Salinas Siccha Delitos Contra La Libertad Personal

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Capítulo I

VIOLACIÓN DE LALliERTAD PIUSONAL


SUM ARIO; Subcapítuio t: Generalidades: 1. Concepto de libertad personal. 2. La
libertad personal como derecho. Subcapítulo 2: Coacción: 1. Tipo penal. 2. Jip i-
cidad objetiva. 2.1, Bien jurídico protegido, 2.2. Sujeto activo. 2.3. Sujeto pasivo. 3.
Tipicidad subjetiva. 4. Aníijurididdad. 5. Culpabilidad. 5. Consumación yTentaíiva,
7. Penalidad. Subcapítulo 3: Secuestro: 1. U p o penal, 2, Tipicidad objetiva. 2.1.
Agravantes. 2.2. Bien jurídico protegido. 2.3. Sujeto activo. 2.4. Sujeto pasivo. 3.
Tipicidad subjetiva. 4. Antíjurididdad. S. Culpabilidad. 6. Consumación. 7. Tentativa
y actos preparatorios. 8. Diferencia entre el delito de coacción y secuestro, 9.
Penalidad. 10. La pena de cadena perpetua. 11. Imponer cadena perpetua origina
un absurdo jurídico. Subcapítulo 4: Trata de personas: 1. Cuestión previa. 2, Tipo
penal. 3. Tipicidad objetiva. 3.1. Verbos rectores y conductas típicas. 3.2. Lugar de
desarrollo de las conducías típicas. 3.3. Medios coactivos típicos. 3.4. Finalidad
del agente. 3.5. Bien jurídico protegido. 3.6. Sujeto activo. 3.7. Sujeto pasivo. 4,
Tipicidad subjetiva. 5. Antijuridicidad. 6. Culpabilidad. 7.Tentativay consumación.
8. Penalidad. Subcapítuio 5: Trató de personas agravada: 1. Tipo penal. 2. Tipicidad
objetiva. 3. Circunstancias agravantes, 4, Penalidad. Subcapítuio 6: Explotación
sexual: I.Tip o penal. 2. Hermenéutica jurídica. 2.1, Agravantes con pena no menor
de quince ni m ayor de veinte años. 2.2. Agravantes con pena no menor de veinte
ni mayor de veinticinco anos. 2.3, Agravantes con pena no menor de veíntidnco
ni mayor de treinta años. 3. Penalidad, Subcapítuio 7: Esclavitud y otras formas
de explotación: 1, Tipo penal. 2. Hermenéutica jurídica. 2.1. Agravantes con pena
no m enor de quince ni m ayor de veinte años. 2.2. Agravantes con pena no menor
de veinte ni m ayor de veinticinco años. 2.3. Agravantes con pena no m enor de
veinticinco ni mayor de treinta anos, 3. Penalidad.

Subcapítuio 1
Generalidades
i
I. CONCEPTO DE LIBERTAD PERSONÁi
Cuando se habla de libertad, debe especificarse su aspecto, el mismo
que puede ser individual, es decir, atañe a una sola persona, o puede ser
social o colectiva, esto es, cuando se refiere a un conjunto de personas.

615
Ra mir o Sa l in a s Síc c h a

Se entiende que la acción restrictiva de la libertad puede concretarse


sobre una persona, lesionándole en su condición de persona particular.
Asimismo, la acción de restringir la libertad puede ser ejercitada contra
un número indeterminado de personas, lesionando, con ello, las liber-
tades sociales como, por ejemplo, la libertad de reunión.
La libertad individual o personal lo entendemos como la facultad
intrínseca de la que gozan todas las personas individualmente para elegir
y decidirse actuar como a bien tengan dentro del medio social en que
viven. La única limitación a este tipo de libertad es la libertad de otro
individuo y los parámetros que impone la ley positiva.

a. lA USgRTAD PERSONAL C O M O DERECHO


La libertad personal o individual como derecho se constituye en
uno de los principales derechos de las personas, reconocido, como ha
quedado establecido, a nivel constitucional. Se ha dicho con razón, que
el derecho a la libertad es tan igual como el derecho a la viík.
La libertad personal como derecho se traduce en la máxima recogida
en la letra del inciso 24 del artículo 2 de la Constitución Política del
Estado, que señala: ‘^dadie está obligado a hacer lo que la ley no manda,
ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe”. Es decir, nadie puede ser
obligado por persona alguna a reafear actos o acciones que la ley no
manda, ordena o prescribe específicamente. En el otro aspecto, tampoco
puede impedirse a una persona a reafear acciones o actos que la ley no
prohíbe. Actuar de manera contraria a lo prescrito vulneraría la libertad
personal y es probable que con ello se cometa un hecho punible.

Subcapítulo'2
Coacclóri
1. TIPO PENAL
El hecho punible conocido con el nomen iuris de coacción apare-
ce descrito en el tipo penal del artículo 151 del Código Penal en los
términos siguientes;

616
Derecho Penal •Parte Especia!

El que, mediante amenaza o violencia, obliga a otro a hacer lo


que la ley no manda o le impide hacerlo que ella no prohíbe será
reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años.

2. TIPICIDÁD OBJETIVA
El delito de coacción consiste en obligar a la victima a realizar algo
que la ley no manda o impedirle lo que la ley no prohíbe, haciendo uso
de la violencia o amenaza. El sujeto activo, haciendo uso de la violencia
■l-'í;;- o de la amenaza, o de ambos faaores, obliga a su víctima a realizar lo
que la ley no manda o le impide hacer lo que la ley no prohíbe.
Se entiende por violencia o como se conoce en doctrina, m ^soluta
o visphisica o vis corporalis^ a aquella fuerza o energía física que el sujeto
activo o agente descarga sobre el cuerpo de la víctima con la finalidad
de obligarle a realizar lo que la ley no manda o impedirle hacer lo que
la ley no prohíbe. En otros términos, se entiende por violencia la fu e m
física ejercida sobre una persona, suficiente para vencer su resistencia,
obligándola a hacer lo que la ley no manda o impedirle hacer lo que ella
no prohíbe. Consideramos que dentro del término “violencia” también
se incluye la violencia sobre los bienes, ya sean muebles o inmuebles,
siempre que estos tengan alguna conexión con el sujeto pasivo del deli-
Estos conceptos, al parecer, han sido seriamente internalizados
por la jurisprudencia, así por ejemplo, la resolución de la Sala Penal
de Apelaciones de la Corte Superior de Lima, de fecha 8 de junio de
1998, sostiene: en tal sentido la violencia debe ser entendida como la
faerza física sobre oirapersonay suficiente paravencer $u resistenciaypudien-
do recaer igualmente sobre bieneSy ya sea muebles o inmuebles siempre que
estos tengan alguna conexión con el sujeto pasivo del delito y en el caso de la
amenaza viene a ser anuncio del propósito de causar un mal a otra persona
mediante palabras, ^estosy actos con la misma finalidad^^^^\
La amenaza o vis compulsiva es el anuncio de un propósito de causar
un mal que realiza el agente sobre su víctima con la finalidad de doblegar

Vid. Br a mo n t -A r ias T or r es /Gar c ía C a mt iz a n o , ^997, p. 184, citando a Juan Bustos Ramírez.


Expediente N." 1379-98, e n Ro j as V ar g as /Ba c a C abr er a /N eir a H u a má n , 1999, p. 205.

617
Ra mir o Sa l in a s Sic c h a

su voluntad y, de ese modo, obligarle a realizar algo que la ley no manda


o impedirle lo que ella no prohíbe.
Es lugar común en la doctrina argumentar que el mal prometido
no necesariamente puede estar dirigido o proyectado a lesionar la vida
o la salud del propio sujeto pasivo. M uy bien puede estar dirigido hacia
un tercero que tenga vinculación afectiva con aquel Se presentará este
supuesto delictivo cuando el agente amenaza a su víctima con lesionar a
su cónyuge si no realiza lo que aquel solicita. Tiene razón Villa Steiní^^^),
cuando afirma que la amenaza podrá ser abierta o velada siempre que
resulte inequívoca a criterio del juez.
Roy Freyrel^^^ prefiere denominar a la violencia y amenaza como
la "coacción violenta""* y "coacción amenazante” respectivamente. Define
a la primera como la fúerza material que, actuando sobre el cuerpo de la
víctima, la obliga a hacer, a omitir o a permitir algo contra su voluntad;
en tanto que a la segunda, la conceptúa como el anuncio del propósito
de causar un mal que se hace a otra persona mediante palabras, gestos,
actos o símbolos, con la finalidad de impedirle hacer lo que la ley no
prohíbe o compelerle a hacer o dejar hacer algo contrario a su voluntad.
Pueden presentarse hasta cuatro supuestos independientes:

1. Obligar a hacer lo que la ley no manda por medio de la violencia


física sobre el sujeto pasivo.
2. Impedir al sujeto pasivo a realizar algo que la ley no prohíbe, ha-
ciendo uso de la violencia física.
3. Obligar a hacer lo que la ley no manda por medio de la amenaza
al sujeto pasivo.
4. Impedir al sujeto pasivo a realizar algo que la ley no prohíbe, ha-
ciendo uso de la amenaza.

El delito ..también se verifica cuando se obliga a realizar algo que la


ley no manda, caso contrario, no aparece el delito de coacción cuando una

ViLU St b n , 1998, p. 110.


Ro y pRE'riíE, 1975, p. 259-

618
Derecho Penal •.Parte Especial

persona por medio de violencia o amenaza obliga a realizar algo que


la ley manda explícita o tácitamente. U n típico ejemplo de lo indicado
lo constituye el artículo 920 del Código Civil, cuando prescribe que el
poseedor puede repeler la fuerza que se emplee contra él y recobrar el
bien, sin intervalo de tiempo, si fuere desposeído, pero en ambos casos
debe abstenerse de las vías de hecho no justificadas por las circunstancias.
Resulta interesante la jurisprudencia de fecha 23 de marzo de 1998
en la que absolvieron a la acusada por el deUto de coacción, j se afirma lo
siguiente: siemio esto as%y admitido por el agraviado se ne¿abn a
pa^wr el costo del mantenimiento de las cuatro tiendas que conducía por consi-
derarlo excesivo, queda en evidencia que la acusada MariamüaM ayta Rojas,
ai negarle el inpreso al socio moroso solo se limitó a cumplir con un acuerdo de
asamblea por lo que su conducta no espunible, tanto más si aparece de fcjas
ciento catorce que, dicho acuerdojue suscrito, entre otrospor el apraviado^^’^^^X
Asimismo, aparece el delito cuando se impide realizar algo que la
ley no prohíbe; caso contrario, si por medio de la amenaza o violencia
se impide realizar un hecho que la ley prohíbe no se evidenciará el
elemento objetivo del deüto en sede. EUo sucede cuando por medio
de amenaza o violencia se impide que determinada persona cometa un
hecho delictivo como por ejemplo, robar un banco.

2.1 . Bien jurídico protegido


Se pretende proteger o tutelar el derecho a la libertad personal
entendida como aquella facultad o atributo natural de las personas de
comportarse como a bien tengan dentro del círculo social donde les ha
tocado desenvolverse. La libertad que tiene como límite la libertad de
otra persona y los parámetros que impone el derecho, se constituyen
en el bien jurídico protegido.
Raúl Peña Cabreraí^^^l afirmaba que el bien jurídico mtelado es la
libertad de obrar, la libertad física o libertad de hacer o dejar de hacer algo.

{738¡ Expediente N.° 6633-97, en Ro ja s Va r g a s /Ba c a Cabr er a /N eir a Hua má n , 1999, p. 207.
{739! Cabr e r a , 1994, p. S 11.

619
Ra mír o Sa l in a s Sic c h a

En tanto que Bramont-Árias Torres y Garda Cantizanoí’'^®) enseñan


que el bien jurídico que se protege en el artículo 151 del C.P. es la li-
bertad personal, esto es, la libertad de obrar o de actuar de la persona
de acuerdo a su voluntad.
El tipo penal 151 pretende tutelar el bien jurídico fundamental de-
bidamente recogido en la letra del inciso 24 del artículo 2 de nuestra
Constitución Política. El mismo que daramente establece: 'Tladie esta
obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que
ella no prohíbe”.

2.2. Sujeto activo


Al iniciar el tipo penal con la frase ^^el que sirve para afirmar
que el sujeto activo del delito en análisis puede ser cualquier persona.
N o se exige alguna condidón espedal en la persona del agente. Incluso
puede ser un fundonario público.
Constituye un ejemplo práctico, la conducta que desarrolla un
ofidal de la Policía Nacional al detener a un ciudadano sin motivo apa-
rente. Detención ilegal que es dedarada a consecuencia del ejercido de
la acción de garantía de babeas corpus. Aquí se ha pretendido encontrar
confusión entre ios supuestos delictivos previstos en los tipos penales de
los artículos 151 y 376 del Código P e n i. Sin embargo, de la lectura de
ambos supuestos punibles se concluye que se diferendan abismalmente
tanto que es hnposibie pensar^ que puedan confiindirse. Los elementos
violencia o amenaza que caracterizan al delito de coacción, no aparecen
en el tipo penal del artículo 376.

