Pentecostes 2021
Pentecostes 2021
Pentecostes 2021
Al reanudar su catequesis sobre la oración, también en esta ocasión desde la Biblioteca del Palacio
Apostólico, el Santo Padre Francisco reflexionó acerca de la oración y la Trinidad. A modo de introducción se
leyó un pasaje de Juan (14,15-17.25-26) sobre la promesa del Espíritu Santo:
“Si me aman, guarden mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y les dar á otro Consolador,
para que esté con ustedes para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni lo conoce; pero ustedes lo conocen, porque mora con ustedes, y
estará en ustedes. Les he dicho estas cosas estando con ustedes. Mas el Consolador, el Espíritu
Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él les ense ñará todas las cosas, y les recordar á
todo lo que yo les he dicho”.
2. Entendimiento
Está estrechamente relacionado con la fe.
Cuando el Espíritu Santo habita en nuestro
corazón e ilumina nuestra mente, nos hace crecer
día a día en la comprensión de lo que el Señor ha
dicho y ha realizado.
3. Sabiduría
De acuerdo con el Papa Francisco, la sabiduría es
la gracia de poder ver cada cosa con los ojos de
Dios. Es ver el mundo, ver las situaciones, las
ocasiones, los problemas, todo, con los ojos de
Dios. No se trata sencillamente de la sabiduría
humana, que es fruto del conocimiento y de la
experiencia.
4. Fortaleza
¿Cuántos hombres y mujeres honran a nuestro pueblo, honran a nuestra Iglesia, porque
son fuertes al llevar adelante su vida, su familia, su trabajo y su fe?
Demos gracias al Señor por estos cristianos que viven una santidad oculta: es el
Espíritu Santo quien les conduce. Y nos hará bien pensar: si ellos hacen todo esto, si
ellos pueden hacerlo, ¿por qué yo no? Y nos hará bien también pedir al Señor que nos
dé el don de fortaleza.
5. Ciencia
En el Génesis se cuenta que Dios se complace
de su Creación, subrayando repetidamente la
belleza y la bondad de cada cosa. Al término de
cada jornada, está escrito: Y vio Dios que era
bueno.
Estos frutos del Espíritu Santo nos ayudan a cuidar de nuestra alma y a
fortalecerla para hacer frente a cualquier obstáculo o tentación.
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, los frutos del Espíritu son perfecciones que
el Espíritu Santo forma en nosotros como primicias de la gloria eterna.
Caridad
La caridad es el primer y más importante de los frutos del Espíritu Santo. El amor vertido en ella es la
primera manifestación de nuestra unión con Cristo. La caridad delicada y operativa con quienes conviven o
trabajan en nuestros mismos quehaceres es la primera manifestación de la acción del Espíritu Santo en el
alma.
Gozo
La alegría y el gozo son consecuencia del amor. Por eso al cristiano se le distingue por su alegría, la cual
permanece por encima del dolor y del fracaso.
Paz
La paz, fruto del Espíritu Santo, es ausencia de agitación y el descanso de la voluntad en la posesión
estable del bien. Esta paz supone la lucha constante contra las tendencias desordenadas de las propias
pasiones.
Paciencia
Las almas que se dejan guiar por el Paráclito producen el fruto de la paciencia. Este fruto ayuda a soportar
con igualdad de ánimo, sin quejas ni lamentos estériles, los sufrimientos físicos y morales que toda vida
lleva consigo.
Longanimidad
Este fruto del Espíritu Santo da al alma la certeza de que, si pone los medios, si hay lucha ascética y si
recomienza siempre, se realizarán sus propósitos. Nos ayuda a hacer frente a los obstáculos que podamos
encontrar, a superar las flaquezas, los errores y los pecados.
Benignidad
La benignidad es esa predisposición del corazón que nos inclina a hacer el bien a los demás. Este fruto
se manifiesta en multitud de obras de misericordia, corporales y espirituales, que los cristianos realizan en
el mundo entero sin discriminar a nadie.
Bondad
Es parecida a la benignidad. La bondad es una disposición estable de la voluntad que nos inclina querer
toda clase de bienes para otros sin distinción alguna: amigos o enemigos, parientes o desconocidos, vecinos
o lejanos.
Mansedumbre
El alma que posee este fruto del Espíritu Santo no se impacienta ni alberga sentimientos de rencor ante las
ofensas o injurias que recibe de otras personas. Aunque sienta las asperezas de los demás, los desaires,
las humillaciones (a veces muy vivamente por la mayor finura que adquiere en el trato con Dios), esta
alma no se perturbará.
Fidelidad
Una persona fiel es la que cumple sus deberes, aún los más pequeños. Es en quien los demás pueden
depositar su confianza. Nada hay comparable a un amigo fiel, dice la Sagrada Escritura. Su precio es
incalculable. Ser fieles es una forma de vivir la justicia y la caridad.
Modestia
Una persona modesta es aquella que sabe comportarse de modo equilibrado y justo en cada situación.
Aprecia los talentos que posee, sin exagerarlos ni empequeñecerlos, porque sabe que son un regalo de
Dios para ponerlos al servicio de los demás. Este fruto del Espíritu Santo se refleja en el porte exterior de la
persona: en su modo de hablar y de vestir, de tratar a la gente y de comportarse socialmente. La modestia
es atrayente porque refleja la sencillez y el orden exterior.
Continencia y Castidad
Estos frutos están relacionados con la pureza del alma en una misma frase: Como por instinto, el alma está
extremadamente vigilante para evitar lo que pueda dañar la pureza interior y exterior, tan grata al Señor. Por
lo tanto, estos frutos embellecen la vida cristiana y disponen al alma para entender lo que a Dios se refiere.
Gracias a ellos podemos superar las grandes tentaciones si se lucha con decisión, sabiendo que nunca
fallará la gracia del Señor.