El Metilfenidato
El Metilfenidato
El Metilfenidato
Este trastorno consiste en un patrón persistente de niveles anormalmente altos de actividad, impulsividad, o falta de
atención que se ve con más frecuencia o es más severo que lo que normalmente se observa en personas con
niveles comparables de desarrollo.
El patrón de comportamiento generalmente surge entre los 3 y 5 años de edad y se diagnostica en la escuela
primaria debido a la excesiva actividad locomotriz, falta de atención o comportamiento impulsivo.
La mayoría de los síntomas mejoran en la adolescencia o edad adulta, pero el trastorno puede subsistir o
presentarse en adultos. Se calcula que alrededor del 3 al 7 por ciento de los niños de edad escolar tienen ADHD.
Ocasionalmente también se receta el metilfenidato para tratar la narcolepsia.
Efectos en la salud
El metilfenidato es un estimulante del sistema nervioso central (SNC). Tiene efectos similares pero más potentes que
los de la cafeína, y similares pero menos potentes que los de las anfetaminas. Tiene el efecto notable de disminuir el
comportamiento impulsivo y mejorar la atención en las personas con ADHD, especialmente en los niños,
ayudándoles a concentrarse.
Las investigaciones recientes en el Laboratorio Nacional de Brookhaven nos pueden dar los primeros indicios de
cómo el metilfenidato ayuda a las personas con ADHD. Los científicos utilizaron tomografías de emisión de
positrones (TEP, una imagen médica no invasiva del cerebro) para comprobar que la administración de dosis
terapéuticas normales de metilfenidato a adultos saludables del sexo masculino aumenta sus niveles de dopamina.
Los científicos piensan que el metilfenidato amplifica la liberación del neurotransmisor dopamina, mejorando así la
atención y concentración de las personas que tienen señales débiles de dopamina.1
El metilfenidato es un medicamento valioso tanto para adultos como para niños con ADHD. 2,3,4 El tratamiento del
ADHD con estimulantes como el Ritalín y la psicoterapia ayuda a mejorar los comportamientos anormales del ADHD,
así como la auto-estima, la cognición, y la función social y familiar del paciente.2 Las investigaciones muestran que
las personas con ADHD no se vuelven adictas a los medicamentos estimulantes cuando los toman en la dosis y la
forma prescritas por el médico. De hecho, se ha reportado que la terapia con estimulantes en la niñez está asociada
con una disminución en el riesgo de sufrir trastornos relacionados con el uso de drogas y alcohol. 5,6 Los estudios
también han encontrado que en comparación con las personas con ADHD que no reciben tratamiento, aquellas
personas con ADHD tratadas con estimulantes como el metilfenidato tienen menos probabilidad de abusar de las
drogas y el alcohol cuando son mayores.7
Sin embargo, debido a sus propiedades estimulantes, en años recientes ha habido informes de abuso del
metilfenidato por personas que no requieren de este medicamento. Lo abusan por sus efectos estimulantes:
supresión del apetito y del sueño, aumento de atención/concentración y euforia. Los abusadores toman las tabletas
por vía oral o las pulverizan y las inhalan. Algunos disuelven las tabletas en agua, inyectándose la mezcla, lo que
puede ocasionar complicaciones debido a que los aditivos insolubles que se encuentran en las tabletas pueden
bloquear los vasos sanguíneos delgados. La adicción al metilfenidato parece ocurrir cuando se producen aumentos
acelerados de dopamina en el cerebro. El efecto terapéutico, por lo contrario, se logra con aumentos lentos y
constantes de dopamina, similares a la producción natural de la misma en el cerebro. Los médicos comienzan
recetando dosis bajas que van aumentando paulatinamente hasta lograr un efecto terapéutico. De esta manera, el
riesgo de adicción es bastante bajo.8
Tendencias en el abuso del Ritalín
Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud (NSDUH, por sus siglas en inglés)***
De acuerdo a la NSDUH del 2004, hubo una disminución en el uso en la vida de Ritalín en el grupo de edad entre los
12 y 17 años, del 2.2 por ciento en el 2003 al 1.8 por ciento en el 2004.