2.3. Sujeto pasivo


Al utilizar el legislador la frase ^*^(...) a otro (...)” en la estructura del
tipo penal para evidenciar al sujeto pasivo, nos indica que este puede ser
cualquier persona con capacidad psicofísica de obrar. En este sentido,
quedan excluidos los inimputables por enfermedad mental y los recién
nacidos por no tener aún voluntad para ser doblegada por la coacción.

Br a mo n t -A r ias T or r es /Gar c Ia C a n t iz a n o , 1997, p. 183.

620
Derecho Penal •Parte Especial

Resulta imposible obligar a un recién nacido a realizar algo que la ley


no manda o impedirle que haga lo que la ley no prohíbe. Igual ocurre
con un inimputable mental. Por el contrario, los niños con capacidad
de obrar pueden ser sujetos pasivos del delito en hermenéuticaí^^^l.
Roy Freyrel^^^), de manera peculiar y sin exponer mayores argumen-
tos, considera que sujeto pasivo puede ser cualquier persona, incluyendo al
niño y hasta al individuo con desequiEbrios mentales, aun en ios momentos
que no tenga lucida, pues aquí no se requiere que la víctima comprenda
los extremos de la coacción, rñ tampoco que se sienta constreñido.

3. TIPICIDÁD SUBJETIVA
De la propia redacción del tipo penal se evidencia que se trata de
un delito netamente doloso, no cabe la comisión culposa o impruden-
te. Esto es, el agente conociendo perfectamente que con su conducta
limita o lesiona la libertad de su víctima, voluntariamente decide actuar
utilizando ya sea la violencia o la amenaza con la finalidad de lograr
su objetivo propuesto.
El dolo consiste en la conciencia que se tiene de que se quebranta el
deber de respetar la libertad al imponer a otro, con empleo de violencia
o amenaza, una conducta activa u omisiva contraria a la voluntad de
la víctima.

4. ÁNTUÜRIDICIDÁD
N o hay inconveniente en aceptar que en determinado hecho típico
de coacción concurra alguna de las causas de justificación previstas en
el artículo 20 del Código Penal.

5. CülPÁElüDÁD
Una vez que el operador jurídico determina que en la conducta
típica analizada no concurre alguna causa de justificación, inmediata-

(741) cfr. VlUA $TE!N, 1998a, p. 109.


(742) Ro y Fr eyr e, 1975, p. 261.

621
...

Ramir o Sal in as Sic c ha

mente analizará si el injtisto penal debe ser atribuido al agente. Es decig


deberá analizar si el agente es imputable, si al momento de actuar sabía
o tenía conocimiento de la antijuridicidad de su actuar y si pudo obrar
de manera diferente a la de exteriorizar la conducta que lesionó el bien
jurídico libertad de su víctima.

é. CONSUMACIÓN Y TENTATIVA
Es común en la doctrina considerar que el delito de coacción es de
resultado. En consecuencia, el delito se perfecciona en el mismo mo-
mento que el siyeto activo obliga al sujeto pasivo a realizar lo que la ley
no manda o le impide a realizar lo que la ley no proMbe, es decir; en el
mismo momento en que la víctima realiza en contra de su voluntad lo
que le solicita el agente, por medio de la violencia o amenaza, se habrá
consumado el delito en exégesis.
Puede evidenciarse la tentativa. En efecto, el delito se quedará en
el grado de tentativa cuando el sujeto activo ejerza la fiierza física o
prefiera la amenaza sin que el sujeto pasivo se someta a sus exigencias,
ofreciendo resistenciaí^^^f

7. PENAliOÁD
Al autor del delito de coacción, después de un debido proceso
penal, se le impondrá la pena privativa de libertad que oscila entre no
menor de dos días ni mayor de dos años, dependiendo de la forma y
circunstancias en que ocurrieron los hechos denunciados e investigados.

Subcapítul© 3
Seouesfr©
1. IIP© PENAL

El original tipo penal que recoge la figura delictiva denominado


a forma genérica como ‘=‘secuestro’\ por la evidente alarma social que

Í743) pq y 1975^ p_ 262.

622
Derecho Pena! « parte Especia!

ocasiona su comisión, ha sido modificado en varias oportunidadest^^>.


La penúltima modificación se produjo por el Decreto Legislativo
N ° 982, publicado en El Feru^no, el 22 de juUo del 2007 y su fe de
erratas, publicada el 2 de agosto del citado año.
Esta modificación, según la exposición de motivos de tmo de los
proyectos de ley que la sustentaron, tuvo como fundamento el hecho que
1 ^ » ""en el Perú contemporáneo se conoce la modalidad llamada secuestro d
puso. Entre ios anos de 1995 y 1996 ocurrieron solamente 115 secues-
tros en el Perú, de los cuales 80 fueron protagonizados por delincuentes
comunes y los otros 35 fueron ejecutados por la subversión. De los 115
secuestros, solamente en Lima se llevaron a cabo 57 secuestros. Hoy en
día son incontables los secuestros de empresarios. Uno de los recieiítes
casos es el del Sr. Carlos Tonani Camusso. Las bandas de secuesuadores
se incrementan cada vez más, con equipos logísticos sofisticados, como
el que sostuvo un feroz enfrentamiento con la policía el día 6 de febrero
de 2006, en Lima, cuando fueron aniquilados a balazos cuatro secues-
tradores en las instalaciones de Panasonic en San Juan de Lurigancho,
en circunstancias en que 15 delincuentes incursionaron al interior de la
Empresa Corporación Credisoi, en donde planearon robar la surria de
medio millón de dólares y luego secuestrar a su gerente general, señor
Juan Cueva Sánchez. En estas circunstancias fueron capturados miembros
de nuestro Ejército, pertenecientes a la banda de criminales. Por tales
motivos, creemos que debe ser el Estado el que garantice una correcta
administración de justicia y vele por la integridad de los ciudadanos y de
la persona humana, sin bajar la guardia respecto a estos hechos delictivos
que hacen difícil la vida de una sociedad que anhela paz y progreso de
una manera civilizada, dentro de los cánones del respeto a la persona, al
honor y la dignidad. La protección de la vida, la propiedad, el fomento
del amor y la amistad es un sueño que se hará realidad si nos empeñamos
en querer cambiar la historia de nuestra patria^'í^^®).

(744} Com o otros ejemplos tenemos; ia modificación efectuada por el artículo primero de la
le y 27472, de! 5 de junio del 2001. Una de las agravantes fue tipificada por la Tercera
Disposición Transitoria y Fina! de ia Ley H° 28189, Ley General de Donación y Trasplante
de Órganos y/o Tejidos Humanos, dei 18 de marzo del 2004.
Í745) Proyecto de Ley N.'» 14561/2005-CR, presentado el 12 de abril del 2005. El mismo que
concluía señalando que "con la presente propuesta se plantea el endurecim iento de

623
Ra mir o Sa l in a s S ic c h a

No obstante, nuestro legislador inquieto en modificar nuestro


Código Penal, el 20 de agosto del 2013, por la Ley N,'’ 30077, volvió á
modificar el contenido del artículo 152 del C.P Sin embargo debemos
precisar que solo modificó el contenido del inciso 8. En consecuenciav
luego de la modificatoria el tipo penal 152, tiene el contenido siguiente:
f ia
Será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de.
veinte ni mayor de treinta años e! que, sin derecho, motivo ni fa- '
cuitad justificada, priva a otro de su libertad personal, cualquiera
sea el móvil, el propósito, la modalidad o circunstancia o tiempo
que eí agraviado sufra !a privación o restricción de su libertad.
La pena será no menor de treinta años cuando:
1. Se abusa, corrompe, trata con crueldad o pone en peligro ia
vida o salud del agraviado.
2; Se pretexta enfermedad mental inexistente en el agraviado.
3. Eí agraviado O: el agente es funcionario o servidor público.
4. El agraviado es, representante diplomático de otro país.
5. El agraviado es secuestrado por sus actividades en eí sector
privado.
6. El agraviado es pariente, dentro de! tercer grado de consan-
guinidadp segundo de afinidad con las personas referidas en
ios incisosB, 4 y 5 precedentes.
7. Tiene porfinalidad obligar a un funcionario o servidor público
a poner en libertad a u n detenido o a conceder exigencias
ilegales. ;
8. Se cómete para obligar ai agraviado a incorporarse a una
organización criminal.
9, Se comete para obtener tejidos somáticos del agraviado.
m Se causa lesiones leves al agraviado.
11. Es cometido por dos o más personas o se utiliza para la comi­
sión del delito a menores de edad u otra persona tnimputable.
12 E! agraviado adolece de enfermedad grave.

las penéis en los delitos contra ia libertad en la m ódaíidad de secuestro, elevándola


a no menos dé 30 años de pena privativa de la libertad y a cadena perpetua para las
formas agravadas, así com o Ja exdusíÓrt dé ios beneficios penitenciarios, derechos de
grada, indulto y conm utación de la pena-para los sentenciados" Véase en la página
w eb del Congreso.

624
Derecho Penaí •Parte Especial

13. La víctima se encuentra en estado de gestación.


La misma pena se aplicará ai que con la finalidad de contribuir
a ia comisión del delito de secuestro, suministra información
que haya conocido por razón o con ocasión de sus funciones,
cargo u oficio, o proporciona deliberadamente ios medios para
la perpetración del delito.
La pena será de cadena perpetua cuando:
1. El agraviado es menor de edad o mayor de setenta años.
2. El agraviado sufre discapacidad y el agente se aprovecha de
esta circunstancia.
3. Si se causa lesiones graves o muerte al agraviado durante el
secuestro o como consecuencia de dicho acto.

2. TIFiCIDAD OBJETIVA
El delito de secuestro se configura cuando el agente o sujeto activo
priva o limita^ sin tener derecho, motivo o facultad justificada para ello, de
la libertad personal ambulatoria del sujeto pasivo o víctima, sin importar
el móvil o el tiempo que dure la privación o restricción de la Ebertad.
El comportamiento que exige el tipo simple es el de privar, sin
derecho, motivo ni facultad justificada, a una persona de su Ebertad
ambulatoria, sea cual fuere el móvil o circunstanciaí^^^^.
Roy Freyre^^^^ afirma que la materiaEdad del deEto de secuestro
consiste en privar a una persona de la facultad de movilizarse de un lugar
a otro, aun cuando se le deje cierto ámbito de desplazamiento que la víc-
tima no puede físicamente traspasar, configurando el deEto precisamente
la existencia de los límites impeditivos. Con la finaEdad de sustentar su
concepto, el profesor sanmarquino cita como ejemplo el hecho que una
persona estará secuestrada en un estadio deportivo cuando no pueda
abandonarlo por haberse cerrado sus puertas con el fin de impedir su
salida, no obstante que se le ha dejado la posibiEdad de desplazarse por
la cancha y por los diferentes compartimentos dei local.

Í746) V il l a St ein , 1998a, p. 114.


Ro y Fr eyr e, 1975, p. 266.

625
Ra m ir o Sa l in a s Síc c h a

Lilis Bramont"Arias y García Cantizanoí^^^), haciendo uso de una


fraseología parecida al profesor Roy Freyre, señalan que ‘"el comporta-
miento consiste en privar a una persona, sin derecho, de la facultad de
movilizarse de un lugar a otro, con independencia que se deje cierto
espacio físico para su desplazamiento, cuyos límites la víctima, no
obstante, no puede traspasar; en este caso se configura el delito, preci-
samente, por la existencia de tales límites impeditivos. Estos autores,
incluso ponen el mismo ejemplo del secuestro en un estadio deportivo.
Asimismo, siguiendo los argumentos del desaparecido penalista Bustos
Ramírez, acertadamente conduyení^^^) que lo importante no es la ca-
pacidad física de moverse por parte del sujeto pasivo, sino la de decidir
el lugar donde quiere o no estar.
El actuar sin derecho ni motivo o facultad justificada para privar de
la libertad ambulatoria a una persona, constituye un aspeao importante
a tener en cuenta para la configuración del delito de secuestro. En efec-
to, si se concluye que determinada persona actuó conforme a derecho
o en todo caso, dentro de las facultades que le franquea la ley, el delito
no aparece. Ello ocurre cuando una persona o autoridad detiene a una
persona que sorprende en flagrante delito, o cuando la autoridad detiene
a una persona por orden judicial.
El derecho vivo y actuante también se ha pronunciado sintetizando
el concepto. En efecto, la ejecutoria suprema del 9 de junio del 2004í^^®),
en forma atinada y coherente argumenta: el delito de secuestro se con-
figura cuando el agente priva a unapersonuy sin derecho, de la facultad de
movilizarse de un lu jara otro, con independencm de que se le deje cierto espacio
físico para su desplazamiento y cuyos limites la victima no puede traspasar;
desde este punto de vista lo importante no es la capacidad física de moverse
porparte del sujeto pasivo, sim la de decidir el ki0 ar donde quiere o no quiere
estar y h más importante de esta disquisición, es que en el aludido tipo penal
se usa la expresión ^sin derecho priva a la victima de su libertad^, pero esta

(748) Br a mo n t -A r ias T or r es /Gar c ía C a n t iz a n o , 1997, p, 185.


