Sentencia Fuero Penal Militar C-358-97
Sentencia Fuero Penal Militar C-358-97
Sentencia Fuero Penal Militar C-358-97
A fin de que el Estado pueda castigar los hechos punibles, debe contar con un
repertorio de instrumentos y medidas sancionatorias que le permita distinguir
los supuestos de mayor y menor gravedad con arreglo al principio de
proporcionalidad. La existencia de una pluralidad de especies punitivas
permite al mismo Legislador establecer un marco sancionatorio diferenciado
que sea congruente con las distintas hipótesis delictivas que toma en
consideración. El Legislador, en este caso, introduce un factor que contribuye
a diferenciar la pena de prisión y la de arresto, el cual redunda en reducir la
severidad de esta última. De presentarse una pluralidad de delitos, gobernada
por el instituto del concurso, tres días de arresto se hacen equivaler a uno de
prisión. Dado que en este evento la sanción será la correspondiente a la pena
más grave, aumentada hasta en otro tanto, la equivalencia anotada incide en
que se establezca un límite menor a la mayor sanción resultante del concurso
si entre las transgresiones figura una o más penadas con arresto. Se quiere,
pues, que este plus de la pena, con prescindencia de que el concurso sea
homogéneo o heterogéneo, sea inferior si uno de los delitos tiene señalada
pena de arresto, lo cual claramente indica que el Legislador asocia el arresto
a una medida comparativamente menos grave que la prisión.
SANCION-Determinación
La exigencia de que la conducta punible tenga una relación directa con una
misión o tarea militar o policiva legítima, obedece a la necesidad de preservar
la especialidad del derecho penal militar y de evitar que el fuero militar se
expanda hasta convertirse en un puro privilegio estamental. En este sentido, no
todo lo que se realice como consecuencia material del servicio o con ocasión
del mismo puede quedar comprendido dentro del derecho penal militar, pues el
comportamiento reprochable debe tener una relación directa y próxima con la
función militar o policiva. El concepto de servicio no puede equivocadamente
extenderse a todo aquello que el agente efectivamente realice. De lo contrario,
su acción se desligaría en la práctica del elemento funcional que representa el
eje de este derecho especial.
En materia procesal penal, por regla general, cada delito se investiga y juzga
en un solo proceso, y la pena correspondiente se ejecuta individualmente. Las
excepciones a esta regla son de índole legislativa. La Constitución Política, a
este respecto, fuera de reconocer la reserva de ley, no se ocupa de prefigurar
las decisiones que serán del resorte de aquélla. Por esta razón, en principio
no se observa violación alguna a la Carta, si se establece un límite a la
acumulación que, por fuerza, deja de comprender algunas hipótesis referidas
a los fallos que se profieren de manera independiente, lo que podría ocurrir si
dentro de la oportunidad legal no se advierte o intenta la acumulación de los
procesos en curso. Encuentra la Corte que razones de economía procesal
pueden limitar las excepciones a la regla general. La existencia de jueces de
penas, que no se deriva de un imperativo constitucional, ha podido llevar a la
legislación ordinaria a decidir la ampliación del instituto de la acumulación,
inicialmente concebido únicamente para los procesos. Si la omisión de los
jueces de penas en el Código Penal Militar no acarrea inconstitucionalidad
alguna, menos lo puede hacer la no extensión de la acumulación, cuya
operatividad se facilita enormemente por su presencia.
Dado que los fiscales ante el Tribunal Superior Militar cumplen las funciones
de agentes del Ministerio Público es claro que ellos deben ser funcionarios de
la Procuraduría General de la Nación. Cabe aún preguntar si, a la luz de la
Constitución, un miembro de la fuerza pública podría al mismo tiempo ser
funcionario de la Procuraduría, de manera que pudiera también ser
designado como agente del ministerio público ante la justicia penal militar.
Esta Corporación considera que la respuesta debe ser negativa. Ciertamente,
una tal dualidad de funciones afectaría ostensiblemente la independencia y la
autonomía de los miembros de la Procuraduría.
UNIDAD NORMATIVA-Aplicación
Magistrado Ponente:
Dr. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ
Santa Fe de Bogotá, D.C., Agosto cinco (5) de mil novecientos noventa y siete
(1997). Aprobada por acta No. 35
ha pronunciado la siguiente
SENTENCIA
Con respecto a la transcripción de las normas debe precisarse que las subrayas
destacan la parte demandada por el actor.
Igualmente, debe aclararse que la demanda contra los artículos 123 y 125 del
Código Penal Militar, referidos al delito de cobardía, fue inadmitida, por
cuanto la Corte ya declaró su constitucionalidad en la sentencia C-563 de
1995, M.P Carlos Gaviria Díaz.
INTERVENCION DEL MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL
Para los efectos del inciso anterior, tres (3) días de arresto equivalen a
uno (1) de prisión....".
ACTOR
MINISTERIO PUBLICO
El Ministerio Público resalta que el artículo 25 del Código Penal Militar está
dirigido “a regular lo atinente a la procedencia del concurso de hechos
punibles”. Sostiene que éste es una institución procesal “en virtud de la cual se
determina la sanción a imponer en caso de pluralidad de delitos; constatación
cuya consecuencia reside en la posibilidad de efectuar la acumulación jurídica
- que no material - de las respectivas penas”. Añade que para la efectividad de
la acumulación es indispensable que exista la posibilidad jurídica de adicionar
varias penas.
