Primer Parcial Grupos

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Primer parcial T. y T.

Grupos II

•2do Cuatrimestre 2021•

 Comisión: 21
 Profesor: Santiago Samara
 Alumno: Bruno Santiago Spicola
 DNI: 42 955 840
Consignas del espacio de teóricos:

1)En relación con la clase teórica 4 a cargo de Cintia Rolón, ensaye una revisión
crítica de la noción de técnica y su relación con los espacios grupales, que contemple
una alternativa a su celebración o repudio y a su afirmación o negación. Reflexione
sobre la propuesta heideggeriana respecto a que “la esencia de la técnica no es nada
técnico” y la relación de la clínica como práctica de las palabras y la mirada, según sus
dimensiones poéticas y estéticas. Una técnica no apresada en los cánones de la
Modernidad y sensible a lo emergente y desmedido.

La intervención crítica sobre la técnica de grupos transporta a la pregunta sobre la


técnica. Una de las tareas más complejas consiste en hablar de la técnica
despojándola de su automatismo ya que estamos inmersos y atravesados por ella,
lo que nos lleva a pensarla automáticamente. Abordada desde los espacios
grupales, una técnica supone un artefacto, un dispositivo de intervención,
construcciones que delimitan comportamientos y una organización, al poner en
acto distintos argumentos asociados a discursos teóricos. Así, existe una
transparencia aparente en el uso de técnicas grupales debido a que si se observa
su aplicación se puede dar con el modelo al que remite, las ideas que sostiene,
sus derivaciones, efectos, usos, etc. Se estaría en condiciones de saber qué son
las técnicas de grupos, pero al mismo tiempo se desconocería cómo estas se
inscriben en los ejercicios de poder y saber. Cualquier técnica de grupos visibiliza
operaciones, efectos, procesos en relación con quienes participan de esta, a la
vez que invisibiliza otros porque siempre apuntan a aislar elementos para incidir,
verticalizar, influir. Percia destaca que las técnicas son estimadas como
instrumentos y se discuten sus manejos adecuados, destacando que: “La cuestión
del manejo conduce a la de la manipulación” (Percia, Estancias en común). De
esta manera: “Algunas susceptibilidades se sienten conejillos de Indias cuando se
ven compelidas a participar de dinámicas grupales” (Percia, Estancias en común).
Las técnicas consisten en pasos necesarios para arribar a lugares previstos, a la
vez que se asumen como causales de los fenómenos que provocan. Sin embargo:
“Convencen por su utilidad y eficacia. Difunden actividades divertidas” (Percia,
Estancias en común).
Como se menciona más arriba, el debate especifico asociado a técnicas grupales
conlleva a la pregunta sobre la técnica. En “La pregunta por la técnica”, Heidegger
habla de la mentira de la técnica como neutral y transparente, aclarando que todo
el mundo acepta que esta es un medio para un fin, es decir es instrumental, y por
otro lado un hacer del hombre, en otras palabras, es antropológica. Además,
añade que la esencia de la técnica no es nada técnico porque nunca tendremos
una relación con la esencia de la técnica mientras nos limitemos a representar
únicamente lo técnico y a impulsarlo, mientras nos resignemos con lo técnico o lo
esquivemos. En resumen, la pensamos automáticamente en las dos formas
excluyentes que adopta ya que en todas partes estamos encadenados a la técnica
tanto si la afirmamos apasionadamente como si la negamos.
Percia señala que las técnicas: “Pretenden poner delante, dejar emerger, soltar,
estimular, desatar, solicitar, provocar, algo que estaba (sin estar) como posibilidad”
(Percia, Estancias en común). De esta manera constituyen un modo de salir de lo
oculto. Pensada desde la modernidad y la constitución del sujeto moderno la
técnica se construye como una forma de poder cuyo objeto de apropiación resulta
móvil y hace de la naturaleza un recurso, un objeto de explotación y apropiación,
sometiéndola a las leyes de la modernidad, donde el sujeto es concebido como
extirpado de su sensibilidad y se intenta que haya la menor resistencia al
automatismo, a la técnica. No hay neutralidad porque siempre pretende algo y
entiende al mundo como materia dispuesta a convertirse en algo. Así, uno de los
grandes problemas de la técnica es la desmesura, el excederse, el sobre limitarse
considerando que todo se transforma en energía y materia disponible. En
contraposición a esto existe una dimensión no técnica que podría llamarse, si se
trata del lenguaje, la dimensión poética. Por practica poética más que a una
cuestión asociada a la estetización o a la manera de la estética en ciertas
definiciones de una manifestación de la palabra, se hace referencia a la idea de
poesía como creación de acciones vitales. Esta consiste en pensar a la clínica
como prácticas de la palabra, la escucha, la mirada, las imágenes; considerando a
estas como materiales sutiles de la clínica que incumben a la esfera de lo
sensible. Se trata de una clínica en donde se establezca una relación no
hegemónica ni instrumental con la palabra, las imágenes, los sonidos, la mirada;
una relación no técnica. Alude a la práctica de desmarcarse del automatismo y la
determinación, buscando salir del discurso de la evidencia y rescatar algo de
ambigüedad creando acciones vitales. En la indagación clínica esto se da con la
confianza en el lenguaje, en que a través de la palabra algo podría suscitarse
saliendo de la lógica de la previsión y del dominio de la técnica. En lugar de la
violencia de apelar a los casos clínicos se prefiere hablar de narrativas que
interesan por su conexión con lo callado ya que la lengua porta una memoria que
se habita como una herida. Como aclara Rolón: “La herida, arropada y menguada
su pena, partió. Y de ella, solo queda la huella imperceptible de su tránsito”
(Rolón, El curso de la herida. Entrega uno). Siempre suele haber una cicatriz en la
memoria de la palabra y es por esto por lo que se apuesta a los estados
conversacionales.

