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TEMA 5: EL CONTROL PARLAMENTARIO DEL GOBIERNO

1. Control parlamentario y responsabilidad política

El sistema parlamentario está asentado sobre la base de la relación de confianza


existente entre el Parlamento y el Gobierno. Como consecuencia de esta relación, el
Parlamento tiene asignadas funciones de control de la actividad gubernamental,
encaminadas a evitar que la responsabilidad del Gobierno se entienda comprometida
constantemente.

Parlamentarismo racionalizado=Reducir la exigencia de la responsabilidad política


del Gobierno a supuestos muy específicos.

Por tanto, en términos generales puede decirse que el Gobierno debe contar con la
confianza parlamentaria expresada en la votación de investidura; debe, también, para
mantenerse en ejercicio, conservar dicha confianza (el Presidente, más que el
Gobierno como tal) y está además sometido al control de las Cámaras.

-El CONTROL parlamentario se realiza a través de las 2 Cámaras y de forma


continuada.

-La RESPONSABILIDAD política está en manos del Congreso. Esta responsabilidad


se exige a través de la moción de censura y la cuestión de confianza.

2. Los instrumentos del control parlamentario

a) Información y control

Las Cámaras y sus Comisiones pueden recabar del Gobierno y sus Departamentos la
información y documentación que precisen (art. 109 CE).

La actividad de control puede limitarse a una mera petición de información, pero


normalmente incorpora, además, la emisión de un juicio crítico, positivo o negativo,
sobre la actividad gubernamental. Cuando se controla al Gobierno no sólo se requiere
información sobre su actuación y los motivos que la guían: se compara esa actuación
con un canon o criterio de referencia y se traslada esa comparación a la opinión
pública, para que ésta tenga ocasión de juzgar sobre la idoneidad de la actuación
gubernamental.

Las Cámaras pueden reclamar la presencia de los miembros del Gobierno; y estos
también pueden a su vez, solicitar comparecer ante las Cámaras (art. 110 CE). Estas
comparecencias, aunque reciben el nombre de “sesiones informativas”, son auténticos
debates que consisten en una exposición, por parte del correspondiente miembro del
Gobierno, de la materia que se trate, para que los parlamentarios formulen preguntas y
observaciones que deseen.

b) Las preguntas

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Los medios más característicos del control parlamentario son las:

-PREGUNTAS (son para cuestiones de gran actualidad o interés social)


-INTERPELACIONES (medio para debatir sobre aspectos generales de la política del
poder ejecutivo).

Se sigue un sistema de cupos de acuerdo a una entidad numérica de cada grupo


parlamentario.
La CE (art. 111) asegura el ejercicio del control parlamentario, imponiendo que en el
orden del día de cada Pleno de las Cámaras se reserve un tiempo mínimo para
preguntas e interpelaciones.

Las preguntas se caracterizan por tener un objeto concreto y determinado; un hecho,


una situación o una información. Pueden ser de 3 clases:

∙ Preguntas para las que se solicita respuesta por escrito: el Gobierno debe responder
a la pregunta en un plazo de 20 días (aunque se puede ampliar). Si no lo hace, la
pregunta “escrita” se transforma en pregunta oral en Comisión.

∙ Preguntas orales en Comisión: son contestadas normalmente en la Comisión


competente, y a diferencia de las preguntas escritas, implican un debate.

∙ Preguntas orales en el Pleno: ocupan el primer escalón (las más importantes). Se


resuelven ante el Pleno de la Cámara en las sesiones correspondientes al control
parlamentario y suponen un debate entre el parlamentario que formula la pregunta y el
miembro del Gobierno que la contesta.

Sus características (repercusión en el órgano central de la Cámara, rapidez de


tramitación y debate con el Ejecutivo) hacen de ellas el instrumento más idóneo para
controlar al Gobierno en los asuntos de actualidad que alcancen repercusión pública,
pues su elaboración es muy sencilla.
Aunque pueden ser contestadas por cualquiera de los miembros del Gobierno, el
Presidente está comprometido a responder personalmente alguna de ellas, que él
mismo puede elegir.

c) Las interpelaciones

Coinciden con las preguntas que son resueltas oralmente en el Pleno de la Cámara,
pero se distinguen de ellas por el nivel de concreción. Las interpelaciones versan sobre
los motivos o propósitos de la política del Ejecutivo en cuestión de política general.
Debido a su mayor globalidad, el tiempo disponible para las intervenciones es
notablemente mayor, su control más flojo y la viveza del debate menor.

