04 Referencias Jueves
04 Referencias Jueves
04 Referencias Jueves
*** w06 15/8 pág. 21 párr. 9 Job, ejemplo de integridad y aguante ***
9
¿Cómo podemos hacer frente a estos problemas? Viéndolos como oportunidades para
demostrar que amamos a Jehová y nos sometemos a su soberanía pase lo que pase (Santiago 1:2-
4). Si comprendemos bien la importancia de ser leales a Dios, mantendremos el equilibrio espiritual
sin importar cuál sea la causa de nuestra angustia. El apóstol Pedro escribió a los cristianos:
“Amados, no estén perplejos a causa del incendio entre ustedes, que les está sucediendo para
prueba, como si algo extraño les sobreviniera” (1 Pedro 4:12). Y Pablo explicó por qué: “Todos los
que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos”
(2 Timoteo 3:12). Tal como hizo con Job, Satanás sigue poniendo a prueba la integridad de los
testigos de Jehová. Es más, la Biblia indica que el Diablo ha incrementado sus ataques contra el
pueblo de Dios en estos últimos días (Revelación [Apocalipsis] 12:9, 17).
*** w96 15/3 pág. 10 ¡Contemplen a los leales! ***
¡Contemplen a los leales!
En las Escrituras Hebreas el adjetivo ja·sídh se utiliza con relación a alguien “leal” o “de bondad
amorosa”. (Sl 18:25, nota.) El sustantivo jé·sedh se refiere a la bondad, pero aunque comprende la
tierna consideración o bondad que se deriva del amor, va más allá. Es la bondad que se adhiere
amorosamente a un objeto hasta que su propósito con relación a ese objeto se ha realizado. Esta es
la clase de bondad que Dios muestra a sus siervos y que ellos le muestran a Él. Por lo tanto, entra
en el campo de la lealtad, una lealtad justa, devota y santa, por lo que se traduce “bondad amorosa”
y “amor leal”. (Gé 20:13; 21:23; véase BONDAD.)
En las Escrituras Griegas el sustantivo ho·si·ó·tēs y el adjetivo hó·si·os conllevan la idea de
santidad, justicia, reverencia, devoción o piedad, la observancia cuidadosa de todos los deberes para
con Dios. Supone una buena relación con Dios.
No parece que haya ninguna palabra española que exprese exacta y plenamente el significado de
los términos correspondientes en hebreo y en griego, pero como “lealtad” implica devoción y fidelidad
cuando se usa con relación a Dios y su servicio, sirve para transmitir una idea parecida. La mejor
manera de determinar el significado pleno de los términos bíblicos en cuestión es examinar su uso
en la Biblia.
La lealtad de Jehová. Como Jehová Dios, el Santísimo, es justo, muestra incesante bondad a
sus siervos e incluso trata con justicia y de modo coherente a sus enemigos, es confiable en grado
sumo. De Él se declara: “Grandes y maravillosas son tus obras, Jehová Dios, el Todopoderoso.
Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de la eternidad. ¿Quién no te temerá verdaderamente,
Jehová, y glorificará tu nombre, porque solo tú eres leal?”. (Rev 15:3, 4.) La lealtad de Dios a la
justicia y al derecho, así como el amor que le tiene a su pueblo, le mueven a dictar sentencia. Por
ello, un ángel se sintió impulsado a decir: “Tú, Aquel que eres y que eras, el Leal, eres justo porque
has dictado estas decisiones”. (Rev 16:5; compárese con Sl 145:17.)
Jehová es leal a sus pactos. (Dt 7:9.) Por causa del pacto con su amigo Abrahán, durante siglos
tuvo gran paciencia con la nación de Israel y le mostró misericordia. (2Re 13:23) Por ello, mediante
su profeta Jeremías hizo este llamamiento a Israel: “‘De veras vuélvete, oh renegada Israel’, es la
expresión de Jehová. ‘No haré caer mi rostro airadamente sobre ustedes, porque soy leal’”. (Jer
3:12.) Los que son leales a Jehová pueden confiar plenamente en Él. David pidió la ayuda de Dios
en oración y dijo: “Con alguien leal tú actuarás en lealtad; con el poderoso, exento de falta, tratarás
de un modo exento de falta”. (2Sa 22:26.) David hizo un llamamiento al pueblo y le pidió que se
volviera del mal a fin de practicar el bien, “porque Jehová es amador de la justicia, y no dejará a los
que le son leales. Hasta tiempo indefinido ciertamente serán guardados”. (Sl 37:27, 28.)
Los que son leales a Jehová pueden confiar en que Él está cerca y los ayudará hasta el mismo
final de su proceder fiel, y pueden tener la plena seguridad de que los recordará en cualquier
situación. Él guarda su camino (Pr 2:8) y sus vidas o almas. (Sl 97:10.)
Jesucristo. Cuando Jesucristo estuvo en la Tierra, le fortaleció saber que Dios había predicho de
él, Su principal “leal”, que no dejaría su alma en el Seol. (Sl 16:10.) En el día del Pentecostés de 33
E.C. el apóstol Pedro aplicó esta profecía a Jesús, diciendo: “[David] vio de antemano y habló
respecto a la resurrección del Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne vio corrupción.
A este Jesús lo resucitó Dios, del cual hecho todos nosotros somos testigos”. (Hch 2:25-28, 31, 32;
compárese con Hch 13:32-37.) En un comentario sobre Hechos 2:27, The Expositor’s Greek
Testament dice que la palabra hebrea ja·sídh (usada en Sl 16:10) “no solo aplica a alguien piadoso y
devoto, sino también al que es objeto de la bondad de Jehová” (edición de W. R. Nicoll, 1967, vol. 2).
Dios requiere lealtad. Jehová exige lealtad de sus siervos, que han de imitarle. (Ef 5:1.) El
apóstol Pablo dice a los cristianos que “deben vestirse de la nueva personalidad que fue creada
conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad”. (Ef 4:24.) Cuando Pablo recomienda
la oración a la congregación, dice: “Por lo tanto, deseo que en todo lugar los hombres se ocupen en
orar, alzando manos leales, libres de ira y debates”. (1Ti 2:8.) La lealtad es una cualidad esencial
que capacita a un varón para un puesto de superintendencia en la congregación de Dios. (Tit 1:8.)
*** it-2 pág. 820 Reino de Dios ***
Después de recibir participación en “el reino del mundo”, Jesucristo toma las medidas necesarias
para eliminar la oposición a la soberanía de Dios. La acción inicial tiene lugar en la región celestial;
se derrota a Satanás y sus demonios y se les arroja al ámbito terrestre. Como resultado, se hace la
siguiente proclamación: “Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la
autoridad de su Cristo”. (Rev 12:1-10.) Durante el corto período de tiempo que le queda, este
principal adversario, Satanás, continúa cumpliendo la profecía de Génesis 3:15 al guerrear contra
“los restantes” de la “descendencia” de la mujer, los “santos” que están en vías de gobernar con
Cristo. (Rev 12:13-17; compárese con 13:4-7; Da 7:21-27.) No obstante, los “justos decretos” de
Jehová se hacen manifiestos, y sus expresiones de juicio caen como plagas sobre sus opositores, lo
que lleva a la destrucción de la mística Babilonia la Grande, la perseguidora principal de los siervos
de Dios en la Tierra. (Rev 15:4; 16:1–19:6.)
Después, “el reino de nuestro Señor y de su Cristo” envía sus ejércitos celestiales contra los
gobernantes de todos los reinos terrestres y sus ejércitos para pelear la batalla de Armagedón, en la
que estos últimos son destruidos. (Rev 16:14-16; 19:11-21.) Esta es la respuesta a la petición hecha
a Dios: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra”. (Mt 6:10.) A
continuación se abisma a Satanás y empieza un período de mil años en el que Cristo Jesús y sus
asociados gobiernan como reyes y sacerdotes sobre los habitantes de la Tierra. (Rev 20:1, 6.)
Cristo “entrega el reino”. El apóstol Pablo también describe la gobernación de Cristo durante su
presencia. Después de resucitar a sus seguidores, Cristo procede a reducir “a nada todo gobierno y
toda autoridad y poder” (lógicamente, todo gobierno, autoridad y poder en oposición a la voluntad
soberana de Dios). Más tarde, al final del reino milenario, “entrega el reino a su Dios y Padre”, y se
somete a “Aquel que le sujetó todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas para con todos”.
(1Co 15:21-28.)
Puesto que Jesucristo “entrega el reino a su Dios y Padre”, ¿en qué sentido es su reino “eterno”,
como se repite una y otra vez en las Escrituras? (2Pe 1:11; Isa 9:7; Da 7:14; Lu 1:33; Rev 11:15.) Del
siguiente modo: su Reino “nunca será reducido a ruinas”, sus logros serán perpetuos y él recibirá
honra eterna por su papel de Rey Mesiánico. (Da 2:44.)
Durante el reinado milenario, el gobierno de Cristo sobre la Tierra desempeñará un papel
sacerdotal a favor de la humanidad obediente. (Rev 5:9, 10; 20:6; 21:1-3.) De este modo terminará el
dominio del pecado y la muerte como reyes sobre la humanidad obediente, ahora sujeta a su “ley”; la
bondad inmerecida y la justicia serán las cualidades imperantes. (Ro 5:14, 17, 21.) Como los
habitantes de la Tierra ya no estarán sujetos al pecado y la muerte, también terminará la necesidad
de que Jesús rinda un servicio propiciatorio como “ayudante para con el Padre” por los pecados de
los humanos imperfectos. (1Jn 2:1, 2.) La humanidad habrá recuperado la posición que tenía
originalmente cuando el hombre perfecto Adán estaba en Edén. En aquel tiempo Adán no necesitaba
a nadie entre él y Dios para hacer propiciación. De igual modo, al final del gobierno milenario los
habitantes de la Tierra estarán en posición —de hecho, tendrán la obligación— de responder por su
proceder ante Jehová Dios como Juez Supremo, sin recurrir a nadie como intermediario o ayudante
legal. De ese modo Jehová, el Poder Soberano, pasa a ser “todas las cosas para con todos”. Esto
significa que se habrá realizado en su totalidad el propósito de Dios de “reunir todas las cosas de
nuevo en el Cristo, las cosas [que están] en los cielos y las cosas [que están] en la tierra”. (1Co
15:28; Ef 1:9, 10.)
El gobierno milenario de Jesús habrá cumplido completamente su propósito. La Tierra, en un
tiempo foco de rebelión, habrá sido restaurada a una posición plena, limpia e indiscutida en el
dominio del Soberano Universal. No quedará ningún reino subsidiario entre Jehová y la humanidad
obediente.
Sin embargo, después de esto se someterá a esos súbditos terrestres a una prueba final de
integridad y devoción. Satanás será soltado del abismo. Los que permitan que él los seduzca lo
harán por la misma cuestión que surgió en Edén: la legitimidad de la soberanía de Dios, pues se dice
que atacan el “campamento de los santos y la ciudad amada”. Como el Tribunal del cielo habrá
zanjado judicialmente esa cuestión y habrá cerrado el caso ya no se permitirá otra rebelión
prolongada. Los que no permanezcan leales al lado de Dios no podrán apelar a Cristo Jesús como
un ‘ayudante propiciatorio’, sino que Jehová Dios será “todas las cosas” para ellos. No habrá ninguna
apelación o mediación posible. Todos los rebeldes, espíritus y humanos, recibirán la sentencia divina
de destrucción en la “muerte segunda”. (Rev 20:7-15.)
*** it-2 págs. 1044-1048 Soberanía ***
SOBERANÍA
Dominio; dignidad del gobernante, rey, emperador u otra persona que ejerce o posee la autoridad
suprema del poder público; fundamento del poder de una persona o grupo en los que se halla
depositada la máxima autoridad de un Estado.
En las Escrituras Hebreas aparece con frecuencia la palabra ʼAdho·nái, y 285 veces la expresión
ʼAdho·nái Yehwíh. ʼAdho·nái es una forma plural de ʼa·dhóhn: “señor; amo”. Otra forma plural,
ʼadho·ním, puede aplicarse a hombres simplemente como pluralidad: “señores” o “amos”. Pero el
término ʼAdho·nái sin sufijo siempre se utiliza en las Escrituras con referencia a Dios, indicando el
plural excelencia o majestad. Los traductores lo suelen traducir por “Señor”. Cuando acompaña al
nombre de Dios (ʼAdho·nái Yehwíh), como, por ejemplo, en el Salmo 73:28, la expresión se traduce
“DIOS el Señor” (BAS), “Señor Dios” (DK, PIB), “Jehová el Señor” (Mod, Val), “Señor Jehovah” (Val,
1989), “ʼǍdonay Yahveh” (CI), “Señor Yavé” (NC), “Yahweh Dios” (BR), “Señor Soberano Jehová”
(NM). Aunque la Versión Valera de 1960 utiliza la palabra “soberano” en Job 31:28 y Ezequiel 38:2 y
39:1, no lo hace como traducción de ʼAdho·nái.
La palabra griega de·spó·tēs designa a la persona que posee la autoridad suprema o tiene la
posesión absoluta y el poder sin control alguno. (Véase el Diccionario Expositivo de Palabras del
Nuevo Testamento, de W. E. Vine, vol. 1, 1984, pág. 93; vol. 4, 1987, págs. 44, 73.) Se traduce
“señor”, “amo” y “dueño”. Cuando se utiliza para dirigirse directamente a Dios, se traduce “Señor”
(NC, CI y otras), “Soberano” (Besson), “Soberano Señor” (ENP, VHA) y “Señor Soberano” (NM) en
Lucas 2:29, Hechos 4:24 y Revelación 6:10. Otras versiones la traducen en este último texto
“Soberano” (Mod, NBE, SA, Sd, VP), “Soberano Señor” (HAR; NVI; Val, 1989), “Dominador” (RH),
“Dueño” (BJ, JT, NTI) y “(el) Amo” (AFEBE, CEBIHA, CJ).
Por tanto, aunque los textos hebreos y griegos no tienen una palabra específica para “soberano”,
las palabras ʼAdho·nái y de·spó·tēs comunican esta idea cuando las Escrituras hacen referencia a
Jehová Dios, indicando la excelencia de su señorío.
La soberanía de Jehová. Jehová Dios es el Soberano del universo (“Señor del universo”; Lu
2:29, Sd) debido a que es el Creador y a su Divinidad y supremacía como el Omnipotente. (Gé 17:1;
Éx 6:3; Rev 16:14.) Es el Dueño de todas las cosas y la Fuente de toda autoridad y poder, el
Gobernante Supremo de todos los gobiernos (Sl 24:1; Isa 40:21-23; Rev 4:11; 11:15); de Él dijo el
salmista: “Jehová mismo ha establecido firmemente su trono en los cielos mismos; y sobre toda cosa
su propia gobernación real ha tenido la dominación”. (Sl 103:19; 145:13.) Los discípulos de Jesús
oraron dirigiéndose a Dios: “Señor Soberano, tú eres Aquel que hizo el cielo y la tierra”. (Hch 4:24,
NM; véanse también CEBIHA; HAR; NTI; NVI; Val.) Para la nación de Israel, Dios mismo constituía
los tres poderes del gobierno: el judicial, el legislativo y el ejecutivo. El profeta Isaías dijo: “Jehová es
nuestro Juez, Jehová es nuestro Dador de Estatutos, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará”.
(Isa 33:22.) Moisés da una notable descripción de Dios como Soberano en Deuteronomio 10:17.
Por ser Jehová el Soberano, tiene el derecho y la autoridad de delegar responsabilidades
gubernativas. Hizo a David rey de Israel, y aunque las Escrituras hablan del ‘reino de David’, este rey
reconoció a Jehová como el Gran Gobernante Soberano al decir: “Tuya, oh Jehová, es la grandeza y
el poderío y la hermosura y la excelencia y la dignidad; porque todo lo que hay en los cielos y en la
tierra es tuyo. Tuyo es el reino, oh Jehová, Aquel que también te alzas como cabeza sobre todo”.
(1Cr 29:11.)
Gobernantes terrestres. Los gobernantes de las naciones ejercen su limitada gobernación por
tolerancia o permiso del Señor Soberano Jehová. Los gobiernos políticos no reciben su autoridad de
Dios, es decir, no desempeñan su cargo debido a que Dios les haya concedido autoridad o poder,
como se muestra en Revelación 13:1, 2, donde se dice que la bestia salvaje de siete cabezas y diez
cuernos consigue “su poder y su trono y gran autoridad” del dragón, Satanás el Diablo. (Rev 12:9;
véase BESTIAS SIMBÓLICAS.)
De modo que aunque Dios ha permitido que se sucedan los gobiernos humanos, uno de sus
reyes poderosos tuvo que reconocer por experiencia propia: “Su gobernación es una gobernación
hasta tiempo indefinido, y su reino es para generación tras generación. Y a todos los habitantes de la
tierra se está considerando como meramente nada, y él está haciendo conforme a su propia voluntad
entre el ejército de los cielos y los habitantes de la tierra. Y no existe nadie que pueda detener su
mano o que pueda decirle: ‘¿Qué estás haciendo?’”. (Da 4:34, 35.)
Por ello, mientras Dios permita la existencia de los gobiernos humanos, aplicará la admonición
del apóstol Pablo a los cristianos: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque
no hay autoridad a no ser por Dios; las autoridades que existen están colocadas por Dios en sus
posiciones relativas”. Luego el apóstol explica que cuando estos gobiernos actúan para castigar al
que hace el mal, la ‘autoridad superior’ o gobernante (aunque no sea un fiel adorador de Dios) actúa
indirectamente como ministro de Dios en esta misión particular, al expresar ira sobre los
malhechores. (Ro 13:1-6.)
En cuanto a que estas autoridades están “colocadas por Dios en sus posiciones relativas”, las
Escrituras indican que esto no significa que Dios haya constituido estos gobiernos ni que los apoye.
Más bien, los ha utilizado para realizar su buen propósito en relación con su voluntad para sus
siervos terrestres. Moisés dijo: “Cuando el Altísimo dio a las naciones una herencia, cuando separó a
los hijos de Adán unos de otros, procedió a fijar el límite de los pueblos con consideración para el
número de los hijos de Israel”. (Dt 32:8.)
El hijo de Dios como Rey. Después de que se destronó al último rey que se sentó en el “trono
de Jehová” en Jerusalén (1Cr 29:23), el profeta Daniel recibió una visión en la que contempló el
nombramiento futuro del propio Hijo de Dios para ser Rey. La posición de Jehová sobresale
claramente cuando Él, el Anciano de Días, concede la gobernación a su Hijo. El relato dice: “Seguí
contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea!, con las nubes de los cielos sucedía que
venía alguien como un hijo del hombre; y al Anciano de Días obtuvo acceso, y lo presentaron cerca,
aun delante, de Aquel. Y a él fueron dados gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos,
grupos nacionales y lenguajes todos le sirvieran aun a él. Su gobernación es una gobernación de
duración indefinida que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas”. (Da 7:13, 14.)
