Movilidad Urbana

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MOVILIDAD URBANA – TRANSPORTE

La movilidad urbana es el conjunto de desplazamientos, tanto de personas como de


mercancías, que se producen en una ciudad con el objetivo de recorrer la distancia que
separa un lugar de otro. Se suele clasificar la movilidad urbana que utilizan un medio de
transporte en transporte público y privado. Los movimientos que se realizan en las
ciudades pueden ser no motorizadas, como peatonal, mediante bicicleta, patinete,
patines, etc. o motorizadas en moto, coche, furgoneta, tráiler, autobús, tranvía, metro,
etc.

La movilidad se conceptualiza en los desplazamientos origen – destino que tienen lugar


en las ciudades y zonas urbanas, ya sea por medios de transporte motorizados o no
motorizados, particulares o colectivos, de acuerdo con los modos de transporte que una
persona puede utilizar para trasladarse de un lugar a otro.

La problemática de la movilidad urbana en las ciudades no es un factor de reciente


aparición. Fue introducida entre las discusiones de los expertos, por primera vez, en la
década de los sesenta como parte de un conjunto conceptual denominado
“sostenibilidad”. Sin embargo, nunca había sido considerada de tan vital importancia
como hasta ahora.

Las ciudades en América Latina concentran casi el 80% de la población de sus países y
el sistema de transporte se convierte en un elemento central en las dinámicas de
desarrollo de las ciudades. En la actualidad, la agenda de los gobiernos municipales
latinoamericanos es, en esencia, una agenda de desarrollo urbano. Si, ampliamente, la
mayoría de la población de la región vive en centros urbanos y, se llegará a cerca del
90% en las próximas décadas, los esfuerzos para afrontar una mayor inclusión social y
luchar contra la pobreza se concentran en atender las poblaciones residentes en las
grandes ciudades. La movilidad urbana es entonces un factor determinante tanto para la
productividad económica del territorio como para la calidad de vida de sus ciudadanos y
el acceso a servicios básicos de salud y educación.

Durante mucho tiempo las acciones para mejorar las condiciones de movilidad se han
enfocado en incrementar la velocidad de los traslados, principalmente a través del
aumento de la capacidad vial, pero se ha demostrado que esas intervenciones sólo
promueven un incremento en el parque vehicular y, por lo tanto, generan nueva
demanda. Estudios realizados por Naciones Unidas explican que el efecto de este tipo
de acciones, tienen una duración aproximada de seis meses.

En los modelos de movilidad actual, se destina mayor cantidad de espacio público para
el automóvil, y no para las personas como actores principales de las ciudades; lo que ha
llevado a un modelo de ciudad y de movilidad insostenible. Se está inmerso en un
círculo vicioso donde mientras crece el número de vehículos en la ciudad, más se
saturan las calles y avenidas; entonces se aumenta la capacidad vial construyendo más
calles, avenidas, puentes, bajo niveles, etc.; y como resultado se propician nuevos
usuarios del automóvil y nueva saturación vial.

La ciudad de peatones y ciclistas

Los traslados que no son realizados con la ayuda de un motor, como lo son los traslados
a pie y en bicicleta, además de ser más saludables, ayudan a mejorar la calidad del
ambiente, reducir accidentes viales, ser más equitativos por su bajísimo costo, e
impulsan una dinámica urbana mucho más social y una ciudad mucho más vivible. Para
hacer ciudad, hay que hacer ciudadanía, y ésta se forma en el espacio que es público. 

Por otro lado, más personas en las calles generan más percepción de seguridad. Existe
una teoría que explica que “los ojos en la calle” son claves para una ciudad más
dinámica y segura. Cuando en una calle es transitada por personas de a pie o en
bicicleta, interactúan con el contexto que las rodea.

