Proyecto Final Capitulo 2
Proyecto Final Capitulo 2
Proyecto Final Capitulo 2
Una de las propiedades de los materiales a estudiar es la ductilidad o tenacidad, definida como la
capacidad de deformarse plásticamente bajo la acción de una fuerza. Si el material no presenta una
deformación en estado plástico o ésta es pequeña, se lo clasifica como frágil. Se pueden citar como
ejemplos de estos tipos al hormigón como material frágil, y al acero como material dúctil.
Para que una estructura tenga un comportamiento dúctil, los materiales que la componen deben
tener un comportamiento dúctil. Una de las bondades de la adición de fibras al hormigón es que le
aporta una ductilidad importante, lo cual se transmite a la estructura analizada.
Los materiales a estudiar (hormigón convencional, hormigón reforzado con fibras y acero) tienen
un comportamiento elástico para deformaciones pequeñas, en donde la relación tensión-deformación
se mantiene aproximadamente constante. Pero cuando las fuerzas se incrementan de tal forma que
las deformaciones superen ciertos límites, el comportamiento de los materiales será plástico. Desde
este instante, los comportamientos de cada material serán diferentes y en los siguientes apartados se
explicarán detalladamente.
El comportamiento del hormigón bajo cargas de compresión y tracción se observa en la Fig. 2.1.
Considerando en primer lugar el régimen de compresión, la relación entre la tensión y la
deformación es aproximadamente lineal en la parte inicial, hasta valores de aproximadamente un
60% de la resistencia máxima a compresión del hormigón (f ’ c). En coincidencia con el instante en el
cual se producen las primeras fisuras, la curva deja de ser lineal, pero sigue incrementando su
resistencia hasta llegar a la máxima. Pasado dicho valor, para deformaciones mayores la resistencia
disminuye hasta alcanzar la rotura del material. Según los valores de deformación para la rotura
(ε’cu), se considerará al material como dúctil o frágil. En el caso del hormigón convencional, el
comportamiento del hormigón es frágil, por lo cual la rotura se produce para deformaciones
pequeñas desde la resistencia máxima.
La curva tensión-deformación en este caso, puede determinarse como la ecuación de una recta
para solicitaciones de tracción y con la expresión dada por Mander (1) para solicitaciones a
compresión:
Para ε ' t ≤ ε c ≤ 0
Donde:
- f c: Tensión en el hormigón.
- ε c: Deformación en el hormigón.
Para 0 ≤ ε c ≤ ε 'cu
'
f c∗x∗r
f c= r
Ec. 2.4
r−1+ x
En donde:
εc
x= Ec. 2.5
ε' c
Ec
r= Ec. 2.6
E c −Esec
'
f c
E sec = ' Ec. 2.7
εc
Entre los años 1950 y 1960, se realizaron los primeros estudios sobre la utilización de fibras de acero
y de vidrio en el hormigón y en los años ‘70 se produce el desarrollo de morteros y hormigones
reforzados con fibras. A partir de esta época, su campo de aplicación creció de forma notoria, con lo
cual en la actualidad, existen numerosos ejemplos del uso de fibras en el hormigón.
En forma general, la mayor parte de los materiales compuestos están formados por dos fases; una,
llamada matriz, es continua y rodea a la otra fase, denominada fase dispersa. Las propiedades de los
compuestos son función de las propiedades de las fases constituyentes, de sus proporciones relativas
y de la geometría de las fases dispersas. En el caso particular del hormigón reforzado con fibras, el
hormigón representa la matriz del material compuesto y las fibras la fase dispersa.
A continuación, se indican algunas definiciones del hormigón reforzado con fibras, dadas por
diversas bibliografías y normas:
NORMA RILEM. “Es un hormigón realizado con cementos hidráulicos con o sin agregados
de varios tamaños, que incorpora refuerzos con fibras discretas”.
BOLETÍN OFICIAL CNR N. 166 PARTE IV. “La utilización de fibras en el interior de la
matriz tiene como finalidad la formación de un material diverso en el cual el conglomerado,
que ya puede ser considerado un material diferente constituido por esqueleto lítico
dispersado en una matriz de pasta y cemento hidratada, está unido a un agente reforzante
formado por un material fibroso de distinta naturaleza”.