Cuando se compara este texto con Mateo 26:63, 64, no queda ninguna duda de que el “hijo del
hombre” mencionado en la visión de Daniel es Jesucristo. Él obtiene acceso a la presencia de
Jehová y recibe autoridad para gobernar. (Compárese con Sl 2:8, 9; Mt 28:18.)
Se desafía la soberanía de Jehová. La iniquidad ha existido durante la práctica totalidad de la
existencia de la raza humana en la Tierra. La humanidad ha ido muriendo, y los pecados y las
transgresiones contra Dios se han multiplicado. (Ro 5:12, 15, 16.) Como la Biblia indica que Dios dio
al hombre un comienzo perfecto, han surgido las siguientes preguntas: ¿cómo empezaron el pecado,
la imperfección y la iniquidad?, y ¿por qué ha permitido el Dios Todopoderoso que estas cosas
continúen por siglos? Las respuestas tienen que ver con un desafío a la soberanía de Dios que
planteó una cuestión suprema relacionada con la humanidad.
Lo que Dios quiere de los que le sirven. Durante el transcurso de los siglos, Jehová Dios ha
probado mediante sus palabras y acciones que es un Dios de amor y bondad inmerecida, que ejerce
justicia y juicio perfectos, y que extiende misericordia a los que intentan servirle. (Éx 34:6, 7; Sl
89:14; véanse JUSTICIA; MISERICORDIA.) Ha expresado su bondad hasta a los desagradecidos e
inicuos. (Mt 5:45; Lu 6:35; Ro 5:8.) Se deleita en el hecho de que su soberanía se administra con
amor. (Jer 9:24.)
Por ello desea que en su universo haya exclusivamente personas que le sirvan por amor a Él y a
sus excelentes cualidades, que le amen primero a Él y después a su prójimo (Mt 22:37-39); que
amen, deseen y antepongan Su soberanía a cualquier otra (Sl 84:10), y que, aunque puedan
independizarse, escojan Su soberanía porque saben que Su gobernación es mucho más sabia, más
justa y mejor que cualquier otra. (Isa 55:8-11; Jer 10:23; Ro 7:18.) Tales personas no sirven a Dios
simplemente por temor a su omnipotencia ni por razones egoístas, sino por amor a Su justicia,
derecho y sabiduría y debido a que conocen la grandeza y la bondad amorosa de Jehová. (Sl 97:10;
119:104, 128, 163.) Exclaman junto con el apóstol Pablo: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la
sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables sus
caminos! Porque ‘¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová, o quién se ha hecho su
consejero?’. O, ‘¿Quién le ha dado primero, para que tenga que pagársele?’. Porque procedentes de
él y por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria para siempre. Amén”. (Ro 11:33-36.)
Tales personas llegan a conocer a Dios, y en realidad conocerle implica amarle y apegarse a su
soberanía. El apóstol Juan escribe: “Todo el que permanece en unión con él no practica el pecado;
nadie que practica el pecado lo ha visto ni ha llegado a conocerlo”. Y: “El que no ama no ha llegado a
conocer a Dios, porque Dios es amor”. (1Jn 3:6; 4:8.) Jesús, quien conocía a su Padre mejor que
ningún otro, dijo: “Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre, y nadie conoce
plenamente al Hijo sino el Padre, ni conoce nadie plenamente al Padre sino el Hijo, y cualquiera a
quien el Hijo quiera revelarlo”. (Mt 11:27.)
No se cultivó amor y aprecio. Por consiguiente, el desafío a la soberanía de Jehová provino de
una criatura que, aunque disfrutaba de los beneficios de Su soberanía, no apreciaba su conocimiento
de Él ni lo había cultivado, y, por ello, no había profundizado su amor a Él. Era una criatura celestial
de Dios, un ángel. Cuando se instaló en la Tierra a la primera pareja humana, Adán y Eva, este
ángel vio una oportunidad de atacar la soberanía de Dios. Primero intentaría desviar a Eva de la
sumisión a la soberanía de Dios, y luego a Adán, y lo logró. Su deseo era establecer una soberanía
rival.
Eva, la primera a la que se puso a prueba, no había cultivado aprecio a su Creador y Dios, y
no aprovechó la oportunidad que tuvo de conocerlo. Escuchó la voz de una criatura inferior, en
apariencia la serpiente, pero en realidad la voz de un ángel rebelde. La Biblia no dice que Eva se
sorprendiera de oír hablar a la serpiente, pero sí dice que la serpiente era “la más cautelosa de todas
las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho”. (Gé 3:1.) Nada se comenta en cuanto
a que la serpiente primero comiera del fruto prohibido del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo
malo” y luego aparentase hacerse sabia y pudiera hablar. El ángel rebelde, valiéndose de la
serpiente para que le hablase, le presentó a la mujer (según ella supuso) la oportunidad de hacerse
independiente, “de ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”, y logró convencerla de que
no moriría. (Gé 2:17; 3:4, 5; 2Co 11:3.)
Adán, que tampoco demostró tener aprecio y amor a su Creador y Proveedor cuando se enfrentó
a la rebelión en el seno de su propia familia, no apoyó lealmente a Dios y sucumbió ante la
persuasión de Eva. Perdió la fe en Dios y en Su poder de proporcionarle a su siervo leal todo buen
don. (Compárese con lo que Jehová le dijo a David después de su pecado con Bat-seba, en 2Sa
12:7-9.) Adán también dio la impresión de sentirse ofendido por la pregunta de Jehová sobre su mala
acción, pues respondió: “La mujer que me diste para que estuviera conmigo, ella me dio fruto del
árbol y así es que comí”. (Gé 3:12.) Él no dio crédito a la mentira de la serpiente en cuanto a que
no moriría, como sí había hecho Eva, pero tanto Adán como Eva emprendieron un derrotero de libre
determinación, de rebelión contra Dios. (1Ti 2:14.)
Adán no pudo decir: “Dios me somete a prueba”. Más bien, lo que sucedió estuvo en armonía con
el principio: “Cada uno es probado al ser provocado y cautivado por su propio deseo. Entonces el
deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el pecado; a su vez, el pecado, cuando se ha
realizado, produce la muerte”. (Snt 1:13-15.) De modo que los tres rebeldes —el ángel, Eva y
Adán— emplearon la facultad del libre albedrío que Dios les había dado para pasar de la perfección
a un comportamiento pecaminoso deliberado. (Véanse PECADO; PERFECCIÓN.)
El punto en cuestión. ¿Qué es lo que aquí se cuestionó? ¿A quién criticó y difamó este ángel
que más tarde recibiría el nombre de Satanás el Diablo, cuyo desafío apoyó Adán mediante su
acción rebelde? ¿Era el hecho de la supremacía de Jehová, la existencia de su soberanía? ¿Estaba
la soberanía de Dios en peligro? No, pues Jehová tiene autoridad y poder supremos, y nadie, ni en el
cielo ni en la Tierra, puede arrebatárselos. (Ro 9:19.) Por lo tanto, el desafío tiene que haber sido en
cuanto a lo propio, merecido y justo de la soberanía de Dios, si ejercía su soberanía de una manera
digna, justa y para los mejores intereses de sus súbditos, o no. Prueba de esto se halla en la manera
de dirigirse a Eva: “¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo
árbol del jardín?”. Con esas palabras la serpiente insinuó que tal cosa era inaceptable, que Dios era
indebidamente restrictivo, que retenía algo que la pareja humana merecía legítimamente. (Gé 3:1.)
¿Qué era el árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo?
Al tomar del fruto del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo”, Adán y Eva expresaron su
rebelión. El Creador, como Soberano Universal, estaba en su pleno derecho de promulgar la ley
sobre el árbol, pues Adán, por ser persona creada, y no soberana, tenía limitaciones y necesitaba
reconocer este hecho. Para que hubiera paz y armonía universal, sobre todas las criaturas
racionales recaía la responsabilidad de reconocer y apoyar la soberanía del Creador. Adán
demostraría que reconocía este hecho si se abstenía de comer el fruto de aquel árbol. Como padre
en perspectiva de una Tierra poblada de criaturas humanas, tenía que demostrar su obediencia y
lealtad hasta en lo más mínimo. El principio implicado era: “La persona fiel en lo mínimo es fiel
también en lo mucho, y la persona injusta en lo mínimo es injusta también en lo mucho”. (Lu 16:10.)
Adán tenía la capacidad de mostrar esa obediencia perfecta. Es evidente que no había nada
intrínsecamente malo en el fruto del árbol en sí. (La prohibición no tenía nada que ver con las
relaciones sexuales, pues Dios había mandado a la pareja que ‘llenasen la tierra’. [Gé 1:28.] Era el
fruto de un árbol literal, como dice la Biblia.) La nota al pie de la página que aparece en Génesis 2:17
en la Biblia de Jerusalén expresa bien qué representaba el árbol:
“Esta ‘ciencia’ [conocimiento] es un privilegio que Dios se reserva y que el hombre usurpará por el
pecado, [Génesis] 3 5, 22. No es, pues, ni la omnisciencia, que el hombre caído no posee, ni el
discernimiento moral, que ya poseía el hombre inocente y que Dios no niega a su criatura racional.
Es la facultad de decidir uno por sí mismo lo que es bueno y lo que es malo, y de obrar en
consecuencia: una reclamación de autonomía moral, por la que el hombre no se conforma con su
condición de criatura [...]. El primer pecado ha sido un atentado a la soberanía de Dios, un pecado de
orgullo.”
Se acusa a los siervos de Dios de egoísmo. Una expresión posterior de esta cuestión se halla
en lo que Satanás dijo a Dios en cuanto a su siervo fiel Job. Estas fueron sus palabras: “¿Ha temido
Job a Dios por nada? ¿No has puesto tú mismo un seto protector alrededor de él y alrededor de su
casa y alrededor de todo lo que tiene en todo el derredor? La obra de sus manos has bendecido, y
su ganado mismo se ha extendido en la tierra. Pero, para variar, sírvete alargar la mano, y toca todo
lo que tiene, y ve si no te maldice en tu misma cara”. Después, Satanás de nuevo presentó la
siguiente acusación: “Piel en el interés de piel, y todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de
su alma”. (Job 1:9-11; 2:4.) De ese modo acusaba a Job de no estar en armonía con Dios de
corazón, que servía obedientemente a Dios solo por motivos egoístas, por lucro. Satanás calumnió a
Dios respecto al ejercicio de Su soberanía, y a los siervos de Dios, en cuanto a su integridad a esa
soberanía. Dijo a todos los efectos que no habría ningún hombre sobre la Tierra que mantuviese
integridad a la soberanía de Jehová si a él, Satanás, se le permitía ponerle a prueba.
Jehová aceptó el desafío. No lo hizo debido a que dudara de la justicia de su soberanía. Él
no necesitaba que se le probase nada. Permitió tiempo para que se analizara esta cuestión debido al
amor que sentía por sus criaturas inteligentes. Dejó que Satanás pusiese al hombre a prueba ante
todo el universo. Dio a sus criaturas el privilegio de demostrar que el Diablo es un mentiroso y de
quitar la calumnia que manchaba, no solo el nombre de Dios, sino también el suyo propio. Satanás,
con su actitud egotista, fue ‘entregado a un estado mental desaprobado’. Su enfoque al abordar a
Eva fue totalmente contradictorio. (Ro 1:28.) Por una parte acusó a Dios de ejercer su soberanía de
manera injusta y parcial, pero por otra debía contar con Su imparcialidad: al parecer pensó que Dios
se consideraría obligado a dejarle vivir si podía probar su acusación con respecto a la infidelidad de
las criaturas de Dios.
Era vital zanjar la cuestión. El que se zanjara la cuestión en realidad era un asunto vital para
todos los vivientes en lo que respecta a su relación con la soberanía de Dios. Pues, una vez resuelta
la cuestión nunca haría falta probarla de nuevo. Jehová deseaba que se dieran a conocer en detalle
los pormenores relacionados con dicha cuestión, para que todos pudieran entenderla cabalmente. La
medida que Dios tomó engendra confianza en su inmutabilidad, realza su soberanía, la hace aún
más deseable y la deja firmemente establecida en la mente de todos los que la escogen.
(Compárese con Mal 3:6.)
Una cuestión moral. Por tanto, no se trata de una cuestión de poder o fuerza; es principalmente
una cuestión moral. Sin embargo, debido a que Dios es invisible y Satanás ha hecho todo esfuerzo
posible por cegar la mente de los hombres, a veces se ha puesto en duda el poder de Jehová o
incluso su existencia. (1Jn 5:19; Rev 12:9.) Los hombres han interpretado mal la razón por la que
Dios ha ejercido paciencia y bondad, y se han vuelto más rebeldes. (Ec 8:11; 2Pe 3:9.) Debido a ello,
el servir a Dios con integridad ha requerido ejercer fe y experimentar sufrimiento. (Heb 11:6, 35-38.)
No obstante, Jehová se propone dar a conocer a todos su soberanía. En Egipto le dijo a Faraón: “En
realidad, por esta causa te he mantenido en existencia, a fin de mostrarte mi poder y para que mi
nombre sea declarado en toda la tierra”. (Éx 9:16.) De igual manera, Dios ha permitido un tiempo
para que tanto este mundo como su dios, Satanás el Diablo, existan y desarrollen su iniquidad, y
también ha fijado un tiempo para su destrucción. (2Co 4:4; 2Pe 3:7.) La oración profética del salmista
fue: “Para que la gente sepa que tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la
tierra”. (Sl 83:18.) Jehová mismo había jurado: “Ante mí toda rodilla se doblará, a mí toda lengua
jurará, y dirá: ‘De seguro en Jehová hay plena justicia y fuerza’”. (Isa 45:23, 24.)
El alcance de la cuestión. ¿Cuál fue el alcance de la cuestión? Puesto que se indujo al hombre
a pecar y un ángel había pecado, la cuestión llegó a incluir a las criaturas celestiales de Dios, hasta a
su Hijo unigénito, el que estaba más cerca de Jehová Dios. Este, que siempre hacía las cosas que le
agradaban a su Padre, estaría muy ansioso de servir para la vindicación del nombre y la soberanía
de Dios. (Jn 8:29; Heb 1:9.) Dios lo seleccionó para esta asignación, y lo envió a la Tierra, donde
nació como hijo varón de la virgen María. (Lu 1:35.) Jesús fue perfecto y mantuvo su perfección y su
condición intachable durante toda su vida, incluso aguantando una muerte deshonrosa. (Heb 7:26.)
Antes de su muerte dijo: “Ahora se somete a juicio a este mundo; ahora el gobernante de este
mundo será echado fuera”. También: “El gobernante del mundo viene. Y él no tiene dominio sobre
mí”. (Jn 12:31; 14:30.) Como Satanás no pudo conseguir quebrantar la integridad de Cristo, el juicio
fue que había fracasado y estaba listo para ser echado fuera. Jesús ‘venció al mundo’. (Jn 16:33.)
Jesucristo el Vindicador de Dios. Así, de una manera totalmente perfecta, Jesucristo demostró
que el Diablo era un mentiroso y zanjó por completo la cuestión: ¿habrá algún hombre fiel a Dios
bajo cualquier tentación o prueba que pudiera presentársele? Por lo tanto, el Dios Soberano lo
nombró Ejecutor de sus propósitos, el que erradicaría del universo la iniquidad e incluso al Diablo. Él
ejercerá esta autoridad, y ‘toda rodilla se doblará y toda lengua reconocerá abiertamente que
Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el Padre’. (Flp 2:5-11; Heb 2:14; 1Jn 3:8.)
En el dominio que se otorga al Hijo, gobierna en el nombre de su Padre, ‘reduciendo a la nada’
todo gobierno y toda autoridad y poder que se opone a la soberanía de Jehová. El apóstol Pablo
revela que después Jesucristo ofrecerá el más alto tributo a la soberanía de Jehová que se puede
ofrecer, pues, “cuando todas las cosas le hayan sido sujetadas, entonces el Hijo mismo también se
sujetará a Aquel que le sujetó todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas para con todos”.
(1Co 15:24-28.)
El libro de Revelación muestra que una vez que concluya el Reino de mil años de Cristo, en el
que acabará con toda autoridad que intente rivalizar con la soberanía de Jehová, se soltará al Diablo
por un corto período de tiempo. Intentará revivir la cuestión, pero no se concederá mucho tiempo
para aquello que ya está zanjado. Satanás y los que le siguen serán completamente aniquilados.
(Rev 20:7-10.)
Otros vindicadores. Aunque la fidelidad de Cristo ha demostrado que la razón esta de parte de
Dios en esta gran cuestión, se permite que otros participen en apoyarlo. (Pr 27:11.) Los efectos del
proceder íntegro de Cristo, que incluyó su muerte sacrificatoria, están señalados así por el apóstol:
“Mediante un solo acto de justificación el resultado a toda clase de hombres es el declararlos justos
para vida”. (Ro 5:18.) Cristo ha sido nombrado Cabeza de un “cuerpo” o congregación (Col 1:18),
cuyos miembros participan en su muerte de integridad, y él está contento de que ellos participen con
él como coherederos, como reyes asociados en su gobernación del Reino. (Lu 22:28-30; Ro 6:3-5;
8:17; Rev 20:4, 6.) Hombres fieles de la antigüedad que estaban a la expectativa de esta provisión
de Dios mantuvieron integridad aunque tenían un cuerpo imperfecto. (Heb 11:13-16.) Y los otros
muchos que finalmente doblarán las rodillas en reconocimiento de la Soberanía de Dios, también lo
harán, reconociendo de corazón lo justo y merecido de dicha soberanía. Como cantó proféticamente
el salmista, “toda cosa que respira... alabe a Jah. ¡Alaben a Jah!”. (Sl 150:6.)
*** rs pág. 357 Satanás el Diablo ***
¿Cómo llegó a existir Satanás?
Todas las obras de Jehová son perfectas; él no es autor de injusticia; por tanto, él no creó a nadie
inicuo (Deu. 32:4; Sal. 5:4). La criatura que llegó a ser Satanás fue originalmente un hijo celestial de
Dios en perfección. Al decir que el Diablo “no permaneció firme en la verdad”, Jesús indicó que en un
tiempo aquella criatura había estado “en la verdad” (Juan 8:44). Pero, como en el caso de todas las
criaturas inteligentes de Dios, este hijo espiritual de Dios estaba dotado de libre albedrío. Dio mal uso
a la libertad que le permitía escoger, permitió que en su corazón se desarrollaran sentimientos de
presunción y empezó a ansiar adoración que pertenecía solo a Dios, por lo cual incitó a Adán y Eva
a escuchar a él en vez de obedecer a Dios. Así, por su proceder él mismo se hizo Satanás, que
significa “adversario”. (Sant. 1:14, 15; véanse también las páginas 282, 283 en la sección titulada
“Pecado”.)
¿Por qué no destruyó Dios a Satanás tan pronto como este se rebeló?
Satanás hizo surgir cuestiones serias: 1) Lo justo y correcto de la soberanía de Jehová. ¿Estaba
reteniendo Jehová de la humanidad alguna libertad que contribuiría a la felicidad humana?
