las
futuras generaciones; Educar a otros para que ayuden a su prójimo; Buscar el amor; Buscar el perdón y
perdonar; Buscar la verdadera superación; Reactivar los valores; Escuchar la ley divina; Respetar la
conciencia, que nos dice cuando hacemos mal y cuando hacemos bien... Atender al necesitado (Viudas,
huérfanos, enfermos, etc.) para que vivan en el amor y de amor.
Lo que no debo hacer, principalmente es: Atentar contra la vida; el amor; la familia; el pudor; los
valores; la ley divina; la naturaleza; el bien común...
No debo atentar contra la vida de otro ser humano en cualquiera de sus etapas o condiciones en que se
encuentre, aún en el caso de que él lo solicitara. ¿Quién conoce el futuro con certeza?, ¿Quién puede
asegurar lo que alguien será o hará en el futuro? ¿Cómo saber quién va a morir y cuándo?, ¿Quién te da
poder para asesinar?
También para la moral es muy triste que existan tantos “tables dances” y otros establecimientos de
géneros similares donde aparte de que no se regula el acceso, lo más grave es que eso trae como
consecuencia otros males como las violaciones, malos deseos, embarazos no deseados, etc.
Por otro lado en la actualidad los padres que no están al pendiente de sus hijos; un niño un joven que
tenga veinte pesos puede comprar un vídeo pornográfico, que altera su educación, su cultura, su vida, y la de
los que viven en su entorno. Muchos padres llevan esos videos a sus casas y los hijos inocentemente los
descubren, los ven ocacionándoles un trauma cuyo alcance aún no pueden determinar los psicólogos.
Son estos renglones y otros relacionados, los que debemos atender para evitar embarazos indeseados
y no controlar los nacimientos por medio de la cultura de la muerte (asesinando). No debemos olvidar que la
vida existe desde la concepción, entonces lo que hay que evitar es que la concepción se produzca
involuntariamente; proclamar y promover el sexo responsable y dentro del matrimonio. Debemos
sobremanera procurar educarnos en la sexualidad y no sólo en el sexo, recordando que la sexualidad es todo
el conjunto de lo que nos hace ser hombres o mujeres en todo el sentido de la palabra. Que los hijos nazcan
dentro del matrimonio, y el sexo responsable deben ser parte de nuestras metas.
Dios además de la vida y la libertad, nos da inteligencia y voluntad; usémoslas.
Decía Ghandi: “Cuando desespero, recuerdo que hubo grandes conquistadores que parecieron
dominar al mundo (Atila, Napoleón, Hitler, etc.), pero al final siempre ha triunfado el bien, el amor”...
Ánimo.
Que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo nos iluminen y lleguemos a la Verdad en el amor, y que la
Santísima Virgen María siga acompañando nuestro camina por esta vida”... Sólo falta que tú así lo quieras.
¡Ánimo: “Un pedacito de cielo, lo arregla todo”! Decía Don Bosco. “Puedo no estar de acuerdo
contigo en lo que dices, pero respetaré hasta la muerte tu derecho de expresarlo” decía Voltaire.
Recibe el saludo de quien te quiere: Jesús Félix Mejía.
río, como Juan Evangelista, como Pedro y Pablo, levanta su voz; y así como los apóstoles pregonaron por
todos los confines de la tierra el mensaje evangélico, así también éste se lanza a anunciar la Buena Nueva
del Señor Jesús.
Recibe, pues, de Cristo, para que puedas hablar a los demás. Acoge en ti el agua de Cristo, aquella
que alaba al Señor. Recoge el agua proveniente de diversos lugares, la que derraman las nubes de los
profetas.
Todo aquel que recoge el agua de los montes, el que la hace venir y la bebe de las fuentes, la
derrama luego como las nubes. Llena pues de esta agua tu interior, para que la tierra de tu corazón quede
humedecida y regada por sus propias fuentes.
Para llenarse de esta agua es necesaria la frecuente e inteligente lectura; así una vez lleno, regarás
a los demás. Por eso dice la Escritura: Si las nubes van llenas vierten lluvia sobre la tierra.
Sean pues tus palabras fluidas, claras y transparentes, de modo que tu predicación infunda
suavidad en los oídos de tu pueblo y con el atractivo de tus palabras lo hagas dúctil. De este modo te
seguirá de buen grado...
Tus exhortaciones estén llenas de sabiduría. En este sentido dice Salomón: Las armas del espíritu
son los labios del sabio; y, en otro lugar: Tus labios estén atados por la inteligencia, es decir, que tus
sermones brillen por su claridad e inteligencia, y que tus exhortaciones y tratados no tengan necesidad de
apoyarse en las afirmaciones de los demás, sino que tus palabras se defiendan con sus propias armas, y que
ninguna palabra vana y sin inteligencia salga de tu boca. Si lo que vas a decir no es mejor que el silencio,
mejor calla.