(749) Ibídem, p. 187.
(750)
R.N. N.° 975-04-San Martín~Sa!a Pena! Transitoria, presidida por ei vocai supremo titular,
Robinson Gonzales Campos.

626
Derecho Penal *Parte Especial

privación (k la libertad tiene una consecuencia, perseguida por el agente, a


un fin mediato; siendo la privación de la libertad solo un modo facilitador^^
En esa línea, no se comprende el caso del derecho de corrección
(siempre que se ejerza dentro de los límites razonables) que tienen los
padres, educadores, tutores, curadores, quienes con ese fin impiden salir
de determinado lugar a su hijo o pupüo. Igual ocurre con los médicos y
enfermeras que con fines de tratamiento y curación, impiden la salida de
sus enfermos de determinado recinto cerrado. En estos casos, de modo
alguno, aparecen los elementos de actuar sin derecho para configurarse
el delito de secuestro, pues existe motivo o facultad justificada.
Así, Bramont-Arias y García Cantizanoí^^^) enfatizan que en ciertos
supuestos, no obstante, el secuestro, aun contra la voluntad del sujeto
pasivo, está permitido por la ley o, por lo menos, está tolerado por los
hábitos sociales; por ejemplo, el internamiento de enfermos mentales, el
aislamiento de enfermos contagiosos, la disciplina doméstica del ""cuar-
to oscuro”, la detención de un sujeto sorprendido en flagrante delito.
Por el contrario, cometerá delito de secuestro aquella persona o fim-
cionario que priva de la libertad ambulatoria por tiempo determinado,
a su víctima, sin tener derecho ni razón justificable.
La comisión del delito de secuestro puede ser por acción o por omi-
sión impropia. Se presentará la omisión impropia cuando, por ejemplo,
una persona que solicita a su sirviente lo encierre durante la noche en
su habitación porque sufre de sonambulismo, continúa encerrada a la
mañana siguiente al no abrírsele la puerta.
Nada indica el tipo penal del medio o modalidad que puede utili-
zar el agente para cometer el secuestro, por lo que se admite cualquier
medio de comisión, siendo las más comunes la violencia, amenaza o
el engaño. Villa Steinl^^^^ afirma que las formas de privación pueden
ser muchas, siendo las previsibles las del encierro de la víctima por el
tiempo que sea, aún el muy breve, o su traslado engañoso o violento
a lugar distinto del que le corresponde o quiere estar.

Br a mo n t -AR!AS T or r es /G ar c Ia C a n t iz a n o , 1997, p. 187.


(752) VíLiA St b n , 1998a, p. 114.

627
Ra mir o Sa l in a s Sic c h a

No es indispensable la aháuctw de loco in locum^ es decir, que el sujeto


pasivo sea trasladado de un sitio a otro; el agraviado puede ser secuestrado
inclusive en su propio l u ^ r de residenciaí^^^).

2.1. Agravantes
El legislador, recogiendo la experiencia social de los múltiples
secuestros ocurridos en las grandes ciudades peruanas, ha previsto,
en forma singular, diversas agravantes al hecho punible simple, las
mismas que motivan la imposición de penas más severas ai agente.
Así tenemos:
i
a. P o r la conducta del agente
a J .E l agente céusa^ corromfe^ trata con crueldad opone en peligro la
vMa osalud del agraviado (inciso 1, artículo 152), Esta circunstancia agra-
vante significa que el secuestro será calificado cuando el agente, aparte de
privar de la libertad ambulatoria al agraviado, abusa de él, lo corrompe,
le trata con crueldad o pone en peligro la vida o su salud.
Se trata de uno de los casos que en doctrina se conoce con la
denominación de delito imperfecto en dos actos, donde el secuestro
es querido por el agente como un medio subjetivo para una actuación
ulterior. El secuestro aparece como un medio para alcanzar otra fina-
lidad que solo se logra con otra conducta ulteriorí^^^). En efecto, el
agente después de secuestrar a su víctima puede reafizar cualquiera de
las circunstancias previstas en el inciso 1 del tipo penal 152 del Código
Penal, las mismas que por sí solas sirven para perfeccionar el injusto
penal de secuestro calificado.
El agente bien puede abusar sexualmente de la víctima (por ejemplo,
el agente todos los días que dura el secuestro, hace sufrir el acto sexual a
su víctima); bien puede actuar con la finalidad de corromper a la víctima;
bien puede tratar con crueldad a la víctima o finalmente puede poner en
peligro la vida o salud del agraviado.

Ro y Fr eyr e, í 975, p. 266.


ibídem, p. 267.

628
Derecho Pena! •Parte Especial

La expresión corromper debe ser entendida como el desarrollo de


actos o sugestiones inmorales que despiertan o incitan en el agraviado
apetitos o prácticas desviadas. Por ejemplo, incitar a la secuestrada, una
señorita de su casa, a que se convierta en una prostituta.
El sujeto activo actuará con crueldad cuando, después de secues-
trar ai agraviado, acrecienta deñberada e injustamente el sufrimiento de
aquel, causándole un dolor innecesario a los fines del secuestro mismo.
No obstante, debe entenderse que los actos con los cuales se produce
el sufrimiento innecesario en la víctima no deben tener la magnitud
de una tortura o lesiones leves o graves. Pues si esto ocurre en un caso
concreto, aparecerá el concurso del secuestro con el delito de tortura o
el delito de lesiones.
N o le falta razón a Villa Steiní^^^l cuando sostiene que la crueldad
se define solo a partir de la innecesariedad del tormento para el propósito
principal que reclama el tipo. Por ejemplo, el agente todas las noches que
dura el secuestro despierta a su víctima utilizando un fierro callente con
el cual le infiere quemaduras en las extremidades.
En el proceso seguido contra el ex presidente Fujimori Fujimori,
la Corte Suprema, en la ejecutoria del 30 de diciembre del 2009, ha
precisado que: trato cruel debe ser concebido como aquel acto que deli-
beradamente produce dolor y sufrimiento pero que por su intensidad^ no es
lo suficientemente severo como para que se pueda calificar de tortura ni de
lesiones. Lagravedady dañosidad^ siguiendo lajurisprudenciaintemacional)
se matizan a partir de factores endógenos y exágonos del caso concreto. Sin
embargo^ la influencia de esosfactores no deben ser analizados únicamente
desde la óptica de la victima^ como lo ha realizado el Fiscal Supremo^ sino,
a través ^ un estándar objetivo, estableciendo qué tipos de conducta consti-
tuirían trato cruelpara una victima estándar; de esa manera, a pesar de no
haber causado daño psicológico a la victima, si sepresentaron circunstancias
concretas que son innecesarias para realizar el secuestró —las cuales ya fue-
ron delimitadas pm- tribunales internacionales- entonces se configurará la
agravante del trato cruel.

ViLiA St eín , 1998a, p. 115.

629
Ra mir o Sa l in a s Sic c h a

Este remnamiento implka^ realizar un amUisis ex ante al resultado de


la agravante, es deci^ observar si la conductaplus depor sí ‘-para una víctima
estándar- constituye trato cruel,generándose así una línea única de sanción,
estandarizando las acciones y creando por tanto critmos jurisprudenciales
más lineales e igualitarios. Además, trato cruel lo es no pür lo que la víctima
en concreto siente -fisica opsicológicamente- sino por el trato en sí, por el
plus, el extra comportamiento que ya ha sido catalogado como tal por refe-
rencia de un estándar establecido en la ley y en la jurisprudencia nacional
e internacional, lo que perm itirá delimitar mejor el rol de persona para no
cometer el delito penal de secuestro agravado e imputarlo objetivamente;
de esa manera se evita la no punibilidad en situaciones donde tengamos a
un agraviadofuerte -que por diversas experiencias suyas le parezca normal
la situación que está viviendo- así como la excesiva punibilidad cuando
el agraviado sea débil, de tal forma que la conducta básica del secuestro
de por sí le produzca un grave daño psicológico, catalogándola como trato
cruel por dicha producción^^^^\ . ,
La circiinstanda de poner en peligro la salud o la vida de la víctima
aparecerá cuando el agente realiza una conduaa tendiente a tal finalidad.
Ejemplo: aparece esta circunstancia cuando todos los días que dura el
secuestro, el agente no proporciona alimento a la víctima o, también
ocurre, cuando el agente no presta asistencia médica a su víctima que,
como producto del secuestro, resultó herida de bala.
a.2 . El agentepretexta qise el agraviado sufre de enfermedad mental (in-
ciso 2, artículo 152). Se presenta la figura de secuestro agravado cuando
el agente priva de la libertad ambulatoria a su víctima, con el pretexto
que aquel sufre de enfermedad mental que en la realidad no padece. El
profesor Villa Steiní^^^ indica que la gravedad del hecho resulta del
medio ^falsedad en el dato- empleado por el agente. El atribuirle a la
victima un padecimiento mental que no tiene, resulta, alevoso.

(756) fvj o -j 9-2001, Sala Penal Especial de la Corte Suprema, sentencia del 7 de abril
dei 2009, confirmada por la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema en el
R.N. 19-01-2009 A. V-Lima.
ib id e m ,p .n 6 .

630
Derecho Penal •Parte Especial

Esta cirainstancia es muy común en nuestra rcaUdad, pues siempre


de por medio están motivaciones económicas. Ocurre, por ejemplo,
cuando ios hijos, con el propósito de disfrutar de la fortuna económica
de su padre, con el auxilio de un psiquiatra, le internan en un manicomio,
alegando que sufre serías alteraciones mentales.
a.3, Cm sa lesiones leves al agraviada (inciso 10, artículo 152). La
agravante aparece cuando el agente, con ocasión del secuestro, ya sea con
la finalidad de vencer la resistencia natural de la víctima o para lograr su
finalidad, le produce lesiones leves. Se entiende que para que una lesión
sea catalogada como leve debe ser de la magnitud que establece en forma
ciara el artículo 122 del Código Penal.
Esta agravante, sin duda, es criticable debido a que no reviste mayor
relevanciaC^®) ni magnitud como las demás circunstancias agravantes.
aA. El agente suministra información que haya conocido por razón o
con ocasión de susfunciones, cargo u oficio con la finalidad de contrihuir en
la comisión del delito de secuestro (tercer párrafo del artículo 152). Aquí
se trata de un cómplice primario, esto es, el agente presta su ayuda de
manera primordial, sin la cual no sería posible la comisión dei secuestro
y, por ello, consideramos que resulta adecuado el haberlo separado de
las agravantes del secuestro para ubicarlo en párrafo aparte del tipo
penal 152. La conducta se configura cuando el agente-cómplice entrega
información precisa que conoció con ocasión de ejercer sus fiinciones,
cargo u oficio, a los secuestradores para que realicen el delito de se-
cuestro sin mayor dificultad. Ocurre, por ejemplo, cuando una persona
que realiza labores domésticas en el hogar del agraviado, informa a los
secuestradores que su empleador sale solo a pasear a su mascota en el
parque, todos los días a las ocho de la noche, e incluso informa que
aquel en esos días, no puede correr por haber sido golpeado en el muslo
durante u n partido de ftilbito.
a.S. El agente proporciona deliberadamente los mediospara laperpetra-
ción del secuestro (tercer párrafo dei artículo 152). Aquí también estamos
ante una complicidad primaria. El agente presta los medios materiales

(758) (2ar o C o r ia , 2007, p. 278.