Señala que la ley penal ordinaria somete la viabilidad del concurso, entre otras
cosas, al hecho de que las penas imponibles sean privativas de la libertad o
puedan acumularse (art. 27 del CP), situación que también se da en el régimen
especial del Código Penal Militar (art. 24).
Añade que “las penas privativas de la libertad son de dos especies: la prisión y
el arresto, por lo cual son acumulables. Sin embargo, difieren en cuanto a su
calidad, pues la prisión entraña la interdicción de derechos y funciones
públicas; de donde se comprende el que la norma cuya constitucionalidad se
discute, haya contemplado en su apartado segundo lo ateniente a la conversión
o equivalencia entre ellas, para efectos de su acumulación a consecuencia del
concurso”.
EXAMEN DE LA CORTE
A fin de que el Estado pueda castigar los hechos punibles, debe contar con un
repertorio de instrumentos y medidas sancionatorias que le permita distinguir
los supuestos de mayor y menor gravedad con arreglo al principio de
proporcionalidad. La existencia de una pluralidad de especies punitivas
permite al mismo Legislador establecer un marco sancionatorio diferenciado
que sea congruente con las distintas hipótesis delictivas que toma en
consideración.
ACTOR
Para el actor, la norma atacada viola principios esenciales del debido proceso
como la seguridad jurídica y la tipicidad, dado que si el Legislador considera
que un comportamiento debe ser objeto de reproche penal, la sanción
establecida debe ser clara y única. La facultad concedida al funcionario
ejecutor de la pena para convertir la multa en arresto vulnera, además, los
artículos 6, 28 y 121 de la Carta. La norma obliga al juez penal a ejercer
funciones que le son ajenas, pues ellas son exclusivas del juez de ejecuciones
fiscales, y afectan el derecho a la libertad del sancionado.
MINISTERIO PUBLICO
EXAMEN DE LA CORTE
ACTOR
POLICIA NACIONAL
De otro lado, afirma que aunque ambas penas son restrictivas del derecho a la
libertad personal, “si se mira la legislación penal de una manera integrada
encontramos que frente a los denominados subrogados penales tales como la
condena de ejecución condicional, el tratamiento es absolutamente diferente,
ya que el juez, en el caso de arresto, puede suspender la ejecución de la pena
sin importar el quantum de la misma, mientras que, en el caso de la prisión, se
establece un límite de tres años para poderse conceder este beneficio. Es tan
importante la diferencia entre el arresto y la prisión desde el punto de vista que
acabamos de anotar, que para el caso concreto planteado en la demanda
prácticamente nunca se daría tal situación, por cuanto siempre que se imponga
la pena de arresto automáticamente se dará la condena de ejecución
condicional".
Asevera que, puesto que existen razones objetivas para imponer de manera
diferenciada las penas de arresto y prisión, es razonable que el legislador
también disponga que las consecuencias de esos reproches penales no sean
iguales.
MINISTERIO PUBLICO
El Ministerio Público sostiene que la intención del legislador al dictar la
norma demandada fue establecer que, bajo el cumplimiento de ciertos
requisitos, el condenado tendría la posibilidad de acceder a la subrogación de
la pena privativa de la libertad que le fuera impuesta. Esta posibilidad quedó
restringida para los casos en que la sanción consistiera en arresto mayor a tres
años o en prisión mayor de dos, requisito que el demandante considera
inconstitucional porque para él los efectos de estas penas son iguales, razón
por la cual considera que el legislador, al emplear términos distintos, actuó de
manera irrazonable. A diferencia del actor, la Vista Fiscal considera que la
prisión es una pena más severa que el arresto “a cuya imposición puede
sobrevenir la concesión de diversos y más variados beneficios que cuando el
juez opta por la prisión”.
EXAMEN DE LA CORTE
NORMAS ACUSADAS
(...)
ACTOR
POLICIA NACIONAL
Agrega que las normas del Código Penal Militar sólo se aplican a quienes
actúan dentro de las limitaciones del fuero castrense y que aquellos miembros
de la Fuerza Pública que "obran por fuera del marco que les otorga este
especial tratamiento (acto legislativo 02/95), responden ante la jurisdicción
ordinaria, obviamente recibiendo las penas señaladas en el Decreto 100 de
1980, Ley 40 de 1993 y demás normas concordantes".
MINISTERIO PUBLICO
En relación con los artículos 259 y 260, inciso 1°, la Vista Fiscal se remite a
las consideraciones presentadas a propósito del artículo 39 numeral 1 “a partir
de las cuales se concluyó la conformidad del tratamiento diferencial aplicado a
los miembros de la fuerza pública respecto de los particulares, con los
mandatos de orden Superior”.
No obstante, el Viceprocurador considera que la expresión “con ocasión del
servicio o por causa de éste” debe ser declarada inconstitucional, por cuanto
desconoce el artículo 221 de la Carta. Al respecto sostiene:
Así, pues, se dice que un acto tiene relación con el servicio cuando una vez
iniciado legalmente un procedimiento propio de las actividades asignadas a la
Fuerza Pública ocurre un exceso cuantitativo en el cumplimiento de la
función, como sucede cuando el servidor público se excede en el uso de la
fuerza que le está permitido legalmente ejercer; o cuando el militar subsume la
conducta en un tipo penal, pero en estricto cumplimiento de un deber legal.