Los materiales ingenieriles, como ser el hormigón, poseen una capacidad de deformación a
tracción muy pequeña. Al incorporarle fibras, las propiedades de la matriz cambian debido a dos
efectos importantes (11):
Esto se debe a que las fibras con una adecuada resistencia mecánica a la tracción,
homogéneamente distribuidas dentro de la matriz, constituyen una “micro-armadura” la cual es muy
eficaz para contrarrestar el proceso de fisuración, y le confiere al hormigón una ductilidad
considerable.
Figura 2.2. Relación tensión-deformación en tracción para distintos tipos de refuerzos. (Raúl
Zerbino) (11)
CURVA “B”: Es el caso en el cual se utilizan fibras cortas o en cantidad insuficiente para
transmitir la carga de la matriz a las fibras.
CURVA “D”: El contenido y tipo de fibras es tal que a pesar de que se produzca la primera
fisura, existe un incremento de la resistencia. Existe una mejora en la capacidad de carga que
impide la apertura progresiva de tales fisuras.
CURVA “E”: Al igual que el caso anterior, el contenido y tipo de fibra es tal que se produce
un incremento de la resistencia luego de producirse la primera fisura.
En hormigones reforzados con fibras, los casos usuales se presentan entre las curvas “B” y “D”,
variando según el contenido de fibras desde bajos a altos, respectivamente.
l
λ= Ec. 2.8
d
- λ : Relación de esbeltez.
- l : Longitud de la fibra.
- d : Diámetro de la fibra.
Para fibras de acero, la relación de esbeltez está entre 30 y 100. Para valores pequeños, se
producirá la falla por adherencia (pull-out), mientras que si la relación es alta, se romperá por
tracción. Si bien para un dado volumen de fibras, aumentando la esbeltez mejoran sensiblemente sus
propiedades mecánicas, también se dificulta la trabajabilidad, por lo cual para mejorar la adherencia
se suelen utilizar fibras conformadas.
En cuanto a las fibras utilizadas, es importante conocer la adherencia entre éstas y la matriz,
dependiendo de la forma, textura superficial y recubrimiento.
Otro aspecto importante a considerar es la cantidad de fibras que se utilizan, que puede ser
medida como porcentaje de fibras en volumen, Vf (%), o como contenido de fibras por unidad de
volumen (kg/m3). El porcentaje de fibras se obtiene como el cociente entre el volumen de acero y el
volumen de hormigón. Por ejemplo, para una dosificación de 20 kilogramos de acero por metro
cúbico de hormigón (20kg/m3), el volumen de fibras se obtiene dividiendo los 20kg de fibras por la
densidad del acero (7840 kg/m3 aproximadamente) y este volumen es divido en 1m 3 de hormigón.
Luego a esta relación se la expresa como porcentaje.
Volumen de acero
V f [% ]= ∗100 %
Volumen de hormigón
De los tipos mencionados anteriormente, las fibras de acero son las de mayor aplicación en el
hormigón estructural y el presente trabajo se referirá a estas.
Los hormigones reforzados con fibras de acero (HRFA), tuvieron como una de sus primeras
aplicaciones la construcción de pavimentos, losas para aeropuertos, puentes, estabilizaciones de
rocas y en los últimos años están siendo utilizados como alternativa para refuerzos de elementos
estructurales, como ser vigas, columnas, etc. Además, desde los años ‘90, se comenzaron a utilizar
en hormigones de alta resistencia. Estos tipos de hormigones tienen mayor fragilidad, con lo cuál el
refuerzo con fibras es una de las opciones para reducir este efecto.
a) b)
c) d)
Figura 2.3. a)Fibras de acero. b)Distintos tamaños de fibras de acero. c) Fibras de Vidrio. d)Fibras
de Polipropileno.
La adición de fibras al hormigón, mejora sus propiedades a compresión de forma moderada. Las
fibras no pueden impedir la propagación de las microfisuras que se producen, pero cuando éstas
llegan a ser macrofisuras, las fibras comienzan a colaborar evitando su propagación. De esta manera,
se mejora el comportamiento del hormigón a compresión, retrasando la rotura del mismo, la cual
ocurrirá para deformaciones mayores (del orden del 1%) comparada con las deformaciones de rotura
para hormigón convencional. Esto trae aparejado un incremento en la ductilidad del material
compuesto.
Figura 2.5. Respuesta a compresión simple HRFA a compresión con diferentes contenidos de fibras
y diferente esbeltez de probeta (F. Cánovas, ACHE, 2000)
Figura 2.6. Ejemplo de gráfica carga-deformación para hormigones con diferentes cuantías de
refuerzo con fibras (Manual Técnico, MACCAFERRI)(4)
Del análisis de las distintas bibliografías, se hicieron las siguientes observaciones y conclusiones
que servirán para este trabajo.