631
Ra mir o Sa l in a s S ic c h a

indispensabies a ios autores para la comisión real del secuestro; sin la


ayuda del cooperador, hubiese sido imposible la realización de dicho
delito. Por ejemplo, ocurre cuando el agente presta su vehículo y sus
armas a los secuestradores, quienes no cuentan con tales medios, para
privar de libertad a determinada persona.

h. P or la calidad de la v ic tim a
. h.l. Ela^raviado esfidmionmio oserñdarpublico (inciso 3, artículo 152).
Aquí elsecuestro se agrava por el hecho de que la víctima viene a ser una
persona al servicio de lós intereses públicos. A efectos de la agravante no
bastará verificar que el sujeto pasivo cuente con la cualickd indicada, sino
que será necesario verificar el ejercicio normal de la fiinción que cumple al
servicio del Estado. Así, en el caso del ^^funcionario público”, el secuestro
debería estar vinculado al ejercicio de sus funciones para entender que el
mayor injusto deriva de la afección al “correcto funcionamiento de la
administración pública”, además de la libertad individuaK^^^l.
En consecuencia, el secuestro se agrava por efhecho que aparte
de privar de libertad ambulatoria al agraviado, indirectamente se está
perturbando el normal funcionamiento de la administración pública
en el sector al cual pertenece el secuestrado. El agente actúa con más
temeridad, pues para lograr sus fines no le interesa privar de su libertad
a un trabajador del Estado.
Para saber qué personas son consideradas como funcionarios o ser-
vidores públicos para efectos de la normatividad penal, debe recurrirse
al artículo 425 del Código Penal.
b.2. El agraviado es representante diplomático de otropms (inciso 4, ar-
tículo 152). La agravante se configura cuando el agraviado del secuestro
es diplomático de otro país. Es decir, ciiando el diplomático es extranjero.
Ello significa que si el agraviado es diplomático de nuestro país, esta
agravante no aparece. N o obstante, si el secuestrado es un diplomático
peruano, igual el secuestro es agravado por aplicación del inciso 3 del
tipo penal en hermenéutica jurídica.

ABAIí TO V á SQUEZ, 1998, p. n 5.

632
Derecho Penal ¿Parte Especia!

h3. El apropiado es secuestrado por sus actividades en el sector privado


(inciso 5, artíaiio 152). La agravante fue introducida con la modifica-
ción del tipo penal mediante el Decreto Legislativo N.° 896, el mismo
que tuvo como correlato social, el incremento de secuestros al paso de
empresarios exitosos ocurrido en las grandes ciudades del Peni.
Se agrava la conducta de secuestro cuando el agente ha dirigido su
conducta sobre un empresario o profesional de éxito con la finalidad
común de obtener un provecho económico. Sin duda, el legislador bus-
ca evitar los secuestros en contra de empresarios sobresalientes para no
poner en peligro la actividad económica del país. El incremento de los
secuestros al paso era indicativo de que se vivía una inseguridad y que
las normas penales en contra de los secuestradores eran benignas, por lo
. ; que el legislador no dudó en introducir la presente agravante.
Tiene razón Villa Steiní’'^®) cuando enseña que la previsión es,
sin embargo, m uy abierta, pues cualquier actividad que no sea la
correspondiente al sector público pertenece por exclusión al sector
iv; .-■■■
privado. El juzgador deberá, no obstante, interpretar restrictivamente
el punto en término de prever como conducta agravada la que atenta
contra la libertad de empresarios privados o profesionales cuyo éxito
económico sea ostensible.
La agravante obedece más a fines económicos y cuando no políticos
que a uña mayor dañosidad al bien jurídico protegido.
b.4. La victima espariente^ dentro del tercer^raé) de consanguinidad
o secundo de afinidady con las personas referidas en los incisos 3 ,4 y 5 (inciso
6, artículo 152). Aquí la conducta de secuestro se califica por el hecho
que el agraviado resulta ser pariente, dentro del tercer grado de consan-
guinidad o segundo de afinidad de un funcionario, servidor público,
reptesentante diplomático dé otro país ó empresario o profesional de
éxito. Se busca proteger a la familia de las personas que tienen las cali-
dades antes anotadas. '
b.5. El agraviadoadolece de enfermedad^rave (inciso 12, artículo 152).
La circunstancia agravante se configura cuando la acción de secuestro

V il l a St eí N, 1998a, p. 117.

€33
Ra m íb o Sa l in a s S ic c h a

se dirige contra una persona que se encuentra sufriendo de enfermedad


grave, ya sea de tipo mental o físico. Resulta claro que la enfermedad
no debe haberla contraído durante la comisión del secuestro, sino en un
momento anteriorí^^^f
Los antecedentes médicos y sobre todo el examen médico legal al
agraviado determinarán la gravedad o no de la enfermedad que padece la
persona. Se busca proteger la integridad de aquellas que eventualmente
se encuentren sufriendo de alguna enfermedad de magnitud grave.
h.6 . La victima se encuentra en estado de¿estación (inciso 13, artículo
152). La agravante aparece cuando la víctima-mujer del secuestro se
encuentra en estado de gestación, es decir, esperando que se produzca el
nacimiento de un nuevo ser que lleva en su vientre. Ya hemos indicado
al analizar la figura del aborto, que una mujer se encuentra en estado
de embarazo desde el momento mismo que se produce la anidación del
nuevo ser en el útero de la madre hasta que se inician los intensos dolores
que evidencian el inminente nacimiento.
Se busca proteger la integridad física y mental tanto de la gestante
como del ser por nacer. La agravante se justifica por la propia naturaleza
del periodo que atraviesa la agraviada.
bJ . $i el a¿raviado es menor de edad (inciso 1 del cuarto párrafo del
artículo 152). Esta agravante se presenta cuando el agente dirige su
conducta sobre un menor de dieciocho años.
Se busca proteger la integridad física y afectiva de los menores de
edad, quienes son mas susceptibles a cualquier daño de su personalidad
a consecuencia de sufrir un secuestro.
b.8 . Si el agraviado es mayor de setenta (inciso 1 del párrafo cuarto
del artículo 152). Esta agravante, antes de la modificatoria introducida
por la Ley N.^ 28760, presentaba un serio problema; se preveía que se
producía el secuestro agravado cuando la conducta se dirigía sobre un
anciano. El saber a quién se le consideraba anciano era un problema a
resolver recurriendo a leyes extrapenales como las laborales^ pues ahí

(761) G a b c Ia N av as bo , 2007a, p. 301.

634
Derecho Penal ‘ Parte Especial

encontramos ios parámetros para considerar a una persona anciana.


Esto es, sosteníamos que la persona es anciana cuando haya alcanzado
o sobrepasado la edad cronológica límite para la jubiladónt'^^^).
El secuestro se agravaba cuando el agente dirigía su conducta sobre
un mayor de sesenta y cinco años, en caso de varón, y sesenta años, en
caso de mujerí^^^l. Incluso, en posición diferente y discutible, Villa Stein-
(764)consideraba que por aplicación extensiva del artículo 22 del Código
Penal se considera anciano a la persona mayor de sesenta y cinco años,
pues dicho artículo prescribe la imputabilidad relativa de las personas
mayores de sesenta y cinco años que hayan cometido un hecho pumble.
Sin embargo, la Ley 28760, de jumo del 2006, aclaro el pano-
rama y señaló que se configuraba la agravante del secuestro cuando la
conducta del agente se dirigía a una persona mayor de sesenta y cinco
años, sea mujer o varón.
No obstante, sin mayor explicación ni fimdamento razonable, el
le^lad or, mediante el Decreto Legislativo 982, ha dispuesto que el
secuestro se agrava si el agraviado tiene una edad cronológica mayor de
setenta años. Esto es, si el secuestro se produce en una persona de 69 años
de edad, la agravante no se configura. Así permanece hasta la actualidad.
Se busca proteger la integridad física y afectiva de ios ancianos,
quienes son más susceptibles a cualquier daño de su personalidad como
consecuencia de sufrir un secuestro.
El agente de cualquiera de estas dos ultimas agravantes se sanciona
con cadena perpetua.
b.9. Si el agraviado es discapadtado (inciso 2 del párrafo cuarto del
artículo 152). Se configura cuando el agente secuestra o priva de su
libertad ambulatoria a una persona que sufre de incapacidad física, men-

Í762} Vide A b a n t o VA s q u ez , 1998, p. 115.


Í763) Artícüio 57 de! Decreto Legislativo N.° 728, de! 12 de noviembre de 1991, Ley de Fomento
del Empleo, aun cuando el artículo 57 de !a Ley N.° 26513, del 28 de julio de 1995, Modifi­
caciones a la Ley de Fomento del Empleo, no mencione expresamente ia edad mínima de
la jubilación.
(764) ViLU St eín , 1998a, p. 118.

635
Ra mir o Sa l in a s Sic c h a

tai o sensorial, con la finalidad de hacer que personas estrechamente


vinculadas a ella le entreguen cualquier ventaja indebida a cambio de
dejarlo líbre. U n dato adicional a tener en cuenta para subsumir una
conducta de secuestro, en esta agravante, es el hecho que el agente debe
aprovecharse de aquella discapacidad.
Bien se sabe que la persona con diseapacidad es aquella que tiene
una o más deficiencias evidenciadas con la perdida significativa de alguna
o algunas de sus funciones físicas, mentales o semoriales, que impliquen
la disminución o ausencia de la capacidad para realizar alguna actividad
dentro de formas o márgenes considerados normales, limitándola en el
desempeño de tm rol, función o ejercicio de actividades y oportunidades
para participar equitativamente dentro de la sociedadí^^^l.
Se justifica la agravante, toda vez que el actor o agente se aprovecha
de la especial debilidad de aquellas personas, sabiendo perfectamente
que no opondrán alguna clase de resistencia y, por tanto, no ponen en
peligro el logro de la finalidad que busca aquel.
De configurarse esta agravante, el agente será sancionado con la
pena de cadena perpetua.

c. P or la fin a lid a d que busca el agente con el secuestro,


c,l. El agente Umeporfinalidad obligar a unfuncionario o servidorpú-
blico aponer en libertad a un detenido (inciso 7, artículo 152). La agravante
aparece cuando el agente secuestra a determinada persona y después soli-
cita se deje en libertad a una persona detenida. Ejemplo: ocurre cuando
A secuestra a B que tiene estrechos lazos sentimentales con el comisario
de una comisaría, y luego conmina a este, dejar en libertad a C, que horas
antes había sido detenido al ser sorprendido en flagrante delito.
c,2. El agente tiene porfinalidad obligar a una autoridad a conceder
exigencias ilegales (inciso 7, artículo 152). La agravante se evidencia
cuando el agente secuestra al sujeto pasivo y luego solicita a deter-
minada autoridad le conceda exigencias ilegaiesj tales como el pago

Í765) Artículo 2 de la Ley N ° 27050, Ley General de la Persona con Discapacidad.

636
Derecho Penal •Parte Especia!

de honorarios no debidos o el pago de beneficios no ganados, etc.


El agente actúa con la firme convicción de exigir que una persona
investida de autoridad le otorgue alguna ventaja no debida.
c,3. El agente busca obligar al agramado a incorporarse a una organiza-
ción criminíü (inciso 8, artículo 152 modificado por la Ley N.° 30077).
La circunstancia calificada aparece cuando el sujeto activo secuestra una
persona para obhgark a incorporarse a una organización de personas
dedicadas a la comisión de hechos delictivos. Ocurre, por ejemplo,
cuando el agente secuestra a un electricista y le obliga, bajo amenaza de
no dejarle en libertad, a incorporarse a su organización criminal, pues le
urge una persona que conozca sobre electricidad para perpetrar delitos
contra el patrimonio.
Esta agravante ya estaba regulada en el Código Penal, pero fue el
Decreto Legislativo N .° 982, de julio del 2007 que la modifico. No
obstante, con la Ley N 7 30077 se ha vuelto al anterior texto legal. De
modo que la agravante se configura cuando el agente busca que el agra-
viado se incorpore a una ‘^Organización” criminal, es decir, a un gnipo
de personas, más o menos organizadas, dedicadas a cometer latrocinios.
De acuerdo a la Ley N.^ 30077, modificada por el Decreto legisla-
tivo N.* 1244 de octubre del 2016, se considera organización criminal
a cualquier agrupación de tres o más personas que se reparten diversas
tareas o funciones, cualquiera sea su estructura y ámbito de acción, que,
con carácter estable o por tiempo indefinido, se crea, existe o funciona,
inequívoca y directamente, de manera concertada y coordinada, con la
finalidad-de cometer uno o más delitos graves señalados en el artículo 3
de la presente Ley La intervención de los integrantes de una organiza-
ción criminal, personas vinculadas a ella o que actúan por encargo de la
misma puede ser temporal, ocasional o aislada, debiendo orientarse a la
consecución de los objetivos de la organización criminal. La finalidad de
la organización criminal tiene que ser la comisión de los^siguientes delitos:
1. Homicidio calificado-asesinato sicariato y la conspiración y el
ofrecimiento para el delito de sicariato, , de conformidad con el
artículo 108, 108-C, 108-D del Código Penal.
2, Secuestro, tipificado en el artículo 152 del Código Penal.