Agrega la Vista Fiscal que la extensión del fuero a los actos cometidos “con
ocasión del servicio o por causa de éste” significa que cualquier abuso de la
investidura del militar en servicio activo implica fuero constitucional, así el
hecho no tenga ninguna relación con la misión constitucional asignada a la
fuerza pública.
Exponen los intervinientes que las expresiones que ellos demandan están
dirigidas a definir legalmente el alcance del fuero militar en relación con el
homicidio cometido por un miembro en servicio activo de la fuerza pública.
Estiman que la definición adoptada en el Código extiende indebidamente el
fuero penal militar, con lo cual se incurre en una transgresión a la
Constitución.
EXAMEN DE LA CORTE
Desde este punto de vista la ley penal militar, en lo que respecta a los delitos
comunes cometidos por miembros de la Fuerza Pública y que tengan relación
con el servicio, puede remitirse a la ley penal ordinaria y, en este caso, no se
genera problema alguno de igualdad en el trato que reciben los militares
sujetos a fuero y los civiles que carecen del mismo. Sin perjuicio de que la
técnica de remisión pueda cuestionarse por otros aspectos, en relación con
ciertas figuras, el legislador puede optar por “copiar” en el Código Penal
Militar los tipos penales ordinarios o su régimen punitivo. Justamente, cuando
ocurren desfases normativos entre los dos regímenes, ya sea porque la “copia”
pierde actualidad a raíz de ulteriores reformas legales producidas en la
legislación ordinaria, o simplemente en razón de que el delito común se
sanciona de manera diversa en el Código Penal Militar, se suscita un problema
de igualdad que debe ser puntualmente esclarecido por la jurisdicción
constitucional. En el fondo, lo que se debate es la extensión del fuero militar,
puesto que sanciones más leves para supuestos típicos idénticos podrían
representar un privilegio que desvirtúa su propia naturaleza y que se torna
carente de justificación.
Si bajo los aspectos relevantes, las dos situaciones son iguales, el tratamiento
diferenciado es inaceptable. Por lo tanto, la Corte concluye que en relación con
los delitos comunes contemplados en el Código Penal Militar, éste no puede, sin
violar el principio de igualdad en materia punitiva, imponer penas principales
inferiores a las previstas en la legislación penal ordinaria. Es el caso del delito de
homicidio, sancionado en el Código Penal Militar con una pena de prisión de 10
a 15 años - la que se eleva de 16 hasta 30 años si concurren circunstancias de
agravación punitiva -, que en el Código Penal recibe un castigo más severo
consistente en pena de prisión de 25 a 40 años, que se aumenta de 40 a 60 años
si median circunstancias de agravación punitiva. De acuerdo con lo expuesto, las
expresiones demandadas que fijan el quantum de la pena del delito de homicidio
y de las circunstancias de agravación punitiva serán declaradas inexequibles. En
estos dos eventos, por razones elementales de integración normativa, las penas
serán las que se establecen en las normas respectivas del Código Penal.
1 Diversas sentencias de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte Constitucional han reiterado que el fuero
penal militar tiene carácter excepcional y restringido. Al respecto ver, entre otras, las siguientes providencias
de la Corte Suprema de Justicia: sentencia del 4 de octubre de 1971, M.P. Eustorgio Sarria, Gaceta Judicial
CXXXVIII, p. 408; auto del 22 de septiembre de 1989, M.P. Edgar Saavedra, proceso 4065; sentencia del 14
de diciembre de 1992, M.P. Dídimo Páez, proceso 6750; sentencia del 7 de julio de 1993, M.P. Gustavo
Gómez, proceso 7187; sentencia del 26 de marzo de 1996, M.P. Jorge Córdoba, proceso 8827. Entre la
jurisprudencia de la Corte Constitucional ver el auto 012 de 1994, M.P. Jorge Arango, y las sentencias C-399
de 1995 y C-17 de 1996, M.P. Alejandro Martínez Caballero.
Código Penal Militar tienen la mayor relevancia en cuanto que en ellas se
imponen deberes de acción o de abstención a los miembros de la fuerza pública.
A través del derecho penal militar se pretende excluir comportamientos
reprochables que, pese a tener relación con el servicio, denotan desviación
respecto de sus objetivos o medios legítimos.
La exigencia de que la conducta punible tenga una relación directa con una
misión o tarea militar o policiva legítima, obedece a la necesidad de preservar la
especialidad del derecho penal militar y de evitar que el fuero militar se expanda
hasta convertirse en un puro privilegio estamental. En este sentido, no todo lo
que se realice como consecuencia material del servicio o con ocasión del mismo
puede quedar comprendido dentro del derecho penal militar, pues el
comportamiento reprochable debe tener una relación directa y próxima con la
función militar o policiva. El concepto de servicio no puede equivocadamente
extenderse a todo aquello que el agente efectivamente realice. De lo contrario, su
acción se desligaría en la práctica del elemento funcional que representa el eje de
este derecho especial.
"Los delitos de carácter común son los que usualmente, por su naturaleza,
dan lugar a perplejidades en cuanto a deducir el fuero de carácter militar.