¿Dependía en verdad de que se obedeciera a Dios el que la humanidad pudiera gobernar sus
asuntos con éxito y pudiera seguir viviendo? ¿Había sido poco honrado Jehová al dar a los humanos
una ley que declaraba que la desobediencia conduciría a su muerte? (Gén. 2:16, 17; 3:3-5.) Por eso,
¿tenía realmente Jehová derecho a gobernar? 2) La integridad de las criaturas inteligentes para con
Jehová. Debido a que Adán y Eva se desviaron, se planteó la pregunta: ¿Era realmente el amor lo
que movía a los siervos de Jehová a obedecerle, o pudiera ser que todos abandonaran a Dios y
siguieran el ejemplo que estaba dando Satanás? En los días de Job, Satanás dio más abundante
desarrollo a esta última cuestión. (Gén. 3:6; Job 1:8-11; 2:3-5; véase también Lucas 22:31.) Estas
cuestiones no podían resolverse simplemente ejecutando a los rebeldes.
Sermón del Monte (parte 2)
*** w79 15/4 págs. 22-23 El Sermón del Monte... “Sigan pidiendo” ***
El Sermón del Monte... “Sigan pidiendo”
DESPUÉS de aconsejar a sus oyentes que evitaran juzgar adversamente a su congénere, Jesús
dijo: “Sigan pidiendo, y se les dará; sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá.”—Mat.
7:7.
Con estas palabras, el Hijo de Dios instó a sus discípulos a perseverar en oración. Había una
necesidad apremiante para esto. En el Sermón del Monte se había mostrado claramente que el ser
justo a la vista de Dios no era simplemente un asunto de ejecutar actos religiosos y caritativos. (Mat.
5:20; 6:1) Para que los actos de adoración sean significativos, tienen que brotar de motivaciones
apropiadas del corazón, y eso incluye el saber perdonar, ser casto y veraz y ejercer amor. (Mat. 5:22,
27, 28, 33-37, 43-48) Puesto que estas cualidades son contrarias a la naturaleza humana
pecaminosa, con regularidad los discípulos tendrían que pedir ayuda a Dios para satisfacer Sus
requisitos relacionados con la adoración verdadera.
Por lo tanto, tenían que ‘seguir pidiendo’ para recibir la fortaleza y sabiduría necesarias para
llevar una vida de piedad o devoción. (2 Cor. 4:7; 2 Ped. 1:3) Los discípulos deberían ‘seguir
buscando’ esta ayuda de la misma manera que buscarían un tesoro escondido. (Compare con Mateo
13:44.) Tenían que ‘seguir tocando’ para asegurarse de que se les admitiera por completo a las
bendiciones que Dios tiene para los que reciben su aprobación.—Note Lucas 13:24, 25.
Los que oran encarecidamente por estas bendiciones y obran en armonía con sus oraciones
pueden obtener estímulo de las siguientes palabras de Jesús: “Porque todo el que pide recibe, y todo
el que busca halla, y a todo el que toca se le abrirá.” (Mat. 7:8) Esto no significa que la gente puede
orar por cualquier cosa que desee y recibir respuesta. Para que una oración sea apropiada, siempre
tiene que estar en armonía con la voluntad de Dios. (1 Juan 5:14) Sin embargo, los discípulos de
Jesús podían estar seguros de que Dios contestaría las oraciones que hicieran en petición de ayuda
para efectuar la adoración verdadera.
A este respecto, el Hijo de Dios dio una ilustración: “De veras, ¿quién es el hombre entre ustedes
a quien su hijo pide pan,... no le dará una piedra, ¿verdad? O, quizás, le pida un pescado,... no le
dará una serpiente, ¿verdad?”—Mat. 7:9, 10.
Durante el primer siglo de la E.C., en Palestina se cocía el pan en forma de tortas planas que se
asemejaban a ciertas piedras. Algunas serpientes pequeñas se parecían al pescado que
frecuentemente se comía con pan. (Vea Juan 6:9) Si un muchachito le pidiera a su padre pan, el
padre no tendería a engañar ni molestar a su prole por medio de darle una piedra. Si el hijo pidiera
pescado para comer con pan, su padre no le extendería una serpiente. El afecto natural entre padre
e hijo impediría que el padre hiciera aquello.
“Por lo tanto,” continuó Jesús, “si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos dones a sus
hijos, ¿con cuánta más razón dará su Padre que está en los cielos cosas buenas a los que le
piden?”—Mat. 7:11.
Los padres aquí en la Tierra, “aunque son inicuos” debido al pecado heredado, no dan a sus hijos
cosas dañinas que solo se parezcan a las cosas que ellos hayan solicitado. En vez de eso, los
padres humanos se esfuerzan por suministrar “buenos dones” a su descendencia. “Con cuánta más
razón” contestará Dios, cuyo amor es perfecto, las oraciones de sus adoradores devotos. (1 Juan
4:8) Concederá “cosas buenas” a sus siervos, especialmente espíritu santo, que puede fortalecerlos
para que continúen rindiendo el servicio sagrado que satisface los requisitos de Dios. (Compare con
Lucas 11:13.) Sin embargo, el Altísimo hará esto solo con las personas que persisten en ‘pedirle.’
En seguida, Jesús añadió una regla de conducta que ha alcanzado fama considerable: “Por lo
tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera
tienen que hacérselas a ellos; esto, de hecho es lo que significan la Ley y los Profetas.”—Mat. 7:12.
Dios despliega una disposición paternal hacia sus siervos por medio de contestar las oraciones
que le hacen. “Por lo tanto” ellos, en cambio, deben tratar a su congénere apropiadamente. Solo de
esta manera pueden probar que son hijos de Dios, es decir, personas que imitan la benevolente
disposición de Dios y cuyas oraciones reciben pronta respuesta del Padre celestial.—Compare con
Mateo 5:44-48; 1 Pedro 3:7.
Respecto a esta “regla áurea,” el libro A Pattern for Life (Un modelo para la vida) declara:
“Tanto en fuentes judías como en fuentes gentiles se pueden hallar paralelos a la
Regla, como para probar que Dios no había dejado a los hombres sin conocimiento de
la más alta moralidad antes de la venida de Cristo. En Tob[ías, uno de los libros
apócrifos] 4:15 leemos: ‘Lo que odies no lo hagas a nadie.’ Hillel [un rabino que vivió
alrededor del tiempo de Jesús] dijo: ‘Lo que te es odioso no lo hagas a nadie más.’ Los
estoicos tenían una máxima que decía: ‘No hagas a otro lo que no quieres que te
suceda a ti.’ En las enseñanzas de Confucio encontramos: ‘No hagas a otros lo que
no quieres que te hagan a ti.’”
Sin embargo, todos estos dichos son negativos, estimulan a la gente a no tratar a otros de la manera
que a ellos no les gustaría que los trataran.
Sin embargo, las personas que pusieran atención al Hijo de Dios irían más allá de simplemente
evitar el maltratar a otros. Tendrían que tomar la iniciativa y hacer cosas buenas a su congénere, sí,
“todas las cosas que quieren que los hombres les hagan.” Al comparar este consejo con las
declaraciones semejantes de tipo negativo en los escritos que no son bíblicos, A. B. Bruce hace la
siguiente observación en The Expositors Greek Testament:
“Lo negativo nos confina a la región de la justicia; lo positivo nos lleva a la región de la
generosidad o la gracia, y por lo tanto comprende a la ley y los profetas. Deseamos
mucho más de lo que podemos demandar... que se nos ayude cuando estamos en
necesidad, que se nos dé estímulo cuando nos estamos esforzando, que se nos
defienda cuando se nos represente erróneamente, y que se nos muestre amistad
cuando nos tienen acosados. Cristo quiere que hagamos todo esto de modo
magnánimo y benigno; que seamos, no simplemente [justos], sino [buenos].”—Vea
Romanos 5:7.
La expresión “la Ley y los Profetas” señala a sumamente importantes e inspiradas Escrituras
Hebreas. Cuando la gente trata a otros de la manera que les gustaría que otros los trataran, actúan
en armonía con el verdadero espíritu que hay detrás de la ley de Dios. “No deban a nadie ni una sola
cosa,” escribe el apóstol Pablo, “salvo el amarse los unos a los otros; porque el que ama a su
semejante ha cumplido la ley. Porque el código de la ley: ‘No debes cometer adulterio, No debes
asesinar, No debes hurtar, No debes codiciar,’ y cualquier otro mandamiento que haya, se resume
en esta palabra, a saber: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’ El amor no obra mal al
prójimo; por lo tanto el amor es el cumplimiento de la ley.”—Rom. 13:8-10; compare con Mateo
22:37-40.
DESPUÉS de advertir a los que le oían acerca de falsos profetas a los cuales pudieran llegar a
conocer durante el primer siglo E.C., Jesús dijo: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en
el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”—Mat. 7:21;
compare con Lucas 6:46.
Para disfrutar de las bendiciones del reino de Dios, es necesario que las personas reconozcan el
señorío de Jesucristo. (Rom. 10:9; Fili. 2:11) Pero esto envuelve más que solo dar lealtad de dientes
afuera al Hijo de Dios por medio de llamarlo “Señor, Señor.”
A la plenitud de bendiciones del Reino solo se admite al “que hace la voluntad de mi Padre que
está en los cielos.” Esa “voluntad” se expresa adecuadamente en el Sermón del Monte. Exige hacer
“obras excelentes” de declarar las verdades del Reino a otras personas. También incluye transformar
la personalidad de uno para desplegar cualidades como las de Dios, tales como apacibilidad,
castidad, confiabilidad, altruismo, amor, sinceridad y fe.—Vea Mateo 5:16, 21, 22, 27-30, 33-48; 6:1-
18, 25-34.
Las palabras que Jesús dice después muestran que muchas personas que alegarían ser sus
seguidores fallarían respecto a eso: “Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos
en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre ejecutamos muchas obras
poderosas?’ Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obreros
del desafuero.”—Mat. 7:22, 23.
“En aquel día,” cuando Dios ejecute juicio contra sus enemigos (Zac. 14:1-3; 2 Tes. 2:1, 2; 2 Ped.
3:10-12), “muchos” procurarán que se les considere favorablemente por medio de alegar que han
logrado cosas sorprendentes ‘en Su nombre,’ es decir, como si fueran representantes de Jesucristo y
por medio de poder divino que hubieran obtenido mediante él.
Preguntarán: “¿No profetizamos [es decir, expresar comunicaciones divinas y quizás predicciones
de acontecimientos futuros] en tu nombre?” Pero tal ‘profetizar’ no es una identificación segura del
discipulado cristiano verdadero. Según las Escrituras, falsos profetas también proclamaron
predicciones que a veces se realizaron, así como mensajes que entregaron como si fuera por
autoridad divina.—Deu. 13:1-3; Jer. 14:14.
Algunos se jactarían de haber ‘expulsado demonios en el nombre’ de Jesús. Hoy en la cristiandad
hay personas que alegan que tienen tal poder. Pero la práctica de exorcizar demonios (por medio de
ritos místicos) siempre ha sido un rasgo de religiones que no son bíblicas. Además, ciertos judíos del
primer siglo E.C. expulsaban demonios por medio de fórmulas mágicas que creían que habían sido
entregadas desde el rey Salomón.
*** w79 1/2 págs. 9-10 El Sermón del Monte... ‘Acumulen tesoros en el cielo’ ***
El Sermón del Monte... ‘Acumulen tesoros en el cielo’
DESPUÉS de su consejo acerca de que era necesario evitar la hipocresía en la adoración, Jesús
consideró el lazo del materialismo. Empezó diciendo: “Dejen de acumular para ustedes tesoros sobre
la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan.”—Mat.
6:19.
Jesús conocía bien la tendencia humana de confiar en una acumulación de cosas materiales. Dio
a sus oyentes la amonestación de ‘dejar’ de hacer aquello, puesto que los tesoros terrestres
no tienen valor duradero. Sean vestiduras costosas, dinero u otros artículos materiales, estas cosas
valiosas acumuladas pueden sufrir deterioro. Por ejemplo, ‘las polillas’ pueden arruinar telas
valiosas; los metales preciosos pueden sucumbir al “moho.” (Compare con Santiago 5:1-3.) Hasta
antes de que comience el deterioro hay peligro de robo. En la antigua Palestina los ladrones
‘entraban por fuerza y hurtaban’ por medio de abrirse una grieta para ello a través de las paredes de
barro o de yeso de las casas.
Por eso, Jesús declaró: “Más bien, acumulen para ustedes tesoros en el cielo, donde ni polilla
ni moho consumen, y donde ladrones no entran por fuerza y hurtan.” (Mat. 6:20) Uno puede
acumular tesoros incorruptibles por medio de hacerse un registro de obras excelentes “en el cielo”
(es decir, ante Dios). Con relación a esto el apóstol Pablo dio a los cristianos acaudalados la
amonestación de que “trabajen en lo bueno, que sean ricos en obras excelentes, que sean liberales,
listos para compartir, atesorando para sí mismos con seguridad un fundamento excelente para el
futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que lo es realmente.”—1 Tim. 6:17-19; Tito 3:8.
Jesús dio como razón para evitar el materialismo esto: “Porque donde está tu tesoro, allí también
estará tu corazón.” (Mat. 6:21) El “tesoro” de uno es lo que uno considera verdaderamente valioso.
En esto uno pone su “corazón,” el asiento de los motivos, deseos y afectos. Si el tesoro que le roba
el corazón a uno es simplemente lo que este mundo puede ofrecer, eso le causa daño a la relación
de uno con Dios, quien requiere servicio de “corazón completo.”—1 Cró. 28:9; Mat. 22:37.
Para ayudar a los que le escuchaban a evitar el lazo del materialismo, Jesús presentó dos
ilustraciones. Empezó la primera diciendo: “La lámpara del cuerpo es el ojo. Si, pues, tu ojo es
sencillo, todo tu cuerpo estará brillante.”—Mat. 6:22.
Es apropiado llamar al ojo “la lámpara del cuerpo,” puesto que la luz llega al centro visual del
cerebro por medio de los ojos. En vez de estar continuamente saltando de un lugar a otro para
avistar todo objeto que se presenta a la vista, el ‘ojo sencillo’ enfoca la mirada en una sola cosa. En
sentido figurado, aquello en lo cual el individuo ‘fija su ojo’ como objeto de intensa concentración y
meditación afecta su personalidad entera. Si la meta principal de uno en la vida es hacer la voluntad
de Dios, ‘todo su cuerpo estará brillante.’ En todo aspecto de la vida uno reflejará una iluminación
que glorifica a Dios y beneficia a su congénere humano.—Compare con Proverbios 4:18, 25-27;
Mateo 5:14-16.
“Pero si tu ojo es inicuo,” continuó Jesús, “todo tu cuerpo estará oscuro.” (Mat. 6:23a) El ‘ojo
inicuo’ enfoca la atención con anhelo codicioso en cosas incorrectas. (Note Mateo 5:28; 2 Pedro
2:14.) Para el que hace que lo principal en su vida sea buscar las riquezas de este mundo, ‘todo su
cuerpo estará oscuro.’ Una meta materialista de esa índole lleva a conducta incorrecta que
manifiesta oscuridad espiritual en todo aspecto de la vida. “Los que están determinados a ser ricos,”
escribe el apóstol Pablo, “caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos,
que precipitan a los hombres en destrucción y ruina. Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte
de cosas perjudiciales, y haciendo esfuerzos por realizar este amor algunos han sido descarriados
de la fe y se han acribillado con muchos dolores.”—1 Tim. 6:9, 10.
Mostrando la seriedad de esto, Jesús dijo en seguida: “Si en realidad la luz que hay en ti es
oscuridad, ¡cuán grande oscuridad es ésa!” (Mat. 6:23b) Como seres humanos tenemos la
imperfección en nosotros desde el nacimiento. (Rom. 5:12) Sin embargo, la condición de uno
empeora si uno da dirección incorrecta a las facultades que tiene para adquirir iluminación (el ojo
figurativo). El codicioso anhelar de riquezas mancha todo aspecto de la vida de uno. (Pro. 28:20)
“¡Cuán grande,” exclamó Jesús, es la “oscuridad” de aquellos cuyo amor a los tesoros materialistas
los conduce a empujar a un lado los asuntos espirituales!—Mat. 13:22.
Jesús añadió entonces una segunda ilustración: “Nadie puede servir como esclavo a dos amos;
porque u odiará al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro.”—Mat. 6:24a.
Los que estaban escuchando el Sermón del Monte estaban familiarizados con la esclavitud, que
era regulada por la ley mosaica. (Éxo. 21:2; Lev. 25:39-46) El dueño de un esclavo podía esperar
que su esclavo hiciera cuanto a cabalidad pudiera en su servicio. (Compare con Lucas 17:7-10.) Es
interesante el hecho de que en La Mishna se consideran los derechos del “esclavo que pertenece a
condueños,” lo que indica que a veces un esclavo podía estar sujeto a dos amos. Acerca de las
palabras de Jesús respecto a esto, leemos en el Theological Dictionary of the New Testament
(Diccionario teológico del Nuevo Testamento):
“Mat. 6:24 y Luc. 16:13 presuponen la posibilidad de que un esclavo tuviera dos dueños
que hubieran hecho inversiones iguales en él y por lo tanto tuvieran derechos iguales a
sus servicios. Esta es una situación que podía existir y existía. De hecho, había
esclavos a quienes un amo ponía en libertad, pero otro no, de modo que eran mitad
libres y mitad esclavos. Por supuesto, en tal relación [de servidumbre doble] era casi
imposible el que el esclavo desplegara la misma devoción a ambos, especialmente
cuando los deseos e intereses de éstos pudieran variar muy ampliamente. Jesús
expresó esto en el lenguaje de sus contemporáneos y Su pueblo al decir que el esclavo
[amaría] a un amo y [odiaría] al otro, es decir, que le tendría menos apego.”
Jesús remachó el punto de esta ilustración al decir: “No pueden ustedes servir como esclavos a
Dios y a las Riquezas.” (Mat. 6:24b) Esta declaración no condena el poseer riquezas, sino que, más
bien, da énfasis al hecho de que uno no puede ‘servir como esclavo’ a las riquezas y a la misma vez
dar a Dios la devoción exclusiva que él requiere. El que verdaderamente ama a Dios y desea servirle
de manera aceptable, ciertamente tiene que ‘despreciar’ la esclavitud que es el resultado de hacer
que los tesoros en la Tierra sean la meta principal de uno en la vida.
*** w79 1/1 págs. 5-6 El Sermón del Monte... “Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera”
***
El Sermón del Monte... “Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera”
DESPUÉS de su advertencia sobre la manera apropiada de tratar al congénere de uno, Jesús dio
consejo acerca de la clase de adoración que verdaderamente cuenta ante Dios. Empezó esta parte
de su Sermón del Monte diciendo: “Cuídense mucho de no practicar su justicia delante de los
hombres a fin de ser observados por ellos.”—Mat. 6:1a.
En este caso, “justicia” significa conducta que se amolda a la norma divina de lo que es correcto.