637
Ramir o Sal inas Sic c h a

Trata de personas, tipificado en el artículo 153 del Código Penal.


Violación del secreto de las comunicaciones, en la modalidad delic-
tiva tipificada en el artículo 162 del Código Penal.
5. Delitos contra el patrimonio, en las modalidades delictivas tipificadas
en los artículos 1 8 6 ,1 8 9 ,1 9 5 ,196-A y 197 del Código Penal.
Pornografia infantii, tipificado en el artículo 183-A del Código Penal.
Extorsión, tipificado en el artículo 200 del Código Penal.
Usurpación, en 1^ modalidades delictivas tipificadas en los artículos
202 y 204 del Código Penal.
9. Delitos informáticos previstos en la ley penal.
10. Delitos monetarios, en las modalidades delictivas tipificadas en los
artículos 252,253 y 254 del Código Penal.
11. Tenencia, fabricación, tráfico ilícito de armas, municiones y explosi-
vos y demás delitos tipificados en los artículos 2 7 9 ,279-A, 279-B
279-C y 279-D del Código Penal.
12. Delitos contra la salud pública, en las modalidades delictivas tipifi-
cadas en lós artículos 294-A y 294-B del Código Penal.
13. Trafico ilícito de drogas, en sus diversas rnodalidades previstas en
la Sección H del Capítulo III del Título XH del Libro Segundo del
Código Penal.
14. Delito de tráfico ilícito de migrantes, en las modalidades delictivas
tipificadas en ios artículos 303-A y 303-B del Código Penal.
15. Delitos ambientales, en las modalidades delictivas tipificadas en los
artículos 307-A, 307-B, 307-C, 307-D y 307-E, 310-A, 310-B y
310-C del Código Penal.
16. Delito de mareaje o reglaje, previsto en el artículo 317-A del Có-
digo Penal.
17. Genocidio, desaparición forzada y tortura, tipificados en los artículos
319, 320 y 321 del Código Penal, respectivamente.
18. Delitos contra la administración pública, en las modalidades delic-
tivas tipificadas en los artículos 382, 383, 384, 387, 393, 393-A,
39 4 ,3 9 5 ,3 9 6 ,3 9 7 ,397-A, 398,399,400 y 401 del Código Penal.

638
Derecho Penal •Parte Especial

19. Delito de falsificación de documentos, tipificado en el primer


párrafo del artículo 427 del Código Penal.
20. Lavado de activos, en las modalidades delictivas tipificadas en los
artículos 1, 2, 3, 4, 5 y 6 del Decreto Legislativo 1106, Decreto
Legislativo de lucha eficaz contra el lavado de activos y otros delitos
relacionados a la minería ilegal y crimen organizado.

■■ Los alcances de la Ley N.^ 30077 (modificado por el D.L. N.^ 1244)
KS- son de apli^ción a los delitos en los que se contemple como circunstancia
agravante su comisión mediante una organización criminal y a cualquier
otro delito cometido en concurso con los previstos en el presente artículo.
C.4. El agente busca obtener tejidos somáticos de la víctima, sin grave
danojtsico o mental (inciso 9, artículo 152). La Ley N .° 28189, del 18
de marzo del 2004, incorporó esta agravante en el artículo 152 del Có-
digo Penal, la que se perfecciona cuando el agente, con la finalidad o
intención final de obtener tejidos somáticos de su víctima, lo secuestra.
Aquí el agente no secuestra a una persona para obligar a que un tercero
dé su consentimiento para donar sus tejidos y trasplantarlos a otro, sino
que de la misma víctima del secuestro se obtendrán ios que requiere.

d. Por el resultado
d.l. Durante el secuestro o a consecuencia de dicho acto se causa lesiones
graves al agraviado (última parte del artículo 152). La circunstancia
agravante se configura cuando la víctima, como consecuencia del
secuestro que ha sufrido, resulta con lesiones graves en su cuerpo o
en su salud física o mental. Ocurre, por ejemplo, cuando el agraviado
pierde uno de sus brazos al no haber sido atendido quirúrgicamente
por la herida de bala que sufrió al momento del secuestro.
te lo n e s graves a la integridad física o mental son aquellas que tienen
la magnitud de los supuestos establecidos en el artículo 121 del Código
Penal; si por el contrario, las lesiones producidas al rehén son de la mag-
nitud de los supuestos del artículo 122, la agravante en hermenéutica
no se configura, sino el hecho se tipificará en el inciso 10 del tipo penal.
De la redacción de la agravante, se entiende que las lesiones produ-
cidas en la integridad física o mental de la víctima pueden ser a título de

639
Ramir o Sal in as Sic c ha

dolo o de culpa, esto es, el agente puede causarlas directamente con la


finalidad, por ejemplo, de conseguir de forma más inmediata la ventaja
indebida que busca con su accionar o, en su caso, las lesiones pueden
ocasionarse debido a una falta de cuidado o negligencia del agente al
momento del secuestro, o cuando se está al cuidado del rehén en tanto
se consigue la ventaja que motiva el accionar delictivo.
Con García CaveroC^^), sostenemos que la no mención déla previ-
sibilidad del resultado en la agravante en hermenéutica, de modo alguno
significa la utiÍÍ2ación de un sistema de responsabilidad objetiva, sino

por el contrario, las lesiones graves a la integridad física o mental del
agraviado deben ser, cuando menos, previstas como resultado posible.
Cticmdo d c^mviado muere durante el secuestro o a consecuencia de
dichoacto (última parte del artículo 152). La agravante se presenta cuando
el agraviado muere durante el acto mismo del secuestro o a consecuencia
de este, es decir, el que ocurra con posterioridad al recobrar la víctima
su libertad ambulatoria, siempre que el falleeimiento sea consecuencia
de dicho acto. Ocurre, por ejemplo, cuando en el momento que se desa-
rrolla el secuestro de un empresario, este muere a consecuencia de haber
recibido un impacto de bala mortal durante la balacera que se produjo
entre los secuestradores y los miembros de su seguridad.
La muerte del secuestrado puede producirse a título de dolo o de
culpa; es decir, el agente dolosamente puede provocar la muerte de la 9
víctima, por ejemplo, cuando esta se resista al secuestro o, en su caso,
pese a que logran su objetivo de obtener la ventaja perseguida con su
conducta, ocasionan la muerte del agraviado con la finalidad de no ser
identificados posteriormente. Asimismo, la muerte de la víctima puede
producirse por un acmar negligente del autor al momento del secuestro
o, en su caso, cuando está al cuidado del rehén, en tanto el obligado hace
entrega de la ventaja indebida que se le exige.
Igual qué en la hipótesis anterior, el no hacer mención de la pre-
visibilidad del resultado letal no significa la utilización de un sistema
de responsabihdad objetiva, pues de todas maneras se exige que la

G ar c ía C av er o , 2000, p. 137.

640
Derecho Penal- Parte Especia!

muerte del agraviado sea, cuando menos, prevista como resultado


posible por el agente.
Las dos últimas modalidades agravadas del delito de secuestro,
también son sancionadas con la pena de cadena perpetua.

e. P or los m edios de com isión


e.l. Se utiliza a menores de edad para cmncter el secuestro (inciso 11,
artículo 152). La agravante se configura cuando el agente o agentes utili-
zan en la comisión del secuestro a personas menores de 18 años de edad.
La participación del menor incluso hasta puede ser con su voluntad, sin
embargo, por el solo hecho de hacerlo participar en el hecho pumble de
secuestro, ios agentes serán sancionados por el delito de secuestro agravado.
e. l . Se utiliza un inimputable para cometer el secuestro (inciso 11,
artículo 152). La circunstancia agravante se presenta cuando el o los
agentes, para cometer el delito de secuestro, utilizan o hacen participar
a una persona inimputable. Se considera inimputable, con exclusión de
los menores de 18 años, a todas aquellas personas que por anomaha
psíquica, grave alteración de la conciencia o por sufrir alteraciones en la
percepción, que afectan gravemente su concepto de la realidad, no poseen
la facultad de comprender el carácter delictuoso de su acto.

/. P or concurso de agentes
f. l. El secuestro es cometido por. dos o más personas (inciso 11, artículo
152). La agravante se configum cuando el secuestro se realiza por el
concurso de dos o más personas que se múnen ocasionalmente para
ello. No es una agrupación delictiva cuya característica es su permanen-
cia en el tiempo, sino que aqm' la agravante se configura cuando dos o
más personas se juntan en forma ocasional para realizar un secuestro.
El concurso de dos o más sujetos que exige el tipo penal, debe ser en el
hecho mismo en que se produce el secuestro. No anteá ni después, y ello
solo puede suceder cuando estamos ante la coautoría.
Los instigadorés o cómplices no sirven para cumplir las exigencias
de la agravante. Los primeros u o cometen el deUto, lo determinan;
mientras que los segundos tampoco cometen el delito, solo cola-

641
Ramir o Sal in as Síc c ha

boran o aiixilian a los que realmente realizan el hecho punible. Los


instigadores y cómplices no tienen el dominio del hecho. En suma^
la agravante se configura cuando dos o más personas participan en
calidad de coautores del deÜto de secuestrol^^^). En consecuencia,
no es suficiente una complicidad simple, una cooperación necesaria
o una instigación para estimar la agravante, sino que debe tratarse
de un caso de coautoría, en donde el dominio del hecho se encuentre
en manos de varios sujetos, en el sentido de una contribución de
funciones y de roles, en virtud de la cual cada uno determina con su
aporte la mayor gravedad del injusto.
Esta circunstancia agravante se fundamenta en la misma imposibi-
lidad de defensa que experimenta la víctima frente a un hecho de plural
participación y en la mayor potencialidad lesiva para el bien jurídico
“^libertad ambulatoria”, que importa el ataque de un grupo de personas.

2.2. Bien jurídico protegido


El bien jurídico preponderante que se trata de proteger lo constituye
el derecho a la libertad personal, entendida en el sentido de libertad
ambulatoria o de locomoción, es decir, la facultad o capacidad.de las
personas de ü:asladarse libremente de un lugar a, otro como a bien ten-
gan de acuerdo a sus circunstancias existencialesí^^^l.
En este sentido, Javier Villa Steiní^^^l, citando a los españoles
Agustín Jorge Barreiro y José Prats Ganut (quienes comentan el Código
Penal español), afirma que es intensiva la doctrina que admite que el
bien tutelado con el tipo penal del secuestro es la libertad ambulatoria,
es decir, la libertad de locomoción, entendida como la facultad de fijar
libremente, por parte de la persona, su situación espacial.

¡767)
G ar c ía N av ar r o es de parecer diferente a! sostener que "basta que concurran dos o más
personas sin que sea necesario que previam ente se haya dado un acuerdo previo para ia
comisión deí secuestro, no es necesario imputar una coautoría ya que la concurrencia de
autores es espontánea" {G ar c ía N av ar r o , 2007, p. 300).
¡768)
Cfr. el contenido de la ejecutoria suprema del 15 de enero del 2015, véase: R. N. N.® 2622-
2013- Lima- Sala Penal Transitoria. Tam bién insiste en tal concepto ¡a ejecutoría suprema
del 01 de octubre del 2015, véase: R. N. N.® 3112-2014-Cajamarca-Sala Penal Permanente,
(769) V il l a St ein , 1998a, p. 113.

642
Derecho Penal «Parte Especial

2.3. Sujeto activo


Agente, sujeto activo o autor del delito de secuestro puede ser
cualquier persona, el tipo penal no exige alguna condición especial.
Incluso puede ser cometido por un funcionario o servidor público en
ejercido de sus funciones, así como un representante diplomático ya
sea peruano o extranjero.

2.4. Sujeto pasivo


La víctima, el agraviado o el sujeto pasivo del delito de secuestro
puede ser cualquier persona, incluso un recién nacido o un enfermo
mental. Esta es la diferencia con el delito de coacción, en el sentido que
en aquel Üíciío penal se requiere que el sujeto pasivo tenga concienda
de su libertad para poder obligarle a realizar lo que la ley no manda o
impedirle algo que la ley no prohíbe; mientras que en el secuestro no se
requiere tal conciencia, pudiendo ser sujeto pasivo del delito cualquier
persona que tenga o no conciencia de la libertad. Esta es la interpretadón
de la Suprema Corte cuando por la ejecutoria suprema del 10 de abril
de 1997, expresa que: el delito ik secuestro agravado por la calidad del
sujeto pasivo (un ^^menor de edad^^ qm no tenga la capacidadfisica locomotriz
ni psíquica para autodeterminarse), el injusto culpable se conjigura porque el
agentepriva a su víctima del derecho de mantenerse bajo la órbita^ el controly
cuidado de quienes tienen el debery poder de tenencia respecto a ¿h como libre
ejercicio de las potestades que seproducen dentro de los vínculos de familia, lo
cual no implica que lospadres del menor sean sujetospasibles del delito^^^’^’^ ^í
En esa línea, no puede aceptarse la posición adoptada por Bramont-
Arias y García Cantizanoí^^^), quienes enseñan que ‘"sujeto pasivo puede
ser cualquiera, indusive un menor de edad, siempre que tenga la capacidad
sufidente para tomar decisiones sobre sus despkzamientos, del mismo
modo, también los enfermos mentales”. Esta misma postura sostenía
Roy Ereyreí^^^), cuando al comentar el tipo básico dél artículo 223 del

{770} N.° 5631 -96-Ucayalí, en Normas Legales, T. 270, noviembre 1998, p. A -1 5.