A diferencia de las personas que van en automóvil, las que caminan o utilizan bicicleta,
van más atentas y son visualmente partícipes de todo aquello que sucede a su alrededor.
Cuando hay personas, la calle se percibe más segura y esto atrae a más personas.
Un tema recurrente por la no aceptación por los comerciantes de las ciudades, es la
peatonalización o prioridad peatonal de las zonas comerciales; actuación urbana que
suelen encarar los gobiernos municipales. Los comerciantes sostienen que impedir el
paso de los automóviles trae menos clientes a la zona o centro comercial, cuando todas
las experiencias bien llevadas a cabo, demuestran lo contrario. Las calles con buena
concentración de capacidad económica son atractivas para las personas; una sensación
de fácil accesibilidad, con atractivos, sin obstáculos ni atascos genera mayores flujos de
movilidad peatonal. Numerosas ciudades del mundo pueden dar testimonio de esta
situación.

En los últimos años han prosperado los sistemas de transporte público con bicicletas, los
que, mediante equipamiento urbano, se alquilan o prestan de modo gratuito a las
personas, con el propósito de prestar un servicio de movilidad rápido, práctico y
sustentable. La primera generación de sistemas de este tipo nació en la ciudad de
Amsterdam en la década del sesenta, las que se dejaban por toda la ciudad para el uso
gratuito de las personas.

Hace unos diez a quince años atrás el sistema de bicicletas públicas cambió y
aparecieron entidades o municipios a cargo del mantenimiento y control de las mismas.
En el año 2013 se hablaba de la existencia de sistemas de bicicletas públicas en más de
500 ciudades. Actualmente, los sistemas de bicicletas públicas cuentan con sistemas de
operación más sofisticados, con más control de los usuarios, forma de pago, tiempo de
uso, tiempo de viaje, mantenimiento y disponibilidad en cada estación. Además, se les
han agregado softwares que permiten generar información sobre patrones de uso para
una mejor toma de decisiones sobre el sistema, su uso, accesibilidad, disponibilidad,
impacto, etc.

El uso de estos sistemas de bicicletas públicas aporta muchos beneficios hoy a las
personas que viven en las ciudades y los gobiernos que las administran:

 Tiempos de implementación y costos menores a cualquier otro sistema de


transporte público.
 Costo muy bajo para los usuarios y uso limitado en tiempo, lo que permite
disponibilidad y rotación.
 Multimodalidad de transporte en la ciudad, combinado con transporte público,
auto y caminar.
 Mejor cobertura de viajes sustentables, se puede llegar a lugares en que el
transporte público no llega o el servicio es deficiente, y hay tramos largos para
caminar.

Aún hay varios obstáculos que superar para que estos sistemas funcionen mejor.
Además de los problemas de vandalismo y falta de cuidado de las bicicletas, la
problemática más importante se relaciona con la infraestructura disponible en la ciudad
para poder circular. El diseño de estos sistemas debe incorporar los criterios de
comodidad, legibilidad y seguridad. Trabajar en la cultura vial de los ciudadanos es otra
premisa, fomentando la actitud de respeto y cordialidad en la vía pública.

Las motocicletas en el escenario actual del tránsito en las ciudades


El parque de motocicletas en las zonas urbanas ha crecido vertiginosamente en los
últimos 15 años. Municipios grandes, medianos y pequeños están incluidos en este
escenario donde la motocicleta es un medio de transporte muy importante por la
cantidad, pero su uso extensivo no está debidamente regulado, lo que es factor de
muchos accidentes.

La demanda creciente de moto vehículos está asociada a distintas variables que se


vinculan con el uso de este tipo de vehículos:

 Transporte de uso particular, muchas veces como sustituto del transporte


público.
 Esparcimiento.
 Servicios de distribución de mercaderías y mensajería.
Dado los múltiples usos de un medio de transporte que se tornó masivo, resulta
prioritario establecer medidas claras, no para regular su uso en sí, sino para alentar su
buen uso y reducir los índices de accidentes, entendiendo los aspectos focales de la
actividad sin descuidar la perspectiva global en materia de seguridad vial y partiendo
del punto que es necesario considerar las motos como las nuevas protagonistas de la vía
pública a nivel nacional, provincial y local, desde las grandes ciudades hasta en el más
pequeño de los municipios.

