Educación Sexual Integral en Las Escuelas (ESI)

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Docente: Marcela Gómez.

Ciclo: 2º ciclo.

Establecimiento: Escuela Nº 30, “General


Pedernera”.

Ciclo lectivo: 2016.


Educación Sexual Integral en las escuelas.
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A partir de la sanción de la Ley Nacional 26.150 de Educación Sexual Integral, el Ministerio de


Educación de la Nación consultó a las jurisdicciones sobre sus experiencias y recorridos en materia
de educación sexual, y convocó a expertos y expertas en la temática y a representantes de distintos
credos a fines de construir acuerdos curriculares en torno a su implementación en las escuelas de
todos los niveles educativos.
De este proceso de consultas y búsqueda de consenso, surgieron los Lineamientos Curriculares
para la Educación Sexual Integral (ESI), que definen el piso común de los contenidos curriculares
válidos para todos los niveles y modalidades del sistema educativo, para todas las escuelas públicas
– tanto de gestión estatal y privada – y para todas las jurisdicciones, en el Consejo Federal de
Educación (Resolución 45/08).

A qué llamamos sexualidad.

Tradicionalmente, las temáticas referidas a la sexualidad no eran consideradas propias de los


aprendizajes de la infancia, sino de los periodos más avanzados de la vida, como la pubertad o la
adolescencia. Durante mucho tiempo, las sociedades y las personas entendimos que hablar de
sexualidad era posible recién en el momento en que las niñas y los niños ya dejaban de serlo. Esto
era así, entre otros factores, porque el concepto de sexualidad estaba fuertemente unido al de
genitalidad. Desde esta mirada, la educación sexual en la escuela se daba preferentemente en la
Educación Secundaria – y en particular, durante las clases de Biología – y se priorizaban algunos
temas, como los cambios corporales en la pubertad o la reproducción humana.
Cuestiones vinculadas a la expresión de sentimientos y de afectos, la promoción de valores
relacionados con el amor, la amistad y la reflexión sobre los roles y funciones atribuidos a mujeres
y a varones no formaban parte de los contenidos vinculados a la educación sexual.
El concepto de sexualidad que proponemos excede ampliamente la noción de “genitalidad” o
de “relación sexual”. Consideramos a la sexualidad como una de las dimensiones constitutivas
de la persona, relevante para su despliegue y bienestar durante toda su vida, que abarca
aspectos biológicos, como psicológicos, sociales, afectivos y éticos. Esta concepción es sostenida
por la Organización Mundial de la Salud:
“ El término sexualidad se refiere a una dimensión fundamental del hecho del ser humano- (…)
Se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades,
prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos,
psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales. (…) En resumen, la
sexualidad se practica y se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos”.

La Educación Sexual Integral en la escuela.

En las instituciones educativas, la Educación Sexual Integral constituye un espacio sistemático


de enseñanza y aprendizaje que comprende contenidos de distintas áreas curriculares, adecuadas a
las edades de niños y niñas, y abordados de manera transversal y/o en espacios específicos. Incluye
el desarrollo de saberes y habilidades para el cuidado del propio cuerpo; la valoración de las
emociones y de los sentimientos en las relaciones interpersonales, el fomento de valores y actitudes
relacionados con el amor, la solidaridad, el respeto por la vida y la integridad de las personas; y el
ejercicio de los derechos relacionados con la sexualidad. También promueve el trabajo articulado
con las familias, los centros de salud y las organizaciones sociales.
Asumir la educación sexual desde una perspectiva integral demanda un trabajo dirigido a
promover aprendizajes desde el punto de vista cognitivo, pero también en el plano de lo afectivo, y
en las prácticas concretas vinculada a la vida en sociedad.
 Punto de vista cognitivo: apunta a generar aprendizajes de conocimiento, entendemos que
el suministro de información científicamente validada, acorde a cada etapa de desarrollo, es
fundamental. Sin embargo sabemos, que con la información solamente no alcanza, y que
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también es necesario trabajar sobre los prejuicios y las creencias que sostienen actitudes
discriminatorias y el conocimiento de derechos y obligaciones.
 Punto de vista afectivo: consideramos que, desde la escuela, es posible trabajar para
desarrollar capacidades emocionales como la solidaridad, la empatía, la expresión de los
sentimientos en el marco del respeto por los y las demás. Teniendo en cuenta, además, la vía
de aprendizaje informal que constituye la experiencia de vivir, es posible diseñar enseñanzas
sistemáticas, orientadas a generar formas de expresión de los afectos que mejoren las
relaciones interpersonales y promuevan el crecimiento integral de las personas.
 Punto de vista de las prácticas concretas: es una dimensión relacionada con el “ saber
hacer”, en que se promueve la adquisición de prácticas, tales como la posibilidad de decir
“no” frente a la coacción de otros y de otras, el fortalecimiento de conductas de cuidado
personal y colectivo de la salud, también de habilidades psicosociales, como la expresión de
sentimientos y afectos.