Br a mo n t -A r sas T or r es /Gar c Ia C a n t íz a n o , 1997, p. 186.
(^^2) Ro y Fr eyr e, 1975, p. 264.

643
Ramir o Sal in as Sic c ha

Código Penal derogado, afirmaba que no hay inconveniente para incluir


como agraviado al menor, en cuanto tenga capacidad para tomar decisio-
nes sobre sus desplazamientos; igual tratándose de enfermos mentales.
La calidad o cualickd del sujeto pasivo, en ciertos supuestos delicti-
vos, sirve como agravante del delito de secuestro, tales como: fimcionarío
o servidor público, menor de edad, anciano, empresario, etc.

3. TÍPICtDAD SUBJETIVA
De la propia redacción del tipo penal que recoge el supuesto básico
del injusto penal denominado secuestro y sus agravantes fluye que se
trata de un delito netamente doloso. El agente actúa con conocimiento
y voluntad de privar o restringir la libertad ambulatoria de su víctima,
esto es, afectar su libertad.
Como precedente jurisprudencial importante, respecto del elemento
subjetivo del delito de secuestro, cabe citar la ejecutoria suprema del 16
de septiembre de 1998, en la cual se sostiene: “qucy dfiindam m to de la
punibiUdad del delito de secuestro está en el menoscabo de la libertad c&rp&raly
siendo esencial la concurrencia del elemento subjetivo^ esto es^ ípae el agente se
haya conducid^} con la intención específica de tomar a .la víctima y afectar su
libertad personalprivándí}ta de la mismas privación que^ además^ debe repre-
sentar verdaderamente un ataque a su libertad;, que en el caso de autos, si bien
la víctima Jue trasladada por. el agente hasta una cahaña a fin de practicar
con esta el acto sexual en contra de su voluntad, llevándola de represo hasta
su domicilio una vez consumada el hecho debe tenerse en cuenta que estefue
el medio elepido para evitar ser descubierto y crear una situación de mayor
indefensión de la víctima, sustrayéndola de un lupar en que probablemente
hubiese podido ser awdliad^, consecuentemente, el propósito de la conducta
criminal estaba enfunción al delito de violación sexualy no así al de secuestro,
por lo que no concurren los elementos confipurativos de este tipo penal^-'('^'^^\
Además, cuando concurre alguna de las circunstancias agravantes ya
analizadas, el agente debe conocer también las especiales circunstancias
que califican su conducta. Por ejemplo, de concurrir la agravante prevista

(773) R,N. N.° 2567-98, en Ro j a s V a r g a s , 1999, p. 347.

644
Derecho Pena! •Parte Especial

en el inciso 2 del artículo 152 del Código Penal, el agente deberá tener
pleno conocimiento de que el agraviado no sufre alguna enfermedad
mental; cuando concurra la circunstancia calificante del inciso 4 del
artículo 152, el agente debe conocer que el agraviado es un empresario
sobresaliente, etc.

4. ANTiJOf^iDiCiDAD
No hay inconveniente en aceptar que en determinado hecho típico
dé secuestro concurra alguna de las causas de justificación previstas en
el artículo 20 del Código Penal.
Como ejemplo de la concurrencia de una causa de justificaéión
tenemos la ejecutoria suprema del 9 de junio del 2004^'^^), en la cual,
en forma atinada y coherente, se sostiene: d ddito de secuestro se
confipura cuando el úpente priva a una persona, sin derecho, de la facultad
de movilizarse de un lupar a otro, con independencia de que se le deje cier-
to espacio juico pa ra su desplazamiento y .cuyos limites la victima no puede
traspasar, desde este punto de vista lo importante no es la capacidad física de
moverse por parte del sujeto pasivo, sino la dé decidir el lupar donde quiere o no
quiere estar y lo más importante de esta disquisición, es que en el aludido tipo
penal se usa la expresión ^sin derecho priva a la victima de su libertad^, pero
estaprivación de la libertad tim e una consecuencia, persepuida por el úpente,
a u n fin mediato; sim M la privación do la libertad solo un modo facilitador.
Sepundo,-Q ue en el presente caso, b s procesados en su condición de intepran-
tes 'de las rondas campesinas áe bs centros poblados de T uebb Libre y Santa
Losa, jurisdicción de iMprovincia de M&yabamha, en el departamento de San
M artín, teniendo conocimiento de que b s presuntos apraviados [...] aceptaron
[...], ser b s autores de b s delitos de robo, vwlación sexual y asesinato que se
habrían cometido en sus territorbs, decidieron sancwnarbs de acuerdo con sus
costumbres condenándobs, a '^cadena rónderiL, esto es, pasarbs de una ronda
a otra a efectos de que sean reconocidos por sus habitantes y además presten
trahdjo pratuito a favor de las respectivas comunidades. Tercero.- Q ue en tal
sentido, la conducta de b s procesados no reviste el carácter dobso que requiere

R.N. N ° 975-04-San Martín-Sala Penal Transitoria presidida por el vocal supremo titular,
Robinson Gonzaies Campos.

645
Ramir o Sal in as Sic ch a

d tipopenal de secuestro, dado que su actuarse encuentra normada y reculado


por el artículo 1 49 de la Constitución FoUüca del Perú que a la letra dice:
las Pondas Campesinas pueden ejercer lasfisnciones jurisdiccionales dentro
de su ámbito territorial de conformidad con el derecho consuetudinario
no habiéndose advertido con ello n ingún ejercicio abusivo del cargo ya que,
por el contrario todos los denunciados actuaron conforme a sus ancestrales
costumbres. Cuarto.- Q ue el inciso 8, del artículo 2 0 del Código Penal se-
ñala que está exento de responsabilidad penal W que obra por disposición
de la ley, en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítinm de un dere-
cho, ojicio o cargo^ por lo que, si h s procesados en su condición de randeras,
momentáneamente aprehendieron a los presuntos agraviados, sin embargo,
su accionar es legítimo, por cuanto se encuentra enmarcado en el artículo
1 4 9 de nuestra carta m agna. Q uinto.- Q ue al haber concurrido la causa
de justificación W actuar p or disposición de la ley^ en el presente proceso; en
consecuencia, si bien la acción es típica, sin embargo no es antijurídica, por
ende, tampoco culpable, resultando de aplicación el artículo 2 8 4 del Código
ds Procedimientos Penales^\ Consideraciones por las cuales declararon
haber nulidad en la sentencia recurrida que condenó a los procesados
por el delito de secuestrólas)

S. CULPABlLiDÁO ..........
Una vez que el operador jurídico determina que en la conducta
típica analizada no concurre alguna causa de justificación, inmediata-
mente analizará si el injusto penal debe ser atribuido al agente. Es decir,
deberá analizar si el agente es imputable y mayor de 18 años de edad, si

(775)
igual razonamientp hace la Primera Sala Pena! Transitoria de ia Corte Suprema, en caso
parecido en la ejecutoria suprema del 29 de octubre del 2004, cuando sostiene que "en
elcaso sub examine ios encausados miembros de la comunidad campesina de 'autodefensa'
actuaron respaldados por un derecho, pues se encuentra reconocida como una de las fundo­
nes de los 'comités de autodefensa' ¡a posibilidad de detener personas (.. J , apreciándose que
¡os agraviados fueron puestos a disposición de la autoridad policial, pues estos habían efec­
tuado disparos y construido una choza en Tungasuca, distrito de Túpac Amara, lo que motivo
a su detención, pues los comuneros creyeron que iban a tomar posesión de sus tierras, por
tanto la conducta resulta ser típica, pero no antijurídica por concurrir una causa de exclusión
de la antijurídicidad que convierte el hecho típico, en un acto totalmente lícito y aprobado por
el ordenamiento Jurídico", e n C as t il l o A l va, 2006 c , p. 4S.

646
Derecho Penal •Parte Especia!

ai momento de actuar sabía o tenía conocimiento de la antijuridicidad


de su actuar y si pudo obrar de manera diferente a la de exteriorizar ia
conducta que lesionó el bien jurídico libertad de su víctima.
Es posible la concurrencia del error de prohibición previsto en la
última parte del artículo 14 del Código Penal. En efecto, la ejecutoria su-
prema del 23 de marzo del 2010^^*^! da cuenta de un caso real y concreto
en el cual se aplicó esta categoría jurídica para confirmar la sentencia
condenatoria a dos acusados del delito de secuestro. Allí se argumenta
que: ^‘los hechos declíwadosprobados en la sentencia estriban en que: (i) los
procesados Zacarías López y M arin a Gil -integrantes de la ronda campesina
de la localidad de la M olina del distrito de Nueva Cajatnarca- siendo las diez
de la m añana del día veinte de m arm de dos mil siete ingresaron deform a
violenta al taller de mecánica de propiedad del agraviado procediendo
a reducir e inmovilizar a la víctima y trasladarla en contra de su voluntad
a la base ronderil; (ii) que, estando en dicho local, recién ju e informado que
en su contra existía un a denuncia por una deuda ... para posteriormente ¡os
encausados disponer, que el agraviado ingrese a un recinto que se utilizaba
como calabozo, no sin antes ser amenazado con ser linchado en horas de la
noche y ser traslado en cadena ronderil; (iii) que, luego de haber transcurrido
más de cuatro horas de encierro, logro huir e interpuso la denuncia respectiva,
siendo detenido nuevamente con la finalidad de obligarle a que se desista de
la denuncia [...] que, respecto del delito de secuestro, se advierte de los hechos
declaradosprobados, el agraviado fu e privado de su libertad al m argen ek la
aceptabilidad del Derecho consuetudinario -no medió un sistema razonable
de impartición de justicia ronderil ante la ausencia de las mínimas formas
de enjuiciamiento (señaladamente del derecho de defensa) n i concreción de
una norm a consuetudinaria que regule el conflicto en cuestión-, por lo que
no es de recibo en este caso el ejercido del fuero especial comunal-ronderil;
que la absoluta arbitrariedad del poder fáctico que se usó impide reconocer
tal práctica como la materialización de un derecho fundam ental colectivo y
afirm ar que su proyección sobre d sujeto pasivo ju e compatible con el respeto
a sus derechos fundam entales más esenciales [...] que los hechos han sido
tipificados ~y la condena así h ha dispuesto- como delito de secuestro

(776) 2416-2009-San Martín. Sa!a Penal Permanente de la Corte Suprema.

647
Ramir o Sal inas Siccha

ilícito que no seriu uplicuhle si se hubiese privado de lu libertud, ul ugruviudo


como consecuencia del ejercicio legítimo de la junción jurisdiccional; empero,
como esepunto de partida ha sidorechazado, solo cabe entender, que n udié un
claro supuesto de error de prohibición por diversidad cultural, pues se actuó
en la'creencia errónea que se estaba autorizado p ara realizar talprivación
de libertad: alcance de la norma permisiva -aTtículo catorce in Jin e del
Código Fenal~~; que tal error, sin embargo, no fite invencible, pues estaba a
su alcance^ lo que es relevantepor elmódo como se actuó, el conocimiento de
las disposiciones penales en conflicto; que siendo asi, la pena a imponer debe
ser atenuada p or dsbajo del mínifno legad-. “

6. CON»>M ACIÓN
El delito en análisis dogmático alcanza su estado de périfecciona-
miento o consumación desde que el sujeto pasivo queda privado de su
libertad ambuiátoriá; desde aquel moméntOj comienza o se inicia el
estado cohsumádvo que solo concluye cuando^ por voluntad del agente
o por causas extránáSj se pone fin a la privación de libertad del sujeto
pasivo de la conducta ilidta.
Los tratadistas peruanos coinciden en este aspecto* Roy Freyreí^^^
indica-que. el delito ,alcanza Ja etapa de la consumación en el momento
en que el agraviado queda privado de su libertad de movilizarse en el
espacio; se trata de, un delito permanente en el que la actividad delictiva
continúa proyectándose en el tiempomientras dura el estado de secuestro.
Bramont-Árias y García Cantizanoi^^^l señalan que el delito se consuma
cuando el sujeto pasivo queda privado de su libertad para movilizarse* *^56
trata de un delito permanente, puesto que la conducta delictiva continúa
mientras dura la privación de la libertad”, de tal modo que es posible
la intervención de partícipes aun después del inicio de la ejecución del
delito. Y finalmente, Villa Steiní^^^l sostiene que se consuma el delito
en el momento en que se priva de la libertad ambulatoria a la víctima,
siendo permanente en tanto no se libere al sujeto pasivo. -V

Roy F r eyr e, 1975, p. 269.