El Dr. Ricardo Montezuma, Director de la Fundación Ciudad Humana de Colombia,


agrega que el ciclomotor se revaloró como una verdadera alternativa de movilidad,
debido a atributos como la accesibilidad, la flexibilidad, la agilidad en el recorrido, la
facilidad de estacionamiento y su bajo consumo de combustible. Del lado de la oferta, la
diversificación en los modelos, la reducción de precios de venta, las amplias
modalidades de financiamiento y buen servicio post-venta se conjugan con aspiraciones
de los demandantes.

El punto más débil del tránsito en motocicletas es su índice de accidentes de tránsito con
víctimas graves o fatales, lo que lleva a diseñar políticas concretas municipales ya que
representa un importante problema de salud pública. La principal causa de muerte en los
accidentes en motocicletas es la falta de casco, ya que su uso no se cumple plenamente
en muchos lugares del país.

El transporte público sostenible


La tendencia mundial indica que aún existe una preferencia del uso del automóvil
particular por sobre otro medio de transporte. Se calcula que en muy pocos años los
niveles de contaminación en las ciudades serán preocupantes en materia de salud
pública. En las grandes ciudades, o en aquellas que las distancias son largas, el caminar
o desplazarse en bicicleta es poco viable. Los sistemas colectivos de transporte, sean
ómnibus, trenes, tranvías, subtes o metros, son imprescindibles para un transporte
eficiente, económico y ambientalmente sustentable.
Los beneficios para las personas de un sistema de transporte público eficiente son
muchos:

 Menor costo para el ciudadano.


 Mayor seguridad vial.
 Mejor salud, ya que el tomar transporte público implica desplazarse caminando
entre uno y otro, o hacia el lugar de destino.
 Menores tiempo de traslado.
 Más interacción con otros ciudadanos.
Además de una vital concientización social que impulse entre los ciudadanos el
uso de bicicletas o del auto compartido, también es muy importante la inversión
en el desarrollo de proyectos que potencien la movilidad sostenible en el
transporte público. ¿Pero en qué consiste exactamente la sostenibilidad en el
ámbito de la movilidad?

El concepto de sostenibilidad, aplicado a la movilidad urbana, consiste en crear una red


de transporte público que se sustente en tres pilares:

 Calidad de vida de los ciudadanos.


 Promoción del desarrollo económico.
 Preservación del ambiente.
Para lograr ciudades sostenibles, el transporte público debe tener preferencia sobre el
automóvil. Con cada vehículo particular que se agrega a las calles aumenta la
congestión vehicular, el tiempo de traslado de bienes y personas, el consumo de
combustible y la contaminación; todo ello en menoscabo de la competitividad de la
ciudad y la calidad de vida de sus habitantes. Por otro lado, el automóvil usa el suelo
urbano de manera poco eficiente: al estar estacionado 95% del tiempo, un auto puede
ocupar el mismo o más espacio que la oficina de su conductor. En contraposición, el
transporte público está en funcionamiento durante la mayor parte del día y utiliza hasta
50 veces menos espacio vial por pasajero transportado.

Por tanto, es necesario emprender medidas para que los ciudadanos opten por dejar sus
autos en casa, lo cual es posible a través de mejoras en los tiempos de traslado, la
confiabilidad, la seguridad y la cobertura de la red de transporte público. Un sistema de
transporte público atractivo y conveniente puede competir contra las opciones privadas
de transporte.

Las opciones de transporte público, tanto motorizado como no motorizado, necesitan


serdiversificadas de acuerdo a los estudios de demanda a nivel local. Es preciso
fortalecer las rutas de alimentación – aquellas que conectan los lugares más apartados
con los principales corredores urbanos – a través de ciclovías y vías peatonales más
seguras, trenes ligeros, autobuses en carriles confinados que complementen la
infraestructura existente y conecten la corona de las ciudades con el centro. Es necesario
facilitar y agilizar los cambios modales, para lo cual se recomienda el uso de
estacionamientos accesibles donde se puedan cambiar los vehículos particulares por
otros medios de transporte. Asimismo, todas las opciones motorizadas es importante
que incorporen tecnologías limpias con combustibles limpios.