Propuestas de entrada a la Educación Sexual Integral a la escuela.

Cuando pensamos en cuáles son los aspectos relevantes para abordar la Educación Sexual
Integral en la escuela, las prácticas y experiencias nos indican que no hay una receta para hacerlo.
Sin embargo, el análisis de experiencias significativas nos permite identificar distintos recorridos.
Seguramente surgirán muchas preguntas, simples y complejas, y no admiten respuestas cerradas
sino más bien requieren revisar los propios supuestos y mirar estas cuestiones desde distintas
perspectivas.
 ¿Con qué saberes necesitamos contar nosotros y nosotras para brindar educación sexual
en la escuela?
 ¿Qué necesitan saber los chicos y las chicas sobre educación sexual?
 ¿Tenemos que hacernos cargo todos los docentes, o sólo algunas áreas curriculares?
 ¿Cómo podemos llegar a acuerdos si los y las docentes tenemos ideas diferentes acerca del
tema?
 Si hablamos de sexualidad, ¿estaremos promoviendo un ejercicio temprano de las
prácticas sexuales? ¿Qué dirán los padres, madres, familias al respecto?
 ¿Cuál es el territorio, sus límites, para la participación de los y las docentes y de la
escuela en la Educación Sexual Integral?
Estos y otros interrogantes reclaman ser analizados y exigen una reflexión en profundidad en lo
personal y junto a colegas. Ello nos permitirá arribar a posiciones construidos, acordados y
sostenidos colectivamente.
Consideramos que la mejor manera de abordar estos temores, prejuicios y modelos es a través
del diálogo entre adultos; poner en común estas cuestiones y discutirlas, teniendo en cuenta que los
cambios llevan su tiempo. Para esto, es necesario que en la escuela habiliten espacios de debate y
reflexión entre adultos. Tanto en estos encuentros como los destinados a la capacitación docente, no
es suficiente contar con ciertos saberes, sino también desarrollar la capacidad de acompañamiento,
de reconocimiento del otro, de cuidar y de escuchar.

Contenidos y propuestas para el aula.

Ejercer nuestros derechos. Está orientado a trabajar en la escuela sobre la apropiación del
enfoque de los derechos humanos como orientación para la convivencia social. El foco está
puesto en aquellos derechos que se vinculan al respeto por las otras personas y los otros en
las relaciones interpersonales, el acceso a conocimientos del cuerpo y la expresión de
sentimientos y necesidades vinculadas a la sexualidad, y la promoción de aprendizajes de
prácticas de defensa de derechos, por Ej. El derecho de recibir información científicamente
validada o el no ser discriminado.
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Respetar la diversidad. Se refiere al reconocimiento y valoración de las manifestaciones de
las múltiples diferencias entre las personas. Las propuestas que formulamos están
específicamente orientadas al conocimiento de las formas de ser mujeres y de ser varones
que históricamente se han construido en nuestra sociedad. En este sentido, se propone
identificar los prejuicios y las prácticas referidas a capacidades y aptitudes vinculadas al
género, y el rechazo a todas las formas de discriminación.

Reconocer distintos modos de vida. También constituye un eje, ya que uno de los
propósitos formativos de la Educación Sexual Integral es ampliar el horizonte cultural desde
el cual cada niña y cada niño desarrolla su subjetividad como parte de un colectivo social.
En la medida en que puedan reconocer distintas formas de organización familiares, sociales
y culturales en el tiempo y en el espacio, más plenamente podrán desarrollarse y enriquecer
su mirada sobre los valores y actitudes presentes en los vínculos humanos.

Cuidar el cuerpo y la salud. Propicia el conocimiento del cambio del cuerpo humano y la
identificación de sus partes íntimas en el marco de la promoción de hábitos del cuidado de
uno mismo, de los demás y de la salud en general. También propicia la reflexión crítica
sobre los modelos y los mensajes de belleza que circulan en nuestra sociedad y que pueden
influir negativamente en la autoestima y los vínculos interpersonales.

Valorar la afectividad. Apunta a que las niñas y los niños puedan expresar, reflexionar y
valorar las emociones y sentimientos vinculados a la sexualidad, al mismo tiempo que se
promueven valores como el amor, la solidaridad y el respeto a la intimidad propia y ajena.

2012.

La Ley y su cumplimiento.

La ESI (Educación Sexual Integral). Es una Ley (26.150), por lo tanto tiene carácter de
obligatoriedad, y la misma debe cumplirse. En este sentido y no otro, es obligación de los
docentes de todos los establecimientos educativos cumplirla. Teniendo en cuenta todos estos
aspectos antes nombrados, trabajando en consenso con los padres y docentes.
Esto quiere decir, que si o si hay que trabajar la educación sexual integral en todas los
centros de educación de la Argentina, en todos los niveles. Siempre teniendo en cuenta lo
que indica la Ley y no saliéndose de la misma en ningún aspecto.
No existe aquí posibilidad alguna de tergiversación, ya que esta ley fija claramente cuáles
son los contenidos con los cuales debe trabajarse.

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