(Compare con Mateo 5:6, 20.) Dios desea que la gente despliegue justicia en todo aspecto de la
vida. Esto debe incluir las acciones de la persona cuando está sola y sus relaciones con Dios y los
congéneres humanos.
Las palabras de Jesús no quieren decir que nunca se deben hacer actos de piedad delante de
otras personas, porque eso sería contrario al consejo que él dio anteriormente en el sentido de que
los que le oyeran ‘dejaran resplandecer su luz delante de los hombres.’ (Mat. 5:14-16) Pero el motivo
jamás debería ser “para ser observados por ellos.” El individuo no debe procurar hacerse un
espectáculo como si estuviera en el escenario de un teatro.
Jesús declaró lo siguiente a todos los que pudieran inclinarse a ostentar como en un teatro sus
virtudes: “No tendrán galardón con su Padre que está en los cielos.” (Mat. 6:1b) Ese ‘galardón del
cielo’ que incluye una relación íntima con Dios y las bendiciones eternas de su gobernación del
Reino, no es para individuos que tengan como motivo para adorar a Dios el atraerse atención a sí
mismos.
Para los judíos del primer siglo E.C., tres aspectos principales de la adoración eran el dar
limosnas, la oración y el ayuno. Acerca del primero de éstos, Jesús declaró: “Cuando andes
haciendo dones de misericordia, no toques trompeta delante de ti, así como hacen los hipócritas en
las sinagogas y en las calles, para que los glorifiquen los hombres.”—Mat. 6:2a.
La expresión “dones de misericordia” significa donaciones caritativas para el sostenimiento de los
empobrecidos. A menudo las Escrituras Hebreas dan énfasis a la importancia de ayudar a individuos
necesitados. (Pro. 14:21; 28:27; Isa. 58:6, 7) En tiempos posteriores, cada comunidad judía tenía un
fondo para los pobres que se recogía y distribuía desde las sinagogas cada semana. Se esperaba
que cada residente contribuyera según su condición financiera. Muchos individuos iban más allá de
esta obligación y daban apoyo extra a los necesitados por contribuciones voluntarias. Es interesante
que Jesús y sus apóstoles tenían un fondo común para los pobres.—Juan 12:5-8; 13:29.
Sin embargo, respecto al dar limosnas, Jesús dio esta amonestación a sus discípulos: “No toques
trompeta delante de ti.” En otras palabras: ‘No des publicidad al hecho de que das limosnas.’ Con
regularidad los fariseos hacían esto, y Jesús los llamó “hipócritas,” es decir, personas que fingían ser
lo que no eran. En cuanto a dar publicidad a las donaciones caritativas “en las sinagogas y en las
calles,” leemos en el Theological Dictionary of the New Testament (un diccionario teológico):
“Los escritos rab[ínicos] dan abundante testimonio sobre la naturaleza teatral de la
justicia farisaica. . . . Aunque por asignación y tasa se suministraban los medios para
sostener como comunidad a los pobres, el dar limosnas por encima de esto se fundaba
en dones gratuitos. Se informaba de éstos a la congregación en las sinagogas y en
servicios de ayuno en la vía pública.” (Tomo III, pág. 974) “En las sinagogas,
esp[ecialmente] en los ayunos cuando en crisis serias se celebraba adoración en
lugares públicos de la ciudad . . . , había individuos que solían prometer en público
sumas específicas para la caja de fondos para los pobres. . . . También se nos dice que
a los que daban grandes cantidades se les honraba permitiéndoles sentarse al lado de
los rabinos en la adoración.”—Tomo VII, pág. 86.
Acerca de aquellos hipócritas, Jesús declaró: “Verdaderamente les digo a ustedes: Ellos ya
disfrutan de su galardón completo.” (Mat. 6:2b) Papiros del primer siglo E.C. revelan que la Palabra
griega para “disfrutan . . . completo” (apékho) muchas veces aparecía en los recibos e indicaba
posesión plena de un artículo o una suma de dinero. En su obra Bible Studies (Estudios de la Biblia),
G. Adolf Deissmann declara que, en vista de esto, las palabras de Jesús “adquieren el significado
más cáusticamente irónico de que pueden firmar el recibo de su galardón: se ha realizado su
derecho de recibir su recompensa, precisamente como si ya hubieran dado un recibo por él.” El
aplauso de los hombres y quizás un asiento delantero en la sinagoga al lado de rabinos conocidos
era toda la recompensa que aquellos hipócritas conseguirían.—Compare con Mateo 23:6.
“Mas tú,” dijo Jesús a los que le escuchaban, “cuando hagas dones de misericordia, no sepa tu
mano izquierda lo que hace tu derecha.” (Mat. 6:3) La mano derecha y la mano izquierda son los
más cercanos de los miembros corporales por el hecho de que están a cada lado del torso y por lo
general se mueven en cooperación. A veces pudiera ser que una mano funcionara en independencia
de la otra. Por lo tanto, el ‘no dejar que la mano izquierda supiera lo que la derecha estuviera
haciendo’ significaría que uno no daría publicidad a sus acciones caritativas, ni siquiera a personas
en tan estrecha o cercana relación con uno como la mano izquierda lo está con la derecha.
Según Jesús, la proclamación jactanciosa del dar limosnas debería evitarse para “que sus dones
de misericordia sean en secreto; entonces tu Padre que mira en secreto te lo pagará.” (Mat. 6:4)
Puesto que el Creador mora en los cielos y es invisible a los ojos humanos, permanece “en secreto”
en lo que se refiere a la humanidad. (Juan 1:18; 1 Juan 4:20) El ‘pago’ que viene del que “mira en
secreto” incluye el que Dios ponga a los adoradores humildes en relación íntima consigo, que les
perdone sus pecados y les otorgue vida eterna en medio de condiciones de perfección. (Pro. 3:32;
Efe. 1:7; Rev. 21:1-5) ¡Cuánto se debe preferir eso a la alabanza de otras criaturas humanas!
Conserven la pureza de la congregación
*** it-1 págs. 209-213 Arrepentimiento ***
ARREPENTIMIENTO
El verbo “arrepentirse” significa “sentir pesar, contrición o compunción, por haber hecho o haber
dejado de hacer alguna cosa”. También entraña la idea de “cambiar de actitud con respecto a cierta
acción o conducta del pasado (o a algo que se pretendía hacer) debido a pesar o descontento”. En
muchos textos esta es la idea de la palabra hebrea na·jám, término que puede significar “sentir
pesar; estar de duelo; arrepentirse” (Éx 13:17; Gé 38:12; Job 42:6), y también: “consolarse” (2Sa
13:39; Eze 5:13), “liberarse” o “desembarazarse (por ej.: de los enemigos)”. (Isa 1:24.) Sea que se
refiera a sentir pesar o a sentir consuelo, el término hebreo implica un cambio en la actitud mental o
el sentir de la persona.
En griego se usan dos verbos en conexión con el arrepentimiento: me·ta·no·é·ō y
me·ta·mé·lo·mai. El primero se compone de me·tá, “después”, y no·é·ō (relacionado con nous,
mente, disposición o consciencia moral), que significa “percibir; discernir; captar; darse cuenta”. Por
consiguiente, el significado literal de me·ta·no·é·ō es “conocer después” (en contraste con “pre-
conocer”), y se refiere a un cambio en la manera de pensar, la actitud o el propósito de una persona.
Por otro lado, me·ta·mé·lo·mai viene de mé·lō, que significa “preocupar; interesar”. El prefijo me·tá
(después) le da al verbo el sentido de “sentir pesar” (Mt 21:30; 2Co 7:8) o “arrepentirse”.
Por consiguiente, me·ta·no·é·ō recalca el cambio de punto de vista o disposición: el rechazo del
modo de proceder pasado o que se ha pensado emprender por considerarlo indeseable (Rev 2:5;
3:3); por otro lado, me·ta·mé·lo·mai subraya el sentimiento de pesar que experimenta la persona. (Mt
21:30.) El Theological Dictionary of the New Testament (edición de G. Kittel, vol. 4, pág. 629;
traducción al inglés de G. Bromiley, 1969) dice: “Por lo tanto, cuando el Nuevo Testamento separa
los significados de [estos términos], muestra un claro discernimiento de la naturaleza incambiable de
ambos conceptos. En contraste, el uso helenístico acercó el significado de las dos palabras”.
Por supuesto, un cambio de punto de vista suele ir acompañado de un cambio de sentimientos, o
es posible que sea el sentimiento de pesar el que provoque un decidido cambio en el punto de vista
o la voluntad de la persona. (1Sa 24:5-7.) Se deduce, entonces, que estos dos vocablos, aunque de
distinto significado, son muy afines.
Arrepentimiento humano de los pecados. El pecado, el no cumplir con los justos requisitos de
Dios es lo que hace necesario el arrepentimiento. (1Jn 5:17.) Ya que Adán vendió a toda la
humanidad al pecado, todos sus descendientes han tenido la necesidad de arrepentirse. (Sl 51:5; Ro
3:23; 5:12.) Como se muestra en el artículo RECONCILIACIÓN, el arrepentimiento (seguido de la
conversión) es un requisito previo para reconciliarse con Dios.
Puede ser que el arrepentimiento afecte el proceder de la vida de una persona, es decir, un
derrotero de vida contrario al propósito y la voluntad divinas y, por lo tanto, en armonía con el mundo
controlado por el adversario de Dios (1Pe 4:3; 1Jn 2:15-17; 5:19), o quizás solo afecte un aspecto en
particular de la vida, una práctica impropia que estropea y mancha un derrotero que de otra manera
sería aceptable; es posible que se sienta arrepentimiento debido a un solo acto de mala conducta o
hasta por una tendencia, inclinación o actitud incorrecta. (Sl 141:3, 4; Pr 6:16-19; Snt 2:9; 4:13-17;
1Jn 2:1.) Por consiguiente, las faltas que lo causan pueden ser o bien de carácter muy general o bien
bastante específicas.
De manera similar, una persona puede desviarse de la justicia mucho o poco, y, como es lógico,
el grado de pesar estará en proporción al grado de desviación. Los israelitas fueron “a lo profundo en
su sublevación” contra Jehová y se ‘pudrieron’ en sus transgresiones. (Isa 31:6; 64:5, 6; Eze 33:10.)
Por otro lado, el apóstol Pablo aconseja que cuando un “hombre dé algún paso en falso antes que se
dé cuenta de ello”, los que tienen las debidas cualidades espirituales han de tratar “de reajustar a tal
hombre con espíritu de apacibilidad”. (Gál 6:1.) Ya que Jehová tiene misericordia de las debilidades
carnales de sus siervos, estos no necesitan estar en una constante condición de remordimiento
debido a los errores que cometen por su imperfección inherente. (Sl 103:8-14; 130:3.) Si andan
concienzudamente en los caminos de Dios, pueden sentirse gozosos. (Flp 4:4-6; 1Jn 3:19-22.)
Entre los que necesitan arrepentimiento puede que estén aquellos que ya han disfrutado de una
relación favorable con Dios, pero que se han desviado y han sufrido la pérdida de su favor y
bendición. (1Pe 2:25.) Israel estaba en una relación de pacto con Dios, eran un “pueblo santo”,
escogido de entre todas las naciones (Dt 7:6; Éx 19:5, 6); los cristianos también llegaron a estar en
una posición justa ante Dios mediante el nuevo pacto mediado por Cristo. (1Co 11:25; 1Pe 2:9, 10.)
En el caso de aquellos que se desviaron, el arrepentimiento los conducía a la restauración de su
buena relación con Dios y a los consiguientes beneficios y bendiciones que les reportaría esa
relación. (Jer 15:19-21; Snt 4:8-10.) Para los que no han disfrutado con anterioridad de tal relación
con Dios —como los pueblos paganos de naciones no israelitas durante el tiempo en que estuvo en
vigor el pacto de Dios con Israel (Ef 2:11, 12) y todas aquellas personas de cualquier raza o
nacionalidad que están fuera de la congregación cristiana—, el arrepentimiento es un paso principal
y esencial para llegar a estar en una posición justa delante de Dios, con vida eterna en mira. (Hch
11:18; 17:30; 20:21.)
El arrepentimiento puede ser tanto colectivo como individual. Por ejemplo: la predicación de
Jonás movió a toda la ciudad de Nínive a arrepentirse, desde el rey hasta “el menor de ellos”, pues a
los ojos de Dios todos habían participado en la maldad. (Jon 3:5-9; compárese con Jer 18:7, 8.) A
instancias de Esdras, la entera congregación formada por los israelitas que regresaron del exilio
reconoció su culpabilidad colectiva ante Dios y expresó arrepentimiento por medio de sus príncipes
representantes. (Esd 10:7-14; compárese con 2Cr 29:1, 10; 30:1-15; 31:1, 2.) Asimismo, la
congregación de Corinto se arrepintió de haber tolerado la presencia de alguien que practicaba
males crasos. (Compárese con 2Co 7:8-11; 1Co 5:1-5.) Incluso los profetas Jeremías y Daniel no se
eximieron por completo de culpabilidad cuando confesaron los males que había cometido Judá y que
resultaron en su caída. (Lam 3:40-42; Da 9:4, 5.)
Qué requiere el verdadero arrepentimiento. El arrepentimiento envuelve tanto la mente como
el corazón. Hay que reconocer lo malo del proceder o la acción, y para ello se precisa aceptar como
justas las normas y la voluntad divinas. Ignorar u olvidar su voluntad y normas es una barrera para el
arrepentimiento. (2Re 22:10, 11, 18, 19; Jon 1:1, 2; 4:11; Ro 10:2, 3.) Por esta razón, Jehová, en su
misericordia, ha enviado a profetas y predicadores para que hagan una llamada al arrepentimiento.
(Jer 7:13; 25:4-6; Mr 1:14, 15; 6:12; Lu 24:27.) Al hacer que se publiquen las buenas nuevas por
medio de la congregación cristiana, y en particular desde el tiempo de la conversión de Cornelio en
adelante, Dios ha estado “diciéndole a la humanidad que todos en todas partes se arrepientan”. (Hch
17:22, 23, 29-31; 13:38, 39.) La Palabra de Dios (escrita o hablada) es el medio para ‘persuadirles’,
para convencerles de lo justo del camino del Creador y de lo incorrecto de sus propios caminos.
(Compárese con Lu 16:30, 31; 1Co 14:24, 25; Heb 4:12, 13.) La Ley de Dios es “perfecta, hace
volver el alma”. (Sl 19:7.)
El rey David habla de ‘enseñar a los transgresores los caminos de Dios para que se vuelvan a Él’
(Sl 51:13), obviamente una referencia a sus compañeros israelitas. A Timoteo se le dijo que
no pelease cuando tratase con los cristianos de las congregaciones a las que servía, sino que
‘instruyese con apacibilidad a los que no estuvieran favorablemente dispuestos’, ya que Dios tal vez
les daría ‘arrepentimiento que conduciría a un conocimiento exacto de la verdad, y recobrarían el
juicio fuera del lazo del Diablo’. (2Ti 2:23-26.) Por consiguiente, la llamada al arrepentimiento se
puede dar tanto dentro de la congregación del pueblo de Dios como fuera de ella.
La persona debe entender que ha pecado contra Dios. (Sl 51:3, 4; Jer 3:25.) Esto puede ser
bastante obvio cuando existe blasfemia pública contra el nombre de Dios o adoración de otros
dioses, como por medio de imágenes idolátricas. (Éx 20:2-7.) Sin embargo, hasta en lo que se
pudiera considerar como un “asunto privado” o algo entre dos personas, ha de reconocerse que los
males cometidos son pecados contra Dios, una falta de respeto a Jehová. (Compárese con 2Sa
12:7-14; Sl 51:4; Lu 15:21.) Hay que admitir que incluso las faltas en las que se incurre por
ignorancia o equivocación hacen que se sea culpable ante el Gobernante Soberano, Jehová Dios.
(Compárese con Le 5:17-19; Sl 51:5, 6; 119:67; 1Ti 1:13-16.)
Una parte importante de la labor de los profetas consistió en convencer a Israel de sus pecados
(Isa 58:1, 2; Miq 3:8-11), bien de idolatría (Eze 14:6), injusticia, opresión de un semejante (Jer 34:14-
16; Isa 1:16, 17), inmoralidad (Jer 5:7-9) o falta de confianza en Jehová al apoyarse en el hombre y
en el poderío militar de las naciones. (1Sa 12:19-21; Jer 2:35-37; Os 12:6; 14:1-3.) El mensaje que
Juan el Bautista y el propio Jesucristo dirigieron al pueblo judío fue una llamada al arrepentimiento.
(Mt 3:1, 2, 7, 8; 4:17.) Ambos pusieron al descubierto la condición pecaminosa de la nación al
despojar a la gente y a sus guías religiosos del halo de santurronería que les amparaba y del
embozo de tradiciones humanas y simulaciones hipócritas que les encubría. (Lu 3:7, 8; Mt 15:1-9;
23:1-39; Jn 8:31-47; 9:40, 41.)
Captar el sentido con el corazón. Por consiguiente, para que exista arrepentimiento, primero
debe haber un corazón receptivo que posibilite el que la persona vea y escuche con entendimiento.
(Compárese con Isa 6:9, 10; Mt 13:13-15; Hch 28:26, 27.) La mente puede percibir y recoger lo que
el oído escucha y el ojo ve, pero es mucho más importante que la persona que se arrepiente ‘capte
el sentido [“la idea”, Jn 12:40] de ello con el corazón’. (Mt 13:15; Hch 28:27.) De esa manera no solo
se produce un reconocimiento intelectual del proceder pecaminoso, sino también una respuesta
apreciativa, desde el corazón. Para los que ya conocen a Dios, tal vez solo sea necesario ‘hacer
volver a su corazón’ el conocimiento de Dios y de sus mandamientos (Dt 4:39; compárese con Pr
24:32; Isa 44:18-20) con el fin de ‘recobrar el juicio’. (1Re 8:47.) Si tienen una recta motivación de
corazón, serán capaces de ‘rehacer su mente y probar para sí mismos la buena, acepta y perfecta
voluntad de Dios’. (Ro 12:2.)
Si una persona tiene fe y amor a Dios en su corazón, sentirá un pesar sincero y tristeza debido a
su mal proceder. El aprecio por la bondad y la grandeza de Dios hará que los transgresores sientan
un profundo remordimiento por haber ofendido Su nombre. (Compárese con Job 42:1-6.) Por otra
parte, el amor al prójimo les hará lamentar el daño que han causado a otros, el mal ejemplo que han
puesto y quizás hasta la manera de manchar la reputación del pueblo de Dios ante los de afuera.
Dichos transgresores buscan el perdón porque desean honrar el nombre de Dios y trabajar para el
bien de su prójimo. (1Re 8:33, 34; Sl 25:7-11; 51:11-15; Da 9:18, 19.) Arrepentidos, se sienten
“quebrantados de corazón”, ‘aplastados y de espíritu humilde’ (Sl 34:18; 51:17; Isa 57:15), están
‘contritos de espíritu y tiemblan ante la palabra de Dios’ (Isa 66:2), palabra que hace un llamamiento
hacia el arrepentimiento, y, en realidad, ‘van retemblando a Jehová y a su bondad’. (Os 3:5.) Cuando
David obró tontamente al ordenar un censo, su “corazón [...] empezó a darle golpes”. (2Sa 24:10.)
