Tarea Grupal
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3) CRONOLOGÍA
Esta obra basada en el año de 1842 cuando Doroteo y Cipriano, conocidos como:
hermanos Cano; dos campesinos morazanistas, que, siendo acusados de brujos
por el régimen y la iglesia, atados al monumento de la Cruz del Perdón, fueron
dilapidados hasta masacrarlos, a que el habitante de aquel pequeño pueblo, que
no les lanzara siete pedradas correría la misma suerte.
4) ARGUMENTO
El 4 de abril de 1843, a las cuatro de la tarde, fueron fusilados en la plaza pública
del municipio de Ilamatepeque o Ilama, departamento de Santa Bárbara, Cipriano
y Doroteo Cano. Ambos habían sido acusados de ejercer la magia entre las
gentes del pueblo y de tratarse con el Demonio, por lo cual tenían la capacidad de
convertirse en animales para efectuar sus desafueros contra los lugareños, así
como de introducirles tortugas en el estómago a sus enemigos para matarlos. Las
acusaciones fueron presentadas ante la augusta autoridad pueblerina, el alcalde
Gervasio Lázaro, quien, instigado por los notables de la comarca, sobre todo el
señor cura, les formuló un juicio sumarísimo y los llevó al paredón de fusilamiento.
La sentencia, desenterrada en 1901 por el escritor Tobías Rosa, incluía no sólo la
supresión de la vida de los "réprobos" y "herejes", sino también el escarnio de sus
cadáveres en las calles del villorrio. Asimismo, para enseñanza de los habitantes
de la comarca, el documento ordenaba propinarles cien zurriagazos a quienes
eran considerados como discípulos de los "brujos" en una escuela que éstos
habían organizado con el fin de alfabetizar a sus coterráneos.
Como era de esperarse en un pueblo remoto de la Honduras del siglo XIX, aquella
bárbara sentencia se ejecutó al pie de la letra, sin cambiarle ninguna tilde. Un
ilamatepequense honesto y sensato que, bebiéndose el aire, fue hasta la cabecera
departamental para poner en conocimiento de las autoridades superiores la
ejecución de tamaño desaguisado, no pudo llegar ni volver a tiempo para impedir
el crimen. Cuando la comisión nombrada al efecto se hizo presente en llama con
el propósito de exigir la entrega de los prisioneros, éstos se encontraban ya bajo
tierra en una colina de las proximidades, aledaña a la majestuosa corriente del río
Ulúa. A causa de eso, y en vista de que se trataba de un crimen colectivo, todo el
pueblo devino enjuiciado como homicida. Fue hasta enero de 1847, cuando,
gracias a las diligencias del representante de Santa Bárbara en el Congreso,
Saturnino Bográn, dicho expediente fue suspendido bajo la tesis de que fueron la
"ignorancia" y la "superstición" los principales promotores del asesinato. Por
supuesto, el Decreto respectivo contiene una seria advertencia para los aldeanos:
"si bien el Soberano Cuerpo ha podido inclinar su paternal benevolencia para
apartarlos del condigno castigo a la ejecución de un hecho que la ley condena, es
precisamente con la condición de sucesiva enmienda y de la formal protesta de
vivir subordinados y sometidos a su rígida y puntual observancia". Según los
informes dados por los mismos Cano, han acompañado en sus correrías de
Gualcho, La Trinidad, San Pedro Perulapán, Guatemala y Costa Rica al bandido
de Chico Morazán.
Sin embargo, el asesinato de aquellos campesinos de Ilama no fue exactamente el
producto de la "ignorancia" y la "superstición", como piadosamente estableció la
Cámara de Diputados para decretar el indulto en favor de todo el municipio.