En los resultados de los ensayos realizados por diferentes investigadores para determinar la
resistencia a tracción, se observa que la misma tiene un incremento aproximadamente lineal hasta
llegar a un pico (resistencia máxima a la tracción), luego se produce un decrecimiento brusco de la
tensión, hasta cierta deformación en la cual la tensión se mantiene aproximadamente constante con
el valor de la resistencia residual o de rotura. En cambio en el hormigón convencional, la rotura es
repentina y de manera frágil luego de pasar la resistencia máxima a la tracción.
En la Fig. 2.7 se indica una comparación entre la relación tensión deformación para hormigón
convencional y hormigón con fibras.
En cuanto a las diferentes respuestas, según los distintos contenidos de fibras puede ser un
contenido supercrítico o subcrítico. Esto se representa en la Fig. 2.8. Para ambos casos el
comportamiento es lineal hasta el punto donde la matriz alcanza su resistencia máxima. Luego, si el
contenido de fibras es elevado, se produce un incremento de resistencia, debido a que estas absorben
todas las tensiones de tracción aunque la matriz esté fisurada. El caso más usual es tener un
contenido de fibras bajo por cuestiones de practicidad o trabajabilidad de la mezcla, en donde se
produce una súbita caída, seguida por un nivel bajo de tensión denominado meseta de post-
fisuración, resultado del continuo arrancamiento y de la fricción de las fibras metálicas. El valor de
la tensión en la meseta mencionada, es la resistencia de rotura o resistencia residual del hormigón
con fibras.
En este trabajo, se analizará un contenido de fibras sub-crítico, debido a que es lo usual teniendo
en cuenta los porcentajes de fibras que se pueden utilizar por cuestiones prácticas. Para este tipo de
comportamiento, existen ecuaciones empíricas para calcular la resistencia residual. Una de ellas es
propuesta por Huang V. Z. (1995)(5):
En donde:
0,30∗l
- k=
d
- l : longitud de la fibra
- d : diámetro de la fibra
Existen otras expresiones en la bibliografía, pero se utilizó esta debido a su buena aproximación
en los resultados de ensayos, y porque permite calcular la resistencia en función del contenido de
fibras.
En donde:
El módulo de elasticidad del HRFA, se puede calcular aplicando la teoría de los materiales
multifase(6), y dado que se trata de fibras cortas (l/d<50) aleatoriamente distribuidas en la masa, se
puede establecer que:
En donde:
Zona 3: ε ' tR ≤ ε R ≤0
Zona 4: 0 ≤ ε R ≤ ε ' cR
Se consideró la tensión constante, e igual al valor residual de la tensión de tracción (f’ tuR).
Los ensayos muestran que en realidad existe un incremento a medida que la deformación se
acerca a 0, pero al ser muy pequeño, se adoptó como un valor constante.
Zona 3: ε ' tR ≤ ε R ≤0
El módulo de elasticidad del hormigón reforzado con fibras, se calcula con Ec. 2.11.
Zona 4: 0 ≤ ε R ≤ ε ' cR
f ' cR∗x∗r
f R= Ec. 2.15
r−1+ x r
En donde:
[ ]
0,54
1+ 12.71∗( V f )
f ' cR =f ' c∗ Ec. 2.16
100
εR
x= Ec. 2.17
ε ' cR
EcR
r= Ec 2.18
E cR−E secR
f ' cR
E secR= Ec 2.19
ε ' cR
Figura 2.10. Incremento porcentual de la resistencia máxima en función del contenido de fibras.
Figura 2.11. Variación de la tensión de rotura respecto a la tensión máxima para distintos
porcentajes de fibras.
f R =f ' cuR +
[ ( f ' cR −f ' uR )∗( ε' cR −ε R )
( ε' cuR−ε ' cR ) ] Ec 2.21
Conociendo las ecuaciones para las 5 zonas, se hizo una planilla en el programa EXCEL, para que
ingresando los datos mencionados en todas ecuaciones anteriores, se pueda determinar los
parámetros necesarios para graficar la curva. En la Tabla 2.2, los casilleros en celeste representan los
valores a adoptar:
f 'c 25 MPa
Ec 23650 MPa
Vf 0.5%
Ef 200000 MPa
η 0.41 -
l 50 mm
d 1 mm
EcR 23941.75 MPa
EsecR 9062 MPa
f ' cR 27.19 MPa
f ' cuR 13.32 MPa
f 't 3.00 MPa
f ' tR -3.04 MPa
f 'tuR -0.59 MPa
ε' tuR -0.01000
ε' tR2 -0.00025
ε' tR -0.00013
ε' c 0.00106
ε' cR 0.00300
ε'cuR 0.01000
r 1.61
Tabla 2.2 Valores necesarios para la gráfica tensión deformación del HRFA.