Por consiguiente, es necesario que haya un rechazo definitivo, que se sienta un odio de corazón
y una gran repugnancia por el mal proceder. (Sl 97:10; 101:3; 119:104; Ro 12:9; compárese con Heb
1:9; Jud 23.) Esto es así porque “el temor de Jehová significa odiar lo malo”, y eso incluye odiar el
ensalzamiento propio, el orgullo, el mal camino y la boca perversa. (Pr 8:13; 4:24.) Además, tiene
que haber amor a la justicia y una firme determinación de adherirse a partir de entonces a un
proceder justo. Sin este odio a lo que es malo y amor a la justicia, el arrepentimiento no tendría
ninguna fuerza genuina que llevara a la verdadera conversión. Debido a esto, aunque el rey
Rehoboam se humilló ante la expresión de la cólera de Jehová, después “hizo lo que era malo,
porque no había establecido firmemente su corazón en buscar a Jehová”. (2Cr 12:12-14; compárese
con Os 6:4-6.)
Tristeza piadosa, no como la del mundo. En la segunda carta que Pablo escribe a los corintios,
el apóstol hace referencia a la “tristeza de manera piadosa” que estos expresaron como resultado de
la reprensión que les había dado en la primera carta. (2Co 7:8-13.) Había ‘sentido pesar’
(me·ta·mé·lo·mai) por haberles tenido que escribir con tanta severidad y como consecuencia
haberles causado dolor, pero dejó de sentirlo al ver que su reprensión había producido en ellos
tristeza piadosa, una tristeza que les había llevado a un arrepentimiento sincero (me·tá·noi·a) de su
actitud y proceder incorrectos. Sabía que el dolor que les había causado había obrado para su bien y
no les haría ningún “daño”. La tristeza que conducía al arrepentimiento no era algo por lo que ellos
tuvieran que sentir pesar, pues les mantenía en el camino de la salvación, evitando que reincidieran
o apostataran, y les daba la esperanza de vida eterna. Contrasta esta tristeza con “la tristeza del
mundo [que] produce muerte”, tristeza que no se deriva de la fe y del amor que se le tiene a Dios y a
la justicia, sino que nace del fracaso, la decepción, la pérdida, el castigo por el mal y la vergüenza
(compárese con Pr 5:3-14, 22, 23; 25:8-10), y suele dar lugar a amargura, resentimiento y envidia,
por lo que no conduce a beneficio duradero alguno, ni a mejoras ni a una esperanza genuina.
(Compárese con Pr 1:24-32; 1Te 4:13, 14.) La tristeza del mundo se lamenta por las consecuencias
desagradables del pecado, pero no por el pecado en sí ni por el oprobio que este le ocasiona al
nombre de Dios. (Isa 65:13-15; Jer 6:13-15, 22-26; Rev 18:9-11, 15, 17-19; contrástese con Eze 9:4.)
El caso de Caín sirve de ejemplo, pues fue la primera persona a la que Dios instó al
arrepentimiento. Lo instó, advirtiéndole que se dirigiese “a hacer lo bueno”, para que el pecado
no llegase a dominarlo. Sin embargo, en lugar de arrepentirse de su odio asesino, Caín dejó que
este lo impulsara a matar a su hermano. Cuando Dios lo interrogó, respondió con evasivas y solo
manifestó algún pesar al escuchar la sentencia que recayó sobre él, un pesar debido a la severidad
del castigo, no al mal cometido. (Gé 4:5-14.) Al obrar de ese modo, demostró que se ‘originaba del
inicuo’. (1Jn 3:12.)
También manifestó la tristeza propia del mundo Esaú, cuando supo que su hermano Jacob había
recibido la bendición de primogénito (derecho que él había vendido desdeñosamente a Jacob). (Gé
25:29-34.) Esaú clamó “de una manera extremadamente fuerte y amarga”, buscando con lágrimas
un “arrepentimiento” (me·tá·noi·a), no el suyo, sino un “cambio de parecer” de su padre. (Gé 27:34;
Heb 12:17, NTI.) Sintió pesar por la pérdida, no por la actitud materialista que le hizo ‘despreciar la
primogenitura’. (Gé 25:34.)
Después de haber traicionado a Jesús, Judas “sintió remordimiento [forma de me·ta·mé·lo·mai]”,
intentó devolver el soborno que había concertado y después se ahorcó. (Mt 27:3-5.) Por lo visto le
abrumó la monstruosidad de su delito y probablemente también la espantosa seguridad de que
recibiría el juicio divino. (Compárese con Heb 10:26, 27, 31; Snt 2:19.) Sintió remordimiento por su
culpabilidad, abatimiento, desesperación, pero no hay nada que muestre que expresara la tristeza
piadosa que genera arrepentimiento (me·tá·noi·a). Para confesar su pecado no buscó a Dios, sino a
los líderes judíos, y es probable que les devolviera el dinero con la idea equivocada de que así
atenuaría hasta cierto grado su delito. (Compárese con Snt 5:3, 4; Eze 7:19.) Al delito de traición y
de contribuir a la muerte de un hombre inocente, añadió el de suicidio. Su proceder está en marcado
contraste con el de Pedro, cuyo amargo llanto después de haber negado a su Señor fue el reflejo de
su arrepentimiento de corazón, lo que hizo posible que se le restableciese. (Mt 26:75; compárese
con Lu 22:31, 32.)
Como puede verse, el pesar, el remordimiento y las lágrimas no son en sí mismos pruebas de
arrepentimiento genuino; el factor determinante es el motivo del corazón. Oseas dice que Jehová
denunció a Israel debido a que en su aflicción “no clamaron a [Él] por socorro con su corazón,
aunque siguieron aullando en sus camas. A causa de su grano y vino dulce siguieron
holgazaneando [...]. Y procedieron a regresar, no a nada más elevado [...]”. Era el egoísmo lo que
estaba detrás de su ruego por alivio en tiempo de calamidad, y si se les concedía ese alivio,
no aprovechaban la oportunidad para mejorar su relación con Dios adhiriéndose más estrechamente
a sus elevadas normas (compárese con Isa 55:8-11); eran como un “arco flojo” que nunca da en el
blanco. (Os 7:14-16; compárese con Sl 78:57; Snt 4:3.) El ayuno, el llanto y el plañir eran
manifestaciones válidas, pero solo si los arrepentidos ‘rasgaban sus corazones’ y no simplemente
sus prendas de vestir. (Joe 2:12, 13; véanse AYUNO; DUELO.)
La confesión del mal. La persona arrepentida se humilla y busca el rostro de Dios (2Cr 7:13, 14;
33:10-13; Snt 4:6-10), suplicando su perdón. (Mt 6:12.) No es como el fariseo santurrón de la
ilustración de Jesús, sino como el recaudador de impuestos a quien describió golpeándose el pecho
y diciendo: “Oh Dios, sé benévolo para conmigo, que soy pecador”. (Lu 18:9-14.) El apóstol Juan
dice: “Si hacemos la declaración: ‘No tenemos pecado’, a nosotros mismos nos estamos extraviando
y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos
nuestros pecados y limpiarnos de toda injusticia”. (1Jn 1:8, 9.) “El que encubre sus transgresiones
no tendrá éxito, pero al que las confiesa y las deja se le mostrará misericordia.” (Pr 28:13;
compárese con Sl 32:3-5; Jos 7:19-26; 1Ti 5:24.)
La oración que pronunció el profeta Daniel y que se halla en Daniel 9:15-19 es un modelo de
confesión sincera, en la que la principal preocupación es el buen nombre de Jehová y la súplica se
basa, no en “nuestros actos justos [...], sino según tus muchas misericordias”. Véase, además, la
humilde confesión del hijo pródigo. (Lu 15:17-21.) Las personas arrepentidas sinceramente ‘elevan a
Dios su corazón y las palmas de sus manos’, para confesarle sus transgresiones y buscar Su
perdón. (Lam 3:40-42.)
Confesar los pecados los unos a los otros. El discípulo Santiago aconseja: “Confiesen
abiertamente sus pecados unos a otros y oren unos por otros, para que sean sanados”. (Snt 5:16.)
Esta confesión no significa que algún humano tenga que servir como “ayudante [“abogado”, NC]”
para el hombre delante de Dios, ya que solo Cristo desempeña ese papel en virtud de su sacrificio
propiciatorio. (1Jn 2:1, 2.) Los humanos no son capaces de enderezar por sí mismos el mal que
hayan cometido contra Dios, ni a favor suyo ni a favor de otros, ya que no pueden proporcionar la
expiación necesaria. (Sl 49:7, 8.) No obstante, los cristianos pueden ayudarse los unos a los otros, y
aunque sus oraciones a favor de sus hermanos no afecten la manera de aplicar Dios la justicia (ya
que solo el rescate de Cristo sirve para perdonar los pecados), sí pueden servir para pedir a Dios
que Él dé la ayuda y la fuerza necesarias al que ha pecado y busca dicha ayuda. (Véase ORACIÓN
[La respuesta a las oraciones].)
La conversión: un volverse. El arrepentimiento cambia el proceder incorrecto de la persona,
hace que rechace el mal camino y se determine a emprender un proceder correcto. Al
arrepentimiento genuino le sigue la “conversión”. (Hch 15:3.) Tanto en hebreo como en griego, los
verbos relacionados con la conversión (heb. schuv; gr. stré·fō; e·pi·stré·fō) significan simplemente
“volver; volverse; retroceder”. (Gé 18:10; Pr 15:1; Jer 18:4; Jn 21:20; Hch 15:36.) Usados en sentido
espiritual, pueden referirse a un apartarse de Dios, y por lo tanto volverse a un proceder pecaminoso
(Nú 14:43; Dt 30:17), o a un volverse a Dios de un mal camino anterior. (1Re 8:33.)
La conversión implica más que una simple actitud o expresión verbal; debe haber “obras propias
del arrepentimiento”. (Hch 26:20; Mt 3:8.) Hay que ‘buscar’ a Jehová e ‘inquirir’ de Él de manera
activa, con todo el corazón y el alma. (Dt 4:29; 1Re 8:48; Jer 29:12-14.) Esto significa forzosamente
buscar el favor de Dios ‘escuchando su voz’ según se expresa en su Palabra (Dt 4:30; 30:2, 8),
‘mostrar perspicacia en su apego a la verdad’ por medio de un mejor entendimiento y aprecio de sus
caminos y voluntad (Da 9:13), observar y ‘poner por obra’ sus mandamientos (Ne 1:9; Dt 30:10; 2Re
23:24, 25), ‘guardar bondad amorosa y justicia’ y “esperar en [...] Dios constantemente” (Os 12:6),
abandonar el uso de imágenes religiosas o el culto a la criatura para ‘dirigir el corazón
inalterablemente a Jehová y servirle solo a Él’ (1Sa 7:3; Hch 14:11-15; 1Te 1:9, 10) y andar en sus
caminos y no en el camino de las naciones (Le 20:23) ni en el de uno mismo. (Isa 55:6-8.) Las
oraciones, los sacrificios, los ayunos y la observancia de fiestas sagradas carecen de sentido y de
valor para Dios a menos que vayan acompañados de buenas obras, se busque la justicia, se elimine
la opresión y la violencia y se ejerza misericordia. (Isa 1:10-19; 58:3-7; Jer 18:11.)
´
Capıtulo 5
´
Cuando ´ formar
un comite judicial
´
Actuen sin demora cuando se les informe
de un pecado grave
¿Es grave el presunto pecado?
´
¿Existen pruebas de que en verdad se cometio?
¿Hay otros factores que deban tenerse
en cuenta?
58
´
3. Homicidio. Ademas del asesinato deliberado,
una persona puede hacerse culpable de derrama-
miento de sangre si provoca la muerte de alguien por
´
negligencia o por violar una ley de trafico u otras le-
´
yes de seguridad dictadas por el Cesar. Tras una inves-
´ ´
tigacion preliminar, los ancianos determinaran si es
´
preciso nombrar un comite judicial para atender el
´ ´ ´
caso. El comite basara su decision en hechos clara-
mente establecidos, no simplemente en las decisio-
nes que puedan haber tomado las autoridades segla-
´
res (Deu. 22:8; w06 15/9 pag. 30).
4. Un intento de suicidio puede deberse a una
´ ´
profunda desesperacion o depresion grave. Traten a la
´
persona con mucho cuidado y compasion. En la ma-
´ ´
yorıa de los casos no sera necesaria una audiencia ju-
dicial (Sal. 88:3, 17, 18; Pro. 15:13; Ecl. 7:7; w90 1/3
´ ´ ´
pags. 5-9; 15/3 pags. 26-30; g90 8/9 pags. 22, 23; w83
´
15/12 pags. 3-11).
´ Véase la carta
5. Porneia (Lev. 20:10, 13, 15, 16; Rom. 1:24, 26,
´
27, 32; 1 Cor. 6:9, 10). Porneia entrana el uso inmoral
˜ del 6 de marzo
´
de los organos genitales, sea de manera natural o per- de 2012 a los
vertida, con intenciones lascivas. Debe haber otro cuerpos de
implicado en el acto inmoral, sea un ser humano de ancianos, la cual
cualquiera de los dos sexos o una bestia. La participa- contiene la
´ definición de
cion voluntaria en este tipo de conducta acarrea cul-
´ pornéia.
pabilidad y exige accion judicial. No se trata del toque
´ ´
momentaneo de los organos sexuales, sino que impli-
´
ca la estimulacion deliberada de los genitales. In-
´ ´
cluye el sexo oral y anal, ası como la manipulacion de
los genitales entre personas que no sean marido y mujer
´ ´ ´
(lv pag. 99; w06 15/7 pags. 29, 30; w04 15/2 pag. 13;
´ ´ ´
w00 1/11 pag. 8 parr. 6; w83 15/9 pags. 23-26). No exi-
´
ge que haya contacto de piel con piel ni copula (como
´ ´
en la penetracion) ni clımax sexual.
´
6. Masturbarse no constituye porneia.
7. Una persona que haya sido violada no es culpa-
´
ble de porneia. Se requiere discernimiento cuando se
´
atienden alegaciones de violacion. Deben tomarse en
´
Capıtulo 5 59
cuenta factores como el estado mental de la persona,
las circunstancias que provocaron el incidente y cual-
´
quier demora en informarlo (w03 1/2 pags. 30, 31;
´ ´
it-1 pags. 962-964; w83 15/7 pag. 30, nota).
8. Siempre que exista la posibilidad de que se haya
´ ´
cometido porneia, es responsabilidad del comite judi-
cial usar las Escrituras para sopesar con cuidado los
hechos de cada caso. Esta responsabilidad es especial-
´
mente seria cuando entra en juego la libertad bıblica
de alguien para volver a casarse (Mal. 2:16a). Si los an-
´
cianos no estan seguros o difieren en sus conclusio-
nes, lo mejor es escribir a la sucursal.
´
9. Conducta desvergonzada, o relajada (Gal.
5:19). La palabra griega que se traduce “conducta
´
desvergonzada” o “conducta relajada” es aselgueia.
˜
El Diccionario Griego-Espanol, del Consejo Superior
´
de Investigaciones Cientıficas, utiliza estos contun-
´
dentes terminos para definirla: “desenfreno [...], vida
´ ´ ˜
licenciosa, depravacion”. El Lexico Griego-Espanol del
˜
Nuevo Testamento, de Alfred E. Tuggy, anade a la lista
´ ¨
“descaro, groserıa, desverguenza, libertinaje, insolen-
´ ´
cia”. Otro lexico define aselgueia como “la conducta
´
que traspasa todos los lımites socialmente acepta-
bles”. En vez de denotar una mala conducta de escasa
importancia, la “conducta desvergonzada” describe
´
actos que reflejan falta de respeto, desatencion o has-
ta desprecio a las normas, las leyes y la autoridad de
Dios. Por lo tanto, en ella se dan dos elementos:
´
1) La conducta misma constituye una grave violacion
´
de las leyes de Jehova, y 2) la actitud del pecador ha-
cia las leyes divinas es irrespetuosa e insolente (w06
´ ´ ´
15/7 pag. 30; w83 15/7 pag. 31; w74 pags. 126, 127).
10. Aunque esta lista no agota todas las posibilida-
des, pudiera existir conducta desvergonzada si el peca-
dor tuviera una actitud insolente y despectiva que
´
se haga evidente por la practica de las siguientes cosas:
˙ Persistir de manera voluntaria, continua e inne-
cesaria en tratar con expulsados que no son
˜
60 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
parientes, pese a repetidos consejos (Mat.
18:17b; 1 Cor. 5:11, 13; 2 Juan 10, 11; w81 15/11
´
pags. 18, 19). Véase la carta a
´ los cuerpos de
˙ Abuso sexual de menores. Esto incluirıa actos
como acariciar los pechos, hacer proposiciones ancianos del 1 de
´ ´
inmorales explıcitas, mostrar pornografıa a un octubre de 2012
menor, voyerismo y exhibicionismo. sobre abuso de
˙ Persistir en salir con una persona o mante- menores.
´
ner con ella una relacion sentimental sin
´
estar legal o bıblicamente libre para casarse,
a pesar de repetidos consejos y, por lo general,
tras un discurso de advertencia a la congrega-
´ ´
cion (Gal. 5:19; 2 Tes. 3:6, 14, 15).
´
11. Prueba (fundada en la declaracion de al
´
menos dos testigos) de que el acusado paso toda
la noche en la misma casa con una persona del
sexo opuesto (o con un conocido homosexual)
en circunstancias impropias. (Si surgen preguntas
respecto a si alguien queda libre para volver a casarse,
´
vease 12:12.)
˙ Los ancianos deben evaluar equilibrada-
´
mente la situacion antes de formar un co-
´
mite judicial. ¿Estuvieron las dos personas a
solas toda la noche? ¿Hay pruebas de que entre
´ ´
ellas exista una relacion romantica? ¿Se dio la
´
situacion por motivos justificables, como una
emergencia inesperada?
´
˙ Si no hay circunstancias atenuantes, se formara
´
un comite judicial sobre la base de que existen
´
claras pruebas circunstanciales de porneia.
´
˙ Dependiendo de la actitud del acusado, podrıa
incluso ser culpable de conducta desvergonzada.