S r a mo n t -A r ías T or r es /Gar c ía C a n t iz a n o , 1997, p. 188.
V il l a SreiN, 1 998a, p. 120.

648
Derecho Penaf •Párte Especial

Pareciera que se trata de un delito instantáneo, sin embargo, en la


doctrina es lugar común considerarlo como un ejemplo representativo de
los delitos permanentes. Incluso nuestro máximo THbunal en Sala Plena,
al referirse a los delitos de naturaleza permanente, se ha pronunciado en
tal sentido, al acordar la siguiente jurisprudencia vinculante: “^^El delito
de usurpación es de realización instantánea, siendo suficiente para su
consumación el despojo de k posesión o la afectación de un derecho
En efecto, en la ponencia que sustentó la aprobación de la citada
jurisprudencia, presentada por el señor vocal supremo de la Sala Penal
Permanente, Hugo Sivina Hurtado, se sostiene: “Eos delitos permanen-
tes, por el contrario, son aquellos que se caracterizan por prolongarse en
el tiempo el momento consumativo, como ocurre, por ejemplo, con el
delito de secuestro previsto en el artículo 152 del Código Penal, en el
que se mantiene en el tiempo la situación antijurídica (“^privación de la
libertad"’) creada por el agente. Sin embargo, como lo han precisado en
Alemania Jescheck j en España M ir Puig, la característica fundamental
del delito permanente y que permite diferenciarlo de otras creaciones
de situaciones ilícitas que se mantienen en el tiempo, pero que no se
comprenden en dicha categoría, es que el mantenimiento del estado
antijurídico de cierta duración creado por la acción punible, depende
de la voluntad del autor, implicando que dicho mantenimiento sigue
realizando él tipo, por lo que el delito se sigue consumando hasta que
se abandona la situación antíjurídica”í^®®).
- De este modo, es lugar corntin sostener que el injusto penal de
secuestro es un delito permanente, puesto que la conducta reprochable
penalmente permanece por el tiempo en que dure la privación o restric-
ción de la libertad. E l agente tiene el dominio directo de la permanencia.
Esto es, dependerá del autor poner fin a la privación de la libertad de la
persona secuestrada o, en su caso, continuar con la permanencia. Para
efeaos de la prescripción de la acción penal, este aspecto resulta de tras-
cendencia, pues el cómputo para esta correrá recién désde el día en que
el agraviado recobró su libertadí^®^).

{780) \/¡stos, Lima, 29 de diciembre de 1999, p, 8.


Inciso 4 del artículo 82 del Código Penal.

649
K a mir o Sa l in a s Síc c h a

En el proceso seguido contra el expresidente Fujimori Fujimori^ la


Corte Suprema, en la ejecutoria del 30 de diciembre del 2009, ha preci-
sado que: secuestro es u n delito permanente^ cuyo plazo de prescripción^
a tenor de lo dispuesto en el inciso cuarto del articulo ochenta y dos del Có-
digo Penal^ empieza desde el momento que cesó la permanencia^ en el caso
de autos, desde el seis de abril de m il novecientos noventa y dos (secuestro
de Gorriti) y .cinco de agosto de m il novecientos noventa y dos (secuestro de
D yerA m pudia)

7. TENTATIVA Y ACTOS PREPARATORIOS


Existe tentativa cuando el autor inicia la ejecución del delito por
hechos exteriores, practicando todos o parte de los actos que objeti-
vamente deberían de producir el resultado y, sin embargo, este no se
produce por causas independientes a la voluntad del agente. En este
sentido, el secuestro, por tratarse de un delito de lesión y de resultado,
es posible que se quede en realización imperfecta, esto es, en el grado
de tentativa. Ello ocurrirá, por ejemplo, cuando después de desarrollar
los actos tendientes a lograr el secuestro, ios delincuentes no logran su
objetivo por la tenaz resistencia que opuso el agraviado y los efectivos
de su seguridad personal.
E l agente debe haber dado inicio con actos ejecutivos objetivos a la
comisión del dehto de secuestro que decidió cometer. Antes que aparezcan
objetivamente tales actos estaremos ante lo que se denomina actos pre-
paratorios de un delito de secuestro, los mismos que, por regla general,
son atípicos e irrelevantes penalmente, salvo que por sí solos constituyan
un delito independiente. En este sentido se ha pronunciado la Sala Penal
de la Corte Suprema por ejecutoria suprema del 18 de mayo de 1994,
que resolvió absolver al procesado de la acusación fiscal del delito de
tentativa de secuestro, sosteniendo: ^^Que, en el caso de autos se imputa a
Rudy Andrés Albarracin Barreto haber confeccionado losplanosy croquis que
determinaban la trayectoria a seguirpor el agraviado Paolo Sachi Idirato, que

(762) f,|_o 19-2001, Sala Penal Especia) de la Corte Suprema, sentencia del 7 de abril del
2009, confirmada por !a Primera Sala Pena) Transitoria de la Corte Suprema en el R.N, N.°
19-01-2009 A.V-üm a.

650
Derecho Pena! « Parte Especial

luego seria objeto de la privación de su libertad personal, empero tal comisión


delictiva no se perpetró quedando entonces la actitud delprocesado Albarracin
Barreto como u n acto carente de suficiencia para violentar un bien jurídico
tutelado por la ley, en vista de no darse el presupuesto inequívoco de dar inicio
en la comisión del hecho punible; por tanto, debe encuadrarse tal situación
como acto preparatorio que se encuentra en lafase externa del delito, pero que
no esparte de él, siendo que por si solo es incapaz de indicar la voluntad del
hecho de continuar y acabar su intente delictuoso; si esto es asi, la imputación
recaída no tiene el sustento necesario para la imposición de unapena^^'^^^^.

8. DIFERENCIA ENTRE EL DELITO DE COACCIÓN Y SECUESTRO


Aun cuando la diferencia entre ambos delitos es evidente de sus pro-
pias definiciones, en la práctica es natural que encontremos situaciones
donde resulta complicado diferenciar im delito del otro. No obstante, la
ejecutoria suprema del 28 de enero del 2005<^^^> sirve para enfatizar la
diferencia que existe entre los citados hechos punibles. En efecto, allí se
Íl
argumenta que: ^ól delito de secuestro, previsto y sancionado por el articulo
152 del Código Fenol, atenta contra la libertad ambulatoria de laspersonas, es
iíí-: decir, presupone ir contra la voluntad del sujeto pasivo, identificándose diversos
T ; medios comisivos, no determinados por la ley, pero que, desde una perspectiva
criminalistica, son por logenera l la violencia, la a m en a s y el engaño, y cuyo
perfil más nítido se da en los casos de encierro o, intemamiento o de detención
del sujeto pasivo, mediante los cuales se priva al sujeto pasivo de la facultad
de trasladarse libremente de un lugar a otro; ahora bien, a los efectos de con-
cretar con rigurosidad la concurrencia de los elementos objetivos y subjetivos
del tipo de injusto del citado deliU} de secuestro, que lleva consigo una g ra n
penalidad, es de estimar asumiendo elfactor excluyente que informa el p rin -
cipio de insignificancia que están excluidas del ámbito típico de dicha figu ra
penal privaciones de la libertad ambulatoria de escasa relevancia, a partir
precisamente de la dimensión temporal de la detención, las cuales, en todo caso
tipifican el delito de coacción, en tanto en cuanto -como anota u n sector de la
doctrina, en especial M uñoz Conde- no se trate de u na privación de libertad

(783Í [\j 0111 -94-Linna, en Pr ado Sal oar r íaga , 1999, p. 184.
¡784) Exp. N.° 2966-2004-Arequípa, en PÉREZ Ar r oyo , 2006, p. 943.

651
Ra MíRO SAÜNAS SiCCHA

comofinalidad en d misma o como medio para exigir u n rescate o lograr una


finalidad ile^aly casos en los cuales tal hecho siempre constituirá secuestro (D e-
recho penal. Varte especial, 13^ ed., TirantloB lanch, Valencia, 2 0 0 0 , pp. 160
y 1 6 7 ); que, en el presente caso, no se da este supuesto, toda vez que se detuvo
al agraviado ejerciendo violencia contra él, y se le llevó inmediatamente a la
comisaria en cuya sede se hizo mención a u na supuesta conducta delictiva en
que aquel habría incurrido al distribuir volantes injuriosos contra eíalcalde;
no se trató pues de una privación de libertad ambulatoria como finalidad en
si misma n i como medio p ara loprar una finalidad ilepal concreta, en tanto
que enseguida, sin tardanza, se condujo y sepuso al agraviado a disposición de
la autoridad policial pa ra que ésta actúe conforme a sus atribuciones, lo que
como, ya se anotó, en todo caso tipificaría el delito de coacción^l

9. PEHAUDÁD
Del tipo penal fluye que al agente que comete el delito de secuestro,
dentro de ios parámetros del tipo básico, será merecedor a pena privativa
de libertad no menor de 20 ni mayor de 30 años.
En caso de presentarse alguna de las agravantes previstas en ios 13
primeros incisos, así como los supuestos del parágrafo tercero del artículo
152, el agente será merecedor a pena privativa de libertad no menor de
30 años-
Segun la Ley 28760 primero, y aíiora por el Decreto Legislativo
982, si a consecuencia del secuestro se causa una lesión grave, ya sea
física o mental en el agraviado o este muere durante o a consecuencia
del secuestro, el agente será merecedor de cadena perpetua. Igual pena
se impondrá cuando el agraviado del secuestro sea un menor de edad,
una persona mayor de setenta años o un discapacitado.

10. LA PENA DE CADENA PERPETUA


Aparte de elevar desmesuradamente la pena privativa de libertad
temporal para el delito de secuestro y sus agravantes, se han ampliado
los supuestos delictivos que merecen pena de cadena perpetua. En efecto,
por la modificación introducida por la Ley N .° 28760, de junio del 2006,
el último párrafo del artículo 152 del Código Penal, previo que “la pena

652
Derecho Penal •Parte Especial

será de cadena perpetua cuando el agraviado es menor de edad, mayor de


sesenta y cinco anos o discapacitado, así como cuando la víctima resulte
con daños en el cuerpo o en su salud física o mental, o muera durante el
secuestro o a consecuencia de dicho acto”. Actualmente, por disposición
del Decreto Legislativo N.^ 982, de julio del 2007, se han ampliado aiín
más ios supuestos. De esta forma, ahora se prevé que la “pena será de
cadena perpetua cuando: 1. El agraviado es menor de edad o mayor de
setenta años; 2. El agraviado sufre discapacidad y el agente se aprovecha
de esta circunstancia y 3. Si se causa lesiones graves o muerte al agraviado
durante el secuestro, o a consecuencia de dicho acto”.
Al disponer más posibilidades para imponer la pena de cadena
perpetua, lo único que se evidencia en la conducta del legislador -autor
de la ley y luego del citado Decreto Legislativo- en su desesperación
por hacer frente a la demanda social, es su escaso conocimiento de las
elementales teorías del Derecho penal actual respecto a la pena y su
función preventiva, protectora y resocializadora, recogida en el artículo
IX del Título Preliminar del Código Penal. Y mucho menos al parecer
toma en cuenta el numeral 22 del artíctilo 139 de la Constitución PoKtica
del Estado, que establece en forma contundente: “el principio de que el
régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación, rehabilitación y
reincorporación del penado a la sociedad”. Soslayando que, tal como el
Tribund Constitucionales^! lo ha establecido, en nuestro ordenamien-
to jurídico penal se ha constitucionalizado la denominada teoría de la
función de prevención especial positiva, en armoma con el artículo 10.3
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que prescribe:
“El régimen penitenciario consistirá en un tratamiento cuya finalidad
esencial será la reforma y la readaptación social de los penados”. Princi-
pio constitucional que comporta, mandato de actuación dirigido a
todos los poderes públicos comprometidos con la ejecución de la pena y,
singularmente, al legislador, ya sea al momento de regular las condicio-
nes, cómo se ejecutarán las penas o, por lo que ahora importa rescatar,
al establecer el quantum de ellas y que los jueces pueden aplicar para

Fundamento 179 del !a Resolución dei Tribunal Constitucional del 3 de enero del 2003;
Exp. HS 010-200 2-A in‘C-LÍma.