Es corriente, en un principio, considerar los mismos como ajenos a la
función castrense. Pero este general y apriorístico criterio, no resulta de
fatal aplicación. Cuando esta clase de infracción aparezca como realizada
dentro del ejercicio de un servicio de carácter militar, a no dudarlo, debe
discernirse el fuero. Pero la función castrense debe aparecer nítida, esto
es, que no se dude que se estaba en su desempeño legítimo y que, como
consecuencia de su aplicación, que inicialmente no envolvía la comisión
de hecho delictuoso alguno, ocurrió eventualmente el hecho criminoso.
Estos aspectos son de sumo interés y establecen nota distintiva
fundamental para apreciar la cobertura y alcance del fuero militar. Si se
llega a la función, con el propósito de ejercerlas con fines delictivos y en
desarrollo de éstos se cumple aquélla, es indubitable que se está frente a
una actividad criminosa que no puede cobijar el fuero para que sea la
justicia castrense la que conozca de tal comportamiento. Pero sí por el
contrario se está dentro de una sana y recta aplicación de la función
militar y en cumplimiento de la misma se origina y desarrolla la conducta
punible, por lo mismo que ésta tiene con aquélla un vínculo sustancial,
debe inferirse la vigencia y reconocimiento del cuestionado fuero.
En el caso sub examine es cierto que los procesados cumplían una tarea
de carácter militar (guardia externa y mantenimiento en el barrio Navy
Cay), aunque caprichosamente resolvieron mudar el sitio de su
prestación, lo cual ha originado una sindicación por el delito de
"desobediencia". Para nada tenía que involucrarse ésta con funciones
policivas relacionadas con el control de estupefacientes. Accidentalmente
apareció en la playa un costal con unos 55 kilos de marihuana, siendo
llamados los infantes de marina para recogerla, actividad ésta que no
implica delito alguno, pero sí el comportamiento posterior, esto es, el
haber aprovechado la posesión del estupefaciente para intentar, en asocio
de un particular, su venta. En estas condiciones, la retención de ese
alucinógeno, que bien pudo hacerlo cualquier particular y llevarlo a la
autoridad respectiva, no comporta la aplicación específica de un servicio,
que dé lugar a la acción delictiva. El servicio se roza con ésta, pero no es
propia de aquél. De ahí que no pueda extenderse su alcance a
comportamiento de tales características.
Hacer caso omiso de la relación funcional o relajarla hasta el punto de que por
ella pueda entenderse todo lo que ocurra mientras se adelanta una acción
emprendida por miembros de la fuerza pública o todo aquello que se siga de su
actuación, como se desprende de las expresiones examinadas, conduce
inexorablemente a potenciar sin justificación alguna el aspecto personal del
fuero militar.
a) que para que un delito sea de competencia de la justicia penal militar debe
existir un vínculo claro de origen entre él y la actividad del servicio, esto
es, el hecho punible debe surgir como una extralimitación o un abuso de
poder ocurrido en el marco de una actividad ligada directamente a una
función propia del cuerpo armado. Pero aún más, el vínculo entre el delito y
la actividad propia del servicio debe ser próximo y directo, y no puramente
hipotético y abstracto. Esto significa que el exceso o la extralimitación
deben tener lugar durante la realización de una tarea que en sí misma
constituya un desarrollo legítimo de los cometidos de las Fuerzas Armadas
y la Policía Nacional. Por el contrario, si desde el inicio el agente tiene
propósitos criminales, y utiliza entonces su investidura para realizar el
hecho punible, el caso corresponde a la justicia ordinaria, incluso en
aquellos eventos en que pudiera existir una cierta relación abstracta entre
los fines de la Fuerza Pública y el hecho punible del actor. En efecto, en
tales eventos no existe concretamente ninguna relación entre el delito y el
servicio, ya que en ningún momento el agente estaba desarrollando
actividades propias del servicio, puesto que sus comportamientos fueron ab
initio criminales.
La Corte precisa: es obvio que nunca un acto del servicio puede ser delictivo,
razón por la cual una conducta propia del servicio no amerita jamás castigo.
Por ello la justicia castrense no conoce de la realización de “actos del servicio”
sino de la comisión de delitos “en relación” con el servicio. Es decir, lo que
esta Corporación afirma no es que los delitos de lesa humanidad no
constituyen actos del servicio, pues es obvio que en un Estado de derecho
jamás un delito - sea o no de lesa humanidad - representa una conducta
legítima del agente. Lo que la Corte señala es que existen conductas punibles
que son tan abiertamente contrarias a la función constitucional de la Fuerza
Pública que su sola comisión rompe todo nexo funcional del agente con el
servicio.
c) que la relación con el servicio debe surgir claramente de las pruebas que
obran dentro del proceso. Puesto que la justicia penal militar constituye la
excepción a la norma ordinaria, ella será competente solamente en los casos
en los que aparezca nítidamente que la excepción al principio del juez
natural general debe aplicarse. Ello significa que en las situaciones en las
que exista duda acerca de cuál es la jurisdicción competente para conocer
sobre un proceso determinado, la decisión deberá recaer en favor de la
jurisdicción ordinaria, en razón de que no se pudo demostrar plenamente
que se configuraba la excepción.
12. Para finalizar este aparte y teniendo en cuenta que luego de esta sentencia
el texto del artículo 291 del Código Penal Militar puede resultar equívoco,
importa precisar que el contenido vigente del mencionado artículo quedará así:
“Juez Natural. Los militares en servicio activo y los miembros de la Policía
Nacional, cuando cometan delitos contemplados en este Código, y en relación
con el mismo servicio, sólo podrán ser juzgados por los jueces y tribunales
establecidos en este Código”.