Se calculan las tensiones para las diferentes deformaciones, resumidas en la Tabla 2.3 y se grafican
las correspondientes curvas tensión-deformación en la Fig. 2.12:
εR fR (MPa) εR fR (MPa)
-0.02000 0.00 0.00143 22.84
-0.01500 0.00 0.00157 23.81
-0.01000 -0.59 0.00171 24.62
-0.00800 -0.59 0.00186 25.28
-0.00500 -0.59 0.00200 25.81
-0.00300 -0.59 0.00214 26.23
-0.00100 -0.59 0.00229 26.56
-0.00025 -0.59 0.00243 26.81
-0.00019 -1.82
0.00257 26.99
-0.00013 -3.04
0.00271 27.10
-0.00006 -1.52
0.00286 27.17
0.00000 0.00
0.00300 27.19
0.00014 3.38
0.00370 25.80
0.00029 6.59
0.00400 25.20
0.00043 9.57
0.00500 23.22
0.00057 12.28
0.00071 14.70
0.00600 21.24
0.00086 16.84 0.00700 19.26
0.00100 18.70 0.00800 17.28
0.00114 20.31 0.00900 15.30
0.00129 21.68 0.01000 13.32
fR (MPa)
εR
0.0% 0.25% 0.50% 0.75% 1.00%
-0.02000 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
-0.01500 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
-0.01000 0.00 -0.31 -0.59 -0.85 -1.09
-0.00800 0.00 -0.31 -0.59 -0.85 -1.09
-0.00500 0.00 -0.31 -0.59 -0.85 -1.09
-0.00300 0.00 -0.31 -0.59 -0.85 -1.09
-0.00100 0.00 -0.31 -0.59 -0.85 -1.09
-0.00028 0.00 -0.31 -0.59 -0.85 -1.09
-0.00021 -1.66 -1.65 -1.79 -1.92 -2.03
-0.00014 -3.31 -2.99 -2.99 -2.98 -2.97
-0.00007 -1.66 -1.50 -1.49 -1.49 -1.49
0.00000 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
0.00010 2.35 3.33 3.32 3.32 3.31
0.00020 4.62 6.49 6.50 6.50 6.50
0.00030 6.79 9.41 9.45 9.47 9.49
0.00040 8.82 12.06 12.14 12.19 12.23
0.00050 10.72 14.42 14.56 14.65 14.72
0.00060 12.46 16.50 16.69 16.83 16.95
0.00070 14.06 18.31 18.57 18.75 18.91
0.00080 15.50 19.87 20.18 20.42 20.62
0.00090 16.81 21.19 21.57 21.86 22.09
0.00106 18.59 22.32 22.75 23.08 23.35
0.00110 19.02 23.26 23.74 24.10 24.41
0.00120 19.95 24.03 24.56 24.96 25.30
0.00130 20.76 24.67 25.23 25.67 26.03
0.00140 21.48 25.18 25.78 26.24 26.63
0.00150 22.10 25.59 26.21 26.69 27.10
0.00180 23.51 25.91 26.55 27.05 27.47
0.00200 24.13 26.14 26.80 27.31 27.75
0.00220 24.55 26.31 26.98 27.50 27.95
0.00240 24.82 26.42 27.10 27.63 28.08
0.00260 24.96 26.48 27.17 27.70 28.15
0.00280 25.00 26.50 27.19 27.72 28.18
0.00370 20.00 24.82 25.80 26.56 27.22
0.00400 18.00 24.09 25.20 26.07 26.81
0.00500 10.00 21.68 23.22 24.42 25.44
0.00600 0.00 19.27 21.24 22.77 24.07
0.00700 0.00 16.87 19.26 21.12 22.70
0.00800 0.00 14.46 17.28 19.47 21.33
0.00900 0.00 12.05 15.30 17.82 19.97
0.01000 0.00 9.64 13.32 16.17 18.60
Figura 2.13. Comparación de curvas tensión-deformación con las expresiones propuestas, para
distintos contenidos de fibras (f’c=25MPa).