Otros estudios
Los informes indican que el ADHD es reportado con más frecuencia en los niños que en las niñas; sin embargo, una
investigación publicada en el 2002, señaló que la frecuencia entre las niñas ha aumentado. 9
Una extensa encuesta realizada en una universidad pública demostró que el 3 por ciento de los estudiantes habían
abusado del metilfenidato el año anterior.10
Debido a que los medicamentos estimulantes como el metilfenidato tienen el potencial de ser abusados, la
Administración para el Control de Estupefacientes de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) los ha
clasificado como medicamentos de la Lista II para controlar estrictamente su fabricación, distribución y prescripción.
Por ejemplo, la DEA requiere licencia especial para estas actividades y no permite que el metilfenidato se dispense
nuevamente si la receta no ha sido renovada. El sitio Web de la DEA es www.usdoj.gov/dea. Cada estado puede
imponer regulaciones adicionales, como limitar el número de unidades de dosis en cada prescripción.
Tratamiento
Para información adicional sobre el tratamiento del ADHD, visite el sitio Web del Instituto Nacional de Salud Mental,
parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) enwww.nimh.nih.gov.
El metilfenidato puede ser adictivo. No tome una dosis mayor ni con más frecuencia; tampoco lo tome
durante un período mayor, ni lo tome de una manera diferente al que su médico le recetó. Si toma
demasiado metilfenidato, podría darse cuenta que el medicamento ya no controla sus síntomas, podría
sentir una necesidad de experimentar cambios inusuales en su comportamiento. Informe a su médico si
bebe o ha bebido grandes cantidades de alcohol, si usa o alguna vez ha usado drogas callejeras o si ha
abusado de medicamentos con receta médica.
No deje de tomar el metilfenidato sin hablar con su médico, especialmente si ha usado el medicamento
en exceso. Probablemente, su médico disminuirá su dosis gradualmente y le supervisará atentamente
durante este tiempo. Usted podría desarrollar una depresión grave si deja de tomar metilfenidato
repentinamente después de usarlo en exceso. Su médico podría necesitar supervisarle atentamente
después de que deje de tomar metilfenidato, incluso si no ha usado el medicamento en exceso, debido a
que sus síntomas podrían empeorar al detener el tratamiento.
No deje que nadie más venda, regale o tome su medicamento. Vender o regalar el metilfenidato puede
ocasionar daño a otras personas y, es ilegal. Almacene el metilfenidato en un lugar seguro de manera
que nadie más pueda tomarlo accidentalmente o a propósito. Lleve un registro de cuánto medicamento
queda para saber si hay algún faltante.
Su médico o farmacéutico le dará la hoja de información del fabricante para el paciente (Guía del
medicamento) cuando inicie el tratamiento con metilfenidato y cada vez que vuelva a surtir su receta
médica. Lea la información atentamente y pregunte a su médico o farmacéutico si tiene alguna duda.
También puede visitar el sitio web de la Administración de Medicamentos y Alimentos (Food and Drug
Administration, FDA) (http://www.fda.gov/Drugs/DrugSafety/ucm085729.htm) o el sitio web del fabricante
para obtener la Guía del medicamento.
Siga atentamente las instrucciones que se encuentran en la etiqueta de su receta médica y pida a su
médico u otro proveedor de atención médica que le explique cualquier parte que no comprenda. Tome el
metilfenidato exactamente como se indica.
Debe masticar completamente las tabletas masticables y luego tomar un vaso lleno (al menos 8 onzas
[240 mililitros]) de agua u otros líquidos. Si usted se toma la tableta masticable sin suficiente líquido, la
tableta podría inflarse y bloquear su garganta y podría causar que se ahogue. Si tiene dolor de pecho,
vómitos o problemas para tragar o respirar después de tomar la tableta masticable, debe llamar a su
médico o buscar tratamiento médico de emergencia, de inmediato.
Trague enteras las tabletas de acción inmediata y las tabletas y cápsulas de liberación prolongada de
larga acción; no las parta, mastique ni triture. Sin embargo, si no puede tragar las cápsulas de acción
prolongada (Metadate CD, Ritalina LA), puede abrir las cápsulas con mucho cuidado y vaciar el contenido
completo en una cuchara con compota de manzana fría o a temperatura ambiente. Trague (sin masticar)
esta mezcla inmediatamente después de prepararla y luego tome un vaso de agua para asegurarse que
ha tragado toda la medicina. No guarde la mezcla para usarla después.