Un reto fundamental del sector es integrar esta diversidad de medios de transporte a


través de tarifas y sistemas de prepago únicos, así como introducir rutas con horarios
preestablecidos de paradas y arribos. De esta manera, los trasbordos serán más rápidos,
confiables y cómodos para el usuario. Una vez que se hayan planeado integralmente la
renovación y ampliación de las redes públicas de movilidad urbana, tendrá sentido
priorizar el uso de las vías públicas para acomodar al transporte colectivo, aún cuando
ello implique sacrificar algo del espacio conferido a los automóviles.
Las propuestas anteriores sólo serán viables si se aplican instrumentos económicos, los
cuales deben tener un doble propósito: ser una fuente predecible de financiamiento y
contribuir a desincentivar el uso del automóvil particular. En este sentido, los
instrumentos más efectivos son las tarifas sobre los combustibles, los cargos por el uso
de vialidades urbanas, el uso de parquímetros, las multas a vehículos ostensiblemente
contaminantes y las tarifas de estacionamientos públicos en zonas de alta congestión
vehicular.

El plan de movilidad urbana sostenible

El plan de movilidad urbana sostenible es un plan basado en prácticas de planificación


existentes y que tiene en cuenta los principios de integración, participación y evaluación
para satisfacer las necesidades de movilidad de las personas, hoy y mañana, para una
mayor calidad de vida en las ciudades y sus alrededores.

Un plan de movilidad urbana sostenible debe tener como objetivos crear un sistema de
transporte urbano a partir de:

 Garantizar la accesibilidad para todos al lugar trabajo, a los servicios (salud y


educación) y a las zonas económicas y otras de interés.
 Mejorar la seguridad.
 Reducir la contaminación, las emisiones de gases de efecto invernadero y el
consumo de energía.
 Aumentar la eficiencia y la efectividad del costo del transporte de pasajeros y
mercancías.
 Hacer más atractivo y mejorar la calidad del entorno urbano.

El alcance de un plan de movilidad urbana sostenible tiene que abarcar todos los modos
y formas de transporte de toda la aglomeración urbana, incluyendo desplazamientos y
estacionamientos públicos y privados, de pasajeros y mercaderías, motorizados y no
motorizados.
El plan de movilidad urbana sostenible es un medio para afrontar de manera eficaz,
problemas relacionados con el transporte en áreas urbanas, basado en prácticas
existentes y en marcos regulatorios, que integra:

 Una estrategia participativa, que involucre a los ciudadanos, a los actores


predominantes y a los líderes de opinión.
 Un compromiso con la sostenibilidad, que desarrolle los principios acordados de
sostenibilidad y movilidad e incorpore criterios sociales, económicos,
medioambientales y político institucionales.
 Un enfoque integrado, entre las diferentes áreas de gobierno; y entre diferentes
gobiernos si se trata de zonas metropolitanas, y actores partícipes del tema.
 Una visión clara con objetivos cuantificados y mensurables, que incorpore el
largo plazo, ya que las inversiones a realizar son importantes, y cuantifique los
resultados concretos a alcanzar. Debe cubrir todos los modos y formas de
transporte: público y privado, pasajeros y mercancías, motorizado o no
motorizado, en movimiento o estacionado.
 Un análisis de los costos y beneficios del transporte, ya que los recursos
necesarios son siempre importantes y los presupuestos limitados. Es crucial el
mayor impacto posible en términos de ciudadanos de los recursos invertidos.

La movilidad urbana es entonces un factor determinante tanto para la productividad


económica de la ciudad como para la calidad de vida de sus ciudadanos y el acceso a
servicios básicos de salud y educación.

ESPACIOS PÚBLICOS
El espacio es la parte que ocupa un objeto sensible, la capacidad de un terreno o la
extensión que contiene la materia existente. Público, del latín publĭcus, es un adjetivo
que permite nombrar aquello que resulta manifiesto, notorio, sabido o visto por todos, y
a aquello que pertenece a toda la sociedad y es común del pueblo.