Además, mientras en la pregunta el debate se ciñe a preguntante y preguntado, en la


interpelación los Grupos parlamentarios distintos al interpelante pueden fijar
posiciones.

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En fin, la interpelación puede concluir en una moción que se presenta para su
aprobación del Pleno de la Cámara.
Las interpelaciones son el medio adecuado para debatir sobre algún aspecto más
general de la política del Ejecutivo y son, por ello, más atemporales.
d) Las Comisiones de Investigación

Están previstas en la CE (art. 76.1) y suelen existir en todos los ordenamientos, con
distintas regulaciones sobre su creación, potestades y efectos.

En el caso español, la decisión de constituir una Comisión de Investigación


corresponde al Pleno de la Cámara por mayoría. Para que se constituya, deben
concurrir una propuesta del Gobierno, de la Mesa de la Cámara, de los grupos
parlamentarios o de la quinta parte de los Diputados, y la posterior aprobación de la
propuesta por el Pleno de la Cámara.

A diferencia de las Comisiones Permanentes de las Cámaras, las de Investigación son


de carácter temporal y pueden crearse para cualquier asunto de interés público.

Su rasgo más característico es que pueden requerir que comparezca ante ellas, para
informar, cualquier ciudadano, cargo público o funcionario, siendo obligado a hacerlo
e incurriendo en delito de desobediencia grave el que no lo hiciere (art. 76.2 CE).
Las Comisiones de Investigación, concluyen su tarea con la elaboración y aprobación
de unas conclusiones que se plasman en un Dictamen que ha de ser sometido a
votación en el Pleno de la Cámara. Si esta lo aprueba, el Dictamen se publica en el
Boletín Oficial de las Cortes.

3. La responsabilidad política del Gobierno

El régimen parlamentario incluye, como uno de sus elementos esenciales, el que el


Parlamento tenga la posibilidad de retirar la confianza que ha dispensado al Gobierno,
sustituyéndolo por otro.
Para evitar inconvenientes pasados, los sistemas constitucionales contemporáneos han
tendido a regular detalladamente los casos, situaciones y consecuencias de la
exigencia de la responsabilidad política del Gobierno. Se establecen unos requisitos
que es necesario cumplir, y un procedimiento que es necesario seguir, para poder
exigir la responsabilidad política del Gobierno.

Retirada de confianza y exigencia de la responsabilidad política son términos


sinónimos. Como toda responsabilidad, la política, cuando se exige lleva aparejada una
sanción, una sanción política, a diferencia de las diferentes responsabilidades jurídicas
(civil, penal o administrativa). Es decir, la responsabilidad política no se rige por el
principio de legalidad, sino por el de oportunidad, y la única consecuencia
sancionadora que se deriva de su exigencia es la pérdida del cargo político que se

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ocupe. Por tanto, no es posible exigir responsabilidad política, a quien ya se ha visto
privado del cargo que ocupaba.

La responsabilidad política no excluye la concurrencia de otras responsabilidades


jurídicas, pero es ajena a ella. La exigencia de responsabilidad política no es la
imputación de un acto ilícito, sino la expresión de una discrepancia política; es por ello
que es posible exigir la responsabilidad política de alguien sin poner en duda la
legalidad de su actuación.

El Gobierno responde solidariamente de su gestión política ante el Congreso de los


Diputados. No existe una responsabilidad política de uno o varios miembros del
Gobierno aisladamente. La solidaridad implica, la concreción de la exigencia de la
responsabilidad política en el Presidente del Gobierno y la imposibilidad de exigirla a
un Ministro individualmente.

El Congreso de los Diputados es quien asume el monopolio de otorgar y retirar la


confianza parlamentaria al Gobierno, quedando el Senado excluido de este campo.

Una vez otorgada la confianza al Gobierno, el Congreso de los Diputados sólo puede
retirarla a través de los mecanismos expresamente establecidos en la CE: la moción de
censura (iniciativa de la retirada de confianza de origen parlamentario) y la cuestión de
confianza (iniciativa de la retirada de confianza de origen gubernamental).