ACTOR
MINISTERIO PUBLICO
EXAMEN DE LA CORTE
Artículo 78
Artículo 703
El artículo 703 del Código Penal Militar, regula el orden de ejecución de las
sentencias dictadas en diferentes procesos, sin disponer, como lo hace el
artículo 505 del C de P.P., la aplicación de las normas que regulan la
dosificación de la pena, en caso de concurso de hechos punibles. Si bien el
Código Penal Militar, contiene disposiciones sobre el concurso de hechos
punibles, el artículo 483 de dicho código determina que la oportunidad para
solicitar la acumulación se inicia desde que se dicta la resolución de
convocatoria y termina cuando se produce la formulación de los cuestionarios.
En materia procesal penal, por regla general, cada delito se investiga y juzga
en un solo proceso, y la pena correspondiente se ejecuta individualmente. Las
excepciones a esta regla son de índole legislativa. La Constitución Política, a
este respecto, fuera de reconocer la reserva de ley, no se ocupa de prefigurar
las decisiones que serán del resorte de aquélla. Por esta razón, en principio no
se observa violación alguna a la Carta, si se establece un límite a la
acumulación que, por fuerza, deja de comprender algunas hipótesis referidas a
los fallos que se profieren de manera independiente, lo que podría ocurrir si
dentro de la oportunidad legal no se advierte o intenta la acumulación de los
procesos en curso.
ACTOR
El actor manifiesta que la norma que ordena que la decisión del juez con
respecto a la solicitud de acumulación de procesos será inapelable vulnera los
derechos fundamentales a la dignidad, a la doble instancia y a la favorabilidad.
Considera que la acumulación de los procesos y de las penas evita al
procesado la suma aritmética de las sanciones, es decir, le representa una
disminución de la condena total. Acota que en este campo también se
presentaría una vulneración del derecho a la igualdad, dado que en la justicia
penal ordinaria sí se admite la impugnación de la providencia que deniega la
acumulación de procesos (Código de Procedimiento Penal, arts. 76, 505 y
523).
POLICIA NACIONAL
EXAMEN DE LA CORTE
Artículo 485
ACTOR
POLICIA NACIONAL
La Policía manifiesta que "la circunstancia de que el Juez Penal Militar sea
quien ejecute la sentencia definitiva, en ningún momento afecta la autonomía
e independencia a que alude el actor", y que, en consecuencia, el juez penal
militar puede resolver con absoluta imparcialidad las diversas peticiones que
puede elevarle el condenado, razón por la cual no observa ninguna razón para
hablar de un trato discriminatorio a este respecto.
MINISTERIO PUBLICO
EXAMEN DE LA CORTE
NORMA ACUSADA
ACTOR
POLICIA NACIONAL
MINISTERIO PUBLICO
La Vista Fiscal explica que la prescripción es “un fenómeno en virtud del cual
se produce el reconocimiento jurídico de un hecho cual es el transcurso del
tiempo, cuya verificación tiene por efecto la imposibilidad de ejercitar la
acción judicial en materia penal. Así, en el caso concreto, es una forma de
extinguir para el Estado, como titular de la acción penal, la potestad de
perseguir y sancionar el delito, a causa de su inactividad al respecto”.
EXAMEN DE LA CORTE
El texto acusado del artículo 74 es idéntico al aparte del artículo 80 del D.L
100 de 1980 que fue encontrado exequible por esta Corte en sentencia C-087
de 1997 (M.P. Fabio Morón Díaz). En vista de la existencia de cosa juzgada
material sobre el punto, la Corte se estará a lo resuelto en la sentencia citada.
NORMA ACUSADA
1.- (...)
2.- (...)
3.- En legítimo ejercicio de un derecho, de una actividad lícita o de un
cargo público.
4.- (...)
5.- (...) "
ACTOR
EXAMEN DE LA CORTE
NORMAS ACUSADAS
"Esta medida tendrá un mínimo de dos (2) años de duración, vencido este
término podrá sustituirse por libertad vigilada, previo dictamen médico
psiquiátrico".
ACTOR
POLICIA NACIONAL
MINISTERIO PUBLICO
De otro lado, respecto del artículo 89 expresa que a éste no le caben las
mismas consideraciones, “toda vez que en sus supuestos no se alude al
padecimiento de enfermedad mental, sino a otras causas de inimputabilidad
penal como formas de enajenación o inferioridad síquica que, sin constituir
una patología, afectan la capacidad de ordenación volitiva del sujeto”.
Dentro de las causales de inimputabilidad a que se refiere el artículo 89 se
encuentran “la embriaguez, las psicosis pasajeras, los estados emocionales, la
inmadurez sicológica y, en fin, todas aquellas circunstancias a raíz de las
cuales el individuo pierde la capacidad para comprender la ilicitud de su
comportamiento o de autoregularse conforme a esa comprensión, sin que ello
pueda atribuirse a un deterioro de los órganos corporales o de las funciones
relacionadas con el pensamiento y la manifestación dirigida de la conducta”.
Por eso, concluye que en estos casos sí procede la imposición de mínimos y
máximos de duración para la medida de seguridad derivada de la comisión del
delito.