Ejemplo:
˙ Un hermano casado pasa una cantidad excesiva
´
de tiempo con su secretaria despues del horario
´
laboral, pero insiste en que no hay ningun in-
´ ´
teres romantico. Su esposa, preocupada, se lo
´
Capıtulo 5 61
informa a los ancianos, quienes aconsejan con
´
firmeza al hermano. Posteriormente, el dice que
va a pasar la noche fuera debido a un “viaje de
negocios”. Su esposa sospecha y lo sigue con un
pariente hasta la casa de la secretaria. Ambos ob-
servan que esta lo invita a pasar a las diez de la
´
noche y se quedan vigilandolo toda la noche
´ ˜
hasta que el sale a las siete de la manana. Cuan-
´ ´
do los ancianos hablan con el, admite que paso
la noche a solas con su secretaria, pero niega que
´
cometiera adulterio. En un caso ası, los ancianos
´ ´
estan justificados para formar un comite judi-
cial, pues hay claras pruebas circunstanciales de
´ ´
que cometio porneia y posibles elementos de
´
conducta desvergonzada. La conciencia del con-
´ ´
yuge inocente quizas le permita divorciarse de el
y volverse a casar; si eso sucediera, los ancianos
´
no tomarıan ninguna medida en su contra.
Ejemplos de situaciones que probablemente
´
no justifiquen un comite judicial:
˙ Un cristiano de edad avanzada que vive solo
pide a una persona del sexo opuesto que se
mude a su casa para cuidarlo. Nada indica que
´ ´
exista una atraccion romantica entre ellos ni ra-
zones para sospechar que cometan actos sexua-
les inmorales.
´
˙ Tras asistir a una reunion social en el hogar de
una hermana soltera, un hermano camina a la
´
estacion para tomar el tren de vuelta a casa. Des-
´
pues de un rato, el hermano se entera de que el
´ ´
ultimo tren ya paso. Regresa al hogar de la her-
mana, pero cuando llega, ya se han ido todos y
es bastante tarde. La hermana le permite dormir
en la sala y ella duerme en el dormitorio.
´
˙ Un hermano soltero esta de visita durante al-
´
gunos dıas en el hogar de una pareja casada.
´
Una noche, despues de que todos se han ido a
dormir, el esposo tiene que salir debido a una
˜
62 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
emergencia en su trabajo y no regresa hasta la
˜
manana. La esposa y el hermano soltero pasan
toda la noche solos en la casa, pero durmiendo
en habitaciones separadas.
12. Los ancianos no pueden aplicar siempre la
´ ´
misma regla, pues cada situacion es unica. Una vez
que dos ancianos han investigado el asunto cuidado-
samente, el cuerpo de ancianos debe ejercer buen jui-
cio al determinar si se ha cometido un pecado grave.
´ ´
Si no estan seguros de que hacer, deben consultar con
la sucursal.
13. Inmundicia grave, inmundicia con avidez
´ ´
(2 Cor. 12:21; Gal. 5:19; Efe. 4:19). Galatas 5:19-21
enumera muchos vicios que no se clasifican como
´
porneia pero que pudieran impedir que una persona
´
entrara en el Reino de Dios. Entre ellos esta la inmun-
´
dicia (griego, akatharsıa). Cuando se practica la in-
´
mundicia grave, esta puede ser causa de expulsion de
´
la congregacion cristiana. Los ancianos deben ser dis-
cernidores al determinar si alguien ha cometido una
inmundicia leve que solo requiera aconsejarlo, o bien
´
una inmundicia grave que justifique un comite judi-
´ ´
cial (w06 15/7 pags. 29-31; w83 15/7 pag. 31).
14. Aunque la lista no es exhaustiva, pudiera
existir inmundicia grave en los siguientes casos:
˙ Dos personas que no son esposos se acarician
´
apasionadamente, o el le acaricia los pe-
chos a ella, en numerosas ocasiones. Si se tra-
ta de unos pocos incidentes aislados, y en espe-
´
cial si son novios y tienen intencion de casarse,
tal vez baste con que dos ancianos los aconsejen
sobre este tipo de inmundicia leve e informen de
lo ocurrido al coordinador. Ahora bien, si sucede
en numerosas ocasiones, y los actos de la pare-
´
ja son cada vez mas graves y frecuentes, pue-
de constituir un caso de inmundicia grave con
´
avidez que requiera la intervencion de un comi-
´ ´
te judicial. El pecado podrıa constituir conducta
´
Capıtulo 5 63
desvergonzada si los implicados manifestaran una
actitud irrespetuosa e insolente hacia las leyes divi-
´
nas. Ese serıa el caso, por ejemplo, si no tuvieran
´
la honorable intencion de casarse.
´
˙ La practica de mantener conversaciones
´
indecentes por telefono, en salas de charla
´
de Internet o usando otros medios electro-
nicos puede constituir habla obscena o inmun-
dicia grave, y cualquiera de estos dos pecados
´ ´
puede justificar la formacion de un comite judi-
´ ´
cial ( g00 22/1 pags. 20, 21; km 11/99 pag. 4).
Si se trata de unos pocos incidentes aislados, tal
vez no haya que tomar medidas judiciales; basta-
´
ra con que dos ancianos se encarguen de tales
casos de inmundicia leve aconsejando al peca-
dor e informando de lo ocurrido al coordinador.
´
Sin embargo, esa conducta podrıa ir aumentan-
´
do en gravedad y, por su repeticion frecuente,
constituir un caso de inmundicia grave con avi-
´ ´
dez que requiera la intervencion de un comite
´
judicial, sobre todo si ya se habıa aconsejado a la
persona al respecto.
Este punto contiene ˙ ´ ´
El habito arraigado de ver, quizas durante
´
la información un perıodo considerable, formas repugnan-
´
actualizada de la tes y degradantes de pornografıa. Pueden
carta del 10 de abril incluir relaciones homosexuales (entre personas
de 2012 a los del mismo sexo), sexo en grupo, contacto se-
´
cuerpos de ancianos xual con animales, torturas sadicas, sadomaso-
sobre pornografía. quismo, violaciones en grupo, brutalidad contra
´
Véase la carta si mujeres y pornografıa infantil. El pecador se ha-
´
desea más detalles. rıa culpable de conducta desvergonzada si pro-
´
moviera la pornografıa, por ejemplo al invitar a
´
otros a verla (w12 15/3 pags. 30, 31; w06 15/7
´
pag. 31).
˙ Consumo de tabaco. Los ancianos deben eva-
luar con prudencia las circunstancias y la magni-
tud del pecado para determinar si deben formar
´
un comite judicial. Por ejemplo, si un cristiano
´ ´
fumo unos pocos cigarrillos en privado, bastarıa
˜
64 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
con que uno o dos ancianos lo aconsejaran e in-
formaran de lo ocurrido al coordinador. Sin em-
´ ´ ´
bargo, se requerira la intervencion de un comite
´
judicial si fumar se ha convertido en una practica
´
(Mar. 15:23; 2 Cor. 7:1; w06 15/7 pags. 30, 31).
Si tienen dudas, consulten con la sucursal.
´
˙ Suciedad fısica extrema (Deu. 23:12-14; 2 Cor.
7:1). Se debe hacer todo lo posible para que la
persona comprenda la necesidad de mantener
limpios su cuerpo y su vivienda. Antes de pensar
´
en expulsarla, los ancianos se aseguraran de que
la suciedad es tan notoria y ofensiva que desacre-
´ ´
dita muchısimo el buen nombre de Jehova y de
su pueblo en la comunidad. Se debe aconsejar a
la persona; si no hace caso, tal vez sea preciso se-
˜
nalarla (2 Tes. 3:14). Si desatiende abiertamente
el consejo y persisten las condiciones de extrema
suciedad, tal vez haya que expulsarla.
15. Abuso de drogas adictivas (2 Cor. 7:1; Rev.
´
21:8, nota; 22:15, nota). Atencion: el consumo de
´ ´
drogas adictivas por prescripcion medica —por ejem-
plo, para aliviar el dolor— no exige necesariamente la
´ ´
intervencion de un comite judicial. Si surgen dudas,
consulten con la sucursal.
´
16. Apostasıa. Consiste en un alejamiento de la
´ ´ ´
adoracion verdadera, una desercion, rebelion o aban-
dono. Abarca lo siguiente:
´
˙ Celebrar fiestas religiosas falsas (Exo. 32:4-6;
´
Jer. 7:16-19). No todas las fiestas estan directa-
´
mente relacionadas con la religion falsa ni re-
´
quieren un comite judicial.
˙ Participar en actividades interconfesiona-
les (2 Cor. 6:14, 15, 17, 18). Entre los actos de
´ ´
apostasıa figuran inclinarse ante altares e image-
nes y participar en himnos y oraciones de la reli-
´
gion falsa (Rev. 18:2, 4).
˜
˙ Esparcir deliberadamente ensenanzas con-
´ ˜
trarias a la verdad bıblica que ensenan los
´
Capıtulo 5 65
´
testigos de Jehova (Hech. 21:21, nota; 2 Juan 7,
9, 10). Hay que ayudar a quienes tengan du-
´
das sinceras, aconsejandolos de manera firme y
bondadosa (2 Tim. 2:16-19, 23-26; Jud. 22, 23).
˜
Si alguien se obstina en hablar sobre ensenan-
zas falsas o difundirlas deliberadamente, sus ac-
´
tos pueden constituir apostasıa o llevarlo a ella.
´
Si tras la primera y segunda amonestacion no se
´
observa un cambio de actitud, debera formar-
´
se un comite judicial (Tito 3:10, 11; w89 1/10
´ ´ ´
pag. 19; w86 1/4 pags. 30, 31; w86 15/3 pag. 15).
˙ Causar divisiones y promover sectas. La per-
sona busca deliberadamente socavar la unidad
´
de la congregacion o la confianza de los her-
´
manos en las disposiciones de Jehova para su
´
pueblo. Sus actos pueden constituir apostasıa o
llevar a ella (Rom. 16:17, 18; Tito 3:10, 11; it-2
´
pag. 982).
˙ Permanecer en un empleo que convierte a
´
la persona en complice o promotor de la re-
´ ´ ´
ligion falsa serıa causa de expulsion tras dejar
´
pasar un plazo razonable, quizas de hasta seis
meses, para hacer los cambios necesarios (w99
´ ´
15/4 pags. 28-30; km 11/76 pags. 3-6).
´
˙ Espiritismo (Deu. 18:9-13; 1 Cor. 10:21, 22; Gal.
5:20).
´
˙ Idolatrıa (1 Cor. 6:9, 10; 10:14). Incluye el em-
´
pleo de imagenes o figuras en actos de adora-
´
cion falsa.
´
17. Borrachera (1 Cor. 5:11; 6:9, 10; it-1 pags. 367,
´
368). Debe intervenir un comite judicial si se trata de
´
una practica o de un solo incidente que se hizo noto-
´
rio (w83 15/8 pag. 8). La borrachera se describe en los
´
siguientes textos bıblicos: Job 12:25; Salmo 107:27;
´
Proverbios 20:1; 23:29-35; Isaıas 24:20.
18. Si alguien confiesa a un anciano que en una
´ ´
ocasion se emborracho en la intimidad de su hogar y
˜
66 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
´
el incidente no trascendio, tal vez baste con que el an-
ciano lo aconseje con firmeza. En cualquier caso, este
´
debera informar de lo ocurrido al coordinador.
´ ´
19. Glotonerıa (Pro. 23:20, 21; w04 1/11 pags. 30,
´ ´
31). El gloton acostumbra comer sin restriccion,
´
hartandose hasta el punto de sentirse muy mal o
´
vomitar. La glotonerıa no se define por la talla
de la persona, sino por su actitud hacia la co-
mida.
20. Hurto, robo (1 Cor. 6:9, 10; Efe. 4:28; w86
´
15/11 pag. 14). Aunque todo hurto es censurable, el
cuerpo de ancianos debe evaluar con perspicacia las
circunstancias y el grado de culpabilidad al decidir si
´
el caso amerita que se forme un comite judicial.
21. Mentira deliberada y maliciosa; falso
testimonio (Pro. 6:16, 19; Col. 3:9; Rev. 22:15; it-2
´
pags. 367, 368). Aunque toda mentira es mala, solo se
´
emprende accion judicial cuando se ha hecho de ella
´
una practica deliberada y maliciosa. Por maliciosa se
˜ ˜
entiende que causa dano a sabiendas, que entrana
mala voluntad o animosidad. Las mentiras que justi-
´
fican la intervencion judicial no son simples exagera-
ciones o comentarios tendenciosos que apenas tie-
nen consecuencias. Tampoco son mentiras dichas en
´
un momento de presion o por miedo al hombre
(Mat. 26:69-75).
´
22. Por lo general, los ancianos no adoptaran me-
didas disciplinarias cuando un cristiano acuse o otro
de hacer declaraciones falsas en una disputa ante un
tribunal. Por ejemplo, esto pudiera ocurrir en casos
´
de divorcio, custodia y manutencion de los hijos, etc.
´
El cristiano que hace la acusacion puede expresar su
inquietud al tribunal, que es el encargado de determi-
nar la verdad y pronunciar sentencia.
23. Fraude, calumnia (Lev. 19:16; Mat. 18:15-17;
´ ´
it-1 pags. 472, 473, 967, 968; od pags. 147-150; w97
´ ˜
15/3 pags. 17-22). El fraude se define como “engano
´
deliberado, artificio o perversion de la verdad para
´
Capıtulo 5 67
inducir a otra persona a deshacerse de algo valioso
que le pertenece o a renunciar a un derecho legal”
´ ´
(w97 15/3 pag. 21). La calumnia es una acusacion fal-
sa y generalmente maliciosa con la que se pretende
´
perjudicar la reputacion y buen nombre de una per-
sona. No es lo mismo que el chismorreo, o cotilleo,
´
pues aunque este podrıa basarse en una noticia verda-
dera, la calumnia siempre es falsa. Al que chismorrea
´
se le debe aconsejar, pero no se emprende accion ju-
´ ´ ´
dicial contra el (w89 15/10 pag. 10; it-1 pag. 472
´ ´ ´ ´
parr. 5). La congregacion no formara un comite judi-
cial por calumnia a menos que el ofendido haya dado
los dos primeros pasos expuestos en Mateo 18:15 y 16
´
y haya iniciado el tercer paso segun indica Mateo
´
18:17 (od pags. 147-150).
´
24. Si a algun anciano se le solicita que tome par-
´
te en el segundo paso, podra hacerlo, pero no como
´
representante del cuerpo. Si la cuestion llega al tercer
paso, quienes hayan sido testigos en el segundo paso
´ ´ ´
no podran componer el comite judicial; solo podran
actuar de testigos.
´ ´
25. No es funcion de los ancianos ser arbitros
´
de acuerdos economicos. Tampoco son cobradores de
´ ´
deudas. No deberıan participar en la redaccion de
contratos ni convenios escritos, y ni siquiera firmar
´
como testigos. Lo mismo serıa aplicable cuando la
´
cuestion se llevara al tercer paso.
´
26. Antes de nombrar un comite judicial, el cuer-
po de ancianos tal vez tenga que investigar el asun-
´
to. Para ello no se utilizara a hermanos que hayan es-
´
tado implicados en el segundo paso; mas bien, estos
´
seran entrevistados como testigos.
27. No se considera calumnia el presentar una
´ ´
acusacion ante la policıa, un tribunal, los ancianos u
otras personas que tengan autoridad para indagar el
´
asunto y emitir un juicio (it-1 pag. 472). Esto es cierto
´
aun si la acusacion no puede probarse (w97 15/8
´ ´
pag. 28 parr. 1).
˜
68 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
´
28. Injuria (1 Cor. 6:10; it-1 pag. 1228). La injuria
se define como “agravio, ultraje de obra o de palabra”
´
(it-1 pag. 1228). El cuerpo de ancianos debe sope-
sar las circunstancias y la magnitud de las injurias
´
para determinar si debe formarse un comite judicial.
No debe formarse a menos que las injurias sean gra-
´
ves, perturben la paz de la congregacion y persistan a
pesar de repetidos consejos a la persona.
29. Habla obscena (Efe. 5:3-5; Col. 3:8). Obvia-
´
mente, ciertas palabras son mas ofensivas que otras.
Habla vulgar es cualquier tipo de lenguaje grosero u
ofensivo. Sin embargo, el habla obscena se caracteri-
´
za por expresiones sexualmente explıcitas y repug-
´ ´
nantes (g03 8/6 pags. 19, 20; w83 15/6 pag. 4). ¿Usa la
´
persona expresiones sexualmente explıcitas? ¿Persiste
en ello a pesar de repetidos consejos? Tales obscenida-
des pueden expresarse por escrito o de palabra, como
´
en salas de charla de Internet, conversaciones eroticas
´ ´
por telefono o mensajes electronicos.
´
30. Avidez (juego por dinero, extorsi on)
´
(1 Cor. 5:10, 11; 6:10; 1 Tim. 3:8; it-1 pags. 255, 902;
´
w89 15/1 pag. 22). Los cristianos deben evitar el jue-
go por dinero en todas sus modalidades, incluidas
´ ´
las loterıas (Isa. 65:11; g02 22/7 pags. 4-8; w89 15/7
´ ´ ´
pag. 30; g82 22/11 pags. 25-27; g82 8/3 pag. 27). Si un
´
cristiano se comporta con avidez entregandose al vi-
´
cio del juego a pesar de repetidos consejos, estara in-
´ ´
dicada la formacion de un comite judicial (w81 15/1
´ ´
pags. 29-31; w67 pag. 644).
´ ´ ´
31. Tambien intervendrıa un comite judicial si un
cristiano tuviera un empleo directamente conectado
con el juego por dinero (o que claramente lo hiciera
´
complice o promotor de tal vicio). Por lo general, an-
´
tes de tomar dicha medida se le darıa un plazo, qui-
´
zas de hasta seis meses, para que efectuara los cam-
´ ´
bios necesarios (w95 15/5 pag. 23 parr. 11; km 11/76
´
pags. 3-6). Si tienen dudas, lo mejor es consultar con
la sucursal.
´
Capıtulo 5 69
32. Si un negocio entrega premios o dinero como
estrategia publicitaria a los ganadores de un concurso
o a posibles clientes, corresponde a cada cual decidir
´
si aceptara el premio o no. Sin embargo, quien lo
´
acepte debera tener cuidado para no caer en la avidez
´
(Rom. 14:21; 1 Cor. 10:31-33; g75 22/10 pag. 28; w73
´
pag. 447). Los ancianos hacen bien en no indagar en
˜
lo que una persona haga respecto a apostar pequenas
´
cantidades con el unico fin de divertirse. Con todo,
puede que haya que aconsejarla si con ello hace tro-
pezar a otros o perjudica su propia espiritualidad o la
´ ´
de la congregacion (w02 1/11 pag. 31).
33. Exigir avariciosamente y sin arrepentirse
un elevado precio por entregar a su hija en ma-
trimonio puede llevar a un cristiano a ser expulsado
´
de la congregacion (1 Cor. 5:11, 13; 6:9, 10; Heb. 13:5;
´
w98 15/9 pags. 24, 25).
34. Negarse rotundamente a sostener a la fa-
milia, dejando en la indigencia a la esposa y los
hijos a pesar de tener los medios para man-
´
tenerlos (1 Tim. 5:8; w88 1/11 pags. 22, 23; lv
´ ´
pags. 220, 221). He aquı algunos factores que el cuer-
po de ancianos debe considerar antes de tomar ac-
´
cion judicial.