4. La moción de censura

Es la única forma en la que las CCGG, más concretamente el Congreso, pueden


expresar por propia iniciativa, la retirada de su confianza del Gobierno. Es una
iniciativa parlamentaria específica y absolutamente autónoma, que no exige actividad
previa, sino sólo el cumplimiento de los requisitos constitucionalmente exigidos.

Su característica más destacada es la preocupación por la estabilidad gubernamental y,


sobre todo, por evitar los vacíos de poder. La CE exige que la retirada de la confianza
parlamentaria lleve simultáneamente aparejado el otorgamiento de la confianza a otro
Presidente del Gobierno (moción de censura constructiva). Así pues, en nuestro
ordenamiento la moción de censura opera, más que como una supresión del Gobierno,
como una sustitución de un Gobierno por otro.

Requisitos:

Todos estos requisitos hacen de la moción de censura un instrumento parlamentario de


utilización limitada y de difícil viabilidad. Los requisitos para que se lleve a cabo una
moción de censura son los siguientes:
✔ Que sea suscrita al menos por una décima parte de los Diputados: 35 Diputados
para presentar la moción de censura.
✔ Propuesta de un candidato a la Presidencia del Gobierno (art. 113.2 CE): éste es el
requisito que configura la moción de censura como “constructiva”, y también

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configura un obstáculo para su viabilidad; es fácil que dos o más grupos minoritarios
coincidan en la voluntad de remover al Gobierno, pero es más difícil que coincidan en
apoyar al mismo candidato.
✔ No es obligatorio que el candidato sea Diputado, pero sí lo es que haya aceptado la
candidatura (art. 175.2 CE).
✔ Los Diputados firmantes de una moción de censura, si la moción no prospera, no
podrán volver a presentar otra durante el mismo período de sesiones.

Procedimiento:

Una vez presentada con los requisitos constitucional y reglamentariamente exigidos, la


moción de censura debe ser admitida a trámite por la Mesa del Congreso: a partir de
este momento el Presidente del Gobierno no podrá proponer al Rey la disolución de
las Cámaras.

Admitida a trámite la moción, se abre un período de reflexión mínimo de 5 días: su


propósito es el de contribuir, en caso de que la presentación de la moción de censura

fuera producto de un apasionamiento momentáneo, a que se valore serenamente la


situación. Además, durante los 2 primeros días se pueden presentar mociones
alternativas.

Se regula un debate previo a la decisión parlamentaria: el RC prevé que tras la defensa


de la moción de censura por uno de sus firmantes, intervenga el candidato a Presidente
exponiendo su programa. Con ello, la defensa de la moción con el Gobierno censurado
y su Presidente se relega a un lugar secundario, pudiendo incluso llegar a su absoluta
abstención de la participación en el debate, desplazándose la atención del debate hacia
la personalidad y el programa del candidato. El diálogo se establece entre el nuevo
candidato y los grupos parlamentarios (art. 177.1 RC).

Una vez realizado el debate previo a la decisión parlamentaria, se produce la votación,


que no puede tener lugar sino transcurridos al menos 5 días desde la presentación de la
moción. Si concurren varias mociones de censura, se votarán separadamente por orden
de presentación. Si alguna de ellas resulta aprobada, las restantes no se someterán a
votación, entendiéndose que el Congreso ya ha decidido a qué candidato otorga su
confianza. La votación es pública por llamamiento. Para que la moción prospere:
mayoría absoluta del Congreso, es decir, el voto de la mitad más uno de los que
forman la Cámara.

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Efectos
✔ Si no es aprobada la moción de censura: el Gobierno recupera la facultad de
disolución de las CCGG que había perdido al admitirse a trámite.
✔ Si es aprobada la moción de censura: se entiende retirada la confianza al
Presidente en ejercicio y otorgada al candidato, por lo que el primero debe presentar su
dimisión al Rey, que nombrará Presidente del Gobierno al segundo, todo ello de forma
automática (art. 114.2 CE).
No es preciso abrir el proceso de designación de Presidente del Gobierno previsto en
el art. 99 CE, por cuanto ya ha quedado investido como tal el candidato incluido en la
moción de censura, que debe proceder a nombrar nuevo Gobierno.