6) En el texto "El curso de la herida” entrega II (Cintia Rolón, 2020) puede leerse:

"Lo sensible prefiere deslizarse hacia los bordes. Estanciar en los confines. Atisbar el
estuario fronterizo donde convergen las heridas. Esa zona informulada en que se
arremolina el remanente de sobrantes, restantes. Lo que queda. Liquidación en tanto
saldo, baratija. Liquidación: supresión, cancelación de vidas".

A partir de este párrafo, ensaye una breve argumentación que desarrolle lo enunciado
y lo relacione con la noción de precariedad presentada en el teórico 5 a cargo de Cintia
Rolón. Considere en la argumentación las consideraciones tanto orales como en el
texto, asociadas a las lógicas del capital.

En el texto “El curso de la herida” entrega II, Cintia Rolón aclara que “Lo sensible
camina hacia los bordes” (Rolón, El curso de la herida entrega II). Esto se
entiende como una referencia a esas sensibilidades que no ocupan ninguna
centralidad en cuanto al derecho a la protección, al cuidado, a la mirada, así como
tampoco ninguna centralidad en las narrativas hegemónicas, políticas, mediáticas,
universitarias, entre otras tantas. Estos bordes mencionados en el texto marcan
una frontera entre lo visible, lo que percibimos, y lo que permanece borroso. Estas
sensibilidades caminan hacia los bordes porque allí nos encontramos con cuerpos
vulnerables y vulnerados asociados a la enfermedad, el abandono, la vejez, la
migración y los estigmas de una presunta normalidad, siendo echados al olvido
tanto del capital como del Estado ya que como se menciona en el texto: “La fiesta
capitalista se reserva el derecho de admisión. No ingresan el deterioro, la
enfermedad, la vejez, la muerte, contrapartidas denegadas de la utopía de un
mundo feliz” (Rolón, El curso de la herida entrega II). Rolón vincula estas
sensibilidades que caminan hacia los bordes con el concepto de precariedad
tomado de Judith Butler. Tal concepto alude a una ruta posible para ver el común
daño, el común cuidado y la común intemperie. Desde su origen en la figura del
derecho romano, esta noción bordea la lógica de la propiedad ya que contiene una
constelación de significantes asociados a la expropiación y al sufrimiento. Esta
condición precaria consiste en un tipo de vida corporal expuesta y en relación de
dependencia con otros, asociado a la vulnerabilidad física y la posibilidad de daño.
De esta forma, la precariedad rebasa la esfera del individuo y acontece entre los
cuerpos, por lo que se comparte y ocurre de manera diferencial, con distintas
graduaciones en el marco social. Cabe aclarar que Butler diferencia precariedad
de precaridad, considerando a la primera como una noción existencial y común
mientras que la segunda se vincula a la maximización de la vulnerabilidad sujeta a
distribuciones diferenciales. La asignación diferencial de la precaridad hace que
algunas sensibilidades estén más expuestas al daño que otras, es decir que
caminen hacia los bordes. La producción de la precaridad mencionada parte de la
gestión del gobierno sobre la vida, y por lo tanto del trazado jerárquico que se
hace desde las lógicas del capital en el que se diferencia las vidas a proteger y las
vidas a abandonar, aquellos sobrantes que se arremolinan en esa zona
informulada de la que habla Rolon en la cita mencionada en la consigna. De esta
forma Percia señala: “El vocablo desigualdad no alcanza para decir el peor fracaso
de la civilización, la peor miseria de la humanidad” (Percia, Hablas del capital).
Así: “Desigualdades provocan indignaciones, culpas, pudores, rebeliones,
justificaciones, reparaciones, ocultamientos, filantropías, caridades, negaciones”
(Percia, Hablas del capital). Esta desigualdad impresa por las lógicas del capital
constituye, como se menciona más arriba, la asignación diferencial de la
precaridad, la cual genera sobrantes, vidas precarias y existencias segregadas
que caminan hacia los bordes, las cuales son víctimas del ocultamiento y la
negación citados por Percia.