Ignorantes y supersticiosos eran, sin duda alguna, amplios sectores de aquel
pueblo, pero no puede afirmarse otro tanto del alcalde, Gervasio Lázaro; el
escribano, Juan A. López; el cura y los jefes de las principales familias de la
comarca. Estas personas conocían las ideas democráticas y revolucionarias de los
encausados, dada la participación de los mismos en el ejército de Morazán, y,
como entonces se vivía lo que Ramón Rosa llamó "el triunfo de las fuerzas
inquisitoriales", aquellos hombres estaban condenados a morir para expiar el
crimen de haber seguido a su jefe en el intento de transformar las caducas
instituciones sostenidas por la aristocracia centroamericana y los sectores más
recalcitrantes de la iglesia. La ignorancia y la superstición fueron solamente el
instrumento de aquel asesinato, pero detrás de ellas estaba la acción consciente
de los enemigos de la causa morazanista. Por eso, el último considerando de la
brutal sentencia, dice: "que, según los informes dados por los mismos Cano, han
acompañado en sus correrías de Gualcho, La Trinidad, San Pedro Perulapán,
Guatemala y Costa Rica al bandido de Chico Morazán, ultimado recientemente
para beneficio de Centroamérica por los patriotas de Costa Rica; y que, siendo
dicho Morazán enemigo de nuestro país, son también considerados como tales los
que acompañaban aquel tiranuelo nefasto."
5) PERSONAJES
Otros personajes:
· Antonio Tróchez, Síndico Municipal
· Pedro Cano, primo de los cano
· Narcisa López
· Tio Chilo
· Ña Lupa
· María
· El tio Joaquin Montoya
· Lucas, Serafin y Cristobal (Los tres macacos)
· Juan González (El Herrero)
· Fulgencia y Tobías Cortéz
· Casimiro Cortéz
6) TEMAS Y PROBLEMÁTICA
Ramón Amaya-Amador recoge en su novela "Los Brujos de Ilamatepeque" uno de
los tantos hechos brutales que se cometieron contra los morazanistas después de
la caída de su jefe en San José de Costa Rica. Cuando ese acaecimiento tuvo
lugar, desempeñaba la Presidencia de la República de Honduras el ex-sacristán
Francisco Ferrera, quien en las primeras etapas de su vida política fue un
excelente soldado de la Revolución morazanista, pero que, posteriormente, a
partir de 1833, se vinculó a la más cruda reacción centroamericana para terminar
convirtiéndose en un acérrimo enemigo de las transformaciones impulsadas por
Morazán. Al describir la conducta de Ferrera como gobernante de Honduras,
Ramón Rosa se expresa en la siguiente forma: "obró como militar y político, pero
también como tirano despiadado; sembró el terror; una sola sospecha bastaba
para producir la persecución o la muerte; el patíbulo estaba a la orden del día; allí
fueron inmolados patriotas generosos, acreedores al perdón; corrían por doquier
arroyos de sangre y raudales de lágrimas". Dos de esos "patriotas generosos"
fueron los Cano, quienes tuvieron la desgracia de retornar a Honduras cuando el
sacristán de Cantarranas había creado tales condiciones en el país que el alcalde
de Ilamatepeque se consideró con suficiente autoridad para fusilar a estos dos
morazanistas leales e inofensivos.
7) TIEMPO
El tiempo en el que se desarrolla la historia, es en la época post morazánica, los
hombres que lucharon al lado del General Francisco Morazán Quezada
regresaban a sus casas, luego de que su líder fuera asesinado después de ganar
la batalla de la Trinidad en Costa Rica.
La historia se cuenta en el año 1843, un año después de la muerte de
Morazán. Es un tiempo de crisis social en Honduras; de mucha desigualdad. Es
una historia narrada de forma lineal ya que presenta su narrativa desde el pasado,
presente y futuro.
Narrando un hecho real de dos soldados de una época antigua del siglo XIX en
ambiente de conflictos de poder que se daban en Centroamérica en una cultura
religiosa donde predominaba y catolicismo y eran regidos por las decisiones de
orden militar de la sociedad.
8) ESPACIO
Espacio Físico
Llevándose a cabo en un país de Centroamérica de nombre Honduras en un
pequeño pueblo llamado Ilamatepeque de Ilama Santa Bárbara.