5. La cuestión de confianza

En ocasiones, es el Gobierno el que puede considerar que, para la eficaz continuidad


en el ejercicio de sus funciones y la realización de sus objetivos políticos, le resulta
conveniente renovar la confianza que el Parlamento le otorgó y ratificar, por tanto, su
respaldo parlamentario. Es decir, el Gobierno puede exigir al Parlamento que le
ratifique expresamente su confianza, siguiendo para ello el procedimiento
constitucionalmente previsto para la cuestión de confianza.

Procedimiento

A diferencia que en la moción de censura (iniciativa del legislativo) la iniciativa para


comprobar que la confianza parlamentaria se mantiene es del ejecutivo (art. 112 CE).

El planteamiento de la cuestión le corresponde al Presidente del Gobierno, previa


deliberación del Consejo de Ministros; es pues el Presidente quien decide o no
plantear la cuestión.

Elementos que justifican que, aún cuando la decisión corresponda al Presidente en


cuanto a sujeto de la confianza, la CE exige la previa deliberación del Consejo de
Ministros:

✔ La pérdida de la cuestión de confianza implica el cese de todo el Gobierno.

✔ La cuestión de confianza supone un juicio sobre una gestión, la de todo el


Gobierno, que es inseparable de la del Presidente.
✔ La CE predica la solidaridad de la responsabilidad gubernamental.

La CE exige que, si el Presidente desea que el Congreso le ratifique su confianza, tal


ratificación tenga lugar (como en su momento sucedió con la investidura), sobre un
programa de gobierno o una declaración de política general.
La facultad del Presidente de presentar una cuestión de confianza es absolutamente
libre (discrecional): ni las alteraciones del programa gubernamental, ni un cambio de
Gobierno obligan al Presidente a plantarla.

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La cuestión se presenta por escrito ante la Mesa del Congreso, acompañada de una
certificación del Congreso de Ministros que acredita que se ha producido la
deliberación constitucionalmente requerida. El escrito ha de ser motivado lo que
obliga a una exposición de las razones que asisten al Presidente del Gobierno para
solicitar la revalidación de la confianza parlamentaria.

A diferencia de la moción de censura, la admisión a trámite de la cuestión de confianza


no implica disminución alguna de las facultades gubernamentales: si el Presidente lo
considera conveniente (pe. Porque las reacciones a la presentación le hacen prever que
no obtendrá la confianza del Congreso) puede proponer al Rey la disolución de las
CCGG.

Si así no sucede, el debate de la cuestión de confianza se rige por las normas


reglamentarias previstas para la moción de censura, sin más cambios que los derivados
de la distinta estructura de ambas figuras. En la cuestión de confianza, el debate tiene
lugar entre la Cámara y el Presidente en ejercicio.

La votación es igual que en el caso de la moción de censura, pública por llamamiento.


Se establece un periodo de reflexión, al disponer que la cuestión de confianza no podrá
ser votada sino pasadas 24h desde su presentación. Se aprueba por mayoría simple de
los Diputados presentes (más síes que noes).

*Tanto en la moción de censura como en la cuestión de confianza, por asegurar la


estabilidad gubernamental y para facilitar la formación y permanencia del Gobierno:
las abstenciones, ausencias o votos nulos o en blanco favorecen al Gobierno,

contabilizándose como si de votos en su favor se tratase. Sólo los votos realmente


emitidos y expresamente contrarios al Gobierno surten efecto negativo.

Efectos

✔ Si el Gobierno gana la votación: continuará en el ejercicio de sus facultades con el


reforzamiento político derivado de la revalidación de la confianza parlamentaria,
aunque puede suceder (pe. Si la votación pone de manifiesto que se han perdido
apoyos) que aun ganando la cuestión de confianza, el Gobierno resulte debilitado.

✔ Si el Congreso retira su confianza al Gobierno: éste debe presentar su dimisión al


Rey, abriéndose a continuación el procedimiento previsto para la designación del
Presidente del Gobierno (art. 114.1 CE). El Gobierno continúa en funciones hasta la
toma de posesión de su sucesor, y pierde la facultad de disolución de las CCGG. El
procedimiento concluirá, con la investidura de un nuevo Presidente y la toma de
posesión de un nuevo Gobierno, sin que ello excluya la posibilidad de que el
Presidente que se invista sea el mismo al que se retiró la confianza.

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