EXAMEN DE LA CORTE
2. Los mismos artículos 94, 95 y 96 del Decreto Ley 100 de 1980 establecían
que las medidas de internación tendrían un máximo indeterminado. La referida
sentencia C-176 de 1993 declaró también inexequible esos apartes de acuerdo
con la siguiente consideración:
“(...)
“Por otra parte, se pregunta la Corte ¿qué pasa cuando una vez cumplido
el tiempo previsto para el máximo del hecho punible, la persona no se ha
rehabilitado a nivel psíquico?.
“Al tenor de las líneas anteriores, la persona debe ser puesta en libertad.
Termina para ella el tiempo de reclusión en calidad de inimputable, sin
perjuicio de que el Estado le garantice el tratamiento especial que
requiera, pero ya no como inimputable sino como disminuido psíquico”.
Por su parte, en los artículos 88 y 89 del Código Penal Militar se consagra una
duración máxima de tres años para las medidas de seguridad. Este hecho
suscita el interrogante acerca de si es admisible desde el punto de vista de la
Constitución que se consagren diferencias en relación con el tratamiento penal
de los inimputables que han incurrido en un delito, según el tipo de justicia
penal que los juzgue. Es decir, si el inimputable es juzgado por la justicia
ordinaria puede ser internado hasta por el límite temporal máximo de la pena
imponible al delito cometido, mientras que si el inimputable es juzgado por la
justicia penal militar puede ser recluido únicamente hasta por tres años,
independientemente del delito que cometió y de las penas establecidas para
éste. ¿Es esta diferencia justificable?.
7. ASESORAMIENTO ILEGAL
NORMA ACUSADA
ACTOR
POLICIA NACIONAL
MINISTERIO PUBLICO
EXAMEN DE LA CORTE
1. El texto del artículo 212 del Código Penal Militar coincide sustancialmente
con el del artículo 157 del D.L 100 de 1980, que fue encontrado exequible
por esta Corte en la sentencia C-087 de 1997 (M.P. Fabio Morón Díaz). Su
diferencia radica en que en el segundo se hace referencia directa a los
empleados oficiales y se añade como pena la de interdicción de derechos y
funciones públicas por un período de uno a cuatro años. Sin embargo, estas
divergencias son irrelevantes para el análisis constitucional que aquí se realiza,
puesto que para la época de expedición del Decreto Ley 100 de 1980 el
término “empleado oficial” comprendía a todos los funcionarios estatales -
incluidos los miembros de las Fuerzas Militares y de la Policía -, siendo
asimilable al concepto actual de servidor público. Adicionalmente, la Ley 190
de 1995 dispuso que “la expresión ‘empleado oficial’ se sustituye por la
expresión ‘servidor público’, siempre que aquella sea utilizada en el Código
Penal o en el Código de Procedimiento Penal”. De otra parte, la pena adicional
que se puede imponer en el caso de la Justicia Penal Militar no afecta el
contenido normativo del artículo. Por esta razón, deberá estarse a lo resuelto
en relación con el primer inciso, en atención a la existencia de cosa juzgada
material sobre este tema.
2. El segundo inciso del artículo 212 exige otro tipo de análisis: si bien su
texto coincide con el del inciso segundo del artículo 157 del Decreto-Ley 100
de 1980, sus condiciones de aplicación son diferentes. En efecto, el artículo
212 se refiere a la justicia penal militar, mientras que el 157 lo hace a la
justicia penal ordinaria.
4. Por otra parte, la agravación de las penas para el funcionario del ministerio
público que incurra en la conducta de asesoramiento ilegal resulta
inexequible. La Constitución no autoriza a los funcionarios de la Procuraduría
General de la Nación para actuar simultáneamente como miembros de la
fuerza pública. Este tema es tratado con amplitud en el punto que se relaciona
con el artículo 212 del Código Penal Militar, en el fundamento 2.
NORMA ACUSADA
ACTOR
Sostiene el actor que la norma acusada viola el numeral 6 del artículo 256 de
la Constitución Política - que es reproducido por el ordinal 2 del artículo 112
de la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia -, el cual dispone que
la función de dirimir los conflictos de competencia que ocurran entre las
distintas jurisdicciones le compete a la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del
Consejo Superior de la Judicatura.
POLICIA NACIONAL
MINISTERIO PUBLICO
La Vista Fiscal expresa que del principio de que la Carta Política es norma
de normas (C.P. art. 4) se deriva que el contenido del inciso 5 del artículo 319
del Código Penal Militar ha sido derogado por el numeral 6 del artículo 256
de la Constitución Política. Por lo tanto, solicita que la Corte se inhiba de
pronunciarse sobre este cargo.
EXAMEN DE LA CORTE
Tanto la Constitución Política (C.P. art., 256-6) como la Ley 270 de 1996 (art.
112), atribuyen al Consejo Superior de la Judicatura, Sala Disciplinaria, la
función de dirimir los conflictos de competencia que se susciten entre las
distintas jurisdicciones. De ahí que la disposición demandada que incorpora un
precepto contrario, vulnere la Constitución Política y deba ser declarada
inexequible.
NORMA ACUSADA
ACTOR
POLICIA NACIONAL
De otro lado, sostiene que "el reglamento interno del tribunal es una
reglamentación en forma específica relacionada con la organización de la
misma corporación que no tiene carácter de régimen disciplinario, sino por el
contrario como un mecanismo funcional para desarrollar en forma coordinada
la función jurisdiccional de su conocimiento y de sus integrantes, con un
carácter más preventivo que sancionatorio".