La misma comparación se realizó tomando como constante el valor del contenido de fibras
(Vf=0.5%), y variando las calidades del hormigón. Los resultados obtenidos se resumen en la Tabla
2.5 y su graficación se presenta en la Fig. 2.14.
fR (MPa)
εR
H-20 H-25 H-30
-0.02000 0.00 0.00 0.00
-0.01500 0.00 0.00 0.00
-0.01000 -0.51 -0.59 -0.67
-0.00800 -0.51 -0.59 -0.67
-0.00500 -0.51 -0.59 -0.67
-0.00300 -0.51 -0.59 -0.67
-0.00100 -0.51 -0.59 -0.67
-0.00028 -0.51 -0.59 -0.67
-0.00021 -1.59 -1.79 -1.97
-0.00014 -2.67 -2.99 -3.27
-0.00007 -1.33 -1.49 -1.63
0.00000 0.00 0.00 0.00
0.00010 2.95 3.32 3.66
0.00020 5.71 6.50 7.20
0.00030 8.22 9.45 10.55
0.00040 10.44 12.14 13.67
0.00050 12.39 14.56 16.52
0.00060 14.08 16.69 19.10
0.00070 15.52 18.57 21.39
0.00080 16.74 20.18 23.41
0.00090 17.77 21.57 25.17
0.00106 18.63 22.75 26.69
0.00110 19.34 23.74 27.98
0.00120 19.93 24.56 29.06
0.00130 20.40 25.23 29.96
0.00140 20.78 25.78 30.69
0.00150 21.08 26.21 31.28
0.00180 21.31 26.55 31.74
0.00200 21.49 26.80 32.09
0.00220 21.61 26.98 32.34
0.00240 21.69 27.10 32.50
0.00260 21.73 27.17 32.59
0.00280 21.75 27.19 32.62
0.00370 20.64 25.80 30.96
0.00400 20.16 25.20 30.25
0.00500 18.58 23.22 27.87
0.00600 16.99 21.24 25.49
0.00700 15.41 19.26 23.11
0.00800 13.82 17.28 20.74
0.00900 12.24 15.30 18.36
0.01000 10.65 13.32 15.98
Tabla 2.4. Valores de tensión para comparar curvas para distintas calidades de hormigón.
Las tensiones de tracción de rotura no tienen gran variación al modificar los porcentajes
de fibras o la calidad del hormigón.
A diferencia del hormigón, el acero tiene un comportamiento dúctil. El mismo puede observarse
en la Fig. 2.15, en donde se distinguen claramente 3 zonas hasta alcanzar su rotura. La primera deja
en evidencia el comportamiento elástico del material antes de la fluencia. Al finalizar el rango
mencionado, se representa la segunda zona por una meseta en donde la tensión se mantiene constante
a medida que la deformación se incrementa. En la tercera zona se produce el endurecimiento del
material y la tensión aumenta, hasta llegar a la resistencia máxima, la cual es considerada 1,5 veces
mayor a la tensión de fluencia. Una vez que se alcanza el valor máximo, la curva sufre un descenso
hasta alcanzar la rotura del material.
Si se comparan diferentes aceros con distintos valores de tensiones de fluencia, se observa que a
valores mayores, menor es la ductilidad del material por tener deformaciones de roturas menores.
Como en estructuras sometidas a la acción sísmica es necesario tener elementos estructurales
dúctiles, se recomienda para zonas sísmicas, no utilizar aceros con tensión de fluencia superior a 420
MPa.
A diferencia de otros modelos en los cuales se considera un comportamiento bilineal del acero,
este modelo considera las tres zonas explicadas anteriormente, considerando el endurecimiento del
acero, con lo que se puede afirmar que es más exacto. Los tres tramos de las curvas se describen con
las siguientes ecuaciones:
- 0 ≤ εs≤ ε y
- ε y ≤ ε s ≤ ε sh
- ε sh ≤ ε s ≤ ε su
f s=f y ∗
[ m∗( ε s−ε sh ) +2
60∗( ε s−ε sh ) +2
+
( ε s −ε sh)∗( 60−m )
2∗( 30∗r +1 )
2
] Ec. 2.24
Donde:
- f s: Tensión en el acero.
-
m=
( )
f su
fy
2
∗(30∗r +1 ) −60∗r −1
Ec. 2.25
2
15∗r
- r =ε su ε sh Ec. 2.26
Con las ecuaciones descriptas para el modelo de Park y Paulay para aceros, se realizó el diagrama
de la Fig. 2.16 para el acero ADN 420, a utilizarse en los siguientes capítulos como acero de
refuerzo.