˙ ¿Se niega el cristiano rotundamente a sostener a
su familia, o no lo hace por otras razones, como
´
la mala salud o los problemas economicos?
¿Hace todo lo que razonablemente puede para
cubrir las necesidades de la familia?
˙ ¿Se le ha aconsejado previamente y ha tenido
oportunidad de cambiar?
´
˙ ¿Tiene la esposa recursos economicos que apor-
ten seguridad a la familia para que esta no quede
en la indigencia?
´
˙ Si la familia esta en la indigencia, ¿es porque
´
han rechazado la aportacion del cabeza de fami-
´
lia al optar por no vivir con el?
˜
70 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
´ ´ ´
˙ Si los conyuges estan separados, ¿hasta que gra-
´
do es la esposa responsable de la situacion?
´ ´
35. Arrebatos de colera, violencia fısica (Pro.
´ ´
22:24, 25; Mal. 2:16; Gal. 5:20; g01 8/11 pag. 12; g97
´ ´ ´ ´
8/6 pag. 20; fy pag. 150; g93 8/2 pag. 14). Estarıa justi-
´
ficado un comite judicial si un cristiano cediera a re-
´
petidos y violentos arrebatos de colera y no se arre-
´
pintiera a pesar de habersele aconsejado. En casos
dudosos, lo mejor es consultar con la sucursal.
36. Si un cristiano se dedicara al boxeo profesio-
nal y se negara a dejarlo a pesar de repetidos conse-
´ ´
jos, serıa apropiado tomar accion judicial (w81 15/10
´
pag. 31).
´
Capıtulo 5 79
´
Capıtulo 6
´
Preparacion para
la audiencia judicial
´ ´
Seleccion del comite judicial y el presidente
´
1. Si es preciso formar un comite judicial, los an-
´ ´
cianos que esten presentes en el Salon del Reino de-
´ ´ ´ ´ ´
terminaran quienes lo compondran y quien sera el
´
presidente (vease 2:12). Los ancianos designados de-
ben ser hombres que tengan discernimiento y obren
con buen juicio. Aunque no hace falta explicar al
cuerpo de ancianos todos los pormenores, deben pro-
porcionarse suficientes datos para poder establecer,
´
por un lado, si de verdad se cometio una falta que
´ ´
constituye motivo de expulsion, y por otro, que an-
´
cianos estan mejor capacitados para atender el caso
´ ´
en cuestion (km 9/77 pags. 5, 6). Por lo general, es
mejor que los ancianos novatos sirvan primero con
´ ´
los mas veteranos, pero nunca participaran en cali-
´ ´
dad de observadores. El comite estara integrado por
tres ancianos; en los casos complicados, sin embargo,
puede haber cuatro o hasta cinco ancianos de expe-
riencia.
2. Si los ancianos saben que el acusado siente
rechazo hacia un anciano en particular, es mejor
´
no utilizarlo. Normalmente, tampoco se incluirıa a
81
un anciano que fuera pariente cercano, socio o amigo
´ ´
ıntimo del acusado (km 9/77 pag. 6). Si no hay sufi-
´
cientes ancianos, se puede solicitar la colaboracion de
´
uno que sirva en alguna congregacion cercana, para
´ ´
lo cual deberan ponerse en comunicacion con el
´
cuerpo de ancianos correspondiente. Tambien tienen
la alternativa de pedir recomendaciones al superin-
tendente de circuito.
´
Preparen la mente y el corazon para juzgar
´
3. Participar en un comite judicial es una enorme
´
responsabilidad. No olviden que estan juzgando para
´ ´
Jehova y que le daran cuentas del fallo que dicten
´ ´ ´
(2 Cro. 19:6, 7). Su decision seguramente tendra con-
secuencias duraderas y de gran magnitud, tanto para
el implicado como para sus familiares cristianos y
´
otros miembros de la congregacion. Por consiguien-
´
te, cada vez que intervengan en un comite judi-
´
cial, deben repasar primero los capıtulos 5 a 7
de este manual.
4. Permitir que un pecador impenitente siga for-
´
mando parte de la congregacion puede tener un efec-
´
to fermentador como el de la levadura (Gal. 5:9). Asi-
´
mismo, puede provocar que tanto el como quienes
conocen su falta minimicen en su mente la gravedad
del pecado (Ecl. 8:11). Por otro lado, si tratan injusta-
´ ´
mente a una persona, pueden hacerle mas difıcil la
´
recuperacion espiritual (Mat. 18:6).
5. Ustedes pueden emitir fallos justos con la ayuda
´ ´
de Jehova (Mat. 18:18-20). Por eso, oren para que el
´ ´ ´
les de sabidurıa, discernimiento y su espıritu santo
(1 Rey. 3:9; Fili. 1:9, 10; Sant. 1:5). Hagan una investi-
´
gacion cuidadosa y detallada usando las publicacio-
´ ´
nes bıblicas; no dependan unicamente de la expe-
riencia adquirida en casos judiciales pasados (Pro.
´ ´
15:28). Esfuercense por obtener una vision completa
de lo ocurrido y percibir la verdadera actitud de la
persona (Pro. 18:13, 17).
˜
82 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
´
Citacion a la audiencia judicial
6. Es mejor que dos ancianos citen oralmente al
´
acusado. Deberan seguir estas instrucciones:
˙ Dejen claro que se trata de una audiencia judi-
cial.
´
˙ Mencionenle la falta que supuestamente come-
´
tio.
´ ´
˙ Indıquenle la hora y el lugar de la audiencia, ası
como la manera de comunicarse con el presi-
´
dente del comite en caso de que no pueda acu-
dir.
7. Si las circunstancias lo permiten, celebren la
´
audiencia en el Salon del Reino. Este marco teo-
´ ´
cratico infundira un mayor respeto en los presentes, y
´ ´ ´
tambien preservara el caracter confidencial de la reu-
´
nion.
8. Los ancianos designados deben procurar por to-
dos los medios que la audiencia judicial se lleve a
cabo de inmediato. Dejar el asunto sin resolver puede
´
perjudicar a la congregacion y al acusado. Si el acu-
sado no da la cara y resulta imposible citarlo
´ ´
oralmente despues de varios intentos, el comite judi-
´ ´
cial le enviara la citacion por escrito. (No dejen infor-
´ ´
macion confidencial en un contestador automatico o
´ ´ ´
buzon de voz, ni la envıen por correo electronico o
´ ´
mensajes de texto.) Dicha citacion ira firmada por el
´ ´
comite judicial y contendra los mismos datos que la
´ ´
citacion oral, especificados mas arriba. De ser posible,
´
envıenla utilizando un medio que permita confirmar
su entrega al destinatario. Si los esfuerzos reiterados
por citar al acusado son infructuosos y no hay mane-
´ ´
ra de verificar que recibio la citacion, deben dejar el
asunto pendiente.
9. Si el acusado acepta la cita pero no compa-
´ ´ ´
rece, el comite judicial fijara otra fecha y hara todo lo
posible por citarlo de nuevo. Si no asiste tras haber-
´ ´
se confirmado que recibio la segunda citacion y es
´
Capıtulo 6 83
´ ´
obvio que no desea cooperar, el comite seguira ade-
´
lante con la audiencia, pero no tomara ninguna deci-
´
sion hasta que no examine las pruebas y oiga a los
testigos.
10. Si el acusado expresa a los ancianos su ne-
´
gativa rotunda a comparecer ante un comite ju-
´
dicial, el comite judicial puede proseguir en su au-
´
sencia sin necesidad de volver a citarlo (vease 7:29).
´ ´
1. La audiencia judicial se abrira con una oracion
´
en presencia del acusado. Sin embargo, el comite
´
debe sentirse en la libertad de pedir la sabidurıa de
´
Jehova en cualquier momento de sus deliberaciones
´
privadas (Sant. 1:5). El presidente expondra el motivo
´ ˜ ´
de la reunion, pudiendo senalar algun pensamiento
´
bıblico por el estilo de Proverbios 28:13 o Santiago 5:
´ ´
14, 15. Los miembros del comite le transmitiran al
´
acusado su deseo de ayudarlo y haran todo lo
´
posible para que se sienta tranquilo. Esten listos
para escuchar y no se apresuren a mostrar su inclina-
´ ´
cion o preferencia por una u otra opcion. Incluso si el
´
acusado manifiesta una actitud hostil, tratenlo con
bondad y respeto, nunca con dureza (w89 15/9
´
pags. 18-20).
89
´
2. El presidente pedira al acusado que se ex-
prese en cuanto a los hechos que se le imputan.
´
Si alega que es inocente, se llamara a los testigos de la
falta para que declaren en presencia suya. Es mejor
´
que los testigos presten declaracion en persona. Sin
embargo, puede ser que vivan muy lejos o que por al-
´ ´
gun otro motivo no puedan estar fısicamente presen-
´
tes. En ese caso, podran ofrecer su testimonio por te-
´ ´
lefono (usando una lınea segura) en presencia del
´ ´
acusado o, quizas, mediante una declaracion escrita
´ ´ ´
que se le leera a este. El comite dara al acusado la
oportunidad de contestar a las alegaciones en su con-
´
tra, ası como de llamar a sus propios testigos para de-
mostrar su inocencia si lo desea.
´
3. Escuchen unicamente a los testigos que
tengan algo significativo que aportar con rela-
´
cion al presunto pecado. No admitan los testimonios
de quienes solo pretendan dar fe de las cualidades o
´ ´ ´
reputacion del acusado. Ningun testigo debe oır de-
claraciones ni detalles ofrecidos por otros testigos.
´
Tampoco se permitira la presencia de observadores
´
para brindar apoyo moral. No se admitira el uso de
´ ´
ningun aparato de grabacion.
´ ´
4. En el caso poco frecuente de que, despues de oır
´
los testimonios presentados, el comite concluya que
el asunto no debe atenderse judicialmente, suspen-
´
dan la audiencia e informen a la persona de que mas
´
adelante se comunicaran con ella. Entonces, consul-
´
ten con el cuerpo de ancianos sobre la disolucion del
´
comite judicial.
´
5. Antes que nada, el comite debe establecer los
hechos y discernir la actitud del acusado. Para
ello, es preciso hacer preguntas atinadas y discretas.
´
Si bien se espera que el comite realice una investiga-
´
cion minuciosa, no debe ahondar en detalles innece-
´
sarios, sobre todo cuando se trate de faltas de ındole
sexual. No obstante, cuando se intente esclarecer si
´ ´
una persona esta bıblicamente libre para divorciarse y
˜
90 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
volver a contraer matrimonio, puede ser necesario in-
´
dagar los detalles. Una vez que el comite crea tener
´ ´
una vision clara del asunto, pedira al acusado que sal-
´
ga y se pondra a deliberar para ver si hay o no arre-
pentimiento.
´
Como distinguir el arrepentimiento sincero
´
6. En griego se emplean dos verbos en conexion
con el arrepentimiento. El primero recalca el cambio
´
de parecer o disposicion del individuo, mientras que
el segundo subraya el sentimiento de pesar que expe-
˜
rimenta. De manera que el arrepentimiento entrana
˜ ´
un hondo pesar por haber danado uno su relacion
´
con Jehova, remordimiento por la deshonra causada
al nombre de Dios y a su pueblo, y el deseo sincero de
´
recobrar el favor divino; abarca, ademas, el firme re-
chazo del mal proceder por considerarlo odioso y re-
pugnante (Rom. 12:9). Tal actitud debe manifestar-
se mediante “frutos propios del arrepentimiento”, es
decir, obras que demuestren en grado suficiente que
´
el pecador esta tan arrepentido como afirma (Luc.
´
3:8; it-1 pags. 209-216).
7. Juzgar si hay arrepentimiento no es solo cues-
´ ´
tion de establecer si el pecador es debil o inicuo.
´
La debilidad no es sinonimo de arrepentimien-
´
to (w95 1/1, pags. 27-29). Tampoco lo escandaloso
´
del pecado es el factor decisivo. El comite judicial de-
´ ´
bera buscar obras claras de arrepentimiento que esten
´
en proporcion con la falta cometida (2 Cor. 7:10, 11).
´
Para ejercer misericordia, tendra que estar convenci-
do de que el transgresor ha cambiado su actitud de
´ ´ ˜
corazon, que ansıa reparar el dano ocasionado y que
´
esta completamente decidido a no reincidir en la fal-
ta. Aun si es la primera vez que comparece ante un co-
´
mite judicial, hay que determinar si sus acciones y su
´
actitud indican que esta arrepentido y que, por lo
tanto, puede seguir formando parte de la congrega-
´
cion.
´
Capıtulo 7 91
8. Una persona puede desviarse de la rectitud a un
´
grado mayor o menor y, como es logico, la inten-
sidad de su pesar (arrepentimiento) debe es-
´
tar acorde con el grado de desviacion. ¿Sucum-
´ ´ ´
bio momentaneamente a la tentacion porque estaba
´ ´
desprevenida, o actuo con premeditacion? ¿Descono-
´ ´
cıa la gravedad de su pecado, o paso por alto delibera-
damente los consejos y advertencias que se le dieron?
´
¿Cometio una falta aislada, o hizo del pecado una
´ ´
practica? Cuantas mas veces haya cometido un indi-
´ ´
viduo un pecado grave, mas evidente se hara su pare-
cido con los inicuos “practicantes de lo que es perju-
´ ´
dicial” (Sal. 28:3; it-1 pag. 209, parr. 7).
´
9. Aunque no hay tal cosa como una expulsion
´ ´
automatica, una persona puede haber caıdo tan
hondo en el pecado que no le sea posible demos-
trar suficiente arrepentimiento durante la au-
diencia judicial. En tal caso, hay que expulsarla y
dejar que pase el tiempo para que pruebe su arrepen-
´
timiento. Tambien pudiera suceder que el transgre-
sor haya estado implicado anteriormente en varios
´
casos judiciales y que en cada ocasion haya sido cen-
´
surado porque parecıa arrepentido. Ahora ha vuelto a
pecar. En estos casos, su manera de vivir puede in-
´
dicar falta de arrepentimiento (w81 1/11 pag. 29,
´
parr. 23).
´ ˜
10. A continuacion se relacionan algunas sena-
les de arrepentimiento. Cabe notar, sin embargo,
´
que ninguna de ellas constituye el unico criterio para
´
determinar si el pecador esta arrepentido.
´
˙ ¿Confeso voluntariamente, o tuvieron que acu-
sarlo otras personas? Algunos pecadores no se
´
atreven a hablar porque est an sumamente
avergonzados o porque les cuesta mucho trabajo
expresarse.
´
˙ ¿Esta diciendo la verdad? (Hech. 5:1-10.) Cuan-
do le hacen preguntas, ¿responde de mane-
´
ra franca y directa? ¿Coopera con el comite
˜
92 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
judicial? Procedan con especial cautela cuando
´
haya obrado con hipocresıa, haya mentido o
˜
haya tratado de enganar de forma deliberada.
´ ´
˙ ¿Le ha orado a Jehova con espıritu contrito y ha
´
implorado su perdon y misericordia? Recuerden
que a algunos transgresores les cuesta mucho
´
orar aunque esten arrepentidos (Sant. 5:14).
˜
˙ ¿Ha hecho algo para subsanar el dano, ha expre-
sado el deseo de hacerlo o se ha disculpado con
los afectados por sus actos? ¿Ha solicitado el per-
´ ´ ´
don de las vıctimas? (w92 15/9 pag. 10; w81 1/11
´ ´
pags. 28, 29; w73 pag. 763.)
˙ En caso de adulterio, ¿se lo ha confesado al
´ ´
conyuge inocente y le ha pedido perdon? (w73
´ ´
pags. 763, 764; w68 pags. 575, 576.)
´
Nota: La decision de perdonar le corresponde al
´
conyuge inocente. Si el culpable se niega a reve-
larle su adulterio y a darle la oportunidad de
´
perdonar, no puede considerarsele arrepentido.
´
Ahora bien, si la razon por la que no ha confesa-
´ ´
do ni pedido perdon es el temor a la reaccion
´ ´
violenta de su conyuge, ponganse en contacto
con la sucursal antes de realizar cualquier ges-
´
tion.
˜
˙ ¿Se le ve dolido y angustiado por haber danado
´ ´
su relacion con Jehova? (Sal. 32:3-5; 51:1-4.)
˙ ¿Demuestra tristeza piadosa, o tristeza munda-
´
na? (2 Cor. 7:8-11.) ¿Esta afligido principalmen-
te por el dolor y el oprobio que le ha causado a
´ ´
Jehova, o por la decepcion que les ha producido
¨
a su familia y amigos y la verguenza que siente?
(Esd. 10:1; Luc. 22:59-62.) No todo el mundo ex-
terioriza o controla las emociones de la misma
´
forma. Las lagrimas no son necesariamente se-
˜
nal de arrepentimiento genuino; tampoco la au-
sencia de emociones intensas denota lo contra-
´
rio (Gen. 25:29-34; 27:34).
´
Capıtulo 7 93
˙ ¿Asume la responsabilidad de su error, o lo mini-
miza e intenta justificarse? (1 Sam. 15:24; 2 Sam.
12:13.)
´
˙ ¿Reconoce que hubo pecados mas leves que lo
´
llevaron a cometer la falta grave y esta resuelto a
evitarlos?
´
11. Puesto que ningun caso es igual a otro, el co-
´
mite judicial debe considerar las peculiaridades de
cada uno, entre ellas las circunstancias atenuan-
´
tes. Por ejemplo, tal vez el ofensor fue vıctima de al-
´
gun tipo de abuso en el pasado. Es cierto que las cir-
cunstancias atenuantes no justifican el pecado (g93
´ ´
8/10 pag. 4). Sin embargo, reconocerlas permitira
comprender mejor al ofensor y sus reacciones duran-
´
te la audiencia. Aun ası, si faltaran frutos de arre-
´
pentimiento, no habrıa base para otorgar mise-
ricordia.
12. La misma pauta es aplicable a los casos en que
el transgresor padece trastornos mentales o emo-
´ ´
cionales (vease 6:16). La congregacion no puede pa-
sar por alto el mal si la persona es capaz de cumplir
razonablemente sus deberes para consigo misma y la
comunidad, y la gente en general la considera respon-
´
sable de sus actos y palabras. No obstante, el comite
´
judicial debe mostrarle consideracion y paciencia, y
ser muy perspicaz a la hora de evaluar su arrepenti-
´
miento. Por otro lado, si el comite entiende que su es-
´
tado mental es tan grave que los demas no lo ven
como alguien capaz de dar cuentas de lo que hace,
puede recomendar al cuerpo de ancianos que no se
tome ninguna otra medida judicial y explicar las razo-
nes para ello.
´
Si el arrepentimiento no esta claro
´
13. Si el comite no tiene claro el grado de arrepen-
´
timiento del transgresor, lo invitara a entrar nueva-
´
mente para seguir tratando el asunto. Valiendose de
˜
94 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
la Palabra de Dios, deben ayudarlo a comprender la
gravedad de su conducta y el efecto adverso que ha te-
´ ´ ´
nido en su relacion con Jehova y la congregacion.