Si está tomando la suspensión de larga acción (Quillivant XR), siga estos pasos para
medir la dosis:
1. Saque la botella de medicamento y el dispensador de dosis de la caja. Asegúrese que la botella
contenga el medicamento líquido. Llame a su farmacéutico y no use el medicamento si la botella
contiene polvo o si el dispensador de dosis no está en la caja.
2. Agite la botella hacia arriba y hacia abajo por al menos 10 segundos para mezclar el
medicamento uniformemente.
3. Retire la tapa de la botella. Compruebe que el adaptador de la botella esté insertado en la parte
superior de la botella.
4. Si el adaptador de la botella no se ha insertado en la parte superior de la botella, insértelo al
colocar la parte inferior del adaptador en la abertura de la botella y presionar hacia abajo
firmemente con su pulgar. Llame a su farmacéutico si la caja no contiene un adaptador para la
botella. No quite el adaptador de la botella una vez lo haya insertado.
5. Inserte la punta del dispensador de dosis en el adaptador de la botella y empuje el émbolo
completamente hacia abajo.
6. Gire la botella hacia abajo.
7. Jale el émbolo de nuevo para extraer la cantidad de suspensión oral que le recetó su médico. Si
no está seguro de cómo medir correctamente la dosis que su médico le recetó, pregunte a su
médico o farmacéutico.
8. Retire el dispensador de dosis y vierta lentamente la suspensión oral directamente en su boca o
la boca de su hijo.
9. Reemplace la tapa de la botella y ciérrela herméticamente.
10. Limpie el dispensador de dosis después de cada uso al colocarlo en el lavavajillas o enjuagarlo
con agua del grifo.
Es posible que su médico le indique que inicie con una dosis baja de metilfenidato y que incremente
gradualmente su dosis, no más frecuente de una vez a la semana.
Su condición debe mejorar durante el tratamiento. Llame a su médico si sus síntomas empeoran en
cualquier momento durante su tratamiento o no mejoran después de 1 mes.
Su médico podría indicarle que deje de tomar metilfenidato de vez en cuando para ver si aun necesita el
medicamento. Siga estas instrucciones atentamente.
Este medicamento se puede recetar para otros usos; pida más información a su médico o farmacéutico.
Hable con su médico sobre los riesgos y beneficios de tomar metilfenidato si es mayor de 65
años de edad. Los adultos mayores usualmente no deberán tomar metilfenidato debido a que es
tan seguro como otros medicamentos que se pueden usar para tratar la misma condición.
Si va a someterse a una cirugía, incluso una cirugía dental, informe a su médico o dentista que
está tomando metilfenidato.
Debe saber que la metilfenidato se debe usar como parte de un programa de tratamiento total
para TDAH, que puede incluir asesoría y educación especial. Asegúrese de seguir todas las
instrucciones de su médico o terapeuta.
¿Cuáles son los efectos secundarios que podría provocar este medicamento?
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El metilfenidato puede ocasionar la muerte repentina en los niños y adolescentes, especialmente niños o
adolescentes que tienen defectos cardíacos o problemas cardíacos graves. Este medicamento también
puede ocasionar la muerte repentina, ataque cardíaco o apoplejía en los adultos, especialmente adultos
con defectos cardíacos o problemas cardíacos graves. Hable con su médico sobre los riesgos de tomar
este medicamento.
Mantenga este medicamento en su envase original, cerrado herméticamente y fuera del alcance de los
niños. Almacénelo a temperatura ambiente, lejos de la luz, del exceso de calor y humedad (no en el
baño). Almacene el metilfenidato en un lugar seguro de manera que nadie más pueda tomarlo
accidentalmente o a propósito. Cuente siempre las tabletas o cápsulas que quedan para saber si le falta
alguna. Deseche cualquier medicamento que esté vencido o que ya no necesite. Hable con el
farmacéutico sobre la forma adecuada para desechar el medicamento.