MINISTERIO PUBLICO
6Ver para el efecto el informe - ponencia presentado por la subcomisión encargada del estudio de la Rama
Ejecutiva del Poder Público, publicado en la Gaceta Constitucional N° 59, del 5 de abril de 1991, pp. 2-13. En
la página 5 se hace un resumen de las diversas propuestas hechas acerca de la división del Poder. Confrontar,
asimismo, las proposiciones sustitutivas presentadas por los constituyentes Augusto Ramírez Ocampo y María
Teresa Garcés Lloreda, las cuales se encuentran en la Gaceta N° 105, de mayo 22 de 1991, pp. 23 a 26.
7. Pese a lo anterior, como quedó expresado, algunos de los funcionarios y
empleados del Tribunal Superior Militar pueden ser, simultáneamente,
miembros en servicio activo de las fuerzas armadas o de la policía nacional
(C.P. art. 221).
7 Ver al respecto, entre otras, las sentencias T-438 de 1992, fundamento jurídico 1; T-438 de 1994,
fundamento 3.2.; C-280 de 1996, fundamento 10, y SU-637 de 1996, fundamento 13.
aplicables a quienes incurran en aquéllas. Según las voces del artículo
124 de la Constitución, ‘la ley determinará la responsabilidad de los
servidores públicos y la manera de hacerla efectiva 8”.
NORMAS ACUSADAS
ACTOR
A juicio del actor, las tres normas transcritas violan la autonomía del
Procurador General de la Nación, "quien es el único que tiene las atribuciones
constitucionales para el nombramiento de funcionarios y empleados de la
Procuraduría General de la Nación (art. 278-6 superior)”.
POLICIA NACIONAL
MINISTERIO PUBLICO
Por otra parte, el artículo 89 establece, en su literal a), que es competencia del
procurador delegado para el Ministerio Público en materia penal “designar por
delegación del Procurador General de la Nación, los agentes especiales para
que, desplazando a los procuradores judiciales penales y personeros
municipales, intervengan en los procesos penales de competencia de la justicia
ordinaria y penal militar”.
NORMA ACUSADA
ACTOR
POLICIA NACIONAL
MINISTERIO PUBLICO
EXAMEN DE LA CORTE
El actor manifiesta que la disposición del artículo 384 del Código Penal
Militar que expresa que “los términos legales y judiciales no se suspenden
por la interposición de día feriado durante ella” afecta el derecho de las partes
procesales a interponer recursos contra las providencias, puesto que bien se
puede presentar el caso de que los términos de ejecutoria de una providencia
transcurran o se venzan en días festivos.
El artículo 384 se refiere específicamente a la práctica de diligencias dentro de
la etapa sumarial. La aclaración formulada es importante, dado que el texto
que genera la preocupación del demandante ha de ser interpretado a partir del
objeto del mismo artículo, que es el de regular los términos para la práctica de
pruebas dentro de la etapa de la investigación. Es decir, la expresión contenida
en el artículo acerca de que durante los días feriados no se suspenden los
términos legales y judiciales, habrá de entenderse que está referida
específicamente a los plazos para la práctica de las pruebas, sin afectar los
términos relacionados con notificaciones, con la interposición de recursos o
con el proferimiento de autos, todos los cuales se rigen por normas propias.
NORMAS ACUSADAS
"ARTICULO 402.- Imposición de sanciones. Las sanciones a que se
refieren los artículos anteriores serán impuestas por el funcionario que
adelanta el proceso o cumpla la comisión, mediante resolución motivada,
inapelable, con base en el informe que bajo juramento le rinda el
secretario o citador".
ACTOR
Acerca del texto atacado del artículo 500, el demandante se limita a manifestar
que “el hecho de estar en juego un derecho fundamental como es el de la
libertad personal, bastaría para que el acto sancionatorio (de naturaleza más
administrativa que jurisdiccional) fuera impugnable ante el superior (...) no
resulta lógico esperar que un funcionario sea absolutamente imparcial sobre
sus actuaciones”.
POLICIA NACIONAL
MINISTERIO PUBLICO
EXAMEN DE LA CORTE
9Sentencia 81. Corte Suprema de Justicia. Sala Plena. Trece de Junio de 1991. M.P. Dr. Jaime Sanín
Greiffenstein, entre otras.
“Todo lo cual se reafirma, además, con el artículo 93 de la Carta, que
establece que los tratados y convenios internacionales - ratificados por el
Congreso -, que reconocen los derechos humanos, prevalecen en el orden
interno.
“(...)
“De tal manera que el artículo 167 del Código del Menor habrá de
entenderse en el sentido de que los procesos relativos a menores
infractores de la ley penal son de única instancia, salvo en los casos en
los que durante su transcurso o al final del mismo se tome una medida
que, - si bien protectora o pedagógica -, sea privativa de la libertad.
Dichas medidas podrán ser objeto de impugnación ante una instancia
superior, sin perjuicio de los recursos de reposición que el mismo Código
ya contempla.
“Es claro, que en el caso que ocupa a la Sala, las sanciones de tipo
correccional que impone el Juez, en ejercicio de los poderes
disciplinarios que la norma impugnada le otorga, como director y
responsable del proceso, no tienen el carácter de "condena", son medidas
correccionales que adopta excepcionalmente el funcionario, con el
objeto de garantizar el cumplimiento de sus deberes esenciales,
consagrados en el artículo 37 del Código de Procedimiento Civil.