Es posible que aun en la audiencia demuestre arre-
´
pentimiento a tal punto que el comite pueda ejercer
´
misericordia justificadamente. En la mayorıa de los
´
casos, el ofensor manifestara cierto grado de arrepen-
timiento; pero, ¿se corresponde con la gravedad de su
´
falta? El comite judicial debe ser modesto y tener pre-
sente que si hasta ese momento se han evidencia-
´
do pocas o ninguna obra de arrepentimiento, quizas
no sea posible durante la audiencia mover al transgre-
sor a demostrar suficiente arrepentimiento para justi-
ficar el ejercicio de la misericordia. Incluso si se deci-
´
diera que debe ser expulsado, los esfuerzos del comite
´
por encaminarlo hacia el arrepentimiento podrıan
hacer que comenzara a enderezar sus pasos y se esfor-
´ ´
zara por lograr la readmision (Heb. 12:13). Despues
˜
de intentar ayudarlo y escuchar lo que tenga que ana-
´ ´ ´
dir, el comite le pedira que salga y se pondra a deli-
berar.
´ ´
14. En casos complicados en que el comite no este
´ ´
seguro de la direccion bıblica o del consejo de la orga-
´
nizacion, se puede posponer la audiencia unos pocos
´ ´
dıas. Sin embargo, no se convoca una nueva reunion
simplemente con el fin de conceder tiempo al acusa-
do para que se aparte del pecado o demuestre obras
de arrepentimiento. Si este ha mostrado poco o nin-
´
gun arrepentimiento durante la audiencia inicial, ge-
´
neralmente no hay razon para dilatar el caso concer-
´
tando una segunda reunion.
15. A veces, los casos judiciales complicados
exigen que se consulte con un anciano de otra con-
´
gregacion que tenga madurez y experiencia, o con
el superintendente de circuito. En situaciones como
´ ´
esa, informen al transgresor de que la decision esta
pendiente. No le digan que van a asesorarse con terce-
ros, entre quienes pudiera figurar la sucursal. Al tratar
´
Capıtulo 7 95
el asunto con el otro anciano, pueden darle deta-
lles pertinentes, pero sin mencionar nombres. Ahora
bien, si se consulta con el superintendente de circui-
to o si las circunstancias exigen que se recurra a la
´ ´
sucursal, el comite judicial debera revelar los nom-
bres.
´ ´
16. Los miembros del comite judicial procuraran
´ ´
llegar a una decision unanime. Cualquier diferencia
´
de opinion suele resolverse analizando detenidamen-
te el asunto como grupo, investigando las Escrituras y
´
las publicaciones cristianas, pidiendo la sabidurıa y la
´
guıa divinas y hasta consultando con un anciano de
´
experiencia de otra congregacion. Si con todo y eso
´ ´
no se llega a un fallo unanime, la minorıa debe apo-
´ ´
yar la decision de la mayorıa.
17. Todo documento aportado por el presunto
´ ´
transgresor o los testigos se mantendra en la mas ab-
soluta reserva. Si se estima necesario posponer el
´ ´
asunto, los miembros del comite entregaran las notas
´
personales al presidente, quien las guardara en un lu-
gar seguro para garantizar la confidencialidad. Cuan-
´
do se reanude la audiencia, se devolveran a los ancia-
nos para su consulta.
´
Si la decision es censurar
´
18. Si el comite judicial determina que el transgre-
´ ´
sor esta genuinamente arrepentido, le comunicara la
´ ´
decision, las restricciones que se le impondran y si se
´ ´ ´
anunciara o no la censura. Ademas, lo censuraran uti-
˜ ´
lizando las Escrituras, senalandole la gravedad de su
´
falta y los pecados mas leves que tal vez lo conduje-
ron a ella. Censura se define como “aquello que tiene
´
el proposito de convencer a otros de que han errado a
fin de moverlos a reconocer sus faltas y corregirlas”
´
(it-1 pag. 462). Por consiguiente, aplicar una censura
´
judicial conlleva mas que simplemente tomar una
´ ´
decision o anunciarla: implica reforzar la resolucion
´
del transgresor de hacer lo que es correcto. El termino
˜
96 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
para censura en el idioma original se deriva de un
˜
verbo que significa mostrar claramente, senalar con
hechos, demostrar, exponer con argumentos o razo-
nes convincentes. Se deben dar sugerencias al trans-
gresor para ayudarlo a efectuar los cambios nece-
sarios. Si hubo testigos que declararon durante la
audiencia, se les puede llamar para que oigan la cen-
´
sura bıblica; de esta forma, el acusado es censurado
“delante de todos los presentes” (1 Tim. 5:20). El co-
´ ´
mite judicial orara con el pecador arrepentido al con-
cluir la audiencia.
´
19. Toda censura judicial acarrea la perdida de pri-
vilegios especiales. Entre estos figuran el de ser pre-
´
cursor, orar en la congregacion e intervenir en la Reu-
´ ´
nion de Servicio, ası como otras asignaciones que
se encargan a hermanos que tienen un comporta-
miento ejemplar; tales privilegios pueden recuperarse
cuando haya constancia de progreso espiritual. Ade-
´
mas, siempre que hay una censura judicial se impo-
nen restricciones judiciales, como no comentar en
´
las reuniones de la congregacion ni tener parte en la
´
Escuela del Ministerio Teocratico. Sin embargo, es
´ ´
el comite judicial quien determina que restricciones
aplicar. Cuando se le informe de las restricciones a
´
un pecador arrepentido, convendra indicarle la fecha
´ ´
de la siguiente reunion con el, en la que se evalua-
´
ra su progreso. Mantener las restricciones por un
tiempo prolongado puede ser desalentador para el
pecador arrepentido. Solo en un caso excepcional
´
pasarıan muchos meses sin que se levantaran paulati-
namente.
´ ´
20. El comite judicial determinara si se debe
´
anunciar la censura a la congregacion (w88 15/11
´ ´
pag. 18; w81 1/11 pags. 30, 31). Si posteriormente la
´
persona se muda, no se anunciara la censura en su
´ ´
nueva congregacion (km 5/75 pag. 4).
˙ La censura debe anunciarse cuando el pecado
sea conocido —o seguramente vaya a serlo— por
´
Capıtulo 7 97
´
la congregacion o la comunidad. Dicho anuncio
´ ´
preservara el buen nombre de la congregacion.
Por ejemplo, en caso de adulterio, a lo mejor el
´
conyuge inocente se inclina por perdonar pero
´
no esta listo para reanudar las relaciones sexua-
´ ´
les cuando el comite cierra el caso. Si todavıa
´
existe la posibilidad de obtener un divorcio bıbli-
´ ´
co, el anuncio protegerıa la reputacion de la con-
´ ´
gregacion y del conyuge inocente.
´ ´
Véase la carta a ˙ El comite judicial quizas tenga razones concretas
´
los cuerpos de para creer que la congregacion necesita tener
ancianos del 1 de cuidado con el pecador arrepentido. Es posible
que este no haya hecho caso de las reiteradas
octubre de 2012 ´
advertencias que recibio sobre los pasos que lo
sobre abuso de
llevaron al mismo pecado.
menores.
Por ejemplo, en el caso de un pecado que pudie-
ra considerarse abuso sexual de menores, anun-
´
ciar la censura del pecador arrepentido servira
´ ´
de proteccion a la congregacion.
Véase la carta del 21. El coordinador del cuerpo de ancianos aproba-
´ ´ ´ ´
7 de septiembre de ra un anuncio a la congregacion, que sera leıdo por
´
2011 a los cuerpos un anciano en los siguientes terminos: “[Nombre de
de ancianos sobre la persona] ha sido censurado”. Las restricciones
cómo archivar no se anuncian.
información
´ ´
22. El comite judicial estara atento al progreso es-
´
confidencial. piritual del pecador arrepentido y le levantara las
restricciones judiciales de manera progresiva, con-
´
forme a su recuperacion espiritual. Salvo en raras oca-
´
siones, no hara falta que el cuerpo en pleno decida
sobre el particular. Cada vez que se elimine alguna
´ ´ ´
restriccion, el comite lo informara al cuerpo de ancia-
´
nos. Si uno de los componentes del comite original
se muda o es dado de baja, el cuerpo de ancianos se-
´
leccionara un sustituto para que siga de cerca el pro-
greso del transgresor. Si el transgresor se va a vivir a
´
otro sitio antes de que el comite le levante todas las
restricciones, se deben proporcionar a los ancianos de
˜
98 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
´
su nueva congregacion suficientes detalles para que
puedan evaluar con exactitud su estado espiritual. Fa-
´
ciliten los datos y detalles que ustedes agradecerıan
´
recibir si la persona se mudara a su congregacion. Los
´ ´
ancianos de la nueva congregacion designaran a dos
´
o tres ancianos para que continuen observando el
´
progreso del transgresor y le levanten las ultimas res-
tricciones judiciales.
´
23. Habra casos en que los ancianos estimen
´
oportuno advertir a la congregacion mediante
´
un discurso bıblico sobre el tipo de conducta en cues-
´ ´
tion. El discurso lo pronunciara normalmente un
´ ´ ´
miembro del comite judicial, quien explicara por que
´
y como evitar dicha conducta, pero sin decir nada
que vincule al transgresor con el pecado. Cuando se
anuncia la censura, se debe aguardar unas semanas
antes de pronunciar el discurso. Si no se anuncia,
´
no hay razon para esperar.
24. Una vez concluido el caso, no se toma nin-
´
guna otra accion judicial, a menos que el trans-
gresor vuelva a caer en una falta grave. No obstante,
´ ´
puede darse el raro caso de que, pocos dıas despues de
´ ´
tomar el comite una determinacion, salgan a la luz
nuevos datos que indiquen que el transgresor no esta-
´
ba arrepentido, quizas porque dio falso testimonio o
´
se callo hechos importantes durante la audiencia.
´ ´
Si eso sucediera, el comite estarıa justificado para
´
reconsiderar el fallo y optar por la expulsion, sobre
todo si la censura no ha sido anunciada. Al reanudar-
´
se la audiencia, se darıa al acusado la oportunidad de
´
oır las nuevas pruebas en su contra y ofrecer su ver-
´ ´
sion de los hechos. En este tipo de situaciones serıa
mejor consultar con la sucursal antes de proceder.
25. Si el transgresor reincide en un mal grave
´
despues de haberse emitido juicio y cerrado el caso,
´ ´ ´
el comite original no se encargara automaticamente
´ ´
de la nueva situacion. Mas bien, el cuerpo de an-
´ ´
cianos se reunira para constituir un nuevo comite
´
Capıtulo 7 99
´
judicial. La mayor parte de las veces se elegira a los
mismos ancianos para que lo integren, si bien el
˜
cuerpo puede optar por utilizar a otros o anadir al-
´
guno mas.
´
Si la decision es expulsar
´
26. Si el transgresor no esta genuinamente arrepen-
´ ´
tido, debe ser expulsado (vease 7:8). El comite le in-
´ ´ ´ ´
formara de su decision y le ayudara a ver como utili-
´
zar el tiempo que este expulsado para reparar su
´ ´ ´
relacion con Jehova. Pueden leersele pasajes como
2 Corintios 7:10, 11 y Hebreos 12:5-7. Sean amables y
´ ´
positivos, y asegurenle que el perdon es posible si se
arrepiente de verdad.
´ ´
27. Despues de notificar su decision al transgresor,
´
comunıquenle oralmente lo siguiente:
˙ Los pasos que debe dar para su futura readmi-
´
sion.
˙ La posibilidad que tiene para apelar por escri-
´
to en el plazo de siete dıas si piensa que se
´
ha cometido un grave error en la decision (od
´ ´
pags. 153, 154). La carta de apelacion debe ir di-
´
rigida al comite judicial.
´ ´
28. El comite no alentara al transgresor a apelar
´
ni lo desanimara de hacerlo. Antes de despedirlo, ave-
¨ ´ ´
riguen si tiene alguna pregunta. La sesion terminara
´ ´
con una oracion despues de que se haya marchado.
´
29. Si el pecador impenitente no asistio a la
´
audiencia judicial, el comite debe hacer todo lo ra-
zonablemente posible por comunicarle de palabra su
´ ´
decision, la opcion de apelar, etc. No dejen mensajes
´ ´
de ındole confidencial en un contestador automatico
´ ´ ´
o buzon de voz, ni los envıen por correo electronico o
´
mensajes de texto. Si por falta de cooperacion del
´
transgresor no es posible informarle de la expulsion,
´
el comite judicial debe ponerse en contacto con la su-
cursal.
˜
100 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
´ ´
desde la expulsion y cual es su actitud en el presen-
´ ´
te. Tras pedirle que salga, el comite se pondra a deli-
berar.
´
3. El comite debe dejar pasar suficiente tiempo, tal
˜ ´
vez muchos meses, un ano, o hasta mas, para que el
´
expulsado pruebe que esta tan arrepentido como dice
´ ´
(od pag. 156; it-1 pag. 209). Procedan con especial
´
cautela en determinados casos. Por ejemplo, quizas el
´ ˜ ´
transgresor actuo de manera enganosa, practico se-
cretamente el pecado durante largo tiempo o ha esta-
do implicado en casos judiciales repetidas veces por la
´ ´
misma falta o por otras. Una rapida readmision pu-
diera envalentonar a otros hermanos y llevarlos a
cometer pecados graves, pensando que se administra-
´
ra poca o ninguna disciplina. Cuando haya pruebas
de que dos personas se confabularon para librarse de
´ ´
sus respectivos conyuges y casarse despues, deben
dejar transcurrir un espacio de tiempo considerable
para que demuestren su arrepentimiento y puedan
´
ser readmitidos (w83 15/7 pag. 29).
´ ´
4. El comite de readmision debe ser objetivo. Los
factores determinantes a la hora de readmitir a al-
guien son el arrepentimiento genuino y el abandono
definitivo de la mala conducta, no lo que piensen
otras personas ni simplemente el tiempo que haya
transcurrido (1 Cor. 5:1, 11-13; 2 Cor. 2:6, 7).
´ ´
5. El comite debe considerar que clase de vida lle-
´
va el transgresor. ¿Demuestra su vida que ahora esta
´
arrepentido? Si es ası, no deben llegar al extremo de
exigirle que admita punto por punto los pecados que
tal vez no quedaron plenamente probados.
´
6. Si el comite decide no readmitir a la perso-
na, debe explicarle las razones y los pasos que espe-
´
ran que tome para su readmision en el futuro. Una
´
vez que se haya marchado, concluiran con una ora-
´
cion.
7. Si el expulsado vive ahora en otro sitio, un
´ ´
comite judicial de la congregacion a la que asista
´
Capıtulo 11 119
´ ´
atendera su solicitud de readmision. Si los ancia-
´
nos de dicho comite opinan que debe ser readmiti-
´ ´ ´
do, enviaran su recomendacion al comite judicial
´ ´
de la congregacion que lo expulso. No deben reve-
´
lar su recomendacion a la persona, pues si el otro
´ ´
comite estuviera en desacuerdo, solo lograrıan que
´ ´
se llevara una decepcion. Simplemente le diran que
´
deben escribir a los ancianos de la congregacion don-
´
de tuvo lugar la expulsion y que al debido tiempo le
´
avisaran.
´ ´
8. El comite judicial de la congregacion a la que
´
asiste la persona no debe presionar al comite original
´
para que la readmita. Los ancianos del comite origi-
nal pueden conocer factores importantes que tal vez
otros no perciban; por eso, como norma general, es
´
mejor respetar su juicio. Asimismo, el comite original
´
debe estudiar detenidamente la recomendacion del
´ ´
otro comite. Quizas haya pasado suficiente tiempo y
la persona haya realizado cambios radicales que los
´ ´
ancianos del comite original no han visto. De ahı que
deban tener presente que quienes les hacen la reco-
´
mendacion han tenido la oportunidad de hablar con
ella y observar su conducta.
´
9. Si las dos congregaciones estan razonable-
´ ´
mente cerca una de la otra y el comite que recibio
´ ´ ´
la solicitud de readmision envıa una recomendacion
´ ´
favorable, el comite original programara de inmedia-
´
to una reunion con el expulsado.
´ ´
10. Si el comite de la congregacion que efec-
´ ´ ´
tuo la expulsion no esta de acuerdo con la reco-
´
mendacion, debe explicar claramente sus razones al
´
otro comite.
Si se decide readmitir
´
11. Si se decide readmitir al expulsado, lo haran
´
pasar nuevamente y se lo informaran. En ese mo-
´ ´
mento, utilizaran las Escrituras para impartirle animo
y consejos que le ayuden a seguir progresando. Hasta
˜
120 “Pastoreen el rebano de Dios” (1 Pedro 5:2)
´ ´
que se anuncie su readmision, debera seguir compor-
´ ´ ´
tandose como expulsado. La reunion finalizara con
´ ´
una oracion en presencia suya. Luego, el comite in-
´
formara a la sucursal siguiendo los cauces estable-
cidos.
´
12. En todos los casos de readmision, deben im-
ponerse restricciones judiciales para que la per-
sona vea la necesidad de hacer “sendas rectas para
´
sus pies”, y tambien por respeto a la conciencia de
´ ´
la congregacion (Heb. 12:13). La persona podra vol-
ver a participar en el servicio del campo a partir del
´
momento de su readmision. Otros privilegios, como
´
comentar en las reuniones y tener participacion en
´ ´
la Escuela del Ministerio Teocratico, se otorgaran gra-
´
dualmente segun vaya progresando hasta que llene
´
los requisitos, siempre y cuando el comite estime
´ ´
que la congregacion no se sentira ofendida. Prolon-
gar demasiado las restricciones puede resultar desa-
´
lentador para el pecador arrepentido. Por tal razon,
cuando se le informe de las restricciones, es conve-
niente que los ancianos le indiquen la fecha en que
´ ´ ´ ´
tendran la proxima reunion con el para evaluar su
´ ´
progreso. Si es necesario, el comite tambien puede
´
disponer que se le dirija un estudio bıblico, el cual
´
podra incluirse en el informe del servicio del cam-
´
po. Solo en un caso excepcional pasarıan muchos
´
meses sin que se levantaran las restricciones (vease
7:19).
´
13. La readmision se anuncia tanto en la con- Véase la carta del
´
gregacion donde la persona fue expulsada como en la 7 de septiembre
´
congregacion a la que asiste ahora. El coordinador del de 2011 a los
´
cuerpo de ancianos debera aprobar el anuncio antes cuerpos de
´
de que un anciano lo lea a la congregacion en los si-
´ ancianos sobre
guientes terminos: “[Nombre de la persona] ha
´ cómo archivar
sido readmitido como testigo de Jehova”. Las res- información
´
tricciones judiciales no se anuncian. El comite de la confidencial.
´ ´
congregacion a la que ahora asiste supervisara la eli-
´
minacion paulatina de las restricciones.
´
Capıtulo 11 121
´
CAPITULO 14
´
CONSERVEMOS LA PAZ Y LA LIMPIEZA EN LA CONGREGACI ON 145