653
Ramir o Sal in as Sic c h a

sancionar la comisión de determinados delitos” (Fundamento 180


de la sentencia dei T C 10-2002). Estos conceptos, el Supremo Tribunal
Constitucional ios ha reiterado en el Fundamento N .° 26 de la sentencia
del 21 de julio del 2005^^6)^ establecer que las teorías preventivas,
tanto la especial como la general, gozan de protección constitucional
directa, en tanto y en cuanto, [...] sus objetivos resultan acordes con el
principio-derecho de dignidad.
Incluso el máximo intérprete de la Constitución, en forma atinada,
señaló en los fundamentos 182 y 183 de la sentencia recaída en el Exp.
N.^ 010-2002-AI/TC, que de las exigencias de “reeducación”, “rehabi-
litación” y “reincorporación” como fines del régimen penitenciario se
deriva la obligación del legislador de prever una fecha de culminación de
la pena, de manera tai que permita que el penado pueda reincorporarse
a la vida comunitaria. Si bien el legislador cuenta con una amplia liber-
tad para configurar los alcances de la pena, sin embargo, esta liberínd
tiene un límite de orden temporal directamente relacionado con la exi-
gencia constitucional de que el penado se reincorpore a la sociedad. La
denominada “cadena perpetua” es intemporal, es decir, no está sujeta a
límites en el tiempo, pues si tiene un comienzo, carece de un final y, en
esa medida, niega la posibilidad de que el penado en algún momento
pueda reincorporarse a la sociedad.
En consecuencia, según el Tribunal Constitucionalí^^^, el estableci-
miento de la pena de cadena perpetua no solo resiente al principio consti-
tucional, previsto en el iuciso 22 del artículo 139 de la Constitución, sino
también es contraria a los principios de dignidad de la persona y de libertad.
Es contraria al principio de libertad, ya que si bien la imposición de una
pena determinada constituye una mediík que restringe la libertad personal
del condenado, es claro que, en ningún caso, la restricción de los derechos
fundamentales puede culminar con la anulación de esa libertad, pues no
solamente el legislador está obligado a respetar su contenido esencial,
sino, además, constituye uno de los principios sobre los cuales se levanta

Exp. N.° 019-2005-Pi/TC.


Í787Í vjjje ftjndamentos 184,185, 186,187, 188 de! la Resolución del TC , del 3 de enero del
2003, Expediente N.° 010-2002-AI/TC-Lima.

654
Derecho Penal « Parte Especial

d Estado constitudonal de derecho. Asmiismo, el Tribimal Constimdonal


considera que detrás de las exigendas de “reeducación, rdiabilitadón y re-
incorporadón” como fines del régimen penitendario, también se encuentra
necesariamente una concreción del principio de dignidad de la persona
(articulo 1 de la Constitución) y, por tanto, este constituye un límite para
el legislador penal. Dicho principio, en su versión negativa, impide que
los seres humanos puedan ser tratados como cosas o instrumentos, sea
cual fuere el fin que se persiga alcanzar con la imposidón de determina-
das medidas, pues cada uno, induso los delincuentes, deben considerarse
como un fin en sí mismo, por cuanto el hombre es una entidad espiritual
moral dotada de autonomía. En el ámbito penitendario, la proyecdón del
prindpio de dignidad comporta la obligadón estatal de realizar las medi-
das adecuadas y necesarias para que el infiractor de determinados bienes
jurídico-penales pueda reincorporarse a la vida comunitaria, y que ello
se realice con respeto a su autonomía individual. Sin embargo, y aunque
no se exprese, detrás de medidas punitivas de naturales drástica como la
cadena perpetua subyace una cosíficadón del penado, pues este termina
considerado como un objeto de la política criminal del Estado, sobre el
cual -porque nunca tendrá la oportunidad de ser reincorporado-, tanipoco
habrá la necesidad de realizar las medidas adecuadas para su rehabilitación.
El carácter rehabilitador de la pena tiene la función de formar ai interno
en el uso responsable de su libertad. No la de imponerle una determi-
nada cosmovisión del mundo ni un conjunto de valores que, a lo mejor,
puede no compartir. Pero, en cualquier caso, nunca le puede ser negada
la esperanza de poderse insertar en la vida comunitaria. Y es que al lado
del elemento retributivo, ínsito a toda pena, siempre debe encontrarse
latente la esperanza de que el penado algún día pueda recobrar su libertad.
El internámiento en un centro carcelario de por vida, sin que la pena
tenga un límite temporal, aniquila dicha posibilidad. La cadena perpetua
también anula al penado como ser humano, pues lo condena a transcurrir
su vida internado en un establecimiento penal, sin posibilidad de poder
alcanzar su proyecto de vida trabado con respeto a los derechos y valores
ajenos. Lo convierte en un objeto, en una cosa, cuyo desechamiento se
hace en vida. La cadena perpetua, en sí misma considerada, es repulsiva
con la naturaleza del ser humano. El Estado constitucional de derecho
no encuentra justificación para aplicarla.

655
Ramir o Sal in as Sic c ha

No obstante^ y pese a tener conceptos daros y contundentes en


contra de la pena de cadena perpetua, el supremo intérprete de la Consti-
tución no tuvo la valentía sufidente para declararla inconstitucional^®®).
Esta actitud ha generado que el legislador, en lugar de ir restringiendo
los supuestos delictivos que merezcan tal pena, venga ampliando ios
supuestos en los cuales se irnpone la pena de cadena perpetua con la
finalidad explicable de solo satisfaíxr una demanda soda! ante la arre-
metida de los secuestradores. En efecto, en la exposición demotivos de
uno de los proyectos que dio origen a la Ley 28760, se sostiene que
"^desde hace algún tiempo la comisión de este delito ha registrado un
crecimiento vertiginoso. Tanto los datos policiales como la informadón
periodística dan cuenta de numerosos casos de secuestro y extorsión a
personas de altos y bajos recursos económicos^ tomando como rehenes
a personas de toda edad, desde niños hasta ancianos. Situación esta que
genera en la comunidad un clima de inseguridad y que el Estado, en su
rol protector, no puede permitir, debiendo réciurir a la ultim a m tio para
corregir este grave fenómeno criminal”<^®^>. De esta forma, el legislador

En efecto, en e( Fundamento N.® 190 de !a Resolución de! 3 de enero del 2003; Exp. N °
010-2002~AI/TC-üma, se estableció que e! Tribunal Constitucional no considera que la
incOristitücionaiícfád de fa'cádenB'perpetualo"autorice' a dedarar la Invalidez de la dis­
posición que la aütorizai pues ciertamente dicha incompatibilidad podría perfectamente
remediarse si es. que e! legislador introdujese una serie de medidas q ue permitan que la
cadena perpetua deje de ser una pena sin plazo de culminación. Por ello solo se limiíó a
exhortar al Congreso de la República para qúe; dentro dé un plazo razonable, establezca
.límites- para la revisión de la cadena perpetua, A raíz de la sentencia exhortativa; e! Con-
. gresq de la República, prom ulgó el Decreto, Legislativo 921 de enero del,2003, donde
se estableció que la pena de cadena perpetua será revisada, de oficio o a petición de
parte por el órgano jurisdiccional que la impuso, cuando el condenado haya cum plido
35 años de privación de libertad, pudjendo el Juez, luego del procedimiento estableci­
do en e! artículo 59-A del Código de Ejecución penal, mantener la condena o declararla
cumplida ordenando ia excarcelación déi beneficiado. Tam bién se estableció que si ei
' Juez decide por mantener ía pena impuestá> después de transcurrido un' año, se realizará
una nueva revisión. En concreto, actualmente, en nuestra patria, la denominada pena de
cadena perpetua no es propiamente tal, pues tiene un plazo determinado en el cual el
Juez la revisará y si llega a ia conclusión que en el condenado ha tenido efectos positivos
él tratamiento penitenciario-impuesto, podrá declararla cumplida disponiendo la excar­
celación inmediata del condenado.
(789) Proyecto de Ley 14585/2005, presentado por el congresista Antero Ftores-Aráoz. Pro­
yecto que propuso que a los sentenciados por el delito de extorsión no les son aplicables
los beneficios penitenciarios.

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Derecho Pena! •Parte Especial

recurre al derecho penal para frenar la ola creciente de secuestros, no


obstante, bien sabemos que las penas altas no disuaden a nadie y menos
a los secuestradores.

11. IMPONER CADENA PERPETUA ORIGINA UN ABSURDO JURÍDICO


Se dispone arbitrariam ente de la pena de cadena perpetua al
autor, si como consecuencia del secuestro, o durante tal acto, la víc-
tima fallece o sufre lesiones graves en su integridad física o m ental
Es decir, ia muerte o las lesiones graves sobre la víctima deben ser
originadas como consecuencia del suceso de secuestro. No deben ser
preconcebidas ni planificadas por ei agente. Esta forma de legislar
resulta arbitraria, pues se dispone la pena de cadena perpetua a los
agentes por conductas culposas que originan un resultado dañoso.
Si por ei contrario, en un caso concreto, se llega a determinar que
desde el inicio ei agente actuó sabiendo y queriendo la muerte o lesionar
en forma grave a la víctima, no estarem os ante la agravante, sino ante
un concurso real de delitos, esto es, se configurará el delito de asesina-
to o lesiones graves y el delito de secuestro básico. Originando ique al
momento de imponer la pena al autor o autores se le aplicará la pena
que resulte de la sumatoria de las penas privativas de libertad que fije
el juez para cada uno de los delitos, hasta un máximo del doble de la
pena del delito más grave, pero nunca más de 35 años, según la regla
prevista en el numeral 50 del Código Penal, modificado por Ley N .°
28730, del 13 de mayo del 2006. De ese modo, se impondrá cadena
perpetua al agente si, pudiendo.prever el resultado, ocasiona ia muerte
de la víctima o le produce lesiones graves, en cambio, será merecedor de
pena privativa de libertad temporal, si el agente planifica y dolosamente
causa la muerte de su víctima o le ocasiona lesiones graves después de
obtener su objetivo mediante con el secuestro.
El mensaje de tal forma de legislar es aterrador p’ara los ciudadanos
de a pie, a los cuales están dirigidas las normas penales para motivarlos a
no cometer delitos. Absurdo jurídico que esperemos se corrija en el futuro
inmediato. En efecto, si el agente no ha planificado ni pensado causar la
muerte o lesionar de modo grave a su víctima, queriendo solo obtener

657
Ramir o Sal inas Síc c h a

un provecho indebido por medio del secuestrOj no obstante coyuntura!


u ocasionalmente ios causa (ya sea con dolo o culpa), será merecedor de
cadena perpetua; en cambio, si el agente ha ideado, planificado y, por
tanto, quiere primero conseguir un beneficio indebido y luego ocasionar
la muerte o lesionar de modo grave a su víctima (solo con dolo), el autor
será merecedor a una pena no mayor de 35 años.
En suma, el mensaje absurdo es el siguiente: si no quieres que te
sancionen con cadena perpetua, luego de conseguir el beneficio que
buscas con el secuestro, dolosamente ocasiona la muerte a tu víctima o,
en su caso, ocasiónale lesiones graves. Este modo de legislar, en lugar
de resguardar la vida de las personas, motiva su aniquilamiento.

Suboapítul© 4
Troto d e personas
1. CUESTIÓN PREVIA
La problemática dé la ‘‘trata de personas^"", o también conocida
tradidonaimente como “trata de blancas”, es un fenómeno criminal
mundiall'^^®) que por sus características l^iona la libertad y por ende,
afecta de manera grave la dignidadí^^^) de las personas que eventualmente
se convierten en víctimas, a quienes esta actividad criminal les degrada,
humilla y envilece. En resumen, la persona es tratada como un instru-
mento o una cosa para conseguir objetivos, por lo general, lucrativos.
El solo hecho de que un ser humano someta a otro a la vil con-
dición de esclavitud, servidumbre, explotación sexual, prostitución,
mendicidad, extracción de órganos o tejidos humanos es algo que

(790)
Según la Organización de las Naciones Unidas, las ganancias de la trata de personas en el
m undo superan los 9,500 millones de dólares anuales, situación que ie convierte en una
de las tres fuentes principales de ingresos para el crimen organizado, luego del tráfico
ilícito de drogas y tráfico de armas. Véase: Exposición de motivos de los proyectos de leyes
N.“s 108/2006-CR, 314/2006-MP y 513/2006-PE que dieron origen a la Ley N.° 28950,
(791)
La dignidad es to específicamente humano, de allí derivan y a la vez descansan ios dere­
chos personaiísimos en sentido jurídico-civi!, o ios derechos humanos en su dimensión
constitucional. Véase Al o nso á l a mo , 2006, p. 172.

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