6. Por último, se observa que la demanda del actor contra el artículo 500 se
refiere únicamente a la imposibilidad de apelar la sanción correccional. Es
decir, el demandante no alude en su libelo a la no procedencia de otros
recursos. De otra parte, el análisis de la Corte se ha limitado a las pretensiones
de la demanda. Ello significa que el texto atacado del artículo 500 será
declarado constitucional únicamente en lo que concierne a la improcedencia
del recurso de apelación contra la sanción.
ACTOR
POLICIA NACIONAL
La Policía Nacional estima que la Corte debe declararse inhibida para decidir
sobre la norma acusada porque "de conformidad con reiterada jurisprudencia
de la Honorable Corte Constitucional y según lo establecido en el artículo 4 de
la Constitución Política, es evidente que el artículo 430 del Código Penal
Militar es inaplicable por existir una flagrante contradicción entre esta norma
y el artículo 31 de la Carta”.
MINISTERIO PUBLICO
EXAMEN DE LA CORTE
ACTOR
POLICIA NACIONAL
La Policía Nacional estima que la norma es exequible. Expone que el artículo
demandado es de idéntica redacción a la del artículo 243 del Código de
Procedimiento Penal. Añade que el artículo 227 del último Código, referente
al recurso de casación, establece el principio de no agravación cuando se trate
de sentencia condenatoria, salvo que el Fiscal, el Ministerio Público o la parte
civil la hubieren recurrido. Esta limitación es lógica, pues la decisión que se
produzca afecta sólo al apelante único. La agravación de la pena para todos los
demás procesados no recurrentes atentaría contra el principio de la reformatio
in pejus.
MINISTERIO PUBLICO
EXAMEN DE LA CORTE
14 Sentencia C-173/93 del 4 de mayo de 1993. Magistrado Ponente: José Gregorio Hernández Galindo.
paradójico sostener que habiéndose ampliado el debido proceso a lo
administrativo se restringiera en cuanto tocara con una expresión de la
justicia penal: la militar.
NORMA ACUSADA
ACTOR
POLICIA NACIONAL
MINISTERIO PUBLICO
EXAMEN DE LA CORTE
NORMA ACUSADA
ACTOR
POLICIA NACIONAL
EXAMEN DE LA CORTE
“Artículo 22. 1. Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del
Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe
de la misión.
“(...)
“3. Los locales de la misión, su mobiliario y demás bienes situados en
ellos, así como los medios de transporte de la misión, no podrán ser
objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución”.
De otro lado, las decisiones que toma la Corte en ejercicio del control
abstracto de las normas legales tienen fuerza erga omnes y hacen tránsito a
cosa juzgada constitucional (C.P. art. 243), por lo cual sus decisiones tienen
carácter absoluto y definitivo. Sin embargo, la aplicación de muchos tratados
está sujeta a condiciones cambiantes. Numerosos convenios internacionales
exigen la condición de reciprocidad para que sus cláusulas se apliquen, por lo
cual su aplicabilidad a un caso concreto dependerá del cumplimiento de esa
NORMA ACUSADA
ACTOR
MINISTERIO PUBLICO
EXAMEN DE LA CORTE
Como se puede observar, el artículo 43 trata sobre la atribución del juez para
conceder un plazo o fijar cuotas para el pago de la multa. Asimismo, el
artículo 44 se ocupa de la posibilidad de autorizar al condenado para amortizar
la multa mediante trabajo no remunerado. Contra estos preceptos no cabe
ninguna objeción de inconstitucionalidad, pues simplemente están dirigidos a
favorecer la cancelación de la multa, bien sea a través de la fijación de cuotas
o plazos, ora a través de la autorización de su pago mediante una prestación
laboral que proponga el condenado.
Con todo, la acusación del actor está dirigida más concretamente contra el
artículo 45 del Código Penal Militar. Afirma él que la situación del condenado
a la pena principal y única de multa en la justicia penal militar es más
gravosa que la del condenado a la misma pena en la justicia ordinaria. Sin
embargo, la afirmación del actor no se ajusta a la realidad, pues el artículo 49
del Código Penal ordinario (Decreto Ley 100 de 1980) contiene un texto
normativo idéntico al del artículo 45 del Código Penal Militar. Pero, además,
el artículo 45 del Código Penal Militar ya fue analizado dentro de esta misma
demanda, razón por la cual en este lugar sólo cabe remitirse a lo decidido
sobre él en el punto 2.1.
VII. DECISION
R E S U E L V E:
Por tanto, a nuestro modo de ver, que coincide con lo señalado en el fallo,
conductas como la tortura, el secuestro, el homicidio fuera de combate, las
masacres y otras similares, no constituyen ni pueden constituir acto del
servicio y, desde luego, no están cobijadas por las reglas del fuero militar.
¿Cómo sostener que un acto ejecutado "con ocasión del servicio", o "por causa
de éste", o en ejercicio de funciones "inherentes al cargo militar", no guarda
relación con el servicio confiado por la Constitución a los miembros de la
Fuerza Pública?. Las expresiones demandadas no violan, por sí mismas, la
Constitución, pues todas implican "relación con el servicio". Por eso, la
declaración de su inexequibilidad es improcedente e inútil, y a nada conduce.
Fecha, ut supra.