El espacio público, por lo tanto, es el lugar que está abierto a toda la sociedad, a
diferencia del espacio privado que puede ser administrado o hasta cerrado según los
intereses de su dueño.
Un espacio público, por lo tanto, es de propiedad estatal y dominio y uso de la
población general. Puede decirse, en general, que cualquier persona puede circular por
un espacio público, más allá de las limitaciones obvias que impone la ley.

En concreto, entre los muchos tipos de espacios públicos que existen destacarían las
calles, las plazas, los pabellones municipales deportivos, las escuelas, los centros
hospitalarios, las bibliotecas, las estaciones de tren o autobuses, las bibliotecas, las
autovías, las carreteras…

Lo habitual es que el espacio público sea aquel lugar destinado al uso social típico de la
vida urbana, como un parque donde la gente puede acudir con fines de recreación o
descanso.

La administración pública es la encargada de la regulación y la gestión del espacio


público, fijando sus condiciones de uso. El gobierno de turno debe garantizar la
accesibilidad del espacio público a todos los ciudadanos, sin distinciones de ningún tipo.
Un espacio público, por ejemplo, no puede estar cerrado a cierta clase social o a
determinada etnia.

Como escenario de la interacción social, el espacio público cumple con funciones


materiales (al dar soporte físico a las actividades colectivas) y funciones simbólicas
(permite el intercambio y el diálogo entre los miembros de la comunidad).

El espacio público es el escenario de la interacción social que congrega funciones


materiales y tangibles, en tanto es el soporte físico de las actividades cuyo fin es
satisfacer las necesidades urbanas colectivas que trascienden los límites de los intereses
individuales para convertirse en un espacio común y colectivo.

Pero también posee un componente inmaterial, intangible, en tanto es el reducto donde


convergen manifestaciones y comportamientos de distintos grupos y donde se dan cita
diversas relaciones sociales. Ese sentido de identidad, de pertenencia, de participación y
de representación simbólica es tan importante como su naturaleza tangible, física.

Los espacios públicos urbanos pueden contribuir a la construcción de identidad social,


sentido de pertenencia y confianza en lo colectivo. Actúan como motivadores de
desarrollo urbano, económico y social y a la vez, son lugares de tolerancia, creación,
producción y difusión cultural. Analizando ejemplos de diseño, planificación urbana e
intervenciones en espacios públicos, notamos que a veces se promueve la acción de los
usuarios o residentes del entorno inmediato, otras se intentan minimizar el impacto
ecológico con muy buenos resultados. Interesantes resultan las experiencias en la puesta
en valor de los terrenos baldíos o remanentes, que se transforman en lugares acogedores
con calidad de vida y manejo ambiental. Es notorio el logro de modestas intervenciones
en contextos urbanos degradados, a través de una rehabilitación no solo física sino
fundamentalmente social.

Estas acciones van acompañadas por una optimización importante en materia de


accesibilidad, movilidad, conectividad, sustentabilidad, confort, comunicación e
inclusión social. Toda propuesta de diseño en el espacio público implica trabajar desde
la interdisciplinariedad, al tener que dotarlos de un equipamiento urbano: bancos,
cestos, bebederos, luminarias, piezas que se integran al paisaje urbano, así como de
soportes para brindar información y asegurar la comunicación empática con el usuario.
Todo contribuye a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Se hace necesario plantear estrategias que pongan en evidencia la interdependencia


entre recreación, creatividad, actividades culturales, lúdicas y sociales, promoviendo un
entorno que asegure el bienestar colectivo. En la atención que se presta a los espacios
públicos urbanos se reconoce el derecho que los ciudadanos tienen a una mejor calidad
de vida. En general, son las administraciones públicas las encargadas de la regulación y
gestión primaria del espacio público, fijando condiciones de uso, garantizando la
accesibilidad a los ciudadanos, creando paisajes más adecuados para el desarrollo de las
distintas actividades.

Son las organizaciones intermedias, las instituciones privadas, las que aportan nuevas
perspectivas, crítica y continuidad a las acciones. Es el ciudadano quien enriquece las
miradas con la experiencia

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