Consigna del espacio de prácticos:

1) Desarrolle algunas relaciones posibles entre los conceptos de lenguaje y poder.


Puede tomarse como punto de partida el texto “Lección inaugural”.

Roland Barthes en su “Lección inaugural”, discurso dado en 1977 en el College de


France, realiza una serie de reflexiones sobre el poder y el lenguaje. En primer
lugar, concibe a la lengua como el objeto de poder, del cual se desprende el
potencial político de la literatura. De esta manera señala: “Aquel objeto en que se
inscribe el poder desde toda la eternidad humana es el lenguaje, o, para ser más
precisos, su expresión obligada: la lengua” (Barthés, Lección Inaugural). De esto
último se desprende que el escritor desacomoda las estructuras rígidas de la
lengua, radicando allí el potencial político ya que cada escritor construye un idioma
propio dentro de la lengua. Además, Barthes considera a la lengua como fascista
al mencionar que: “Como Jacobson lo ha demostrado, un idioma se define menos
por lo que permite decir que por lo que obliga a decir” (Barthés, Lección
Inaugural). A partir de este fascismo de la lengua, es decir de las formas
tipificadas de esta que se utilizan habitualmente, la literatura debería tener la
función de conmover estas formas rígidas. Con formas tipificadas se hace
referencia a que la lengua está completamente reglamentada y reglada de manera
rígida por lo que cada escritor debe desacomodar estas estructuras. Se puede
decir que el potencial político del escritor no está en los temas que tocan los
textos, sino que pasa por la relación que tenga respecto de aquellas formas
tipificadas, la gramática, la sintaxis y lo que se haga con estas formas, es decir
que el potencial no radica en sus pronunciaciones publicas sino en la forma en
que compone sus textos. Además, Barthes trabaja la idea de desplazamiento, de
la que se deriva que la lengua literaria produce un desplazamiento con respecto a
la social, produce una nueva lógica, tiene un gran poder para volverse política. La
semiología Barthesiana tiene como objetivo comprender cómo una sociedad
produce estereotipos, es decir que la lengua esta trabajada por el poder. Se busca
representar con los signos a la manera de un artista. Además, señala tres fuerzas
de libertad en las que la literatura puede liberarse del poder: mathesis, mimesis y
semiosis, al interior de las cuales radica el poder político de la literatura que, como
ya se mencionó, se fundamenta en un desvío formal con respecto a las formas
tipificadas. De la primera se desprende que el escritor no hace un uso meramente
instrumental de la lengua, sino que se la apropia y compone un sistema nuevo, y
es allí donde radica el poder político ya que el gran saber de la literatura radica en
la reflexión del lenguaje sobre sí mismo. La segunda es la fuerza utópica de
representación de lo real y la tercera fuerza es la de semiosis, que señala que la
literatura es una puesta en escena, un arte, y tiene un componente estético que
actúa con signos, es decir que como todo arte tiene una faceta teatral.
Se puede establecer un paralelismo entre lo mencionado y el prólogo de
“Estancias en común” de Marcelo Percia, quien utiliza expresiones distintas a las
habituales con la pretensión de intensificar ideas y en un intento por pensar más
allá de los modos de nombrar convencionales. Señala Percia: “Por capricho
sonoro que se inclina por estancias antes que por estares, vivires, pensares (a
veces, en antojos reverberan amores secretos)” (Percia, Estancias en común).
Así, opta por “estancias en común” por sobre otras expresiones como estares,
vivires o pensares, siguiendo las teorizaciones de Barthes y utilizando el poder
político de la literatura a partir de un desvío con respecto a las formas tipificadas
preexistentes, sumado a que Barthes entiende que es bueno que dentro de un
mismo idioma los hombres tengan varias lenguas y produzcan su propio idioma.
Bibliografía
Barthés, R. (2008). Lección inaugural. En R. Barthés, El placer del texto y lección
inaugural de la cátedra de Semiología Literaria del College de France. Buenos
Aires: Siglo veintiuno editores.
Percia, M. (2017). Estancias en común. Buenos Aires: La cebra.
Percia, M. (2020). Hablas del capital. En M. Percia, Sensibilidades en tiempos de hablas
del capital (págs. 55-93). Buenos Aires: La cebra.
Rolón, C. (2020). El curso de la herida entrega II. Buenos Aires: unp.
Rolón, C. (2020). El curso de la herida. Entrega uno. Buenos Aires: unp.
Clase teórica 4, a cargo de la Prof. Cintia Rolón
Clase teórica 5, a cargo de la Prof. Cintia Rolón

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