Espacio Psicológico
Según la narración de la novela se vive un ambiente de superstición, odio y
aborrecimiento del pueblo hacia los personajes.
Espacio Social
Los habitantes del pueblo pertenecían a un nivel socio-económico medio bajo con
pensamiento religioso cerrado y presentando una cultura grupal muy colaboradora
entre sí como en la época indígena, pero con presencia de cierto grado de
ignorancia y comunismo primitivo.
9) RECURSOS LITERARIOS
Amaya Amador nos narra Una historia absolutamente verídica de dos de los
muchos humildes campesinos que participaron en las batallas lideradas por
Francisco Morazán en busca de LA unidad de Los pueblos centroamericanos.
Cuando Los hermanos Cano regresaron a Su municipio de origen quisieron
contribuir con El progreso de su pueblo, en particular de la juventud, ese deseo de
superación fue motivo por El cual la “reacción inquisitorial”, encabezada por el
cura, el alcalde y Los notables del pueblo Los acuso, aprovechándose de la
ignorancia y la superstición de herejes, de tener pacto con el diablo, y haber
echado Una maldición de enfermedades y muerte contra el pueblo: motivos que
fueron suficientes para fusilarlos.
Al escribir esa novela Amaya Amador considero que sería de “interés para
aquellos que sustentan principios revolucionarios y democráticos” y la dedico a la
“juventud de Honduras”. Esta nueva edición de Los Brujos de Ilamatepeque va
dedicado para esa juventud que hoy exige UN urgente cambio de rumbo en el
país, luchando en las calles porque se Hagan cumplir sus derechos (trabajadores,
estudiantes de colegios y universidades) que Han sido y aún siguen siendo
pisoteados por instituciones y autoridades y autoridades que mal gobiernan
nuestro país.
10)FIGURAS LITERARIAS
Se hizo uso de la Hipérbole en el libro de Brujos de Ilamatepeque, para poder
destacar de manera objetiva y sencilla, la variabilidad de lo que en verdad es una
enseñanza tal como la expresada en el contenido, sin embargo, la idea concreta
es la de poder conocer la realidad de manera concreta, es decir lo ocurrido en esa
época en donde estar en contra del sistema político, social y religioso era un delito
penado incluso con la muerte.
Antítesis
Ni más ni menos. Mire: hasta el mismo palo ensebado, para los cipotes, en
la fiesta de San Cristóbal.
Porque en boca cerrada no entran moscas. Aliteración
Sus sombreros empalmados de ilama, como sus pantalones y camisas de
mantadril.
Perros roñosos buscan riña por conquista de una porquería descubierta
entre las hierbas.
Epíteto
Destacando cualidades de Ilamatepeque y su gente (personajes).
Anáfora
Buenas tardes, niños -Buenas tardes, cristianos
No hay que reírse -No hay que burlarse
¡Tomá, tomá!
¿Lo ven, lo ven?
Polisíndeton
Meramente compa y sacaron a San Cristóbal por todo el pueblo y los
alrededores y hubo penitencias por los pecados.
Asíndeton
Eso sí, manito, aunque aquí, a lo mejor, ni "la pelona" pasa.
En fin, era un trabajo de hormigas o de horneros: rápido, eficiente, alegre y
común.
Yo cuando digo soy amigo, es que lo soy, truene, llueva o relampaguee.
Aquellos ojos lo castigaban, lo burlaban, lo dominaban.
Eulalia se aproximó y lo tomó para reconocerlo, palparlo, olerlo.
Esto lo sabe Cándida y es por eso que murmura, regaña, maldice golpea.
Y ellos, como leales soldado suyos, iban a organizar a los jóvenes de
Ilamatepeque para que respondieran presente cuando sonara la hora del combate
por la libertad, la igualdad, la fraternidad.
Es que ya estamos viejos – se disculpa, sonriente, Pedro – y la gente, entre
más vieja, más pendeja.
Y, otra noche, ante la alegría general, estrenan lápices nuevos, largos,
relucientes, en papel blanco, de oficio y una pizarra y varios pedazos de tiza.