Sermon Imitadores
Sermon Imitadores
Sermon Imitadores
IMITAR A DIOS
Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en
nosotros.
Filipenses 3:17
Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros, y del Señor, recibiendo la palabra en medio de
gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo
1 Tesalonicenses 1:6
Porque vosotros hermanos vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesus que
están en Judea, pues habéis padecido de los de vuestra propia nación las mismas cosas que ellas
padecieron de los judíos.
1 Tesalonicenses 2:14
Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis de imitarnos, pues nosotros no anduvimos
desordenadamente entre vosotros.
2 Tesalonicenses 3:7
No porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos
imitaseis.
2 Tesalonicenses 3:9
A fin de que no os hagáis perezosos sino imitadores de aquellos que por la fe y paciencia heredan
las promesas.
Hebreos 6:12
Acordaos de vuestros pastores que os hablaron la palabra de Dios, considerad cual haya sido el
resultado de su conducta, e imitad su fe.
Hebreos 13:7
David fue el hombre usado por Dios para establecer un culto de alabanza en Israel. Cuando los
sacerdotes realizaban el ritual de sacrificios en el tabernáculo, había solo silencio, nadie hablaba,
nadie cantaba ni mucho menos tocaba instrumentos.
David tiene un sentir del Espíritu Santo para introducir la alabanza con canticos e instrumentos al
tabernáculo. Para estar seguro de que ese sentir no era de él, pidió confirmación al profeta Natan
y al profeta Gad, quienes le confirmaron que el sentir era de Dios.
¿Que es lo que vemos ahí hermanos? Alabanza inspirada DIOS, momentos de adoración que no
son guiadas por emociones carnales si no por el Espíritu Santo. Vemos también consagración a
Dios, porque para recibir una confirmación así, Natán y Gad tienen que haber sido hombres
consagrados, hombres de oración, de ayuno, de búsqueda del Señor.
Que pasa unos años después, que el pueblo comienza a apartarse de DIOS, ya no oraban, ya no
ayunaban, ya no se consagraban, por el contrario andaban en fiestas mundanas, y ya sus vidas no
estaban consagradas a al Señor. Pero seguían cantando, seguían adorando en el tabernáculo,
seguían elevando música al Señor.
los que cantáis al son del salterio y creéis imitar a David usando
instrumentos músicos para vuestro deleite
David era un hombre de profunda oración, era un hombre que derramaba su alma ante el Señor
que reconocía sus pecados, se arrepentía de ellos y cambiaba su forma de actuar.
Usted sabe lo peligroso que imitemos a un predicador, o a un cantante cristiano sin tener una vida
de santidad ante el Señor, estaremos creando una imagen de hipocresía, y la hipocresía nos puede
llevar a la apostasía.